Recuerdo del primer mensaje :

Holaa ~~ Las presentaciones no se me dan bien. Me he decidido a publicar mi fic en el que he puesto muchos sentimientos propios que quería reflejar. Espero que les guste y así poder continuarlo. Intentaré publicar lo más seguido posible ya que sé como se siente eso de esperar y quedarte con la intriga. Personalmente me gusta hacerlo en mis fics, pero soy buena persona y haré lo posible. ^3^

Titulo: Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Autor:  ~ Lady Akari ~
Género: Drama, romántico, lemon.
Parejas: 2min, JongKey y otros.
Personajes:  Jonghyun, Key, Onew, Minho, Taemin, Kai y puede que alguno más. Los iré añadiendo
Nota: Este fic lo estoy publicando en otros foros también.




Ya era la hora. El destino lo había decidido. Como en un puzzle cuyas piezas no encajan porque están mal colocadas. Ya era la hora de poner cada pieza en su lugar. Ellos estaban destinados a caminar es una misma dirección, por un solo camino. Ni en sus sueños más locos pensarían que es lo que el futuro les tenía preparado.





Capítulo 1:


La luz temprana del amanecer acompañada de la suave brisa, acariciaba su frágil y bello rostro. Sus ojos vagaban en su propio recuerdo. ¿Cambiarían las cosas? El sentimiento que aquejaban en su pecho lo había acompañado todos estos años. Le dolía. Seguía inmerso en sus pensamientos hasta que una voz familiar lo hizo volver:

- Hyung, ¿no es muy temprano para estar despierto? –preguntó la persona que había interrumpido sus pensamientos.
- ¿Y tú qué? –contestó molesto.
- Voy al instituto hyung. Tú… deberías volver a clases.
- ¿Vas a seguir insistiendo? Ya te dije que no te metieras en mi vida.
- Pero…
- ¡¿Qué?! – Lo miró desafiante
- Somos amigos…por eso me preocupo por ti hyung –dijo agachando la cabeza.
- ¿Amigos? Eres muy ingenuo –el mayor se levantó del muro desde donde había estado observando el tranquilo amanecer de la cuidad y se dispuso a bajar las escaleras.
- ¡Hyung espera! -le cogió del brazo- aunque tú no lo aceptes somos amigos y quieras o no, seguiré preocupándome por ti.
- Tss idiota –espetó ante la confianza que derrochaba la mirada del más pequeño.

Al bajar las escaleras se volvió a adentrar en aquel pequeño almacén convertido en una especie de casa dónde se encontraban otros chicos. No es que fuera un lugar totalmente legal pues vivían al margen de todos y de todo. Unos cuantos sillones, dos baños, algunas habitaciones que solo disponían los más antiguos del lugar, entre los cuales se encontraba él. A las paredes no le faltaban sus dibujos sin sentidos y para gusto de unos pocos, restos de muebles, barras de hierro y no tenían luz, así que cada uno se las apañaba como podía. Cada cual iba a lo suyo, pero en el fondo, todos tenía algo en común. Cada uno tenía su historia, cargaban con su pasado y con la monotonía del presente. ¿Qué importaba el futuro?

Se dirigió a su habitación, bueno si se le podía llamar así. Se sentó en su cama deshecha. Frunció el ceño al sentir un fuerte olor a alcohol que se había colado con él. Otra vez venían de resaca. Justo cuando iba a cerrar los ojos oyó un ruido. Molesto, se volvió a incorporar y se dirigió al centro del almacén dónde se encontraban todos. Al parecer se estaban divirtiendo con alguien:

- ¿Otra vez por aquí, renacuajo? –se reía el más alto.
- ¿Viniste otra vez a ver a tu amigo? –le decía uno más tranquilo.
- Sí y ya me voy –intentó emprender la marcha, pero uno se lo impidió.
- ¿Tan rápido te vas? –le agarraban.

El pequeño permanecía quieto, aunque no lo reflejaba estaba un poco asustado, puesto que solo lo trataban así cuando esta gente estaba ebria, así que no sabía como iban a reaccionar. De pronto sintió como alguien le tocaba la cintura. Intentó soltarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente. Otras manos empezaron a colarse por su camiseta y empezaban a tocarlo con deseo. Unas lágrimas de impotencia empezaban a asomarse.

Él sabía que la escena que estaba presenciando no acabaría sin heridos:

- Si me dejara en paz de una vez no le pasarían estas cosas, solo sabe meterse en líos –pensó para si mismo harto de que aquella persona cabezota viniera todas las semanas.

Se dirigió al círculo formado por los demás y liberó al pequeño:

- ¡Ya basta! – empujó a los demás

Lo cogió de la camiseta y lo sacó de allí:

- G-gracias hyung –dijo limpiándose las pocas lágrimas que se le habían escapado.
- ¡Cállate! Lo que tienes que hacer es dejarme en paz y no volver más. La próxima vez dejaré que te violen.
- No lo hará hyung –embozó una pequeña sonrisa- tú no eres así.

Esa actitud del menor le repateaban en lo más hondo. ¿Por qué seguía viniendo a verlo? Cualquier persona normal no se le hubiera ni acercado. De todas formas, no necesitaba a nadie. No necesitaba la compañía de nadie. Estaba acostumbrado a la soledad y cuidaba de si mismo. Aunque a veces, no también como tendría que hacerlo:

- Desaparece de mi vista ya, Kai –le dijo seriamente.
- Adiós hyung, hasta mañana –le dedicó una sonrisa y salió corriendo antes de darle tiempo a reprocharle algo más.
- ¡No! –gritó el mayor con la esperanza de que le hiciera caso.

~~~~~~

El castaño puso rumbo al instituto. Era su primer día después de las vacaciones, pero rogaba que este año su hyung volviera a la universidad. Aunque él lo tratara con las peores formas, no quitaba el hecho de que él lo quería como un hermano mayor. Él sabía mejor que nadie el pasado que llevaba como su sombra permanente. Cada vez que le preguntaba algo sobre él, este enseguida lo echaba a patadas como lo hacía habitualmente, no contestaba o simplemente lo amenazaba. Pero no se rendía y seguía buscando la respuesta a su pregunta. Entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.

- Se acabó lo bueno –suspiró y entró.

~~~~~~

En una de las calles más lujosas de la cuidad, un joven celebraba una batalla campal en su cabeza. ¿Estaría bien mentir a sus padres? Le obligaban a estudiar algo que no le gustaban y a pesar de haber intentado negociar con sus padres, estos nos había cambiado su negativa:

Flash back

- Madre, por favor. Tú sabes que es lo que quiero estudiar. No me obligues a esto –le rogaba a su madre.
- Hijo, sabes que esto no es decisión mía, sino de tu padre –su madre le comprendía pero poco podía hacer.

Su padre hizo presencia tras cerrar la puerta de su despacho:

- Minho, no se hablará más del tema. Estudiarás economía. Tendrás que llevar mi imperio algún día y tienes que estar preparado. Y ahora prepárense que esta tarde tenemos la invitación a la fiesta de bienvenida de mi mayor socio.

Fin Flash back

En cierta parte comprendía a su padre pues todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo, quería que su hijo lo mantuviera en el futuro. Una de las familias más ricas de la ciudad. Su madre diseñadora de renombre, acostumbrado a ver a numerosos modelos, famosos, personas importantes… probándose los diseños de su madre en el amplio salón de trabajo, ubicado en su propia casa. Bueno casa, la envidia de todo el mundo. Su padre, uno de los mayores empresarios del país. Su vida consistía en toda clase de lujos y privilegios, pero no se había dejado llevar. Desde niño siempre fue alguien muy dulce y cariñoso.

Pero ahora vivía en un bucle de pequeñas mentiras. Llevaba 3 años estudiando en la universidad. Pero claro, no en la que su padre quería y mucho menos estudiando lo que le exigía. Asistía a la única universidad especializada en arte. Había conseguido ocultarlo muy bien hasta ahora y rogaba desesperadamente que su mentira no viera la luz nunca.

Después de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a clases. Aun teniendo coche propio, tenía la manía de ir caminando. ¿Su argumento?
Disfrutaba del ejercicio mañanero y le gustaba disfrutar de la ciudad por la mañana. Tampoco quería que los otros alumnos supieran de su situación económica ya que no era una universidad especialmente cara.

Miró el reloj y se apresuró antes de que comenzaran las clases. No quería llegar tarde el primer día.

~~~~~~~

Aún medio dormido, alcanzaba a escuchar el ruido de su madre lavando los platos. Siempre la misma rutina. Su madre se levantaba a las 4 y media para preparar su humilde cafetería. Negocio que los mantenía económicamente. Ella trabajaba mucho, demasiado para su gusto, pero lo que más le molestaba era que su madre no lo dejara ayudarla. El tenía que ocuparse de su formación. No quería que su más preciado tesoro estuviera cargando con algo que no era su responsabilidad.

De repente sintió unas dulces manos acariciando su rostro:

- Hijo –le dijo suavemente- se te va a hacer tarde el primer día.

El moreno se desperezó y se incorporó cuando su madre salió de la habitación:

- Qué pereza más grande –dijo entre bostezos.

Se dirigió a la ducha tras coger la ropa. Al cabo de 10 minutos se encontraba desayunando en la cafetería de su madre debajo de su casa:

- Omma, ¿qué hora es?
- Son las ocho menos diez –dijo su madre preocupada.
- ¡mie**a llegaré tarde! Adiós omma.
- Ten cuidado y diviértete.

Y se dirigió a toda prisa a la universidad. Esperaba no llegar tarde, no el primer día.

~~~~~~


Ya era la hora. Todos estaban en el salón central. El típico discurso de todos los años daba comienzo a lo que sería otro año más. Presencia casi obligatoria, pues el reparto de las clases era dicho. El primer día solo consistía en eso. Los nuevos alumnos se pasan el día visitando las instalaciones. Los ya conocidos, se iban o simplemente pasaban el día con los amigos contándose lo que habían hecho durante el verano:


- Tenemos mucha suerte.
- Sí, llevamos 3 años en la misma clase.
- Mejor, no sé qué haría si no estuvieras en clase. Me aburriría mucho.
- ¡Está claro! No puedes vivir sin mí –dijo con aires de superioridad.
- Ay Key no tienes remedio – negó con la cabeza.
- Por cierto de vuelta a casa tenemos que hacer la compra.
- ¡Es verdad! Si no moriremos de hambre y no podemos olvidarnos del pollo.
- Tú si que no tienes remedio –dijo entre risas.
- ¿Yo por qué?
- Nada déjalo –dijo el rubio suspirando.

~~~~~~

- Otra vez llegando tarde –sonreía al ver a su mejor amigo.
- Esta vez solo fueron 5 minutos –decía intentando recuperar el aliento.
- Tarde es tarde, querido amigo –bromeaba el alto.
- ¡Oye! Que el año pasado llegué una hora después, me he superado –decía orgulloso de su gran logro.
- Será mejor que nos demos prisa o cerrarán la puerta para la presentación.
- Sí vamos.

Y se perdieron tras la enorme puerta de la universidad.


- Esta vez nos tocó juntos –susurraba el moreno para no molestar a los demás estudiantes.
- Sí, ya era hora –contestó del mismo modo.

La tutora que llevaría su clase seguía nombrando a sus próximos alumnos cuando escucharon uno en concreto:

- Jajaja parece que este año va a hacer divertido –reía por lo bajo el más alto.
- No tiene gracia Minho –decía fulminándolo con la mirada.

Cuando acabó la presentación uno de ellos no parecía para nada contento, mientras que el otro parecía divertirle la situación de su amigo:

- No puedo creer que ese chico vaya a estar en la misma clase.
- No montes un drama Jonghyun, tampoco es el fin del mundo.
- ¡Sí lo es! No puedo ni verlo. Con la cantidad de alumnos que hay y me toca con él. Tengo una suerte que me la piso.
- Gracias por la parte que me toca –decía bromeando.
- No seas tonto –le sonreía.
- Bueno, pues deja ya de darle vueltas, me estás pegando tu mal humor.
- Pero es qu…
- ¡Se acabó! –interrumpió a su amigo.
- Está bien –dijo resignado.
- Por cierto, ¿aceptarás mi invitación para la celebración te esta noche? –preguntó el alto.
- Sí, ya lo hablé con mi madre, pero, ¿qué celebran tus padres esta vez?
- Al parecer a mi padre le salió bien un negocio. Cómo siga así, el castillo será más grande –dijo algo molesto.
- Tranquilo Príncipe Choi, yo seguiré siendo tu fiel caballero –animó a su amigo jugando con su metáfora.
- ¡Vete al carajo Jonghyun! – dijo empujándolo por el brazo.
- Vamos Minho, no seas malo –se reía el más bajo.

El sabía la situación en la que se encontraba Minho pues en muchas ocasiones le había ayudado a ocultar su mentira. Él había tenido suerte en ese aspecto. Su madre siempre lo apoyaba en sus sueños y aceptaba las decisiones que el tomaba. Por eso no había tenido ningún problema en que asistiera a la universidad de arte. Compartía sus sueños con su mejor amigo, pero él no lo tenía tan fácil. Vivía envuelto en una pequeña mentira que cada vez hacía un bulto más grande. Esta noche tendrían que tener cuidado pues posiblemente uno de los temas de conversación de sus padres sería la universidad.

La jornada había terminado. Cada uno se dirigía a su casa, pues mañana comenzarían en serio las clases.

- Adiós Minho, nos vemos esta noche.
- Sí, nos vemos. No llegues tarde –sonreía.
- Muy gracioso –le correspondía – no te preocupes. Allí estaré.

~~~~~~

- Llevamos 30 minutos en el baño, date prisa –se quejaba el mayor.
- Y deberías agradecérmelo. Me estoy dando prisa.
- Ya claro, vamos a comprar antes de que cierren.
- Ya estoy, vamos.

Salieron del baño y se dirigieron a la salida de la universidad.

Tenían la sensación de que este año sería diferente. Todo cambiaría a partir de ahora. El juego comenzaba. Solo quedaba esperar puesto que la estrategia ya estaba en marcha.

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Espero que les haya gustado. Acepto todo lo sólido que me quieran tirar <3

¿qué paso con Onew? por que demonios su papá lo trata así D;
KAI salvalo antes de que llegue tu padre, osea sacalo, creo yo 
tienes poco tiempo para hacer eso ya que ese don siempre se
la pasa escondido y ataca en el momento menos esperado -.-

Minho las penas se cuentan para que tu no cargues con todo
y obviamente tengas ayuda de tus amigos, Jjong es tu migo
él se merece saber por lo que estas pasando... y bien dicen, las
personas de dinero no siempre son felices -.- D;  ojala y Minnie
junto con Key y Jjong puedan hacer algo ♥

Gracias por este capitulo, estaré esperando el siguiente

¡Hi! Bueno antes de que se me olvide, quiero desearles un feliz año nuevo por adelantado ^^ Espero que todo lo que os propongáis se cumpla y todas esas cositas...con el viaje a Corea incluido E_E Les agradezco de nuevo vuestros comentarios como siempre y bueno, les dejo con el nuevo capítulo <3


Capítulo 51:


Su hermano estaba…Las lágrimas se instalaron rápidamente en sus ojos, deslizándose lentamente por sus mejillas, dolorosas, afiladas…Su cuerpo se había congelado por la escena, la sangre no llegaba al corazón y numerosos recuerdos pasaron por su cabeza como una película. Llevó su mano a su boca intentando evitar que los sollozos se agudizaran.

Avanzó indeciso por aquella habitación hacia donde se encontraba él. Se arrodilló a su altura, intensificando más su llanto al comprobar el deplorable estado del mayor. Tenía la cara llena de moretones. Un hilo de sangre discurría desde su labio dejando a la vista un buen golpe. La mitad de su rostro estaba machado de ese rojizo líquido que partía desde la cabeza. Su cuello tenía marcas de forcejeo, al igual que sus manos, las cuales parecían haber agarrado cristales:

- Onew… -sus lágrimas no cesaban- hyung…

Llevó una de sus manos al rostro del castaño. Estaba frío, sin embargo, aún podía escuchar la débil respiración de él. Seguía vivo:

- ¿Por qué…hyung? –agarró la mano de su hermano con cuidado.

Verlo de esa forma le partía el alma. Era como si le atravesaran el corazón. No lo entendía, aunque hacía mucho que había dejado de entender las cosas. Solo quería recuperar a su hermano, solo quería…que su hermano le volviera a sonreír y a decirle lo mucho que lo quería. Lo quería con él. Siempre lo había querido a su lado:

- ¿Por qué me dejaste, hyung? ¿Por qué te fuiste? ¿Acaso me odias de verdad? –sus lágrimas mojaban el suelo.

De repente, sintió un escalofrío y una mano lo agarró del cuello del uniforme:

- Tú hermano es tan patético como tú.

El menor se tensó completamente y el miedo recorrió su cuerpo:

- Todavía no te das cuenta de que tu existencia es absurda. Nunca deberías haber nacido.

Otra vez esas palabras. Jamás había oído otras palabras que no fueran esas en boca de él. Desde que tenía uso de conciencia siempre le había recriminado su nacimiento. Había soportado mucho, le había llamado de todo, pero jamás le perdonaría lo que le hizo a su hermano mayor:

- ¿¡Por qué lo hiciste!? ¿¡Si tan poco te importamos, por qué no nos dejas en paz!?

Tan decir aquello, recibió una fuerte patada en su espalda:

- Cierra la boca.
- Te o-dio…con to-do mi ser –logró articular después de tal golpe.
- No me hagas reír –lo golpeó en la cabeza.

Antes de que pudiera hablar lo elevó en el aire lazándolo contra la pared. Un chillido de dolor retumbó en la habitación. Cayó al suelo de rodillas y apoyó las manos para no desplomarse. Tosía sonoramente y su cuerpo temblaba. Se acercó con parsimonia a él, pisándole la espalda con fuerza, provocando que los brazos y las piernas del castaño fallaran, estampándolo contra el suelo. Algunas gotas de sangre salían desde su garganta, escupiéndolas cuanto tosía. Le dolía todo el cuerpo:

- Ahí te quedas –dijo con una voz ronca mientras se dirigía hacia la puerta.
- Espe-ra –dijo intentando levantarse del suelo.
- Espero que te diviertas aquí –sentenció para cerrar la puerta con llave.

Los había encerrado allí, en ese infierno. Maldijo internamente y le dio un golpe al suelo con el puño cerrado. Miro otra vez al mayor. Tenía que llevarlo al hospital. Se sentó con cuidado, apoyando su espalda en la pared. Metió su mano en el bolsillo y sacó su móvil. Lo miró y volvió a maldecir. Se había apagado, quizá del golpe. Lo intentó encender, pero no dio resultado. Apoyó la cabeza en la pared suspirando profundamente. Frunció el ceño de dolor, pero poco a poco se fue arrastrando hasta llegar a él. Le revisó los bolsillos en busca de su móvil, aunque sin mucha esperanza, dando como resultado, lo que esperaba. Nada. Sus lágrimas volvían a aparecer. Desesperado volvió a intentar encender su móvil, pero nada.

A pesar de no encenderse, no perdía la esperanza y siguió intentándolo durante una hora más o menos, hasta que al final lo logró. Buscó rápidamente en su agenda y lo llamó, él podría ayudarles:

- ¿Kai? –sonó al otro lado.
- Key…hyung… ayú-dame –no le salía la voz.
- ¿Qué pasó? ¿Dónde estás?
- Onew hyung y yo… -le costaba hablar en esa situación.
- ¿Estás con Onew? Kai dime dónde están –preguntaba desesperado.
- Es-ta-mos… ¡Ah!
- ¡Kai! –gritó- ¡¿qué pasó?!
- ¿Qué estás haciendo, mocoso? No hagas las cosas más difíciles o no saldrás vivo de aquí. –dijo arrebatándole el aparato de la mano y tirándolo por la ventana.

El menor agonizaba por el reciente golpe que le había propinado en su estómago.

~~~~

Se había quedado helado al escuchar esa voz. No podía ser él:

- ¿Qué pasó, Key? –le preguntó preocupado su novio que se encontraba con él, tras volver de hablar con su mejor amigo.
- Jonghyun… -estaba pálido.
- ¿Bummie? ¿Qué ocurre? –se asustó al ver la expresión de él.
- Tenemos que ayudarles.
- ¿A quiénes? –se entrañó.
- Kai y Onew…están con el padre.
- ¿Y qué pasa?
- Tú no lo entiendes. Es una persona sumamente peligrosa. Los amenaza y no es la primera vez que va a por ellos. Creo que los tiene secuestrados en su casa.
- ¡¿Cómo?! –abrió los ojos como platos.
- ¡Vamos! Tenemos que avisar a la policía.
- ¡Corre!

~~~~

Por fin lo había encontrado, la última víctima que le faltaba. Ahora todo cobraba sentido. Quería ir a ayudarle, pero confiaba en que los chicos pudieran sacarlos de allí. El castaño se dirigió al almacén:

- ¡Min! –gritó cuando entró.
- ¿Qué pasó Tae? ¿Qué te trae por aquí? –se asomó un rubio.
- ¿Está Min por aquí?
- Mm… creo que están en el sótano jugando con sus experimentos de nuevo –rió.
- Vale.

Se adentró en el lugar y como le había indicado, abrió la puerta que se encontraba al final de un pasillo y bajó las oscuras escaleras que únicamente se encontraban iluminadas por unas velas en varios rincones. Allí se encontraba aquella tímida chica, fanática de la ciencia, sobre todo, la química:

- ¿Min? –llamó su atención.
- ¡Oh! –pegó un brinco del susto- Op-pa, cuando tiempo sin vernos –agachó la cabeza un poco nerviosa.

La chica era así desde que la conocía. Se ponía muy nerviosa cuando hablaba con las personas, era muy introvertida, pero dentro de ella se escondía una auténtica genio de la química:

- Sí, ¿qué haces esta vez? –preguntó curioso.
- Ah…esto… nada interesante realmente –se dio la vuelta mirando la mesa en la que estaba trabajando- ¿necesitas algo, oppa?
- Pues sí, quiero que investigues esta muestra de ADN –le tendió una pequeña bolsa plástica.
- ¿Es humano? –se puso las gafas que tenía colgadas en el cuello.
- Sí, es de un hombre.
- ¿Qué quieres saber exactamente?
- Sospecho que ha sido alterado.
- ¿Un conejillo de india?
- Muy astuta. Cuanto la tengas me avisas.
- Déjamelo a mí –le sonrió orgullosa.

El castaño se dio la vuelta e iba a subir las escaleras, pero la chica lo tomó del brazo:

- Oppa… -lo llamó posicionándose delante de él.

Su mirada demostraba preocupación:

- ¿Qué?

La chica dirigió su mano a la frente del mayor:

- Tienes fiebre.

El castaño apartó su mano:

- Tonterías tuyas, me voy.
- Pero oppa, estás ardiendo –sonaba muy preocupada.
- Encárgate de lo que te he dicho, Min.

La chica se quedó observando como Taemin se perdía en las escaleras, hasta que oyó el ruido de la puerta del sótano cerrarse. Suspiró profundamente, nunca había entendido el carácter de ese chico. Ya tenía asumido que ella era rara, según el resto, pero él… ¿por qué iba alguien a fingir algo que no es?

~~~~

- ¡No! –gritó posicionándose sobre el cuerpo de su hermano- A él no le pegues más. ¡Ah!

Su padre lo golpeaba fuertemente en la espalda, mientras él intentaba que no hiriera más a su hyung:

- Mira que eres cabezota, mocoso.
- ¡Déjame en paz! –gritaba de dolor, mientras sus lágrimas decoraban su rostro.

El hombre salió de la habitación dejándolos solos por unos instantes. Ya no le quedaba mucha fuerza al menor, así que no sabía cuánto iba a aguantar. Volvió a escuchar el suelo crujir, dirigiendo su mirada hacia la puerta. Su cuerpo se paralizó. Tenía un cuchillo en la mano. Otra vez volvía a temblar. Estaba aterrorizado. Iban a morir allí:

- No… te hacer-ques –dijo entrecortadamente.

El sujeto sonrió cínicamente y empezó a dirigirse hacia ellos a paso lento. Kai se aferró más a su hermano, cerrando los ojos con fuerza. ¿Iban a morir allí? Segundos después comenzó a sentir el frió del metal en su cuello. El objeto se paseaba libremente por su dolorida espalda, sintiendo un escalofrío infernal. Su padre lo agarró por la camiseta, separándolo de él y dejándolo a su altura:

- ¿Algo que quieras decir antes de morir? –dijo en tono burlón.

No podía mirarlo, no se atrevía. Sus lágrimas seguían cayendo dolorosas. El hombre alzó su mano y con un movimiento rápido se dirigió al pecho de Kai, pero antes de que llegara a su destino, un fuerte estruendo se oyó en el lugar, seguido de un alarido de dolor. ¿Eso había sido un disparo? El menor cayó al suelo seguido del hombre que se agarraba el hombro fuertemente. Observó como forzaban la puerta y rápidamente unos agentes de policía invadieron la estancia. ¿Quién los había llamado?

- ¡Kai! –hizo acto de presencia el rubio.

Este se acercó a él, revisándolo:

- Onew hyung… está allí –le señaló débilmente.
- Lo sé, los médicos ya lo están atendiendo y ahora lo llevaran al hospital.
- Hyung…
- Tranquilo pequeño, ya está –le acarició la mejilla dulcemente- siento no haber podido llegar antes.
- Gracias… -le sonrió débilmente.

~~~~

Dos chicos se encontraban en la sala de espera del hospital. Por petición del rubio, también revisaron a Kai. Media hora después, salió de la sala seguido de la enfermera, acercándose a ellos:

- Por suerte no tiene nada roto –les comunicó la enfermera- pero sí que tiene unos golpes muy duros y prueba d ello, los hematomas en su cuerpo. Ya le di los medicamentos que tenía que tomarse al joven.
- Muchas gracias.
- No hay de qué, es mi trabajo.

El menor se sentó con ellos en silencio:

- Hyung… -susurró.
- Dime.
- En verdad, ¿me odia?

El rubio sonrió apenado, ¿qué debía decirle? ¿Qué todo había sido una farsa para alejarse de él? ¿Qué en verdad su hermano lo veía con otros ojos también?

- Él…no te odia, nunca te ha odiado, al contrario, el te quiere mucho.
- Pero… y ¿entonces? ¿Por qué me dijo aquello? ¿Por qué…se fue?
- Eso mejor, deberías preguntárselo a él.
- Pero tú lo sabes, ¿por qué no me lo dices?
- Porque yo no me puedo meter en las cosas de Onew. Realmente quiero que las cosas se arreglen entre ustedes dos y creo que para eso, necesitan hablar.
- No es tan fácil.
- ¿Lo ves? Sois los dos iguales –rió- iguales de cabezones. Sí seguís así, no llegaréis a nada. Esto será como un bucle y no tendrá fin.
- Yo…ya no sé –bajó la mirada.

El silencio invadió la sala durante horas, hasta que el paso de una enfermera, llamó su atención. Los tres la miraron atentos:

- Vengo a decirles los resultados –dijo un poco preocupada.
- ¿Cómo está? –preguntó ansioso el rubio.

Ella suspiró:

- El joven tiene algunas costillas rotas, también ha perdido sangre y tiene el cuerpo lleno de moretones. Ya hemos intervenido y ahora se encuentra en reposo absoluto.

Un suspiró escapó de sus bocas:

- ¿Podemos pasar a verlo?
- Claro, pero no mucho tiempo ya que la hora de visitas acabó hace rato. Síganme –les indicó.

Los chicos entraron a la habitación indicada por la enfermera, encontrándose con el cuerpo inmóvil en la camilla, conectado a algún que otro aparato. El menor se acercó lentamente, observando su rostro inexpresivo. Las lágrimas volvieron a hacer acto de presencia en sus ojos, humedeciendo sus mejillas:

- Anda, ven. –le dijo el rubio rodeándolo con sus brazos. –no llores. Él está bien.
- Fue por mi culpa, ¿verdad? –sollozaba.
- ¿Qué? No digas boberías.
- ¿Entonces por qué fue él allí?
- La verdad, es que ni yo lo sé.
- No lo entiendo.
- Bueno, será mejor que nos vayamos. Solo nos queda esperar hasta que se despierte, y podrás preguntárselo a él, ¿vale?

El menor asintió y los tres salieron del hospital topándose con la oscura noche y el frió que traía consigo. La primera parada fue la casa del menor y por último, los dos chicos restante, llegaron a la casa del rubio.

hayyy noooo pobrecto pllooo nooo!!!!!
pobre kai tambien termino bien herido,
su padre era un hijo de .............. jeje
eish merecia algo mas que la carcel jum
ojala kai y onew hablen y solucionen sus
problemas, aunque si es o que pienso
eso no es ningun problema solo que como
dice key son unos cabezotas jum
En fin y ahora que pasara, que con lo que pido Tae,
por que hubo tan poquititititito de el y por que nada de
Minho, abu.

Bueno creo que te leeré hasta el próximo año verdad jejeje

Que tengas un feliz año nuevo, que te lo pases bien y ojala
se nos cumpla eso del viajesito a corea jeje

Saludines ^^

 :WTF: ONEWWW....casi no lo cuentas, que clase de padre es ese? por Dios, pobre Kai sufrir por su hermano pensando que no lo quiere y su papá que casi lo mata. Definitivamente cuando Onew despierte si no le dice que lo quiere que Key le de una paliza por poner a sufrir al pequeño.
Minho .....ah vives en una hermosa jaula de oro muy lujosa pero sigue siendo una jaula que no te deja ser feliz ...y es que aunque parece que el dinero puede solucionar muchas carencias NO NOS TRAE LA FELICIDAD por eso dicen que los pobres son en verdad los ricos .....del alma y del amor .
Como los amo :MUA:  gracias por continuar

OH POR DIOS, ESTO ESTA TAN INTENSO :O
Onew por favor reaccione POR FAVOR tu hermano
te necesita muchooo más de lo que te podrías imaginar
Kai fuiste demasiado valiente al querer defender
a tu hermano DEMASIADO, no cualquiera deja que
le peguen por cubrir a otra persona ♥ AMOR PUROO

Key te amo mas que nunca LLEGASTE A LA MERA HORA♥
pudiste salvarles la vida :3 te deben muchhhhooo :3
ONEEEEW DESPIERTAAA PRONTOO :3

Estaré esperando conti :3

¡Hi! Vuelvo con el capítulo 52 :D Un capítulo con pequeños detalles ^^ y bueno como siempre mucho misterio ~~ Gracias de nuevo por vuestros maravillosos comentarios, nunca me cansaré de decirlo, porque siempre me enamoran ^///^ Bueno, ya les dejo leer <3


Capítulo 52:


Otro día más. Otra clase más. Los profesores hablaban, pero él no estaba allí. Únicamente su cuerpo se dejaba ver, pero sus pensamientos…su corazón, estaban ausentes, estaban con él, estaba ocupados por sus recuerdos. Suspiró derrotado. El mismo ruido de siempre dio comienzo al receso. Recogió sus cosas con pesadez y puso rumbo a las escaleras de atrás, donde sus amigos siempre estaban:

- Alumno Kim –le llamó la secretaria en el pasillo.

El joven se dio la vuelta extrañado:

- ¿Sí?
- ¿Trajo los papeles que se le pidió?
- ¿Qué papeles?
- Sin esos documentos no podemos formalizar la beca.
- ¿Cómo? –parpadeó varias veces- ¿beca?
- Sí, te han ofrecido una beca en la universidad de arte del centro.

El moreno abrió desmesuradamente los ojos No entendía nada:

- Pero…yo…
- Bueno, me tienes que traer los papeles, si no, no hacemos nada. Que tenga un buen día. –se despidió velozmente.

Todavía no procesaba lo que le había dicho. ¿Qué era todo eso? ¿Un beca?
Después de volver de su trance, se dirigió a la oficina del director:

- Adelante –se escuchó la vos desde dentro.

El menor entró y cerró de nuevo la puerta, avanzando hacia la mesa:

- ¿Le puedo ayudar en algo? –le sonrió como siempre cada vez que lo veía.
- ¿Qué es eso de que me han dado una beca?
- ¿Quién te lo dijo? –se sorprendió.
- La secretaria me preguntó por unos papeles y me lo dijo, ¿qué significa esto?
- Yo…este… -se frotaba nervioso las manos- verás… -no sabía cómo empezar.
- Por favor, dígamelo sin esconderme nada más. Estoy harto de que me oculten las cosas…de no entender nada –agachó la cabeza apenado.

El hombre suspiró, tampoco le gustaba verlo así:

- Creo que ya es hora de que te lo cuente –apoyó sus manos en la mesa y lo miró.

El menor tragó fuerte, ¿qué se supone que había que contar?

- Verás, cuando tu hermano estudió aquí, el también quería ir a la universidad, al igual que tú. En su último año de instituto, él me contó una cosa y me pidió un favor. Por lo visto, vuestra madre había tenido una conversación con él, en el que le había dicho que no iba a poder pagarle la universidad a ambos, solo a uno y ese sería Onew, puesto que era el mayor, pero él se negaba –el hombre dirigió su vista a la mesa, suspirando- Tú también soñabas con ir a la misma universidad y no quería quitarte tu deseo solo porque él había nacido antes. No quería que por su culpa, tú no pudieras ir. Entonces él vino a mí y me propuso una cosa, él empezaría a trabajar para reunir dinero, de esta forma, cuando tuviera el suficiente, él me lo entregaría y yo se lo daría a la universidad a cambio de la beca para ti. Por eso el otro día estuvo aquí, este mes, terminó de pagarlo todo y por fin, te la concedieron. Yo le dije que tenía que entregar unos documentos tuyos y él me dijo que me los traería, pero que esperara porque estaba en casa de su padre y era complicado.

El director volvió a elevar la vista, observando como el rostro del moreno estaba lleno de lágrimas. Sonrió enternecido:

- Él me pidió que pasara lo que pasara, nunca te lo dijese y que quedara como una simple beca.
- ¿Po-r qu-é? –decía limpiándose las lágrimas con el antebrazo.
- No lo sé, la verdad. Eso nunca me lo dijo.

El menor volvió a sollozar:

- ¿Pue-de darme per-miso para salir? –intentaba detener el llanto.
- ¿Qué vas a hacer?
- Mi hermano… está en el hospital, quiero ir a verlo.
- ¿Qué le pasó? –se preocupó.
- Mi padre casi nos mata.
- ¿Cómo? –se sorprendió al escuchar eso.
- Por favor… -le suplico- aunque me quedase, no podría aguantar.
- Está bien, tienes el permiso.
- Gracias, pero…
- Tranquilo, no le diré nada a tus padres –le sonrió, tranquilizándolo.
- Se lo agradezco mucho –se levantó e hizo una reverencia.
- Anda, vete.

Cogió sus cosas y se largó de allí. Después de atravesar la puerta del instituto, sus pies se dirigieron al hospital. ¿Por qué? ¿Por qué su hermano era así? ¿Entonces que debía pensar? Le atormentaba la situación. Ahora entendía el por qué se encontraba allí. ¿Se arriesgó por eso? ¿Se arriesgó por él? Sabiendo que podría no haber salido vivo… ¿le dio igual? ¿Le importaba entonces?

Allí se encontraba de nuevo. Delante de su cuerpo. Se acercó a la camilla lentamente, posicionándose a su lado:

- Hyung…necesito que me lo digas, ¿por qué?

Flash Back

Un pequeño niño se adentró en su habitación:

- Hyung, ¿por qué no estás recogiendo?

El mayor se encontraba sentado en su cama, mientras apoyaba su espalda en la fría pared. Tenía los ojos cerrados:

- Ya se lo dije a nuestra madre, no me voy a ir de aquí –dijo fríamente.
- ¿Có-mo? Pero… hyung, no te puedes quedar con ese hombre, es peligroso –sonó extremadamente preocupado por la decisión del mayor.
- Prefiero quedarme con él a irme con ustedes dos –no se había creído capaz decir aquello, pero al final, lo dijo.
- N-o lo entiendo hyung… -estaba al borde de las lágrimas.
- Es fácil, quiero que te largues. No quiero volver a verte –jamás se perdonaría lo que le estaba diciendo a su hermano menor.
- Pero…hyung… -comenzó a sollozar- ¿por qué me estás diciendo esto?
- No te quiero Kai, lárgate de una vez y olvídame –llevó una mano a su pecho, su corazón de apretaba.
- Y-o...no... –su hermano lloraba fuertemente.
- ¡Lárgate de una vez! –le gritó.

Nunca le había gritado. Nunca lo había tratado de esa manera, pero tenía que hacerlo:

- ¡Te odio! –le gritó el menor dolorido y salió corriendo de la habitación.

No podía creerlo. No concebía las palabras que él le había dicho. Su hyung…al que quería tanto…

- Es mejor así, pequeño –abrió los ojos por fin y suspiró.

Volvió a cerrarlos, pero esta vez, para dar paso a la lágrimas.

Fin Flash Back

~~~~

- Minho –lo llamó su amigo en voz baja, pues estaban en medio de una clase.
- ¿Qué pasó?
- ¿Te estás enterando de algo?
- La verdad es que no. No estoy atendiendo –rió por lo bajo.
- Mal hecho, tienes que recuperar ese suspenso –le reprochó.
- Lo sé, pero apuesto a que tu tampoco estás prestando atención.
- ¿Se me nota tanto?
- Pareces un cachorrito enamorado. Bueno corrijo, lo eres –sonrió.
- ¡Oye! –le recriminó en voz baja.
- ¿Tanto te gusta Key? –le cuestionó.
- ¿Me crees si te digo que demasiado? Nunca había sentido algo así por nadie.
- Te creo –rió- pero…
- ¿Sí? –lo miró curioso.
- ¿Cómo sabías que estabas enamorado de él? –preguntó con el ceño fruncido.

El moreno sonrió:

- Al principio me costó darme cuenta, porque después de todo, yo lo odiaba, pero luego, me fui percatando de que poco a poco había ido entrando en mi corazón, ocupando mis pensamientos, siendo el responsable de mis desvelos, de mis suspiros, de mis preocupaciones…Mi corazón se aceleraba con solo una mirada suya –dirigió su vista hacia él- es hermoso –sonrió tontamente.

El alto sonrió, le encantaba ver a su amigo feliz:

- Después de todo, hacen buena pareja.
- Gracias –sonrió tímidamente.


Debido al murmullo, la profesora les echó una mirada asesina y estos se callaron inmediatamente:

- Bueno chicos, como les iba diciendo, en este tema también veremos la relación música-sociedad, la función social de la música, el entorno socio-cultural y su influencia en el desarrollo de la sensibilidad musical. Así qu…

El ruido de la puerta interrumpió la clase:

- Disculpe por la interrupción Seohyun, pero la policía está aquí –avisó el director, entrando a la clase.

Todos miraron hacia la puerta, viendo entrar a dos agentes:

- Pero… ¿qué hacen aquí? ¿Esto qué es? –estaba nerviosa.
- Hemos venido a arrestar a Lee Taemin.

Todos los presentes abrieron los ojos sorprendidos, para después mirar al nombrado quien permanecía aparentemente tranquilo:

- ¡Esperen! –se interpuso en su camino- esto no tiene sentido, ¿por qué lo van a arrestar? ¡No pueden encerrarlo, él no ha hecho nada!

Estaba perdiendo los nervios. Jamás se esperó esto. No se lo podían llevar, él era el más inocente de todos:

- Se le acusa de asesinato a su familia y de manipulación psicológica, así que, apártese –algunos gritos y muecas se oyeron en la clase por parte del resto de alumnos.

Los policías le dieron un empujón, quitándola de en medio. Ella se había quedado congelada, ¿asesinato familiar? ¿Manipulación? ¿Quién diablos se había inventado eso? Todas esas acusaciones eran falsas.

Los hombres se dirigieron hacía el joven, agarrándolo y levantándolo bruscamente. Este no oponía resistencia, su mente se había quedado en blanco. Lo llevaron al frente de la clase y lo aprisionaron contra la pared, con las manos atrás. Acto seguido, le pusieron las esposas y se dispusieron a irse:

- ¡Eso es injusticia! –gritó un joven alto- ¡Él no ha hecho nada, es inocente!
- Esta basura es de todo menos inocente, por eso nos lo llevamos.
- ¡Él no es ninguna basura! –les bloqueó el paso en la puerta.

No lo podía permitir, no…el no puede estar en la cárcel. Él no es malo. No había hecho nada, confiaba en Taemin:

- Quítate de en medio –le espetó uno de ellos.
- ¡No lo haré! ¡No dejaré que se lo lleven! –la ira se demostraba en sus ojos.
- Tranquilo, Minho –la profesora lo agarró de un brazo mientras reprimía sus ganas de golpearlos allí mismo.
- ¿Cuándo es el juicio?
- No habrá juicio, será encerrado inmediatamente.
- Eso no se puede hacer, todos merecen un juicio, va contra la ley –habló ella.
- Son nuestras órdenes y punto.
- ¡Vaya mierda de justicia! –estaba harto y se notaba.
- Minho…cálmate, por favor.
- Apártense ahora mismo.

Con mucho pesar y dolor, ambos se apartaron. No podía luchar contra la justicia de este país, que lamentablemente estaba podrida. El director abandonó el lugar, sin poder dar crédito a lo que había ocurrido. El alto se soltó del agarre de ella y abandonó el lugar furioso:

- ¡Minho, espera! –suspiró derrotada.

Entró de nuevo a clase, bajo la atenta mirada de los alumnos:

- Al final, si resultó un criminal.
- Tiene razón.
- Menos mal que se lo llevaron.
- ¡Cállense! –gritó el rubio- todo lo que dijeron es mentira.
- ¿Y tú como lo sabes?
- La policía nunca se equivoca.
- La justicia comete muchos errores –habló Jonghyun.
- Demasiados… -susurró la profesora.
- ¿Por qué lo defienden? ¿Acaso también son criminales?
- ¡He dicho que cierres la boca o yo me encargaré de ello! –estaba muy molesto.

Otra vez su carácter. Todos se callaron al ver la mirada del rubio. Nadie podía con ella, mejor no arriesgarse:

- Chicos, se acabó la clase –finalizó la profesora para irse inmediatamente.

~~~~

No se podía a ver ido. Tendría que estar en algún lugar de aquí. Buscó por todas las clases hasta que al final dio con él. Se encontraba en la parte trasera de del jardín, apoyado contra un árbol:

- Minho lo llamó ella.

Él ni se inmutó:

- No te preocupes –se sentó con él.

Un sollozo se dejó escuchar:

- Él no ha hecho nada, ¿verdad?
- Claro que no, yo confío en él –dijo ella en tono seguro.
- No puede estar encerrado. Ya tiene suficiente con estarlo mentalmente, él…no puede estar en ese lugar.
- ¿Tú también te diste cuenta? –sonrió tristemente- su vida se ha compuesto de jaulas constantemente, nunca ha vivido libremente, nadie lo ha liberado.
- Yo quiero ayudarle, pero no se deja.
- Él piensa… que si alguien lo ayuda, acabará encerrado con él. Sabe el dolor que se siente y por eso no quiere compartirlo con nadie. Parece frío, pero en realidad, sus sentimientos son muy cálidos.
- Quiero hacerle entender que no me importa, si pudiera le cambiaría el lugar y aguantaría el sufrimiento por él, pero mi vida también es un asco.
- Minho –sonrió- eres muy tierno. Estoy segura de que tú lograrás liberar su corazón. Él te necesita y mucho, estoy segura.
- Creo…que yo… también lo necesito.
- Lo sé –le guiñó un ojo.
- Parece que conoces mucho a Taemin.
- ¿Yo? Bueno –rió nerviosa- me tengo que ir, cuídate.
- ¡No me has respondido! –le gritó pues ya estaba un poco lejos.
- ¡No te preocupes! ¡Lo sacaremos sea como sea! –le sonrió.

~~~~

Caminaba sin rumbo por la ciudad. Sin darse cuenta, había acabado en la universidad de arte. Se paró en la entrada del campus e inclinó la cabeza para verla en su totalidad. Imponía. Volvió a emprender la marcha, un poco confundido. Había un coche de policía estacionado en la entrada. De repente oyó unas voces y vio como dos agentes salían con alguien esposado del lugar. Agudizó su vista y se percató de que aquel chico era su Taemin. Abrió los ojos desmesuradamente y los nervios se hicieron presentes:

- ¡Hyung! –le gritó.

El castaño lo miró de reojo. El pequeño estaba asustado. ¿Por qué se lo llevaban? Estaba confundido. Primero su hermano y ahora él…iba a explotar. Unas lágrimas volvía a humedecer sus mejillas. Taemin sonrió de lado apartando la mirada de él.

Poco a poco, el coche se iba yendo con él dentro. Todo se estaba volviendo demasiado para él. Avanzó unos pasos un poco descolocado y en el interior visualizó la figura de Minho, quien se dirigía al interior. Se dirigió hacia él, tal vez, el sabía algo:

- ¡Minho hyung! –le gritó a duras penas.

El nombrado se volvió y lo vio ahí parado, llorando:

- ¿Por qué…? –sollozó fuertemente.

Sin pensarlo dos veces, el alto fue hasta él y lo abrazó. Lo rodeó con sus grandes brazos, atrayéndolo hacia su pecho. El castaño elevó sus brazos y le correspondió el abrazo. Hundiendo su rostro en su pecho:

- No llores –le acariciaba la espalda intentando tranquilizarlo.

Las lágrimas no paraban de salir:

- Te prometo que lo sacaremos de allí, ¿sí? –le revolvió los cabellos.

El menor asomó su rostro lleno de lágrimas:

- ¿Me lo prometes?
- Sí –le limpió ambas mejillas y le sonrió cálidamente.
- Gracias hyung –este le devolvió la sonrisa.

Pero de repente, todo se volvió oscuro y el castaño perdió la conciencia en los brazos del alto.

Hay Kai ya descubre la verdad Onew nunca lo odio lo que quería era salvarlo de su padre y permitir que cuñpliera sus sueños eso SÍ es amor sacrificarse por los quieres :MUA:
 .............lo de Key y Jong eso es demasiado romantico.............. :OHYEAH:  ahora el pobre Minho es el que sufre por Tae:@: ..... dan ganas de abrazarlo OMG....., pero para entender lo que ha pasado su amor no lo va a tener fácil hasta cierto punto creo VERDAD?  :Merong: 
gracias por seguirlo (L) 

hola esta muy padre tu fic pero tengo una pregunta amm no sobre el fic es que queria preguntar que ese video el de tu firma el muchacho de la mascara (¿es taemin?) por favor ruego por tu respuesta :3

AISSSHHHHH UNNIIIEEEEE tu me quiere matar de un infarto verdad?
Primero Onew en el hospital
Después Taemin en la cárcel
Luego Kai se desmaya 
AHHH y el pobre de Minho se le parte el corazón, sus amigos caen poco a poco ¿crees que es justo? NO NO LO ES -.-
-Dramatizo lo sé JAJAJAJAJA-
Unnie no tardes en el otro capitulo NO TARDES ENSERIO :3

Estaré esperándolo :3

AIGOOO MI CORAZON ya me lei toda la historia estuvo genial quiero conty quiero conty y respondeme por favor de donde es el video de tu firma el de la mascara por fiss

melobski4 escribió:AIGOOO MI CORAZON ya me lei toda la historia estuvo genial quiero conty quiero conty y respondeme por favor de donde es el video de tu firma el de la mascara por fiss

Hola ^^ me alegro de que te gustara :3 Pues el de mi firma sí es Taemin. Es del image teaser que sacaron de Everybody :)

¡Hola! Vengo con prisas y solo me paso a publicar ^^ Gracias por comentar y espero que les guste <3


Capítulo 53:

Ante la noticia que le acababan de comunicar, abrió los ojos de la sorpresa y se levantó rápidamente. Cogió su móvil y apagó las luces, saliendo de su oficina seguido de su ayudante, quien le preguntaba sin entender su reacción:

- ¿A dónde va?
- A la cárcel, tengo que hablar con él.
- ¿Con el preso? ¿Está loco?
- Shhh, calla niño.
- Pero, ¿va a hablar con el criminal? –estaba de los nervios.
- Que esté en la cárcel no significa que sea un criminal –le corrigió apuntándolo.
- ¿No se supone que encerramos a los criminales ahí?

Soltó un largo suspiro:

- Tienes tanto que aprender hijo mío –le puso una mano en el hombro- no sé por qué te hiciste policía, eres un cachito de pan.
- ¡No me diga eso! Yo puedo ser duro sin quiero –hizo un puchero.

El mayor se rió:

- Ajá, ya. Eso no te lo pongo en duda –le palmeó el hombro.

Suspiró el menor ahora. Odiaba cuando le hablaba de forma sarcástica:

- Déjame acompañarle entonces.
- No hace falta, no vas a cobrar más por ello –se rió.
- Pero quiero aprender y como dijiste, me falta mucho –dijo decidido.
- Vale, cachito de pan –le pellizcó las mejillas.

Ambos agentes se dirigieron a la salida, para poner rumbo al lugar propuesto. No concebía que ese chico estuviera en la cárcel. No era su lugar, no tenía que estar allí, ¿qué pasaba detrás de todo esto? Quizá…

- Buenos días, agente Park –le saludó otro oficial una vez que llegaron.
- Buenos días –le devolvió el saludo.
- ¿En qué puedo ayudarles?
- Vengo a visitar a un nuevo inquilino.
- ¿Se refiere al chico que acaba de entrar recientemente?
- Exacto.
- No creo que deba, según lo han descrito, es muy peligroso.
- ¿Tú lo has visto? –se le acercó acusadoramente.
- N-no, aún no –tartamudeó.
- Pues mírale la cara y después dime si es peligroso o no –le sonrió separándose.
- E-stá bién, pase –le abrió.
- Gracias, muchacho.

Ambos se adentraron en aquel lugar del demonio:

- Todos te tienen respeto –le dijo curioso el menor.
- Sí, puede ser.
- ¿Usted siempre ha sido policía?

El mayor cerró los ojos, nostálgico y recordó momentáneamente, sonriendo:

- Bueno, no exactamente. Antes era guardaespaldas.
- ¿Sí? Ahora lo entiendo. Seguro que era de esos importantes, ¿no?
- Sí, podríamos decirlo así. Servía a gente de la muy alta sociedad. Pero desde el monopolio que provocó el asqueroso ese, que entró en las elecciones, no quise saber nada más.
- ¿Qué pasó con ese señor?
- Algo que jamás tenía que haber pasado –miró al suelo deteniéndose.
- Hyung… -había notado su cambio de humor.
- No te preocupes, eso pasó hace mucho, no te incumbe –le sonrió.

Avanzaron hasta el número de celda indicado. Se asomaron, encontrándose al pequeño sentado en la esquina del fondo, en el suelo. Mantenía los ojos cerrados y un ligero tono rojizo coloreaba sus mejillas. Notó como su respiración estaba un poco agitada. ¿Qué le pasaba? Se acercó lentamente a la celda de él:

- Taemin...

El castaño lo ignoró completamente, no estaba de humores:

- Sé que me estás ignorando.
- Si lo sabes… ¿por qué no te largas? –le contestó en un hilo de voz.

Ahí estaba su carácter de nuevo:

- Te han acusado de matar a tu familia en el pasado –dijo seriamente- ¿no piensas decir nada?
- ¿Qué quieres que diga? –seguía con ojos cerrados- no sirve de nada.

En parte, tenía razón. No había mucho que protestar. No iban a escuchar:

- ¿Te rindes tan fácilmente?
- No me rindo en una pelea que ni he comenzado ni soy partidario de ella.
- Sí que eres partidario, y lo sabes perfectamente.
- Tal vez…en el presente, pero de otra manera. Nunca tuve nada que ver con lo que pasó.
- ¿Te suena mi cara? –le preguntó curioso.
- Sí, eres el agente Park, el que siempre me atormenta.
-
Sonrió de lado. Este chico todavía tenía ganas de bromear:

- En el pasado… ¿te suena haberme visto?
- No. Si lo recordara, sabría por qué te metes tanto en mi vida.
- ¿Necesitas algo? –su tono de piel se tornaba pálido.
- Que te largues. Hazme un favor, por una vez en tu vida y márchate de una vez.
- Te sacaremos de ahí, solo tienes que esperar.
- Dejadme morir aquí, dejadme en paz, todos. ¡Lárgate, maldita sea! –su grito retumbó en todo el pasillo.
- Nos veremos, Taemin.

Y sobre sus pasos, abandonaron aquel lugar. Le dolía profundamente la cabeza, no podía visualizar con claridad y un mareo lo engullía. Y para colmo, venían a molestarlo. Poco a poco fue apoyando el resto del cuerpo en el suelo, suspiró profundamente. Tenía ganas de irse, de morir de una vez. Tal vez, así… lograría descansar en paz.

~~~~

Abrió los ojos lentamente, sintió una punzada en la cabeza y la luz le dio de lleno:

- Kai, ¿estás bien? –le preguntaba el alto.
- Sí, pero… ¿dónde estoy? –no reconocía el lugar.
- Te desmayaste en mis brazos, así que te llevé a la enfermería de la universidad.
- Perdón hyung… -agachó la cabeza.

El mayor le elevó el rostro e hizo que lo mirara:

- No tienes que disculparte por nada –le sonrió, provocando que él sonriera también.
- Al fin despertaste –decía un rubio preocupado entrando en la sala.
- Key hyung…
- ¿Qué te pasó? –le dijo revisándolo de nuevo.
- No lo sé, simplemente me desmayé –miraba como el rubio se sentaba a su lado.
- Menos mal que no fue nada –le acarició tiernamente los cabellos.
- Voy a traerte algo de comer, ahora vuelvo –dijo Minho.
- No tengo hambre hyung.
- Shhh… tienes que comer –lo reprochó Key.

Suspiró:

- Anda ve –le dijo el rubio.

Cuando el alto salió de la habitación, un recuerdo regresó a su mente. Tenía que preguntárselo, aunque no le fuera a contestar:

- Hyung –lo llamó indeciso.
- Dime –lo miró atento.
- Tú… ¿sabías lo de la beca? ¿sabías que mi hermano estaba trabajando?

El mayor abrió los ojos sorprendido. Lo había cogido por sorpresa. ¿Cómo se había enterado?

- ¿Cómo lo sabes?
- El director me lo contó todo –susurró, su mirada estaba pérdida en algún punto de la sábana.
- Kai yo…
- En serio que no lo entiendo… -sus ojos se cristalizaron- ¿seré tan tonto como para no ver las cosas más simples? –sus lágrimas fueron liberadas- yo solo quiero… –sollozaba.

El rubio intentaba por todos los medios no acompañarlo en el llanto. Le daba mucho pena verlo de esa manera, pero eran los asuntos de su amigo, ¿qué iba a hacer?

- ¿Qué quieres, pequeño? –lo abrazó atrayéndolo a su pecho.
- Quiero que mi hermano regrese…
- Kai…yo sé que pronto volverá a ser como lo era antes, no te preocupes –le acariciaba la espalda suavemente.

Después de un par de minutos, Minho volvió con algo de comida para el pequeño. Obligado por Key, el menor comió y poco a poco se fue tranquilizando:

- Esta tarde voy a ir a ver a Onew al hospital, ¿tú ya fuiste? Se supone que debías estar en clase y estabas por aquí –lo miró de reojo.
- Lo siento –sonrió apenado- le pedí permiso al director para salir y fui a verlo.
- Bueno, eso ya es otra cosa, pensé que te habías escapado.


Estuvieron un buen rato conversando y después salieron del lugar. Acompañaron al menor y ellos siguieron su camino:

- ¿Y Jonghyun? –le preguntó extrañado de no verlo con él.
- Me dijo que tenía que irse a ayudar a la madre en la cafetería –le informó el rubio.
- Hoy debe ser uno de esos días en lo que la gente se pone de acuerdo para ir todos juntos a la vez.
- Voy a ir a buscarlo, me dijo que a esta hora estaría libre, ¿vienes?

El alto miró su reloj:

- Está bien.

Los dos jóvenes caminaron rumbo al local, encontrándose con el moreno limpiando las mesas:

- Amor –lo abrazó por detrás en cuanto lo vio.

Jonghyun que no se lo esperaba, dio un pequeño brinco por el susto. Ante ello, el rubio rió:

- ¿Tan feo soy? –dijo posicionándose en frente de él.
- Nunca, eres hermoso, pero no te esperaba, me cogiste de sorpresa –lo abrazó por la cintura.
- Te veías muy encantador limpiando las mesas –le dio un pequeño beso en sus labios.
- ¿Sí? –le sonrió divertido.

Su novio asintió:

- Mucho, Jjongie –ronroneó a un milímetro se sus labios.

El moreno acortó la pequeña distancia que los separaba, fundiéndose en un profundo y dulce beso con su amor. Cuando el oxígeno tocó a la puerta, se separaron dejándose cortos besos y una sonrisa que demostraba cuan enamorados estaban:

- Hola chicos –saludó Minho- estoy aquí, me alegro de ver que os queréis tanto –dijo irónico.
- Hola amigo –le sonrió Jonghyun divertido.
- Ah, pensaba yo.
- No sabía que tenías tantos celos –le dio un golpecito en el brazo.
- ¿Celos? –rió- no seas tonto.
- Que evidente eres –dijo envolviendo a su novio por la cintura dejando su cabeza apoyada en su hombro.

Ante el largo suspiró que Minho dejó escapar, ambos enamorados se carcajearon. El alto volvió a mirar el reloj, ya era la hora:

- Bueno chicos, me tengo que ir. Nos vemos mañana.
- Está bien, nosotros nos vamos al hospital.
- Ya me contaréis como sigue Onew.

Ambos asintieron, viendo como su amigo se desaparecía entre la multitud de la gente.

~~~~

Después de un largo paseo llegó a su destino. Estaba seguro de que no lo dejarían entrar y el castaño tampoco querría hablar con él, pero el también podía jugar sucio. Le susurró un par de cosas al vigilante de turno y un fajo de billetes se asomó por en medio. El policía muy contento, lo dejó pasar sin problemas. Después de todo, ser rico tenía sus ventajas. Caminó hasta el número indicado por el hombre y allí lo encontró. Estaba acostado en el suelo, parecía dormido. Sonrió por su expresión. Parecía inocente y todo. Se sentó delante de los barrotes y se quedó observándolo. Le encantaba mirarlo, podía pasarse horas y horas, su rostro era hermoso.

Solo habían pasado unos minutos y se percató de que poco a poco, el castaño iba abriendo los ojos. Giró un poco su cabeza, notando la presencia de Minho:
- ¿Qué haces aquí?
- Vengo a verte –le dijo de la forma más natural posible.
- Pues yo no quiero, vete.

Taemin seguía tirado en el suelo, sin mover ni un músculo:

- Siempre dices lo mismo, ¿nunca quieres verme?
- No, no quiero volver a verte.
- ¿No te alegras ni siquiera un poquito?
- ¿Qué parte no entendiste de que no quiero volver a verte?
- Me da igual lo que me digas, a mi me gusta mirarte y lo seguiré haciendo.

Percatándose de lo que había dicho en voz alta, sus mejillas se sonrojaron. Suspiró aliviado de que el castaño no pudiera verlo.

~~~~

Después de que la enfermera terminara su revisión diaria, les cedió el paso a los chicos que entraban a visitarlo. Ambos se acercaron a él. Iba teniendo mejor aspecto, se notaban los cuidados, pero aún así no podía evitar pensar en cómo se sentía él, no solo el daño físico, sino lo que le oprimía el pecho. Había sido tan duro lo que había pasado y…muy valiente. No importaba si lo había hecho bien o mal, cada uno juega con las cartas que le tocan, pero su amor por él, era innegable.

Ese sentimiento le hacía mucho daño, necesitaba ser liberado, porque por mucho que lo intentara, eso de olvidar, era pura palabrería. Dirigió su mano a la mejilla de él y la acarició suavemente. De repente, los ojos de Onew empezaron a moverse, hasta que lentamente, hicieron contacto con los del rubio:

- Key…

OHHHHH MY y por dios taemin ya di que amas a minho por favoooorrr minho por dios tu sigue asi vas a ver que taemin va a ceder oh mi hermoso kai se desmayo espero que onew siga aadelante CONTYYYYYYY :MUA:

¡Hola! Vengo de nuevo sin tiempo a traerles el nuevo capi. tal vez, esperado por muchos e.e Gracias por comentar <3

PD: No me maten al final del capítulo :D yo soy así e3e


Capítulo 54:


- Onew… -un brillo en sus ojos había aparecido.
- ¿Dón-de es-toy?
- Estás en el hospital, tranquilo –le agarró la mano.
- Y… -le dolía todo- él…
- La policía se llevó a tu padre.

Soltó un suspiro:

- ¿Puedes hacerme un favor?
- Claro, dime.
- En el bolsillo de mi pantalón, hay unos papeles…necesito que se los lleves al instituto de mi hermano y se los des al director.
- Onew…sobre eso –agachó la cabeza- Kai se enfrentó a vuestro padre.

Abrió los ojos de golpe:

- ¿Cómo?
- Él, no sé cómo, pero averiguó dónde estabas y fue a ayudarte. Si no hubiese llegado a tiempo, lo hubiera matado.
- ¿¡Está bien!? ¿¡Cómo se encuentra!? –se alteró.
- Está bien, no te preocupes –le acarició la mejilla.
- Este niño…
- Es igual de idiota que tú, admítelo –le guiñó un ojo divertido.

Bufó por la declaración:

- ¿Le dijiste algo sobre aquello?

El rubio negó:

- Pero él ya lo sabe, por lo visto, se lo dijo el director.

Otro suspiro profundo:

- ¿Me harás ese favor?
- Cuenta con ello –le sonrió.
- Gracias.
- Bueno, será mejor que nos vayamos para que descanses –le besó la mejilla.
- Cuídate.
- Eso debería decirlo yo, ¿no crees? –enarcó una ceja.

El castaño soltó una pequeña carcajada:

- Adiós, Key. Jonghyun, vigílalo.
- Lo haré -contestó desde afuera tras una risita –mejórate.
- Gracias.

~~~~

- Tú, mocoso. Despierta, aquí está la cena.

El guardia abrió la reja con la llave y depositó a un lado la bandeja con la comida:

- Sería mejor que te murieras de hambre, pero son las normas –sonrió de lado- disfrútala.

Levantó un poco su vista del suelo y observó la comida que había dejado. Él lo notó. El olor era muy evidente. ¿Pensaban que era idiota e iba a caer en una trampa como esa? Resopló y volvió a apoyar su cabeza en el suelo. Se encogió del frío que llevaba sintiendo desde que había llegado y volvió a cerrar los ojos. Seguía en el mismo sitio. Tal vez, esperando un milagro o tal vez…

~~~~

El rubio terminó de recoger la mesa donde habían comido su novio y él. Insistió en que Jonghyun no lo ayudara, pues era un invitado. Se lavó las manos y después de secárselas, regresó al sillón en donde se encontraba él:

- Gracias por acompañarme –le besó en la mejilla.
- No iba a dejarte solo –lo abrazó por la cintura sentándolo encima de él.
- Me alegra que estés aquí, me haces sentirme seguro –se acercó lentamente hasta sus labios- Te amo Jonghyun –acortó la distancia besándolo tiernamente.

El moreno correspondió el dulce regalo de su novio. Mordió su labio inferior provocando que el rubio abriera la boca y aprovechando este momento, introdujo su lengua encontrándose por fin con la de él. Ambas comenzaron a jugar entre ellas como tantas otras veces habían hecho, pero de repente, el beso se volvió más necesitado aumentando el ritmo y dejando de lado la sutileza.
Key enredó sus brazos en el cuello del moreno profundizando el beso. Jonghyun recorría con total libertad la pequeña espalda de su amor y contorneaba traviesamente su cintura provocando un ligero cosquilleo en cierta zona.

Seguían besándose pasionalmente hasta que el moreno escurrió sus manos por debajo de la camisa del rubio, pero enseguida se percató de que su novio se había tensado y había cortado el beso. Estaba rígido, con la mirada perdida. Jonghyun lo envolvió entre sus brazos y lo atrajo a su pecho fuertemente:

- No te preocupes, no haré nada que tú no quieras –le besó la coronilla.
- Jjong… –susurró. Las lágrimas salían a saludar- lo siento…
- Shhh…no te disculpes. No es fácil lo que has pasado, es normal –le acariciaba la espalda, calmándolo.
- Yo quiero, porque eres la persona a la que amo, pero… en serio que no puedo –sollozó.
- Amor –le elevó el rostro sonriéndole- yo también te amo y eres una persona muy importante para mí, por eso no quiero lastimarte. No hay prisa, lo haremos cuando tú te sientas preparado –le depositó un tierno beso en sus labios.

Su corazón comenzó a latir fuertemente por la persona que lo miraba, ¿podía acaso quererlo más? Era perfecto y lo mejor de todo era que estaba con él:

- Gracias Jjongie, te amo demasiado –lo abrazó más fuerte.
- Yo más, mi vida –le besó la frente- ¿vamos a la cama?

El rubio asintió. Ambos se levantaron y abandonaron el salón, apagando todas las luces a su paso. Ingresaron en el cuarto y tras revisar sus móviles, se acostaron, como era habitual en ellos, abrazados. Amaban el calor reconfortante que se generaba entre ellos, como sus corazones se sintonizaban en un único latido, sentirse cerca, sentir la respiración del otro, simplemente… amaban amarse.

~~~~

Gracias a las cortinas, los tempranos rayos del sol no iluminaban la habitación haciendo más ameno el sueño, pero que pronto fue interrumpido por el ruido de la puerta:

- Hijo, despierta o llegarás tarde –dijo corriendo las cortinas.

La luz entró de lleno en la habitación, despertándolo por completo. Frunció el ceño cansado y sin dirigirle la mirada cogió su ropa y se fue a bañar. Cuanto menos tiempo con esa gente mejor. Su madre suspiró tristemente, desde aquel incidente con su padre, no había vuelto a hablar con Minho. No supo cómo reaccionar, todo fue tan de repente que todavía no lo digería. No entendía en extraño comportamiento que su marido llevaba mostrando desde que había empezado aquel nuevo proyecto, pero desde luego, la estaba asustando.

Desde el pasillo, observó como su hijo se había terminado de arreglar y bajó las grandes escaleras, oyéndose segundos después la puerta de entrada cerrarse. Lo estaba perdiendo, estaba perdiendo a su hijo.

~~~~

Cuando la profesora entró, todos los alumnos prestaron atención y se sentaron en su sitio:

- Chicos, la clase de hoy será práctica.

Todos se extrañaron ante la declaración, pero se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la sala de presentaciones. La profesora acudió al mismo lugar y volvió a ponerse delante para dar las explicaciones:
- Quiero que se distribuyan en grupos de tres y me toquen estos pentagramas que les estoy repartiendo y señalen que compases hay que variar según la melodía del instrumento para que suene agudo.

Todos los alumnos se agruparon quedando ellos tres sentados en el piano:

- ¿Comenzamos? –preguntó el moreno.

Los dos restantes asintieron. Mientras ella se concentraba en unos papeles ajenos a lo que parecía ser la clase, todos trabajaban sin elevar la voz, solo oyendo las notas que producían:

- Creo que deberíamos subirle un tono a esta nota –propuso el alto.
- Sí, estoy de acuerdo –asintió el rubio.
- Probemos a ver –dijo el moreno empezando a tocar el compás- sí, estás en lo cierto Minho.
- Bueno, primer cambio hecho –sonrió satisfecho el rubio.


Cuando todo el mundo terminó la hoja de ejercicios que les había entregado, volvió a sacar más y más sin parar, oyéndose quejas como eco. Así se pasaron todo el día de clase. Ella parecía ida y se notaba a la legua que había hecho eso para mantenerlos ocupados. Él lo sabía, Minho la comprendía. Sabía su razón y es que era difícil evitar pensar en ello.

Las clases dieron a su fin, dejándolo cansado, pero tampoco se quejaban, había sido práctica y no teórica. Compensaba demasiado:

- Mi madre me acaba de avisar, dice que nos invita a comer.
- Lo siento Jjong, yo no puedo –se disculpó el alto- me tengo que ir, adiós.
- Lo noto más raro de lo normal, ¿o soy yo? –ladeó la cabeza el rubio.
- Se llama Taemin, su problema –suspiró.
- ¿Va a ir a la cárcel?
- Probablemente no sea la primera.
- Pero…
- Le gusta. Le gusta mucho, pero él aún no lo sabe.
- Es…complicado, no sé cómo definiría a Taemin, pero presiento que es un chico que esconde algo.
- Sí, es muy misterioso.
- Bueno, ¿vamos a comer? –dijo cambiando de tema- me muero de hambre.

El moreno rió:

- Vamos –dijo tomándolo de la mano.

~~~~

- ¡Jong In!
- ¡¿Qué?!
- ¡No me grites! Te llevo llamando desde hace diez minutos quieres bajar de las nubes y venir aquí a ayudarme.

Kai suspiró:

- Ya voy… omma

Sin ningunas ganas, el menor bajó hasta el salón:

- ¿Dónde estás? –cuestionó buscándola con la vista.
- Aquí –vio un brazo de entre la multitud de cosas regadas por el comedor.
- ¿Qué haces? –se extraño.
- Estoy haciendo limpieza, ven ayúdame –le indicó.
- ¿Qué quieres que haga? –se acercó.
- Vete cogiendo esa caja y revísala. Si no es de utilidad, ponlo en aquella bolsa.
- ¿Y cómo sé yo que no es de utilidad?
- Hijo, usa tu criterio, no puedo estar en todo.
- Bueno, después no te quejes de que no encuentras algo –resopló sentándose en el sillón.

Comenzó a desempaquetar la caja, sacando millones de cosas que inexplicablemente cabían ahí dentro. Ante su ojos, aquello era inservible, pero tampoco estaba seguro de que su madre no lo quisiera. Esto iba a ser difícil:

- ¿Qué es esto? –susurró para sí mismo cuando vio un pequeño libro en el fondo de la caja.

Extendió la mano agarrándolo y sin reparos, lo abrió. Era un viejo álbum de fotos. Empezó a pasar las páginas y una sonrisa se le formó en el rostro. Había un montón de fotos de él y de su hermano…estaban juntos, sonriendo, jugando, disfrazados, en la playa, en el parque, también había de sus cumpleaños…muchos recuerdos que empezaron a agolparse en su mente y las lágrimas no tardaron en salir. No podía evitarlo, todos aquellos recuerdos que ahora le parecían muy lejanos, le hacían sonreír, pero no sabía si era de felicidad por aquellos momentos vividos o de tristeza porque los echaba de menos:

- Kai, ¿qué te pasa? –su madre lo miró preocupada.
- Nada omma… -se limpió con el antebrazo.

Su madre sonrió enternecida:
- Ven aquí mi niño –se sentó con él y lo abrazó- ¿esto es lo que te hace llorar? – señaló la foto.

En la imagen, aparecía Onew sentado en el césped y él se sujetaba a su cuello por detrás. Ambos sonreían, eran felices entonces.

- ¿Lo echas de menos?

El menor intensificó el llanto siendo abrazado por su madre:

- No llores cariño –le acariciaba la espalda suavemente.
- Om-ma… -sollozó- cuando él se fue, ¿tú no lo echaste de menos?
- Por supuesto que sí –empezaba a ponerse nostálgica ella también- pero fueran cual fueran sus motivos, yo los respeté, me gustasen o no. Después de todo él era mayor, era libre hacer lo que quisiera.
- ¿Alguna vez te dijo algo?
- No, tú sabes que después de aquello, nunca volvió. Yo tampoco lo entiendo, pero bueno –el silencio reinó unos segundos- Venga espabílate –le dio unas palmaditas en el hombro- hay mucho que hacer.

Ambos se pasaron toda la tarde organizando todas las cosas que viejas que no se llegaron a sacar después de la mudanza. Esa tarde recordaron muchas cosas y se rieron de otras pocas. Uno no se imagina lo que tiene guardado hasta que lo saca:

- Voy a hacer la cena, ve a bañarte.
- No tardes, tengo mucha hambre –le rugió el estómago provocando risas.

Subió a su habitación y se dirigió a coger la ropa. Justo cuando iba a salir, le vibró el móvil. Curioso, lo revisó. Era un mensaje de Key:

- Tu hermano ya despertó, deberías ir a verlo.

Abrió los ojos de golpe, ¿ya había despertado? Soltó la ropa encima de la cama, cogió una chaqueta y las llaves junto con el móvil y salió disparado:

- ¿A dónde vas? –preguntó la madre por su velocidad.
- Lo siento omma, hay algo importante que debo hacer.
- Pero es un poco tarde –se preocupó.
- Adiós.

No había caso. Ya se había ido.

~~~~

Salió corriendo con un único objetivo. El hospital. Quería verlo, saber cómo estaba y sobre todo, quería aclarar muchas cosas. Llegó con rapidez y sin necesidad de preguntar por la habitación, subió y recorrió los pasillos, parándose por fin, delante de esa puerta. Estaba nervioso, no sabía cómo iba a reaccionar. Apoyó su mano en la puerta y empujándola levemente, pudo visualizarlo. Estaba sentado en la camilla, mirando hacia la ventana y se podían notar los vendajes en su abdomen que antes ocultaba. Tragó saliva fuertemente y se adentró en el lugar, cerrando la puerta tras de sí. Avanzó unos pasos:

- Hyung… -susurró.

Inmediatamente lo reconoció:

- Kai –sonó serio.
- ¿Cómo estás?
- Pues la verdad, no sé qué decirte –sonrió de lado.
- Hyung, yo…
- ¿Por qué fuiste?
- ¿Eh?
- ¿Por qué entraste a aquella casa? No era de tu incumbencia.
- ¿Cómo puedes decir eso?
- No te metas más.
- ¿Por qué…? ¡Explícame por qué! –sus palabras le volvían a atravesar el alma, como la otra vez.
- No hay nada que explicar.

El menor estaba lleno de rabia, frustración, tristeza, dolor y él parecía no darse cuenta, porque seguía lastimándolo. Dio la vuelta a la cama y se posicionó delante de él:

- ¿Por qué fuiste allí? –le recriminó ahora el menor.
- Eso son cosas mías.
- ¡No lo son! ¡Maldita sea! ¿Por qué siempre actúas de esa manera? Nunca me dices las cosas y siempre me mientes, ¿por qué? –las lágrimas volvía a su rostro, pero el mayor se rehusaba a mirarlo, sabía que si lo hacía, no resistiría- ¿no te das cuenta? Soy tu hermano, ¿acaso no te importo?
- …
- Lo entiendo. Si no te importo, entonces, ¿por qué haces todas esas cosas por mí? Si no te importara, no las harías. No te entiendo –sollozó- si nunca me quisiste, ¿por qué entonces fingiste ser mi hermano mayor? ¿Qué hice yo para que me hicieras eso? ¿Acaso me lo merecía? ¡Explícame! Sí hice algo mal, dímelo, por favor.
- Cállate…Kai –el nudo que se le formaba en la garganta también le comprimía el pecho.
- Yo te creí, cuando decías que me querías. Yo te creí cuando jugábamos juntos y me dijiste que te encantaba estar conmigo, creí que siempre ibas a estar conmigo, que íbamos a crecer juntos, que nunca nos separaríamos. Yo te creí cuando dijiste que me protegerías –las lágrimas caían abundantes de sus ojos- pero todo era mentira, después de que nos fuéramos, intenté odiarte, me repetía muchas veces en mi cabeza que debía sacarte de mis pensamientos, de mi vida, de mi corazón. Me hiciste mucho daño, me rompiste el corazón en mil pedazos, me desvelaste muchas noches, dejé de comer por tú culpa, dejé de confiar en las personas por tú culpa, en ocasiones deseaba que todo hubiera sido una pesadilla y que nada hubiese sido real…miles de lágrimas derramadas por mi hermano mayor. Ojalá no lo fueras –sentenció- ¿pero sabes una cosa? A pesar del daño que me hiciste, nunca puede odiarte, nunca pude olvidarte, tampoco pude sacarte de mi mente…nunca pude borrarte de mi corazón y eso fue lo que más me dolió… estar enamorado de ti.

SI,SI,SI,SI,SI,SSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII ........salte y casi lloro........ todos me miraron raro como cuando anota un gol el equipo contrario y un loco salta a celebrar pero siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii hasta se ma salió una lagrima lo juro.... no me alegra lo de Tae pero no puedo de la emoción por lo de Kai el es bello, hermoso ....hay Onew yo te mato como lo sigas tratando mal OMO que alegria de saber que lo ama lo ama siiiiiiiiiii ah que alegria

HURRA BANZAU Hasta que le dijo a ver si onew ya no es tan idiota como para dejarlo ir, y mi tae pobeshito sufriendo :>_< conty

OH POR DIOS KAII que inche viejo
tan atrevido al decirle eso a su
hermano POR DIOS ¿cómo va a reaccionar?
AHHH ¿lo abrazará? o que demonios hará? 

AHHH Estaré esperando conti :3

¡YAAAAAAAAAH! ¿Que haces? Ya tengo otra pareja mas para soñar y soñar TT TT El Onkai es tan raro y caguai (?) 
Juro que hasta a mi me han dado ganas de maldecir en esa parte final, es que, mierda, o se lo decia o se lo decia. O si no, habia que hacer un complot y dejarle sin pollo por un mes a ver si RE-CA-PA-CI-TA e.e. 

Ya, ando ghei, asi que te amo xD 

Nos leemos~

¡Hola! Aquí ya es tarde así que les dejo rápido el capi y me voy a planchar la oreja ~~ Gracias por comentar, entre hoy y mañana intentaré responder los comentarios <33

Capítulo 55:


Abrió los ojos enormemente al escuchar esa declaración, pero aún mantenía la cabeza agachada. ¿Su hermano estaba enamorado de él? Su corazón comenzó a golpear fuertemente. Le había hecho mucho daño a la persona que amaba separándose y resultaba ser que él sentía lo mismo. ¿Qué debía hacer? Quería llorar, tal vez por el dolor causado, pero ese amor, no podía ser…

- Yo también quisiera que no fueses mi hermano.

No podía creerlo, ¿solo le iba a decir eso? ¿Qué no lo quería de nuevo? ¿Qué renegaba de él? Estaba harto, no quería sufrir más. Se limpió las lágrimas con el antebrazo y puso rumbo hacia la puerta:

- Porque…yo también me enamoré de ti –levantó el rostro hacia la ventana, perdido.

El menor se detuvo en seco. ¿Realmente había dicho eso? No tenía sentido, nada encajaba. Su hermano estaba…Se giró mirándolo a él, aunque estaba de espaldas:

- Pero…n-
- ¡No! –sus lágrimas brotaba de nuevo.

Dio la vuelta y se puso enfrente de él:

- No lo digas –sollozaba dolorosamente.
- Kai…esto no está bien.
- Cálla-te.

Él ya sabía que estaba mal, que no era aceptado, que era impensable…después de todo, eran hermanos:

- Lo entiendes, ¿verdad? –debía resistir, no podía derrumbarse.
- ¿Y qué voy a hacer? ¿Qué haré con esto? Me duele mucho –llevó su mano hasta el pecho- yo no pude elegir de quien enamorarme, no puedo cambiarlo, ¿¡Qué haré entonces!?

Lo había intentado todo para olvidarlo, para convencerse de que estaba mal, no era moral, pero no pudo, ese sentimiento lo llevaba impregnado en el corazón. El mismo dolor, el mismo problema, pero él tampoco podía hacer nada. No lo había elegido, y tampoco podía cambiarlo, su corazón solo veía a ese pequeño que lloraba enfrente suya, a su pequeño…

- Irremediablemente me enamoré de mi hermano menor, si no podemos cambiarlo, no podemos hacer otra cosa –se levantó lentamente de la camilla- solo nos queda…aceptarlo.
- Hyung… -lo miró a los ojos.
- Ha pasado mucho tiempo, Kai –le dijo con una amplia sonrisa en su rostro.

El menor sonrió feliz, su hyung le había vuelto a sonreír. Lo había echado mucho de menos. Se abalanzó a él y lo abrazó fuertemente. El mayor lo envolvió en sus brazos, como hacía tiempo atrás lo había hecho:

- Perdóname –le susurró al oído.

El menor negó:

- Tú también debiste haber sufrido, así que no hay nada que perdonar –le sonrió.

El mayor le acarició con ternura la mejilla mirándolo fijamente:

- ¿Qu-é? –se sonrojó.
- Te amo –susurró.
- Yo también.

El menor se acercó lentamente al rostro de su hermano:

- Hyung…bésame –le susurró sobre sus labios.

El mayor sonrió y acortó la pequeña distancia que el menor había dejado. Su anhelado deseo se había cumplido. Hacía mucho tiempo que había querido hacer eso y ahora, besaba esos labios que de pequeño lo provocaban inocentemente. Eran tal y como los recordaba, suaves, cálidos… le encantaban.
Mordió levemente su labio inferior rogando por el paso y este, sin dudarlo se lo concedió. Sus lenguas por primera y deseosa vez se encontraron congeniando enseguida y comenzando a danzar entre ellas. Ya no entendían de razones, simplemente se amaban. El menor enrolló sus manos en el cuello del mayor y este rodeó la cintura del moreno, profundizando el beso…incrementando más ese sentimiento prohibido. El oxigeno no dudó en intervenir, separándolos.

Se miraron ambos a los ojos y sonrieron como tontos. Kai volvió a abrazarlo:

- Gracias hyung –dijo en voz baja.
- A ti, mi pequeño.
- No me dejes más –dijo en tono de ruego- por favor.
- Nunca, nunca más te dejaré de ahora en adelante. Siempre estaré contigo. Te lo prometo.  

El menor le sonrió, separándose:

- Ahora debes descansar mucho.
- Sí, en verdad me duele todo –suspiró.
- Tienes que acostarte, venga –apoyó sus manos en los hombros de él y lo giró delicadamente.

El menor lo ayudó a recostarse y lo tapó con la sábana. El castaño se veía realmente cansado. El menor se sentó en una silla cerca de la camilla:

- Será mejor que llames a omma para que te venga a buscar, ya es muy tarde.
- No me quiero ir hyung, quiero quedarme contigo.

Onew sonrió y alargó su mano para entrelazarla con la del pequeño:

- Mañana tienes clase y tienes que descansar.
- Da igual lo que me digas, me quedaré aquí. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez, no me harás cambiar de opinión.
- Tan cabezota como siempre –rió.
- Claro, por algo nos parecemos –le guiñó un ojo.
- Ay Kai… -suspiró mirando al techo.
- ¿Qué?
- Nada –le sonrió ampliamente.

Este se sonrojó, le encantaba que le sonriera:

- Si te vas a quedar, por lo menos avísalos.
- Está bien.

Sin soltarle la mano a su hermano, sacó el móvil e hizo la tarea indicada:

- Bien, ahora será mejor que te duermas.
- ¿No se supone que el herido eres tú?
- ¿Quién es el pequeño?
- No vale, te pregunté yo primero –hizo un puchero.
- Shhh, a dormir que ya es tarde.

El joven bostezó sin poder evitarlo y el mayor rió:
- Está bien hyung….
- Buenas noches pequeño –le despeinó los cabellos.

El menor se levantó levemente y depositó un tímido beso en los labios del castaño, provocando que se sonrojara:

- Buenas noches –le sonrió.

Apoyó el otro brazo en la camilla y recostó su cabeza. Cerró los ojos y con un nuevo sentimiento, cayó en el profundo sueño. Él se quedó observándolo. Tenía razón había pasado mucho tiempo, habían cambiado. Todo había cambiado. Quizá ahora…para mejor.

~~~~

Allí estaba otra vez esa persona que ocupaba sus pensamientos. Haciendo uso del mismo truco, había conseguido pasar:

- Hola –le dijo simplemente.

El castaño abrió los ojos poco a poco, reconociendo sin duda alguna esa voz. Estaba grabada en su mente, la única voz que no le daba alergia escuchar en ese lugar:

- Otra vez.

El alto se sentó en el suelo de frente a la celda. Observando como él permanecía en el suelo, en el mismo lugar, acaso… ¿no se había movido? Dirigió su vista a la derecha y visualizó una bandeja con comida:

- ¿Has estado sin comer?
- ¿A ti que te importa?
- Taemin…
- Déjame.

Aunque no lo pareciera, se había percatado de su tono débil, apagado. No podía ver su rostro pues estaba acostado y solo veía sus cabellos, pero parecía que su tono de piel estaba un poco pálido, o tal vez era por la poca luminosidad del lugar:

- ¿Te sientes solo?
- ¿Y tú Minho? ¿Te sientes solo?

El nombrado sonrió:

- Ahora mismo no.
- Esa no es la respuesta –sentenció él.
- Tú tampoco contestaste –suspiró- ¿por qué siempre evades las preguntas?
- ¿Por qué siempre me preguntas?
- Lo has vuelto a hacer –sonrió de lado.
- Tú también.
- Así es imposible Tae.
- Nadie dijo que fuera fácil y te advertí de que no lo intentaras.
- ¿Siempre tienes tan mal humor?
- Tú me pones de mal humor.
- ¿Por qué?
- Porque te metes en mi vida.
- ¿Tanto te molesto?
- Sí.
- ¿Hablas en serio?
- Sí.
- ¿Entonces me voy?

Él se quedó callado. Era una pregunta interesante, ¿quién debía contestar? ¿Su cerebro o su corazón? ¿A quién hacerle caso? ¿Qué quería realmente? Era verdad que se sentía solo, pero… era un sentimiento tan persistente en su vida que apenas ya podía distinguir si se trataba de soledad lo que sentía o solo su estado normal. Este chico lo confundía:

- Como quieras.
- Entonces si me quedo, no me eches.
- ¿No tienes más cosas interesantes que hacer?
- No, prefiero estar aquí que en mi casa.
- Eso es fácil decirlo cuando estás fuera de aquí.
- Yo prometí que te sacaría y lo haré, aún no se cómo, pero lo hare.
- No lo conseguirás.
- ¿Y si lo consigo?
- No creo.
- ¿Pero y si sí? ¿Me darías algo a cambio?
- Peligro te daría.
- No está mal –rió divertido.
- Eres un idiota.
- Ya me lo has dicho.
- Es que no paras de recordármelo.
- Me respondes a una pregunta.
- ¿Qué?
- Si consigo sacarte, me respondes una pregunta.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque no, no insistas.
- Cobarde.
- Llámame lo que quieras.
- No apuestas porque sabes que lo conseguiré.
- No creas.
- Entonces acepta –sonrió con confianza.
- Está bien, trato hecho.

El alto se alegró:

- Pero quiero que sepas que no voy a sacarte porque quiero que me respondas algo, lo hubiera hecho aunque hubieras dicho que no.
- Idiota.
- Lo sé –rió- bueno, me tengo que ir. Ya nos veremos.
- Adiós.

Podría pedir que lo encerraran solo para estar con él, solo quería…estar con él.

~~~~

Subió las escaleras hacia su casa antes de abrir la cafetería. Entró tranquilamente y atravesó el salón hacia el nido de amor de su hijo. Abrió la puerta nublándose todo. Tanteó el interruptor y encendió la luz:

- Chicos, arriba. El desayuno está abajo puesto, daos prisa o llegaréis tarde.

Ayer se habían quedado a almorzar y al parecer fue para largo y acabaron durmiéndose en la cama. El rubio se desperezó lentamente. Abrió los ojos encontrándose a su novio totalmente dormido sin haberse inmutado. Olvidaba que tenía el sueño pesado. Miró detenidamente cada rasgo de su apacible rostro. Era perfecto:

- Amor –le acarició la mejilla- despierta –le susurró.
- Mmm –gruñó.

Key se acercó y le besó tiernamente en los labios y este, al segundo, correspondió:

- Ahora si te despertaste, ¿eh?
- No hay nada mejor que los buenos días de tu novio –le dejó un corto beso rápido- vamos –rió.

~~~~

Unos pasos resonaban en todo el pasillo temprano por la mañana. ¿Quién tenía ganas de hacer ruido tan temprano? Siguió haciendo ruido hasta que se paró en su celda:

- Tú, levántate. Hoy va a ser un día divertido para ti.

¿Lo iba a hacer levantarse? Resopló pesadamente y a duras penas, logró ponerse en pie. Fue esposado de nuevo y sacado del lugar. Recorrieron infinitas puertas y esquinas. Ya empezaba a cansarse de estar de pie. Su cuerpo no aguantaba, estaba débil:

- Te lo pasarás bien –escupió sarcasmo.

Elevó la mirada hacia la pequeña placa vieja que adornaba la puerta:

- Sala de tortura.

 :POW:   OMO mi pobre Tae no quiero que sufra ojala Minho logre sacarlo pronto....... lo van a torturar más ?
por lo menos no deja de visitarlo y aunque no lo admita lo disfruta, escuchar su voz aún en ese lugar debe consolarlo :minhcute: 
BONITO la reconciliación del Onew y Kai ya se lo merecian yni que decir del Jongkey quien tiene una madre así que deja que duermas con tu novio :Waa: 

:Waa: OMOMOMOMO ¡por que??? que le haran a mi taemin NOOO minho a ver a que horas vienes joder por favor  deja de hacerlo sufrir de esa manera me pregunto que le pedire minho  :eaea:  contyy

woaaaaaaaaaaaaaaaa nooo Tae!!! que te haran!! D: woooo esta demasiado buena !!! contiiiii *-*

¡Hi! ^^ Bueno como siempre mi falta de tiempo y yo les dejamos el nuevo cap :3 Gracias por comentar y como siempre digo, amo vuestros comentarios y me animan mucho. Sin más, les dejo leer <33




Capítulo 56:


A lo lejos oía unas voces muy familiares y una cálida mano le acariciaba la frente. Lentamente abrió los ojos encontrándose con el rostro de su madre:

- Buenos días hijo, ¿cómo estás? –le sonreía.
- Omma…
- Tu hermano me lo explicó todo no te preocupes.

El joven soltó un profundo suspiro:

- Fuiste muy valiente.
- Tal vez –agachó la mirada.
- Lo eres –le elevó el rostro.
- Pero también cometí errores.
- Todos tenemos nuestros motivos para actuar de una manera, nadie te puede negar eso. Consideraste que era lo más conveniente y lo hiciste, nadie puede juzgarte. Aún desconozco tus verdaderos motivos, pero hagas lo que hagas, eres mi hijo y yo siempre te querré –se acercó besándole dulcemente la frente.
- Gracias omma –la abrazó fuertemente.

Ella le correspondió:

- Lo que más me alegra es que por fin hayas arreglado las cosas con tu hermano. Ahora vuelve a ser el de antes.
- Yo también estoy feliz por ello –sonrió nostálgico- por cierto, ¿dónde está?
- Está en el baño poniéndose el uniforme, se lo he traído directamente ya que si no, llegaría tarde.
- Buena idea –rió.
- ¿Cuándo salga puedes decirle que lo espero abajo? Tengo que arreglar unas cosas tuyas con la recepcionista.
- Claro, yo se lo digo.
- Gracias y me alegro de que todo se haya resuelto.
- Gracias por visitarme omma –le sonrió- te echaba de menos –dijo feliz.
- Y yo hijo mío –lo abrazó- mucho.

Cuando su madre abandonó la sala, se quedó pensativo durante unos segundos, con la mirada perdida en la puerta dónde el pequeño se cambiaba. Todo se había resuelto…parecía ser cierto, pero… ¿qué pasaría con la relación de ellos? La verdad es que estaba tan feliz que no quería pararse a pensar en eso. De repente, su precioso hermano abrió la puerta encontrándose directamente con sus profundos ojos. Sus miradas hablaban por sí solas. El menor se sonrojó. ¿Cómo no amar al hermoso ser que tenía delante? Sonrió enamorado:

- Anda, date prisa o llegarás tarde.

El menor salió del trance y se apresuró en terminar de recoger:

- ¿Y omma? –preguntó recogiendo la ropa del suelo.
- Te está esperando abajo.

El mayor se fijó en como el pequeño tenía la corbata metida en el bolsillo de atrás del pantalón. ¿Sería posible? Cuando el menor terminó de recoger todo, se levantó y se paró enfrente de él:

- ¿Qué pasa hyung?

El castaño deslizó su mano hasta su bolsillo trasero y sacó la prenda. La estiró correctamente y se la pasó por el cuello. A paso lento comenzó a hacerle el nudo bajo la atenta y tímida mirada del menor. Cuando finalizó, le estiró la camiseta y le besó suavemente en los labios:

- ¿Aprendiste? –le sonrió.
- Si te digo que no, ¿lo harías de nuevo?
- ¿El nudo o el beso?

El menor sonrió y se acercó atrapando los labios del mayor. Se movió parsimoniosamente sobre ellos, disfrutando su dulce sabor y pronto se encontró jugando con su lengua. El mayor rodeó su cintura reduciendo el espacio entre ellos. El calor se empezaba a sentir en sus cuerpos y el deseo provocó que se intensificara el beso. El castaño comenzó a acariciar su espalda, bajando traviesamente hasta su trasero, apretándolo. Kai, al notarlo, soltó un pequeño gemido en la boca de su hermano, provocando que este se excitara y sonriera de lado:

- Hyung…te odio –dijo separándose sofocado.
- ¿Por qué? –sonrió pícaro.
- Porque me tengo que ir ya y me haces esto –hizo un mohín.
- A mí también me gustaría acabar lo que empecé, pero tu deber es ir a clase. Venga, corre.
- No es justo –cogió sus cosas.
- No hay nada justo, pequeño.

El moreno le sacó la lengua mientras era acompañado por su hermano a la puerta de la habitación:

- Adiós, pórtate bien.
- No soy un niño pequeño.
- Para mí siempre lo serás.

El menor miró para todos lados del pasillo encontrándose solos allí. Se acercó de nuevo a su hermano besándole suavemente, o eso parecía, cuando sintió una mordida en su labio inferior y como la escurridiza mano de su pequeño hermano le había acariciado su ya despierto miembro:

- Listillo –le sonrió de lado.
- Se llama venganza –le guiñó un ojo.
- Aprendes rápido.
- Siempre –sonrió inocente.
- Ten cuidado anda –le dijo cuando ya se estaba alejando.
- Cuídate hyung –agitó su mano despidiéndose.

~~~~

Otra mañana más, pesada y aburrida. Miró su reloj quedando solo dos minutos para la tan ansiada salida. Miró de nuevo…un minuto…medio…

- Por fin –gritó mentalmente.

Recogió sus cosas con rapidez y salió del lugar, acompañado de su querido novio:

- Tengo que ir al instituto de Kai a llevar estos papeles –suspiró- así que me voy en la otra dirección.
- Yo te acompaño –no confiaba en la gente y menos cuando se trataba de su amor.
- No hace falta, de verdad. Ve a descansar.
- Shhh –le cayó apoyando su dedo índice sobre sus labios- descansaremos juntos cuando terminemos –le sonrió.
- Está bien –le mordió el dedo provocando una mueca del otro.

El rubio le besó en la mejilla y lo cogió de la mano encaminándose hacia el lugar citado.

~~~~

Soltó un largo suspiro. Hoy tenía que quedarse para acabar el trabajo que les habían mandado. Que injusticia. Tenía muchas ganas de ver a su hermano. Con solo recordarlo, le llenaba de fuerzas. Sonrió feliz y se dirigió con el resto de los compañeros a la biblioteca. Terminaría lo antes posible para ir a verlo:

- ¿Lo encontraste? –le preguntó el profesor a cargo.
- No, no sé dónde podrá estar.

Hacía rato que estaba buscando un libro con la información que necesitaba, pero no daba con él:

- Vete a ver si está en clase por casualidad –le indicó revisando con la mirada.
- Vale –respondió y salió del lugar.

Volvió sobre sus pasos de antes y regresó a la clase. Comenzó a registrar las estanterías una por una hasta que finalmente lo encontró. Se encaminó de nuevo hacia la biblioteca escuchando una voz conocida. Miró para todos lados, pero no encontró al dueño. Era extraño, le sonaba muy familiar. Siguió caminando y cuando dobló la esquina se tropezó con él:

- ¿Key hyung? ¿Qué haces aquí? –se extrañó.
- Hola Kai –le sonrió- cumplo un encargo de tu hermano.
- ¿El qué? –se sorprendió.
- Nada, nada. Tú a lo tuyo. ¿Qué estás haciendo todavía aquí?
- Estamos terminando un trabajo –suspiró cansado.
- Entiendo, debes de estar casado.
- Sí, mucho.
- Pero… -se acercó a él entrecerrando los ojos.
- ¿Qu-é? –se alejó nervioso.
- Se te nota, estás contento.
- ¿Cómo?
- ¿Qué te pasó para que estés así?

Lo había pillado. Ya no podía negarlo, el rubio siempre había sido un detector y nunca fallaba. El menor sonrió:

- Mi hermano y yo nos hemos arreglado.
- ¿En serio? –sonrió feliz.

Él asintió y el rubio se lanzó a abrazarlo. Kai le correspondió feliz:

- Y…nos besamos –le susurró al oído.
- Ya era hora –le contestó de la misma forma.

El menor se sonrojó:

- ¿Tú lo sabías?
- Siempre tuve mi ligera sospecha de que había algo más entre ustedes dos. Poco a poco se fue confirmando –rió.
- No sé cómo te las arreglas que siempre lo sabes todo –infló sus mofletes.
- Yo también me lo pregunto –estalló en carcajadas- y bueno, cuéntame, entonces… ¿sois novios?

El menor se quedó pensativo. Esa pregunta lo había cogido por sorpresa, pero tenía algo de razón… ¿Qué eran ellos? ¿Solo hermanos? Los hermanos no se enamoran, pero, ¿y entonces?

El menor encogió los hombros:

- Hay que ver con ustedes, ¿eh? –negó con la cabeza- miren a ver, estas cosas no se dejan así.
- Realmente no sé –se rascó la nuca.
- Bueno pequeño, no pienses en ello ahora, ¿sí?
- Está bien –sonrió.
- Ya te hemos entretenido bastante, así que mejor nos vamos. No vemos –le abrazó.
- Adiós hyung, nos vemos –se despidió.

Sin prestarle más atención al asunto, regresó rápidamente a la biblioteca.

~~~~

Se sentó tranquilamente en su oficina después de estar toda la mañana trabajando fuera. Se estiró en la silla y cerró los ojos unos minutos, intentado relajarse. Pero su pequeño descanso fue interrumpido por su ayudante, quien irrumpió en la sala un poco preocupado:

- Hyung –se sentó en la silla de enfrente.
- ¿Qué…? –sonó molesto.
- Siento haberte molestado en tu descanso.
- No te preocupes, dime.
- Están torturando al chico que fuimos a ver el otro día.
- Lo encerraron sin derecho a juicio ilegalmente, no me extraña nada que lo interroguen.
- Pero hyung… si es así como usted dice, ¿por qué si es inocente, lo llevaron a la sala de tortura tres?
- ¿¡Cómo!? Eso no puede ser –se levantó bruscamente de la silla.
- Me enteré hace poco y quería decírtelo. Ese es un grado elevado de tortura, ¿por qué lo hacen? Es muy joven.

Empezó a sudar del nerviosismo. Podía morir en aquella sala. No todos salen intactos:

- ¡Tengo que detenerles! Me voy, encárgate del resto.
- Como ordenes –asintió.

Salió corriendo hacia aquel lugar que anunciaba justicia y era lo menos que hacía. Con el coche podría estar allí en diez minutos. No dudó ni un segundo y arrancó avanzando a toda velocidad. Rápidamente se bajó del coche una vez llegó y se adentró en el lugar:

- Agente Park, buenas tardes.
- Quita de en medio.

Venía hecho una furia. Se adentró por aquellos largos pasillos, doblando las esquinas correctas. Casi llegando a la puerta indicada se oyeron una gritos. Se acercó velozmente y se paró delante, intentando escuchar:

- ¡Responde de una vez niñato! –se oía una voz ronca gritar.
- ¿Por qué los mataste? –preguntaba otro más calmado.
- ¿Por qué arruinaste sus vidas?
- Bájenlo otra vez.

Al escuchar aquello, el cuerpo se le tensó completamente. Lo habían metido ahí dentro…abrió la puerta sin pestañear encontrándose aquella indeseable escena. Lo habían atado y lo estaban sumergiendo en aquel cubículo de agua, a una temperatura inhumana, casi a cinco grados. Se iba a congelar o ahogarse primero. Se quedó estático. Alzó la vista a su alrededor y las tripas se le revolvieron. El látigo, el péndulo…
Lo estaban crucificando, ¿cuántas horas llevaban así?

- ¡Paren! ¡Paren ahora mismo!
- ¿Cómo?
- Súbanlo y sáquenlo del agua.
- ¿Qué?
- ¡Ya!
- Está bien señor.

Después de dar sus órdenes, todos obedecieron subiendo al menor y sacándolo de allí. Temblaba de sobremanera. Estaba… ¿ido? Tenía los ojos abiertos, pero no miraba a nadie. Estaba muy pálido, aunque las partes de su cuerpo que dejaban ver el uso de la otra herramienta de tortura empezaban a coger un color diferente. Lo habían hecho sufrir injustamente, más todavía, más dolor. Tenía miedo de que un día su pobre niño ya no aguantara más. Quizá llegue el día en el que cierre los ojos para siempre.

Le quitaron las cadenas al chico, cogiéndolo en brazos y llevándolo de nuevo a la celda. Él no podía hacer nada más, quería llevarlo al hospital, pero no podía. Agachó la cabeza, decepcionado de sí mismo. Cogió el móvil de su bolsillo y marcó su número:

- ¿Diga? –contestó al otro lado.
- Seohyun, lo han torturado.
- ¡¿Qué?! –gritó consternada.
- Tenemos que sacarlo lo antes posible.
- Dios mío, mi pobre pequeño…
- Si seguimos así, lo perderemos para siempre.
- No por dios, no digas esas cosas.
- Si tú lo vieras…
- Tenemos que seguir investigando, debe haber alguna forma de sacarlo de ahí.
- Tiene que haberlo, pero si tampoco sabemos quién lo metió, es muy difícil.
- Siempre está el sospechoso número uno, pero me resulta raro en este momento pensar en él.
- Sí, a mi extrañamente también, es como algo muy simple y para él, sería como acabar la diversión. No lo creo la verdad.
- Tienes razón, pero nunca se puede saber lo próximo que hará –suspiró.
- Bueno, continuemos con lo nuestro. Cuanto antes lo resolvamos antes podremos sacarlo.
- Está bien –dijo decidida.
- Adiós y cuídate.
- Adiós e igualmente.

Volvió a guardar el aparato en el bolsillo y se aseguró de que nadie lo estuviera escuchando. Cogió las llaves de la sala y la cerró de nuevo, emprendiendo el paso hacia la salida:

- Lo siento Taemin…

Voy a llorar, no! como puede haber gente así?
NO, NO, NO los voy a matar! como le hacen eso a Tae, pobrecito. Pero el infierno no existe y todo lo que hagas en esta misma tierra lo pagas y esos miserables mas tarde lo van a ver.
AHHHHHHHHHHHH que rabia Minho aparece! y salvalo! PLEASE!!!

waaaaaaaaaaaaa tan corto!!" estuvo genial!!! ya quiero ver cuando minho se entere de como dejaron a tae <3 besitos y actualiza pronto :D

¡Hola! Siento la tardanza U_U Bueno aquí les traigo el siguiente cap >3< Me encantaron como siempre vuestros comentarios, muchas gracias <3 Espero que lo disfruten :3




Capítulo 57:


- Bueno joven, su madre ya ha firmado los papeles así que no hay que preocuparse de nada más. Lo único que tienes que hacer es descansar y no hacer ningún sobreesfuerzo durante tres días más, ¿entendido?

El joven asintió:

- Muchas gracias por todo –hizo una reverencia.
- No hay de qué y cuídese –le sonrió la chica.

Por fin le habían dado el alta y podría salir de allí. Se dirigió hacia la puerta siendo deslumbrado por los rayos del sol que ya casi no se veían:

- ¡Hyung! –escuchó a lo lejos.

Dirigió la vista a su costado pudiendo observar al dueño de esa voz:

- ¿Te dejaron salir? –dijo acercándose por fin, después del paseo.
- Sí –le sonrió- ¿y tú de dónde vienes? ¿Todavía con el uniforme?
- Me alegro hyung, pues acabo de salir del instituto, teníamos que terminar un trabajo así que nos tuvimos que quedar.
- Entiendo, ¿y cómo te fue?
- Bien y me encontré a Key hyung, me dijo que había ido a hacer una cosa que tú le habías pedido –ladeó un poco su cabeza- ¿Qué era?
- Pues… -dudó un poco- era los papeles que fui a buscar a casa de nuestro padre. Me hacían falta para formalizar la beca tuya.

El menor se sorprendió y agachó la cabeza, apenado:

- Kai –le alzó el rostro- no pongas esa cara –le sonrió- anda vamos.

El mayor lo agarró de la mano y comenzó a caminar hacia alguna dirección. Mientras caminaban el moreno no podía evitar sentirse mal por lo que había hecho él, se sentía culpable. Cuando se pararon levantó la mirada y observó aquel lugar que le resultaba familiar. Era el parque al que siempre lo llevaba su hermano cuando era pequeño, el parque donde jugaba con él, donde lo había protegido, el lugar que albergaba tantos recuerdos…donde sintió por primera vez que su hermano era algo más para él…

Lo guió hasta un pequeño lago, otro recuerdo más:

- Ven, agáchate –le indicó.

Le hizo caso y se arrodilló ante el agua:

- ¿Recuerdas todo lo que ha pasado en este lago? –le preguntó mirando sus reflejos en el agua cristalina.
- Creo que sí –asintió extrañado.
- ¿Qué es lo primero que recuerdas?

El moreno se quedó pensativo por un momento imitando a su hermano y dirigiendo su vista al agua:

- Cuando me tiré al agua y casi me ahogo –sonrió de lado.
- ¿Por qué fue? –sonrió por el recuerdo.
- Estaba celoso.
- ¿De qué?
- Tú te pusiste a jugar con otros niños y no me hacías caso, entonces me tiré al lago para llamar tu atención y que te preocuparas por mí.
- Podrías haber muerto.
- Lo sé, pero solo quería tu atención.
- ¿Qué más recuerdas?
- Cuando te escapaste de casa, yo te estuve buscando por todos lados a pesar de que omma me había dicho que no saliera porque no tenía edad y que me iba a castigar. Al final te encontré aquí.
- Siento eso.
- En verdad me preocupaste mucho, pensé que te irías para siempre.
- ¿Algo más?
- Mmmm….cuando nos peleamos, aunque no recuerdo por qué exactamente –frunció el ceño.

El mayor soltó una risita:

- Fue por el dinero, ambos teníamos la mitad de lo que costaba un refresco, pero no queríamos compartirlo.
- Es verdad –rió.
- ¿Ves ese brillo?
- Sí.
- Pues es ahí donde acabó el dinero.
- ¿Todavía sigue ahí? –se sorprendió.
- Sí –recordó nostálgico.
- ¿Sabes hyung? Lo más importante para mí de lo que pasó aquí –respiró hondo- fue cuando me di cuenta de que estaba enamorado de ti.

El castaño lo miró sorprendido:

- ¿Cuánto hace de eso?
- Hace años…-suspiró sonriente- yo salí corriendo del colegio, porque unos chicos de mi clase me habían estado molestando. Ellos presumían de tener novia y de haberse enamorado y me decían que me iba a quedar solo, porque no tenía ni una sola amiga, ni tampoco me relacionaba con ellas. Realmente no me interesaban, pero pensé que quizá tenían razón y me quedaría solo. Luego tú llegaste a casa con una chica y la presentaste como tu novia. Eso fue lo que acabó de romperme, recuerdo que te grité, estaba muy celoso y molesto contigo, porque sentí que me habías sustituido y que te iba a perder. Salí corriendo de casa y no sabía a dónde iba pero acabé justo aquí, llorando. Se estaba haciendo de noche y me estaba asustando. Comencé a pensar que ya ni siquiera te importaba y me abandonarías, pero justo cuando me iba a quedar dormido en la oscuridad de la noche, apareciste tú. Me abrazaste rápidamente, estabas llorando. Yo te correspondí fuertemente y también me eché a llorar, estaba muy feliz de que hubieras venido a por mí. Mi corazón latía fuertemente y me sentía bien. Entonces me di cuenta, no me interesaba nadie en lo más mínimo, no quería estar con nadie, el único al que quería…eras tú –se sonrojó por la declaración.

El mayor lo rodeó con sus brazos y lo atrajo hacia él dulcemente, quedando ambos sentados en el césped:

- Déjame decirte algo, aquella chica no era mi novia de verdad. Yo ya sabía de mi orientación sexual, pero no lo iban a aceptar y me estaban presionando, así que tuve que fingir que tenía novia para que me dejaran en paz. Cuando ocurrió aquello y tú te marchaste de casa, no te imaginas el dolor tan fuerte que sentía en el pecho. Tenía miedo, eras solo un niño. Podría pasarte cualquier cosa y sería mi culpa, por eso cuando te encontré me eché a llorar. Yo ya te quería antes de eso. Una noche que había tormenta, tú me pediste dormir conmigo y me besaste inocentemente. Reconocí ese sentimiento inmediatamente, no era fraternal.

Kai se aferró a su fecho fuertemente y hundió su rostro en él. Comenzaba a sollozar, pues notaba como su camisa se humedecía:

- ¿Qué pasa pequeño? –le acariciaba la espalda.
- Hyung…entonces… ¿qué somos?

El castaño sonrió tristemente, él también se lo cuestionaba. Era una buena pregunta:

- Creo que deberíamos ser lo que queramos ser. Nadie puede etiquetarnos, así que, ¿por qué no elegir nosotros? –soltó una pequeña carcajada.
- Hyung yo…

El mayor acunó el rostro del moreno con ambas manos, le limpió las lágrimas y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro:

- Kai… ¿quieres ser mi novio?

~~~~

- Yo quiero ir a verlo.
- No te lo recomiendo –suspiró.
- Si me dices esas cosas me preocupo más.
- No sé cómo estará ahora, pero la última vez que lo vi…
- Por favor –le suplicaba la chica.
- ¿Estás segura?
- Sí, quiero verlo.
- Bueno, tú ganas.

Ambos se dirigieron hacía la prisión donde ella esperaba ansiosa poder verlo. También se sentía frutada, porque todavía no conseguía la manera de sacarlo de allí, si tan solo supiera quién lo metió…

- Buenos días agente –hizo una reverencia cuando llegaron.

No se había percatado de que ya estaban en el lugar debido a que iba sumida en sus pensamientos. Observó como el guardia les abría la puerta y recorrió el gran pasillo que la puerta escondía:

- Pasen.

Ambos entraron dejando al otro agente atrás. Celdas y celdas se dejaban ver en todo el recorrido, pero ella solo quería encontrar una en concreto. De repente el agente Park se paró y suspiró:

- Es la primera de ese pasillo.

Seohyun cerró los ojos, tomó aire y caminó hasta el lugar indicado. Abrió los ojos en demasía. Un inmenso dolor comenzaba a instalarse en su pecho y rápidamente sus ojos se cristalizaron:

- Taemin…

Se dejó caer lentamente delante de aquellos barrotes y se llevó una mano a la boca intentando evitar que sus lágrimas comenzaran a bañar su cara. Lo vio ahí, se encontraba sentado a duras penas en el suelo, apoyado en la pared. El pequeño sintió lejana una presencia, pero no podía moverse. Quería regresar y despertar, pero había algo que lo ataba. Su cuerpo no respondía y sus sentidos fallaban. Intentó abrir costosamente los ojos y observar de reojo a aquella persona que lo miraba:

- Pequeño… lo siento mucho. Pronto saldrás de ahí, te lo prometo.

El castaño miró hacia el frente. No podía coordinar bien, sus funciones se habían reducido, pero quería saberlo…tenía que preguntárselo.

Flash Back

- ¿Ella no te importaba? ¡Responde! –el agente no paraba el látigo.

Sus lágrimas fluían con intensidad por sus mejillas, ¿por qué le decía aquello? Él no había sido, él no era el culpable:

- Yo… n-o…
- ¡Deja de mentir! –otro estruendo resonó en el lugar- ¿qué razones tenías para hacerlo? Era tu familia, ¿no significó nada para ti?

Sus las lágrimas salían ahora con más fuerzas, punzantes. Ella significaba todo para él, siempre lo fue. La echaba de menos…desde su muerte…aquella vez…la necesitaba. Deseaba internamente haber muerto en su lugar o por lo menos haber muerto con ella, él no merecía vivir, ella sí.

Pero... ¿y si el policía tenía razón? ¿La había matado él realmente? Quizá después de todo había sido culpa suya y solo estaba confundiendo las cosas, ¿qué era lo que recordaba de su pasado? Imágenes distorsionadas, borrosas. Algunas no recordaba haberlas vivido, ¿es eso posible? Su cabeza comenzaba a dolerle de nuevo. Era como si intentara recordar algo, pero no podía hacerlo. Ya no sabía quién era él realmente. Tal vez, sí merecía estar en ese lugar y tal vez, sí era un asesino.

Fin Flash Back

- T-ú… -logró articular a duras penas.
- ¿Qué? –decía entrecortadamente.
- Tú…me co-noces, ¿ver-dad? No sé c-ómo, pero me conoces y yo siento que tambi-én te cono-zco, pero no lo re-cuerdo.
- Tae… -sus lágrimas comenzaban a vislumbrarse.
- Di-me una co-sa –su mirada volvía a perderse.

Sus ojos eran fríos, oscuros. No eran los mismos que había conocido tiempo atrás. Lo estaba perdiendo, se estaba yendo:

- Real-mente… ¿los maté yo? ¿Yo maté a mi fa-milia?

Sintió una punzada en el pecho, ¿quién le había dicho eso a él?

- No Tae… tú no mataste a nadie.
- Yo pen-saba lo mis-mo, pero ahora no estoy tan seguro –su voz flaqueaba- quizá sea verdad y yo soy un asesino.
- ¡No digas eso! –sollozaba.
- ¿Yo la maté? ¿Fui yo el que acabó con su vida? Pero, entonces… ¿Por qué no siento culpa, si la echo de menos?
- Taemin, tú no has hecho nada. Tú eres inocente.

El agente Park también estaba envuelto en lágrimas, verlo en ese estado, dudando de sí mismo…:

- ¿Cómo lo sab-es? Yo… no recuerdo nada ahora mis-mo. Quizá no merezca salir y debería morir aquí…

Ella sabía por qué estaba en ese estado:

- ¡Cállate! No vuelvas a decir esas cosas nunca más, ¿me oíste? –sus ojos ya habían cogido un tono rojizo y no paraban de llorar- ¡Tú eres inocente! Nunca hiciste nada malo, ¡El daño te lo hicieron a ti!
- ¿A mí? –su tono sonaba sereno, pero cada vez más sutil y sus pupilas no se habías despegado de la pared frontal a la que se encontraba mirando.
- ¡Sí!
- ¿Por qué me hacen daño? ¿Por qué me duele tanto? Yo…no sé…siento… qué…

Sus ojos se cerraron a la par que su voz dejó de oírse:

- ¡Taemin!
- Seohyun…
- ¡Tienes que hacer algo! Míralo, está enfermo.
- Seguramente tendrá hipotermia, por eso el color en su piel apenas se distingue.
- ¡Tenemos que sacarlo de ahí! ¡Si no hacemos algo pronto va a morir! –lloraba sin piedad.
- No puedo hacer nada –apretaba sus puños impotente.
- ¿Cómo?
- No podemos hacer nada, aunque se esté muriendo no saldrá de ahí –se acercó a abrazarla para consolarla.

~~~~

Se bajó del coche y se acercó a la puerta de su casa. Tocó el timbre y su amigo le recibió:

- Qué bueno que ya hayas llegado Minho.
- ¿Por qué? ¿Tienes alguna noticia? ¿Has averiguado algo? –cuestionó mientras aceptaba la invitación de su amigo para pasar al salón.
- Estuve investigando lo que me pediste, pero lamentablemente no encontré mucho. Solo sé que para sacar a tu amigo de la cárcel hace falta mucho dinero.
- ¿Lo tengo?
- Revisando los últimos movimientos de las cuentas, sí tienes el suficiente, pero es una pérdida un tanto notable.
- Gracias por ayudarme a pesar de que mi padre te despidiera.
- No hay de qué –le sonrió- siempre me has caído mejor que tu padre, desde que eras un crío –rió- además, últimamente tu padre anda haciendo cosas extrañas y la verdad no me gustan ni un pelo.
- Lo sé –dijo recordando.
- ¿Te pasó algo con él? –lo notó.
- Bueno…el otro día nos peleamos y acabó golpeándome.
- ¿En serio? –se sorprendió.

El alto asintió:

- Ahora dudo más de él. Antes de que me despidiera, logré escuchar algunas conversaciones y vi algunos documentos y todo era muy extraño. Hablaba con alguien de cosas totalmente desconocidas al trato firmado. Iba y venía muchas veces y movía mucho dinero en las cuentas. Se ha metido en algo muy raro y tengo un poco de miedo. Yo quiero decirte que si pasa cualquier cosa, me avisas que yo estoy aquí.
- Gracias por preocuparte, en serio. Ahora que me dijiste eso, estaré más alerta.
- Te conviene sí, por cierto, hablando de tu amigo, ¿por qué está en la cárcel? Debió haber hecho algo muy grave como para una fianza tan gorda.
- No ha hecho nada, es inocente.
- ¿Qué? –abrió los ojos por la incoherencia- ¿me estás diciendo que está en la cárcel injustamente y encima con un precio tan alto?
- Así es, por eso te pedí que lo investigaras. Siento que hay algo, o bueno, más bien alguien detrás de todo esto.
- Tiene que ser así, porque si no, no tendría sentido, pero me pregunto por qué, ¿qué motivos tendrá para con el chico?
- No lo sé, yo solo quiero sacarlo de ahí, ¿podré?

El mayor se percató del brillo que había aparecido en sus ojos tras nombrar al chico:

- Por lo que he averiguado, podremos hacerlo, si yo voy contigo, podremos sacarlo de ahí –le aseguró.
- ¿En serio? –sonó emocionado.

Él asintió:

- Tu amigo…parece que lo quieres mucho –sonrió mirándolo.
- ¿Qu-é? ¿Por qué dices eso? –se puso nervioso.
- ¿Es especial? –le atacó en el punto.
- ¿Cómo que especial?
- Minho… ¿te gusta ese chico?