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~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Holaa ~~ Las presentaciones no se me dan bien. Me he decidido a publicar mi fic en el que he puesto muchos sentimientos propios que quería reflejar. Espero que les guste y así poder continuarlo. Intentaré publicar lo más seguido posible ya que sé como se siente eso de esperar y quedarte con la intriga. Personalmente me gusta hacerlo en mis fics, pero soy buena persona y haré lo posible. ^3^
Titulo: Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Autor: ~ Lady Akari ~
Género: Drama, romántico, lemon.
Parejas: 2min, JongKey y otros.
Personajes: Jonghyun, Key, Onew, Minho, Taemin, Kai y puede que alguno más. Los iré añadiendo
Nota: Este fic lo estoy publicando en otros foros también.
Ya era la hora. El destino lo había decidido. Como en un puzzle cuyas piezas no encajan porque están mal colocadas. Ya era la hora de poner cada pieza en su lugar. Ellos estaban destinados a caminar es una misma dirección, por un solo camino. Ni en sus sueños más locos pensarían que es lo que el futuro les tenía preparado.
Capítulo 1:
La luz temprana del amanecer acompañada de la suave brisa, acariciaba su frágil y bello rostro. Sus ojos vagaban en su propio recuerdo. ¿Cambiarían las cosas? El sentimiento que aquejaban en su pecho lo había acompañado todos estos años. Le dolía. Seguía inmerso en sus pensamientos hasta que una voz familiar lo hizo volver:
- Hyung, ¿no es muy temprano para estar despierto? –preguntó la persona que había interrumpido sus pensamientos.
- ¿Y tú qué? –contestó molesto.
- Voy al instituto hyung. Tú… deberías volver a clases.
- ¿Vas a seguir insistiendo? Ya te dije que no te metieras en mi vida.
- Pero…
- ¡¿Qué?! – Lo miró desafiante
- Somos amigos…por eso me preocupo por ti hyung –dijo agachando la cabeza.
- ¿Amigos? Eres muy ingenuo –el mayor se levantó del muro desde donde había estado observando el tranquilo amanecer de la cuidad y se dispuso a bajar las escaleras.
- ¡Hyung espera! -le cogió del brazo- aunque tú no lo aceptes somos amigos y quieras o no, seguiré preocupándome por ti.
- Tss idiota –espetó ante la confianza que derrochaba la mirada del más pequeño.
Al bajar las escaleras se volvió a adentrar en aquel pequeño almacén convertido en una especie de casa dónde se encontraban otros chicos. No es que fuera un lugar totalmente legal pues vivían al margen de todos y de todo. Unos cuantos sillones, dos baños, algunas habitaciones que solo disponían los más antiguos del lugar, entre los cuales se encontraba él. A las paredes no le faltaban sus dibujos sin sentidos y para gusto de unos pocos, restos de muebles, barras de hierro y no tenían luz, así que cada uno se las apañaba como podía. Cada cual iba a lo suyo, pero en el fondo, todos tenía algo en común. Cada uno tenía su historia, cargaban con su pasado y con la monotonía del presente. ¿Qué importaba el futuro?
Se dirigió a su habitación, bueno si se le podía llamar así. Se sentó en su cama deshecha. Frunció el ceño al sentir un fuerte olor a alcohol que se había colado con él. Otra vez venían de resaca. Justo cuando iba a cerrar los ojos oyó un ruido. Molesto, se volvió a incorporar y se dirigió al centro del almacén dónde se encontraban todos. Al parecer se estaban divirtiendo con alguien:
- ¿Otra vez por aquí, renacuajo? –se reía el más alto.
- ¿Viniste otra vez a ver a tu amigo? –le decía uno más tranquilo.
- Sí y ya me voy –intentó emprender la marcha, pero uno se lo impidió.
- ¿Tan rápido te vas? –le agarraban.
El pequeño permanecía quieto, aunque no lo reflejaba estaba un poco asustado, puesto que solo lo trataban así cuando esta gente estaba ebria, así que no sabía como iban a reaccionar. De pronto sintió como alguien le tocaba la cintura. Intentó soltarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente. Otras manos empezaron a colarse por su camiseta y empezaban a tocarlo con deseo. Unas lágrimas de impotencia empezaban a asomarse.
Él sabía que la escena que estaba presenciando no acabaría sin heridos:
- Si me dejara en paz de una vez no le pasarían estas cosas, solo sabe meterse en líos –pensó para si mismo harto de que aquella persona cabezota viniera todas las semanas.
Se dirigió al círculo formado por los demás y liberó al pequeño:
- ¡Ya basta! – empujó a los demás
Lo cogió de la camiseta y lo sacó de allí:
- G-gracias hyung –dijo limpiándose las pocas lágrimas que se le habían escapado.
- ¡Cállate! Lo que tienes que hacer es dejarme en paz y no volver más. La próxima vez dejaré que te violen.
- No lo hará hyung –embozó una pequeña sonrisa- tú no eres así.
Esa actitud del menor le repateaban en lo más hondo. ¿Por qué seguía viniendo a verlo? Cualquier persona normal no se le hubiera ni acercado. De todas formas, no necesitaba a nadie. No necesitaba la compañía de nadie. Estaba acostumbrado a la soledad y cuidaba de si mismo. Aunque a veces, no también como tendría que hacerlo:
- Desaparece de mi vista ya, Kai –le dijo seriamente.
- Adiós hyung, hasta mañana –le dedicó una sonrisa y salió corriendo antes de darle tiempo a reprocharle algo más.
- ¡No! –gritó el mayor con la esperanza de que le hiciera caso.
~~~~~~
El castaño puso rumbo al instituto. Era su primer día después de las vacaciones, pero rogaba que este año su hyung volviera a la universidad. Aunque él lo tratara con las peores formas, no quitaba el hecho de que él lo quería como un hermano mayor. Él sabía mejor que nadie el pasado que llevaba como su sombra permanente. Cada vez que le preguntaba algo sobre él, este enseguida lo echaba a patadas como lo hacía habitualmente, no contestaba o simplemente lo amenazaba. Pero no se rendía y seguía buscando la respuesta a su pregunta. Entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.
- Se acabó lo bueno –suspiró y entró.
~~~~~~
En una de las calles más lujosas de la cuidad, un joven celebraba una batalla campal en su cabeza. ¿Estaría bien mentir a sus padres? Le obligaban a estudiar algo que no le gustaban y a pesar de haber intentado negociar con sus padres, estos nos había cambiado su negativa:
Flash back
- Madre, por favor. Tú sabes que es lo que quiero estudiar. No me obligues a esto –le rogaba a su madre.
- Hijo, sabes que esto no es decisión mía, sino de tu padre –su madre le comprendía pero poco podía hacer.
Su padre hizo presencia tras cerrar la puerta de su despacho:
- Minho, no se hablará más del tema. Estudiarás economía. Tendrás que llevar mi imperio algún día y tienes que estar preparado. Y ahora prepárense que esta tarde tenemos la invitación a la fiesta de bienvenida de mi mayor socio.
Fin Flash back
En cierta parte comprendía a su padre pues todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo, quería que su hijo lo mantuviera en el futuro. Una de las familias más ricas de la ciudad. Su madre diseñadora de renombre, acostumbrado a ver a numerosos modelos, famosos, personas importantes… probándose los diseños de su madre en el amplio salón de trabajo, ubicado en su propia casa. Bueno casa, la envidia de todo el mundo. Su padre, uno de los mayores empresarios del país. Su vida consistía en toda clase de lujos y privilegios, pero no se había dejado llevar. Desde niño siempre fue alguien muy dulce y cariñoso.
Pero ahora vivía en un bucle de pequeñas mentiras. Llevaba 3 años estudiando en la universidad. Pero claro, no en la que su padre quería y mucho menos estudiando lo que le exigía. Asistía a la única universidad especializada en arte. Había conseguido ocultarlo muy bien hasta ahora y rogaba desesperadamente que su mentira no viera la luz nunca.
Después de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a clases. Aun teniendo coche propio, tenía la manía de ir caminando. ¿Su argumento?
Disfrutaba del ejercicio mañanero y le gustaba disfrutar de la ciudad por la mañana. Tampoco quería que los otros alumnos supieran de su situación económica ya que no era una universidad especialmente cara.
Miró el reloj y se apresuró antes de que comenzaran las clases. No quería llegar tarde el primer día.
~~~~~~~
Aún medio dormido, alcanzaba a escuchar el ruido de su madre lavando los platos. Siempre la misma rutina. Su madre se levantaba a las 4 y media para preparar su humilde cafetería. Negocio que los mantenía económicamente. Ella trabajaba mucho, demasiado para su gusto, pero lo que más le molestaba era que su madre no lo dejara ayudarla. El tenía que ocuparse de su formación. No quería que su más preciado tesoro estuviera cargando con algo que no era su responsabilidad.
De repente sintió unas dulces manos acariciando su rostro:
- Hijo –le dijo suavemente- se te va a hacer tarde el primer día.
El moreno se desperezó y se incorporó cuando su madre salió de la habitación:
- Qué pereza más grande –dijo entre bostezos.
Se dirigió a la ducha tras coger la ropa. Al cabo de 10 minutos se encontraba desayunando en la cafetería de su madre debajo de su casa:
- Omma, ¿qué hora es?
- Son las ocho menos diez –dijo su madre preocupada.
- ¡mie**a llegaré tarde! Adiós omma.
- Ten cuidado y diviértete.
Y se dirigió a toda prisa a la universidad. Esperaba no llegar tarde, no el primer día.
~~~~~~
Ya era la hora. Todos estaban en el salón central. El típico discurso de todos los años daba comienzo a lo que sería otro año más. Presencia casi obligatoria, pues el reparto de las clases era dicho. El primer día solo consistía en eso. Los nuevos alumnos se pasan el día visitando las instalaciones. Los ya conocidos, se iban o simplemente pasaban el día con los amigos contándose lo que habían hecho durante el verano:
- Tenemos mucha suerte.
- Sí, llevamos 3 años en la misma clase.
- Mejor, no sé qué haría si no estuvieras en clase. Me aburriría mucho.
- ¡Está claro! No puedes vivir sin mí –dijo con aires de superioridad.
- Ay Key no tienes remedio – negó con la cabeza.
- Por cierto de vuelta a casa tenemos que hacer la compra.
- ¡Es verdad! Si no moriremos de hambre y no podemos olvidarnos del pollo.
- Tú si que no tienes remedio –dijo entre risas.
- ¿Yo por qué?
- Nada déjalo –dijo el rubio suspirando.
~~~~~~
- Otra vez llegando tarde –sonreía al ver a su mejor amigo.
- Esta vez solo fueron 5 minutos –decía intentando recuperar el aliento.
- Tarde es tarde, querido amigo –bromeaba el alto.
- ¡Oye! Que el año pasado llegué una hora después, me he superado –decía orgulloso de su gran logro.
- Será mejor que nos demos prisa o cerrarán la puerta para la presentación.
- Sí vamos.
Y se perdieron tras la enorme puerta de la universidad.
- Esta vez nos tocó juntos –susurraba el moreno para no molestar a los demás estudiantes.
- Sí, ya era hora –contestó del mismo modo.
La tutora que llevaría su clase seguía nombrando a sus próximos alumnos cuando escucharon uno en concreto:
- Jajaja parece que este año va a hacer divertido –reía por lo bajo el más alto.
- No tiene gracia Minho –decía fulminándolo con la mirada.
Cuando acabó la presentación uno de ellos no parecía para nada contento, mientras que el otro parecía divertirle la situación de su amigo:
- No puedo creer que ese chico vaya a estar en la misma clase.
- No montes un drama Jonghyun, tampoco es el fin del mundo.
- ¡Sí lo es! No puedo ni verlo. Con la cantidad de alumnos que hay y me toca con él. Tengo una suerte que me la piso.
- Gracias por la parte que me toca –decía bromeando.
- No seas tonto –le sonreía.
- Bueno, pues deja ya de darle vueltas, me estás pegando tu mal humor.
- Pero es qu…
- ¡Se acabó! –interrumpió a su amigo.
- Está bien –dijo resignado.
- Por cierto, ¿aceptarás mi invitación para la celebración te esta noche? –preguntó el alto.
- Sí, ya lo hablé con mi madre, pero, ¿qué celebran tus padres esta vez?
- Al parecer a mi padre le salió bien un negocio. Cómo siga así, el castillo será más grande –dijo algo molesto.
- Tranquilo Príncipe Choi, yo seguiré siendo tu fiel caballero –animó a su amigo jugando con su metáfora.
- ¡Vete al carajo Jonghyun! – dijo empujándolo por el brazo.
- Vamos Minho, no seas malo –se reía el más bajo.
El sabía la situación en la que se encontraba Minho pues en muchas ocasiones le había ayudado a ocultar su mentira. Él había tenido suerte en ese aspecto. Su madre siempre lo apoyaba en sus sueños y aceptaba las decisiones que el tomaba. Por eso no había tenido ningún problema en que asistiera a la universidad de arte. Compartía sus sueños con su mejor amigo, pero él no lo tenía tan fácil. Vivía envuelto en una pequeña mentira que cada vez hacía un bulto más grande. Esta noche tendrían que tener cuidado pues posiblemente uno de los temas de conversación de sus padres sería la universidad.
La jornada había terminado. Cada uno se dirigía a su casa, pues mañana comenzarían en serio las clases.
- Adiós Minho, nos vemos esta noche.
- Sí, nos vemos. No llegues tarde –sonreía.
- Muy gracioso –le correspondía – no te preocupes. Allí estaré.
~~~~~~
- Llevamos 30 minutos en el baño, date prisa –se quejaba el mayor.
- Y deberías agradecérmelo. Me estoy dando prisa.
- Ya claro, vamos a comprar antes de que cierren.
- Ya estoy, vamos.
Salieron del baño y se dirigieron a la salida de la universidad.
Tenían la sensación de que este año sería diferente. Todo cambiaría a partir de ahora. El juego comenzaba. Solo quedaba esperar puesto que la estrategia ya estaba en marcha.
------------------------------------------------------------------
Espero que les haya gustado. Acepto todo lo sólido que me quieran tirar <3
Titulo: Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Autor: ~ Lady Akari ~
Género: Drama, romántico, lemon.
Parejas: 2min, JongKey y otros.
Personajes: Jonghyun, Key, Onew, Minho, Taemin, Kai y puede que alguno más. Los iré añadiendo
Nota: Este fic lo estoy publicando en otros foros también.
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Ya era la hora. El destino lo había decidido. Como en un puzzle cuyas piezas no encajan porque están mal colocadas. Ya era la hora de poner cada pieza en su lugar. Ellos estaban destinados a caminar es una misma dirección, por un solo camino. Ni en sus sueños más locos pensarían que es lo que el futuro les tenía preparado.
Capítulo 1:
La luz temprana del amanecer acompañada de la suave brisa, acariciaba su frágil y bello rostro. Sus ojos vagaban en su propio recuerdo. ¿Cambiarían las cosas? El sentimiento que aquejaban en su pecho lo había acompañado todos estos años. Le dolía. Seguía inmerso en sus pensamientos hasta que una voz familiar lo hizo volver:
- Hyung, ¿no es muy temprano para estar despierto? –preguntó la persona que había interrumpido sus pensamientos.
- ¿Y tú qué? –contestó molesto.
- Voy al instituto hyung. Tú… deberías volver a clases.
- ¿Vas a seguir insistiendo? Ya te dije que no te metieras en mi vida.
- Pero…
- ¡¿Qué?! – Lo miró desafiante
- Somos amigos…por eso me preocupo por ti hyung –dijo agachando la cabeza.
- ¿Amigos? Eres muy ingenuo –el mayor se levantó del muro desde donde había estado observando el tranquilo amanecer de la cuidad y se dispuso a bajar las escaleras.
- ¡Hyung espera! -le cogió del brazo- aunque tú no lo aceptes somos amigos y quieras o no, seguiré preocupándome por ti.
- Tss idiota –espetó ante la confianza que derrochaba la mirada del más pequeño.
Al bajar las escaleras se volvió a adentrar en aquel pequeño almacén convertido en una especie de casa dónde se encontraban otros chicos. No es que fuera un lugar totalmente legal pues vivían al margen de todos y de todo. Unos cuantos sillones, dos baños, algunas habitaciones que solo disponían los más antiguos del lugar, entre los cuales se encontraba él. A las paredes no le faltaban sus dibujos sin sentidos y para gusto de unos pocos, restos de muebles, barras de hierro y no tenían luz, así que cada uno se las apañaba como podía. Cada cual iba a lo suyo, pero en el fondo, todos tenía algo en común. Cada uno tenía su historia, cargaban con su pasado y con la monotonía del presente. ¿Qué importaba el futuro?
Se dirigió a su habitación, bueno si se le podía llamar así. Se sentó en su cama deshecha. Frunció el ceño al sentir un fuerte olor a alcohol que se había colado con él. Otra vez venían de resaca. Justo cuando iba a cerrar los ojos oyó un ruido. Molesto, se volvió a incorporar y se dirigió al centro del almacén dónde se encontraban todos. Al parecer se estaban divirtiendo con alguien:
- ¿Otra vez por aquí, renacuajo? –se reía el más alto.
- ¿Viniste otra vez a ver a tu amigo? –le decía uno más tranquilo.
- Sí y ya me voy –intentó emprender la marcha, pero uno se lo impidió.
- ¿Tan rápido te vas? –le agarraban.
El pequeño permanecía quieto, aunque no lo reflejaba estaba un poco asustado, puesto que solo lo trataban así cuando esta gente estaba ebria, así que no sabía como iban a reaccionar. De pronto sintió como alguien le tocaba la cintura. Intentó soltarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente. Otras manos empezaron a colarse por su camiseta y empezaban a tocarlo con deseo. Unas lágrimas de impotencia empezaban a asomarse.
Él sabía que la escena que estaba presenciando no acabaría sin heridos:
- Si me dejara en paz de una vez no le pasarían estas cosas, solo sabe meterse en líos –pensó para si mismo harto de que aquella persona cabezota viniera todas las semanas.
Se dirigió al círculo formado por los demás y liberó al pequeño:
- ¡Ya basta! – empujó a los demás
Lo cogió de la camiseta y lo sacó de allí:
- G-gracias hyung –dijo limpiándose las pocas lágrimas que se le habían escapado.
- ¡Cállate! Lo que tienes que hacer es dejarme en paz y no volver más. La próxima vez dejaré que te violen.
- No lo hará hyung –embozó una pequeña sonrisa- tú no eres así.
Esa actitud del menor le repateaban en lo más hondo. ¿Por qué seguía viniendo a verlo? Cualquier persona normal no se le hubiera ni acercado. De todas formas, no necesitaba a nadie. No necesitaba la compañía de nadie. Estaba acostumbrado a la soledad y cuidaba de si mismo. Aunque a veces, no también como tendría que hacerlo:
- Desaparece de mi vista ya, Kai –le dijo seriamente.
- Adiós hyung, hasta mañana –le dedicó una sonrisa y salió corriendo antes de darle tiempo a reprocharle algo más.
- ¡No! –gritó el mayor con la esperanza de que le hiciera caso.
~~~~~~
El castaño puso rumbo al instituto. Era su primer día después de las vacaciones, pero rogaba que este año su hyung volviera a la universidad. Aunque él lo tratara con las peores formas, no quitaba el hecho de que él lo quería como un hermano mayor. Él sabía mejor que nadie el pasado que llevaba como su sombra permanente. Cada vez que le preguntaba algo sobre él, este enseguida lo echaba a patadas como lo hacía habitualmente, no contestaba o simplemente lo amenazaba. Pero no se rendía y seguía buscando la respuesta a su pregunta. Entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.
- Se acabó lo bueno –suspiró y entró.
~~~~~~
En una de las calles más lujosas de la cuidad, un joven celebraba una batalla campal en su cabeza. ¿Estaría bien mentir a sus padres? Le obligaban a estudiar algo que no le gustaban y a pesar de haber intentado negociar con sus padres, estos nos había cambiado su negativa:
Flash back
- Madre, por favor. Tú sabes que es lo que quiero estudiar. No me obligues a esto –le rogaba a su madre.
- Hijo, sabes que esto no es decisión mía, sino de tu padre –su madre le comprendía pero poco podía hacer.
Su padre hizo presencia tras cerrar la puerta de su despacho:
- Minho, no se hablará más del tema. Estudiarás economía. Tendrás que llevar mi imperio algún día y tienes que estar preparado. Y ahora prepárense que esta tarde tenemos la invitación a la fiesta de bienvenida de mi mayor socio.
Fin Flash back
En cierta parte comprendía a su padre pues todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo, quería que su hijo lo mantuviera en el futuro. Una de las familias más ricas de la ciudad. Su madre diseñadora de renombre, acostumbrado a ver a numerosos modelos, famosos, personas importantes… probándose los diseños de su madre en el amplio salón de trabajo, ubicado en su propia casa. Bueno casa, la envidia de todo el mundo. Su padre, uno de los mayores empresarios del país. Su vida consistía en toda clase de lujos y privilegios, pero no se había dejado llevar. Desde niño siempre fue alguien muy dulce y cariñoso.
Pero ahora vivía en un bucle de pequeñas mentiras. Llevaba 3 años estudiando en la universidad. Pero claro, no en la que su padre quería y mucho menos estudiando lo que le exigía. Asistía a la única universidad especializada en arte. Había conseguido ocultarlo muy bien hasta ahora y rogaba desesperadamente que su mentira no viera la luz nunca.
Después de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a clases. Aun teniendo coche propio, tenía la manía de ir caminando. ¿Su argumento?
Disfrutaba del ejercicio mañanero y le gustaba disfrutar de la ciudad por la mañana. Tampoco quería que los otros alumnos supieran de su situación económica ya que no era una universidad especialmente cara.
Miró el reloj y se apresuró antes de que comenzaran las clases. No quería llegar tarde el primer día.
~~~~~~~
Aún medio dormido, alcanzaba a escuchar el ruido de su madre lavando los platos. Siempre la misma rutina. Su madre se levantaba a las 4 y media para preparar su humilde cafetería. Negocio que los mantenía económicamente. Ella trabajaba mucho, demasiado para su gusto, pero lo que más le molestaba era que su madre no lo dejara ayudarla. El tenía que ocuparse de su formación. No quería que su más preciado tesoro estuviera cargando con algo que no era su responsabilidad.
De repente sintió unas dulces manos acariciando su rostro:
- Hijo –le dijo suavemente- se te va a hacer tarde el primer día.
El moreno se desperezó y se incorporó cuando su madre salió de la habitación:
- Qué pereza más grande –dijo entre bostezos.
Se dirigió a la ducha tras coger la ropa. Al cabo de 10 minutos se encontraba desayunando en la cafetería de su madre debajo de su casa:
- Omma, ¿qué hora es?
- Son las ocho menos diez –dijo su madre preocupada.
- ¡mie**a llegaré tarde! Adiós omma.
- Ten cuidado y diviértete.
Y se dirigió a toda prisa a la universidad. Esperaba no llegar tarde, no el primer día.
~~~~~~
Ya era la hora. Todos estaban en el salón central. El típico discurso de todos los años daba comienzo a lo que sería otro año más. Presencia casi obligatoria, pues el reparto de las clases era dicho. El primer día solo consistía en eso. Los nuevos alumnos se pasan el día visitando las instalaciones. Los ya conocidos, se iban o simplemente pasaban el día con los amigos contándose lo que habían hecho durante el verano:
- Tenemos mucha suerte.
- Sí, llevamos 3 años en la misma clase.
- Mejor, no sé qué haría si no estuvieras en clase. Me aburriría mucho.
- ¡Está claro! No puedes vivir sin mí –dijo con aires de superioridad.
- Ay Key no tienes remedio – negó con la cabeza.
- Por cierto de vuelta a casa tenemos que hacer la compra.
- ¡Es verdad! Si no moriremos de hambre y no podemos olvidarnos del pollo.
- Tú si que no tienes remedio –dijo entre risas.
- ¿Yo por qué?
- Nada déjalo –dijo el rubio suspirando.
~~~~~~
- Otra vez llegando tarde –sonreía al ver a su mejor amigo.
- Esta vez solo fueron 5 minutos –decía intentando recuperar el aliento.
- Tarde es tarde, querido amigo –bromeaba el alto.
- ¡Oye! Que el año pasado llegué una hora después, me he superado –decía orgulloso de su gran logro.
- Será mejor que nos demos prisa o cerrarán la puerta para la presentación.
- Sí vamos.
Y se perdieron tras la enorme puerta de la universidad.
- Esta vez nos tocó juntos –susurraba el moreno para no molestar a los demás estudiantes.
- Sí, ya era hora –contestó del mismo modo.
La tutora que llevaría su clase seguía nombrando a sus próximos alumnos cuando escucharon uno en concreto:
- Jajaja parece que este año va a hacer divertido –reía por lo bajo el más alto.
- No tiene gracia Minho –decía fulminándolo con la mirada.
Cuando acabó la presentación uno de ellos no parecía para nada contento, mientras que el otro parecía divertirle la situación de su amigo:
- No puedo creer que ese chico vaya a estar en la misma clase.
- No montes un drama Jonghyun, tampoco es el fin del mundo.
- ¡Sí lo es! No puedo ni verlo. Con la cantidad de alumnos que hay y me toca con él. Tengo una suerte que me la piso.
- Gracias por la parte que me toca –decía bromeando.
- No seas tonto –le sonreía.
- Bueno, pues deja ya de darle vueltas, me estás pegando tu mal humor.
- Pero es qu…
- ¡Se acabó! –interrumpió a su amigo.
- Está bien –dijo resignado.
- Por cierto, ¿aceptarás mi invitación para la celebración te esta noche? –preguntó el alto.
- Sí, ya lo hablé con mi madre, pero, ¿qué celebran tus padres esta vez?
- Al parecer a mi padre le salió bien un negocio. Cómo siga así, el castillo será más grande –dijo algo molesto.
- Tranquilo Príncipe Choi, yo seguiré siendo tu fiel caballero –animó a su amigo jugando con su metáfora.
- ¡Vete al carajo Jonghyun! – dijo empujándolo por el brazo.
- Vamos Minho, no seas malo –se reía el más bajo.
El sabía la situación en la que se encontraba Minho pues en muchas ocasiones le había ayudado a ocultar su mentira. Él había tenido suerte en ese aspecto. Su madre siempre lo apoyaba en sus sueños y aceptaba las decisiones que el tomaba. Por eso no había tenido ningún problema en que asistiera a la universidad de arte. Compartía sus sueños con su mejor amigo, pero él no lo tenía tan fácil. Vivía envuelto en una pequeña mentira que cada vez hacía un bulto más grande. Esta noche tendrían que tener cuidado pues posiblemente uno de los temas de conversación de sus padres sería la universidad.
La jornada había terminado. Cada uno se dirigía a su casa, pues mañana comenzarían en serio las clases.
- Adiós Minho, nos vemos esta noche.
- Sí, nos vemos. No llegues tarde –sonreía.
- Muy gracioso –le correspondía – no te preocupes. Allí estaré.
~~~~~~
- Llevamos 30 minutos en el baño, date prisa –se quejaba el mayor.
- Y deberías agradecérmelo. Me estoy dando prisa.
- Ya claro, vamos a comprar antes de que cierren.
- Ya estoy, vamos.
Salieron del baño y se dirigieron a la salida de la universidad.
Tenían la sensación de que este año sería diferente. Todo cambiaría a partir de ahora. El juego comenzaba. Solo quedaba esperar puesto que la estrategia ya estaba en marcha.
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Espero que les haya gustado. Acepto todo lo sólido que me quieran tirar <3
Última edición por Lady Akari el Lun Dic 26, 2016 2:10 pm, editado 24 veces
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
suena interesante solo que el que estaba con Kai
el chico todo rebelde ¿es Taemin? en ese momento
no lo comprendí JAJA'
estaré esperando continuación ;3
el chico todo rebelde ¿es Taemin? en ese momento
no lo comprendí JAJA'
estaré esperando continuación ;3
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 2
MinhoO: Gracias por comentar ^3^ No he puesto el nombre a propósito >3< es parte de la intriga (?) ya lo sabrás más adelante ^3^
Capítulo 2:
Después de ir a comprar lo necesario, regresaron a su piso. No era grande pero tampoco era una caja de zapatos. Ya hacía varios años que vivían juntos. Se conocían desde pequeños así que no había problemas. A estas alturas no podrían vivir separados. Se complementaban bastante bien, y eran conscientes de eso. Cada uno poseía una personalidad peculiar, pero que encajaban como si de un puzzle se tratara. ¿Se podría decir que eran como hermanos? Sin lugar a dudas.
- Key, ¿dónde se supone que va esto? –dijo mirando curioso a uno de los contenidos de la bolsa.
- En esa bolsa están las cosas de limpieza, llévalas al baño.
- ¿Y esto?
- Onew, ahora enserio, ¿dónde has vivido durantes estos años? No has prestado atención en nada relacionado con la casa.
- Sí lo he hecho…
- ¿Ah sí? –dijo en tono burlón- ¿y dónde va esto? –dijo agitando un paquete transparente en el que claramente se podía leer azúcar.
- … en la segunda estantería al lado de la nevera –dijo probando suerte.
- Muy eficiente –dijo sarcásticamente- menos mal que eres mi amigo y te quiero mucho -dijo suspirando.
- Yo también doy gracias a dios de que no seas lo contrario –dijo en voz baja.
- ¿Qué has dicho? –preguntó el rubio fulminándolo con la mirada.
- Qu-é gracias a dios…esto… -buscaba con qué arreglarlo- jejeje te quiero amigo del alma –fue a abrazarlo.
- Sí ya –correspondía.
Terminaron cansados de arreglar la casa. Debían aprovechar estos días antes de que comenzaran con los exámenes y demás. Después de cenar, ambos se encontraban viendo la tele. El castaño notó que su amigo vagaba en la nada. Se preguntaba si sería por la noticia de hoy. Tenía un semblante algo singular:
- Key… -intentaba hacer regresar a su amigo.
- Me voy a acostar. Estoy muy cansado –se levantó inmediatamente el rubio antes de iniciar cualquier conversación sobre algo que le molestaba o más bien alguien.
Ante esta acción, su amigo dirigió la mirada al suelo agachando la cabeza. Posiblemente estaba en lo cierto. Pues su amigo acababa de evadir el tema. Ese era un inconveniente de que se conocieran tanto. Ambos podría leerse el pensamiento casi siempre. Se conocían bastante bien el uno al otro:
- Bueno, que descanses Key –dijo apenado.
- Gracias e igualmente.
Antes de cerrar la puerta de su habitación reflexionó un poco ante la preocupación de su amigo:
- No te preocupes estoy bien, solo un poco cansado –le sonrió lo mejor que pudo. Esperaba no preocuparlo.
~~~~~~
Ya era completamente de noche. Era hora de irse a acostar, pero en el barrio lujoso de la ciudad empezaba la fiesta. En la mansión más grande, casi en el centro de la calle, una hermosa y refinada celebración se estaba desarrollando en el jardín posterior. Luces y otros adornos decoraban el espléndido exterior y mientras tanto, numerosas personas vestidas de etiqueta hablaban con su copa en la mano:
- Este es mi hijo -dijo posando su mano en el hombro de él.
- Así que este es el famoso Choi Min Ho -dijo extendiéndole la mano con una sonrisa en su rostro.
- Así es, un gusto -dijo dándole su mano -parece que mi padre le ha hablado de mi -dijo un poco avergonzado.
- Por supuesto, es normal que un padre esté tan orgulloso de su hijo que no pare de hablar de él -dijo bromeando el que sería socio de su padre.
El joven solo sonrió avergonzado ante su declaración:
- Padre voy a seguir saludando a los demás presentes -dijo intentando evadir cualquier conversación sobre el tema que era delicado para él.
- Está bien hijo -le sonrió su padre.
El alto se fue alejando hacia la puerta que daba a su casa y se encontró a su amigo hablando con su madre. La curiosidad le comía:
- ¿Cómo te fue hoy Jonghyun? -le preguntaba la madre de Minho cálidamente.
- Muy bien. El primer día solo es la presentación por lo que no hice gran cosa.
Los padres de Minho lo trataban como si fuera de la familia. Tras años de amistad con su hijo, se había convertido en una especie de hijo más. Sabían de su situación económica y conocían a su madre. Por lo general no dejaban a esa clase de chicos acercarse a su hijo, puesto que lo que les importaba era el dinero, pero él era la excepción. Era una buena persona y confiaban en él. Continuamente cuidaba de Minho y siempre lo apoyaba. Cualquier problema que tuviera, ellos siempre sabía que su mejor amigo lo solucionaría y se encargaría de sacarle una sonrisa:
- Me dijeron que este año por falta de estudiantes, bajaron el precio de la matrícula en la universidad de arte.
- Sí, la verdad es que este año había menos gente que el año pasado. Mientras no la suban, creo que podré seguir estudiando -rezaba internamente.
- Sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites -le sonreía tiernamente a Jonghyun.
- No se preocupe, tampoco quiero abusar de su confianza.
- Eres como un hijo para nosotros así que no es molestia ninguna. Además es como un agradecimiento por cuidar de nuestro hijo.
- Mama no soy un niño -interrumpía por detrás bromeando.
- Para mi siempre lo serás –dijo nostálgica su madre.
- Con tu permiso me llevo a mi amigo, cualquier día me lo robas –dijo poniendo su brazo alrededor del cuello de su amigo.
- No te preocupes Minho –reía ante su comentario- gracias por la conversación señora Choi – le sonrió con dulzura.
- No hay de qué –le correspondió.
Los dos jóvenes volvieron a salir al jardín, pero esta vez más alejados de los demás:
- ¿Cómo te ha ido hasta ahora? –preguntaba el más bajo.
- Bien, de momento. No hay indicios de que vayan a empezar con ese tema, así que creo que podemos relajarnos – decía mientras los dos se sentaban en un banco cerca de la fuente.
- La fiesta parece que va para rato, espero no quedarme dormido mañana –decía bostezando.
- Tengo planeado comprarte 5 despertadores.
- Pues me parecen pocos.
- Me sales muy caro –dijo riendo.
- Mi amistad es muy importante, vale oro –dijo simulando egocentrismo.
- Sí lo es –le dijo con una sonrisa tierna- gracias.
- Sabes que siempre estaré a tu lado amigo –le dijo dándole una palmadita en el hombro.
Minho no tenía muchos amigos por no decir casi ninguno. Casi todo el mundo se le acercaba por su dinero, lo único que hacían era mentirle, pero para eso estaba su mejor amigo. Él tenía la necesidad de cuidarlo y de protegerlo. Era como un pequeño príncipe encerrado en su castillo.
La noche había transcurrido tranquila. Mejor de lo que esperaban. La luna yacía brillante en el cielo dando el último aviso para ir a dormir. Todo el mundo se dispersó y gradualmente la casa se fue vaciando. Era ya tarde:
- Jonghyun, ¿por qué no te quedas a domir? –le proponía el señor de la casa.
- Si, ya es muy tarde para que vuelvas solo –continuaba su esposa.
- No quiero ser una molest…
- Shh… no tienes excusa amigo mío. Esta noche duermes con el príncipe Choi –dijo arrastrando a su amigo hasta su habitación.
Los padres se reían ante la intervención de su hijo. Parecían hermanos.
~~~~~~
Al parecer otros retaban a la amenazante luna del cielo. Se encontraba por fuera de un bar. Si tuviéramos que apostar no llegaría vivo. Sus condiciones eran pésimas. No se podía mantener en pie:
- ¡Hyung! - corría hacia su amigo que yacía en el suelo.
El menor lo levantó como pudo y pasó el brazo de su amigo por su cuello mientras lo sujetaba por la cintura:
- Hyung… estás ebrio nuevamente –dijo cabizbajo el menor.
- Cállate –consiguió articular- te dije que no te quería volver a ver.
Según dijo la última palabra perdió la consciencia. El menor ignoró sus palabras y continuó rumbo al almacén. Apresuró su paso al darse cuente de que su amigo había dejado de hacer fuerza para mantenerse en pie al desmayarse.
Cuando llegó no había prácticamente nadie. Suponía que estarían en algún lugar de la ciudad en las mismas condiciones. Subió como pudo las escaleras e ingresó al cuarto de él. Lo acostó en la cama y lo tapo. Se sentó en la silla que había en el cuarto y se quedó observándolo. De pronto se dio cuenta que del hermoso rostro de su hyung, unas lágrimas se deslizaban suavemente. Su corazón aprovechaba que su dueño había perdido el control y fluía libremente.
Acto seguido se llevó las manos a sus ojos para evitar acompañarlo en el llanto. Pero fue inútil, empezó a sollozar inevitablemente. ¿Cómo podía una persona soportar tanto dolor? Su amigo había tenido que hacerlo. Lo admiraba. Esa persona que se encontraba en la cama, en unas condiciones lamentables, era la persona a la que más admiraba. Ese chico vivía en su propia burbuja. La había creado él mismo. No tenía motivos ni voluntades. No tenía nada ni a nadie:
- Hyung… ¿p-por qué no intentas cambiar…? - decía entre sollozos el menor sabiendo que hablaba solo- ¿por qué no dejas que me quede a tu lado? Sólo quiero que aceptes mi amistad. Quiero protegerte. Quiero verte… sonreír –el llanto le venció y rompió a llorar.
Cuando consiguió parar, decidió mandarle un mensaje a sus padres avisándolos de que pasaría la noche en casa de su amigo. Sabía que se estaba enterrando en su propia tumba, pues cuando él se despertara lo echaría a patadas, pero no le importaba. Se quedó un rato mirando por la ventana. ¿Cuál sería la razón por la que su hyung se había emborrachado salvajemente? No era la primera vez, pero cuando llegaba a tal grado, era porque había un motivo más.
Decidió que se quedaría hasta que él despertara, así que se acomodó en la silla y se dispuso a dormir. No le importaba perder clases. Por él, no le importaba nada.
Capítulo 2:
Después de ir a comprar lo necesario, regresaron a su piso. No era grande pero tampoco era una caja de zapatos. Ya hacía varios años que vivían juntos. Se conocían desde pequeños así que no había problemas. A estas alturas no podrían vivir separados. Se complementaban bastante bien, y eran conscientes de eso. Cada uno poseía una personalidad peculiar, pero que encajaban como si de un puzzle se tratara. ¿Se podría decir que eran como hermanos? Sin lugar a dudas.
- Key, ¿dónde se supone que va esto? –dijo mirando curioso a uno de los contenidos de la bolsa.
- En esa bolsa están las cosas de limpieza, llévalas al baño.
- ¿Y esto?
- Onew, ahora enserio, ¿dónde has vivido durantes estos años? No has prestado atención en nada relacionado con la casa.
- Sí lo he hecho…
- ¿Ah sí? –dijo en tono burlón- ¿y dónde va esto? –dijo agitando un paquete transparente en el que claramente se podía leer azúcar.
- … en la segunda estantería al lado de la nevera –dijo probando suerte.
- Muy eficiente –dijo sarcásticamente- menos mal que eres mi amigo y te quiero mucho -dijo suspirando.
- Yo también doy gracias a dios de que no seas lo contrario –dijo en voz baja.
- ¿Qué has dicho? –preguntó el rubio fulminándolo con la mirada.
- Qu-é gracias a dios…esto… -buscaba con qué arreglarlo- jejeje te quiero amigo del alma –fue a abrazarlo.
- Sí ya –correspondía.
Terminaron cansados de arreglar la casa. Debían aprovechar estos días antes de que comenzaran con los exámenes y demás. Después de cenar, ambos se encontraban viendo la tele. El castaño notó que su amigo vagaba en la nada. Se preguntaba si sería por la noticia de hoy. Tenía un semblante algo singular:
- Key… -intentaba hacer regresar a su amigo.
- Me voy a acostar. Estoy muy cansado –se levantó inmediatamente el rubio antes de iniciar cualquier conversación sobre algo que le molestaba o más bien alguien.
Ante esta acción, su amigo dirigió la mirada al suelo agachando la cabeza. Posiblemente estaba en lo cierto. Pues su amigo acababa de evadir el tema. Ese era un inconveniente de que se conocieran tanto. Ambos podría leerse el pensamiento casi siempre. Se conocían bastante bien el uno al otro:
- Bueno, que descanses Key –dijo apenado.
- Gracias e igualmente.
Antes de cerrar la puerta de su habitación reflexionó un poco ante la preocupación de su amigo:
- No te preocupes estoy bien, solo un poco cansado –le sonrió lo mejor que pudo. Esperaba no preocuparlo.
~~~~~~
Ya era completamente de noche. Era hora de irse a acostar, pero en el barrio lujoso de la ciudad empezaba la fiesta. En la mansión más grande, casi en el centro de la calle, una hermosa y refinada celebración se estaba desarrollando en el jardín posterior. Luces y otros adornos decoraban el espléndido exterior y mientras tanto, numerosas personas vestidas de etiqueta hablaban con su copa en la mano:
- Este es mi hijo -dijo posando su mano en el hombro de él.
- Así que este es el famoso Choi Min Ho -dijo extendiéndole la mano con una sonrisa en su rostro.
- Así es, un gusto -dijo dándole su mano -parece que mi padre le ha hablado de mi -dijo un poco avergonzado.
- Por supuesto, es normal que un padre esté tan orgulloso de su hijo que no pare de hablar de él -dijo bromeando el que sería socio de su padre.
El joven solo sonrió avergonzado ante su declaración:
- Padre voy a seguir saludando a los demás presentes -dijo intentando evadir cualquier conversación sobre el tema que era delicado para él.
- Está bien hijo -le sonrió su padre.
El alto se fue alejando hacia la puerta que daba a su casa y se encontró a su amigo hablando con su madre. La curiosidad le comía:
- ¿Cómo te fue hoy Jonghyun? -le preguntaba la madre de Minho cálidamente.
- Muy bien. El primer día solo es la presentación por lo que no hice gran cosa.
Los padres de Minho lo trataban como si fuera de la familia. Tras años de amistad con su hijo, se había convertido en una especie de hijo más. Sabían de su situación económica y conocían a su madre. Por lo general no dejaban a esa clase de chicos acercarse a su hijo, puesto que lo que les importaba era el dinero, pero él era la excepción. Era una buena persona y confiaban en él. Continuamente cuidaba de Minho y siempre lo apoyaba. Cualquier problema que tuviera, ellos siempre sabía que su mejor amigo lo solucionaría y se encargaría de sacarle una sonrisa:
- Me dijeron que este año por falta de estudiantes, bajaron el precio de la matrícula en la universidad de arte.
- Sí, la verdad es que este año había menos gente que el año pasado. Mientras no la suban, creo que podré seguir estudiando -rezaba internamente.
- Sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites -le sonreía tiernamente a Jonghyun.
- No se preocupe, tampoco quiero abusar de su confianza.
- Eres como un hijo para nosotros así que no es molestia ninguna. Además es como un agradecimiento por cuidar de nuestro hijo.
- Mama no soy un niño -interrumpía por detrás bromeando.
- Para mi siempre lo serás –dijo nostálgica su madre.
- Con tu permiso me llevo a mi amigo, cualquier día me lo robas –dijo poniendo su brazo alrededor del cuello de su amigo.
- No te preocupes Minho –reía ante su comentario- gracias por la conversación señora Choi – le sonrió con dulzura.
- No hay de qué –le correspondió.
Los dos jóvenes volvieron a salir al jardín, pero esta vez más alejados de los demás:
- ¿Cómo te ha ido hasta ahora? –preguntaba el más bajo.
- Bien, de momento. No hay indicios de que vayan a empezar con ese tema, así que creo que podemos relajarnos – decía mientras los dos se sentaban en un banco cerca de la fuente.
- La fiesta parece que va para rato, espero no quedarme dormido mañana –decía bostezando.
- Tengo planeado comprarte 5 despertadores.
- Pues me parecen pocos.
- Me sales muy caro –dijo riendo.
- Mi amistad es muy importante, vale oro –dijo simulando egocentrismo.
- Sí lo es –le dijo con una sonrisa tierna- gracias.
- Sabes que siempre estaré a tu lado amigo –le dijo dándole una palmadita en el hombro.
Minho no tenía muchos amigos por no decir casi ninguno. Casi todo el mundo se le acercaba por su dinero, lo único que hacían era mentirle, pero para eso estaba su mejor amigo. Él tenía la necesidad de cuidarlo y de protegerlo. Era como un pequeño príncipe encerrado en su castillo.
La noche había transcurrido tranquila. Mejor de lo que esperaban. La luna yacía brillante en el cielo dando el último aviso para ir a dormir. Todo el mundo se dispersó y gradualmente la casa se fue vaciando. Era ya tarde:
- Jonghyun, ¿por qué no te quedas a domir? –le proponía el señor de la casa.
- Si, ya es muy tarde para que vuelvas solo –continuaba su esposa.
- No quiero ser una molest…
- Shh… no tienes excusa amigo mío. Esta noche duermes con el príncipe Choi –dijo arrastrando a su amigo hasta su habitación.
Los padres se reían ante la intervención de su hijo. Parecían hermanos.
~~~~~~
Al parecer otros retaban a la amenazante luna del cielo. Se encontraba por fuera de un bar. Si tuviéramos que apostar no llegaría vivo. Sus condiciones eran pésimas. No se podía mantener en pie:
- ¡Hyung! - corría hacia su amigo que yacía en el suelo.
El menor lo levantó como pudo y pasó el brazo de su amigo por su cuello mientras lo sujetaba por la cintura:
- Hyung… estás ebrio nuevamente –dijo cabizbajo el menor.
- Cállate –consiguió articular- te dije que no te quería volver a ver.
Según dijo la última palabra perdió la consciencia. El menor ignoró sus palabras y continuó rumbo al almacén. Apresuró su paso al darse cuente de que su amigo había dejado de hacer fuerza para mantenerse en pie al desmayarse.
Cuando llegó no había prácticamente nadie. Suponía que estarían en algún lugar de la ciudad en las mismas condiciones. Subió como pudo las escaleras e ingresó al cuarto de él. Lo acostó en la cama y lo tapo. Se sentó en la silla que había en el cuarto y se quedó observándolo. De pronto se dio cuenta que del hermoso rostro de su hyung, unas lágrimas se deslizaban suavemente. Su corazón aprovechaba que su dueño había perdido el control y fluía libremente.
Acto seguido se llevó las manos a sus ojos para evitar acompañarlo en el llanto. Pero fue inútil, empezó a sollozar inevitablemente. ¿Cómo podía una persona soportar tanto dolor? Su amigo había tenido que hacerlo. Lo admiraba. Esa persona que se encontraba en la cama, en unas condiciones lamentables, era la persona a la que más admiraba. Ese chico vivía en su propia burbuja. La había creado él mismo. No tenía motivos ni voluntades. No tenía nada ni a nadie:
- Hyung… ¿p-por qué no intentas cambiar…? - decía entre sollozos el menor sabiendo que hablaba solo- ¿por qué no dejas que me quede a tu lado? Sólo quiero que aceptes mi amistad. Quiero protegerte. Quiero verte… sonreír –el llanto le venció y rompió a llorar.
Cuando consiguió parar, decidió mandarle un mensaje a sus padres avisándolos de que pasaría la noche en casa de su amigo. Sabía que se estaba enterrando en su propia tumba, pues cuando él se despertara lo echaría a patadas, pero no le importaba. Se quedó un rato mirando por la ventana. ¿Cuál sería la razón por la que su hyung se había emborrachado salvajemente? No era la primera vez, pero cuando llegaba a tal grado, era porque había un motivo más.
Decidió que se quedaría hasta que él despertara, así que se acomodó en la silla y se dispuso a dormir. No le importaba perder clases. Por él, no le importaba nada.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:16 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
owwww ;3 es tan genial que puedas poner en cada historia
cada parte de cada integrante xD (repetí mucho cada) xD
Onew y Key me encanta que se lleven tan bien aunque Dubu
salga con tonterías
Minho y Jonghyun son tan amigos que es fascinante que siempre
estén asi sin importar la clase social
Kai y desconocido xD xD se me hacen tan diferentes pero tan parecidos
ya que el desconocido se esta poniendo un escudo ante todos pero
Kai es esa persona que estará con el en las buenas y en las malas ;3
DIME QUIEN ES EL DESCONOCIDO me esta matando la intriga JAJA
estaré esperando conti♥
cada parte de cada integrante xD (repetí mucho cada) xD
Onew y Key me encanta que se lleven tan bien aunque Dubu
salga con tonterías
Minho y Jonghyun son tan amigos que es fascinante que siempre
estén asi sin importar la clase social
Kai y desconocido xD xD se me hacen tan diferentes pero tan parecidos
ya que el desconocido se esta poniendo un escudo ante todos pero
Kai es esa persona que estará con el en las buenas y en las malas ;3
DIME QUIEN ES EL DESCONOCIDO me esta matando la intriga JAJA
estaré esperando conti♥
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 3
MinhoO: Gracias por comentar de nuevo y me hace muy feliz que te guste, enserio T3T con respecto al ''desconocido'', no sospechas de quién puede ser? >3< Siento hacerte sufrir, pero todavía no lo revelaré aunque ya queda poquísimo :D Hoy te haré un regalo especial:(?) Subiré 2 capis ^3^ Disfrútalos y espero que sigas leyéndome~~ <3
Capítulo 3:
Al día siguiente en la universidad no faltaba mucho para que las clases dieran comienzo. Todos los alumnos se dirigían a su clase, pero desafortunadamente se encontraron cara a cara:
- Parece que este año nos veremos muy seguido –decía el moreno.
- ¡Ja! Tendrías que sentirte privilegiado de compartir clase conmigo –le decía con superioridad.
- No agradezco las desgracias, lo siento –le decía contraatacando.
Ambos se quedaron mirándose. No se aguantaban ni en lo más hondo. Si por ellos fuera, ya se habría disputado la pelea decisiva para ver quién merece vivir:
- Cara de perro – contestaba son una sonrisa de lado.
- Barbie – le respondió con el mismo gesto.
- ¿¡Qué dijiste!? – reclamó furioso.
- ¿Acaso quieres que te lo repita? –dijo burlonamente.
- Hoy no sales vivo de aquí –le amenazó.
- No te tengo miedo –lo miró desafiante.
Al ver lo que se avecinaba Minho agarró del brazo a su amigo y lo disuadió:
- Jonghyun déjalo ya, siempre hacéis lo mismo –dijo su amigo cansado.
- ¡Suéltame! –intentó zafarse pero no lo consiguió. Como resultado su amigo tiró más fuerte y lo entró a la clase. Aún siendo arrastrado no quitaba la mirada del rubio, quién era alejado por su amigo también.
- Key, ¿podrías dejarlo ya? –decía molesto su amigo.
- Me las pagará –decía apartando la mirada de su amigo.
Onew no entendía el cambio radical de su amigo cada vez que se encontraba con él. Desde que se conocieron, sus personalidades habían chocado como dos imanes con la misma polaridad.
- Cuando te relajes entraremos, así que vete respirando hondo –ordenó
- No, está bien. Vamos a entrar.
- ¿Estás seguro? –lo cuestionaba su amigo.
- Sí –decía confiado.
El rubio había reflexionado y estaba decidido a intentar ignorarlo durante las clases. No quería manchar su expediente y tampoco quería que su amigo tuviera que estar pendiente de él, ya que perdería clases. Así que entraron y se sentó lo más lejos posible del perro junto con Onew sin siquiera mirarlo a la cara.
Las horas parecían eternas. En ocasiones se cuestionaba si las agujas del reloj se movían realmente. Pero lo que más le incomodaba era que no podía dejar de mirar al rubio de reojo. Será una tortura pasar todo el año con él. Eso era lo que rondaba por su cabeza durante las clases, junto con la imagen de esa persona.
El rubio sentía que lo observaban y tenía una ligera idea de quién era el dueño de esa mirada. ¿Qué era lo que miraba con tanto detenimiento? Y lo que es peor, ¿por qué no le incomodaba aquello? Siempre le replicaba a las personas o las espantaba cuando se quedaban mirándolo, pero a él no. No le importaba en absoluto. Sacudió su cabeza como si hubiera pensado en algo disparatado; cada vez se entendía menos a sí mismo.
La jornada de mañana ya había terminado y la hora del almuerzo se hacía presente. Antes de salir de clase, el castaño con disimulo para que su amigo no sospechara mandó un mensaje:
- Minho, si no quieres que se celebre La Tercera Guerra Mundial, inventa una excusa e intenta sacar a Jonghyun de la universidad antes de que terminen las clases. Yo haré lo mismo con Key. Ánimo! :D
Se dirigieron a la cafetería y cada uno se sirvió a gusto. Cuando estuvieron sentados Onew sintió que le vibraba el móvil. Cuando lo sacó para comprobar de qué se trataba, vio que era un mensaje de Minho:
- Buena idea, aunque es más fácil decirlo que hacerlo. Voy a ver qué se me ocurre. ¡Suerte a ti también!
Se relajó al leer la respuesta de su amigo, pues le ayudaría a evitar el enfrentamiento. Lo único que le quedaba era inventar algo. Muy buena idea la tuya, si que es más fácil decirlo que hacerlo. Pero algo se le iba a ocurrir:
- ¿En qué piensas? –le preguntó curioso el rubio.
- Nada en particular –le mostró una gran sonrisa.
En el jardín de la universidad, dos amigos charlaban:
- Tú madre dijo anoche que hoy quería presentarte a alguien y que estuvieras temprano –dijo recordando con una sonrisa la conversación antes de irse a dormir.
- Sí, no me lo recuerdes. Últimamente tiene la manía de presentarme a todas las chicas con las que trabaja –espetó molesto.
- Y encima te quejas.
- No estoy interesado. No niego sus respectivas bellezas, pero no me interesa realmente. No tengo ganas de más problemas –dijo suspirando y recostándose en el césped.
- Eres de lo que no hay. No todos tienen tu suerte –dijo imitando su postura.
- Jajaja Tranquilo, le diré que te presente a alguna.
- Ni se te ocurra –lo miró de reojo- no tengo tiempo para esas cosas.
La hora del almuerzo ya había finalizado. Una vez en la clase, se repitió el mismo proceso de por la mañana entre los dos. Total y absoluta indiferencia, pero esta vez fue algo molesto. Sintieron una punzada en el pecho. Algo les decía que lo que hacían estaba mal.
- ¿Te encuentras bien? –le preguntó al rubio que había llevado una mano al pecho.
- S-si, es solo que sentí… no me hagas caso –le sonrió y se dirigió su sitio.
Eso había sido extraño. Al verlo había sentido una punzada en el corazón. Aquello no tenía explicación:
- ¿Te duele algo? –cuestionó preocupado al ver que el moreno apartaba la mano de su pecho.
- N-no o sí… no sé –ante esta respuesta su amigo arqueó una ceja confundido.
Las clases siguieron avanzando, pero a medida que pasaba el tiempo el dolor del moreno se intensificaba:
- C-creo que me iré en el intercambio de hora –dijo con dificultad.
- ¿Te duele el pecho?
- No sé, puede que si…pero… es algo más profundo –dijo intentando averiguar de dónde provenía tal extraño dolor. Cada vez se hacía más insoportable.
- Cuando llegues a tu casa me avisas entonces –le dijo el alto al sentir la confusión de su amigo.
- Sí, no te preocupes.
Cuando acabó esa hora, recogió sus cosas y avisó al profesor que le tocaba, para acto seguido salir de allí. Minho se preocupó ante esa situación repentina. ¿Qué le habría pasado? Intentó hacer memoria sobre algo que lo haya podido provocar, pero no halló respuesta. Cuando llegara a su casa lo llamaría.
De rente sintió vibrar su móvil. Se extrañó, pues su amigo acaba de irse hace poco:
- Parece que ya no tendremos que inventar nada gracias a dios. ¿Por qué se fue? – era un mensaje de Onew.
- Sí, pues no lo sé la verdad. Dijo que le dolía el pecho o algo así. El tampoco sabía –escribió cauteloso para que no se notara.
- ¿Tampoco tenía idea? Que cosa más extraña. Espero que se recupere sea lo que sea.
- Sí la verdad, gracias.
El rubio sintió algo nuevamente en su pecho. El dolor no había cesado y cuando vio al moreno yéndose un sentimiento le llegó. ¿Sería preocupación? Hizo una mueca de extrañeza ante esa posibilidad. ¿Cómo iba a sentir eso por alguien que odiaba? Pero entonces… ¿por qué le dolía?
Le picó la curiosidad:
- ¿Por qué se habrá ido? – le preguntó a su amigo.
- Minho me dijo que tenía una especie de dolor en el pecho –contestó en susurros.
Ante la respuesta de su amigo, este abrió los ojos sorprendido. ¿Podría ser…?
Su amigo se preocupó por la expresión del rubio:
- ¿Pasó algo?
- N-no –dijo volviendo del asombro.
Las clases ya habían terminado y no había necesidad de quedarse, así que cada uno regresó a su casa.
~~~~~~
Ya había conseguido recuperar la consciencia. Sentía un intenso dolor en todo el cuerpo que partía desde su cabeza. Le pesaban hasta los párpados. Poco a poco intentó abrir los ojos. Tubo que cerrarlos varias veces para poder enforcar bien, pues todo estaba borroso. Se acomodó sentándose en la cama. Le resultaba difícil. Parecía que le estaban atravesando el cerebro. Levantó ambas manos sosteniendo su cabeza y suspiro pesadamente. Estaba en su cuarto. No recordaba casi nada pero no dio pie a que hubiera llegado a su casa él solo y si estaba en lo cierto… ¿entonces quién…?
- Por fin despertaste, ¿estás bien? – preguntó preocupado.
El mayor se giró intuyendo de dónde venía el sonido:
- ¿Qué haces tú aquí?
- Anoche te encontré por fuera de un bar borracho y te traje a tú casa hyung.
Ante su contestación, intentó hacer memoria de lo de anoche, pero unas punzadas acompañadas de imágenes borrosas acudían a sus pensamientos:
- ¡Ah! –se quejó ante el dolor.
- ¡¿Estás bien?! –se acercó preocupado a la cama.
- ¿No te dije que no te metieras? –dijo ignorando su dolor.
- Pero hyu… -agachó la cabeza apenado.
- ¡Nada de peros! –gritó molesto- sal de aquí ahora mismo –no pudo evitar llevar su mano a la cabeza por el dolor que le había provocado su propio grito.
El pequeño no quiso empezar una discusión. No en el estado en el que se encontraba su hyung. Pero tampoco quería dejarlo así. Optó por salir de su cuarto y quedarse por fuera en caso de que el dolor fuera a más.
Unos minutos más tarde sintió que algo vibraba en su bolsillo. Sacó su móvil y vio que era una llamada de su madre por lo que atendió:
- Hijo, ¿estás bien? –preguntó su madre tan rápido como este contestó la llamada.
- Sí, ¿por qué? –cuestionó extrañado.
- Me llamaron del instituto y me dijeron que no habías ido a clase.
El joven maldijo internamente el control tan estricto que tenía su instituto, pero le importaba más el hecho de que le había ocultado un pequeño detalle a su madre:
- L-lo siento… es que me sentía un poco mal y preferí no ir –mintió descaradamente. Aunque en cierta forma no. Sí que se había sentido mal y bastante además y el causante permanecía encerrado en su cuarto.
- Me hubieras avisado hijo, ¿quieres que te vayamos a buscar?
- N-no, ya estoy mejor –dijo lo más creíble posible- regresaré más tarde.
- Bueno está bien. Ten cuidado al volver y cuídate.
- Adiós…
Y guardo el móvil. No le gustaba mentir y menos a su madre, pero… tampoco le iba a decir la verdad. Ya arreglaría las cosas del instituto mañana.
Acto seguido oyó que la puerta de la habitación se abrió, saliendo un furioso hyung:
- ¿Por qué no fuiste a clases? –preguntó sabiendo la posible respuesta.
El menor apartó la vista evitando su mirada y se quedó callado:
- ¿Te quedaste toda la noche aquí?
- Y-yo… –intentó justificarse, pero sintió un fuerte golpe en la cara.
Le había pegado. ¿Habría colmado ya su paciencia? Se quedó un rato mirando al suelo conteniendo las lágrimas hasta que oyó su voz:
- ¡Idiota! –le gritó cerrando el puño que segundos antes había golpeado su cara- tú tienes que estar en clase y no aquí. Tienes que estudiar y no estar aquí. Tie-enes… -dijo aguantando las lágrima producto de la rabia que le había producido ese hecho- ¡Olvídame! Tú tienes tu vida y yo tengo la mía. Tú tienes tu camino. Tienes tus sueños, tienes metas, objetivos, responsabilidades… Olvida todo lo que pasó, ¡vete! –lágrimas resbalaban por su rostro- no quiero que estés a mi lado, ¿qué parte no entiendes?
- ¿Por qué te autodestruyes? ¿Por qué no dejas que nadie se te acerque? No soporto que te estés haciendo daño todo el tiempo – ya sus lágrimas fluían libremente- hyung, a mi también me duele verte así, ¿por qué no confías en mi? Tu corazón no soporta más dolor y tu cuerpo está cargando con las consecuencias. No podría soportar que tú acabaras de esa manera. Por favor –decía a duras penas- compártelo conmigo. Eres mi amigo…por e-so…
- Kai lárgate de una vez – decía casi a modo de súplica. Su llanto se había intensificado- Si quieres ayudarme hazme un favor y no vuelvas a aparecer nunca más.
- No voy a prometer algo que no voy a cumplir –se limpió las lágrimas con su antebrazo y salió de allí.
El castaño dio un portazo una vez que entró de nuevo a su habitación y se echó en la cama frustrado. Jamás lo dejaría. ¿Confiaba en él? Estaba claro. La única persona en la que ha confiado desde hacía tiempo. Ese chico era como un hermano pequeño para él, pero jamás lo admitiría. Tenía la necesidad de protegerlo y sabía que la única manera era alejarlo de su lado. Le dolía en lo más profundo. Había sido su única compañía y de una forma u otra, su único apoyo. Tenía que evitar que a Kai lo relacionaran con él; no quería involucrarlo en nada. Quería que se olvidara de él; muy a su pesar era la mejor opción.
Podrían tomarle la ficha y amenazarlo. Nadie debería correr su suerte. Nadie podía acompañarlo. Duele saber que tu único amigo está mejor lejos de ti, pero… ¿qué podía hacer?
Capítulo 3:
Al día siguiente en la universidad no faltaba mucho para que las clases dieran comienzo. Todos los alumnos se dirigían a su clase, pero desafortunadamente se encontraron cara a cara:
- Parece que este año nos veremos muy seguido –decía el moreno.
- ¡Ja! Tendrías que sentirte privilegiado de compartir clase conmigo –le decía con superioridad.
- No agradezco las desgracias, lo siento –le decía contraatacando.
Ambos se quedaron mirándose. No se aguantaban ni en lo más hondo. Si por ellos fuera, ya se habría disputado la pelea decisiva para ver quién merece vivir:
- Cara de perro – contestaba son una sonrisa de lado.
- Barbie – le respondió con el mismo gesto.
- ¿¡Qué dijiste!? – reclamó furioso.
- ¿Acaso quieres que te lo repita? –dijo burlonamente.
- Hoy no sales vivo de aquí –le amenazó.
- No te tengo miedo –lo miró desafiante.
Al ver lo que se avecinaba Minho agarró del brazo a su amigo y lo disuadió:
- Jonghyun déjalo ya, siempre hacéis lo mismo –dijo su amigo cansado.
- ¡Suéltame! –intentó zafarse pero no lo consiguió. Como resultado su amigo tiró más fuerte y lo entró a la clase. Aún siendo arrastrado no quitaba la mirada del rubio, quién era alejado por su amigo también.
- Key, ¿podrías dejarlo ya? –decía molesto su amigo.
- Me las pagará –decía apartando la mirada de su amigo.
Onew no entendía el cambio radical de su amigo cada vez que se encontraba con él. Desde que se conocieron, sus personalidades habían chocado como dos imanes con la misma polaridad.
- Cuando te relajes entraremos, así que vete respirando hondo –ordenó
- No, está bien. Vamos a entrar.
- ¿Estás seguro? –lo cuestionaba su amigo.
- Sí –decía confiado.
El rubio había reflexionado y estaba decidido a intentar ignorarlo durante las clases. No quería manchar su expediente y tampoco quería que su amigo tuviera que estar pendiente de él, ya que perdería clases. Así que entraron y se sentó lo más lejos posible del perro junto con Onew sin siquiera mirarlo a la cara.
Las horas parecían eternas. En ocasiones se cuestionaba si las agujas del reloj se movían realmente. Pero lo que más le incomodaba era que no podía dejar de mirar al rubio de reojo. Será una tortura pasar todo el año con él. Eso era lo que rondaba por su cabeza durante las clases, junto con la imagen de esa persona.
El rubio sentía que lo observaban y tenía una ligera idea de quién era el dueño de esa mirada. ¿Qué era lo que miraba con tanto detenimiento? Y lo que es peor, ¿por qué no le incomodaba aquello? Siempre le replicaba a las personas o las espantaba cuando se quedaban mirándolo, pero a él no. No le importaba en absoluto. Sacudió su cabeza como si hubiera pensado en algo disparatado; cada vez se entendía menos a sí mismo.
La jornada de mañana ya había terminado y la hora del almuerzo se hacía presente. Antes de salir de clase, el castaño con disimulo para que su amigo no sospechara mandó un mensaje:
- Minho, si no quieres que se celebre La Tercera Guerra Mundial, inventa una excusa e intenta sacar a Jonghyun de la universidad antes de que terminen las clases. Yo haré lo mismo con Key. Ánimo! :D
Se dirigieron a la cafetería y cada uno se sirvió a gusto. Cuando estuvieron sentados Onew sintió que le vibraba el móvil. Cuando lo sacó para comprobar de qué se trataba, vio que era un mensaje de Minho:
- Buena idea, aunque es más fácil decirlo que hacerlo. Voy a ver qué se me ocurre. ¡Suerte a ti también!
Se relajó al leer la respuesta de su amigo, pues le ayudaría a evitar el enfrentamiento. Lo único que le quedaba era inventar algo. Muy buena idea la tuya, si que es más fácil decirlo que hacerlo. Pero algo se le iba a ocurrir:
- ¿En qué piensas? –le preguntó curioso el rubio.
- Nada en particular –le mostró una gran sonrisa.
En el jardín de la universidad, dos amigos charlaban:
- Tú madre dijo anoche que hoy quería presentarte a alguien y que estuvieras temprano –dijo recordando con una sonrisa la conversación antes de irse a dormir.
- Sí, no me lo recuerdes. Últimamente tiene la manía de presentarme a todas las chicas con las que trabaja –espetó molesto.
- Y encima te quejas.
- No estoy interesado. No niego sus respectivas bellezas, pero no me interesa realmente. No tengo ganas de más problemas –dijo suspirando y recostándose en el césped.
- Eres de lo que no hay. No todos tienen tu suerte –dijo imitando su postura.
- Jajaja Tranquilo, le diré que te presente a alguna.
- Ni se te ocurra –lo miró de reojo- no tengo tiempo para esas cosas.
La hora del almuerzo ya había finalizado. Una vez en la clase, se repitió el mismo proceso de por la mañana entre los dos. Total y absoluta indiferencia, pero esta vez fue algo molesto. Sintieron una punzada en el pecho. Algo les decía que lo que hacían estaba mal.
- ¿Te encuentras bien? –le preguntó al rubio que había llevado una mano al pecho.
- S-si, es solo que sentí… no me hagas caso –le sonrió y se dirigió su sitio.
Eso había sido extraño. Al verlo había sentido una punzada en el corazón. Aquello no tenía explicación:
- ¿Te duele algo? –cuestionó preocupado al ver que el moreno apartaba la mano de su pecho.
- N-no o sí… no sé –ante esta respuesta su amigo arqueó una ceja confundido.
Las clases siguieron avanzando, pero a medida que pasaba el tiempo el dolor del moreno se intensificaba:
- C-creo que me iré en el intercambio de hora –dijo con dificultad.
- ¿Te duele el pecho?
- No sé, puede que si…pero… es algo más profundo –dijo intentando averiguar de dónde provenía tal extraño dolor. Cada vez se hacía más insoportable.
- Cuando llegues a tu casa me avisas entonces –le dijo el alto al sentir la confusión de su amigo.
- Sí, no te preocupes.
Cuando acabó esa hora, recogió sus cosas y avisó al profesor que le tocaba, para acto seguido salir de allí. Minho se preocupó ante esa situación repentina. ¿Qué le habría pasado? Intentó hacer memoria sobre algo que lo haya podido provocar, pero no halló respuesta. Cuando llegara a su casa lo llamaría.
De rente sintió vibrar su móvil. Se extrañó, pues su amigo acaba de irse hace poco:
- Parece que ya no tendremos que inventar nada gracias a dios. ¿Por qué se fue? – era un mensaje de Onew.
- Sí, pues no lo sé la verdad. Dijo que le dolía el pecho o algo así. El tampoco sabía –escribió cauteloso para que no se notara.
- ¿Tampoco tenía idea? Que cosa más extraña. Espero que se recupere sea lo que sea.
- Sí la verdad, gracias.
El rubio sintió algo nuevamente en su pecho. El dolor no había cesado y cuando vio al moreno yéndose un sentimiento le llegó. ¿Sería preocupación? Hizo una mueca de extrañeza ante esa posibilidad. ¿Cómo iba a sentir eso por alguien que odiaba? Pero entonces… ¿por qué le dolía?
Le picó la curiosidad:
- ¿Por qué se habrá ido? – le preguntó a su amigo.
- Minho me dijo que tenía una especie de dolor en el pecho –contestó en susurros.
Ante la respuesta de su amigo, este abrió los ojos sorprendido. ¿Podría ser…?
Su amigo se preocupó por la expresión del rubio:
- ¿Pasó algo?
- N-no –dijo volviendo del asombro.
Las clases ya habían terminado y no había necesidad de quedarse, así que cada uno regresó a su casa.
~~~~~~
Ya había conseguido recuperar la consciencia. Sentía un intenso dolor en todo el cuerpo que partía desde su cabeza. Le pesaban hasta los párpados. Poco a poco intentó abrir los ojos. Tubo que cerrarlos varias veces para poder enforcar bien, pues todo estaba borroso. Se acomodó sentándose en la cama. Le resultaba difícil. Parecía que le estaban atravesando el cerebro. Levantó ambas manos sosteniendo su cabeza y suspiro pesadamente. Estaba en su cuarto. No recordaba casi nada pero no dio pie a que hubiera llegado a su casa él solo y si estaba en lo cierto… ¿entonces quién…?
- Por fin despertaste, ¿estás bien? – preguntó preocupado.
El mayor se giró intuyendo de dónde venía el sonido:
- ¿Qué haces tú aquí?
- Anoche te encontré por fuera de un bar borracho y te traje a tú casa hyung.
Ante su contestación, intentó hacer memoria de lo de anoche, pero unas punzadas acompañadas de imágenes borrosas acudían a sus pensamientos:
- ¡Ah! –se quejó ante el dolor.
- ¡¿Estás bien?! –se acercó preocupado a la cama.
- ¿No te dije que no te metieras? –dijo ignorando su dolor.
- Pero hyu… -agachó la cabeza apenado.
- ¡Nada de peros! –gritó molesto- sal de aquí ahora mismo –no pudo evitar llevar su mano a la cabeza por el dolor que le había provocado su propio grito.
El pequeño no quiso empezar una discusión. No en el estado en el que se encontraba su hyung. Pero tampoco quería dejarlo así. Optó por salir de su cuarto y quedarse por fuera en caso de que el dolor fuera a más.
Unos minutos más tarde sintió que algo vibraba en su bolsillo. Sacó su móvil y vio que era una llamada de su madre por lo que atendió:
- Hijo, ¿estás bien? –preguntó su madre tan rápido como este contestó la llamada.
- Sí, ¿por qué? –cuestionó extrañado.
- Me llamaron del instituto y me dijeron que no habías ido a clase.
El joven maldijo internamente el control tan estricto que tenía su instituto, pero le importaba más el hecho de que le había ocultado un pequeño detalle a su madre:
- L-lo siento… es que me sentía un poco mal y preferí no ir –mintió descaradamente. Aunque en cierta forma no. Sí que se había sentido mal y bastante además y el causante permanecía encerrado en su cuarto.
- Me hubieras avisado hijo, ¿quieres que te vayamos a buscar?
- N-no, ya estoy mejor –dijo lo más creíble posible- regresaré más tarde.
- Bueno está bien. Ten cuidado al volver y cuídate.
- Adiós…
Y guardo el móvil. No le gustaba mentir y menos a su madre, pero… tampoco le iba a decir la verdad. Ya arreglaría las cosas del instituto mañana.
Acto seguido oyó que la puerta de la habitación se abrió, saliendo un furioso hyung:
- ¿Por qué no fuiste a clases? –preguntó sabiendo la posible respuesta.
El menor apartó la vista evitando su mirada y se quedó callado:
- ¿Te quedaste toda la noche aquí?
- Y-yo… –intentó justificarse, pero sintió un fuerte golpe en la cara.
Le había pegado. ¿Habría colmado ya su paciencia? Se quedó un rato mirando al suelo conteniendo las lágrimas hasta que oyó su voz:
- ¡Idiota! –le gritó cerrando el puño que segundos antes había golpeado su cara- tú tienes que estar en clase y no aquí. Tienes que estudiar y no estar aquí. Tie-enes… -dijo aguantando las lágrima producto de la rabia que le había producido ese hecho- ¡Olvídame! Tú tienes tu vida y yo tengo la mía. Tú tienes tu camino. Tienes tus sueños, tienes metas, objetivos, responsabilidades… Olvida todo lo que pasó, ¡vete! –lágrimas resbalaban por su rostro- no quiero que estés a mi lado, ¿qué parte no entiendes?
- ¿Por qué te autodestruyes? ¿Por qué no dejas que nadie se te acerque? No soporto que te estés haciendo daño todo el tiempo – ya sus lágrimas fluían libremente- hyung, a mi también me duele verte así, ¿por qué no confías en mi? Tu corazón no soporta más dolor y tu cuerpo está cargando con las consecuencias. No podría soportar que tú acabaras de esa manera. Por favor –decía a duras penas- compártelo conmigo. Eres mi amigo…por e-so…
- Kai lárgate de una vez – decía casi a modo de súplica. Su llanto se había intensificado- Si quieres ayudarme hazme un favor y no vuelvas a aparecer nunca más.
- No voy a prometer algo que no voy a cumplir –se limpió las lágrimas con su antebrazo y salió de allí.
El castaño dio un portazo una vez que entró de nuevo a su habitación y se echó en la cama frustrado. Jamás lo dejaría. ¿Confiaba en él? Estaba claro. La única persona en la que ha confiado desde hacía tiempo. Ese chico era como un hermano pequeño para él, pero jamás lo admitiría. Tenía la necesidad de protegerlo y sabía que la única manera era alejarlo de su lado. Le dolía en lo más profundo. Había sido su única compañía y de una forma u otra, su único apoyo. Tenía que evitar que a Kai lo relacionaran con él; no quería involucrarlo en nada. Quería que se olvidara de él; muy a su pesar era la mejor opción.
Podrían tomarle la ficha y amenazarlo. Nadie debería correr su suerte. Nadie podía acompañarlo. Duele saber que tu único amigo está mejor lejos de ti, pero… ¿qué podía hacer?
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:17 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 4
Capitulo 4:
- No entiendo tu poco interés en el tema, la chica es muy guapa y todas han sido igual. Nunca te ha llamado la atención ni una de las que te he presentado. –decía su madre con cara de resignación.
- Todas han sigo guapas y agradezco tu esfuerzo, pero no es lo único que importa.
- Sólo quiero asegurarme de que tengas un buen futuro y de que seas feliz –dijo su madre acariciando su mejilla.
- Madre, cuando era pequeño, siempre me contabas historias de cómo las personas luchaban por encontrar su amor. Esa persona que les correspondiera, que le despertara todo tipo de sensaciones y emociones, que su lado no importara nada. Sentían la necesidad de protegerla… -se quedó pensativo ante sus recuerdo y sonrió- cuando acababas las historias siempre me decías lo mismo: << Hijo, cada persona tiene a alguien especial en esta vida, y esa persona también está esperando. Cuando el destino crea que es la hora, esas personas se encontrarán y su amor florecerá >>. Tú me dijiste que encontraste a esa persona, la que ahora es mi padre. Yo también quiero encontrarla y tener la oportunidad de amarla, no quiero ser obligado a querer.
- Así que me escuchabas aún estando dormido –afirmó nostálgica su madre- lo siento hijo –dijo son una sonrisa.
- No te preocupes –dijo devolviendo el gesto.
- Pero prométeme una cosa –se acercó a él- cuando encuentres esa persona tienes que contármelo ¿eh? –le guiñó un ojo divertida a su hijo.
- Por supuesto –rió ante del gesto de su madre.
- Hijo estoy muy orgullosa de ti. Eres y serás mi mayor tesoro junto a tu padre –le abrazó cálidamente.
Minho correspondió el abrazo. Estaba muy agradecido de la madre que le había tocado, pero rogaba que su padre se tomara tan bien estas cosas en las que él creía. Siempre había querido encontrar el amor verdadero, ya que sabía que muchas personas con las que se relacionaba de su misma clase social, habían acabado en relaciones de conveniencia. Hasta ahora no había encontrado a esa persona, pero no le preocupaba el hecho puesto que era joven.
Subió a su habitación y miró su móvil. Su amigo no lo había llamado y eso empezaba a preocuparle. De repente como si le hubiera leído el pensamiento empezó a sonar:
- Me tenías preocupado -dijo.
- Lo siento, es que cuando llegué me acosté un momento en la cama y me quedé dormido –dijo apenado.
- No te preocupes, ¿estás mejor? –dijo restándole importancia.
- Sí, pero no sé… te juro que fue una sensación rarísima. –aseguraba en moreno.
- Ya te he dicho que dejes el alcohol –bromeaba.
- Si es que nunca te hago caso –decía siguiéndole el juego.
- Ahora fuera de broma –decía conteniendo la risa- si pasa cualquier cosa ya sabes.
- Sí, no te preocupes.
~~~~~~
Después de tomar una ducha, se secó y se vistió. Justo cuando empezaba a peinarse, el rubio notó que un pequeño olor a quemado se colaba por la cerradura de la puerta. Preocupado, salió del baño intensificándose así el olor. Siguió hasta la cocina:
- No puede ser… -se quedó pálido ante la escena.
- Jejeje ¿ya terminaste? que rápido…
De pronto al rubio se le empezó a hinchar la vena de la frente:
- Querido Onew, ¡¿Qué has hecho?! –decía dirigiéndose hacia él.
- No me mates, por favor –suplicó de rodillas para acto seguido, salir despavorido en vista de que su amigo no tenía ni la más mínima intención de escucharle.
Solo le faltaba poner la lápida en el jardín y del resto se encargaría Key. Su final a manos de su mejor amigo. Por favor si muero que alguien escriba mi historia, será un Best Seller. Había despertado sin querer esa vena asesina que su compañero tenía y que sutilmente empezaba a manifestarse:
- ¡No huyas, Lee Jinki! Desintegraré hasta la última célula de tu cuerpo como has hecho con la cocina –decía cabreado.
- ¡Perdóname! –decía mientras se encerraba en su habitación.
- ¿En que estabas pensando? Si querías remodelar la cocina no hacía falta que buscaras la excusa quemándola –decía al otro lado de la puerta.
- Solo quería hacer algo de comer por una vez. En clase te noté cansado y quería quitarte una tarea de encima.
Al oírlo, al rubio se le relajó la expresión y suspiró ante la terrible torpeza que tenía su amigo en ocasiones:
- Ya puedes salir –aseguró- no te voy a hacer nada.
- ¿Seguro? –dijo desconfiado.
- ¿Encima no confías en mí?
- Por supuesto que si –salió inmediatamente.
- Por tu culpa no me he podido peinar. Ahora tendré el pelo horrible –se dirigió al baño nuevamente.
- Nunca te ves horrible –le dedicó una amplia sonrisa- siempre encuentras algún modo de arreglarlo.
Sonrió ante su comentario:
- Vete limpiando que dentro de un rato iré a preparar la cena.
Una vez pasado todo el desastre nocturno ya se encontraban cenando en el sillón:
- Onew…
- ¿Mm? –preguntaba su amigo con la boca llena.
- ¿Te ha vuelto a llamar? – no sabía si su pregunta era oportuna.
- Si te refieres a él no –dijo después de tragar.
- ¿Y no piensas hacer nada?
- Las cosas se dieron así. Aunque podría haberlo hecho de otra manera, pero no voy a perseguirlo ni nada por el estilo, además si ya no me quiere ya no me incumbe. Solo espero que al lugar a donde se haya ido sea feliz –sonrió su amigo ante la oleada de recuerdos que le asaltaron.
Su amigo se acercó y lo abrazó. Sabía que había sufrido y seguramente la herida no había cerrado del todo. Su amigo era muy fuerte y él lo sabía, pero todo el mundo necesita apoyo y quién mejor que su amigo de toda la vida.
~~~~~~
Una delgada figura se paseaba por las solitarias pero iluminadas calles nocturnas de la capital. Esta vez se prometió que no se emborracharía, una especie de respeto por su amigo… pero cada uno de sus sentidos se lo pedía, su cabeza lo necesitaba. Su corazón le gritaba. Se sentó en un banco y cerró los ojos, aspirando el olor a hierba fresca. Ese parque era muy reconfortante, pero el sabía que estaba siendo masoquista al volver al mismo lugar que le presionaba el corazón. Se quedó así durante unos minutos hasta que oyó la sirena de la policía, lo que le hizo saltar de un brinco y quedarse de pie:
- Otra vez no… -decía en un susurro casi inaudible al ver que el coche se paraba en la entrada del parque y los agentes de dirigían a por él.
Dio media vuelta y salió corriendo. Ellos iban detrás de él y parecía que esta vez habían tenido en cuenta su envidiable agilidad. Salió del parque y se perdió entre las calles. Se dirigía en dirección opuesta al almacén, no podía ser tan tonto como para llevarles de visita a su casa. Eran rápidos había que admitirlos, pero si alguien se conocía perfectamente las calles de esta ciudad era sin duda él. Se desvió un par de veces y entre callejón y callejón, saltando un par de muros, consiguió despistarlos.
Había corrido como nunca y estaba llegando al límite. Cerca de su casa, se encontró a Kai entrando y se maldijo mentalmente. No quería tentar a la suerte de que lo hubieran conseguido seguir. En ese caso, su casa no le importaba tanto como el hecho de que se llevarían a su amigo como sospechoso. Dio un último esfuerzo y corrió hacia la puerta de su casa arrastrando a su amigo del brazo quien lo miraba entre sorprendido y asustado. No se esperaba una cosa así.
Cerró la enorme puerta del almacén. Se dirigió a su amigo y le puso la mano en el brazo:
- ¿Eres idiota o qué? – le decía intentando regular su respiración, pero el sobreesfuerzo físico que acaba de llevar acabo en la persecución le pasó factura y cayó de rodillas al suelo llevándose la mano al pecho.
- Hyung primero respira y después me reprendes –dijo para agacharse a la altura de él –te ayudaré vamos.
El menor lo levantó y pasó su brazo por la cintura del mayor. Este no replicó nada, cosa que le sorprendía, ya que por rutina le habría rechazado el gesto. Subieron a su habitación y se sentaron en la cama:
- ¿Por qué venías corriendo? –le preguntó.
- Me apetecía hacer ejercicio.
- Hyung… ¿era la policía? –preguntó intentando buscar su mirada.
El otro evitó mirarlo a los ojos y se quedó callado. El menor lo interpretó como un sí:
- ¿Por qué te perseguían? – la pregunta era inútil. Sabía perfectamente que si no le había dicho por qué corría muchos menos le diría el motivo de sus perseguidores.
- Déjame preguntar ahora, ¿qué haces tú aquí a estas horas? –le preguntó molesto por el interrogatorio que aparte de con palabras, se lo suplicaban sus ojos marrones.
- Venía a pedirte un favor… -dijo esperando la reacción de su compañero.
- ¿Qué quieres? –dijo indiferente.
- ¿Puedo quedarme contigo esta noche? –dijo con dificultad ya que le temblaba la voz.
- ¿Cómo dices? –dijo abriendo los ojos como platos.
- Hoy tuve una discusión con mis padres y me escapé de casa.
El mayor lo meditó durante un momento. Luego se acercó a él poniéndole la mano en la cabeza:
- Está bien.
Su amigo casi llora de felicidad. Se levantó y le abrazó:
- Quita
- Lo siento –sonrió sinceramente – gracias.
El mayor puso rumbo a las escaleras situadas fuera de su habitación:
- ¿A dónde vas? –le preguntó curioso.
- Voy a arriba, puedes dormir en la cama si quieres. No esperes por mí.
- No, está bien. Te espero.
- Cabezota –prensó para sí mismo.
Su intención esa noche era salir a olvidar un poco las penas, pero parecía que lo seguían cual sombra a su dueño. Tras contemplar un rato las numerosas estrellas que hacían soñar a la gente bajó y se dirigió a su habitación:
- Vaya con este chico –dijo suspirando al ver que se había quedado dormido.
¿Qué clase de discusión habría tenido con sus padres? ¿Tan grave había sido como para escaparse de casa? Con esas preguntas en sus pensamientos, se acostó en un lado que le había dejado su amigo en la cama. Se giró hacia él, que dormía plácidamente. Tapó a ambos con la manta y le acarició el cabello suavemente:
- Buenas noches Kai –eso fue lo que expresó con la mirada antes de sucumbir definitivamente ante el sueño.
- No entiendo tu poco interés en el tema, la chica es muy guapa y todas han sido igual. Nunca te ha llamado la atención ni una de las que te he presentado. –decía su madre con cara de resignación.
- Todas han sigo guapas y agradezco tu esfuerzo, pero no es lo único que importa.
- Sólo quiero asegurarme de que tengas un buen futuro y de que seas feliz –dijo su madre acariciando su mejilla.
- Madre, cuando era pequeño, siempre me contabas historias de cómo las personas luchaban por encontrar su amor. Esa persona que les correspondiera, que le despertara todo tipo de sensaciones y emociones, que su lado no importara nada. Sentían la necesidad de protegerla… -se quedó pensativo ante sus recuerdo y sonrió- cuando acababas las historias siempre me decías lo mismo: << Hijo, cada persona tiene a alguien especial en esta vida, y esa persona también está esperando. Cuando el destino crea que es la hora, esas personas se encontrarán y su amor florecerá >>. Tú me dijiste que encontraste a esa persona, la que ahora es mi padre. Yo también quiero encontrarla y tener la oportunidad de amarla, no quiero ser obligado a querer.
- Así que me escuchabas aún estando dormido –afirmó nostálgica su madre- lo siento hijo –dijo son una sonrisa.
- No te preocupes –dijo devolviendo el gesto.
- Pero prométeme una cosa –se acercó a él- cuando encuentres esa persona tienes que contármelo ¿eh? –le guiñó un ojo divertida a su hijo.
- Por supuesto –rió ante del gesto de su madre.
- Hijo estoy muy orgullosa de ti. Eres y serás mi mayor tesoro junto a tu padre –le abrazó cálidamente.
Minho correspondió el abrazo. Estaba muy agradecido de la madre que le había tocado, pero rogaba que su padre se tomara tan bien estas cosas en las que él creía. Siempre había querido encontrar el amor verdadero, ya que sabía que muchas personas con las que se relacionaba de su misma clase social, habían acabado en relaciones de conveniencia. Hasta ahora no había encontrado a esa persona, pero no le preocupaba el hecho puesto que era joven.
Subió a su habitación y miró su móvil. Su amigo no lo había llamado y eso empezaba a preocuparle. De repente como si le hubiera leído el pensamiento empezó a sonar:
- Me tenías preocupado -dijo.
- Lo siento, es que cuando llegué me acosté un momento en la cama y me quedé dormido –dijo apenado.
- No te preocupes, ¿estás mejor? –dijo restándole importancia.
- Sí, pero no sé… te juro que fue una sensación rarísima. –aseguraba en moreno.
- Ya te he dicho que dejes el alcohol –bromeaba.
- Si es que nunca te hago caso –decía siguiéndole el juego.
- Ahora fuera de broma –decía conteniendo la risa- si pasa cualquier cosa ya sabes.
- Sí, no te preocupes.
~~~~~~
Después de tomar una ducha, se secó y se vistió. Justo cuando empezaba a peinarse, el rubio notó que un pequeño olor a quemado se colaba por la cerradura de la puerta. Preocupado, salió del baño intensificándose así el olor. Siguió hasta la cocina:
- No puede ser… -se quedó pálido ante la escena.
- Jejeje ¿ya terminaste? que rápido…
De pronto al rubio se le empezó a hinchar la vena de la frente:
- Querido Onew, ¡¿Qué has hecho?! –decía dirigiéndose hacia él.
- No me mates, por favor –suplicó de rodillas para acto seguido, salir despavorido en vista de que su amigo no tenía ni la más mínima intención de escucharle.
Solo le faltaba poner la lápida en el jardín y del resto se encargaría Key. Su final a manos de su mejor amigo. Por favor si muero que alguien escriba mi historia, será un Best Seller. Había despertado sin querer esa vena asesina que su compañero tenía y que sutilmente empezaba a manifestarse:
- ¡No huyas, Lee Jinki! Desintegraré hasta la última célula de tu cuerpo como has hecho con la cocina –decía cabreado.
- ¡Perdóname! –decía mientras se encerraba en su habitación.
- ¿En que estabas pensando? Si querías remodelar la cocina no hacía falta que buscaras la excusa quemándola –decía al otro lado de la puerta.
- Solo quería hacer algo de comer por una vez. En clase te noté cansado y quería quitarte una tarea de encima.
Al oírlo, al rubio se le relajó la expresión y suspiró ante la terrible torpeza que tenía su amigo en ocasiones:
- Ya puedes salir –aseguró- no te voy a hacer nada.
- ¿Seguro? –dijo desconfiado.
- ¿Encima no confías en mí?
- Por supuesto que si –salió inmediatamente.
- Por tu culpa no me he podido peinar. Ahora tendré el pelo horrible –se dirigió al baño nuevamente.
- Nunca te ves horrible –le dedicó una amplia sonrisa- siempre encuentras algún modo de arreglarlo.
Sonrió ante su comentario:
- Vete limpiando que dentro de un rato iré a preparar la cena.
Una vez pasado todo el desastre nocturno ya se encontraban cenando en el sillón:
- Onew…
- ¿Mm? –preguntaba su amigo con la boca llena.
- ¿Te ha vuelto a llamar? – no sabía si su pregunta era oportuna.
- Si te refieres a él no –dijo después de tragar.
- ¿Y no piensas hacer nada?
- Las cosas se dieron así. Aunque podría haberlo hecho de otra manera, pero no voy a perseguirlo ni nada por el estilo, además si ya no me quiere ya no me incumbe. Solo espero que al lugar a donde se haya ido sea feliz –sonrió su amigo ante la oleada de recuerdos que le asaltaron.
Su amigo se acercó y lo abrazó. Sabía que había sufrido y seguramente la herida no había cerrado del todo. Su amigo era muy fuerte y él lo sabía, pero todo el mundo necesita apoyo y quién mejor que su amigo de toda la vida.
~~~~~~
Una delgada figura se paseaba por las solitarias pero iluminadas calles nocturnas de la capital. Esta vez se prometió que no se emborracharía, una especie de respeto por su amigo… pero cada uno de sus sentidos se lo pedía, su cabeza lo necesitaba. Su corazón le gritaba. Se sentó en un banco y cerró los ojos, aspirando el olor a hierba fresca. Ese parque era muy reconfortante, pero el sabía que estaba siendo masoquista al volver al mismo lugar que le presionaba el corazón. Se quedó así durante unos minutos hasta que oyó la sirena de la policía, lo que le hizo saltar de un brinco y quedarse de pie:
- Otra vez no… -decía en un susurro casi inaudible al ver que el coche se paraba en la entrada del parque y los agentes de dirigían a por él.
Dio media vuelta y salió corriendo. Ellos iban detrás de él y parecía que esta vez habían tenido en cuenta su envidiable agilidad. Salió del parque y se perdió entre las calles. Se dirigía en dirección opuesta al almacén, no podía ser tan tonto como para llevarles de visita a su casa. Eran rápidos había que admitirlos, pero si alguien se conocía perfectamente las calles de esta ciudad era sin duda él. Se desvió un par de veces y entre callejón y callejón, saltando un par de muros, consiguió despistarlos.
Había corrido como nunca y estaba llegando al límite. Cerca de su casa, se encontró a Kai entrando y se maldijo mentalmente. No quería tentar a la suerte de que lo hubieran conseguido seguir. En ese caso, su casa no le importaba tanto como el hecho de que se llevarían a su amigo como sospechoso. Dio un último esfuerzo y corrió hacia la puerta de su casa arrastrando a su amigo del brazo quien lo miraba entre sorprendido y asustado. No se esperaba una cosa así.
Cerró la enorme puerta del almacén. Se dirigió a su amigo y le puso la mano en el brazo:
- ¿Eres idiota o qué? – le decía intentando regular su respiración, pero el sobreesfuerzo físico que acaba de llevar acabo en la persecución le pasó factura y cayó de rodillas al suelo llevándose la mano al pecho.
- Hyung primero respira y después me reprendes –dijo para agacharse a la altura de él –te ayudaré vamos.
El menor lo levantó y pasó su brazo por la cintura del mayor. Este no replicó nada, cosa que le sorprendía, ya que por rutina le habría rechazado el gesto. Subieron a su habitación y se sentaron en la cama:
- ¿Por qué venías corriendo? –le preguntó.
- Me apetecía hacer ejercicio.
- Hyung… ¿era la policía? –preguntó intentando buscar su mirada.
El otro evitó mirarlo a los ojos y se quedó callado. El menor lo interpretó como un sí:
- ¿Por qué te perseguían? – la pregunta era inútil. Sabía perfectamente que si no le había dicho por qué corría muchos menos le diría el motivo de sus perseguidores.
- Déjame preguntar ahora, ¿qué haces tú aquí a estas horas? –le preguntó molesto por el interrogatorio que aparte de con palabras, se lo suplicaban sus ojos marrones.
- Venía a pedirte un favor… -dijo esperando la reacción de su compañero.
- ¿Qué quieres? –dijo indiferente.
- ¿Puedo quedarme contigo esta noche? –dijo con dificultad ya que le temblaba la voz.
- ¿Cómo dices? –dijo abriendo los ojos como platos.
- Hoy tuve una discusión con mis padres y me escapé de casa.
El mayor lo meditó durante un momento. Luego se acercó a él poniéndole la mano en la cabeza:
- Está bien.
Su amigo casi llora de felicidad. Se levantó y le abrazó:
- Quita
- Lo siento –sonrió sinceramente – gracias.
El mayor puso rumbo a las escaleras situadas fuera de su habitación:
- ¿A dónde vas? –le preguntó curioso.
- Voy a arriba, puedes dormir en la cama si quieres. No esperes por mí.
- No, está bien. Te espero.
- Cabezota –prensó para sí mismo.
Su intención esa noche era salir a olvidar un poco las penas, pero parecía que lo seguían cual sombra a su dueño. Tras contemplar un rato las numerosas estrellas que hacían soñar a la gente bajó y se dirigió a su habitación:
- Vaya con este chico –dijo suspirando al ver que se había quedado dormido.
¿Qué clase de discusión habría tenido con sus padres? ¿Tan grave había sido como para escaparse de casa? Con esas preguntas en sus pensamientos, se acostó en un lado que le había dejado su amigo en la cama. Se giró hacia él, que dormía plácidamente. Tapó a ambos con la manta y le acarició el cabello suavemente:
- Buenas noches Kai –eso fue lo que expresó con la mirada antes de sucumbir definitivamente ante el sueño.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:19 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
¿sabes? creo que me di una idea de quien es ese tipo
misterioso ¿es Taemin? ya que es el único integrante
que no ha salido ES BUENA MI LÓGICA JAJA'
oww esa presion en el pecho de Kibum y Jjong fue
tan ASDGH emocionante es que, que los dos lo sintieran
;3 estan conectados YA VI♥
Onew y Minho esos tipos ahorita no tienen tanta historia
pero aun asi son ADORABLES ;3
ya quiero leer más a Minho jiji♥
solo abra JongKey & 2MIN ¿verdad? es que me emociono
con esas parejas, son mis preferidas ;3
misterioso ¿es Taemin? ya que es el único integrante
que no ha salido ES BUENA MI LÓGICA JAJA'
oww esa presion en el pecho de Kibum y Jjong fue
tan ASDGH emocionante es que, que los dos lo sintieran
;3 estan conectados YA VI♥
Onew y Minho esos tipos ahorita no tienen tanta historia
pero aun asi son ADORABLES ;3
ya quiero leer más a Minho jiji♥
solo abra JongKey & 2MIN ¿verdad? es que me emociono
con esas parejas, son mis preferidas ;3
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 5
MinhoO: Jajaja puede ser, nunca se sabe E_E Si te gustó lo del pecho entre ellos dos, te gustará el capítulo 6 cuando lo suba jajaja Te diré que Minho tendrá mucho más protagonismo más adelante, poco a poco saldrá más >3< y síp, será únicamente JongKey y 2min, no sé si habrá alguna pareja más secundaria xD Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 5:
Al día siguiente las clases ya habían empezado y su amigo no había llegado. Lo primero que pensó fue que le había pasado algo por la conversación que había tenido ayer con él, pero rápidamente y desechando lo peor, pensó que posiblemente se había quedado dormido. Sí, sería lo más probable. Conociéndolo.
Acto seguido apareció por la puerta interrumpiendo la clase:
- ¿Qué horas son estas de llegar alumno? –le preguntó la profesora dejando de escribir en la pizarra.
- Lo siento, es que tuve un contratiempo al venir –dijo simulando disculpa.
- Vaya a sentarse y que no se vuelva a repetir –continuó con la clase.
El moreno se dirigió a su sitio:
- ¿Un contratiempo? –reía por lo bajo su amigo- ¿qué tal dormiste?
- Pues muy bien, gracia por preguntar –dijo relajado con una sonrisa de lado.
El rubio lo había visto. Esa excusa no se la creía ni él. Hoy continuarían con lo que dejaron pendiente. Eso claro, si no moría del aburrimiento antes. Cada hora era como un bloque de cemento encima. Vaya manera de hacer que la gente aprenda, matándola del asco. En primero y segundo era todo más práctico: bailes, canciones, teatro…todo muy fácil. Este año sería toda teoría. Absolutamente todo. A veces se preguntaba si llegaría al final.
La hora del almuerzo llegó:
- Key tengo unas cosas que hacer en la biblioteca, no podré comer contigo –le avisó su amigo.
- No te preocupes –le sonrió y se despidió de él.
Cuando abandonó la clase se dirigió al jardín trasero de la universidad. No tenía ganas de comer y aunque las tuviera, no le gustaba la idea de comer solo. Se dispuso a sentarse pero en ese momento se chocó con alguien:
- Lo sient… -dijo.
- No, fue culp…
- ¡¡Ahhh, tú!! –dijeron al unísono cuando cruzaron miradas.
- ¿Te ibas a escapar otra vez? –le señaló el rubio.
- ¿Eh? ¿Escapar? Si eras tú el que venía a esconderse –se rió el moreno.
- ¿Esconderme? Mira enano estás muy equivocado si piensas que te tengo miedo –dijo en tono burlesco.
- ¿A quién llamas tú enano, princesita presumida? –dijo mirándolo entero.
- ¡Já! Por lo menos tengo gusto para vestir, no como otros.
- Que tú no sepas de gustos no es mi culpa.
- Que no sepas vestir tampoco es la mía idiota.
- Barbie.
- No me llames así –dijo enfadándose aún más.
- Mira quién se está enfadando –sonrió.
- No tengo intención de perder el tiempo contigo.
- Tu compañía tampoco me agrada que lo sepas.
- Pues lárgate.
- No me lo tienes que decir dos veces –dijo dándose la vuelta y alejándose del lugar.
El moreno suspiró. Ese chico era imposible. No lo soportaba. Era la persona más difícil que había conocido. Nunca llegarían a congeniar. Eso pensaba él. Después de comer se dirigió nuevamente al aula ya que no tenía nada que hacer y se aburría. Esperaría a que comenzara la clase otra vez. Cuando iba a recostarse sobre la mesa una chica se le acercó tímidamente:
- Hola oppa… -dijo sonrojándose.
- ¿Sí? –dijo extrañado.
- Qu-ería preguntar si tenía n-ovia –no pudo evitar llevarse las manos a la cara de la vergüenza.
El captó enseguida hacia dónde se dirigía el tema, pero le sonrió amablemente:
- No tengo, pero tampoco quiero salir con nadie ahora mismo, lo siento.
- Oh… bue-no, está bien –se fue apenada.
Se había sentido mal por rechazar a la chica, pero era verdad. Ahora mismo no quería estar con nadie y menos después de lo que pasó. Se lo había comentado un par de veces a Minho y siempre le decía que todavía estaba dolido y que tenía miedo de que le engañaran otra vez. Él creía que lo había superado, pero parecía ser que su amigo tenía razón.
De repente la campana lo sacó de sus pensamientos y vio como los demás iban entrando a clase. Todos menos el rubio, que le habrá pasado… ¿pero que me interesa a mi ese? Por mi se puede ir y no volver jamás. Volvería a vivir tranquilo, de eso estaba seguro, pero…
La clase ya había empezado cuando de pronto apareció interrumpiendo. Esto le sonaba muy familiar, pero no recordaba… ah claro, él había hecho lo mismo esta mañana:
- Parece que la impuntualidad tiene más amigos de los que pensaba, ya estoy cansada –dijo muy seriamente- ¡ustedes dos! –dijo señalándolos a ambos- acérquense.
Jonghyun se levantó de su sitio y se paró en frente de la profesora al igual que Key quien seguía en la puerta:
- Quiero que me presenten un trabajo pasado mañana sobre la composición musical y lo van a realizar juntos, como buenos compañeros que comparten cualidades negativas relacionadas con el tiempo –su condición había retumbado en sus cuerpo.
¿Habría alguna otra forma de castigarlos sin morir en el proceso? El mundo se les cayó encima. Se maldecían internamente mientras se dirigían a sus respectivos sitios. Una última mirada recíproca, cargada de odio y culpabilidad. Son esos momentos en los que la gente te dice que te sujetes porque la tormenta está por llegar.
- Chicos antes de acabar la clase quiero preguntarles una cosa –dijo la profesora antes de que los alumnos abandonaran el aula.
Estaba buscando algo en lo que parecía ser la lista de los alumnos. Sacó una hoja de los archivos y la miró extrañada. Los alumnos esperaban impacientemente.
- Alguien sabe algo sobre este chico…mmm… ¿Lee Tae Min?
Se hizo un silencio rotundo en la sala y pronto empezaron a murmurar:
- Ese chico… quién será –preguntaban algunas.
- He oído que hace 3 años que no viene.
- Creo que se fue.
- Pero si se hubiera ido, no tendría que estar en la lista.
- Eso es porque la última vez que lo vieron fue hace 3 años y sacó el curso con matrícula y le dieron una beca, la cual en su momento aceptó.
- ¿Alguien recuerda hacerlo visto? –comentó una chica.
- Yo oí que había muerto –dijo casi en susurros.
- Exagerado.
Los murmullos seguían entre los alumnos:
- Chicos, ¿alguien va a contestar? –preguntó cansada de esperar.
- No lo sabemos –respondió uno al fin.
- Bueno está bien, pueden irse.
La profesora se quedó revisando la ficha del chico. Cuando la puso en la mesa, una fina corriente de aire se la llevó unos metros lejos de la mesa. Fue a recogerla cuando se dio cuenta de que alguien la había cogido en su lugar:
- ¿Todavía sigues aquí? –le dijo al alumno que sostenía la ficha.
Minho se había quedado observando la foto que tenía. Parecía que se había quedado hipnotizado con el rostro del joven, pero la profesora lo sacó de su ensimismamiento:
- ¿Me la devolverás? –sonrió la profesora al ver cómo analizaba la foto.
- S-si claro, aquí tiene –dijo avergonzado por la falta de atención.
- ¿Alguna vez lo has visto?
- Nunca.
- ¿Qué es lo que más te llama la atención del chico? –le preguntó fijando su vista en la de él.
- No lo sé… -se extrañó.
- Bueno puedes irte –dijo sonriendo para sí misma.
¿Qué fue eso? Su pulso acababa de acelerarse. La imagen le había atacado directamente al corazón, pero, ¿qué era lo que sentía? Ese chico… su cara… ¿No tenía expresión? Si era así, ¿cómo pudo sentir tantos sentimientos provenientes de él? Aún no conseguía descifrarlo:
- ¿Por qué no paro de darle vueltas? Tengo que quitármelo de la cabeza –habló para él mismo.
~~~~~~
- Adiós Kai –se despidió uno de sus amigos.
- Adiós, hasta mañana –le respondió él.
Por fin se había acabado el día. Pero por primera vez, deseó haberse quedado más tiempo en clase. No estaba preparado para enfrentar a sus padres y menos después de haberse escapado. Dejando a un lado ese tema, había otra cosa que le rondaba por la cabeza.
Flash Back
Se despertó a las 6 y media como siempre. Cuando se fue a levantar, se percató del lugar en donde había pasado la noche y sonrió al ver a su hyung dormido al lado suyo. Se levantó con cuidado para no despertarlo y se dirigió al baño. Era consciente de que se tendría que bañar con agua fría, pero por lo menos no estaba en la calle. Menos mal que había traído un uniforme limpio para cambiarse.
Cuando terminó de prepararse, regresó al cuarto y sacó una hoja de papel y un lápiz de su maleta. No quería irse sin despedirse, pero tampoco se le pasaba por la cabeza despertarlo:
- Buenos días hyung –comenzó escribiendo- espero que hayas dormido bien. Siento las molestias de anoche. Ya me voy para clase. No olvides desayunar bien. Ya nos veremos. Tu amigo Kai ~~
Leyó por última vez la carta y la dejó encima de la mesa. Salió y cerró con cuidado la puerta. Bajó las escaleras y se sobresaltó ante la presencia de alguien más:
- ¡Ey, renacuajo! Acércate –le dijo un chico de los que vivía allí.
Se giró inseguro al escuchar la voz, pero no se movió:
- No te preocupes, no te haré nada –sonrió ante el nerviosismo del chico.
Se acercó lentamente hacia él y le ofreció algo que parecía ser una carpeta:
- Dale esto a tu amigo.
- ¿Qué es?
- No lo sé, aunque parece ser de servicios sociales.
- Está bien.
Regresó nuevamente a la habitación, dejando sobre la mesa la carpeta. No podía negar que la curiosidad le asaltaba, pero no tenía tiempo y no era su destinatario.
Fin Flash Back
¿Qué era lo que guardaba esa carpeta? Podría parecer una tontería pero tenía una especie de mal presentimiento:
- Todavía no estoy preparado para ir a casa, así que voy a ir a verlo –se dijo así mismo.
~~~~~~
- ¿Estás cocinando pollo? –acudió rápidamente a la cocina cual gato al pescado.
- Sí, ¿qué esperabas? Lo tuyo no es la variedad alimenticia.
- No sé qué quieres decir, hace tiempo que no como pollo.
- Oh sí, desde ayer en el almuerzo.
- ¡Y casi muero! ¿Tú sabes lo que es eso? No merezco vivir.
- Venga payaso, pon la mesa que ya va a estar lista.
Una vez en la mesa:
- Por cierto, ¿por qué llegaste tarde hoy en clase? –preguntó sin parar de comer.
- Ah eso… digamos que me tropecé con un perro y después quise quitarme la amargura.
- ¿U-n perro…? –dijo meditando- ¡ah! No será qué… ¿te peleaste de nuevo?
- Ese maldito, algún día le daré lo que se merece –dijo alzando el cuchillo.
- K-ey baja eso, hazme el favor –dijo alejándose un poco del rubio.
Y así transcurrió el resto del día entre risas y amenazas al aire.
Capítulo 5:
Al día siguiente las clases ya habían empezado y su amigo no había llegado. Lo primero que pensó fue que le había pasado algo por la conversación que había tenido ayer con él, pero rápidamente y desechando lo peor, pensó que posiblemente se había quedado dormido. Sí, sería lo más probable. Conociéndolo.
Acto seguido apareció por la puerta interrumpiendo la clase:
- ¿Qué horas son estas de llegar alumno? –le preguntó la profesora dejando de escribir en la pizarra.
- Lo siento, es que tuve un contratiempo al venir –dijo simulando disculpa.
- Vaya a sentarse y que no se vuelva a repetir –continuó con la clase.
El moreno se dirigió a su sitio:
- ¿Un contratiempo? –reía por lo bajo su amigo- ¿qué tal dormiste?
- Pues muy bien, gracia por preguntar –dijo relajado con una sonrisa de lado.
El rubio lo había visto. Esa excusa no se la creía ni él. Hoy continuarían con lo que dejaron pendiente. Eso claro, si no moría del aburrimiento antes. Cada hora era como un bloque de cemento encima. Vaya manera de hacer que la gente aprenda, matándola del asco. En primero y segundo era todo más práctico: bailes, canciones, teatro…todo muy fácil. Este año sería toda teoría. Absolutamente todo. A veces se preguntaba si llegaría al final.
La hora del almuerzo llegó:
- Key tengo unas cosas que hacer en la biblioteca, no podré comer contigo –le avisó su amigo.
- No te preocupes –le sonrió y se despidió de él.
Cuando abandonó la clase se dirigió al jardín trasero de la universidad. No tenía ganas de comer y aunque las tuviera, no le gustaba la idea de comer solo. Se dispuso a sentarse pero en ese momento se chocó con alguien:
- Lo sient… -dijo.
- No, fue culp…
- ¡¡Ahhh, tú!! –dijeron al unísono cuando cruzaron miradas.
- ¿Te ibas a escapar otra vez? –le señaló el rubio.
- ¿Eh? ¿Escapar? Si eras tú el que venía a esconderse –se rió el moreno.
- ¿Esconderme? Mira enano estás muy equivocado si piensas que te tengo miedo –dijo en tono burlesco.
- ¿A quién llamas tú enano, princesita presumida? –dijo mirándolo entero.
- ¡Já! Por lo menos tengo gusto para vestir, no como otros.
- Que tú no sepas de gustos no es mi culpa.
- Que no sepas vestir tampoco es la mía idiota.
- Barbie.
- No me llames así –dijo enfadándose aún más.
- Mira quién se está enfadando –sonrió.
- No tengo intención de perder el tiempo contigo.
- Tu compañía tampoco me agrada que lo sepas.
- Pues lárgate.
- No me lo tienes que decir dos veces –dijo dándose la vuelta y alejándose del lugar.
El moreno suspiró. Ese chico era imposible. No lo soportaba. Era la persona más difícil que había conocido. Nunca llegarían a congeniar. Eso pensaba él. Después de comer se dirigió nuevamente al aula ya que no tenía nada que hacer y se aburría. Esperaría a que comenzara la clase otra vez. Cuando iba a recostarse sobre la mesa una chica se le acercó tímidamente:
- Hola oppa… -dijo sonrojándose.
- ¿Sí? –dijo extrañado.
- Qu-ería preguntar si tenía n-ovia –no pudo evitar llevarse las manos a la cara de la vergüenza.
El captó enseguida hacia dónde se dirigía el tema, pero le sonrió amablemente:
- No tengo, pero tampoco quiero salir con nadie ahora mismo, lo siento.
- Oh… bue-no, está bien –se fue apenada.
Se había sentido mal por rechazar a la chica, pero era verdad. Ahora mismo no quería estar con nadie y menos después de lo que pasó. Se lo había comentado un par de veces a Minho y siempre le decía que todavía estaba dolido y que tenía miedo de que le engañaran otra vez. Él creía que lo había superado, pero parecía ser que su amigo tenía razón.
De repente la campana lo sacó de sus pensamientos y vio como los demás iban entrando a clase. Todos menos el rubio, que le habrá pasado… ¿pero que me interesa a mi ese? Por mi se puede ir y no volver jamás. Volvería a vivir tranquilo, de eso estaba seguro, pero…
La clase ya había empezado cuando de pronto apareció interrumpiendo. Esto le sonaba muy familiar, pero no recordaba… ah claro, él había hecho lo mismo esta mañana:
- Parece que la impuntualidad tiene más amigos de los que pensaba, ya estoy cansada –dijo muy seriamente- ¡ustedes dos! –dijo señalándolos a ambos- acérquense.
Jonghyun se levantó de su sitio y se paró en frente de la profesora al igual que Key quien seguía en la puerta:
- Quiero que me presenten un trabajo pasado mañana sobre la composición musical y lo van a realizar juntos, como buenos compañeros que comparten cualidades negativas relacionadas con el tiempo –su condición había retumbado en sus cuerpo.
¿Habría alguna otra forma de castigarlos sin morir en el proceso? El mundo se les cayó encima. Se maldecían internamente mientras se dirigían a sus respectivos sitios. Una última mirada recíproca, cargada de odio y culpabilidad. Son esos momentos en los que la gente te dice que te sujetes porque la tormenta está por llegar.
- Chicos antes de acabar la clase quiero preguntarles una cosa –dijo la profesora antes de que los alumnos abandonaran el aula.
Estaba buscando algo en lo que parecía ser la lista de los alumnos. Sacó una hoja de los archivos y la miró extrañada. Los alumnos esperaban impacientemente.
- Alguien sabe algo sobre este chico…mmm… ¿Lee Tae Min?
Se hizo un silencio rotundo en la sala y pronto empezaron a murmurar:
- Ese chico… quién será –preguntaban algunas.
- He oído que hace 3 años que no viene.
- Creo que se fue.
- Pero si se hubiera ido, no tendría que estar en la lista.
- Eso es porque la última vez que lo vieron fue hace 3 años y sacó el curso con matrícula y le dieron una beca, la cual en su momento aceptó.
- ¿Alguien recuerda hacerlo visto? –comentó una chica.
- Yo oí que había muerto –dijo casi en susurros.
- Exagerado.
Los murmullos seguían entre los alumnos:
- Chicos, ¿alguien va a contestar? –preguntó cansada de esperar.
- No lo sabemos –respondió uno al fin.
- Bueno está bien, pueden irse.
La profesora se quedó revisando la ficha del chico. Cuando la puso en la mesa, una fina corriente de aire se la llevó unos metros lejos de la mesa. Fue a recogerla cuando se dio cuenta de que alguien la había cogido en su lugar:
- ¿Todavía sigues aquí? –le dijo al alumno que sostenía la ficha.
Minho se había quedado observando la foto que tenía. Parecía que se había quedado hipnotizado con el rostro del joven, pero la profesora lo sacó de su ensimismamiento:
- ¿Me la devolverás? –sonrió la profesora al ver cómo analizaba la foto.
- S-si claro, aquí tiene –dijo avergonzado por la falta de atención.
- ¿Alguna vez lo has visto?
- Nunca.
- ¿Qué es lo que más te llama la atención del chico? –le preguntó fijando su vista en la de él.
- No lo sé… -se extrañó.
- Bueno puedes irte –dijo sonriendo para sí misma.
¿Qué fue eso? Su pulso acababa de acelerarse. La imagen le había atacado directamente al corazón, pero, ¿qué era lo que sentía? Ese chico… su cara… ¿No tenía expresión? Si era así, ¿cómo pudo sentir tantos sentimientos provenientes de él? Aún no conseguía descifrarlo:
- ¿Por qué no paro de darle vueltas? Tengo que quitármelo de la cabeza –habló para él mismo.
~~~~~~
- Adiós Kai –se despidió uno de sus amigos.
- Adiós, hasta mañana –le respondió él.
Por fin se había acabado el día. Pero por primera vez, deseó haberse quedado más tiempo en clase. No estaba preparado para enfrentar a sus padres y menos después de haberse escapado. Dejando a un lado ese tema, había otra cosa que le rondaba por la cabeza.
Flash Back
Se despertó a las 6 y media como siempre. Cuando se fue a levantar, se percató del lugar en donde había pasado la noche y sonrió al ver a su hyung dormido al lado suyo. Se levantó con cuidado para no despertarlo y se dirigió al baño. Era consciente de que se tendría que bañar con agua fría, pero por lo menos no estaba en la calle. Menos mal que había traído un uniforme limpio para cambiarse.
Cuando terminó de prepararse, regresó al cuarto y sacó una hoja de papel y un lápiz de su maleta. No quería irse sin despedirse, pero tampoco se le pasaba por la cabeza despertarlo:
- Buenos días hyung –comenzó escribiendo- espero que hayas dormido bien. Siento las molestias de anoche. Ya me voy para clase. No olvides desayunar bien. Ya nos veremos. Tu amigo Kai ~~
Leyó por última vez la carta y la dejó encima de la mesa. Salió y cerró con cuidado la puerta. Bajó las escaleras y se sobresaltó ante la presencia de alguien más:
- ¡Ey, renacuajo! Acércate –le dijo un chico de los que vivía allí.
Se giró inseguro al escuchar la voz, pero no se movió:
- No te preocupes, no te haré nada –sonrió ante el nerviosismo del chico.
Se acercó lentamente hacia él y le ofreció algo que parecía ser una carpeta:
- Dale esto a tu amigo.
- ¿Qué es?
- No lo sé, aunque parece ser de servicios sociales.
- Está bien.
Regresó nuevamente a la habitación, dejando sobre la mesa la carpeta. No podía negar que la curiosidad le asaltaba, pero no tenía tiempo y no era su destinatario.
Fin Flash Back
¿Qué era lo que guardaba esa carpeta? Podría parecer una tontería pero tenía una especie de mal presentimiento:
- Todavía no estoy preparado para ir a casa, así que voy a ir a verlo –se dijo así mismo.
~~~~~~
- ¿Estás cocinando pollo? –acudió rápidamente a la cocina cual gato al pescado.
- Sí, ¿qué esperabas? Lo tuyo no es la variedad alimenticia.
- No sé qué quieres decir, hace tiempo que no como pollo.
- Oh sí, desde ayer en el almuerzo.
- ¡Y casi muero! ¿Tú sabes lo que es eso? No merezco vivir.
- Venga payaso, pon la mesa que ya va a estar lista.
Una vez en la mesa:
- Por cierto, ¿por qué llegaste tarde hoy en clase? –preguntó sin parar de comer.
- Ah eso… digamos que me tropecé con un perro y después quise quitarme la amargura.
- ¿U-n perro…? –dijo meditando- ¡ah! No será qué… ¿te peleaste de nuevo?
- Ese maldito, algún día le daré lo que se merece –dijo alzando el cuchillo.
- K-ey baja eso, hazme el favor –dijo alejándose un poco del rubio.
Y así transcurrió el resto del día entre risas y amenazas al aire.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:20 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
oww ahora estoy más que segura de que SI se trata
de TAEMIN -.- ¿porque es tan malo? -.- siento que le
hicieron algo verdaderamente malo para que se comporte
así D;
oww ¿parejas secundarias? eso suena a sufrimiento y no
suena bonito JAJA' pero esta bien ;3
Espero tu siguiente capi♥
de TAEMIN -.- ¿porque es tan malo? -.- siento que le
hicieron algo verdaderamente malo para que se comporte
así D;
oww ¿parejas secundarias? eso suena a sufrimiento y no
suena bonito JAJA' pero esta bien ;3
Espero tu siguiente capi♥
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 6
MinhoO: Puede ser, ¿quién sabe? E_E El comportamiento tiene que ver mucho con su familia y si pasado obviamente, este fic está lleno de secretos, así que realmente hasta el final todos es una sorpresa y un misterio jajaja Te doy las gracias por comentar, porque no sé si seras la única que lo lea, pero si que eras la única que comenta. Espero que los demás se animen a comentar, me haría mucha ilusión <3 Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 6:
Se encontraba atravesando el parque para llegar al almacén, pero de repente sintió su móvil. Lo sacó y vio que era un mensaje de él:
- Kai, por favor no vengas, hoy no. Regresa a tu casa, todo saldrá bien, no te preocupes.
El joven empezó a preocuparse seriamente. ¿Sería culpa de la entrega de esta mañana? Su corazón le pedía que fuera inmediatamente en su busca, pero su cabeza también estaba presente. Así que dio media vuelta y se dirigió a su casa. Confiaba en él y se lo había pedido. No podía negarse, pero la idea de regresar aun le ponía nervioso.
Tras varias calles, por fin llegó. Sacó las llaves de su bolsillo y abrió con cuidado la puerta, temeroso:
- ¡Hijo! – Su madre fue rápidamente a abrazarlo.
Se quedó estático. No sabía cómo reaccionar ante es actitud. Su padre también fue a su encuentro:
- Estábamos preocupado por ti –le dijo su padre.
- ¿N-o estaban enfadados? –cuestionó sorprendido.
- Al principio sí, pero luego un amigo tuyo nos lo explicó todo.
- ¿Eh? ¿Quién?
- Entremos al salón y allí hablaremos –sugirió su madre.
Se fueron al salón y se acomodaron. Kai no comprendía la situación, ¿qué es lo que había pasado mientras estaba en clase?
- Te contamos –empezó su madre- esta mañana antes de que tu padre se fuera a trabajar, tocó en la puerta un joven un poco mayor que tú. Al principio nos extrañamos, pero después nos dijo que era amigo tuyo y nos explicó que habías tenido un comienzo duro en el instituto y que habías tenido un problema con uno de los chicos de tu clase y estabas estresado, por eso estabas un poco irritado y que por favor te entendiéramos y te apoyáramos.
- ¿Por qué no nos lo dijiste antes hijo? –cuestionaba su padre ahora.
- Ah… esto… no quería preocuparlos –dijo sin entender nada.
- No seas tonto, sabes que puedes contar con nosotros.
- Claro –sonrió nervioso él.
- ¿Quieres algo de comer? –se levantó su madre rumbo a la cocina.
- Cualquier cosa estaría bien –respondió él.
Después de comer se fue a bañar. Agradecía el agua caliente. Cuando terminó, preparó las cosas para mañana y se acostó en su cama. ¿Qué había sido aquello?
La conversación había sido extraña, ¿quién había hablado con sus padres? No soportó más la duda y fue a preguntarle a su padre:
- ¿No puedes dormir? –le cuestionó su padre quien se encontraba en la sala viendo la televisión.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Claro hijo –dijo bajando el volumen de la tele.
- El amigo que vino hoy a casa… ¿te dijo su nombre?
- Pues… fue un poco extraño, porque se lo pregunté y me dijo que era simplemente tu amigo.
- Simplemente… ¿mi a-migo? –repitió mentalmente- …mmm… gracias appa –dicho esto último se levantó y regresó a su cuarto.
Parecía que ya había encontrado la respuesta. ~Regresa a tu casa, todo saldrá bien, no te preocupes.~ Así que a eso se refería. ¿Lo había hecho por él? ¿Quería decir eso que realmente le importaba?
Mañana después de clase, iría a buscarlo. Lo había dejado desconcertado con su petición de que no fuera a verlo. No era extraño que se lo impidiera, pero sentía que había algo más:
- Amigo. –fue el último pensamiento que acudió a su cabeza antes de dormirse con una sonrisa dibujada en su rostro.
~~~~~~
- Hola hijo, ¿cuándo llegaste?
- Hace un rato. Subí a casa y vi que no estabas, así que supuse que estarías aún en la cafetería.
- Sí, estaba terminando de limpiar unas cosas.
- Déjame ayudarte.
- No, no te preocupes. Debes estar cansado de las clases. ¿Qué tal te han ido?
- Bien…
- ¿Ah sí? Pues tu cara no dice lo mismo, a mi no me engañas –sonrió su madre.
- Es que me han mandado un trabajo.
- ¿Y qué tiene de malo? –dijo su madre sin comprenderlo.
- Que tengo que hacerlo con otra persona más.
- ¿Y?
- ¡Que no me cae bien, esa persona es imposible omma! ¡No podré hacer el trabajo y así suspenderé!
- Tranquilo hijo, no te alteres –dijo su madre riendo- el problema no es tan grave.
- No sé que te hace gracia y sí lo es.
- A ver… cuéntame, ¿cómo es?
- Es un egocéntrico, narcisista, se cree que puede pasar a todos por encima…
- Exageras –dijo su madre.
- ¡Que no!
- ¿Y físicamente?
- Es un poco más alto que yo, rubio, tienes unos ojos oscuros muy profundos…-dijo perdiéndose en el recuerdo del rubio- tienes unos labios…
- Jajaja hijo mío, quédate conmigo. Creo que te estás yendo con tus pensamientos. Para caerte mal, creo que lo defines con sentimiento.
- ¡Omma! Esto es serio. No sé que haré y no me he ido a ninguna parte. Lo odio. –dijo suspirando.
- Bueno, creo que será mejor que te duches y te acuestes pronto que ya es un poco tarde. Enseguida subiré a hacer la cena.
- Está bien.
Su madre vio como su hijo se perdía en las escaleras. Tenía un buen presentimiento sobre esa persona a la que su hijo odiaba. Nunca lo había visto hablar de alguien con ese brillo en los ojos. Su hijo no se había dado cuenta aún, pero ella sí y sabía donde iba a quedar ese odio.
~~~~~~
Al día siguiente todos los alumnos entraban a sus respectivas aulas:
- Bien chicos, hoy empezarem…
- Disculpe profesora –la interrumpió el jefe de estudios.
- ¿Si? Pase, por favor.
- Gracias, vengo a decirle que –cogió la lista de los alumnos y buscó a uno en concreto- …mmm… el director ha recibido un comunicado y me mandó a decirle que posiblemente este alumno –dijo señalando la ficha- asista nuevamente a clases pronto.
- ¿Qué? ¿Lee Tae Min? –dijo sorprendida, de la misma forma que se sorprendieron los otros alumnos- pero si él est… -se tapó la boca con la mano al darse cuenta de que casi comete una estupidez.
- ¿Él qué…? –preguntó enarcando una ceja- ¿sucede algo profesora?
- No nada jajaja es que como hace 3 años que no viene, no sé… me pareció raro.
- Al parecer han ubicado una posible zona que frecuenta mucho, aunque se desconoce el lugar donde ha estado últimamente viviendo.
- Por favor, habla como si fuera un delincuente y hubiera que pillarlo.
- Solo le digo que tenga cuidado con ese estudiante. Ya no es lo que era según me han dicho. –le advirtió y se fue.
- Este hombre trata a los alumnos como simples máquinas que hubiera que hacerles un reajuste cuando no obedecen, puede conmigo –dijo suspirando cuando la presencia del aludido desapareció.
Cuando iba a continuar con la clase observó que sus alumnos estaban aun sorprendidos:
- Profesora, ¿ese alumno es un criminal?
- ¡¿Qué dices?! Claro que no lo es. No le hagas caso.
- ¿Y cómo lo sabes? –preguntó otro.
- Est-e… lo sé y ya está –tendría que tener más cuidado la próxima vez o ella misma se delataría –chicos, sea como sea, es un alumno más y tenemos que llevarnos bien con todos. Nunca os dejéis llevar por lo comentarios. ¿Está claro?
- Sí –respondieron al unísono.
Después de esto, por fin pudo continuar con la clase. Había perdido un poco de tiempo, pero por fin había conseguido la información que quería, así que compensaba.
Ya era la hora del almuerzo y pronto las aulas se vaciaron:
- ¿Minho?
- ¿Mm?
- ¿En qué piensas? ¿Acaso tu madre ya te presentó a la chica de tu vida? –bromeó.
- No idiota –volvió de sus pensamientos- pensaba en ese chico…
- ¿El que nombró hoy la profesora?
- Sí, me pregunto qué le habrá pasado.
- Solo espero que los comentarios sean mentira.
- No creo que sean de verdad, la gente muchas veces inventa cuando no tienen respuesta.
- Como sea, el viejo dijo que volvería pronto.
- Sí... por cierto, ¿tú no tenías que hacer un trabajo para mañana?- dijo cambiando de tema.
- Yo t….
- ¡Ey tú! –fue interrumpido por la escandalosa voz de esa dichosa persona.
- Hablando del rey de Roma –dijo su amigo.
- Jajaja que gracioso –dijo fulminando a Minho con la mirada.
El rubio ya se encontraba delante de ellos:
- No habrás olvidado el trabajo que tenemos que hacer, ¿no?
- Cómo voy a olvidarlo si me toca hacerlo contigo, ¿eh?
- Te espero en la sala de ensayos por la tarde después de clase y no te retrases que tenemos mucho que hacer en la biblioteca.
- No me des órdenes.
- ¿Se te ocurre una idea mejor genio?
- En la sala de ensayos entonces –dijo a regañadientes.
- Pues ya está, ni se te ocurra escaparte.
- Lo mismo te digo.
Y el rubio se perdió fuera del comedor:
- Lo de ustedes es todo un espectáculo –dijo a carcajadas el alto.
- Que gracioso estás hoy.
Las horas de clase habían pasado más rápido de lo que el moreno hubiera deseado. Se despidió de su amigo y se dirigió a la sala de ensayos. Hacía mucho tiempo que no iba. Hacía tiempo que no cantaba. Eso le produjo nostalgia. En la sala no había nadie. Se quedó un rato mirando el piano que tenía enfrente de él. No podía, se había prometido no cantar de nuevo. Apretó su mano, formando un puño. La impotencia podía con él. El dolor acudía nuevamente a su pecho.
El rubio se había asomado a la puerta y observaba la escena. Sabía lo mucho que amaba cantar, pero por alguna extraña razón el moreno había dejado de hacerlo hacía ya 2 años. El dolor golpeó su pecho otra vez. Sabía que él se moría de ganas de tocar. Como si una fuerza lo poseyera, actuó cual títere.
Se dirigió al interior de la sala y se quedó parado frente a la espalda de esa persona que le traía por el camino de la amargura. Posó sus manos en sus hombros y lo empujó con delicadeza hacia el piano. El más bajo sintió unas suaves manos en sus hombros, en otra instancia se habría asustado, pero… esas manos… eran cálidas, le reconfortaban. Su corazón pedía más. Se dejó guiar. Hasta que lo obligó a sentarse frente al piano:
- Canta –ordenó el rubio suavemente aun con las manos sobre sus hombros.
El moreno reconoció su voz, pero no reaccionó. Mordió su labio inferior ante la impotencia:
- No puedo…
- Sí, si que puedes.
- No puedo, hice una estúpida promesa –dijo reprimiendo las lágrimas que amenazaban con asomarse.
Key bajó sus manos deslizándolas por los bien formados brazos del moreno y posándolas en las manos de él:
- Yo te ayudaré a romper la promesa. Amas cantar, no te hagas daño –dijo casi en un susurro.
El rubio cogió sus manos y las posó en las suaves y blancas teclas del piano. Y empezó a tatarear una canción conocida para Jonghyun. Este lo miraba con detenimiento, aguatando las lágrimas, ¿desde cuando una persona tenía tanta fuerza en él, como esa persona que sujetaba sus manos? Inconscientemente cerró los ojos guardando la imagen del dulce rostro de la persona que lo acompañaba. Su corazón latía con inmensa fuerza, su cuerpo había ido invadido por un remolino de sensaciones, las mejores sensaciones a su parecer. Un sentimiento que hacía tiempo lo había abandonado. Sus manos, bajo el roce de las del rubio empezaron a tocar las notas que tarareaba él:
- Tú puedes cantar. Nadie te lo impide, ni tú mismo. –dijo apartando las manos.
La melodía pronto fue acompañada por su suave voz. Por fin volvía a escuchar esa voz que le gustaba tanto, esa que había dejado de sonar hace tiempo y que tenía que impedir que siguiera así. El dolor de sus corazones desapareció tan rápido como vino. Su lugar fue ocupado por un sentimiento que desconocían. La melodía de su suave voz lo embriagaba. Su corazón le gritó quedarse así el resto de su vida. No tenía ni idea de por qué había reaccionado de esa manera con él, pero ahora mismo era un mero títere preso de sus sentimientos, ¿preso de aquel moreno que odiaba…?
Capítulo 6:
Se encontraba atravesando el parque para llegar al almacén, pero de repente sintió su móvil. Lo sacó y vio que era un mensaje de él:
- Kai, por favor no vengas, hoy no. Regresa a tu casa, todo saldrá bien, no te preocupes.
El joven empezó a preocuparse seriamente. ¿Sería culpa de la entrega de esta mañana? Su corazón le pedía que fuera inmediatamente en su busca, pero su cabeza también estaba presente. Así que dio media vuelta y se dirigió a su casa. Confiaba en él y se lo había pedido. No podía negarse, pero la idea de regresar aun le ponía nervioso.
Tras varias calles, por fin llegó. Sacó las llaves de su bolsillo y abrió con cuidado la puerta, temeroso:
- ¡Hijo! – Su madre fue rápidamente a abrazarlo.
Se quedó estático. No sabía cómo reaccionar ante es actitud. Su padre también fue a su encuentro:
- Estábamos preocupado por ti –le dijo su padre.
- ¿N-o estaban enfadados? –cuestionó sorprendido.
- Al principio sí, pero luego un amigo tuyo nos lo explicó todo.
- ¿Eh? ¿Quién?
- Entremos al salón y allí hablaremos –sugirió su madre.
Se fueron al salón y se acomodaron. Kai no comprendía la situación, ¿qué es lo que había pasado mientras estaba en clase?
- Te contamos –empezó su madre- esta mañana antes de que tu padre se fuera a trabajar, tocó en la puerta un joven un poco mayor que tú. Al principio nos extrañamos, pero después nos dijo que era amigo tuyo y nos explicó que habías tenido un comienzo duro en el instituto y que habías tenido un problema con uno de los chicos de tu clase y estabas estresado, por eso estabas un poco irritado y que por favor te entendiéramos y te apoyáramos.
- ¿Por qué no nos lo dijiste antes hijo? –cuestionaba su padre ahora.
- Ah… esto… no quería preocuparlos –dijo sin entender nada.
- No seas tonto, sabes que puedes contar con nosotros.
- Claro –sonrió nervioso él.
- ¿Quieres algo de comer? –se levantó su madre rumbo a la cocina.
- Cualquier cosa estaría bien –respondió él.
Después de comer se fue a bañar. Agradecía el agua caliente. Cuando terminó, preparó las cosas para mañana y se acostó en su cama. ¿Qué había sido aquello?
La conversación había sido extraña, ¿quién había hablado con sus padres? No soportó más la duda y fue a preguntarle a su padre:
- ¿No puedes dormir? –le cuestionó su padre quien se encontraba en la sala viendo la televisión.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Claro hijo –dijo bajando el volumen de la tele.
- El amigo que vino hoy a casa… ¿te dijo su nombre?
- Pues… fue un poco extraño, porque se lo pregunté y me dijo que era simplemente tu amigo.
- Simplemente… ¿mi a-migo? –repitió mentalmente- …mmm… gracias appa –dicho esto último se levantó y regresó a su cuarto.
Parecía que ya había encontrado la respuesta. ~Regresa a tu casa, todo saldrá bien, no te preocupes.~ Así que a eso se refería. ¿Lo había hecho por él? ¿Quería decir eso que realmente le importaba?
Mañana después de clase, iría a buscarlo. Lo había dejado desconcertado con su petición de que no fuera a verlo. No era extraño que se lo impidiera, pero sentía que había algo más:
- Amigo. –fue el último pensamiento que acudió a su cabeza antes de dormirse con una sonrisa dibujada en su rostro.
~~~~~~
- Hola hijo, ¿cuándo llegaste?
- Hace un rato. Subí a casa y vi que no estabas, así que supuse que estarías aún en la cafetería.
- Sí, estaba terminando de limpiar unas cosas.
- Déjame ayudarte.
- No, no te preocupes. Debes estar cansado de las clases. ¿Qué tal te han ido?
- Bien…
- ¿Ah sí? Pues tu cara no dice lo mismo, a mi no me engañas –sonrió su madre.
- Es que me han mandado un trabajo.
- ¿Y qué tiene de malo? –dijo su madre sin comprenderlo.
- Que tengo que hacerlo con otra persona más.
- ¿Y?
- ¡Que no me cae bien, esa persona es imposible omma! ¡No podré hacer el trabajo y así suspenderé!
- Tranquilo hijo, no te alteres –dijo su madre riendo- el problema no es tan grave.
- No sé que te hace gracia y sí lo es.
- A ver… cuéntame, ¿cómo es?
- Es un egocéntrico, narcisista, se cree que puede pasar a todos por encima…
- Exageras –dijo su madre.
- ¡Que no!
- ¿Y físicamente?
- Es un poco más alto que yo, rubio, tienes unos ojos oscuros muy profundos…-dijo perdiéndose en el recuerdo del rubio- tienes unos labios…
- Jajaja hijo mío, quédate conmigo. Creo que te estás yendo con tus pensamientos. Para caerte mal, creo que lo defines con sentimiento.
- ¡Omma! Esto es serio. No sé que haré y no me he ido a ninguna parte. Lo odio. –dijo suspirando.
- Bueno, creo que será mejor que te duches y te acuestes pronto que ya es un poco tarde. Enseguida subiré a hacer la cena.
- Está bien.
Su madre vio como su hijo se perdía en las escaleras. Tenía un buen presentimiento sobre esa persona a la que su hijo odiaba. Nunca lo había visto hablar de alguien con ese brillo en los ojos. Su hijo no se había dado cuenta aún, pero ella sí y sabía donde iba a quedar ese odio.
~~~~~~
Al día siguiente todos los alumnos entraban a sus respectivas aulas:
- Bien chicos, hoy empezarem…
- Disculpe profesora –la interrumpió el jefe de estudios.
- ¿Si? Pase, por favor.
- Gracias, vengo a decirle que –cogió la lista de los alumnos y buscó a uno en concreto- …mmm… el director ha recibido un comunicado y me mandó a decirle que posiblemente este alumno –dijo señalando la ficha- asista nuevamente a clases pronto.
- ¿Qué? ¿Lee Tae Min? –dijo sorprendida, de la misma forma que se sorprendieron los otros alumnos- pero si él est… -se tapó la boca con la mano al darse cuenta de que casi comete una estupidez.
- ¿Él qué…? –preguntó enarcando una ceja- ¿sucede algo profesora?
- No nada jajaja es que como hace 3 años que no viene, no sé… me pareció raro.
- Al parecer han ubicado una posible zona que frecuenta mucho, aunque se desconoce el lugar donde ha estado últimamente viviendo.
- Por favor, habla como si fuera un delincuente y hubiera que pillarlo.
- Solo le digo que tenga cuidado con ese estudiante. Ya no es lo que era según me han dicho. –le advirtió y se fue.
- Este hombre trata a los alumnos como simples máquinas que hubiera que hacerles un reajuste cuando no obedecen, puede conmigo –dijo suspirando cuando la presencia del aludido desapareció.
Cuando iba a continuar con la clase observó que sus alumnos estaban aun sorprendidos:
- Profesora, ¿ese alumno es un criminal?
- ¡¿Qué dices?! Claro que no lo es. No le hagas caso.
- ¿Y cómo lo sabes? –preguntó otro.
- Est-e… lo sé y ya está –tendría que tener más cuidado la próxima vez o ella misma se delataría –chicos, sea como sea, es un alumno más y tenemos que llevarnos bien con todos. Nunca os dejéis llevar por lo comentarios. ¿Está claro?
- Sí –respondieron al unísono.
Después de esto, por fin pudo continuar con la clase. Había perdido un poco de tiempo, pero por fin había conseguido la información que quería, así que compensaba.
Ya era la hora del almuerzo y pronto las aulas se vaciaron:
- ¿Minho?
- ¿Mm?
- ¿En qué piensas? ¿Acaso tu madre ya te presentó a la chica de tu vida? –bromeó.
- No idiota –volvió de sus pensamientos- pensaba en ese chico…
- ¿El que nombró hoy la profesora?
- Sí, me pregunto qué le habrá pasado.
- Solo espero que los comentarios sean mentira.
- No creo que sean de verdad, la gente muchas veces inventa cuando no tienen respuesta.
- Como sea, el viejo dijo que volvería pronto.
- Sí... por cierto, ¿tú no tenías que hacer un trabajo para mañana?- dijo cambiando de tema.
- Yo t….
- ¡Ey tú! –fue interrumpido por la escandalosa voz de esa dichosa persona.
- Hablando del rey de Roma –dijo su amigo.
- Jajaja que gracioso –dijo fulminando a Minho con la mirada.
El rubio ya se encontraba delante de ellos:
- No habrás olvidado el trabajo que tenemos que hacer, ¿no?
- Cómo voy a olvidarlo si me toca hacerlo contigo, ¿eh?
- Te espero en la sala de ensayos por la tarde después de clase y no te retrases que tenemos mucho que hacer en la biblioteca.
- No me des órdenes.
- ¿Se te ocurre una idea mejor genio?
- En la sala de ensayos entonces –dijo a regañadientes.
- Pues ya está, ni se te ocurra escaparte.
- Lo mismo te digo.
Y el rubio se perdió fuera del comedor:
- Lo de ustedes es todo un espectáculo –dijo a carcajadas el alto.
- Que gracioso estás hoy.
Las horas de clase habían pasado más rápido de lo que el moreno hubiera deseado. Se despidió de su amigo y se dirigió a la sala de ensayos. Hacía mucho tiempo que no iba. Hacía tiempo que no cantaba. Eso le produjo nostalgia. En la sala no había nadie. Se quedó un rato mirando el piano que tenía enfrente de él. No podía, se había prometido no cantar de nuevo. Apretó su mano, formando un puño. La impotencia podía con él. El dolor acudía nuevamente a su pecho.
El rubio se había asomado a la puerta y observaba la escena. Sabía lo mucho que amaba cantar, pero por alguna extraña razón el moreno había dejado de hacerlo hacía ya 2 años. El dolor golpeó su pecho otra vez. Sabía que él se moría de ganas de tocar. Como si una fuerza lo poseyera, actuó cual títere.
Se dirigió al interior de la sala y se quedó parado frente a la espalda de esa persona que le traía por el camino de la amargura. Posó sus manos en sus hombros y lo empujó con delicadeza hacia el piano. El más bajo sintió unas suaves manos en sus hombros, en otra instancia se habría asustado, pero… esas manos… eran cálidas, le reconfortaban. Su corazón pedía más. Se dejó guiar. Hasta que lo obligó a sentarse frente al piano:
- Canta –ordenó el rubio suavemente aun con las manos sobre sus hombros.
El moreno reconoció su voz, pero no reaccionó. Mordió su labio inferior ante la impotencia:
- No puedo…
- Sí, si que puedes.
- No puedo, hice una estúpida promesa –dijo reprimiendo las lágrimas que amenazaban con asomarse.
Key bajó sus manos deslizándolas por los bien formados brazos del moreno y posándolas en las manos de él:
- Yo te ayudaré a romper la promesa. Amas cantar, no te hagas daño –dijo casi en un susurro.
El rubio cogió sus manos y las posó en las suaves y blancas teclas del piano. Y empezó a tatarear una canción conocida para Jonghyun. Este lo miraba con detenimiento, aguatando las lágrimas, ¿desde cuando una persona tenía tanta fuerza en él, como esa persona que sujetaba sus manos? Inconscientemente cerró los ojos guardando la imagen del dulce rostro de la persona que lo acompañaba. Su corazón latía con inmensa fuerza, su cuerpo había ido invadido por un remolino de sensaciones, las mejores sensaciones a su parecer. Un sentimiento que hacía tiempo lo había abandonado. Sus manos, bajo el roce de las del rubio empezaron a tocar las notas que tarareaba él:
- Tú puedes cantar. Nadie te lo impide, ni tú mismo. –dijo apartando las manos.
La melodía pronto fue acompañada por su suave voz. Por fin volvía a escuchar esa voz que le gustaba tanto, esa que había dejado de sonar hace tiempo y que tenía que impedir que siguiera así. El dolor de sus corazones desapareció tan rápido como vino. Su lugar fue ocupado por un sentimiento que desconocían. La melodía de su suave voz lo embriagaba. Su corazón le gritó quedarse así el resto de su vida. No tenía ni idea de por qué había reaccionado de esa manera con él, pero ahora mismo era un mero títere preso de sus sentimientos, ¿preso de aquel moreno que odiaba…?
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:21 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
oww que TAEMIN regrese eso es lo que estoy esperando
que regrese y pueda ser el mismo que fue antes me imagino
que era una excelente persona
Kai ;3 claro que tienes un amigo y ese es Taemin♥ ya descubrí
que ese chico malo es Taemin OH SII
La escena que más me encanto de este capitulo fue el momento
JongKey se me hizo de lo más hermoso♥ ¿qué promesa hizo Jjong?
oww Key y Jonghyun se llevaran de maravilla lo se ;3 y ahora se
demostró♥
Estaré esperando continuación♥
que regrese y pueda ser el mismo que fue antes me imagino
que era una excelente persona
Kai ;3 claro que tienes un amigo y ese es Taemin♥ ya descubrí
que ese chico malo es Taemin OH SII
La escena que más me encanto de este capitulo fue el momento
JongKey se me hizo de lo más hermoso♥ ¿qué promesa hizo Jjong?
oww Key y Jonghyun se llevaran de maravilla lo se ;3 y ahora se
demostró♥
Estaré esperando continuación♥
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
waaaa está genial!!
luego edito de nuévo que me corren Dx
como decía:
está genial!! aunque no sé si el principal es el 2Min o el JongKey, pero está bueno
me parece que casi todos tienen una historia triste,
como la de Jjong, qué daño le habrán hecho sentimentalmente? (?)
pero bueno, Bummie me agrada, al igual que la mamá de JongHyun, ella ya se la huele xD
También la de Tae, que quién sabe porqué lo persiguen, eso me da mucha curiosidad :Neee:
Ah! pero Kai también me agrada, >_< ya lo empecé a kerer xDD
Bueno, hasta el siguiente ^_^
como decía:
está genial!! aunque no sé si el principal es el 2Min o el JongKey, pero está bueno
me parece que casi todos tienen una historia triste,
como la de Jjong, qué daño le habrán hecho sentimentalmente? (?)
pero bueno, Bummie me agrada, al igual que la mamá de JongHyun, ella ya se la huele xD
También la de Tae, que quién sabe porqué lo persiguen, eso me da mucha curiosidad :Neee:
Ah! pero Kai también me agrada, >_< ya lo empecé a kerer xDD
Bueno, hasta el siguiente ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 7
MinhoO: Me alegra que sigas mi fic :D me encantan tus comentario *3* Te diré un secreto aunque bueno... en fin... Su identidad es revelada en el capi 9 E_E pero shh... <33 jajaja A mi también me encantó escribir esa escena entre ellos*¬* Espero que sigas leyéndome ~~~
tiari: Casi me echo a llorar T^T Me alegra tener más comentarios, aunque si sigue así, no sé si continuarlo T____T Me siento pésima (?) En cuanto a tu comentario E_E: Procuro no poner de principal a ninguna pareja, intento darle el mismo protagonismo :3 Y sí, creo que muchos tienes algo que contar U_U Me alegra que te caigan bien los personajes y tienes razón la mamá de Jonghyun algo sospecha jajaja Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 7:
Cuando terminó de entonar la última nota, volvió en sí. Era como si su alma hubiera hecho un pequeño recorrido por los recuerdos que albergaba esa canción:
- Yo… escribí esta canción, ¿cómo la conocías? –preguntó buscando su mirada.
- Siempre te quedabas tú solo en esta sala y la cantabas cuando todos se habían ido.
- ¿Eso quiere decir que tú te quedabas a escucharme? –una sonrisa pícara se asomó.
- No te creas importante, solo fue una vez y de casualidad. –dijo dándose la vuelta- vamos tenemos trabajo.
- Ya estamos con las órdenes. Más te vale que no empieces.
- ¿Ah? Aquí el insoportable eres tú querido.
- Por lo menos no soy un egocéntrico.
El rubio se giró con la intención de responderle, pero tenía sus prioridades y una de ellas era acabar cuanto antes el trabajo para quitarse de su vista al pesado que lo seguía.
Cuando por fin llegaron a la biblioteca, empezaron a estructurar el trabajo. Una vez que el rubio había sacado su boceto, el moreno solo asintió y procedió a empezar. Sabía que si protestaba lo único que harían sería empezar otra discusión y así no terminarían nunca. Debía reconocer la inteligencia de su acompañante. Eso facilitó mucho el trabajo.
Mientras Jonghyun se encontraba ojeando unos libros en una sección más allá, el rubio no pudo evitar observarlo con detenimiento. ¿Qué tenía ese chico que le llamara tanto la atención? De pronto observó como el moreno se estiraba para alcanzar un libro situado por encima de su altura. Este dio un salto para coger el libro, pero se le cayó en la cabeza soltando una mueca de dolor y sobándose la cabeza. El rubio no pudo evitar sonreír ante su expresión. Era como un dulce y adorable niño. Era como un tierno cachorrito:
- Puppy… -susurró perdido entre sus pensamientos.
- ¿Eh? ¿Qué dijiste? –dijo el moreno quien ya se había acercado a la mesa donde se encontraba él.
- ¿Yo? Nada…-dijo volviendo en si.
- No pierdas el tiempo, aun no hemos acabado –puso unos cuantos libros de los que había cogido.
- Yo nunca pierdo el tiempo, ¿acaso tú si?
- A veces, pero no quiero malgastarlo contigo.
- Tss idiota.
- Princesita.
- Será mejor que continuemos. –dijo cerrando su puño aguantando las ganas de matarlo ahí mismo. Siempre había pensado que su autocontrol merecía un reconocimiento.
~~~~~~
- ¿Así que esos dos están haciendo el trabajo? –preguntó el castaño.
- Al parecer sí –aseguró el alto.
- ¿Crees que serán capaces de terminarlo sin accidentes? Jajaja esos dos son un caso aparte.
- No sabes lo mucho que te comprendo Onew –dijo suspirando.
Charlaban tranquilamente mientras se dirigían a una cafetería:
- Hola chicos, cuanto tiempo sin verlos –les saludó amigablemente la dueña del establecimiento.
- Hola señora Kim -dijeron devolviéndole el gesto.
- ¿Qué les trae por aquí? Jonghyun no está.
- No se preocupe, lo sabemos. Simplemente venimos a tomar algo. –dijo el más alto.
- Por supuesto chicos, ¿queréis lo de siempre?
- Si es tan amable –respondió Onew con una sonrisa.
- Parece que los años a esta señora no le pesan –dijo divertido.
- Tampoco se le notan.
- Aquí tienen chicos –les dijo volviendo a la mesa con su pedido.
- Gracias –respondieron.
- Y bueno Minho, cuéntame, ¿qué tal con tus padres? ¿Aún no saben lo de la universidad?
- No y espero que sea por un largo tiempo y a hacer posible para siempre –dijo rezando.
- Tienes que contarme tu secreto, a mi siempre me descubren –dijo apenado.
- Aunque no lo creas, no me gusta esta situación Vivo en tensión y sé como es mi padre. Si me descubre creo que no viviré para contarlo y posiblemente nos haga mudarnos.
- Las mentiras tienen patas cortas Minho. Aunque ruego que no pase, algún día se enterarán y espero poder ayudarte en su momento.
- Lo sé y gracias.
- Para eso están los amigos.
Estuvieron un par de horas charlando de todo un poco hasta que vieron como se estaba poniendo el cielo:
- Será mejor que nos vayamos ya, parece que va a llover –dijo el castaño.
- Si, bueno hasta mañana. – se despidió.
~~~~~~
Ya quedaba poco para llegar a su casa. Abrió la puerta del almacén y subió a la habitación de su hyung. Según abrió la puerta, se encontró la habitación llena de papeles y la extraña carpeta vacía en el suelo. Estaba hecho un desastre:
- Si lo estás buscando, no está aquí –afirmó al verlo uno de ellos.
- ¿Dónde está?
- No lo sé, desde ayer no ha regresado. –dijo para luego perderse por el almacén.
- ¿Eso quiere decir que no había pasado la noche aquí? –se cuestionó mentalmente.
La habitación revuelta, los papeles por todos sitios, ¿qué había pasado…?
Entró como pudo y empezó a recoger los papeles. Poco a poco los fue leyendo mientras los recogía hasta que… No podía ser, ¿otra vez? ¿Por qué no lo dejaban en paz?
- Hyung… ¿por eso me pediste que no fuera? No querías que viera esto. Así que te destinaron a una nueva casa otra vez, hyung… ¿saliste huyendo? Tengo que encontrarlo antes de que pase algo.
Salio corriendo de allí y empezó a buscarlo por toda la cuidad. Debía darse prisa, el cielo amenazaba con las nubes negras. Recorrió las calles principales, todos los comercios, los bares… se encontraba exhausto sentado en las escalera de una casa. El cielo comenzó a descargar y finalmente se empapó completamente. Pensando aun en los lugares que le quedaban, le sonó el móvil:
- Kai, ¿dónde estás? Está lloviendo demasiado.
- Appa… tengo que solucionar un problema, por favor, déjame terminarlo –rogaba desesperado.
- ¿No te habrás metido en algún lío?
- Un amigo me necesita, tengo que encontrarlo…
- ¿Tan importante es?
- Sí…
- Está bien, pero si te pones malo, ya sabrás de quien es la culpa.
- Gracias –sonrió débilmente.
Guardó el móvil y dio un suspiro al aire:
- ¿Dónde estás? Está lloviendo y ya no sé dónde buscarte… -hablaba consigo mismo.
Flash Back
- Hola hyung, ¿a dónde vas?
- Saldré.
- Pero si hace frío, te pondrás malo.
- Yo no soy como tú, renacuajo –le dijo sobándole la cabeza.
- ¡¿Eh?! –se quejó entre molesto y divertido- algún día seré como tú –le sonrió cálidamente.
- Jajaja ¿cómo yo? Eso lo veremos. Bueno me voy.
- Pero, ¿a dónde?
- Voy a soñar –dijo tras atravesar la puerta del almacén y alejarse de la vista del menor.
Fin Flash Back
- Hyung iba a soñar… ¡eso es! –salió corriendo a ese lugar.
No estaba muy lejos, pero aun así la lluvia caía con fuerza y dificultaba la vista. Tras unos cuantos metros más ya había llegado. En la entrada se podía divisar un cartel que ponía claramente: << Parque de los sueños >>
Se adentró en el parque. Era el único sitio que le quedaba, así que rezaba con su alma que se encontrara allí. Recorrió la mayor parte del parque y muy a su pesar, se iba a dar por vencido hasta que distinguió una figura cerca de un árbol. Emprendió la marcha y ahí estaba. Se encontraba sentado a los pies del árbol, apoyaba su espalda y su cabeza contra él. Totalmente empapado y con los ojos cerrados, como si disfrutara de la tranquilidad de la tormenta. ¿Estaba llorando? No lo sabía, por su cara se resbalaban miles de gotas difíciles de distinguir, pero su corazón si que lo hacía:
- Hyung... –dijo acercándose lentamente.
- ¿Qué haces aquí? –dijo sin abrir los ojos. Su voz sonaba apagada, casi parecían susurros.
- Está lloviendo, volvamos a casa.
- No me importa. –cada vez sonaba peor.
Kai se agachó a la altura de él. Tiró de sus brazos y lo abrazó. Lo atrajo suavemente contra su pecho que comparado con su cuerpo, era cálido… al igual que sus sentimientos.
El mayor pasó los brazos por la espalda de su amigo y se aferró a él fuertemente. Enterró su frío rostro en su hombro y nuevas gotas empezaron a bañar su cara. Lo había necesitado desde hacía mucho tiempo. Nadie había estado con él durante los últimos años, a excepción de él. Quería a su pequeño hermano, como así le decía en silencio. Sus abrazos eran cálidos. No recordaba como se sentía ser abrazado, pero juraría que los de su amigo eran únicos:
- Kai… -dijo entre sollozos.
- Hyung… siempre estaré contigo –le dijo en un susurro.
~~~~~~
- ¡Por fin terminamos! –dijo estirándose en la silla el más bajo.
- Si… -dijo el rubio agotado- pero ahora está lloviendo.
- Eso no me impedirá ir a casa.
- ¿Estás loco? Según llegues a tu casa caerás enfermo y si es que llegas.
- ¿Por quién me tomas? Soy fuerte.
- Luego soy yo el presumido.
- Bah –dijo recogiendo.
Cuando recogieron todo y ordenaron los libros, se dispusieron a salir:
- Me voy –dijo el moreno.
- Espera idiota –dijo jalando del brazo a su compañero.
- ¿Qué quieres?
- Te acompañaré hasta tu casa –no se creía que hubiera dicho eso, ¿Key que te pasa últimamente? Tengo que tener una charla seriamente conmigo mismo.
- ¿Qué dices? –dijo sorprendido.
- No tienes abrigo y tampoco paraguas, no sé que tan mala imagen tengas de mí, pero no soy así. Anda vamos –dijo cubriéndolo con su paraguas.
La atmósfera era incómoda. Ninguno decía nada, solo se miraban de reojo con un nivel de disimulo mínimo. A pesar de que se odiaban, parecía ser que por alguna extraña razón, la compañía mutua era confortable. Eso a ellos no le encajaba para nada. Dejó a Jonghyun en su casa y como si no se conocieran, dio media vuelta y puso rumbo a la suya.
Cuando llegó a su piso, Onew ya se había dormido. Le había dejado la comida puesta para calentarla. Que chico más adorable. Comió y se bañó. Se dirigió a su habitación y no tardó en quedarse dormido. Hoy había sido un día muy duro.
~~~~~~
Después de unos minutos ambos se levantaron y se dirigieron a la salida del parque, pero entre la tranquilidad y soledad de las calles, se oyó nuevamente la sirena de la policía. Ambos se sobresaltaron:
- Kai corre –dijo tirando del brazo a su amigo.
Empezaron a correr por la calles de la húmeda capital bajo la lluvia. Como no había casi circulación era más fácil cruzar de acera en acera. La lluvia ayudaba a ocultarlos un poco, pero poco a poco se iban uniendo más coches que cerraban el paso. Se escondieron en un callejón conocido para él:
- Escúchame, tienes que salir de aquí –le dijo posando una mano en su hombro.
- ¿Qué vas a hacer tú? -le dijo nervioso.
- Eso da igual, si seguimos nos pillarán. No tardarán en rodearnos.
- Hyung no quiero dejarte aquí.
- Kai, con suerte la policía no te ha reconocido, tienes que salir de aquí.
Se acercó a una de las cajas al final del callejón y apartó la tercera del centro. Un agujero se hallaba oculto tras ellas:
- Sigue por aquí, aparecerás en la parte trasera de tu instituto. Vuelve a casa.
- N-o, yo…
- Por favor te lo pido, tienes que irte ahora.
Muy a su pesar optó por obedecer. Después de atravesar el agujero, el mayor lo volvió a tapar con las cajas y salió del callejón siendo rodeado por los policías:
- ¡Se acabó el juego! Ya va siendo hora de que vuelvas.
No opuso resistencia y se entregó. No podía permitir bajo ningún concepto que relacionaran a su amigo con él. Esta era la mejor manera de que dejaran de patrullar por si habían reconocido a su acompañante. Ahora el estaba a salvo. Pero su amigo aun seguía detrás del muro, aun no se había ido y permanecía envuelto en un mar de lágrima al darse cuenta de que su hyung se había entregado para ponerlo a salvo. Como pudo corrió a su casa con el rostro bañado tanto por la lluvia como por las lágrimas.
Cuando llegó a su casa sus padres ya estaban acostados, cosa que agradeció. Se duchó y se acostó sin comer, no tenía hambre, ya no.
tiari: Casi me echo a llorar T^T Me alegra tener más comentarios, aunque si sigue así, no sé si continuarlo T____T Me siento pésima (?) En cuanto a tu comentario E_E: Procuro no poner de principal a ninguna pareja, intento darle el mismo protagonismo :3 Y sí, creo que muchos tienes algo que contar U_U Me alegra que te caigan bien los personajes y tienes razón la mamá de Jonghyun algo sospecha jajaja Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 7:
Cuando terminó de entonar la última nota, volvió en sí. Era como si su alma hubiera hecho un pequeño recorrido por los recuerdos que albergaba esa canción:
- Yo… escribí esta canción, ¿cómo la conocías? –preguntó buscando su mirada.
- Siempre te quedabas tú solo en esta sala y la cantabas cuando todos se habían ido.
- ¿Eso quiere decir que tú te quedabas a escucharme? –una sonrisa pícara se asomó.
- No te creas importante, solo fue una vez y de casualidad. –dijo dándose la vuelta- vamos tenemos trabajo.
- Ya estamos con las órdenes. Más te vale que no empieces.
- ¿Ah? Aquí el insoportable eres tú querido.
- Por lo menos no soy un egocéntrico.
El rubio se giró con la intención de responderle, pero tenía sus prioridades y una de ellas era acabar cuanto antes el trabajo para quitarse de su vista al pesado que lo seguía.
Cuando por fin llegaron a la biblioteca, empezaron a estructurar el trabajo. Una vez que el rubio había sacado su boceto, el moreno solo asintió y procedió a empezar. Sabía que si protestaba lo único que harían sería empezar otra discusión y así no terminarían nunca. Debía reconocer la inteligencia de su acompañante. Eso facilitó mucho el trabajo.
Mientras Jonghyun se encontraba ojeando unos libros en una sección más allá, el rubio no pudo evitar observarlo con detenimiento. ¿Qué tenía ese chico que le llamara tanto la atención? De pronto observó como el moreno se estiraba para alcanzar un libro situado por encima de su altura. Este dio un salto para coger el libro, pero se le cayó en la cabeza soltando una mueca de dolor y sobándose la cabeza. El rubio no pudo evitar sonreír ante su expresión. Era como un dulce y adorable niño. Era como un tierno cachorrito:
- Puppy… -susurró perdido entre sus pensamientos.
- ¿Eh? ¿Qué dijiste? –dijo el moreno quien ya se había acercado a la mesa donde se encontraba él.
- ¿Yo? Nada…-dijo volviendo en si.
- No pierdas el tiempo, aun no hemos acabado –puso unos cuantos libros de los que había cogido.
- Yo nunca pierdo el tiempo, ¿acaso tú si?
- A veces, pero no quiero malgastarlo contigo.
- Tss idiota.
- Princesita.
- Será mejor que continuemos. –dijo cerrando su puño aguantando las ganas de matarlo ahí mismo. Siempre había pensado que su autocontrol merecía un reconocimiento.
~~~~~~
- ¿Así que esos dos están haciendo el trabajo? –preguntó el castaño.
- Al parecer sí –aseguró el alto.
- ¿Crees que serán capaces de terminarlo sin accidentes? Jajaja esos dos son un caso aparte.
- No sabes lo mucho que te comprendo Onew –dijo suspirando.
Charlaban tranquilamente mientras se dirigían a una cafetería:
- Hola chicos, cuanto tiempo sin verlos –les saludó amigablemente la dueña del establecimiento.
- Hola señora Kim -dijeron devolviéndole el gesto.
- ¿Qué les trae por aquí? Jonghyun no está.
- No se preocupe, lo sabemos. Simplemente venimos a tomar algo. –dijo el más alto.
- Por supuesto chicos, ¿queréis lo de siempre?
- Si es tan amable –respondió Onew con una sonrisa.
- Parece que los años a esta señora no le pesan –dijo divertido.
- Tampoco se le notan.
- Aquí tienen chicos –les dijo volviendo a la mesa con su pedido.
- Gracias –respondieron.
- Y bueno Minho, cuéntame, ¿qué tal con tus padres? ¿Aún no saben lo de la universidad?
- No y espero que sea por un largo tiempo y a hacer posible para siempre –dijo rezando.
- Tienes que contarme tu secreto, a mi siempre me descubren –dijo apenado.
- Aunque no lo creas, no me gusta esta situación Vivo en tensión y sé como es mi padre. Si me descubre creo que no viviré para contarlo y posiblemente nos haga mudarnos.
- Las mentiras tienen patas cortas Minho. Aunque ruego que no pase, algún día se enterarán y espero poder ayudarte en su momento.
- Lo sé y gracias.
- Para eso están los amigos.
Estuvieron un par de horas charlando de todo un poco hasta que vieron como se estaba poniendo el cielo:
- Será mejor que nos vayamos ya, parece que va a llover –dijo el castaño.
- Si, bueno hasta mañana. – se despidió.
~~~~~~
Ya quedaba poco para llegar a su casa. Abrió la puerta del almacén y subió a la habitación de su hyung. Según abrió la puerta, se encontró la habitación llena de papeles y la extraña carpeta vacía en el suelo. Estaba hecho un desastre:
- Si lo estás buscando, no está aquí –afirmó al verlo uno de ellos.
- ¿Dónde está?
- No lo sé, desde ayer no ha regresado. –dijo para luego perderse por el almacén.
- ¿Eso quiere decir que no había pasado la noche aquí? –se cuestionó mentalmente.
La habitación revuelta, los papeles por todos sitios, ¿qué había pasado…?
Entró como pudo y empezó a recoger los papeles. Poco a poco los fue leyendo mientras los recogía hasta que… No podía ser, ¿otra vez? ¿Por qué no lo dejaban en paz?
- Hyung… ¿por eso me pediste que no fuera? No querías que viera esto. Así que te destinaron a una nueva casa otra vez, hyung… ¿saliste huyendo? Tengo que encontrarlo antes de que pase algo.
Salio corriendo de allí y empezó a buscarlo por toda la cuidad. Debía darse prisa, el cielo amenazaba con las nubes negras. Recorrió las calles principales, todos los comercios, los bares… se encontraba exhausto sentado en las escalera de una casa. El cielo comenzó a descargar y finalmente se empapó completamente. Pensando aun en los lugares que le quedaban, le sonó el móvil:
- Kai, ¿dónde estás? Está lloviendo demasiado.
- Appa… tengo que solucionar un problema, por favor, déjame terminarlo –rogaba desesperado.
- ¿No te habrás metido en algún lío?
- Un amigo me necesita, tengo que encontrarlo…
- ¿Tan importante es?
- Sí…
- Está bien, pero si te pones malo, ya sabrás de quien es la culpa.
- Gracias –sonrió débilmente.
Guardó el móvil y dio un suspiro al aire:
- ¿Dónde estás? Está lloviendo y ya no sé dónde buscarte… -hablaba consigo mismo.
Flash Back
- Hola hyung, ¿a dónde vas?
- Saldré.
- Pero si hace frío, te pondrás malo.
- Yo no soy como tú, renacuajo –le dijo sobándole la cabeza.
- ¡¿Eh?! –se quejó entre molesto y divertido- algún día seré como tú –le sonrió cálidamente.
- Jajaja ¿cómo yo? Eso lo veremos. Bueno me voy.
- Pero, ¿a dónde?
- Voy a soñar –dijo tras atravesar la puerta del almacén y alejarse de la vista del menor.
Fin Flash Back
- Hyung iba a soñar… ¡eso es! –salió corriendo a ese lugar.
No estaba muy lejos, pero aun así la lluvia caía con fuerza y dificultaba la vista. Tras unos cuantos metros más ya había llegado. En la entrada se podía divisar un cartel que ponía claramente: << Parque de los sueños >>
Se adentró en el parque. Era el único sitio que le quedaba, así que rezaba con su alma que se encontrara allí. Recorrió la mayor parte del parque y muy a su pesar, se iba a dar por vencido hasta que distinguió una figura cerca de un árbol. Emprendió la marcha y ahí estaba. Se encontraba sentado a los pies del árbol, apoyaba su espalda y su cabeza contra él. Totalmente empapado y con los ojos cerrados, como si disfrutara de la tranquilidad de la tormenta. ¿Estaba llorando? No lo sabía, por su cara se resbalaban miles de gotas difíciles de distinguir, pero su corazón si que lo hacía:
- Hyung... –dijo acercándose lentamente.
- ¿Qué haces aquí? –dijo sin abrir los ojos. Su voz sonaba apagada, casi parecían susurros.
- Está lloviendo, volvamos a casa.
- No me importa. –cada vez sonaba peor.
Kai se agachó a la altura de él. Tiró de sus brazos y lo abrazó. Lo atrajo suavemente contra su pecho que comparado con su cuerpo, era cálido… al igual que sus sentimientos.
El mayor pasó los brazos por la espalda de su amigo y se aferró a él fuertemente. Enterró su frío rostro en su hombro y nuevas gotas empezaron a bañar su cara. Lo había necesitado desde hacía mucho tiempo. Nadie había estado con él durante los últimos años, a excepción de él. Quería a su pequeño hermano, como así le decía en silencio. Sus abrazos eran cálidos. No recordaba como se sentía ser abrazado, pero juraría que los de su amigo eran únicos:
- Kai… -dijo entre sollozos.
- Hyung… siempre estaré contigo –le dijo en un susurro.
~~~~~~
- ¡Por fin terminamos! –dijo estirándose en la silla el más bajo.
- Si… -dijo el rubio agotado- pero ahora está lloviendo.
- Eso no me impedirá ir a casa.
- ¿Estás loco? Según llegues a tu casa caerás enfermo y si es que llegas.
- ¿Por quién me tomas? Soy fuerte.
- Luego soy yo el presumido.
- Bah –dijo recogiendo.
Cuando recogieron todo y ordenaron los libros, se dispusieron a salir:
- Me voy –dijo el moreno.
- Espera idiota –dijo jalando del brazo a su compañero.
- ¿Qué quieres?
- Te acompañaré hasta tu casa –no se creía que hubiera dicho eso, ¿Key que te pasa últimamente? Tengo que tener una charla seriamente conmigo mismo.
- ¿Qué dices? –dijo sorprendido.
- No tienes abrigo y tampoco paraguas, no sé que tan mala imagen tengas de mí, pero no soy así. Anda vamos –dijo cubriéndolo con su paraguas.
La atmósfera era incómoda. Ninguno decía nada, solo se miraban de reojo con un nivel de disimulo mínimo. A pesar de que se odiaban, parecía ser que por alguna extraña razón, la compañía mutua era confortable. Eso a ellos no le encajaba para nada. Dejó a Jonghyun en su casa y como si no se conocieran, dio media vuelta y puso rumbo a la suya.
Cuando llegó a su piso, Onew ya se había dormido. Le había dejado la comida puesta para calentarla. Que chico más adorable. Comió y se bañó. Se dirigió a su habitación y no tardó en quedarse dormido. Hoy había sido un día muy duro.
~~~~~~
Después de unos minutos ambos se levantaron y se dirigieron a la salida del parque, pero entre la tranquilidad y soledad de las calles, se oyó nuevamente la sirena de la policía. Ambos se sobresaltaron:
- Kai corre –dijo tirando del brazo a su amigo.
Empezaron a correr por la calles de la húmeda capital bajo la lluvia. Como no había casi circulación era más fácil cruzar de acera en acera. La lluvia ayudaba a ocultarlos un poco, pero poco a poco se iban uniendo más coches que cerraban el paso. Se escondieron en un callejón conocido para él:
- Escúchame, tienes que salir de aquí –le dijo posando una mano en su hombro.
- ¿Qué vas a hacer tú? -le dijo nervioso.
- Eso da igual, si seguimos nos pillarán. No tardarán en rodearnos.
- Hyung no quiero dejarte aquí.
- Kai, con suerte la policía no te ha reconocido, tienes que salir de aquí.
Se acercó a una de las cajas al final del callejón y apartó la tercera del centro. Un agujero se hallaba oculto tras ellas:
- Sigue por aquí, aparecerás en la parte trasera de tu instituto. Vuelve a casa.
- N-o, yo…
- Por favor te lo pido, tienes que irte ahora.
Muy a su pesar optó por obedecer. Después de atravesar el agujero, el mayor lo volvió a tapar con las cajas y salió del callejón siendo rodeado por los policías:
- ¡Se acabó el juego! Ya va siendo hora de que vuelvas.
No opuso resistencia y se entregó. No podía permitir bajo ningún concepto que relacionaran a su amigo con él. Esta era la mejor manera de que dejaran de patrullar por si habían reconocido a su acompañante. Ahora el estaba a salvo. Pero su amigo aun seguía detrás del muro, aun no se había ido y permanecía envuelto en un mar de lágrima al darse cuenta de que su hyung se había entregado para ponerlo a salvo. Como pudo corrió a su casa con el rostro bañado tanto por la lluvia como por las lágrimas.
Cuando llegó a su casa sus padres ya estaban acostados, cosa que agradeció. Se duchó y se acostó sin comer, no tenía hambre, ya no.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:22 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
PRIMER POST♥
Ommo me gusta que el JongKey se hagan más unidos que nunca ;3
esa unidad los llevara a una relación MUAJAJA lo se muy bien ♥
Kai y ¿? se que es Taemin mi coranzocito me lo dice JAJAJA' pero
han progresado, el chico misterioso se entrego por su amigo
QUE HERMOSO
CAPITULO 9 LLEGAA YAAAA, ya quiero que Taemin aparezca ;3
Estaré esperando capitulo ;3
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
waaa no unnie (?) siserás mi unnie? no te rindas con tu fic, está muy bueno, verás cómo vas a tener más lectoras, como a anny-min que anda un poco desaparecida, pero ella va a estar aquí!! xDD enserio ¬¬
waa quedó interesante!!!! TaeMin se dejó atrapar, fue conmovedor :OSH:
je je je pero waaaa!!! si tengo mucha curiosidad de saber porqué lo persiguen!!!!!
waaaaa!!! bueno, seré paciente.
Si, me gusta que sea el 2min y el JongKey a la par, es más interesante
y hablando del JongKey... xD
muajaja qué gracioso se debió de ver JongHyun estirándose xDD
está chaparrito~ jajaja
hasta el siguiente~ ^_^
waa quedó interesante!!!! TaeMin se dejó atrapar, fue conmovedor :OSH:
je je je pero waaaa!!! si tengo mucha curiosidad de saber porqué lo persiguen!!!!!
waaaaa!!! bueno, seré paciente.
Si, me gusta que sea el 2min y el JongKey a la par, es más interesante
y hablando del JongKey... xD
muajaja qué gracioso se debió de ver JongHyun estirándose xDD
está chaparrito~ jajaja
hasta el siguiente~ ^_^
Última edición por tiari el Dom Abr 14, 2013 10:04 pm, editado 1 vez (Razón : alguien aquí (mi casa) me vino a molestar xDD)
tiari
MinHo & Onew
444
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 8
MinhoO: Sí, el JongKey avanza, pero no lo tendrán fácil jajaja Y el extraño xD por muy frío que sea, a su amigo lo quiere mucho. Soy buena persona y no las hago esperar mucho, por ahora E_E Aunque puede que ocurra algo y el capítulo 9 se retrase A_A Que mala persona U_U Bueno disfruta del 8 :3 y espero que sigas leyéndome ~~
tiari: Pues no sé si lo seré >3< Gracias por tus ánimos <3 Si tienes curiosidad tendrás que leerte toda la historia :D Es algo que se irá revelando a lo largo del fic :3 Y sí, lo puse porque me pareció realmente gracioso *3* Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 8:
Se encontraba rodeado por la completa oscuridad. No podía ver nada. Hacía frío, pero por algún motivo no tenía miedo. Tenía una sensación de angustia. De pronto en la oscuridad escuchó los latidos de un corazón. Pero si no eran suyos… ¿de quién era? ¿Había alguien más con él?
Una corriente de aire lo hizo tiritar de frío. Sintió una extraña presencia:
- Ayúdame… - una suave voz inundó la oscuridad.
¿Quién era? ¿Dónde estaba? No podía distinguir nada:
- Hace frío… -volvió a sonar.
- ¿Quién eres? –replicó el joven.
- Ayúdame… -suplicaba de nuevo.
Intentaba averiguar de dónde provenía esa voz, pero lo único que lo rodeaba era la oscuridad:
- Duele… -era lo único que decía.
- ¿Dónde estás?
De repente se abrió una puerta y una luz emanaba de ella. Cuanto más se iba acercando más frío hacía. ¿A dónde le conduciría? No dudó en entrar. La voz parecía venir desde allí. Tenía que saber quién lo estaba llamando, quién le estaba pidiendo ayuda.
Se encontró con lo que parecía ser un túnel, pero estaba cubierto completamente de hielo. De ahí provenía el frío. ¿Estaría allí? ¿Sería este el frío al que se refería? Tenía la necesidad de ir en su búsqueda, en sus palabras había un deje de dolor y tristeza, tal vez angustia, soledad…
Avanzó por el túnel helado. Parecía profundo:
- Ayúdame… -se volvió a escuchar.
Apresuró el paso. Otra puerta se le cruzó de por medio. No dudó en abrirla. Una amplía caverna glacial se abría a su paso. Parecía no haber salida. ¿Qué era aquello? Una enorme esfera de hielo yacía en el centro. Se acercó con cuidado. Una silueta se divisaba en su interior, ¿sería una persona? Está congelada:
- Ayúdame… -sintió un aliento cálido proveniente de esa esfera.
¿Era una persona realmente y estaba viva? ¿Cómo era esa posible?
- Duele… -ahora sollozaba.
- ¿Quién eres? –dijo apoyando sus manos en la esfera congelada- ¿por qué te duele? ¿Qué haces ahí?
Un dolor invadía su corazón cuando escuchaba esa voz rogar por su ayuda, pero… ¿qué podía hacer? Esa esfera parecía una coraza inexpugnable. Golpeó un par de veces, pero no emitía ni siquiera un sonido.
Como si el tiempo se le acabara, la oscuridad empezó a invadir la caverna. Desaparecía todo a su paso y parecía que su próximo objetivo era él. Intentó correr de vuelta al principio, pero la oscuridad era más rápida. Finalmente lo alcanzó. La sombra trepaba por sus piernas. Lo estaba atando.
Cada vez la esfera se veía más lejos. No quería dejar a aquella persona sola. No otra vez. Su corazón le decía que tenía que quedarse allí, pero algo se lo impedía:
- Ayúdame…-escuchó ya a lo lejos.
- Dime cómo puedo ayudarte, ¿por qué estas llorando? –fue lo último que dijo antes de ser tragado finalmente por la oscuridad.
Se levantó sobresaltado de la cama. Estaba empapado en sudor y parecía que había pasado un tornado por su cama. Otra vez ese sueño. Desde hace dos días, no paraba de soñar con lo mismo. Pero su frustración era que nunca conseguía averiguar la identidad de esa persona. Aunque esta vez, había podido conocer el origen de esa voz. Había avanzado más que las otras veces ¿Qué clase de sueño era ese? Se estaba volviendo loco.
Sujetó su cabeza con ambas manos e intentó regular la respiración. Así no podría dormir. Se levantó y se dirigió al baño a ducharse. Tenía que despejarse. Parecía que la ducha a las tres de la mañana se había vuelto una rutina:
- Minho, ¿qué te pasa? ¿No puedes dormir? –le preguntaba su padre cuando salió del baño.
- Es que me dio calor y me fui a bañar, ya sabes… es incómodo.
- Está bien hijo, intenta dormir.
- ¿Sigues trabajando? –le preguntó para intentar olvidar el tema de su sueño.
- Sí, estoy terminando una cosa de mi último proyecto.
- Tú también deberías acostarte –le dijo a su padre.
- Descuida.
Volvió a su cuarto y acomodó un poco la cama. Intentaría dormir ya que mañana tenía clases.
~~~~~~
Al día siguiente en cierto piso:
- ¿Te falta mucho? –preguntaba el castaño con cierto deje a ruego.
- Ya está, vamos desesperado –le contestó el rubio saliendo de su habitación con su peculiar estilo que lo caracterizaba. No podía negar que vestía bien.
- ¿A qué hora llegaste anoche?- le preguntó mientras cerraba la puerta con llave.
- Mm… más o menos a las 11, por ahí.
- ¿Te comiste lo que te dejé?
- Sí, gracias –le sonrió agradecido.
- No hay de qué –le correspondió el gesto- y cuéntame, ¿cómo te fue? ¿lo terminaron?
- Milagrosamente sí, pero es insoportable. Otro trabajo con él y me muero.
El rubio quería creer en sus palabras, pero si tenía que ser sincero, no le había desagradado tanto como expresaba. Eso le incordiaba. Él odiaba a ese sujeto. Desde siempre, pero, ¿por qué ahora la situación se tornaba diferente?
Pocos minutos después llegaron a la universidad. Aún faltaban 15 minutos, así que se fueron a uno de los jardines de la entrada, para seguir charlando:
- ¿Entonces quedaste con Minho?
- Sí, en verdad, hacía tiempo que no quedaba con él. Lo echaba de menos –sonrió
- Bueno ya sabes que para él es difícil.
- Sí, pobrecito. –dijo un poco disgustado- ahora que recuerdo. Ayer antes de irme a dormir, empezó a llover y me preguntaba si habías llevado paraguas.
- Yo sí… - le vino a la mente el momento en el que le había propuesto al moreno acompañarlo a su casa. Un débil color rojizo asomó por sus mejillas.
Aunque no lo hubiera pensado, se había sentido…mmm… cómo explicarlo… ¿seguro? La compañía de él, le había despertado emociones que desconocía y que rápidamente eran desechadas, cuando ese perro abría su bocaza. Todo lo estropeaba:
- ¿Key? –sacudía su mano delante de su ensimismado amigo.
- ¿Eh? – volvió en si.
- Te estaba dicien…
- Vaya vaya, mira a quién tenemos aquí –Onew fue interrumpido.
El rubio se giró, para darle la cara al dueño de esa voz y en cuando lo miró, sus ojos se abrieron como platos. Un escalofrío asaltó su cuerpo y acto seguido empezó a temblar. ¿Había vuelto? ¿Qué se supone que hacía aquí? Esa basura no merecía ni hablarnos:
- ¿Me has echado de menos, Key? – dijo con una sonrisa pícara.
A Onew se le hinchó la vena. Su rostro risueño había quedado atrás desde que esa basura apareció delante de sus ojos. Si había alguien en el mundo a quien odiaba con todo su ser, era a ese. Era el exnovio de su mejor amigo y había sido tan cabrón que de no ser porque Key lo detuvo, le hubiera desfigurado la cara a sus anchas. ¿Cómo se atreve a volver después de lo que hizo?
El recién llegado, al no recibir respuesta de Key quien estaba petrificado ante su repentina aparición, se acercó al rubio y le acarició la mejilla:
- Echo de menos oírte gemir debajo de mi –dijo sacando la lengua y mojando sus labios.
Ante esto Onew le apartó la mano y le propinó un puñetazo en la boca del estómago:
- No te atrevas a tocarlo –le dijo con todo el desprecio que sentía.
- Vaya, así que todavía tienes a tu guardaespaldas –dijo retorciéndose de dolor.
- ¡Lárgate! – le amenazó dirigiéndose hacía él con el puño en el aire.
- Ya nos volveremos a ver –le guiñó un ojo.
Y salió de las instalaciones. Al parecer no estaba estudiando en la misma universidad que ellos. Fue un alivio enorme:
- Key… ¿estás bien? –preguntó preocupado.
- Y-o… n…
Unas lágrimas empezaron a deslizarse por la tersa piel de su compañero. El castaño lo abrazó con ternura. Si de algo estaba seguro era que no iba a permitir que alguien volviera a hacerle daño a su amigo y ahora que su exnovio había vuelto, tenía que tener cuidado. No permitiría que le pusiera las manos encima otra vez.
~~~~~~
Hacía tiempo que no pisaba ese lugar. Estaba tal y como lo recordaba la última vez que vino. Muchas caras viejas y pocas caras nuevas. Supongo que ser policía no es muy fácil. Aunque dos policías lo guiaban, podía ir solo. Se sabía el camino perfectamente:
- Entra –le exigió uno de ellos.
Y se quedó solo. La sala de siempre. ¿Vendrían también los mismos a interrogarlo? La misma silla, la misma mesa, las mismas paredes y el mismo suelo. Todo era lo mismo. Estaba cansado de tanta monotonía. Aquel lugar apestaba a justicia. Una justicia de la que alardeaban y pocas veces era cierta. Cuanta hipocresía. No soportaba ese lugar, sin embargo, irónicamente era en el que había estado la mayor parte del tiempo.
Se sentó y apoyó los codos sobre la mesa. De repente entraron otros dos y cerraron la puerta con llave. Uno de ellos era nuevo, por así decirlo y el otro ya lo había acompañado en anteriores ocasiones:
- Llevamos casi un año sin encontrar tu rastro, ¿te has divertido a gusto? –le habló el nuevo que era más joven y más alto que el otro.
- Un poco si.
- ¿A qué crees que estás jugando?
- Yo no juego a nada. Es mi vida y hago lo que me de la gana.
- ¡Eres un imbécil! Estás a cargo de la policía y da gracias que no te podamos meter en la cárcel.
- Si me metieras en la cárcel, te estarías equivocando de persona. Sabes de sobra a quien tienes que meter entre rejas, pero ¿qué pasa? ¡¿Te tiene amenazado?! ¡¿A ti y a toda la apestosa ley de este país?! –se levantó con rabia de la mesa.
El alto se puso enfrente de él:
- No eres quién para hablar de lo que no te incumbe.
- Dime, ¿cuando te paga? Tú y todos son unos malditos perros que le huelen el culo al primero que les paguen. Da igual si es justo o no, da igual si es moral o deja de serlo, deberían quemarse en el infierno.
- ¡Cállate niñato engreído! –le agarró por el cuello y lo levantó del suelo- ¡¿No entiendes que deberías haber muerto ya?! ¡No deberías haber sobrevivido! ¡Solo eres un maldito estorbo para la sociedad! ¡Una basura como tantos otros que deben ser eliminados! –lo estampó contra la pared de la sala.
El golpe retumbó en la habitación. Un fuerte dolor se apodero de él:
- ¡Hazle un favor al mundo y muere de una vez! ¡La sociedad está llena de escoria como tú!
- Eres tan imbécil que necesitas usar la fuerza con las personas para inculcar tus ideales, propio de la basura como tú que lleva ese uniforme.
Tras estas palabras, recibió un fuerte golpe en su mejilla derecha:
- No tengo ningún problema en acabar contigo ahora mismo –le amenazó.
El joven con los ojos cerrados sonrió y con su lengua limpió un hilo de sangre que partía de su boca:
- Cobarde… -le susurró debido a los fuertes golpes que había recibido.
El agente, que aun lo sujetaba por el cuello, se dispuso a asestarle otro golpe, pero el otro que se encontraba expectante lo detuvo al no poder seguir contemplando la escena:
- ¡Basta ya! –le cogió del brazo- ya es suficiente.
El mayor no tuvo opción y le obedeció. Lo soltó provocando que cayera al suelo.
- Retírate -le ordenó el más viejo.
Y abandonó la sala sin decir nada. El otro policía se agachó para ayudar al chico:
- ¡No me toques! –le gritó.
- No has cambiado nada desde que te conozco. Sigues odiando a todos.
- ¿Y qué coño te importa a ti viejo?
- Eres muy valiente por haber dicho todas aquellas cosas y más sabiendo que ibas a acabar así. Si no quieres que te ayude levántate entonces.
El chico se levantó como pudo. Le dolía todo el cuerpo y la mejilla aún le latía del golpe que había recibido. Se llevó la mano a su cara para comprobar su estado. Tenía un poco de sangre y eso le dejaría un buen morado:
- Maldito estúpido… -murmuró.
- Jajaja tú le provocaste. Anda siéntate.
- ¿Por qué no me pegas tú también? ¿O me gritas?
- Yo no voy a tratarte así. –le sonrió amablemente.
- ¿Tanta lástima te doy? –cuestionó mientras se sentaba en la silla.
- Oh no, no me malinterpretes. Tengo mis razones.
- Tss –espetó.
- ¿Sabes lo que vendrá ahora no? –le dijo sacándole una copia de los papeles que aquel día recibió.
- Cómo si me importara –desvió la mirada.
- Mmm… debería. Te han destinado a una casa que está en el mismo centro de la ciudad. Estas personas son muy amables, te tratarán bien. Además ya tienen experiencia con jóvenes de acogida.
- No pienso ir.
- No tienes opción y por favor no te vuelvas a escapar –dijo suplicando.
- ¿Por qué no me dejas en paz? Quiero vivir solo, a mi manera.
- Sabes perfectamente que es imposible. Mira –le dijo extendiendo otros papeles- esta es la universidad a la que asistirás. He oído que es la misma a la que asistías antes. ¿No es genial? Volverás a ver a tus amigos.
- En absoluto. No tengo amigos allí y no voy a ir a estudiar a ningún sitio.
- No lo hagas más difícil, solo quiero ayudarte.
- No te he pedido ayuda.
- Eres un caso difícil, ¿eh?- dijo levantándose de la mesa y dirigiéndose a la puerta- ¡ah! Por cierto, casi se me olvida, estarás aquí un poco más y dentro de una hora más o menos vendré a buscarte para llevarte a tu nueva casa. Pasarás la mañana conociendo a tus nuevos padres y por la tarde asistirás a la universidad.
- Lo que tú digas.
tiari: Pues no sé si lo seré >3< Gracias por tus ánimos <3 Si tienes curiosidad tendrás que leerte toda la historia :D Es algo que se irá revelando a lo largo del fic :3 Y sí, lo puse porque me pareció realmente gracioso *3* Espero que sigas leyéndome ~~
Capítulo 8:
Se encontraba rodeado por la completa oscuridad. No podía ver nada. Hacía frío, pero por algún motivo no tenía miedo. Tenía una sensación de angustia. De pronto en la oscuridad escuchó los latidos de un corazón. Pero si no eran suyos… ¿de quién era? ¿Había alguien más con él?
Una corriente de aire lo hizo tiritar de frío. Sintió una extraña presencia:
- Ayúdame… - una suave voz inundó la oscuridad.
¿Quién era? ¿Dónde estaba? No podía distinguir nada:
- Hace frío… -volvió a sonar.
- ¿Quién eres? –replicó el joven.
- Ayúdame… -suplicaba de nuevo.
Intentaba averiguar de dónde provenía esa voz, pero lo único que lo rodeaba era la oscuridad:
- Duele… -era lo único que decía.
- ¿Dónde estás?
De repente se abrió una puerta y una luz emanaba de ella. Cuanto más se iba acercando más frío hacía. ¿A dónde le conduciría? No dudó en entrar. La voz parecía venir desde allí. Tenía que saber quién lo estaba llamando, quién le estaba pidiendo ayuda.
Se encontró con lo que parecía ser un túnel, pero estaba cubierto completamente de hielo. De ahí provenía el frío. ¿Estaría allí? ¿Sería este el frío al que se refería? Tenía la necesidad de ir en su búsqueda, en sus palabras había un deje de dolor y tristeza, tal vez angustia, soledad…
Avanzó por el túnel helado. Parecía profundo:
- Ayúdame… -se volvió a escuchar.
Apresuró el paso. Otra puerta se le cruzó de por medio. No dudó en abrirla. Una amplía caverna glacial se abría a su paso. Parecía no haber salida. ¿Qué era aquello? Una enorme esfera de hielo yacía en el centro. Se acercó con cuidado. Una silueta se divisaba en su interior, ¿sería una persona? Está congelada:
- Ayúdame… -sintió un aliento cálido proveniente de esa esfera.
¿Era una persona realmente y estaba viva? ¿Cómo era esa posible?
- Duele… -ahora sollozaba.
- ¿Quién eres? –dijo apoyando sus manos en la esfera congelada- ¿por qué te duele? ¿Qué haces ahí?
Un dolor invadía su corazón cuando escuchaba esa voz rogar por su ayuda, pero… ¿qué podía hacer? Esa esfera parecía una coraza inexpugnable. Golpeó un par de veces, pero no emitía ni siquiera un sonido.
Como si el tiempo se le acabara, la oscuridad empezó a invadir la caverna. Desaparecía todo a su paso y parecía que su próximo objetivo era él. Intentó correr de vuelta al principio, pero la oscuridad era más rápida. Finalmente lo alcanzó. La sombra trepaba por sus piernas. Lo estaba atando.
Cada vez la esfera se veía más lejos. No quería dejar a aquella persona sola. No otra vez. Su corazón le decía que tenía que quedarse allí, pero algo se lo impedía:
- Ayúdame…-escuchó ya a lo lejos.
- Dime cómo puedo ayudarte, ¿por qué estas llorando? –fue lo último que dijo antes de ser tragado finalmente por la oscuridad.
Se levantó sobresaltado de la cama. Estaba empapado en sudor y parecía que había pasado un tornado por su cama. Otra vez ese sueño. Desde hace dos días, no paraba de soñar con lo mismo. Pero su frustración era que nunca conseguía averiguar la identidad de esa persona. Aunque esta vez, había podido conocer el origen de esa voz. Había avanzado más que las otras veces ¿Qué clase de sueño era ese? Se estaba volviendo loco.
Sujetó su cabeza con ambas manos e intentó regular la respiración. Así no podría dormir. Se levantó y se dirigió al baño a ducharse. Tenía que despejarse. Parecía que la ducha a las tres de la mañana se había vuelto una rutina:
- Minho, ¿qué te pasa? ¿No puedes dormir? –le preguntaba su padre cuando salió del baño.
- Es que me dio calor y me fui a bañar, ya sabes… es incómodo.
- Está bien hijo, intenta dormir.
- ¿Sigues trabajando? –le preguntó para intentar olvidar el tema de su sueño.
- Sí, estoy terminando una cosa de mi último proyecto.
- Tú también deberías acostarte –le dijo a su padre.
- Descuida.
Volvió a su cuarto y acomodó un poco la cama. Intentaría dormir ya que mañana tenía clases.
~~~~~~
Al día siguiente en cierto piso:
- ¿Te falta mucho? –preguntaba el castaño con cierto deje a ruego.
- Ya está, vamos desesperado –le contestó el rubio saliendo de su habitación con su peculiar estilo que lo caracterizaba. No podía negar que vestía bien.
- ¿A qué hora llegaste anoche?- le preguntó mientras cerraba la puerta con llave.
- Mm… más o menos a las 11, por ahí.
- ¿Te comiste lo que te dejé?
- Sí, gracias –le sonrió agradecido.
- No hay de qué –le correspondió el gesto- y cuéntame, ¿cómo te fue? ¿lo terminaron?
- Milagrosamente sí, pero es insoportable. Otro trabajo con él y me muero.
El rubio quería creer en sus palabras, pero si tenía que ser sincero, no le había desagradado tanto como expresaba. Eso le incordiaba. Él odiaba a ese sujeto. Desde siempre, pero, ¿por qué ahora la situación se tornaba diferente?
Pocos minutos después llegaron a la universidad. Aún faltaban 15 minutos, así que se fueron a uno de los jardines de la entrada, para seguir charlando:
- ¿Entonces quedaste con Minho?
- Sí, en verdad, hacía tiempo que no quedaba con él. Lo echaba de menos –sonrió
- Bueno ya sabes que para él es difícil.
- Sí, pobrecito. –dijo un poco disgustado- ahora que recuerdo. Ayer antes de irme a dormir, empezó a llover y me preguntaba si habías llevado paraguas.
- Yo sí… - le vino a la mente el momento en el que le había propuesto al moreno acompañarlo a su casa. Un débil color rojizo asomó por sus mejillas.
Aunque no lo hubiera pensado, se había sentido…mmm… cómo explicarlo… ¿seguro? La compañía de él, le había despertado emociones que desconocía y que rápidamente eran desechadas, cuando ese perro abría su bocaza. Todo lo estropeaba:
- ¿Key? –sacudía su mano delante de su ensimismado amigo.
- ¿Eh? – volvió en si.
- Te estaba dicien…
- Vaya vaya, mira a quién tenemos aquí –Onew fue interrumpido.
El rubio se giró, para darle la cara al dueño de esa voz y en cuando lo miró, sus ojos se abrieron como platos. Un escalofrío asaltó su cuerpo y acto seguido empezó a temblar. ¿Había vuelto? ¿Qué se supone que hacía aquí? Esa basura no merecía ni hablarnos:
- ¿Me has echado de menos, Key? – dijo con una sonrisa pícara.
A Onew se le hinchó la vena. Su rostro risueño había quedado atrás desde que esa basura apareció delante de sus ojos. Si había alguien en el mundo a quien odiaba con todo su ser, era a ese. Era el exnovio de su mejor amigo y había sido tan cabrón que de no ser porque Key lo detuvo, le hubiera desfigurado la cara a sus anchas. ¿Cómo se atreve a volver después de lo que hizo?
El recién llegado, al no recibir respuesta de Key quien estaba petrificado ante su repentina aparición, se acercó al rubio y le acarició la mejilla:
- Echo de menos oírte gemir debajo de mi –dijo sacando la lengua y mojando sus labios.
Ante esto Onew le apartó la mano y le propinó un puñetazo en la boca del estómago:
- No te atrevas a tocarlo –le dijo con todo el desprecio que sentía.
- Vaya, así que todavía tienes a tu guardaespaldas –dijo retorciéndose de dolor.
- ¡Lárgate! – le amenazó dirigiéndose hacía él con el puño en el aire.
- Ya nos volveremos a ver –le guiñó un ojo.
Y salió de las instalaciones. Al parecer no estaba estudiando en la misma universidad que ellos. Fue un alivio enorme:
- Key… ¿estás bien? –preguntó preocupado.
- Y-o… n…
Unas lágrimas empezaron a deslizarse por la tersa piel de su compañero. El castaño lo abrazó con ternura. Si de algo estaba seguro era que no iba a permitir que alguien volviera a hacerle daño a su amigo y ahora que su exnovio había vuelto, tenía que tener cuidado. No permitiría que le pusiera las manos encima otra vez.
~~~~~~
Hacía tiempo que no pisaba ese lugar. Estaba tal y como lo recordaba la última vez que vino. Muchas caras viejas y pocas caras nuevas. Supongo que ser policía no es muy fácil. Aunque dos policías lo guiaban, podía ir solo. Se sabía el camino perfectamente:
- Entra –le exigió uno de ellos.
Y se quedó solo. La sala de siempre. ¿Vendrían también los mismos a interrogarlo? La misma silla, la misma mesa, las mismas paredes y el mismo suelo. Todo era lo mismo. Estaba cansado de tanta monotonía. Aquel lugar apestaba a justicia. Una justicia de la que alardeaban y pocas veces era cierta. Cuanta hipocresía. No soportaba ese lugar, sin embargo, irónicamente era en el que había estado la mayor parte del tiempo.
Se sentó y apoyó los codos sobre la mesa. De repente entraron otros dos y cerraron la puerta con llave. Uno de ellos era nuevo, por así decirlo y el otro ya lo había acompañado en anteriores ocasiones:
- Llevamos casi un año sin encontrar tu rastro, ¿te has divertido a gusto? –le habló el nuevo que era más joven y más alto que el otro.
- Un poco si.
- ¿A qué crees que estás jugando?
- Yo no juego a nada. Es mi vida y hago lo que me de la gana.
- ¡Eres un imbécil! Estás a cargo de la policía y da gracias que no te podamos meter en la cárcel.
- Si me metieras en la cárcel, te estarías equivocando de persona. Sabes de sobra a quien tienes que meter entre rejas, pero ¿qué pasa? ¡¿Te tiene amenazado?! ¡¿A ti y a toda la apestosa ley de este país?! –se levantó con rabia de la mesa.
El alto se puso enfrente de él:
- No eres quién para hablar de lo que no te incumbe.
- Dime, ¿cuando te paga? Tú y todos son unos malditos perros que le huelen el culo al primero que les paguen. Da igual si es justo o no, da igual si es moral o deja de serlo, deberían quemarse en el infierno.
- ¡Cállate niñato engreído! –le agarró por el cuello y lo levantó del suelo- ¡¿No entiendes que deberías haber muerto ya?! ¡No deberías haber sobrevivido! ¡Solo eres un maldito estorbo para la sociedad! ¡Una basura como tantos otros que deben ser eliminados! –lo estampó contra la pared de la sala.
El golpe retumbó en la habitación. Un fuerte dolor se apodero de él:
- ¡Hazle un favor al mundo y muere de una vez! ¡La sociedad está llena de escoria como tú!
- Eres tan imbécil que necesitas usar la fuerza con las personas para inculcar tus ideales, propio de la basura como tú que lleva ese uniforme.
Tras estas palabras, recibió un fuerte golpe en su mejilla derecha:
- No tengo ningún problema en acabar contigo ahora mismo –le amenazó.
El joven con los ojos cerrados sonrió y con su lengua limpió un hilo de sangre que partía de su boca:
- Cobarde… -le susurró debido a los fuertes golpes que había recibido.
El agente, que aun lo sujetaba por el cuello, se dispuso a asestarle otro golpe, pero el otro que se encontraba expectante lo detuvo al no poder seguir contemplando la escena:
- ¡Basta ya! –le cogió del brazo- ya es suficiente.
El mayor no tuvo opción y le obedeció. Lo soltó provocando que cayera al suelo.
- Retírate -le ordenó el más viejo.
Y abandonó la sala sin decir nada. El otro policía se agachó para ayudar al chico:
- ¡No me toques! –le gritó.
- No has cambiado nada desde que te conozco. Sigues odiando a todos.
- ¿Y qué coño te importa a ti viejo?
- Eres muy valiente por haber dicho todas aquellas cosas y más sabiendo que ibas a acabar así. Si no quieres que te ayude levántate entonces.
El chico se levantó como pudo. Le dolía todo el cuerpo y la mejilla aún le latía del golpe que había recibido. Se llevó la mano a su cara para comprobar su estado. Tenía un poco de sangre y eso le dejaría un buen morado:
- Maldito estúpido… -murmuró.
- Jajaja tú le provocaste. Anda siéntate.
- ¿Por qué no me pegas tú también? ¿O me gritas?
- Yo no voy a tratarte así. –le sonrió amablemente.
- ¿Tanta lástima te doy? –cuestionó mientras se sentaba en la silla.
- Oh no, no me malinterpretes. Tengo mis razones.
- Tss –espetó.
- ¿Sabes lo que vendrá ahora no? –le dijo sacándole una copia de los papeles que aquel día recibió.
- Cómo si me importara –desvió la mirada.
- Mmm… debería. Te han destinado a una casa que está en el mismo centro de la ciudad. Estas personas son muy amables, te tratarán bien. Además ya tienen experiencia con jóvenes de acogida.
- No pienso ir.
- No tienes opción y por favor no te vuelvas a escapar –dijo suplicando.
- ¿Por qué no me dejas en paz? Quiero vivir solo, a mi manera.
- Sabes perfectamente que es imposible. Mira –le dijo extendiendo otros papeles- esta es la universidad a la que asistirás. He oído que es la misma a la que asistías antes. ¿No es genial? Volverás a ver a tus amigos.
- En absoluto. No tengo amigos allí y no voy a ir a estudiar a ningún sitio.
- No lo hagas más difícil, solo quiero ayudarte.
- No te he pedido ayuda.
- Eres un caso difícil, ¿eh?- dijo levantándose de la mesa y dirigiéndose a la puerta- ¡ah! Por cierto, casi se me olvida, estarás aquí un poco más y dentro de una hora más o menos vendré a buscarte para llevarte a tu nueva casa. Pasarás la mañana conociendo a tus nuevos padres y por la tarde asistirás a la universidad.
- Lo que tú digas.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:23 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Hello! He llegado e.e' :3
LuzaKiller
최민호♥, 태민♥ & 키♥
1481
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
wo paliza la que le dieron a Tae, pero tiene razón,
la mayoría de los que practican la "justicia" se van tras el billete puaj :P
weno, weno, cuando menos ya cedió en ir a aquella casa e ir a la Uni
OMO qué feo lo del ex de Bummie D: QUE NO SE ATREVA A TOCARLO PORQUE SE LAS VERÁ CON PUPPY xDD
y con Onew xDD
Y claro que lo seguiré, si está mu interesante,
hasta el siguiente ^_^
la mayoría de los que practican la "justicia" se van tras el billete puaj :P
weno, weno, cuando menos ya cedió en ir a aquella casa e ir a la Uni
OMO qué feo lo del ex de Bummie D: QUE NO SE ATREVA A TOCARLO PORQUE SE LAS VERÁ CON PUPPY xDD
y con Onew xDD
Y claro que lo seguiré, si está mu interesante,
hasta el siguiente ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
HOLAAAA♥
el sueño de Minho por dios a mi también me dio un escalofrió -.- ¿que significa eso? POR DIOS!
Key ya esta sintiendo algo por nuestro DINO eso es romántico y me
encanto cuando ONEW lo defendió, aunque ese !"#$%& del ex novio de key
merece la muerte LA MERECE -.- y ojala ONEW siempre esta para Key
cuando este en peligro LO NECESITARA
ODIO al policía que agredió a nuestro pequeño -.- solamente con saber que ya
estará con familia y que asistirá a la escuela ME SIENTO FELIZ ♥
Estaré esperando continuación
el sueño de Minho por dios a mi también me dio un escalofrió -.- ¿que significa eso? POR DIOS!
Key ya esta sintiendo algo por nuestro DINO eso es romántico y me
encanto cuando ONEW lo defendió, aunque ese !"#$%& del ex novio de key
merece la muerte LA MERECE -.- y ojala ONEW siempre esta para Key
cuando este en peligro LO NECESITARA
ODIO al policía que agredió a nuestro pequeño -.- solamente con saber que ya
estará con familia y que asistirá a la escuela ME SIENTO FELIZ ♥
Estaré esperando continuación
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 9
LuzDChoiMinho&Key: Me pone muy feliz *O* Espero que te guste mi fic ^3^
tiari: Jajaja bueno aunque haya accedido a ir a la nueva casa no será fácil para la nueva familia. Ya sabes que el chico tiene un carácter un poco peculiar :3 Gracias por leer nuevamente ~~
MinhoO: Me alegra que te haya dado un escalofrío e_e era lo que quería conseguir cuando lo leyeran >3< Pues tiene mucho que ver con los sentimientos de alguien, no te digo nada más >3< Sí, ahora por lo menos vive en un lugar decente, el caso es si se quedará ahí. Gracias por comentar de nuevo ~~
Capítulo 9:
En mitad de las clases, por la mañana:
- ¡Ey! Vuelve –le dijo al alto que se encontraba perdido mirando hacia la ventana.
- ¿Eh?
- ¿Cómo que eh? –enarcó una ceja- últimamente te pierdes mucho.
- ¿Yo? ¿De qué hablas? Estoy atendiendo.
- Bien, ¿de qué está hablando la profesora ahora?
- De los parámetros del sonido.
- Eso fue en la clase anterior, estamos con el análisis armónico. Casi cuela Minho. ¿En qué se supone que estás pensando?
- Si te lo digo me dirás que estoy loco.
- Es imposible que lo seas más todavía –bromeó.
- Gracias amigo mío.
- Era broma, dime.
- Mmm… cómo te lo explico… siento que alguien me llama.
- ¿Qué te llama?
- Sí, algo me dice que alguien me necesita, que me está llamando. No sé, es una sensación rara, creo que debería ir a un psicólogo -suspiró.
- Sería una buena opción, sí –sonrió.
- Te lo dije –le miró molesto.
- Es que me resulta muy difícil entender lo que me quieres decir, pero no te tomo por loco, es más, te digo que a mí en ocasiones algo me oprime el pecho… como si intentara decirme que lo que hago está mal o algo, como que intenta dirigirme. Me siento como un muñeco –dijo extrañado.
- Está bien, le diré a mi madre que nos coja cita para los dos con el médico –bromeo un poco preocupado.
- Empiezo a pensar que tenemos cierto grado de locura.
- Coincido con tu diagnóstico – asintió con la cabeza- qué raro que hoy no te hayas peleado con Key –le dijo el alto cambiando de tema.
Al escuchar su nombre, instintivamente giró su cabeza un poco para divisarlo entre el resto de alumnos. Ahí estaba. Concentrado como siempre y atendiendo a la explicación. Aunque algo raro había en su expresión. Parecía que había… ¿llorado? Aunque sentía que sus ojos tenían miedo. Creo que sin percatarse de ello, lo estaba reflejando:
- ¿Qué le habrá pasado? –se preguntó para sí mismo.
Estaba preocupado, esperen… ¿preocupado por él? ¿Qué enfermedad le había dado sin darse cuenta? Sacudió su cabeza y volvió a mirar a su amigo. Este lo miraba con una expresión divertida:
- ¿Qué pasó la tarde del trabajo? –le preguntó moviendo ambas cejas.
- ¿Eh? –se sonrojó de inmediato- ¿de qué estas hablando? Sabes que no lo soporto.
- Mmm… ya claro.
- ¡Enserio! –elevó su tono.
- Alumno, hágame el favor de callarse.
- Lo siento –se disculpó.
- No te alteres, era un broma –le sonrió su amigo.
- Ya, claro –le miro molesto.
~~~~~~
- ¿Estás listo para irnos? –le preguntó el policía.
- Y si no, ¿me llevarás a la fuerza?
- No estás en condiciones de nada.
Odiaba admitirlo pero era verdad. Después de la discusión con aquel sujeto, no podía ni caminar bien. Así que se levantó y lo siguió. Una vez que el coche se puso en marcha, se puso a observar las calles tras la ventana. Aquel policía era extraño. Era una de las pocas personas que lo trataban bien, aunque desconocía el motivo. Esta gente es rara. Fue lo que pensó.
De repente le vino a la mente su amigo:
- Kai… ¿cómo estará? –pensaba.
Odiaba el sentimiento de extrañar a alguien. Desde aquel momento, intentó eliminar cualquier sentimiento de su ser. La venganza, el odio y su impulso era lo que primaba en su vida durante estos últimos años. Completaría su venganza aunque fuera lo último que hiciera. Pero como todo ser humano, eliminar los sentimientos no es posible, sobre todo si no tienes control sobre ellos. Por lo que tuvo que reprimir los buenos sentimientos, eso es peor. Era su teoría, puesto que al no poder eliminarlos sino únicamente reprimirlos aun siguen ahí y una pequeña parte del cuerpo seguirá reaccionando a lo que nuestro corazón una vez sintió:
- ¿Puedo preguntarte algo? –le habló el policía.
- Lo harás de todas formas.
- ¿Sigues yendo a ese lugar?
El joven abrió los ojos de la sorpresa y después la melancolía lo invadió. Junto con sus recuerdos, un sabor amargo lo recorría a su antojo:
- ¿Cómo lo sabes?
- Te he vigilado en algunas ocasiones –sonrió satisfactoriamente.
- Si es así, ¿por qué no me has delatado desde el principio?
- Creí que necesitabas más tiempo para asumirlo.
- Cada vez me pareces más raro, ¿seguro que eres un agente?
- Jajaja te aseguro que sí, es solo que me gusta ayudar a la gente. Y tú simplemente me has caído bien.
- No era mi intención caerte bien.
- Lo sé, por cierto, ¿dónde has estado viviendo?
- No te incumbe.
- No seas arisco, puedes confiar en mí.
- Ni quiero ni te diré nada, ya te dije que no es asunto tuyo.
- Vale vale, está bien.
Varios minutos después llegaron a su destino. Era una casa normal. Ni muy grande ni muy pequeña, por lo que dejaba ver la situación económica de los que allí vivían. El policía le abrió la puerta del coche ya que tenía seguro y se bajó como pudo:
- Mira, esta será tu nueva casa, ¿no es bonita?
- No es mi casa y no duraré mucho ahí –dijo apartando la vista.
- Oye, deja esa mala leche que te gastas y sonríe un poco hombre. Cuando eras pequeño, todo el mundo decía que tenías la sonrisa más bonita de la ciudad. ¿Dónde está ese niño que recuerdo?
- Muerto –dijo con un tono seco como de costumbre.
- No, todavía sigue delante de mi, pero es muy terco y se esconde tras una máscara.
- Eres una molestia –sentenció el joven.
- ¿Y tú? ¿Quién eres? ¿Acaso te recuerdas?
Tenía razón. Cuántas veces no se había preguntado eso. ¿Quién era? ¿Había muerto realmente? Su pasado se había esfumado aquel día.
- Dime una cosa –fijo su vista en el suelo, recordando- en verdad… ¿debería haber muerto? Las cosas hubieran sido diferentes si no hubiera sido yo el que hubiera sobrevivido. Yo no lo merecía, ¿por qué…?
- Si estás aquí, es por algo. Todavía tienes una misión en el mundo. Tu papel aquí no ha sido ocupado por eso no te fuiste.
- ¿Quieres decir que ella no tenía un futuro, que no merecía vivir? Eso es absurdo –apretó su mano.
- Tú eres el más indicado para acabar con esto y ella lo sabía.
- Eso es imposible, ¿qué se supone que voy a hacer yo? Soy un simple estorbo, aquello de lo que la sociedad se tiene que deshacer.
- No seas idiota –le puso una mano en el hombro- llegará el día en el que no tengas que mirar hacia el pasado. Podrás vivir en el futuro, tus raíces dejarán de atarte y podrás caminar libre.
El joven levantó la cabeza y el policía le sonrió. Luego miró al cielo. ¿Podría llegar a ser una de esas aves que cabalgan libres por el viento?
- Entremos –le animó.
Con malas caras lo siguió. Tocaron y enseguida les abrió una mujer con facciones delicadas. De una estatura media y una bella sonrisa. No era fea la mujer:
- Buenos días agente Park –le saludó- ¿tú debes ser nuestro nuevo hijo?-le sonrió.
- Buenos días señora Yang, aquí se lo traigo. Salúdala hombre –le dijo.
Pero el joven no respondió, no estaba de humor:
- Bueno no importa –le sonrió- ya se acostumbrará. Pasen por favor –le indicó- Mi marido está trabajando, por lo que ahora no encuentra.
- Gracias, bueno usted se encargará de comentarle todo.
Pasaron al salón y se sentaron en el sillón. El agente sacó los papeles que tenía que firmar la que sería la nueva madre del chico:
- Me dijeron que usted ya está informada sobre la universidad a la que asistirá y que lo tiene todo organizado.
- Si ya está todo hecho –afirmó la mujer- solo faltaba él –le sonrió, pero el chico solo mostraba indiferencia.
- Quita esa cara de piedra –le dijo el policía.
Pero ni se inmutó. Este chico era difícil y más cuando su objetivo era salir de allí cuanto antes.
- Tu cuarto está arriba a la derecha del todo, si quieres ir a verlo, puedes subir –le dijo su ahora madre.
Como una máquina se levantó y sin mediar palabra subió por las escaleras dirección a su cuarto.
- Lo siento mucho, su comportamiento no es el mejor –se disculpó.
- Tranquilo, es cuestión de tiempo. No es la primera vez.
- Debo advertirle que tiene en mente irse de aquí de un momento a otro, así que estaría bien si no consiguiera escaparse.
- La casa tiene un censor en la puerta del jardín, así que no habrá problema.
- Veo que está preparada –se alegró- bueno me voy ya –se levantó- ha sido un placer contar con usted. Si necesita algo solo tiene que llamarme.
- De acuerdo, el placer es mío –le sonrió amablemente.
Así que esta será su nueva casa. No por mucho tiempo. No entraba en sus planes quedarse nuevamente con padres de acogida y menos seguir estudiando. Su objetivo era otro.
~~~~~~
Ya en la hora del almuerzo:
- Key, ¿quieres ir a comer?
- No, es mejor que me quede aquí –dijo mirando alrededor.
- No está aquí, si lo estás buscando.
- Pero puede aparecer.
- No voy a permitir que te haga daño y lo sabes.
- Pero… no quiero que te hagan daño por mi culpa.
- Soy tu amigo, estoy para eso. Confía en mí.
- Yo confío en ti y precisamente como eres mi amigo, no quiero eso. Por favor, solo hoy aunque sea.
- Está bien –suspiró resignado.
~~~~~~
- Esos dos se quedaron en la clase –afirmó el moreno.
- Sí, me pregunto que mosca les habrá picado esta vez.
- A saber –se quedó pensativo. ¿Tendría que ver con la expresión del rubio esta mañana?
- Ya le preguntaré más tarde –concluyó el alto.
- Oye, ¿te apetece que quedemos hoy después de clase?
- Hoy no puedo, tengo una cita con mi madre –dijo frunciendo el seño.
- ¿Con tu madre?
- Sí, me quiere usar otra vez como modelo.
- Vaya, tendré que comprar la próxima revista de moda para ver a mi mejor amigo. Ya podrías publicar en otra más barata –bromeó el más bajo.
- Esta cara y este cuerpo que tienes ante tus ojos vale su peso en oro.
- No conocía esa faceta modesta tuya.
- Lo bueno se cobra caro –sonrió triunfante.
- Jajaja pero a mi me tienes que hacer una rebaja.
- No tienes por qué comprar la revista tonto.
- Claro que sí, sale mi mejor amigo. Es mi deber –dijo actuando.
- Bueno ya sabes que mi madre te regala las revistas antes de que salgan.
- Eso es verdad. Adoro a tu madre.
- Jajaja Ahora me pongo celoso –dijo riendo.
- Sería bastante extraño – rió de la misma manera.
Y la campana anunció el final del almuerzo:
- Será mejor que volvamos –dijo el alto.
- Sí.
~~~~~~
- ¿Puedo pasar? –preguntó ella.
Al no recibir respuesta entró igual:
- ¿En serio que no tienes hambre? –insistió una vez más.
- No.
- Bueno, vete bajando. Te llevaré a la universidad –le dijo apenada.
Muy a su pesar se levantó y se empezó a poner el uniforme. Le traía muchos recuerdos ya que no solo era una universidad sino que en las instalaciones de la izquierda se hallaba el instituto al que una vez asistió. Tuvo la suerte ya que en ese momento no tuvo que cambiarse pues tenía universidad también.
Fue al baño y se miró al espejo. El morado bajo su ojo derecho era notablemente visible. Más de lo que esperaba. Genial, buena impresión ante todo. No le importaba en absoluto, pero no tenía ganas de escuchar los comentarios de la gente. Se miró por última vez y se recogió el pelo de mala gana. Tampoco era lo suyo peinarse aunque tuviera el pelo largo. Bajó las escaleras y su madre lo estaba esperando ya dentro del coche.
~~~~~~
- Bueno chicos, esta tarde daremos la síntesis del sonido. Abran el libro por la página 98 y…
- Disculpe profesora -interrumpió el director- finalmente está aquí.
Todos se callaron y le prestaron atención para averiguar de qué hablaba:
- Pasa –le indicó.
El joven salió de detrás del director y atravesó la puerta ante la vista de todos los allí presentes. Su imagen no era la más adecuada, como comprobó en el espejo de su casa y el director ni se había quejado. Se dirigió al frente de todos con un paso confiado:
- Yo soy Lee Tae Min.
tiari: Jajaja bueno aunque haya accedido a ir a la nueva casa no será fácil para la nueva familia. Ya sabes que el chico tiene un carácter un poco peculiar :3 Gracias por leer nuevamente ~~
MinhoO: Me alegra que te haya dado un escalofrío e_e era lo que quería conseguir cuando lo leyeran >3< Pues tiene mucho que ver con los sentimientos de alguien, no te digo nada más >3< Sí, ahora por lo menos vive en un lugar decente, el caso es si se quedará ahí. Gracias por comentar de nuevo ~~
Capítulo 9:
En mitad de las clases, por la mañana:
- ¡Ey! Vuelve –le dijo al alto que se encontraba perdido mirando hacia la ventana.
- ¿Eh?
- ¿Cómo que eh? –enarcó una ceja- últimamente te pierdes mucho.
- ¿Yo? ¿De qué hablas? Estoy atendiendo.
- Bien, ¿de qué está hablando la profesora ahora?
- De los parámetros del sonido.
- Eso fue en la clase anterior, estamos con el análisis armónico. Casi cuela Minho. ¿En qué se supone que estás pensando?
- Si te lo digo me dirás que estoy loco.
- Es imposible que lo seas más todavía –bromeó.
- Gracias amigo mío.
- Era broma, dime.
- Mmm… cómo te lo explico… siento que alguien me llama.
- ¿Qué te llama?
- Sí, algo me dice que alguien me necesita, que me está llamando. No sé, es una sensación rara, creo que debería ir a un psicólogo -suspiró.
- Sería una buena opción, sí –sonrió.
- Te lo dije –le miró molesto.
- Es que me resulta muy difícil entender lo que me quieres decir, pero no te tomo por loco, es más, te digo que a mí en ocasiones algo me oprime el pecho… como si intentara decirme que lo que hago está mal o algo, como que intenta dirigirme. Me siento como un muñeco –dijo extrañado.
- Está bien, le diré a mi madre que nos coja cita para los dos con el médico –bromeo un poco preocupado.
- Empiezo a pensar que tenemos cierto grado de locura.
- Coincido con tu diagnóstico – asintió con la cabeza- qué raro que hoy no te hayas peleado con Key –le dijo el alto cambiando de tema.
Al escuchar su nombre, instintivamente giró su cabeza un poco para divisarlo entre el resto de alumnos. Ahí estaba. Concentrado como siempre y atendiendo a la explicación. Aunque algo raro había en su expresión. Parecía que había… ¿llorado? Aunque sentía que sus ojos tenían miedo. Creo que sin percatarse de ello, lo estaba reflejando:
- ¿Qué le habrá pasado? –se preguntó para sí mismo.
Estaba preocupado, esperen… ¿preocupado por él? ¿Qué enfermedad le había dado sin darse cuenta? Sacudió su cabeza y volvió a mirar a su amigo. Este lo miraba con una expresión divertida:
- ¿Qué pasó la tarde del trabajo? –le preguntó moviendo ambas cejas.
- ¿Eh? –se sonrojó de inmediato- ¿de qué estas hablando? Sabes que no lo soporto.
- Mmm… ya claro.
- ¡Enserio! –elevó su tono.
- Alumno, hágame el favor de callarse.
- Lo siento –se disculpó.
- No te alteres, era un broma –le sonrió su amigo.
- Ya, claro –le miro molesto.
~~~~~~
- ¿Estás listo para irnos? –le preguntó el policía.
- Y si no, ¿me llevarás a la fuerza?
- No estás en condiciones de nada.
Odiaba admitirlo pero era verdad. Después de la discusión con aquel sujeto, no podía ni caminar bien. Así que se levantó y lo siguió. Una vez que el coche se puso en marcha, se puso a observar las calles tras la ventana. Aquel policía era extraño. Era una de las pocas personas que lo trataban bien, aunque desconocía el motivo. Esta gente es rara. Fue lo que pensó.
De repente le vino a la mente su amigo:
- Kai… ¿cómo estará? –pensaba.
Odiaba el sentimiento de extrañar a alguien. Desde aquel momento, intentó eliminar cualquier sentimiento de su ser. La venganza, el odio y su impulso era lo que primaba en su vida durante estos últimos años. Completaría su venganza aunque fuera lo último que hiciera. Pero como todo ser humano, eliminar los sentimientos no es posible, sobre todo si no tienes control sobre ellos. Por lo que tuvo que reprimir los buenos sentimientos, eso es peor. Era su teoría, puesto que al no poder eliminarlos sino únicamente reprimirlos aun siguen ahí y una pequeña parte del cuerpo seguirá reaccionando a lo que nuestro corazón una vez sintió:
- ¿Puedo preguntarte algo? –le habló el policía.
- Lo harás de todas formas.
- ¿Sigues yendo a ese lugar?
El joven abrió los ojos de la sorpresa y después la melancolía lo invadió. Junto con sus recuerdos, un sabor amargo lo recorría a su antojo:
- ¿Cómo lo sabes?
- Te he vigilado en algunas ocasiones –sonrió satisfactoriamente.
- Si es así, ¿por qué no me has delatado desde el principio?
- Creí que necesitabas más tiempo para asumirlo.
- Cada vez me pareces más raro, ¿seguro que eres un agente?
- Jajaja te aseguro que sí, es solo que me gusta ayudar a la gente. Y tú simplemente me has caído bien.
- No era mi intención caerte bien.
- Lo sé, por cierto, ¿dónde has estado viviendo?
- No te incumbe.
- No seas arisco, puedes confiar en mí.
- Ni quiero ni te diré nada, ya te dije que no es asunto tuyo.
- Vale vale, está bien.
Varios minutos después llegaron a su destino. Era una casa normal. Ni muy grande ni muy pequeña, por lo que dejaba ver la situación económica de los que allí vivían. El policía le abrió la puerta del coche ya que tenía seguro y se bajó como pudo:
- Mira, esta será tu nueva casa, ¿no es bonita?
- No es mi casa y no duraré mucho ahí –dijo apartando la vista.
- Oye, deja esa mala leche que te gastas y sonríe un poco hombre. Cuando eras pequeño, todo el mundo decía que tenías la sonrisa más bonita de la ciudad. ¿Dónde está ese niño que recuerdo?
- Muerto –dijo con un tono seco como de costumbre.
- No, todavía sigue delante de mi, pero es muy terco y se esconde tras una máscara.
- Eres una molestia –sentenció el joven.
- ¿Y tú? ¿Quién eres? ¿Acaso te recuerdas?
Tenía razón. Cuántas veces no se había preguntado eso. ¿Quién era? ¿Había muerto realmente? Su pasado se había esfumado aquel día.
- Dime una cosa –fijo su vista en el suelo, recordando- en verdad… ¿debería haber muerto? Las cosas hubieran sido diferentes si no hubiera sido yo el que hubiera sobrevivido. Yo no lo merecía, ¿por qué…?
- Si estás aquí, es por algo. Todavía tienes una misión en el mundo. Tu papel aquí no ha sido ocupado por eso no te fuiste.
- ¿Quieres decir que ella no tenía un futuro, que no merecía vivir? Eso es absurdo –apretó su mano.
- Tú eres el más indicado para acabar con esto y ella lo sabía.
- Eso es imposible, ¿qué se supone que voy a hacer yo? Soy un simple estorbo, aquello de lo que la sociedad se tiene que deshacer.
- No seas idiota –le puso una mano en el hombro- llegará el día en el que no tengas que mirar hacia el pasado. Podrás vivir en el futuro, tus raíces dejarán de atarte y podrás caminar libre.
El joven levantó la cabeza y el policía le sonrió. Luego miró al cielo. ¿Podría llegar a ser una de esas aves que cabalgan libres por el viento?
- Entremos –le animó.
Con malas caras lo siguió. Tocaron y enseguida les abrió una mujer con facciones delicadas. De una estatura media y una bella sonrisa. No era fea la mujer:
- Buenos días agente Park –le saludó- ¿tú debes ser nuestro nuevo hijo?-le sonrió.
- Buenos días señora Yang, aquí se lo traigo. Salúdala hombre –le dijo.
Pero el joven no respondió, no estaba de humor:
- Bueno no importa –le sonrió- ya se acostumbrará. Pasen por favor –le indicó- Mi marido está trabajando, por lo que ahora no encuentra.
- Gracias, bueno usted se encargará de comentarle todo.
Pasaron al salón y se sentaron en el sillón. El agente sacó los papeles que tenía que firmar la que sería la nueva madre del chico:
- Me dijeron que usted ya está informada sobre la universidad a la que asistirá y que lo tiene todo organizado.
- Si ya está todo hecho –afirmó la mujer- solo faltaba él –le sonrió, pero el chico solo mostraba indiferencia.
- Quita esa cara de piedra –le dijo el policía.
Pero ni se inmutó. Este chico era difícil y más cuando su objetivo era salir de allí cuanto antes.
- Tu cuarto está arriba a la derecha del todo, si quieres ir a verlo, puedes subir –le dijo su ahora madre.
Como una máquina se levantó y sin mediar palabra subió por las escaleras dirección a su cuarto.
- Lo siento mucho, su comportamiento no es el mejor –se disculpó.
- Tranquilo, es cuestión de tiempo. No es la primera vez.
- Debo advertirle que tiene en mente irse de aquí de un momento a otro, así que estaría bien si no consiguiera escaparse.
- La casa tiene un censor en la puerta del jardín, así que no habrá problema.
- Veo que está preparada –se alegró- bueno me voy ya –se levantó- ha sido un placer contar con usted. Si necesita algo solo tiene que llamarme.
- De acuerdo, el placer es mío –le sonrió amablemente.
Así que esta será su nueva casa. No por mucho tiempo. No entraba en sus planes quedarse nuevamente con padres de acogida y menos seguir estudiando. Su objetivo era otro.
~~~~~~
Ya en la hora del almuerzo:
- Key, ¿quieres ir a comer?
- No, es mejor que me quede aquí –dijo mirando alrededor.
- No está aquí, si lo estás buscando.
- Pero puede aparecer.
- No voy a permitir que te haga daño y lo sabes.
- Pero… no quiero que te hagan daño por mi culpa.
- Soy tu amigo, estoy para eso. Confía en mí.
- Yo confío en ti y precisamente como eres mi amigo, no quiero eso. Por favor, solo hoy aunque sea.
- Está bien –suspiró resignado.
~~~~~~
- Esos dos se quedaron en la clase –afirmó el moreno.
- Sí, me pregunto que mosca les habrá picado esta vez.
- A saber –se quedó pensativo. ¿Tendría que ver con la expresión del rubio esta mañana?
- Ya le preguntaré más tarde –concluyó el alto.
- Oye, ¿te apetece que quedemos hoy después de clase?
- Hoy no puedo, tengo una cita con mi madre –dijo frunciendo el seño.
- ¿Con tu madre?
- Sí, me quiere usar otra vez como modelo.
- Vaya, tendré que comprar la próxima revista de moda para ver a mi mejor amigo. Ya podrías publicar en otra más barata –bromeó el más bajo.
- Esta cara y este cuerpo que tienes ante tus ojos vale su peso en oro.
- No conocía esa faceta modesta tuya.
- Lo bueno se cobra caro –sonrió triunfante.
- Jajaja pero a mi me tienes que hacer una rebaja.
- No tienes por qué comprar la revista tonto.
- Claro que sí, sale mi mejor amigo. Es mi deber –dijo actuando.
- Bueno ya sabes que mi madre te regala las revistas antes de que salgan.
- Eso es verdad. Adoro a tu madre.
- Jajaja Ahora me pongo celoso –dijo riendo.
- Sería bastante extraño – rió de la misma manera.
Y la campana anunció el final del almuerzo:
- Será mejor que volvamos –dijo el alto.
- Sí.
~~~~~~
- ¿Puedo pasar? –preguntó ella.
Al no recibir respuesta entró igual:
- ¿En serio que no tienes hambre? –insistió una vez más.
- No.
- Bueno, vete bajando. Te llevaré a la universidad –le dijo apenada.
Muy a su pesar se levantó y se empezó a poner el uniforme. Le traía muchos recuerdos ya que no solo era una universidad sino que en las instalaciones de la izquierda se hallaba el instituto al que una vez asistió. Tuvo la suerte ya que en ese momento no tuvo que cambiarse pues tenía universidad también.
Fue al baño y se miró al espejo. El morado bajo su ojo derecho era notablemente visible. Más de lo que esperaba. Genial, buena impresión ante todo. No le importaba en absoluto, pero no tenía ganas de escuchar los comentarios de la gente. Se miró por última vez y se recogió el pelo de mala gana. Tampoco era lo suyo peinarse aunque tuviera el pelo largo. Bajó las escaleras y su madre lo estaba esperando ya dentro del coche.
~~~~~~
- Bueno chicos, esta tarde daremos la síntesis del sonido. Abran el libro por la página 98 y…
- Disculpe profesora -interrumpió el director- finalmente está aquí.
Todos se callaron y le prestaron atención para averiguar de qué hablaba:
- Pasa –le indicó.
El joven salió de detrás del director y atravesó la puerta ante la vista de todos los allí presentes. Su imagen no era la más adecuada, como comprobó en el espejo de su casa y el director ni se había quejado. Se dirigió al frente de todos con un paso confiado:
- Yo soy Lee Tae Min.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:24 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Ommo CLARO que alguien necesita de la ayuda de Minho y obviamente
es Taemin, él necesita más de Minho en estos momentos y él tiene
que ser la persona que ayude a nuestro maknae e.e
Jjong también tiene a alguien a quien proteger y es obviamente a nuestra
diva él necesita a alguien urgentemente ya que un estúpido le está haciendo
la vida imposible -.- ¿para que vuelve? AISSHHH
Ojala y Taemin cambie de parecer y que no se valla de casa NO queremos
que se valla ¿verdad? LO QUEREMOS AHÍ y que sea muy feliz como debe ser
ME ENCANTA la presentación hasta a mi me dio miedo JAJA ;3
Estaré esperando la continuación
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
WAAAA ya llegóooooo!!!~~~~~~
ya está ahí!!! jeje xD
creo que se va a poner más bueno de lo que está!!!!
mmm~ pobre Tae, se ve que ha sufrido mucho y por eso se ha creado una armadura, cómo quieren que cambie o que se muestre más amable cuando ha tenido que ocultar sus sentimientos? eso le va a costar, por eso tiene una actitud muy ostíl :/
Bueno, sólo espero que su nueva madre sea más paciente y comprensiva
y hablando de hacer daño. También Key está ciscado con su ex, poresillo.
OMO yo quiero la revista en donde sale MinHo xDD
Mi hermana no me quiere regalar ninguna imagen de su esas que te envían con el disco, es muy mala. Apuesto que si tiene la revista ni me la presta xDD <<-- eso qué verdad?
Bueno, hasta el siguiente ^_^
ya está ahí!!! jeje xD
creo que se va a poner más bueno de lo que está!!!!
mmm~ pobre Tae, se ve que ha sufrido mucho y por eso se ha creado una armadura, cómo quieren que cambie o que se muestre más amable cuando ha tenido que ocultar sus sentimientos? eso le va a costar, por eso tiene una actitud muy ostíl :/
Bueno, sólo espero que su nueva madre sea más paciente y comprensiva
y hablando de hacer daño. También Key está ciscado con su ex, poresillo.
OMO yo quiero la revista en donde sale MinHo xDD
Mi hermana no me quiere regalar ninguna imagen de su esas que te envían con el disco, es muy mala. Apuesto que si tiene la revista ni me la presta xDD <<-- eso qué verdad?
Bueno, hasta el siguiente ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 10
MinhoO: Sip, Minho y Jonghyun tienen a alguien a quien proteger, esperemos que lo consigan :D Es verdad, queremos que Tae se quede >3< Me pone feliz que te haya gustado la presentación ^3^ Gracias por comentar <33
tiari: Por fin ''apareció'' jajaja Sí, el pobre Tae lo ha pasado bastante mal, de ahí su carácter. Esperemos que su madre lo comprendo >3< Al pobre Key también le tocó el premio con su ex xDD Yo también quiero la revista *Q* Si la consigo te la presto (?) jajaja Gracias por comentar <3
Capítulo 10:
El ambiente se tensó. Todos estaban observando a aquel chico que se presentaba con una mirada gélida. Era como si, con su sola presencia, invadiera la clase de un sentimiento aterrador que los envolvía.
Su corazón empezó a bombear con más rapidez. Sus pensamientos se habían nublado. Sus ojos, solo lo enfocaban a él:
- Ayúdame… –resonó cual campana en su cabeza seguido de un fuerte dolor.
Su respiración estaba descontrolada. ¿Qué le pasaba? Estaba sudando:
- Minho, ¿estás bien? –se preocupó el moreno.
Pero su amigo no contestaba. Era como si lo hubieran paralizado. De repente el chico nuevo clavó su mirada, percatándose de que él lo estaba observando. Pero… todos lo hacían. La pregunta aquí era, ¿por qué le había llamado la atención ese chico en concreto? Le restó importancia, pero mantuvo su mirada fija contra la de él:
- ¿Minho…? –lo movió un poco.
- Me está matando… -dijo si apartar la vista.
No podía, ese chico tenía una mirada tan penetrante y cargada de un sentimiento que desconocía… ¿desprecio? Era como si intentara matar a todos los presentes:
- ¿Se te fue la cabeza totalmente? –le preguntó sorprendido.
- No, no es eso… -indagaba en su cabeza- No puedo, tengo que salir de aquí.
El alto se levantó, llamando la atención de todos. Se acercó a la profesora y le pidió permiso para salir. Ella sonrió y le dio permiso. No había tardado mucho en comprobar la reacción, pero ahora ya lo sabía. Todo iba como se había predicho.
Minho se dirigió a la puerta, pero en un descuido, rozó sin querer su brazo con él. Al sentir el contacto su corazón casi estalla. Una descarga eléctrica le azotó completamente y dificultaba su razón. Como pudo llegó al baño e intentó tranquilizarse. ¿Qué narices había sido eso?
Espera… esta sensación… la recordaba de algún lugar. No era la primera vez, pero no lograba recordar. Se mojó la cara intentando estabilizarse:
- Taemin… -susurró.
Ese chico tenía un aura sombría. No podría distinguir si su sombra era más oscura que el propio cuerpo. Su mirada… dos dagas envenenadas. Tal y como lo recordaba en la foto. ¿Qué escondía ese chico? Había supuesto que su vida no había sido fácil, pero tenía curiosidad.
~~~~~~
- ¿Taemin? –le llamó la profesora.
- ¿Mm? –reaccionó.
- Tu sitio será el de allí –le señaló casi al fondo de la clase.
El castaño se dirigió hacia allí y finalmente se sentó. Sus compañeros de alrededor se apartaron un poco asustados. Supongo que era normal, las marcas de una pelea reciente que portaba en la cara no eran dignas de confianza ni mucho menos. Pero no le importó en absoluto. Es más, lo agradeció, no quería tener contacto con esta gente.
Las últimas horas transcurrieron como siempre. Nada nuevo que él no supiera ya. Aunque no había asistido a clases durante años, esos temas ya se los sabía. No por nada le habían dado una beca. Mientras la profesora explicaba, hubo un momento que lo miró solo a él. Sus miradas hicieron contacto:
- Esa chica… ¿dónde la he visto antes? –pensaba.
Su rostro le pareció familiar. Su voz. Todo. Y ese chico que se había ido antes…
Parecía que se había… ¿asustado? Sonrió. Será divertido:
- Bueno chicos, esto es todo por hoy. Pueden irse.
Todos abandonaron el aula en silencio. Todos evitaban cruzarse con el chico nuevo. Le tenían miedo. Después de todo, parecía un criminal.
Antes de salir fue al baño a revisar su cara, ¿le dejaría marca el golpe? No creo. Si las anteriores veces no lo había hecho, esta no sería una excepción. Entró y se encontró al mismo chico que había salido al principio. ¿Se quedó aquí todo el tiempo? Estaba sentado apoyándose contra la pared y con las manos sujetando su cabeza.
Minho al percatar la presencia de él, alzó su cabeza y observó como se miraba al espejo. Estaba tocándose la herida de su mejilla, una mueca de dolor apareció en su rostro:
- ¿Tanto asco te doy? –le miró a los ojos.
- Ninguno.
El tono que había empleado lo dejó un poco descolocado. El castaño se dio la vuelta y se dispuso a salir:
- ¡Espera!
El castaño ni se inmutó y siguió hacia la puerta. Este al ver la intención de él, se levantó rápidamente y lo cogió del brazo:
- No me toques –agarró el brazo del más alto que lo sujetaba.
Pero Minho no quiso soltarlo. Ya que no le había hecho caso, el tampoco lo haría y menos con esa exigencia. Aunque el agarre del más bajo era cada vez más fuerte:
- ¿Por qué me miras con esos ojos?
- ¡Suéltame!
- Taemin…
- ¿Qué quieres? –le estaba empezando a cansar este sujeto.
- Soy Choi Min Ho, encantado –le sonrió cálidamente para después soltarlo y salir del baño.
Esta gente cada vez estaba peor. Hoy era el día de las cosas extrañas. Primero en la comisaría y ahora en la universidad. La gente le empezaba a dar problemas. Miró el reloj y salió apresurado. Esperaba no llegar tarde. Rezaba poder alcanzarlo.
~~~~~~
Ya en su casa, se encontraba el rubio sentado en el salón con su taza de café:
- ¿Viste a ese chico Onew? –dijo entrecerrando los ojos mientras recordaba.
- ¿Taemin? –preguntó
- Sí, ¿qué opinas? Me pregunto cómo será…
- Creo que tiene una máscara.
- ¿Una máscara? –cuestionó extrañado
- ¿No lo notaste?
- Pues no.
- Estoy seguro de que su expresión no es natural, algo tuvo que pasarle y al parecer algo serio –sentenció el castaño.
- Parecía que se había peleado.
- Si, me imagino.
- Quiero ayudarle –lo miró el rubio.
- ¿Y eso ahora? –se sorprendió.
- Ahora que lo dices, siento como si fuera un niño que tuvo que creer a la fuerza. Estoy seguro que desde hace tiempo, el amor dejó de entrar en su vocabulario.
- Yo también –le sonrió su amigo.
Se alegró de que el rubio estuviera tan decidido a ayudarle. De hecho, él también quería averiguar lo que le pasaba. Era como un imán. También le puso feliz que su amigo hubiera olvidado el tema de su exnovio, por lo menos ahora tenía otra cosa en la que pensar:
- Voy a dar un paseo –dijo el rubio.
- Yo hoy estoy vago, te espero para la cena.
- No tardaré.
~~~~~~
- No hacía falta que me acompañaras Jonghyun.
- Vamos a ver, te quedaste todas las últimas horas en el baño haciendo a saber qué, me dijiste cosas muy raras y por si fuera poco me dices que no me preocupe. Explícamelo, me perdí esa parte de la historia.
- Exageras, simplemente me sentí mal.
- Ajá, ¿entonces te estaban matando? –dijo recordando lo que le había dicho en clase.
- Sí –sentenció tranquilamente como si fuera lo más normal
Ante su respuesta, el moreno le tocó la frente para comprobar que su temperatura no había subido:
- Esto es grave. No hay razón que lo explique.
- Te prometo que te lo contaré cuando yo mismo lo entienda –le sonrió.
- Bueno, está bien –le correspondió.
- Por cierto, ¿le entregasteis el trabajo?
- Sí, por fin. Ya no tendré que verlo fuera de clase.
- No te quejes que en verdad no te molesta.
- Morirás, enserio –le lanzó una mirada asesina.
- No eres tan mal amigo –sonrió- ahora me tengo que ir rápido, ya sabes, mi madre y su puntualidad.
- Lo sé, bueno. Hasta el lunes –se despidió.
¿Qué era lo que le iba a contar a su amigo? ¿Que tenía sueños raros que lo llamaban? ¿Que el chico nuevo lo mataba con la mirada? ¿Que estaba preocupado por alguien que no conocía? ¿Que esa persona le movía la tierra con su presencia? Desde luego, ninguna era una buena opción. Tampoco tenía la necesidad de preocuparle. Sentía que necesitaba la respuesta a un montón de interrogantes. No soportaba las preguntas sin respuesta. Parecía un puzzle, pero la diferencia era que el tenía que ir buscando las piezas.
tiari: Por fin ''apareció'' jajaja Sí, el pobre Tae lo ha pasado bastante mal, de ahí su carácter. Esperemos que su madre lo comprendo >3< Al pobre Key también le tocó el premio con su ex xDD Yo también quiero la revista *Q* Si la consigo te la presto (?) jajaja Gracias por comentar <3
Capítulo 10:
El ambiente se tensó. Todos estaban observando a aquel chico que se presentaba con una mirada gélida. Era como si, con su sola presencia, invadiera la clase de un sentimiento aterrador que los envolvía.
Su corazón empezó a bombear con más rapidez. Sus pensamientos se habían nublado. Sus ojos, solo lo enfocaban a él:
- Ayúdame… –resonó cual campana en su cabeza seguido de un fuerte dolor.
Su respiración estaba descontrolada. ¿Qué le pasaba? Estaba sudando:
- Minho, ¿estás bien? –se preocupó el moreno.
Pero su amigo no contestaba. Era como si lo hubieran paralizado. De repente el chico nuevo clavó su mirada, percatándose de que él lo estaba observando. Pero… todos lo hacían. La pregunta aquí era, ¿por qué le había llamado la atención ese chico en concreto? Le restó importancia, pero mantuvo su mirada fija contra la de él:
- ¿Minho…? –lo movió un poco.
- Me está matando… -dijo si apartar la vista.
No podía, ese chico tenía una mirada tan penetrante y cargada de un sentimiento que desconocía… ¿desprecio? Era como si intentara matar a todos los presentes:
- ¿Se te fue la cabeza totalmente? –le preguntó sorprendido.
- No, no es eso… -indagaba en su cabeza- No puedo, tengo que salir de aquí.
El alto se levantó, llamando la atención de todos. Se acercó a la profesora y le pidió permiso para salir. Ella sonrió y le dio permiso. No había tardado mucho en comprobar la reacción, pero ahora ya lo sabía. Todo iba como se había predicho.
Minho se dirigió a la puerta, pero en un descuido, rozó sin querer su brazo con él. Al sentir el contacto su corazón casi estalla. Una descarga eléctrica le azotó completamente y dificultaba su razón. Como pudo llegó al baño e intentó tranquilizarse. ¿Qué narices había sido eso?
Espera… esta sensación… la recordaba de algún lugar. No era la primera vez, pero no lograba recordar. Se mojó la cara intentando estabilizarse:
- Taemin… -susurró.
Ese chico tenía un aura sombría. No podría distinguir si su sombra era más oscura que el propio cuerpo. Su mirada… dos dagas envenenadas. Tal y como lo recordaba en la foto. ¿Qué escondía ese chico? Había supuesto que su vida no había sido fácil, pero tenía curiosidad.
~~~~~~
- ¿Taemin? –le llamó la profesora.
- ¿Mm? –reaccionó.
- Tu sitio será el de allí –le señaló casi al fondo de la clase.
El castaño se dirigió hacia allí y finalmente se sentó. Sus compañeros de alrededor se apartaron un poco asustados. Supongo que era normal, las marcas de una pelea reciente que portaba en la cara no eran dignas de confianza ni mucho menos. Pero no le importó en absoluto. Es más, lo agradeció, no quería tener contacto con esta gente.
Las últimas horas transcurrieron como siempre. Nada nuevo que él no supiera ya. Aunque no había asistido a clases durante años, esos temas ya se los sabía. No por nada le habían dado una beca. Mientras la profesora explicaba, hubo un momento que lo miró solo a él. Sus miradas hicieron contacto:
- Esa chica… ¿dónde la he visto antes? –pensaba.
Su rostro le pareció familiar. Su voz. Todo. Y ese chico que se había ido antes…
Parecía que se había… ¿asustado? Sonrió. Será divertido:
- Bueno chicos, esto es todo por hoy. Pueden irse.
Todos abandonaron el aula en silencio. Todos evitaban cruzarse con el chico nuevo. Le tenían miedo. Después de todo, parecía un criminal.
Antes de salir fue al baño a revisar su cara, ¿le dejaría marca el golpe? No creo. Si las anteriores veces no lo había hecho, esta no sería una excepción. Entró y se encontró al mismo chico que había salido al principio. ¿Se quedó aquí todo el tiempo? Estaba sentado apoyándose contra la pared y con las manos sujetando su cabeza.
Minho al percatar la presencia de él, alzó su cabeza y observó como se miraba al espejo. Estaba tocándose la herida de su mejilla, una mueca de dolor apareció en su rostro:
- ¿Tanto asco te doy? –le miró a los ojos.
- Ninguno.
El tono que había empleado lo dejó un poco descolocado. El castaño se dio la vuelta y se dispuso a salir:
- ¡Espera!
El castaño ni se inmutó y siguió hacia la puerta. Este al ver la intención de él, se levantó rápidamente y lo cogió del brazo:
- No me toques –agarró el brazo del más alto que lo sujetaba.
Pero Minho no quiso soltarlo. Ya que no le había hecho caso, el tampoco lo haría y menos con esa exigencia. Aunque el agarre del más bajo era cada vez más fuerte:
- ¿Por qué me miras con esos ojos?
- ¡Suéltame!
- Taemin…
- ¿Qué quieres? –le estaba empezando a cansar este sujeto.
- Soy Choi Min Ho, encantado –le sonrió cálidamente para después soltarlo y salir del baño.
Esta gente cada vez estaba peor. Hoy era el día de las cosas extrañas. Primero en la comisaría y ahora en la universidad. La gente le empezaba a dar problemas. Miró el reloj y salió apresurado. Esperaba no llegar tarde. Rezaba poder alcanzarlo.
~~~~~~
Ya en su casa, se encontraba el rubio sentado en el salón con su taza de café:
- ¿Viste a ese chico Onew? –dijo entrecerrando los ojos mientras recordaba.
- ¿Taemin? –preguntó
- Sí, ¿qué opinas? Me pregunto cómo será…
- Creo que tiene una máscara.
- ¿Una máscara? –cuestionó extrañado
- ¿No lo notaste?
- Pues no.
- Estoy seguro de que su expresión no es natural, algo tuvo que pasarle y al parecer algo serio –sentenció el castaño.
- Parecía que se había peleado.
- Si, me imagino.
- Quiero ayudarle –lo miró el rubio.
- ¿Y eso ahora? –se sorprendió.
- Ahora que lo dices, siento como si fuera un niño que tuvo que creer a la fuerza. Estoy seguro que desde hace tiempo, el amor dejó de entrar en su vocabulario.
- Yo también –le sonrió su amigo.
Se alegró de que el rubio estuviera tan decidido a ayudarle. De hecho, él también quería averiguar lo que le pasaba. Era como un imán. También le puso feliz que su amigo hubiera olvidado el tema de su exnovio, por lo menos ahora tenía otra cosa en la que pensar:
- Voy a dar un paseo –dijo el rubio.
- Yo hoy estoy vago, te espero para la cena.
- No tardaré.
~~~~~~
- No hacía falta que me acompañaras Jonghyun.
- Vamos a ver, te quedaste todas las últimas horas en el baño haciendo a saber qué, me dijiste cosas muy raras y por si fuera poco me dices que no me preocupe. Explícamelo, me perdí esa parte de la historia.
- Exageras, simplemente me sentí mal.
- Ajá, ¿entonces te estaban matando? –dijo recordando lo que le había dicho en clase.
- Sí –sentenció tranquilamente como si fuera lo más normal
Ante su respuesta, el moreno le tocó la frente para comprobar que su temperatura no había subido:
- Esto es grave. No hay razón que lo explique.
- Te prometo que te lo contaré cuando yo mismo lo entienda –le sonrió.
- Bueno, está bien –le correspondió.
- Por cierto, ¿le entregasteis el trabajo?
- Sí, por fin. Ya no tendré que verlo fuera de clase.
- No te quejes que en verdad no te molesta.
- Morirás, enserio –le lanzó una mirada asesina.
- No eres tan mal amigo –sonrió- ahora me tengo que ir rápido, ya sabes, mi madre y su puntualidad.
- Lo sé, bueno. Hasta el lunes –se despidió.
¿Qué era lo que le iba a contar a su amigo? ¿Que tenía sueños raros que lo llamaban? ¿Que el chico nuevo lo mataba con la mirada? ¿Que estaba preocupado por alguien que no conocía? ¿Que esa persona le movía la tierra con su presencia? Desde luego, ninguna era una buena opción. Tampoco tenía la necesidad de preocuparle. Sentía que necesitaba la respuesta a un montón de interrogantes. No soportaba las preguntas sin respuesta. Parecía un puzzle, pero la diferencia era que el tenía que ir buscando las piezas.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:25 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
OMMMO la presencia de Taemin cambiará el mundo
de los 4 restantes y de muchos más me imagino yo
concuerdo con Onew ? que Taemin está utilizando
una mascara para alejarse del dolor ? y de la felicidad ?
MINHOO ;3 este hombre tan aventado y tan amoroso
creo que se ganará la confianza de Taemin pronto
aunque creo que el primero en ganarse dicha
confianza será KEY siempre es así JAJA -.-
Estaré esparando continuación ;3
de los 4 restantes y de muchos más me imagino yo
concuerdo con Onew ? que Taemin está utilizando
una mascara para alejarse del dolor ? y de la felicidad ?
MINHOO ;3 este hombre tan aventado y tan amoroso
creo que se ganará la confianza de Taemin pronto
aunque creo que el primero en ganarse dicha
confianza será KEY siempre es así JAJA -.-
Estaré esparando continuación ;3
Última edición por MinhoO el Lun Abr 22, 2013 11:39 pm, editado 1 vez
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
sip, como un puzzle esperando a que MinHo lo resuelva (?)
mmm estoy de acuerdo con... el que dijo que Tae tiene una mascara (esque me confundo de quién es el rubio, mianhe ^_^U)
hasta el siguiente ^_^
chiquito mi comentario porque mañana es lunes u^u
mmm estoy de acuerdo con... el que dijo que Tae tiene una mascara (esque me confundo de quién es el rubio, mianhe ^_^U)
hasta el siguiente ^_^
chiquito mi comentario porque mañana es lunes u^u
tiari
MinHo & Onew
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Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 11
MinhoO: Sí, su presencia será importante y también esperemos que Minho logre ayudarlo y ganarse su confianza, también es cuestión de que él se deje jajaja Gracia por comentar :D
tiari: Jajaja no te preocupes, lo dijo Onew, puede ser que me haya equivocado yo en algo y por eso te confunde >3< Gracias por comentar :D
Capítulo 11:
- ¡Soltadme! –gritaba.
El menor se encontraba en la parte trasera de su instituto. Era sujetado por dos alumnos mayores que él y otro que se encargaba del trabajo sucio:
- Acordamos en que nos pagarías todos los viernes – decía el tercero.
- Eso lo acordasteis ustedes solos. Además… no tengo dinero.
- ¿Y ahora qué? –le dio una patada en las costillas.
- ¡Ah! – intentaba aguantar el dolor.
- Si no nos pagas, no podremos dejarte ir –sonreía con malicia.
- Ya h-he dicho… que n-o tengo di-nero.
- Comprobarás lo que les pasa a quienes no pagan.
~~~~~~
Iba caminando con paso ligero para llegar a tiempo. Dobló varias esquinas y ya se encontraba en el instituto de su amigo:
- Que extraño. Todos están saliendo ya de clase, pero él no está –pensaba.
Esperó a que todos salieran, por si se había quedado adentro haciendo algo, pero no. No aparecía. Cuando se giró para irse, escuchó unas risas provenientes de atrás de las instalaciones. Curioso de dirigió al lugar, pero para cuando llegó, se encontraba únicamente alguien tumbado en el suelo:
- Podría ser… no… -se preocupó.
Cuando se acercó pudo comprobar su identidad. Era él. Una serie de sentimientos en cadena se desató en su interior. El menor se encontraba recostado en el suelo. Se le podían ver los múltiples golpes que habían acabado en ambos lados de su abdomen. Su rostro marcado por numerosas heridas de las cuales un poco de sangre discurría por ellas. No respondía:
- ¿Quién narices había hecho esto? –la ira sustituyó a la sangre en sus venas.
Cogió a su amigo como pudo y lo cargó. Se dirigió inmediatamente al hospital. No quedaba muy lejos, pero tampoco sabía si él tenía algo grave. Rezó para que estuviera bien. ¿En qué se habría metido esta vez para acabar así? No había personas en el mundo y le ocurrió a él. No soportaba el hecho de que alguien le hubiera hecho algo. Y además la culpabilidad le atacaba:
- Si hubiera llegado antes… -cerró los ojos con fuerza por la impotencia.
Apresuró el paso y finalmente llegó. Lo atendieron rápido. Esperó que no fuera por la gravedad de sus heridas:
- Kai…
~~~~~~
- Llegas tarde hijo –simuló enfado su madre.
- Lo siento es que salimos un poco tarde de clase, porque estábamos terminando unas cosas –mintió.
- Está bien –le sonrió- vamos.
Se dirigieron al salón oeste de la planta de arriba donde su madre trabaja. Cuando entró, abrió los ojos como platos:
- Pe-ro y… ¿todo esto? – tembló su voz.
- Oh, ¿esto? –dijo simplemente.
- Me dijiste que sería rápido –hizo un puchero.
- Jajaja lo siento hijo –se disculpó la madre- es que cuando aceptaste de nuevo ser mi modelo para mis diseños y revistas, no pude desaprovecharlo y la inspiración me salía por las orejas. Lo he hecho todo durante esta semana. ¿No es genial? Será la nueva temporada de invierno.
- Pe-pe-ro…joo… - no podía quejarse. Su madre estaba feliz y no quería quitarle esa sonrisa.
- Seguro que cuando salga la nueva revista de moda con todos los diseños, se venderán como churros.
- Claro, tú eres la mejor en tu trabajo. No por nada te llaman la reina de la moda.
- Mmm… ¿quieres que te diga una cosa? Cuando tú, hijo querido, eres el modelo, no me llega a quedar claro si la gente compra la revista por las nuevas tendencias o porque sales tú.
Minho se ruborizó completamente:
- ¡No digas esas cosas omma! –se quejó.
- ¿Y qué quieres que diga? Mi hijo es muy hermoso, no tengo la culpa.
- ¡Omma, por favor!
- Vale, ya paro –sonrió- y ahora date la vuelta. Quiero verte de perfil.
Y así pasaron un par de horas. Un Minho ya agotado, miraba hacía la montaña de ropa que aún le quedaba y se maldecía por haber aceptado. Pero debía reconocer al menos que se veía bastante bien con ellos. Algún día le haría caso a su madre:
- Desde que te dejaste creer el pelo, te ves incluso más mono –le decía colocándoselo.
- ¿No lo ibas a dejar? –la miró molesto.
Ya había acabado para su suerte:
- Menos mal –dijo estirándose.
- Sí, ese era el último –confirmaba su madre- ahora solo falta editar las fotos.
- Estoy muerto de hambre.
- Yo también. En cuanto recoja esto, iré ha hacer la cena, ¿te parece?
- Te ayudaré para que sea más rápido.
Ya en la mesa de la cocina:
- ¿Te ocurre algo?
- ¿A mi? ¿Por qué? –disimuló el joven.
- Llevas un rato mirando a la nada y no solo eso, sino que parece como si estuvieras dándole vuelta a algo preocupante.
- Omma, hoy vino un chico nuevo a clase y cuando hemos cruzado miradas, he sentido un dolor horrible. Su mirada era de odio, era muy fría. No lo he comprendido, pero creo que lo que sentí fue su dolor.
- Los ojos son el espejo del alma. Es muy probable que haya sido eso. Hubo una conexión en ese momento y puede que hayas compartido esos sentimientos, pero de ser así, él también tenía que haber sentido los tuyos. Pero es muy raro, son tipos de conexiones poco habituales. Casi nunca ocurren, tiene que haber algo que lo haya provocado o son ustedes –sonrió su madre.
- No lo sé, pero… me inquieta.
~~~~~~
Caminaba tranquilamente por las ya casi oscuras calles de la ciudad. Tenía que despejarse. Esta semana habían pasado cosas que todavía no asimilaba. Sus sentimientos parecían rebelarse contra él. No entendía nada Este año ha empezado de la manera más rara que había. Y luego estaba él. Había regresado. Ahora tenía miedo. Ese sujeto podía aparecer por cualquier lado. Iba sumido en sus pensamientos y no se estaba percatando de que alguien lo estaba siguiendo.
De repente algo se había posado en sus ojos y le dificultaba la visión, o mejor dicho, alguien le tapaba los ojos. Lo cogió por la cintura y lo llevaba a algún lugar. Ese perfume… esa mano…. No podía ser él:
- Por favor… -rezaba. Unas lágrimas amenazaban con salir.
Cuando por fin lo soltó, se dio la vuelta para comprobar que su ruego había fallado. Estaba allí, el que lo había, de alguna forma, secuestrado, estaba delante de sus ojos, en una calle oscura y estaban solos:
- Te dije que volvería –le sonrió.
- No… ¿po-r qué? –logró articular.
- Eres mío, ¿lo recuerdas? Tú mismo me lo dijiste. Tú serás mío para siempre –le dijo en tono posesivo.
- Eso fue antes de…qu… -no podía articular. No se atrevía a mencionar esa calamidad.
- Eres muy rencoroso Kibum –dijo acercándose un poco más a él.
- ¿Cómo te atreves a decirme eso? Después de lo que me hiciste, ni siquiera puedo dormir sin tener una pesadilla.
- ¿No lo disfrutaste? Porque yo sí y los otros también se lo pasaron bien –rió divertido.
- ¿Cómo puedes…? –su piernas no podían con el miedo. Finalmente cayó al suelo de rodillas. Empezó a llorar.
- Nunca me había divertido tanto con alguien hasta que habías llegado tú. El sexo contigo es lo mejor del mundo, créeme. Solo tú has sabido complacerme, por eso he vuelto –se arrodilló a su altura y le acarició el cuello.
El rubio no podía responder. Sentía que perdía todos los sentidos. Intentaba ponerse en pie, pero ya no era dueño de su cuerpo. Cuando de repente sintió que lo besaba. Lo tenía agarrado de tal manera que no pudiera rechazarlo. Sus lágrimas se intensificaron. Las manos de él se colaban por debajo de su ropa y le acariciaban la espalda. Lo había recostado en el frío suelo de la calle, maldita sea, no había nadie que pasara por allí:
- Ayu… -intentó gritar.
- Shh –le puso el dedo en la boca- no quiero que nadie nos moleste. Así que ni se te ocurra –dijo pasando su lengua por los labios del rubio.
Intentó apartarlo de encima, pero este le agarró ambas muñecas pasándola por encima de su cabeza, quedando así inmóvil. Esa prenda le incomodaba, así que se la quitó. El rubio se hallaba ahora sin camisa tumbado en el suelo. Sentía el frío en todo su cuerpo. Su acosador empezó, ahora más cómodo, a lamer su cuello, descendiendo por su torso. Lamía y mordisqueaba sus pezones. El rubio no aguantaba más, tenía que salir de allí antes de que fuera a más. Pero la impotencia de no poder salir lo estaba frustrando. ¿Que podía hacer? Iban a violarlo ahí mismo. En la calle. En cuando sintió que sus manos ya no eran aprisionadas y se dirigían a sus pantalones, gritó lo más que pudo, pidiendo ayuda. Cualquier persona que pasara por allí. Le valía cualquiera. Se estaba calando hasta los huesos y el otro no tenía la sensación de que tuviera un mínimo de consideración. Lloraba y rogaba al cielo ya nocturno. Sintió como su pantalón era desabrochado y como castigo su parte baja fue aprisionada por su mano:
- ¡Ah! –gritó de dolor.
- Te dije que te callaras.
- Déjam-ee… por favor –suplicó entre sollozos.
Sintió como su cuerpo se iba debilitando. Ya no podía hacer fuerza. Sus ojos estaban hinchados, pero el llanto no cesaba. Giró su cabeza y vio una figura acercarse. ¿Era una persona o solo se trataba de mi imaginación jugándome una mala pasada? Parecía que la primera opción era la correcta, ¿quién sería?
Se percató de que su acosador ya no se encontraba encima de él, si no que se enfrentaba al nuevo presente. Agradeció a cualquiera que fuese esa fuerza divina que puso a esa persona en su camino para ayudarlo. ¿Espera un momento? ¿Ese era…? ¿Sería posible? Su vista se nublaba:
- ¡Key! –se apresuró a su encuentro.
Estaba horrorizado por la situación en la que el rubio se encontraba. Lo ayudó a sentarse. Tenía la espalda fría. Todo su cuerpo estaba congelado menos su cara. Le toco la frente. Tenía fiebre. Lo atrajo hasta su pecho y lo abrazó mientras buscaba con la mirada su camiseta. Esta oscuro y no podía dar con ella. Entre sus brazos, el rubio temblaba. Todo su cuerpo temblaba de una manera inusual:
- ¡Key, aguanta!
- ¿Qué haces tú por aquí a estas horas? –dijo como pudo. Su cuerpo ya se iba calentando, pero más bien, era por la fiebre. No resistiría mucho más.
- Eso no importa ahora, Key… ¿Por qué…? - No podía dejar de preguntarse quién era esa persona que lo estaba violando.
- Gracias, Jonghyun – sonrió para caer inconsciente en los brazo del moreno.
tiari: Jajaja no te preocupes, lo dijo Onew, puede ser que me haya equivocado yo en algo y por eso te confunde >3< Gracias por comentar :D
Capítulo 11:
- ¡Soltadme! –gritaba.
El menor se encontraba en la parte trasera de su instituto. Era sujetado por dos alumnos mayores que él y otro que se encargaba del trabajo sucio:
- Acordamos en que nos pagarías todos los viernes – decía el tercero.
- Eso lo acordasteis ustedes solos. Además… no tengo dinero.
- ¿Y ahora qué? –le dio una patada en las costillas.
- ¡Ah! – intentaba aguantar el dolor.
- Si no nos pagas, no podremos dejarte ir –sonreía con malicia.
- Ya h-he dicho… que n-o tengo di-nero.
- Comprobarás lo que les pasa a quienes no pagan.
~~~~~~
Iba caminando con paso ligero para llegar a tiempo. Dobló varias esquinas y ya se encontraba en el instituto de su amigo:
- Que extraño. Todos están saliendo ya de clase, pero él no está –pensaba.
Esperó a que todos salieran, por si se había quedado adentro haciendo algo, pero no. No aparecía. Cuando se giró para irse, escuchó unas risas provenientes de atrás de las instalaciones. Curioso de dirigió al lugar, pero para cuando llegó, se encontraba únicamente alguien tumbado en el suelo:
- Podría ser… no… -se preocupó.
Cuando se acercó pudo comprobar su identidad. Era él. Una serie de sentimientos en cadena se desató en su interior. El menor se encontraba recostado en el suelo. Se le podían ver los múltiples golpes que habían acabado en ambos lados de su abdomen. Su rostro marcado por numerosas heridas de las cuales un poco de sangre discurría por ellas. No respondía:
- ¿Quién narices había hecho esto? –la ira sustituyó a la sangre en sus venas.
Cogió a su amigo como pudo y lo cargó. Se dirigió inmediatamente al hospital. No quedaba muy lejos, pero tampoco sabía si él tenía algo grave. Rezó para que estuviera bien. ¿En qué se habría metido esta vez para acabar así? No había personas en el mundo y le ocurrió a él. No soportaba el hecho de que alguien le hubiera hecho algo. Y además la culpabilidad le atacaba:
- Si hubiera llegado antes… -cerró los ojos con fuerza por la impotencia.
Apresuró el paso y finalmente llegó. Lo atendieron rápido. Esperó que no fuera por la gravedad de sus heridas:
- Kai…
~~~~~~
- Llegas tarde hijo –simuló enfado su madre.
- Lo siento es que salimos un poco tarde de clase, porque estábamos terminando unas cosas –mintió.
- Está bien –le sonrió- vamos.
Se dirigieron al salón oeste de la planta de arriba donde su madre trabaja. Cuando entró, abrió los ojos como platos:
- Pe-ro y… ¿todo esto? – tembló su voz.
- Oh, ¿esto? –dijo simplemente.
- Me dijiste que sería rápido –hizo un puchero.
- Jajaja lo siento hijo –se disculpó la madre- es que cuando aceptaste de nuevo ser mi modelo para mis diseños y revistas, no pude desaprovecharlo y la inspiración me salía por las orejas. Lo he hecho todo durante esta semana. ¿No es genial? Será la nueva temporada de invierno.
- Pe-pe-ro…joo… - no podía quejarse. Su madre estaba feliz y no quería quitarle esa sonrisa.
- Seguro que cuando salga la nueva revista de moda con todos los diseños, se venderán como churros.
- Claro, tú eres la mejor en tu trabajo. No por nada te llaman la reina de la moda.
- Mmm… ¿quieres que te diga una cosa? Cuando tú, hijo querido, eres el modelo, no me llega a quedar claro si la gente compra la revista por las nuevas tendencias o porque sales tú.
Minho se ruborizó completamente:
- ¡No digas esas cosas omma! –se quejó.
- ¿Y qué quieres que diga? Mi hijo es muy hermoso, no tengo la culpa.
- ¡Omma, por favor!
- Vale, ya paro –sonrió- y ahora date la vuelta. Quiero verte de perfil.
Y así pasaron un par de horas. Un Minho ya agotado, miraba hacía la montaña de ropa que aún le quedaba y se maldecía por haber aceptado. Pero debía reconocer al menos que se veía bastante bien con ellos. Algún día le haría caso a su madre:
- Desde que te dejaste creer el pelo, te ves incluso más mono –le decía colocándoselo.
- ¿No lo ibas a dejar? –la miró molesto.
Ya había acabado para su suerte:
- Menos mal –dijo estirándose.
- Sí, ese era el último –confirmaba su madre- ahora solo falta editar las fotos.
- Estoy muerto de hambre.
- Yo también. En cuanto recoja esto, iré ha hacer la cena, ¿te parece?
- Te ayudaré para que sea más rápido.
Ya en la mesa de la cocina:
- ¿Te ocurre algo?
- ¿A mi? ¿Por qué? –disimuló el joven.
- Llevas un rato mirando a la nada y no solo eso, sino que parece como si estuvieras dándole vuelta a algo preocupante.
- Omma, hoy vino un chico nuevo a clase y cuando hemos cruzado miradas, he sentido un dolor horrible. Su mirada era de odio, era muy fría. No lo he comprendido, pero creo que lo que sentí fue su dolor.
- Los ojos son el espejo del alma. Es muy probable que haya sido eso. Hubo una conexión en ese momento y puede que hayas compartido esos sentimientos, pero de ser así, él también tenía que haber sentido los tuyos. Pero es muy raro, son tipos de conexiones poco habituales. Casi nunca ocurren, tiene que haber algo que lo haya provocado o son ustedes –sonrió su madre.
- No lo sé, pero… me inquieta.
~~~~~~
Caminaba tranquilamente por las ya casi oscuras calles de la ciudad. Tenía que despejarse. Esta semana habían pasado cosas que todavía no asimilaba. Sus sentimientos parecían rebelarse contra él. No entendía nada Este año ha empezado de la manera más rara que había. Y luego estaba él. Había regresado. Ahora tenía miedo. Ese sujeto podía aparecer por cualquier lado. Iba sumido en sus pensamientos y no se estaba percatando de que alguien lo estaba siguiendo.
De repente algo se había posado en sus ojos y le dificultaba la visión, o mejor dicho, alguien le tapaba los ojos. Lo cogió por la cintura y lo llevaba a algún lugar. Ese perfume… esa mano…. No podía ser él:
- Por favor… -rezaba. Unas lágrimas amenazaban con salir.
Cuando por fin lo soltó, se dio la vuelta para comprobar que su ruego había fallado. Estaba allí, el que lo había, de alguna forma, secuestrado, estaba delante de sus ojos, en una calle oscura y estaban solos:
- Te dije que volvería –le sonrió.
- No… ¿po-r qué? –logró articular.
- Eres mío, ¿lo recuerdas? Tú mismo me lo dijiste. Tú serás mío para siempre –le dijo en tono posesivo.
- Eso fue antes de…qu… -no podía articular. No se atrevía a mencionar esa calamidad.
- Eres muy rencoroso Kibum –dijo acercándose un poco más a él.
- ¿Cómo te atreves a decirme eso? Después de lo que me hiciste, ni siquiera puedo dormir sin tener una pesadilla.
- ¿No lo disfrutaste? Porque yo sí y los otros también se lo pasaron bien –rió divertido.
- ¿Cómo puedes…? –su piernas no podían con el miedo. Finalmente cayó al suelo de rodillas. Empezó a llorar.
- Nunca me había divertido tanto con alguien hasta que habías llegado tú. El sexo contigo es lo mejor del mundo, créeme. Solo tú has sabido complacerme, por eso he vuelto –se arrodilló a su altura y le acarició el cuello.
El rubio no podía responder. Sentía que perdía todos los sentidos. Intentaba ponerse en pie, pero ya no era dueño de su cuerpo. Cuando de repente sintió que lo besaba. Lo tenía agarrado de tal manera que no pudiera rechazarlo. Sus lágrimas se intensificaron. Las manos de él se colaban por debajo de su ropa y le acariciaban la espalda. Lo había recostado en el frío suelo de la calle, maldita sea, no había nadie que pasara por allí:
- Ayu… -intentó gritar.
- Shh –le puso el dedo en la boca- no quiero que nadie nos moleste. Así que ni se te ocurra –dijo pasando su lengua por los labios del rubio.
Intentó apartarlo de encima, pero este le agarró ambas muñecas pasándola por encima de su cabeza, quedando así inmóvil. Esa prenda le incomodaba, así que se la quitó. El rubio se hallaba ahora sin camisa tumbado en el suelo. Sentía el frío en todo su cuerpo. Su acosador empezó, ahora más cómodo, a lamer su cuello, descendiendo por su torso. Lamía y mordisqueaba sus pezones. El rubio no aguantaba más, tenía que salir de allí antes de que fuera a más. Pero la impotencia de no poder salir lo estaba frustrando. ¿Que podía hacer? Iban a violarlo ahí mismo. En la calle. En cuando sintió que sus manos ya no eran aprisionadas y se dirigían a sus pantalones, gritó lo más que pudo, pidiendo ayuda. Cualquier persona que pasara por allí. Le valía cualquiera. Se estaba calando hasta los huesos y el otro no tenía la sensación de que tuviera un mínimo de consideración. Lloraba y rogaba al cielo ya nocturno. Sintió como su pantalón era desabrochado y como castigo su parte baja fue aprisionada por su mano:
- ¡Ah! –gritó de dolor.
- Te dije que te callaras.
- Déjam-ee… por favor –suplicó entre sollozos.
Sintió como su cuerpo se iba debilitando. Ya no podía hacer fuerza. Sus ojos estaban hinchados, pero el llanto no cesaba. Giró su cabeza y vio una figura acercarse. ¿Era una persona o solo se trataba de mi imaginación jugándome una mala pasada? Parecía que la primera opción era la correcta, ¿quién sería?
Se percató de que su acosador ya no se encontraba encima de él, si no que se enfrentaba al nuevo presente. Agradeció a cualquiera que fuese esa fuerza divina que puso a esa persona en su camino para ayudarlo. ¿Espera un momento? ¿Ese era…? ¿Sería posible? Su vista se nublaba:
- ¡Key! –se apresuró a su encuentro.
Estaba horrorizado por la situación en la que el rubio se encontraba. Lo ayudó a sentarse. Tenía la espalda fría. Todo su cuerpo estaba congelado menos su cara. Le toco la frente. Tenía fiebre. Lo atrajo hasta su pecho y lo abrazó mientras buscaba con la mirada su camiseta. Esta oscuro y no podía dar con ella. Entre sus brazos, el rubio temblaba. Todo su cuerpo temblaba de una manera inusual:
- ¡Key, aguanta!
- ¿Qué haces tú por aquí a estas horas? –dijo como pudo. Su cuerpo ya se iba calentando, pero más bien, era por la fiebre. No resistiría mucho más.
- Eso no importa ahora, Key… ¿Por qué…? - No podía dejar de preguntarse quién era esa persona que lo estaba violando.
- Gracias, Jonghyun – sonrió para caer inconsciente en los brazo del moreno.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:27 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Holaa Holaa ;3
AHHH esta historia es más intensa con el transcurso del tiempo
es FANTÁSTICO ♥ pero me nació una duda, en la primera parte
¿quién fue el golpeado? no supe si era Kai o si era Taemin -.-
WAAHH el modelo MINHO♥ concuerdo con su mamá es
demasiado SEXY para no ser modelo JAJA'
!"#$%&/ el que le hizo eso a Key que se muera -.- que
bueno que Jonghyun estuvo ahí para salvarlo de ese
tipo horrible -.-
Estaré esperando continuación
AHHH esta historia es más intensa con el transcurso del tiempo
es FANTÁSTICO ♥ pero me nació una duda, en la primera parte
¿quién fue el golpeado? no supe si era Kai o si era Taemin -.-
WAAHH el modelo MINHO♥ concuerdo con su mamá es
demasiado SEXY para no ser modelo JAJA'
!"#$%&/ el que le hizo eso a Key que se muera -.- que
bueno que Jonghyun estuvo ahí para salvarlo de ese
tipo horrible -.-
Estaré esperando continuación
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
méndigo ex, nada más que lo vea lo voy a :POW:
al igual que a los que golpearon a Kai.¬¬
je je je~ yo compraría la revista sólo porque MinHo sale ahí e.e
hasta el siguiente ^_^
al igual que a los que golpearon a Kai.¬¬
je je je~ yo compraría la revista sólo porque MinHo sale ahí e.e
hasta el siguiente ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Aigooo pero que cosas, un tae rebeldoso, si algo muy grabe debio pasarle para ahora actuar asi,
pero me gusta a persistencia de kai, y con ayuda de algunas otras persona, minho por ejemplo xD
podra salir adelante, en un inicio crei que tal vez seria un taekai pero noooo, que uneo, no es por
nada pero para mi, kai es el hijo mayor del 2min , como sea, me dio gracia eso de que la tercera
guerra mundial puede desencadenarse si key y jong tienen un enfrentamiento, asi se empieza.
Del odio a al amor.
Ahhh pero tuvieron rato para convivir y ya vieron que no la pasan tan mal juntos no, y ese tipo,
pero que onda con ese tipo que regreso a fastidiarle la vida a key, pobecito, tambienl a paso muy
mal, que bueno que llego Super Puppy je, no enserio, pobre keicito, espero que ademas de onew
cuente con alguien mas para ayudarle con ese tipejo de arrggg
Bueno ya me tranquiliso y me retiro, esperare por tu actu. Saludines ^^
pero me gusta a persistencia de kai, y con ayuda de algunas otras persona, minho por ejemplo xD
podra salir adelante, en un inicio crei que tal vez seria un taekai pero noooo, que uneo, no es por
nada pero para mi, kai es el hijo mayor del 2min , como sea, me dio gracia eso de que la tercera
guerra mundial puede desencadenarse si key y jong tienen un enfrentamiento, asi se empieza.
Del odio a al amor.
Ahhh pero tuvieron rato para convivir y ya vieron que no la pasan tan mal juntos no, y ese tipo,
pero que onda con ese tipo que regreso a fastidiarle la vida a key, pobecito, tambienl a paso muy
mal, que bueno que llego Super Puppy je, no enserio, pobre keicito, espero que ademas de onew
cuente con alguien mas para ayudarle con ese tipejo de arrggg
Bueno ya me tranquiliso y me retiro, esperare por tu actu. Saludines ^^
anny-min
minho & Taemin
935
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 12
MinhoO: Me alegra que te guste :D Al principio, el que fue golpeado fue Kai y e que llegó después fue Taemin. Creo que todas estamos de acuerdo con su mamá jajaja Sí, menos mal que llegó a tiempo a ayudarle. <3
tiari: Y, ¿quién no la compraría? E_E sale Minho, sería delito no comprarla :D Gracias por comentar <3
anny-min: Oh Gracias por comentar ^^ me alegro que te guste y espero que sigas leyéndome <3
Capítulo 12:
Se estaba poniendo nervioso. No le gustaba para nada los hospitales. Hacía ya dos horas que se habían llevado a su amigo y no había recibido noticias de él. Lo correcto sería llamar a sus padres, pero no tenía el número de ninguno de los dos. Solo deseaba que su amigo estuviera bien:
- Joven, ¿usted trajo al paciente Kim Jong In? –se le acercó un médico.
- Sí –se levantó rápidamente.
- Tranquilo, está bien. Por suerte no tiene ninguna costilla rota y las heridas no son muy serias. Ya puedes pasar a verlo.
El médico lo guió hasta su habitación y lo dejó solo. Entró y pudo apreciar a su dongsaeng. Seguía dormido como le había dicho el médico de camino a la habitación. Se acercó a él y lo observó unos instantes:
- ¿Quiénes habrían sido? Si hubiera llegado antes tal vez… -apretó el puño.
Se sentó en una silla cerca de él y le acarició la frente con delicadeza:
- Kai… lo siento, no pude protegerte –sus sentimientos se deslizaban por su rostro.
Debido al cansancio apoyó sus manos en la camilla y luego la cabeza. No tenía pensado irse hasta que él despertara aunque eso significara pasar toda la noche allí. No tardó en quedarse dormido.
~~~~~~
Se dirigía a su casa con el rubio en brazos. No pensaba con claridad e intentaba asumir los hechos ocurridos. Se estaba poniendo nervioso. Él no dejaba de temblar y la fiebre le estaba subiendo. Lo había tapado con su propia camiseta así que sentía la brisa nocturna acariciar su espalda. Llegaba por fin a su casa. Agradeció que la puerta estuviera abierta. Seguramente su madre habría ido a buscar algo a la cafetería.
Lo llevó a su cuarto y lo recostó en la cama. Buscó algo para bajar la fiebre. Después de rebuscar parecía haber dado con algo eficaz. La fiebre le bajó un poco, luego el descanso haría lo apropiado. Lo tapó con una manta y se quedó un rato observándolo. Cuando lo encontró en ese estado, su corazón se había encogido, pero… ¿de rabia? ¿Tristeza…? Ahora que lo tenía a su lado, el corazón le latía enérgicamente. Era hermoso. Nunca se había parado a mirarlo detenidamente o simplemente fijarse en él, pero ahora que podía hacerlo, repasó cada uno de sus rasgos y lo definió algo así como perfección.
Otra vez había sido manejado como un muñeco. No lo entendía, pero cada vez perdía más el control de su cuerpo y eso empezaba a preocuparle. Se acercó lentamente al rubio y le depositó un pequeño beso en la frente. Apagó la luz y salió de su cuarto.
Su madre ya había llegado y estaba cerrando la puerta con llave:
- Hijo, te vi entrando con alguien en los brazos, ¿qué ha pasado? –se preocupó su madre.
El moreno suspiró y le contó lo ocurrido, omitiendo la parte de violación, sustituyéndola por enfermo. Le parecía demasiado fuerte decirle eso a su madre:
- Entiendo, y… ¿qué amigo es? –preguntó en un tono peculiar.
Se quedó callado durante unos segundos:
- Kibum…
- ¿No será por casualidad el rubio que me dijiste el otro día?
- Si… -rodó la mirada.
Su madre sonrió y se dirigió a la cocina a dejar lo que traía en la mano. No le iba a decir nada puesto que no le parecía extraño. No será lo último que pasará entre ellos:
- ¿Puedo ir a ver cómo se encuentra? –dijo volviendo al salón.
- Si…
Le extrañó que su madre no le dijera nada. La verdad, es que ni él mismo se entendía, unas veces lo odiaba a muerte y otras… Tenía un torbellino en su cabeza:
- ¿Por qué lo habré ayudado? Mi corazón… ¿qué fue lo que sentí al verlo así? –era lo que se preguntaba.
Recordó cuando lo tenía en sus brazos. Esa sensación le gustaba, pero no sabía por qué. Lo que se había propuesto era averiguar quien era ese tipo que estaba con él. Tenía la sensación de que entre ellos había pasado algo.
~~~~~~
Su madre se dirigió a la habitación y abrió la puerta con cuidado. Observó al chico acostado en la cama y se acercó para comprobar su estado. Se notaba que estaba enfermo y sus ojos… ¿había estado llorando? Algo no le cuadraba. Había algo que su hijo no le había contado, pero lo entendía. Era típico de los chicos de su edad. Sea lo que sea, esperaba que lo solucionara. Además… lo observó con detenimiento. Su hijo tenía buen gusto, el chico no era para nada feo. Volvió a apagar la luz y salió feliz de la habitación:
- El descanso le vendrá bien –le dijo a su hijo.
~~~~~~
Ya era muy tarde y su amigo no había vuelto. Le había llamado al móvil muchas veces, pero sin éxito ninguno. Los mensajes tampoco los respondía:
- ¿Dónde estarás Key? –se preguntaba de un lado para otro de la casa.
Se sentó en la mesa de la cocina mirando fijamente su teléfono. Tenía la esperanza de que pronto sonara. Ente el cansancio de la universidad, la falta de sueño y su preocupación, se quedó dormido sin querer en la mesa de la cocina.
~~~~~~
Ya eran las tres de la mañana y aún seguía dormido. De repente, sintió que alguien le acariciaba la coronilla. Lentamente se despertó y reconoció el lugar dónde se encontraba. Se había quedado dormido:
- Hyung – le sonrió débilmente.
El mayor se incorporó y lo miró tristemente:
- Yo… lo siento –desvió la mirada.
- No tienes por qué disculparte, no fue culpa tuya.
- Yo te lo prometí…aquel día…
- Hyung, mírame –le pidió- estoy bien. Estoy aquí gracias a ti.
Se quedó callado y seguía sin dirigirle la mirada:
- ¡Hyung! Tienes una herida en tu mejilla, ¿qué te pasó? Desde esa vez, no sé de ti… -decía apenado mientras lo recordaba.
- ¿Cómo puedes preocuparte por eso en tu estado?
- Siempre me preocupo por ti, esta vez no será ninguna excepción –le sonrió.
- No tienes remedio –suspiró- fue una diferencia de opiniones, nada importante.
- Menos mal que no era importante y te llegaron a golpear, ¿verdad? –le dijo en tono irónico.
- Bah…
- ¿Qué te dijeron?
- Ahora estoy viviendo en otra casa, en el centro. Está cerca de la tuya.
- ¡Bien! Ahora estamos más cerca –dijo emocionado- pero hyung, no te vayas de ahí. Siempre haces lo mismo.
- También me obligan a ir a la universidad –dijo cambiando el tema de la casa.
- ¿Hoy fuiste? –dijo feliz.
- Sí –dijo molesto.
- ¿Cómo te fue? ¿conociste a alguien?
- Es aburridísimo y no tengo intención de hacer amigos.
- Joo hyung… podrías hacer más amigos.
- ¿Para qué? Ya sabes lo que pienso de los amigos.
- ¿Y entonces yo que soy? –hizo un puchero.
Lo miró fijamente y se levanto:
- ¿Seguro que estás bien?
- Sí… -dijo triste por la acción del mayor. Había evitado la pregunta. – deberías irte ya, es muy tarde y solo te dejan hasta las tres y media.
- Sí… me voy –levantó la mano en forma de despedida.
- Adiós –contestó el gesto.
Abrió la puerta y salió de la habitación. Puso rumbo a las escaleras para finalmente llegar a la entrada y salir del hospital. Se paró unos segundos después de haber cruzado la puerta. Suspiró pesadamente y se giró hacia la ventana de la habitación de Kai que se veía desde fuera:
- Tú para mi, no eres mi amigo…sino mi hermano pequeño –continuó su camino.
No pensaba volver esa noche y menos a esa casa. Se dirigió al parque que frecuentaba aunque le quedara un poco lejos. Le encantaba la noche, la oscuridad le parecía hermosa. Las luces intentaban alumbrar, pero no podían contra la madre noche. La brisa que balanceaba sus mechones de pelo, le hacían cosquillas en la cara. Nadie vagaba por las calles a esas horas, así que el silencio era parte del paisaje. La luna brillante volvía a llamarle la atención como si le ordenara volver, pero él sabía mejor que nadie que no había nacido para obedecer.
Llegó al parque y se apoyó en un árbol que se reflejaba en el pequeño lago. Es verdad, mañana no tenía clase, así que no tenía prisa. De pronto le vino a la mente aquel chico, ¿cómo se llamaba? ¿Minho? Cuando aquellos profundos ojos lo miraron, sintió una oleada de sentimientos que ya no recordaba, había algo en él que le hacía recordar a ella. Lo miró de la misma forma: calidez, amistad, felicidad, amor… ¿se podía decir que habían conectado de alguna forma? Entonces, el regalo que le había dejado él al pobre chico, no habrá sido de lo más confortable.
De todas formas, no quería volver a encontrárselo, tantos buenos sentimientos juntos le daban nauseas. Sería mejor si no volviera a clase. De repente le sonó el móvil. Era una llamada:
- Hyung soy yo, era para pedirte que no le dijeras nada a mi madre si la ves. Ya me inventaré yo algo.
- Está bien, pero dime una cosa, ¿quiénes te golpearon?
- Nadie, no te preocupes.
- Dímelo Kai.
- Buenas noches hyung.
- ¡Kai!
Fue inútil. Ya había cortado:
- ¡Maldita sea! Este niño y sus estúpidas buenas intenciones. –maldijo.
Ya lo averiguaría otro día.
~~~~~~
Por la mañana temprano, ya la cuidad se encontraba iluminada por el sol. Las personas volvía a salir y los coches circulaban. Toda la cuidad volvía una vez más, a ponerse en marcha. Los rayos del sol acariciaban las delicadas facciones del rubio. Poco a poco se fue despertando. ¿Dónde estaba?:
- ¿Cómo estás? –le preguntó el moreno.
El rubio se incorporó lentamente. Lo miró a la cara e intentó recordar cómo había llegado ahí. No tardó en rememorar aquella espantosa escena. Horrorizado y vagando en sus recuerdos, se abrazó a sí mismo y unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos:
- Yo… -el rubio miraba hacia él, pero no lo veía.
- Key, soy yo. Él ya no está… -intentaba hacerlo volver.
- Jonghyun…. –consiguió articular.
- Sí –el moreno dirigió su mano a la mejilla del rubio y le limpió las lágrimas que se le había escapado- ahora estás a salvo.
- Tengo miedo – agachó la cabeza.
- Ey… -posó su mano en el brazo del rubio- yo estoy aquí –le sonrió cálidamente.
El rubio levantó la cabeza y lo miró a los ojos:
- Gracias.
- ¿Quieres desayunar? –cambió de tema.
- Gracias, pero debería irme ya. Onew debe de estar preocupado.
- Está bien, te acompañaré.
Ambos se levantaron y salieron sigilosamente, ya que la madre de Jonghyun todavía dormía. Durante el camino nadie decía nada. Como aquella vez que hicieron el trabajo. De pronto, por las tranquilas calles divisaron una figura delgada, más o menos de su estatura y con un rostro algo conocido:
- ¿Ese no es…? –preguntó el moreno mirándolo.
- Sí, es el chico nuevo.
Taemin pasó por en medio de los dos y siguió su camino, con una expresión de indiferencia como habituaba:
- Ese chico es muy raro –sentenció el más bajo.
- Sí, pero… ¿no sientes curiosidad?
- Tal vez sí.
- Realmente quiero ayudarlo.
- ¿No tienes problemas suficientes ya?
- No son nada comparado son los que parece tener él. Míralo, es un simple niño sin emociones.
- Te saltó la vena maternal –se burló el moreno.
- Idiota –lo miró de reojo.
Por fin habían llegado. Ya era la hora de despedirse:
- Gracias por todo –cómo le costaba decir esa clase de palabras y más decírselas al personaje que tenía enfrente.
- No hay de qué- le sonrió.
Y emprendió el rumbo nuevamente a su casa.
tiari: Y, ¿quién no la compraría? E_E sale Minho, sería delito no comprarla :D Gracias por comentar <3
anny-min: Oh Gracias por comentar ^^ me alegro que te guste y espero que sigas leyéndome <3
Capítulo 12:
Se estaba poniendo nervioso. No le gustaba para nada los hospitales. Hacía ya dos horas que se habían llevado a su amigo y no había recibido noticias de él. Lo correcto sería llamar a sus padres, pero no tenía el número de ninguno de los dos. Solo deseaba que su amigo estuviera bien:
- Joven, ¿usted trajo al paciente Kim Jong In? –se le acercó un médico.
- Sí –se levantó rápidamente.
- Tranquilo, está bien. Por suerte no tiene ninguna costilla rota y las heridas no son muy serias. Ya puedes pasar a verlo.
El médico lo guió hasta su habitación y lo dejó solo. Entró y pudo apreciar a su dongsaeng. Seguía dormido como le había dicho el médico de camino a la habitación. Se acercó a él y lo observó unos instantes:
- ¿Quiénes habrían sido? Si hubiera llegado antes tal vez… -apretó el puño.
Se sentó en una silla cerca de él y le acarició la frente con delicadeza:
- Kai… lo siento, no pude protegerte –sus sentimientos se deslizaban por su rostro.
Debido al cansancio apoyó sus manos en la camilla y luego la cabeza. No tenía pensado irse hasta que él despertara aunque eso significara pasar toda la noche allí. No tardó en quedarse dormido.
~~~~~~
Se dirigía a su casa con el rubio en brazos. No pensaba con claridad e intentaba asumir los hechos ocurridos. Se estaba poniendo nervioso. Él no dejaba de temblar y la fiebre le estaba subiendo. Lo había tapado con su propia camiseta así que sentía la brisa nocturna acariciar su espalda. Llegaba por fin a su casa. Agradeció que la puerta estuviera abierta. Seguramente su madre habría ido a buscar algo a la cafetería.
Lo llevó a su cuarto y lo recostó en la cama. Buscó algo para bajar la fiebre. Después de rebuscar parecía haber dado con algo eficaz. La fiebre le bajó un poco, luego el descanso haría lo apropiado. Lo tapó con una manta y se quedó un rato observándolo. Cuando lo encontró en ese estado, su corazón se había encogido, pero… ¿de rabia? ¿Tristeza…? Ahora que lo tenía a su lado, el corazón le latía enérgicamente. Era hermoso. Nunca se había parado a mirarlo detenidamente o simplemente fijarse en él, pero ahora que podía hacerlo, repasó cada uno de sus rasgos y lo definió algo así como perfección.
Otra vez había sido manejado como un muñeco. No lo entendía, pero cada vez perdía más el control de su cuerpo y eso empezaba a preocuparle. Se acercó lentamente al rubio y le depositó un pequeño beso en la frente. Apagó la luz y salió de su cuarto.
Su madre ya había llegado y estaba cerrando la puerta con llave:
- Hijo, te vi entrando con alguien en los brazos, ¿qué ha pasado? –se preocupó su madre.
El moreno suspiró y le contó lo ocurrido, omitiendo la parte de violación, sustituyéndola por enfermo. Le parecía demasiado fuerte decirle eso a su madre:
- Entiendo, y… ¿qué amigo es? –preguntó en un tono peculiar.
Se quedó callado durante unos segundos:
- Kibum…
- ¿No será por casualidad el rubio que me dijiste el otro día?
- Si… -rodó la mirada.
Su madre sonrió y se dirigió a la cocina a dejar lo que traía en la mano. No le iba a decir nada puesto que no le parecía extraño. No será lo último que pasará entre ellos:
- ¿Puedo ir a ver cómo se encuentra? –dijo volviendo al salón.
- Si…
Le extrañó que su madre no le dijera nada. La verdad, es que ni él mismo se entendía, unas veces lo odiaba a muerte y otras… Tenía un torbellino en su cabeza:
- ¿Por qué lo habré ayudado? Mi corazón… ¿qué fue lo que sentí al verlo así? –era lo que se preguntaba.
Recordó cuando lo tenía en sus brazos. Esa sensación le gustaba, pero no sabía por qué. Lo que se había propuesto era averiguar quien era ese tipo que estaba con él. Tenía la sensación de que entre ellos había pasado algo.
~~~~~~
Su madre se dirigió a la habitación y abrió la puerta con cuidado. Observó al chico acostado en la cama y se acercó para comprobar su estado. Se notaba que estaba enfermo y sus ojos… ¿había estado llorando? Algo no le cuadraba. Había algo que su hijo no le había contado, pero lo entendía. Era típico de los chicos de su edad. Sea lo que sea, esperaba que lo solucionara. Además… lo observó con detenimiento. Su hijo tenía buen gusto, el chico no era para nada feo. Volvió a apagar la luz y salió feliz de la habitación:
- El descanso le vendrá bien –le dijo a su hijo.
~~~~~~
Ya era muy tarde y su amigo no había vuelto. Le había llamado al móvil muchas veces, pero sin éxito ninguno. Los mensajes tampoco los respondía:
- ¿Dónde estarás Key? –se preguntaba de un lado para otro de la casa.
Se sentó en la mesa de la cocina mirando fijamente su teléfono. Tenía la esperanza de que pronto sonara. Ente el cansancio de la universidad, la falta de sueño y su preocupación, se quedó dormido sin querer en la mesa de la cocina.
~~~~~~
Ya eran las tres de la mañana y aún seguía dormido. De repente, sintió que alguien le acariciaba la coronilla. Lentamente se despertó y reconoció el lugar dónde se encontraba. Se había quedado dormido:
- Hyung – le sonrió débilmente.
El mayor se incorporó y lo miró tristemente:
- Yo… lo siento –desvió la mirada.
- No tienes por qué disculparte, no fue culpa tuya.
- Yo te lo prometí…aquel día…
- Hyung, mírame –le pidió- estoy bien. Estoy aquí gracias a ti.
Se quedó callado y seguía sin dirigirle la mirada:
- ¡Hyung! Tienes una herida en tu mejilla, ¿qué te pasó? Desde esa vez, no sé de ti… -decía apenado mientras lo recordaba.
- ¿Cómo puedes preocuparte por eso en tu estado?
- Siempre me preocupo por ti, esta vez no será ninguna excepción –le sonrió.
- No tienes remedio –suspiró- fue una diferencia de opiniones, nada importante.
- Menos mal que no era importante y te llegaron a golpear, ¿verdad? –le dijo en tono irónico.
- Bah…
- ¿Qué te dijeron?
- Ahora estoy viviendo en otra casa, en el centro. Está cerca de la tuya.
- ¡Bien! Ahora estamos más cerca –dijo emocionado- pero hyung, no te vayas de ahí. Siempre haces lo mismo.
- También me obligan a ir a la universidad –dijo cambiando el tema de la casa.
- ¿Hoy fuiste? –dijo feliz.
- Sí –dijo molesto.
- ¿Cómo te fue? ¿conociste a alguien?
- Es aburridísimo y no tengo intención de hacer amigos.
- Joo hyung… podrías hacer más amigos.
- ¿Para qué? Ya sabes lo que pienso de los amigos.
- ¿Y entonces yo que soy? –hizo un puchero.
Lo miró fijamente y se levanto:
- ¿Seguro que estás bien?
- Sí… -dijo triste por la acción del mayor. Había evitado la pregunta. – deberías irte ya, es muy tarde y solo te dejan hasta las tres y media.
- Sí… me voy –levantó la mano en forma de despedida.
- Adiós –contestó el gesto.
Abrió la puerta y salió de la habitación. Puso rumbo a las escaleras para finalmente llegar a la entrada y salir del hospital. Se paró unos segundos después de haber cruzado la puerta. Suspiró pesadamente y se giró hacia la ventana de la habitación de Kai que se veía desde fuera:
- Tú para mi, no eres mi amigo…sino mi hermano pequeño –continuó su camino.
No pensaba volver esa noche y menos a esa casa. Se dirigió al parque que frecuentaba aunque le quedara un poco lejos. Le encantaba la noche, la oscuridad le parecía hermosa. Las luces intentaban alumbrar, pero no podían contra la madre noche. La brisa que balanceaba sus mechones de pelo, le hacían cosquillas en la cara. Nadie vagaba por las calles a esas horas, así que el silencio era parte del paisaje. La luna brillante volvía a llamarle la atención como si le ordenara volver, pero él sabía mejor que nadie que no había nacido para obedecer.
Llegó al parque y se apoyó en un árbol que se reflejaba en el pequeño lago. Es verdad, mañana no tenía clase, así que no tenía prisa. De pronto le vino a la mente aquel chico, ¿cómo se llamaba? ¿Minho? Cuando aquellos profundos ojos lo miraron, sintió una oleada de sentimientos que ya no recordaba, había algo en él que le hacía recordar a ella. Lo miró de la misma forma: calidez, amistad, felicidad, amor… ¿se podía decir que habían conectado de alguna forma? Entonces, el regalo que le había dejado él al pobre chico, no habrá sido de lo más confortable.
De todas formas, no quería volver a encontrárselo, tantos buenos sentimientos juntos le daban nauseas. Sería mejor si no volviera a clase. De repente le sonó el móvil. Era una llamada:
- Hyung soy yo, era para pedirte que no le dijeras nada a mi madre si la ves. Ya me inventaré yo algo.
- Está bien, pero dime una cosa, ¿quiénes te golpearon?
- Nadie, no te preocupes.
- Dímelo Kai.
- Buenas noches hyung.
- ¡Kai!
Fue inútil. Ya había cortado:
- ¡Maldita sea! Este niño y sus estúpidas buenas intenciones. –maldijo.
Ya lo averiguaría otro día.
~~~~~~
Por la mañana temprano, ya la cuidad se encontraba iluminada por el sol. Las personas volvía a salir y los coches circulaban. Toda la cuidad volvía una vez más, a ponerse en marcha. Los rayos del sol acariciaban las delicadas facciones del rubio. Poco a poco se fue despertando. ¿Dónde estaba?:
- ¿Cómo estás? –le preguntó el moreno.
El rubio se incorporó lentamente. Lo miró a la cara e intentó recordar cómo había llegado ahí. No tardó en rememorar aquella espantosa escena. Horrorizado y vagando en sus recuerdos, se abrazó a sí mismo y unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos:
- Yo… -el rubio miraba hacia él, pero no lo veía.
- Key, soy yo. Él ya no está… -intentaba hacerlo volver.
- Jonghyun…. –consiguió articular.
- Sí –el moreno dirigió su mano a la mejilla del rubio y le limpió las lágrimas que se le había escapado- ahora estás a salvo.
- Tengo miedo – agachó la cabeza.
- Ey… -posó su mano en el brazo del rubio- yo estoy aquí –le sonrió cálidamente.
El rubio levantó la cabeza y lo miró a los ojos:
- Gracias.
- ¿Quieres desayunar? –cambió de tema.
- Gracias, pero debería irme ya. Onew debe de estar preocupado.
- Está bien, te acompañaré.
Ambos se levantaron y salieron sigilosamente, ya que la madre de Jonghyun todavía dormía. Durante el camino nadie decía nada. Como aquella vez que hicieron el trabajo. De pronto, por las tranquilas calles divisaron una figura delgada, más o menos de su estatura y con un rostro algo conocido:
- ¿Ese no es…? –preguntó el moreno mirándolo.
- Sí, es el chico nuevo.
Taemin pasó por en medio de los dos y siguió su camino, con una expresión de indiferencia como habituaba:
- Ese chico es muy raro –sentenció el más bajo.
- Sí, pero… ¿no sientes curiosidad?
- Tal vez sí.
- Realmente quiero ayudarlo.
- ¿No tienes problemas suficientes ya?
- No son nada comparado son los que parece tener él. Míralo, es un simple niño sin emociones.
- Te saltó la vena maternal –se burló el moreno.
- Idiota –lo miró de reojo.
Por fin habían llegado. Ya era la hora de despedirse:
- Gracias por todo –cómo le costaba decir esa clase de palabras y más decírselas al personaje que tenía enfrente.
- No hay de qué- le sonrió.
Y emprendió el rumbo nuevamente a su casa.
Última edición por Lady Akari el Miér Oct 30, 2013 8:30 am, editado 1 vez
Lady Akari
Taemin <3
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Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
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