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~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Recuerdo del primer mensaje :
Holaa ~~ Las presentaciones no se me dan bien. Me he decidido a publicar mi fic en el que he puesto muchos sentimientos propios que quería reflejar. Espero que les guste y así poder continuarlo. Intentaré publicar lo más seguido posible ya que sé como se siente eso de esperar y quedarte con la intriga. Personalmente me gusta hacerlo en mis fics, pero soy buena persona y haré lo posible. ^3^
Titulo: Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Autor: ~ Lady Akari ~
Género: Drama, romántico, lemon.
Parejas: 2min, JongKey y otros.
Personajes: Jonghyun, Key, Onew, Minho, Taemin, Kai y puede que alguno más. Los iré añadiendo
Nota: Este fic lo estoy publicando en otros foros también.
Ya era la hora. El destino lo había decidido. Como en un puzzle cuyas piezas no encajan porque están mal colocadas. Ya era la hora de poner cada pieza en su lugar. Ellos estaban destinados a caminar es una misma dirección, por un solo camino. Ni en sus sueños más locos pensarían que es lo que el futuro les tenía preparado.
Capítulo 1:
La luz temprana del amanecer acompañada de la suave brisa, acariciaba su frágil y bello rostro. Sus ojos vagaban en su propio recuerdo. ¿Cambiarían las cosas? El sentimiento que aquejaban en su pecho lo había acompañado todos estos años. Le dolía. Seguía inmerso en sus pensamientos hasta que una voz familiar lo hizo volver:
- Hyung, ¿no es muy temprano para estar despierto? –preguntó la persona que había interrumpido sus pensamientos.
- ¿Y tú qué? –contestó molesto.
- Voy al instituto hyung. Tú… deberías volver a clases.
- ¿Vas a seguir insistiendo? Ya te dije que no te metieras en mi vida.
- Pero…
- ¡¿Qué?! – Lo miró desafiante
- Somos amigos…por eso me preocupo por ti hyung –dijo agachando la cabeza.
- ¿Amigos? Eres muy ingenuo –el mayor se levantó del muro desde donde había estado observando el tranquilo amanecer de la cuidad y se dispuso a bajar las escaleras.
- ¡Hyung espera! -le cogió del brazo- aunque tú no lo aceptes somos amigos y quieras o no, seguiré preocupándome por ti.
- Tss idiota –espetó ante la confianza que derrochaba la mirada del más pequeño.
Al bajar las escaleras se volvió a adentrar en aquel pequeño almacén convertido en una especie de casa dónde se encontraban otros chicos. No es que fuera un lugar totalmente legal pues vivían al margen de todos y de todo. Unos cuantos sillones, dos baños, algunas habitaciones que solo disponían los más antiguos del lugar, entre los cuales se encontraba él. A las paredes no le faltaban sus dibujos sin sentidos y para gusto de unos pocos, restos de muebles, barras de hierro y no tenían luz, así que cada uno se las apañaba como podía. Cada cual iba a lo suyo, pero en el fondo, todos tenía algo en común. Cada uno tenía su historia, cargaban con su pasado y con la monotonía del presente. ¿Qué importaba el futuro?
Se dirigió a su habitación, bueno si se le podía llamar así. Se sentó en su cama deshecha. Frunció el ceño al sentir un fuerte olor a alcohol que se había colado con él. Otra vez venían de resaca. Justo cuando iba a cerrar los ojos oyó un ruido. Molesto, se volvió a incorporar y se dirigió al centro del almacén dónde se encontraban todos. Al parecer se estaban divirtiendo con alguien:
- ¿Otra vez por aquí, renacuajo? –se reía el más alto.
- ¿Viniste otra vez a ver a tu amigo? –le decía uno más tranquilo.
- Sí y ya me voy –intentó emprender la marcha, pero uno se lo impidió.
- ¿Tan rápido te vas? –le agarraban.
El pequeño permanecía quieto, aunque no lo reflejaba estaba un poco asustado, puesto que solo lo trataban así cuando esta gente estaba ebria, así que no sabía como iban a reaccionar. De pronto sintió como alguien le tocaba la cintura. Intentó soltarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente. Otras manos empezaron a colarse por su camiseta y empezaban a tocarlo con deseo. Unas lágrimas de impotencia empezaban a asomarse.
Él sabía que la escena que estaba presenciando no acabaría sin heridos:
- Si me dejara en paz de una vez no le pasarían estas cosas, solo sabe meterse en líos –pensó para si mismo harto de que aquella persona cabezota viniera todas las semanas.
Se dirigió al círculo formado por los demás y liberó al pequeño:
- ¡Ya basta! – empujó a los demás
Lo cogió de la camiseta y lo sacó de allí:
- G-gracias hyung –dijo limpiándose las pocas lágrimas que se le habían escapado.
- ¡Cállate! Lo que tienes que hacer es dejarme en paz y no volver más. La próxima vez dejaré que te violen.
- No lo hará hyung –embozó una pequeña sonrisa- tú no eres así.
Esa actitud del menor le repateaban en lo más hondo. ¿Por qué seguía viniendo a verlo? Cualquier persona normal no se le hubiera ni acercado. De todas formas, no necesitaba a nadie. No necesitaba la compañía de nadie. Estaba acostumbrado a la soledad y cuidaba de si mismo. Aunque a veces, no también como tendría que hacerlo:
- Desaparece de mi vista ya, Kai –le dijo seriamente.
- Adiós hyung, hasta mañana –le dedicó una sonrisa y salió corriendo antes de darle tiempo a reprocharle algo más.
- ¡No! –gritó el mayor con la esperanza de que le hiciera caso.
~~~~~~
El castaño puso rumbo al instituto. Era su primer día después de las vacaciones, pero rogaba que este año su hyung volviera a la universidad. Aunque él lo tratara con las peores formas, no quitaba el hecho de que él lo quería como un hermano mayor. Él sabía mejor que nadie el pasado que llevaba como su sombra permanente. Cada vez que le preguntaba algo sobre él, este enseguida lo echaba a patadas como lo hacía habitualmente, no contestaba o simplemente lo amenazaba. Pero no se rendía y seguía buscando la respuesta a su pregunta. Entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.
- Se acabó lo bueno –suspiró y entró.
~~~~~~
En una de las calles más lujosas de la cuidad, un joven celebraba una batalla campal en su cabeza. ¿Estaría bien mentir a sus padres? Le obligaban a estudiar algo que no le gustaban y a pesar de haber intentado negociar con sus padres, estos nos había cambiado su negativa:
Flash back
- Madre, por favor. Tú sabes que es lo que quiero estudiar. No me obligues a esto –le rogaba a su madre.
- Hijo, sabes que esto no es decisión mía, sino de tu padre –su madre le comprendía pero poco podía hacer.
Su padre hizo presencia tras cerrar la puerta de su despacho:
- Minho, no se hablará más del tema. Estudiarás economía. Tendrás que llevar mi imperio algún día y tienes que estar preparado. Y ahora prepárense que esta tarde tenemos la invitación a la fiesta de bienvenida de mi mayor socio.
Fin Flash back
En cierta parte comprendía a su padre pues todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo, quería que su hijo lo mantuviera en el futuro. Una de las familias más ricas de la ciudad. Su madre diseñadora de renombre, acostumbrado a ver a numerosos modelos, famosos, personas importantes… probándose los diseños de su madre en el amplio salón de trabajo, ubicado en su propia casa. Bueno casa, la envidia de todo el mundo. Su padre, uno de los mayores empresarios del país. Su vida consistía en toda clase de lujos y privilegios, pero no se había dejado llevar. Desde niño siempre fue alguien muy dulce y cariñoso.
Pero ahora vivía en un bucle de pequeñas mentiras. Llevaba 3 años estudiando en la universidad. Pero claro, no en la que su padre quería y mucho menos estudiando lo que le exigía. Asistía a la única universidad especializada en arte. Había conseguido ocultarlo muy bien hasta ahora y rogaba desesperadamente que su mentira no viera la luz nunca.
Después de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a clases. Aun teniendo coche propio, tenía la manía de ir caminando. ¿Su argumento?
Disfrutaba del ejercicio mañanero y le gustaba disfrutar de la ciudad por la mañana. Tampoco quería que los otros alumnos supieran de su situación económica ya que no era una universidad especialmente cara.
Miró el reloj y se apresuró antes de que comenzaran las clases. No quería llegar tarde el primer día.
~~~~~~~
Aún medio dormido, alcanzaba a escuchar el ruido de su madre lavando los platos. Siempre la misma rutina. Su madre se levantaba a las 4 y media para preparar su humilde cafetería. Negocio que los mantenía económicamente. Ella trabajaba mucho, demasiado para su gusto, pero lo que más le molestaba era que su madre no lo dejara ayudarla. El tenía que ocuparse de su formación. No quería que su más preciado tesoro estuviera cargando con algo que no era su responsabilidad.
De repente sintió unas dulces manos acariciando su rostro:
- Hijo –le dijo suavemente- se te va a hacer tarde el primer día.
El moreno se desperezó y se incorporó cuando su madre salió de la habitación:
- Qué pereza más grande –dijo entre bostezos.
Se dirigió a la ducha tras coger la ropa. Al cabo de 10 minutos se encontraba desayunando en la cafetería de su madre debajo de su casa:
- Omma, ¿qué hora es?
- Son las ocho menos diez –dijo su madre preocupada.
- ¡mie**a llegaré tarde! Adiós omma.
- Ten cuidado y diviértete.
Y se dirigió a toda prisa a la universidad. Esperaba no llegar tarde, no el primer día.
~~~~~~
Ya era la hora. Todos estaban en el salón central. El típico discurso de todos los años daba comienzo a lo que sería otro año más. Presencia casi obligatoria, pues el reparto de las clases era dicho. El primer día solo consistía en eso. Los nuevos alumnos se pasan el día visitando las instalaciones. Los ya conocidos, se iban o simplemente pasaban el día con los amigos contándose lo que habían hecho durante el verano:
- Tenemos mucha suerte.
- Sí, llevamos 3 años en la misma clase.
- Mejor, no sé qué haría si no estuvieras en clase. Me aburriría mucho.
- ¡Está claro! No puedes vivir sin mí –dijo con aires de superioridad.
- Ay Key no tienes remedio – negó con la cabeza.
- Por cierto de vuelta a casa tenemos que hacer la compra.
- ¡Es verdad! Si no moriremos de hambre y no podemos olvidarnos del pollo.
- Tú si que no tienes remedio –dijo entre risas.
- ¿Yo por qué?
- Nada déjalo –dijo el rubio suspirando.
~~~~~~
- Otra vez llegando tarde –sonreía al ver a su mejor amigo.
- Esta vez solo fueron 5 minutos –decía intentando recuperar el aliento.
- Tarde es tarde, querido amigo –bromeaba el alto.
- ¡Oye! Que el año pasado llegué una hora después, me he superado –decía orgulloso de su gran logro.
- Será mejor que nos demos prisa o cerrarán la puerta para la presentación.
- Sí vamos.
Y se perdieron tras la enorme puerta de la universidad.
- Esta vez nos tocó juntos –susurraba el moreno para no molestar a los demás estudiantes.
- Sí, ya era hora –contestó del mismo modo.
La tutora que llevaría su clase seguía nombrando a sus próximos alumnos cuando escucharon uno en concreto:
- Jajaja parece que este año va a hacer divertido –reía por lo bajo el más alto.
- No tiene gracia Minho –decía fulminándolo con la mirada.
Cuando acabó la presentación uno de ellos no parecía para nada contento, mientras que el otro parecía divertirle la situación de su amigo:
- No puedo creer que ese chico vaya a estar en la misma clase.
- No montes un drama Jonghyun, tampoco es el fin del mundo.
- ¡Sí lo es! No puedo ni verlo. Con la cantidad de alumnos que hay y me toca con él. Tengo una suerte que me la piso.
- Gracias por la parte que me toca –decía bromeando.
- No seas tonto –le sonreía.
- Bueno, pues deja ya de darle vueltas, me estás pegando tu mal humor.
- Pero es qu…
- ¡Se acabó! –interrumpió a su amigo.
- Está bien –dijo resignado.
- Por cierto, ¿aceptarás mi invitación para la celebración te esta noche? –preguntó el alto.
- Sí, ya lo hablé con mi madre, pero, ¿qué celebran tus padres esta vez?
- Al parecer a mi padre le salió bien un negocio. Cómo siga así, el castillo será más grande –dijo algo molesto.
- Tranquilo Príncipe Choi, yo seguiré siendo tu fiel caballero –animó a su amigo jugando con su metáfora.
- ¡Vete al carajo Jonghyun! – dijo empujándolo por el brazo.
- Vamos Minho, no seas malo –se reía el más bajo.
El sabía la situación en la que se encontraba Minho pues en muchas ocasiones le había ayudado a ocultar su mentira. Él había tenido suerte en ese aspecto. Su madre siempre lo apoyaba en sus sueños y aceptaba las decisiones que el tomaba. Por eso no había tenido ningún problema en que asistiera a la universidad de arte. Compartía sus sueños con su mejor amigo, pero él no lo tenía tan fácil. Vivía envuelto en una pequeña mentira que cada vez hacía un bulto más grande. Esta noche tendrían que tener cuidado pues posiblemente uno de los temas de conversación de sus padres sería la universidad.
La jornada había terminado. Cada uno se dirigía a su casa, pues mañana comenzarían en serio las clases.
- Adiós Minho, nos vemos esta noche.
- Sí, nos vemos. No llegues tarde –sonreía.
- Muy gracioso –le correspondía – no te preocupes. Allí estaré.
~~~~~~
- Llevamos 30 minutos en el baño, date prisa –se quejaba el mayor.
- Y deberías agradecérmelo. Me estoy dando prisa.
- Ya claro, vamos a comprar antes de que cierren.
- Ya estoy, vamos.
Salieron del baño y se dirigieron a la salida de la universidad.
Tenían la sensación de que este año sería diferente. Todo cambiaría a partir de ahora. El juego comenzaba. Solo quedaba esperar puesto que la estrategia ya estaba en marcha.
------------------------------------------------------------------
Espero que les haya gustado. Acepto todo lo sólido que me quieran tirar <3
Holaa ~~ Las presentaciones no se me dan bien. Me he decidido a publicar mi fic en el que he puesto muchos sentimientos propios que quería reflejar. Espero que les guste y así poder continuarlo. Intentaré publicar lo más seguido posible ya que sé como se siente eso de esperar y quedarte con la intriga. Personalmente me gusta hacerlo en mis fics, pero soy buena persona y haré lo posible. ^3^
Titulo: Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Autor: ~ Lady Akari ~
Género: Drama, romántico, lemon.
Parejas: 2min, JongKey y otros.
Personajes: Jonghyun, Key, Onew, Minho, Taemin, Kai y puede que alguno más. Los iré añadiendo
Nota: Este fic lo estoy publicando en otros foros también.
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel.
Ya era la hora. El destino lo había decidido. Como en un puzzle cuyas piezas no encajan porque están mal colocadas. Ya era la hora de poner cada pieza en su lugar. Ellos estaban destinados a caminar es una misma dirección, por un solo camino. Ni en sus sueños más locos pensarían que es lo que el futuro les tenía preparado.
Capítulo 1:
La luz temprana del amanecer acompañada de la suave brisa, acariciaba su frágil y bello rostro. Sus ojos vagaban en su propio recuerdo. ¿Cambiarían las cosas? El sentimiento que aquejaban en su pecho lo había acompañado todos estos años. Le dolía. Seguía inmerso en sus pensamientos hasta que una voz familiar lo hizo volver:
- Hyung, ¿no es muy temprano para estar despierto? –preguntó la persona que había interrumpido sus pensamientos.
- ¿Y tú qué? –contestó molesto.
- Voy al instituto hyung. Tú… deberías volver a clases.
- ¿Vas a seguir insistiendo? Ya te dije que no te metieras en mi vida.
- Pero…
- ¡¿Qué?! – Lo miró desafiante
- Somos amigos…por eso me preocupo por ti hyung –dijo agachando la cabeza.
- ¿Amigos? Eres muy ingenuo –el mayor se levantó del muro desde donde había estado observando el tranquilo amanecer de la cuidad y se dispuso a bajar las escaleras.
- ¡Hyung espera! -le cogió del brazo- aunque tú no lo aceptes somos amigos y quieras o no, seguiré preocupándome por ti.
- Tss idiota –espetó ante la confianza que derrochaba la mirada del más pequeño.
Al bajar las escaleras se volvió a adentrar en aquel pequeño almacén convertido en una especie de casa dónde se encontraban otros chicos. No es que fuera un lugar totalmente legal pues vivían al margen de todos y de todo. Unos cuantos sillones, dos baños, algunas habitaciones que solo disponían los más antiguos del lugar, entre los cuales se encontraba él. A las paredes no le faltaban sus dibujos sin sentidos y para gusto de unos pocos, restos de muebles, barras de hierro y no tenían luz, así que cada uno se las apañaba como podía. Cada cual iba a lo suyo, pero en el fondo, todos tenía algo en común. Cada uno tenía su historia, cargaban con su pasado y con la monotonía del presente. ¿Qué importaba el futuro?
Se dirigió a su habitación, bueno si se le podía llamar así. Se sentó en su cama deshecha. Frunció el ceño al sentir un fuerte olor a alcohol que se había colado con él. Otra vez venían de resaca. Justo cuando iba a cerrar los ojos oyó un ruido. Molesto, se volvió a incorporar y se dirigió al centro del almacén dónde se encontraban todos. Al parecer se estaban divirtiendo con alguien:
- ¿Otra vez por aquí, renacuajo? –se reía el más alto.
- ¿Viniste otra vez a ver a tu amigo? –le decía uno más tranquilo.
- Sí y ya me voy –intentó emprender la marcha, pero uno se lo impidió.
- ¿Tan rápido te vas? –le agarraban.
El pequeño permanecía quieto, aunque no lo reflejaba estaba un poco asustado, puesto que solo lo trataban así cuando esta gente estaba ebria, así que no sabía como iban a reaccionar. De pronto sintió como alguien le tocaba la cintura. Intentó soltarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente. Otras manos empezaron a colarse por su camiseta y empezaban a tocarlo con deseo. Unas lágrimas de impotencia empezaban a asomarse.
Él sabía que la escena que estaba presenciando no acabaría sin heridos:
- Si me dejara en paz de una vez no le pasarían estas cosas, solo sabe meterse en líos –pensó para si mismo harto de que aquella persona cabezota viniera todas las semanas.
Se dirigió al círculo formado por los demás y liberó al pequeño:
- ¡Ya basta! – empujó a los demás
Lo cogió de la camiseta y lo sacó de allí:
- G-gracias hyung –dijo limpiándose las pocas lágrimas que se le habían escapado.
- ¡Cállate! Lo que tienes que hacer es dejarme en paz y no volver más. La próxima vez dejaré que te violen.
- No lo hará hyung –embozó una pequeña sonrisa- tú no eres así.
Esa actitud del menor le repateaban en lo más hondo. ¿Por qué seguía viniendo a verlo? Cualquier persona normal no se le hubiera ni acercado. De todas formas, no necesitaba a nadie. No necesitaba la compañía de nadie. Estaba acostumbrado a la soledad y cuidaba de si mismo. Aunque a veces, no también como tendría que hacerlo:
- Desaparece de mi vista ya, Kai –le dijo seriamente.
- Adiós hyung, hasta mañana –le dedicó una sonrisa y salió corriendo antes de darle tiempo a reprocharle algo más.
- ¡No! –gritó el mayor con la esperanza de que le hiciera caso.
~~~~~~
El castaño puso rumbo al instituto. Era su primer día después de las vacaciones, pero rogaba que este año su hyung volviera a la universidad. Aunque él lo tratara con las peores formas, no quitaba el hecho de que él lo quería como un hermano mayor. Él sabía mejor que nadie el pasado que llevaba como su sombra permanente. Cada vez que le preguntaba algo sobre él, este enseguida lo echaba a patadas como lo hacía habitualmente, no contestaba o simplemente lo amenazaba. Pero no se rendía y seguía buscando la respuesta a su pregunta. Entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.
- Se acabó lo bueno –suspiró y entró.
~~~~~~
En una de las calles más lujosas de la cuidad, un joven celebraba una batalla campal en su cabeza. ¿Estaría bien mentir a sus padres? Le obligaban a estudiar algo que no le gustaban y a pesar de haber intentado negociar con sus padres, estos nos había cambiado su negativa:
Flash back
- Madre, por favor. Tú sabes que es lo que quiero estudiar. No me obligues a esto –le rogaba a su madre.
- Hijo, sabes que esto no es decisión mía, sino de tu padre –su madre le comprendía pero poco podía hacer.
Su padre hizo presencia tras cerrar la puerta de su despacho:
- Minho, no se hablará más del tema. Estudiarás economía. Tendrás que llevar mi imperio algún día y tienes que estar preparado. Y ahora prepárense que esta tarde tenemos la invitación a la fiesta de bienvenida de mi mayor socio.
Fin Flash back
En cierta parte comprendía a su padre pues todo lo que había conseguido gracias a su esfuerzo, quería que su hijo lo mantuviera en el futuro. Una de las familias más ricas de la ciudad. Su madre diseñadora de renombre, acostumbrado a ver a numerosos modelos, famosos, personas importantes… probándose los diseños de su madre en el amplio salón de trabajo, ubicado en su propia casa. Bueno casa, la envidia de todo el mundo. Su padre, uno de los mayores empresarios del país. Su vida consistía en toda clase de lujos y privilegios, pero no se había dejado llevar. Desde niño siempre fue alguien muy dulce y cariñoso.
Pero ahora vivía en un bucle de pequeñas mentiras. Llevaba 3 años estudiando en la universidad. Pero claro, no en la que su padre quería y mucho menos estudiando lo que le exigía. Asistía a la única universidad especializada en arte. Había conseguido ocultarlo muy bien hasta ahora y rogaba desesperadamente que su mentira no viera la luz nunca.
Después de desayunar, se despidió de sus padres y se fue a clases. Aun teniendo coche propio, tenía la manía de ir caminando. ¿Su argumento?
Disfrutaba del ejercicio mañanero y le gustaba disfrutar de la ciudad por la mañana. Tampoco quería que los otros alumnos supieran de su situación económica ya que no era una universidad especialmente cara.
Miró el reloj y se apresuró antes de que comenzaran las clases. No quería llegar tarde el primer día.
~~~~~~~
Aún medio dormido, alcanzaba a escuchar el ruido de su madre lavando los platos. Siempre la misma rutina. Su madre se levantaba a las 4 y media para preparar su humilde cafetería. Negocio que los mantenía económicamente. Ella trabajaba mucho, demasiado para su gusto, pero lo que más le molestaba era que su madre no lo dejara ayudarla. El tenía que ocuparse de su formación. No quería que su más preciado tesoro estuviera cargando con algo que no era su responsabilidad.
De repente sintió unas dulces manos acariciando su rostro:
- Hijo –le dijo suavemente- se te va a hacer tarde el primer día.
El moreno se desperezó y se incorporó cuando su madre salió de la habitación:
- Qué pereza más grande –dijo entre bostezos.
Se dirigió a la ducha tras coger la ropa. Al cabo de 10 minutos se encontraba desayunando en la cafetería de su madre debajo de su casa:
- Omma, ¿qué hora es?
- Son las ocho menos diez –dijo su madre preocupada.
- ¡mie**a llegaré tarde! Adiós omma.
- Ten cuidado y diviértete.
Y se dirigió a toda prisa a la universidad. Esperaba no llegar tarde, no el primer día.
~~~~~~
Ya era la hora. Todos estaban en el salón central. El típico discurso de todos los años daba comienzo a lo que sería otro año más. Presencia casi obligatoria, pues el reparto de las clases era dicho. El primer día solo consistía en eso. Los nuevos alumnos se pasan el día visitando las instalaciones. Los ya conocidos, se iban o simplemente pasaban el día con los amigos contándose lo que habían hecho durante el verano:
- Tenemos mucha suerte.
- Sí, llevamos 3 años en la misma clase.
- Mejor, no sé qué haría si no estuvieras en clase. Me aburriría mucho.
- ¡Está claro! No puedes vivir sin mí –dijo con aires de superioridad.
- Ay Key no tienes remedio – negó con la cabeza.
- Por cierto de vuelta a casa tenemos que hacer la compra.
- ¡Es verdad! Si no moriremos de hambre y no podemos olvidarnos del pollo.
- Tú si que no tienes remedio –dijo entre risas.
- ¿Yo por qué?
- Nada déjalo –dijo el rubio suspirando.
~~~~~~
- Otra vez llegando tarde –sonreía al ver a su mejor amigo.
- Esta vez solo fueron 5 minutos –decía intentando recuperar el aliento.
- Tarde es tarde, querido amigo –bromeaba el alto.
- ¡Oye! Que el año pasado llegué una hora después, me he superado –decía orgulloso de su gran logro.
- Será mejor que nos demos prisa o cerrarán la puerta para la presentación.
- Sí vamos.
Y se perdieron tras la enorme puerta de la universidad.
- Esta vez nos tocó juntos –susurraba el moreno para no molestar a los demás estudiantes.
- Sí, ya era hora –contestó del mismo modo.
La tutora que llevaría su clase seguía nombrando a sus próximos alumnos cuando escucharon uno en concreto:
- Jajaja parece que este año va a hacer divertido –reía por lo bajo el más alto.
- No tiene gracia Minho –decía fulminándolo con la mirada.
Cuando acabó la presentación uno de ellos no parecía para nada contento, mientras que el otro parecía divertirle la situación de su amigo:
- No puedo creer que ese chico vaya a estar en la misma clase.
- No montes un drama Jonghyun, tampoco es el fin del mundo.
- ¡Sí lo es! No puedo ni verlo. Con la cantidad de alumnos que hay y me toca con él. Tengo una suerte que me la piso.
- Gracias por la parte que me toca –decía bromeando.
- No seas tonto –le sonreía.
- Bueno, pues deja ya de darle vueltas, me estás pegando tu mal humor.
- Pero es qu…
- ¡Se acabó! –interrumpió a su amigo.
- Está bien –dijo resignado.
- Por cierto, ¿aceptarás mi invitación para la celebración te esta noche? –preguntó el alto.
- Sí, ya lo hablé con mi madre, pero, ¿qué celebran tus padres esta vez?
- Al parecer a mi padre le salió bien un negocio. Cómo siga así, el castillo será más grande –dijo algo molesto.
- Tranquilo Príncipe Choi, yo seguiré siendo tu fiel caballero –animó a su amigo jugando con su metáfora.
- ¡Vete al carajo Jonghyun! – dijo empujándolo por el brazo.
- Vamos Minho, no seas malo –se reía el más bajo.
El sabía la situación en la que se encontraba Minho pues en muchas ocasiones le había ayudado a ocultar su mentira. Él había tenido suerte en ese aspecto. Su madre siempre lo apoyaba en sus sueños y aceptaba las decisiones que el tomaba. Por eso no había tenido ningún problema en que asistiera a la universidad de arte. Compartía sus sueños con su mejor amigo, pero él no lo tenía tan fácil. Vivía envuelto en una pequeña mentira que cada vez hacía un bulto más grande. Esta noche tendrían que tener cuidado pues posiblemente uno de los temas de conversación de sus padres sería la universidad.
La jornada había terminado. Cada uno se dirigía a su casa, pues mañana comenzarían en serio las clases.
- Adiós Minho, nos vemos esta noche.
- Sí, nos vemos. No llegues tarde –sonreía.
- Muy gracioso –le correspondía – no te preocupes. Allí estaré.
~~~~~~
- Llevamos 30 minutos en el baño, date prisa –se quejaba el mayor.
- Y deberías agradecérmelo. Me estoy dando prisa.
- Ya claro, vamos a comprar antes de que cierren.
- Ya estoy, vamos.
Salieron del baño y se dirigieron a la salida de la universidad.
Tenían la sensación de que este año sería diferente. Todo cambiaría a partir de ahora. El juego comenzaba. Solo quedaba esperar puesto que la estrategia ya estaba en marcha.
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Espero que les haya gustado. Acepto todo lo sólido que me quieran tirar <3
Última edición por Lady Akari el Lun Dic 26, 2016 2:10 pm, editado 24 veces
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Hola x3
T.T Mr dejare en las mismas no se nada
Quiero 3 min ya!! Jajja no te creas yo te esperare :3 lo q tenga q pasar
Esos chicos me caen mal porque mierda le hacen la vida imposible a minnie si no hace nada y en do de están sus papas !! Si no es en el trabajo ya me preocupo eso, TwT jongkey !! On kai! ! No los olvides :'I :Waa:
Jejje. ....esta muy bueno esto ~●•●~
*La abraza* .////.
Sigo diciendo q escribes muy bien
Hay no participe siempre por falta de tiempo y organización de mi grupo pero dentro de poco si participaremos x3 ... te digo si gano *.*
T.T Mr dejare en las mismas no se nada
Quiero 3 min ya!! Jajja no te creas yo te esperare :3 lo q tenga q pasar
Esos chicos me caen mal porque mierda le hacen la vida imposible a minnie si no hace nada y en do de están sus papas !! Si no es en el trabajo ya me preocupo eso, TwT jongkey !! On kai! ! No los olvides :'I :Waa:
Jejje. ....esta muy bueno esto ~●•●~
*La abraza* .////.
Sigo diciendo q escribes muy bien
Hay no participe siempre por falta de tiempo y organización de mi grupo pero dentro de poco si participaremos x3 ... te digo si gano *.*
daliz
taemin-minho-onew-jonghyun-key
44
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 74
¡Hi! Siento la tardanza de nuevo, pero estaba terminado de escribir el otro fic que tengo en colaboración D: Pero aquí les traigo el siguiente capítulo ^^ Gracias por la paciencia <3
Capítulo 74:
Miraba cansado a la gente pasar de un lado a otro delante de él. Cada uno con su propio problema. Todos en ese lugar tenían un problema y el suyo, estaba tras esa puerta. Hacía un par de minutos que su pequeño había ingresado y no le habían dicho nada. Suspiró por enésima vez desde que se sentó ahí y pasó sus manos por su rostro, desesperado.
Volvió a cambiar de posición en la incómoda silla y de repente su bolsillo comenzó a vibrar. Sacó el aparato observando la pantalla, preocupado:
- Oppa –sonó con tono bajo.
- Dime, Sunny –dijo con cariño-. ¿Ocurre algo?
- ¿Dónde estás?
¿Y ahora qué iba a decirle?
- Yo…estoy…eh… ¿por qué lo preguntas? ¿No tendrías que estar en clase ahora?
- Han cambiado la hora del examen, así que tengo libre.
- Ya veo, ¿estás repasando mientras?
- Oppa, no cambies de tema.
- No sé de qué hablas –se hizo el desentendido.
- ¿Le pasó algo a Taemin?
- ¿A tu hermano? ¿Por qué preguntas eso?
- Antes oí pasar la ambulancia y…venía de su colegio. Estoy preocupada, ¿sabes si pasó algo allí?
- Yo n…
- Paciente Lee Taemin –avisó una voz femenina en el pasillo.
El hombre maldijo internamente que llevara tiempo esperando a que se dignaran a decir algo y justamente aparecen en el peor de los momentos:
- ¿Cómo? –se oyó al otro lado de la línea.
- Sunny…este
- ¿Taemin están en el hospital? O sea que si pasó algo –dijo nerviosa.
- Sunny, cálmate por favor.
- ¿Están en el hospital central?
- No puedes venir, tienes un examen importa…
- Dímelo, eso ahora no tiene importancia.
- ¿Cómo qué no? Tienes que calmarte, tu hermano está bien –aunque ni él mismo lo sabía.
- Voy para allá, adiós.
- Per…
Se había cortado. Suspiró, esta chica no atendía razones si se trataba de su hermano:
- Pase por aquí, por favor –le indicó la misma mujer que había esperado pacientemente a que terminara de hablar.
Seung guardó el teléfono en el bolsillo de nuevo y la siguió. Al par de puertas, por fin se pararon en una, la cual fue abierta. Entró aún detrás de la enfermera y no tardó en hallar el cuerpo del menor acostado en la camilla. Se le encogió el corazón al verlo de esa manera:
- ¿Có-mo está?
- Ya está fuera de peligro así que no hay que preocuparse. Solo falta que despierte y si se encuentra bien, esta misma noche le daremos el alta.
- Gracias por su trabajo.
- No hay de qué –hizo una reverencia y salió del lugar.
El mayor se acercó lentamente hasta él y se sentó en una silla que había al lado de la camilla. El menor se removió incómodo y poco a poco fue abriendo sus pequeños ojos:
- Taeminnie –le acarició la mejilla-. ¿Cómo te encuentras?
- Hyung… -parpadeó variar veces para acostumbrarse a la claridad que entraba por la ventana.
- ¿Dónde estoy?
- En el hospital. Llamaron de tu colegio. ¿Qué pasó?
- Me resbalé y caí al agua –dijo desviando la mirada.
- Taemin, no estoy para bromas –lo miró serio.
- No es una broma, hyung.
- Bueno, entonces explícame la marca violeta alrededor de tu cuello.
El pequeño se tensó:
- Han estado a punto de matarte, ¿y aun así los proteges?
Este seguía con la mirada gacha ante el reproche:
- Esos chiquillos se han pasado de la raya, podrían haberte matado. ¿Entiendes eso verdad?
- Sí hyung, lo siento.
- ¿Por qué me pides perdón? No es tú culpa.
- Quizá por ser tan débil… -sus ojos comenzaron a rayarse.
- Taeminnie, eres un niño. Es normal, así que no te eches la culpa.
- Gracias –le sonrió agradecido.
- No me las des, ya sabes que siempre cuidaré de ti.
- ¿Me lo prometes? –lo miró inocentemente.
- Por supuesto –le besó la frente-. Por cierto, Tu herma…
Antes de que pudiera terminar la palabra, la puerta se abrió dejando pasar a una chica joven que llevaba el mismo apellido que él:
- ¡Minnie! –corrió hacia él para abrazarlo.
- Noona… -el pequeño se había congelado.
- ¿Qué te pasó? ¿Cómo estás?
- Es-toy bien, ¿pero y tú examen? –cuestionó preocupado.
- Eso no es importante Tae, quiero que me digas qué pasó –lo miró a los ojos mientras le cogía las diminutas manos entre las suyas.
El menor de los Lee miró a su guardaespaldas:
- Lo siento Taemin, no he podido ocultarlo más.
- ¿Qué? ¿Ocultar qué? –miró confundida la chica.
- Noona…yo…
No tenía caso seguir escondiéndolo más y no soportaba seguir mintiéndole a su hermana mayor:
- Verás…yo…
- Tu hermano sufre acoso escolar.
Sus ojos se abrieron como platos:
- ¿Es eso cierto? –miró al menor.
Este asintió apenado:
- Hoy han estado a punto de matarlo, ahogándolo.
Sunny se quedó estática ante la revelación de Seung:
- Minnie… -puso su mano en los cabellos de su hermano-. ¿Por qué… no me lo dijiste?
- Noona yo… -un sollozo lo interrumpió-. No quería que te preocuparas.
La castaña rodeó con sus brazos el cuerpo del pequeño:
- Tae…por favor…no lo vuelvas a hacer –lo apretó contra su pecho al notar que las lágrimas del más joven se intensificaban.
- Noona –hipó-. Perdóname –la abrazó fuerte.
La chic sonrió:
- No tengo nada que perdonarte. Solo quiero que me cuentes las cosas, porque no quiero que te pase nada –se despegó de él poniendo ambas manos en las pequeñas mejillas, limpiándole las lágrimas-. Eres lo más preciado que tengo en este mundo y si te vas, no sé qué haría –le sonrió con ternura.
- Yo no me iré noona, no me separaré de ti nunca–dijo inocentemente entre hipidos.
- Me alegra oír eso Minnie –dijo besándole la frente.
- Gracias noona –sonrió.
- ¿Seguro que estás mejor? –le acarició los cabellos.
Este asintió levemente:
- ¿Cuándo le dan el alta oppa? –miró al guardaespaldas quien se había mantenido como un espectador de la ternura de esas dos personitas a las que cuidaba.
- Esta noche al parecer –se rascó la cabeza.
- Está bien, en…
- Sunny, tienes que ir a hacer el examen ya o llegarás tarde.
- ¿No lo has hecho? –lo miró expectante el pequeño.
- No Minnie, me lo cambiaron de hora.
- ¿A cuál?
- A las…tres –dijo mirando su reloj.
- ¡Queda media hora noona! ¡Tienes que ir!
- No pensaba presentarme sabiendo que estabas aquí.
- Eso da igual –la miró Tae-. Tienes que ir a hacerlo y pasarlo.
- El niño tiene razón –sonrió.
- Pero Taeminnie…
- Es tu futuro noona, no puedes pasar así porque sí. Eso es más importante que yo, así que vete por favor –los ojos decididos de su hermano atravesaron su ser.
- Está bien, iré. Pero ningún examen es más importante que tú, ¿me oíste? –lo miró fingiendo molestia.
- Sí, entendido –rio-. Mucha suerte –la vio levantarse.
- Gracias Tae –le besó la mejilla-. Supongo que os veré en casa, o eso espero.
- Esperemos –avisó el guardaespaldas.
- Hyung, llévala.
- No, no hace falto –se apresuró su hermana-. No quiero que te deje solo aquí. Yo no tardaré más de veinte minutos en llegar. Nos vemos –se despidió con una mano.
- Adiós –dijeron al unísono.
~~~~
Las horas fueron pasando mortales para los dos que esperaban tranquilos en el hospital. El mayor intentaba distraer al pequeño quien le había confesado que se sentía un poco culpable de que su hermana casi no se presentase al examen.
Cuando la enfermera, por fin, regresó a la habitación y lo revisó comprobando que no había problema alguno, salieron rumbo a la mansión de vuelta:
- Taeminnie, ¿quieres algo de comer? –cuestionó mientras una criada abrió la puerta principal.
- No, gracias hyung.
- En el hospital no comiste tampoco, ¿estás seguro?
- Sí hyung, estoy bien. Solo quiero que llegué Sunny noona para saber cómo le fue –dijo sonriendo mientras se tiraba en la cama de su habitación a la cual habían subido.
- Seguro que bien, ella es muy lista –dijo sentándose en una silla que había delante de la mesa, cerca de él.
- De mayor quiero ser tan inteligente como mi hermana, hyung –dijo con un brillo especial en sus ojos.
- Lo serás y mucho más, seguro.
- ¿Tú crees?
- Por supuesto –sonrió ante la ternura del pequeño-. Y ahora quiero que me digas una cosa –su semblante se tensó un poco.
- ¿El qué? –ladeó la cabeza.
- ¿Dónde estaban tus amigos cuando te hicieron eso?
- Ah… -dijo pensativo-. No sé, se había ido.
El mayor se había dado cuenta de eso. Era curioso que cada vez que le pasaba algo a Taemin, sus amigos no estuvieran allí para ayudarlo:
- Dime, ¿quiénes son los que te molestan?
El niño desvió la mirada hacia otro sitio:
- No hablemos de eso hyung, estoy cansado.
- Tae, sé que lo que quieres es cambiar de tema, pero algún día me lo tendrás que decir, y más les vale mudarse de país porque este se les quedará corto para correr.
El menor tragó con dificultad. Aunque su hyung siempre estaba sonriendo y alegre, sabía que cuando se enfadaba daba auténtico miedo y pobre del que pillara en ese momento. De repente la puerta sonó, el mayor miró el reloj extrañado ya que la única persona que debía entrar era la hija mayor y había quedado en ir a buscarla si a Tae le daban el alta.
Ambos bajaron en silencio y extrañados. Tras pisar el último escalón, unos pasos firmes y seguros resonaron en el gran salón. Siguiendo el sonido, se dirigieron a dicha estancia encontrándose con una sorpresa:
- ¡Appa! –sonrió el niño.
El mayor se dio la vuelta dejando los papeles que traía encima de la mesa para ver a su hijo menor:
- Hola, Taemin –dijo volviendo la vista a esos documentos.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? –preguntó desde la puerta.
- Estoy un poco cansado, así que me daré un baño y me acostaré. Buenas noches.
- Entiendo, buenas noches appa –se despidió dando media vuelta sobre sus pasos.
Seung se quedó parado en el marco de la puerta observando fijamente al señor de la casa:
- ¿Qué miras?
- Nada señor, nada –dijo irónico dándose la vuelta para ir tras el menor.
- ¿Qué ibas a decir? –dijo provocando que se parara en seco.
- Tu hijo lleva esperándote más de medio año –intentó no sonar a reproche.
- Es el trabajo, no se puede evitar.
- Podría haberle dicho algo más, señor Lee –le costaba mostrarle respeto a estas alturas de su trabajo.
- No tengo nada más que decir, un saludo es un saludo. Ahora retírese inmediatamente.
- Cómo ordene –sonrió de lado.
La única diferencia entre saludar a una planta y como lo había hecho con su hijo era que lo había llamado por su nombre. Su sangre hervía por la ira que le provocaba. El pequeño lo había estado esperando tantos meses, para que le resultara indiferente su familia:
- Hyung ya son las ocho –le avisó mirando el gran reloj del pasillo.
- Sí, ya voy a buscar a tu hermana. Ve a bañarte y a cenar, por favor.
El menor asintió obediente y se perdió por las escaleras que daban al resto de plantas. Se dirigió a la entrada y cogió las llaves del coche intentando tranquilizarse.
~~~~
- ¿Cómo te salió? –le preguntó mientras conducía de regreso a la mansión.
- Bien, saqué la máxima nota –suspiró aliviada por haberse librado de aquella pesadilla.
- Felicidades –le dijo cariñosamente-
- Gracias oppa –le sonrió acompañando la frase.
- Sunny…
- ¿Mm? –volteó a verlo.
- Tu padre llegó a casa.
- ¿Qué? –se sorprendió-. ¿Así de repente?
- Sí, al parecer. Pero creo que ya estará acostado así que es mejor no hacer ruido, ¿vale?
Ella asintió.
~~~~
Siguiendo las órdenes de Seung, entraron de manera silenciosa y ella se dirigió a su habitación. Cogió ropa y fue a bañarse. Se sentía como en las nubes, era como quitarse toneladas de encima. Una vez preparada para dormir, ya que había cenado algo en la universidad, regresó a su cuarto y al encender la luz, a diferencia de cuando fue a coger la ropa, se encontró un pequeño bulto encogido durmiendo en su cama.
Sonrió con todo el cariño que le profesaba a su adorable hermano ya que la escena de este durmiendo plácidamente en su cama derrochaba ternura. Al parecer la había estado esperando en su habitación, pero del cansancio se quedó dormido. Se acercó hasta él y se acostó a su lado. Le acarició los cabellos y le depositó un dulce beso en la frente:
- Buenas noches, Minnie –dijo mientras lo envolvía en sus brazos.
El menor, en respuesta, arrugó de manera adorable la nariz y se acurrucó en los delgados brazos de su noona.
- Respuesta 73:
- Reira Elric: Pues sí, si pensabas eso sí u.u Poco a poco irás viendo si cuadran tus teorías o no :D Siento la tardanza y gracias por la paciencia y por comentar, me alegro que te guste <3
daliz:¡Hi! Jajaja Verás que en cuanto acabe el pasado de Tae y Minho solucioné las cosas, el 2min florecerá ^^ Sí u.u siendo Minnie un niño tan lindo y tan de todo, le hacen mucho daño :S Ya descubrirás por qué le pegan ^^ Por supuesto que no los olvidaré, de momento están bien ^^ Me alegro que te guste :D Que mona eres ^///^ Gracias por el halago, pero aún tengo que mejorar, espero que en el próximo fic se note :3 Suele pasar, pero bueno, para la próxima será ¡Fighting! Sí, ti avísame :D Gracias por la paciencia y por comentar <3
Capítulo 74:
Miraba cansado a la gente pasar de un lado a otro delante de él. Cada uno con su propio problema. Todos en ese lugar tenían un problema y el suyo, estaba tras esa puerta. Hacía un par de minutos que su pequeño había ingresado y no le habían dicho nada. Suspiró por enésima vez desde que se sentó ahí y pasó sus manos por su rostro, desesperado.
Volvió a cambiar de posición en la incómoda silla y de repente su bolsillo comenzó a vibrar. Sacó el aparato observando la pantalla, preocupado:
- Oppa –sonó con tono bajo.
- Dime, Sunny –dijo con cariño-. ¿Ocurre algo?
- ¿Dónde estás?
¿Y ahora qué iba a decirle?
- Yo…estoy…eh… ¿por qué lo preguntas? ¿No tendrías que estar en clase ahora?
- Han cambiado la hora del examen, así que tengo libre.
- Ya veo, ¿estás repasando mientras?
- Oppa, no cambies de tema.
- No sé de qué hablas –se hizo el desentendido.
- ¿Le pasó algo a Taemin?
- ¿A tu hermano? ¿Por qué preguntas eso?
- Antes oí pasar la ambulancia y…venía de su colegio. Estoy preocupada, ¿sabes si pasó algo allí?
- Yo n…
- Paciente Lee Taemin –avisó una voz femenina en el pasillo.
El hombre maldijo internamente que llevara tiempo esperando a que se dignaran a decir algo y justamente aparecen en el peor de los momentos:
- ¿Cómo? –se oyó al otro lado de la línea.
- Sunny…este
- ¿Taemin están en el hospital? O sea que si pasó algo –dijo nerviosa.
- Sunny, cálmate por favor.
- ¿Están en el hospital central?
- No puedes venir, tienes un examen importa…
- Dímelo, eso ahora no tiene importancia.
- ¿Cómo qué no? Tienes que calmarte, tu hermano está bien –aunque ni él mismo lo sabía.
- Voy para allá, adiós.
- Per…
Se había cortado. Suspiró, esta chica no atendía razones si se trataba de su hermano:
- Pase por aquí, por favor –le indicó la misma mujer que había esperado pacientemente a que terminara de hablar.
Seung guardó el teléfono en el bolsillo de nuevo y la siguió. Al par de puertas, por fin se pararon en una, la cual fue abierta. Entró aún detrás de la enfermera y no tardó en hallar el cuerpo del menor acostado en la camilla. Se le encogió el corazón al verlo de esa manera:
- ¿Có-mo está?
- Ya está fuera de peligro así que no hay que preocuparse. Solo falta que despierte y si se encuentra bien, esta misma noche le daremos el alta.
- Gracias por su trabajo.
- No hay de qué –hizo una reverencia y salió del lugar.
El mayor se acercó lentamente hasta él y se sentó en una silla que había al lado de la camilla. El menor se removió incómodo y poco a poco fue abriendo sus pequeños ojos:
- Taeminnie –le acarició la mejilla-. ¿Cómo te encuentras?
- Hyung… -parpadeó variar veces para acostumbrarse a la claridad que entraba por la ventana.
- ¿Dónde estoy?
- En el hospital. Llamaron de tu colegio. ¿Qué pasó?
- Me resbalé y caí al agua –dijo desviando la mirada.
- Taemin, no estoy para bromas –lo miró serio.
- No es una broma, hyung.
- Bueno, entonces explícame la marca violeta alrededor de tu cuello.
El pequeño se tensó:
- Han estado a punto de matarte, ¿y aun así los proteges?
Este seguía con la mirada gacha ante el reproche:
- Esos chiquillos se han pasado de la raya, podrían haberte matado. ¿Entiendes eso verdad?
- Sí hyung, lo siento.
- ¿Por qué me pides perdón? No es tú culpa.
- Quizá por ser tan débil… -sus ojos comenzaron a rayarse.
- Taeminnie, eres un niño. Es normal, así que no te eches la culpa.
- Gracias –le sonrió agradecido.
- No me las des, ya sabes que siempre cuidaré de ti.
- ¿Me lo prometes? –lo miró inocentemente.
- Por supuesto –le besó la frente-. Por cierto, Tu herma…
Antes de que pudiera terminar la palabra, la puerta se abrió dejando pasar a una chica joven que llevaba el mismo apellido que él:
- ¡Minnie! –corrió hacia él para abrazarlo.
- Noona… -el pequeño se había congelado.
- ¿Qué te pasó? ¿Cómo estás?
- Es-toy bien, ¿pero y tú examen? –cuestionó preocupado.
- Eso no es importante Tae, quiero que me digas qué pasó –lo miró a los ojos mientras le cogía las diminutas manos entre las suyas.
El menor de los Lee miró a su guardaespaldas:
- Lo siento Taemin, no he podido ocultarlo más.
- ¿Qué? ¿Ocultar qué? –miró confundida la chica.
- Noona…yo…
No tenía caso seguir escondiéndolo más y no soportaba seguir mintiéndole a su hermana mayor:
- Verás…yo…
- Tu hermano sufre acoso escolar.
Sus ojos se abrieron como platos:
- ¿Es eso cierto? –miró al menor.
Este asintió apenado:
- Hoy han estado a punto de matarlo, ahogándolo.
Sunny se quedó estática ante la revelación de Seung:
- Minnie… -puso su mano en los cabellos de su hermano-. ¿Por qué… no me lo dijiste?
- Noona yo… -un sollozo lo interrumpió-. No quería que te preocuparas.
La castaña rodeó con sus brazos el cuerpo del pequeño:
- Tae…por favor…no lo vuelvas a hacer –lo apretó contra su pecho al notar que las lágrimas del más joven se intensificaban.
- Noona –hipó-. Perdóname –la abrazó fuerte.
La chic sonrió:
- No tengo nada que perdonarte. Solo quiero que me cuentes las cosas, porque no quiero que te pase nada –se despegó de él poniendo ambas manos en las pequeñas mejillas, limpiándole las lágrimas-. Eres lo más preciado que tengo en este mundo y si te vas, no sé qué haría –le sonrió con ternura.
- Yo no me iré noona, no me separaré de ti nunca–dijo inocentemente entre hipidos.
- Me alegra oír eso Minnie –dijo besándole la frente.
- Gracias noona –sonrió.
- ¿Seguro que estás mejor? –le acarició los cabellos.
Este asintió levemente:
- ¿Cuándo le dan el alta oppa? –miró al guardaespaldas quien se había mantenido como un espectador de la ternura de esas dos personitas a las que cuidaba.
- Esta noche al parecer –se rascó la cabeza.
- Está bien, en…
- Sunny, tienes que ir a hacer el examen ya o llegarás tarde.
- ¿No lo has hecho? –lo miró expectante el pequeño.
- No Minnie, me lo cambiaron de hora.
- ¿A cuál?
- A las…tres –dijo mirando su reloj.
- ¡Queda media hora noona! ¡Tienes que ir!
- No pensaba presentarme sabiendo que estabas aquí.
- Eso da igual –la miró Tae-. Tienes que ir a hacerlo y pasarlo.
- El niño tiene razón –sonrió.
- Pero Taeminnie…
- Es tu futuro noona, no puedes pasar así porque sí. Eso es más importante que yo, así que vete por favor –los ojos decididos de su hermano atravesaron su ser.
- Está bien, iré. Pero ningún examen es más importante que tú, ¿me oíste? –lo miró fingiendo molestia.
- Sí, entendido –rio-. Mucha suerte –la vio levantarse.
- Gracias Tae –le besó la mejilla-. Supongo que os veré en casa, o eso espero.
- Esperemos –avisó el guardaespaldas.
- Hyung, llévala.
- No, no hace falto –se apresuró su hermana-. No quiero que te deje solo aquí. Yo no tardaré más de veinte minutos en llegar. Nos vemos –se despidió con una mano.
- Adiós –dijeron al unísono.
~~~~
Las horas fueron pasando mortales para los dos que esperaban tranquilos en el hospital. El mayor intentaba distraer al pequeño quien le había confesado que se sentía un poco culpable de que su hermana casi no se presentase al examen.
Cuando la enfermera, por fin, regresó a la habitación y lo revisó comprobando que no había problema alguno, salieron rumbo a la mansión de vuelta:
- Taeminnie, ¿quieres algo de comer? –cuestionó mientras una criada abrió la puerta principal.
- No, gracias hyung.
- En el hospital no comiste tampoco, ¿estás seguro?
- Sí hyung, estoy bien. Solo quiero que llegué Sunny noona para saber cómo le fue –dijo sonriendo mientras se tiraba en la cama de su habitación a la cual habían subido.
- Seguro que bien, ella es muy lista –dijo sentándose en una silla que había delante de la mesa, cerca de él.
- De mayor quiero ser tan inteligente como mi hermana, hyung –dijo con un brillo especial en sus ojos.
- Lo serás y mucho más, seguro.
- ¿Tú crees?
- Por supuesto –sonrió ante la ternura del pequeño-. Y ahora quiero que me digas una cosa –su semblante se tensó un poco.
- ¿El qué? –ladeó la cabeza.
- ¿Dónde estaban tus amigos cuando te hicieron eso?
- Ah… -dijo pensativo-. No sé, se había ido.
El mayor se había dado cuenta de eso. Era curioso que cada vez que le pasaba algo a Taemin, sus amigos no estuvieran allí para ayudarlo:
- Dime, ¿quiénes son los que te molestan?
El niño desvió la mirada hacia otro sitio:
- No hablemos de eso hyung, estoy cansado.
- Tae, sé que lo que quieres es cambiar de tema, pero algún día me lo tendrás que decir, y más les vale mudarse de país porque este se les quedará corto para correr.
El menor tragó con dificultad. Aunque su hyung siempre estaba sonriendo y alegre, sabía que cuando se enfadaba daba auténtico miedo y pobre del que pillara en ese momento. De repente la puerta sonó, el mayor miró el reloj extrañado ya que la única persona que debía entrar era la hija mayor y había quedado en ir a buscarla si a Tae le daban el alta.
Ambos bajaron en silencio y extrañados. Tras pisar el último escalón, unos pasos firmes y seguros resonaron en el gran salón. Siguiendo el sonido, se dirigieron a dicha estancia encontrándose con una sorpresa:
- ¡Appa! –sonrió el niño.
El mayor se dio la vuelta dejando los papeles que traía encima de la mesa para ver a su hijo menor:
- Hola, Taemin –dijo volviendo la vista a esos documentos.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? –preguntó desde la puerta.
- Estoy un poco cansado, así que me daré un baño y me acostaré. Buenas noches.
- Entiendo, buenas noches appa –se despidió dando media vuelta sobre sus pasos.
Seung se quedó parado en el marco de la puerta observando fijamente al señor de la casa:
- ¿Qué miras?
- Nada señor, nada –dijo irónico dándose la vuelta para ir tras el menor.
- ¿Qué ibas a decir? –dijo provocando que se parara en seco.
- Tu hijo lleva esperándote más de medio año –intentó no sonar a reproche.
- Es el trabajo, no se puede evitar.
- Podría haberle dicho algo más, señor Lee –le costaba mostrarle respeto a estas alturas de su trabajo.
- No tengo nada más que decir, un saludo es un saludo. Ahora retírese inmediatamente.
- Cómo ordene –sonrió de lado.
La única diferencia entre saludar a una planta y como lo había hecho con su hijo era que lo había llamado por su nombre. Su sangre hervía por la ira que le provocaba. El pequeño lo había estado esperando tantos meses, para que le resultara indiferente su familia:
- Hyung ya son las ocho –le avisó mirando el gran reloj del pasillo.
- Sí, ya voy a buscar a tu hermana. Ve a bañarte y a cenar, por favor.
El menor asintió obediente y se perdió por las escaleras que daban al resto de plantas. Se dirigió a la entrada y cogió las llaves del coche intentando tranquilizarse.
~~~~
- ¿Cómo te salió? –le preguntó mientras conducía de regreso a la mansión.
- Bien, saqué la máxima nota –suspiró aliviada por haberse librado de aquella pesadilla.
- Felicidades –le dijo cariñosamente-
- Gracias oppa –le sonrió acompañando la frase.
- Sunny…
- ¿Mm? –volteó a verlo.
- Tu padre llegó a casa.
- ¿Qué? –se sorprendió-. ¿Así de repente?
- Sí, al parecer. Pero creo que ya estará acostado así que es mejor no hacer ruido, ¿vale?
Ella asintió.
~~~~
Siguiendo las órdenes de Seung, entraron de manera silenciosa y ella se dirigió a su habitación. Cogió ropa y fue a bañarse. Se sentía como en las nubes, era como quitarse toneladas de encima. Una vez preparada para dormir, ya que había cenado algo en la universidad, regresó a su cuarto y al encender la luz, a diferencia de cuando fue a coger la ropa, se encontró un pequeño bulto encogido durmiendo en su cama.
Sonrió con todo el cariño que le profesaba a su adorable hermano ya que la escena de este durmiendo plácidamente en su cama derrochaba ternura. Al parecer la había estado esperando en su habitación, pero del cansancio se quedó dormido. Se acercó hasta él y se acostó a su lado. Le acarició los cabellos y le depositó un dulce beso en la frente:
- Buenas noches, Minnie –dijo mientras lo envolvía en sus brazos.
El menor, en respuesta, arrugó de manera adorable la nariz y se acurrucó en los delgados brazos de su noona.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
kyaaa!!!! me puso muy feliz tu actualización n_n , cada vez se va descubriendo que onda con la vida de Taemin de pequeño,
su papá feo todo despreocupado de sus hijos, se va seis meses y solo le dice q esta cansado o__O ....
Me da curiosidad lo de los amigos de Tae y por que es que los niños lo molestan, q bueno q ese policia-chofer llego a tiempo para salvar al pequeño....falta ver en q cosas turbias anda metido el padre (y la mamá también...dnd anda?!) y como es q la amiga de sunny entra en la historia.
La historia es genial unnie, nos leemos pronto :Hi:
Reira Elric
Minho
857
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Q lindo
Holi
Hay :'( q triste
Su papa me hace también sentir impotencia
Y lo peor es de que no se arreglará si no que viene lo peor u.u de el como tae esta solito ahora claro mencionando a minho :3 ♡
Esperare x3 ...cuidate unnie
Holi
Hay :'( q triste
Su papa me hace también sentir impotencia
Y lo peor es de que no se arreglará si no que viene lo peor u.u de el como tae esta solito ahora claro mencionando a minho :3 ♡
Esperare x3 ...cuidate unnie
daliz
taemin-minho-onew-jonghyun-key
44
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 75
¡Hi! Siento la tardanza, no tengo perdón. Se me habían quitado las ganas de escribir tras la noticia del trágico accidente de las Ladies' Code, que se llevó la vida de EunB y posteriormente la de Rise u_u Luego empecé la clases hace poco y volví a la rutina y se me hizo cuesta arriba, pero aquí estoy:3 Repito que por mucho que tarde no lo dejaré abandonado ^^ Agradezco su paciencia y gracias por seguir leyendo <3
Capítulo 75:
La gran infraestructura se asomaba imponente por los cristales del coche que siempre lo llevaban. A pesar de haber sido disuadido para que no fuera a clase después de tan reciente salida del hospital, él tenía la obligación de ir, pero no podía evitar que su cuerpo temblara al completo, porque sabía que quizá esos chicos le volverían a hacer algo. El único consuelo que tenía del día era que había dormido con su hermana mayor y le había despertado acariciándole el pelo como tanto le gustaba:
- Tae, ya llegamos –avisó la voz de Seung.
- Gracias, hyung –dijo abriendo la puerta.
- Taemin –llamó su atención antes de perderlo de vista.
- ¿Mm? –lo miró por la ventana.
- Te obligo a que me llames si pasa algo o si tienes malos presentimientos, ¿me oíste?
- Per…
- ¿Me oíste? Repito –lo miró serio.
- Está bien -agachó la cabeza, resignado.
El niño se alejó de ahí rumbo hacia la puerta de entrada. No podía evitar mirar disimuladamente hacia todas las direcciones, temía que apareciesen por algún lado, pero para su fortuna, logró entrar a clase sin problema y ya se había sentado.
~~~~
La chica miraba curiosa como su mejor amiga estaba distraída en algún punto cercano al profesor que daba la aburrida clase, parecía que estaba atendiendo, pero ella la conocía muy bien:
- ¿Sunny?
- ¿Mm? –dijo sin mirarla, como automático.
- ¿En qué piensas?
- En nada, estoy atendiendo, ¿por qué?
Ella sonrió, era evidente que no:
- ¿En serio sabes con quién estás hablando? –dijo divertida.- Te conozco y por la expresión de tu cara y esa mirada en tus ojos, me atrevería a decir que está pensando en Minnie.
Al oír el nombre de su hermano pequeño, por fin se giró para verla:
- ¿Qué?
- Pues eso, lo que acabo de decir.
Suspiró:
- Estoy preocupada por él.
- Bueno, eso no es una novedad. Si fuera por ti, tu hermano te acompañaría a la universidad o tú a su colegio para tenerlo vigilado.
La chica rio ante la ocurrencia, pero sabía que en el fondo quizá lo deseara un poquito:
- Anda cuéntame con más detalles –apoyó un codo sobre la mesa y a posterior su cabeza.
- Me enteré de que a Taemin lo acosan en el colegio.
La castaña abrió los ojos de la sorpresa:
- ¿En serio?
- Sí… -bajo la vista un poco angustiada.
- Y, ¿cómo te enteraste?
- ¿Recuerdas ayer cuando me fui de clase antes del examen?
Ella asintió:
- Pues fue porque habían intentado matar a mi hermano y estaba en el hospital.
- ¿Cómo? Pero... ¿está bien? O sea…
- Sí, sí. Él está bien, tranquila –su amiga se ponía igual de angustiada que ella cuando se trataba de Taemin.
- Menos mal –suspiró aliviada.- ¿Y qué piensas hacer?
- Pues no sé, porque sencillamente no tengo poder ni pruebas que demuestren eso, porque al parecer en el colegio lo tomaron como que se había resbalado.
- A mí eso me huele mal –dijo frunciendo el ceño.
- A mí también y más una llamada que recibí hace tres días.
- ¿Qué llamada?
- Tú sabes que mi padre estaba trabajando en el extranjero, ¿no?
- Sí, recuerdo que me lo dijiste.
- Pues me llamaron preguntándome que si estaba mi padre en casa y le respondí que no, que hace seis meses que estaba fuera y el de la otra línea me dijo que era imposible, porque hace poco había ido a comer con él.
- Eso es más raro aún, me da la sensación de que está pasando algo raro.
- Eso es lo que yo pensé y por si fuera poco, mi padre llegó anoche sin avisar, pero cuando yo llegué ya estaba acostado.
- Bueo, ya sabes que tu padre es impredecible, pero…no sé. Algo no me está gustando, solo ten cuidado, ¿vale?
- Lo tendré, pero quiero averiguar si de verdad estaba fuera del país o simplemente nos mintió y no le importamos tanto como para decirnos que ya estaba aquí.
- Cualquier cosa sabes que puedes contar conmigo.
- Gracias Seohyun –le sonrió agradecida.
- Para eso están las amigas –le correspondió el gesto.
~~~~
Tras acabar la primera clase, recogió sus cosas y con mucho pesar salió del aula para seguir con su horario. Iba caminando siguiendo al resto de sus compañeros, cuando de repente sintió una presencia que conocía a la perfección:
- ¡Taemin! –gritó eso voz ronca.
El menor asustado se giró para encontrarse con la estampa de la pandilla que siempre lo molestaba, pero extrañamente hoy traían otras caras. Se estaban acercando a él y se debatían entre correr o dejar que le volvieran a pegar, para su desgracia, los pies no le respondían:
- Ey Tae, queríamos pedirte perdón y queremos que seas nuestro amigo –dijo pasando un brazo por el cuello del más pequeño.
Este lo miró extrañado antes esas palabras:
- ¿Cóm-o?
- Lo que escuchaste, a partir de ahora seremos amigos, ¿vale? –le palmeó el hombro.
- V-ale –logró pronunciar.
- Bueno, te vemos luego en la comida que tenemos clase y llegamos tarde.
- A-adiós –dijo mientras veía cómo se alejaban.
Su cabeza no procesaba ninguna explicación lógica para lo que acaban de decir los mismos que intentaron matarlo hace menos de un día prácticamente. ¿Amigos? ¿Eso había sido en serio?
Sacudió sus pensamientos por ahora y volvió a retomar el rumbo a su próxima clase. Fuera lo que fuese por lo menos no parecía que iban a pegarle, así que eso lo tranquilizó un poco. Tras doblar una esquina, dirigió su vista hacia los extensos jardines y la entrada que se visualizaban desde los pasillos y reconoció uno de los coches que había estacionado. Era uno de los coches de la familia Lee, frunció el ceño confundido. No era Seung, así que no sabía quién podría ser…
Su padre…era su padre. Aquella persona vestida de traje era su progenitor. Salía del colegio e iba dirección al coche para subirse y a posterior abandonar el lugar. ¿Qué hacía su padre allí? ¿Se habría enterado de que lo molestaban en clase y había venido a hablar con el director? ¿Sería entonces por eso que ahora eran sus amigos?
~~~~
- ¿Qué tal vuestro día hoy? –dijo Seung de camino a la mansión tras recogerlos.
- Normal, la verdad –dijo la mayor de los hermanos.
- ¿Y el tuyo Tae?
- Bien –dijo no muy convencido.
- ¿Seguro? –le preguntó Sunny.
- Hoy…los chicos que me pegaban me han pedido perdón y se han hecho mis amigos.
- ¿Te pidieron perdón? –se asombró el guardaespaldas.
El pequeño asintió:
- Pero creo que fue gracias a appa.
- ¿Qué? –cuestionaron al unísono.
- Hoy lo vi en el cambio de clases, justo después de que esos chicos me dijeran aquello, por eso pienso que es gracias a appa.
Los pensamientos de Sunny iban más allá de esa inocencia de su hermano. ¿Realmente su padre se preocupaba por algo de ellos? Además, no tenía motivos aparentes para ir su colegio después de estar seis meses dónde quiera que estuviera.
Seung en su cabeza tampoco se distaba mucho de los pensamiento de la Lee mayor. ¿A qué había ido al colegio de su hijo? Nunca se interesaba por nada, ¿qué propósitos tenía al ir?
~~~~
- Taeminnie, a las seis y media viene la profesora así que vete a preparar las cosas.
- Voy –dijo para enseguida desaparecer escaleras arriba.
- ¿Tú que vas a hacer Sunny?
- Iré a la cocina a comer algo.
- ¿No comiste en la universidad?
- No mucho, la verdad.
- Bueno entonces te prepararé algo ligero.
- No, no hace falta. Yo lo haré. Ve a descansar –le sonrió.
- No es molestia, en serio.
- Quizá posiblemente no lo sea, pero yo también deseo que descanses. Tiene que ser duro ocuparse de nosotros todos los días.
- Pero amo mi trabajo y si sigo aquí, es por ustedes.
- Gracias Seung oppa –sonó sincera de verdad.
- No hay de qué –le acarició el cabello con ternura.- Pero entonces, ¿lo hago y…
- No –rio por la testarudez-. Yo lo haré, soy mayorcita –guiñó un ojo divertida.
- Has crecido mucho, sí –sonrió orgulloso.- Bueno, entonces me iré a descansar. No rompas nada –bromeó.
- ¡Oye! –le recriminó.
- Bueno bueno –reía.- Iré a preparar las cosas de mañana, adiós.
- Adiós oppa –se despidió agitando la mano.
Justo cuando iba a entrar a la cocina, la puerta principal se oyó cerrarse y unos pasos firmes, amargos llegaron hasta sus oídos. Su padre había llegado a casa. Suspiró. Se debatía en ir a saludarlo o simplemente esperar a encontrarse en la enorme mansión de casualidad y que él lo hiciera. Optó por la segunda que creyó más conveniente. Entró por fin a la cocina y gracias a ese hombre que había entrado, el hambre se esfumó de su estómago, así que resignada cogió un vaso y lo llenó de agua.
Cuando dejó el vaso encima de la mesa, los pasos se hicieron presentes en la cocina. Ella giró viendo al exitoso empresario imponiéndose en todo su esplendor:
- Buenas tardes, papá –no supo cómo había sonado eso de su boca.
- Buenas tardes –dijo abriendo la nevera y sacando una cerveza.
Con la misma se fue y dedujo que sería a su despacho. Primera vez que lo ve en medio año y solo le dijo eso. ¿Acaso estaba ella confundida al llamarle padre?
Su mirada vagaba en el rastro de perfume carísimo que portaba su padre. No supo cuánto tiempo estuvo perdida, sin rumbo en sus pensamientos, pero creyó haber oído la puerta minutos atrás. Miró el reloj por inercia. Posiblemente su hermano ya estaba dando las clases. Se mordió el labio ante la desesperación que le provocaban sus dudas en la cabeza sobre el tema. ¿Estaría bien preguntarle el por qué de aquella llamada? O lo del colegio de su hermano…
No sabía por dónde empezar, pero lo que si sabía era que tenía que sacarse esas dudas de su cabeza o no estaría tranquila.
Con una confianza que se desequilibraba a cada paso, se dirigió a su oficina en la tercera planta y ahí es cuando daba gracias de tener ascensor porque a cada paso que daba, sentía que era una estupidez. Se dirigió a la última puerta de todas y tocó:
- ¿Quién es?
- ¿Puedo pasar?
- Pasa.
En un acto con su mano abrió la gran puerta y pisó la gran alfombra que adornaba aquel despacho:
- ¿Qué sucede? –preguntó sin apartar la mirada de los papeles.
- ¿Cómo te fue en el extranjero? –preguntó un poco nerviosa.
El hombre levantó la mirada aguda y tenaz y la posó sobre la figura de su hija más grande:
- Bien, como siempre.
- ¿Conseguiste los contratos entonces?
- Sí, no fue problema alguno.
¿Entonces por qué no había vuelto si no supuso problemas?
- ¿Y por qué no regresaste antes? –se atrevió a preguntar.
- Negocios, son así. Un día una cosa y otro día surge otra.
- ¿Qué te surgió?
- Eso son mis asuntos, no te incumbe. Tú céntrate en la universidad.
- No has vuelto a casa desde hace seis meses, sí es de mi incumbencia puesto que no hemos sabido nada ti.
- He dicho que no es de tu incumbencia lo que yo haga o deje de hacer, preocupate de tus cosas únicamente.
- Hace unos días recibí una llamada diciéndome que te habías reunido con él antes de que aparecieras de nuevo por aquí, ¿eso es verdad?
- ¿Y qué pasa si lo es? Son cosas de trabajo.
- ¿Te importa más el trabajo que nosotros? ¿Cuándo volviste? ¿Hace una semana, un mes? ¿Te fuiste al extranjero de verdad?
- Ustedes sin mi trabajo no estarían aquí, no tendrían nada en la vida, no serían nadie –dijo levantándose de su asiento.- Parece que estás dudando de lo que hago, yo sé muy bien cuál es mi deber.
- A veces desearía tener menos dinero y lujos a cambio de algo de amor o cariño, PADRE. Yo también se cuál es mi deber, uno que me has impuesto tú y lo he cumplido como siempre has querido.
- ¿Entonces cuál es el problema? Tienes todo lo que necesitas.
- ¡Qué no lo he elegido yo! Ese es el problema y no tengo todo lo que necesito, porque necesitamos una familia, y parece que no la tenemos.
- ¡No me levantes la voz! Sabes perfectamente que tu madre os abandonó con la excusa del trabajo. ¿Aún la sigues esperando? Ve y cuéntale la verdad a tu hermano, que su madre lo abandonó porque no lo quería.
- ¡No metas a mi hermano en esto! ¡No tiene nada que ver!
- Cómo sigas levantándome la voz, no responderé –dijo acercándose a ella.
- ¡Pues no te atrevas a meter a Taemin en esta conversación! No me creo que mamá nos haya dejado, ella nos quería y jamás nos hizo daño.
- ¿Vuelves a dudar de mí?
- ¡¿Por qué no te fuiste tú en lugar de mamá?!
Una sonora cachetada fue directa a una de sus mejillas. Las lágrimas no tardaron en brotar se sus ojos y la ira se instaló en ellos:
- Seguirás obedeciendo mis órdenes hasta el resto de tu vida o sabes lo que pasará si decides llevarme la contraria. Y deja de malcriar a tu hermano, lo harás débil e inútil. Un idiota no tiene lugar en la sociedad.
- Él se esfuerza más que yo, incluso sufre más que yo….pero solo es un niño y ve la realidad como tal, una que tú nunca comprenderás –intentaba no llorar, pero el corazón le había dolido más que el golpe.
- Lárgate a estudiar ahora mismo y haz algo productivo en lugar de estar diciendo idioteces.
- Cómo ordene Señor Lee –dijo ácida sabiendo que no le había dicho padre, pero esa era su ironía, que da igual si eras su hija o un trabajador. Te trataba igual.
- ¿Qué dijiste? –la detuvo a medio camino con su voz altanera.
- Que gracias por atender mis preguntas, no lo volveré a molestar si así lo desea –dijo finalmente para cerrar la puerta de un portazo.
~~~~
La acompañó hasta la puerta y se despidió con una reverencia. Dejo las llaves de vuelta en su sitio y subió el gran escalón que adornaba la entrada. Volvió sobre sus pasos e iba a dirigirse por fin a su habitación para bañarse y dormir cuando fue interrumpido por su figura paterna:
- Taemin –dijo serio.
El pequeño lo miró interrogante:
- Toma este libro y léetelo antes de acostarte.
El menor de los Lee quiso mostrar su cara de asombro, pero sabía que no estaba dentro de sus modales, así que la reprimió y aceptó lo más parecido a una Biblia que le había dado su padre.
‘’ Fundamentos económicos y Empresa’’
Fue lo que ponía en el libro de unas dos mil páginas redondeando. No quería, quería dormir. Quería cerrar los ojos únicamente. ¿Por qué le hacía esto? Tenía ganas de llorar por el cansancio que tenía. Tragó el gran nudo que se le empezaba a formar en la garganta y subió resignado los escalones hasta el piso de arriba dónde se localizaban las habitaciones:
- Buenas noches Tae, ¿ya te vas a acostar?
- Buenas noches hyung, no…appa me dio este libro para que me lo leyera antes de dormir –dijo levantando con esfuerzo aquel montón de papeles escritos.
- ¿Cómo? Pero Tae… estás muy cansado y ya deberías haber estado en la cama hace horas como todos los niños.
- Hyung…yo…solo…me leeré el libro y ya está, ¿sí?
Pudo notar la desesperación en sus pequeños y dulces ojos. Cómo pedían a gritos vivir su niñez, cómo suplicaban ser como todos los demás:
- Buenas noches hyung –esbozó una sonrisa.
Esa sonrisa falsa…
Siguió su camino y pasó por delante de la habitación de su hermana, escuchando algo extraño. Se paró en seco y acercó más su oído. Abrió los ojos al instante al darse cuenta. Abrió la puerta con rapidez y corrió hacia el interior:
- ¡Noona! ¡No llores! –demandó el menor quien se subía a la cama dónde estaba ella.
- Minnie… -dijo despegando su frente de las rodillas, mostrando sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
- ¿Por qué lloras? –se preocupó drásticamente el nombrado poniendo ambas manitas en las mejillas húmedas de su hermana.
- No importa Tae, no tiene importancia.
- Sí la tiene si te hace llorar noona –le limpió las lágrimas.
- No te preocupes –sonrió débilmente-. Lo siento, no deberías verme así. Se supone que soy la mayor.
- Noona, todo el mundo puede llorar, pero no me gusta que lo hagas. Te ves más bonita sonriendo, mucho más bonita –le dio un beso en la mejilla, sonriente.
Ella sonrió y atrajo a su hermano hacia sí en un cálido abrazo, uno cargado de amor, ternura, tantos sentimientos…
- Gracias Minnie –le besó la coronilla.
- Me harás llorar a mí también –hipó en su hombro.
- No tonto –se quejó al ver pequeñas lágrimas recorriendo el hermoso rostro de su hermano-. No lo hagas, no quiero que lo hagas.
- Entonces tú tampoco –se limpió las lágrimas con el antebrazo-. ¿Vale?
- Está bien –imitó la acción de su dulce niño.- Ya está –sonrió mejor.
- Ves, así eres más bonita.
- No digas esas cosas, tú si eres hermoso mi Taeminnie. Eres como un ángel, un pequeño ángel. Mi dulce hermanito –le besó la frente.
El menor enredó sus manitas en el cuello de su hermana volviéndola a abrazar. No quería separarse de ella nunca y tampoco quería verla sufrir. No se lo perdonaría.
- Respuestas 74:
- Reira Elric: Vaya, me alegro mucho ^^ Sí, poco a poco se va sabiendo más del pasado y aún hay mucho por descubrir :3 Sí, al parecer no le importan sus hijos, se parece un poco al padre de Minho o.o Más adelante sabrás el por qué ;3 Sí, menos mal que Seung llegó a tiempo u.u’’ Todo eso se desvelará más adelante. Me alegra que te guste y gracias por comentar <3
daliz: ¡Hi! Es lindo y triste a la vez u.u Sí, recuerda un poco al de Minho :S Tienes razón, esto es solo el principio, lo peor está por venir D: Aunque cada vez queda menos para el 2min e.e Gracias por la paciencia y por comentar <3
Capítulo 75:
La gran infraestructura se asomaba imponente por los cristales del coche que siempre lo llevaban. A pesar de haber sido disuadido para que no fuera a clase después de tan reciente salida del hospital, él tenía la obligación de ir, pero no podía evitar que su cuerpo temblara al completo, porque sabía que quizá esos chicos le volverían a hacer algo. El único consuelo que tenía del día era que había dormido con su hermana mayor y le había despertado acariciándole el pelo como tanto le gustaba:
- Tae, ya llegamos –avisó la voz de Seung.
- Gracias, hyung –dijo abriendo la puerta.
- Taemin –llamó su atención antes de perderlo de vista.
- ¿Mm? –lo miró por la ventana.
- Te obligo a que me llames si pasa algo o si tienes malos presentimientos, ¿me oíste?
- Per…
- ¿Me oíste? Repito –lo miró serio.
- Está bien -agachó la cabeza, resignado.
El niño se alejó de ahí rumbo hacia la puerta de entrada. No podía evitar mirar disimuladamente hacia todas las direcciones, temía que apareciesen por algún lado, pero para su fortuna, logró entrar a clase sin problema y ya se había sentado.
~~~~
La chica miraba curiosa como su mejor amiga estaba distraída en algún punto cercano al profesor que daba la aburrida clase, parecía que estaba atendiendo, pero ella la conocía muy bien:
- ¿Sunny?
- ¿Mm? –dijo sin mirarla, como automático.
- ¿En qué piensas?
- En nada, estoy atendiendo, ¿por qué?
Ella sonrió, era evidente que no:
- ¿En serio sabes con quién estás hablando? –dijo divertida.- Te conozco y por la expresión de tu cara y esa mirada en tus ojos, me atrevería a decir que está pensando en Minnie.
Al oír el nombre de su hermano pequeño, por fin se giró para verla:
- ¿Qué?
- Pues eso, lo que acabo de decir.
Suspiró:
- Estoy preocupada por él.
- Bueno, eso no es una novedad. Si fuera por ti, tu hermano te acompañaría a la universidad o tú a su colegio para tenerlo vigilado.
La chica rio ante la ocurrencia, pero sabía que en el fondo quizá lo deseara un poquito:
- Anda cuéntame con más detalles –apoyó un codo sobre la mesa y a posterior su cabeza.
- Me enteré de que a Taemin lo acosan en el colegio.
La castaña abrió los ojos de la sorpresa:
- ¿En serio?
- Sí… -bajo la vista un poco angustiada.
- Y, ¿cómo te enteraste?
- ¿Recuerdas ayer cuando me fui de clase antes del examen?
Ella asintió:
- Pues fue porque habían intentado matar a mi hermano y estaba en el hospital.
- ¿Cómo? Pero... ¿está bien? O sea…
- Sí, sí. Él está bien, tranquila –su amiga se ponía igual de angustiada que ella cuando se trataba de Taemin.
- Menos mal –suspiró aliviada.- ¿Y qué piensas hacer?
- Pues no sé, porque sencillamente no tengo poder ni pruebas que demuestren eso, porque al parecer en el colegio lo tomaron como que se había resbalado.
- A mí eso me huele mal –dijo frunciendo el ceño.
- A mí también y más una llamada que recibí hace tres días.
- ¿Qué llamada?
- Tú sabes que mi padre estaba trabajando en el extranjero, ¿no?
- Sí, recuerdo que me lo dijiste.
- Pues me llamaron preguntándome que si estaba mi padre en casa y le respondí que no, que hace seis meses que estaba fuera y el de la otra línea me dijo que era imposible, porque hace poco había ido a comer con él.
- Eso es más raro aún, me da la sensación de que está pasando algo raro.
- Eso es lo que yo pensé y por si fuera poco, mi padre llegó anoche sin avisar, pero cuando yo llegué ya estaba acostado.
- Bueo, ya sabes que tu padre es impredecible, pero…no sé. Algo no me está gustando, solo ten cuidado, ¿vale?
- Lo tendré, pero quiero averiguar si de verdad estaba fuera del país o simplemente nos mintió y no le importamos tanto como para decirnos que ya estaba aquí.
- Cualquier cosa sabes que puedes contar conmigo.
- Gracias Seohyun –le sonrió agradecida.
- Para eso están las amigas –le correspondió el gesto.
~~~~
Tras acabar la primera clase, recogió sus cosas y con mucho pesar salió del aula para seguir con su horario. Iba caminando siguiendo al resto de sus compañeros, cuando de repente sintió una presencia que conocía a la perfección:
- ¡Taemin! –gritó eso voz ronca.
El menor asustado se giró para encontrarse con la estampa de la pandilla que siempre lo molestaba, pero extrañamente hoy traían otras caras. Se estaban acercando a él y se debatían entre correr o dejar que le volvieran a pegar, para su desgracia, los pies no le respondían:
- Ey Tae, queríamos pedirte perdón y queremos que seas nuestro amigo –dijo pasando un brazo por el cuello del más pequeño.
Este lo miró extrañado antes esas palabras:
- ¿Cóm-o?
- Lo que escuchaste, a partir de ahora seremos amigos, ¿vale? –le palmeó el hombro.
- V-ale –logró pronunciar.
- Bueno, te vemos luego en la comida que tenemos clase y llegamos tarde.
- A-adiós –dijo mientras veía cómo se alejaban.
Su cabeza no procesaba ninguna explicación lógica para lo que acaban de decir los mismos que intentaron matarlo hace menos de un día prácticamente. ¿Amigos? ¿Eso había sido en serio?
Sacudió sus pensamientos por ahora y volvió a retomar el rumbo a su próxima clase. Fuera lo que fuese por lo menos no parecía que iban a pegarle, así que eso lo tranquilizó un poco. Tras doblar una esquina, dirigió su vista hacia los extensos jardines y la entrada que se visualizaban desde los pasillos y reconoció uno de los coches que había estacionado. Era uno de los coches de la familia Lee, frunció el ceño confundido. No era Seung, así que no sabía quién podría ser…
Su padre…era su padre. Aquella persona vestida de traje era su progenitor. Salía del colegio e iba dirección al coche para subirse y a posterior abandonar el lugar. ¿Qué hacía su padre allí? ¿Se habría enterado de que lo molestaban en clase y había venido a hablar con el director? ¿Sería entonces por eso que ahora eran sus amigos?
~~~~
- ¿Qué tal vuestro día hoy? –dijo Seung de camino a la mansión tras recogerlos.
- Normal, la verdad –dijo la mayor de los hermanos.
- ¿Y el tuyo Tae?
- Bien –dijo no muy convencido.
- ¿Seguro? –le preguntó Sunny.
- Hoy…los chicos que me pegaban me han pedido perdón y se han hecho mis amigos.
- ¿Te pidieron perdón? –se asombró el guardaespaldas.
El pequeño asintió:
- Pero creo que fue gracias a appa.
- ¿Qué? –cuestionaron al unísono.
- Hoy lo vi en el cambio de clases, justo después de que esos chicos me dijeran aquello, por eso pienso que es gracias a appa.
Los pensamientos de Sunny iban más allá de esa inocencia de su hermano. ¿Realmente su padre se preocupaba por algo de ellos? Además, no tenía motivos aparentes para ir su colegio después de estar seis meses dónde quiera que estuviera.
Seung en su cabeza tampoco se distaba mucho de los pensamiento de la Lee mayor. ¿A qué había ido al colegio de su hijo? Nunca se interesaba por nada, ¿qué propósitos tenía al ir?
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- Taeminnie, a las seis y media viene la profesora así que vete a preparar las cosas.
- Voy –dijo para enseguida desaparecer escaleras arriba.
- ¿Tú que vas a hacer Sunny?
- Iré a la cocina a comer algo.
- ¿No comiste en la universidad?
- No mucho, la verdad.
- Bueno entonces te prepararé algo ligero.
- No, no hace falta. Yo lo haré. Ve a descansar –le sonrió.
- No es molestia, en serio.
- Quizá posiblemente no lo sea, pero yo también deseo que descanses. Tiene que ser duro ocuparse de nosotros todos los días.
- Pero amo mi trabajo y si sigo aquí, es por ustedes.
- Gracias Seung oppa –sonó sincera de verdad.
- No hay de qué –le acarició el cabello con ternura.- Pero entonces, ¿lo hago y…
- No –rio por la testarudez-. Yo lo haré, soy mayorcita –guiñó un ojo divertida.
- Has crecido mucho, sí –sonrió orgulloso.- Bueno, entonces me iré a descansar. No rompas nada –bromeó.
- ¡Oye! –le recriminó.
- Bueno bueno –reía.- Iré a preparar las cosas de mañana, adiós.
- Adiós oppa –se despidió agitando la mano.
Justo cuando iba a entrar a la cocina, la puerta principal se oyó cerrarse y unos pasos firmes, amargos llegaron hasta sus oídos. Su padre había llegado a casa. Suspiró. Se debatía en ir a saludarlo o simplemente esperar a encontrarse en la enorme mansión de casualidad y que él lo hiciera. Optó por la segunda que creyó más conveniente. Entró por fin a la cocina y gracias a ese hombre que había entrado, el hambre se esfumó de su estómago, así que resignada cogió un vaso y lo llenó de agua.
Cuando dejó el vaso encima de la mesa, los pasos se hicieron presentes en la cocina. Ella giró viendo al exitoso empresario imponiéndose en todo su esplendor:
- Buenas tardes, papá –no supo cómo había sonado eso de su boca.
- Buenas tardes –dijo abriendo la nevera y sacando una cerveza.
Con la misma se fue y dedujo que sería a su despacho. Primera vez que lo ve en medio año y solo le dijo eso. ¿Acaso estaba ella confundida al llamarle padre?
Su mirada vagaba en el rastro de perfume carísimo que portaba su padre. No supo cuánto tiempo estuvo perdida, sin rumbo en sus pensamientos, pero creyó haber oído la puerta minutos atrás. Miró el reloj por inercia. Posiblemente su hermano ya estaba dando las clases. Se mordió el labio ante la desesperación que le provocaban sus dudas en la cabeza sobre el tema. ¿Estaría bien preguntarle el por qué de aquella llamada? O lo del colegio de su hermano…
No sabía por dónde empezar, pero lo que si sabía era que tenía que sacarse esas dudas de su cabeza o no estaría tranquila.
Con una confianza que se desequilibraba a cada paso, se dirigió a su oficina en la tercera planta y ahí es cuando daba gracias de tener ascensor porque a cada paso que daba, sentía que era una estupidez. Se dirigió a la última puerta de todas y tocó:
- ¿Quién es?
- ¿Puedo pasar?
- Pasa.
En un acto con su mano abrió la gran puerta y pisó la gran alfombra que adornaba aquel despacho:
- ¿Qué sucede? –preguntó sin apartar la mirada de los papeles.
- ¿Cómo te fue en el extranjero? –preguntó un poco nerviosa.
El hombre levantó la mirada aguda y tenaz y la posó sobre la figura de su hija más grande:
- Bien, como siempre.
- ¿Conseguiste los contratos entonces?
- Sí, no fue problema alguno.
¿Entonces por qué no había vuelto si no supuso problemas?
- ¿Y por qué no regresaste antes? –se atrevió a preguntar.
- Negocios, son así. Un día una cosa y otro día surge otra.
- ¿Qué te surgió?
- Eso son mis asuntos, no te incumbe. Tú céntrate en la universidad.
- No has vuelto a casa desde hace seis meses, sí es de mi incumbencia puesto que no hemos sabido nada ti.
- He dicho que no es de tu incumbencia lo que yo haga o deje de hacer, preocupate de tus cosas únicamente.
- Hace unos días recibí una llamada diciéndome que te habías reunido con él antes de que aparecieras de nuevo por aquí, ¿eso es verdad?
- ¿Y qué pasa si lo es? Son cosas de trabajo.
- ¿Te importa más el trabajo que nosotros? ¿Cuándo volviste? ¿Hace una semana, un mes? ¿Te fuiste al extranjero de verdad?
- Ustedes sin mi trabajo no estarían aquí, no tendrían nada en la vida, no serían nadie –dijo levantándose de su asiento.- Parece que estás dudando de lo que hago, yo sé muy bien cuál es mi deber.
- A veces desearía tener menos dinero y lujos a cambio de algo de amor o cariño, PADRE. Yo también se cuál es mi deber, uno que me has impuesto tú y lo he cumplido como siempre has querido.
- ¿Entonces cuál es el problema? Tienes todo lo que necesitas.
- ¡Qué no lo he elegido yo! Ese es el problema y no tengo todo lo que necesito, porque necesitamos una familia, y parece que no la tenemos.
- ¡No me levantes la voz! Sabes perfectamente que tu madre os abandonó con la excusa del trabajo. ¿Aún la sigues esperando? Ve y cuéntale la verdad a tu hermano, que su madre lo abandonó porque no lo quería.
- ¡No metas a mi hermano en esto! ¡No tiene nada que ver!
- Cómo sigas levantándome la voz, no responderé –dijo acercándose a ella.
- ¡Pues no te atrevas a meter a Taemin en esta conversación! No me creo que mamá nos haya dejado, ella nos quería y jamás nos hizo daño.
- ¿Vuelves a dudar de mí?
- ¡¿Por qué no te fuiste tú en lugar de mamá?!
Una sonora cachetada fue directa a una de sus mejillas. Las lágrimas no tardaron en brotar se sus ojos y la ira se instaló en ellos:
- Seguirás obedeciendo mis órdenes hasta el resto de tu vida o sabes lo que pasará si decides llevarme la contraria. Y deja de malcriar a tu hermano, lo harás débil e inútil. Un idiota no tiene lugar en la sociedad.
- Él se esfuerza más que yo, incluso sufre más que yo….pero solo es un niño y ve la realidad como tal, una que tú nunca comprenderás –intentaba no llorar, pero el corazón le había dolido más que el golpe.
- Lárgate a estudiar ahora mismo y haz algo productivo en lugar de estar diciendo idioteces.
- Cómo ordene Señor Lee –dijo ácida sabiendo que no le había dicho padre, pero esa era su ironía, que da igual si eras su hija o un trabajador. Te trataba igual.
- ¿Qué dijiste? –la detuvo a medio camino con su voz altanera.
- Que gracias por atender mis preguntas, no lo volveré a molestar si así lo desea –dijo finalmente para cerrar la puerta de un portazo.
~~~~
La acompañó hasta la puerta y se despidió con una reverencia. Dejo las llaves de vuelta en su sitio y subió el gran escalón que adornaba la entrada. Volvió sobre sus pasos e iba a dirigirse por fin a su habitación para bañarse y dormir cuando fue interrumpido por su figura paterna:
- Taemin –dijo serio.
El pequeño lo miró interrogante:
- Toma este libro y léetelo antes de acostarte.
El menor de los Lee quiso mostrar su cara de asombro, pero sabía que no estaba dentro de sus modales, así que la reprimió y aceptó lo más parecido a una Biblia que le había dado su padre.
‘’ Fundamentos económicos y Empresa’’
Fue lo que ponía en el libro de unas dos mil páginas redondeando. No quería, quería dormir. Quería cerrar los ojos únicamente. ¿Por qué le hacía esto? Tenía ganas de llorar por el cansancio que tenía. Tragó el gran nudo que se le empezaba a formar en la garganta y subió resignado los escalones hasta el piso de arriba dónde se localizaban las habitaciones:
- Buenas noches Tae, ¿ya te vas a acostar?
- Buenas noches hyung, no…appa me dio este libro para que me lo leyera antes de dormir –dijo levantando con esfuerzo aquel montón de papeles escritos.
- ¿Cómo? Pero Tae… estás muy cansado y ya deberías haber estado en la cama hace horas como todos los niños.
- Hyung…yo…solo…me leeré el libro y ya está, ¿sí?
Pudo notar la desesperación en sus pequeños y dulces ojos. Cómo pedían a gritos vivir su niñez, cómo suplicaban ser como todos los demás:
- Buenas noches hyung –esbozó una sonrisa.
Esa sonrisa falsa…
Siguió su camino y pasó por delante de la habitación de su hermana, escuchando algo extraño. Se paró en seco y acercó más su oído. Abrió los ojos al instante al darse cuenta. Abrió la puerta con rapidez y corrió hacia el interior:
- ¡Noona! ¡No llores! –demandó el menor quien se subía a la cama dónde estaba ella.
- Minnie… -dijo despegando su frente de las rodillas, mostrando sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
- ¿Por qué lloras? –se preocupó drásticamente el nombrado poniendo ambas manitas en las mejillas húmedas de su hermana.
- No importa Tae, no tiene importancia.
- Sí la tiene si te hace llorar noona –le limpió las lágrimas.
- No te preocupes –sonrió débilmente-. Lo siento, no deberías verme así. Se supone que soy la mayor.
- Noona, todo el mundo puede llorar, pero no me gusta que lo hagas. Te ves más bonita sonriendo, mucho más bonita –le dio un beso en la mejilla, sonriente.
Ella sonrió y atrajo a su hermano hacia sí en un cálido abrazo, uno cargado de amor, ternura, tantos sentimientos…
- Gracias Minnie –le besó la coronilla.
- Me harás llorar a mí también –hipó en su hombro.
- No tonto –se quejó al ver pequeñas lágrimas recorriendo el hermoso rostro de su hermano-. No lo hagas, no quiero que lo hagas.
- Entonces tú tampoco –se limpió las lágrimas con el antebrazo-. ¿Vale?
- Está bien –imitó la acción de su dulce niño.- Ya está –sonrió mejor.
- Ves, así eres más bonita.
- No digas esas cosas, tú si eres hermoso mi Taeminnie. Eres como un ángel, un pequeño ángel. Mi dulce hermanito –le besó la frente.
El menor enredó sus manitas en el cuello de su hermana volviéndola a abrazar. No quería separarse de ella nunca y tampoco quería verla sufrir. No se lo perdonaría.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Primero q todo....
TENGO EL PRIMER POST!!!!!
jeje perdón por tardar tanto en editar, pero el trabajo y el servicio no me dejaban...y aparte mi internet murió u.u...pero bueno, ya paso la contingencia por falta de internet ._. y ahora si...
O el pequeño Tae es muy responsable o yo soy muy floja ._. , yo hubiera buscado cualquier pretexto para no ir a la escuela, y Taemin casi muere y de todos modos va!!! :Waa: pobre pequeño u.u
Y luego que la escuela dijera q fue un accidente...hfhgj!!!! los padres de todos los niños q van en esa escuela deben ser muy importantes e influyentes, y claro, cuando sus hijos ocasionan esos "accidentes" deben tener el suficiente dinero y demas medios para que pasen desapercibidos >< ....ahora, según entiendo las nuevas amistades de Taemin son gracias a la intervnción de su padre...no?...pero no por que sea un buen padre que se preocupa, seguro a de haber amenazado a la escuela o a los padres de esos chicos para que dejaran a Tae (algo así como "nadie más puede maltratar a mis hijos mas que yo ._. ), me pregunto que tanto poder tendra realmente el padre de Taemin?
Sunny es muy inteligente y suspicaz.....y WOW :WOW: :WOW: , fue muy valiente al tener el valor de enfrentarse asi a su padre, la verdad es que él fue demasiado rudo en sus palabras y pues los reclamos de Sunny no estaban de más...pues q esperaba ese señor ?! ><
Todo es raro y confuso...en q negocio tan feo andan metidos esos padres?! (me refiero al padre de Tae y al de Minho), las cosas se estan repitiendo, primero los padres que se ausentan, luego situaciones turbias, despues se ponen todos violentos y al final....shgdfhads!!!! noooo!!! tengo como que varias teorias .__. ...pero mejor me espero jeje
Me gusto muco la actualización, poco a poco todo se va dando a conocer, ojala puedas actualizar prontito n_n yo aqui te espero *toma asiento* n_n
Nos leemos pronto :Hi:
Reira Elric
Minho
857
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 76
¿Me perdonarán? T^T Siento el haber tardado un siglo (?), pero he estado tan ocupada que ni había podido sentarme a escribir agusto U_U Espero que puedan perdonarme por la tardanza y aquí les traigo (por fin e.é) el nuevo capítulo <3
Capítulo 76:
El ruido de un portazo irrumpió en sus sueños logrando que frunciera el ceño y comenzara a parpadear con la intensión de abrir sus ojos. Acomodó al pequeño Taemin que se había dormido sobre su hombro abrazado a ella, lo tapó con cuidado y se levantó sintiendo el frío suelo bajo sus pies. No supo que la impulsó a levantarse, pero como si con hilos se moviera, así lo hizo.
Recorrió el gran rellano que se extendía tras la puerta de su habitación hasta las escaleras logrando divisar, desde lo alto, una figura que se dirigía hacia la entrada, por lo que pudo apreciar. No era su padre, ¿entonces quién…?
Bajó a paso ligero, pero con cuidado, la fría escalera y se movió entre la espesa oscuridad de la mansión siguiendo los pasos de aquel hombre que le resultaba familiar:
- ¿Ya se va, señor? –articuló con una pequeña luz en sus manos una de las sirvientas.
- Sí, gracias y buenas noches –se inclinó.
- ¿Quiere que llamemos al chofer para que lo lleve, señor?
- No, no hace falta.
- Buenas noches, vaya con cuidado –finalizó abriendo el gran portón.
- ¡Espera! –gritó logrando que se detuviera.
El hombre giró sobre sí mismo, distinguiendo la femenina figura clarecerse a medida que se acercaba:
- ¿Soonkyu? –cuestionó al ver aquella joven mujer que, hasta hace nada, había sido una pequeña niña juguetona.
- Kangin oppa –lo reconoció al instante.
Este sonrió:
- Cuanto tiempo sin vernos –dijo nostálgico.
- Sí –sonrió ella-. Hace años que no venías, pensé que habías dejado de trabajar con el señor Lee.
El mayor sonrió de lado al notar la sonrisa curvada que había puesto al decir aquello último:
- Sí, la verdad es que me mantuve bastante tiempo alejado y sigo pensando que cuanto más lejos mejor.
Ella no supo cómo interpretar eso, pero quizá ahí podía encontrar la respuesta:
- Creo que sé a lo que te refieres, en cierto modo.
- ¿Quieres decirme algo? –pareció notar que la menor sabía algo.
- ¿Podría hablar contigo?
Correcto:
- Está bien, pero aquí no. Ya te llamaré, ¿de acuerdo?
- Me parece bien, muchas gracias oppa –se inclinó.
- No hace falta tanta formalidad pequeña, hace mucho que nos conocemos –sonrió de nuevo.
- Gracias –asintió.
- Ya nos veremos Soonkyu.
- Hasta luego y regrese con cuidado.
Salió de la misteriosa mansión que encerraba a la familia Lee. Sacó un cigarro de su bolsillo y tras prenderlo, se lo llevó a la boca dando una pequeña calada. Había comenzado a notarlo hasta su propia hija. Estaba seguro que ella sospechaba algo, no era tonta, pero temía que esto pudiera pasar porque correrían peligro si iban en contra:
- Me parece que van a soplar otros vientos muy pronto –dijo exhalando el humo de sus pulmones-. Esto no me está gustando –dijo subiendo al coche y arrancando el potente motor.- Para nada –arrancó y desapareció entre la oscuridad nocturna.
~~~~
- Tae –susurró acariciando sus cabellos-. Vamos cariño, despierta.
- Noona… -murmuró apenas audible.
- Venga pequeño, se te hará tarde si no te levantas. Además hoy tienes un examen, ¿no?
- Mmm… -volvió a decir hundiendo más su cabeza en la almohada que aún desprendía el olor de su hermana.
- Venga, arriba –rio por lo bajo. Era muy gracioso verlo así, sus cachetes se aplastaban por la almohada y formaban una especie de puchero divertido.
- Noonaaa –ronroneó.
- ¿Qué? –devolvió su vista a la cama.
- Me encanta tu olor –sonrió soñoliento mientras se restregaba los ojos.
- ¿Sí? –sonrió. Su hermano era todo ternura.
El menor asintió:
- Hueles como a flores y es muy suave.
- En cambio a mí me gusta más el tuyo.
- ¿El mío? ¿Huelo a algo? –dijo intentando captar su olor.
Ella rio ante eso:
- Sí, tienes un olor muy agradable y dulce. Como un algodón de azúcar, también a caramelo.
- ¿Es malo que huela así?
- No, para nada. ¿Por qué?
- Porque soy un chico, tendría que oler de otra forma.
- No sé si deberías oler de otra forma, pero me gusta más así.
- ¿En serio? –dijo con un brillo en sus ojos.
Sunny asintió dándole un beso en la frente:
- Ahora ve a prepararte que tienes que desayunar para ir a clase, anda.
- Voy –dijo desapareciendo por el pasillo rápidamente.
~~~~
Tras dejar a su hermana en la universidad, el vehículo se dirigía hacia su colegio:
- ¿Estás nervioso por el examen?
- Para nada hyung. Además el libro que me dio appa la otra noche me ayudó un poco.
- Pero no deja de ser un examen –rio.
- No debo estar nervioso si me lo he preparado.
- ¿Estudiaste mucho entonces?
- Sí, mucho –sonrió por el esfuerzo.
- Así se hace –lo despeinó tras aparcar justo en frente.- Que tengas mucha suerte pequeño.
- Gracias hyung, nos vemos después –se despidió agitando su manita.
El menor recorrió los inmensos jardines hasta llegar a la puerta principal donde algunos los miraban mejor y otros peor. El niño de papá era su etiqueta, pero desconocían que era todo lo contrario.
Miró el gran reloj en la entrada y apresuró su paso hasta llegar a su clase, tomó asiento y esperó a que el profesor llegara. El tiempo discurría lento y tortuoso, pero debía de estar atento para poder entender todo y más, tenía que ser el mejor. Eso le habían dicho desde que tenía uso de razón al igual que su hermana.
Tres horas habían pasado y la hora del examen había llegado. Recogió sus cosas de encima de la mesa a la orden de su profesora para que empezara a entregar el examen:
- Taemin, ¿podrías ir a buscar más hojas a mi despacho? –le pidió en vista de que no contaba con los suficientes.
El niño asintió y salió del aula rumbo al lugar mencionado. Bajó las escaleras hasta el piso de los despachos y se dirigió al correspondiente. Se alzó de puntillas hasta el pomo de la puerta y la abrió. Indagó con la mirada alrededor buscando lo que le habían pedido, pero parecía no encontrarlo. Iba a darse la vuelta cuando la puerta se cerró de repente.
El menor asustado corrió hacia ella e intentó abrirla pero no daba resultado. Comenzó a desesperarse, no conseguía salir. ¿Por qué la puerta se había cerrado de esa manera si no había nadie allí? ¿Lo habían encerrado?
Ante la puerta que no cedía, pequeñas lágrimas se asomaron estrepitosamente por sus ojos, formando ríos incesantes en su bello rostro. El joven Lee se dejó caer al suelo abrazando sus piernas, escondiendo su cabeza entre ellas.
~~~~
Aproximadamente una hora después, el ruido de la puerta se volvió a escuchar, el menor esperanzado, elevó su rostro observando cómo la profesora hacía acto de presencia:
- ¿Por qué no has vuelto al examen? –lo miró seria.
- Yo, me quedé…
- No me cuentes excusas, te has escapado del examen para no hacerlo.
- No, yo…yo estudié mucho para este examen, yo quería…
- ¡A callar! Ahora mismo llamaré a tus padres, tu actitud es inapropiada, mereces un castigo. No me lo esperaba de ti, que decepción.
- Pero yo… -sus ojos volvieron a aguarse en cuanto se marchó.
Él no había hecho nada, ¿por qué lo acusaban de esa manera? Él quería hacer el examen…ahora su padre lo iba a castigar injustamente:
- Vete a la puerta y espera con el guardia a que te vengan a recoger –dijo regresando a su despacho.
El niño se levantó del suelo y salió rumbo a la salida. No tardó mucho en divisar el coche de la familia, pero a diferencia de lo que esperaba ver, salió su padre en persona. Comenzó a temblar ante esa figura que se dirigía a él:
- ¿Qué has hecho? –le preguntó retóricamente.
- Appa…yo…
Una sonora cachetada lo interrumpió antes de poder hablar debidamente. El pequeño aún en shock por el golpe recibido fue arrastrado del brazo hacia el interior del coche sin mediar palabra alguna. Jamás le había pegado, nunca ese hombre le había levantado la mano.
Nada más llegar, fue forzado de la misma manera a bajar y entrar a la mansión:
- ¿Qué te he dicho yo siempre? –lo miró desafiante.
- Que teng…
Otra cachetada:
- ¿Por qué lo has hecho?
- Yo no…
El eco de otra más:
- A este pasó serás solo basura de la sociedad, ¡Te he dicho que no me desobedezcas!
- Pero yo…
Una vez más. Esta vez, lo volvió a agarrar del brazo y lo llevó hasta el tercer piso dónde se encontraba la biblioteca gigante que guardaba la mansión:
- ¡A partir de ahora no saldrás de aquí hasta que no te hayas estudiado todos esos malditos libros hasta la última página! ¿Me has escuchado?
El joven Lee comenzó a llorar con más intensidad:
- ¡Deja de llorar niño inútil! –gritó lanzándolo contra la alfombra de aquel lugar.
El eco del seguro de la puerta resonó en sus oídos como las llaves de los presos en la cárcel. El menor se encogió en el suelo del dolor y continuos mares descendieron por sus mejillas rojas debido a los golpes. Su padre le había pegado, aquel al que admiraba, por razones injustas le había pegado.
Estanterías y estanterías de libros lo amenazaban con derrumbarse. Enormes hileras de libros parecían reírse de él. Incluso aquellos que se mostraban inalcanzables sin escaleras de tres metros, lo observaban envolverse en profundas lágrimas.
~~~~
- ¿A dónde vas? ¿Y mi hermano? –dijo dándose cuenta de hacia dónde se dirigía el coche de nuevo.
- El señor Lee me avisó de que había ido a recoger a tu hermano.
- ¿Cómo? –no supo cómo había salido eso de su boca.
- Yo tampoco tengo ni idea.
- Oppa, date prisa en regresar por favor.
- ¿Qué tienes?
- Tengo una horrible sensación, quiero estar con Taemin lo antes posible.
- Está bien, enseguida llegamos –apretó el acelerador.
Inmediatamente, tras parar el vehículo en su casa, la joven se bajó con rapidez y atravesando los grandes escalones abrió la puerta en busca de una sola persona, una persona muy importante para ella. Tres pisos, muchos pasillos, puertas, habitaciones…no estaba. Su hermano no estaba.
Frunció el ceño y un mal presentimiento la inundó por completo. De pronto el sonido de la puerta se dejó oír de nuevo, y suponiendo que era Seung, fue a dar con él:
- ¿Qué te ocurre Soonkyu?
- Taemin…no está.
- Tranquila, estará en su cuarto o en el baño.
- No, no está. He revisado esos lugares y no hay rastro alguno.
- Segurament…
El. Señor de la casa interrumpió la conversación saliendo de su despacho propio dirección a la cocina. Ella dudó por un segundo, ¿debía preguntarle? O tal vez…
El guardaespaldas le puso un brazo delante en señal de bloqueo y avanzó él hacia la cocina:
- Señor Lee –hizo una reverencia-. ¿Dónde se encuentra Taemin?
El aludido lo miró desinteresado y tras verter el café en la taza que había cogido, se dignó a responder:
- Estudiando –dijo secamente.
- ¿Pero dónde está en estos momentos? –se había hecho el tonto, sabía a lo que el trabajador se refería.
- Eso no es de tu incumbencia.
- Lo es puesto que estoy a cargo de él en todo momento.
- No cuando mis órdenes están de por medio, así que retírese.
El hombre apretó a conciencia el puño reprimiendo las ganas de soltarle unas cuantas:
- Como ordene –se volvió a inclinar.
Sunny lo miró desconcertada ante su semblante:
- No es de mi incumbencia –escupió con acidez.
- ¿Cómo? Es mi hermano, tengo derecho a saberlo.
- No ha querido soltar ni una palabra.
El hombre suspiró:
- Vamos anda, sube tu habitación y ve a descansar un poco.
Ella siguió su indicación para no seguir hablando cerca de aquel sujeto que tenía como padre, quien sabe si les diría algo.
Abrió con pesadez la puerta y se echó cual plomo en la cama:
- Te vendría bien dormir un poco –dijo Seung entrando minutos después.
- No puedo dormir, ¿cómo voy a dormir si no sé dónde está Taemin?
- Pero…
- No tengo ganas de hacer nada, solo quiero verlo. Saber que está bien y que esté conmigo.
- Entiendo.
- Lo siento –agachó la cabeza-. Sé que no tienes la culpa y y…
- No te preocupes –se sentó a su lado-. Lamento no poder hacer nada, yo también quiero averiguar su paradero, pero tu padre es así.
- Tengo la sensación de que le hizo algo.
- ¿Qué? –la miró expectante.
- Es lo que creo.
- Pero, ¿crees que llegaría a ese extremo?
- Sí, desde luego.
- ¿Por qué lo afirmas de esa manera?
No le iba a revelar que el otro día le había pegado, porque no quería que acabara despedido, pero…:
- Solo lo sé.
Él rio:
- Sé que me estás ocultando algo, pero no importa. Verás que pronto lo veremos –le acarició los cabellos con ternura.
Ella sonrió por el gesto:
- Mamá me hacía lo mismo cuando me empeñaba en algo.
- Sí, lo recuerdo.
- Y también me pellizcaba los mofletes –dijo imitando su gesto.
- De la misma forma que le haces a Taemin –la miró cariñosamente.
- Sí –sonrió nostálgica-. La echo de menos, ¿sabes?
- Sí, lo sé.
- Ella nunca perdía de vista que éramos sus hijos, nos quería, se paraba a preguntarnos si estábamos bien, si necesitábamos algo…
- ¿Sabes que te pareces mucho a ella?
- ¿En serio?
- Sí, y le estás transmitiendo sus sentimientos a tu hermano que tiene menos recuerdos que tú, eso es lo que hace que los mantenga vivos.
- Creo que sin querer, lo estoy tratando como ella nos trataba a nosotros, pero no es malo, ¿verdad?
- No, parada nada.
- Solo nos tenemos el uno al otro, así que tengo que cuidarlo.
- Ey –le acarició la mano con delicadeza llamando su atención-. Yo estoy aquí con ustedes, siempre.
- Solo será hasta que mi padre decida echarte.
- Nunca me separaré de ustedes, pase lo que pase. Siempre los voy a cuidar hasta que mi alma lo permita.
- Oppa…
- Ustedes son lo más importante que tengo, así que no tengo motivos para irme de vuestro lado.
- Gracias –le sonrió sincera-. Y te lo diría mil veces más, per…
Lentamente fue cerrando los ojos y su cuerpo comenzó a caerse siendo sujetado por los brazos del guardaespaldas. Se había desmayado del cansancio. El hombre le comprobó la temperatura por si acaso y la recostó con cuidado, tapándola con las mantas de su cama. Ya era hora de descansar:
- Buenas noches, pequeña –le acarició la mejilla.
- Respuesta 75:
- Reira Elric: Jajaja No te preocupes, te entiendo. Yo también he tardado en actualizar por los exámenes y las clases U_U Quién sabe jajaja También lo han educado para no ser un ‘’desperdicio de la sociedad’’ así que es normal :3 Sí, viva el prestigio de la escuela xD Sí, el colegio de Tae es al que asisten todos los hijos de los ‘’importantes’’ y no les conviene ir en contra de ellos u.u Pronto se desvelaran las intenciones que tiene el padre o tuvo jajaja La cuestión del poder u la influencia es importante en esta situación y lo verás más adelante, porque sin ese status no podría haber hecho nada :S Sí, ya que Sunny se ha criado de la misma manera, debe aprender a serlo. Llega un punto en el que tanta represión acaba por estallar, pero incluso sabiendo que no puedes, frustra más todavía u.u Has dado en un punto claro al mencionar a los dos padres diciendo que se parecen, más adelante descubrirás el por qué ^^ ¿Tienes varias teorías? :3 Me alegro de que te gustara, y sí, poco a poco se va sabiendo ya el origen de la situación actual de los chicos ^^ Siento la tardanza y gracias por la espera y no abandonarme T^T Aunque lo vería comprensible, pero en fin jajaja Gracias por comentar <3
Capítulo 76:
El ruido de un portazo irrumpió en sus sueños logrando que frunciera el ceño y comenzara a parpadear con la intensión de abrir sus ojos. Acomodó al pequeño Taemin que se había dormido sobre su hombro abrazado a ella, lo tapó con cuidado y se levantó sintiendo el frío suelo bajo sus pies. No supo que la impulsó a levantarse, pero como si con hilos se moviera, así lo hizo.
Recorrió el gran rellano que se extendía tras la puerta de su habitación hasta las escaleras logrando divisar, desde lo alto, una figura que se dirigía hacia la entrada, por lo que pudo apreciar. No era su padre, ¿entonces quién…?
Bajó a paso ligero, pero con cuidado, la fría escalera y se movió entre la espesa oscuridad de la mansión siguiendo los pasos de aquel hombre que le resultaba familiar:
- ¿Ya se va, señor? –articuló con una pequeña luz en sus manos una de las sirvientas.
- Sí, gracias y buenas noches –se inclinó.
- ¿Quiere que llamemos al chofer para que lo lleve, señor?
- No, no hace falta.
- Buenas noches, vaya con cuidado –finalizó abriendo el gran portón.
- ¡Espera! –gritó logrando que se detuviera.
El hombre giró sobre sí mismo, distinguiendo la femenina figura clarecerse a medida que se acercaba:
- ¿Soonkyu? –cuestionó al ver aquella joven mujer que, hasta hace nada, había sido una pequeña niña juguetona.
- Kangin oppa –lo reconoció al instante.
Este sonrió:
- Cuanto tiempo sin vernos –dijo nostálgico.
- Sí –sonrió ella-. Hace años que no venías, pensé que habías dejado de trabajar con el señor Lee.
El mayor sonrió de lado al notar la sonrisa curvada que había puesto al decir aquello último:
- Sí, la verdad es que me mantuve bastante tiempo alejado y sigo pensando que cuanto más lejos mejor.
Ella no supo cómo interpretar eso, pero quizá ahí podía encontrar la respuesta:
- Creo que sé a lo que te refieres, en cierto modo.
- ¿Quieres decirme algo? –pareció notar que la menor sabía algo.
- ¿Podría hablar contigo?
Correcto:
- Está bien, pero aquí no. Ya te llamaré, ¿de acuerdo?
- Me parece bien, muchas gracias oppa –se inclinó.
- No hace falta tanta formalidad pequeña, hace mucho que nos conocemos –sonrió de nuevo.
- Gracias –asintió.
- Ya nos veremos Soonkyu.
- Hasta luego y regrese con cuidado.
Salió de la misteriosa mansión que encerraba a la familia Lee. Sacó un cigarro de su bolsillo y tras prenderlo, se lo llevó a la boca dando una pequeña calada. Había comenzado a notarlo hasta su propia hija. Estaba seguro que ella sospechaba algo, no era tonta, pero temía que esto pudiera pasar porque correrían peligro si iban en contra:
- Me parece que van a soplar otros vientos muy pronto –dijo exhalando el humo de sus pulmones-. Esto no me está gustando –dijo subiendo al coche y arrancando el potente motor.- Para nada –arrancó y desapareció entre la oscuridad nocturna.
~~~~
- Tae –susurró acariciando sus cabellos-. Vamos cariño, despierta.
- Noona… -murmuró apenas audible.
- Venga pequeño, se te hará tarde si no te levantas. Además hoy tienes un examen, ¿no?
- Mmm… -volvió a decir hundiendo más su cabeza en la almohada que aún desprendía el olor de su hermana.
- Venga, arriba –rio por lo bajo. Era muy gracioso verlo así, sus cachetes se aplastaban por la almohada y formaban una especie de puchero divertido.
- Noonaaa –ronroneó.
- ¿Qué? –devolvió su vista a la cama.
- Me encanta tu olor –sonrió soñoliento mientras se restregaba los ojos.
- ¿Sí? –sonrió. Su hermano era todo ternura.
El menor asintió:
- Hueles como a flores y es muy suave.
- En cambio a mí me gusta más el tuyo.
- ¿El mío? ¿Huelo a algo? –dijo intentando captar su olor.
Ella rio ante eso:
- Sí, tienes un olor muy agradable y dulce. Como un algodón de azúcar, también a caramelo.
- ¿Es malo que huela así?
- No, para nada. ¿Por qué?
- Porque soy un chico, tendría que oler de otra forma.
- No sé si deberías oler de otra forma, pero me gusta más así.
- ¿En serio? –dijo con un brillo en sus ojos.
Sunny asintió dándole un beso en la frente:
- Ahora ve a prepararte que tienes que desayunar para ir a clase, anda.
- Voy –dijo desapareciendo por el pasillo rápidamente.
~~~~
Tras dejar a su hermana en la universidad, el vehículo se dirigía hacia su colegio:
- ¿Estás nervioso por el examen?
- Para nada hyung. Además el libro que me dio appa la otra noche me ayudó un poco.
- Pero no deja de ser un examen –rio.
- No debo estar nervioso si me lo he preparado.
- ¿Estudiaste mucho entonces?
- Sí, mucho –sonrió por el esfuerzo.
- Así se hace –lo despeinó tras aparcar justo en frente.- Que tengas mucha suerte pequeño.
- Gracias hyung, nos vemos después –se despidió agitando su manita.
El menor recorrió los inmensos jardines hasta llegar a la puerta principal donde algunos los miraban mejor y otros peor. El niño de papá era su etiqueta, pero desconocían que era todo lo contrario.
Miró el gran reloj en la entrada y apresuró su paso hasta llegar a su clase, tomó asiento y esperó a que el profesor llegara. El tiempo discurría lento y tortuoso, pero debía de estar atento para poder entender todo y más, tenía que ser el mejor. Eso le habían dicho desde que tenía uso de razón al igual que su hermana.
Tres horas habían pasado y la hora del examen había llegado. Recogió sus cosas de encima de la mesa a la orden de su profesora para que empezara a entregar el examen:
- Taemin, ¿podrías ir a buscar más hojas a mi despacho? –le pidió en vista de que no contaba con los suficientes.
El niño asintió y salió del aula rumbo al lugar mencionado. Bajó las escaleras hasta el piso de los despachos y se dirigió al correspondiente. Se alzó de puntillas hasta el pomo de la puerta y la abrió. Indagó con la mirada alrededor buscando lo que le habían pedido, pero parecía no encontrarlo. Iba a darse la vuelta cuando la puerta se cerró de repente.
El menor asustado corrió hacia ella e intentó abrirla pero no daba resultado. Comenzó a desesperarse, no conseguía salir. ¿Por qué la puerta se había cerrado de esa manera si no había nadie allí? ¿Lo habían encerrado?
Ante la puerta que no cedía, pequeñas lágrimas se asomaron estrepitosamente por sus ojos, formando ríos incesantes en su bello rostro. El joven Lee se dejó caer al suelo abrazando sus piernas, escondiendo su cabeza entre ellas.
~~~~
Aproximadamente una hora después, el ruido de la puerta se volvió a escuchar, el menor esperanzado, elevó su rostro observando cómo la profesora hacía acto de presencia:
- ¿Por qué no has vuelto al examen? –lo miró seria.
- Yo, me quedé…
- No me cuentes excusas, te has escapado del examen para no hacerlo.
- No, yo…yo estudié mucho para este examen, yo quería…
- ¡A callar! Ahora mismo llamaré a tus padres, tu actitud es inapropiada, mereces un castigo. No me lo esperaba de ti, que decepción.
- Pero yo… -sus ojos volvieron a aguarse en cuanto se marchó.
Él no había hecho nada, ¿por qué lo acusaban de esa manera? Él quería hacer el examen…ahora su padre lo iba a castigar injustamente:
- Vete a la puerta y espera con el guardia a que te vengan a recoger –dijo regresando a su despacho.
El niño se levantó del suelo y salió rumbo a la salida. No tardó mucho en divisar el coche de la familia, pero a diferencia de lo que esperaba ver, salió su padre en persona. Comenzó a temblar ante esa figura que se dirigía a él:
- ¿Qué has hecho? –le preguntó retóricamente.
- Appa…yo…
Una sonora cachetada lo interrumpió antes de poder hablar debidamente. El pequeño aún en shock por el golpe recibido fue arrastrado del brazo hacia el interior del coche sin mediar palabra alguna. Jamás le había pegado, nunca ese hombre le había levantado la mano.
Nada más llegar, fue forzado de la misma manera a bajar y entrar a la mansión:
- ¿Qué te he dicho yo siempre? –lo miró desafiante.
- Que teng…
Otra cachetada:
- ¿Por qué lo has hecho?
- Yo no…
El eco de otra más:
- A este pasó serás solo basura de la sociedad, ¡Te he dicho que no me desobedezcas!
- Pero yo…
Una vez más. Esta vez, lo volvió a agarrar del brazo y lo llevó hasta el tercer piso dónde se encontraba la biblioteca gigante que guardaba la mansión:
- ¡A partir de ahora no saldrás de aquí hasta que no te hayas estudiado todos esos malditos libros hasta la última página! ¿Me has escuchado?
El joven Lee comenzó a llorar con más intensidad:
- ¡Deja de llorar niño inútil! –gritó lanzándolo contra la alfombra de aquel lugar.
El eco del seguro de la puerta resonó en sus oídos como las llaves de los presos en la cárcel. El menor se encogió en el suelo del dolor y continuos mares descendieron por sus mejillas rojas debido a los golpes. Su padre le había pegado, aquel al que admiraba, por razones injustas le había pegado.
Estanterías y estanterías de libros lo amenazaban con derrumbarse. Enormes hileras de libros parecían reírse de él. Incluso aquellos que se mostraban inalcanzables sin escaleras de tres metros, lo observaban envolverse en profundas lágrimas.
~~~~
- ¿A dónde vas? ¿Y mi hermano? –dijo dándose cuenta de hacia dónde se dirigía el coche de nuevo.
- El señor Lee me avisó de que había ido a recoger a tu hermano.
- ¿Cómo? –no supo cómo había salido eso de su boca.
- Yo tampoco tengo ni idea.
- Oppa, date prisa en regresar por favor.
- ¿Qué tienes?
- Tengo una horrible sensación, quiero estar con Taemin lo antes posible.
- Está bien, enseguida llegamos –apretó el acelerador.
Inmediatamente, tras parar el vehículo en su casa, la joven se bajó con rapidez y atravesando los grandes escalones abrió la puerta en busca de una sola persona, una persona muy importante para ella. Tres pisos, muchos pasillos, puertas, habitaciones…no estaba. Su hermano no estaba.
Frunció el ceño y un mal presentimiento la inundó por completo. De pronto el sonido de la puerta se dejó oír de nuevo, y suponiendo que era Seung, fue a dar con él:
- ¿Qué te ocurre Soonkyu?
- Taemin…no está.
- Tranquila, estará en su cuarto o en el baño.
- No, no está. He revisado esos lugares y no hay rastro alguno.
- Segurament…
El. Señor de la casa interrumpió la conversación saliendo de su despacho propio dirección a la cocina. Ella dudó por un segundo, ¿debía preguntarle? O tal vez…
El guardaespaldas le puso un brazo delante en señal de bloqueo y avanzó él hacia la cocina:
- Señor Lee –hizo una reverencia-. ¿Dónde se encuentra Taemin?
El aludido lo miró desinteresado y tras verter el café en la taza que había cogido, se dignó a responder:
- Estudiando –dijo secamente.
- ¿Pero dónde está en estos momentos? –se había hecho el tonto, sabía a lo que el trabajador se refería.
- Eso no es de tu incumbencia.
- Lo es puesto que estoy a cargo de él en todo momento.
- No cuando mis órdenes están de por medio, así que retírese.
El hombre apretó a conciencia el puño reprimiendo las ganas de soltarle unas cuantas:
- Como ordene –se volvió a inclinar.
Sunny lo miró desconcertada ante su semblante:
- No es de mi incumbencia –escupió con acidez.
- ¿Cómo? Es mi hermano, tengo derecho a saberlo.
- No ha querido soltar ni una palabra.
El hombre suspiró:
- Vamos anda, sube tu habitación y ve a descansar un poco.
Ella siguió su indicación para no seguir hablando cerca de aquel sujeto que tenía como padre, quien sabe si les diría algo.
Abrió con pesadez la puerta y se echó cual plomo en la cama:
- Te vendría bien dormir un poco –dijo Seung entrando minutos después.
- No puedo dormir, ¿cómo voy a dormir si no sé dónde está Taemin?
- Pero…
- No tengo ganas de hacer nada, solo quiero verlo. Saber que está bien y que esté conmigo.
- Entiendo.
- Lo siento –agachó la cabeza-. Sé que no tienes la culpa y y…
- No te preocupes –se sentó a su lado-. Lamento no poder hacer nada, yo también quiero averiguar su paradero, pero tu padre es así.
- Tengo la sensación de que le hizo algo.
- ¿Qué? –la miró expectante.
- Es lo que creo.
- Pero, ¿crees que llegaría a ese extremo?
- Sí, desde luego.
- ¿Por qué lo afirmas de esa manera?
No le iba a revelar que el otro día le había pegado, porque no quería que acabara despedido, pero…:
- Solo lo sé.
Él rio:
- Sé que me estás ocultando algo, pero no importa. Verás que pronto lo veremos –le acarició los cabellos con ternura.
Ella sonrió por el gesto:
- Mamá me hacía lo mismo cuando me empeñaba en algo.
- Sí, lo recuerdo.
- Y también me pellizcaba los mofletes –dijo imitando su gesto.
- De la misma forma que le haces a Taemin –la miró cariñosamente.
- Sí –sonrió nostálgica-. La echo de menos, ¿sabes?
- Sí, lo sé.
- Ella nunca perdía de vista que éramos sus hijos, nos quería, se paraba a preguntarnos si estábamos bien, si necesitábamos algo…
- ¿Sabes que te pareces mucho a ella?
- ¿En serio?
- Sí, y le estás transmitiendo sus sentimientos a tu hermano que tiene menos recuerdos que tú, eso es lo que hace que los mantenga vivos.
- Creo que sin querer, lo estoy tratando como ella nos trataba a nosotros, pero no es malo, ¿verdad?
- No, parada nada.
- Solo nos tenemos el uno al otro, así que tengo que cuidarlo.
- Ey –le acarició la mano con delicadeza llamando su atención-. Yo estoy aquí con ustedes, siempre.
- Solo será hasta que mi padre decida echarte.
- Nunca me separaré de ustedes, pase lo que pase. Siempre los voy a cuidar hasta que mi alma lo permita.
- Oppa…
- Ustedes son lo más importante que tengo, así que no tengo motivos para irme de vuestro lado.
- Gracias –le sonrió sincera-. Y te lo diría mil veces más, per…
Lentamente fue cerrando los ojos y su cuerpo comenzó a caerse siendo sujetado por los brazos del guardaespaldas. Se había desmayado del cansancio. El hombre le comprobó la temperatura por si acaso y la recostó con cuidado, tapándola con las mantas de su cama. Ya era hora de descansar:
- Buenas noches, pequeña –le acarició la mejilla.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
aparto!!!
Reira Elric
Minho
857
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Holii no vengo hace mil a leerte pero dejame decirt q amo el fic y apenas la u me suelte sho volvere :3 saludos!
2minbananamilk
taemin
83
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
primero q todo una disculpa por tardar tanto en comentar u.u...pero bueno, mas vale tarde q nunca :)
Ahora si..el fic :Gracias:
la aparición de Kangin, que clase de relación tiene con la familia de Tae? (jeje no se si se pueda saber) "Sí, la verdad es que me mantuve bastante tiempo alejado y sigo pensando que cuanto más lejos mejor". .....WTF!!! con un comentario como ese jamas lo hubiera dejado irse hasta que me explicara todo a detalle >.
Si ya m caía gordo el padre de Taemin....se acaba de ganar un boleto en el puesto número uno de personas que odio!!!
una...dos...tres...cuatro...no recuerdo cuantas cachetadas!!!! ksdhgkajf!!! esa parte me hizo sufrir mucho
pobre pequeño!!! lo unico q m consuela un poquito es q su Sunny es linda con él y lo trata con mucho cariño y amor...
Ahora...ya que sigues matándome de la curiosidad cada vez q actualizas....espero lo hagas de nuevo pronto n_n, el fic es genial y esta llegando al punto crucial
espero leerte pronto
Ahora si..el fic :Gracias:
la aparición de Kangin, que clase de relación tiene con la familia de Tae? (jeje no se si se pueda saber) "Sí, la verdad es que me mantuve bastante tiempo alejado y sigo pensando que cuanto más lejos mejor". .....WTF!!! con un comentario como ese jamas lo hubiera dejado irse hasta que me explicara todo a detalle >.
Si ya m caía gordo el padre de Taemin....se acaba de ganar un boleto en el puesto número uno de personas que odio!!!
una...dos...tres...cuatro...no recuerdo cuantas cachetadas!!!! ksdhgkajf!!! esa parte me hizo sufrir mucho
pobre pequeño!!! lo unico q m consuela un poquito es q su Sunny es linda con él y lo trata con mucho cariño y amor...
Ahora...ya que sigues matándome de la curiosidad cada vez q actualizas....espero lo hagas de nuevo pronto n_n, el fic es genial y esta llegando al punto crucial
espero leerte pronto
Reira Elric
Minho
857
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Otsea, :WTF: como me atrevo a no pasarme por aquí antes :WTF: caray!!!
no puedo creer que me haya perdido de tanto, en fin la cosa va asi
a pesar de haberme leido como tres o cuatro capitulos de sopeton, siento
que me has dejado con ganas de mas (huy se lee medio pervert jejejeje)
la vida de minnie no ha sido para nada fácil, que gacho que de ser un
niño tan espachurrable lo hayan hecho uno no tan espachurrable jejejeje
solo puedo decir que quiero más, y que espero no saltarme otro capitulo
Saludines : :Hi: :Hi: :Hi:
no puedo creer que me haya perdido de tanto, en fin la cosa va asi
a pesar de haberme leido como tres o cuatro capitulos de sopeton, siento
que me has dejado con ganas de mas (huy se lee medio pervert jejejeje)
la vida de minnie no ha sido para nada fácil, que gacho que de ser un
niño tan espachurrable lo hayan hecho uno no tan espachurrable jejejeje
solo puedo decir que quiero más, y que espero no saltarme otro capitulo
Saludines : :Hi: :Hi: :Hi:
anny-min
minho & Taemin
935
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Oh por Dios!!! Cada día me sorprendes más :WOW: este fanfic de verdad que es uno de los mejores que he leído!! Disculpa si en capítulos pasados no aparecí.. Estaba confiada en que me llegaría una notificación a mi correo pero no fue así u.u
Cuando volví y revisé me quedé sorprendida! :WTF: Ya habías subido un par de capítulos más y yo ni enterada :aigo:
Haha pero bueno, he vuelto y ya no dejaré de echarme mis vueltas por aquí, esperaré paciente, espero que estés muy bien, saludos!! :Hi:
Cuando volví y revisé me quedé sorprendida! :WTF: Ya habías subido un par de capítulos más y yo ni enterada :aigo:
Haha pero bueno, he vuelto y ya no dejaré de echarme mis vueltas por aquí, esperaré paciente, espero que estés muy bien, saludos!! :Hi:
AnnieKinoSwaggy
민호&온유
21
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel Cap. 77
Primero que nada... Sé que no tengo perdón. He vuelto después de siglos y ni yo me lo creo aún. Apenas he tenido fuerza para escribir y mucho menos tiempo, pero intentaré actualizar lo más seguido posible a partir de ahora. Gracias a todos aquellos que aún esperan para leerme T^T Soy un desastre, lo sé. Pero bueno, mis capítulos siempre son con mucho amor para ustedes y espero que no me abandonen U_U
Capítulo 77:
Su entrecejo comenzó a fruncirse. No paraba de dar vueltas en la cama y se quejaba por ello. Abrió lentamente los ojos, debido a ese repentino mal estar que sentía. Tragó con pesadez y se sentó en el borde. Inconscientemente llevó la mano a su pecho, como si le oprimiera. Miró hacia la ventana confundida, como si en el pronto amanecer fuera a encontrar la respuesta.
Sus pies reaccionaron levantándose de la cama y saliendo de la habitación. Bajó las escaleras hasta el primer piso y poniendo rumbo a la cocina, cogió un vaso de agua y poco a poco, se lo comenzó a beber. No entendía esa extraña sensación de agobio, malestar…angustia.
Suspiró cansada y volvió por el mismo camino que había recorrido hasta la cocina, subiendo uno por uno los escalones de la gran mansión. Pronto saldría el sol y otro día más comenzaría. Levantó sus pies por última vez y justo cuando fue a posar su mano en la perilla de la puerta, algo se adentró en sus oídos. Se giró desconcertada e intentó agudizar su frecuencia para así poder distinguirlo.
Parecía provenir del tercer piso, pero no conseguía averiguar que podía ser. Controlada por un impulso involuntario de su cuerpo, llevó su presencia escaleras arriba para desvelar el misterio. Miró hacia ambos lados del pasillo y presintió que se intensificaba dirección hacia la biblioteca, volviendo a ponerse en marcha. Al ir acercándose, sus ojos se abrían a la par, no podía creerlo. Era un llanto, eran los sollozos de alguien…y ese alguien era su hermano. Se aproximó con rapidez y acercó su oreja a la puerta de la esplendorosa biblioteca.
Era él, estaba segura. Eran los sollozos de su hermano menor. Intentó abrir desesperada la puerta sin hacer mucho ruido, pero la tarea fue anulada debido al cerrojo que estaba puesto. Miró hacia su derecha pensando encontrar la llave de la habitación, donde por lo general solía estar por si alguien quería acceder a ella. Pero cuál fue su sorpresa al no encontrarla ahí. ¿Lo había encerrado? ¿Su padre lo había encerrado ahí? Se empezó a asustar ante la idea de cuánto llevaba aproximadamente su hermano metido ahí dentro.
Comenzó a recorrer la casa apresurada en busca de la dichosa llave que mágicamente parecía haber desaparecido. Evitaba hacer demasiado ruido, pero sus nervios a veces la traicionaban. En las habitaciones, en los baños, en la cocina, jardines, estanterías, cajones, toda la mansión de arriba abajo, excepto dos. El despacho de su progenitor permanecía cerrado y rezó para que no se encontrara allí. Por lo general, nunca lo cerraba, pero para como últimamente se comportaba, no le extrañaba nada. Y por último su dormitorio. El solo pensamiento de entrar en su presencia para quitarle algo que en teoría es de la casa, para sacar a Taemin la tensó por completo.
Se paró delante de la estancia y observó consciente de lo que estaba a punto de hacer. Tomó aire con dificultad y llevó su mano hacia la puerta. Poco a poco fue abriéndola dejando ver ante sus ojos, la gran habitación en la que extrañamente no se encontraba su padre. Revisó con seguridad, mirando a ambos lados y entró con cuidado. Esperando encontrarla, inició con la búsqueda de la causante de su problema.
Maldijo internamente a su padre por tener una tan grande pero a la vez, de alguna forma, le dio las gracias por no estar en ella. Habían pasado varios minutos sin hallar nada, la frustración junto con el enojo se discernían sobre su cuerpo. Volvió a revisar con la mirada por si se le escapa algún lugar y una ligera idea se cruzó en su camino. Se acercó al sillón en el que colgaban unos pantalones y revisó sus bolsillos. Su sonrisa se ensanchó al saber que había completado su misión. De la misma forma en la que había cruzado, retrocedió y salió veloz de allí, subió al tercer piso y a pesar del pulso, logró meter la llave:
- Taemin… -su vista iba fugaz en todas las direcciones.
Los mismos sollozos se escuchaban una y otra vez, pero no lograba verlo. Avanzó hasta el interruptor y tras cerrar la puerta para que no se notara, la biblioteca se iluminó. Tramo por tramo, fue recorriendo todas las hileras de estanterías que se hallaban en el lugar. ¿Por qué tendría que ser tan malditamente grande? Se fijó en las mesas que adornaban el centro, percatándose de que había hojas de papel ordenadas en columnas, como un informe.
Se acercó y comenzó a ojearlas. ¿Qué era eso?
- Cuarto sector, sexta estantería, octava fila, número trece: Cosmología y astrofísica –frunció el entrecejo.
Parecía la ubicación del libro cuyo nombre aparecía escrito. Había miles de hojas escritas de esa manera, ordenadas tal cual indicaban. Esa letra… era la de Taemin. No podía creerlo.
Otro sollozo que la hizo voltearse:
- ¡Taemin! ¿Dónde estás?
Emprendió la marcha cada vez más rápido, pasillo tras pasillo, hasta que se detuvo en una montaña de libros. Parecía provenir de ahí:
- ¡Taemin!
Comenzó a quitar libros y libros de encima de aquel tumulto, topándose al final con el pequeño cuerpo de su querido hermano. Estaba hecho una bolita, llorando desconsoladamente:
- Tae, Taemin, mi amor… -se acercó más a él.
El menor abrió los ojos, asustado de que no fuera quien creyó oír, sino otra persona que no deseaba ver:
- Noo-na… -lloraba más fuerte.
- Minnie, ven por favor. Salgamos de aquí –le dijo a la vez que lo cogía en brazos y lo acurrucaba en su pecho.
- Noona, no quiero leer más, no quiero. Sácame de aquí por favor, te lo ruego, no me dejes –suplicaba enterrando su rostro empapado en el cuello de su hermana.
- Shhh…tranquilo, se acabó –le acariciaba los cabellos.
Cerró nuevamente la puerta tras apagar la luz y se dirigió hacia el cuarto de su hermano:
- Minnie, anda ve a bañarte para que te refresques y así te sentirás mejor.
Una vez que se bajó de los brazos de Sunny, se frotó los ojos con ambas manos y se dirigió al baño. Ella aprovechó y le sacó el pijama para que se lo pusiera. Una vez completada esa tarea, lo cogió de la mano y bajaron hasta la cocina:
- ¿Tienes hambre verdad?
Él asintió tímidamente, no quería que se pusiera a cocinar a esas horas y molestarla:
- Pues te prepararé algo de comer, dime lo que quieras.
- Noona, no quiero molestarte. Ya no tengo hambre –intentó sonreír.
- No seas tonto, anda dime –le pellizco la mejilla.
El menor se resignó, no podía seguir disimulando y ella tampoco iba a ceder:
- Lo que tú quieras, me comería cualquier cosa.
No tardaron en acabar en la cocina, pues el pequeño tenía mucha hambre y ella había cocinado rápido, por lo que se dispusieron a ir a la habitación de la mayor:
- Ven Minnie, acuéstate –dijo palmeando el lugar en la cama.
- Pero noona, ya pronto amanecerá, y tendré que ir a clase.
- No, mañana no irás a clase.
- Pero, entonces –se estremeció- appa me…
- Fue él, ¿no?
- ¿Qué-e?
- ¿Te encerró?
- N-o…bue-eno… sí –agachó la cabeza-. Pero te juro que no hice nada –sus ojos parecían querer derramar más lágrimas.
- No hace falta que me lo expliques. Yo sé que tú no has hecho nada, pequeño –le acarició ambas mejillas-. ¿Qué fue lo que te dijo?
- Que tenía que leerme todos los libros y ordenarlos, según su tipo o finalidad. Por eso me dijo que para ello era imprescindible estudiármelos todos. Eso hice, pero cuando acabé y estaba colocando los últimos, se me cayeron encima los de arriba –dijo sobándose la cabeza.
- Bueno, dejemos de pensar en eso, ¿sí? Ahora quiero que duermas y descanses mucho. Buenas noches –le besó la frente con una cálida sonrisa.
- De acuerdo –asintió- Buenas noches noona –le devolvió el gesto y se acurrucó en sus brazos.
Estaba cabreada, totalmente enfurecida. Había sido una locura. ¿Un niño de su edad leerse la biblioteca entera? Lo peor es que su inocente hermano lo había hecho, obedeciendo tal cual. Después se atrevía a llamarlo inútil. Ahora comprendía todas aquellas hojas escritas. Eran el índice de las estanterías repletas de información que poblaban la estancia del tercer piso.
No quería que su hermano se quedara solo en casa. Eso lo tuvo claro desde ese instante.
~~~~
Dio el último sorbo a su café y lo miró con un semblante serio:
- ¿Me estás diciendo que lo encerró tu padre?
- Así es.
El hombre rio:
- Si te digo que no me extraña nada, ¿me creerías? –dejó su taza encima de la mesa-. Siento desconfiar de tu padre, después de todo sois sus hijos, pero…
- Tranquilo, ese hombre hace tiempo que dejó de serlo y lo quiero lejos de nosotros, pero más de mi hermano.
- Sabes que será una tarea complicada el saltarme sus órdenes, después de todo soy su guardaespaldas. Lo más probable es que llamen a tu casa para preguntar por qué Taemin no asistió.
- No te preocupes por eso. Cuando venga de la universidad estaré en casa hasta que… ¡Ah! Por cierto, debo pedirte que me lleves a un sitio por la tarde.
- Cuando me dices eso, me preocupo mucho –rio.- ¿A dónde?
- Te lo diré en cuanto lo concrete.
- Está bien, ¿entonces tú hablarás con Seohyun?
- Sí, ahora cuando la vea en clase se lo pregunto, aunque no creo que tenga problemas, porque a ella le encanta estar con Taemin.
- Perfecto –concluyó mirando el reloj-. Será mejor que te vayas ya o se te hará tarde.
- Sí ya me voy –dijo recogiendo los restos de su desayuno.
- ¿Estás segura de que no quieres que te lleve?
- No te preocupes. No quiero que lo dejes solo.
- Bueno, está bien –dijo resignado.
- Me voy ya. Nos vemos después –se despidió sonriente.
- Ten cuidado –le advirtió.
Antes de salir de la mansión, subió hasta su habitación y besó la frente de un dormido niño que descansaba plácidamente en su cama.
~~~~
No fue mucho lo que tardó en llegar hasta la universidad. Justo en el momento exacto en el que llegaba su mejor amiga, casi hermana:
- ¡Sunny! –fue corriendo hasta ella tan enérgica como siempre.
- Seo –le sonrió extendiendo sus brazos para abrazarla.
- ¿Cómo estás? Anoche te mandé un mensaje, pero no me contestaste y tampoco diste señales de vida. Me preocupé –hizo un puchero.
- Lo siento –le besó la mejilla debido a que infló los cachetes-. Tengo que contarte muchas cosas, además de que tengo que pedirte un gran favor –suspiró.
Seohyun enseguida comprendió que había pasado algo importante y no iba a dudar en ayudar a su amiga:
- Cuéntame, sabes que estoy para todo –le sujetó las manos.
- Ahora mismo no te puedo contar, porque no estoy segura de nada. Esta tarde voy a hablar con una persona, porque creo que esto se está desviando demasiado y tengo mis sospechas.
- Entiendo –asintió-. Pues dime de qué se trata.
- ¿Te podrías quedar esta noche con mi hermano?
- Sin problemas, sabes que vivo sola.
- ¿Estás segura? Si no pued…
- Segura –la interrumpió poniendo un dedo en sus labios-. Además tengo ganas de verlo. Tú sabes que me encanta Taemin, es tan tierno y adorable que dan ganas de comérselo –dijo feliz.
- Lo sé –rio-. Entiendo cómo te sientes. Gracias Seohyun.
- No me las des -le guiñó el ojo divertida.
No pudo evitar reír ante el gesto de su amiga:
- Bueno, vamos que se nos hará tarde.
- Sí, mejor.
~~~~
Se encontraba tecleando con suma rapidez todos aquellos datos que, ante la vista de otros, podrían parecer encriptados. Dio una última calada a su cigarro mientras una mueca de concentración se le dibujaba en el rostro. De repente, oyó el vibrar de un aparato y cuando observó a su alrededor, concluyó en que era su móvil. Un mensaje:
- Necesito que hablemos cuanto antes.
- Yo también tengo que hablar contigo –respondió, para al segundo recibir otro.
- ¿Hoy estás libre?
- Claro, te doy la dirección de mi casa y nos vemos aquí que es más seguro.
- De acuerdo, nos vemos.
Y tras acordar la cita de hoy, volvió a la carga con todo aquel montón de trabajo que se había asignado por cuenta propia al descubrir que su querido jefe, podría estar ocultando algo.
~~~~
- Hyung, ¿por qué no me despertaste para ir a clase? –hizo un mohín.
- Porque tu hermana me pidió que no lo hiciera –le dijo sirviéndole el almuerzo.
- Pero tengo que ir –agachó el rostro.
- Taemin, tu hermana me contó lo que pasó con tu padre. Yo tampoco te hubiera dejado ir, tienes que descansar por hoy.
- Pero… ¿Y si me dice algo? ¿Y si me vuelve a pe… -Rápidamente llevó una mano a su boca, reprochándose mentalmente.
- ¿Cómo? –frunció el ceño-. ¿Qué dijiste?
- No, nada hyung. Solo no quiero que me vuelva a castigar –dijo nervioso.
- Taemin, ¿Qué ibas a decir?
- Na-da hy-ung –dijo mirando hacia otro lado.
- ¿Te pegó? Taemin, ¿tu padre te pegó? –dijo serio.
- Y-yo, te ju-ro que no hi-ce na-da hyung.- estaba nervioso a punto de llorar.
- Shhh…Tranquilo –le acarició los cabellos.- Cuéntame que pasó.
El menor se talló los ojos y cogió aire:
- La profesora me mandó a buscar más hojas para el examen a su despacho. Cuando entré, revisé todo pero no habían y justo cuando iba a regresar la puerta se cerró de repente y no pude abrirla. Luego llegó la profesora diciéndome que me había escapado del examen y que era una decepción, que merecía un castigo. Llamó a mi padre y me vino a buscar. Yo pensé que vendría hyung, pero cuando lo vi a él, me dio miedo. La forma en que me miraba me daba mucho miedo.
- ¿Y qué pasó?
- Me pegó…Me dijo que era un inútil –desvió la mirada hacia el suelo-. Y después me encerró en la biblioteca. Tuve que leerme todos los libros y ordenarlos.
El mayor soltó un chasquido más para sí mismo que para él:
- No me lo puedo creer.
- Hyung, no le digas nada. No quiero que te eche, ¿sí?
- Taemin…
- Hyung, por favor –lo miró suplicante con sus pequeños ojos brillantes.
Seung apretó el puño cabreado, pero no podía resistirse a los pedidos del pequeño. Tampoco quería irse de su lado, debía seguir cuidándolo. De repente el sonido de su móvil llegó a oídos de ambos:
- ¿Diga?
- Oppa, ya hablé con Seohyung. Cuando terminen de almorzar, sube a su habitación que le dejé un bolso preparado con ropa y el uniforme de mañana y llévalo.
- Vale, lo haré –dijo antes de colgar.
Guardó su aparato y se levantó para lavar lo que habían ensuciado:
- ¿Quién era?
- Tu hermana, hoy te vas a quedar en casa de Seohyun.
- ¿En casa de Seo noona? –dijo sonriente.
- Sí –dijo ofreciéndole una sonrisa cálida.
- Hace tiempo que no la veo –dijo emocionado.
- Sunny me dijo que te preparó la ropa y demás, que está en tu cuarto. ¿Puedes coger las cosas y bajarlas? En cuanto termine, nos vamos.
- En seguida hyung –dijo para salir corriendo escaleras arriba.
- Respuestas 76:
- Reira Elric: No te preocupes, yo también estoy tardando en actualizar :S Pronto lo sabrás, lo que sí se aclara es que trabaja para el Sr. Lee si no me equivoco :3 Como dijo el propio, no eran cosas que se pudieran hablar a la ligera, pero ya verás que pronto harán su reencuentro ^^ Te aseguro que llegarás a odiarlo más a medida que avance u.u Si el pequeño Tae sufre mucho, pero lo bueno es que tiene a su hermana mayor que lo trata con todo el amor del mundo :3 Jajaja Vale, siento haberme tardado tanto y me alegra que te guste y sigas leyendo T_T Tienes razón está llegando a la incógnita que nos situará en el presente de todo esto :D Gracias por la paciencia y por comentar <3
2minbananamilk-:¡Hola de nuevo! No te preocupes, yo también estoy tardando en actualizar U_U Me hace feliz que te guste el fic en serio y no te preocupes, los estudios primero y me alegra saber que volverás ^3^ Gracias por la paciencia y por comentar <3
anny-min: Jajaja No te preocupes, yo también estoy tardando en actualizar, así que estamos a mano ^^ Jajaja Me alegra haberte dejado con ganas, eso es que están interesante e.e Pues no, para nada, sí, la diferencia es abismal :S Gracias por la paciencia y por comentar <3
Capítulo 77:
Su entrecejo comenzó a fruncirse. No paraba de dar vueltas en la cama y se quejaba por ello. Abrió lentamente los ojos, debido a ese repentino mal estar que sentía. Tragó con pesadez y se sentó en el borde. Inconscientemente llevó la mano a su pecho, como si le oprimiera. Miró hacia la ventana confundida, como si en el pronto amanecer fuera a encontrar la respuesta.
Sus pies reaccionaron levantándose de la cama y saliendo de la habitación. Bajó las escaleras hasta el primer piso y poniendo rumbo a la cocina, cogió un vaso de agua y poco a poco, se lo comenzó a beber. No entendía esa extraña sensación de agobio, malestar…angustia.
Suspiró cansada y volvió por el mismo camino que había recorrido hasta la cocina, subiendo uno por uno los escalones de la gran mansión. Pronto saldría el sol y otro día más comenzaría. Levantó sus pies por última vez y justo cuando fue a posar su mano en la perilla de la puerta, algo se adentró en sus oídos. Se giró desconcertada e intentó agudizar su frecuencia para así poder distinguirlo.
Parecía provenir del tercer piso, pero no conseguía averiguar que podía ser. Controlada por un impulso involuntario de su cuerpo, llevó su presencia escaleras arriba para desvelar el misterio. Miró hacia ambos lados del pasillo y presintió que se intensificaba dirección hacia la biblioteca, volviendo a ponerse en marcha. Al ir acercándose, sus ojos se abrían a la par, no podía creerlo. Era un llanto, eran los sollozos de alguien…y ese alguien era su hermano. Se aproximó con rapidez y acercó su oreja a la puerta de la esplendorosa biblioteca.
Era él, estaba segura. Eran los sollozos de su hermano menor. Intentó abrir desesperada la puerta sin hacer mucho ruido, pero la tarea fue anulada debido al cerrojo que estaba puesto. Miró hacia su derecha pensando encontrar la llave de la habitación, donde por lo general solía estar por si alguien quería acceder a ella. Pero cuál fue su sorpresa al no encontrarla ahí. ¿Lo había encerrado? ¿Su padre lo había encerrado ahí? Se empezó a asustar ante la idea de cuánto llevaba aproximadamente su hermano metido ahí dentro.
Comenzó a recorrer la casa apresurada en busca de la dichosa llave que mágicamente parecía haber desaparecido. Evitaba hacer demasiado ruido, pero sus nervios a veces la traicionaban. En las habitaciones, en los baños, en la cocina, jardines, estanterías, cajones, toda la mansión de arriba abajo, excepto dos. El despacho de su progenitor permanecía cerrado y rezó para que no se encontrara allí. Por lo general, nunca lo cerraba, pero para como últimamente se comportaba, no le extrañaba nada. Y por último su dormitorio. El solo pensamiento de entrar en su presencia para quitarle algo que en teoría es de la casa, para sacar a Taemin la tensó por completo.
Se paró delante de la estancia y observó consciente de lo que estaba a punto de hacer. Tomó aire con dificultad y llevó su mano hacia la puerta. Poco a poco fue abriéndola dejando ver ante sus ojos, la gran habitación en la que extrañamente no se encontraba su padre. Revisó con seguridad, mirando a ambos lados y entró con cuidado. Esperando encontrarla, inició con la búsqueda de la causante de su problema.
Maldijo internamente a su padre por tener una tan grande pero a la vez, de alguna forma, le dio las gracias por no estar en ella. Habían pasado varios minutos sin hallar nada, la frustración junto con el enojo se discernían sobre su cuerpo. Volvió a revisar con la mirada por si se le escapa algún lugar y una ligera idea se cruzó en su camino. Se acercó al sillón en el que colgaban unos pantalones y revisó sus bolsillos. Su sonrisa se ensanchó al saber que había completado su misión. De la misma forma en la que había cruzado, retrocedió y salió veloz de allí, subió al tercer piso y a pesar del pulso, logró meter la llave:
- Taemin… -su vista iba fugaz en todas las direcciones.
Los mismos sollozos se escuchaban una y otra vez, pero no lograba verlo. Avanzó hasta el interruptor y tras cerrar la puerta para que no se notara, la biblioteca se iluminó. Tramo por tramo, fue recorriendo todas las hileras de estanterías que se hallaban en el lugar. ¿Por qué tendría que ser tan malditamente grande? Se fijó en las mesas que adornaban el centro, percatándose de que había hojas de papel ordenadas en columnas, como un informe.
Se acercó y comenzó a ojearlas. ¿Qué era eso?
- Cuarto sector, sexta estantería, octava fila, número trece: Cosmología y astrofísica –frunció el entrecejo.
Parecía la ubicación del libro cuyo nombre aparecía escrito. Había miles de hojas escritas de esa manera, ordenadas tal cual indicaban. Esa letra… era la de Taemin. No podía creerlo.
Otro sollozo que la hizo voltearse:
- ¡Taemin! ¿Dónde estás?
Emprendió la marcha cada vez más rápido, pasillo tras pasillo, hasta que se detuvo en una montaña de libros. Parecía provenir de ahí:
- ¡Taemin!
Comenzó a quitar libros y libros de encima de aquel tumulto, topándose al final con el pequeño cuerpo de su querido hermano. Estaba hecho una bolita, llorando desconsoladamente:
- Tae, Taemin, mi amor… -se acercó más a él.
El menor abrió los ojos, asustado de que no fuera quien creyó oír, sino otra persona que no deseaba ver:
- Noo-na… -lloraba más fuerte.
- Minnie, ven por favor. Salgamos de aquí –le dijo a la vez que lo cogía en brazos y lo acurrucaba en su pecho.
- Noona, no quiero leer más, no quiero. Sácame de aquí por favor, te lo ruego, no me dejes –suplicaba enterrando su rostro empapado en el cuello de su hermana.
- Shhh…tranquilo, se acabó –le acariciaba los cabellos.
Cerró nuevamente la puerta tras apagar la luz y se dirigió hacia el cuarto de su hermano:
- Minnie, anda ve a bañarte para que te refresques y así te sentirás mejor.
Una vez que se bajó de los brazos de Sunny, se frotó los ojos con ambas manos y se dirigió al baño. Ella aprovechó y le sacó el pijama para que se lo pusiera. Una vez completada esa tarea, lo cogió de la mano y bajaron hasta la cocina:
- ¿Tienes hambre verdad?
Él asintió tímidamente, no quería que se pusiera a cocinar a esas horas y molestarla:
- Pues te prepararé algo de comer, dime lo que quieras.
- Noona, no quiero molestarte. Ya no tengo hambre –intentó sonreír.
- No seas tonto, anda dime –le pellizco la mejilla.
El menor se resignó, no podía seguir disimulando y ella tampoco iba a ceder:
- Lo que tú quieras, me comería cualquier cosa.
No tardaron en acabar en la cocina, pues el pequeño tenía mucha hambre y ella había cocinado rápido, por lo que se dispusieron a ir a la habitación de la mayor:
- Ven Minnie, acuéstate –dijo palmeando el lugar en la cama.
- Pero noona, ya pronto amanecerá, y tendré que ir a clase.
- No, mañana no irás a clase.
- Pero, entonces –se estremeció- appa me…
- Fue él, ¿no?
- ¿Qué-e?
- ¿Te encerró?
- N-o…bue-eno… sí –agachó la cabeza-. Pero te juro que no hice nada –sus ojos parecían querer derramar más lágrimas.
- No hace falta que me lo expliques. Yo sé que tú no has hecho nada, pequeño –le acarició ambas mejillas-. ¿Qué fue lo que te dijo?
- Que tenía que leerme todos los libros y ordenarlos, según su tipo o finalidad. Por eso me dijo que para ello era imprescindible estudiármelos todos. Eso hice, pero cuando acabé y estaba colocando los últimos, se me cayeron encima los de arriba –dijo sobándose la cabeza.
- Bueno, dejemos de pensar en eso, ¿sí? Ahora quiero que duermas y descanses mucho. Buenas noches –le besó la frente con una cálida sonrisa.
- De acuerdo –asintió- Buenas noches noona –le devolvió el gesto y se acurrucó en sus brazos.
Estaba cabreada, totalmente enfurecida. Había sido una locura. ¿Un niño de su edad leerse la biblioteca entera? Lo peor es que su inocente hermano lo había hecho, obedeciendo tal cual. Después se atrevía a llamarlo inútil. Ahora comprendía todas aquellas hojas escritas. Eran el índice de las estanterías repletas de información que poblaban la estancia del tercer piso.
No quería que su hermano se quedara solo en casa. Eso lo tuvo claro desde ese instante.
~~~~
Dio el último sorbo a su café y lo miró con un semblante serio:
- ¿Me estás diciendo que lo encerró tu padre?
- Así es.
El hombre rio:
- Si te digo que no me extraña nada, ¿me creerías? –dejó su taza encima de la mesa-. Siento desconfiar de tu padre, después de todo sois sus hijos, pero…
- Tranquilo, ese hombre hace tiempo que dejó de serlo y lo quiero lejos de nosotros, pero más de mi hermano.
- Sabes que será una tarea complicada el saltarme sus órdenes, después de todo soy su guardaespaldas. Lo más probable es que llamen a tu casa para preguntar por qué Taemin no asistió.
- No te preocupes por eso. Cuando venga de la universidad estaré en casa hasta que… ¡Ah! Por cierto, debo pedirte que me lleves a un sitio por la tarde.
- Cuando me dices eso, me preocupo mucho –rio.- ¿A dónde?
- Te lo diré en cuanto lo concrete.
- Está bien, ¿entonces tú hablarás con Seohyun?
- Sí, ahora cuando la vea en clase se lo pregunto, aunque no creo que tenga problemas, porque a ella le encanta estar con Taemin.
- Perfecto –concluyó mirando el reloj-. Será mejor que te vayas ya o se te hará tarde.
- Sí ya me voy –dijo recogiendo los restos de su desayuno.
- ¿Estás segura de que no quieres que te lleve?
- No te preocupes. No quiero que lo dejes solo.
- Bueno, está bien –dijo resignado.
- Me voy ya. Nos vemos después –se despidió sonriente.
- Ten cuidado –le advirtió.
Antes de salir de la mansión, subió hasta su habitación y besó la frente de un dormido niño que descansaba plácidamente en su cama.
~~~~
No fue mucho lo que tardó en llegar hasta la universidad. Justo en el momento exacto en el que llegaba su mejor amiga, casi hermana:
- ¡Sunny! –fue corriendo hasta ella tan enérgica como siempre.
- Seo –le sonrió extendiendo sus brazos para abrazarla.
- ¿Cómo estás? Anoche te mandé un mensaje, pero no me contestaste y tampoco diste señales de vida. Me preocupé –hizo un puchero.
- Lo siento –le besó la mejilla debido a que infló los cachetes-. Tengo que contarte muchas cosas, además de que tengo que pedirte un gran favor –suspiró.
Seohyun enseguida comprendió que había pasado algo importante y no iba a dudar en ayudar a su amiga:
- Cuéntame, sabes que estoy para todo –le sujetó las manos.
- Ahora mismo no te puedo contar, porque no estoy segura de nada. Esta tarde voy a hablar con una persona, porque creo que esto se está desviando demasiado y tengo mis sospechas.
- Entiendo –asintió-. Pues dime de qué se trata.
- ¿Te podrías quedar esta noche con mi hermano?
- Sin problemas, sabes que vivo sola.
- ¿Estás segura? Si no pued…
- Segura –la interrumpió poniendo un dedo en sus labios-. Además tengo ganas de verlo. Tú sabes que me encanta Taemin, es tan tierno y adorable que dan ganas de comérselo –dijo feliz.
- Lo sé –rio-. Entiendo cómo te sientes. Gracias Seohyun.
- No me las des -le guiñó el ojo divertida.
No pudo evitar reír ante el gesto de su amiga:
- Bueno, vamos que se nos hará tarde.
- Sí, mejor.
~~~~
Se encontraba tecleando con suma rapidez todos aquellos datos que, ante la vista de otros, podrían parecer encriptados. Dio una última calada a su cigarro mientras una mueca de concentración se le dibujaba en el rostro. De repente, oyó el vibrar de un aparato y cuando observó a su alrededor, concluyó en que era su móvil. Un mensaje:
- Necesito que hablemos cuanto antes.
- Yo también tengo que hablar contigo –respondió, para al segundo recibir otro.
- ¿Hoy estás libre?
- Claro, te doy la dirección de mi casa y nos vemos aquí que es más seguro.
- De acuerdo, nos vemos.
Y tras acordar la cita de hoy, volvió a la carga con todo aquel montón de trabajo que se había asignado por cuenta propia al descubrir que su querido jefe, podría estar ocultando algo.
~~~~
- Hyung, ¿por qué no me despertaste para ir a clase? –hizo un mohín.
- Porque tu hermana me pidió que no lo hiciera –le dijo sirviéndole el almuerzo.
- Pero tengo que ir –agachó el rostro.
- Taemin, tu hermana me contó lo que pasó con tu padre. Yo tampoco te hubiera dejado ir, tienes que descansar por hoy.
- Pero… ¿Y si me dice algo? ¿Y si me vuelve a pe… -Rápidamente llevó una mano a su boca, reprochándose mentalmente.
- ¿Cómo? –frunció el ceño-. ¿Qué dijiste?
- No, nada hyung. Solo no quiero que me vuelva a castigar –dijo nervioso.
- Taemin, ¿Qué ibas a decir?
- Na-da hy-ung –dijo mirando hacia otro lado.
- ¿Te pegó? Taemin, ¿tu padre te pegó? –dijo serio.
- Y-yo, te ju-ro que no hi-ce na-da hyung.- estaba nervioso a punto de llorar.
- Shhh…Tranquilo –le acarició los cabellos.- Cuéntame que pasó.
El menor se talló los ojos y cogió aire:
- La profesora me mandó a buscar más hojas para el examen a su despacho. Cuando entré, revisé todo pero no habían y justo cuando iba a regresar la puerta se cerró de repente y no pude abrirla. Luego llegó la profesora diciéndome que me había escapado del examen y que era una decepción, que merecía un castigo. Llamó a mi padre y me vino a buscar. Yo pensé que vendría hyung, pero cuando lo vi a él, me dio miedo. La forma en que me miraba me daba mucho miedo.
- ¿Y qué pasó?
- Me pegó…Me dijo que era un inútil –desvió la mirada hacia el suelo-. Y después me encerró en la biblioteca. Tuve que leerme todos los libros y ordenarlos.
El mayor soltó un chasquido más para sí mismo que para él:
- No me lo puedo creer.
- Hyung, no le digas nada. No quiero que te eche, ¿sí?
- Taemin…
- Hyung, por favor –lo miró suplicante con sus pequeños ojos brillantes.
Seung apretó el puño cabreado, pero no podía resistirse a los pedidos del pequeño. Tampoco quería irse de su lado, debía seguir cuidándolo. De repente el sonido de su móvil llegó a oídos de ambos:
- ¿Diga?
- Oppa, ya hablé con Seohyung. Cuando terminen de almorzar, sube a su habitación que le dejé un bolso preparado con ropa y el uniforme de mañana y llévalo.
- Vale, lo haré –dijo antes de colgar.
Guardó su aparato y se levantó para lavar lo que habían ensuciado:
- ¿Quién era?
- Tu hermana, hoy te vas a quedar en casa de Seohyun.
- ¿En casa de Seo noona? –dijo sonriente.
- Sí –dijo ofreciéndole una sonrisa cálida.
- Hace tiempo que no la veo –dijo emocionado.
- Sunny me dijo que te preparó la ropa y demás, que está en tu cuarto. ¿Puedes coger las cosas y bajarlas? En cuanto termine, nos vamos.
- En seguida hyung –dijo para salir corriendo escaleras arriba.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
hola, de nuevo yo llegando como siempre... tarde xD
ya sabes, lo de siempre, ya no me gusta ser adulta,
mucho trabajo, responsabilidades y tareas, como sea
ya estoy aqui ejjee.
Me he perdido de mucho, aun no doy como es que se llego
a contar la historia de Tae, en algun momento me perdi,
pero si te puedo decir que ese padre que tiene, es un maldito jum
por que trata de esa manera a minnie, no se, siento que me perdi
en algun punto de la historia, asi que tendre que leerla de nuevo,
jeje con lo que no me gusta verdad, bueno a su hermana, me cae
re bien, es casi com maternal no? bueno pues no se que mas decir,
me gusta esta historia, aunque me haga sufrir je
Espero no llegar tan tarde al proximo capitulo :D
Por cierto
Feiz Navidad y Año Nuevo
ya sabes, lo de siempre, ya no me gusta ser adulta,
mucho trabajo, responsabilidades y tareas, como sea
ya estoy aqui ejjee.
Me he perdido de mucho, aun no doy como es que se llego
a contar la historia de Tae, en algun momento me perdi,
pero si te puedo decir que ese padre que tiene, es un maldito jum
por que trata de esa manera a minnie, no se, siento que me perdi
en algun punto de la historia, asi que tendre que leerla de nuevo,
jeje con lo que no me gusta verdad, bueno a su hermana, me cae
re bien, es casi com maternal no? bueno pues no se que mas decir,
me gusta esta historia, aunque me haga sufrir je
Espero no llegar tan tarde al proximo capitulo :D
Por cierto
Feiz Navidad y Año Nuevo
anny-min
minho & Taemin
935
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Tarde (como siempre u.u) pero seguro, ya por fin puedo comentar....
O____o......eso señor padre de taemin de veraz q se ha ganado mi odio.....pobre pequeño u.u...presiento q el siguiente capítulo será decisivo, por los mensajes del padre de tae, x el lugar al q sunny quiere y a comprobar no se q, y xq parece q ya se ve como es q seo empieza a tener mas participación en la historia
Espero no tardar demasiado para comentar en próximo capitulo, repito q la historia me encanta y siempre espero tu actualización
Nos leemos pronto
O____o......eso señor padre de taemin de veraz q se ha ganado mi odio.....pobre pequeño u.u...presiento q el siguiente capítulo será decisivo, por los mensajes del padre de tae, x el lugar al q sunny quiere y a comprobar no se q, y xq parece q ya se ve como es q seo empieza a tener mas participación en la historia
Espero no tardar demasiado para comentar en próximo capitulo, repito q la historia me encanta y siempre espero tu actualización
Nos leemos pronto
Reira Elric
Minho
857
Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel - Cap. 78
Espero que me podáis perdonar U_U Dejaré de prometer cosas (-_-)/ Estoy pasando por la peor etapa de mi aún corta vida y estoy aburrida ya ~~ Como ya dije nunca abandonaré el fic, y espero terminarlo antes de que vuelva a empezar el invierno. ¡No es una promesa! E_E Lo más probable es que de aquí a finales de junio no pueda actualizar correctamente ni muchos capítulos, pero los iré escribiendo poco a poco para cuando tenga hueco poder actualizar :D Gracias a aquellas personas que han estado pendiente (si hubo alguna a_â) y a las que siguen leyéndome todavía a pesar de mi desastre D: PACIENCIA, hermosa virtud ~~
Capítulo 78:
Sus pasos se alzaron firmes y seguros, casi con agilidad. Tras cruzar la salida de la universidad, el destino estaba claro. Ahora veía una oportunidad. Comenzaba a sentirse insegura en su propia casa, de su propio progenitor. No quería acusarlo falsamente, porque sabía que era dedicado en su trabajo, pero… Nunca se sabe lo que pasa detrás del telón y ella parecía querer asomarse. Presentía que estaba pasando algo, algo iba mal y el sentimiento en su pecho no le causaba gracia alguna.
El día que lo vio salir de su casa, pudo descifrar algo en su mirada, en la acidez de sus palabras. Él sabía lo que ella desconocía, por lo menos conocía sobre qué trataba la obra. Jamás dejaría que esto continuara en el aire. Soonkyu era una persona decidida y firme. Quería mantener el puzle armado, era inadmisible alguna pieza fuera de su sitio.
Suspiró profundamente y alzó la vista pudiendo observar la mansión en su esplendor. Aquella construcción dejaba de ser su hogar poco a poco. Después de identificarse, miró el reloj y se sorprendió. Pronto comenzó a correr hacia la puerta esperanzada de llegar a tiempo. Dos minutos. Buscó las llaves en lo más profundo del bolso y abrió la puerta lo más rápido que pudo. Cinco, cuatro, tres, dos, uno…
- Buenas tardes, ¿familia Lee?
- Hola, buenas tardes.
- Queríamos dejar bajo su conocimiento que el alumno Lee Taemin no ha asistido hoy a clase.
- Sí, disculpe. Tuvimos asuntos familiares a los cuales se vio obligado a asistir.
- Está bien. Solo era para dejarlo constatado. ¿Usted es?
- Lee Soonkyu, su hermana mayor.
- Perfecto, gracias por atendernos. Que pase un buen día.
- Igualmente.
Colgó aliviada. Unos segundos más y no sabía que hubiera pasado. Tecleó con velocidad el aparato, borrando cualquier rastro de la reciente llamada y se dirigió a la cocina:
- Buenas tardes señorita. El almuerzo está preparado, por favor siéntese donde quiera que enseguida le servimos.
- Gracias, pero ya te he dicho que conmigo la formalidad sobra.
- Lo siento –se disculpó amable la señora-. Pero es difícil saltarse las órdenes, estamos acostumbrados.
- Está bien, no te preocupes –dijo restándole importancia.
Según se sentó, le sirvieron el almuerzo y empezó a comer.
~~~~
Se agachó un poco para ver si ya estaba lista y volvió a cerrar el horno. Le faltaba poco ya. Se limpió las manos con el paño y justo en ese momento sonó el timbre. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras atravesaba el salón para dirigirse a la puerta. Sabiendo de quienes se trataba la abrió sin miramientos:
- ¡Noona!
- ¡Tae! –extendió sus brazos para recibir al pequeño que se abalanzó sobre ella.
- Te he extrañado mucho –hizo un lindo puchero en sus brazos.
- Yo también pequeño –le dio un sonoro beso en uno de sus cachetes inflados.
- Buenas tardes Seohyun –dijo alegre ante la escena.
- Hola oppa –rio con el niño en brazos-. ¿Ya has almorzado? ¿Quieres pasar?
- No, no te preocupes gracias. Sunny me espera en casa, no tengo mucho tiempo.
- Oh, es cierto. Pues entonces espera un momento –dijo bajando al menor al suelo y perdiéndose en la cocina.
El mayor se quedó extrañado, pero le causaba gracia. Esa chica no iba a cambiar, se parecía a su otra pequeña. De pronto la divisó de vuelta con una bolsa en las manos:
- Toma, para que comas por el camino –se la entregó con una sonrisa.
- ¿Hiciste pizza? – le brillaron los ojos al chiquitín.
- En efecto, hoy almorzaremos pizza –dijo orgullosa de su logro.
- Vaya, no tenías por qué –dijo apenado por el detalle.
- No te preocupes. Disfrútala, espero que me haya quedado buena.
- Eso no se duda, cocinas de maravilla –le sonrió.
- Gracias oppa –le devolvió el gesto.
- Bueno, me voy ya. Taemin, pórtate bien, ¿vale?
El nombrado asintió. Siempre lo hacía, pero no le molestaba que se lo dijera, porque sabía que era de cariño:
- Adiós hyung –se acercó para abrazarlo-. Cuida a mi hermana, ¿sí?
- Nunca dejaré de hacerlo –dijo seguro-. Bueno, adiós Seohyun, gracias por cuidarlo hoy –dijo por último antes de regresar al coche.
- Sin problemas –sacudió su mano en forma de despedida.
Ambos se quedaron viéndolo hasta que desapareció:
- Bueno Tae, vámonos para adentro a almorzar.
El pequeño asintió feliz.
~~~~
El ruido del motor la hizo levantarse de la cama y mirar por el gran ventanal de su habitación. Había llegado. Cogió de nuevo sus cosas y bajó veloz por las escaleras de mármol. Enseguida abrió la puerta y no tardó en subirse al coche:
- ¿Comiste? –le preguntó en cuanto subió al vehículo.
- Sí.
- ¿Seguro?
- ¿No confías en mí? –frunció el ceño de manera adorable.
- Sabes que no es eso –le sujetó la mano con cariño-. Pero si pudieras elegir, prefieres a tu hermano que alimentarte.
- Me conoces mucho oppa –rio.
- Son bastantes años –se unió al gesto-. Bueno, ¿a dónde te tengo que llevar?
- Aquí –dijo enseñándole el mensaje que contenía la dirección.
- Queda un poco lejos, pero llegaremos en seguida.
Cuando se pusieron en marcha, el silencio se asentó sin problemas, pero no era incómodo. De repente, captó un olor peculiar y una sonrisa automática apareció:
- ¿Seo te dio comida? –preguntó divertida.
- ¿Cómo lo sabes?
- Reconocería su olor a kilómetros.
- No me extraña. Estaba muy rico.
- Por cómo huele, estoy segura.
- Oye –lo pensó un poco-. ¿Con quién te vas a encontrar?
- Con Kangin oppa.
Suspiró:
- Por un momento me habías preocupado.
- ¿Por qué? –lo miró extrañada.
- Pensé que…bueno…que tú…
- ¿Pensaste que tenía novio? –lo miró divertida.
- S-sí.
Ella rio ante la ocurrencia:
- No, no tengo pareja. No es mi prioridad aunque surgiera.
- ¿No te gustaría? –indagó curioso.
- Puede que más adelante…En el futuro. Ahora mismo tengo otras cosas en mente y tal y cómo está la situación en estos momentos, no podría centrarme en ello.
- ¿La situación? ¿Qué pasa?
- Lo entenderás cuando lleguemos –afirmó segura.
El mayor aclaró la garganta y siguió con la vista en la carretera. Sabía que estaba pasando algo, pero no quería abrir la boca por si no coincidiera la suposición con la de ella.
~~~~
- Noona, ¿qué haces? Te veo muy concentrada –dijo asomando su pequeño rostro por encima del hombro de ella.
- Esto haciendo un dolor de cabeza musical –paseó su palma por el rostro cansada.
- ¿Un dolor de cabeza? –rio.
- Así es cómo llamo yo a la tarea que nos mandan en la universidad –dijo cogiendo al pequeño y sentándolo en sus piernas.
- ¿Puedo verlo? –la miró.
- Claro, toma –le entregó la hoja.
El menor la recorrió curioso con sus ojos y comprendió el error:
- Dejame esto un momento noona –dijo arrebatándole el lápiz.
- ¿Qué vas a hacer? –dijo confundida.
¿A caso Taemin podría resolver eso? Esta vez se acercó ella para observar lo que estaba escribiendo y se sorprendió:
- Ya está Noona –sonrió satisfecho.
Volvió a coger la hoja de la mesa y la revisó con rapidez:
- No puedo creelo –no despegaba sus ojos-. ¿Cómo es que sabes hacerlo?
- ¿Está bien?
- Está perfecto, has ligado todas las notas correctamente y ya me di cuenta del fallo. ¿Cóm…?
El pequeño se encogió de hombros:
- El otro día estuve un par de horas…en la biblioteca. Aprendí muchas cosas.
- ¿Te leíste exclusivamente un libro de lenguaje musical?
- Bueno…algo así –rio restándole importancia al hecho que lo atormentaba en secreto.
La mayor levantó una ceja no muy convencida, pero prefirió dejarlo pasar:
- ¿Sabes noona? Me gustaría estudiar música, como mi hermana y tú, pero papá dice que eso no sirve para nada y que tengo que saber cosas más importantes como los negocios. No tengo permitido decepcionarlo así que estudiaré economía –sonrió.
- Tae…
- Muchas veces me dice que Sunny noona, es una decepción. Que no tendrá futuro y que no tengo que ser igual, pero…Yo no lo creo así. Mi hermana luchó contra mi padre y consiguió estudiar lo que le gustaba, ella es muy inteligente y está feliz. Por eso, yo también lo estoy y me siento orgulloso de ella.
- Mi pequeño –dijo abrazándolo con ternura. No podía encajar de golpe todas las palabras dichas por el menor.
Taemin le correspondió el abrazo, sonriendo de nuevo. Siempre con una sonrisa:
- Yo…de verdad –comenzó a llorar- no sé cómo tengo que ser para no decepcionar a mi padre.
~~~~
El conductor comprobó la dirección que aparecía señalada en el cartel de la calle y desvió su mirada de nuevo:
- ¿Estás segura de que es por aquí? –preguntó dubitativo.
- Sí, fue lo que me dijo. –observó el abandonado barrio que se abría paso por la ventana.
- Pues entonces… -dijo doblando la calle con el coche—Ya estamos –se paró delante de una de las lúgubres casas que ocupaban la zona.
Se bajó del vehículo inspeccionando la zona con precaución. Comprobó el número de la dirección y alzó la vista hacia la puerta oxidada que correspondía al indicado. Tragó con seguridad. Si quería resolver esto, no podía echarse para atrás, tenía muchas dudas en su cabeza como para dejarlas vagar libremente.
Con la mayor sutileza tocó la puerta; asegurándose de no sonar muy brusca y atraer la atención de personas no deseadas. Agradecieron la suficiente luz del día como para no imaginar terribles situaciones que tuvieran la posibilidad se suceder. Al cabo de unos segundos, fueron recibidos por su cita:
- Pasad deprisa –dijo apartándose y mirando hacia los alrededores.
- ¿Pasó algo? –cuestionó preocupada.
- ¿Qué es lo que no ha pasado en este barrio? –se le dibujó una sonrisa de lado-. Pasen y siéntensen lo más cómo que puedan, irá para largo.
Se adentraron en el pequeño espacio que les ofreció. No era de sorprenderse que no fuera amplio, pues la zona ya hablaba de por sí. Sin embargo, estaba todo ordenado, muy conciso, detallado, simple, sin rodeos; como si de alguna forma creyera que necesitaría salir corriendo en algún momento:
- Perdón por la espera –se disculpó sentándose en el sillón, quedando enfrente del otro en el que permanecían ellos.- He preparado café, ¿queréis?
- Sí, gracias –dijeron casi al mismo tiempo. Podían prever que esto les llevaría más tiempo del imaginado.
Tras servir las tazas, se acomodó apoyando su espalda y dio un sorbo corto:
- Bueno, primero me gustaría saber qué sabes y de qué sospechas. Omito el hecho de que desconfías de tu padre pues tú misma me lo has confesado –su expresión se había vuelto seria y analítica.
- Mi padre ha estado recibiendo llamadas de número desconocidos durante sus estadías en el extranjero. Si son negocios que él tiene, lo más evidente sería que supieran su ubicación, no que llamaran a casa.
- ¿Te han dicho nombres? ¿Alguna pista?
- No, simplemente me han confirmado que mi padre nos ha mentido con el hecho de que no estaba en el país. Tampoco le importamos lo suficiente como para que lo que pensemos de él le cause daño alguno.
- ¿No estas siendo muy dura con él? –sonrió divertido.
- Para nada, no tengo ningún deber hacia él ni respeto que me quede.
- Eso es lo que quería oír.
Ella lo miró confusa:
- Se los explicaré con más detalles si me acompañan –dijo terminándose su café y poniéndose en pie.
Les guió por el pequeño salón hasta una extraña pintura de una mano que colgaba de una de las grises paredes:
- No se sorprendan –dijo apoyando su mano en la pintura.
Automáticamente el marco de una puerta se dibujó en la estructura, dejando a la vista un oscuro pasillo. Con la diestra les indicó que lo siguieran ante la atónita mirada de ambos. Sin que la luz hiciera acto de presencia, recorrieron todo el pasadizo hasta otra puerta. Sin premura tecleó el código que parecía ser la clave y acto seguido una amplia sala de colores claros apareció tras ella. El brillo de los monitores iluminaba la estancia, acompañada de una gran mesa blanca redonda en el centro. Una cantidad desmesurable de papales decoraban surrealistamente el mueble pálido.
- Pueden sentarse en esas sillas –señaló detrás de la mesa.
Los dos presentes obedecieron expectantes de tan avanzada tecnología ubicada incongruentemente en ese lugar. Seung ojeó algunos papeles que halló frente a él y sus ojos se abrieron de manera desmesurada:
- Antes de continuar –habló él esta vez-. Este barrio…
- ¿Te sorprende el aspecto? –lo miró interesado.
- Fue él, ¿verdad? –lo miró serio.
- Sorpréndeme –pasó su mano peinando sus oscuros cabellos.
- Oppa, ¿sabes algo? –lo miró ella atenta.
- No puedo creerlo –apretó sus puños.
- Al parecer te han aclarado dudas mis pequeños niños de ahí –dijo refiriéndose a la información.
- Seung oppa, ¿qué pasó?
- Este barrio antes era uno de los más ricos del país. Pero poco a poco se fue empobreciendo hasta quedar en el olvido. Lo extraño es que nadie dijo nada, siendo una de las agresivas fuentes de dinero de la ciudad, jamás se sospechó o se habló de ello; su repentina caída.
- El señor Lee lo llevó a la ruina –habló claramente Kangin.
- ¿Cómo exactamente? –preguntó la joven.
- Al principio atribuyeron el problema a la apertura de la nueva red de comercio que se había instalado unos kilómetros más al sur, pero eso solo fue la tapadera que aprovechó tu padre para blanquear la situación. La realidad fue que poco a poco, las personas de este barrio fueron desapareciendo sin dejar rastro y nadie se inmutó. Ni la policía se encargó del caso, ni alguien denunció la ausencia permanente de algún familiar tal vez.
- Pero si eso es así, todas las marcas que hay en la pared, la basura…Es decir, si no hubiera habido nadie se hubiera quedado tal cual antes del suceso, ¿no? Además siendo una zona rica, no tendría este aspecto.
- Ese es el punto. El siguiente es el paradero desconocido de la población de este barrio.
- ¿Y en qué punto entra mi padre?
- Durante el periodo de los sucesos, la cuenta del señor Lee tuvo un gráfico desbordante. Fue tan alta la circulación que me extrañé y fui a hablar con él. Me dijo que no me preocupará que estaba arreglando unos negocios de mucha inversión. No me lo creí del todo, pero tampoco tenía el derecho de decir nada. De repente de la noche a la mañana, comenzó a ingresar mucho dinero junto y sospeché que empezara a rozar la ilegalidad. Yo, cruzando esa línea negra, me metí en el sistema y pude ver todas las transacciones y sus procedencias. Descubrí una cuenta falsa que usaba y la mayoría de los pagos eran de cuentas registradas en este barrio, que casualmente comenzaban a desaparecer conforme pagaban. Así que investigué y jamás encontré rastro de los propietarios de las cuentas, puesto que el barrio había quedado desierto. Sin embargo, una vez escuché un mensaje de su buzón de voz cuando dejó el móvil en su despacho mientras hablábamos. ‘’El plan ya está en marcha’’.
- ¿Plan? ¿Entonces secuestró a todas esas personas después de quitarles el dinero? Tendría sentido si fuera al contrario.
- Eso supongo, pero no he dado con ninguna pista clara.
- No entiendo, si ya les había quitado el dinero, ¿para qué secuestrarlos?
- Lo único que sé es que ahora hay una pandilla por aquí suelta que se dedica a seguir decorando los muros de por aquí. ¿Vieron el cartel de la entrada?
- Barrio Rojo.
- Así es como lo han rebautizado. A veces me pregunto si esa gente está bien de la cabeza –dijo riéndose.
- ¿Crees que tendrá algún significado? A lo mejor está relacionado con la historia.
- ¿Tú crees? La últimas vez que salí a investigar me encontré un par de cadáveres nada agradables. Creo que se matan entre ellos, o quizá a inocentes que pasan por aquí.
- ¿Y por qué tú vives aquí? –preguntó el hombre.
- Pienso que tal vez, si me pongo en situación consiga averiguar algo. Además el señor Lee no es idiota, no meterá mano aquí de nuevo por si acaso haya algún listo que lo encause, como yo –alzó ambas cejas.
- Todo esto es muy extraño.
- Lo que está claro es que tu padre tiene cada vez más poder y eso es peligroso. Te digo una cosa –la señaló a ella-. Si quieres unirte a la investigación contra tu padre, eres bienvenida, pero no respondo por lo que pueda suceder.
- Podemos morir –sentenció seria.
- Chica lista Soonkyu. El día que tu padre nos pille o descubra que andamos detrás de él, será la última vez que nos veamos las caras. Te lo aseguro.
- Me apunto –sonrió convencida-. No dejaré que siga haciendo lo que se le antoje y menos tocar a mi hermano.
- Oh, cierto. El pequeño Taemin. ¿Qué harás con él? ¿Lo vas a involucrar?
- Jamás.
- Hay que tener cuidado con Taemin –habló esta vez el guardaespaldas.
- Seung tiene razón. Es tu punto débil, ¿no? –sonrió.
- Sí –suspiró-. Lo tengo que mantener lejos de mi casa y más de mi padre.
- Yo espero que algún día no lo use contra ti. Chantajear, creo que se le daría muy bien al señor Lee.
El fuero interno de Soonkyu pareció encenderse solo de pensar en esa serie de palabras junto al nombre de Taemin en la misma frase.
- Respuestas 77:
- anny-min: No te preocupes jajaja Perdón por la tardanza a mí, te entiendo perfectamente D: No hace mucho que comenzó la historia de Tae jajaja Todos estamos de acuerdo con que su padre no merece la existencia D:< ¿La vas a leer de nuevo? Jajaja Sí, menos mal que su hermana lo protege ^^ Me alegra que te guste y que la sigas leyendo :DD Gracias comentar y feliz año para ti también <33 (bastate tarde por mi parte xD)
Reira Elric: No te preocupes :D Perdón por la tardanza a mí U_U Sí, creo que ese señor no tiene muchos fans jajaja (normal o.o) Pero por lo menos, los hermanos se tiene uno al otro y se protegen ^^ Sí, este capítulo será decisivo pues será el inicio de todo. Poco a poco Seohyun a medida que hable con Sunny se irá integrando más. Gracias por la paciencia, me alegro que te guste y por comentar y seguir leyendo<3
Capítulo 78:
Sus pasos se alzaron firmes y seguros, casi con agilidad. Tras cruzar la salida de la universidad, el destino estaba claro. Ahora veía una oportunidad. Comenzaba a sentirse insegura en su propia casa, de su propio progenitor. No quería acusarlo falsamente, porque sabía que era dedicado en su trabajo, pero… Nunca se sabe lo que pasa detrás del telón y ella parecía querer asomarse. Presentía que estaba pasando algo, algo iba mal y el sentimiento en su pecho no le causaba gracia alguna.
El día que lo vio salir de su casa, pudo descifrar algo en su mirada, en la acidez de sus palabras. Él sabía lo que ella desconocía, por lo menos conocía sobre qué trataba la obra. Jamás dejaría que esto continuara en el aire. Soonkyu era una persona decidida y firme. Quería mantener el puzle armado, era inadmisible alguna pieza fuera de su sitio.
Suspiró profundamente y alzó la vista pudiendo observar la mansión en su esplendor. Aquella construcción dejaba de ser su hogar poco a poco. Después de identificarse, miró el reloj y se sorprendió. Pronto comenzó a correr hacia la puerta esperanzada de llegar a tiempo. Dos minutos. Buscó las llaves en lo más profundo del bolso y abrió la puerta lo más rápido que pudo. Cinco, cuatro, tres, dos, uno…
- Buenas tardes, ¿familia Lee?
- Hola, buenas tardes.
- Queríamos dejar bajo su conocimiento que el alumno Lee Taemin no ha asistido hoy a clase.
- Sí, disculpe. Tuvimos asuntos familiares a los cuales se vio obligado a asistir.
- Está bien. Solo era para dejarlo constatado. ¿Usted es?
- Lee Soonkyu, su hermana mayor.
- Perfecto, gracias por atendernos. Que pase un buen día.
- Igualmente.
Colgó aliviada. Unos segundos más y no sabía que hubiera pasado. Tecleó con velocidad el aparato, borrando cualquier rastro de la reciente llamada y se dirigió a la cocina:
- Buenas tardes señorita. El almuerzo está preparado, por favor siéntese donde quiera que enseguida le servimos.
- Gracias, pero ya te he dicho que conmigo la formalidad sobra.
- Lo siento –se disculpó amable la señora-. Pero es difícil saltarse las órdenes, estamos acostumbrados.
- Está bien, no te preocupes –dijo restándole importancia.
Según se sentó, le sirvieron el almuerzo y empezó a comer.
~~~~
Se agachó un poco para ver si ya estaba lista y volvió a cerrar el horno. Le faltaba poco ya. Se limpió las manos con el paño y justo en ese momento sonó el timbre. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras atravesaba el salón para dirigirse a la puerta. Sabiendo de quienes se trataba la abrió sin miramientos:
- ¡Noona!
- ¡Tae! –extendió sus brazos para recibir al pequeño que se abalanzó sobre ella.
- Te he extrañado mucho –hizo un lindo puchero en sus brazos.
- Yo también pequeño –le dio un sonoro beso en uno de sus cachetes inflados.
- Buenas tardes Seohyun –dijo alegre ante la escena.
- Hola oppa –rio con el niño en brazos-. ¿Ya has almorzado? ¿Quieres pasar?
- No, no te preocupes gracias. Sunny me espera en casa, no tengo mucho tiempo.
- Oh, es cierto. Pues entonces espera un momento –dijo bajando al menor al suelo y perdiéndose en la cocina.
El mayor se quedó extrañado, pero le causaba gracia. Esa chica no iba a cambiar, se parecía a su otra pequeña. De pronto la divisó de vuelta con una bolsa en las manos:
- Toma, para que comas por el camino –se la entregó con una sonrisa.
- ¿Hiciste pizza? – le brillaron los ojos al chiquitín.
- En efecto, hoy almorzaremos pizza –dijo orgullosa de su logro.
- Vaya, no tenías por qué –dijo apenado por el detalle.
- No te preocupes. Disfrútala, espero que me haya quedado buena.
- Eso no se duda, cocinas de maravilla –le sonrió.
- Gracias oppa –le devolvió el gesto.
- Bueno, me voy ya. Taemin, pórtate bien, ¿vale?
El nombrado asintió. Siempre lo hacía, pero no le molestaba que se lo dijera, porque sabía que era de cariño:
- Adiós hyung –se acercó para abrazarlo-. Cuida a mi hermana, ¿sí?
- Nunca dejaré de hacerlo –dijo seguro-. Bueno, adiós Seohyun, gracias por cuidarlo hoy –dijo por último antes de regresar al coche.
- Sin problemas –sacudió su mano en forma de despedida.
Ambos se quedaron viéndolo hasta que desapareció:
- Bueno Tae, vámonos para adentro a almorzar.
El pequeño asintió feliz.
~~~~
El ruido del motor la hizo levantarse de la cama y mirar por el gran ventanal de su habitación. Había llegado. Cogió de nuevo sus cosas y bajó veloz por las escaleras de mármol. Enseguida abrió la puerta y no tardó en subirse al coche:
- ¿Comiste? –le preguntó en cuanto subió al vehículo.
- Sí.
- ¿Seguro?
- ¿No confías en mí? –frunció el ceño de manera adorable.
- Sabes que no es eso –le sujetó la mano con cariño-. Pero si pudieras elegir, prefieres a tu hermano que alimentarte.
- Me conoces mucho oppa –rio.
- Son bastantes años –se unió al gesto-. Bueno, ¿a dónde te tengo que llevar?
- Aquí –dijo enseñándole el mensaje que contenía la dirección.
- Queda un poco lejos, pero llegaremos en seguida.
Cuando se pusieron en marcha, el silencio se asentó sin problemas, pero no era incómodo. De repente, captó un olor peculiar y una sonrisa automática apareció:
- ¿Seo te dio comida? –preguntó divertida.
- ¿Cómo lo sabes?
- Reconocería su olor a kilómetros.
- No me extraña. Estaba muy rico.
- Por cómo huele, estoy segura.
- Oye –lo pensó un poco-. ¿Con quién te vas a encontrar?
- Con Kangin oppa.
Suspiró:
- Por un momento me habías preocupado.
- ¿Por qué? –lo miró extrañada.
- Pensé que…bueno…que tú…
- ¿Pensaste que tenía novio? –lo miró divertida.
- S-sí.
Ella rio ante la ocurrencia:
- No, no tengo pareja. No es mi prioridad aunque surgiera.
- ¿No te gustaría? –indagó curioso.
- Puede que más adelante…En el futuro. Ahora mismo tengo otras cosas en mente y tal y cómo está la situación en estos momentos, no podría centrarme en ello.
- ¿La situación? ¿Qué pasa?
- Lo entenderás cuando lleguemos –afirmó segura.
El mayor aclaró la garganta y siguió con la vista en la carretera. Sabía que estaba pasando algo, pero no quería abrir la boca por si no coincidiera la suposición con la de ella.
~~~~
- Noona, ¿qué haces? Te veo muy concentrada –dijo asomando su pequeño rostro por encima del hombro de ella.
- Esto haciendo un dolor de cabeza musical –paseó su palma por el rostro cansada.
- ¿Un dolor de cabeza? –rio.
- Así es cómo llamo yo a la tarea que nos mandan en la universidad –dijo cogiendo al pequeño y sentándolo en sus piernas.
- ¿Puedo verlo? –la miró.
- Claro, toma –le entregó la hoja.
El menor la recorrió curioso con sus ojos y comprendió el error:
- Dejame esto un momento noona –dijo arrebatándole el lápiz.
- ¿Qué vas a hacer? –dijo confundida.
¿A caso Taemin podría resolver eso? Esta vez se acercó ella para observar lo que estaba escribiendo y se sorprendió:
- Ya está Noona –sonrió satisfecho.
Volvió a coger la hoja de la mesa y la revisó con rapidez:
- No puedo creelo –no despegaba sus ojos-. ¿Cómo es que sabes hacerlo?
- ¿Está bien?
- Está perfecto, has ligado todas las notas correctamente y ya me di cuenta del fallo. ¿Cóm…?
El pequeño se encogió de hombros:
- El otro día estuve un par de horas…en la biblioteca. Aprendí muchas cosas.
- ¿Te leíste exclusivamente un libro de lenguaje musical?
- Bueno…algo así –rio restándole importancia al hecho que lo atormentaba en secreto.
La mayor levantó una ceja no muy convencida, pero prefirió dejarlo pasar:
- ¿Sabes noona? Me gustaría estudiar música, como mi hermana y tú, pero papá dice que eso no sirve para nada y que tengo que saber cosas más importantes como los negocios. No tengo permitido decepcionarlo así que estudiaré economía –sonrió.
- Tae…
- Muchas veces me dice que Sunny noona, es una decepción. Que no tendrá futuro y que no tengo que ser igual, pero…Yo no lo creo así. Mi hermana luchó contra mi padre y consiguió estudiar lo que le gustaba, ella es muy inteligente y está feliz. Por eso, yo también lo estoy y me siento orgulloso de ella.
- Mi pequeño –dijo abrazándolo con ternura. No podía encajar de golpe todas las palabras dichas por el menor.
Taemin le correspondió el abrazo, sonriendo de nuevo. Siempre con una sonrisa:
- Yo…de verdad –comenzó a llorar- no sé cómo tengo que ser para no decepcionar a mi padre.
~~~~
El conductor comprobó la dirección que aparecía señalada en el cartel de la calle y desvió su mirada de nuevo:
- ¿Estás segura de que es por aquí? –preguntó dubitativo.
- Sí, fue lo que me dijo. –observó el abandonado barrio que se abría paso por la ventana.
- Pues entonces… -dijo doblando la calle con el coche—Ya estamos –se paró delante de una de las lúgubres casas que ocupaban la zona.
Se bajó del vehículo inspeccionando la zona con precaución. Comprobó el número de la dirección y alzó la vista hacia la puerta oxidada que correspondía al indicado. Tragó con seguridad. Si quería resolver esto, no podía echarse para atrás, tenía muchas dudas en su cabeza como para dejarlas vagar libremente.
Con la mayor sutileza tocó la puerta; asegurándose de no sonar muy brusca y atraer la atención de personas no deseadas. Agradecieron la suficiente luz del día como para no imaginar terribles situaciones que tuvieran la posibilidad se suceder. Al cabo de unos segundos, fueron recibidos por su cita:
- Pasad deprisa –dijo apartándose y mirando hacia los alrededores.
- ¿Pasó algo? –cuestionó preocupada.
- ¿Qué es lo que no ha pasado en este barrio? –se le dibujó una sonrisa de lado-. Pasen y siéntensen lo más cómo que puedan, irá para largo.
Se adentraron en el pequeño espacio que les ofreció. No era de sorprenderse que no fuera amplio, pues la zona ya hablaba de por sí. Sin embargo, estaba todo ordenado, muy conciso, detallado, simple, sin rodeos; como si de alguna forma creyera que necesitaría salir corriendo en algún momento:
- Perdón por la espera –se disculpó sentándose en el sillón, quedando enfrente del otro en el que permanecían ellos.- He preparado café, ¿queréis?
- Sí, gracias –dijeron casi al mismo tiempo. Podían prever que esto les llevaría más tiempo del imaginado.
Tras servir las tazas, se acomodó apoyando su espalda y dio un sorbo corto:
- Bueno, primero me gustaría saber qué sabes y de qué sospechas. Omito el hecho de que desconfías de tu padre pues tú misma me lo has confesado –su expresión se había vuelto seria y analítica.
- Mi padre ha estado recibiendo llamadas de número desconocidos durante sus estadías en el extranjero. Si son negocios que él tiene, lo más evidente sería que supieran su ubicación, no que llamaran a casa.
- ¿Te han dicho nombres? ¿Alguna pista?
- No, simplemente me han confirmado que mi padre nos ha mentido con el hecho de que no estaba en el país. Tampoco le importamos lo suficiente como para que lo que pensemos de él le cause daño alguno.
- ¿No estas siendo muy dura con él? –sonrió divertido.
- Para nada, no tengo ningún deber hacia él ni respeto que me quede.
- Eso es lo que quería oír.
Ella lo miró confusa:
- Se los explicaré con más detalles si me acompañan –dijo terminándose su café y poniéndose en pie.
Les guió por el pequeño salón hasta una extraña pintura de una mano que colgaba de una de las grises paredes:
- No se sorprendan –dijo apoyando su mano en la pintura.
Automáticamente el marco de una puerta se dibujó en la estructura, dejando a la vista un oscuro pasillo. Con la diestra les indicó que lo siguieran ante la atónita mirada de ambos. Sin que la luz hiciera acto de presencia, recorrieron todo el pasadizo hasta otra puerta. Sin premura tecleó el código que parecía ser la clave y acto seguido una amplia sala de colores claros apareció tras ella. El brillo de los monitores iluminaba la estancia, acompañada de una gran mesa blanca redonda en el centro. Una cantidad desmesurable de papales decoraban surrealistamente el mueble pálido.
- Pueden sentarse en esas sillas –señaló detrás de la mesa.
Los dos presentes obedecieron expectantes de tan avanzada tecnología ubicada incongruentemente en ese lugar. Seung ojeó algunos papeles que halló frente a él y sus ojos se abrieron de manera desmesurada:
- Antes de continuar –habló él esta vez-. Este barrio…
- ¿Te sorprende el aspecto? –lo miró interesado.
- Fue él, ¿verdad? –lo miró serio.
- Sorpréndeme –pasó su mano peinando sus oscuros cabellos.
- Oppa, ¿sabes algo? –lo miró ella atenta.
- No puedo creerlo –apretó sus puños.
- Al parecer te han aclarado dudas mis pequeños niños de ahí –dijo refiriéndose a la información.
- Seung oppa, ¿qué pasó?
- Este barrio antes era uno de los más ricos del país. Pero poco a poco se fue empobreciendo hasta quedar en el olvido. Lo extraño es que nadie dijo nada, siendo una de las agresivas fuentes de dinero de la ciudad, jamás se sospechó o se habló de ello; su repentina caída.
- El señor Lee lo llevó a la ruina –habló claramente Kangin.
- ¿Cómo exactamente? –preguntó la joven.
- Al principio atribuyeron el problema a la apertura de la nueva red de comercio que se había instalado unos kilómetros más al sur, pero eso solo fue la tapadera que aprovechó tu padre para blanquear la situación. La realidad fue que poco a poco, las personas de este barrio fueron desapareciendo sin dejar rastro y nadie se inmutó. Ni la policía se encargó del caso, ni alguien denunció la ausencia permanente de algún familiar tal vez.
- Pero si eso es así, todas las marcas que hay en la pared, la basura…Es decir, si no hubiera habido nadie se hubiera quedado tal cual antes del suceso, ¿no? Además siendo una zona rica, no tendría este aspecto.
- Ese es el punto. El siguiente es el paradero desconocido de la población de este barrio.
- ¿Y en qué punto entra mi padre?
- Durante el periodo de los sucesos, la cuenta del señor Lee tuvo un gráfico desbordante. Fue tan alta la circulación que me extrañé y fui a hablar con él. Me dijo que no me preocupará que estaba arreglando unos negocios de mucha inversión. No me lo creí del todo, pero tampoco tenía el derecho de decir nada. De repente de la noche a la mañana, comenzó a ingresar mucho dinero junto y sospeché que empezara a rozar la ilegalidad. Yo, cruzando esa línea negra, me metí en el sistema y pude ver todas las transacciones y sus procedencias. Descubrí una cuenta falsa que usaba y la mayoría de los pagos eran de cuentas registradas en este barrio, que casualmente comenzaban a desaparecer conforme pagaban. Así que investigué y jamás encontré rastro de los propietarios de las cuentas, puesto que el barrio había quedado desierto. Sin embargo, una vez escuché un mensaje de su buzón de voz cuando dejó el móvil en su despacho mientras hablábamos. ‘’El plan ya está en marcha’’.
- ¿Plan? ¿Entonces secuestró a todas esas personas después de quitarles el dinero? Tendría sentido si fuera al contrario.
- Eso supongo, pero no he dado con ninguna pista clara.
- No entiendo, si ya les había quitado el dinero, ¿para qué secuestrarlos?
- Lo único que sé es que ahora hay una pandilla por aquí suelta que se dedica a seguir decorando los muros de por aquí. ¿Vieron el cartel de la entrada?
- Barrio Rojo.
- Así es como lo han rebautizado. A veces me pregunto si esa gente está bien de la cabeza –dijo riéndose.
- ¿Crees que tendrá algún significado? A lo mejor está relacionado con la historia.
- ¿Tú crees? La últimas vez que salí a investigar me encontré un par de cadáveres nada agradables. Creo que se matan entre ellos, o quizá a inocentes que pasan por aquí.
- ¿Y por qué tú vives aquí? –preguntó el hombre.
- Pienso que tal vez, si me pongo en situación consiga averiguar algo. Además el señor Lee no es idiota, no meterá mano aquí de nuevo por si acaso haya algún listo que lo encause, como yo –alzó ambas cejas.
- Todo esto es muy extraño.
- Lo que está claro es que tu padre tiene cada vez más poder y eso es peligroso. Te digo una cosa –la señaló a ella-. Si quieres unirte a la investigación contra tu padre, eres bienvenida, pero no respondo por lo que pueda suceder.
- Podemos morir –sentenció seria.
- Chica lista Soonkyu. El día que tu padre nos pille o descubra que andamos detrás de él, será la última vez que nos veamos las caras. Te lo aseguro.
- Me apunto –sonrió convencida-. No dejaré que siga haciendo lo que se le antoje y menos tocar a mi hermano.
- Oh, cierto. El pequeño Taemin. ¿Qué harás con él? ¿Lo vas a involucrar?
- Jamás.
- Hay que tener cuidado con Taemin –habló esta vez el guardaespaldas.
- Seung tiene razón. Es tu punto débil, ¿no? –sonrió.
- Sí –suspiró-. Lo tengo que mantener lejos de mi casa y más de mi padre.
- Yo espero que algún día no lo use contra ti. Chantajear, creo que se le daría muy bien al señor Lee.
El fuero interno de Soonkyu pareció encenderse solo de pensar en esa serie de palabras junto al nombre de Taemin en la misma frase.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Aquí estoy de nuevo :Yay:
Me recuerdas? No comentaba desde hace mucho pero sí he leído todos los capítulos
Siempre me dejas sorprendida.. Esperaré pacientemente el siguiente, espero te encuentres muy bien, ánimo!!
Nos vemos y saludos
Me recuerdas? No comentaba desde hace mucho pero sí he leído todos los capítulos
Siempre me dejas sorprendida.. Esperaré pacientemente el siguiente, espero te encuentres muy bien, ánimo!!
Nos vemos y saludos
AnnieKinoSwaggy
민호&온유
21
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
ooooohhh
hola, años sin pasar por aquí, caray me has dejado
asi o mas picada, también espero la conti
pronto, esto pinta a estar mas bueno :D
Saludines
hola, años sin pasar por aquí, caray me has dejado
asi o mas picada, también espero la conti
pronto, esto pinta a estar mas bueno :D
Saludines
anny-min
minho & Taemin
935
{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [79/??]
Primero que nada, quiero pedir perdón a todos por la gran tardanza a pesar de que avisé con anterioridad del tiempo que me iba a ausentar. Más tarde o más temprano he vuelto a finales de mes ~~ Siento haber tardado, pero de verdad que no he podido antes. Gracias a todos por la enorme paciencia que me han dado y comprenderé que no quieran seguir leyendo :3
Por fin traigo el nuevo capítulo, espero que lo disfruten <3
Capítulo 79:
Tras mirar el antiguo reloj del salón, acomodó al pequeño en sus brazos y se dirigió directa a la habitación. Al haber preparado la cama con antelación, solo tuvo que recostar el diminuto cuerpo que descansaba no hacía mucho. Taemin se había quedado dormido una vez que las lágrimas habían cesado.
Lo arropó con cuidado para no despertarlo y lo observó con dulzura. No dudó en depositar un beso en su frente y abandonar la estancia. Miró hacia la mesa que antes habitaba y suspiró derrotada. Quería acabar la universidad. Sin embargo, mientras recogía, la preocupación no la abandonaba. Soonkyu la había dejado nerviosa. Estaba pasando algo y debía ser grave como para sacar al menor de los Lee de su casa con la seguridad que tiene implantada. Si lo pensaba de esa manera, entonces el problema debía proceder de dentro.
~~~~
Abrió silenciosamente la puerta y una vez revisado con las cámaras el perímetro de la zona, salieron con la intención de subirse al coche:
- Chicos –llamó desde la puerta a sus invitados-. Si necesitan algo, solo tienen que apretar el botón del aparato que les di.
- Lo haremos si hace falta, gracias por todo –sonrió Soonkyu.
- Subamos ya –apresuró Seung.
Esa zona seguía sin gustarle ni un pelo y menos, después de haber escuchado la reveladora anécdota de su amigo que incluía cadáveres:
- Oppa, ¿tienes miedo? –cuestionó una vez que se pusieron en marcha de vuelta a casa.
- Me preocupan ustedes. Tu padre nunca me inspiró confianza y menos después de lo de tu madre.
- Yo sé que ella no nos abandonó. Algo pasó, estoy segura.
- Yo pienso lo mismo. Tu padre tiene algo que ver.
- Quería negarlo –sonrió triste-. Quería negar el hecho de que hubieran más problemas en la familia. Una vida normal para mí y mi hermano, solo quería eso. Pero ya no puedo seguir fingiendo que no lo veo, ya no puedo cerrar los ojos.
- Tranquila Sunny, estoy contigo. Kangin también está metido en esto.
- Gracias oppa –dijo amablemente-. Pero si…
- No lo digas.
- Escúchame, por favor… -suplicó con un creciente dolor en su pecho.
- No digas nada de eso, te conozco, no pasará nada. No estamos solos.
Cogió una gran cantidad de aire como si le diera la fuerza necesaria para hablar:
- Si me ocurriese algo…
- Sunny
- Escucha…Si me ocurriese algo…
- Yo cuidaré de Taemin –la miró a los ojos.
Ella sonrió apenada. Era muy evidente:
- Gracias oppa .
- No me las des –le acarició su mano que descansaba sobre su muslo-. Lo hubiera hecho aunque no me lo hubieras pedido.
- Ya no hay marcha atrás.
- Volvamos a casa, ¿sí?
- Volvamos –asintió.
~~~~
Inmerso en la oscuridad del sueño, notó unas suaves caricias que intentaban despertarlo. Soltó un pequeño quejido al negarse a abrir los ojos y una melodiosa risa se escuchó a lo lejos:
- Vamos, Tae. Es hora de ir a clase –siguió colocándole los mechones de pelo que se rebelaban.
- Noona –dijo perezoso dándose la vuelta.
- ¡Eh! De eso nada jovencito –dijo viendo las intenciones del pequeño-. Anda, venga.
- ¿Tengo que ir? –suplicó.
- Como todo el mundo –rio por el puchero que se había formado en sus labios.
- Eres mala noona –dijo bostezando.
- ¿Yo? –se acercó rápidamente y aprovechando la distracción, comenzó a hacerle cosquillas.
- ¡Noonaa! –gritó entre fuertes carcajadas-. ¡Para!
- Pararé solo si te vistes ya, ¿de acuerdo?
- Está bien, de acuerdo –habló sin pensarlo más de dos segundos.
- Así me gusta, buenos días Taemin –sonrió.
El menor infló los cachetes disgustado por su derrota, pero sonrió cuando la mayor se los pellizcó:
- Buenos días noona –se acercó a darle un beso en la mejilla.
Seohyun lo recibió con gusto y lo apresuró para que se preparara:
- El desayuno está listo, date prisa para que no se enfríe. Te espero abajo.
- Noona –la llamó.
- ¿Sí?
- Gracias –sonrió contento.
- ¿Por qué me las das?
- Por cuidar también de mí –dijo por último para meterse en el baño.
Ella sonrió enternecida y se dirigió escaleras abajo para preparar sus cosas. Se había pasado toda la noche revisando las tareas y los trabajos. Tampoco podía dormir debido a la conversación con su mejor amiga. Estaba preocupada. Le sumó el hecho de que desde esta mañana no le cogía el teléfono. Tenía la sensación de que no iba a aparecer.
Poco tiempo había pasado desde que había salido de su casa con el menor para dejarlo en su colegio, pero había algo que le inquietaba. Conforme se iban acercando, la expresión del pequeño se ensombrecía cada vez más:
- Tae, ¿estás bien?
El aludido la miró confuso y mostró una sonrisa nerviosa:
- S-sí, estoy bien.
- ¿Seguro?
- No te preocupes, noona.
No quiso insistir, pero era evidente que algo le pasaba. Varios minutos después llegaron a uno de sus destinos:
- Bueno Tae, estudia mucho, ¿sí?
- Lo haré noona… -la miró con tristeza.
Seohyun se agachó hasta su altura y lo rodeó con ambos brazos. El menor correspondió el gesto hundiendo su rostro entre el contacto:
- Pase lo que pase, estaré contigo, ¿vale? Solo tienes que llamarme.
- Noona, no me sueltes…
Ella notó como el pequeño se aferraba con más fuerza como si de esa forma pudiera escapar de algo, como si tratara de hacer desaparecer algo que lo atormentaba:
- No te preocupes Tae, sea lo que sea saldrá bien. Te quiero, ¿sí? –finalizó dando un beso en su frente-. Ahora ve con cuidado –le animó.
El pequeño Lee intentó sonreír y se despidió agitando su mano:
- Ten un buen día noona.
~~~~
Se bajaron del vehículo con pesadez. El amanecer les había saludado en carretera y el día comenzaba. Sunny se bajó del coche y por acto reflejo, estiró su cuerpo. Le habían enseñado que era de mala educación, pero no le importó lo suficiente como para pensarlo:
- Sunny –llamó su atención.
- ¿Mm? –se giró para verlo.
- Ahí está el coche de tu padre.
- Está en casa…
- Será mejor que entremos –apresuró.
El mayor sacó las llaves que poseía desde que había comenzado su trabajo y con un eco lúgubre, abrió el gran portón que bloqueaba la entrada. Ambos entraron y con un profundo suspiro de alivio, siguieron pasillo hacia adentro. Una sensación que no les duró más de dos minutos:
- ¿Qué haces aquí? –la imponente voz retumbó en sus tímpanos.
Los presentes se dieron la vuelta ante la mirada que los atravesaba desde la gran escalera de mármol:
- Vivo aquí –se atrevió a decir Soonkyu ante la fría mirada de su progenitor.
- ¿Te crees muy graciosa? –entrecerró los ojos y frunció el ceño-. ¿Qué haces fuera de la universidad?
- Tuve que atender otros asuntos.
- ¿Cosas más importantes que la universidad? Estoy intrigado por ese hecho.
- Ahora mismo iré para allá.
- Tú ahora no vas a ninguna parte. Desobedeciste mis órdenes y acabaste estudiando lo que te dio la gana. Has sido una decepción para el apellido y me dices que tienes cosas más importantes. ¿Crees que soy idiota Soonkyu? Porque si es así, empezamos mal la conversación.
- Esto hace tiempo que empezó mal –le temblaba el pulso, pero no iba a retroceder.
El hombre bajó las escaleras con parsimonia y se fue acercando a ellos. Levantó con soltura su mano derecha y asestó un golpe seco en la mejilla de la menor:
- ¡Señor Lee! – la sujetó Seung antes de cayera al suelo-. No se atreva a pegarle de nuevo–lo miró serio.
- ¿Le he pedido opinión al respecto?
- No, per…
- Pues cállese y lárguese de aquí ahora mismo.
- No me iré d…
- Usted decide si obedecer por las buenas o por las malas –sonrió con superioridad.
- Oppa…-murmuró ella tocándose la mejilla adolorida-. No importa, vete.
- Pero Soonkyu, no puedo dej…
- No te preocupes, vete por favor –le sonrió a duras penas mientras se ponía de pie.
Contra su voluntad y a petición de su pequeña, obedeció sin más y se retiró:
- ¿Por qué saliste? –agachó la vista para mirarla.
- Ya te dije que tuve asuntos que resolver.
- No. ¿Por qué saliste del límite marcado?
- ¿C-ómo? –la miró incrédula-. Soy mayor, puedo ir a donde quiera.
- En eso estás equivocada. Vas donde yo te diga y hasta donde yo te diga, ¿entendiste?
- ¿Me estás controlando?
- Lo vas captando. Será mejor que obedezcas por el bien de ustedes dos –sonrió-. No quiero llegar a otras circunstancias, ¿comprendes?
Soonkyu apretó fuertemente el puño y mordiéndose el labio tuvo que reprimirse:
- ¡Contéstame!
Pero ella seguía sin poder moverse hasta que aquella extremidad se estrelló bruscamente en su cara de nuevo. El hombre la miró en el suelo una vez más y se dio la vuelta dándole la espalda. De esa forma tan fría y cruel.
Quería huir. Salir de allí. Lejos.
Se volvió a poner en pie y con las pocas fuerzas que le quedaban subió las escaleras y se encerró en su cuarto. Pocos segundos fueron los que tardó en tirarse a la cama sin poder evitar que las lágrimas surcaran su dolorido rostro:
- Omma…Vuelve…
~~~~
Miró su reloj una vez más perdiendo las esperanzas. Ya no llegaría. Sabía que ella no llegaba tarde nunca, por lo que supuso que no iba a ir a clase. Tal y como había predicho. Antes de que el profesor entrase tecleó rápidamente un mensaje que envió sin dudar a su amiga.
Pensó que si ese mensaje no se lo contestaba la llamaría. No tenía un buen presentimiento y tan solo quería verificar que se equivocaba
~~~~
El menor de los Lee avanzó por los acostumbrados pasillos con temor. Su cuerpo temblaba y no entendía muy bien a qué le tenía miedo exactamente.
La última vez que había ido a clase, su padre lo había ido a buscar. ¿Cómo lo mirarían? ¿Con decepción? Había sido criado con unos fuertes valores impuestos por él y la decepción no entraba en su vocabulario. ¿Sería eso?
Se encontraba inmerso en sus pensamientos cuando fue devuelto a la realidad por la directora de la prestigiosa institución:
- Alumno Lee Taemin.
El nombrado subió la mirada apenado e intentó controlar los nervios:
- Acompáñame a mi despacho.
~~~~
Abrió los ojos topándose con la oscuridad de la habitación. Había olvidado correr las cortinas. Sintió un incesante pitido y limpiándose ambas mejillas, aclaró su garganta para contestar la llamada:
- ¡Sunny! ¿Dónde estás? –la voz alterada de su amiga le hizo esbozar una mínima sonrisa.
- Estoy en mi casa, lo siento. Debí haberte avisado.
- ¿Por qué no viniste hoy? Estaba muy preocupada. No sé nada de ti desde ayer por la mañana. No cogías mis llamadas ni contestabas los mensajes yo… ¿Sunny?
- …
- Sunny, ¿estas llorando?
- N-o… -dijo entre hipidos.
- ¿Q-ue te pasa? No me asustes. ¿Te duele algo? ¿Estás bien?
- Yo…Lo siento…
- No acepto esa respuesta, conmigo no funciona. Quiero que me digas ya que es lo que está pasando, ¿me oíste?
- Se-ohyun… -rompió a llorar.
Por fin traigo el nuevo capítulo, espero que lo disfruten <3
- Respuestas 78:
- anny-min: Hello, no te preocupes, yo también siento la tardanza. Me alegra verte de nuevo por aquí y que te siga interesando ^^ Gracias <3
AnnieKinoSwaggy: Claro que te recuerdo ^^ Yo no me olvido de nadie :3 No te preocupes, yo también he tardado mucho en actualizar :S Me alegra que aún leas el fic y gracias por el apoyo, la paciencia y comentar <3
Capítulo 79:
Tras mirar el antiguo reloj del salón, acomodó al pequeño en sus brazos y se dirigió directa a la habitación. Al haber preparado la cama con antelación, solo tuvo que recostar el diminuto cuerpo que descansaba no hacía mucho. Taemin se había quedado dormido una vez que las lágrimas habían cesado.
Lo arropó con cuidado para no despertarlo y lo observó con dulzura. No dudó en depositar un beso en su frente y abandonar la estancia. Miró hacia la mesa que antes habitaba y suspiró derrotada. Quería acabar la universidad. Sin embargo, mientras recogía, la preocupación no la abandonaba. Soonkyu la había dejado nerviosa. Estaba pasando algo y debía ser grave como para sacar al menor de los Lee de su casa con la seguridad que tiene implantada. Si lo pensaba de esa manera, entonces el problema debía proceder de dentro.
~~~~
Abrió silenciosamente la puerta y una vez revisado con las cámaras el perímetro de la zona, salieron con la intención de subirse al coche:
- Chicos –llamó desde la puerta a sus invitados-. Si necesitan algo, solo tienen que apretar el botón del aparato que les di.
- Lo haremos si hace falta, gracias por todo –sonrió Soonkyu.
- Subamos ya –apresuró Seung.
Esa zona seguía sin gustarle ni un pelo y menos, después de haber escuchado la reveladora anécdota de su amigo que incluía cadáveres:
- Oppa, ¿tienes miedo? –cuestionó una vez que se pusieron en marcha de vuelta a casa.
- Me preocupan ustedes. Tu padre nunca me inspiró confianza y menos después de lo de tu madre.
- Yo sé que ella no nos abandonó. Algo pasó, estoy segura.
- Yo pienso lo mismo. Tu padre tiene algo que ver.
- Quería negarlo –sonrió triste-. Quería negar el hecho de que hubieran más problemas en la familia. Una vida normal para mí y mi hermano, solo quería eso. Pero ya no puedo seguir fingiendo que no lo veo, ya no puedo cerrar los ojos.
- Tranquila Sunny, estoy contigo. Kangin también está metido en esto.
- Gracias oppa –dijo amablemente-. Pero si…
- No lo digas.
- Escúchame, por favor… -suplicó con un creciente dolor en su pecho.
- No digas nada de eso, te conozco, no pasará nada. No estamos solos.
Cogió una gran cantidad de aire como si le diera la fuerza necesaria para hablar:
- Si me ocurriese algo…
- Sunny
- Escucha…Si me ocurriese algo…
- Yo cuidaré de Taemin –la miró a los ojos.
Ella sonrió apenada. Era muy evidente:
- Gracias oppa .
- No me las des –le acarició su mano que descansaba sobre su muslo-. Lo hubiera hecho aunque no me lo hubieras pedido.
- Ya no hay marcha atrás.
- Volvamos a casa, ¿sí?
- Volvamos –asintió.
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Inmerso en la oscuridad del sueño, notó unas suaves caricias que intentaban despertarlo. Soltó un pequeño quejido al negarse a abrir los ojos y una melodiosa risa se escuchó a lo lejos:
- Vamos, Tae. Es hora de ir a clase –siguió colocándole los mechones de pelo que se rebelaban.
- Noona –dijo perezoso dándose la vuelta.
- ¡Eh! De eso nada jovencito –dijo viendo las intenciones del pequeño-. Anda, venga.
- ¿Tengo que ir? –suplicó.
- Como todo el mundo –rio por el puchero que se había formado en sus labios.
- Eres mala noona –dijo bostezando.
- ¿Yo? –se acercó rápidamente y aprovechando la distracción, comenzó a hacerle cosquillas.
- ¡Noonaa! –gritó entre fuertes carcajadas-. ¡Para!
- Pararé solo si te vistes ya, ¿de acuerdo?
- Está bien, de acuerdo –habló sin pensarlo más de dos segundos.
- Así me gusta, buenos días Taemin –sonrió.
El menor infló los cachetes disgustado por su derrota, pero sonrió cuando la mayor se los pellizcó:
- Buenos días noona –se acercó a darle un beso en la mejilla.
Seohyun lo recibió con gusto y lo apresuró para que se preparara:
- El desayuno está listo, date prisa para que no se enfríe. Te espero abajo.
- Noona –la llamó.
- ¿Sí?
- Gracias –sonrió contento.
- ¿Por qué me las das?
- Por cuidar también de mí –dijo por último para meterse en el baño.
Ella sonrió enternecida y se dirigió escaleras abajo para preparar sus cosas. Se había pasado toda la noche revisando las tareas y los trabajos. Tampoco podía dormir debido a la conversación con su mejor amiga. Estaba preocupada. Le sumó el hecho de que desde esta mañana no le cogía el teléfono. Tenía la sensación de que no iba a aparecer.
Poco tiempo había pasado desde que había salido de su casa con el menor para dejarlo en su colegio, pero había algo que le inquietaba. Conforme se iban acercando, la expresión del pequeño se ensombrecía cada vez más:
- Tae, ¿estás bien?
El aludido la miró confuso y mostró una sonrisa nerviosa:
- S-sí, estoy bien.
- ¿Seguro?
- No te preocupes, noona.
No quiso insistir, pero era evidente que algo le pasaba. Varios minutos después llegaron a uno de sus destinos:
- Bueno Tae, estudia mucho, ¿sí?
- Lo haré noona… -la miró con tristeza.
Seohyun se agachó hasta su altura y lo rodeó con ambos brazos. El menor correspondió el gesto hundiendo su rostro entre el contacto:
- Pase lo que pase, estaré contigo, ¿vale? Solo tienes que llamarme.
- Noona, no me sueltes…
Ella notó como el pequeño se aferraba con más fuerza como si de esa forma pudiera escapar de algo, como si tratara de hacer desaparecer algo que lo atormentaba:
- No te preocupes Tae, sea lo que sea saldrá bien. Te quiero, ¿sí? –finalizó dando un beso en su frente-. Ahora ve con cuidado –le animó.
El pequeño Lee intentó sonreír y se despidió agitando su mano:
- Ten un buen día noona.
~~~~
Se bajaron del vehículo con pesadez. El amanecer les había saludado en carretera y el día comenzaba. Sunny se bajó del coche y por acto reflejo, estiró su cuerpo. Le habían enseñado que era de mala educación, pero no le importó lo suficiente como para pensarlo:
- Sunny –llamó su atención.
- ¿Mm? –se giró para verlo.
- Ahí está el coche de tu padre.
- Está en casa…
- Será mejor que entremos –apresuró.
El mayor sacó las llaves que poseía desde que había comenzado su trabajo y con un eco lúgubre, abrió el gran portón que bloqueaba la entrada. Ambos entraron y con un profundo suspiro de alivio, siguieron pasillo hacia adentro. Una sensación que no les duró más de dos minutos:
- ¿Qué haces aquí? –la imponente voz retumbó en sus tímpanos.
Los presentes se dieron la vuelta ante la mirada que los atravesaba desde la gran escalera de mármol:
- Vivo aquí –se atrevió a decir Soonkyu ante la fría mirada de su progenitor.
- ¿Te crees muy graciosa? –entrecerró los ojos y frunció el ceño-. ¿Qué haces fuera de la universidad?
- Tuve que atender otros asuntos.
- ¿Cosas más importantes que la universidad? Estoy intrigado por ese hecho.
- Ahora mismo iré para allá.
- Tú ahora no vas a ninguna parte. Desobedeciste mis órdenes y acabaste estudiando lo que te dio la gana. Has sido una decepción para el apellido y me dices que tienes cosas más importantes. ¿Crees que soy idiota Soonkyu? Porque si es así, empezamos mal la conversación.
- Esto hace tiempo que empezó mal –le temblaba el pulso, pero no iba a retroceder.
El hombre bajó las escaleras con parsimonia y se fue acercando a ellos. Levantó con soltura su mano derecha y asestó un golpe seco en la mejilla de la menor:
- ¡Señor Lee! – la sujetó Seung antes de cayera al suelo-. No se atreva a pegarle de nuevo–lo miró serio.
- ¿Le he pedido opinión al respecto?
- No, per…
- Pues cállese y lárguese de aquí ahora mismo.
- No me iré d…
- Usted decide si obedecer por las buenas o por las malas –sonrió con superioridad.
- Oppa…-murmuró ella tocándose la mejilla adolorida-. No importa, vete.
- Pero Soonkyu, no puedo dej…
- No te preocupes, vete por favor –le sonrió a duras penas mientras se ponía de pie.
Contra su voluntad y a petición de su pequeña, obedeció sin más y se retiró:
- ¿Por qué saliste? –agachó la vista para mirarla.
- Ya te dije que tuve asuntos que resolver.
- No. ¿Por qué saliste del límite marcado?
- ¿C-ómo? –la miró incrédula-. Soy mayor, puedo ir a donde quiera.
- En eso estás equivocada. Vas donde yo te diga y hasta donde yo te diga, ¿entendiste?
- ¿Me estás controlando?
- Lo vas captando. Será mejor que obedezcas por el bien de ustedes dos –sonrió-. No quiero llegar a otras circunstancias, ¿comprendes?
Soonkyu apretó fuertemente el puño y mordiéndose el labio tuvo que reprimirse:
- ¡Contéstame!
Pero ella seguía sin poder moverse hasta que aquella extremidad se estrelló bruscamente en su cara de nuevo. El hombre la miró en el suelo una vez más y se dio la vuelta dándole la espalda. De esa forma tan fría y cruel.
Quería huir. Salir de allí. Lejos.
Se volvió a poner en pie y con las pocas fuerzas que le quedaban subió las escaleras y se encerró en su cuarto. Pocos segundos fueron los que tardó en tirarse a la cama sin poder evitar que las lágrimas surcaran su dolorido rostro:
- Omma…Vuelve…
~~~~
Miró su reloj una vez más perdiendo las esperanzas. Ya no llegaría. Sabía que ella no llegaba tarde nunca, por lo que supuso que no iba a ir a clase. Tal y como había predicho. Antes de que el profesor entrase tecleó rápidamente un mensaje que envió sin dudar a su amiga.
Pensó que si ese mensaje no se lo contestaba la llamaría. No tenía un buen presentimiento y tan solo quería verificar que se equivocaba
~~~~
El menor de los Lee avanzó por los acostumbrados pasillos con temor. Su cuerpo temblaba y no entendía muy bien a qué le tenía miedo exactamente.
La última vez que había ido a clase, su padre lo había ido a buscar. ¿Cómo lo mirarían? ¿Con decepción? Había sido criado con unos fuertes valores impuestos por él y la decepción no entraba en su vocabulario. ¿Sería eso?
Se encontraba inmerso en sus pensamientos cuando fue devuelto a la realidad por la directora de la prestigiosa institución:
- Alumno Lee Taemin.
El nombrado subió la mirada apenado e intentó controlar los nervios:
- Acompáñame a mi despacho.
~~~~
Abrió los ojos topándose con la oscuridad de la habitación. Había olvidado correr las cortinas. Sintió un incesante pitido y limpiándose ambas mejillas, aclaró su garganta para contestar la llamada:
- ¡Sunny! ¿Dónde estás? –la voz alterada de su amiga le hizo esbozar una mínima sonrisa.
- Estoy en mi casa, lo siento. Debí haberte avisado.
- ¿Por qué no viniste hoy? Estaba muy preocupada. No sé nada de ti desde ayer por la mañana. No cogías mis llamadas ni contestabas los mensajes yo… ¿Sunny?
- …
- Sunny, ¿estas llorando?
- N-o… -dijo entre hipidos.
- ¿Q-ue te pasa? No me asustes. ¿Te duele algo? ¿Estás bien?
- Yo…Lo siento…
- No acepto esa respuesta, conmigo no funciona. Quiero que me digas ya que es lo que está pasando, ¿me oíste?
- Se-ohyun… -rompió a llorar.
Lady Akari
Taemin <3
115
{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [80/??]
¡Hi! Como mencioné con anterioridad he vuelto más pronto ^^ Disfrútenlo <3
Capítulo 80:
El menor de los Lee atravesó los pasillos mirando muy de cerca la esbelta espalda de la mayor autoridad. Apretó los puños conteniendo el miedo bajo la mirada de cientos de alumnos. Él jamás había pisado ese lugar salvo el primer día que fue matriculado.
Quería llorar. Aquello era una decepción. Era sabido en la institución que quien se encontraba en la misma situación jamás era vuelto a ver:
- Pasa –le indicó.
Sin darse cuenta, habían llegado y las piernas le respondían con dificultad. Se adentró en el gran despacho y se sentó enfrente de aquella fría mujer tal y como se lo había indicado:
- Lee Taemin –llamó su atención para que elevara la mirada.
- Yo…perdón, no lo volveré a hacer –sus disculpas salieron automáticamente.
- ¿Por qué te disculpas? –preguntó confundida.
- ¿No me va a echar?
- Claro que no, eres un alumno brillante.
Su corazón había sido capaz de respirar por primera vez en toda la mañana:
- Muchas gracias –hizo una reverencia tras levantarse respetuosamente.
- No hace falta, siéntate.
La mujer apoyó ambos codos en la mesa y cruzó los brazos:
- Te vamos a repetir el examen.
- ¿Qué? ¿En serio? –abrió los ojos asombrado.
- Sí, hemos decidido darte la oportunidad ya que se comprobó tu inocencia.
Eso quería decir que alguien lo había encerrado y no había sido causalidad. Quería preguntarle quién, pero no creyó que sería oportuno después de lo que le acababa de decir:
- Muchas gracias, aprovecharé esta oportunidad.
- Como era de esperarse.
- ¿Podría hacerme el examen ahora? –dijo con total determinación.
- ¿Ahora?
- Sí, si es posible. Estoy preparado.
- Me sorprende oír esas palabras de un alumno y más, de alguien tan pequeño.
- Mi noona hace un gran trabajo conmigo.
La directora dejó escapar una pequeña sonrisa que pasó desapercibida por el menor. Había captado el mensaje. Sus padres no se ocupaban de él. Ya sea de manera consciente o no, se le había escapado ese dato:
- No lo pongo en duda –sonrió amable-. Está bien, pero tendrás que hacerlo aquí. Yo te supervisaré dado que ahora el resto de profesores están en clase, ¿de acuerdo?
- No tengo problemas.
- Bien, siéntate en aquella mesa –le señaló una a la derecha de la suya-. Voy a coger el examen.
~~~~
Su mejor amiga le había prometido ir después de clase amenazándola en el proceso. Eso le había sacado una pequeña sonrisa. Pero no estaba segura de si quería que la viera en ese estado y menos su hermano pequeño. Agradecía a la suerte de que hoy fuera el único día en el que sus clases terminaban antes que las de los colegios. Quizá eso le diera tiempo para practicar una sonrisa antes de que llegara su pequeño tesoro.
Se llevó las manos a la cara y se limpió los restos de lágrimas que empapaban su rostro. Su vida comenzaba a desmoronarse de nuevo. Había intentado reconstruirla, aceptando incluso la nueva actitud de su padre, la ausencia de su madre…Solo para poder fingir que todavía eran una familia. Pero lo que había construido ya no se podía sostener, los pilares estaban resultando demasiado frágiles y no tardarían en ceder.
Un gran suspiro se escapó de su boca e intentó despejar la nube que se oscurecía cada vez más. Lo importante en ese momento era saber cómo pudo averiguar su padre que había salido del distrito. ¿Una cámara tal vez? ¿Un espía? ¿Un localizador? Aquellas cosas que le parecían de película comenzaba a tomárselas en serio. Quizá no estaba muy mal encaminada.
Sin embargo, algo le vino rápidamente a la cabeza. Cogió su teléfono y marcó con suma rapidez.
~~~~
Se levantó de la silla donde estaba arreglando unos papeles ante el sonido que producía su teléfono. Observó curioso la pantalla y lo descolgó de forma instantánea al ver que se trataba de ella:
- ¿Estás bien? ¿Qué pasó?
- Oppa… -sonó pensativa.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Estás en el coche?
- No, ¿por qué?
- Creo que mi padre nos vigila.
- ¿Cómo?
- Esta mañana discutí con él y supo que habíamos salido de la ciudad. Eso es imposible saberlo.
- A menos que nos espiara, ¿no?
- Exacto. Quería avisarte por si en algún momento hablas con Kangin oppa, le avisaras para que no se descubriera nada.
- Gracias por la información. A partir de ahora hablaremos con normalidad en el coche. Si llegáramos a hacerle saber que sabemos que nos espía, será peor. Lo mejor será hacernos los desentendidos.
- Entiendo, pero tienes que averiguar si hay algo sospechoso en el coche o es alguien que nos sigue.
- Me encargaré de ello, no te preocupes. ¿Tú estás bien?
- Sí, estoy bien.
- ¿Seguro?
- Sí –soltó una risita-. Solo quiero ver a Taemin, lo extraño mucho.
- Menos mal que fue solo una noche –rio.
- Ya sabes como soy.
- Seguro que él también quiere verte.
- Pero…
- ¿Qué? –se volvió serio.
- No estoy segura de querer que venga a esta casa. Es decir, no voy a poder estar con él las veinticuatro horas del día y en algún momento se tendrá que quedar ya sea con mi padre o solo en casa.
- Me quedaré con él si se da el caso, ¿de acuerdo?
- ¿Lo harías? Tampoco quiero cargarte con demasiadas cosas sin recibir nada a ca…
- Shh…No es una molestia. Me encanta estar con ustedes y prefiero desvelarme día y noche sabiendo que estoy cuidándoles que no porque no sepa cómo están.
- Te adoro oppa –dijo dulcemente.
- Yo también a ustedes –dijo con una cariño sobreprotector.
- Nos vemos mañana, ¿sí?
- Ahí estaré, a la misma hora de siempre.
- Gracias.
- No me las des, cuídate.
Comprendió entonces que no estaba del todo sola, quizá habría una oportunidad de acabar esta historia bien.
~~~~
Recogió sus cosas sin titubear y con paso seguro se dirigió a la salida de la gran universidad. Recorrió el camino que tan bien conocía y por primera vez lo maldijo, se le estaba haciendo muy pesado. Parecía no avanzar. La parte positiva era que al salir antes, todavía no había mucho tráfico obstruyendo la ciudad.
Se colocó el pelo con pesadez y una vez divisada la gran mansión, alzó su mano para llamar.
~~~~
Tras cerrar su habitación con llave, bajó al primer piso y cruzó una mirada de odio hacia su padre que pasaba por ahí también. Ella giró la cabeza y continuó con su camino hacia la entrada, dándole la espalda. No quería que el asco se instalara en su cara.
Bajó el pequeño escalón y abrió la gran puerta que bloqueaba la salida:
- Seo, gracias por venir –sonrió.
Su amiga soltó todo lo que llevaba y se lanzó a abrazarla:
- ¿Estás bien? –le acarició la mejilla con una notoria preocupación.
- Sí, tranquila –le sujetó la mano con delicadeza-. Anda, pasa –cogió sus cosas y las entró seguida por ella.
Las dos amigas subieron a la habitación de la castaña y se sentaron en la cama. No sabía si lo mejor era contarle todo hasta ahora o solo mantenerla al margen. Ya había mucha gente querida involucrada y si algo le pasaba a su mejor amiga, sería otra cosa por la que no se perdonaría, pero Seohyun la conocía bien…
- Sunny, te prometí ayudarte y tú que me lo contarías. Espero que no estés pensando en echarte para atrás en tu promesa.
- Te odio –rio-. ¿Por qué me conoces tan bien?
- Hemos crecido juntas, algo tendrá que ver –le pellizcó la barriga.
- Seo…Sí que estaba pesando en no contártelo, porque no quiero que te suceda nada.
- Sunny, la vida sin ti es aburrida. Si en algún momento nos tenemos que separar que sea inevitable y no por decisión. ¿Comprendes?-. Yo iré a dónde tú me digas –le cogió la mano-. Y avanzaremos juntas. No importa donde acabemos, sino que nuestras huellas vayan a la par.
- No sé qué haría sin ti –sonrió al notar como se le escapaba una lágrimas.
- Ven aquí boba, no llores –la atrajo a su pecho y le acarició los cabellos.
- Gracias –la rodeó por la cintura disfrutando del cálido y cariñoso tacto de su alma gemela.
- No hay de qué, pero… -rio ante su pensamiento-. Me muero de hambre, ¿podrías alimentarme?
- Vaya forma de destruir el momento –le sacó la lengua para posteriormente levantarse-. Venga, vamos –le tendió la mano.
- No me lo digas dos veces –la sujetó sin reparos.
Ambas bajaron de la mano por toda la escalera y entre risas llegaron a la cocina:
- ¿Qué te apetece? –dijo abriendo la nevera.
- No sé, tú eres la experta –le guiñó un ojo.
- A ver que me puedo inventar para ti, señorita –rio ante la situación.
- Algún día me contarás cuál es tu secreto en la cocina, ¿verdad?
- Algún día –dijo haciéndolo sonar muy lejano.
- ¡Oye!
- Te prometo que te enseñaré antes de que muera, nunca se sabe.
- Dentro de mil años por lo menos.
- La muerte está en cada esquina –sonrió perversamente.
- ¡Calla! No me digas esas cosas, sabes que me dan miedo.
- Que boba eres, después te quejas de mí.
- Venga venga, que tengo hambre –apresuró con una sonrisa.
~~~~
Aparcó como de costumbre delante del gran colegio y esperó a que todos salieran. Lo buscaba con la mirada entre la gran multitud y se extrañó al no verlo llegar. Se bajó del coche sin barajar las ideas y se adentró en el edificio principal:
- Perdone, ¿ya han salido todos los alumnos? –le preguntó amablemente a la secretaria que se hallaba en la entrada.
- Sí, aunque creo recordar que hay un alumno en el despacho de la directora.
- ¿Podría ser Lee Taemin?
- Sí, el mismo.
- La directora lo está examinando, ya no le debe de quedar mucho.
- Muchas gracias, esperaré por aquí.
- Como desee –dijo amablemente.
¿Un examen? Taemin no le había comentado nada de eso. Miró el reloj nervioso. Últimamente no podía estar tranquilo y menos después de todo lo que había pasado en apenas dos días.
~~~~
- Seohyun –llamó su atención mientras comían.
- Dime –la miró curiosa.
- Acércate –le indicó con la mano.
La castaña se aproximó a su oído:
- Te lo contaré, pero no aquí.
La amiga se extrañó ante tal acto, pero no le dio más vueltas y asintió.
~~~~
El pequeño salió del jardín del colegio y lo divisó apoyado en una de las puertas del coche de los Lee:
- ¡Hyung! –lo llamó sonriente.
El nombrado se dio la vuelta y suspiró de alivio. Su pequeño estaba en perfectas condiciones, pero algo llamó su atención:
- ¿Qué traes ahí Tae?
- ¡Oh! –dijo levantado su mano ocupada-. Es una carta que me dio la directora.
- Me dijeron que estabas en un examen.
- En realidad el examen ya lo había acabado, pero la directora lo estaba corrigiendo y me hizo quedarme. Cuando terminó se comportaba de manera extraña y me entregó esto. Me dijo que se lo diera a noona.
- Tengo curiosidad –dijo arrancando el coche.
- Yo también hyung, pero no puedo abrirla –hizo un puchero.
- Bueno y dime, ¿cómo te salió?
- Pues era el examen que me habían prohibido, no pensé que me lo dejaran hacer, por eso no te dije nada.
- Comprendo, no te preocupes. Vamos a casa para que comas y descanses.
- De acuerdo –asintió complacido.
Tras pocos minutos de trayecto el menor se acercó a la parte delantera cerca del volante y miró fijamente con curiosidad:
- ¿Qué pasa Tarmin?
- Hyung, -dijo ladeando la cabeza-. ¿Eso es un micro?
Capítulo 80:
El menor de los Lee atravesó los pasillos mirando muy de cerca la esbelta espalda de la mayor autoridad. Apretó los puños conteniendo el miedo bajo la mirada de cientos de alumnos. Él jamás había pisado ese lugar salvo el primer día que fue matriculado.
Quería llorar. Aquello era una decepción. Era sabido en la institución que quien se encontraba en la misma situación jamás era vuelto a ver:
- Pasa –le indicó.
Sin darse cuenta, habían llegado y las piernas le respondían con dificultad. Se adentró en el gran despacho y se sentó enfrente de aquella fría mujer tal y como se lo había indicado:
- Lee Taemin –llamó su atención para que elevara la mirada.
- Yo…perdón, no lo volveré a hacer –sus disculpas salieron automáticamente.
- ¿Por qué te disculpas? –preguntó confundida.
- ¿No me va a echar?
- Claro que no, eres un alumno brillante.
Su corazón había sido capaz de respirar por primera vez en toda la mañana:
- Muchas gracias –hizo una reverencia tras levantarse respetuosamente.
- No hace falta, siéntate.
La mujer apoyó ambos codos en la mesa y cruzó los brazos:
- Te vamos a repetir el examen.
- ¿Qué? ¿En serio? –abrió los ojos asombrado.
- Sí, hemos decidido darte la oportunidad ya que se comprobó tu inocencia.
Eso quería decir que alguien lo había encerrado y no había sido causalidad. Quería preguntarle quién, pero no creyó que sería oportuno después de lo que le acababa de decir:
- Muchas gracias, aprovecharé esta oportunidad.
- Como era de esperarse.
- ¿Podría hacerme el examen ahora? –dijo con total determinación.
- ¿Ahora?
- Sí, si es posible. Estoy preparado.
- Me sorprende oír esas palabras de un alumno y más, de alguien tan pequeño.
- Mi noona hace un gran trabajo conmigo.
La directora dejó escapar una pequeña sonrisa que pasó desapercibida por el menor. Había captado el mensaje. Sus padres no se ocupaban de él. Ya sea de manera consciente o no, se le había escapado ese dato:
- No lo pongo en duda –sonrió amable-. Está bien, pero tendrás que hacerlo aquí. Yo te supervisaré dado que ahora el resto de profesores están en clase, ¿de acuerdo?
- No tengo problemas.
- Bien, siéntate en aquella mesa –le señaló una a la derecha de la suya-. Voy a coger el examen.
~~~~
Su mejor amiga le había prometido ir después de clase amenazándola en el proceso. Eso le había sacado una pequeña sonrisa. Pero no estaba segura de si quería que la viera en ese estado y menos su hermano pequeño. Agradecía a la suerte de que hoy fuera el único día en el que sus clases terminaban antes que las de los colegios. Quizá eso le diera tiempo para practicar una sonrisa antes de que llegara su pequeño tesoro.
Se llevó las manos a la cara y se limpió los restos de lágrimas que empapaban su rostro. Su vida comenzaba a desmoronarse de nuevo. Había intentado reconstruirla, aceptando incluso la nueva actitud de su padre, la ausencia de su madre…Solo para poder fingir que todavía eran una familia. Pero lo que había construido ya no se podía sostener, los pilares estaban resultando demasiado frágiles y no tardarían en ceder.
Un gran suspiro se escapó de su boca e intentó despejar la nube que se oscurecía cada vez más. Lo importante en ese momento era saber cómo pudo averiguar su padre que había salido del distrito. ¿Una cámara tal vez? ¿Un espía? ¿Un localizador? Aquellas cosas que le parecían de película comenzaba a tomárselas en serio. Quizá no estaba muy mal encaminada.
Sin embargo, algo le vino rápidamente a la cabeza. Cogió su teléfono y marcó con suma rapidez.
~~~~
Se levantó de la silla donde estaba arreglando unos papeles ante el sonido que producía su teléfono. Observó curioso la pantalla y lo descolgó de forma instantánea al ver que se trataba de ella:
- ¿Estás bien? ¿Qué pasó?
- Oppa… -sonó pensativa.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Estás en el coche?
- No, ¿por qué?
- Creo que mi padre nos vigila.
- ¿Cómo?
- Esta mañana discutí con él y supo que habíamos salido de la ciudad. Eso es imposible saberlo.
- A menos que nos espiara, ¿no?
- Exacto. Quería avisarte por si en algún momento hablas con Kangin oppa, le avisaras para que no se descubriera nada.
- Gracias por la información. A partir de ahora hablaremos con normalidad en el coche. Si llegáramos a hacerle saber que sabemos que nos espía, será peor. Lo mejor será hacernos los desentendidos.
- Entiendo, pero tienes que averiguar si hay algo sospechoso en el coche o es alguien que nos sigue.
- Me encargaré de ello, no te preocupes. ¿Tú estás bien?
- Sí, estoy bien.
- ¿Seguro?
- Sí –soltó una risita-. Solo quiero ver a Taemin, lo extraño mucho.
- Menos mal que fue solo una noche –rio.
- Ya sabes como soy.
- Seguro que él también quiere verte.
- Pero…
- ¿Qué? –se volvió serio.
- No estoy segura de querer que venga a esta casa. Es decir, no voy a poder estar con él las veinticuatro horas del día y en algún momento se tendrá que quedar ya sea con mi padre o solo en casa.
- Me quedaré con él si se da el caso, ¿de acuerdo?
- ¿Lo harías? Tampoco quiero cargarte con demasiadas cosas sin recibir nada a ca…
- Shh…No es una molestia. Me encanta estar con ustedes y prefiero desvelarme día y noche sabiendo que estoy cuidándoles que no porque no sepa cómo están.
- Te adoro oppa –dijo dulcemente.
- Yo también a ustedes –dijo con una cariño sobreprotector.
- Nos vemos mañana, ¿sí?
- Ahí estaré, a la misma hora de siempre.
- Gracias.
- No me las des, cuídate.
Comprendió entonces que no estaba del todo sola, quizá habría una oportunidad de acabar esta historia bien.
~~~~
Recogió sus cosas sin titubear y con paso seguro se dirigió a la salida de la gran universidad. Recorrió el camino que tan bien conocía y por primera vez lo maldijo, se le estaba haciendo muy pesado. Parecía no avanzar. La parte positiva era que al salir antes, todavía no había mucho tráfico obstruyendo la ciudad.
Se colocó el pelo con pesadez y una vez divisada la gran mansión, alzó su mano para llamar.
~~~~
Tras cerrar su habitación con llave, bajó al primer piso y cruzó una mirada de odio hacia su padre que pasaba por ahí también. Ella giró la cabeza y continuó con su camino hacia la entrada, dándole la espalda. No quería que el asco se instalara en su cara.
Bajó el pequeño escalón y abrió la gran puerta que bloqueaba la salida:
- Seo, gracias por venir –sonrió.
Su amiga soltó todo lo que llevaba y se lanzó a abrazarla:
- ¿Estás bien? –le acarició la mejilla con una notoria preocupación.
- Sí, tranquila –le sujetó la mano con delicadeza-. Anda, pasa –cogió sus cosas y las entró seguida por ella.
Las dos amigas subieron a la habitación de la castaña y se sentaron en la cama. No sabía si lo mejor era contarle todo hasta ahora o solo mantenerla al margen. Ya había mucha gente querida involucrada y si algo le pasaba a su mejor amiga, sería otra cosa por la que no se perdonaría, pero Seohyun la conocía bien…
- Sunny, te prometí ayudarte y tú que me lo contarías. Espero que no estés pensando en echarte para atrás en tu promesa.
- Te odio –rio-. ¿Por qué me conoces tan bien?
- Hemos crecido juntas, algo tendrá que ver –le pellizcó la barriga.
- Seo…Sí que estaba pesando en no contártelo, porque no quiero que te suceda nada.
- Sunny, la vida sin ti es aburrida. Si en algún momento nos tenemos que separar que sea inevitable y no por decisión. ¿Comprendes?-. Yo iré a dónde tú me digas –le cogió la mano-. Y avanzaremos juntas. No importa donde acabemos, sino que nuestras huellas vayan a la par.
- No sé qué haría sin ti –sonrió al notar como se le escapaba una lágrimas.
- Ven aquí boba, no llores –la atrajo a su pecho y le acarició los cabellos.
- Gracias –la rodeó por la cintura disfrutando del cálido y cariñoso tacto de su alma gemela.
- No hay de qué, pero… -rio ante su pensamiento-. Me muero de hambre, ¿podrías alimentarme?
- Vaya forma de destruir el momento –le sacó la lengua para posteriormente levantarse-. Venga, vamos –le tendió la mano.
- No me lo digas dos veces –la sujetó sin reparos.
Ambas bajaron de la mano por toda la escalera y entre risas llegaron a la cocina:
- ¿Qué te apetece? –dijo abriendo la nevera.
- No sé, tú eres la experta –le guiñó un ojo.
- A ver que me puedo inventar para ti, señorita –rio ante la situación.
- Algún día me contarás cuál es tu secreto en la cocina, ¿verdad?
- Algún día –dijo haciéndolo sonar muy lejano.
- ¡Oye!
- Te prometo que te enseñaré antes de que muera, nunca se sabe.
- Dentro de mil años por lo menos.
- La muerte está en cada esquina –sonrió perversamente.
- ¡Calla! No me digas esas cosas, sabes que me dan miedo.
- Que boba eres, después te quejas de mí.
- Venga venga, que tengo hambre –apresuró con una sonrisa.
~~~~
Aparcó como de costumbre delante del gran colegio y esperó a que todos salieran. Lo buscaba con la mirada entre la gran multitud y se extrañó al no verlo llegar. Se bajó del coche sin barajar las ideas y se adentró en el edificio principal:
- Perdone, ¿ya han salido todos los alumnos? –le preguntó amablemente a la secretaria que se hallaba en la entrada.
- Sí, aunque creo recordar que hay un alumno en el despacho de la directora.
- ¿Podría ser Lee Taemin?
- Sí, el mismo.
- La directora lo está examinando, ya no le debe de quedar mucho.
- Muchas gracias, esperaré por aquí.
- Como desee –dijo amablemente.
¿Un examen? Taemin no le había comentado nada de eso. Miró el reloj nervioso. Últimamente no podía estar tranquilo y menos después de todo lo que había pasado en apenas dos días.
~~~~
- Seohyun –llamó su atención mientras comían.
- Dime –la miró curiosa.
- Acércate –le indicó con la mano.
La castaña se aproximó a su oído:
- Te lo contaré, pero no aquí.
La amiga se extrañó ante tal acto, pero no le dio más vueltas y asintió.
~~~~
El pequeño salió del jardín del colegio y lo divisó apoyado en una de las puertas del coche de los Lee:
- ¡Hyung! –lo llamó sonriente.
El nombrado se dio la vuelta y suspiró de alivio. Su pequeño estaba en perfectas condiciones, pero algo llamó su atención:
- ¿Qué traes ahí Tae?
- ¡Oh! –dijo levantado su mano ocupada-. Es una carta que me dio la directora.
- Me dijeron que estabas en un examen.
- En realidad el examen ya lo había acabado, pero la directora lo estaba corrigiendo y me hizo quedarme. Cuando terminó se comportaba de manera extraña y me entregó esto. Me dijo que se lo diera a noona.
- Tengo curiosidad –dijo arrancando el coche.
- Yo también hyung, pero no puedo abrirla –hizo un puchero.
- Bueno y dime, ¿cómo te salió?
- Pues era el examen que me habían prohibido, no pensé que me lo dejaran hacer, por eso no te dije nada.
- Comprendo, no te preocupes. Vamos a casa para que comas y descanses.
- De acuerdo –asintió complacido.
Tras pocos minutos de trayecto el menor se acercó a la parte delantera cerca del volante y miró fijamente con curiosidad:
- ¿Qué pasa Tarmin?
- Hyung, -dijo ladeando la cabeza-. ¿Eso es un micro?
Lady Akari
Taemin <3
115
{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [81/??]
Capítulo 81:
Siempre le había tranquilizado la manera en que Seohyun le acariciaba con cariño los cabellos. La sola presencia de su amiga le aportaba paz y tranquilidad como si fuera su vía de escape; la única llave que la sacaba de la cárcel.
Esbozó una pequeña sonrisa al darse cuenta de que sus finos dedos habían aterrizado en sus cachetes. Se encontraba apoyada en el pecho de ella, quien a su vez, apoyaba la espalda en los suaves cojines de la gran cama de Soonkyu.
- Hacía tiempo que no comía tan bien.
- Estaba esperando a que dijeras eso –rio Sunny.
- Es que con la universidad he tenido poco tiempo de hacer nada y con tus desapariciones, cualquiera se despreocupa.
- Siento eso –dijo melancólicamente.
- No te preocupes, aun si vienes a clase, me seguiré preocupando por ti –rio.
Sunny estiró sus brazos y la abrazó fuertemente. Tenía miedo, mucho. Sabía que a partir de ahora nada sería igual:
- Seo, escúchame atentamente. Cualquier pregunta me la escribes en tu teléfono. No pronuncies nada en alto –le susurró en su oído.
Su amiga asintió y se dejó llevar por los movimientos de Soonkyu. Esta la recostó en la cama dándole la espalda para luego colocarse detrás, pudiendo fácilmente, susurrarle al oído. Le rodeó con su mano la cintura y aspirando una gran bocanada de aire, comenzó a relatarle todo lo sucedido.
~~~~
Seung giró bruscamente la cabeza por el dato revelado y dio con el aparato espía. Sus latidos se aceleraron y no puedo evitar respirar con dificultad:
- N-no sé de qué estás hablando Taemin –se aflojó la corbata-. En el coche no hay micrófonos.
- Sí los hay hyung, mira –dijo señalando esta vez.
- Lo estarás confundiendo con algo del coche –rio nervioso.
El pequeño iba a hablar y justo a tiempo le tapó la boca con una rapidez pasmosa. No podía permitir que el pequeño delatara nada, porque eso significaría ponerlo en peligro y los ojos del señor Lee encima de ellos.
Ante la extraña mirada del menor, este puso un dedo cerca de los labios indicando silencio y le guiñó un ojo en señal de complicidad:
- Tienes razón hyung, es que estoy muy cansado y confundo las cosas –rio.
El silencio después de eso se hizo incómodo y para no levantar sospechas decidió simular una conversación normal:
- ¿Qué te apetece comer?
- Mmm…Pues no sé. En realidad no tengo mucha hambre –dijo tocándose la barriga.
- Tienes que comer, ya sabes lo que pasará si no lo haces.
- Lo sé hyung. Noona me obligará –hizo un puchero.
- Es importante que te alimentes bien –intentó regañarlo, aunque no podía evitar mirar la ternura en su cara.
Vio como el menor, tras poco minutos, se quedó mirando extrañado la ventana, pero como parecía entretenido, no quiso darle más vueltas. Lo más importante era llegar a casa y salir de la vigilancia a la que estaban sometidos en ese instante.
~~~~
Aparcó dentro de la propiedad como acostumbraba y ambos se bajaron del coche rumbo a la gran mansión. El guardaespaldas cerró el coche y le dio la mano a Taemin para atravesar los cuidados jardines como cuando era más pequeño. Él siempre decía que era lo mejor de la casa, pero últimamente habían cambiado las cosas. Hasta los lugares con los mejores recuerdos parecían perder significado.
Sacó las llaves del bolsillo interior y por fin se adentraron en la elegante estancia haciendo eco al caminar. Sin embargo, unos pasos se unieron a los suyos y Seung se dio cuenta inmediatamente. Miró nervioso al núcleo de ese sonido reconociendo al instante el característico resonar de él.
- Buenas tardes señor Lee –hizo una reverencia.
El hombre se paró en mitad de la sala y Taemin desvió la mirada. Sintieron sus ojos penetrantes escanearlos, pero antes de que algún pensamiento cruzara por sus mentes, el imponente hombre movió los labios:
- Dame las llaves –ordenó.
El empleado, nervioso, obedeció con el pulso en duda y le entregó lo que pedía. Rezaba que no sospechara nada o que por lo menos, lo pasara por alto. Lo vio pasar por su lado y una extraña sensación se instaló en la sala. Tras escuchar el sonido de la puerta, se giró sobre sus talones y lo observó marchar por el mismo camino por el que ellos habían venido.
Su corazón empezó a bombear a un ritmo fuera de lo común al verlo subir al coche:
- ¿Qué pasa hyung? –le tiró de la manga para llamar su atención.
- Taemin, no digas nada de esto, ¿de acuerdo?
- Pero…
- Si notas algo extraño me lo dices a mí o a Sunny, ¿vale?
- Está bien hyung –dijo confuso.
- Será mejor que vayas a saludar a tu hermana.
- ¿Está aquí? –le brillaron los ojos sonriente.
- Sí, y además por lo que oigo, también Seohyun.
No terminó de hablar y el pequeño ya subía las escaleras de mármol.
~~~~
Veía como su amiga lloraba con una sonrisa que tan solo demostraba resignación. Le dolía. Se limpió sus propias lágrimas y la envolvió en un abrazo:
- No es tu culpa, lo sabes.
- Pero…Tal vez si yo hubiera h…
- No sigas haciendo eso, no te sigas culpando.
Sunny trató de calmarse para dejar de hipar:
- No quería involucrarte en esto, por eso no quería contártelo.
- Ya lo estoy. Soy tu amiga y me da igual lo que pase. Estaré contigo.
- Te quiero Seohyun, mucho –la abrazó.
- Yo también pequeña –sonrió acariciándole la espalda tiernamente.
Al llegar esa palabra a sus oídos, Soonkyu soltó una pequeña risita:
- Me haces sentir una niña –se separó.
- En el fondo lo somos –sonrió cariñosa.
- Tal vez tengas razón –se encogió de hombros.
- ¿Noona? –se oyó desde fuera.
Ambas miraron en dirección a la puerta y sonrieron:
- Pasa Taemin –contestó.
- ¿Puedo? –quiso asegurarse.
- Claro.
El niño abrió la puerta y su expresión infantil asomó con rapidez:
- Hola cariño –estiró los brazos hacia él.
El menor corrió contento y se tiró en la cama correspondiendo el abrazo:
- Te he echado de menos noona.
- Y yo mi pequeño –dijo acariciándole la mejilla.
- Seo noona me cuida muy bien –la miró antes de abrazarla también.
- Gracias por el cumplido.
- Eres como mi segunda hermana –le sonrió.
- Me alegra oír eso Tae –le despeinó cariñosamente.
- ¿Qué tal te ha ido hoy en clase?
El menor de los Lee pareció pensárselo:
- Creo que bien. La directora me ha repetido el examen.
- Eso es genial, ¿habías estudiado mucho, no?
- Sí, además aquel día –se paró de repente-. Esto…Bueno yo…
- ¿Te refieres al día en el que tu padre te encerró? –preguntó Seohyun.
- Oh –la miró sorprendida-. ¿Lo sabe? –dirigió su vista a su hermana.
- Sí, se lo conté. Espero que no te haya molestado.
El menor agitó la cabeza hacia ambos lados negando:
- Esa vez yo tuve que aprender muchas cosas para poder ordenar la biblioteca, así que me sirvió.
- Me alegro en cierta forma, pero no puedo estar tranquila con ese hecho.
- Yo tampoco –apoyó la afirmación de Soonkyu.
- ¿Qué? –cuestionó no entendiendo las palabras de sus mayores.
- No te preocupes Taemin, hablaremos en otro momento de esto, ¿sí?
El pequeño hizo un puchero:
- Pero yo quiero enterarme.
- No ahora, ¿vale?
- Está bien –agachó la cabeza.
- ¡Taemin a comer! –se oyó desde abajo.
- ¡Voy hyung!
- Anda ve a comer, que te hace falta –dijo Seohyun pellizcándole la barriga.
- ¡Noona! –rio-. Soy así de flaco, no es que coma poco.
- Te creo –rio a carcajadas.
- Vamos Tae que se enfría la comida –le apresuró.
- Vale –dijo alargando la palabra mientas salía de la habitación.
- ¡Dentro de un rato bajamos así que cómetelo todo!
- ¡Sí! –respondió desde la escalera.
~~~~
Dejó lista la mesa para comer y tras llamar al pequeño, comenzó a servir la comida en los platos:
- Ya estoy hyung –dijo con su viveza contagiosa.
- Anda, siéntate –le sonrió.
- Huele muy bien –admitió sin problemas.
- Gracias –respondió orgulloso.
- ¿Fue obra tuya hyung?
- Sí, me apetecía cocinar.
- Todos cocinan menos yo –hizo un puchero.
- Aún eres muy pequeño Taemin –lo miró con ternura.
- Eso no importa hyung, nunca se es muy joven ni muy viejo.
Seung se sorprendió ante sus palabras:
- Lo aprendí el otro día –rio al ver su expresión.
- Estoy orgulloso de tu capacidad.
- Y yo –rio contento.
~~~~
Se recogió el cabello en una coleta debido al calor y miró el reloj de su muñeca:
- Deberíamos bajar ya.
- Sí, vamos –dijo bajándose de la cama.
Ambas chicas se dispusieron a salir de la estancia, pero algo las detuvo:
- ¿Qué es esto? –preguntó Seohyun cogiendo aquel sobre del suelo.
- Pues no lo sé –dijo mirándolo.
- Aquí pone tu nombre –reveló dándole la vuelta.
- ¿En serio? Déjame ver –lo cogió de sus manos.
Soonkyu abrió curiosa el sobre y vio el sello de la institución de su hermano, comenzó a leer y su entrecejo comenzó a fruncirse. ¿Qué significaba esto?
~~~~
- Taemin, ¿esto es tuyo?
- ¡Sí! –dijo aliviado-. Pensé que lo había perdido –dijo el pequeño desde el interior de la cocina.
- ¿Quién te lo dio?
- La directora me lo dio para ti, me dijo que no lo podría abrir.
Ante la atenta mirada de su pequeño hermano, salió de la cocina y cogió el teléfono:
- Hola, buenas tardes soy la hermana del alumno Lee Taemin.
- La señorita Lee Soonkyu, ¿verdad? –interrumpió-. Si nos llama es porque habrá recibido la carta.
- ¿Qué significa esto?
- El alumno Taemin ha demostrado es su último examen tener un coeficiente intelectual superior y muy por encima de los demás de su edad. Queríamos avisarte de que estamos obligados a realizarle una prueba de nivel y calcular el curso al que le correspondería asistir. Como bien dice la carta, tiene una semana para preparase el examen. No hará falta que asista a clases. Pasado ese tiempo, deberá presentarse aquí.
- Pero, ¿por qué ahora?
- A nosotros nos ha tomado también por sorpresa. ¿Esto ha sido provocado por alguna situación familiar en su casa?
- No, no recuerd…
Y le vino a la mente. El castigo:
- ¿Señorita?
- No, no se ha dado ninguna situación que lo fomentara –mintió.
No tenía por qué saberlo:
- ¿Está su padre en casa?
- No, en estos momentos no.
Un suspiro al otro lado de la línea:
- ¿Con quién se queda el pequeño Taemin?
- Yo estoy… Está a mi cargo junto con los empleados de la casa.
- ¿Y su madre?
- …
- ¿Ella no está con ustedes?
- No y si no es mucha molestia, tengo prisa y me gustar…
- Sin problemas. Ha sido un placer hablar con usted. Suerte para Taemin y no se olvide, dentro de una semana debe presentarte para realizar la prueba.
- De acuerdo, gracias a ustedes.
Colgó el teléfono de nuevo un poco nerviosa y soltó un gran suspiro.
Siempre le había tranquilizado la manera en que Seohyun le acariciaba con cariño los cabellos. La sola presencia de su amiga le aportaba paz y tranquilidad como si fuera su vía de escape; la única llave que la sacaba de la cárcel.
Esbozó una pequeña sonrisa al darse cuenta de que sus finos dedos habían aterrizado en sus cachetes. Se encontraba apoyada en el pecho de ella, quien a su vez, apoyaba la espalda en los suaves cojines de la gran cama de Soonkyu.
- Hacía tiempo que no comía tan bien.
- Estaba esperando a que dijeras eso –rio Sunny.
- Es que con la universidad he tenido poco tiempo de hacer nada y con tus desapariciones, cualquiera se despreocupa.
- Siento eso –dijo melancólicamente.
- No te preocupes, aun si vienes a clase, me seguiré preocupando por ti –rio.
Sunny estiró sus brazos y la abrazó fuertemente. Tenía miedo, mucho. Sabía que a partir de ahora nada sería igual:
- Seo, escúchame atentamente. Cualquier pregunta me la escribes en tu teléfono. No pronuncies nada en alto –le susurró en su oído.
Su amiga asintió y se dejó llevar por los movimientos de Soonkyu. Esta la recostó en la cama dándole la espalda para luego colocarse detrás, pudiendo fácilmente, susurrarle al oído. Le rodeó con su mano la cintura y aspirando una gran bocanada de aire, comenzó a relatarle todo lo sucedido.
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Seung giró bruscamente la cabeza por el dato revelado y dio con el aparato espía. Sus latidos se aceleraron y no puedo evitar respirar con dificultad:
- N-no sé de qué estás hablando Taemin –se aflojó la corbata-. En el coche no hay micrófonos.
- Sí los hay hyung, mira –dijo señalando esta vez.
- Lo estarás confundiendo con algo del coche –rio nervioso.
El pequeño iba a hablar y justo a tiempo le tapó la boca con una rapidez pasmosa. No podía permitir que el pequeño delatara nada, porque eso significaría ponerlo en peligro y los ojos del señor Lee encima de ellos.
Ante la extraña mirada del menor, este puso un dedo cerca de los labios indicando silencio y le guiñó un ojo en señal de complicidad:
- Tienes razón hyung, es que estoy muy cansado y confundo las cosas –rio.
El silencio después de eso se hizo incómodo y para no levantar sospechas decidió simular una conversación normal:
- ¿Qué te apetece comer?
- Mmm…Pues no sé. En realidad no tengo mucha hambre –dijo tocándose la barriga.
- Tienes que comer, ya sabes lo que pasará si no lo haces.
- Lo sé hyung. Noona me obligará –hizo un puchero.
- Es importante que te alimentes bien –intentó regañarlo, aunque no podía evitar mirar la ternura en su cara.
Vio como el menor, tras poco minutos, se quedó mirando extrañado la ventana, pero como parecía entretenido, no quiso darle más vueltas. Lo más importante era llegar a casa y salir de la vigilancia a la que estaban sometidos en ese instante.
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Aparcó dentro de la propiedad como acostumbraba y ambos se bajaron del coche rumbo a la gran mansión. El guardaespaldas cerró el coche y le dio la mano a Taemin para atravesar los cuidados jardines como cuando era más pequeño. Él siempre decía que era lo mejor de la casa, pero últimamente habían cambiado las cosas. Hasta los lugares con los mejores recuerdos parecían perder significado.
Sacó las llaves del bolsillo interior y por fin se adentraron en la elegante estancia haciendo eco al caminar. Sin embargo, unos pasos se unieron a los suyos y Seung se dio cuenta inmediatamente. Miró nervioso al núcleo de ese sonido reconociendo al instante el característico resonar de él.
- Buenas tardes señor Lee –hizo una reverencia.
El hombre se paró en mitad de la sala y Taemin desvió la mirada. Sintieron sus ojos penetrantes escanearlos, pero antes de que algún pensamiento cruzara por sus mentes, el imponente hombre movió los labios:
- Dame las llaves –ordenó.
El empleado, nervioso, obedeció con el pulso en duda y le entregó lo que pedía. Rezaba que no sospechara nada o que por lo menos, lo pasara por alto. Lo vio pasar por su lado y una extraña sensación se instaló en la sala. Tras escuchar el sonido de la puerta, se giró sobre sus talones y lo observó marchar por el mismo camino por el que ellos habían venido.
Su corazón empezó a bombear a un ritmo fuera de lo común al verlo subir al coche:
- ¿Qué pasa hyung? –le tiró de la manga para llamar su atención.
- Taemin, no digas nada de esto, ¿de acuerdo?
- Pero…
- Si notas algo extraño me lo dices a mí o a Sunny, ¿vale?
- Está bien hyung –dijo confuso.
- Será mejor que vayas a saludar a tu hermana.
- ¿Está aquí? –le brillaron los ojos sonriente.
- Sí, y además por lo que oigo, también Seohyun.
No terminó de hablar y el pequeño ya subía las escaleras de mármol.
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Veía como su amiga lloraba con una sonrisa que tan solo demostraba resignación. Le dolía. Se limpió sus propias lágrimas y la envolvió en un abrazo:
- No es tu culpa, lo sabes.
- Pero…Tal vez si yo hubiera h…
- No sigas haciendo eso, no te sigas culpando.
Sunny trató de calmarse para dejar de hipar:
- No quería involucrarte en esto, por eso no quería contártelo.
- Ya lo estoy. Soy tu amiga y me da igual lo que pase. Estaré contigo.
- Te quiero Seohyun, mucho –la abrazó.
- Yo también pequeña –sonrió acariciándole la espalda tiernamente.
Al llegar esa palabra a sus oídos, Soonkyu soltó una pequeña risita:
- Me haces sentir una niña –se separó.
- En el fondo lo somos –sonrió cariñosa.
- Tal vez tengas razón –se encogió de hombros.
- ¿Noona? –se oyó desde fuera.
Ambas miraron en dirección a la puerta y sonrieron:
- Pasa Taemin –contestó.
- ¿Puedo? –quiso asegurarse.
- Claro.
El niño abrió la puerta y su expresión infantil asomó con rapidez:
- Hola cariño –estiró los brazos hacia él.
El menor corrió contento y se tiró en la cama correspondiendo el abrazo:
- Te he echado de menos noona.
- Y yo mi pequeño –dijo acariciándole la mejilla.
- Seo noona me cuida muy bien –la miró antes de abrazarla también.
- Gracias por el cumplido.
- Eres como mi segunda hermana –le sonrió.
- Me alegra oír eso Tae –le despeinó cariñosamente.
- ¿Qué tal te ha ido hoy en clase?
El menor de los Lee pareció pensárselo:
- Creo que bien. La directora me ha repetido el examen.
- Eso es genial, ¿habías estudiado mucho, no?
- Sí, además aquel día –se paró de repente-. Esto…Bueno yo…
- ¿Te refieres al día en el que tu padre te encerró? –preguntó Seohyun.
- Oh –la miró sorprendida-. ¿Lo sabe? –dirigió su vista a su hermana.
- Sí, se lo conté. Espero que no te haya molestado.
El menor agitó la cabeza hacia ambos lados negando:
- Esa vez yo tuve que aprender muchas cosas para poder ordenar la biblioteca, así que me sirvió.
- Me alegro en cierta forma, pero no puedo estar tranquila con ese hecho.
- Yo tampoco –apoyó la afirmación de Soonkyu.
- ¿Qué? –cuestionó no entendiendo las palabras de sus mayores.
- No te preocupes Taemin, hablaremos en otro momento de esto, ¿sí?
El pequeño hizo un puchero:
- Pero yo quiero enterarme.
- No ahora, ¿vale?
- Está bien –agachó la cabeza.
- ¡Taemin a comer! –se oyó desde abajo.
- ¡Voy hyung!
- Anda ve a comer, que te hace falta –dijo Seohyun pellizcándole la barriga.
- ¡Noona! –rio-. Soy así de flaco, no es que coma poco.
- Te creo –rio a carcajadas.
- Vamos Tae que se enfría la comida –le apresuró.
- Vale –dijo alargando la palabra mientas salía de la habitación.
- ¡Dentro de un rato bajamos así que cómetelo todo!
- ¡Sí! –respondió desde la escalera.
~~~~
Dejó lista la mesa para comer y tras llamar al pequeño, comenzó a servir la comida en los platos:
- Ya estoy hyung –dijo con su viveza contagiosa.
- Anda, siéntate –le sonrió.
- Huele muy bien –admitió sin problemas.
- Gracias –respondió orgulloso.
- ¿Fue obra tuya hyung?
- Sí, me apetecía cocinar.
- Todos cocinan menos yo –hizo un puchero.
- Aún eres muy pequeño Taemin –lo miró con ternura.
- Eso no importa hyung, nunca se es muy joven ni muy viejo.
Seung se sorprendió ante sus palabras:
- Lo aprendí el otro día –rio al ver su expresión.
- Estoy orgulloso de tu capacidad.
- Y yo –rio contento.
~~~~
Se recogió el cabello en una coleta debido al calor y miró el reloj de su muñeca:
- Deberíamos bajar ya.
- Sí, vamos –dijo bajándose de la cama.
Ambas chicas se dispusieron a salir de la estancia, pero algo las detuvo:
- ¿Qué es esto? –preguntó Seohyun cogiendo aquel sobre del suelo.
- Pues no lo sé –dijo mirándolo.
- Aquí pone tu nombre –reveló dándole la vuelta.
- ¿En serio? Déjame ver –lo cogió de sus manos.
Soonkyu abrió curiosa el sobre y vio el sello de la institución de su hermano, comenzó a leer y su entrecejo comenzó a fruncirse. ¿Qué significaba esto?
~~~~
- Taemin, ¿esto es tuyo?
- ¡Sí! –dijo aliviado-. Pensé que lo había perdido –dijo el pequeño desde el interior de la cocina.
- ¿Quién te lo dio?
- La directora me lo dio para ti, me dijo que no lo podría abrir.
Ante la atenta mirada de su pequeño hermano, salió de la cocina y cogió el teléfono:
- Hola, buenas tardes soy la hermana del alumno Lee Taemin.
- La señorita Lee Soonkyu, ¿verdad? –interrumpió-. Si nos llama es porque habrá recibido la carta.
- ¿Qué significa esto?
- El alumno Taemin ha demostrado es su último examen tener un coeficiente intelectual superior y muy por encima de los demás de su edad. Queríamos avisarte de que estamos obligados a realizarle una prueba de nivel y calcular el curso al que le correspondería asistir. Como bien dice la carta, tiene una semana para preparase el examen. No hará falta que asista a clases. Pasado ese tiempo, deberá presentarse aquí.
- Pero, ¿por qué ahora?
- A nosotros nos ha tomado también por sorpresa. ¿Esto ha sido provocado por alguna situación familiar en su casa?
- No, no recuerd…
Y le vino a la mente. El castigo:
- ¿Señorita?
- No, no se ha dado ninguna situación que lo fomentara –mintió.
No tenía por qué saberlo:
- ¿Está su padre en casa?
- No, en estos momentos no.
Un suspiro al otro lado de la línea:
- ¿Con quién se queda el pequeño Taemin?
- Yo estoy… Está a mi cargo junto con los empleados de la casa.
- ¿Y su madre?
- …
- ¿Ella no está con ustedes?
- No y si no es mucha molestia, tengo prisa y me gustar…
- Sin problemas. Ha sido un placer hablar con usted. Suerte para Taemin y no se olvide, dentro de una semana debe presentarte para realizar la prueba.
- De acuerdo, gracias a ustedes.
Colgó el teléfono de nuevo un poco nerviosa y soltó un gran suspiro.
Lady Akari
Taemin <3
115
{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [82/??]
Capítulo 82:
Volvió a la cocina un poco desconcertada por la situación. Sintió como tres pares de ojos la miraban y esbozó una pequeña sonrisa para demostrar que no pasaba nada:
- ¿Terminaste de comer cariño?
El menor asintió con la cabeza y la miró curiosa:
- Ve a bañarte entonces, ¿sí?
- Está bien noona –dijo levantándose de la mesa y desapareciendo de la vista de los demás presentes.
- ¿Qué pasa Sunny? –preguntó su amiga.
- Han convocado a Taemin para realizar un examen ante los tribunales.
- ¿Qué? – Seung hizo una mueca extrañado-. ¿Eso no se hace en casos especiales?
- Sí, me han dicho que Taemin ha demostrado un coeficiente superior que no corresponde al curso en el que está.
- ¿Pero cómo es posible? ¿Y los años anteriores?
- Creo… -se mordió el labio nerviosa-. Creo que tiene que ver con el castigo de mi padre.
- ¿En la biblioteca?
- Exacto, además –paró unos segundo para aclararse -. ¿Te has percatado que desde ese día no han venido los profesores particulares?
- ¿Taemin daba clases particulares? –cuestionó Seohyun.
La hermana asintió resignada:
- Pero ahora que no estará en clase me niego a dejarlo aquí solo.
- Ya te dije que yo lo cuidaba.
- Tampoco es muy seguro, hay micros instalados, ¿recuerdas?
- ¡Ya sé! –interrumpió su amiga-. Quédense en mi casa los dos.
- ¿Qué?
- Sin problemas, es decir, nosotras iremos a la universidad y no habrá nadie.
- No me parece mal plan, pero, ¿no te importa Seo?
- No te preocupes, no son gente extraña –rio mirando hacia Seung.
- Muchas gracias de verdad –declaró contenta Sunny plantándole un beso en la mejilla.
- Entonces le diré a Taemin que prepare la ropa, ¿no?
- Sí, de acuerdo.
- ¿Tú que vas a hacer SoonKyu? –la miró serio.
- Yo me quedaré aquí. Sería muy extraño que desapareciéramos los cuatro. Espero que mi padre no se entere de este asunto.
~~~~
Revisó su casa otras tres veces y se dirigió a ellos de nuevo:
- Cualquier cosa que necesiten avísenme. Les he dejado una lista con la ubicación de las cosas más importantes encima de la mesa del salón.
- No te preocupes noona, yo me acuerdo de todo –sonrió el pequeño señalándose la cabeza.
Seohyun sonrió:
- Bueno cariño, os dejamos que tenemos clase –dijo plantándole un sonoro beso en la mejilla-. Recuerda si llama mi padre, está en clase.
- No te preocupes, si llama fuera de hora me inventaré algo hasta que ustedes vengan.
- Perfecto, cuídense –se despidió por última vez agitando su mano y las dos se perdieron entre la multitud madrugadora de gente.
- Vamos para adentro Taemin.
- Hyung –se tocó la barriga-. Tengo hambre –hizo un puchero.
- Qué raro –rio debido a que el pequeño nunca solía tener hambre a esas horas-. Te prepararé algo de comer.
Al menor de los Lee se le iluminaron los ojos y siguió a su hyung hasta la cocina.
~~~~
Mientras caminaban, Seohyun miraba preocupada a su amiga quien soltaba suspiros cada cinco minutos:
- ¿Crees que estarán bien?
- Según lo que me has contado, tu padre es capaz de hacer cosas impensables, pero no sabemos hasta qué punto. Es decir, sois sus hijos, ¿será capaz de sobrepasar esa raya?
- Yo no dudaría de eso. Al igual que para mí que dejó de ser mi padre hace años no le habrá resultado difícil excluirnos. Todo lo que intentó conmigo, lo está haciendo con Taemin, pero no voy a permitir que se salga con la suya. Un niño necesita crecer en un entorno sano y libre de mierdas innecesarias y mi padre está haciendo todo lo contrario.
- Entonces partamos desde el punto en el que a tu padre no le importan los lazos y cualquier cosa poco probable, no lo será con él.
- Me da escalofríos pensarlo. Quiero que estemos equivocadas, todos. Pero desde la visita a Kangin oppa, todo lo extraño parece cobrar sentido y tengo miedo.
- Puede existir la opción de que nos estemos precipitando, pero… -dudó desviando su mirada al suelo.
- Necesito respuestas que él no me va a dar y ahí es cuando comienza la sospecha. No puede ser que de un día para otro cambie tanto. Tantas mentiras, tantos engaños que presiento. ¿Y mi madre? Ella nos amaba, nosotros éramos su tesoro. ¿Cómo es posible que nos haya dejado sin explicación alguna, si poder ni siquiera despedirnos de ella?
- Tranquila Soonkyu –pasó su brazo por los hombros de la más baja-. Arreglaremos esto. No sé cómo, pero lo haremos, ¿vale?
- Gracias –le sonrió con auténtica sinceridad-. Te quiero Seo –le dijo mirándola a los ojos y pasando su brazo por la cintura de su amiga.
- Nada boba –dijo apartando la mirada de ella con una sonrisa floja.
~~~~
El pequeño se quedó observando un buen rato la comida que le había preparado:
- ¿Qué ocurre Tae?
- Hyung, ¿está pasando algo?
- ¿Cómo? –se atragantó con el café.
- ¿Por qué nos quedamos aquí? ¿No tenemos nuestra casa ya?
- Tae-min, cl-aro que sí, pero ahora mismo no es un buen momento para quedarse.
- ¿Es por papá? –desvió la mirada de vuelta al plato.
- En parte… -no sabía qué contestarle, no estaba seguro de que fuera buena idea decirle al pequeño que estaban sospechando de su padre y que era peligroso quedarse cerca.
- Pero él no ha hecho nada malo, ¿verdad? –inclinó hacia un lado su cabeza intentado comprender las cosas.
- Esto, yo…Eso no lo sé. Solo te puedo decir que por ahora es mejor no estar cerca de él hasta que se solucionen las cosas.
Taemin agachó la cabeza y cerró los ojos durante unos minutos. El mayor lo observaba extrañado hasta que lo vio abrirlos de nuevo con una impresión diferente:
- ¿Podría ser un engaño?
- ¿Cómo que un engaño?
- ¿Es posible que papá nos haya mentido?
- ¿A qué te refieres? –estaba totalmente confuso por la declaración del niño quien se encogió de hombros.
- Solo se me pasó por la cabeza.
- Bueno…Termina de comer –volvió a su cometido antes de que el extraño ambiente se extendiera más de lo necesario.
~~~~
Para suerte de muchos, esa interminable semana había pasado sin incidentes. No hubo rastro del señor Lee y aunque eso los alertará, les permitió respirar tranquilos.
El día del esperado examen se había acercado son sigilo y se presentaba impaciente. El menor no sabía cómo sentirse. Había entendido la explicación que le había dado su hermana sobre el porqué de la situación, pero no como hacerle frente. ¿Tenía que aprobar el examen o simplemente demostrar lo que sabía? Era consciente de que esto había sido ocasionado por su progenitor, pero su hermana le pidió que no le dijera nada. No supo si sentirse agradecido con su padre o lamentarse por estar en mitad de una enorme sala llena de pares de ojos mirándolo de forma aguda y crítica.
Estaba atemorizado, parecía que lo estaban juzgando por un crimen y tan solo era un simple examen. Un sentimiento de culpa lo invadió por algo que no entendía. Él estaba feliz con su curso, siguiendo su ritmo. Esto era demasiado, estaba temblando atemorizado. Sentía que lo encarcelarían si cometía algún error:
- Noona…No quiero –dijo abrazándose a sus piernas.
Sunny y Seohyun habían decidido saltarse las clases para acompañarlo. Seung los había traído y también permanecía con ellos:
- No te preocupes, lo harás bien –le acarició la mejilla.
- Tengo miedo noona, yo no he hecho nada.
- Nadie te está culpando cariño, ¿por qué dices eso? –se sorprendió.
- Siento que es así, que tengo la culpa de algo –bajó la mirada asustado.
- Deja de darle vueltas. Solo tienes que hacer el examen y demostrar lo inteligente que es mi hermanito.
Él asintió aún con la duda en su semblante:
- Nos vemos cuando salgas, ¿de acuerdo?
- Vale, adiós –le dio un beso a su hermana.
- Ánimo Tae –le sonrió Seohyun.
- Nosotros te apoyamos.
Sonrió un poco más confiado que antes y se perdió entre las grandes puertas de aquella sala donde lo esperaban.
Soonkyu se cruzó de brazos y suspiró profundamente:
- Lo hará bien, es tu hermano después de todo –la animó Seung.
- Eso no es lo que me preocupa. Yo sé que Taemin es muy inteligente, más que yo, pero… ¿después de esto que vendrá? ¿Cuál será la próxima sorpres…
Se vio interrumpida por la vibración de su móvil. Metió las manos en el bolsillo y se quedó pálida al ver el nombre de la llamada entrante:
- ¿S-í?
- Os quiero a los dos esta noche en casa para la cena.
- ¿Hay algo que celebrar ‘’papá’’?
- Vamos a cenar con los socios más importantes y los quiero a los dos aquí, ¿entendido?
- Sí –respondió seca.
Y sin despedirse colgó, como le era costumbre:
- Mi padre quiere que vayamos a cenar esta noche con él.
- ¿Era él?
- Sí, al parecer no le importa dónde ha estado Taemin esta semana y solo nos llama para su conveniencia.
- Tendrás que ir, ¿no? –preguntó su amiga.
- Sí, habrá que volver a ‘’casa’’.
La verdad era que ella no sentía que esa mansión fuese su hogar. Jamás le habían gustado los privilegios, por eso envidiaba la casa de Seohyun. Era cálida y confortable, su segunda casa prácticamente. Había atesorado numerosos recuerdos y había sido su lugar de terapia cuando desapareció su madre. Quería a Seohyun, más de lo que debería y por eso, estaba dispuesta a protegerla si las cosas se ponían feas.
~~~~
Dio un largo sorbo a su café y volvió a mirar el profundo pasillo de aquel tétrico lugar:
- Ya tiene que estar a punto de salir, ¿no?
- Lleva dentro más de cinco horas.
Y como si hubieran invocado los hecho, el crujir de una antigua puerta se abrió dando paso a un gran gentío con semblante serio y poco discutible. Los tres se levantaron intentando divisar al menor, pero hasta que no salieron de la estancia, Taemin no hizo acto de presencia con un semblante agotado. Se paró delante de la puerta y miró a ambos lados buscándolos:
- ¡Taemin! –lo llamaron mientras se acercaban a él.
El niño sonrió y se dirigió a ellos, pero junto antes de llegar un mareo lo azotó haciéndolo tropezar. Aterrizó con brusquedad en el suelo llevándose una mano a la frente:
- ¡Taemin! –gritaron al unísono.
Su hermana se lanzó a él prácticamente y lo cogió en brazos:
- ¿Estás bien? –sonó muy preocupada.
- S-sí, solo estoy cansado noona –se apoyó en el hombro de la chica.
- Tae –lo llamó con pena-. Hoy tenemos que volver a casa y tenemos reunión.
- ¿Qué? –preguntó con cara de espanto-. Pero…
- Son órdenes, lo siento cariño –le besó la frente.
Los dos restantes se posicionaron a su lado aún con malestar es sus rostros:
- ¿Qué hacemos entonces? –dijo Seung mirando el reloj-. Ya casi es la hora.
- Dejaremos en su casa a Seohyun y otro día pasaré a buscar las cosas de Taemin, ¿no te importa?
- Sin problemas, además no sé por qué me da la sensación de no será la última vez.
- Yo también presiento lo mismo –declaró seriamente.
~~~~
Tras llevar a cabo lo acordado, Seung condujo hasta la gran propiedad y los dejó no sin antes dedicarles una mirada de compasión. Observó cómo se marchaban y desaparecían por el gran portón de la mano. Su móvil empezó a vibrar. Un mensaje:
- Oppa, ¿podrías quedarte cerca? Por si pasa algo esta noche…
Le era imposible dejar de sospechar de su padre ahora que habían empezado una investigación en conjunto. Además, nada más pisar la primera baldosa, un escalofrío la había hecho erizarse y un mal presentimiento se instaló en su pecho:
- No te preocupes, planeaba hacerlo de todas maneras. Esa reunión me parece muy extraña. Tu padre hace años que no trae a nadie a casa.
- Gracias –sonó aliviada-. Cualquier cosa te avisaré.
- Urgentemente.
Volvió a la cocina un poco desconcertada por la situación. Sintió como tres pares de ojos la miraban y esbozó una pequeña sonrisa para demostrar que no pasaba nada:
- ¿Terminaste de comer cariño?
El menor asintió con la cabeza y la miró curiosa:
- Ve a bañarte entonces, ¿sí?
- Está bien noona –dijo levantándose de la mesa y desapareciendo de la vista de los demás presentes.
- ¿Qué pasa Sunny? –preguntó su amiga.
- Han convocado a Taemin para realizar un examen ante los tribunales.
- ¿Qué? – Seung hizo una mueca extrañado-. ¿Eso no se hace en casos especiales?
- Sí, me han dicho que Taemin ha demostrado un coeficiente superior que no corresponde al curso en el que está.
- ¿Pero cómo es posible? ¿Y los años anteriores?
- Creo… -se mordió el labio nerviosa-. Creo que tiene que ver con el castigo de mi padre.
- ¿En la biblioteca?
- Exacto, además –paró unos segundo para aclararse -. ¿Te has percatado que desde ese día no han venido los profesores particulares?
- ¿Taemin daba clases particulares? –cuestionó Seohyun.
La hermana asintió resignada:
- Pero ahora que no estará en clase me niego a dejarlo aquí solo.
- Ya te dije que yo lo cuidaba.
- Tampoco es muy seguro, hay micros instalados, ¿recuerdas?
- ¡Ya sé! –interrumpió su amiga-. Quédense en mi casa los dos.
- ¿Qué?
- Sin problemas, es decir, nosotras iremos a la universidad y no habrá nadie.
- No me parece mal plan, pero, ¿no te importa Seo?
- No te preocupes, no son gente extraña –rio mirando hacia Seung.
- Muchas gracias de verdad –declaró contenta Sunny plantándole un beso en la mejilla.
- Entonces le diré a Taemin que prepare la ropa, ¿no?
- Sí, de acuerdo.
- ¿Tú que vas a hacer SoonKyu? –la miró serio.
- Yo me quedaré aquí. Sería muy extraño que desapareciéramos los cuatro. Espero que mi padre no se entere de este asunto.
~~~~
Revisó su casa otras tres veces y se dirigió a ellos de nuevo:
- Cualquier cosa que necesiten avísenme. Les he dejado una lista con la ubicación de las cosas más importantes encima de la mesa del salón.
- No te preocupes noona, yo me acuerdo de todo –sonrió el pequeño señalándose la cabeza.
Seohyun sonrió:
- Bueno cariño, os dejamos que tenemos clase –dijo plantándole un sonoro beso en la mejilla-. Recuerda si llama mi padre, está en clase.
- No te preocupes, si llama fuera de hora me inventaré algo hasta que ustedes vengan.
- Perfecto, cuídense –se despidió por última vez agitando su mano y las dos se perdieron entre la multitud madrugadora de gente.
- Vamos para adentro Taemin.
- Hyung –se tocó la barriga-. Tengo hambre –hizo un puchero.
- Qué raro –rio debido a que el pequeño nunca solía tener hambre a esas horas-. Te prepararé algo de comer.
Al menor de los Lee se le iluminaron los ojos y siguió a su hyung hasta la cocina.
~~~~
Mientras caminaban, Seohyun miraba preocupada a su amiga quien soltaba suspiros cada cinco minutos:
- ¿Crees que estarán bien?
- Según lo que me has contado, tu padre es capaz de hacer cosas impensables, pero no sabemos hasta qué punto. Es decir, sois sus hijos, ¿será capaz de sobrepasar esa raya?
- Yo no dudaría de eso. Al igual que para mí que dejó de ser mi padre hace años no le habrá resultado difícil excluirnos. Todo lo que intentó conmigo, lo está haciendo con Taemin, pero no voy a permitir que se salga con la suya. Un niño necesita crecer en un entorno sano y libre de mierdas innecesarias y mi padre está haciendo todo lo contrario.
- Entonces partamos desde el punto en el que a tu padre no le importan los lazos y cualquier cosa poco probable, no lo será con él.
- Me da escalofríos pensarlo. Quiero que estemos equivocadas, todos. Pero desde la visita a Kangin oppa, todo lo extraño parece cobrar sentido y tengo miedo.
- Puede existir la opción de que nos estemos precipitando, pero… -dudó desviando su mirada al suelo.
- Necesito respuestas que él no me va a dar y ahí es cuando comienza la sospecha. No puede ser que de un día para otro cambie tanto. Tantas mentiras, tantos engaños que presiento. ¿Y mi madre? Ella nos amaba, nosotros éramos su tesoro. ¿Cómo es posible que nos haya dejado sin explicación alguna, si poder ni siquiera despedirnos de ella?
- Tranquila Soonkyu –pasó su brazo por los hombros de la más baja-. Arreglaremos esto. No sé cómo, pero lo haremos, ¿vale?
- Gracias –le sonrió con auténtica sinceridad-. Te quiero Seo –le dijo mirándola a los ojos y pasando su brazo por la cintura de su amiga.
- Nada boba –dijo apartando la mirada de ella con una sonrisa floja.
~~~~
El pequeño se quedó observando un buen rato la comida que le había preparado:
- ¿Qué ocurre Tae?
- Hyung, ¿está pasando algo?
- ¿Cómo? –se atragantó con el café.
- ¿Por qué nos quedamos aquí? ¿No tenemos nuestra casa ya?
- Tae-min, cl-aro que sí, pero ahora mismo no es un buen momento para quedarse.
- ¿Es por papá? –desvió la mirada de vuelta al plato.
- En parte… -no sabía qué contestarle, no estaba seguro de que fuera buena idea decirle al pequeño que estaban sospechando de su padre y que era peligroso quedarse cerca.
- Pero él no ha hecho nada malo, ¿verdad? –inclinó hacia un lado su cabeza intentado comprender las cosas.
- Esto, yo…Eso no lo sé. Solo te puedo decir que por ahora es mejor no estar cerca de él hasta que se solucionen las cosas.
Taemin agachó la cabeza y cerró los ojos durante unos minutos. El mayor lo observaba extrañado hasta que lo vio abrirlos de nuevo con una impresión diferente:
- ¿Podría ser un engaño?
- ¿Cómo que un engaño?
- ¿Es posible que papá nos haya mentido?
- ¿A qué te refieres? –estaba totalmente confuso por la declaración del niño quien se encogió de hombros.
- Solo se me pasó por la cabeza.
- Bueno…Termina de comer –volvió a su cometido antes de que el extraño ambiente se extendiera más de lo necesario.
~~~~
Para suerte de muchos, esa interminable semana había pasado sin incidentes. No hubo rastro del señor Lee y aunque eso los alertará, les permitió respirar tranquilos.
El día del esperado examen se había acercado son sigilo y se presentaba impaciente. El menor no sabía cómo sentirse. Había entendido la explicación que le había dado su hermana sobre el porqué de la situación, pero no como hacerle frente. ¿Tenía que aprobar el examen o simplemente demostrar lo que sabía? Era consciente de que esto había sido ocasionado por su progenitor, pero su hermana le pidió que no le dijera nada. No supo si sentirse agradecido con su padre o lamentarse por estar en mitad de una enorme sala llena de pares de ojos mirándolo de forma aguda y crítica.
Estaba atemorizado, parecía que lo estaban juzgando por un crimen y tan solo era un simple examen. Un sentimiento de culpa lo invadió por algo que no entendía. Él estaba feliz con su curso, siguiendo su ritmo. Esto era demasiado, estaba temblando atemorizado. Sentía que lo encarcelarían si cometía algún error:
- Noona…No quiero –dijo abrazándose a sus piernas.
Sunny y Seohyun habían decidido saltarse las clases para acompañarlo. Seung los había traído y también permanecía con ellos:
- No te preocupes, lo harás bien –le acarició la mejilla.
- Tengo miedo noona, yo no he hecho nada.
- Nadie te está culpando cariño, ¿por qué dices eso? –se sorprendió.
- Siento que es así, que tengo la culpa de algo –bajó la mirada asustado.
- Deja de darle vueltas. Solo tienes que hacer el examen y demostrar lo inteligente que es mi hermanito.
Él asintió aún con la duda en su semblante:
- Nos vemos cuando salgas, ¿de acuerdo?
- Vale, adiós –le dio un beso a su hermana.
- Ánimo Tae –le sonrió Seohyun.
- Nosotros te apoyamos.
Sonrió un poco más confiado que antes y se perdió entre las grandes puertas de aquella sala donde lo esperaban.
Soonkyu se cruzó de brazos y suspiró profundamente:
- Lo hará bien, es tu hermano después de todo –la animó Seung.
- Eso no es lo que me preocupa. Yo sé que Taemin es muy inteligente, más que yo, pero… ¿después de esto que vendrá? ¿Cuál será la próxima sorpres…
Se vio interrumpida por la vibración de su móvil. Metió las manos en el bolsillo y se quedó pálida al ver el nombre de la llamada entrante:
- ¿S-í?
- Os quiero a los dos esta noche en casa para la cena.
- ¿Hay algo que celebrar ‘’papá’’?
- Vamos a cenar con los socios más importantes y los quiero a los dos aquí, ¿entendido?
- Sí –respondió seca.
Y sin despedirse colgó, como le era costumbre:
- Mi padre quiere que vayamos a cenar esta noche con él.
- ¿Era él?
- Sí, al parecer no le importa dónde ha estado Taemin esta semana y solo nos llama para su conveniencia.
- Tendrás que ir, ¿no? –preguntó su amiga.
- Sí, habrá que volver a ‘’casa’’.
La verdad era que ella no sentía que esa mansión fuese su hogar. Jamás le habían gustado los privilegios, por eso envidiaba la casa de Seohyun. Era cálida y confortable, su segunda casa prácticamente. Había atesorado numerosos recuerdos y había sido su lugar de terapia cuando desapareció su madre. Quería a Seohyun, más de lo que debería y por eso, estaba dispuesta a protegerla si las cosas se ponían feas.
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Dio un largo sorbo a su café y volvió a mirar el profundo pasillo de aquel tétrico lugar:
- Ya tiene que estar a punto de salir, ¿no?
- Lleva dentro más de cinco horas.
Y como si hubieran invocado los hecho, el crujir de una antigua puerta se abrió dando paso a un gran gentío con semblante serio y poco discutible. Los tres se levantaron intentando divisar al menor, pero hasta que no salieron de la estancia, Taemin no hizo acto de presencia con un semblante agotado. Se paró delante de la puerta y miró a ambos lados buscándolos:
- ¡Taemin! –lo llamaron mientras se acercaban a él.
El niño sonrió y se dirigió a ellos, pero junto antes de llegar un mareo lo azotó haciéndolo tropezar. Aterrizó con brusquedad en el suelo llevándose una mano a la frente:
- ¡Taemin! –gritaron al unísono.
Su hermana se lanzó a él prácticamente y lo cogió en brazos:
- ¿Estás bien? –sonó muy preocupada.
- S-sí, solo estoy cansado noona –se apoyó en el hombro de la chica.
- Tae –lo llamó con pena-. Hoy tenemos que volver a casa y tenemos reunión.
- ¿Qué? –preguntó con cara de espanto-. Pero…
- Son órdenes, lo siento cariño –le besó la frente.
Los dos restantes se posicionaron a su lado aún con malestar es sus rostros:
- ¿Qué hacemos entonces? –dijo Seung mirando el reloj-. Ya casi es la hora.
- Dejaremos en su casa a Seohyun y otro día pasaré a buscar las cosas de Taemin, ¿no te importa?
- Sin problemas, además no sé por qué me da la sensación de no será la última vez.
- Yo también presiento lo mismo –declaró seriamente.
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Tras llevar a cabo lo acordado, Seung condujo hasta la gran propiedad y los dejó no sin antes dedicarles una mirada de compasión. Observó cómo se marchaban y desaparecían por el gran portón de la mano. Su móvil empezó a vibrar. Un mensaje:
- Oppa, ¿podrías quedarte cerca? Por si pasa algo esta noche…
Le era imposible dejar de sospechar de su padre ahora que habían empezado una investigación en conjunto. Además, nada más pisar la primera baldosa, un escalofrío la había hecho erizarse y un mal presentimiento se instaló en su pecho:
- No te preocupes, planeaba hacerlo de todas maneras. Esa reunión me parece muy extraña. Tu padre hace años que no trae a nadie a casa.
- Gracias –sonó aliviada-. Cualquier cosa te avisaré.
- Urgentemente.
Lady Akari
Taemin <3
115
{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [83/??]
Capítulo 83:
Al verlos entrar, la encargada del personal se acercó rápidamente antes de que siguieran avanzando:
- Señorita llamó su atención-. Su padre me ha ordenado decirles que antes de pisar el gran salón, vayan a vestirse adecuadamente.
Soonkyu se miró a sí mismo y luego a su hermano y rodó los ojos:
- De acuerdo –afirmó desviando el rumbo de sus pasos.
En cuanto los perdió de vista, la mujer se retiró:
- Bueno Taemin, parece que a papá le ha dado hoy por colmar la paciencia.
El pequeño rio debido a la graciosa mueca que había puesto:
- Voy a cambiarse entonces noona.
- Báñate antes de bajar. Si necesitas ayuda avísame.
Él asintió y se dirigió a su habitación. Estaba muy agotado como para soportar una aburrida cena en la que tenían que mantener la boca cerrada y, a pesar de estar muriéndose del sueño, permanecer sentadas hasta que su padre decidiera acabar.
Después de bañarse se sentó en la cama mirando al espejo que había enfrente. Tenía unas ojeras pronunciadas bajo sus ojos por la falta de descanso. Tan solo era un niño:
- ¿Los demás niños harán lo mismo que yo? –preguntó a sabiendas de que nadie iba a responderle.
~~~~
Tocó varias veces en su puerta sin resultado:
- Tae, Taemin abre.
Tras más de diez minutos afuera esperando, un pequeño ruido se oyó en la gran puerta de madera:
- Lo siento noona –dijo apenado-. Me eché un momento en la cama y me quedé dormido sin querer.
Ella sonrió:
- No te preocupes –le peinó unos cuantos mechones que corroboraban el hecho-. Vamos.
Ambos hermanos bajaron ya preparados e hicieron acto de presencia en el salón. Su padre los observó interrumpiendo la conversación y les indicó que se sentaran. Soonkyu sintió un extraño ambiente en aquella mesa llena de hombres únicamente. No dudó en expresar su molestia a diferencia de Taemin que se tensó.
Tomaron asiento observando todo con atención y enseguida comenzaron a servir la comida:
- Esto no me gusta –le tecleó a Seung con discreción bajo la mesa.
La gran estancia retomó el eco que minutos antes había interrumpido su entrada No tuvo el más mínimo interés en escucharlos ya que al parecer hablaban de negocios:
- Señorita Soonkyu, ¿no piensa comer?
No se había dado cuenta de que iban a recoger los platos ya. ¿Cuánto tiempo se había quedado en trance?
- No tengo hambre, gracias.
- ¿Lo retiro? - ella asintió.
Una vez retirados todos los platos, otra tanda fue servida y Taemin la miró con asco. Su hermana se dio cuenta:
- No hace falta que te lo comas si no quieres.
- Es que papá me acaba de mirar ordenándomelo.
- Pero Taemin, a ti no te gusta el tomate.
- Noona, no quiero que me vuelva a castigar -dijo resignado.
Soonkyu dirigió su mirada hacia el cabecilla de la mesa y este se la devolvió con seriedad. Le indicó que se comiera el plato que le habían servido y se negó. Nadie le retaba, pero ella no estaba dispuesta a seguir sus órdenes como si fuera un carcelero mandando sobre los prisioneros. Ella estaba claro que no.
Sin pensárselo mucho, Taemin cogió los cubiertos y comenzó a comer. Hoy no había sido su mejor día y solo tenía ganas de encerrarse en su cuarto. Sus ojos se cerraban y la poca energía se le escapaba.
Echó un vistazo alrededor de la mesa intentado distraerse del sabor que le provocaba arcadas y se percató de algunas miradas de reojo que le mandaban varios presentes en traje y tuvo que volver su vista al plato nervioso.
Las encargadas volvieron a interrumpir en la mesa retirando los platos. El menor observó cómo se llevaban el suyo casi vacío y de repente notó cómo empezaba sudar. Se pasó una de sus pequeñas manos por la frente y notó como le empezó a subir la temperatura. Una mueca de dolor se le formó en su rostro infantil y miró a su hermana quien parecida concentrada en algo. Giró su cabeza en dirección a la puerta deseando salir, pero una punzada le nubló el pensamiento encogiéndose en su sitio y llevándose las manos al pecho.
Parpadeó varias veces al notar como la nitidez de los objetos empezaba a desaparecer. Un hormigueó le atacó la garganta dificultándole la respiración como si le estuvieran ahorcando. No sabía que le estaba pasando y como consecuencia, sus nervios se dispararon. Comenzó a toser cada vez más fuerte y notó que el oxígeno no le llegaba tan bien como antes:
- ¿Taemin? –le llamó en vista del inquieto sonido de la silla que no cesaba.
- Noona…
- Tae, Taemin, ¿estás bien? –se preocupó por el color rojizo que parecía pintado.
Llevó su mano a la frente del niño y abrió los ojos desmesuradamente:
- Estás sudando mucho, ¡Tienes mucha fiebre! -estaba confundida. ¿Qué había ocurrido si él estaba bien hasta hace un momento?
- No puedo respirar… -no paraba de toser.
Soonkyu se puso nerviosa:
- ¡¿Qué te pasa?!
- Me duele noona, no puedo… -de sus ojos emanaban lágrimas ante la angustia que sentía. Empezó a asfixiarse debido a la falta de aire. Numerosos manchas rojas comenzaron a aparecer por todas sus partes visibles. ¿Una reacción alérgica?
Todos los presentes se quedaron observando la escena pero nadie movía un dedo, es más, hasta parecían impacientes por el desarrollo del acto. Miró a su padre quien portaba una extraña mueca satisfactoria que parecía burlarse de ellos.
Eso la cabreó por completo y frunció el ceño con clara molestia. Se levantó de golpe de la silla, provocando un ruido estruendoso:
- Siéntate Soonkyu –le ordenó con vacilón.
La castaña cogió a Taemin en brazos y salió a pasos apresurados. Se dirigió a la habitación del menor y cogió con la otra mano el móvil:
- ¡Seung! –gritó nerviosa.
- ¿Qué pasó? –cuestionó preocupado.
- ¡Llama a Junho! ¡Rápido!
El hombre colgó sin preguntar y obedeció sin pensárselo:
- Yunho, necesito que vengas con urgencia.
- Voy inmediatamente.
El joven doctor trabajaba dirigiendo su hospital público en el centro de la ciudad, pero era médico privado de los Lee en secreto de la ley. Conocía a la familia desde hacía mucho tiempo, lo había contratado la señora Lee. Había estado con ella durante el embarazo de Taemin que se predecía peligroso tras su primer parto. Debido a la confianza ganada, Soonkyu se aseguró de que siguiera trabajando para la familia a pesar de la desaparición de su madre y él había seguido con gusto puesto que los conocía desde que eran pequeños:
- Soonkyu –volvió a llamarla-. Ya está en camino. ¿Qué ha pasado?
- No lo sé, pero Taemin necesita ser atendido inmediatamente. No puede respirar, tiene una fiebre muy alta y le están saliendo manchas por todo el cuerpo.
- ¿Comió algo en mal estado?
- Lo dudo, tú sabes que no compran alimentos cualquieras y hoy Taemin no ha comido nada que no fuera hecho aquí.
- Entonces esperemos a que Yunho lo atienda. Me quedaré aquí para recibirlo.
- De acuerdo.
- Tranquila –intentó calmarla a sabiendas de que no iba a ser posible ya que hasta él se había puesto de los nervios.
~~~~
Ambos observaron en tensión como Yunho desplegaba todo su arsenal de forma eficaz. Se dispuso rápidamente a atender a Taemin que empeoraba por momentos.
El doctor procedió a hacerle numerosas pruebas, extrañado y logrando estabilizarlo, pero un poco confuso:
- Según su historial, Taemin no tiene ninguna alergia, ¿verdad?
- Ninguna, sí.
El médico se quedó pensativo unos segundos y luego miró a los presentes:
- He conseguido bajarle la inflamación de la garganta debido a la similitud de una alergia. La fiebre le empezará a bajar pronto, pero las manchas es lo que me preocupa. Voy a hacerle un análisis que sé que no le hará gracia ninguna, así que pediría que salieran para que no se ponga nervioso.
Le obedecieron ya que después de todo confiaban en él. Salieron un poco más tranquilos, pero con la preocupación en cada suspiro. Soonkyu se asomó a la barandilla de las escaleras de mármol:
- ¿Dónde está tu padre?
- El muy…Está abajo creo. Ni siquiera se ha inmutado.
- ¿No ha dicho nada?
- Me ha parecido que se reía –desvió la mirada hacia la lámpara de araña colgada en el pasillo.
- ¿Podría ser que…?
Ella volvió a dirigirle la mirada con rapidez:
- Si es así, estamos en claro peligro.
- ¡Ahhh! –se oyó desde dentro.
- Si no supiera que está Yunho, pensaría que lo están torturando.
- El problema llegará cuando grite y no por culpa del médico sino de otra persona –declaró apretando los puños.
~~~~
- Ya hemos acabado Tae.
El menor hizo un puchero que le resultó adorable debido también por sus mejillas acaloradas:
- Me dolió mucho, no me gustan las agujas.
- Lo siento –rio-. Pero es necesario para curarte.
- Lo entiendo, pero aun así –se quejó sobándose la zona-. ¿Qué es lo que tengo?
El doctor se perdió en sus cavilaciones durante unos instantes:
- Digamos que es una reacción a algún tipo de sustancia que ha ingerido.
- ¿Yo? Pero si no he comido nada fuera de casa.
- ¿Algo que hayas comido aquí y tu hermana no? Porque por norma debería haberle afectado también si los dos han comido lo mismo, ya que no es una alergia que tu tengas.
- No sé… -ahora no se le venía a la cabeza algún posible origen.
Yunho terminó de guardar sus cosas y se dispuso a abandonar la habitación:
- Le acompaño –le dijo Seung cuando lo vio salir.
- No te preocupes, no hace falta –movió la mano negando.
Tras insistir y convencerlo, comenzaron a oírse sus pasos bajando al primer piso. Se paró en mitad del pasillo y barajó la opción de hacerle saber su presencia al dueño de la mansión y quizás averiguar algo. Había escuchado parte de la conversación que Seung y Soonkyu había tenido fuera. No se sorprendió en absoluto puesto que el señor Lee tan pronto como desapareció su esposa buscó librarse de él.
Miró el gran reloj de enfrente de él y movido por la curiosidad emprendió su paso hacia el salón, pero lo único que encontró fue a las sirvientas limpiando los restos de lo que había sido la cena:
- Doctor Yunho, el señor no está. Usted sabe que no lo quiere por aquí.
- Enseguida me voy, no se preocupe –dijo rodando los ojos molesto a pesar de que sabía que la pobre solo estaba obedeciendo órdenes.
Se encaminó a la salida perdiendo de vista a las mujeres todavía sin satisfacer su curiosidad. A unos metros de la puerta oyó una voz ronca proveniente de la cocina. Se paró en seco y tras cerciorarse de que ninguna sirvienta le estaba espiando, se metió en la gran estancia y se escondió detrás de una columna:
- Sí, señor.
- Funcionó perfectamente, ¿sigue ahí?
- Sí, ya estoy terminando de borrar las pruebas.
- Solo falta la parte cerebral. Así que vuelve rápido y empieza a trabajar.
Abrió los ojos y permaneció en silencio escondido. Oyó como guardaba lo que suponía que había utilizado como bien había dicho y cerró la puerta por lo que tuvo que esconderse detrás de un mueble agradeciendo que la cocina fuera tan grande. El sonido de la puerta cerrarse retumbó en sus oídos y le dio vía libre para merodear el lugar antes de que vinieran a limpiarla.
Salió de su escondite improvisado y recorrió el lugar con la mirada. Parecía haber realizado bien su labor de ‘’limpieza’’.
Lady Akari
Taemin <3
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{2min/JongKey y otros} Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel [84/??]
Capítulo 84:
El sol que entraba por la ventana le dio de lleno en su pálido rostro provocándole que frunciera el ceño y cambiase de posición. Una punzada en su espalda impidió su maniobra despertándola por completo. Se quejó mentalmente enderezándose en la silla.
Bostezó mirando a su alrededor y clavó la mirada en su pequeño hermano que dormía profundamente ya fuera de peligro. Llevó su mano a la frente del niño comprobando su temperatura y suspiró tranquila. Le acarició la mejilla dulcemente y se levantó desentumeciéndose.
Salió de la estancia y un agradable olor inundó sus fosas nasales abriéndole el estómago por completo. Bajó con pereza la escalera y antes de visualizar la cocina se percató de que no había nadie circulando por la mansión.
En otras circunstancias le hubiera parecido normal hasta el punto de pensar que se encontraban realizando alguna tarea en los alrededores de la propiedad, pero ahora no podía picar el anzuelo.
Entró no muy convencida a su lugar de destino y se llevó una grata sorpresa al encontrar a Seung sirviendo el desayuno:
- Huele de maravilla –dijo con una sonrisa.
- Gracias Sunny –le devolvió el gesto-. ¿Ya te diste cuenta?
- Sí –dijo sentándose en unos de los taburetes-. ¿Tú qué opinas?
- Quizá sea por lo de ayer. Si las sospechas son correctas, el personal armaría un gran revuelo.
- Tienes razón, esto solo hace que aumente el desconcierto.
- ¿Tienes idea de quien hizo la cena ayer?
Ella negó lentamente:
- Cuando llegamos nos mandaron a cambiarnos de ropa, así que si hubo tiempo de hacer algo fue ahí.
- Bueno, esperemos que solo sea coincidencia, aunque apunta a todo lo contrario –dijo sirviendo la humeante taza de café recién hecho-. Anda, bebe –le sonrió.
- Gracias –hizo un gesto complacida. Le hacía falta.
Se formó un silencio nada incómodo en el que ambos se sumieron en sus pensamientos. No duró mucho. El sonido de una llamada atrajo la atención de los presentes. Soonkyu metió su mano en el bolsillo y mirando la pantalla extrañada contestó:
- ¿Kangin oppa? –preguntó un poco insegura.
- Necesito que nos veamos, es urgente.
- ¿Ocurrió algo? –los nervios no tardaron en hacer acto de presencia.
- Sí, pero no puedo contártelo por aquí. No es seguro.
- Entiendo –se quedó pensativa unos segundos-. Podemos vernos después, pero…
- No te preocupes, trae a Taemin.
- No quiero que se entere de nada.
- Tranquila, estará ajeno a todo lo que hablemos.
- Entonces sin problemas.
- Hasta después entonces.
- Adiós.
Volvió a guardar el aparato en su bolsillo y su rostro siguió tenso a pesar de haber colgado. Llevó la taza negra a sus labios y tras un largo sorbo, miró al hombre frente a ella:
- ¿Qué te dijo? –cuestionó al observar su expresión.
- Al parecer descubrió algo, pero no me lo ha querido decir por teléfono. Lo noté muy serio –miró su taza.
- No te preocupes. Sabes que desde que nos involucramos en esto, era algo que podía pasar, sea lo que sea, ahora tenemos que prepararnos. Tu padre tanto siendo inocente como culpable de algo, es un hombre peligroso. Tendremos que ser más precavidos como nos lo acaba de demostrar Kangin.
- No me sorprendería que nos demos de bruces con algo totalmente espeluznante, pero parece que hay algo en mí que aún no lo quiere asimilar.
- Tranquila, estamos en esto juntos –le sonrió dulcemente.
Ella le devolvió el gesto, complacida. Prosiguieron con una charla un tanto más trivial mientras acababan el desayuno:
- Espera, yo te ayudo –se ofreció cuando vio al mayor recoger.
- No hace falta, yo me encargo. Será mejor que te vayas a prep…
El estrambótico timbre de la mansión rugió desde la gran puerta principal. Ambos se miraron confusos ya que no solían haber visitar y quiénes venían tenían la llave:
- Voy a abrir –habló un tanto insegura.
Se acercó cuidadosamente a la puerta tras atravesar el salón de la entrada:
- ¡Soy yo!
Su expresión se calmó súbitamente cuando la voz de su mejor amiga llegó hasta sus oídos. Sin pensárselo mucho, abrió el portón y le dejó paso con una sonrisa alegre:
- Me asustaste, no esperaba que vinieras.
- Oh –sonrió tímidamente-. Quería asegurarme de que estuvierais bien. Después de lo del otro día me preocupé bastante.
- Eres un cielo –le abrazó-. Ven –le cogió la mano y la guio hasta la cocina.
- Hola Seohyun –saludó Seung contento de verla.
- Hola oppa –dijo con entusiasmo.
- Verás Seo, me gu…
El ruido del timbre volvió a sonar, provocando que todos los presentes fruncieran el ceño:
- ¿Esperabas a alguien?
- No –dijo segura.
Por segunda vez, salió de la cocina y recorrió el mismo trayecto de minutos antes. Miró por la cámara de seguridad y su confusión aumentó al ver a Yunho un tanto nervioso. Abrió inmediatamente:
- ¿Ha pasado al…
- Tú padre envenenó a tu hermano –dijo con un tono serio en la voz.
- ¿Có-mo?
- El otro día en la cena, cuando me iba –comenzó sin darle tiempo para respirar-. Busqué a tu padre para ver si se encontraba en casa, pero oí una voz que provenía de la cocina así que me acerqué. Tú sabes que yo conozco a toda la plantilla que trabaja en tu casa, pero al señor que yo me encontré allí no era de aquí. Lo oí hablar de que había sido un éxito la prueba y que se marcharía después de limpiar.
- ¿Qué? ¿Qué prueba?
- Yo me pregunté lo mismo, así que cuando él se fue, busqué alguna evidencia y la encontré. Sunny, ese sujeto había manipulado los tomates de la cena que les sirvieron a ustedes dos. ¿Tú te los comiste?
- N-o, yo… -hizo memoria-. Yo no comí nada prácticamente, pero Taemin sí se los comió porque mi padre le estaba amenazando.
- Os quería usar de prueba para experimentar con la sustancia. Los analicé en mi laboratorio y aunque no pude identificar todos sus componentes, habían muchos que controlaban el sistema muscular y circulatorio del cuerpo.
Soonkyu estaba intentado sobrellevar toda la información de golpe. Las sospechas propias y las de Seung al final eran ciertas. Aunque albergaba una esperanza de que esto no fuera más allá, esa parte tuvo que resignarse a combatir en esta batalla que se había desencadenado:
- Sunny, ¿eso es verdad? –preguntó Seohyun quien al parecer había escuchado todo con Seung.
- Eso era lo que quería contarte.
El doctor los miró a todos:
- ¿Qué está pasando Sunny?
- Será mejor que vengan todos conmigo hoy, aunque tenemos que solucionar antes unas cosas.
- Sé a lo que te refieres Sunny –la miró Seung-. Pero ya lo tengo todo pensado.
~~~~
Su vista viajaba con suma rapidez de los documentos a los gráficos y de los gráficos a las pantallas. Su mirada estaba inyectada en odio. No creía como un ser humano era capaz de hacer algo tan inmoral. Miró de nuevo los archivos de los orfanatos del país y de los reformatorios. ¿Acaso nadie sospechaba nada en esta maldita sociedad?
Al comienzo de esa parte de la investigación no daba crédito a semejante negocio ilegal:
- ¿Qué quería darles un hogar? ¿Un multimillonario? ¡Ja! Eso no se lo cree nadie. Y encima falsificando la identidad.
El asunto del Barrio Rojo no le parecía ni de lejos despiadado. Tenían que hacer algo inmediatamente. De repente oyó el timbré falso de la casa y supo que por fin habían llegado. Suspiró mientras repasaba mentalmente el plan de camino a la puerta del piso superior:
- Gracias por… -miró al grupo que había aumentado el número.
- Kangin oppa, ellos ya lo saben. Están dispuestos a colaborar.
- ¿Estás segura que son de fiar? No os ofendáis, se trata de un tema delicado y no pueden haber fugas.
- Sí, no te preocupes.
El hombre los dejó pasar cerrando la puerta a sus espaldas, no sin antes revisar que nadie los hubiera visto:
- Ella es Seohyun –dijo presentándola de camino al escondite subterráneo-. Mi mejor amiga desde que era pequeña. Y él es Yunho oppa, que ya lo conoces.
Soonkyu miró hacia los brazos de Seung que cargaban al menor. El pequeño estaba durmiendo todavía debido a los medicamentos que le había puesto Yunho ayer:
- Dejaremos a tu hermano en una de las habitaciones de la casa que está vigilada por si se despierta, ¿te parece bien?
- ¿Tiene ventanas? –dijo un poco insegura.
- Sí, pero tienen unos finos alambres casi invisibles que están electrificados. Nadie se acercará, aunque tampoco es como si hubiera mucha gente merodeando por aquí.
- De acuerdo –dijo convencida.
Tras dejar a un dormido Taemin, el resto de presentes se dirigieron por el pasadizo hasta llegar a la enorme oficina blanca que se escondía allí:
- Por favor, siéntense –le señaló la mesa redonda de un tamaño considerable.
Fue a su mesa de trabajo frente a numerosas pantallas entre las que se encontraban las cámaras de seguridad del perímetro y cogió unos papeles. Se sentó con ellos debatiendo con qué palabras era mejor empezar:
- Kangin, tenemos que informarte de algo no muy agradable y puede que ayude en esto.
- Perfecto, primero les cuento y luego me decís –declaró haciendo que se notase la seriedad en sus palabras.
Miró por última vez los documentos y suspiró por décima vez:
- ¿Recordáis el caso del que hablamos la última vez?
- El de este barrio –respondió Seung.
- Sí, os dije que el gráfico bancario del señor Lee había sufrido unas variaciones considerables y que la mayoría de los movimientos provenían de cuentas de personas de este lugar que después desaparecieron -ambos asintieron-.Al parecer eso está ocurriendo de nuevo, pero lo más extraño es que nada ha salido de su cuenta.
- ¿Quieres decir que ha movido dinero pero no desde su cuenta?
- Una cuenta falsa –se aventuró Soonkyu.
- Exacto, tiene una cuenta falsa vinculada a la suya de tal forma que nadie se dé cuenta y no me extrañaría que tuviera más de una para blanquear el dinero.
- ¿Cuál es la peor parte? –cuestionó Seung sabiendo que eso no era todo.
- Esa cuenta está… No sé cómo explicarlo. Sospecho de Tráfico.
- ¿Trafico?
- Esa cuenta está sacando niños de los orfanatos y de los reformatorios. Está donando dinero a las instituciones con la condición de que le dejen ‘’adoptar muchos niños’’. Esto ocurre en todo el país. He investigado los movimientos. Coinciden con el índice de descenso de desamparo infantil casualmente y además…He logrado meterme en el sistema de esos lugares y encontré la información de los últimos niños adoptados. Las fechas coinciden. En total lleva 425 adopciones.
- ¿Sospechas del Señor Lee?
- Al principio no sabía si pensar en él como el causante, pero revisé las cuentas. Todos los pagos y las adopciones están hechos con el mismo nombre y la misma cuenta que, si la analizamos con la del señor Lee –dijo buscando entre los papeles acumulados en la mesa-. Aquí está –dijo sacando un estudio gráfico.
- Tienes razón, concuerda –Soonkyu abrió los ojos sorprendida.
- ¿Pero para qué querría tener tantos niños? –preguntó Seohyun mirando la hoja.
- Experimentos –declaró Yuhno. Todos lo miraron-. A lo mejor pretende hacer lo mismo que con Taemin.
- ¿Qué pasó con él?
- De eso queríamos hablarte –declaró Seung.
- El señor Lee organizó una cena ayer y obligó a sus hijos a comer con él.
- Había puesto una sustancia en uno de los alimentos para que hicieran reacción en sus hijos. Y las consecuencias fueron espeluznante para Taemin quien fue obligado a comer. En la cocina encontré al causante y le oí decir que había sido un éxito. Me imaginé que se refería a la sustancia.
Kangin arrugó el papel furioso:
- Por eso estoy yo aquí, tuve que atender al pequeño y sedarle para que el medicamento surtiera efecto más rápido. Por eso está aún dormido.
- No me lo puedo creer –dijo llevando la mano a su sien.
- Si eso es así, tenemos que salvar a esos niños. Estamos hablando de experimentos humanos –dijo Seohyun con preocupación.
- No hay que precipitarse, pero apuesto a que nuestra sospecha puede dejar de serla. Tenemos que actuar ya y les indicaré lo que debemos hacer.
Todos se pusieron en alerta para escuchar atentamente:
- Quiero que os dividáis es dos grupos. Uno que se encargue de ir al resto de orfanatos del país y avisarles para que rechacen el dinero y no le permitan sacar niños de ahí. Otro grupo quiero que coloque un sistema de vigilancia propio en la mansión y que consigan averiguar si la identidad falsa pertenece al señor Lee. Sería de ayuda también poder entrar en su ordenador, pero eso no será tarea fácil. Quizá más adelante cuando hayan pruebas más concisas que no nos pongan en riesgo.
- Entonces Seohyun y tú iréis a los orfanatos. Yunho y yo nos encargaremos del resto.
- ¿Estás seguro oppa? –cuestionó Sunny.
- Sí, no quiero poneros en peligro.
- Respecto a eso –volvió a interrumpir Soonkyu.-. Hemos tenido un problema con el coche oficial. La primera vez que vinimos aquí, mi padre se dio cuenta de que habíamos ido un tanto más lejos de los recorridos que hacemos normalmente. Comenzamos a sospechar que nos estuviera vigilando y mi hermano encontró los micros dentro del coche, por eso lo hemos tenido que dejar aparcado en un lugar que frecuentamos y venir con el de Yunho oppa.
- Ya veo. Lo mejor será que sigáis haciendo eso, porque si los quitamos o los desactivamos levantaría las alertas de tu padre. Si os tiene vigilados es por algo, no querrá que se escape nada.
- Bueno será mejor que nos pongamos ya en marcha. No podemos perder mucho tiempo.
- Sí. Antes de que se vayan, os voy a dar la lista con las instituciones que ya han sido afectadas y las que aún no han sido visitadas y a ustedes el equipo necesario. Ya os llamaré para coordinar la acción, pero las chicas pueden empezar cuando quieran –dijo cogiendo lo mencionado y entregándoselo a cada uno-. Tengan cuidado y si dudan de algo no tarden en avisarme.
- De acuerdo –aseguró Seung.
-
Se dirigieron a la puerta principal tras arreglar todo menos Soonkyu. La mayor de los Lee abrió con cuidado la entrada de la habitación y se acercó a la cama en la que descansaba su hermano. Le acarició la tibia frente y notó como el menor parpadeaba intentando despertar:
- Tae, cariño –le susurró dulcemente.
- Noona… -dijo aún medio dormido.
- Venga, que nos vamos –dijo sujetándolo para cogerlo en sus brazos.
El pequeño se acurrucó en el hombro de su hermana sintiendo el calor que desprendía y una pequeña sonrisa resbaló de sus labios:
- Noona, tuve un sueño muy agradable –dijo abrazándola.
- ¿Sí? –dijo ella caminando por los pasillos-. ¿Qué soñaste mi amor?
- Soñé que volvíamos a ser una familia.
El sol que entraba por la ventana le dio de lleno en su pálido rostro provocándole que frunciera el ceño y cambiase de posición. Una punzada en su espalda impidió su maniobra despertándola por completo. Se quejó mentalmente enderezándose en la silla.
Bostezó mirando a su alrededor y clavó la mirada en su pequeño hermano que dormía profundamente ya fuera de peligro. Llevó su mano a la frente del niño comprobando su temperatura y suspiró tranquila. Le acarició la mejilla dulcemente y se levantó desentumeciéndose.
Salió de la estancia y un agradable olor inundó sus fosas nasales abriéndole el estómago por completo. Bajó con pereza la escalera y antes de visualizar la cocina se percató de que no había nadie circulando por la mansión.
En otras circunstancias le hubiera parecido normal hasta el punto de pensar que se encontraban realizando alguna tarea en los alrededores de la propiedad, pero ahora no podía picar el anzuelo.
Entró no muy convencida a su lugar de destino y se llevó una grata sorpresa al encontrar a Seung sirviendo el desayuno:
- Huele de maravilla –dijo con una sonrisa.
- Gracias Sunny –le devolvió el gesto-. ¿Ya te diste cuenta?
- Sí –dijo sentándose en unos de los taburetes-. ¿Tú qué opinas?
- Quizá sea por lo de ayer. Si las sospechas son correctas, el personal armaría un gran revuelo.
- Tienes razón, esto solo hace que aumente el desconcierto.
- ¿Tienes idea de quien hizo la cena ayer?
Ella negó lentamente:
- Cuando llegamos nos mandaron a cambiarnos de ropa, así que si hubo tiempo de hacer algo fue ahí.
- Bueno, esperemos que solo sea coincidencia, aunque apunta a todo lo contrario –dijo sirviendo la humeante taza de café recién hecho-. Anda, bebe –le sonrió.
- Gracias –hizo un gesto complacida. Le hacía falta.
Se formó un silencio nada incómodo en el que ambos se sumieron en sus pensamientos. No duró mucho. El sonido de una llamada atrajo la atención de los presentes. Soonkyu metió su mano en el bolsillo y mirando la pantalla extrañada contestó:
- ¿Kangin oppa? –preguntó un poco insegura.
- Necesito que nos veamos, es urgente.
- ¿Ocurrió algo? –los nervios no tardaron en hacer acto de presencia.
- Sí, pero no puedo contártelo por aquí. No es seguro.
- Entiendo –se quedó pensativa unos segundos-. Podemos vernos después, pero…
- No te preocupes, trae a Taemin.
- No quiero que se entere de nada.
- Tranquila, estará ajeno a todo lo que hablemos.
- Entonces sin problemas.
- Hasta después entonces.
- Adiós.
Volvió a guardar el aparato en su bolsillo y su rostro siguió tenso a pesar de haber colgado. Llevó la taza negra a sus labios y tras un largo sorbo, miró al hombre frente a ella:
- ¿Qué te dijo? –cuestionó al observar su expresión.
- Al parecer descubrió algo, pero no me lo ha querido decir por teléfono. Lo noté muy serio –miró su taza.
- No te preocupes. Sabes que desde que nos involucramos en esto, era algo que podía pasar, sea lo que sea, ahora tenemos que prepararnos. Tu padre tanto siendo inocente como culpable de algo, es un hombre peligroso. Tendremos que ser más precavidos como nos lo acaba de demostrar Kangin.
- No me sorprendería que nos demos de bruces con algo totalmente espeluznante, pero parece que hay algo en mí que aún no lo quiere asimilar.
- Tranquila, estamos en esto juntos –le sonrió dulcemente.
Ella le devolvió el gesto, complacida. Prosiguieron con una charla un tanto más trivial mientras acababan el desayuno:
- Espera, yo te ayudo –se ofreció cuando vio al mayor recoger.
- No hace falta, yo me encargo. Será mejor que te vayas a prep…
El estrambótico timbre de la mansión rugió desde la gran puerta principal. Ambos se miraron confusos ya que no solían haber visitar y quiénes venían tenían la llave:
- Voy a abrir –habló un tanto insegura.
Se acercó cuidadosamente a la puerta tras atravesar el salón de la entrada:
- ¡Soy yo!
Su expresión se calmó súbitamente cuando la voz de su mejor amiga llegó hasta sus oídos. Sin pensárselo mucho, abrió el portón y le dejó paso con una sonrisa alegre:
- Me asustaste, no esperaba que vinieras.
- Oh –sonrió tímidamente-. Quería asegurarme de que estuvierais bien. Después de lo del otro día me preocupé bastante.
- Eres un cielo –le abrazó-. Ven –le cogió la mano y la guio hasta la cocina.
- Hola Seohyun –saludó Seung contento de verla.
- Hola oppa –dijo con entusiasmo.
- Verás Seo, me gu…
El ruido del timbre volvió a sonar, provocando que todos los presentes fruncieran el ceño:
- ¿Esperabas a alguien?
- No –dijo segura.
Por segunda vez, salió de la cocina y recorrió el mismo trayecto de minutos antes. Miró por la cámara de seguridad y su confusión aumentó al ver a Yunho un tanto nervioso. Abrió inmediatamente:
- ¿Ha pasado al…
- Tú padre envenenó a tu hermano –dijo con un tono serio en la voz.
- ¿Có-mo?
- El otro día en la cena, cuando me iba –comenzó sin darle tiempo para respirar-. Busqué a tu padre para ver si se encontraba en casa, pero oí una voz que provenía de la cocina así que me acerqué. Tú sabes que yo conozco a toda la plantilla que trabaja en tu casa, pero al señor que yo me encontré allí no era de aquí. Lo oí hablar de que había sido un éxito la prueba y que se marcharía después de limpiar.
- ¿Qué? ¿Qué prueba?
- Yo me pregunté lo mismo, así que cuando él se fue, busqué alguna evidencia y la encontré. Sunny, ese sujeto había manipulado los tomates de la cena que les sirvieron a ustedes dos. ¿Tú te los comiste?
- N-o, yo… -hizo memoria-. Yo no comí nada prácticamente, pero Taemin sí se los comió porque mi padre le estaba amenazando.
- Os quería usar de prueba para experimentar con la sustancia. Los analicé en mi laboratorio y aunque no pude identificar todos sus componentes, habían muchos que controlaban el sistema muscular y circulatorio del cuerpo.
Soonkyu estaba intentado sobrellevar toda la información de golpe. Las sospechas propias y las de Seung al final eran ciertas. Aunque albergaba una esperanza de que esto no fuera más allá, esa parte tuvo que resignarse a combatir en esta batalla que se había desencadenado:
- Sunny, ¿eso es verdad? –preguntó Seohyun quien al parecer había escuchado todo con Seung.
- Eso era lo que quería contarte.
El doctor los miró a todos:
- ¿Qué está pasando Sunny?
- Será mejor que vengan todos conmigo hoy, aunque tenemos que solucionar antes unas cosas.
- Sé a lo que te refieres Sunny –la miró Seung-. Pero ya lo tengo todo pensado.
~~~~
Su vista viajaba con suma rapidez de los documentos a los gráficos y de los gráficos a las pantallas. Su mirada estaba inyectada en odio. No creía como un ser humano era capaz de hacer algo tan inmoral. Miró de nuevo los archivos de los orfanatos del país y de los reformatorios. ¿Acaso nadie sospechaba nada en esta maldita sociedad?
Al comienzo de esa parte de la investigación no daba crédito a semejante negocio ilegal:
- ¿Qué quería darles un hogar? ¿Un multimillonario? ¡Ja! Eso no se lo cree nadie. Y encima falsificando la identidad.
El asunto del Barrio Rojo no le parecía ni de lejos despiadado. Tenían que hacer algo inmediatamente. De repente oyó el timbré falso de la casa y supo que por fin habían llegado. Suspiró mientras repasaba mentalmente el plan de camino a la puerta del piso superior:
- Gracias por… -miró al grupo que había aumentado el número.
- Kangin oppa, ellos ya lo saben. Están dispuestos a colaborar.
- ¿Estás segura que son de fiar? No os ofendáis, se trata de un tema delicado y no pueden haber fugas.
- Sí, no te preocupes.
El hombre los dejó pasar cerrando la puerta a sus espaldas, no sin antes revisar que nadie los hubiera visto:
- Ella es Seohyun –dijo presentándola de camino al escondite subterráneo-. Mi mejor amiga desde que era pequeña. Y él es Yunho oppa, que ya lo conoces.
Soonkyu miró hacia los brazos de Seung que cargaban al menor. El pequeño estaba durmiendo todavía debido a los medicamentos que le había puesto Yunho ayer:
- Dejaremos a tu hermano en una de las habitaciones de la casa que está vigilada por si se despierta, ¿te parece bien?
- ¿Tiene ventanas? –dijo un poco insegura.
- Sí, pero tienen unos finos alambres casi invisibles que están electrificados. Nadie se acercará, aunque tampoco es como si hubiera mucha gente merodeando por aquí.
- De acuerdo –dijo convencida.
Tras dejar a un dormido Taemin, el resto de presentes se dirigieron por el pasadizo hasta llegar a la enorme oficina blanca que se escondía allí:
- Por favor, siéntense –le señaló la mesa redonda de un tamaño considerable.
Fue a su mesa de trabajo frente a numerosas pantallas entre las que se encontraban las cámaras de seguridad del perímetro y cogió unos papeles. Se sentó con ellos debatiendo con qué palabras era mejor empezar:
- Kangin, tenemos que informarte de algo no muy agradable y puede que ayude en esto.
- Perfecto, primero les cuento y luego me decís –declaró haciendo que se notase la seriedad en sus palabras.
Miró por última vez los documentos y suspiró por décima vez:
- ¿Recordáis el caso del que hablamos la última vez?
- El de este barrio –respondió Seung.
- Sí, os dije que el gráfico bancario del señor Lee había sufrido unas variaciones considerables y que la mayoría de los movimientos provenían de cuentas de personas de este lugar que después desaparecieron -ambos asintieron-.Al parecer eso está ocurriendo de nuevo, pero lo más extraño es que nada ha salido de su cuenta.
- ¿Quieres decir que ha movido dinero pero no desde su cuenta?
- Una cuenta falsa –se aventuró Soonkyu.
- Exacto, tiene una cuenta falsa vinculada a la suya de tal forma que nadie se dé cuenta y no me extrañaría que tuviera más de una para blanquear el dinero.
- ¿Cuál es la peor parte? –cuestionó Seung sabiendo que eso no era todo.
- Esa cuenta está… No sé cómo explicarlo. Sospecho de Tráfico.
- ¿Trafico?
- Esa cuenta está sacando niños de los orfanatos y de los reformatorios. Está donando dinero a las instituciones con la condición de que le dejen ‘’adoptar muchos niños’’. Esto ocurre en todo el país. He investigado los movimientos. Coinciden con el índice de descenso de desamparo infantil casualmente y además…He logrado meterme en el sistema de esos lugares y encontré la información de los últimos niños adoptados. Las fechas coinciden. En total lleva 425 adopciones.
- ¿Sospechas del Señor Lee?
- Al principio no sabía si pensar en él como el causante, pero revisé las cuentas. Todos los pagos y las adopciones están hechos con el mismo nombre y la misma cuenta que, si la analizamos con la del señor Lee –dijo buscando entre los papeles acumulados en la mesa-. Aquí está –dijo sacando un estudio gráfico.
- Tienes razón, concuerda –Soonkyu abrió los ojos sorprendida.
- ¿Pero para qué querría tener tantos niños? –preguntó Seohyun mirando la hoja.
- Experimentos –declaró Yuhno. Todos lo miraron-. A lo mejor pretende hacer lo mismo que con Taemin.
- ¿Qué pasó con él?
- De eso queríamos hablarte –declaró Seung.
- El señor Lee organizó una cena ayer y obligó a sus hijos a comer con él.
- Había puesto una sustancia en uno de los alimentos para que hicieran reacción en sus hijos. Y las consecuencias fueron espeluznante para Taemin quien fue obligado a comer. En la cocina encontré al causante y le oí decir que había sido un éxito. Me imaginé que se refería a la sustancia.
Kangin arrugó el papel furioso:
- Por eso estoy yo aquí, tuve que atender al pequeño y sedarle para que el medicamento surtiera efecto más rápido. Por eso está aún dormido.
- No me lo puedo creer –dijo llevando la mano a su sien.
- Si eso es así, tenemos que salvar a esos niños. Estamos hablando de experimentos humanos –dijo Seohyun con preocupación.
- No hay que precipitarse, pero apuesto a que nuestra sospecha puede dejar de serla. Tenemos que actuar ya y les indicaré lo que debemos hacer.
Todos se pusieron en alerta para escuchar atentamente:
- Quiero que os dividáis es dos grupos. Uno que se encargue de ir al resto de orfanatos del país y avisarles para que rechacen el dinero y no le permitan sacar niños de ahí. Otro grupo quiero que coloque un sistema de vigilancia propio en la mansión y que consigan averiguar si la identidad falsa pertenece al señor Lee. Sería de ayuda también poder entrar en su ordenador, pero eso no será tarea fácil. Quizá más adelante cuando hayan pruebas más concisas que no nos pongan en riesgo.
- Entonces Seohyun y tú iréis a los orfanatos. Yunho y yo nos encargaremos del resto.
- ¿Estás seguro oppa? –cuestionó Sunny.
- Sí, no quiero poneros en peligro.
- Respecto a eso –volvió a interrumpir Soonkyu.-. Hemos tenido un problema con el coche oficial. La primera vez que vinimos aquí, mi padre se dio cuenta de que habíamos ido un tanto más lejos de los recorridos que hacemos normalmente. Comenzamos a sospechar que nos estuviera vigilando y mi hermano encontró los micros dentro del coche, por eso lo hemos tenido que dejar aparcado en un lugar que frecuentamos y venir con el de Yunho oppa.
- Ya veo. Lo mejor será que sigáis haciendo eso, porque si los quitamos o los desactivamos levantaría las alertas de tu padre. Si os tiene vigilados es por algo, no querrá que se escape nada.
- Bueno será mejor que nos pongamos ya en marcha. No podemos perder mucho tiempo.
- Sí. Antes de que se vayan, os voy a dar la lista con las instituciones que ya han sido afectadas y las que aún no han sido visitadas y a ustedes el equipo necesario. Ya os llamaré para coordinar la acción, pero las chicas pueden empezar cuando quieran –dijo cogiendo lo mencionado y entregándoselo a cada uno-. Tengan cuidado y si dudan de algo no tarden en avisarme.
- De acuerdo –aseguró Seung.
-
Se dirigieron a la puerta principal tras arreglar todo menos Soonkyu. La mayor de los Lee abrió con cuidado la entrada de la habitación y se acercó a la cama en la que descansaba su hermano. Le acarició la tibia frente y notó como el menor parpadeaba intentando despertar:
- Tae, cariño –le susurró dulcemente.
- Noona… -dijo aún medio dormido.
- Venga, que nos vamos –dijo sujetándolo para cogerlo en sus brazos.
El pequeño se acurrucó en el hombro de su hermana sintiendo el calor que desprendía y una pequeña sonrisa resbaló de sus labios:
- Noona, tuve un sueño muy agradable –dijo abrazándola.
- ¿Sí? –dijo ella caminando por los pasillos-. ¿Qué soñaste mi amor?
- Soñé que volvíamos a ser una familia.
Lady Akari
Taemin <3
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~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (Cap. 85)
Capítulo 85:
Tras dejar a Seohyung y despedirse de Yunho, llegaron por fin a la mansión. Entraron temiendo alguna presencia, pero nada más alejado de ese pensamiento. La casa estaba en un lúgubre silencio. Sin embargo, una pequeña luz alumbraba uno de los pasillos hacia el interior:
- ¿Estará mi padre?
- No lo creo –contestó Seung.
- Es extraño que alguien del personal se deje alguna luz encendida.
- Bueno, de todas formas, ya es tarde. Será mejor que comáis algo y os vayáis a descansar. Mañana tienes clase.
- Sí, mañana empezaremos con las visitas a los orfanatos por la tarde –dijo con un deje de preocupación.
- ¿Qué ocurre?
- Taemin –dijo mirando al dormido niño de nuevo que había sucumbido al largo viaje-. No podemos llevarlo con nosotras y ustedes dos también tienen una tarea que cumplir.
Seung se quedó pensando unos segundos:
- Lo tengo. Si vais a ir a los orfanatos y a las casas de acogidas, porque no lo dejas con Sowon. Ella también dirige un orfanato, no habrá ningún problema.
- ¿Tú crees que aceptará? Hace tiempo que no la vemos –declaró preocupada.
- Claro, ella os quiere mucho y así le hacéis una visita y le avisáis del suceso.
- Está bien. Cuando salgamos de la universidad vengo por él. ¿Podrías prepararle sus cosas mañana por la mañana? Le preguntaré si puede quedarse hasta que terminemos de dar el aviso.
- No te preocupes yo me hago cargo.
- Gracias –sonrió.
- Ahora a comer –dijo dirigiéndose a la cocina.
~~~~
Después de toda una mañana con la mente fuera de las clases sin prestar atención, el timbre avisó la finalización de la jornada, dejándolas libres al fin. Emprendieron la marcha con rapidez hasta la mansión de los Lee. Cada minuto contaba, era crucial. Muchos niños dependían de ellas.
Aceleraron el paso y marcó su número:
- Oppa, ya estamos llegando. ¿Está listo?
- Sí, te está esperando.
- Bien, dile que salga ya a la entrada del jardín.
- Está bien, cuídense.
- Lo haremos –habló Seohyun desde lo lejos causando risas-. Ustedes también.
Una vez colgada la llamada, cruzaron la última calle y llegaron a la propiedad. A lo lejos vieron como la gran puerta de rejas se abrió saliendo de esta un pequeño niño con una mochila a su espalda. El menor las divisó y sonrió saludando con una mano:
- Hola pequeño –dijo Sunny cogiéndolo en brazos.
- ¿Cómo les fueron las clases?
- Aburridas como siempre –le besó la frente empezando a caminar de nuevo-. ¿Y a ti el día?
- Muy bien, Seung hyung me hizo un desayuno muy rico –dijo feliz-. Estoy lleno –rio.
- Me alegro –dijo mirando sus ojitos brillar.
- Noona –dijo mirando a Seohyun-. ¿Estás bien? –dijo extrañado.
- Sí Tae, solo estaba pensando –le despeinó cariñosamente.
- Es que estamos cansadas –dijo Sunny.
- ¿Y a dónde vamos? –frunció el ceño.
Sunny observó todo a su alrededor y luego se volvió a dirigir al pequeño:
- Al orfanato de la señora Sowon, ¿te acuerdas de ella?
- Creo que sí.
- Pues ahí mismo.
- ¿Y para qué? –preguntó curioso.
- Voy a pedirle que te deje quedarte ahí hasta que noona termine unas cosas, ¿vale?
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿No puedo ir contigo?
- No puedes Tae, son cosas de la…universidad –declaró mirando indecisa a su amiga.
El menor de los hermanos hizo un puchero:
- No quiero quedarme solo.
- No estarás solo, hay muchos niños allí.
- Pero… -agachó la cabeza triste.
- Volveremos lo más rápido posible y después te compensaré, ¿vale?
- No tardes noona.
- No lo haré, te lo prometo –le besó la mejilla y él sonrió.
~~~~
Tras un largo paseo hasta el lugar, extrañado de que Seung no los llevara, llegaron al orfanato. No era una propiedad muy grande, tal y como recordaba, pero sí lo suficientemente acondicionada y equipada para ejercer como tal.
Se acercaron hasta la verja y fueron vistos por el guardia que trabajaba allí. Nada había cambiado y eso le producía a los hermanos Lee una nostalgia casi desoladora:
- Hola, buenos días. ¿Puedo ayudarlas en algo?
- Buenos días señor Hyukmin, hace mucho tiempo que no nos vemos –sonrió Sunny.
El hombre parpadeó confundido mirándola y luego observó al pequeño niño que se encontraba a su lado. Su cara no era fácil de olvidar y en seguida los reconoció:
- ¿Señorita Lee? –la volvió a mirar.
- Así es –rio por su expresión perpleja.
- Ha pasado mucho tiempo. Me ha costado reconocerla, perdóneme -confesó apenado.
- No se preocupe, es normal. ¿Podemos pasar?
- Por supuesto –dijo acercándose y abriendo las enormes rejas que protegían el recinto-. ¿Qué te trae por aquí?
- Vengo a hablar con Sowon, necesito infórmale de una cosa y pedirle un favor.
- Entiendo, entonces síganme.
- Muchas gracias.
Cuando entraron a la estancia, Soonkyu se sintió abrumada por los recuerdos. Había pasado numerosas tardes con su madre en este lugar, corriendo de un lado a otro y jugando con los niños que vivían allí. Incluso después de que Taemin naciera, ella venía con su hermano en brazos porque le insistía a su progenitora para que la dejara jugar con el pequeño.
Respiró hondo, casi al borde de las lágrimas porque aquel no era el momento para perderse en el pasado:
- Llegamos –avisó el mayor-. Espero que Sowon pueda ayudarles. Yo me voy porque pronto será la hora de almorzar y los renacuajos montarán un escándalo –dijo con cariño.
- Se nota que amas tu trabajo –sonrió recordándolo más joven jugando con ella-. Gracias por traernos.
El hombre también sonrió hacia la gran puerta que se alzaba frente a ellos y negó lentamente:
- No tiene importancia –dijo y desapareció.
Sunny sabía a lo que se refería, Hyukmin no solo amaba su trabajo, también amaba a su jefa. Aquella señora que, tras tocar en la puerta, las había recibido con la mayor de las alegrías recordando lejos tiempos. Sowon era una señora muy encantadora y amorosa. Había sido la mejor amiga de su madre durante varios años hasta que se mudaron a la mansión lejos de esta zona:
- Cariño, has crecido mucho, estás hermosa –la miró de arriba abajo-. Y tú debes de ser el pequeño Taemin, ¿no? Recuerdo cuando eras un bebé. Eras muy adorable.
El menor se sonrojó por el comentario:
- Vaya –se rio-. Lo sigues siendo –dijo acariciándole los cabellos con cariño y ternura.
- Sowon –llamó su atención-. Necesito hablar contigo, pero antes tengo que pedirte un gran favor.
La mujer notó la seriedad en sus palabras y comprendió la gravedad de la situación. Que apareciera ella después de tanto tiempo no era casualidad, no después de aquella extraña situación de hace unos días:
- Adelante, será un placer poder ayudarte.
- ¿Podría quedarse aquí mi hermano por unos días? Te pagaré los gastos y…
- No te apresures. Claro que puede quedarse, pero no te voy a cobrar nada.
- ¿De verdad?
- Por supuesto, faltaría más. Son como mis sobrinos –rio.
- Muchas gracias –hizo una reverencia.
- No hagas eso, ya te dije que somos como de la familia –le regañó como antaño-. Ahora quiero que me expliques que es lo que está pasando.
Sunny se dio cuenta. Sowon sospechaba de su visita. Había pasado algo y esperaba que no fuera lo que rondaba por su cabeza:
- ¿Podríamos…
- Sí, claro. Vamos Taemin, te enseñaré tu cuarto temporal.
~~~~
Una vez que Taemin ya se había instalado en su habitación, Seohyun se sentó con él en la cama para entretenerlo y que no sospechase nada:
- Será mejor que nos alejemos un poco de aquí –susurró Sunny.
- Sígueme –le indicó.
Sowon la guio a través de más pasillos hasta llegar a un pequeño balcón en la parte trasera de la estructura. Ambas se apoyaron en la barandilla y Soonkyu se planteó la mejor forma de empezar:
- Verás…
- Espera –la interrumpió la mayor-. Antes de que digas nada, quiero contarte lo que pasó hace unos días –declaró cruzándose de brazos-. Un hombre muy extraño vino a verme y me pidió que le vendiera el orfanato con los niños incluidos. Le dije que imposible que los niños no se compraban como si fueran meras cosas, pero insistió queriéndome dar una gran cantidad de dinero como si le sobrara. Me dijo que él se encargaría de los papeles de adopción y de la propiedad –dijo consternada-. ¿Tiene eso algo que ver con lo que vas a decirme?
- De hecho… Sí, pero, ¿qué le dijo al tipo?
- ¡Qué no, por supuesto! ¿Cómo podría vender a mis niños de esa forma? Jamás se me pasaría por la cabeza.
- Me alegra escuchar eso. Justamente, de eso venía a advertirla, pero al parecer se me adelantaron. Aunque en cierta forma me alegro porque así Taemin estará a salvo.
- ¿De qué se trata todo esto?
- No puedo decírtelo porque no quiero involucrar a más gente. Solo te diré que esta labor es la que haré con el resto de orfanatos y casas de acogida.
- ¿De verdad alguien puede tener tan poco corazón como para entregar a unos pobres niños así sin más?
- Créeme, hay gente de ese tipo –dijo recordando la cantidad de niños que ya habían sido vendidos por una gran suma-. Por eso no quiero que mi hermano se involucre.
- Bueno, no sé lo que está pasando a ciencia cierta, pero si puedo servirte de ayuda lo haré sin dudarlo.
- Muchas gracias de verdad.
- No me las des y espero que consigas detener todo esto –dijo ahora preocupada temiendo el futuro de muchos de los huérfanos.
- Lo haré, no se preocupe –sonrió convencida.
~~~~
Habían pasado horas desde que Sunny y Seohyun se habían ido. Taemin se encontraba solo, tirado en la cama sin ganas de nada. No quería estar allí, pero se lo había pedido su hermana, así que él obedecería. De repente, oyó el timbre avisándole de que la comida ya estaba lista así que tenía que bajar al comedor. Sin embargo, no tenía hambre. Había comido demasiado en el desayuno y el almuerzo que le habían ofrecido fuera de hora lo había terminado de llenar, por lo que decidió que no cenaría.
Sacó un libro de su mochila y se dispuso a leerlo para entretenerse, pero una sensación de agobio le hizo optar por hacerlo fuera debido a que ya llevaba demasiado tiempo allí encerrado. Cogió las llaves y abrió la puerta, cerrándola de nuevo al salir. Miró hacia todos lados esperando no encontrarse a nadie y caminó por el largo pasillo en busca de un lugar cómodo para leer.
Cuando pasó delante de los baños una sensación desagradable lo invadió por completo. Pocos segundos después, encontró el origen de aquello cuando sintió unas manos agarrarle los hombros con fuerza y lanzarlo contra la pared provocando que soltara el libro y un agudo quejido.
Su mente viajó hasta su colegio donde aquellos chicos también le hacían ese tipo de cosas. Ya estaba acostumbrado así que, en cuanto escuchó aquel barullo de risas delante de él, se levantó ignorando la presencia de ellos y volvió a coger su libro. Dio un paso hacia la izquierda con la intención de irse, pero fue agarrado fuertemente del brazo esta vez impidiéndole moverse:
- Vaya, tenemos a alguien nuevo aquí –dijo uno acercándose a él.
- Sí y además con descaro –se rio el otro.
- Suéltenme –susurró, no quería esto de nuevo.
- ¿Y esa vocecita de niñita asustada? ¿Qué tienes en los pantalones? ¿Un pañal tal vez?
- Déjenme en paz –intentó soltarse consiguiendo un apretón más fuerte en su delgado y pálido brazo.
- ¿A ti también te abandonaron como a un perro?
- No, se equivocan. Yo no…
- Todos decimos lo mismo, que no deberíamos estar aquí, pero al final te acostumbras –dijo acariciándole sin cuidado alguno el pelo.
- A mí no me abandonaron, yo… ¡Ah!
Una cachetada fue directa a su rostro tumbándolo de nuevo al suelo. Se llevó la mano a su mejilla sintiendo la zona arder y las lágrimas asomarse en sus castaños ojos:
- No llores princesa, solo queremos divertirnos contigo –dijo acercándose a él otra vez.
- ¡No! ¡Dejadme!
- No te resistas o será pe…
- ¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima, asqueroso! –se oyó detrás de ellos. Varios de los presentes se tensaron reconociendo al dueño se esa voz.
- El que faltaba, la otra princesita.
- ¡Lárguense y hagan algo útil!
- ¿A quién te crees que le estás hablando mocoso?
- Será mejor que nos vayamos.
- Sí vámonos, no quiero problemas con este tipo.
- ¿Estáis huyendo de la princesa número uno?
- Tú no lo has visto, pero deja muy mal a los que se atreven a enfrentarse a él y no creo que quieras averiguarlo. Vamos –le cogió del brazo y tiró de él.
- Sabia decisión, me alegro por ustedes –sonrió el nuevo presente.
Cuando los perdió de vista oyó un gemido proveniente del suelo y se acordó de que no estaba solo:
- Oye, ¿estás bien? –se agachó preocupado poniéndose a su altura.
Taemin se encogió en el sitio temiendo que todo fuera una broma y también le quisiera pegar:
- No voy a hacerte daño, acabo de espantarlos. ¿No lo has visto? En realidad son unos cobardes –dijo riendo al recordar la cara de susto que se les había quedado.
No supo por qué, pero sintió que podía fiarse de él, así que correspondió al gesto y sonrió:
- Eres muy bonito, ¿lo sabías? –dijo acariciando la regordeta mejilla de Taemin.
- G-gracias –bajó la vista sonrojado-. Gracias también por ayudarme, no sé cómo devolverte el favor.
- No me debes nada, a partir de ahora yo te protegeré –lo abrazó cálidamente.
Taemin se sorprendió por la espontaneidad de su nuevo amigo, pero correspondió el abrazo sin problemas y sonrió agradecido:
- Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Me llamo Taemin, ¿y tú?
- Mi nombre es Kibum, pero puedes decirme Key.
Tras dejar a Seohyung y despedirse de Yunho, llegaron por fin a la mansión. Entraron temiendo alguna presencia, pero nada más alejado de ese pensamiento. La casa estaba en un lúgubre silencio. Sin embargo, una pequeña luz alumbraba uno de los pasillos hacia el interior:
- ¿Estará mi padre?
- No lo creo –contestó Seung.
- Es extraño que alguien del personal se deje alguna luz encendida.
- Bueno, de todas formas, ya es tarde. Será mejor que comáis algo y os vayáis a descansar. Mañana tienes clase.
- Sí, mañana empezaremos con las visitas a los orfanatos por la tarde –dijo con un deje de preocupación.
- ¿Qué ocurre?
- Taemin –dijo mirando al dormido niño de nuevo que había sucumbido al largo viaje-. No podemos llevarlo con nosotras y ustedes dos también tienen una tarea que cumplir.
Seung se quedó pensando unos segundos:
- Lo tengo. Si vais a ir a los orfanatos y a las casas de acogidas, porque no lo dejas con Sowon. Ella también dirige un orfanato, no habrá ningún problema.
- ¿Tú crees que aceptará? Hace tiempo que no la vemos –declaró preocupada.
- Claro, ella os quiere mucho y así le hacéis una visita y le avisáis del suceso.
- Está bien. Cuando salgamos de la universidad vengo por él. ¿Podrías prepararle sus cosas mañana por la mañana? Le preguntaré si puede quedarse hasta que terminemos de dar el aviso.
- No te preocupes yo me hago cargo.
- Gracias –sonrió.
- Ahora a comer –dijo dirigiéndose a la cocina.
~~~~
Después de toda una mañana con la mente fuera de las clases sin prestar atención, el timbre avisó la finalización de la jornada, dejándolas libres al fin. Emprendieron la marcha con rapidez hasta la mansión de los Lee. Cada minuto contaba, era crucial. Muchos niños dependían de ellas.
Aceleraron el paso y marcó su número:
- Oppa, ya estamos llegando. ¿Está listo?
- Sí, te está esperando.
- Bien, dile que salga ya a la entrada del jardín.
- Está bien, cuídense.
- Lo haremos –habló Seohyun desde lo lejos causando risas-. Ustedes también.
Una vez colgada la llamada, cruzaron la última calle y llegaron a la propiedad. A lo lejos vieron como la gran puerta de rejas se abrió saliendo de esta un pequeño niño con una mochila a su espalda. El menor las divisó y sonrió saludando con una mano:
- Hola pequeño –dijo Sunny cogiéndolo en brazos.
- ¿Cómo les fueron las clases?
- Aburridas como siempre –le besó la frente empezando a caminar de nuevo-. ¿Y a ti el día?
- Muy bien, Seung hyung me hizo un desayuno muy rico –dijo feliz-. Estoy lleno –rio.
- Me alegro –dijo mirando sus ojitos brillar.
- Noona –dijo mirando a Seohyun-. ¿Estás bien? –dijo extrañado.
- Sí Tae, solo estaba pensando –le despeinó cariñosamente.
- Es que estamos cansadas –dijo Sunny.
- ¿Y a dónde vamos? –frunció el ceño.
Sunny observó todo a su alrededor y luego se volvió a dirigir al pequeño:
- Al orfanato de la señora Sowon, ¿te acuerdas de ella?
- Creo que sí.
- Pues ahí mismo.
- ¿Y para qué? –preguntó curioso.
- Voy a pedirle que te deje quedarte ahí hasta que noona termine unas cosas, ¿vale?
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿No puedo ir contigo?
- No puedes Tae, son cosas de la…universidad –declaró mirando indecisa a su amiga.
El menor de los hermanos hizo un puchero:
- No quiero quedarme solo.
- No estarás solo, hay muchos niños allí.
- Pero… -agachó la cabeza triste.
- Volveremos lo más rápido posible y después te compensaré, ¿vale?
- No tardes noona.
- No lo haré, te lo prometo –le besó la mejilla y él sonrió.
~~~~
Tras un largo paseo hasta el lugar, extrañado de que Seung no los llevara, llegaron al orfanato. No era una propiedad muy grande, tal y como recordaba, pero sí lo suficientemente acondicionada y equipada para ejercer como tal.
Se acercaron hasta la verja y fueron vistos por el guardia que trabajaba allí. Nada había cambiado y eso le producía a los hermanos Lee una nostalgia casi desoladora:
- Hola, buenos días. ¿Puedo ayudarlas en algo?
- Buenos días señor Hyukmin, hace mucho tiempo que no nos vemos –sonrió Sunny.
El hombre parpadeó confundido mirándola y luego observó al pequeño niño que se encontraba a su lado. Su cara no era fácil de olvidar y en seguida los reconoció:
- ¿Señorita Lee? –la volvió a mirar.
- Así es –rio por su expresión perpleja.
- Ha pasado mucho tiempo. Me ha costado reconocerla, perdóneme -confesó apenado.
- No se preocupe, es normal. ¿Podemos pasar?
- Por supuesto –dijo acercándose y abriendo las enormes rejas que protegían el recinto-. ¿Qué te trae por aquí?
- Vengo a hablar con Sowon, necesito infórmale de una cosa y pedirle un favor.
- Entiendo, entonces síganme.
- Muchas gracias.
Cuando entraron a la estancia, Soonkyu se sintió abrumada por los recuerdos. Había pasado numerosas tardes con su madre en este lugar, corriendo de un lado a otro y jugando con los niños que vivían allí. Incluso después de que Taemin naciera, ella venía con su hermano en brazos porque le insistía a su progenitora para que la dejara jugar con el pequeño.
Respiró hondo, casi al borde de las lágrimas porque aquel no era el momento para perderse en el pasado:
- Llegamos –avisó el mayor-. Espero que Sowon pueda ayudarles. Yo me voy porque pronto será la hora de almorzar y los renacuajos montarán un escándalo –dijo con cariño.
- Se nota que amas tu trabajo –sonrió recordándolo más joven jugando con ella-. Gracias por traernos.
El hombre también sonrió hacia la gran puerta que se alzaba frente a ellos y negó lentamente:
- No tiene importancia –dijo y desapareció.
Sunny sabía a lo que se refería, Hyukmin no solo amaba su trabajo, también amaba a su jefa. Aquella señora que, tras tocar en la puerta, las había recibido con la mayor de las alegrías recordando lejos tiempos. Sowon era una señora muy encantadora y amorosa. Había sido la mejor amiga de su madre durante varios años hasta que se mudaron a la mansión lejos de esta zona:
- Cariño, has crecido mucho, estás hermosa –la miró de arriba abajo-. Y tú debes de ser el pequeño Taemin, ¿no? Recuerdo cuando eras un bebé. Eras muy adorable.
El menor se sonrojó por el comentario:
- Vaya –se rio-. Lo sigues siendo –dijo acariciándole los cabellos con cariño y ternura.
- Sowon –llamó su atención-. Necesito hablar contigo, pero antes tengo que pedirte un gran favor.
La mujer notó la seriedad en sus palabras y comprendió la gravedad de la situación. Que apareciera ella después de tanto tiempo no era casualidad, no después de aquella extraña situación de hace unos días:
- Adelante, será un placer poder ayudarte.
- ¿Podría quedarse aquí mi hermano por unos días? Te pagaré los gastos y…
- No te apresures. Claro que puede quedarse, pero no te voy a cobrar nada.
- ¿De verdad?
- Por supuesto, faltaría más. Son como mis sobrinos –rio.
- Muchas gracias –hizo una reverencia.
- No hagas eso, ya te dije que somos como de la familia –le regañó como antaño-. Ahora quiero que me expliques que es lo que está pasando.
Sunny se dio cuenta. Sowon sospechaba de su visita. Había pasado algo y esperaba que no fuera lo que rondaba por su cabeza:
- ¿Podríamos…
- Sí, claro. Vamos Taemin, te enseñaré tu cuarto temporal.
~~~~
Una vez que Taemin ya se había instalado en su habitación, Seohyun se sentó con él en la cama para entretenerlo y que no sospechase nada:
- Será mejor que nos alejemos un poco de aquí –susurró Sunny.
- Sígueme –le indicó.
Sowon la guio a través de más pasillos hasta llegar a un pequeño balcón en la parte trasera de la estructura. Ambas se apoyaron en la barandilla y Soonkyu se planteó la mejor forma de empezar:
- Verás…
- Espera –la interrumpió la mayor-. Antes de que digas nada, quiero contarte lo que pasó hace unos días –declaró cruzándose de brazos-. Un hombre muy extraño vino a verme y me pidió que le vendiera el orfanato con los niños incluidos. Le dije que imposible que los niños no se compraban como si fueran meras cosas, pero insistió queriéndome dar una gran cantidad de dinero como si le sobrara. Me dijo que él se encargaría de los papeles de adopción y de la propiedad –dijo consternada-. ¿Tiene eso algo que ver con lo que vas a decirme?
- De hecho… Sí, pero, ¿qué le dijo al tipo?
- ¡Qué no, por supuesto! ¿Cómo podría vender a mis niños de esa forma? Jamás se me pasaría por la cabeza.
- Me alegra escuchar eso. Justamente, de eso venía a advertirla, pero al parecer se me adelantaron. Aunque en cierta forma me alegro porque así Taemin estará a salvo.
- ¿De qué se trata todo esto?
- No puedo decírtelo porque no quiero involucrar a más gente. Solo te diré que esta labor es la que haré con el resto de orfanatos y casas de acogida.
- ¿De verdad alguien puede tener tan poco corazón como para entregar a unos pobres niños así sin más?
- Créeme, hay gente de ese tipo –dijo recordando la cantidad de niños que ya habían sido vendidos por una gran suma-. Por eso no quiero que mi hermano se involucre.
- Bueno, no sé lo que está pasando a ciencia cierta, pero si puedo servirte de ayuda lo haré sin dudarlo.
- Muchas gracias de verdad.
- No me las des y espero que consigas detener todo esto –dijo ahora preocupada temiendo el futuro de muchos de los huérfanos.
- Lo haré, no se preocupe –sonrió convencida.
~~~~
Habían pasado horas desde que Sunny y Seohyun se habían ido. Taemin se encontraba solo, tirado en la cama sin ganas de nada. No quería estar allí, pero se lo había pedido su hermana, así que él obedecería. De repente, oyó el timbre avisándole de que la comida ya estaba lista así que tenía que bajar al comedor. Sin embargo, no tenía hambre. Había comido demasiado en el desayuno y el almuerzo que le habían ofrecido fuera de hora lo había terminado de llenar, por lo que decidió que no cenaría.
Sacó un libro de su mochila y se dispuso a leerlo para entretenerse, pero una sensación de agobio le hizo optar por hacerlo fuera debido a que ya llevaba demasiado tiempo allí encerrado. Cogió las llaves y abrió la puerta, cerrándola de nuevo al salir. Miró hacia todos lados esperando no encontrarse a nadie y caminó por el largo pasillo en busca de un lugar cómodo para leer.
Cuando pasó delante de los baños una sensación desagradable lo invadió por completo. Pocos segundos después, encontró el origen de aquello cuando sintió unas manos agarrarle los hombros con fuerza y lanzarlo contra la pared provocando que soltara el libro y un agudo quejido.
Su mente viajó hasta su colegio donde aquellos chicos también le hacían ese tipo de cosas. Ya estaba acostumbrado así que, en cuanto escuchó aquel barullo de risas delante de él, se levantó ignorando la presencia de ellos y volvió a coger su libro. Dio un paso hacia la izquierda con la intención de irse, pero fue agarrado fuertemente del brazo esta vez impidiéndole moverse:
- Vaya, tenemos a alguien nuevo aquí –dijo uno acercándose a él.
- Sí y además con descaro –se rio el otro.
- Suéltenme –susurró, no quería esto de nuevo.
- ¿Y esa vocecita de niñita asustada? ¿Qué tienes en los pantalones? ¿Un pañal tal vez?
- Déjenme en paz –intentó soltarse consiguiendo un apretón más fuerte en su delgado y pálido brazo.
- ¿A ti también te abandonaron como a un perro?
- No, se equivocan. Yo no…
- Todos decimos lo mismo, que no deberíamos estar aquí, pero al final te acostumbras –dijo acariciándole sin cuidado alguno el pelo.
- A mí no me abandonaron, yo… ¡Ah!
Una cachetada fue directa a su rostro tumbándolo de nuevo al suelo. Se llevó la mano a su mejilla sintiendo la zona arder y las lágrimas asomarse en sus castaños ojos:
- No llores princesa, solo queremos divertirnos contigo –dijo acercándose a él otra vez.
- ¡No! ¡Dejadme!
- No te resistas o será pe…
- ¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima, asqueroso! –se oyó detrás de ellos. Varios de los presentes se tensaron reconociendo al dueño se esa voz.
- El que faltaba, la otra princesita.
- ¡Lárguense y hagan algo útil!
- ¿A quién te crees que le estás hablando mocoso?
- Será mejor que nos vayamos.
- Sí vámonos, no quiero problemas con este tipo.
- ¿Estáis huyendo de la princesa número uno?
- Tú no lo has visto, pero deja muy mal a los que se atreven a enfrentarse a él y no creo que quieras averiguarlo. Vamos –le cogió del brazo y tiró de él.
- Sabia decisión, me alegro por ustedes –sonrió el nuevo presente.
Cuando los perdió de vista oyó un gemido proveniente del suelo y se acordó de que no estaba solo:
- Oye, ¿estás bien? –se agachó preocupado poniéndose a su altura.
Taemin se encogió en el sitio temiendo que todo fuera una broma y también le quisiera pegar:
- No voy a hacerte daño, acabo de espantarlos. ¿No lo has visto? En realidad son unos cobardes –dijo riendo al recordar la cara de susto que se les había quedado.
No supo por qué, pero sintió que podía fiarse de él, así que correspondió al gesto y sonrió:
- Eres muy bonito, ¿lo sabías? –dijo acariciando la regordeta mejilla de Taemin.
- G-gracias –bajó la vista sonrojado-. Gracias también por ayudarme, no sé cómo devolverte el favor.
- No me debes nada, a partir de ahora yo te protegeré –lo abrazó cálidamente.
Taemin se sorprendió por la espontaneidad de su nuevo amigo, pero correspondió el abrazo sin problemas y sonrió agradecido:
- Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Me llamo Taemin, ¿y tú?
- Mi nombre es Kibum, pero puedes decirme Key.
Lady Akari
Taemin <3
115
~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (Cap. 86)
Capítulo 86:
Había pasado casi un mes desde que su hermana lo había dejado allí. Ella lo había llamado todos los días diciéndole que ya quedaba menos y que tuviera paciencia. Si bien Taemin la extrañaba, al menos tenía a su nuevo amigo con el que se divertía. Su único amigo:
- ¡Key-omma! –gritó corriendo hacia él cuando este salió de clase.
- ¡Tae! –al mayor se le iluminó la cara al ver al pequeño ir en su busca.
Kibum lo recibió en sus brazos y le besó la frente tiernamente:
- ¿Cómo te fue hoy? –sonrió por el gesto cariñoso.
- Aburrido –dijo con una mueca-. Como todos los días, pero ahora tenemos toda la tarde para divertirnos.
- ¡Sí! –saltó de alegría-. Pero primero vayamos a almorzar, que ya es la hora y tengo hambre.
- Me parece buena idea –dijo al oír sus tripas crujir.
Para Key también era su único amigo y no podía pedir nada más:
- ¿Tu hermana te llamó esta mañana? –le preguntó llevándose un trozo de carne a la boca.
- Sí –contestó mientras se limpiaba las manos-. Me dijo que ya estaban terminando y que pronto vendría a por mí.
El mayor sonrió tristemente, aunque feliz porque el orfanato no era un lugar para Taemin:
- Pero no quiero que estés triste hyung. Yo le diré a Sunny noona si puedes venir conmigo.
- No puedo irme contigo Tae –sonrió por la ternura que había desprendido.
- ¿Por qué? –hizo un puchero.
- Es muy complicado, pero estaré bien –se palmeó el pecho.
- Oye, hyung.
- ¿Sí?
El menor de los Lee pareció pensarlo un poco:
- ¿No te gustaría ver a tus padres? ¿Que ellos vinieran a buscarte?
- No –dijo secamente-. Si me dejaron aquí, es porque no me querían. Además, tampoco me acuerdo de ellos –se encogió de hombros.
- Oh –susurró apenado el menor.
- No te preocupes, cuando cumpla la mayoría de edad saldré de aquí.
- ¿Y entonces nos veremos? –preguntó ilusionado.
- Por supuesto –le sonrió.
- Pues es una promesa.
- Te lo prometo, pequeño –dijo despeinándolo.
~~~~
- ¿Cuántos nos quedan ya?
- Uno, este es el último –dijo Seohyung mirando la lista que les había dado Kangin.
- Bien, pues después de almorzar vamos hasta allí.
Justo después de sus palabras la última hora sonó en toda la universidad y los alumnos salieron en una gran estampida:
- No podía haber sido más oportuno –suspiró cansada Sunny.
- Concuerdo contigo –sonrió complacida por esa libertad recientemente dada.
Una vez fuera del campus, Sunny se paró pensativa:
- ¿Qué te apetece comer?
- Cualquier cosa estaría bien, tengo tanta hambre que me conformo.
- Vale, pues tal vez podríamos ir a…
El sonido de su teléfono la interrumpió. Extrañada por el número, decidió cogerlo por si era algo importante:
- ¿Diga?
- ¿Señorita Lee Soonkyu?
- Sí, soy yo.
- Le llamo por el examen que le realizamos a su hermano. Ya tenemos los resultados. Nos gustaría que pasara por el despacho que está enfrente de la sala de examen que visitó la otra vez. ¿Sería posible?
- S-sí, iré en un momento.
- Muchas gracias, la estaremos esperando.
- A ustedes.
Colgó tras finalizar la conversación:
- ¿Qué pasó?
- Son los resultados del examen de Taemin. Tendremos que comprarnos algo rápido y comer por el camino. ¿No te importa?
- No, en absoluto. Vamos, cuando antes vayamos antes acabaremos.
~~~~
- ¿Estáis seguros de que ha salido de la casa?
- Sí, esta es la oportunidad que hemos estado esperando desde hace mucho.
- ¿Tardará en volver? –preguntó Kangin.
- Sí, lo suficiente como para que podamos terminarlo todo –respondió el agente Park.
- Bien, procedamos entonces. ¿Me oís correctamente?
- Sí –contestaron al unísono ambos hombres.
- De acuerdo. Esto será más sencillo que colocar simples cámaras de seguridad. He estado trabajando en esto desde hace mucho tiempo y espero que realmente funcione. Yunho, ¿ves esos pequeños cuadraditos que tienes en las manos?
- Sí, ¿para qué son exactamente?
- Tenéis que colocarlos en todas las cámaras de la casa. Servirá para duplicar la señal y piratear el servicio. Investigué el modelo de cámaras para ver donde podíamos conectarlos y descubrí que en la parte trasera hay un conector que será sustituido por el pequeño aparato que tienes en las manos y luego lo volverás a conectar pero en lugar de a la cámara en el chip que has puesto ¿Lo habéis entendido?
- Sí –dijo el médico no muy convencido-. Creo que Seung lo ha entendido –rio.
Kangin también rio al teléfono por la torpeza de Yunho y continuó con las indicaciones:
- Sabré que lo habéis hecho bien cuando en mi pantalla salga el monitor de esa cámara. Así que la primera que tenemos aquí son las de la puerta del jardín. En marcha.
- Pues vamos allá –declaró el agente Park.
~~~~
- Tome asiento, por favor.
- ¿Ha ocurrido algo malo?
- No, no se preocupe. Todo lo contrario con respecto a Taemin.
Suspiró aliviada:
- Queremos preguntarle un par de cosas acerca de su hermano.
- De acuerdo.
- Taemin ha demostrado tener un coeficiente intelectual muy elevado para su edad. Contenidos propios que no tendría por qué saber y razonamientos dignos de un profesional. Además del correcto uso del léxico que haría cuestionar a cualquiera la edad del niño antes de verlo. ¿Sabe si el pequeño ha demostrado algún indicio así de esta forma? Porque este tipo de niños suelen ser atendidos con mayor antelación que en el caso de Taemin.
- No que yo sepa. Mi hermano siempre ha sido un niño muy listo, pero nada fuera de lo normal.
- Al menos hasta que algo lo activó, ¿no es así?
- ¿Cómo?
- Algún suceso o evento que potenciara el desarrollo de esta capacidad que no había demostrado antes.
- Bueno, hace poco me enteré que sufría acoso en el colegio.
- ¿Él se lo callaba?
- Sí, hasta que fue hospitalizado porque intentaron ahogarlo –dijo con pesar.
- ¿Se llevaba mal con los otros chicos?
- No, él nunca se lleva mal con nadie. Es un niño muy amigable, cariñoso y dulce.
- ¿Tiene apariencia frágil, delicada o débil? Esos prototipos suelen ser objeto de abusos.
- Sí, es de complexión delgada y muchas veces lo han molestado con que parece una niña.
- Entiendo. Bueno, tal vez algún suceso ocurrido por el abuso acabara de despertarlo.
- Tal vez tenga usted razón.
- El punto es que hemos valorado que a Taemin le correspondería ir cinco cursos más arriba del actual, pero debido a la gran diferencia de edad que esto supondría con el resto de alumnos, creemos que con tres sería suficiente para que no sufra algún tipo de discriminación en su nuevo colegio.
- ¿Cinco cursos? –dijo estupefacta.
- Sí. Tome –dijo el hombre ya entrado en edad extendiéndole un sobre blanco-. Este es el certificado que acredita el estudio y la valoración de su hermano, así como el veredicto resultante.
- Gracias –dijo aun un poco descolocada.
- Gracias a usted por venir y por favor, llámenos si se presenta algún problema con respecto a Taemin.
- Así lo haré, buenas tardes.
Ambas salieron procesando toda la nueva información:
- No sabe que en realidad fue…
- Shhh –le susurró-. Nadie tiene por qué saber lo que pasa en casa y menos alguien a quien no conozco. Taemin estará bien donde sea, no se trata de ninguna enfermedad ni nada por el estilo. Ahora vayamos a terminar esto de una vez y después recogeremos a mi hermano.
- Vale, vamos.
~~~~
- ¿Esa era la última? –dijo Seung desde lo alto de la escalera.
- Sí –contestó Kangin desde el teléfono-. Ya hemos terminado, por lo que ahora desactivaré las cámaras y cortaré lo que han grabado de ustedes, como si no hubiera pasado nada.
- Kangin, las cámaras tienen que estar conectadas a un sistema, si lo modificas y nota alteraciones involuntarias no saltará una especie de alarma o algo así.
- No, tranquilo. El conector me permite congelar una imagen como si estuviera grabando todavía, por lo que no detectará nada –declaró sorprendiendo al hombre.
- Lo tienes todo pensado –rio.
- Sí, por lo que he estado viendo estos últimos años, con este hombre es mejor ser cuidadosos.
- Tienes razón.
~~~~
- ¿Oppa?
- Soonkyu, ya hemos colocado las cámaras en casa, así que será más seguro dormir ahora aquí.
- Me tranquiliza oír eso de verdad.
- Sí, por cierto. ¿Dónde estás?
- Estoy de camino al orfanato de Sowon para recoger a Taemin.
- ¿Ustedes ya terminaron también?
- Sí, justo hace un rato. ¿Podrías informar a Kangin-oppa?
- Lo haré. No tarden mucho en venir que ya se está haciendo tarde, ¿sí?
- Sí, papá –rio por el tono paternal que el otro había usado.
- Muy graciosa –rio también-. Dile a Seohyun que se quede también si quiere.
- Perfecto, gracias oppa –se despidió.
- Adiós, nos vemos ahora.
~~~~
Después de la llamada, la señora Sowon fue en busca de Taemin. No le extrañó encontrarlo con Kibum debajo del mismo árbol de siempre, bajo las luces de las farolas. Los dos niños se habían hecho inseparables, cosa que le extrañó, ya que el mayor no era muy dado a las relaciones sociales desde que había llegado. Una inmensa pena la embargó al darse cuenta de que el pequeño tenía que irse y por ende, se separarían:
- Taemin –le llamó.
El pequeño giró la cabeza en su dirección, curioso:
- Tu hermana viene a buscarte –los ojitos de Taemin se iluminaron, pero al instante reflejaron pena al mirar a la persona que tenía al lado.
- Ve –le dijo Kibum con una sonrisa.
- Pero…
- Tranquilo, estaré bien. Ya te dije que cuando salga de aquí nos veremos.
El pequeño niño con los ojos cristalinos asintió y se acercó a la mejilla de su amigo, dejándole un tierno beso. Kibum lo abrazó fuertemente y conteniendo las lágrimas se despidieron. Sowon tragó con dificultad el nudo que se le había formado en la garganta:
- Vamos, Taemin –le extendió la mano y el nombrado la agarró siendo dirigido por la señora hasta la salida.
Se miraron por última vez y con un asentimiento por parte del mayor junto a una pequeña sonrisa, ambos se perdieron el rastro.
Caminaron por toda la propiedad hasta llegar a la puerta principal encontrándose con las dos chicas:
- ¡Noona! –gritó feliz.
- Tae –sonrió contenta de ver a su hermano después de tanto tiempo.
Soonkyu lo levantó en brazos y le besó uno de los mofletes:
- Has crecido.
- ¿Tú crees? –dijo emocionado.
- Sí –le sonrió, su hermano era adorable-. Bueno, ya es hora de irnos para casa. Muchas gracias por todo, señora Sowon.
- No me las des querida. Ha sido un placer para mí, Taemin es un niño muy bueno.
- Espero que nos veamos pronto –se despidió.
- Sí, yo también lo espero. Cuídense.
- Gracias, igualmente.
~~~~
- Noona, hice un amigo –comentó contento de camino a casa.
- ¿Sí?
- Sí, aunque lo echaré de menos –dijo cabizbajo.
- Bueno, cuando volvamos lo podrás visitar.
- ¿En serio?
- Claro –le sonrió.
- Genial –respondió ilusionado, deseando que llegase ya el día.
- Oye, Minnie, ¿ya cenaste?
- Sí –asintió-. Pero tengo sueño –bostezó a la vez que hablaba.
Las dos chicas se rieron:
- Cuando lleguemos a casa, podrás dormir.
- Sí, eso haré.
Dicho y hecho. En cuanto llegaron a casa el menor de los Lee fue a bañarse y se acostó sin pensarlo dos veces, cayendo en un profundo sueño. Soonkyu y Seohyun fueron a comer a la cocina ya que Seung había insistido en que no debían acostarse con el estómago vacío y tras preparar el cuarto y asearse, no tardaron en cerrar los ojos, cayendo en la inconsciencia.
Seung parecía mucho más tranquilo al saber que habían cámaras por toda la casa y que Kangin las estaba vigilando, porque ya no confiaba en la mansión en la que tantos años había trabajado y mucha menos en su jefe, a quien le había dejado de dedicar respeto. Apagó el resto de las luces que iluminaban la casa y en vista de la ausencia del padre de los chicos, se tomó la libertad de dormir allí.
~~~~
Unos gritos aterradores invadieron su cabeza provocando que su corazón se acelerara. Frunció el ceño queriendo espantar cualquier pesadilla, pero un eco sordo lo exaltó haciéndole caer en la cuenta de que no era una pesadilla ni mucho menos un sueño. Los gritos eran de verdad y el miedo se apoderó de él. ¿Provenían de la mansión? La propiedad era muy grande como para que fuera alguien vecino, así que desechó la idea rápidamente.
Se levantó de la cama tocando el frío suelo con sus pequeños pies. Su cuerpo empezó a temblar ligeramente a causa de los sonidos perturbadores que resonaban por toda la casa. Bajó poco a poco la escalera de mármol llegando al gran salón. La oscuridad le otorgaba a la lujosa casa un ambiente lúgubre y desolador. Empezó a inspeccionar los alrededores de la primera planta dándose cuenta de que no había nada. Extrañado porque también los gritos habían cesado, decidió volver a su habitación, pero de repente el crujido de una puerta lo alertó.
Su respiración se volvió agitada y cuando giró su cuerpo para ver de dónde provenía, una extraña sombra oscura se dirigía hacia él. Preso del pánico, salió corriendo. En mitad de la carrera, la figura lo agarró del brazo y el pequeño gritó con fuerza por el susto. Se removió sin querer mirar quien era y, tras lograr zafarse, salió a toda velocidad hacia el cuarto de su hermana. Abrió la puerta y cerró con el corazón a mil por hora:
- ¡Noona! –gritó comenzando a llorar.
Soonkyu se levantó asustada y se encontró a Taemin llorando en la puerta:
- ¡Tae! ¿Qué pasó? –preguntó acercándose a él
- H-hay alguien fuera.
- ¿Fuera dónde? ¿Cómo que alguien?
- Sí –dijo hipando-. Hay alguien dentro de casa, yo lo vi. Me agarró del brazo en las escaleras. Tengo miedo… -se abrazó.
De repente, unos golpecitos sonaron detrás de la puerta. La mayor se asustó:
- Soy yo, Seung. ¿Pasa algo?
Soonkyu se relajó de inmediato y abrió la puerta:
- ¿Ocurre algo? Escuché un grito y me preocupé.
- Había alguien abajo –dijo Taemin.
- ¿Alguien?
- Sí, yo lo vi y también me persiguió.
- ¿Estás seguro?
- ¡No miento! –dijo con un puchero.
- ¿Y qué hacías levantado a esta hora?
- Es por que oí gritos. Escuché a alguien gritar y ruidos extraños. Bajé para averiguar de dónde venían, pero no vi nada. Luego apareció esa cosa y me persiguió. Tuve mucho miedo.
- Tranquilo –le dijo su hermana besando su frente.
- Bueno, sea lo que sea ya no está porque acabo de venir de abajo y no hay nada.
- ¿Puedo dormir contigo noona? –preguntó Taemin no muy seguro.
- Sí, ven. Será mejor que volvamos a la cama.
- Si necesitan algo más llámenme, ¿de acuerdo?
- Está bien, buenas noches oppa.
- Adiós, hyung.
- Buenas noches, chicos.
Seohyun no se había despertado en ningún momento y la mayor agradeció eso. Ella la había ayudado mucho y quería que descansara lo máximo posible.
~~~~
Cerró la puerta de la habitación y salió al inicio de las escaleras comprobando todo el lugar desde allí arriba, temeroso. La vibración de su móvil lo aturdió por un momento ya que no esperaba ninguna llamada a esa hora. Lo sacó del bolsillo y atendió.
- ¿Kangin?
- Seung, lo acabo de ver.
- ¿El qué? –se tensó por completo.
- Hay alguien en la mansión.
Había pasado casi un mes desde que su hermana lo había dejado allí. Ella lo había llamado todos los días diciéndole que ya quedaba menos y que tuviera paciencia. Si bien Taemin la extrañaba, al menos tenía a su nuevo amigo con el que se divertía. Su único amigo:
- ¡Key-omma! –gritó corriendo hacia él cuando este salió de clase.
- ¡Tae! –al mayor se le iluminó la cara al ver al pequeño ir en su busca.
Kibum lo recibió en sus brazos y le besó la frente tiernamente:
- ¿Cómo te fue hoy? –sonrió por el gesto cariñoso.
- Aburrido –dijo con una mueca-. Como todos los días, pero ahora tenemos toda la tarde para divertirnos.
- ¡Sí! –saltó de alegría-. Pero primero vayamos a almorzar, que ya es la hora y tengo hambre.
- Me parece buena idea –dijo al oír sus tripas crujir.
Para Key también era su único amigo y no podía pedir nada más:
- ¿Tu hermana te llamó esta mañana? –le preguntó llevándose un trozo de carne a la boca.
- Sí –contestó mientras se limpiaba las manos-. Me dijo que ya estaban terminando y que pronto vendría a por mí.
El mayor sonrió tristemente, aunque feliz porque el orfanato no era un lugar para Taemin:
- Pero no quiero que estés triste hyung. Yo le diré a Sunny noona si puedes venir conmigo.
- No puedo irme contigo Tae –sonrió por la ternura que había desprendido.
- ¿Por qué? –hizo un puchero.
- Es muy complicado, pero estaré bien –se palmeó el pecho.
- Oye, hyung.
- ¿Sí?
El menor de los Lee pareció pensarlo un poco:
- ¿No te gustaría ver a tus padres? ¿Que ellos vinieran a buscarte?
- No –dijo secamente-. Si me dejaron aquí, es porque no me querían. Además, tampoco me acuerdo de ellos –se encogió de hombros.
- Oh –susurró apenado el menor.
- No te preocupes, cuando cumpla la mayoría de edad saldré de aquí.
- ¿Y entonces nos veremos? –preguntó ilusionado.
- Por supuesto –le sonrió.
- Pues es una promesa.
- Te lo prometo, pequeño –dijo despeinándolo.
~~~~
- ¿Cuántos nos quedan ya?
- Uno, este es el último –dijo Seohyung mirando la lista que les había dado Kangin.
- Bien, pues después de almorzar vamos hasta allí.
Justo después de sus palabras la última hora sonó en toda la universidad y los alumnos salieron en una gran estampida:
- No podía haber sido más oportuno –suspiró cansada Sunny.
- Concuerdo contigo –sonrió complacida por esa libertad recientemente dada.
Una vez fuera del campus, Sunny se paró pensativa:
- ¿Qué te apetece comer?
- Cualquier cosa estaría bien, tengo tanta hambre que me conformo.
- Vale, pues tal vez podríamos ir a…
El sonido de su teléfono la interrumpió. Extrañada por el número, decidió cogerlo por si era algo importante:
- ¿Diga?
- ¿Señorita Lee Soonkyu?
- Sí, soy yo.
- Le llamo por el examen que le realizamos a su hermano. Ya tenemos los resultados. Nos gustaría que pasara por el despacho que está enfrente de la sala de examen que visitó la otra vez. ¿Sería posible?
- S-sí, iré en un momento.
- Muchas gracias, la estaremos esperando.
- A ustedes.
Colgó tras finalizar la conversación:
- ¿Qué pasó?
- Son los resultados del examen de Taemin. Tendremos que comprarnos algo rápido y comer por el camino. ¿No te importa?
- No, en absoluto. Vamos, cuando antes vayamos antes acabaremos.
~~~~
- ¿Estáis seguros de que ha salido de la casa?
- Sí, esta es la oportunidad que hemos estado esperando desde hace mucho.
- ¿Tardará en volver? –preguntó Kangin.
- Sí, lo suficiente como para que podamos terminarlo todo –respondió el agente Park.
- Bien, procedamos entonces. ¿Me oís correctamente?
- Sí –contestaron al unísono ambos hombres.
- De acuerdo. Esto será más sencillo que colocar simples cámaras de seguridad. He estado trabajando en esto desde hace mucho tiempo y espero que realmente funcione. Yunho, ¿ves esos pequeños cuadraditos que tienes en las manos?
- Sí, ¿para qué son exactamente?
- Tenéis que colocarlos en todas las cámaras de la casa. Servirá para duplicar la señal y piratear el servicio. Investigué el modelo de cámaras para ver donde podíamos conectarlos y descubrí que en la parte trasera hay un conector que será sustituido por el pequeño aparato que tienes en las manos y luego lo volverás a conectar pero en lugar de a la cámara en el chip que has puesto ¿Lo habéis entendido?
- Sí –dijo el médico no muy convencido-. Creo que Seung lo ha entendido –rio.
Kangin también rio al teléfono por la torpeza de Yunho y continuó con las indicaciones:
- Sabré que lo habéis hecho bien cuando en mi pantalla salga el monitor de esa cámara. Así que la primera que tenemos aquí son las de la puerta del jardín. En marcha.
- Pues vamos allá –declaró el agente Park.
~~~~
- Tome asiento, por favor.
- ¿Ha ocurrido algo malo?
- No, no se preocupe. Todo lo contrario con respecto a Taemin.
Suspiró aliviada:
- Queremos preguntarle un par de cosas acerca de su hermano.
- De acuerdo.
- Taemin ha demostrado tener un coeficiente intelectual muy elevado para su edad. Contenidos propios que no tendría por qué saber y razonamientos dignos de un profesional. Además del correcto uso del léxico que haría cuestionar a cualquiera la edad del niño antes de verlo. ¿Sabe si el pequeño ha demostrado algún indicio así de esta forma? Porque este tipo de niños suelen ser atendidos con mayor antelación que en el caso de Taemin.
- No que yo sepa. Mi hermano siempre ha sido un niño muy listo, pero nada fuera de lo normal.
- Al menos hasta que algo lo activó, ¿no es así?
- ¿Cómo?
- Algún suceso o evento que potenciara el desarrollo de esta capacidad que no había demostrado antes.
- Bueno, hace poco me enteré que sufría acoso en el colegio.
- ¿Él se lo callaba?
- Sí, hasta que fue hospitalizado porque intentaron ahogarlo –dijo con pesar.
- ¿Se llevaba mal con los otros chicos?
- No, él nunca se lleva mal con nadie. Es un niño muy amigable, cariñoso y dulce.
- ¿Tiene apariencia frágil, delicada o débil? Esos prototipos suelen ser objeto de abusos.
- Sí, es de complexión delgada y muchas veces lo han molestado con que parece una niña.
- Entiendo. Bueno, tal vez algún suceso ocurrido por el abuso acabara de despertarlo.
- Tal vez tenga usted razón.
- El punto es que hemos valorado que a Taemin le correspondería ir cinco cursos más arriba del actual, pero debido a la gran diferencia de edad que esto supondría con el resto de alumnos, creemos que con tres sería suficiente para que no sufra algún tipo de discriminación en su nuevo colegio.
- ¿Cinco cursos? –dijo estupefacta.
- Sí. Tome –dijo el hombre ya entrado en edad extendiéndole un sobre blanco-. Este es el certificado que acredita el estudio y la valoración de su hermano, así como el veredicto resultante.
- Gracias –dijo aun un poco descolocada.
- Gracias a usted por venir y por favor, llámenos si se presenta algún problema con respecto a Taemin.
- Así lo haré, buenas tardes.
Ambas salieron procesando toda la nueva información:
- No sabe que en realidad fue…
- Shhh –le susurró-. Nadie tiene por qué saber lo que pasa en casa y menos alguien a quien no conozco. Taemin estará bien donde sea, no se trata de ninguna enfermedad ni nada por el estilo. Ahora vayamos a terminar esto de una vez y después recogeremos a mi hermano.
- Vale, vamos.
~~~~
- ¿Esa era la última? –dijo Seung desde lo alto de la escalera.
- Sí –contestó Kangin desde el teléfono-. Ya hemos terminado, por lo que ahora desactivaré las cámaras y cortaré lo que han grabado de ustedes, como si no hubiera pasado nada.
- Kangin, las cámaras tienen que estar conectadas a un sistema, si lo modificas y nota alteraciones involuntarias no saltará una especie de alarma o algo así.
- No, tranquilo. El conector me permite congelar una imagen como si estuviera grabando todavía, por lo que no detectará nada –declaró sorprendiendo al hombre.
- Lo tienes todo pensado –rio.
- Sí, por lo que he estado viendo estos últimos años, con este hombre es mejor ser cuidadosos.
- Tienes razón.
~~~~
- ¿Oppa?
- Soonkyu, ya hemos colocado las cámaras en casa, así que será más seguro dormir ahora aquí.
- Me tranquiliza oír eso de verdad.
- Sí, por cierto. ¿Dónde estás?
- Estoy de camino al orfanato de Sowon para recoger a Taemin.
- ¿Ustedes ya terminaron también?
- Sí, justo hace un rato. ¿Podrías informar a Kangin-oppa?
- Lo haré. No tarden mucho en venir que ya se está haciendo tarde, ¿sí?
- Sí, papá –rio por el tono paternal que el otro había usado.
- Muy graciosa –rio también-. Dile a Seohyun que se quede también si quiere.
- Perfecto, gracias oppa –se despidió.
- Adiós, nos vemos ahora.
~~~~
Después de la llamada, la señora Sowon fue en busca de Taemin. No le extrañó encontrarlo con Kibum debajo del mismo árbol de siempre, bajo las luces de las farolas. Los dos niños se habían hecho inseparables, cosa que le extrañó, ya que el mayor no era muy dado a las relaciones sociales desde que había llegado. Una inmensa pena la embargó al darse cuenta de que el pequeño tenía que irse y por ende, se separarían:
- Taemin –le llamó.
El pequeño giró la cabeza en su dirección, curioso:
- Tu hermana viene a buscarte –los ojitos de Taemin se iluminaron, pero al instante reflejaron pena al mirar a la persona que tenía al lado.
- Ve –le dijo Kibum con una sonrisa.
- Pero…
- Tranquilo, estaré bien. Ya te dije que cuando salga de aquí nos veremos.
El pequeño niño con los ojos cristalinos asintió y se acercó a la mejilla de su amigo, dejándole un tierno beso. Kibum lo abrazó fuertemente y conteniendo las lágrimas se despidieron. Sowon tragó con dificultad el nudo que se le había formado en la garganta:
- Vamos, Taemin –le extendió la mano y el nombrado la agarró siendo dirigido por la señora hasta la salida.
Se miraron por última vez y con un asentimiento por parte del mayor junto a una pequeña sonrisa, ambos se perdieron el rastro.
Caminaron por toda la propiedad hasta llegar a la puerta principal encontrándose con las dos chicas:
- ¡Noona! –gritó feliz.
- Tae –sonrió contenta de ver a su hermano después de tanto tiempo.
Soonkyu lo levantó en brazos y le besó uno de los mofletes:
- Has crecido.
- ¿Tú crees? –dijo emocionado.
- Sí –le sonrió, su hermano era adorable-. Bueno, ya es hora de irnos para casa. Muchas gracias por todo, señora Sowon.
- No me las des querida. Ha sido un placer para mí, Taemin es un niño muy bueno.
- Espero que nos veamos pronto –se despidió.
- Sí, yo también lo espero. Cuídense.
- Gracias, igualmente.
~~~~
- Noona, hice un amigo –comentó contento de camino a casa.
- ¿Sí?
- Sí, aunque lo echaré de menos –dijo cabizbajo.
- Bueno, cuando volvamos lo podrás visitar.
- ¿En serio?
- Claro –le sonrió.
- Genial –respondió ilusionado, deseando que llegase ya el día.
- Oye, Minnie, ¿ya cenaste?
- Sí –asintió-. Pero tengo sueño –bostezó a la vez que hablaba.
Las dos chicas se rieron:
- Cuando lleguemos a casa, podrás dormir.
- Sí, eso haré.
Dicho y hecho. En cuanto llegaron a casa el menor de los Lee fue a bañarse y se acostó sin pensarlo dos veces, cayendo en un profundo sueño. Soonkyu y Seohyun fueron a comer a la cocina ya que Seung había insistido en que no debían acostarse con el estómago vacío y tras preparar el cuarto y asearse, no tardaron en cerrar los ojos, cayendo en la inconsciencia.
Seung parecía mucho más tranquilo al saber que habían cámaras por toda la casa y que Kangin las estaba vigilando, porque ya no confiaba en la mansión en la que tantos años había trabajado y mucha menos en su jefe, a quien le había dejado de dedicar respeto. Apagó el resto de las luces que iluminaban la casa y en vista de la ausencia del padre de los chicos, se tomó la libertad de dormir allí.
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Unos gritos aterradores invadieron su cabeza provocando que su corazón se acelerara. Frunció el ceño queriendo espantar cualquier pesadilla, pero un eco sordo lo exaltó haciéndole caer en la cuenta de que no era una pesadilla ni mucho menos un sueño. Los gritos eran de verdad y el miedo se apoderó de él. ¿Provenían de la mansión? La propiedad era muy grande como para que fuera alguien vecino, así que desechó la idea rápidamente.
Se levantó de la cama tocando el frío suelo con sus pequeños pies. Su cuerpo empezó a temblar ligeramente a causa de los sonidos perturbadores que resonaban por toda la casa. Bajó poco a poco la escalera de mármol llegando al gran salón. La oscuridad le otorgaba a la lujosa casa un ambiente lúgubre y desolador. Empezó a inspeccionar los alrededores de la primera planta dándose cuenta de que no había nada. Extrañado porque también los gritos habían cesado, decidió volver a su habitación, pero de repente el crujido de una puerta lo alertó.
Su respiración se volvió agitada y cuando giró su cuerpo para ver de dónde provenía, una extraña sombra oscura se dirigía hacia él. Preso del pánico, salió corriendo. En mitad de la carrera, la figura lo agarró del brazo y el pequeño gritó con fuerza por el susto. Se removió sin querer mirar quien era y, tras lograr zafarse, salió a toda velocidad hacia el cuarto de su hermana. Abrió la puerta y cerró con el corazón a mil por hora:
- ¡Noona! –gritó comenzando a llorar.
Soonkyu se levantó asustada y se encontró a Taemin llorando en la puerta:
- ¡Tae! ¿Qué pasó? –preguntó acercándose a él
- H-hay alguien fuera.
- ¿Fuera dónde? ¿Cómo que alguien?
- Sí –dijo hipando-. Hay alguien dentro de casa, yo lo vi. Me agarró del brazo en las escaleras. Tengo miedo… -se abrazó.
De repente, unos golpecitos sonaron detrás de la puerta. La mayor se asustó:
- Soy yo, Seung. ¿Pasa algo?
Soonkyu se relajó de inmediato y abrió la puerta:
- ¿Ocurre algo? Escuché un grito y me preocupé.
- Había alguien abajo –dijo Taemin.
- ¿Alguien?
- Sí, yo lo vi y también me persiguió.
- ¿Estás seguro?
- ¡No miento! –dijo con un puchero.
- ¿Y qué hacías levantado a esta hora?
- Es por que oí gritos. Escuché a alguien gritar y ruidos extraños. Bajé para averiguar de dónde venían, pero no vi nada. Luego apareció esa cosa y me persiguió. Tuve mucho miedo.
- Tranquilo –le dijo su hermana besando su frente.
- Bueno, sea lo que sea ya no está porque acabo de venir de abajo y no hay nada.
- ¿Puedo dormir contigo noona? –preguntó Taemin no muy seguro.
- Sí, ven. Será mejor que volvamos a la cama.
- Si necesitan algo más llámenme, ¿de acuerdo?
- Está bien, buenas noches oppa.
- Adiós, hyung.
- Buenas noches, chicos.
Seohyun no se había despertado en ningún momento y la mayor agradeció eso. Ella la había ayudado mucho y quería que descansara lo máximo posible.
~~~~
Cerró la puerta de la habitación y salió al inicio de las escaleras comprobando todo el lugar desde allí arriba, temeroso. La vibración de su móvil lo aturdió por un momento ya que no esperaba ninguna llamada a esa hora. Lo sacó del bolsillo y atendió.
- ¿Kangin?
- Seung, lo acabo de ver.
- ¿El qué? –se tensó por completo.
- Hay alguien en la mansión.
Lady Akari
Taemin <3
115
Re: ~ Yo te devolveré tus alas, mi pequeño ángel ~ [2min, JongKey y otros] (100/100)
Holaaaa. .... volví ! :3 <3 te acuerdas de mi (?) , lamento haber dejado de venir de repente y no seguir al pendiente de la historia , yo aún me acuerdo de ti y la historia <3 si no mal recuerdo me quede en el capítulo 72 .... dos años después ;-; , te extrañe muchooo , bueno dejare amor en cuanto termine de leer hasta el más reciente <3 besitos :*
daliz
taemin-minho-onew-jonghyun-key
44
~ YO TE DEVOLVERÉ TUS ALAS, MI PEQUEÑO ÁNGEL ~ [2MIN, JONGKEY Y OTROS] (CAP. 87)
- Respuestas 86:
- daliz: ¡Hello! Yo siempre recuerdo a todos los que me comentan y leen ^^ No te preocupes jajaja Me alegra saber que te sigues acordando tanto de mí como de la historia, con eso es suficiente :3 Yo también te extrañé y me alegra que alguien se pronuncie por aquí :D Gracias por volver y seguir teniendo interés en el fic que espero acabar pronto (aunque siempre digo lo mismo) ¡Cuídate y espero leerte pronto de nuevo! <33
Capítulo 87:
- Lo acabo de ver Seung. Al parecer hay un punto en la mansión que no está cubierto por las cámaras y además, escondido a la vista.
- ¿Cómo dices?
- El sujeto que atacó a Taemin salió del salón. No sé exactamente de qué parte, pero fue de la pared lateral izquierda, donde está el cuadro y la estatua.
- Pero eso es imposible, ¿cómo va a salir de una pared?
- Tal vez no sea una pared común y corriente.
- Espera, voy a avisar a Soonkyu a ver si sabe algo de un pasadizo.
- Aprovechen ahora que no hay nadie y ese sujeto ha salido.
El hombre retrocedió en sus pasos y volvió a abrir la puerta con cuidado. Observó a los tres cuerpos dormir apaciblemente y la pena le invadió. Sin embargo, esto no era un asunto que podía dejarse para otro día:
- Sunny –la llamó acercándose a la cama.
La joven se asustó por la grave voz y se levantó como un resorte:
- Shhh –le indicó poniéndose el dedo en la boca.
- Me acabas de dar un susto de muerte –dijo preocupada con el corazón latiendo rápidamente.
- Tenemos un problema. Taemin tenía razón hay alguien en la mansión y acaba de salir. Kangin me dijo que puede haber un pasadizo que no esté vigilado.
- ¿Cómo? ¿Pero dónde? –cuestionó alarmada.
- Abajo en el salón principal, despierta a Seohyun. Hay que aprovechar para investigar.
Tras hacer lo indicado y cerrar la puerta del cuarto, bajaron los tres las escaleras y se dirigieron a la estancia principal:
- Me dijo que estaba entre este cuadro gigantesco y la estatua.
- Está en lo cierto, aquí hay algo –declaró Seohyun inspeccionando el lugar señalado.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque hay corriente. Sale una corriente de aire de aquí debajo, justo del espejo.
- Esto parece una mala película –suspiró Sunny.
- Tiene que haber algo para poder abrirla. ¿Kangin sigues ahí? –dijo poniéndose el teléfono nuevamente en la oreja.
- Sí, lo he escuchado todo. Intentad mover el espejo.
- No podemos, está anclado a la pared –corroboró Soonkyu.
- ¡No! ¡Esperad! –gritó en voz baja Seohyun-. Es un falso espejo.
La chica se acercó a un lateral del cristal encontrando unas pequeñas cuerdas parecidas a las de una cortina. Al tirar de ellas, la superficie se empezó a doblar como si fuera papel dejando ver un oscuro pasadizo:
- Perfecto –dijo Kangin al teléfono mientras lo veía por las cámaras.
- Entremos –dijo Sunny.
- Pero con cuidado –advirtió Seung.
- A partir de ahora decirme todo lo que os vayáis encontrando, ¿de acuerdo?
- Entendido.
Nada más siniestro que aquel lugar por el que se encaminaban. Un largo pasillo cubierto de tela negra acolchado hacía de túnel guiándolos hasta la luz que se apreciaba al fondo:
- ¿Oyen eso?
- Sí, son como gritos.
- Parece un manicomio.
- No hagan ruido –advirtió Seung-. Ahí está la entrada.
- Hay demasiada luz –cerraron los ojos al llegar.
- ¿Pero qué es esto?
Un laboratorio subterráneo apareció frente a sus ojos con muchas desviaciones como la que acaban de pasar:
- ¿Qué están viendo?
- Es como un laboratorio de última tecnología. Hay muchas máquinas y cabinas. Numerosos pasillos… -dijo mirando alrededor-. Un ordenador creo y…
- Espera, ¿hay un ordenador?
- Sí, eso parece. Está pegado a la pared, es muy extraño.
- No importa, eso puede servir. Acércate al ordenador. ¿Recuerdas la tarjeta que te dejé la última vez que nos vimos?
- Sí, la tengo en el bolsillo.
- Esa tarjeta contiene un virus que me permitirá extraer los datos y borrar cualquier acceso que se haya hecho.
- ¿Es parecido al de las cámaras?
- Exacto, mira a ver si encuentras alguna ranura en la que poder meterla.
El hombre se acercó inspeccionando el avanzado aparato:
- Creo que aquí hay algo, voy a probar a ver.
- ¡Sí! Es eso, lo estoy viendo. El virus se acaba de cargar y estoy entrando a los archivos. Os mostraré en la pantalla lo que vaya viendo, ¿de acuerdo?
- Sí, ya se están moviendo las cosas.
- Hay muchos archivos raros –declaró Seohyun con una mueca.
- ¿Qué es eso? –se acercó para leer-. Sujetos experimentales –dijo Sunny.
- Voy a abrirlo.
En cuanto el fichero fue abierto, infinidad de fotos se esparcieron por la gran pantalla:
- No puede ser… -dijo Kangin al otro lado.
- ¿Qué ocurre? –se preocupó Seung.
- Toda esta gente es la que vivía en el Barrio Rojo. Todos los que desaparecieron sin causa a aparente. Aunque también hay más personas y niños, muchos por lo que veo.
- ¿Serán esos los que está sacando de los orfanatos? –cuestionó Seohyun.
- Es lo que estoy viendo ahora y sí, efectivamente. Estos niños son los que han sacado según el número de cuenta.
- Oh dios, también está…
- Mamá… -susurró Soonkyu.
- ¿Cómo? –preguntó Seung.
Con preocupación el hombre miró con desespero la pantalla encontrándose con una desagradable sorpresa. La foto de la señora Lee:
- Mi madre está ahí… -dijo asustada.
- Sunny –se acercó Seohyun a abrazarla.
La ira de Seung fluyó de forma instantánea al pensar en el recuerdo de la señora de la casa, la que era madre de sus dos niños:
- No hay ninguna relación entre ellos –se escuchó a Kangin-. Salvo una…
- ¿Cuál?
- Todos están muertos.
A Seung se le cayó el aparato de las manos, haciendo eco en todo el lugar:
- Señora Lee… -miró a Soonkyu quien había escuchado eso último.
- No… -susurró ella-. ¡No, mi madre ni puede estar muerta! Ella me dijo que regresaría. No puede ser –dijo llorando en los brazos de su amiga.
- Lo siento, Sunny –dijo Seo acariciando su espalda para tranquilizarla.
- Será mejor que la saques de aquí –le indicó a Seohyun.
- No –se removió Sunny-. Sí ella está muerta al igual que todos estos y mi padre es el culpable entonces hay que acabar con él –sentenció limpiándose las lágrimas decidida.
- Son experimentos –se escuchó la voz de Kangin.
- ¿Cómo?
- Son experimentos humanos, meros recipientes experimentales. Mirad esto.
Multitud de documentos aparecieron en la pantalla detallando cada una de las fases en las que se había encontrado cada cuerpo durante el estudio:
- Utilizaron a todas estas personas como conejillos de india para una investigación y la señora Lee fue la primera.
- Ahora tiene sentido. Está sacando a todos esos niños para seguir con el experimento, ¿verdad? –dedujo Seohyun.
- Sí, esa tiene que ser la explicación. Además, miren –dijo abriendo otro documento-. Estos son los recibos de las transacciones bancarias. Aquí se muestran las dos cuentas que está utilizando tu padre. Están a nombre de él, pero tiene uno falso de cara al público.
- O sea que el señor Lee lleva experimentando años con personas en este laboratorio subterráneo y matando a muchos de ellos –concluyó Seung.
- Sí.
- Pero entonces con esto, ¿podremos denunciarlo no? –supuso Seohyun.
- No, no es tan fácil. Para poder llevar a cabo todo lo que ha hecho, se necesita mucho dinero, tiene que estar recibiendo ayuda de alguien o de muchos, porque tapar una ilegalidad como esta no es un trabajo fácil. Requiere mucho material e incluso muchos expertos que sepan de la materia.
- ¿Quieres decir que hay más personas involucradas además de mi padre?
- Estoy segurísimo de que así es.
- ¿Pero cuál es el fin de todo esto? No lo entiendo.
- No lo sé, la razón la desconozco, pero lo único de lo que estoy seguro es de que a tu padre se le ha ido la cabeza complemente. Es un criminal y muy peligroso. Hay que tener cuidado con él a partir de este momento. No me imagino de lo que sería capaz si se llega a enterar de que lo sabemos.
- Esto tiene que ver con lo que pasó en la cena, estoy segura.
- Es posible, Yunho dijo que había encontrado una sustancia extraña en los tomates que sirvieron.
- Sí, sus sospechas eran ciertas, estaban experimentando y usaron a Taemin seguramente como una prueba para ver si la muestra les había salido bien.
- Me pregunto para qué será esa sustancia y qué es lo que quieren con todo esto.
- No lo sé, pero sea lo que sea tenemos que detenerlo por nuestra cuenta. Tal vez incluso la policía lo sepa. Una persona con tanto poder tiene que estar amparado por alguien.
- Un caso de corrupción –dijo Seung.
- Sí, sería ideal para ellos, porque de esa forma, si alguien denuncia algo sobre el tema, pueden callarle la boca.
- O matarlo –dijo Seohyun.
- Lo más probable es que sea esa opción.
Todos se quedaron en silencio procesando lo que había descubierto en tan pocos minutos. Parecía una situación inverosímil, una mala broma, algo que solo podía pasar en las películas:
- Chicos, será mejor que salgáis de ahí –interrumpió la voz de Kangin-. Pueden volver en cualquier momento.
- Sí, será mejor que nos vayamos –aseguró Seung recogiendo la pequeña tarjeta y guiándolos hacia la puerta.
~~~~
Un misterioso hombre con una larga bata blanca salió de entre las máquinas con un rostro serio:
- ¿Señor Lee? –dijo por el intercomunicador-. Lo han descubierto.
~~~~
Después de una noche ajetreada, pocos pudieron conciliar el sueño o más bien ninguno. Seung se había quedado despierto toda la noche en estado de alerta, no quería arriesgase a que ocurriera algo innecesario. Soonkyu y Seohyun tampoco pudieron pegar ojo debido a las malas noticias que habían tenido que tragar y más con la muerte de la señora Lee. ¿Sería adecuado decírselo al menor? Sunny no podía parar de darle vueltas a esa idea, pero su mayor angustia fue el hecho de que tal vez no pudiera proteger a su hermano, que en algún momento se les iría de las manos y todos corrieran peligro:
- Chicas a desayunar –avisó Seung quien se había dedicado a elaborar la comida.
- Ya vamos –respondió Sunny.
- Será mejor que dejes a Taemin durmiendo un rato más. Ayer parecía muy cansado.
- Sí, estaba pensando justo eso.
Ambas chicas se dirigieron a la cocina atravesando el gran salón y saludaron a Seung:
- ¿Hay noticias de algo? –cuestionó Seohyun.
- No, pero dentro de poco habrá que empezar a pensar en algo. No tenemos mucho tiempo si queremos parar esto.
- Estoy de acuerdo.
A los pocos minutos de comenzar a degustar el desayuno una mala vibración recorrió la espina dorsal de los tres. Una presencia imponente hizo gala después de mucho en la mansión. El hombre, lujosamente ataviado, entró a la cocina y dejó unos documentos sobre la mesa:
- Ya me enteré de lo de Taemin –anunció con voz grave-. A partir de ahora asistirá a esta nueva institución.
- Pero… -intentó cuestionar Sunny.
- No hay más que hablar –se retiró dejándola con la palabra en la boca.
- No entiendo cómo pudo haberse enterado –dijo Sunny asustada una vez que había abandonado el lugar.
- ¿De qué?
- No te lo he contado –miró a Seung.
Con una cara extrañada por parte del mayor, Sunny le relató la conversación que había tenido en la oficina con el encargado del caso:
- ¿Cinco? ¿En serio?
- Sí y ahora no sé cómo narices se ha enterado mi padre.
- La verdad es que es muy extraño, pero no me sorprendería que nos estuviera espiando de algún modo.
- Eso, definitivamente, no sería bueno –asintieron.
- Creo que hoy no iré a clase –dijo bostezando Sunny-. Estoy muy cansada.
- Podríamos descansar un poco –sugirió Seohyun.
- Sí, descansen ustedes. Yo despertaré a Taemin y lo llevaré a clases –dijo cogiendo los papeles que el señor Lee había dejado ahí y leyendo la nueva dirección.
- Gracias, oppa –sonrió débilmente.
- No te preocupes, cariño –le besó la frente al igual que a Seohyun a quien consideraba también como su niña y se despidió para ir a buscar a Taemin.
~~~~
- ¿Un nuevo colegio? –preguntó el menor mirando el nuevo recorrido por la ventana del coche.
- Sí, a tu hermana le dijeron que tenías que estar varios cursos por encima, así que estarás con chicos más grandes que tú, ¿de acuerdo?
- No me gusta –hizo un mohín-. ¿Y si me pegan de nuevo?
- Pues me lo dices enseguida y yo lo solucionaré.
- ¿Pero y por qué este sitio?
- Porque tu padre lo eligió –dijo mirando la gran estrada una vez paró el coche-. Tienen a varios niños como tú también, así que podrás hacer amigos.
El pequeño no estaba muy convencido. El único amigo que tenía era Kibum, al cual echaba mucho de menos. Se encogió de hombros ante la atenta mirada de Seung y bajó del vehículo:
- Adiós, hyung –se despidió con su pequeña manita.
- Adiós, pequeño y pórtate bien.
- ¡Sí! –dijo ya un poco más lejos.
A pesar de que todos allí parecían normales, a Seung algo no le cuadraba. Había algo que no le convencía y le daba una mala sensación. Esperaba que solo fuera eso, una sensación.
Volvió a poner en marcha el vehículo y a los pocos segundos el sonido de su teléfono irrumpió en el silencio. Lo sacó del bolsillo y revisó el nombre en la pantalla.
“Kangin”
Tenía que atender, pero no lo podía hacer dentro del coche. Miró hacia ambos lados y vio a lo lejos un centro comercial. Pararía ahí y se bajaría para poder hablar con Kangin. Marcó de nuevo el número y lo llamó él esta vez:
- ¿Estabas en el coche? –preguntó nada más atender.
- Sí, pero ya estoy fuera. Podemos hablar –contestó alejándose.
- Bien, porque tenemos que empezar a movernos ya. Te explico. He contactado con un amigo mío que trabaja en un cuerpo especial. Es de la policía, pero actúa por su cuenta y al margen del Estado. Le he explicado la situación porque confío plenamente en él. También le enseñé las pruebas que encontramos ayer y me dijo que no abriera la boca más de lo necesario porque en el cuerpo nacional habían corruptos metidos en el caso, es decir, propios policías que lo están encubriendo. Tal y como había supuesto.
- No me lo puedo creer, ¿pero qué maldita clase de gente es esa?
- Dinero, Seung. Eso es lo que mueve.
Seung soltó un suspiro a través de la línea:
- Me ha dicho que nos ayudará a idear un plan lo más rápido posible. Contaremos con su ayuda y de esa forma será mucho más fácil. Pero tenemos que ser cautelosos, si algo sale mal, si alguien se entera podemos despedirnos.
- Lo sé, dios, lo sé –decía cabreado con la situación. Esto no era un juego, no era una cosa tan simple y lo peor, muchas vidas apostadas. Sería un milagro si esto saliera bien.
- Tranquilo, lo haremos lo mejor posible.
- ¿Podremos conseguirlo?
- No lo sé, eso no te lo puede garantizar. Pero haremos todo lo que podamos, ¿de acuerdo?
- Sí, está bien.
~~~~
El pequeño Lee tocó nerviosamente la puerta siendo recibido por una profesora con una sonrisa amable en el rostro:
- Tú debes ser Lee Taemin, ¿verdad?
- S-sí –dijo tímido.
- Anda pasa y preséntate a tus compañeros.
El niño se adentró en la clase con la cabeza gacha y cuando llegó al centro la levantó pudiendo observar la cantidad de adolescentes que lo miraban curiosos:
- Buenos días, mi nombre es Taemin. Yo seré su nuevo compañero. Espero que nos llevemos bien –dijo temblando.
- Chicos, quiero que os llevéis bien con él. Es menor que ustedes así que ayúdenlo en lo que puedan.
- Sí –dijeron todos al unísono.
- Muy bien, siéntate donde quieras.
Taemin miró alrededor de la clase echando un vistazo rápidamente:
- Siéntate conmigo –dijo un chico sonriente en uno de los laterales del aula.
El menor asintió y fue a sentarse ante la mirada de todos. Se sentía un enano entre todos ellos:
- Nos llevaremos bien –le tendió la mano y Taemin se la estrechó sintiendo la fuerza de este.
Lady Akari
Taemin <3
115
~ YO TE DEVOLVERÉ TUS ALAS, MI PEQUEÑO ÁNGEL ~ [2MIN, JONGKEY Y OTROS] (CAP. 88)
Capítulo 88:
Seis meses habían pasado. Seis meses de investigación, de duro trabajo, de planificación y precisión. Junto al cuerpo de policía especial habían diseñado un plan que les llevaría a destapar los crímenes cometidos por el dueño de una de las fortunas más grandes del país.
Durante este tiempo, el señor Lee había parado la compra de niños porque ya no quedaban orfanatos que aceptaran su propuesta. Cuando desistió, todos se extrañaron pensando que, tal vez, podía sospechar algo, pero luego de mantenerse inactivo durante el mes siguiente, en sus movimientos comenzó a reflejarse un único nombre: Xao.
Ese nombre comenzó a aparecer por todos lados: llamadas, ingresos, mensajes, correos, transacciones... Y tras una ardua búsqueda ilegal de la policía dieron con el susodicho. El señor Lee estaba haciendo negocios con Xao, más conocido como el hombre de oro en China. Dueño y monopolizador de muchas empresas y servicios de su país:
- Tenemos que actuar cuanto antes –dijo Kangin.
- ¿Cuándo se van a reunir al final? –cuestionó Sunny.
- Este sábado en Donghak, es decir, mañana –afirmó Seung.
- Pero para ir a Donghak habrá que atravesar el río –dijo Yunho un poco confuso-. ¿Por qué tan lejos?
- Podría ser por las sospechas. Aunque con que Xao salga de China ya es suficiente sospecha.
- Tienes razón Seo, pero Xao tiene los medios suficientes como para ocultar su venida a Seúl. Simplemente tendría que ocultar su identidad en el aeropuerto. Con solo leer su nombre no habrá policía que lo detenga si hace algo sospechoso.
- Exacto Seung, para ellos es mucho más fácil que él venga aquí. No sé qué tipo de negocios está haciendo con el chino, pero hay que pararlo cuanto antes. Algunos agentes estás vigilándonos para intervenir en caso de que pasé algo en el recorrido y otros estarán allá directamente para pillarlo.
- Repasemos el plan una última vez –pidió Yunho.
- De acuerdo.
Todo había sido acordado. Debían pillar al señor Lee en el acto para tener pruebas que confirmaran sus actos ilegales. Iban a seguirlo el sábado hasta el lugar del encuentro siendo escoltados por el cuerpo especial de seguridad. Mientras tanto otros esperarían allí hasta que llegaran ellos informando de la situación por si se producía algún cambio. Iban a aprovechar los micros que habían puesto en el coche oficial de la familia para ampliar la señal hasta ellos y así averiguar el sitio exacto del negocio y aprovechando que Seung iba a hacer de chófer, este intentaría sacarle la información del sitio antes de que llegaran:
- ¿Qué haremos con Taemin?
- Ya se me ocurrirá algo. No quiero dejarlo solo en casa, pero tampoco se tiene que enterar.
- Será mejor no involucrarlo en ningún caso –afirmó Seung.
- Bien chicos, les espero mañana en el parque cerca de la mansión. Vuelvan ya a casa por si las moscas.
- Sí, además mi hermano tiene que estar a punto de salir de clase.
~~~~
Por otro lado, Taemin había podido llevar una relación normal con sus compañeros de clase. Había sido aceptado como uno más y a pesar de que sus conocimientos sobresalían del resto debido a lo sucedido con su padre, se integró sin problemas:
- ¿Nos vemos esta tarde, Tae? –dijo Jihyuk.
- Tengo que preguntar si me dejan ir –dijo apenado.
- De acuerdo, en tal caso diles que te quedas después a dormir en mi casa como la otra vez y listo.
- Está bien, después te aviso –se despidió al divisar el coche frente a la institución.
- Nos vemos –se despidió Jihyuk junto al resto de amigos.
El pequeño se acercó al vehículo y abrió la puerta trasera subiéndose:
- Hola –dijo alegre.
- ¿Qué tal Minnie?
- Bien, noona. Hoy dimos algo que ya sabía, pero fue divertido.
- ¿Todo bien con tus amigos? –cuestionó Seung.
- Sí, hyung. Por cierto, hoy quedaron en ir al cine. ¿Puedo ir?
- ¿A qué hora? –preguntó Soonkyu no muy convencida.
- Es a las ocho, pero Jihyuk hyung me dijo que podía quedarme en su casa a dormir.
- ¿Y su madre?
- La otra vez me dijo que no le importaba que volviese –se encogió de hombros.
Ella miró a Seung y comprendió que tal vez esta era la oportunidad que buscaban:
- Está bien, pero me mandas un mensaje cuando salgan del cine y antes de que te duermas, ¿de acuerdo?
- Está bien, noona.
- ¿Hace falta que te lleve?
- No, ellos me vienen a buscar.
~~~~
Cuando llegaron a casa, no se esperaron la soberbia presencia de aquel que no había estado en la mansión desde hacía meses. El más pequeño entró atemorizado y los otros dos con el corazón en la boca. En su fuero interno temían haber sido descubiertos:
- Seung –habló autoritario.
- ¿Señor?
- Estás despedido –dijo sin vacilación.
Los tres se quedaron de piedra:
- ¿Có-mo?
- Recoge tus cosas y vete ahora mismo.
- No puedes hacer eso –replicó Sunny.
- Cállate la boca –la miró.
- Señor, qu…
- No tengo nada que escuchar. Estás despedido y lo que pasé con estos mocosos de aquí en adelante no es asunto tuyo.
Seung abandonó todas sus posibilidades de contestar para no empeorar la situación y se despidió con la mirada de sus niños. Dio media vuelta dejando las llaves del coche y lo último que se oyó fue el ruido de la puerta ser cerrada:
- Taemin, tu amigo vendrá a por ti dentro de unas dos horas. Así que ve a comer y a prepararte –el pequeño asintió nervioso por el detalle de que supiera sus planes de hoy-. Y tú…
- A mí no puedes mandarme –le enfrentó.
- Y tú a mí no puedes retarme, así que no te pases de lista y mucho menos lo intentes porque saldrás perdiendo.
- No te creas.
- A partir de hoy no vas a salir de esta casa.
- Mañana tengo que ir a la universidad –mintió.
- Como si tienes un funeral. No vas a salir de esta casa y te recomiendo que no lo intentes por tu bien y el de tu hermano –Soonkyu sintió la rabia correr por sus venas. Siempre la amenazaba con hacerle daño a su hermano.
- Retírate –señaló las escaleras con la cabeza-. Ahora.
Con toda la rabia contenida, apretó sus manos en puños y suspiró profundamente comenzando el rumbo había la habitación. Su móvil empezó a sonar y esperó a cerrar la puerta de un portazo para atender la llamada:
- ¿Soonkyu?
- Sí –dijo aliviada de escuchar su voz.
- Tranquila, no te preocupes. Todavía podemos hacerlo.
- Me ha prohibido salir de casa.
- Lo sé, Kangin me lo ha dicho todo. Todavía están puestos los micrófonos y las cámaras dentro. Lo único raro es que no detectaron su entrada a la mansión, pero lo principal ahora es que obedezcas a todo lo que él diga. El plan seguirá y antes de que te des cuenta lo detendremos.
- Tengo miedo, ¿y si el sospecha algo? Es muy raro que haya decidido despedirte ahora.
- Bueno, piénsalo de esta manera. No tendremos que inventarnos nada para salir, porque tú estarás ahí y yo fuera. Podemos aprovecharnos de eso.
- De acuerdo –dijo cansada de toda la situación-. Después de tanto tiempo, esto me está superando.
- Ya falta menos, pronto se acabará –le dijo a modo de tranquilizarla.
Lo que nunca supieron fue que ese día se habían dicho más realidades que palabras vacías. Todo acabaría, pero de otra manera.
~~~~
El pequeño Taemin estaba feliz, porque por fin había podido tener eso que llaman amigos. Salían todas las semanas y el grupo se divertía. A pesar de ser mucho menor que el resto, siempre lo trataron con cariño y lo cuidaron como un hermano menor.
Aun recordaba la primera vez que se le acercaron. Estaba muy nervioso ya que eran mayores que él y temía que le hicieran algo como en su anterior colegio. No obstante, lo invitaron al parque esa misma tarde y poco a poco fueron conociéndose.
Siempre desayunaban juntos y a veces también salían de clase para almorzar en la cafetería que siempre frecuentaban. A pesar de no ser normal para alguien de su edad, se fue acostumbrando al ritmo de vida de los mayores. Sin embargo, su inocencia jamás le permitió ver la sombra de aquella amable sonrisa:
- Hey, chicos. Vamos a mi casa –dijo después de que salieran del cine.
- ¿Y tus padres?
- Hoy no están, se van a casa de mi tía.
- Perfecto, vamos entonces –respondió otro.
~~~~
No era la primera vez que iba, pero el hecho de que no estuvieran sus padres le perturbó unos segundos imaginándose por un momento el escándalo que podrían montar sus amigos:
- Tae, ven un momento –le dijo Jihyuk.
- Voy –dijo el menor siguiéndolo hasta allí.
- ¿Quieres algo de beber?
- No, gracias –el mayor hizo una mueca.
- Anda, no seas tímido, puedes beber lo que quieras. Incluso cerveza –vaciló.
- Bueno –soltó una pequeña risita-. Solo quiero agua.
- Te pondré algo que te va a encantar –determinó ignorándolo.
- ¿El qué? –cuestionó mientras lo veía trastear en la nevera.
Sacó una botella de cristal y sirvió en un vaso aquella bebida anaranjada:
- Toma –se lo extendió.
- ¿Qué es? –lo miró extrañado.
- No tiene alcohol ni nada por el estilo, tranquilo –le dijo con dulzura.
Con un poco de reticencia cogió el vaso y lo miró durante unos segundos. Vio a su amigo asentir y entonces lo hizo:
- Muy bien pequeño –dijo con la voz ronca.
- ¿Jihyuk hyung? –cuestionó al empezar a marearse.
- ¿Te sientes bien Tae? –dijo con fingida inocencia.
- N-o… -se llevó las manos a la cabeza-. Me estoy mareando.
Un fuerte dolor de cabeza lo azotó de repente y su visión se tornó borrosa. Intentó sujetarse de algo pero el mayor le apartó la silla que estaba al lado cayendo el castaño al suelo:
- Duérmete –le sonrió cínicamente.
El pequeño comenzó a sollozar en el suelo debido a que no podía mover ni un músculo y estaba aterrorizado:
- Buenas noches –se agachó a su altura y de un golpe hizo que el pequeño perdiera la consciencia.
~~~~
Estaba de los nervios. Anoche se había quedado esperando algún mensaje de su hermano, pero Taemin se había olvidado. Presuponía que habían llegado sin problemas como las otras veces, pero necesitaba una confirmación no una suposición. El hecho de sentirse enjaulada en su propia casa la estaba agobiando y más sin tener noticias de Seung.
Esa mañana había alertado a Seung cuando su padre salió de casa para que pudieran seguirlo debido a que les había echado por tierra parte de este, pero no le había contestado tampoco y no se atrevía a salir de su habitación por temor a que la estuvieran vigilando ya que no estaría Kangin para avisarla.
Se sentó en su cama frustrada e impaciente, suspirando y mirando al techo. De repente, la vibración de su teléfono la sacó del ensimismamiento y lo descolgó sin pensárselo:
- ¿Soonkyu?
- Sí –respondió aliviada al saber que al menos la había llamado.
- Estamos siguiendo a tu padre al lugar de encuentro. Los agentes que están allí nos acaban de decir que Xao ha llegado y está dentro del coche, no se ha bajado.
- ¿Os ha visto o algo?
- No, tranquila.
- Espero que salga bien –volvió a suspirar.
- ¿Qué pasó?
- Estoy preocupada por Taemin.
- ¿Lo has llamado?
- Sí, lo llamé antes pero no me lo coge.
- Seguramente estará durmiendo si llegaron tarde.
- Todavía es un niño y sabe que no puede estar por ahí de fiesta.
- Tranquila, deja que disfrute con sus amigos.
- Sabes que la de él no es una situación normal. Podrían hasta raptarlo y pedir un rescate –se estaba alterando.
- A ver, no es la primera vez que sale con ellos. Intenta calmarte y llámalo más tarde, ¿de acuerdo?
- Está bien –se resignó.
- Adiós, Soonkyu. Te mantendré informada.
- Mucha suerte –les deseó desde lo más profundo.
Colgó la llamada y la intranquilidad volvió a su ser. Presentía algo que no iba a ser bueno. Se asomó a la ventana con el ruego de que todo saliera bien y de un segundo a otro, todo se volvió negro tras un fuerte golpe en la cabeza.
~~~~
El pequeño cuerpo se encogía sobre sí mismo a la vez que temblaba de miedo. El frágil cristal había sido roto y ya nada podía repararlo. Sus ojos permanecían abiertos como si hubiese visto al peor de los fantasmas y así había sido. Sus amigos lo habían engañado, se habían aprovechado de él. Las imágenes todavía vívidas golpeaban su mente y el dolor de su cuerpo se lo recordaba una y otra vez. Las risas retumbaban aun en sus oídos y no pudo sentir más desprecio y asco hacia sí mismo.
Los golpes seguían latiendo debajo de la piel y las gotas de sangre y semen adornaban con repudio al pálido niño maltratado:
- ¿Cómo estás pequeño Tae? –la luz volvió a invadir aquel sótano donde lo habían violado.
Taemin no podía moverse aunque quisiera, estaba paralizado:
- ¿No contestarás? –se asomó Jihyuk con una sonrisa socarrona seguido de los otros tres-. Vaya, parece que el mocoso se ha quedado sin voz de tanto gritar.
- Está temblando –se rio otro del grupo.
- Tae, ahora que estamos entre amigos, me gustaría comentarte una pequeña cosita. Esto no ha sido culpa nuestra enteramente, quiero decir, tu padre nos pagó para que nos hiciéramos tus amigos. Nos fue dando las indicaciones de lo que teníamos que hacer contigo y aunque al principio admito que no estábamos muy seguros porque violar a un niño no entraba en nuestros planes, al final aceptamos y no tuvo desperdicio –rio al ver el cuerpo inerte que parecía en otro mundo-. Eres una delicia y lamentablemente todavía tenemos que llevarte a un sitio para que podamos recibir el pago completo, así que me gustaría que cooperaras aunque dudo mucho que puedas poner resistencia –soltó una carcajada-. Cogedlo –le indicó a los otros involucrados.
~~~~
Los cuatro chicos salieron del coche ocultando el cuerpo del menor quien todavía no era capaz de asimilarlo y se acercaron al hombre que se encontraba en la parte trasera de la mansión de los Lee:
- Aquí está el mocoso.
- Venid –les siguió haca una puerta.
Atravesaron el umbral y recorrieron un gélido pasillo que parecía una cueva. Las corrientes heladas sacudieron sus pies, pero sin darle importancia continuaron siguiendo a aquel sujeto vestido de blanco con una bata y mascarilla:
- Es aquí –dijo abriendo la puerta blindada.
Ante sus ojos apareció una gran cámara frigorífica. Sus ojos se pasearon con rapidez por el interior observando muchas más personas de las que deberían, unas vivas y otras ya no tanto. Una mueca de asco se dibujó en su cara al observar todos aquellos cuerpos consumidos y congelados:
- Va a morir si lo dejan ahí.
- Eso no es asunto tuyo –agarró al menor y de un empujón lo tiró dentro de la cámara cerrando de nuevo la puerta-. Aquí tenéis el dinero, ahora largaos y ni una sola palabra.
Seis meses habían pasado. Seis meses de investigación, de duro trabajo, de planificación y precisión. Junto al cuerpo de policía especial habían diseñado un plan que les llevaría a destapar los crímenes cometidos por el dueño de una de las fortunas más grandes del país.
Durante este tiempo, el señor Lee había parado la compra de niños porque ya no quedaban orfanatos que aceptaran su propuesta. Cuando desistió, todos se extrañaron pensando que, tal vez, podía sospechar algo, pero luego de mantenerse inactivo durante el mes siguiente, en sus movimientos comenzó a reflejarse un único nombre: Xao.
Ese nombre comenzó a aparecer por todos lados: llamadas, ingresos, mensajes, correos, transacciones... Y tras una ardua búsqueda ilegal de la policía dieron con el susodicho. El señor Lee estaba haciendo negocios con Xao, más conocido como el hombre de oro en China. Dueño y monopolizador de muchas empresas y servicios de su país:
- Tenemos que actuar cuanto antes –dijo Kangin.
- ¿Cuándo se van a reunir al final? –cuestionó Sunny.
- Este sábado en Donghak, es decir, mañana –afirmó Seung.
- Pero para ir a Donghak habrá que atravesar el río –dijo Yunho un poco confuso-. ¿Por qué tan lejos?
- Podría ser por las sospechas. Aunque con que Xao salga de China ya es suficiente sospecha.
- Tienes razón Seo, pero Xao tiene los medios suficientes como para ocultar su venida a Seúl. Simplemente tendría que ocultar su identidad en el aeropuerto. Con solo leer su nombre no habrá policía que lo detenga si hace algo sospechoso.
- Exacto Seung, para ellos es mucho más fácil que él venga aquí. No sé qué tipo de negocios está haciendo con el chino, pero hay que pararlo cuanto antes. Algunos agentes estás vigilándonos para intervenir en caso de que pasé algo en el recorrido y otros estarán allá directamente para pillarlo.
- Repasemos el plan una última vez –pidió Yunho.
- De acuerdo.
Todo había sido acordado. Debían pillar al señor Lee en el acto para tener pruebas que confirmaran sus actos ilegales. Iban a seguirlo el sábado hasta el lugar del encuentro siendo escoltados por el cuerpo especial de seguridad. Mientras tanto otros esperarían allí hasta que llegaran ellos informando de la situación por si se producía algún cambio. Iban a aprovechar los micros que habían puesto en el coche oficial de la familia para ampliar la señal hasta ellos y así averiguar el sitio exacto del negocio y aprovechando que Seung iba a hacer de chófer, este intentaría sacarle la información del sitio antes de que llegaran:
- ¿Qué haremos con Taemin?
- Ya se me ocurrirá algo. No quiero dejarlo solo en casa, pero tampoco se tiene que enterar.
- Será mejor no involucrarlo en ningún caso –afirmó Seung.
- Bien chicos, les espero mañana en el parque cerca de la mansión. Vuelvan ya a casa por si las moscas.
- Sí, además mi hermano tiene que estar a punto de salir de clase.
~~~~
Por otro lado, Taemin había podido llevar una relación normal con sus compañeros de clase. Había sido aceptado como uno más y a pesar de que sus conocimientos sobresalían del resto debido a lo sucedido con su padre, se integró sin problemas:
- ¿Nos vemos esta tarde, Tae? –dijo Jihyuk.
- Tengo que preguntar si me dejan ir –dijo apenado.
- De acuerdo, en tal caso diles que te quedas después a dormir en mi casa como la otra vez y listo.
- Está bien, después te aviso –se despidió al divisar el coche frente a la institución.
- Nos vemos –se despidió Jihyuk junto al resto de amigos.
El pequeño se acercó al vehículo y abrió la puerta trasera subiéndose:
- Hola –dijo alegre.
- ¿Qué tal Minnie?
- Bien, noona. Hoy dimos algo que ya sabía, pero fue divertido.
- ¿Todo bien con tus amigos? –cuestionó Seung.
- Sí, hyung. Por cierto, hoy quedaron en ir al cine. ¿Puedo ir?
- ¿A qué hora? –preguntó Soonkyu no muy convencida.
- Es a las ocho, pero Jihyuk hyung me dijo que podía quedarme en su casa a dormir.
- ¿Y su madre?
- La otra vez me dijo que no le importaba que volviese –se encogió de hombros.
Ella miró a Seung y comprendió que tal vez esta era la oportunidad que buscaban:
- Está bien, pero me mandas un mensaje cuando salgan del cine y antes de que te duermas, ¿de acuerdo?
- Está bien, noona.
- ¿Hace falta que te lleve?
- No, ellos me vienen a buscar.
~~~~
Cuando llegaron a casa, no se esperaron la soberbia presencia de aquel que no había estado en la mansión desde hacía meses. El más pequeño entró atemorizado y los otros dos con el corazón en la boca. En su fuero interno temían haber sido descubiertos:
- Seung –habló autoritario.
- ¿Señor?
- Estás despedido –dijo sin vacilación.
Los tres se quedaron de piedra:
- ¿Có-mo?
- Recoge tus cosas y vete ahora mismo.
- No puedes hacer eso –replicó Sunny.
- Cállate la boca –la miró.
- Señor, qu…
- No tengo nada que escuchar. Estás despedido y lo que pasé con estos mocosos de aquí en adelante no es asunto tuyo.
Seung abandonó todas sus posibilidades de contestar para no empeorar la situación y se despidió con la mirada de sus niños. Dio media vuelta dejando las llaves del coche y lo último que se oyó fue el ruido de la puerta ser cerrada:
- Taemin, tu amigo vendrá a por ti dentro de unas dos horas. Así que ve a comer y a prepararte –el pequeño asintió nervioso por el detalle de que supiera sus planes de hoy-. Y tú…
- A mí no puedes mandarme –le enfrentó.
- Y tú a mí no puedes retarme, así que no te pases de lista y mucho menos lo intentes porque saldrás perdiendo.
- No te creas.
- A partir de hoy no vas a salir de esta casa.
- Mañana tengo que ir a la universidad –mintió.
- Como si tienes un funeral. No vas a salir de esta casa y te recomiendo que no lo intentes por tu bien y el de tu hermano –Soonkyu sintió la rabia correr por sus venas. Siempre la amenazaba con hacerle daño a su hermano.
- Retírate –señaló las escaleras con la cabeza-. Ahora.
Con toda la rabia contenida, apretó sus manos en puños y suspiró profundamente comenzando el rumbo había la habitación. Su móvil empezó a sonar y esperó a cerrar la puerta de un portazo para atender la llamada:
- ¿Soonkyu?
- Sí –dijo aliviada de escuchar su voz.
- Tranquila, no te preocupes. Todavía podemos hacerlo.
- Me ha prohibido salir de casa.
- Lo sé, Kangin me lo ha dicho todo. Todavía están puestos los micrófonos y las cámaras dentro. Lo único raro es que no detectaron su entrada a la mansión, pero lo principal ahora es que obedezcas a todo lo que él diga. El plan seguirá y antes de que te des cuenta lo detendremos.
- Tengo miedo, ¿y si el sospecha algo? Es muy raro que haya decidido despedirte ahora.
- Bueno, piénsalo de esta manera. No tendremos que inventarnos nada para salir, porque tú estarás ahí y yo fuera. Podemos aprovecharnos de eso.
- De acuerdo –dijo cansada de toda la situación-. Después de tanto tiempo, esto me está superando.
- Ya falta menos, pronto se acabará –le dijo a modo de tranquilizarla.
Lo que nunca supieron fue que ese día se habían dicho más realidades que palabras vacías. Todo acabaría, pero de otra manera.
~~~~
El pequeño Taemin estaba feliz, porque por fin había podido tener eso que llaman amigos. Salían todas las semanas y el grupo se divertía. A pesar de ser mucho menor que el resto, siempre lo trataron con cariño y lo cuidaron como un hermano menor.
Aun recordaba la primera vez que se le acercaron. Estaba muy nervioso ya que eran mayores que él y temía que le hicieran algo como en su anterior colegio. No obstante, lo invitaron al parque esa misma tarde y poco a poco fueron conociéndose.
Siempre desayunaban juntos y a veces también salían de clase para almorzar en la cafetería que siempre frecuentaban. A pesar de no ser normal para alguien de su edad, se fue acostumbrando al ritmo de vida de los mayores. Sin embargo, su inocencia jamás le permitió ver la sombra de aquella amable sonrisa:
- Hey, chicos. Vamos a mi casa –dijo después de que salieran del cine.
- ¿Y tus padres?
- Hoy no están, se van a casa de mi tía.
- Perfecto, vamos entonces –respondió otro.
~~~~
No era la primera vez que iba, pero el hecho de que no estuvieran sus padres le perturbó unos segundos imaginándose por un momento el escándalo que podrían montar sus amigos:
- Tae, ven un momento –le dijo Jihyuk.
- Voy –dijo el menor siguiéndolo hasta allí.
- ¿Quieres algo de beber?
- No, gracias –el mayor hizo una mueca.
- Anda, no seas tímido, puedes beber lo que quieras. Incluso cerveza –vaciló.
- Bueno –soltó una pequeña risita-. Solo quiero agua.
- Te pondré algo que te va a encantar –determinó ignorándolo.
- ¿El qué? –cuestionó mientras lo veía trastear en la nevera.
Sacó una botella de cristal y sirvió en un vaso aquella bebida anaranjada:
- Toma –se lo extendió.
- ¿Qué es? –lo miró extrañado.
- No tiene alcohol ni nada por el estilo, tranquilo –le dijo con dulzura.
Con un poco de reticencia cogió el vaso y lo miró durante unos segundos. Vio a su amigo asentir y entonces lo hizo:
- Muy bien pequeño –dijo con la voz ronca.
- ¿Jihyuk hyung? –cuestionó al empezar a marearse.
- ¿Te sientes bien Tae? –dijo con fingida inocencia.
- N-o… -se llevó las manos a la cabeza-. Me estoy mareando.
Un fuerte dolor de cabeza lo azotó de repente y su visión se tornó borrosa. Intentó sujetarse de algo pero el mayor le apartó la silla que estaba al lado cayendo el castaño al suelo:
- Duérmete –le sonrió cínicamente.
El pequeño comenzó a sollozar en el suelo debido a que no podía mover ni un músculo y estaba aterrorizado:
- Buenas noches –se agachó a su altura y de un golpe hizo que el pequeño perdiera la consciencia.
~~~~
Estaba de los nervios. Anoche se había quedado esperando algún mensaje de su hermano, pero Taemin se había olvidado. Presuponía que habían llegado sin problemas como las otras veces, pero necesitaba una confirmación no una suposición. El hecho de sentirse enjaulada en su propia casa la estaba agobiando y más sin tener noticias de Seung.
Esa mañana había alertado a Seung cuando su padre salió de casa para que pudieran seguirlo debido a que les había echado por tierra parte de este, pero no le había contestado tampoco y no se atrevía a salir de su habitación por temor a que la estuvieran vigilando ya que no estaría Kangin para avisarla.
Se sentó en su cama frustrada e impaciente, suspirando y mirando al techo. De repente, la vibración de su teléfono la sacó del ensimismamiento y lo descolgó sin pensárselo:
- ¿Soonkyu?
- Sí –respondió aliviada al saber que al menos la había llamado.
- Estamos siguiendo a tu padre al lugar de encuentro. Los agentes que están allí nos acaban de decir que Xao ha llegado y está dentro del coche, no se ha bajado.
- ¿Os ha visto o algo?
- No, tranquila.
- Espero que salga bien –volvió a suspirar.
- ¿Qué pasó?
- Estoy preocupada por Taemin.
- ¿Lo has llamado?
- Sí, lo llamé antes pero no me lo coge.
- Seguramente estará durmiendo si llegaron tarde.
- Todavía es un niño y sabe que no puede estar por ahí de fiesta.
- Tranquila, deja que disfrute con sus amigos.
- Sabes que la de él no es una situación normal. Podrían hasta raptarlo y pedir un rescate –se estaba alterando.
- A ver, no es la primera vez que sale con ellos. Intenta calmarte y llámalo más tarde, ¿de acuerdo?
- Está bien –se resignó.
- Adiós, Soonkyu. Te mantendré informada.
- Mucha suerte –les deseó desde lo más profundo.
Colgó la llamada y la intranquilidad volvió a su ser. Presentía algo que no iba a ser bueno. Se asomó a la ventana con el ruego de que todo saliera bien y de un segundo a otro, todo se volvió negro tras un fuerte golpe en la cabeza.
~~~~
El pequeño cuerpo se encogía sobre sí mismo a la vez que temblaba de miedo. El frágil cristal había sido roto y ya nada podía repararlo. Sus ojos permanecían abiertos como si hubiese visto al peor de los fantasmas y así había sido. Sus amigos lo habían engañado, se habían aprovechado de él. Las imágenes todavía vívidas golpeaban su mente y el dolor de su cuerpo se lo recordaba una y otra vez. Las risas retumbaban aun en sus oídos y no pudo sentir más desprecio y asco hacia sí mismo.
Los golpes seguían latiendo debajo de la piel y las gotas de sangre y semen adornaban con repudio al pálido niño maltratado:
- ¿Cómo estás pequeño Tae? –la luz volvió a invadir aquel sótano donde lo habían violado.
Taemin no podía moverse aunque quisiera, estaba paralizado:
- ¿No contestarás? –se asomó Jihyuk con una sonrisa socarrona seguido de los otros tres-. Vaya, parece que el mocoso se ha quedado sin voz de tanto gritar.
- Está temblando –se rio otro del grupo.
- Tae, ahora que estamos entre amigos, me gustaría comentarte una pequeña cosita. Esto no ha sido culpa nuestra enteramente, quiero decir, tu padre nos pagó para que nos hiciéramos tus amigos. Nos fue dando las indicaciones de lo que teníamos que hacer contigo y aunque al principio admito que no estábamos muy seguros porque violar a un niño no entraba en nuestros planes, al final aceptamos y no tuvo desperdicio –rio al ver el cuerpo inerte que parecía en otro mundo-. Eres una delicia y lamentablemente todavía tenemos que llevarte a un sitio para que podamos recibir el pago completo, así que me gustaría que cooperaras aunque dudo mucho que puedas poner resistencia –soltó una carcajada-. Cogedlo –le indicó a los otros involucrados.
~~~~
Los cuatro chicos salieron del coche ocultando el cuerpo del menor quien todavía no era capaz de asimilarlo y se acercaron al hombre que se encontraba en la parte trasera de la mansión de los Lee:
- Aquí está el mocoso.
- Venid –les siguió haca una puerta.
Atravesaron el umbral y recorrieron un gélido pasillo que parecía una cueva. Las corrientes heladas sacudieron sus pies, pero sin darle importancia continuaron siguiendo a aquel sujeto vestido de blanco con una bata y mascarilla:
- Es aquí –dijo abriendo la puerta blindada.
Ante sus ojos apareció una gran cámara frigorífica. Sus ojos se pasearon con rapidez por el interior observando muchas más personas de las que deberían, unas vivas y otras ya no tanto. Una mueca de asco se dibujó en su cara al observar todos aquellos cuerpos consumidos y congelados:
- Va a morir si lo dejan ahí.
- Eso no es asunto tuyo –agarró al menor y de un empujón lo tiró dentro de la cámara cerrando de nuevo la puerta-. Aquí tenéis el dinero, ahora largaos y ni una sola palabra.
Lady Akari
Taemin <3
115
~ YO TE DEVOLVERÉ TUS ALAS, MI PEQUEÑO ÁNGEL ~ [2MIN, JONGKEY Y OTROS] (CAP. 89)
Capítulo 89:
Sus ojos se abrieron en contra de su voluntad. No quería saberlo, pero tenía que averiguar dónde estaba. El frío del suelo comenzaba a colarse por entre los poros de su piel haciéndolo temblar. Miró alrededor buscando algo con lo que taparse.
Su mueca de espanto se reflejó al instante en el que vio numerosos cuerpos en la misma situación que él. Algunos temblaban con la piel ya de otro tono y otros parecían no seguir con vida. Estaba aterrorizado, tenía miedo y cada vez sentía menos fuerzas. Intentó ponerse en pie, pero debido al hielo resbaló cayendo y recibiendo un fuerte golpe en la espalda. Se llevó las manos a la boca para ahogar un chillido al percatarse de lo que había en el techo.
Multitud de cuerpos muertos y despedazados colgados como si fueran de adorno. Las lágrimas se precipitaron por sus castaños ojos presos del colapso. Intentó ponerse en pie de nuevo para apartar la vista de ahí y tras lograrlo, buscó desesperadamente algo con lo que taparse. En una de las esquinas divisó una especie de bolsa que pensó que podría servirle, así que sin titubear fue a por ella.
Por suerte, era lo suficientemente grande como para cubrir su cuerpo. Agradecía que la mayoría de las personas vivas allí estuvieran inmóviles, porque el lugar no podía ser más tétrico. El pequeño pensó que lo más conveniente era apartarse de las heladas paredes, pero cuando fue a dar un paso tropezó con algo que no había visto. Giró su cabeza en dirección a donde se encontraba el objeto y se dio cuenta de que no era algo sino alguien.
Su corazón se detuvo de inmediato junto con la respiración. Su pecho ya no subía y bajaba. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y su cerebro a bloquearse:
- Mamá…
El cuerpo de su madre se encontraba congelado y muerto entre medio de otros más. El niño comenzó a mover la cabeza negativamente no pudiéndoselo creer. Todo lo que estaba pasando tenía que ser una mentira, nada era real. El dolor que sentía no podía ser cierto. Al instante su hermana vino a su mente junto a los recuerdos de ellos tres. Sus ojos aguados no podían focalizar claramente lo que veía y de su cabeza comenzó a emanar un fuerte dolor que lo nubló por completo. El pequeño niño perdido cayó inconsciente en el hielo que poco a poco comenzaría a congelarlo.
~~~~
Una voz en lo más profundo de su subconciente martillaba sus oídos hasta colarse en su cabeza. Aquel sonido grave y los chillidos que sentía a su lado lo devolvieron a la realidad, obligándole a abrir los ojos. La oscuridad lo recibió en aquel rincón en el que se encontraba, pero en seguida se percató de un brillo que desprendía mucho calor.
Intentó levantar un brazo para comprobar su movilidad y para su sorpresa se encontraba sobre algo blando. Elevó su cabeza para identificarlo y desagradable fue la información al darse cuenta de que se encontraba sobre un montón de cadáveres apilados. Se sacudió con miedo y cayó al suelo rodando sobre aquellos cuerpos:
- ¡Ey! Allí hay uno vivo –vio como alguien se dirigía a él.
Asustado, intentó levantarse y salir corriendo, pero el hombre lo agarró con fuerza por el brazo tirando de él y arrastrándolo por el asqueroso piso cubriéndolo de ceniza. Los golpes en su cuerpo no habían disminuido y mucho menos el asco de haber sido invadido:
- Ponlo en la fila, si está vivo puede que sirva para algo más.
- Bien. Estas de suerte, tal vez puedas contribuir más tiempo a la causa.
- Suel-tame –susurró sin fuerza mientras era llevado hacia aquel grupo de personas que formaban una cola.
El pequeño la recorrió con la vista viendo la enorme llama que salía de aquel horno y al desgraciado con el hierro al rojo vivo y una sonrisa repugnante en la boca. La fila avanzó un paso y entendió lo que le depararía:
- A ver niño, te voy a explicar cómo funciona –dijo buscando algo en su bolsillo-. Aquí está –declaró para así mismo.
Taemin vio la gran aguja que tenía en la mano y comenzó a temblar. Su cuerpo amenazaba con volver a desplomarse, pero lo tenían bien agarrado:
- Te voy a inyectar esta sustancia –le sonrió de lado-. Si sobrevives en pie hasta llegar al horno, te daremos un regalito. No obstante, si ocurre lo contrario, serás lanzado a las llamas y te consumirás dolorosamente.
- N-o… -sus ojos no podían abrirse más. Cuando creyó que las lágrimas se habías terminado, muchas otras resbalaron por su golpeado rostro.
- Tranquilo solo será un pinchazito de nada –se carcajeó-. Lo peor será cuando entre a tu torrente sanguíneo. ¿Podrás aguantarlo renacuajo?
El menor tiró de su brazo para soltarse del agarre y escapar, pero la suerte no estaba de su lado y aprovechando el movimiento brusco, el hombre clavó sin pieda la aguja vertiendo todo el contenido en su cuerpo:
- ¡Ah! –cayó de rodillas sintiendo un fuerte dolor extenderse desde su brazo y como toda su estructura se paralizaba simulando bloques de cemento. El dolor lo consumía y las piernas ni si quiera le respondían.
- Buena suerte –se fue soltando carcajadas.
Ahora formaba parte de la fila y pronto, él también tendría su marca.
‘’ 518’’
Otro desgarrador grito lo asustó. Comenzó a temblar de sobremanera y se abrazó a sí mismo. Tenía que levantarse y aguantar el dolor si quería al menos seguir con vida y salir de allí:
‘’520’’
Uno tras otro. Todos quedaban marcados impidiendo olvidar esa pesadilla que vivían.
‘’522’’
- Noona…-sollozó.
Las lágrimas empezaron a decorar de nuevo su pálido y desnutrido rostro. Quería salir de ahí.
‘’524’’
¿No existían los milagros? Siempre había oído a hablar de ellos, pero, ¿por qué nunca ocurrían en los momentos indicados?
‘’525’’
Sería el próximo. Lloraba y temblaba como el resto. Eso era una locura, tan solo tenía siete años. Estaba viviendo algo terriblemente aterrador. Estaba solo. Las personas a las que quería le habían traicionado, menos una. Pero hacía horas si no días que no sabía nada de ella. No sabía si quería salir de ahí o morir tan pronto como fuera posible. A tan corta edad, donde los sueños son lo que impulsan sus alas, él ya no tenía ilusiones, no tenía esperanza. Su padre había matado a su madre, lo había vendido, había hecho un negocio con él como si fuera mercancía, lo había usado y tratado como basura…Ya no quería eso. No quería seguir sintiendo más dolor, no deseaba ver como su vida se desmoronaba poco a poco, pero a la vez, tan rápido.
Lo vio acercarse y el horno no le parecía una opción tan terrible teniendo en cuenta que desconocía lo que sucedería después. El hombre tenía en la mano el hierro con ese maldito número. Lo agarró del cuello bruscamente y le dio la vuelta. Cerró los ojos fuertemente esperando el dolor que lo acompañaría por siempre.
‘’526’’
Quiso gritar pero había quedado en un estado parecido al catatónico. Todavía sentía como quemaba su piel hasta el punto de parecer que lo había atravesado por completo. Y eso quiso. Pedirle que lo atravesara y acabara con la tortura a la que lo estaban sometiendo sin razón aparente:
- Este mocoso es el del jefe –le reclacó a su compañero todavía sujetándolo del cuello.
- ¿Estás seguro? –se acercó a comprobarlo.
- Sí, míralo. No es como si hubieran muchos que se parecieran a él.
- Entonces es a este al que hay que llevar a arriba.
- Sí, el jefe estará esperando seguramente.
- Bien, pues ahora vuelvo –dijo cogiéndolo del suelo.
Sintiendo su cuerpo ser llevado sin cuidado alguno y con el creciente ardor en su omóplato por primera vez creyó que rozaba la muerte. El fuerte dolor acumulado actuaba como una especie de anestecia que lo hacía querer irse para siempre. Cerrar los ojos y no volver a abrirlos nunca más:
- Noona… ¿Por qué…? –susurró antes de que taparan su cara con un trozo de tela cayendo en la inconsciencia de nuevo debido al fuerte olor que desprendía el trapo.
~~~~
- ¡Taemin!
Alguien lo llamaba:
- ¡Mi Tae! ¡Minnie! ¡Maldito! ¡Dijiste que no ibas a tocarlo!
¿Quién llamaba por él?
- Cállate la boca basura. He cumplico mi palabra, no le he tocado ni un pelo, pero desafortunadamente Taemin se ha buscado malos amigos y se ha tropezado con la gente equivocada.
- ¡Escoria! ¡Ojalá te pudras en el infierno! –un sonoro golpe retumbó en la estancia seguido de unos sollozos.
- A mi me hablas con respeto –rio-. Míralo ni si quiera se puede mover.
- ¡Taemin! Por favor, abre los ojos. No me dejes –lloraba desconsolada.
- Cierra el pico o te ataré más fuerte a los barrotes.
Esa voz, esos llantos, los gritos…Los conocía:
- Noona… -susurró apenas audiblemente aun sin despertar.
- Parece que pronto comenzará el espéctulo –rio el señor Lee al ver a su hijo menor volver a la realidad.
- Minnie… -lo llamó de nuevo.
El pequeño intentó abrir los ojos con gran incomodidad y se dio cuenta de que se encontraba atado a una barra de metal sentado en el suelo. Cuando su vista se aclaró pudo divisar dos figuras. A una comenzaba a profesarle un inmenso odio que no sabía que podía sentir con tanta fuerza y cuando vio a la segunda su corazón se disparó. Su hermana estaba atada y desnuda a una tabla de hierro con las extremidades imposibilitadas:
- Noona…
- Tae, pequeño –sonrió con lágrimas en los ojos.
- Que emotivo reencuentro aunque poco les va a durar y nadie podrá evitarlo. Quiero resaltar ahora que estás más tranquila Soonkyu que tus amiguitos son bastantes estúpidos y probablemente debido a eso no salgáis de aquí. Conmigo nadie juega y vosotros sois la prueba. Vuestra estúpida madre intentó interponerse y así acabó. ¿Verdad Taemin? –miró al menor y lo vio como en trance. Sus ojos abiertos, su respiración apenas notoría y su cuerpo totalmente inmóvil…
Se acercó enfadado y le dio una patada en la cabeza provocando que sangrara en la sien:
- ¡Contestame!
- Mamá está muerta –susurró sin inmutarse no asimilando aún todo lo que había pasado-. Noona...Mamá está congelada, está muerta…Yo la vi, yo vi…
- Taemin… -el dolor que sentía al ver el estado de su hermano era peor que el de estar atada con aquellas cuerdas que cortaban su circulación. La impotencia de no poder ayudar a su hermano, de darse cuenta de que el daño que parecía haber sufrido ya no tenía arreglo, provocó un gran temor.
- Así me gusta –dijo satisfecho.
- Lo tenias todo planeado –concluyó al darse cuenta de los hecho.
- Sí, lo tuyo fue más fácil, pero lo de Taemin no y sobretodo por ese examen de nivel debido a mi castigo. Al final resultó que no tenía un hijo tan mediocre, pero fue tarde ya. Aproveché la oportunidad de cambio de escuela y contraté a sus amigos.
- ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué has estado haciendo todo esto? ¡¿Con qué fin?!
- Porque ustedes sois un error. Sois cosas averiadas que no fueron capaces de arreglarse. Como vuestra madre. Todo lo que no sirva en este mundo hay que arreglarlo y si no funciona se desecha.
- Estás hablando de las personas como si fuéramos objetos.
- Lo sois –rio-. El ser humano es la mejor herramienta que existe, pero viene con imperfeciones y eso es inadmisible. Mi deber es repararlas para que puedan ser útiles.
- ¿Quién te has creído que eres? ¡¿Qué clase de mente enferma… -otro golpe en su mejilla interrumpió su recriminación.
- No he pedido que opines al respecto. Ahora hijo mío –se giró para ver al menor-. Quiero que observes el espéctaculo que tu querida hermana te va a ofrecer.
Justo al acabar de decir eso, cuatro hombres aparecieron por una de las puertas laterales dirigiendo su paso hacia la chica:
- ¡No! ¡Soltadme! ¡No me toquen!
- Que lo disfruten ambos, yo tengo otros asuntos que atender –sonrió con maldad.
- ¡¡Noonaaa!!
Todo se desarrolló demasiado rápido. Los gritos de su hermana, aquellos hombres golpeándola hasta la inconsciencia, haciéndole lo mismo que habían hecho con él, la sangre a causa de la violación y de la paliza…Todo parecía tan irreal que sintió su corazón romperse. Nada de esto era real, no estaba pasando. Negó varias veces intentando convencerse de eso, pero su órgano vital escurría sangre y el dolor no era broma alguna.
~~~~
- Seung, ¿estás bien? –preguntó Yunho al ver la expresión de su amigo.
- Algo no va bien.
- ¿Cómo? –cuestionó Seohyun.
Habían llegado al lugar indicado y tenían en la mira a los dos coches negros estacionados cerca, pero no había ningún movimiento por lo que estaban a la espera:
- Soonkyu no atiende la llamada y Taemin tampoco.
- Tal vez están dormidos.
- Dudo mucho que estén dormidos los dos a la vez.
- ¿Qué quieres decir?
- Creo que les ha pasado algo –dijo inseguro.
- ¿Pero qué les va a pasar si su padre está…
De repente, un hombre vestido con traje negro salio del coche de Lee y otro del coche de Xao:
- ¿Pero que está pasando? –susurró Kangin.
Ambos hombres se dirigían a su vehículo a pesar de que estaban escondidos:
- Nos han descubierto –declaró con enfado.
- ¿Pero cómo? –cuestionó Seohyun aterrorizada.
- Salgan inmediatamente –ambos hombres se detuvieron delante de ellos.
- ¿Qué hacemos?
- Será mejor hacerles caso.
Las cuatro personas abandonaron el vehículo siendo observados desde lejos por el cuerpo especial:
- Presten atención –les ordenó una vez que se encontraban todos fuera.
De repente, un pitido comenzó a oírse y seguido de ello una voz:
- Queridos amigos –era Lee. Todos se quedaron atónitos-. Me complace revelarles que habéis caído en la trampa y eso me alegra, porque entonces no sóis tan listos como pensaba. Ahora pasaremos a lo más importante. Habéis cometido un gran error al venir aquí y eso posiblemente le cueste la vida a dos personas en particular, ya sabéis a quienes me refiero, ¿verdad? Para cuando vengáis será demasiado tarde, así que ni se os ocurra intentarlo, porque no valdrá la pena. Ha sido un placer acabar con ustedes, buenas tardes.
Estáticos en el sitio observaron como los dos sujetos de traje se iban a sus respectivos coches y abandonaban el lugar:
- Todo ha sido una trampa…Esto ha sido una distracción para mantenernos al margen –habló Kangin con rencor.
- Rápido tenemos que volver –dijo Seohyun de forma apresurada.
- ¡Démonos prisa! –animó Seung dirigiéndose de nuevo al coche.
- ¡No! ¡No vayaís!
- ¿Qué? ¿Estás de broma? Soonkyu y Taemin están en peligro.
- ¡No os mováis! –siguió advirtiendo Yunho.
- ¡No voy a quedarme sin hacer nada!
- ¡Apartáos ya! –el médico tiró de ellos hacia atrás y una gran explosión ensordeció el lugar.
Los cuatro cayeron al suelo debido al impacto y tres de ellos se quedaron sin palabras:
- Va a explotar… -terminó de decir.
- ¿C-ómo…?
- Gasolina. Estaba oliendo a gasolina y vi un pequeño destello encenderse.
- Eso podría habernos costado la vida –declaró Kangin-. Gracias.
- Eso es por lo que nos dijo que no llegaríamos a tiempo o tal vez ni si quiera hubiéramos llegado con vida –frunció el ceño.
- ¡Chicos! ¡Vamos subid! –un coche se estacionó frente a ellos.
- ¡Shin! –el jefe del cuerpo especial los estaba esperando con otro coche.
- Mis hombres se encargaran de esto no te preocupes –dijo señalando el destrozo de la explosión-. ¡Rápido!
- ¡Gracias! –dijeron subiendo con desespero.
Sus ojos se abrieron en contra de su voluntad. No quería saberlo, pero tenía que averiguar dónde estaba. El frío del suelo comenzaba a colarse por entre los poros de su piel haciéndolo temblar. Miró alrededor buscando algo con lo que taparse.
Su mueca de espanto se reflejó al instante en el que vio numerosos cuerpos en la misma situación que él. Algunos temblaban con la piel ya de otro tono y otros parecían no seguir con vida. Estaba aterrorizado, tenía miedo y cada vez sentía menos fuerzas. Intentó ponerse en pie, pero debido al hielo resbaló cayendo y recibiendo un fuerte golpe en la espalda. Se llevó las manos a la boca para ahogar un chillido al percatarse de lo que había en el techo.
Multitud de cuerpos muertos y despedazados colgados como si fueran de adorno. Las lágrimas se precipitaron por sus castaños ojos presos del colapso. Intentó ponerse en pie de nuevo para apartar la vista de ahí y tras lograrlo, buscó desesperadamente algo con lo que taparse. En una de las esquinas divisó una especie de bolsa que pensó que podría servirle, así que sin titubear fue a por ella.
Por suerte, era lo suficientemente grande como para cubrir su cuerpo. Agradecía que la mayoría de las personas vivas allí estuvieran inmóviles, porque el lugar no podía ser más tétrico. El pequeño pensó que lo más conveniente era apartarse de las heladas paredes, pero cuando fue a dar un paso tropezó con algo que no había visto. Giró su cabeza en dirección a donde se encontraba el objeto y se dio cuenta de que no era algo sino alguien.
Su corazón se detuvo de inmediato junto con la respiración. Su pecho ya no subía y bajaba. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y su cerebro a bloquearse:
- Mamá…
El cuerpo de su madre se encontraba congelado y muerto entre medio de otros más. El niño comenzó a mover la cabeza negativamente no pudiéndoselo creer. Todo lo que estaba pasando tenía que ser una mentira, nada era real. El dolor que sentía no podía ser cierto. Al instante su hermana vino a su mente junto a los recuerdos de ellos tres. Sus ojos aguados no podían focalizar claramente lo que veía y de su cabeza comenzó a emanar un fuerte dolor que lo nubló por completo. El pequeño niño perdido cayó inconsciente en el hielo que poco a poco comenzaría a congelarlo.
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Una voz en lo más profundo de su subconciente martillaba sus oídos hasta colarse en su cabeza. Aquel sonido grave y los chillidos que sentía a su lado lo devolvieron a la realidad, obligándole a abrir los ojos. La oscuridad lo recibió en aquel rincón en el que se encontraba, pero en seguida se percató de un brillo que desprendía mucho calor.
Intentó levantar un brazo para comprobar su movilidad y para su sorpresa se encontraba sobre algo blando. Elevó su cabeza para identificarlo y desagradable fue la información al darse cuenta de que se encontraba sobre un montón de cadáveres apilados. Se sacudió con miedo y cayó al suelo rodando sobre aquellos cuerpos:
- ¡Ey! Allí hay uno vivo –vio como alguien se dirigía a él.
Asustado, intentó levantarse y salir corriendo, pero el hombre lo agarró con fuerza por el brazo tirando de él y arrastrándolo por el asqueroso piso cubriéndolo de ceniza. Los golpes en su cuerpo no habían disminuido y mucho menos el asco de haber sido invadido:
- Ponlo en la fila, si está vivo puede que sirva para algo más.
- Bien. Estas de suerte, tal vez puedas contribuir más tiempo a la causa.
- Suel-tame –susurró sin fuerza mientras era llevado hacia aquel grupo de personas que formaban una cola.
El pequeño la recorrió con la vista viendo la enorme llama que salía de aquel horno y al desgraciado con el hierro al rojo vivo y una sonrisa repugnante en la boca. La fila avanzó un paso y entendió lo que le depararía:
- A ver niño, te voy a explicar cómo funciona –dijo buscando algo en su bolsillo-. Aquí está –declaró para así mismo.
Taemin vio la gran aguja que tenía en la mano y comenzó a temblar. Su cuerpo amenazaba con volver a desplomarse, pero lo tenían bien agarrado:
- Te voy a inyectar esta sustancia –le sonrió de lado-. Si sobrevives en pie hasta llegar al horno, te daremos un regalito. No obstante, si ocurre lo contrario, serás lanzado a las llamas y te consumirás dolorosamente.
- N-o… -sus ojos no podían abrirse más. Cuando creyó que las lágrimas se habías terminado, muchas otras resbalaron por su golpeado rostro.
- Tranquilo solo será un pinchazito de nada –se carcajeó-. Lo peor será cuando entre a tu torrente sanguíneo. ¿Podrás aguantarlo renacuajo?
El menor tiró de su brazo para soltarse del agarre y escapar, pero la suerte no estaba de su lado y aprovechando el movimiento brusco, el hombre clavó sin pieda la aguja vertiendo todo el contenido en su cuerpo:
- ¡Ah! –cayó de rodillas sintiendo un fuerte dolor extenderse desde su brazo y como toda su estructura se paralizaba simulando bloques de cemento. El dolor lo consumía y las piernas ni si quiera le respondían.
- Buena suerte –se fue soltando carcajadas.
Ahora formaba parte de la fila y pronto, él también tendría su marca.
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Otro desgarrador grito lo asustó. Comenzó a temblar de sobremanera y se abrazó a sí mismo. Tenía que levantarse y aguantar el dolor si quería al menos seguir con vida y salir de allí:
‘’520’’
Uno tras otro. Todos quedaban marcados impidiendo olvidar esa pesadilla que vivían.
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- Noona…-sollozó.
Las lágrimas empezaron a decorar de nuevo su pálido y desnutrido rostro. Quería salir de ahí.
‘’524’’
¿No existían los milagros? Siempre había oído a hablar de ellos, pero, ¿por qué nunca ocurrían en los momentos indicados?
‘’525’’
Sería el próximo. Lloraba y temblaba como el resto. Eso era una locura, tan solo tenía siete años. Estaba viviendo algo terriblemente aterrador. Estaba solo. Las personas a las que quería le habían traicionado, menos una. Pero hacía horas si no días que no sabía nada de ella. No sabía si quería salir de ahí o morir tan pronto como fuera posible. A tan corta edad, donde los sueños son lo que impulsan sus alas, él ya no tenía ilusiones, no tenía esperanza. Su padre había matado a su madre, lo había vendido, había hecho un negocio con él como si fuera mercancía, lo había usado y tratado como basura…Ya no quería eso. No quería seguir sintiendo más dolor, no deseaba ver como su vida se desmoronaba poco a poco, pero a la vez, tan rápido.
Lo vio acercarse y el horno no le parecía una opción tan terrible teniendo en cuenta que desconocía lo que sucedería después. El hombre tenía en la mano el hierro con ese maldito número. Lo agarró del cuello bruscamente y le dio la vuelta. Cerró los ojos fuertemente esperando el dolor que lo acompañaría por siempre.
‘’526’’
Quiso gritar pero había quedado en un estado parecido al catatónico. Todavía sentía como quemaba su piel hasta el punto de parecer que lo había atravesado por completo. Y eso quiso. Pedirle que lo atravesara y acabara con la tortura a la que lo estaban sometiendo sin razón aparente:
- Este mocoso es el del jefe –le reclacó a su compañero todavía sujetándolo del cuello.
- ¿Estás seguro? –se acercó a comprobarlo.
- Sí, míralo. No es como si hubieran muchos que se parecieran a él.
- Entonces es a este al que hay que llevar a arriba.
- Sí, el jefe estará esperando seguramente.
- Bien, pues ahora vuelvo –dijo cogiéndolo del suelo.
Sintiendo su cuerpo ser llevado sin cuidado alguno y con el creciente ardor en su omóplato por primera vez creyó que rozaba la muerte. El fuerte dolor acumulado actuaba como una especie de anestecia que lo hacía querer irse para siempre. Cerrar los ojos y no volver a abrirlos nunca más:
- Noona… ¿Por qué…? –susurró antes de que taparan su cara con un trozo de tela cayendo en la inconsciencia de nuevo debido al fuerte olor que desprendía el trapo.
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- ¡Taemin!
Alguien lo llamaba:
- ¡Mi Tae! ¡Minnie! ¡Maldito! ¡Dijiste que no ibas a tocarlo!
¿Quién llamaba por él?
- Cállate la boca basura. He cumplico mi palabra, no le he tocado ni un pelo, pero desafortunadamente Taemin se ha buscado malos amigos y se ha tropezado con la gente equivocada.
- ¡Escoria! ¡Ojalá te pudras en el infierno! –un sonoro golpe retumbó en la estancia seguido de unos sollozos.
- A mi me hablas con respeto –rio-. Míralo ni si quiera se puede mover.
- ¡Taemin! Por favor, abre los ojos. No me dejes –lloraba desconsolada.
- Cierra el pico o te ataré más fuerte a los barrotes.
Esa voz, esos llantos, los gritos…Los conocía:
- Noona… -susurró apenas audiblemente aun sin despertar.
- Parece que pronto comenzará el espéctulo –rio el señor Lee al ver a su hijo menor volver a la realidad.
- Minnie… -lo llamó de nuevo.
El pequeño intentó abrir los ojos con gran incomodidad y se dio cuenta de que se encontraba atado a una barra de metal sentado en el suelo. Cuando su vista se aclaró pudo divisar dos figuras. A una comenzaba a profesarle un inmenso odio que no sabía que podía sentir con tanta fuerza y cuando vio a la segunda su corazón se disparó. Su hermana estaba atada y desnuda a una tabla de hierro con las extremidades imposibilitadas:
- Noona…
- Tae, pequeño –sonrió con lágrimas en los ojos.
- Que emotivo reencuentro aunque poco les va a durar y nadie podrá evitarlo. Quiero resaltar ahora que estás más tranquila Soonkyu que tus amiguitos son bastantes estúpidos y probablemente debido a eso no salgáis de aquí. Conmigo nadie juega y vosotros sois la prueba. Vuestra estúpida madre intentó interponerse y así acabó. ¿Verdad Taemin? –miró al menor y lo vio como en trance. Sus ojos abiertos, su respiración apenas notoría y su cuerpo totalmente inmóvil…
Se acercó enfadado y le dio una patada en la cabeza provocando que sangrara en la sien:
- ¡Contestame!
- Mamá está muerta –susurró sin inmutarse no asimilando aún todo lo que había pasado-. Noona...Mamá está congelada, está muerta…Yo la vi, yo vi…
- Taemin… -el dolor que sentía al ver el estado de su hermano era peor que el de estar atada con aquellas cuerdas que cortaban su circulación. La impotencia de no poder ayudar a su hermano, de darse cuenta de que el daño que parecía haber sufrido ya no tenía arreglo, provocó un gran temor.
- Así me gusta –dijo satisfecho.
- Lo tenias todo planeado –concluyó al darse cuenta de los hecho.
- Sí, lo tuyo fue más fácil, pero lo de Taemin no y sobretodo por ese examen de nivel debido a mi castigo. Al final resultó que no tenía un hijo tan mediocre, pero fue tarde ya. Aproveché la oportunidad de cambio de escuela y contraté a sus amigos.
- ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué has estado haciendo todo esto? ¡¿Con qué fin?!
- Porque ustedes sois un error. Sois cosas averiadas que no fueron capaces de arreglarse. Como vuestra madre. Todo lo que no sirva en este mundo hay que arreglarlo y si no funciona se desecha.
- Estás hablando de las personas como si fuéramos objetos.
- Lo sois –rio-. El ser humano es la mejor herramienta que existe, pero viene con imperfeciones y eso es inadmisible. Mi deber es repararlas para que puedan ser útiles.
- ¿Quién te has creído que eres? ¡¿Qué clase de mente enferma… -otro golpe en su mejilla interrumpió su recriminación.
- No he pedido que opines al respecto. Ahora hijo mío –se giró para ver al menor-. Quiero que observes el espéctaculo que tu querida hermana te va a ofrecer.
Justo al acabar de decir eso, cuatro hombres aparecieron por una de las puertas laterales dirigiendo su paso hacia la chica:
- ¡No! ¡Soltadme! ¡No me toquen!
- Que lo disfruten ambos, yo tengo otros asuntos que atender –sonrió con maldad.
- ¡¡Noonaaa!!
Todo se desarrolló demasiado rápido. Los gritos de su hermana, aquellos hombres golpeándola hasta la inconsciencia, haciéndole lo mismo que habían hecho con él, la sangre a causa de la violación y de la paliza…Todo parecía tan irreal que sintió su corazón romperse. Nada de esto era real, no estaba pasando. Negó varias veces intentando convencerse de eso, pero su órgano vital escurría sangre y el dolor no era broma alguna.
~~~~
- Seung, ¿estás bien? –preguntó Yunho al ver la expresión de su amigo.
- Algo no va bien.
- ¿Cómo? –cuestionó Seohyun.
Habían llegado al lugar indicado y tenían en la mira a los dos coches negros estacionados cerca, pero no había ningún movimiento por lo que estaban a la espera:
- Soonkyu no atiende la llamada y Taemin tampoco.
- Tal vez están dormidos.
- Dudo mucho que estén dormidos los dos a la vez.
- ¿Qué quieres decir?
- Creo que les ha pasado algo –dijo inseguro.
- ¿Pero qué les va a pasar si su padre está…
De repente, un hombre vestido con traje negro salio del coche de Lee y otro del coche de Xao:
- ¿Pero que está pasando? –susurró Kangin.
Ambos hombres se dirigían a su vehículo a pesar de que estaban escondidos:
- Nos han descubierto –declaró con enfado.
- ¿Pero cómo? –cuestionó Seohyun aterrorizada.
- Salgan inmediatamente –ambos hombres se detuvieron delante de ellos.
- ¿Qué hacemos?
- Será mejor hacerles caso.
Las cuatro personas abandonaron el vehículo siendo observados desde lejos por el cuerpo especial:
- Presten atención –les ordenó una vez que se encontraban todos fuera.
De repente, un pitido comenzó a oírse y seguido de ello una voz:
- Queridos amigos –era Lee. Todos se quedaron atónitos-. Me complace revelarles que habéis caído en la trampa y eso me alegra, porque entonces no sóis tan listos como pensaba. Ahora pasaremos a lo más importante. Habéis cometido un gran error al venir aquí y eso posiblemente le cueste la vida a dos personas en particular, ya sabéis a quienes me refiero, ¿verdad? Para cuando vengáis será demasiado tarde, así que ni se os ocurra intentarlo, porque no valdrá la pena. Ha sido un placer acabar con ustedes, buenas tardes.
Estáticos en el sitio observaron como los dos sujetos de traje se iban a sus respectivos coches y abandonaban el lugar:
- Todo ha sido una trampa…Esto ha sido una distracción para mantenernos al margen –habló Kangin con rencor.
- Rápido tenemos que volver –dijo Seohyun de forma apresurada.
- ¡Démonos prisa! –animó Seung dirigiéndose de nuevo al coche.
- ¡No! ¡No vayaís!
- ¿Qué? ¿Estás de broma? Soonkyu y Taemin están en peligro.
- ¡No os mováis! –siguió advirtiendo Yunho.
- ¡No voy a quedarme sin hacer nada!
- ¡Apartáos ya! –el médico tiró de ellos hacia atrás y una gran explosión ensordeció el lugar.
Los cuatro cayeron al suelo debido al impacto y tres de ellos se quedaron sin palabras:
- Va a explotar… -terminó de decir.
- ¿C-ómo…?
- Gasolina. Estaba oliendo a gasolina y vi un pequeño destello encenderse.
- Eso podría habernos costado la vida –declaró Kangin-. Gracias.
- Eso es por lo que nos dijo que no llegaríamos a tiempo o tal vez ni si quiera hubiéramos llegado con vida –frunció el ceño.
- ¡Chicos! ¡Vamos subid! –un coche se estacionó frente a ellos.
- ¡Shin! –el jefe del cuerpo especial los estaba esperando con otro coche.
- Mis hombres se encargaran de esto no te preocupes –dijo señalando el destrozo de la explosión-. ¡Rápido!
- ¡Gracias! –dijeron subiendo con desespero.
Lady Akari
Taemin <3
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