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-:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25 - Página 8 Empty -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25

Mensaje por Janess Mar Abr 10, 2012 8:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :



Título:  Bajo la piel del deseo
Adaptación: Janess
Género: Lemon
Parejas: Principal 2min, menciones del jongkey y Joonew... y otras? xD


Notas: Aclaro! este fic no es mio! yo lo estoy adaptando y si! otra historia para el 2min! *-* kekeke... al principio no estaba muy segura si hacer la adapta... pero my BFF me dió animos! thank you *.* ... espero les guste! xD






Prólogo



Frente a la cabaña  se encontraba el pequeño, se sentó al lado de su abuelo HaeJoong, el niño apenas tenía 8 años, pero era consciente  del por qué el anciano no vivía con su familia. Porque el padre del pequeño MinHyuk , El señor Yun Gyeom , se avergonzaba de él.

-No es más que un jodido anciano -gritaba enfurecido Yun Gyeom horas después de visitar a su padre- Cree que ese acento es algo de lo que se debe estar orgulloso? Si, el padre de Min Hyuk odiaba su origen,  no le gustaba que la gente supiera que era de Busan, si él pudiera enviar al abuelo  lejos, lo haría. Pero no podía obligar a aquel anciano a hacer nada, era demasiado terco.

-Minhyuk, muchacho, mira esa puesta de sol. -el abuelo le señaló los majestuosos colores que cubrían la ciudad.-Es casi tan bonita como las que tenemos en Busan. Casi.

-¿Por qué no vuelves allí? -le preguntó el niño, consciente de la nostalgia impresa en la voz del anciano.- Papá dice que tienes suficiente dinero para vivir donde quieras.
Observó el rostro surcado de arrugas de su abuelo. La brillante mirada profunda era muy parecida a la de su nieto y más brillante que la de su hijo, sin las motas verdes que tenía la de éste.

El anciano sonrió; una extraña, triste y pequeña sonrisa.
-Porque mi Young Mi está aquí. -Señaló el pequeño cementerio, el lugar donde estaba enterrada la abuela de Min hyuk.

-¿La abuela no quiere que te vayas? –el pequeño frunció el ceño. Su abuela estaba muerta, ¿cómo le iba a importar?

-Oh, mi Young Mi me sonreiría igual allá donde fuera. -El anciano esbozó de nuevo aquella pequeña sonrisa.- Pero si me separara de ella, sentiría esa distancia en mi alma, ¿entiendes?

El niño negó con la cabeza.

El abuelo suspiró.
-Tienes ojos hermosos, muchacho. Un día de estos, esos ojos verán por ti, y sentirás como si el corazón se te fuera a salir del pecho. Es la  mirada, Minhyuk. Cuando ames, cuando ames de verdad, ten cuidado, muchacho, porque esos ojos que tienes no son sólo el espejo de tu alma, sino del alma de la persona a la que ames. -El abuelo miró la tumba de Young Mi-. Y cuando se pierde el corazón de esa manera, es imposible abandonar los lugares donde están tus mejores recuerdos. Si tuviera que irme, no podrían enterrarme junto a tu abuela.

El anciano dirigió la mirada al niño, y éste sintió una opresión en el pecho al pensar que algún día tendría que enterrar a su abuelo en aquella tierra dura y desolada.

-La profunda mirada… -murmuró el anciano unos instantes más tarde-. Mi padre me advirtió igual que ahora te estoy advirtiendo yo a ti, muchacho. No pierdas a la persona que ames, pues perderás una parte de tu alma si lo haces. Es el legado de esos ojos.

Minhyuk frunció el ceño. Lo que decía el abuelo no tenía mucho sentido y decidió que le preguntaría a su tío Yunho  sobre ello cuando volviera. Yunho  todavía recordaba a su abuela. Tenía cinco años cuando ella murió, un poco antes de que naciera Minhyuk.

-Entonces, ¿mis ojos son malos? -preguntó el pequeño finalmente.-No, no son malos -suspiró su abuelo.- No son malos en absoluto, muchacho. Te darás cuenta un día de estos. Uno de estos días, ya verás. Esos ojos  verán lo que nadie más ha visto. -Clavó la mirada en su nieto-. Quien tenga tu alma, tendrá tu corazón. -Dio una palmada en el pecho de Minhyuk--. Y podrá incluso ver a través de ti.

-Entonces ¿papá no tiene esos ojos? -Los ojos de Yun Gyeom estaban matizados con motas verdes. Nunca le había visto con el gesto relajado y gruñía sin parar.
La preocupación se reflejó en la cara de su abuelo.

-Tu padre es un buen hombre -afirmó repitiendo lo que siempre decía.

-¿De veras, abuelo? –Minhyuk pensó en el niño un poco mayor que él que había en casa. El niño que su abuelo decía que era su hermano. El niño del que Yun Gyeom renegaba-. El pequeño se llamaba Jonghyun debería tener también un padre.

El abuelo puso la mano sobre la cabeza del niño y le dijo suavemente:
-Nada es cómo pensamos, muchacho. No todo es blanco o negro, sino que existen infinidad de matices grises. Tienes que averiguar el porqué de las cosas, no sólo fiarte de lo que ves.

-Porque él no nos quiere -susurró Minhyuk, aceptándolo como sólo los niños podían aceptar esas cosas.
El abuelo asintió con la cabeza.

-Los tonos grises, muchacho. Recuérdalo. Siempre hay algo que no sabes y que no puedes ver. A veces el amor no es como pensamos que debería ser. Sólo recuerda eso y todo irá bien.

Minhyuk creció buscando los matices grises. Luego maduró y se convirtió en un SEAL, y los matices grises se perdieron en su mente, aunque sabía que seguían estando allí. Siempre en un lugar diferente, siempre moviéndose. Hasta el día que vio el infierno. Y las cenizas del infierno. Y aprendió que había matices que jamás hubiera podido imaginar que existieran.



********************************


Doce años después

Minhyuk  se sentó en el escritorio de la oficina del taller mecánico que poseía y contempló al joven que hablaba con uno de sus empleados.
Parecía enfadado y exasperado. Tenía el cabello rubio como el oro, se formaba como una hermosa cascada dorada que brillaba bajo la luz del sol. Era delgado pero no demasiado. Tenía un trasero definido que podía observarse  debajo de aquellos pantalones negros, y una polera blanca que se adhería a su torso al compás del viento. Unas zapatillas grises completaban el atuendo.

Finalmente, el joven levantó las manos, alzó la vista y sus miradas se cruzaron. Las fosas nasales del rubio se ensancharon con determinación y se apresuró a dejar atrás al mecánico con el que había estado discutiendo, caminando  hacia la puerta de su oficina.
El pelinegro  observó cómo aquella asombrosa visión atravesaba la estancia y plantaba las manos en su escritorio mientras lo fulminaba con la mirada.

-Mire, todo lo que necesito es una llave inglesa -dijo enérgicamente-. Présteme una. Véndamela si quiere. No importa. Si no arreglo ese coche, acabaré teniendo que hacer autostop. ¿Tengo pinta de querer hacer autostop? -Extendió los brazos al tiempo que se incorporaba, le dirigió una angustiada mirada con sus hermosos ojos chocolates y apretó los labios rosados al darse cuenta de que el mecánico se acercaba por su espalda.

-No, no la tienes. -Minhyuk negó con la cabeza, deslizando la mirada por su figura antes de volver su atención al mecánico-. ¿Hay alguna razón por la que no podamos revisarle el coche? -le preguntó al otro hombre.
El interrogado  entrecerró los ojos.
-El taller está completo, jefe, ya se lo he dicho.
-Sólo una llave inglesa -gruñó él entre dientes-. Sólo préstenme una maldita llave inglesa.
Parecía frustrado. Tenía la frente cubierta de sudor y las mejillas relucientes. Pero la expresión de su rostro se relajó cuando logró controlar sus emociones.

-Escuche. -El rubio había suavizado la voz, y él quedó cautivado. Allí, ante la voz de aquel dulce y hermoso chiquillo, MinHyuyk perdió el corazón-. Sólo necesito un poco de ayuda. Se lo juro. Si me deja  estancado llegaré tarde a una entrevista de trabajo. Le prometo que no le robaré demasiado tiempo.

El joven sonrió, y él sintió que el mundo se movía bajo sus pies. Aquellos labios se curvaron dulcemente, con una mezcla de nerviosismo, frustración y preocupación, y se mantuvieron así. Pero le había sonreído y ese simple gesto había conseguido que Min Hyuk volviera a sentirse como un adolescente.

Se levantó del escritorio y señaló la puerta con la mano.
-Muéstreme el coche. Le ayudaremos a ponerse en camino.
-Pero jefe, estamos hasta arriba -protestó el mecánico.
El alto lo ignoró y observó cómo el joven se giraba y lo precedía hasta la puerta. Su mirada se fijó en el pequeño trasero mientras él caminaba y fue la más hermosa de las visiones. Le hormiguearon las manos por las ganas de tocarlo. Ardía en deseos de acunar aquellas curvas y sentirlas bajo los dedos.

-Me llamo Taemin. -El joven le brindó una sonrisa por encima del hombro-. De veras, no sabe cuánto le agradezco lo que está haciendo.

El tono suave de su voz conseguiría que él se corriera en los vaqueros. No podría contenerse si él seguía hablándole de esa manera.

Tenía que aprovechar la oportunidad.
-Le costará algo -le dijo arrastrando las palabras mientras abría el capó del pequeño sedán deportivo.
-Siempre es así -suspiró el rubio-. ¿De cuánto estamos hablando?
Parecía preocupado. Definitivamente, era una persona con una meta y estaba dispuesto a conseguirla.

-Una cena. –MinHyuk sonrió ampliamente al percibir la sorpresa en los ojos del rubio.
-¿Una cena? -La cautela se reflejó en la voz de Taemin.
-Sólo una cena -le prometió él. Por ahora-. Esta noche.

El rubio le miró fijamente durante un largo momento; aquellos ojos chocolates parecieron clavarse en los de él, escrutando y calentando zonas en su interior que el pelinegro no sabía que existieran. Y mucho menos que estuvieran frías.
Al fin, curvó los labios, brindándole una encantadora sonrisa.

-¿El chico malo de la ciudad me está invitando a cenar? -se mofó traviesamente-Creo que me voy a desmayar.
-Me estás confundiendo con él -Señaló al mecánico que se encontraba observando la situación. - Yo sólo soy un simple mecánico y un SEAL. -Las mujeres se morían por los SEAL’s y los hombres anhelaban ser uno. Y él haría cualquier cosa por impresionarlo.

-MinHyuk, el SEAL de mirada profunda y sonrisa cautivadora -replicó - Sé quién eres.

-Pero yo no sé quién eres tú -dijo sombríamente- Y me encantaría descubrirlo.
Aquella mirada de nuevo. Intensa, penetrante.

-En la cena -acordó él al fin-, nos veremos entonces.

¡Bien!

-Reservaré mesa en Mediterráneo -Nombró el restaurante más caro, lo que tampoco decía nada-. A las siete.
-De acuerdo, estaré allí a las siete. Pero no podré hacerlo si no me arreglas el coche.

Taemin sonrió con ironía para sus adentros. Tenía el presentimiento de que si le contaba que sabía qué era exactamente lo que le ocurría a su coche, jamás le creería. Lo dejó perder el tiempo, encontrar el manguito suelto y apretarlo. No le había mentido cuando le había dicho que lo único que necesitaba era una llave inglesa. Su padre le había enseñado cómo arreglárselas con cualquier vehículo hacía mucho tiempo. Por desgracia, en aquel momento no tenía una llave inglesa a mano.

Así que dejó que le arreglara el coche, fingiendo que era un pobre  chiquillo indefenso, porque le encantaba la manera en que lo miraba, cómo se oscurecían aquellos  ojos que brillaban intensamente en su rostro bronceado.

-A las siete -le recordó él mientras cerraba el capó y lo miraba con intensidad-. Te estaré esperando.

-Allí estaré -le prometió. No había manera de que él no acudiera a la cita. Lo había visto con frecuencia en el pueblo, incluso había tenido fantasías con él un par de veces.

El ardiente SEAL. El niño malo. Todas las chicas e incluso chicos de la facultad iban tras él. Pero, tal y como decidió Taemin en ese momento, Min Hyuk iba a ser suyo.

*************************

Dos años después

-Oh, Dios, Tae, ¿qué has hecho?

El menor dio un respingo y se giró hacia el alto, que se dirigía furioso al lugar donde su coche había impactado con la parte trasera del todoterreno. Fascinado, observó sus feroces ojos oscuros, el cuerpo duro y bronceado, el pecho húmedo de sudor, trozos de la hierba que había estado cortando pegadas a los vaqueros... convivían desde hace casi un año.

-Es sólo una pequeña abolladura, Min Hyuk. Te lo prometo. -Tenía el corazón en la garganta. No por miedo. El jamás le haría daño. Pero su furia era temible.

-Una pequeña abolladura? -Lo agarró por los hombros, lo apartó a un lado y bajó la mirada hacia el guardabarros abollado que se había hundido en el parachoques de su todoterreno.

Había sido un accidente. Y, en realidad, había ocurrido por culpa del alto. Si no hubiera estado cortando el césped sin llevar nada más que las botas y aquellos vaqueros que le ceñían el trasero, jamás habría ocurrido.

-Has chocado contra mi coche. -El orgullo y la indignación rezumaban en su voz-. Es mi todoterreno, Tae.

Sí. Lo era. Estaba muy orgulloso del potente cuatro por cuatro negro. Lo mimaba más que cualquier mujer a su hijo. Taemin se hubiera sentido celoso si no fuera porque no había manera de que él pudiera meter el vehículo en casa.

-Lo siento mucho…. -Su voz se volvió ronca al alzar la mirada hacia él, mordiéndose los labios con nerviosismo mientras se preguntaba cuánto tardaría en enfurecerse.
En cuanto lo hiciera, se transformaría en un hombre sombrío y parco en palabras. Lo fulminaría con la mirada.
Se dedicaría a ver los partidos de basquetbol. Se acostaría tarde. Muy tarde. Mucho después de que él se hubiera ido a dormir. No hablaría con él hasta la mañana siguiente. Lo cual era, sencillamente, injusto.

-MinHuyk, por favor, no te enfades conmigo.- dijo el menor haciendo un puchero.
-¿Cómo es posible que hayas chocado contra MI todoterreno? ¿Cómo? Si estaba aparcado aquí mismo. A plena vista, Lee Taemin. -Se estaba enfadando. Sólo decía su nombre completo cuando estaba o muy enfadado o muy excitado. Y no estaba excitado. Aquello no era una buena señal. Tae podía vivir con eso durante unos días, pero no le apetecía.
El  rubio dio un fuerte pisotón en el suelo y lo miró furioso.

-Si no fuera por tu culpa, jamás habría chocado.

-¿Por mi culpa? – el mayor retrocedió un paso, negando violentamente con la cabeza-. ¿Cómo puede ser esto culpa mía?

-Porque estabas cortando la hierba sin camisa, vestido sólo con esos provocativos vaqueros y las botas, y en cuanto vi ese trasero me puse caliente. Has sido tú quien me ha distraído, así que la culpa es tuya. Si te hubieras vestido de manera decente esto no habría ocurrido, Min Hyuk...

El alto lo besó. No fue un beso tierno o gentil, sino áspero, rudo y lleno de lujuria. Lo estrechó con fuerza contra su cuerpo y presionó su miembro contra el contrario, haciéndolo jadear de placer.

-Te mereces unos buenos azotes. -Lo tomó en brazos y atravesó con él el patio, dejando abierta la puerta del coche del rubio y alejándose del todoterreno abollado-. Debería zurrarte, Taemin. Ver cómo ese precioso trasero que tienes se pone completamente rojo.
Entró y cerró la puerta de un golpe antes de dirigirse hacia las escaleras.

-Oh, zúrrame, MinHyuk -le susurró provocativamente al oído-. Haz que suplique.
Él se estremeció contra el menor, lo arrojó sobre la cama y se dispuso a hacer lo que le pedía.


*****************************

Una semana después

-Volveré a casa en una semana. –MinHyuk estaba vestido con vaqueros y camiseta. No parecía un SEAL, sino alguien que estaba a punto de salir de viaje por diversión. Nada relevante.

Taemin sabía cómo engañarse a sí mismo.

-El todoterreno estará aparcado mañana delante de la tienda -le dijo Taemin asintiendo con la cabeza mientras le observaba sacar el petate del armario y girarse hacia él-. Lo meteré en el garaje y lo cuidaré por ti. --Taemin le sonrió provocativamente.- Me debes una, no sabes lo que tuve que hacer para lograr que lo arreglaran tan rápido. Tienes unos mecánicos muy exigentes.

Min Hyuk poseía un taller y una estación de autoservicio. Un pequeño y próspero negocio que Tae sabía que le encantaba.

Min Hyuk soltó un gruñido, recorriendo con la vista las piernas desnudas del rubio cuando éste se sentó en la cama con unos pantalones cortos.

-Hongo -gruñó él-. Tengo que irme y lo sabes. – En una ocasión  Taemin le había mostrado unas fotografías que para él no eran aptas para el público, sin embargo por la insistencia del alto accedió a mostrárselas, no pasó mucho tiempo luego de que se arrepintiera, ya que MinHyuk no había parado de reírse desde que vio una foto en la que según el rubio lucia el peor corte que pudo tener en la vida, cabello negro, lacio y si! Parecía un hongo; para el pelinegro  no era así, todo lo contrario le parecía de lo más tierno, pero no por ello dejaría de molestarlo, amaba las caras del menor cuando se enfadaba.    

El rubio se quitó la polera y se desabrochó los pantalones cortos, dejándolos caer por las piernas. Sin dejar de observar a la persona que tenía enfrente, deslizó los dedos por sobre su entrepierna y luego se llevó la mano a la boca.

Min Hyuk gimió y Tae adoró aquel sonido. Había separado los labios y tenía una mirada salvaje, como si lo estuviera saboreando.

-Vamos, un rapidito -susurró el menor, desesperado por tenerlo una última vez antes de que lo dejara. Se incorporó en la cama cuando él se acercó y le quitó el cinturón con dedos ágiles-. Te desafío. Hazme tuyo como más desees...

El alto  le dio la vuelta, lo empujó sobre el borde de la cama y, al cabo de dos segundos, lo estaba penetrando. Duro y palpitante, acariciándolo, llenándolo, enterrándose en él con rápidos y duros envistes  hasta que Tae se sintió atravesado por una violenta y candente sensación de placer.

-Min..hyu… Min Hyuk, te amo -gritó mientras él lo embestía, inmovilizándolo y moviendo las caderas con fuerza contra las de él, sujetándolo fieramente con las manos, quemándole la piel con los dedos.

Luego, él susurró las mismas palabras en el acento que su abuelo le había enseñado.

-Para siempre -susurró Tae, girando la cabeza hacia él y aceptando su beso-. Para siempre, Min Hyuk.


*********************


Una semana después

Tae abrió la puerta y se quedó paralizado. El tío de MinHyuk, Yunho, estaba en el umbral, llevaba un uniforme blanco, con la gorra en la mano y las medallas colgadas en la pechera. Taemin sintió desfallecer.

-Min Hyuk llegará en cualquier momento -murmuró el rubio con los labios entumecidos, percatándose de la aflicción y el dolor que reflejaba la expresión de Yunho.- Has llegado entes de lo esperado, Yunho. Él aún no está aquí.

Estaba llorando. Podía sentir cómo lágrimas ardientes le abrasaban la piel mientras se apretaba las manos contra el estómago y se le aflojaban las rodillas.

-Tae. –Yunho tenía la voz ronca y los ojos brillantes por las lágrimas contenidas-. Lo siento.

¿Que lo sentía? ¿Le estaba arrancando las entrañas y decía que lo sentía?

Él  negó con la cabeza.
-Por favor, no lo digas, Yunho. Por favor no lo digas. -Tae. -El tragó saliva-. Sabes que tengo que hacerlo.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que destruirlo?

-Tengo que comunicarte con gran pesar que...

-¡No, no! -gritó mientras Yunho lo envolvía entre sus brazos y lo ayudaba a entrar en casa. El  joven siguió gritando. Gritos que le desgarraron el pecho como una cuchillada brutal y despiadada. El dolor lo arrastró hasta un profundo pozo de desesperación, un abismo del que no creía que pudiera salir jamás.

-¡Min Hyuk! -lloró, gritando su nombre. Él le había jurado que siempre sabría el momento exacto en el que lo necesitaría, incluso en la muerte. Porque él tenía ese don. Era por los ojos, le había asegurado, y él se había reído. Sin embargo, ahora deseaba con todas sus fuerzas que fuera cierto porque necesitaba a Min Hyuk, aquellos feroces ojos - ¡Oh Dios mío, MinHuyk!

***********************

Seis meses después

Tae despertó entre sollozos con la respiración entrecortada y rebuscó en la cama estirando los brazos, arañando las sábanas, la almohada, desesperado por alcanzarlo.

MinHyuk estaba sangrando. Podía ver la sangre en sus manos como si estuviera mirando por los ojos de él. Podía sentir su agonía, sus entrañas retorciéndose, su alma clamando con una angustia que la desgarraba.
Tenía que ser un sueño. Los sollozos le quemaban la garganta mientras se aferraba a las mantas y lanzaba un grito gutural de cruda agonía al sentir que se le partía el corazón.

-¡Min Hyuk!

Gritó su nombre con voz ronca y áspera por las lágrimas, por los horribles meses pasados.
En el entierro... ni siquiera lo habían dejado verlo.
Deshaciéndose en lágrimas, hundió la cara en la almohada y se enfrentó una vez más a la cruda realidad de que MinHyuk se había ido para siempre.

Habían cerrado el ataúd sin que él lo viera. No había podido tocarlo, ni besar su amado rostro, ni decirle adiós. No había nada a lo que aferrarse, nada que aliviara aquella agonía sin fin.

Sólo había vacío. Vacío en su cama, en su vida. Un doloroso y horrible hueco en su alma. Un vacío que lo consumía, que le quemaba la mente y que le recordaba cada segundo, cada día, que MinHyuk se había ido.
Min Hyuk se había marchado.

Para siempre.

Salvo en sus pesadillas. Donde él gritaba su nombre. Donde lo tocaba y se desvanecía antes de que rubio pudiera darle alcance. Donde lo miraba con los ojos llenos de pesar. O cuando él sentía el dolor y las lágrimas del pelinegro. Interminables, agonizantes.

Luego, con la misma rapidez con que comenzaban, en cuanto él se daba cuenta de que lo que sentía era el propio dolor de la persona que amaba, los sueños cambiaban.

-Te amaré siempre, hongo. -Estaba inclinado sobre él, desnudo, con el pecho brillando, la piel dorada bloqueando el sol radiante, los intensos ojos  observándolo fijamente-. Siente cómo mi alma toca la tuya, Taemin. Siente cómo te amo, pequeño...

Un grito desgarrador le quemó la garganta cuando intentó aferrarse al aire, a los insustanciales recuerdos que se desvanecían, que se esfumaban igual que Min Hyuk se había ido.

-Oh, Dios mío. Oh, Dios mío... -susurró Tae apretando la almohada contra el pecho y empezando a mecerse.

Echó la cabeza hacia atrás y soltó un grito desolador desde lo más profundo de su alma partida en dos.

-Maldito seas, Min Hyuk...





Spoiler:
 


Última edición por Janess el Vie Feb 21, 2014 5:36 pm, editado 23 veces
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Mensaje por Janess Sáb Sep 01, 2012 9:11 pm


Hi!! ^^ si lo se! me demoré en actualizar, pero tengo justificacion * y ustedes diran esta nos sale con cada cosa!* pero es la verdad u_u mi office se venció y pues todos los fics que tengo, los tengo con clave y no abrian T.T buuu.. fue tortura pero en fin ya pasó *thanks Nina*

Gracias por sus coments!!! *.* La actua abajo!!!


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Capítulo 14



Taemin estaba furioso cuando regresó a casa a la mañana siguiente para darse una ducha y vestirse antes de ir a trabajar. Un rasguño sin importancia, había dicho Minho la noche anterior, asegurándole que estaba bien.

Había sido muchísimo más que un maldito rasguño. Cuando despertó, lo había sorprendido intentando vendarse él mismo, creyendo que de esa manera podría ocultarle las heridas. Maldita sea.

Tenía tres largas cuchilladas en la parte superior del cuerpo. Una en el bíceps, otra en el abdomen y una tercera en la cadera. Y todas bastante profundas. Lo suficiente como para que el castaño hubiera insistido en que fuera al médico.

Minho se había negado. Por un segundo, cuando el pelinegro le había dejado bien claro que las cosas se harían a su manera, Taemin habría jurado que tenía la misma mirada, el mismo gesto tenso, e incluso la misma manera de apretar los labios que había tenido Minhyuk cuando estaba furioso y decidido a no ceder.

Aquello era algo que le asustaba reconocer. Porque algunas veces notaba esas pequeñas cosas, y temía estar tratando de convertir a Minho en el hombre que había perdido sólo para justificar su deseo, su necesidad de él.
Por supuesto, Minho no le había contado lo ocurrido ni cómo se había hecho esas heridas. Se había limitado a decirle que todo había sido un «malentendido».

Estaba tan enfadado que, en vez de ir en coche a trabajar, había bajado andando la colina para tranquilizarse.
Al entrar en el taller observó que Minho salía por la puerta de la tienda limpiándose las manos con un trapo, y que saludaba a Key, que estaba cruzando la calle en esos momentos. Algunas veces, Key iba al trabajo caminando. Decía que de esa manera se mantenía en forma. De pronto, Taemin vio que Minho cruzaba el asfalto agrietado frente a la gasolinera y que entrecerraba los ojos, tensando el cuerpo.

Taemin se detuvo de golpe y miró a su alrededor, preguntándose qué había llamado la atención de Minho, pero no vio nada raro. Negó con la cabeza y dio un paso observando cómo Key llegaba a la esquina de la calle, bajaba la acera y comenzaba a atravesar la ancha calzada. Fue entonces cuando escuchó el sonido de un motor acelerando.
Un coche negro con las ventanas polarizadas se acercaba con rapidez a la gasolinera, directo hacia Key.

—¡Key! —gritó el menor al ver cómo el coche enfilaba hacia él.

El nombrado levantó la cabeza sorprendido ante su grito, y se dio la vuelta, de cara al vehículo que aceleraba hacia él.
Taemin corrió, aunque sabía que no llegaría a tiempo. Como también sabía que el conductor tenía intención de atropellar a Key. Él no lograría llegar a la calzada y Key no alcanzaría la acera.

Como si todo transcurriese a cámara lenta, vio cómo Key daba un salto y echaba a correr. El coche siguió directo hacia él mientras Taemin gritaba e intentaba correr más rápido.
Bajo el implacable sol de la mañana, el menor se debatió entre el miedo y la furia. No podía permitir que eso ocurriese. No podía permitir que hicieran daño a Key. Era su amigo, siempre cuidó de él. Siempre estuvo ahí para él.

Volvió a gritar su nombre, y entonces Minho cruzó como un rayo la carretera colocándose durante unos instantes delante del coche, estiró el fornido brazo en torno a la delgada cintura de Key, y ambos rodaron por la acera hasta caer en una zanja. Las llantas del coche rozaron el bordillo de la acera antes de acelerar todavía más y desaparecer.

Un segundo después, el nuevo empleado que Jonghyun había contratado para sustituir al mecánico que había despedido, cruzó la calzada y se arrodilló junto a Minho y Key.

Minho. Oh, Dios mío. Oh, Dios mío, Minho. Tenía que estar bien, se dijo a sí mismo Taemin al tiempo que cruzaba la calle. Lo había visto caer en la zanja antes de que el coche golpeara contra la acera, así que seguro que estaba bien, ¿verdad?

No se dio cuenta de que estaba gritando su nombre hasta que alguien lo agarró por detrás para detenerlo, mientras el resto de los mecánicos cruzaban la calle.

—¡Minho! —sollozó, intentando librarse de los brazos que lo retenían—.
¡Minho!

—Taemin. Quieto. ¡Ya basta! —gritó Jonghyun con la voz más dura que nunca. Lo sacudió, lo hizo girar y bajó la mirada hacia él.

—¡Suéltame! —Le golpeó con los puños, en la mandíbula, en la espalda y cuando por fin consiguió soltarse se dirigió tambaleante hacia la zanja.
Vio que Key se había incorporado, pero Minho no se movía. La sangre le corría por el brazo, oscureciéndole la camiseta y la cinturilla de los vaqueros.

-Key te encuentras bien? – preguntó acercándose Jjong, sin embargo no obtenía respuesta del interrogado – Key! Por un demonio! contéstame estas bien?- el más bajo desesperado palpaba por todo el delgado cuerpo del de mirada felina, tratando de encontrar algún daño pero no había nada, lo cogió con ambas manos rodeando sus mejillas – Key mírame! – no había respuesta, esto estaba volviéndolo loco; al menor de los dos se le empezaron a aflojar las piernas – Key! Qué sucede!? – el más bajo trataba de sujetarlo, sin embargo el rubio cayó sentado al suelo y se mantuvo así mirando hacia la nada.

El nuevo mecánico, Siwon, estaba inclinado sobre Minho, palmeándole la cara con manos ásperas y duras.

—¡No lo toques! — el castaño empujó a Siwon, haciéndole perder el equilibrio—. ¡Llamen a una ambulancia! —les gritó a los hombres que lo miraban inmóviles como si estuviera loco—. ¡Llámenla ya si no quieren que los despida a todos!

Deslizó las manos por el cuerpo de Minho, le levantó la camiseta y vio la sangre que manaba de los crueles cortes que le habían hecho en el abdomen y en el costado la noche anterior. Los pantalones estaban empapados en sangre, demasiada sangre. Y además, ahora tenía un nuevo corte en la pierna. Maldita sea. Maldita sea. Sabía que sus heridas eran más graves de lo que él le había dicho esa misma mañana. Lo sabía.

Taemin se quitó la bata de trabajo, la desgarró por las costuras y, haciendo una bola con ella, lo apretó contra el corte de la cintura al tiempo que le tendía al nuevo mecánico el otro trozo de tela. Siwon lo miró con aquellos ojos llenos de furia y separó los labios como si quisiera decirle algo.

—Si no va a presionarle el hombro, apártese para que me pueda encargar yo —le espetó Taemin.
Siwon siguió sus instrucciones mientras el menor examinaba el cuerpo de Minho con las manos. Brazos, costillas, muslos. No parecía tener nada roto.
Alzó la vista y echó un rápido vistazo a los hombres que los rodeaban.

—Pidan una ambulancia.

—Nada de ambulancias.

Al oír aquella furiosa voz, Taemin giró la cabeza y se enfrentó a la aturdida mirada de Minho.

—Estoy bien. —Minho sacudió la cabeza y miró a Siwon—. ¿Pudiste ver la matrícula?

—No tenía matrícula —dijo el otro con una voz que parecía salir de lo más profundo de su garganta—. Si él me lo permite – señaló a Taemin- te llevaré a mi casa. Si no quieres ir al hospital, yo puedo curarte esas heridas.

—¡Ni hablar! Por supuesto que irá a un hospital. —Taemin fulminó a ambos hombres con la mirada. En su interior se mezclaban el miedo y la cólera.

—Nada de hospitales, Taemin. —Minho se incorporó—. ¿Dónde está Key?
Él estaba bien, aunque todavía seguía sentado en la acera mirando hacia la nada aun en estado de shock.

—Algún hijo de perra ha intentado atropellarme —consiguió decir al final el nombrado.

—Key! – exclamó aliviado Jjong, para luego bajar a su altura y abrazarlo —

—Sí, un maldito bastardo —masculló Minho, incorporándose y clavando la mirada en Taemin.

Tenía los ojos encendidos, febriles. Resplandecían con un brillo antinatural que dejó al castaño paralizado y sin habla mientras los mecánicos se movían a su alrededor.

—Ven aquí. —Le tendió el brazo y le dirigió una mirada exigente—. Ven aquí, Taemin.

Él se acercó lentamente al alto, sin apartar la mirada de sus ojos. Minho lo rodeó con el brazo y lo estrechó con tanta fuerza contra su cuerpo, que si Siwon no los hubiera estado sosteniendo, ambos habrían acabado tirados en la zanja.

—Mantén la calma —susurró Minho en su oído—. Nada de ambulancias ni de hospitales. No puedo permitir, bajo ninguna circunstancia, que nadie sospeche que no estoy en buena forma. No me lleves la contraria, pequeño. Aún no. Te lo explicaré todo más tarde.

Taemin se estremeció ante el sonido de su voz y asintió con la cabeza. Quizás existiera una buena razón para que Minho no quisiera ir a un hospital, pero él tendría que explicárselo con todo detalle.

—Ven, vamos. —Jonghyun le tendió la mano a Key y lo ayudó a levantarse de la acera.

Por otro lado Siwon se colocó al lado derecho de Minho pasando el brazo del pelinegro sobre su cuello. Taemin se sintió aplastado cuando movieron a Minho por la carretera. El brazo del alto le rodeaba la espalda de tal manera que el castaño se preguntó si Minho era consciente de su propia fuerza.

—Tenemos que llevarte a mi casa —insistió Siwon—. Tengo un amigo que puede curarte las heridas si de verdad no quieres ir a ningún hospital.
Minho negó con la cabeza.

—Al apartamento.

—Lo llevaré arriba —le dijo Siwon a Taemin con un gruñido siseante que sólo oyeron Minho y él—. Ya he pedido refuerzos. Jonghyun, quédate abajo y vigila el taller. Encárgate de la policía cuando venga- eso quería decir cuando llegara Leeteuk.

¿Qué estaba pasando allí? ¿Qué demonios tenían en común Minho y Siwon además de los coches? Los coches y los ojos peligrosos.
La debilidad que Taemin percibió en el cuerpo de Minho cuando lo arrastraron por las escaleras de la parte trasera lo aterrorizó. Tenía la mano mojada con su sangre, podía olerla, fuerte y metálica.

—Las llaves —le pidió Siwon una vez llegaron a la puerta.

Taemin rebuscó en el bolsillo de los vaqueros de Minho, y apenas pudo contener un jadeo al percatarse de la gruesa erección que presionaba contra los pantalones.

Al sacar las llaves, levantó de nuevo la mirada hacia él. Los cálidos y brillantes ojos de Minho estaban llenos de lujuria a pesar de la debilidad que invadía su cuerpo. No tenía los ojos oscuros, no eran del café oscuro al que el menor estaba acostumbrado. Eran brillantes, casi de color... Casi... oh, Dios. Eran, casi… como....

Se obligó a girarse, a meter la llave en la cerradura, y habría entrado en el apartamento si Minho no lo hubiera hecho retroceder.
A pesar de sus heridas, se apoyó contra la pared de la terraza y metió la cabeza en el interior del apartamento mientras le hacía algún tipo de indicación a Siwon. El nuevo mecánico se deslizó en el apartamento y el movimiento le recordó a Taemin a un depredador, o alguno de aquellos condenados documentales del gobierno que mostraban a militares o a agentes federales adentrándose en territorio enemigo.

Ahora estaba seguro de que Siwon y Minho eran agentes de algún tipo. No era estúpido; había convivido con un SEAL, por el amor de Dios. ¿Por qué pensaban que nunca había prestado atención a lo que hacía Minhyuk?

Incluso cuando estaba en casa, Minhyuk había sido muy cuidadoso. Comprobaba los alrededores de la casa, las puertas y ventanas, con ojos siempre duros y cautelosos, hasta que se convencía, más allá de toda duda, de que no les amenazaba ningún peligro.

Taemin se sentaba en la salita, cogía un libro o veía televisión y fingía no darse cuenta de nada. Pero siempre había prestado más atención al hombre que amaba que al aparato ese. Era parte de vivir con él. Una parte oscura y peligrosa que había aceptado incluso cuando deseaba su tenso y duro cuerpo.

—Vamos a llevarlo adentro. —Siwon no tardó más de un minuto en salir para ayudar al castaño sostener a Minho.
Lo metieron en el apartamento y fueron derechos al dormitorio. Cuando abrió la cama, Taemin se quedó mirando las sábanas con horror.
Estaban manchadas de sangre. Mucha sangre. Minho tenía que haber estado sangrando durante casi toda la noche.
Se giró y clavó la mirada en Minho, observando cómo Siwon le ayudaba a sentarse y le desataba las botas antes de quitárselas.

—Ve a la salita. —Minho lo miraba fijamente con unos ojos hambrientos y feroces—. Vete. Ahora, Taemin.

—¿Por qué no me lo dijiste? —Susurró el menor—. ¿Por qué no me dijiste que estabas sangrando de esta manera?

Siwon lo miró y luego observó la cama.

—¿Cuánta sangre habías perdido cuando te despertaste? —preguntó.

—Intenté lavarme mientras él dormía —masculló Minho sin dejar de mirar a Taemin—. Vete a la salita y no te muevas de allí. Ahora.

El castaño negó con la cabeza, acercándose a él para coger el dobladillo de
la camiseta y sacársela por la cabeza.
De pronto, la mano de Minho salió disparada y agarró con fuerza la muñeca del menor.

—¿Recuerdas lo que sucedió anoche?

Taemin le devolvió la mirada sin decir palabra, con el corazón acelerado por el miedo.

—Si no te vas en este mismo instante, volverá a ocurrir. Y me dará igual quién esté mirando. Vamos a tener compañía pronto. Avisa a Siwon cuando lleguen a la puerta, pero no la abras, ¿me has comprendido?

—Tranquilízate, Minho —masculló Siwon con cautela, claramente preocupado.

—Respóndeme, Taemin —rugió—. ¿Me has comprendido?

El menor tiró inútilmente de la muñeca tratando de liberarse.

—Taemin. —Minho dijo su nombre con un gruñido que llevaba implícita una orden, un indicio de la determinación que formaba parte de su ser—. ¿Me has comprendido?

—Esperaré en la salita —dijo él con voz rota—. Cuando oiga a alguien en la puerta, avisaré a Siwon.

Minho le sostuvo la mirada. Sus ojos ardían, eran como fuego clavado en los de Taemin.

Finalmente, asintió con la cabeza y lo soltó, liberándolo dedo a dedo, hasta que el castaño pudo retroceder y salir lentamente del dormitorio.
Aturdido, atravesó el pasillo y entró en silencio en la cocina. Minhyuk había sido un SEAL. Había conocido a muchos agentes de varios organismos del Estado y su padre había sido detective en el departamento de policía en Seúl. Sabía muy bien cómo se movían aquel tipo de hombres, cómo miraban, y cuándo le estaban mintiendo.

Tragó saliva y observó la salita. Las cortinas estaban echadas y podría jurar que las ventanas estarían firmemente cerradas.

¿Qué tipo de agentes serían? Rebuscó en su memoria frenéticamente y tuvo que sentarse en el sofá al empezar a temblar. ¿Quizá de la patrulla fronteriza? No, parecían demasiado duros para ser de la patrulla de la frontera. La única razón que se le ocurría para que estuvieran allí era lo de aquellas muertes acaecidas en el parque nacional durante el año anterior. La caza de inmigrantes y lo de aquella chica que había desaparecido de la universidad unos meses atrás. ¿Cómo se llamaba? ¿Nicole? Había sido amiga de Key.
¿Qué tipo de agentes actuarían así?, tendría aquella mirada dura e inflexible, emanando poder en cada orden que daba.
O quizá fueran SEAL’s. Sintió un estremecimiento. Un SEAL también actuaría así; sin embargo, su presencia en Namdong no estaría justificada. Los SEAL’s eran una fuerza de ataque, no una agencia de investigación. Quizá Minho hubiera formado parte de los SEAL’s en algún momento de su vida. Un antiguo SEAL tan alto como su Minhyuk, que tenía la misma edad que hubiera tenido Minhyuk ahora, que lo abrazaba como lo había hecho él y que tenía unos ojos que habían ardido como sólo unos instantes antes, igual que los de su Minhyuk.

Taemin negó con la cabeza. Dios, ¿tan culpable se sentía que tenía que creer que Minho era Minhyuk para excusar la atracción y el deseo que sentía por él? No había excusas. Sabía que existían algunas similitudes ambiguas. Incluso Changmin las había notado. Pero Minho no era Minhyuk. Minhyuk estaba muerto. El hombre que él amaba se había ido, ¿verdad?

Sintió que la tensión lo desgarraba por dentro e intentó buscar diferencias entre Minhyuk y Minho. A Minho le gustaba el sexo duro, mientras que Minhyuk siempre había sido tierno en la cama. No obstante, Taemin siempre había sospechado que algo oscuro habitaba en su interior, que había más de lo que parecía. Minho, por el contrario, no se contenía en absoluto. Se mordisqueó la uña del pulgar. Su Minhyuk no tenía cicatrices y su voz había sido clara y profunda, un sonido puro que le acariciaba los sentidos.

Pero Minhyuk giraba la llave inglesa de la misma manera que lo hacía Minho. Y mascaba chicle cuando trabajaba en el taller.

Se estremeció y se apretó las manos contra el estómago. Aquel hombre no era Minhyuk, porque su Minhyuk jamás se habría mantenido alejado de él durante cuatro años. No lo habría dejado solo llorando por él. De ninguna manera.

Minho era un agente que se parecía a Minhyuk en algunos momentos, se dijo a sí mismo. Puede que incluso hubieran tenido el mismo entrenamiento. ¿Qué estaría haciendo en Namdong?

Quizás estuviera allí por la milicia. Corrían rumores de que la milicia Black Collar estaba detrás de las cacerías de inmigrantes en el parque nacional. Hacía años que existían esos rumores. Tenía que ser por eso o por drogas. Y no había drogas en su taller, de eso estaba seguro.

Se frotó las manos antes de pasárselas por la cara, y se dio cuenta de que sus mejillas todavía estaban húmedas por las lágrimas. Fue a la cocina para coger un paño del cajón y, cuando lo sacó, notó algo extraño, un pequeño bulto en el medio. Apartó los demás paños y, para su sorpresa, encontró un arma.

Una Glock. Conocía la marca y el modelo. Era el mismo tipo de arma que había usado Minhyuk. Y además, Minho la guardaba en el mismo sitio. ¿Por qué? ¿Acaso tenían una maldita norma sobre dónde guardar las armas?

Minhyuk jamás se había dado cuenta de que Taemin sabía exactamente dónde ocultaba sus armas durante los dos años que vivieron juntos. Taemin nunca le dijo nada, pero siempre había sabido en qué lugar encontrarlas, tanto en la casa como en el apartamento.

Cerró el cajón lentamente, se movió hacia el fregadero y humedeció el paño con agua fría.
No iba a registrar el apartamento. Todavía no. Antes tenía que intentar calmarse. Pero podía sentir cómo el pánico lo invadía, lenta e insidiosamente.

¿Quién era el hombre que estaba herido en el dormitorio? ¿Había conocido a Minhyuk? ¿Lo estaba investigando? ¿Sería por eso por lo que Minho había empezado a trabajar en su taller y había invadido su vida?
¿Formaría él parte de aquella investigación? ¿O sólo el taller?
Se puso el paño sobre la cara y contuvo el deseo de huir, de ocultarse. Sólo lo había hecho una vez en su vida, durante aquellos dos primeros años infernales, cuando las pesadillas y el dolor inundaban cada parte de su alma. Una vez que logró recuperarse lo suficiente para seguir viviendo, abandonó su refugio y luchó para seguir adelante.

¿Para qué? ¿Para que otro hombre, otro adicto a la adrenalina, tomara el control de su vida y lo destruyera?
El sonido de coches aparcando detrás del taller hizo que levantara la cabeza de golpe. Estaba camino del dormitorio cuando Siwon salió, lo cogió del brazo y lo arrastró de vuelta a la salita.

—¡Quédate ahí! —le ordenó con la cara y el cuerpo tensos mientras se acercaba a la puerta y la abría.

Taemin dio un paso atrás y observó a los dos hombres que entraron. No sabía sus nombres, pero recordaba haberlos visto en la gasolinera. Los reconoció a pesar de que sus duras e inescrutables miradas transformaban sus rostros por completo.

Poco después, llegaron Onew y Lee Joon. Taemin casi se rió. La histeria amenazaba con inundarlo cuando se cruzó con la mirada compasiva y llena de pesar de su amigo. Maldición. Su hyung y su amigo estaban involucrados en todo lo que estaba pasando, y Taemin quería saber por qué.

Esa vez no estaba siendo tan duro. Minho se agarró a las correas que Siwon había atado a los postes del cabecero de la cama, apretó los dientes y resistió mientras Junsu le suturaba las heridas. Podía sentir la sangre fluyendo con fuerza por su cuerpo y engrosando su miembro.

Maldito «polvo de afrodita» y maldito también JiSung. Aquel bastardo estaba todavía vivo y sonriente, protegido por el servicio de protección de testigos, mientras Minho luchaba con sudor y sangre por recuperar la cordura.

Los médicos le habían advertido que los efectos de la droga en su cuerpo habían sido tales que jamás se libraría por completo de ellos. Habría secuelas. En especial tras una dura oleada de adrenalina como la que había sufrido la noche anterior. La fiebre también empeoraba su estado. Las cuchilladas habían sido más profundas de lo que él había querido admitir, y las heridas se habían vuelto a abrir y a sangrar.

Tenía que calmar la creciente lujuria que inundaba su cuerpo. No quería que Taemin lo viera así. Como un animal, pendiente sólo del sexo. Sexo duro, rápido y salvaje. La noche anterior había tomado todos los antibióticos, analgésicos e inhibidores de deseo que los médicos del ejército le habían recetado, pero nada había funcionado.

—No deberian haber venido —les dijo. Todos estaban en la misma situación. Todos estaban ahora muertos para el mundo. Todos eran ahora jodidos hombres muertos.

—Son órdenes de Yunho —le explicó Junsu en voz baja—. Vinimos en el coche de Jaejoong. No hay nadie vigilando el taller. Jaejoong se ha asegurado de ello. ¿Te has inyectado algo?

Minho asintió con la cabeza.

—Anoche. Pero no sirvió de mucho.

—Necesitarás una dosis mayor. Onew recibirá más medicamentos pronto. Enviaron el nuevo cargamento anoche.

—Deberías marcharte —le espetó Minho—. No confío en los mecánicos. Y además, Taemin va a hacer muchas preguntas.

—Yunho llamó a tu hermano antes de venir y le ordenó que vigilara a los mecánicos y que no dejara salir al chico del taller. En cuanto a Taemin… deberías haberle informado sobre esta operación desde el principio. Va a hacer que pagues por tu obstinación, no lo dudes. Pero ahora deja de preocuparte. Pareces mi madre.

—Que te den por el trasero!

—Ya lo han hecho… —sonrió—. Y no sabes como me gusta! Su piel suave… no esa especie de cuero que tú tienes.

—Bastardo. —La risa de Minho se convirtió en tos.

—Bueno, ¿acaso no lo somos todos? —Junsu sonrió ampliamente, el alto rodó los
ojos.

-Yoochun contrólalo… - el nombrado no hizo más que sonreir.

Minho dejó caer la cabeza en la almohada al sentir que la lujuria amenazaba con hacerle explotar allí mismo. Juraría que podía oler el aroma de Taemin y lo único que quería era volver a enterrarse en su cuerpo. La fiebre y la adrenalina eran una mezcla explosiva. Había pensado que tendría tiempo de reponer las inyecciones cada vez que lo herían, pero, evidentemente, se había
equivocado.

—Onew tiene tus medicinas, Minho —le dijo Junsu con suavidad—. No podemos darte nada para el dolor hasta que te las tomes o tu estado empeorará. Pero los médicos han enviado algo nuevo, algo que creen que te servirá para el dolor y para... lo otro.

Minho negó con la cabeza.

—No quiero más drogas. —Se iría, se escaparía a cualquier otro lugar hasta que pudiera controlar su cuerpo de nuevo. Llevaba demasiados años luchando y había aprendido a pasar inadvertido, aunque, al parecer, no lo había hecho muy bien la noche anterior.

—Tenemos que hacer algo con la fiebre, Minho —le advirtió Junsu con los ojos oscuros y preocupados—. Tenemos mezclas de antibiótico y analgésico. Lo mismo que utilizaste cuando recibiste ese balazo hace tres meses. Entonces te alivió. ¿Por qué no le das una oportunidad?

Nada podría aliviarle en aquella ocasión. Algunas veces, la medicación que los médicos le proporcionaban le ayudaba a conservar la cordura, sin embargo, no aliviaba la necesidad, la ardiente e imperiosa lujuria que sentía por Taemin.

No cualquiera. Sólo Taemin; su Taemin.

Parpadeó ante el sudor que le cubría los ojos y soltó las correas, intentando conservar la cordura. Lo había conseguido con una voluntad de hierro en los meses posteriores a su rescate. Había luchado hasta la extenuación contra aquella lujuria salvaje y furiosa que había inundado su cuerpo como una plaga.

Todo lo que necesitaba era a Taemin. Sólo lograría sobrevivir con su ayuda. Lo único que tenía que hacer era permitir que su dulce Taemin lo envolviera de nuevo en su magia.

Soltó un gemido entrecortado al pensar en él. Tan estrecho y caliente, tan ceñido en torno a su miembro, succionándolo y aceptando todo lo que él le daba.

—Ya está aquí Onew —Siwon se apartó de la puerta y volvió a la salita junto a Taemin.

Unos celos asesinos invadieron a Minho. Siempre había tenido que luchar contra los celos. Taemin jamás lo había sabido, ya que nunca se había mostrado celoso delante de él, pero había tenido que contenerse cada vez que
otro hombre se había acercado a Taemin demasiado.

Y ahora Siwon estaba en otra habitación con él. Alto, bien parecido, y, sin duda, mucho más gentil. Minho dudaba que su compañero lo poseyera sin preliminares, o que lo sentara en una mesa mientras se desangraba sin importarle nada excepto hundir la cara entre sus muslos.

—No te muevas, Minho. —Junsu lo obligó a tumbarse en la cama cuando se incorporó de golpe—. Haz que se abran mis puntos y te dejaré fuera de combate yo mismo.

Minho soltó un gruñido de risa. Había sido Junsu quien le había ayudado cuando los médicos se habían negado a darle más analgésicos y él luchaba por no desmayarse de dolor. Su amigo se había acercado a su cama en el hospital y después sólo había habido oscuridad. Una oscuridad sin dolor.
Pero no podía permitirse el lujo de perder el conocimiento ahora. La vida de Taemin estaba en juego. Si habían atentando contra Key, también podrían hacerlo contra Taemin. Era sólo cuestión de tiempo. Dios, debería haberlo sacado de aquel infierno.

—¿Qué estás haciendo? —Onew entró en la habitación. Su voz era profunda pero dulce.

Minho lo miró fijamente a los ojos. Cuando tenían diez años, había oído los gritos de Onew que venían desde la parte trasera de su casa. Desesperado, consiguió sacar a su padre de la cama y lo hostigó hasta conseguir que lo acompañara en su angustiosa búsqueda.

Siguieron los furiosos gritos de Onew y lo encontraron acunando a su madre moribunda. Cuando llegaron hasta él, tenía la voz quebrada.
Habían sido amigos desde esa noche y su amistad nunca se había roto. Ni siquiera después de que Minho descubriera que JiSung era el padre de Onew. Ni siquiera después de que JiSung casi destruyera a Minho.

—No tienes buen aspecto —dijo Onew acercándose a la cama con los ojos oscurecidos por el dolor y el pesar. —Debería haber matado a ese bastardo cuando tuve la oportunidad. Lo siento, amigo. JiSung debería haber muerto.

—Iré por él en cuanto esos bastardos de Seguridad Nacional levanten la prohibición. —Minho gruñó y respiró hondo antes de mirar a Onew con cólera—. Saca a Taemin de aquí. Que Yunho se lo lleve al bunker. Que lo proteja hasta que todo esto haya terminado.

Podía olerlo, como lluvia cálida y dulce.

—Esta vez es peor —le dijo Junsu a Onew—. ¿Te han dado algo los médicos?

—Esto. —Le lanzó a Junsu la pequeña bolsa de cuero negra que llevaba y se volvió a Minho para decirle— Taemin no es estúpido, Minho. Lo sabes. Tanto él como Jonghyun necesitan que les expliques parte de la misión. De todas formas, es probable que Tae ya haya descubierto por su cuenta que eres algún tipo de agente.

—Odio todo esto. —Minho se incorporó en la cama ignorando la advertencia de su amigo, y lanzó una mirada airada a los dos hombres cuando Junsu le clavó una jeringuilla en el hombro.

—Vamos, Minho, la última vez te fue bien —le recordó Onew con brusquedad.
—No. Crees que me fue bien porque no me oíste gritar — gruñó—. Pero yo sí que oí mis propios gritos en la cabeza.

—¿Quieres que Taemin te oiga gritar? —le preguntó entonces Junsu.
Minho negó con la cabeza.

—Es la única razón por la que dejo que me inyectes esa mierda.
Se recostó en la cama y observó cómo Junsu le clavaba una segunda jeringuilla.

—Te voy a romper los dedos. Así no podrás volver a inyectarme más mierda de esa.

Junsu le brindó una amplia sonrisa. Era lo normal. Se maldecían, se insultaban los unos a los otros y se amenazaban con aniquilarse mutuamente todos los días. Era lo que los mantenía vivos.

—Sigue así y te meteré tanta mierda de ésta que la droga de JiSung parecerá un juego de niños en comparación. ¿Quieres?
Minho asintió ligeramente con la cabeza, se lamió los labios resecos y suspiró.

—Eres un bastardo.

—No puedo llevarme a Tae al bunker —dijo entonces Onew—. Sabes que no podemos hacerlo.

Minho cerró los ojos. Dios, quería que él estuviera a salvo. Que estuviera lejos de toda aquella locura, lejos del peligro que él había traído a su vida. No sabía si podría responder a las preguntas que sabía que le haría. ¿En qué había estado pensando? Jamás debería haber aceptado esa misión. Hubiera sido mucho mejor haber elegido la otra.

—Hemos seguido el coche que intentó atropellar a Key. —Onew se sentó junto a la cama—-. Algunos de los mecánicos creen haberlo visto anoche, cerca del bar. Supongo que es de alguno de los hijos de perra que te atacaron.
Minho asintió con la cabeza.

—Sí, son unos estúpidos hijos de perra. Pensaron que podrían cortarme en pedazos y enviarme al infierno. Lo de Key ha sido sólo un aviso de que van a ir a por mis amigos.

—Bueno, en realidad, sí que te cortaron en pedazos —bufó Yoochun—. Ya te han suturado y vendado, soldadito, así que estás listo para jugar con todos esos niños malos otra vez.

—-Que te den por el trasero, bastardo! —dijo Minho.

—-Se te ha olvidado que prefiero meterlo a que me lo metan —dijo Yoochun divertido, Junsu sonrió.

—Ya déjenme en paz! Váyanse al diablo! No me interesa lo que hagan! —le espetó Minho.

En general, ese tipo de improperios era como un juego. Una manera de aliviar la tensión. De distraer la mente del dolor, aunque no funcionara en el caso de Minho.

—¿En paz?! ¿De qué hablas? —dijo Junsu poniendo los ojos en blanco—. Desde que conocí Yunho, no se lo que significa eso.

Onew, todavía miraba de manera fija a Minho, podía sentir su sufrimiento, el dolor que todo esto le causaba y se sentía impotente.
Minho respiraba lentamente, pero podía oler a Taemin en cada inspiración. Podía sentir cómo la sangre hacía palpitar su miembro, cómo el deseo lo atravesaba de nuevo, tan salvaje como la primera vez que JiSung le había metido la aguja en el brazo.

Se retorció sobre la cama, deseando poder deshacerse de aquellos malditos vaqueros que constreñían su erección. Demonios, necesitaba follar. Y ahora no era como hacía cuatro años, cuando tomar a cualquiera hubiera significado quebrantar la promesa de amor que le había hecho a Taemin. Ahora significaba poseerlo de nuevo. Sentirlo dulce y apretado en torno a él.
Significaba amarlo, acariciarlo. Calmar el fuego que consumía su vientre y, probablemente, acabar sangrando como un cerdo encima de él otra vez.
Respiró hondo, sintiendo cómo la medicación comenzaba a surtir efecto. Odiaba todo aquello, aunque al menos le permitía pensar con claridad.

—Demonios. —Respiró hondo otra vez y miró a Onew—. Llévate a Junsu, a Yoochun y a Siwon fuera de aquí. Pon a Jaejoong tras el rastro de Kyuhyun. Quiero saber por qué me atacaron anoche y por qué intentaron atropellar hoy a Key.

Dile a Jonghyun que Key y él no abandonen la oficina, Siwon puede vigilarlos sin que nadie se dé cuenta. Quiero a Junsu cubriendo el taller y la casa. No les resultará extraño que Onew y Lee Joon hayan venido aquí, o que Siwon haya ayudado a subir al amante de su jefe. Pero cualquier otra cosa podría llamarles la atención. Que todos los demás se larguen de aquí cuando estén seguros de que nadie los ve.

—¿Y Tae? —preguntó Onew.

—Taemin se queda aquí. —Era demasiado tarde para hacerlo desaparecer y él sabía que lo seguirían allá donde fuera. Donde quiera que lo escondieran. Y el bunker no era el lugar adecuado para él.

—Minho, ahora mismo no puedes tomar ese tipo de decisiones —dijo Onew en voz baja—. Sabes dónde te llevará todo esto. Esas drogas no han aplacado tu lujuria, amigo. Te arden los ojos. Puede que la cirugía te los oscureciera, pero ahora mismo, brillan igual que antes de lo de JiSung.

—Aún conservo el control. —Estaba seguro de ello. Sabía muy bien lo que estaba haciendo—. No le haré daño. —Jamás lo lastimaría. Antes se rebanaría la garganta—. Y los ojos perderán intensidad en cuanto la medicina haga efecto.

—Vas a tener que darle explicaciones. Cuéntale lo que está ocurriendo —le exigió Onew con dureza—. O al menos dile en qué le afecta esta misión. Créeme, te estás engañando a ti mismo si piensas que no terminará por darse cuenta de todo lo que está pasando. No has visto cómo nos ha mirado a Joon y a mí cuando hemos llegado.

Minho inspiró profundamente. Taemin lo mataría, pero también se encargaría de eso. Su Taemin jamás sospecharía quién era él en realidad. Después de todo, Minhyuk nunca le había gritado, ni lo había hecho suyo como un animal, ni lo habría metido en medio de una misión peligrosa.

—Vas a volver a abrirte los puntos y empezarás a sangrar de nuevo —gruñó Junsu.
Minho negó con la cabeza.

—Larguense de aquí ya. Y que Siwon baje al taller y vigile el lugar. No podemos permitirnos el lujo de tener a todo el equipo aquí. Tenemos que estar preparados para el próximo movimiento que hagan esos bastardos. Hasta entonces, no podremos descansar o jamás los atraparemos.

—¿Y si le cuentas todo a Tae? —dijo Onew—. Si le dices quién eres, lo que te pasó, ¿qué ocurriría?

Minho lo miró fijamente. Aquello no sucedería nunca. No podría soportar que Taemin supiera lo que le había ocurrido al hombre que había amado con tanta desesperación como para ir al infierno con él.

—Los muertos no hablan —sentenció con voz ronca—. No lo sabrá nunca. Minhyuk está muerto.

Onew le sostuvo la mirada durante un instante, apretó los labios y luego miró a Junsu indicándole con la cabeza que saliera.

—Te está mintiendo —dijo Junsu—. No posee el suficiente control para no hacerle daño.

Oh, sí que poseía el suficiente control. Más control del que cualquiera de ellos creía.

—Vete y encárgate de que los demás sepan lo que tienen que hacer —le ordenó
Onew—. Esto sólo le incumbe a Minho.

Junsu se puso en pie mirandolos furiosamente, curvó el labio en una mueca desdeñosa y se dirigió a la puerta. Ellos no siempre comprendía las reglas que se establecían o se rompían. Hacer que esos hombres formaran un equipo sólido no había sido fácil. Eran hombres duros. Hombres muertos que no tenían nada que perder salvo el honor. Pero eran hombres en los que se podía confiar.

Onew bajó la vista hacia su amigo. Parecía lleno de lujuria, no cabía duda. Pero Onew lo había visto antes en un estado peor que ése. Minho había desaparecido durante días y Taemin jamás había sufrido daño alguno.

Minho había estado padeciendo durante interminables meses los efectos de una droga que los médicos todavía no habían podido neutralizar, y que lo había convertido en un animal casi desquiciado por la lujuria. Y, sin embargo, jamás había hecho lo que JiSung había querido. Jamás había roto su promesa con Taemin. Jamás había olvidado a Taemin.
Onew creía firmemente que Minho nunca lastimaría a Taemin.

Asintiendo con la cabeza, se dirigió a la puerta, miró a su amigo y se odió a sí mismo y a JiSung con una fuerza que todavía tenía el poder de inundarlo con una furia amarga.

Era su padre quien había provocado todo aquello, el hombre que lo había engendrado. Y aun así, Onew lo había dejado vivir. ¿Lo había hecho porque era su padre o porque lo necesitaba la Seguridad Nacional? ¿Dónde estaba el límite?, se preguntó.

Debería haber matado a aquel bastardo cuando tuvo la oportunidad.





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Espero sus coments!!! bye bye n_n

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Mensaje por Nina_Lee Sáb Sep 01, 2012 9:12 pm

2min xD
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Mensaje por shineebrillosita Sáb Sep 01, 2012 9:23 pm

aparto
aahhh... como que quedo ahi aahh.. estuvo muy interesante este capitulo me encato woo... aunque no hubo lemon pero puf~ minho es insaciable XD pero tiene que controlarse porque tiene que curarse aaahh.. espero el siguiente capitulo con ansias XD


Última edición por shineebrillosita el Vie Sep 14, 2012 1:39 pm, editado 1 vez
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Mensaje por AndreShawol Dom Sep 02, 2012 8:37 am

Ayyyy como quedó ahi!! xD -desespera-

Seguro que Minho no lastima a Taem *3*
Quiero que le cuente la verdad e________e

Gracias!
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Mensaje por ggaabbyy2 Dom Sep 02, 2012 10:26 pm

apartooo


uniee este capitulo me encanto, wooo k emocionante estubo el coche, la sangre, las apariciones dioss k adrenalina casi salimos corriendo todas x ella XD
woooo taeminie esta atando cabos mas rapido de lo k todos pienzan DX k nadie sabe k su papa era detective k el sabe como se comportan wooo k sorpresa se va a llevar y se llevaran cuando se entere de la verdad solo espero k no le suceda nada
minho casi lo kiere esconder bajo tierra,
wooo las correas yo pensaba k eran para cuando lo estaban curando pero creo k mas bn creo k eran para k no salitara sobre taemin XD
wooo k sorpresa con lo de onew DX es hijo de el desgraciado de JiSung asi k esta siendo portegido mmmm k mal ojala pronto puedan vengarse
lo k me dio risa fueron las contestaciones de junsu y yoochun jojo XD k trataban de aliviar la tencion XD me pregutno k pasara ahora taemin inspeccionara el departaamento, encontrara en las mismas posiciones las armas terminara de atar cabos y sabra kien es en verdad minho owww unniee esperare x el sig cap este te kedo genial :D bye bye tcuidas


Última edición por ggaabbyy2 el Lun Sep 03, 2012 6:36 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Noreri94 Dom Sep 02, 2012 10:37 pm

Dios fue un capitulo lleno de adrenalina de verdad que estuvo genial, como todos los capitulos, pero este en especial muestra que minhyunk aun vive dentro de minho, por que si no, no le importaria Taemin y su promesa.
malditos, continua esto es demasiado adictivo, ya Tae esta atando los cabos, no tardara en reconocer a Minho y ahorcarlo, pero por un lado entiendo a Minho, le daba vergüenza que Tae viera en lo que lo habían convertido, y todo el tiempo lejos de Tae y los cambios no fueron por gusto, Creo que en el interior tenía miedo de lastimar a minnie por no poder controlarse, ese era su mayor miedo y motivo para hacerse desaparecer.

actualiza pronto amo esto.
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Mensaje por lizzie Lun Sep 03, 2012 12:11 am

aparto :) .


Hola unnie !!!! Wow este capitulo fue de emociones fuertes dios tanta adrenalina y peligro me encanta, pero lo que si no me agrado fue lo de mi diva senti que estaba ahí y casi mori , si lo se es estupido pero cuando leo juro que me imagino todo, minho a pesar de ser duro frio y un maldito *por asi decirlo* tambien es humano pues se nota que se preocupa por taemin y no quiere hacerle daño, taemin me preocupa siento que el no esta saliendo del hoyo pues sigue con tantas angustias dios me encanta la historia mejor le corto aqui que si no escribire mucho mas nos leemos prontito unnie gracias por el capo bye :MUA:
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Mensaje por anny-min Lun Sep 03, 2012 9:54 am

hay caramba, esto me tine bien picada
cosa que no paso cuando la lei por primera ve
creo que el que aora se trate del 2min si
tiene mucho que ver, siii minho sera d...ub....o
Taemin no es nada tonto, minho tendra que dar
muchas, pero muchas explicaciones.

Si ya quiero capi ^^
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Mensaje por kary88 Vie Sep 07, 2012 7:08 pm

quiero actu! necesito mas 2min <3
me encatan el fick hace mucho que no lo leia
sorry por no venir ni comentar uwu
pero ya porfin me di el tiempesito de leer todos los capis
amo a minho! siempre tan atento(?) de tae *-*
y obvio tae no podia resistirse a minho XDD
aklsjd ya quiero actu! >w<
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Mensaje por Miko Sáb Sep 08, 2012 6:58 pm

era el padre de onewwwwwwwwwdiosmio!!!
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Mensaje por mondrisT Miér Sep 12, 2012 4:10 pm

Juro que pense que ya habia comentado o-o

y por un momento se me olvido que el fic ya estaba en spantaaa xDDD es que mi correo me avisa y solo doy clic y me manda para aca, y cuando me puse a buscarlo estaba en la seccion de fic LOL

bueno ya, al capi

Si lo sabia, Tae ya se da cuenta digo estúpido no es, minho ya deberia abrir su bocota al menos para explicarle lo esencial :I
Ok, si fue medio shock que el tipo ese sea padre de onew, ahora quiero saber la historia >-->

Y cómo se atreven a meterse con MI diva?? ahh??? yo si los mato ¬¬ akdjhaskd ya se estan pasando y esto ya se esta poniendo feo D:

ajdhasa no se!!! me encanta tu fic es la mezcla perfecta entre trama/perversion es perfecto!!

y luego... se qu ehay un artista que se llama minhyuk como tu personaje, y en un inicio yo me supuse que era él, no? (ni me acuerdo quien es xD) pero pero estaba viendo salamander gurú yyyyyyy encontre que el personaje de minho se llama minhyuk, entonces dude a quien te referias xDDD askdjskdj ya pues nomás era eso

nos leemos~
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Mensaje por VanneStep Jue Sep 13, 2012 11:02 pm

nuevaaa lectoraaa!! me tomo tres dias leer los 14 capis!! estupido colegiooo!!!porfavooor contiii!!te digo que es de los mejores fanfcis que he leido!!! la trama es increible y el estilo de escribir es claro y conciso, como el de Lynn Hage o Stormy glenn que son grandes escritoras de yaoi!! escribir de esa forma no es facil!! es increible como escrribes tu!! quiero leer mas creaciones tuyas!!! has escrito otras aqui??? contii contiiii
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Mensaje por ggaabbyy2 Jue Sep 20, 2012 12:44 am

unnieee necesitamos nuevo capitulo
keremos saber k mas a pasado DX
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Mensaje por Janess Jue Sep 20, 2012 9:28 am

._.' *se esconde antes que la golpeen* Lo siento! de verdad que me demore un h**** en subir el capi, no me habia dado cuenta que ha pasado tanto tiempo T_T y ya ni se acordaran del fic *^* pero es mi culpa *^* bueno les dejo la conti para quienes lo siguen! Gracias por comentarios!!! no demoraré con la sgte actu! cuidense! Besotes! n_n


***************************************


Capítulo 15

Taemin estaba de pie detrás de la estrecha encimera que separaba la cocina de la salita, observando el pasillo, cuando Onew salió del dormitorio. Joon y él no se habían dirigido la palabra. Ambos sabían que tendrían que hablar tarde o temprano, pero ninguno había roto el silencio.
Junsu —Taemin estaba seguro de que todos eran agentes— había salido del apartamento con Siwon y los demás unos momentos antes, dejando tras de sí un tenso silencio entre Joon y él.

El pelicafé lo miraba con atención, con una mirada pensativa en sus ojos negros. En ese momento, cuando Onew salió de la habitación, Taemin se enderezó y miró la puerta cerrada del dormitorio.

—¿Qué tal está? —Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y observó al que había sido el mejor amigo de Minhyuk. Qué extraña coincidencia que también pareciera ser amigo de Minho.

—Se pondrá bien. —Onew se irguió en toda su estatura y rodeó a Lee Joon con un brazo cuando se acercó a él.
Taemin le sostuvo la mirada y fue directa al grano.

—¿Quién es? ¿Qué es?

¿Era sorpresa lo que brillaba en los ojos de Onew? Aun así, no dijo nada.
Taemin se acercó al cajón de la cocina, lo abrió bruscamente y dejó caer la Glock en la encimera. Sin dejar de mirar a la pareja, se inclinó, abrió las puertas bajo el fregadero y extrajo otra arma sujeta con velero en la madera.

Luego fue hasta el sofá, sacó otra pistola más pequeña del bolsillo de la parte inferior del asiento y la añadió al montón.

—¿Quién demonios es y por qué ha irrumpido en el taller y en mi vida? —Golpeó la encimera con la mano—. ¿Y qué tienes tú que ver con él? Fuiste el mejor amigo de Minhyuk, hyung. Te consideraba casi un hermano. Y ahora metes a un agente secreto en mi vida?

—Minhyuk está muerto —dijo Onew con suavidad.
Taemin se estremeció.

—¿Y eso lo justifica? —le espetó—. Maldita sea, Onew. ¿Por qué lo traicionas de esa manera?

—Yo no he traicionado a Minhyuk, Tae. —Le lanzó una mirada de compasión—. Ni tampoco le doy órdenes a Choi Minho. Sea lo que sea lo que esté haciendo aquí, es cosa suya. Lo conozco. Somos amigos. Igual que soy amigo tuyo.
Sí, eran amigos. Durante dos años, Taemin había sido testigo de la amistad que lo unía a Minhyuk. Habían sido como hermanos, quizá incluso más. Y Onew tenía la misma particular costumbre que el padre de Taemin. Cuando mentía, no parpadeaba. No cambiaba la expresión de la cara, no tensaba el cuerpo; resultaba tan antinatural que a Taemin siempre le había hecho sospechar.

—No me mientas. —Le apuntó con un dedo tembloroso—. No te atrevas a mentirme. Aquí pasa algo raro, algo que va más allá que unas cuantas cuchilladas y que todas esas tonterías que acabas de decir.

—Si pudiera decirte algo más, lo haría —le aseguró Joon.
Taemin volvió la mirada hacia la persona que le hablaba. ¿A qué se debía aquella advertencia en sus ojos? Sabía que quería decirle algo, podía sentirlo.

—Joonie ¿puedes esperarme fuera? —le pidió Onew. Al parecer, él también había percibido la necesidad de hablar de su pareja.

—No, Onew, no puedo —respondió. En sus ojos y en su sonrisa se reflejaba el amor que sentía por él, sin que ello restara fuerza a su determinación de quedarse allí.

El casi puso los ojos en blanco.

—Eres mi amigo —lo acusó Taemin con dureza—. Pero te quedas ahí parado, dejando que él me mienta. ¿Es que tú también me has mentido?
Onew suspiró.

—Taemin, escúchame.

—¿Quién es? —les preguntó a ambos de nuevo—. Es un agente, ¿verdad? —Taemin se estremeció, desgarrado ante aquella certeza—. ¿De qué agencia? ¿un SEAL? Onew negó con la cabeza.

—Minho no pertenece a ninguna agencia del gobierno, Tae.

—¿Es un agente privado? —adivinó. Él no le respondió—. ¿Qué tiene esto que ver contigo?

—Sólo voy a aclararte que hay una operación en marcha en Namdong —le dijo Onew finalmente—. Sólo lo saben Jonghyun y tú, nadie más.

Ahora no estaba mintiendo. Taemin se humedeció los labios con nerviosismo.
—¿Qué tiene que ver Minho con todo esto? —inquirió con brusquedad. Hizo aquella pregunta a pesar del miedo que le daba la respuesta.
Onew apretó los labios.

—Nada por lo que debas asustarte. —Le estaba ocultando algo y él lo sabía.

—¿Por qué está aquí?

—Eso debe contártelo él, Tae. —Onew suspiró—. Estoy aquí porque los dos son mis amigos. Nada más. Me enteré de que habían intentado atropellar a Key y de que Minho estaba herido, y vine a ver cómo estaba.

—Me estás mintiendo —gritó el castaño—. Maldita sea, pueden irse los dos al infierno. Estás mintiendo de la misma manera que me mentiste cuando murió Minhyuk. —Se giró dándoles la espalda, se cubrió la cara con las manos durante un instante, y después se dio la vuelta de nuevo—No le dispararon, ¿verdad? —Taemin ya no podía contenerse, estaba tan desesperado por averiguar la verdad que no le importaba nada más—. Dime, Onew, cuéntame qué le pasó y luego dime qué diablos está haciendo ese hombre en mi vida. —Señaló al pasillo, viendo cómo Minho aparecía por él.

—Tae —Onew negó con la cabeza.

—No me dejaron despedirme de él —rugió—. No pude ver su cuerpo...

—No te hubiera gustado verlo, Tae —le aseguró Onew—. Confía en mí. Recuérdalo tal y como era, y déjalo marchar. Está muerto. Te lo prometo, no te habría gustado ver lo que recuperamos de él.

Un sollozo desgarró a Taemin. Por un segundo, sólo por un segundo, casi había llegado a pensar que... Negó con la cabeza. No, no debería pensar en eso.

Se cubrió la boca con la mano y les dio la espalda a los tres.
—Tae—susurró Joon detrás de él.

Taemin levantó la mano. Silencio. Sólo necesitaba silencio. Sólo un minuto para dejar morir esa última llama de esperanza.

—Quiero irme a casa —murmuró volviéndose hacia ellos y buscando los ojos de Minho. Él le devolvió la mirada con los ojos llameantes y la expresión angustiada. Quería acercarse a él. Quería rodearlo con sus brazos y que el mundo volviera a ser normal una vez más.

—¿De veras quieres alejarte de Minho, Taemin? —le preguntó Joon. Se acercó un poco más y le puso una mano en el hombro mientras el castaño se estremecía con otro sollozo—. Puede que no sea Minhyuk, pero, ¿de verdad quieres huir de lo que podría llegar a ser para ti?

—Eres el que me dijo que me acostara con él para librarme de la tensión sexual —le espetó, sorbiendo por la nariz para intentar contener las lágrimas—. Y no sirvió para nada. Para nada.

—¿De verdad no sirvió para nada, Tae? —Joon sonrió; una triste y tierna sonrisa—. Él se fue, pero tú no moriste con él.

—Joon, dime la verdad —susurró. Estaba tan lleno de dolor y de sospechas que se sentía devastado. —Basta.

Taemin levantó la cabeza y observó cómo Minho atravesaba la salita tambaleándose. Vestía los mismos vaqueros que había llevado antes, rotos y con la bragueta abultada por una erección.

Lee Joon suspiró cuando Onew se acercó a él y le rodeó la cintura con el brazo.

—Vámonos, cariño.

Cuando la puerta se cerró tras Onew y Joon, Minho se acercó a la encimera y miró fijamente las armas que Taemin había amontonado.

—¿Cómo las has encontrado? —le preguntó con una voz más áspera de lo normal.

Taemin apretó los dientes y luego esbozó una sonrisa burlona.

—Las has escondido en los mismos sitios donde las habría escondido Minhyuk.
Ya estaba, lo había dicho, y habría jurado que él casi se había sobresaltado.

Minho guardó silencio durante un buen rato antes de asentir lentamente.
—Soy un agente contratado por una compañía privada —reconoció. Alargó el brazo para coger la Glock, rodeó la encimera y guardó las otras dos armas.

—Un adicto a la adrenalina —se burló el menor—. Justo lo que necesitaba en mi vida. Dime, Minho, ¿ lo conocías?

Taemin apoyó la cadera contra la encimera y cruzó los brazos sobre el pecho mientras lo observaba, deseando descubrir algo que confirmara o desmintiera las sospechas que crecían en su interior.
El moreno bajó la vista unos segundos, puso las manos sobre la encimera y, finalmente, alzó los ojos hacia el castaño.

—Lo conocí No éramos exactamente amigos.

—¿Eran enemigos?
El alto arqueó los labios en un gesto burlón.

—No, no éramos enemigos. Sólo éramos conocidos.

—¿Es Minho tu verdadero nombre?

Él asintió con la cabeza lentamente, observándolo en silencio. —Lo es.

—¿Cuál es el motivo de que hayas venido a Incheon a acostarte con alguien como yo?

Minho se estremeció y Taemin pudo ver el dolor que le produjeron sus palabras. La traición. Se sentía traicionado. Decepcionado.

—No ha ocurrido así. —Negó con la cabeza, y Taemin supo que mentía. Lo notó. Fue algo instintivo. Como un viejo aroma que despertara sus sentidos. Lo sabía, como siempre había sabido cuándo le mentía Minhyuk.

—Sabías quiénes éramos Jonghyun y yo cuando te acercaste a nosotros, ¿no es cierto?

Minho se lamió el labio inferior. No fue un acto producto de los nervios, ni de la indecisión. Fue algo sexual. La mirada en sus ojos era sexual. Todo en él clamaba por sexo duro.

—Lo sabía. —Al menos en eso no le mentía.

—¿Por qué? —le preguntó lleno de dolor—. ¿Por qué me has hecho esto? ¿No he sufrido ya bastante? ¿Acaso crees que quiero estar con otro adicto a la adrenalina que irá de misión en misión buscando algo que yo no puedo darle?
Él lo miró sorprendido.

—¿Crees que él era un SEAL por esa razón? ¿Por qué buscaba lo que tú no podías darle?

—¿Qué más podía ser? Mírate. —Lo señaló con la mano—. Admítelo. Te encanta el subidón de adrenalina. Te encanta lo que te hace sentir. Es mejor que el sexo —se burló—. ¿No es así, Minho?

Sus ojos. Aquellos ojos. Tan feroces y resplandecientes, tan ardientes que llegaban a partes en el interior de Taemin que no quería admitir que existían, no eran color brumoso, pero sí luminosos. Aunque aquellos ojos no parecían naturales.

La mirada de Minho se deslizó por el delicado cuerpo del castaño y Taemin sintió como si lo estuviera acariciando.

—No hay nada comparable al sexo contigo. —Su voz era ahora gutural—. No hay nada que me excite más, ninguna droga, ninguna misión que me haga sentir lo que siento al hundirme dentro de ti. Y daría hasta la última gota de mi sangre por volver a correrme en tu interior una vez más. Pero no soy Minhyuyk.

Taemin se quedó sin aliento. Dio un paso atrás, sintiendo una terrible opresión en el pecho mientras la necesidad de respirar lidiaba con el deseo que le hacía arder las entrañas.

—Quieres recuperarlo con todas las fuerzas de tu ser, ¿verdad, Taemin? —Se apoyó en la encimera—. Quieres centrar tu vida en los recuerdos de un hombre que jamás regresará.

El menor negó con la cabeza y su corazón lloró de agonía ante aquellas palabras. Unas palabras que mataban la frágil llama de esperanza que vivía dentro de él. Una esperanza que se negaba a pronunciar en voz alta, porque deseaba desesperadamente que fuera real.

—No te dejaron ver su cuerpo, así que rezaste para que estuviera vivo. —Las crueles palabras de Minho, el tono gentil de su voz, atravesaron su cuerpo como si lo hubieran golpeado con un látigo.

—No sigas. —Taemin sacudió la cabeza con los ojos llenos de lágrimas, sintiendo un dolor devastador que le desgarraba el alma y destruía la última esperanza de volver a abrazar ese recuerdo otra vez—. Por favor no lo digas.

Minho extendió las manos hacia él. Le retiró el pelo de la cara, le secó las lágrimas con los pulgares y le acarició las mejillas.

—Está muerto. —su voz también estaba llena de dolor—. Se ha ido, Taemin.

—No —negó sacudiendo la cabeza—. No.

—Sólo está vivo en tus sueños. —Le rozó los labios con los suyos—. Pero yo estoy aquí. Delante de ti. Déjame, Taemin. Déjame tener lo que no tuvo Minhyuk. Déjame estar contigo.

—¡No! —gritó con una agonía estremecedora. Quería golpearle. Quería arrancarle el pelo, los ojos, pero lo único que podía hacer era alejarse de él, así que se obligó a salir de la cocina.

—No te ofreciste a él por completo —lo acusó con voz ronca y suave mientras lo seguía. Lo sujetó por los hombros y apretó con fuerza al sentir que el castaño se tensaba bajo sus manos—. Entrégate a mí. Dame lo que no le diste a él.

—Lo amo.

—Lo amaste. —El fuego en los ojos de Minho ardió de dolor, de pesar, de desolación y lujuria—. Lo amaste, Taemin. Porque él se ha ido.

—Para. —negó con la cabeza.

—¡No soy Minhyuk! —rugió golpeándolo con las palabras.
Lo zarandeó con firmeza y Taemin hundió los hombros y siguió negando con la cabeza, sollozando, emitiendo unos gritos que rasgaban el pecho de Minho.

—Métetelo en la cabeza, Taemin. No soy Minhyuk. No soy el hombre que amaste, pero bien sabe Dios que soy el hombre que va a follarte. Que te abrazará cuando llores por las noches. El hombre que te obligará a recibirlo tan profundamente, tan duramente, que jamás se te volverá a ocurrir ocultar una parte de ti.

—Para. Para de una vez. —Taemin lloraba desconsoladamente. Tenía la respiración entrecortada y las lágrimas le nublaban los ojos mientras las palabras la desgarraban con la misma fuerza que un cuchillo afilado.

—No voy a parar. —Sus manos lo sostuvieron con fuerza, negándose a soltarlo
—. Mírame, Taemin.

Los ojos del menor estaban anegados en lágrimas y los rasgos del moreno aparecieron borrosos ante él. La necesidad de apoyarse en Minho, de encontrar algo en lo que sostenerse, le aflojó las piernas.

—No soy Minhyuk. Pero soy tu amante, Taemin. Y te necesito. Te necesito, pero no de la manera que te necesitaba él. Te necesito tanto que me volveré loco si no vuelvo a sentir tus caricias, tus besos.
Minho le sujetó la cabeza con las manos, bajó los labios y los unió a los de él para saborearlo. Sintió el sabor de las lágrimas y el dolor, y algo dentro de su alma se rompió.

Oh, Dios. Le había hecho tanto daño... Los sollozos de Taemin se clavaban en las entrañas de Minho como garras ardientes. Pero había tenido que hacerlo. Había tenido que ser cruel porque, en cuanto lo oyó preguntarle a

Onew, supo que él comenzaba a sospechar. De alguna manera, su pequeño y perspicaz Taemin había sentido al fantasma de Minhyuk dentro de él.
Taemin se estremeció entre sus brazos. El «polvo de afrodita», la droga que aún infectaba su cuerpo, bombeaba en su interior eclipsándolo todo excepto lo que el castaño le hacía sentir. Las sensaciones que provocaban aquellos labios suaves, el doloroso sabor de sus lágrimas.

—Taemin —susurró Minho—. Tócame. Sólo tócame. Cierra los ojos e imagina que estás con quien quiera que necesites estar, pero tócame.

Le cogió las manos para apretárselas contra su duro torso cubierto por vendajes, y sintió su vacilación, su respuesta.

—Me muero por tus caricias. —Le besó de nuevo en los labios, observando cómo Taemin alzaba la cabeza y lo miraba con aquellos ojos nublados por las lágrimas, por los sueños perdidos.

El menor negó con la cabeza y el pelinegro lo besó otra vez. Le atrapó los labios de nuevo y, en vez de devorarlos como necesitaba, se limitó a acariciarlos, a recrearse en su sabor.

Finalmente, Taemin respondió, dividido entre el hombre que amaba y el que deseaba. Pero él no podía dejar que sospechara que ambos vivían y sufrían por él.

—Por favor, no lo hagas —musitó el menor cuando Minho levantó la cabeza y lo guió por la salita, llevándolo al dormitorio.

—Entonces, vete. —Se separó del castaño , se desabrochó los vaqueros y ahuecó con la palma de la mano aquella erección engrosada por la lujuria.

La mirada de Taemin se clavó en él y se estremeció. Minho podía ver la lucha interior de su Tae en sus ojos. Su hermoso y dulce Taemin, que luchaba contra la cólera, el miedo y el deseo.

Minho se tendió sobre la cama y se acarició su duro miembro bajo la atenta mirada del menor. Taemin cerró los dedos sobre su camiseta, con las mejillas húmedas por las lágrimas que todavía le brillaban en los ojos.

—Me portaré bien —le prometió él—. Seré un niño bueno y dejaré que me montes, Taemin.

Según recordaba, aquello solía gustarle a Taemin. Le había encantado alzarse sobre él, hacerle suyo aceptando poco a poco su polla en su interior.

Observó la oscura mirada del castaño, percibiendo claramente cómo el deseo crecía dentro de él, cómo su respiración se hacía más profunda, más pesada. Sus pezones se irguieron contra la camiseta.

—Ven aquí. —Minho le tendió la mano—. Déjame decirte qué siento cuando estoy dentro de ti. Cuando me tomas en tu boca. Cuando me acaricias.
Minho se moría por sentir sus manos sobre él. Sufría. Estaba poseído por una necesidad que jamás le había torturado de esa manera.

Taemin vaciló y Minho pudo ver la cruenta lucha que se desarrollaba en su corazón. La batalla entre lo que sentía por él y los recuerdos que se negaba a abandonar.

Para siempre. Algo en su interior se suavizó al recordar lo que el menor le susurraba cuando hacían el amor. Que lo amaría para siempre. Y Minho le había jurado que siempre regresaría a él.

Después de lo que pareció una eternidad, Taemin cogió el dobladillo de la camiseta y se la quitó lentamente.
Los mechones castaños se agitaron cayendo sobre su rostro cuando dejó caer la camiseta a un lado, dejando al descubierto su blanquecino torso.
Taemin se sentó, se sacó las botas después de desabrocharlas y luego se quitó los vaqueros. No fue un streptease seductor. Era sólo él dejándose llevar por lo que ardía en su interior. O que deseaba probarse algo a sí mismo. Minho no estaba seguro; su mente estaba envuelta por la neblina de lujuria que crecía dentro de él.

—Esto no es normal. —el menor se tumbó en la cama junto a Minho y le pasó la mano por el interior del muslo—. Estás muy duro. Muy excitado. Y ayer por la noche estabas sangrando. Respóndeme a esto al menos. Dime qué te pasa.

El apretó los dientes. Podía notar el sudor que le inundaba la piel, humedeciéndole de pies a cabeza mientras la fiebre casi le arrebataba la razón.

—¿Has oído hablar del «polvo de afrodita»?
Taemin parpadeó.

—Es la droga que usan en las violaciones. O la usaban.

—La usaban —afirmó él—. Estábamos detrás del hombre que la vendía y me capturaron. Me la inyectaron durante algún tiempo y aún tengo pequeñas cantidades en mi cuerpo. La adrenalina la despierta. Y las heridas, y la fiebre. Me pongo duro. Necesito follar.

—¿Con cualquiera? —Bajó las pestañas y le rozó suavemente el escroto con la yema de los dedos.

Él negó con la cabeza.

—No.

—¿Con cuántas personas has estado desde que te hicieron esto?

—¿Importa? —No pensaba mentirle, no en ese momento en que sus dedos le acariciaban los testículos.

Minho separó los muslos, permitiéndole un mejor acceso a su cuerpo mientras emitía un gemido jadeante.

—No ahora mismo. Pero más tarde, sí. —Taemin inclinó la cabeza, y Minho sintió una descarga eléctrica en las terminaciones nerviosas cuando el castaño utilizó la lengua para atormentarle.

Taemin le dio un beso húmedo. Amoldó los labios a sus testículos y le lamió hasta que Minho enterró las manos en sus cabellos, tirando de ellos, y acercándole más la cabeza, masajeándole el cuero cabelludo y arqueándose bajo su toque.

Había algo diferente en las caricias de Taemin, pero Minho no podía precisar qué era. Aún no. Ya lo averiguaría más tarde. Después de haberle metido la polla en la boca. Dios, era una delicia sentir sus labios en aquella zona tan sensible de su ser. Tenía los testículos tensos, siempre era así cuando le subía la fiebre, cuando la necesidad de sentir las caricias de Taemin era una agonía, una enfermedad.
Lo único que importaba era sentirlo. Sólo sentirlo. Sólo un momento, antes de que el deseo se agudizara y tuviera que moverse.
Taemin le lamió una vez más los testículos y se los besó.
¿Lo había hecho alguna vez con Minhyuk? Hubiera jurado que no. Pero tampoco había animado a su Taemin a aventurarse en ese tipo de caricias.

Además, él siempre había estado demasiado ansioso por tomarlo.
Pero ahora, ahora Minho quería más. Quería ese ser salvaje que podía vislumbrar. Aquel que le gustaba que le dijeran cosas escandalosas. El que ardía entre sus brazos cuando lo dejaba hacer lo que quisiera con su cuerpo.

—¿Es esto lo que quieres? —La voz de Taemin era aterciopelada, un placer tan dulce como el que sintió que atravesaba su cuerpo cuando el menor le pasó la lengua por la gruesa erección.

—¡Oh, Dios, sí! —-Lo levantó, observando con los dientes apretados y el placer recorriendo salvajemente sus terminaciones nerviosas, cómo el castaño le recorría el miembro centímetro a centímetro con la lengua hasta cerrar la boca sobre el glande.

Oh, demonios, sí. Eso era lo que quería. La boca de Taemin chupándole la punta de la polla, apretada, caliente y muy dulce. Casi sin ser consciente, arqueó las caderas hacia él cuando sintió su lengua en la parte inferior del glande, lamiéndola, presionando contra un punto especialmente sensible de aquella manera que él sabía.
Minho tembló ante lo que le hacía sentir. Maldición. Era tan bueno. Tan condenadamente bueno que comenzaría a correrse en cualquier momento si Taemin seguía haciéndolo.

Entonces Taemin cambió de táctica y empezó a succionarlo.

—Demonios. Maldita sea. —Minho cerró los puños en los cabellos del menor ante los embistes apremiantes y profundos de su boca—. Succióname, pequeño. Dios, tu boca caliente es como el cielo. Succióname y haz que me corra.

Taemin lo hizo entrar en su boca a la mayor profundidad que jamás recordaba haber llegado e hizo rodar el glande entre la lengua y el paladar. Le acarició con aquellos labios sedosos, le sometió a un dulce martirio con su lengua y, cuando él pensaba que estaba a punto de estallar de placer, lo soltó.

—Ahhh... Adoro tus labios, Taemin —gimió Minho—. Se hinchan cuando se cierran alrededor de mi polla. ¿Sabes cuánto me excita eso?

Su pequeño hongo. Su inocente y tierno hongo. Taemin le miró con los ojos oscurecidos, la cara ruborizada y el pelo desordenado alrededor de la cara y los hombros. Por dios!.

—¿Mucho? —susurró el menor, humedeciéndose los labios y luego lamiendo la parte inferior del glande—. Supongo que sí.

Era un provocador. Un pequeño hongo provocador que le chupaba la polla y que saboreaba la perla de semen que apareció en la diminuta ranura del glande.

Y que luego gemía.
Minho estuvo a punto de correrse al escuchar aquel gemido ardiente y lleno de matices sexuales. Su miembro se estremeció entre las delicadas manos del menor y éste sonrió. Una pequeña sonrisa sensual y confiada. Una sonrisa maliciosa. La que esboza toda persona cuando sabe que tiene el poder. Que no sólo posee su alma, sino también su polla.

Taemin lo poseía por completo. Minho lo sabía. Lo había sabido desde el primer momento en que lo había visto, cansado, preocupado por el trabajo y el coche, y pidiéndole una llave inglesa.

Demonios, si él hubiera sabido que Taemin necesitaba sólo una llave inglesa y no que le arreglara el coche...
Y allí estaba ahora, montándolo a horcajadas sin tocarle las heridas, deslizándose lentamente sobre él, envolviéndolo en sus húmedos y cálidos pliegues.

Taemin se inclinó para besarlo y Minho lo recibió ansioso, hambriento. Desesperado. Se moría entre sus brazos y el menor ni siquiera lo sabía. Agonizaba cada vez que lo llenaba con su semen. Cada vez que lo sentía palpitar en torno a su miembro cuando se corría.

—Bésame, Minho. —Dulce y sensual, su voz afinaba los sentidos del alto como un músico con un instrumento. Le atravesaba el corazón, le arrancaba el alma y él se lo permitía.

—Nada de juegos —gruñó él cuando el castaño le lamió los labios. Lo agarró por las caderas y lo desplazó sobre su cuerpo, sintiendo cómo temblaba de anticipación.

—Pensaba entregarme —le confesó mirándolo fijamente y mordisqueándole los labios.

—Será mejor que te entregues rápido. —Minho comenzaba a jadear, estaba a punto de hacer rodar a Taemin sobre la cama para hundir la gruesa y atormentada longitud de su erección en su interior.

El menor levantó las caderas, quedando en cuatro puntos sobre el mayor, descendió hasta que su boca estuvo a la altura de la erección del alto, condujo su lengua hacia el glande en donde empezó a simular pequeñas embestidas, mientras el moreno deslizaba las manos por la sábana, la cálida lengua del castaño lo estaba volviendo loco, el placer lo hacía arquearse . – Maldita sea Taemin! – el pelinegro sintió crepitar el fuego en su duro miembro. La lengua del castaño había comenzado por la punta y se había deslizado hasta su base, subía, bajaba, mordía y succionaba cuanto quería y Minho se retorcía, vociferando miles de cosas que incitaban al menor a seguir.

—Oh, sí, pequeño, así. —Los dedos del alto se deslizaron a los cabellos castaños, cogiéndolos con rudeza. Tiró de estos y lo miró fijamente a los ojos—. Eres tan condenadamente sexy. Esa boca tuya… Tan dulce. Me vengaré, cariño. Ahora solo fóllame.

Taemin sonrió y a gatas empezó a subir por el cuerpo del alto, se sentó sobre la erección del otro y comenzó a mover las caderas, frotando su entrada con el miembro del pelinegro. Lo miró y de pronto sintió una opresión en el pecho. Taemin lo estaba mirando de la misma manera que lo había hecho antes de que muriera. Antes de que fuera apartado de él.

Le había dicho a Taemin que le permitiera ser quien él necesitara. Y aquello era lo que el castaño había querido desesperadamente de Minhyuk. Del hombre que había buscado la adrenalina en vez de un futuro con él. Pero había encontrado más que eso. Mucho más. Y allí, finalmente, entre los brazos de Taemin, Minho supo que su vida no había merecido la pena. No había nada que mereciera la pena si suponía la pérdida de aquel ser.

—Sí. Móntame ahora. Fóllame con fuerza. Pero ya te lo dije, después voy a ponerte sobre la espalda y a torturarte otra vez. Me llenaré la boca con tus dulces jugos. Voy a devorarte entero hasta que supliques, Taemin.
El mencionado se estremeció al sentir la mano helada del moreno sobre su entrepierna, éste había comenzado a atenderlo subiendo y bajando por su longitud al ritmo de sus caderas; el menor sentía como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, cómo sus músculos se contraían, podía sentir lo húmedo y resbaladizo que estaba.

—Sí —consiguió musitar. Echó la cabeza hacia atrás al tiempo que se movía contra el mayor, deslizando su entrada sobre la dura longitud del mayor, despacio, rápido, adelante, atrás, en círculos, hasta que Minho estuvo dispuesto a rugir por el devastador placer que Taemin le daba.

El «polvo de afrodita» hacía la necesidad más afilada, más dura. Pero eso no había cambiado el placer. Y Taemin le daba aún más, lo destruía con cada caricia, lo tomaba como nunca antes y le hacía desear mucho más.
Lo montaba deslizándose de arriba abajo, mirándolo ruborizado con los ojos entrecerrados mientras Minho observaba el placer que también crecía dentro de él.

El alto sonrió. Era una sonrisa dura. Rodeándolo con el brazo, lo atrajo contra su pecho para delinear con la punta de su lengua los labios rosas del menor, esto hizo que automáticamente Taemin abriera la boca lo que permitió que el pelinegro introdujera sus dedos para ser lubricados con su saliva, sonrió al ver la dedicación que se tomaba el castaño para esta tarea.

Taemin se estaba estremeciendo ahora contra él, jadeando, frotando su miembro contra el impropio, quitó la mano que tenía en su boca y la dirigió a su pequeña y oscura entrada. – Oh! Taemin se lo que quieres- dijo el mayor haciendo pequeños círculos por fuera de ésta- Me-mételo- demandó el castaño, empujando su pelvis hacia el pelinegro – Todavía no pequeño- sonrió Minho para luego girar sobre sí, dejando al menor bajo él; tomo sus largas piernas y las colocó cada una sobre sus hombros; ya en posición deslizó un dedo en el interior del castaño. Suavemente. Introduciéndolo y sacándolo, lubricándolo con su propia saliva por momentos, para permitir aquella penetración.

Taemin estaba perdido en una bruma de pasión. Se arqueaba y retorcía.
—Tranquilo. Más despacio, Taemin. Lenta y suavemente. — Minho retiró el dedo para lubricarlo más y lo deslizó dentro otra vez. Lo introdujo cada vez más profundamente hasta que consiguió alojarlo por completo, sintiendo que el menor estaba caliente y estrecho allí atrás.

Luego comenzó a moverlo.
—Quiero estar aquí dentro. —Lo estaba follando con el dedo, penetrándolo, embistiéndolo con golpes duros y rápidos—. Quiero abrirte, estirarte. Quiero deslizarme en este pequeño trasero caliente y volverte loco de placer.- Introdujo otro dedo, empezó a moverlos en círculos, abriendo y cerrando en el interior del castaño, empujando y sacando, haciendo que Taemin se retorciera de placer bajo él.

Sacó sus dedos del interior del castaño y con cuidado colocó la punta de su miembro en la entrada del menor y lo deslizó hacia el interior, sentía como las paredes húmedas y calientes del menor presionaban en torno a él. Tomó el miembro desatendido del menor y comenzó subir y bajar, de la base a la punta.- oh… si…- el mayor notó la primera oleada de contracciones y no esperó más para empezar a embestir al castaño; Taemin estaba a punto de estallar. Entonces lo penetró con más dureza, más profundo, con su rígido miembro, con una tomó de la cadera al menor para marcar el ritmo que él quería, mientras la otra no dejaba de hacer su labor; el pelinegro sentía que le ardían los testículos.

Un abrumador y casi insoportable placer se apoderó con rapidez de su cuerpo cuando Taemin gritó contra su pecho, gimiendo y moviéndose salvajemente bajo sus brazos.

Minho oyó su propio grito. El nombre de él. Sólo su nombre. No la promesa que siempre le había hecho. Pero fue seguido por el más turbador y ardiente orgasmo que había tenido jamás. El semen surgió de su miembro en chorros furiosos y violentos. Lo inundó, se vació en él, y Taemin gritó, liberando toda su esencia en la mano del alto. Minho se sintió dulcemente atrapado en su interior cuando Taemin se estremeció débilmente con las últimas sacudidas de placer, para luego derrumbarse a su lado, se retiró cuidadosamente de él, y lo atrajo a su pecho, rodeándolo en brazos.

Después, mucho más tarde, Taemin se quedó mirando la oscuridad. Minho dormía a su lado con un brazo bajo él y otro por encima, y apoyaba la cabeza junto a la suya, respirando con suavidad.

Había cosas, pensó Taemin, que Minho no consideraba cuando se acostaban con él, porque él eran lo suficientemente inteligente como para no decírselas.

Taemin se tomó el tiempo necesario para conocer al hombre que amaba. Se fijaban en los pequeños detalles. Le gustaba saber dónde eran más sensible, aunque se tratara de un duro SEAL.

Se hizo un experto en conocer la manera en la que él lo tocaba. La presión de sus caricias podía cambiar, podía ser suave o más firme, o desesperada y hambrienta, pero había algunas cosas que siempre eran igual. Ciertas sensaciones, ciertas maneras de provocarlo.

Un hombre podía tomar a alguien con dureza y rapidez o con suavidad y lentitud, pero siempre había una constante. Y era el propio hombre.
Las cicatrices marcaban las manos y el cuerpo de Minho. Tenía callos que Minhyuk no había tenido y otros, que sí había tenido, faltaban en las manos de Minho. Pero la manera en que lo penetraba con su miembro, los puntos que rozaba en su interior, la manera en que lo llenaba y lo poseía, eran demasiado parecidos.
Había demasiadas similitudes.

“Taemin. Has chocado contra mi todoterreno. Si estaba aparcado aquí mismo, a plena vista».”

Los recuerdos del día que Minhyuk le había gritado regresaron de nuevo a él. Ardieron en su memoria. Minhyuk nunca le había gritado antes. Siempre se había controlado. Pero Taemin le había cogido por sorpresa aquel día. Lo había agarrado por los hombros para apartarlo, y, aun así, el menor lo había sentido. Había sentido cómo apretaba las yemas de los dedos sobre su piel, no con suavidad, sino de una manera definida. La manera en que había colocado los dedos, en que lo había agarrado para que se hiciera a un lado, lo había delatado.

Recordó sus ojos en aquel momento. Aquella mirada feroz que se había vuelto ardiente por la ira, el deseo y la lujuria mientras lo conducía a la casa.
Eran rasgos distintivos. Taemin recordaba el lugar exacto en que sus dedos le habían presionado los hombros, cómo lo había hecho sentir, cómo habían cambiado sus ojos.

Y también había recordado dónde escondía él sus armas. Cómo las escondía.
Minho había sabido dónde guardaba Taemin las tazas en la cocina aquella primera mañana cuando le había informado de que no iban a compartir la cama. Lo había sorprendido, había conseguido ponerle furioso y él se había dirigido directo a las tazas de café sin que él tuviera que decirle dónde estaban.

Dormía contra él igual que había hecho Minhyuk. Lo abrazaba de la misma manera.
Y esa primera noche, entre el sueño y la vigilia, estaba seguro —ahora sí—, de que le había oído musitar «norul saranghae». Aquellas palabras que sólo Minhyuk le había susurrado al oído.
Giró la cabeza para mirarlo y observó cómo le caía ahora el pelo sobre la frente. Minhyuk siempre había llevado el pelo corto, pero el perfil no había cambiado tanto. Había pequeñas diferencias, suficientes para despistarlo en un primer momento.

Él era su alma. Ningún otro hombre podía haber entrado en su vida y tomar todo lo que quería de él. Sólo Minhyuk habría podido hacerlo.
Y él le había estado mintiendo desde que llegó al taller.
Le había contado que había sido capturado. Que le habían inyectado aquella horrible droga que había salido en las noticias unos años antes. Entonces recordó sus pesadillas. La absoluta certeza de que él estaba en peligro, no muerto. Lo había oído gritar, rogándole que lo salvara, que lo ayudara. Taemin se había sentido horrorizado y lleno de incertidumbre. Se había despertado en medio de la noche gritando con una agonía que no tenía principio ni fin.

Minho le había dicho que Minhyuk había muerto. Se lo había dicho con los ojos brillando de dolor y cólera. No le había mentido. Realmente pensaba que el hombre que había sido estaba muerto. Y quizá tuviera razón de alguna manera. Pero seguía siendo su amante, su alma. Sólo había cambiado su nombre. Y seguía siendo suyo aunque le estuviera mintiendo.

De pronto se dio cuenta de que Jonghyun estaba al tanto de lo que ocurría. Entrecerró los ojos y maldijo. Qué hijo de perra. Minho le había dicho a su hermano quién era, pero no a él.

Luchó contra el pánico al pensar que Minho nunca había tenido intención de contarle la verdad, que quizá ni siquiera había vuelto a casa por él. Jonghyun era más fuerte. Era su hermano. Y sabía la verdad, de eso estaba seguro. ¿Acaso necesitaba que le ayudara en lo que fuera que Minho estuviera haciendo?
¿Por qué había empezado a trabajar el taller? ¿Para llegar a él? ¿Para hacer lo que fuera que hubiera venido a hacer?

Respiró hondo. Fuera cual fuera la razón, por mucho que lo amara y adorara, había llegado el momento de que éste aprendiera que mentirle era algo muy, pero que muy peligroso.





*********************************



Nos estamos leyendo!! bye bye!^^
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Mensaje por gypsy Jue Sep 20, 2012 9:29 am

OMFG! MIO! >.<

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CARAJO LLORO! primer post! TuT

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TAEMIN YA SE DIÓ CUENTA!!

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¡¡¡sálvese quien pueda!!!!
O.O era cuestión de tiempo....como no va a reconocer al hombre que se cogía antes??

xDD ahora va a colgar a keroro de las pelotas! xDDDD
por mentirle tanto tiempo..desde que el pequeño aceptó revolcarse con él el secretito de mi rana corría peligro
osea como no reconocer ese cuerpo...esas manos....esa lengua....ese tremendo mástil erguido!!....

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:Q_____*que rico* envidia envidia pura del hongo! >.<

ahora a mi papacito rico solo le queda aceptar el castigo :P como lo torturará Taemin...*se me ocurren cosas sádicas* con tal que no me lo deje sin sexo *asi bien rico y salvaje* la rana no morirá ;)
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...espero que no me lo maltrate mucho mira que está enfermito >.<
consideración!

ah! y el otro que va a sufrir la ira de Taemin va a ser el dinoperro verdad?
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digo no? osea mi MinHOT no va a sufrir solo.......waaaaaaa que les va a hacer Taemin???....*que no mate a mi rana plis* TuT

unnie!!! sorry por no haber podido editar sus apartos antes es que estoy ocupadiiiisima TT___TT la universidad me está matando lentamente.....tus fics me reaniman un egg! *sebretodoestequeestábienrico* >.< soy tu fan no lo olvides! *3*
espero ansiosa la conti
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Última edición por gypsy el Sáb Sep 29, 2012 10:29 am, editado 2 veces
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Mensaje por Nina_Lee Jue Sep 20, 2012 9:30 am

2min!

TT________________TT

Me deprimo en recordar que no fui primer post, lo siento! soy muy lenta, me fallo mi manito ;o;
bueno ahora si al capi TT____TT

Como que no es facil engañar a Tae? y menos cuando se trata del rano! y el joonew que quiere pasarse de listo jum! y se la pasaron dando vuelta y vuelta sin soltar nada esos "amigos" pobre mi Tae estan con la angustia de no saber nada llorando desesperado y esos baboos que no pueden hablar!!! ashhhh me dan colera!

Y luego llena Minho para enfurecerme mas por tarado! RANA OREJONA BABOO~~~
y comienza con su drama de lo ves a el en mi y blablablabablabal y le hace que se le estruje el corazon a mi hongo preciosho U3U

buaaa~~~ me dio tanta pero tanta pena cuando le decia que Minhyuk estaba muerto y el pobre de Tae negaba y el otro lo seguia presionando buuu~~~ me lo hace sufrir! TTOTT

todo ese tramo se me estrujo mi corazon buuu~~ y cuando le dijo que se imaginara a quien sea pero que estuviera con el... yo estaba rana calentona que estas proponiendo? no ves que sufre y tu estas de necesitado jum!

kekeke aunque la primera vez que lo lei jure que Taemin lo iba a mandar bien lejos porque estaba molesto pero cedio facil xD no se le puede culpar, si el pobre esa necesitado de cariño -como no estuve cerca(?)-

y luego empezaron con su momento todo caliente y ese Minho que comienza hablar cosas que encienden a Taemin hahahahaha aunque creo que esa es su forma de seducirlo xD pero al final por eso y Tae se dio cuenta de todo~~~

hahahahah el muy baboo~~ se vendio solito porque Tae unio cabos y obviamente tenia que darse cuenta que Minho era su Minhyuk!

todo por sus fetiches y no ocultar bien sus constumbres aunque eso iba ser casi imposible kekekekekekekeke

Mi comentario todo amorfo como siempre y ya no te pongo gifs porque mi cuenta se borro hace tiempo buuuuuuuuu y me da flojera subir mis gifs de nuevo buuu~~~ para la proxima lo hare si?
sorry porque no esta bonito TT__________TT
i love u so much my sister!
bye bye~~~


Última edición por Nina_Lee el Vie Oct 05, 2012 6:59 pm, editado 1 vez
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Mensaje por shineebrillosita Jue Sep 20, 2012 10:06 am

aparto
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Mensaje por VanneStep Jue Sep 20, 2012 11:55 am

MY GOD!!!!!! YEIIHHHHHHH CONTIIIIIIIII!!!ME ENCANTAAA TU FIC!!!!!! ESTA SUPER GENIIAL!!!!!! OMG Y TAEMINNNN YA SE DIO CUENTAAAAAAA!!! CONTIII CONTIII
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Mensaje por Noreri94 Jue Sep 20, 2012 12:12 pm

dios Janess juro que si no subes la continuacion rápido te acosare todos los días hasta que la subas.
dios taemin ya se dio cuenta de todo, de todooo, bueno no todo pero ya sabe que Minhyuk es Minho, digo las personas que se aman de verdad, se reconocen al instante así como lo hicieron sus almas.

me pregunto que hará Taemin para vengarze, por que las ultimas fraces sin duda fueron una amenza.

continua continuaaaaaaaaaaaaaaa


nos leemos cuidate
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Mensaje por mitaemin Jue Sep 20, 2012 3:40 pm

oh al fin taemin se dio cuenta muy bien taemin que mal que minho le mienta ashh pero bueno espero la conti pronto me encanta byee
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Mensaje por ggaabbyy2 Jue Sep 20, 2012 5:12 pm

omg omggg si esto sonó a total venganza
diosss me encnatoooo el cap como es k tae exploto y exigió la verdad
y es verdad por mas k intnete cambiar minhyuk nunca se dio cuenta k existen cosas k nunca podra dejar de hacer porque las hace involuntariamente y tae siempre las percibió y como no si nunca podria olvidad como es la mitad de su alma si eso es lo k es para el minhyuk
oooo ya kiero saber k hara tae porque minho dijo k vio en sus ojos lo mismo cuando hicieron el amor antes de que todo pasara, y tae con el final k minho descubrí k tan malo es mentirle no se siento como k se ira sin decirle a nadie o les dejara una carta diciéndoles k ya sabe toda la verdad k no era tan despistado como ellos creían oooo unniee no podre esperar x la actualizacionnnn DX espero k sea pronto bye bye tcudias y exelente cap :3
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Mensaje por lizzie Vie Sep 21, 2012 4:08 pm

aparto D:


Unnie unnie wow te luciste este capitulo me super encanto dios amo a este minho lo juro estan malo y vil que me encanta y ese lemon wow *revenrtencias* eres mi sensei es que estuvo super genial juro que hasta senti calor, y taemin ya se dio cuanta que es minho ? D: no se si sea bueno o malo pero espero obviamnete que sea bueno aunque aqui taemin tambien me da miedito pues no es el debil como siempre y eso me encanta ya quiero seguir leyendo espero actualices pronto nos estamos leyendo bye bye :MUA:


Última edición por lizzie el Vie Sep 21, 2012 7:45 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Michiru_chan Vie Sep 21, 2012 7:05 pm

OMG!!!
Taeminnie si sabe que MinHo es Minhyuk!!!
waaaa -Super mega emocionada-
me encanta!!!
realmente amo tu fic y a ti(?) y como escribes
dios corrí a leer el capi en cuanto vi la actu ♥o♥
well... ah~ me tranquilizo y a esperar la siguiente actu :3

Pd. Ame el Lemon -w- que mas puedo decir que estuvo genial >w<
saludos y cuidate! :3
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Mensaje por Miko Miér Sep 26, 2012 3:52 pm

TAEMIN SABEEEEEEEEEEEEEE! ai dios!!! el verdadero amor, mme mueroooooooo pero qe capitulo!! actualiza luego >< y gracias x el cappp
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Mensaje por Janess Sáb Oct 06, 2012 8:21 pm

Hi!!! les dejo capi! abajo sus post!!! Gracias por los comentarios!! ^^


Spoiler:


***********************************


Capítulo 16



A la mañana siguiente, Key todavía se estremecía de vez en cuando, pero estaba decidido a trabajar con normalidad. Había dicho que no iba a dejar que nadie lo amedrentara. Jonghyun no se había separado de él en todo el día. Estuvo pendiente de si necesitaba algo, cualquier cosa por mínima que fuese, al rubio le pareció tierno el gesto del mayor y su preocupación por él. Le gustaba, de eso no tenía duda, Key estaba enamorado de Jonghyun, pero nunca, nunca de los nuncas él mostraría algún tipo de afecto por aquel enano, definitivamente no, si alguien debía estar muriéndose de amor, debería ser él y no al contrario.
Sin embargo ahora estaba extrañando por la poca atención prestada por aquel pelichocolate , cuando hoy llegó a la mecánica muy temprano se lo había encontrado, un hola y que tal pasaste la noche, fueron las únicas palabras que salieron de aquella boca que Key deseaba probar, pero lo último que le dijo lo descolocó, acaso Jonghyun lo había invitado a salir? luego de te llamo en la noche! Desapareció ante sus ojos de aquella oficina. Perro tonto, susurró el rubio.

Taemin trabajó en el taller durante varias horas, poniendo a punto uno de los vehículos que había entrado la noche anterior. Cuando terminó, echó un vistazo al reloj y sonrió.
Bajó el capó y miró a Minho.

Él estaba concentrado en la lectura del ordenador de un SUV nuevo, girando lentamente la llave inglesa entre los dedos y mascando chicle. Demonios, era una suerte que ya no trabajara en el taller ninguno de sus antiguos empleados. Si se hubieran fijado en él, habrían sospechado al instante. Era algo que Taemin había encontrado muy sexy las pocas veces que le había visto hacerlo, hacía ya tantos años.

«Es él». El corazón se le hinchó en el pecho y las lágrimas amenazaron con anegar sus ojos; tuvo que darse la vuelta con rapidez para contener los sollozos de alegría.
Él había vuelto, estaba allí. Se estremeció ante ese pensamiento y también de cólera. Fuera lo que fuese lo que le había mantenido alejado, era obvio que le había llevado mucho tiempo recobrarse. Podría haber estado con él mientras tanto. Podría haberle ayudado. Taemin habría dado su vida por haber podido hacerle cada día, cada hora, más fácil.
Y él se lo había impedido. No lo había llevado adonde fuera que estuviese, no le había dejado consolarlo, y, aún ahora, seguía intentando ocultarse de él.

Por el rabillo del ojo observó cómo Jonghyun se acercaba a él, le quitaba la llave inglesa y le lanzaba una mirada de advertencia.
Oh sí, Jonghyun lo sabía. Era lo suficientemente listo para saber que aquello delataría a Minho. Taemin apartó la mirada y cerró los ojos ante la sensación de traición que lo invadió. ¿Se lo había contado a su hermano, pero no a él?

Se giró y cogió un trapo del mostrador para limpiarse las manos.
—Jonghyun, tengo una cita —le gritó—. Regresaré a eso de las cinco.
Tanto Jonghyun como Minho lo miraron, con sendas expresiones neutras. Bastardos.

—Tenemos mucho trabajo atrasado, Tae. —Jonghyun se aclaró la garganta mientras Minho cruzaba los brazos sobre el pecho y le dirigía una mirada ominosa.

—No puedo quedarme. —Se encogió de hombros—. Tengo que ir corriendo a casa a ducharme y luego me reuniré con HeeChul y Lee Joon.

Taemin dejó el paño en el mostrador, sacó las llaves del coche del bolsillo trasero y les dirigió una mirada tensa y una dura sonrisa.

—Estoy seguro de que sobreviviran sin mí.

Joon se había quedado sorprendido cuando Taemin lo había llamado esa mañana para preguntarle si quería ir con Heechul y con él al Mall. Éste se había mostrado cauteloso pero, aun así, había accedido. Era una de las cosas que le gustaban de él. Lee Joon no era ningún estúpido, pero pecaba de ser tan curioso como el demonio.

Taemin se dirigió a su coche, consciente de que Minho lo seguía. Lo alcanzó antes de que él llegara al pequeño BMW Z8 rojo que Minhyuk había reconstruido para él poco antes de salir para su última misión.

Aún tenía el guardabarros abollado tras haber chocado contra la parte trasera del todoterreno de Minhyuk. El cuatro por cuatro todavía seguía guardado en el garaje, sin usar, y Taemin se preguntó si él habría echado un vistazo a aquel vehículo del que se había sentido tan orgulloso. Podría haberlo hecho con facilidad sin que él se enterara. Acababa de llegar junto al coche cuando sintió que Minho lo cogía del brazo, obligándolo a detenerse.

Taemin se quedó sin aliento y cerró los ojos, sintiéndose abrumado por las emociones. Alegría, cólera, pesar y esperanzas. Tantas esperanzas que casi cayó de rodillas. Pero también sentía miedo.

¿Acaso deseaba tanto aquello que estaba viendo sólo lo que quería ver? ¿Una ilusión?

No. No aquello no era una ilusión. Era él.

—¿Por qué te vas? —La voz masculina era áspera y ronca. Le había ocurrido algo en aquella voz con la que había susurrado tan suavemente su nombre.
Pero no era la voz la que reclamaba el alma de Taemin, era al hombre.
El castaño se aclaró la garganta y se giró hacia él, clavando los ojos en su barbilla.

—Ya lo he dicho, tengo cita.—Arrancó el brazo de la mano de Minho antes de mirarle a los ojos, luchando por disimular el asombro que sentía al volver a tener el hombre que amaba de nuevo a su lado.

Taemin quería rodearlo con los brazos y decir su nombre, pero no podía hacerlo.
Sabía lo peligroso que podía ser para Minho, para todos. Pero sobre todo para él. Tenía que existir una razón sólida para que hubiera regresado a él con otro nombre. Minhyuk siempre había sido muy protector, y seguía siéndolo sin importar cómo se llamara. Luchaba por mantener a salvo a sus seres queridos sin importarle el riesgo.

—¿Por qué hoy? —inquirió Minho con voz dura. No quería que se fuera. Quería que se quedara allí, donde podía vigilarlo.

—¿Importa? ¿Hay alguna razón por la que no deba ir?

—Bueno, debería bastarte con saber que ayer intentaron matar a Key —Tenía los labios apretados y sus ojos brillaron al mirarlo con una mezcla de preocupación e ira.

—Lo que le ocurrió a Key está relacionado con lo que te pasó a ti la noche anterior, Minho. No conmigo. Además, se cuidarme solo—le recordó—. No soy un niño indefenso.

Taemin lo vio estremecerse.

—No, pero sí eres un mocoso terco decidido a hacer las cosas a su manera —gruñó Minho.

El menor abrió la puerta del coche antes de volverse hacia él.

—He quedado con Heechul para almorzar y luego iremos de compras. Ahora que tú estás aquí y que el taller va sobre ruedas, creo que puedo tomarme una tarde libre y tener tiempo para mí en vez de andar entre motores y aceite.
¿Te supone algún problema?

Aquellos ojos oscuros brillaron con el deseo que ardía en su interior.

— ¿Un nuevo guardaropa? —-Minho curvó los labios ligeramente.

—Bueno creo que es algo que merezco no? me la paso todo el día metido en ese taller. —Señaló el taller con la mano—. Aunque no puedo negar que prefiero andar entre motores que ir de tienda en tienda. Pero espero relajarme un poco. Tal vez me haga algo en el cabello. —Lo sacudió ante él—. Otro color? —Sonrío divertido ante las muecas disconformes del alto.

Le gustaba que su Minhyuk hubiera regresado, pero no estaba dispuesto a perder la independencia otra vez. Había algunas cosas de las que quería disfrutar y no iba a permitir que aquel hombre se las arrebatara. Sabía que tenía que dejarle en claro que había cambiado, no era el mismo niño “indefenso” que le suponia antes. Ya no.

Minho lo observó y el castaño supo qué iba a decir. El pelinegro cerró los ojos lentamente y cuando los abrió, su expresión era dominante y resuelta. Ser dominante era una nueva faceta de su carácter, o quizá algo que le había ocultado en el pasado.

—Preferiría que esperaras —dijo finalmente—. O que me dejaras acompañarte.

—No necesito ninguna niñera, Minho. —Taemin negó con la cabeza. Necesitaba alejarse de él un buen rato—. Evita las peleas de cuchillos por la noche, y quizá no tengas que preocuparte tanto.

Le había revisado las heridas esa mañana cuando despertaron. Al volver a vendárselas se sintió sorprendido de que no hubiera muerto desangrado mientras lo poseía.

—Tengo que irme. —Se metió en el BMW—. No olvides que el jeep verde debe estar listo para esta tarde. Su dueña tiene que utilizarlo mucho durante los próximos meses y quiero estar seguro de que no la deje tirada.

—Me encargaré de ello —masculló—. Maldición, Taemin! Por lo menos, prométeme que tendrás cuidado.

—Siempre lo tengo. —Agarró el volante y giró la cabeza hacia él, enfurecido—. Eres tú quien no sabe mantenerse alejado de los problemas.

Cerró la puerta, consciente de que podía hacerlo sólo porque el mayor se lo permitía, y luego puso el coche en marcha.

Un segundo después salía del aparcamiento. Miró por el retrovisor y vio que Minho se llevaba el móvil al oído.
Taemin se preguntó quién sería su niñera aquel día.
Minho observó cómo el pequeño BMW aparcaba delante de la casa de dos pisos y cómo Taemin entraba en ella.

Junsu y Yoochun se turnaban para vigilarlo cuando no estaba con él. A Minho no le gustaba en absoluto que estuviera fuera de su vista mucho rato. Y tampoco le gustaba que saliera sin él. Había demasiadas incógnitas en esa misión y muy poca información todavía.

Negando con la cabeza, marcó el número de Junsu y regresó al taller para dedicarse al coche que había dejado a medias.

Eunhyuk era primo de Kyuhyun. Les había llevado el todoterreno cuando averiguó que en los otros dos talleres del pueblo no podían revisar las modificaciones que había hecho en el motor para añadirle potencia y control de tracción.

A Eunhyuk le gustaba ir a las montañas con el cuatro por cuatro y dedicarse a actuar como un condenado loco. Alardeaba de lo bien que se llevaba con el director del banco, su primo, y con uno de las personas más poderosas del pueblo.

Soltando una maldición, Minho echó otra mirada irritada a la casa antes de agarrar un carrito de mecánico. Se tendió sobre él y se metió bajo el todoterreno para ver qué diablos había hecho Eunhyuk el motor nuevo.
Estaba limpio. A Eunhyuk le gustaba mantener el motor limpio y con aspecto brillante. No llevaba demasiado tiempo bajo el vehículo cuando localizó el problema. La linterna que utilizaba iluminó una sombra extraña. La examinó detenidamente y, bajo la potente luz, descubrió algo que a Eunhyuk se le había pasado por alto cuando limpió el motor. Un pequeño cúmulo de barro seco mezclado con algo más oscuro, un trozo de pelo negro y piel arrugada.
Salió de debajo del todoterreno y miró a su alrededor para ver si los demás mecánicos le estaban prestando atención. Se levantó y cogió dos pequeños frasquitos y un cortaplumas de la caja de herramientas junto con otros utensilios que en teoría no debería estar utilizando.

Volvió a meterse bajo el vehículo, raspó las pruebas del motor y las metió en los frasquitos de plástico, los tapó y luego se los guardó en el bolsillo de los vaqueros hasta que pudiera entregárselos a alguno de sus compañeros para que los llevara al bunker.

Donghae era uno de los hombres que estaban en la lista de sospechosos de pertenecer o dirigir a la milicia Black Collar. Poseía contactos y dinero. Y ahora, Minho acababa de relacionar a uno de sus empleados de confianza con las muertes.
Si el ADN se correspondía con alguno de los cuerpos encontrados, tenían alguien a quien vigilar para obtener más información.
Y el peligro aumentaría.

Minho volvió a revisar la parte inferior del todoterreno, buscando más pruebas, y las descubrió en distintas partes del motor que Eunhyuk había pasado por alto.

Estúpido bastardo.

Recogió las pruebas y salió de debajo del vehículo. Ya le encargaría a otro empleado que averiguara si el problema estaba en la potencia o en el control de tracción. Si Eunhyuk creía que los del taller se habían limitado a hacerle una prueba global a su vehículo, cuando lo arrestaran no podría culpar ni a Taemin, ni a Minho.

Ocultando una sonrisa de satisfacción, llamó al mecánico que estaba bajo sospecha y lo puso a trabajar en el todoterreno.
Minho sabía que había encontrado lo suficiente para incriminar al propietario del vehículo, como también sabía que aquel mecánico que ahora trabajaba en él no encontraría el resto de las pruebas que había dejado, pues estaban muy escondidas. Había dejado lo justo para acusar a Eunhyuk cuando lo detuvieran.

Subió al apartamento y clasificó las pruebas antes de envolver los frasquitos en papel y asegurarlos con una goma elástica. Se los volvió a guardar en el bolsillo y regresó al taller.

Aún faltaba algunas horas para que Siwon pudiera salir sin ser visto y dirigirse al bunker. Se acercó al jeep verde y lo examinó con atención, sin quitar ojo al mecánico que trabajaba en el otro vehículo.
Si encontraba algo, Eunhyuk acudiría con rapidez a recoger el todoterreno. Si no lo hacía, el mecánico continuaría realizando su trabajo como hasta ahora, rascándose la cabeza y comprobando la inyección de combustible. Pero las pruebas no estaban cerca de la inyección.

Vio que Taemin salía de la casa. Unos segundos después, el coche de Junsu salía de una calle cercana y lo seguía. Él estaba a salvo, pero le irritaba sobremanera no ser él quien lo vigilara y protegiera.
Negando con la cabeza, volvió a su tarea y devolvió la sonrisa que le dirigía Seungho, el mecánico que estaba arreglando el todoterreno de Eunhyuk. El hombre sacudía la cabeza sin dejar de sonreír, con gesto de compañerismo.

—Siempre se sale con la suya —dijo el mecánico con una risita, tirándose de la sucia perilla que sobresalía en su barbilla—. Aunque no tienes nada que hacer con él.

—Es posible —gruñó Minho—. Pero puedo hacer que contrate a otro mecánico si tú no dejas de perder el tiempo.

Algo brilló en los oscuros ojos de Seungho. Pero asintió con la cabeza lentamente antes de inclinarse sobre el motor y ponerse a trabajar.
Minho no estaba allí para hacer amigos entre los integrantes de la milicia, estaba allí para identificarlos y meterlos entre rejas. Aunque tenía que admitir que Seungho era un buen mecánico cuando quería.

Minho buscó a Siwon con la mirada. El hombre estaba inclinado sobre el motor de un tercer vehículo, mientras otro mecánico trabajaba al lado del mostrador. Siwon no era un tipo sociable. El enorme hombre, con su pelo negro azabache y esos gélidos ojos negros, quizá fuera el más letal de todo el grupo.

Minho miró de nuevo a la carretera apretando los dientes y volvió al trabajo. Había más coches esperando fuera. Siwon parecía atraer a las universitarias. Era evidente que les gustaba su aspecto duro. Además, los amigos de Key también llevaban allí sus coches, al igual que sus padres, y se dejaban caer de vez en cuando para saber cómo iban las cosas.

En el taller las cosas iban desarrollándose a buen ritmo y Minho suponía que irían cada vez mejor. Justo como Taemin querría que fueran.
Lo bastante bien como para que él comenzara a preguntarse cómo iba a conseguir, cuando la misión hubiera terminado, alejarse de nuevo de Taemin. Los miembros del cuerpo de Operaciones Especiales estaban muertos a todos los efectos salvo para los pocos miembros del equipo de SEAL’s con los que él había trabajado. No había posibilidad de renacer. Minhyuk jamás podría volver a Namdong con su Taemin.

Pero alejarse del castaño otra vez iba a resultar imposible.

—Esto es justo lo que necesitamos. Una noche sólo para nosotros. —Heechul se estiró sobre la camilla dejando que unas manos expertas masajearan su cuerpo.

—Una noche sólo para nosotros —gruñó Taemin—. Las recuerdo muy bien. Eran un infierno. Siempre acababa con una horrible resaca después de quedar contigo, Hyung.

Su amigo se rió.

—Estoy harto de quedarme en casa por la noche. Teukie siempre llega tarde, y cuando vuelve, sólo quiere dormir.

Había algo en la voz del mayor, cierto resentimiento que Taemin recordaba haber notado varias veces durante los últimos años.

—¿LeeTeuk y tú no consiguen ajustar las agendas ? —le preguntó.

—La misma historia de siempre. — Agitó la mano con indiferencia—. Pero ahora que has vuelto al mundo de los vivos, he pensado que esta noche sería una buena manera de divertirnos.

Taemin consideró la idea durante un instante.

—Mi nuevo mecánico necesita supervisión —dijo finalmente con sorna—. Y, por supuesto, pienso supervisarlo personalmente.

Lee Joon resopló y Heechul lanzó un gritito.

—Todavía no puedo creer que estés pensando en tener una relación con ese hombre. A Minhyuk le habría dado un ataque, Taemin.

El comentario del rubio mayor fue seguido por un tenso silencio. Heechul había sido amigo suyo y de Minhyuk, pero había tenido más de un encontronazo con éste.

—Minhyuk habría querido que fuera feliz —afirmó Taemin con voz queda.

—¿Con un hombre como ése? —se burló Heechul—. Vamos, estás con él sólo porque tiene unos ojos que te lo recuerdan y la misma actitud dictatorial. A un hombre así no le gusta saber que sólo es la segunda opción. Pronto tendrás problemas.

—Los tendré de todas maneras. —Taemin se encogió de hombros como si aquello no tuviera importancia.

¿Por qué no quería hablar con Heecuhl? ¿Por qué no quería compartir con él la certeza que sentía en su interior? Siempre le había contado todo al mayor y tenía que reconocer que lo había ayudado mucho cuando Minhyuk «murió».

Sin embargo, ahora no quería compartir su alegría con nadie, aunque tenía que reconocer que tenía que morderse los labios para no acribillar a Lee Joon a preguntas, porque sabía, en el fondo de su alma, que tanto Joon como Onew eran partícipes de lo que estaba ocurriendo.

—Te lo dije, libérate de la tensión sexual —masculló Lee Joon desde su camilla al lado de Taemin—. Déjalo disfrutar, Hyung. Estoy seguro de que se sentirá mucho mejor.

El deje divertido en la voz de Lee Joon podría significar cualquier cosa.

—Un día de estos voy a hacerte pagar ese consejo —le advirtió Taemin—. Ese hombre es tan posesivo que conseguirá volverme loco.

Sí, de hecho, ya lo estaba haciendo.

—Minhyuk era una persona de trato fácil. —Heechul suspiró—. Jamás se ponía celoso.

Oh, eso no era del todo cierto, se dijo Taemin para sus adentros. Minhyuk había sido celoso, pero lo había ocultado muy bien, incluso ante él. Había sido cordial, alegre y educado, pero por dentro era un hervidero de emociones. Y los celos habían sido una de ellas. Taemin supo durante años que Minhyuk ocultaba aquella emoción en particular. Se había controlado porque confiaba en él. Porque sabía que no había manera de que Taemin se quedara encerrado en casa estuviera él o no en una misión. Pero el castaño había sentido claramente el eco de sus celos.

—No. El jamás se puso celoso —convino Taemin, sin querer compartir ninguna información con Heechul.

Minho se ocultaba, obviamente, por alguna razón, y Taemin no podía arriesgarse a poner en peligro cualquiera que fuera su misión. Se negaba a arriesgar su vida.

—¿No se parece en nada a Minhyuk? —el rubio levantó la cabeza y buscó los ojos de su amigo.

Taemin le sostuvo la mirada, odiando la sospecha que crecía en su interior. No confiaba en su mejor y más querido amigo. Y eso dolía.

—No —respondió finalmente. Y en cierto modo, era la verdad—. Minhyuk era más fácil de llevar. Era más alegre, más cariñoso. Minho es más intenso y callado. Quizá más dominante.

—Una fiera. —Lee Joon fingió estremecerse-—. Parece como si fuera un salvaje en la cama.

—Oh, cállate —dijo Taemin entre risas.

—¿Es un animal en la cama, Tae? —Heechul se reía disimuladamente.

—Si, lo es —reconoció—. Todo gruñidos y gemidos, y lo que le gusta hacer en la cama es algo...

Lee Joon y Heechul levantaron la cabeza de golpe y lo miraron asombrados.

—¿Desde cuándo te acuestas con él? —Lee Joon arqueó una ceja con fingida sorpresa.

—Está claro que, después de empezar a convivir, todo se vuelve follar y dormir —masculló el rubio.

Les tocó el turno a Lee Joon y a Taemin de mirar fijamente al que venía quejándose. El observado arqueó las cejas varias veces, luego se rió y apoyó la cabeza en la camilla acolchada.
Pero había algo en sus palabras, en su risa, que hizo que Taemin se preguntara si detrás del comentario de Heechul no habría más de lo que dejaba entrever.

Después, la conversación se hizo más ligera. Una vez terminó el masaje, Taemin se vistió y pagó la cuenta. Había almorzado, ido de compras, los masajes, pensó en teñirse el cabello, pero decidió que era mejor dejarlo como estaba. Estaba listo. Por primera vez en muchos años, se preocupó solo por él, reía y se divertía con aquellos dos amigos que siempre lo habían apoyado. Se sentía perfecto, como un amante. Estaba excitado y feliz por las sensaciones y la sexualidad que fluían libremente dentro de él otra vez.

Taemin sentía que el deseo burbujeaba en su interior. Minho era distinto ahora, tenía un lado duro y hambriento que reclamaba aquella parte de él que siempre había refrenado durante su convivencia.

Le decía cosas escandalosas. Era un provocador y conseguía que también él lo fuera. Parecía querer presionarlo, desafiarlo. Le hacía cosas que Taemin jamás le había pedido antes. Porque antes, él había controlado su sexualidad. Su trabajo como SEAL los había mantenido separados durante semanas y cuando él regresaba a casa, Taemin le daba lo que él necesitaba, aunque siempre había sabido que según pasaran los años, esas necesidades irían cambiando. Lamentablemente, no había tenido tiempo para descubrirlo.
Después de despedirse de Heechul, que había aparcado cerca de la entrada, Taemin y Lee Joon caminaron lentamente en silencio. La tensión entre ellos no era hostil, pero estaba presente, espesa y pesada.

—¿Cómo está Minho? —el pelichocolate se metió las manos en los bolsillos del pantalón mientras caminaban y lo miró de reojo con curiosidad—. ¿Están sanando sus heridas?

—Hasta ahora sí. —Inclinó la cabeza y tragó aire. Lee Joon sabía algo, al igual que Onew, y Taemin era muy consciente de ello. Odiaba las mentiras aunque estuviera intentando comprenderlas.

—No le has dicho nada a Heechul sobre el ataque a Minho —señaló Lee Joon—. ¿Por qué?

Taemin se detuvo detrás de su coche y se giró hacia su amigo.

—Porque no quiero delatarlo. Si no saben que está herido, no intentarán atacarlo de nuevo. Al parecer, la gente sólo sabe lo de Key. Heechul me preguntó qué había ocurrido y yo... yo no consideré necesario contarle la verdad.

La astuta mirada de Lee Joon sostuvo la del castaño.

—¿Qué te parecen unas copas de vino y un rato de conversación? —preguntó Lee Joon—. Onew estará fuera de casa hasta mañana y, como dice Heechul, a veces la casa está demasiado tranquila.

Taemin lo dudaba. Observó el aparcamiento un buen rato antes de volverse hacia el otro.

—¿Por qué no vienes mejor a mi casa? —Preguntó a su vez—. Minhyuk tenía unas cuantas botellas de buen vino en el sótano. Podríamos abrir alguna de sus favoritas. —Estaba seguro de que aquello horrorizaría a Minho—. Beberemos y hablaremos mal de los hombres que prefieren abandonarnos por estar haciendo no sé qué diablos! - . rió irónico.

—¿Todavía estás enfadado con él? —inquirió Lee Joon con un destello de curiosidad en los ojos.

—Siempre puedo encontrar una razón para enfadarme con un hombre que me miente —le aseguró el menor—. Está en el reglamento. Está permitido.
Lee Joon curvó los labios y asintió con la cabeza.

—Te seguiré —decidió—. ¿Sabes, Taemin? Tengo el presentimiento de que eres mucho más perspicaz de lo que Onew o Minho quieren admitir. Seguro que eso les hace sentir muy incómodos.

—Es su problema. —Taemin se rió, aunque apretó los dientes al pensar en ello un rato después.

Su objetivo ahora era averiguar con exactitud por qué aquellos dos le mentían. Y si no lo descubría pronto, iba a tener que utilizar la violencia con cierto SEAL mentiroso, dominante y posesivo. Le golpearía con la sartén.



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Espero sus coments!! Nos estamos leyendo Bye bye!!! n_n

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Mensaje por Nina_Lee Sáb Oct 06, 2012 8:22 pm

mio!
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Mensaje por lizzie Sáb Oct 06, 2012 8:40 pm

aparto C:

Hola hola !!!! Awww el capitulo me gusto mucho, taemin ha descubierto a minho, y aunque por ahora guardara las apariencias se que sera un pillo y lo hara sufrir un poquito jejeje, y a key a mi diva hermoso lo ame su orgullo se hizo presente y esperara que jong sea el primero en acercarse aaa son tan divinos, heechul estan alegre y loco creo que por eso me encanta, mori con lo de la sarten me imagine a taemin pegandole a minho jejejeje espero actualices pronto nos estamos leyendo cuidate bye bye C: :MUA:


Última edición por lizzie el Sáb Oct 06, 2012 10:50 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Noreri94 Sáb Oct 06, 2012 9:39 pm

waaaaaaa!!!!!!! Que hermosos, es obvio que solo le falta la confirmación de las personas implicadas pero Lee Joon, sabe que Taemin sabe y Taemin sabe que Joon sabe que él sabe.
jajaja dios este niño, ame la ultima frase.

cito:

Su objetivo ahora era averiguar con exactitud por qué aquellos dos le mentían. Y si no lo descubría pronto, iba a tener que utilizar la violencia con cierto SEAL mentiroso, dominante y posesivo. Le golpearía con la sartén.

dios esa ultima frase le quita la rudeza de la agresividad, casi me puedo imaginar a Tae corriendo detrás de minho por la casa con un sartén en la mano para que después acaben teniendo sexo desenfrenado XD
el sartén es el arma mas poderosa que ha existido (lo aprendió de enredados).


cuidate mucho y sii te acosare para que actualices mucho mucho XD

nos estamos leyendo ♥
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Mensaje por shineebrillosita Sáb Oct 06, 2012 9:44 pm

aparto


aahh.. este capitulo estubo muy bueno cada vez se pone mas interesante..
y eso de que taemin ya sabe realmente quien es minho es bueno asi no tien que sentir culpa al pensar que estaba tracionandolo
jejeje eso de pegarle con el sarten jajaja me muero de la risa solo de imaginarlo bueno espero el siguiente capitulo


Última edición por shineebrillosita el Miér Oct 10, 2012 6:33 pm, editado 1 vez
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Mensaje por gypsy Sáb Oct 06, 2012 10:22 pm

aparrrto ;)
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