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Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Esta es una traducción y adaptación del escrito original de changdictator.
Nada me pertenece salvo la traducción al español.
Anterograde Tomorrow
“JinKi está atascado en las horas mientras JongHyun le ruega a los segundos, porque el tiempo se detiene para alguien que no puede recordar, y huye de alguien que no puede perder el último tren a casa”
PRÓLOGO: MARGARITAS
Nada me pertenece salvo la traducción al español.
Anterograde Tomorrow
“JinKi está atascado en las horas mientras JongHyun le ruega a los segundos, porque el tiempo se detiene para alguien que no puede recordar, y huye de alguien que no puede perder el último tren a casa”
PRÓLOGO: MARGARITAS
La luz del sol se cuela en el sueño de JinKi, se refleja en algo fresco y salado, y quizás envuelve a los talones que se remueven en la suave solapa entre el océano y la playa. Él gira y la arena húmeda se transforma en ropa para frío.
Cuando abre sus ojos, el cóctel de alas de gaviota y los tonos azules son reemplazados por el techo, y unos metros más abajo, una pequeña ventana al final de la estrecha recámara y los tablones de madera astillados debajo de la alfombra desgastada. Es su habitación, aunque no está exactamente igual a como estaba ayer, porque hay notas adhesivas color verde pegadas sobre cada pulgada de cada pared, y que no recuerda haber puesto ahí.
El segundo tapiz es de textos coloreados y diagramas, números y fechas. Una brisa levanta las cortinas y revolotea las notas, tocando una melodía al ritmo de los aplausos del papel regado.
La vista no es familiar pero tampoco extraña, como algo que debió haber ocurrido en una ocasión anterior y se había deslizado a través de su memoria. Quizás ha habido un día entre el hoy y el ayer. Quizás ha habido más de un día. De alguna manera, él no tiene que leer las notas para saber que éstas van a explicar cuántos días han pasado, y qué es lo que debe hacer hoy.
Pero los pequeños manchones de notas amarillas entre las verdes, algunas en el suelo, las paredes y la mesa y una en la almohada junto a la suya, lo impresionan más. La letra es diferente, no hay fechas, sólo palabras.
JinKi se irgue lentamente, alcanzando la mesita de noche mientras se desliza fuera de la cama, como un hábito. La alfombra rizada bajo sus pies desnudos, y el aroma del café preparado a las seis de la mañana en la cafetería del primer piso le endulzan el paladar. Coge la notita amarilla sobre su almohada y la lee: “Tu nombre es Lee JinKi. Tienes pérdida de memoria a corto plazo, amnesia ante-algo, así que no recordarás lo que pasó anoche. Pero déjame ayudarte”.
Y la que estaba en la almohada vecina: “Anoche puse mi cabeza en esta almohada y mis brazos alrededor de tu cintura. Mi nombre es Kim JongHyun. Te digo hyung. Ayer me amabas, y hoy me amarás otra vez”.
Él da un paso hacia atrás, con los ojos abiertos de par en par y la boca rota abierta. Sus talones chocan con otra nota: “Aquí fue donde me desvestiste”.
“Aquí es donde yo te desvestí a ti”, estaba pegada en la pared, justo arriba de una nota verde que dice: “MiJin ya no hace pasteles de arroz ―05/05/2008”.
Unas pulgadas al lado, otra notita dice: “Y aquí te empujé contra la pared y te besé realmente fuerte (Estaba un poco oscuro, más o menos) y pensamos que deberíamos tener sexo”.
Sobre la mesa estaba una: “Aquí te sentaste, dejando tus piernas colgar. Puse una de mis palmas en tu rodilla y tú te inclinaste y me besaste por primera vez”.
Cerca del cobre al pie de la cama: “Hablamos sobre ballet. Tú tarareaste una melodía y mis dedos trazaron un arabesque aquí (porque tu techo es demasiado bajito y preferí no golpear mi cabeza contra él, ¿vale?) aquí, un grand jeté sobre el piso, un foutté en tourant y después un sissonne en el torso de tu mano. Hice un pas de valse veloz sobre tu brazo y sonreíste”.
En la parte trasera de la puerta de su habitación: “Me apoyé en esto y leí tus notas verdes mientras ibas y venías limpiando desastres invisibles. Se me vino a la mente que todas las notas verdes parecían pasto, y el pasto es aburrido sin margaritas. Así que… ¿Espero que te guste el amarillo?”.
Y mientras abre la puerta, un bocadillo le golpea la frente: “Y aquí está Kim JongHyun. ¿No me dices ‘hola’?”.
JinKi alza la mirada, mirando indeciso, escrutando el contorno de la afilada clavícula, la piel bronceada y la quijada definida. Un milímetro por segundo. El impulso de cerrar la puerta y llamar a la policía porque un extraño estaba en su apartamento y este desconocido le había escrito notas espeluznantes, le golpea el rostro.
El pesado pulso y el mareo hacen que su cabeza se llene de lucecitas y se le revuelva el estómago. En serio no puede sentir sus dedos o sus rodillas en esta situación. Pero todo vuelve a su lugar –casi como si estuviera predicho- cuando su mirada encuentra una muda sonrisa y un par de brillantes ojos.
―Hola, hyung ―Dice JongHyun, con las comisuras de sus labios caídas, aunque su expresión aun es suave. Su voz es nueva, sin duda, y JinKi no puede recordar precisamente cuándo la ha escuchado antes, o si alguna vez lo hizo…
Aun así, es casi demasiado natural para reavivar la sonrisa con un pequeño “Hola” y de alguna manera, las sílabas son perfectas en su lengua. Quizás porque él las ha dicho ya cientos de veces. O quizás porque están predestinados.
Cuando abre sus ojos, el cóctel de alas de gaviota y los tonos azules son reemplazados por el techo, y unos metros más abajo, una pequeña ventana al final de la estrecha recámara y los tablones de madera astillados debajo de la alfombra desgastada. Es su habitación, aunque no está exactamente igual a como estaba ayer, porque hay notas adhesivas color verde pegadas sobre cada pulgada de cada pared, y que no recuerda haber puesto ahí.
El segundo tapiz es de textos coloreados y diagramas, números y fechas. Una brisa levanta las cortinas y revolotea las notas, tocando una melodía al ritmo de los aplausos del papel regado.
La vista no es familiar pero tampoco extraña, como algo que debió haber ocurrido en una ocasión anterior y se había deslizado a través de su memoria. Quizás ha habido un día entre el hoy y el ayer. Quizás ha habido más de un día. De alguna manera, él no tiene que leer las notas para saber que éstas van a explicar cuántos días han pasado, y qué es lo que debe hacer hoy.
Pero los pequeños manchones de notas amarillas entre las verdes, algunas en el suelo, las paredes y la mesa y una en la almohada junto a la suya, lo impresionan más. La letra es diferente, no hay fechas, sólo palabras.
JinKi se irgue lentamente, alcanzando la mesita de noche mientras se desliza fuera de la cama, como un hábito. La alfombra rizada bajo sus pies desnudos, y el aroma del café preparado a las seis de la mañana en la cafetería del primer piso le endulzan el paladar. Coge la notita amarilla sobre su almohada y la lee: “Tu nombre es Lee JinKi. Tienes pérdida de memoria a corto plazo, amnesia ante-algo, así que no recordarás lo que pasó anoche. Pero déjame ayudarte”.
Y la que estaba en la almohada vecina: “Anoche puse mi cabeza en esta almohada y mis brazos alrededor de tu cintura. Mi nombre es Kim JongHyun. Te digo hyung. Ayer me amabas, y hoy me amarás otra vez”.
Él da un paso hacia atrás, con los ojos abiertos de par en par y la boca rota abierta. Sus talones chocan con otra nota: “Aquí fue donde me desvestiste”.
“Aquí es donde yo te desvestí a ti”, estaba pegada en la pared, justo arriba de una nota verde que dice: “MiJin ya no hace pasteles de arroz ―05/05/2008”.
Unas pulgadas al lado, otra notita dice: “Y aquí te empujé contra la pared y te besé realmente fuerte (Estaba un poco oscuro, más o menos) y pensamos que deberíamos tener sexo”.
Sobre la mesa estaba una: “Aquí te sentaste, dejando tus piernas colgar. Puse una de mis palmas en tu rodilla y tú te inclinaste y me besaste por primera vez”.
Cerca del cobre al pie de la cama: “Hablamos sobre ballet. Tú tarareaste una melodía y mis dedos trazaron un arabesque aquí (porque tu techo es demasiado bajito y preferí no golpear mi cabeza contra él, ¿vale?) aquí, un grand jeté sobre el piso, un foutté en tourant y después un sissonne en el torso de tu mano. Hice un pas de valse veloz sobre tu brazo y sonreíste”.
En la parte trasera de la puerta de su habitación: “Me apoyé en esto y leí tus notas verdes mientras ibas y venías limpiando desastres invisibles. Se me vino a la mente que todas las notas verdes parecían pasto, y el pasto es aburrido sin margaritas. Así que… ¿Espero que te guste el amarillo?”.
Y mientras abre la puerta, un bocadillo le golpea la frente: “Y aquí está Kim JongHyun. ¿No me dices ‘hola’?”.
JinKi alza la mirada, mirando indeciso, escrutando el contorno de la afilada clavícula, la piel bronceada y la quijada definida. Un milímetro por segundo. El impulso de cerrar la puerta y llamar a la policía porque un extraño estaba en su apartamento y este desconocido le había escrito notas espeluznantes, le golpea el rostro.
El pesado pulso y el mareo hacen que su cabeza se llene de lucecitas y se le revuelva el estómago. En serio no puede sentir sus dedos o sus rodillas en esta situación. Pero todo vuelve a su lugar –casi como si estuviera predicho- cuando su mirada encuentra una muda sonrisa y un par de brillantes ojos.
―Hola, hyung ―Dice JongHyun, con las comisuras de sus labios caídas, aunque su expresión aun es suave. Su voz es nueva, sin duda, y JinKi no puede recordar precisamente cuándo la ha escuchado antes, o si alguna vez lo hizo…
Aun así, es casi demasiado natural para reavivar la sonrisa con un pequeño “Hola” y de alguna manera, las sílabas son perfectas en su lengua. Quizás porque él las ha dicho ya cientos de veces. O quizás porque están predestinados.
- LEE ESTO ANTES DE COMENTAR:
- Lol, largo de explicar, así que lo resumo: Es un fanfic KaiSoo, HERMOSO. Bueno, me enamoré, lloré, grité, bendije, maldije y reí. Simplemente lo amé demasiado, y quise compartirlo aquí. Disculpen las incoherencias como Jjong bailando ballet, aunque no es tan difícil de imaginar si eres bueno en ello xd' Gracias y recuerden que NO es mío. Se trata de un THREESHOT, y empezaré a compartirlo aquí; recuerden visitar el original si les gusta la trama ^^
LiaOlmu
Choi MinHo ♥ Onew ♥ Omma Hana ♥ Sheila
527
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Me recordó a una película de Adam Sandler y Drew Barrymore '50 first dates' ;______; pero, ¿qué te digo? Me ha encantado. La narración es muy buena y todo fue tan tierno -a pesar de lo del sexo- jajaja me encantó, y me pude imaginar muy bien a Jjong con los pasos de ballet :DDDD
Quiero más, definitivamente será genial... estaré esperando ansiosa por los capítulos <3
Gracias por traducirlo ^^
Quiero más, definitivamente será genial... estaré esperando ansiosa por los capítulos <3
Gracias por traducirlo ^^
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Sinceramente... estoy sin palabras.
Tal vez por que EXO no me llama la atención no terminé de leerlo anteriormente, pero vamos, de autora a autora sabemos que lo la razón por la que leemos y escribimos es debido a la trama. Aunque acepto que viniendo de SHINee terminé aceptando, pero esa es otra historia.
No sé que decir, tengo una mezcla de sentimientos. ¿Debería llorar o no? ¿Debería decir "Qué lindo~" o "Que triste..."? "¿Pasarán cosas así en la vida real?" "Debe ser duro..." Simplemente no sé que pensar...
Esperaré por la actualización nena, debes avisarme ¿ok?
Se siente lindo leerte nuevamente, aunque no es tuyo, pero me siento bien por acá.
Tal vez por que EXO no me llama la atención no terminé de leerlo anteriormente, pero vamos, de autora a autora sabemos que lo la razón por la que leemos y escribimos es debido a la trama. Aunque acepto que viniendo de SHINee terminé aceptando, pero esa es otra historia.
No sé que decir, tengo una mezcla de sentimientos. ¿Debería llorar o no? ¿Debería decir "Qué lindo~" o "Que triste..."? "¿Pasarán cosas así en la vida real?" "Debe ser duro..." Simplemente no sé que pensar...
Esperaré por la actualización nena, debes avisarme ¿ok?
Se siente lindo leerte nuevamente, aunque no es tuyo, pero me siento bien por acá.
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
“Tu nombre es Lee JinKi. Tienes pérdida de memoria a corto plazo, amnesia ante-algo, así que no recordarás lo que pasó anoche. Pero déjame ayudarte”.
Lo pusiste en facebook con KaiSoo verdad? Recuerdo haberlo leído con sus nombres *w*
Dios, gracias por traducirlo/adaptarlo~ se ve que esta genial *w*
Tiene mucho que no entro al foro a leer nada >oGracias por la etiqueta y así xD
Me alegra que ganara el Jongyu *w* xDD
Aunque me gustaria leerlo como KaiSoo ;A;
Bueno, espero el capitulo que viene e.e
Bye~
Lo pusiste en facebook con KaiSoo verdad? Recuerdo haberlo leído con sus nombres *w*
Dios, gracias por traducirlo/adaptarlo~ se ve que esta genial *w*
Tiene mucho que no entro al foro a leer nada >oGracias por la etiqueta y así xD
Me alegra que ganara el Jongyu *w* xDD
Aunque me gustaria leerlo como KaiSoo ;A;
Bueno, espero el capitulo que viene e.e
Bye~
Aby_LAsia
Taemin & Jonghyun & Onew & Key & Minho XD
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Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Te seré sincera, vi JongYu y no pude evitar pasar. Comencé a leerlo y no me pareció muy interesante, por lo que lo guarde en mi carpeta infinita para leer jiji.. pero esta vez leí los comentarios antes.. FabMin y Mizore-chan lo comentaron.. debe ser bueno, no? Entonces recordé que tu escribes así.. Oh my gosh *O* Y este fanfic, a pesar que no es tuyo.. fue buenisimo~ simplemente lo ame.
Es una pena que dure tan poquito, tengo una leve adicción a los fanfics largos.
Gracias por traducirlo ;3 & me avisas cuando actualices? Por favor
Cuídate mucho~
Es una pena que dure tan poquito, tengo una leve adicción a los fanfics largos.
Gracias por traducirlo ;3 & me avisas cuando actualices? Por favor
Cuídate mucho~
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
FabMin escribió:Me recordó a una película de Adam Sandler y Drew Barrymore '50 first dates' ;______; pero, ¿qué te digo? Me ha encantado. La narración es muy buena y todo fue tan tierno -a pesar de lo del sexo- jajaja me encantó, y me pude imaginar muy bien a Jjong con los pasos de ballet :DDDD
Quiero más, definitivamente será genial... estaré esperando ansiosa por los capítulos <3
Gracias por traducirlo ^^
A mí también me la recuerda, pero sólo hay una cosa en común. Hahaha espero que sí, es difícil traducir del inglés al español, y más cuando la narrativa de la autora es tan poética ;^; no puedo conservar al 100% el sentido de las frases en inglés, pero espero que sea lo suficientemente entendible, gracias amor ~ Ojalá te guste.
Mizore-chan escribió:Sinceramente... estoy sin palabras.
Tal vez por que EXO no me llama la atención no terminé de leerlo anteriormente, pero vamos, de autora a autora sabemos que lo la razón por la que leemos y escribimos es debido a la trama. Aunque acepto que viniendo de SHINee terminé aceptando, pero esa es otra historia.
No sé que decir, tengo una mezcla de sentimientos. ¿Debería llorar o no? ¿Debería decir "Qué lindo~" o "Que triste..."? "¿Pasarán cosas así en la vida real?" "Debe ser duro..." Simplemente no sé que pensar...
Esperaré por la actualización nena, debes avisarme ¿ok?
Se siente lindo leerte nuevamente, aunque no es tuyo, pero me siento bien por acá.
Precisamente por eso decidí adaptarlo. Sé que muchas dirán "Arg, qué molesto, no me gusta nadie de EXO, ni siquiera sé quién es quién, y Kaiso, ¿qué carajos es eso?" pero la historia es demasiado hermosa como para no conocerla. Tú sabes que pocos escritos me enloquecen, pero perdí el juicio totalmente por este. La trama es tan exquisita que de sólo pensarla me dan ganas de llorar. Ojalá te guste ~
Aby_LAsia escribió:“Tu nombre es Lee JinKi. Tienes pérdida de memoria a corto plazo, amnesia ante-algo, así que no recordarás lo que pasó anoche. Pero déjame ayudarte”.
Lo pusiste en facebook con KaiSoo verdad? Recuerdo haberlo leído con sus nombres *w*
Dios, gracias por traducirlo/adaptarlo~ se ve que esta genial *w*
Tiene mucho que no entro al foro a leer nada >oGracias por la etiqueta y así xD
Me alegra que ganara el Jongyu *w* xDD
Aunque me gustaria leerlo como KaiSoo ;A;
Bueno, espero el capitulo que viene e.e
Bye~
Sip, ahí empecé con mi locura ;^; Es una historia preciosa, creo que nunca me cansaré de decirlo. Omg, eres KaiSoo shipper? De hecho estaré publicando la traducción en mi blog personal, con la versión original (KaiSoo), por si gustas leerlo ahí también ;3 Puedes ir, el link está en mi firma. Gracias ~
Mixool escribió:Te seré sincera, vi JongYu y no pude evitar pasar. Comencé a leerlo y no me pareció muy interesante, por lo que lo guarde en mi carpeta infinita para leer jiji.. pero esta vez leí los comentarios antes.. FabMin y Mizore-chan lo comentaron.. debe ser bueno, no? Entonces recordé que tu escribes así.. Oh my gosh *O* Y este fanfic, a pesar que no es tuyo.. fue buenisimo~ simplemente lo ame.
Es una pena que dure tan poquito, tengo una leve adicción a los fanfics largos.
Gracias por traducirlo ;3 & me avisas cuando actualices? Por favor
Cuídate mucho~
Lol, espero que no termines decepcionada porque yo les puse una pistola en la imagen de perfil para que comentaran (?) Ok no xD ~ Ojalá te guste *^* la historia es HERMOSA, a mi me ha dejado con la mente en blanco. Ojalá te guste *^*
LiaOlmu
Choi MinHo ♥ Onew ♥ Omma Hana ♥ Sheila
527
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Esta es una traducción y adaptación del escrito original de changdictator.
Nada me pertenece salvo la traducción al español.
Anterograde Tomorrow
PRIMERA PARTE: PERDIDO Y ATASCADO
Nada me pertenece salvo la traducción al español.
Anterograde Tomorrow
PRIMERA PARTE: PERDIDO Y ATASCADO
JinKi tiene un álbum de recortes con rostros y fechas. Un collage de fotografías polaroid con pequeñas frases inscritas debajo. Éste es KiBum, el nuevo camarero que hace el turno de los jueves por la noche (6 de junio del 2010); aquí está Minho, pidiendo un raspado azul con whisky todos los domingos (19 de diciembre del 2009); allá está Taemin, pero se mudó (6 de julio del 2008). Es un resumen de Lee JinKi: Vecinos, conocidos, viejos amigos, nuevos desconocidos, presentados con precisión militar.
Cerca del final, está la fotografía de una figura encorvada, apoyada en una pared de ladrillo, con una rodilla flexionada y la otra sosteniendo todo su peso. Un cigarrillo descansa perezosamente entre unos largos y esbeltos dedos. Hay fantasmas grises monocromáticos a lo largo de su rostro y remolinos de humo blanco en los extremos de sus labios, difundiéndose a través del cabello y rociándose de llovizna en una extraña sensación de soledad.
Dos palabras borroneadas debajo: Vecino, fumador.
~*~
El diario tiene fecha del 12 de julio del 2012. Pero más que el hecho de que JinKi puede jurar que apenas era 24 de noviembre del 2008 ayer, su camiseta ocupa una buena parte de la foto en la primera página. Su camiseta favorita. La que había recibido por ser el empleado de la semana, con un logo de Pororo torcido y cosido a mano, mostrado en toda su gloria en la fotografía de portada.
Rápidamente después de escrutar sobre los titulares de “Desorden masivo en el centro de Seúl causado por una lluvia de dinero”, JinKi se centra de nuevo en la imagen. Es sin duda su camiseta, la que está usando en este momento y con la que se levantó de la cama hace veinte minutos, de hecho. Más precisamente, la que no puede recordar haber llevado puesta en algún lujoso ático, donde fue tomada la fotografía aparentemente.
De acuerdo al artículo: “El estimado novelista, Kim JongHyun, acaba de ser liberado bajo fianza por atentar contra el orden público, después de arrojar, literalmente, una tormenta de cientos de miles de billetes por la ventana de su apartamento en Seúl junto a un cómplice innombrable. Llamándola una ‘demostración de confeti de un billón de wons’, causó el embotellamiento más grande en la historia de Seúl, bloqueando completamente las calles en un radio de dos kilómetros, mientras los residentes de la ciudad corrían para atrapar el dinero”.
Pero según JinKi, mientras empuja el periódico debajo de la nariz de MinSeok:
―El diario nacional hace bromas realmente elaboradas últimamente… ¿pero de dónde sacaron mi camiseta?
MinSeok frunce el ceño al ver el artículo, y lo hace más al ver a JinKi, y después, cuando mira hacia el otro extremo de la barra. JinKi está demasiado ocupado re-leyendo el artículo y checando por segunda vez su camiseta como para notar o dar por hecho que hay alguien excepcionalmente bien vestido sentado frente a los ojos abiertos de par en par de MinSeok, alguien que esconde una divertida mueca sobre los labios detrás de su vaso con whiskey.
~*~
Se encuentran por primera vez, cree JinKi, en el elevador. Es un viernes por la mañana, trece de julio, a una hora en que el mundo funciona con inciertos postes de luz, aullidos ebrios y el golpe ocasional de las risas. Sólo están ellos dos a esta hora, y una especie de incómodo silencio.
Apenas regresando del bar, JinKi intenta luchar contra el cóctel de humo metálico y el espeso aroma del alcohol atrapado en su cabello. Los últimos rizos del saxofón se anidan sobre sus dedos y el golpeteo del cinquillo permanece bajo su piel, pero nada de esto es suficiente para llenar el abismo que se interpone entre él y ese desconocido.
El extraño, con un cigarrillo apagado entre los dientes, se voltea primero. Las luces poco halagadoras del ascensor lo envuelven en un amarillo ictérico, y un pesado velo de aletargamiento; JinKi se pregunta, con el cinquillo aún golpeando sus venas, si la piel del hombre es tan plástica como parece.
―Calor. El clima. Hace calor ―Le dice el hombre, ofreciéndole una mano que JinKi toma con vacilación. Su agarre es sorprendentemente frío, con dedos largos y uñas cortas y filosas, la piel curtida estirada sobre los demacrados nudillos.
―Uhm… ―JinKi se resiste tan pronto como pilla al desconocido escrutando los agujeros en su rostro. El apretón de manos se siente más como una acción planeada que como un saludo brusco de repente. Más aterrador que tenso, y más terrible que incómodo.
Entre los crujidos del piso del ascensor y el parpadeo de la bombilla eléctrica, la voz de JinKi sale como un chillido dos tonos más alto a como se supone debe de ser ―Sí, hace calor esta noche.
El desconocido no dice nada. En cambio, se apoya de espaldas contra las paredes del elevador y observa, parpadeando, de arriba abajo la longitud de la figura de JinKi.
Es el tipo de mirada que hace que JinKi se oculte en su chaqueta, aunque una capa delgada de cachemira hace poco por esconderlo de aquél escrutinio evidente.
El tiempo se detiene en los dedos de sus pies hasta que la puerta se abre, cuando JinKi suelta una bocanada de aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.
Justo más tarde, después de que JinKi ha recorrido su camino hacia el pasillo del apartamento y notó que el desconocido había ido tras de él, se da cuenta de que probablemente no es la primera vez que se han encontrado.
― ¿Te conozco de algún lado? ―Pregunta finalmente, con su inquieta voz resonando por los largos pasillos. El desconocido se ha detenido en la puerta vecina, haciendo girar un llavero con el dedo índice. Un claro de luz plateada por la luna se abre paso por el enrejado, y algo brilla en su traje. JinKi nota un par de collares, brillantes y con lujosa apariencia, demasiado caras como para pertenecer a alguien que viviera en este tipo de residencia.
― ¿En serio? ―Los labios del desconocido se convierten en una lenta sonrisa ladeada.
JinKi recoge las pelusas de su bolsillo. No recuerda haber visto el rostro del desconocido en el libro de recuerdos anterior. Pero quizás se saltó una página. Le ha pasado antes. Se apresura a tomar su mochila, y es detenido por una carcajada.
― ¿Así que lo de la amnesia no era una broma?
― ¿Perdón?
―Interesante. Genial. En serio. ¿Qué es lo último que recuerdas haber hecho? ―Le interrumpe el extraño, sin prisa aparente mientras se desploma contra su puerta y señala la forma en que JinKi está hurgando en la cerradura.
Incluso en la oscuridad, el resplandor de sádica diversión en su brillante sonrisa es diferente. Le hace ver mayor de lo que parece, casi tan triste también.
JinKi lo piensa tanto que se olvida de responder, y cuando se da la vuelta otra vez, el desconocido ya no está.
~*~
Se encuentran por primera vez, de nuevo, en las escaleras. El sol de asoma un lunes. Una ráfaga de verano se lleva lejos los últimos rayos de luz de luna. JinKi corre hacia la planta baja por su trabajo en la fábrica, y el hombre con su cigarrillo apagado hace su camino hacia la planta alta. Sus miradas chocan, y tal vez sus hombros se rozan. Y eso es suficiente para que JinKi se congele a medio paso.
Pero el hombre no gasta ni un segundo para reconocer la mirada atónita de JinKi. Él simplemente sigue subiendo, resollando y jadeando, con el rostro pálido y perlado por el sudor. JinKi observa sus piernas tambaleándose a cada paso, como si ya no fueran lo suficientemente fuertes para soportar el invisible y enorme peso sobre sus hombros. Como si fuera a derrumbarse con el menor cosquilleo o una brisa. Es casi asombroso como su espalda parece rota desde éste ángulo, todas als telas hundiéndose sobre el filo de sus huesos, con ángulos puntiagudos y líneas demacradas. Piensa a medias el tomarle una foto a este hombre, pero JinKi no sabe cómo la etiquetaría, y además, va tarde al trabajo, por lo que sigue su camino.
Para JinKi, los veranos en los suburbios de Seúl están hechos de voces estilo mezzo tejiéndose entre la noche, cajas de cartón de juguetes abandonados que se arrastran por bandas mecánicas, granizadas de frijoles rojos y periódicos arrugados bajo suaves besos de crepúsculo. Hay más páginas en su álbum de recortes ahora. Su vida está aumentando con columnas de notas negras; KiBum y Minho ahora son más que amigos, MinSeok ha encontrado un nuevo tono, hay un desconocido viviendo en el apartamento vacío de la izquierda, y puede que hayan hablado antes.
~*~
Se conocen por primera vez, por última ocasión, cuando JinKi abre la puerta y se encuentra cara a cara con unas enormes pupilas dilatadas.
―Hola ―El hombre sonríe con un cigarrillo flotando lánguidamente por la comisura de su boca ―Mi nombre es JongHyun. Soy un escritor. Novelista. Me mudé a la casa de al lado hace una semana. Por el bien de la inspiración, el arte, para descubrir la pobreza y evadir a la prensa en mí casa, etcétera. El punto es: Hemos hablado antes. Dos veces.
―Oh ―JinKi vuelve a caer inmediatamente en su respuesta habitual ―Lo siento, tengo amnesia anterógrada, así que…
―No me recuerdas. Lo sé. Olvidas todo al final de cada día, así que no me recordarás mañana ―JongHyun da un paso hacia atrás, sacando una llama de su encendedor, toma una profunda calada a su cigarrillo y deja que el humo viscoso escape de sus blancos dientes―. De todos modos, escucha: Necesito enviarle un manuscrito a mi editor, Oh SeHun, si lo conocieras sabrías la gran mierda que es, pero el punto es: Si no le envío algo dentro de un mes, me dará lata como el buen imbécil que es… Y, para ser honesto, me quedé sin ideas. Aunque no de verdad. Tengo una idea. Y esa idea involucra…
No es hasta que JinKi tose el humo ingerido que se da cuenta que no había estado respirando durante todo el rato.
―Uhm… Sí, ¿Involucra qué?
―A ti ―Sonríe JongHyun.
Lo que pasa con la sonrisa de JongHyun es que sólo su boca se alza, así que todo lo que JinKi ve es una hermosa imagen de lujosas camisas almidonadas y una sonrisa miserable. Los más bellos adjetivos que salpican un alma abandonada, los más delicados epítetos que cruzan un corazón cerrado.
JinKi escribe debajo de la fotografía polaroid que toma de JongHyun esa noche: Éste es JongHyun, nuevo vecino, novelista, sonrisa triste (17 de julio del 2012). Tendremos entrevistas, quiere escribir un libro sobre mí.
~*~
Durante la cena del miércoles, JinKi decide que a pesar de que sus rituales diarios son simples y repetitivos, es mejor así. Su memoria no dura lo suficiente como para mantenerse al día con cambios a largo plazo, y no es como si pudiera cansarse de hacer algo que no puede recordar haber hecho, en todo caso.
― Entonces, ¿Qué es lo que haces? ―JongHyun le interrumpe, con un lapicero escondido detrás de la oreja y otro entre sus dedos.
JinKi le dice que trabaja en la fábrica de juguetes aledaña, de nueve a cinco, pegando pequeños ojos brillantes de mármol sobre peluches de dibujos animados. Un respiro de artificialidad para la chispa de la vida. El trabajo es únicamente para soporte financiero, aunque JinKi piensa que podría haber crecido apegado a sus compañeros de trabajo y al relleno de los juguetes, los suaves tejidos y las sonrisas siempre alegres. El trabajo le da lo suficiente para el alquiler y sus necesidades. Aun así, está muy bien porque cuando dan las siete todo se arregla. A las siete, se dirige al bar para atender fugaces melodías de su alma. Técnicamente, la hora se trata de recoger modestamente los cambios bajo el caos de embriaguez, pero para JinKi, se trata de moldear palabras como por arte de magia, dar boqueadas de humo y sacudirse con la música con los ojos cerrados y dar respiros tenues como los círculos en la alfombra. Se trata de musas deslizándose por sus dedos y encrespándose alrededor de sus dedos. Cuando dan las siete, se trata de pasión. De un sueño.
JinKi deja que los doscientos seis huesos de su cuerpo caigan en su propio sitio mientras respira.
―Podría ser mediocre, supongo. Pero es difícil sentir la mediocridad cuando en realidad nunca la has sentido. Sentirse vivo, es a lo que me refiero.
―Así que, ¿Eres como un cadáver andante?
―Más bien como un fósil andante.
MinSeok, su amigo de la infancia y compañero cantante en el bar, siempre bromea diciendo que como el tiempo se ha detenido hace cuatro años para JinKi, debe ser un veinteañero eterno. Pero en realidad no es una broma, y la gente ha dejado de reírse por eso desde hace mucho tiempo.
―Creo que es gracioso ―Remarcó JongHyun, dejando caer la colilla del cigarrillo en la cerveza antes de tomar un significativo sorbo. JinKi no intenta preguntarse a qué sabe, la nicotina y el tabaco ahogándose en la bebida burbujeante. En cambio, se asoma por encima del bloc de notas de JongHyun y se percata de las pequeñas líneas negras ilegibles que se extienden por los bordes. JongHyun explica que es para el libro que está escribiendo, el romance de un hombre que se olvida a sí mismo cuando termina el día. JinKi se pregunta qué hay de romance en eso. JongHyun le dice que no se preocupe, que los escritores son farsantes certificados, que con sólo matar a alguien harán que sea romántico.
Se encuentran por segunda vez hace veinte minutos, cuando JongHyun golpeó la puerta de JinKi con un six-pack de cerveza y un cigarrillo entre los flácidos dedos.
―Hola, soy JongHyun, tu nuevo vecino. Nos hemos conocido antes… ―Y a este punto, JinKi tomó su libro y JongHyun comentó―. Estoy en la última página, creo. Soy el que está vestido de traje.
JinKi observa la fotografía y después a JongHyun, y entonces, veinte minutos después, aquí están: sentados en la escalera de emergencia, hablando sobre filosofías y grandes romances poco ideales que JinKi no puede mantener en su cabeza. Sus nudillos y hombros chocan, lo que hace que JinKi se sienta incómodo, y más que eso, a JongHyun no parece importante. De hecho, a JongHyun no parece importante nada.
―¿Qué quieres decir con que es divertido?
―Más importante que eso, ¿Cómo se siente ser un eterno veinteañero?
JinKi contempla la respuesta.
―Bien.
―Pero, ¿No es tan terrible? Estás atrapado en el tiempo, pero el tiempo sigue corriendo. No puedes recordar a las personas que vienen o se van. El mundo disminuye a tu alrededor mientras estás atascado en el centro. Todos tus viejos amigos se van o mueren, y no puedes hacer nuevos. No puedes amar. No puedes odiar.
―¿Entonces por qué es tan divertido?
―Es tan triste que causa gracia―JongHyun se encoge de hombros― La gente tiende a sentir lástima por aquellas pobres almas libres como tú. Llevando sobre sus hombros una carga más grande que la vida, pocas ambiciones. Es como ver a una hormiga morir debajo de una lupa, y chillar de alegría por la tristeza de todo eso. Es muy gracioso. Bueno, quiero decir, yo trabajo explotando este tipo de historias, pero aun así es divertido.
JongHyun sacude la colilla de su cigarro y miran juntos las cenizas caer tres pisos por las escaleras. Corre una brisa. JongHyun inhala el verano y exhala toxinas. JinKi juega con sus pies y los pequeños trozos de óxido en la escalera metálica antes de decir, con decisión, algo que no está tan seguro de haber querido decir.
―Suenas tan miserable.
―Todos los novelistas lo somos.
―¿Es por eso que fumas tanto?
JongHyun escribe: “Inexplicablemente buen samaritano y entrometido por consiguiente” en la columna de rasgos personales. Pretendiendo no haber visto, JinKi le da un codazo para que le responda hasta que JongHyun accede con desdén:
―No necesitas saberlo. ¿Por qué no hablamos más sobre cómo te mantienes al tanto…?
―No― JinKi dice firmemente― No, yo quiero saberlo.
―Mira, el libro se trata de ti…
―Esta conversación es sobre nosotros.
Agachando la cabeza, JongHyun murmura algo sobre patadas en el trasero antes de levantar la cabeza con una vacía sonrisa que revuelve el estómago de JinKi.
―Okay, sobre nosotros.
―No lo voy a recordar mañana, de todas formas ―Le recuerda JinKi.
Ahuecando las mejillas con el cigarrillo en los labios hasta que el pequeño destello naranja desaparece, JongHyun deja que las palabras fluyan con blanca vehemencia.
―Te diré lo que me hace miserable― JongHyun mira algún punto en la distancia, y es entonces cuando todo se desmorona ―Tengo fibrosis pulmonar idiopática. Significa que mis pulmones se están ahogando en moco. Me estoy muriendo. Eso es lo que me hace jodidamente miserable, ¿de acuerdo?
El ruido de los vendedores ambulantes, el tráfico y los niños jugando de repente se vuelve insoportablemente ligero. JinKi observa sus nudillos y siente cómo la sangre le enrojece el rostro.
―Lo-lo siento. No sabía que te estabas…
―En otras palabras, Dios me está sofocando en cámara lenta. En tres años, mi corazón estará enloquecido tratando de bombear la cantidad suficiente de oxigeno a mi cuerpo. Mis órganos van a fallar. Comer será imposible porque, ¿Cómo comes mientras respiras a través de tubos? ¿Y me preguntas por qué fumo? ¿Por qué fumo? ¿Por qué? ―JinKi nota sus nudillos quedarse sin sangre. Quiere que esto termine. Está arrepentido. Lo siente mucho y no comprende… Pero JongHyun no quiere que lo comprenda, en realidad―. Fumo para morir más rápido. Fumo para que cuando esté sedado en la camilla del hospital, me vaya tan rápido como un zumbido, y no tan lento como un silbido― JongHyun asiente con la cabeza, hablando sobre la miseria con un discurso color gris―Pero esto no es divertido, ¿Sabes? Esto es simplemente triste. Soy la mierda más triste en este planeta. Miserable, ¿No es así? ―Y un alarido de seca risa acentúa su ira en blanco y negro ―No, sólo estoy jodiéndote. Es gracioso. Es curioso porque mi vida está llena de esto: Crees que estás escapando, hasta que escapas de ti mismo. Veintitrés años después, resulta que el camino más largo es el camino más corto a casa, y he estado corriendo en círculos desde el primer momento. Qué alboroto, ¿eh?
Ninguno de los dos se ríe, aunque JongHyun inhala cuando JinKi termina las cosas finalmente con un amable:
―Lo olvidaré mañana.
Su entrevista los entretiene hasta que dan las siete. JinKi canta hoy, como cualquier noche, pero las palabras y las melodías están saliendo de su boca y no de su corazón; y lo único que puede recordar es humo. El dolor líquido filtrándose entre las cicatrices de JongHyun.
Se va a su casa pasada la media noche, y pega una nota en la pared. Una amarilla en el centro de todo, para no perderla mañana: “Agarra un juguete del trabajo y déjalo frente al apartamento de al lado (19 de julio del 2012)”.
~*~
JinKi llega a casa del bar, dos días después, para encontrar un peluche de Pororo en su puerta. Es el mismo juguete que hace en el trabajo, y si mira fijamente, puede estar casi seguro de que fue él quien pegó los ojos porque es el único que maneja el pegamento de esa manera. Hay una tarjeta de agradecimiento debajo de Pororo que dice, en furiosa tinta negra: “La compasión es jodidamente cara para alguien a quien no le puedo importar”.
No tiene idea de lo que esas palabras significan, pero el retorcijón en su corazón es demasiado fuerte como para pasar desapercibido. Repentinamente, todas las melodías y ritmos se desvanecen con un silencio sobrecogedor. Más agrio que la decepción, más amargo que la soledad.
Esta noche, el apartamento de al lado es un hervidero de estridentes risas que suenan casi como sollozos. Una multitud de voces y conversaciones, vagos gritos de LuHan, JongHyun y SeHun debajo del medio zumbido de botellas de whisky y vodka que nunca se vacían. Al pasar para sacar la basura, JinKi vislumbra tres rostros hermosos que flotan más allá de las cortinas, entre un fuerte resplandor de luces, el aroma acre del alcohol, el agua de colonia y la lujuria.
Su propio apartamento luce particularmente desolado a estas horas. Se hunden en penumbras todas las paredes y rincones. Él re-escribe todas sus notas en unas color verde en lugar de azul, y el viernes pasa con el silencioso golpeteo de las plumas de gel contra el papel de neón.
~*~
Aunque técnicamente JinKi no recuerda haber conocido al escritor que inhalaba el que debía ser el cigarrillo número cincuenta de la hora, la tarjeta en sus manos dice que deben tener entrevistas regulares. Más que las tarjetas, él sabe que se han encontrado antes. Y la idea no es sorprendente –nada lo es en realidad-, tal vez debido a la sucia neblina provocada por el humo del cigarrillo que saca todo de contexto: Las tazas de café, las húmedas ventanas, los bordes deshilachados y alquitranados del cuaderno del escritor; todo se retrasa, embute todas las luces en resplandor y convierte todas las esquinas en curvas.
El escritor fuma apresuradamente, y JinKi siente la vacía y extraña sensación de que lo está observando. Es como si algo se quebrara lento, profunda e irreversiblemente en su interior.
La cafetería durante la tarde del 21 de julio se convierte en un quedo rumor por el tintineo sordo de las tazas de porcelana, el zumbido continuo de los cansados estudiantes, y el murmullo de la crema batida de los cappuccinos. No es especialmente fuerte, pero el ruido es similar al de alguien atrapado en arenas movedizas, ahogándose lentamente sin dejar nada salvo yemas heridas y burbujas de aire explotando en la superficie.
JinKi se medio pregunta si todos los escritores tienen ese aspecto o no, con círculos oscuros alrededor de los ojos, con tez amarillenta mezclada con blancura, y ocasionales ceños fruncidos. La pregunta se derrumba tan pronto como el escritor apaga su cigarrillo y atrapa la mirada de JinKi. Sólo hay una larga y firme línea entre un par de ojos y el otro.
― ¿Estás bien? ―Le exige saber enérgicamente el escritor, quien se presentó como JongHyun. JongHyun no parece tener tiempo o paciencia suficientes para aceptar alguna otra alternativa, así que JinKi sólo asiente con la cabeza:
―Sí, estoy bien.
―Cuéntame acerca del accidente de hace cuatro años. O bueno, de ayer, si es así como lo recuerdas ―Le ordena JongHyun. Hay una pizca de ansiedad en su voz. JinKi no puede evitar el notar el terrible vendado sobre sus nudillos. Así como las manchas color morado verdoso alrededor de su muñeca. Y de pronto se pregunta si el tener los ojos furiosos y los nudillos ensangrentados tiene algo que ver con ser escritor, y se estremece inconscientemente.
―Sólo fue un típico accidente ―Dice JinKi. A pesar de que no recuerda que los días hayan pasado de esa noche en especial, de alguna manera, ya no registra el impacto―Volvía a casa desde la fábrica… En la que estoy trabajando justo ahora, fui atropellado por un camión de frutas. Llevaba manzanas. De las rojas.
―¿Siempre has trabajado en la fábrica?
―Desde que tenía dieciocho años. Entré apenas terminé la preparatoria. Mi mamá falleció y mi padre estaba enfermo, así que tenía que pagar las…
―Sí, vale ―Le interrumpe JongHyun. JinKi puede ver esa mirada de exasperación en su rostro, y quiere protestar, y no, no es sólo otra típica historia triste sobre un niño jugando a ser héroe. Es una historia sobre familia, calidez y galletas recién horneadas a un lado de la cama, contando gotas de IV y pidiendo a caricaturas felicidad. Pero JongHyun no está de humor para entrar en cualquier aclaración―. Así que, si no fueras un humano tan responsable, ¿Te habrías convertido en cantante?
―Supongo que sí.
―Y entonces fuiste atropellado por una camioneta. Perra suerte ―Bromea JongHyun y borra algo de su libreta. Furiosamente.
JinKi mordisquea su labio inferior, un mal hábito.
―¿Estás… estás enojado?
―No ―Responde JongHyun, demasiado rápido. JinKi se queda callado mientras JongHyun lee la siguiente pregunta, apenas levantando la vista de su lapicero ―¿Cómo te mantienes al tanto de tu vida? Quiero todos los detalles.
―Por lo general, tomo fotografías de la gente nueva que conozco, las pongo en un cuaderno y enlisto lo que he aprendido sobre ellos. Lo leo al principio del día y lo actualizo por la noche. Aparte, escribo en mis paredes y en mi agenda. Si tengo algún problema temporal, lo pongo en notas adhesivas y las pego donde sea. Usualmente en los muros de mi casa―JinKi toma un sorbo de su café y vuelve a apoyar la espalda en la silla cuando nada le responde salvo el ruidoso golpeteo del lapicero contra el papel.
― ¿Crees que tienes que volver a aprender cosas? Como aprender cómo venir caminando a la cafetería de hoy, ¿Para mañana olvidarás cómo volver a aquí otra vez?
―Bueno, no. Puedo recordar las respuestas. Simplemente no puedo recordar cómo las aprendí. Mañana no recordaré el haber venido aquí caminando contigo. Sólo sabré en dónde está este lugar.
―Qué práctico.
― ¿En serio no estás enojado?
―No.
― ¿Seguro?
―Escucha, estamos escribiendo sobre ti. Una novela sobre ti. No hablemos sobre mí, ¿vale?
― ¿Por qué estás enojado?
Los hombros de JongHyun ceden, y deja caer su cuaderno, lapicero y todo con un estrépito. Frotando una gruesa mano contra sus arrugadas facciones, JongHyun mira a JinKi con desgastada exasperación. Quizás deja escapar un dejo de culpabilidad y presunción cuando murmura:
―Problemas, ¿Okay? La gente con memoria funcional tiene problemas.
JinKi no admite el tamborileo impaciente de JongHyun.
―Si necesitas a alguien con quien hablar sobre esos problemas, sabes que estoy…
―Eres la persona perfecta en la cual botar todo, por supuesto, porque nada te atormentaría, porque tú nunca te acordarías ni de una mierda, ¿verdad?
Hay una vaga sensación en las entrañas de JinKi de que ha dicho la línea anterior demasiadas veces. Quizás ya han estado en esta situación antes: JongHyun frustrado y atrapado entre la ficción y la realidad, JinKi confundido y preocupado, intentando ayudar a JongHyun sin tener una idea de cómo hacerlo.
―Lo siento ―Dice al final, cuando JongHyun ha dejado de arquearse en busca de oxigeno. Él no aparta su vista de la forma en que los dedos de JongHyun están temblando―. Tienes razón. Lamento si te he preguntado esto antes y estoy recordándote algo desagradable, no es mi intención…
―Es sobre manos ―Dice JongHyun de repente. A JinKi le toma mucho tiempo reconocer la voz de JongHyun, porque es muy bajita, monótona y terriblemente serena. No es nada similar a lo que usualmente es, y se difunde entre el aire como éter―. Escucha, mi vida es sobre manos. Es sobre meter tus manos con diamantes en mi garganta bañada en bilis. Se trata de triturar mi alma con un par de lujosos guantes. Se trata de manos. Uñas arañando en busca de sangre. Manchas de huellas dactilares sobre mis muslos. El reflejo de nudillos triturados detrás de una delgada capa de pintura y cristal. Manos, manos, manos.
Un sorbo de café y JinKi presenta una sonrisa como disculpa.
―Lo siento, aún no lo…
―Me estoy muriendo, ¿entiendes?
JinKi siente que su corazón se desploma a medida que JongHyun continua, con la insensibilidad de un hombre que se lo ha dicho miles de veces ya.
―Voy a estar muerto en tres años, quizás dos. Probablemente menos. ¿Pero sabes? La gente no va a amarme cuando esté muerto. Eso es un hecho. La gente podrá compadecerse de mí. Idolatrarme. Decir que yo era un genio, deleitarse en el gran espectáculo artístico que fue mi vida. ¿Y yo qué hago con todo eso? ¿Puedo venderlo? ¿Puedo tener un futuro y una casa con paredes blancas, y discutir acerca de qué plantas pondré en el patio delantero con toda su puta cadena de lástima falsa?
Los ojos de JongHyun están rojos. Sus labios blancos. Y el silencio es negro.
―Ya sabes lo que pienso ―JinKi no tiene ni idea de lo que está diciendo, sólo un indicio de que probablemente no debería estar diciéndolo en absoluto… Pero las palabras salen por sí misma―. Creo que simplemente tienes miedo.
JongHyun no habla en mucho tiempo, y cuando lo hace, no levanta la vista de su cuaderno.
―Así que, si puedes retener recuerdos sobre cómo hacer algo, ¿También puedes retener sentimientos? Si te enamoras de una mujer hoy, ¿Seguirás amándola mañana?
―No lo sé ―JinKi mordisquea su labio inferior otra vez― Pero supongo que si no puedo recordar el haber hecho algo con ella, entonces no puedo realmente… No puedes amar a alguien de quien no tienes recuerdos, ¿verdad? ¿A caso el amor no está basando en recuerdos y acciones?
―Así es.
JinKi juega con los bordes de su manga.
―Sigues enojado.
―No.
―Tú… Yo… No soy tu amigo, o tu terapeuta… O supongo que ni siquiera me consideras como un conocido, pero… JongHyun ―Balbucea JinKi, sin saber de nuevo lo que está diciendo―Puedes hablar conmigo. No te juzgaré. No puedo prometerte que lo entenderé todo, pero… Sólo… ¿No te sentirías mejor si…?
―Cállate ―Le espeta JongHyun, con los ojos aun fijos en su cuaderno ―. No quieras darme una lección. Cállate. Cállate.
―No, JongHyun, yo sólo…
―No tienes ningún derecho para asumir qué es lo que me hace sentir mejor, porque tú no entiendes lo que es el dolor, ¿O sí? ¿Qué te hace pensar que puedes juzgarme? Ni siquiera puedes amar, lo has dicho tú mismo. No puedes amar, así que no puedes salir lastimado, ¿O sí? Mañana despertarás y todo estará jodidamente bien. Todo estará tan jodidamente hermoso como siempre lo ha sido, y ¡hey!, ¿Alguna vez has pensado en que eres feliz cada día sólo porque has olvidado todas las ocasiones en que lastimaste a alguien más? ¿Te has puesto a pensar en eso? ¿Qué tal si heriste a alguien ayer? Al menos las personas normales tienen la decencia de sentir culpa. Tú no puedes sentir nada, tú no entiendes ni una mierda, Lee JinKi, porque… Tú no eres más que un cadáver andante.
Cuando JinKi siente algo que brota de sus ojos, JongHyun ya cerró su cuaderno de notas y salió de la cafetería furioso.
Y resulta que el cuaderno no tiene nada escrito en realidad, sólo líneas masivas de tinta amontonadas en las páginas desgastadas.
~*~
―Pareces deprimido ―Comenta MinSeok un día, en algún momento a finales de julio, cuando las granizadas de frijoles rojos ya no son suficientes para el calor. Mientras esperan a los músicos que desempacan sus instrumentos y los afinan, se gira hacia JinKi con la cejas arqueadas―. ¿Qué pasó?
JinKi frunce el ceño, recorre todo el camino que hizo desde que salió de la cama y niega con la cabeza―. Nada. Tuve un día bastante normal, ¿por qué?
―No lo sé―MinSeok se encoje de hombros―Te ves un poco serio, eso es todo.
Mientras JinKi se muerde los labios y se pregunta por qué está tan serio cuando todo el mundo ha sido tan perfectamente amigable, MinSeok conversa con KiBum acerca de que el joven y rico escritor no se ha parado por el bar en días.
Cantan la canción de siempre, improvisando algunas líneas antes de que JinKi se dé cuenta que MinSeok tenía razón. Su corazón no está en la música.
~*~
La noche arrastra la oleada de zumbidos de las motocicletas, y charla sobre la figura inmóvil de JinKi. La media noche pasó hace horas, y sus ojos están quemándose por la fatiga, pero JinKi simplemente no podía dormir, así que ahí está, mordiéndose los labios y hojeando su álbum de recortes.
En algún momento antes de que se diera cuenta, empezó a contar el número de nuevas fotografías comparadas al número de fotografías que habían sido tachadas. Y para su decepción, casi todos sus compañeros de preparatoria se han mudado lejos, y él no ha hecho ninguna nota nueva sobre ellos desde hace años. Intenta marcar el viejo número telefónico de Taemin, y por supuesto, está fuera de servicio. Probablemente ha estado así desde hace meses, años, ¿Cuánto tiempo?
―Hey ―Una voz se oye entre la penumbra. JinKi salta casi metro y medio y grita. Pero de alguna manera, la persona parada en el balcón vecino no parece tan desconocida. Tiene una sonrisa un poco torpe, como si le doliera físicamente formarla― ¿Qué estás haciendo aquí?
JinKi vacila si decirle la verdad, pero lo hace de todas formas.
―Cuento la cantidad de personas con las que he perdido contacto.
― ¿Y?
―Son un montón ―Y siente como si fuera a llorar. El distante recuerdo de la amistad, las risas y la camaradería, cosas que ya no le pertenecen, hace que sus lágrimas broten y él gira el rostro hacia las fotos rasgadas de su libro. Las viejas y decoloradas sonrisas, y el dolor concentrado en una sola molécula en ese momento. No quiere llorar, y no sabe por qué está llorando―Apenas ayer… Yo era amigo de todos ellos, pero… Aquí dice que… ¿Se mudaron? ¿Se marcharon? ¿Ya no están? ¿Por qué? ¿En verdad estoy tan solo?
El chico en el balcón de al lado exhala una nube de humo resplandeciente, ocultando una risa ahogada.
―Sí, estás jodidamente solo. Todos estamos solos, pero no vives lo suficiente como para darte cuenta de ello.
JinKi agacha la cabeza y llora más de lo que alguna vez ha llorado antes, y lo sabe porque no es el tipo de dolor que puede ser olvidado por la mañana.
No ve la mirada vacía en el rostro del otro hombre, y tampoco escucha el cigarrillo de éste cayéndose entre sus dedos tres pisos más.
~*~
A la mañana siguiente, JinKi despierta con los ojos hinchados y un mal sabor de boca. Hay un álbum de recortes entre sus brazos, pedazos de papel en sus dedos y muros llenos de notas verdes que le hacen sentir enfermo del estómago.
~*~
―No soy una buena persona. Nunca lo he sido ―Empieza a decir un desconocido cuando JinKi tropieza al interior del elevador. JinKi casi se estremece, pero de alguna manera no está sorprendido al escuchar esta voz. El tono grave y quebrado en cada sílaba. Una clase de reticencia a regañadientes y genuina timidez a pesar de las palabras―. He lastimado a todo aquél que intenta acercarse a mí. Incluso a mí mismo. Soy un cobarde y me desquito con otras personas porque… Me asusta admitirlo.
JinKi asiente con la cabeza y toma nota de todo lo que ve en el hombre delante de él –La corbata aflojada, las pesadas sombras oscuras debajo de sus ojos y las mejillas hundidas, la espalda encorvada, las elevaciones dolorosas de su pecho luchando contra una ajustada camisa blanca-. De alguna manera, sus ojos hinchados y el ácido sabor de batería que no se iría fácilmente con vasos de leche. Su corazón se encoge mientras extiende una mano y toca el brazo del hombre.
―Vas a estar bien.
―Mi nombre es JongHyun.
JinKi no puede escuchar la última sílaba. Sin embargo, el nombre le es familiar en sus labios mientras lo repite como un eco.
―JongHyun.
―Soy escritor ―Dice JongHyun y las puertas del ascensor se deslizan como si fuera una señal. JinKi no se mueve. Se deleitan con la quietud, el zumbido del ventilador y las desiguales y ruidosas exhalaciones. Mientras la puerta se cierra otra vez, JongHyun le cuenta la historia de un muchacho que se enamoró de la danza y de un bailarín, demasiado rápido y profundo. Una historia sobre alguien llamado JongHyun que fue pisoteado por las expectativas y la presión, que se dio por vencido consigo mismo y dejó de amar a la gente, a sí mismo, a la pasión, a la inspiración. No es muy larga, y termina con una nueva historia.
―Así que se convirtió en escritor, y escribió sobre ese bailarín al que amaba y que lo desechó. La inocencia que se derrumbó entre sus manos inevitablemente. La gente se reunió y pagó por ver el festival de la compasión, y lo hicieron rico, y famoso, y triste… Una vez alguien le dijo que era miserable… y él escribió más sobre sueños corroídos y el observar la luna desde el fondo de un pozo, y se hizo más rico aún, y también más triste y más famoso, y, finalmente, Dios decidió sacarlo de su miseria. Pero tenía que escribir un libro más, porque se ha convertido en un hijo de puta que vivió en la miseria. Como un parásito dependiente que succiona la agonía de los huesos de otros.
El ascensor se abre. Esta vez, JinKi da un paso hacia adelante y se lleva a JongHyun con él. Sus pasos forman un ritmo agradable.
―Y ahí estaba esta interesante persona en particular que conoció, que prácticamente le rogó ser escrito. Todo en él era tristeza, pero era tan feliz persiguiendo sueños imposibles. Trabajaba en una fábrica y quería ser un cantante… Aunque no podía recordar ni una mierda. Era un amnésico obligado a abandonarse a sí mismo al final de cada día y que se negaba a aceptarlo. Alguien que luchó contra las adversas pérdidas en un callejón sin salida. Era un poco gracioso, como ver a un hámster corriendo hasta la muerte en su ruedita en busca de una salida que nunca existió.
»Se conocieron un día de julio, el mismo día en que el escritor se enteró que iba a morir. Invitó a este chico a su casa, en donde echaron a andar un ventilador gigante e hicieron que nevara dinero en efectivo desde la ventana, puros billetes grandes. Ese día el escritor estaba enojado con el mundo, y celoso, y quería demostrarle al amnésico que nunca podría alcanzar sus sueños. Que convertirse en cantante era la idea más estúpida en todo el jodido planeta para alguien que ni siquiera podía vivir, que nunca había experimentado el amor, o la pérdida, o la agonía, o la felicidad. Que él convirtiéndose en cantante era como si un robot hablara sobre escribir canciones de amor. Absurdo y jodidamente gracioso.
»JongHyun quería demostrar cuán rico era, cuán asombrosa hubiera sido la vida después de haberse perdido a sí mismo y darse por vencido en todo. Él era alguien que se preocupaba más por proteger un orgullo vacío que por su propia vida. La gente le dijo que hacer fiestas exageradas con torres de champagne y fuentes de chocolate hacía a una persona feliz, así que JongHyun lo hizo y lo repitió varias veces. Y la gente dijo que él era feliz. Él era tan jodidamente feliz y…
»El amnésico no podía verlo. Este mocoso que no podía ni siquiera recordar haber perdido a sus putos mejores amigos y padres, este mocoso que vivía de consejos y contados centavos, la lombriz de tierra más patética, y ni siquiera podía entender ni una mierda cuando la gloria le fue arrojada a la cara. Gloria, fama, riqueza, poder, estatus. Todo por lo que JongHyun… Por lo que yo… he trabajado.
JongHyun se pasó una mano por los cabellos, temblando a pesar del calor.
―Fue entonces cuando me di cuenta de que no eras estúpido, sino que yo, Kim JongHyun, era un imbécil. Todo el tiempo estuve tratando de demostrarme a mí mismo que era feliz, que arrojar por la borda todo lo que alguna vez quise ser, que revolcarme en la desesperación y hacer un espectáculo de mí mismo, era lo correcto. Me mudé a esta porquería de edificio departamental en la que vivías, no para buscar inspiración, sino para verte sufrir. Para confirmar que tú estabas sufriendo. Te observaba cantar noche tras noche, y rezaba para que te jodieras y desentonaras, y te salpicaran la cara con una botella de cerveza. Traté de bombardear tu pequeño capullo porque… Porque yo… Yo sólo quería a alguien que se hundiera conmigo en las arenas movedizas. Pero no te hundiste. Yo estaba equivocado. Estoy equivocado, y soy un imbécil de mierda.
―Pero no eres un imbécil ―Le interrumpe JinKi.
Están apoyados en la barandilla del pequeñísimo balcón de JinKi. JinKi está inclinado sobre el metal, apreciando las sombras extendidas sobre el pasto, con los brazos metidos bajo su pecho y moviendo la cabeza de vez en cuando. JongHyun está junto a él, apoyado en sus codos y mirando hacia el otro lado, con las piernas cruzadas y la mirada en las estrellas mientras JinKi susurra:
―Sólo estás perdido.
JongHyun lo mira por primera vez, en verdad, por debajo de sus pestañas. La luz de la luna le recorre la cara, resaltando todos los pliegues suaves y la carne plástica, y JinKi piensa que JongHyun se ve tan extraordinariamente delicado de esta forma. Tan extraordinariamente hermoso.
―Voy a estar más perdido aun. Perdido, perdido, y entonces… ―Susurra JongHyun― Un día, me haré poof, me habré ido. Seré para el mundo lo que las fotografías de tu álbum son para ti. El mundo no recordará haberme perdido.
La voz de JinKi se quiebra en todo el lugar, y sus uña penetran el óxido cuando finalmente habla:
―No, no te hagas poof.
JongHyun suelta el bufido, de ese tipo burlón y despectivo, como cuando dices algo por decir, y hace que JinKi quiera agarrarlo de los hombros y gritarle que le importa, que lo dice en serio… Lee JinKi no permitirá que Kim JongHyun se haga poof. Salvo que no tiene una ni idea de por qué le importa, y puede que JongHyun tenga razón. Quizás esté diciéndolo por decir. Quizás no le importa. En realidad no conoce a éste Kim JongHyun después de todo, y no tiene ningún recuerdo de lo que ha pasado entre ellos dos.
―Yo sólo quiero recordarte. Aunque sea por un minuto más…
Pero si fuera tan simple como eso, su pecho no le dolería tanto como le duele ahora.
Sus hombros se rozan un poco, pero ninguno de los dos se aleja.
Cerca del final, está la fotografía de una figura encorvada, apoyada en una pared de ladrillo, con una rodilla flexionada y la otra sosteniendo todo su peso. Un cigarrillo descansa perezosamente entre unos largos y esbeltos dedos. Hay fantasmas grises monocromáticos a lo largo de su rostro y remolinos de humo blanco en los extremos de sus labios, difundiéndose a través del cabello y rociándose de llovizna en una extraña sensación de soledad.
Dos palabras borroneadas debajo: Vecino, fumador.
~*~
El diario tiene fecha del 12 de julio del 2012. Pero más que el hecho de que JinKi puede jurar que apenas era 24 de noviembre del 2008 ayer, su camiseta ocupa una buena parte de la foto en la primera página. Su camiseta favorita. La que había recibido por ser el empleado de la semana, con un logo de Pororo torcido y cosido a mano, mostrado en toda su gloria en la fotografía de portada.
Rápidamente después de escrutar sobre los titulares de “Desorden masivo en el centro de Seúl causado por una lluvia de dinero”, JinKi se centra de nuevo en la imagen. Es sin duda su camiseta, la que está usando en este momento y con la que se levantó de la cama hace veinte minutos, de hecho. Más precisamente, la que no puede recordar haber llevado puesta en algún lujoso ático, donde fue tomada la fotografía aparentemente.
De acuerdo al artículo: “El estimado novelista, Kim JongHyun, acaba de ser liberado bajo fianza por atentar contra el orden público, después de arrojar, literalmente, una tormenta de cientos de miles de billetes por la ventana de su apartamento en Seúl junto a un cómplice innombrable. Llamándola una ‘demostración de confeti de un billón de wons’, causó el embotellamiento más grande en la historia de Seúl, bloqueando completamente las calles en un radio de dos kilómetros, mientras los residentes de la ciudad corrían para atrapar el dinero”.
Pero según JinKi, mientras empuja el periódico debajo de la nariz de MinSeok:
―El diario nacional hace bromas realmente elaboradas últimamente… ¿pero de dónde sacaron mi camiseta?
MinSeok frunce el ceño al ver el artículo, y lo hace más al ver a JinKi, y después, cuando mira hacia el otro extremo de la barra. JinKi está demasiado ocupado re-leyendo el artículo y checando por segunda vez su camiseta como para notar o dar por hecho que hay alguien excepcionalmente bien vestido sentado frente a los ojos abiertos de par en par de MinSeok, alguien que esconde una divertida mueca sobre los labios detrás de su vaso con whiskey.
~*~
Se encuentran por primera vez, cree JinKi, en el elevador. Es un viernes por la mañana, trece de julio, a una hora en que el mundo funciona con inciertos postes de luz, aullidos ebrios y el golpe ocasional de las risas. Sólo están ellos dos a esta hora, y una especie de incómodo silencio.
Apenas regresando del bar, JinKi intenta luchar contra el cóctel de humo metálico y el espeso aroma del alcohol atrapado en su cabello. Los últimos rizos del saxofón se anidan sobre sus dedos y el golpeteo del cinquillo permanece bajo su piel, pero nada de esto es suficiente para llenar el abismo que se interpone entre él y ese desconocido.
El extraño, con un cigarrillo apagado entre los dientes, se voltea primero. Las luces poco halagadoras del ascensor lo envuelven en un amarillo ictérico, y un pesado velo de aletargamiento; JinKi se pregunta, con el cinquillo aún golpeando sus venas, si la piel del hombre es tan plástica como parece.
―Calor. El clima. Hace calor ―Le dice el hombre, ofreciéndole una mano que JinKi toma con vacilación. Su agarre es sorprendentemente frío, con dedos largos y uñas cortas y filosas, la piel curtida estirada sobre los demacrados nudillos.
―Uhm… ―JinKi se resiste tan pronto como pilla al desconocido escrutando los agujeros en su rostro. El apretón de manos se siente más como una acción planeada que como un saludo brusco de repente. Más aterrador que tenso, y más terrible que incómodo.
Entre los crujidos del piso del ascensor y el parpadeo de la bombilla eléctrica, la voz de JinKi sale como un chillido dos tonos más alto a como se supone debe de ser ―Sí, hace calor esta noche.
El desconocido no dice nada. En cambio, se apoya de espaldas contra las paredes del elevador y observa, parpadeando, de arriba abajo la longitud de la figura de JinKi.
Es el tipo de mirada que hace que JinKi se oculte en su chaqueta, aunque una capa delgada de cachemira hace poco por esconderlo de aquél escrutinio evidente.
El tiempo se detiene en los dedos de sus pies hasta que la puerta se abre, cuando JinKi suelta una bocanada de aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.
Justo más tarde, después de que JinKi ha recorrido su camino hacia el pasillo del apartamento y notó que el desconocido había ido tras de él, se da cuenta de que probablemente no es la primera vez que se han encontrado.
― ¿Te conozco de algún lado? ―Pregunta finalmente, con su inquieta voz resonando por los largos pasillos. El desconocido se ha detenido en la puerta vecina, haciendo girar un llavero con el dedo índice. Un claro de luz plateada por la luna se abre paso por el enrejado, y algo brilla en su traje. JinKi nota un par de collares, brillantes y con lujosa apariencia, demasiado caras como para pertenecer a alguien que viviera en este tipo de residencia.
― ¿En serio? ―Los labios del desconocido se convierten en una lenta sonrisa ladeada.
JinKi recoge las pelusas de su bolsillo. No recuerda haber visto el rostro del desconocido en el libro de recuerdos anterior. Pero quizás se saltó una página. Le ha pasado antes. Se apresura a tomar su mochila, y es detenido por una carcajada.
― ¿Así que lo de la amnesia no era una broma?
― ¿Perdón?
―Interesante. Genial. En serio. ¿Qué es lo último que recuerdas haber hecho? ―Le interrumpe el extraño, sin prisa aparente mientras se desploma contra su puerta y señala la forma en que JinKi está hurgando en la cerradura.
Incluso en la oscuridad, el resplandor de sádica diversión en su brillante sonrisa es diferente. Le hace ver mayor de lo que parece, casi tan triste también.
JinKi lo piensa tanto que se olvida de responder, y cuando se da la vuelta otra vez, el desconocido ya no está.
~*~
Se encuentran por primera vez, de nuevo, en las escaleras. El sol de asoma un lunes. Una ráfaga de verano se lleva lejos los últimos rayos de luz de luna. JinKi corre hacia la planta baja por su trabajo en la fábrica, y el hombre con su cigarrillo apagado hace su camino hacia la planta alta. Sus miradas chocan, y tal vez sus hombros se rozan. Y eso es suficiente para que JinKi se congele a medio paso.
Pero el hombre no gasta ni un segundo para reconocer la mirada atónita de JinKi. Él simplemente sigue subiendo, resollando y jadeando, con el rostro pálido y perlado por el sudor. JinKi observa sus piernas tambaleándose a cada paso, como si ya no fueran lo suficientemente fuertes para soportar el invisible y enorme peso sobre sus hombros. Como si fuera a derrumbarse con el menor cosquilleo o una brisa. Es casi asombroso como su espalda parece rota desde éste ángulo, todas als telas hundiéndose sobre el filo de sus huesos, con ángulos puntiagudos y líneas demacradas. Piensa a medias el tomarle una foto a este hombre, pero JinKi no sabe cómo la etiquetaría, y además, va tarde al trabajo, por lo que sigue su camino.
Para JinKi, los veranos en los suburbios de Seúl están hechos de voces estilo mezzo tejiéndose entre la noche, cajas de cartón de juguetes abandonados que se arrastran por bandas mecánicas, granizadas de frijoles rojos y periódicos arrugados bajo suaves besos de crepúsculo. Hay más páginas en su álbum de recortes ahora. Su vida está aumentando con columnas de notas negras; KiBum y Minho ahora son más que amigos, MinSeok ha encontrado un nuevo tono, hay un desconocido viviendo en el apartamento vacío de la izquierda, y puede que hayan hablado antes.
~*~
Se conocen por primera vez, por última ocasión, cuando JinKi abre la puerta y se encuentra cara a cara con unas enormes pupilas dilatadas.
―Hola ―El hombre sonríe con un cigarrillo flotando lánguidamente por la comisura de su boca ―Mi nombre es JongHyun. Soy un escritor. Novelista. Me mudé a la casa de al lado hace una semana. Por el bien de la inspiración, el arte, para descubrir la pobreza y evadir a la prensa en mí casa, etcétera. El punto es: Hemos hablado antes. Dos veces.
―Oh ―JinKi vuelve a caer inmediatamente en su respuesta habitual ―Lo siento, tengo amnesia anterógrada, así que…
―No me recuerdas. Lo sé. Olvidas todo al final de cada día, así que no me recordarás mañana ―JongHyun da un paso hacia atrás, sacando una llama de su encendedor, toma una profunda calada a su cigarrillo y deja que el humo viscoso escape de sus blancos dientes―. De todos modos, escucha: Necesito enviarle un manuscrito a mi editor, Oh SeHun, si lo conocieras sabrías la gran mierda que es, pero el punto es: Si no le envío algo dentro de un mes, me dará lata como el buen imbécil que es… Y, para ser honesto, me quedé sin ideas. Aunque no de verdad. Tengo una idea. Y esa idea involucra…
No es hasta que JinKi tose el humo ingerido que se da cuenta que no había estado respirando durante todo el rato.
―Uhm… Sí, ¿Involucra qué?
―A ti ―Sonríe JongHyun.
Lo que pasa con la sonrisa de JongHyun es que sólo su boca se alza, así que todo lo que JinKi ve es una hermosa imagen de lujosas camisas almidonadas y una sonrisa miserable. Los más bellos adjetivos que salpican un alma abandonada, los más delicados epítetos que cruzan un corazón cerrado.
JinKi escribe debajo de la fotografía polaroid que toma de JongHyun esa noche: Éste es JongHyun, nuevo vecino, novelista, sonrisa triste (17 de julio del 2012). Tendremos entrevistas, quiere escribir un libro sobre mí.
~*~
Durante la cena del miércoles, JinKi decide que a pesar de que sus rituales diarios son simples y repetitivos, es mejor así. Su memoria no dura lo suficiente como para mantenerse al día con cambios a largo plazo, y no es como si pudiera cansarse de hacer algo que no puede recordar haber hecho, en todo caso.
― Entonces, ¿Qué es lo que haces? ―JongHyun le interrumpe, con un lapicero escondido detrás de la oreja y otro entre sus dedos.
JinKi le dice que trabaja en la fábrica de juguetes aledaña, de nueve a cinco, pegando pequeños ojos brillantes de mármol sobre peluches de dibujos animados. Un respiro de artificialidad para la chispa de la vida. El trabajo es únicamente para soporte financiero, aunque JinKi piensa que podría haber crecido apegado a sus compañeros de trabajo y al relleno de los juguetes, los suaves tejidos y las sonrisas siempre alegres. El trabajo le da lo suficiente para el alquiler y sus necesidades. Aun así, está muy bien porque cuando dan las siete todo se arregla. A las siete, se dirige al bar para atender fugaces melodías de su alma. Técnicamente, la hora se trata de recoger modestamente los cambios bajo el caos de embriaguez, pero para JinKi, se trata de moldear palabras como por arte de magia, dar boqueadas de humo y sacudirse con la música con los ojos cerrados y dar respiros tenues como los círculos en la alfombra. Se trata de musas deslizándose por sus dedos y encrespándose alrededor de sus dedos. Cuando dan las siete, se trata de pasión. De un sueño.
JinKi deja que los doscientos seis huesos de su cuerpo caigan en su propio sitio mientras respira.
―Podría ser mediocre, supongo. Pero es difícil sentir la mediocridad cuando en realidad nunca la has sentido. Sentirse vivo, es a lo que me refiero.
―Así que, ¿Eres como un cadáver andante?
―Más bien como un fósil andante.
MinSeok, su amigo de la infancia y compañero cantante en el bar, siempre bromea diciendo que como el tiempo se ha detenido hace cuatro años para JinKi, debe ser un veinteañero eterno. Pero en realidad no es una broma, y la gente ha dejado de reírse por eso desde hace mucho tiempo.
―Creo que es gracioso ―Remarcó JongHyun, dejando caer la colilla del cigarrillo en la cerveza antes de tomar un significativo sorbo. JinKi no intenta preguntarse a qué sabe, la nicotina y el tabaco ahogándose en la bebida burbujeante. En cambio, se asoma por encima del bloc de notas de JongHyun y se percata de las pequeñas líneas negras ilegibles que se extienden por los bordes. JongHyun explica que es para el libro que está escribiendo, el romance de un hombre que se olvida a sí mismo cuando termina el día. JinKi se pregunta qué hay de romance en eso. JongHyun le dice que no se preocupe, que los escritores son farsantes certificados, que con sólo matar a alguien harán que sea romántico.
Se encuentran por segunda vez hace veinte minutos, cuando JongHyun golpeó la puerta de JinKi con un six-pack de cerveza y un cigarrillo entre los flácidos dedos.
―Hola, soy JongHyun, tu nuevo vecino. Nos hemos conocido antes… ―Y a este punto, JinKi tomó su libro y JongHyun comentó―. Estoy en la última página, creo. Soy el que está vestido de traje.
JinKi observa la fotografía y después a JongHyun, y entonces, veinte minutos después, aquí están: sentados en la escalera de emergencia, hablando sobre filosofías y grandes romances poco ideales que JinKi no puede mantener en su cabeza. Sus nudillos y hombros chocan, lo que hace que JinKi se sienta incómodo, y más que eso, a JongHyun no parece importante. De hecho, a JongHyun no parece importante nada.
―¿Qué quieres decir con que es divertido?
―Más importante que eso, ¿Cómo se siente ser un eterno veinteañero?
JinKi contempla la respuesta.
―Bien.
―Pero, ¿No es tan terrible? Estás atrapado en el tiempo, pero el tiempo sigue corriendo. No puedes recordar a las personas que vienen o se van. El mundo disminuye a tu alrededor mientras estás atascado en el centro. Todos tus viejos amigos se van o mueren, y no puedes hacer nuevos. No puedes amar. No puedes odiar.
―¿Entonces por qué es tan divertido?
―Es tan triste que causa gracia―JongHyun se encoge de hombros― La gente tiende a sentir lástima por aquellas pobres almas libres como tú. Llevando sobre sus hombros una carga más grande que la vida, pocas ambiciones. Es como ver a una hormiga morir debajo de una lupa, y chillar de alegría por la tristeza de todo eso. Es muy gracioso. Bueno, quiero decir, yo trabajo explotando este tipo de historias, pero aun así es divertido.
JongHyun sacude la colilla de su cigarro y miran juntos las cenizas caer tres pisos por las escaleras. Corre una brisa. JongHyun inhala el verano y exhala toxinas. JinKi juega con sus pies y los pequeños trozos de óxido en la escalera metálica antes de decir, con decisión, algo que no está tan seguro de haber querido decir.
―Suenas tan miserable.
―Todos los novelistas lo somos.
―¿Es por eso que fumas tanto?
JongHyun escribe: “Inexplicablemente buen samaritano y entrometido por consiguiente” en la columna de rasgos personales. Pretendiendo no haber visto, JinKi le da un codazo para que le responda hasta que JongHyun accede con desdén:
―No necesitas saberlo. ¿Por qué no hablamos más sobre cómo te mantienes al tanto…?
―No― JinKi dice firmemente― No, yo quiero saberlo.
―Mira, el libro se trata de ti…
―Esta conversación es sobre nosotros.
Agachando la cabeza, JongHyun murmura algo sobre patadas en el trasero antes de levantar la cabeza con una vacía sonrisa que revuelve el estómago de JinKi.
―Okay, sobre nosotros.
―No lo voy a recordar mañana, de todas formas ―Le recuerda JinKi.
Ahuecando las mejillas con el cigarrillo en los labios hasta que el pequeño destello naranja desaparece, JongHyun deja que las palabras fluyan con blanca vehemencia.
―Te diré lo que me hace miserable― JongHyun mira algún punto en la distancia, y es entonces cuando todo se desmorona ―Tengo fibrosis pulmonar idiopática. Significa que mis pulmones se están ahogando en moco. Me estoy muriendo. Eso es lo que me hace jodidamente miserable, ¿de acuerdo?
El ruido de los vendedores ambulantes, el tráfico y los niños jugando de repente se vuelve insoportablemente ligero. JinKi observa sus nudillos y siente cómo la sangre le enrojece el rostro.
―Lo-lo siento. No sabía que te estabas…
―En otras palabras, Dios me está sofocando en cámara lenta. En tres años, mi corazón estará enloquecido tratando de bombear la cantidad suficiente de oxigeno a mi cuerpo. Mis órganos van a fallar. Comer será imposible porque, ¿Cómo comes mientras respiras a través de tubos? ¿Y me preguntas por qué fumo? ¿Por qué fumo? ¿Por qué? ―JinKi nota sus nudillos quedarse sin sangre. Quiere que esto termine. Está arrepentido. Lo siente mucho y no comprende… Pero JongHyun no quiere que lo comprenda, en realidad―. Fumo para morir más rápido. Fumo para que cuando esté sedado en la camilla del hospital, me vaya tan rápido como un zumbido, y no tan lento como un silbido― JongHyun asiente con la cabeza, hablando sobre la miseria con un discurso color gris―Pero esto no es divertido, ¿Sabes? Esto es simplemente triste. Soy la mierda más triste en este planeta. Miserable, ¿No es así? ―Y un alarido de seca risa acentúa su ira en blanco y negro ―No, sólo estoy jodiéndote. Es gracioso. Es curioso porque mi vida está llena de esto: Crees que estás escapando, hasta que escapas de ti mismo. Veintitrés años después, resulta que el camino más largo es el camino más corto a casa, y he estado corriendo en círculos desde el primer momento. Qué alboroto, ¿eh?
Ninguno de los dos se ríe, aunque JongHyun inhala cuando JinKi termina las cosas finalmente con un amable:
―Lo olvidaré mañana.
Su entrevista los entretiene hasta que dan las siete. JinKi canta hoy, como cualquier noche, pero las palabras y las melodías están saliendo de su boca y no de su corazón; y lo único que puede recordar es humo. El dolor líquido filtrándose entre las cicatrices de JongHyun.
Se va a su casa pasada la media noche, y pega una nota en la pared. Una amarilla en el centro de todo, para no perderla mañana: “Agarra un juguete del trabajo y déjalo frente al apartamento de al lado (19 de julio del 2012)”.
~*~
JinKi llega a casa del bar, dos días después, para encontrar un peluche de Pororo en su puerta. Es el mismo juguete que hace en el trabajo, y si mira fijamente, puede estar casi seguro de que fue él quien pegó los ojos porque es el único que maneja el pegamento de esa manera. Hay una tarjeta de agradecimiento debajo de Pororo que dice, en furiosa tinta negra: “La compasión es jodidamente cara para alguien a quien no le puedo importar”.
No tiene idea de lo que esas palabras significan, pero el retorcijón en su corazón es demasiado fuerte como para pasar desapercibido. Repentinamente, todas las melodías y ritmos se desvanecen con un silencio sobrecogedor. Más agrio que la decepción, más amargo que la soledad.
Esta noche, el apartamento de al lado es un hervidero de estridentes risas que suenan casi como sollozos. Una multitud de voces y conversaciones, vagos gritos de LuHan, JongHyun y SeHun debajo del medio zumbido de botellas de whisky y vodka que nunca se vacían. Al pasar para sacar la basura, JinKi vislumbra tres rostros hermosos que flotan más allá de las cortinas, entre un fuerte resplandor de luces, el aroma acre del alcohol, el agua de colonia y la lujuria.
Su propio apartamento luce particularmente desolado a estas horas. Se hunden en penumbras todas las paredes y rincones. Él re-escribe todas sus notas en unas color verde en lugar de azul, y el viernes pasa con el silencioso golpeteo de las plumas de gel contra el papel de neón.
~*~
Aunque técnicamente JinKi no recuerda haber conocido al escritor que inhalaba el que debía ser el cigarrillo número cincuenta de la hora, la tarjeta en sus manos dice que deben tener entrevistas regulares. Más que las tarjetas, él sabe que se han encontrado antes. Y la idea no es sorprendente –nada lo es en realidad-, tal vez debido a la sucia neblina provocada por el humo del cigarrillo que saca todo de contexto: Las tazas de café, las húmedas ventanas, los bordes deshilachados y alquitranados del cuaderno del escritor; todo se retrasa, embute todas las luces en resplandor y convierte todas las esquinas en curvas.
El escritor fuma apresuradamente, y JinKi siente la vacía y extraña sensación de que lo está observando. Es como si algo se quebrara lento, profunda e irreversiblemente en su interior.
La cafetería durante la tarde del 21 de julio se convierte en un quedo rumor por el tintineo sordo de las tazas de porcelana, el zumbido continuo de los cansados estudiantes, y el murmullo de la crema batida de los cappuccinos. No es especialmente fuerte, pero el ruido es similar al de alguien atrapado en arenas movedizas, ahogándose lentamente sin dejar nada salvo yemas heridas y burbujas de aire explotando en la superficie.
JinKi se medio pregunta si todos los escritores tienen ese aspecto o no, con círculos oscuros alrededor de los ojos, con tez amarillenta mezclada con blancura, y ocasionales ceños fruncidos. La pregunta se derrumba tan pronto como el escritor apaga su cigarrillo y atrapa la mirada de JinKi. Sólo hay una larga y firme línea entre un par de ojos y el otro.
― ¿Estás bien? ―Le exige saber enérgicamente el escritor, quien se presentó como JongHyun. JongHyun no parece tener tiempo o paciencia suficientes para aceptar alguna otra alternativa, así que JinKi sólo asiente con la cabeza:
―Sí, estoy bien.
―Cuéntame acerca del accidente de hace cuatro años. O bueno, de ayer, si es así como lo recuerdas ―Le ordena JongHyun. Hay una pizca de ansiedad en su voz. JinKi no puede evitar el notar el terrible vendado sobre sus nudillos. Así como las manchas color morado verdoso alrededor de su muñeca. Y de pronto se pregunta si el tener los ojos furiosos y los nudillos ensangrentados tiene algo que ver con ser escritor, y se estremece inconscientemente.
―Sólo fue un típico accidente ―Dice JinKi. A pesar de que no recuerda que los días hayan pasado de esa noche en especial, de alguna manera, ya no registra el impacto―Volvía a casa desde la fábrica… En la que estoy trabajando justo ahora, fui atropellado por un camión de frutas. Llevaba manzanas. De las rojas.
―¿Siempre has trabajado en la fábrica?
―Desde que tenía dieciocho años. Entré apenas terminé la preparatoria. Mi mamá falleció y mi padre estaba enfermo, así que tenía que pagar las…
―Sí, vale ―Le interrumpe JongHyun. JinKi puede ver esa mirada de exasperación en su rostro, y quiere protestar, y no, no es sólo otra típica historia triste sobre un niño jugando a ser héroe. Es una historia sobre familia, calidez y galletas recién horneadas a un lado de la cama, contando gotas de IV y pidiendo a caricaturas felicidad. Pero JongHyun no está de humor para entrar en cualquier aclaración―. Así que, si no fueras un humano tan responsable, ¿Te habrías convertido en cantante?
―Supongo que sí.
―Y entonces fuiste atropellado por una camioneta. Perra suerte ―Bromea JongHyun y borra algo de su libreta. Furiosamente.
JinKi mordisquea su labio inferior, un mal hábito.
―¿Estás… estás enojado?
―No ―Responde JongHyun, demasiado rápido. JinKi se queda callado mientras JongHyun lee la siguiente pregunta, apenas levantando la vista de su lapicero ―¿Cómo te mantienes al tanto de tu vida? Quiero todos los detalles.
―Por lo general, tomo fotografías de la gente nueva que conozco, las pongo en un cuaderno y enlisto lo que he aprendido sobre ellos. Lo leo al principio del día y lo actualizo por la noche. Aparte, escribo en mis paredes y en mi agenda. Si tengo algún problema temporal, lo pongo en notas adhesivas y las pego donde sea. Usualmente en los muros de mi casa―JinKi toma un sorbo de su café y vuelve a apoyar la espalda en la silla cuando nada le responde salvo el ruidoso golpeteo del lapicero contra el papel.
― ¿Crees que tienes que volver a aprender cosas? Como aprender cómo venir caminando a la cafetería de hoy, ¿Para mañana olvidarás cómo volver a aquí otra vez?
―Bueno, no. Puedo recordar las respuestas. Simplemente no puedo recordar cómo las aprendí. Mañana no recordaré el haber venido aquí caminando contigo. Sólo sabré en dónde está este lugar.
―Qué práctico.
― ¿En serio no estás enojado?
―No.
― ¿Seguro?
―Escucha, estamos escribiendo sobre ti. Una novela sobre ti. No hablemos sobre mí, ¿vale?
― ¿Por qué estás enojado?
Los hombros de JongHyun ceden, y deja caer su cuaderno, lapicero y todo con un estrépito. Frotando una gruesa mano contra sus arrugadas facciones, JongHyun mira a JinKi con desgastada exasperación. Quizás deja escapar un dejo de culpabilidad y presunción cuando murmura:
―Problemas, ¿Okay? La gente con memoria funcional tiene problemas.
JinKi no admite el tamborileo impaciente de JongHyun.
―Si necesitas a alguien con quien hablar sobre esos problemas, sabes que estoy…
―Eres la persona perfecta en la cual botar todo, por supuesto, porque nada te atormentaría, porque tú nunca te acordarías ni de una mierda, ¿verdad?
Hay una vaga sensación en las entrañas de JinKi de que ha dicho la línea anterior demasiadas veces. Quizás ya han estado en esta situación antes: JongHyun frustrado y atrapado entre la ficción y la realidad, JinKi confundido y preocupado, intentando ayudar a JongHyun sin tener una idea de cómo hacerlo.
―Lo siento ―Dice al final, cuando JongHyun ha dejado de arquearse en busca de oxigeno. Él no aparta su vista de la forma en que los dedos de JongHyun están temblando―. Tienes razón. Lamento si te he preguntado esto antes y estoy recordándote algo desagradable, no es mi intención…
―Es sobre manos ―Dice JongHyun de repente. A JinKi le toma mucho tiempo reconocer la voz de JongHyun, porque es muy bajita, monótona y terriblemente serena. No es nada similar a lo que usualmente es, y se difunde entre el aire como éter―. Escucha, mi vida es sobre manos. Es sobre meter tus manos con diamantes en mi garganta bañada en bilis. Se trata de triturar mi alma con un par de lujosos guantes. Se trata de manos. Uñas arañando en busca de sangre. Manchas de huellas dactilares sobre mis muslos. El reflejo de nudillos triturados detrás de una delgada capa de pintura y cristal. Manos, manos, manos.
Un sorbo de café y JinKi presenta una sonrisa como disculpa.
―Lo siento, aún no lo…
―Me estoy muriendo, ¿entiendes?
JinKi siente que su corazón se desploma a medida que JongHyun continua, con la insensibilidad de un hombre que se lo ha dicho miles de veces ya.
―Voy a estar muerto en tres años, quizás dos. Probablemente menos. ¿Pero sabes? La gente no va a amarme cuando esté muerto. Eso es un hecho. La gente podrá compadecerse de mí. Idolatrarme. Decir que yo era un genio, deleitarse en el gran espectáculo artístico que fue mi vida. ¿Y yo qué hago con todo eso? ¿Puedo venderlo? ¿Puedo tener un futuro y una casa con paredes blancas, y discutir acerca de qué plantas pondré en el patio delantero con toda su puta cadena de lástima falsa?
Los ojos de JongHyun están rojos. Sus labios blancos. Y el silencio es negro.
―Ya sabes lo que pienso ―JinKi no tiene ni idea de lo que está diciendo, sólo un indicio de que probablemente no debería estar diciéndolo en absoluto… Pero las palabras salen por sí misma―. Creo que simplemente tienes miedo.
JongHyun no habla en mucho tiempo, y cuando lo hace, no levanta la vista de su cuaderno.
―Así que, si puedes retener recuerdos sobre cómo hacer algo, ¿También puedes retener sentimientos? Si te enamoras de una mujer hoy, ¿Seguirás amándola mañana?
―No lo sé ―JinKi mordisquea su labio inferior otra vez― Pero supongo que si no puedo recordar el haber hecho algo con ella, entonces no puedo realmente… No puedes amar a alguien de quien no tienes recuerdos, ¿verdad? ¿A caso el amor no está basando en recuerdos y acciones?
―Así es.
JinKi juega con los bordes de su manga.
―Sigues enojado.
―No.
―Tú… Yo… No soy tu amigo, o tu terapeuta… O supongo que ni siquiera me consideras como un conocido, pero… JongHyun ―Balbucea JinKi, sin saber de nuevo lo que está diciendo―Puedes hablar conmigo. No te juzgaré. No puedo prometerte que lo entenderé todo, pero… Sólo… ¿No te sentirías mejor si…?
―Cállate ―Le espeta JongHyun, con los ojos aun fijos en su cuaderno ―. No quieras darme una lección. Cállate. Cállate.
―No, JongHyun, yo sólo…
―No tienes ningún derecho para asumir qué es lo que me hace sentir mejor, porque tú no entiendes lo que es el dolor, ¿O sí? ¿Qué te hace pensar que puedes juzgarme? Ni siquiera puedes amar, lo has dicho tú mismo. No puedes amar, así que no puedes salir lastimado, ¿O sí? Mañana despertarás y todo estará jodidamente bien. Todo estará tan jodidamente hermoso como siempre lo ha sido, y ¡hey!, ¿Alguna vez has pensado en que eres feliz cada día sólo porque has olvidado todas las ocasiones en que lastimaste a alguien más? ¿Te has puesto a pensar en eso? ¿Qué tal si heriste a alguien ayer? Al menos las personas normales tienen la decencia de sentir culpa. Tú no puedes sentir nada, tú no entiendes ni una mierda, Lee JinKi, porque… Tú no eres más que un cadáver andante.
Cuando JinKi siente algo que brota de sus ojos, JongHyun ya cerró su cuaderno de notas y salió de la cafetería furioso.
Y resulta que el cuaderno no tiene nada escrito en realidad, sólo líneas masivas de tinta amontonadas en las páginas desgastadas.
~*~
―Pareces deprimido ―Comenta MinSeok un día, en algún momento a finales de julio, cuando las granizadas de frijoles rojos ya no son suficientes para el calor. Mientras esperan a los músicos que desempacan sus instrumentos y los afinan, se gira hacia JinKi con la cejas arqueadas―. ¿Qué pasó?
JinKi frunce el ceño, recorre todo el camino que hizo desde que salió de la cama y niega con la cabeza―. Nada. Tuve un día bastante normal, ¿por qué?
―No lo sé―MinSeok se encoje de hombros―Te ves un poco serio, eso es todo.
Mientras JinKi se muerde los labios y se pregunta por qué está tan serio cuando todo el mundo ha sido tan perfectamente amigable, MinSeok conversa con KiBum acerca de que el joven y rico escritor no se ha parado por el bar en días.
Cantan la canción de siempre, improvisando algunas líneas antes de que JinKi se dé cuenta que MinSeok tenía razón. Su corazón no está en la música.
~*~
La noche arrastra la oleada de zumbidos de las motocicletas, y charla sobre la figura inmóvil de JinKi. La media noche pasó hace horas, y sus ojos están quemándose por la fatiga, pero JinKi simplemente no podía dormir, así que ahí está, mordiéndose los labios y hojeando su álbum de recortes.
En algún momento antes de que se diera cuenta, empezó a contar el número de nuevas fotografías comparadas al número de fotografías que habían sido tachadas. Y para su decepción, casi todos sus compañeros de preparatoria se han mudado lejos, y él no ha hecho ninguna nota nueva sobre ellos desde hace años. Intenta marcar el viejo número telefónico de Taemin, y por supuesto, está fuera de servicio. Probablemente ha estado así desde hace meses, años, ¿Cuánto tiempo?
―Hey ―Una voz se oye entre la penumbra. JinKi salta casi metro y medio y grita. Pero de alguna manera, la persona parada en el balcón vecino no parece tan desconocida. Tiene una sonrisa un poco torpe, como si le doliera físicamente formarla― ¿Qué estás haciendo aquí?
JinKi vacila si decirle la verdad, pero lo hace de todas formas.
―Cuento la cantidad de personas con las que he perdido contacto.
― ¿Y?
―Son un montón ―Y siente como si fuera a llorar. El distante recuerdo de la amistad, las risas y la camaradería, cosas que ya no le pertenecen, hace que sus lágrimas broten y él gira el rostro hacia las fotos rasgadas de su libro. Las viejas y decoloradas sonrisas, y el dolor concentrado en una sola molécula en ese momento. No quiere llorar, y no sabe por qué está llorando―Apenas ayer… Yo era amigo de todos ellos, pero… Aquí dice que… ¿Se mudaron? ¿Se marcharon? ¿Ya no están? ¿Por qué? ¿En verdad estoy tan solo?
El chico en el balcón de al lado exhala una nube de humo resplandeciente, ocultando una risa ahogada.
―Sí, estás jodidamente solo. Todos estamos solos, pero no vives lo suficiente como para darte cuenta de ello.
JinKi agacha la cabeza y llora más de lo que alguna vez ha llorado antes, y lo sabe porque no es el tipo de dolor que puede ser olvidado por la mañana.
No ve la mirada vacía en el rostro del otro hombre, y tampoco escucha el cigarrillo de éste cayéndose entre sus dedos tres pisos más.
~*~
A la mañana siguiente, JinKi despierta con los ojos hinchados y un mal sabor de boca. Hay un álbum de recortes entre sus brazos, pedazos de papel en sus dedos y muros llenos de notas verdes que le hacen sentir enfermo del estómago.
~*~
―No soy una buena persona. Nunca lo he sido ―Empieza a decir un desconocido cuando JinKi tropieza al interior del elevador. JinKi casi se estremece, pero de alguna manera no está sorprendido al escuchar esta voz. El tono grave y quebrado en cada sílaba. Una clase de reticencia a regañadientes y genuina timidez a pesar de las palabras―. He lastimado a todo aquél que intenta acercarse a mí. Incluso a mí mismo. Soy un cobarde y me desquito con otras personas porque… Me asusta admitirlo.
JinKi asiente con la cabeza y toma nota de todo lo que ve en el hombre delante de él –La corbata aflojada, las pesadas sombras oscuras debajo de sus ojos y las mejillas hundidas, la espalda encorvada, las elevaciones dolorosas de su pecho luchando contra una ajustada camisa blanca-. De alguna manera, sus ojos hinchados y el ácido sabor de batería que no se iría fácilmente con vasos de leche. Su corazón se encoge mientras extiende una mano y toca el brazo del hombre.
―Vas a estar bien.
―Mi nombre es JongHyun.
JinKi no puede escuchar la última sílaba. Sin embargo, el nombre le es familiar en sus labios mientras lo repite como un eco.
―JongHyun.
―Soy escritor ―Dice JongHyun y las puertas del ascensor se deslizan como si fuera una señal. JinKi no se mueve. Se deleitan con la quietud, el zumbido del ventilador y las desiguales y ruidosas exhalaciones. Mientras la puerta se cierra otra vez, JongHyun le cuenta la historia de un muchacho que se enamoró de la danza y de un bailarín, demasiado rápido y profundo. Una historia sobre alguien llamado JongHyun que fue pisoteado por las expectativas y la presión, que se dio por vencido consigo mismo y dejó de amar a la gente, a sí mismo, a la pasión, a la inspiración. No es muy larga, y termina con una nueva historia.
―Así que se convirtió en escritor, y escribió sobre ese bailarín al que amaba y que lo desechó. La inocencia que se derrumbó entre sus manos inevitablemente. La gente se reunió y pagó por ver el festival de la compasión, y lo hicieron rico, y famoso, y triste… Una vez alguien le dijo que era miserable… y él escribió más sobre sueños corroídos y el observar la luna desde el fondo de un pozo, y se hizo más rico aún, y también más triste y más famoso, y, finalmente, Dios decidió sacarlo de su miseria. Pero tenía que escribir un libro más, porque se ha convertido en un hijo de puta que vivió en la miseria. Como un parásito dependiente que succiona la agonía de los huesos de otros.
El ascensor se abre. Esta vez, JinKi da un paso hacia adelante y se lleva a JongHyun con él. Sus pasos forman un ritmo agradable.
―Y ahí estaba esta interesante persona en particular que conoció, que prácticamente le rogó ser escrito. Todo en él era tristeza, pero era tan feliz persiguiendo sueños imposibles. Trabajaba en una fábrica y quería ser un cantante… Aunque no podía recordar ni una mierda. Era un amnésico obligado a abandonarse a sí mismo al final de cada día y que se negaba a aceptarlo. Alguien que luchó contra las adversas pérdidas en un callejón sin salida. Era un poco gracioso, como ver a un hámster corriendo hasta la muerte en su ruedita en busca de una salida que nunca existió.
»Se conocieron un día de julio, el mismo día en que el escritor se enteró que iba a morir. Invitó a este chico a su casa, en donde echaron a andar un ventilador gigante e hicieron que nevara dinero en efectivo desde la ventana, puros billetes grandes. Ese día el escritor estaba enojado con el mundo, y celoso, y quería demostrarle al amnésico que nunca podría alcanzar sus sueños. Que convertirse en cantante era la idea más estúpida en todo el jodido planeta para alguien que ni siquiera podía vivir, que nunca había experimentado el amor, o la pérdida, o la agonía, o la felicidad. Que él convirtiéndose en cantante era como si un robot hablara sobre escribir canciones de amor. Absurdo y jodidamente gracioso.
»JongHyun quería demostrar cuán rico era, cuán asombrosa hubiera sido la vida después de haberse perdido a sí mismo y darse por vencido en todo. Él era alguien que se preocupaba más por proteger un orgullo vacío que por su propia vida. La gente le dijo que hacer fiestas exageradas con torres de champagne y fuentes de chocolate hacía a una persona feliz, así que JongHyun lo hizo y lo repitió varias veces. Y la gente dijo que él era feliz. Él era tan jodidamente feliz y…
»El amnésico no podía verlo. Este mocoso que no podía ni siquiera recordar haber perdido a sus putos mejores amigos y padres, este mocoso que vivía de consejos y contados centavos, la lombriz de tierra más patética, y ni siquiera podía entender ni una mierda cuando la gloria le fue arrojada a la cara. Gloria, fama, riqueza, poder, estatus. Todo por lo que JongHyun… Por lo que yo… he trabajado.
JongHyun se pasó una mano por los cabellos, temblando a pesar del calor.
―Fue entonces cuando me di cuenta de que no eras estúpido, sino que yo, Kim JongHyun, era un imbécil. Todo el tiempo estuve tratando de demostrarme a mí mismo que era feliz, que arrojar por la borda todo lo que alguna vez quise ser, que revolcarme en la desesperación y hacer un espectáculo de mí mismo, era lo correcto. Me mudé a esta porquería de edificio departamental en la que vivías, no para buscar inspiración, sino para verte sufrir. Para confirmar que tú estabas sufriendo. Te observaba cantar noche tras noche, y rezaba para que te jodieras y desentonaras, y te salpicaran la cara con una botella de cerveza. Traté de bombardear tu pequeño capullo porque… Porque yo… Yo sólo quería a alguien que se hundiera conmigo en las arenas movedizas. Pero no te hundiste. Yo estaba equivocado. Estoy equivocado, y soy un imbécil de mierda.
―Pero no eres un imbécil ―Le interrumpe JinKi.
Están apoyados en la barandilla del pequeñísimo balcón de JinKi. JinKi está inclinado sobre el metal, apreciando las sombras extendidas sobre el pasto, con los brazos metidos bajo su pecho y moviendo la cabeza de vez en cuando. JongHyun está junto a él, apoyado en sus codos y mirando hacia el otro lado, con las piernas cruzadas y la mirada en las estrellas mientras JinKi susurra:
―Sólo estás perdido.
JongHyun lo mira por primera vez, en verdad, por debajo de sus pestañas. La luz de la luna le recorre la cara, resaltando todos los pliegues suaves y la carne plástica, y JinKi piensa que JongHyun se ve tan extraordinariamente delicado de esta forma. Tan extraordinariamente hermoso.
―Voy a estar más perdido aun. Perdido, perdido, y entonces… ―Susurra JongHyun― Un día, me haré poof, me habré ido. Seré para el mundo lo que las fotografías de tu álbum son para ti. El mundo no recordará haberme perdido.
La voz de JinKi se quiebra en todo el lugar, y sus uña penetran el óxido cuando finalmente habla:
―No, no te hagas poof.
JongHyun suelta el bufido, de ese tipo burlón y despectivo, como cuando dices algo por decir, y hace que JinKi quiera agarrarlo de los hombros y gritarle que le importa, que lo dice en serio… Lee JinKi no permitirá que Kim JongHyun se haga poof. Salvo que no tiene una ni idea de por qué le importa, y puede que JongHyun tenga razón. Quizás esté diciéndolo por decir. Quizás no le importa. En realidad no conoce a éste Kim JongHyun después de todo, y no tiene ningún recuerdo de lo que ha pasado entre ellos dos.
―Yo sólo quiero recordarte. Aunque sea por un minuto más…
Pero si fuera tan simple como eso, su pecho no le dolería tanto como le duele ahora.
Sus hombros se rozan un poco, pero ninguno de los dos se aleja.
- LEE ESTO ANTES DE COMENTAR:
- Fuck Yeah, tiempo record. 7,387 palabras en dos horas, ¿Soy genial? Los capítulos son un poco largos y espero traducirlos de forma entendible ~ Nos veremos en el siguiente capítulo y díganme si quieren qud continue adaptando xD ~ Ojalá les guste la historia *^*
LiaOlmu
Choi MinHo ♥ Onew ♥ Omma Hana ♥ Sheila
527
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Pensaba escribir un mega post con quotes y toda la onda pero...
Estoy en en una contradicción, tengo sentimientos encontrados. ¿ Debería tener compasión por la situación de JinKi? ¿Seria correcto sentir eso? Después de todo no es nada agradable que sientan lástima por tí.
Ciertamente viendo a tal vez donde se dirigía la trama, no solo es difícil para JinKi, sino para Jonghyun, pero también es un poco cruel. Aunque el está viendo la vida tal y como es. Tal y como se está jodiendo en ella.
Este escrito es una joya.
Estoy en en una contradicción, tengo sentimientos encontrados. ¿ Debería tener compasión por la situación de JinKi? ¿Seria correcto sentir eso? Después de todo no es nada agradable que sientan lástima por tí.
Ciertamente viendo a tal vez donde se dirigía la trama, no solo es difícil para JinKi, sino para Jonghyun, pero también es un poco cruel. Aunque el está viendo la vida tal y como es. Tal y como se está jodiendo en ella.
Este escrito es una joya.
Última edición por Mizore-chan el Vie Ene 25, 2013 8:30 pm, editado 1 vez
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Estoy sin palabras.
Siento una pena horrible, incluso llegue a tener los ojos con lagrimas, pero no lloré y no lo haré. Como que no puedo llorar, pero si tengo pena.. es un sentimiento extraño.
La vida de Jinki es tan.. horrible & sinceramente me siento estupidamente identificada, sobretodo en esta parte
Debe ser horrible estar en su situación, que el resto haga su vida y él no puede "avanzar"
El caso de Jonghyun no me llega tanto~ debe ser porque tiene una enfermedad casi "normal" y no como Jinki.. que no puede amar, o por lo menos por ahora.
Por favor, actualiza pronto~ no tan pronto.. pero si pronto (? Estoy loca ;c
Muchas.. pero muchas gracias por traducirlo, enserio.. Hace mucho que no leo fanfic porque no encuentro unos buenos, y este te esta quedando espectacular ..no terminare decepcionada para nada jiji
Cuídate mucho~ <3
Siento una pena horrible, incluso llegue a tener los ojos con lagrimas, pero no lloré y no lo haré. Como que no puedo llorar, pero si tengo pena.. es un sentimiento extraño.
La vida de Jinki es tan.. horrible & sinceramente me siento estupidamente identificada, sobretodo en esta parte
―Son un montón ―Y siente como si fuera a llorar. El distante recuerdo de la amistad, las risas y la camaradería, cosas que ya no le pertenecen, hace que sus lágrimas broten y él gira el rostro hacia las fotos rasgadas de su libro. Las viejas y decoloradas sonrisas, y el dolor concentrado en una sola molécula en ese momento. No quiere llorar, y no sabe por qué está llorando―Apenas ayer… Yo era amigo de todos ellos, pero… Aquí dice que… ¿Se mudaron? ¿Se marcharon? ¿Ya no están? ¿Por qué? ¿En verdad estoy tan solo?
Debe ser horrible estar en su situación, que el resto haga su vida y él no puede "avanzar"
El caso de Jonghyun no me llega tanto~ debe ser porque tiene una enfermedad casi "normal" y no como Jinki.. que no puede amar, o por lo menos por ahora.
Por favor, actualiza pronto~ no tan pronto.. pero si pronto (? Estoy loca ;c
Muchas.. pero muchas gracias por traducirlo, enserio.. Hace mucho que no leo fanfic porque no encuentro unos buenos, y este te esta quedando espectacular ..no terminare decepcionada para nada jiji
Cuídate mucho~ <3
Última edición por Mixool el Vie Ene 25, 2013 11:17 pm, editado 1 vez
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Perdon por no comentar ayer, lo lei pero desde el ipod & ya sabes que siempre me da asi como mucha flojera comentar desde ahi, pero ahora que estoy aqui, pues ya...XD
Me has dejado con el alma herida y el corazon roto... Diablos, eso sono de cancion, deberia escribir una LOL...Basta, me desvio del tema.
Debo admitir que en este capitulo se me salieron lagrimas & tenia un nudo en la garganta asi horrible, esto es muy triste. Sin embargo, no siento tristeza por Jinki, porque al fin de cuentas es como Jonghyun dice, el no siente nada, es incapaz. El hecho de que olvide todo lo del dia anterior lo deja...sin nada.
Claro, tambien siento tristeza por el (No tanta como por Jonghyun) porque debe ser horrible despertarte creyendo que todo sigue igual & cuando te das cuenta, todo cambio. Quizas ahora tienes arrugas, o alguien cercano a ti muere, todos se alejan....Debe ser horrible.
En fin, amo totalmente esto. La escritura es increible... & si hiciste un record, diablos, a mi me da tanta flojera traducir a veces....Pero la verdad, exijo el resto ahora (No leo fanfics de EXO, pero pues como lo adaptaste a SHINee, entonces si, leo)
LOL, esperare pacientemente a que acabes de traducir la proxima parte (La verdad es que te acosare por messenger & Facebook XD)
Te amo
PD: Perdona mi post feo, pero tu sabes que me da flojera editar aqui, ademas te puse mi alma en este escrito XD....Te amo
Me has dejado con el alma herida y el corazon roto... Diablos, eso sono de cancion, deberia escribir una LOL...Basta, me desvio del tema.
Debo admitir que en este capitulo se me salieron lagrimas & tenia un nudo en la garganta asi horrible, esto es muy triste. Sin embargo, no siento tristeza por Jinki, porque al fin de cuentas es como Jonghyun dice, el no siente nada, es incapaz. El hecho de que olvide todo lo del dia anterior lo deja...sin nada.
Claro, tambien siento tristeza por el (No tanta como por Jonghyun) porque debe ser horrible despertarte creyendo que todo sigue igual & cuando te das cuenta, todo cambio. Quizas ahora tienes arrugas, o alguien cercano a ti muere, todos se alejan....Debe ser horrible.
En fin, amo totalmente esto. La escritura es increible... & si hiciste un record, diablos, a mi me da tanta flojera traducir a veces....Pero la verdad, exijo el resto ahora (No leo fanfics de EXO, pero pues como lo adaptaste a SHINee, entonces si, leo)
LOL, esperare pacientemente a que acabes de traducir la proxima parte (La verdad es que te acosare por messenger & Facebook XD)
Te amo
PD: Perdona mi post feo, pero tu sabes que me da flojera editar aqui, ademas te puse mi alma en este escrito XD....Te amo
YonHye
Minho
361
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
Me quedé sin palabras, últimamente me he vuelto muy hard shipper de una couple en especial, por lo cual me gusta leer sólo fanfics u one-shots de ellos. Y aunque tristemente deseaba que éste fic fuera protagonizado por esa pareja, no me molesta en lo absoluto que sea un INCREÍBLE Jongyu. Puedo decir sinceramente que es lo mejor que he leído, me acostumbré a lectura bastante simple, sin un transfondo que te estruje el corazón, pero oh dios mío, ésto me ha dado una patada en el trasero. Santa cachucha, contiene tanto drama psicológico, más allá de la enfermedad, más allá de que ambos se estén muriendo de diferentes maneras. I can't...tanta pena, de algo tan simple, pero tan complicado a la vez. Cada quien se hunde en su mundo de miseria como puede, ¿no?, anda, enamorense, tal vez sea su último respiro. ;;
Muchas gracias por la traducción Lily, me encantan tus escritos.
Muchas gracias por la traducción Lily, me encantan tus escritos.
Re: Anterograde Tomorrow {JongYu/Traducción}
NO E PARADO DE LLORAR !
soy como una Jonghyun TmmT soy tan sensible con esto ay :') síguelo porfavor
soy como una Jonghyun TmmT soy tan sensible con esto ay :') síguelo porfavor
Ontokisshi
Onew
966
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