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-:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Janess Mar Abr 10, 2012 8:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Título: Bajo la piel del deseo
Adaptación: Janess
Género: Lemon
Parejas: Principal 2min, menciones del jongkey y Joonew... y otras? xD
Notas: Aclaro! este fic no es mio! yo lo estoy adaptando y si! otra historia para el 2min! *-* kekeke... al principio no estaba muy segura si hacer la adapta... pero my BFF me dió animos! thank you *.* ... espero les guste! xD
Frente a la cabaña se encontraba el pequeño, se sentó al lado de su abuelo HaeJoong, el niño apenas tenía 8 años, pero era consciente del por qué el anciano no vivía con su familia. Porque el padre del pequeño MinHyuk , El señor Yun Gyeom , se avergonzaba de él.
-No es más que un jodido anciano -gritaba enfurecido Yun Gyeom horas después de visitar a su padre- Cree que ese acento es algo de lo que se debe estar orgulloso? Si, el padre de Min Hyuk odiaba su origen, no le gustaba que la gente supiera que era de Busan, si él pudiera enviar al abuelo lejos, lo haría. Pero no podía obligar a aquel anciano a hacer nada, era demasiado terco.
-Minhyuk, muchacho, mira esa puesta de sol. -el abuelo le señaló los majestuosos colores que cubrían la ciudad.-Es casi tan bonita como las que tenemos en Busan. Casi.
-¿Por qué no vuelves allí? -le preguntó el niño, consciente de la nostalgia impresa en la voz del anciano.- Papá dice que tienes suficiente dinero para vivir donde quieras.
Observó el rostro surcado de arrugas de su abuelo. La brillante mirada profunda era muy parecida a la de su nieto y más brillante que la de su hijo, sin las motas verdes que tenía la de éste.
El anciano sonrió; una extraña, triste y pequeña sonrisa.
-Porque mi Young Mi está aquí. -Señaló el pequeño cementerio, el lugar donde estaba enterrada la abuela de Min hyuk.
-¿La abuela no quiere que te vayas? –el pequeño frunció el ceño. Su abuela estaba muerta, ¿cómo le iba a importar?
-Oh, mi Young Mi me sonreiría igual allá donde fuera. -El anciano esbozó de nuevo aquella pequeña sonrisa.- Pero si me separara de ella, sentiría esa distancia en mi alma, ¿entiendes?
El niño negó con la cabeza.
El abuelo suspiró.
-Tienes ojos hermosos, muchacho. Un día de estos, esos ojos verán por ti, y sentirás como si el corazón se te fuera a salir del pecho. Es la mirada, Minhyuk. Cuando ames, cuando ames de verdad, ten cuidado, muchacho, porque esos ojos que tienes no son sólo el espejo de tu alma, sino del alma de la persona a la que ames. -El abuelo miró la tumba de Young Mi-. Y cuando se pierde el corazón de esa manera, es imposible abandonar los lugares donde están tus mejores recuerdos. Si tuviera que irme, no podrían enterrarme junto a tu abuela.
El anciano dirigió la mirada al niño, y éste sintió una opresión en el pecho al pensar que algún día tendría que enterrar a su abuelo en aquella tierra dura y desolada.
-La profunda mirada… -murmuró el anciano unos instantes más tarde-. Mi padre me advirtió igual que ahora te estoy advirtiendo yo a ti, muchacho. No pierdas a la persona que ames, pues perderás una parte de tu alma si lo haces. Es el legado de esos ojos.
Minhyuk frunció el ceño. Lo que decía el abuelo no tenía mucho sentido y decidió que le preguntaría a su tío Yunho sobre ello cuando volviera. Yunho todavía recordaba a su abuela. Tenía cinco años cuando ella murió, un poco antes de que naciera Minhyuk.
-Entonces, ¿mis ojos son malos? -preguntó el pequeño finalmente.-No, no son malos -suspiró su abuelo.- No son malos en absoluto, muchacho. Te darás cuenta un día de estos. Uno de estos días, ya verás. Esos ojos verán lo que nadie más ha visto. -Clavó la mirada en su nieto-. Quien tenga tu alma, tendrá tu corazón. -Dio una palmada en el pecho de Minhyuk--. Y podrá incluso ver a través de ti.
-Entonces ¿papá no tiene esos ojos? -Los ojos de Yun Gyeom estaban matizados con motas verdes. Nunca le había visto con el gesto relajado y gruñía sin parar.
La preocupación se reflejó en la cara de su abuelo.
-Tu padre es un buen hombre -afirmó repitiendo lo que siempre decía.
-¿De veras, abuelo? –Minhyuk pensó en el niño un poco mayor que él que había en casa. El niño que su abuelo decía que era su hermano. El niño del que Yun Gyeom renegaba-. El pequeño se llamaba Jonghyun debería tener también un padre.
El abuelo puso la mano sobre la cabeza del niño y le dijo suavemente:
-Nada es cómo pensamos, muchacho. No todo es blanco o negro, sino que existen infinidad de matices grises. Tienes que averiguar el porqué de las cosas, no sólo fiarte de lo que ves.
-Porque él no nos quiere -susurró Minhyuk, aceptándolo como sólo los niños podían aceptar esas cosas.
El abuelo asintió con la cabeza.
-Los tonos grises, muchacho. Recuérdalo. Siempre hay algo que no sabes y que no puedes ver. A veces el amor no es como pensamos que debería ser. Sólo recuerda eso y todo irá bien.
Minhyuk creció buscando los matices grises. Luego maduró y se convirtió en un SEAL, y los matices grises se perdieron en su mente, aunque sabía que seguían estando allí. Siempre en un lugar diferente, siempre moviéndose. Hasta el día que vio el infierno. Y las cenizas del infierno. Y aprendió que había matices que jamás hubiera podido imaginar que existieran.
********************************
Doce años después
Minhyuk se sentó en el escritorio de la oficina del taller mecánico que poseía y contempló al joven que hablaba con uno de sus empleados.
Parecía enfadado y exasperado. Tenía el cabello rubio como el oro, se formaba como una hermosa cascada dorada que brillaba bajo la luz del sol. Era delgado pero no demasiado. Tenía un trasero definido que podía observarse debajo de aquellos pantalones negros, y una polera blanca que se adhería a su torso al compás del viento. Unas zapatillas grises completaban el atuendo.
Finalmente, el joven levantó las manos, alzó la vista y sus miradas se cruzaron. Las fosas nasales del rubio se ensancharon con determinación y se apresuró a dejar atrás al mecánico con el que había estado discutiendo, caminando hacia la puerta de su oficina.
El pelinegro observó cómo aquella asombrosa visión atravesaba la estancia y plantaba las manos en su escritorio mientras lo fulminaba con la mirada.
-Mire, todo lo que necesito es una llave inglesa -dijo enérgicamente-. Présteme una. Véndamela si quiere. No importa. Si no arreglo ese coche, acabaré teniendo que hacer autostop. ¿Tengo pinta de querer hacer autostop? -Extendió los brazos al tiempo que se incorporaba, le dirigió una angustiada mirada con sus hermosos ojos chocolates y apretó los labios rosados al darse cuenta de que el mecánico se acercaba por su espalda.
-No, no la tienes. -Minhyuk negó con la cabeza, deslizando la mirada por su figura antes de volver su atención al mecánico-. ¿Hay alguna razón por la que no podamos revisarle el coche? -le preguntó al otro hombre.
El interrogado entrecerró los ojos.
-El taller está completo, jefe, ya se lo he dicho.
-Sólo una llave inglesa -gruñó él entre dientes-. Sólo préstenme una maldita llave inglesa.
Parecía frustrado. Tenía la frente cubierta de sudor y las mejillas relucientes. Pero la expresión de su rostro se relajó cuando logró controlar sus emociones.
-Escuche. -El rubio había suavizado la voz, y él quedó cautivado. Allí, ante la voz de aquel dulce y hermoso chiquillo, MinHyuyk perdió el corazón-. Sólo necesito un poco de ayuda. Se lo juro. Si me deja estancado llegaré tarde a una entrevista de trabajo. Le prometo que no le robaré demasiado tiempo.
El joven sonrió, y él sintió que el mundo se movía bajo sus pies. Aquellos labios se curvaron dulcemente, con una mezcla de nerviosismo, frustración y preocupación, y se mantuvieron así. Pero le había sonreído y ese simple gesto había conseguido que Min Hyuk volviera a sentirse como un adolescente.
Se levantó del escritorio y señaló la puerta con la mano.
-Muéstreme el coche. Le ayudaremos a ponerse en camino.
-Pero jefe, estamos hasta arriba -protestó el mecánico.
El alto lo ignoró y observó cómo el joven se giraba y lo precedía hasta la puerta. Su mirada se fijó en el pequeño trasero mientras él caminaba y fue la más hermosa de las visiones. Le hormiguearon las manos por las ganas de tocarlo. Ardía en deseos de acunar aquellas curvas y sentirlas bajo los dedos.
-Me llamo Taemin. -El joven le brindó una sonrisa por encima del hombro-. De veras, no sabe cuánto le agradezco lo que está haciendo.
El tono suave de su voz conseguiría que él se corriera en los vaqueros. No podría contenerse si él seguía hablándole de esa manera.
Tenía que aprovechar la oportunidad.
-Le costará algo -le dijo arrastrando las palabras mientras abría el capó del pequeño sedán deportivo.
-Siempre es así -suspiró el rubio-. ¿De cuánto estamos hablando?
Parecía preocupado. Definitivamente, era una persona con una meta y estaba dispuesto a conseguirla.
-Una cena. –MinHyuk sonrió ampliamente al percibir la sorpresa en los ojos del rubio.
-¿Una cena? -La cautela se reflejó en la voz de Taemin.
-Sólo una cena -le prometió él. Por ahora-. Esta noche.
El rubio le miró fijamente durante un largo momento; aquellos ojos chocolates parecieron clavarse en los de él, escrutando y calentando zonas en su interior que el pelinegro no sabía que existieran. Y mucho menos que estuvieran frías.
Al fin, curvó los labios, brindándole una encantadora sonrisa.
-¿El chico malo de la ciudad me está invitando a cenar? -se mofó traviesamente-Creo que me voy a desmayar.
-Me estás confundiendo con él -Señaló al mecánico que se encontraba observando la situación. - Yo sólo soy un simple mecánico y un SEAL. -Las mujeres se morían por los SEAL’s y los hombres anhelaban ser uno. Y él haría cualquier cosa por impresionarlo.
-MinHyuk, el SEAL de mirada profunda y sonrisa cautivadora -replicó - Sé quién eres.
-Pero yo no sé quién eres tú -dijo sombríamente- Y me encantaría descubrirlo.
Aquella mirada de nuevo. Intensa, penetrante.
-En la cena -acordó él al fin-, nos veremos entonces.
¡Bien!
-Reservaré mesa en Mediterráneo -Nombró el restaurante más caro, lo que tampoco decía nada-. A las siete.
-De acuerdo, estaré allí a las siete. Pero no podré hacerlo si no me arreglas el coche.
Taemin sonrió con ironía para sus adentros. Tenía el presentimiento de que si le contaba que sabía qué era exactamente lo que le ocurría a su coche, jamás le creería. Lo dejó perder el tiempo, encontrar el manguito suelto y apretarlo. No le había mentido cuando le había dicho que lo único que necesitaba era una llave inglesa. Su padre le había enseñado cómo arreglárselas con cualquier vehículo hacía mucho tiempo. Por desgracia, en aquel momento no tenía una llave inglesa a mano.
Así que dejó que le arreglara el coche, fingiendo que era un pobre chiquillo indefenso, porque le encantaba la manera en que lo miraba, cómo se oscurecían aquellos ojos que brillaban intensamente en su rostro bronceado.
-A las siete -le recordó él mientras cerraba el capó y lo miraba con intensidad-. Te estaré esperando.
-Allí estaré -le prometió. No había manera de que él no acudiera a la cita. Lo había visto con frecuencia en el pueblo, incluso había tenido fantasías con él un par de veces.
El ardiente SEAL. El niño malo. Todas las chicas e incluso chicos de la facultad iban tras él. Pero, tal y como decidió Taemin en ese momento, Min Hyuk iba a ser suyo.
*************************
Dos años después
-Oh, Dios, Tae, ¿qué has hecho?
El menor dio un respingo y se giró hacia el alto, que se dirigía furioso al lugar donde su coche había impactado con la parte trasera del todoterreno. Fascinado, observó sus feroces ojos oscuros, el cuerpo duro y bronceado, el pecho húmedo de sudor, trozos de la hierba que había estado cortando pegadas a los vaqueros... convivían desde hace casi un año.
-Es sólo una pequeña abolladura, Min Hyuk. Te lo prometo. -Tenía el corazón en la garganta. No por miedo. El jamás le haría daño. Pero su furia era temible.
-Una pequeña abolladura? -Lo agarró por los hombros, lo apartó a un lado y bajó la mirada hacia el guardabarros abollado que se había hundido en el parachoques de su todoterreno.
Había sido un accidente. Y, en realidad, había ocurrido por culpa del alto. Si no hubiera estado cortando el césped sin llevar nada más que las botas y aquellos vaqueros que le ceñían el trasero, jamás habría ocurrido.
-Has chocado contra mi coche. -El orgullo y la indignación rezumaban en su voz-. Es mi todoterreno, Tae.
Sí. Lo era. Estaba muy orgulloso del potente cuatro por cuatro negro. Lo mimaba más que cualquier mujer a su hijo. Taemin se hubiera sentido celoso si no fuera porque no había manera de que él pudiera meter el vehículo en casa.
-Lo siento mucho…. -Su voz se volvió ronca al alzar la mirada hacia él, mordiéndose los labios con nerviosismo mientras se preguntaba cuánto tardaría en enfurecerse.
En cuanto lo hiciera, se transformaría en un hombre sombrío y parco en palabras. Lo fulminaría con la mirada.
Se dedicaría a ver los partidos de basquetbol. Se acostaría tarde. Muy tarde. Mucho después de que él se hubiera ido a dormir. No hablaría con él hasta la mañana siguiente. Lo cual era, sencillamente, injusto.
-MinHuyk, por favor, no te enfades conmigo.- dijo el menor haciendo un puchero.
-¿Cómo es posible que hayas chocado contra MI todoterreno? ¿Cómo? Si estaba aparcado aquí mismo. A plena vista, Lee Taemin. -Se estaba enfadando. Sólo decía su nombre completo cuando estaba o muy enfadado o muy excitado. Y no estaba excitado. Aquello no era una buena señal. Tae podía vivir con eso durante unos días, pero no le apetecía.
El rubio dio un fuerte pisotón en el suelo y lo miró furioso.
-Si no fuera por tu culpa, jamás habría chocado.
-¿Por mi culpa? – el mayor retrocedió un paso, negando violentamente con la cabeza-. ¿Cómo puede ser esto culpa mía?
-Porque estabas cortando la hierba sin camisa, vestido sólo con esos provocativos vaqueros y las botas, y en cuanto vi ese trasero me puse caliente. Has sido tú quien me ha distraído, así que la culpa es tuya. Si te hubieras vestido de manera decente esto no habría ocurrido, Min Hyuk...
El alto lo besó. No fue un beso tierno o gentil, sino áspero, rudo y lleno de lujuria. Lo estrechó con fuerza contra su cuerpo y presionó su miembro contra el contrario, haciéndolo jadear de placer.
-Te mereces unos buenos azotes. -Lo tomó en brazos y atravesó con él el patio, dejando abierta la puerta del coche del rubio y alejándose del todoterreno abollado-. Debería zurrarte, Taemin. Ver cómo ese precioso trasero que tienes se pone completamente rojo.
Entró y cerró la puerta de un golpe antes de dirigirse hacia las escaleras.
-Oh, zúrrame, MinHyuk -le susurró provocativamente al oído-. Haz que suplique.
Él se estremeció contra el menor, lo arrojó sobre la cama y se dispuso a hacer lo que le pedía.
*****************************
Una semana después
-Volveré a casa en una semana. –MinHyuk estaba vestido con vaqueros y camiseta. No parecía un SEAL, sino alguien que estaba a punto de salir de viaje por diversión. Nada relevante.
Taemin sabía cómo engañarse a sí mismo.
-El todoterreno estará aparcado mañana delante de la tienda -le dijo Taemin asintiendo con la cabeza mientras le observaba sacar el petate del armario y girarse hacia él-. Lo meteré en el garaje y lo cuidaré por ti. --Taemin le sonrió provocativamente.- Me debes una, no sabes lo que tuve que hacer para lograr que lo arreglaran tan rápido. Tienes unos mecánicos muy exigentes.
Min Hyuk poseía un taller y una estación de autoservicio. Un pequeño y próspero negocio que Tae sabía que le encantaba.
Min Hyuk soltó un gruñido, recorriendo con la vista las piernas desnudas del rubio cuando éste se sentó en la cama con unos pantalones cortos.
-Hongo -gruñó él-. Tengo que irme y lo sabes. – En una ocasión Taemin le había mostrado unas fotografías que para él no eran aptas para el público, sin embargo por la insistencia del alto accedió a mostrárselas, no pasó mucho tiempo luego de que se arrepintiera, ya que MinHyuk no había parado de reírse desde que vio una foto en la que según el rubio lucia el peor corte que pudo tener en la vida, cabello negro, lacio y si! Parecía un hongo; para el pelinegro no era así, todo lo contrario le parecía de lo más tierno, pero no por ello dejaría de molestarlo, amaba las caras del menor cuando se enfadaba.
El rubio se quitó la polera y se desabrochó los pantalones cortos, dejándolos caer por las piernas. Sin dejar de observar a la persona que tenía enfrente, deslizó los dedos por sobre su entrepierna y luego se llevó la mano a la boca.
Min Hyuk gimió y Tae adoró aquel sonido. Había separado los labios y tenía una mirada salvaje, como si lo estuviera saboreando.
-Vamos, un rapidito -susurró el menor, desesperado por tenerlo una última vez antes de que lo dejara. Se incorporó en la cama cuando él se acercó y le quitó el cinturón con dedos ágiles-. Te desafío. Hazme tuyo como más desees...
El alto le dio la vuelta, lo empujó sobre el borde de la cama y, al cabo de dos segundos, lo estaba penetrando. Duro y palpitante, acariciándolo, llenándolo, enterrándose en él con rápidos y duros envistes hasta que Tae se sintió atravesado por una violenta y candente sensación de placer.
-Min..hyu… Min Hyuk, te amo -gritó mientras él lo embestía, inmovilizándolo y moviendo las caderas con fuerza contra las de él, sujetándolo fieramente con las manos, quemándole la piel con los dedos.
Luego, él susurró las mismas palabras en el acento que su abuelo le había enseñado.
-Para siempre -susurró Tae, girando la cabeza hacia él y aceptando su beso-. Para siempre, Min Hyuk.
*********************
Una semana después
Tae abrió la puerta y se quedó paralizado. El tío de MinHyuk, Yunho, estaba en el umbral, llevaba un uniforme blanco, con la gorra en la mano y las medallas colgadas en la pechera. Taemin sintió desfallecer.
-Min Hyuk llegará en cualquier momento -murmuró el rubio con los labios entumecidos, percatándose de la aflicción y el dolor que reflejaba la expresión de Yunho.- Has llegado entes de lo esperado, Yunho. Él aún no está aquí.
Estaba llorando. Podía sentir cómo lágrimas ardientes le abrasaban la piel mientras se apretaba las manos contra el estómago y se le aflojaban las rodillas.
-Tae. –Yunho tenía la voz ronca y los ojos brillantes por las lágrimas contenidas-. Lo siento.
¿Que lo sentía? ¿Le estaba arrancando las entrañas y decía que lo sentía?
Él negó con la cabeza.
-Por favor, no lo digas, Yunho. Por favor no lo digas. -Tae. -El tragó saliva-. Sabes que tengo que hacerlo.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que destruirlo?
-Tengo que comunicarte con gran pesar que...
-¡No, no! -gritó mientras Yunho lo envolvía entre sus brazos y lo ayudaba a entrar en casa. El joven siguió gritando. Gritos que le desgarraron el pecho como una cuchillada brutal y despiadada. El dolor lo arrastró hasta un profundo pozo de desesperación, un abismo del que no creía que pudiera salir jamás.
-¡Min Hyuk! -lloró, gritando su nombre. Él le había jurado que siempre sabría el momento exacto en el que lo necesitaría, incluso en la muerte. Porque él tenía ese don. Era por los ojos, le había asegurado, y él se había reído. Sin embargo, ahora deseaba con todas sus fuerzas que fuera cierto porque necesitaba a Min Hyuk, aquellos feroces ojos - ¡Oh Dios mío, MinHuyk!
***********************
Seis meses después
Tae despertó entre sollozos con la respiración entrecortada y rebuscó en la cama estirando los brazos, arañando las sábanas, la almohada, desesperado por alcanzarlo.
MinHyuk estaba sangrando. Podía ver la sangre en sus manos como si estuviera mirando por los ojos de él. Podía sentir su agonía, sus entrañas retorciéndose, su alma clamando con una angustia que la desgarraba.
Tenía que ser un sueño. Los sollozos le quemaban la garganta mientras se aferraba a las mantas y lanzaba un grito gutural de cruda agonía al sentir que se le partía el corazón.
-¡Min Hyuk!
Gritó su nombre con voz ronca y áspera por las lágrimas, por los horribles meses pasados.
En el entierro... ni siquiera lo habían dejado verlo.
Deshaciéndose en lágrimas, hundió la cara en la almohada y se enfrentó una vez más a la cruda realidad de que MinHyuk se había ido para siempre.
Habían cerrado el ataúd sin que él lo viera. No había podido tocarlo, ni besar su amado rostro, ni decirle adiós. No había nada a lo que aferrarse, nada que aliviara aquella agonía sin fin.
Sólo había vacío. Vacío en su cama, en su vida. Un doloroso y horrible hueco en su alma. Un vacío que lo consumía, que le quemaba la mente y que le recordaba cada segundo, cada día, que MinHyuk se había ido.
Min Hyuk se había marchado.
Para siempre.
Salvo en sus pesadillas. Donde él gritaba su nombre. Donde lo tocaba y se desvanecía antes de que rubio pudiera darle alcance. Donde lo miraba con los ojos llenos de pesar. O cuando él sentía el dolor y las lágrimas del pelinegro. Interminables, agonizantes.
Luego, con la misma rapidez con que comenzaban, en cuanto él se daba cuenta de que lo que sentía era el propio dolor de la persona que amaba, los sueños cambiaban.
-Te amaré siempre, hongo. -Estaba inclinado sobre él, desnudo, con el pecho brillando, la piel dorada bloqueando el sol radiante, los intensos ojos observándolo fijamente-. Siente cómo mi alma toca la tuya, Taemin. Siente cómo te amo, pequeño...
Un grito desgarrador le quemó la garganta cuando intentó aferrarse al aire, a los insustanciales recuerdos que se desvanecían, que se esfumaban igual que Min Hyuk se había ido.
-Oh, Dios mío. Oh, Dios mío... -susurró Tae apretando la almohada contra el pecho y empezando a mecerse.
Echó la cabeza hacia atrás y soltó un grito desolador desde lo más profundo de su alma partida en dos.
-Maldito seas, Min Hyuk...
Título: Bajo la piel del deseo
Adaptación: Janess
Género: Lemon
Parejas: Principal 2min, menciones del jongkey y Joonew... y otras? xD
Notas: Aclaro! este fic no es mio! yo lo estoy adaptando y si! otra historia para el 2min! *-* kekeke... al principio no estaba muy segura si hacer la adapta... pero my BFF me dió animos! thank you *.* ... espero les guste! xD
Prólogo
Frente a la cabaña se encontraba el pequeño, se sentó al lado de su abuelo HaeJoong, el niño apenas tenía 8 años, pero era consciente del por qué el anciano no vivía con su familia. Porque el padre del pequeño MinHyuk , El señor Yun Gyeom , se avergonzaba de él.
-No es más que un jodido anciano -gritaba enfurecido Yun Gyeom horas después de visitar a su padre- Cree que ese acento es algo de lo que se debe estar orgulloso? Si, el padre de Min Hyuk odiaba su origen, no le gustaba que la gente supiera que era de Busan, si él pudiera enviar al abuelo lejos, lo haría. Pero no podía obligar a aquel anciano a hacer nada, era demasiado terco.
-Minhyuk, muchacho, mira esa puesta de sol. -el abuelo le señaló los majestuosos colores que cubrían la ciudad.-Es casi tan bonita como las que tenemos en Busan. Casi.
-¿Por qué no vuelves allí? -le preguntó el niño, consciente de la nostalgia impresa en la voz del anciano.- Papá dice que tienes suficiente dinero para vivir donde quieras.
Observó el rostro surcado de arrugas de su abuelo. La brillante mirada profunda era muy parecida a la de su nieto y más brillante que la de su hijo, sin las motas verdes que tenía la de éste.
El anciano sonrió; una extraña, triste y pequeña sonrisa.
-Porque mi Young Mi está aquí. -Señaló el pequeño cementerio, el lugar donde estaba enterrada la abuela de Min hyuk.
-¿La abuela no quiere que te vayas? –el pequeño frunció el ceño. Su abuela estaba muerta, ¿cómo le iba a importar?
-Oh, mi Young Mi me sonreiría igual allá donde fuera. -El anciano esbozó de nuevo aquella pequeña sonrisa.- Pero si me separara de ella, sentiría esa distancia en mi alma, ¿entiendes?
El niño negó con la cabeza.
El abuelo suspiró.
-Tienes ojos hermosos, muchacho. Un día de estos, esos ojos verán por ti, y sentirás como si el corazón se te fuera a salir del pecho. Es la mirada, Minhyuk. Cuando ames, cuando ames de verdad, ten cuidado, muchacho, porque esos ojos que tienes no son sólo el espejo de tu alma, sino del alma de la persona a la que ames. -El abuelo miró la tumba de Young Mi-. Y cuando se pierde el corazón de esa manera, es imposible abandonar los lugares donde están tus mejores recuerdos. Si tuviera que irme, no podrían enterrarme junto a tu abuela.
El anciano dirigió la mirada al niño, y éste sintió una opresión en el pecho al pensar que algún día tendría que enterrar a su abuelo en aquella tierra dura y desolada.
-La profunda mirada… -murmuró el anciano unos instantes más tarde-. Mi padre me advirtió igual que ahora te estoy advirtiendo yo a ti, muchacho. No pierdas a la persona que ames, pues perderás una parte de tu alma si lo haces. Es el legado de esos ojos.
Minhyuk frunció el ceño. Lo que decía el abuelo no tenía mucho sentido y decidió que le preguntaría a su tío Yunho sobre ello cuando volviera. Yunho todavía recordaba a su abuela. Tenía cinco años cuando ella murió, un poco antes de que naciera Minhyuk.
-Entonces, ¿mis ojos son malos? -preguntó el pequeño finalmente.-No, no son malos -suspiró su abuelo.- No son malos en absoluto, muchacho. Te darás cuenta un día de estos. Uno de estos días, ya verás. Esos ojos verán lo que nadie más ha visto. -Clavó la mirada en su nieto-. Quien tenga tu alma, tendrá tu corazón. -Dio una palmada en el pecho de Minhyuk--. Y podrá incluso ver a través de ti.
-Entonces ¿papá no tiene esos ojos? -Los ojos de Yun Gyeom estaban matizados con motas verdes. Nunca le había visto con el gesto relajado y gruñía sin parar.
La preocupación se reflejó en la cara de su abuelo.
-Tu padre es un buen hombre -afirmó repitiendo lo que siempre decía.
-¿De veras, abuelo? –Minhyuk pensó en el niño un poco mayor que él que había en casa. El niño que su abuelo decía que era su hermano. El niño del que Yun Gyeom renegaba-. El pequeño se llamaba Jonghyun debería tener también un padre.
El abuelo puso la mano sobre la cabeza del niño y le dijo suavemente:
-Nada es cómo pensamos, muchacho. No todo es blanco o negro, sino que existen infinidad de matices grises. Tienes que averiguar el porqué de las cosas, no sólo fiarte de lo que ves.
-Porque él no nos quiere -susurró Minhyuk, aceptándolo como sólo los niños podían aceptar esas cosas.
El abuelo asintió con la cabeza.
-Los tonos grises, muchacho. Recuérdalo. Siempre hay algo que no sabes y que no puedes ver. A veces el amor no es como pensamos que debería ser. Sólo recuerda eso y todo irá bien.
Minhyuk creció buscando los matices grises. Luego maduró y se convirtió en un SEAL, y los matices grises se perdieron en su mente, aunque sabía que seguían estando allí. Siempre en un lugar diferente, siempre moviéndose. Hasta el día que vio el infierno. Y las cenizas del infierno. Y aprendió que había matices que jamás hubiera podido imaginar que existieran.
********************************
Doce años después
Minhyuk se sentó en el escritorio de la oficina del taller mecánico que poseía y contempló al joven que hablaba con uno de sus empleados.
Parecía enfadado y exasperado. Tenía el cabello rubio como el oro, se formaba como una hermosa cascada dorada que brillaba bajo la luz del sol. Era delgado pero no demasiado. Tenía un trasero definido que podía observarse debajo de aquellos pantalones negros, y una polera blanca que se adhería a su torso al compás del viento. Unas zapatillas grises completaban el atuendo.
Finalmente, el joven levantó las manos, alzó la vista y sus miradas se cruzaron. Las fosas nasales del rubio se ensancharon con determinación y se apresuró a dejar atrás al mecánico con el que había estado discutiendo, caminando hacia la puerta de su oficina.
El pelinegro observó cómo aquella asombrosa visión atravesaba la estancia y plantaba las manos en su escritorio mientras lo fulminaba con la mirada.
-Mire, todo lo que necesito es una llave inglesa -dijo enérgicamente-. Présteme una. Véndamela si quiere. No importa. Si no arreglo ese coche, acabaré teniendo que hacer autostop. ¿Tengo pinta de querer hacer autostop? -Extendió los brazos al tiempo que se incorporaba, le dirigió una angustiada mirada con sus hermosos ojos chocolates y apretó los labios rosados al darse cuenta de que el mecánico se acercaba por su espalda.
-No, no la tienes. -Minhyuk negó con la cabeza, deslizando la mirada por su figura antes de volver su atención al mecánico-. ¿Hay alguna razón por la que no podamos revisarle el coche? -le preguntó al otro hombre.
El interrogado entrecerró los ojos.
-El taller está completo, jefe, ya se lo he dicho.
-Sólo una llave inglesa -gruñó él entre dientes-. Sólo préstenme una maldita llave inglesa.
Parecía frustrado. Tenía la frente cubierta de sudor y las mejillas relucientes. Pero la expresión de su rostro se relajó cuando logró controlar sus emociones.
-Escuche. -El rubio había suavizado la voz, y él quedó cautivado. Allí, ante la voz de aquel dulce y hermoso chiquillo, MinHyuyk perdió el corazón-. Sólo necesito un poco de ayuda. Se lo juro. Si me deja estancado llegaré tarde a una entrevista de trabajo. Le prometo que no le robaré demasiado tiempo.
El joven sonrió, y él sintió que el mundo se movía bajo sus pies. Aquellos labios se curvaron dulcemente, con una mezcla de nerviosismo, frustración y preocupación, y se mantuvieron así. Pero le había sonreído y ese simple gesto había conseguido que Min Hyuk volviera a sentirse como un adolescente.
Se levantó del escritorio y señaló la puerta con la mano.
-Muéstreme el coche. Le ayudaremos a ponerse en camino.
-Pero jefe, estamos hasta arriba -protestó el mecánico.
El alto lo ignoró y observó cómo el joven se giraba y lo precedía hasta la puerta. Su mirada se fijó en el pequeño trasero mientras él caminaba y fue la más hermosa de las visiones. Le hormiguearon las manos por las ganas de tocarlo. Ardía en deseos de acunar aquellas curvas y sentirlas bajo los dedos.
-Me llamo Taemin. -El joven le brindó una sonrisa por encima del hombro-. De veras, no sabe cuánto le agradezco lo que está haciendo.
El tono suave de su voz conseguiría que él se corriera en los vaqueros. No podría contenerse si él seguía hablándole de esa manera.
Tenía que aprovechar la oportunidad.
-Le costará algo -le dijo arrastrando las palabras mientras abría el capó del pequeño sedán deportivo.
-Siempre es así -suspiró el rubio-. ¿De cuánto estamos hablando?
Parecía preocupado. Definitivamente, era una persona con una meta y estaba dispuesto a conseguirla.
-Una cena. –MinHyuk sonrió ampliamente al percibir la sorpresa en los ojos del rubio.
-¿Una cena? -La cautela se reflejó en la voz de Taemin.
-Sólo una cena -le prometió él. Por ahora-. Esta noche.
El rubio le miró fijamente durante un largo momento; aquellos ojos chocolates parecieron clavarse en los de él, escrutando y calentando zonas en su interior que el pelinegro no sabía que existieran. Y mucho menos que estuvieran frías.
Al fin, curvó los labios, brindándole una encantadora sonrisa.
-¿El chico malo de la ciudad me está invitando a cenar? -se mofó traviesamente-Creo que me voy a desmayar.
-Me estás confundiendo con él -Señaló al mecánico que se encontraba observando la situación. - Yo sólo soy un simple mecánico y un SEAL. -Las mujeres se morían por los SEAL’s y los hombres anhelaban ser uno. Y él haría cualquier cosa por impresionarlo.
-MinHyuk, el SEAL de mirada profunda y sonrisa cautivadora -replicó - Sé quién eres.
-Pero yo no sé quién eres tú -dijo sombríamente- Y me encantaría descubrirlo.
Aquella mirada de nuevo. Intensa, penetrante.
-En la cena -acordó él al fin-, nos veremos entonces.
¡Bien!
-Reservaré mesa en Mediterráneo -Nombró el restaurante más caro, lo que tampoco decía nada-. A las siete.
-De acuerdo, estaré allí a las siete. Pero no podré hacerlo si no me arreglas el coche.
Taemin sonrió con ironía para sus adentros. Tenía el presentimiento de que si le contaba que sabía qué era exactamente lo que le ocurría a su coche, jamás le creería. Lo dejó perder el tiempo, encontrar el manguito suelto y apretarlo. No le había mentido cuando le había dicho que lo único que necesitaba era una llave inglesa. Su padre le había enseñado cómo arreglárselas con cualquier vehículo hacía mucho tiempo. Por desgracia, en aquel momento no tenía una llave inglesa a mano.
Así que dejó que le arreglara el coche, fingiendo que era un pobre chiquillo indefenso, porque le encantaba la manera en que lo miraba, cómo se oscurecían aquellos ojos que brillaban intensamente en su rostro bronceado.
-A las siete -le recordó él mientras cerraba el capó y lo miraba con intensidad-. Te estaré esperando.
-Allí estaré -le prometió. No había manera de que él no acudiera a la cita. Lo había visto con frecuencia en el pueblo, incluso había tenido fantasías con él un par de veces.
El ardiente SEAL. El niño malo. Todas las chicas e incluso chicos de la facultad iban tras él. Pero, tal y como decidió Taemin en ese momento, Min Hyuk iba a ser suyo.
*************************
Dos años después
-Oh, Dios, Tae, ¿qué has hecho?
El menor dio un respingo y se giró hacia el alto, que se dirigía furioso al lugar donde su coche había impactado con la parte trasera del todoterreno. Fascinado, observó sus feroces ojos oscuros, el cuerpo duro y bronceado, el pecho húmedo de sudor, trozos de la hierba que había estado cortando pegadas a los vaqueros... convivían desde hace casi un año.
-Es sólo una pequeña abolladura, Min Hyuk. Te lo prometo. -Tenía el corazón en la garganta. No por miedo. El jamás le haría daño. Pero su furia era temible.
-Una pequeña abolladura? -Lo agarró por los hombros, lo apartó a un lado y bajó la mirada hacia el guardabarros abollado que se había hundido en el parachoques de su todoterreno.
Había sido un accidente. Y, en realidad, había ocurrido por culpa del alto. Si no hubiera estado cortando el césped sin llevar nada más que las botas y aquellos vaqueros que le ceñían el trasero, jamás habría ocurrido.
-Has chocado contra mi coche. -El orgullo y la indignación rezumaban en su voz-. Es mi todoterreno, Tae.
Sí. Lo era. Estaba muy orgulloso del potente cuatro por cuatro negro. Lo mimaba más que cualquier mujer a su hijo. Taemin se hubiera sentido celoso si no fuera porque no había manera de que él pudiera meter el vehículo en casa.
-Lo siento mucho…. -Su voz se volvió ronca al alzar la mirada hacia él, mordiéndose los labios con nerviosismo mientras se preguntaba cuánto tardaría en enfurecerse.
En cuanto lo hiciera, se transformaría en un hombre sombrío y parco en palabras. Lo fulminaría con la mirada.
Se dedicaría a ver los partidos de basquetbol. Se acostaría tarde. Muy tarde. Mucho después de que él se hubiera ido a dormir. No hablaría con él hasta la mañana siguiente. Lo cual era, sencillamente, injusto.
-MinHuyk, por favor, no te enfades conmigo.- dijo el menor haciendo un puchero.
-¿Cómo es posible que hayas chocado contra MI todoterreno? ¿Cómo? Si estaba aparcado aquí mismo. A plena vista, Lee Taemin. -Se estaba enfadando. Sólo decía su nombre completo cuando estaba o muy enfadado o muy excitado. Y no estaba excitado. Aquello no era una buena señal. Tae podía vivir con eso durante unos días, pero no le apetecía.
El rubio dio un fuerte pisotón en el suelo y lo miró furioso.
-Si no fuera por tu culpa, jamás habría chocado.
-¿Por mi culpa? – el mayor retrocedió un paso, negando violentamente con la cabeza-. ¿Cómo puede ser esto culpa mía?
-Porque estabas cortando la hierba sin camisa, vestido sólo con esos provocativos vaqueros y las botas, y en cuanto vi ese trasero me puse caliente. Has sido tú quien me ha distraído, así que la culpa es tuya. Si te hubieras vestido de manera decente esto no habría ocurrido, Min Hyuk...
El alto lo besó. No fue un beso tierno o gentil, sino áspero, rudo y lleno de lujuria. Lo estrechó con fuerza contra su cuerpo y presionó su miembro contra el contrario, haciéndolo jadear de placer.
-Te mereces unos buenos azotes. -Lo tomó en brazos y atravesó con él el patio, dejando abierta la puerta del coche del rubio y alejándose del todoterreno abollado-. Debería zurrarte, Taemin. Ver cómo ese precioso trasero que tienes se pone completamente rojo.
Entró y cerró la puerta de un golpe antes de dirigirse hacia las escaleras.
-Oh, zúrrame, MinHyuk -le susurró provocativamente al oído-. Haz que suplique.
Él se estremeció contra el menor, lo arrojó sobre la cama y se dispuso a hacer lo que le pedía.
*****************************
Una semana después
-Volveré a casa en una semana. –MinHyuk estaba vestido con vaqueros y camiseta. No parecía un SEAL, sino alguien que estaba a punto de salir de viaje por diversión. Nada relevante.
Taemin sabía cómo engañarse a sí mismo.
-El todoterreno estará aparcado mañana delante de la tienda -le dijo Taemin asintiendo con la cabeza mientras le observaba sacar el petate del armario y girarse hacia él-. Lo meteré en el garaje y lo cuidaré por ti. --Taemin le sonrió provocativamente.- Me debes una, no sabes lo que tuve que hacer para lograr que lo arreglaran tan rápido. Tienes unos mecánicos muy exigentes.
Min Hyuk poseía un taller y una estación de autoservicio. Un pequeño y próspero negocio que Tae sabía que le encantaba.
Min Hyuk soltó un gruñido, recorriendo con la vista las piernas desnudas del rubio cuando éste se sentó en la cama con unos pantalones cortos.
-Hongo -gruñó él-. Tengo que irme y lo sabes. – En una ocasión Taemin le había mostrado unas fotografías que para él no eran aptas para el público, sin embargo por la insistencia del alto accedió a mostrárselas, no pasó mucho tiempo luego de que se arrepintiera, ya que MinHyuk no había parado de reírse desde que vio una foto en la que según el rubio lucia el peor corte que pudo tener en la vida, cabello negro, lacio y si! Parecía un hongo; para el pelinegro no era así, todo lo contrario le parecía de lo más tierno, pero no por ello dejaría de molestarlo, amaba las caras del menor cuando se enfadaba.
El rubio se quitó la polera y se desabrochó los pantalones cortos, dejándolos caer por las piernas. Sin dejar de observar a la persona que tenía enfrente, deslizó los dedos por sobre su entrepierna y luego se llevó la mano a la boca.
Min Hyuk gimió y Tae adoró aquel sonido. Había separado los labios y tenía una mirada salvaje, como si lo estuviera saboreando.
-Vamos, un rapidito -susurró el menor, desesperado por tenerlo una última vez antes de que lo dejara. Se incorporó en la cama cuando él se acercó y le quitó el cinturón con dedos ágiles-. Te desafío. Hazme tuyo como más desees...
El alto le dio la vuelta, lo empujó sobre el borde de la cama y, al cabo de dos segundos, lo estaba penetrando. Duro y palpitante, acariciándolo, llenándolo, enterrándose en él con rápidos y duros envistes hasta que Tae se sintió atravesado por una violenta y candente sensación de placer.
-Min..hyu… Min Hyuk, te amo -gritó mientras él lo embestía, inmovilizándolo y moviendo las caderas con fuerza contra las de él, sujetándolo fieramente con las manos, quemándole la piel con los dedos.
Luego, él susurró las mismas palabras en el acento que su abuelo le había enseñado.
-Para siempre -susurró Tae, girando la cabeza hacia él y aceptando su beso-. Para siempre, Min Hyuk.
*********************
Una semana después
Tae abrió la puerta y se quedó paralizado. El tío de MinHyuk, Yunho, estaba en el umbral, llevaba un uniforme blanco, con la gorra en la mano y las medallas colgadas en la pechera. Taemin sintió desfallecer.
-Min Hyuk llegará en cualquier momento -murmuró el rubio con los labios entumecidos, percatándose de la aflicción y el dolor que reflejaba la expresión de Yunho.- Has llegado entes de lo esperado, Yunho. Él aún no está aquí.
Estaba llorando. Podía sentir cómo lágrimas ardientes le abrasaban la piel mientras se apretaba las manos contra el estómago y se le aflojaban las rodillas.
-Tae. –Yunho tenía la voz ronca y los ojos brillantes por las lágrimas contenidas-. Lo siento.
¿Que lo sentía? ¿Le estaba arrancando las entrañas y decía que lo sentía?
Él negó con la cabeza.
-Por favor, no lo digas, Yunho. Por favor no lo digas. -Tae. -El tragó saliva-. Sabes que tengo que hacerlo.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que destruirlo?
-Tengo que comunicarte con gran pesar que...
-¡No, no! -gritó mientras Yunho lo envolvía entre sus brazos y lo ayudaba a entrar en casa. El joven siguió gritando. Gritos que le desgarraron el pecho como una cuchillada brutal y despiadada. El dolor lo arrastró hasta un profundo pozo de desesperación, un abismo del que no creía que pudiera salir jamás.
-¡Min Hyuk! -lloró, gritando su nombre. Él le había jurado que siempre sabría el momento exacto en el que lo necesitaría, incluso en la muerte. Porque él tenía ese don. Era por los ojos, le había asegurado, y él se había reído. Sin embargo, ahora deseaba con todas sus fuerzas que fuera cierto porque necesitaba a Min Hyuk, aquellos feroces ojos - ¡Oh Dios mío, MinHuyk!
***********************
Seis meses después
Tae despertó entre sollozos con la respiración entrecortada y rebuscó en la cama estirando los brazos, arañando las sábanas, la almohada, desesperado por alcanzarlo.
MinHyuk estaba sangrando. Podía ver la sangre en sus manos como si estuviera mirando por los ojos de él. Podía sentir su agonía, sus entrañas retorciéndose, su alma clamando con una angustia que la desgarraba.
Tenía que ser un sueño. Los sollozos le quemaban la garganta mientras se aferraba a las mantas y lanzaba un grito gutural de cruda agonía al sentir que se le partía el corazón.
-¡Min Hyuk!
Gritó su nombre con voz ronca y áspera por las lágrimas, por los horribles meses pasados.
En el entierro... ni siquiera lo habían dejado verlo.
Deshaciéndose en lágrimas, hundió la cara en la almohada y se enfrentó una vez más a la cruda realidad de que MinHyuk se había ido para siempre.
Habían cerrado el ataúd sin que él lo viera. No había podido tocarlo, ni besar su amado rostro, ni decirle adiós. No había nada a lo que aferrarse, nada que aliviara aquella agonía sin fin.
Sólo había vacío. Vacío en su cama, en su vida. Un doloroso y horrible hueco en su alma. Un vacío que lo consumía, que le quemaba la mente y que le recordaba cada segundo, cada día, que MinHyuk se había ido.
Min Hyuk se había marchado.
Para siempre.
Salvo en sus pesadillas. Donde él gritaba su nombre. Donde lo tocaba y se desvanecía antes de que rubio pudiera darle alcance. Donde lo miraba con los ojos llenos de pesar. O cuando él sentía el dolor y las lágrimas del pelinegro. Interminables, agonizantes.
Luego, con la misma rapidez con que comenzaban, en cuanto él se daba cuenta de que lo que sentía era el propio dolor de la persona que amaba, los sueños cambiaban.
-Te amaré siempre, hongo. -Estaba inclinado sobre él, desnudo, con el pecho brillando, la piel dorada bloqueando el sol radiante, los intensos ojos observándolo fijamente-. Siente cómo mi alma toca la tuya, Taemin. Siente cómo te amo, pequeño...
Un grito desgarrador le quemó la garganta cuando intentó aferrarse al aire, a los insustanciales recuerdos que se desvanecían, que se esfumaban igual que Min Hyuk se había ido.
-Oh, Dios mío. Oh, Dios mío... -susurró Tae apretando la almohada contra el pecho y empezando a mecerse.
Echó la cabeza hacia atrás y soltó un grito desolador desde lo más profundo de su alma partida en dos.
-Maldito seas, Min Hyuk...
- Spoiler:
- Uhm... que tal? solo es el prologo xD ah! cierto un "SEAL" es un militar encargado de hacer operaciones especiales para el estado xD en este caso será Seul! xD ... si tiene alguna duda pregúntenme no hay problema! n_n uhm... espero sus comentarios! quiero saber si les gustó! xD cuidense!!! bye bye ^^
Última edición por Janess el Vie Feb 21, 2014 5:36 pm, editado 23 veces
Janess
♥♥Minho♥♥SHINee♥♥
1470
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por lizzie Jue Ago 02, 2012 10:40 pm
Oh me perdi 3 capitulo pero bueno ya ni modos
Wow wow wow eso fue lemon intenso me encanto pero no se casi llore por tae es que me imagino que ha de ser dificil lo que pasa a tae y minho no se como describirlo lo unico que puedo decir es que realmente me encanta la historia ahora que pasara entre ellos ya que paso lo que paso ya quiero saber espero actualices pronto nos leemos bye :MUA:
Pd: si no es mucho pedir me puedes avisar por mp cuando actualices es que enserio no me llego notificacion de respuesta y no se por que :( bueno gracias !!!
Wow wow wow eso fue lemon intenso me encanto pero no se casi llore por tae es que me imagino que ha de ser dificil lo que pasa a tae y minho no se como describirlo lo unico que puedo decir es que realmente me encanta la historia ahora que pasara entre ellos ya que paso lo que paso ya quiero saber espero actualices pronto nos leemos bye :MUA:
Pd: si no es mucho pedir me puedes avisar por mp cuando actualices es que enserio no me llego notificacion de respuesta y no se por que :( bueno gracias !!!
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!! 577
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Miko Sáb Ago 04, 2012 3:03 am
JNAHDSJAKLMHJDKLANJDASKJDASDSADUHASOKDJASIKDIJASDAS
KJUDASKJDNASKDASDS
A
HE MUERTO.
mi dioooooooooooooos al fiiiiiiiin!!!!!!! gracias a los dioses del olimpo por que esto alfin sucedio!! lemon al fin nmashdaskjda estaba dsesperada que esos dos aun no podian llegar a esa fase xDDD pero si, todo a su tiempo y fue tan sensual y bonito que ajsbujdasknjdasd ruedo ahora x mi pieza *o*
lo ame!!!! amo tanto el 2min ;o; ame el capítulo de principio a fin!!!!!!!<3
KJUDASKJDNASKDASDS
A
HE MUERTO.
mi dioooooooooooooos al fiiiiiiiin!!!!!!! gracias a los dioses del olimpo por que esto alfin sucedio!! lemon al fin nmashdaskjda estaba dsesperada que esos dos aun no podian llegar a esa fase xDDD pero si, todo a su tiempo y fue tan sensual y bonito que ajsbujdasknjdasd ruedo ahora x mi pieza *o*
lo ame!!!! amo tanto el 2min ;o; ame el capítulo de principio a fin!!!!!!!<3
Miko
Minho<3 67
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por mayte Sáb Ago 04, 2012 9:10 am
APARTO!!!!!!!!!!
mayte
key 201
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Janess Miér Ago 08, 2012 6:08 pm
Hola! n_n estoy de paso, les dejo el capi, para que luego no anden diciendo que soy mala u_u Gracias por sus comentarios! Enjoy it!! xD~
—No quiero volver a verte llorar por otro hombre cuando estés en la cama conmigo.
Taemin soltó la cafetera y se giró lentamente para observar al hombre que entraba en la cocina. Minho era alto, fuerte, demasiado dominante incluso a esa hora de la mañana.
El menor todavía no había reflexionado sobre lo sucedido la noche anterior, y se había obligado a escabullirse de la cama y a meterse en la ducha antes de que aquello volviera a repetirse de nuevo.
Ahora, vestido con jeans y una polera, y las zapatillas puestas, volvió a darse la vuelta ignorándolo, mientras luchaba por no hacer caso a los desbocados latidos de su corazón.
La noche anterior había ocurrido algo que no podía explicarse. Algo que lo llenaba de miedo y de una vibrante energía que no sabía manejar. Y estar con él por la mañana no lo ayudaba en absoluto. No era sólo por el aire dominante de Minho. Había algo en su postura, en la mirada de sus ojos, que oprimía el pecho de Taemin y lo excitaba hasta límites que lo asustaban.
Taemin estaba seguro de que la mezcla de irritación y excitación que lo hacía sentir no podía ser buena para él.
—Es mi cama. Mis lágrimas. —Se apartó de la cafetera para hacerle sitio cuando él se acercó al aparador para coger una taza. Por supuesto, abrió la puerta correcta.
—¿Te acuestas conmigo y luego te echas a llorar? —rugió Minho—. La próxima vez que eso ocurra, Taemin, te montaré hasta que dejes de llorar.
—¿Cómo sabes que estuve llorando? —Observó el movimiento de sus hombros, la tensión de sus músculos—. Te quedaste dormido.
—Tengo el sueño ligero —Minho se sirvió el café y se giró hacia él, peligroso e inquietante, con el pelo negro húmedo y cayéndole sobre el rostro y la profundidad de su mirada.
Vestía las mismas ropas que había llevado el día anterior, y que le dotaban de un aspecto desaliñado y poderoso a la vez. No era el mejor aspecto para la tranquilidad de espíritu de Taemin.
—No vas a tener que preocuparte por ello —dijo el castaño al cabo de unos segundos, encogiéndose de hombros—. Estoy seguro de que ya nos hemos liberado de esa molesta tensión sexual. Podemos volver a guardar las distancias; y tú a dormir en tu cama.
Colocó la taza de café sobre la encimera y lo miró con determinación.
Minho lo hizo esperar. Lo estudió por encima del borde de su taza mientras tomaba un sorbo del oscuro brebaje y sus ojos turbulentos, aunque desprovistos de cólera, brillaron en protesta.
—¿Crees que ha sido cosa de una sola noche? —le preguntó finalmente.
Taemin frunció el ceño ante el tono de Minho.
—Saciamos nuestra curiosidad —mintió—. Ahora tú puedes seguir con tu vida y yo con la mía.
—¿Para que puedas seguir construyendo ese santuario a un muerto? —gruñó él.
Aquella pregunta debería de haberle dolido, pero, por alguna razón, no lo hizo, al menos no como lo hubiera hecho antes de que Minho apareciera en su vida.
¿En qué demonios había estado pensando? Minho no llevaba tanto tiempo allí. Se había acostado con él, había hecho el amor con un hombre que conocía desde hacía menos de un mes. Minhyuk había tardado un mes entero en conseguir llevarlo a la cama y esa había sido la primera vez para Taemin. Pero aquel hombre había aparecido en el pueblo con su Harley negra, sus pantalones de motorista y aquella mirada feroz, y lo siguiente que Taemin supo era que tenía que devorarlo vivo.
Taemin sacudió la cabeza ante aquel pensamiento.
—Lo que yo haga es única y exclusivamente asunto mío. Finjamos que lo de anoche no ocurrió.
Pero Taemin era consciente de que eso no iba a ser posible. No podía ignorar la certeza de que entre ellos había ocurrido algo que iba a cambiar su vida para siempre.
—¿Es eso lo que quieres? —Se terminó el café mientras Taemin seguía allí, observándolo, obligándose a parecer tranquilo—. ¿Fingir que jamás he hundido mi polla profundamente en tu cuerpo? ¿Qué no nos hemos corrido como locos?
Dejó la taza en el fregadero, se apoyó contra la encimera y cruzó los brazos sobre el pecho sin apartar la mirada de él.
—¿Qué quieres decir? —preguntó el menor finalmente, sintiendo cómo la tensión se cerraba a su alrededor como un nudo corredizo.
Él curvó los labios.
—No va a funcionar, lo sabes. Puedes luchar contra ello tanto como quieras, Taemin, pero esto no ha acabado. —Sí, ha acabado. Minho negó con la cabeza.
—Me voy al apartamento. Tengo que cambiarme de ropa. Después iré al pueblo a hacer un recado, pero regresaré aquí por la noche.
—No, no lo harás.
Minho le dirigió una mirada que casi lo hizo temblar. Casi.
Taemin cruzó los brazos sobre el pecho y le sostuvo la mirada, deseando poder ignorar el destello de lujuria en los ojos de Minho.
Finalmente, él curvó los labios lo suficiente como para provocar que el castaño ensanchara las fosas nasales, inflamándose ante el reto que le lanzaba.
—Te veré esta noche —le advirtió antes de atravesar la cocina, pasar junto a él y salir de la casa.
Taemin apretó los dientes y lo siguió con la vista.
Jonghyun debía haber traído su coche en algún momento de la noche anterior. El todoterreno de su cuñado no estaba y el maldito Minho bajaba la pequeña colina hacia el taller, recorriendo el camino con sus largas piernas mientras él cerraba la puerta de la casa y se dirigía al coche.
Sin embargo, el pelinegro llegó antes al taller, igual que lo había hecho Jonghyun.
Sonriendo entre dientes, Taemin se encaminó a la oficina, cerró la puerta con suavidad y se enfrentó a su cuñado.
Jonghyun levantó la cabeza de los documentos que había estado leyendo. Sus ojos cafés lo estudiaron con cautela y sus rasgos duros se suavizaron adoptando una expresión neutra.
—No te sale tan bien como le salía a tu hermano —le dijo Taemin con voz queda, recordando cómo Minhyuk lo miraba con aquel mismo aire de superioridad masculina cuando sabía que estaba furioso con él.
—¿No me sale tan bien el qué? —preguntó Jonghyun aclarándose la garganta.
Taemin se apoyó contra la puerta y lo miró detenidamente.
—Esa mirada —le explicó—. Como desafiándome a cuestionar algo que has hecho. Minhyuk lo convirtió en un arte, pero tú necesitas practicar un poco más.
Puede que fuera diversión lo que se atisbo por un momento en el rostro del mas bajo Jonghyun levantó la mano y se rascó la mejilla, haciendo que las mangas de la camiseta se tensaran sobre sus bíceps.
—Estás enfadado conmigo —masculló finalmente, dirigiendo la mirada a la puerta que conducía al apartamento.
—Él no va a ayudarte —le aseguró Taemin con suavidad sin quitarle la vista de encima—. Dime, ¿a quién de los dos se le ocurrió la brillante idea de que podrías convencerme de hacer cualquier cosa que quisieras?
La puerta que daba al apartamento se abrió de pronto y Minho bajó las escaleras. Se había cambiado de ropa. Era condenadamente rápido en eso también.
—Jonghyun, tienes que ir a Odessa para conseguir esas piezas —dijo Minho, mirando a su hermano—. Ahora.
Jonghyun se levantó de la silla.
—Ni lo pienses —le advirtió Taemin con suavidad.
El pobre muchacho hizo una mueca y tragó aire. Paseó la mirada de Minho a Taemin y se dejó caer de nuevo en la silla. Bien. Había elegido bien.
—¿De quién es el taller? —preguntó el castaño entonces.
Jonghyun se rascó la mejilla de nuevo, se aclaró la garganta y volvió a pasear la mirada de él a Minho, como si en aquel asunto él fuera totalmente inocente. Inocente, ja!. Aquellos dos estaban tramando algo, y Taemin lo sabía.
—¿Nuestro?
El castaño lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Acaso le has vendido a él tu parte? —inquirió dulcemente, señalando a Minho con la cabeza.
Jonghyun se percató de que su hermano no apartaba los ojos de Taemin. Aquella mirada debería haberlo puesto nervioso y en guardia, pero que no lo hizo. Hacía mucho tiempo, Minhyuk lo había mirado de esa manera.
—No. —Jonghyun frunció los labios, observándolo con cautela.
Ignorando a Minho, Taemin atravesó la estancia, apoyó las manos en el escritorio y se inclinó sobre su cuñado.
—¿Quieres comprar mi parte del negocio? Puedo hacer las maletas ahora mismo y largarme, de esa forma, serías el dueño de todo. ¿Es eso lo que quieres?
La sorpresa y el impacto inundaron los ojos de Jonghyun.
—No. Tae, maldición, no —negó sacudiendo la cabeza con firmeza. Después miró a Minho y le dijo con voz furiosa— ¿Qué demonios le has hecho?
—¿Acaso él es el propietario de una parte del taller? —continuó Taemin.
Jonghyun suspiró.
—No.
—Así que su opinión no cuenta, ¿verdad?
—Yo no diría eso. —Jonghyun hizo una mueca—. Vamos, Tae, sabes tan bien como yo que Minho conoce muy bien este negocio.
—¿Y yo no? —Taemin se enderezó, alzando la barbilla—. ¿Dónde estuvo los últimos cuatro años? ¿Acaso estuvo aquí, tratando de arreglar el infierno en que se convirtió todo esto cuando Minhyuk desapareció?
—No, claro que no. —La voz de su cuñado era firme y su expresión tensa.
—La próxima vez, Jonghyun, consúltame primero -—le exigió el menor—. No vuelvas a cometer el mismo error. Minhyuk me dejó la mitad de este negocio, y eso quiere decir que es a mí a quien le corresponde tomar la mitad de las decisiones. No a un desconocido o a un intruso que cree que puede llegar aquí y apropiarse de todo lo que Minhyuk poseía. ¿Ha quedado claro?
Jonghyun se frotó la nuca.
—Clarísimo —dijo finalmente, asintiendo con la cabeza. Taemin no se molestó en mirar a Minho ni una sola vez. Se dio la vuelta, cogió una bata de trabajo del perchero y volvió al taller, satisfecho de haberse enfrentado al menos a aquel problema.
Minho se quedó mirando la puerta, cruzó los brazos sobre el pecho y luego se volvió hacia Jonghyun. Su hermano tenía una fina película de sudor en la frente y sus ojos cafes brillaban con temor.
—¿Quién era esa persona? —preguntó señalando la puerta con la cabeza.
Jonghyun negó con la cabeza.
—El mismo que entró en el taller casi dos años después de que Minhyuk desapareciera y que se encargó de sacarlo a flote. —Se puso en pie de un salto y lo fulminó con la mirada—. Y tiene razón. ¿Dónde demonios estabas tú mientras Taemin estaba sufriendo y a punto de perder todo lo que significaba algo para él? Si quieres que se haga un trabajo sucio, hazlo tú mismo. —
Agarró las llaves del escritorio y se dirigió a la puerta—. Y si eres inteligente, te mantendrás alejado de él. El último hombre que lo cabreó de esa manera, acabó con una llave inglesa en la cabeza. Tengo el presentimiento de que a Taemin no le importaría hacer lo mismo contigo. Yo lo haría si estuviera en su lugar.
Minho observó cómo su hermano desaparecía por la puerta que daba al taller. Luego miró la puerta que comunicaba con el apartamento, y de nuevo aquélla por la que Jonghyun había salido. A través del cristal pudo ver que Key atravesaba el aparcamiento y que fruncía el ceño al cruzarse con Jonghyun.
Minho se apoyó con calma contra el escritorio cuando Key entró en la oficina.
—Por lo que veo aún sigues cabreando a todo el mundo —gruñó Key como si tuviera derecho a hacerlo.
Minho le devolvió la mirada con frialdad.
—Genial —masculló Key, negando con la cabeza mientras se dirigía al escritorio—. ¿Puedes mover el trasero? Tengo que terminar con el papeleo.
Minho giró la cabeza y se quedó mirando al chico de mirada felina hasta que éste palideció. Al menos aún podía intimidar a alguien.
—Bueno, puedes quedarte si quieres. -—Key se sentó, cogió un montón de facturas de un extremo del escritorio y encendió el ordenador.
Sólo entonces, Minho se dirigió a la puerta del taller. La abrió y observó que las rodillas de Taemin asomaban bajo un coche. Al instante, su miembro se irguió contra los pantalones.
Taemin tenía las piernas extendidas a ambos lados de un carrito de mecánico. Fuera lo que fuese que estuviera haciendo bajo ese vehículo no era algo que hubiera hecho durante el tiempo que permanecieron juntos.
¿Dónde se había metido su Taemin? ¿Y por qué demonios ese hombre que lo suplantaba conseguía que la sangre le hirviera en las venas?
Estaba furioso, excitado e intrigado. Y muy decidido. Esa noche, definitivamente, volvería a hacerle el amor a su Taemin otra vez.
Alzando la mirada de las piernas embutidas en los pantalones de Taemin, miró a su alrededor y vio a Siwon. Un hombre alto, que medía algo más de uno ochenta, con un cuerpo bien trabajado, levantó la vista del motor en el que estaba trabajando, clavó sus duros ojos en Minho e inclinó la cabeza ligeramente.
Minho apretó los labios. Tenía trabajo que hacer antes de permitirse el lujo de volver a saborear a Taemin. Pero cuando hubiera terminado, Taemin haría bien en tener cuidado.
Transcurrió el día y el taller se cerró. Minho se preparó para su incursión nocturna al pueblo, aunque no podía apartar a Taemin de sus pensamientos.
El menor les había dejado las cosas claras a Jonghyun y a él. No había gritado, ni llorado. No había perdido los nervios. Sólo había indicado los hechos y sus intenciones con frialdad. Si Jonghyun volvía a tomar más decisiones unilaterales, iba a tener que vérselas con él. No en vano había sido el artífice de que el taller saliera adelante.
La última persona que Minho había esperado encontrar a cargo del taller era a Taemin, con aquel cabello rubio tan bonito, que, obviamente, ya no llevaba. Y ahora el color castaño lo hacía lucir más maduro, aunque no dejaba de verse tierno. Pero no solo había cambiado el color de cabello, y de eso Minho estaba más que seguro.
Ya no se preocupaba mucho por su aspecto y la ropa que traía, como lo hacía antes. Y tenía que admitir que lo echaba de menos, pero sólo porque le había gustado que su Taemin hubiera hecho lo posible para parecer aún más lindo todavía, si eso era posible.
Descubrir que le había ocultado partes de sí mismo, lo enfurecía y, a la vez, lo impulsaba a descubrir lo que todavía desconocía de él.
Más tarde, mientras permanecía sentado en la barra de aquel bar lleno de humo y mal iluminado, hablando con hombres con los que no quería hablar y haciéndose pasar por un mecánico agradable, no pudo evitar pensar en la mirada que Taemin le había dirigido antes.
Una mirada dura e implacable. Puede que no hubiera manifestado su ira, pero ni Jonghyun ni él habían dudado en ningún momento de que hablaba en serio. Muy en serio. Si no se seguían sus normas, estaba dispuesto a vender su parte del taller y a marcharse.
Sí, tenía muchas agallas.
¿Por qué nunca se había mostrado de esa manera ante él? ¿Por qué le había ocultado aquella faceta de su personalidad?
Probablemente por las mismas razones por las que él le había ocultado las partes más oscuras de sí mismo, pensó haciendo una mueca para sus adentros. Parecía como si Taemin y él hubieran estado conteniéndose mutuamente durante aquellos dos tempestuosos años que vivieron juntos. Un tiempo muy corto en el que realmente no habían podido llegar a conocerse bien.
—¿Sabes?, a la milicia Black Collar no le gusta que los extraños anden haciendo preguntas por ahí —le comentaba un hombre de una de las tierras más alejadas del pueblo mientras compartía con Minho una cerveza.
Jesse era un antiguo conocido de Minho. Un amigo del abuelo si no recordaba mal.
—Sé que no son amigos de nadie —gruñó Minho.
—Sobre todo si uno es diferente a ellos —dijo Jesse en voz baja, sacudiendo la cabeza—. Tengo un amigo que es de Busan. Su hijo ha vivido un verdadero infierno.
¿Yun Gyeom había vivido un infierno?
—¿De veras? —preguntó Minho.
El hombre volvió a sacudir la cabeza con una expresión sombría.
—Perdió a toda su maldita familia —dijo, suspirando—. A todos. La milicia lo dejó solo y no ha levantado cabeza. Ya no vive más que para sus tierras, y acabarán con él si al final no se une a la causa. Aunque lo cierto es que ahora ya no pueden obligarle de ninguna manera. —El anciano se encogió de hombros—. Es una vergüenza.
Minho bajó la mirada a su cerveza. Jesse no podía estar hablando de su familia.
—¿Cómo tienen tanto poder para hacer eso? —inquirió—. No he oído hablar demasiado de ellos, y llevo mucho tiempo dando tumbos por aqui. —Demonios, había vivido allí, había trabajado allí, toda su vida estaba allí. ¿Cómo era posible que nunca se hubiera enterado de nada?
—El secretismo es su mejor arma. —El anciano se encogió de hombros de nuevo—. Son unos auténticos paranoicos de la discreción. Los únicos que andan hablando por ahí son los más jóvenes y estúpidos. Presumen de ser miembros de la organización. Pero nadie que se precie quiere tener nada que ver con esas cacerías. —el mayor se volvió hacia él; sus ojos oscuros estaban llenos de sombras—. Las llevan haciendo durante años y a nadie le importó nunca hasta que mataron a aquellos agentes del FBI, ¿no es una vergüenza?
Minho asintió con la cabeza.
—Una auténtica vergüenza.
Se terminó la cerveza, puso fin a la conversación y salió del bar. Las últimas visitas a aquel local le habían dado una nueva visión de los cambios que se habían producido en su pueblo natal. O, más bien, de las complejas tramas clandestinas que después de tanto tiempo empezaban a salir a la luz.
Ahora se daba cuenta de que no había muchos miembros de la milicia Black Collar allí, y por eso, precisamente, no iba a resultar fácil descubrirlos. O eso, o se ocultaban mejor de lo que había imaginado.
Sin embargo, tras su incursión en el despacho de Kyuhyun, conocía a uno de los miembros. Las máscaras negras de los miembros y las bufandas negras de las víctimas lo habían delatado. ¿Cómo diablos había estado tan ciego para no ver lo que sucedía en su pueblo? Aquélla no era una organización nueva. Se había creado hacía años, quizá décadas.
Es más, se dijo a sí mismo, ¿cómo había podido ser amigo durante tanto tiempo de un hombre como Kyuhyun? Había confiado en ese hombre. Había reído y bebido con él y nunca había sospechado nada. Si alguien le hubiera dicho que Kyuhyun formaba parte de una milicia, se habría reído en su cara.
Las milicias no eran algo nuevo. Demonios, había un buen número de ellas repartidas por todo el oeste, pero ninguna se había dedicado a lo que se dedicaba ésta.
Organizaban cacerías nocturnas de inmigrantes tanto legales como ilegales y los perseguían por los cañones del parque nacional con el fin de torturarlos y asesinarlos.
Era un crimen contra la humanidad.
Al salir del bar, lo supo. En cuanto salió al sofocante calor de finales de verano, pudo sentir cómo le hormigueaba la piel.
Minho casi sonrió. La necesidad de liberarse de la furiosa energía que lo atravesaba estaba a punto de encontrar una válvula de escape. Evidentemente, había alguien a quien no le gustaban las preguntas que llevaba semanas haciendo. Ni que hablara con la gente. No se tensó, no hizo ningún movimiento que lo delatara. Sabía que varios pares de ojos lo espiaban; tenía el vello de punta por el peligro que le acechaba en el aparcamiento.
¿Cuántos eran? ¿Llevaban pistola o cuchillo?
Podía sentir la adrenalina en su cabeza, y otras muchas cosas. Oh, vaya si la sentía. Había conocido esa sensación cuando estaba bajo el yugo de JiSung. A aquel maldito narcotraficante le gustaba jugar con sus cautivos. Apuntarles con sus armas, disparar a unos centímetros de sus cabezas mientras los tenía encadenados a una pared con los ojos vendados, incapaces de evitar cualquier cosa que quisieran hacerles.
Sí, Minho presentía la cercanía de las armas, igual que podía percibir el olor de la violencia que lo acechaba.
Estaba preparado para la oscura figura que saltó sobre él. El cuchillo apenas le rozó el bíceps, pero Minho utilizó el impulso de su agresor para lanzarlo a un lado, cogerle del brazo y arrancarle el cuchillo de la mano.
Se colocó el cuchillo bajo la muñeca con rapidez y levantó el brazo, dispuesto para la lucha.
Más sombras surgieron de la oscuridad con brillantes máscaras negras y cuchillos en mano.
—Deberías irte del pueblo, Choi —murmuró una de las sombras que se movía en la oscuridad mientras seis figuras más lo rodeaban.
—Oh, no sé —dijo Minho arrastrando las palabras—. Creo que me gusta mucho este pueblo. Hay muchas cosas excitantes. Quizá me quede aquí algún tiempo.
Permitió que lo rodearan. Ahora podía sentir cómo la sangre corría por sus venas, cómo lo invadía una fría y dura determinación. No dejaría que lo apresaran de nuevo y, desde luego, no iban a derrotarlo. JiSung no había logrado doblegarlo y que lo condenaran si permitía que lo hicieran unos malnacidos disfrazados.
—Eso sería perjudicial para tu salud —le informó otra sombra con acento nasal.
—¿Quieren seguir charlando o empezamos a jugar? —Replicó Minho con una amplia sonrisa—. Voto por jugar. Estamos casi igualados.
—Seis contra uno —se rió otro—. Me parece que no sabes contar, imbécil.
Minho se rió entre dientes. Ni siquiera imaginaban lo letal que podía llegar a ser. Pero él sí lo sabía. Lo sabía porque había estado matando durante muchos años antes de aquel altercado.
—Vengan por mí... -—los invitó, con un gesto de las manos—... si pueden.
Eran buenos luchando. El baile mortal que tendría lugar a continuación le serviría para librarse de la adrenalina. Como solía ocurrirle, sintió el poder de ésta en sus músculos cuando se abalanzaron sobre él.
Acero contra acero. Minho golpeaba los pies de sus asaltantes y se apartaba cuando caían, yendo por el siguiente. No los mató. Los quería vivos. Quería saber por quién ir luego, de quién sospechar cuando acabara con ellos, y los vendajes, las lesiones, no eran algo que pudiera ocultarse.
Quería dejar testigos y que aquellos bastardos supieran con quién demonios estaban tratando.
Así que enterró el cuchillo en el muslo de un asaltante, se apropió de su arma y la clavó en el diafragma de otro hombre. Los fue hiriendo uno a uno, saboreando la sensación del acero hundiéndose en la carne, del sonido de los gruñidos y los gritos de dolor, del chasquido de los huesos al romperse.
De los seis sólo quedaron dos. Volvió la mirada hacia el único que se enfrentaba a él y sonrió ante el olor de la sangre.
—¿Quieres seguir con esto? —le preguntó al otro hombre, clavando la mirada en los ojos oscuros y memorizando el trazo de la mandíbula bajo la elástica máscara negra—. Ven aquí, hijo de perra. Puedo pasarme la noche rompiéndote los huesos uno a uno.
Le cortó el antebrazo con un rápido movimiento y luego le hundió el cuchillo en los vaqueros para hacerle un profundo corte en el muslo mientras le daba una patada y se lanzaba hacia el otro bastardo que intentaba clavarle el cuchillo a ciegas. Minho se lo quitó y se lo enterró en el hombro.
—Eso tiene que doler —se burló con una risa ahogada, saltando hacia atrás y observando cómo los demás se alejaban cojeando.
El último sacó un arma.
Girándose, Minho saltó y enterró el pie en el estómago del asaltante de un solo movimiento. Sin perder un instante, le agarró de la muñeca y se la retorció hasta que el arma cayó al suelo.
A cambio, recibió un golpe en los riñones y soltó un gruñido antes de presionar el codo contra la garganta del hombre que le había herido. Bastardos. Deberían haber usado las armas primero.
Siguió apretando la garganta del agresor mientras le incrustaba el puño en el vientre. Luego le soltó y observó cómo se daba la vuelta y corría para unirse al grupo. Unos focos brillaron frente a él cuando se tiró rodando al suelo para coger el arma de la gravilla antes de ponerse en pie de un salto.
Minho retrocedió y se ocultó entre varios vehículos, sin perder de vista el todoterreno en el que se alejaban sus nuevos amigos.
Respiró hondo, movió el hombro, y supo que pronto harían aparición sus propias magulladuras y dolores. Demonios, no había salido ileso de la pelea. Podía sentir cómo la sangre le manaba del hombro y le resbalaba por el brazo. Muchos de aquellos cuchillos estaban bien afilados y había tenido que lidiar con demasiados a la vez.
Sonrió ampliamente mientras sacaba las llaves del bolsillo de los vaqueros y buscaba la Harley. Hizo una rápida comprobación y no tardó en encontrar una pequeña bomba dispuesta para hacer estallar el depósito de gasolina. Habría acabado hecho pedazos si aquel pequeño artilugio hubiera hecho explosión.
Abrió una de las maletas de la moto, colocó el dispositivo junto a la pistola, revisó la Harley de nuevo y luego observó cómo Siwon emergía de las sombras. Sus ojos se clavaron en los de Minho durante un buen rato.
Era obvio que tremendo hombre había sido testigo de la pelea.
—Estas sangrando. ¿Necesitas que te lleve? —le preguntó en voz baja.
—Estoy bien.
Siwon asintió con la cabeza y se dirigió al todoterreno que conducía. No podían permitirse el lujo de demostrar que se conocían. Si Minho hubiera corrido peligro, Siwon se habría implicado en la pelea. Pero no había sido necesario.
Minho montó a horcajadas en la moto, la arrancó y se dirigió al apartamento.
Podía sentir cómo la sangre le goteaba por la ropa, humedeciéndola. En ese momento, deseaba haber matado por lo menos a uno de aquellos hijos de perra.
Porque, definitivamente, le habían estropeado el plan que tenía para esa noche y no podría visitar a Taemin.
Quizá el castaño pudiera tolerar la visión de la sangre, pero iba a exigirle respuestas. Y Minho no estaba preparado para dárselas.
Ahora si me voy! espero sus coments! no estamos leyendo! n_n bye bye~
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Capítulo 12
—No quiero volver a verte llorar por otro hombre cuando estés en la cama conmigo.
Taemin soltó la cafetera y se giró lentamente para observar al hombre que entraba en la cocina. Minho era alto, fuerte, demasiado dominante incluso a esa hora de la mañana.
El menor todavía no había reflexionado sobre lo sucedido la noche anterior, y se había obligado a escabullirse de la cama y a meterse en la ducha antes de que aquello volviera a repetirse de nuevo.
Ahora, vestido con jeans y una polera, y las zapatillas puestas, volvió a darse la vuelta ignorándolo, mientras luchaba por no hacer caso a los desbocados latidos de su corazón.
La noche anterior había ocurrido algo que no podía explicarse. Algo que lo llenaba de miedo y de una vibrante energía que no sabía manejar. Y estar con él por la mañana no lo ayudaba en absoluto. No era sólo por el aire dominante de Minho. Había algo en su postura, en la mirada de sus ojos, que oprimía el pecho de Taemin y lo excitaba hasta límites que lo asustaban.
Taemin estaba seguro de que la mezcla de irritación y excitación que lo hacía sentir no podía ser buena para él.
—Es mi cama. Mis lágrimas. —Se apartó de la cafetera para hacerle sitio cuando él se acercó al aparador para coger una taza. Por supuesto, abrió la puerta correcta.
—¿Te acuestas conmigo y luego te echas a llorar? —rugió Minho—. La próxima vez que eso ocurra, Taemin, te montaré hasta que dejes de llorar.
—¿Cómo sabes que estuve llorando? —Observó el movimiento de sus hombros, la tensión de sus músculos—. Te quedaste dormido.
—Tengo el sueño ligero —Minho se sirvió el café y se giró hacia él, peligroso e inquietante, con el pelo negro húmedo y cayéndole sobre el rostro y la profundidad de su mirada.
Vestía las mismas ropas que había llevado el día anterior, y que le dotaban de un aspecto desaliñado y poderoso a la vez. No era el mejor aspecto para la tranquilidad de espíritu de Taemin.
—No vas a tener que preocuparte por ello —dijo el castaño al cabo de unos segundos, encogiéndose de hombros—. Estoy seguro de que ya nos hemos liberado de esa molesta tensión sexual. Podemos volver a guardar las distancias; y tú a dormir en tu cama.
Colocó la taza de café sobre la encimera y lo miró con determinación.
Minho lo hizo esperar. Lo estudió por encima del borde de su taza mientras tomaba un sorbo del oscuro brebaje y sus ojos turbulentos, aunque desprovistos de cólera, brillaron en protesta.
—¿Crees que ha sido cosa de una sola noche? —le preguntó finalmente.
Taemin frunció el ceño ante el tono de Minho.
—Saciamos nuestra curiosidad —mintió—. Ahora tú puedes seguir con tu vida y yo con la mía.
—¿Para que puedas seguir construyendo ese santuario a un muerto? —gruñó él.
Aquella pregunta debería de haberle dolido, pero, por alguna razón, no lo hizo, al menos no como lo hubiera hecho antes de que Minho apareciera en su vida.
¿En qué demonios había estado pensando? Minho no llevaba tanto tiempo allí. Se había acostado con él, había hecho el amor con un hombre que conocía desde hacía menos de un mes. Minhyuk había tardado un mes entero en conseguir llevarlo a la cama y esa había sido la primera vez para Taemin. Pero aquel hombre había aparecido en el pueblo con su Harley negra, sus pantalones de motorista y aquella mirada feroz, y lo siguiente que Taemin supo era que tenía que devorarlo vivo.
Taemin sacudió la cabeza ante aquel pensamiento.
—Lo que yo haga es única y exclusivamente asunto mío. Finjamos que lo de anoche no ocurrió.
Pero Taemin era consciente de que eso no iba a ser posible. No podía ignorar la certeza de que entre ellos había ocurrido algo que iba a cambiar su vida para siempre.
—¿Es eso lo que quieres? —Se terminó el café mientras Taemin seguía allí, observándolo, obligándose a parecer tranquilo—. ¿Fingir que jamás he hundido mi polla profundamente en tu cuerpo? ¿Qué no nos hemos corrido como locos?
Dejó la taza en el fregadero, se apoyó contra la encimera y cruzó los brazos sobre el pecho sin apartar la mirada de él.
—¿Qué quieres decir? —preguntó el menor finalmente, sintiendo cómo la tensión se cerraba a su alrededor como un nudo corredizo.
Él curvó los labios.
—No va a funcionar, lo sabes. Puedes luchar contra ello tanto como quieras, Taemin, pero esto no ha acabado. —Sí, ha acabado. Minho negó con la cabeza.
—Me voy al apartamento. Tengo que cambiarme de ropa. Después iré al pueblo a hacer un recado, pero regresaré aquí por la noche.
—No, no lo harás.
Minho le dirigió una mirada que casi lo hizo temblar. Casi.
Taemin cruzó los brazos sobre el pecho y le sostuvo la mirada, deseando poder ignorar el destello de lujuria en los ojos de Minho.
Finalmente, él curvó los labios lo suficiente como para provocar que el castaño ensanchara las fosas nasales, inflamándose ante el reto que le lanzaba.
—Te veré esta noche —le advirtió antes de atravesar la cocina, pasar junto a él y salir de la casa.
Taemin apretó los dientes y lo siguió con la vista.
Jonghyun debía haber traído su coche en algún momento de la noche anterior. El todoterreno de su cuñado no estaba y el maldito Minho bajaba la pequeña colina hacia el taller, recorriendo el camino con sus largas piernas mientras él cerraba la puerta de la casa y se dirigía al coche.
Sin embargo, el pelinegro llegó antes al taller, igual que lo había hecho Jonghyun.
Sonriendo entre dientes, Taemin se encaminó a la oficina, cerró la puerta con suavidad y se enfrentó a su cuñado.
Jonghyun levantó la cabeza de los documentos que había estado leyendo. Sus ojos cafés lo estudiaron con cautela y sus rasgos duros se suavizaron adoptando una expresión neutra.
—No te sale tan bien como le salía a tu hermano —le dijo Taemin con voz queda, recordando cómo Minhyuk lo miraba con aquel mismo aire de superioridad masculina cuando sabía que estaba furioso con él.
—¿No me sale tan bien el qué? —preguntó Jonghyun aclarándose la garganta.
Taemin se apoyó contra la puerta y lo miró detenidamente.
—Esa mirada —le explicó—. Como desafiándome a cuestionar algo que has hecho. Minhyuk lo convirtió en un arte, pero tú necesitas practicar un poco más.
Puede que fuera diversión lo que se atisbo por un momento en el rostro del mas bajo Jonghyun levantó la mano y se rascó la mejilla, haciendo que las mangas de la camiseta se tensaran sobre sus bíceps.
—Estás enfadado conmigo —masculló finalmente, dirigiendo la mirada a la puerta que conducía al apartamento.
—Él no va a ayudarte —le aseguró Taemin con suavidad sin quitarle la vista de encima—. Dime, ¿a quién de los dos se le ocurrió la brillante idea de que podrías convencerme de hacer cualquier cosa que quisieras?
La puerta que daba al apartamento se abrió de pronto y Minho bajó las escaleras. Se había cambiado de ropa. Era condenadamente rápido en eso también.
—Jonghyun, tienes que ir a Odessa para conseguir esas piezas —dijo Minho, mirando a su hermano—. Ahora.
Jonghyun se levantó de la silla.
—Ni lo pienses —le advirtió Taemin con suavidad.
El pobre muchacho hizo una mueca y tragó aire. Paseó la mirada de Minho a Taemin y se dejó caer de nuevo en la silla. Bien. Había elegido bien.
—¿De quién es el taller? —preguntó el castaño entonces.
Jonghyun se rascó la mejilla de nuevo, se aclaró la garganta y volvió a pasear la mirada de él a Minho, como si en aquel asunto él fuera totalmente inocente. Inocente, ja!. Aquellos dos estaban tramando algo, y Taemin lo sabía.
—¿Nuestro?
El castaño lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Acaso le has vendido a él tu parte? —inquirió dulcemente, señalando a Minho con la cabeza.
Jonghyun se percató de que su hermano no apartaba los ojos de Taemin. Aquella mirada debería haberlo puesto nervioso y en guardia, pero que no lo hizo. Hacía mucho tiempo, Minhyuk lo había mirado de esa manera.
—No. —Jonghyun frunció los labios, observándolo con cautela.
Ignorando a Minho, Taemin atravesó la estancia, apoyó las manos en el escritorio y se inclinó sobre su cuñado.
—¿Quieres comprar mi parte del negocio? Puedo hacer las maletas ahora mismo y largarme, de esa forma, serías el dueño de todo. ¿Es eso lo que quieres?
La sorpresa y el impacto inundaron los ojos de Jonghyun.
—No. Tae, maldición, no —negó sacudiendo la cabeza con firmeza. Después miró a Minho y le dijo con voz furiosa— ¿Qué demonios le has hecho?
—¿Acaso él es el propietario de una parte del taller? —continuó Taemin.
Jonghyun suspiró.
—No.
—Así que su opinión no cuenta, ¿verdad?
—Yo no diría eso. —Jonghyun hizo una mueca—. Vamos, Tae, sabes tan bien como yo que Minho conoce muy bien este negocio.
—¿Y yo no? —Taemin se enderezó, alzando la barbilla—. ¿Dónde estuvo los últimos cuatro años? ¿Acaso estuvo aquí, tratando de arreglar el infierno en que se convirtió todo esto cuando Minhyuk desapareció?
—No, claro que no. —La voz de su cuñado era firme y su expresión tensa.
—La próxima vez, Jonghyun, consúltame primero -—le exigió el menor—. No vuelvas a cometer el mismo error. Minhyuk me dejó la mitad de este negocio, y eso quiere decir que es a mí a quien le corresponde tomar la mitad de las decisiones. No a un desconocido o a un intruso que cree que puede llegar aquí y apropiarse de todo lo que Minhyuk poseía. ¿Ha quedado claro?
Jonghyun se frotó la nuca.
—Clarísimo —dijo finalmente, asintiendo con la cabeza. Taemin no se molestó en mirar a Minho ni una sola vez. Se dio la vuelta, cogió una bata de trabajo del perchero y volvió al taller, satisfecho de haberse enfrentado al menos a aquel problema.
Minho se quedó mirando la puerta, cruzó los brazos sobre el pecho y luego se volvió hacia Jonghyun. Su hermano tenía una fina película de sudor en la frente y sus ojos cafes brillaban con temor.
—¿Quién era esa persona? —preguntó señalando la puerta con la cabeza.
Jonghyun negó con la cabeza.
—El mismo que entró en el taller casi dos años después de que Minhyuk desapareciera y que se encargó de sacarlo a flote. —Se puso en pie de un salto y lo fulminó con la mirada—. Y tiene razón. ¿Dónde demonios estabas tú mientras Taemin estaba sufriendo y a punto de perder todo lo que significaba algo para él? Si quieres que se haga un trabajo sucio, hazlo tú mismo. —
Agarró las llaves del escritorio y se dirigió a la puerta—. Y si eres inteligente, te mantendrás alejado de él. El último hombre que lo cabreó de esa manera, acabó con una llave inglesa en la cabeza. Tengo el presentimiento de que a Taemin no le importaría hacer lo mismo contigo. Yo lo haría si estuviera en su lugar.
Minho observó cómo su hermano desaparecía por la puerta que daba al taller. Luego miró la puerta que comunicaba con el apartamento, y de nuevo aquélla por la que Jonghyun había salido. A través del cristal pudo ver que Key atravesaba el aparcamiento y que fruncía el ceño al cruzarse con Jonghyun.
Minho se apoyó con calma contra el escritorio cuando Key entró en la oficina.
—Por lo que veo aún sigues cabreando a todo el mundo —gruñó Key como si tuviera derecho a hacerlo.
Minho le devolvió la mirada con frialdad.
—Genial —masculló Key, negando con la cabeza mientras se dirigía al escritorio—. ¿Puedes mover el trasero? Tengo que terminar con el papeleo.
Minho giró la cabeza y se quedó mirando al chico de mirada felina hasta que éste palideció. Al menos aún podía intimidar a alguien.
—Bueno, puedes quedarte si quieres. -—Key se sentó, cogió un montón de facturas de un extremo del escritorio y encendió el ordenador.
Sólo entonces, Minho se dirigió a la puerta del taller. La abrió y observó que las rodillas de Taemin asomaban bajo un coche. Al instante, su miembro se irguió contra los pantalones.
Taemin tenía las piernas extendidas a ambos lados de un carrito de mecánico. Fuera lo que fuese que estuviera haciendo bajo ese vehículo no era algo que hubiera hecho durante el tiempo que permanecieron juntos.
¿Dónde se había metido su Taemin? ¿Y por qué demonios ese hombre que lo suplantaba conseguía que la sangre le hirviera en las venas?
Estaba furioso, excitado e intrigado. Y muy decidido. Esa noche, definitivamente, volvería a hacerle el amor a su Taemin otra vez.
Alzando la mirada de las piernas embutidas en los pantalones de Taemin, miró a su alrededor y vio a Siwon. Un hombre alto, que medía algo más de uno ochenta, con un cuerpo bien trabajado, levantó la vista del motor en el que estaba trabajando, clavó sus duros ojos en Minho e inclinó la cabeza ligeramente.
Minho apretó los labios. Tenía trabajo que hacer antes de permitirse el lujo de volver a saborear a Taemin. Pero cuando hubiera terminado, Taemin haría bien en tener cuidado.
Transcurrió el día y el taller se cerró. Minho se preparó para su incursión nocturna al pueblo, aunque no podía apartar a Taemin de sus pensamientos.
El menor les había dejado las cosas claras a Jonghyun y a él. No había gritado, ni llorado. No había perdido los nervios. Sólo había indicado los hechos y sus intenciones con frialdad. Si Jonghyun volvía a tomar más decisiones unilaterales, iba a tener que vérselas con él. No en vano había sido el artífice de que el taller saliera adelante.
La última persona que Minho había esperado encontrar a cargo del taller era a Taemin, con aquel cabello rubio tan bonito, que, obviamente, ya no llevaba. Y ahora el color castaño lo hacía lucir más maduro, aunque no dejaba de verse tierno. Pero no solo había cambiado el color de cabello, y de eso Minho estaba más que seguro.
Ya no se preocupaba mucho por su aspecto y la ropa que traía, como lo hacía antes. Y tenía que admitir que lo echaba de menos, pero sólo porque le había gustado que su Taemin hubiera hecho lo posible para parecer aún más lindo todavía, si eso era posible.
Descubrir que le había ocultado partes de sí mismo, lo enfurecía y, a la vez, lo impulsaba a descubrir lo que todavía desconocía de él.
Más tarde, mientras permanecía sentado en la barra de aquel bar lleno de humo y mal iluminado, hablando con hombres con los que no quería hablar y haciéndose pasar por un mecánico agradable, no pudo evitar pensar en la mirada que Taemin le había dirigido antes.
Una mirada dura e implacable. Puede que no hubiera manifestado su ira, pero ni Jonghyun ni él habían dudado en ningún momento de que hablaba en serio. Muy en serio. Si no se seguían sus normas, estaba dispuesto a vender su parte del taller y a marcharse.
Sí, tenía muchas agallas.
¿Por qué nunca se había mostrado de esa manera ante él? ¿Por qué le había ocultado aquella faceta de su personalidad?
Probablemente por las mismas razones por las que él le había ocultado las partes más oscuras de sí mismo, pensó haciendo una mueca para sus adentros. Parecía como si Taemin y él hubieran estado conteniéndose mutuamente durante aquellos dos tempestuosos años que vivieron juntos. Un tiempo muy corto en el que realmente no habían podido llegar a conocerse bien.
—¿Sabes?, a la milicia Black Collar no le gusta que los extraños anden haciendo preguntas por ahí —le comentaba un hombre de una de las tierras más alejadas del pueblo mientras compartía con Minho una cerveza.
Jesse era un antiguo conocido de Minho. Un amigo del abuelo si no recordaba mal.
—Sé que no son amigos de nadie —gruñó Minho.
—Sobre todo si uno es diferente a ellos —dijo Jesse en voz baja, sacudiendo la cabeza—. Tengo un amigo que es de Busan. Su hijo ha vivido un verdadero infierno.
¿Yun Gyeom había vivido un infierno?
—¿De veras? —preguntó Minho.
El hombre volvió a sacudir la cabeza con una expresión sombría.
—Perdió a toda su maldita familia —dijo, suspirando—. A todos. La milicia lo dejó solo y no ha levantado cabeza. Ya no vive más que para sus tierras, y acabarán con él si al final no se une a la causa. Aunque lo cierto es que ahora ya no pueden obligarle de ninguna manera. —El anciano se encogió de hombros—. Es una vergüenza.
Minho bajó la mirada a su cerveza. Jesse no podía estar hablando de su familia.
—¿Cómo tienen tanto poder para hacer eso? —inquirió—. No he oído hablar demasiado de ellos, y llevo mucho tiempo dando tumbos por aqui. —Demonios, había vivido allí, había trabajado allí, toda su vida estaba allí. ¿Cómo era posible que nunca se hubiera enterado de nada?
—El secretismo es su mejor arma. —El anciano se encogió de hombros de nuevo—. Son unos auténticos paranoicos de la discreción. Los únicos que andan hablando por ahí son los más jóvenes y estúpidos. Presumen de ser miembros de la organización. Pero nadie que se precie quiere tener nada que ver con esas cacerías. —el mayor se volvió hacia él; sus ojos oscuros estaban llenos de sombras—. Las llevan haciendo durante años y a nadie le importó nunca hasta que mataron a aquellos agentes del FBI, ¿no es una vergüenza?
Minho asintió con la cabeza.
—Una auténtica vergüenza.
Se terminó la cerveza, puso fin a la conversación y salió del bar. Las últimas visitas a aquel local le habían dado una nueva visión de los cambios que se habían producido en su pueblo natal. O, más bien, de las complejas tramas clandestinas que después de tanto tiempo empezaban a salir a la luz.
Ahora se daba cuenta de que no había muchos miembros de la milicia Black Collar allí, y por eso, precisamente, no iba a resultar fácil descubrirlos. O eso, o se ocultaban mejor de lo que había imaginado.
Sin embargo, tras su incursión en el despacho de Kyuhyun, conocía a uno de los miembros. Las máscaras negras de los miembros y las bufandas negras de las víctimas lo habían delatado. ¿Cómo diablos había estado tan ciego para no ver lo que sucedía en su pueblo? Aquélla no era una organización nueva. Se había creado hacía años, quizá décadas.
Es más, se dijo a sí mismo, ¿cómo había podido ser amigo durante tanto tiempo de un hombre como Kyuhyun? Había confiado en ese hombre. Había reído y bebido con él y nunca había sospechado nada. Si alguien le hubiera dicho que Kyuhyun formaba parte de una milicia, se habría reído en su cara.
Las milicias no eran algo nuevo. Demonios, había un buen número de ellas repartidas por todo el oeste, pero ninguna se había dedicado a lo que se dedicaba ésta.
Organizaban cacerías nocturnas de inmigrantes tanto legales como ilegales y los perseguían por los cañones del parque nacional con el fin de torturarlos y asesinarlos.
Era un crimen contra la humanidad.
Al salir del bar, lo supo. En cuanto salió al sofocante calor de finales de verano, pudo sentir cómo le hormigueaba la piel.
Minho casi sonrió. La necesidad de liberarse de la furiosa energía que lo atravesaba estaba a punto de encontrar una válvula de escape. Evidentemente, había alguien a quien no le gustaban las preguntas que llevaba semanas haciendo. Ni que hablara con la gente. No se tensó, no hizo ningún movimiento que lo delatara. Sabía que varios pares de ojos lo espiaban; tenía el vello de punta por el peligro que le acechaba en el aparcamiento.
¿Cuántos eran? ¿Llevaban pistola o cuchillo?
Podía sentir la adrenalina en su cabeza, y otras muchas cosas. Oh, vaya si la sentía. Había conocido esa sensación cuando estaba bajo el yugo de JiSung. A aquel maldito narcotraficante le gustaba jugar con sus cautivos. Apuntarles con sus armas, disparar a unos centímetros de sus cabezas mientras los tenía encadenados a una pared con los ojos vendados, incapaces de evitar cualquier cosa que quisieran hacerles.
Sí, Minho presentía la cercanía de las armas, igual que podía percibir el olor de la violencia que lo acechaba.
Estaba preparado para la oscura figura que saltó sobre él. El cuchillo apenas le rozó el bíceps, pero Minho utilizó el impulso de su agresor para lanzarlo a un lado, cogerle del brazo y arrancarle el cuchillo de la mano.
Se colocó el cuchillo bajo la muñeca con rapidez y levantó el brazo, dispuesto para la lucha.
Más sombras surgieron de la oscuridad con brillantes máscaras negras y cuchillos en mano.
—Deberías irte del pueblo, Choi —murmuró una de las sombras que se movía en la oscuridad mientras seis figuras más lo rodeaban.
—Oh, no sé —dijo Minho arrastrando las palabras—. Creo que me gusta mucho este pueblo. Hay muchas cosas excitantes. Quizá me quede aquí algún tiempo.
Permitió que lo rodearan. Ahora podía sentir cómo la sangre corría por sus venas, cómo lo invadía una fría y dura determinación. No dejaría que lo apresaran de nuevo y, desde luego, no iban a derrotarlo. JiSung no había logrado doblegarlo y que lo condenaran si permitía que lo hicieran unos malnacidos disfrazados.
—Eso sería perjudicial para tu salud —le informó otra sombra con acento nasal.
—¿Quieren seguir charlando o empezamos a jugar? —Replicó Minho con una amplia sonrisa—. Voto por jugar. Estamos casi igualados.
—Seis contra uno —se rió otro—. Me parece que no sabes contar, imbécil.
Minho se rió entre dientes. Ni siquiera imaginaban lo letal que podía llegar a ser. Pero él sí lo sabía. Lo sabía porque había estado matando durante muchos años antes de aquel altercado.
—Vengan por mí... -—los invitó, con un gesto de las manos—... si pueden.
Eran buenos luchando. El baile mortal que tendría lugar a continuación le serviría para librarse de la adrenalina. Como solía ocurrirle, sintió el poder de ésta en sus músculos cuando se abalanzaron sobre él.
Acero contra acero. Minho golpeaba los pies de sus asaltantes y se apartaba cuando caían, yendo por el siguiente. No los mató. Los quería vivos. Quería saber por quién ir luego, de quién sospechar cuando acabara con ellos, y los vendajes, las lesiones, no eran algo que pudiera ocultarse.
Quería dejar testigos y que aquellos bastardos supieran con quién demonios estaban tratando.
Así que enterró el cuchillo en el muslo de un asaltante, se apropió de su arma y la clavó en el diafragma de otro hombre. Los fue hiriendo uno a uno, saboreando la sensación del acero hundiéndose en la carne, del sonido de los gruñidos y los gritos de dolor, del chasquido de los huesos al romperse.
De los seis sólo quedaron dos. Volvió la mirada hacia el único que se enfrentaba a él y sonrió ante el olor de la sangre.
—¿Quieres seguir con esto? —le preguntó al otro hombre, clavando la mirada en los ojos oscuros y memorizando el trazo de la mandíbula bajo la elástica máscara negra—. Ven aquí, hijo de perra. Puedo pasarme la noche rompiéndote los huesos uno a uno.
Le cortó el antebrazo con un rápido movimiento y luego le hundió el cuchillo en los vaqueros para hacerle un profundo corte en el muslo mientras le daba una patada y se lanzaba hacia el otro bastardo que intentaba clavarle el cuchillo a ciegas. Minho se lo quitó y se lo enterró en el hombro.
—Eso tiene que doler —se burló con una risa ahogada, saltando hacia atrás y observando cómo los demás se alejaban cojeando.
El último sacó un arma.
Girándose, Minho saltó y enterró el pie en el estómago del asaltante de un solo movimiento. Sin perder un instante, le agarró de la muñeca y se la retorció hasta que el arma cayó al suelo.
A cambio, recibió un golpe en los riñones y soltó un gruñido antes de presionar el codo contra la garganta del hombre que le había herido. Bastardos. Deberían haber usado las armas primero.
Siguió apretando la garganta del agresor mientras le incrustaba el puño en el vientre. Luego le soltó y observó cómo se daba la vuelta y corría para unirse al grupo. Unos focos brillaron frente a él cuando se tiró rodando al suelo para coger el arma de la gravilla antes de ponerse en pie de un salto.
Minho retrocedió y se ocultó entre varios vehículos, sin perder de vista el todoterreno en el que se alejaban sus nuevos amigos.
Respiró hondo, movió el hombro, y supo que pronto harían aparición sus propias magulladuras y dolores. Demonios, no había salido ileso de la pelea. Podía sentir cómo la sangre le manaba del hombro y le resbalaba por el brazo. Muchos de aquellos cuchillos estaban bien afilados y había tenido que lidiar con demasiados a la vez.
Sonrió ampliamente mientras sacaba las llaves del bolsillo de los vaqueros y buscaba la Harley. Hizo una rápida comprobación y no tardó en encontrar una pequeña bomba dispuesta para hacer estallar el depósito de gasolina. Habría acabado hecho pedazos si aquel pequeño artilugio hubiera hecho explosión.
Abrió una de las maletas de la moto, colocó el dispositivo junto a la pistola, revisó la Harley de nuevo y luego observó cómo Siwon emergía de las sombras. Sus ojos se clavaron en los de Minho durante un buen rato.
Era obvio que tremendo hombre había sido testigo de la pelea.
—Estas sangrando. ¿Necesitas que te lleve? —le preguntó en voz baja.
—Estoy bien.
Siwon asintió con la cabeza y se dirigió al todoterreno que conducía. No podían permitirse el lujo de demostrar que se conocían. Si Minho hubiera corrido peligro, Siwon se habría implicado en la pelea. Pero no había sido necesario.
Minho montó a horcajadas en la moto, la arrancó y se dirigió al apartamento.
Podía sentir cómo la sangre le goteaba por la ropa, humedeciéndola. En ese momento, deseaba haber matado por lo menos a uno de aquellos hijos de perra.
Porque, definitivamente, le habían estropeado el plan que tenía para esa noche y no podría visitar a Taemin.
Quizá el castaño pudiera tolerar la visión de la sangre, pero iba a exigirle respuestas. Y Minho no estaba preparado para dárselas.
*********************************
Ahora si me voy! espero sus coments! no estamos leyendo! n_n bye bye~
Janess
♥♥Minho♥♥SHINee♥♥ 1470
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Nina_Lee Miér Ago 08, 2012 6:09 pm
Bueno como te dije en la mañana me olvide de comentar xD hahahaha pero me sirve como excusa para volverlo a leer *~*
Comienzo por lo que le dijo Minho a tae
No quiero volver a verte llorar por otro hombre cuando estés en la cama conmigo.
Kdfvhosfbuo maldito bastardo ¬¬ sabes que eres el mismo y le reclamas como si te estuviera sacando la vuelta aishhh esa rana orejona me dan ganas de ahorcarla!!
—¿Te acuestas conmigo y luego te echas a llorar? —rugió Minho—. La próxima vez que eso ocurra, Taemin, te montaré hasta que dejes de llorar.
Omo~~ eso se puede O////O si es así yo te apoyo Minho hahahahahaha( la más pervertida) pero es que bueno mi Tae se saco la lotería y viceversa, esos dos juntos hacen que mi mente vuele *o*
Pero me dio mucha risa cuando Tae dice esto
Estoy seguro de que ya nos hemos liberado de esa molesta tensión sexual. Podemos volver a guardar las distancias; y tú a dormir en tu cama.
Hahahahahaha esa no te la crees ni tu mismo, yo creo que ya te perdimos Tae ya lo probaste y volverás a caer en la tentación LOL envidio a Minho *¬*
Y este Tae cuando se enoja da miedo ._. pero me parece que es justo que se haya molestado hahahaha pero no le dejo salida al pobre de Jonghyun hahahaha puppy sudaba frio porque no sabia de que parte estar xD
Ohhh y la parte que hieren a Minho me dio pena TT-TT y lo peor es que no fue por la revancha a casa de Tae (:P no sé nada, no hare spoiler)
Hahahahahahahaha todo mi comentario sobre Minho es bipolar, por un lado lo quiero y por el otro me dan ganas de agarrarlo a sartenazos por baboso! ¿Cómo dejo a mi Tae?¿cómo? oshhh
Bueno esperare la actua, cuídate eonni te quiero~~~
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Última edición por Nina_Lee el Jue Ago 23, 2012 5:16 pm, editado 1 vez
Nina_Lee
♥Taemin♥ 1597
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por lizzie Miér Ago 08, 2012 6:16 pm
Hola unnie !!!!este capitulo fue con adrenalina minho todo un rebelde uff cada que me lo imagino en tu fic simplemente muero es que es tan rudo y excitante *babeando* y taemin que valiente, me encanta por que no tiene la misma actitud que en todos los fics es diferente y eso me encanta ahsss malditos tipos dañaron a minho mientras no podra darle su noche de pasion a taemin jajajaja nos leemos en el proximo capitulo bye bye :D !!!! :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!! 577
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por shineebrillosita Miér Ago 08, 2012 8:14 pm
(soy mala todavia no edito el otro pero prometo hacerlo)
eehhh... edite los dos este antes de que actualizaras ^^ puf~ siento no actualizar el otro veras soy un poquito distraida pero bueno ya lo lei y ya edite mi feo a aparto XD
y ahora si en este capitulo waaa.... quedo igual de emocionante me facino bueno al principio con lo que dijo minho
que regrasaria wuaaa.. si que regrese XD *pervertida*, pero aahh... con lo que se le atraveso no pudo hacer lo que se propuso que fustracion jejeje y el caracter de taemin wooo.. interesante esperare tu actualizacion
Última edición por shineebrillosita el Sáb Ago 11, 2012 8:41 pm, editado 1 vez
shineebrillosita
♥TAEMIN♥ 1560
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por my_shinee Miér Ago 08, 2012 8:16 pm
ñiiia kiien la kiiere kiien la kiiiere ... ^^
graciias por la actuuu nena sentiida xDDD :Merong:
graciias por la actuuu nena sentiida xDDD :Merong:
my_shinee
El flamante~... Choii Miinho~ 218
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Noreri94 Miér Ago 08, 2012 8:36 pm
waaaa la peleaaaa, jaja te llena de adrenalina.
muy bien minho heridos sera mas fácil localizarlos a los malditos deshumanizados :D
vengo sin inspiración, la escuela a comenzado :D y mi levantarse a las 5 am
pero aun así ame el cap.
cuídate mucho y nos estamos leyendo :D
muy bien minho heridos sera mas fácil localizarlos a los malditos deshumanizados :D
vengo sin inspiración, la escuela a comenzado :D y mi levantarse a las 5 am
pero aun así ame el cap.
cuídate mucho y nos estamos leyendo :D
Noreri94
minho 1304
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Damsanm Miér Ago 08, 2012 8:38 pm
oooo se esta poniendo interesante yyy quienes son eso hombres por fa queu le paso a minhooo ahiiiii saludos tq 
:yupi: actualiza pronto
:yupi: actualiza prontoDamsanm
onew 1008
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por mondrisT Miér Ago 08, 2012 9:27 pm
No puedo evitar imaginarme a siwon con el trajecito que trae en las presentaciones de la cancion nueva de suju xDDD
kasjdhkj maldito Tae!!! digo si tiene los pantalones y todo me gusta que defienda lo suyo pero lkajfl me hizo enojar que dijera que fue solo cosa de una noche >---<
Minhoooooooo ya ves por andar de curioso xDDD pero pero eres tu *^* entonces no podran contigo muajajajajaja pero le arruinaron los planes!!!
Oye... punto y aparte las menciones de jongkey asjdashd n se porque me acorde ahorita de ellos (bueno si se soy una traumada con la pareja u.u) pero chaz eso de plano parecen que ni se llevan bien es más que se ignoran mutuamente D:
Peeeeerooooooo no son la principal asi que no me molesta (
y ya estoy siendo bien random, asi que te dejo
nos leemos~~
Última edición por mondrisT el Jue Ago 09, 2012 9:17 pm, editado 1 vez
mondrisT
KEY 491
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por ggaabbyy2 Miér Ago 08, 2012 11:32 pm
odiosss
k capitulo te dejaba lleno de adrenalina unnie XD
me encanto el capi me dio mucha raisa k joonhyung estaba sudando por como le hablo tae pero el tiene razon me encanto como les hablo a jjong y a minho
y lo de kien es esa persona hahaha
wooo casi se me pasa este captulo pero lo bueno fue k lo ancance a tiempo XD
u.u k mala suerte k esos matones aparecieron e hirieron a minho ahora ya o no pudo ir con taemin para continar hahah o cumplir con lo k habia dicho en la mañana a taemin me pregunto k como fue k siwon empezo a trabajar tambien x eso se molestaria taemin ??? gracias x el captulo unnie nos leemos en el siguiente :D
k capitulo te dejaba lleno de adrenalina unnie XD
me encanto el capi me dio mucha raisa k joonhyung estaba sudando por como le hablo tae pero el tiene razon me encanto como les hablo a jjong y a minho
y lo de kien es esa persona hahaha
wooo casi se me pasa este captulo pero lo bueno fue k lo ancance a tiempo XD
u.u k mala suerte k esos matones aparecieron e hirieron a minho ahora ya o no pudo ir con taemin para continar hahah o cumplir con lo k habia dicho en la mañana a taemin me pregunto k como fue k siwon empezo a trabajar tambien x eso se molestaria taemin ??? gracias x el captulo unnie nos leemos en el siguiente :D
ggaabbyy2
taemin 113
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por gypsy Jue Ago 09, 2012 8:47 am
TMR! Estoy molesta conmigo misma :P
Te juro que pensé que había editado pero me vengo a dar cuenta que no…… :S
No sé que coños pasó pero no aparece mi coment :P…..pero esto no se queda así tienes q saber TOOOOODO lo que me provocó el delicioso capítulo 11 así que hay te va de nuevo xP!
POR FIN! CARAJ* POR FIIIIIN!!!! >.< !
Bailo de alegría >u<
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.
.
.
ok me calmo....aunque no durará mucho :P vamos por partes >.< !
Lo primero, cuando Minho llego a casa de Heechul....
—¿Crees que tiene las orejas lo suficientemente grandes para poder arrancárselas? —Taemin se asomó también por encima del respaldo, entrecerró los ojos y lo miró fijamente considerando el tamaño de sus orejas.
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asddsfadfffgaaadfaasfsfsd MINHOOOOO!!!! xDDDDDDDDDDD!!!
pues sí aparte de ojón es orejón xP pero no importa igual lo amo ♥3♥... *yo quiero arrancárselas mientras estamos en pleno ....unffff!!....ok,me calmo antes que me orgasmee- again xP- xDDDD no supero lo de Heechul >.< *
—Empiezas a significar mucho para mí, Minhyuk. Creo que deberías saberlo.
ahhhh~ pequeño no sabes lo que provocas en mi keroro con unas cuantas palabras*suspira como tonta*
—Puedes aprovecharte de mí. Prometo no enfadarme.
si si SI!!! hazlo ya maldita sea!
—Más tarde —le prometió él, sentándose en la cama a su lado.
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NO!!! más tarde NO! caraj* now NOW!!! >.< !
—Tengo pesadillas —susurró el castaño acurrucado contra su pecho.
—Lo sé, cariño. —pasaba los dedos por su cabello.
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WoW! las pesadillas de Taemin..... su vínculo de amor era tan fuerte que Taemin podía sentir el dolor de Minho a la distancia .....ambos han sido realmente valientes y fuertes han sufrido tanto.....merecen estar juntos, ser felices, sentirse, comerse a besos.....en fin sigan niños SIGAN! ámense de una vez y acaben con esta tortura - que yo tampoco aguanto más xP -
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cómo pueden ser tan dulces y luego tan salvajes(?)
OMG EL LEMON....FUCK YEAH!! de los más ricos y excitantes que he leido -y he leido varios- *enferma*
Volvió la cabeza y acarició con los labios el cuello del alto, justo debajo de la barbilla. El roce de sus labios contra la cálida piel le resultó excitante y erótico. No había sabido hasta aquel instante que un pequeño roce podía proporcionar tanto placer.
—Bésame —susurró Taemin.
Asgdsadsagdasfdsag como negarse a tan dulce petición…..que empiece o bueno!!! ;)
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—Te deseo.
—¿Me deseas? —gruñó Minho, dándole la vuelta. Se inclinó sobre el menor y la sombra de sus anchos hombros llenó el campo de visión de éste—. ¿Me deseas a mí, Taemin? ¿O lo deseas a él?
*Yo te deseo a muerte papacito* sorry no me puedo controlar :P… pero….assshhhhh!!! Minho no hagas tantas preguntas, además son la misma persona no te hagas problemas y cógetelo YA!!
Rodeó la erección y empezó a subir y bajar lentamente para luego aumentar el ritmo, sintiendo bajo sus dedos como iba haciéndose más y más gruesa.
-Ah… ah..- el menor arqueaba la espalda debido al placer que le estaba proporcionando el alto
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xDDDDDDDDDDDDDDDDD
TMR! Quiero ser hombre!!! :3 *en específico Taemin xP*
—. ¿Tienes alguna idea de cuánto te deseo? —Apretó los dientes y se mordió la lengua.
—Entonces, tómame —jadeó el menor—. Tómame, Minho. Tómame de la manera que necesitas.
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PÁRTELO EN DOS!! NOW!! >.< !
Se aferró a las caderas de Taemin y las mantuvo pegadas a su cuerpo al tiempo que se ponía de rodillas. Le alzó el trasero hacia sus muslos y comenzó a moverse con el ritmo duro y controlado que necesitaba.
Se hundió completamente en él, incapaz de detenerse, gozando, amando cada penetración con su alma maldita para siempre, ofreciéndole cada furioso centímetro, cada onza de aquella agonizante lujuria que bullía en su interior.
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ALELUYA!! Bendito sea el 2min! Y porsupuesto tmb tu pornosa mente Janess *u*
Thanks God! Lo hicieron! Minho te corriste dentro del sexy maknae! >.< ahhhhh por fin la tan esperada liberación :3 y luego leí....
—¡No es suficiente! —El gruñido de Minho rasgó el aire.
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asdsasfgadfsafgdsaggfdsa!! Ya decía yo que Minhote no se iba a conformar con hacerlo una vez :3 que venga la siguiente ronda!!! Sigan SIGAN!! que mis ovarios todavía aguantan ;)
Se retiró de Taemin y lo hizo girar sobre su estómago para luego atraer su trasero hacia sí. Volvió a penetrarlo de inmediato, haciéndole arquearse con unos envites profundos.
—Ah... eres tan… estrecho —gimió Minho, deteniéndose con la respiración jadeante—. Tan dulce y apretado. Muévete contra mí, Taemin. Enséñame cómo te gusta.
:Q______________* babas y más babas*
—Dímelo —le susurró Minho roncamente al oído, al tiempo que sus manos se aferraban a las caderas del castaño—. ¿Cómo te gusta? ¿Duro? —Se enterró en su interior profundamente—. ¿Lento? —Se retiró un momento y luego volvió a llenarlo con un movimiento lento y palpitante que lo hizo gemir en protesta.
—Duro —confesó Taemin—. Lo deseo duro y rápido... Lo sabes.
*se revuelca en el piso*
Taemin eres una pequeña zorra!
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xD!
but....fuck everything! Es Minho!!! >.< ! me hubiera encantado que en esa pose tan rica lo hubiese tirado de los pelos hacia atrás–al estilo de Jonghyun - unffff.... no sabes cómo me puso cuando lo vi en el JongTae ;)
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Wouuuuuuu!!! Se volvieron a correr!! >w< ....todo fue tan tan….no tengo palabras I’m specheless solo te digo que mi cuerpito reacción de formas un poco vergonzosas de contar*se hace la santa* xP! Amé este lemon creo que la ansiedad y la emoción con el que lo esperaba tuvieron mucho que ver, simplemente exquisito ;)
Todo era tan sexual hasta q leí lo que dijo Minho.
—Norul saranghae.
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Y luego....
—Para siempre —susurró el menor.
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LLORO CARAJO!! TTT_______TTT todo es tan sentimental.... me haces sentir como mujer embaraza sensible por todo
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pero no importa lo importante es que sucedió >.< y que te amo por tan maravillosa historia*3* me tienes loca mujer!! *eso sonó raro :P*
bueno está largo lo sé pero comprende que no me puedo quedar con todo adentro :3 esto tenias que saberlo :)
ahora si el capitulo 12! >.<
Assshhhh!!! Por qué tienen que discutir después de una noche de sexo tan rico y desenfrenado.... WHY??? Al contrario debieron tener un rapidín mañanero xP! Taemin por qué te haces de rogar ehhh??? bien que quieres! bueno ya cambiarás de opinión y te someterás a mi keroro pidiendo más >.< asfsdadagafdsagfg si no igual Minho te va a obligar :P
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—Jonghyun, tienes que ir a Odessa para conseguir esas piezas —dijo Minho, mirando a su hermano—. Ahora.
Jonghyun se levantó de la silla.
—Ni lo pienses —le advirtió Taemin con suavidad.
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xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!
pobre del dinoperro >.< el pequeño tiene su carácter hasta a mi me asustó xP me parece bien que no se deje dominar fácilmente que defienda lo suyo! aunque poniéndolo así lo suyo también es de Minho… o.O en fin estas peleas solo terminan en un lugar u.u .... en la cama de Taemin con Minho sobre él >U< parece que así funciona su relación :P pero como ya dije no es solo sexo es AMOR!!! aunque el pequeño rebelde lo siga negando :P
Lo que también amo de la trama de tu historia es que aparte de toda la pasión del 2min está mezclada con el peligro y la acción *-* lo único que me da miedito es que quizá haya un final trágico con la muerte de Minho.... o Taemin....-.- -
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...solo se me vino esa idea....- no pasará cierto?! Serán felices y se amaran locamente por el resto de sus vidas verdad VERDAD?!!...TTT___TTT …sorry me entro lo fatalista :P- ashhhh no me hagas caso estoy loca
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Ahora sí terminé >.< espero que leas mi kilometrico post :P y espero con ansias la conti *3* -no demores please quiero acción entre el 2min *-* digo no? :B para compenzar que en este capi no lo hicieron….tu me entiendes…. ;)
Ahora sí bye!
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I ♥ U~
:3
Te juro que pensé que había editado pero me vengo a dar cuenta que no…… :S
No sé que coños pasó pero no aparece mi coment :P…..pero esto no se queda así tienes q saber TOOOOODO lo que me provocó el delicioso capítulo 11 así que hay te va de nuevo xP!
POR FIN! CARAJ* POR FIIIIIN!!!! >.< !
Bailo de alegría >u<
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ok me calmo....aunque no durará mucho :P vamos por partes >.< !
Lo primero, cuando Minho llego a casa de Heechul....
—¿Crees que tiene las orejas lo suficientemente grandes para poder arrancárselas? —Taemin se asomó también por encima del respaldo, entrecerró los ojos y lo miró fijamente considerando el tamaño de sus orejas.
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asddsfadfffgaaadfaasfsfsd MINHOOOOO!!!! xDDDDDDDDDDD!!!
pues sí aparte de ojón es orejón xP pero no importa igual lo amo ♥3♥... *yo quiero arrancárselas mientras estamos en pleno ....unffff!!....ok,me calmo antes que me orgasmee- again xP- xDDDD no supero lo de Heechul >.< *
—Empiezas a significar mucho para mí, Minhyuk. Creo que deberías saberlo.
ahhhh~ pequeño no sabes lo que provocas en mi keroro con unas cuantas palabras*suspira como tonta*
—Puedes aprovecharte de mí. Prometo no enfadarme.
si si SI!!! hazlo ya maldita sea!
—Más tarde —le prometió él, sentándose en la cama a su lado.
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NO!!! más tarde NO! caraj* now NOW!!! >.< !
—Tengo pesadillas —susurró el castaño acurrucado contra su pecho.
—Lo sé, cariño. —pasaba los dedos por su cabello.
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WoW! las pesadillas de Taemin..... su vínculo de amor era tan fuerte que Taemin podía sentir el dolor de Minho a la distancia .....ambos han sido realmente valientes y fuertes han sufrido tanto.....merecen estar juntos, ser felices, sentirse, comerse a besos.....en fin sigan niños SIGAN! ámense de una vez y acaben con esta tortura - que yo tampoco aguanto más xP -
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cómo pueden ser tan dulces y luego tan salvajes(?)
OMG EL LEMON....FUCK YEAH!! de los más ricos y excitantes que he leido -y he leido varios- *enferma*
Volvió la cabeza y acarició con los labios el cuello del alto, justo debajo de la barbilla. El roce de sus labios contra la cálida piel le resultó excitante y erótico. No había sabido hasta aquel instante que un pequeño roce podía proporcionar tanto placer.
—Bésame —susurró Taemin.
Asgdsadsagdasfdsag como negarse a tan dulce petición…..que empiece o bueno!!! ;)
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—Te deseo.
—¿Me deseas? —gruñó Minho, dándole la vuelta. Se inclinó sobre el menor y la sombra de sus anchos hombros llenó el campo de visión de éste—. ¿Me deseas a mí, Taemin? ¿O lo deseas a él?
*Yo te deseo a muerte papacito* sorry no me puedo controlar :P… pero….assshhhhh!!! Minho no hagas tantas preguntas, además son la misma persona no te hagas problemas y cógetelo YA!!
Rodeó la erección y empezó a subir y bajar lentamente para luego aumentar el ritmo, sintiendo bajo sus dedos como iba haciéndose más y más gruesa.
-Ah… ah..- el menor arqueaba la espalda debido al placer que le estaba proporcionando el alto
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xDDDDDDDDDDDDDDDDD
TMR! Quiero ser hombre!!! :3 *en específico Taemin xP*
—. ¿Tienes alguna idea de cuánto te deseo? —Apretó los dientes y se mordió la lengua.
—Entonces, tómame —jadeó el menor—. Tómame, Minho. Tómame de la manera que necesitas.
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PÁRTELO EN DOS!! NOW!! >.< !
Se aferró a las caderas de Taemin y las mantuvo pegadas a su cuerpo al tiempo que se ponía de rodillas. Le alzó el trasero hacia sus muslos y comenzó a moverse con el ritmo duro y controlado que necesitaba.
Se hundió completamente en él, incapaz de detenerse, gozando, amando cada penetración con su alma maldita para siempre, ofreciéndole cada furioso centímetro, cada onza de aquella agonizante lujuria que bullía en su interior.
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ALELUYA!! Bendito sea el 2min! Y porsupuesto tmb tu pornosa mente Janess *u*
Thanks God! Lo hicieron! Minho te corriste dentro del sexy maknae! >.< ahhhhh por fin la tan esperada liberación :3 y luego leí....
—¡No es suficiente! —El gruñido de Minho rasgó el aire.
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asdsasfgadfsafgdsaggfdsa!! Ya decía yo que Minhote no se iba a conformar con hacerlo una vez :3 que venga la siguiente ronda!!! Sigan SIGAN!! que mis ovarios todavía aguantan ;)
Se retiró de Taemin y lo hizo girar sobre su estómago para luego atraer su trasero hacia sí. Volvió a penetrarlo de inmediato, haciéndole arquearse con unos envites profundos.
—Ah... eres tan… estrecho —gimió Minho, deteniéndose con la respiración jadeante—. Tan dulce y apretado. Muévete contra mí, Taemin. Enséñame cómo te gusta.
:Q______________* babas y más babas*
—Dímelo —le susurró Minho roncamente al oído, al tiempo que sus manos se aferraban a las caderas del castaño—. ¿Cómo te gusta? ¿Duro? —Se enterró en su interior profundamente—. ¿Lento? —Se retiró un momento y luego volvió a llenarlo con un movimiento lento y palpitante que lo hizo gemir en protesta.
—Duro —confesó Taemin—. Lo deseo duro y rápido... Lo sabes.
*se revuelca en el piso*
Taemin eres una pequeña zorra!
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xD!
but....fuck everything! Es Minho!!! >.< ! me hubiera encantado que en esa pose tan rica lo hubiese tirado de los pelos hacia atrás–al estilo de Jonghyun - unffff.... no sabes cómo me puso cuando lo vi en el JongTae ;)
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Wouuuuuuu!!! Se volvieron a correr!! >w< ....todo fue tan tan….no tengo palabras I’m specheless solo te digo que mi cuerpito reacción de formas un poco vergonzosas de contar*se hace la santa* xP! Amé este lemon creo que la ansiedad y la emoción con el que lo esperaba tuvieron mucho que ver, simplemente exquisito ;)
Todo era tan sexual hasta q leí lo que dijo Minho.
—Norul saranghae.
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Y luego....
—Para siempre —susurró el menor.
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LLORO CARAJO!! TTT_______TTT todo es tan sentimental.... me haces sentir como mujer embaraza sensible por todo
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pero no importa lo importante es que sucedió >.< y que te amo por tan maravillosa historia*3* me tienes loca mujer!! *eso sonó raro :P*
bueno está largo lo sé pero comprende que no me puedo quedar con todo adentro :3 esto tenias que saberlo :)
ahora si el capitulo 12! >.<
Assshhhh!!! Por qué tienen que discutir después de una noche de sexo tan rico y desenfrenado.... WHY??? Al contrario debieron tener un rapidín mañanero xP! Taemin por qué te haces de rogar ehhh??? bien que quieres! bueno ya cambiarás de opinión y te someterás a mi keroro pidiendo más >.< asfsdadagafdsagfg si no igual Minho te va a obligar :P
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—Jonghyun, tienes que ir a Odessa para conseguir esas piezas —dijo Minho, mirando a su hermano—. Ahora.
Jonghyun se levantó de la silla.
—Ni lo pienses —le advirtió Taemin con suavidad.
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xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!
pobre del dinoperro >.< el pequeño tiene su carácter hasta a mi me asustó xP me parece bien que no se deje dominar fácilmente que defienda lo suyo! aunque poniéndolo así lo suyo también es de Minho… o.O en fin estas peleas solo terminan en un lugar u.u .... en la cama de Taemin con Minho sobre él >U< parece que así funciona su relación :P pero como ya dije no es solo sexo es AMOR!!! aunque el pequeño rebelde lo siga negando :P
Lo que también amo de la trama de tu historia es que aparte de toda la pasión del 2min está mezclada con el peligro y la acción *-* lo único que me da miedito es que quizá haya un final trágico con la muerte de Minho.... o Taemin....-.- -
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...solo se me vino esa idea....- no pasará cierto?! Serán felices y se amaran locamente por el resto de sus vidas verdad VERDAD?!!...TTT___TTT …sorry me entro lo fatalista :P- ashhhh no me hagas caso estoy loca
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Ahora sí bye!
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:3
Última edición por gypsy el Mar Ago 14, 2012 5:36 pm, editado 1 vez
gypsy
Minho *3* 262
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por mitaemin Jue Ago 09, 2012 1:59 pm
claro que no taemin no es solo una noche jajaj se están conociéndose mas los dos ashh que me encanta este fic ash quienes seran los que lo atacaron ashh unn espero con ansias el proximo capitulo
mitaemin
taemin 609
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Miko Vie Ago 10, 2012 8:27 pm
diosmioh!!!! ahora si que se viene aún mas weno xDDD
Miko
Minho<3 67
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por ggaabbyy2 Lun Ago 20, 2012 3:11 pm
muero x la espera del siguiente cap unnie ;3
ggaabbyy2
taemin 113
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Janess Jue Ago 23, 2012 6:47 pm
Hi ._. bueno creo que me demoré en actualizar no? ok! no tengo excusa T.T pero no pensé ya habian pasado dos semanas! lo juro no me di cuenta Y.Y bu~~ odienme~~ pero les traigo la conti *-* espero les guste!!! kekeke yo se que si ;) jojojo... bueno gracias por sus comentarios *3* besotes para todas
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Taemin observaba por la ventana, esperando. Había estado escuchando con atención desde que terminó de cenar, y para cuando oyó el duro ronroneo de la Harley detrás del taller, estaba furioso.
Era más de medianoche.
Se paseó de un lado a otro de la salita, deteniéndose ante las ventanas y mirando el apartamento del taller. No se veían luces. ¿Por qué Minho no las había encendido al llegar a casa?
Minhyuk también tenía esa costumbre.
Estaba nervioso y no podía explicar por qué. Cuanto más miraba el apartamento, más sentía el impulso de bajar para hacer el amor con Minho.
Ya se había liberado de la tensión sexual, se dijo a sí mismo. Ya se había acostado con él, así que ahora debería estar bien. Pero no lo estaba, y sabía
que aquello ya no era sólo una cuestión de sexo. Se trataba de algo más que lo impulsaba a ir con él, a comprobar si estaba bien.
Maldición, Minho ya era mayor de edad, no necesitaba una niñera.
En realidad, tenía veinticinco años.
Taemin se apretó el estómago con las manos, por encima de la fina camiseta que llevaba puesta. Tenía la misma edad que tendría Minhyuk ahora.
Sacudió la cabeza. No iba a ir, no iba a bajar al apartamento a hacer el amor con él, se repetía una y otra vez mientras se ponía con rapidez las zapatillas y se las ataba.
Agarró las llaves del buró, salió de casa y al cabo de unos minutos aparcaba su pequeño coche detrás del taller.
Con la llave del apartamento en la mano, subió con rapidez las escaleras traseras del taller. Se dijo que no debería entrar. Después de todo, Minho podría estar con alguien o en la ducha. No obstante, metió la llave en la puerta y entró. De repente se quedó sin aliento. Alguien lo arrastró hacia el interior del apartamento, cerró la puerta a sus espaldas y lo empujó contra la pared.
Por un momento, la tensión de saberse en peligro le atenazó el estómago. Pero entonces se percató de que el duro brazo que se apretaba contra su cuello era el de Minho y de que el brillo casi febril de sus ojos oscuros era tan intenso como el de un depredador.
—¿Te gusta vivir peligrosamente? —le preguntó el alto suavemente, con la cara demasiado cerca de la suya, y el cuerpo, casi desnudo, presionando contra el del castaño—. Yo no puedo profanar esa sagrada cama tuya, pero tú sí puedes dejarte caer por aquí cada vez que te venga en gana ¿verdad?
El áspero sonido de su voz provocó que a Taemin se le pusieran los nervios de punta, haciendo que se estremeciera de pies a cabeza y que levantara la mirada hacia él en la oscuridad.
Minho le apartó el brazo de la garganta, pero no lo soltó. Lo agarró por las caderas y lo atrajo bruscamente hacia sí, al tiempo que el menor separaba los labios con un jadeo.
No estaba semidesnudo. Estaba desnudo por completo. Y duro. La longitud palpitante de su miembro se presionó contra el vientre de Taemin mientras lo observaba con ardiente deseo.
—Tenemos que hablar. —el menor puso las manos sobre los anchos hombros y
sintió que Minho se ponía tenso.
Era obvio que él acababa de salir de la ducha. Taemin podía sentir el agua en su piel y algo resbaladizo, quizá restos de jabón. Parecía tener la piel sensible. Tenia el pelo mojado y su oscura expresión no presagiaba nada bueno.
—Parece como si te doliera algo. —Le presionó el otro hombro—. Minho, ¿qué te ha sucedido?
—Todavía no —gruñó él.
—¿Qué quieres decir con todavía...?
El alto lo interrumpió con un beso. Cubrió los labios del castaño con los suyos y lamió aquella curva plena, al tiempo que emitía un ronco gemido de necesidad desde lo más profundo de su garganta.
Taemin abrió los labios y la lengua de Minho se deslizó entre ellos. Pero él no los había abierto para el pelinegro, se dijo a sí mismo, sino para respirar. Sólo para respirar, no para que aquella lengua cálida y voraz se rozara contra la de él, saboreándola.
—Minho, ¿te encuentras bien? —le preguntó sintiendo que se le aceleraba el corazón.
—Más tarde. —Sus labios se amoldaron a los del castaño, mordisqueándolos y devorándolos con una demanda hambrienta y ardiente.
Taemin gimió de placer. Se había mentido a sí mismo. Lo sabía. No había ido allí para preguntarle nada, sino para que él lo hiciera sentir vivo de nuevo.
—Llevas demasiada ropa —-rugió Minho, deslizando los labios por la barbilla y la mejilla del menor—. Te quiero desnudo. —Le recorrió el vientre con la mano en una devastadora caricia hasta llegar a la húmeda erección que Taemin sentía entre los muslos, por encima de la tela elástica de los pantalones cortos—. Quítate la camiseta. —Taemin algunas veces dormía con esa ropa. Era cómoda y fresca y, al parecer, demasiado delgada, porque el calor de la palma de Minho contra su miembro lo estaba volviendo loco.
El presionó la palma contra el menor.
—Estás herido —susurró Taemin sin aliento—. ¿Qué te ha sucedido? —Nada. —Minho...
—Dios mío, sí, vuelve a decir mi nombre de esa manera —gruñó él—. Dime que me deseas salvaje y ardiente una vez más. Que me quieres dentro de ti, llenándote. Ahh... Te siento tan dulce, tan caliente y estrecho en torno a mí cuando te penetro...
Taemin contuvo el aliento. Podía sentir su sangre cálida bajo la mano, su miembro desnudo a través de las capas de tela que los separaban.
—Minho, detente. ¿Estás sangrando? —Creía estar oliendo sangre.
—No. Confía en mí. Es sólo un rasguño. —Le rozó la barbilla con los dientes y el castaño se estremeció ante la sensación que le produjo, como si estuviera siendo atravesado por pequeñas descargas eléctricas.
—¿Qué… tipo de rasguño? —gimió Taemin. —Luego podrás curarme. —La voz de Minho era vibrante, más dura y profunda que de costumbre—. Más tarde.
—Minho… —exhaló su nombre al sentir que apartaba la mano de su entrepierna y la metía dentro de los pantalones y el bóxer para acariciar la carne húmeda e hinchada que le esperaba allí.
—Estás mojado, Taemin. —Introdujo la mano y rodeo la longitud del menor, acariciándolo de forma enloquecedora—. Dime que me deseas. Pídeme que te folle.
Taemin jadeó. Allí, contra la pared de la cocina, sólo podía pensar en sentirlo en su interior.
—Quiero sentir tu boca en mi polla otra vez.
Lo excitaba oírle hablar así, de una manera tan desinhibida.
—Quiero verte de rodillas ante mí, sentir tu boca succionándome el glande de nuevo. Dios, fue tan bueno correrme en tu boca de esa manera, viendo lo mucho que te gustaba...
Su mano se deslizó llegando a su entrada, introdujo un dedo en el interior de Taemin. Sólo un dedo. Lo deslizó dentro de él guiado por las cálidas paredes, tratando de llegar lo más lejos posible, rozando aquel punto que lo hacía temblar, mientras con la otra mano subía y bajaba por la tierna carne, desde la base hasta la punta, deteniéndose a jugar con esta.
Minho estaba sangrando, herido. Temblando, Taemin se dijo que debería tratar de averiguar qué tipo de herida se había hecho, en vez de concentrarse en el placer dado por el dedo que ahora bombeaba en su interior.
Cerró los ojos, separó aún más las piernas y un gemido tembloroso escapó de sus labios cuando él comenzó a usar aquel dedo para volverlo loco. Penetrando lenta y profundamente en su interior, buscando, encontrando su zona más sensible y torturándolo.
—Minho… Es perfecto… —Taemin movió la cabeza de un lado a otro contra la pared, sintiendo que se le aflojaban las rodillas-—. Es tan bueno…
—Condenadamente bueno —recalcó él—. Te siento mojado y tenso en torno a mi dedo, Taemin… ¿soltaras esos dulces gemidos que hacen que me excite al punto del dolor? ¿Te correrás para mí, pequeño? ¿Con mis dedos en tu interior? ¿Harás que me vuelva loco por el deseo de saborear cada milímetro de ti?
Oh, Dios. Oh, Dios. Minho no debería hablar así. Taemin podía sentir cómo sus fluidos seguían manando, mojando la mano del mayor mientras empujaba las caderas contra aquel dedo que se movía en su interior.
—Ahora vas a ser un buen chico —jadeó el pelinegro—. Aprieta mi dedo, Taemin. Déjame sentirte… quiero sentirte todo.
El menor gimió. Aquello era demasiado escandaloso. Demasiado turbador. El castaño jamás había hecho nada así, nunca había oído palabras como las que susurraba aquel hombre mientras lo tocaba.
—Dímelo —le murmuró Minho al oído—. Habla conmigo, pequeño. Dime lo que deseas. Ruégame que te haga mío con los dedos y te meteré otro dedo más. Te penetraré con dos dedos. ¿No te gustaría eso? ¿No quieres arder por mí?
¿No podía estar hablando en serio? ¿O sí?
—Podría hacer que te corrieras de esta manera. —Le mordisqueó la oreja y presionó su miembro contra el de Taemin hasta conseguir que temblara violentamente—. Todo lo que necesito es oír tu dulce voz pidiéndomelo.
Le lamió la sensible piel de debajo de la oreja, arañándolo con los dientes.
—Esto es una locura —gimió el castaño
—Dime lo excitado que estás —le exigió, jadeando ásperamente en el silencio de la noche.
—Min-ho… voy a explotar... —Apenas las palabras abandonaron sus labios, Taemin sintió cómo sus sensibles músculos internos palpitaban en torno a él, y que su vientre se contraía con fuerza.
Minho se apretó contra él, penetrándolo dura y profundamente con el dedo.
—N-no te d-detengas…. —Taemin quería gritar, pero apenas pudo emitir un gemido entrecortado cuando Minho enterró con rudeza el dedo de nuevo y luego se detuvo.
—Pideme que te folle con los dedos. —Le mordisqueó el cuello y él se arqueó contra el cuerpo del alto—. Dime que quieres tener dos dedos dentro de ti. Dime que quieres arder, Taemin.
—Fóllame —gimió, sintiendo que el calor crecía en su interior—. Por favor… Minho… Ahora.
—Más. —La orden impresa en la voz ronca enardeció sus sentidos—. Dame más… Taemin.
El nombrado jadeó. Lo que le exigía era demasiado escandaloso. Demasiado escandaloso y demasiado tórrido.
—Dos dedos —jadeó por fin—. Min-ho.. por favor…quiero que me metas dos dedos.
Él sacó el dedo bruscamente, y cuando volvió a meterlo, eran dos. Dos dedos presionándolo, abriéndolo, estirando sus músculos internos y haciéndolo sentir aún más.
Taemin gritó al sentir que sus fluidos internos se deslizaban por su cuerpo y cubrían los firmes dedos que se movían lenta y suavemente en su interior.
—Quiero correrme —susurró—. Deja que me corra… Minho.
El nombrado gimió, gruñó. Lo penetró con fuerza con los dedos y Taemin casi explotó en torno a ellos.
—Quítate la camiseta. —Minho se echó hacia atrás para que el castaño pudiera alzar la mirada y ver el salvaje brillo de sus ojos—. Quítatela, quiero verte los pezones.
—Minho…
—Dios, esos dulces y duros pezones rosados. Quiero succionarlos. Quítate esa maldita camiseta. —La dureza de su voz, el deseo que parecía desgarrarlo, atravesó a Taemin haciéndolo arder por dentro y provocando que un fuego devastador corriera a toda velocidad por sus venas.
Estremeciéndose, emitiendo roncos jadeos que eran casi gemidos, el menor se agarró el dobladillo de la camiseta, se la sacó por la cabeza y la dejó caer al suelo.
—Mantén los brazos arriba —le ordenó Minho cuando él comenzaba a bajarlos—. Bien arriba. —Le agarró las muñecas con una mano y se las apretó bruscamente contra la pared—. Así, pequeño. Así… —Clavó la mirada en sus pezones y el menor sintió como si se los hubiera tocado.
—¿Por qué me haces esto…? —gimió.
—Porque quiero devorarte vivo. Quiero arrodillarme ante ti, Taemin. Beber y saborear ese cálido néctar que viene de ti. Lamerlo con mi lengua.
El castaño se arqueó hacia él.
—Cuando haya terminado, quiero observar cómo te arrodillas ante mí. Ver cómo mi polla se hunde en esos hermosos labios y follarte la boca hasta correrme en tu garganta. —Movió los dedos en su interior y el sonido de las húmedas caricias inundó los oídos de Taemin, resonando en su cabeza.
—¿Tú también quieres eso, pequeño?
— Oh… sí. —Quería todo eso y más.
Taemin sintió cómo Minho le deslizaba los pantalones cortos por las caderas, al tiempo que inclinaba la cabeza. El mayor dobló las rodillas lo suficiente para atrapar su tenso pezón con los labios y, por un momento, el menor temió desmayarse ante la intensidad de lo que sentía. Quería que lo penetrara.
Quería sentir los labios de Minho por todo el cuerpo y deslizar los suyos por su piel. Quería llevar a cabo todas y cada una de las escandalosas acciones que él le había susurrado al oído.
Taemin se retorció contra la boca que succionaba su dolorido pezón y una oleada de placer lo atravesó por completo. Desesperado, se arqueó contra él ansioso de recibir más.
Minho estaba perdido en un mundo de turbadoras sensaciones debido a la violencia anterior y a la adrenalina que corría por sus venas. Durante los últimos años, la recuperación había sido un infierno. El entrenamiento había provocado en su cuerpo una oleada de lujuria tan fuerte, tan intensa, que nada había podido aliviarla. Más de una vez, había creído que perdería el juicio por desear precisamente aquello. A Taemin entre sus brazos. Ardiente y salvaje por él, susurrándole aquellas atrevidas palabras al oído, exigiéndole que lo poseyera, que hiciera todos esos actos carnales y pervertidos que habían llenado su cabeza cuando estaba bajo la influencia del afrodisíaco que le habían inyectado durante su cautiverio.
Ahora Taemin estaba allí con él, y Minho ardía por él al igual que el menor ardía por el pelinegro. Empujó de nuevo dos dedos en su interior, sintiendo el calor de su cuerpo mientras le mordisqueaba sin piedad los pezones.
Todo en Taemin era pequeño, comparado con él. Tan dulce, tan tierno y delicado, y con aquella voluntad de hierro que sólo conseguía ponerlo más duro.
—Minho… m-me estás matando —gimió en su oído, haciéndole arder la piel con su cálido aliento—. Me estás matando…
Sólo un poco más. Minho gimió sobre su pezón, lo lamió y lo succionó. Quería oír más. Quería oír la voz de su Taemin rota por la lujuria, exigente y carnal.
—Dime cómo quieres que te tome? —Le mordió el pezón —. Dime cómo te gusta.
El interrogado se estremeció, y Minho casi perdió el control al percibir que sus jugos le inundaban los dedos de nuevo.
—Duro —jadeó —. Muy duro… Ahora… Ya.. hazlo.
—¿Aquí? ¿Contra la pared?
—Oh Dios…. Donde quieras —jadeó—. Maldita sea. Métemelo ya!
—¿Estás lo suficientemente caliente? —Le besó en el hombro y luego se lo mordió—. Hum... Creo que todavía no lo estás.
-Minho… no juegues…
El pelinegro quería más. Quería oírselo decir. Jamás había necesitado oír las palabras antes, pero ahora sí. Quería que estuviera tan caliente que él se olvidara de sí mismo, que olvidara cómo solía amarlo, acostumbrarlo a aquella oscura lujuria que ahora lo consumía.
—Estoy lo suficientemente caliente —musitó el menor.
—Dime lo caliente que estás. —Le rodeó las caderas con el brazo libre, lo alzó contra su cuerpo y buscó a tientas la mesa, ignorando el gemido del castaño cuando colocó su trasero desnudo sobre el borde y se arrodilló entre sus muslos—. No, todavía no estás preparado. Déjame ayudarte.
Coló su lengua sobre la punta del miembro del menor y tuvo que apretarse la base de su grueso miembro para no correrse. Dios, iba a estallar. Podía sentirlo en los testículos, en el glande palpitante.
Sabía tan dulce. Los muslos de Taemin se separaron cuando Minho le levantó uno de los pies y se lo colocó en el hombro, abriéndolo todavía más.
Allí había más luz, pero no la suficiente como para que Taemin pudiera ver la herida que él había estado intentando limpiar. Algunas cuchilladas habían sido lo bastante profundas para necesitar puntos y lo más lógico sería ir al Centro de Operaciones para que alguien le curara las heridas. Pero seguía allí, con su boca llena de la erección del castaño, recorriendo con su lengua la dura longitud, disfrutando su sabor cada instante.
Lamió y saboreó cada centímetro de la sensible piel del menor. Era tan dulce... El sabor de Taemin explosionaba contra su lengua y él parecía no tener suficiente. Guió a su lengua hacia la entrada del castaño y lo penetró, sintiendo cómo sus músculos internos se contraían, oyendo el gemido de Taemin cuando se echó hacia atrás para permitirle un mejor acceso a aquellos fluidos que era tan adictivos como cualquier droga.
Oh, demonios. Quería pasarse la vida allí. Quería sumergir sus sentidos en aquel dulce y suave sabor y en el limpio aroma que emanaba. Quería degustarlo en el desayuno, en el almuerzo, en la cena, como tentempié a medianoche.
—Háblame —Las palabras de Minho eran duras, salieron bruscamente de sus labios cuando los desplazó a la dura erección de Taemin—. Dime cómo lo deseas. Suplícame que te devore. Que no pare de torturarte.
Minho no aguantaría mucho más y antes quería arrancar esas palabras de los labios de su Taemin, tal y como había soñado. Como había imaginado tantas veces.
—Minho, lámeme —gimió el castaño—. Hazlo…
Oh, Dios. Sí. ¿Le gustaba que le hiciera eso? Le abrió más los muslos para tener un mejor ángulo y trazó ardientes círculos con la lengua alrededor de su entrada, dándole lo que le pedía, lo que necesitaba.
Deslizó su mano de arriba a abajo por su gruesa erección, y un salvaje y agonizante gemido de deseo escapó de sus labios mientras Taemin retorcía las caderas, arqueándose y gritando su nombre.
—Minho… Oh, si... Así —jadeó con voz quebrada—. Oh… Dios. Voy a… correrme.
—Todavía no. —el pelinegro se retiró y Taemin casi gritó. Le cerró los puños sobre el cabello negro, reteniéndolo, y lo atrajo hacia él, ansiaba su lengua y sus labios.
—Sigue lamiéndome. —El control de Taemin había desaparecido, se había perdido en el placer. Minho le metió bruscamente la lengua en la prieta abertura de su cuerpo, lo folló con ella y saboreó el dulce y caliente néctar que no dejaba de fluir.
Maldita sea. A ese paso, se correría en su propia mano, y no quería eso. Quería alcanzar el placer hundido hasta el fondo en el cuerpo de Taemin llenándolo, colmándolo.
Quería marcarlo con su semen. Quería estar tan profundamente enterrado en él que Taemin jamás pudiera olvidar quién era el dueño de su cuerpo.
Pero antes, tenía que apartarse de su sabor. Cielos, aquel sabor era tan dulce... Su aroma era tan caliente en su lengua, tan líquido y lleno de vida que no quería dejarlo. No quería detenerse.
—Métemela. —La voz de Taemin le enardeció los sentidos—. Maldita sea, métemelo ya, Minho! Tómame de una maldita vez… Quieres que te suplique? Oh Dios! te suplicaré, pero métemelo ya.
Minho se puso en pie con la mano todavía cerrada en torno a su erección y con los sentidos inundados por el sabor del menor, por su calor.
Se impulsó hacia delante y lo vio abrir los ojos. Hizo que su glande acariciara el del menor y observó cómo Taemin jadeaba, cómo deslizaba la mano sobre el vientre. Luego, cuando Minho recorrió con su glande toda la longitud contraria, empezó a perfilar su erección contra la prieta abertura del cuerpo del castaño, aquellos dedos delgados y gráciles se movieron hacia su miembro. Tímidamente. Con vacilación.
Durante su convivencia, jamás había dejado a Taemin tocarse a sí mismo mientras él lo poseía. Había considerado que era su responsabilidad proporcionarle todo el placer. Pero ahora, Taemin ya no esperaba, y verlo así casi le hizo correrse. Sólo había introducido un par de centímetros de su grueso miembro en el interior de Taemin y casi estaba fuera de control.
Minho no dejó de mirar ni un solo instante mientras lo penetraba, como la mano de Taemin subía y bajaba por su propia erección, dándose placer asimismo. El pelinegro tuvo que apretar la base de su erección para contener la furiosa liberación por la que clamaban sus testículos.
—Sigue. —La voz de Minho era ronca y áspera—. Mueve tu mano. Enséñame cómo te gusta, pequeño. Maldición. Voy a follarte tan dura y profundamente que jamás volverás a rechazarme. ¿Me has oído, Taemin? Jamás.
El castaño lo había rechazado esa mañana negándole su cama, negando lo que él sabía que había entre ellos. El por qué no importaba. Minho lo estaba engañando, lo sabía. Le mentía en lo más elemental, y sabía que no podría arreglarlo con palabras. Pero aun así no iba a permitir que le negara aquello.
Lo agarró por las caderas sin dejar de observar el movimiento de su delicada mano. Oh, Dios, la movía con agilidad y elegancia sobre su húmeda, caliente y dura longitud.
Minho se sintió arder. Su duro miembro era puro fuego y aquello lo destruía. Lo embistió sin piedad apretando los dientes y haciendo una mueca ante el puro e intenso placer de sentirlo. De observarlo. Empujó una y otra vez, con envistes duros y cortos, penetrándolo mientras el castaño seguía subiendo y bajando por su erección, rodeándolo, mojándolo con sus propios jugos.
El vientre de Minho se tensó. Tenía los testículos tan duros que era una agonía.
—Tócate—gruñó el pelinegro—. Tócate, pequeño. No aguantaré mucho más. Oh, demonios… —Se introdujo en él hasta la empuñadura, sintiendo que los músculos internos de Taemin palpitaban, ciñéndolo con firmeza.
No podía detenerse. Lo sostuvo con fuerza y el menor le rodeó las caderas con las piernas, presionando los talones contra su trasero cuando el alto empezó a bombear con violencia dentro de él.
-Minho…
Taemin gimió su nombre. El de él. No el nombre del que ya estaba muerto. Que Dios tuviera misericordia de Minho, ¿cómo había podido permanecer separado del castaño tantos años? Cada día había sido una tortura.
—Tómame… —gimió Minho, casi sin poder contener las palabras que revelarían quién era en realidad—. Tómame, maldita sea. Tómame por completo.
El menor se arqueó y sus músculos internos se contrajeron sin control en torno a él.
Taemin era pura sensación, sólo sentía un devastador y arrollador placer cuando se derrumbó en los brazos de Minho. Muriendo y renaciendo en ellos. Gritando su nombre y sintiéndose arrastrado hacia una insondable oscuridad por aquel placer. Un placer que sólo había sentido una vez. Con otro hombre.
Con otro corazón.
Pero no pudo evitar sentirlo latir a través de su cuerpo y el de Minho. Pulsando entre los dos. El eyaculó en lo más profundo de su interior, llenándolo con su semen caliente mientras se hundía en él hasta que se fundieron en un solo ser.
Taemin se estremeció con violencia, se retorció, se arqueó salvajemente cuando aquel intenso orgasmo lo atravesó, expulsando toda su semilla sobre el vientre del alto, salpicando a ambos y luego, finalmente, se desplomó sobre la mesa. Sudando, demasiado cansado para moverse, para respirar, para existir sin la ayuda de Minho.
Y Minho todavía estaba duro.
Taemin abrió los ojos cuando Minho lo alzó contra su cuerpo para llevarlo al dormitorio, permaneciendo todavía en su interior.
Lo depositó sobre la cama y se movió dentro de él otra vez, con los ojos tan oscuros que dolía mirarlos.
—Te necesito —Minho cerró los puños, negó con la cabeza y apretó los dientes con fuerza. Su voz fue ronca y áspera al volver a sentir los músculos internos de Taemin contra la sensibilizada piel de su miembro— Te necesito otra vez.
«Para siempre».
Taemin apartó ese pensamiento de su mente. Nada duraba para siempre. Nada excepto el amor por el hombre que había muerto y lo había poseído.
Pero a medida que la noche avanzaba inexorable hacia el alba, el menor sintió como si aquello fuera realmente para siempre. Y cuando, finalmente, Minho se dejó caer a su lado con la respiración más calmada, húmedo de sudor, y lo rodeó con sus brazos estrechándolo contra su pecho, Taemin se preguntó soñoliento, si, tal vez, él se sentía un poco como «su» Minhyuk.
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:Q____________ Bueno ahora si me voy!! espero sus coments!! xD~ el domingo actua! =) bye bye! ^^
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Capítulo 13
Taemin observaba por la ventana, esperando. Había estado escuchando con atención desde que terminó de cenar, y para cuando oyó el duro ronroneo de la Harley detrás del taller, estaba furioso.
Era más de medianoche.
Se paseó de un lado a otro de la salita, deteniéndose ante las ventanas y mirando el apartamento del taller. No se veían luces. ¿Por qué Minho no las había encendido al llegar a casa?
Minhyuk también tenía esa costumbre.
Estaba nervioso y no podía explicar por qué. Cuanto más miraba el apartamento, más sentía el impulso de bajar para hacer el amor con Minho.
Ya se había liberado de la tensión sexual, se dijo a sí mismo. Ya se había acostado con él, así que ahora debería estar bien. Pero no lo estaba, y sabía
que aquello ya no era sólo una cuestión de sexo. Se trataba de algo más que lo impulsaba a ir con él, a comprobar si estaba bien.
Maldición, Minho ya era mayor de edad, no necesitaba una niñera.
En realidad, tenía veinticinco años.
Taemin se apretó el estómago con las manos, por encima de la fina camiseta que llevaba puesta. Tenía la misma edad que tendría Minhyuk ahora.
Sacudió la cabeza. No iba a ir, no iba a bajar al apartamento a hacer el amor con él, se repetía una y otra vez mientras se ponía con rapidez las zapatillas y se las ataba.
Agarró las llaves del buró, salió de casa y al cabo de unos minutos aparcaba su pequeño coche detrás del taller.
Con la llave del apartamento en la mano, subió con rapidez las escaleras traseras del taller. Se dijo que no debería entrar. Después de todo, Minho podría estar con alguien o en la ducha. No obstante, metió la llave en la puerta y entró. De repente se quedó sin aliento. Alguien lo arrastró hacia el interior del apartamento, cerró la puerta a sus espaldas y lo empujó contra la pared.
Por un momento, la tensión de saberse en peligro le atenazó el estómago. Pero entonces se percató de que el duro brazo que se apretaba contra su cuello era el de Minho y de que el brillo casi febril de sus ojos oscuros era tan intenso como el de un depredador.
—¿Te gusta vivir peligrosamente? —le preguntó el alto suavemente, con la cara demasiado cerca de la suya, y el cuerpo, casi desnudo, presionando contra el del castaño—. Yo no puedo profanar esa sagrada cama tuya, pero tú sí puedes dejarte caer por aquí cada vez que te venga en gana ¿verdad?
El áspero sonido de su voz provocó que a Taemin se le pusieran los nervios de punta, haciendo que se estremeciera de pies a cabeza y que levantara la mirada hacia él en la oscuridad.
Minho le apartó el brazo de la garganta, pero no lo soltó. Lo agarró por las caderas y lo atrajo bruscamente hacia sí, al tiempo que el menor separaba los labios con un jadeo.
No estaba semidesnudo. Estaba desnudo por completo. Y duro. La longitud palpitante de su miembro se presionó contra el vientre de Taemin mientras lo observaba con ardiente deseo.
—Tenemos que hablar. —el menor puso las manos sobre los anchos hombros y
sintió que Minho se ponía tenso.
Era obvio que él acababa de salir de la ducha. Taemin podía sentir el agua en su piel y algo resbaladizo, quizá restos de jabón. Parecía tener la piel sensible. Tenia el pelo mojado y su oscura expresión no presagiaba nada bueno.
—Parece como si te doliera algo. —Le presionó el otro hombro—. Minho, ¿qué te ha sucedido?
—Todavía no —gruñó él.
—¿Qué quieres decir con todavía...?
El alto lo interrumpió con un beso. Cubrió los labios del castaño con los suyos y lamió aquella curva plena, al tiempo que emitía un ronco gemido de necesidad desde lo más profundo de su garganta.
Taemin abrió los labios y la lengua de Minho se deslizó entre ellos. Pero él no los había abierto para el pelinegro, se dijo a sí mismo, sino para respirar. Sólo para respirar, no para que aquella lengua cálida y voraz se rozara contra la de él, saboreándola.
—Minho, ¿te encuentras bien? —le preguntó sintiendo que se le aceleraba el corazón.
—Más tarde. —Sus labios se amoldaron a los del castaño, mordisqueándolos y devorándolos con una demanda hambrienta y ardiente.
Taemin gimió de placer. Se había mentido a sí mismo. Lo sabía. No había ido allí para preguntarle nada, sino para que él lo hiciera sentir vivo de nuevo.
—Llevas demasiada ropa —-rugió Minho, deslizando los labios por la barbilla y la mejilla del menor—. Te quiero desnudo. —Le recorrió el vientre con la mano en una devastadora caricia hasta llegar a la húmeda erección que Taemin sentía entre los muslos, por encima de la tela elástica de los pantalones cortos—. Quítate la camiseta. —Taemin algunas veces dormía con esa ropa. Era cómoda y fresca y, al parecer, demasiado delgada, porque el calor de la palma de Minho contra su miembro lo estaba volviendo loco.
El presionó la palma contra el menor.
—Estás herido —susurró Taemin sin aliento—. ¿Qué te ha sucedido? —Nada. —Minho...
—Dios mío, sí, vuelve a decir mi nombre de esa manera —gruñó él—. Dime que me deseas salvaje y ardiente una vez más. Que me quieres dentro de ti, llenándote. Ahh... Te siento tan dulce, tan caliente y estrecho en torno a mí cuando te penetro...
Taemin contuvo el aliento. Podía sentir su sangre cálida bajo la mano, su miembro desnudo a través de las capas de tela que los separaban.
—Minho, detente. ¿Estás sangrando? —Creía estar oliendo sangre.
—No. Confía en mí. Es sólo un rasguño. —Le rozó la barbilla con los dientes y el castaño se estremeció ante la sensación que le produjo, como si estuviera siendo atravesado por pequeñas descargas eléctricas.
—¿Qué… tipo de rasguño? —gimió Taemin. —Luego podrás curarme. —La voz de Minho era vibrante, más dura y profunda que de costumbre—. Más tarde.
—Minho… —exhaló su nombre al sentir que apartaba la mano de su entrepierna y la metía dentro de los pantalones y el bóxer para acariciar la carne húmeda e hinchada que le esperaba allí.
—Estás mojado, Taemin. —Introdujo la mano y rodeo la longitud del menor, acariciándolo de forma enloquecedora—. Dime que me deseas. Pídeme que te folle.
Taemin jadeó. Allí, contra la pared de la cocina, sólo podía pensar en sentirlo en su interior.
—Quiero sentir tu boca en mi polla otra vez.
Lo excitaba oírle hablar así, de una manera tan desinhibida.
—Quiero verte de rodillas ante mí, sentir tu boca succionándome el glande de nuevo. Dios, fue tan bueno correrme en tu boca de esa manera, viendo lo mucho que te gustaba...
Su mano se deslizó llegando a su entrada, introdujo un dedo en el interior de Taemin. Sólo un dedo. Lo deslizó dentro de él guiado por las cálidas paredes, tratando de llegar lo más lejos posible, rozando aquel punto que lo hacía temblar, mientras con la otra mano subía y bajaba por la tierna carne, desde la base hasta la punta, deteniéndose a jugar con esta.
Minho estaba sangrando, herido. Temblando, Taemin se dijo que debería tratar de averiguar qué tipo de herida se había hecho, en vez de concentrarse en el placer dado por el dedo que ahora bombeaba en su interior.
Cerró los ojos, separó aún más las piernas y un gemido tembloroso escapó de sus labios cuando él comenzó a usar aquel dedo para volverlo loco. Penetrando lenta y profundamente en su interior, buscando, encontrando su zona más sensible y torturándolo.
—Minho… Es perfecto… —Taemin movió la cabeza de un lado a otro contra la pared, sintiendo que se le aflojaban las rodillas-—. Es tan bueno…
—Condenadamente bueno —recalcó él—. Te siento mojado y tenso en torno a mi dedo, Taemin… ¿soltaras esos dulces gemidos que hacen que me excite al punto del dolor? ¿Te correrás para mí, pequeño? ¿Con mis dedos en tu interior? ¿Harás que me vuelva loco por el deseo de saborear cada milímetro de ti?
Oh, Dios. Oh, Dios. Minho no debería hablar así. Taemin podía sentir cómo sus fluidos seguían manando, mojando la mano del mayor mientras empujaba las caderas contra aquel dedo que se movía en su interior.
—Ahora vas a ser un buen chico —jadeó el pelinegro—. Aprieta mi dedo, Taemin. Déjame sentirte… quiero sentirte todo.
El menor gimió. Aquello era demasiado escandaloso. Demasiado turbador. El castaño jamás había hecho nada así, nunca había oído palabras como las que susurraba aquel hombre mientras lo tocaba.
—Dímelo —le murmuró Minho al oído—. Habla conmigo, pequeño. Dime lo que deseas. Ruégame que te haga mío con los dedos y te meteré otro dedo más. Te penetraré con dos dedos. ¿No te gustaría eso? ¿No quieres arder por mí?
¿No podía estar hablando en serio? ¿O sí?
—Podría hacer que te corrieras de esta manera. —Le mordisqueó la oreja y presionó su miembro contra el de Taemin hasta conseguir que temblara violentamente—. Todo lo que necesito es oír tu dulce voz pidiéndomelo.
Le lamió la sensible piel de debajo de la oreja, arañándolo con los dientes.
—Esto es una locura —gimió el castaño
—Dime lo excitado que estás —le exigió, jadeando ásperamente en el silencio de la noche.
—Min-ho… voy a explotar... —Apenas las palabras abandonaron sus labios, Taemin sintió cómo sus sensibles músculos internos palpitaban en torno a él, y que su vientre se contraía con fuerza.
Minho se apretó contra él, penetrándolo dura y profundamente con el dedo.
—N-no te d-detengas…. —Taemin quería gritar, pero apenas pudo emitir un gemido entrecortado cuando Minho enterró con rudeza el dedo de nuevo y luego se detuvo.
—Pideme que te folle con los dedos. —Le mordisqueó el cuello y él se arqueó contra el cuerpo del alto—. Dime que quieres tener dos dedos dentro de ti. Dime que quieres arder, Taemin.
—Fóllame —gimió, sintiendo que el calor crecía en su interior—. Por favor… Minho… Ahora.
—Más. —La orden impresa en la voz ronca enardeció sus sentidos—. Dame más… Taemin.
El nombrado jadeó. Lo que le exigía era demasiado escandaloso. Demasiado escandaloso y demasiado tórrido.
—Dos dedos —jadeó por fin—. Min-ho.. por favor…quiero que me metas dos dedos.
Él sacó el dedo bruscamente, y cuando volvió a meterlo, eran dos. Dos dedos presionándolo, abriéndolo, estirando sus músculos internos y haciéndolo sentir aún más.
Taemin gritó al sentir que sus fluidos internos se deslizaban por su cuerpo y cubrían los firmes dedos que se movían lenta y suavemente en su interior.
—Quiero correrme —susurró—. Deja que me corra… Minho.
El nombrado gimió, gruñó. Lo penetró con fuerza con los dedos y Taemin casi explotó en torno a ellos.
—Quítate la camiseta. —Minho se echó hacia atrás para que el castaño pudiera alzar la mirada y ver el salvaje brillo de sus ojos—. Quítatela, quiero verte los pezones.
—Minho…
—Dios, esos dulces y duros pezones rosados. Quiero succionarlos. Quítate esa maldita camiseta. —La dureza de su voz, el deseo que parecía desgarrarlo, atravesó a Taemin haciéndolo arder por dentro y provocando que un fuego devastador corriera a toda velocidad por sus venas.
Estremeciéndose, emitiendo roncos jadeos que eran casi gemidos, el menor se agarró el dobladillo de la camiseta, se la sacó por la cabeza y la dejó caer al suelo.
—Mantén los brazos arriba —le ordenó Minho cuando él comenzaba a bajarlos—. Bien arriba. —Le agarró las muñecas con una mano y se las apretó bruscamente contra la pared—. Así, pequeño. Así… —Clavó la mirada en sus pezones y el menor sintió como si se los hubiera tocado.
—¿Por qué me haces esto…? —gimió.
—Porque quiero devorarte vivo. Quiero arrodillarme ante ti, Taemin. Beber y saborear ese cálido néctar que viene de ti. Lamerlo con mi lengua.
El castaño se arqueó hacia él.
—Cuando haya terminado, quiero observar cómo te arrodillas ante mí. Ver cómo mi polla se hunde en esos hermosos labios y follarte la boca hasta correrme en tu garganta. —Movió los dedos en su interior y el sonido de las húmedas caricias inundó los oídos de Taemin, resonando en su cabeza.
—¿Tú también quieres eso, pequeño?
— Oh… sí. —Quería todo eso y más.
Taemin sintió cómo Minho le deslizaba los pantalones cortos por las caderas, al tiempo que inclinaba la cabeza. El mayor dobló las rodillas lo suficiente para atrapar su tenso pezón con los labios y, por un momento, el menor temió desmayarse ante la intensidad de lo que sentía. Quería que lo penetrara.
Quería sentir los labios de Minho por todo el cuerpo y deslizar los suyos por su piel. Quería llevar a cabo todas y cada una de las escandalosas acciones que él le había susurrado al oído.
Taemin se retorció contra la boca que succionaba su dolorido pezón y una oleada de placer lo atravesó por completo. Desesperado, se arqueó contra él ansioso de recibir más.
Minho estaba perdido en un mundo de turbadoras sensaciones debido a la violencia anterior y a la adrenalina que corría por sus venas. Durante los últimos años, la recuperación había sido un infierno. El entrenamiento había provocado en su cuerpo una oleada de lujuria tan fuerte, tan intensa, que nada había podido aliviarla. Más de una vez, había creído que perdería el juicio por desear precisamente aquello. A Taemin entre sus brazos. Ardiente y salvaje por él, susurrándole aquellas atrevidas palabras al oído, exigiéndole que lo poseyera, que hiciera todos esos actos carnales y pervertidos que habían llenado su cabeza cuando estaba bajo la influencia del afrodisíaco que le habían inyectado durante su cautiverio.
Ahora Taemin estaba allí con él, y Minho ardía por él al igual que el menor ardía por el pelinegro. Empujó de nuevo dos dedos en su interior, sintiendo el calor de su cuerpo mientras le mordisqueaba sin piedad los pezones.
Todo en Taemin era pequeño, comparado con él. Tan dulce, tan tierno y delicado, y con aquella voluntad de hierro que sólo conseguía ponerlo más duro.
—Minho… m-me estás matando —gimió en su oído, haciéndole arder la piel con su cálido aliento—. Me estás matando…
Sólo un poco más. Minho gimió sobre su pezón, lo lamió y lo succionó. Quería oír más. Quería oír la voz de su Taemin rota por la lujuria, exigente y carnal.
—Dime cómo quieres que te tome? —Le mordió el pezón —. Dime cómo te gusta.
El interrogado se estremeció, y Minho casi perdió el control al percibir que sus jugos le inundaban los dedos de nuevo.
—Duro —jadeó —. Muy duro… Ahora… Ya.. hazlo.
—¿Aquí? ¿Contra la pared?
—Oh Dios…. Donde quieras —jadeó—. Maldita sea. Métemelo ya!
—¿Estás lo suficientemente caliente? —Le besó en el hombro y luego se lo mordió—. Hum... Creo que todavía no lo estás.
-Minho… no juegues…
El pelinegro quería más. Quería oírselo decir. Jamás había necesitado oír las palabras antes, pero ahora sí. Quería que estuviera tan caliente que él se olvidara de sí mismo, que olvidara cómo solía amarlo, acostumbrarlo a aquella oscura lujuria que ahora lo consumía.
—Estoy lo suficientemente caliente —musitó el menor.
—Dime lo caliente que estás. —Le rodeó las caderas con el brazo libre, lo alzó contra su cuerpo y buscó a tientas la mesa, ignorando el gemido del castaño cuando colocó su trasero desnudo sobre el borde y se arrodilló entre sus muslos—. No, todavía no estás preparado. Déjame ayudarte.
Coló su lengua sobre la punta del miembro del menor y tuvo que apretarse la base de su grueso miembro para no correrse. Dios, iba a estallar. Podía sentirlo en los testículos, en el glande palpitante.
Sabía tan dulce. Los muslos de Taemin se separaron cuando Minho le levantó uno de los pies y se lo colocó en el hombro, abriéndolo todavía más.
Allí había más luz, pero no la suficiente como para que Taemin pudiera ver la herida que él había estado intentando limpiar. Algunas cuchilladas habían sido lo bastante profundas para necesitar puntos y lo más lógico sería ir al Centro de Operaciones para que alguien le curara las heridas. Pero seguía allí, con su boca llena de la erección del castaño, recorriendo con su lengua la dura longitud, disfrutando su sabor cada instante.
Lamió y saboreó cada centímetro de la sensible piel del menor. Era tan dulce... El sabor de Taemin explosionaba contra su lengua y él parecía no tener suficiente. Guió a su lengua hacia la entrada del castaño y lo penetró, sintiendo cómo sus músculos internos se contraían, oyendo el gemido de Taemin cuando se echó hacia atrás para permitirle un mejor acceso a aquellos fluidos que era tan adictivos como cualquier droga.
Oh, demonios. Quería pasarse la vida allí. Quería sumergir sus sentidos en aquel dulce y suave sabor y en el limpio aroma que emanaba. Quería degustarlo en el desayuno, en el almuerzo, en la cena, como tentempié a medianoche.
—Háblame —Las palabras de Minho eran duras, salieron bruscamente de sus labios cuando los desplazó a la dura erección de Taemin—. Dime cómo lo deseas. Suplícame que te devore. Que no pare de torturarte.
Minho no aguantaría mucho más y antes quería arrancar esas palabras de los labios de su Taemin, tal y como había soñado. Como había imaginado tantas veces.
—Minho, lámeme —gimió el castaño—. Hazlo…
Oh, Dios. Sí. ¿Le gustaba que le hiciera eso? Le abrió más los muslos para tener un mejor ángulo y trazó ardientes círculos con la lengua alrededor de su entrada, dándole lo que le pedía, lo que necesitaba.
Deslizó su mano de arriba a abajo por su gruesa erección, y un salvaje y agonizante gemido de deseo escapó de sus labios mientras Taemin retorcía las caderas, arqueándose y gritando su nombre.
—Minho… Oh, si... Así —jadeó con voz quebrada—. Oh… Dios. Voy a… correrme.
—Todavía no. —el pelinegro se retiró y Taemin casi gritó. Le cerró los puños sobre el cabello negro, reteniéndolo, y lo atrajo hacia él, ansiaba su lengua y sus labios.
—Sigue lamiéndome. —El control de Taemin había desaparecido, se había perdido en el placer. Minho le metió bruscamente la lengua en la prieta abertura de su cuerpo, lo folló con ella y saboreó el dulce y caliente néctar que no dejaba de fluir.
Maldita sea. A ese paso, se correría en su propia mano, y no quería eso. Quería alcanzar el placer hundido hasta el fondo en el cuerpo de Taemin llenándolo, colmándolo.
Quería marcarlo con su semen. Quería estar tan profundamente enterrado en él que Taemin jamás pudiera olvidar quién era el dueño de su cuerpo.
Pero antes, tenía que apartarse de su sabor. Cielos, aquel sabor era tan dulce... Su aroma era tan caliente en su lengua, tan líquido y lleno de vida que no quería dejarlo. No quería detenerse.
—Métemela. —La voz de Taemin le enardeció los sentidos—. Maldita sea, métemelo ya, Minho! Tómame de una maldita vez… Quieres que te suplique? Oh Dios! te suplicaré, pero métemelo ya.
Minho se puso en pie con la mano todavía cerrada en torno a su erección y con los sentidos inundados por el sabor del menor, por su calor.
Se impulsó hacia delante y lo vio abrir los ojos. Hizo que su glande acariciara el del menor y observó cómo Taemin jadeaba, cómo deslizaba la mano sobre el vientre. Luego, cuando Minho recorrió con su glande toda la longitud contraria, empezó a perfilar su erección contra la prieta abertura del cuerpo del castaño, aquellos dedos delgados y gráciles se movieron hacia su miembro. Tímidamente. Con vacilación.
Durante su convivencia, jamás había dejado a Taemin tocarse a sí mismo mientras él lo poseía. Había considerado que era su responsabilidad proporcionarle todo el placer. Pero ahora, Taemin ya no esperaba, y verlo así casi le hizo correrse. Sólo había introducido un par de centímetros de su grueso miembro en el interior de Taemin y casi estaba fuera de control.
Minho no dejó de mirar ni un solo instante mientras lo penetraba, como la mano de Taemin subía y bajaba por su propia erección, dándose placer asimismo. El pelinegro tuvo que apretar la base de su erección para contener la furiosa liberación por la que clamaban sus testículos.
—Sigue. —La voz de Minho era ronca y áspera—. Mueve tu mano. Enséñame cómo te gusta, pequeño. Maldición. Voy a follarte tan dura y profundamente que jamás volverás a rechazarme. ¿Me has oído, Taemin? Jamás.
El castaño lo había rechazado esa mañana negándole su cama, negando lo que él sabía que había entre ellos. El por qué no importaba. Minho lo estaba engañando, lo sabía. Le mentía en lo más elemental, y sabía que no podría arreglarlo con palabras. Pero aun así no iba a permitir que le negara aquello.
Lo agarró por las caderas sin dejar de observar el movimiento de su delicada mano. Oh, Dios, la movía con agilidad y elegancia sobre su húmeda, caliente y dura longitud.
Minho se sintió arder. Su duro miembro era puro fuego y aquello lo destruía. Lo embistió sin piedad apretando los dientes y haciendo una mueca ante el puro e intenso placer de sentirlo. De observarlo. Empujó una y otra vez, con envistes duros y cortos, penetrándolo mientras el castaño seguía subiendo y bajando por su erección, rodeándolo, mojándolo con sus propios jugos.
El vientre de Minho se tensó. Tenía los testículos tan duros que era una agonía.
—Tócate—gruñó el pelinegro—. Tócate, pequeño. No aguantaré mucho más. Oh, demonios… —Se introdujo en él hasta la empuñadura, sintiendo que los músculos internos de Taemin palpitaban, ciñéndolo con firmeza.
No podía detenerse. Lo sostuvo con fuerza y el menor le rodeó las caderas con las piernas, presionando los talones contra su trasero cuando el alto empezó a bombear con violencia dentro de él.
-Minho…
Taemin gimió su nombre. El de él. No el nombre del que ya estaba muerto. Que Dios tuviera misericordia de Minho, ¿cómo había podido permanecer separado del castaño tantos años? Cada día había sido una tortura.
—Tómame… —gimió Minho, casi sin poder contener las palabras que revelarían quién era en realidad—. Tómame, maldita sea. Tómame por completo.
El menor se arqueó y sus músculos internos se contrajeron sin control en torno a él.
Taemin era pura sensación, sólo sentía un devastador y arrollador placer cuando se derrumbó en los brazos de Minho. Muriendo y renaciendo en ellos. Gritando su nombre y sintiéndose arrastrado hacia una insondable oscuridad por aquel placer. Un placer que sólo había sentido una vez. Con otro hombre.
Con otro corazón.
Pero no pudo evitar sentirlo latir a través de su cuerpo y el de Minho. Pulsando entre los dos. El eyaculó en lo más profundo de su interior, llenándolo con su semen caliente mientras se hundía en él hasta que se fundieron en un solo ser.
Taemin se estremeció con violencia, se retorció, se arqueó salvajemente cuando aquel intenso orgasmo lo atravesó, expulsando toda su semilla sobre el vientre del alto, salpicando a ambos y luego, finalmente, se desplomó sobre la mesa. Sudando, demasiado cansado para moverse, para respirar, para existir sin la ayuda de Minho.
Y Minho todavía estaba duro.
Taemin abrió los ojos cuando Minho lo alzó contra su cuerpo para llevarlo al dormitorio, permaneciendo todavía en su interior.
Lo depositó sobre la cama y se movió dentro de él otra vez, con los ojos tan oscuros que dolía mirarlos.
—Te necesito —Minho cerró los puños, negó con la cabeza y apretó los dientes con fuerza. Su voz fue ronca y áspera al volver a sentir los músculos internos de Taemin contra la sensibilizada piel de su miembro— Te necesito otra vez.
«Para siempre».
Taemin apartó ese pensamiento de su mente. Nada duraba para siempre. Nada excepto el amor por el hombre que había muerto y lo había poseído.
Pero a medida que la noche avanzaba inexorable hacia el alba, el menor sintió como si aquello fuera realmente para siempre. Y cuando, finalmente, Minho se dejó caer a su lado con la respiración más calmada, húmedo de sudor, y lo rodeó con sus brazos estrechándolo contra su pecho, Taemin se preguntó soñoliento, si, tal vez, él se sentía un poco como «su» Minhyuk.
*****************************************
:Q____________ Bueno ahora si me voy!! espero sus coments!! xD~ el domingo actua! =) bye bye! ^^
Janess
♥♥Minho♥♥SHINee♥♥ 1470
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Nina_Lee Jue Ago 23, 2012 6:48 pm
Hello hello…
Al fin me hice tiempito para hacer mi comentario yeh! Y aun me faltan de varias personas pero iré en orden TT-TT
Como siempre me deja media lenta el fic después de leerlo hahahahahaha creo que es porque estoy en la séptima nube 2min y aun no bajo pero tenía que volver a leer para hacerte el comentario kekekekeke siempre estoy dispuesta a hacer este tipo de sacrificio? xD na~~~
Cito la primera parte que me fascino *-*
Taemin abrió los labios y la lengua de Minho se deslizó entre ellos. Pero él no los había abierto para el pelinegro, se dijo a sí mismo, sino para respirar. Sólo para respirar, no para que aquella lengua cálida y voraz se rozara contra la de él, saboreándola.
Hahahahahaha mentiroso con todas las letras!!! Si y también fuiste a darle una visita de buenos amigos, verdad? *~* ohhh si pudiera darte ese tipo de visitas, Tae? OMG! Esta que se me sale el lado pervert, pero tú tienes la culpa de todo pones en mi mente imágenes que yo no quiero (¿) XD
Lbfksjbfolabflabf y demonios Minho le habla de una forma tan sucia a Tae *3* que es imposible que no vuelva…hahahahahahah a mi Tae le calienta que le hablen asi aunque según él no lo hace porque quiera kekekekekekekeke
Pero debido a que todo esto es por culpa de la adrenalina y que Minho este herido omo~~~ eso quiere decir que la ranita es masoquista? Hahahahahah estoy divagando tonterías~~ pero si te pones a pensar en eso podría ser cierto… entonces cada vez que Tae quiera una noche alocada necesitara herir a Minho un poquito (tampoco no hay q pasarse xD) y obtendrá un Minho solo con pantalones ajustados xD hahahahahahahahaha tipo Lucifer LOL
Y esta parte me dejo *o*
—
Hahahahah como que estaba necesitado el pobre de Tae y Minho que juega en un momento asi… pero no hay que hacer sufrir al niño, Minho *3*Duro —jadeó —. Muy duro… Ahora… Ya.. hazlo.
—¿Aquí? ¿Contra la pared?
—Oh Dios…. Donde quieras —jadeó—. Maldita sea. Métemelo ya!
Pero a pesar del lemon todo calentón que hubo aquí, se me remeció todo cuando Tae pensó en eso:
Nada duraba para siempre. Nada excepto el amor por el hombre que había muerto y lo había poseído.
Bua~~~~ Minho baboo~~~~ mi Tae sufre por ti rana orejona y tú en vez de decir la verdad dejas que mi Tae se siga martirizando con fantasmas del pasado… no es justo!
Bueno mi “eonni” xD (sabes que me gusta molestarte) esperare el próximo capítulo para hacer mis comentarios amorfos y largos que dicen cosas muy raras @-@ sobre todo este… no se que me sucedió? O es que yo soy así y recién me había dado cuenta? ._.
Cuidate…beshosssss y hablamos por face!
Última edición por Nina_Lee el Vie Ago 31, 2012 11:42 am, editado 1 vez
Nina_Lee
♥Taemin♥ 1597
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por gypsy Jue Ago 23, 2012 7:32 pm
apartoooooooo TuT
gypsy
Minho *3* 262
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por mondrisT Jue Ago 23, 2012 8:13 pm
xDD ya Taemin esta muerto xD ya no puede resistirse y como dijo Minho ya no podra rechazarlo, es inevitable para él ya estaba destinados y encadenados uno con el otro
sdkjhas ya quiero leer el siguiente!
Nos leemos~
Última edición por mondrisT el Vie Ago 24, 2012 9:11 pm, editado 1 vez
mondrisT
KEY 491
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Noreri94 Jue Ago 23, 2012 8:15 pm
Oh! sabes debería estar asiendo mi tarea :D, pero acabo de llegar de la escuela y me encuentro con que actualizaste. y no lo puede dejar pasar XD
dios, taemin se dejo llevar por la lujuria y pasión.
simplemente me encanto como todo lo demás.
ando rápidito, pero espero que subas pronto esto es relajante después de un día de escuela.
cuidate nos leemos :D
dios, taemin se dejo llevar por la lujuria y pasión.
simplemente me encanto como todo lo demás.
ando rápidito, pero espero que subas pronto esto es relajante después de un día de escuela.
cuidate nos leemos :D
Noreri94
minho 1304
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por lizzie Jue Ago 23, 2012 10:11 pm
hola hola !!!! oh dios mio este capitulo fue super intenso no importaba haber esperado super mega valio la pena ame ese LEMON !!!!!! fue fantastico y taemin ya ha caido ane minho aunque lo niegue minho dios minho *0* es tan ardiente que te puedo decir unnie fue genial espero que nos leamos prontito cuidate bye [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Última edición por lizzetortiz el Jue Ago 23, 2012 10:44 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!! 577
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por shineebrillosita Jue Ago 23, 2012 10:41 pm
este capitulo me encato fue tan asdfgfhsdf
fue tan intenso y genial me encato, woo...
primero cuando taemin el fue a buscar
a minho asaaahh... y luego lo demas
aahh.. LEMON *¬* no tengo palabras
para describirlo espero con
ansias el siguiente capitulo
Última edición por shineebrillosita el Sáb Ago 25, 2012 6:45 pm, editado 1 vez
shineebrillosita
♥TAEMIN♥ 1560
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por AndreShawol Vie Ago 24, 2012 12:35 pm
Oh dios! sabe que amo este fic!!! sdkfdfkfjdkfjsd es tan genial *_______________*
Espero la conti! muchas gracias!!
Espero la conti! muchas gracias!!
AndreShawol
Taemin♥ 68
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por freyashirou Vie Ago 24, 2012 6:06 pm
-//////////////////////-♥
Taemin golosito ~~♥
Gracias por el capitulo ^^
freyashirou
Minho 357
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por AliceS5 Vie Ago 24, 2012 8:06 pm
Me atrase de nuevo T____T aigooo pues claro que me encanta tu fic y tu oneshot ni se diga. Seria feliz si actualizaras todos los dias... pero eso es explotacion y se lo ocupada que estas (ademas que no quisiera perderme de tantos caps, aunque seria genial tener una maraton infinita). Es que los fics mas cardiacos solo los encuentras con Janess~ ahora te exijo escribir mas fics porque veo que eres muy talentosa... pero dejare mis alabanzas para el oneshot que sigue sin editar. Que pecado!
Sabes que estos ultimos caps han estado... para morirse? es que ya era hora que se lo comiera, si Minho no daba el paso yo me comia a Taemin ¬¬ aunque esta bien que Tae lo ponga en su lugar, a el y al "inocente" Jonghyun. Pero que le pasa a Minho... herido y toda la cosa pero eso no le impide comerse a Tae. Y mori de risa con ese Tae tan loco "no voy a ir" y rapido se pone los zapatos jajajaja Aigooo me encanta todo esto, esta tan emocionante que rio, lloro y babeo a la vez. Debo hacerte un altar!
Sabes que estos ultimos caps han estado... para morirse? es que ya era hora que se lo comiera, si Minho no daba el paso yo me comia a Taemin ¬¬ aunque esta bien que Tae lo ponga en su lugar, a el y al "inocente" Jonghyun. Pero que le pasa a Minho... herido y toda la cosa pero eso no le impide comerse a Tae. Y mori de risa con ese Tae tan loco "no voy a ir" y rapido se pone los zapatos jajajaja Aigooo me encanta todo esto, esta tan emocionante que rio, lloro y babeo a la vez. Debo hacerte un altar!
AliceS5
Taemin 630
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Miko Sáb Ago 25, 2012 1:04 am
me dejaste sin palabras te juro, eres la mejoooorr
Miko
Minho<3 67
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por ggaabbyy2 Sáb Ago 25, 2012 2:19 pm
Unnieeee y amooo eres la mejor
Woooo ese Lemon tan afbafbsbad Diosss creo k cuando lo
Leía me puse roja espero k nadie lo notara y asta ahora puedo poner el comentario
El estúpido internet se fue después d leer el CAP XD dios creo k lo leeré de nuevo
Entonses minho ya pronto le dirá la vedd a tae o xk el ''todavia no'' ? Wooo cada vez se torna mas y mas bueno unnie eres la mejor solo x este CAP t perdono k t tardaras tanto
Woooo ese Lemon tan afbafbsbad Diosss creo k cuando lo
Leía me puse roja espero k nadie lo notara y asta ahora puedo poner el comentario
El estúpido internet se fue después d leer el CAP XD dios creo k lo leeré de nuevo
Entonses minho ya pronto le dirá la vedd a tae o xk el ''todavia no'' ? Wooo cada vez se torna mas y mas bueno unnie eres la mejor solo x este CAP t perdono k t tardaras tanto
ggaabbyy2
taemin 113
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por .ÍrisFlx' Miér Ago 29, 2012 10:35 pm
Apartooooo!<3
.ÍrisFlx'
.TaeminBaby &KeyDiva'♥.♥ 143
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
por Michiru_chan Sáb Sep 01, 2012 8:22 pm
OMG!
Me acabo de leer los capítulos y mi gosh!
simplemente ame tu fic, Amo a MinHo<3
la escena de lemon *¬* todo como escribes ame >w<
y ya no se que mas decir >w< solo que espero continúes pronto
*o* tengo curiosidad por saber que pasara cuando
Taeminnie se entere que MinHo es en realidad Minhyuk :o
Well~ Saludos y que estés bien :D
Me acabo de leer los capítulos y mi gosh!
simplemente ame tu fic, Amo a MinHo<3
la escena de lemon *¬* todo como escribes ame >w<
y ya no se que mas decir >w< solo que espero continúes pronto
*o* tengo curiosidad por saber que pasara cuando
Taeminnie se entere que MinHo es en realidad Minhyuk :o
Well~ Saludos y que estés bien :D
Michiru_chan
JongHyun 33
Re: -:- Bajo la piel del deseo -:- 2min -:- Cap 24 - 25
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