Al día siguiente Sulli fue al colegio caminando lentamente, quería tardar lo más posible en llegar a clase y ver a Chansung, no quería verlo con sus amigos riéndose se ella.

Llegó a clase y se sentó pesadamente en su silla con un suspiro, en cualquier momento llegarían Chansung y sus amigos y no sabía cómo debía actuar, no pasó demasiado tiempo cuando la silla de al lado fue ocupada.

-Adivina qué.-canturreó Suzy, Sulli apenas hizo un gruñido.

-¿Qué?

-Yo tuve razón.

Sulli se posa ambas manos en sus orejas para tratar de no oír nada de lo que saliera de la boca de Suzy.

-¡No! ¡He aprendido la lección, no digas nada!-exclamó apretando fuerte sus ojos, Suzy a su lado rió.

-Te dije que te alejaras de Chansung.

-Lo sé.

-Te advertí que no era de fiar.

-Lo sé.

-Tambien dije que te haría daño.

-¡Oh, Suzy, lo sé!-Sulli colocó sus manos en la boca de Suzy para evitar que siguiera diciendo cosas- Solo me ha costado un poco más darme cuenta.

-Bueno-dijo Suzy separándose- no pareces demasiado desanimada.

Sulli no contestó, después de pasar la tarde en casa de Heechul se había sentido mucho mejor pero no iba a decírselo a Suzy, simplemente se encogió de hombros.

-Entonces te lo puedo decir: Chansung tiene nuevo ligue.

Sulli abrió sus ojos tanto como pudo.

-¿Cómo te enteras de esas cosas?

-Tengo mis contactos-respondió misteriosamente la chica, luego sonrió-está en la puerta del colegio coqueteando con él descaradamente.

-Con él.-repitió Sulli en voz baja.

-Sí, era un rumor bastante difundido por el colegio que le gustaban los hombres, ¿cómo pudiste ignorarlo?

-Creía que era eso, un rumor.-hizo un puchero pero inmediatamwente quedó sería al ver a Chansung entrar alegremente a la clase, sonreía ampliamente y cuando vio a Sulli sonrió aún más si cabía, murmuró algo a sus amigos y todos rieron mirando en dirección a Sulli.

-Ya llegó el momento.-Sulli iba hundiendose en su silla, Suzy le daba palmadas en la espalda.

-No es para tanto, ha estado fuera ocupado con ese chico tanto tiempo que ya está a punto de llegar el profesor-señaló el viejo reloj de pared-. Mira.

Y tuvo razón, poco después el profesor de matemáticas llegó y la clase se puso en orden, Sulli daba todo lo que podía de si misma para prestar atención pero su mirada se desviaba unos pupitres más allá donde estaba sentado Chansung. Cuando el timbre tocó avisando del primer patio se quedó unos momentos en clase copiando unos ejercicios hasta que Suzy la obligó a salir, caminó desanimada hasta que vio en la puerta de salida a Chansung con un chico.

El intituto de Sulli permitía a los alumnos salir durante los recreos hasta que tuviesen que volver a clase, de esta forma disfrutaban de una relativa libertad. Chansung estaba fuera al alcance de la vista charlando animadamente apoyado sobre una farola; Sulli reconoció aquella sonrisa como la que usaba para coquetear, pero más aún, hubo más que reconoció.

-Así que eres universitario.-sonrió Chansung desplegando todos sus encantos.

-Sí,-sonrió Heechul, bajó la vista un momento y se acercó- pero aún soy muy juguetón.

Sulli abrió la boca estupefacta, se dio la vuelta incrédula, ¿qué hacía Heechul oppa con Chansung? ¿Qué no tenía un plan para hacerlo sentir mal? ¿O había caído en las redes de él? Se sentía traicionada y furiosa, no podía creer como Heechul la había dejado tirada de tal modo. Pasó el resto del día aplacada con Suzy incapaz de entender como el nuevo ligue de Chansung podía ser su excentrico amigo.

Desafortunadamente, al salir de clase para ir a casa los vio aún en la calle, ¿había estado Heechul oppa esperando unicamente por él? Levantó la barbilla recolocando su mochila sobre su hombro y con todo el orgullo que pudo pasó por su lado para llegar a la parada del bus acompañada de Suzy, Heechul la vio por el rabillo del ojo.

-Lo lamento, pero no voy a poder ir a tu casa. He quedado con mi novia.

-¿Novia?-Chansung sonrió- No pasa nada, quedemos otro día.

-¿Para qué? Si no le llegas a la suela del zapato, ¿por qué querría verte de nuevo?

Chansung puso una mueca extraña.

-¿Estás bromeando?

-Claro que no, es divertido hablar contigo porque dices cosas ridículas pero nunca perdería mí tiempo con alguien como tú en lugar de aprovecharlo con ella.

Aunque Sulli seguía el hilo de la conversación con interes junto a otros compañeros curiosos creyó morir de la vergüenza cuando Heechul se dirigió hacía ella y la agarró de la mano.

-Suéltame.-susurró pálida, no quería verse envuelta en aquella situación con la mirada de sus compañeros encima, Heechul la ignoró.

-Y de paso te ordeno que te disculpes con mi novia por llamarla rarita.

Chansung se carcajeaba en su cara.

-¿Es esto una broma? ¿La raria de Sulli? ¿La que hasta hace dos días era mi juguete?

-Tendrías que replantearte quien era el juguete de quien. Si Sulli estaba a tu lado era porque encontraba gracioso hacerte creer que le gustabas pero nos hemos reído a escondidas de ti. Pero no tolero que nadie hable mal a Sulli y merece una disculpa.

-No lo creo-Chansung contenía la risa como podía, no parecía apenado por el túmulo de gente que los rodeaba-, Sulli no es lo suficiente inteligente.

-¿Ah, no?-la mirada de Heechul se oscureció y Sulli dio un respingo cuando notó que le rodeaba los hombros con su brazo, le miró con los ojos muy abiertos pero Heechul no desviaba la visa de Chansung- ¿Recuerdas lo que he dicho hace un momento sobre que soy muy rico? ¿Sobre la gran cantidad de hombres a mi servicio?-susurró, imperceptiblemente, Sulli captó algunas sombras oscuras moverse levemente rebelando su posición, por la cara que puso Chansung estuvo segura que no fue la única.

-¿Qué diablos quieres?-rezongó Chansung, aquello había conseguido asustarlo.

-Te lo he dicho, disculparte con Sulli públicamente para que todos sepan que eres un cretino. ¿No es así, Sulli?

Sulli nunca supo de donde llegaron las palabras que dijo, pero a pesar de sentirse algo tonta estuvo contenta de decirlo.

-Sí… ¡y todas las chicas deberían saber que besas muy mal!-le sacó la lengua y Heechul a su lado rió divertido.

Chansung iba a replicar pero de nuevo aquellos hombres de negro se movieron y tragó saliva con dificultas, los alumnos lo miraban expectantes, se pasó la lengua por la labios.

-Lo siento.-murmuró inaudible, Heechul se rascó la cabeza-

-No lo he oído demasiado bien. ¡Hey, Jongin, ¿has oído algo?!

Uno de los hombres en traje negó con la cabeza ganando que varios alumnos lo miraran asombrados descubriendo su presencia entre ellos, Chansung masculló maldiciones.

-¡Que lo siento! ¡Lo siento!

Heechul sonrió sastifecho y apretó más contra si a Sulli.

-Bien echo, buen chico piénsatelo antes de querer jugar con alguna chica, tengo ojos en la espalda.-se echó a reír y cogió la mano de Sulli con fuerza para alejarse, a los pocos pasos Sulli intentó zafarse pero Heechul la agarró más fuerte y le susurró al oído:

-Estate quieta, debemos actuar bien. Por cierto, estás muy guapa con ese uniforme.- y de nuevo su risa, Sulli le correspondió con una sonrisa a duras penas y se dejó llevar, sin apartar la mirada de su mano entrelazada con la de Heechul.


(Narra Taemin.)

Un nuevo suspiro escapó de los labios de Sulli y volví a mirarla asustado. Estábamos ambos en la cocina, yo cortando trozos de fruta y ella derritiendo chocolate, y no había dejado de suspirar en todo el día. Me había contado lo que hizo Heechul pero aún así esa espeluznante sonrisa y sus ojos soñadores me daban repelús.

-¡Taemin!-exclamó de repente, di un respingo pálido- Quiero contarte algo.-me miró con ojos brillantes, decidí dejar el cuchillo sobre la mesa: no iba a ser bueno tenerlo en las manos.

-¿Qué?-mi voz temblaba, conocía a Sulli y los síntomas que presentaban me sonaban.

-¡Creo que estoy enamorada!-dijo a bocajarro, di un paso atrás.

-¿Enamorada?-pregunté, sí, Sulli tenía la mala costumbre de “enamorarse” veinte veces al mes.

-¡Sí!-dijo con emoción, traté de enfrontar la noticia con serenidad.

-¿Quién es tu nueva víctima?

Hizo un breve puchero por mis palabras pero en seguida sonrió de nuevo.

-¡Heehcul Oppa!

No estaba preparado para eso, abrí los ojos tanto como pude, mis órbitas iban a dejar mi cara, y retrocedí hasta la punta más alejada de la habitación.

-¿Qué?-mi voz sonó aguda- ¡Sulli, estás demente!

-No.-de nuevo un puchero, de nuevo una sonrisa- Pero me he dado cuenta de que es el hombre de mi vida.

-Estamos hablando del chico que se metió un palillo en cada fosa nasal.

-¡Divertido!-dio un salto en el sitio- ¿Perfecto o no?

Tragué saliva, ¿tenía sentido discutir con ella? Realmente deseaba que Heechul Hyung nunca descubriera lo que había dicho Sulli en este momento, más bien, deseaba meter a Sulli en un agujero bajo tierra.

-¡Taemin!-la cabeza de mi hermano apareció tras la puerta- Tienes visita.

-¡Voy!-dije tan pronto se fue, fui caminando hacia la puerta con cuidado de quedar en todo momento cara a Sulli- No te muevas de aquí, ahora vuelvo, esto necesita terapia inmediata, ¡y por lo que más quieras apaga el fuego!-ese chocolate no iba a ser tastado por ningún cliente, salí inseguro dejándola alborotada entre fogones, pero fue inevitable que una sonrisa se expandiera a mi rostro cuando vi el chico que me esperaba fuera.

-¡Hyung!-exclamé como bobo, corrí hacía él y me recibió con los ojos abiertos, abracé fuerte a Minho en modo de saludo notando su nariz enterrada en mi cabello, a nuestros clientes habituales no les sorprendía en absoluto.

-Taemin-dijo separándose-, ya es algo oficial.

Puse una mueca.

-¿El qué?

Sacó de su bolsillo un sobre que me tendió, mirándolo suspicaz, lo cogí y lo abrí.

-¿Entrada? ¿Cumpleaños?-una bombilla se encendió en mi mente-¡Pronto es tu cumpleaños!

-Bien trabajo, Einstein.-gruñó golpeándome levemente la cabeza- Siempre lo celebro en una fiesta donde vienen muchos empresarios y personas importantes del mundo, pero este año quiero que vengas tú.

-¿Puedo ir como tu pareja?-pregunté embobado mirándo la entra, eso pareció incomodarle.

-No, realmente… aunque mi madre ha vuelto a irse de Corea para ocuparse de otros asuntos llegaría a sus oídos que tenga por novio a un hombre… por eso he invitado tambien a Park.

-¿A Park?-pregunté sin entender.

-A Seon Young.-rectificó, mi rostro no varió un ápice.

-¿SeungYeon?

-¡La chica rubia bajita que te sigue a todos lados!

-Ahh-asentí- Luna.-me puse triste pensando que ella continuaba fingiendo ser novia de Minho, pero pronto mis pensamientos se desplazaron.

-¿A cuantas chicas has llevado a las fiestas de cumpleaños?

-A CL, Krystal, ¿Key?...

-No, me refiero como novias.

Nos miramos detenidamente.

-¿Qué?

-Quiero decir-noté el sonrojo invadir mis mejillas- que este año me invitas a mí, pero… quienes otras chicas han dio como novias a tus cumpleaños.

-Eh-puso una cara rara-, ¿a qué viene de pronto esta pregunta?

-Bueno-comencé jueguetando con mis dedos aquella dorada invitación-, siendo rico y guapo… apuesto a que muchas chicas ignoraron tu mal carácter y estuvieron contigo esas fiestas.- “Y te abran besado”, pensé, aún no olvidaba que mi primer beso fue un peculiar choque de labios con él.

-Pues… claro que sí, muchas…-suspiré.

-¿Cuántas?

-Cómo… ¿cómo que cuantas? ¿Por qué tantas preguntas de pronto?

-Solo quiero saber… ¿cien?-callé, la puerta se abrió y quedé sorprendido al ver que era Onew Hyung.

-Minho, llevó años esperando… hola Taemin.-sonrió.

-¡Onew Hyung!-sonreí, quise ir hasta él para saludarle pero el brazo de Minho me lo impidió dejándome en el sitio.

-Hyung, te he dicho que ahora iba.-rezongó Minho, de pronto se me ocurrió una idea.

-¡Onew Hyung! ¿Cuántas novias ha tenido Minho Hyung?

-¿Novias?-en el rostro de Onew se formaba una sonrisa y Minho quedó pálido.

-Sí, Minho solo dice que muchas pero no sé cuánto es eso. ¿Cómo cien? ¿O más?

Después de mi pregunta los tres quedamos en un silencio sepulcral hasta que Onew se echó a reír y se agarró a una mesa soltando carcajas.

-¿Qué le pasa?-pregunté a Minho tratando de avanzar hacía él pero de nuevo me lo impidió, en su lugar cogió de un brazo a Onew y fue abriendo la puerta de salida.

-Mejor nos vamos, ya sabes, tu Hyung es viejo y a veces pierde la cabeza… mueve el culo, Hyung.-gruñó.

-¡Jajaja! ¡Novias!-Onew se estaba poniendo rojo de no poder tomar aire y hacía lo posible para no ser arrastrado por Minho, a duras penas llegó a mí para posar su mano sobre mi hombro- ¿Novias?

-¡Hyung!-ahora Minho lo agarraba desde atrás para sacarlo del local, yo estaba confuso.

-Sí… ¿qué…?

-Minho nunca ha tenido novias, ¡vuestro desastrozo primer beso fue el primero para él!

Necesité unos segundos para procesar aquella información, luego miré a Minho que parecía levemente azorado.

-¡Maldito pollo traidor! ¡Vas a morir!

Ambos se pusieron a pelear en la entrada obstaculizando la entrada y salida de los clientes, pero yo no me movía de mi sitio sin borrar la sonrisa de mis labios.


Aquel día salí de la SM charlando animadamente con Key. Bueno, en realidad quien hablaba y estaba animado era únicamente yo, Ky llevaba varios días apagado y triste, y yo por animarlo incluso había comenzado a llamarle “umma”, pero nada parecía servir para levantarle el ánimo.

-¿Esa de allí no es Sulli?

Levanté la mirada hacia la dirección que me indicaba y me sorprendí de ver que realmente era así, Sulli estaba en la salida de la academia portando su uniforme reglamentario y con una pequeña caja entre sus brazos, al acercarme descubrí que se trataba de una cajita de almuerzo.

-Oppa.-sonrió y vino hacia nosotros dando saltitos con una gran sonrisa, se la devolví confuso.

-¿Qué haces aquí?

-¡Necesito tu ayuda!-levantó un dedo- Quiero ir a la Universidad SM pero me he hecho un lío con los buses y ahora no sé como ir, Oppa, ayúdame.-hizo un puchero, colocé mi mano en la parte trasera de mi cuello.

-¿Y para qué quieres ir allí, Sulli?

-¡Para entregar el almuerzo a Heechul Oppa!

-Que tierna-dijo Key a mi lado-. ¿Es una forma de agradecerle lo que hizo a tu desagradable exnovio?

-¡No, es que estoy enamorada de él y quiero mostrarselo con una deliciosa comida!

Abofetée mi propia cara con una mano, a veces se me olvidaba que Sulli no tenía vergüenza ninguna y lo decía todo sin pensar, escuché una breve risa de Key.

-Buena suerte, eres del tipo de chica de Heechul así que a lo mejor no te va tan mal.

-¿En serio?-preguntamos Sulli y yo a la vez, ella con ojos brillantes y yo horrorizado.

-Sí, esa chica que le gustaba… cómo era… SoHee… se parecía mucho a ti en aspecto y personalidad.

-¡Genial!-comenzó a saltar- ¡Oppa, llévame!

-¿Os llevo yo? En mi limusina llegaremos antes y no os perdereis.

-¡Hyung…. Umma!-exclamé acusador, no debía ayudar a Sulli- ¿Por qué quieres hacerlo?

Se encogió de hombros.

-Será entretenido.

Sulli a mi lado seguía saltando loca de alegría y Key volvía a sonreír después de mucho tiempo, suspiré, hoy llegaría tarde a casa.

-¡Esperad!-nos giramos sorprendidos al ver a una Luna corriendo deprisa hacia nosotros, se paró a nuestro lado sin tomar aire- ¡He escuchado vuestra conversación y me opongo!

-¿Unnie nos ha escuchado desde tan lejos?

-Luna a veces parece Dios, en todos lados…

-¿En serio?-pregunté sonriendo, por fin alguien me comprendía- No es posible que Heechul y Sulli esten juntos, realmente…

-¡No, no, no! ¡Me opongo a que una mujer le prepare la comida a un hombre como método de conquista! ¡Es denigrante porque nos hace ver como un instrumento para el hombre para conseguir alimento y no permitié…!

Me temía tener que aguantar uno de sus discursos, pero Key a mi lado señaló detrás de Luna y se llevó una mano a la boca.

-¡Oh, Dios mio, CL ha vuelto!

-¿Dónde?-aprovechando que Luna se había dado la vuelta Key nos agarró a Sulli y a mí de la mano y comenzó a correr, a nuestra espalda oímos las protestas de Luna.

-¡Umma! ¡Mañana estará insoportable!-hice un puchero.

-No importa, ¡ahora tenemos asuntos que atender!

Realmente a Key le gustaba actuar de alcahueta.


Cuando llegamos a la universidad, Key envió un mensaje a su primo, entramos Sulli y yo con la boca abierta por las enormes dimensiones de cada sala y estuvimos en el recibimiento esperando por Heechul.

-¡Una visita sorpresa! ¡Que detalle!

-¡Oppa!-Sulli no perdió tiempo y plantó el almuerzo en sus narices- ¡Lo hice para ti!

Heechul quedó unos instantes parados mirando lo que Sulli le ofrecía parpadeando, luego con una sonrisa lo cogió.

-Vaya, este detalle sí que no lo esperaba.

-Pensé que estando tantas horas en la universidad te vendría bien comer algo casero.-dijo Sulli con dulzura, aquello era tan empalagoso.

-Oh, me hubiera venido mejor una botella de Vodka, pero gracias.

Sulli rió junto a Key, pero yo vi como la puerta era de nuevo abierta.

-¡Heechul, no te escondas!

-Oh, ¡hola, Hyung!-exclamé muy contento yendo hacía Jonghyun, como hacía semanas que no venía a recoger a Key no había tenido oportunidad de verlo, él me correspondió y nos dimos un pequeño abrazo en el que él aprovechó para revolverme el pelo.

-¿¡Cómo!? ¡A Heechul le traeís comida y a mí nada!-reí al ver su expresión y se acercó a Heechul, quien al verlo se giró de modo que parecía que protegía la comida con sus brazos.

-¡Atrás, perro! ¡Esta mercancía es solo mía!

-¡Eso será después de que acabes lo que te he ordenado! ¡Hasta entonces yo guardo la caja!

-¡Ni hablar…!

-Vámonos.-aunque estaba bastante entretenido viendo a esos dos pelear la voz de Key me sacó de mi ensoñación, estaba mortalmente serío y su voz sonó fría, sin esperarnos salió de la habitación, advertí como Heechul y Sulli intercambiaban una mirada pero no le di importancia, al despedirnos de ellos Jonghyun nos sonrió, pero parecía triste.

-Taemin, ha venido alguien a por ti.-avisó mi hermano.

Me giré presa del horror, estaba en pijama observando detenidamente la montaña de ropa que había sobre mi cama, ¡y definitivamente no estaba preparado para ir a la fiesta de Minho!

-Dile a Key que espere en…-no pude acabar, apareció en el marco de la puerta de mi habitación con mala cara y llevando en su mano una funda negra.

-¡Key, aún no estoy vestido!-exclamé haciendo un puchero, miró con una ceja alzada la ropa de mi cama.

-Y si pensabas vestirte con esos trapos no hubiera habido demasiada indiferencia.-dijo, hinché mis mejillas, exactamente aquella era la razón por la que no me había decidido que poner, si la fiesta de Minho era tan importante no tenía ropa para esa ocasión. Key suspiró.

-Por eso traigo este traje, es mío pero tenemos una talla parecida. ¡Rápido, quítate la ropa, llegamos tarde!- él mismo, tirando la funda negra, se puso delante mía subiendo mi camisa, me azoré y trate de apartarlo a manotazos.

-¡Key! ¡Yo puedo cambiarme solo!

No hizo caso y me desabrochó el pantalón para comenzar a bajármelo, Nichkhun se rascó la cabeza.

-Pues yo… me voy.

¡Me estaban desvistiendo a la fuerza en su cara y no hace nada para ayudarme!

-Key… Key, si puedo quitarme la ropa solo…

De nada sirvieron mis protestas, él mismo que tió la ropa y me ayudó a colocarme su traje, cuando acabó se me quedó mirando unos segundos y rebuscó entre toda mi ropa.

-¡Ajá! ¡Sabía que tendrías alguna corbata!

Le miré suspicaz.

-Ahhh… me la regaló Victoria.

-¿En serio?-se puso en frente mía y comenzó a colocarme la azulada corbata- Este es el color favorito de Minho…

-¿En serio?-pregunté curioso.

-Sí… por cierto, Victoria Unnie estará en la fiesta-se llevó un dedo a la boca-. Ha venido especialmente por el cumpleaños de Minho.

-¡Vaya, eso es genial!-exclamé, realmente me gustó Victoria y sería bueno verla de nuevo.

Salí de casa avisando a mi umma que no sabía a que hora llegaría, pero Key le aseguró que me cuidaría, salimos ambos de la casa y montamos a su limosina en dirección al lugar de la fiesta de Minho.

-¡Es increíble!-no pude evitar decir con la boca abierta mientras llegabamos, parecía una majestuosa mansión que me recordaba a los palacios de antiguos reyes, con estatuas, fuentes y flores para decorar el jardín y sobre la fachada habían colocado luces, bajé del coche sin apartar la mirada de toda la decoración, había varias personas muy bien vestidas saludándose unos a otros pero Key me llevó directamente hacía tres figuras reconditas; Luna, Onew y Jonghyun.

-Ya era hora, habíamos quedado antes.-refunfuñó Onew, Key chasqueó la lengua.

-¿Entramos ya?-preguntó Jonghyun, pero lo hizo en dirección a Onew.

-Yo tengo miedo.-reconoció Luna, ciertamente se le veía muy pálida a pesar del maquillaje.

-¿Y eso por qué?-pregunté, me miró como si estuviera loco.

-¿¡Sabes lo que es ser novia de Choi Minho!? La mayoria de familias de buenas empresas con hijas me odian, y ahora que piensan que soy yo las chicas y las madres no dejan de dedicarme miradas de odio-me golpeó el hombro-. ¡Eres tú quien merece recibir esas miradas!

Me encogí de hombros mientras ella misma me agarraba por la espalda al tiempo de entrar, de modo que todas las cabezas que se giraban hacía nosotros y, consecuentemente, arrugaban el ceño en gesto despectivo, fueran también a mi dirección.

-Por cierto-susurró Luna en mi oído- ¿no ves a Jonghyun y Key demasiado… raros?

-¿Quieres decir que no se miran?-contesté en el mismo tono.

-Sí.

Así que no era el único en darse cuenta.

Dentro había, si cabía, más personas y además camareros se balanceaban de un lado a otro con bandejas en sus manos, me sentí tan fuera de lugar que estuve a punto de desengancharme de Luna y dar media vuelta para volver por donde habia venido, pero vi a Minho conversando con una pareja mayor y una estúpida sonrisa se dibujó en mi rostro mientras avanzaba hacía él con zancadas.

-Taemin-regañó Luna- estate quieto.-me ordenó sujetandome del brazo, la miré frunciendo el ceño.

-¿Por qué?

-Primero, el matrimonio con el que habla es muy importante en la industría de muebles y no puedes interrumpirlos. Segundo, porque te conozco y te lanzarás a sus brazos con un montón de espectadores a vuestro alrededor, y claro, luego salen los rumores.

Iba a replicar pero Jonghyun y Onew se acercaron a nosotros y nos tendieron a ambos una copa. Miré el líquido con desconfianza, tenía el color de la leche de plátano pero no la textura.

-He oído decir que aunque la madre de Minho no está este año le ha preparado un regalo especial. Como si fuera algo de lo común que no vena al cumpleaños de su hijo.-decía Onew.

-A mí me da mala espina eso de “regalo especial”.

Dejé de inspeccionar mi copa llegando a la conclusión que no era leche de plátano y me puse muy triste pensando en Minho. Cuando era mi cumpleaños, desde que era pequeño y apenas nos llegaba el dinero, mi umma siempre dejaba de trabajar para pasar el día entero conmigo y con Hyung, aún ahora cierra el local para celebrarlo conmigo; eso es algo que la madre de Minho nunca había echo por él.

Por fin, Minho vino hacía nosotros y le sonreí, me correspondió a la sonrisa pero cuando estuvo a pocos metros de mí se desvió y fue a dar un beso en la mejilla a Luna.

-Quita esa cara de pescado congelado y disimula.-murmuró entredientes cuando se separó, Luna comenzó a enseñar los dientes en una mueca que trataba de sonreír pero no lo conseguía, todas las chicas de la sala le lanzaban miradas de desprecio. Luego comenzó a saludarnos a cada uno dando la mano, cuando me la dio a mí puse cara de pena y él se rió, obviamente no podía actuar demasiado cariñoso conmigo.

Se quedó con nosotros preguntando cómo lo estábamos pasando aprovechando para decirme que había buffet libre y podía comer todo lo que quisiera. No resistí la tentación, y yendo con Luna, probamos aquellos platos tan ricos que cada uno de ellos debía costar más que el coche de HyeYa.

-¡Otra vez!-exclamó Luna irritada, se giró hacía la chica que murmuraba cosas con su compañera- ¡Y qué si se me pondrá el culo gordo por comer! ¡Ser la novia de Minho no implica ser un objeto decorativo perfecto!

Las chicas se alejaron escandalizadas y Luna soltó un suspiro, me reí.

-Realmente no encajas con los ricos.

-¡Mentira!-entrecerró sus ojos- Si lo deseo puedo encajar, pero no quiero.

-¿Por qué?

-Sería una más.-bebió de su vaso y casi escupió su contenido.- ¿La chica que habla con Onew no es acaso Victoria?

Me giré y ciertamente allí la vi saludando afectuosamente a Onew y Jonghyun. Agarré a Luna del brazo para separarla de las gambas y fui directo a ellos.

-¿Qué haces, Taemin?-se quejó con la boca llena, suspiré.

-¿En serio eres rica? A veces no lo pareces…

-Mi padre es alergico al marisco, en mi casa no entra nada salido del mar…

-Victoria…-pronuncié avergonzado, ella se giró y me recibió con una sonrisa.

-¡Oh, Taemin! ¡Cuando entré aquí me pregunté donde estarias!-me dio un breve abrazado, sonreí.

-La verdad es que estoy muy contento de verte otra vez.-confesé, sonrió de nuevo en respuesta.

-Y tú debes ser la nueva niñera de Minho.-dijo mirando en dirección a Luna, ella hizo una risa nerviosa- Espero que lo cuides bien.-añadió mientras la abrazaba en modo de saludo, pero di un respingo de la impresión cuando me guiñó un ojo.

-Bueno-suspiró Victoria- ¿y dónde está el chico del cumpleaños? Ha estado tan ocupado que no he tenido tiempo de hablar con él.

-Ahora viene con Key.-dijo Onew.

Miré hacía donde indicaba y sin evitarlo la cara se me iluminó al verlo, vestía traje como todo el mundo pero a él le quedaba diferente, definitivamente resaltaba sobre el resto de inmortales, y cuando sonrió mirándome a los ojos desde la distancia estuve seguro de que mis ojos lanzaban corazones.

-Taemin.-pronunció cuando llegó a nuestro lado, colocó una mano en mi cabeza y casi creí que me besaría pero desafortunadamente no fue así-Luna.-dijo luego secamente tomándola de la mano, ella casi hizo un gesto de asco.

-Minho.-contestó secamente, tuve que llevarme una mano a la boca para evitar reírme.

-¿Y nosotros que somos, los camareros?-exclamó Onew con lo que parecía una mueca de molestia, Minho le sacó la lengua y comenzaron a discutir sobre madurez.

Minho iba y venía, charlando con algunos hombres de negocios, saludando a todas las chicas que le hacían ojitos y dando órdenes al servicio, pero siempre que podía me miraba y sonreía.

-Señorito-vino su peculiar mayordomo acompañado de una chica- la señora me ha ordenado que le de… mm… su regalo especial.

-Oh, sí-a nuestro lado, cerró los ojos con una sonrisa- que sea el deportivo nuevo que le pedí…

-No.-fue tajante- Es la señorita que me acompaña. Usted está de nuevo prometido.

-¿Qué?-Minho no cabía en si de la impresión y yo tampoco, casi tiro la copa que llevaba entre mis manos si no fuera porque de lo cara que parecía le prestaba más atención que al mayordomo.

-Palabras textuales-sacó una hoja- “Un hijo mío no estará con una mujer de tan bajo calibre y de dudosa educación, no acepto esta relación y por lo tanto he encontrado una chica adecuada con la que se comprometerá por orden mía.”-acabó, luego suspiró para si mismo- Buena idea meter tantas estatuas aquí…-rezongó.

-¡Mi madre debe estar loca!-protestó Minho, la chica nos miraba con frialdad y nosotros a ella curiosos.

-¿Cómo te llamas?-preguntó al fin Onew al ver que nadie decía nada, Minho seguía protestando con su mayordomo y Victoria, Luna, Jonghyun, Key, Onew y yo la mirabamos atentamente.

-Tia.-ladró, no parecía contenta de la situación en que estaba, y aunque es la que la madre de Minho había escogido como su esposa, no me daba una mala impresión, al contrario, me daba pena que una chica tan joven fuera llevada de ese modo como mercancía.

-Pues si no te importa, Tia, lárgate por donde has venido.-gruñó Minho, ella lo taladró con la mirada.

-Es lo que quiero.-dijo entredientes- Pero mis padres nos está esperando en otra habitación con un contrato y tengo sueño, así que ven ya para que pueda irme de aquí.

-¿Y si me niego?-inquirió, eso puso más irritada a la castaña.

-Tu madre vendrá de nuevo, es lo que dijo. Estan esperando.-insistió, ahora muchos de los invitados se giraban hacia nosotros sorprendidos por el brusco cambio de humor de Minho.

E hizo algo que me sorprendió.

-Que venga.-sentenció, y me cogió del brazo llevándome rápidamente a la salida, estuve tan sorprendido que casi me pego de bruces al suelo y tuve que caminar dando saltos para poder seguir su ritmo, a nuestra espalda todos se nos quedaron mirando.

-Minho.-exclamé sorprendido, aquello no era la escuela y los de nuestro alrededor alumnos, sino personajes serios de la economia mundial, él no se digno a girarme para mirarme.

-Estoy harto de que traten de controlar mi vida.-explotó, me soltó del agarre y nos miramos detenidamente a los ojos.

-¿A que esperas?-preguntó.

-¿El qué?

-A entrar al coche.-señaló su vehículo, a causa de la oscuridad no lo había reconocido.

-¿Nos vamos?-pregunté ingenuamente, él abrió su puerta para adentrarse.

-¿Qué crees?

Hice un puchero por las malas maneras en que me contestaba y me metí con él.

-¿Para qué has hecho eso?-fruncí el ceño, si rió.

-¿Para qué? No creo que hubiera alguna razón para hacerlo.-suspiró- Quise irme de allí, no me sentía a gusto sabiendo que incluso desde allí mi madre me controlaba. Y quise llevarte conmigo porque tampoco quería que estuvieras mezclado con ese ambiente.

-Oh, muy inteligente Minho.-ironicé- Es lo mejor que podías hacer en una sala llena de los hombres más importantes del país.

-Arrg-comenzó a golpear su cabeza contra el volante, grité.

-¡La carretera!

Casi inmediatamente me puse el cinturón de seguridad, mi móvil comenzó a sonar.

-Si es tu madre dile que no se preocupe, te llevo ahora a tu casa.-dijo sin apartar la vista de la carretera, contesté.

-¿Si? ¿Mama?-fruncí el ceño, confuso-¿Qué no qué…? ¿¡Por qué!? ¿¡Problemas!? ¿Qué clase de problemas?-Minho me dedicaba miradas, le miré mal- Concentrate en la carretera. No sé si Sulli podrá… ¿de verdad no es nada serio? ¡Así no me ayudas!

-¿Qué pasa?-preguntó Minho cuando colgué, me rasqué los ojos.

-Hay problemas en casa y no puedo ir. Me ha dicho que me lleves a casa de Sulli.

Abruptamente dio un giro al volante y lancé un grito cuando el coche derrapó para colocarse al otro lado donde los coches pasaban en sentido contrario.

-¡Minho! ¡Existen las rotondas para esto! ¡Y por aquí no es la casa de Sulli!-grité enfadado pero pálido del susto, él no se inmutó.

-Vamos a mi casa.

-¿Qué? ¡No!

-¿Por qué? ¿Te estás poniendo rojo?

-¿Para qué me quieres llevar a tu casa?-no contesté a su pregunta.

-Eres mi novio, estás mejor en mi casa que en la de una lunática por muy amiga tuya que sea-refunfuñó, de pronto sonrió.- ¡Oye, ¿en que estás pensando!?

-En nada.-contesté rápido, pero no me rendí fácilmente- Pero mi madre confía en Sulli y en sus padres, siempre que hay problemas me quedo a dormir a su casa, siempre lo he hecho así.-traté de razonar.

-Siempre que tu novio no llevaba por nombre Choi Minho.-puntualizó.

~

En la fiesta, todos estaban algo alterados por la forma en que se fue el joven Choi, la multitud se dispersaba y Victoria aprovechó para coger del brazo a Onew. Él se giró, sorprendiendose de que le llamara la atención, cuando se vieron, tan solo fingieron que todo andaba como antes, aunque ambos sabían que no era verdad.

-¿Vamos a tomar una copa?-sugirió Victoria con una sonrisa- Hay muchas cosas de las que quiero hablar contigo.

-Bueno…-sin quererlo, desplazó la mirada hacía Luna, que parecía fuera de lugar en medio de tanta gente y no sabía donde meterse- Tengo cosas que hacer.-se disculpó con una sonrisa, dejó a una sorprendida Victoria y tocó el hombro de Luna.

-¿Tienes quien te lleve a casa?-preguntó, Luna frunció el ceño.

-¡Claro que sí! ¡Ya os he dicho que mi familia tambien es rica y ahora vendrá un taxi! Mujer de bajo calibre…-protestó por lo bajo, onew rió mirándola.

-Seguro que tardará, ¿no prefieres que te lleve yo? Al no ser que sea demasiado machista que un hombre transporte a una mujer…

Luna lo fulminó con la mirada entendiendo la burla pero luego cambio de gesto.

-Está bien.-aceptó.

~

Protesté, me quejé e incluso lo amenacé con denunciarlo, pero de todas formas me llevó hasta su casa. Según decía, el servicio no trabajaba aquel día por ser su cumpleaños ya que estaban ocupados y debían recoger las cosas de donde celebró su fiesta y decía que se sentiría solo. No le creí.

-¿Y con qué dormire?-protesté en el interior, no importaba cuantas veces visitara su casa, nunca sería capaz de recordar todos aquellos largos pasillos y grandes salas.

-Mmm… te prestaré uno mío de primaria.-dijo, le golpeé con fuerza el hombro aunque no pareció sentirlo por sus carcajadas.- Está bien, con uno de secundaria bastará.-seguía riéndose.

-Choi Minho.-pronuncié amenzante, como siempre que lo hacía me ignoró y siguió su camino, lo perseguí hasta que me entregó un pijama en tan buen estado que dude que se lo hubiera puesto siquiera dos veces.

-Y ahora… ¿dónde me lo pongo?-pregunté avergonzado.

Minho se llevó una mano a la barbilla simulando pensar.

-¿En mi cuarto?

Me eché atrás escandalizado inseguro del color de piel que tendría en ese momento, se echó a reír de nuevo y me abrazó con fuerza, parpadeé confuso.

-Gracias por estar a mi lado.-dijo sorprendiendome, no me esperaba esas palabras.- Gracias por no ser otro de los juguetes de mi madre y ser simplemente tú.

Moví los labios sin saber que decir, esas palabras me hicieron extrañamente feliz, me apretó un poco más, haciendo chocar nuestros pechos, y luego me soltó.

-No te preocupes, simplemente no quería dormir solo hoy. Puedes ir al cuarto de invitados.

Una vez más tuve que perseguirlo por todos aquellos pasillos, estoy seguro que ni siquiera en Hogwarts era tan fácil perderse. Me llevó al sitio indicado y como suponía era más grande que el salón de mi casa. Antes de darse media vuelta para ir a su habitación me besó la frente.

Al menos, pensé, aquí estaba más calentito que en casa de Sulli que no contaba con calefacción. Sin saber por qué le saqué la lengua a la luna que brillaba fuera de la ventana, me metí en la cama y cerré los ojos.

Pero mi mente fue cruel y cuando lo hice me vino la imagen de un año y medio atrás, cuando Minho apareció sin camiseta en su habitación. Abrí los ojos de golpe. Definitivamente recordaba todas las líneas de su cuerpo recien salido de la ducha y de pronto noté la temperatura del cuerpo subir sin necesidad de calefacción. Me coloqué la almoada sobre la cabeza y apreté tanto como pude, casi queriendo asfixiarse para alejar aquellos pensamientos.

-¿En que estoy pensando?-me pregunté en voz alta, pero sin quererlo la presencia de Minho durmiendo en la misma casa que yo me alteraba. Cerré los ojos y abracé la almohada dispuesto a dormir costase lo que costase.

Tuve una noche horriblemente agitada.


Los rayos de sol me pegaban de lleno en la cara, pero no fueron ellos quienes me despertaron sino el incesante sonido de mi movil avisando que alguien llamaba. Gemí bajito y sin abrir los ojos descolgué.

-¿Diga?-pregunté medio dormido, al otro lado me contestó la voz de mi madre, abrí los ojos como platos y me erguí sobre la cama- Ahora mismo voy.-dije con voz tensa.

~

Sulli se mordía las uñas de su mano derecha con nerviosismo, sin atreverse a pulsar aquel timbre que estaba a centímetros de su dedo. Tragando saliva, se regañó mentalmente, ya había estado ahí antes y conocía de sobra la persona con la que iba a hablar, no tenía de que preocuparse. Cerrando los ojos pulsó y escuchaba su propio corazón, la puerta se abrió y la saludó la sonrisa de Heechul, de inmediato lo imitó.


-Eh… oye… mocosa.-llamaba Jonghyun, Sulli estaba sentada sobre una de las sillas de la cafeteria con aire desanimado e ignoraba todo lo que ocurría alrededor, miró cansada a Jonghyun.

-¿Qué pasa?

-¿Qué haces aquí?

-La madre de Taemin me llamó porque había problemas.-dijo sin energia, Jonghyun sacudió la cabeza.

-Eso ya lo sé, Minho me lo dijo y estoy aquí por lo mismo-acercó su rostro al de Sulli-. Pero lo que te preguntaba es qué haces en esta silla tan triste.

-¿Me veo triste?-preguntó desanimada, luego comenzó a patalear- ¡Maldición!

-¿Te ha pasado algo?-se atrevió a preguntar casi asustado, Sulli dejó de patalear y lo miró con fastidio.

-Me declaré a Heechul y me ha rechazado.-dijo del tirón, no se guardaba nada.

-Wao~-exclamó Jonghyun sorprendido, lo último que se esperaba era esa respuesta.- ¿Y eso te ha dejado así? ¡Ser novia de Heechul te hubiera dejado traumatizada!

-Cierra el pico, chucho.-rezongó mirando a la nada, Jonghyun casi se cayó de la silla.

-¿Cómo me puedes hablar así? ¿Tan afectada te deja que te rechacen? Pobre Taemin.

-Tú no sabes… ¡porque eres popular! ¡Y todas las chicas mueren por salir contigo! Pero ser rechazado duele.-hizo un puchero.

-Bueno-se llevó una mano a la barbilla y tomó asiento a su lado- ser rechazada sin haberte declarado duele más.

Sulli lo miró curiosa.

-¿Acaso te ha pasado?

Jonghyun rió.

-Bueno, en realidad esto es un secreto… pero si te ayuda a subirte el animo te lo cuento.-sonrió- Yo estuve por muchos años enamorado de mi mejor amigo, nunca nos separabamos y eso me hacía feliz.

-¿Amigo?-Sulli abrió los ojos como platos- ¿No te gustaban a ti las chicas?

-Y los chicos, yo soy como Onew, no le doy ascos a nada.-se rió.

-Bueno… mientras no llegues a la misma obsesión del pollo…

-Animales fuera-volvió a reír y se puso serio de repente-. Pero entonces comenzaron a surgir rumores sobre que… mmm… a este chico le gustaba otro. Él nunca habló de eso conmigo así que supuse que no era cierto, pero… un día me pidió ayuda para declararse a alguien y le pregunté si era para esa persona. No lo desmintió.

-Jonghyun-interrumpió Sulli-, para tener las cosas claras… ¿estamos hablando de Key?

-Eres bastante espabilada en lo que te interesa.-respondió con fastidio, Sulli rió.- Sí, hablamos de él.-suspiró.

-¿Qué pasó después?-quiso saber.

-Bueno… me negué a hacerlo, le dije cosas bastantes feas y él se echó a llorar… siempre era yo quien lloraba pero aquel día lloró mucho-hizo una pausa-. Estuvimos días sin hablar y al final… decidimos olvidar lo que pasó.

-¿Entonces te gusta Key pero a él le gustaba otro?-Sulli frunció el entreceño, aquello no cuadraba con lo que dijo Heechul.

-Sí, después de eso comenzó a salir con Mir y yo simplemente lo ignoré…

-Yendote con cualquier cosa que llevara falda y se contoneara.-finalizó Sulli con una sonrisa repitiendo las mismas palabras de Heechul.

-Exacto.-sonrió a su vez Jonghyun-. ¿Te sientes mejor después de saber mi trágica historia de desamor?-rió, pero Sulli se puso seria.

-¿Puedes darme más detalles sobre la declaración?

~

-¿Cerrar la tienda? ¿¡Pero por qué!?

-¡Ya te he dicho que no lo sé!-gritó mi madre desquiciada, yo no estaba mejor, el único más tranquilo en ese momento era Nickhun, pero sabía que en el fondo estaba tan destrozado como nosotros.

-Pero no puede… ¡no lo tiene permitido!

-¡Ahí están todos los papeles! ¡Puede hacerlo y lo hará!-se sentó al lado de mi hermano al borde de las lágrimas, me pasé una mano por la cara y el cabello, aquella cafetería era de lo único que vivía mi familia, ¿cómo podiamos sobrevivir sin ella? ¿Por qué de repente?

-Es demasiado raro que sea tan repentino…-murmuré, nadie me contestó.

-Vamos a perder tanto dinero… es nuestra ruina.-susurró Nickhun, tragué saliva, realmente, nos costó mucho abrirla, demasiado para perderlo de un día para otro.

Mi madre volvió a discutir con el dueño del local pero al parecer no había nada que hacer, denunciar era estúpido, alguien muy grande le apoyaba y no podiamos hacer nada más que desalojarlo todo en solo un día.

Estando tan nervioso decidí dar un paseo con Minho para calmarme, pero no me servía de nada, era imposible sacarme el asunto de la cabeza.

-Yo podría ayudarte.-murmuró en un momento dado, lo miré dolido.

-¿Cómo?

-Podría darte el dinero necesario para comprar otro local y así seguir con vuestro negocio.-explicó.

-¿Eres idiota? ¿Acaso las gambas han podrido tu cerebro?-solté, el asunto me tenía lo suficiente nervioso para estar de mal humor, lo miré de arriba abajo y seguí mi camino sin esperarle, pronto lo noté a mi lado.

-Eso es una suma de dinero que no notaría y a ti te ayudaría muchísimo.

Solté una carcajada y le encaré.

-¿Acaso crees que quiero que mi novio pagué los problemas de mi familia?-espeté con desprecio, odiaba cuando sacaba a relucir todo el dinero que tenía.

-Pero Taemin… no es solo por ti… es por tu familia…

-¿Crees que no tengo orgullo?-alcé la voz- Fingiré que no he oído nada, Minho.

Suspiró, le di la espalda.

-¿Y si me lo devolvieras? Sería solo prestarte el dinero temporalmente y no nos deberíamos nada el uno al otro. Piénsalo por tu madre.

Apreté los labios tanto como pude, ¿era necesario mencionar a mi madre? Me dolía como había tomado la noticia porque sabía que había sufrido mucho. Pero tampoco quería depender de Minho. Quería demostrarle que no era necesario que fuese rico para afrontar los problemas.

-Haremos un contrato.-añadió- Para que así quede constancia de que el dinero me lo tendrás que devolver y no es ningún favor.

Casi solté un grito de frustación.


Como esperé, a mi madre no le gustó la idea de que mi novio nos diese el dinero, pero como prometió Minho hicimos el contrato para que fuese algo más serio, cuando el dinero ingresó a nuestra cuenta me sentí terriblemente sucio.

Como que la cantidad que nos dio, o mejor dicho, permitimos que nos diera no alcanzaba para alquilar un local de la zona mi madre tuvo que tomar una terrible decisión.

-Nickhun y yo nos vamos.-me dijo sentados en la mesa de nuestro pequeño salón- Hemos investigado y hay un pequeño pueblo pesquero con una buena oferta, pero está muy lejos de aquí, tendremos que viajar dos días en tren y… será difícil estar comunicados.

-¿Cómo?

-Tú no vendrás, Taemin-tomó mi mano-. Quiero que sigas estudiando en esa escuela. Eres nuestra única esperanza. Quiero que te quedes en casa de Sulli.

Tragué saliva. A menudo, desde que era niño, vivía temporalmente en casa de Sulli cuando afrontabamos problemas. Los padres de Sulli no tenían demasiado dinero pero siempre me acogían de buen grado. Esperaba no tener que recurrir de nuevo a aquello.

Lo peor vino el día de la despedida. Estábamos en la estación con varios abrigos encima por culpa del frío. Me dolió mucho separarme de mi madre y mi Hyung sin saber cuando los volvería ver. Pero lo peor fue ver la despedida de Wooyoung y Nickhun. Me sentí mal conmigo mismo por quedarme allí y hacer a mi hermano mudarse. Wooyoung y yo quedamos ahí quietos hasta que el tren desapareció de nuestra vista. Wooyoung sin apartar su mano de mi hombro en señal de apoyo.

~

Sulli había dejado aquella noche a Taemin solo en su casa para ir a visitar a Heechul. Quería disculparse por gritarle como una histérica que no tenía buen gusto y hablarle sobre lo que le dijo Jonghyun. De nuevo, estuvo parada ante aquella puerta, respirando fuerte antes de tocar, alzó una mano, su dedo rozando el timbre…

Y la puerta se abrió mostrando una bella muchacha no mucho mayor que ella. Vestía un uniforme que no era de la SM pero que mostraba ser de un colegio caro. La chica pareció sorprendida de verla ahí parada por la forma en que abrió los ojos, Sulli tragó saliva…

-¿Está Hee…?

-Sohee, te dejas el reloj.-apareció Heechul, primero sorprendido de ver a Sulli, luego asustado, aún sentía el golpe de aquel libro en la frente.

-Ah… tan despistada.-dijo con suavidad la otra chica, tomó el reloj de pulsera, se lo puso, hizo una reverencia a Heechul y sonrió timidamente a Sulli antes de irse.

-Hola.-musitó Sulli cuando la chica desapareció, miraba el suelo, el nombre de Sohee le sonaba, no sabía de qué.

-Hola.-contestó Heechul en el mismo tono, ambos quedaron en silencio mirando en diferentes direcciones.

-Quiero hablar contigo.-dijo finalmente Sulli, Heechul compuso una sonrisa torcida.

-Yo ahora quería salir a gritar, y no sé, romper algo. ¿Te importa si damos un paseo en lugar de quedarnos en mi casa?

Sulli asintió.


Se había disculpado y después de aquello de nuevo quedaron callados, mirando el suelo, manos en los bolsillos, dejando que el vaho saliera de sus bocas.

-Sohee-rompió el silencio Sulli- te gustaba, ¿verdad?

-¿Cómo lo sabes?-Heechul parecía asustado, comenzaba a pensar que aquella chica era adivina.

-Me lo dijo Key.

-Mira por donde, mi primito tiene la boca tan suelta como la mía.-gruñó.

-Pero… por como la mirabas… parecía que aún te gusta.

Heechul la miró y soltó una carcajada mirando de nuevo enfrente, vaya si la chica era adivina.

-¿Tan obvio soy?-se preguntó en voz alta, sonrió cerrando los ojos.- En realidad sí… me ha gustado desde que tengo… ¿seis años? Vaya, parece que fue ayer cuando me dio de comer su tarta de arena…

-¿Y no sois novios?-se atrevió a preguntar mirándolo de reojo, Heechul parpadeó.

-No… desde hace dos años sale con mi hermano mayor… Seulong.

-¿Tanto?-Sulli se escandalizó- Si parecía de mi edad.

Heechul rió como respuesta. Sulli se sorprendió de ver el camino que tomaban pero no dijo nada sobre aquello.

-¿Tu hermano sabía que te gustaba?

-Mmm… supongo que lo sospecha… Sohee siempre lo ha sabido, aunque nunca se lo dijera. Cuando comenzaron a salir me sentí fatal-le confió- pero con los años… pues uno se acostumbra.

-Ser rechazado sin haberse declarado.-susurró Sulli, Heechul no la escuchó.

Paró.

-Heechul… vayamos a un sitio.


Llevaban más de tres horas esperando en el mismo sitio y Heechul se dormía sobre el hombro de Sulli, ella, sin embargo, estaba más despierta que nunca.

-¿Cuándo nos podremos ir?-se quejó Heechul, Sulli se llevó un dedo a los labios.

-Aquí es donde Key citó a Jonghyun, y dentro de…-miró su reloj- cuarenta minutos será la hora exacta en que debía estar.

-¿Y qué?-protestó Jonghyun.

-Pues que según Jonghun insistió mucho en la hora. Hay algo en todo esto que no encaja.

-Quizá contrató un payaso con globos de corazones, ¡o no sé! ¡Pero está a punto de amanecer!

Sin embargo, por insistencia de Sulli, continuaron ahí quietos, hasta que el reloj marcó la hora exacta.

-Levanta, Heechul.-apresuró Sulli, ciertamente, estaba amaneciendo.- Jonghyun dijo que había que mirar… en esa dirección.

El moreno se levantó con los parpados medio cerrados, miró donde indicaba Sulli y los rayos de sol hirieron sus ojos, pero cuando se acostumbró, abrió la boca.

-Jonghyun es un idiota.-declaró.

-Jonghyun es el mayor idiota del mundo.-coincidió Sulli.

~

Abrí los ojos y no estaba Sulli en la habitación. A todo el mundo parecía escandalizarse que un chico y una chica como nosotros compartieramos habitación, pero estabamos tan acostumbrados que no se nos hacía raro.

Miré el reloj y suspiré, había tenido un sueño muy raro y pertubador con Minho. Enrojecí mientras le escribía un mensaje preguntando que hacía. Idiota, me dije, probablemente dormirá y no contestará, pero para mi sorpresa contestó en seguida.

“No puedo dormir.”

El corazón me comenzó a latir rápido y le envié otro preguntando si podíamos vernos de nuevo. Las escenas de mi sueño no me abandonaban.

“Claro.”

Con una sonrisa, me vestí y salí fuera esperando a que llegara con su coche, las farolas estaban encendidas y solo se escuchaba el ladrido de un perro en las calles. Esperaba que los padres de Sulli no se asustaran de no vernos a ninguno de los dos en la cama. A la media hora llegó y me monté en su coche rápido.

-Que raro…-comenzó, luego juntamos nuestros labios en un breve beso-… que quieras vernos a estas horas.

-Yo tampoco podía dormir.

-¿A dónde quieres ir?

-¿Aún hay calefacción en tu casa?-pregunté tratando de calentar mis manos con mi aliento, me miró alzando una ceja.

-Claro.-repuso, y allí nos llevó, traté de no hablar más de lo necesario, estaba avergonzado por lo que iba a pedirle.

Llegamos y entre rejas, portones y jardines pasamos para llegar al interior.

-¿Cómo te va en casa de Sulli?-preguntó.

-Bien.-contesté cortante, no olvidaba la discusión que habían mantenido Onew, Key, Luna y él mismo para que me quedase en casa de alguno de ellos.

-Pues aquí estamos… la calefacción está puesta… el servicio duerme… ¿qué quieres hacer?

Apretando mis puños hasta dejar blancos mis nudillos me puse de puntillas para llegar a sus labios y los besé.

-Quiero estar contigo.-dije sobre sus labios, totalmente avergonzado pero sin desviar mi mirada de sus ojos, parpadeó sorprendido.

-Estás conmigo-susurró, entrecerré mis ojos, ¿acaso quería que fuese más explícito?

-Quiero estar… más…-tartamudée por no saber hacerme entender, pero no hizo falta, cogió mi cara con ambas manos y me plantó otro beso, demandante, que me dejó sin aliento. Tuve que apoyarme en él por el mareo que me dio, me estaba quedando sin oxigeno, pero no quería separarme de Minho. Nos separamos e inevitablemente mi pecho subía y bajaba a gran velocidad tratando de captar el aire mientras mi corazón bombeaba con fuerza, entre pasillos y corredores pudimos llegar a su cuarto. Me puse muy nervioso cuando cerró la puerta pero tener de nuevo sus labios sobre los míos bastó para que me calmase, aunque no podía decir lo mismo de mi corazón, que latía más rápido que nunca. Poco a poco fuimos quedando cerca de la cama y caímos ambos sobre ella, yo debajo sintiendo el peso de Minho, me miró a la cara.

-¿De verdad… quieres que ocurra?

Asentí nervioso y se me ocurrió preguntarle lo mismo.

-¿Y tú?

Soltó una carcajada.

-Hace mucho tiempo.-confesó, y volvió a pegar sus labios con los mios, su lengua acariciaba la mía con fuerza, moviendose por toda mi cavidad, una de sus manos se escabulló por debajo de mis ropas, solté un jadeo por la sorpresa y sentí sus dedos fríos tocar la piel de mi estómago, se separó con ojos brillantes y me empujó hacía tras para quedar de forma que mi espalda estaba apoyada al cabecero de la cama y él estaba sentado de rodillas sobre mí, llevó su boca a mi cuello y suspiré, sin hacer nada para evitar que quitase cada prenda de ropa mientras repartía pequeños besitos por mi cuello, yo lo sujetaba de los hombros, cuando quedé finalmente sin nada arriba colocó ambas palmas de sus manos sobre mi abdomen, acariciándolo.

Le bajé la cremallera de su chaqueta imitándolo y sonrió, ayudándome a desvestirlo, ambos quedamos con los pechos desnudos y disfruter de la sensación de sentir su piel sobre la mía, cálida, volvimos a besarnos desenfrenadamente, mis manos sobre su espalda acariciando sus musculos, las suyas en mis muslos. Prontó note que dejaba una de ellas sobre la cremallera de mi pantalón, deshaciendo el boton, y con suavidad me fue tumbando, pasando sus labios por mi abdomen, repartiendo besos y succionando en ocasiones, me sorprendí del sonido que provocaban mis labios por sus acciones. Gemí bajito cuando su lengua se paseó por mis pezones, sin saber dónde mirar, si abajo, si al techo, ni donde colocar mis manos. Al final opté por poner una sobre mi boca para que no fuesen tan evidentes aquellos sonidos pero la mano de Minho capturó mi muñeca impidiendolo, alzó la cabeza para mirarme a los ojos con una advertencia.

Me removí incómodo cuando bajó mi cremallera y dejó mis pantalones a la altura de mis rodillas, me sujeté sobre mis antebrazos para saber qué pensaba hacer, me avergonzaba que me viese de ese modo.

Mi vergüenza creció cuando bajó mis bóxer quedando a la vista mi miembro. Lo agarró de una mano y fruncí mis labios bajando la cabeza, comenzó a moverla de arriba abajo y yo producía sondios roncos sin ser incapaz de levantar la cabeza, lo hice una vez noté algo humedo rodear mi hombría y me llevé una sorpresa al ver que estaba en el interior de la boca de Minho. Cada lamida me hacía desfallecer por lo que no pude continuar soportando mi peso y me dejé caer en el colchón, apretando las sabanas cada vez que succionaba, su mano derecha acariciaba mi pierna, con los cerrados jadeaba con fuerza hasta que noté un hormigueo en mi estómago, tenía las sabanas capturadas en mis puños, mi espalda se arqueó y me corrí, no sé separó.

Abrí mis ojos cuando noté que quitaba del todo mis pantalones y mi ropa interior e hizo lo mismo con lo suyo propio, tomando aire con fuerza fui incapaz de apartar la vista mientras lo hacia, queriendo grabar en mi memoria cada parte de la anatomía de su cuerpo.

Él lo notó y volvió a besarme con fuerza, pero con una dulzura extraña en el momento, pasé mis manos por sus brazos y luego por su abdomen mientras su pierna acariciaba la mía.

-Esto te va a doler.-avisó tan cerca que su nariz rozaba la mía, asentí, lo sabía.

Quedó encima de mí entre mis piernas sin abandonar mis labios, acarició mi pene trazando un camino hasta que llegó al lugar indicado y metió un dedo. Grité una exlamación dando un pequeño salto, dolía, incómodaba mucho, golpeé la cama con mis puños, la lengua de Minho recorría mi oído, susurró un “Lo siento” y prosiguió por mí clavícula. Mordí mis labios con fuerza cuando metió un segundo, me costaba tomar el aire y movía las piernas frenéticamente, me costaba acostumbrarme y tragaba saliva constantemente. Cuando el dolor era soportable quitó sus dedos y volvióa besarme apasionadamente, hiriendo mis labios.

Me sujetó de las caderas y posicionó su pene en mi entrada, me miró a los ojos directo, buscando mi aprobación, yo no perdía detalle de lo que hacía.

Metió la punta y eso fue suficiente para que ocultase mi rostro en el hueco de su cuello, mordí su piel notando como separaba mis carnes lentamente, cuando estuvo entero nos abrazamos con fuerza, yo tratando de calmar mi respiración agitada.

-Minho.-llamé bajito- Ya está.

Besó mi oído.

-Te quiero.-respondió.

Poco a poco fue saliendo de mi cavidad para volver a entrar. Enterré mis uñas cerrando fuerte mis ojos. Lo repitió progresivamente mientras notaba como el sudor pegaba mi cabello a mi frente, cuando me vi capaz, levanté la vista para ver a Minho con los ojos cerrados y la boca entreabierta. No supe en que momento comencé a disfrutar de aquello pero de repente la habitación quedó inundada de mis gemidos y los de Minho, ambos moviendonos coordinados, mi nombre saliendo de su boca en suspiros, el suyo de la mía en gemidos, besándonos, mirándonos a los ojos, su mano pasando por mi miembro de nuevo rudamente. Cuando me veía a punto de llegar se lo hice saber y él asintió, agarrando fuerte mi mano para entrelazar los dedos, tras varias estocadas en un punto de mi anatomía desconocido hasta aquel momento me vine en su estómago, acabó con una profunda antes de venirse en mí, llegando al orgasmo.

Quedamos Ambos respirando alteradamente, salió de mí y me miró a la cara, sonriendo, y besó mi mejilla.

-Minho.-llamé, y se tumbó a mi lado, rodeandome con sus brazos.

-Te quiero.-repitió besando mi cabeza.

Quise contestar pero quizás por el sopor o el cansancio no lo hice.

-Mmm…

Apoyé mi cabeza sobre su pecho y cerré los ojos notando sus caricias en mi espalda.

“Te quiero”-pensé, pero en lugar de decirlo quedé dormido entre sus brazos.