PRÓLOGO

Ohhh ya-chan!! me muero, es como si una idol me saludara... pero si lo eres! *se derrite* wee jugue con la mente de ya-chan!! ohh! juajuajua es la compensacion por lo que nos haces sufrir.

Cuando volteaste me viste? nee.. estaba escondida. Jajaja me imagino a tu mama xDDD yo no tener la culpa lalala~ Y nose a veces siento que se me escapa algo del fic que no dije en mi otro post. Y tengo la necesidad de postear (a lo mejor un dia de apiades de nuestras suplicas). Ya-chan Saranghae!! :3 eres una idol!

y concuerdo con Dayan,estamos desesperadas! como leonas en la espera de la presa. la pregunta es... Ya-chan es la presa o lo es el cap? pero momento... Hey you Dayan!! tu tambien nos debes algo no ¬.¬ no te nos escaparas.

Bueno me largo o me demandaran por acoso, spoiler, explotacion??

8th Nightmare: Reality.

A Minho no le importó que Taemin golpeara fuertemente sus hombros con sus puños, ni que se quejara molesto entre sus labios, sólo se concentró en presionar más ese rostro contra el de él para poder seguir sintiendo la suave boca rosada que, apretada, se aferraba a seguir cerrada pero que, con mayor esfuerzo del alto, terminó abriéndose para darle oportunidad a su lengua de deslizarse desesperadamente en la cavidad.

Paseó su húmedo músculo en la boca del menor; pudo percibir de inmediato el sabor pesado del alcohol, los inmaculados dientes y por fin la tibia sinhueso que parecía bailar en plena huida de la suya. No vaciló y fue tras ella, restregándose de forma acuosa, forzándole a sentirle…

Caminó con torpeza obligando que el maknae topara bruscamente su espalda contra la pared. El aire comenzaba a ser escaso e insuficiente para los pulmones exigentes que les obligaban a subir y bajar el pecho con mayor velocidad; por los nervios, por el impulso y por la fuerza que empleaban, uno para fugarse y el otro para continuar.

Cuando el menor sintió al alcance el borde inferior del alto, no dudó un segundo en morderlo con ímpetu hasta que probó un curioso sabor metálico y en respuesta, el alto se apartó con un gruñido y se tocó el labio con una de sus manos como si un animal ponzoñoso le hubiese picado.

Minho: mierda… - quitó algo de la sangre que había brotado, sin apartar su vista del chico -

Aun le ardía la boca, la sentía ligeramente hinchada por el forcejeo y el ver el mismo estado en los labios de Taemin le cegaba la razón y potenciaba sus sentidos. Sin extrañas presencias detrás los había probado como en verdad eran, le parecían más que adictivos y como su nueva droga, exigía más.

Sin importarle una sobredosis, tomó el rostro más que azorado de Taemin y volvió a besarle pero esta vez se aseguró de que fuera un roce apresurado para calmar su ansiedad por su recién descubierta adicción.

El menor le golpeó los costados del cuerpo para que lo liberara pero únicamente consiguió ser empujado con potencia contra la pared a modo de advertencia. Le gustaba, no lo negaría… mejor dicho le encantaba, pero no iba a dejarle tener el control tan fácilmente, eso jamás.

Ahora fue él quien se abalanzó sobre la boca del moreno que con precaución quería apartarse para evitar otra mordida. Capturó por fin esos gruesos labios y no tardó en colar su lengua dentro de la cálida abertura.

Sus lenguas se enredaron furiosas en una batalla placentera donde el ganador sería quien frotara mas, quien aguantara más tiempo conteniendo el aliento y el que, sin importar lo delicioso que resultara, evitara gemir. Era una cuestión de orgullo, de ser hombres.

Y ambos estaban perdiendo el duelo, los besos chasqueantes y golosos provocaron que la sangre se fuera directo a sus bultos, quedando dolorosamente comprimidos en sus pantalones.

El pelinegro dejó escapar un gemido por lo que sentía entre las piernas. No era la primera vez que tenía una erección pero hacía tantos años que no sentía ningún tipo de deseo sexual, que ya se había hecho a la idea de que carecía de libido. Hasta ese momento.

Taemin sonrió complacido y aprovechó para morder el largo cuello; lo lamía en ocasiones, escuchaba como suspiraba, sentía como las fuertes manos se aferraban en su cintura y ese cuerpo bien formado se pegaba completamente a él. Le parecía tan grande, tan varonil pero ante su boca experta estaba cediendo de a poco y mas ladeaba el rostro como buscando que se esparciera tan gustosa sensación… y claro que se la daría.

Deslizó la lengua hasta el oído del mayor y la coló en la cavidad como una inocente travesura pero de forma tan atrevida y sensual que éste sintió escalofríos en todo el cuerpo y exhaló un gemido ronco por la excitación que eso le provocaba. Era la oportunidad perfecta para dominarlo, de tenerlo bajo su cuerpo y oír su grave voz suplicándole, así que no lo pensó más y con tosquedad abrió la camisa negra del alto, reventando todos los botones.

Ante su vista quedó expuesto el torso desnudo… los pectorales firmes, el abdomen cuadriculado y los morenos pezones. Era un sueño, ese hombre y todo en él, lo eran.

Fue tanto su éxtasis al verlo, que no se percató cuando dejó escapar de sus labios un ligero quejido y sólo atinó a empujar al chico hasta su cama. Rápidamente se puso sobre él y acarició el bien trabajado tronco con manos tardas mientras besaba su cuello con pasión. Lo tenía.

Un gruñido bastante ronco interrumpió la labor del menor quien intentaba bajar un poco más su mano y después, el fuerte empujón que lo hizo girar hasta quedar bajo ese cuerpo le indicó una sola cosa: no lo tenía para nada.

Si bien era la primera vez del más alto y actuaba puramente por instinto al no tener ni idea de lo que estaba haciendo, algo en estar bajo el rubio no le agradó del todo. Se sintió exasperado, fuera de lugar e incómodo y aunque lo disfrutó por un momento, su cuerpo le exigía más. La deliciosa sensación de estar entre las piernas de Taemin era lo que necesitaba. Por fin pudo sentir su miembro endurecido con el suyo y tuvo que frotar tal necesidad con vigor al percibir una oleada placentera.

El peli amarillo apretó los ojos y comenzó a quejarse bajito por cómo se movía el otro. El contacto era tan brusco pero tan delicioso que se agradeció así mismo el haber elegido un pantalón tan apretado para esa noche en especial.

Minho no tardó un segundo más y arrancó literalmente las prendas superiores del chico sin detenerse un momento en su labor de empujar la pelvis contra el joven. El ceño estaba fruncido y su respiración se agitaba conforme iba aumentando de tamaño cierta parte de él y aun con toda la excitación nublándole los sentidos, acarició el fino pecho de porcelana con sumo cuidado, para grabarse los relieves y la sensación aterciopelada del par de montoncitos que se endurecían entre sus dedos.

Los jadeos del blondo se hicieron más continuos y sonoros; aquel tacto le estaba volviendo loco, su propio miembro estaba latiendo desesperado por salir y sus mejillas ya no podían contener más el sonrojo que se estaba apoderando de ellas. Comenzaba a desear más, un contacto más íntimo, simplemente palpar y la ropa estorbaba como nunca. El moreno le estaba haciendo sentir necesitado, como un vil gato en celo.

Con agilidad, y algo de curiosidad, el pelinegro se atrevió a bajar su mano entre ambos para tentar esa protuberancia que sobresalía del pantalón del chico quien de inmediato emitió un largo gemido. Minho sonrió de medio lado por la reacción y decidió masajearlo de forma descarada, percibiendo la dureza y la presión que hacia su pene contra la tela.

El maknae se revolvió en la cama a la par en que su pecho subía y bajaba rápidamente. Ya no podía soportar más la deliciosa tortura del que era preso, sus manos rosaban la amplia espalda del moreno; percibía sus músculos, la suave piel y con cada apretón en su bulto, encajaba las uñas un poco en la epidermis.

El mayor ignoraba el pequeño dolor en sus omoplatos pero uno más fuerte le atacó justo en medio de las piernas e inevitablemente gruñó por ello. Estaba urgido, igual o incluso más que un adolescente puberto.

Dirigió su mano derecha hasta el cierre del pantalón del menor mientras la izquierda seguía estrujando y ante eso, el otro inmediatamente se animó a hacer lo mismo con el de Minho. Ambos se besaron profundamente mientras quitaban las prendas que faltaban y cuando por fin sintieron la piel libre, el rubio echó una mirada en la erecta e imponente hombría de su hyun; grande, gruesa y enrojecida de puro deseo contenido.

Entreabrió la boca y exhaló una bocanada de aire sin quitarle la vista a lo que tenía enfrente. La imagen le robaba el aliento y no pudo evitar acariciar la longitud, sintiéndola hirviente y terriblemente endurecida.

Minho emitió un grave gemido y fijó su vista en lo que hacia el maknae. La blanca y pequeña mano aprisionaba de arriba abajo su pene, frotándolo y corriendo el forro hacia abajo. Apretó los ojos con fuerza y dejó salir uno que otro quejido mientras lo masturbaba más rápido.

Era lo más delicioso que había sentido, lo podía jurar, sin embargo sabía que entre los glúteos del pequeño se encontraba algo mucho más apresante y tibio que su mano. Algo que le apuraba por acceder.

El pelinegro tomó sin reparo el pene bien despierto de Taemin y lo masturbó sin compasión alguna, sin hacer pausas ni preludios. Ese fue el punto de quiebre del segundo, quien de inmediato gimió desaforado y abrió las piernas de forma descarada ante su mayor. La pequeña batalla que sostenían se le había ido entre las manos pero eso le pareció tan minúsculo ante el placer que estaba sintiendo, que le terminó importando una mierda. Lo necesitaba adentro pero ya.

Sujetó su propio miembro con rapidez al ver la disposición del chico y perfiló la punta en su entrada, empujando lentamente e introduciéndose en ese estrecho pasaje poco a poco, pero la sensación tan ardiente que empezó a rodearle no sólo le obligó gemir a ojos cerrados sino también a dar una estocada tan firme que logró enterrarse por completo en el interior del joven. Sin prepararlo, solamente guiándose por su ardor y la forma en que su cuerpo reaccionaba ante ello.

Taemin gritó de dolor, pero el que su hyun no dejara las atenciones en su longitud le hacía delirar, era una combinación perfecta entre sufrimiento y placer. La forma en cómo lo llenaba era puramente salvaje y el ver su rostro que reflejaba tanto goce le excitaban mas y le hacían olvidar de forma gradual la poderosa punzada en su espalda baja.

Cuando el menor presionó su miembro con los músculos de su entrada empezó a moverse dentro de él, adentro y afuera muy suavemente por un rato, hasta que la fricción se tornó más exquisita y no resistió la tentación de bombearle con mayor intensidad. Hundió su rostro en el cuello del chico y tomó su cadera con la zurda mientras se quejaba con voz grave por la forma en la que su ex virgen pene se rozaba con insistencia contra la apretada cavidad. El maknae enredó la delgada cintura con sus piernas y percibió como el mayor golpeteaba un punto especial en su interior por lo que jadeó y su miembro se desbordó en líquido pre seminal que cubrió con premura la diestra que le frotaba.

Ambos cuerpos se movían frenéticos a un ritmo inaguantable; el sonido del contacto persistente de la pelvis contra el trasero de Taemin, los gemidos constantes y que se hacían más audibles por parte de los dos y el furor chasqueante de sus miembros ya húmedos les estaban volviendo locos.

El moreno tenía la boca ligeramente abierta, el ceño fruncido y el cuerpo perlado en diminutas gotas de sudor que se deslizaban hacia abajo por efecto de la gravedad y se perdían en algún punto de su vientre. También procuraba mantener los ojos abiertos para ver el gesto del otro; sus ojos apretados, los mechones del fleco pegados a su frente por la transpiración, las mejillas encendidas como brazas y los rosados labios que dejaban salir mil suspiros y quejidos. Era demasiado ver ese rostro mientras se lo hacía, sólo provocaba que su pene se inflamara aun más.

Minho: Ta… Taemin – estaba a nada de venirse, podía sentirlo y con dificultad trataba de avisarle al oído porque, por su inexperiencia, no sabía si salir de él o no –

Taemin: M-Min-ho…– aferró sus manos en los glúteos del alto para evitar que saliera y movió las caderas con necesidad cuando empezó a sumirse en el éxtasis -

El alto no resistió el meneo y de inmediato percibió una corriente placentera que se espesó en su vientre y bajó por su miembro, el cual tuvo que clavar fuertemente en lo más profundo del pequeño para descargar todo su orgasmo, justo al mismo tiempo en el que el otro arqueaba la espalda y eyaculaba en su mano, culminando los dos con una sonora nota de placer entre grave y aguda.

Minho cayó rendido sobre el cuerpo de Taemin. Respiraban agitados, pero no les era suficiente el aire que jalaban por la boca con descontrol, incluso trataron de emitir palabra pero les era imposible por los espasmos luego de correrse tan fogosamente, así que sólo se besaron de forma esporádica mientras el alto salía de la angosta brecha y al instante después, sin planearlo, los dos se rindieron juntos al sueño.
....

La cama la sintió deliciosa bajo su cuerpo desnudo que estaba de bruces, las sábanas irradiaban ya la tibieza de haber sido calentadas por el sol y se removió gustoso para seguir disfrutando de la exquisita calidez.

El sueño le había abandonado desde hacía mucho, pero las constantes imágenes de la noche anterior le golpeaban los párpados. La terrible resaca, el ardor en su espalda por los rasguños, el dolor en su labio inferior por una mordida furiosa y el sentir su propia desnudez, le sirvieron como evidencia para comprobar que todo había sido real. Sin abrir los ojos, sonrió ampliamente. Había sido su primera vez, la primera con un hombre, la primera con Taemin.

Volteó a un costado y no lo encontró. Estaba solo sobre aquella cama y lamentó su ausencia puesto que ahora todo lucia diferente; el cielo se veía de un celeste purísimo sin ninguna regordeta nube interponiéndose, el frío no calaba gracias a los amables rayos del sol y el aroma a café lo percibía aun más penetrante y sabroso. Era un día perfecto, divino.

Se levantó de golpe completamente animado y con la fuerte mentalidad de ignorar los estragos que la resaca le hacía a sus sienes.

Tomó una ducha rápida y mientras se vestía con su habitual ropa para hacer ejercicio que consistía en un pantalón negro y chamarra blanca con franjas anaranjadas, un hecho empezó a rondarle por la cabeza. ¿Cómo debía actuar de ahora en adelante?... eran compañeros de trabajo y estaba más que claro que no podían tener una relación que no fuera profesional… el mismo Taemin no era muy cercano a los demás…

Se echó un vistazo en el espejo del baño mientras se ponía su gorra negra y decidió que debía observar primero la reacción del menor antes de hacer alguna tontería como besarlo delante de todos, y sin más bajó las escaleras con energía.

Jonghyun: por favor… ya no me dejes hacer lo de anoche… -sentado en la mesita del café y con los codos sobre ésta, reposaba su cabeza entre ambas manos –

Key: tú tienes la culpa por beber tanto – bastante atareado le sirvió un plato de Kimchi casi hirviendo –

Taemin: no aguantas nada Jjong - esbozó una ligera risa al ver a su compañero en tales condiciones –

Minho se asomó por fin y vio asombrado el buen humor del chico.

Onew: oh, buenos días Minho – le sonrió pero luego su rostro cambió casi espontáneamente a uno serio y tétrico – ¿tienes aspirinas?

El pelinegro rió divertido y tanto el castaño como el líder se cubrieron los oídos mientras se quejaban con los ojos cerrados. Key no pudo aguantar verlos así y también se unió a las risas del alto.

Sin poderlo evitar, buscó rápidamente a Taemin con la mirada y éste, como si lo sintiese, también le vio. Fue un instante breve donde clavaron sus ojos en los del otro, sintiendo ambos con el estómago la negrura de las pupilas y las sonrisas socarronas que se formaban ineludiblemente en sus labios.

Key: ¿no vas a desayunar?

La voz maternal le hizo apartar la mirada con rapidez.

Minho: no, iré a correr un rato – se acercó al mostrador y tomó un vaso de unicel – pero si acepto tu café – le guiñó mientras daba un par de pasos hacia atrás y luego se perdió tras la puerta principal –

Key: aigo… ¿vieron eso? – apuntó con su dedo índice completamente indignado –

Onew: ¡¿cómo puede estar tan feliz y con resaca?! – gritó irritado y luego sujetó su cabeza con clara expresión de dolor –

Jonghyun: ¡yah! - se quejó por el ruido y le dio unos buenos puñetazos en el brazo al líder como castigo –

El menor sonrió ampliamente y con total satisfacción ya que él era el único que podía responder a la pregunta del peli chocolate… era el único que sabía por qué tenía tanta vitalidad el alto y era el único que podía darse el lujo de callárselo mientras los demás se rompían la cabeza tratando de descifrarlo y eso… eso aunado a tener sexo con Minho, lo hacía sentir endemoniadamente bien.
....

Con cada paso que daba sobre el asfalto mientras corría en su parque favorito, le era imposible dejar de sonreír por lo ocurrido… ¿Quién lo habría imaginado? Estaban peleando y luego todo terminó de esa forma… pero ¿cómo comenzó? ¿Cuándo fue que el mocoso que le fastidiaba pasó a resultarle excitante? Realmente no podía responder tales preguntas, solo sabía que Taemin estaba reinando sus pensamientos y que esa sensación no le resultaba para nada desagradable y aunque, era un hombre como él, no iba a torturarse por su orientación sexual puesto que eso era cosa suya y lo que pensaran los demás ciertamente nunca le había importado, no le importaba ahora y no le importaría en un futuro, después de todo la gente ya creía que era un asesino. ¿Qué era otro calificativo más a la lista?

La hora de hacer abdominales llegó y luego de hacer su rutina al pie de la letra, recordó el quejido de Taemin al ver su abdomen.

Minho: tal vez debería… - no lo pensó ni un segundo y se lanzó como loco a realizar 5 repeticiones más, aunque sintiera los músculos a punto de explotar –

Totalmente exhausto regresó a la cafetería, maldiciéndose mentalmente por haberse torturado tanto durante el ejercicio. Se sentía tonto y hasta inseguro con su cuerpo como un adolescente a pesar de contar ya con 19 años.

Minho: *ya cálmate imbécil* - exhaló fuerte deseando que los nervios se fueran con el aire y abrió la puerta del café –

No había nadie. Rápidamente vio su reloj y casi se le salen los ojos al ver que ya pasaban de las 5.

Volvió a mentársela por hacer tantas horas de ejercicio con el pensamiento estúpido de que el atormentarse así, le proporcionaría músculos mas marcados al instante, pero enseguida cayó en cuenta de lo extraño que era el no encontrar a nadie puesto que, justo a esa hora, Key obligaba a todos a bajar a tomar el té.

Subió a su habitación y encontró al maknae disfrutando de lo que parecía ser, por su expresión, una muy buena siesta. Sonrió al ver como su pecho subía y bajaba tranquilamente como si fuese un niño.

Minho: *¿estás cansado pequeño?* – se acercó al borde de la cama y le besó la mejilla muy sutilmente, sólo un roce de sus labios contra el terciopelo rosado –

El chico se movió un poco y el otro fue a darse una ducha para relajar su cuerpo bajo el agua caliente.

El baño se había convertido en una verdadera sauna; el vapor cubrió el espacio con rapidez al punto en el que el tronco del pelinegro era lo único que sobresalía y las paredes sudaron por el extenuante calor. Pero así le gustaba, porque de esa forma podía percibir cada músculo adolorido destensarse conforme el agua cubría su cuerpo y si apoyaba ambas manos sobre el azulejo, agachaba la cabeza y dejaba que el chorro bañara su nuca, podía sentir el más delicioso hidromasaje.

Estaba tan ensimismado en la sensación de relajamiento que no se percató cuando la puerta se abrió y que la cortina de baño se corrió un poco, hasta que la punzada psicológica en la cerviz le hizo girar el rostro instintivamente.

El blondo estaba ahí apreciándolo de arriba abajo con total desfachatez y con una sonrisa de medio lado más que burlona y no era por lo que veía sino porque podía, quería y tenía el derecho de observarle.

Minho: ¿se te antoja algo? – bien pudo haber usado la palabra “ofrece” pero con el chico le nacía decir las cosas así, con coquetería –

Taemin: ¿Minho ah tiene algo que se me antoje? – usó el tono de voz más infantil que encontró y le adicionó un puchero –

Era hermoso, sus labios rosas parándose, sus pequeñas manos unidas mientras movía la cabeza hacia a un lado como niño malcriado y esa voz tan suave. Si, era hermoso, pero era lo más extraño, fingido y jodido que le había visto hacer a Lee Taemin.

Ese sujeto sabía cómo seducir y volver loca a la gente, así de simple. Estaba conociendo esa otra faceta aun más oscura de él y cuando pudo deshacer de su rostro la expresión de sorpresa y excitación que le había provocado aquel gesto, tomó la muñeca del chico y lo metió a la regadera sin importarle en lo más mínimo que estuviera vestido.
....

Key: ¡Jjong! ¡Me quedé dormido! – rápidamente se levantó de la cama que compartía con el castaño –

Jonghyun: es normal amor, anoche casi no dormimos – arrastró las palabras aun somnoliento y se removió en la cama boca abajo como lagartija para no dejar escapar el calor que el menor había dejado en su lado del colchón -

Key: ¡¿normal?! – tomó una almohada y lo golpeó como si hubiera dicho algo malo –

Jonghyun: ¡yaah! – se cubrió hasta la cabeza con el cobertor –

Key: ¡es muy tarde ya y no he hecho ni la cena! – mas que exasperado salió disparado del cuarto –

Era catastrófico. La umma no había tenido su té vespertino y ahora estaba más que ajetreado por hacer algo rápido de cenar pero no se le ocurría nada.

Key: ¿Onew? – Tocó la puerta y cuando la abrió notó que la habitación estaba a oscuras y que el chico vestía su pijama de KFC con toda la intención de dormir hasta el día siguiente – mierda… bueno al menos el pollo queda descartado –

Las ropas del maknae yacían mojadas bajo la regadera y ya tenía sus piernas enredadas alrededor de la cintura del mayor, quien lo aprisionaba contra la pared sin dejarlo respirar lo suficiente por los asfixiantes besos.

Key: ¿Taemin? – golpeteó la puerta del baño –

El pelinegro y el rubio abrieron grandes los ojos e incluso dejaron de respirar.

Minho: soy yo – en un ágil movimiento tapó la boca del otro con su mano - ¿Qué ocurre?

Key: ¿dónde está Taemin? – empezaba a preocuparse por su paradero -

Minho: fue a la tienda – dijo muy rápido y esbozó una sonrisa mientras veía fijamente los ojos del pequeño -

Key: oh bueno, eres afortunado… tu elegirás lo que quieras para cenar.

Minho: ¿ah, si? – Empezó a moverse dentro del joven, embistiéndolo muy lentamente. Algo en estar a nada de ser descubiertos le excitaba de sobremanera –

Taemin apretó los ojos y frunció el ceño por lo que estaba haciendo su hyun. Se lo estaba cogiendo mientras hablaba con Key y le estaba costando la vida aguantarse los quejidos que las estocadas le provocaban. El caballeroso y amable hyun podía ser todo un bastardo y ese descubrimiento también terminó excitándolo.

Key: claro que si, así que decide – se cruzó de brazos algo extrañado por la demora del alto –

Minho: ¿que debería elegir? – aumentó el ritmo un poco más, disfrutando como el chico se ponía rojo cual tomate –

Key: lo que sea… ¡anda apúrate que se hace tarde! – se estaba impacientando –

El menor movió las caderas como venganza sabiendo que ese era el punto débil del pelinegro y tal como lo pensó éste frunció el ceño y se mordió el labio inferior para evitar gemir.

Minho: kim… kimchi – tartamudeó al no ocurrírsele nada mejor por estar en semejante situación y producto de tal contoneo, por lo que casi asesina con la mirada al culpable –

Key: ¿eh? ¡Pero si eso desayunamos! – Le dijo casi gritando al borde de la histeria –

Minho: *¡mierda Key, has lo que quieras entonces!* - el juego empezaba a salirle mal al percibir que se correría en cualquier momento y que no podría callarse el orgasmo – ¡pollo! ¡Cocina pollo! – atinó a decir desesperado con la voz grave y ronca por lo que se vendría –

Key: ¡¿Qué?! ¡¿Es una broma?! – No escuchó respuesta y bufó molesto – ¡eish! ¡Es la última vez que me tomo la molestia de preguntarles! – Salió de la habitación hablando al aire sobre la juventud de hoy en día y su inexplicable adicción al pollo -

Cuando oyó la puerta cerrarse, el mayor liberó la boca del otro sólo para enterrar su miembro lo más profundo que pudo para correrse mientras el otro gemía por su propio éxtasis. Luego de recuperar el aliento, los dos se echaron a reír cual niños pequeños después de una muy divertida travesura.
....

Pasaron 5 días más en donde Minho y Taemin no dejaban de compartir miradas cómplices y pequeñas sonrisas cuando estaban los demás presentes e incluso cesaron los ataques salvo una que otra broma que para sorpresa de todos, no terminaban en un maknae encolerizado a punto de sacarle los ojos al alto, sino todo lo contrario, incluso se reía en ocasiones.

El que chacotearan muy de vez en cuando con mayor ligereza no lograba convencer a Key, quien ya empezaba a preocuparle el hecho de que si antes no hablaban mucho, ahora ambos no se dirigieran la palabra en absoluto pero no se atrevía a comentárselo a Onew por temor a que estuviera exagerando…

Las noches se hacían más largas y la silueta del maknae cabalgando sobre la cintura del alto era una imagen constante y casi permanente entre las 4 paredes que ocultaban su secreto. Aprovechaban cualquier oportunidad como el que los otros 3 salieran por un helado para darse una ducha juntos o simplemente tener sexo oral en algún rincón de la casa y eso había tatuado una gran sonrisa en Minho, la cual no pasó desapercibida por mucho tiempo.

Jonghyun: ya dime lo que te pasa – habló de pronto una noche, cuando bebía café junto con el pelinegro –

Minho: ¿pasar de qué? – Tragó saliva pesadamente y le dio un sorbo a la taza frente a él –

Jonghyun: ¿tienes un fuck-friend cierto? – esbozó una gran sonrisa y le dio una palmada en el hombro, completamente orgulloso –

El alto casi escupe la bebida por la sorpresa.

Minho: ¡¿un qué?! – Tosió un poco – ¡claro que no! – trató de sonar lo mas indignado posible pero al parecer no funcionaba con el otro –

Jongyun: como no… te vas todas las mañanas por horas dizque a hacer ejercicio y últimamente tienes esa cara de estúpido todo el tiempo – levantó la ceja de forma inquisidora, tratando de leer las expresiones del chico -

Si bien el castaño le había dado al clavo sobre su semblante, el que hiciera ejercicio era la pura verdad aunque apostaba lo que fuera a que ni le pasaba por la mente que lo hacía para que Taemin gimiera con sólo verlo.

Minho: aigo… en verdad salgo a ejercitarme, no todos somos como tu – se rio y le golpeó el hombro con el puño muy suavemente, tratando de bromear con él y que dejara en paz ese asunto –

Jonghyun: esa cara la conozco muy bien Choi Minho… tu estas teniendo sexo con alguna chica y créeme, si no sabes ni cuál es su color favorito, entonces si es una fuck-friend – se carcajeó recordando los fogosos encontronazos con una que otra joven de cascos ligeros en su pasado –

La voz del mayor se oyó cada vez más lejana y el alto se hundió en sus pensamientos. ¿Qué tipo de relación tenían el maknae y él?... después de hacer el amor, ambos se rendían al sueño o simplemente coqueteaban hasta que el ruido de sus hyuns a punto de descubrirles les hacia separarse… pero en realidad nunca compartían tiempo juntos, nunca hablaban de nada serio y el único momento romántico que habían tenido era cuando el rubio iba hasta su cama a dormir cuando tenía frio y con pesar debía reconocer que efectivamente… ¡no conocía ni su puto color favorito!

Fue ahí donde cayó en cuenta de la situación… había estado flotando en esa nube tan placentera que no se detuvo a pensar que Taemin y él sólo estaban teniendo sexo casual.

Minho: mierda… - exhaló muy bajo, sin querer, por el descubrimiento –

El castaño escuchó aquello pero decidió guardar silencio hasta que el menor se animara a hablar. Sabía bien que algo le pasaba y no lo echaría a perder con preguntas insistentes que lograrían hacerlo huir.

Minho: ¿Qué haces si te gusta mucho esa persona? – Preguntó sin pensar, solamente con el vacío en su estómago, la extraña sensación de estar en confianza y la mirada clavada en el ennegrecido líquido –
....

Taemin estaba cruzado de brazos en el cuarto de lavado de la planta baja y observando los movimientos circulares de la secadora. No quería ni tenía la intención de ponerse a pensar en nada de lo que estaba haciendo con él, con la única persona en todo el mundo que estaba más que prohibida y con la que no debía ni mirarle ni mucho menos acercársele… era más fácil ocupar su mente en otras cosas que enfrentarse a ese mar violento y cargado con un sólo secreto en su pecho, sencillamente porque tenía miedo de atreverse a nadar y ahogarse en él.

Key: ¡aigo! – Dio un ligero saltito por el susto – ¿Qué haces aquí? – entrecerró los ojos incrédulo a lo que veía –

Taemin: oh… yo… lavo mi ropa – dijo con claro nerviosismo –

Key: que extraño – dejó el cesto de ropa sucia que llevaba sobre la lavadora – tu nunca lavas tu ropa, siempre lo hago yo.

Taemin: si, lo sé. Decidí hacerme cargo de mis cosas – le dio la espalda con el pretexto de tomar el detergente para que no notara su rostro perturbado -

Key: ah…– observó la secadora y rodó los ojos mientras resoplaba – ¿y las sábanas de Minho también son tus cosas?

La sangre se le fue a los talones y sintió que le temblaron las rodillas. Ahora sí que no sabía que decir.
....

El pelinegro se dio una escapada del café con un pensamiento rondándole y, después de caminar por media ciudad entre el frio y la suave llovizna por fin alcanzó su meta: una florería. Tuvo “suerte” ya que estaba cerrando apenas y no había más tiendas abiertas de ese tipo.

Como el dueño estaba más que cansado, le vendió la única rosa que le quedaba en el lugar sin ningún tipo de envoltura.

Minho: no se preocupe, de todos modos lo quería lo más rápido posible – hizo una ligera reverencia y salió corriendo de nuevo a la cafetería –

Cuando abrió la puerta escondió la flor tras su espalda y una vez que se aseguró de que Jjong no estuviera cerca, se apuró a subir al segundo piso para buscar al pequeño.

Key: a mí no me haces tonto Taemin… ¿crees que no lo he notado? – Las dudas que tenia por fin estaban siendo aclaradas – ¿trataron de no hablarse para no hacerlo más evidente verdad? – puso ambas manos sobre la cintura sin dejarle de clavar la mirada en la espalda –

Taemin: no se de lo que hablas – su tono de voz se volvió serio esperando que eso le salvara –

Key: sabes lo que batallamos Jjong y yo para que Onew aceptara lo nuestro como algo formal y que no interferiría con el trabajo, así que más te vale que me digas de una buena vez que tipo de relación tienes con Minho – dijo rápido e iracundo –

Taemin: Key, no eres mi madre – espetó enojado y se giró para encararlo puesto que ese tono de voz sólo lo ponía a la defensiva – pero sí, nos estamos revolcando… pero ya me conoces así que no hagas drama por esto.

Y así era. La diva sabía muy bien que el menor tenía aventuras casuales pero nunca le juzgó simplemente porque era su vida, pero ahora era un caso diferente, se estaba metiendo con alguien del trabajo y no era cualquier persona sino Minho, el único hombre que se suponía debía evadirlo con terror y repudio. Sin embargo ese secreto que sabían todos, menos el pelinegro, empezaba a perder fuerza y ya lo habían tomado como una leyenda urbana, pero sabía bien que Taemin aun seguía creyendo firmemente en la veracidad de ese mito… entonces ¿Por qué lo hacía?... ¿quería herirlo? Eso simplemente era estúpido puesto que así se exponía más a que ese secreto se hiciera realidad…

Adicionalmente, consideraba al alto como su amigo. Lo percibía como un chico bien portado, de buen corazón, inocente y puro ya que, el captar esos detalles, era pan comido para su tremenda intuición y era esa misma la que le gritaba que el moreno no era de los que les gustaba la idea de ser “hombre desechable” para el maknae.
Key: ¿o sea que es otro de tus jueguitos? – Le atacó con la intención de obtener algo que tal vez no estaba divisando –

El llamar “juego” a lo que hacía con el alto le pareció doloroso. La umma lo estaba orillando a flotar en esas aguas profundas y con horror reparaba que se le estaba acabando la cuerda que lo ataba a la costa.

Taemin: deja de meterte en mis cosas ¿quieres? Voy a dejarlo cuando me aburra, y créeme que ya lo esta haciendo, así que no te preocupes que no habrá problemas con el trabajo – se apuró a recoger las sábanas de la secadora con la clara intención de huir de ahí. Cada palabra que decía le calaba y algo en su interior vociferaba a todo pulmón que mantuviera la boca cerrada sino tenia la mas mínima idea de lo que sentía pero aun así la maldita manía de defenderse le ganaba –

Key: ¿es en serio Taemin? – esos movimientos apurados del otro, su semblante apagado, las manos temblorosas y los ojos acuosos le respondieron… -

El rubio salió disparado de la lavandería con las facciones ocultas bajo los largos mechones y se dirigió lo más aprisa posible hasta su habitación.

Key: *¿cuándo será el día en que escuches a tu corazón?* - con pesar metió la ropa a la lavadora y después se dirigió al marco de la puerta siguiendo inconscientemente los mismos pasos del chico hasta que algo llamó su atención -

Una rosa tan roja como el vino tinto y ligeramente humedecida yacía solitaria en el suelo y de inmediato recordó que a Jonghyun no le gustaba regalar flores sino canciones…

Lo que sostenía no era más que un acto inocente y puro…

Alfin me robe el primer post! *-* *felicidad* baile de la victoria. YAA SERIEDAD!

Ya-chan! yeonghoneul bachilkkeyo~ (Juliette, I’ll give you my soul) wazap ya-chan yo-yoo! que onda! ya mejor de la resaca? o ya esta lleno el tanque de novo xDD ohh see nada como un cafe~ te falto el pay o.ó

"Raccoon Alice say":