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[2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Última edición por Carito_d el Sáb Oct 27, 2012 9:17 pm, editado 19 veces
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
haaa que bonito, me gusta la tenacidad
de taemin, que bueno que no lo dejo solo+
y si minho es un babbo por no dejarse
consolar, el llorar frente a alguien no te
hace mas debil, pero en fin que se puede
hacer con el gran y testarudo choi minho.
Ho! y la platica de minnie con su suegro,
me gusto, esperare por el proximo capi
saludines ^^
de taemin, que bueno que no lo dejo solo+
y si minho es un babbo por no dejarse
consolar, el llorar frente a alguien no te
hace mas debil, pero en fin que se puede
hacer con el gran y testarudo choi minho.
Ho! y la platica de minnie con su suegro,
me gusto, esperare por el proximo capi
saludines ^^
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Ya se nota que la relación de Minho y taemin está
progresando, lo cual es bueno...
Lo que le contó MinHo a TaeMin, me dio penita, pues
debió de haber sido un duro golpe para él...
Como siempre, muy lindo capítulo!!!!
Estaré esperando el siguiente!!!!
No tardes en actualizar porfissss
progresando, lo cual es bueno...
Lo que le contó MinHo a TaeMin, me dio penita, pues
debió de haber sido un duro golpe para él...
Como siempre, muy lindo capítulo!!!!
Estaré esperando el siguiente!!!!
No tardes en actualizar porfissss
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Nota de la autora: Hola! primero que todo disculpas por la ausencia pero en compensación traigo dos capitulos para ke lean, espero dejen sus comentarios, yo me alimento de ellos xD
Capítulo 18
Minho voltea la hoja de la croquera y suelta un suspiro aún sin creer lo aburrida que podía ser esa clase. Anota con rapidez un par de palabras que el profesor les sermoneaba, mientras Jonghyun imitaba su sonido solo que tras el sueño que lo tenía profundamente atrapado.
Llevaba más de quince minutos dormido sobre su cuaderno y ya estaba mojando la hoja hace bastante rato con su saliva. Era algo deprimente, pero a Minho le causaba bastante gracia.
- ¿Es posible que alguien pueda dormir tanto como Jonghyun?
Onew se sienta a su lado rápidamente, llegando atrasado y con un café en la mano, lo que le dejaba claro que se había quedado dormido una vez más.
- Parece que tú también puedes hacerlo- se burla.
- No es mi culpa que se esté llenando de autos Corea- bufa, sacando una croquera para ponerse a escribir.
- Debiste salir antes.
- Si lo hice, solo que Taemin me pidió que lo llevara y me atrasé.
Cuando Minho escucha su nombre a la mitad de robarle un sorbo de café a su amigo, siente como el líquido quema su garganta casi obligándolo a escupir.
Taemin de mierda.
- No pensé que mi acto de buen hermano causaría tanta impresión- se burla dándole suaves golpecitos en la espalda.
- Y yo creí que odiaba que lo fueras a dejar.
- Yo también- asume sin sospechar porque Minho sabía eso-. Pero ahora está distinto… está como cambiado.
- ¿Cambiado?
Un fuerte salto de Jonghyun asusta a ambos chicos, despavilándolos de su tema de conversación y enfocándose en él. Y ven al muchacho tan desorientado y con los labios brillosos tras la silava derramada, que lo único que causa en ellos, es una risa que apenas pueden disimular.
- Estaba soñando- les susurra, rascándose los ojos-. Y era un sueño tan lindo, pero tu celular de mierda me despertó.
- ¿Mi celular?
Atrae hacia sí la mochila en la que su mejor amigo dormía plácidamente y saca el teléfono que ya se encontraba encendido tras la vibración.
Tenía un mensaje de texto y sabía perfectamente de quién.
Sonríe antes siquiera de leerlo.
Te echo de menos. Extraño tus cariñitos ricos :(
- ¿Quién es?- le interroga Jonghyun.
- Alguien que consigue que sonría como imbécil- le responde Onew intentando levantar un poco la cabeza al igual que Jonghyun que también quería husmear.
Pero Minho era más rápido y escondió el celular dentro del bolsillo de su pantalón.
- Era Sulli.
- Sí, claro- le responden al unisono.
- Taemin anda igual que tú- le dice Onew de pronto.
Minho se remueve en la silla incómodo por volver al tema del menor, mientras que Jonghyun se acomodaba mejor para oír como solían hacer las viejas.
- ¿Igual que Minho?
- Sí, igual de sospechoso.
- Silencio allá atrás o sino se retiran los tres por su cuenta.
Jonghyun hace el intento de levantarse para irse realmente, pero Minho logra jalarlo del asiento para que volviese a sentarse, pero sin la intención de dormir.
- Era un tema interesante- susurra el moreno a Onew.
- ¿Mi relación con Sulli?- ironiza.
- ¡Les hablo en serio!
El grito de la profesora alerta al grupo de amigos y sobretodo a Jonghyun que no paraba de despotricar en su contra. El silencio que generó en la sala fue tan sepulcral que más de una cabeza se volteó al sentir la vibración de un celular.
Para rematar, de Minho nuevamente.
- ¿Sulli otra vez?
Jonghyun es el primero en tener que salir de la sala. Minho fue el siguiente y por culpa del recién nombrado que se dedicó a llamarlo al celular para que también lo echaran del lugar.
Por suerte del moreno, Onew no tuvo que salir por lo que no se vería incómodo ante una nueva mención de Taemin.
Ya que no vienes nunca a verme, obligado a tener que hacerme cariño solo.
- ¿Y tú dónde mierda te vas tan rápido?
Las pisadas de Minho apenas alcanzaban a oírse con la rapidez que iban. Jonghyun mira el camino por el desaparece, quedándose un par de segundos para ver si en serio lo dejaría solo en el pasillo.
Al parecer sí porque nadie va con esa rapidez al baño porque te dan ganas de la nada. O tenía problemas gravísimos a la próstata o había comido algo vencido hace más de un año.
Y ojalá fuera así.
Porque cuando Minho entra al cubículo del baño y cierra de un solo golpe, no despotrica contra su próstata ni contra algo vinagre que le cayó mal al estómago.
Despotrica una y otra vez porque Taemin con solo una oración haya conseguido colocarlo tan caliente de la nada.
**
- ¿Estás segura que me puedo quedar acá? No quiero ser una molestia para tu mamá.
- Nooooo, en lo absoluto- Sulli le da un golpecito en el hombro y sonríe-. Ella te ama y ni siquiera estará, tiene turno esta noche. Y Minho… solo estará en su pieza y apenas existirá.
- Oh.
- No tienes de qué preocuparte.
Taemin le sonríe como respuesta y se acomoda a su lado sobre el sillón. Era una buena idea, por mucho que estuviera mintiendo o más bien, “omitiendo información”, era una excelente idea que tan solo le había llevado cinco minutos en concretar.
Los mejores cinco minutos de toda su vida.
O por lo menos hasta que ocurririera algo esa noche. Si es que era posible.
- ¿Es aburrido que tus papás se vayan al sur, no? Yo los odiaría.
- Suelo odiarlos incluso hasta los días que están acá.
- Ah, bueno. En ese caso no es aburrido.
- En absoluto.
Ambos ríen hasta que la puerta de acceso se abre y deja al descubierto una figura que ambos tan bien conocían. Minho se queda en el umbral, algo impactado sin atinar si entrar o no. Llevaba unos cartones en la mano, mientras que en la otra aún sostenía las llaves de la puerta.
- ¡Al fin veo tu cara!- le grita Sulli con una enorme sonrisa.
A Taemin le dan ganas de gritárselo también, pero se ve en la obligación de esconderlo. Se odió por no haber podido hacer lo mismo con su sonrisa.
- Como si fuera posible que olvidases mi cara- logra responderle luego de salir del estupor y cerrar la puerta para acercarse y darle un largo abrazo.
Cuando llega el turno de saludar a Taemin, la cosa se vuelve un poco más complicada. Le gustaría tener la posibilidad de algo como un abrazo eterno o un beso que llegue a faltarle el aire, pero una leve inclinación de su cabeza es lo único que consigue.
Por ahora.
- ¿Cuántos contratos conseguiste hoy de parte de tu profesor?- le pregunta una cariñosa Sulli que casi consigue poner celoso a Taemin. Minho recién recuerda que no están solos en la sala y que su hermana estaba ahí, por lo que desvió la mirada y se dirigió a ella. Con dificultad.
- ¿Para que quieres verme trabajar tan pronto? ¿Para conseguirte tus costosos lujos?
- Para que me dones tu habitación y la pueda usar como guardarropa- se burla.
- Eso quisieras.
- Era una broma- se cuelga de su cuello y le da un sonoro beso en la mejilla.
Y Taemin admite que sí. Que está tan celoso que le dan ganas de hacerle lo mismo sin tener la necesidad de cohibirse o esconder su deseo de comérselo a besos.
Puto mundo heterosexual.
- No quiero que te vayas nunca de la casa- continúa la chica con ayuda de sus besos-. Ni que te cases ni estés con ninguna persona cochina de mala muerte.
El menor agradece el gesto de que haya dicho persona y no chica, lo que casi sintió como un halago poder encontrarse en esa oración de odio.
- Ya basta, muchos besos- se queja el moreno empujándola con un brazo para retroceder un poco casi con la intención de irse-. ¿Tienen hambre?
Ambos asienten casi compitiendo por cual de los dos sonreía más.
Minho se queda hipnotizado en una sola sonrisa.
- Deberías pedir pizza- propone Sulli. Taemin asiente.
- ¿Seguros?
- Sí- le responde mirándolo de una forma casi descarada, como si quisiera desnudarlo solo con la mirada-. Pizza estaría bien, Minho hyung.
Es impresionante como una persona, una mísera persona, puede conseguir que su cuerpo logre casi desmoronarse con una sola oración. Con un par de palabras que hacen que se le sacuda el estómago y algo más abajo.
Debía admitirlo, Taemin lo tenía caliente.
Hirviendo.
Y le cuesta pensar. Le cuesta recordar que existe y que tiene que respirar mientras come. Le es dificil concentrarse en la masa de la pizza si cada cierto tiempo una pierna, que dudaba que fuera la de Sulli, frotaba la suya de una manera tan lenta y desesperante que le daban ganas de frotarse contra las paredes.
Le dolía la ropa. Le quemaba.
Cuando mira a Taemin, intentando decirle que si no se detenía ahora no podría controlarse y tendría que asumir las consecuencias, el muy descarado le guiña un ojo como si Sulli no estuviera presente y ambos estuvieran solos en una burbuja.
O en un sauna.
Que era lo que más se asemejaba a un lugar con tan alta temperatura.
- ¿Tienes que trabajar mucho hoy?
La voz de Sulli lo hace volver a la sala y a concentrarse en su respiración que ya casi se encontraba ausente.
- Mmm… algo así. Pero estoy bien, no te preocupes.
- Onew no trabaja tanto como tú, Minho hyung- le interrumpe Taemin de pronto, acomodándose sobre la mesa y deteniendo las caricias al fin.
No sabe si que haya detenido el roce de su pie con su pierna o el solo hecho de que le haya llamado hyung, consigue desesperarlo más.
Se rasca la frente, intentando ocultar su maldito deseo de lanzarse sobre la mesa y no solo besarlo, sino que devorarlo.
- Es un vago- se intenta burlar.
- Sí- admite Taemin serio-. No es como tú que te quedas trabajando hasta tarde siempre.
Sabía que eso iba con doble sentido. Conocía ese maldito brillo en su mirada y su cara de desear algo hasta tal punto que lo conseguiría.
- Taemin se quedará con nosotros hoy en la noche, ¿te dije?
Fue una oración demasiado corta para haber contenido información tan importante.
¿Quedarse? ¿Ahí? ¿En el mismo lugar que él? ¿Toda la noche?
Oh. Oh.
Sin duda, esa noche sería más larga de lo habitual.
No había duda de eso.
**
Sostiene el cartón con una mano, mientras la otra se encargaba de cortarlo con una habilidad digna de presumir. Llevaba más de cuatro horas trabajando, ya entrando al horario de madrugada. Le daba lo mismo que al otro día tuviera que lidiar con unas oscuras ojeras mientras pudiera tener por lo menos un par de horas libres en las que pudiera hacer lo que se le diera la gana.
Como raptar a Taemin por ejemplo.
Sonríe solo con el hecho de pensarlo y deja el cartón recién cortado sobre un montón de papeles.
Dos pliegos más y el trabajo estaría casi listo.
Pero las piernas ya no le dan más y prefiere sentarse y darse el lujo de poner algo de música a esa hora. Probablemente todos ya estaban sumidos en un profundo sueño que será imposible de sacarlos, así que se da el permiso a si mismo de ponerlo en un volumen lo suficientemente oíble.
Clickea sobre una canción y no alcanza a pasar ni siquiera un minuto en el que siente dos manos meterse por el cuello de su polera, acariciándole el pecho como pocos tenían el derecho de hacer.
Minho se deja acariciar e incluso se da el lujo de cerrar un poco los ojos, disfrutando. Extrañaba sus caricias, no le era dificil admitirlo.
Y tampoco descubrir de quien se trataba.
- ¿No tienes frío trabajando así?- Minho mueve el cuello hacia un lado y Taemin le acaricia en la nueva parte exigida-. Hace demasiado frío para que estés vestido así solamente.
- ¿Me estás controlando?- voltea con cuidado la silla, quedando frente al menor que lo miraba con el ceño algo fruncido.
(Sí.)
- Claro que no. Solo lo decía porque solo una persona tan anormal como tú puede andar con solo con camiseta y bóxers cuando apenas hacen dos grados.
Como si fuera un problema verlo así.
- Estoy bien- le susurra acercándolo del polerón y hablándole lo suficientemente cerca para que su aliento lo encandilara. Lo que parecía tener efecto-. Y ahora mejor.
Se observan, se miran, se besan.
Lento pero rápido, sin sentirlo pero colocándose la piel de gallina. Minho lo acerca desde el cuello y Taemin busca algo de que afirmarse porque dios, había olvidado lo desatinado que lograba ponerlo con solo colocarle un dedo encima. Suspira en su boca y Minho le lame los labios, pero sin besarlo.
Le dan ganas de decirle cuánto le extrañaba, pero no quiere sonar como típica adolescente enamorada que pueda asustar en un solo minuto a Minho. El moreno le mete los dedos entre el cabello y no lo deja escapar, acercándolo una vez más.
Sentía que ya se estaba quedando sin saliva.
- Minho- le cuesta separarse, pero lo hace de todas formas-. Minho…
- Mmm
El moreno queda con el cuello estirado cuando ve que Taemin se levanta y lo mira algo extrañado. Le sonríe, pero sigue con esa mirada sospechosa.
- ¿Por qué te levantaste?
Es casi una orden.
Taemin se acerca otra vez, pero esta vez se sienta en sus piernas, permitiendo que el moreno solo le pasara las manos por la cintura, por debajo de su camiseta. Le acaricia con la nariz el hombro, mientras que el menor se deja estar.
- ¿Qué pasa Minho?
El moreno lo mira sin entender a qué se refería.
- ¿Tiene que pasar algo?
Le besa el hombro, el cuello y debajo de la oreja. Taemin disfruta y le cuesta pensar, porque es dificil concentrarse y negarse cuando te besan ahí.
- Minnnnho- ya hasta le cuesta decir su nombre-. Sulli está al lado.
- ¿Y?
Le da un poco de rabia su despreocupación. Solo un poco.
- ¿Y? ¿Y?- lo vuelve a separar intentando poner su mirada más temible-. Que Sulli nos escuchará.
Minho deja caer ambos brazos al lado del cuerpo de Taemin, rindiéndose ya de lo que tenía pensado. Se rasca el flequillo frustrado aún con el peso del menor sobre sus piernas, rechazando la hermosa idea de cambiar su trabajo por algo más de entretención con el menor. Aún siente su mirada de reproche cuando una de sus manos lo acercan de la camiseta atrapando sus labios con un beso lo suficientemente salvaje como para lo que tenía pensado.
- Eres un maldito- le susurra contra su boca, sonriendo a pesar de todo-. Si nos descubren…
- No lo hará.
Taemin se levanta de sus piernas, sin separar ni un centímetro su boca, abrazándose a su cuello, mientras Minho caminaba junto a él hasta la puerta para pasarle el puto seguro que no lograba encontrar. Se quedan jugueteando un par de minutos ahí; Taemin acorralándolo contra la puerta mientras Minho luchaba por volver a tener el poder.
- Tienes las manos heladas.
El moreno sonríe malicioso y continúa tocando al menor por debajo de la ropa, casi de forma desesperada. De un momento a otro comenzaron a caminar hacia la cama, mientras Taemin se encargaba de quitarle la camiseta por sobre la cabeza.
- Ya se calentaran- le susurra Minho contra su boca, ganándose un mordisco en los labios.
Lo acuesta con cuidado encima de la cama, a la vez que también le quita el polerón y la camiseta con un solo movimiento. Agradecía que no tuvieran que hacerlo nuevamente en un sillón porque esa vez había sido algo casi contorsionista.
Taemin lo acerca desde el cuello, quedando encima de él, besándolo y saboréandolo por todo el tiempo perdido que habían tenido esos días. No recordaba el sabor de sus labios ni como su corazón conseguía alborotarse al tenerlo tan cerca.
Rogaba porque sus palpitaciones no se alcanzaran a oír en la habitación del lado.
Minho intenta luchar pero no puede porque es demasiado, porque es demasiada saliva y no logra controlarse, no logra recordar como se vivía ni como era posible ser racional en momentos así. No se acuerda de su hermana ni de la vecina ni de las paredes ni de nada. Se aferra al cubrecama porque se tiene que aferrar a algo o los labios de Taemin conseguirán asesinarlo, entonces el menor hace un rápido movimiento dejándolo bajo su cuerpo y tomando él la iniciativa.
Minho no se resistía, solo se dejaba querer. En alma y carne.
Y Taemin parte desde lugares inbesables hasta lugares irresistibles. Primero la frente, los ojos, pieldemasiadapiel, la nariz, diosMinhodios, los pómulos, la mandíbula, ese maldito hueso que tanto se acentuaba cuando hablaba y que lo hacía perder la concentración apenas lo veía aparecer. Prueba cada rincón del cuerpo de Minho, marcándolo de su propiedad y saboréandolo como si se tratara del mejor helado del mundo. Le besa el rostro, los labios, tras las orejas, el cuello, el pecho, lo muerde, diossssTaedioss, y eso consigue colocarlo más caliente si es que alguna vez no lo estuvo. Escucharlo decir su nombre entre mugidos era un deleite para sus oídos.
Se sienta sobre él, sobre esa maldita parte de Minho que parecía tener vida propia, y comienza a rozarle más de lo que era necesario; le besaba el pecho, el abdomen, alrededor de los pezones, mientras sus caderas no paraban de friccionar las de Minho, provocando que soltara más de un gemido por minuto.
Y pensar que en algún momento se preocupó por Sulli.
Minho se afirma de su espalda, lo rasguña, lo marca, lo hace de su propiedad y aún así no es suficiente porque si el menor no se detenía explotaría, no, ni siquiera eso, estallaría antes de lo necesario. Taemin era un malnacido, no había otra forma de explicarlo.
- Diosssss- gime ya sintiendo una gota de sudor por su espalda-. Mierda, Taemmmmin, para, diosssssss.
El menor mueve con más rapidez sus caderas, friccionándolo aún más, con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Qué cosa?- el tono inocente apenas le resulta.
Minho lucha con una fuerza sobrenatural y logra sentarse quedando a milímetros de la maliciosa sonrisa de Taemin. Y se contagia, también sonríe y el menor le pasa las manos por el cuello, sosteniéndolo de la cabeza. Sus pestañas chocaban y sus alientos se combinaban. Taemin le muerde el labio inferior algo fuerte, pero sin besarlo, aún con ese puto y maldito movimiento de caderas, mientras Minho cerraba los ojos inconscientemente antes de sumirse en un profundo beso. Y el menor se deja estar porque cuando el moreno va bajando las manos por su espalda, rasguñando y apropiando lo que le era suyo, llega hasta su trasero y lo aprieta y le duele porque diosssssMinnnnho.
No ahoga un gemido en su boca, sino que más de diez.
El moreno se aprovecha de su debilidad y lo toma con una facilidad impresionante y lo vuelve a colocar bajo su cuerpo porque ahora le correspondía a él sufrir todo lo que le había hecho. Taemin ahoga un nuevo gemido cuando siente los dientes de Minho incrustrarse en su hombro y luego lamer la zona que se comenzaba a poner roja.
Y baja, besa cada centímetro de piel y sigue bajando; crea un delgado camino de saliva brillante mientras sigue descendiendo cada vez más hasta llegar al borde de la ropa interior del menor. Levanta la cabeza lo suficiente para mirarlo y casi burlarse de su rostro de desesperación. Cuando Minho mete un dedo entre su bóxer y comienza a sacarlo con una lentitud digna de locura; Taemin emite un gruñido desde el fondo del estómago.
- Shtt… con calma, Lee.
El castaño está deshecho del todo y Minho es malvado y siente que lo tiene que hacer pagar por todos esos malditos mensajes que le revolucionaron las hormonas durante toda la semana. Le saborea los labios, distrayéndolo y volviendo a colocarse encima de él. Despeinado y sudado, Taemin le busca la boca y ahoga un fuerte gemido cuando siente una de las manos de Minho metiéndose entre ambos cuerpos y tocándolo más de lo debido.
De hecho, lo estaba tocando.
Minho le besa entre los homóplatos, mientras su mano se manejaba casi por si sola. Y Taemin se afirma de las sábanas, de la piel del moreno, de su trasero, Minho voy a- tienes que- dios no puedo- diosssssssssss- Minhodiossssss.
Le pasa la lengua por el cuello y le besa el lugar recientemente humedecido.
- Me gusta como hueles- ronronea cerca de su óido-. Me gusta como sabes.
Y lo hace. De una sola vez y sin rodeos. Embiste contra Taemin, sin haberse percatado en qué momento se quitó incluso su ropa interior. Y lo hace de tal forma que el menor suelta un gemido desde el fondo de su garganta, casi desgarrándosela.
Ya no sentía el mismo dolor que la primera vez, no señor, ahora sentía que podría morir de placer.
- Minnnnnnnnnnnnho.
Lo acerca del cabello y le come la boca a mordiscos. Lo hace rápido y desesperado. Desesperado de Minho, desesperado de piel y fluídos que lo hacían perder la razón.
Minho le lame los homóplatos y le muerde los hombros. Marca el recorrido de su transpiración con la lengua, mientras sus caderas siguen embistiendo a un ritmo que parece siempre constante. Cuando no le está besando le acaricia el abdomen, apretándole la cintura y dejando blanca la zona por la que pasaban sus dedos. Las caderas del moreno son tan huesudas que chocan contra el culo de Taemin y nota los huesos. Pero el menor es mucho más fuerte de lo que aparenta, soportando ese maldito ritmo agónico. Rápido, despacio, más despacio y otra vez esa maldita fricción que lo condenaba. Más rápido y un poco más y el maldito condenado de Choi Minho no se cansaba.
Taemin está desesperado y no se lo dice nunca.
Le dan ganas de gritar y gemir de lo más profundo de su cuerpo cuando siente a Minho de esa manera. Se le olvida la existencia de Sulli y lo hace de todas formas.
Cuando las sensaciones son demasiado reales, parecen irreales.
Le besa como si fuera un juguete y le muerde donde le plazca. Entonces cuando Taemin le amenaza que está al borde del colapso, que no soporta más, que no resiste, él le dice ni se te ocurra. Siente que las embestidas están durando una eternidad y que está tan expuesto que no se cree capaz de poder abrir los ojos. El placer lo está inundando y Minho se hunde con él. Siente un ir y venir de emociones, casi como si estuviera flotando en el cielo y una estocada cada cierto tiempo lo hace volver a la tierra y recordar que vive, que de verdad siente lo que siente y que la electricidad que le recorre todo el cuerpo al sentir a Minho dentro de él no es algo de su imaginación.
Siente un placer al final de su columna vertebral y está seguro que eso es verdad.
- Diosss-Minho-no-aiiish-Minhhh-te odio- ashhhhh.
Le entierra las uñas, lo muerde apenas se acerca y no lo deja escapar. Es injusto que solo él este sufriendo esa agonía mientras el muy hijo de puta parece gozarla más que nunca. Se siente en el vacío y en el lleno, cayendo y flotando.
Minho le da una embestida con más fuerza quedándose atrapado en los labios del menor, mientras Taemin lo aferraba hacia si porque no lo quería dejar escapar. Siente que se pueden quedar así por mucho rato, inmersos en ese puto placer que apenas los dejaba respirar. Le pasa las piernas por la espalda, abrazándolo, a la vez que encogía rápidamente los dedos de los pies porque ya se veía venir.
Minho pierde el control de repente y sin aviso. Su ritmo se quiebra y cae sobre él, repitiendo palabras y su nombre revuelto entre ellas con una voz irreconocible. Balbucea palabras sin sentido y sin control.
Respirando con esfuerzo y sin aguantarse más, Taemin lo imita. Mientras Minho intenta volver a la realidad, el menor explota desde su interior manchando mucho más de lo que se creía posible. El moreno jadea y coloca un brazo sobre su cuepo y de repente el mundo parece un lugar mejor. Taemin huele a sexo y le cuesta respirar, le cuesta volver a concentrarse en vivir y en recordar en donde se encontraban. Es intenso y mucho más masculino de lo que alguna vez alguien tendría la posibilidad de ver.
Taemin era lija y terciopelo. Fantasía y realidad.
Le dan ganas de confesársele y decirle todo lo que siente y lo que le hace sentir en su estómago apenas lo ve o escucha algo sobre él, pero se aguanta porque no quiere sonar cursi ni asustarlo.
- Lo sabía, Choi.
Su voz suena rasposa y sensual. A Minho le dan ganas de lamerle la cara y el cuerpo entero.
- ¿Qué?
- Que soy tu maldita debilidad.
Siente los ojos de Taemin mirándolo de costado y le dan ganas de que esa noche dure toda la vida.
Toda su maldita y puta vida.
**
Un rayo de luz llega directo a la cara de Taemin que se encontraba escondida en el espacio del cuello de Minho. Lucha un poco en contra el sol, escondiéndose en el moreno y abrazándolo desde el estómago.
Entonces piensa.
Eso no estaba bien. Para nada bien.
Levanta nuevamente la cabeza, aún abrazado del moreno y nota los fuertes rayos que lo habían despertado. Ve a su alrededor y reconoce el lugar en el que se encontraba. Ve los cartones amontonados y su ropa tirada cerca de la puerta. Dos bóxers terminaban de adornar el desorden en el medio de la habitación.
- Mierda. Sulli.
Se despega rápidamente de Minho, provocando que el moreno se quejara un poco para luego voltearse y seguir durmiendo como si nada hubiera pasado. Taemin se queda pegado observándole el cuello e intentando inventar una mentira en su mente para esos moretones que comenzaban a aparecerle una vez más.
Maldito desgraciado.
Se levanta desnudo de la cama y se agacha rápidamente a recoger su ropa y pasar sus bóxers por entre sus piernas. Rezaba mentalmente que Sulli no estuviera despierta, mientras intentaba ordenar la cama y tapar al moreno que llegaba a suspirar entre sus sueños.
Sonríe por el solo hecho de recordar lo que habían hecho hace un par de horas.
Le gustaría besarlo por última vez, pero el solo hecho de imaginar la drámatica escena que se les venía si se demoraba un segundo más, que decide irse rápidamente de ahí.
Cuando cierra la puerta de la habitación de Minho, cree que deja de respirar.
Da un paso con algo de falta de equilibrio y comienza a contar los que siguen hasta llegar a la puerta de Sulli. Cuando toma el pomo de la puerta, suelta un largo suspiro y se arregla el cabello tras recordar que no debía tener tan buena cara.
- Taeminnie- bosteza la chica, abriendo apenas los ojos al verlo entrar-. ¿Estabas en el baño?
Taemin cree que vale la pena volver a respirar y que Dios lo ama.
Maldito Choi Minho de la que te salvaste.
- Sí- miente, sonriéndole-. No podía aguantar más.
La chica da un golpecito a su cama, indicándole que se acostara a su lado. Taemin la observa y hace lo que se le ordena con una gran sonrisa.
A ella era imposible decirle que no. Era algo asi como su mejor amiga, la que nunca pensó en tener.
O una debilidad impresionante por toda persona que tuviera apellido Choi.
- ¿Te fijaste si Minho dormía?
Se le olvida tragar cuando escucha su nombre.
- Estaba cerrada su puerta.
- Dios- mira el reloj de la pared y toca su rostro, sorprendida-. Se quedó dormido. Una vez más.
Cuando Sulli pasa por encima de su cuerpo y pega un gran salto para llegar a la puerta de una sola vez, Taemin recuerda en el estado en que quedó Minho.
Mierda. Mega mierda. Super mierda.
Intenta salir de la cama y alcanzarla, pero no se le ocurre una idea lo suficientemente convenciente para llegar donde ella e impedirle el acceso a su habitación.
Sulli no puedes entrar, tu hermano está desnudo por mi culpa, lo siento. Sí. Tengo un problema de debilidad con él, perdóname. Nunca más ¿Sí?
Pésima idea.
Cuando siente una fuerte carcajada desde la habitación contigua supo que ya lo había descubierto. Quiso taparse la cara con un cojín y morir de vergüenza ahí mismo.
No dudo en hacerlo.
- ¿Y tú qué te crees durmiendo de esta forma Choi Minho?
Sulli le lanza un cojín a su hermano en la cara y le pega un fuerte palmazo en el trasero que se encontraba al aire. El moreno despierta más que asustado, y más aún al notar que la cama se encontraba vacía y su hermana con una gran sonrisa.
Se recuerda mentalmente de agradecerle a Taemin.
(Una y otra vez)
- ¡Te estoy hablando!
- ¡Y yo escuchando!- se tapa nuevamente y le da la espalda-.
- No sabía que se te daba el exhibicionismo.
- No sabía que se te daba violar la privacidad.
- Y a ti violar las sábanas.
Minho enrojece por completo solo al oír la palabra.
- Levántate o llegarás tarde.
Sulli se retira del lugar aún riendo y sin cerrar la puerta. Y la odia por eso, porque se tendrá que levantar desnudo y le dará frío y dios, maldito Taemin.
Es por eso que prefiere seguir tapado hasta el rostro y dándole la espalda a toda persona que entrara. Incluso a esa persona que se asomó después de varios minutos a observarlo y solo sonreír por el hecho de verlo así.
Cuando Taemin sonríe los días parecen más agradables.
Capítulo 19
Habían sido los tres meses más extraños de su vida. Los más llenos de emoción y los con mayores vaivenes emocionales que alguna vez había tenido. Pero se sentía feliz. Como si de un momento a otro se hubiese abierto una cortina y los rayos de sol le hubiesen dejado ver algo que nunca pensó sentir; mariposas en el estómago y bruscos movimientos en su corazón.
Maldito Choi.
En el momento que se le había antojado aparecer en su vida, nada pero absolutamente nada, había vuelto a ser igual. La necesidad de esconder sus sentimientos y seguir protegiendo esa maldita barrera que solo conseguía hacerlo más desconfiado e inseguro, la había deshecho de un momento a otro, burlándose de todos los años que se había demorado en formarla.
- ¿Qué piensas tanto?
Siente su voz golpeándole en el cuello como una suave brisa de media tarde. Se mueve perezoso bajo el cubrecamas y le sonríe. Taemin siente que podría morir en ese momento y ni siquiera le importaría.
- Pensé que estabas durmiendo.
- No- le miente-. Estaba mirándote.
- Con los ojos cerrados- se burla.
Minho le da un corto beso en el cuello y él sonríe; no es necesario que lo perdone, no es su culpa que no hubiese dormido en dos días para que esa tarde pudieran estar juntos. Se lo agradece mientras ve como se le cierran los ojos inevitablemente.
Y lo mira. Lo mira cuando vuelve a quedarse dormido sobre su hombro, respirándole sobre el cuello y sosteniéndose de su cintura. Le mira las pestañas y el labio inferior que descansa en forma de puchero. Minho era sol, nubes y tempestad.
- Para de mirarme- le interrumpe de pronto, soltando un gran bostezo.
- ¿Y si no puedo?
Le gustaría que sonara como broma, pero no le resulta demasiado.
- Te acusaré a mi mamá- ríe, abrazándolo de lleno y quedando sobre él.
- En este momento soy yo el que te puedo acusar- enreda sus dedos en el cabello de Minho, mientras él se vuelve a apoyar en su hombro-. Puedo decir que no te conozco y te metiste a mi cama sin autorización.
- Soy demasiado inocente, sabrán que es una mentira.
Cuando Taemin ríe el cuerpo de Minho tiembla junto al de él. Su cabello le hace cosquillas en el cuello y sus manos intentan temperarse por sobre su piel. Si Onew o sus padres llegaran en ese momento, sería lo peor que podría suceder.
Y el moreno le besa con cuidado bajo las sábanas tomándolo desde las mejillas mientras él se deja estar, se deja acariciar y se deja marcar sin poner algún tipo de resistencia. Minho le besa el cuello, los pómulos, la huella de su mandíbula, la punta de la nariz y él solo cierra los ojos. Sus pestañas chocan y el menor sonríe inevitablemente ante el roce.
Le gustaría quedarse así por siempre y que el tiempo se detuviera y solo fuera necesario vivir con Minho. Que Minho fuera su oxígeno y le fuera imposible separarse de él.
Era algo demasiado extraño y que no se creía capaz de admitir alguna vez.
- ¿Me vas a decir qué piensas tanto?
Minho se sienta sobre su cintura, atrapándolo con sus piernas. Le mira serio, preocupado, como si algo grave estuviera pasando.
Solo me di cuenta que me estoy enamorando de ti. Es solo eso.
- No pasa nada- miente.
- ¿Seguro?- Taemin asiente, mientras Minho acercaba una sábana a él, cubriéndolo del frío-. Si quieres me puedo ir.
- Nooooo, estoy bien- le acaricia bajo la polera intentando convencerlo-. Estoy bien, en serio.
Minho le estudia por unos segundos, mirándolo con el ceño algo fruncido, mientras Taemin estiraba la boca y le lanzaba besos invisibles que esperaban ser capturados. Cinco minutos fueron necesarios para separase y sentir que podían vivir un par de minutos más sin volver a besarse.
El alto ríe al separarse porque dice que su boca sabe a leche de plátano por su culpa y Taemin lo imita solo porque sí. Porque lo mira y siente que su felicidad se le contagia.
Le dan ganas de sacarle una foto y dos y tres y mil. Minho se queja de que no quiere, pero lo ignora de todas formas. Ahora estaba él encima y él tenía el poder, por mucho que luchara no lo dejaría ir.
- Minhoooo- lo sostiene con sus piernas, pero el alto consigue esconder su cara bajo la almohada-. Minho, hablo en serio, es solo una.
- Tengo ojeras como un panda- se le puede oír bajo el cojín-. Estoy feo y… y no quieroooooo.
- Minho- le habla en serio, intentando de infundirle miedo-.
- No me das miedo, Tae, lo siento.
Sonríe solo al escucharle decir su nombre de esa forma. Se queda en silencio, mirando como apretaba la almohada sobre su cabeza, aún sin querer sacarse una foto.
- Me gusta que me digas así- le dice sincero, sin recordar su pequeña pelea. Minho deja ver sus ojos moviendo la almohada lo suficiente para mirarlo-.
- ¿Y yo?
- ¿Tú qué?
Minho sonríe, se deja querer y Taemin le acaricia el abdomen como quien acaricia el lomo de un gatito en busca de amor.
- ¿También te gusto o no?
Se lo dice sincero y con un poco de color en sus mejillas. El menor le quita con cuidado la almohada de encima de su cara y la deja a un lado para comenzar a acariciar sus mejillas. Se pierde en su mirada y en ese ojo más pequeño que el otro que lo enamoraba cada vez más.
Le cuesta asumirlo, pero asiente con ímpetu.
- Demasiado- le susurra.
- ¿De aquí al cielo?
Sonríe tímido por su inseguridad.
- A Plutón.
Minho estira su brazo y acaricia con suavidad su cuello. Taemin goza el roce de su mano con su piel y sus mejillas intentan no enrojecer más de vergüenza. El moreno no le dice nada con respecto a eso y él se lo agradece internamente.
- Ya- se convence no muy seguro sobre el tema de las fotos-. Pero ten cuidado que no las vea Sulli.
No fue ni una ni dos ni diez. Fueron tantas como los días que tiene un semestre. Al principio Minho se avergonzaba de tener que posar, pero finalmente lo hizo de forma natural y sonriendo en la mayoría de ellas. Taemin también posó para él con algo más de entusiasmo, obligándolo también a que se sacaran un par juntos. Sabía que si alguien llegaba a ver esas fotos corrían un riesgo, pero lo hizo de todas formas.
Cuando el menor estaba terminando de pasar las fotos a su celular y Minho aprovechaba de acariciarlo antes de que un nuevo ataque de sueño lo atacara, suena el timbre, asustándolo de sobre manera. Taemin le sonríe y pasa la otra pierna encima de su cuerpo para salir de ahí. Cuando recordó que Minho podría creer algo mal, se le ocurre explicarle quién era.
- Es Kai.
No sabe si eso lo consoló o fue peor.
Taemin baja los peldaños de dos en dos, a la vez que se cierra el polerón que le pertenecía a Minho. Se coloca la capucha e intenta no sonreír tanto para no llamar la atención. Le diría a Kai que estaba solo y esperaba que el moreno le apoyara desde arriba sin mover cosas ni meter ruido.
Desde que abrió la puerta comenzó a contar mentalmente para perder menos tiempo.
Fueron doce minutos con treinta y tres segundos.
Con suerte hubo un intercambio de palabras, un roce de cuerpos en su saludo y la entrega de su cuaderno para que copiara lo que habían pasado en el colegio tras su ausencia. Kai lo miraba extrañado y Taemin lo apresuraba, mintiéndole de un supuesto encuentro con su madre.
Sabía que algo se traía entre manos hace bastantes días. Ya lo averiguaría.
Cuando Taemin entra a la habitación con el aliento entrecortado por subir las escaleras tan rápido, ve a Minho con un rostro completamente al que salió. Se encontraba sentado en la cama y con el cubrecama tapándole las piernas, sino fuera por sus brazos cruzados y esa mirada algo ceñuda no lo hubiese notado.
Se acerca sigiloso y se sienta al lado de él, aún con los pies sobre el piso, y le da un corto beso en las mejillas. Disfruta del roce de sus pestañas con su piel y sonríe.
Minho no lo hace. Ni siquiera se inmuta.
- ¿Qué quería Kai?
Su voz es áspera. Es sin sentimientos y como si las palabras le costaran salir de su boca, más aún cuando se ve obligado al decir el nombre de su amigo.
- Un cuaderno- le responde con su habitual tono de voz, a la vez que le acaricia el torso de su mano. Juega con sus dedos y Minho no los mueve-. Estaba enfermo y no pudo ir a clases.
- ¿No se los podía pedir a otra persona?
Deja la caricia de lado y se concentra en mirarlo, serio.
- ¿Qué tiene de malo que me lo haya pedido a mi?- sin querer su tono se vuelve un poco áspero, pero aún sin alcanzar el nivel de Minho-. Es mi amigo.
- Eso decía también de Sulli- le recuerda esperando que entendiera a que se refería.
Taemin lo captó de inmediato. El moreno creía que su nivel de amistad era igual a intentar tener una relación casual como lo había intentado con su hermana.
Solo que a ella no le resultó.
- ¿Crees que está intentando algo conmigo?- ahora si se enoja-. Minho, no seas idiota. Es Kai.
- ¿Pretendes que diciendome “Es Kai” me caerá mejor? ¿Que logrará agradarme?
Taemin suelta un bufido y se levanta de la cama. Se queda de pie y se mueve incómodo porque odia esa situación. Porque odia lo infantil que se puede volver Minho de un momento a otro y porque odia esa sensación de tener que estar peleando por algo realmente estúpido cuando hace tan solo unos minutos atrás lo estaban pasando tan bien.
Puto Kai. Putos celos. Puto Minho.
- No puedo creer que estés celoso de Kai- le dice casi burlándose-. De Kai, por favor.
- ¿Yo? ¿Celoso? Taemin, no digas estupideces.
Odia que ya no le diga Tae. Le enoja más.
- Si fuera por eso, yo tendría más derecho a estar enojado que tú- le recrimina. Minho rueda los ojos, esperando-. ¿Crees que me pongo muy contento escuchando los malditos comentarios de la mitad de las amigas de Sulli alardeando sobre lo guapo y la sobrenatural belleza de su hermano? ¿Crees que es grato tener que soportar todas sus putas hormonas cuando te ven por la mañana? ¿Que ellas me caen muy bien?
- No puedo creer que te importe lo que dicen esas pendejas.
- Te informo, Choi, que esas “pendejas” tienen la misma edad que yo.
Minho sabe que la cagó porque: Taemin sigue de pie y no lo mira. Ya no lo mira y no tiene intención de acercarse y volver a acostarse junto a él. Porque cuando se levanta y se coloca frente a él y se acerca y tiene la intención de besarlo, el menor da vuelta la cara. Y porque cuando le pregunta si quiere que se vaya, por mucho que le cueste decirlo, ve como se toma unos segundos y asiente lentamente, pero lo hace.
Y no lo mira ni una vez más. Ni una maldita vez.
**
- ¿Y Key?
Taemin cierra la puerta tras entrar Jonghyun y se queda un rato, apoyado en ella y mirándolo algo cabizbajo. El moreno es tan distraído que ni siquiera lo nota, solo se sienta en el lugar que había estado hace un rato el menor, e incluso se bebe el vaso de bebida que se había servido a si mismo.
- Está bañándose.
Arrastra los pies mientras camina y se sienta a su lado, dejando caer la cabeza en el apoyabrazos. Y vuelve a quedarse pegado en la televisión y en ese maldito programa de cocina que lo tenía ensimismado hace ya bastante rato. El chef parecía hacer arte con las manos haciéndolo sentir más frustrado de lo que ya estaba.
Cuando Jonghyun lo siente soltar un suspiro, cree que le pasa algo.
Solo lo cree, así que piensa en poner el único tema en común para romper el silencio incómodo.
- ¿Y Minho?
- ¿Y Minho?
Jonghyun sonríe al escuchar que le pregunta lo mismo y al mismo tiempo, y cree que el menor reaccionará igual, pero cuando lo mira, lo ve más apagado de lo alguna vez lo vio.
Ahora si está seguro de que pasa algo.
- ¿Qué?- está confundido-. Pensé que estarías todo el día con él. Ayer y antes de ayer me hizo trabajar todo el día para que hoy tuviera libre… ¿¡Trabajé por nada!?
Key aparece antes de que Taemin alcance siquiera a abrir la boca, saludando menos cariñoso de lo normal a Jonghyun, besándole corto y suave los labios, mientras que el moreno lo abrazaba desde las piernas sin levantarse.
Taemin no quiere mirarlos, desviando su vista nuevamente hacia el televisor.
- ¿Cuándo será el día que llegue y estés listo?- Key se sacude el cabello a propósito sobre él, mojándolo con pequeñas gotas-. Tenías que estar listo hace rato si sabías que íbamos a salir.
No alcanza a entender las muecas y señas que le hace su novio cuando ve que Taemin los mira a ambos, extrañado.
Al fin se desconcentraba de ese maldito programa de cocina que lo único que hacía era darle más hambre.
- ¿Qué?- ahora todo le calza y le parece hasta una buena idea si salieran los cuatro-. Podríamos ir los cuatro. Nosotros dos y tú, Taemin, y Minho. Yo no tengo problema.
Key suelta un sonoro bufido, mientras ve como su mejor amigo se levanta más cabizbajo que antes y se cierra ese polerón que le parecía haberlo visto en otra persona.
- Taeminnie- le acaricia las mejillas y el menor sonríe entristecido-. No te vayas. Me puedo quedar acá. Jonghyun no tiene problema.
- ¿Ah?- el moreno replica enredándose una vez más-. ¿No saldremos los cuatro?
- Mejor me voy- le corta el menor-. No me siento bien. Quiero dormir.
Le da un beso en la mejilla a su amigo, intentando asegurarle que estaba bien y se despide de Jonghyun de forma menos cariñosa, pero igual que siempre. Cuando el menor cierra la puerta tras pedidos lastimosos pero inútiles de Key, la venganza del rubio recién comienza.
- ¿¡Eres estúpido o qué!?- toma el primer cojín que se le cruza por su camino y se lo lanza en su cabeza, esperando darle en pleno rostro. Falla por poco-. ¡Eres igual de imbécil que tu amigo!
Ahora de verdad no entiende. Incluso había entablado conversación con el menor para que lo tratara así de mal. ¿Tenía un problema hormonal tal vez?
- ¿Qué mierda hice que no sé?- está confundido y se levanta del sillón antes de que le llegue otro cojín.
- ¿¡No eres amigo de ese imbécil de Minho acaso!?- le escupe más enojado que antes-. ¿¡Acaso no se cuentan sus problemas!?
- ¿Qué problemas?- está tan perdido que está preguntándose si de verdad era él el culpable que tenía que recibir todos esos insultos en nombre de su amigo-. ¿Le paso algo a Minho? Key, cariño, no sé de que me hablas.
El rubio se ve obligado a intentar recuperar la calma y contar hasta un millón para volver a si. Jonghyun lo mira preocupado y él se consigue equilibrar un poco emocionalmente.
Maldito Minho te odio todo lo que no es capaz de hacer mi pequeño Taeminnie.
- Pelearon- le introduce bufando apenas comienza-. Fue todo culpa de tu maldito amigo que es celoso hasta de su sombra, regañando a Minnie por juntarse con Kai. ¿Entiendes lo infantil que es eso? – Jonghyun asiente, instándolo a continuar-. Y eso llevo a otra cosa y ese idiota, dijo algo que no debió decir, hiriendo el pequeño corazón de Taeminnie.
- No sabía nada de esto- se levanta del sillón y le acaricia las mejillas a Key, intentando tranquilizarlo-. Lo siento, Minho no me había dicho nada.
- Eso no te quita lo idiota que puedas ser- le rechaza-. Taeminnie ya se fue. Y ya no tengo ganas de salir.
Inevitablemente eso enojó de la nada al moreno, haciéndolo explotar de un momento a otro, toda la información que se había guardado tras momentos así.
- ¿¡Te has dado cuenta que los problemas de esos dos siempre nos afectan más a nosotros que a ellos mismos!? ¿Crees que eso está bien? ¿Acaso tengo la culpa de que ellos peleen?
Key suelta la toalla con la que se secaba el cabello, dejándola en el piso. Y mira a Jonghyun y le dan ganas de ahorcarlo, de hacerlo sufrir y de intentar borrarle lo egoísta que puede ser tratándose de un tema como su mejor amigo.
¿¡Acaso no tenía sentimientos!?
- Vete- le dice seco, sin ningún tipo de emoción-. No quiero que estés aquí.
Jonghyun se queda en silencio unos segundos y se inclina lo suficiente para besarlo, pero el rubio retrocede, volteando la cara y esperando que se fuera lo antes posible.
Por lo menos ahora, Minho no tendría que sufrir solo.
**
Saca una cajetilla de cigarrillos de su mochila y le ofrece, sacando en el acto uno para él mismo. Lo enciende con gracia, a la vez que Taemin niega, apoyando la cabeza sobre sus rodillas.
- ¿Y esa novedad?- se burla Kai recordando todos los cigarrillos que acostumbraba robarle su amigo anteriormente.
- Ya no fumo.
- ¿Y por qué?- expulsa el humo y se sienta en el borde de la acera, al igual que él.
- Ya no lo necesito.
Taemin lo mira dándose cuenta que su amigo lo observaba extrañado, en busca de una mejor respuesta. Solo que él no se la quería dar.
- ¿Hay algo que deba saber?- el menor encoge los hombros y vuelve a apoyar su cabeza entre sus rodillas encogidas.
- Puede que sí. Puede que no.
- Nunca me gustaron tus acertijos.
Taemin sonríe algo triste, a la vez que Kai lo observaba hipnotizado botando con cuidado el humo del cigarrillo.
Era tarde. Cerca de las diez de la noche y aún no volvía a su casa. Había vagado por gran parte de la ciudad, terminando finalmente fuera de la casa de su amigo. El único que no tenía que preocuparse de salir con su pareja o de tener que corresponderle a alguien emocionalmente.
Kai era algo así como, el que nunca nadie ha sabido domar.
- Digamos que…- le cuesta decirlo, pero lo hace de todas formas. Es su amigo, puede confiar en él-… que estoy con alguien.
- ¿En serio?- se burla-. ¿Quién es el afortunado que te logró cazar?
Le llama la atención que haya asumido de inmediato su homosexualidad. Le hace el tema más fácil, sin exceso de preocupaciones y explicaciones que no tenía ganas de dar.
- ¿O es mejor sin nombres?- Taemin asiente, agradecido-.
- Sí, pero lo conoces. Sabes de su existencia.
- ¿Me ha interesado?
- Más de una vez- sonríe, imaginándose del rostro de Minho si supiera eso.
- Campeón.
Kai le da un golpe en el hombro, lanzando lejos la colilla de cigarrillo sin siquiera apagarla. Taemin ve como a los segundos pasa un auto sobre ella, imaginándose historias de ciencia ficción en su mente. Le dan ganas de explotar o de esconderse bajo su cama sin verse obligado a existir, pero el moreno lo vuelve a sacar de su ensimismamiento, pegándole suave en la rodilla con su pierna para hacerlo volver a si.
- ¿Tan cagado te tiene?
- Sí- le cuesta admitirlo. Le cuesta hablar de él y no sentir una punzada en el estómago-. Me tiene algo… mal.
- ¿Y te gusta esa sensación?- le mira con cara de asco y enciende un nuevo cigarrillo-. No podría ser fiel.
- Supongo que sí- admite con algo de vergüenza-. Llevo tres meses así y no me quejo.
La cara de shock de Kai es tan grande que al fin algo logra sacar una sonrisa sincera en Taemin.
- ¿¡Tres meses!?- no lo cree, simplemente no puede-. ¡Tres meses! Oh Dios, te perdí.
- Kai, por favor- aún sonríe-. No es tanto tiempo.
- Te has dado el tiempo de contarlo, eso significa que de verdad te importa- casi le escupe el humo del cigarrillo-. Supongo que ya formalizaron, están a un paso del matrimonio si estuviera legalizado.
Taemin frunce el ceño, confundido. Nunca había pensado en un tipo de formalización o algo por el estilo. Era algo demasiado ajeno a ellos.
- ¿Por qué esa cara?- Kai suelta un escalofrío y frota las manos sobre sus piernas, intentando darse calor.
- No hemos formalizado- le cuesta decírselo, como si tuviera que avergonzarse. Aunque cuando ve la cara de Kai siente que debería hacerlo.
- ¿No quieres?
- No me lo ha pedido.
- Oh.
El castaño parece meditar la pregunta, quedándose absorto en el silencio. Se concentra en la separación de los adoquines, mientras Kai apaga el cigarrillo, pero esta vez dándole una patada en el piso. Lo ve de reojo, revolverse incómodo en el piso, y mirándolo cada cierto tiempo como si hubiese metido la pata.
Taemin cree que así fue.
- ¿Y por qué no te lo ha pedido?
Le cuesta responderle. No le es dificil asumirlo.
- No lo sé- susurra.
- ¿No se supone que si llevan tres meses ya lo debería haber hecho?
De un momento a otro Kai le empezó a desagradar. Sus preguntas. Su tono. Su olor a cigarrillo y su ropa con perfumes ajenos.
Le cuesta mirarlo, pero lo hace de todas formas con el ceño algo fruncido.
- No sé, Kai, no sé.
- Yo solo decía. Eso es lo común ¿no?
- No sé- le repite como si no le hubiese quedado claro.
- A lo mejor no está convencido del todo.
No puede creer que le haya dicho eso. Taemin siente como su corazón deja de palpitar, sofocándolo de repente.
¿Podía ser eso posible? ¿Podía Minho… no quererlo?
- O a lo mejor es hetero y está probando solamente.
- ¿Qué te hace pensar que es hetero si está conmigo?
- ¿Te ha dicho si ha estado con alguna mujer antes?
Las respuestas con preguntas le confundían más haciendo un nudo más grande en su estómago. Le dan ganas de fumar un cigarrillo o de beber o de pegarle a Kai por existir y ser capaz de preguntarle ese tipo de cosas. Mira al moreno, que ni se inmutaba al verlo completamente destruído interiormente, fumando un nuevo cigarrillo como si no fuera suficiente.
¿Acaso algo lograba importarle a Kai?
- Ya que es de mi interés y no están en una relación, no habría nada de malo en que me lo presentaras ¿no? Eso hacen los amigos.
- Me tengo que ir.
No le responde. No le mira cuando se levanta y cuando se sacude el pantalón. Kai parece querer decirle algo, pero al ver su rostro casi de forma demacrada, prefiere no hacerlo.
Al fin algo de cordura en su mente.
- ¿Te acompaño al paradero?- también se levanta y Taemin odia el solo hecho de que lo haga. Le cuesta pensar y razonar.
- Puedo solo.
Kai intenta decir otra cosa nuevamente, pero el castaño apenas inclina su cabeza para irse rápidamente de ahí. Intenta pensar en otras cosas, pero cada paso que daba le atolondraba más la cabeza, haciéndolo imaginar cosas perturbadoras que hacían que le doliese más el cuerpo. El corazón.
Analiza las conversaciones anteriores con Minho e intenta buscar en los más recónditos lugares algún asomo sobre su homosexualidad o la causa certera de porqué no formalizaban.
Quizás no estaba listo, o no le gustaba ponerle nombre a algo que no tenía porqué tenerlo.
Sí. Debía ser eso.
… ¿Y si todo era un juego? ¿Y si él era parte del juego?
¿Y en qué momento había comenzado a sentir un vacío en su pecho?
Los pies comienzan a pesar y su mente a colapsar. Una suposición tras otra de porqué no eran algo, era más descabellada que la anterior, llegando al punto de obligarlo a sentarse en un paradero de micro porque no soportaba más. Porque se sentía solo, vulnerable y frágil. El frío comenzaba a apoderarse de su cuerpo y el polerón de Minho no era lo suficientemente abrigador para protegerlo.
Nada en su mente tenía sentido.
La vibración de su teléfono en su bolsillo lo interrumpe, cambiando su atención a él y obligándolo a mirar la pantalla que se le iluminaba tras la llamada. Cuando ve la foto de Minho que le había sacado hace un par de días, recordando lo hermosa y perfecta que era su vida en ese momento, hace que su estómago se sacuda de un lado a otro, obligándolo a sufrir más.
Le cuesta contestar, pero lo hace finalmente.
Cuando siente su voz, el calor que lo llenaba, ahora no consigue ni siquiera tranquilizarlo un poco. Ni una décima.
- Taemin- su voz suena distinta, gruesa-. ¿Podemos juntarnos mañana a conversar? Puedo ir por ti al colegio.
El silencio se apodera de su garganta y las palabras se agalopan en su mente. No lo dejan pensar, no lo dejan analizar, solo martirizarse una y otra vez de lo mismo.
Ahora no sentía que hablaba con alguien que estaba con él. Sentía que hablaba como con una persona desconocida de la calle, que no tenía relación con él.
Que habían tenido sexo porque sí.
- ¿Taemin? ¿Estás escuchándome?
- Sí- susurra, apenas oyéndose en el teléfono-. Estoy aquí.
- ¿Estás bien?
Minho no era tonto. No era como los demás. Tenía un sexto sentido que durante esos días lo había hecho sentir especial. Hasta hoy.
Le gustaría decirle la verdad, pero solo conseguirá sufrir más. Rompería más la barrera que se había comenzado a derrumbar desde que había entrado a su vida.
- Sí, estoy bien.
- ¿Dónde estás?
- No lo sé- es sincero en un simple susurro-. Estoy en un paradero.
El silencio de Minho lo preocupa y se odia a si mismo porque le cuesta mentirle. Porque siente la necesidad de que él lo proteja y le rompa todos esos miedos que salen a flote con cada duda que asalta en su cabeza.
Taemin tiene miedo, eso es lo que pasa. Tiene tanto miedo que a veces le da miedo el mundo entero.
- ¿Quieres que vaya por ti?
(Sí.)
(Quiero que me abraces y obligarte a quererme.)
- No- se rasca la frente con la mano, cerrando los ojos, frustrado-. Estoy bien.
- ¿Seguro?
No quiere hablar más. No quiere seguir escuchando su voz que taladrea su cabeza, sus pensamientos y su corazón. Lo quiere lejos. Quiere olvidarse de él y no recordar lo que era un bloqueo de corazón o las mariposas en el estómago.
- Mañana a las 2- le recuerda sin responderle-.
- Ya- Minho parece dudar y Taemin aún no se cree capaz de cortarle-. Taemin.
- Mm.
- Te quiero.
Minho corta primero y él se queda con el teléfono aún pegado al oído. Siente como su celular se bloquea tras no tener ni un movimiento y como sus dedos comienzan a entumecerse.
Tiene frío. En su interior y exterior.
Y cuando se acuesta bajo las mantas en su cama, sigue teniéndolo. Sigue tiritando y su corazón sigue sufriendo porque le cuesta palpitar. Piensa una y otra vez la conversación con Kai encontrándole más sentido cada nuevo análisis.
Y lo peor es que apoya su cabeza en la almohada y el olor de Minho parece evaporarse y colarse por cada poro de su cuerpo. Parece absorverle el cerebro y cada célula de él.
Lo absorve, lo analiza y lo hace sufrir.
¿En qué momento le fue difícil comenzar a respirar?
Capítulo 18
Minho voltea la hoja de la croquera y suelta un suspiro aún sin creer lo aburrida que podía ser esa clase. Anota con rapidez un par de palabras que el profesor les sermoneaba, mientras Jonghyun imitaba su sonido solo que tras el sueño que lo tenía profundamente atrapado.
Llevaba más de quince minutos dormido sobre su cuaderno y ya estaba mojando la hoja hace bastante rato con su saliva. Era algo deprimente, pero a Minho le causaba bastante gracia.
- ¿Es posible que alguien pueda dormir tanto como Jonghyun?
Onew se sienta a su lado rápidamente, llegando atrasado y con un café en la mano, lo que le dejaba claro que se había quedado dormido una vez más.
- Parece que tú también puedes hacerlo- se burla.
- No es mi culpa que se esté llenando de autos Corea- bufa, sacando una croquera para ponerse a escribir.
- Debiste salir antes.
- Si lo hice, solo que Taemin me pidió que lo llevara y me atrasé.
Cuando Minho escucha su nombre a la mitad de robarle un sorbo de café a su amigo, siente como el líquido quema su garganta casi obligándolo a escupir.
Taemin de mierda.
- No pensé que mi acto de buen hermano causaría tanta impresión- se burla dándole suaves golpecitos en la espalda.
- Y yo creí que odiaba que lo fueras a dejar.
- Yo también- asume sin sospechar porque Minho sabía eso-. Pero ahora está distinto… está como cambiado.
- ¿Cambiado?
Un fuerte salto de Jonghyun asusta a ambos chicos, despavilándolos de su tema de conversación y enfocándose en él. Y ven al muchacho tan desorientado y con los labios brillosos tras la silava derramada, que lo único que causa en ellos, es una risa que apenas pueden disimular.
- Estaba soñando- les susurra, rascándose los ojos-. Y era un sueño tan lindo, pero tu celular de mierda me despertó.
- ¿Mi celular?
Atrae hacia sí la mochila en la que su mejor amigo dormía plácidamente y saca el teléfono que ya se encontraba encendido tras la vibración.
Tenía un mensaje de texto y sabía perfectamente de quién.
Sonríe antes siquiera de leerlo.
Te echo de menos. Extraño tus cariñitos ricos :(
- ¿Quién es?- le interroga Jonghyun.
- Alguien que consigue que sonría como imbécil- le responde Onew intentando levantar un poco la cabeza al igual que Jonghyun que también quería husmear.
Pero Minho era más rápido y escondió el celular dentro del bolsillo de su pantalón.
- Era Sulli.
- Sí, claro- le responden al unisono.
- Taemin anda igual que tú- le dice Onew de pronto.
Minho se remueve en la silla incómodo por volver al tema del menor, mientras que Jonghyun se acomodaba mejor para oír como solían hacer las viejas.
- ¿Igual que Minho?
- Sí, igual de sospechoso.
- Silencio allá atrás o sino se retiran los tres por su cuenta.
Jonghyun hace el intento de levantarse para irse realmente, pero Minho logra jalarlo del asiento para que volviese a sentarse, pero sin la intención de dormir.
- Era un tema interesante- susurra el moreno a Onew.
- ¿Mi relación con Sulli?- ironiza.
- ¡Les hablo en serio!
El grito de la profesora alerta al grupo de amigos y sobretodo a Jonghyun que no paraba de despotricar en su contra. El silencio que generó en la sala fue tan sepulcral que más de una cabeza se volteó al sentir la vibración de un celular.
Para rematar, de Minho nuevamente.
- ¿Sulli otra vez?
Jonghyun es el primero en tener que salir de la sala. Minho fue el siguiente y por culpa del recién nombrado que se dedicó a llamarlo al celular para que también lo echaran del lugar.
Por suerte del moreno, Onew no tuvo que salir por lo que no se vería incómodo ante una nueva mención de Taemin.
Ya que no vienes nunca a verme, obligado a tener que hacerme cariño solo.
- ¿Y tú dónde mierda te vas tan rápido?
Las pisadas de Minho apenas alcanzaban a oírse con la rapidez que iban. Jonghyun mira el camino por el desaparece, quedándose un par de segundos para ver si en serio lo dejaría solo en el pasillo.
Al parecer sí porque nadie va con esa rapidez al baño porque te dan ganas de la nada. O tenía problemas gravísimos a la próstata o había comido algo vencido hace más de un año.
Y ojalá fuera así.
Porque cuando Minho entra al cubículo del baño y cierra de un solo golpe, no despotrica contra su próstata ni contra algo vinagre que le cayó mal al estómago.
Despotrica una y otra vez porque Taemin con solo una oración haya conseguido colocarlo tan caliente de la nada.
**
- ¿Estás segura que me puedo quedar acá? No quiero ser una molestia para tu mamá.
- Nooooo, en lo absoluto- Sulli le da un golpecito en el hombro y sonríe-. Ella te ama y ni siquiera estará, tiene turno esta noche. Y Minho… solo estará en su pieza y apenas existirá.
- Oh.
- No tienes de qué preocuparte.
Taemin le sonríe como respuesta y se acomoda a su lado sobre el sillón. Era una buena idea, por mucho que estuviera mintiendo o más bien, “omitiendo información”, era una excelente idea que tan solo le había llevado cinco minutos en concretar.
Los mejores cinco minutos de toda su vida.
O por lo menos hasta que ocurririera algo esa noche. Si es que era posible.
- ¿Es aburrido que tus papás se vayan al sur, no? Yo los odiaría.
- Suelo odiarlos incluso hasta los días que están acá.
- Ah, bueno. En ese caso no es aburrido.
- En absoluto.
Ambos ríen hasta que la puerta de acceso se abre y deja al descubierto una figura que ambos tan bien conocían. Minho se queda en el umbral, algo impactado sin atinar si entrar o no. Llevaba unos cartones en la mano, mientras que en la otra aún sostenía las llaves de la puerta.
- ¡Al fin veo tu cara!- le grita Sulli con una enorme sonrisa.
A Taemin le dan ganas de gritárselo también, pero se ve en la obligación de esconderlo. Se odió por no haber podido hacer lo mismo con su sonrisa.
- Como si fuera posible que olvidases mi cara- logra responderle luego de salir del estupor y cerrar la puerta para acercarse y darle un largo abrazo.
Cuando llega el turno de saludar a Taemin, la cosa se vuelve un poco más complicada. Le gustaría tener la posibilidad de algo como un abrazo eterno o un beso que llegue a faltarle el aire, pero una leve inclinación de su cabeza es lo único que consigue.
Por ahora.
- ¿Cuántos contratos conseguiste hoy de parte de tu profesor?- le pregunta una cariñosa Sulli que casi consigue poner celoso a Taemin. Minho recién recuerda que no están solos en la sala y que su hermana estaba ahí, por lo que desvió la mirada y se dirigió a ella. Con dificultad.
- ¿Para que quieres verme trabajar tan pronto? ¿Para conseguirte tus costosos lujos?
- Para que me dones tu habitación y la pueda usar como guardarropa- se burla.
- Eso quisieras.
- Era una broma- se cuelga de su cuello y le da un sonoro beso en la mejilla.
Y Taemin admite que sí. Que está tan celoso que le dan ganas de hacerle lo mismo sin tener la necesidad de cohibirse o esconder su deseo de comérselo a besos.
Puto mundo heterosexual.
- No quiero que te vayas nunca de la casa- continúa la chica con ayuda de sus besos-. Ni que te cases ni estés con ninguna persona cochina de mala muerte.
El menor agradece el gesto de que haya dicho persona y no chica, lo que casi sintió como un halago poder encontrarse en esa oración de odio.
- Ya basta, muchos besos- se queja el moreno empujándola con un brazo para retroceder un poco casi con la intención de irse-. ¿Tienen hambre?
Ambos asienten casi compitiendo por cual de los dos sonreía más.
Minho se queda hipnotizado en una sola sonrisa.
- Deberías pedir pizza- propone Sulli. Taemin asiente.
- ¿Seguros?
- Sí- le responde mirándolo de una forma casi descarada, como si quisiera desnudarlo solo con la mirada-. Pizza estaría bien, Minho hyung.
Es impresionante como una persona, una mísera persona, puede conseguir que su cuerpo logre casi desmoronarse con una sola oración. Con un par de palabras que hacen que se le sacuda el estómago y algo más abajo.
Debía admitirlo, Taemin lo tenía caliente.
Hirviendo.
Y le cuesta pensar. Le cuesta recordar que existe y que tiene que respirar mientras come. Le es dificil concentrarse en la masa de la pizza si cada cierto tiempo una pierna, que dudaba que fuera la de Sulli, frotaba la suya de una manera tan lenta y desesperante que le daban ganas de frotarse contra las paredes.
Le dolía la ropa. Le quemaba.
Cuando mira a Taemin, intentando decirle que si no se detenía ahora no podría controlarse y tendría que asumir las consecuencias, el muy descarado le guiña un ojo como si Sulli no estuviera presente y ambos estuvieran solos en una burbuja.
O en un sauna.
Que era lo que más se asemejaba a un lugar con tan alta temperatura.
- ¿Tienes que trabajar mucho hoy?
La voz de Sulli lo hace volver a la sala y a concentrarse en su respiración que ya casi se encontraba ausente.
- Mmm… algo así. Pero estoy bien, no te preocupes.
- Onew no trabaja tanto como tú, Minho hyung- le interrumpe Taemin de pronto, acomodándose sobre la mesa y deteniendo las caricias al fin.
No sabe si que haya detenido el roce de su pie con su pierna o el solo hecho de que le haya llamado hyung, consigue desesperarlo más.
Se rasca la frente, intentando ocultar su maldito deseo de lanzarse sobre la mesa y no solo besarlo, sino que devorarlo.
- Es un vago- se intenta burlar.
- Sí- admite Taemin serio-. No es como tú que te quedas trabajando hasta tarde siempre.
Sabía que eso iba con doble sentido. Conocía ese maldito brillo en su mirada y su cara de desear algo hasta tal punto que lo conseguiría.
- Taemin se quedará con nosotros hoy en la noche, ¿te dije?
Fue una oración demasiado corta para haber contenido información tan importante.
¿Quedarse? ¿Ahí? ¿En el mismo lugar que él? ¿Toda la noche?
Oh. Oh.
Sin duda, esa noche sería más larga de lo habitual.
No había duda de eso.
**
Sostiene el cartón con una mano, mientras la otra se encargaba de cortarlo con una habilidad digna de presumir. Llevaba más de cuatro horas trabajando, ya entrando al horario de madrugada. Le daba lo mismo que al otro día tuviera que lidiar con unas oscuras ojeras mientras pudiera tener por lo menos un par de horas libres en las que pudiera hacer lo que se le diera la gana.
Como raptar a Taemin por ejemplo.
Sonríe solo con el hecho de pensarlo y deja el cartón recién cortado sobre un montón de papeles.
Dos pliegos más y el trabajo estaría casi listo.
Pero las piernas ya no le dan más y prefiere sentarse y darse el lujo de poner algo de música a esa hora. Probablemente todos ya estaban sumidos en un profundo sueño que será imposible de sacarlos, así que se da el permiso a si mismo de ponerlo en un volumen lo suficientemente oíble.
Clickea sobre una canción y no alcanza a pasar ni siquiera un minuto en el que siente dos manos meterse por el cuello de su polera, acariciándole el pecho como pocos tenían el derecho de hacer.
Minho se deja acariciar e incluso se da el lujo de cerrar un poco los ojos, disfrutando. Extrañaba sus caricias, no le era dificil admitirlo.
Y tampoco descubrir de quien se trataba.
- ¿No tienes frío trabajando así?- Minho mueve el cuello hacia un lado y Taemin le acaricia en la nueva parte exigida-. Hace demasiado frío para que estés vestido así solamente.
- ¿Me estás controlando?- voltea con cuidado la silla, quedando frente al menor que lo miraba con el ceño algo fruncido.
(Sí.)
- Claro que no. Solo lo decía porque solo una persona tan anormal como tú puede andar con solo con camiseta y bóxers cuando apenas hacen dos grados.
Como si fuera un problema verlo así.
- Estoy bien- le susurra acercándolo del polerón y hablándole lo suficientemente cerca para que su aliento lo encandilara. Lo que parecía tener efecto-. Y ahora mejor.
Se observan, se miran, se besan.
Lento pero rápido, sin sentirlo pero colocándose la piel de gallina. Minho lo acerca desde el cuello y Taemin busca algo de que afirmarse porque dios, había olvidado lo desatinado que lograba ponerlo con solo colocarle un dedo encima. Suspira en su boca y Minho le lame los labios, pero sin besarlo.
Le dan ganas de decirle cuánto le extrañaba, pero no quiere sonar como típica adolescente enamorada que pueda asustar en un solo minuto a Minho. El moreno le mete los dedos entre el cabello y no lo deja escapar, acercándolo una vez más.
Sentía que ya se estaba quedando sin saliva.
- Minho- le cuesta separarse, pero lo hace de todas formas-. Minho…
- Mmm
El moreno queda con el cuello estirado cuando ve que Taemin se levanta y lo mira algo extrañado. Le sonríe, pero sigue con esa mirada sospechosa.
- ¿Por qué te levantaste?
Es casi una orden.
Taemin se acerca otra vez, pero esta vez se sienta en sus piernas, permitiendo que el moreno solo le pasara las manos por la cintura, por debajo de su camiseta. Le acaricia con la nariz el hombro, mientras que el menor se deja estar.
- ¿Qué pasa Minho?
El moreno lo mira sin entender a qué se refería.
- ¿Tiene que pasar algo?
Le besa el hombro, el cuello y debajo de la oreja. Taemin disfruta y le cuesta pensar, porque es dificil concentrarse y negarse cuando te besan ahí.
- Minnnnho- ya hasta le cuesta decir su nombre-. Sulli está al lado.
- ¿Y?
Le da un poco de rabia su despreocupación. Solo un poco.
- ¿Y? ¿Y?- lo vuelve a separar intentando poner su mirada más temible-. Que Sulli nos escuchará.
Minho deja caer ambos brazos al lado del cuerpo de Taemin, rindiéndose ya de lo que tenía pensado. Se rasca el flequillo frustrado aún con el peso del menor sobre sus piernas, rechazando la hermosa idea de cambiar su trabajo por algo más de entretención con el menor. Aún siente su mirada de reproche cuando una de sus manos lo acercan de la camiseta atrapando sus labios con un beso lo suficientemente salvaje como para lo que tenía pensado.
- Eres un maldito- le susurra contra su boca, sonriendo a pesar de todo-. Si nos descubren…
- No lo hará.
Taemin se levanta de sus piernas, sin separar ni un centímetro su boca, abrazándose a su cuello, mientras Minho caminaba junto a él hasta la puerta para pasarle el puto seguro que no lograba encontrar. Se quedan jugueteando un par de minutos ahí; Taemin acorralándolo contra la puerta mientras Minho luchaba por volver a tener el poder.
- Tienes las manos heladas.
El moreno sonríe malicioso y continúa tocando al menor por debajo de la ropa, casi de forma desesperada. De un momento a otro comenzaron a caminar hacia la cama, mientras Taemin se encargaba de quitarle la camiseta por sobre la cabeza.
- Ya se calentaran- le susurra Minho contra su boca, ganándose un mordisco en los labios.
Lo acuesta con cuidado encima de la cama, a la vez que también le quita el polerón y la camiseta con un solo movimiento. Agradecía que no tuvieran que hacerlo nuevamente en un sillón porque esa vez había sido algo casi contorsionista.
Taemin lo acerca desde el cuello, quedando encima de él, besándolo y saboréandolo por todo el tiempo perdido que habían tenido esos días. No recordaba el sabor de sus labios ni como su corazón conseguía alborotarse al tenerlo tan cerca.
Rogaba porque sus palpitaciones no se alcanzaran a oír en la habitación del lado.
Minho intenta luchar pero no puede porque es demasiado, porque es demasiada saliva y no logra controlarse, no logra recordar como se vivía ni como era posible ser racional en momentos así. No se acuerda de su hermana ni de la vecina ni de las paredes ni de nada. Se aferra al cubrecama porque se tiene que aferrar a algo o los labios de Taemin conseguirán asesinarlo, entonces el menor hace un rápido movimiento dejándolo bajo su cuerpo y tomando él la iniciativa.
Minho no se resistía, solo se dejaba querer. En alma y carne.
Y Taemin parte desde lugares inbesables hasta lugares irresistibles. Primero la frente, los ojos, pieldemasiadapiel, la nariz, diosMinhodios, los pómulos, la mandíbula, ese maldito hueso que tanto se acentuaba cuando hablaba y que lo hacía perder la concentración apenas lo veía aparecer. Prueba cada rincón del cuerpo de Minho, marcándolo de su propiedad y saboréandolo como si se tratara del mejor helado del mundo. Le besa el rostro, los labios, tras las orejas, el cuello, el pecho, lo muerde, diossssTaedioss, y eso consigue colocarlo más caliente si es que alguna vez no lo estuvo. Escucharlo decir su nombre entre mugidos era un deleite para sus oídos.
Se sienta sobre él, sobre esa maldita parte de Minho que parecía tener vida propia, y comienza a rozarle más de lo que era necesario; le besaba el pecho, el abdomen, alrededor de los pezones, mientras sus caderas no paraban de friccionar las de Minho, provocando que soltara más de un gemido por minuto.
Y pensar que en algún momento se preocupó por Sulli.
Minho se afirma de su espalda, lo rasguña, lo marca, lo hace de su propiedad y aún así no es suficiente porque si el menor no se detenía explotaría, no, ni siquiera eso, estallaría antes de lo necesario. Taemin era un malnacido, no había otra forma de explicarlo.
- Diosssss- gime ya sintiendo una gota de sudor por su espalda-. Mierda, Taemmmmin, para, diosssssss.
El menor mueve con más rapidez sus caderas, friccionándolo aún más, con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Qué cosa?- el tono inocente apenas le resulta.
Minho lucha con una fuerza sobrenatural y logra sentarse quedando a milímetros de la maliciosa sonrisa de Taemin. Y se contagia, también sonríe y el menor le pasa las manos por el cuello, sosteniéndolo de la cabeza. Sus pestañas chocaban y sus alientos se combinaban. Taemin le muerde el labio inferior algo fuerte, pero sin besarlo, aún con ese puto y maldito movimiento de caderas, mientras Minho cerraba los ojos inconscientemente antes de sumirse en un profundo beso. Y el menor se deja estar porque cuando el moreno va bajando las manos por su espalda, rasguñando y apropiando lo que le era suyo, llega hasta su trasero y lo aprieta y le duele porque diosssssMinnnnho.
No ahoga un gemido en su boca, sino que más de diez.
El moreno se aprovecha de su debilidad y lo toma con una facilidad impresionante y lo vuelve a colocar bajo su cuerpo porque ahora le correspondía a él sufrir todo lo que le había hecho. Taemin ahoga un nuevo gemido cuando siente los dientes de Minho incrustrarse en su hombro y luego lamer la zona que se comenzaba a poner roja.
Y baja, besa cada centímetro de piel y sigue bajando; crea un delgado camino de saliva brillante mientras sigue descendiendo cada vez más hasta llegar al borde de la ropa interior del menor. Levanta la cabeza lo suficiente para mirarlo y casi burlarse de su rostro de desesperación. Cuando Minho mete un dedo entre su bóxer y comienza a sacarlo con una lentitud digna de locura; Taemin emite un gruñido desde el fondo del estómago.
- Shtt… con calma, Lee.
El castaño está deshecho del todo y Minho es malvado y siente que lo tiene que hacer pagar por todos esos malditos mensajes que le revolucionaron las hormonas durante toda la semana. Le saborea los labios, distrayéndolo y volviendo a colocarse encima de él. Despeinado y sudado, Taemin le busca la boca y ahoga un fuerte gemido cuando siente una de las manos de Minho metiéndose entre ambos cuerpos y tocándolo más de lo debido.
De hecho, lo estaba tocando.
Minho le besa entre los homóplatos, mientras su mano se manejaba casi por si sola. Y Taemin se afirma de las sábanas, de la piel del moreno, de su trasero, Minho voy a- tienes que- dios no puedo- diosssssssssss- Minhodiossssss.
Le pasa la lengua por el cuello y le besa el lugar recientemente humedecido.
- Me gusta como hueles- ronronea cerca de su óido-. Me gusta como sabes.
Y lo hace. De una sola vez y sin rodeos. Embiste contra Taemin, sin haberse percatado en qué momento se quitó incluso su ropa interior. Y lo hace de tal forma que el menor suelta un gemido desde el fondo de su garganta, casi desgarrándosela.
Ya no sentía el mismo dolor que la primera vez, no señor, ahora sentía que podría morir de placer.
- Minnnnnnnnnnnnho.
Lo acerca del cabello y le come la boca a mordiscos. Lo hace rápido y desesperado. Desesperado de Minho, desesperado de piel y fluídos que lo hacían perder la razón.
Minho le lame los homóplatos y le muerde los hombros. Marca el recorrido de su transpiración con la lengua, mientras sus caderas siguen embistiendo a un ritmo que parece siempre constante. Cuando no le está besando le acaricia el abdomen, apretándole la cintura y dejando blanca la zona por la que pasaban sus dedos. Las caderas del moreno son tan huesudas que chocan contra el culo de Taemin y nota los huesos. Pero el menor es mucho más fuerte de lo que aparenta, soportando ese maldito ritmo agónico. Rápido, despacio, más despacio y otra vez esa maldita fricción que lo condenaba. Más rápido y un poco más y el maldito condenado de Choi Minho no se cansaba.
Taemin está desesperado y no se lo dice nunca.
Le dan ganas de gritar y gemir de lo más profundo de su cuerpo cuando siente a Minho de esa manera. Se le olvida la existencia de Sulli y lo hace de todas formas.
Cuando las sensaciones son demasiado reales, parecen irreales.
Le besa como si fuera un juguete y le muerde donde le plazca. Entonces cuando Taemin le amenaza que está al borde del colapso, que no soporta más, que no resiste, él le dice ni se te ocurra. Siente que las embestidas están durando una eternidad y que está tan expuesto que no se cree capaz de poder abrir los ojos. El placer lo está inundando y Minho se hunde con él. Siente un ir y venir de emociones, casi como si estuviera flotando en el cielo y una estocada cada cierto tiempo lo hace volver a la tierra y recordar que vive, que de verdad siente lo que siente y que la electricidad que le recorre todo el cuerpo al sentir a Minho dentro de él no es algo de su imaginación.
Siente un placer al final de su columna vertebral y está seguro que eso es verdad.
- Diosss-Minho-no-aiiish-Minhhh-te odio- ashhhhh.
Le entierra las uñas, lo muerde apenas se acerca y no lo deja escapar. Es injusto que solo él este sufriendo esa agonía mientras el muy hijo de puta parece gozarla más que nunca. Se siente en el vacío y en el lleno, cayendo y flotando.
Minho le da una embestida con más fuerza quedándose atrapado en los labios del menor, mientras Taemin lo aferraba hacia si porque no lo quería dejar escapar. Siente que se pueden quedar así por mucho rato, inmersos en ese puto placer que apenas los dejaba respirar. Le pasa las piernas por la espalda, abrazándolo, a la vez que encogía rápidamente los dedos de los pies porque ya se veía venir.
Minho pierde el control de repente y sin aviso. Su ritmo se quiebra y cae sobre él, repitiendo palabras y su nombre revuelto entre ellas con una voz irreconocible. Balbucea palabras sin sentido y sin control.
Respirando con esfuerzo y sin aguantarse más, Taemin lo imita. Mientras Minho intenta volver a la realidad, el menor explota desde su interior manchando mucho más de lo que se creía posible. El moreno jadea y coloca un brazo sobre su cuepo y de repente el mundo parece un lugar mejor. Taemin huele a sexo y le cuesta respirar, le cuesta volver a concentrarse en vivir y en recordar en donde se encontraban. Es intenso y mucho más masculino de lo que alguna vez alguien tendría la posibilidad de ver.
Taemin era lija y terciopelo. Fantasía y realidad.
Le dan ganas de confesársele y decirle todo lo que siente y lo que le hace sentir en su estómago apenas lo ve o escucha algo sobre él, pero se aguanta porque no quiere sonar cursi ni asustarlo.
- Lo sabía, Choi.
Su voz suena rasposa y sensual. A Minho le dan ganas de lamerle la cara y el cuerpo entero.
- ¿Qué?
- Que soy tu maldita debilidad.
Siente los ojos de Taemin mirándolo de costado y le dan ganas de que esa noche dure toda la vida.
Toda su maldita y puta vida.
**
Un rayo de luz llega directo a la cara de Taemin que se encontraba escondida en el espacio del cuello de Minho. Lucha un poco en contra el sol, escondiéndose en el moreno y abrazándolo desde el estómago.
Entonces piensa.
Eso no estaba bien. Para nada bien.
Levanta nuevamente la cabeza, aún abrazado del moreno y nota los fuertes rayos que lo habían despertado. Ve a su alrededor y reconoce el lugar en el que se encontraba. Ve los cartones amontonados y su ropa tirada cerca de la puerta. Dos bóxers terminaban de adornar el desorden en el medio de la habitación.
- Mierda. Sulli.
Se despega rápidamente de Minho, provocando que el moreno se quejara un poco para luego voltearse y seguir durmiendo como si nada hubiera pasado. Taemin se queda pegado observándole el cuello e intentando inventar una mentira en su mente para esos moretones que comenzaban a aparecerle una vez más.
Maldito desgraciado.
Se levanta desnudo de la cama y se agacha rápidamente a recoger su ropa y pasar sus bóxers por entre sus piernas. Rezaba mentalmente que Sulli no estuviera despierta, mientras intentaba ordenar la cama y tapar al moreno que llegaba a suspirar entre sus sueños.
Sonríe por el solo hecho de recordar lo que habían hecho hace un par de horas.
Le gustaría besarlo por última vez, pero el solo hecho de imaginar la drámatica escena que se les venía si se demoraba un segundo más, que decide irse rápidamente de ahí.
Cuando cierra la puerta de la habitación de Minho, cree que deja de respirar.
Da un paso con algo de falta de equilibrio y comienza a contar los que siguen hasta llegar a la puerta de Sulli. Cuando toma el pomo de la puerta, suelta un largo suspiro y se arregla el cabello tras recordar que no debía tener tan buena cara.
- Taeminnie- bosteza la chica, abriendo apenas los ojos al verlo entrar-. ¿Estabas en el baño?
Taemin cree que vale la pena volver a respirar y que Dios lo ama.
Maldito Choi Minho de la que te salvaste.
- Sí- miente, sonriéndole-. No podía aguantar más.
La chica da un golpecito a su cama, indicándole que se acostara a su lado. Taemin la observa y hace lo que se le ordena con una gran sonrisa.
A ella era imposible decirle que no. Era algo asi como su mejor amiga, la que nunca pensó en tener.
O una debilidad impresionante por toda persona que tuviera apellido Choi.
- ¿Te fijaste si Minho dormía?
Se le olvida tragar cuando escucha su nombre.
- Estaba cerrada su puerta.
- Dios- mira el reloj de la pared y toca su rostro, sorprendida-. Se quedó dormido. Una vez más.
Cuando Sulli pasa por encima de su cuerpo y pega un gran salto para llegar a la puerta de una sola vez, Taemin recuerda en el estado en que quedó Minho.
Mierda. Mega mierda. Super mierda.
Intenta salir de la cama y alcanzarla, pero no se le ocurre una idea lo suficientemente convenciente para llegar donde ella e impedirle el acceso a su habitación.
Sulli no puedes entrar, tu hermano está desnudo por mi culpa, lo siento. Sí. Tengo un problema de debilidad con él, perdóname. Nunca más ¿Sí?
Pésima idea.
Cuando siente una fuerte carcajada desde la habitación contigua supo que ya lo había descubierto. Quiso taparse la cara con un cojín y morir de vergüenza ahí mismo.
No dudo en hacerlo.
- ¿Y tú qué te crees durmiendo de esta forma Choi Minho?
Sulli le lanza un cojín a su hermano en la cara y le pega un fuerte palmazo en el trasero que se encontraba al aire. El moreno despierta más que asustado, y más aún al notar que la cama se encontraba vacía y su hermana con una gran sonrisa.
Se recuerda mentalmente de agradecerle a Taemin.
(Una y otra vez)
- ¡Te estoy hablando!
- ¡Y yo escuchando!- se tapa nuevamente y le da la espalda-.
- No sabía que se te daba el exhibicionismo.
- No sabía que se te daba violar la privacidad.
- Y a ti violar las sábanas.
Minho enrojece por completo solo al oír la palabra.
- Levántate o llegarás tarde.
Sulli se retira del lugar aún riendo y sin cerrar la puerta. Y la odia por eso, porque se tendrá que levantar desnudo y le dará frío y dios, maldito Taemin.
Es por eso que prefiere seguir tapado hasta el rostro y dándole la espalda a toda persona que entrara. Incluso a esa persona que se asomó después de varios minutos a observarlo y solo sonreír por el hecho de verlo así.
Cuando Taemin sonríe los días parecen más agradables.
Capítulo 19
Habían sido los tres meses más extraños de su vida. Los más llenos de emoción y los con mayores vaivenes emocionales que alguna vez había tenido. Pero se sentía feliz. Como si de un momento a otro se hubiese abierto una cortina y los rayos de sol le hubiesen dejado ver algo que nunca pensó sentir; mariposas en el estómago y bruscos movimientos en su corazón.
Maldito Choi.
En el momento que se le había antojado aparecer en su vida, nada pero absolutamente nada, había vuelto a ser igual. La necesidad de esconder sus sentimientos y seguir protegiendo esa maldita barrera que solo conseguía hacerlo más desconfiado e inseguro, la había deshecho de un momento a otro, burlándose de todos los años que se había demorado en formarla.
- ¿Qué piensas tanto?
Siente su voz golpeándole en el cuello como una suave brisa de media tarde. Se mueve perezoso bajo el cubrecamas y le sonríe. Taemin siente que podría morir en ese momento y ni siquiera le importaría.
- Pensé que estabas durmiendo.
- No- le miente-. Estaba mirándote.
- Con los ojos cerrados- se burla.
Minho le da un corto beso en el cuello y él sonríe; no es necesario que lo perdone, no es su culpa que no hubiese dormido en dos días para que esa tarde pudieran estar juntos. Se lo agradece mientras ve como se le cierran los ojos inevitablemente.
Y lo mira. Lo mira cuando vuelve a quedarse dormido sobre su hombro, respirándole sobre el cuello y sosteniéndose de su cintura. Le mira las pestañas y el labio inferior que descansa en forma de puchero. Minho era sol, nubes y tempestad.
- Para de mirarme- le interrumpe de pronto, soltando un gran bostezo.
- ¿Y si no puedo?
Le gustaría que sonara como broma, pero no le resulta demasiado.
- Te acusaré a mi mamá- ríe, abrazándolo de lleno y quedando sobre él.
- En este momento soy yo el que te puedo acusar- enreda sus dedos en el cabello de Minho, mientras él se vuelve a apoyar en su hombro-. Puedo decir que no te conozco y te metiste a mi cama sin autorización.
- Soy demasiado inocente, sabrán que es una mentira.
Cuando Taemin ríe el cuerpo de Minho tiembla junto al de él. Su cabello le hace cosquillas en el cuello y sus manos intentan temperarse por sobre su piel. Si Onew o sus padres llegaran en ese momento, sería lo peor que podría suceder.
Y el moreno le besa con cuidado bajo las sábanas tomándolo desde las mejillas mientras él se deja estar, se deja acariciar y se deja marcar sin poner algún tipo de resistencia. Minho le besa el cuello, los pómulos, la huella de su mandíbula, la punta de la nariz y él solo cierra los ojos. Sus pestañas chocan y el menor sonríe inevitablemente ante el roce.
Le gustaría quedarse así por siempre y que el tiempo se detuviera y solo fuera necesario vivir con Minho. Que Minho fuera su oxígeno y le fuera imposible separarse de él.
Era algo demasiado extraño y que no se creía capaz de admitir alguna vez.
- ¿Me vas a decir qué piensas tanto?
Minho se sienta sobre su cintura, atrapándolo con sus piernas. Le mira serio, preocupado, como si algo grave estuviera pasando.
Solo me di cuenta que me estoy enamorando de ti. Es solo eso.
- No pasa nada- miente.
- ¿Seguro?- Taemin asiente, mientras Minho acercaba una sábana a él, cubriéndolo del frío-. Si quieres me puedo ir.
- Nooooo, estoy bien- le acaricia bajo la polera intentando convencerlo-. Estoy bien, en serio.
Minho le estudia por unos segundos, mirándolo con el ceño algo fruncido, mientras Taemin estiraba la boca y le lanzaba besos invisibles que esperaban ser capturados. Cinco minutos fueron necesarios para separase y sentir que podían vivir un par de minutos más sin volver a besarse.
El alto ríe al separarse porque dice que su boca sabe a leche de plátano por su culpa y Taemin lo imita solo porque sí. Porque lo mira y siente que su felicidad se le contagia.
Le dan ganas de sacarle una foto y dos y tres y mil. Minho se queja de que no quiere, pero lo ignora de todas formas. Ahora estaba él encima y él tenía el poder, por mucho que luchara no lo dejaría ir.
- Minhoooo- lo sostiene con sus piernas, pero el alto consigue esconder su cara bajo la almohada-. Minho, hablo en serio, es solo una.
- Tengo ojeras como un panda- se le puede oír bajo el cojín-. Estoy feo y… y no quieroooooo.
- Minho- le habla en serio, intentando de infundirle miedo-.
- No me das miedo, Tae, lo siento.
Sonríe solo al escucharle decir su nombre de esa forma. Se queda en silencio, mirando como apretaba la almohada sobre su cabeza, aún sin querer sacarse una foto.
- Me gusta que me digas así- le dice sincero, sin recordar su pequeña pelea. Minho deja ver sus ojos moviendo la almohada lo suficiente para mirarlo-.
- ¿Y yo?
- ¿Tú qué?
Minho sonríe, se deja querer y Taemin le acaricia el abdomen como quien acaricia el lomo de un gatito en busca de amor.
- ¿También te gusto o no?
Se lo dice sincero y con un poco de color en sus mejillas. El menor le quita con cuidado la almohada de encima de su cara y la deja a un lado para comenzar a acariciar sus mejillas. Se pierde en su mirada y en ese ojo más pequeño que el otro que lo enamoraba cada vez más.
Le cuesta asumirlo, pero asiente con ímpetu.
- Demasiado- le susurra.
- ¿De aquí al cielo?
Sonríe tímido por su inseguridad.
- A Plutón.
Minho estira su brazo y acaricia con suavidad su cuello. Taemin goza el roce de su mano con su piel y sus mejillas intentan no enrojecer más de vergüenza. El moreno no le dice nada con respecto a eso y él se lo agradece internamente.
- Ya- se convence no muy seguro sobre el tema de las fotos-. Pero ten cuidado que no las vea Sulli.
No fue ni una ni dos ni diez. Fueron tantas como los días que tiene un semestre. Al principio Minho se avergonzaba de tener que posar, pero finalmente lo hizo de forma natural y sonriendo en la mayoría de ellas. Taemin también posó para él con algo más de entusiasmo, obligándolo también a que se sacaran un par juntos. Sabía que si alguien llegaba a ver esas fotos corrían un riesgo, pero lo hizo de todas formas.
Cuando el menor estaba terminando de pasar las fotos a su celular y Minho aprovechaba de acariciarlo antes de que un nuevo ataque de sueño lo atacara, suena el timbre, asustándolo de sobre manera. Taemin le sonríe y pasa la otra pierna encima de su cuerpo para salir de ahí. Cuando recordó que Minho podría creer algo mal, se le ocurre explicarle quién era.
- Es Kai.
No sabe si eso lo consoló o fue peor.
Taemin baja los peldaños de dos en dos, a la vez que se cierra el polerón que le pertenecía a Minho. Se coloca la capucha e intenta no sonreír tanto para no llamar la atención. Le diría a Kai que estaba solo y esperaba que el moreno le apoyara desde arriba sin mover cosas ni meter ruido.
Desde que abrió la puerta comenzó a contar mentalmente para perder menos tiempo.
Fueron doce minutos con treinta y tres segundos.
Con suerte hubo un intercambio de palabras, un roce de cuerpos en su saludo y la entrega de su cuaderno para que copiara lo que habían pasado en el colegio tras su ausencia. Kai lo miraba extrañado y Taemin lo apresuraba, mintiéndole de un supuesto encuentro con su madre.
Sabía que algo se traía entre manos hace bastantes días. Ya lo averiguaría.
Cuando Taemin entra a la habitación con el aliento entrecortado por subir las escaleras tan rápido, ve a Minho con un rostro completamente al que salió. Se encontraba sentado en la cama y con el cubrecama tapándole las piernas, sino fuera por sus brazos cruzados y esa mirada algo ceñuda no lo hubiese notado.
Se acerca sigiloso y se sienta al lado de él, aún con los pies sobre el piso, y le da un corto beso en las mejillas. Disfruta del roce de sus pestañas con su piel y sonríe.
Minho no lo hace. Ni siquiera se inmuta.
- ¿Qué quería Kai?
Su voz es áspera. Es sin sentimientos y como si las palabras le costaran salir de su boca, más aún cuando se ve obligado al decir el nombre de su amigo.
- Un cuaderno- le responde con su habitual tono de voz, a la vez que le acaricia el torso de su mano. Juega con sus dedos y Minho no los mueve-. Estaba enfermo y no pudo ir a clases.
- ¿No se los podía pedir a otra persona?
Deja la caricia de lado y se concentra en mirarlo, serio.
- ¿Qué tiene de malo que me lo haya pedido a mi?- sin querer su tono se vuelve un poco áspero, pero aún sin alcanzar el nivel de Minho-. Es mi amigo.
- Eso decía también de Sulli- le recuerda esperando que entendiera a que se refería.
Taemin lo captó de inmediato. El moreno creía que su nivel de amistad era igual a intentar tener una relación casual como lo había intentado con su hermana.
Solo que a ella no le resultó.
- ¿Crees que está intentando algo conmigo?- ahora si se enoja-. Minho, no seas idiota. Es Kai.
- ¿Pretendes que diciendome “Es Kai” me caerá mejor? ¿Que logrará agradarme?
Taemin suelta un bufido y se levanta de la cama. Se queda de pie y se mueve incómodo porque odia esa situación. Porque odia lo infantil que se puede volver Minho de un momento a otro y porque odia esa sensación de tener que estar peleando por algo realmente estúpido cuando hace tan solo unos minutos atrás lo estaban pasando tan bien.
Puto Kai. Putos celos. Puto Minho.
- No puedo creer que estés celoso de Kai- le dice casi burlándose-. De Kai, por favor.
- ¿Yo? ¿Celoso? Taemin, no digas estupideces.
Odia que ya no le diga Tae. Le enoja más.
- Si fuera por eso, yo tendría más derecho a estar enojado que tú- le recrimina. Minho rueda los ojos, esperando-. ¿Crees que me pongo muy contento escuchando los malditos comentarios de la mitad de las amigas de Sulli alardeando sobre lo guapo y la sobrenatural belleza de su hermano? ¿Crees que es grato tener que soportar todas sus putas hormonas cuando te ven por la mañana? ¿Que ellas me caen muy bien?
- No puedo creer que te importe lo que dicen esas pendejas.
- Te informo, Choi, que esas “pendejas” tienen la misma edad que yo.
Minho sabe que la cagó porque: Taemin sigue de pie y no lo mira. Ya no lo mira y no tiene intención de acercarse y volver a acostarse junto a él. Porque cuando se levanta y se coloca frente a él y se acerca y tiene la intención de besarlo, el menor da vuelta la cara. Y porque cuando le pregunta si quiere que se vaya, por mucho que le cueste decirlo, ve como se toma unos segundos y asiente lentamente, pero lo hace.
Y no lo mira ni una vez más. Ni una maldita vez.
**
- ¿Y Key?
Taemin cierra la puerta tras entrar Jonghyun y se queda un rato, apoyado en ella y mirándolo algo cabizbajo. El moreno es tan distraído que ni siquiera lo nota, solo se sienta en el lugar que había estado hace un rato el menor, e incluso se bebe el vaso de bebida que se había servido a si mismo.
- Está bañándose.
Arrastra los pies mientras camina y se sienta a su lado, dejando caer la cabeza en el apoyabrazos. Y vuelve a quedarse pegado en la televisión y en ese maldito programa de cocina que lo tenía ensimismado hace ya bastante rato. El chef parecía hacer arte con las manos haciéndolo sentir más frustrado de lo que ya estaba.
Cuando Jonghyun lo siente soltar un suspiro, cree que le pasa algo.
Solo lo cree, así que piensa en poner el único tema en común para romper el silencio incómodo.
- ¿Y Minho?
- ¿Y Minho?
Jonghyun sonríe al escuchar que le pregunta lo mismo y al mismo tiempo, y cree que el menor reaccionará igual, pero cuando lo mira, lo ve más apagado de lo alguna vez lo vio.
Ahora si está seguro de que pasa algo.
- ¿Qué?- está confundido-. Pensé que estarías todo el día con él. Ayer y antes de ayer me hizo trabajar todo el día para que hoy tuviera libre… ¿¡Trabajé por nada!?
Key aparece antes de que Taemin alcance siquiera a abrir la boca, saludando menos cariñoso de lo normal a Jonghyun, besándole corto y suave los labios, mientras que el moreno lo abrazaba desde las piernas sin levantarse.
Taemin no quiere mirarlos, desviando su vista nuevamente hacia el televisor.
- ¿Cuándo será el día que llegue y estés listo?- Key se sacude el cabello a propósito sobre él, mojándolo con pequeñas gotas-. Tenías que estar listo hace rato si sabías que íbamos a salir.
No alcanza a entender las muecas y señas que le hace su novio cuando ve que Taemin los mira a ambos, extrañado.
Al fin se desconcentraba de ese maldito programa de cocina que lo único que hacía era darle más hambre.
- ¿Qué?- ahora todo le calza y le parece hasta una buena idea si salieran los cuatro-. Podríamos ir los cuatro. Nosotros dos y tú, Taemin, y Minho. Yo no tengo problema.
Key suelta un sonoro bufido, mientras ve como su mejor amigo se levanta más cabizbajo que antes y se cierra ese polerón que le parecía haberlo visto en otra persona.
- Taeminnie- le acaricia las mejillas y el menor sonríe entristecido-. No te vayas. Me puedo quedar acá. Jonghyun no tiene problema.
- ¿Ah?- el moreno replica enredándose una vez más-. ¿No saldremos los cuatro?
- Mejor me voy- le corta el menor-. No me siento bien. Quiero dormir.
Le da un beso en la mejilla a su amigo, intentando asegurarle que estaba bien y se despide de Jonghyun de forma menos cariñosa, pero igual que siempre. Cuando el menor cierra la puerta tras pedidos lastimosos pero inútiles de Key, la venganza del rubio recién comienza.
- ¿¡Eres estúpido o qué!?- toma el primer cojín que se le cruza por su camino y se lo lanza en su cabeza, esperando darle en pleno rostro. Falla por poco-. ¡Eres igual de imbécil que tu amigo!
Ahora de verdad no entiende. Incluso había entablado conversación con el menor para que lo tratara así de mal. ¿Tenía un problema hormonal tal vez?
- ¿Qué mierda hice que no sé?- está confundido y se levanta del sillón antes de que le llegue otro cojín.
- ¿¡No eres amigo de ese imbécil de Minho acaso!?- le escupe más enojado que antes-. ¿¡Acaso no se cuentan sus problemas!?
- ¿Qué problemas?- está tan perdido que está preguntándose si de verdad era él el culpable que tenía que recibir todos esos insultos en nombre de su amigo-. ¿Le paso algo a Minho? Key, cariño, no sé de que me hablas.
El rubio se ve obligado a intentar recuperar la calma y contar hasta un millón para volver a si. Jonghyun lo mira preocupado y él se consigue equilibrar un poco emocionalmente.
Maldito Minho te odio todo lo que no es capaz de hacer mi pequeño Taeminnie.
- Pelearon- le introduce bufando apenas comienza-. Fue todo culpa de tu maldito amigo que es celoso hasta de su sombra, regañando a Minnie por juntarse con Kai. ¿Entiendes lo infantil que es eso? – Jonghyun asiente, instándolo a continuar-. Y eso llevo a otra cosa y ese idiota, dijo algo que no debió decir, hiriendo el pequeño corazón de Taeminnie.
- No sabía nada de esto- se levanta del sillón y le acaricia las mejillas a Key, intentando tranquilizarlo-. Lo siento, Minho no me había dicho nada.
- Eso no te quita lo idiota que puedas ser- le rechaza-. Taeminnie ya se fue. Y ya no tengo ganas de salir.
Inevitablemente eso enojó de la nada al moreno, haciéndolo explotar de un momento a otro, toda la información que se había guardado tras momentos así.
- ¿¡Te has dado cuenta que los problemas de esos dos siempre nos afectan más a nosotros que a ellos mismos!? ¿Crees que eso está bien? ¿Acaso tengo la culpa de que ellos peleen?
Key suelta la toalla con la que se secaba el cabello, dejándola en el piso. Y mira a Jonghyun y le dan ganas de ahorcarlo, de hacerlo sufrir y de intentar borrarle lo egoísta que puede ser tratándose de un tema como su mejor amigo.
¿¡Acaso no tenía sentimientos!?
- Vete- le dice seco, sin ningún tipo de emoción-. No quiero que estés aquí.
Jonghyun se queda en silencio unos segundos y se inclina lo suficiente para besarlo, pero el rubio retrocede, volteando la cara y esperando que se fuera lo antes posible.
Por lo menos ahora, Minho no tendría que sufrir solo.
**
Saca una cajetilla de cigarrillos de su mochila y le ofrece, sacando en el acto uno para él mismo. Lo enciende con gracia, a la vez que Taemin niega, apoyando la cabeza sobre sus rodillas.
- ¿Y esa novedad?- se burla Kai recordando todos los cigarrillos que acostumbraba robarle su amigo anteriormente.
- Ya no fumo.
- ¿Y por qué?- expulsa el humo y se sienta en el borde de la acera, al igual que él.
- Ya no lo necesito.
Taemin lo mira dándose cuenta que su amigo lo observaba extrañado, en busca de una mejor respuesta. Solo que él no se la quería dar.
- ¿Hay algo que deba saber?- el menor encoge los hombros y vuelve a apoyar su cabeza entre sus rodillas encogidas.
- Puede que sí. Puede que no.
- Nunca me gustaron tus acertijos.
Taemin sonríe algo triste, a la vez que Kai lo observaba hipnotizado botando con cuidado el humo del cigarrillo.
Era tarde. Cerca de las diez de la noche y aún no volvía a su casa. Había vagado por gran parte de la ciudad, terminando finalmente fuera de la casa de su amigo. El único que no tenía que preocuparse de salir con su pareja o de tener que corresponderle a alguien emocionalmente.
Kai era algo así como, el que nunca nadie ha sabido domar.
- Digamos que…- le cuesta decirlo, pero lo hace de todas formas. Es su amigo, puede confiar en él-… que estoy con alguien.
- ¿En serio?- se burla-. ¿Quién es el afortunado que te logró cazar?
Le llama la atención que haya asumido de inmediato su homosexualidad. Le hace el tema más fácil, sin exceso de preocupaciones y explicaciones que no tenía ganas de dar.
- ¿O es mejor sin nombres?- Taemin asiente, agradecido-.
- Sí, pero lo conoces. Sabes de su existencia.
- ¿Me ha interesado?
- Más de una vez- sonríe, imaginándose del rostro de Minho si supiera eso.
- Campeón.
Kai le da un golpe en el hombro, lanzando lejos la colilla de cigarrillo sin siquiera apagarla. Taemin ve como a los segundos pasa un auto sobre ella, imaginándose historias de ciencia ficción en su mente. Le dan ganas de explotar o de esconderse bajo su cama sin verse obligado a existir, pero el moreno lo vuelve a sacar de su ensimismamiento, pegándole suave en la rodilla con su pierna para hacerlo volver a si.
- ¿Tan cagado te tiene?
- Sí- le cuesta admitirlo. Le cuesta hablar de él y no sentir una punzada en el estómago-. Me tiene algo… mal.
- ¿Y te gusta esa sensación?- le mira con cara de asco y enciende un nuevo cigarrillo-. No podría ser fiel.
- Supongo que sí- admite con algo de vergüenza-. Llevo tres meses así y no me quejo.
La cara de shock de Kai es tan grande que al fin algo logra sacar una sonrisa sincera en Taemin.
- ¿¡Tres meses!?- no lo cree, simplemente no puede-. ¡Tres meses! Oh Dios, te perdí.
- Kai, por favor- aún sonríe-. No es tanto tiempo.
- Te has dado el tiempo de contarlo, eso significa que de verdad te importa- casi le escupe el humo del cigarrillo-. Supongo que ya formalizaron, están a un paso del matrimonio si estuviera legalizado.
Taemin frunce el ceño, confundido. Nunca había pensado en un tipo de formalización o algo por el estilo. Era algo demasiado ajeno a ellos.
- ¿Por qué esa cara?- Kai suelta un escalofrío y frota las manos sobre sus piernas, intentando darse calor.
- No hemos formalizado- le cuesta decírselo, como si tuviera que avergonzarse. Aunque cuando ve la cara de Kai siente que debería hacerlo.
- ¿No quieres?
- No me lo ha pedido.
- Oh.
El castaño parece meditar la pregunta, quedándose absorto en el silencio. Se concentra en la separación de los adoquines, mientras Kai apaga el cigarrillo, pero esta vez dándole una patada en el piso. Lo ve de reojo, revolverse incómodo en el piso, y mirándolo cada cierto tiempo como si hubiese metido la pata.
Taemin cree que así fue.
- ¿Y por qué no te lo ha pedido?
Le cuesta responderle. No le es dificil asumirlo.
- No lo sé- susurra.
- ¿No se supone que si llevan tres meses ya lo debería haber hecho?
De un momento a otro Kai le empezó a desagradar. Sus preguntas. Su tono. Su olor a cigarrillo y su ropa con perfumes ajenos.
Le cuesta mirarlo, pero lo hace de todas formas con el ceño algo fruncido.
- No sé, Kai, no sé.
- Yo solo decía. Eso es lo común ¿no?
- No sé- le repite como si no le hubiese quedado claro.
- A lo mejor no está convencido del todo.
No puede creer que le haya dicho eso. Taemin siente como su corazón deja de palpitar, sofocándolo de repente.
¿Podía ser eso posible? ¿Podía Minho… no quererlo?
- O a lo mejor es hetero y está probando solamente.
- ¿Qué te hace pensar que es hetero si está conmigo?
- ¿Te ha dicho si ha estado con alguna mujer antes?
Las respuestas con preguntas le confundían más haciendo un nudo más grande en su estómago. Le dan ganas de fumar un cigarrillo o de beber o de pegarle a Kai por existir y ser capaz de preguntarle ese tipo de cosas. Mira al moreno, que ni se inmutaba al verlo completamente destruído interiormente, fumando un nuevo cigarrillo como si no fuera suficiente.
¿Acaso algo lograba importarle a Kai?
- Ya que es de mi interés y no están en una relación, no habría nada de malo en que me lo presentaras ¿no? Eso hacen los amigos.
- Me tengo que ir.
No le responde. No le mira cuando se levanta y cuando se sacude el pantalón. Kai parece querer decirle algo, pero al ver su rostro casi de forma demacrada, prefiere no hacerlo.
Al fin algo de cordura en su mente.
- ¿Te acompaño al paradero?- también se levanta y Taemin odia el solo hecho de que lo haga. Le cuesta pensar y razonar.
- Puedo solo.
Kai intenta decir otra cosa nuevamente, pero el castaño apenas inclina su cabeza para irse rápidamente de ahí. Intenta pensar en otras cosas, pero cada paso que daba le atolondraba más la cabeza, haciéndolo imaginar cosas perturbadoras que hacían que le doliese más el cuerpo. El corazón.
Analiza las conversaciones anteriores con Minho e intenta buscar en los más recónditos lugares algún asomo sobre su homosexualidad o la causa certera de porqué no formalizaban.
Quizás no estaba listo, o no le gustaba ponerle nombre a algo que no tenía porqué tenerlo.
Sí. Debía ser eso.
… ¿Y si todo era un juego? ¿Y si él era parte del juego?
¿Y en qué momento había comenzado a sentir un vacío en su pecho?
Los pies comienzan a pesar y su mente a colapsar. Una suposición tras otra de porqué no eran algo, era más descabellada que la anterior, llegando al punto de obligarlo a sentarse en un paradero de micro porque no soportaba más. Porque se sentía solo, vulnerable y frágil. El frío comenzaba a apoderarse de su cuerpo y el polerón de Minho no era lo suficientemente abrigador para protegerlo.
Nada en su mente tenía sentido.
La vibración de su teléfono en su bolsillo lo interrumpe, cambiando su atención a él y obligándolo a mirar la pantalla que se le iluminaba tras la llamada. Cuando ve la foto de Minho que le había sacado hace un par de días, recordando lo hermosa y perfecta que era su vida en ese momento, hace que su estómago se sacuda de un lado a otro, obligándolo a sufrir más.
Le cuesta contestar, pero lo hace finalmente.
Cuando siente su voz, el calor que lo llenaba, ahora no consigue ni siquiera tranquilizarlo un poco. Ni una décima.
- Taemin- su voz suena distinta, gruesa-. ¿Podemos juntarnos mañana a conversar? Puedo ir por ti al colegio.
El silencio se apodera de su garganta y las palabras se agalopan en su mente. No lo dejan pensar, no lo dejan analizar, solo martirizarse una y otra vez de lo mismo.
Ahora no sentía que hablaba con alguien que estaba con él. Sentía que hablaba como con una persona desconocida de la calle, que no tenía relación con él.
Que habían tenido sexo porque sí.
- ¿Taemin? ¿Estás escuchándome?
- Sí- susurra, apenas oyéndose en el teléfono-. Estoy aquí.
- ¿Estás bien?
Minho no era tonto. No era como los demás. Tenía un sexto sentido que durante esos días lo había hecho sentir especial. Hasta hoy.
Le gustaría decirle la verdad, pero solo conseguirá sufrir más. Rompería más la barrera que se había comenzado a derrumbar desde que había entrado a su vida.
- Sí, estoy bien.
- ¿Dónde estás?
- No lo sé- es sincero en un simple susurro-. Estoy en un paradero.
El silencio de Minho lo preocupa y se odia a si mismo porque le cuesta mentirle. Porque siente la necesidad de que él lo proteja y le rompa todos esos miedos que salen a flote con cada duda que asalta en su cabeza.
Taemin tiene miedo, eso es lo que pasa. Tiene tanto miedo que a veces le da miedo el mundo entero.
- ¿Quieres que vaya por ti?
(Sí.)
(Quiero que me abraces y obligarte a quererme.)
- No- se rasca la frente con la mano, cerrando los ojos, frustrado-. Estoy bien.
- ¿Seguro?
No quiere hablar más. No quiere seguir escuchando su voz que taladrea su cabeza, sus pensamientos y su corazón. Lo quiere lejos. Quiere olvidarse de él y no recordar lo que era un bloqueo de corazón o las mariposas en el estómago.
- Mañana a las 2- le recuerda sin responderle-.
- Ya- Minho parece dudar y Taemin aún no se cree capaz de cortarle-. Taemin.
- Mm.
- Te quiero.
Minho corta primero y él se queda con el teléfono aún pegado al oído. Siente como su celular se bloquea tras no tener ni un movimiento y como sus dedos comienzan a entumecerse.
Tiene frío. En su interior y exterior.
Y cuando se acuesta bajo las mantas en su cama, sigue teniéndolo. Sigue tiritando y su corazón sigue sufriendo porque le cuesta palpitar. Piensa una y otra vez la conversación con Kai encontrándole más sentido cada nuevo análisis.
Y lo peor es que apoya su cabeza en la almohada y el olor de Minho parece evaporarse y colarse por cada poro de su cuerpo. Parece absorverle el cerebro y cada célula de él.
Lo absorve, lo analiza y lo hace sufrir.
¿En qué momento le fue difícil comenzar a respirar?
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
uy uy uy~ doble capi~~
Bueno, el primero estuvo gracioso cuando Tae dejó al aire libre e.e a MinHo xD
Eso fue genial~
tuvieron una graaaa noche jijiji
waaa TaeMin está triste :(
todo por culpa de Kai :/ merong :P
pero nooo... Minnie nooo, no pienses eso~
ah~u_u pero sip,
ninguno de los dos se anima a formalizar lo suyo creo por miedo.
bno hasta el siguiente~
Última edición por tiari el Mar Oct 30, 2012 10:43 pm, editado 1 vez
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Nooo, no Taemin no pienses eso!!!...es que me molesta que Taemin sea
tan inseguro, aunque bueno, por un lado es comprensible porq recién están
comenzando la relación pero debería de darle un voto de confianza a MinHo :)...
Por otro lado, jajjaja...que risa la escena con Sulli, la verdad es que debe
ser difícil eso de finjir...deberían de contarle a ella, total ella es amiga de
Taemin y hermana de MinHo, estoy segura que los apoyaría :)
Los celos de MinHo...otro que debería de tener más confianza en Taemin...
Y la pelea de Jjong y Key...jajja...pobre Jjong él que pensaba que iban a tener
una super cita y al final nada!!!...eso le pasa por ser tan insensible con las
peleas de sus amigos...
Gracias por subir dos capítulos!!!... de verdad es que estaba extrañando el ficc...
No tardes en actualizar porfissss
tan inseguro, aunque bueno, por un lado es comprensible porq recién están
comenzando la relación pero debería de darle un voto de confianza a MinHo :)...
Por otro lado, jajjaja...que risa la escena con Sulli, la verdad es que debe
ser difícil eso de finjir...deberían de contarle a ella, total ella es amiga de
Taemin y hermana de MinHo, estoy segura que los apoyaría :)
Los celos de MinHo...otro que debería de tener más confianza en Taemin...
Y la pelea de Jjong y Key...jajja...pobre Jjong él que pensaba que iban a tener
una super cita y al final nada!!!...eso le pasa por ser tan insensible con las
peleas de sus amigos...
Gracias por subir dos capítulos!!!... de verdad es que estaba extrañando el ficc...
No tardes en actualizar porfissss
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola dongsaeng !!! regresaste y con capitulo doble !!!! estos dos capitulos me encantaron bueno el 19 no tanto pero vamos por capitulo el 18 lo ame minnie tan provocador tentando a minho pero jajaja olvidaron a sulli y hicieron cositas *w* lo que ame por cierto ese lemon fue hermoso y hot al mismo tiempo... jajajaja casi mori de la risa cuando suli descubrio a hinto como diosito lo trajo al mundo y le vi sus pompis como me hubiese gustado ser ella :3 !!!!
capitulo 19 :
por que por que ? minho a veces siemto que esagera aunque taemin tanpoco era para que te enojaras minho solo esta celoso... casi nunca estoy de acuerdo con jong kero siento que key ahora si se paso jpuppy tiene razon les afectama mas los problemas del 2min que al 2min mismo !!! jong ono se merecia que lo trataran asi ojala key reflexione por que jong no siempre entendera y mi 2min con problemas por que ???? taemin no vuelvas a encerrarte en tu mundo ahhh (;-;) en fin dongsaeng nos estmaos leyendo bye bye hasta prontito C:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hola! habia olvidado por completo esta pagina xD bueno les cuento el fic esta MUY avanzado y disculpaen a las ke lo leian por aqui pero decidimos quedarnos solo con una pagina, les djeo el link y espero ke lo sigan leyendo
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Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
si, mi unnie me dijo que estaba en esa pagina y que yaestaba muy abanzado
bno T.T tendré que pasarme alla ^_^
bno T.T tendré que pasarme alla ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
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