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[2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Última edición por Carito_d el Sáb Oct 27, 2012 9:17 pm, editado 19 veces
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Minho nunca había sido tan ofendido ni había tenido que presenciar un discurso tan largo como el que tuvo que presenciar cuando llegó a la casa de Jonghyun. Contó hasta mil y fijó su vista en distintos objetos coloridos que tenía su amigo en su casa, imaginó una vida ficticia e incluso pensó en proyectos nuevos que le podrían servir, pero aún así, Key no se detenía.
Dieciocho minutos y aún no se le acababan las palabras.
Dieciocho minutos y contando, por haberse “raptado” a Taemin.
- …¿Creías que no nos preocuparíamos? ¿Que no habría pensado lo peor?
Era la quinta vez que le decía lo mismo, solo que cambiaba la frase utilizando otras palabras. Jonghyun los miraba desde el sillón con los brazos cruzados, mientras ellos dos discutían de pie frente a él.
Casi parecía un partido de tenis, siendo Jonghyun el pelotero y el más afectado por intentar intervenir.
- Key, cariño- sabía que cuando le decía así el chico caía rendido a sus pies, y más si lo hacía frente a Minho, pero ahora la situación parecía no ser la misma, solo se gana una fulminante mirada del chico-. Taemin es lo suficientemente grande como para saber lo que hace.
Minho asiente, sin querer culpar por completo al chico. Después de todo él era el que había planeado todo.
- ¿¡Estás de parte de ESTE!?
El grito del rubio ahuyenta a ambos, aunque más a Jonghyun por haberlo provocado aún más. Sabía que haber dicho eso le costaría por lo menos… una o dos semanas de toqueteos indebidos.
Se arrepintió de inmediato por haber dicho eso.
- No estoy de parte de nadie. Digamos que yo solo hago el rol de Taemin que no está aquí, por lo que yo intento defenderlo.
- Es una buena idea- acata Minho, asientiendo y buscando la aprobación de Key, que solo suelta un bufido y se cruza de brazos más enojado que antes.
- “Digamos” que Taemin es un menor y no sabe lo que hace. ¡Eso es lo que pasa! ¡Y tú, maldito Choi Minho, siempre supe que serías una amenaza! ¡Desde el primer día que escuché tu nombre!
A pesar de que lo que le había dicho había sido algo doloroso de oír, se quedó con la duda de cuando habría sido la primera vez que Taemin lo nombró. Le entra tanto la curiosidad que termina por sonreír desconcertando más a ambos chicos.
Jonghyun piensa que está drogado y Key cree que tiene esquizofrenía, lo que calzaría perfecto con el rol de secuestrador.
- ¡¿Y sabes qué?! ¡No, no sabes!- continúa-. ¡Le prohibiré a Taemin decir tu nombre! No quiero saber que existes ni verte ni… ¡ni olerte! ¡Maldito corrempedor de menores que le habrás hecho a mi pequeño!
Al parecer las palabras no fueron suficientes porque Key se abalanza de inmediato sobre él, dándole fuertes manotazos sobre su hombro y parte del brazo. Minho lo mira extrañado, dejándose pegar, mientras Jonghyun se levanta de inmediato para separarlo.
¿De verdad lo creía capaz de haber mantenido algo más que una relación sentimental el día anterior? ¿De verdad creía que Minho lo había… tocado?
- ¿Estás diciendo que crees que tuve relaciones sexuales con Taemin?
Los ojos de Key parecen querer salirse de órbita mientras su mejor amigo aún lo sostenía de los brazos.
- ¡Maldito violador! ¡Te irás preso y atestiguaré en tu contra!
El rubio alcanza a levantar un pie y pegarle una fuerte patada en la canilla a Minho que no alcanza a reaccionar, recibiéndola de lleno. Probablemente al otro día vería las consecuencias del golpe.
- ¡Pero si yo ni lo toqué! ¡Con suerte le toqué la cara!
- ¿¡Estás diciendo que querías tocarlo más!? ¡Maldito enfermo!
Otra patada, pero que alcanza a ser esquivada.
Jonghyun sigue sosteniéndolo, mientras el otro sigue forcejeando para lanzarse sobre Minho y pegarle unas cuantas cachetadas seguramente.
Por suerte el celular de Key suena, obligándolo a concentrarse en un nuevo punto antes de volver a atacarlo. Su novio se lo entrega, advirtiéndole que era Onew el que lo llamaba, probablemente dándole las “buenas noticias” sobre la aparición del menor.
- ¿Onew?- le dirige una última mirada de odio a Minho antes de volver a enfocarse en el teléfono-. ¡Gracias señor! ¡Ya estaba a punto de morirme si no volvía!
La actuación de sorpresa sobre el regreso de Taemin a su casa le sale tan natural que les imposible al par de amigos de no soltar un par de carcajadas, teniendo que taparse la boca para no ser oídos por su compañero.
De verdad que Key era sorprendente.
- ¿¡Qué!? ¡¿Castigado por un mes?! ¿¡Y cómo lo voy a ver, y a hablar y… y todo!?- una rápida patada le llega nuevamente al moreno, empujándolo contra el sillón, advirtiendo a un lento Jonghyun que miraba los dibujos que colgaban de la pared-. ¿Pero está bien? ¿Habla, respira? ¿Está delgado? ¿Pálido?
A pesar del dolor Minho vuelve a reír junto a su amigo que se había sentado a su lado por si su novio se le lanzaba nuevamente en su contra. Key era un caso excepcional y en extención de sobreprotección. De una sobreprotección casi maternal con Taemin.
- ¿Si quiero tener una relación seria con Taemin debería pedirle la mano a sus papás o a Key?- le pregunta a Jonghyun que se ríe apenas lo escucha.
- Creo que a Key.
- Probablemente- responden al unisono.
- ¡Claro que a mi, grandísimo idiota!- un cojín le llega de lleno en el rostro, avisándole que Key ya había terminado de hablar con el hermano del menor-. ¡Ahora quizás cuando lo vea por tu culpa!
- ¿Lo castigaron?
- Claro que sí, estúpido arquitecto de ego alto- otro cojín en la cara y Key aún no parece conforme-.
Minho lo alcanza a esquivar, preocupándose en serio por Taemin. Recuerda la cara que tenía antes de bajarse de su auto, cuando él apenas lo había tomado en serio.
¿Qué tanto lo habrán retado? ¿Le habrían… pegado?
Un nudo se apodera de su estómago, desconcentrándolo y recibiendo un nuevo golpe del cojín en su cara.
Ya nada le parece chistoso ni gracioso. Piensa en la cara de Taemin y cree que no se la podrá sacar de la cabeza hasta que hable con él y le diga que está bien.
Si no hubiese sido tan impulsivo probablemente nada de eso hubiese pasado. Nada de escenas indecorosas y juegos estando borrachos.
¿Hasta que tan lejos era capaz de llegar por Taemin? ¿Tan lejos como para ir donde sus papás y culparse a él?
Otro cojín en el rostro, descartándole la idea de golpe y obligándolo a bajar a la tierra.
Todos tenían sus límites.
Incluso Minho. O eso creía.
**
- ¡Siempre has sido un rebelde sin causa! ¡Desde que tienes trece años que haces lo que quieres como si vivieras solo en esta casa! ¡Acá tú no mandas, no eres nadie!
Taemin tenía la cabeza gacha, mientras continuas lágrimas caen a través de sus mejillas. El flequillo lo esconde del rostro de su padre, mientras aún siente como le pica uno de sus pómulos tras el fuerte golpe que le dio su progenitor.
Sabía que no tenía que responderle, pero le era imposible a veces.
Simplemente imposible.
Sube una de sus manos hasta su mejilla y la deja ahí en busca de frío para que se le pase un poco el dolor. Sorbetea la nariz y nuevas lágrimas comienzan a caer.
Siempre era lo mismo. Solo que esta vez había decidido pagar las consecuencias y solo arriesgarse a su merecido.
- ¿¡Cuándo aprenderás a decirnos dónde mierda te metes!? ¡¿Acaso te es muy dificil?! ¿¡Acaso tu cerebrito no alcanza a hacer esa mínima acción de avisarnos!?
Casi le llega otro golpe si es que su madre no alcanza a intervenir antes de tiempo. Agarra el hombro de su esposo y le dice que es suficiente, que el menor ya debió entender, que basta de peleas, que las cosas tienen que arreglarse y no a golpes.
Y Onew los mira a todos desde el sillón, casi con una actitud desesperada. Le cargaban las situaciones que solían ocurrir con su hermano, pero cada vez que intentaba intervenir las cosas se ponían peor por su culpa. Apreta los puños contra el sillón, enterrando sus uñas sobre el cojín.
Le rogaba a los dioses inexistentes que eso se acabara de una maldita vez.
- Cariño- su madre intenta acercarse a tocarlo, pero Taemin retrocede instantáneamente los pasos que ella daba-. Tienes que darte cuenta que debes cambiar tu actitud, que estás perdido, así no serás nadie en la vida, o sino mira a tu hermano… lo exitoso que es con su actitud. Deberías aprender de él, cuánto te lo hemos dicho y nos ignoras.
El hecho de que su madre no gritara no hacía menos dolorosas las palabras. Sentía casi como si le clavaran un puñal en el pecho, retorciéndolo para que le doliera más hasta las entrañas. Se le forma un nudo en el pecho, angustiándolo cada vez más, queriendo solo arrancarse de ahí y correr y correr y no parar hasta ya no poder respirar y verse obligado a desmayarse y dejar de existir por un momento.
Una nueva lágrima cae y Taemin la limpia antes de que sus padres la vean.
Siempre era lo mismo. Siempre el mismo dolor y la misma angustia.
Y ya no estaba tan seguro si realmente había valido la pena.
**
Era la ventigésima llamada en la última media hora. No, en los últimos quince minutos. Minho ya ni siquiera buscaba el número en la agenda de su teléfono, solo se iba a los últimos contactos discados y le daba aceptar.
Dos tonos de la línea y una vez más era dirigido al buzón de voz. Frunce el ceño y marca una vez más. No pasan ni dos segundos y se vuelve a repetir lo mismo.
Ventiuna llamadas y le pasaba lo mismo una y otra vez.
O su compañía de teléfono tenía problemas o la persona que llamaba no quería contestarle.
Era Taemin, ¿por qué pasaría eso?
Intentó durante el resto de la tarde. Cortaba un pedazo de cartón y marcaba una vez más. Y lo mismo una y otra vez. Más de tres horas y no había nada distinto.
Dos tonos, o a veces uno, y directo al buzón de voz.
De verdad la situación ya comenzaba a colapsarlo. Demasiado como para seguir trabajando, y demasiado como para quedarse en su casa sin averiguar que era lo que pasaba en verdad.Key no le hablaba y Jonghyun tampoco sabía nada de Taemin por su culpa. Preguntarle a Onew por él no sería una muy buena idea y mucho menos a su hermana.
Deja el teléfono dentro del bolsillo de su polerón, mientras empuja con fuerza su pie dentro de la zapatilla. Eran las ocho de la noche y le daba lo mismo todo. El odio se había apoderado de su cuerpo demasiado rápido como para haberlo podido controlar.
Da un par de zancadas y baja rápidamente las escaleras, dejando una estela de aire al llegar al acceso de su casa. Sulli lo observa sorprendida desde el sillón en el que se encontraba viendo televisión, mientras Minho se calzaba una chaqueta que colgaba desde la puerta.
- ¿Y tú dónde vas tan apurado?
Coloca su mano en el pomo de la puerta y observa de reojo a su hermana. Casi se sentía capaz de botar espuma por la boca.
- Que te importa.
¿De verdad Taemin era el que no quería contestarle?
Sube a su auto y da un portazo para comenzar enseguida la marcha a un rumbo que últimamente conocía más que bien. Nunca se demoraba ni más ni menos de quince minutos, ahora hizo todo el recorrido en ocho.
Marcaba a cada minuto que pasaba y no se detuvo al llegar fuera de la casa del muchacho. Se quedó a una cuadra y estacionó el vehículo, marcando ya de memoria el número de Taemin. Escuchó la conocida grabación del buzón de voz y esperó hasta que se terminara. Ese era su plan B.
- Taemin, soy Minho. Estoy afuera de tu casa.
Corta en seco sin saber que más podría agregar, a la vez que desabrochaba el cinturón de seguridad.
Tenía que pensar bien. Darse cuenta si su plan tendría resultados o si obtendría la misma respuesta que había tenido durante todo el día. Cree que es demasiado positivo, pero sabe que Taemin saldrá. Era imposible que lo dejara así como así sin saber lo que había pasado. Sin saber que le habían dicho o que simplemente como estaba.
¿Pero por qué tanta indeferencia? ¿Había hecho algo mal? ¿Había corrido la cara en algún momento cuando quería besarlo? ¿Le dijo algo que lo molestó?
Rasca su cabello, confundido, a la vez que mira el reloj en el interior del auto.
20:16.
Ocho minutos y ninguna señal de la presencia del menor. Ni siquiera un movimiento de cortinas de su ventana o la puerta entreabierta, nada. La luz de su habitación tampoco se encontraba encendida, lo que no le daba mucho aliento de su parte.
20:17.
Una llamada más no haría mucho la diferencia ¿no? Era solo para saber si había recibido el mensaje.
El buzón de voz lo sorprende apenas marca el número. Ahora había apagado el teléfono. Era más que obvio que había recibido su mensaje.
Le da un golpe con su puño al manubrio, soltando inevitablemente un grito de furia. Siente como la vena de su cuello comienza a hincharse, ya casi al nivel de sudar rabia.
¿¡Qué mierda le pasaba a Taemin con él!?
**
Dos días.
DOS MALDITOS DÍAS, y ninguna noticia de Lee Taemin.
Nada. NA-DA.
Avanza un par de metros y deja su celular a un lado luego de hablar con su mejor amigo. Lo había llamado para avisarle que no entregaría, que su ánimo seguía como la mierda y en que no quería hablar más. Sí. Que seguía odioso como hace un par de días y que incluso estaba peor.
Jonghyun prefirió no entrar en detalles y solo se limitó a cortarle antes de que lo comenzara a insultar.
Otro par de metros por la calle y ve su objetivo caminando frente a él. La viva imagen de Taemin caminando con una lentitud y calma impresionante, apariciendo al fin luego de dos días sin siquiera aparecerse por el colegio donde acostumbraba verlo cada mañana al dejar a su hermana.
Toca la bocina en un impulso, queriendo atrayer su atención, dejando su mano apoyada en ella por unos segundos. Un par de personas que caminaban por la calle voltean a mirarlo, excepto Taemin, que seguía su rumbo como si nada hubiese sonado.
No. No tocaría la bocina de nuevo. No se haría de rogar. No, no, definitamente no.
En un fuerte giro estaciona la camioneta a un costado de la calle, haciendolo bajar tan rápido que ni siquiera se preocupó de activar la alarma. Da fuertes zancadas hacia él, alterándose cada vez más al notar su ritmo con tanta parsimonia.
La furia se apodera de su cuerpo y en un solo movimiento se adelanta y lo obliga a voltearse y a detenerse, tirándolo de su antebrazo. La gélida mirada de Taemin se clava en su rostro, casi atravesándolo como con una estaca en su pecho.
Ese no era Taemin. No era el Taemin que conocía. No el de la playa ni el del auto, era otro. Un desconocido que estaba en su cuerpo.
El menor forcejea para que lo suelte, pero Minho se niega y le clava los dedos más fuertes. Estaba tan enojado que casi lo apretaba tanto para causarle dolor.
- Hey. Soy yo, Minho, ¿qué pasa? Te he llamado todos los días. Más de treinta veces por día- ya le es imposible aguantarse la ira que tiene en su interior-. ¿Qué mierda pasa?
Taemin sigue forcejeando, pero el moreno sigue negándose, solo que afloja un poco más su mano. La mirada fría del menor se fija nuevamente en él, casi advirtiéndole sin palabras que si no lo soltaba tendría que sufrir las consecuencias.
Minho siente que no puede parar de hablar, que el vacío y silencio que genera Taemin lo desespera más obligándole a preguntar más cosas, a querer saber que ocurre.
- ¿Qué te pasa? – no sabe si es idea de él, pero lo encuentra ojeroso, como si no hubiese dormido hace un par de días. Se preocupa-. ¿Por qué estás así?
Hace el amago de tocarle la cara, pero el menor es más rápido y retrocede apenas nota sus intenciones. Minho se desconcentra y deja caer su brazo a su lado.
Algo le pasaba. Algo tenía que lo angustiaba y le traspasaba la piel, creándole un nudo en su pecho de un momento a otro.
Taemin suelta un bufido y rueda los ojos. Lo peor es que sigue mirándolo como si fuera la primera vez que lo viera.
No. Era mucho peor. Minho recuerda la primera vez que lo vio y está seguro de que no fue así. Tiene miedo. Tanto miedo que se arrepiente de haber tenido el impulso de bajarse del auto y correr a hablarle.
El menor lo mira y suelta otro bufido.
- No me sigas- le dice en seco-. No somos nada. No te conozco, así que… no te quiero ver más. Basta. En serio.
Una palabra y otra se clavaron en su pecho como si hubiesen sido un puñal. Se da cuenta que apenas comenzó a hablar Taemin detuvo su respiración, provocándole una desesperación por la falta de oxígeno.
No quiere hablar. No quiere respirar. No quiere pestañear.
Taemin duda frente a él durante unos segundos antes de retomar el lento camino que recorría. Se balancea un momento y vuelve al lento caminar, casi de forma perezosa.
Él no era Taemin. Era imposible.
Minho se queda de pie sin saber cuanto tiempo. Los rayos de sol comienzan a pegarle en la cara mientras él sigue con su vista fija por donde se había ido caminando el menor. Los minutos avanzan y el moreno sigue ahí, de pie, sintiendo como el viento helado comenzaba a pegarle en la cara, moviendo su cabello a un ritmo casi armónico.
El sol comienza a desaparecer y Minho suelta un escalofrío, siendo invadido de pronto por un frío extremo. Los vellos de su cuerpo comienzan a erizarse y el moreno comienza a tiritar sin poder controlarse.
Cree que una lágrima caerá por su mejilla, pero el frío que había invadido su cuerpo le anula cualquier tipo de acción que intentaba hacer. El nudo de su pecho comienza a expandirse, mientras su mente comienza a quedar en blanco, dejándolo perdido en el medio de la calle.
Minho no recuerda cuando sintió tanto frío en su interior, cuando su mente se anuló de tal manera que apenas le permitía recordar su nombre. Otro escalofrío y siente las palabras de Taemin apoderándose de un solo golpe de su cabeza.
No somos nada. No te conozco.
Minho estuvo dos horas sentado en una banca frente al lugar en donde habían conversado. Sintió rabia, pena y frustración. Se sintió usado. Como si todo hubiese sido mentira y solo se hubiese aprovechado de él.
No es capaz de recordar en que momento fue feliz durante esa semana, ni siquiera que había hecho, solo la sonrisa de Jonghyun que le dedicó cuando llegó a su lado a buscarlo tras su extraña desaparición.
Dos horas pasaron y Minho nunca creó sentirse tan infeliz en su vida.
Dieciocho minutos y aún no se le acababan las palabras.
Dieciocho minutos y contando, por haberse “raptado” a Taemin.
- …¿Creías que no nos preocuparíamos? ¿Que no habría pensado lo peor?
Era la quinta vez que le decía lo mismo, solo que cambiaba la frase utilizando otras palabras. Jonghyun los miraba desde el sillón con los brazos cruzados, mientras ellos dos discutían de pie frente a él.
Casi parecía un partido de tenis, siendo Jonghyun el pelotero y el más afectado por intentar intervenir.
- Key, cariño- sabía que cuando le decía así el chico caía rendido a sus pies, y más si lo hacía frente a Minho, pero ahora la situación parecía no ser la misma, solo se gana una fulminante mirada del chico-. Taemin es lo suficientemente grande como para saber lo que hace.
Minho asiente, sin querer culpar por completo al chico. Después de todo él era el que había planeado todo.
- ¿¡Estás de parte de ESTE!?
El grito del rubio ahuyenta a ambos, aunque más a Jonghyun por haberlo provocado aún más. Sabía que haber dicho eso le costaría por lo menos… una o dos semanas de toqueteos indebidos.
Se arrepintió de inmediato por haber dicho eso.
- No estoy de parte de nadie. Digamos que yo solo hago el rol de Taemin que no está aquí, por lo que yo intento defenderlo.
- Es una buena idea- acata Minho, asientiendo y buscando la aprobación de Key, que solo suelta un bufido y se cruza de brazos más enojado que antes.
- “Digamos” que Taemin es un menor y no sabe lo que hace. ¡Eso es lo que pasa! ¡Y tú, maldito Choi Minho, siempre supe que serías una amenaza! ¡Desde el primer día que escuché tu nombre!
A pesar de que lo que le había dicho había sido algo doloroso de oír, se quedó con la duda de cuando habría sido la primera vez que Taemin lo nombró. Le entra tanto la curiosidad que termina por sonreír desconcertando más a ambos chicos.
Jonghyun piensa que está drogado y Key cree que tiene esquizofrenía, lo que calzaría perfecto con el rol de secuestrador.
- ¡¿Y sabes qué?! ¡No, no sabes!- continúa-. ¡Le prohibiré a Taemin decir tu nombre! No quiero saber que existes ni verte ni… ¡ni olerte! ¡Maldito corrempedor de menores que le habrás hecho a mi pequeño!
Al parecer las palabras no fueron suficientes porque Key se abalanza de inmediato sobre él, dándole fuertes manotazos sobre su hombro y parte del brazo. Minho lo mira extrañado, dejándose pegar, mientras Jonghyun se levanta de inmediato para separarlo.
¿De verdad lo creía capaz de haber mantenido algo más que una relación sentimental el día anterior? ¿De verdad creía que Minho lo había… tocado?
- ¿Estás diciendo que crees que tuve relaciones sexuales con Taemin?
Los ojos de Key parecen querer salirse de órbita mientras su mejor amigo aún lo sostenía de los brazos.
- ¡Maldito violador! ¡Te irás preso y atestiguaré en tu contra!
El rubio alcanza a levantar un pie y pegarle una fuerte patada en la canilla a Minho que no alcanza a reaccionar, recibiéndola de lleno. Probablemente al otro día vería las consecuencias del golpe.
- ¡Pero si yo ni lo toqué! ¡Con suerte le toqué la cara!
- ¿¡Estás diciendo que querías tocarlo más!? ¡Maldito enfermo!
Otra patada, pero que alcanza a ser esquivada.
Jonghyun sigue sosteniéndolo, mientras el otro sigue forcejeando para lanzarse sobre Minho y pegarle unas cuantas cachetadas seguramente.
Por suerte el celular de Key suena, obligándolo a concentrarse en un nuevo punto antes de volver a atacarlo. Su novio se lo entrega, advirtiéndole que era Onew el que lo llamaba, probablemente dándole las “buenas noticias” sobre la aparición del menor.
- ¿Onew?- le dirige una última mirada de odio a Minho antes de volver a enfocarse en el teléfono-. ¡Gracias señor! ¡Ya estaba a punto de morirme si no volvía!
La actuación de sorpresa sobre el regreso de Taemin a su casa le sale tan natural que les imposible al par de amigos de no soltar un par de carcajadas, teniendo que taparse la boca para no ser oídos por su compañero.
De verdad que Key era sorprendente.
- ¿¡Qué!? ¡¿Castigado por un mes?! ¿¡Y cómo lo voy a ver, y a hablar y… y todo!?- una rápida patada le llega nuevamente al moreno, empujándolo contra el sillón, advirtiendo a un lento Jonghyun que miraba los dibujos que colgaban de la pared-. ¿Pero está bien? ¿Habla, respira? ¿Está delgado? ¿Pálido?
A pesar del dolor Minho vuelve a reír junto a su amigo que se había sentado a su lado por si su novio se le lanzaba nuevamente en su contra. Key era un caso excepcional y en extención de sobreprotección. De una sobreprotección casi maternal con Taemin.
- ¿Si quiero tener una relación seria con Taemin debería pedirle la mano a sus papás o a Key?- le pregunta a Jonghyun que se ríe apenas lo escucha.
- Creo que a Key.
- Probablemente- responden al unisono.
- ¡Claro que a mi, grandísimo idiota!- un cojín le llega de lleno en el rostro, avisándole que Key ya había terminado de hablar con el hermano del menor-. ¡Ahora quizás cuando lo vea por tu culpa!
- ¿Lo castigaron?
- Claro que sí, estúpido arquitecto de ego alto- otro cojín en la cara y Key aún no parece conforme-.
Minho lo alcanza a esquivar, preocupándose en serio por Taemin. Recuerda la cara que tenía antes de bajarse de su auto, cuando él apenas lo había tomado en serio.
¿Qué tanto lo habrán retado? ¿Le habrían… pegado?
Un nudo se apodera de su estómago, desconcentrándolo y recibiendo un nuevo golpe del cojín en su cara.
Ya nada le parece chistoso ni gracioso. Piensa en la cara de Taemin y cree que no se la podrá sacar de la cabeza hasta que hable con él y le diga que está bien.
Si no hubiese sido tan impulsivo probablemente nada de eso hubiese pasado. Nada de escenas indecorosas y juegos estando borrachos.
¿Hasta que tan lejos era capaz de llegar por Taemin? ¿Tan lejos como para ir donde sus papás y culparse a él?
Otro cojín en el rostro, descartándole la idea de golpe y obligándolo a bajar a la tierra.
Todos tenían sus límites.
Incluso Minho. O eso creía.
**
- ¡Siempre has sido un rebelde sin causa! ¡Desde que tienes trece años que haces lo que quieres como si vivieras solo en esta casa! ¡Acá tú no mandas, no eres nadie!
Taemin tenía la cabeza gacha, mientras continuas lágrimas caen a través de sus mejillas. El flequillo lo esconde del rostro de su padre, mientras aún siente como le pica uno de sus pómulos tras el fuerte golpe que le dio su progenitor.
Sabía que no tenía que responderle, pero le era imposible a veces.
Simplemente imposible.
Sube una de sus manos hasta su mejilla y la deja ahí en busca de frío para que se le pase un poco el dolor. Sorbetea la nariz y nuevas lágrimas comienzan a caer.
Siempre era lo mismo. Solo que esta vez había decidido pagar las consecuencias y solo arriesgarse a su merecido.
- ¿¡Cuándo aprenderás a decirnos dónde mierda te metes!? ¡¿Acaso te es muy dificil?! ¿¡Acaso tu cerebrito no alcanza a hacer esa mínima acción de avisarnos!?
Casi le llega otro golpe si es que su madre no alcanza a intervenir antes de tiempo. Agarra el hombro de su esposo y le dice que es suficiente, que el menor ya debió entender, que basta de peleas, que las cosas tienen que arreglarse y no a golpes.
Y Onew los mira a todos desde el sillón, casi con una actitud desesperada. Le cargaban las situaciones que solían ocurrir con su hermano, pero cada vez que intentaba intervenir las cosas se ponían peor por su culpa. Apreta los puños contra el sillón, enterrando sus uñas sobre el cojín.
Le rogaba a los dioses inexistentes que eso se acabara de una maldita vez.
- Cariño- su madre intenta acercarse a tocarlo, pero Taemin retrocede instantáneamente los pasos que ella daba-. Tienes que darte cuenta que debes cambiar tu actitud, que estás perdido, así no serás nadie en la vida, o sino mira a tu hermano… lo exitoso que es con su actitud. Deberías aprender de él, cuánto te lo hemos dicho y nos ignoras.
El hecho de que su madre no gritara no hacía menos dolorosas las palabras. Sentía casi como si le clavaran un puñal en el pecho, retorciéndolo para que le doliera más hasta las entrañas. Se le forma un nudo en el pecho, angustiándolo cada vez más, queriendo solo arrancarse de ahí y correr y correr y no parar hasta ya no poder respirar y verse obligado a desmayarse y dejar de existir por un momento.
Una nueva lágrima cae y Taemin la limpia antes de que sus padres la vean.
Siempre era lo mismo. Siempre el mismo dolor y la misma angustia.
Y ya no estaba tan seguro si realmente había valido la pena.
**
Era la ventigésima llamada en la última media hora. No, en los últimos quince minutos. Minho ya ni siquiera buscaba el número en la agenda de su teléfono, solo se iba a los últimos contactos discados y le daba aceptar.
Dos tonos de la línea y una vez más era dirigido al buzón de voz. Frunce el ceño y marca una vez más. No pasan ni dos segundos y se vuelve a repetir lo mismo.
Ventiuna llamadas y le pasaba lo mismo una y otra vez.
O su compañía de teléfono tenía problemas o la persona que llamaba no quería contestarle.
Era Taemin, ¿por qué pasaría eso?
Intentó durante el resto de la tarde. Cortaba un pedazo de cartón y marcaba una vez más. Y lo mismo una y otra vez. Más de tres horas y no había nada distinto.
Dos tonos, o a veces uno, y directo al buzón de voz.
De verdad la situación ya comenzaba a colapsarlo. Demasiado como para seguir trabajando, y demasiado como para quedarse en su casa sin averiguar que era lo que pasaba en verdad.Key no le hablaba y Jonghyun tampoco sabía nada de Taemin por su culpa. Preguntarle a Onew por él no sería una muy buena idea y mucho menos a su hermana.
Deja el teléfono dentro del bolsillo de su polerón, mientras empuja con fuerza su pie dentro de la zapatilla. Eran las ocho de la noche y le daba lo mismo todo. El odio se había apoderado de su cuerpo demasiado rápido como para haberlo podido controlar.
Da un par de zancadas y baja rápidamente las escaleras, dejando una estela de aire al llegar al acceso de su casa. Sulli lo observa sorprendida desde el sillón en el que se encontraba viendo televisión, mientras Minho se calzaba una chaqueta que colgaba desde la puerta.
- ¿Y tú dónde vas tan apurado?
Coloca su mano en el pomo de la puerta y observa de reojo a su hermana. Casi se sentía capaz de botar espuma por la boca.
- Que te importa.
¿De verdad Taemin era el que no quería contestarle?
Sube a su auto y da un portazo para comenzar enseguida la marcha a un rumbo que últimamente conocía más que bien. Nunca se demoraba ni más ni menos de quince minutos, ahora hizo todo el recorrido en ocho.
Marcaba a cada minuto que pasaba y no se detuvo al llegar fuera de la casa del muchacho. Se quedó a una cuadra y estacionó el vehículo, marcando ya de memoria el número de Taemin. Escuchó la conocida grabación del buzón de voz y esperó hasta que se terminara. Ese era su plan B.
- Taemin, soy Minho. Estoy afuera de tu casa.
Corta en seco sin saber que más podría agregar, a la vez que desabrochaba el cinturón de seguridad.
Tenía que pensar bien. Darse cuenta si su plan tendría resultados o si obtendría la misma respuesta que había tenido durante todo el día. Cree que es demasiado positivo, pero sabe que Taemin saldrá. Era imposible que lo dejara así como así sin saber lo que había pasado. Sin saber que le habían dicho o que simplemente como estaba.
¿Pero por qué tanta indeferencia? ¿Había hecho algo mal? ¿Había corrido la cara en algún momento cuando quería besarlo? ¿Le dijo algo que lo molestó?
Rasca su cabello, confundido, a la vez que mira el reloj en el interior del auto.
20:16.
Ocho minutos y ninguna señal de la presencia del menor. Ni siquiera un movimiento de cortinas de su ventana o la puerta entreabierta, nada. La luz de su habitación tampoco se encontraba encendida, lo que no le daba mucho aliento de su parte.
20:17.
Una llamada más no haría mucho la diferencia ¿no? Era solo para saber si había recibido el mensaje.
El buzón de voz lo sorprende apenas marca el número. Ahora había apagado el teléfono. Era más que obvio que había recibido su mensaje.
Le da un golpe con su puño al manubrio, soltando inevitablemente un grito de furia. Siente como la vena de su cuello comienza a hincharse, ya casi al nivel de sudar rabia.
¿¡Qué mierda le pasaba a Taemin con él!?
**
Dos días.
DOS MALDITOS DÍAS, y ninguna noticia de Lee Taemin.
Nada. NA-DA.
Avanza un par de metros y deja su celular a un lado luego de hablar con su mejor amigo. Lo había llamado para avisarle que no entregaría, que su ánimo seguía como la mierda y en que no quería hablar más. Sí. Que seguía odioso como hace un par de días y que incluso estaba peor.
Jonghyun prefirió no entrar en detalles y solo se limitó a cortarle antes de que lo comenzara a insultar.
Otro par de metros por la calle y ve su objetivo caminando frente a él. La viva imagen de Taemin caminando con una lentitud y calma impresionante, apariciendo al fin luego de dos días sin siquiera aparecerse por el colegio donde acostumbraba verlo cada mañana al dejar a su hermana.
Toca la bocina en un impulso, queriendo atrayer su atención, dejando su mano apoyada en ella por unos segundos. Un par de personas que caminaban por la calle voltean a mirarlo, excepto Taemin, que seguía su rumbo como si nada hubiese sonado.
No. No tocaría la bocina de nuevo. No se haría de rogar. No, no, definitamente no.
En un fuerte giro estaciona la camioneta a un costado de la calle, haciendolo bajar tan rápido que ni siquiera se preocupó de activar la alarma. Da fuertes zancadas hacia él, alterándose cada vez más al notar su ritmo con tanta parsimonia.
La furia se apodera de su cuerpo y en un solo movimiento se adelanta y lo obliga a voltearse y a detenerse, tirándolo de su antebrazo. La gélida mirada de Taemin se clava en su rostro, casi atravesándolo como con una estaca en su pecho.
Ese no era Taemin. No era el Taemin que conocía. No el de la playa ni el del auto, era otro. Un desconocido que estaba en su cuerpo.
El menor forcejea para que lo suelte, pero Minho se niega y le clava los dedos más fuertes. Estaba tan enojado que casi lo apretaba tanto para causarle dolor.
- Hey. Soy yo, Minho, ¿qué pasa? Te he llamado todos los días. Más de treinta veces por día- ya le es imposible aguantarse la ira que tiene en su interior-. ¿Qué mierda pasa?
Taemin sigue forcejeando, pero el moreno sigue negándose, solo que afloja un poco más su mano. La mirada fría del menor se fija nuevamente en él, casi advirtiéndole sin palabras que si no lo soltaba tendría que sufrir las consecuencias.
Minho siente que no puede parar de hablar, que el vacío y silencio que genera Taemin lo desespera más obligándole a preguntar más cosas, a querer saber que ocurre.
- ¿Qué te pasa? – no sabe si es idea de él, pero lo encuentra ojeroso, como si no hubiese dormido hace un par de días. Se preocupa-. ¿Por qué estás así?
Hace el amago de tocarle la cara, pero el menor es más rápido y retrocede apenas nota sus intenciones. Minho se desconcentra y deja caer su brazo a su lado.
Algo le pasaba. Algo tenía que lo angustiaba y le traspasaba la piel, creándole un nudo en su pecho de un momento a otro.
Taemin suelta un bufido y rueda los ojos. Lo peor es que sigue mirándolo como si fuera la primera vez que lo viera.
No. Era mucho peor. Minho recuerda la primera vez que lo vio y está seguro de que no fue así. Tiene miedo. Tanto miedo que se arrepiente de haber tenido el impulso de bajarse del auto y correr a hablarle.
El menor lo mira y suelta otro bufido.
- No me sigas- le dice en seco-. No somos nada. No te conozco, así que… no te quiero ver más. Basta. En serio.
Una palabra y otra se clavaron en su pecho como si hubiesen sido un puñal. Se da cuenta que apenas comenzó a hablar Taemin detuvo su respiración, provocándole una desesperación por la falta de oxígeno.
No quiere hablar. No quiere respirar. No quiere pestañear.
Taemin duda frente a él durante unos segundos antes de retomar el lento camino que recorría. Se balancea un momento y vuelve al lento caminar, casi de forma perezosa.
Él no era Taemin. Era imposible.
Minho se queda de pie sin saber cuanto tiempo. Los rayos de sol comienzan a pegarle en la cara mientras él sigue con su vista fija por donde se había ido caminando el menor. Los minutos avanzan y el moreno sigue ahí, de pie, sintiendo como el viento helado comenzaba a pegarle en la cara, moviendo su cabello a un ritmo casi armónico.
El sol comienza a desaparecer y Minho suelta un escalofrío, siendo invadido de pronto por un frío extremo. Los vellos de su cuerpo comienzan a erizarse y el moreno comienza a tiritar sin poder controlarse.
Cree que una lágrima caerá por su mejilla, pero el frío que había invadido su cuerpo le anula cualquier tipo de acción que intentaba hacer. El nudo de su pecho comienza a expandirse, mientras su mente comienza a quedar en blanco, dejándolo perdido en el medio de la calle.
Minho no recuerda cuando sintió tanto frío en su interior, cuando su mente se anuló de tal manera que apenas le permitía recordar su nombre. Otro escalofrío y siente las palabras de Taemin apoderándose de un solo golpe de su cabeza.
No somos nada. No te conozco.
Minho estuvo dos horas sentado en una banca frente al lugar en donde habían conversado. Sintió rabia, pena y frustración. Se sintió usado. Como si todo hubiese sido mentira y solo se hubiese aprovechado de él.
No es capaz de recordar en que momento fue feliz durante esa semana, ni siquiera que había hecho, solo la sonrisa de Jonghyun que le dedicó cuando llegó a su lado a buscarlo tras su extraña desaparición.
Dos horas pasaron y Minho nunca creó sentirse tan infeliz en su vida.
Última edición por Carito_d el Lun Ago 20, 2012 8:10 pm, editado 1 vez
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
WOW TUVE EL PRIMER POST (bailando de la felicidad)
Este cap estuvo intenso, me gusto.
Primero, Key regañando a minho, definitivamente es la omma de Taemin, pobre de minho, fue pateado y golpeado por un cojin, muy gracioso. :JAJA:
Después, pobre Taemin, sus padres son demasiados duros con el (digo, no era para que le pegaran y le dirigieran palabras tan hirientes) y Onew por qué no hizo nada por ayudar a su hermano.
Ahora Taemin esta tan frío, y Minho tan triste, espero que las cosas puedan arreglarse pronto con el 2min.
Espero ansiosa tu próxima actu unnie n.n
lina lee
Taemin
196
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
haaa que mala onda heee, pobre minnie
me imagino lo aue debio sentir, no solo
lo digo solo por que le pego su papa,
es mas doloroso el que te comparen
con alguien, y mas si ese alguien es tu
hermano mayor.
Lo siento por mino por que aparte de haber
recibido tremenda reprimenda por parte de
key, ahora sufre por que se cree usado, pero
el tambien fue bien cobardote, asi como se
lo llevo debio dejarlo, pero directo en su
puerta, si tansolo ya se le hubiese declarado
y fueran pareja, tal vez la confusion de tae y
de el no seria tan grande, en fin espero que
se arreglen pronto, digo, me hes dificil creer
que de la noche a la mañana tanta felicidad se
vaya por un tubo no, asiq ue bueno me voy a
esperar conti.
Saludines ^^
me imagino lo aue debio sentir, no solo
lo digo solo por que le pego su papa,
es mas doloroso el que te comparen
con alguien, y mas si ese alguien es tu
hermano mayor.
Lo siento por mino por que aparte de haber
recibido tremenda reprimenda por parte de
key, ahora sufre por que se cree usado, pero
el tambien fue bien cobardote, asi como se
lo llevo debio dejarlo, pero directo en su
puerta, si tansolo ya se le hubiese declarado
y fueran pareja, tal vez la confusion de tae y
de el no seria tan grande, en fin espero que
se arreglen pronto, digo, me hes dificil creer
que de la noche a la mañana tanta felicidad se
vaya por un tubo no, asiq ue bueno me voy a
esperar conti.
Saludines ^^
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hola !!!!!! Yyyyyyy noooooooo por que todo cambio asi de rapido en esta capitulo estoy volviendo a sufrir taemin por que volviste a se el frio y maleducado niño pobre minho esta sufriendo al igual que yo T-T no se que decir solo nos leemos en el proximo capo cuidate bye !!! :MUA:
Última edición por lizzetortiz el Lun Ago 20, 2012 11:23 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
waaaaaaaaaaaaaaaaaaa noooooooooooo que[me pasa a Taemin???!!!!
No se pero siento que mi pegunta no va.
Pero enserio, que me sucedio??? Porque se comporta asi???
Hasta a MinHo me desconserto un poco su actitud.
Aunquue si, sus padres se pasan, son remalaonda
Pobre Tae, si yo siento un coraje cuando me regañan ( y hasta eso creo que exagero porque a mi no me regañan tantas gachho ni segguido) me imagino lo que devio de sentir, y mas cuando me dijeron que devia parecerse a si hermano.
Si hhay una cosa que los padres deben evitar hacer Es comparar a sus hijos.
Ah~ pobre MinHo
Espero el proximo
Y perdona si hqy faltas de ortografia, letras en dónde no deben ir o mas de la cuenta xD
No se pero siento que mi pegunta no va.
Pero enserio, que me sucedio??? Porque se comporta asi???
Hasta a MinHo me desconserto un poco su actitud.
Aunquue si, sus padres se pasan, son remalaonda
Pobre Tae, si yo siento un coraje cuando me regañan ( y hasta eso creo que exagero porque a mi no me regañan tantas gachho ni segguido) me imagino lo que devio de sentir, y mas cuando me dijeron que devia parecerse a si hermano.
Si hhay una cosa que los padres deben evitar hacer Es comparar a sus hijos.
Ah~ pobre MinHo
Espero el proximo
Y perdona si hqy faltas de ortografia, letras en dónde no deben ir o mas de la cuenta xD
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
OMFG!
ame este capitulo pero
porque Taeemin se comporto
asi despues de todo lo
que pasaron :'C espero
tu actu
super cortito mi coment
pero estoy en el doctor y
no puedo usar esto asi que rapidin lo ´pomgo C:
saludos (^.^)/♥
ame este capitulo pero
porque Taeemin se comporto
asi despues de todo lo
que pasaron :'C espero
tu actu
super cortito mi coment
pero estoy en el doctor y
no puedo usar esto asi que rapidin lo ´pomgo C:
saludos (^.^)/♥
waflhes
샤이니♥~ Ј o n g h y u n » т a e м ι n
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Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Por qué taemin se comportó asi con MinHo???
No entiendo su actitud!!!...aunque bueno, tal vez
no queria que se metiera en más líos si es que uno
de sus padres lo ven conversando con él y por eso
actuó como no lo conociera...pero no séee...
muchas dudas!!!
La parte en donde Key regaña a Minho!!!..jajaja...pobre
no se imaginó todo lo que le iban a decir cuando decidió
ir a la casa de JJong..jajaja..
Taemin!!!...pobre como lo regañaron sus padres y Onew aguantandose las ganas de defender a su hermanito :(
Por favor, actualiza pronto!!!
No entiendo su actitud!!!...aunque bueno, tal vez
no queria que se metiera en más líos si es que uno
de sus padres lo ven conversando con él y por eso
actuó como no lo conociera...pero no séee...
muchas dudas!!!
La parte en donde Key regaña a Minho!!!..jajaja...pobre
no se imaginó todo lo que le iban a decir cuando decidió
ir a la casa de JJong..jajaja..
Taemin!!!...pobre como lo regañaron sus padres y Onew aguantandose las ganas de defender a su hermanito :(
Por favor, actualiza pronto!!!
Hanna
Onew
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Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Capítulo 13
Dos fuertes golpes en la puerta parecían no ser suficientes para ser oídos en el interior, pega la oreja a la madera, intentando escuchar sobre el silencio si se escuchaban ruidos de alguien habitando ahí; respira con cuidado atento, entonces un par de pasos que se arrastraban, comienzan a ser escuchados a la lejanía.
Otro golpe en la puerta para intentar apresurarlos y quizás otro más para que de verdad se apurara. Estaba ansioso, nervioso y un poco de todo.
Nunca había pasado más de cuatro días sin ver a Taemin, ya casi se estaba convirtiendo en un record. Arregla su bolso sobre su hombro y ordena su sombrero como si fuera a presentarse delante de una de las personas más importantes del mundo. Lástima que cuando se abre la puerta se lleva la sorpresa de que no veía lo que se esperaba.
La viva imagen, si es que se podía decir así, de Taemin era un real asco. Su cabello se encontraba a tal punto de desorden que Key se preguntó hace cuanto no pasaba un peine o un poco de shampoo por él. Se veía algo así como un mendigo.
- ¿Tae…minnie?- le pregunta con dulzura al notar que el chico aún no fijaba la vista en él. Cuando lo hizo, sintió una angustia en su corazón.
- No puedo dejarte entrar, estoy castigado.
Castigado y una mierda. Él era Key, el que le importaba tan poco lo que pensaban los papás del menor que ni siquiera se dio el tiempo de pensar en no ingresar a la casa, solo da un paso y se lanza sobre los hombros de su mejor amigo, casi asfixiándolo con su abrazo. Se le impregna en la punta de la nariz la mezcla de olores que tenía el menor; entre cigarrillos y ropa que estaba siendo usada más de lo debido. Aún así no lo suelta, comenzando a acariciarle un poco los hombros, cuando nota que finalmente Taemin se rinde y hunde la cabeza en su cuello. No se sabía cuál de los dos necesitaba más ese abrazo, pero el castaño cree que no podrá soltarlo en un buen rato, porque tenía la necesidad de un cariño externo de esa forma que lo hiciera olvidar toda la amargura vivida y los recuerdos que le latigaban la mente una y otra vez.
Taemin suelta un suspiro y se deja acariciar, mientras aún se aferra a la cintura de su amigo, casi pidiéndole a gritos desesperados que no lo dejara solo, que no lo dejara caer.
Y Key lo sabe. Cree saber todo solo por ver como estaba, por ver como se encontraba y como desesperadamente soltaba un grito de auxilio inaudible. Cree que llevan más de cinco minutos abrazados, pero lo estaría todo el día si es necesario. Solo cuando siente al menor comenzar a separarse cree que debería dejarle las cosas claras de inmediato, que no lo regañaría; no ahora que lo veía así, casi desfallecido.
Sabía que gran parte se debía a sus padres que probablemente lo habían tratado pésimo, pero algo le advertía que no era solo eso, que había algo más, algo que le había quitado el brillo a sus ojos, oscureciéndolos como antes.
Como antes de que conociera a Minho.
- ¿Quieres hablar?- cierra la puerta y se queda unos segundos apoyada en ella, Taemin no se demora mucho en asentir-. Un café estaría bien ¿no?
Un café y muchos más que se verían venir. Key había ido dispuesto a regañar a su mejor amigo por su actitud rebelde que había tenido, pero al verlo así, solo prefería seguir tomando café y escuchándolo.
Uno y otro tras otro.
Taemin frotaba sus manos en torno al tazón, nervioso, mientras Key se servía un poco más, dejando la cafetera sobre la mesa. Da un sorbo y espera que el menor comience, lo mira, pero parece no entender o simplemente no querer hacerlo.
No tiene problemas en partir él con tal de borrar ese silencio incómodo que pocas veces se producía entre ellos.
- ¿Todo esto es culpa por el idiota de Minho? –nota como el menor da un respingo al oír su nombre, sobresaltándose-. Este castigo es solo su culpa, maldito idiota.
Cree que no le dirá nada y que seguirá con su silencio absoluto, pero no es así.
- No es culpa de él- a Key le es imposible no notar que no dice su nombre.
- Si es culpa de él. Minho te insitó.
- No- ahora casi parece frustrado al tener que llevarle la contraria. Era como si le doliese-. Yo soy el único culpable. Siempre lo seré porque soy una mierda de persona y nunca cambiaré. No creo que pueda hacerlo.
El rubio abre los ojos sorprendido ante su confesión, mientras Taemin toma otro sorbo de café, escondiéndose tras el tazón, casi avergonzado.
¿Qué tenía que ver eso con el secuestro de Minho? ¿Y por qué le hablaba de eso que no tenía nada que ver en el tema?
El menor apoya la cabeza sobre sus manos, suspirando ante el atento silencio que causó impactando a su mejor amigo. Ahora estaba más que seguro de lo que le habían dicho sus padres, porque ni siquiera Key era capaz de negarlo.
Por suerte logra salir de su estupor.
- No, Taemin. Por supuesto que no- deja de golpe la taza en la mesa y se inclina hacia a él casi en una actitud desafiante-. ¿Por qué estás pensando esas tonterías? ¿AH? ¿Por qué estás diciendo tanta basura sobre ti? ¿Acaso no te quieres? ¿Acaso no sabes lo maravilloso que eres para el mundo? ¿Para mi? ¿Para Minho?
Cuando dice el nombre del moreno nota como el pequeño cierra los ojos, apretándolos con fuerza. Eso pasaba. Era algo con Minho. Minho era el causante de la herida.
O Minho y algo más que no se tardaría en descubrir.
- Minho no tiene nada que ver aquí- le susurra sin mirarlo a los ojos. Al parecer no se cree capaz.
- Taemin.
El menor juega con un hilo que cuelga de su polera sin concentrarse ni escuchar a su amigo. Simplemente no quería mirarlo. Quería acabar con esa conversación e intentar dar vuelta la página como si nada hubiese pasado. Como si sus padres no le hubiesen roto sus últimas ilusiones y como si Minho nunca hubiese existido.
Minho no se merecía a alguien tan inútil. Alguien como él.
Sabe que si levanta la cabeza, terminará diciéndole la verdad a la única persona que lo conoce al mil por cierto, sin demorarse mucho en comenzar a derramar lágrimas que se avergüenza en botar.
Cuenta hasta diez y sus ojos se comienzan a aguar sin siquiera levantar la cabeza.
- Taemin mírame.
La voz de Key suena como eco dentro de su cabeza, intentando luchar con su mente y traspasar la barrera que siempre se encargaba de interponer cuando era la hora de demostrar sus sentimientos.
- Taemin.
Ahora estaba a su lado. No consciente con lo difícil que era de tenerlo en frente de él, decide sentarse a su lado y traladearle la cabeza aún más para que le dijera la verdad. Se cree incapaz de pensar y recordar que tenía que seguir siendo fuerte como tanto le decía su padre. Fuerte como un macho de verdad.
Una lágrima se asoma por el borde de su ojo y duda en caer. Finalmente lo hace y Key lo nota apenas recorre la piel de su rostro.
- Minho no tiene la culpa, Key hyung.
Le susurra limpiándose la mejilla y escondiendo su vista con el flequillo para que no lo viera llorar, pero recuerda todas las frases que le dijeron sus padres y le es imposible que su vista no se nuble aún más. Pero una cálida mano lo levanta desde el mentón, mirándolo de una manera consoladora e intentando decirle que todo estaba bien, solo que Key prefiere ser más directo y se levanta y lo abraza de tal forma que lo hace sentir resguardado.
Taemin no recuerda hace cuanto no lloraba de esa manera, pero solo lo hace, sin miedo a sentir vergüenza o miedo a ser rechazado. Key era su mejor amigo, la persona que siempre estaba ahí para él por mucho que lo regañara por las estupideces que hacía, pero después de todo admitía que lo amaba como nadie en el mundo. Siente como una mano le acaricia la nuca con cuidado como si fuera un objeto frágil, mientras palabras consoladoras llegan a su oído. Pero él tiene pena, tanta pena que cree que se secará y se quedará sin lágrimas. Sin las lágrimas suficientes para llorar por la ausencia de Minho y por el grave error que hizo al dejarlo ir por culpa de sus padres.
Minho no se merecía una persona como él. Se merecía alguien que lo quisiera tanto como él demostraba y que no tuviera miedo de escaparse hasta el último rincón del mundo por miedo a sus padres.
Minho era invaluable.
Valía diez Taemin o quince o quién sabe cuantos más.
**
Jonghyun se acuesta de golpe en la cama de Key, estirando sus piernas apenas nota el roce de las sábanas. Da un par de vueltas hasta conseguir la posición perfecta, que terminaba convirtiéndolo en un ser casi acurrucado; por lo demás, Key solo recogía prendas que habían desparramadas por la hbitación, intentando ponerle orden a ese caos que había dejado en la mañana.
Key siempre que estaba frustrado o apenado limpia. Es su mayor secreto oculto, pero que todos finalmente terminan suponiendo.
Dobla un par de poleras con mucho cuidado y las apila sobre la esquina de la cama ante la atenta mirada de su novio.
- ¿Por qué no te acuestas un rato?
Por un momento casi le ofende la pregunta, pero no le parece del todo mal. Quizás le haría bien cambiar el extraño hábito que le daba con la preocupación por uno mucho más humano y cariñoso. Duda por un instante, pero finalmente asiente recostándose al lado de su novio. No pasan muchos segundos para que Jonghyun se abrace a su cintura y esconda la cabeza en su cuello.
Le gusta su aroma y el calor que le transmite, pero aún así no deja de pensar en Taemin. En las lágrimas que se mezclaron en su ropa que al parecer le transmitieron toda su angustia a él.
- Extrañaba esto- le susurra en su oído, mordiéndole el lóbulo de la oreja.
Pero Key no está para ese tipo de situaciones y se separa de golpe, casi empujándolo.
- No Jonghyun- le reta con el ceño fruncido-. No quiero.
No quería sexo desenfrenado ni besos que comenzaban tiernos y terminaban con ambos cuerpos desnudos sobre su cama. No. Eso no ahora. Taemin se había apoderado de su cabeza y le anulaba todo tipo de calor en su cuerpo.
Jonghyun suelta un bufido y mete los dedos entre su flequillo, comenzando a fastidiarse. No era necesario preguntar que le pasaba, estaba de más.
- ¿Qué pasó con Taemin? –recuesta su cabeza sobre la almohada, admitiendo su derrota antes de tiempo. Key lo mira y agradece internamente que a veces no sean necesarias las palabras para que supiera que era lo que pasaba.
Quería al moreno. Más de lo que alguna vez pensó que podría hacer. Con sus estupideces y sus berrinches por culpa de Taemin que lo hacían quererlo más.
Le regala una triste sonrisa, agradeciéndole.
- Está castigado- susurra-. Peleó con sus papás y… exageraron. Exageraron demasiado con él. Está pésimo, se encuentra una basura y
Un beso en el cuello lo interrumpe de golpe, llevándose la sorpresa de un nuevo Jonghyun que se le había acercado mientras intentaba contarle lo sucedido. El moreno lo mira desde su lado, dándole cortos besos en el cuello, intentando seducirlo.
De pronto le dieron ganas de dejar de quererlo tanto.
- Jonghyun te dije que no- ahora si lo empuja con su brazo, sentándose en la cama y mirándolo furioso-. No ahora, no en una hora ni no más tarde. ¡Te estoy contando algo importante y sales con esto! ¿Eres tonto o qué?
Ahora el moreno parece enojarse, pero sabe que no es así.
- ¡Pero se pondrá bien, lo sé! Taemin es fuerte, es grande. Sabe lo que hace.
Eso le enfurece más que antes. Le dan ganas de ahogarlo con la almohada y luego de besarlo hasta dejarlo sin oxígeno.
- ¡Pero resulta que Minho está involucrado! ¡Y por si no sabías, Minho es tu mejor amigo!
La cara de Jonghyun cambia de golpe, obligándolo a sentarse también.
- ¿Minho le hizo algo? –se tapa la boca con una mano, dramático-. ¿Hizo algo que Taemin no quería?
El golpe de la almohada le llega de todas maneras, espantándole todas esas ideas estúpidas y sin sentido que se le habían metido en la cabeza.
- No seas idiota. Taemin no lo quiere ver más, dice que Minho no se merece a alguien tan basura como él, ¡y mientras pasa eso tú intentas tener sexo conmigo!- otra mirada de furia y un nuevo cojín sobre él-. ¡Maldito desconsiderado!
- ¡¿Y por qué Minho no me ha dicho nada?!
- ¡Qué se yo!
Key deja una almohada sobre sus piernas, dejando caer de golpe sus brazos sobre ella. Ahora se sentía mucho más frustrado que antes. Sin duda alguna, no había nada como ordenar y limpiar su ropa, ninguna otra técnica servía para distraerlo.
- Lo peor de todo, es que me siento pésimo con Minho- continúa sin saber si era escuchado-. Lo traté pésimo como si él tuviera la culpa. Pensé que había obligado a Taemin y no fue así.
- Siempre te dije que no era culpa de él- le hace un puchero-. Nunca me crees.
Sabía que esa era otra estrategia para obtener deseos carnales, era increíble lo persistente que podía ser.
- Basta, Jonghyun- le advierte-. No obtendrás lo que deseas. No ahora.
El tono de voz de Key le advierte que hablaba en serio y que no habría forma de hacerlo cambiar de opinión. Mejora su posición junto a él y se da cuenta de lo preocupado que está, casi pareciera que se largaría a llorar en cualquier momento.
Jonghyun no quiere pasar por eso, por lo que enreda una de sus manos con las de él, acariciándolo suave. En un principio el rubio se resiste, pero finalmente se deja querer.
- ¿Por qué le pasan estas cosas a Taemin?- apoya la cabeza en el hombro de su novio, mientras el moreno no detiene las caricias-. Es demasiado bueno y pequeño para que sufra tanto.
- Taemin se ve fuerte.
- Pero no lo es- susurra-. Lamentablemente no lo es.
Termina por pasarle los brazos por su espalda hasta que Key queda completamente sentado sobre él. Y se quedan en silencio por quién sabe cuantos minutos; solo es posible escuchar el pequeño ruido que hace Jonghyun al darle suaves besitos en la cabeza a su novio, intentando tranquilizarlo, y un par de corazones que terminan coordinándose a la hora de latir.
**
Le había costado luchar con su orgullo. Lo pensó una y mil veces. Minuto tras minuto y respiración tras respiración la noche anterior. Jonghyun lo había apoyado y le había dicho que estaba orgulloso de su hazaña, Key solo asentía aún sin poder creer lo que haría.
Sería algo histórico en la historia de los perdones.
- Todo por Taemin- se decía a sí mismo, caminando por los pasillos que daban a las salas de trabajo-. Solo por Taemin.
Abre una de las puertas del salón más grande y le pregunta a una estudiante que conocía si había visto a Minho por alguna parte. No fue necesaria la respuesta porque lo vio al fondo del lugar con un par de audífonos puestos sobre sus orejas, trabajando completamente solo.
Sintió que sus pasos se hacían más pesados, pero aún así no eran tantos los necesarios para un recorrido tan corto. No se demoró nada en llegar a su lado.
Toce para hacer notar su presencia, pero nota como la música se escapa de los audífonos, soltando unos gritos atronadores en el medio del silencio. Se notaba a simple viste que el moreno tampoco se encontraba en su máximo estado de felicidad.
Nota como un corte atravesaba su mano, seguramente ante alguna distracción de su parte al haber hecho una maqueta. Suelta un escalofrío y justo en ese instante Minho se voltea y lo ve de frente a él, atravesándolo con la mirada.
Supo de inmediato que eso no sería algo fácil de hacer.
- Hola- le saluda apenas lo ve quitarse los audífonos.
- ¿Qué pasa?
Su tono de voz suena tan seco que de inmediato la furia comienza a hervirle en su cuerpo, quitándole el ánimo calmo que traía para entablar una conversación con él.
- Necesito hablar contigo- le dice en el mismo tono-. Ahora.
- Habla.
Se inclina nuevamente sobre la mesa y continúa realizando el trabajo que hacía antes de verse interrumpido. Corta un par de cartones mientras Key aún analizaba la ofensa que la acababa de hacer.
¿Ni siquiera lo miraría mientras él le decía lo que tenía que decirle?
Le importa un comino lo que le diría Taemin si lo viera en ese momento. También lo que pensaría Jonghyun y todos los que están ahí. Él es Key. No es cualquiera. NO SEÑOR. El merece respeto.
- ¿Podrías parar la tonterita que estás haciendo o me tendré que subir a la mesa para que me mires a la cara mientras te hablo?
La cara de asesino que coloca el moreno al escucharlo es tal, que se arrepiente de haberlo amenazado de tal manera cuando el muchacho se encontraba con un corta cartón en la mano. Por suerte ve que lo deja de lado y se cruza de brazos para mirarlo, al parecer interesado.
- Necesito terminar la “tonterita” así que por favor que sea corto.
- Me tomaré todo el tiempo que necesite- se aguanta la palabra imbécil que por poco se le sale. Ve como Minho mueve la cabeza en señal de que ya puede comenzar a hablar-.
Admite que le cuesta. Que se toma unos segundos para empezar y que enreda sus dedos entre sí porque es dificil que le salgan las palabras, pero finalmente las suelta, de golpe, como si no soportara tenerlas más guardadas y ya estuvieran dándole picazón en la lengua.
- Lo siento, Minho.
Siente como se libera de un peso, sintiendo los hombros mucho más livianos y cómodos que antes. Incluso se siente capaz de sonreír y de estar liberado de todo tipo de furia que tuvo segundos atrás.
- ¿Por qué?- la calma parece no apoderarse del cuerpo de Minho, que lo mira con la misma cara de antes, e incluso algo más complicado.
- ¿¡Cómo que por qué!?
- No sé que hiciste.
La rabia no se había ido. Le vuelve como si hubiese estado atenta a volver al estado de ebullición.
- ¿Estás hablando en serio?
- ¿Tengo cara de broma?
Minho lo mira serio, sin ningún apéndice de felicidad. Key se pregunta hace cuanto no sonríe.
- ¿Te parece normal que te haya culpado de algo que no tuviste culpa?
- ¿De qué mierda hablas?
- ¡De que te raptaste a Taemin!
Ahora parece todo calzar porque el rostro del moreno no es el mismo, transformándose en uno completamente distinto al haber escuchado ese nombre que al parecer no tenía ganas de oír.
- Ah. Eso.
- Sí. Eso- otro silencio incómodo y Key se arrepiente de que el chico no siga cortando cartones como lo hacía hace un momento-. Perdón por haberte culpado por eso. No tenías la culpa completamente por lo que supe.
…por lo que supe.
Era más que obvio que Taemin había hablado con Key o sino no estaría frente a él, hablándole al parecer, de manera tan incómoda.
- Da lo mismo- bufa, enojándose más que cuando lo había visto llegar.
- ¿QUÉ?- le dice gritándole y llamando la atención de todos los que habían en la sala-. ¿¡Vine hasta acá y da lo mismo!?
- Solo tuviste que cambiarte de facultad, es caminar tres cuadras, no exageres tanto.
Key suelta un bufido que hace volar un par de cartones del chico, y se arregla su sombrero más que harto de la situación. Creía que encontraría a Minho mucho más destruído y de una forma que daría pena hablarle, pero no así, altanero y como si no hubiese pasado nada.
¿Qué mierda le había dicho Taemin para dejarlo así?
Prefiere acabar con la conversación de golpe e irse antes de que cometiera otro error contra el moreno que ya se hallaba inmerso nuevamente en su burbuja. Se despide con un susurro y el otro le responde con un movimiento apenas visible para todos.
Había sido la conversación más extraña que había tenido en su vida, y que más encima, le había dejado un gustito raro en el estómago, como intentando decirle que no se debía ir aún y no tenía que rendirse en hablar con Minho, pero el chico no daba señales de nada hasta que Key estuvo lo suficientemente lejos como para notar algún cambio en su rostro.
Porque si Key se hubiese demorado un poco más, tan solo cinco minutos más, hubiese visto como el rostro de Minho se transformaba en uno que dejaba sin palabras, que era imposible de representar y de describir, en uno casi distorsionado.
Minho sintió el movimiento de celular apenas de dejo de ver el lugar por el cual había desaparecido el rubio, fijando su vista inmediatamente en el aparato. Podía ver que le había llegado un mensaje nuevo, que sinceramente, no tenía ganas de ver. Pero por una fuerza extraña y de quién sabe dónde, tomó de todas formas su teléfono e hizo un leve movimiento sobre la pantalla para descubrir de qué se trataba.
Minho creyó que el tiempo se había congelado y se había preocupado solo de hacerle sentir emociones extrañas que no lo dejarían trabajar. Deseó no haber leído el mensaje. Deseó haber perdido su celular.
E incluso, deseó no tener ganas excesivas de ir al lugar en donde se le pedía.
Minho, soy Taemin. Te espero a las seis en mi casa. Te necesito.
Dos fuertes golpes en la puerta parecían no ser suficientes para ser oídos en el interior, pega la oreja a la madera, intentando escuchar sobre el silencio si se escuchaban ruidos de alguien habitando ahí; respira con cuidado atento, entonces un par de pasos que se arrastraban, comienzan a ser escuchados a la lejanía.
Otro golpe en la puerta para intentar apresurarlos y quizás otro más para que de verdad se apurara. Estaba ansioso, nervioso y un poco de todo.
Nunca había pasado más de cuatro días sin ver a Taemin, ya casi se estaba convirtiendo en un record. Arregla su bolso sobre su hombro y ordena su sombrero como si fuera a presentarse delante de una de las personas más importantes del mundo. Lástima que cuando se abre la puerta se lleva la sorpresa de que no veía lo que se esperaba.
La viva imagen, si es que se podía decir así, de Taemin era un real asco. Su cabello se encontraba a tal punto de desorden que Key se preguntó hace cuanto no pasaba un peine o un poco de shampoo por él. Se veía algo así como un mendigo.
- ¿Tae…minnie?- le pregunta con dulzura al notar que el chico aún no fijaba la vista en él. Cuando lo hizo, sintió una angustia en su corazón.
- No puedo dejarte entrar, estoy castigado.
Castigado y una mierda. Él era Key, el que le importaba tan poco lo que pensaban los papás del menor que ni siquiera se dio el tiempo de pensar en no ingresar a la casa, solo da un paso y se lanza sobre los hombros de su mejor amigo, casi asfixiándolo con su abrazo. Se le impregna en la punta de la nariz la mezcla de olores que tenía el menor; entre cigarrillos y ropa que estaba siendo usada más de lo debido. Aún así no lo suelta, comenzando a acariciarle un poco los hombros, cuando nota que finalmente Taemin se rinde y hunde la cabeza en su cuello. No se sabía cuál de los dos necesitaba más ese abrazo, pero el castaño cree que no podrá soltarlo en un buen rato, porque tenía la necesidad de un cariño externo de esa forma que lo hiciera olvidar toda la amargura vivida y los recuerdos que le latigaban la mente una y otra vez.
Taemin suelta un suspiro y se deja acariciar, mientras aún se aferra a la cintura de su amigo, casi pidiéndole a gritos desesperados que no lo dejara solo, que no lo dejara caer.
Y Key lo sabe. Cree saber todo solo por ver como estaba, por ver como se encontraba y como desesperadamente soltaba un grito de auxilio inaudible. Cree que llevan más de cinco minutos abrazados, pero lo estaría todo el día si es necesario. Solo cuando siente al menor comenzar a separarse cree que debería dejarle las cosas claras de inmediato, que no lo regañaría; no ahora que lo veía así, casi desfallecido.
Sabía que gran parte se debía a sus padres que probablemente lo habían tratado pésimo, pero algo le advertía que no era solo eso, que había algo más, algo que le había quitado el brillo a sus ojos, oscureciéndolos como antes.
Como antes de que conociera a Minho.
- ¿Quieres hablar?- cierra la puerta y se queda unos segundos apoyada en ella, Taemin no se demora mucho en asentir-. Un café estaría bien ¿no?
Un café y muchos más que se verían venir. Key había ido dispuesto a regañar a su mejor amigo por su actitud rebelde que había tenido, pero al verlo así, solo prefería seguir tomando café y escuchándolo.
Uno y otro tras otro.
Taemin frotaba sus manos en torno al tazón, nervioso, mientras Key se servía un poco más, dejando la cafetera sobre la mesa. Da un sorbo y espera que el menor comience, lo mira, pero parece no entender o simplemente no querer hacerlo.
No tiene problemas en partir él con tal de borrar ese silencio incómodo que pocas veces se producía entre ellos.
- ¿Todo esto es culpa por el idiota de Minho? –nota como el menor da un respingo al oír su nombre, sobresaltándose-. Este castigo es solo su culpa, maldito idiota.
Cree que no le dirá nada y que seguirá con su silencio absoluto, pero no es así.
- No es culpa de él- a Key le es imposible no notar que no dice su nombre.
- Si es culpa de él. Minho te insitó.
- No- ahora casi parece frustrado al tener que llevarle la contraria. Era como si le doliese-. Yo soy el único culpable. Siempre lo seré porque soy una mierda de persona y nunca cambiaré. No creo que pueda hacerlo.
El rubio abre los ojos sorprendido ante su confesión, mientras Taemin toma otro sorbo de café, escondiéndose tras el tazón, casi avergonzado.
¿Qué tenía que ver eso con el secuestro de Minho? ¿Y por qué le hablaba de eso que no tenía nada que ver en el tema?
El menor apoya la cabeza sobre sus manos, suspirando ante el atento silencio que causó impactando a su mejor amigo. Ahora estaba más que seguro de lo que le habían dicho sus padres, porque ni siquiera Key era capaz de negarlo.
Por suerte logra salir de su estupor.
- No, Taemin. Por supuesto que no- deja de golpe la taza en la mesa y se inclina hacia a él casi en una actitud desafiante-. ¿Por qué estás pensando esas tonterías? ¿AH? ¿Por qué estás diciendo tanta basura sobre ti? ¿Acaso no te quieres? ¿Acaso no sabes lo maravilloso que eres para el mundo? ¿Para mi? ¿Para Minho?
Cuando dice el nombre del moreno nota como el pequeño cierra los ojos, apretándolos con fuerza. Eso pasaba. Era algo con Minho. Minho era el causante de la herida.
O Minho y algo más que no se tardaría en descubrir.
- Minho no tiene nada que ver aquí- le susurra sin mirarlo a los ojos. Al parecer no se cree capaz.
- Taemin.
El menor juega con un hilo que cuelga de su polera sin concentrarse ni escuchar a su amigo. Simplemente no quería mirarlo. Quería acabar con esa conversación e intentar dar vuelta la página como si nada hubiese pasado. Como si sus padres no le hubiesen roto sus últimas ilusiones y como si Minho nunca hubiese existido.
Minho no se merecía a alguien tan inútil. Alguien como él.
Sabe que si levanta la cabeza, terminará diciéndole la verdad a la única persona que lo conoce al mil por cierto, sin demorarse mucho en comenzar a derramar lágrimas que se avergüenza en botar.
Cuenta hasta diez y sus ojos se comienzan a aguar sin siquiera levantar la cabeza.
- Taemin mírame.
La voz de Key suena como eco dentro de su cabeza, intentando luchar con su mente y traspasar la barrera que siempre se encargaba de interponer cuando era la hora de demostrar sus sentimientos.
- Taemin.
Ahora estaba a su lado. No consciente con lo difícil que era de tenerlo en frente de él, decide sentarse a su lado y traladearle la cabeza aún más para que le dijera la verdad. Se cree incapaz de pensar y recordar que tenía que seguir siendo fuerte como tanto le decía su padre. Fuerte como un macho de verdad.
Una lágrima se asoma por el borde de su ojo y duda en caer. Finalmente lo hace y Key lo nota apenas recorre la piel de su rostro.
- Minho no tiene la culpa, Key hyung.
Le susurra limpiándose la mejilla y escondiendo su vista con el flequillo para que no lo viera llorar, pero recuerda todas las frases que le dijeron sus padres y le es imposible que su vista no se nuble aún más. Pero una cálida mano lo levanta desde el mentón, mirándolo de una manera consoladora e intentando decirle que todo estaba bien, solo que Key prefiere ser más directo y se levanta y lo abraza de tal forma que lo hace sentir resguardado.
Taemin no recuerda hace cuanto no lloraba de esa manera, pero solo lo hace, sin miedo a sentir vergüenza o miedo a ser rechazado. Key era su mejor amigo, la persona que siempre estaba ahí para él por mucho que lo regañara por las estupideces que hacía, pero después de todo admitía que lo amaba como nadie en el mundo. Siente como una mano le acaricia la nuca con cuidado como si fuera un objeto frágil, mientras palabras consoladoras llegan a su oído. Pero él tiene pena, tanta pena que cree que se secará y se quedará sin lágrimas. Sin las lágrimas suficientes para llorar por la ausencia de Minho y por el grave error que hizo al dejarlo ir por culpa de sus padres.
Minho no se merecía una persona como él. Se merecía alguien que lo quisiera tanto como él demostraba y que no tuviera miedo de escaparse hasta el último rincón del mundo por miedo a sus padres.
Minho era invaluable.
Valía diez Taemin o quince o quién sabe cuantos más.
**
Jonghyun se acuesta de golpe en la cama de Key, estirando sus piernas apenas nota el roce de las sábanas. Da un par de vueltas hasta conseguir la posición perfecta, que terminaba convirtiéndolo en un ser casi acurrucado; por lo demás, Key solo recogía prendas que habían desparramadas por la hbitación, intentando ponerle orden a ese caos que había dejado en la mañana.
Key siempre que estaba frustrado o apenado limpia. Es su mayor secreto oculto, pero que todos finalmente terminan suponiendo.
Dobla un par de poleras con mucho cuidado y las apila sobre la esquina de la cama ante la atenta mirada de su novio.
- ¿Por qué no te acuestas un rato?
Por un momento casi le ofende la pregunta, pero no le parece del todo mal. Quizás le haría bien cambiar el extraño hábito que le daba con la preocupación por uno mucho más humano y cariñoso. Duda por un instante, pero finalmente asiente recostándose al lado de su novio. No pasan muchos segundos para que Jonghyun se abrace a su cintura y esconda la cabeza en su cuello.
Le gusta su aroma y el calor que le transmite, pero aún así no deja de pensar en Taemin. En las lágrimas que se mezclaron en su ropa que al parecer le transmitieron toda su angustia a él.
- Extrañaba esto- le susurra en su oído, mordiéndole el lóbulo de la oreja.
Pero Key no está para ese tipo de situaciones y se separa de golpe, casi empujándolo.
- No Jonghyun- le reta con el ceño fruncido-. No quiero.
No quería sexo desenfrenado ni besos que comenzaban tiernos y terminaban con ambos cuerpos desnudos sobre su cama. No. Eso no ahora. Taemin se había apoderado de su cabeza y le anulaba todo tipo de calor en su cuerpo.
Jonghyun suelta un bufido y mete los dedos entre su flequillo, comenzando a fastidiarse. No era necesario preguntar que le pasaba, estaba de más.
- ¿Qué pasó con Taemin? –recuesta su cabeza sobre la almohada, admitiendo su derrota antes de tiempo. Key lo mira y agradece internamente que a veces no sean necesarias las palabras para que supiera que era lo que pasaba.
Quería al moreno. Más de lo que alguna vez pensó que podría hacer. Con sus estupideces y sus berrinches por culpa de Taemin que lo hacían quererlo más.
Le regala una triste sonrisa, agradeciéndole.
- Está castigado- susurra-. Peleó con sus papás y… exageraron. Exageraron demasiado con él. Está pésimo, se encuentra una basura y
Un beso en el cuello lo interrumpe de golpe, llevándose la sorpresa de un nuevo Jonghyun que se le había acercado mientras intentaba contarle lo sucedido. El moreno lo mira desde su lado, dándole cortos besos en el cuello, intentando seducirlo.
De pronto le dieron ganas de dejar de quererlo tanto.
- Jonghyun te dije que no- ahora si lo empuja con su brazo, sentándose en la cama y mirándolo furioso-. No ahora, no en una hora ni no más tarde. ¡Te estoy contando algo importante y sales con esto! ¿Eres tonto o qué?
Ahora el moreno parece enojarse, pero sabe que no es así.
- ¡Pero se pondrá bien, lo sé! Taemin es fuerte, es grande. Sabe lo que hace.
Eso le enfurece más que antes. Le dan ganas de ahogarlo con la almohada y luego de besarlo hasta dejarlo sin oxígeno.
- ¡Pero resulta que Minho está involucrado! ¡Y por si no sabías, Minho es tu mejor amigo!
La cara de Jonghyun cambia de golpe, obligándolo a sentarse también.
- ¿Minho le hizo algo? –se tapa la boca con una mano, dramático-. ¿Hizo algo que Taemin no quería?
El golpe de la almohada le llega de todas maneras, espantándole todas esas ideas estúpidas y sin sentido que se le habían metido en la cabeza.
- No seas idiota. Taemin no lo quiere ver más, dice que Minho no se merece a alguien tan basura como él, ¡y mientras pasa eso tú intentas tener sexo conmigo!- otra mirada de furia y un nuevo cojín sobre él-. ¡Maldito desconsiderado!
- ¡¿Y por qué Minho no me ha dicho nada?!
- ¡Qué se yo!
Key deja una almohada sobre sus piernas, dejando caer de golpe sus brazos sobre ella. Ahora se sentía mucho más frustrado que antes. Sin duda alguna, no había nada como ordenar y limpiar su ropa, ninguna otra técnica servía para distraerlo.
- Lo peor de todo, es que me siento pésimo con Minho- continúa sin saber si era escuchado-. Lo traté pésimo como si él tuviera la culpa. Pensé que había obligado a Taemin y no fue así.
- Siempre te dije que no era culpa de él- le hace un puchero-. Nunca me crees.
Sabía que esa era otra estrategia para obtener deseos carnales, era increíble lo persistente que podía ser.
- Basta, Jonghyun- le advierte-. No obtendrás lo que deseas. No ahora.
El tono de voz de Key le advierte que hablaba en serio y que no habría forma de hacerlo cambiar de opinión. Mejora su posición junto a él y se da cuenta de lo preocupado que está, casi pareciera que se largaría a llorar en cualquier momento.
Jonghyun no quiere pasar por eso, por lo que enreda una de sus manos con las de él, acariciándolo suave. En un principio el rubio se resiste, pero finalmente se deja querer.
- ¿Por qué le pasan estas cosas a Taemin?- apoya la cabeza en el hombro de su novio, mientras el moreno no detiene las caricias-. Es demasiado bueno y pequeño para que sufra tanto.
- Taemin se ve fuerte.
- Pero no lo es- susurra-. Lamentablemente no lo es.
Termina por pasarle los brazos por su espalda hasta que Key queda completamente sentado sobre él. Y se quedan en silencio por quién sabe cuantos minutos; solo es posible escuchar el pequeño ruido que hace Jonghyun al darle suaves besitos en la cabeza a su novio, intentando tranquilizarlo, y un par de corazones que terminan coordinándose a la hora de latir.
**
Le había costado luchar con su orgullo. Lo pensó una y mil veces. Minuto tras minuto y respiración tras respiración la noche anterior. Jonghyun lo había apoyado y le había dicho que estaba orgulloso de su hazaña, Key solo asentía aún sin poder creer lo que haría.
Sería algo histórico en la historia de los perdones.
- Todo por Taemin- se decía a sí mismo, caminando por los pasillos que daban a las salas de trabajo-. Solo por Taemin.
Abre una de las puertas del salón más grande y le pregunta a una estudiante que conocía si había visto a Minho por alguna parte. No fue necesaria la respuesta porque lo vio al fondo del lugar con un par de audífonos puestos sobre sus orejas, trabajando completamente solo.
Sintió que sus pasos se hacían más pesados, pero aún así no eran tantos los necesarios para un recorrido tan corto. No se demoró nada en llegar a su lado.
Toce para hacer notar su presencia, pero nota como la música se escapa de los audífonos, soltando unos gritos atronadores en el medio del silencio. Se notaba a simple viste que el moreno tampoco se encontraba en su máximo estado de felicidad.
Nota como un corte atravesaba su mano, seguramente ante alguna distracción de su parte al haber hecho una maqueta. Suelta un escalofrío y justo en ese instante Minho se voltea y lo ve de frente a él, atravesándolo con la mirada.
Supo de inmediato que eso no sería algo fácil de hacer.
- Hola- le saluda apenas lo ve quitarse los audífonos.
- ¿Qué pasa?
Su tono de voz suena tan seco que de inmediato la furia comienza a hervirle en su cuerpo, quitándole el ánimo calmo que traía para entablar una conversación con él.
- Necesito hablar contigo- le dice en el mismo tono-. Ahora.
- Habla.
Se inclina nuevamente sobre la mesa y continúa realizando el trabajo que hacía antes de verse interrumpido. Corta un par de cartones mientras Key aún analizaba la ofensa que la acababa de hacer.
¿Ni siquiera lo miraría mientras él le decía lo que tenía que decirle?
Le importa un comino lo que le diría Taemin si lo viera en ese momento. También lo que pensaría Jonghyun y todos los que están ahí. Él es Key. No es cualquiera. NO SEÑOR. El merece respeto.
- ¿Podrías parar la tonterita que estás haciendo o me tendré que subir a la mesa para que me mires a la cara mientras te hablo?
La cara de asesino que coloca el moreno al escucharlo es tal, que se arrepiente de haberlo amenazado de tal manera cuando el muchacho se encontraba con un corta cartón en la mano. Por suerte ve que lo deja de lado y se cruza de brazos para mirarlo, al parecer interesado.
- Necesito terminar la “tonterita” así que por favor que sea corto.
- Me tomaré todo el tiempo que necesite- se aguanta la palabra imbécil que por poco se le sale. Ve como Minho mueve la cabeza en señal de que ya puede comenzar a hablar-.
Admite que le cuesta. Que se toma unos segundos para empezar y que enreda sus dedos entre sí porque es dificil que le salgan las palabras, pero finalmente las suelta, de golpe, como si no soportara tenerlas más guardadas y ya estuvieran dándole picazón en la lengua.
- Lo siento, Minho.
Siente como se libera de un peso, sintiendo los hombros mucho más livianos y cómodos que antes. Incluso se siente capaz de sonreír y de estar liberado de todo tipo de furia que tuvo segundos atrás.
- ¿Por qué?- la calma parece no apoderarse del cuerpo de Minho, que lo mira con la misma cara de antes, e incluso algo más complicado.
- ¿¡Cómo que por qué!?
- No sé que hiciste.
La rabia no se había ido. Le vuelve como si hubiese estado atenta a volver al estado de ebullición.
- ¿Estás hablando en serio?
- ¿Tengo cara de broma?
Minho lo mira serio, sin ningún apéndice de felicidad. Key se pregunta hace cuanto no sonríe.
- ¿Te parece normal que te haya culpado de algo que no tuviste culpa?
- ¿De qué mierda hablas?
- ¡De que te raptaste a Taemin!
Ahora parece todo calzar porque el rostro del moreno no es el mismo, transformándose en uno completamente distinto al haber escuchado ese nombre que al parecer no tenía ganas de oír.
- Ah. Eso.
- Sí. Eso- otro silencio incómodo y Key se arrepiente de que el chico no siga cortando cartones como lo hacía hace un momento-. Perdón por haberte culpado por eso. No tenías la culpa completamente por lo que supe.
…por lo que supe.
Era más que obvio que Taemin había hablado con Key o sino no estaría frente a él, hablándole al parecer, de manera tan incómoda.
- Da lo mismo- bufa, enojándose más que cuando lo había visto llegar.
- ¿QUÉ?- le dice gritándole y llamando la atención de todos los que habían en la sala-. ¿¡Vine hasta acá y da lo mismo!?
- Solo tuviste que cambiarte de facultad, es caminar tres cuadras, no exageres tanto.
Key suelta un bufido que hace volar un par de cartones del chico, y se arregla su sombrero más que harto de la situación. Creía que encontraría a Minho mucho más destruído y de una forma que daría pena hablarle, pero no así, altanero y como si no hubiese pasado nada.
¿Qué mierda le había dicho Taemin para dejarlo así?
Prefiere acabar con la conversación de golpe e irse antes de que cometiera otro error contra el moreno que ya se hallaba inmerso nuevamente en su burbuja. Se despide con un susurro y el otro le responde con un movimiento apenas visible para todos.
Había sido la conversación más extraña que había tenido en su vida, y que más encima, le había dejado un gustito raro en el estómago, como intentando decirle que no se debía ir aún y no tenía que rendirse en hablar con Minho, pero el chico no daba señales de nada hasta que Key estuvo lo suficientemente lejos como para notar algún cambio en su rostro.
Porque si Key se hubiese demorado un poco más, tan solo cinco minutos más, hubiese visto como el rostro de Minho se transformaba en uno que dejaba sin palabras, que era imposible de representar y de describir, en uno casi distorsionado.
Minho sintió el movimiento de celular apenas de dejo de ver el lugar por el cual había desaparecido el rubio, fijando su vista inmediatamente en el aparato. Podía ver que le había llegado un mensaje nuevo, que sinceramente, no tenía ganas de ver. Pero por una fuerza extraña y de quién sabe dónde, tomó de todas formas su teléfono e hizo un leve movimiento sobre la pantalla para descubrir de qué se trataba.
Minho creyó que el tiempo se había congelado y se había preocupado solo de hacerle sentir emociones extrañas que no lo dejarían trabajar. Deseó no haber leído el mensaje. Deseó haber perdido su celular.
E incluso, deseó no tener ganas excesivas de ir al lugar en donde se le pedía.
Minho, soy Taemin. Te espero a las seis en mi casa. Te necesito.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
aparto. En lo que proceso lo leido, Pero de una vez digo: Yo que MinHo no iba, pero yo son rara y ahorra
A estoy con animos de no se que onda con migo
A estoy con animos de no se que onda con migo
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
[strike] Aparto :) [strike]
Hola unnie !!!!
Dios este capitulo me dejo con triztesa me hiso sentir tantas cosas es que taemin esta sufriendo como unos padres le pueden decir algo asi a sus hijos llore junto con el :( y minho tan frio, key hizo su intento de hablar pero bueno , que pasara ahora que se volveran a ver hay por que lo dejaste hasta ahí mi corazoncito sufre :( nos leemos prontito cuidate bye
Hola unnie !!!!
Dios este capitulo me dejo con triztesa me hiso sentir tantas cosas es que taemin esta sufriendo como unos padres le pueden decir algo asi a sus hijos llore junto con el :( y minho tan frio, key hizo su intento de hablar pero bueno , que pasara ahora que se volveran a ver hay por que lo dejaste hasta ahí mi corazoncito sufre :( nos leemos prontito cuidate bye
Última edición por lizzetortiz el Mar Ago 28, 2012 7:20 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
No!!!! por qué TaeMin piensa eso de si???
No es justo, él es un buen chico y claro que
si se merece que MinHo lo quiera!!!!....
Espero que se le quita esa idea loca de una vez
por todas!!!...
Tierna la escena de Key Y TaeMin :)
Solo espero que se arregle pronto todo ese lio...
Gracias por el capítulo, muy bueno como siempre!!!
No tardes en actualizar por favor!!!
No es justo, él es un buen chico y claro que
si se merece que MinHo lo quiera!!!!....
Espero que se le quita esa idea loca de una vez
por todas!!!...
Tierna la escena de Key Y TaeMin :)
Solo espero que se arregle pronto todo ese lio...
Gracias por el capítulo, muy bueno como siempre!!!
No tardes en actualizar por favor!!!
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
wwaaaa~ no puede ser!! D:
Quiero mas!!! T^T
Necesito el proximo capitulo, no quiero verlos
sufrir amo el 2min! <3
Espero tu Actu~
Quiero mas!!! T^T
Necesito el proximo capitulo, no quiero verlos
sufrir amo el 2min! <3
Espero tu Actu~
ILove SHINee
Onew ,Jonghyun, Key, Minho y Taemin
251
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO CONTIENE LEMON!
Capítulo 14
- Hola mamá, me voy a la casa de Jonghyun a hacer un trabajo- le dice con voz suave a través del teléfono sin demostrarle lo inquieto que se encontraba-. No, no sé a que hora llegue, pero si estaré bien. Adiós.
Corta la llamada con un nudo más grande en su estómago, que sentía que cada vez iba invadiéndole más partes de su cuerpo. Suelta un suspiro y saca la llave del contacto del auto. Ya no podía seguir resistiéndose a quedarse encerrado allí, tenía que bajar, tenía que ser lo suficientemente valiente e ir al lugar que se le había solicitado.
Debía admitir que se había hecho el difícil. Mucho, y por bastante tiempo. Lo había rechazado en un par de mensajes, diciéndole que tenía mucho que hacer y que no tenía el tiempo suficiente para ir a ver que era lo que le pasaba. Pero Taemin era más terco que nadie que había conocido en su vida, terminando por convencerlo de que sería solo un pequeño momento y que aún así le quedaría hasta el tiempo suficiente para dormir.
De todas formas no le aseguró que iría.
Ahora se había estacionado fuera de la puerta de su casa sin temor alguno. Había escuchado en la mañana que Onew se iría a no sé cual lugar por un asunto familiar con sus padres; le llamó la atención de que Taemin también perteneciera a la familia y no hubiese ido. Quizás debido a su castigo o quién sabe qué.
Suelta un nuevo suspiro luego de esperar unos segundos para tocar la puerta. Cree que los latidos de su corazón se pueden escuchar desde lejos hasta el último rincón de Corea cuando siente un par de rápidos pasos acercándose.
Había sido puntual, no se podía quejar. Aunque muchas ideas pasaron por su cabeza con la idea de dejarlo esperando un buen rato o simplemente no ir, pero las desechó rápidamente sin siquiera intentar ser concretadas.
Ahoga un nuevo suspiro cuando aparece Taemin tras la puerta sin la sonrisa habitual con la que siempre lo había recibido. Ahora unas oscuras ojeras adornaban su rostro más un par de calorías menos que se podían notar en sus marcadas mejillas.
Algo no estaba bien. Lo supo de inmediato y se odió por no saberlo.
- Te quiero- le interrumpe antes siquiera que haya alcanzado a saludarlo. Aún sostenía el pomo de la puerta en su mano, sin dejarlo entrar-. Te quiero Minho- le repite como si le hubiese quedado alguna duda-. Y lo siento, por todo.
Cree que se le congela el cerebro y no es capaz de distinguir si eso realmente estaba pasando o era otro de los tantos sueños que se le pasaban por la cabeza. Pero unos suaves y húmedos labios se posan sobre él, aferrándose de su polera para alcanzarlo. Siente como Taemin levanta los pies, quedando en puntitas, mientras intensificaba aún más el beso sin querer separarse, intentando decirle que si las palabras no habían sido suficientes, esto podría ayudarlo.
Minho siente que va cayendo en un abismo y choca de golpe contra el piso cuando el menor se separa y lo mira expectante. Cree que el brillo de sus ojos comienza a aparecer cuando se fija en él. Casi piensa que le sonreirá, pero él se ve incapaz de realizar o hacer algo; apenas da un par de pasos e ingresa a la casa sin saber si era temor o curiosidad lo que sentía ahora.
Las cosas no estaban yendo como había planeado. En absoluto.
Los pasos de Taemin tras él, llegan a su lado, balancéandose aún sin estar seguro de qué decirle. Minho vuelve a mirarlo y cree que solo el hecho de eso le da el suficiente coraje para volver a hablarle.
- ¿Quieres algo? – se coloca de pie frente a él para aprovechar de mirarlo todo lo que no había hecho durante esos días. Taemin siente como las mariposas comienzan a flotar nuevamente en su estómago, casi obligándolo a sonreír-. ¿Un jugo, café…?
- Un jugo está bien.
Minho siente su extraña voz en el lugar sacándolo de su ensimismamiento, y ve como Taemin desaparece por un pasillo, seguramente a buscar los líquidos.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba pasándoLE?
No entendía nada. No entendía a Taemin y tampoco a sí mismo por ser tan débil y haberse dejado besar de inmediato apenas se había dado la ocasión. Se castiga mentalmente y camina cerca de una pared en el living de la casa en dónde habían un montón de fotos de la familia. Se fijó en un pequeño Onew a sus primeros años de edad, en el colegio, otra más en el colegio, Onew graduándose, los padres con Onew, Onew en un cumpleaños y más Onew por donde mirase.
Frunce el ceño. ¿Y dónde diablos aparecía Taemin?
- Ten- le susurra a sus espaldas, entregándole un vaso con un líquido ya conocido por el estudiante de arquitectura-. Sé que no has dormido. Preferí la bebida energizante.
- ¿Cómo lo
- Te reconozco cuando no has dormido- se adelanta, sonriéndole.
- Taemin, tengo una maqueta por hacer, no puedo estar demasiado.
Siente como una pequeña mano se mete entremedio de la suya, entrelazando los dedos con los suyos. El calor de su cuerpo se transmite lentamente al de Taemin, mientras es arrastrado hacia el sillón más cercano. Minho solo se deja estar, caminando con pasos perezosos al lugar en donde era llevado.
Le era imposible resistirse. Era algo que iba más allá de él. Simplemente no podía decirle que no.
Claramente Taemin esperaba salirse con la suya y demorarse todo el tiempo que fuese necesario, y Minho sabía completamente que le costaría mucho apresurarlo o volver a decirle que se tenía que ir. Mucho menos ahora que se sienta a su lado y puede mirar lo nervioso que se encontraba intentando buscar las palabras adecuadas para comenzar a hablar. Ya había separado sus manos y ahora se encontraba enredándolas entre sí, en busca de que aparecieran las frases correctas que tenía por decir.
A simple vista era obvio que el tema que tenía que tocar no era algo fácil para él. Y Minho se siente incómodo tras unos minutos de silencio sin saber exactamente que debía hacer, solo piensa que estaría bien si le da un poco de apoyo, dejándole claro que no lo odiaba por lo que le había hecho, que quizás el rencor ya hasta había desaparecido.
¿Era posible que alguien fuera capaz de controlar sus emociones tan bien como lo hacía Taemin? ¿Era eso normal?
Toma una de sus manos entre las suyas, dándole nuevamente calor como hace un rato. Los dedos de Taemin se encuentran recogidos, pero finalmente se relajan entregándose completamente a Minho.
Sí, eso le había servido.
- Yo…- comienza titubeante-. No fui planeado por mis padres.
Admite que eso no se lo esperaba. En absoluto.
- Por eso cuando veías las fotos, no me viste- continúa con una voz mucho más acongojada que antes-. Onew siempre ha sido el favorito y yo siempre al que han dejado de lado. Desde que vivíamos en el sur y mis padres venían a ver a Onew acá a Seúl, me dejaban a cargo de la vigilancia de una vecina, una señora de ochenta años que apenas podía vivir consigo misma, por lo que apenas se acordaba de mí.
Minho cree que el nudo que logró deshacerse en su pecho, volvió en menos de un minuto pero no debido a él, sino que debido a Taemin, al verlo así, tan expuesto, tan débil y pequeño. Él no tenía la culpa de nada, era un idiota.
Él era el culpable de todo. Ahora entendía porqué temía tanto del castigo de sus padres, era un grandísimo idiota por haberlo hecho ir a la playa.
Se odia a sí mismo y no sabe que hacer. No sabe de qué forma traspasarse el dolor de Taemin, a su cuerpo para que él pueda sufrir y no el menor. Él era demasiado pequeño para que sufriera tanto, no se lo merecía.
Taemin no se merecía esa angustia. Él sí. Él si podría luchar contra ello.
- Yo tenía como catorce años- continúa ahora ya con los ojos aguados-. Cuando un día mis papás vinieron a ver Onew por un fin de semana y yo comencé a fumar. No sabía qué hacer durante el día así que me ponía a probar las cosas que dejaba mi papá en la casa: cervezas que dejaba en el refrigerador y cigarrillos que encontraba sueltos. Era la única forma de que el día se me hiciera más corto. No hacía nada, era horrible.
Si Minho odiaba cuando la gente lloraba porque no sabía que hacer, esto era completamente extremo multiplicado por mil. Taemin ni siquiera estaba llorando, solo botaba una lágrima tras otra, pero sin llorar. Solo caían porque no soportaba más la angustia que tenía en su interior y que probablemente no había sido capaz de compartir con alguien. Quizás con Key, pero con nadie más.
Se podría decir que era la primera vez que se estaba abriendo ante un desconocido. Le estaba abriendo por primera vez sus sentimientos a una persona que simplemente había aparecido ante él sin siquiera tocar la puerta. Una persona que se había tomado la libertad de entrar en un lugar que nadie más había logrado entrar, botando de un solo golpe esa barrera que tanto le había costado crear.
Taemin sorbetea la nariz y Minho no soporta más y le limpia con suavidad una tras otra lágrima que cae sobre sus suaves mejillas. Las limpia con ayuda de su polerón, acariciándolo con suavidad y mirando como sus carnosos labios tiritaban casi haciendo un puchero.
El moreno ya rogaba porque le transfirieran todo el dolor del menor a él para que no tuviera que sufrir más. Le angustiaba verlo así. Demasiado.
Pero Taemin necesitaba hablar. Creía que ya no podía parar y que los sentimientos no podía tenerlos más a flor de piel que ahora. Se relaja al sentir las suaves caricias de Minho, tranquilizándolo y evitando que soltara tantas lágrimas que simplemente se habían escapado sin su autorización.
- ¿Te has… drogado?- le pregunta el moreno con algo de temor.
- Nooo- le niega rápido-. Nunca. Mis papás no saben que fumo, yo solo aprovecho las oportunidades de hacerlo cuando ellos no están acá y a veces en el colegio. Lo hago simplemente porque me tranquiliza, porque me hace sentir menos solo.
Minho siente una punzada al escucharlo decir eso.
¿Cuál era el error de Taemin para que sufriera tanto? ¿Existir? ¿Ese había sido su error?
Ya no caían más lágrimas, pero no se creía capaz de poder detener sus caricias. Apreta las pequeñas manos del menor entre las suyas, pero finalmente le pasa los brazos por sobre su cuello, acercándolo hacia él. Siente como el menor agradece el gesto, enterrando su rostro en su cuello, absorviéndo el olor que tanto extraño durante esos días. Se aferra a las costillas de Minho y le es inevitable no soltar un nuevo par de lágrimas.
Que se prometió mentalmente que serían las últimas. Sus padres no se merecían más que eso de su parte.
- Perdón por haberte buscado de repente- le susurra en su oído aún sin soltarse. No se creía capaz-. Me sentía solo y no sabía a quién recurrir.
- No importa- se separan y Minho lo mira embobado dándose cuenta de cuánto lo había extrañado-. Me gusta que hayas recurrido a mi. Gracias por eso.
La pequeña sonrisa que le regala Taemin le hace creer que vale la pena existir. Que en verdad no es una persona débil, sino que una mucho más fuerte que él que es capaz de sobrellevar todo ese peso sin el apoyo de nadie.
Cree que eso lo encanta más del pequeño.
- Siento mucho lo que te dije hace unos días- continúa, acariciándole suavemente la pierna al moreno-. No quería que me vieras así y no sabía como alejarte. Sueles ser obstinado cuando te lo planteas.
Minho se contagia de su felicidad y le sonríe.
- Key me hizo sentir más culpable de lo que me había sentido en mi vida- ríe-. Era lo mínimo que podía hacer.
- Lo siento por eso también- le sonríe-.
Ahora es cuando el moreno siente que llegó el momento de dare su muestra de apoyo. De hacerle sentir que no es justo que alguien como él tenga que lidiar con todo ese dolor y toda esa angustia que ha sufrido desde siempre. Sube una de sus manos al cuello de Taemin y le obliga a mirarlo.
- Taemin, escúchame- le dice serio. El castaño asiente, aún con los ojos aguados tras las tantas lágrimas derramadas-. Nunca, pero nunca, te dejaré solo. ¿Entendiste? Nunca.
La boca del menor es más rápida que las palabras de Minho, lanzándose de un solo golpe a él. El impulso fue tan fuerte que incluso lo empuja un poco hacia atrás.
Esa maldita costumbre de interrumpirlo cada vez que le decía algo era pan de cada día, pero Taemin no soportaba verlo así de serio y concentrado y diciéndole algo que significaba tanto para él. Era demasiado para todo. Para su cuerpo y para su mente.
Simplemente explotaba.
Le come los labios a mordiscos desesperados mientras Minho lucha aún por intentar terminar de decir lo que tenía planeado. Le costó bastante, pero finalmente pudo, aunque completamente acostado en el sillón y con Taemin sobre su cuerpo.
No era lo que se esperaba, pero bueno.
- Aunque me dejes de querer no te dejaré solo, ¿entendido?- le susurra contra sus labios, viendo como el chico asentía sonriendo feliz.
- Serás un psicópata.
- Esperaba más una respuesta como “nunca te dejaré de querer”, pero
Otro beso repentino y una nueva interrupción que finalmente lo hace sonreír. Era una mala costumbre del menor, pero que siempre le había gustado. Le gustaba su repentina alegría y sus besos que lo pillaban de sorpresa.
Le gustaba Taemin entero a decir verdad. De pies a cabeza.
- Me gustas –le enreda los dedos en el cabello concentrándose completamente en mirarlo-. Más de lo que alguna vez creí.
- Pero a mi me gustas desde mucho antes.
- ¿Cómo sab
Una nueva interrupción que le advierte a Minho que debía callarse o su boca sería violada cada vez que se le antojaba hablar. Era extraño, pero en ese momento, supo que lo que había partido como una conversación algo triste, terminaría algo en que ninguno de los dos habían planeado. No ahora ni en mucho tiempo más.
En algo que nunca habían pensado siquiera hablar.
Siente como los desesperados labios de Taemin se apoderan de su boca que busca oxígeno cada ciertos instantes, mientras sus manos recorren su cuello y un poco más abajo, casi llegando a su pecho, pero sin entrar directamente por su polera.
Minho simplemente se dejaba querer, sosteniendo al menor de su cintura. El problema era el roce que se generaba en su entrepierna cada vez que Taemin acechaba su boca. Ese mínimo contacto lo estaba matando, literalmente.
- Taemin- logra decirle al verse liberado de su boca, mientras el menor se apropiaba de su largo cuello, marcándolo centímetro a centímetro.
- ¿Mmm?
- ¿Tus papás?
Necesitaba preguntar eso ahora. Porque si lo hacía un par de minutos más tarde, se vería incapaz en detenerse.
- Llegan el domingo- le susurra mordiéndole el lóbulo de la oreja y ganándose un no menor gemido de parte de Minho.
Bingo. Había encontrado uno de los puntos débiles del moreno.
Pero Minho piensa y piensa y le es dificil. Más aún si Taemin no dejaba su maldita oreja tranquila. Era un torbellino de emociones en un lugar mucho más privado y más abajo que donde tenía el estómago.
- ¿Taemin?
Sabía que ese nuevo llamado lo molestaría. El menor se veía tan concentrado en lo que hacía que hasta a él le daba rabia molestarlo con sus preguntas de mierda.
No había otra forma de llamarlas.
- Qué Minho- se levanta y se sienta sobre el aludido, justo en el lugar en el que no debía sentarse. JUSTO AHÍ-.
- ¿Qué día es hoy?
Sabe que se toma su tiempo para responder porque goza la cara de desesperado que tenía. Probablemente le causaba risa y calentura. Y más si lograba sentir lo que pulsaba bajo su trasero.
Cosa que esperaba que no fuera así.
- Viernes, Minho.
El hecho de que le diga su nombre en todas las frases le calienta más.
Lo admite.
Es un maldito raro por calentarse con las palabras. Y más aún con su nombre.
- ¿Soy yo o hace calor acá dentro?
El muy desgraciado de Taemin se relame los labios, mientras aún continúa sentado sobre su cintura. Minho sentía que su aparato pulsaba más que nunca, mientras al otro le daban repentinas ganas de hablar de la vida y analizar las cosas.
¿Calor? Él sentía que hervía.
Pero entonces el menor se sube un poco la polera dejándola un poco más arriba de su estómago, sosteniéndola con sus manos.
Una gota de sudor recorre la espalda de Minho, advirtiéndole que si Taemin no se quitaba la polera o simplemente, no se quitaba de ahí, explotaría dentro de sus pantalones. Así de caliente estaba. Era algo inhumano.
Y más aún cuando vio sus pálidas costillas asomarse bajo la camiseta.
- Pero creo que soy capaz de soportarlo- se burla con un brillo distinto en los ojos, algo casi lujurioso.
Y Minho siente que lo odia. Que lo odia más que nadie en el mundo y que merece pagar por todos sus pecados y por hacerlo sufrir tanto.
Pero ahora es su turno. Es su turno de hacerle creer que está bien y que tiene todo controlado. Piensa en las imágenes más horribles y se concentra en ser fuerte.
Taemin no le ganaría. No señor. Él tenía claro que él estaba a punto de morir de caliente también, por lo que no era malo sorprenderlo y hacerlo notar que él también podía tomar la iniciativa.
- ¿Te gusta mucho esa camiseta?- le pregunta como quién le pregunta a cualquier persona en la calle qué hora es.
El menor frunce un poco el ceño, sin entenderlo y casi enojándose por su despreocupación.
- ¿A qué viene eso?
- A que si no te la quitas, te la arrancaré de un golpe.
La cara de sorpresa de Taemin es tan grande que Minho no puede evitar sonreír glorioso de su hazaña. El menor le regala una sonrisa luego de quitársela por sobre la cabeza y vuelve a acercarse al moreno, acorralándolo con sus piernas a los lados. Un suave gracias por encima de su boca le indica a Taemin que ya podía seguir con lo suyo.
Saborea los labios del menor, a la vez que su lengua se va apoderando de cada rincón posible. Recuerda el trabajo y la maqueta que lo esperaban urgente en su casa, haciéndolos desaparecer de inmediato cuando siente que las manos de Taemin se colaban por debajo de su polera, subiéndola de forma rítmica hasta sacarla por su cabeza.
En dos segundos y Minho también se encontraba sin camiseta.
Y las manos de Taemin recorren su cuerpo a la vez que su boca besaba cada centímetro nuevo de piel que nunca había probado. Cuando nota que un nuevo gemido desgarrador sale de los labios del moreno al llegar a la zona de las costillas, decide que ese será su nuevo lugar favorito para atacar. Sonríe glorioso mientras Minho enredaba sus largos dedos entre su cabello, atrayéndolo más a sí mismo.
Entonces Taemin se da cuenta que ya no puede más. Que llegó el momento en que se detiene o sigue y paga las consecuencias. La de dejar llegar a Minho a un lugar que nunca nadie ha estado. A un lugar que hará siempre recordarlo por ser su primera vez.
Coloca la mano en el cinturón del moreno y lo mira sin la sonrisa lujuriosa que lo caracterizaba estos últimos minutos, sino que mucho más serio, casi intentando decirle que él estaba dispuesto a entregarse completamente y que quería que él fuese el primero.
Taemin está nervioso aún sosteniendo el cinturón de Minho, sin comenzar a desatarlo todavía.
Y el moreno lo mira serio también, leyendo la mente y todas esas ideas que rondaban por su cabeza. Por ambas cabezas.
Era ahora o nunca. Y tenía que comprobarlo.
- ¿Estás seguro?
El susurro de Minho le llega como una pequeña oleada de tranquilidad y calma a su rostro, obligándolo a sonreír. Asiente con las mejillas encendidas, mucho más seguro de su decisión.
Tenía que ser Minho. Era imposible que encontrara una persona más perfecta para él.
El moreno se acerca y lo besa mucho más lento que lo que hacía el menor. Saborea sus labios con cautela, quizás con demasiado cuidado, quedando sentado en el sillón y Taemin sobre él. Le da cortos besos que intentan darle seguridad y advertirle que si había alguien que lo trataría con cuidado, sería él.
Deja el espacio suficiente para que una de sus manos se cuele por entre ellos hasta llegar al pantalón de Taemin para comenzar a desabrocharlo ágilmente. Rápidamente el menor se acuesta en el sillón mientras Minho lo sacaba tirándolo desde sus piernas.
No fueron necesarios muchos segundos para que el pantalón llegase al piso junto al lugar en donde estaban sus poleras.
Y el moreno se toma el tiempo para apreciarlo bajo él. Y lo hace sin poner mucho cuidado en que no lo note, provocando que Taemin enrojezca suavemente, sin saber si era por él o por los efectos del calor en el lugar.
Se coloca sobre él a la vez que quita mucho más rápido sus pantalones, quedando con unos ajustados y oscuros bóxers.
- Eres demasiado bonito para ser verdad- le susurra Minho bajando lentamente una mano entre sus troncos desnudos.
Taemin sonríe y comienza a besarlo con mayor intensidad cuando siente como una mano se mete por su ropa interior pillándolo de sorpresa. Ahoga un gemido en la boca de Minho, aferrándose de su espalda de tal manera que era más que obvio que quedarían marcas de sus dedos en ella.Quería rasguñarlo. Herirlo y dejarlo lo suficientemente marcado para que todo el mundo supiera que era solo de su propiedad. Que todo el cuerpo de Minho le pertenecía a Lee Taemin.
Y el moreno no detiene sus caricias, a la vez que besa con una pasión pocas veces vistas en él, el cuerpo de Taemin. Se toma su tiempo y hace las cosas con una calma que vuelve loco al menor. Una serie de gemidos se le escapan mientras Minho continúa recorriendo y saboreando cada rincón de la pálida piel del castaño.
Y cree que se morirá si Minho no para de acariciarlo con esa lentitud. Está seguro que explotará en su mano y que no será de manera normal, sino que desde sus entrañas.
Minho estaba consiguiendo volverlo loco.
Pero cuando Taemin cree que volverá a ser besado, ve que la boca del mayor se va directo a su clavícula, y lo muerde, asustándolo por unos momentos tras el fuerte sonido que se le escapó desde sus labios. Ve como Minho sonríe glorioso, a la vez que vuelve a repetir la misma acción un poco más abajo, mientras la mano que tenía dentro de su ropa interior no paraba de acariciarlo de una manera lenta y pausada, advirtiéndole que se tenía que tomar las cosas con calma. Que tenía que disfrutar.
Ahora todo era al ritmo de Minho.
Un ritmo que estaba a punto de terminar con él.
Taemin mentiría si no admite que tiene miedo. Que está nervioso a cagarse y que le asustan las reacciones que consigue sacar el moreno de su cuerpo. Pero también mentiría si dice que no le gusta. La electricidad que le recorre la espalda con cada mordisco que le da en el cuello, clavícula, cadera, dios, en todas partes, le anula cualquier pensamiento de terror, consiguiendo que lo único que pueda hacer es entregarse cada vez más al placer del mayor.
Se la estaba haciendo demasiado fácil. Lo tenía claro. Pero no podía luchar contra el placer que le hacía pasar Minho. Contra él era imposible no entregarse de cuerpo y alma.
Taemin suelta un nuevo gemido cuando siente que le quita la mano de un solo movimiento desde el interior de su ropa interior, de forma brusca y sorpresiva. El excesivo roce casi consigue hacerlo correrse ahí mismo y más aún si se contaba con el apoyo de las caderas de Minho que no paraban de moverse rítmicamente junto a las suyas, casi preparándolo para lo que venía.
Entonces de pronto se da cuenta que los movimientos frenéticos habían desaparecido, mientras él seguía con los ojos cerrados mordiéndose el labio y sin saber a qué aferrarse, cuando Minho con ambas manos, comienza a bajar lentamente su ropa interior, dejándolo completamente expuesto al mundo.
Expuesto a él.
Siente una fría ráfaga de viento en su cuerpo cuando el moreno se levanta lo suficiente para imitarlo y quedar completamente desnudo, sobre sus piernas. Había detenido el movimiento de sus caderas, por el simple hecho de que ambos se rozaban sin siquiera querer hacerlo.
Y se miran. Se observan por unos largos segundos, apreciando sus cuerpos y asimilando lo que estarían próximos a hacer. Minho se acuesta sobre él, traspasando los enérgicos latidos de su corazón por sobre el pecho de Taemin, uniendo dos bandas sonoras que estaban expectantes a lo que estaba a punto de ocurrir.
Y se asegura de que el menor no se haya arrepentido, dándole una mirada por última vez. Cuando lo ve asentir y siente sus carnosos labios sobre los suyos, cerrando la promesa, se da cuenta que ya no había vuelta atrás.
Taemin enreda los dedos en el cabello de Minho atrayéndolo a sí mismo antes de cualquier cosa. Sus lenguas se unen, jugando entre sí, preparándose, mientras él le jalaba el cabello para que abriera más la boca.
Porque rayos, la boca de Minho lo estaba matando.
Fue un cambio brusco pero no violento.
Una embestida fue suficiente para que el menor se aferrara obligadamente a la espalda de su amante, creyendo que si no se afirmaba desfallecería ahí mismo.Le clava los dedos, dejándole unas delgadas líneas rojas que le adornaban las costillas. Minho se siente la peor persona del mundo por hacerle pasar ese dolor, obligándose a sí mismo a detenerse si era necesario, pero un nuevo beso por parte del menor le intenta aclarar que todo está bien y que no pasaba nada.
Una nueva embestida y Minho cree que de verdad debe detenerse. Está seguro que le está haciendo daño hasta que siente un fuerte gemido que nace desde el interior del pecho de Taemin, dejándole claro que todo estaba más que bien.
Pequeñas gotas de sudor comienzan a mezclarse entre sus cuerpos, sin saber de quién era cual. Taemin enreda sus piernas alrededor de Minho, engarrotando sus dedos con cada nueva embestida que daba.
Si creía que alguna vez podría haberse sentido en el paraíso y en el infierno al mismo tiempo, había estado muy equivocado, porque ahora lo vivía en carne propia y no era como se lo había imaginado.
Era un vaivén tan grande de emociones que se sentía como si estuviese flotando.
Minho embiste una y otra vez contra el delgado cuerpo del pequeño, sintiendo que si se detenía ambos morirían de desesperación por no haber sido capaces de unirse lo suficiente. El moreno cree que su cuerpo encaja tan bien con el de Taemin, que está seguro que sus cuerpos se hicieron como parte de un rompecabezas.
Ve al menor con los ojos cerrados y las mejillas un poco coloradas por el calor de ambos cuerpos, mientras pequeñas gotas de sudor se mezclan entre sí, formando un festival de emociones y fluídos que nunca creyeron compartir.
Constantes y bruscos movimientos hacen creer que el sillón no soportará sus pesos y cederá en cualquier minuto, pero Taemin lo insta a seguir, besándole el cuello y dejando enterrados sus dientes por unos segundos en él.
No sabe a que aferrarse.
Dios. Minho. Manos. Piel. Demasiada piel.
Recorre el cuerpo del chico en todo su esplendor, afirmándose del primer centímetro de piel que encontrara estable. Se apoya en su cintura, en su trasero, pero termina rasguñándole una vez más la espalda en todo su extensión.
Las manos. Las manos.
Y está tan desesperado por no encontrar en qué afirmarse que siente que explota desde la célula más desconocida de su cuerpo. No podía más. Tenía que ser liberado ahora.Siente un excesivo calor en ambos estómagos que aún friccionan, sintiendo que había explotado desde la punta de los pies hasta el último cabello de su cabeza. Deja ambos cuerpos con un líquido que le hubiese avergonzado compartir con otra persona, pero que con Minho se sentía capaz de compartir una y mil veces.
El aludido no se demora mucho en imitarlo. Suelta un gemido desgarrador desde el fondo del estómago, cayendo exhausto sobre el cuerpo de Taemin. Tiene la respiración entrecortada, sin saber de donde sacar el oxígeno suficiente para sus pulmones. El flequillo se le une a su transpirada frente, mientras una pequeña mano comienza a recorrer con suavidad el final de su espalda.
Suelta un escalofrío al leve contacto.
Y entonces Minho levanta la cabeza y mira a Taemin bajo él, sonriéndole con las mejillas más sonrojadas que antes y con el flequillo desparramado como nunca se le había visto.
Se cree capaz de morir en ese mismo instante y ni verse afectado por ello. Unos carnosos labios lo buscan a tientas casi como si estuvieran buscado oxígeno, un oxígeno que tanto que necesitaba y solo era capaz de dárselo él.
Capítulo 14
- Hola mamá, me voy a la casa de Jonghyun a hacer un trabajo- le dice con voz suave a través del teléfono sin demostrarle lo inquieto que se encontraba-. No, no sé a que hora llegue, pero si estaré bien. Adiós.
Corta la llamada con un nudo más grande en su estómago, que sentía que cada vez iba invadiéndole más partes de su cuerpo. Suelta un suspiro y saca la llave del contacto del auto. Ya no podía seguir resistiéndose a quedarse encerrado allí, tenía que bajar, tenía que ser lo suficientemente valiente e ir al lugar que se le había solicitado.
Debía admitir que se había hecho el difícil. Mucho, y por bastante tiempo. Lo había rechazado en un par de mensajes, diciéndole que tenía mucho que hacer y que no tenía el tiempo suficiente para ir a ver que era lo que le pasaba. Pero Taemin era más terco que nadie que había conocido en su vida, terminando por convencerlo de que sería solo un pequeño momento y que aún así le quedaría hasta el tiempo suficiente para dormir.
De todas formas no le aseguró que iría.
Ahora se había estacionado fuera de la puerta de su casa sin temor alguno. Había escuchado en la mañana que Onew se iría a no sé cual lugar por un asunto familiar con sus padres; le llamó la atención de que Taemin también perteneciera a la familia y no hubiese ido. Quizás debido a su castigo o quién sabe qué.
Suelta un nuevo suspiro luego de esperar unos segundos para tocar la puerta. Cree que los latidos de su corazón se pueden escuchar desde lejos hasta el último rincón de Corea cuando siente un par de rápidos pasos acercándose.
Había sido puntual, no se podía quejar. Aunque muchas ideas pasaron por su cabeza con la idea de dejarlo esperando un buen rato o simplemente no ir, pero las desechó rápidamente sin siquiera intentar ser concretadas.
Ahoga un nuevo suspiro cuando aparece Taemin tras la puerta sin la sonrisa habitual con la que siempre lo había recibido. Ahora unas oscuras ojeras adornaban su rostro más un par de calorías menos que se podían notar en sus marcadas mejillas.
Algo no estaba bien. Lo supo de inmediato y se odió por no saberlo.
- Te quiero- le interrumpe antes siquiera que haya alcanzado a saludarlo. Aún sostenía el pomo de la puerta en su mano, sin dejarlo entrar-. Te quiero Minho- le repite como si le hubiese quedado alguna duda-. Y lo siento, por todo.
Cree que se le congela el cerebro y no es capaz de distinguir si eso realmente estaba pasando o era otro de los tantos sueños que se le pasaban por la cabeza. Pero unos suaves y húmedos labios se posan sobre él, aferrándose de su polera para alcanzarlo. Siente como Taemin levanta los pies, quedando en puntitas, mientras intensificaba aún más el beso sin querer separarse, intentando decirle que si las palabras no habían sido suficientes, esto podría ayudarlo.
Minho siente que va cayendo en un abismo y choca de golpe contra el piso cuando el menor se separa y lo mira expectante. Cree que el brillo de sus ojos comienza a aparecer cuando se fija en él. Casi piensa que le sonreirá, pero él se ve incapaz de realizar o hacer algo; apenas da un par de pasos e ingresa a la casa sin saber si era temor o curiosidad lo que sentía ahora.
Las cosas no estaban yendo como había planeado. En absoluto.
Los pasos de Taemin tras él, llegan a su lado, balancéandose aún sin estar seguro de qué decirle. Minho vuelve a mirarlo y cree que solo el hecho de eso le da el suficiente coraje para volver a hablarle.
- ¿Quieres algo? – se coloca de pie frente a él para aprovechar de mirarlo todo lo que no había hecho durante esos días. Taemin siente como las mariposas comienzan a flotar nuevamente en su estómago, casi obligándolo a sonreír-. ¿Un jugo, café…?
- Un jugo está bien.
Minho siente su extraña voz en el lugar sacándolo de su ensimismamiento, y ve como Taemin desaparece por un pasillo, seguramente a buscar los líquidos.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba pasándoLE?
No entendía nada. No entendía a Taemin y tampoco a sí mismo por ser tan débil y haberse dejado besar de inmediato apenas se había dado la ocasión. Se castiga mentalmente y camina cerca de una pared en el living de la casa en dónde habían un montón de fotos de la familia. Se fijó en un pequeño Onew a sus primeros años de edad, en el colegio, otra más en el colegio, Onew graduándose, los padres con Onew, Onew en un cumpleaños y más Onew por donde mirase.
Frunce el ceño. ¿Y dónde diablos aparecía Taemin?
- Ten- le susurra a sus espaldas, entregándole un vaso con un líquido ya conocido por el estudiante de arquitectura-. Sé que no has dormido. Preferí la bebida energizante.
- ¿Cómo lo
- Te reconozco cuando no has dormido- se adelanta, sonriéndole.
- Taemin, tengo una maqueta por hacer, no puedo estar demasiado.
Siente como una pequeña mano se mete entremedio de la suya, entrelazando los dedos con los suyos. El calor de su cuerpo se transmite lentamente al de Taemin, mientras es arrastrado hacia el sillón más cercano. Minho solo se deja estar, caminando con pasos perezosos al lugar en donde era llevado.
Le era imposible resistirse. Era algo que iba más allá de él. Simplemente no podía decirle que no.
Claramente Taemin esperaba salirse con la suya y demorarse todo el tiempo que fuese necesario, y Minho sabía completamente que le costaría mucho apresurarlo o volver a decirle que se tenía que ir. Mucho menos ahora que se sienta a su lado y puede mirar lo nervioso que se encontraba intentando buscar las palabras adecuadas para comenzar a hablar. Ya había separado sus manos y ahora se encontraba enredándolas entre sí, en busca de que aparecieran las frases correctas que tenía por decir.
A simple vista era obvio que el tema que tenía que tocar no era algo fácil para él. Y Minho se siente incómodo tras unos minutos de silencio sin saber exactamente que debía hacer, solo piensa que estaría bien si le da un poco de apoyo, dejándole claro que no lo odiaba por lo que le había hecho, que quizás el rencor ya hasta había desaparecido.
¿Era posible que alguien fuera capaz de controlar sus emociones tan bien como lo hacía Taemin? ¿Era eso normal?
Toma una de sus manos entre las suyas, dándole nuevamente calor como hace un rato. Los dedos de Taemin se encuentran recogidos, pero finalmente se relajan entregándose completamente a Minho.
Sí, eso le había servido.
- Yo…- comienza titubeante-. No fui planeado por mis padres.
Admite que eso no se lo esperaba. En absoluto.
- Por eso cuando veías las fotos, no me viste- continúa con una voz mucho más acongojada que antes-. Onew siempre ha sido el favorito y yo siempre al que han dejado de lado. Desde que vivíamos en el sur y mis padres venían a ver a Onew acá a Seúl, me dejaban a cargo de la vigilancia de una vecina, una señora de ochenta años que apenas podía vivir consigo misma, por lo que apenas se acordaba de mí.
Minho cree que el nudo que logró deshacerse en su pecho, volvió en menos de un minuto pero no debido a él, sino que debido a Taemin, al verlo así, tan expuesto, tan débil y pequeño. Él no tenía la culpa de nada, era un idiota.
Él era el culpable de todo. Ahora entendía porqué temía tanto del castigo de sus padres, era un grandísimo idiota por haberlo hecho ir a la playa.
Se odia a sí mismo y no sabe que hacer. No sabe de qué forma traspasarse el dolor de Taemin, a su cuerpo para que él pueda sufrir y no el menor. Él era demasiado pequeño para que sufriera tanto, no se lo merecía.
Taemin no se merecía esa angustia. Él sí. Él si podría luchar contra ello.
- Yo tenía como catorce años- continúa ahora ya con los ojos aguados-. Cuando un día mis papás vinieron a ver Onew por un fin de semana y yo comencé a fumar. No sabía qué hacer durante el día así que me ponía a probar las cosas que dejaba mi papá en la casa: cervezas que dejaba en el refrigerador y cigarrillos que encontraba sueltos. Era la única forma de que el día se me hiciera más corto. No hacía nada, era horrible.
Si Minho odiaba cuando la gente lloraba porque no sabía que hacer, esto era completamente extremo multiplicado por mil. Taemin ni siquiera estaba llorando, solo botaba una lágrima tras otra, pero sin llorar. Solo caían porque no soportaba más la angustia que tenía en su interior y que probablemente no había sido capaz de compartir con alguien. Quizás con Key, pero con nadie más.
Se podría decir que era la primera vez que se estaba abriendo ante un desconocido. Le estaba abriendo por primera vez sus sentimientos a una persona que simplemente había aparecido ante él sin siquiera tocar la puerta. Una persona que se había tomado la libertad de entrar en un lugar que nadie más había logrado entrar, botando de un solo golpe esa barrera que tanto le había costado crear.
Taemin sorbetea la nariz y Minho no soporta más y le limpia con suavidad una tras otra lágrima que cae sobre sus suaves mejillas. Las limpia con ayuda de su polerón, acariciándolo con suavidad y mirando como sus carnosos labios tiritaban casi haciendo un puchero.
El moreno ya rogaba porque le transfirieran todo el dolor del menor a él para que no tuviera que sufrir más. Le angustiaba verlo así. Demasiado.
Pero Taemin necesitaba hablar. Creía que ya no podía parar y que los sentimientos no podía tenerlos más a flor de piel que ahora. Se relaja al sentir las suaves caricias de Minho, tranquilizándolo y evitando que soltara tantas lágrimas que simplemente se habían escapado sin su autorización.
- ¿Te has… drogado?- le pregunta el moreno con algo de temor.
- Nooo- le niega rápido-. Nunca. Mis papás no saben que fumo, yo solo aprovecho las oportunidades de hacerlo cuando ellos no están acá y a veces en el colegio. Lo hago simplemente porque me tranquiliza, porque me hace sentir menos solo.
Minho siente una punzada al escucharlo decir eso.
¿Cuál era el error de Taemin para que sufriera tanto? ¿Existir? ¿Ese había sido su error?
Ya no caían más lágrimas, pero no se creía capaz de poder detener sus caricias. Apreta las pequeñas manos del menor entre las suyas, pero finalmente le pasa los brazos por sobre su cuello, acercándolo hacia él. Siente como el menor agradece el gesto, enterrando su rostro en su cuello, absorviéndo el olor que tanto extraño durante esos días. Se aferra a las costillas de Minho y le es inevitable no soltar un nuevo par de lágrimas.
Que se prometió mentalmente que serían las últimas. Sus padres no se merecían más que eso de su parte.
- Perdón por haberte buscado de repente- le susurra en su oído aún sin soltarse. No se creía capaz-. Me sentía solo y no sabía a quién recurrir.
- No importa- se separan y Minho lo mira embobado dándose cuenta de cuánto lo había extrañado-. Me gusta que hayas recurrido a mi. Gracias por eso.
La pequeña sonrisa que le regala Taemin le hace creer que vale la pena existir. Que en verdad no es una persona débil, sino que una mucho más fuerte que él que es capaz de sobrellevar todo ese peso sin el apoyo de nadie.
Cree que eso lo encanta más del pequeño.
- Siento mucho lo que te dije hace unos días- continúa, acariciándole suavemente la pierna al moreno-. No quería que me vieras así y no sabía como alejarte. Sueles ser obstinado cuando te lo planteas.
Minho se contagia de su felicidad y le sonríe.
- Key me hizo sentir más culpable de lo que me había sentido en mi vida- ríe-. Era lo mínimo que podía hacer.
- Lo siento por eso también- le sonríe-.
Ahora es cuando el moreno siente que llegó el momento de dare su muestra de apoyo. De hacerle sentir que no es justo que alguien como él tenga que lidiar con todo ese dolor y toda esa angustia que ha sufrido desde siempre. Sube una de sus manos al cuello de Taemin y le obliga a mirarlo.
- Taemin, escúchame- le dice serio. El castaño asiente, aún con los ojos aguados tras las tantas lágrimas derramadas-. Nunca, pero nunca, te dejaré solo. ¿Entendiste? Nunca.
La boca del menor es más rápida que las palabras de Minho, lanzándose de un solo golpe a él. El impulso fue tan fuerte que incluso lo empuja un poco hacia atrás.
Esa maldita costumbre de interrumpirlo cada vez que le decía algo era pan de cada día, pero Taemin no soportaba verlo así de serio y concentrado y diciéndole algo que significaba tanto para él. Era demasiado para todo. Para su cuerpo y para su mente.
Simplemente explotaba.
Le come los labios a mordiscos desesperados mientras Minho lucha aún por intentar terminar de decir lo que tenía planeado. Le costó bastante, pero finalmente pudo, aunque completamente acostado en el sillón y con Taemin sobre su cuerpo.
No era lo que se esperaba, pero bueno.
- Aunque me dejes de querer no te dejaré solo, ¿entendido?- le susurra contra sus labios, viendo como el chico asentía sonriendo feliz.
- Serás un psicópata.
- Esperaba más una respuesta como “nunca te dejaré de querer”, pero
Otro beso repentino y una nueva interrupción que finalmente lo hace sonreír. Era una mala costumbre del menor, pero que siempre le había gustado. Le gustaba su repentina alegría y sus besos que lo pillaban de sorpresa.
Le gustaba Taemin entero a decir verdad. De pies a cabeza.
- Me gustas –le enreda los dedos en el cabello concentrándose completamente en mirarlo-. Más de lo que alguna vez creí.
- Pero a mi me gustas desde mucho antes.
- ¿Cómo sab
Una nueva interrupción que le advierte a Minho que debía callarse o su boca sería violada cada vez que se le antojaba hablar. Era extraño, pero en ese momento, supo que lo que había partido como una conversación algo triste, terminaría algo en que ninguno de los dos habían planeado. No ahora ni en mucho tiempo más.
En algo que nunca habían pensado siquiera hablar.
Siente como los desesperados labios de Taemin se apoderan de su boca que busca oxígeno cada ciertos instantes, mientras sus manos recorren su cuello y un poco más abajo, casi llegando a su pecho, pero sin entrar directamente por su polera.
Minho simplemente se dejaba querer, sosteniendo al menor de su cintura. El problema era el roce que se generaba en su entrepierna cada vez que Taemin acechaba su boca. Ese mínimo contacto lo estaba matando, literalmente.
- Taemin- logra decirle al verse liberado de su boca, mientras el menor se apropiaba de su largo cuello, marcándolo centímetro a centímetro.
- ¿Mmm?
- ¿Tus papás?
Necesitaba preguntar eso ahora. Porque si lo hacía un par de minutos más tarde, se vería incapaz en detenerse.
- Llegan el domingo- le susurra mordiéndole el lóbulo de la oreja y ganándose un no menor gemido de parte de Minho.
Bingo. Había encontrado uno de los puntos débiles del moreno.
Pero Minho piensa y piensa y le es dificil. Más aún si Taemin no dejaba su maldita oreja tranquila. Era un torbellino de emociones en un lugar mucho más privado y más abajo que donde tenía el estómago.
- ¿Taemin?
Sabía que ese nuevo llamado lo molestaría. El menor se veía tan concentrado en lo que hacía que hasta a él le daba rabia molestarlo con sus preguntas de mierda.
No había otra forma de llamarlas.
- Qué Minho- se levanta y se sienta sobre el aludido, justo en el lugar en el que no debía sentarse. JUSTO AHÍ-.
- ¿Qué día es hoy?
Sabe que se toma su tiempo para responder porque goza la cara de desesperado que tenía. Probablemente le causaba risa y calentura. Y más si lograba sentir lo que pulsaba bajo su trasero.
Cosa que esperaba que no fuera así.
- Viernes, Minho.
El hecho de que le diga su nombre en todas las frases le calienta más.
Lo admite.
Es un maldito raro por calentarse con las palabras. Y más aún con su nombre.
- ¿Soy yo o hace calor acá dentro?
El muy desgraciado de Taemin se relame los labios, mientras aún continúa sentado sobre su cintura. Minho sentía que su aparato pulsaba más que nunca, mientras al otro le daban repentinas ganas de hablar de la vida y analizar las cosas.
¿Calor? Él sentía que hervía.
Pero entonces el menor se sube un poco la polera dejándola un poco más arriba de su estómago, sosteniéndola con sus manos.
Una gota de sudor recorre la espalda de Minho, advirtiéndole que si Taemin no se quitaba la polera o simplemente, no se quitaba de ahí, explotaría dentro de sus pantalones. Así de caliente estaba. Era algo inhumano.
Y más aún cuando vio sus pálidas costillas asomarse bajo la camiseta.
- Pero creo que soy capaz de soportarlo- se burla con un brillo distinto en los ojos, algo casi lujurioso.
Y Minho siente que lo odia. Que lo odia más que nadie en el mundo y que merece pagar por todos sus pecados y por hacerlo sufrir tanto.
Pero ahora es su turno. Es su turno de hacerle creer que está bien y que tiene todo controlado. Piensa en las imágenes más horribles y se concentra en ser fuerte.
Taemin no le ganaría. No señor. Él tenía claro que él estaba a punto de morir de caliente también, por lo que no era malo sorprenderlo y hacerlo notar que él también podía tomar la iniciativa.
- ¿Te gusta mucho esa camiseta?- le pregunta como quién le pregunta a cualquier persona en la calle qué hora es.
El menor frunce un poco el ceño, sin entenderlo y casi enojándose por su despreocupación.
- ¿A qué viene eso?
- A que si no te la quitas, te la arrancaré de un golpe.
La cara de sorpresa de Taemin es tan grande que Minho no puede evitar sonreír glorioso de su hazaña. El menor le regala una sonrisa luego de quitársela por sobre la cabeza y vuelve a acercarse al moreno, acorralándolo con sus piernas a los lados. Un suave gracias por encima de su boca le indica a Taemin que ya podía seguir con lo suyo.
Saborea los labios del menor, a la vez que su lengua se va apoderando de cada rincón posible. Recuerda el trabajo y la maqueta que lo esperaban urgente en su casa, haciéndolos desaparecer de inmediato cuando siente que las manos de Taemin se colaban por debajo de su polera, subiéndola de forma rítmica hasta sacarla por su cabeza.
En dos segundos y Minho también se encontraba sin camiseta.
Y las manos de Taemin recorren su cuerpo a la vez que su boca besaba cada centímetro nuevo de piel que nunca había probado. Cuando nota que un nuevo gemido desgarrador sale de los labios del moreno al llegar a la zona de las costillas, decide que ese será su nuevo lugar favorito para atacar. Sonríe glorioso mientras Minho enredaba sus largos dedos entre su cabello, atrayéndolo más a sí mismo.
Entonces Taemin se da cuenta que ya no puede más. Que llegó el momento en que se detiene o sigue y paga las consecuencias. La de dejar llegar a Minho a un lugar que nunca nadie ha estado. A un lugar que hará siempre recordarlo por ser su primera vez.
Coloca la mano en el cinturón del moreno y lo mira sin la sonrisa lujuriosa que lo caracterizaba estos últimos minutos, sino que mucho más serio, casi intentando decirle que él estaba dispuesto a entregarse completamente y que quería que él fuese el primero.
Taemin está nervioso aún sosteniendo el cinturón de Minho, sin comenzar a desatarlo todavía.
Y el moreno lo mira serio también, leyendo la mente y todas esas ideas que rondaban por su cabeza. Por ambas cabezas.
Era ahora o nunca. Y tenía que comprobarlo.
- ¿Estás seguro?
El susurro de Minho le llega como una pequeña oleada de tranquilidad y calma a su rostro, obligándolo a sonreír. Asiente con las mejillas encendidas, mucho más seguro de su decisión.
Tenía que ser Minho. Era imposible que encontrara una persona más perfecta para él.
El moreno se acerca y lo besa mucho más lento que lo que hacía el menor. Saborea sus labios con cautela, quizás con demasiado cuidado, quedando sentado en el sillón y Taemin sobre él. Le da cortos besos que intentan darle seguridad y advertirle que si había alguien que lo trataría con cuidado, sería él.
Deja el espacio suficiente para que una de sus manos se cuele por entre ellos hasta llegar al pantalón de Taemin para comenzar a desabrocharlo ágilmente. Rápidamente el menor se acuesta en el sillón mientras Minho lo sacaba tirándolo desde sus piernas.
No fueron necesarios muchos segundos para que el pantalón llegase al piso junto al lugar en donde estaban sus poleras.
Y el moreno se toma el tiempo para apreciarlo bajo él. Y lo hace sin poner mucho cuidado en que no lo note, provocando que Taemin enrojezca suavemente, sin saber si era por él o por los efectos del calor en el lugar.
Se coloca sobre él a la vez que quita mucho más rápido sus pantalones, quedando con unos ajustados y oscuros bóxers.
- Eres demasiado bonito para ser verdad- le susurra Minho bajando lentamente una mano entre sus troncos desnudos.
Taemin sonríe y comienza a besarlo con mayor intensidad cuando siente como una mano se mete por su ropa interior pillándolo de sorpresa. Ahoga un gemido en la boca de Minho, aferrándose de su espalda de tal manera que era más que obvio que quedarían marcas de sus dedos en ella.Quería rasguñarlo. Herirlo y dejarlo lo suficientemente marcado para que todo el mundo supiera que era solo de su propiedad. Que todo el cuerpo de Minho le pertenecía a Lee Taemin.
Y el moreno no detiene sus caricias, a la vez que besa con una pasión pocas veces vistas en él, el cuerpo de Taemin. Se toma su tiempo y hace las cosas con una calma que vuelve loco al menor. Una serie de gemidos se le escapan mientras Minho continúa recorriendo y saboreando cada rincón de la pálida piel del castaño.
Y cree que se morirá si Minho no para de acariciarlo con esa lentitud. Está seguro que explotará en su mano y que no será de manera normal, sino que desde sus entrañas.
Minho estaba consiguiendo volverlo loco.
Pero cuando Taemin cree que volverá a ser besado, ve que la boca del mayor se va directo a su clavícula, y lo muerde, asustándolo por unos momentos tras el fuerte sonido que se le escapó desde sus labios. Ve como Minho sonríe glorioso, a la vez que vuelve a repetir la misma acción un poco más abajo, mientras la mano que tenía dentro de su ropa interior no paraba de acariciarlo de una manera lenta y pausada, advirtiéndole que se tenía que tomar las cosas con calma. Que tenía que disfrutar.
Ahora todo era al ritmo de Minho.
Un ritmo que estaba a punto de terminar con él.
Taemin mentiría si no admite que tiene miedo. Que está nervioso a cagarse y que le asustan las reacciones que consigue sacar el moreno de su cuerpo. Pero también mentiría si dice que no le gusta. La electricidad que le recorre la espalda con cada mordisco que le da en el cuello, clavícula, cadera, dios, en todas partes, le anula cualquier pensamiento de terror, consiguiendo que lo único que pueda hacer es entregarse cada vez más al placer del mayor.
Se la estaba haciendo demasiado fácil. Lo tenía claro. Pero no podía luchar contra el placer que le hacía pasar Minho. Contra él era imposible no entregarse de cuerpo y alma.
Taemin suelta un nuevo gemido cuando siente que le quita la mano de un solo movimiento desde el interior de su ropa interior, de forma brusca y sorpresiva. El excesivo roce casi consigue hacerlo correrse ahí mismo y más aún si se contaba con el apoyo de las caderas de Minho que no paraban de moverse rítmicamente junto a las suyas, casi preparándolo para lo que venía.
Entonces de pronto se da cuenta que los movimientos frenéticos habían desaparecido, mientras él seguía con los ojos cerrados mordiéndose el labio y sin saber a qué aferrarse, cuando Minho con ambas manos, comienza a bajar lentamente su ropa interior, dejándolo completamente expuesto al mundo.
Expuesto a él.
Siente una fría ráfaga de viento en su cuerpo cuando el moreno se levanta lo suficiente para imitarlo y quedar completamente desnudo, sobre sus piernas. Había detenido el movimiento de sus caderas, por el simple hecho de que ambos se rozaban sin siquiera querer hacerlo.
Y se miran. Se observan por unos largos segundos, apreciando sus cuerpos y asimilando lo que estarían próximos a hacer. Minho se acuesta sobre él, traspasando los enérgicos latidos de su corazón por sobre el pecho de Taemin, uniendo dos bandas sonoras que estaban expectantes a lo que estaba a punto de ocurrir.
Y se asegura de que el menor no se haya arrepentido, dándole una mirada por última vez. Cuando lo ve asentir y siente sus carnosos labios sobre los suyos, cerrando la promesa, se da cuenta que ya no había vuelta atrás.
Taemin enreda los dedos en el cabello de Minho atrayéndolo a sí mismo antes de cualquier cosa. Sus lenguas se unen, jugando entre sí, preparándose, mientras él le jalaba el cabello para que abriera más la boca.
Porque rayos, la boca de Minho lo estaba matando.
Fue un cambio brusco pero no violento.
Una embestida fue suficiente para que el menor se aferrara obligadamente a la espalda de su amante, creyendo que si no se afirmaba desfallecería ahí mismo.Le clava los dedos, dejándole unas delgadas líneas rojas que le adornaban las costillas. Minho se siente la peor persona del mundo por hacerle pasar ese dolor, obligándose a sí mismo a detenerse si era necesario, pero un nuevo beso por parte del menor le intenta aclarar que todo está bien y que no pasaba nada.
Una nueva embestida y Minho cree que de verdad debe detenerse. Está seguro que le está haciendo daño hasta que siente un fuerte gemido que nace desde el interior del pecho de Taemin, dejándole claro que todo estaba más que bien.
Pequeñas gotas de sudor comienzan a mezclarse entre sus cuerpos, sin saber de quién era cual. Taemin enreda sus piernas alrededor de Minho, engarrotando sus dedos con cada nueva embestida que daba.
Si creía que alguna vez podría haberse sentido en el paraíso y en el infierno al mismo tiempo, había estado muy equivocado, porque ahora lo vivía en carne propia y no era como se lo había imaginado.
Era un vaivén tan grande de emociones que se sentía como si estuviese flotando.
Minho embiste una y otra vez contra el delgado cuerpo del pequeño, sintiendo que si se detenía ambos morirían de desesperación por no haber sido capaces de unirse lo suficiente. El moreno cree que su cuerpo encaja tan bien con el de Taemin, que está seguro que sus cuerpos se hicieron como parte de un rompecabezas.
Ve al menor con los ojos cerrados y las mejillas un poco coloradas por el calor de ambos cuerpos, mientras pequeñas gotas de sudor se mezclan entre sí, formando un festival de emociones y fluídos que nunca creyeron compartir.
Constantes y bruscos movimientos hacen creer que el sillón no soportará sus pesos y cederá en cualquier minuto, pero Taemin lo insta a seguir, besándole el cuello y dejando enterrados sus dientes por unos segundos en él.
No sabe a que aferrarse.
Dios. Minho. Manos. Piel. Demasiada piel.
Recorre el cuerpo del chico en todo su esplendor, afirmándose del primer centímetro de piel que encontrara estable. Se apoya en su cintura, en su trasero, pero termina rasguñándole una vez más la espalda en todo su extensión.
Las manos. Las manos.
Y está tan desesperado por no encontrar en qué afirmarse que siente que explota desde la célula más desconocida de su cuerpo. No podía más. Tenía que ser liberado ahora.Siente un excesivo calor en ambos estómagos que aún friccionan, sintiendo que había explotado desde la punta de los pies hasta el último cabello de su cabeza. Deja ambos cuerpos con un líquido que le hubiese avergonzado compartir con otra persona, pero que con Minho se sentía capaz de compartir una y mil veces.
El aludido no se demora mucho en imitarlo. Suelta un gemido desgarrador desde el fondo del estómago, cayendo exhausto sobre el cuerpo de Taemin. Tiene la respiración entrecortada, sin saber de donde sacar el oxígeno suficiente para sus pulmones. El flequillo se le une a su transpirada frente, mientras una pequeña mano comienza a recorrer con suavidad el final de su espalda.
Suelta un escalofrío al leve contacto.
Y entonces Minho levanta la cabeza y mira a Taemin bajo él, sonriéndole con las mejillas más sonrojadas que antes y con el flequillo desparramado como nunca se le había visto.
Se cree capaz de morir en ese mismo instante y ni verse afectado por ello. Unos carnosos labios lo buscan a tientas casi como si estuvieran buscado oxígeno, un oxígeno que tanto que necesitaba y solo era capaz de dárselo él.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola nena !!!! dejame decirte que me hiciste llorar aunque no lo creas es que este capitulo fue tan pero tan lindo minho lo amo lo juro y taemin bebe que bueno que ya sabe que no esta solo y pudo abrir su corazon a minho yyy ese LEMON fue hermoso me encanto enserio es que fue tan no se como explicarlo intenso pero con tanto amor a la vez por eso me hiciste llorar eso es amor verdadero que bueno que al fin estan juntos de nuevo no soportaba verlos separados......... en fin linda unnie nos leemos prontito en el proximo capo muchas gracias ati y a tu amiga por hacerme tan feliz cuidense bye bye
Última edición por lizzetortiz el Dom Sep 02, 2012 7:41 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
HOOOOO SIIIIII}!!! Lo mejor de una pelea,
es la reconciliaionc :yupi: :eaea:
Siento penita por minnie, por su situacion
de ser un hijo no planeado y por lo mismo
no querido por sus padres, despues de todo
sigue siendo su hijo y una bendición de Dios
pero bueno, sus padres no han de estar bien
de la cabeza.
Como sea, me encanto este capi, por que porfin
se arreglaron las cosas, y ahora minho cnoce un
poco mas taemin, y puede comprenderlo mejor.
Me gustan sus conversaciones, por que tambien
creo que cunado minho le dice algo, le va a
responder con lo comun peor no.
Bueno pues a esperar por el proximo
saludines ^^
es la reconciliaionc :yupi: :eaea:
Siento penita por minnie, por su situacion
de ser un hijo no planeado y por lo mismo
no querido por sus padres, despues de todo
sigue siendo su hijo y una bendición de Dios
pero bueno, sus padres no han de estar bien
de la cabeza.
Como sea, me encanto este capi, por que porfin
se arreglaron las cosas, y ahora minho cnoce un
poco mas taemin, y puede comprenderlo mejor.
Me gustan sus conversaciones, por que tambien
creo que cunado minho le dice algo, le va a
responder con lo comun peor no.
Bueno pues a esperar por el proximo
saludines ^^
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Ohhh...que bonito!!!
Ya se reconciliaron!!!!...por fin!!!..jajaja
Me gustó el capítulo, muy tierno todo...
Espero que esta felicidad dure XD
Actualiza pronto porfissss
Ya se reconciliaron!!!!...por fin!!!..jajaja
Me gustó el capítulo, muy tierno todo...
Espero que esta felicidad dure XD
Actualiza pronto porfissss
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Disculpen la demora x333
Minho suelta un suspiro, dejándose caer al lado del cuerpo de Taemin. Ambos caben a duras penas en el sillón, pero consiguen acomodarse sin que ninguno de los dos caiga al piso.
Las respiraciones agitadas comienzan a acompasarse, mientras que el moreno siente como la temperatura de su cuerpo ya comienza a disminuir.
Cinco minutos ya y ninguno de los dos había hablado.
No por quedarse sin palabras, sino que por no saber qué decir. O por lo menos eso creía Minho, que llevaba un rato preguntándose si debía preguntarle algo o simplemente interesarse por si estaba bien. Pero Taemin seguía sumergido en un mundo anexo al de él, mirando el techo como si fuese la obra de arte más interesante que había en el mundo.
¿Cómo estuvo? ¿Fue muy corto? ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?
No. Definitivamente no. Ese era el tipo de preguntas que probablemente solo sería capaz de hacer Jonghyun luego de alguna actividad de sexo desenfrenado. Pero él no. Por respeto a si mismo y a Taemin. Pero de pronto siente como el peso en el sillón disminuye de golpe, subiéndolo un poco de nivel al verse desocupado el lugar de su lado.
Mira con algo de extrañeza a su costado, viendo la espalda y cuerpo desnudo de Taemin, que luchaba con su ropa interior, pasándola rápidamente por sus piernas para comenzar a caminar.
Para caminar e irse de ahí.
Lejos.
Minho ve la figura del menor desaparecer por la escalera, ya sentándose en el sillón.
¿Qué pasaba? ¿Le había hecho algo? ¿Debió haber hecho ese tipo de preguntas? ¿Debió simplemente decirle una estupidez? ¿Le dolía mucho?
Mira a ambos lados como si fuera a aparecer una figura anexa a ayudarlo, pero solo se encuentra con la absoluta oscuridad y penumbra que había en la casa. Siente un vehículo que pasa por la calle, irrumpiendo sus pensamientos y quizás obligándolo a analizar más de la cuenta.
Se debió haber enojado. Eso era. O a lo mejor no era capaz de decirle que quería que se fuera, entonces simplemente desapareció suponiendo que él lo adivinaría por si mismo.
Era una buena táctica, aunque algo ajena a lo que alguna vez se esperó Minho.
¿De verdad se tenía que ir así de rápido luego de lo que había pasado? ¿No era algo demasiado… insensible?
Cree que sería bueno ir a ver si está bien o simplemente si necesita algo, luego se iría y lo dejaría tranquilo. Sí. Buena idea.
¿Pero y si desde ese minuto ya quería estar solo? Era bastante probable que si eso era así, en los próximos quince minutos tendría que presenciar un espectáculo poco gustoso para él, en donde se le pediría que abandonara el lugar y no volviera.
¿Qué mierda había hecho mal?
Recoge del piso sus bóxers y se los coloca rápidamente para recoger un poco más allá su camiseta que yacía arrugada bajo un montón de ropa. Apenas alcanza a pasarla por su cabeza, cuando siente los mismos pasos devolverse por el lugar que habían desaparecido.
Ve a Taemin solo con unos pantalones cortos delante de él y sin camiseta, casi tal como había desaparecido. Solo que ahora tenía un paquete de cigarrillos en su mano y una sonrisa que no daba a creer que lo fuera a echar de ahí.
- Pensé que sería bastante sexy verte fumando en el sillón- le susurra aún delante de él, mirándolo algo embobado-. Así como en las películas.
Estaba completamente equivocado. Era un idiota. El menor nunca se le pasó por la cabeza echarlo de su casa.
Maldita inseguridad que a veces se apoderaba de su cuerpo.
- Pero no sé fumar.
Taemin le sonríe y se sienta de piernas cruzadas sobre la alfombra, para luego dar suaves golpecitos a su lado pidiéndole que se sentara junto a él.
Minho ni siquiera se hace de rogar.
El cigarrillo se enciende al mínimo roce con el fuego, mientras el menor lo sostenía en sus labios concentrado en su trabajo. El moreno no sabe si se pierde en el menor o en el humo del tabaco cuando comienza a salir.
Apenas alcanza a percatarse cuando ya le ofrecía el cigarrillo con cuidado.
- No inhales muy fuerte o te dará un ataque de tos apenas toque tu garganta.
Lo primero que hizo fue lo primero que no debía hacer. Siempre le pasaba eso. Por apresurado o simplemente por no escuchar. El humo parece apoderarse de sus pulmones, obligándolo a toser constantemente ante la preocupada mirada de Taemin.
Minho estaba seguro de que si hubiese estado con Jonghyun este se hubiese ahogado también, pero de la risa, pero Taemin solo lo miraba atento ante cualquier síntoma peligroso. Su preocupación le hizo volver a respirar normal.
- Esto es una mierda- le dice aún tosiendo cada ciertos lapsus de tiempo-. No sé como puedes fumar eso.
El hecho de haber podido hablar tranquiliza mucho más al menor, sacando una reacción normal de su parte, riendo al fin a carcajadas como se esperaba en un principio. Pero Taemin se levanta nuevamente desde el piso, susurrándole levemente al chico que no se fuera a ningún lado, que ya volvería.
Lo extraño fue cuando lo vio llegar desde la cocina con una botella de suju y una sonrisa que no dejaba pensar en cosas buenas.
- Yo debería estar haciendo mi hermosa maqueta.
- Pero, estás con el hermoso de Taemin.
Le sonríe sentándose a su lado y dejando su cuerpo lo suficientemente pegado al del moreno como para transmitirle algo de calor. Minho suelta un suspiro y toma la botella para darle un largo trago, provocando un escozor que hace mucho no sentía por su garganta. Siente la mirada de Taemin pegada en su rostro obligándolo a voltearse y limpiarse con ayuda de la camiseta.
- ¿Qué pasa?
- ¿Desde cuándo te gusto?
No podía negar que la pregunta le habia sorprendido más de lo que siempre solía hacer Taemin. Las palabras casi se le habían escapado por sus carnosos labios, permitiéndole un tramo corto de un par de segundos para que analizara lo que le había dicho.
Ve al chico tomar un largo trago de la botella, sin dejar de mirarlo, esperando su respuesta como un niño que espera un dulce.
- No lo sé- se sincera-. Solo pasó de pronto.
Taemin no parece conformarse con la respuesta, soltando un sonoro bufido que ni siquiera intentó ocultar. O que quizás sonó más exagerado de lo normal debido a que el alcohol ya comenzaba a subírsele a su cabeza.
- Me esperaba una respuesta más apasionada, debo admitir- le dice sonriéndole.
- ¿Algún ejemplo don Apasionado Lee Taemin?
- ¿Me estás preguntando a mi?
La botella ya tenía menos de la mitad del contenido, apoderádose lentamente de ambos cuerpos que ni siquiera se habían dado el tiempo de ingerir algo para no emborracharse. Minho siente un leve mareo, mientras que Taemin sonreía ya casi excesivamente.
Verlo en ese estado le quitaba completamente el aire inocente, transformándolo en alguien más seductor de lo que alguna vez se le cruzó por su mente. Casi traga saliva con dificultad.
Intenta acercarse lentamente, pero siente el peso de la cabeza del menor sobre su hombro, acomodándose sobre él. Un suspiro le indica que ahora era el momento para preguntarle.
- ¿Desde cuándo te gusto Taemin?
Le gustaba cuando él lo llamaba. Le gustaba mucho.
- No te lo diré- susurra casi como un ronroneo, abrazándose a la cintura de Minho-. Quiéreme mejor.
Como si fuera muy fácil no hacerlo.
- Pero yo te lo dije- alega, pasándole los brazos sobre los de él para acercarlo mejor. Deja una de sus manos en el final de su cuello, acariciándolo con cuidado como si fuera un pequeño gato en busca de amor-.
- Cuando me des una respuesta con más emoción puede que te lo diga.
- ¿Y por qué no ahora?
- Porque no quiero- se queja, separándose y mirándolo fruncienco un poco el ceño-. Ya basta, si no te diré.
- Pero tu empezaste el tema.
- Y yo lo termino.
Se abraza nuevamente a la cintura de Minho, obligándolo a que coloque sus brazos como lo tenía antes, acurrucándolo como hace unos instantes. Esconde la cabeza en el cuello del moreno, cerrando los ojos al sentir el calor de su cuerpo. Siente como las palpitaciones del chico le golpean la frente, casi con un ritmo que lo encandila.
Se cree capaz de estar así por siempre y sin tener ningún tipo de problema.
Pero sabe que le dirá algo. Que Minho es insistente y querrá saber que cuando lo vio por primera vez y que si hablaron algo. Pero no le dirá. No aún. No ahora. Había estado demasiado expuesto con él como para contarle todo de una vez.
Siente como la garganta del moreno baja al tragar saliva, advirtiéndole lo que se aproximaba.
- Te encontré exquisito desde la primera vez que te vi sin ropa en tu habitación.
Taemin sonríe, pero aún sin abrir los ojos. Demasiado para estar borracho y aún ser capaz de reaccionar.
- ¿Debería decir gracias?
- Deberías decirme desde cuando te gusto.
Ríe. Le es imposible no hacerlo si está con una persona tan testaruda e infantil como Minho.
Se levanta del lugar en donde está, llevándose consigo un quejido por parte del chico, alegando que tenía ese costado del cuerpo caliente y que ahora tendría frío.
Cosa que era más que mentira. Solo le avergonzaba decir que quería seguir abrazado a él.
Taemin se levanta de todas formas y busca entre las ropas revueltas en el piso, donde pudo quedar su cajetilla de cigarrillos que solía desaparecer. Se tambalea un poco al agacharse, balanceándose de un lado a otro mientras miraba entre los pantalones que pareció encontrar.
Minho se reía de la escena, viendo perfectamente donde estaba lo que le buscaba. Pero no le diría, tenía que admitir que le divertía la situación.
Pero la lucha dura solo un par de segundos más, enojándolo apenas vio como posaba un cigarrillo sobre sus labios. Apenas era capaz de mantenerse de pie, pero sabía perfectamente como se encendía y como mantenía en cigarrillo en su boca sin ayuda de sus manos. Se sienta al lado de Minho y lo mira, intentando decirle que ahora podía abrazarlo nuevamente.
Solo que a Minho ya no se le antojaba.
- Odio que fumes.
- Y yo que seas amigo de mi hermano.
- Hablo en serio.
Taemin suelta el humo con lentitud, al costado del moreno, sin permitir que el olor a tabaco le invadiera su espacio.
De verdad le gustaría dejarlo. Solo que era una maldita necesidad que ocupaba el vacío que dejaba la gente en él. Por crudo que sonara, él solo fumaba porque se sentía solo. Porque sentía que nadie lo quería y que no era necesitado por nadie.
Da una calada más y esquiva la mirada de Minho que lo observaba desde hace un par de segundos.
- Hey- le llama, acariciándole el cuello para que lo enfrentase.
- No dejaré de fumar, Minho. Es como si yo te dij
- Mientras estés conmigo no quiero verte fumar- le interrumpe, casi susurrándole, como si le costara coraje hablar-. Ahora yo puedo ser tu cigarrillo para que te sientas tranquilo.
Fue demasiada información para un cerebro con exceso de alcohol y necesitado de amor más que nadie. Taemin siente como el tabaco se va consumiendo, dejando caer restos de colilla sobre la alfombra de la que tanto presumía su madre. Siente que pestañea lento y que Minho ya no lo ve seguido sino que a través de fotogramas que sacan sus ojos cada ciertos lapsus de tiempo.
¿En qué momento se había embriagado tanto? ¿Embriagado de… amor?
Ve como el moreno le quita el cigarrillo de la mano, apagándolo sobre un vaso, y se levanta para acercársele y tomarlo sin ningún exceso de fuerza. Siente el calor de su cuerpo sobre el suyo, dejándose llevar y abrazándolo desde el cuello, casi como un koala.
Nota como suben las escaleras, sin poner ninguna ayuda de su parte, y solo abrazándose a Minho que caminaba con él encima sin ningún problema. Apenas sabe donde está y qué hora era cuando siente que el moreno se inclina con suavidad y lo deja caer sobre su cómoda y tan codiciada cama. El calor desaparece y las heladas sábanas le entumecen la espalda.
Suelta un escalofrío antes de volver a buscar a Minho entre la oscuridad. Que al parecer ya se iría.
- No te vayas- su voz suena mucho más suplicante de lo que hubiese querido, pero el alcohol apenas lo dejaba actuar sobre su cuerpo-. Quédate conmigo hasta mañana, por favor.
Sí. Una vez más se cumplió la teoría de que Minho ya no se podía negar.
Asiente en la oscuridad, sin saber si el menor lo había visto o no y cierra la puerta de la habitación, quitándose una vez más la camiseta que llevaba sobre su cuerpo. Entonces siente un largo suspiro a su lado, pudiendo ver gracias a un haz de luz desde la ventana, como Taemin ya había caído rendido en los brazos de Morfeo. Y cree que sería mejor que él durmiera en el sillón del piso de abajo para no molestarlo, pero cuando ve al menor moverse hacia el rincón, dejándole espacio suficiente para él, se da cuenta que sería un poco egoísta de su parte privarse de algo que le hubiese gustado hacer hace mucho tiempo.
El colchón apenas se hunde con el peso de su cuerpo, dejándolo acostarse con suma tranquilidad al lado del menor. Aprovecha de pasar las sábanas sobre ambos cuerpos, acurrucándolos y haciéndoles notar que el calor anterior no había sido por la temperatura del ambiente sino que solo de ellos.
Y Minho suelta un escalofrío, mientras Taemin le regalaba un nuevo suspiro a su lado, sumergiéndose más y más en el sueño que había parecido embargarlo. Pero tiene frío, y le es imposible de un momento a otro dejar de tiritar. Se encoge más bajo las sábanas, llevándolas casi hasta el borde de su nariz.
Entonces siente una pequeña mano cruzarse por su estómago y abrazarse a él, mientras una cabeza se metía en el espacio entre su cuello y su hombro, apoderándose de él como tan acostumbrado estaba. Su respiración le choca con cuidado sobre su mentón, embriagándolo mucho más de lo que había logrado el alcohol, dejándolo caer rendido como si nada en esa maldita red que se llamaba amor.
**
Un fuerte rayo de sol azotaba la cara de Minho, obligándolo a que despartase en cualquier minuto. Pero el moreno lucha y no quiere y voltea el rostro al lado contrario, topándose con lo frío y fresco de la almohada que no le sirvió de mucho cuando comenzó a sentir el mismo calor de antes pero ahora en el cuello.
Se niega aún y arruga un poco los ojos, sin abrirlos del todo. Intenta enfocar en algún punto, pero comienza a sentir lo aprisionado que estaba con el cuerpo de menor que se encontraba completamente desarmado encima de él, ya casi al punto de ahocarlo.
Mueve un brazo, en vano, y el otro lo estira hasta alcanzar su celular que se encontraba un par de centímetros más allá en el piso. Cuando ve la hora y recuerda lo que tiene que hacer, se da cuenta que no tiene otra opción que despertarlo de alguna forma.
Solo que el menor parece dormir como un tronco.
- Hey- le susurra con cuidado sin querer asustarlo-. Taemin, me tengo que ir.
- Mmm
- Me tengo que ir- le repite-.
- Mmm
A Minho le es imposible no burlarse y más si lo veía en ese estado de inconciencia absoluta. Se escapa debajo de su cuerpo, dejándolo caer a un lado de donde habían estado minutos antes. Taemin frunce un poco el ceño al sentir que su costado se helaba por la ausencia de alguien, pero no lo suficiente como para despertarlo por completo.
El moreno lo mira de pie, aún con una sonrisa en su cara por verlo en ese estado.
- Me quiero bañar- le dice lo suficientemente algo para que lo oyera.
Ve su delgado brazo levantándose desde las sábanas, para indicarle un poco más allá en donde podía encontrar lo necesario para que de una maldita vez lo dejara seguir durmiendo.
Lo que tampoco le tomó demasiado tiempo como para dejarlo tranquilo.
La piel de Minho se puso tensa apenas tocó el agua hirviendo, agarratándole los músculos por unos segundos para luego comenzar a relajarse. Masajea su pecho y un poco la espalda, aún pudiendo sentir restos de la saliva de Taemin en él.
Cosa que no era tan evidente como las marcas azuladas que comenzaban a aparecer alrededor de todo su cuello, al igual que los arañazos que adornaban su bien formada espalda.
Mira su cuerpo marcado frente al espejo, sorprendiéndose a si mismo sobre como podría ocultar eso. Acaricia con cuidado un hematoma que tenía cerca de la clavícula, sonriendo inevitablemente por la situación.
Jonghyun veía eso y era hombre muerto.
Entra a la habitación en donde se encontraba el chico, creyendo que aún estaría durmiendo y continuaría ignorándolo; cosa que no fue así.
Taemin apenas lo vio entrar soltó una sonrisa que era capaz de iluminar el día más nublado de Corea. Observa a Minho. Lo estudia. Mira su cabello mojado y como las gotas se aprovechan del cuerpo que le pertenece a él, recorriéndolo más de lo que cualquier tenía permitido.
Traga saliva ante la imagen de verlo solo en ropa interior, teniendo que enfocarse en un nuevo punto si no quería terminar bañándose con agua fría dentro de los siguientes segundos.
- ¿Qué pasa?
La voz de Minho le interrumpe sus pensamientos subidos de temperatura, obligándolo a bajarse de su nube e intentar hablar de forma normal como si nada hubiera pasado.
Como si aún no pudiera asimilar lo que habían hecho un par de horas atrás.
- Tu cuello- se excusa, apuntándolo.
- Ah, sí- le sonríe-. Creo que necesito una bufanda.
- De tres metros- era su culpa, pero le era imposible no molestarlo-. Lo siento.
- Da igual.
Se miran diciéndose cosas que no son capaces de pronunciar, metiéndose por debajo de la piel y acercándose mucho más de lo que alguna vez creyeron estar.
Minho le gusta mucho. Demasiado. Como nunca antes lo había hecho alguien. Quizás por eso no le podía quitar nunca la vista de encima.
Le daba igual si lo colocaba incómodo, simplemente no podía dejar de estudiarlo.
Su cabello negro. Un ojo mínimamente más pequeño que el otro. Los brazos. Moretones por culpa de él y cuerpo que sacaba más que un suspiro en su colegio.
Era Choi Minho. El hermano de Sulli. “El modelo”. El estudiante perfecto de arquitectura.
El placer culpable de Taemin.
- ¿Volverás más tarde?
Intenta que su pregunta no suene desesperada a pesar de que su rostro decía todo lo contrario.
No podía negar que un miedo estúpido comenzaba a invadirle el cuerpo. A apropiarse de cada célula, volviendo a transformarlo en la misma persona insegura de siempre. En la que no se quería a sí mismo y no se permitía querer a ningún otro por miedo a que le hicieran daño.
- Llámame cuando te levantes.
Asiente con cuidado, con más miedo que antes.
¿Qué pasaría si esto era un juego para Minho y terminaba asesinándolo por dentro?
Diversas preguntas de inseguridad comienzan a llenarle el cerebro cuando siente que el colchón se hunde levemente, sorprendiéndolo con unos labios que ya tan bien conocía, sobre los suyos.
Sabe a pasta de diente y cree que nunca le había parecido un sabor tan llamativo.
Minho le sonríe apenas se levanta, yéndose de inmediato del lugar, sintiendo a la lejanía como bajaba de dos en dos las escaleras que tanto odiaba.
Siente que su cuerpo se hace más pequeño y que en cualquier momento las sábanas lo absorverán y no dejará rastros de su organismo.
La puerta de la casa se cierra de un golpe, dejándolo completamente solo al fin.
Por muy estúpido y patético que sonara, sentía que ya lo echaba de menos.
**
Seis de la tarde y aún Taemin no lo llamaba.
O tenía anemia terminal, o simplemente quería ignorarlo después de lo que pasó.
¿¡De verdad era capaz de hacer eso!?
Deja un trozo de cartón sobre la mesa y se sienta sin soportar más, llamándolo de inmediato a su celular. Si tanto quería ignorarlo, probablemente le cortaría, pero solo escuchaba el tono una y otra vez esperando por ser contestado.
¿Le habría paso algo?
… ¿Por su culpa?
Se cruza de brazos, mirando el edificio erguido que tenía frente a él. Había trabajado más rápido que nunca. Se le había ocurrido una idea excelente en menos de lo que canta un gallo y hasta había hecho el desayuno para su hermana y su madre.
Sí. Era imposible aguantarse la felicidad.
¿Y si iba a verlo?
Llama una vez más y se repite lo mismo.
Sí. Iría.
Y estaba tan contento que hasta el trayecto hacia su casa se le había hecho corto. No tenía ningún pensamiento negativo sobre si Taemin lo rechazaría, solo estaba preocupado por si le había pasado algo.
Solo eso.
Sí. Eso.
Toca el timbre de la casa una y otra vez, esperando ver la cabeza que tanto lo estaba volviendo loco, recibiéndolo con una sonrisa que cada vez lo encandilaba más.
Pero nada. Ningún movimiento ni ruido.
Parecía como si nada hubiese estado ahí.
Retrocede hasta quedar a la vista de la ventana del piso superior, justo en la habitación de la que se había retirado unas horas atrás.
¿Y si de verdad lo estaba ignorando?
¿Y si solo estaba jugando con él?
- Mierda.
Se toca la frente con la mano, quizás desapareciéndole la felicidad instantánea que tanto le había motivado la mañana.
No. Eso era imposible. Taemin no era así.
Era demasiado bueno como para ser así.
No alcanza a sonar nuevamente un ring del teléfono, cuando siente una ventana abrirse encima de él. Un Taemin algo desorientado saca su cabeza, intentando enfocarlo por sobre el sueño.
- Ten- le grita, lanzándole un manojo de llaves para que abriera la puerta y entrara por su propia cuenta.
Y Minho piensa que es un idiota. Un GRANDÍSIMO idiota por dejar que la inseguridad lo invadiera.
Las cosas seguían en el mismo orden de antes, advirtiéndole que probablemente el chico ni siquiera había salido de la habitación para ir al baño.
Lo ve desparramado sobre la cama, durmiendo boca abajo, con tan solo una camiseta puesta y los mismo bóxers del día anterior que ya tan bien conocía.
Y se da el tiempo de quedare en la puerta, mirándolo sin temor a que lo pillara in fraganti como sucedió la primera vez que lo vio. Se da el lujo de cruzarse de brazos y esperar a que en algún momento note su presencia.
Ojalá que dentro de ese mismo día, porque parecía dormir como nunca.
Se interna en el lugar, sentándose al lado del chico que hasta casi parecía soñar. Mete los dedos entre sus finos cabellos, arreglándoselo con cuidado luego de despeinarlo.
Una y otra vez.
- Me siento en el paraíso.
Su voz suena áspera contra el colchón, asustándolo de pronto, y deteniendo de inmediato sus caricias sobre su cabeza.
No quería despertarlo. Podía quedarse perfectamente así hasta el fin de sus días.
- ¿Qué?
- No pares.
- ¿Qué?
Sin abrir los ojos y sin voltearse, toma una de las manos de Minho y la vuelve a colocar en el lugar en donde se encontraba antes. Hace el intento de imitar las caricias, pero sin un gran resultado.
- Hazme cariñito.
¿Cómo mierda pudo pasarse por su cabeza que no lo quería ver? ¿Acaso el pegamento de las maquetas le había comido el cerebro?
Le rasca con suavidad detrás de las orejas y un poco más debajo de la nuca. Siente que Taemin está casi a punto de colocarse a ronronear.
- Deberías levantarte- le sugiere.
- ¿Qué hora es?- se voltea, pero lo suficiente como para que no detuviera sus caricias.
- Las seis y media.
- ¿Tanto dormí?- Minho asiente, riendo de su impresión.
- Deberías comer algo o te volverás más delgado de lo que estás. Puedo ir a comprar algo al supermercado, mientras tu te levantas y te bañas- le sugiere.
- Huelo a ti- le interrumpe, sorprendiendo al notar como las mejillas de Minho tomaban algo de color.
El moreno solo atina a levantarse y volver a repetirle que era mejor que se levantara para que pudiera comer.
- Minho- le llama antes de que se fuera.
- Mm
- Tráeme un helado rico para tomar- le sonríe.
¿Uno? Si le sonríe así es capaz de traerle una heladería completa.
Intenta no demorarse demasiado comprando, mirando de un lado a otro contínuamente por su aparecía su madre y lo veía en actitud sospechosa.
Sonríe en el solo hecho de imaginarse a su madre presentándole a Taemin como su… ¿novio? ¿amigo? ¿compañero? ¿primo… lejano?
¿Qué eran?
¿En qué se habían convertido luego de lo que habían pasado juntos?
¿En cómplices?
Abre la puerta con las mismas llaves de antes, excepto que al entrar no encuentra todo como había quedado la noche anterior. Sino que mucho más limpio y ordenado como estaba antes.
Se queda de pie frente a la puerta, con una bolsa de papel en la mano y sintiendo el calor de la comida evaporarse.
Taemin miraba televisión casi hipnotizado como si no existiera nada en el mundo. Un par de gotas recorrían su cuello escapándose de su cabello mojado y cayendo finalmente al precipio del sillón.
Pero eso no lo hipnotizó.
No fueron ni las gotas ni los dibujos animados que veía ni los colores que sobresalían.
Fue su sonrisa. Esa que se había instalado en su cara y parecía no quererse ir por ningún motivo.
Porque con ella era capaz de iluminar una habitación y un planeta completo.
Minho traga saliva y mueve un poco la mano tras quemarse con el calor de la comida.
Fueran lo que fueran. Amigos, novios, desconocidos. Le daba lo mismo.
Con esa sonrisa era capaz de vencer dragones y saltar montañas. Montañas que nunca nadie había logrado saltar y que él por primera vez pudo y Taemin no se opuso.
Cuando Taemin se da cuenta de su presencia y lo mira y sonríe aún más, Minho cree que podría morir de felicidad y que ni siquiera se opondría.
Minho suelta un suspiro, dejándose caer al lado del cuerpo de Taemin. Ambos caben a duras penas en el sillón, pero consiguen acomodarse sin que ninguno de los dos caiga al piso.
Las respiraciones agitadas comienzan a acompasarse, mientras que el moreno siente como la temperatura de su cuerpo ya comienza a disminuir.
Cinco minutos ya y ninguno de los dos había hablado.
No por quedarse sin palabras, sino que por no saber qué decir. O por lo menos eso creía Minho, que llevaba un rato preguntándose si debía preguntarle algo o simplemente interesarse por si estaba bien. Pero Taemin seguía sumergido en un mundo anexo al de él, mirando el techo como si fuese la obra de arte más interesante que había en el mundo.
¿Cómo estuvo? ¿Fue muy corto? ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?
No. Definitivamente no. Ese era el tipo de preguntas que probablemente solo sería capaz de hacer Jonghyun luego de alguna actividad de sexo desenfrenado. Pero él no. Por respeto a si mismo y a Taemin. Pero de pronto siente como el peso en el sillón disminuye de golpe, subiéndolo un poco de nivel al verse desocupado el lugar de su lado.
Mira con algo de extrañeza a su costado, viendo la espalda y cuerpo desnudo de Taemin, que luchaba con su ropa interior, pasándola rápidamente por sus piernas para comenzar a caminar.
Para caminar e irse de ahí.
Lejos.
Minho ve la figura del menor desaparecer por la escalera, ya sentándose en el sillón.
¿Qué pasaba? ¿Le había hecho algo? ¿Debió haber hecho ese tipo de preguntas? ¿Debió simplemente decirle una estupidez? ¿Le dolía mucho?
Mira a ambos lados como si fuera a aparecer una figura anexa a ayudarlo, pero solo se encuentra con la absoluta oscuridad y penumbra que había en la casa. Siente un vehículo que pasa por la calle, irrumpiendo sus pensamientos y quizás obligándolo a analizar más de la cuenta.
Se debió haber enojado. Eso era. O a lo mejor no era capaz de decirle que quería que se fuera, entonces simplemente desapareció suponiendo que él lo adivinaría por si mismo.
Era una buena táctica, aunque algo ajena a lo que alguna vez se esperó Minho.
¿De verdad se tenía que ir así de rápido luego de lo que había pasado? ¿No era algo demasiado… insensible?
Cree que sería bueno ir a ver si está bien o simplemente si necesita algo, luego se iría y lo dejaría tranquilo. Sí. Buena idea.
¿Pero y si desde ese minuto ya quería estar solo? Era bastante probable que si eso era así, en los próximos quince minutos tendría que presenciar un espectáculo poco gustoso para él, en donde se le pediría que abandonara el lugar y no volviera.
¿Qué mierda había hecho mal?
Recoge del piso sus bóxers y se los coloca rápidamente para recoger un poco más allá su camiseta que yacía arrugada bajo un montón de ropa. Apenas alcanza a pasarla por su cabeza, cuando siente los mismos pasos devolverse por el lugar que habían desaparecido.
Ve a Taemin solo con unos pantalones cortos delante de él y sin camiseta, casi tal como había desaparecido. Solo que ahora tenía un paquete de cigarrillos en su mano y una sonrisa que no daba a creer que lo fuera a echar de ahí.
- Pensé que sería bastante sexy verte fumando en el sillón- le susurra aún delante de él, mirándolo algo embobado-. Así como en las películas.
Estaba completamente equivocado. Era un idiota. El menor nunca se le pasó por la cabeza echarlo de su casa.
Maldita inseguridad que a veces se apoderaba de su cuerpo.
- Pero no sé fumar.
Taemin le sonríe y se sienta de piernas cruzadas sobre la alfombra, para luego dar suaves golpecitos a su lado pidiéndole que se sentara junto a él.
Minho ni siquiera se hace de rogar.
El cigarrillo se enciende al mínimo roce con el fuego, mientras el menor lo sostenía en sus labios concentrado en su trabajo. El moreno no sabe si se pierde en el menor o en el humo del tabaco cuando comienza a salir.
Apenas alcanza a percatarse cuando ya le ofrecía el cigarrillo con cuidado.
- No inhales muy fuerte o te dará un ataque de tos apenas toque tu garganta.
Lo primero que hizo fue lo primero que no debía hacer. Siempre le pasaba eso. Por apresurado o simplemente por no escuchar. El humo parece apoderarse de sus pulmones, obligándolo a toser constantemente ante la preocupada mirada de Taemin.
Minho estaba seguro de que si hubiese estado con Jonghyun este se hubiese ahogado también, pero de la risa, pero Taemin solo lo miraba atento ante cualquier síntoma peligroso. Su preocupación le hizo volver a respirar normal.
- Esto es una mierda- le dice aún tosiendo cada ciertos lapsus de tiempo-. No sé como puedes fumar eso.
El hecho de haber podido hablar tranquiliza mucho más al menor, sacando una reacción normal de su parte, riendo al fin a carcajadas como se esperaba en un principio. Pero Taemin se levanta nuevamente desde el piso, susurrándole levemente al chico que no se fuera a ningún lado, que ya volvería.
Lo extraño fue cuando lo vio llegar desde la cocina con una botella de suju y una sonrisa que no dejaba pensar en cosas buenas.
- Yo debería estar haciendo mi hermosa maqueta.
- Pero, estás con el hermoso de Taemin.
Le sonríe sentándose a su lado y dejando su cuerpo lo suficientemente pegado al del moreno como para transmitirle algo de calor. Minho suelta un suspiro y toma la botella para darle un largo trago, provocando un escozor que hace mucho no sentía por su garganta. Siente la mirada de Taemin pegada en su rostro obligándolo a voltearse y limpiarse con ayuda de la camiseta.
- ¿Qué pasa?
- ¿Desde cuándo te gusto?
No podía negar que la pregunta le habia sorprendido más de lo que siempre solía hacer Taemin. Las palabras casi se le habían escapado por sus carnosos labios, permitiéndole un tramo corto de un par de segundos para que analizara lo que le había dicho.
Ve al chico tomar un largo trago de la botella, sin dejar de mirarlo, esperando su respuesta como un niño que espera un dulce.
- No lo sé- se sincera-. Solo pasó de pronto.
Taemin no parece conformarse con la respuesta, soltando un sonoro bufido que ni siquiera intentó ocultar. O que quizás sonó más exagerado de lo normal debido a que el alcohol ya comenzaba a subírsele a su cabeza.
- Me esperaba una respuesta más apasionada, debo admitir- le dice sonriéndole.
- ¿Algún ejemplo don Apasionado Lee Taemin?
- ¿Me estás preguntando a mi?
La botella ya tenía menos de la mitad del contenido, apoderádose lentamente de ambos cuerpos que ni siquiera se habían dado el tiempo de ingerir algo para no emborracharse. Minho siente un leve mareo, mientras que Taemin sonreía ya casi excesivamente.
Verlo en ese estado le quitaba completamente el aire inocente, transformándolo en alguien más seductor de lo que alguna vez se le cruzó por su mente. Casi traga saliva con dificultad.
Intenta acercarse lentamente, pero siente el peso de la cabeza del menor sobre su hombro, acomodándose sobre él. Un suspiro le indica que ahora era el momento para preguntarle.
- ¿Desde cuándo te gusto Taemin?
Le gustaba cuando él lo llamaba. Le gustaba mucho.
- No te lo diré- susurra casi como un ronroneo, abrazándose a la cintura de Minho-. Quiéreme mejor.
Como si fuera muy fácil no hacerlo.
- Pero yo te lo dije- alega, pasándole los brazos sobre los de él para acercarlo mejor. Deja una de sus manos en el final de su cuello, acariciándolo con cuidado como si fuera un pequeño gato en busca de amor-.
- Cuando me des una respuesta con más emoción puede que te lo diga.
- ¿Y por qué no ahora?
- Porque no quiero- se queja, separándose y mirándolo fruncienco un poco el ceño-. Ya basta, si no te diré.
- Pero tu empezaste el tema.
- Y yo lo termino.
Se abraza nuevamente a la cintura de Minho, obligándolo a que coloque sus brazos como lo tenía antes, acurrucándolo como hace unos instantes. Esconde la cabeza en el cuello del moreno, cerrando los ojos al sentir el calor de su cuerpo. Siente como las palpitaciones del chico le golpean la frente, casi con un ritmo que lo encandila.
Se cree capaz de estar así por siempre y sin tener ningún tipo de problema.
Pero sabe que le dirá algo. Que Minho es insistente y querrá saber que cuando lo vio por primera vez y que si hablaron algo. Pero no le dirá. No aún. No ahora. Había estado demasiado expuesto con él como para contarle todo de una vez.
Siente como la garganta del moreno baja al tragar saliva, advirtiéndole lo que se aproximaba.
- Te encontré exquisito desde la primera vez que te vi sin ropa en tu habitación.
Taemin sonríe, pero aún sin abrir los ojos. Demasiado para estar borracho y aún ser capaz de reaccionar.
- ¿Debería decir gracias?
- Deberías decirme desde cuando te gusto.
Ríe. Le es imposible no hacerlo si está con una persona tan testaruda e infantil como Minho.
Se levanta del lugar en donde está, llevándose consigo un quejido por parte del chico, alegando que tenía ese costado del cuerpo caliente y que ahora tendría frío.
Cosa que era más que mentira. Solo le avergonzaba decir que quería seguir abrazado a él.
Taemin se levanta de todas formas y busca entre las ropas revueltas en el piso, donde pudo quedar su cajetilla de cigarrillos que solía desaparecer. Se tambalea un poco al agacharse, balanceándose de un lado a otro mientras miraba entre los pantalones que pareció encontrar.
Minho se reía de la escena, viendo perfectamente donde estaba lo que le buscaba. Pero no le diría, tenía que admitir que le divertía la situación.
Pero la lucha dura solo un par de segundos más, enojándolo apenas vio como posaba un cigarrillo sobre sus labios. Apenas era capaz de mantenerse de pie, pero sabía perfectamente como se encendía y como mantenía en cigarrillo en su boca sin ayuda de sus manos. Se sienta al lado de Minho y lo mira, intentando decirle que ahora podía abrazarlo nuevamente.
Solo que a Minho ya no se le antojaba.
- Odio que fumes.
- Y yo que seas amigo de mi hermano.
- Hablo en serio.
Taemin suelta el humo con lentitud, al costado del moreno, sin permitir que el olor a tabaco le invadiera su espacio.
De verdad le gustaría dejarlo. Solo que era una maldita necesidad que ocupaba el vacío que dejaba la gente en él. Por crudo que sonara, él solo fumaba porque se sentía solo. Porque sentía que nadie lo quería y que no era necesitado por nadie.
Da una calada más y esquiva la mirada de Minho que lo observaba desde hace un par de segundos.
- Hey- le llama, acariciándole el cuello para que lo enfrentase.
- No dejaré de fumar, Minho. Es como si yo te dij
- Mientras estés conmigo no quiero verte fumar- le interrumpe, casi susurrándole, como si le costara coraje hablar-. Ahora yo puedo ser tu cigarrillo para que te sientas tranquilo.
Fue demasiada información para un cerebro con exceso de alcohol y necesitado de amor más que nadie. Taemin siente como el tabaco se va consumiendo, dejando caer restos de colilla sobre la alfombra de la que tanto presumía su madre. Siente que pestañea lento y que Minho ya no lo ve seguido sino que a través de fotogramas que sacan sus ojos cada ciertos lapsus de tiempo.
¿En qué momento se había embriagado tanto? ¿Embriagado de… amor?
Ve como el moreno le quita el cigarrillo de la mano, apagándolo sobre un vaso, y se levanta para acercársele y tomarlo sin ningún exceso de fuerza. Siente el calor de su cuerpo sobre el suyo, dejándose llevar y abrazándolo desde el cuello, casi como un koala.
Nota como suben las escaleras, sin poner ninguna ayuda de su parte, y solo abrazándose a Minho que caminaba con él encima sin ningún problema. Apenas sabe donde está y qué hora era cuando siente que el moreno se inclina con suavidad y lo deja caer sobre su cómoda y tan codiciada cama. El calor desaparece y las heladas sábanas le entumecen la espalda.
Suelta un escalofrío antes de volver a buscar a Minho entre la oscuridad. Que al parecer ya se iría.
- No te vayas- su voz suena mucho más suplicante de lo que hubiese querido, pero el alcohol apenas lo dejaba actuar sobre su cuerpo-. Quédate conmigo hasta mañana, por favor.
Sí. Una vez más se cumplió la teoría de que Minho ya no se podía negar.
Asiente en la oscuridad, sin saber si el menor lo había visto o no y cierra la puerta de la habitación, quitándose una vez más la camiseta que llevaba sobre su cuerpo. Entonces siente un largo suspiro a su lado, pudiendo ver gracias a un haz de luz desde la ventana, como Taemin ya había caído rendido en los brazos de Morfeo. Y cree que sería mejor que él durmiera en el sillón del piso de abajo para no molestarlo, pero cuando ve al menor moverse hacia el rincón, dejándole espacio suficiente para él, se da cuenta que sería un poco egoísta de su parte privarse de algo que le hubiese gustado hacer hace mucho tiempo.
El colchón apenas se hunde con el peso de su cuerpo, dejándolo acostarse con suma tranquilidad al lado del menor. Aprovecha de pasar las sábanas sobre ambos cuerpos, acurrucándolos y haciéndoles notar que el calor anterior no había sido por la temperatura del ambiente sino que solo de ellos.
Y Minho suelta un escalofrío, mientras Taemin le regalaba un nuevo suspiro a su lado, sumergiéndose más y más en el sueño que había parecido embargarlo. Pero tiene frío, y le es imposible de un momento a otro dejar de tiritar. Se encoge más bajo las sábanas, llevándolas casi hasta el borde de su nariz.
Entonces siente una pequeña mano cruzarse por su estómago y abrazarse a él, mientras una cabeza se metía en el espacio entre su cuello y su hombro, apoderándose de él como tan acostumbrado estaba. Su respiración le choca con cuidado sobre su mentón, embriagándolo mucho más de lo que había logrado el alcohol, dejándolo caer rendido como si nada en esa maldita red que se llamaba amor.
**
Un fuerte rayo de sol azotaba la cara de Minho, obligándolo a que despartase en cualquier minuto. Pero el moreno lucha y no quiere y voltea el rostro al lado contrario, topándose con lo frío y fresco de la almohada que no le sirvió de mucho cuando comenzó a sentir el mismo calor de antes pero ahora en el cuello.
Se niega aún y arruga un poco los ojos, sin abrirlos del todo. Intenta enfocar en algún punto, pero comienza a sentir lo aprisionado que estaba con el cuerpo de menor que se encontraba completamente desarmado encima de él, ya casi al punto de ahocarlo.
Mueve un brazo, en vano, y el otro lo estira hasta alcanzar su celular que se encontraba un par de centímetros más allá en el piso. Cuando ve la hora y recuerda lo que tiene que hacer, se da cuenta que no tiene otra opción que despertarlo de alguna forma.
Solo que el menor parece dormir como un tronco.
- Hey- le susurra con cuidado sin querer asustarlo-. Taemin, me tengo que ir.
- Mmm
- Me tengo que ir- le repite-.
- Mmm
A Minho le es imposible no burlarse y más si lo veía en ese estado de inconciencia absoluta. Se escapa debajo de su cuerpo, dejándolo caer a un lado de donde habían estado minutos antes. Taemin frunce un poco el ceño al sentir que su costado se helaba por la ausencia de alguien, pero no lo suficiente como para despertarlo por completo.
El moreno lo mira de pie, aún con una sonrisa en su cara por verlo en ese estado.
- Me quiero bañar- le dice lo suficientemente algo para que lo oyera.
Ve su delgado brazo levantándose desde las sábanas, para indicarle un poco más allá en donde podía encontrar lo necesario para que de una maldita vez lo dejara seguir durmiendo.
Lo que tampoco le tomó demasiado tiempo como para dejarlo tranquilo.
La piel de Minho se puso tensa apenas tocó el agua hirviendo, agarratándole los músculos por unos segundos para luego comenzar a relajarse. Masajea su pecho y un poco la espalda, aún pudiendo sentir restos de la saliva de Taemin en él.
Cosa que no era tan evidente como las marcas azuladas que comenzaban a aparecer alrededor de todo su cuello, al igual que los arañazos que adornaban su bien formada espalda.
Mira su cuerpo marcado frente al espejo, sorprendiéndose a si mismo sobre como podría ocultar eso. Acaricia con cuidado un hematoma que tenía cerca de la clavícula, sonriendo inevitablemente por la situación.
Jonghyun veía eso y era hombre muerto.
Entra a la habitación en donde se encontraba el chico, creyendo que aún estaría durmiendo y continuaría ignorándolo; cosa que no fue así.
Taemin apenas lo vio entrar soltó una sonrisa que era capaz de iluminar el día más nublado de Corea. Observa a Minho. Lo estudia. Mira su cabello mojado y como las gotas se aprovechan del cuerpo que le pertenece a él, recorriéndolo más de lo que cualquier tenía permitido.
Traga saliva ante la imagen de verlo solo en ropa interior, teniendo que enfocarse en un nuevo punto si no quería terminar bañándose con agua fría dentro de los siguientes segundos.
- ¿Qué pasa?
La voz de Minho le interrumpe sus pensamientos subidos de temperatura, obligándolo a bajarse de su nube e intentar hablar de forma normal como si nada hubiera pasado.
Como si aún no pudiera asimilar lo que habían hecho un par de horas atrás.
- Tu cuello- se excusa, apuntándolo.
- Ah, sí- le sonríe-. Creo que necesito una bufanda.
- De tres metros- era su culpa, pero le era imposible no molestarlo-. Lo siento.
- Da igual.
Se miran diciéndose cosas que no son capaces de pronunciar, metiéndose por debajo de la piel y acercándose mucho más de lo que alguna vez creyeron estar.
Minho le gusta mucho. Demasiado. Como nunca antes lo había hecho alguien. Quizás por eso no le podía quitar nunca la vista de encima.
Le daba igual si lo colocaba incómodo, simplemente no podía dejar de estudiarlo.
Su cabello negro. Un ojo mínimamente más pequeño que el otro. Los brazos. Moretones por culpa de él y cuerpo que sacaba más que un suspiro en su colegio.
Era Choi Minho. El hermano de Sulli. “El modelo”. El estudiante perfecto de arquitectura.
El placer culpable de Taemin.
- ¿Volverás más tarde?
Intenta que su pregunta no suene desesperada a pesar de que su rostro decía todo lo contrario.
No podía negar que un miedo estúpido comenzaba a invadirle el cuerpo. A apropiarse de cada célula, volviendo a transformarlo en la misma persona insegura de siempre. En la que no se quería a sí mismo y no se permitía querer a ningún otro por miedo a que le hicieran daño.
- Llámame cuando te levantes.
Asiente con cuidado, con más miedo que antes.
¿Qué pasaría si esto era un juego para Minho y terminaba asesinándolo por dentro?
Diversas preguntas de inseguridad comienzan a llenarle el cerebro cuando siente que el colchón se hunde levemente, sorprendiéndolo con unos labios que ya tan bien conocía, sobre los suyos.
Sabe a pasta de diente y cree que nunca le había parecido un sabor tan llamativo.
Minho le sonríe apenas se levanta, yéndose de inmediato del lugar, sintiendo a la lejanía como bajaba de dos en dos las escaleras que tanto odiaba.
Siente que su cuerpo se hace más pequeño y que en cualquier momento las sábanas lo absorverán y no dejará rastros de su organismo.
La puerta de la casa se cierra de un golpe, dejándolo completamente solo al fin.
Por muy estúpido y patético que sonara, sentía que ya lo echaba de menos.
**
Seis de la tarde y aún Taemin no lo llamaba.
O tenía anemia terminal, o simplemente quería ignorarlo después de lo que pasó.
¿¡De verdad era capaz de hacer eso!?
Deja un trozo de cartón sobre la mesa y se sienta sin soportar más, llamándolo de inmediato a su celular. Si tanto quería ignorarlo, probablemente le cortaría, pero solo escuchaba el tono una y otra vez esperando por ser contestado.
¿Le habría paso algo?
… ¿Por su culpa?
Se cruza de brazos, mirando el edificio erguido que tenía frente a él. Había trabajado más rápido que nunca. Se le había ocurrido una idea excelente en menos de lo que canta un gallo y hasta había hecho el desayuno para su hermana y su madre.
Sí. Era imposible aguantarse la felicidad.
¿Y si iba a verlo?
Llama una vez más y se repite lo mismo.
Sí. Iría.
Y estaba tan contento que hasta el trayecto hacia su casa se le había hecho corto. No tenía ningún pensamiento negativo sobre si Taemin lo rechazaría, solo estaba preocupado por si le había pasado algo.
Solo eso.
Sí. Eso.
Toca el timbre de la casa una y otra vez, esperando ver la cabeza que tanto lo estaba volviendo loco, recibiéndolo con una sonrisa que cada vez lo encandilaba más.
Pero nada. Ningún movimiento ni ruido.
Parecía como si nada hubiese estado ahí.
Retrocede hasta quedar a la vista de la ventana del piso superior, justo en la habitación de la que se había retirado unas horas atrás.
¿Y si de verdad lo estaba ignorando?
¿Y si solo estaba jugando con él?
- Mierda.
Se toca la frente con la mano, quizás desapareciéndole la felicidad instantánea que tanto le había motivado la mañana.
No. Eso era imposible. Taemin no era así.
Era demasiado bueno como para ser así.
No alcanza a sonar nuevamente un ring del teléfono, cuando siente una ventana abrirse encima de él. Un Taemin algo desorientado saca su cabeza, intentando enfocarlo por sobre el sueño.
- Ten- le grita, lanzándole un manojo de llaves para que abriera la puerta y entrara por su propia cuenta.
Y Minho piensa que es un idiota. Un GRANDÍSIMO idiota por dejar que la inseguridad lo invadiera.
Las cosas seguían en el mismo orden de antes, advirtiéndole que probablemente el chico ni siquiera había salido de la habitación para ir al baño.
Lo ve desparramado sobre la cama, durmiendo boca abajo, con tan solo una camiseta puesta y los mismo bóxers del día anterior que ya tan bien conocía.
Y se da el tiempo de quedare en la puerta, mirándolo sin temor a que lo pillara in fraganti como sucedió la primera vez que lo vio. Se da el lujo de cruzarse de brazos y esperar a que en algún momento note su presencia.
Ojalá que dentro de ese mismo día, porque parecía dormir como nunca.
Se interna en el lugar, sentándose al lado del chico que hasta casi parecía soñar. Mete los dedos entre sus finos cabellos, arreglándoselo con cuidado luego de despeinarlo.
Una y otra vez.
- Me siento en el paraíso.
Su voz suena áspera contra el colchón, asustándolo de pronto, y deteniendo de inmediato sus caricias sobre su cabeza.
No quería despertarlo. Podía quedarse perfectamente así hasta el fin de sus días.
- ¿Qué?
- No pares.
- ¿Qué?
Sin abrir los ojos y sin voltearse, toma una de las manos de Minho y la vuelve a colocar en el lugar en donde se encontraba antes. Hace el intento de imitar las caricias, pero sin un gran resultado.
- Hazme cariñito.
¿Cómo mierda pudo pasarse por su cabeza que no lo quería ver? ¿Acaso el pegamento de las maquetas le había comido el cerebro?
Le rasca con suavidad detrás de las orejas y un poco más debajo de la nuca. Siente que Taemin está casi a punto de colocarse a ronronear.
- Deberías levantarte- le sugiere.
- ¿Qué hora es?- se voltea, pero lo suficiente como para que no detuviera sus caricias.
- Las seis y media.
- ¿Tanto dormí?- Minho asiente, riendo de su impresión.
- Deberías comer algo o te volverás más delgado de lo que estás. Puedo ir a comprar algo al supermercado, mientras tu te levantas y te bañas- le sugiere.
- Huelo a ti- le interrumpe, sorprendiendo al notar como las mejillas de Minho tomaban algo de color.
El moreno solo atina a levantarse y volver a repetirle que era mejor que se levantara para que pudiera comer.
- Minho- le llama antes de que se fuera.
- Mm
- Tráeme un helado rico para tomar- le sonríe.
¿Uno? Si le sonríe así es capaz de traerle una heladería completa.
Intenta no demorarse demasiado comprando, mirando de un lado a otro contínuamente por su aparecía su madre y lo veía en actitud sospechosa.
Sonríe en el solo hecho de imaginarse a su madre presentándole a Taemin como su… ¿novio? ¿amigo? ¿compañero? ¿primo… lejano?
¿Qué eran?
¿En qué se habían convertido luego de lo que habían pasado juntos?
¿En cómplices?
Abre la puerta con las mismas llaves de antes, excepto que al entrar no encuentra todo como había quedado la noche anterior. Sino que mucho más limpio y ordenado como estaba antes.
Se queda de pie frente a la puerta, con una bolsa de papel en la mano y sintiendo el calor de la comida evaporarse.
Taemin miraba televisión casi hipnotizado como si no existiera nada en el mundo. Un par de gotas recorrían su cuello escapándose de su cabello mojado y cayendo finalmente al precipio del sillón.
Pero eso no lo hipnotizó.
No fueron ni las gotas ni los dibujos animados que veía ni los colores que sobresalían.
Fue su sonrisa. Esa que se había instalado en su cara y parecía no quererse ir por ningún motivo.
Porque con ella era capaz de iluminar una habitación y un planeta completo.
Minho traga saliva y mueve un poco la mano tras quemarse con el calor de la comida.
Fueran lo que fueran. Amigos, novios, desconocidos. Le daba lo mismo.
Con esa sonrisa era capaz de vencer dragones y saltar montañas. Montañas que nunca nadie había logrado saltar y que él por primera vez pudo y Taemin no se opuso.
Cuando Taemin se da cuenta de su presencia y lo mira y sonríe aún más, Minho cree que podría morir de felicidad y que ni siquiera se opondría.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
el fic esta cada vez mas bueno espero que taemin se aprecie mas y vea para que es bueno ashh a mi tambien no me gusta que fume muy bien minho jaja yo me hubiera matado de risa al inicio de verlo ahogandose como puppy jaja byee y actualiza pronto
mitaemin
taemin
609
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Ohhh...
Que capítulo!!!...
pero MinHo debería de tratar de tener más confianza a
Taemin...si se nota que si lo quiere!!!!
Ya quiero ver la escena cuando JJong y Key se enteren que ya
son novios..jajaja...
Gracias por el capítulo!!!
Actualiza pronto!!!!
Que capítulo!!!...
pero MinHo debería de tratar de tener más confianza a
Taemin...si se nota que si lo quiere!!!!
Ya quiero ver la escena cuando JJong y Key se enteren que ya
son novios..jajaja...
Gracias por el capítulo!!!
Actualiza pronto!!!!
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
My god... Sigo tu historia en Tumblr, de hecho, no sabía que lo tenías aquí, lo encontré por pura casualidad. Pensé que se terminaba con el lemon y casi muero cuando vi otro capítulo más. ¡No tardes en actualizar! Amo ésta historia, está entre mis favoritas~
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola llegamos con un nuevo capítulo :D y un poquito más largo de lo normal :3 tmb queremos promocionar otro oneshot que hicimos en la semana, tmb del 2min para que pasen a leerlo <3
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n____n
Corta el hilo con ayuda de ambas manos apenas terminó de coser. El hilo parece desprenderse sin mayor esfuerzo, ganando una gran sonrisa por parte de Key al ver su trabajo terminado. Su obra maestra por la que había sufrido más de una semana entera.
Da vuelta la prenda y se acerca a su mejor amigo que se encontraba acostado en el sillón, sonriendo por quién sabe qué y recordando quién sabe qué. Tenía que admitir que lo había encontrado mucho más feliz de lo normal; de hecho, simplemente lo había encontrado demasiado feliz cosa que se daba una vez cada mucho tiempo.
Algo le había pasado y a él le intrigaba, pero odiaba ser siempre el que se veía obligado a sacar el tema y que Taemin nunca tomara la iniciativa para contarle que era lo que le sucedía.
Era obvio que era algo con ese cochino arquitecto.
- Ya, póntela.
- ¿Será la última vez?- se queja, sentándose en un ágil movimiento.
- Sí sí sí, ahora está perfecta.
- Lo mismo dijiste hace… ayer.
Lo mira algo enfurecido y se la lanza sin el amor suficiente que la prenda se merecía. Vuelve a acercarse a su preciada máquina de coser en busca de los alfileres cuando ve de reojo como Taemin lucha con la prenda con algo de torpeza.
Con demasiada torpeza para tratarse de su obra de arte.
- ¡Taemin! ¡Con amor!
Le levanta la camiseta nuevamente al notar como se enredaba en esta, cuando nota una seguidilla de hematomas alrededor de su cuello y un poco más abajo. Juraría que tenía unas marcas cerca de las costillas que parecían mordidas.
De persona.
Le es imposible no detenerse y dejar la polera sobre su cabeza sin permitirle ver, y quedándose hipnotizado en las marcas.
O Taemin había tenido una pelea con un perro y una pandilla de gángster o alguien le había hecho eso en una situación demasiado comprometedora para siquiera pensarlo.
- ¿La vas a bajar o no? Me estoy ahogando, hyung.
Y eso hará si no le cuenta lo que pasó. Lo ahogará de tal manera que le cuente hasta el más mínimo
detalle.
- ¿Por qué tienes estas marcas?- se las toca inevitablemente y siente como el menor se estremece con el roce.
- No sé de que hablas- se baja la camiseta de un solo golpe él mismo, encontrándose con la cara de Key frente a él, inquisitivo.
- No mientas.
- No estoy mintiendo- se rasca la nariz inconscientemente, nervioso.
- Te rascas la nariz cuando me ocultas algo.
Rayos. Siempre caía por el mismo error.
- Solo me estaba rascando.
- ¡Taemin!
- No quiero hablar.
Sus mejillas se tornan rojas de un momento a otro y se lanza nuevamente al lugar en donde había estado acostado segundos atrás, solo que esta vez se tapaba el rostro con ayuda de un cojín. Con suerte era capaz de respirar.
Pero Key es insistente y se lanza sobre él, sentándose al lado de donde se encontraba su cara.
- Me pegué, fue solo eso- le advierte a través del cojín, pudiendo a duras penas ser escuchado por su amigo.
- No soy tonto- insiste-. ¿Qué te pasó? ¿Fue Minho?- le duele decirlo, pero es la única respuesta que encajaba en ese rompecabezas.
A Taemin se le olvida taparse la cara con el cojín al oír el nombre del moreno.
- ¿Qué tiene que ver Minho aquí?
- ¡Que de repente ese es la respuesta de muchas cosas!
- Se llama Minho, Choi Minho; no, ese.
Key se aprovecha de su despreocupamiento repentino y le quita el cojín de encima, lanzándolo mucho más lejos de lo que hubiese hecho si hubiese estado dentro de sus cabales.
Pero ahora se le había cruzado esa idea por la cabeza y nadie se la sacaría hasta que supiera la completa verdad. Y sería dificlil, ya podía notarlo.
- Ya. Qué hicieron tú y Choi Minho, entonces, porque no soy tonto, y sé perfectamente como se hacen esas marcas.
- Y si lo sabes para que me preguntas.
Eso fue una respuesta que en verdad no se esperaba. Los ojos de Taemin parecían despreocupados, pero sus mejillas enrojecían cada vez más al paso de los segundos. Era obvio que no había pensado lo que le había dicho, y ahora recién analizaba sus palabras.
Key deja su boca abierta tras la impresión, teniendo que llevarse una mano sobre ella si es que no quería que una mosca se paseara por ella. No se cree capaz de pestañear ni de respirar.
¿¡Su Taemin y ese lo habían… hecho?
- ¿¡Qué dijiste Lee Taemin!?
- Nada- se levanta del sillón de un solo golpe y lo mira demasiado nervioso-. Me tengo que ir.
Mi mamá me espera.
¿Su mamá? ¿SU mamá? ¿Desde cuándo le había visto tanta cara de tonto?
- Podrías haberte inventado una excusa mejor- lo jala del brazo, obligándolo a sentarse en donde estaba antes, solo que quedando frente a él-. O me dices la verdad, o me dices.
Taemin abre la boca y la cierra continuamente, finalmente soltando un largo suspiro que provoca que su flequillo se levante y caiga de una forma despreocupada. Tal como no se encontraba internamente.
- No puedes decirle nada a nadie- le cuesta empezar-. Ni mucho menos a Minho. Ni siquiera a Jonghyun.
Key levanta la mano de manera formal, compremetiéndose solemnemente.
- Tienes derecho a dispararme si se me escapa.
El menor ríe ante la situación, relajándose un poco más. Le costaba ordenar las ideas y saber sinceramente qué debía contar y qué no. Porque simplemente habían cosas que NO DEBÍA CONTAR.
- Key hyung, en serio. No puedes decir nada.
- ¡Aish! ¡Dilo ya de una vez!
- Lo hicimos- suelta de pronto, interrumpiéndolo-. Ya. Listo. Fin. Conversación finalizada.
Taemin hace el amago de levantarse y Key nuevamente lo lanza hacia el sillón, solo que ahora con una mínima sonrisa que comenzaba a aparecerle.
Odiaba a Minho, pero la idea le ponía feliz de alguna forma.
Como que casi los comprometía. Significaba que en verdad los dos estaban interesados en ellos mismos. Que ese de verdad lo quería.
- ¿Y? ¿Qué más?
- ¿¡Quieres detalles!?- las mejillas de Taemin parecen no poder colocarse más rojas, obligándose a sí mismo a cubrir su cara con ayuda de sus manos. La situación lo incomodaba demasiado, aunque fuera su mejor amigo.
- No. No. Por favor, no- la sola idea le parece morbosa-. No me interesa el cuerpo de Minho.
- Envidioso.
Se le escapa. Nuevamente se le escapa, ganándose una gloriosa sonrisa de parte de Key.
Sinceramente eso cada vez se ponía más bueno.
- ¿Hay algo que deba envidiar?- sonríe, algo pecaminoso.
Es Key. Nunca ha podido ocultarle algo. Es casi como si hablara con su conciencia personificada en una persona.
- Bastante- admite, riendo tambien y permitiéndose disfrutar de contarle a alguien sobre lo que se había apoderado de su cabeza hace ya un par de días-. Digamos que está bastante bien, que tiene de que alardear.
Key suelta una fuerte carcajada, soltando sin querer un par de lágrimas. La emoción lo embargaba cada vez más.
Era un tema que nunca pensó en tener que tocar tan de pronto, pero que ahora agradecía por haber llegado.
- Espera. ¿Cuándo fue?
- La semana pasada. Cuando le conté lo de mis padres y… eso.
- Se tomaron a pecho la reconciliación.
Taemin sonríe con algo de timidez, agradeciendo que su amigo se hubiese controlado con respecto al tema. Sabía que a veces le gustaba hasta el más mínimo detalle y no se sentía capaz de contarle tanto.
- Y…- Key se tiene que asegurar de las cosas serias de la relación, cambiando su cara por una mucho más seria-. ¿Te trató con cuidado?
Recuerda su primera vez y le es imposible recordarla como algo meramente agradable. Sentía que casi iba a morir del dolor.
El menor asiente sin dudarlo.
- Más de lo que alguna vez creí posible.
- Entonces no debo amenazarlo de muerte- Taemin ríe ante su comentario.
- Deberías agradecerle.
- ¿Por tener un cuerpo envidiable y que sea tuyo?- bufa a la vez que el menor ríe y niega rápidamente-. ¿Entonces?
- Por haber hecho que le encontrara sentido de nuevo a mi vida.
Cuando Key ve la sonrisa sincera que se ubicaba en el nuevo rostro de Taemin; porque sí, no se le podía llamar de otra forma a ese extraño y hermoso brillo que le había aparecido en toda su cara; cree que puede quedarse tranquilo, que quizás puede dejar de ser tan celoso e intente cederle su puesto de sobre protección a otra persona.
A ese arquitecto de mala muerte que ya se había ganado completamente el corazón de su pequeño Taemin.
**
La situación con Jonghyun había sido completamente distinta a la conversación de Key con Taemin.
No se habían preguntado cosas sobre el cuidado y tampoco tocaron el tema como si fuera algo muy sagrado.
Cosa que ambos sabían que de todas formas, si lo era.
Pero como siempre le quitaron el peso, alivianándolo como si no fuera nada. Como si el hecho se veía venir desde hace bastante tiempo, cosa que Jonghyun afirmaba que era así.
Y todo había sido sin querer.
Jonghyun llegó a la casa de Minho a “sacarlo de esa mediocre vida sin acción” y convencerlo de que si salía ese día en la noche sería una gran noche de libertinaje y sexo desenfrenado. Cuando agregó que Taemin también iría a Minho le fue imposible no atorarse con su propia saliva.
Sexo y Taemin en la misma oración era demasiado para su mente.
Y ahí cayó en su propia trampa. Y más aún cuando se le ocurrió la estúpida idea de cambiarse frente a él, dejando en descubierto más de una –un millón- de marcas por todo su cuerpo. O había ido a la guerra o
- ¿Te peleaste con una pandilla o qué?
Ve a su amigo levantarse de su cama y acercarse rápidamente a tocarle la espalda que más que golpeada parecía rasguñada. Era dificil buscar una excusa a tanto rasguño que le cruzaba la espalda. O Taemin se colocaba guantes la próxima vez o parecería que tenía estigmas.
- No, fue un mosquito.
- ¿Uno?- Jonghyun lo mira, incrédulo-. ¿Te metiste en una colmena de abejas acaso?
- Ah, esto- se apunta los rasguños y termina de pasar la camiseta por su cabeza-. Es mi gato. Lo siento, me confundí.
- ¿Gato?
Minho camina hacia el clóset en busca de cualquier estupidez que se le cruce con tal de no encontrarse con la mirada de su amigo. Siente sus pasos que lo siguen, colocándolo más nervioso.
¿Debía decirle la verdad?
- Tú ni siquiera tienes gato- le contradice a su lado-. ¿Y esto?- ahora le apunta un montón de hematomas en el cuello que claramente no podía hacer un gato-. ¿Fue tu medusa?
La sonrisa se le escapa sin querer.
- Sí, cuando voy a nadar al acuario del zoológico nacional.
Jonghyun suelta una carcajada y retrocede lo suficiente para voltearse y subirse la camiseta también, la deja hasta la altura de sus hombros y mira a su amigo, apuntándole una herida en su espalda muy parecida a la de él.
- Esto también me la hizo mi gato- le dice serio, para luego agregar-. Mi gato Key, me refería.
Ambos sueltan una carcajada tan fuerte que no pasan demasiados segundos para que Sulli asome
su cabeza en la habitación haciéndolos callar y diciéndoles que parecen un par de viejas chismosas.
Jonghyun sigue revolcándose de la risa a pesar de las advertencias, casi rogándole a Minho para que soltara un par de detalles.
Pero el moreno era duro como una roca y con suerte le contó lo esencial antes de que Key lo llamara, apurándolo para que fueran luego en su búsqueda. Al parecer Taemin ya lo tenía aburrido y eso que ni siquiera había probado una gota de alcohol.
- ¿Tan loquito lo tienes? –se burla Jonghyun subiéndose a su propio auto, mientras Minho ocupaba el de copiloto-. Maldito profanador.
- ¿Profanador?- se ofende-. ¡Si es mayor de edad!
- Pero eso no le quita que sea escolar- ríe-. Te gustan las faldas.
- Como si Taemin usara falda.
- Ah cierto, ese es tu rol.
Le llega un manotazo justo en el momento en que se estaciona fuera del edificio en donde vivía Key, provocando un grito lo suficientemente fuerte como para asustar a un muchacho que caminaba tranquilo por la calle. Los mira extrañado y más aún cuando ve acercarse a un chico con ropa bastante llamativa justo a otro que sonreía como si estuviera drogado.
¿Qué tipo de gente vivía en ese barrio?
Key camina rápido hacia el vehículo, mirando inquisitivamente a Minho que se encontraba sentado en SU lugar. Apenas lo saluda con un movimiento de cabeza y con el ceño lo suficientemente fruncido para dejarle inmediatamente claro que aún no le caía del todo bien.
Y Taemin, era Taemin.
Se acerca cauteloso a él sin dejar de mirarlo y estudiarlo como si no se vieran hace años, que se
traducían hace exactamente una semana. Minho le pasa una mano por el cabello mientras Taemin se ancla a su cintura, sonriendo. Se saludan sin decir palabras y sin tocarse aún. Se estudian y sonríen como si fuera el fin.
- ¿Tenemos que esperar dos horas más para que se sigan mirando o pueden subirse al maldito auto y mirarse adentro?
La sonrisa de Taemin se esfuma en un segundo, a la vez que Minho se separa y abre la puerta dejándolo entrar primero, antes de que Key viera la seña que le hacía el menor con demasiado disgusto para ser verdad.
- ¿Me echaste de menos?
Taemin se sube encima de Minho, sentándose en sus piernas y pegando su frente con la de él. Y juega. Juega como un pequeño con un dulce nuevo que muere por comer, pero que es tan bonito que se siente culpable por querer morder.
Recorre el rostro y el cuello de Minho con su nariz, grabándose hasta el más mínimo olor en el rincón de olores favoritos de su cerebro. Cierra los ojos y le acaricia las mejillas con la punta de la nariz, mientras el moreno pasa sus manos, sus suaves y desesperantes manos, por debajo de su camiseta, acariciándolo y recordándole lo bien que le hacían sus caricias.
Ahí en las costillas. Sí, justo ahí.
Taemin suelta un suspiro inconscientemente, aún oliendo el cuello de Minho a la vez que enredaba las manos en su moreno y sedoso cabello. Le dan ganas de jalarlo, pero recuerda que no están solos, por mucho que sus hormonas no logren controlarse.
- ¿Tienes un condón?
Key mira más que ofendido a Jonghyun a su lado que le sonreía como si hubiese dicho la cosa más tierna del mundo. Sube más el volumen de la radio solo para no escuchar los malditos suspiros de Taemin cada treinta segundos.
- ¿Qué acabas de decir?
- Parece que acá atrás lo necesitan con urgencia.
Mira por el retrovisor la desagradable imagen de ese par besándose como si no hubiera mañana. Taemin le jalaba el labio inferior, a la vez que Minho lo acercaba más de la cintura para no dejarlo escapar.
Así como iban terminarían en menos de quince minutos sin ningún tipo de prenda puesta.
Key suelta un sonoro bufido, y se desordena el flequillo, más que enfurecido.
- ¿Qué pasa?
Jonghyun le pasa una mano por sobre la pierna, intentando entrelazarla con la de él, pero Key no está de ánimos y la aleja, sin querer tocarlo.
Da un rápido vistazo por el retrovisor y ve como las manos, las sucias manos de Minho, recorrían el pequeño y frágil cuerpo de Taemin.
¿Esto era una especia de broma de una cámara escondida?
- Odio a Minho- le dice lo suficientemente fuerte para que ojalá el moreno lo oyese-. Eso pasa. Lo odio.
Pero Minho iba tan enfrascado en la boca de Taemin y en intentar recordar como se respiraba que siente la voz de Key como si estuviera bajo el agua.
- Puedes imaginártelo- le susurra, dejándole un beso cerca del lóbulo de la oreja, provocando un estremecimiento en el cuerpo de Taemin.
- Prefiero escucharlo- enreda sus dedos entre el cabello del moreno, sin poder aguantarse las ganas de jalarlo aunque fuera un poquito.
- ¿Seguro?- le susurra contra su boca, a la vez que el menor sonreía demasiado dichoso.
- ¡YA BASTA!
El auto frena de golpe, separando de forma brusca el cuerpo de Taemin del de Minho. El moreno alcanza a afirmarlo de la cintura antes de que el menor perdiera el equilibrio y cayera de golpe entre el asiento delantero y el de él.
- ¡TÚ!
Key se voltea enfurecido desde su asiento y apunta a Minho con su dedo que comenzaba a tiritar de tanta furia que ya expelía casi por los poros.
- ¡Bájate ahora!
Taemin logra acomodarse nuevamente sobre las piernas de Minho, solo que omitiendo la parte de besarlo demasiado apasionadamente. Mira con el ceño fruncido a su amigo aún sin creer lo que decía.
- ¿¡Qué le dijiste!?
- Es una broma- interviene Jonghyun intentando calmar los ánimos que parecían cortarse con tijeras-. Es una broma, ¿cierto cariño?
- ¡Cariño tu trasero!- le grita su pareja con los ojos casi desorbitados-. ¡O se separan o me voy caminando a mi casa!
Minho mira perplejo al rubio, mientras sentía como el cuerpo de Taemin comenzaba a engrifarse como si fuera un perro a punto de pelear. O se bajaba por las buenas o correría sangre entre ese par.
Busca la mirada de Jonghyun y la encuentra igual de perpleja que la de él. Le hace un leve movimiento, indicándole que era mejor que se cambiara de puesto, porque al parecer, él tampoco quería presenciar aquel acto de homicidio.
- Es mejor que me cambie de puesto- le susurra a Taemin que incluso le miraba a él de forma amenazante.
- No- se queja, calmándose al notar que Minho no tenía la culpa-. Es injusto, yo no le digo nada cuando está con Jonghyun.
- ¡Porque nunca hemos sido así de desesperados como ustedes, malditos calientes!
- ¿¡Qué dijiste Kim Ki Bum!?
Minho hace el amago de levantarse antes de que la pelea continúe, a la vez que Jonghyun empuja un poco a su novio para que no siguiera acercándose amenazadoramente a Taemin desde atrás.
- No se vale- susurra desenredando sus piernas del cuerpo de Minho-.
- No quiero que Key me odie más- le da un corto beso y se baja del auto ante un enfurruñado diseñador que lo miraba desde la calle, esperando para tomar su lugar. Le lanza una gélida mirada y las palabras se le escapan de la boca.
- No te preocupes, es imposible que te logre odiar más.
La carcajada de Jonghyun se escucha desde fuera del auto, a la vez que el moreno toma el asiento del copiloto nuevamente, sonriendo a pesar de lo hiriente del comentario.
- Yo sé que amas a Key tanto como me amas a mí.
- A veces me tengo que aguantar las ganas de besarlos cuando los veo- ironiza Minho a la vez que comienzan nuevamente la marcha.
Ambos amigos miran por el espejo retrovisor y casi se coordinan para desviar la mirada desde el asiento trasero. Taemin estaba a un costado del asiento, mientras Key se encontraba al extremo contrario, casi saliendo por la ventana.
La tensión que había entre esos dos era más que obvia.
De pronto la voz de Taemin rompe el silencio de una vez.
- Jonghyun hyung.
Las tres cabezas se voltean mirando al menor, perplejas de lo que probablemente diría. Key suelta un bufido antes de que siquiera dijera una palabra.
- ¿Taemin-ah?
- Como este- apunta a su amigo sin siquiera mirarlo- odia a Minho, te tengo que odiar a ti o sería demasiado injusto para Minho, así que… lo siento, pero te tengo que odiar a pesar de que me caes bastante bien, debo admitir.
Se genera otro silencio de conmoción hasta que Jonghyun se ve obligado a decir unas palabras antes de que comenzara otra pelea atrás.
Lamentablemente Key era más rápido.
- ¿¡Tienes tres años acaso!?
- ¿¡Y tú ochenta!? Pareces una vieja amargada, hasta te estan saliendo arrugas acá- le dice
Taemin señalándose el ceño-. Un poco más y te pareces a mi madre.
- ¡LLEGAMOS!
Minho y Jonghyun se bajan rápidamente del vehículo, dirigiéndose cada uno a una puerta distinta.
Key sigue quejándose cuando ve a su novio sonriéndole de todas formas, mientras que Taemin pasa rápidamente sus manos por la cintura de Minho como si hace mucho no lo hiciera.
A Key le cuesta comenzar a olvidarse de la pelea hasta que oye su canción favorita en ese antro de mala muerte al que habían ido. Jonghyun se niega a acompañarlo a la pista de baile y Minho se arranca apenas lo ve.
Una cerveza y una chorreada de esta en su polera favorita le costó volver a conversar con Taemin.
Bailaron hasta que pasaron más de diez canciones y más de tres derrames de trago sobre su ropa.
Pero era Taemin. Que iba a hacer, por mucho que lo odiara, el amor de madre volvía a florecerle cada vez que lo veía sonreír.
**
Retira la mano con cuidado bajo su cuerpo, intentando no despertarlo.
Tenía frío. A pesar del sol que los golpeaba desde la ventana, sentía como si su cuerpo estuviera congelado por dentro. Casi como si sus órganos se hubiesen paralizado.
Suelta un escalofrío a la vez que separa el cuerpo de Taemin de él. El menor parece estar anclado a su cintura, por lo que le cuestan bastantes minutos hasta separarse.
Habían dormido en el sillón de Jonghyun luego de llegar demasiado tarde como para irse cada uno a sus casas. Key se había opuesto bastante en que durmieran juntos, pero no le quedaba otra si él quería dormir con Jonghyun.
No era una gran idea si dormían tres personas en una cama y Minho solo en el sillón. Conocía bastante bien a Taemin como para saber que era capaz de levantarse y dirigirse mientras todos dormían a donde se encontraba el moreno.
Minho deja caer la mano de Taemin sobre el sillón, a la vez que retiraba con cuidado su cuerpo bajo él. Cuando pasa una pierna por encima del menor para salir luego de ahí, nota como este arruga los ojos, luchando por no querer despertar, pero haciéndolo de todas formas.
Siente como le jala la camiseta apenas toca el suelo firme.
- ¿Dónde vas?- le susurra enfocándolo con dificultad.
Minho sonríe solo por el hecho de verlo en ese estado de inconciencia que pocos tenían la fortuna de ver.
- Me tengo que ir. Me están esperando.
Le acaricia el cabello, quedándose aún de pie, y lo estudia como siempre solía hacerlo, excepto que ahora la sonrisa que siempre tenía desaparece de una forma poco usual en él. Taemin nota algo extraño, pero no sabe con precisión qué.
- ¿Quién?- lo acerca más, jalándolo de la polera. Si no hubiese sido por los reflejos del moreno, probablemente hubiese caído de golpe sobre él, lo que no le parecía tan mala idea.
- Alguien.
- ¿Una chica?
Tenía sueño, mucho sueño, pero no tanto como para olvidarse de recordarle que le pertenecía completamente a él.
Minho sonríe algo entristecido y niega con la cabeza.
¿Qué pasaba? ¿Se había perdido de algo que lo notaba tan extraño? ¿Sulli tendría problemas?
- Me tengo que ir- le insiste.
Taemin suelta un suave quejido negándose, a la vez que el moreno se acerca lo suficiente para unir sus labios. Y le da un beso corto. Con sabor extraño y dudoso, dejándolo más preocupado que antes.
Casi siente que Key le había traspasado sus preocupaciones de madre tras juntarse tanto con él.
- Te quiero- le susurra.
Siente el aliento de Minho sobre su cara, acariciándole suavemente la nariz con la suya.
- Y yo.
Los pasos comienzan a sonar apenas el moreno se calza los zapatos, alejándose cada vez más casi al compás en el que sus ojos comenzaban a cerrarse nuevamente.
No alcanza a refunfuñar bajo el cubrecamas cuando un desorientado Jonghyun aparece por el pasillo que daba hacia los dormitorios. Su cabello se encontraba como si se hubiese peinado con el viento y como si Key no hubiese podido parar de enredar los dedos en él.
La imagen le hace gracia, pero el sentimiento extraño que le había dejado Minho no le permite sonreír.
- ¿Y Minho?
- Se acaba de ir- bufa-.
- ¿Y por qué?
- No sé. Estaba extraño.
- ¿Extraño?
- ¿Por qué estás haciendo tantas preguntas?
Key aparece en la escena en el mismo momento en que el teléfono de la casa comienza a sonar.
Eran alrededor de las ocho de la mañana y los tres miran el aparato como si fuera lo más extraño del mundo oírlo a esa hora del día.
Jonghyun se acerca con pasos atolondrados y contesta con una voz que no se podía esperar más si era esa hora de la mañana.
La voz de Sulli le sorprende.
- Hola Jonghyun, ¿estás con Minho?
- ¿Con Minho?
Taemin enfoca rápidamente la vista en él, sintiendo como su corazón comenzaba a acelerarse de la nada. O algo malo estaba pasando o algo le ocurría, pero un sexto sentido le indicaba que el moreno no estaba del todo bien.
- No, no está acá. Pasó la noche conmigo, pero ya se fue. Se fue tempranísimo.
Key y Taemin ven como el moreno asiente y dice un par de monosílabos sin sentido antes de cortar.
Notan como su humor declinó de forma abrupta, casi como si una nube negra se hubiese apoderado de un momento a otro de sus emociones.
- ¿Qué pasa con Minho?
El menor se levanta rápidamente, desenredándose de la colcha, caminando rápidamente la distancia que los separaba.
- Tengo que ver algo.
Key se acerca desde la espalda de Taemin y le coloca una mano en el hombro, intentando decirle que todo estaba bien, que nada malo había pasado, que quizás solo se había ido a trabajar más temprano para intentar pasar más tiempo con él.
Pero cuando Jonghyun va al calendario y se fija en la fecha en la que se encontraban, todas las piezas del rompecabezas empezaron a encajar.
- Hoy es 21 de Septiembre- les dice a ambos como si fuera el gran descubrimiento del día.
- ¿Y eso qué?- gruñe Key-. ¿¡Es el cumpleaños de Minho y no me dijiste!?
- Es el aniversario de muerte del papá de Minho.
El silencio que se genera en el lugar es tal que Taemin siente que incluso su respiración sobra y entorpece. Nunca se había dado el tiempo de preguntarle al moreno que qué había pasado o qué cuando fue. Nada. Lo que le hizo sentir aún peor.
Casi traga saliva con dificultad.
El solo hecho de ver la cara de Jonghyun le indicaba que ese no era un día bueno para Minho.
- ¿Entonces dónde fue Minho?
La voz suave de Taemin rompe el silencio sobresaltando a Key que se encontraba algo perplejo en el lugar.
- No sé. Nadie lo sabe- susurra Jonghyun-. Desde que lo conozco que desaparece en este día.
Han intentado encontrarlo, pero nadie ha podido. Ni siquiera Sulli o yo. Se lo traga la tierra.
El menor siente como un frío se apodera de su interior, dejándolo congelado en el mismo lugar, sin poder moverse.
Por mucho que pensara o intentara imaginar, nunca se le ocurrió que Minho podría sufrir. Nunca.
No lo creía capaz de no tener una vida feliz, lo tenía tan idealizado que siempre le había imaginado una vida perfecta, sin dolor.
Y eso fue lo que más le dolió, que el chico fuera real y que sufriera quizás de una forma mucho más profunda que él y no lo compartiera con nadie. Que se destruyera solo.
No se demoró mucho en llegar a su casa antes de que pudieran regañarlo por desaparecer tanto.
Apenas abrió la puerta vio a su hermano hablar por teléfono y negar con la cabeza a algo que no alcanzó a oír.
- ¿Quién era?
- ¿De dónde vienes?
- Estaba con Key. ¿Quién era?
Onew le da una palmadita como saludo y le sonríe.
- ¿Lo pasaste bien?
- Sí. ¿Quién era?
- ¿Por qué tanta curiosidad?
- Dímelo, Onew.
- Era Sulli.
Siente una punzada en el pecho, tomándose su tiempo para continuar la conversación que sabía perfectamente a que camino se dirigía.
- ¿Y por qué no me la pasaste?
- No te buscaba a ti, quería saber si había visto a Minho.
Le conviene hacerse el desentendido para no levantar sospechas.
- ¿Minho? ¿Qué pasó con él?
Onew se encoge de hombros a la vez que se sienta en el sillón, frente a la televisión.
- No lo sé. Solo me preguntó si estaba con él.
Mira a su hermano acomodarse sobre los cojines, con un aspecto tan despreocupado que casi le altera emocionalmente.
Minho estaba desaparecido ¿y no le importaba nada? ¿acaso no eran amigos?
Sube las escaleras de dos en dos y da inconscientemente un portazo cuando entra a su habitación.
Se quita las zapatillas con ayuda del otro pie, sin despegar su vista del celular que tenía entre sus manos. Escribía rápidamente un mensaje a Minho diciéndole lo primero que se le cruzaba por la mente.
Algo interno le decía que estaba siendo demasiado positivo, pero de todas formas lo envió. No pasaron ni cinco segundos cuando el mensaje le rebota a causa del teléfono apagado.
Quince llamadas al celular de Minho fueron pocas las que hizo en una hora. Veinte mensajes fueron demasiado cortos como para que Minho se diera cuenta que existían.
Taemin marca una vez más porque está nervioso y se muerde las uñas como nunca había hecho porque tiene la necesidad de hacer algo con sus manos o terminará estrangulándose. Se sabe el mensaje de memoria de la operadora, pero de todas formas le deja un nuevo mensaje en el buzón.
Es imposible que la voz no le salga de forma desesperada.
Minho. Soy yo de nuevo, dime que estás bien, por favor. Llámame sin importar la hora. Recuerda que te quiero, un beso.
Suelta un suspiro y se acuesta sobre la cama, a punto de caer en la histeria de comenzar a hacer cualquier tipo de estupidez.
¿Qué mierda le había hecho Minho para poder tenerlo en ese estado de completa agonía?
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n____n
Corta el hilo con ayuda de ambas manos apenas terminó de coser. El hilo parece desprenderse sin mayor esfuerzo, ganando una gran sonrisa por parte de Key al ver su trabajo terminado. Su obra maestra por la que había sufrido más de una semana entera.
Da vuelta la prenda y se acerca a su mejor amigo que se encontraba acostado en el sillón, sonriendo por quién sabe qué y recordando quién sabe qué. Tenía que admitir que lo había encontrado mucho más feliz de lo normal; de hecho, simplemente lo había encontrado demasiado feliz cosa que se daba una vez cada mucho tiempo.
Algo le había pasado y a él le intrigaba, pero odiaba ser siempre el que se veía obligado a sacar el tema y que Taemin nunca tomara la iniciativa para contarle que era lo que le sucedía.
Era obvio que era algo con ese cochino arquitecto.
- Ya, póntela.
- ¿Será la última vez?- se queja, sentándose en un ágil movimiento.
- Sí sí sí, ahora está perfecta.
- Lo mismo dijiste hace… ayer.
Lo mira algo enfurecido y se la lanza sin el amor suficiente que la prenda se merecía. Vuelve a acercarse a su preciada máquina de coser en busca de los alfileres cuando ve de reojo como Taemin lucha con la prenda con algo de torpeza.
Con demasiada torpeza para tratarse de su obra de arte.
- ¡Taemin! ¡Con amor!
Le levanta la camiseta nuevamente al notar como se enredaba en esta, cuando nota una seguidilla de hematomas alrededor de su cuello y un poco más abajo. Juraría que tenía unas marcas cerca de las costillas que parecían mordidas.
De persona.
Le es imposible no detenerse y dejar la polera sobre su cabeza sin permitirle ver, y quedándose hipnotizado en las marcas.
O Taemin había tenido una pelea con un perro y una pandilla de gángster o alguien le había hecho eso en una situación demasiado comprometedora para siquiera pensarlo.
- ¿La vas a bajar o no? Me estoy ahogando, hyung.
Y eso hará si no le cuenta lo que pasó. Lo ahogará de tal manera que le cuente hasta el más mínimo
detalle.
- ¿Por qué tienes estas marcas?- se las toca inevitablemente y siente como el menor se estremece con el roce.
- No sé de que hablas- se baja la camiseta de un solo golpe él mismo, encontrándose con la cara de Key frente a él, inquisitivo.
- No mientas.
- No estoy mintiendo- se rasca la nariz inconscientemente, nervioso.
- Te rascas la nariz cuando me ocultas algo.
Rayos. Siempre caía por el mismo error.
- Solo me estaba rascando.
- ¡Taemin!
- No quiero hablar.
Sus mejillas se tornan rojas de un momento a otro y se lanza nuevamente al lugar en donde había estado acostado segundos atrás, solo que esta vez se tapaba el rostro con ayuda de un cojín. Con suerte era capaz de respirar.
Pero Key es insistente y se lanza sobre él, sentándose al lado de donde se encontraba su cara.
- Me pegué, fue solo eso- le advierte a través del cojín, pudiendo a duras penas ser escuchado por su amigo.
- No soy tonto- insiste-. ¿Qué te pasó? ¿Fue Minho?- le duele decirlo, pero es la única respuesta que encajaba en ese rompecabezas.
A Taemin se le olvida taparse la cara con el cojín al oír el nombre del moreno.
- ¿Qué tiene que ver Minho aquí?
- ¡Que de repente ese es la respuesta de muchas cosas!
- Se llama Minho, Choi Minho; no, ese.
Key se aprovecha de su despreocupamiento repentino y le quita el cojín de encima, lanzándolo mucho más lejos de lo que hubiese hecho si hubiese estado dentro de sus cabales.
Pero ahora se le había cruzado esa idea por la cabeza y nadie se la sacaría hasta que supiera la completa verdad. Y sería dificlil, ya podía notarlo.
- Ya. Qué hicieron tú y Choi Minho, entonces, porque no soy tonto, y sé perfectamente como se hacen esas marcas.
- Y si lo sabes para que me preguntas.
Eso fue una respuesta que en verdad no se esperaba. Los ojos de Taemin parecían despreocupados, pero sus mejillas enrojecían cada vez más al paso de los segundos. Era obvio que no había pensado lo que le había dicho, y ahora recién analizaba sus palabras.
Key deja su boca abierta tras la impresión, teniendo que llevarse una mano sobre ella si es que no quería que una mosca se paseara por ella. No se cree capaz de pestañear ni de respirar.
¿¡Su Taemin y ese lo habían… hecho?
- ¿¡Qué dijiste Lee Taemin!?
- Nada- se levanta del sillón de un solo golpe y lo mira demasiado nervioso-. Me tengo que ir.
Mi mamá me espera.
¿Su mamá? ¿SU mamá? ¿Desde cuándo le había visto tanta cara de tonto?
- Podrías haberte inventado una excusa mejor- lo jala del brazo, obligándolo a sentarse en donde estaba antes, solo que quedando frente a él-. O me dices la verdad, o me dices.
Taemin abre la boca y la cierra continuamente, finalmente soltando un largo suspiro que provoca que su flequillo se levante y caiga de una forma despreocupada. Tal como no se encontraba internamente.
- No puedes decirle nada a nadie- le cuesta empezar-. Ni mucho menos a Minho. Ni siquiera a Jonghyun.
Key levanta la mano de manera formal, compremetiéndose solemnemente.
- Tienes derecho a dispararme si se me escapa.
El menor ríe ante la situación, relajándose un poco más. Le costaba ordenar las ideas y saber sinceramente qué debía contar y qué no. Porque simplemente habían cosas que NO DEBÍA CONTAR.
- Key hyung, en serio. No puedes decir nada.
- ¡Aish! ¡Dilo ya de una vez!
- Lo hicimos- suelta de pronto, interrumpiéndolo-. Ya. Listo. Fin. Conversación finalizada.
Taemin hace el amago de levantarse y Key nuevamente lo lanza hacia el sillón, solo que ahora con una mínima sonrisa que comenzaba a aparecerle.
Odiaba a Minho, pero la idea le ponía feliz de alguna forma.
Como que casi los comprometía. Significaba que en verdad los dos estaban interesados en ellos mismos. Que ese de verdad lo quería.
- ¿Y? ¿Qué más?
- ¿¡Quieres detalles!?- las mejillas de Taemin parecen no poder colocarse más rojas, obligándose a sí mismo a cubrir su cara con ayuda de sus manos. La situación lo incomodaba demasiado, aunque fuera su mejor amigo.
- No. No. Por favor, no- la sola idea le parece morbosa-. No me interesa el cuerpo de Minho.
- Envidioso.
Se le escapa. Nuevamente se le escapa, ganándose una gloriosa sonrisa de parte de Key.
Sinceramente eso cada vez se ponía más bueno.
- ¿Hay algo que deba envidiar?- sonríe, algo pecaminoso.
Es Key. Nunca ha podido ocultarle algo. Es casi como si hablara con su conciencia personificada en una persona.
- Bastante- admite, riendo tambien y permitiéndose disfrutar de contarle a alguien sobre lo que se había apoderado de su cabeza hace ya un par de días-. Digamos que está bastante bien, que tiene de que alardear.
Key suelta una fuerte carcajada, soltando sin querer un par de lágrimas. La emoción lo embargaba cada vez más.
Era un tema que nunca pensó en tener que tocar tan de pronto, pero que ahora agradecía por haber llegado.
- Espera. ¿Cuándo fue?
- La semana pasada. Cuando le conté lo de mis padres y… eso.
- Se tomaron a pecho la reconciliación.
Taemin sonríe con algo de timidez, agradeciendo que su amigo se hubiese controlado con respecto al tema. Sabía que a veces le gustaba hasta el más mínimo detalle y no se sentía capaz de contarle tanto.
- Y…- Key se tiene que asegurar de las cosas serias de la relación, cambiando su cara por una mucho más seria-. ¿Te trató con cuidado?
Recuerda su primera vez y le es imposible recordarla como algo meramente agradable. Sentía que casi iba a morir del dolor.
El menor asiente sin dudarlo.
- Más de lo que alguna vez creí posible.
- Entonces no debo amenazarlo de muerte- Taemin ríe ante su comentario.
- Deberías agradecerle.
- ¿Por tener un cuerpo envidiable y que sea tuyo?- bufa a la vez que el menor ríe y niega rápidamente-. ¿Entonces?
- Por haber hecho que le encontrara sentido de nuevo a mi vida.
Cuando Key ve la sonrisa sincera que se ubicaba en el nuevo rostro de Taemin; porque sí, no se le podía llamar de otra forma a ese extraño y hermoso brillo que le había aparecido en toda su cara; cree que puede quedarse tranquilo, que quizás puede dejar de ser tan celoso e intente cederle su puesto de sobre protección a otra persona.
A ese arquitecto de mala muerte que ya se había ganado completamente el corazón de su pequeño Taemin.
**
La situación con Jonghyun había sido completamente distinta a la conversación de Key con Taemin.
No se habían preguntado cosas sobre el cuidado y tampoco tocaron el tema como si fuera algo muy sagrado.
Cosa que ambos sabían que de todas formas, si lo era.
Pero como siempre le quitaron el peso, alivianándolo como si no fuera nada. Como si el hecho se veía venir desde hace bastante tiempo, cosa que Jonghyun afirmaba que era así.
Y todo había sido sin querer.
Jonghyun llegó a la casa de Minho a “sacarlo de esa mediocre vida sin acción” y convencerlo de que si salía ese día en la noche sería una gran noche de libertinaje y sexo desenfrenado. Cuando agregó que Taemin también iría a Minho le fue imposible no atorarse con su propia saliva.
Sexo y Taemin en la misma oración era demasiado para su mente.
Y ahí cayó en su propia trampa. Y más aún cuando se le ocurrió la estúpida idea de cambiarse frente a él, dejando en descubierto más de una –un millón- de marcas por todo su cuerpo. O había ido a la guerra o
- ¿Te peleaste con una pandilla o qué?
Ve a su amigo levantarse de su cama y acercarse rápidamente a tocarle la espalda que más que golpeada parecía rasguñada. Era dificil buscar una excusa a tanto rasguño que le cruzaba la espalda. O Taemin se colocaba guantes la próxima vez o parecería que tenía estigmas.
- No, fue un mosquito.
- ¿Uno?- Jonghyun lo mira, incrédulo-. ¿Te metiste en una colmena de abejas acaso?
- Ah, esto- se apunta los rasguños y termina de pasar la camiseta por su cabeza-. Es mi gato. Lo siento, me confundí.
- ¿Gato?
Minho camina hacia el clóset en busca de cualquier estupidez que se le cruce con tal de no encontrarse con la mirada de su amigo. Siente sus pasos que lo siguen, colocándolo más nervioso.
¿Debía decirle la verdad?
- Tú ni siquiera tienes gato- le contradice a su lado-. ¿Y esto?- ahora le apunta un montón de hematomas en el cuello que claramente no podía hacer un gato-. ¿Fue tu medusa?
La sonrisa se le escapa sin querer.
- Sí, cuando voy a nadar al acuario del zoológico nacional.
Jonghyun suelta una carcajada y retrocede lo suficiente para voltearse y subirse la camiseta también, la deja hasta la altura de sus hombros y mira a su amigo, apuntándole una herida en su espalda muy parecida a la de él.
- Esto también me la hizo mi gato- le dice serio, para luego agregar-. Mi gato Key, me refería.
Ambos sueltan una carcajada tan fuerte que no pasan demasiados segundos para que Sulli asome
su cabeza en la habitación haciéndolos callar y diciéndoles que parecen un par de viejas chismosas.
Jonghyun sigue revolcándose de la risa a pesar de las advertencias, casi rogándole a Minho para que soltara un par de detalles.
Pero el moreno era duro como una roca y con suerte le contó lo esencial antes de que Key lo llamara, apurándolo para que fueran luego en su búsqueda. Al parecer Taemin ya lo tenía aburrido y eso que ni siquiera había probado una gota de alcohol.
- ¿Tan loquito lo tienes? –se burla Jonghyun subiéndose a su propio auto, mientras Minho ocupaba el de copiloto-. Maldito profanador.
- ¿Profanador?- se ofende-. ¡Si es mayor de edad!
- Pero eso no le quita que sea escolar- ríe-. Te gustan las faldas.
- Como si Taemin usara falda.
- Ah cierto, ese es tu rol.
Le llega un manotazo justo en el momento en que se estaciona fuera del edificio en donde vivía Key, provocando un grito lo suficientemente fuerte como para asustar a un muchacho que caminaba tranquilo por la calle. Los mira extrañado y más aún cuando ve acercarse a un chico con ropa bastante llamativa justo a otro que sonreía como si estuviera drogado.
¿Qué tipo de gente vivía en ese barrio?
Key camina rápido hacia el vehículo, mirando inquisitivamente a Minho que se encontraba sentado en SU lugar. Apenas lo saluda con un movimiento de cabeza y con el ceño lo suficientemente fruncido para dejarle inmediatamente claro que aún no le caía del todo bien.
Y Taemin, era Taemin.
Se acerca cauteloso a él sin dejar de mirarlo y estudiarlo como si no se vieran hace años, que se
traducían hace exactamente una semana. Minho le pasa una mano por el cabello mientras Taemin se ancla a su cintura, sonriendo. Se saludan sin decir palabras y sin tocarse aún. Se estudian y sonríen como si fuera el fin.
- ¿Tenemos que esperar dos horas más para que se sigan mirando o pueden subirse al maldito auto y mirarse adentro?
La sonrisa de Taemin se esfuma en un segundo, a la vez que Minho se separa y abre la puerta dejándolo entrar primero, antes de que Key viera la seña que le hacía el menor con demasiado disgusto para ser verdad.
- ¿Me echaste de menos?
Taemin se sube encima de Minho, sentándose en sus piernas y pegando su frente con la de él. Y juega. Juega como un pequeño con un dulce nuevo que muere por comer, pero que es tan bonito que se siente culpable por querer morder.
Recorre el rostro y el cuello de Minho con su nariz, grabándose hasta el más mínimo olor en el rincón de olores favoritos de su cerebro. Cierra los ojos y le acaricia las mejillas con la punta de la nariz, mientras el moreno pasa sus manos, sus suaves y desesperantes manos, por debajo de su camiseta, acariciándolo y recordándole lo bien que le hacían sus caricias.
Ahí en las costillas. Sí, justo ahí.
Taemin suelta un suspiro inconscientemente, aún oliendo el cuello de Minho a la vez que enredaba las manos en su moreno y sedoso cabello. Le dan ganas de jalarlo, pero recuerda que no están solos, por mucho que sus hormonas no logren controlarse.
- ¿Tienes un condón?
Key mira más que ofendido a Jonghyun a su lado que le sonreía como si hubiese dicho la cosa más tierna del mundo. Sube más el volumen de la radio solo para no escuchar los malditos suspiros de Taemin cada treinta segundos.
- ¿Qué acabas de decir?
- Parece que acá atrás lo necesitan con urgencia.
Mira por el retrovisor la desagradable imagen de ese par besándose como si no hubiera mañana. Taemin le jalaba el labio inferior, a la vez que Minho lo acercaba más de la cintura para no dejarlo escapar.
Así como iban terminarían en menos de quince minutos sin ningún tipo de prenda puesta.
Key suelta un sonoro bufido, y se desordena el flequillo, más que enfurecido.
- ¿Qué pasa?
Jonghyun le pasa una mano por sobre la pierna, intentando entrelazarla con la de él, pero Key no está de ánimos y la aleja, sin querer tocarlo.
Da un rápido vistazo por el retrovisor y ve como las manos, las sucias manos de Minho, recorrían el pequeño y frágil cuerpo de Taemin.
¿Esto era una especia de broma de una cámara escondida?
- Odio a Minho- le dice lo suficientemente fuerte para que ojalá el moreno lo oyese-. Eso pasa. Lo odio.
Pero Minho iba tan enfrascado en la boca de Taemin y en intentar recordar como se respiraba que siente la voz de Key como si estuviera bajo el agua.
- Puedes imaginártelo- le susurra, dejándole un beso cerca del lóbulo de la oreja, provocando un estremecimiento en el cuerpo de Taemin.
- Prefiero escucharlo- enreda sus dedos entre el cabello del moreno, sin poder aguantarse las ganas de jalarlo aunque fuera un poquito.
- ¿Seguro?- le susurra contra su boca, a la vez que el menor sonreía demasiado dichoso.
- ¡YA BASTA!
El auto frena de golpe, separando de forma brusca el cuerpo de Taemin del de Minho. El moreno alcanza a afirmarlo de la cintura antes de que el menor perdiera el equilibrio y cayera de golpe entre el asiento delantero y el de él.
- ¡TÚ!
Key se voltea enfurecido desde su asiento y apunta a Minho con su dedo que comenzaba a tiritar de tanta furia que ya expelía casi por los poros.
- ¡Bájate ahora!
Taemin logra acomodarse nuevamente sobre las piernas de Minho, solo que omitiendo la parte de besarlo demasiado apasionadamente. Mira con el ceño fruncido a su amigo aún sin creer lo que decía.
- ¿¡Qué le dijiste!?
- Es una broma- interviene Jonghyun intentando calmar los ánimos que parecían cortarse con tijeras-. Es una broma, ¿cierto cariño?
- ¡Cariño tu trasero!- le grita su pareja con los ojos casi desorbitados-. ¡O se separan o me voy caminando a mi casa!
Minho mira perplejo al rubio, mientras sentía como el cuerpo de Taemin comenzaba a engrifarse como si fuera un perro a punto de pelear. O se bajaba por las buenas o correría sangre entre ese par.
Busca la mirada de Jonghyun y la encuentra igual de perpleja que la de él. Le hace un leve movimiento, indicándole que era mejor que se cambiara de puesto, porque al parecer, él tampoco quería presenciar aquel acto de homicidio.
- Es mejor que me cambie de puesto- le susurra a Taemin que incluso le miraba a él de forma amenazante.
- No- se queja, calmándose al notar que Minho no tenía la culpa-. Es injusto, yo no le digo nada cuando está con Jonghyun.
- ¡Porque nunca hemos sido así de desesperados como ustedes, malditos calientes!
- ¿¡Qué dijiste Kim Ki Bum!?
Minho hace el amago de levantarse antes de que la pelea continúe, a la vez que Jonghyun empuja un poco a su novio para que no siguiera acercándose amenazadoramente a Taemin desde atrás.
- No se vale- susurra desenredando sus piernas del cuerpo de Minho-.
- No quiero que Key me odie más- le da un corto beso y se baja del auto ante un enfurruñado diseñador que lo miraba desde la calle, esperando para tomar su lugar. Le lanza una gélida mirada y las palabras se le escapan de la boca.
- No te preocupes, es imposible que te logre odiar más.
La carcajada de Jonghyun se escucha desde fuera del auto, a la vez que el moreno toma el asiento del copiloto nuevamente, sonriendo a pesar de lo hiriente del comentario.
- Yo sé que amas a Key tanto como me amas a mí.
- A veces me tengo que aguantar las ganas de besarlos cuando los veo- ironiza Minho a la vez que comienzan nuevamente la marcha.
Ambos amigos miran por el espejo retrovisor y casi se coordinan para desviar la mirada desde el asiento trasero. Taemin estaba a un costado del asiento, mientras Key se encontraba al extremo contrario, casi saliendo por la ventana.
La tensión que había entre esos dos era más que obvia.
De pronto la voz de Taemin rompe el silencio de una vez.
- Jonghyun hyung.
Las tres cabezas se voltean mirando al menor, perplejas de lo que probablemente diría. Key suelta un bufido antes de que siquiera dijera una palabra.
- ¿Taemin-ah?
- Como este- apunta a su amigo sin siquiera mirarlo- odia a Minho, te tengo que odiar a ti o sería demasiado injusto para Minho, así que… lo siento, pero te tengo que odiar a pesar de que me caes bastante bien, debo admitir.
Se genera otro silencio de conmoción hasta que Jonghyun se ve obligado a decir unas palabras antes de que comenzara otra pelea atrás.
Lamentablemente Key era más rápido.
- ¿¡Tienes tres años acaso!?
- ¿¡Y tú ochenta!? Pareces una vieja amargada, hasta te estan saliendo arrugas acá- le dice
Taemin señalándose el ceño-. Un poco más y te pareces a mi madre.
- ¡LLEGAMOS!
Minho y Jonghyun se bajan rápidamente del vehículo, dirigiéndose cada uno a una puerta distinta.
Key sigue quejándose cuando ve a su novio sonriéndole de todas formas, mientras que Taemin pasa rápidamente sus manos por la cintura de Minho como si hace mucho no lo hiciera.
A Key le cuesta comenzar a olvidarse de la pelea hasta que oye su canción favorita en ese antro de mala muerte al que habían ido. Jonghyun se niega a acompañarlo a la pista de baile y Minho se arranca apenas lo ve.
Una cerveza y una chorreada de esta en su polera favorita le costó volver a conversar con Taemin.
Bailaron hasta que pasaron más de diez canciones y más de tres derrames de trago sobre su ropa.
Pero era Taemin. Que iba a hacer, por mucho que lo odiara, el amor de madre volvía a florecerle cada vez que lo veía sonreír.
**
Retira la mano con cuidado bajo su cuerpo, intentando no despertarlo.
Tenía frío. A pesar del sol que los golpeaba desde la ventana, sentía como si su cuerpo estuviera congelado por dentro. Casi como si sus órganos se hubiesen paralizado.
Suelta un escalofrío a la vez que separa el cuerpo de Taemin de él. El menor parece estar anclado a su cintura, por lo que le cuestan bastantes minutos hasta separarse.
Habían dormido en el sillón de Jonghyun luego de llegar demasiado tarde como para irse cada uno a sus casas. Key se había opuesto bastante en que durmieran juntos, pero no le quedaba otra si él quería dormir con Jonghyun.
No era una gran idea si dormían tres personas en una cama y Minho solo en el sillón. Conocía bastante bien a Taemin como para saber que era capaz de levantarse y dirigirse mientras todos dormían a donde se encontraba el moreno.
Minho deja caer la mano de Taemin sobre el sillón, a la vez que retiraba con cuidado su cuerpo bajo él. Cuando pasa una pierna por encima del menor para salir luego de ahí, nota como este arruga los ojos, luchando por no querer despertar, pero haciéndolo de todas formas.
Siente como le jala la camiseta apenas toca el suelo firme.
- ¿Dónde vas?- le susurra enfocándolo con dificultad.
Minho sonríe solo por el hecho de verlo en ese estado de inconciencia que pocos tenían la fortuna de ver.
- Me tengo que ir. Me están esperando.
Le acaricia el cabello, quedándose aún de pie, y lo estudia como siempre solía hacerlo, excepto que ahora la sonrisa que siempre tenía desaparece de una forma poco usual en él. Taemin nota algo extraño, pero no sabe con precisión qué.
- ¿Quién?- lo acerca más, jalándolo de la polera. Si no hubiese sido por los reflejos del moreno, probablemente hubiese caído de golpe sobre él, lo que no le parecía tan mala idea.
- Alguien.
- ¿Una chica?
Tenía sueño, mucho sueño, pero no tanto como para olvidarse de recordarle que le pertenecía completamente a él.
Minho sonríe algo entristecido y niega con la cabeza.
¿Qué pasaba? ¿Se había perdido de algo que lo notaba tan extraño? ¿Sulli tendría problemas?
- Me tengo que ir- le insiste.
Taemin suelta un suave quejido negándose, a la vez que el moreno se acerca lo suficiente para unir sus labios. Y le da un beso corto. Con sabor extraño y dudoso, dejándolo más preocupado que antes.
Casi siente que Key le había traspasado sus preocupaciones de madre tras juntarse tanto con él.
- Te quiero- le susurra.
Siente el aliento de Minho sobre su cara, acariciándole suavemente la nariz con la suya.
- Y yo.
Los pasos comienzan a sonar apenas el moreno se calza los zapatos, alejándose cada vez más casi al compás en el que sus ojos comenzaban a cerrarse nuevamente.
No alcanza a refunfuñar bajo el cubrecamas cuando un desorientado Jonghyun aparece por el pasillo que daba hacia los dormitorios. Su cabello se encontraba como si se hubiese peinado con el viento y como si Key no hubiese podido parar de enredar los dedos en él.
La imagen le hace gracia, pero el sentimiento extraño que le había dejado Minho no le permite sonreír.
- ¿Y Minho?
- Se acaba de ir- bufa-.
- ¿Y por qué?
- No sé. Estaba extraño.
- ¿Extraño?
- ¿Por qué estás haciendo tantas preguntas?
Key aparece en la escena en el mismo momento en que el teléfono de la casa comienza a sonar.
Eran alrededor de las ocho de la mañana y los tres miran el aparato como si fuera lo más extraño del mundo oírlo a esa hora del día.
Jonghyun se acerca con pasos atolondrados y contesta con una voz que no se podía esperar más si era esa hora de la mañana.
La voz de Sulli le sorprende.
- Hola Jonghyun, ¿estás con Minho?
- ¿Con Minho?
Taemin enfoca rápidamente la vista en él, sintiendo como su corazón comenzaba a acelerarse de la nada. O algo malo estaba pasando o algo le ocurría, pero un sexto sentido le indicaba que el moreno no estaba del todo bien.
- No, no está acá. Pasó la noche conmigo, pero ya se fue. Se fue tempranísimo.
Key y Taemin ven como el moreno asiente y dice un par de monosílabos sin sentido antes de cortar.
Notan como su humor declinó de forma abrupta, casi como si una nube negra se hubiese apoderado de un momento a otro de sus emociones.
- ¿Qué pasa con Minho?
El menor se levanta rápidamente, desenredándose de la colcha, caminando rápidamente la distancia que los separaba.
- Tengo que ver algo.
Key se acerca desde la espalda de Taemin y le coloca una mano en el hombro, intentando decirle que todo estaba bien, que nada malo había pasado, que quizás solo se había ido a trabajar más temprano para intentar pasar más tiempo con él.
Pero cuando Jonghyun va al calendario y se fija en la fecha en la que se encontraban, todas las piezas del rompecabezas empezaron a encajar.
- Hoy es 21 de Septiembre- les dice a ambos como si fuera el gran descubrimiento del día.
- ¿Y eso qué?- gruñe Key-. ¿¡Es el cumpleaños de Minho y no me dijiste!?
- Es el aniversario de muerte del papá de Minho.
El silencio que se genera en el lugar es tal que Taemin siente que incluso su respiración sobra y entorpece. Nunca se había dado el tiempo de preguntarle al moreno que qué había pasado o qué cuando fue. Nada. Lo que le hizo sentir aún peor.
Casi traga saliva con dificultad.
El solo hecho de ver la cara de Jonghyun le indicaba que ese no era un día bueno para Minho.
- ¿Entonces dónde fue Minho?
La voz suave de Taemin rompe el silencio sobresaltando a Key que se encontraba algo perplejo en el lugar.
- No sé. Nadie lo sabe- susurra Jonghyun-. Desde que lo conozco que desaparece en este día.
Han intentado encontrarlo, pero nadie ha podido. Ni siquiera Sulli o yo. Se lo traga la tierra.
El menor siente como un frío se apodera de su interior, dejándolo congelado en el mismo lugar, sin poder moverse.
Por mucho que pensara o intentara imaginar, nunca se le ocurrió que Minho podría sufrir. Nunca.
No lo creía capaz de no tener una vida feliz, lo tenía tan idealizado que siempre le había imaginado una vida perfecta, sin dolor.
Y eso fue lo que más le dolió, que el chico fuera real y que sufriera quizás de una forma mucho más profunda que él y no lo compartiera con nadie. Que se destruyera solo.
No se demoró mucho en llegar a su casa antes de que pudieran regañarlo por desaparecer tanto.
Apenas abrió la puerta vio a su hermano hablar por teléfono y negar con la cabeza a algo que no alcanzó a oír.
- ¿Quién era?
- ¿De dónde vienes?
- Estaba con Key. ¿Quién era?
Onew le da una palmadita como saludo y le sonríe.
- ¿Lo pasaste bien?
- Sí. ¿Quién era?
- ¿Por qué tanta curiosidad?
- Dímelo, Onew.
- Era Sulli.
Siente una punzada en el pecho, tomándose su tiempo para continuar la conversación que sabía perfectamente a que camino se dirigía.
- ¿Y por qué no me la pasaste?
- No te buscaba a ti, quería saber si había visto a Minho.
Le conviene hacerse el desentendido para no levantar sospechas.
- ¿Minho? ¿Qué pasó con él?
Onew se encoge de hombros a la vez que se sienta en el sillón, frente a la televisión.
- No lo sé. Solo me preguntó si estaba con él.
Mira a su hermano acomodarse sobre los cojines, con un aspecto tan despreocupado que casi le altera emocionalmente.
Minho estaba desaparecido ¿y no le importaba nada? ¿acaso no eran amigos?
Sube las escaleras de dos en dos y da inconscientemente un portazo cuando entra a su habitación.
Se quita las zapatillas con ayuda del otro pie, sin despegar su vista del celular que tenía entre sus manos. Escribía rápidamente un mensaje a Minho diciéndole lo primero que se le cruzaba por la mente.
Algo interno le decía que estaba siendo demasiado positivo, pero de todas formas lo envió. No pasaron ni cinco segundos cuando el mensaje le rebota a causa del teléfono apagado.
Quince llamadas al celular de Minho fueron pocas las que hizo en una hora. Veinte mensajes fueron demasiado cortos como para que Minho se diera cuenta que existían.
Taemin marca una vez más porque está nervioso y se muerde las uñas como nunca había hecho porque tiene la necesidad de hacer algo con sus manos o terminará estrangulándose. Se sabe el mensaje de memoria de la operadora, pero de todas formas le deja un nuevo mensaje en el buzón.
Es imposible que la voz no le salga de forma desesperada.
Minho. Soy yo de nuevo, dime que estás bien, por favor. Llámame sin importar la hora. Recuerda que te quiero, un beso.
Suelta un suspiro y se acuesta sobre la cama, a punto de caer en la histeria de comenzar a hacer cualquier tipo de estupidez.
¿Qué mierda le había hecho Minho para poder tenerlo en ese estado de completa agonía?
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
waaaaaah que lindoccapitulo puro amor esefrando beno astha la parte donde minho desparecion
y la prguntha esen onde anda metido pobr tae se quedara sin uñas kaakja
saludos cuidate y me mandas un mp cuando actualices
y la prguntha esen onde anda metido pobr tae se quedara sin uñas kaakja
saludos cuidate y me mandas un mp cuando actualices
nani000
minho
44
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Jajja..ya decia yo que mucha gracias no le iba
a causar a Key cuando se enterada de lo Taemin con Key
jajjaa...y la escena del auto!!!.jajaja...
Ahora la pregunta es dónde está MinHo???....Espero que
se comunique pronto con Taemin porq él anda todo preocupado..
Gracias por el capítulo!!!!
Actualiza pronto porfissss
a causar a Key cuando se enterada de lo Taemin con Key
jajjaa...y la escena del auto!!!.jajaja...
Ahora la pregunta es dónde está MinHo???....Espero que
se comunique pronto con Taemin porq él anda todo preocupado..
Gracias por el capítulo!!!!
Actualiza pronto porfissss
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hola hola nena !! No se como paso pero me perdi dos actus y soy triste ahora pero me ha encantado como se ha hido desarrollando la historia, minho tan desconfiado aunque yo igual sufri cuando taemin se fue despues de lo que paso y cuando regreso con sus cigarros casi me caigo por haber dejado de respirar, am que mi key se preocupe por taemin pero siento que exagero un poco pues taemin ya esta grandecito y sabe lo que hace ademas de que minho cuida de el, pero me dejaste preocupada sabes? No me siento trankila donde esta minho? Por que no contesta y no le conto a taemin? Son muchas preguntas espero actualices pronto nena cuidate bye bye y muchas gracias por la hitoria es una de las que mas espero :3 nos leemos prontito :MUA:
Última edición por lizzie el Vie Sep 28, 2012 11:49 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
omo a MinHo se lo tragó la tierra u_u
pero apuesto a que Taeminnie lo va a encontrar!
ah~ qué onda con Tae? me pareció tierno eso que le dijo a Jjong de que porque su umma odiaba a MinHo, él tenía que odiarlo, fue gracioso (?)
pero... mmm~ cómo se le ocurre montarsele a MinHo enfrente de su umma??!!
ya se hubiera esperado a llegar a la fiesta,
aún así fue gracioso xD
oww qué triste por lo de Minho,
luego te leo ^_^
pero apuesto a que Taeminnie lo va a encontrar!
ah~ qué onda con Tae? me pareció tierno eso que le dijo a Jjong de que porque su umma odiaba a MinHo, él tenía que odiarlo, fue gracioso (?)
pero... mmm~ cómo se le ocurre montarsele a MinHo enfrente de su umma??!!
ya se hubiera esperado a llegar a la fiesta,
aún así fue gracioso xD
oww qué triste por lo de Minho,
luego te leo ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Capítulo 17
Lee Taemin tiene una determinacion.
Y la va a cumplir, como sea, pero la va a cumplir.
Patea una piedra, lanzándola lo suficientemente lejos como para hacer lo mismo con una que se aproximaba mientras él caminaba. La tira lejos y se concentra en como choca con un árbol y se devuelve hacia él. Y lo hace una y otra vez hasta darse cuenta que no conseguirá nada pateando esa piedra si ella no lo lleva a ese lugar que ni siquiera él sabía donde quedaba.
Camina por el centro del parque contando cada árbol que pasaba al caminar. Uno, dos y tres y cuatro y cinco y seis. ¿Desde cuándo le había gustado caminar?
Desde que Minho lo tenía vuelto loco por no aparecer y solo conseguir que se revolcara en su cama pensando en dónde mierda se podía haber metido.
Algo extraño cuando salió de su casa le hizo obligadamente irse caminando por el parque a la casa de Jonghyun. Sentía que era inútil caminar más de treinta cuadras, pero algo beneficioso tenía que sacar de eso si tanta gente se deleitaba de ese supuesto placer.
Le dan ganas de encender un cigarrillo, pero suelta un fuerte bufido apenas se le cruza la idea por la cabeza. Era una promesa, la cumpliría (la estaba cumpliendo desde que le había dicho), pero si él no estaba ahí como podía jactarse de no hacerlo.
Estaba tan desesperado y angustiado a la vez que si fuera por él, sacaría un manojo de pasto y comenzaría a mascarlo solo para intentar alivianar un poco la ansiedad.
Llega al final del parque, en la esquina de unas intersecciones, y es un ruido el que lo alerta; una bocina que lo saca de su ensimismamiento en el que se hallaba de un segundo a otro. Retrocede rápidamente un par de pasos, inclinándose ante el conductor que lo había alertado de su imprudencia. Apenas es capaz de enfocar su rostro cuando ya se había retirado.
Una, dos y tres bocinas suenan cuando Taemin cree que el tiempo se detuvo. Los autos cruzan a fuertes velocidades delante de él, oponiéndose completamente al ambiente en el que se había sumergido hace un rato dentro del parque. Ve como una madre le toma con excesivo miedo, la mano a su pequeño hijo, jalándolo hacia ella por temor a que uno de esos tantos vehículos pudiera pasar demasiado rápido y llevárselo con el viento.
Es dificil cruzar y Taemin no se cree capaz de hacerlo.
Los vehículos parecen aumentar de velocidad, asustándolo más que antes y haciéndolo retroceder otro par de pasos. Siente como su interior se comienza a congelar y como su corazón comienza a latir más rápido en busca de que hiciera algo para detener lo que le pasaba.
Uno, diez y cien latidos por minuto y Taemin no sabe como reaccionar cuando ve a Minho frente a él, sentado en una banca mirando absorto todos los vehículos que pasaban como si nada importase, como si nada valiera la pena.
Diez minutos le son necesarios para tomarse el valor y cruzar hacia donde estaba él.
Y quince más, para darse cuenta que lo que lo tenía así de asustado no eran los autos ni la velocidad de estos, sino que la forma en la que se encontraba Minho.
Atrapado en una burbuja de la que al parecer, no quería salir.
**
Afuera hace frío.
Las nubes se encuentran llenas de agua que está desesperada por salir, mientras que la temperatura llega en cada minuto a niveles más bajos. La gente camina a pasos apresurados y con chaquetas tan altas que apenas es posible verles el rostro.
Taemin suelta un escalofrío, metiendo las manos en su chaqueta, creyendo que el frío que se siente no es tanto como el que puede palpar en Minho. El moreno está con la vista fija en un punto y el gorro del polerón sobre su cabeza como si ese fuera suficiente abrigo incluso para una tempestad.
Le cuesta acercarse. Le cuesta darse el valor y hablarle e interrumpirle su burbuja de dios sabe qué. Pero si no lo hace ahora no lo hará nunca y no puede dejarlo inmerso en ese dolor y no intentar ayudarlo.
Cuando le habla lo encuentra casi un acto egoísta, como si le estuviera quitando preciados minutos de una conversación inexistente.
- Te estaba buscando.
Y está tan metido en su propio mundo que no hubiese advertido su presencia si no fuese porque aumentó el sonido de su voz para escucharse sobre las bocinas que parecían no interferir en el silencio de Minho.
El moreno lo mira lento, estudiándolo como si no lo conociera, como si fuera la primera vez que lo veía y como si le molestara el solo hecho de habérsele acercado a decirle cualquier estupidez. Y no le habla. Vuelve a enfocar su vista en el medio de la calle sin importarle si seguía ahí o si había muerto atropellado. Al parecer todo le daba lo mismo.
Era como si no fuese él.
Pero Taemin insiste porque es él. Porque cree que tiene el derecho de hacerlo y porque siente la necesidad de aferrarse a algo para intentar sacarlo de esa depresión que lo tenía más hundido de lo que nunca había pensado ver a alguien.
Se da el lujo de sentarse a su lado y notar como el moreno se mueve algo incómodo al notar que no se había ido, que quería seguir insistiendo en una conversación que él no tenía ni el más mínimo interés en continuar. O siquiera empezar.
- Te llamé muchas veces- le insiste-. Nos tenías preocupados.
Minho mueve la cabeza a un lado y al otro, y apoya la espalda contra el banco; estira sus piernas y aclara un poco su voz, lo suficiente para dejarle en claro todas sus dudas y las que estaban por venir.
- Taemin.
La voz suena más grave de lo normal y no lo mira porque simplemente no se atreve a mirarlo. Porque sabe que se quebrara apenas lo haga y no quiere que lo vea así porque simplemente no se le antoja.
- ¿Mm?
- Quiero estar solo.
Le dan ganas de contradecirle de inmediato como solía hacer con su mamá, pero le es imposible cuando lo ve; cuando nota como sus ojeras están más oscuras de lo normal y sus nudillos más pálidos a causa del frío de mierda que no dejaba de hacerlo tiritar.
Le dan ganas de abrazarlo y decirle que todo estaba bien, pero el hecho de no saber como hablar con él por primera vez en su vida le perturba como nunca nada lo había hecho. Frunce el ceño inevitablemente y fija su vista en sus manos que se enredaban preocupadas de no saber qué hacer.
- Pero no te quiero dejar solo- le susurra sin ser capaz de mirarlo por miedo a que le dijera algo hiriente-. No es bueno que estés solo hoy.
Jonghyun y su puta boca.
Odiaba quedar como el débil. Como el que aún no podía superar la muerte de su papá. Como si estuviera buscando una excesiva protección en alguien, ¿acaso era muy dificil de entender que simplemente quería estar ese día, solamenteese día, solo?
Mira de reojo a Taemin y ve como jugaba con sus dedos, complicado ante la situación.
Sabe bien que él no tiene la culpa, y no pasa un minuto cuando lo ve abrir nuevamente la boca, pero incapaz de decir algo. Era como si estuviera en una lucha interna que apenas lo dejaba respirar.
- Taemin, en serio- le cuesta hablar, pero logra decir la oración entera sin que su voz titubee-. Estaré bien. Vete donde Onew, debe estar buscándote.
- No me interesa Onew, él no me necesita. Tú sí.
¿Necesitarlo? ¿Él?
Recuerda levemente una imagen suya junto a Jonghyun sentados en un sillón. No tenían más de once años. Su madre entró en la habitación con el pelo revuelto y las mejillas encendidas del color de las cerezas, de su fruta favorita. Tenía los ojos cristalinos y el maquillaje corrido y despreocupado como nunca había visto.
Aún siente el escalofrío en su cuerpo cuando su madre abrió la puerta y lo miró soltando un par de lágrimas. El viento se colaba entre las rendijas y bajo su piel, advirtiéndole que nada bueno había pasado.
Ahora él se siente así. Como su madre.
Expuesto al frío y al dolor.
- Vete, en serio- esconde su rostro entre sus manos, apoyando los codos sobre sus piernas. Está inclinado lo suficiente para que Taemin no lo pueda ver así.
- No, Minho. No lo haré.
Le cuesta contradecirle, pero cada segundo que pasa le hace convencerse más que no se debe ir.
Ve los movimientos de Minho casi en cámara lenta. Escucha como sorbetea la nariz, aún con el rostro cubierto, dejándole claro que si antes estaba mal, ahora estaba peor.
No se siente capaz de verlo llorar y de mucho menos verlo sufrir como estaba haciéndolo en este momento, pero cuando el moreno levanta el rostro y lo mira, como si el mundo se fuera acabar, Taemin cree que no ha sufrido lo suficiente como lo ha hecho él. Se siente un idiota, un adolescente con falta de atención que lo único que hace es hacer rabietas porque sí.
Cuando ve a Minho, ve el dolor reencarnado en una persona, y siente como su corazón se va quebrando pedacito a pedacito.
Ver a Minho llorar es lo peor que le pudo pasar en cualquier dimensión desconocida de ese maldito mundo.
Y quiere acercarse, quiere limpiarle las lágrimas una a una, pero apenas se mueve ve como el moreno retrocede, casi espantado, clavado contra la superficie de madera dura en la que se hallaba sentado.
- ¿Por qué mierda no te quieres ir?- le escupe las palabras con el mayor veneno posible. Si la única forma de que se fuera era hiriéndolo, se tendría que ver obligado a hacerlo.
Lo que no pensó fue en la reacción de Taemin.
- ¿Por qué mierda eres tan egoísta como para estar sufriendo aquí, solo?- le responde con el mismo tono e incluso un poco más alto-. ¿Te gusta sufrir, es eso?
- Quiero estar solo, ¿qué parte de eso te cuesta tanto entender?
Ya no recuerda el momento en que no era capaz de mirarlo. Ahora las lágrimas salen porque sí, pero la rabia en su interior se acumula en cada instante que pasa.
- La parte en que eres tan idiota que te escondes del mundo como si fuera una vergüenza sufrir por tu papá. ¿Te avergüenzas de eso, Minho? ¿De llorar?- ahora Taemin es el que se enoja inconscientemente-. Oh que poco hombre es Minho. Está llorando. Apuntémoslo y riámosnos de él.
Minho no pierde más tiempo y se levanta quedando frente a él. Y se aprovecha de su altura cuando Taemin se levanta, porque es mucho más alto que él y porque Taemin tiene que ponerse de puntitas para alcanzarlo.
Casi se antoja de burlarse de él por eso.
Le dan ganas de clavarlo contra esa maldita banca incómoda y escupirle todo lo que sentía de una vez, porque era tan inocente, porque su cabeza era tan pura que apenas era capaz de darse cuenta que había algo más allá del llanto por un padre ausente. Porque al parecer no era siquiera imaginable dentro de su cerebro porqué él sufría tanto, porqué derramaba tantas lágrimas que muchos ya encontraban sin sentido.
Le dan ganas de pegarle y decirle que esa es su puta banca, que desde cuando tiene el derecho de meterse en su puta vida y hacer con ella lo que se le plazca. Que si acaso le divierte tenerlo así de cagado de la cabeza y siempre dispuesto a hacer lo que él quisiera.
Maldito consentido de mierda.
- ¿Quién mierda te crees Lee Taemin? –le escupe muy cerca de su cara, pegándole con su aliento sobre su rostro-. ¿Crees que por que nos besamos tienes el derecho de venir aquí y decirme lo que se te dé la gana? ¿Crees que estoy aquí de aburrido? ¿Porque quiero llamar la atención? ¿Alguien te pidió que vinieras?
- ¡Estás aquí porque no eres capaz de hablar! –el menor no se siente intimidado a pesar de sus centímetros ausentes. Lo mira hacia arriba y con una mirada mucho peor de la que cree tener Minho-. ¡Estás aquí porque eres un idiota de mierda y no me dices que mierda te pasa! ¿Crees que yo tengo que adivinar todo? ¿Qué sé lo que pasó? Le informo una cosa, señor Choi, no vengo como una vieja copuchenta que solo quiere saber porque lloras aquí solo y estúpido, vengo porque me importas. Me importas tanto que me doy la puta molestia de buscarte como imbécil y llamarte mientras tu te das el lujo de ignorarme y tratarme como si fuera una basura. Disculpa por preocuparme de ti. Disculpa por tener algo de aprecio por tu puta persona, pendejo de mierda.
Y aunque Minho sabe que no le quedan fuerzas y que si las tuviera tampoco se daría el tiempo de seguir peleando, avanza el paso que los separa y lo mira hacia abajo aún botando algunas lágrimas rebeldes que conseguían arrancarse. Taemin lo observa y con mucho cuidado comienza a limpiar una a una las lágrimas que se le escapaban.
Y Minho se deja y no le interrumpe su acto, casi agradeciéndole.
Por estar ahí. Por soportarlo. Por ser Taemin.
- Deja de ser tan bobo y déjame quererte- le susurra limpiándole una nueva lágrima que amenazaba con salir-. Es lo único que te pido.
El moreno asiente con lentitud, porque ya no tiene otra opción. Porque sabe que si no rompe esa maldita barrera de una vez, no lo hará nunca. Porque tiene que contarle a alguien lo que siente, la culpa que lo invade cada momento en el que se acuerda de su padre.
- Lo siento- le susurra, apoyando la cabeza en su hombro y botando más lágrimas que antes-. No me odies, por favor.
- Lo intentaré- le sonríe, mientras pasa las manos por su cintura, acercándolo más.
Minho levanta la cabeza y se limpia con el puño de la mano los ojos, intentando no tener una imagen tan penosa.
- ¿Sabes la historia de mi papá?- le susurra a la vez que Taemin se quitaba el gorro para ponerlo sobre su cabeza. El cuerpo de Minho tiritaba inevitablemente a causa del frío, pidiendo a gritos algo de abrigo. Agradece el gesto del menor con una triste sonrisa.
- No. No la sé.
- ¿Quieres saberla?- Taemin toma su mano y lo obliga a sentarse a su lado. Él se queda sentado de costado, mientras que Minho queda completamente apoyado en la misma banca incómoda-. No te garantizo felicidad.
- Quiero escucharla de todas formas.
Ve como Minho juega con sus manos, incómodo, aún con algunas lágrimas cayendo sobre sus mejillas; sorbetea la nariz, a la vez que un escalofrío recorre su cuerpo de forma interna, ese que lo hacía sufrir cada año por no ser capaz de contarle lo que sentía por su padre, lo que le hacía sufrir.
Taemin sería la primera persona en escuchar su historia.
Era algo demasiado importante para él como para simplemente llegar y decírselo. Le era dificil.
Siente el roce de la mano de Taemin sobre sus mejillas, acariciándolo con tanto cuidado que lo hacía sentir como lo más indefenso que podía existir. Odiaba sentirse frágil ante alguien, pero no podía negar que ese mínimo y suave roce le hacía tranquilizarse y ayudarse un poco mentalmente.
Suelta un suspiro y apenas nota cuando ya había comenzado a hablar.
- No sé si lo sabías, pero yo soy amigo de Jonghyun desde que éramos demasiado pequeños- suspira-. Desde los diez o incluso menos. Se podría decir que nos conocemos por completo, a pesar de que no lo demostremos tanto.
- Estás consiguiendo ponerme celoso- le dice intentando hacerlo sonreír, pero Minho apenas lo hace de forma débil.
- No tienes de qué. Es como mi hermano- Taemin asiente instándolo a seguir-. Éramos compañeros desde el colegio, por lo que yo pasaba en su casa y él en la mía. Mi papá era arquitecto y llegaba muy tarde a la casa y mi mamá también, así que me iba a la casa de Jonghyun porque me aburría de estar solo. Sulli no me entretenía.
Le es imposible no detenerlo con esa nueva información, casi le dan ganas de sonreír a Taemin por la ternura que le provocaba el moreno.
- ¿Él era arquitecto como tú?
- Sí, aunque dudo que logre ser tan bueno como él.
Le dan ganas de besarlo y sacarle esa maldita idea de que no hace las cosas bien, a pesar de ser uno de los mejores alumnos de la universidad.
Más de una vez había escuchado desportricar a Onew en su contra solo por envidia. Algo así como envidia de su talento.
- ¿Estudias arquitectura por él? –Minho asiente con algo de pesar.
- Por muy estúpido que suene, mi papá siempre fue mi modelo a seguir.
- No es estúpido. No digas tonterías- intenta no decirlo, pero siente la necesidad de hacerlo de todas formas-. Me parece tierno, Minho. Que lo hagas por él.
Ve como las mejillas del moreno suben de color casi invisiblemente, mientras una nueva lágrima recorría su rostro.
Por cada lágrima nueva, sentía más angustia en su interior.
- Entonces… un día me quedé en la casa de Jonghyun. Me quedaría toda la noche, a pesar de que mi papá estuviera en la casa; quería probar un juego nuevo que tenía, era algo demasiado estúpido, pero lo hice de todas maneras- Taemin nota como le cuesta continuar, adelantándole que quizás lo que se venía no sería tan de su agrado-. Eran las diez de la noche y llamé a mi papá diciéndole que no me quería quedar, que quería dormir en mi cama y simplemente estar en mi casa…
Nuevas lágrimas se asoman con mayor furia, formando leves pucheros en el moreno. Taemin siente que le faltan brazos para limpiarle tanta pena y para abrazarlo de tal forma que no fuera capaz de soltarlo nunca más. Pasa con cuidado su manga sobre su mejilla y espera un nuevo arsenal de lágrimas que ya se veían venir.
- Me quedé dormido en el sillón, esperándolo- suspira ya llorando de lleno, siéndole dificil hablar-. Al otro día me despertó mi mamá diciéndome que mi papá había tenido un accidente, que se había ido a un lugar mucho mejor.
- Minho…
- Días después supe que un adolescente borracho lo había chocado de frente- le interrumpe-. Murió en el instante de un pestañeo… lo peor, Taemin…es que no fui capaz de decirle que no me quería ir a mi casa por mi cama ni por nada, sino que yo solo me quería ir a mi casa para estar con él.
Cuando Taemin siente el llanto desconsolado de Minho, cree que será capaz de morir ahí mismo. Que se transformará en una lágrima del moreno y se deshacerá uniéndose a otra y desapareciendo en un solo instante.
Le dan ganas de ser aire y oxígeno y felicidad y todo al mismo tiempo. Siente tanta pena y frustración por quejarse por problemas estúpidos comparados con el de él, que se siente una completa basura.
Como un adolescente idiota en busca de atención.
Ni siquiera es capaz de analizar su reacción cuando se ve a sí mismo atrayéndolo a su cuerpo para fundirlo en un eterno abrazo. Minho se resiste por unos segundos, pero no se demora demasiado en dejarse abrazar y hundir su rostro en el hombro de Taemin.
Las lágrimas le mojan el hombro, pero no le importa.
Porque cuando llora Minho se detiene el mundo y las personas y los vehículos. Se detiene el mar y el caminar rápido de las personas que pasan por su lado, porque cuando Minho llora es como si cada un segundo, un hada muriera en alguna parte del mundo.
**
No sabía ni donde estaban ni a qué lugar iban. No conocía a las personas a su alrededor y tampoco sabía que decirle a Minho que solo se preocupaba de mirar absorto por la ventana. Cada ciertos minutos levantaba su brazo y limpiaba la ventana, borrando la humedad que se generaba contra el vidrio tras su respiración.
Sabía eso y que una señora los miraba desde dos asientos más adelante como si estuvieran haciendo algo malo. Como si cruzar su mano con la de Minho fuera un acto tan pecaminoso que merecía la pena de muerte.
Taemin estaba a punto de sacarle la lengua de manera infantil o simplemente enfrentarla, pero por respeto a Minho, o más bien, por respeto a su silencio sepulcral, no lo hacía.
Lo mira descaradamente, ni siquiera de reojo, estudiando sus inexistentes movimientos y su respiración acompasada. No sabe si su tranquilidad le tortura o le calma.
- ¿Minho?
Sus movimientos son tan lentos que casi parecen estudiados. Y eso le asusta. Le asusta no saber como reaccionará ni como serán sus respuestas ante su continua necesidad por llamar su atención, por no dejarlo sumirse en esa pena que parece cada vez hundirlo más.
Taemin no sabe donde van. Solo aceptó irse del lugar en el que estaban y trasladarse a otro sin tener la necesidad de preguntar cual sería.
Minho lo mira y siente como si algo congelado le traspasara el pecho.
- ¿Tienes frío?
¿Frío? Hace más de cinco minutos no sentía las piernas ni las manos, casi le dolían los huesos.
- Estoy bien.
- ¿Seguro?
Ni siquiera espera su respuesta, y solo toma sus manos y la entrelaza más que antes, solo que esta vez metiéndolas junto a las suyas dentro del bolsillo de su polerón.
Minho parece algo shockeado por su acto, pero no más que la señora que los miraba y que estaba a punto de pegarles con el ramo de flores que llevaba sobre su falda. O estaba celosa a cagarse o era nazi hasta la muerte.
La segunda opción parecía más factible.
- Estás congelado.
- Lo siento.
- ¿Por tener frío?- se burla-. No seas bobo.
El roce de los dedos de Taemin sobre los suyos parece distraerlo un poco, despegándolo al fin de la maldita ventana que lo tenía atrapado. Siente como el menor lo acaricia con suavidad, dándose el lujo incluso de besar su hombro sobre la ropa al notarlo distraído.
Nunca pensó verse así con una persona.
Menos con Taemin.
- Tenemos que bajar.
Las demás personas también se levantan, incluso la señora psicópata, caminando hacia el final del bus, esperando que se detuviese de una vez.
Taemin hace el intento de desenredar sus manos de las de Minho, pero el moreno solo las saca de su bolsillo dejándolas enredadas entre sí de todas formas. Lo jala para que camine y se apure en bajar del bus antes de que se lo lleven de su lado.
Cuando quedan frente a una gran entrada se da cuenta del lugar al que habían ido.
- ¿Quieres conocer a mi papá?- le interrumpe, rompiendo sus pensamientos que no paraban de apoderarse de su cabeza.
Le hubiese gustado que no le hubiese dicho eso frente a la entrada del cementerio, pero las cosas no eran así como siempre quería. Minho lo sostiene aún de la mano y lo mira de tal forma que lo hace sentir desnudo y con los sentimientos a flor de piel.
- Me encantaría, Minho.
La señora que los miraba pasa a su lado y se da el lujo de detenerse unos segundos a seguir observándolos antes de seguir con su recorrido, pero la tristeza del rostro de Minho la incomoda y la obliga a seguir caminando antes de que Taemin siquiera alcanzase a abrir la boca.
Y caminan lento. Caminan sobre el pasto y Taemin con un ramo de flores en la mano porque dice que es de mala educación que llegue por primera vez a verlo y no le lleve nada.
Después de todo es mi suegro, ¿cierto?
Y caminan por más de quince minutos sobre lápidas con nombres desconocidos y con escasez de flores. A Taemin le dan ganas de comentarle sobre la tristeza de esa gente, pero se arrepiente de cada palabra apenas mira a Minho y se da cuenta que aún no logra salir de su estupor.
Cuando el moreno comienza a detener lentamente su paso y a apretar más fuerte la mano de Taemin, supo cuál era su papá.
Tenía jacintos y una libreta sobre la lápida.
- Vino alguien- le advierte Taemin, deteniéndose junto a Minho, casi sobre la lápida y mirándola con un extraño sentimiento en el cuerpo.
- Sulli y mi mamá- le explica-. Esa libreta se la deja todos los años Sulli y la cambia al año siguiente. Siempre hay dibujos de gente que viene a visitarlo.
- Lástima que dibuje tan mal.
Minho sonríe algo triste y se sienta quedando en cuclillas frente a la lápida. Taemin se balancea algo incómodo, pero finalmente le imita de igual manera.
Y el silencio se apropia de ambos y solo se oyen los suspiros que suelta el moreno cada ciertos lapsus de tiempo, casi como cuando uno se ahoga de tanto hablar.
Taemin casi está seguro de que está conversando con su padre.
- Hola señor Choi- interrumpe el menor con la voz fuerte y clara. Y Minho lo mira con los ojos más abiertos de lo normal, extrañándose demasiado como si casi eso no estuviera pasando-. Sí. Lo noté. Su hijo es algo maleducado por no presentarnos, soy Lee Taemin, mucho gusto.
Y Minho cree que puede morir ahí mismo y volver a vivir solo para ver la escena imaginaria que estaba teniendo Taemin con su padre. Como si él estuviera vivo conversando junto a ellos sobre lo maravillosa que era la vida.
El menor casi parecía entretenido.
- Minho deberías saludar a tu padre- le advierte Taemin, deteniéndo su diálogo inexistente.
Y al moreno le cuesta. Le cuesta hablar en voz alta y dejar de hablar con él por la mente. Casi le avergüenza hacerlo, pero lo hace de todas maneras.
Es la conversación que siempre deseó y nunca fue capaz de hacer.
- Hola papá- espera unos segundos y continúa-. Sí. Lo siento, no volverá a repetirse. He tenido muchos trabajos y apenas me queda tiempo libre. Vendré más, lo prometo.
- O sino yo lo obligo, no se preocupe, señor Choi.
Minho lo mira porque no soporta. Porque no aguanta que Taemin sea la ternura reencarnada en persona y deje ver a todos su careta de persona que odia a todos y que no tiene sentimientos. Le dan ganas de comérselo a besos y contarle cada sentimiento estúpido que se le cruza por la cabeza.
Y le sonríe. Como no había hecho en todo el día.
- Sí- añade el moreno de repente-. Es un poco mandón, también lo había notado.
- No más que su hijo.
- Yo no soy mandón.
- Sí, claro.
Ambos sueltan una carcajada a la vez que Minho estira las piernas porque ya se siente mejor y el nudo de su pecho comienza a deshacerse cada vez más.
- Le traje flores- continúa Taemin-. No sabía que los narcisos eran sus favoritos, así que para la próxima vez le traeré esos.
- No sabía que sabías de flores.
- No sabes muchas cosas de mi, Choi Minho.
- Sí- le interrumpe el moreno-. También tiene el ego un poco alto, lo había notado.
Taemin frunce un poco el ceño, pero finalmente sonríe junto a Minho al ver como el moreno sacaba la libreta sobre la lápida y un lápiz junto a ella.
- Nunca le he dibujado aquí.
- Llegó el momento de hacerlo.
- Está bien- asume ya colocando una hoja en blanco-. Pero tu sigue conversando. A mi papá le gusta conversar.
Los rayos de sol comienzan a descender cada vez más, golpeando el alegre rostro de Taemin que seguía la conversación como si de verdad estuviese con el padre de Minho. El moreno dibujaba y agregaba frases sin levantar la vista de la hoja de papel.
Y el viento mueve sus cabellos advirtiendo que ya llegaría la hora de irse y volver a la cruda realidad de la que se habían logrado escapar.
Pero cuando Minho deja la libreta sobre la lápida y Taemin insiste en querer ver, notan como los rayos de sol se cuelan por sus ropas, dándoles calor internamente y deshaciendo todo tipo de dolor que pudiese impedirles respirar.
Minho suelta un suspiro a la vez que el moreno miraba embobado la hoja con el dibujo.
- No sabía que dibujabas tan bien.
Un rayo de sol llega a la lápida justo en el momento en que Taemin deja la libreta en el lugar de siempre. Y un alegre rostro parece sonreirles gracias al calor que le regalaba el sol a esa hora del día.
Después de diez años, Minho al fin había logrado dibujar a su papá sin botar una sola lágrima.
Lee Taemin tiene una determinacion.
Y la va a cumplir, como sea, pero la va a cumplir.
Patea una piedra, lanzándola lo suficientemente lejos como para hacer lo mismo con una que se aproximaba mientras él caminaba. La tira lejos y se concentra en como choca con un árbol y se devuelve hacia él. Y lo hace una y otra vez hasta darse cuenta que no conseguirá nada pateando esa piedra si ella no lo lleva a ese lugar que ni siquiera él sabía donde quedaba.
Camina por el centro del parque contando cada árbol que pasaba al caminar. Uno, dos y tres y cuatro y cinco y seis. ¿Desde cuándo le había gustado caminar?
Desde que Minho lo tenía vuelto loco por no aparecer y solo conseguir que se revolcara en su cama pensando en dónde mierda se podía haber metido.
Algo extraño cuando salió de su casa le hizo obligadamente irse caminando por el parque a la casa de Jonghyun. Sentía que era inútil caminar más de treinta cuadras, pero algo beneficioso tenía que sacar de eso si tanta gente se deleitaba de ese supuesto placer.
Le dan ganas de encender un cigarrillo, pero suelta un fuerte bufido apenas se le cruza la idea por la cabeza. Era una promesa, la cumpliría (la estaba cumpliendo desde que le había dicho), pero si él no estaba ahí como podía jactarse de no hacerlo.
Estaba tan desesperado y angustiado a la vez que si fuera por él, sacaría un manojo de pasto y comenzaría a mascarlo solo para intentar alivianar un poco la ansiedad.
Llega al final del parque, en la esquina de unas intersecciones, y es un ruido el que lo alerta; una bocina que lo saca de su ensimismamiento en el que se hallaba de un segundo a otro. Retrocede rápidamente un par de pasos, inclinándose ante el conductor que lo había alertado de su imprudencia. Apenas es capaz de enfocar su rostro cuando ya se había retirado.
Una, dos y tres bocinas suenan cuando Taemin cree que el tiempo se detuvo. Los autos cruzan a fuertes velocidades delante de él, oponiéndose completamente al ambiente en el que se había sumergido hace un rato dentro del parque. Ve como una madre le toma con excesivo miedo, la mano a su pequeño hijo, jalándolo hacia ella por temor a que uno de esos tantos vehículos pudiera pasar demasiado rápido y llevárselo con el viento.
Es dificil cruzar y Taemin no se cree capaz de hacerlo.
Los vehículos parecen aumentar de velocidad, asustándolo más que antes y haciéndolo retroceder otro par de pasos. Siente como su interior se comienza a congelar y como su corazón comienza a latir más rápido en busca de que hiciera algo para detener lo que le pasaba.
Uno, diez y cien latidos por minuto y Taemin no sabe como reaccionar cuando ve a Minho frente a él, sentado en una banca mirando absorto todos los vehículos que pasaban como si nada importase, como si nada valiera la pena.
Diez minutos le son necesarios para tomarse el valor y cruzar hacia donde estaba él.
Y quince más, para darse cuenta que lo que lo tenía así de asustado no eran los autos ni la velocidad de estos, sino que la forma en la que se encontraba Minho.
Atrapado en una burbuja de la que al parecer, no quería salir.
**
Afuera hace frío.
Las nubes se encuentran llenas de agua que está desesperada por salir, mientras que la temperatura llega en cada minuto a niveles más bajos. La gente camina a pasos apresurados y con chaquetas tan altas que apenas es posible verles el rostro.
Taemin suelta un escalofrío, metiendo las manos en su chaqueta, creyendo que el frío que se siente no es tanto como el que puede palpar en Minho. El moreno está con la vista fija en un punto y el gorro del polerón sobre su cabeza como si ese fuera suficiente abrigo incluso para una tempestad.
Le cuesta acercarse. Le cuesta darse el valor y hablarle e interrumpirle su burbuja de dios sabe qué. Pero si no lo hace ahora no lo hará nunca y no puede dejarlo inmerso en ese dolor y no intentar ayudarlo.
Cuando le habla lo encuentra casi un acto egoísta, como si le estuviera quitando preciados minutos de una conversación inexistente.
- Te estaba buscando.
Y está tan metido en su propio mundo que no hubiese advertido su presencia si no fuese porque aumentó el sonido de su voz para escucharse sobre las bocinas que parecían no interferir en el silencio de Minho.
El moreno lo mira lento, estudiándolo como si no lo conociera, como si fuera la primera vez que lo veía y como si le molestara el solo hecho de habérsele acercado a decirle cualquier estupidez. Y no le habla. Vuelve a enfocar su vista en el medio de la calle sin importarle si seguía ahí o si había muerto atropellado. Al parecer todo le daba lo mismo.
Era como si no fuese él.
Pero Taemin insiste porque es él. Porque cree que tiene el derecho de hacerlo y porque siente la necesidad de aferrarse a algo para intentar sacarlo de esa depresión que lo tenía más hundido de lo que nunca había pensado ver a alguien.
Se da el lujo de sentarse a su lado y notar como el moreno se mueve algo incómodo al notar que no se había ido, que quería seguir insistiendo en una conversación que él no tenía ni el más mínimo interés en continuar. O siquiera empezar.
- Te llamé muchas veces- le insiste-. Nos tenías preocupados.
Minho mueve la cabeza a un lado y al otro, y apoya la espalda contra el banco; estira sus piernas y aclara un poco su voz, lo suficiente para dejarle en claro todas sus dudas y las que estaban por venir.
- Taemin.
La voz suena más grave de lo normal y no lo mira porque simplemente no se atreve a mirarlo. Porque sabe que se quebrara apenas lo haga y no quiere que lo vea así porque simplemente no se le antoja.
- ¿Mm?
- Quiero estar solo.
Le dan ganas de contradecirle de inmediato como solía hacer con su mamá, pero le es imposible cuando lo ve; cuando nota como sus ojeras están más oscuras de lo normal y sus nudillos más pálidos a causa del frío de mierda que no dejaba de hacerlo tiritar.
Le dan ganas de abrazarlo y decirle que todo estaba bien, pero el hecho de no saber como hablar con él por primera vez en su vida le perturba como nunca nada lo había hecho. Frunce el ceño inevitablemente y fija su vista en sus manos que se enredaban preocupadas de no saber qué hacer.
- Pero no te quiero dejar solo- le susurra sin ser capaz de mirarlo por miedo a que le dijera algo hiriente-. No es bueno que estés solo hoy.
Jonghyun y su puta boca.
Odiaba quedar como el débil. Como el que aún no podía superar la muerte de su papá. Como si estuviera buscando una excesiva protección en alguien, ¿acaso era muy dificil de entender que simplemente quería estar ese día, solamenteese día, solo?
Mira de reojo a Taemin y ve como jugaba con sus dedos, complicado ante la situación.
Sabe bien que él no tiene la culpa, y no pasa un minuto cuando lo ve abrir nuevamente la boca, pero incapaz de decir algo. Era como si estuviera en una lucha interna que apenas lo dejaba respirar.
- Taemin, en serio- le cuesta hablar, pero logra decir la oración entera sin que su voz titubee-. Estaré bien. Vete donde Onew, debe estar buscándote.
- No me interesa Onew, él no me necesita. Tú sí.
¿Necesitarlo? ¿Él?
Recuerda levemente una imagen suya junto a Jonghyun sentados en un sillón. No tenían más de once años. Su madre entró en la habitación con el pelo revuelto y las mejillas encendidas del color de las cerezas, de su fruta favorita. Tenía los ojos cristalinos y el maquillaje corrido y despreocupado como nunca había visto.
Aún siente el escalofrío en su cuerpo cuando su madre abrió la puerta y lo miró soltando un par de lágrimas. El viento se colaba entre las rendijas y bajo su piel, advirtiéndole que nada bueno había pasado.
Ahora él se siente así. Como su madre.
Expuesto al frío y al dolor.
- Vete, en serio- esconde su rostro entre sus manos, apoyando los codos sobre sus piernas. Está inclinado lo suficiente para que Taemin no lo pueda ver así.
- No, Minho. No lo haré.
Le cuesta contradecirle, pero cada segundo que pasa le hace convencerse más que no se debe ir.
Ve los movimientos de Minho casi en cámara lenta. Escucha como sorbetea la nariz, aún con el rostro cubierto, dejándole claro que si antes estaba mal, ahora estaba peor.
No se siente capaz de verlo llorar y de mucho menos verlo sufrir como estaba haciéndolo en este momento, pero cuando el moreno levanta el rostro y lo mira, como si el mundo se fuera acabar, Taemin cree que no ha sufrido lo suficiente como lo ha hecho él. Se siente un idiota, un adolescente con falta de atención que lo único que hace es hacer rabietas porque sí.
Cuando ve a Minho, ve el dolor reencarnado en una persona, y siente como su corazón se va quebrando pedacito a pedacito.
Ver a Minho llorar es lo peor que le pudo pasar en cualquier dimensión desconocida de ese maldito mundo.
Y quiere acercarse, quiere limpiarle las lágrimas una a una, pero apenas se mueve ve como el moreno retrocede, casi espantado, clavado contra la superficie de madera dura en la que se hallaba sentado.
- ¿Por qué mierda no te quieres ir?- le escupe las palabras con el mayor veneno posible. Si la única forma de que se fuera era hiriéndolo, se tendría que ver obligado a hacerlo.
Lo que no pensó fue en la reacción de Taemin.
- ¿Por qué mierda eres tan egoísta como para estar sufriendo aquí, solo?- le responde con el mismo tono e incluso un poco más alto-. ¿Te gusta sufrir, es eso?
- Quiero estar solo, ¿qué parte de eso te cuesta tanto entender?
Ya no recuerda el momento en que no era capaz de mirarlo. Ahora las lágrimas salen porque sí, pero la rabia en su interior se acumula en cada instante que pasa.
- La parte en que eres tan idiota que te escondes del mundo como si fuera una vergüenza sufrir por tu papá. ¿Te avergüenzas de eso, Minho? ¿De llorar?- ahora Taemin es el que se enoja inconscientemente-. Oh que poco hombre es Minho. Está llorando. Apuntémoslo y riámosnos de él.
Minho no pierde más tiempo y se levanta quedando frente a él. Y se aprovecha de su altura cuando Taemin se levanta, porque es mucho más alto que él y porque Taemin tiene que ponerse de puntitas para alcanzarlo.
Casi se antoja de burlarse de él por eso.
Le dan ganas de clavarlo contra esa maldita banca incómoda y escupirle todo lo que sentía de una vez, porque era tan inocente, porque su cabeza era tan pura que apenas era capaz de darse cuenta que había algo más allá del llanto por un padre ausente. Porque al parecer no era siquiera imaginable dentro de su cerebro porqué él sufría tanto, porqué derramaba tantas lágrimas que muchos ya encontraban sin sentido.
Le dan ganas de pegarle y decirle que esa es su puta banca, que desde cuando tiene el derecho de meterse en su puta vida y hacer con ella lo que se le plazca. Que si acaso le divierte tenerlo así de cagado de la cabeza y siempre dispuesto a hacer lo que él quisiera.
Maldito consentido de mierda.
- ¿Quién mierda te crees Lee Taemin? –le escupe muy cerca de su cara, pegándole con su aliento sobre su rostro-. ¿Crees que por que nos besamos tienes el derecho de venir aquí y decirme lo que se te dé la gana? ¿Crees que estoy aquí de aburrido? ¿Porque quiero llamar la atención? ¿Alguien te pidió que vinieras?
- ¡Estás aquí porque no eres capaz de hablar! –el menor no se siente intimidado a pesar de sus centímetros ausentes. Lo mira hacia arriba y con una mirada mucho peor de la que cree tener Minho-. ¡Estás aquí porque eres un idiota de mierda y no me dices que mierda te pasa! ¿Crees que yo tengo que adivinar todo? ¿Qué sé lo que pasó? Le informo una cosa, señor Choi, no vengo como una vieja copuchenta que solo quiere saber porque lloras aquí solo y estúpido, vengo porque me importas. Me importas tanto que me doy la puta molestia de buscarte como imbécil y llamarte mientras tu te das el lujo de ignorarme y tratarme como si fuera una basura. Disculpa por preocuparme de ti. Disculpa por tener algo de aprecio por tu puta persona, pendejo de mierda.
Y aunque Minho sabe que no le quedan fuerzas y que si las tuviera tampoco se daría el tiempo de seguir peleando, avanza el paso que los separa y lo mira hacia abajo aún botando algunas lágrimas rebeldes que conseguían arrancarse. Taemin lo observa y con mucho cuidado comienza a limpiar una a una las lágrimas que se le escapaban.
Y Minho se deja y no le interrumpe su acto, casi agradeciéndole.
Por estar ahí. Por soportarlo. Por ser Taemin.
- Deja de ser tan bobo y déjame quererte- le susurra limpiándole una nueva lágrima que amenazaba con salir-. Es lo único que te pido.
El moreno asiente con lentitud, porque ya no tiene otra opción. Porque sabe que si no rompe esa maldita barrera de una vez, no lo hará nunca. Porque tiene que contarle a alguien lo que siente, la culpa que lo invade cada momento en el que se acuerda de su padre.
- Lo siento- le susurra, apoyando la cabeza en su hombro y botando más lágrimas que antes-. No me odies, por favor.
- Lo intentaré- le sonríe, mientras pasa las manos por su cintura, acercándolo más.
Minho levanta la cabeza y se limpia con el puño de la mano los ojos, intentando no tener una imagen tan penosa.
- ¿Sabes la historia de mi papá?- le susurra a la vez que Taemin se quitaba el gorro para ponerlo sobre su cabeza. El cuerpo de Minho tiritaba inevitablemente a causa del frío, pidiendo a gritos algo de abrigo. Agradece el gesto del menor con una triste sonrisa.
- No. No la sé.
- ¿Quieres saberla?- Taemin toma su mano y lo obliga a sentarse a su lado. Él se queda sentado de costado, mientras que Minho queda completamente apoyado en la misma banca incómoda-. No te garantizo felicidad.
- Quiero escucharla de todas formas.
Ve como Minho juega con sus manos, incómodo, aún con algunas lágrimas cayendo sobre sus mejillas; sorbetea la nariz, a la vez que un escalofrío recorre su cuerpo de forma interna, ese que lo hacía sufrir cada año por no ser capaz de contarle lo que sentía por su padre, lo que le hacía sufrir.
Taemin sería la primera persona en escuchar su historia.
Era algo demasiado importante para él como para simplemente llegar y decírselo. Le era dificil.
Siente el roce de la mano de Taemin sobre sus mejillas, acariciándolo con tanto cuidado que lo hacía sentir como lo más indefenso que podía existir. Odiaba sentirse frágil ante alguien, pero no podía negar que ese mínimo y suave roce le hacía tranquilizarse y ayudarse un poco mentalmente.
Suelta un suspiro y apenas nota cuando ya había comenzado a hablar.
- No sé si lo sabías, pero yo soy amigo de Jonghyun desde que éramos demasiado pequeños- suspira-. Desde los diez o incluso menos. Se podría decir que nos conocemos por completo, a pesar de que no lo demostremos tanto.
- Estás consiguiendo ponerme celoso- le dice intentando hacerlo sonreír, pero Minho apenas lo hace de forma débil.
- No tienes de qué. Es como mi hermano- Taemin asiente instándolo a seguir-. Éramos compañeros desde el colegio, por lo que yo pasaba en su casa y él en la mía. Mi papá era arquitecto y llegaba muy tarde a la casa y mi mamá también, así que me iba a la casa de Jonghyun porque me aburría de estar solo. Sulli no me entretenía.
Le es imposible no detenerlo con esa nueva información, casi le dan ganas de sonreír a Taemin por la ternura que le provocaba el moreno.
- ¿Él era arquitecto como tú?
- Sí, aunque dudo que logre ser tan bueno como él.
Le dan ganas de besarlo y sacarle esa maldita idea de que no hace las cosas bien, a pesar de ser uno de los mejores alumnos de la universidad.
Más de una vez había escuchado desportricar a Onew en su contra solo por envidia. Algo así como envidia de su talento.
- ¿Estudias arquitectura por él? –Minho asiente con algo de pesar.
- Por muy estúpido que suene, mi papá siempre fue mi modelo a seguir.
- No es estúpido. No digas tonterías- intenta no decirlo, pero siente la necesidad de hacerlo de todas formas-. Me parece tierno, Minho. Que lo hagas por él.
Ve como las mejillas del moreno suben de color casi invisiblemente, mientras una nueva lágrima recorría su rostro.
Por cada lágrima nueva, sentía más angustia en su interior.
- Entonces… un día me quedé en la casa de Jonghyun. Me quedaría toda la noche, a pesar de que mi papá estuviera en la casa; quería probar un juego nuevo que tenía, era algo demasiado estúpido, pero lo hice de todas maneras- Taemin nota como le cuesta continuar, adelantándole que quizás lo que se venía no sería tan de su agrado-. Eran las diez de la noche y llamé a mi papá diciéndole que no me quería quedar, que quería dormir en mi cama y simplemente estar en mi casa…
Nuevas lágrimas se asoman con mayor furia, formando leves pucheros en el moreno. Taemin siente que le faltan brazos para limpiarle tanta pena y para abrazarlo de tal forma que no fuera capaz de soltarlo nunca más. Pasa con cuidado su manga sobre su mejilla y espera un nuevo arsenal de lágrimas que ya se veían venir.
- Me quedé dormido en el sillón, esperándolo- suspira ya llorando de lleno, siéndole dificil hablar-. Al otro día me despertó mi mamá diciéndome que mi papá había tenido un accidente, que se había ido a un lugar mucho mejor.
- Minho…
- Días después supe que un adolescente borracho lo había chocado de frente- le interrumpe-. Murió en el instante de un pestañeo… lo peor, Taemin…es que no fui capaz de decirle que no me quería ir a mi casa por mi cama ni por nada, sino que yo solo me quería ir a mi casa para estar con él.
Cuando Taemin siente el llanto desconsolado de Minho, cree que será capaz de morir ahí mismo. Que se transformará en una lágrima del moreno y se deshacerá uniéndose a otra y desapareciendo en un solo instante.
Le dan ganas de ser aire y oxígeno y felicidad y todo al mismo tiempo. Siente tanta pena y frustración por quejarse por problemas estúpidos comparados con el de él, que se siente una completa basura.
Como un adolescente idiota en busca de atención.
Ni siquiera es capaz de analizar su reacción cuando se ve a sí mismo atrayéndolo a su cuerpo para fundirlo en un eterno abrazo. Minho se resiste por unos segundos, pero no se demora demasiado en dejarse abrazar y hundir su rostro en el hombro de Taemin.
Las lágrimas le mojan el hombro, pero no le importa.
Porque cuando llora Minho se detiene el mundo y las personas y los vehículos. Se detiene el mar y el caminar rápido de las personas que pasan por su lado, porque cuando Minho llora es como si cada un segundo, un hada muriera en alguna parte del mundo.
**
No sabía ni donde estaban ni a qué lugar iban. No conocía a las personas a su alrededor y tampoco sabía que decirle a Minho que solo se preocupaba de mirar absorto por la ventana. Cada ciertos minutos levantaba su brazo y limpiaba la ventana, borrando la humedad que se generaba contra el vidrio tras su respiración.
Sabía eso y que una señora los miraba desde dos asientos más adelante como si estuvieran haciendo algo malo. Como si cruzar su mano con la de Minho fuera un acto tan pecaminoso que merecía la pena de muerte.
Taemin estaba a punto de sacarle la lengua de manera infantil o simplemente enfrentarla, pero por respeto a Minho, o más bien, por respeto a su silencio sepulcral, no lo hacía.
Lo mira descaradamente, ni siquiera de reojo, estudiando sus inexistentes movimientos y su respiración acompasada. No sabe si su tranquilidad le tortura o le calma.
- ¿Minho?
Sus movimientos son tan lentos que casi parecen estudiados. Y eso le asusta. Le asusta no saber como reaccionará ni como serán sus respuestas ante su continua necesidad por llamar su atención, por no dejarlo sumirse en esa pena que parece cada vez hundirlo más.
Taemin no sabe donde van. Solo aceptó irse del lugar en el que estaban y trasladarse a otro sin tener la necesidad de preguntar cual sería.
Minho lo mira y siente como si algo congelado le traspasara el pecho.
- ¿Tienes frío?
¿Frío? Hace más de cinco minutos no sentía las piernas ni las manos, casi le dolían los huesos.
- Estoy bien.
- ¿Seguro?
Ni siquiera espera su respuesta, y solo toma sus manos y la entrelaza más que antes, solo que esta vez metiéndolas junto a las suyas dentro del bolsillo de su polerón.
Minho parece algo shockeado por su acto, pero no más que la señora que los miraba y que estaba a punto de pegarles con el ramo de flores que llevaba sobre su falda. O estaba celosa a cagarse o era nazi hasta la muerte.
La segunda opción parecía más factible.
- Estás congelado.
- Lo siento.
- ¿Por tener frío?- se burla-. No seas bobo.
El roce de los dedos de Taemin sobre los suyos parece distraerlo un poco, despegándolo al fin de la maldita ventana que lo tenía atrapado. Siente como el menor lo acaricia con suavidad, dándose el lujo incluso de besar su hombro sobre la ropa al notarlo distraído.
Nunca pensó verse así con una persona.
Menos con Taemin.
- Tenemos que bajar.
Las demás personas también se levantan, incluso la señora psicópata, caminando hacia el final del bus, esperando que se detuviese de una vez.
Taemin hace el intento de desenredar sus manos de las de Minho, pero el moreno solo las saca de su bolsillo dejándolas enredadas entre sí de todas formas. Lo jala para que camine y se apure en bajar del bus antes de que se lo lleven de su lado.
Cuando quedan frente a una gran entrada se da cuenta del lugar al que habían ido.
- ¿Quieres conocer a mi papá?- le interrumpe, rompiendo sus pensamientos que no paraban de apoderarse de su cabeza.
Le hubiese gustado que no le hubiese dicho eso frente a la entrada del cementerio, pero las cosas no eran así como siempre quería. Minho lo sostiene aún de la mano y lo mira de tal forma que lo hace sentir desnudo y con los sentimientos a flor de piel.
- Me encantaría, Minho.
La señora que los miraba pasa a su lado y se da el lujo de detenerse unos segundos a seguir observándolos antes de seguir con su recorrido, pero la tristeza del rostro de Minho la incomoda y la obliga a seguir caminando antes de que Taemin siquiera alcanzase a abrir la boca.
Y caminan lento. Caminan sobre el pasto y Taemin con un ramo de flores en la mano porque dice que es de mala educación que llegue por primera vez a verlo y no le lleve nada.
Después de todo es mi suegro, ¿cierto?
Y caminan por más de quince minutos sobre lápidas con nombres desconocidos y con escasez de flores. A Taemin le dan ganas de comentarle sobre la tristeza de esa gente, pero se arrepiente de cada palabra apenas mira a Minho y se da cuenta que aún no logra salir de su estupor.
Cuando el moreno comienza a detener lentamente su paso y a apretar más fuerte la mano de Taemin, supo cuál era su papá.
Tenía jacintos y una libreta sobre la lápida.
- Vino alguien- le advierte Taemin, deteniéndose junto a Minho, casi sobre la lápida y mirándola con un extraño sentimiento en el cuerpo.
- Sulli y mi mamá- le explica-. Esa libreta se la deja todos los años Sulli y la cambia al año siguiente. Siempre hay dibujos de gente que viene a visitarlo.
- Lástima que dibuje tan mal.
Minho sonríe algo triste y se sienta quedando en cuclillas frente a la lápida. Taemin se balancea algo incómodo, pero finalmente le imita de igual manera.
Y el silencio se apropia de ambos y solo se oyen los suspiros que suelta el moreno cada ciertos lapsus de tiempo, casi como cuando uno se ahoga de tanto hablar.
Taemin casi está seguro de que está conversando con su padre.
- Hola señor Choi- interrumpe el menor con la voz fuerte y clara. Y Minho lo mira con los ojos más abiertos de lo normal, extrañándose demasiado como si casi eso no estuviera pasando-. Sí. Lo noté. Su hijo es algo maleducado por no presentarnos, soy Lee Taemin, mucho gusto.
Y Minho cree que puede morir ahí mismo y volver a vivir solo para ver la escena imaginaria que estaba teniendo Taemin con su padre. Como si él estuviera vivo conversando junto a ellos sobre lo maravillosa que era la vida.
El menor casi parecía entretenido.
- Minho deberías saludar a tu padre- le advierte Taemin, deteniéndo su diálogo inexistente.
Y al moreno le cuesta. Le cuesta hablar en voz alta y dejar de hablar con él por la mente. Casi le avergüenza hacerlo, pero lo hace de todas maneras.
Es la conversación que siempre deseó y nunca fue capaz de hacer.
- Hola papá- espera unos segundos y continúa-. Sí. Lo siento, no volverá a repetirse. He tenido muchos trabajos y apenas me queda tiempo libre. Vendré más, lo prometo.
- O sino yo lo obligo, no se preocupe, señor Choi.
Minho lo mira porque no soporta. Porque no aguanta que Taemin sea la ternura reencarnada en persona y deje ver a todos su careta de persona que odia a todos y que no tiene sentimientos. Le dan ganas de comérselo a besos y contarle cada sentimiento estúpido que se le cruza por la cabeza.
Y le sonríe. Como no había hecho en todo el día.
- Sí- añade el moreno de repente-. Es un poco mandón, también lo había notado.
- No más que su hijo.
- Yo no soy mandón.
- Sí, claro.
Ambos sueltan una carcajada a la vez que Minho estira las piernas porque ya se siente mejor y el nudo de su pecho comienza a deshacerse cada vez más.
- Le traje flores- continúa Taemin-. No sabía que los narcisos eran sus favoritos, así que para la próxima vez le traeré esos.
- No sabía que sabías de flores.
- No sabes muchas cosas de mi, Choi Minho.
- Sí- le interrumpe el moreno-. También tiene el ego un poco alto, lo había notado.
Taemin frunce un poco el ceño, pero finalmente sonríe junto a Minho al ver como el moreno sacaba la libreta sobre la lápida y un lápiz junto a ella.
- Nunca le he dibujado aquí.
- Llegó el momento de hacerlo.
- Está bien- asume ya colocando una hoja en blanco-. Pero tu sigue conversando. A mi papá le gusta conversar.
Los rayos de sol comienzan a descender cada vez más, golpeando el alegre rostro de Taemin que seguía la conversación como si de verdad estuviese con el padre de Minho. El moreno dibujaba y agregaba frases sin levantar la vista de la hoja de papel.
Y el viento mueve sus cabellos advirtiendo que ya llegaría la hora de irse y volver a la cruda realidad de la que se habían logrado escapar.
Pero cuando Minho deja la libreta sobre la lápida y Taemin insiste en querer ver, notan como los rayos de sol se cuelan por sus ropas, dándoles calor internamente y deshaciendo todo tipo de dolor que pudiese impedirles respirar.
Minho suelta un suspiro a la vez que el moreno miraba embobado la hoja con el dibujo.
- No sabía que dibujabas tan bien.
Un rayo de sol llega a la lápida justo en el momento en que Taemin deja la libreta en el lugar de siempre. Y un alegre rostro parece sonreirles gracias al calor que le regalaba el sol a esa hora del día.
Después de diez años, Minho al fin había logrado dibujar a su papá sin botar una sola lágrima.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hola nena yo... sabes? Con este capitulo me hiciste llorar T-T yo realmente no se que decir me ha llegado mucho casi puede sentir de nuevo el dolor de minho , pues se que se siente no decirle muchas cosas a una persona y luego saber que nunca mas podras hacerlo, creo que una apoyo asi como el que le dio taemin es algo muy importante, taemin ha demostrado que ama realmente a minho se aferro a el y no lo dejo sufrir solo, que bueno que minho pudo sacar todo ese dolor que tenia acumulado y dejar que taemin forme parte de una etapa importante de su vida. Gracias por tan bello fic saludos a tu amiga con la que lo escribes, las admiro mucho, espero el siguiente capitulo nos leemos prontito cuidence mucho bye bye :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
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