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[2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Titulo: Sol de invierno
Autor: Carito_d y Canu
Género: AU, romance, drama
Parejas: 2Min JongKey (?)
Nota: Este fanfic fue creado entre dos personas, Canu y Carito , espero que sea de su agrado.
Descripción: Cuando el sol aparece en el invierno, la gente corre rápidamente a los primeros rayos de sol, intentando buscar calor. Taemin es frío, viento y tempestad, pero cuando aparecen los rayos de sol de Minho todo comenzará a cambiar.
Capitulo I: TaeMin
El sonido de los cartones al ser cortados, interrumpía de vez en cuando la conversación. Se pasaban los restos que sobraban y continuaban conversando como si nada. Se habían quedado trabajando en la universidad más del tiempo normal, los alumnos ya no se veían rondar por los pasillos y las luces de las salas se hacían más tenues al caer la noche.
- Quiero dormir- se queja uno de ellos, mirando a su amigo de reojo, al que ya se le estaban comenzando a desaparecer sus ojos tras el cansancio, transformándose cada vez más en líneas que en párpados-. Onew, despierta.
Lanza un pedazo de cartón y cae con precisión. El otro se queja.
- ¿Qué estaba contando?- Minho lanza un bufido y lo intenta colocar al hilo de la conversación una vez más.
- Que te viniste a Seúl con tu familia, definitivamente.
- Ah, cierto.
Onew pertenecía a una familia algo conservadora, procedente del sur de Corea. Estaban en buscas de mejores oportunidades laborales, por lo que decidieron irse mucho más al centro, en donde las cosas irían mucho mejor.
Él estudiaba desde hacía dos años arquitectura en Seúl, pero finalmente, toda su familia decidió irse junto a él al darse cuenta de lo bien que andaba esa ciudad. Su padre, su madre, hermano y él.
- Espero que no le cueste adaptarse acá. Dejó a varias amistades allá, lo hacían feliz y me siento un poco culpable por haber provocado que se trasladaran acá, a Seúl.
- Mmh… cierto.
- Me encanta cuando me prestas atención, Minho.
- A mí me encanta lo sobreprotector que puedes llegar a ser con tu familia. Déjalo. Es grande para que te preocupes de él.
Onew lo observa, serio.
- Algún día serás tan sobreprotector con alguien, que yo me sentaré a mirarte y a apuntarte, para reírme de ti.
Minho solo lo mira desconfiado.
Él tiene una hermana de diecisiete años, Sulli. No es que no la quiera, pero le permite tener cierta libertad razonable para ser una persona lo suficientemente dependiente como le enseñaron a él. Ambos perdieron a su padre cuando eran pequeños, Minho tenía solo catorce años cuando tuvo que empezar a realizar el rol del hombre de la casa.
- Deberías ir mañana a mi casa- le interrumpe Onew en el medio de sus pensamientos-. Podríamos comer algo, no sé, tomar, sí, tomar, eso estaría bien.
Minho sonríe. Le parece una idea agradable, hace bastante no salía de su casa.
- ¿Tendré que soportar verte una vez más haciendo el baile del pollo en calzoncillos?
El aludido lo mira ofendido, y le dice un par de blasfemias sin pudor alguno. Minho ríe, a la vez que sigue cortando.
- Ojalá que en algún momento de tu vida hagas tanto el ridículo, que llegues a superar mi baile del pollo. Aunque lo dudo, es insuperable.
El chico lanza una carcajada tan fuerte que le es imposible volver a concentrarse dentro de los siguientes cinco minutos.
***
Cuando Minho llegó a su casa luego de un arduo día en la facultad, esperaba dormir o descansar un poco antes de tener que irse a la casa de Onew, pero lamentablemente sus planes cambiaron apenas cruzó el umbral de la puerta.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Jonghyung le sonríe acostado desde su cama, mientras cruzaba las piernas acomodándose en una mejor posición. El hecho de que su mejor amigo se hubiese robado las llaves de su casa desde su bolso, nunca fue una buena señal.
- No sé. Respirar, descansar, sonreírle a la vida- coloca sus brazos detrás de su cabeza, mientras Minho deja una maqueta sobre una mesa y tira su bolso cerca de su amigo-. ¡Auchh! Tú y tu salvajismo de mierda.
- Quiero dormir, Jjong, ¿era necesario aparecerse justo en el lugar que no veía desde hace dos días?
Minho se quita el polerón que llevaba encima, para luego acostarse en su cama, empujando con fuerza a su amigo para que saliera de esta. La pelea duró más de cinco minutos, siendo vencido finalmente por su mejor amigo. No le quedó otra que acomodarse a su lado, tapándose la cabeza con ayuda de su almohada.
- No te vas a suicidar en este momento, por favor. Después de haberme dicho que estamos invitados a la casa de Onew, es lo que menos deberías hacer.
- ¿Qué mierda tiene de raro que nos haya invitado?
Jonghyung intenta sacarle la almohada, mientras Minho lucha para que no sea así. Finalmente, termina cediendo de todas formas.
- Es raro, apenas he hecho un par de trabajos con él.
- Él me pidió que te invitará, vieja chismosa- el chico se gana un codazo en las costillas por su comentario, obligándolo involuntariamente a reír-. A lo mejor le gustas, Jjong. Eres demasiado sensual para que no sea así.
Su amigo abre los ojos de tal manera, que Minho vuelve a reír de tal forma que lo hace ganarse un par de codazos y golpes más.
- No sé que hice para merecer un amigo como tú, Minho- se queja-. Siendo yo una persona tan buena y perfecta.
El aludido rueda los ojos y se sienta más comodamente junto a él.
- Deberías ir. Irá Kyuhyun, a él lo conoces lo suficiente como para no intimidarte.
Cuando Jonghyun toma un cojín para ahogar a su amigo, este no alcanza a levantarse para no ser víctima de nuevos golpes. Se ríe tanto a la vez que intenta luchar, que ya ni recuerda el sueño que lo invadía hace un pequeño momento.
- Ya- dice Jjong, recuperando la compostura-. Iremos, a lo mejor Onew puede tener una abuela o una tía con la que puedas ejercer tus encantos para conquistarla. Porque digamos que ahora tu última relación amorosa se basó en eso –apunta la maqueta que acababa de entrar cuando llegó-. Y eso no es nada de sensual, lamento decirte. Falta algo de acción en tu vida, queridísimo Minho.
Él también pensaba eso, pero no quiso decirlo. Simplemente abrazó la almohada, intentando recordar en qué momento la conversación se puso seria y comenzó a tratarse de su vida amorosa, la que comenzaba a ser nula.
- O a lo mejor, no habrá nadie y simplemente pasaremos comiendo pollo toda la noche con Onew- rió Minho, intentando quitarle seriedad al asunto-.
- Menos mal que no somos vegetarianos entonces.
Y las risas empiezan una vez más, obligando a Minho a levantarse o terminaría presenciando una vergonzosa situación que pasó con su amigo en las mismas circunstancias, en la que se vio obligado a tener que cambiarse los pantalones por no poder contenerse más debido a la risa.
***
Cuando Minho estaciona su auto fuera de la casa de Onew, su amigo, Jonghyung, lo mira algo consternado.
- Parece que de verdad será la fiesta del pollo- proclama, bajándose del auto e intentando escuchar si habían signos de música o algo por el estilo-. Lo bueno es que no cené.
Minho sonríe, pegándole un manotazo en el trasero a su amigo para que camine. Este lo mira ofendido.
- Solo estoy preparando a tu trasero para lo que se viene con Onew- le dice burlándose justo antes de golpear la puerta.
- Maldito imbécil.
- Nunca me habían dicho algo tan hermoso cuando había venido a abrir la puerta.
Kyuhyun había aparecido justo en el momento en que no tenía que escuchar la mini pelea del par de amigos. Aún así sonreía, divertido.
- Y menos un par de personas que nadie invitó.
Jonghyun mira perplejo a su amigo, pensando que le había jugado una broma. Una PÉSIMA broma.
- Jjong sigue creyendo que Onew no lo invitó y que yo formé esta pequeña reunión para avergonzarlo.
Entran a la casa, seguidos de Kyuhyun, que los obligaba a avanzar dándoles pequeños empujoncitos.
- Tan desconfiado, Jonghyun- le reclama Kyu-. Yo que te veía un poco más arrasador con respecto a personalidades.
El aludido no alcanza a replicar cuando Onew aparece con una gran sonrisa a recibirlos. Caminó entre las cajas que seguramente contenían las cosas del lugar, que aún no terminaban de ser desenvueltas. Al parecer, realmente habían llegado hace muy poco.
Al acercarse a Jonghyun a saludarlo, justo se tropieza con algo en su camino, cayendo sobre él, de tal manera que este da un paso hacia atrás asustado a más no poder, escuchando como fondo la profunda risa de su amigo al darse cuenta de la situación.
- Lo siento, soy un poco torpe- le dice Onew, ayudando al chico a reintegrarse-. Especialmente cuando tengo hambre.
- Hambre de pollo –susurra Minho, sin que el aludido lo mire-.
- ¡Sí!- lamentablemente Onew alcanza a escuchar, sonriendo a más no poder-. Que sabio eres, Minho. Pensé que era el único aficionado del pollo.
Kyuhyun rueda los ojos, aburrido.
- ¿Podemos comer o hay que esperar a alguien más?- pregunta, empujándolos nuevamente hacia la mesa sin esperar la respuesta. Minho opone un poco de resistencia.
- ¿El baño donde está? Necesito lavar mis manos urgente- y las levanta intentando demostrarle que las tenía pegoteadas tras derramarse un poco de Coca Cola en el auto.
Onew se acerca y le indica las escaleras, y luego hace un movimiento extraño que el chico no alcanza a comprender. De todas formas le hace entender que sus explicaciones fueron perfectas.
Sube las escaleras sin mucha confianza y ve un largo pasillo sin ninguna pista de indicar cuál era el baño. Un montón de cajas apiladas adornaban el lugar, al igual que la planta del piso anterior.
Da un par de pasos y el eco de estos suena. Probablemente no llevaban ni siquiera una semana viviendo en el lugar.
Ve una puerta entreabierta y no duda en empujarla.
Entonces lo vio.
Sentado en frente a un escritorio, con una pierna bajo él, sentado de una forma tan despreocupada que a Minho le causo un enorme sentimiento de relajación.
Tenía que tener diecisiete o dieciocho años. Era imposible que tuviera más, su cuerpo lo delataba.
Eso era lo peor. Que Minho no se sintió capaz de seguir caminando por el solo de hecho de haberse hipnotizado mirándolo. Mirando sus brazos, sus piernas y su espalda desnuda que se arqueaba cada ciertos segundos buscando una mejor comodidad en la silla.
Él suspira mirando su computador y Minho cree que suspira junto a él.
Empuja un poco más la puerta, sin emitir ningún sonido, solo para mirar un poco más. Un poco más no le haría mal a nadie, ¿no? Aparte que si ya llevaba más de dos minutos mirándolo, un par de minutos más no harían daño.
El chico vuelve a suspirar y Minho cree que un agujero negro se traga su cuerpo cuando se da cuenta que él solo andaba en bóxers. La iluminación desde su punto de vista anterior, no le habían dado la mejor vista del chico.
Necesitaba saber quién era él. Quién era el chico rubio que no paraba de ver fotos en la pantalla. Fotos que Minho quería ver más de cerca para poder ser apreciado igual que ellas ante los ojos de él.
Ahora es él el que suelta el suspiro, pero que gracias a Dios fue inaudible. Porque temía que el chico se diera cuenta de su presencia, y verse obligado a retirarse de allí.
Disfrutaba mirarlo.
- ¡MINHO!
Y todo fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta que lo había descubierto. Que lo miraba directamente a los ojos de una forma que no era agradable para nadie. De una forma que ojalá Minho no hubiese tenido que vivir.
Última edición por Carito_d el Sáb Oct 27, 2012 9:17 pm, editado 19 veces
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Notas de la autora: Hola de nuevo! aqui traigo el capitulo 7, aunque no nos convencio mucho espero que lo disfruten, el proximo sera el mejor, esperenlo con ansias ♥
Capitulo 7
- Odio Historia- se queja Taemin, tirando un lápiz sobre su cuaderno-. No me sirve de nada. Es aburrido y no me importa la vida que tuvo Corea. Es una basura.
Sulli ríe, apoyándolo sin expresarse, mientras que Kai frunce el ceño, algo ofendido. Estaba bien que odiara la materia, pero su país no tenía nada que ver en esto.
- Deberías parar de quejarte y trabajar de una vez. No quiero terminar a última hora haciendo el trabajo por tu culpa.
- ¡Al fin alguien consciente!- exclama Sulli, sonriendo.
Ambos se sonríen entre sí, apoyándose mutuamente, mientras que Taemin bufa y deja caer su cabeza sobre la mesa, rendido. Estaba harto de estar en la casa de Sulli y aún no haber visto ni un pelo de Minho.
Sí. Por eso estaba así de mañoso.
Bueno en parte. En parte completa, en verdad.
Kai comienza a dibujar mientras Sulli escribía el informe desde el computador, siendo ayudada por el moreno. Conversaban bastante fuerte y reían casi por todo lo que decían, pero Taemin seguía acostado sobre sus manos que se cruzaban sobre su libro a pesar de todo, dejándolo dormir en paz.
Odiaba todo. Incluso a Kai y a Sulli por ser tan felices.
- Sulli.
Siente su voz a su lado y sonríe inevitablemente solo al escucharla. No quiere levantar la cabeza, pero tampoco quiere quedarse ahí sin mirarlo.
- Hola Minho.
Siente el golpe de las palmas al saludarse, entre Kai y el moreno y aún no levanta la cabeza. Sabe que está más cerca de él porque siente sus piernas balancearse lentamente, como queriendo decir algo.
Le gustaría que sus amigos se fueran, a pesar de que estuvieran en la casa de Sulli, y que pudiera sentarse con Minho y hacerle muchas preguntas. Tantas hasta quedar sin saliva. Querer saber cuál es su sueño y cuál es su pastel favorito.
Todo sobre él.
Levanta la cabeza, con los ojos pequeñitos a causa del sueño, pero logra enfocar perfectamente su imagen. O algo así cree.
- Hola.
No le dice su nombre y eso le gusta a Taemin. Le gusta pensar que su nombre causa estragos en su cuerpo y que le es dificil pronunciarlo sin volverse loco. Le gustaría entrar en la cabeza de Minho y hacerlo creer que sea así.
- Hola Minho.
Se miran por un par de segundos hasta que el moreno se siente incómodo y se dirige a su hermana. Ahí es cuando se da cuenta que el parecido es bastante, y que Sulli en verdad es una chica demasiado guapa.
- No quiero ser pesado, ¿pero podrían bajarle un poco el volumen a la música?- lo dice con un tono tan suave que a Taemin se le revuelve el estómago de solo escucharlo-. Es solo mientras termino un informe.
Sulli asiente, tranquila y Minho agradece sonriéndoles a todos. Y Taemin queda tan embobado, a causa del sueño o de mariposas saltarinas o quién sabe qué, que no nota cuando el chico ya había desaparecido, probablemente encerrándose en su habitación como hacía cada vez que trabajaba. O por lo menos eso era lo que le había dicho su hermana.
Entonces vuelve a bufar otra vez, más enojado que antes. Con una visita así de corta nunca sería suficiente. Mira a sus amigos trabajar y cree que no es necesaria su presencia en el lugar. Quizás podría ir al baño y tomarse todo el tiempo que quisiera, incluso pasearse por habitaciones contiguas a él.
Sonríe glorioso.
Es un genio.
- ¿Sulli dónde está el baño?
- En el segundo piso, es la primera puerta a la derecha. ¿Quieres que te lleve?
- No, está bien.
Kai lo mira enojado, sabiendo que estaba paseándose solo con tal de no trabajar. De hace días que lo notaba extraño, como si anduviera en las nubes y no estuviera viviendo en la tierra. Casi como lo hace la gente enamorada.
Taemin se levanta con cuidado y se dirige sin dudar mucho al lugar en donde se encontraban las escaleras. Podía decir incluso, que estaba algo emocionado. Al llegar arriba ve un largo pasillo con puertas a los ambos lados. Sería una tarea un poco difícil, pero no imposible, solo tenía que escuchar a través de la puerta y entrar.
Apoya su cabeza frente a la puerta en la que estaba el baño y nada. Todo en silencio. Avanza a la siguiente y ve por la rendija, que había luz, y como no había nadie más en la casa que ellos, supo de inmediato que esa era la habitación de Minho. Aparte que el dibujo que había en ella, de un par de edificios sobre el marco, le indicaba que era más que obvio que era la del moreno.
Sonríe sin saber si abrirla o golpear antes. Era raro que el apareciera de la nada ahí. Pero las cosas se le hacen mucho más fácil cuando sin querer empuja la puerta y esta se abre un poco, dejándole ver en su interior al chico trabajar.
Estaba tan concentrado haciendo una maqueta que no se percato del sonido de la puerta al abrirse.
Y Taemin no sabe si hablarle, toser o irse sin decirle nada para no interrumpir la burbuja de tranquilidad en la que se hallaba atrapado.
Pero él es Lee Taemin y nunca ha dudado algo. Prefiere arrepentirse de algo que hizo a algo que no, aparte que quería hablar. Solo eso.
- Hola.
Minho se voltea algo asustado, sosteniendo dos cartones que esperaba que se pegaran. Se extraña de la presencia del chico en su habitación, pero de cierta manera no lo enoja.
- ¿Puedo pasar?
El moreno asiente y patea un par de cartones que había en el piso, impidiendo el acceso al lugar. Estaba bastante desordenado a decir verdad.
Pero a Taemin parece no importarle porque se dirige rápidamente a la pared que se encontraba llena de fotografías que había tomado en distintos lugares y en distintas fechas. Ese era algo así como su hobbie escondido.
- No sabía que sacabas fotos- le dice mirándolo, esperando una respuesta ante su eterno silencio.
- Muy pocos saben- le dice ya dejando la maqueta sobre la mesa y acercándose-. Es algo que hago de vez en cuando.
- Son bonitas- le dice, sonriéndole-. Me gustan mucho.
El menor se acerca más al muro, viendo con mayor detalle cada foto. Habían de su hermana, de una mujer bastante guapa y con rasgos muy parecidos a los del moreno, siendo probablemente su madre, de Jonghyun, de animales, maquetas, edificios, paisajes, de todo en verdad. Incluso de sí mismo.
- ¿Qué haces acá?- le pregunta, algo serio-. ¿No deberías estar trabajando en un interesantísimo trabajo de la historia de Corea?
Taemin bufa ante su ironía.
- Te vine a ver- ahora lo mira a los ojos, esperando su reacción-. Así como tú cuando fuiste a mi casa.
Y le encanta decirle cosas así y ver el proceso de las mejillas del chico, en la que pasan del habitual rosa pálido y a la de enrojecer leventemente.
- No me lo esperaba- le dice mirándolo también.
- ¿Qué cosa?- le gusta cuando sus conversaciones empiezan de manera estúpida y terminan así, preguntándose cosas que hacen sentir incómodo al otro-. ¿Acaso no te gusta que te venga a ver?
Pero Minho prefiere no responder. Cree que sería demasiado si le dijera no, no me gusta que me vengas a ver, me encanta.
Sí. Es demasiado.
Taemin vuelve a mirar las fotos, sabiendo que no obtendrá una respuesta.
- ¿Me das una foto?
El moreno avanza hacia la pared, y sin hablar aún, va y despega una sin dudarlo. Sin dudar en su elección y sin dudar si dársela o no.
Elige su favorita entre todas y se la da.
- Elegiste la que más me había gustado. Me encanta.
Era una foto del año pasado, de las vacaciones de invierno. Había salido con Jonghyun, internándose por dos semanas en las profundidades de un bosque que no conocían. Habían acampado y caminaban todos los días, conociendo especies y árboles nuevos.
Habían sido unas vacaciones de reflexión.
Y la foto mostraba exactamente lo mismo. Salía un bosque muy tupido, luego de una lluvia. Se apreciaban las gotitas en las hojas y lo puro que era el oxígeno. Era una foto casi de introspección.
Taemin observaba hipnotizado la imagen, sonriendo levemente, casi internándose dentro del bosque mismo. Minho lo imitaba, excepto que no miraba al bosque precisamente.
El sonido de su celular lo interrumpe de la nada, provocando el odio hacia su ringtone y hacia la persona que lo llamaba. Para variar: su mejor amigo.
- ¿Qué?
- ¿No te enseñaron a saludar?
El menor levanta la cabeza, observándolo mientras hablaba, aún con la foto en la mano. Sabía que era un buen momento para irse o Sulli ya se preocuparía por él y aparecería ahí, cosa que no quería.
- Lo siento. Hola querido Jonghyun, el mejor amigo que pude tener y el que cualquier persona desearía. ¿Mejor?
Taemin ríe, a la vez que camina más cerca de Minho, intentando decirle que él ya se tenía que ir. No sabe como hacerlo, atinando solo a agradecerle con una sonrisa y un inaudible gracias. El moreno asiente, sin concentrarse mucho en la conversación del teléfono.
- ¿Y? ¿Vas a ir?
Y cuando recién se cierra la puerta, quedando completamente solo, recuerda que Jonghyun tenía algo importante que decirle. Y parece que ya se lo había dicho.
- ¿Dónde? –su amigo bufa al otro lado.
- ¿Me estabas escuchando?
- No.
- Odio tu sinceridad excesiva.
- ¡Habla pronto!
- Quiero que conozcas a Key- le dice con algo de inseguridad-. Que saliéramos, los tres.
A Minho le choca la idea por un instante, debido a lo poco que habían hablado sobre su relación con su amigo. De hecho, casi no le preguntaba cosas sobre el rubio, prefería no incomodarlo.
- Pero… sobraré. No quiero interrumpir su burbuja de amor- se burla.
- Le diré que invite a alguien también- le dice sincero, esperando que aceptara la invitación-. Pero quiero que lo conozcas, en serio.
- Ya, ahí estaré.
Se colocan de acuerdo del lugar y hora.
Sinceramente lo incomodaba un poco la idea, pero lo haría solo por su mejor amigo. Se le hacía extraño verlo con otro hombre, y más si era Key, pero no por eso no lo apoyaría. De hecho, creía que ahora lo quería más que antes.
Y pasaron muchas horas antes de que ya se fuera a dormir. Eran las seis de la mañana y andaba en la cocina, buscando una que otra cosa para comer. Entonces se sienta en el sillón del living y ve el computador de su hermana, a su lado.
Y sabía que era una mala idea, pero ya nadie podía reprocharlo ni descubrirlo menos a esa hora de la madrugada/mañana. Abre el computador con cautela y lo enciende, rezando para que no sonara al inicio.
No le costó mucho dar con lo que buscaba, probablemente porque su hermana miraba esa página muchas veces.
Era de Taemin, con muchas fotos de él, en distintas situaciones. En el colegio, en paseos, con Sulli, Key, con el moreno que había estado esa tarde en su casa e incluso de Onew.
Eran demasiadas.
Pero ve que hay una actualización de hace un par de horas y clickea sobre ella, sin dudarlo. Y la sorpresa es tan grande que sabe que está sonriendo mientras ve la fotografía.
Probablemente era bastante estúpido lo que pensaba, pero no podía negar la felicidad que le vino de repente al ver a Taemin con la foto que le había regalado hace poco, en sus manos y sonriendo a más no poder.
Quizás eran pensamientos con demasiada ilusión o quizás, a Taemin ya se le había quitado el odio hacia él.
Al fin.
***
Nunca le habían gustado mucho los centros comerciales. Siempre terminaba yéndose porque tanta gente lo aburría o porque estaba harto de tener que recorrer cada tienda de ropa con su hermana, esperando que se probara cada una de las prendas que le gustaban.
En verdad no era que no le gustaran, sino que tenía cierto trauma.
Y ahora, era una situación bastante extraña en verdad.
Partiendo porque: uno, no era el panorama ideal para un hombre, menos si de cuatro personas, todas eran hombres, y dos, la cuarta persona, era la persona que menos pensaba que aparecería, pero la que más probable de que fuese, cosa que nunca se le ocurrió.
Sí. Taemin.
Primero, al verlo, no fue como siempre. No fueron miradas extrañas ni sonrisas cómplices, fue simplemente un movimiento de cabeza, cosa que tenía que tomar como un saludo. Key lo saludo de manera bastante entusiasta y a Jonghyun de manera bastante recatada.
Cosa que no le chocó tanto como esperaba. De hecho, le gustó bastante ver a su amigo por fin centrado en algo serio. Aunque eso serio, fuera Key, la anti seriedad en persona.
Se sentaron por un momento en un café, a conversar sobre algo, o quizás a conocerse mejor. A Minho le gustó bastante la idea, pero cuando tuvo que sentarse frente a Taemin, siente que en realidad no había sido un buen plan, porque el chico se enojaba más y más a paso del tiempo. No sabía qué le pasaba, pero su cara demostraba un odio que de verdad lo incomodaba. Key le daba pequeños golpecitos bajo la mesa, pidiéndole por favor que pusiera un poco de su parte, pero el otro lo ignoraba por completo, concentrándose solamente en jugar con los saquitos de azúcar, aburrido.
- ¿Ustedes se conocieron en la universidad o eran amigos de antes?
El rubio preguntaba cosas cada cierto tiempo, sin permitir que se produjeran silencios incómodos. Minho se lo agradecía e intentaba no mirar a Taemin, que lo exasperaba cada vez más.
- No, somos amigos desde el colegio. Me seguía todos los recreos así que tuve que ser su amigo por obligación- Jonghyun ríe ante la respuesta, aceptando que algo de verdad había en eso.
- ¿Y vives solo?
- No, con mi hermana y mi mamá.
Key asiente, sabiendo desde antes, que no tenía que preguntarle por su padre. Prefiere cambiarle el tema, rápidamente.
- ¿Y tienes novia?
No alcanza ni siquiera a responder porque Taemin bota la caja de madera con todos los sobres de azúcar en su interior. Key lo mira, enfurecido, mientras que él y Jonghyun se encargan de recoger todo lo que se cayó antes de que le hiciera un escándalo para que parara de comportarse así.
- No- le dice volviendo al tema y pasándole nuevamente la caja a Taemin-. No tengo.
- Es una lástima- Key se la quita antes de que el chico la tenga en sus manos-. Eres demasiado guapo para estar solo.
Minho ríe, evitando que sus mejillas se tornaran rojas. Cosa que por primera vez no fue así, pero cuando levanta la cabeza y ve a Taemin mirándolo fijo, con su peor cara de seriedad, siente que ahora sí podría enrojecer.
Y cuando ya se levantan del lugar, comienzan a caminar por los pasillos, comentando una que otra cosa sobre sus vidas. En realidad, Minho admite que había tenido una mala imagen sobre Key. Era bastante diva, en eso no había error, pero era una persona tan buena o mucho más que ellos mismos. Admitía sin ninguna vergüenza sus errores y contaba chistes como cualquier otra persona del mundo.
Le agradaba bastante a decir verdad. Al igual que la imagen de ver a su mejor amigo, mirándolo embobado cada vez que Key le contaba algo.
Sabía que cuando estuviera solo con Jonghyun, le haría burlas, pero en cierta forma, la situación ahora lo enternecía.
Pero cuando llegó el momento en que Key encontró su tienda de ropa favorita, la situación cambió bastante, llegando a tal punto, de que tuvieron que esperarlo más de cuarenta minutos fuera de un probador, esperando que se observara cada una de las prendas puestas en él.
Jonghyun lo miraba intentando decirle que lo perdonara, pero Minho solo le sonreía, intentando no poner la cara de aburrido que tanto se le quería escapar. Y Taemin, brillaba por su ausencia. Se había ido apenas había entrado a la tienda, teniendo una pequeña discusión con su amigo antes de ingresar.
- Minho, ¿me puedes hacer un favor?
Cuando por fin Key había salido del probador, se dirigieron a la caja, cosa que fue peor que antes. Habían más de veinte personas esperando, cosa que significaba mucho más rato parado ahí.
- No sé donde está Taemin, ¿podrías buscarlo?
La mirada de Jonghyun le obliga a decir que sí antes siquiera pensarlo. Era extraño, pero quería saber que le pasaba al chico como para tener semejante cara de odio durante toda la tarde.
Salió casi corriendo de la tienda, buscando desesperado oxígeno en los pasillos. Al parecer habían escogido el peor día para ir a un centro comercial porque se veían familias que llegaban a cada segundo.
Caminó por cerca de diez minutos en los pasillos, mirando a todos lados en busca del chico. Fue un poco difícil de encontrar, pero no imposible. Agradecía el color de su fulminante cabello rubio, cosa que ayudó de sobremanera.
Lo encontró sentado atrás de una maseta, con un aire bastante asqueado. No sabía como acercarse sin aumentar su odio, pero no tuvo más remedio que solo aparecer sin previo aviso.
- Tienes que volver- Taemin se voltea rápidamente, sin cambiar su gesto-. Te están esperando.
Dos segundos y el chico voltea la cabeza, dándole nuevamente la espalda a Minho.
- No quiero.
Sabía que esa era su respuesta. Era bastante obvio.
- Está bien- se sienta a su lado, metiendo las manos dentro del bolsillo de su polerón.
Taemin no da crédito a su respuesta y lo mira, sorprendido.
- ¿Está bien? ¿No deberías intentar convencerme?
- Vivo con una hermana de tu edad e intentar convencerla es como intentar que Jonghyun deje de mirar a Key mientras habla.
El rubio intenta no reír ante la comparación, pero de todas formas se le escapa una leve sonrisa.
- No te creas tan grande tampoco, tienes dos años más que yo solamente.
- Dos años hacen la diferencia, lo siento.
El chico vuelve a quedarse en silencio, volviendo a desesperar a Minho. Pero éste no se rinde y sabe que en algún momento Taemin se incomodará y se verá obligado a hablarle.
O eso espera.
- ¿Minho?
Le gusta como suena su nombre con su voz. Le gusta demasiado.
- ¿Mmm?- y lo mira y se da cuenta que ya no tiene esa mirada de reto que tenía hace unos instantes. Lo agradece.
- ¿Me llevas a mi casa?
No se da cuenta cuando su cabeza asiente inconscientemente. Empiezan a caminar por los pasillos, de manera lenta y con calma, dándose el tiempo de mirar una que otra cosa que les llamara la atención. Sin que se dé cuenta Taemin, Minho le manda un mensaje a Jonghyun, avisándole que se quedaría con él hasta que terminaran sus tareas matrimoniales. La respuesta con los insultos de vuelta no se demoró mucho en llegar.
- ¿Me compras un jugo?
Era imposible negarse. A él le costaba demasiado y el doble si se trataba de Taemin. Terminaron sentados en menos de cinco minutos en una heladería, tomando jugo, mientras Minho lo acompañaba. Finalmente se le unió y pidió uno para él también.
- Qué rico se ve el helado de esa niña- indicaba Taemin, obligándolo a darse vuelta descaradamente a mirar.
Tres minutos fue un exceso para que se demorara en llegar la copa del chico.
- ¿Estás seguro que no quieres?
Minho asiente, sonriendo.
- Come. Es tuya.
- Lo paso mejor contigo que con Key.
Prefiere tomar esa respuesta por haberle comprado el helado y el jugo y no con otra intención. Reza para no sonrojarse.
- Me cae bien Key.
Hace esa acotación intentando que el chico hablara más y se soltara con el fin de desaparecer su enojo. O de saber porqué estaba así.
- A mi no- se llena la boca de una cucharada de helado y acota-. Cuando tengas una novia, la tendrás enamoradísima. Estará loca de amor por ti.
Minho ríe, asumiendo ya el color de sus mejillas. Pero aún así se escapa y prefiere volver al tema inicial.
- Key es tu mejor amigo, debería caerte bien.
Taemin le quita el vaso de jugo de entre las manos y toma un largo sorbo a través de la bombilla. Tenía una sed que lo volvía loco.
Sed de Minho.
Que se bloqueaba cada cierto tiempo tras sus acciones.
- Últimamente no me está cayendo muy bien.
Ahora el moreno es el que se toma la libertad de pedirle helado, solo que Taemin prefiere ser el que maneja la cuchara, llenándola hasta lo imposible y dándosela de lleno en la boca a Minho. Fue algo que no se esperaba, como las últimas cincuenta mil cosas que han pasado desde que han estado solos.
Se le congela la cabeza, colocando una mano en su frente a causa del dolor. El rubio ríe coqueto.
- Lo que te pasa… -intenta decirle, aún con el dolor a causa del entumecimiento-. Es que tienes celos de Jonghyun. Lo odias a él y más a Key, por salir con él.
Taemin deja un largo rato la bola de helado dentro su boca, disfrutándola. Minho se queda algo hipnotizado en eso.
- Eso no es verdad.
- Estás enojado por eso. Lo sé. Odias a Jonghyun.
- No tengo porqué odiarlo.
Minho se termina el jugo de un trago, dejando la huella de un pequeño bigote de espuma sobre su boca. Lo limpia con ayuda de la manga de su chaqueta y lo mira serio.
- Es verdad, no tienes porqué odiarlo, pero lo odias igual. Estás celoso de que esté con Key, y haya tomado un lugar que te correspondía a ti. Es entendible, en cierto modo.
El menor lo mira serio, saboreando el resto de helado de vainilla que aún quedaba en su boca. Era bastante perspicaz, le tenía menos fe, debía admitir.
Pero él era Taemin, y no se dejaría intimidar como siempre por ese moreno. Él era el encargado de intimidarlo, no Minho.
- Estás mal.
- Sí- lo admite-. De la cabeza, completamente, pero de lo que digo ahora, no. Estoy segurísimo de eso.
Minho le respondía tan natural y concentrado en el tema de conversación, que no se daba cuenta como Taemin se apoyaba cada vez más con su cuerpo sobre la mesa, acercándose lentamente hacia él, acercando, quizás demasiado, su rostro.
Cuando ya comenzó a sentir la respiración sobre su cara, se asustó. Pero aún así, fue incapaz de retroceder.
- No- ya ni siquiera habla, susurra-. No soy celoso.
El olor a helado de vainilla se apodera de su nariz, anulando todos sus sentidos de un solo golpe. Le cuesta pestañear, concentrarse e incluso respirar. La respiración de Taemin es como la kriptonita, le anula los sentidos. Lo aturde.
- Creo que es hora de irnos.
Minho no reacciona hasta que ve al chico retroceder con todo su cuerpo con la silla, provocando un estruendo al mover el metal sobre el piso. Siente que no recuerda que pasó hace tres minutos, que no estaba en el planeta tierra y que estaba en el mundo de Taemin.
Le cuesta levantarse y atinar a pagar. Ni siquiera se fija en el valor de la cuenta, solo pasa la tarjeta cuál sea el total, sintiendo la mirada del chico pegada a su nuca, casi burlándose de la reacción que le había provocado.
Él jugaba con él. Demasiado.
Y sinceramente ya no soportaba más. Creía que en cualquier momento reaccionaría de una forma que se arrepentiría después y que no sabría como compensar.
Taemin lo volvía loco.
Caminan hacia las escaleras mecánicas, en dirección a donde estaba Key con Jonghyun. Minho mira hacia el piso inferior, hipnotizado, viéndose interrumpido de pronto por la voz del rubio.
- ¿Te aburrí mucho?
Odiaba sus preguntas. Odiaba su cara. Su pelo rubio. Su sonrisa que lo hipnotizaba. Su manera de dejarlo sin palabras. Odiaba la reacción de su cuerpo cuando estaba cerca de él.
Odiaba todo.
- No- le cuesta hablar y mirarlo a la vez, pero lo logra-. Pero ya es tarde, tengo que irme. Tengo muchas cosas por hacer.
- ¿Tienes que hacer maquetas?
- No precisamente.
Cuando vio el cambio de la sonrisa de Taemin a una seria, supo que él también podía jugar con él.
- ¿Tienes que juntarte con alguien?
Minho sonríe en su interior. Goza. Cree que está en el paraíso y que por fin llegó el momento de su venganza.
Pero Key le interrumpe al verlos bajar, llegando sorpresivamente con un cargado Jonghyun, lleno de bolsas.
Taemin ya no sonríe como antes. De hecho su cara estaba peor de que cuando se habían visto por primera vez ese día.
- ¿Sigues igual de amargado?
Habían comenzado a caminar y Jonghyun le contaba muchas cosas a Minho, supuestamente capturando su atención, pero en verdad él estaba concentrado en la conversación de Key y Taemin que caminaban frente a ellos. Key le insistía, pero el menor no daba señas de querer hablar. Estaba enfurecido, se le notaba.
- Key, no quiero hablar.
Eso fue suficiente como conversación hasta que llegaron al auto de su amigo. Obviamente que el diseñador se fue adelante con él, sin darle mucha opción al menor en donde sentarse. Se sienta atrás junto a Minho, pegado a la ventana extrema a él.
Fueron más de quince tortuosos minutos de viaje. Key le conversaba a su novio, feliz de la vida, ignorando por completo a su mejor amigo que iba amurrado tras él. A Minho le hubiese gustado la idea de que lo hubiesen incluido en la conversación, pero él tampoco ponía mucho de su parte para integrarse.
- Minnie, estamos en tu casa.
Jonghyun detiene el auto con cautela, sin apagar el motor. Key se voltea hacia atrás, esperando que el chico se moviera. Por la ventana en la que estaba, había un tráfico terrible, viéndose obligado a tener que bajar por el lado de Minho, que se encontraba hipnotizado mirando la calle.
Taemin acerca su cuerpo al moreno, esperando que éste en algún momento se diera cuenta que se tenía que mover y dejarlo salir. Se apega más a él, obligándolo a reaccionar, solo que éste en vez de moverse se queda hipnotizado mirándolo extrañado.
- ¿Te vas a mover o quieres que pase por encima de ti?
Abre la puerta al instante, bajándose en un segundo, algo asustado. Se queda a un lado del auto, esperando que Taemin se bajara, dejándole el acceso libre.
Pero el menor se queda de pie, frente a él, dándole de pronto un golpe con uno de sus dedos sobre su frente.
- Tonto- le dice, ahora sonriendo-. Eres un real tonto.
No entendía su bipolaridad. Nunca la entendió y tampoco tenía ganas de entenderla. Solo sonreía, entendiendo perfectamente a qué se refería. Él también hubiese preferido no bajarse del auto y que ocurriría la segunda opción que le daba.
En verdad era un tonto. Un tonto de remate por haber empezado a sentir cosas por Lee Taemin.
Capitulo 7
- Odio Historia- se queja Taemin, tirando un lápiz sobre su cuaderno-. No me sirve de nada. Es aburrido y no me importa la vida que tuvo Corea. Es una basura.
Sulli ríe, apoyándolo sin expresarse, mientras que Kai frunce el ceño, algo ofendido. Estaba bien que odiara la materia, pero su país no tenía nada que ver en esto.
- Deberías parar de quejarte y trabajar de una vez. No quiero terminar a última hora haciendo el trabajo por tu culpa.
- ¡Al fin alguien consciente!- exclama Sulli, sonriendo.
Ambos se sonríen entre sí, apoyándose mutuamente, mientras que Taemin bufa y deja caer su cabeza sobre la mesa, rendido. Estaba harto de estar en la casa de Sulli y aún no haber visto ni un pelo de Minho.
Sí. Por eso estaba así de mañoso.
Bueno en parte. En parte completa, en verdad.
Kai comienza a dibujar mientras Sulli escribía el informe desde el computador, siendo ayudada por el moreno. Conversaban bastante fuerte y reían casi por todo lo que decían, pero Taemin seguía acostado sobre sus manos que se cruzaban sobre su libro a pesar de todo, dejándolo dormir en paz.
Odiaba todo. Incluso a Kai y a Sulli por ser tan felices.
- Sulli.
Siente su voz a su lado y sonríe inevitablemente solo al escucharla. No quiere levantar la cabeza, pero tampoco quiere quedarse ahí sin mirarlo.
- Hola Minho.
Siente el golpe de las palmas al saludarse, entre Kai y el moreno y aún no levanta la cabeza. Sabe que está más cerca de él porque siente sus piernas balancearse lentamente, como queriendo decir algo.
Le gustaría que sus amigos se fueran, a pesar de que estuvieran en la casa de Sulli, y que pudiera sentarse con Minho y hacerle muchas preguntas. Tantas hasta quedar sin saliva. Querer saber cuál es su sueño y cuál es su pastel favorito.
Todo sobre él.
Levanta la cabeza, con los ojos pequeñitos a causa del sueño, pero logra enfocar perfectamente su imagen. O algo así cree.
- Hola.
No le dice su nombre y eso le gusta a Taemin. Le gusta pensar que su nombre causa estragos en su cuerpo y que le es dificil pronunciarlo sin volverse loco. Le gustaría entrar en la cabeza de Minho y hacerlo creer que sea así.
- Hola Minho.
Se miran por un par de segundos hasta que el moreno se siente incómodo y se dirige a su hermana. Ahí es cuando se da cuenta que el parecido es bastante, y que Sulli en verdad es una chica demasiado guapa.
- No quiero ser pesado, ¿pero podrían bajarle un poco el volumen a la música?- lo dice con un tono tan suave que a Taemin se le revuelve el estómago de solo escucharlo-. Es solo mientras termino un informe.
Sulli asiente, tranquila y Minho agradece sonriéndoles a todos. Y Taemin queda tan embobado, a causa del sueño o de mariposas saltarinas o quién sabe qué, que no nota cuando el chico ya había desaparecido, probablemente encerrándose en su habitación como hacía cada vez que trabajaba. O por lo menos eso era lo que le había dicho su hermana.
Entonces vuelve a bufar otra vez, más enojado que antes. Con una visita así de corta nunca sería suficiente. Mira a sus amigos trabajar y cree que no es necesaria su presencia en el lugar. Quizás podría ir al baño y tomarse todo el tiempo que quisiera, incluso pasearse por habitaciones contiguas a él.
Sonríe glorioso.
Es un genio.
- ¿Sulli dónde está el baño?
- En el segundo piso, es la primera puerta a la derecha. ¿Quieres que te lleve?
- No, está bien.
Kai lo mira enojado, sabiendo que estaba paseándose solo con tal de no trabajar. De hace días que lo notaba extraño, como si anduviera en las nubes y no estuviera viviendo en la tierra. Casi como lo hace la gente enamorada.
Taemin se levanta con cuidado y se dirige sin dudar mucho al lugar en donde se encontraban las escaleras. Podía decir incluso, que estaba algo emocionado. Al llegar arriba ve un largo pasillo con puertas a los ambos lados. Sería una tarea un poco difícil, pero no imposible, solo tenía que escuchar a través de la puerta y entrar.
Apoya su cabeza frente a la puerta en la que estaba el baño y nada. Todo en silencio. Avanza a la siguiente y ve por la rendija, que había luz, y como no había nadie más en la casa que ellos, supo de inmediato que esa era la habitación de Minho. Aparte que el dibujo que había en ella, de un par de edificios sobre el marco, le indicaba que era más que obvio que era la del moreno.
Sonríe sin saber si abrirla o golpear antes. Era raro que el apareciera de la nada ahí. Pero las cosas se le hacen mucho más fácil cuando sin querer empuja la puerta y esta se abre un poco, dejándole ver en su interior al chico trabajar.
Estaba tan concentrado haciendo una maqueta que no se percato del sonido de la puerta al abrirse.
Y Taemin no sabe si hablarle, toser o irse sin decirle nada para no interrumpir la burbuja de tranquilidad en la que se hallaba atrapado.
Pero él es Lee Taemin y nunca ha dudado algo. Prefiere arrepentirse de algo que hizo a algo que no, aparte que quería hablar. Solo eso.
- Hola.
Minho se voltea algo asustado, sosteniendo dos cartones que esperaba que se pegaran. Se extraña de la presencia del chico en su habitación, pero de cierta manera no lo enoja.
- ¿Puedo pasar?
El moreno asiente y patea un par de cartones que había en el piso, impidiendo el acceso al lugar. Estaba bastante desordenado a decir verdad.
Pero a Taemin parece no importarle porque se dirige rápidamente a la pared que se encontraba llena de fotografías que había tomado en distintos lugares y en distintas fechas. Ese era algo así como su hobbie escondido.
- No sabía que sacabas fotos- le dice mirándolo, esperando una respuesta ante su eterno silencio.
- Muy pocos saben- le dice ya dejando la maqueta sobre la mesa y acercándose-. Es algo que hago de vez en cuando.
- Son bonitas- le dice, sonriéndole-. Me gustan mucho.
El menor se acerca más al muro, viendo con mayor detalle cada foto. Habían de su hermana, de una mujer bastante guapa y con rasgos muy parecidos a los del moreno, siendo probablemente su madre, de Jonghyun, de animales, maquetas, edificios, paisajes, de todo en verdad. Incluso de sí mismo.
- ¿Qué haces acá?- le pregunta, algo serio-. ¿No deberías estar trabajando en un interesantísimo trabajo de la historia de Corea?
Taemin bufa ante su ironía.
- Te vine a ver- ahora lo mira a los ojos, esperando su reacción-. Así como tú cuando fuiste a mi casa.
Y le encanta decirle cosas así y ver el proceso de las mejillas del chico, en la que pasan del habitual rosa pálido y a la de enrojecer leventemente.
- No me lo esperaba- le dice mirándolo también.
- ¿Qué cosa?- le gusta cuando sus conversaciones empiezan de manera estúpida y terminan así, preguntándose cosas que hacen sentir incómodo al otro-. ¿Acaso no te gusta que te venga a ver?
Pero Minho prefiere no responder. Cree que sería demasiado si le dijera no, no me gusta que me vengas a ver, me encanta.
Sí. Es demasiado.
Taemin vuelve a mirar las fotos, sabiendo que no obtendrá una respuesta.
- ¿Me das una foto?
El moreno avanza hacia la pared, y sin hablar aún, va y despega una sin dudarlo. Sin dudar en su elección y sin dudar si dársela o no.
Elige su favorita entre todas y se la da.
- Elegiste la que más me había gustado. Me encanta.
Era una foto del año pasado, de las vacaciones de invierno. Había salido con Jonghyun, internándose por dos semanas en las profundidades de un bosque que no conocían. Habían acampado y caminaban todos los días, conociendo especies y árboles nuevos.
Habían sido unas vacaciones de reflexión.
Y la foto mostraba exactamente lo mismo. Salía un bosque muy tupido, luego de una lluvia. Se apreciaban las gotitas en las hojas y lo puro que era el oxígeno. Era una foto casi de introspección.
Taemin observaba hipnotizado la imagen, sonriendo levemente, casi internándose dentro del bosque mismo. Minho lo imitaba, excepto que no miraba al bosque precisamente.
El sonido de su celular lo interrumpe de la nada, provocando el odio hacia su ringtone y hacia la persona que lo llamaba. Para variar: su mejor amigo.
- ¿Qué?
- ¿No te enseñaron a saludar?
El menor levanta la cabeza, observándolo mientras hablaba, aún con la foto en la mano. Sabía que era un buen momento para irse o Sulli ya se preocuparía por él y aparecería ahí, cosa que no quería.
- Lo siento. Hola querido Jonghyun, el mejor amigo que pude tener y el que cualquier persona desearía. ¿Mejor?
Taemin ríe, a la vez que camina más cerca de Minho, intentando decirle que él ya se tenía que ir. No sabe como hacerlo, atinando solo a agradecerle con una sonrisa y un inaudible gracias. El moreno asiente, sin concentrarse mucho en la conversación del teléfono.
- ¿Y? ¿Vas a ir?
Y cuando recién se cierra la puerta, quedando completamente solo, recuerda que Jonghyun tenía algo importante que decirle. Y parece que ya se lo había dicho.
- ¿Dónde? –su amigo bufa al otro lado.
- ¿Me estabas escuchando?
- No.
- Odio tu sinceridad excesiva.
- ¡Habla pronto!
- Quiero que conozcas a Key- le dice con algo de inseguridad-. Que saliéramos, los tres.
A Minho le choca la idea por un instante, debido a lo poco que habían hablado sobre su relación con su amigo. De hecho, casi no le preguntaba cosas sobre el rubio, prefería no incomodarlo.
- Pero… sobraré. No quiero interrumpir su burbuja de amor- se burla.
- Le diré que invite a alguien también- le dice sincero, esperando que aceptara la invitación-. Pero quiero que lo conozcas, en serio.
- Ya, ahí estaré.
Se colocan de acuerdo del lugar y hora.
Sinceramente lo incomodaba un poco la idea, pero lo haría solo por su mejor amigo. Se le hacía extraño verlo con otro hombre, y más si era Key, pero no por eso no lo apoyaría. De hecho, creía que ahora lo quería más que antes.
Y pasaron muchas horas antes de que ya se fuera a dormir. Eran las seis de la mañana y andaba en la cocina, buscando una que otra cosa para comer. Entonces se sienta en el sillón del living y ve el computador de su hermana, a su lado.
Y sabía que era una mala idea, pero ya nadie podía reprocharlo ni descubrirlo menos a esa hora de la madrugada/mañana. Abre el computador con cautela y lo enciende, rezando para que no sonara al inicio.
No le costó mucho dar con lo que buscaba, probablemente porque su hermana miraba esa página muchas veces.
Era de Taemin, con muchas fotos de él, en distintas situaciones. En el colegio, en paseos, con Sulli, Key, con el moreno que había estado esa tarde en su casa e incluso de Onew.
Eran demasiadas.
Pero ve que hay una actualización de hace un par de horas y clickea sobre ella, sin dudarlo. Y la sorpresa es tan grande que sabe que está sonriendo mientras ve la fotografía.
Probablemente era bastante estúpido lo que pensaba, pero no podía negar la felicidad que le vino de repente al ver a Taemin con la foto que le había regalado hace poco, en sus manos y sonriendo a más no poder.
Quizás eran pensamientos con demasiada ilusión o quizás, a Taemin ya se le había quitado el odio hacia él.
Al fin.
***
Nunca le habían gustado mucho los centros comerciales. Siempre terminaba yéndose porque tanta gente lo aburría o porque estaba harto de tener que recorrer cada tienda de ropa con su hermana, esperando que se probara cada una de las prendas que le gustaban.
En verdad no era que no le gustaran, sino que tenía cierto trauma.
Y ahora, era una situación bastante extraña en verdad.
Partiendo porque: uno, no era el panorama ideal para un hombre, menos si de cuatro personas, todas eran hombres, y dos, la cuarta persona, era la persona que menos pensaba que aparecería, pero la que más probable de que fuese, cosa que nunca se le ocurrió.
Sí. Taemin.
Primero, al verlo, no fue como siempre. No fueron miradas extrañas ni sonrisas cómplices, fue simplemente un movimiento de cabeza, cosa que tenía que tomar como un saludo. Key lo saludo de manera bastante entusiasta y a Jonghyun de manera bastante recatada.
Cosa que no le chocó tanto como esperaba. De hecho, le gustó bastante ver a su amigo por fin centrado en algo serio. Aunque eso serio, fuera Key, la anti seriedad en persona.
Se sentaron por un momento en un café, a conversar sobre algo, o quizás a conocerse mejor. A Minho le gustó bastante la idea, pero cuando tuvo que sentarse frente a Taemin, siente que en realidad no había sido un buen plan, porque el chico se enojaba más y más a paso del tiempo. No sabía qué le pasaba, pero su cara demostraba un odio que de verdad lo incomodaba. Key le daba pequeños golpecitos bajo la mesa, pidiéndole por favor que pusiera un poco de su parte, pero el otro lo ignoraba por completo, concentrándose solamente en jugar con los saquitos de azúcar, aburrido.
- ¿Ustedes se conocieron en la universidad o eran amigos de antes?
El rubio preguntaba cosas cada cierto tiempo, sin permitir que se produjeran silencios incómodos. Minho se lo agradecía e intentaba no mirar a Taemin, que lo exasperaba cada vez más.
- No, somos amigos desde el colegio. Me seguía todos los recreos así que tuve que ser su amigo por obligación- Jonghyun ríe ante la respuesta, aceptando que algo de verdad había en eso.
- ¿Y vives solo?
- No, con mi hermana y mi mamá.
Key asiente, sabiendo desde antes, que no tenía que preguntarle por su padre. Prefiere cambiarle el tema, rápidamente.
- ¿Y tienes novia?
No alcanza ni siquiera a responder porque Taemin bota la caja de madera con todos los sobres de azúcar en su interior. Key lo mira, enfurecido, mientras que él y Jonghyun se encargan de recoger todo lo que se cayó antes de que le hiciera un escándalo para que parara de comportarse así.
- No- le dice volviendo al tema y pasándole nuevamente la caja a Taemin-. No tengo.
- Es una lástima- Key se la quita antes de que el chico la tenga en sus manos-. Eres demasiado guapo para estar solo.
Minho ríe, evitando que sus mejillas se tornaran rojas. Cosa que por primera vez no fue así, pero cuando levanta la cabeza y ve a Taemin mirándolo fijo, con su peor cara de seriedad, siente que ahora sí podría enrojecer.
Y cuando ya se levantan del lugar, comienzan a caminar por los pasillos, comentando una que otra cosa sobre sus vidas. En realidad, Minho admite que había tenido una mala imagen sobre Key. Era bastante diva, en eso no había error, pero era una persona tan buena o mucho más que ellos mismos. Admitía sin ninguna vergüenza sus errores y contaba chistes como cualquier otra persona del mundo.
Le agradaba bastante a decir verdad. Al igual que la imagen de ver a su mejor amigo, mirándolo embobado cada vez que Key le contaba algo.
Sabía que cuando estuviera solo con Jonghyun, le haría burlas, pero en cierta forma, la situación ahora lo enternecía.
Pero cuando llegó el momento en que Key encontró su tienda de ropa favorita, la situación cambió bastante, llegando a tal punto, de que tuvieron que esperarlo más de cuarenta minutos fuera de un probador, esperando que se observara cada una de las prendas puestas en él.
Jonghyun lo miraba intentando decirle que lo perdonara, pero Minho solo le sonreía, intentando no poner la cara de aburrido que tanto se le quería escapar. Y Taemin, brillaba por su ausencia. Se había ido apenas había entrado a la tienda, teniendo una pequeña discusión con su amigo antes de ingresar.
- Minho, ¿me puedes hacer un favor?
Cuando por fin Key había salido del probador, se dirigieron a la caja, cosa que fue peor que antes. Habían más de veinte personas esperando, cosa que significaba mucho más rato parado ahí.
- No sé donde está Taemin, ¿podrías buscarlo?
La mirada de Jonghyun le obliga a decir que sí antes siquiera pensarlo. Era extraño, pero quería saber que le pasaba al chico como para tener semejante cara de odio durante toda la tarde.
Salió casi corriendo de la tienda, buscando desesperado oxígeno en los pasillos. Al parecer habían escogido el peor día para ir a un centro comercial porque se veían familias que llegaban a cada segundo.
Caminó por cerca de diez minutos en los pasillos, mirando a todos lados en busca del chico. Fue un poco difícil de encontrar, pero no imposible. Agradecía el color de su fulminante cabello rubio, cosa que ayudó de sobremanera.
Lo encontró sentado atrás de una maseta, con un aire bastante asqueado. No sabía como acercarse sin aumentar su odio, pero no tuvo más remedio que solo aparecer sin previo aviso.
- Tienes que volver- Taemin se voltea rápidamente, sin cambiar su gesto-. Te están esperando.
Dos segundos y el chico voltea la cabeza, dándole nuevamente la espalda a Minho.
- No quiero.
Sabía que esa era su respuesta. Era bastante obvio.
- Está bien- se sienta a su lado, metiendo las manos dentro del bolsillo de su polerón.
Taemin no da crédito a su respuesta y lo mira, sorprendido.
- ¿Está bien? ¿No deberías intentar convencerme?
- Vivo con una hermana de tu edad e intentar convencerla es como intentar que Jonghyun deje de mirar a Key mientras habla.
El rubio intenta no reír ante la comparación, pero de todas formas se le escapa una leve sonrisa.
- No te creas tan grande tampoco, tienes dos años más que yo solamente.
- Dos años hacen la diferencia, lo siento.
El chico vuelve a quedarse en silencio, volviendo a desesperar a Minho. Pero éste no se rinde y sabe que en algún momento Taemin se incomodará y se verá obligado a hablarle.
O eso espera.
- ¿Minho?
Le gusta como suena su nombre con su voz. Le gusta demasiado.
- ¿Mmm?- y lo mira y se da cuenta que ya no tiene esa mirada de reto que tenía hace unos instantes. Lo agradece.
- ¿Me llevas a mi casa?
No se da cuenta cuando su cabeza asiente inconscientemente. Empiezan a caminar por los pasillos, de manera lenta y con calma, dándose el tiempo de mirar una que otra cosa que les llamara la atención. Sin que se dé cuenta Taemin, Minho le manda un mensaje a Jonghyun, avisándole que se quedaría con él hasta que terminaran sus tareas matrimoniales. La respuesta con los insultos de vuelta no se demoró mucho en llegar.
- ¿Me compras un jugo?
Era imposible negarse. A él le costaba demasiado y el doble si se trataba de Taemin. Terminaron sentados en menos de cinco minutos en una heladería, tomando jugo, mientras Minho lo acompañaba. Finalmente se le unió y pidió uno para él también.
- Qué rico se ve el helado de esa niña- indicaba Taemin, obligándolo a darse vuelta descaradamente a mirar.
Tres minutos fue un exceso para que se demorara en llegar la copa del chico.
- ¿Estás seguro que no quieres?
Minho asiente, sonriendo.
- Come. Es tuya.
- Lo paso mejor contigo que con Key.
Prefiere tomar esa respuesta por haberle comprado el helado y el jugo y no con otra intención. Reza para no sonrojarse.
- Me cae bien Key.
Hace esa acotación intentando que el chico hablara más y se soltara con el fin de desaparecer su enojo. O de saber porqué estaba así.
- A mi no- se llena la boca de una cucharada de helado y acota-. Cuando tengas una novia, la tendrás enamoradísima. Estará loca de amor por ti.
Minho ríe, asumiendo ya el color de sus mejillas. Pero aún así se escapa y prefiere volver al tema inicial.
- Key es tu mejor amigo, debería caerte bien.
Taemin le quita el vaso de jugo de entre las manos y toma un largo sorbo a través de la bombilla. Tenía una sed que lo volvía loco.
Sed de Minho.
Que se bloqueaba cada cierto tiempo tras sus acciones.
- Últimamente no me está cayendo muy bien.
Ahora el moreno es el que se toma la libertad de pedirle helado, solo que Taemin prefiere ser el que maneja la cuchara, llenándola hasta lo imposible y dándosela de lleno en la boca a Minho. Fue algo que no se esperaba, como las últimas cincuenta mil cosas que han pasado desde que han estado solos.
Se le congela la cabeza, colocando una mano en su frente a causa del dolor. El rubio ríe coqueto.
- Lo que te pasa… -intenta decirle, aún con el dolor a causa del entumecimiento-. Es que tienes celos de Jonghyun. Lo odias a él y más a Key, por salir con él.
Taemin deja un largo rato la bola de helado dentro su boca, disfrutándola. Minho se queda algo hipnotizado en eso.
- Eso no es verdad.
- Estás enojado por eso. Lo sé. Odias a Jonghyun.
- No tengo porqué odiarlo.
Minho se termina el jugo de un trago, dejando la huella de un pequeño bigote de espuma sobre su boca. Lo limpia con ayuda de la manga de su chaqueta y lo mira serio.
- Es verdad, no tienes porqué odiarlo, pero lo odias igual. Estás celoso de que esté con Key, y haya tomado un lugar que te correspondía a ti. Es entendible, en cierto modo.
El menor lo mira serio, saboreando el resto de helado de vainilla que aún quedaba en su boca. Era bastante perspicaz, le tenía menos fe, debía admitir.
Pero él era Taemin, y no se dejaría intimidar como siempre por ese moreno. Él era el encargado de intimidarlo, no Minho.
- Estás mal.
- Sí- lo admite-. De la cabeza, completamente, pero de lo que digo ahora, no. Estoy segurísimo de eso.
Minho le respondía tan natural y concentrado en el tema de conversación, que no se daba cuenta como Taemin se apoyaba cada vez más con su cuerpo sobre la mesa, acercándose lentamente hacia él, acercando, quizás demasiado, su rostro.
Cuando ya comenzó a sentir la respiración sobre su cara, se asustó. Pero aún así, fue incapaz de retroceder.
- No- ya ni siquiera habla, susurra-. No soy celoso.
El olor a helado de vainilla se apodera de su nariz, anulando todos sus sentidos de un solo golpe. Le cuesta pestañear, concentrarse e incluso respirar. La respiración de Taemin es como la kriptonita, le anula los sentidos. Lo aturde.
- Creo que es hora de irnos.
Minho no reacciona hasta que ve al chico retroceder con todo su cuerpo con la silla, provocando un estruendo al mover el metal sobre el piso. Siente que no recuerda que pasó hace tres minutos, que no estaba en el planeta tierra y que estaba en el mundo de Taemin.
Le cuesta levantarse y atinar a pagar. Ni siquiera se fija en el valor de la cuenta, solo pasa la tarjeta cuál sea el total, sintiendo la mirada del chico pegada a su nuca, casi burlándose de la reacción que le había provocado.
Él jugaba con él. Demasiado.
Y sinceramente ya no soportaba más. Creía que en cualquier momento reaccionaría de una forma que se arrepentiría después y que no sabría como compensar.
Taemin lo volvía loco.
Caminan hacia las escaleras mecánicas, en dirección a donde estaba Key con Jonghyun. Minho mira hacia el piso inferior, hipnotizado, viéndose interrumpido de pronto por la voz del rubio.
- ¿Te aburrí mucho?
Odiaba sus preguntas. Odiaba su cara. Su pelo rubio. Su sonrisa que lo hipnotizaba. Su manera de dejarlo sin palabras. Odiaba la reacción de su cuerpo cuando estaba cerca de él.
Odiaba todo.
- No- le cuesta hablar y mirarlo a la vez, pero lo logra-. Pero ya es tarde, tengo que irme. Tengo muchas cosas por hacer.
- ¿Tienes que hacer maquetas?
- No precisamente.
Cuando vio el cambio de la sonrisa de Taemin a una seria, supo que él también podía jugar con él.
- ¿Tienes que juntarte con alguien?
Minho sonríe en su interior. Goza. Cree que está en el paraíso y que por fin llegó el momento de su venganza.
Pero Key le interrumpe al verlos bajar, llegando sorpresivamente con un cargado Jonghyun, lleno de bolsas.
Taemin ya no sonríe como antes. De hecho su cara estaba peor de que cuando se habían visto por primera vez ese día.
- ¿Sigues igual de amargado?
Habían comenzado a caminar y Jonghyun le contaba muchas cosas a Minho, supuestamente capturando su atención, pero en verdad él estaba concentrado en la conversación de Key y Taemin que caminaban frente a ellos. Key le insistía, pero el menor no daba señas de querer hablar. Estaba enfurecido, se le notaba.
- Key, no quiero hablar.
Eso fue suficiente como conversación hasta que llegaron al auto de su amigo. Obviamente que el diseñador se fue adelante con él, sin darle mucha opción al menor en donde sentarse. Se sienta atrás junto a Minho, pegado a la ventana extrema a él.
Fueron más de quince tortuosos minutos de viaje. Key le conversaba a su novio, feliz de la vida, ignorando por completo a su mejor amigo que iba amurrado tras él. A Minho le hubiese gustado la idea de que lo hubiesen incluido en la conversación, pero él tampoco ponía mucho de su parte para integrarse.
- Minnie, estamos en tu casa.
Jonghyun detiene el auto con cautela, sin apagar el motor. Key se voltea hacia atrás, esperando que el chico se moviera. Por la ventana en la que estaba, había un tráfico terrible, viéndose obligado a tener que bajar por el lado de Minho, que se encontraba hipnotizado mirando la calle.
Taemin acerca su cuerpo al moreno, esperando que éste en algún momento se diera cuenta que se tenía que mover y dejarlo salir. Se apega más a él, obligándolo a reaccionar, solo que éste en vez de moverse se queda hipnotizado mirándolo extrañado.
- ¿Te vas a mover o quieres que pase por encima de ti?
Abre la puerta al instante, bajándose en un segundo, algo asustado. Se queda a un lado del auto, esperando que Taemin se bajara, dejándole el acceso libre.
Pero el menor se queda de pie, frente a él, dándole de pronto un golpe con uno de sus dedos sobre su frente.
- Tonto- le dice, ahora sonriendo-. Eres un real tonto.
No entendía su bipolaridad. Nunca la entendió y tampoco tenía ganas de entenderla. Solo sonreía, entendiendo perfectamente a qué se refería. Él también hubiese preferido no bajarse del auto y que ocurriría la segunda opción que le daba.
En verdad era un tonto. Un tonto de remate por haber empezado a sentir cosas por Lee Taemin.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola unnie !!!! al fin regresaste dios esto me encanta es que taemin con la personalidad dominante que aun no supero me hace emocionarme.... estan frio y calculador que aveces intimida pobre de minho esta jugando con el jajajaja pero espero que se la regrese para que alguno de los dos se obligue a dar el primer paso ya quiero 2min jaajaja y el jonkey divino como siempre yo tambien me sentiria celoso de john por tener toda la atencion de mi key jajaja...... en fin unnie espero ansiosa el siguiente capo nos leemos prontito bye :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
lo siento me tarde demasiado en editar gomene
uff pero que puedo decir, hubo cita doble
bueno no pero si ja, como me encanto que key
si quiere a Jjong, digo donde conocio a minhop
y todo jeje, ha pero lo que me reencanto, es que
minho de verdad que no le puede negar nada a minnie
wuuu y sobretodo me encanto que minnie se puso celosin
hay me encanta.
bueno me voy saludines ^^
Última edición por anny-min el Dom Jul 08, 2012 5:06 pm, editado 2 veces
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Aigooo!! ya habia leido este fics en Amor yaoi lo encontre en tumblr .. pero solo hasta el capitulo 3 no sabes la emocion que me dio al encontrarlo hasta el cap 7.. este fic me atrapo desde que lo lei, escribes muy bien unnie!!! espero que actualizes pronto.. yo esperare aqui jaja
love 2min !!!
love 2min !!!
lovetae18
Taemin *.*
26
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
aparto
ay wey está larguitoooo
lo leeré al ratitoooo
xD ^^
ay wey está larguitoooo
lo leeré al ratitoooo
xD ^^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
otro capítulo excelente!!!...
Es que me encanta como escriben!!!!...
Ahora Taemin es el celosooo...ya deberian darse
cuenta ambos lo que siente el uno por el otro!!!
Muchas gracias por el capítulo...estaré esperando
ansiosa leer el siguiente...
Es que me encanta como escriben!!!!...
Ahora Taemin es el celosooo...ya deberian darse
cuenta ambos lo que siente el uno por el otro!!!
Muchas gracias por el capítulo...estaré esperando
ansiosa leer el siguiente...
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Notas de la autora: Hola otra vez! les vengo a dejar el nuevo capitulo que esta mas bueno que nunca, espero lo disfruten mucho y comenten. cualquier sugerencia es bienvenida ♥
Capítulo 8
Cuando apareció Jonghyun en la biblioteca sabía que algo se traía entre manos. Su sonrisa de oreja a oreja lo delataba, al igual que sus manos que se movían frenéticamente al compás de sus movimientos. No le tomó mucho tiempo en llegar al rincón apartado en que se encontraba, debido a su felicidad.
- No me puedes decir que no.
Su amigo se sienta en frente a él, viéndose obligado a bajar el libro que leía y a fijarse en su rostro.
- Dicen que cuándo uno parte una frase con una negación, hay más probabilidades de que la respuesta sea negativa por haber empezado con un no.
Jonghyun rueda los ojos.
- Eres un nerd- bufa, tamborileando los dedos sobre la mesa-. Pero por mucho que lo seas, no te negarás a mi proposición. De hecho, ni siquiera podrías negarte porque es tu amigo y no puedes fallarle.
Minho se queda pensando unos segundos, intentando adivinar lo que se proponía, pero no dio mucho resultado.
- Habla de una vez.
- Onew está de cumpleaños- introduce-. Y lo pensó mejor, y se dio cuenta que se merecía una fiesta. Una gran fiesta de cumpleaños con todos sus hermosos compañeros y amigos. En la cual, LAMENTABLEMENTE, nos vemos involucrados.
Eran demasiadas palabras importantes como para reaccionar de una manera rápida. Lo único que atina es en fijarse en lo menos importante según su amigo.
- ¿Cuántos años cumple?
- ¡QUE IMPORTA ESO!
Se escucha un fuerte murmullo haciéndolos callar. La bibliotecaria los miraba desde que había entrado Jonghyun, sabiendo que cuando ese par estaba junto en su estimada biblioteca, no duraban más de diez minutos por bulliciosos.
- ¿Deberíamos comprarle algo?- le susurra Minho, algo preocupado.
- Condones. Está más que claro.
El moreno se sorprende. Onew no le daba esa imagen de desenfreno.
- Son para nosotros, idiota.
- Yo sabía de alguien que estaba ocupado- Minho se levanta y deja el libro en la estantería. Jonghyun lo imita-. A Key no le hará mucha gracia lo que dijiste.
Le llega un empujón en el hombro, obligándolo a dar un gran paso en el medio del pasillo, para evitar caerse.
- Odio que todos los condones queden para ti- le bufa-. Es injusto. Yo soy el más sexy y con mejor cuerpo de los dos.
Cuando Minho suelta una fuerte carcajada, ya se encontraban de camino a la salida. Se adelantaron a todo hecho y se fueron por cuenta propia antes de tener que escuchar los estruendosos gritos de la bibliotecaria.
Jonghyun sigue quejándose por un buen rato por no encontrarse soltero y porque Minho no tuviera ni siquiera de que preocuparse o intentar conquistar a alguien. Era injusto según él.
Pero el moreno pensaba y asentía sin decir nada.
Solo asentía.
***
La música estaba lo bastante fuerte como para sentirse a una cuadra de lejanía. Habían bastantes autos fuera la casa, dejando ver como ésta se encontraba repleta de gente. Algunos bebían en la entrada del lugar, mientras que el resto se encontraba apiñado y demasiado contento para ser tan temprano, repartido por distintos lugares de la casa.
Era un gran cumpleaños a decir verdad.
- Debo admitir que subestimaba bastante a Onew.
Jonghyun se baja del asiento del copiloto, cerrando la puerta, maravillado con la escena que tenía ante sus ojos. En verdad lo había subestimado demasiado. Tenía una imagen bastante anti rebelión y alcohol con respecto a él, cosa que ahora se demostraba completamente distinta.
- Esto tiene influencia de Taemin- replica Sulli, bajándose desde el asiento trasero-. Está más que obvio.
El hecho de escuchar ese nombre, ya le daba escalofríos.
Minho le coloca la alarma a su auto y cierra el cierre de su polerón. Tiene frío, a pesar de la ola de calor que se siente desde el interior de la casa. Incluso se coloca la capucha.
Caminan los tres juntos hacia el interior, en busca de alguien conocido. Sulli no se demora mucho en esto, despidiéndose de inmediato del par de chicos, advirtiéndoles que se portaría bien y no haría nada malo. Minho asiente, con algo de temor.
Ve como un chico de cabello castaño, abraza dichoso a su hermana, cruzando los brazos sobre sus hombros, con una botella de cerveza en la mano.
Eso no le hace mucha gracia, pero se da cuenta que su hermana está lo suficientemente grande como para dejarla tomar sus propias decisiones.
Intentan seguir avanzando, luchando contra los sudados cuerpos que se les cruzaban, y contra las coquetas manos que aprovechaban de manosearlos mientras intentaban caminar.
- Está por lo menos la mitad de la facultad aquí- le grita Minho a su amigo, sobre la música-. Si es que no está entera.
- No está entera, falta uno, no lo olvides.
Sí. Key. Su Key.
- Ya encontrarás un rubio que lo reemplace por esta noche- le dice pasándole un brazo sobre los hombros.
- Y tú una morena que te vuelva loco- se burla-. ¿O ya cambiaste tu debilidad por las castañas?
Minho sonríe, recordando una pequeña cabeza rubia que se le viene a la mente.
- Las castañas como tú me vuelven loco- se burla, jalándolo del pelo.
- Eres un idiota.
- ¡Vinieron!
Un grito de alegría se escucha desde sus espaldas, proveniente desde el cumpleañero. Onew se encontraba con una cara bastante sonriente, más de lo normal, mostrando quizás, cierto exceso etílico en su sangre. Sus ojos eran cada vez más una línea, apenas permitiéndole ver.
- Pensé que había venido sola Sulli- le dice a Minho, devolviéndole el abrazo de felicitaciones por su cumpleaños.
- ¿Te la encontraste? Yo ya la perdí de vista.
Onew asiente con un exceso de alegría. Mueve su cabello de tal forma, que se despeina completamente en menos de un segundo.
- Taemin la estaba esperando desesperado. Estaba algo angustiado por si no venía.
- Era imposible que nos perdiéramos el evento del año- le grita Jonghyun-. No todos los días se cumplen veintidós años, ¿no?
Onew asiente, agradecido.
- En la mesa hay cervezas y puede que algo más que haya quedado aún- ríe-. Siéntanse cómodos.
El chico desaparece, siendo arrastrado por un nuevo grupo de amigos que se reunían a saludarlo, mientras Jonghyun se encargaba de sacar dos botellas de cerveza, pasándole un de inmediato a su amigo.
- Estoy manejando, no puedo beber- le recrimina-. No quiero que me pese la conciencia por sus muertes.
Su amigo rueda los ojos, dando un sorbo a la cerveza.
- ¿Cuándo será el día en que Choi Minho deje de ser el consciente y deje de pensar y solo actúe?
Le hubiese gustado tomar esa recriminación como cualquier otra, pero al escucharla sintió que eso iba dirigidamente a su relación con cierta persona. Cierta persona que aún no era capaz de hacer acto de presencia.
Le quita la botella a su amigo y le da un largo sorbo.
No le gustaba mucho beber alcohol. Lo hacía en mínimas ocasiones, y muy pocas, contadas con los dedos de una mano, había quedado borracho. Completamente distinto a como ocurría con Jonghyun.
- ¿El hermano de Onew no que tenía el pelo rubio o estoy loco?
Minho se voltea, mirando a su amigo, rápidamente.
- ¿De qué estás hablando?
- ¿Taemin?- le pregunta, ignorándolo- ¿Así se llama o no?
El moreno sigue la dirección que apuntaba su amigo, con ayuda de su botella, sin distinguir demasiado. La masa de gente se movía sin parar al ritmo de una canción pegajosa, sin permitir ver nada. Veía la cabeza de Sulli cada ciertos momentos, viendo como reía sin parar junto a dos chicos que conversaban animadamente con ella.
Entonces lo vio. Frente a su hermana. Con una botella de cerveza en la mano y un cigarro en su boca, sin apoyo de nada, solo sosteniéndolo entre sus labios.
Era Taemin. Con pelo castaño.
Taemin con pelo castaño.
¿Qué había hecho para irse de un solo golpe al infierno? Él no se consideraba una mala persona. No sabía que había hecho para merecer eso.
De pronto siente calor. MUCHO CALOR.
Se toma un solo trago de cerveza, dejando la botella con menos de la mitad del líquido. Jonghyun lo mira con los ojos como plato, haciéndole un salud en el aire.
- Y eso que no querías beber.
- Lo pensé mejor- se baja la capucha del polerón de su cabeza, al igual que el cierre, dejando ver solo una escotada sudadera que llevaba debajo. Se podían apreciar perfectamente los marcados huesos de su pecho-. No hay nada de malo en dejar de pensar las cosas, ¿no?
Su amigo le pega una palmadita en la espalda, orgulloso.
- Te dejo solo antes de que te haga perder más tiempo.
Jonghyun desaparece rápidamente entre la masa, dejándolo a la deriva con un par de chicas que no lo paraban de mirar desde que se apareció en el lugar. Se le acercaron como verdaderas gatas en celo, buscando algo más que cariño por parte de Minho.
Lástima que el chico no estaba concentrado en la presencia de ellas, sino que un poco más lejos, en donde podía apreciar como Taemin no paraba de reír junto a su hermana y otro chico. Al parecer se encontraba un poco borracho.
- ¿Estás solo?- le pregunta la muchacha rubia, tocándolo del brazo más de lo que tenía permitido una desconocida como ella.
Minho la mira, algo asustado.
- Eh…- busca a su amigo por alguna parte, sin ninguna señal de él-. Sí. Parece que sí.
Ambas sonríen ante la respuesta, gloriosas.
- ¿No te gustaría que nos fuéramos a alguna parte más…- la chica se saborea los labios, intentando seducirlo-… privada, queridísimo …?
- Minho. Me llamo Minho- le responde rápidamente.
La otra chica, morena, le pasa la mano por el cuello, dejándola encima de su hombro, descansando. El chico se siente cohibido, concentrándose exactamente en cada punto que lo tocaban. Ellas lo tenían bastante nervioso, pero no tanto como cuando se dio cuenta que Taemin lo miraba fijo desde la lejanía. Tomaba cada ciertos segundos un largo sorbo de cerveza, sin parar de observar la escena.
Minho traga saliva, siendo aún acariciado por la mano de la chica. Ellas querían algo más que un baile y un par de besos, eso estaba claro.
Lo peor no era que era una, sino dos. Y al mismo tiempo.
¿Un baile no haría nada de mal, no? Sería solo eso y se iría. No quería que lo siguieran molestando y tampoco que Taemin lo mirara así desde donde se encontraba.
Empieza una nueva canción y Minho intenta moverse un poco junto al ritmo, viéndose acosado de inmediato por ambas muchachas que solo dedicaban a frotarse contra él, sin apenas dejarlo bailar.
Sentía como el sudor comenzaba a correr por su columna vertebral y como la cerveza comenzaba a subirse un poco a su cabeza. La rubia se mueve lento y sensual en su espalda, manoseándolo más de lo que tenía permitido incluso su hermana, mientras que la morena lo distraía desde su delantera, sonriéndole sensual para que no se preocupara y no tuviera tiempo de quejarse sobre lo acosado que se encontraba.
Minho ya no sentía la música, sino que solo se encontraba en una nebulosa de sudor y baile no tan agradable.
Entonces de la nada, un fuerte golpe le llega a la chica de su espalda, separándola inmediato de su cuerpo. Siente un quejido y aprovecha de inmediato la distracción de la amiga que había parado de tocarlo, fijándose en su compañera.
Minho se voltea al igual que todos, intentando saber que ocurría.
Y lo supo apenas observó cierta persona que caminaba por el pasillo, alejándose.
Taemin había pasado a menos de un metro de él, llevándose a la chica consigo, despegándola del cuerpo de Minho. Había una distancia comprensible para no chocarse, pero aún así, éste sin querer la había pasado a llevar.
Un, casi borracho, Onew, se le acerca al par de amigas, diciéndoles que era mejor que se fueran antes de que causaran un mayor lío. Las chicas se quejaban, gritando fuerte, mientras todos habían parado de bailar, observándolas.
Minho mira a su alrededor, intentando entender a qué se debía todo eso.
Un enojado Taemin lo miraba desde la lejanía, esperando que su hermano las echara luego de su casa. Estaba cruzado de brazos y ya no había nada que ocupara sus manos, ni una botella de cerveza ni un cigarrillo.
- Nos vemos, cariño.
La rubia le guiña un ojo al pasar al lado del moreno, tocándolo del brazo nuevamente, al igual que su amiga. En menos de treinta segundos la fiesta volvía a su curso natural, olvidando todo lo sucedido. Excepto Taemin, que aún lo miraba furioso desde el otro extremo.
- Y yo que creía que eras más lento- Jonghyun aparece desde su espalda, abrazándolo-. Me desaparezco cinco minutos y mira el escándalo que logras armar.
Minho mira a su amigo, que ya tenía las mejillas algo coloradas por el alcohol. Le recibe una nueva botella del bebestible, golpeándola contra la de su amigo antes de dar un largo sorbo.
- ¿Ningún rubio?
Jonghyun niega, algo deprimido.
- Irremplazable- se queja-. O me vuelvo hetero por una noche o será la fiesta más aburrida que haya existido.
- Siempre está el borracho que nos hace reír, no pierdas las esperanzas.
Jonghyun bufa, aún aburrido.
- ¿No quieres ser mi Key por esta noche, querido?
Minho ríe ante la propuesta de su amigo.
- Lo siento, las lentejuelas no son lo mío.
Le llega un golpe en el hombro, provocando que botara un poco de cerveza al piso.
- Viene Onew. O corro o me aburro durante los próximos quince minutos de mi vida.
Jonghyun se toma realmente a pecho lo que dice, desapareciendo apenas termina de decir la frase. Onew aparece, sonriendo de oreja a oreja, caminando con algo de vaivén a Minho.
Este se apresura en afirmarlo de un brazo antes de que derrame líquido sobre una chica que se encontraba bailando a su lado.
- Tan bueno siempre- choca su vaso con el de Minho, sin parar de sonreír-. El bueno de Minho.
- Creo que alguien está tomando más de lo debido.
- Entonces deberías parar Minho, no puedes arruinar tu imagen de niño bueno- le cruza un brazo sobre los hombros, colgándose de él-. Si hay alguien en quien confío mi vida, completamente, eres tú, Choi Minho.
Si Onew hablaba bastante estando sobrio, ahora era algo catastrófico. El hálito del chico le llegaba como cachetada al rostro, incluso mareándolo con tan solo percibir el olor.
Minho piensa que debió seguir los pasos de su amigo, yéndose junto a él, que nuevamente se encontraba desaparecido. Se concentra en el centro del living, donde todos bailaban, mientras Onew se encargaba de hablarle sobre su vida, sus sueños, lo bueno que era él como amigo, sobre todo en verdad.
Sobre incluso como confiaría la vida de Taemin sobre sus manos.
- De verdad que eres demasiado bueno como para que me merezca tu amistad.
Ahora era cuando el chico comenzaba a derramar ciertas lágrimas, emocionándose más de lo que haría si estuviera sobrio. Minho lo empuja un poco, queriendo desaparecer rápido de ahí, sin importarle demasiado si este se mantendría en pie o en el sillón, inconsciente.
Ese tipo de temas siempre lo ponían incómodo.
Y aburrido.
Intenta zafarse de su brazo, excusándose de que tenía que ir rápidamente al baño y que volvería en seguida a seguir con la conversación. Onew asiente, diciéndole que lo esperará porque eso es lo que hacen los buenos amigos.
Minho se despega de él, casi corriendo hacia el pasillo, quedándose en el medio de éste, sin saber necesariamente qué hacer. Todo era demasiado extraño. Jonghyun no aparecía por ninguna parte y él ya tenía ganas de irse de allí.
Realmente estaba colapsado. Aburrido.
Abre la primera puerta que ve cerca, siendo agradecidamente la de la cocina.
Siente como la cerveza deja un rastro de sabor amargo en su boca, provocando que buscara algo nuevo que beber. Ya no seguiría con la cerveza, ni el alcohol, ni nada, sentía su boca rancia e irresponsable. No debió haber tomado. Él manejaba, era un estúpido.
Saca un vaso desde el mueble más cercano y toma un largo trago de agua, intentando limpiar su boca de todo indicio de alcohol. Abre el refrigerador en busca de algo con más sabor, como el perfecto jugo de naranja que había.
Saca la caja y echa un poco en su vaso. Se voltea a dejar el jugo en donde estaba, pero algo se interponía entre él y el refrigerador.
- Hola Minho.
Taemin le sonríe, guiñándole un ojo.
- Hola Taemin.
Estaba borracho. Como nadie en el lugar. Le costaba pestañear y por lo visto, hasta enfocar su vista en las cosas. Probablemente lo veía borroso y moviéndose constantemente.
Minho sigue con la caja de jugo en su mano, esperando que el chico se moviera de ahí, pero no daba indicios de ello.
- ¿Cómo estás, Minho?- y se ríe, casi a carcajadas.
El moreno lo mira, perplejo ante su estado, pero de todas formas contagiándose de su alegría. Le gustaba que dijera su nombre. Ojalá no parara nunca.
- Bien, ¿y tú?- le sigue el juego, lo entretiene.
- Bien- sigue riendo-. No me quejo.
Asiente junto a él, esperando que en cualquier momento desapareciera y fuera a molestar a otro con su borrachera, pero al parecer él era su entretención, porque cada vez intentaba acercársele más con su cuerpo, balanceándose un poco.
Minho no se mueve y se rinde, dejando la caja de jugo sobre una mesa. Taemin se le acerca lentamente, colocando en un solo movimiento su mano en su cuello.
Siente lo cálido de su cuerpo cuando lo toca, provocando un leve escalofrío en su espina dorsal.
No se mueve. No respira. No procesa. Taemin está demasiado cerca como para intentar reaccionar e irse de ahí. Le gustaría correr, pero también que el chico continuara con su juego.
Recuerda las palabras de su mejor amigo que se encargaban de recriminarlo sobre su exceso de análisis sobre las cosas.
- Eres tan lindo, Minho- el chico le acaricia la mejilla, lentamente, ahora sonriendo-. Eres demasiado hermoso para ser un ser humano.
Eso es demasiado para su cuerpo. Para cualquier cuerpo. Para cualquier ser humano. Minho retrocede inevitablemente hacia la mesa, con miedo de Taemin.
Él está borracho, no sabe lo que hace, pero él si sabe lo que hace y no puede aprovecharse del estado del chico. Piensa muchas cosas. En la cerveza, en las maquetas, en cartones, en el infierno, en el paraíso, en Taemin. En las manos de Taemin que no lo dejan en paz.
No sabe que decirle. No sabe si hablar y verse obligado a interrumpir ese momento en el chico para que se dé cuenta que está haciendo algo que si estuviera en un estado sobrio le daría vergüenza a hacer.
- ¿Sabes qué?- le interrumpe sus pensamientos, hablándole de nuevo. Ahora quita la mano de su rostro, y comienza a sonreírle nuevamente-. Siempre me has encantado. Siempre me ha gustado mirarte y ver como haces las cosas. Como eres. Como te vistes, como existes. En verdad, me encantas de pie a cabeza Choi Minho.
Definitivamente eso no está pasando. Definitivamente está soñando en clases y todo eso se lo está imaginando.
Pestañea un par de veces, rápido, dándose cuenta que Taemin si existía. Que claramente existía y que claramente estaba diciéndole todo lo que escuchaba dentro de su cabeza.
Se siente en un vaivén de emociones sin saber que hacer.
Mira el color que tienen las mejillas del chico y como éste le sonríe embobado. Tiene una botella de tequila en su mano y le da un largo trago cuando termina de hablar.
Minho lo observa, pálido. Lo mira de pies a cabeza, le es imposible no hacerlo. La imagen de Taemin que tenía frente a él, era irresistible. Era demasiado para su cuerpo. Verlo hablar como nunca y comportarse de una forma completamente abierta con él, era algo que solo se daría en momentos así, de borrachera.
Se distrae en los pantalones del chico, capturándolo por completo.
Estaban rajados en toda su extensión. Un montón de tajos cruzaban sus piernas, dejando ver un exceso de piel que estaba volviendo loco a Minho.
Una gota de sudor cae por su espalda cuando ve que Taemin comienza a acercarse demasiado a él, invadiendo por completo su espacio personal. Sus brazos se acercan, sujetándose desde la polera de Minho.
Eso estaba mal. Estaba pésimo.
No podía aprovecharse. Estaba borracho, como pocas personas lograban estarlo. Era el hermano de su amigo, y el mejor amigo de su hermana. Tenía dieciocho años y quizás ni siquiera era gay. Solo el alcohol se había apropiado de su cuerpo. No se acordaría de nada después y quizás, hasta pensaría que se había aprovechado de él.
Pero cuando siente un fuerte olor a tequila bajo su nariz, sabe que se dedicó demasiado a pensar y no a fijarse en lo que el chico estaba haciendo. No supo exactamente como fue ni cuando, pero de un momento a otro Taemin se acerca tan rápido a él, que su boca semiabierta con sabor a naranja, se ve interrumpida por una con un fuerte olor a tequila, posándose sobre la de él.
Las pestañas del chico quedan bajo las de él y su nariz pegada a un lado de la suya. Dos segundos es un exceso de tiempo para un beso sorpresa, pero demasiado poco para un beso tan esperado como este.
Taemin sonríe, risueño al separarse, viendo la reacción de Minho, que se encontraba estático y sin reaccionar.
No sabe en qué momento dejó de respirar y en qué momento su boca tomó sabor a tequila.
El menor baja una de sus manos del cuerpo de Minho, dejando solo una, sujeta a su polera, sosteniéndose a una respuesta.
Pero Minho ya no piensa. No le interesa. Le da lo mismo. Él es hombre, él sí está consciente y él no se puede aguantar más o siente que explotará.
Le dan ganas de ser tequila y limón y sal. Todo al mismo tiempo. En una explosión de emociones.
Deja de pensar y solo actúa.
Mira serio a Taemin, que no paraba de sonreírle y manda a la mierda todo.
Todo.
Solo un jalón es necesario par sumergirse en la boca del chico. Se inclina un poco y une sus labios a los del menor. No le es difícil una respuesta que esperaba ansiosa ese momento.
Los labios de Taemin son su perdición. Su limón y su sal y todo al mismo tiempo. Son el mar y el fuego, el paraíso y el infierno, lija y terciopelo.
Su saliva sabe a tequila y su lengua de impregna de esto. No le cuesta entrar en su boca, es demasiado ágil, demasiado angustiada por probarlo a él.
Taemin también tenía ganas de Minho. Ganas de explorar ese maldito terreno que lo ponía como un tonto cada vez que lo veía.
Pasa la manos por detrás del cuello del moreno que exploraba desesperado su boca. Siente que sus salivas se combinan y que en cualquier minuto se quedarán sin oxígeno.
Minho se separa por una milésima de segundo en busca de aire y buscando que sus manos tuvieran el espacio suficiente para colarse por la cintura de Taemin, por su polera, por su estómago, por sus puntiagudas caderas.
El menor no soporta más y siente que el alcohol desaparece de su cuerpo y se emborracha de Minho, apoderándose de todos sus sentidos y sus fuerzas. Le jala un poco el cabello y el moreno suelta un pequeño gemido dentro de su boca.
Sonríe satisfecho sin separarse.
Entonces en un rápido movimiento Minho se voltea, dejando a Taemin en contra de la mesa, obligando a que éste diera un pequeño saltito y se encadenara a él, en busca de una mejor posición sobre la mesa.
Le cruza las piernas alrededor de las caderas del moreno, acomodándose cada vez mejor.
Minho explora su boca desesperado, impregnando su sabor en cada rincón posible.
Taemin no sabía si estaba en el paraíso o en el infierno pagando uno de sus mayores pecados. Suspira dentro de su boca, desesperado.
Entonces el moreno se separa y lo mira con los labios brillosos, con su sabor. Tiene la mirada perdida, casi con un salvajismo incontrolable.
El pequeño le acaricia el cuello con una mano, advirtiéndole que ese sería el próximo lugar al que atacaría.
Minho respira agitado, sin saber que decir. Siente que las palabras sobran y que si pronuncia tan solo una sílaba, arruinara todo. Su boca sabe a tequila hasta en el más recóndito rincón. Tiene ganas de chupar un limón y seguir emborrachándose con el tequila que tiene en frente.
Pero Taemin es más rápido y lo jala desde la polera, comenzando a darle cortos besos a través de su largo cuello. Minho cae rendido ante el más mínimo roce, apoyando ambas manos en las piernas del chico, que apenas se encontraban tapadas por ese raído pantalón.
Siente que cierta parte de su cuerpo empieza a tomar fuerza, pulsándole en el medio del pantalón. Sabe que Taemin también lo siente porque se desespera y comienza a dejar una que otra huella sobre su cuello. Pero el moreno no puede más y necesita emborracharse nuevamente del menor, moviéndolo bruscamente desde su cuello para sumirse una vez más en una batalla entre su boca y la de él.
Sus lenguas parecen conocerse desde siempre y acoplarse de tal manera que parecieran como una sola.
Pero Taemin quiere jugar y sonríe malicioso y se separa y se toma unos segundos en buscar algo a su lado, desesperando más al otro.
Y tiene un limón en la mano y Minho cree que es demasiado y que caerá sin fuerzas de un solo golpe al piso. Pero Taemin quiere jugar y no puede decirle que no, no en ese momento, no ahora, no nunca. Siente como el líquido cae sobre sus labios, agriando su boca en menos de un segundo, pero el menor no está satisfecho y sigue apretando el limón hasta que suelte el último sorbo de ácido.
Y cuando lo tira a un lado, acerca al moreno desde el cuello, con ayuda de ambas manos y le lame lentamente cada milímetro de su boca, impregnándose del limón que tanto le hacía falta.
Minho era su limón. Era su mitad. Era su oxígeno, su saliva.
Era lo que buscó siempre.
Lame cauteloso sus labios, mientras que el otro se deja saborear. Restos de saliva quedan sobre la comisura de sus labios, dándole un aspecto más salvaje.
- Eras lo que me faltaba.
Taemin tiene sus manos entrelazadas tras la cabeza de Minho y le susurra esas palabras, embriagándolo. Embriagándolo de él, de Taemin.
Y el arquitecto no es capaz de hablar y solo se lanza nuevamente en busca de más Taemin, de más placer, de más paraíso y más infierno. Pero cuando siente que una fría mano se cuela entre ambos bajando hasta el borde de su pantalón, jugando con el borde de su calzoncillo, siente que explotará. Siente que su boca no es lo suficientemente grande y que nunca terminara de saborear al menor.
Es obvio que le gusta jugar con él, está más que claro, pero él es el culpable de que haga eso, él se lo permite, deja que haga lo que quiera con él.
A Taemin es imposible ponerle límites.
Sienten que la puerta de la cocina se abre y se separan como si fueran agua y electricidad.
Las piernas del chico se desenredan de Minho y éste siente como un balde de agua fría le hubiese caído encima.
Un más que sorprendido Jonghyun los miraba desde la puerta sin siquiera pestañear. Traía una botella de cerveza vacía en la mano y un rostro lo suficientemente intimidante como para asustar a cualquiera.
Minho traga saliva, con restos de Taemin, sin saber qué decir.
- Después hablamos, Minho.
Taemin ríe al escucharlo, dando claramente a conocer lo borracho que se encontraba.
Jonghyun le da una última mirada a su amigo y se retira sin decir nada más. Minho por su parte solo miraba el lugar por el cual había desaparecido sin saber qué hacer o decir.
Era un imbécil.
Un gran imbécil.
Siente a Taemin bajarse de la mesa, dejando su cuerpo pegado al de él. Y le es imposible no mirarlo después de todo lo que pasó. De todo lo que hizo.
Hicieron.
Pero el menor solo le sonríe, y se inclina en las puntitas de sus pies, intentando quedar a su altura. Le pasa la lengua por última vez sobre su boca y ríe, satisfecho.
Minho no es capaz de concentrarse en nada, menos ahora. Pero cuando Taemin lo acerca una vez más desde su camiseta y posa sus labios sobre los de él, de una manera corta y casi juguetona, se da cuenta que no se arrepiente de nada.
Que le da lo mismo que en ese instante el pequeño se retire y lo deje solo en la cocina, luchando con sus pensamientos. Da lo mismo.
Todo le da lo mismo.
Lo único que le importa en ese momento, es como el tequila logró apropiarse de todo su cuerpo de un momento a otro.
Incluso de su alma.
Capítulo 8
Cuando apareció Jonghyun en la biblioteca sabía que algo se traía entre manos. Su sonrisa de oreja a oreja lo delataba, al igual que sus manos que se movían frenéticamente al compás de sus movimientos. No le tomó mucho tiempo en llegar al rincón apartado en que se encontraba, debido a su felicidad.
- No me puedes decir que no.
Su amigo se sienta en frente a él, viéndose obligado a bajar el libro que leía y a fijarse en su rostro.
- Dicen que cuándo uno parte una frase con una negación, hay más probabilidades de que la respuesta sea negativa por haber empezado con un no.
Jonghyun rueda los ojos.
- Eres un nerd- bufa, tamborileando los dedos sobre la mesa-. Pero por mucho que lo seas, no te negarás a mi proposición. De hecho, ni siquiera podrías negarte porque es tu amigo y no puedes fallarle.
Minho se queda pensando unos segundos, intentando adivinar lo que se proponía, pero no dio mucho resultado.
- Habla de una vez.
- Onew está de cumpleaños- introduce-. Y lo pensó mejor, y se dio cuenta que se merecía una fiesta. Una gran fiesta de cumpleaños con todos sus hermosos compañeros y amigos. En la cual, LAMENTABLEMENTE, nos vemos involucrados.
Eran demasiadas palabras importantes como para reaccionar de una manera rápida. Lo único que atina es en fijarse en lo menos importante según su amigo.
- ¿Cuántos años cumple?
- ¡QUE IMPORTA ESO!
Se escucha un fuerte murmullo haciéndolos callar. La bibliotecaria los miraba desde que había entrado Jonghyun, sabiendo que cuando ese par estaba junto en su estimada biblioteca, no duraban más de diez minutos por bulliciosos.
- ¿Deberíamos comprarle algo?- le susurra Minho, algo preocupado.
- Condones. Está más que claro.
El moreno se sorprende. Onew no le daba esa imagen de desenfreno.
- Son para nosotros, idiota.
- Yo sabía de alguien que estaba ocupado- Minho se levanta y deja el libro en la estantería. Jonghyun lo imita-. A Key no le hará mucha gracia lo que dijiste.
Le llega un empujón en el hombro, obligándolo a dar un gran paso en el medio del pasillo, para evitar caerse.
- Odio que todos los condones queden para ti- le bufa-. Es injusto. Yo soy el más sexy y con mejor cuerpo de los dos.
Cuando Minho suelta una fuerte carcajada, ya se encontraban de camino a la salida. Se adelantaron a todo hecho y se fueron por cuenta propia antes de tener que escuchar los estruendosos gritos de la bibliotecaria.
Jonghyun sigue quejándose por un buen rato por no encontrarse soltero y porque Minho no tuviera ni siquiera de que preocuparse o intentar conquistar a alguien. Era injusto según él.
Pero el moreno pensaba y asentía sin decir nada.
Solo asentía.
***
La música estaba lo bastante fuerte como para sentirse a una cuadra de lejanía. Habían bastantes autos fuera la casa, dejando ver como ésta se encontraba repleta de gente. Algunos bebían en la entrada del lugar, mientras que el resto se encontraba apiñado y demasiado contento para ser tan temprano, repartido por distintos lugares de la casa.
Era un gran cumpleaños a decir verdad.
- Debo admitir que subestimaba bastante a Onew.
Jonghyun se baja del asiento del copiloto, cerrando la puerta, maravillado con la escena que tenía ante sus ojos. En verdad lo había subestimado demasiado. Tenía una imagen bastante anti rebelión y alcohol con respecto a él, cosa que ahora se demostraba completamente distinta.
- Esto tiene influencia de Taemin- replica Sulli, bajándose desde el asiento trasero-. Está más que obvio.
El hecho de escuchar ese nombre, ya le daba escalofríos.
Minho le coloca la alarma a su auto y cierra el cierre de su polerón. Tiene frío, a pesar de la ola de calor que se siente desde el interior de la casa. Incluso se coloca la capucha.
Caminan los tres juntos hacia el interior, en busca de alguien conocido. Sulli no se demora mucho en esto, despidiéndose de inmediato del par de chicos, advirtiéndoles que se portaría bien y no haría nada malo. Minho asiente, con algo de temor.
Ve como un chico de cabello castaño, abraza dichoso a su hermana, cruzando los brazos sobre sus hombros, con una botella de cerveza en la mano.
Eso no le hace mucha gracia, pero se da cuenta que su hermana está lo suficientemente grande como para dejarla tomar sus propias decisiones.
Intentan seguir avanzando, luchando contra los sudados cuerpos que se les cruzaban, y contra las coquetas manos que aprovechaban de manosearlos mientras intentaban caminar.
- Está por lo menos la mitad de la facultad aquí- le grita Minho a su amigo, sobre la música-. Si es que no está entera.
- No está entera, falta uno, no lo olvides.
Sí. Key. Su Key.
- Ya encontrarás un rubio que lo reemplace por esta noche- le dice pasándole un brazo sobre los hombros.
- Y tú una morena que te vuelva loco- se burla-. ¿O ya cambiaste tu debilidad por las castañas?
Minho sonríe, recordando una pequeña cabeza rubia que se le viene a la mente.
- Las castañas como tú me vuelven loco- se burla, jalándolo del pelo.
- Eres un idiota.
- ¡Vinieron!
Un grito de alegría se escucha desde sus espaldas, proveniente desde el cumpleañero. Onew se encontraba con una cara bastante sonriente, más de lo normal, mostrando quizás, cierto exceso etílico en su sangre. Sus ojos eran cada vez más una línea, apenas permitiéndole ver.
- Pensé que había venido sola Sulli- le dice a Minho, devolviéndole el abrazo de felicitaciones por su cumpleaños.
- ¿Te la encontraste? Yo ya la perdí de vista.
Onew asiente con un exceso de alegría. Mueve su cabello de tal forma, que se despeina completamente en menos de un segundo.
- Taemin la estaba esperando desesperado. Estaba algo angustiado por si no venía.
- Era imposible que nos perdiéramos el evento del año- le grita Jonghyun-. No todos los días se cumplen veintidós años, ¿no?
Onew asiente, agradecido.
- En la mesa hay cervezas y puede que algo más que haya quedado aún- ríe-. Siéntanse cómodos.
El chico desaparece, siendo arrastrado por un nuevo grupo de amigos que se reunían a saludarlo, mientras Jonghyun se encargaba de sacar dos botellas de cerveza, pasándole un de inmediato a su amigo.
- Estoy manejando, no puedo beber- le recrimina-. No quiero que me pese la conciencia por sus muertes.
Su amigo rueda los ojos, dando un sorbo a la cerveza.
- ¿Cuándo será el día en que Choi Minho deje de ser el consciente y deje de pensar y solo actúe?
Le hubiese gustado tomar esa recriminación como cualquier otra, pero al escucharla sintió que eso iba dirigidamente a su relación con cierta persona. Cierta persona que aún no era capaz de hacer acto de presencia.
Le quita la botella a su amigo y le da un largo sorbo.
No le gustaba mucho beber alcohol. Lo hacía en mínimas ocasiones, y muy pocas, contadas con los dedos de una mano, había quedado borracho. Completamente distinto a como ocurría con Jonghyun.
- ¿El hermano de Onew no que tenía el pelo rubio o estoy loco?
Minho se voltea, mirando a su amigo, rápidamente.
- ¿De qué estás hablando?
- ¿Taemin?- le pregunta, ignorándolo- ¿Así se llama o no?
El moreno sigue la dirección que apuntaba su amigo, con ayuda de su botella, sin distinguir demasiado. La masa de gente se movía sin parar al ritmo de una canción pegajosa, sin permitir ver nada. Veía la cabeza de Sulli cada ciertos momentos, viendo como reía sin parar junto a dos chicos que conversaban animadamente con ella.
Entonces lo vio. Frente a su hermana. Con una botella de cerveza en la mano y un cigarro en su boca, sin apoyo de nada, solo sosteniéndolo entre sus labios.
Era Taemin. Con pelo castaño.
Taemin con pelo castaño.
¿Qué había hecho para irse de un solo golpe al infierno? Él no se consideraba una mala persona. No sabía que había hecho para merecer eso.
De pronto siente calor. MUCHO CALOR.
Se toma un solo trago de cerveza, dejando la botella con menos de la mitad del líquido. Jonghyun lo mira con los ojos como plato, haciéndole un salud en el aire.
- Y eso que no querías beber.
- Lo pensé mejor- se baja la capucha del polerón de su cabeza, al igual que el cierre, dejando ver solo una escotada sudadera que llevaba debajo. Se podían apreciar perfectamente los marcados huesos de su pecho-. No hay nada de malo en dejar de pensar las cosas, ¿no?
Su amigo le pega una palmadita en la espalda, orgulloso.
- Te dejo solo antes de que te haga perder más tiempo.
Jonghyun desaparece rápidamente entre la masa, dejándolo a la deriva con un par de chicas que no lo paraban de mirar desde que se apareció en el lugar. Se le acercaron como verdaderas gatas en celo, buscando algo más que cariño por parte de Minho.
Lástima que el chico no estaba concentrado en la presencia de ellas, sino que un poco más lejos, en donde podía apreciar como Taemin no paraba de reír junto a su hermana y otro chico. Al parecer se encontraba un poco borracho.
- ¿Estás solo?- le pregunta la muchacha rubia, tocándolo del brazo más de lo que tenía permitido una desconocida como ella.
Minho la mira, algo asustado.
- Eh…- busca a su amigo por alguna parte, sin ninguna señal de él-. Sí. Parece que sí.
Ambas sonríen ante la respuesta, gloriosas.
- ¿No te gustaría que nos fuéramos a alguna parte más…- la chica se saborea los labios, intentando seducirlo-… privada, queridísimo …?
- Minho. Me llamo Minho- le responde rápidamente.
La otra chica, morena, le pasa la mano por el cuello, dejándola encima de su hombro, descansando. El chico se siente cohibido, concentrándose exactamente en cada punto que lo tocaban. Ellas lo tenían bastante nervioso, pero no tanto como cuando se dio cuenta que Taemin lo miraba fijo desde la lejanía. Tomaba cada ciertos segundos un largo sorbo de cerveza, sin parar de observar la escena.
Minho traga saliva, siendo aún acariciado por la mano de la chica. Ellas querían algo más que un baile y un par de besos, eso estaba claro.
Lo peor no era que era una, sino dos. Y al mismo tiempo.
¿Un baile no haría nada de mal, no? Sería solo eso y se iría. No quería que lo siguieran molestando y tampoco que Taemin lo mirara así desde donde se encontraba.
Empieza una nueva canción y Minho intenta moverse un poco junto al ritmo, viéndose acosado de inmediato por ambas muchachas que solo dedicaban a frotarse contra él, sin apenas dejarlo bailar.
Sentía como el sudor comenzaba a correr por su columna vertebral y como la cerveza comenzaba a subirse un poco a su cabeza. La rubia se mueve lento y sensual en su espalda, manoseándolo más de lo que tenía permitido incluso su hermana, mientras que la morena lo distraía desde su delantera, sonriéndole sensual para que no se preocupara y no tuviera tiempo de quejarse sobre lo acosado que se encontraba.
Minho ya no sentía la música, sino que solo se encontraba en una nebulosa de sudor y baile no tan agradable.
Entonces de la nada, un fuerte golpe le llega a la chica de su espalda, separándola inmediato de su cuerpo. Siente un quejido y aprovecha de inmediato la distracción de la amiga que había parado de tocarlo, fijándose en su compañera.
Minho se voltea al igual que todos, intentando saber que ocurría.
Y lo supo apenas observó cierta persona que caminaba por el pasillo, alejándose.
Taemin había pasado a menos de un metro de él, llevándose a la chica consigo, despegándola del cuerpo de Minho. Había una distancia comprensible para no chocarse, pero aún así, éste sin querer la había pasado a llevar.
Un, casi borracho, Onew, se le acerca al par de amigas, diciéndoles que era mejor que se fueran antes de que causaran un mayor lío. Las chicas se quejaban, gritando fuerte, mientras todos habían parado de bailar, observándolas.
Minho mira a su alrededor, intentando entender a qué se debía todo eso.
Un enojado Taemin lo miraba desde la lejanía, esperando que su hermano las echara luego de su casa. Estaba cruzado de brazos y ya no había nada que ocupara sus manos, ni una botella de cerveza ni un cigarrillo.
- Nos vemos, cariño.
La rubia le guiña un ojo al pasar al lado del moreno, tocándolo del brazo nuevamente, al igual que su amiga. En menos de treinta segundos la fiesta volvía a su curso natural, olvidando todo lo sucedido. Excepto Taemin, que aún lo miraba furioso desde el otro extremo.
- Y yo que creía que eras más lento- Jonghyun aparece desde su espalda, abrazándolo-. Me desaparezco cinco minutos y mira el escándalo que logras armar.
Minho mira a su amigo, que ya tenía las mejillas algo coloradas por el alcohol. Le recibe una nueva botella del bebestible, golpeándola contra la de su amigo antes de dar un largo sorbo.
- ¿Ningún rubio?
Jonghyun niega, algo deprimido.
- Irremplazable- se queja-. O me vuelvo hetero por una noche o será la fiesta más aburrida que haya existido.
- Siempre está el borracho que nos hace reír, no pierdas las esperanzas.
Jonghyun bufa, aún aburrido.
- ¿No quieres ser mi Key por esta noche, querido?
Minho ríe ante la propuesta de su amigo.
- Lo siento, las lentejuelas no son lo mío.
Le llega un golpe en el hombro, provocando que botara un poco de cerveza al piso.
- Viene Onew. O corro o me aburro durante los próximos quince minutos de mi vida.
Jonghyun se toma realmente a pecho lo que dice, desapareciendo apenas termina de decir la frase. Onew aparece, sonriendo de oreja a oreja, caminando con algo de vaivén a Minho.
Este se apresura en afirmarlo de un brazo antes de que derrame líquido sobre una chica que se encontraba bailando a su lado.
- Tan bueno siempre- choca su vaso con el de Minho, sin parar de sonreír-. El bueno de Minho.
- Creo que alguien está tomando más de lo debido.
- Entonces deberías parar Minho, no puedes arruinar tu imagen de niño bueno- le cruza un brazo sobre los hombros, colgándose de él-. Si hay alguien en quien confío mi vida, completamente, eres tú, Choi Minho.
Si Onew hablaba bastante estando sobrio, ahora era algo catastrófico. El hálito del chico le llegaba como cachetada al rostro, incluso mareándolo con tan solo percibir el olor.
Minho piensa que debió seguir los pasos de su amigo, yéndose junto a él, que nuevamente se encontraba desaparecido. Se concentra en el centro del living, donde todos bailaban, mientras Onew se encargaba de hablarle sobre su vida, sus sueños, lo bueno que era él como amigo, sobre todo en verdad.
Sobre incluso como confiaría la vida de Taemin sobre sus manos.
- De verdad que eres demasiado bueno como para que me merezca tu amistad.
Ahora era cuando el chico comenzaba a derramar ciertas lágrimas, emocionándose más de lo que haría si estuviera sobrio. Minho lo empuja un poco, queriendo desaparecer rápido de ahí, sin importarle demasiado si este se mantendría en pie o en el sillón, inconsciente.
Ese tipo de temas siempre lo ponían incómodo.
Y aburrido.
Intenta zafarse de su brazo, excusándose de que tenía que ir rápidamente al baño y que volvería en seguida a seguir con la conversación. Onew asiente, diciéndole que lo esperará porque eso es lo que hacen los buenos amigos.
Minho se despega de él, casi corriendo hacia el pasillo, quedándose en el medio de éste, sin saber necesariamente qué hacer. Todo era demasiado extraño. Jonghyun no aparecía por ninguna parte y él ya tenía ganas de irse de allí.
Realmente estaba colapsado. Aburrido.
Abre la primera puerta que ve cerca, siendo agradecidamente la de la cocina.
Siente como la cerveza deja un rastro de sabor amargo en su boca, provocando que buscara algo nuevo que beber. Ya no seguiría con la cerveza, ni el alcohol, ni nada, sentía su boca rancia e irresponsable. No debió haber tomado. Él manejaba, era un estúpido.
Saca un vaso desde el mueble más cercano y toma un largo trago de agua, intentando limpiar su boca de todo indicio de alcohol. Abre el refrigerador en busca de algo con más sabor, como el perfecto jugo de naranja que había.
Saca la caja y echa un poco en su vaso. Se voltea a dejar el jugo en donde estaba, pero algo se interponía entre él y el refrigerador.
- Hola Minho.
Taemin le sonríe, guiñándole un ojo.
- Hola Taemin.
Estaba borracho. Como nadie en el lugar. Le costaba pestañear y por lo visto, hasta enfocar su vista en las cosas. Probablemente lo veía borroso y moviéndose constantemente.
Minho sigue con la caja de jugo en su mano, esperando que el chico se moviera de ahí, pero no daba indicios de ello.
- ¿Cómo estás, Minho?- y se ríe, casi a carcajadas.
El moreno lo mira, perplejo ante su estado, pero de todas formas contagiándose de su alegría. Le gustaba que dijera su nombre. Ojalá no parara nunca.
- Bien, ¿y tú?- le sigue el juego, lo entretiene.
- Bien- sigue riendo-. No me quejo.
Asiente junto a él, esperando que en cualquier momento desapareciera y fuera a molestar a otro con su borrachera, pero al parecer él era su entretención, porque cada vez intentaba acercársele más con su cuerpo, balanceándose un poco.
Minho no se mueve y se rinde, dejando la caja de jugo sobre una mesa. Taemin se le acerca lentamente, colocando en un solo movimiento su mano en su cuello.
Siente lo cálido de su cuerpo cuando lo toca, provocando un leve escalofrío en su espina dorsal.
No se mueve. No respira. No procesa. Taemin está demasiado cerca como para intentar reaccionar e irse de ahí. Le gustaría correr, pero también que el chico continuara con su juego.
Recuerda las palabras de su mejor amigo que se encargaban de recriminarlo sobre su exceso de análisis sobre las cosas.
- Eres tan lindo, Minho- el chico le acaricia la mejilla, lentamente, ahora sonriendo-. Eres demasiado hermoso para ser un ser humano.
Eso es demasiado para su cuerpo. Para cualquier cuerpo. Para cualquier ser humano. Minho retrocede inevitablemente hacia la mesa, con miedo de Taemin.
Él está borracho, no sabe lo que hace, pero él si sabe lo que hace y no puede aprovecharse del estado del chico. Piensa muchas cosas. En la cerveza, en las maquetas, en cartones, en el infierno, en el paraíso, en Taemin. En las manos de Taemin que no lo dejan en paz.
No sabe que decirle. No sabe si hablar y verse obligado a interrumpir ese momento en el chico para que se dé cuenta que está haciendo algo que si estuviera en un estado sobrio le daría vergüenza a hacer.
- ¿Sabes qué?- le interrumpe sus pensamientos, hablándole de nuevo. Ahora quita la mano de su rostro, y comienza a sonreírle nuevamente-. Siempre me has encantado. Siempre me ha gustado mirarte y ver como haces las cosas. Como eres. Como te vistes, como existes. En verdad, me encantas de pie a cabeza Choi Minho.
Definitivamente eso no está pasando. Definitivamente está soñando en clases y todo eso se lo está imaginando.
Pestañea un par de veces, rápido, dándose cuenta que Taemin si existía. Que claramente existía y que claramente estaba diciéndole todo lo que escuchaba dentro de su cabeza.
Se siente en un vaivén de emociones sin saber que hacer.
Mira el color que tienen las mejillas del chico y como éste le sonríe embobado. Tiene una botella de tequila en su mano y le da un largo trago cuando termina de hablar.
Minho lo observa, pálido. Lo mira de pies a cabeza, le es imposible no hacerlo. La imagen de Taemin que tenía frente a él, era irresistible. Era demasiado para su cuerpo. Verlo hablar como nunca y comportarse de una forma completamente abierta con él, era algo que solo se daría en momentos así, de borrachera.
Se distrae en los pantalones del chico, capturándolo por completo.
Estaban rajados en toda su extensión. Un montón de tajos cruzaban sus piernas, dejando ver un exceso de piel que estaba volviendo loco a Minho.
Una gota de sudor cae por su espalda cuando ve que Taemin comienza a acercarse demasiado a él, invadiendo por completo su espacio personal. Sus brazos se acercan, sujetándose desde la polera de Minho.
Eso estaba mal. Estaba pésimo.
No podía aprovecharse. Estaba borracho, como pocas personas lograban estarlo. Era el hermano de su amigo, y el mejor amigo de su hermana. Tenía dieciocho años y quizás ni siquiera era gay. Solo el alcohol se había apropiado de su cuerpo. No se acordaría de nada después y quizás, hasta pensaría que se había aprovechado de él.
Pero cuando siente un fuerte olor a tequila bajo su nariz, sabe que se dedicó demasiado a pensar y no a fijarse en lo que el chico estaba haciendo. No supo exactamente como fue ni cuando, pero de un momento a otro Taemin se acerca tan rápido a él, que su boca semiabierta con sabor a naranja, se ve interrumpida por una con un fuerte olor a tequila, posándose sobre la de él.
Las pestañas del chico quedan bajo las de él y su nariz pegada a un lado de la suya. Dos segundos es un exceso de tiempo para un beso sorpresa, pero demasiado poco para un beso tan esperado como este.
Taemin sonríe, risueño al separarse, viendo la reacción de Minho, que se encontraba estático y sin reaccionar.
No sabe en qué momento dejó de respirar y en qué momento su boca tomó sabor a tequila.
El menor baja una de sus manos del cuerpo de Minho, dejando solo una, sujeta a su polera, sosteniéndose a una respuesta.
Pero Minho ya no piensa. No le interesa. Le da lo mismo. Él es hombre, él sí está consciente y él no se puede aguantar más o siente que explotará.
Le dan ganas de ser tequila y limón y sal. Todo al mismo tiempo. En una explosión de emociones.
Deja de pensar y solo actúa.
Mira serio a Taemin, que no paraba de sonreírle y manda a la mierda todo.
Todo.
Solo un jalón es necesario par sumergirse en la boca del chico. Se inclina un poco y une sus labios a los del menor. No le es difícil una respuesta que esperaba ansiosa ese momento.
Los labios de Taemin son su perdición. Su limón y su sal y todo al mismo tiempo. Son el mar y el fuego, el paraíso y el infierno, lija y terciopelo.
Su saliva sabe a tequila y su lengua de impregna de esto. No le cuesta entrar en su boca, es demasiado ágil, demasiado angustiada por probarlo a él.
Taemin también tenía ganas de Minho. Ganas de explorar ese maldito terreno que lo ponía como un tonto cada vez que lo veía.
Pasa la manos por detrás del cuello del moreno que exploraba desesperado su boca. Siente que sus salivas se combinan y que en cualquier minuto se quedarán sin oxígeno.
Minho se separa por una milésima de segundo en busca de aire y buscando que sus manos tuvieran el espacio suficiente para colarse por la cintura de Taemin, por su polera, por su estómago, por sus puntiagudas caderas.
El menor no soporta más y siente que el alcohol desaparece de su cuerpo y se emborracha de Minho, apoderándose de todos sus sentidos y sus fuerzas. Le jala un poco el cabello y el moreno suelta un pequeño gemido dentro de su boca.
Sonríe satisfecho sin separarse.
Entonces en un rápido movimiento Minho se voltea, dejando a Taemin en contra de la mesa, obligando a que éste diera un pequeño saltito y se encadenara a él, en busca de una mejor posición sobre la mesa.
Le cruza las piernas alrededor de las caderas del moreno, acomodándose cada vez mejor.
Minho explora su boca desesperado, impregnando su sabor en cada rincón posible.
Taemin no sabía si estaba en el paraíso o en el infierno pagando uno de sus mayores pecados. Suspira dentro de su boca, desesperado.
Entonces el moreno se separa y lo mira con los labios brillosos, con su sabor. Tiene la mirada perdida, casi con un salvajismo incontrolable.
El pequeño le acaricia el cuello con una mano, advirtiéndole que ese sería el próximo lugar al que atacaría.
Minho respira agitado, sin saber que decir. Siente que las palabras sobran y que si pronuncia tan solo una sílaba, arruinara todo. Su boca sabe a tequila hasta en el más recóndito rincón. Tiene ganas de chupar un limón y seguir emborrachándose con el tequila que tiene en frente.
Pero Taemin es más rápido y lo jala desde la polera, comenzando a darle cortos besos a través de su largo cuello. Minho cae rendido ante el más mínimo roce, apoyando ambas manos en las piernas del chico, que apenas se encontraban tapadas por ese raído pantalón.
Siente que cierta parte de su cuerpo empieza a tomar fuerza, pulsándole en el medio del pantalón. Sabe que Taemin también lo siente porque se desespera y comienza a dejar una que otra huella sobre su cuello. Pero el moreno no puede más y necesita emborracharse nuevamente del menor, moviéndolo bruscamente desde su cuello para sumirse una vez más en una batalla entre su boca y la de él.
Sus lenguas parecen conocerse desde siempre y acoplarse de tal manera que parecieran como una sola.
Pero Taemin quiere jugar y sonríe malicioso y se separa y se toma unos segundos en buscar algo a su lado, desesperando más al otro.
Y tiene un limón en la mano y Minho cree que es demasiado y que caerá sin fuerzas de un solo golpe al piso. Pero Taemin quiere jugar y no puede decirle que no, no en ese momento, no ahora, no nunca. Siente como el líquido cae sobre sus labios, agriando su boca en menos de un segundo, pero el menor no está satisfecho y sigue apretando el limón hasta que suelte el último sorbo de ácido.
Y cuando lo tira a un lado, acerca al moreno desde el cuello, con ayuda de ambas manos y le lame lentamente cada milímetro de su boca, impregnándose del limón que tanto le hacía falta.
Minho era su limón. Era su mitad. Era su oxígeno, su saliva.
Era lo que buscó siempre.
Lame cauteloso sus labios, mientras que el otro se deja saborear. Restos de saliva quedan sobre la comisura de sus labios, dándole un aspecto más salvaje.
- Eras lo que me faltaba.
Taemin tiene sus manos entrelazadas tras la cabeza de Minho y le susurra esas palabras, embriagándolo. Embriagándolo de él, de Taemin.
Y el arquitecto no es capaz de hablar y solo se lanza nuevamente en busca de más Taemin, de más placer, de más paraíso y más infierno. Pero cuando siente que una fría mano se cuela entre ambos bajando hasta el borde de su pantalón, jugando con el borde de su calzoncillo, siente que explotará. Siente que su boca no es lo suficientemente grande y que nunca terminara de saborear al menor.
Es obvio que le gusta jugar con él, está más que claro, pero él es el culpable de que haga eso, él se lo permite, deja que haga lo que quiera con él.
A Taemin es imposible ponerle límites.
Sienten que la puerta de la cocina se abre y se separan como si fueran agua y electricidad.
Las piernas del chico se desenredan de Minho y éste siente como un balde de agua fría le hubiese caído encima.
Un más que sorprendido Jonghyun los miraba desde la puerta sin siquiera pestañear. Traía una botella de cerveza vacía en la mano y un rostro lo suficientemente intimidante como para asustar a cualquiera.
Minho traga saliva, con restos de Taemin, sin saber qué decir.
- Después hablamos, Minho.
Taemin ríe al escucharlo, dando claramente a conocer lo borracho que se encontraba.
Jonghyun le da una última mirada a su amigo y se retira sin decir nada más. Minho por su parte solo miraba el lugar por el cual había desaparecido sin saber qué hacer o decir.
Era un imbécil.
Un gran imbécil.
Siente a Taemin bajarse de la mesa, dejando su cuerpo pegado al de él. Y le es imposible no mirarlo después de todo lo que pasó. De todo lo que hizo.
Hicieron.
Pero el menor solo le sonríe, y se inclina en las puntitas de sus pies, intentando quedar a su altura. Le pasa la lengua por última vez sobre su boca y ríe, satisfecho.
Minho no es capaz de concentrarse en nada, menos ahora. Pero cuando Taemin lo acerca una vez más desde su camiseta y posa sus labios sobre los de él, de una manera corta y casi juguetona, se da cuenta que no se arrepiente de nada.
Que le da lo mismo que en ese instante el pequeño se retire y lo deje solo en la cocina, luchando con sus pensamientos. Da lo mismo.
Todo le da lo mismo.
Lo único que le importa en ese momento, es como el tequila logró apropiarse de todo su cuerpo de un momento a otro.
Incluso de su alma.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola unnie !!!!!! dejame decirte que me encanta tu fic este capo fue intenso. amo la amistad que hay entre jonh y minho pero me dio ganas de golpiar a jonh que queria remplazar a mi diva hermoso.......ahsss y esas largartonas que se le enbarraban a minho malditas ..... amo a onew estan lindo jaja me lo imagine todo borraccho y diciendo su incoherencias jajaja siempre me hace reir......... que que???? dios se puso intensa la cosa taemin tan cadente y sexi jajaja hizo que minho callera ante sus encanto, pero quien no lo haria,,,, ahhhh minho que bueno que se dejo llevar ,ahora que pasara entre esos dos ya quiero saber unnie espero actualices rapido nos leemos prontito bye :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Que capítulo!!!...
Será verdad que taemin hacia lo que hacia
porq estaba tomado??..mmm..
Ahora, supongo que después de lo que pasó
hablaran y ya por fin se diran lo que sienten
el uno por el otro..
Me gustó el capítulo como todos los demás!!!..
Esperaré ansiosa la actualización!!!
Será verdad que taemin hacia lo que hacia
porq estaba tomado??..mmm..
Ahora, supongo que después de lo que pasó
hablaran y ya por fin se diran lo que sienten
el uno por el otro..
Me gustó el capítulo como todos los demás!!!..
Esperaré ansiosa la actualización!!!
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Notas de la autora: Hola queridas lectoras como estan? espero que muy bien, nosotras aqui saltando en una pata por ese beso con papel del 2min xDDDD aqui esta este nuevo cap que dentro de todos ha sido mi favorito, espero que a ustedes tambien les guste y no nos maten. Esperamos con ansias sus comentarios ♥
Capítulo 9
Había sido el viaje más incómodo de su vida. LEJOS. Los viajes incómodos luego de las reuniones de apoderado no se comparaban en nada a esto. Ni la más grave falta que cometió en toda su época escolar hacía ni un cuarto de lo incómodo que había sido esa situación.
El camino hacia su casa había durado apenas veinte minutos, lo que parecieron tres horas de dolor y tortura. Los suspiros de su hermana mientras dormía en el asiento trasero, era lo único que interrumpía el silencio que se generaba entre los dos amigos.
En los veinte minutos nadie había dicho ni una palabra. Nada.
Minho había salido de la casa de Onew, esperando que su hermana saliera de una vez, mientras que Jonghyung estaba esperándolo fuera de esta, sentado en la acera. Un par de monosílabos y ya se hallaban sentados en el auto, camino a la casa de él.
Era una costumbre de siempre. Salir y terminar casi borrachos, o uno completamente borracho, y dormir en la casa del moreno. Pero ahora la situación era completamente distinta. Primero porque lo había visto besando al hermano menor de su compañero de una manera lo suficientemente acalorada como para avergonzarse y segundo, porque no tenía idea que su mejor amigo estaba interesado por los hombres.
Él le había confiado eso, pero al parecer Minho no lo encontraba lo suficientemente cercano para confesárselo.
Y una mierda.
Eran mejores amigos hace más de seis años y el muy desgraciado no había sido capaz de contarle algo tan importante como que era gay. A él no le hubiese importado mucho, menos ahora en la misma situación que se encontraba él.
Jjong, parece que soy gay.
Ah, genial.
Y eso habría sido todo. Ningún reproche y sin malas caras.
Pero claro, era Minho, el que al parecer no le tenía confianza a su mejor amigo.
Se quita la camiseta y los pantalones, quedando solo en ropa interior y se mete a la cama de su amigo. Si él no se quería acostar con él debido a lo reciente ocurrido, problema de él. Pero él no dejaría la cama. Era su lugar desde siempre.
Siente los cansados pasos de Minho al entrar a la habitación y como se detienen a un par de centímetros de la cama. Las zapatillas del moreno no se demoran mucho en caer, al igual que sus pantalones.
Al parecer el muy estúpido se acostaría a su lado y no sería capaz de decirle ni la más mísera palabra.
Siente el colchón hundirse a su lado al recibir su peso. Pero no siente sus largas piernas colándose por las sábanas ni tampoco su cabeza buscando comodidad sobre la almohada. Solo siente su peso en la orilla, como si estuviera sentado, esperando algo.
Jonghyun voltea su cabeza levemente y ve la espalda desnuda de Minho. Su respiración es constante, pero está nervioso. Él lo sabe. Lo conoce.
Y sabe que llegó el momento de hablar.
- Me gusta Taemin.
Le da rabia que la conversación haya partido así, casi lo pone celoso.
- Me debiste haber dicho- bufa, sin voltearse.
- No lo sabía.
- ¿Qué te gustaba?
Eso le da rabia, siendo imposible que no se volteara. Se sienta en la cama, con las sábanas aún sobre su vientre. Le cuesta estar tranquilo, sin poder odiarlo.
- Minho, todos sabemos cuando te gusta alguien.
- Tú tampoco sabías que te gustaba Key- le reclama, voltéandose y mirándolo.
Su cara no era la mejor. Su mirada estaba un poco perturbada y su cabello más desordenado a causa de los nervios por hablar ese tema.
Casi le dio lástima.
Y tenía razón. Él tampoco supo en que momento le empezó a gustar –encantar- el diseñador. Era algo dificil de precisar.
- ¿Y que te gustaban los chicos? ¿Eso también lo supiste ahora?- ironizó.
Un suspiro adelantó su respuesta.
Ese era un tema dificil para Minho. Siempre había tenido sus dudas, pero prefería ocultarlas.
- Nunca había besado un chico si es que eso responde a tu pregunta.
Aún recuerda la imagen de su amigo con el menor en la cocina, dándole el indicio que claramente ese par tenía experiencia en las cosas homosexuales.
Por eso le sorprendió su respuesta.
- ¿Te había gustado un hombre?- le dice ya sin odio, como si estuvieran conversando de cualquier cosa menos de sus encuentros gays con el hermano menor de su compañero.
Minho suspira y se sienta al lado del chico, apoyando su espalda en la muralla. Estira sus piernas y se queda mirándolas como si les estuviera pidiendo valentía para contarle su secreto más guardado a su mejor amigo.
- ¿Te acuerdas de un compañero que tuvimos a los quince? Se fue ese mismo año.
Sí. Lo recuerda. Alto para su edad, simpático, estudioso. Recuerda que hubo un tiempo que se puso celoso porque Minho pasaba todo el día en la biblioteca estudiando con él.
Ahora entiende por qué.
- Y yo que te creía ratón de biblioteca porque sí- Minho ríe, algo triste.
- Me gustaba su forma de ver la vida. Sus pensamientos o sus planes que proyectaba.
- Siempre tan idealista- se burla-. ¿Y le dijiste que te gustaba?
- Sí. Me sinceré en exceso, probablemente lo traumé- recuerda-. No estaba claro de lo que sentía, solo le dije lo que me estaba pasando. Que me sentía extraño y que lo pasaba bien con él, que me sentía contento. Era muy raro y no entendía que me ocurría, en verdad. Quizás por lo mismo ese año se fue.
No fue necesaria la pregunta para saber si había sido correspondido. Los ojos de Minho delataron cierta tristeza en su historia.
- ¿Y Taemin?
Una sonrisa se apodera incoscientemente de su boca.
Eso era un tema aparte.
- ¿Qué pasa con él?
Un fuerte golpe le llega en brazo, provocando un doloroso grito en él. Un enojado Jonghyun lo mira desde su lado, haciéndole burlas supuestamente con el rostro que había puesto.
- ¿Cómo que qué pasa con él? Es suficiente verte la cara para saber perfectamente que pasa con él- le introduce-. Te tiene cagado hasta lo imposible.
- Y dices que eres mi mejor amigo y ni siquiera te habías dado cuenta.
Eso había sido un golpe bajo. Que no se demoró mucho en devolverle literalmente a su amigo. Las risas de Minho a causa de las cosquillas, obligan a Jonghyun a taparle la boca para que no despertara a su hermana que estaba en la habitación contigua.
- Siento decirte, que el largo de tu pelo me indica de inmediato que rol cumples en la relación- se burla, colocando una mano sobre su hombro-. ¿Ahora te debería decir Minha?
- Cállate, idiota- se ríe-. Y no estamos en una relación. Solo… pasó eso.
- Casi se tragaron, solo eso.
- Sí. Eso.
- Genial.
Se quedan los dos en silencio, de brazos cruzados, meditando lo que acababan de hablar. A Jonghyun le quedaban muchas dudas, pero a Minho una en especial. Y ahora que ya tenía un cómplice, se sentia mucho más liviano al no tener que cargar solo con su conciencia.
- ¿Crees que le diga a Onew?
- ¿Crees que se acuerda de lo que pasó?
No había pensado en eso. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza.
Se lame los labios, aún sintiendo restos de sabor a tequila en ellos. Cree que aún es capaz de sentir la desesperada presión de Taemin en contra de él. Siente restos de él por toda su boca y cuello, como si lo hubiese marcado. Casi como un perro marca su territorio.
¿Puede ser alguien capaz de olvidarse de haber besado a alguien a pesar de su estado de ebriedad?
Minho recuerda un par de veces que se emborrachó y que tuvo nebulosas al otro día, sin ser capaz de recordar que había hecho. Pasó muchas veces episodios de terror intentando recordar, mientras que Jonghyun le inventaba historias sobre lo que había pasado con él.
Una vez incluso le inventó que una chica quería violarlo.
Nunca supo si fue verdad.
- ¿Cómo puedo saber si Taemin recuerda que nos besamos?
Obtiene un silencio como respuesta, mirando a su lado, para que su amigo se sintiera presionado y le respondiera algo consolador por lo menos, pero lo único que consigue es que Jonghyun se cargue más sobre él, cayendo completamente dormido.
Definitivamente las situaciones cambiaban y ellos crecían, pero aún dormían juntos como si tuvieran quince años y el tamaño de la cama soportara sus grandes cuerpos.
Minho sonríe y como siempre, es el último en apagar la luz.
**
- Es injusto, soy el invitado, no tendría porqué ir a comprar yo.
- De hace seis años que eres el invitado, para de quejarte.
Minho le pasa un par de billetes que encontró un pantalón, esperando que éste parara de resongar y fuera a comprar la leche que necesitaban para tomar desayuno.
- ¿Y si tomamos agua con cereal?
Un empujón es suficiente para sacarlo de la casa y dejarlo afuera, obligándolo a que fuera al maldito negocio. Minho se queda apoyado en la puerta, sintiendo fuertes punzadas en la cabeza a causa del exceso de alcohol de la noche anterior.
Odiaba la sensación de la resaca. Sentía que se iba a desmayar constantemente.
Su hermana ya se encontraba arreglándose con una energía increíble para salir con alguien que la venía a buscar que no le entendió, y que irían a no sé dónde, que tampoco entendió.
Sube las escaleras con lentitud, afirmándose con una mano desde la pared por si perdía el equilibrio. Había pasado por esa situación anteriormente y no había sido nada de grato.
Y apenas llega arriba, ingresa de una sola vez bajo el ardiente calor de la ducha, que casi le quemaba la piel. Sentía como los vellos de su cuerpo se erizaban con el contacto y como su piel se tornaba más roja en los lugares sensibles. Deja caer el chorro de agua sobre su cabeza, moviéndola de un lado hacia a otro en busca de una mejor posición.
Finalmente se deja masajear su bien formada espalda, quedándose bajo ésta quizás con exceso de tiempo. El timbre lo interrumpe, obligándolo a volver a la triste realidad de una resaca.
- ¡Minho no puedo ir! ¡No estoy vestida! – le grita su hermana desde su habitación.
El aludido corta el agua, sacudiendo su cabeza de un lado a otro para que el agua se fuese de ella.
- ¡Había olvidado que uno se duchaba con ropa!- le grita pasándose rápidamente la toalla por el trasero, para subir de un solo golpe sus oscuros bóxers.
Siente como las gotas caen desde su cabeza por su cuerpo, mojándolo más aún. Pero de todas formas sale solo con su ropa interior puesta, corriendo descalzo a abrirle a un desesperado Jonghyun que no se aburría de golpear.
Sacude un poco su cabello antes de abrir, sin preocuparse si era la persona que creía o no.
- Si no había leche, te mat
No era Jonghyun. Tampoco su madre. Ni el cartero, ni el jardinero, ni un ladrón.
- Hola Minho.
Siente como las gotas caen por su pecho, casi como si estuvieran exponiéndolo más a la vergüenza pública. Minho se queda de pie en la puerta, con una mano apoyada en ella y con su cuerpo impidiendo el acceso.
Con su cuerpo que se encontraba solo cubierto por una mísera prenda que solo cubría sus partes nobles.
- Pensé que eras Jonghyun- es lo único que se le ocurre decir.
- Lo siento. Soy Taemin.
Lo tenía más que claro.
- ¿Puedo pasar?
Y una y otra y otra gota se agalopan en la espalda y en el pecho del chico, descendiendo de tal forma que provocan que Taemin se quede algo hipnotizado en ellas. Baja lentamente junto a ellas, llegando al filo de la desesperación, recorriendo cada cuerpo del moreno, cada músculo, fibra o lo que fuese. Se pierden cuando llegan al elástico de su ropa interior.
Taemin también cree perderse ahí.
- Sí. Lo siento.
Minho mueve su cuerpo hacia un lado, casi de manera torpe. Cree chocar con la puerta, sin recordar perfectamente como funcionaba la coordinación de su cuerpo. Parecia que aún habían restos de alcohol en su cuerpo.
De tequila.
Y Taemin se queda de pie frente a él, mirándolo con una sonrisa como si no hubiese pasado nada. Como si se vieran por primera vez después de una reunión en la iglesia, en la que se juntaron a conversar en como distribuirían los fondos entre la gente pobre.
Y Minho se siente nervioso. No sabe si es parte de su juego o parte de la borrachera que en verdad produjo que no recordara nada.
Intenta sonreírle de vuelta, pero no le sale.
De pronto recuerda su vestimenta.
- Voy a decirle a Sulli que estás acá- le dice algo nervioso-. Y creo que debería vestirme.
Entonces cuando el moreno se voltea y comienza a subir las escaleras, dejando a un casi tímido Taemin en el living de su casa, cree escuchar que le habla, pero prefiere pensar que es todo parte de su cabeza. De esa estúpida y hueca cabeza que no dejaba de transmitir pensamientos revoltosos.
Debería estar prohibido que te vistieras.
Abre la puerta de la habitación de su hermana de una vez, advirtiéndole que no tenía buenas intenciones al hablarle.
- ¿Por qué no me habías dicho que podía ser Taemin? Mira como fui a abrirle la puerta.
Sulli chasquea la lengua, sin dejar de arreglar su cabello mientras se lo miraba en el espejo.
- Da lo mismo. Están equipados de la misma forma, dudo que le importe mucho si te ve desnudo. No es como si no tuvieran lo mismo.
Eso le da más rabia, provocando que saliera por el mismo lugar que por donde entró. Pero antes de salir la voz de su hermana lo interrumpe.
- Parece que te picó algo en el cuello. Tienes rojo.
La ignora, pegando un fuerte portazo. Ahora él tendría que entretener a Taemin, como si no hubiese pasado nada entre ellos la noche anterior, y fueran amigos de toda la vida.
Aún no está del todo seguro si el chico recuerda algo.
Baja, mientras se pasa una camiseta por su cabeza, sin prestarle demasiada atención a lo que le había dicho su hermana. Y ve a Taemin sentado de perfil, sacudiendo sus piernas levemente, provocando un suave sonido al chocar sus talones con el sillón.
Minho cree que es una de las cosas más enternecedoras que ha visto en su vida. Y no se cree capaz de seguir bajando las escaleras, quedándose en el último peldaño, analizándolo.
¿Cómo podía esa persona que se veía como un pequeño niño de ocho años, actuar como una de más de veinteaños casi violándole su boca?
¿Desde cuándo Taemin le había parecido tan intrigante?
De repente siente unos ojos sobre él, obligándolo a enfocarse y poner los pies sobre la Tierra. El menor lo miraba desde el sillón, sonriéndole. Lo había descubierto antes de que él mismo lo pudiera notar.
- ¿Se va a demorar mucho?
Minho baja el último peldaño, intentando adivinar a qué se referia. De pronto recuerda que tenía una hermana de nombre Sulli y que Taemin era su mejor amigo.
¿Tenía que justo fijarse en el mejor amigo de su hermana?
- No lo sé. Sube a verla.
- No- le responde rápido-. Estoy bien aquí.
El moreno asiente sin saber exactamente que hacer. No sabe si preguntarle sobre algo, el clima o algo por el estilo, de tal forma que lleguen al tema de la fiesta de Onew y se vea obligado a decirle si se acordaba de algo o no.
Pero está incómodo y prefiere irse de ahí.
- ¿Quieres un caf
- Anoche te f
Ambos ríen. Habían hablado al mismo tiempo y ninguno de los dos se había dado a entender. Taemin no para de sonreír. Casi le perturba.
Prefiere repetir él su pregunta primero por miedo a lo que él quiso decirle.
- ¿Quieres un café?- el aludido asiente, gustoso.
- Lo necesito. Siento que la cabeza se me partirá en dos.
Primera señal de una gran borrachera. Minho traga saliva con dificultad. Habían llegado demasiado rápido al tema de la fiesta.
Prepara dos cafés sin entrar en detalles, casi tan nervioso por aún no ser capaz de saber si el chico había recordado lo que había pasado, que estuvo a punto de echarle sal en vez de azúcar.
Y el maldito de Jonghyun aún no llegaba con la leche.
Le pasa un tazón con cuidado de no quemarlo y camina hacia la silla continua, cuando ve que Taemin quita el cojín que estaba al lado de él, dándole espacio en su mismo sillón.
Minho no tiene otra opción que sentarse al lado de él.
- Anoche te fuiste temprano. No me di cuenta cuando ya no estabas.
Tema peligroso. Demasiado peligroso. Minho siente como el café desciende lentamente por su garganta, casi quemándosela.
Traga con dificultad.
- Como a las tres. Jonghyun tenía sueño- intenta excusarse. Taemin toma otro sorbo y lo mira sonriendo.
- En verdad no sé porqué dije eso. No recuerdo nada más allá de las doce.
Diablos.
Diablos.
Mierda.
No recordaba nada.
¿Tanta preocupación por nada? ¿Tanta saliva gastada por NADA? ¿Tanto miedo de besarlo por NA-DA?
Cree que esa información le llegó como una estocada a su ego.
De pronto siente una picazón excesiva en su cuello, rascándose un lugar que la noche anterior había sido denominado como propiedad de otra persona.
- Parece que te picó algo- le interrumpe Taemin, al parecer observando lo que hacía hace un rato-. Tienes como… irritado.
Minho no soporta más y se levanta, yendo de inmediato al baño. No sabía que le molestaba tanto, como si le pulsase. Suenan los pasos de su hermana desde el segundo piso, bajando de una vez a ver a Taemin. Y el moreno levanta el cuello y ve distintas marcas pequeñas en él, pero sobre todo una, que no era ni pequeña ni rosada.
Sabe perfectamente bien que son. No son picaduras ni golpes.
Aún cree sentir los labios de Taemin, absorviendo su piel.
- ¿Taemin?
Al parecer Jonghyun también había entrado en escena, llevándose una no tan grata sorpresa al encontrarse con el menor. Lo busca en la cocina y en el comedor, finalmente llega al baño en donde estaba escondido.
- ¿Y a ti que te pasa?
- No lo recuerda. No recuerda nada.
Jonghyun une los pensamientos, sin necesitar una introducción de por medio.
- ¿Nada de nada?- Minho niega, algo apenado-. ¿Pero eso está bien o no?
El alto se encoge de hombros, sin saber que respuesta darle.
No sabe si será capaz alguna vez de volver a hacer lo que hizo con el menor o simplemente de decirle lo que sentía por él. Solo se queda pensando ante un atento Jonghyun.
Los labios de Taemin se encargan de dejarlo marcado por más de una semana. Primero fueron rojas, después moradas y finalmente azules con algo de verde. Los colores de las marcas cambian al igual que el ánimo de Minho con el paso de los días.
Finalmente no sabía si había valido la pena besar a Taemin.
Capítulo 9
Había sido el viaje más incómodo de su vida. LEJOS. Los viajes incómodos luego de las reuniones de apoderado no se comparaban en nada a esto. Ni la más grave falta que cometió en toda su época escolar hacía ni un cuarto de lo incómodo que había sido esa situación.
El camino hacia su casa había durado apenas veinte minutos, lo que parecieron tres horas de dolor y tortura. Los suspiros de su hermana mientras dormía en el asiento trasero, era lo único que interrumpía el silencio que se generaba entre los dos amigos.
En los veinte minutos nadie había dicho ni una palabra. Nada.
Minho había salido de la casa de Onew, esperando que su hermana saliera de una vez, mientras que Jonghyung estaba esperándolo fuera de esta, sentado en la acera. Un par de monosílabos y ya se hallaban sentados en el auto, camino a la casa de él.
Era una costumbre de siempre. Salir y terminar casi borrachos, o uno completamente borracho, y dormir en la casa del moreno. Pero ahora la situación era completamente distinta. Primero porque lo había visto besando al hermano menor de su compañero de una manera lo suficientemente acalorada como para avergonzarse y segundo, porque no tenía idea que su mejor amigo estaba interesado por los hombres.
Él le había confiado eso, pero al parecer Minho no lo encontraba lo suficientemente cercano para confesárselo.
Y una mierda.
Eran mejores amigos hace más de seis años y el muy desgraciado no había sido capaz de contarle algo tan importante como que era gay. A él no le hubiese importado mucho, menos ahora en la misma situación que se encontraba él.
Jjong, parece que soy gay.
Ah, genial.
Y eso habría sido todo. Ningún reproche y sin malas caras.
Pero claro, era Minho, el que al parecer no le tenía confianza a su mejor amigo.
Se quita la camiseta y los pantalones, quedando solo en ropa interior y se mete a la cama de su amigo. Si él no se quería acostar con él debido a lo reciente ocurrido, problema de él. Pero él no dejaría la cama. Era su lugar desde siempre.
Siente los cansados pasos de Minho al entrar a la habitación y como se detienen a un par de centímetros de la cama. Las zapatillas del moreno no se demoran mucho en caer, al igual que sus pantalones.
Al parecer el muy estúpido se acostaría a su lado y no sería capaz de decirle ni la más mísera palabra.
Siente el colchón hundirse a su lado al recibir su peso. Pero no siente sus largas piernas colándose por las sábanas ni tampoco su cabeza buscando comodidad sobre la almohada. Solo siente su peso en la orilla, como si estuviera sentado, esperando algo.
Jonghyun voltea su cabeza levemente y ve la espalda desnuda de Minho. Su respiración es constante, pero está nervioso. Él lo sabe. Lo conoce.
Y sabe que llegó el momento de hablar.
- Me gusta Taemin.
Le da rabia que la conversación haya partido así, casi lo pone celoso.
- Me debiste haber dicho- bufa, sin voltearse.
- No lo sabía.
- ¿Qué te gustaba?
Eso le da rabia, siendo imposible que no se volteara. Se sienta en la cama, con las sábanas aún sobre su vientre. Le cuesta estar tranquilo, sin poder odiarlo.
- Minho, todos sabemos cuando te gusta alguien.
- Tú tampoco sabías que te gustaba Key- le reclama, voltéandose y mirándolo.
Su cara no era la mejor. Su mirada estaba un poco perturbada y su cabello más desordenado a causa de los nervios por hablar ese tema.
Casi le dio lástima.
Y tenía razón. Él tampoco supo en que momento le empezó a gustar –encantar- el diseñador. Era algo dificil de precisar.
- ¿Y que te gustaban los chicos? ¿Eso también lo supiste ahora?- ironizó.
Un suspiro adelantó su respuesta.
Ese era un tema dificil para Minho. Siempre había tenido sus dudas, pero prefería ocultarlas.
- Nunca había besado un chico si es que eso responde a tu pregunta.
Aún recuerda la imagen de su amigo con el menor en la cocina, dándole el indicio que claramente ese par tenía experiencia en las cosas homosexuales.
Por eso le sorprendió su respuesta.
- ¿Te había gustado un hombre?- le dice ya sin odio, como si estuvieran conversando de cualquier cosa menos de sus encuentros gays con el hermano menor de su compañero.
Minho suspira y se sienta al lado del chico, apoyando su espalda en la muralla. Estira sus piernas y se queda mirándolas como si les estuviera pidiendo valentía para contarle su secreto más guardado a su mejor amigo.
- ¿Te acuerdas de un compañero que tuvimos a los quince? Se fue ese mismo año.
Sí. Lo recuerda. Alto para su edad, simpático, estudioso. Recuerda que hubo un tiempo que se puso celoso porque Minho pasaba todo el día en la biblioteca estudiando con él.
Ahora entiende por qué.
- Y yo que te creía ratón de biblioteca porque sí- Minho ríe, algo triste.
- Me gustaba su forma de ver la vida. Sus pensamientos o sus planes que proyectaba.
- Siempre tan idealista- se burla-. ¿Y le dijiste que te gustaba?
- Sí. Me sinceré en exceso, probablemente lo traumé- recuerda-. No estaba claro de lo que sentía, solo le dije lo que me estaba pasando. Que me sentía extraño y que lo pasaba bien con él, que me sentía contento. Era muy raro y no entendía que me ocurría, en verdad. Quizás por lo mismo ese año se fue.
No fue necesaria la pregunta para saber si había sido correspondido. Los ojos de Minho delataron cierta tristeza en su historia.
- ¿Y Taemin?
Una sonrisa se apodera incoscientemente de su boca.
Eso era un tema aparte.
- ¿Qué pasa con él?
Un fuerte golpe le llega en brazo, provocando un doloroso grito en él. Un enojado Jonghyun lo mira desde su lado, haciéndole burlas supuestamente con el rostro que había puesto.
- ¿Cómo que qué pasa con él? Es suficiente verte la cara para saber perfectamente que pasa con él- le introduce-. Te tiene cagado hasta lo imposible.
- Y dices que eres mi mejor amigo y ni siquiera te habías dado cuenta.
Eso había sido un golpe bajo. Que no se demoró mucho en devolverle literalmente a su amigo. Las risas de Minho a causa de las cosquillas, obligan a Jonghyun a taparle la boca para que no despertara a su hermana que estaba en la habitación contigua.
- Siento decirte, que el largo de tu pelo me indica de inmediato que rol cumples en la relación- se burla, colocando una mano sobre su hombro-. ¿Ahora te debería decir Minha?
- Cállate, idiota- se ríe-. Y no estamos en una relación. Solo… pasó eso.
- Casi se tragaron, solo eso.
- Sí. Eso.
- Genial.
Se quedan los dos en silencio, de brazos cruzados, meditando lo que acababan de hablar. A Jonghyun le quedaban muchas dudas, pero a Minho una en especial. Y ahora que ya tenía un cómplice, se sentia mucho más liviano al no tener que cargar solo con su conciencia.
- ¿Crees que le diga a Onew?
- ¿Crees que se acuerda de lo que pasó?
No había pensado en eso. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza.
Se lame los labios, aún sintiendo restos de sabor a tequila en ellos. Cree que aún es capaz de sentir la desesperada presión de Taemin en contra de él. Siente restos de él por toda su boca y cuello, como si lo hubiese marcado. Casi como un perro marca su territorio.
¿Puede ser alguien capaz de olvidarse de haber besado a alguien a pesar de su estado de ebriedad?
Minho recuerda un par de veces que se emborrachó y que tuvo nebulosas al otro día, sin ser capaz de recordar que había hecho. Pasó muchas veces episodios de terror intentando recordar, mientras que Jonghyun le inventaba historias sobre lo que había pasado con él.
Una vez incluso le inventó que una chica quería violarlo.
Nunca supo si fue verdad.
- ¿Cómo puedo saber si Taemin recuerda que nos besamos?
Obtiene un silencio como respuesta, mirando a su lado, para que su amigo se sintiera presionado y le respondiera algo consolador por lo menos, pero lo único que consigue es que Jonghyun se cargue más sobre él, cayendo completamente dormido.
Definitivamente las situaciones cambiaban y ellos crecían, pero aún dormían juntos como si tuvieran quince años y el tamaño de la cama soportara sus grandes cuerpos.
Minho sonríe y como siempre, es el último en apagar la luz.
**
- Es injusto, soy el invitado, no tendría porqué ir a comprar yo.
- De hace seis años que eres el invitado, para de quejarte.
Minho le pasa un par de billetes que encontró un pantalón, esperando que éste parara de resongar y fuera a comprar la leche que necesitaban para tomar desayuno.
- ¿Y si tomamos agua con cereal?
Un empujón es suficiente para sacarlo de la casa y dejarlo afuera, obligándolo a que fuera al maldito negocio. Minho se queda apoyado en la puerta, sintiendo fuertes punzadas en la cabeza a causa del exceso de alcohol de la noche anterior.
Odiaba la sensación de la resaca. Sentía que se iba a desmayar constantemente.
Su hermana ya se encontraba arreglándose con una energía increíble para salir con alguien que la venía a buscar que no le entendió, y que irían a no sé dónde, que tampoco entendió.
Sube las escaleras con lentitud, afirmándose con una mano desde la pared por si perdía el equilibrio. Había pasado por esa situación anteriormente y no había sido nada de grato.
Y apenas llega arriba, ingresa de una sola vez bajo el ardiente calor de la ducha, que casi le quemaba la piel. Sentía como los vellos de su cuerpo se erizaban con el contacto y como su piel se tornaba más roja en los lugares sensibles. Deja caer el chorro de agua sobre su cabeza, moviéndola de un lado hacia a otro en busca de una mejor posición.
Finalmente se deja masajear su bien formada espalda, quedándose bajo ésta quizás con exceso de tiempo. El timbre lo interrumpe, obligándolo a volver a la triste realidad de una resaca.
- ¡Minho no puedo ir! ¡No estoy vestida! – le grita su hermana desde su habitación.
El aludido corta el agua, sacudiendo su cabeza de un lado a otro para que el agua se fuese de ella.
- ¡Había olvidado que uno se duchaba con ropa!- le grita pasándose rápidamente la toalla por el trasero, para subir de un solo golpe sus oscuros bóxers.
Siente como las gotas caen desde su cabeza por su cuerpo, mojándolo más aún. Pero de todas formas sale solo con su ropa interior puesta, corriendo descalzo a abrirle a un desesperado Jonghyun que no se aburría de golpear.
Sacude un poco su cabello antes de abrir, sin preocuparse si era la persona que creía o no.
- Si no había leche, te mat
No era Jonghyun. Tampoco su madre. Ni el cartero, ni el jardinero, ni un ladrón.
- Hola Minho.
Siente como las gotas caen por su pecho, casi como si estuvieran exponiéndolo más a la vergüenza pública. Minho se queda de pie en la puerta, con una mano apoyada en ella y con su cuerpo impidiendo el acceso.
Con su cuerpo que se encontraba solo cubierto por una mísera prenda que solo cubría sus partes nobles.
- Pensé que eras Jonghyun- es lo único que se le ocurre decir.
- Lo siento. Soy Taemin.
Lo tenía más que claro.
- ¿Puedo pasar?
Y una y otra y otra gota se agalopan en la espalda y en el pecho del chico, descendiendo de tal forma que provocan que Taemin se quede algo hipnotizado en ellas. Baja lentamente junto a ellas, llegando al filo de la desesperación, recorriendo cada cuerpo del moreno, cada músculo, fibra o lo que fuese. Se pierden cuando llegan al elástico de su ropa interior.
Taemin también cree perderse ahí.
- Sí. Lo siento.
Minho mueve su cuerpo hacia un lado, casi de manera torpe. Cree chocar con la puerta, sin recordar perfectamente como funcionaba la coordinación de su cuerpo. Parecia que aún habían restos de alcohol en su cuerpo.
De tequila.
Y Taemin se queda de pie frente a él, mirándolo con una sonrisa como si no hubiese pasado nada. Como si se vieran por primera vez después de una reunión en la iglesia, en la que se juntaron a conversar en como distribuirían los fondos entre la gente pobre.
Y Minho se siente nervioso. No sabe si es parte de su juego o parte de la borrachera que en verdad produjo que no recordara nada.
Intenta sonreírle de vuelta, pero no le sale.
De pronto recuerda su vestimenta.
- Voy a decirle a Sulli que estás acá- le dice algo nervioso-. Y creo que debería vestirme.
Entonces cuando el moreno se voltea y comienza a subir las escaleras, dejando a un casi tímido Taemin en el living de su casa, cree escuchar que le habla, pero prefiere pensar que es todo parte de su cabeza. De esa estúpida y hueca cabeza que no dejaba de transmitir pensamientos revoltosos.
Debería estar prohibido que te vistieras.
Abre la puerta de la habitación de su hermana de una vez, advirtiéndole que no tenía buenas intenciones al hablarle.
- ¿Por qué no me habías dicho que podía ser Taemin? Mira como fui a abrirle la puerta.
Sulli chasquea la lengua, sin dejar de arreglar su cabello mientras se lo miraba en el espejo.
- Da lo mismo. Están equipados de la misma forma, dudo que le importe mucho si te ve desnudo. No es como si no tuvieran lo mismo.
Eso le da más rabia, provocando que saliera por el mismo lugar que por donde entró. Pero antes de salir la voz de su hermana lo interrumpe.
- Parece que te picó algo en el cuello. Tienes rojo.
La ignora, pegando un fuerte portazo. Ahora él tendría que entretener a Taemin, como si no hubiese pasado nada entre ellos la noche anterior, y fueran amigos de toda la vida.
Aún no está del todo seguro si el chico recuerda algo.
Baja, mientras se pasa una camiseta por su cabeza, sin prestarle demasiada atención a lo que le había dicho su hermana. Y ve a Taemin sentado de perfil, sacudiendo sus piernas levemente, provocando un suave sonido al chocar sus talones con el sillón.
Minho cree que es una de las cosas más enternecedoras que ha visto en su vida. Y no se cree capaz de seguir bajando las escaleras, quedándose en el último peldaño, analizándolo.
¿Cómo podía esa persona que se veía como un pequeño niño de ocho años, actuar como una de más de veinteaños casi violándole su boca?
¿Desde cuándo Taemin le había parecido tan intrigante?
De repente siente unos ojos sobre él, obligándolo a enfocarse y poner los pies sobre la Tierra. El menor lo miraba desde el sillón, sonriéndole. Lo había descubierto antes de que él mismo lo pudiera notar.
- ¿Se va a demorar mucho?
Minho baja el último peldaño, intentando adivinar a qué se referia. De pronto recuerda que tenía una hermana de nombre Sulli y que Taemin era su mejor amigo.
¿Tenía que justo fijarse en el mejor amigo de su hermana?
- No lo sé. Sube a verla.
- No- le responde rápido-. Estoy bien aquí.
El moreno asiente sin saber exactamente que hacer. No sabe si preguntarle sobre algo, el clima o algo por el estilo, de tal forma que lleguen al tema de la fiesta de Onew y se vea obligado a decirle si se acordaba de algo o no.
Pero está incómodo y prefiere irse de ahí.
- ¿Quieres un caf
- Anoche te f
Ambos ríen. Habían hablado al mismo tiempo y ninguno de los dos se había dado a entender. Taemin no para de sonreír. Casi le perturba.
Prefiere repetir él su pregunta primero por miedo a lo que él quiso decirle.
- ¿Quieres un café?- el aludido asiente, gustoso.
- Lo necesito. Siento que la cabeza se me partirá en dos.
Primera señal de una gran borrachera. Minho traga saliva con dificultad. Habían llegado demasiado rápido al tema de la fiesta.
Prepara dos cafés sin entrar en detalles, casi tan nervioso por aún no ser capaz de saber si el chico había recordado lo que había pasado, que estuvo a punto de echarle sal en vez de azúcar.
Y el maldito de Jonghyun aún no llegaba con la leche.
Le pasa un tazón con cuidado de no quemarlo y camina hacia la silla continua, cuando ve que Taemin quita el cojín que estaba al lado de él, dándole espacio en su mismo sillón.
Minho no tiene otra opción que sentarse al lado de él.
- Anoche te fuiste temprano. No me di cuenta cuando ya no estabas.
Tema peligroso. Demasiado peligroso. Minho siente como el café desciende lentamente por su garganta, casi quemándosela.
Traga con dificultad.
- Como a las tres. Jonghyun tenía sueño- intenta excusarse. Taemin toma otro sorbo y lo mira sonriendo.
- En verdad no sé porqué dije eso. No recuerdo nada más allá de las doce.
Diablos.
Diablos.
Mierda.
No recordaba nada.
¿Tanta preocupación por nada? ¿Tanta saliva gastada por NADA? ¿Tanto miedo de besarlo por NA-DA?
Cree que esa información le llegó como una estocada a su ego.
De pronto siente una picazón excesiva en su cuello, rascándose un lugar que la noche anterior había sido denominado como propiedad de otra persona.
- Parece que te picó algo- le interrumpe Taemin, al parecer observando lo que hacía hace un rato-. Tienes como… irritado.
Minho no soporta más y se levanta, yendo de inmediato al baño. No sabía que le molestaba tanto, como si le pulsase. Suenan los pasos de su hermana desde el segundo piso, bajando de una vez a ver a Taemin. Y el moreno levanta el cuello y ve distintas marcas pequeñas en él, pero sobre todo una, que no era ni pequeña ni rosada.
Sabe perfectamente bien que son. No son picaduras ni golpes.
Aún cree sentir los labios de Taemin, absorviendo su piel.
- ¿Taemin?
Al parecer Jonghyun también había entrado en escena, llevándose una no tan grata sorpresa al encontrarse con el menor. Lo busca en la cocina y en el comedor, finalmente llega al baño en donde estaba escondido.
- ¿Y a ti que te pasa?
- No lo recuerda. No recuerda nada.
Jonghyun une los pensamientos, sin necesitar una introducción de por medio.
- ¿Nada de nada?- Minho niega, algo apenado-. ¿Pero eso está bien o no?
El alto se encoge de hombros, sin saber que respuesta darle.
No sabe si será capaz alguna vez de volver a hacer lo que hizo con el menor o simplemente de decirle lo que sentía por él. Solo se queda pensando ante un atento Jonghyun.
Los labios de Taemin se encargan de dejarlo marcado por más de una semana. Primero fueron rojas, después moradas y finalmente azules con algo de verde. Los colores de las marcas cambian al igual que el ánimo de Minho con el paso de los días.
Finalmente no sabía si había valido la pena besar a Taemin.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
hola unnie !!!!!! que bueno que regresaste ya extrañaba leerte bueno leerlas jajaja !!!!
el capo me encanto fue bueno esto cada vez se pone mejor no me cansare de decirlo amo la amistad de minho con jonh son tan unidos pobre jonh yo tambien hubiese estado triste si mi mejor amigo no me hubiese tenido confianza , lo bueno es que su amistad es fuerte y no se alejaran ni un poquito......tengo una duda ese que dijo minho que le gusto antes era de casualidad chanming? jure que era..... el fin no lo se....... ja ya crei eso de que aemin no se acuerda de nada yo estoy seguro que siiiii como olvidar a minho eso es imposible.... dios la descripcion de minho saliendo de la dicha feu genialoso me lo imagine y babie jajajaja en fin unnie nos leemos prontito hasta luego bye :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hahaha, pobre Dino pensó que minho le oculto
su gusto por taemin, y pobre minho, tanta preocupacion
para que a minnie no recuerde lo sucedido, jeje haaa y
que taco de ojo se hecho minnie en la mañana hheee, la
verguenza que sintio keroro, ha la verdad que ya quiero
saver que pasara ahora, actualiza pronto siiiiiiii
saludies ^^
Última edición por anny-min el Lun Jul 23, 2012 7:16 pm, editado 1 vez
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Excelente capítulo!!!!
Será cierto que taemin no recuerda lo que pasó??
o solo es una mentira porq tampoco sabe si es que Minho
recuerda el beso???...
Solo espero que Jjong lo ayude :)
No tardes en subir el siguiente capítulo por fissss!!!
Será cierto que taemin no recuerda lo que pasó??
o solo es una mentira porq tampoco sabe si es que Minho
recuerda el beso???...
Solo espero que Jjong lo ayude :)
No tardes en subir el siguiente capítulo por fissss!!!
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
WAAAA!!! Soy Nueva leyendo Tu fanfic Pero lo leei Todooo..!!
en un ratito hahahaha & Me Encantooo..!!! & Mas el capi de
taemin haciendo ravietas porque no avia visto a Minho hahahaha,
& Este ultimo Capi Estuvo Geniall..!!! A Taemin le encanta
jugar con minho asique nose si realmente no se acuerda Oh
Solo esta Jugando r.r Bueno,....Espero el proximo capitulo
porque me gusto mucho encerio :D
en un ratito hahahaha & Me Encantooo..!!! & Mas el capi de
taemin haciendo ravietas porque no avia visto a Minho hahahaha,
& Este ultimo Capi Estuvo Geniall..!!! A Taemin le encanta
jugar con minho asique nose si realmente no se acuerda Oh
Solo esta Jugando r.r Bueno,....Espero el proximo capitulo
porque me gusto mucho encerio :D
ILove SHINee
Onew ,Jonghyun, Key, Minho y Taemin
251
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
omo me perdi 3 capos <.waaaaa me encanto el cap ♥
omo el 2min se beso!!!
de verdad taemin no lo recuerda!!!
aigo Minho traumado no no fue un error
besar a taemin ~ Lol como quito a la chavas
con las que bailaba espero tu actu ^^
SALUDOS (^.^)/♥
omo el 2min se beso!!!
de verdad taemin no lo recuerda!!!
aigo Minho traumado no no fue un error
besar a taemin ~ Lol como quito a la chavas
con las que bailaba espero tu actu ^^
SALUDOS (^.^)/♥
waflhes
샤이니♥~ Ј o n g h y u n » т a e м ι n
475
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
oh~~ Taemin no recuerda nada???
jum no lo creo
:JAJA: cómo me dio risa eso de - ¡Había olvidado que uno se duchaba con ropa!- a que su hermana jajaja
El cereal con agua no sabe nada bien ;p
Cuando Minho abrió la puertta este de Taemin debió de quedarse con la boca abierta y con la baba saliendo no? jajaja se deleitó al verlo.
Nos leemos ^^
jum no lo creo
:JAJA: cómo me dio risa eso de - ¡Había olvidado que uno se duchaba con ropa!- a que su hermana jajaja
El cereal con agua no sabe nada bien ;p
Cuando Minho abrió la puertta este de Taemin debió de quedarse con la boca abierta y con la baba saliendo no? jajaja se deleitó al verlo.
Nos leemos ^^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Capítulo 10
- Si no paras de moverte te clavaré una aguja.
- Lo siento, pero es que me pica la pierna- se queja.
Key tiene el alfiretero amarrado a su muñeca, mientras que su otra mano se encargaba de enganchar los alfireres en la tela que envolvía las piernas de Taemin.
El menor no paraba de balancearse de un lado a otro, aburrido de tener que ser utilizado por su amigo. La ropa casi siempre terminaba para su propiedad, pero no podía evitar quejarse de todo el trabajo previo por el que tenía que pasar.
El rubio termina clavándolo a propósito.
- ¡AAAAUCH!
- ¡O te quedas quieto o te seguiré clavando!
Taemin se soba la pantorrilla casi con un puchero en su boca. Con su mano sostenía una pequeña botella de leche de plátano, que supuestamente, lo mantendría tranquilo.
Ya era la tercera botella que le entregaba en menos de media hora y Key aún no notaba el efecto tranquilizante. Se veía como… ansioso.
Key se acomoda los lentes sobre su nariz, concentrándose nuevamente en el arduo trabajo que tenía por delante. Las piernas de Taemin eran tan delgadas que por eso siempre abusaba de él como modelo. Los costos eran menores y se ahorraba el hecho de tener que buscar a alguien de buena presencia.
Pincha un alfiler cerca de sus partes íntimas casi con temor, cuando siente que Taemin comienza a tararear una canción. ¿Estaba escuchando de verdad lo que creía escuchar?
¿Desde cuándo a su amigo le gustaba cantar? ¿No era él el que se molestaba cuando lo sentía apenas tararear una canción?
Le es imposible no decirle algo. Aparte que ya habia desentonado y le apestaba cuando cantaban mal una de sus canciones favoritas.
- Te equivocaste- le dice desde el piso, doblando la basta del pantalón-. El coro aún no empieza. Te adelantaste como treinta segundos.
- Pero a mi me gusta así. Queda mejor.
Key lo fulmina con la mirada, casi con odio.
- ¿Desde cuándo te dio por cantar?
- ¿Qué tiene de malo que cante?
- Odias cantar.
- No. Tú odias que yo cante.
Era cierto. Lo conocía, no se podía quejar.
Taemin suelta un suspiro y baja su mano con la botella nuevamente vacía. Llevaban más de treinta minutos y se sentía completamente cansado. Suelta un suspiro.
- ¿Cuánto falta?
- Mucho, y más si no te quedas quieto.
Taemin se rinde y prefiere ocupar su mente en otra cosa para distraerse antes de que su amigo cometiera homicidio. Observa alrededor de sí mismo, viendo todo pulcramente ordenado como su dueño. Los muebles en la posición que corresponden, los cojines perfectamente alineados, la cocina impecable e incluso la fruta dispuesta ordenadamente sobre una cesta. Todo parecía bajo control.
Key y su obsesión por la limpieza.
Y al menor le da hambre y quiere una apetitosa manzana que se ubicaba en la cumbre la cesta. Estaba seguro que también ordenaba la fruta según su tonalidad. Pero Taemin se pierde de si mismo cuando ve que entremedio un pequeño limón se encontraba camuflado. Una sonrisa se apodera de su boca, recordando perfectamente algo.
Aún recuerda como le ardió la herida que se había hecho en el labio, pero no le importó. Probablemente si tuviera la oportunidad, se rompería una y otra vez los labios con tal de probar esos labios con sabor a limón.
Se lleva la mano a la boca inconscientemente, pudiendo aún sentir el roce de su boca junto a la de él.
No sabe desde cuando Key lo miraba así de extrañado.
- Ya me imagino en qué estás pensando- le interrumpe, levantándose y quedando a su altura-. ¿O debería decir en quién?
Taemin frunce el ceño, bajando la mano de golpe.
- No soy una quinceañera.
- Pero en este momento pareces una- se burla, riendo de su propio chiste-. Una quinceañera que está loquita por un moreno.
El menor prefiere no alegar y solo se dedica a cruzarse de brazos, con el ceño fruncido. Key lo había comenzado a tratar igual desde que había pasado LO QUE PASÓ, molestándolo más de lo normal hasta casi colmarlo.
Lo peor era que no sabía si tenía razón.
Busca otro punto de concentración, olvidándose de la maldita verdura de color amarillo. Fija su vista en cada objeto, pero nada le llama mucho la atención. Bosquejos de ropa en la mesa, alfileres por todos lados, maniquíes terroríficos en el medio del salón y una máquina de coser. Nada le interesa.
- Key hyung.
Sí. Le hablará de lo mismo que le está hablando hace cinco días. No es su culpa que se le cruce a cada momento por su cabeza el mismo tema. Él es su amigo, debería ayudarlo a encontrar una solución, no a odiarlo cada vez más.
Pero Key ya ni siquiera quiere mirarlo. Bufa antes que todo.
- No digas su nombre o tendré pesadillas horrorosas que dejaran una marca en mi existencia- exclama melodramático. Taemin hace un puchero-. Te lo juro que si dices una vez más Minho, soy capaz de comerme…una cebolla.
- No seas exagerado. No será necesario.
Rueda los ojos. Sabe que en menos de tres minutos inevitablemente dirá su nombre.
Le pega una palmadita en la pierna, indicándole que tenía que rotar un poco, cambiando su posición inicial. Taemin lo hace de mala gana, llevándose un reproche por parte de Key.
- Para de resongar- le reclama-. Estos pantalones serán tuyos, deberías agradecerme.
- No estoy resongando por los pantalones. Es por
- NO DIGAS SU NOMBRE.
- ¡Eres mi mejor amigo deberías escucharme cuántas veces sea necesario!
- ¡AISHH!
Key lanza las tijeras sobre el sillón y pincha los alfileres sueltos. Se queda de pie frente a su amigo, hastiado del tema, eso estaba claro.
- Pero Taem
- Me gusta Minho- le suelta de un solo golpe, impactándolo con su sinceridad-. Me gusta mucho Key hyung, en serio. Demasiado para ser verdad.
- Que bueno por ti- se sorprende en exceso, lo había pillado desprevenido el arranque de su amigo-. Es bueno que lo tengas claro al menos.
No sabía porqué había permitido que tuvieran ese tipo de conversación. Siempre le costaba llegar a los consejos buenos que podía dar. Le tomaba su tiempo analizar las cosas.
- Y es bueno también que no le hayas dejado nada que te recuerde. Ya tiene suficiente con odiarte como para recordarte con algo en cada segundo del día.
Taemin lo mira un poco preocupado, recordando la escena de aquella noche. Parecía que su boca actuaba por instinto, sin ser capaz de controlar lo que hacía. Solo quería marcar cada pedazo del cuello de Minho de su propiedad. Mejor si las marcas perduraban por varios días, advirtiéndole a todo el mundo que el chico estaba ocupado.
Prefiere decírselo antes que lo averigüe por su cuenta.
- ¿Tú estás en celo o qué?
Key olvida de inmediato retomar el tono de parsimonia con su amigo, enojándose sin mayor impedimento. Le daban ganas de ahorcar a Taemin, por ser tan infantil, tan impulsivo, por no pensar nada y terminar llevándole siempre sus problemas a él. Pero se controla; es su mejor amigo y no puede matarlo, sin él no podría vivir.
El aludido se tapa el rostro con ambas manos, intentando que su amigo no viera el color rojo que tomaban sus mejillas. Odiaba no tener el control de su cuerpo cuando se trataba del moreno.
- ¿Sabes qué? No puedo pensar nada, estoy bloqueado, lo siento. Minho me cae bien, es guapo debo admitir, tiene buen cuerpo también.
La fulminante mirada de Taemin le advierte que tiene que terminar con su lista de halagos hacia Minho si no quería tener problemas.
- Pero he escuchado tantas veces su nombre- aquí es donde empieza a perder la paciencia-. Que ya ni siquiera me cae bien. Probablemente si lo veo, me suicidaría. Taemin, te tiene tan atrapado ese “arquitectito” que ya siento que hasta me está conquistando a mi- bufa-. ¡Y no quiero una palabra más sobre él! Ya tengo suficiente trabajo como para perder el tiempo pensando en ese moreno de mala pinta.
¿De mala pinta? Por un momento siente que está hablando con su madre y no con su mejor amigo. Asiente finalmente, algo cabizbajo.
- Me gustan estos pantalones- le dice cambiando a un tema que seguramente el chico preferiría-.
Key alardea sobre ellos, dichoso, contándole la historia de cómo había llegado a esa tela tan hermosa que envolvía sus piernas. No llevaba ni cinco minutos conversando con su amigo, cuando el estrepitoso sonido de su celular los interrumpe.
Y el rubio contesta con una sonrisa como si la persona lo pudiese ver por el otro lado. Taemin se burla, complacido.
- Hola, ¿con quién hablo?
- ¿Key? Soy Minho. ¿Estás con Jonghyun? No lo encuentro por ningún lado.
No. Eso era una broma. Una broma de mal gusto. De pésimo gusto.
- ¡¿Y de cuándo soy telefonista acaso?!
Corta el teléfono de un solo golpe, asustando un poco a Taemin que lo miraba petrificado por su repentino cambio de voz. Ve que Key deja la huincha de medir, los alfileres y las tijeras a un lado, y va directamente hacia la cocina, al parecer a buscar algo de beber.
Cuando vuelve ve que traía una botella de cerveza, lo que le llamó exclusivamente la atención. Su amigo no era de los que tomaba, mucho menos un día de semana y a esa hora de la mañana.
Key abre la tapa, furioso y acerca dos sillas a donde se encontraba su amigo; de un empujón lo sienta.
Eso era una señal definitivamente. Y por mucho que quisiera, no podía ignorarla.
- Ya. Hablemos de Minho.
Da un largo trago a la botella y se arregla el flequillo, mirando a su amigo. A este le cuesta entender su cambio rotundo de odio a no odio con respecto a Minho, por lo mismo le es dificil retomar el tema.
Hablaron por más de dos horas. Key no le gritó ni tampoco se alteró, solo escuchó por primera vez como su amigo se sinceraba como nunca antes lo había hecho, relatándole casi con detalle lo que sentía por el moreno, lo que ahora parecía un mundo nuevo para él.
Y Key tiene miedo, mucho miedo de que le rompan el corazón a su mejor amigo, a lo más preciado que tiene en el mundo. Es el único que lo conoce tanto como él mismo, incluso más que sus padres, sabiendo que el menor no era más que un pequeño en busca de amor que se refugiaba en una barrera de rebeldía y odio en contra del mundo para llamar la atención, para que lo quisiesen.
Y lo escucha atento durante toda la conversación, ve sus gestos y termina enamorándose de la sonrisa que generaba Minho solo al ser nombrado en la boca de su amigo. Taemin se sonroja cada ciertos períodos, diciéndole que él nunca pensó que eso de las mariposas en el estómago de verdad existía. Key termina rechazando la cerveza que él mismo había llevado, dándose cuenta que se estaba embriagando de amor y ternura con tan solo de escuchar a su mejor amigo.
Y Taemin le pregunta si no está aburrido o si odia demasiado a Minho por hablarle tanto de él, e increíblemente se niega, le dice que ahora le cae incluso mejor que antes, su amigo le pregunta porqué y él le dice que nunca le revelará esa información, que se la llevará hasta la tumba.
El menor sonríe y Key cree que nunca lo ha visto así de feliz, así de embriagado de amor.
Y toma nota mentalmente, recordándose así mismo de tener que agradecerle a Minho cuando esa relación estuviera consolidada, agradecerle por haber hecho que los ojos de su amigo brillaran como nunca antes lo habían hecho.
**
Hace diez días que había sido el cumpleaños de Onew y todo seguía como si no hubiese pasado nada.
Key seguía diseñando y llamando la atención como siempre, Jonghyun continuaba quedándose dormido todos los días en clase, Onew aumentaba su adicción por el pollo y Minho y Taemin… seguían siendo Minho y Taemin. Ambos ignorándose apenas se cruzaban de vista, procurando como si no hubiese pasado nada. El moreno aún creyendo que el menor no se acordaba de nada, taladréandose la cabeza todos los días por ser un estúpido, y Taemin sufriendo diariamente por aún no ser capaz de acercarse a conversarle o hacer algo.
Se veían todos los días, pero no de forma directa.
El menor era siempre el último en llegar a clases, atrasado como siempre, pero desde que se dio cuenta que de un momento a otro Minho había comenzado a ir a dejar a su hermana cada día en la mañana al colegio, se dio cuenta que desde ahora sería bueno madrugar. Ahora todos los días estaba en la esquina de su colegio, un lugar estratégico por tener una vista privilegiada de todos los autos, con un cigarrillo en la boca, impaciente; entonces aparecía la oscura camioneta de Minho desde la lejanía, acercándose a un par de metros de donde estaba él. Sulli se acercaba a saludarlo y él se encargaba de expulsar el humo de su boca de manera lenta y seductora, sin parar de mirar al piloto del auto.
Y el moreno le devolvía la mirada, con odio. Y eso lo volvía loco.
A ambos.
Ya ni siquiera hacían un movimiento de cabeza en forma de saludo, solo se miraban, odiándose como si fuera una competencia.
Minho ya había asumido su rendición en la batalla. Se había dado cuenta que estaba perdiendo el tiempo por nada, pensando en un estúpido adolescente que estaba siendo capaz de controlarle sus emociones durante el día. Notó que había comenzado a hacer cosas por él sin haberlo hecho directamente con tal de solo verlo, como ir a dejar a su hermana o ir a buscarla en horarios inpensados. Se denominaba patético a si mismo.
- Estoy afuera.
El moreno se estaciona fuera del colegio de su hermana, soltando un suspiro a la vez que apoyaba su cabeza sobre el manubrio. Habían quedado de ir a almorzar juntos y luego de ver el regalo para su madre que prontamente iba a estar de cumpleaños.
Cuando siente un tono de sorpresa al otro lado, presiente que a su hermana se le olvidó eso.
- Eh… ya salgo.
Acomoda mejor su cabeza, colocando sus brazos debajo, en busca de una mejor posición. Llevaba más de dos días sin dormir y se creía capaz de caer rendido en ese mismo instante.
Y cree que lo hace. Por lo menos durante más de cinco minutos hasta que siente un par de nudillos que golpean la ventana.
Baja el vidrio, aún algo dormido.
- ¿Pretendes ir en ese estado a ver el regalo de mamá?
Era un buen pretexto para no tener que admitir que había olvidado que irían a comprar los dos. Minho enfoca la vista y asiente.
- ¿Qué tengo de malo? Estoy perfecto.
Sulli bufa, riendo.
- Está bien. Lo olvidé- admite con derrota-. ¿Podemos ir mañana? Es que ya nos pusimos de acuerdo para ir a comer algo.
Supone con quién se puso de acuerdo. No es necesario que le diga los nombres.
- Está bien- suspira, de todas maneras agradecido por la idea de una tarde libre para dormir-. ¿No quieres que los lleve? Me queda en el camino.
Está demasiado somnoliento como para atinar a moverse antes de que Sulli se lance por la ventana a besarlo de alegría. No alcanza a limpiarse la mejilla cuando siente que ya se estaban subiendo en los asientos traseros.
Y el sueño se le quita de golpe cuando ve a Taemin sentándose en el medio, quedando perfectamente ubicado entre una chica que no conocía y Kai. Su hermana se sienta junto a él, al parecer para que no se quedara dormido manejando.
No es necesario, tan solo el hecho de mirar por el espejo retrovisor es como una cachetada de cafeína en su rostro.
- ¿Hoy podrás dormir?
Le gusta el interés de su hermana por su salud, le enternece, pero es imposible demostrárselo mientras él se desconcentra cada cinco minutos mirando por el espejo. Ve a la chica conversar animadamente con Kai, por encima de Taemin y sin incluirlo, mientras que éste se hallaba enfrascado mirando el vacío, como si estuviera en otro mundo.
- Eso espero- le responde a secas enojándose de golpe inconscientemente.
Sulli claramente prefiere divertirse conversando con sus compañeros, abandonando de inmediato su rol de buena hermana. Y Minho se lo agradece, más ahora que se encontraba atrapado en una nube de odio a sí mismo por ser tan estúpido. Por ser tan inocente y creer que ese maldito Taemin podía sentir lo mismo que sentía hacia él.
Siempre tan tonto, tan idiota, fijándose el reto que más lo pudiera hacer sufrir.
Y lo mira una vez más sabiendo que éste no estaría mirándolo, que no estaría preocupado del estúpido de Minho que se encontraba tan atrapado con él.
Se odiaba tanto por estar tan enganchado de ese pendejo que le dan ganas de parar el auto en el medio de la calle e irse corriendo a cualquier lugar con tal de botar la ira que sentía. Cuenta hasta mil, evitando que eso sucediera.
El muy desgraciado aparte de no acordarse de nada, ¿ahora le había dado por ignorarlo y hacer como que no existía? ¿Qué mierda se creía?
Estaba claro que no haría nada más por él. Basta de ser el chofer de su hermana y ser el imbécil que iba a dejarla y a buscarla con tal de solo verlo a él. Que se fuera sola. Sulli estaba lo suficientemente grande para que siguiera dependiendo de él.
Y está tan enojado que no se da cuenta del momento en el que se estacionó fuera del centro comercial, pudiendo ya bajarse todos de su auto y dejarlo más enfrascado en su burbuja de odio. Siente un sonoro beso en su mejilla por parte de su hermana y una frase que no alcanza a procesar.
- Cambia la cara de perro, por favor.
Le da lo mismo. Le da lo mismo todo.
Incluso hasta la entrega por la que había trabajado tanto.
A la mierda con todo.
Busca algo en la guantera del auto, como una pastilla o algo que le despejara la mente en ese momento. Encuentra alrededor de diez lápices, la mayoría secos, pañuelos, papeles y hasta toallas higiénicas de su hermana, pero nada que lo pudiese despertar. Cuando levanta la vista para ya poner el auto en marcha, se fija que Taemin les decía algo a los demás de una manera bastante apresudara, para luego cambiar su rumbo y dirigirse al auto, en donde estaba él.
A Minho le cuesta procesar la información, sorprendiéndose de todas formas cuando ve a Taemin frente a su puerta. Siente los nudillos del chico golpeando el vidrio y obligándolo a que se fijara en su presencia. De pronto su enojo dejó de ser interesante.
Apreta el botón para bajar la ventana y mira de reojo al lugar en donde se encontraba su hermana y sus amigos, ya no había nadie. ¿Qué le había pasado a Taemin para tener que devolverse de una forma tan repentina?
La curiosidad invade su cuerpo cuando siente el tope de la ventana hasta llegar lo más abajo posible. Taemin lo miraba con las mejillas algo coloradas y la respiración un poco entre cortada con la pequeña carrera que se había pegado hasta llegar allí.
- ¿Qué p
Pero la frase queda inconclusa. Minho no alcanza a terminar su pregunta cuando ve al menor metiendo su cabeza hacia el interior del vehículo, para sumirse en un profundo beso desesperado. Las dudas parecen sumergirse en un profundo pozo y la boca de Taemin se apodera de su interior, provocando que salieran a flote todos los sentimientos que por esa semana se había encargado de enterrar.
Siente que su corazón se contrae, dándole un vuelco en su interior.
Las pestañas del chico le hacían cosquillas bajo las suyas mientras que su nariz chocaba de vez en cuando con la de él, sintiendo su angustiada respiración por sobre su piel.
A Taemin comienza a dolerle el abdomen a causa de presionar su cuerpo por sobre la ventana, pero no se quiere separar, mucho menos ahora que Minho había cambiado la intensidad del beso por uno mucho más lento, disfrutando. Incluso se da el lujo de sostenerlo con ayuda de una mano desde el cuello.
Le gusta cuando siente una de sus manos colándose por entre su cabello, acariciándolo con suavidad con la yema de sus dedos.
Pero el dolor comienza a ser muy fuerte, teniendo que separarse casi en contra de su voluntad. Le gusta la imagen que queda en Minho cuando él interrumpe el beso. El moreno casi sonreía. Tenía los labios brillosos y rojos debido a la intensidad.
Taemin siente que solo esa imagen provoca que su corazón de un golpe, alborotándolo. Eso no estaba bien, para nada bien. Lo que había empezado como un juego, estaba dejando de serlo.
- ¿Pensaste que me olvidé?- le interrumpe, rompiendo el silencio que se había formado tras unos segundos de separar sus labios.
Minho sonríe, inevitablemente. Mientras Taemin comenzaba a sacar lentamente su cuerpo dentro del auto, lástima que no calcula bien y se da un fuerte golpe en la cabeza antes de salirse por completo.
La carcajada de ambos les sale casi coordinada.
- Tonto- suspira Minho.
Taemin se soba con cuidado en donde recibió el golpe, sin dejar de mirar al moreno. Ese era su nuevo hobbie favorito, sin duda alguna.
Y ese era el momento especial en el que ambos se preguntaban que sobre qué debían hablar o simplemente si era necesario hacerlo.
Pero el menor solo sonríe y retrocede un paso, cauteloso. Y Minho tiene ganas de más besos robados y situaciones inesperadas, pero al parecer estaba con un tipo de persona que solo conseguiría una sorpresa tras otra. Taemin continúa retrocediendo y Minho acerca su cabeza más fuera de la ventana hasta ya verlo desaparecer cerca del vehículo.
Era obvio. En ese tipo de situaciones siempre estarían demás todo tipo de palabras. Sobraban las sílabas y la saliva tenía que ser gastada en un acto mucho mejor que en hablar.
Y ahora lo mira por el espejo retrovisor, consciente de que él se da cuenta de eso. Taemin sigue retrocediendo lento hasta ya llegar a unos metros lo suficientemente lejos del auto, mirándolo también. Y se queda de pie en el medio de la calle, sonriendo aún.
A Minho casi le preocupaba lo que sentía en su cuerpo cuando lo veía sonreír. Era como si miles de mariposas le azotaran el estómago de manera casi salvaje.
Pero Taemin es Taemin, y por mucho que esto haya comenzado como un juego y se haya desvirtuado un poco, a él de todas maneras le gusta jugar. Jugar consigo mismo, con las reacciones de él, con Minho en general.
Le guiña un ojo en señal de despedida y ve a Minho sonreírle de una manera demasiado sincera, con demasiados sentimientos encontrados que juraba ninguna persona había tenido hacia él. Y camina hacia el centro comercial, esperando encontrarse en algún momento con el resto de sus amigos, pero le es imposible voltear no una, sino que un par de veces hasta ver el auto de Minho desaparecer.
Le gustaba ese sentimiento que tenía Minho con él, ese que todos sentían con sus padres, pero que él nunca había sido capaz de sentir por parte de ellos, el de una completa y absoluta protección.
Con Minho creía que era imposible tener miedo de que le hicieran algo.
Por su parte, el moreno apenas podía asociar lo que le había pasado. Su cerebro apenas asimilaba los hechos, casi exigiéndole que se tendiera sobre una cama y lo dejara descansar. Intenta acostarse apenas llega a su casa, pensando como actuaría ahora con él, sin saber exactamente como tratarlo, no creía que el chico quisiera una relación formal y él tampoco sinceramente se veía muy involucrado en una.
No alcanzó ni siquiera a pensar en una situación cuando sus ojos se cerraron de tal forma que lo dejaron dormir por más de diez horas, viéndose interrumpido su sueño por la vibración de su celular encima del velador. Minho no sabía la hora ni mucho menos, solo recuerda que se acostó con sol y que ahora la oscuridad apenas le permitía ver sus manos.
Estira un brazo hacia el aparato, sin saber quién podía molestarlo a esa hora de la madrugada. Se fija en la pantalla antes de abrir un mensaje recién llegado.
2:04 a.m.
Entonces una adormilada sonrisa se apodera de su cara, obligándolo a recordar a duras penas lo que había pasado antes de que cayera en ese trance de sueño.
¿Intenta ir a dejar a Sulli un poco más tarde por favor? Estoy harto de tener que levantarme más temprano solo para ver tu cara por un ratito en la mañana.
Mueve su cuerpo bajo las sábanas aún con el teléfono en la mano sin dejar de mirar lo que había escrito en él.
Las mariposas habían vuelto a hacer caos en su estómago, sin querer convencerse que era a causa del chico sino que era por el hambre que debía tener.
No sabe si responderle ni tampoco que podría tenerlo a él despierto a esa hora en la mañana. Pero prefiere que sí, no quiere ser el único que se sorprenda gracias a él.
¿No deberías estar durmiendo?
Él se demora mucho menos en responder de lo que Minho se había demorado en escribir.
Sí, pero no puedo. Mi cabeza está un poco revolucionada.
A Minho le es imposible no sonreír más que antes, imaginándose miles de historias por las cuales su cabeza podía estar así. Prefiere eliminarlas todas y no hacerse más ilusiones de quinceañero enamorado.
Pero una nueva vibración en su celular lo interrumpe, viéndose una vez más cegado por la luz de la pantalla.
Sigue durmiendo. Te diría sueña con los angelitos, pero prefiero que sueñes conmigo.
Saca un pie fuera de la cama, quedando absolutamente embobado con el mensaje. Siente calor y cree que las sábanas están pegadas a su cuerpo casi quitándole el aire, pero no se quiere destapar, solo piensa en como una persona puede hacerlo sentir tantas cosas de un momento a otro.
Piensa en Taemin, y en sus labios y sus ojos y su todo. Y cuestiona lo que siente, preguntándose si es que alguna vez le había gustado una persona de verdad.
Porque comparado a lo que siente ahora, todo había sido una completa basura.
Una completa y absoluta basura.
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hola unnie!!!! Dejame decirte que el capo me dejo emocionada parecia tonta sonriendo cuando leida al fin tae se dio cuenta de que siente algo por minho , bueno ya lo sabia pero ahora va a hacer algo por conquistarlo eso me encanta !!! Jajaja mi hermoso key es un desesperado pero quiere a tae. SOY FELIZ !!! El 2MIN al finnnnnnn iniciara bien :hupi: unnie espero actualices rapido que ya quiero saber que pasara nos leemos prontito annyong !!!! :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Hay que mono, minho pensando que minnie si se habia olvidado
de todo jeje, ha pero me dio mas risa eso que a su hermana se
le olvido lo del regalo de su mama, pero que bueno por que si
no le hubiera tocada beso ja, bueno pues esperare por tu conti
me esta gustando asi que saludines ^^
Última edición por anny-min el Lun Ago 06, 2012 10:26 pm, editado 1 vez
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Waaaa....por fin ya reconocieron que se gustan!!!
Que lindos mensajes!!!!...
O sea, que ya van a comenzar una relacion??
Espero el próximo capítulooo
Por cierto, muy buen capítulo!!!
Que lindos mensajes!!!!...
O sea, que ya van a comenzar una relacion??
Espero el próximo capítulooo
Por cierto, muy buen capítulo!!!
Hanna
Onew
107
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
WoW me sta gustando mucho
Taemin es muy atrevido con minho, eso me agrada
espero ansiosa tu actu
Taemin es muy atrevido con minho, eso me agrada
espero ansiosa tu actu
lina lee
Taemin
196
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Nota de la autora: Holaaaaaaaaaaa queridas lectoras ♥ primero que todo disculpen la demora, la verdad es que mi amiga ha estado un poco ocupada por sus estudios. Pero en compensacion a eso les traemos un capitulo laaaaaaaaaaaargo xD disfruten y comenten ♥
Capítulo 11
Toma un trago de bebida y deja la lata en su mano, batiéndola suave. Estaba aburrido. Demasiado aburrido como para no quejarse por estar sentado ahí desde hace más de media hora. Mueve su cabeza, intentando buscar una mejor comodidad en el sillón del auto y termina el último sorbo del líquido, dejando el envase al lado de las otras dos latas que ya se encontraban vacías.
Suspira. Cree que fue mala idea la de haberse querido desconectar por completo, incluso dejando su celular apagado en su casa.
Revisa los papeles que tenía al interior del auto, llevándose una sorpresa tras otra al notar las excesivas boletas y servilletas que habían. Pensó en que quizás debía hacerse un tiempo un día de esos e intentar limpiar el basural que tenía dentro de su auto.
Toma una bolsa de papas fritas que había abierta, mirando dudoso su interior; sinceramente, no sabía desde cuando estaban en su auto, probablemente había una familia de hongos habitando dentro de ellas. Las deja con cuidado en el piso, ya preocupándose por no tener una bolsa a mano para intentar limpiar.
Siente una mirada fija a su lado, viendo a la misma señora que pasaba por la calle, ya por quinta vez. Minho la mira serio, creyendo que en cualquier momento se le acercaría a preguntarle que hacía fuera de su casa hace más de media hora, sentado sin hacer nada. Era sospechoso, era cierto.
La señora se siente ofendida por la mirada del chico, entrándose una vez más a su casa, para seguir escudriñándolo por la ventana sin que Minho lo notara.
Suelta un nuevo bufido y apoya su mentón en el manubrio. Era bastante extraño que él estuviera ahí, pero simplemente había sido un impulso, sin poder contenerse y justificarlo como era debido. Sonríe ante la idea de que su plan funcione.
Y se desconcentra un par de segundos, casi perdiendo de vista su objetivo. Entonces sale. Al fin sale de su casa, cerrando la reja con cuidado, mientras se colocaba unos audífonos por sobre su cabeza. Parecía concentrado.
Minho sonríe al ver la presencia de Taemin a la lejanía, permitiéndose verlo por unos instantes, antes de tocarle la bocina para que notara su presencia. Da dos suaves toques, esperando que descubriera que se trataba de él a pesar de la lejanía en la que estaba. Por precaución había decidido quedarse en la cuadra anterior por si aparecía Onew y le arruinaba su plan.
Ve la rápida sonrisa que se apodera del rostro del chico mientras fijaba la vista en su camioneta. Al parecer lo había escuchado a través de la música, porque se acercaba con armónicos pasos hacia él. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca como para verle la cara, Minho intenta controlar su felicidad, pensando en algo lo bastante serio para quitarse la sonrisa del rostro. Le es imposible cuando lo ve asomándose por la ventana del copiloto desde fuera del auto. Apoya sus brazos y una extraña música suena en los audífonos que descansaban sobre su cuello.
Se dan el lujo de observarse un par de segundos antes de hablar. Minho cree que las papas fritas con hongos le hicieron algo a su cerebro porque le cuesta hilar las palabras cuando lo ve así de cerca.
- ¿Qué haces acá?- le dice sin saludarlo y sin quitar la sonrisa de su rostro.
Minho se voltea, sentándose de medio lado para verlo mejor.
- ¿Dónde ibas?
- Yo pregunté primero.
- Pero mi pregunta te conviene más- evade Minho, burlándose. Taemin parece pensarlo por unos segundos y prefiere creerle.
- A fumar.
- ¿A algún lugar en especial?
Taemin frunce un poco el ceño, extrañado. Era la primera vez que se veían desde que él lo había besado, ya hace más de una semana, y el chico le salía con esas preguntas extrañas. Lo observa algo dudoso, pensando en que podía estar drogado con algún pegamento que solía utilizar su hermano para las maquetas.
Decide responderle de todas formas. Le es imposible no hacerlo si le sonríe así.
- Eh… ¿no?- duda-. ¿Minho estás bien?
Le gusta como suena su nombre cuando lo dice él.
- Sí. Aburrido de esperar que salieras, llevo casi cuarenta y cinco minutos aquí. Creí que ya me tenía que rendir.
Taemin abre su boca y dice un pequeño oh sin pronunciarlo.
- Lo siento. Me debiste haber llamado.
- ¿Quieres ir a fumar a la playa?- le interrumpe.
- ¿Qué?- creyó entender mal-. ¿A la playa?- Minho asiente-. ¿Es en serio? ¿Quieres que vayamos a la playa?- el moreno insiste nuevamente-. ¿Estás hablando en serio?
Le es imposible no reír ante todas sus preguntas.
- Pensé que podía ser buena idea.
El silencio de Taemin lo asusta un poco. Minho cree que su idea fue un poco extremista, asustando al chico por el repentino y desesperado interés que tenía hacia él. ¿Qué imagen le daría? ¿Se vería muy desesperado cuando lo miraba?
El contacto de la puerta al cerrarse lo interrumpe, llevándose una grata sorpresa al ver al chico sentado a su lado. Lo mira contento como si esperara que le dijera algo. Minho a pesar de todo sigue algo aturdido de su repentina emoción.
- ¿Te arrepentiste?
- ¿Qué?- enfoca su vista, pestañeando tupido.
- ¿Ya no quieres ir a la playa?- le repite algo apenado.
- Ah…no, ó sea sí, claro que quiero ir.
Al moreno le cuesta asimilar un poco la información, demorándose en poner en marcha el vehículo. Taemin no duda en acomodarse mejor en el asiento, ya apagando su reproductor de música que seguía sonando sin cesar.
- ¿Estás seguro que quieres ir?- no quería tener que sentir la culpa de andar con alguien que no quería estar ahí, vagando por algún lugar sin destino, pero Taemin asiente feliz y frenético.
- Segurísimo.
Le daba lo mismo todo. Sus padres, Onew, sus amigos e incluso Key. Todo le daba lo mismo cuando estaba con Minho, creía que todo perdía sentido y que no podría tener mejor protección y resguardo con él.
Con Minho se sentía seguro como con nadie. Protegido como si fuera un tesoro tan preciado que nadie podía acercarse a verlo o tocarlo. Él lo hacía sentir especial.
Mueve su mano por fuera de la ventana al compás del viento, como si fuera un animal que nadaba sobre el mar, tranquilo y sin preocupaciones. El viento le golpea un poco el rostro, mientras Minho le conversa algo sin sentido que provoca constantes risas en él. Iban por la carretera hace más de media hora a un lugar sin rumbo, a un lugar en el que no tendrían que esconderse y que a Minho al parecer le da más valor que nunca.
Porque cuando ve la mano izquierda de Taemin, tranquila sobre su pierna, duda unos segundos temiendo de su reacción, pero de todas formas se da el coraje de hacerlo; entrelaza sus dedos con los del menor, mirándolo apenas de reojo para apreciar su respuesta. Ve que detiene un poco el movimiento de su brazo fuera de la ventana, sorprendiéndose notablemente, para luego seguir como si nada hubiese pasado, acariciando suavemente con su yema del dedo pulgar la mano del moreno.
Taemin no se da cuenta del tiempo del viaje ni de las tres horas que llevaban por una carretera baldía, para él era más que suficiente la persona que tenía al lado y nada más.
Absolutamente nada más.
**
- ¿Qué quieres hacer?
Minho toma un largo trago de bebida, mientras Taemin se terminaba de devorar una hamburguesa que recién le había comprado el chico.
Habían llegado de noche a la nueva ciudad, sorprendiéndose bastante al darse cuenta que ya hace muchas horas habían comido por última vez. Taemin sugirió que pasaran a un McDonalds y Minho no pudo rebatirle.
- No lo sé- le responde, tomando un largo sorbo de bebida hasta hacer sonar la bombilla, indicándole que ya no le quedaba casi nada del líquido. Frunce un poco el ceño al notar que ya se la había acabado, pero Minho se adelanta y le pasa su vaso-. Deberíamos divertirnos.
Le parecía una buena idea. Todo lo que él decía le parecía una buena idea.
No se demoraron demasiado en repetirse otra hamburguesa ni tampoco en gastar demasiado dinero en ellas. De algo le servía ser tan bonito presumía Taemin. Una sonrisa coqueta y un poco de insinuación y las cajeras caían rendidas en los pies del chico, regalándole incluso un par de regalos al menor.
- Eres un descarado.
Minho cierra la puerta del vehículo, mientras Taemin disfrutaba su helado en el asiento del copiloto con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Cómo crees que he sobrevivido todos estos años de adolescencia sin dinero?
- Ya me puedo crear una imagen.
El moreno intenta encender el auto, cuando se ve interrumpido por una imagen demasiado tentadora: Taemin y la lucha con el helado. Ve como sostiene el cucurucho con las manos, besándose las manos para limpiarse las pequeñas gotas de vainilla que caen perezosas sobre sus dedos. Se los limpia con ayuda de su ágil lengua que está atenta de no dejar escapar ni una gota de helado más desde el barquillo.
Minho cree que se quedó sin saliva.
Nunca pensó que alguien sería capaz de pervertir su imagen de una persona tomando helado de tal manera que casi le pareciera una película porno. Siente como el oxígeno comienza a faltar dentro del auto, mientras Taemin sigue en su lucha interna sin percatarse del excitado Minho que tenía a su lado.
- ¿Qué pasa?
Una gota de sudor corre por la espalda del moreno, alertándolo de que Taemin lo miraba atento sin saber porqué aún no era capaz de partir el auto.
El menor empuja la bola de helado hacia adentro con la lengua y recoge las gotas que logran escaparse por el cucurucho con ayuda de sus labios. Es una lucha. El helado de vainilla quiere derretirse, pero Taemin no quiere que sea tan pronto. Lo sostiene con su lengua; lo somete.
- ¿Q…ué?- Minho consigue a duras penas volver a la Tierra, recordando su existencia.
- ¿Estás bien?
El helado sigue derritiéndose, colándose por sobre los dedos delgados de Taemin que sostienen el barquillo. Lame sus dedos, disfrutándolo y besa su palma aún mirando al moreno, que esperaba que le respondiera en algún momento.
Minho cree que está en el infierno y que está pagando por el mayor de sus pecados. Pensó en devolverse y dejar la estúpida idea de raptarse al menor.
- Sí… estoy bien- le dice con dificultad.
- ¿Seguro?- chupa despacio su propia mano, besándola-.
Siente que la ropa le quema, obligándolo a quitarse el polerón que traía encima. Lucha pasándolo sobre su cabeza, mientras sentía la mirada del menor clavada en él. Ruega a los santos inexistentes rogando por favor que ese helado se acabara de una maldita vez.
Un golpe de frío le choca en sus brazos desnudos, mientras fija nuevamente su vista en Taemin. El chico tenía los labios brillantes a causa del helado y la mirada algo perdida por una causa que Minho no supo descifrar por qué.
Hasta que lo sintió sobre sus labios. Lento, pero fugaz. Tan animal como salvaje. Su lengua se paseaba por su boca como si fuera casi la de él, marcándola cada vez que podía, como si no fuera suficientemente claro que Minho ya no podía rendirse más fácil ante el menor.
Una gota de helado se cuela por sus bocas, dándole tiempo al moreno para intentar recuperar el oxígeno perdido. Y Taemin lo lame casi como si él fuera el helado, como si tuviera que luchar con él para que no se colara sobre sus dedos y como si Minho estuviera peleando por derretirse bajo él.
Derretirse por dentro. Por sus pantalones, por todos lados.
Sin duda esa noche sería muy larga.
Demasiado larga para ser verdad.
**
Minho estaciona la camioneta a un lado de un portón privado. Un centenar de autos más habían alrededor, dejando claro que había algo más que una junta de amigos en esa casa. Taemin se baja emocionado, mientras que el moreno cierra la puerta con algo de temor por la hazaña que se le había ocurrido.
- Vamos- lo tira de la mano, obligándolo a caminar hacia la puerta del lugar. Minho arrastra los pies, cediendo de todas formas.
- ¿Y si esto no es una buena idea?- le frena de golpe.
Taemin suelta un bufido y se queda de pie frente a él, aún con su mano entrelazada con la del moreno.
- Pero si fue tu idea.
- Lo sé.
Fue la idea más descabellada que se le pudo haber ocurrido. Una vez Jonghyun lo obligó a acompañarlo a una fiesta que supuestamente lo habían invitado, cosa que no fue así, siendo expulsado ambos del lugar en menos de lo que puede decirse fiesta.
Minho aún recuerda el ojo morado de su mejor amigo por haberse infiltrado en una casa que no conocía.
Y ahora era él el que había comenzado con la idea.
- Vaaaaamos- insiste Taemin ante su silencio-. Por favor- suplica acompañando su petición con ayuda de un puchero. La más leve inclinación de su leve inferior y Minho ya había asentido, rendido. Sabía perfectamente que no era capaz de resistirse a eso.
Minho consigue hacerse de ánimos al llegar a la puerta, actuando inconscientemente como si él siempre hubiese estado invitado a la fiesta que había en el lugar. Empuja la puerta que ya estaba abierta y entra con Taemin caminando a sus espaldas, aún con la mano entrelazada con la de él.
Un golpe de música y de olor a tabaco y sustancias de dudosa reputación golpea el rostro de ambos, dándoles por sabido de inmediato que ahí no serían descubiertos fácilmente.
Cuerpos casi desnudos bailaban sudorosos ante un extraño ritmo que hacía retumbar las ventanas de la casa, mientras que gran cantidad de botellas alcohólicas se encontraban alrededor de todo el interior de la casa adornando casi todos los rincones del lugar.
Taemin le suelta la mano a Minho y lo abraza desde la cintura, mirándolo hacia arriba. Sonreí placentero, o eso se lograba ver a través de la escasa luminosidad.
- Ya. Lo admito- le dice Minho casi gritando-. Exageré bastante, aquí nadie nos descubrirá.
- Exagerado y todo me sigues gustando- se coloca de puntitas frente a él y le da un corto beso en los labios con sabor a poco. Minho se queja cuando lo ve separarse tan rápido-. Ya vendrán más, no te preocupes.
El moreno sonríe ante el pronóstico de la noche que se les venía, excepto que Taemin no se demora mucho en desaparecer entre la masa y dejarlo completamente solo en el medio de la pista de baile supuestamente. Siente el calor del lugar e intenta despegar la camiseta de su cuerpo que ya se comenzaba a pegar con el sudor, mientras que se inclinaba sobre la punta de sus pies en busca del chico. No se demora mucho en encontrarlo y ver que venía armado junto a dos botellas de cerveza recién salidas del refrigerador.
Le sonríe y le pasa una como si nada. Como si fueran los invitados estrellas del lugar y conocieran a todos los que se encontraban ahí. Se dan el lujo de chocar las botellas antes de darles un largo sorbo.
- No está nada de mal- le susurra Taemin sobre los labios al moreno, rozándolos pero sin sumergirse en ellos. Siente el hálito de Minho que ya se comenzaba a impregnar con el olor del alcohol, tentándolo como siempre.
- ¿Yo o la cerveza?
La risa del menor provoca que el cuerpo de Minho vibre junto a él. De manera casi inconsciente se abrazan; Minho pasa sus manos por la cintura del chico aún sosteniendo la botella, mientras que Taemin lo abraza desde el cuello pegando su frente con la de él.
Sus respiraciones chocan, pero no se besan. No aún.
- Mmm…- el menor parece pensarlo antes de responderle, sabiendo desde antes que él la respuesta-. Ambos, aunque creo… CREO, que le sacas algo de ventaja a la cerveza. No mucho sí.
Pero Minho también es capaz de vengarse y no es dificil si tiene una botella casi congelada muy cerca de la espalda del chico, casi en ella de hecho. La mueve unos milímetros y la pega directo a su piel, Taemin se ríe quejándose y suplicándole que le perdone su estúpido error, que era obvio que era mucho mejor que la cerveza.
Y lo besa. Y Minho también y los sabores de las cervezas se mezclan dentro de sus bocas sin saber cuál es de quién y sin saber quién es el que suelta un suspiro tras otro estando en el máximo placer.
Taemin sabe que es él, siempre le sucedía lo mismo.
Cuela una mano sobre el cabello de Minho, mientras la otra aún sostenía la tan maldita botella. Y agradece que el beso sea tan intenso y que el chico aún no se quiera separar, porque cree que en cualquier minuto sus piernas le fallarán y lo harán caer de golpe como si fueran de gelatina.
A Minho le falta oxígeno y se separa, con los labios brillosos.
Pero Taemin siente que recién se ha recargado con energía, arrastrándolo más al centro de la sala, ahí donde todos bailaban desaforados ante ritmos bastante extraños y electrónicos. Comienza a mover lentamente sus caderas hasta que siente las manos de Minho seguir el mismo compás que llevaba. Y pensó que el chico se quejaría de que no quería bailar, pero se queda de boca abierta cuando ve que se movía de manera perfecta como casi no hacía ningún hombre.
¿Había algo que el moreno no podía hacer bien?
Lo acerca desde la camiseta, sin permitirle que se aleje demasiado de su cuerpo. Minho es de él y de nadie más, eso lo tenía que tener claro más que nada.
Y siguen bebiendo más cervezas y muchos bailes más desaforados se apoderan de su cuerpo. Minho ya con más alcohol en su sangre de lo que hubiese gustado, estaba provocando cosas en él que no hubiese hecho con tanta confianza, como meter sus manos bajo la camiseta de Taemin y acariciar el final de su espalda y su cintura. Incluso se había dado el lujo de recorrerle hasta el abdomen.
Por su parte el menor se dejaba acariciar como si fuera un pequeño gato en busca de amor. Acariciaba su mejilla junto a la del chico, mientras combinaba las caricias con extensos besos en su parte favorita de Minho: su cuello.
- Yo creo que tu cuello me extraña- le susurraba mientras le besaba con la suficiente intensidad como para volver a dejar marcas como las que había hecho la vez anterior. Minho soltaba un suspiro tras otro, casi como un ronroneo. Solo se dejaba querer.
Pero Taemin era más pequeño que él por lo que el alcohol le había llegado de una forma mucho más fuerte e intensa, apoderándose de inmediato de su cuerpo, convirtiéndolo en una persona más osada de lo que era regularmente.
Arrastra a Minho desde la pista en donde todos bailaban, hasta la pared más cercana y despejada que se encontraba ahí. La luz ya no les llegaba de forma directa, sino que casi inexistente. Los besos comienzan a ser con la boca cada vez más abierta casi dejándolos sin respiración, mientras que las manos del mayor ya apenas sabían reaccionar, recorriendo cada centímetro del cuerpo de Taemin. Incluso hasta su trasero.
- Minho- ronronea el menor atacando nuevamente su cuello.
- Mmm…
Apoyan frente con frente, concentrándose en sus rostros y en nada más. Las manos del mayor se aferran a su cintura, mientras que las de Taemin se encargaban de acariciarle el desordenado cabello.
- ¿Puedes ser solo mío y de nadie más?
Minho sonríe y ve la desesperada cara de Taemin que esperaba una respuesta como si su vida dependiera de ello.
Como si su vida dependiera de él.
- Pensé que Lee Taemin no pedía permiso. Él solo hacía lo que quería.
- Pero tú me importas. No eres como los demás.
No sabe en que momento el juego casi sexual que tenían se había convertido en uno de revelar sus secretos íntimos dejándolos a flor de piel. Minho se siente expuesto y teme de lo que debe decirle para no meter la pata. Cree que es con la única persona que se ha tomado esa preocupación, sorprendiéndose incluso de si mismo.
Teme asustarlo con un exceso de sinceridad, que puede hasta casi llegar a espantarlo. Pero su cuerpo se adelanta a sus palabras, dejándolo en evidencia mucho antes de que pudiera decir Taemin. Su corazón parece querer desbordarse al sentir al chico tan cerca, y más aún cuando ve que pega su oreja a su pecho, abrazándolo de la espalda. Era demasiado notorio como para que no lo sintiera, probablemente toda la sala escuchaba las palpitaciones excesivamente fuertes de Minho.
Eso lo provocas tú, Taemin. Tu y tu maldita existencia.
El menor parece agudizar sus sentidos con el exceso de alcohol en la sangre, disfrutando esa nueva orquesta de palpitaciones que se podía escuchar bajo su polera.
A Minho le gustaba también. Le era correspondido lo que sentía. No sabía que tanto más o que tanto menos, pero le era correspondido, provocando oleadas de felicidad al interior del cuerpo de Taemin.
Disfruta su felicidad antes de volver a dirigirle la palabra.
- Me gusta como se escucha aquí.
Le susurra lo suficientemente cerca para que le escuche. Un hálito alcohólico le llega a Minho directamente en la nariz, quitándole algo de romanticismo al momento. Ríe.
- ¿Qué es tan gracioso señor Minho?
Ahora el moreno tiene que separarse para reírse un poco mejor. Sabe que es a causa de la combinación de nervios con el alcohol, pero le es imposible detenerse. Un ataque de risa se apodera de su cuerpo hasta casi faltarle el aire. Taemin lo mira extrañado y termina contagiándose también de su felicidad. Pero él no quiere detener los besos y lo acorrala nuevamente contra la pared, colando sus manos por debajo de su camiseta, mientras aún sentía las pequeñas convulsiones que le causaba la risa al chico.
Minho sigue sonriendo mientras se deja besar, siente las manos algo frías de Taemin sobre su piel, recorriendo cada centímetro de territorio desconocido para él. Y le hubiese gustado que el beso no se hubiese convertido en uno tan fogoso como estaba siendo ahora para no llamar la atención, pero sin querer se había formado un semicírculo a su alrededor, llevándose varios vítores de gente desconocida, alentándolos.
Taemin disfrutaba del pequeño espectáculo que les ofrecía, mientras Minho ya casi se comenzaba a preocupar que los descubriesen. Entonces un brusco Taemin se aleja de repente dejándolo con sabor a poco y con los labios casi violados. Tiene la mirada perdida y le cuesta enfocarla durante unos segundos.
- ¿¡Y ustedes quién mierda son!?
Un chico rubio, casi tan alto como Minho, los miraba a ambos con Taemin a su lado. Probablemente él había sido el que lo había alejado de golpe.
- Yo soy Taemin, mucho gusto.
Se presenta el menor de lo más normal, dejando en claro el exceso de alcohol que tenía en su pequeño cuerpo al caminar balanceándose de un lado a otro. El dueño de casa lo mira con una expresión de asco, empujándolo antes de que alcanzase a llegar a él. Taemin retrocede un par de pasos con el golpe, buscando algo de qué afirmarse para encontrar su equilibrio. Minho llega en su auxilio antes de que se dé un golpe contra el piso.
- Eso no fue necesario- le advierte el moreno, colocándose delante de su compañero, a una distancia demasiado amenazadora con el dueño del lugar.
- ¿No lo puedo tocar según quién?
- Según yo.
Un golpe seco llega de golpe en la mejilla del chico, botándolo de inmediato al piso. La sangre comienza a salir a borbotones desde su nariz, manchándole la tan costosa camiseta que probablemente traía puesta. La gente corrió en su auxilio, mientras que Minho retrocedía rápidamente junto a Taemin para salir del lugar.
Excepto que el menor se desvía un poco del camino y corre a la cocina a buscar un par más de botellas alcohólicas antes de irse del lugar.
- ¡Taemin!- le grita Minho al notar como un par de musculosos buscaban sobre la masa, probablemente a ellos.
- Odio que me digas Taemin, así me dice mi madre.
Entrelaza sus dedos con los del moreno apenas lo ve, uniéndosele a su trote para salir del lugar. Agradecen que la puerta aún estaba abierta, dándose el tiempo incluso de despedirse de un par de chicas que los piropeaban antes de salir. Taemin reía divertido, mientras que Minho solo se preocupaba de escapar del lugar antes de que lo mataran a golpes.
Llegan al auto en un santiamén, mientras el menor continuaba con las risitas de entretención, abriendo de un solo golpe una nueva botella de cerveza. Le da un sorbo y le lanza un sonoro beso en el aire a Minho que lo miraba divertido desde el otro lado del auto, apoyado en la puerta, intentando recuperar el oxígeno.
Intenta pensar en qué harían ahora, mientras observaba al chico. Siente su corazón galopar como loco a pesar de ya respirar de forma normal. Sabe perfectamente porqué está así y que lo estará toda la noche probablemente. Mira al menor que daba vueltas cantando una canción sin sentido bailando de un lado a otro casi provocándolo, mientras él solo sonreía embobado. Y piensa en lo que acababa de hacer y que cuántas veces lo había hecho antes.
Ninguna.
¿Hasta que punto era capaz de hacer cosas por Taemin?
**
- ¿Onew?
Key se sienta en la cama con el celular pegado a su oído mientras que con la otra mano se abrochaba la camiseta que recientemente Jonghyun le había arrancado. El moreno se acuesta de golpe a su lado, bufando al ver que le habían interrumpido por una llamada, seguramente, sin sentido.
- ¡¿Que Taemin qué?!
Jonghyun puede describir perfectamente el proceso de emociones que pasaba por el rostro de su novio. Primero fue uno de absoluta sorpresa por haberlo llamado en una situación comprometedora como la que acababan de comenzar, luego fue una de desconcierto y la siguiente, bueno, la siguiente fue una de casi suicidio.
- ¿¡Que Taemin desapareció!?
Sí. Nuevamente tendrían que dejar ese tipo de situaciones comprometedoras para otro día, porque como siempre, Taemin se encargaba de interrumpirles su momento de complicidad.
**
Taemin le da una calada al cigarillo y bota el humo lentamente formando pequeños círculos frente a él. La brisa marina le hacía soltar leves escalofríos a la vez que se concentraba en el espeso humo del cigarrillo que tenía en sus labios. Minho lo miraba de reojo, aún con una botella de cerveza sin terminar.
Odiaba que fumara. Probablemente lo hacía desde mucho antes y sus pulmones habían tenido que sufrir las consecuencias. Minho suelta un bufido inconscientemente, mirando hacia el lado contrario en el que estaban.
Luego de su huída habían decidido ir a la playa a refrescar un poco la cabeza para no sufrir una horrible jaqueca a la mañana siguiente. Estaban sentados en un borde peatonar hace bastante rato, bajando las revoluciones, al fin, después de la reciente hazaña.
- ¿Qué pasa?
- Nada- susurra aún con la vista fija lejos de Taemin. Siente unos húmedos labios posarse sobre su cuello, haciéndolo soltar un escalofrío-. No quiero besos con olor a cigarro, lo siento.
Taemin ríe, dándole una última calada al cigarrillo antes de tirarlo a la arena. Apoya su cabeza sobre el hombro de Minho, buscando algo de cariño por parte del reacio chico.
- Me convenciste en venir aquí porque vendría a fumar a la playa, no puedes enojarte por que haga lo que me dijiste tú mismo.
A Minho lo confunden un poco sus palabras. No sabe si es el alcohol o es el calor que le transmite el cuerpo de Taemin al suyo que lo atonta.
- ¿Ha valido la pena venir a fumar a la playa?- le dice rindiéndose y pasándole el brazo sobre los hombros. Taemin sonríe y se abraza a su cintura.
- Sí, bastante debo admitir.
El moreno se inclina a besarlo agradeciéndole, cuando siente que su mano se mete por arriba de su polera, acariciando su cuello y dejando caer un montón de arena que tenía escondida en la mano. El menor ríe, levantándose de inmediato para empezar a correr antes de que Minho logre hacer valer su venganza.
**
Key le pasa rápidamente el teléfono al oír una voz al otro lado de la línea. Parecía la hermana de Minho.
- ¿Sulli? Soy Jonghyun- le introduce el moreno sin despegar su vista del desesperado Key que tenía en frente-. ¿Está Minho?
El rubio se muerde los dedos angustiado al no ver una reacción inmediata. Ya es de noche y cada segundo que pasa le hace poner los pelos más de punta.
- ¿Y dónde se fue?- ahora es Jonghyun el sorprendido. Sinceramente eso no estaba dentro de su plan.
- ¿¡Qué!?- grita Key antes de taparse la boca con una mano para que no lo oyesen.
- Gracias Sulli, adiós.
El moreno deja el teléfono sobre la cama y mira a Key, intentando traspasarle su tranquilidad. Coloca su mano sobre la del chico, acariciándola.
- Nadie te asegura que está con él- se antecede el rubio sabiendo lo que le diría su pareja. Jonghyun suelta un bufido y quita su mano de encima.
- ¿Entonces por qué tampoco contesta el celular?
- Porque es un idiota.
Key se levanta nuevamente de la cama, comenzando una vez más su paseo que consistía en caminar de un lado a otro por la habitación. Se muerde el labio, preocupado, a la vez que su mente se empieza a llenar de imágenes y pensamientos que lo único que consiguen es asustarlo más.
Si Taemin estaba realmente con él, ¿estaba realmente a salvo o Minho sería el que se convertiría en el peligro?
Recuerda el montón de conversaciones de sexo seguro que tuvo con el menor, indicándole hasta el más mínimo detalle de cuidado que debía tener. No quería que ningún idiota le pusiera las manos encima a su pequeño ni mucho menos que un idiota se quisiera aprovechar de él si se encontraba borracho, pero sabía que de alguna otra forma, alguna vez pasaría lo que tenía que pasar. Key se queda de pie en el medio de la habitación, choqueado por lo que acababa de pensar.
Ahora que lo analizaba mejor, Minho era mucho más peligroso que cualquier otra cosa.
**
Taemin corría por el largo de la playa, mirando para atrás cada cierto tiempo para ver si Minho era capaz de atraparlo y de verdad lanzarlo al agua como tanto había amenazado. El menor se había empecinado en atacarlo con manojos de arena, mientras Minho, con un equilibrio algo lento debido al alcohol, corría tras él mojándolo con agua con ayuda de sus pies.
El resultado era una imagen bastante infantil. Dos chicos corriendo por la playa en plena madrugada, riéndose a tal magnitud que apenas podían respirar mientras avanzaban.
Pero Taemin está cansado y no quiere seguir arrancándose, pero tampoco ser lanzado al agua, por lo que opta por un plan alternativo que lo hace escapar de ambas cosas. Se tira a la arena a propósito, fingiendo una dobladura en su pie que lo hacía chillar del dolor.
Minho recuperó el equilibrio de un solo golpe, llegando en mucho menos tiempo de lo que se había demorado en correr tras él. Al parecer solo fingía ser lento.
- ¿¡Qué te duele!?
Le toca a lo largo de la pierna y se detiene en su pie, descubriendo que de ahí provenía su agonía. Taemin asiente y se tapa el rostro fingiendo dolor, siendo que lo único que quería ocultar era su explosiva risa que se intentaba aguantar.
- ¿Te duele mucho?- Minho comienza a sobarle lentamente alrededor del tobillo, dando ya por sentado que el chico se había quebrado el pie.
- Un poquito- susurra Taemin, controlándose-.
- ¿Quieres ir a una clínica?
El castaño sonrió al notar la preocupación del chico. Su sobreprotección casi le recordaba a Key con sus rasgos maternos. Solo que su amigo ya lo tendría en la clínica anestesiado.
- Estoy bien con mi enfermero personal- sonríe.
Ahora es cuando Minho cae y se da cuenta que todo fue una actuación, avergonzándolo por su exceso de preocupación por él. Sus mejillas casi enrojecen por completo, pero Taemin prefiere acercarlo de la polera, quedando su cuerpo bajo el del mayor.
Y le da cortos besos, riendo y burlándose, sin decirle ni asumir que en verdad le había parecido un acto demasiado enternecedor de su parte. Pensó que eso era demasiado vergonzoso para decírselo, prefieriendo guardárselo solo para si mismo.
Y los minutos pasaron y el sueño ya se apoderaba del cuerpo del menor, haciéndolo caer por completo en los brazos de Morfeo. En otra ocasión probablemente se hubiera quejado de que no dormiría en la arena ni aunque le pagaran o que moriría de frío por la brisa marina, pero el hecho de dormir sobre el pecho de Minho, mientras le acariciaba lentamente la cabeza, anulaba todo lo demás y cualquier factor que podría hacerle cambiar de opinión.
Taemin piensa en ocasiones anteriores y cree que nunca en su vida durmió tan bien como en esa noche.
Sin duda alguna, su lugar favorito en todo el mundo era Minho. En todo su esplendor y existencia.
**
- No quiero que se acabe esto.
Taemin mira por la ventana, mientras apoya su cabeza en el brazo, bastante más apenado de lo que había sido el día anterior.
Habían despertado de la noche anterior en el medio de la playa, apenas recordando lo que habían hecho, pero con una sonrisa que a ninguno de los dos se les pudo quitar por bastante tiempo. El solo hecho de haber pasado todas esas horas juntos habían valido por muchas escapadas más que se estaban por venir.
Minho lo mira de reojo y le acaricia el cuello con una de sus manos. Lo acaricia suave y el solo hecho de eso hace sonreír a Taemin.
- Déjame sufrir mi luto tranquilo- le quita la mano de golpe, obligándolo a enfocar su vista nuevamente en la carretera.
Les faltaba muy poco para llegar, provocando que ambos comenzaran a rezar para que el tiempo fuera más lento.
- Pareces una niña. Hay pañuelos en la guantera por si te largas a llorar- se burla el moreno, sonriendo.
Un golpe en la pierna le llega de sorpresa, sacudiendo el auto al tener una reacción tan momentanea.
- Me castigarán eternamente- le adelanta Taemin aún con la mirada algo triste-. No podré salir a ningún lado, ni escaparme del colegio ni tener teléfono. Probablemente me quede hasta sin computador. Deberías sacarme una foto para que no se te olvide mi cara.
Es imposible que eso se le olvide. Es casi como si se le olvidara respirar, solo que Minho prefiere no decirle y solo se dedica a mirarlo aún con algo de burla.
- Siempre quedan las señales de humo- asume, teniendo claro que sus papás no podrían ser tan estrictos-.
- Minho, eres un idiota. Ni siquiera sufres.
El moreno estaciona el auto a dos cuadras como lo había hecho el día anterior, con la precaución de que nadie lo viera desde la casa del menor. Detiene el vehículo y mira al chico, que ahora parecía encontrarse más frustrado que antes.
Casi le da pena.
- Tus papás no son unos asesinos, dudo que sean tan drásticos como los describes.
Ahora cuando lo mira, de verdad le da pena.
- No los conoces.
- Entonces no debiste haber ido conmigo. Debiste haberme dicho que no simplemente.
Era imposible que se hubiese negado. Esa idea nunca se le cruzó por la cabeza, ni en el universo más lejano y paralelo.
- No quería que fueras con otra persona- le miente, aún con el rostro embargado en pena. Minho casi no lo soporta.
- Dudo que Sulli o mi mamá hubiesen querido ir conmigo.
Al fin logra sacarle una sonrisa. Fue algo débil, pero de todas formas era catalogada como una. Y se genera un incómodo silencio en el que ambos saben que es en el que se tienen que despedir. Minho parece no querer hacerlo, pero Taemin decide ponerle fin a esa osadía antes de que llamasen a la polícia por su desaparición.
Si es que Key ya no lo había hecho.
Se acerca casi tímido, como no había sido en todo el fin de semana, y lo besa cauto y con cuidado como si Minho se fuera a quebrar bajo él. Y siente sabor a mar y a licores con exceso de grado alcohólico que pasaron por la boca del moreno. Se graba mentalmente cada sabor nuevo, dando por hecho que no lo vería en bastante tiempo más.
Se queda unos segundos frente a él, rozando sus labios pero sin besarlo nuevamente. Se graba su olor y ese perfume que podría reconocer a kilómetros.
- No me olvides.
Y Minho, que siempre piensa las cosas dos veces y las analiza como si fueran de vida o muerte, solo dice lo que realmente siente, sabiendo que era la oportunidad de dejarle las cosas claras.
- Como si fuera posible.
Y esa si que es catalogada como una sonrisa. Una digna sonrisa en todo su esplendor.
Taemin se baja sin ánimos del auto y se queda de pie al lado sin darse la valentía aún para comenzar a caminar.
Minho enciende el auto y se graba mentalmente esa sonrisa.
Se la graba en el rincón más inutilizado de su mente, dentro de un espacio que nunca nadie había ocupado. Dentro del sector que solo Taemin había sido capaz de abrir con mucho cuidado, el de su persona favorita.
Y avanza el auto y ve como el chico había comenzado a caminar sin nada de ánimo. Sin esa sonrisa que le daba cada vez que lo veía o esa mirada que a veces lo dejaba hipnotizado.
Le dan ganas de detener el auto e ir a su casa y decir que todo era su culpa, que el lo obligó y que lo castiguen a él, pero el solo hecho de ver a Onew en esa escena le colocaba los pelos de punta, obliglándolo a seguir manejando tan solo con esa imagen en su mente.
Maneja hacia la casa de su mejor amigo porque es el primer lugar al que se le ocurre ir. No quiere ir a su casa ni ver a su hermana que probablemente le preguntaría porqué trae esa cara de estúpido y que si estuvo con alguien. Aún no tenía ánimos de mentirle.
No se demora mucho en llegar, prefiriendo subir hacia el departamento por las escaleras solo gracias al ánimo que le había dejado Taemin.
Golpea la puerta con una sonrisa enorme, sin dudar de que su amigo sería el encargado de abrirle. Pero ese es un día de sorpresas y recién estaban comenzando.
Key lo mira desde el umbral, con una furia que podría hacer volar todo Corea y probablemente, todo Asia. De pronto la felicidad se esfuma y el ánimo se va a pique. Porque claramente hubiese preferido verse obligado en mentirle a su hermana que en tener que haber presenciado ese grito de rabia de parte del rubio.
Minho cree que no lo olvidará nunca más en su vida.
- ¿¡Se puede saber dónde mierda se había metido la reina de Corea!?
Capítulo 11
Toma un trago de bebida y deja la lata en su mano, batiéndola suave. Estaba aburrido. Demasiado aburrido como para no quejarse por estar sentado ahí desde hace más de media hora. Mueve su cabeza, intentando buscar una mejor comodidad en el sillón del auto y termina el último sorbo del líquido, dejando el envase al lado de las otras dos latas que ya se encontraban vacías.
Suspira. Cree que fue mala idea la de haberse querido desconectar por completo, incluso dejando su celular apagado en su casa.
Revisa los papeles que tenía al interior del auto, llevándose una sorpresa tras otra al notar las excesivas boletas y servilletas que habían. Pensó en que quizás debía hacerse un tiempo un día de esos e intentar limpiar el basural que tenía dentro de su auto.
Toma una bolsa de papas fritas que había abierta, mirando dudoso su interior; sinceramente, no sabía desde cuando estaban en su auto, probablemente había una familia de hongos habitando dentro de ellas. Las deja con cuidado en el piso, ya preocupándose por no tener una bolsa a mano para intentar limpiar.
Siente una mirada fija a su lado, viendo a la misma señora que pasaba por la calle, ya por quinta vez. Minho la mira serio, creyendo que en cualquier momento se le acercaría a preguntarle que hacía fuera de su casa hace más de media hora, sentado sin hacer nada. Era sospechoso, era cierto.
La señora se siente ofendida por la mirada del chico, entrándose una vez más a su casa, para seguir escudriñándolo por la ventana sin que Minho lo notara.
Suelta un nuevo bufido y apoya su mentón en el manubrio. Era bastante extraño que él estuviera ahí, pero simplemente había sido un impulso, sin poder contenerse y justificarlo como era debido. Sonríe ante la idea de que su plan funcione.
Y se desconcentra un par de segundos, casi perdiendo de vista su objetivo. Entonces sale. Al fin sale de su casa, cerrando la reja con cuidado, mientras se colocaba unos audífonos por sobre su cabeza. Parecía concentrado.
Minho sonríe al ver la presencia de Taemin a la lejanía, permitiéndose verlo por unos instantes, antes de tocarle la bocina para que notara su presencia. Da dos suaves toques, esperando que descubriera que se trataba de él a pesar de la lejanía en la que estaba. Por precaución había decidido quedarse en la cuadra anterior por si aparecía Onew y le arruinaba su plan.
Ve la rápida sonrisa que se apodera del rostro del chico mientras fijaba la vista en su camioneta. Al parecer lo había escuchado a través de la música, porque se acercaba con armónicos pasos hacia él. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca como para verle la cara, Minho intenta controlar su felicidad, pensando en algo lo bastante serio para quitarse la sonrisa del rostro. Le es imposible cuando lo ve asomándose por la ventana del copiloto desde fuera del auto. Apoya sus brazos y una extraña música suena en los audífonos que descansaban sobre su cuello.
Se dan el lujo de observarse un par de segundos antes de hablar. Minho cree que las papas fritas con hongos le hicieron algo a su cerebro porque le cuesta hilar las palabras cuando lo ve así de cerca.
- ¿Qué haces acá?- le dice sin saludarlo y sin quitar la sonrisa de su rostro.
Minho se voltea, sentándose de medio lado para verlo mejor.
- ¿Dónde ibas?
- Yo pregunté primero.
- Pero mi pregunta te conviene más- evade Minho, burlándose. Taemin parece pensarlo por unos segundos y prefiere creerle.
- A fumar.
- ¿A algún lugar en especial?
Taemin frunce un poco el ceño, extrañado. Era la primera vez que se veían desde que él lo había besado, ya hace más de una semana, y el chico le salía con esas preguntas extrañas. Lo observa algo dudoso, pensando en que podía estar drogado con algún pegamento que solía utilizar su hermano para las maquetas.
Decide responderle de todas formas. Le es imposible no hacerlo si le sonríe así.
- Eh… ¿no?- duda-. ¿Minho estás bien?
Le gusta como suena su nombre cuando lo dice él.
- Sí. Aburrido de esperar que salieras, llevo casi cuarenta y cinco minutos aquí. Creí que ya me tenía que rendir.
Taemin abre su boca y dice un pequeño oh sin pronunciarlo.
- Lo siento. Me debiste haber llamado.
- ¿Quieres ir a fumar a la playa?- le interrumpe.
- ¿Qué?- creyó entender mal-. ¿A la playa?- Minho asiente-. ¿Es en serio? ¿Quieres que vayamos a la playa?- el moreno insiste nuevamente-. ¿Estás hablando en serio?
Le es imposible no reír ante todas sus preguntas.
- Pensé que podía ser buena idea.
El silencio de Taemin lo asusta un poco. Minho cree que su idea fue un poco extremista, asustando al chico por el repentino y desesperado interés que tenía hacia él. ¿Qué imagen le daría? ¿Se vería muy desesperado cuando lo miraba?
El contacto de la puerta al cerrarse lo interrumpe, llevándose una grata sorpresa al ver al chico sentado a su lado. Lo mira contento como si esperara que le dijera algo. Minho a pesar de todo sigue algo aturdido de su repentina emoción.
- ¿Te arrepentiste?
- ¿Qué?- enfoca su vista, pestañeando tupido.
- ¿Ya no quieres ir a la playa?- le repite algo apenado.
- Ah…no, ó sea sí, claro que quiero ir.
Al moreno le cuesta asimilar un poco la información, demorándose en poner en marcha el vehículo. Taemin no duda en acomodarse mejor en el asiento, ya apagando su reproductor de música que seguía sonando sin cesar.
- ¿Estás seguro que quieres ir?- no quería tener que sentir la culpa de andar con alguien que no quería estar ahí, vagando por algún lugar sin destino, pero Taemin asiente feliz y frenético.
- Segurísimo.
Le daba lo mismo todo. Sus padres, Onew, sus amigos e incluso Key. Todo le daba lo mismo cuando estaba con Minho, creía que todo perdía sentido y que no podría tener mejor protección y resguardo con él.
Con Minho se sentía seguro como con nadie. Protegido como si fuera un tesoro tan preciado que nadie podía acercarse a verlo o tocarlo. Él lo hacía sentir especial.
Mueve su mano por fuera de la ventana al compás del viento, como si fuera un animal que nadaba sobre el mar, tranquilo y sin preocupaciones. El viento le golpea un poco el rostro, mientras Minho le conversa algo sin sentido que provoca constantes risas en él. Iban por la carretera hace más de media hora a un lugar sin rumbo, a un lugar en el que no tendrían que esconderse y que a Minho al parecer le da más valor que nunca.
Porque cuando ve la mano izquierda de Taemin, tranquila sobre su pierna, duda unos segundos temiendo de su reacción, pero de todas formas se da el coraje de hacerlo; entrelaza sus dedos con los del menor, mirándolo apenas de reojo para apreciar su respuesta. Ve que detiene un poco el movimiento de su brazo fuera de la ventana, sorprendiéndose notablemente, para luego seguir como si nada hubiese pasado, acariciando suavemente con su yema del dedo pulgar la mano del moreno.
Taemin no se da cuenta del tiempo del viaje ni de las tres horas que llevaban por una carretera baldía, para él era más que suficiente la persona que tenía al lado y nada más.
Absolutamente nada más.
**
- ¿Qué quieres hacer?
Minho toma un largo trago de bebida, mientras Taemin se terminaba de devorar una hamburguesa que recién le había comprado el chico.
Habían llegado de noche a la nueva ciudad, sorprendiéndose bastante al darse cuenta que ya hace muchas horas habían comido por última vez. Taemin sugirió que pasaran a un McDonalds y Minho no pudo rebatirle.
- No lo sé- le responde, tomando un largo sorbo de bebida hasta hacer sonar la bombilla, indicándole que ya no le quedaba casi nada del líquido. Frunce un poco el ceño al notar que ya se la había acabado, pero Minho se adelanta y le pasa su vaso-. Deberíamos divertirnos.
Le parecía una buena idea. Todo lo que él decía le parecía una buena idea.
No se demoraron demasiado en repetirse otra hamburguesa ni tampoco en gastar demasiado dinero en ellas. De algo le servía ser tan bonito presumía Taemin. Una sonrisa coqueta y un poco de insinuación y las cajeras caían rendidas en los pies del chico, regalándole incluso un par de regalos al menor.
- Eres un descarado.
Minho cierra la puerta del vehículo, mientras Taemin disfrutaba su helado en el asiento del copiloto con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Cómo crees que he sobrevivido todos estos años de adolescencia sin dinero?
- Ya me puedo crear una imagen.
El moreno intenta encender el auto, cuando se ve interrumpido por una imagen demasiado tentadora: Taemin y la lucha con el helado. Ve como sostiene el cucurucho con las manos, besándose las manos para limpiarse las pequeñas gotas de vainilla que caen perezosas sobre sus dedos. Se los limpia con ayuda de su ágil lengua que está atenta de no dejar escapar ni una gota de helado más desde el barquillo.
Minho cree que se quedó sin saliva.
Nunca pensó que alguien sería capaz de pervertir su imagen de una persona tomando helado de tal manera que casi le pareciera una película porno. Siente como el oxígeno comienza a faltar dentro del auto, mientras Taemin sigue en su lucha interna sin percatarse del excitado Minho que tenía a su lado.
- ¿Qué pasa?
Una gota de sudor corre por la espalda del moreno, alertándolo de que Taemin lo miraba atento sin saber porqué aún no era capaz de partir el auto.
El menor empuja la bola de helado hacia adentro con la lengua y recoge las gotas que logran escaparse por el cucurucho con ayuda de sus labios. Es una lucha. El helado de vainilla quiere derretirse, pero Taemin no quiere que sea tan pronto. Lo sostiene con su lengua; lo somete.
- ¿Q…ué?- Minho consigue a duras penas volver a la Tierra, recordando su existencia.
- ¿Estás bien?
El helado sigue derritiéndose, colándose por sobre los dedos delgados de Taemin que sostienen el barquillo. Lame sus dedos, disfrutándolo y besa su palma aún mirando al moreno, que esperaba que le respondiera en algún momento.
Minho cree que está en el infierno y que está pagando por el mayor de sus pecados. Pensó en devolverse y dejar la estúpida idea de raptarse al menor.
- Sí… estoy bien- le dice con dificultad.
- ¿Seguro?- chupa despacio su propia mano, besándola-.
Siente que la ropa le quema, obligándolo a quitarse el polerón que traía encima. Lucha pasándolo sobre su cabeza, mientras sentía la mirada del menor clavada en él. Ruega a los santos inexistentes rogando por favor que ese helado se acabara de una maldita vez.
Un golpe de frío le choca en sus brazos desnudos, mientras fija nuevamente su vista en Taemin. El chico tenía los labios brillantes a causa del helado y la mirada algo perdida por una causa que Minho no supo descifrar por qué.
Hasta que lo sintió sobre sus labios. Lento, pero fugaz. Tan animal como salvaje. Su lengua se paseaba por su boca como si fuera casi la de él, marcándola cada vez que podía, como si no fuera suficientemente claro que Minho ya no podía rendirse más fácil ante el menor.
Una gota de helado se cuela por sus bocas, dándole tiempo al moreno para intentar recuperar el oxígeno perdido. Y Taemin lo lame casi como si él fuera el helado, como si tuviera que luchar con él para que no se colara sobre sus dedos y como si Minho estuviera peleando por derretirse bajo él.
Derretirse por dentro. Por sus pantalones, por todos lados.
Sin duda esa noche sería muy larga.
Demasiado larga para ser verdad.
**
Minho estaciona la camioneta a un lado de un portón privado. Un centenar de autos más habían alrededor, dejando claro que había algo más que una junta de amigos en esa casa. Taemin se baja emocionado, mientras que el moreno cierra la puerta con algo de temor por la hazaña que se le había ocurrido.
- Vamos- lo tira de la mano, obligándolo a caminar hacia la puerta del lugar. Minho arrastra los pies, cediendo de todas formas.
- ¿Y si esto no es una buena idea?- le frena de golpe.
Taemin suelta un bufido y se queda de pie frente a él, aún con su mano entrelazada con la del moreno.
- Pero si fue tu idea.
- Lo sé.
Fue la idea más descabellada que se le pudo haber ocurrido. Una vez Jonghyun lo obligó a acompañarlo a una fiesta que supuestamente lo habían invitado, cosa que no fue así, siendo expulsado ambos del lugar en menos de lo que puede decirse fiesta.
Minho aún recuerda el ojo morado de su mejor amigo por haberse infiltrado en una casa que no conocía.
Y ahora era él el que había comenzado con la idea.
- Vaaaaamos- insiste Taemin ante su silencio-. Por favor- suplica acompañando su petición con ayuda de un puchero. La más leve inclinación de su leve inferior y Minho ya había asentido, rendido. Sabía perfectamente que no era capaz de resistirse a eso.
Minho consigue hacerse de ánimos al llegar a la puerta, actuando inconscientemente como si él siempre hubiese estado invitado a la fiesta que había en el lugar. Empuja la puerta que ya estaba abierta y entra con Taemin caminando a sus espaldas, aún con la mano entrelazada con la de él.
Un golpe de música y de olor a tabaco y sustancias de dudosa reputación golpea el rostro de ambos, dándoles por sabido de inmediato que ahí no serían descubiertos fácilmente.
Cuerpos casi desnudos bailaban sudorosos ante un extraño ritmo que hacía retumbar las ventanas de la casa, mientras que gran cantidad de botellas alcohólicas se encontraban alrededor de todo el interior de la casa adornando casi todos los rincones del lugar.
Taemin le suelta la mano a Minho y lo abraza desde la cintura, mirándolo hacia arriba. Sonreí placentero, o eso se lograba ver a través de la escasa luminosidad.
- Ya. Lo admito- le dice Minho casi gritando-. Exageré bastante, aquí nadie nos descubrirá.
- Exagerado y todo me sigues gustando- se coloca de puntitas frente a él y le da un corto beso en los labios con sabor a poco. Minho se queja cuando lo ve separarse tan rápido-. Ya vendrán más, no te preocupes.
El moreno sonríe ante el pronóstico de la noche que se les venía, excepto que Taemin no se demora mucho en desaparecer entre la masa y dejarlo completamente solo en el medio de la pista de baile supuestamente. Siente el calor del lugar e intenta despegar la camiseta de su cuerpo que ya se comenzaba a pegar con el sudor, mientras que se inclinaba sobre la punta de sus pies en busca del chico. No se demora mucho en encontrarlo y ver que venía armado junto a dos botellas de cerveza recién salidas del refrigerador.
Le sonríe y le pasa una como si nada. Como si fueran los invitados estrellas del lugar y conocieran a todos los que se encontraban ahí. Se dan el lujo de chocar las botellas antes de darles un largo sorbo.
- No está nada de mal- le susurra Taemin sobre los labios al moreno, rozándolos pero sin sumergirse en ellos. Siente el hálito de Minho que ya se comenzaba a impregnar con el olor del alcohol, tentándolo como siempre.
- ¿Yo o la cerveza?
La risa del menor provoca que el cuerpo de Minho vibre junto a él. De manera casi inconsciente se abrazan; Minho pasa sus manos por la cintura del chico aún sosteniendo la botella, mientras que Taemin lo abraza desde el cuello pegando su frente con la de él.
Sus respiraciones chocan, pero no se besan. No aún.
- Mmm…- el menor parece pensarlo antes de responderle, sabiendo desde antes que él la respuesta-. Ambos, aunque creo… CREO, que le sacas algo de ventaja a la cerveza. No mucho sí.
Pero Minho también es capaz de vengarse y no es dificil si tiene una botella casi congelada muy cerca de la espalda del chico, casi en ella de hecho. La mueve unos milímetros y la pega directo a su piel, Taemin se ríe quejándose y suplicándole que le perdone su estúpido error, que era obvio que era mucho mejor que la cerveza.
Y lo besa. Y Minho también y los sabores de las cervezas se mezclan dentro de sus bocas sin saber cuál es de quién y sin saber quién es el que suelta un suspiro tras otro estando en el máximo placer.
Taemin sabe que es él, siempre le sucedía lo mismo.
Cuela una mano sobre el cabello de Minho, mientras la otra aún sostenía la tan maldita botella. Y agradece que el beso sea tan intenso y que el chico aún no se quiera separar, porque cree que en cualquier minuto sus piernas le fallarán y lo harán caer de golpe como si fueran de gelatina.
A Minho le falta oxígeno y se separa, con los labios brillosos.
Pero Taemin siente que recién se ha recargado con energía, arrastrándolo más al centro de la sala, ahí donde todos bailaban desaforados ante ritmos bastante extraños y electrónicos. Comienza a mover lentamente sus caderas hasta que siente las manos de Minho seguir el mismo compás que llevaba. Y pensó que el chico se quejaría de que no quería bailar, pero se queda de boca abierta cuando ve que se movía de manera perfecta como casi no hacía ningún hombre.
¿Había algo que el moreno no podía hacer bien?
Lo acerca desde la camiseta, sin permitirle que se aleje demasiado de su cuerpo. Minho es de él y de nadie más, eso lo tenía que tener claro más que nada.
Y siguen bebiendo más cervezas y muchos bailes más desaforados se apoderan de su cuerpo. Minho ya con más alcohol en su sangre de lo que hubiese gustado, estaba provocando cosas en él que no hubiese hecho con tanta confianza, como meter sus manos bajo la camiseta de Taemin y acariciar el final de su espalda y su cintura. Incluso se había dado el lujo de recorrerle hasta el abdomen.
Por su parte el menor se dejaba acariciar como si fuera un pequeño gato en busca de amor. Acariciaba su mejilla junto a la del chico, mientras combinaba las caricias con extensos besos en su parte favorita de Minho: su cuello.
- Yo creo que tu cuello me extraña- le susurraba mientras le besaba con la suficiente intensidad como para volver a dejar marcas como las que había hecho la vez anterior. Minho soltaba un suspiro tras otro, casi como un ronroneo. Solo se dejaba querer.
Pero Taemin era más pequeño que él por lo que el alcohol le había llegado de una forma mucho más fuerte e intensa, apoderándose de inmediato de su cuerpo, convirtiéndolo en una persona más osada de lo que era regularmente.
Arrastra a Minho desde la pista en donde todos bailaban, hasta la pared más cercana y despejada que se encontraba ahí. La luz ya no les llegaba de forma directa, sino que casi inexistente. Los besos comienzan a ser con la boca cada vez más abierta casi dejándolos sin respiración, mientras que las manos del mayor ya apenas sabían reaccionar, recorriendo cada centímetro del cuerpo de Taemin. Incluso hasta su trasero.
- Minho- ronronea el menor atacando nuevamente su cuello.
- Mmm…
Apoyan frente con frente, concentrándose en sus rostros y en nada más. Las manos del mayor se aferran a su cintura, mientras que las de Taemin se encargaban de acariciarle el desordenado cabello.
- ¿Puedes ser solo mío y de nadie más?
Minho sonríe y ve la desesperada cara de Taemin que esperaba una respuesta como si su vida dependiera de ello.
Como si su vida dependiera de él.
- Pensé que Lee Taemin no pedía permiso. Él solo hacía lo que quería.
- Pero tú me importas. No eres como los demás.
No sabe en que momento el juego casi sexual que tenían se había convertido en uno de revelar sus secretos íntimos dejándolos a flor de piel. Minho se siente expuesto y teme de lo que debe decirle para no meter la pata. Cree que es con la única persona que se ha tomado esa preocupación, sorprendiéndose incluso de si mismo.
Teme asustarlo con un exceso de sinceridad, que puede hasta casi llegar a espantarlo. Pero su cuerpo se adelanta a sus palabras, dejándolo en evidencia mucho antes de que pudiera decir Taemin. Su corazón parece querer desbordarse al sentir al chico tan cerca, y más aún cuando ve que pega su oreja a su pecho, abrazándolo de la espalda. Era demasiado notorio como para que no lo sintiera, probablemente toda la sala escuchaba las palpitaciones excesivamente fuertes de Minho.
Eso lo provocas tú, Taemin. Tu y tu maldita existencia.
El menor parece agudizar sus sentidos con el exceso de alcohol en la sangre, disfrutando esa nueva orquesta de palpitaciones que se podía escuchar bajo su polera.
A Minho le gustaba también. Le era correspondido lo que sentía. No sabía que tanto más o que tanto menos, pero le era correspondido, provocando oleadas de felicidad al interior del cuerpo de Taemin.
Disfruta su felicidad antes de volver a dirigirle la palabra.
- Me gusta como se escucha aquí.
Le susurra lo suficientemente cerca para que le escuche. Un hálito alcohólico le llega a Minho directamente en la nariz, quitándole algo de romanticismo al momento. Ríe.
- ¿Qué es tan gracioso señor Minho?
Ahora el moreno tiene que separarse para reírse un poco mejor. Sabe que es a causa de la combinación de nervios con el alcohol, pero le es imposible detenerse. Un ataque de risa se apodera de su cuerpo hasta casi faltarle el aire. Taemin lo mira extrañado y termina contagiándose también de su felicidad. Pero él no quiere detener los besos y lo acorrala nuevamente contra la pared, colando sus manos por debajo de su camiseta, mientras aún sentía las pequeñas convulsiones que le causaba la risa al chico.
Minho sigue sonriendo mientras se deja besar, siente las manos algo frías de Taemin sobre su piel, recorriendo cada centímetro de territorio desconocido para él. Y le hubiese gustado que el beso no se hubiese convertido en uno tan fogoso como estaba siendo ahora para no llamar la atención, pero sin querer se había formado un semicírculo a su alrededor, llevándose varios vítores de gente desconocida, alentándolos.
Taemin disfrutaba del pequeño espectáculo que les ofrecía, mientras Minho ya casi se comenzaba a preocupar que los descubriesen. Entonces un brusco Taemin se aleja de repente dejándolo con sabor a poco y con los labios casi violados. Tiene la mirada perdida y le cuesta enfocarla durante unos segundos.
- ¿¡Y ustedes quién mierda son!?
Un chico rubio, casi tan alto como Minho, los miraba a ambos con Taemin a su lado. Probablemente él había sido el que lo había alejado de golpe.
- Yo soy Taemin, mucho gusto.
Se presenta el menor de lo más normal, dejando en claro el exceso de alcohol que tenía en su pequeño cuerpo al caminar balanceándose de un lado a otro. El dueño de casa lo mira con una expresión de asco, empujándolo antes de que alcanzase a llegar a él. Taemin retrocede un par de pasos con el golpe, buscando algo de qué afirmarse para encontrar su equilibrio. Minho llega en su auxilio antes de que se dé un golpe contra el piso.
- Eso no fue necesario- le advierte el moreno, colocándose delante de su compañero, a una distancia demasiado amenazadora con el dueño del lugar.
- ¿No lo puedo tocar según quién?
- Según yo.
Un golpe seco llega de golpe en la mejilla del chico, botándolo de inmediato al piso. La sangre comienza a salir a borbotones desde su nariz, manchándole la tan costosa camiseta que probablemente traía puesta. La gente corrió en su auxilio, mientras que Minho retrocedía rápidamente junto a Taemin para salir del lugar.
Excepto que el menor se desvía un poco del camino y corre a la cocina a buscar un par más de botellas alcohólicas antes de irse del lugar.
- ¡Taemin!- le grita Minho al notar como un par de musculosos buscaban sobre la masa, probablemente a ellos.
- Odio que me digas Taemin, así me dice mi madre.
Entrelaza sus dedos con los del moreno apenas lo ve, uniéndosele a su trote para salir del lugar. Agradecen que la puerta aún estaba abierta, dándose el tiempo incluso de despedirse de un par de chicas que los piropeaban antes de salir. Taemin reía divertido, mientras que Minho solo se preocupaba de escapar del lugar antes de que lo mataran a golpes.
Llegan al auto en un santiamén, mientras el menor continuaba con las risitas de entretención, abriendo de un solo golpe una nueva botella de cerveza. Le da un sorbo y le lanza un sonoro beso en el aire a Minho que lo miraba divertido desde el otro lado del auto, apoyado en la puerta, intentando recuperar el oxígeno.
Intenta pensar en qué harían ahora, mientras observaba al chico. Siente su corazón galopar como loco a pesar de ya respirar de forma normal. Sabe perfectamente porqué está así y que lo estará toda la noche probablemente. Mira al menor que daba vueltas cantando una canción sin sentido bailando de un lado a otro casi provocándolo, mientras él solo sonreía embobado. Y piensa en lo que acababa de hacer y que cuántas veces lo había hecho antes.
Ninguna.
¿Hasta que punto era capaz de hacer cosas por Taemin?
**
- ¿Onew?
Key se sienta en la cama con el celular pegado a su oído mientras que con la otra mano se abrochaba la camiseta que recientemente Jonghyun le había arrancado. El moreno se acuesta de golpe a su lado, bufando al ver que le habían interrumpido por una llamada, seguramente, sin sentido.
- ¡¿Que Taemin qué?!
Jonghyun puede describir perfectamente el proceso de emociones que pasaba por el rostro de su novio. Primero fue uno de absoluta sorpresa por haberlo llamado en una situación comprometedora como la que acababan de comenzar, luego fue una de desconcierto y la siguiente, bueno, la siguiente fue una de casi suicidio.
- ¿¡Que Taemin desapareció!?
Sí. Nuevamente tendrían que dejar ese tipo de situaciones comprometedoras para otro día, porque como siempre, Taemin se encargaba de interrumpirles su momento de complicidad.
**
Taemin le da una calada al cigarillo y bota el humo lentamente formando pequeños círculos frente a él. La brisa marina le hacía soltar leves escalofríos a la vez que se concentraba en el espeso humo del cigarrillo que tenía en sus labios. Minho lo miraba de reojo, aún con una botella de cerveza sin terminar.
Odiaba que fumara. Probablemente lo hacía desde mucho antes y sus pulmones habían tenido que sufrir las consecuencias. Minho suelta un bufido inconscientemente, mirando hacia el lado contrario en el que estaban.
Luego de su huída habían decidido ir a la playa a refrescar un poco la cabeza para no sufrir una horrible jaqueca a la mañana siguiente. Estaban sentados en un borde peatonar hace bastante rato, bajando las revoluciones, al fin, después de la reciente hazaña.
- ¿Qué pasa?
- Nada- susurra aún con la vista fija lejos de Taemin. Siente unos húmedos labios posarse sobre su cuello, haciéndolo soltar un escalofrío-. No quiero besos con olor a cigarro, lo siento.
Taemin ríe, dándole una última calada al cigarrillo antes de tirarlo a la arena. Apoya su cabeza sobre el hombro de Minho, buscando algo de cariño por parte del reacio chico.
- Me convenciste en venir aquí porque vendría a fumar a la playa, no puedes enojarte por que haga lo que me dijiste tú mismo.
A Minho lo confunden un poco sus palabras. No sabe si es el alcohol o es el calor que le transmite el cuerpo de Taemin al suyo que lo atonta.
- ¿Ha valido la pena venir a fumar a la playa?- le dice rindiéndose y pasándole el brazo sobre los hombros. Taemin sonríe y se abraza a su cintura.
- Sí, bastante debo admitir.
El moreno se inclina a besarlo agradeciéndole, cuando siente que su mano se mete por arriba de su polera, acariciando su cuello y dejando caer un montón de arena que tenía escondida en la mano. El menor ríe, levantándose de inmediato para empezar a correr antes de que Minho logre hacer valer su venganza.
**
Key le pasa rápidamente el teléfono al oír una voz al otro lado de la línea. Parecía la hermana de Minho.
- ¿Sulli? Soy Jonghyun- le introduce el moreno sin despegar su vista del desesperado Key que tenía en frente-. ¿Está Minho?
El rubio se muerde los dedos angustiado al no ver una reacción inmediata. Ya es de noche y cada segundo que pasa le hace poner los pelos más de punta.
- ¿Y dónde se fue?- ahora es Jonghyun el sorprendido. Sinceramente eso no estaba dentro de su plan.
- ¿¡Qué!?- grita Key antes de taparse la boca con una mano para que no lo oyesen.
- Gracias Sulli, adiós.
El moreno deja el teléfono sobre la cama y mira a Key, intentando traspasarle su tranquilidad. Coloca su mano sobre la del chico, acariciándola.
- Nadie te asegura que está con él- se antecede el rubio sabiendo lo que le diría su pareja. Jonghyun suelta un bufido y quita su mano de encima.
- ¿Entonces por qué tampoco contesta el celular?
- Porque es un idiota.
Key se levanta nuevamente de la cama, comenzando una vez más su paseo que consistía en caminar de un lado a otro por la habitación. Se muerde el labio, preocupado, a la vez que su mente se empieza a llenar de imágenes y pensamientos que lo único que consiguen es asustarlo más.
Si Taemin estaba realmente con él, ¿estaba realmente a salvo o Minho sería el que se convertiría en el peligro?
Recuerda el montón de conversaciones de sexo seguro que tuvo con el menor, indicándole hasta el más mínimo detalle de cuidado que debía tener. No quería que ningún idiota le pusiera las manos encima a su pequeño ni mucho menos que un idiota se quisiera aprovechar de él si se encontraba borracho, pero sabía que de alguna otra forma, alguna vez pasaría lo que tenía que pasar. Key se queda de pie en el medio de la habitación, choqueado por lo que acababa de pensar.
Ahora que lo analizaba mejor, Minho era mucho más peligroso que cualquier otra cosa.
**
Taemin corría por el largo de la playa, mirando para atrás cada cierto tiempo para ver si Minho era capaz de atraparlo y de verdad lanzarlo al agua como tanto había amenazado. El menor se había empecinado en atacarlo con manojos de arena, mientras Minho, con un equilibrio algo lento debido al alcohol, corría tras él mojándolo con agua con ayuda de sus pies.
El resultado era una imagen bastante infantil. Dos chicos corriendo por la playa en plena madrugada, riéndose a tal magnitud que apenas podían respirar mientras avanzaban.
Pero Taemin está cansado y no quiere seguir arrancándose, pero tampoco ser lanzado al agua, por lo que opta por un plan alternativo que lo hace escapar de ambas cosas. Se tira a la arena a propósito, fingiendo una dobladura en su pie que lo hacía chillar del dolor.
Minho recuperó el equilibrio de un solo golpe, llegando en mucho menos tiempo de lo que se había demorado en correr tras él. Al parecer solo fingía ser lento.
- ¿¡Qué te duele!?
Le toca a lo largo de la pierna y se detiene en su pie, descubriendo que de ahí provenía su agonía. Taemin asiente y se tapa el rostro fingiendo dolor, siendo que lo único que quería ocultar era su explosiva risa que se intentaba aguantar.
- ¿Te duele mucho?- Minho comienza a sobarle lentamente alrededor del tobillo, dando ya por sentado que el chico se había quebrado el pie.
- Un poquito- susurra Taemin, controlándose-.
- ¿Quieres ir a una clínica?
El castaño sonrió al notar la preocupación del chico. Su sobreprotección casi le recordaba a Key con sus rasgos maternos. Solo que su amigo ya lo tendría en la clínica anestesiado.
- Estoy bien con mi enfermero personal- sonríe.
Ahora es cuando Minho cae y se da cuenta que todo fue una actuación, avergonzándolo por su exceso de preocupación por él. Sus mejillas casi enrojecen por completo, pero Taemin prefiere acercarlo de la polera, quedando su cuerpo bajo el del mayor.
Y le da cortos besos, riendo y burlándose, sin decirle ni asumir que en verdad le había parecido un acto demasiado enternecedor de su parte. Pensó que eso era demasiado vergonzoso para decírselo, prefieriendo guardárselo solo para si mismo.
Y los minutos pasaron y el sueño ya se apoderaba del cuerpo del menor, haciéndolo caer por completo en los brazos de Morfeo. En otra ocasión probablemente se hubiera quejado de que no dormiría en la arena ni aunque le pagaran o que moriría de frío por la brisa marina, pero el hecho de dormir sobre el pecho de Minho, mientras le acariciaba lentamente la cabeza, anulaba todo lo demás y cualquier factor que podría hacerle cambiar de opinión.
Taemin piensa en ocasiones anteriores y cree que nunca en su vida durmió tan bien como en esa noche.
Sin duda alguna, su lugar favorito en todo el mundo era Minho. En todo su esplendor y existencia.
**
- No quiero que se acabe esto.
Taemin mira por la ventana, mientras apoya su cabeza en el brazo, bastante más apenado de lo que había sido el día anterior.
Habían despertado de la noche anterior en el medio de la playa, apenas recordando lo que habían hecho, pero con una sonrisa que a ninguno de los dos se les pudo quitar por bastante tiempo. El solo hecho de haber pasado todas esas horas juntos habían valido por muchas escapadas más que se estaban por venir.
Minho lo mira de reojo y le acaricia el cuello con una de sus manos. Lo acaricia suave y el solo hecho de eso hace sonreír a Taemin.
- Déjame sufrir mi luto tranquilo- le quita la mano de golpe, obligándolo a enfocar su vista nuevamente en la carretera.
Les faltaba muy poco para llegar, provocando que ambos comenzaran a rezar para que el tiempo fuera más lento.
- Pareces una niña. Hay pañuelos en la guantera por si te largas a llorar- se burla el moreno, sonriendo.
Un golpe en la pierna le llega de sorpresa, sacudiendo el auto al tener una reacción tan momentanea.
- Me castigarán eternamente- le adelanta Taemin aún con la mirada algo triste-. No podré salir a ningún lado, ni escaparme del colegio ni tener teléfono. Probablemente me quede hasta sin computador. Deberías sacarme una foto para que no se te olvide mi cara.
Es imposible que eso se le olvide. Es casi como si se le olvidara respirar, solo que Minho prefiere no decirle y solo se dedica a mirarlo aún con algo de burla.
- Siempre quedan las señales de humo- asume, teniendo claro que sus papás no podrían ser tan estrictos-.
- Minho, eres un idiota. Ni siquiera sufres.
El moreno estaciona el auto a dos cuadras como lo había hecho el día anterior, con la precaución de que nadie lo viera desde la casa del menor. Detiene el vehículo y mira al chico, que ahora parecía encontrarse más frustrado que antes.
Casi le da pena.
- Tus papás no son unos asesinos, dudo que sean tan drásticos como los describes.
Ahora cuando lo mira, de verdad le da pena.
- No los conoces.
- Entonces no debiste haber ido conmigo. Debiste haberme dicho que no simplemente.
Era imposible que se hubiese negado. Esa idea nunca se le cruzó por la cabeza, ni en el universo más lejano y paralelo.
- No quería que fueras con otra persona- le miente, aún con el rostro embargado en pena. Minho casi no lo soporta.
- Dudo que Sulli o mi mamá hubiesen querido ir conmigo.
Al fin logra sacarle una sonrisa. Fue algo débil, pero de todas formas era catalogada como una. Y se genera un incómodo silencio en el que ambos saben que es en el que se tienen que despedir. Minho parece no querer hacerlo, pero Taemin decide ponerle fin a esa osadía antes de que llamasen a la polícia por su desaparición.
Si es que Key ya no lo había hecho.
Se acerca casi tímido, como no había sido en todo el fin de semana, y lo besa cauto y con cuidado como si Minho se fuera a quebrar bajo él. Y siente sabor a mar y a licores con exceso de grado alcohólico que pasaron por la boca del moreno. Se graba mentalmente cada sabor nuevo, dando por hecho que no lo vería en bastante tiempo más.
Se queda unos segundos frente a él, rozando sus labios pero sin besarlo nuevamente. Se graba su olor y ese perfume que podría reconocer a kilómetros.
- No me olvides.
Y Minho, que siempre piensa las cosas dos veces y las analiza como si fueran de vida o muerte, solo dice lo que realmente siente, sabiendo que era la oportunidad de dejarle las cosas claras.
- Como si fuera posible.
Y esa si que es catalogada como una sonrisa. Una digna sonrisa en todo su esplendor.
Taemin se baja sin ánimos del auto y se queda de pie al lado sin darse la valentía aún para comenzar a caminar.
Minho enciende el auto y se graba mentalmente esa sonrisa.
Se la graba en el rincón más inutilizado de su mente, dentro de un espacio que nunca nadie había ocupado. Dentro del sector que solo Taemin había sido capaz de abrir con mucho cuidado, el de su persona favorita.
Y avanza el auto y ve como el chico había comenzado a caminar sin nada de ánimo. Sin esa sonrisa que le daba cada vez que lo veía o esa mirada que a veces lo dejaba hipnotizado.
Le dan ganas de detener el auto e ir a su casa y decir que todo era su culpa, que el lo obligó y que lo castiguen a él, pero el solo hecho de ver a Onew en esa escena le colocaba los pelos de punta, obliglándolo a seguir manejando tan solo con esa imagen en su mente.
Maneja hacia la casa de su mejor amigo porque es el primer lugar al que se le ocurre ir. No quiere ir a su casa ni ver a su hermana que probablemente le preguntaría porqué trae esa cara de estúpido y que si estuvo con alguien. Aún no tenía ánimos de mentirle.
No se demora mucho en llegar, prefiriendo subir hacia el departamento por las escaleras solo gracias al ánimo que le había dejado Taemin.
Golpea la puerta con una sonrisa enorme, sin dudar de que su amigo sería el encargado de abrirle. Pero ese es un día de sorpresas y recién estaban comenzando.
Key lo mira desde el umbral, con una furia que podría hacer volar todo Corea y probablemente, todo Asia. De pronto la felicidad se esfuma y el ánimo se va a pique. Porque claramente hubiese preferido verse obligado en mentirle a su hermana que en tener que haber presenciado ese grito de rabia de parte del rubio.
Minho cree que no lo olvidará nunca más en su vida.
- ¿¡Se puede saber dónde mierda se había metido la reina de Corea!?
Carito_d
Key
24
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Ohhhh siiii regresaste \o/ no sabes cuanto te extrañe jejejeje gracias este capitulo tan hermoso realmente me llego al corazon casi casi sentia que estaba con ellos y los veia fue tan hermoso esa salida, escribes muy lindo y me transmites muchos sentimentos gracias por tan lindo fic....... Siiii mi tae ya no es frio y distante ahora se ha confesado con minho y minho tambien ha quedado prendado de taemin jejeje mi key como siempre de protector espero no le arme pancho a minho y que se de cuenta de que no es peligroso espero el siguiente capo nene nos leemos prontito bye bye :) :MUA:
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Waa gracias por actualizar, estuvo bien lindo el cap
En verdad que meterse así a una fiesta, todo iba muy bien hasta que los corrieron. OO pero ambos jugando en la olaya fué algo tan lindo de presenciar. Simplemente me encanto
Espero ansiosa tu actu
lina lee
Taemin
196
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
ho que emocionante estubo el capitulo
Que ocurrencia, ir a fumar a la playa, bueno
de alguna manera terminarian ahi no? y que
cosa asisitiendo a fiestas sin ser invitados
si no hubiera sido por las demostraciones
que daban seguro terminaban la fiesta, pero
nimodo.
Bueno pues haber como le va a minho ante la furia
de la diva, ire a esperar capi para saver como les
ira con sus castigos.
saludines ^^
Que ocurrencia, ir a fumar a la playa, bueno
de alguna manera terminarian ahi no? y que
cosa asisitiendo a fiestas sin ser invitados
si no hubiera sido por las demostraciones
que daban seguro terminaban la fiesta, pero
nimodo.
Bueno pues haber como le va a minho ante la furia
de la diva, ire a esperar capi para saver como les
ira con sus castigos.
saludines ^^
anny-min
minho & Taemin
935
Re: [2min/JongKey] Sol de Invierno (19/?)
Pobre Minho!!!..lo que le espera con Key...jajaja
Pero que linda escena de los dos en la playa!!!
Solo espero que no castiguen por mucho tiempo a
Taemin y pueden verse pronto!!!
No tardes en actualizar plisss
Excelente capítulo!!!!
Pero que linda escena de los dos en la playa!!!
Solo espero que no castiguen por mucho tiempo a
Taemin y pueden verse pronto!!!
No tardes en actualizar plisss
Excelente capítulo!!!!
Hanna
Onew
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