Eran las 8:45 ésa noche en Seúl, Dios, yo aún no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo luego de un largo viaje, había tomado mis maletas mientras destensaba mis piernas debido a tantas horas sentado en el avión, haber viajado desde Masan a la gran ciudad me tenía exhausto. Mientras caminaba entre la multitud en el aeropuerto, me preguntaba ¿dónde podría estar?, ¿dónde podría estarme esperando él? Buscaba entre la gente pero no podía encontrarlo, iba a llamarle a su celular, cuando de pronto escuché un grito, ése grito de emoción tan peculiar a tan sólo unos metros de distancia, entonces supe que la había encontrado, a mi mamá en persona.

– ¡No puedo creerlo! –Me giré ante el ruido de esa voz, no pude siquiera terminar de sonreír cuando ya lo tenía rodeándome del cuello, en un apretado y cálido abrazo–. ¡Mi Taeminnie, te extrañé tanto!

–Pero sí sólo estuvimos separados seis meses, Key –Murmuré a duras penas, porque me tenía muy bien estrujado, sin embargo, se separó pronto y me miró con esos ojos felinos.

– ¡No importa! Seis meses es mucho tiempo, ya estás tan cambiado… –Exclamó revolviendo mis cabellos, prestando especial atención en ellos–. ¡Te teñiste el cabello! –Sabía que lo había notado, bueno, cambiar de pronto el cabello oscuro por un rojizo fuego era algo casi imposible de dejar pasar.

–Tú te lo teñiste cuando tenías mi edad –Dije mirando su cabello rubio, aún lo mantenía como en ese entonces–. Además lo necesito ahora –Le sonreí, él asintió con la cabeza y volvió a abrazarme, realmente me extrañaba tanto como yo a él.

– ¡Ah!, no me la creo que estés aquí –Agregó al apartarse, sin borrar su sonrisa–. Pensé que te iba a costar más trabajo convencer a tus padres, ¡pero mírate! Sigues tan dispuesto a seguir con el baile…

–Pues claro, si por eso vine –Murmuré emocionado, él tenía razón, estaba realmente dispuesto a seguir con lo que más me apasionaba.

– ¿Nada más? –Preguntó triste, inflando las mejillas. Yo me reí ante esta reacción, y golpeé ligeramente su brazo.

– ¡Y para verte también, tonto! –Aseguré con sinceridad, él sonrío devolviéndome el golpe, y me ayudó con una de las maletas que había dejado arrumbadas en el suelo al recibir su agradable bienvenida–. Muchas gracias por aceptar mi propuesta, imagino que fue difícil convencer a tus tíos.

–No te preocupes, no era una perita en dulce viviendo con ellos, ¡ya querían correrme! –Me dijo riendo, con esa risa tan contagiosa que al instante me tuvo ahí carcajeándome de la misma manera. Una vez nos calmamos, Key me rodeó con su brazo el hombro mientras decía–. Pero mejor hablemos de eso en otro momento, ¿ya cenaste? –Negué con la cabeza, y empezamos a caminar, en búsqueda de un local donde pudiera comer, pues realmente tenía mucha hambre.

Mientras comíamos unas deliciosas hamburguesas, algo inusual en mi dieta diaria, Key, como adoraba que la gente le dijera, me habló sobre nuestro plan, dijo que todo iba sobre ruedas, y entonces me emocioné mucho.

Él y yo somos primos y mejores amigos desde tenemos certeza de la existencia del otro, nos conocemos desde pequeños y siempre pasábamos tiempo juntos porque las casas de nuestros padres estaban muy cerca, a pesar de la diferencia de dos años entre nuestras edades, todo el tiempo nos llevamos de lo mejor, él me apoyó con mi sueño de ser bailarín profesional cuando nadie en mi casa lo aceptaba, pero se mudó a Seúl a casa de sus tíos porque quería cumplir su sueño de ser diseñador de modas, y ahora que yo me gradué, he cumplido 18 años y él 20, así que pensé que sería buena idea que rentáramos juntos un departamento, para que él saliera de casa de sus tíos y yo pudiera perseguir mi sueño al igual que él. Por supuesto, convencer a mis padres fue un trabajo muy difícil, puesto que nunca han querido soltarme, pero pude lograrlo después de comportarme como el mejor hijo del mundo durante los seis meses que estuvo fuera Key. Al final no resultó tan complicado, yo era un verdadero ángel.

Tan pronto me contó su idea, y la cantidad de dinero que tendríamos que repartirnos para pagar la renta de cada mes, terminamos de cenar y nos encaminamos a casa de sus tíos, donde pasaría solamente una noche antes de mudarnos… De verdad que cuando entré a esa casa me di cuenta de que era obvio que Key no soportaba mucho tiempo encerrado en un lugar así, era muy aburrida, aunque sus tíos eran personas muy amables y cálidas, quizá ese ambiente encajaría conmigo, pero no con Key. Aún así estaba seguro de que ambos no podíamos esperar porque fuera el día siguiente, para conocer nuestra nueva vivienda.

La mañana siguiente llegó rápido, era sábado y mi primo Taemin y yo estábamos demasiado emocionados porque por fin tendríamos un lugar donde vivir lejos de las reglas de nuestros parientes. Él se veía muy feliz y yo no podía evitar alegrarme por él, lo vi tan cambiado y tan alegre, dispuesto a hacer lo que le viniera en gana, y eso me encantaba, porque él solía ser tan distinto en ese aspecto, me gustaba ver que se había decidido por fin a hacer lo que en verdad le gustaba. Esa mañana arreglaríamos todo lo de nuestro departamento, y después yo lo acompañaría a ver lo de la academia de arte a la que quería entrar para desarrollar sus habilidades en baile; si lograba una buena impresión podría recibir muy buenas recompensas, así que imaginaba que él estaba nervioso en el fondo, aunque era tan bueno bailando que yo no dudaba que fuera a causar la mejor impresión a todo aquel que lo viera.

La calle en la que se hallaban los departamentos era por demás bonita, sabía que a Taemin le agradaría porque tenía un aire tranquilo y pintoresco, similar a una calle tranquila en Nueva Jersey, sonreí al ver su cara de asombro cuando nos acercábamos a nuestro destino.

–Disculpe –Arribamos a la recepción con nuestras maletas, en seguida nos atendió un muchacho de cabello negro y corto–. Vinimos a rentar un apartamento, ya había llamado antes por teléfono.

–Oh cierto –Me respondió tras el módulo de atención–. Kim Kibum, ¿verdad?

–Sí –Asentí sorprendido–. ¿Cómo supiste?

–Tienes cara de ser Kibum –Dijo sonriendo.

– ¿Y también de ser Kim? –Preguntó Taemin mientras que yo seguía impresionado, ¿cómo pudo adivinarlo? El casero sonrió nuevamente, y apuntó hacia la camiseta que yo había escogido esa mañana con sumo cuidado.

–Lo llevas en tu gafete –Aclaró entre risas, no pude evitar reírme también. Era cierto, llevaba el gafete con mi nombre del departamento de moda en el que trabajaba porque no había encontrado un lugar dónde guardarlo, además de que trabajaría esa tarde después de acompañar a Taemin a la academia, me volví perezoso y simplemente olvidé guardarlo–. Mi nombre es Shim Changmin, para servirles chicos –Se presentó amablemente.

–Gracias, yo me llamo Taemin y él es Kibum –Respondió mi primo con alegría–, pero le gusta que le digan Key.

–Entiendo eso, a mí me gusta que me digan Max.

–Entonces podemos llamarnos por nuestros apodos –Comenté sonriendo, el casero Changmin me respondió de la misma manera, esbozando una sonrisa mientras asentía con la cabeza.

–Creo que tengo el apartado indicado para ustedes muchachos, síganme –Nos dijo saliendo del módulo de atención, incitándonos a seguirlo.

Subió las escaleras y nos encaminó por el primer pasillo, era en verdad muy bonito y acogedor, había unas cuantas lamparillas a los lados, apagadas obviamente porque aún era de día, y varias puertas de color verde. Observaba todos los detalles mientras escuchaba un bello sonido provenir de una de las puertas del pasillo, era música, tranquila y hermosa, acompañada por la voz de una persona, una voz preciosa, como nunca oí en mi vida, me preguntaba si el inquilino dentro del cuarto estaría viendo televisión y por ende, de allí vendría esa voz, pero Changmin no tardó en aclarar mi duda sin tener que preguntárselo siquiera.

–Lo siento, el vecino de la 230 ama cantar, es músico, espero que el ruido no les moleste.

–No, en absoluto –Contesté–. Es muy bueno –Lo decía enserio, su voz era por demás hermosa, sonreí al ver que Taemin asentía con la cabeza, demostrando que también le gustaba.

–Me alegra oír eso –Se detuvo Changmin, sacando un llavero con todo el montón de llaves de las puertas de la casa–, porque su apartamento se encuentra justo en este pasillo. Puerta 235 –Incrustó la llave y abrió la puerta. Nosotros nos acercamos rápidamente para ver–. Ojalá les agrade.

Y por supuesto que nos agradaba, desde la puerta podíamos ver que era amplio, con la cocina a la mera entrada, y la sala siguiendo de ella, podíamos imaginar que más atrás veríamos los cuartos. Era espacioso, cómodo y de linda apariencia, por supuesto que nos gustaba, Changmin podía notarlo en nuestras caras, así que antes de partir no vaciló ni un momento para entregarme una copia de las llaves del apartamento.

–Disfruten su estancia, estaré abajo por si me necesitan, para que discutamos el precio después.

–Por supuesto, muchas gracias –Le dije, él sonrío y se alejó mientras contestaba:

–Gracias a ustedes.

Taemin y yo entramos con nuestras maletas, yo cerré la puerta, pero él ya estaba corriendo por la sala, atravesándola seguramente para ver el resto del apartamento. Entendí el punto y corrí lo más rápido que pude para alcanzarlo, pues ése diablillo quería apartar la mejor cama, y yo no lo dejaría salirse con la suya. Corrí tras de él, y efectivamente ya estaba abriendo la puerta de la habitación, encontrando el par de camas que había dentro. Sólo tenía un cuarto porque no contábamos con mucho dinero, hablé sobre eso con el casero antes de llegar, así que ya estábamos dentro de nuestro cuarto predestinado. Taemin se echó sobre una de las camas, la que se encontraba más cerca de la ventana, festejando porque me había ganado. Me acerqué a pasos rápidos y lo tomé de las piernas para bajarlo de allí, él se empezó a reír mientras hacía lo posible por mantenerse arriba, pues sabía muy bien que yo amaba el lado de la ventana, no importaba si era un cuarto o un camión, yo debía ir en la ventana.

– ¡Eres un tramposo, Minnie! –Me quejé gritando, enojado conmigo mismo por no poder bajarlo.

– ¡Yo la vi primero, tienes que ser justo! –Aún se resistía, era increíble que siendo menor que yo fuera incluso más fuerte.

– ¿Hablas tú de justicia? –Le dije–. ¡Me harás reír, mocoso!

– ¿De verdad quieres que te haga reír? –Cuestionó esbozando una sonrisa maléfica, no tuve tiempo siquiera de alejarme, porque ya me estaba haciendo cosquillas. No pude evitarlo, me reí como loco, ese era mi punto débil. Recibí tantas cosquillas que terminé perdiendo el equilibrio, cayendo al suelo con Taemin sobre mí, carcajeándose fuertemente al ver lo rojo que me estaba poniendo de tanto reír.

Para mi suerte en ese momento, una llamada a mi celular interrumpió el ataque de cosquillas de mi primo.

– ¿Diga? –Contesté aún riendo–. ¿Nicole? –Taemin se incorporó, permitiéndome hacer lo mismo–. Hola chica, ¿qué ocurre? –Era mi mejor amiga, quien trabajaba conmigo en el departamento de moda.

–Key, tienes que venir pronto, el jefe quiere hablar contigo –Me dijo, y por su tono pude adivinar que se trataba de algo serio.

– ¿Sobre qué?, ¿pasó algo?

–No lo sé, pero se ve muy molesto. Aquí te espero.

– ¿Eh? –Susurré sorprendido–. Me colgó... Sonaba a algo urgente –Miré a Taemin, con sus ojos preocupados puestos sobre mi rostro–. Tae, lo siento mucho, voy a tener que irme antes, pero si quieres puedo llamar a un amigo para que te acompañe a la academia.

–No, no lo hagas Key, no tienes de qué preocuparte –Me respondió con una gran seguridad–. Soy grande ahora, puedo cuidarme solo, además ya sé dónde está la academia, vete tranquilo –Yo no le creía mucho, pero no podía darle la contraria, necesitaba llegar a mi trabajo.

–Tonto, por supuesto que no me iré tranquilo, pero al menos sabré que estarás bien –Busqué entre mis maletas unas cuántas cosas que creí necesarias, salí de la habitación mientras hacía una seña de teléfono junto a mi oreja–. Me llamas cuando termine tu audición.

–Claro, primo –Contestó sonriendo–. Nos vemos luego.

Yo asentí, aún no muy convencido, pero salí del apartamento lo más rápido que pude, dejándome llevar por mi preocupación, me preguntaba por qué mi jefe querría verme.

Sabía que le había dicho a Key que se fuera tranquilo, pero realmente no tenía idea de cómo llegar a la academia de arte. Estaba preocupado por la llamada que Key había recibido, así que preferí dejarlo ir porque era necesario. Aunque supongo que fui un tonto al no aceptar ayuda de ningún amigo suyo, quería sentirme independiente, pero en el fondo tenía la certeza de que aún no lo era.

Luego de una hora desempacando y ordenando mis cosas, bajé las escaleras y me aproximé a Changmin, un tanto tímido porque estaba hablando con algunas personas, esperé a que se acercara primero para preguntarle la dirección exacta de la academia, si hubiera sido posible le hubiera pedido incluso un mapa, él buscó la dirección por computadora y me la entregó anotada en un papel. Le agradecí y salí en búsqueda de ella, tratando de dejar en lo más profundo de mi ser todo el nerviosismo que tenía por presentar mi audición, pensando sólo en las cosas positivas, y en los beneficios que podría obtener si era admitido.

Arribé al lugar, era justo como en las fotos, o incluso mejor de lo que había soñado, tan grande y extensa, mis piernas temblaban al entrar, había mucha gente paseándose por el jardín, el cual tenía que cruzar si quería llegar a la recepción. Tenía miedo, pero Key me había dicho que podía hacerlo, aunque no pudo acompañarme, todavía sentía sus palabras de aliento, así que me dirigí a la recepción y sin titubear le dije a la chica tras el módulo de madera de atención.

–Vengo por las audiciones de baile de hoy, ¿tú podrías darme información? –Pregunté sin más, luego me di cuenta de que le había hablado informalmente, de verdad que estaba muy nervioso, así que tapé mi boca luego de decirlo. La chica sonrió dulcemente, y después me dijo:

–Claro, espera un momento por favor.

Se alejó buscando algo, yo suspiré una vez me quedé solo, tratando de calmar mis nervios, no tardaría mucho en presentar mi audición. ¿Podría de verdad hacerlo? Bajé mi cabeza tratando de relajarme, y poco a poco la subí mirando entre la multitud que caminaba presurosa a mi alrededor. Pude haber vuelto la mirada hacia el módulo de atención sin tener nada qué hacer, pero mis ojos se quedaron clavados en algo, mi atención se centró solo en él, en esa persona a quien en aquel momento vi por primera vez.

Aquel domingo al medio día, me encontraba en el departamento intentando avanzar con mi trabajo, para tenerlo terminado ése mismo día. Me había levantado tarde, así que me demoré un poco en iniciar, y además me torturé por varios minutos con la idea de llamar a Jonghyun, o de incluso visitarlo con lo cerca que estaban nuestros apartamentos. Pero me lo había propuesto, no tendría más distracciones, yo podía hacerlo, siempre lograba mis metas, no importaba qué, incluso si el distractor más grande y lindo del mundo se encontraba a un pasillo de distancia de mi puerta, sería incapaz de darle fin a mi determinación.

–Key… –Escuché la voz de Taemin, acercándose desde su cuarto hasta el comedor, donde me encontraba realizando mi tarea.

–Hola, Tae… –Contesté sin mirarle, completamente concentrado–. ¿Ya te vas?

–No, en unos minutos más –Respondió él, corriendo una silla para sentarse a un costado mío, junto a la mesa. Fue entonces cuando lo miré, y descubrí que aún llevaba puesta su pijama; me reí ligeramente porque ése niño aún no aprendía, le gustaba bañarse y vestirse con tan sólo unos minutos de anticipo para salir de casa.

–Qué lástima que Jong no trabaja hoy igual que tú –Comenté luego de soltar mi carcajada, realmente no me lo podía sacar de la cabeza–, me ahorraría la tentación de ir a molestarlo –Taemin esbozó una sonrisita burlona.

– ¿A molestarlo o a buscarlo? –Preguntó, yo comencé a reír por su cuestión.

–Un poco de las dos cosas –Nos reímos. Traté de continuar con mi trabajo en el instante en el que Taemin guardó silencio, pero sólo fueron unos pocos segundos antes de que volviera a dirigirme la palabra.

–Key, ¿te puedo hacer una pregunta?

–Claro, adelante –Sonreí, con la vista puesta en mi trabajo.

– ¿Cuándo fue tu primer beso con Jonghyun? –Aunque esa pregunta me desconcentró, y me obligó a alzar la vista para contestarle propiamente. En sí, que él me preguntara eso era extraño, pero no perdía nada con responderle.

–El día que nos hicimos novios, en su cumpleaños.

–Ya veo, cuando se hicieron novios… –Murmuró.

–Sí, fue tan bonito, me dijo tantas cosas ése tonto, y luego se puso a cantar y…y… ¡AH! –Recordaba el asunto bastante bien, y me sorprendía a mí mismo con lo mucho que me podía emocionar, así que sin pensar, le pegué en el brazo a mi pobre primito–. ¡No deberías de estármelo recordando, me desconcentro! –Renegué, Taemin comenzó a reír.

–Perdón, perdón… –Me dijo entre risas nerviosas, después volvió a quedarse callado.

– ¿Por qué lo preguntas?

–Es que… –Le costó unos segundos responder, pero luego de tomar un poco de aire, finalmente lo hizo–. Minho ha sido tan bueno conmigo, me ha dicho que le gusto, y todas esas cosas pero… nunca me ha preguntado si quiero ser su novio o algo como eso –Abrí enormemente los ojos al escucharlo, y no pude evitar dirigirle nuevamente mi sorprendida mirada.

– ¿¡Enserio?, pensé que ya estaban saliendo!

–Sería lógico pensarlo pero… –Me observó con angustia–. Primo, esto me preocupa.

–Mira, no te agobies… –Contesté, de verdad me parecía una mala señal, pero no quería que Taemin se desanimara, lo había visto muy ilusionado y alegre los últimos días, no quería ser yo quien lo bajara de esa nube rosa, además, nadie nos garantizaba que Minho no lo quisiera de verdad, así que traté de darle una opinión que lo mantuviera tranquilo–. Hoy día la gente suele ser así, pero eso no quiere decir que no te quiera, quizá está esperando el momento indicado para hacerte esa pregunta.

– ¿Tú crees?

–Sí –Afirmé con toda seguridad, aunque no iba a dejar el tema tan fácil sin antes darle una advertencia–. Solamente ten cuidado, Taeminnie, esa línea entre lo oficial y lo no oficial es muy delicada, podría ser doloroso si no dejas las cosas en claro pronto. Recuerda cuando yo estaba en la preparatoria, fue muy fácil ceder ante ése tipo, aunque él nunca me dejaba en claro si en verdad me quería o sólo estaba jugando conmigo… Creo que sólo fui su mascota –Me di cuenta de lo insensible que había sonado eso hasta que vi su carita de enorme preocupación, por lo que quise rectificarlo rápidamente–. Pero no creo que Minho sea así contigo, parece buen chico –Taemin bajó la ruta de su mirada, como si estuviera pensando muy profundamente las cosas, hasta que luego de unos segundos, dibujó una sonrisa.

–Tu historia del instituto… –Murmuró–, la cuentas si hubieras sufrido mucho, pero aún recuerdo cuando golpeaste a ése chico… –Y yo partí de risa al escuchar eso último–. ¡Nunca pensé que tuvieras tanta fuerza, Kibummie! –Se empezó a reír al igual que yo.

–Ni yo… –Apenas pude responder por lo mucho que me reía–, ¡pero es que él fue un idiota!

Era muy gracioso recordar ése hecho, a partir de entonces mucha gente en la escuela me tuvo miedo, incluso Tae me idolatró aún más que antes, fue todo muy extraño. Y pensar que había sufrido mucho en ese tiempo… Bueno, ahora tenía a Jonghyun, y nadie nunca me había demostrado que me amaba tanto como él, así que me sentía seguro estando a su lado, tanto, que me asustaba lo mucho que quería estar con él, cada minuto del día, cuando normalmente solía ser tan frío, él me había ablandado más de lo que alguna vez tuve previsto, pero me gustaba eso. Por otro lado, me hacía feliz también el que Taemin sonriera aunque fuera por recordar algo tan ridículo, yo en verdad no estaba seguro de lo que pasaba entre él y Minho, pero claramente existía algo que impedía que las cosas fluyeran con naturalidad entre ellos, así que esperaba que pudieran aclararlo pronto, y que las cosas salieran bien, porque lo menos que deseaba era que mi niño saliera lastimado.


Una semana después…


La semana pasada fue la más extraña de… toda mi vida. Tener amigos en la academia de arte más famosa de Seúl me había acarreado a un camino curioso y desconocido, del que no me sentía capaz de salir de inmediato. Había ido a visitar a Taemin y a Minho el lunes, no tenía clases, y quería ver a quién de los dos podía encontrarme, o de pérdida para ver a mi amigo Kyuhyun, y que éste me devolviera de una buena vez el teclado que le había prestado. Pero no, en cambio, me encontré con Luna y con Sulli, las amigas de Taemin, me dijeron que los dos estaban ocupados, pero que si quería podía ir a comer con ellas, acepté por tres cosas, porque Sulli lo dijo con mucha emoción, porque ellas me inspiraban confianza y porque me moría de hambre en ese momento. Debo admitir que fue gracioso y divertido, las niñas estaban locas, y me caían muy bien, me ayudaron con unas composiciones que me habían encargado para la universidad, Luna en especial, porque ella sabía más sobre música que Sulli, pero yo, de tonto, cometí el error aquel día de haberlas olvidado en la silla del restaurante que estaba a mi costado en ese momento. Las chicas las encontraron, y Luna hizo una investigación rigurosa más grande que las del FBI (le preguntó a Taemin) para encontrar la localización del sitio donde estudiaba. Aún recuerdo su dramático: “¡Oppa, olvidaste tus composiciones!” cuando encontró mi salón. Todos los que estaban adentro me bromearon preguntando si se trataba de mi novia o algo como eso, aunque por mí no hubo ningún problema en ese momento, porque no estaba tan mal que de pronto la gente a mi alrededor pensara que yo andaba con alguna chica, los rumores de homosexualidad eran grandes, así que me alivianaba un poco que ellos creyeran que yo era heterosexual. Pero lo que me causó un gran problema, y me incomodó después de haberle agradecido mucho su ayuda con mis composiciones, fue la conversación que tuvimos al día siguiente…

Salimos a comer, yo la había invitado antes como agradecimiento por su ayuda con mi trabajo, y ella aceptó de muy buena gana. La chica me agradaba, era muy energética, y con enormes deseos de aprender sobre música, yo era más experimentado en eso que ella, así que disfrutaba de darle consejos, me sentía grande; pero ni lo sucedido con Taemin y Sulli podría prepararme para lo que sucedería después.

–Entonces, ¿no tienes novia? –Preguntó de repente, cuando ya había terminado su platillo.

–Amm… –Yo aún no había terminado porque ordené uno más grande. La pregunta me tomó sin cuidado, con el tenedor que se quedó trabado en mi boca, tuve que esperar unos segundos para poder contestarle–. No, no tengo.

– ¡¿Enserio?! –Preguntó de repente, tan emocionada que me sobresaltó, y provocó que me reclinara sobre mi silla. Entonces se dio cuenta de lo impulsiva que había sido, y se aclaró la garganta para cambiar el tono a uno más tranquilo–. Digo, ¿y eso?, qué raro, si tú eres muy guapo.

–Lo sé, lo sé, pero… –Bromeé, contestando con altanería, ella se rió–. No, la verdad es que no he encontrado a la persona indicada, tengo algo de tiempo así, de hecho, se podría decir que mi corazón está en reparo en éste momento –Se quedó callada, analizando la información antes de soltar un suspiro, y poder comentarme:

–Yo tampoco he encontrado al chico indicado… –Dijo mirando en una dirección desconocida para mí persona. No supe qué responder, así que seguí comiendo, hasta que ella regresó la vista hacia mi rostro–. Podríamos salir juntos de eso –Sugirió con entusiasmo, el bocado casi se sale de mi boca al escucharlo.

– ¿Cómo? –Pregunté, dirigiendo el vaso de té helado hasta mi boca, para calmar la impresión. Luna bajó la mirada, avergonzada, y comenzó a jugar curiosamente con las puntas de su cabello.

–Pues… si tú no tienes novia y yo no tengo novio…

–Perdón, Luna –La detuve–. Entiendo a lo que te refieres, pero yo no puedo…

–Lo siento, eso se escuchó muy tonto y repentino, ¿verdad? ¡Ah, ¿por qué soy tan imprudente?! –No obstante, la enorme preocupación que se presentó en su mirada al escucharme, me hizo sonreír.

–No, no es eso, es sólo que yo… –Intenté explicarle, pero ella hizo una suposición, mostrando su sumo interés en lo que decía.

– ¿Todavía quieres a la chica que te rompió el corazón?

–Algo así –Contesté–. Pero, créeme, si te lo dijera, rogarías por nunca haber dicho lo que me dijiste –Y pareció como si le hubiera hablado en clave, pues Luna rápidamente abrió lo más que pudo sus dos ojos, e impulsándose hacia adelante, exclamó con enorme sorpresa.

– ¡No! –Su expresión era graciosa–. Onew tú… ¿también eres gay? –Pero su pregunta me dejó desubicado.

– ¿¡A cuántos gays conoces!? –Cuestioné, alterándome, ella respondió con toda la naturalidad del mundo.

–Bueno, Taemin y su pandilla, el hermano de Sulli, y Eunhyuk que también se me hace raro… –Me reí, creo que ya conocía a ése chico–. Pero nunca me lo imaginé de ti –Agregó sin poder ocultar su desconcierto, yo simplemente me encogí de hombros–. No, debe haber alguna razón para esto, me parece imposible.

– ¿De qué hablas? –Pregunté sonriendo.

–Es que cuando un chico es homo, lo aparenta, lo demuestra aunque no quiera, ¡y eso es algo que tú no haces, así que no me mientas!

–No todos son así, ¡y además no te estoy mintiendo! –Dije–. Se nota que no vas a la universidad conmigo, Luna…

–Es que simplemente no lo creo… –Agregó muy segura–. ¿Pero sabes?, no importa, tengo el don de hacer cambiar las cosas.

– ¿Qué? –Cuestioné, no quería creer lo que había entendido a través de sus palabras.

–Si eres “gay” como dices, cambiarás, ya lo verás –Eso sonaba retador, así que decidí hacerle una pregunta:

– ¿Y quién me hará cambiar si se puede saber?

– ¡Yo, por supuesto! –Comencé a reír, la chica me estaba divirtiendo.

–Gracias por la oferta pero…

– ¡Tonto, si no me estoy ofreciendo! –Contestó un poco enojada, me quedé callado, y ella me observó detenidamente–. Era una advertencia, nada más –Agregó con decisión, levantándose de la silla, para comunicarme lo siguiente con una amplia sonrisa–. No tienes opción.

– ¿Hablas enserio? –Cuestioné, todavía estupefacto.

–Sip, Oppa –Dijo ella alegremente.

–Pero Luna…

– ¡Adiós! –Y se despidió, saliendo de ahí a una velocidad increíble.

Aquel era el inicio de mi tormento, una chica que me había caído muy bien, pero que al mismo tiempo me daba miedo… No, no, sin duda las mujeres seguían dándome bastante miedo.



Ése viernes, nos encontrábamos en el auditorio de la academia, dándole los últimos retoques a las coreografías de la obra, cuya primera presentación se daría el domingo de esa semana. Sulli estaba muy contenta, había conseguido el papel principal, a pesar de no estudiar teatro en la academia, lo había conseguido, según ella, gracias a mí y a mi enorme mentirota. Bueno, al menos había dado buenos resultados.
Mientras bailábamos, siendo dirigidos por la coreógrafa Boa, no podía apartar la mirada de los pasos y los movimientos calculadores y perfectos de Minho. Sé que le había pedido a Key un consejo, y que ya estaba por cumplirse una semana de aquello, pero realmente Minho y yo no habíamos tenido ni un pequeño momento a solas, bueno tal vez sí, pero nos la pasábamos bailando cuando teníamos la oportunidad de estar juntos, en los ensayos para la obra y en los ensayos para la coreografía con Jonghyun, y pues… a pesar de que conversábamos mucho, yo no me atrevía a hablar sobre el tema que me inquietaba, temía incomodarlo, aunque Key me decía que eso no era bueno, que demostraba que no le tenía confianza, y no quería creer en eso.

– ¡Bien hecho, muchachos! –Exclamó la profesora Boa justo antes de unir sus palmas, a las que se les sumaron los aplausos de todos los bailarines presentes en el auditorio.
Festejamos y nos dirigimos a tomar un descanso, sentarnos en el frío suelo del escenario, y beber agua refrescante para olvidar el cansancio y calmar las respiraciones, no obstante, con Minho sentado a mi lado, para mí esto era un poco difícil.

– ¡Oigan! –Habló Donghae Hyung, llamando la atención de los alumnos que nos encontrábamos en el escenario–. Ya sé que para algunos de ustedes esto resultó pan comido, pero yo quisiera celebrarlo. Vamos a “Feelsim” esta noche, ¿qué les parece? –Sugirió completamente entusiasmado. Todos comenzaron a festejar y a alardear con alegría en cuanto lo escucharon, parecía que estaban de acuerdo, incluso Sulli, que se hallaba del otro lado del escenario, acompañada de sus amigas.

Yo ya los había escuchado días antes diciéndonos lo mismo, que nos iríamos de fiesta el viernes si terminábamos pronto con los ensayos, pero no entendía mucho, así que me incliné hacia Minho, murmurándole con curiosidad y cierta vergüenza por mi ignorancia.

– ¿Qué es “Feelsim”? –Él me dirigió la mirada, y sonriendo dulcemente, me respondió:

–Es un club muy famoso de la ciudad –Sólo entonces comprendí por qué el alardeo tan alegre proveniente de la mayoría de mis compañeros.

– ¿Después de bailar casi todo el día, quieren matarse más bailando en un antro? –Cuestionó Amber, quien estaba sentada a mi costado izquierdo. Eunhyuk respondió con mucho ánimo:

–Y tomando también, ¿qué tiene de malo? –Amber sólo atinó a reír, todos parecían fascinados con la idea. Mientras que Minho se acercaba a mí, y me susurraba una pregunta prácticamente al oído:

– ¿Irías, Tae?

–No lo sé –Contesté, observándolo–. ¿Tú…? –Él sonrió, hipnotizándome de nuevo.

–Sólo si tú vas –No entendía por qué me tenía tan enganchado sin decirme palabras claras, pero olvidaba cuestionárselo, lo olvidaba todo cuando veía su sonrisa, se me contagiaba tan pronto, que no tenía tiempo de pensar en los pros y en los contras de la situación, sólo en seguirla.

–Esperemos que me deje mi Umma –Comenté en tono burlón, Minho sabía perfectamente a quién me refería, así que comenzó a reír junto conmigo. Pero aunque sonaba como una broma, yo realmente lo decía enserio, pues mi extraña mamá era sin duda alguien difícil de convencer.


– ¿¡Qué!? ¡NO! –Y vaya que tenía razón.

–Pero, Key… –Traté de insistir con una mirada triste, metido en el local de perfumería y joyas donde mi primo trabajaba. Ni a Jonghyun Hyung ni a mí nos importaba estar molestándolo a él y a su compañera, quien se hallaba en el área de las joyas; los dos estábamos ahí dentro como si no tuviéramos nada más qué hacer.

– ¡Ah, nuestro hijo ha crecido tan rápido, cariño! –Comentó Jong en tono dramático, y yo juré ver lagrimillas saliendo de sus ojos. Key frunció el entrecejo y le habló severamente.

– ¡Tú no opines! –Dijo apuntándole con el dedo índice–, que aún estoy enojado contigo por tu repentina renuncia al trabajo en la cafetería extraña, y lo que es peor… ¡tu infiltración del molesto cachorro Roo a nuestro departamento! –Me empecé a reír, y luego hablé otra vez.

–Oh, pero si Roo es tan lindo…

– ¡Se la pasa mordiéndote, Taemin! ¿Cómo puedes decir eso? –Key respondió aún más alterado, Jonghyun se acercó hasta donde estaba él, y le explicó la situación de nuevo:

–Sabes que tuve que dejar el trabajo por las ocupaciones de la agencia y la universidad, no podía con todo…

–Lo sé –Respondió Key–, y lo entiendo Jonghyun, ¡pero tu pequeño monstruo no tenía por qué quedarse en mi casa! –Lo reprendió frunciendo lo más que pudo el entrecejo, no obstante, esa expresión no causaba más que risas en Jonghyun.

–Si sólo fue una vez, Key… –Se defendió, riendo.

– ¡Sí, pero la alfombra de mi habitación aún sufre las consecuencias! –Contestó, nadie le podía ganar a Kibum Hyung.

Jonghyun le acarició el cabello, depositando un beso en su cabeza, del cual Key se quejó haciendo una mueca de disgusto. Me causaba mucha gracia verlos así, pero en ese momento tenía que lograr mi objetivo.

– ¿Entonces? –Pregunté por segunda vez. Kibummie accedió sorpresivamente.

–Está bien –Dijo–, pero te quiero en casa pronto, ¿me oíste?

–No tan pronto, Taemin –Opinó Jonghyun, quien aún se hallaba junto a Key, acariciándole el cabello y parte de la nuca. Key rápidamente le dio un codazo en el estómago–. Bueno, hazle caso a tu Umma –Agregó con la voz quejumbrosa, casi se le había salido el aire con ese golpe. Yo sonreí, aunque realmente no tenía idea ni de en qué momento habíamos comenzado a jugar a la familia, de todos modos me resultaba agradable hacerlo porque me encontraba lejos de mi casa verdadera, y me preguntaba si acaso Minho habría llegado a sentirse así en familia por lo menos una vez con alguien como ellos, pero siempre me daba la impresión de que no era así, y eso me hacía sentir un extraño frío en el pecho, y una insistente curiosidad que aún no había podido sacar de mi cabeza.



Llegué un poco más temprano de lo planeado. “Feelsim” no era un club que yo soliera frecuentar, y no porque fuera desagradable, sino porque era muy famoso y concurrido, podía encontrarme a cualquiera allí, así que siempre optaba por ir a los lugares más recónditos, pero esa vez fue diferente.
Entré y lo primero que vi fueron las luces, los cuerpos de la gente moviéndose, y el alto sonido de la música a esas tempranas horas de la noche. Caminé un poco, esperando ver a Taemin, pero no lo encontré por ninguna parte, sólo pude ubicar a varios de nuestros compañeros de baile, y cuando divisé a Donghae en la barra para las bebidas, me acerqué a él sin dudarlo ni un poco.

– ¿Qué hay, Hyung? –Me senté a su lado, él me miró y comenzó a reír.

–Wow, ¿pero qué hace el gran Choi Minho aquí? –Preguntó alzando el tono para que pudiera escucharlo, yo simplemente lo observé y él sonrió–. Pensé que no vendrías –Sonreí, respondiendo de la misma manera:

–Lo hubiera pensado también.

Donghae y yo nos conocíamos de mucho antes, la historia resultaba curiosa porque solíamos frecuentar un mismo club, él llamaba la atención por su manera de bailar, y yo lo secundé sólo para divertirme. La pasamos muy bien esa noche, y después me enteré de que él estudiaba en la misma academia que yo. No hablábamos mucho ahí por diferentes razones, pero siempre que salíamos de noche nos encontrábamos por casualidad. El tipo era agradable.

Me entregaron una bebida que pedí, y Donghae preguntó a mi costado, alzando de nuevo el tono de su voz:

– ¿Y qué fue lo que te convenció? –Yo iba a encogerme de hombros, pero mi vista se detuvo en un solo punto, era Taemin, que entraba al local en compañía de su amiga Sulli y algunos otros chicos. Se veía tan guapo con lo que llevaba puesto, con una playera negra combinada con rasgos rojos, un pantalón rasgado y un gorro de tela negra que le cubría un poco su brillante cabello largo y cobrizo. Esa ropa seguro la habría tomado del closet de su excéntrico primo, pero no importaba, porque en él quedaba perfecto. Me distraje tanto observándolo, que apenas escuché las siguientes palabras de Donghae–. No me digas que vas detrás de alguien de la academia –No pude evitar esbozar una sonrisa, contestando sin mucho reparo en mis palabras:

–Está bien, no te lo diré.

–Maníaco –Me dijo él en burla, yo bajé la mirada, empezando a reír. Justo después él se levantó–. Si me disculpas, iré a divertirme como gente saludable y normal…

– ¡Eso nadie te lo cree, Hyung! –Le grité, él sonrió, y se encaminó en dirección a la pista de baile.


Llegamos, y aunque busqué entre las luces y la gente, no pude ver a Minho, así que decidí seguir a Sulli y sentarme junto a los demás chicos en una pequeña mesa circular que encontramos. Vi a Amber y la saludé alegremente, ella me respondió muy gentil. A la única que no veía por ahí era a Luna, pues no había estado trabajando con nosotros en la obra, porque tenía muchas cosas qué hacer, aunque prometió que nos vería el día del estreno. Donghae y Eunhyuk estaban bailando junto a varias chicas de la academia, y algunas más desconocidas, esos dos sí que llamaban la atención, y cuando Sulli los vio, no pudo evitar preguntar, emocionada:

– ¿Vamos a bailar también? –Yo no contesté, esperé a que el resto accediera, ella me tomó de la mano, y me incitó a ir a bailar junto con los demás. No es que fuera algo que yo no quisiera hacer, a decir verdad, en cuanto llegamos me entraron enormes ganas de bailar. No solía ir muy frecuentemente a lugares como esos, pero recordaba cuando acompañaba a Key en Masan, y apenas y podían sacarnos de allí dentro. Lo único con lo que debía tener cuidado era con el alcohol, porque yo resultaba malísimo para beberlo.

Comenzamos a movernos al son de la música, una canción americana, como las de la mayoría que solían poner en fiestas o en lugares como esos. Me empujaron hacia el centro a propósito, y comencé a bailar con más energía, dejándome llevar simplemente por el ritmo, la canción era pegajosa, y me gustaba mucho, tanto, que me sorprendí al darme cuenta de que Minho estaba allí, alcé la mirada y lo observé junto al resto de la gente, sonriéndome y contagiándose por el ritmo energético de la canción. El círculo que la gente a mi alrededor había formado se desintegró, y en cambio todos comenzaron a bailar por su cuenta, en pequeños grupos. Parecía que más y más gente se había unido a la pista de baile, pero para mí desaparecieron cuando quedé frente a Minho, él se movía cerca de mí, podía sentir su penetrante mirada sobre mi rostro, y cuando estuve por asimilarlo, el impulso de su cuerpo me hizo creer que uniría nuestros labios, pero no lo hizo, se separó un poco y dibujó una media sonrisa, retrocediendo hasta salir de la pista luminosa. Yo no le quité la mirada de encima, y luego de unos segundos de quedarme estático, me dirigí hacia él, alcanzándolo en la barra de bebidas.

–Hyung… sí viniste –Le dije, él se hallaba sentado enfrente de mí, dándole la espalda a la barra. Respondió sonriendo:

–Te dije que vendría si tú lo hacías también –Sonreí del mismo modo, enmudeciendo ante sus ojos, hasta que volvió a hablarme–. ¿Quieres tomar algo?

–Ah… –Realmente estaba sediento, así que, ¿qué podría pasar? No quería que Minho se diera cuenta de lo malo que era para eso–. Claro –Dicho esto, ordenó, y girándose hacia mí, me dijo:

– ¿Observas la cara de la gente cuando ustedes bailan? –Asentí, y luego hice una pregunta.

– ¿Qué tiene? –Él sonrió.

–Es divertido el sólo observar cuando encuentras muchos bailarines semi-profesionales bailando juntos. No es algo de todos los días.

– ¿Qué? –Dije riendo–. ¡No lo había pensado! –Era cierto, aunque algunos queríamos parecer más disimulados, no podíamos evitar movernos como lo hacíamos siempre, después de todo, era lo que amábamos hacer, aunque ensayamos prácticamente todo el día, aún teníamos energía para seguir bailando.


Estaba platicando con Taemin, cuando de pronto una canción que le gustaba empezó a sonar, rápidamente él se emocionó y fue a la pista de baile por segunda vez, mientras que yo me reía por su reacción, sin duda a él le encantaba bailar, y comenzaba a creer que le gustaba más de lo que me gustaba a mí hacerlo. Pero luego de unos momentos, fui yo también.

De ese modo se fue pasando el tiempo, bailando y tomando, Eunhyuk se divertía yendo y viniendo con Taemin a la barra de pedidos, lo rodeaba del hombro con un brazo y se lo llevaba, el pequeño ya llevaba varias vueltas hacia allá por culpa de él, y a juzgar por su actitud, se podía notar que estaba algo ebrio, al igual que muchos. Curiosamente yo no había tomado tanto, me la pasaba cuidando lo que él hacía con la mirada, no estaba actuando como siempre.

De pronto, una canción de un grupo coreano, después de varias occidentales, llamó mi atención. Ya la había escuchado, “Number 1” de Big Bang, pero lo que me sorprendió fue la actitud que tomó Eunhyuk en ese preciso momento.


– ¡Esa es nuestra coreo, Hae! –Gritó Eunhyuk Hyung, quien se hallaba a mi costado, para justo después, abrirse paso y esperar unos segundos a que la canción iniciara bien. Todos nos hicimos a un lado, no habíamos visto su coreografía antes, así que nos interesó la idea, aunque yo quería seguir bailando, me sentía un poco hiperactivo por culpa de ese Hyung, aunque, ciertamente era yo quien no se estaba controlando con la sed, y sabía que siempre me pasaba eso, aun así no lo pude evitar. En cuanto formamos un nuevo círculo, Eunhyuk comenzó a bailar en el centro de éste, con los increíbles pasos de su coreografía. Pronto todos comenzamos a animarlo y la gente se acercó, interesada por nuestro bullicio y los movimientos de Hyung. Cuando la parte de GD llegó, Donghae hizo su entrada junto con Eunhyuk mientras recibían aplausos, era emocionante verlos bailar juntos.



Esos dos eran muy buenos, claro, ¿qué más podía esperar de Donghae? él se portaba así, queriendo acaparar la atención con su baile, incluso cuando lo conocí, de hecho, lo llamaba “Hyung” porque era más grande que yo, a pesar de que su clase con Yunho fuera la de los nuevos y principiantes, de todos modos él era todo un profesional, así que tenían a todo el mundo maravillado… Pero de pronto, tanto él como Eunhyuk se quedaron parados, mirándose como si ya no hubiera más coreografía. Donghae se alzó de hombros y yo apenas y pude escucharlo gritar:

– ¡Y de aquí ya no sabemos nada! –Luego empezaron a reír, traspasándonos a muchos las risas, aunque varios se decepcionaron. No pude ni escoger mi reacción porque de pronto, Minzy y Hyoyeon me empujaron hacia el centro, gritándome cosas como “¡Sigues tú!” o “¡Muéstrales como se hace, Minho!” No sabía si lo hacían por solidaridad al ser de mi misma clase, o por el egoísmo de querer verme bailando frente a todas esas personas. Fuera como fuera, de todos modos lo hice, entré en la siguiente parte del rap, tratando de imitar los pasos que vi, pero realmente lo que hacía no era otra cosa más que estar improvisando. Continuaba de esa manera, cuando noté por el rabillo del ojo cómo Sulli y otra chica empujaban ahora a Taemin hacia el centro, él se negó en un principio, pero la insistencia de más personas lo obligó a entrar, entre risas, mirándome justo antes de comenzar a moverse como Donghae lo había hecho en ese trozo. Por supuesto que aquello tenía su propio estilo, Taemin bailaba diferente, y eso provocó que el ambiente de la gente a nuestro alrededor volviera a tornarse entusiasta, así que los dos procedimos a improvisar juntos.



No podía concentrarme al ver cómo Minho movía los labios y me miraba en ciertos momentos, cantando la canción sin perder su semblante serio, pero demostrando que la disfrutaba tanto como yo lo hacía. Toda la gente que nos estaba viendo parecía embelesada con su manera de bailar, improvisando como si ya lo tuviera todo planeado. Yo decidí imitar sus pasos y me pegué un poco más a él.


Sin embargo, no sé qué impulso sucedió, pero sentí la necesidad de cantar al igual que él la canción, lo observé de pies a cabeza, y él lo notó. Ya sabía la parte de la letra que venía después, y vaya que tenía que ver con mi pensamiento de ése instante.


Pude ver la sonrisa de Minho antes de continuar con la siguiente parte el baile, tan coordinados sin siquiera planeárnoslo. Me sentía extraño, pero alegre y con muchísima energía, sabía que habíamos llamado demasiado la atención con lo que habíamos hecho, pero eso no me importaba, lo disfrutaba, y lo disfruté por completo hasta que dieron fin a la canción y siguió una nueva, todos comenzaron a bailar al ritmo de ésta, y algunas personas nos aplaudían todavía por el espectáculo inconsciente que les habíamos dado, mientras que yo que me percataba de que mi corazón se encontraba palpitando al mil por segundo.


En medio del bullicio y de la multitud que se amontonaba, pude volver a encontrar a Taemin, y me acerqué a él antes de que se me escapara, rodeándolo de la cintura cuando me coloqué frente a él. Le susurré al oído que había estado increíble, él sonrió y se paró de puntitas para poder decirme también al oído que iría por algo de tomar. Puse una mirada triste y le dije que no tardara. Él asintió y se alejó de allí. Sólo entonces me pregunté a mí mismo si en verdad había sido yo el que había dicho eso… de verdad que ya ni me conocía. Intenté bailar por mi cuenta, cuando mi mirada se detuvo en un par de hombres, de aspecto y miradas extrañas.
Los seguí con la vista por la desconfianza que me provocaron, ignorando todo lo que se presentaba a mí alrededor, noté cómo uno de ellos se dirigía a la barra de bebidas y le murmuraba algo al camarero, con discreción. Sacó un objeto de su bolsillo y se lo entregó. Sacudí la cabeza y pensé que tal vez le estaba dando demasiada importancia o imaginando cosas que no eran, pero al pasar unos momentos y volver pensar lo peor, me dirigí a toda prisa a donde Taemin se encontraba...

Dios!!! Me dolió el corazon T______T te lo juro, empecé a insultar a MInho ahahahah xD se que no lo debo hacer peor fue inevitable hahahahahahah xD Pero dios!!!1 Este cap quedó muy... triste y con un poco de suspenso de que pasara con el 2Min OMG!! ahahahah xD

Disculpa si no edito bien, ya sabes con gif y todo eso, pero es que no estoy en mi computadora .___. Espero tu pronto cap!