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~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
[color=brown][font=Verdana]Autora: Americanidiotshineegirl.
Genero: Angustia, Songfic.
Nota: Este fic esta basado en la canción Anamnesis de Annabel, cantante japonesa. Comenzó como un Drabble pero luego a mi mente llego una historia completa.
[size=18]Capitulo uno.-Another dream.
La luz del sol que entra por mi ventana choca contra mi cara y hace que me despierte, hace que me aleje de ti. Me tallo los ojos y dejo escapar un sonoro bostezo. Miro al techo y ahí está, ese maldito aparato enfocando el lente, una luz roja que me indica y sigue observándome.
“Kibum, hora de desayunar.”, esa voz chillona de la enfermera y el chirrido de la puerta abrirse hace que me desespere. “Ahora bajo, no tengo hambre todavía”, le respondí tratando de sonar amable, mas sin embargo, eso no sirvió de mucho. Suspiro con molestia y se retiró de la habitación.
Me levanto de la cama con dificultad, y tomo mi cuaderno de notas que siempre dejo en el suelo, es una de las pocas cosas que aun puedo recordar, como tú. En el escribí las pocas cosas que recordaba, las leo todos los días solo para saber de ti y de mí.
“A las orillas del gran lago estabas sentado tú, Kibum, cuando un cachorrito se le lanzo y comenzó a lamer tu paleta, sacándote de tus pensamientos. Se escuchó una risita a tus espaldas, giraste a ver con furia al dueño de ese irritante sonido y ahí estaba el, Jonghyun, burlándose de tu desgracia mientras su perro se deleitaba con el dulce.”
Cierro el cuaderno y miro a mi alrededor y como siempre, solo paredes blancas. No me queda más que quedarme todo el día esperando la noche, cuando puedo verte.
Otra vez esa voz chillona y el sonido de aquella molesta puerta, que me mantiene encerrado, “Kibum, hora de tu pastilla”, lo dice como su me ayudara, cada día que pasa recuerdo menos, maldito encierro, maldita enfermera, malditos medicamentos inútiles, maldita depresión, maldita vida.
Tomo la pastilla de su mano, me pasa un vaso con agua y le doy un sorbo. Abro mi boca para que pueda ver que el fármaco pasado por mi garganta. Sonríe satisfecha y de nuevo ese sonido del infierno, se fue.
Saco la pastilla de mi boca con asco y hago una mueca de fastidio, la tiro por unos de los pequeños orificios de la rejilla de la ventana.
Y así pasó otro día más de soledad, como mínimo otras tres visitas de aquella molesta presencia humana. Llego la noche y me alegro un poco, podre verte. Me tumbo en mi cama, me tapo con mis sábanas blancas, al igual que todo en este lugar; recuesto mi cabeza en la almohada y me dejo caer en un sueño sumamente profundo.
-Ya estás aquí.-Sonreíste, palmeaste el espacio junto a ti en esa banca de madera donde estabas sentado. Yo no tarde en obedecer.
-Quiero quedarme siempre, no alejarme, no quiero olvidarte,-Una lagrima recorrió desde mi mejilla hasta mi barbilla.-no me importa que todos mis recuerdos se desvanezcan, pero tú no, no te vayas.-Recosté mi cabeza en tu hombro y acariciaste mi cabello.
-Pero es inevitable.-Te levantaste y te alejaste diciéndome, espera ¿Qué me dijiste?
Intente aferrarme al sonido de tu voz pero ya no puedo oír nada. Abro mis ojos y sí, todo fue un sueño.
No estoy muy segura de seguirlo, puesto que no se si este fic sea de su agrado.
Espero opinen, ¡Nos leemos!
Genero: Angustia, Songfic.
Nota: Este fic esta basado en la canción Anamnesis de Annabel, cantante japonesa. Comenzó como un Drabble pero luego a mi mente llego una historia completa.
[size=18]Capitulo uno.-Another dream.
La luz del sol que entra por mi ventana choca contra mi cara y hace que me despierte, hace que me aleje de ti. Me tallo los ojos y dejo escapar un sonoro bostezo. Miro al techo y ahí está, ese maldito aparato enfocando el lente, una luz roja que me indica y sigue observándome.
“Kibum, hora de desayunar.”, esa voz chillona de la enfermera y el chirrido de la puerta abrirse hace que me desespere. “Ahora bajo, no tengo hambre todavía”, le respondí tratando de sonar amable, mas sin embargo, eso no sirvió de mucho. Suspiro con molestia y se retiró de la habitación.
Me levanto de la cama con dificultad, y tomo mi cuaderno de notas que siempre dejo en el suelo, es una de las pocas cosas que aun puedo recordar, como tú. En el escribí las pocas cosas que recordaba, las leo todos los días solo para saber de ti y de mí.
“A las orillas del gran lago estabas sentado tú, Kibum, cuando un cachorrito se le lanzo y comenzó a lamer tu paleta, sacándote de tus pensamientos. Se escuchó una risita a tus espaldas, giraste a ver con furia al dueño de ese irritante sonido y ahí estaba el, Jonghyun, burlándose de tu desgracia mientras su perro se deleitaba con el dulce.”
Cierro el cuaderno y miro a mi alrededor y como siempre, solo paredes blancas. No me queda más que quedarme todo el día esperando la noche, cuando puedo verte.
Otra vez esa voz chillona y el sonido de aquella molesta puerta, que me mantiene encerrado, “Kibum, hora de tu pastilla”, lo dice como su me ayudara, cada día que pasa recuerdo menos, maldito encierro, maldita enfermera, malditos medicamentos inútiles, maldita depresión, maldita vida.
Tomo la pastilla de su mano, me pasa un vaso con agua y le doy un sorbo. Abro mi boca para que pueda ver que el fármaco pasado por mi garganta. Sonríe satisfecha y de nuevo ese sonido del infierno, se fue.
Saco la pastilla de mi boca con asco y hago una mueca de fastidio, la tiro por unos de los pequeños orificios de la rejilla de la ventana.
Y así pasó otro día más de soledad, como mínimo otras tres visitas de aquella molesta presencia humana. Llego la noche y me alegro un poco, podre verte. Me tumbo en mi cama, me tapo con mis sábanas blancas, al igual que todo en este lugar; recuesto mi cabeza en la almohada y me dejo caer en un sueño sumamente profundo.
-Ya estás aquí.-Sonreíste, palmeaste el espacio junto a ti en esa banca de madera donde estabas sentado. Yo no tarde en obedecer.
-Quiero quedarme siempre, no alejarme, no quiero olvidarte,-Una lagrima recorrió desde mi mejilla hasta mi barbilla.-no me importa que todos mis recuerdos se desvanezcan, pero tú no, no te vayas.-Recosté mi cabeza en tu hombro y acariciaste mi cabello.
-Pero es inevitable.-Te levantaste y te alejaste diciéndome, espera ¿Qué me dijiste?
Intente aferrarme al sonido de tu voz pero ya no puedo oír nada. Abro mis ojos y sí, todo fue un sueño.
No estoy muy segura de seguirlo, puesto que no se si este fic sea de su agrado.
Espero opinen, ¡Nos leemos!
Última edición por americanidiotdshineegirl el Mar Abr 30, 2013 1:34 pm, editado 2 veces (Razón : Ninguna en especial)
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
oooooo suena interesante.... oooo jonhg fallecio aaaaaaaaaaaaa...............oo coninuala
okk
saludos
okk
saludos
Damsanm
onew
1008
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Chica, ¿cuántos fics tienes? ~-~ Síguelo! :D
Sabes amo el Jongkey, y joder! soy masoquista porque me gusta leer cosas que sé que en algún momento u otro harán que mis ojos se cristalicen, o en el peor y desagradable caso que llore . . . Pero Dios! ¿Cómo evitar un Jongkey cuando sus escritores tienen una redacción exquisita al leer? >,< ¡No se puede! Así que por favor síguelo Chingus ~-~!!!
Sabes amo el Jongkey, y joder! soy masoquista porque me gusta leer cosas que sé que en algún momento u otro harán que mis ojos se cristalicen, o en el peor y desagradable caso que llore . . . Pero Dios! ¿Cómo evitar un Jongkey cuando sus escritores tienen una redacción exquisita al leer? >,< ¡No se puede! Así que por favor síguelo Chingus ~-~!!!
Kohu
이태민
262
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Rosmary: ¡Te veo aqui! ¡Gracias por leer!
Taemin Lee: Tengo muchos, 9 para ser exactos y 4 son por cap xD Gracias por leer.
Capitulo dos.-The voice of my thoughts.
Paredes blancas, sábanas blancas, ropa blanca, me extraña que la comida no tenga ese color también. “Come, estas muy delgado.” Lo dice con un tono de preocupación casi real, debo admitirlo, es una muy buena actora, parece creer que es la primera persona en aparentar interés en mí, cuando solo lo hacen por temor a las influencias de mis padres.
Miro por la ventana, un patio lleno de personas con discapacidades y problemas mentales, uno que otro hablando solo mientras que algunos, simplemente miran a la nada, como si estuvieran en otro mundo. Me cuesta procesar como es que yo, alguien que solo tiene una memoria inestable, este metido aquí.
Me levanto de la silla, tiro la cuchara en el plato y me dirijo de nuevo a mi celda personal. Miro a todos lados y veo que la enfermera no está, termino de entrar, me siento en el piso y tomo mi cuaderno. Paso algunas páginas.
“Miraste a todos lados y no lograste divisarlo, decidiste seguir esperando. Alguien dio unas palmadas a tu espalda haciéndote girar, Kibum, el de nuevo, Joghyun. Extendió su brazo y te mostró una paleta muy grande. “Prometí que te compensaría, siempre cumplo mis promesas.” Le dedicaste una mirada de odio y se la arrebataste de un tirón, lo miraste y le viste sonriendo, te contagio el gesto.”
La puerta se abre y volteo a ver a la mujer que entra, “Ya sabes que hacer.” Me paso la medicina y el vaso de agua. Lo mismo de siempre. Saco la pastilla de mi boca y hago una mueca de desagrado.
“Debería suicidarme. Sí, es una opción. “Murmuro a mi almohada, “No, sabes lo que quieres, deseas vivir de mis recuerdos.” Tu voz en mi cabeza me da a entender que aún no te olvido.
Cada día que pasa me convenzo más de que esto enloqueciendo, las voces en mi cabeza discutiendo entre ellas no me dejan en paz. Una guerra librándose en mi mente.
Poco a poco pierdo la imagen de la ventana de mi frio encierro, el mismo escenario de siempre, tu sentado en la banca y palmeas el espacio a tu lado incitándome a acomodarme a tu lado, se lo que viene, cuando lo haga te iras, dejándome. No quiero eso.
Me quedo parado mirándote, pensando que si no me acerco tu recuerdo no se ira.
-Sabes que me iré, no podrás evitarlo.-Como leyendo mis pensamientos.
-Soy consciente de ello.
-Dudo mucho que tu conciencia te funcione bien.-Esa no es tu voz, es horrible.
Asustado retrocedo unos paso, te acercas, no, eso se acerca, jamás serás tu. Comienzo a temblar. “Estas loco y no recuerdas nada, no tienes las fuerzas para recordar. Dejas que tu mente te controle, eres un títere, un loco.” Esa maldita voz robótica susurra entre dientes esas palabras cerca de mi oreja. Empujo su cuerpo, Jonghyun ¿Dónde estás? Miro a todos lados y solo puedo ver a ese que se hace pasar por ti, espera, hay más de uno, “No recordaras y lo poco que sabes lo olvidaras~ Kibumie~~” Canturreaban todas esas voces, perforando mis tímpanos, torturándome.
Miro a todos lados y detrás de todo eso cuerpos iguales al tuyo te veo, sonriéndome, me haces señas para que me acerque, lo intento pero no me dejan. “¿Para qué? Lo olvidaras de todos modos.” Ya no eran cuerpos, eran sombras, horribles, espantosas, mi cuerpo se desploma y mis lágrimas no dejan de caer, me arrastro como puedo entre esas cosas hasta estar a tus pies. Me miras, “¿Por qué tan decaído?”, hay preocupación en tu tono, señalo detrás de mí, desvías tu mirada y vuelves a mí, “No te entiendo.”, giro a ver y todo desapareció.
Me tendiste tu mano para ayudarme a levantar, acariciaste mi mejilla mientras me sonreías cálidamente, acto seguido empiezas a desvanecerte, “Por ahora solo…”, tu voz se desvaneció cuando tu cuerpo aun no lo hacía, “Espera, no puedo oírte, quédate m…”. Te has ido. Grito tu nombre pero ya no me respondes, “¿Ves? Ni el quiere quedarse en tu memoria.” Otra vez esa voz. Giro a ver y no hay nada, “No me encontraras, porque yo soy tu, Bumie.”
Fin Key’s POV
Abrió sus ojos, el sonido de las maquinas a su alrededor, el color azul de las paredes, el dolor en su pecho y el suero a su lado le hicieron darse cuenta de donde estaba. El hospital.
Espero sigan teniendo interés en este fic. ¡Nos leemos!
Taemin Lee: Tengo muchos, 9 para ser exactos y 4 son por cap xD Gracias por leer.
Capitulo dos.-The voice of my thoughts.
Paredes blancas, sábanas blancas, ropa blanca, me extraña que la comida no tenga ese color también. “Come, estas muy delgado.” Lo dice con un tono de preocupación casi real, debo admitirlo, es una muy buena actora, parece creer que es la primera persona en aparentar interés en mí, cuando solo lo hacen por temor a las influencias de mis padres.
Miro por la ventana, un patio lleno de personas con discapacidades y problemas mentales, uno que otro hablando solo mientras que algunos, simplemente miran a la nada, como si estuvieran en otro mundo. Me cuesta procesar como es que yo, alguien que solo tiene una memoria inestable, este metido aquí.
Me levanto de la silla, tiro la cuchara en el plato y me dirijo de nuevo a mi celda personal. Miro a todos lados y veo que la enfermera no está, termino de entrar, me siento en el piso y tomo mi cuaderno. Paso algunas páginas.
“Miraste a todos lados y no lograste divisarlo, decidiste seguir esperando. Alguien dio unas palmadas a tu espalda haciéndote girar, Kibum, el de nuevo, Joghyun. Extendió su brazo y te mostró una paleta muy grande. “Prometí que te compensaría, siempre cumplo mis promesas.” Le dedicaste una mirada de odio y se la arrebataste de un tirón, lo miraste y le viste sonriendo, te contagio el gesto.”
La puerta se abre y volteo a ver a la mujer que entra, “Ya sabes que hacer.” Me paso la medicina y el vaso de agua. Lo mismo de siempre. Saco la pastilla de mi boca y hago una mueca de desagrado.
“Debería suicidarme. Sí, es una opción. “Murmuro a mi almohada, “No, sabes lo que quieres, deseas vivir de mis recuerdos.” Tu voz en mi cabeza me da a entender que aún no te olvido.
Cada día que pasa me convenzo más de que esto enloqueciendo, las voces en mi cabeza discutiendo entre ellas no me dejan en paz. Una guerra librándose en mi mente.
Poco a poco pierdo la imagen de la ventana de mi frio encierro, el mismo escenario de siempre, tu sentado en la banca y palmeas el espacio a tu lado incitándome a acomodarme a tu lado, se lo que viene, cuando lo haga te iras, dejándome. No quiero eso.
Me quedo parado mirándote, pensando que si no me acerco tu recuerdo no se ira.
-Sabes que me iré, no podrás evitarlo.-Como leyendo mis pensamientos.
-Soy consciente de ello.
-Dudo mucho que tu conciencia te funcione bien.-Esa no es tu voz, es horrible.
Asustado retrocedo unos paso, te acercas, no, eso se acerca, jamás serás tu. Comienzo a temblar. “Estas loco y no recuerdas nada, no tienes las fuerzas para recordar. Dejas que tu mente te controle, eres un títere, un loco.” Esa maldita voz robótica susurra entre dientes esas palabras cerca de mi oreja. Empujo su cuerpo, Jonghyun ¿Dónde estás? Miro a todos lados y solo puedo ver a ese que se hace pasar por ti, espera, hay más de uno, “No recordaras y lo poco que sabes lo olvidaras~ Kibumie~~” Canturreaban todas esas voces, perforando mis tímpanos, torturándome.
Miro a todos lados y detrás de todo eso cuerpos iguales al tuyo te veo, sonriéndome, me haces señas para que me acerque, lo intento pero no me dejan. “¿Para qué? Lo olvidaras de todos modos.” Ya no eran cuerpos, eran sombras, horribles, espantosas, mi cuerpo se desploma y mis lágrimas no dejan de caer, me arrastro como puedo entre esas cosas hasta estar a tus pies. Me miras, “¿Por qué tan decaído?”, hay preocupación en tu tono, señalo detrás de mí, desvías tu mirada y vuelves a mí, “No te entiendo.”, giro a ver y todo desapareció.
Me tendiste tu mano para ayudarme a levantar, acariciaste mi mejilla mientras me sonreías cálidamente, acto seguido empiezas a desvanecerte, “Por ahora solo…”, tu voz se desvaneció cuando tu cuerpo aun no lo hacía, “Espera, no puedo oírte, quédate m…”. Te has ido. Grito tu nombre pero ya no me respondes, “¿Ves? Ni el quiere quedarse en tu memoria.” Otra vez esa voz. Giro a ver y no hay nada, “No me encontraras, porque yo soy tu, Bumie.”
Fin Key’s POV
Abrió sus ojos, el sonido de las maquinas a su alrededor, el color azul de las paredes, el dolor en su pecho y el suero a su lado le hicieron darse cuenta de donde estaba. El hospital.
Espero sigan teniendo interés en este fic. ¡Nos leemos!
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
oo my pobre bummi que le paso?
de verdad es lo que yo creo
que jonhg fallecio y el esta en un sanatorio por que no puede olvidarlo
aaaaaaaaaaaaaa
aaaaa aa :DONT:
saludos
de verdad es lo que yo creo
que jonhg fallecio y el esta en un sanatorio por que no puede olvidarlo
aaaaaaaaaaaaaa
aaaaa aa :DONT:
saludos
Damsanm
onew
1008
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Edito mañana <,<
Bummie se está volviendo loco? ;w; Mother of gof, no! Y qué pasó con Jjong? ¿Dónde está? Ayyyyy!!!!!!! x,x
Última edición por Taemin Lee el Jue Abr 04, 2013 7:27 pm, editado 1 vez
Kohu
이태민
262
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Capitulo cuatro: Without memories of you.
Abrió sus ojos, el sonido de las maquinas a su alrededor, el color azul de las paredes, el dolor en su pecho y el suero a su lado le hicieron darse cuenta de donde estaba. El hospital.
Miro a todos lados pero no vio a nadie. No podía incorporarse, se desesperaba cada segundo más, su respiración estaba un poco agitada. Al final decidió calmarse, no serviría de nada.
Solo podía escuchar el sonido de murmullos que parecían venir del pasillo. Su mirada se perdió en la pequeña ventanilla de la puerta, alguna que otra cola de caballo era lo único que alcanzaba a observar. Desvió su mirada al reloj de pared, un poco más arriba que la puerta, 6:24 am.
La puerta se abrió y un hombre de traje y corbata se adentró en la habitación. El solo se quedó mirándolo fijamente, el recién llegado solo se limitó a mirarlo sorprendido y atino a esbozar una gran sonrisa, la cual desapareció al ver su rostro sin expresión alguna.
“Has despertado”, casi en susurro se dirigió a él, quien todavía se encontraba inexpresivo y sin pronunciar palabra. Aquel hombre se acercó quedando a su lado. “¿Qué fue lo que paso ayer?”, pregunto con un tono seco. El de traje trago saliva, “Han tenido un accidente en auto”, no supo cómo tomarlo. Pensó varios segundos y hallo algo que decir, “¿Cómo está el?”, “No lo sé, su familia…”, titubeo, “Se lo que quieres decir, no lo quieren cerca de mí, es normal que no hayan dejado que lo trajeran aquí.”
3 semanas después…
Su amigo, el de traje que lo visito en el hospital, salió por un momento dejándolo solo en la oficina. Espero en la silla frente al escritorio un par de minutos. Sabia cual fecha era, 25 de Enero, estaba seguro. Miro a su alrededor. En las paredes uno que otro retrato, de esos que hacen los pintores callejeros que no han logrado nada, fotos familiares, una que otra ellos dos y un calendario con la fecha 2 de Junio. Su corazón latía con fuerza, “no, esto debe ser una broma, el calendario está mal, muy mal”, intentaba convencerse. Se levantó y apresurado salió en busca de una respuesta.
Se metió por tantos pasillos que se perdió, sin embargo, logro encontrarle. “Dime la verdad y no te hagas el tonto”, exigió, “¿De qué…”, “Sabes de lo que hablo, pero yo no, porque nadie me ha dicho nada, nada de nada.”, “Has estado en coma, casi seis meses”, de todas las respuesta que podrían darle esa fue la menos esperada. “Préstame tu auto, debo ir a verle, me matara. Debo llegar lo antes posible”, al de traje le sorprendió como es que ni se enojó, ni pregunto nada, pero lo que si sabía era que no lo podía dejar ir a donde pensaba hacerlo, “No puedes porque-Cállate y dame las llaves, ellos no me quieren ver, pero quieran o no, nosotros seremos amigos, a menos que el me mate cuando me vea.”, no lo dejo responder, le saco las llaves del bolsillo y se fue escaleras abajo, estaba el ascensor, pero esa cosa tardaría mil y un años en bajar.
Subió al auto, encendió el motor y no mucho después llego a una gran casa-por no decir mansión-Estaciono el auto afuera, salió y toco el timbre, una de las empleadas abrió la puerta, al verle ahí parado se horrorizo, “El señor Kim no lo quiero por aquí”, “Usted sabe que yo no vengo por el señor Kim, vengo por su hijo”, la empleada se alarmo, insistió en que se fuera pero era inútil, jamás se iría hasta verlo. El señor Kim me ha dicho que puede usted pasar a su biblioteca, acompáñeme”, y l dirigió así a la horrible verdad. “Muchacho, supe que despertaste hace poco, ¿Qué buscas en esta casa ahora? Tu que eres el culpable de todo esto”, le miro curioso, “¿Culpable?”, “Si, el culpable de la muerte de mi hijo”. Sus lágrimas no tardaron en salir, se negaba a creerlo, ¿Por qué todos mentían? ¿Por qué todos ocultaban cosas? Corrió escaleras arriba, entro a una habitación y callo de rodillas al suelo. Muebles vestidos con sábanas blancas , una que otra caja por ahí, fotos tiradas en el piso y, la ausencia desgarradora de la persona que ya no estaba, “¿Mi culpa? Si, si lo fue…Lo siento.”
Key’s POV
“Tus lagrimas se escapaban y los sollozos se apoderaban de ti. Alguien te abrazo y se sentó a tu lado en el pasto, Junghyun de nuevo, no querías a nadie cerca pero necesitabas un abrazo, le miraste, él te sonrió. “Deja de llorar, las personas hermosas no deberían hacerlo”, te decía mientras acariciaba tus cabellos. Le miraste de nuevo, “Muy bien lo has dicho, las personas hermosas. Puedes irte y dejarme con mi patético llanto”, él te dedico una triste mirada y se alejó de ahí. Tu llanto aumento, pues no querías que te hiciera caso. Algo húmedo sentiste en tu mano, miraste a un lado y fuiste atacado por esa bola de pelos, una vez más. Las lágrimas se fueron y escuchaste esa risa ya tan familiar, pusiste cara de molestia e intentabas quitarte de encima al cachorro, Jonghyun se acercó y lo quitó de encima, “No puedo hacer que sonrías, pero puedo hacerte enojar.”
Cierro el cuaderno, miro a todos lados buscando algo nuevo, todos esta igual, excepto mi ánimo y mi memoria, están cada vez peor. Hace días que tú no me visitas en sueños, he olvidado tu rostro, deseo verte, he olvidado como lucia tu cabello, no te alejes, He olvidado casi por completo el tono de tu voz, anhelo escucharte. Déjate ver Jonghyung, o es que…¿En realidad eres solo un juego de mi cabeza?-“Si, si lo es, estás loco, loco, loco.”
Esa voz no se ha ido, han pasado ya 5 días desde que soñé contigo, tranquilo, en unas horas, cuando despierte de nuevo, ya no lo recordare. Déjame verte una vez más, te estas alejando, deseo recordarte, pero me lo impides.
Me recuesto en la cama y rápido me duermo de nuevo, los calmantes me ayudan. Te veo, o creo hacerlo, todo es blanco, odio ese color. “No te vayas”, corro hacia ti, te giras cuando pongo mi mano en tu espalda. Temblé de miedo al verte así. Tu…no tienes cabeza, veo tu cuerpo borroso, “¿Por qué tu…”, me interrumpe tu voz, mucho tiempo sin escucharla, sin recordarla. “No, ¿Por qué tú te empeñas en mantenerme? No sabes si soy real o no. Deja de engañarte, termina de olvidarme, vive tranquilo, o muere…”, sonreíste aunque no pude verlo, despareces poco a poco mientras intento detenerte, ya no puedo ni recordarte, absolutamente nadie, te llamo, “Vuelve, no me dejes así…J…J-¿Tu nombre? Dime tu nombre, por favor, no debo olvidarlo, no puedo, no quiero, por favor…
Me despierto desesperado, no pudo más, si intento recordar con las notas tu nombre, igual ya no podre recordarlo en todo el día. Olvidar, recordar, olvidar, recordar, recordar, recordar, olvidar, recordar, olvidar, olvidar, olvidar, olvidar, olvidar y volver a olvidar. Me levanto rápido, busco debajo del colchón, saco un encendedor, tomo el cuaderno y lo acerco al fuego. Pienso bien y se me ocurre una idea, el dolor ya no me importa. Vuelvo a buscar y esta vez saco una hojilla, se la robe a la enfermera no recuerdo como, busco en el escrito y leo “Jonghyun”, extiendo mi brazo y con pequeños cortes poco profundos trazo las letras de TU nombre, al menos quiero recordarlo.
Entre las llamas que convertían nuestra historia en cenizas, el fuego alcanzo las sábanas, todo arde, calor, mucho calor. Mi vista se nubla y todo negro.
Rosmary: Lo que pasa es que Kibum no quiere olvidarlo, pero al tener una memoria inestable (causas de esta serán explicadas después) sus pocos recuerdos de jjong se desvanecen, y esta intentando no olvidarlo. :*
Abrió sus ojos, el sonido de las maquinas a su alrededor, el color azul de las paredes, el dolor en su pecho y el suero a su lado le hicieron darse cuenta de donde estaba. El hospital.
Miro a todos lados pero no vio a nadie. No podía incorporarse, se desesperaba cada segundo más, su respiración estaba un poco agitada. Al final decidió calmarse, no serviría de nada.
Solo podía escuchar el sonido de murmullos que parecían venir del pasillo. Su mirada se perdió en la pequeña ventanilla de la puerta, alguna que otra cola de caballo era lo único que alcanzaba a observar. Desvió su mirada al reloj de pared, un poco más arriba que la puerta, 6:24 am.
La puerta se abrió y un hombre de traje y corbata se adentró en la habitación. El solo se quedó mirándolo fijamente, el recién llegado solo se limitó a mirarlo sorprendido y atino a esbozar una gran sonrisa, la cual desapareció al ver su rostro sin expresión alguna.
“Has despertado”, casi en susurro se dirigió a él, quien todavía se encontraba inexpresivo y sin pronunciar palabra. Aquel hombre se acercó quedando a su lado. “¿Qué fue lo que paso ayer?”, pregunto con un tono seco. El de traje trago saliva, “Han tenido un accidente en auto”, no supo cómo tomarlo. Pensó varios segundos y hallo algo que decir, “¿Cómo está el?”, “No lo sé, su familia…”, titubeo, “Se lo que quieres decir, no lo quieren cerca de mí, es normal que no hayan dejado que lo trajeran aquí.”
3 semanas después…
Su amigo, el de traje que lo visito en el hospital, salió por un momento dejándolo solo en la oficina. Espero en la silla frente al escritorio un par de minutos. Sabia cual fecha era, 25 de Enero, estaba seguro. Miro a su alrededor. En las paredes uno que otro retrato, de esos que hacen los pintores callejeros que no han logrado nada, fotos familiares, una que otra ellos dos y un calendario con la fecha 2 de Junio. Su corazón latía con fuerza, “no, esto debe ser una broma, el calendario está mal, muy mal”, intentaba convencerse. Se levantó y apresurado salió en busca de una respuesta.
Se metió por tantos pasillos que se perdió, sin embargo, logro encontrarle. “Dime la verdad y no te hagas el tonto”, exigió, “¿De qué…”, “Sabes de lo que hablo, pero yo no, porque nadie me ha dicho nada, nada de nada.”, “Has estado en coma, casi seis meses”, de todas las respuesta que podrían darle esa fue la menos esperada. “Préstame tu auto, debo ir a verle, me matara. Debo llegar lo antes posible”, al de traje le sorprendió como es que ni se enojó, ni pregunto nada, pero lo que si sabía era que no lo podía dejar ir a donde pensaba hacerlo, “No puedes porque-Cállate y dame las llaves, ellos no me quieren ver, pero quieran o no, nosotros seremos amigos, a menos que el me mate cuando me vea.”, no lo dejo responder, le saco las llaves del bolsillo y se fue escaleras abajo, estaba el ascensor, pero esa cosa tardaría mil y un años en bajar.
Subió al auto, encendió el motor y no mucho después llego a una gran casa-por no decir mansión-Estaciono el auto afuera, salió y toco el timbre, una de las empleadas abrió la puerta, al verle ahí parado se horrorizo, “El señor Kim no lo quiero por aquí”, “Usted sabe que yo no vengo por el señor Kim, vengo por su hijo”, la empleada se alarmo, insistió en que se fuera pero era inútil, jamás se iría hasta verlo. El señor Kim me ha dicho que puede usted pasar a su biblioteca, acompáñeme”, y l dirigió así a la horrible verdad. “Muchacho, supe que despertaste hace poco, ¿Qué buscas en esta casa ahora? Tu que eres el culpable de todo esto”, le miro curioso, “¿Culpable?”, “Si, el culpable de la muerte de mi hijo”. Sus lágrimas no tardaron en salir, se negaba a creerlo, ¿Por qué todos mentían? ¿Por qué todos ocultaban cosas? Corrió escaleras arriba, entro a una habitación y callo de rodillas al suelo. Muebles vestidos con sábanas blancas , una que otra caja por ahí, fotos tiradas en el piso y, la ausencia desgarradora de la persona que ya no estaba, “¿Mi culpa? Si, si lo fue…Lo siento.”
Key’s POV
“Tus lagrimas se escapaban y los sollozos se apoderaban de ti. Alguien te abrazo y se sentó a tu lado en el pasto, Junghyun de nuevo, no querías a nadie cerca pero necesitabas un abrazo, le miraste, él te sonrió. “Deja de llorar, las personas hermosas no deberían hacerlo”, te decía mientras acariciaba tus cabellos. Le miraste de nuevo, “Muy bien lo has dicho, las personas hermosas. Puedes irte y dejarme con mi patético llanto”, él te dedico una triste mirada y se alejó de ahí. Tu llanto aumento, pues no querías que te hiciera caso. Algo húmedo sentiste en tu mano, miraste a un lado y fuiste atacado por esa bola de pelos, una vez más. Las lágrimas se fueron y escuchaste esa risa ya tan familiar, pusiste cara de molestia e intentabas quitarte de encima al cachorro, Jonghyun se acercó y lo quitó de encima, “No puedo hacer que sonrías, pero puedo hacerte enojar.”
Cierro el cuaderno, miro a todos lados buscando algo nuevo, todos esta igual, excepto mi ánimo y mi memoria, están cada vez peor. Hace días que tú no me visitas en sueños, he olvidado tu rostro, deseo verte, he olvidado como lucia tu cabello, no te alejes, He olvidado casi por completo el tono de tu voz, anhelo escucharte. Déjate ver Jonghyung, o es que…¿En realidad eres solo un juego de mi cabeza?-“Si, si lo es, estás loco, loco, loco.”
Esa voz no se ha ido, han pasado ya 5 días desde que soñé contigo, tranquilo, en unas horas, cuando despierte de nuevo, ya no lo recordare. Déjame verte una vez más, te estas alejando, deseo recordarte, pero me lo impides.
Me recuesto en la cama y rápido me duermo de nuevo, los calmantes me ayudan. Te veo, o creo hacerlo, todo es blanco, odio ese color. “No te vayas”, corro hacia ti, te giras cuando pongo mi mano en tu espalda. Temblé de miedo al verte así. Tu…no tienes cabeza, veo tu cuerpo borroso, “¿Por qué tu…”, me interrumpe tu voz, mucho tiempo sin escucharla, sin recordarla. “No, ¿Por qué tú te empeñas en mantenerme? No sabes si soy real o no. Deja de engañarte, termina de olvidarme, vive tranquilo, o muere…”, sonreíste aunque no pude verlo, despareces poco a poco mientras intento detenerte, ya no puedo ni recordarte, absolutamente nadie, te llamo, “Vuelve, no me dejes así…J…J-¿Tu nombre? Dime tu nombre, por favor, no debo olvidarlo, no puedo, no quiero, por favor…
Me despierto desesperado, no pudo más, si intento recordar con las notas tu nombre, igual ya no podre recordarlo en todo el día. Olvidar, recordar, olvidar, recordar, recordar, recordar, olvidar, recordar, olvidar, olvidar, olvidar, olvidar, olvidar y volver a olvidar. Me levanto rápido, busco debajo del colchón, saco un encendedor, tomo el cuaderno y lo acerco al fuego. Pienso bien y se me ocurre una idea, el dolor ya no me importa. Vuelvo a buscar y esta vez saco una hojilla, se la robe a la enfermera no recuerdo como, busco en el escrito y leo “Jonghyun”, extiendo mi brazo y con pequeños cortes poco profundos trazo las letras de TU nombre, al menos quiero recordarlo.
Entre las llamas que convertían nuestra historia en cenizas, el fuego alcanzo las sábanas, todo arde, calor, mucho calor. Mi vista se nubla y todo negro.
Rosmary: Lo que pasa es que Kibum no quiere olvidarlo, pero al tener una memoria inestable (causas de esta serán explicadas después) sus pocos recuerdos de jjong se desvanecen, y esta intentando no olvidarlo. :*
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Una historia demasiada triste. Pobres de Jong y Key TT.TT quiero que esten juntos :33 Me encanta tu fic por favor sigue con el siguiente cap :33 Ya quiero ver el cap kekeke Gracias~~~
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Capitulo 5: A new friend.
Despierto una vez más, esta vez sin los molestos ruidos del silencio, solo unos pitidos que me desquician. Miro a mi alrededor, “El hospital…” susurro para mí mismo. Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta, intento abrirla pero es inútil. “Estos incompetentes ¿Qué creen? No estoy loco”, golpeo con fuerza la pared. Al estar prácticamente preso tanto tiempo me desespero con facilidad, golpeo, empujo y quiebro todo lo que está al alcance de mi vista en esta habitación. Me detengo y miro las paredes idiotizado, “Azul…tiempo sin verlo-¡Ahh!”-Sentí un pinchazo en mi brazo derecho.
Despierto por la luz que se entromete por mi ventana. Esas mismas paredes blancas, de nuevo, dejándome con un gran vacío. Me dejo caer en una esquina de la habitación, mi mirada se pierde en el infinito. Ya he olvidado muchas cosas, cosas que ni una persona con alzhéimer olvidaría, debo admitirlo, las olvido porque quiero, si ya no puedo recordarte, tampoco quiero recordar más nada.
Seguía ahí en el piso, mi cabello había crecido mucho, llegaba a mis hombros, mi flequillo- lo que quedaba de el- cubría desde mi frente hasta la mitad de mi nariz. No me molestaba en apartarlo, de hecho me acostumbre a tenerlo así. El sonido tan peculiar de la puerta al abrirse me desconcentro de mi labor de gastar mi tiempo. Un sonido estruendoso y fuerte de la puerta cerrándose me hizo quejar.
“¿Dónde estás?”, cuestiono una voz desconocida para mí, y no era de una mujer, no, era de un hombre. Decidí no prestarle atención al intruso. “¿Acaso no hay nadie?”, insistía, desquiciándome, atreviéndose a quebrar el silencio al que me había acostumbrado, acabando poco a poco con mi paciencia. Sentí unos pasos recorriendo el lugar, “Pareces querer esconderte…ummm…¡Aja, te encontré!, exclamo aturdiéndome.
Entre los mechones que cubrían mis ojos pude ver a un hombre, joven, podría decirse. Tenía algo que resaltaba en todo el lugar, un uniforme de color verde oscuro. “¿Qué haces ahí?”, pregunta para no obtener una respuesta de mi parte. “Tú, bueno…Mi nombre es-No necesito saberlo, para mañana a esta misma hora ya lo habré olvidado, y no me hables como si fuera de otro mundo, un extranjero o un bebe, y mucho menos me trates como un loco.”, lo interrumpo con la mirada fija en el suelo, mi más grande admiración en este momento. “Te ayudo a levantarte”, extiende su mano y yo alzo la mirada-cosa que no puede notar ya que no ve mis ojos-me levanto por mí mismo y me siento en mi cama. El solo me mira desconcertado, “¿Quién eres tú? Por lo visto, no trabajas aquí.”, pregunte desinteresado, “Realizo mis pasantías de psiquiatría.”, fue su respuesta, muy rápida diría yo, apenas y se lo entendí, “¿Por qué estás aquí?”, le cuestiono mirando a mi alrededor, aunque con el cabellos así, solo parecía mover la cabeza, “Me han asignado “cuidarte”, solo será un tiempo, se supone que tengo que acercarme a ti y luego entregar un informe de tu caso.”, me responde con tanta tranquilidad, suelto un bufido, “¿Cómo te llamas?”, “No te diré”, sigo sin mirarle, no me interesa mantener una conversación.
Se sienta a mi lado invadiendo mi espacio, me molesto un poco pero prefiero no decir nada. “Entonces…¿Puedo ponerte un apodo?”, me confundí un poco, no hablar con alguien por quien sabe qué tiempo me ha afectado un poco. Pienso un rato, no dice nada. La idea de conversar con alguien no me parecía tan mala, después de todo, yo no soy nada de otro mundo, nadie en este lugar lo es. Su voz transmitía confianza, hablaba con sinceridad y decía lo que pensaba, esa era la impresión que causo en mí, no me sorprendí de su actitud, me sorprendí encontrarme a alguien así en este lugar. Pasaron más o menos quince minutos, “Si voy a hacerme cargo de ti, al menos deberías decirme tu nombre.”, “Deberías saberlo si te han enviado aquí.”, “Pues no me lo han dicho…Anda, puedes confiar en mí.”, sigo sin decir nada, “Todos me han dado descripciones de ti, no me parecen ciertas, ¿Cuál es tu motivo para estar aquí?”, bufo de nuevo.
“Memoria inestable. Pasa un tiempo y olvido cosas, puedo recordarlas y luego olvidarlas en un solo minuto, no hay un patrón específico para mí, es un caso muy extraño. No te han dicho mi nombre, tampoco porque estoy aquí, ¿Tengo también que aclarar que soy un hombre?”, fastidiado respondo, sin mirarle. “No creo que ese sea un motivo-“Un motivo para estar en un hospital psiquiátrico”, es lo que me he repetido yo una y otra vez, no tiene sentido, pero supongo que nada en un lugar como este lo tiene.”, esbozó una sonrisa triste y le miro de soslayo, “Es tonto que estés aquí, tal parece que tú, a pesar de tener un trastorno como ese, no presentas síntomas de problemas mentales además de ese, hablar contigo se me ha hecho más normal que hablar con las personas que trabajan aquí, son realmente aterradoras.”, soltó una risita y yo afirme con la cabeza, contagiándome de su gesto.
“Es hora de que me vaya, me turno ha terminado por hoy.”, miraba su reloj. Se levanta y se dirige a la puerta, la abre, “Te veo mañana…déjame pensar…¿Animal favorito?”, “Cachorro”, me miro un poco pensativo, “No pienso llamarte así-sonrió-¿Color favorito?”, “Rosa”, “Bueno…¿Qué tal Pinkey?”, arquee mis cejas ante el extraño nombre, “Supongo”, salió dejándome solo.
Quito las vendas de mi brazo, miro tu nombre y lo leo de nuevo, una vez más, sin rastro alguno de tu recuerdo, solo tu nombre. Busco debajo de mi cama, la nueva, claro está. Saco la hojilla que por suerte nadie había notado, “esto es divertido”, pienso haciendo formas raras en mi brazo con la hojilla, alrededor de tu nombre.
El dolor me hace sentir de una manera inexplicablemente bien, la sangre brota, cubriendo todo.
Voy al baño rápido a limpiarme, no quiero llenar las sabanas, se enterarían, no quiero terminar con una camisa de fuerza, me volvería loco en serio. Sonrío mientras salgo, me llamo a mí mismo sádico y me dejo caer con fuerza sobre mis rodillas, llevándome un fuerte golpe, de la misma manera caigo boca abajo, mi cara se estampa contra el suelo fuertemente y no, no es un accidente.
Golpeo mi cabeza una y otra vez mi cabeza hasta que me siento mareado, no quiero parar, sin embargo, me levanto. Tambaleo un poco y vuelvo a caer, con dificultad me levanto y vuelvo a tomar la hojilla, la cual había dejado en el borde de la cama. La acerco a mí, esta vez no va a mi brazo va cerca de mi clavícula. “Uno, dos, tres pequeños rasguños.”conté. Era simplemente una sensación inexplicable, que me lleva lejos de aquí.
Quito el líquido rojo con mis dedos y los lamo, nadie tiene porque saberlo. Tomo las vendas y las devuelvo a su lugar, no sin antes leer tu nombre, “Jonghyun…perdón por olvidarte, pero ya no quieres volver a mis sueños, dime ¿Qué debo hacer?”, te pregunto sin obtener respuesta de ti, “Deberías dejar de hablar solo, Kibumie, ¡Maldito loco! Jajajajajajajaja” Esa voz no espera ni un segundo para repicar, maldita sea. Y ahora no es una, son varias, son miles, repitiendo lo mismo una y otra vez. Sin soltar el objeto filoso, llevo mis manos a mis orejas, como si fuera a resultar, como si todo fuera a desaparecer. Por error me corto un poco el lóbulo de mi oreja izquierda, haciendo que las voces cesen. Definitivamente he encontrado mi nuevo pasatiempo.
Ando bien inspirada con este, sera una fic corto, creo que ni a 10 caps llegara. ¡Una semana de vacaciones!
Gracias por leerme a Taemin Lee, Rosmary y a Lala Keybum ¡Saludos!
Despierto una vez más, esta vez sin los molestos ruidos del silencio, solo unos pitidos que me desquician. Miro a mi alrededor, “El hospital…” susurro para mí mismo. Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta, intento abrirla pero es inútil. “Estos incompetentes ¿Qué creen? No estoy loco”, golpeo con fuerza la pared. Al estar prácticamente preso tanto tiempo me desespero con facilidad, golpeo, empujo y quiebro todo lo que está al alcance de mi vista en esta habitación. Me detengo y miro las paredes idiotizado, “Azul…tiempo sin verlo-¡Ahh!”-Sentí un pinchazo en mi brazo derecho.
Despierto por la luz que se entromete por mi ventana. Esas mismas paredes blancas, de nuevo, dejándome con un gran vacío. Me dejo caer en una esquina de la habitación, mi mirada se pierde en el infinito. Ya he olvidado muchas cosas, cosas que ni una persona con alzhéimer olvidaría, debo admitirlo, las olvido porque quiero, si ya no puedo recordarte, tampoco quiero recordar más nada.
Seguía ahí en el piso, mi cabello había crecido mucho, llegaba a mis hombros, mi flequillo- lo que quedaba de el- cubría desde mi frente hasta la mitad de mi nariz. No me molestaba en apartarlo, de hecho me acostumbre a tenerlo así. El sonido tan peculiar de la puerta al abrirse me desconcentro de mi labor de gastar mi tiempo. Un sonido estruendoso y fuerte de la puerta cerrándose me hizo quejar.
“¿Dónde estás?”, cuestiono una voz desconocida para mí, y no era de una mujer, no, era de un hombre. Decidí no prestarle atención al intruso. “¿Acaso no hay nadie?”, insistía, desquiciándome, atreviéndose a quebrar el silencio al que me había acostumbrado, acabando poco a poco con mi paciencia. Sentí unos pasos recorriendo el lugar, “Pareces querer esconderte…ummm…¡Aja, te encontré!, exclamo aturdiéndome.
Entre los mechones que cubrían mis ojos pude ver a un hombre, joven, podría decirse. Tenía algo que resaltaba en todo el lugar, un uniforme de color verde oscuro. “¿Qué haces ahí?”, pregunta para no obtener una respuesta de mi parte. “Tú, bueno…Mi nombre es-No necesito saberlo, para mañana a esta misma hora ya lo habré olvidado, y no me hables como si fuera de otro mundo, un extranjero o un bebe, y mucho menos me trates como un loco.”, lo interrumpo con la mirada fija en el suelo, mi más grande admiración en este momento. “Te ayudo a levantarte”, extiende su mano y yo alzo la mirada-cosa que no puede notar ya que no ve mis ojos-me levanto por mí mismo y me siento en mi cama. El solo me mira desconcertado, “¿Quién eres tú? Por lo visto, no trabajas aquí.”, pregunte desinteresado, “Realizo mis pasantías de psiquiatría.”, fue su respuesta, muy rápida diría yo, apenas y se lo entendí, “¿Por qué estás aquí?”, le cuestiono mirando a mi alrededor, aunque con el cabellos así, solo parecía mover la cabeza, “Me han asignado “cuidarte”, solo será un tiempo, se supone que tengo que acercarme a ti y luego entregar un informe de tu caso.”, me responde con tanta tranquilidad, suelto un bufido, “¿Cómo te llamas?”, “No te diré”, sigo sin mirarle, no me interesa mantener una conversación.
Se sienta a mi lado invadiendo mi espacio, me molesto un poco pero prefiero no decir nada. “Entonces…¿Puedo ponerte un apodo?”, me confundí un poco, no hablar con alguien por quien sabe qué tiempo me ha afectado un poco. Pienso un rato, no dice nada. La idea de conversar con alguien no me parecía tan mala, después de todo, yo no soy nada de otro mundo, nadie en este lugar lo es. Su voz transmitía confianza, hablaba con sinceridad y decía lo que pensaba, esa era la impresión que causo en mí, no me sorprendí de su actitud, me sorprendí encontrarme a alguien así en este lugar. Pasaron más o menos quince minutos, “Si voy a hacerme cargo de ti, al menos deberías decirme tu nombre.”, “Deberías saberlo si te han enviado aquí.”, “Pues no me lo han dicho…Anda, puedes confiar en mí.”, sigo sin decir nada, “Todos me han dado descripciones de ti, no me parecen ciertas, ¿Cuál es tu motivo para estar aquí?”, bufo de nuevo.
“Memoria inestable. Pasa un tiempo y olvido cosas, puedo recordarlas y luego olvidarlas en un solo minuto, no hay un patrón específico para mí, es un caso muy extraño. No te han dicho mi nombre, tampoco porque estoy aquí, ¿Tengo también que aclarar que soy un hombre?”, fastidiado respondo, sin mirarle. “No creo que ese sea un motivo-“Un motivo para estar en un hospital psiquiátrico”, es lo que me he repetido yo una y otra vez, no tiene sentido, pero supongo que nada en un lugar como este lo tiene.”, esbozó una sonrisa triste y le miro de soslayo, “Es tonto que estés aquí, tal parece que tú, a pesar de tener un trastorno como ese, no presentas síntomas de problemas mentales además de ese, hablar contigo se me ha hecho más normal que hablar con las personas que trabajan aquí, son realmente aterradoras.”, soltó una risita y yo afirme con la cabeza, contagiándome de su gesto.
“Es hora de que me vaya, me turno ha terminado por hoy.”, miraba su reloj. Se levanta y se dirige a la puerta, la abre, “Te veo mañana…déjame pensar…¿Animal favorito?”, “Cachorro”, me miro un poco pensativo, “No pienso llamarte así-sonrió-¿Color favorito?”, “Rosa”, “Bueno…¿Qué tal Pinkey?”, arquee mis cejas ante el extraño nombre, “Supongo”, salió dejándome solo.
Quito las vendas de mi brazo, miro tu nombre y lo leo de nuevo, una vez más, sin rastro alguno de tu recuerdo, solo tu nombre. Busco debajo de mi cama, la nueva, claro está. Saco la hojilla que por suerte nadie había notado, “esto es divertido”, pienso haciendo formas raras en mi brazo con la hojilla, alrededor de tu nombre.
El dolor me hace sentir de una manera inexplicablemente bien, la sangre brota, cubriendo todo.
Voy al baño rápido a limpiarme, no quiero llenar las sabanas, se enterarían, no quiero terminar con una camisa de fuerza, me volvería loco en serio. Sonrío mientras salgo, me llamo a mí mismo sádico y me dejo caer con fuerza sobre mis rodillas, llevándome un fuerte golpe, de la misma manera caigo boca abajo, mi cara se estampa contra el suelo fuertemente y no, no es un accidente.
Golpeo mi cabeza una y otra vez mi cabeza hasta que me siento mareado, no quiero parar, sin embargo, me levanto. Tambaleo un poco y vuelvo a caer, con dificultad me levanto y vuelvo a tomar la hojilla, la cual había dejado en el borde de la cama. La acerco a mí, esta vez no va a mi brazo va cerca de mi clavícula. “Uno, dos, tres pequeños rasguños.”conté. Era simplemente una sensación inexplicable, que me lleva lejos de aquí.
Quito el líquido rojo con mis dedos y los lamo, nadie tiene porque saberlo. Tomo las vendas y las devuelvo a su lugar, no sin antes leer tu nombre, “Jonghyun…perdón por olvidarte, pero ya no quieres volver a mis sueños, dime ¿Qué debo hacer?”, te pregunto sin obtener respuesta de ti, “Deberías dejar de hablar solo, Kibumie, ¡Maldito loco! Jajajajajajajaja” Esa voz no espera ni un segundo para repicar, maldita sea. Y ahora no es una, son varias, son miles, repitiendo lo mismo una y otra vez. Sin soltar el objeto filoso, llevo mis manos a mis orejas, como si fuera a resultar, como si todo fuera a desaparecer. Por error me corto un poco el lóbulo de mi oreja izquierda, haciendo que las voces cesen. Definitivamente he encontrado mi nuevo pasatiempo.
Ando bien inspirada con este, sera una fic corto, creo que ni a 10 caps llegara. ¡Una semana de vacaciones!
Gracias por leerme a Taemin Lee, Rosmary y a Lala Keybum ¡Saludos!
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Wow, amo esa cancion ending de Another*-* Por eso entre, la curiosidad me decia que quiza era esa cancion cx Y paso que si! Toma esto como un aparto(?) Ahora no puedo leerlo xP
Fighting!!^^
DanyLee~
Taemin *-*
266
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Capitulo seis.-A melody and a memory.
“¡Espera!”, te alejas, sé que eres tú, “No intentes buscar algo que ya has perdido, para siempre”, susurra la voz mecánica en mi cabeza, seguida por varias risitas ensordecedoras, “¿Tanto te odias, tanto daño quieres hacerte?”, la ignoro por completo, no necesito de su presencia en esto momento, “Te respondo: Le has hecho daño, lo has matado, lo has hecho, te has desecho de él, como quisiste hacerlo desde el primer día, no lo niegues más, recuerda de una buena vez lo que has causado. Es todo tu culpa” “Tu culpa, tu culpa, solo tu culpa” “¡Déjenme en paz!” “¡Tu culpa, afróntalo!” “¡Tu culpa, recuérdalo!” “¡Tu culpa, entiéndelo!” “¡TU CULPA!” “Mi culpa…”
“Despierta, ¿Qué haces ahí dormido?”, siento que me zarandean levemente por los hombros. Lentamente abro mis ojos. Despego mi rostro de la fría mesa, alzo mi vista, “¿Qué quieres?”, pregunto al que se supone es mi… ¿Mi qué?, “No es lugar para descansar. Estas en el comedor, aquí se come”, hago una mueca con mis labios, “Vaya observador, ¿Quién eres? Pregunto directo, “Pinkey…que mala memoria. Soy, desde hoy hasta que termine mis pasantías, la persona que se encargara de ti”, “Y la enfermera, ¿Volverá ella?”, si ella se largaba, al menos por un tiempo, significaría un poco de paz para mí, “En efecto, cuando yo me valla”, suspire, “¿Por qué, te agradaba mucho?-Es el ser humano al cual quiero más…-¡Oh, lo siento!-al que quiero más lejos de mí en esta vida, si ella se fuera del país, sería el más grande alivio para mí”, lo dije más para mí mismo que para…”¿Puedo yo también ponerte un sobre nombre?”, en realidad, no quiero saber ningún otro que no sea el tuyo.
Estuvo pensativo por unos segundos. Me miro sonriente, cosa que me extrañó. “Como tú quieras, no importa cómo, solo hazlo”, eso me agrado un poco, “Déjame pensar…”. La única persona además de los demás pasantes con ropa de color. “Shine”, me miro extrañado, luego me sonrió, ¿Por qué ese exactamente?”, “Porque resaltas entre tanto blanco con ese “dark Green” eres “shine” para mis ojos. Sonrío sin darme cuenta.
“Debería estar en mi habitación” lo odiaba mucho, pero era el único lugar donde podía encerrarme, alejarme de toda esta basura que me rodea, tanta desesperación. Me desespera.
En el camino nadie dice nada. Abro la puerta, entro y el solo se queda afuera. Cierro la puerta, me tiro en mi cama y busco bajo la colcha, una vez más. “Una, dos, tres pequeñas cortadas en mi pierna~~”, sonrío cerrando los ojos, me olvido de todo, todo se olvida de mí, menos tú, que siempre sigues aquí, no importa cómo. De un momento a otro dejo de lado la hojilla, “¿Qué haces?” suena una voz en mi cabeza y, no, no esa voz de siempre, es una muy diferente.
Me sostienes de las manos, me arrancas el objeto cortante con furia de las manos, miras las heridas en mi muñeca, me miras con tristeza. Te dedico una mirada de arrepentimiento suplicante por comprensión, lees mis ojos. “Entiendo, diría que demasiado, pero…-me abrazas y tus lagrimas humedecen mi camisa-no me dejes, no así” tus palabras me dejan con los ojos bien abiertos. Correspondo tu abrazo acompañándote en el llanto, “Perdón…yo…y-yo no pensé en ti…lo siento, ódiame, nunca lo hago, siempre termino lastimándote”, me estrujas con más fuerza, dime, ¿Qué es esto? ¿Algún recuerdo? “Tan roto…-te partas a mirarme a la cara-.déjame arreglarte, solo, quiero que me des la oportunidad que deseo desde hace tantos años: Cuidar de ti, ¿Crees que te he estado fastidiando tanto, para qué?” Me lanzo a tus labios, sin saber tus sentimientos, seguro de los míos. Para mi sorpresa, me correspondes, no dudas en hacerlo. “Gracias” susurro entre beso y beso, sacándote una sonrisa, de esas que cuando éramos pequeños, se burlaban de mí.
Mientras mi cuerpo tiembla, me doy cuenta que nos un sueño, es realidad, me levanto rápido, mas no tardo mucho en caer. El impacto sonó fuerte, mas eso no era lo que me dolía ahora. Mi llanto inunda mis penas sin darme tiempo a frenarlo, aunque, si lo intentara, igual resultaría imposible. El sonido de la puerta abriéndose violentamente me hace mirar en esa dirección, “¿¡Que tienes!? ¿¡Te duelo algo!? ¿¡Debería llamar al director para-¡No!” se me acerca y me levanta, demasiado rápido para negarme. Lo alejo empujándolo. “No-es-a-sun-to-tu-yo”, “Estoy a cargo de ti, es mucho más que asunto mío” “¿¡Podrías por favor solo…-baje mi tono-dejarme solo?”
Me mira, no lo puedo ver bien, pero sé que lo hace. Toma mi mano, “¿No te aburres de solo estar encerrado aquí?”, ni me dejo formular respuesta alguna, tan solo me jalo fuera y comenzó a correr, llevándome consigo. “¿A dónde demonios se supone que vamos?”, ignorando mi pregunta me arrastro prácticamente por los pasillos hasta llegar al patio, luego por un callejón estrecho escondido entre arbustos, para así llegar a un lugar apartado. Flores, habían muchas, colores que no recordaba, todos ellos justo ahí, una mesa rodeada por pequeños bancos, todo de concreto, como en los viejos tiempos.
“Es sorprendente, ¿no?”, “No sé a qué te refieres". Explícate.”, giro hacia mí y me sonrío, era lo único que podía notar con tanto cabello en mi rostro. “Encontrar un lugar tan hermoso en un sitio tan terrorífico como lo es este.”
Recordando aquello mi seriedad volvió, “Pinkey, ¿Te gusta la música?”, me saco de mis pensamientos y me pongo a pensar un poco, si, en efecto, me gusta la música, “La amo, es solo que…no recuerdo como es” “¿¡Que!? Eso no es bueno”, haciendo memoria yo…tocaba…¿Piano?, “Solía tocar el piano, pero ahora, no puedo ni rehacer la figura en mi mente” “Eso es triste, ¿sabes? Yo se tocar piano también” sonríe de nuevo.
Sentados conversando de cosas triviales, como si nos conociéramos de toda la vida, se nos fue la noción del tiempo. “Pinkey…¿Quieres recordar?”, me desconcierta un poco, mas no tardó en responder, “Todo, absolutamente todo”, “¿Y si es algo triste? Tal vez por eso no sabes nada. Las imágenes que reviví hace horas y los sueño, todo, invadiendo mi mente, llenándome de miedo, “¿Puedo contarte algo?”, asentí inmediatamente, “Hace tiempo, mucho, mucho tiempo, yo perdí a alguien, eso es duro cuando es alguien al que quieres. Siento que tú, nuevo amigo, has perdido algo y que, por motivos que no importan, tal vez sea dolor, tristeza, tu mente ha borrado todo como forma de protegerse. Pregunto, ¿si fuera algo triste, desearías recordar?”, me dejo pensando unos minutos, era un bueno punto, uno tal vez razonable.
“Aun si fuera algo horrible, que me haga sentir de los más miserable, quiero saber, porque déjame decirte que: Nada es más agonizante que la incertidumbre, te carcome y se apodera poco a poco de ti. Es algo que no deseo a nadie.” “Excepto a la enfermera.”, me hizo reír un poco, “¡Exacto!”, aseguro rápidamente. “Todavía me causa curiosidad el por qué de tu estadía aquí, estas más cuerdo que yo”, “Te lo creo”, “¡Hey!”, me carcajeo un poco en su cara.
“Es hora de volver”, suspiro resignado, nada lo impedirá. En el camino nadie dice nada, un silencio cómodo. Abro la puerta, “Mañana traeré una sorpresa para ti” “No me gustan las sorpresas, dime.” Le exijo, “Un piano, te ayudare a recordar”, se aleja cuando me nota entrar, “¡Mas te vale cumplir!”, “Siempre cumplo mis promesas, omma” sonrío para mis adentros.
“Pinkey, ven, puedes sentarte a mi lado” palmea el vacío a su lado, niego lentamente con la cabeza y me quedo tranquilamente sentado mirando a la ventana. Comienza a tocar, le miro y me quedo embelesado. Cada una de las notas con tanto sentimiento, pasión, como si dejara el alma en eso, tanta concentración. La melodía, nostálgica, te deja un vacío en el pecho, un sentimiento extraño, un tanto triste, una de esas melodías que ya no se encuentran, profunda sin lugar dudas u objeciones.
Sus dedos se mueven de un lado a otro, mis dedos los siguen, como si todo fuera muy claro. Si, lo es, la conozco, se tocarla. Camino lento y me siento a su lado. Con mis manos le sigo, sin saber muy bien, pero lo hago; aunque solo unos segundos pues el final se acerca. Las últimas notas. Aplaude pausada y sonoramente. “Lo haces bien, pensé que no recordabas” “No lo hago, solo…es como si…la hubiera tocado toda mi vida” “Es extraño porque…nadie más sabia de esta canción”, inclino mi cabeza en señal de confusión, “Tal vez…tal vez…tal vez solo fue porque tienes las partituras aquí mismo, ¿Ves?”, suspira y se levanta. “Hora de irme, nos veremos mañana”
Y así, fue como se pasaron dos meses en este encierro, que, con un poco de música y compañía, se me han hecho, para mi situación, los mejores que he tenido, sin embargo, yo me siento igual. Sin soñar contigo, la voz que viene casualmente a perturbarme, no más de tus recuerdos, el mismo sentimiento de nostalgia, gritar tu nombre sin respuesta. No sé qué intentas, volviendo cuando intento hacerme daño, tu voz, tus palabras, un recuerdo que es el único que no me ha dejado, uno de los más mortificantes. Creo que, ahora sí, se el motivo por el cual no vuelves a mí: Ya no puedes, es imposible, estas muerto en mí y todas partes. Tal vez, por eso te he olvidado, pero ¿Sabes? No, no pienso dejarte ir completamente. “Quiero recordarte”
¿Quien sera el pasante que cuida de key? No se xDD (Hablo en serio ._.)
“¡Espera!”, te alejas, sé que eres tú, “No intentes buscar algo que ya has perdido, para siempre”, susurra la voz mecánica en mi cabeza, seguida por varias risitas ensordecedoras, “¿Tanto te odias, tanto daño quieres hacerte?”, la ignoro por completo, no necesito de su presencia en esto momento, “Te respondo: Le has hecho daño, lo has matado, lo has hecho, te has desecho de él, como quisiste hacerlo desde el primer día, no lo niegues más, recuerda de una buena vez lo que has causado. Es todo tu culpa” “Tu culpa, tu culpa, solo tu culpa” “¡Déjenme en paz!” “¡Tu culpa, afróntalo!” “¡Tu culpa, recuérdalo!” “¡Tu culpa, entiéndelo!” “¡TU CULPA!” “Mi culpa…”
“Despierta, ¿Qué haces ahí dormido?”, siento que me zarandean levemente por los hombros. Lentamente abro mis ojos. Despego mi rostro de la fría mesa, alzo mi vista, “¿Qué quieres?”, pregunto al que se supone es mi… ¿Mi qué?, “No es lugar para descansar. Estas en el comedor, aquí se come”, hago una mueca con mis labios, “Vaya observador, ¿Quién eres? Pregunto directo, “Pinkey…que mala memoria. Soy, desde hoy hasta que termine mis pasantías, la persona que se encargara de ti”, “Y la enfermera, ¿Volverá ella?”, si ella se largaba, al menos por un tiempo, significaría un poco de paz para mí, “En efecto, cuando yo me valla”, suspire, “¿Por qué, te agradaba mucho?-Es el ser humano al cual quiero más…-¡Oh, lo siento!-al que quiero más lejos de mí en esta vida, si ella se fuera del país, sería el más grande alivio para mí”, lo dije más para mí mismo que para…”¿Puedo yo también ponerte un sobre nombre?”, en realidad, no quiero saber ningún otro que no sea el tuyo.
Estuvo pensativo por unos segundos. Me miro sonriente, cosa que me extrañó. “Como tú quieras, no importa cómo, solo hazlo”, eso me agrado un poco, “Déjame pensar…”. La única persona además de los demás pasantes con ropa de color. “Shine”, me miro extrañado, luego me sonrió, ¿Por qué ese exactamente?”, “Porque resaltas entre tanto blanco con ese “dark Green” eres “shine” para mis ojos. Sonrío sin darme cuenta.
“Debería estar en mi habitación” lo odiaba mucho, pero era el único lugar donde podía encerrarme, alejarme de toda esta basura que me rodea, tanta desesperación. Me desespera.
En el camino nadie dice nada. Abro la puerta, entro y el solo se queda afuera. Cierro la puerta, me tiro en mi cama y busco bajo la colcha, una vez más. “Una, dos, tres pequeñas cortadas en mi pierna~~”, sonrío cerrando los ojos, me olvido de todo, todo se olvida de mí, menos tú, que siempre sigues aquí, no importa cómo. De un momento a otro dejo de lado la hojilla, “¿Qué haces?” suena una voz en mi cabeza y, no, no esa voz de siempre, es una muy diferente.
Me sostienes de las manos, me arrancas el objeto cortante con furia de las manos, miras las heridas en mi muñeca, me miras con tristeza. Te dedico una mirada de arrepentimiento suplicante por comprensión, lees mis ojos. “Entiendo, diría que demasiado, pero…-me abrazas y tus lagrimas humedecen mi camisa-no me dejes, no así” tus palabras me dejan con los ojos bien abiertos. Correspondo tu abrazo acompañándote en el llanto, “Perdón…yo…y-yo no pensé en ti…lo siento, ódiame, nunca lo hago, siempre termino lastimándote”, me estrujas con más fuerza, dime, ¿Qué es esto? ¿Algún recuerdo? “Tan roto…-te partas a mirarme a la cara-.déjame arreglarte, solo, quiero que me des la oportunidad que deseo desde hace tantos años: Cuidar de ti, ¿Crees que te he estado fastidiando tanto, para qué?” Me lanzo a tus labios, sin saber tus sentimientos, seguro de los míos. Para mi sorpresa, me correspondes, no dudas en hacerlo. “Gracias” susurro entre beso y beso, sacándote una sonrisa, de esas que cuando éramos pequeños, se burlaban de mí.
Mientras mi cuerpo tiembla, me doy cuenta que nos un sueño, es realidad, me levanto rápido, mas no tardo mucho en caer. El impacto sonó fuerte, mas eso no era lo que me dolía ahora. Mi llanto inunda mis penas sin darme tiempo a frenarlo, aunque, si lo intentara, igual resultaría imposible. El sonido de la puerta abriéndose violentamente me hace mirar en esa dirección, “¿¡Que tienes!? ¿¡Te duelo algo!? ¿¡Debería llamar al director para-¡No!” se me acerca y me levanta, demasiado rápido para negarme. Lo alejo empujándolo. “No-es-a-sun-to-tu-yo”, “Estoy a cargo de ti, es mucho más que asunto mío” “¿¡Podrías por favor solo…-baje mi tono-dejarme solo?”
Me mira, no lo puedo ver bien, pero sé que lo hace. Toma mi mano, “¿No te aburres de solo estar encerrado aquí?”, ni me dejo formular respuesta alguna, tan solo me jalo fuera y comenzó a correr, llevándome consigo. “¿A dónde demonios se supone que vamos?”, ignorando mi pregunta me arrastro prácticamente por los pasillos hasta llegar al patio, luego por un callejón estrecho escondido entre arbustos, para así llegar a un lugar apartado. Flores, habían muchas, colores que no recordaba, todos ellos justo ahí, una mesa rodeada por pequeños bancos, todo de concreto, como en los viejos tiempos.
“Es sorprendente, ¿no?”, “No sé a qué te refieres". Explícate.”, giro hacia mí y me sonrío, era lo único que podía notar con tanto cabello en mi rostro. “Encontrar un lugar tan hermoso en un sitio tan terrorífico como lo es este.”
Recordando aquello mi seriedad volvió, “Pinkey, ¿Te gusta la música?”, me saco de mis pensamientos y me pongo a pensar un poco, si, en efecto, me gusta la música, “La amo, es solo que…no recuerdo como es” “¿¡Que!? Eso no es bueno”, haciendo memoria yo…tocaba…¿Piano?, “Solía tocar el piano, pero ahora, no puedo ni rehacer la figura en mi mente” “Eso es triste, ¿sabes? Yo se tocar piano también” sonríe de nuevo.
Sentados conversando de cosas triviales, como si nos conociéramos de toda la vida, se nos fue la noción del tiempo. “Pinkey…¿Quieres recordar?”, me desconcierta un poco, mas no tardó en responder, “Todo, absolutamente todo”, “¿Y si es algo triste? Tal vez por eso no sabes nada. Las imágenes que reviví hace horas y los sueño, todo, invadiendo mi mente, llenándome de miedo, “¿Puedo contarte algo?”, asentí inmediatamente, “Hace tiempo, mucho, mucho tiempo, yo perdí a alguien, eso es duro cuando es alguien al que quieres. Siento que tú, nuevo amigo, has perdido algo y que, por motivos que no importan, tal vez sea dolor, tristeza, tu mente ha borrado todo como forma de protegerse. Pregunto, ¿si fuera algo triste, desearías recordar?”, me dejo pensando unos minutos, era un bueno punto, uno tal vez razonable.
“Aun si fuera algo horrible, que me haga sentir de los más miserable, quiero saber, porque déjame decirte que: Nada es más agonizante que la incertidumbre, te carcome y se apodera poco a poco de ti. Es algo que no deseo a nadie.” “Excepto a la enfermera.”, me hizo reír un poco, “¡Exacto!”, aseguro rápidamente. “Todavía me causa curiosidad el por qué de tu estadía aquí, estas más cuerdo que yo”, “Te lo creo”, “¡Hey!”, me carcajeo un poco en su cara.
“Es hora de volver”, suspiro resignado, nada lo impedirá. En el camino nadie dice nada, un silencio cómodo. Abro la puerta, “Mañana traeré una sorpresa para ti” “No me gustan las sorpresas, dime.” Le exijo, “Un piano, te ayudare a recordar”, se aleja cuando me nota entrar, “¡Mas te vale cumplir!”, “Siempre cumplo mis promesas, omma” sonrío para mis adentros.
“Pinkey, ven, puedes sentarte a mi lado” palmea el vacío a su lado, niego lentamente con la cabeza y me quedo tranquilamente sentado mirando a la ventana. Comienza a tocar, le miro y me quedo embelesado. Cada una de las notas con tanto sentimiento, pasión, como si dejara el alma en eso, tanta concentración. La melodía, nostálgica, te deja un vacío en el pecho, un sentimiento extraño, un tanto triste, una de esas melodías que ya no se encuentran, profunda sin lugar dudas u objeciones.
Sus dedos se mueven de un lado a otro, mis dedos los siguen, como si todo fuera muy claro. Si, lo es, la conozco, se tocarla. Camino lento y me siento a su lado. Con mis manos le sigo, sin saber muy bien, pero lo hago; aunque solo unos segundos pues el final se acerca. Las últimas notas. Aplaude pausada y sonoramente. “Lo haces bien, pensé que no recordabas” “No lo hago, solo…es como si…la hubiera tocado toda mi vida” “Es extraño porque…nadie más sabia de esta canción”, inclino mi cabeza en señal de confusión, “Tal vez…tal vez…tal vez solo fue porque tienes las partituras aquí mismo, ¿Ves?”, suspira y se levanta. “Hora de irme, nos veremos mañana”
Y así, fue como se pasaron dos meses en este encierro, que, con un poco de música y compañía, se me han hecho, para mi situación, los mejores que he tenido, sin embargo, yo me siento igual. Sin soñar contigo, la voz que viene casualmente a perturbarme, no más de tus recuerdos, el mismo sentimiento de nostalgia, gritar tu nombre sin respuesta. No sé qué intentas, volviendo cuando intento hacerme daño, tu voz, tus palabras, un recuerdo que es el único que no me ha dejado, uno de los más mortificantes. Creo que, ahora sí, se el motivo por el cual no vuelves a mí: Ya no puedes, es imposible, estas muerto en mí y todas partes. Tal vez, por eso te he olvidado, pero ¿Sabes? No, no pienso dejarte ir completamente. “Quiero recordarte”
¿Quien sera el pasante que cuida de key? No se xDD (Hablo en serio ._.)
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Ahahaha yo desde que escuche al chico que cuida de Key decir una palabrita magica, imagine ya quien es *---* Espero que sea la persona que yo pienso kekeke (?) Gracias por compartir
Última edición por Lala KeyBum el Mar Abr 30, 2013 8:29 am, editado 1 vez
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Siguela!♥
AngieTaeminnie
Taemin♥ Jonghyun♥
57
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Avance-. Anamnesis: "Traer a la memoria los recuerdos del pasado"
En el piano se escucha una melodía nostálgica, es inexplicable, es como si el vació en mi pecho se hiciera notar mas que de costumbre.
Esa tarde...si, yo te conocí.
Compartimos tantas cosas. Ahora lo veo, borroso, pero lo hago, tu estas en todos y cada uno de esos recuerdos felices, te escabulliste dentro de ellos. Y me amaste.
"Es la capacidad de recobrar las memorias perdidas"
Esa letra, ¿Cómo es que me conoce tan bien? O ¿Es que me comprende? Y sigo viéndome a mi escribiendo, no a la ventana, sin embargo, puedo escucharlo cantar.
, “¿Por qué te haces esto?” “Hacerme, ¿Qué?” “¡Sabes a lo que me refiero, te haces daño, ¿Qué no lo ves? Me haces daño a mi” “No te entiendo, ¿Cómo podría?” “Tienes razón en todas las veces que lo has dicho, solo soy un estorbo para ti” Se levanto pues estaba de rodillas y se alejo un poco, “¡Siempre he estado solo, no tiene importancia que te vayas tu también!” mentiste intensificando tu llanto, tenia importancia, mas que nadie, de hecho, solo el importaba, incluso ahora, solo el importa. Le viste acercarse un poco y susurro con un nudo en la garganta, “Dices estar solo, que siempre lo estuviste, pero no, yo siempre estuve a tu lado, ¿Qué no puedes verme?”
"Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos"
Espero me comprendan. No tengo internet TT TT y lo que si tengo son fics por actualizar xDD
En el piano se escucha una melodía nostálgica, es inexplicable, es como si el vació en mi pecho se hiciera notar mas que de costumbre.
Esa tarde...si, yo te conocí.
Compartimos tantas cosas. Ahora lo veo, borroso, pero lo hago, tu estas en todos y cada uno de esos recuerdos felices, te escabulliste dentro de ellos. Y me amaste.
"Es la capacidad de recobrar las memorias perdidas"
Esa letra, ¿Cómo es que me conoce tan bien? O ¿Es que me comprende? Y sigo viéndome a mi escribiendo, no a la ventana, sin embargo, puedo escucharlo cantar.
, “¿Por qué te haces esto?” “Hacerme, ¿Qué?” “¡Sabes a lo que me refiero, te haces daño, ¿Qué no lo ves? Me haces daño a mi” “No te entiendo, ¿Cómo podría?” “Tienes razón en todas las veces que lo has dicho, solo soy un estorbo para ti” Se levanto pues estaba de rodillas y se alejo un poco, “¡Siempre he estado solo, no tiene importancia que te vayas tu también!” mentiste intensificando tu llanto, tenia importancia, mas que nadie, de hecho, solo el importaba, incluso ahora, solo el importa. Le viste acercarse un poco y susurro con un nudo en la garganta, “Dices estar solo, que siempre lo estuviste, pero no, yo siempre estuve a tu lado, ¿Qué no puedes verme?”
"Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos"
Espero me comprendan. No tengo internet TT TT y lo que si tengo son fics por actualizar xDD
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
:HI:
aigoooo~
mi querer el siguiente capitulo!! onegaii!!!
esta genial el fic!! no habia querido leerlo porque no estaba terminado... pero al final no pude resistirme! :KEKE:
awwww y kibummie!! porque no recuerda nada!? fue su familia verdad!!? aiissh!!! muero de la angustia!!
y jong!!?? donde esta!!??... espera... no me digas quee~ .... aahhh!!! mejor espero el siguiente capi para aclarar mis dudas!!
aahh!! por cierto gran fic me gusta la trama es envolvente!! :KEKE:
bye bye!! espero el siguiente capitulo con ansias!!
:Merong:
aigoooo~
mi querer el siguiente capitulo!! onegaii!!!
esta genial el fic!! no habia querido leerlo porque no estaba terminado... pero al final no pude resistirme! :KEKE:
awwww y kibummie!! porque no recuerda nada!? fue su familia verdad!!? aiissh!!! muero de la angustia!!
y jong!!?? donde esta!!??... espera... no me digas quee~ .... aahhh!!! mejor espero el siguiente capi para aclarar mis dudas!!
aahh!! por cierto gran fic me gusta la trama es envolvente!! :KEKE:
bye bye!! espero el siguiente capitulo con ansias!!
:Merong:
Kibum Youkai
Kibum!! *w*
43
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Capitulo siete.- Wake up: The end of a dream.
Anamnesis: "Traer a la memoria los recuerdos del pasado"
Con desespero miro a la ventana, esperando verlo en cualquier lugar. Salgo del comedor y camino por los pasillos como loco, llego al patio y tomo el camino de siempre. En el jardín no está.
Voy a mi habitación, miro en el baño sin saber por qué. No está aquí. Me pego al vidrio de mis ventanas con rejillas, como si me pudiera escapar. Le doy un fuerte golpe al vidrio y me lanzo a mi cama, escondo mi cabeza en mi almohada, “Que dolor” susurro, “Es fastidioso” me quejo.
Al parecer hoy no vendrá, seguro ya no vuelve. Dijo que en unos días se terminarían sus pasantías, debo admitir que me desilusiona un poco, ya no más sesiones de piano, ya no más nada.
Pasan más de cinco horas, no viene. El dolor de cabeza me tortura. Grito fuertemente en mi interior. La luz roja de la cámara ha dejado de brillar, indicándome que nadie me vigila.
Me desplomo en el suelo, llevo mis manos a mi cabeza. Recuerdos, recuerdos me invaden, fuego, hay un poco.
Veo un auto destrozado, mis lágrimas hacen mi vista borrosa, el olor a sangre lo invade todo. Me toco la cabeza, está sangrando, un dolor punzante me invade, maldigo por lo bajo. Intento buscar algo con la mirada, puedo ver un cuerpo a unos metros de distancias. Con las pocas y últimas fuerzas que me quedan me acerco a rastras, tardo mucho pero llego. Lo volteo hacia mí, veo su rostro cubierto de sangre. Lo zarandeo una y otra vez pero no logro nada: No te mueves. “¡Jonghyun!” grito tu nombre, mi vista se nubla y caigo a tu lado, acaricio tu mejilla y digo tu nombre en un último susurro antes de caer inconsciente.
Limpio una a una mis lágrimas, parecen no tener fin. Tu voz en mi cabeza me dice que me detenga, decido no hacerle caso. Me levanto rápidamente y busco de nuevo debajo del colchón, saco la hojilla y voy al baño.
Tu voz se ha ido, deseo borrar tu nombre. Me miro al espejo y me asqueo de mi imagen: Cabello largo, seco y desarreglado, ojeras, parezco un muerto de lo pálido que estoy, aunque yo, ya morí.
Me saco la camiseta del uniforme y con esfuerzo corto un poco mi espalda, se siente bien. Luego trazo una línea en mi hombro, una en mi antebrazo, otras en mis piernas. El líquido carmesí que brota de mis heridas me hace caer en cuenta que sigo existiendo.
“Kibum, ¿estás en el baño?” Esa maldita voz chillona de la enfermera me avisa que el ya no volverá. No importa, todo me abandona, hasta TU. “Si” contesto desesperado porque se valla, “Te dejo el almuerzo en la cama, te fuiste sin probar bocado” seguido de sus molestas palabras de siempre, se escucha la puerta al cerrarse, informándome que puedo estar en paz.
Me pongo la camiseta sin limpiar la sangre y salgo del baño. Me acerco a la bandeja y si, es limonada, como siempre. La pruebo y no tiene azúcar, siempre la pone a un lado porque sabe que no me gusta muy dulce, al igual que la sal en mi comida. Tomo la limonada y la sal y vuelvo al baño cuando veo que la cámara no puede verme.
Me saco de nuevo la camiseta. Poco a poco vierto la limonada sobre mis heridas, bañando una a una con esta. Se siento horrible, arde, quema, calma. Echo un poco de sal en mi mano y cubro los cortes en mi piel con ella. Tortura mi piel, me hace sufrir, me hace sentir bien.
Me doy una ducha rápida. Antes de salir me miro al espejo. Tomo la hojilla de nuevo y corto rápidamente mis cabellos hasta dejarlos como antes. Vuelvo a la ducha y cuando salgo me visto rápido para luego ir a la cama.
“¡Vuelve aquí, Kibum! ¡Nuestros amigos están por llegar!” Escucho una voz masculina a lo lejos. “Le gusta el dulce, ¿Eres el hijo de los Kim?” escucho una voz infantil y veo un lago. “¿Llorando de nuevo?” una mano acaricia mi mejilla “Tienes razón, te estorbo demasiado” alguien se aleja, “Dices estar solo, pero, yo siempre estuve aquí” “Yo también te amo” “Ese muchacho murió, acéptalo de una jodida vez, Kim Kibum”
Despierto con la respiración agitada, mi cabeza duele de nuevo y mi desesperación se hace más grande. Los sueños se me hacen cada días más incompresibles.
No quiero, no voy a bajar a desayunar.
Pasan las horas y escucho como la puerta es abierta, “¿Qué quieres?” Estoy dando la espalda a la puerta, mirando a la ventana. “Soy yo, Pinkey.” Me sorprendo al escuchar su voz, “Pensé que ya no volverías” escucho como se sienta frente al piano porque la silla se arrastra, “Es cierto, mis pasantías han acabado, hoy ni si quiera tenía que venir, pero ¿Sabes? No puedo irme sin una despedida, demás, te tengo algo.
No volteo a verle, “¿Se puede saber qué es eso?” “He compuesto una canción para ti”, sonrío para mis adentros, “Me gusta cómo te queda el cabello corto”, “Los mechones en mi cara eran un estorbo”, “La canción se llama Anamnesis”, “¿Por qué ese nombre?”, “Porque, mi querido amigo, yo sé que tienes la capacidad de recordar, solo si de verdad quieres, entonces podrás. Tu trastorno es meramente psicológico, no tienes ninguna lesión, solo debes aferrarte a eso” asiento lentamente sin mirarle “Tienes razón, ¿Pues tocarla ya?” “Claro”
En el piano se escucha una melodía nostálgica, es inexplicable, es como si el vacío en mi pecho se hiciera notar más que de costumbre.
Así como los colores se desvanecen en una película vieja,
Iroasete iku firumu no you ni,
Las cosas que siento en el presente se desvanecerán tarde o temprano.
Tashika na imam o izure cazunde.
Su voz tan suave y a la misma vez potente embriaga mi ser. Es tan…conocida, tan familiar, tan amorosa.
Además de los tiempos de corta duración
Nan demo naku waraiatta
De felicidad e inocencia que disfrutamos.
Setsuna no jikan to hikari.
Esa tarde…si…yo te conocí. Tú…tú me hiciste sonreír, muchas veces.
Creo que los recuerdos que tenemos en común
Tsunagatte iku kioku no soko ni
Son una posibilidad de encontrar el amor de nuevo en lo profundo.
Dareka ga mitsukeru tame aru to
Incluso ahora lo creo.
Shinjite iru ima demo.
Compartimos tantas cosas. Ahora lo veo, borroso, pero lo hago, tu estas en todos y cada uno de esos recuerdos felices, te escabulliste dentro de ellos. Y me amaste.
¿Por qué mi corazón duele? ¿Qué es este dolor en mi pecho?
Naze kokoro wa naze itamu no
Me empujo a un rincón, la ansiedad se acumula en mi pecho.
Mune no katasumi fuan kakaete
La ventana desaparece y me veo a mi mismo escribiendo en aquel cuaderno.
“Esa tarde tu madre mandoneba a las empleadas, como de costumbre, y tu padre estaba sentado en uno de los sofás esperando a los invitados, la familia Kim. Fuiste a la cocina y tomaste una de las paletas que la nana nunca te dejaba tomar, sin embargo, siempre lo hacías. Te aburrías esperando así que saliste corriendo por la puerta principal, sin importarte el grito de tu padre -¡Los invitados están por llegar, vuelve enseguida!- A las orillas del gran lago estabas sentado tú, Kibum, cuando un cachorrito se le lanzo y comenzó a lamer tu paleta, sacándote de tus pensamientos. Se escuchó una risita a tus espaldas, giraste a ver con furia al dueño de ese irritante sonido y ahí estaba el, Jonghyun, burlándose de tu desgracia mientras su perro se deleitaba con el dulce. –Tu-Le señalaste-¿¡Qué demonios haces ahí!? ¡Ven y quita a tu animal de encima! Se acercó sonriente, -Es que le gusta mucho el dulce, es un perro extraño, ¿Tu eres el hijo de los Kim?- Te pregunto como si nada, casi se podría jurar que eran amigos de toda la vida, -Pues sí, ¿Y tú, como sabes quién soy?- Soltaste tu paleta y el canino se lanzó a por ella, preguntaste desinteresado, -Porque te estaba buscando, bueno, Salí de tu casa con la excusa de buscarte porque me aburría, pero a fin de cuentas te encontré- Se tumbó a tu lado con la mayor de las confianzas y tú le miraste, -Me debes una paleta, Kim Jonghyun- Te miro curioso, -¿Cómo sabes mi nombre?- giraste los ojos para contestar luego: -Mi madre me ha estado sofocando con información acerca de tu familia. –Mañana te veo aquí, te traeré tu paleta, Kibum. Vamos ahora, tus padres y los míos van a volvernos locos si nos tardamos más- Te pusiste en pie y él te imito, se encaminaron a tu casa -¿Cómo sabes tú el mío?- sonrió, -Fácil, tu madre no es la única que te ha saturado el cerebro sobre “sus amigotes”.
Sentado igual que el día anterior. Esperabas luego de una hora de retraso al desperdicio de espacio llamado Jonghyun. Sentiste como te palmeaba la espalda y giraste a verle, -Ten, yo siempre cumplo mis promesas- Te extendió una mano para ayudarte a levantar y luego te entrego la paleta.”
El miedo abruma mis deseos de vivir.
Ikiru koto wo osere nagara.
No tiene ningún sentido seguir buscando.
Muimi ni toikaketsuzuketa.
Esa letra, ¿Cómo es que me conoce tan bien? O ¿Es que me comprende? Y sigo viéndome a mí escribiendo, no a la ventana, sin embargo, puedo escucharlo cantar.
“Ya se habían cumplido más de tres años desde que lo conociste. Esa tarde tuviste una discusión con tus padres y en la mañana soportaste más burlas en la escuela que de costumbre. Tus lágrimas se escapaban y los sollozos se apoderaban de ti. Alguien te abrazo y se sentó a tu lado en el pasto, Junghyun de nuevo, no querías a nadie cerca pero necesitabas un abrazo, le miraste, él te sonrió. “Deja de llorar, las personas hermosas no deberían hacerlo”, te decía mientras acariciaba tus cabellos. Le miraste de nuevo, “Muy bien lo has dicho, las personas hermosas. Puedes irte y dejarme con mi patético llanto”, él te dedico una triste mirada y se alejó de ahí. Tu llanto aumento, pues no querías que te hiciera caso. Algo húmedo sentiste en tu mano, miraste a un lado y fuiste atacado por esa bola de pelos, una vez más. Las lágrimas se fueron y escuchaste esa risa ya tan familiar, pusiste cara de molestia e intentabas quitarte de encima al cachorro, Jonghyun se acercó y lo quitó de encima, “No puedo hacer que sonrías, pero puedo hacerte enojar.”
Las paginas pasaron rápido hasta llegar a la que estaba marcada con un numero treinta en una esquina.
“Tenías ya diecisiete, la soledad y la depresión ya se te hacían insoportables, tu pobre alma rota ya no podía soportar más. Estabas mareado y tirado en el suelo, llorabas a mares. La lluvia caía ferozmente sobre tu cuerpo aquella noche frente al lago. “¡Kibum!” Te dio vuelta pues estabas boca abajo, te observo detenidamente. A pesar la lluvia pudiste notar su llanto, “¿Por qué te haces esto?” “Hacerme, ¿Qué?” “¡Sabes a lo que me refiero, te haces daño, ¿Qué no lo ves?! Me haces daño a mi” “No te entiendo, ¿Cómo podría?” “Tienes razón en todas las veces que lo has dicho, solo soy un estorbo para ti” Se levantó pues estaba de rodillas y se alejó un poco, “¡Siempre he estado solo, no tiene importancia que te vayas tú también!” mentiste intensificando tu llanto, tenía importancia, más que nadie, de hecho, solo el importaba, incluso ahora, solo el importa. Le viste acercarse un poco y susurro con un nudo en la garganta, “Dices estar solo, que siempre lo estuviste, pero no, yo siempre estuve a tu lado, ¿Qué no puedes verme?” Te tensaste y con dificultad te pusiste en pie, le miraste más que estupefacto, “Y-Yo…me voy” huiste bajo la lluvia. “¡No hagas una estupidez, Kibum!” le escuchaste gritar y sentiste sus fuertes paso siguiéndote, corriste más rápido. El sigue gritando, “¡Déjame ayudarte…!” Fuiste perdiéndolo poco a poco, y aunque querías escucharla, la perdiste, fuiste orgulloso, sabias que tenía razón, pero aun así, te empeñaste en alejarlo."
Me pierdo en mis recuerdos.
Ushinatte iku kioku no naka de
Intento a aferrarme al sonido de su voz, tan débil, sin embargo.
Dareka ni sukui wo motomete iru
Ya no la puedo oír.
Kimi no koe boku wa tsukamu
Ni su placentera y armoniosa voz puede sacarme de mis recuerdos, es como si yo mismo estuviera grabando mi vida al mismo tiempo que la vivía. Pero es extraño, soy yo, aquí, en este lugar, escribiendo…si, aquel cuaderno que queme.
“Entraste a tu casa y sin prestar ni una pizca de atención a su madre preparando otra de sus pretenciosas fiestas. Te encerraste en tu habitación y rebuscaste en una de las gavetas del armario la navaja que escondías. Dudaste por un momento. “¿Qué dudas tanto? ¡Hazlo! ¿Ves lo que causas? Lo has lastimado, tiene razón, nunca le tuviste consideración y el…él siempre estuvo a tu lado”, Te reclamaste a ti mismo. Sin pensarlo otra vez, con lágrimas derramándose, hiciste un corte profundo en tu antebrazo. Caíste de rodillas al suelo, bajaste la cabeza y tu cabello cubrió tus ojos. La puerta se abrió violentamente cuando intentabas hacer otro corte. Levantaste tu mirada y te lo encontraste, tal vez con el rostro más empapado en lágrimas que el tuyo. Se aproximó a ti y se dejó caer de rodillas frente a ti. “¿Qué haces?” pregunto con la mirada entristecida, haciéndote sentir miserable, un asco. Te arranca la navaja de las manos. Le miras dolido, suplicante por comprensión, “Entiendo, diría que demasiado, pero…-Te rodeo con sus fuertes brazos y apoya su cabeza en tu hombro, sus lágrimas humedecen tu camisa-no me dejes, no así,” Abriste los ojos en demasía y correspondes su abrazo, manchando su camisa de sangre, “Perdón…yo…y-yo no pensé en ti…lo siento, ódiame, nunca lo hago, siempre termino lastimándote”, te disculpas por todo, porque todos esos años te sirvieron para conocerlo mejor, “Tan roto…-se aparta un poco para mirarte con una sonrisa llena de dolor, te acaricia suavemente la mejilla, como si fuera a dañarte tan solo con ese roce- déjame arreglarte, solo, quiero que me des la oportunidad que deseo desde hace tantos años: Cuidar de ti, ¿Crees que te he estado fastidiando tanto, para qué?” Lloras con más intensidad al escuchar sus palabras que te llenan de felicidad, él te mira preocupado y tú sonríes entre lágrimas. Divisaste sus labios muy cerca de los tuyos y no dudaste, sin tomarle importancia a sus sentimientos una vez más, le besas con desesperación, como si tus labios lo hubieran esperado desde antes de nacer, como desde hace más de una vida aguardaran ese contacto. Te sorprendiste al notar que correspondió. Te separaste para recuperar el aliento y casi en susurro pronunciaste un simple “gracias.” Te brindo algunos besos cortos y luego, sin imitar tu tono de voz anterior, con todo el mundo abajo en aquella fiesta con la música tan baja para que se escucharan los chismes; grito a todo pulmón un “¡Te amo, Kim Kibum!” le golpeas en el hombro, “¿Qué?” te miro como si hubiera gritado “¡Tengo hambre, Kibum!” en vez de lo que en realidad había dicho. Deseoso de hacérselo saber y tentado por arruinar la noche de tu histérica y presumida madre, gritaste a los cuatro vientos, incluso más fuerte que él, “¡Y yo a ti Kim Jonghyun!” Fue una buena noche, intenta recordarla, por favor.”
Siento una lagrima rodar por mi mejilla. La dulce melodía me tiene atrapado.
Pasan las páginas muy rápido, demasiado, diría yo.
“Sentiste esos días de desolación muchos más distantes cuando tomo tu mano. Miraban el atardecer desde el balcón de su habitación. Tus cabellos estaban un poco desarreglados al igual que los suyos, acaban de despertar. Su piel se veía más suave, te encantaba su rostro soñoliento y alegre. Comían dulces mientras hablaban de cualquier cosa. A tu mente llego aquello que habías leído en un libro. “Anamnesis” susurraste dándole un mordisco a la barra de chocolate en tu mano libre. “¿Qué?”, “¿Sabes que es Anamnesis?” “Había escuchado de eso antes pero no recuerdo muy bien” “Es la capacidad de recobrar las memorias perdidas” “Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos…si ya lo recuerdo, ¿Lo leíste en un libro de filosofía?” “Si, se me ha quedado en la mente por días” “Kibum…-te llamo- eres hermoso- te mostro esa sonrisa de cachorrito tan hermosa que podrías morir en ella. “Jonghyun… ¿Cuándo les diremos?” preguntaste preocupado, “¿Quieres hoy?” sonrió con malicia, hacer enojar a tus padres y a sus padres les encantaba, pero no quiero que te confundas a al leer estas páginas, lo amabas y el a ti, independientemente del gusto y el placer de ver a tu padre enfurecido. “¿Por qué no?” te encogiste de hombros él te robo un trozo de la barra. Recuerdo que en esos días fuiste feliz, Kibum, más feliz que nunca.”
Para ti, yo camino hacia adelante
shiisakute mo Kiko enakute mo kimi no tame sukuiageru kara.
Al otro lado del lejano día.
Meguriai mata toozkaru hibi
“Reunieron a los cuatro en la sala de tu casa. Ellos parecían impacientes y tú y Jonghyun daban muchas vueltas al asunto solo para hacerlos rabiar, solo por diversión. Pero lo que jamás pensaron fue lo que vendría después. Ese día era tu cumpleaños número dieciocho, tu madre estaba molesta porque no le dejaste hacerte una exagerada y extravagante fiesta. “¿Qué mierda tienen que decirnos que nos tienen aquí como por media hora y no terminan de hablar de una puta vez?” Escupió tu padre. Tú y Jonghyun se dedicaron una sonrisa cómplice y sin más preámbulo, les anunciaron la tan esperada noticia. El padre de Jjong simplemente no se lo terminaba de creer, su madre, la pobre mujer casi se desmalla, tu madre, ¡Pagaría millones por volver a ver esa cara de terror al enterarse!, nadie dijo nada, todos solo los miraban estupefactos. “¡Por un demonio, déjense de bromitas estúpidas!” Soltaron una risita por lo bajo y luego te pusiste serio, contagiándolo a él, “Ninguna broma, es en serio” “¡Pues no voy a tener un hijo marica!” se acercó a ti y te planto una fuerte bofetada en la cara, rompiéndote el labio, un Jonghyun furioso y fuera de sus cabales por el enojo le lanzo un puñetazo en la cara. Le tomaste del brazo y la arrastraste a la puerta para sacarlo de ahí, lo que menos querías era que terminaran matándose ahí mismo. Caminaron un rato hasta llegar al lago. Se sentaron en el césped y sacaste la cajetilla de cigarrillos seguida de un encendedor. Sacaste uno, lo encendiste, y se lo pasaste a Jonghyun. Soltó una bocanada de humo y te lo regreso. “Estoy harto de esta mierda de vida, de familia” dejaste salir el humo casi escupiéndolo, “¿Qué te parece largarnos de aquí?” le miraste alzando una ceja, “¿Eso es una proposición, Kim?”, “Si, pero no una del tipo que me gustaría” “Eres un poco fácil…” Sonreíste burlón, sin importarte que hacía nada más unos minutos, prácticamente, acababas de renunciar a ser un “Kim”, “Es tu culpa” respondió divertido, “¿Cuándo?” “Ya mismo”. Fueron a buscar el auto de Jonghyun y terminaron en una carretera muy oscura y poco concurrida a esa hora. Era viernes por la noche y unos adolescentes mucho más que ebrios caminaban haciendo payasadas por un costado de la vía. Uno por dárselas de cómico, se atravesó medio a medio. Jonghyun freno y giro en la otra dirección. Iban muy rápido como para que les diera tiempo de frenar, el auto salió de la vía y en unos segundos ya estaba casi destruido. Abriste a puerta y sentiste un dolor de cabeza espantoso, pudiste ver como corrían lejos aquellos niños, un olor a sangre te dejo un poco mareado. A unos metros de ti viste un cuerpo. Sabías que esperar, pero debías ir por él. Arrastrándote con muy pocas fuerzas fuiste a él. Le volteaste y estaba todo ensangrentado en la cara y su ropa. Estaba inconsciente. Lo zarandeaste frenéticamente mientras las lágrimas nublaban tu vista. “¡Jonghyung!” lo llamas pero no responde. Sientes tu cuerpo pesado y caes a su lado. “Jonghyun…” susurras poco antes de quedar inconsciente.”
Hacia la luz que sigue brillando.
Imam o azayaka na hikari tomosu.
Todo lo que se deja llevar por la noche
Nanimo kamo nakushita yoru mo
“Despertaste con unas vendas en la cabeza. Te dolía. No prestaste atención a esto y saliste de la habitación con una andar errante. El día anterior habías escuchado hablar a las enfermeras de la habitación de Jonghyun, pudiste escuchar el número. Llegaste a ella pero te escondiste al ver a algunos médicos sacando una camilla con alguien cubierto por una sábana blanca. Te asustaste y te desplomaste en el suelo. Levantaste tu mirada y te encontraste con quien menos necesitabas. El señor Kim miro a un lado y vio lo mismo que tú. “Es tu culpa, muchachito. Todos esto, mi hijo, todo, es por ti. Espero y estés contento ahora” corres de ahí pero no llegas muy lejos porque caes una vez más. Te mareas y una vez más, caes inconsciente. Y así, Kibum, es como llegaste aquí, este maldito lugar. Con este maldito problema psicológico. Solo déjame escribir algo más, antes de olvidarlo todo de nuevo, porque ya empiezo a hacerlo. Recuerda, por favor, recuerda todo y sal de aquí, como sea. No lo olvides, recuérdalo y se fuerte.
Firma: Kim Kibum.”
Queremos llegar a ese lugar.
Bokura dake ga shiru ano basho he
Una lagrima baja de nuevo por mi mejilla. Parece que es el final de su canción. Siento la letra en lo profundo. Pero siento como que no es mía, no es para mí; es como…como si pensara en alguien.
Por un momento, esa voz, si…yo la reconozco.
Siempre voy a volver.
Itsudatte kaerou.
-Anamnesis es, la capacidad de recobrar las memorias perdidas…
-Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos.
-¿Así que ya lo sabias?
-Acabo de recordarlo.
-Es hora de irme, Pinkey.
-Ve con cuidado, Shine.
Escucho el sonido de la puerta al abrirse. Abro los ojos de golpe al darme cuenta de mi torpeza y giro poniéndome en pie. La puerta se cierra. Observo que dejo las partituras en el piano. Me acerco y las miro un rato. Me siento e intento tocarla. Siento como si tu…su voz estuviera cantando en susurros en mi oído.
Me susurras al oído la letra de aquella canción que compusiste aquel día. Te empujo porque me molestaste cuando leía. “Deja de cantar de una vez” me mira sin cuidado “No puedes negar que te encanta” “Tal vez si…o no, no lo sabrás” “¡A menos que cante todo el día todos los días!” “¡Esta bien, está bien!” Me acerco a ti y te beso cerrando los ojos por unos segundos, hasta que un ataque de risa por parte de ambos nos hace separarnos. “No es justo que tenga que usar el chantaje contigo para que me beses” haces un puchero que no dudo en besar, “O puedes hacer eso” sonríes y me quitas el libro de las manos para salir corriendo. Te encantaba hacerme enojar y a mí que lo hicieras.
Paro en seco y me maldigo a mí mismo. Me levanto tan rápido que la silla cae al suelo. Abro la puerta y corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten. Maldigo al arquitecto que diseñó el lugar por hacerlo tan grande. Blanco, blanco y más blanco. Veo la reja de la entrada y más atrás de ella una silueta negra. “¡Bingo!” una de las enfermeras que está por salir abre y sale, por suerte llego antes de que esta se cierre. Salgo escapando del alcance de las manos de los guardias al empujar a la enfermera contra ellos.
Corro más rápido aun y te veo caminando a paso lento hacia el estacionamiento. “¡Hey, espera!” volteas y me miras un poco sorprendido pero sin detener tu paso. “¡Detente en este momento, imbécil!” obedeces.
Fin Key’s Pov.
Sintió su corazón latir descontrolado. Giro y le vio, con la respiración agitada. ¿Es que acaso el maldito viejo ese le había mentido? ¿Él no estaba…no, no podía estarlo, se había intentado convencer de que sí, pero nunca pudo. Le busco por mese pero nada y el muy desconsiderado de su padre jamás quiso decirle en que cementerio se encontraba. Pero si, ahora, luego de haberle perdido, se dio cuenta de quién era y de cuánto tiempo no pudo darse cuentas. Antes su cabello cubría todo su rostro por eso nunca pudo verlo, jamás supo su nombre por llamarlo “Pinkey”. Estaba más pálido, más delgado, se veía decaído, casi como enfermo, pero con la misma belleza con la que lo recordaba. Estaba un poco cambiado, pero era él. Era Kibum y estaba frente a él.
-¿¡Que no pensabas hacerlo!?- El joven de ojos felinos se lanzó a sus brazos. Casi dejándolo sin aire. Le escucho suspirar mil y un veces-. ¿Cómo es que estas aquí? Pensé…pensé que estabas…muerto.
-Dime, por lo que más quieras, que no eres otro de mis sueños.- Le es inevitable llorar y cargarlo en sus brazos, le siente menos pesado.
-Solo si tú me dices que tampoco eres otro de mis sueños.
Se separaron y se miraron un rato compartiendo sonrisas. Vio sus ojos brillar. Lo analizaba de cabeza a pies. Noto la pequeñas cicatrices que no le había permito ver el uniforme con manga larga. Le tomo del brazo.
-Kibum…¿Por qué de nuevo?
-Y-Yo- Y se vio a sí mismo una vez más atrapado por aquella mirada suplicante por comprensión. Le jalo del brazo y lo aprisiono en sus brazos fuertemente.
-Pensé que habías muerto.
-¿Qué paso?
-Estuve en coma siete meses. Lo siento.
-Siento haberte olvidado, siento TODO- Dijo resaltando la palabra y él lo entendió muy bien.
-¿No crees que ha pasado mucho tiempo ya?
-Deseaba verte, Jonghyun, pero dejaste de venir a mis sueños.
Kibum se tomó de su abrigo y le miro suplicante-. Sálvame, por favor. No me dejes morir una vez más, sácame de aquí, porque te juro que ya no puedo más. Levántame de nuevo…por favor, solo tráeme a la vida por segunda vez, solo tú puedes, Jonghyun.
Kibum cerró los ojos fuertemente y se tragó las lágrimas. Aparto a Jonghyun y le miro con una sonrisa pícara.
-¿Qué dices, Kim? ¿Me ayudas a escapar o eres demasiado cobarde como para hacerlo?
-¿Eso es una proposición?
-Claro, pero no del tipo que yo quisiera.- Jonghyun le sonrió cómplice y recordando aquella noche, pero luego, su rostro se tornó triste.
-Esto es igual que…
-¿Sabes?-. Miro al cielo y abrió sus brazos-. ¡Somos unos completos idiotas, dos meses sin saber quién carajo éramos, genial!-. Giraba y sonreía. Y le vio de nuevo, Kibum siendo el mismo, el alegre, el extrovertido, al que nunca le importo nada, en general. Porque ese era su Kibum, lleno de vida y sin temor a vivirla. Sonrió por las acciones impulsivas del menor.
Se acercó a su auto y abrió una de las puertas.- ¿Entonces, princesa, te llevo?
-¿Eso es una proposición, Kim?
-Por supuesto.
-Entonces, acepto.- Entro con cuidado el auto.- Gracias, joven caballero.
-Las que hacen los monos, señorita.- Seguían totalmente serios en sus papeles.
Luego de que Jonghyun entrara y arrancara el auto, se largaron de ahí, ignorando a los molestos guardias que fácilmente, el de ojos felinos ya había pasado como si nada.
-¿Me prestas tu celular?
-Claro, ¿A quién llamaras?
-Hola. ¿Te digo algo? Deberías comprarle al psiquiátrico unos nuevos guardias, les conviene reforzar la seguridad. Llamaba para eso-. Preparo su voz amorosa-. ¡Adiós, querido padre!-. Y no salía de su personaje aun.
-¡Si tan solo tuviera una foto con su expresión en estos momentos…
-¡Daria millones!
Pararon en un semáforo en rojo, estaban justo en el centro de la ciudad. Había muchas gente a esa hora por las calles. Vieron a unas señoras mayores sentadas en un banco, ellas los miraban atentas, tal vez por ser jovencitos tan guapos, “Otras que no tienen oficio más que el chisme” pensaron.
Se miraron y otra vez, esas sonrisas cómplices.
-¡Oh, amada mía, bésame!-. Exclamo con tono de exagerado obra teatral barata del siglo XVII.
-¡Ven a mí!-. Haciendo más drama abrió sus brazos y abrazo a Jonghyun fuertemente.
Juntaron sus labios y se besaron de manera grotesca y exagerada, soltando uno que otro “Umm” para que fuera imposible no prestarles atención al pasar por ahí.
Aquellas mujeres solo hicieron gesto de asco, algunas se taparon los ojos y otras, simplemente dejaron escapar uno que otro comentario como: “¡Esta juventud de ahora!”
Se separaron-. ¡Cuánto te amo!-. Se sorprendió porque nunca le escucho decir eso.
-¡Y yo a ti, ahora escapemos lejos!- El semáforo se puso en amarillo.
-¿¡Hacia dónde!?-. Cuestiono con tono de “¿Ser o no ser?”
-¡Hacia donde el destino nos lleve!-. Piso el acelerador.
Siguieron su camino, muertos de risa a causa de su propia inmadurez, ¿Pero qué se puede esperar? Solo eran dos jóvenes a los cuales la vida les había jugado muy malas pasadas, mientras ellos, solo pudieron intentar no sucumbir ante estas.
Jonghyun paro el auto y Kibum se bajó. El menor reconoció el camino e inmediatamente se echó a correr, y él lo siguió.
Se detuvo al verle parar en seco. Se acerca a él y se pone a su lado. Los colores del atardecer se reflejan perfectamente en el agua. Dejando un paisaje digno de ser pintado por Monet.
-Parece solo haber sido ayer.
-Pensé que no te gustaban las frases clichés.- Con una sonrisa de labios apoya la cabeza en el hombro del más alto.- ¿Puedes recordar?
-Absolutamente todo.
-¡Venga, has logrado superarlo tú solo!
-Esa canción…tu voz…fueron las cosas que me hicieron recordar. ¿Sabes? Desde el día en que llegaste ese lugar, yo…comencé a rememorar.
-…-
-Dime, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde…
-Casi un año.
-Ahora me parecen segundos.
-Kibum…Te amo.- Quito su cabeza y le miro fijo.
El menor le dedico una de esas sonrisas que hablaban por si solas, casi susurrándole un “Te amo”, el brillo de sus ojos tenía algo especial, algo que hipnotizaba, que embelesaba. Y a Jonghyun nunca le hizo falta escucharlo para saberlo, porque su relación nunca fue así, porque así como eran, estaban bien, y eso, nada podría cambiarlo.
-Yo también te amo.- Sintió un escalofrió en su cuerpo y le miro asombrado. Vio las mejillas contrarias adquirir un tono carmín.- ¡N-No me mires así, perro!
-Da miedo cuando te pones así-. Dijo con aegyo haciendo un puchero, el cual beso el menor.
-¿Hacia dónde el destino nos lleve? ¿De dónde sacaste eso?-Se carcajeo alzando una ceja.
Saco la cajetilla y de esta, un cigarrillo. Lo encendió y se lo paso a Kibum.- Yo no creo en esos cuentos del destino.- Dejo salir el humo de forma lenta y se sentó en césped. El menor lo imito.
-“El destino es una creacion humana para acomodar sus acciones en lo incierto y no en lo verdadero” Es patético- Devolvió el cigarrillo.-¿Qué haremos ahora?
-Ya veremos.
Su actitud siempre fue despreocupada, totalmente diferente a sus padres, siempre tan preocupados por todo. El hecho de que paso toda una vida encerrado en una burbuja, causo que, en vez de lo esperado, no tuviera miedo a nada, toma su vida con calma, sin pensar mucho, porque no es necesario. Y eso, fue una de las muchas cosas que Kibum vio en él, porque eran tan diferentes y tan iguales, con un pasado en común y con actitudes diferentes causadas por eso.
El menor busco hasta tomar la mano de Jonghyun, entrelazo sus dedos. Se sentía bien pero de una forma extraña. Jamás hacían cosas como esa, pero seguro que podrían acostumbrarse. El mayor encontró aquel contacto placentero. Se miraron y rieron nerviosos.
-Te extrañe, me
-hiciste falta.- Le beso lenta, suave y cortamente. Haciendo un sonido que les gusto al separarse. Juntaron sus frentes y no apartaban la vista de sus labios.
Volvieron a besarse y Kibum sintió el sabor de la nicotina en los labios de Jonghyun. Movían sus labios de forma lenta, casi torpes, como si fuera su primera vez. Y al separarse, ese sonido de nuevo, incitándoles a volverlo a escuchar una y otra vez.
Entre beso y beso no pudieron evitar reír por su actitud tan melosa.
-¿Qué mierda estamos haciendo?- Seguía riendo.
-Esto- Le beso-, y otra cosa que creo que se llama fumar…solo creo.
-Algún día moriremos de un ataque al corazón o un cáncer de pulmón.
-Si es contigo, no me importa.- Se encogió de hombros y se tumbó hacia atrás, quedando acostado sin soltar la mano a la que se aferraba, llevándose a Kibum consigo.
-¿Estás diciendo que quieres que muramos juntos?
-Tal vez.
-Suena bien, Kim.
-Pero, yo ya estoy muerto.
Cruzaron miradas una vez más. Estuvieron así varios minutos en medio de un cómodo y apropiado silencio.
-Jonghyun…no me dejes a estas alturas, yo te amo.
-Yo también.- Lo subió encima de él y lo abrazo fuerte.- Pero yo no soy más que un recuerdo, tarde o temprano despertaras.
-¿Volverás mañana?
-Ya no podrás olvidarme mas, me he encargado de que así lo sea.
-Gracias.
-Despierta, Kibum, debes despertar ahora.
-No quiero. Deseo ir contigo.
-Sabes que no puedes.- Le vio desvanecerse y quedarse solo.
-Kibum, despierta, despierta.- La enfermera lo zarandeaba, una vez más, se había quedado dormido en el jardín de nuevo.
Abrió los ojos-. Jonghyun…-. Susurro.
-¿Ha regresado? ¿Le has visto?
-Si, dijo que ya no podré olvidarle.- Sonrió.
-Qué bueno. Pero vamos, es hora de ir a tu habitación.
Se levantó obediente. Y siguió a aquella mujer que tan bien le caía, quien lo trataba de manera normal y no como un paciente más, sino como un amigo. La chica le abrió la puerta y le hizo pasar, se despidió de él y se fue cerrando la puerta tras de sí.
Se lanzó de rodillas al suelo con una mano en su pecho y dejando escapar su llanto. Es que el maldito sufrimiento los estaba matando, su trastorno se había hecho insoportable al igual que el dolor y el vacío que sentía.
Y le dolía, le dolía mucho que todo fuera un maldito sueño que su descabellada mente había generado. Le dolía, porque la poca cordura que poseía le permitía darse cuenta de muchas cosas. Le dolía saber que lo único real de ese sueño fueron sus recuerdos y Jonghyun en ellos. Le dolía recordar que nadie nunca estuvo en coma, que había muerto, pero no solo, porque con él, el muy desgraciado lo arrastró consigo, dejándolo con nada más que su miserable y errante existencia, con unos pedazos de memorias felices que ya no volverían, con un trozo de su alma en las manos y no en su destrozado corazón, con la locura que lo estaba consumiendo en el fuego de su propio infierno, con su ausencia que lo torturaba, recordándole que una vez más, se había quedado solo.
Se carcajeo como el esquizofrénico depresivo que era, burlándose de su propia desgracia, sin intenciones de compadecerse de sí mismo, porque se odiaba. Se odiaba por no haber terminado de la misma forma que él.
-“Nadie en lo alegre de la risa fie, porque en los seres que el dolor devora, el alma llora cuando el rostro ríe”-Cito aquel viejo poema con su última gota de cordura sin dejar de reír.
Se odiaba por no poder dejarle en paz, por aferrarse a la masoquista idea de recordarle a toda costa. Por ser tan débil y patético. Por no tener la valentía de suicidarse porque eso era, un completo cobarde, y uno muy malo.
Y volvía a llorar, mas incontrolable que nunca. Su pobre ser ya no pudo y se desplomo sin más, golpeándose al caer de fauces al suelo helado.
Lo peor de todo no es que fuera un sueño, es que nunca pudo decirle cuanto le importaba, lo que le hacía sentir aún más miserable. Porque lo cambio, lo metió en su mundo de mierda, lo volvió un poco con él, porque sin darse cuenta lo convirtió en un pequeño reflejo de sí mismo. Jonghyun siempre fue el que siempre estaba feliz, quien lloraba cuando quería aunque el mismo decía que no le gustaba. Con el tiempo, ya no lo hizo más, prefería guardarse su dolor y hacer como si no le importaba, al igual que él, que creía ser fuerte, pero no, solo se hacían más daño, solo sufrían más.
Sonrió al compararse con él y luego puso otra mueca de dolor para seguir con su llanto. Kibum era una bomba de tiempo, que exploto cuando su alma rota ya no pudo más. Jonghyun para el si era más fuerte, no era un miserable como el, Jonghyun si podía, si pudo, Jonghyun hubiera sido feliz con alguien más si hubieran intercambiado lugares aquella noche. Tal vez ya le hubiera olvidado, hubiera conseguido aquel sueño loco de estudiar psiquiatría y luego intentar formar una carrera como solista. Porque esa canción “Anamnesis” de verdad hubiera llegado muy lejos. Pero no, porque Jonghyun ya no estaba, porque Jonghyun ya había muerto.
Su cuerpo parecía un saco de huesos. Su piel pálida le hacía parecer un muerto andante, sin embargo, nadie diría que quien pensara de esa forma tendría razón, porque Kim Kibum ya no era el, Kim Kibum se había convertido en nada, absolutamente nada.
Kibum había muerto.
A pesar de todo, nada importaba, él lo vería de nuevo, en sus sueños. Porque ahora que había podido recordarlo, no lo iba a dejar escapar.
“Las personas no tienen un alma ni son un cuerpo. Las personas son un alma que posee en cuerpo. Cuando dejamos de ser una alma, solo queda un cuerpo vacío, sin vida”
"Las personas que viven de recuerdos tienden a morir mas de una vez cada vez que recuerdan, porque generalmente, sus recuerdos en algun momento estan llenos de dolor. Viven torturandose a si mismos con sus tristes recuerdos del placer perdido." ~~La autora.
¿Muy cruel?
Espero y les haya gustado este fic :*
Alguna duda con el final avisarme y les explico.
¡Gracias a todas por leerme!
esa no es la verdadera deficion medica de anamnesis, me base en la deficion en filosofia.
Anamnesis: "Traer a la memoria los recuerdos del pasado"
Con desespero miro a la ventana, esperando verlo en cualquier lugar. Salgo del comedor y camino por los pasillos como loco, llego al patio y tomo el camino de siempre. En el jardín no está.
Voy a mi habitación, miro en el baño sin saber por qué. No está aquí. Me pego al vidrio de mis ventanas con rejillas, como si me pudiera escapar. Le doy un fuerte golpe al vidrio y me lanzo a mi cama, escondo mi cabeza en mi almohada, “Que dolor” susurro, “Es fastidioso” me quejo.
Al parecer hoy no vendrá, seguro ya no vuelve. Dijo que en unos días se terminarían sus pasantías, debo admitir que me desilusiona un poco, ya no más sesiones de piano, ya no más nada.
Pasan más de cinco horas, no viene. El dolor de cabeza me tortura. Grito fuertemente en mi interior. La luz roja de la cámara ha dejado de brillar, indicándome que nadie me vigila.
Me desplomo en el suelo, llevo mis manos a mi cabeza. Recuerdos, recuerdos me invaden, fuego, hay un poco.
Veo un auto destrozado, mis lágrimas hacen mi vista borrosa, el olor a sangre lo invade todo. Me toco la cabeza, está sangrando, un dolor punzante me invade, maldigo por lo bajo. Intento buscar algo con la mirada, puedo ver un cuerpo a unos metros de distancias. Con las pocas y últimas fuerzas que me quedan me acerco a rastras, tardo mucho pero llego. Lo volteo hacia mí, veo su rostro cubierto de sangre. Lo zarandeo una y otra vez pero no logro nada: No te mueves. “¡Jonghyun!” grito tu nombre, mi vista se nubla y caigo a tu lado, acaricio tu mejilla y digo tu nombre en un último susurro antes de caer inconsciente.
Limpio una a una mis lágrimas, parecen no tener fin. Tu voz en mi cabeza me dice que me detenga, decido no hacerle caso. Me levanto rápidamente y busco de nuevo debajo del colchón, saco la hojilla y voy al baño.
Tu voz se ha ido, deseo borrar tu nombre. Me miro al espejo y me asqueo de mi imagen: Cabello largo, seco y desarreglado, ojeras, parezco un muerto de lo pálido que estoy, aunque yo, ya morí.
Me saco la camiseta del uniforme y con esfuerzo corto un poco mi espalda, se siente bien. Luego trazo una línea en mi hombro, una en mi antebrazo, otras en mis piernas. El líquido carmesí que brota de mis heridas me hace caer en cuenta que sigo existiendo.
“Kibum, ¿estás en el baño?” Esa maldita voz chillona de la enfermera me avisa que el ya no volverá. No importa, todo me abandona, hasta TU. “Si” contesto desesperado porque se valla, “Te dejo el almuerzo en la cama, te fuiste sin probar bocado” seguido de sus molestas palabras de siempre, se escucha la puerta al cerrarse, informándome que puedo estar en paz.
Me pongo la camiseta sin limpiar la sangre y salgo del baño. Me acerco a la bandeja y si, es limonada, como siempre. La pruebo y no tiene azúcar, siempre la pone a un lado porque sabe que no me gusta muy dulce, al igual que la sal en mi comida. Tomo la limonada y la sal y vuelvo al baño cuando veo que la cámara no puede verme.
Me saco de nuevo la camiseta. Poco a poco vierto la limonada sobre mis heridas, bañando una a una con esta. Se siento horrible, arde, quema, calma. Echo un poco de sal en mi mano y cubro los cortes en mi piel con ella. Tortura mi piel, me hace sufrir, me hace sentir bien.
Me doy una ducha rápida. Antes de salir me miro al espejo. Tomo la hojilla de nuevo y corto rápidamente mis cabellos hasta dejarlos como antes. Vuelvo a la ducha y cuando salgo me visto rápido para luego ir a la cama.
“¡Vuelve aquí, Kibum! ¡Nuestros amigos están por llegar!” Escucho una voz masculina a lo lejos. “Le gusta el dulce, ¿Eres el hijo de los Kim?” escucho una voz infantil y veo un lago. “¿Llorando de nuevo?” una mano acaricia mi mejilla “Tienes razón, te estorbo demasiado” alguien se aleja, “Dices estar solo, pero, yo siempre estuve aquí” “Yo también te amo” “Ese muchacho murió, acéptalo de una jodida vez, Kim Kibum”
Despierto con la respiración agitada, mi cabeza duele de nuevo y mi desesperación se hace más grande. Los sueños se me hacen cada días más incompresibles.
No quiero, no voy a bajar a desayunar.
Pasan las horas y escucho como la puerta es abierta, “¿Qué quieres?” Estoy dando la espalda a la puerta, mirando a la ventana. “Soy yo, Pinkey.” Me sorprendo al escuchar su voz, “Pensé que ya no volverías” escucho como se sienta frente al piano porque la silla se arrastra, “Es cierto, mis pasantías han acabado, hoy ni si quiera tenía que venir, pero ¿Sabes? No puedo irme sin una despedida, demás, te tengo algo.
No volteo a verle, “¿Se puede saber qué es eso?” “He compuesto una canción para ti”, sonrío para mis adentros, “Me gusta cómo te queda el cabello corto”, “Los mechones en mi cara eran un estorbo”, “La canción se llama Anamnesis”, “¿Por qué ese nombre?”, “Porque, mi querido amigo, yo sé que tienes la capacidad de recordar, solo si de verdad quieres, entonces podrás. Tu trastorno es meramente psicológico, no tienes ninguna lesión, solo debes aferrarte a eso” asiento lentamente sin mirarle “Tienes razón, ¿Pues tocarla ya?” “Claro”
En el piano se escucha una melodía nostálgica, es inexplicable, es como si el vacío en mi pecho se hiciera notar más que de costumbre.
Así como los colores se desvanecen en una película vieja,
Iroasete iku firumu no you ni,
Las cosas que siento en el presente se desvanecerán tarde o temprano.
Tashika na imam o izure cazunde.
Su voz tan suave y a la misma vez potente embriaga mi ser. Es tan…conocida, tan familiar, tan amorosa.
Además de los tiempos de corta duración
Nan demo naku waraiatta
De felicidad e inocencia que disfrutamos.
Setsuna no jikan to hikari.
Esa tarde…si…yo te conocí. Tú…tú me hiciste sonreír, muchas veces.
Creo que los recuerdos que tenemos en común
Tsunagatte iku kioku no soko ni
Son una posibilidad de encontrar el amor de nuevo en lo profundo.
Dareka ga mitsukeru tame aru to
Incluso ahora lo creo.
Shinjite iru ima demo.
Compartimos tantas cosas. Ahora lo veo, borroso, pero lo hago, tu estas en todos y cada uno de esos recuerdos felices, te escabulliste dentro de ellos. Y me amaste.
¿Por qué mi corazón duele? ¿Qué es este dolor en mi pecho?
Naze kokoro wa naze itamu no
Me empujo a un rincón, la ansiedad se acumula en mi pecho.
Mune no katasumi fuan kakaete
La ventana desaparece y me veo a mi mismo escribiendo en aquel cuaderno.
“Esa tarde tu madre mandoneba a las empleadas, como de costumbre, y tu padre estaba sentado en uno de los sofás esperando a los invitados, la familia Kim. Fuiste a la cocina y tomaste una de las paletas que la nana nunca te dejaba tomar, sin embargo, siempre lo hacías. Te aburrías esperando así que saliste corriendo por la puerta principal, sin importarte el grito de tu padre -¡Los invitados están por llegar, vuelve enseguida!- A las orillas del gran lago estabas sentado tú, Kibum, cuando un cachorrito se le lanzo y comenzó a lamer tu paleta, sacándote de tus pensamientos. Se escuchó una risita a tus espaldas, giraste a ver con furia al dueño de ese irritante sonido y ahí estaba el, Jonghyun, burlándose de tu desgracia mientras su perro se deleitaba con el dulce. –Tu-Le señalaste-¿¡Qué demonios haces ahí!? ¡Ven y quita a tu animal de encima! Se acercó sonriente, -Es que le gusta mucho el dulce, es un perro extraño, ¿Tu eres el hijo de los Kim?- Te pregunto como si nada, casi se podría jurar que eran amigos de toda la vida, -Pues sí, ¿Y tú, como sabes quién soy?- Soltaste tu paleta y el canino se lanzó a por ella, preguntaste desinteresado, -Porque te estaba buscando, bueno, Salí de tu casa con la excusa de buscarte porque me aburría, pero a fin de cuentas te encontré- Se tumbó a tu lado con la mayor de las confianzas y tú le miraste, -Me debes una paleta, Kim Jonghyun- Te miro curioso, -¿Cómo sabes mi nombre?- giraste los ojos para contestar luego: -Mi madre me ha estado sofocando con información acerca de tu familia. –Mañana te veo aquí, te traeré tu paleta, Kibum. Vamos ahora, tus padres y los míos van a volvernos locos si nos tardamos más- Te pusiste en pie y él te imito, se encaminaron a tu casa -¿Cómo sabes tú el mío?- sonrió, -Fácil, tu madre no es la única que te ha saturado el cerebro sobre “sus amigotes”.
Sentado igual que el día anterior. Esperabas luego de una hora de retraso al desperdicio de espacio llamado Jonghyun. Sentiste como te palmeaba la espalda y giraste a verle, -Ten, yo siempre cumplo mis promesas- Te extendió una mano para ayudarte a levantar y luego te entrego la paleta.”
El miedo abruma mis deseos de vivir.
Ikiru koto wo osere nagara.
No tiene ningún sentido seguir buscando.
Muimi ni toikaketsuzuketa.
Esa letra, ¿Cómo es que me conoce tan bien? O ¿Es que me comprende? Y sigo viéndome a mí escribiendo, no a la ventana, sin embargo, puedo escucharlo cantar.
“Ya se habían cumplido más de tres años desde que lo conociste. Esa tarde tuviste una discusión con tus padres y en la mañana soportaste más burlas en la escuela que de costumbre. Tus lágrimas se escapaban y los sollozos se apoderaban de ti. Alguien te abrazo y se sentó a tu lado en el pasto, Junghyun de nuevo, no querías a nadie cerca pero necesitabas un abrazo, le miraste, él te sonrió. “Deja de llorar, las personas hermosas no deberían hacerlo”, te decía mientras acariciaba tus cabellos. Le miraste de nuevo, “Muy bien lo has dicho, las personas hermosas. Puedes irte y dejarme con mi patético llanto”, él te dedico una triste mirada y se alejó de ahí. Tu llanto aumento, pues no querías que te hiciera caso. Algo húmedo sentiste en tu mano, miraste a un lado y fuiste atacado por esa bola de pelos, una vez más. Las lágrimas se fueron y escuchaste esa risa ya tan familiar, pusiste cara de molestia e intentabas quitarte de encima al cachorro, Jonghyun se acercó y lo quitó de encima, “No puedo hacer que sonrías, pero puedo hacerte enojar.”
Las paginas pasaron rápido hasta llegar a la que estaba marcada con un numero treinta en una esquina.
“Tenías ya diecisiete, la soledad y la depresión ya se te hacían insoportables, tu pobre alma rota ya no podía soportar más. Estabas mareado y tirado en el suelo, llorabas a mares. La lluvia caía ferozmente sobre tu cuerpo aquella noche frente al lago. “¡Kibum!” Te dio vuelta pues estabas boca abajo, te observo detenidamente. A pesar la lluvia pudiste notar su llanto, “¿Por qué te haces esto?” “Hacerme, ¿Qué?” “¡Sabes a lo que me refiero, te haces daño, ¿Qué no lo ves?! Me haces daño a mi” “No te entiendo, ¿Cómo podría?” “Tienes razón en todas las veces que lo has dicho, solo soy un estorbo para ti” Se levantó pues estaba de rodillas y se alejó un poco, “¡Siempre he estado solo, no tiene importancia que te vayas tú también!” mentiste intensificando tu llanto, tenía importancia, más que nadie, de hecho, solo el importaba, incluso ahora, solo el importa. Le viste acercarse un poco y susurro con un nudo en la garganta, “Dices estar solo, que siempre lo estuviste, pero no, yo siempre estuve a tu lado, ¿Qué no puedes verme?” Te tensaste y con dificultad te pusiste en pie, le miraste más que estupefacto, “Y-Yo…me voy” huiste bajo la lluvia. “¡No hagas una estupidez, Kibum!” le escuchaste gritar y sentiste sus fuertes paso siguiéndote, corriste más rápido. El sigue gritando, “¡Déjame ayudarte…!” Fuiste perdiéndolo poco a poco, y aunque querías escucharla, la perdiste, fuiste orgulloso, sabias que tenía razón, pero aun así, te empeñaste en alejarlo."
Me pierdo en mis recuerdos.
Ushinatte iku kioku no naka de
Intento a aferrarme al sonido de su voz, tan débil, sin embargo.
Dareka ni sukui wo motomete iru
Ya no la puedo oír.
Kimi no koe boku wa tsukamu
Ni su placentera y armoniosa voz puede sacarme de mis recuerdos, es como si yo mismo estuviera grabando mi vida al mismo tiempo que la vivía. Pero es extraño, soy yo, aquí, en este lugar, escribiendo…si, aquel cuaderno que queme.
“Entraste a tu casa y sin prestar ni una pizca de atención a su madre preparando otra de sus pretenciosas fiestas. Te encerraste en tu habitación y rebuscaste en una de las gavetas del armario la navaja que escondías. Dudaste por un momento. “¿Qué dudas tanto? ¡Hazlo! ¿Ves lo que causas? Lo has lastimado, tiene razón, nunca le tuviste consideración y el…él siempre estuvo a tu lado”, Te reclamaste a ti mismo. Sin pensarlo otra vez, con lágrimas derramándose, hiciste un corte profundo en tu antebrazo. Caíste de rodillas al suelo, bajaste la cabeza y tu cabello cubrió tus ojos. La puerta se abrió violentamente cuando intentabas hacer otro corte. Levantaste tu mirada y te lo encontraste, tal vez con el rostro más empapado en lágrimas que el tuyo. Se aproximó a ti y se dejó caer de rodillas frente a ti. “¿Qué haces?” pregunto con la mirada entristecida, haciéndote sentir miserable, un asco. Te arranca la navaja de las manos. Le miras dolido, suplicante por comprensión, “Entiendo, diría que demasiado, pero…-Te rodeo con sus fuertes brazos y apoya su cabeza en tu hombro, sus lágrimas humedecen tu camisa-no me dejes, no así,” Abriste los ojos en demasía y correspondes su abrazo, manchando su camisa de sangre, “Perdón…yo…y-yo no pensé en ti…lo siento, ódiame, nunca lo hago, siempre termino lastimándote”, te disculpas por todo, porque todos esos años te sirvieron para conocerlo mejor, “Tan roto…-se aparta un poco para mirarte con una sonrisa llena de dolor, te acaricia suavemente la mejilla, como si fuera a dañarte tan solo con ese roce- déjame arreglarte, solo, quiero que me des la oportunidad que deseo desde hace tantos años: Cuidar de ti, ¿Crees que te he estado fastidiando tanto, para qué?” Lloras con más intensidad al escuchar sus palabras que te llenan de felicidad, él te mira preocupado y tú sonríes entre lágrimas. Divisaste sus labios muy cerca de los tuyos y no dudaste, sin tomarle importancia a sus sentimientos una vez más, le besas con desesperación, como si tus labios lo hubieran esperado desde antes de nacer, como desde hace más de una vida aguardaran ese contacto. Te sorprendiste al notar que correspondió. Te separaste para recuperar el aliento y casi en susurro pronunciaste un simple “gracias.” Te brindo algunos besos cortos y luego, sin imitar tu tono de voz anterior, con todo el mundo abajo en aquella fiesta con la música tan baja para que se escucharan los chismes; grito a todo pulmón un “¡Te amo, Kim Kibum!” le golpeas en el hombro, “¿Qué?” te miro como si hubiera gritado “¡Tengo hambre, Kibum!” en vez de lo que en realidad había dicho. Deseoso de hacérselo saber y tentado por arruinar la noche de tu histérica y presumida madre, gritaste a los cuatro vientos, incluso más fuerte que él, “¡Y yo a ti Kim Jonghyun!” Fue una buena noche, intenta recordarla, por favor.”
Siento una lagrima rodar por mi mejilla. La dulce melodía me tiene atrapado.
Pasan las páginas muy rápido, demasiado, diría yo.
“Sentiste esos días de desolación muchos más distantes cuando tomo tu mano. Miraban el atardecer desde el balcón de su habitación. Tus cabellos estaban un poco desarreglados al igual que los suyos, acaban de despertar. Su piel se veía más suave, te encantaba su rostro soñoliento y alegre. Comían dulces mientras hablaban de cualquier cosa. A tu mente llego aquello que habías leído en un libro. “Anamnesis” susurraste dándole un mordisco a la barra de chocolate en tu mano libre. “¿Qué?”, “¿Sabes que es Anamnesis?” “Había escuchado de eso antes pero no recuerdo muy bien” “Es la capacidad de recobrar las memorias perdidas” “Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos…si ya lo recuerdo, ¿Lo leíste en un libro de filosofía?” “Si, se me ha quedado en la mente por días” “Kibum…-te llamo- eres hermoso- te mostro esa sonrisa de cachorrito tan hermosa que podrías morir en ella. “Jonghyun… ¿Cuándo les diremos?” preguntaste preocupado, “¿Quieres hoy?” sonrió con malicia, hacer enojar a tus padres y a sus padres les encantaba, pero no quiero que te confundas a al leer estas páginas, lo amabas y el a ti, independientemente del gusto y el placer de ver a tu padre enfurecido. “¿Por qué no?” te encogiste de hombros él te robo un trozo de la barra. Recuerdo que en esos días fuiste feliz, Kibum, más feliz que nunca.”
Para ti, yo camino hacia adelante
shiisakute mo Kiko enakute mo kimi no tame sukuiageru kara.
Al otro lado del lejano día.
Meguriai mata toozkaru hibi
“Reunieron a los cuatro en la sala de tu casa. Ellos parecían impacientes y tú y Jonghyun daban muchas vueltas al asunto solo para hacerlos rabiar, solo por diversión. Pero lo que jamás pensaron fue lo que vendría después. Ese día era tu cumpleaños número dieciocho, tu madre estaba molesta porque no le dejaste hacerte una exagerada y extravagante fiesta. “¿Qué mierda tienen que decirnos que nos tienen aquí como por media hora y no terminan de hablar de una puta vez?” Escupió tu padre. Tú y Jonghyun se dedicaron una sonrisa cómplice y sin más preámbulo, les anunciaron la tan esperada noticia. El padre de Jjong simplemente no se lo terminaba de creer, su madre, la pobre mujer casi se desmalla, tu madre, ¡Pagaría millones por volver a ver esa cara de terror al enterarse!, nadie dijo nada, todos solo los miraban estupefactos. “¡Por un demonio, déjense de bromitas estúpidas!” Soltaron una risita por lo bajo y luego te pusiste serio, contagiándolo a él, “Ninguna broma, es en serio” “¡Pues no voy a tener un hijo marica!” se acercó a ti y te planto una fuerte bofetada en la cara, rompiéndote el labio, un Jonghyun furioso y fuera de sus cabales por el enojo le lanzo un puñetazo en la cara. Le tomaste del brazo y la arrastraste a la puerta para sacarlo de ahí, lo que menos querías era que terminaran matándose ahí mismo. Caminaron un rato hasta llegar al lago. Se sentaron en el césped y sacaste la cajetilla de cigarrillos seguida de un encendedor. Sacaste uno, lo encendiste, y se lo pasaste a Jonghyun. Soltó una bocanada de humo y te lo regreso. “Estoy harto de esta mierda de vida, de familia” dejaste salir el humo casi escupiéndolo, “¿Qué te parece largarnos de aquí?” le miraste alzando una ceja, “¿Eso es una proposición, Kim?”, “Si, pero no una del tipo que me gustaría” “Eres un poco fácil…” Sonreíste burlón, sin importarte que hacía nada más unos minutos, prácticamente, acababas de renunciar a ser un “Kim”, “Es tu culpa” respondió divertido, “¿Cuándo?” “Ya mismo”. Fueron a buscar el auto de Jonghyun y terminaron en una carretera muy oscura y poco concurrida a esa hora. Era viernes por la noche y unos adolescentes mucho más que ebrios caminaban haciendo payasadas por un costado de la vía. Uno por dárselas de cómico, se atravesó medio a medio. Jonghyun freno y giro en la otra dirección. Iban muy rápido como para que les diera tiempo de frenar, el auto salió de la vía y en unos segundos ya estaba casi destruido. Abriste a puerta y sentiste un dolor de cabeza espantoso, pudiste ver como corrían lejos aquellos niños, un olor a sangre te dejo un poco mareado. A unos metros de ti viste un cuerpo. Sabías que esperar, pero debías ir por él. Arrastrándote con muy pocas fuerzas fuiste a él. Le volteaste y estaba todo ensangrentado en la cara y su ropa. Estaba inconsciente. Lo zarandeaste frenéticamente mientras las lágrimas nublaban tu vista. “¡Jonghyung!” lo llamas pero no responde. Sientes tu cuerpo pesado y caes a su lado. “Jonghyun…” susurras poco antes de quedar inconsciente.”
Hacia la luz que sigue brillando.
Imam o azayaka na hikari tomosu.
Todo lo que se deja llevar por la noche
Nanimo kamo nakushita yoru mo
“Despertaste con unas vendas en la cabeza. Te dolía. No prestaste atención a esto y saliste de la habitación con una andar errante. El día anterior habías escuchado hablar a las enfermeras de la habitación de Jonghyun, pudiste escuchar el número. Llegaste a ella pero te escondiste al ver a algunos médicos sacando una camilla con alguien cubierto por una sábana blanca. Te asustaste y te desplomaste en el suelo. Levantaste tu mirada y te encontraste con quien menos necesitabas. El señor Kim miro a un lado y vio lo mismo que tú. “Es tu culpa, muchachito. Todos esto, mi hijo, todo, es por ti. Espero y estés contento ahora” corres de ahí pero no llegas muy lejos porque caes una vez más. Te mareas y una vez más, caes inconsciente. Y así, Kibum, es como llegaste aquí, este maldito lugar. Con este maldito problema psicológico. Solo déjame escribir algo más, antes de olvidarlo todo de nuevo, porque ya empiezo a hacerlo. Recuerda, por favor, recuerda todo y sal de aquí, como sea. No lo olvides, recuérdalo y se fuerte.
Firma: Kim Kibum.”
Queremos llegar a ese lugar.
Bokura dake ga shiru ano basho he
Una lagrima baja de nuevo por mi mejilla. Parece que es el final de su canción. Siento la letra en lo profundo. Pero siento como que no es mía, no es para mí; es como…como si pensara en alguien.
Por un momento, esa voz, si…yo la reconozco.
Siempre voy a volver.
Itsudatte kaerou.
-Anamnesis es, la capacidad de recobrar las memorias perdidas…
-Esa capacidad que posee un alma para obtener los sentimientos perdidos.
-¿Así que ya lo sabias?
-Acabo de recordarlo.
-Es hora de irme, Pinkey.
-Ve con cuidado, Shine.
Escucho el sonido de la puerta al abrirse. Abro los ojos de golpe al darme cuenta de mi torpeza y giro poniéndome en pie. La puerta se cierra. Observo que dejo las partituras en el piano. Me acerco y las miro un rato. Me siento e intento tocarla. Siento como si tu…su voz estuviera cantando en susurros en mi oído.
Me susurras al oído la letra de aquella canción que compusiste aquel día. Te empujo porque me molestaste cuando leía. “Deja de cantar de una vez” me mira sin cuidado “No puedes negar que te encanta” “Tal vez si…o no, no lo sabrás” “¡A menos que cante todo el día todos los días!” “¡Esta bien, está bien!” Me acerco a ti y te beso cerrando los ojos por unos segundos, hasta que un ataque de risa por parte de ambos nos hace separarnos. “No es justo que tenga que usar el chantaje contigo para que me beses” haces un puchero que no dudo en besar, “O puedes hacer eso” sonríes y me quitas el libro de las manos para salir corriendo. Te encantaba hacerme enojar y a mí que lo hicieras.
Paro en seco y me maldigo a mí mismo. Me levanto tan rápido que la silla cae al suelo. Abro la puerta y corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten. Maldigo al arquitecto que diseñó el lugar por hacerlo tan grande. Blanco, blanco y más blanco. Veo la reja de la entrada y más atrás de ella una silueta negra. “¡Bingo!” una de las enfermeras que está por salir abre y sale, por suerte llego antes de que esta se cierre. Salgo escapando del alcance de las manos de los guardias al empujar a la enfermera contra ellos.
Corro más rápido aun y te veo caminando a paso lento hacia el estacionamiento. “¡Hey, espera!” volteas y me miras un poco sorprendido pero sin detener tu paso. “¡Detente en este momento, imbécil!” obedeces.
Fin Key’s Pov.
Sintió su corazón latir descontrolado. Giro y le vio, con la respiración agitada. ¿Es que acaso el maldito viejo ese le había mentido? ¿Él no estaba…no, no podía estarlo, se había intentado convencer de que sí, pero nunca pudo. Le busco por mese pero nada y el muy desconsiderado de su padre jamás quiso decirle en que cementerio se encontraba. Pero si, ahora, luego de haberle perdido, se dio cuenta de quién era y de cuánto tiempo no pudo darse cuentas. Antes su cabello cubría todo su rostro por eso nunca pudo verlo, jamás supo su nombre por llamarlo “Pinkey”. Estaba más pálido, más delgado, se veía decaído, casi como enfermo, pero con la misma belleza con la que lo recordaba. Estaba un poco cambiado, pero era él. Era Kibum y estaba frente a él.
-¿¡Que no pensabas hacerlo!?- El joven de ojos felinos se lanzó a sus brazos. Casi dejándolo sin aire. Le escucho suspirar mil y un veces-. ¿Cómo es que estas aquí? Pensé…pensé que estabas…muerto.
-Dime, por lo que más quieras, que no eres otro de mis sueños.- Le es inevitable llorar y cargarlo en sus brazos, le siente menos pesado.
-Solo si tú me dices que tampoco eres otro de mis sueños.
Se separaron y se miraron un rato compartiendo sonrisas. Vio sus ojos brillar. Lo analizaba de cabeza a pies. Noto la pequeñas cicatrices que no le había permito ver el uniforme con manga larga. Le tomo del brazo.
-Kibum…¿Por qué de nuevo?
-Y-Yo- Y se vio a sí mismo una vez más atrapado por aquella mirada suplicante por comprensión. Le jalo del brazo y lo aprisiono en sus brazos fuertemente.
-Pensé que habías muerto.
-¿Qué paso?
-Estuve en coma siete meses. Lo siento.
-Siento haberte olvidado, siento TODO- Dijo resaltando la palabra y él lo entendió muy bien.
-¿No crees que ha pasado mucho tiempo ya?
-Deseaba verte, Jonghyun, pero dejaste de venir a mis sueños.
Kibum se tomó de su abrigo y le miro suplicante-. Sálvame, por favor. No me dejes morir una vez más, sácame de aquí, porque te juro que ya no puedo más. Levántame de nuevo…por favor, solo tráeme a la vida por segunda vez, solo tú puedes, Jonghyun.
Kibum cerró los ojos fuertemente y se tragó las lágrimas. Aparto a Jonghyun y le miro con una sonrisa pícara.
-¿Qué dices, Kim? ¿Me ayudas a escapar o eres demasiado cobarde como para hacerlo?
-¿Eso es una proposición?
-Claro, pero no del tipo que yo quisiera.- Jonghyun le sonrió cómplice y recordando aquella noche, pero luego, su rostro se tornó triste.
-Esto es igual que…
-¿Sabes?-. Miro al cielo y abrió sus brazos-. ¡Somos unos completos idiotas, dos meses sin saber quién carajo éramos, genial!-. Giraba y sonreía. Y le vio de nuevo, Kibum siendo el mismo, el alegre, el extrovertido, al que nunca le importo nada, en general. Porque ese era su Kibum, lleno de vida y sin temor a vivirla. Sonrió por las acciones impulsivas del menor.
Se acercó a su auto y abrió una de las puertas.- ¿Entonces, princesa, te llevo?
-¿Eso es una proposición, Kim?
-Por supuesto.
-Entonces, acepto.- Entro con cuidado el auto.- Gracias, joven caballero.
-Las que hacen los monos, señorita.- Seguían totalmente serios en sus papeles.
Luego de que Jonghyun entrara y arrancara el auto, se largaron de ahí, ignorando a los molestos guardias que fácilmente, el de ojos felinos ya había pasado como si nada.
-¿Me prestas tu celular?
-Claro, ¿A quién llamaras?
-Hola. ¿Te digo algo? Deberías comprarle al psiquiátrico unos nuevos guardias, les conviene reforzar la seguridad. Llamaba para eso-. Preparo su voz amorosa-. ¡Adiós, querido padre!-. Y no salía de su personaje aun.
-¡Si tan solo tuviera una foto con su expresión en estos momentos…
-¡Daria millones!
Pararon en un semáforo en rojo, estaban justo en el centro de la ciudad. Había muchas gente a esa hora por las calles. Vieron a unas señoras mayores sentadas en un banco, ellas los miraban atentas, tal vez por ser jovencitos tan guapos, “Otras que no tienen oficio más que el chisme” pensaron.
Se miraron y otra vez, esas sonrisas cómplices.
-¡Oh, amada mía, bésame!-. Exclamo con tono de exagerado obra teatral barata del siglo XVII.
-¡Ven a mí!-. Haciendo más drama abrió sus brazos y abrazo a Jonghyun fuertemente.
Juntaron sus labios y se besaron de manera grotesca y exagerada, soltando uno que otro “Umm” para que fuera imposible no prestarles atención al pasar por ahí.
Aquellas mujeres solo hicieron gesto de asco, algunas se taparon los ojos y otras, simplemente dejaron escapar uno que otro comentario como: “¡Esta juventud de ahora!”
Se separaron-. ¡Cuánto te amo!-. Se sorprendió porque nunca le escucho decir eso.
-¡Y yo a ti, ahora escapemos lejos!- El semáforo se puso en amarillo.
-¿¡Hacia dónde!?-. Cuestiono con tono de “¿Ser o no ser?”
-¡Hacia donde el destino nos lleve!-. Piso el acelerador.
Siguieron su camino, muertos de risa a causa de su propia inmadurez, ¿Pero qué se puede esperar? Solo eran dos jóvenes a los cuales la vida les había jugado muy malas pasadas, mientras ellos, solo pudieron intentar no sucumbir ante estas.
Jonghyun paro el auto y Kibum se bajó. El menor reconoció el camino e inmediatamente se echó a correr, y él lo siguió.
Se detuvo al verle parar en seco. Se acerca a él y se pone a su lado. Los colores del atardecer se reflejan perfectamente en el agua. Dejando un paisaje digno de ser pintado por Monet.
-Parece solo haber sido ayer.
-Pensé que no te gustaban las frases clichés.- Con una sonrisa de labios apoya la cabeza en el hombro del más alto.- ¿Puedes recordar?
-Absolutamente todo.
-¡Venga, has logrado superarlo tú solo!
-Esa canción…tu voz…fueron las cosas que me hicieron recordar. ¿Sabes? Desde el día en que llegaste ese lugar, yo…comencé a rememorar.
-…-
-Dime, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde…
-Casi un año.
-Ahora me parecen segundos.
-Kibum…Te amo.- Quito su cabeza y le miro fijo.
El menor le dedico una de esas sonrisas que hablaban por si solas, casi susurrándole un “Te amo”, el brillo de sus ojos tenía algo especial, algo que hipnotizaba, que embelesaba. Y a Jonghyun nunca le hizo falta escucharlo para saberlo, porque su relación nunca fue así, porque así como eran, estaban bien, y eso, nada podría cambiarlo.
-Yo también te amo.- Sintió un escalofrió en su cuerpo y le miro asombrado. Vio las mejillas contrarias adquirir un tono carmín.- ¡N-No me mires así, perro!
-Da miedo cuando te pones así-. Dijo con aegyo haciendo un puchero, el cual beso el menor.
-¿Hacia dónde el destino nos lleve? ¿De dónde sacaste eso?-Se carcajeo alzando una ceja.
Saco la cajetilla y de esta, un cigarrillo. Lo encendió y se lo paso a Kibum.- Yo no creo en esos cuentos del destino.- Dejo salir el humo de forma lenta y se sentó en césped. El menor lo imito.
-“El destino es una creacion humana para acomodar sus acciones en lo incierto y no en lo verdadero” Es patético- Devolvió el cigarrillo.-¿Qué haremos ahora?
-Ya veremos.
Su actitud siempre fue despreocupada, totalmente diferente a sus padres, siempre tan preocupados por todo. El hecho de que paso toda una vida encerrado en una burbuja, causo que, en vez de lo esperado, no tuviera miedo a nada, toma su vida con calma, sin pensar mucho, porque no es necesario. Y eso, fue una de las muchas cosas que Kibum vio en él, porque eran tan diferentes y tan iguales, con un pasado en común y con actitudes diferentes causadas por eso.
El menor busco hasta tomar la mano de Jonghyun, entrelazo sus dedos. Se sentía bien pero de una forma extraña. Jamás hacían cosas como esa, pero seguro que podrían acostumbrarse. El mayor encontró aquel contacto placentero. Se miraron y rieron nerviosos.
-Te extrañe, me
-hiciste falta.- Le beso lenta, suave y cortamente. Haciendo un sonido que les gusto al separarse. Juntaron sus frentes y no apartaban la vista de sus labios.
Volvieron a besarse y Kibum sintió el sabor de la nicotina en los labios de Jonghyun. Movían sus labios de forma lenta, casi torpes, como si fuera su primera vez. Y al separarse, ese sonido de nuevo, incitándoles a volverlo a escuchar una y otra vez.
Entre beso y beso no pudieron evitar reír por su actitud tan melosa.
-¿Qué mierda estamos haciendo?- Seguía riendo.
-Esto- Le beso-, y otra cosa que creo que se llama fumar…solo creo.
-Algún día moriremos de un ataque al corazón o un cáncer de pulmón.
-Si es contigo, no me importa.- Se encogió de hombros y se tumbó hacia atrás, quedando acostado sin soltar la mano a la que se aferraba, llevándose a Kibum consigo.
-¿Estás diciendo que quieres que muramos juntos?
-Tal vez.
-Suena bien, Kim.
-Pero, yo ya estoy muerto.
Cruzaron miradas una vez más. Estuvieron así varios minutos en medio de un cómodo y apropiado silencio.
-Jonghyun…no me dejes a estas alturas, yo te amo.
-Yo también.- Lo subió encima de él y lo abrazo fuerte.- Pero yo no soy más que un recuerdo, tarde o temprano despertaras.
-¿Volverás mañana?
-Ya no podrás olvidarme mas, me he encargado de que así lo sea.
-Gracias.
-Despierta, Kibum, debes despertar ahora.
-No quiero. Deseo ir contigo.
-Sabes que no puedes.- Le vio desvanecerse y quedarse solo.
-Kibum, despierta, despierta.- La enfermera lo zarandeaba, una vez más, se había quedado dormido en el jardín de nuevo.
Abrió los ojos-. Jonghyun…-. Susurro.
-¿Ha regresado? ¿Le has visto?
-Si, dijo que ya no podré olvidarle.- Sonrió.
-Qué bueno. Pero vamos, es hora de ir a tu habitación.
Se levantó obediente. Y siguió a aquella mujer que tan bien le caía, quien lo trataba de manera normal y no como un paciente más, sino como un amigo. La chica le abrió la puerta y le hizo pasar, se despidió de él y se fue cerrando la puerta tras de sí.
Se lanzó de rodillas al suelo con una mano en su pecho y dejando escapar su llanto. Es que el maldito sufrimiento los estaba matando, su trastorno se había hecho insoportable al igual que el dolor y el vacío que sentía.
Y le dolía, le dolía mucho que todo fuera un maldito sueño que su descabellada mente había generado. Le dolía, porque la poca cordura que poseía le permitía darse cuenta de muchas cosas. Le dolía saber que lo único real de ese sueño fueron sus recuerdos y Jonghyun en ellos. Le dolía recordar que nadie nunca estuvo en coma, que había muerto, pero no solo, porque con él, el muy desgraciado lo arrastró consigo, dejándolo con nada más que su miserable y errante existencia, con unos pedazos de memorias felices que ya no volverían, con un trozo de su alma en las manos y no en su destrozado corazón, con la locura que lo estaba consumiendo en el fuego de su propio infierno, con su ausencia que lo torturaba, recordándole que una vez más, se había quedado solo.
Se carcajeo como el esquizofrénico depresivo que era, burlándose de su propia desgracia, sin intenciones de compadecerse de sí mismo, porque se odiaba. Se odiaba por no haber terminado de la misma forma que él.
-“Nadie en lo alegre de la risa fie, porque en los seres que el dolor devora, el alma llora cuando el rostro ríe”-Cito aquel viejo poema con su última gota de cordura sin dejar de reír.
Se odiaba por no poder dejarle en paz, por aferrarse a la masoquista idea de recordarle a toda costa. Por ser tan débil y patético. Por no tener la valentía de suicidarse porque eso era, un completo cobarde, y uno muy malo.
Y volvía a llorar, mas incontrolable que nunca. Su pobre ser ya no pudo y se desplomo sin más, golpeándose al caer de fauces al suelo helado.
Lo peor de todo no es que fuera un sueño, es que nunca pudo decirle cuanto le importaba, lo que le hacía sentir aún más miserable. Porque lo cambio, lo metió en su mundo de mierda, lo volvió un poco con él, porque sin darse cuenta lo convirtió en un pequeño reflejo de sí mismo. Jonghyun siempre fue el que siempre estaba feliz, quien lloraba cuando quería aunque el mismo decía que no le gustaba. Con el tiempo, ya no lo hizo más, prefería guardarse su dolor y hacer como si no le importaba, al igual que él, que creía ser fuerte, pero no, solo se hacían más daño, solo sufrían más.
Sonrió al compararse con él y luego puso otra mueca de dolor para seguir con su llanto. Kibum era una bomba de tiempo, que exploto cuando su alma rota ya no pudo más. Jonghyun para el si era más fuerte, no era un miserable como el, Jonghyun si podía, si pudo, Jonghyun hubiera sido feliz con alguien más si hubieran intercambiado lugares aquella noche. Tal vez ya le hubiera olvidado, hubiera conseguido aquel sueño loco de estudiar psiquiatría y luego intentar formar una carrera como solista. Porque esa canción “Anamnesis” de verdad hubiera llegado muy lejos. Pero no, porque Jonghyun ya no estaba, porque Jonghyun ya había muerto.
Su cuerpo parecía un saco de huesos. Su piel pálida le hacía parecer un muerto andante, sin embargo, nadie diría que quien pensara de esa forma tendría razón, porque Kim Kibum ya no era el, Kim Kibum se había convertido en nada, absolutamente nada.
Kibum había muerto.
A pesar de todo, nada importaba, él lo vería de nuevo, en sus sueños. Porque ahora que había podido recordarlo, no lo iba a dejar escapar.
“Las personas no tienen un alma ni son un cuerpo. Las personas son un alma que posee en cuerpo. Cuando dejamos de ser una alma, solo queda un cuerpo vacío, sin vida”
"Las personas que viven de recuerdos tienden a morir mas de una vez cada vez que recuerdan, porque generalmente, sus recuerdos en algun momento estan llenos de dolor. Viven torturandose a si mismos con sus tristes recuerdos del placer perdido." ~~La autora.
¿Muy cruel?
Espero y les haya gustado este fic :*
Alguna duda con el final avisarme y les explico.
¡Gracias a todas por leerme!
esa no es la verdadera deficion medica de anamnesis, me base en la deficion en filosofia.
Última edición por americanidiotdshineegirl el Jue Mayo 02, 2013 2:03 pm, editado 1 vez
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
;O;
También pasaré este a la sección de fanfics terminados
¡Gracias por aportar tu historia! :)
También pasaré este a la sección de fanfics terminados
¡Gracias por aportar tu historia! :)
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
es fic es el mejor que he leido solamente dos fic me echo llorar y apesar de que lo leo infinidad de veces todas esas veces he llorado
gracias por subirlo
gracias por subirlo
minho oppa
minho
5
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
¿De verdad? Yo realmente pensé que era un final del asco D: -aun lo pienso- aunque ni ese era el original pero bueeenooo xDDDDDD ¡No llores y gracias por leer!minho oppa escribió:es fic es el mejor que he leido solamente dos fic me echo llorar y apesar de que lo leo infinidad de veces todas esas veces he llorado
gracias por subirlo
Re: ~Anamnesis~ JongKey [Final 7/7] + Epilogo 3/12/2013.
Hola, se que tal vez se habrán olvidado ya de esta vieja historia, pero, inconforme con el final -muy cruel-, les he escrito un epilogo. Realmente, al escribirlo e imaginarme una situación como esta que fuese de verdad, fue duro. Casi lloro escribiéndolo todo, pero no lo hice solo porque estaba en la sala de mi casa lol.
Espero les guste, si alguien lo lee.
Epilogo- Memorias de un loco enamorado.
Querido Jonghyun…
Se preguntaran: ¿Cuanto es 4.395 días? Son 12 años mas dos semanas. Mucho, ¿cierto? D:
Espero les guste, si alguien lo lee.
Epilogo- Memorias de un loco enamorado.
Querido Jonghyun…
Los primeros meses no pude alejar el miedo que traía consigo la idea de olvidarte, pero luego caí en cuenta de que sin importar el tiempo, tú siempre volverías a mí de cualquier forma.
La dulce melodía del piano no ha dejado de escucharse ni una sola noche desde que llegue. De alguna forma, ese hecho me recuerda a las promesas de un futuro mejor que compartimos. Pero yo no pude ser mejor para cumplir mis sueños.
Todo no parece tan blanco como antes, me he acostumbrado al color vacío y he notado para que sirve ahora. Yendo y viniendo, me quede con tan solo una pizca de cordura que logre rescatar. Los días se fueron lentos, y las noches de lágrimas ya no parecen tan cercanas.
Hubieron días en que pensé que moriría, porque el llanto no cesaba y el respirar era casi tan imposible como recordarte, porque ya no había nada más que una oscuridad que lo cubría todo. Si, oscuridad, porque la noche tenía una luna y las estrellas, pero yo no tenía más que aquella luz roja en la cámara de seguridad que indicaba que había alguien analizando mi comportamiento.
¿Sabes? Hace tiempo, tu madre ha venido a visitarme. Ella se veía un poco mejor, pero, incluso si los años se han pasado volando, parecía estar igualmente afectada. Al principio no pude reconocerla, he olvidado los rostros de todas las personas con las que he llegado a relacionarme antes de entrar a este lugar, y, de no haber sido por su corta explicación de sus motivos para visitarme, jamás hubiese yo dejado que entrase.
Pareció fría frente a mí por un tiempo, y la entiendo, aun hoy existe algo de culpa en mí por todo lo sucedido. Le hable de ti, de lo nuestro. La vi llorar suavemente mientras le contaba de tus travesuras y de tus maneras para hacerme sonreír de nuevo.
Nadie además de ella ha venido, y eso es tranquilizante.
Querido Jonghyun…
Los sueños donde te alejas, te esfumas y te olvido dejaron de afectarme. Sin embargo, seguía aferrado a la idea de mantenerte conmigo a toda hora y en todo lugar. No supe cuántos veranos pasaron ahí afuera, más allá de la ventana con rejillas que había en mi habitación. Las píldoras dejaron de hacer efecto y mis ánimos siguieron siendo los mismos que en un principio.
Solo había algo, algo que diferencia ese tiempo de todo lo demás, y era que yo ya no tenía energía. El cansancio se hacía presente todo el día, todos los días. No existía nada para mí, ¿y que podía hacer? No podía hablar con nadie, no podía salir, no podía morir…Entonces, solo me quedaba recordar.
Querido Jonghyun…
Recuerdo que había un chico nuevo con problemas de esquizofrenia. Para esos días yo ya no intentaba aparentar tener un desequilibrio grave, me había dado cuenta que hiciese lo que hiciese, mi familia jamás tendría intenciones de sacarme de aquí.
Por un tiempo nos acercamos un poco, nuestras charlas no podrían llamarse así, jamás hablamos realmente, el parecía más retraído y yo estaba bien con el silencio. Siento que no estoy contándote todos los detalles, porque me da vergüenza decirte que yo ya no era el mismo Kibum, que había cambiado tanto que deberías estar decepcionado.
Sin embargo, hubo una vez, una conversación, antes de que se fuese, mucho antes de eso; y puedo recordarla a la perfección. El me observaba sentado en uno de los pequeños muros que bordean los corredores abiertos del lugar, mientras, yo me encontraba desparramado, bastante deprimente, sobre el piso, con la espalda recargada en uno de los pilares. Entonces, sin que pudiese anticiparlo, hablo:
-Estas muerto…
No pude escucharlo en un principio, pero ahora que me esfuerzo por recordarlo, fue eso exactamente lo que afirmo.
-¿Qué?
-Estas muerto, ¿No es cierto? – Dio una calada a su cigarrillo, sus amigos los traían a escondidas. –No parece que tengas nada por lo que vivir…
Yo reí inevitablemente, y, a punto de darle la razón, abrí la boca para hablar, pero las palabras no salieron en ningún momento. Me quede estático, como perdido. Después de todo, eso no era tan cierto como parecía.
-Estoy vivo. Vivo de mis recuerdos, de la felicidad que me han dejado, y del dolor que me causa su lejanía. – Argumente, dando me cuenta, por primera vez, de que esa había sido mi realidad durante varios años, y lo fue durante muchos más.
Guardo silencio de nuevo, casi comprendiéndome, sonriendo porque vaya a saber el que cosa. Creí que no tenía nada más que agregar, y que había emprendido un nuevo viaje a otro de sus muchos mundos. Sinceramente, me gustaría saber que estaba pensando en ese momento, las fascinantes aventuras que vivían sus pensamientos.
-Si vives de recuerdos, ¿Cómo se supone que morirás? -. Pregunto tomándome desprevenido.
Ladee mi cabeza, pensando un poco, pero antes de poder hacer eso, no había notado yo que de mis labios ya se había escapado una respuesta.
-Moriré el día que olvide. ¿Sabes? Estuve a punto de morir una vez…
Después de eso ya no dijo más. Sonrío porque su recuerdo me causa una triste nostalgia, un poco inquietante, pero a la vez tranquilizante. Hoy día, quisiera saber que le habrá ocurrido cuando salió de este lugar. Se fue sin una despedida, de un día para otro, no volví a ver sus brillantes cabellos caer sobre sus hombros cuando caminaba de espaldas, tampoco volví a ver esas sonrisas que plasmaba en su rostro cuando parecía pensar en algo que le hacía feliz. ¿Pudo haber sido feliz? Porque yo pude notarla, luego de tantas horas de silencio compartidas, su tristeza…Taemin, ese era su nombre, era un chiquillo encantador.
Espero que el aun siga vivo, porque fue quien me hizo darme cuenta de muchas cosas con sus preguntas repentinas y sus inesperadas risotadas.
Querido Jonghyun…
Me sentí muy solo luego de que Taemin se fuera sin dejar rastro. Para esos días yo había dejado de pensarte días enteros, pero no de extrañarte toda la noche y madrugada. Seguía usando mi uniforme de mangas largas, ver las cicatrices aún era mucho para mí.
Poco a poco, estaba intentando superar todo solo, como antes, ¿recuerdas? Solo que, esta vez, yo estaba completamente vivo. Había muerto una vez cuando te perdí, pero, ¿No debía tomar la muerte como otra oportunidad para vivir? Sinceramente me sentía muy débil para hacerlo realmente, pero, de a poco, creo que he avanzado mucho.
Fueron duras las noches de lágrimas que no mermaban, una tras otra, cada una un recuerdo, cada una un dolor. Después de todo, yo tenía que seguir fuerte. Por ti, porque me habías salvado muchas veces sin darme cuenta antes, y no quería destruirme tanto como la última vez. Nunca más, mi amor…
Querido Jonghyun…
Los últimos 4.395 días han sido realmente duros sin ti.
Te escribo esto porque necesito que sepas mi historia dentro de estos cuatro gigantescos muros. ¿Sabes? La dulce melodía de piano, puedo escucharla aun, aquí, sentado en esta silla delante de esta mesa en esta vacía habitación de paredes blancas; y ella, esa dulce melodía que tocaste para mi aquellas noches asoladas, es la única que puede recordarme esos días en que la cordura amenazaba con dejarme. O, como tú la llamaste, Anamnesis: La historia de un loco enamorado. Si, ese nombre puede describirnos perfectamente. Pero, ¿Tú también puedes escucharla? Si, la melodía está por terminar.
¿Aun recuerdas ese día? Me sorprendo porque me doy cuenta de que no he olvidado nada de ti. Estuvimos charlando un rato en la terraza sobre la Anamnesis y lo interesante que te parecía, no pensaste en nada más que en eso durante todo el día. Me levante en la madrugada, y, como esperaba ya, no te vi a mi lado. Salí de la cama y baje al último piso, y estabas ahí, con ese pijama gracioso que te había gustado tanto, tocando el piano. Mantenías los ojos dulcemente cerrados, y las notas parecían tocarse solas, luego comenzaste a cantar de repente, sorprendiéndome y mirándome por encima del hombro, porque habías notado mi presencia, y, por primera vez, no me sugeriste que volviese a la cama.
-Anamnesis: La historia de un loco enamorado, le pondré así. ¿Te gusta? -. Me preguntaste sin dejar de tocar. Era nuestra historia… ¿Querías decir, que, aunque murieses, seguiría ella contigo? Me gustaría pensar que si…
Hay algo que no te he dicho aun, y es que hoy partiré, saldré de aquí. Siento si ya no soy aquel del que te enamoraste en aquella época en que cometimos muchos errores como para contarlos, pero los sentimientos siguen en mi tal y como tú me los entregaste, intactos. Ha sido una larga lucha en contra del olvido, pero supongo, que aun si mi memoria no permanece y yo muero contigo en el olvido, seguiremos juntos sin importar que. En aquellos lugares que compartimos, los recuerdos se reproducirán una y otra vez.
Solo ese pequeño niño de cabellos largos puede recordarme bien ahora, creo yo. Mis padres se han olvidado de mí, y los tuyos…para ellos aún debe ser difícil recordarte al verme. Esa es una de las razones por las que hoy puedo salir. Pero también porque quiero, porque me canse de vivir aislado del mundo que tanto odio, pero al que tengo que hacer frente. No puedo vivir evitando la realidad, ¿No fueron esas tus palabras?
Admito que hubo un tiempo en que pensaba que quedarme aquí y ahogarme en el dolor sería muy fácil, mas luego pensé que sería mejor recordarte, yendo por ahí, mirando el cielo en las noches, y preguntándome donde podrás estar, a estar patéticamente anclado a una cama vacía, porque, es como si yo no estuviese aquí.
Allá afuera las cosas ahora han cambiado, ha sido mucho tiempo, todo debe ser totalmente diferente, y he perdido muchas oportunidades, pero aquí dentro he aprendido muchas cosas. Un día perdido fuera es un día que gano aquí dentro, sin embargo, he olvidado como es vivir realmente. He decidido recordar todo eso, sé que será difícil, pero, no puedo dejarme morir. ¿Verdad? Aun si no soy tan fuerte, y los días siguen siendo difíciles, un puedo bajar la mirada, porque… ¿Cómo si no, podre ver las estrellas y recordarte?
Mientras siento que es hora de una despedida, la melodía que tocabas para mi termina de escucharse, y con su partida, llegan a mi esos nítidos recuerdos tuyos: Aquellas canciones improvisadas que te mantenían despierto noches enteras, tu gran sonrisa, aquella tan brillante que me dedicabas cuando me descubrías mirándote, aquella insistencia tuya porque descansase bien y no perdiese mi tiempo en ponerte atención cuando podía estar durmiendo tranquilamente. Aquel afiche de tu banda favorita, aquella canción que no dejabas de tararear en clase, aquella mano que de una u otra forma siempre terminaba aferrada a la mía, y aquel afán tuyo por defenderme aun cuando tenías miedo. Aquella actitud desafiante y aquella dulzura que solo yo conocí realmente, aquella indiferencia a los problemas, aquel optimismo, aquellos brazos protectores que durante días tormentosos estuvieron ahí para mí. Pero sobre todo, aquella ternura con la que acariciabas mi cabello en las mañanas y aquellos besos que parecían querer robarme el alma.
Pesadamente me levanto, sintiendo una gran alivio en mi ser. Y hay algo nuevo, algo me recuerda por que estoy y por qué me voy… ¿Puedes, tú también lo escuchas? Otra melodía está sonando, ¿La tocaras para mí, la próxima vez que nos veamos?
Me gustaría creer que, además de este y en mis sueños, hay otros lugares, muy muy lejos de aquí, y que tu estas ahí, en alguno de ellos, esperándome. Suena bien, ¿No es cierto? Tal vez ahí hay un piano, y eres tú el que toca la melodía que ahora escucho.
Llevo un bolso en mi hombro con mis ropas viejas que no he usado ni una sola vez desde que llegue, increíblemente, me sigue quedando.
Desde ahora, seguiré, sin olvidarte. Y, Jonghyun, gracias por los recuerdos, por las sonrisas robadas, y por el amor que aún conservo, eso que me regalaron esas miradas de cachorrito demandantes de atención.
Mientras salgo de este lugar, aun sin dejar de escribir, la melodía de piano suena más fuerte y sonrió, porque solo nosotros podemos escucharla. Las puertas se abren para dejarme salir, y, aunque tengo miedo de lo que pueda esperarme allá fuera, salgo y camino asombrándome por todas las imágenes nuevas. ¿Es este el mundo en donde tú y yo habríamos vivido miles de aventuras más? ¿O el “quizá” hubiese sido diferente? No sé, solo estoy seguro de que, si la melodía deja de sonar, tu comenzaras otra para mí.
Toca, toca que yo siempre poder escucharte.
Querido Jonghyun, me despido, espero verte pronto.
Se preguntaran: ¿Cuanto es 4.395 días? Son 12 años mas dos semanas. Mucho, ¿cierto? D:
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