Eran las 8:45 ésa noche en Seúl, Dios, yo aún no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo luego de un largo viaje, había tomado mis maletas mientras destensaba mis piernas debido a tantas horas sentado en el avión, haber viajado desde Masan a la gran ciudad me tenía exhausto. Mientras caminaba entre la multitud en el aeropuerto, me preguntaba ¿dónde podría estar?, ¿dónde podría estarme esperando él? Buscaba entre la gente pero no podía encontrarlo, iba a llamarle a su celular, cuando de pronto escuché un grito, ése grito de emoción tan peculiar a tan sólo unos metros de distancia, entonces supe que la había encontrado, a mi mamá en persona.

– ¡No puedo creerlo! –Me giré ante el ruido de esa voz, no pude siquiera terminar de sonreír cuando ya lo tenía rodeándome del cuello, en un apretado y cálido abrazo–. ¡Mi Taeminnie, te extrañé tanto!

–Pero sí sólo estuvimos separados seis meses, Key –Murmuré a duras penas, porque me tenía muy bien estrujado, sin embargo, se separó pronto y me miró con esos ojos felinos.

– ¡No importa! Seis meses es mucho tiempo, ya estás tan cambiado… –Exclamó revolviendo mis cabellos, prestando especial atención en ellos–. ¡Te teñiste el cabello! –Sabía que lo había notado, bueno, cambiar de pronto el cabello oscuro por un rojizo fuego era algo casi imposible de dejar pasar.

–Tú te lo teñiste cuando tenías mi edad –Dije mirando su cabello rubio, aún lo mantenía como en ese entonces–. Además lo necesito ahora –Le sonreí, él asintió con la cabeza y volvió a abrazarme, realmente me extrañaba tanto como yo a él.

– ¡Ah!, no me la creo que estés aquí –Agregó al apartarse, sin borrar su sonrisa–. Pensé que te iba a costar más trabajo convencer a tus padres, ¡pero mírate! Sigues tan dispuesto a seguir con el baile…

–Pues claro, si por eso vine –Murmuré emocionado, él tenía razón, estaba realmente dispuesto a seguir con lo que más me apasionaba.

– ¿Nada más? –Preguntó triste, inflando las mejillas. Yo me reí ante esta reacción, y golpeé ligeramente su brazo.

– ¡Y para verte también, tonto! –Aseguré con sinceridad, él sonrío devolviéndome el golpe, y me ayudó con una de las maletas que había dejado arrumbadas en el suelo al recibir su agradable bienvenida–. Muchas gracias por aceptar mi propuesta, imagino que fue difícil convencer a tus tíos.

–No te preocupes, no era una perita en dulce viviendo con ellos, ¡ya querían correrme! –Me dijo riendo, con esa risa tan contagiosa que al instante me tuvo ahí carcajeándome de la misma manera. Una vez nos calmamos, Key me rodeó con su brazo el hombro mientras decía–. Pero mejor hablemos de eso en otro momento, ¿ya cenaste? –Negué con la cabeza, y empezamos a caminar, en búsqueda de un local donde pudiera comer, pues realmente tenía mucha hambre.

Mientras comíamos unas deliciosas hamburguesas, algo inusual en mi dieta diaria, Key, como adoraba que la gente le dijera, me habló sobre nuestro plan, dijo que todo iba sobre ruedas, y entonces me emocioné mucho.

Él y yo somos primos y mejores amigos desde tenemos certeza de la existencia del otro, nos conocemos desde pequeños y siempre pasábamos tiempo juntos porque las casas de nuestros padres estaban muy cerca, a pesar de la diferencia de dos años entre nuestras edades, todo el tiempo nos llevamos de lo mejor, él me apoyó con mi sueño de ser bailarín profesional cuando nadie en mi casa lo aceptaba, pero se mudó a Seúl a casa de sus tíos porque quería cumplir su sueño de ser diseñador de modas, y ahora que yo me gradué, he cumplido 18 años y él 20, así que pensé que sería buena idea que rentáramos juntos un departamento, para que él saliera de casa de sus tíos y yo pudiera perseguir mi sueño al igual que él. Por supuesto, convencer a mis padres fue un trabajo muy difícil, puesto que nunca han querido soltarme, pero pude lograrlo después de comportarme como el mejor hijo del mundo durante los seis meses que estuvo fuera Key. Al final no resultó tan complicado, yo era un verdadero ángel.

Tan pronto me contó su idea, y la cantidad de dinero que tendríamos que repartirnos para pagar la renta de cada mes, terminamos de cenar y nos encaminamos a casa de sus tíos, donde pasaría solamente una noche antes de mudarnos… De verdad que cuando entré a esa casa me di cuenta de que era obvio que Key no soportaba mucho tiempo encerrado en un lugar así, era muy aburrida, aunque sus tíos eran personas muy amables y cálidas, quizá ese ambiente encajaría conmigo, pero no con Key. Aún así estaba seguro de que ambos no podíamos esperar porque fuera el día siguiente, para conocer nuestra nueva vivienda.

La mañana siguiente llegó rápido, era sábado y mi primo Taemin y yo estábamos demasiado emocionados porque por fin tendríamos un lugar donde vivir lejos de las reglas de nuestros parientes. Él se veía muy feliz y yo no podía evitar alegrarme por él, lo vi tan cambiado y tan alegre, dispuesto a hacer lo que le viniera en gana, y eso me encantaba, porque él solía ser tan distinto en ese aspecto, me gustaba ver que se había decidido por fin a hacer lo que en verdad le gustaba. Esa mañana arreglaríamos todo lo de nuestro departamento, y después yo lo acompañaría a ver lo de la academia de arte a la que quería entrar para desarrollar sus habilidades en baile; si lograba una buena impresión podría recibir muy buenas recompensas, así que imaginaba que él estaba nervioso en el fondo, aunque era tan bueno bailando que yo no dudaba que fuera a causar la mejor impresión a todo aquel que lo viera.

La calle en la que se hallaban los departamentos era por demás bonita, sabía que a Taemin le agradaría porque tenía un aire tranquilo y pintoresco, similar a una calle tranquila en Nueva Jersey, sonreí al ver su cara de asombro cuando nos acercábamos a nuestro destino.

–Disculpe –Arribamos a la recepción con nuestras maletas, en seguida nos atendió un muchacho de cabello negro y corto–. Vinimos a rentar un apartamento, ya había llamado antes por teléfono.

–Oh cierto –Me respondió tras el módulo de atención–. Kim Kibum, ¿verdad?

–Sí –Asentí sorprendido–. ¿Cómo supiste?

–Tienes cara de ser Kibum –Dijo sonriendo.

– ¿Y también de ser Kim? –Preguntó Taemin mientras que yo seguía impresionado, ¿cómo pudo adivinarlo? El casero sonrió nuevamente, y apuntó hacia la camiseta que yo había escogido esa mañana con sumo cuidado.

–Lo llevas en tu gafete –Aclaró entre risas, no pude evitar reírme también. Era cierto, llevaba el gafete con mi nombre del departamento de moda en el que trabajaba porque no había encontrado un lugar dónde guardarlo, además de que trabajaría esa tarde después de acompañar a Taemin a la academia, me volví perezoso y simplemente olvidé guardarlo–. Mi nombre es Shim Changmin, para servirles chicos –Se presentó amablemente.

–Gracias, yo me llamo Taemin y él es Kibum –Respondió mi primo con alegría–, pero le gusta que le digan Key.

–Entiendo eso, a mí me gusta que me digan Max.

–Entonces podemos llamarnos por nuestros apodos –Comenté sonriendo, el casero Changmin me respondió de la misma manera, esbozando una sonrisa mientras asentía con la cabeza.

–Creo que tengo el apartado indicado para ustedes muchachos, síganme –Nos dijo saliendo del módulo de atención, incitándonos a seguirlo.

Subió las escaleras y nos encaminó por el primer pasillo, era en verdad muy bonito y acogedor, había unas cuantas lamparillas a los lados, apagadas obviamente porque aún era de día, y varias puertas de color verde. Observaba todos los detalles mientras escuchaba un bello sonido provenir de una de las puertas del pasillo, era música, tranquila y hermosa, acompañada por la voz de una persona, una voz preciosa, como nunca oí en mi vida, me preguntaba si el inquilino dentro del cuarto estaría viendo televisión y por ende, de allí vendría esa voz, pero Changmin no tardó en aclarar mi duda sin tener que preguntárselo siquiera.

–Lo siento, el vecino de la 230 ama cantar, es músico, espero que el ruido no les moleste.

–No, en absoluto –Contesté–. Es muy bueno –Lo decía enserio, su voz era por demás hermosa, sonreí al ver que Taemin asentía con la cabeza, demostrando que también le gustaba.

–Me alegra oír eso –Se detuvo Changmin, sacando un llavero con todo el montón de llaves de las puertas de la casa–, porque su apartamento se encuentra justo en este pasillo. Puerta 235 –Incrustó la llave y abrió la puerta. Nosotros nos acercamos rápidamente para ver–. Ojalá les agrade.

Y por supuesto que nos agradaba, desde la puerta podíamos ver que era amplio, con la cocina a la mera entrada, y la sala siguiendo de ella, podíamos imaginar que más atrás veríamos los cuartos. Era espacioso, cómodo y de linda apariencia, por supuesto que nos gustaba, Changmin podía notarlo en nuestras caras, así que antes de partir no vaciló ni un momento para entregarme una copia de las llaves del apartamento.

–Disfruten su estancia, estaré abajo por si me necesitan, para que discutamos el precio después.

–Por supuesto, muchas gracias –Le dije, él sonrío y se alejó mientras contestaba:

–Gracias a ustedes.

Taemin y yo entramos con nuestras maletas, yo cerré la puerta, pero él ya estaba corriendo por la sala, atravesándola seguramente para ver el resto del apartamento. Entendí el punto y corrí lo más rápido que pude para alcanzarlo, pues ése diablillo quería apartar la mejor cama, y yo no lo dejaría salirse con la suya. Corrí tras de él, y efectivamente ya estaba abriendo la puerta de la habitación, encontrando el par de camas que había dentro. Sólo tenía un cuarto porque no contábamos con mucho dinero, hablé sobre eso con el casero antes de llegar, así que ya estábamos dentro de nuestro cuarto predestinado. Taemin se echó sobre una de las camas, la que se encontraba más cerca de la ventana, festejando porque me había ganado. Me acerqué a pasos rápidos y lo tomé de las piernas para bajarlo de allí, él se empezó a reír mientras hacía lo posible por mantenerse arriba, pues sabía muy bien que yo amaba el lado de la ventana, no importaba si era un cuarto o un camión, yo debía ir en la ventana.

– ¡Eres un tramposo, Minnie! –Me quejé gritando, enojado conmigo mismo por no poder bajarlo.

– ¡Yo la vi primero, tienes que ser justo! –Aún se resistía, era increíble que siendo menor que yo fuera incluso más fuerte.

– ¿Hablas tú de justicia? –Le dije–. ¡Me harás reír, mocoso!

– ¿De verdad quieres que te haga reír? –Cuestionó esbozando una sonrisa maléfica, no tuve tiempo siquiera de alejarme, porque ya me estaba haciendo cosquillas. No pude evitarlo, me reí como loco, ese era mi punto débil. Recibí tantas cosquillas que terminé perdiendo el equilibrio, cayendo al suelo con Taemin sobre mí, carcajeándose fuertemente al ver lo rojo que me estaba poniendo de tanto reír.

Para mi suerte en ese momento, una llamada a mi celular interrumpió el ataque de cosquillas de mi primo.

– ¿Diga? –Contesté aún riendo–. ¿Nicole? –Taemin se incorporó, permitiéndome hacer lo mismo–. Hola chica, ¿qué ocurre? –Era mi mejor amiga, quien trabajaba conmigo en el departamento de moda.

–Key, tienes que venir pronto, el jefe quiere hablar contigo –Me dijo, y por su tono pude adivinar que se trataba de algo serio.

– ¿Sobre qué?, ¿pasó algo?

–No lo sé, pero se ve muy molesto. Aquí te espero.

– ¿Eh? –Susurré sorprendido–. Me colgó... Sonaba a algo urgente –Miré a Taemin, con sus ojos preocupados puestos sobre mi rostro–. Tae, lo siento mucho, voy a tener que irme antes, pero si quieres puedo llamar a un amigo para que te acompañe a la academia.

–No, no lo hagas Key, no tienes de qué preocuparte –Me respondió con una gran seguridad–. Soy grande ahora, puedo cuidarme solo, además ya sé dónde está la academia, vete tranquilo –Yo no le creía mucho, pero no podía darle la contraria, necesitaba llegar a mi trabajo.

–Tonto, por supuesto que no me iré tranquilo, pero al menos sabré que estarás bien –Busqué entre mis maletas unas cuántas cosas que creí necesarias, salí de la habitación mientras hacía una seña de teléfono junto a mi oreja–. Me llamas cuando termine tu audición.

–Claro, primo –Contestó sonriendo–. Nos vemos luego.

Yo asentí, aún no muy convencido, pero salí del apartamento lo más rápido que pude, dejándome llevar por mi preocupación, me preguntaba por qué mi jefe querría verme.

Sabía que le había dicho a Key que se fuera tranquilo, pero realmente no tenía idea de cómo llegar a la academia de arte. Estaba preocupado por la llamada que Key había recibido, así que preferí dejarlo ir porque era necesario. Aunque supongo que fui un tonto al no aceptar ayuda de ningún amigo suyo, quería sentirme independiente, pero en el fondo tenía la certeza de que aún no lo era.

Luego de una hora desempacando y ordenando mis cosas, bajé las escaleras y me aproximé a Changmin, un tanto tímido porque estaba hablando con algunas personas, esperé a que se acercara primero para preguntarle la dirección exacta de la academia, si hubiera sido posible le hubiera pedido incluso un mapa, él buscó la dirección por computadora y me la entregó anotada en un papel. Le agradecí y salí en búsqueda de ella, tratando de dejar en lo más profundo de mi ser todo el nerviosismo que tenía por presentar mi audición, pensando sólo en las cosas positivas, y en los beneficios que podría obtener si era admitido.

Arribé al lugar, era justo como en las fotos, o incluso mejor de lo que había soñado, tan grande y extensa, mis piernas temblaban al entrar, había mucha gente paseándose por el jardín, el cual tenía que cruzar si quería llegar a la recepción. Tenía miedo, pero Key me había dicho que podía hacerlo, aunque no pudo acompañarme, todavía sentía sus palabras de aliento, así que me dirigí a la recepción y sin titubear le dije a la chica tras el módulo de madera de atención.

–Vengo por las audiciones de baile de hoy, ¿tú podrías darme información? –Pregunté sin más, luego me di cuenta de que le había hablado informalmente, de verdad que estaba muy nervioso, así que tapé mi boca luego de decirlo. La chica sonrió dulcemente, y después me dijo:

–Claro, espera un momento por favor.

Se alejó buscando algo, yo suspiré una vez me quedé solo, tratando de calmar mis nervios, no tardaría mucho en presentar mi audición. ¿Podría de verdad hacerlo? Bajé mi cabeza tratando de relajarme, y poco a poco la subí mirando entre la multitud que caminaba presurosa a mi alrededor. Pude haber vuelto la mirada hacia el módulo de atención sin tener nada qué hacer, pero mis ojos se quedaron clavados en algo, mi atención se centró solo en él, en esa persona a quien en aquel momento vi por primera vez.

–… De hecho, solamente tenías que ser sincero conmigo… Perdón por molestarte –Fueron sus palabras justo antes de empezar a alejarse. Miré al piso, no podía razonar con claridad debido a los segundos siguientes, en los que un vago recuerdo de una situación similar vino a mi cabeza de repente…

– ¡Perdón por estarte molestando a cada rato! –Gritaba al darle la espalda, sus padres no estaban–. Y gracias al menos por decirme la verdad… –Agregué, sarcástico.

Pensaba marcharme, dejar todo atrás en aquel momento en el que simplemente me encontraba tan destrozado, tan desilusionado.

–Minho, entiende… –Pero él me detuvo tomándome del brazo, como quiera, era más fuerte que yo en ese momento.

– ¡Lo entiendo! –Me giré–. Tú no me quieres, eso es todo, no necesitas adornarlo con palabras bonitas, Yunho –Estaba al borde del llanto.

Yunho suspiró, llevó ambas manos hacia mis hombros, y me miró fijamente.

–Hago esto para protegerte –Dijo–. Si mis padres descubrieran que estamos juntos, te tratarían peor de cómo te tratan ahora.

– ¡Tú sólo quieres ocultar que estás metiéndote con el hijo del tipo intermedio entre el matrimonio de tus padres! –Hablé sin siquiera pensarlo, recuerdo que estaba demasiado enojado como para preocuparme por eso. Luego bajé el tono, pero sin disminuir mí enojo–. Si quisieras protegerme, no me dejarías de lado así como así.

–No es así como así, Minho, a mí en verdad me duele hacer esto.

–No te creo –Insistí. Yunho soltó un suspiro de cansancio.

–Por favor, simplemente tratemos de ser sólo hermanos, como antes.

– ¡Pero si no hay lazos de sangre entre nosotros! –Alcé el tono, completamente alterado–. ¡Sólo porque tus padres decidieron cuidarme, no significa que seamos hermanos! Aunque ahora que conozco las razones de tu mamá, no me sorprende mucho que insistiera tanto con la idea de que yo viviera con ustedes –Agregué con cierta malicia, dándole la espalda–. Pero nadie me quiere aquí ahora, así que me iré, al fin y al cabo yo sé cuidarme solo –Iba a largarme de ahí, pero Yunho volvió a detenerme.

– ¡Tienes 16 años, dudo mucho que sepas cuidarte solo! –Estaba sosteniéndome fuertemente de la muñeca, pero luego de un par de segundos, se relajó–. Escucha, te ayudaré a salir de esta casa poco a poco, así que por favor no hagas algo estúpido ahora. Como condición sólo te pediré que te olvides de mí…

–Eres un cínico –Siseé.

–Ódiame todo lo que quieras, pero cuando crezcas lo entenderás.

Y continué sin entenderlo… A pesar de que mi relación con Yunho se reconstruyó con el paso de los años, yo me fui convirtiendo en un tronco cada vez más torcido. Quizá él decía la verdad cuando repetía que quería protegerme, pero al final de cuentas, las cosas resultaron peor para mí. Hubo un tiempo en que lo odié por cambiar mi manera de pensar, por destruir mis ilusiones y provocar que viera todo de un modo distinto, aunque siempre le agradecí por permanecer a mi lado, cuidándome aunque fuera solamente como un hermano. No quería que Taemin terminara odiándome igual y posteriormente, se perdiera tanto como yo lo hice en tantas tonterías, no quería cometer el mismo error que Yunho cometió conmigo, no quería ser un cobarde, pero sobretodo… no quería perderlo.

–De hecho, solamente tenías que ser sincero conmigo… Perdón por molestarte.

–Ese es el problema, no estoy siendo sincero… –Lo tomé de la mano, deteniendo sus pasos, pero provocando que se girara un poco a verme, mostrándome sin querer aquellas lágrimas que corrían a través de su suave rostro. Tiré de su mano para empezar a correr hasta las escaleras que se hallaban a nuestro costado, subí, de modo que quedamos en un rincón en el que no había nadie más que nosotros dos.

– ¡Suéltame…! –Se quejó, tratando de soltar mi mano, y yo no encontré otro modo de calmarlo más que lo que hice a continuación: lo abracé por los hombros, entrelazando mis manos fuertemente frente a su pecho. Odiaba que llorara por mi causa, me sentía como un estúpido y me aborrecía por lastimarlo de esa manera–. ¿Qué te pasa? –Cuestionó en un susurro.

–Tengo miedo –Le respondí, recargando mi barbilla en su hombro, y murmurándole lo siguiente, muy cerca del oído–. Tú no me molestas Taemin, jamás podrías hacerlo. No quiero perderte, es sólo que estoy tan confundido, no quiero hacerte daño, pero tampoco quiero que te vayas –Él se giró hacia mí, buscando mi mirada, y la sinceridad de mis palabras–. Tienes razón, estoy siendo un cobarde –Admití, él bajó la vista, y yo proseguí con cada frase que de pronto venía a mi mente. Al fin lo entendía todo, al fin era capaz de sincerarme–. Perdóname, no pienso en esto con claridad. Es verdad que nada sucedió anoche, no quise aprovecharme de ti, porque sabía que no estabas consiente. Pero también es verdad que cuando te conocí, sólo buscaba acostarme contigo… –Me miró de nuevo–. Yo soy así, soy detestable, y tú no me conocías bien, te mentí y me equivoqué en la manera de acércame a ti, lo reconozco, no debió haber sido así, pero la verdad es que… –Mis palabras se turbaron, me puse tan nervioso como pocas veces lo había hecho, pero hice un esfuerzo para ser capaz de admitirlo y confesárselo–. Estoy enamorado de ti, por eso es que quiero que te alejes, para no lastimarte, pero me doy cuenta que al querer hacer eso sólo estoy logrando que me odies, y que pases por el sufrimiento que precisamente estoy tratando de evitarte –Sin dejar de hablar, llevé ambas manos hasta su rostro, cubriendo sus mejillas enrojecidas. Entonces lo miré fijamente a los ojos–. Escúchame, jamás le he dicho esto a alguien, pero te amo –Él bajó la mirada–, de verdad te amo, Taeminnie.

– ¿Si me amas, por qué quieres dejarme ir? –Preguntó. Yo contesté con la verdad.

–Porque soy un tonto, pero ahora quiero tratar de impedirlo –Volví a rodearlo con mis brazos, buscando el calor de su cuerpo. Él no se movió de ningún modo, simplemente recargó su cabeza junto a mi cuello. Podía sentir su respiración tranquilizándose con cada segundo que pasaba en silencio. Cerré los ojos, percibiendo mi corazón, que latía frenéticamente, como un loco, y tan sólo por un pequeño abrazo. No podía estar más seguro, así que sin pensarlo mucho previamente, volví a expresarme con palabras–. Siempre me siento tan solo, tú eres el único que me hace sentir realmente acompañado, realmente escuchado… –Me separé un poco de él para volver a mirarle a los ojos–. No quiero ser tan idiota como para desperdiciar un sentimiento así, de verdad te quiero.

–Minho, yo... también te quiero –Dijo claramente, aunque luego evitó mirarme de nuevo–. Pero necesito que me demuestres que lo que dices es cierto, no puedo permitir que me correspondas sólo por lástima, ni mucho menos que me dañes con mentiras.

–No lo haré, no volveré a mentirte. De verdad, eres el único al que quiero de esta manera –Lo tomé suavemente de la nuca con mi mano, atrayéndolo hacia mí para volver a abrazarlo, y recargar mi mentón en su hombro. Cerrando mis párpados ante el cálido sentimiento de tenerlo conmigo–. Si me aceptaras ahora, me harías tan feliz… –Murmuré.

– ¿Si te aceptara? –Preguntó suavemente.

–Quiero ser tu novio –Confesó Minho. Quedé tan sorprendido por esas palabras, que no pude evitar separarme de él.

– ¿Que quieres ser qué…? –Cuestioné, lo había entendido perfectamente, pero sólo quería escucharlo otra vez.

–Tu novio –Lo repitió, aunque podía notar en su cara un rastro de vergüenza. Suspiró y continuó diciendo: –Quiero que seas sólo para mí, pero entiendo si tú no aceptas ahora.

–Minho –Bajé la mirada hasta el suelo–. No es que no quiera, es sólo que después de lo que me dijiste…

–Entiendo, te es difícil aceptarlo –Parecía que me leía la mente–. No te preocupes, esperaré y te demostraré que me importas tanto como lo digo, porque no quiero volver a hacerte daño –Llevó una mano hasta mi cabello, y lo revolvió con suavidad. Luego sonrió. Realmente no había rastro de aquel que me encontré hacia unos minutos, y empezaba a creer que en verdad cumpliría su palabra. Me sentía cálido de nuevo, pero no podía olvidar tan fácilmente lo que me había dicho. Él borró su sonrisa al ver que yo no respondía nada, y luego me dijo con algo de tristeza–. Por favor, créeme.

Esa expresión de niño triste era de pagar por verla. Sonreí antes de murmurar:

–Te creo –Entonces su cara de alegría volvió a presentarse. Yo me perdí en sus ojos de nuevo, era inevitable, sin embargo, al notar que se acercaba lentamente pero aún más hacia mí, comencé a asustarme, ¿acaso pretendía besarme en los labios así tan fácil? Cerré los ojos fuerte en lugar de decir algo, actué muy tonto, pero en vez de besarme en la boca, como creí que lo haría, Minho me depositó un dulce roce de sus labios en la frente. Tan suave y tan delicado, pero que aun así me hizo estremecer debido a lo sorpresivo que fue.

–Gracias –Susurró con esa bella sonrisa. ¿Cómo se suponía que continuara con mi fase de chico lastimado y furioso si él me regalaba esa expresión? Admiraba el hecho de que pudiera decirme tantos sentimientos tan claramente y en palabras, algo que yo jamás me atrevería a hacer. No podía seguir molesto con él, y fue entonces cuando me di cuenta de que podía perdonarle todo, absolutamente todo, sólo a él.


Una semana pasó desde la excusa loca de Taemin. Yo no le creía eso de que se había sentido mal y se había ido a casa de Sulli porque no quería molestarme a altas horas de la noche, el mocoso era muy malo para mentir, pero decidí no cuestionarlo más por sus presentaciones en la obra de la academia, y de paso también abstenerme de asesinar a Minho, ya que Jonghyun me había estado diciendo que Taemin se enojaría conmigo, se pondría nervioso, y posteriormente nada le saldría bien en sus coreografías de la obra, entonces me controlé.
Y hablando de ese vagabundo cantor, luego del par de presentaciones de mi primo, el maldito se había estado largando cada día por sus ensayos de la empresa, ya ni siquiera lo veía en las tardes, siempre nos encontrábamos en la noche por los departamentos, como aquel viernes, en el que venía regresando de mi trabajo, y justo al entrar a la recepción de la residencia, me encontré a Jonghyun y a Changmin mirando detenidamente un papel que se hallaba en las manos del puppy. Parecía algo serio y al mismo tiempo sospechoso, porque en cuanto sintieron mi presencia, ambos me voltearon a ver con los ojos prácticamente en blanco. Me asusté muy pronto.

– ¿Subió el recibo de la luz? –Dije abriendo enormemente los ojos. Entonces, mi cariñoso y también burlón novio, se comenzó a reír de mí. Max sonrió, y Jonghyun se incorporó con aquello (que según pude distinguir, era un sobre) en las manos, para empezar a correr por las escaleras, como un mono. Fruncí el entrecejo–. ¡Hey! –Alcé la voz, y luego miré a Changmin–. Eso es mío, ¿cierto? –Él afirmó con la cabeza antes de hablar.

–Es algo que deberías de ver, Key –Y contestó misteriosamente, con esas palabras que fueron suficientes para que yo subiera corriendo… o más bien, caminando a toda prisa, detrás de Jong.

– ¡Oye, dame eso! –Dije al terminar de subir, encontrándolo a él recargado en la pared del pasillo, con sus manos tras su espalda, como un niño bien portado, cuando de seguro escondía ese sobre tras de sí mismo.

– ¿Qué cosa? –Preguntó sonriendo.

–El sobre, Jong –Le aclaré–, es mío…

–De acuerdo, aceptaré que es tuyo –Avanzó en dirección a la puerta de su apartamento, yo lo seguí y él la abrió, no obstante, se giró hacia mí, impidiéndome el paso, y me dijo, aun ocultando el sobre: –Pero antes de dártelo tienes que adivinar lo que lleva dentro –Yo le sonreí con malicia, y después pregunté, muy cerca de su rostro:

– ¿Alguna carta de mi eterno pretendiente?

– ¿Qué? –Él abrió los ojos muy grande por la impresión, causándome una risa que tuve que guardar para mis adentros–. ¿Te llegan cartas de alguien y yo ni siquiera lo sé?

–No puedo contártelo todo, ¿o sí? –Musité con la intención de molestarlo, cosa que conseguí con éxito, puesto que al momento, Jong se mostró aún más ofendido.

–Falta de confianza, entonces no te lo daré… –Me dio la espalda para entrar a su departamento.

– ¡Jonghyun! –Dije riendo, mientras que lo seguía y estiraba los brazos por sus costados para ver si podía arrebatarle aquel sobre–. Ya deja de jugar y dime qué es –Agregué sin parar de reír. Jonghyun se giró hacia mí, y estiró su mano para ofrecerme el sobre, al tiempo que musitaba con una enorme sonrisa:

–Algo que te hará muy feliz

– ¿Viene de ti? –Lo tomé de inmediato, y comencé a abrirlo, mientras que Jonghyun negaba con la cabeza.

–No, pero me gustaría que fuera así –Esas palabras me dieron más curiosidad, así que me apresuré para abrirlo, y al leer el contenido, fue inevitable… En términos simples: grité como un estúpido de la emoción–. ¿Ves?, te lo dije –Murmuró Jong con una sonrisa, y muy tranquilamente si se comparaba con mi euforia.

– ¡Gané!, ¡de verdad gané! –Exclamé de nuevo, abrazando fuertemente a mi novio. Había ganado aquel concurso de la universidad, mi diseño había sido elegido para confeccionarse en el desfile de modas de una importante marca de ropa. Recibiría mucho dinero gracias a ello, estaba realmente sorprendido–. No lo puedo creer –Murmuré al separarme de Jong, aunque él continuó sosteniéndome de la cintura.

–Te lo merecías, estuviste trabajando muy duro y me prohibiste la entrada a tu casa sólo para concentrarte… –Comentó, no pude evitar reír porque lo decía como si nada, cuando seguro en el fondo seguía enojado por eso, pero callé al notar que me miraba con su bella sonrisa aún presente en sus labios–. Al menos me alegra que haya valido la pena.

–A mí también –Sonreí, mirándole a los ojos, y perdiéndome en su brillo, hasta que él rompió el silencio con una peligrosa sugerencia.

–Esto merece un premio, ¿quieres algo de cenar? –Empezó a caminar hacia la cocina–. Te prepararé algo…

– ¡No! –Lo detuve del brazo–. Mejor deja que prepare algo yo…

–Pero… –Me miró con su cara de cachorrito en depresión, así que suspiré antes de decir algo que sabía que le alegraría:

–Bien, ¿qué tal si me ayudas?

– ¡Wuuju! –Levantó ambos brazos y empezó a festejar, dirigiéndose hacia la cocina. Yo reía como tonto al verlo actuar así, y estaba sumamente emocionado por haber ganado ese importante concurso, pero aun si no fuera por ello, no cabía duda que Jong siempre me terminaba por hacerme sonreír.


Key me dejó ayudarlo a preparar la cena, aunque… debo admitir que no hacía nada más que molestarlo e interrumpirlo. En fin, él sólo se reía y ni siquiera me regañaba como siempre, realmente el recibir la noticia de haber ganado lo había hecho muy feliz. Yo estaba alegre por él, me encantaba que sonriera de esa manera. Ambos estábamos felices, habíamos conseguido cosas que no habíamos imaginado, y compartirlo lo hacía aún más especial para nosotros, eran perfectos esos momentos en que cenábamos aunque ni siquiera nos sentáramos a la mesa, jugáramos y riéramos de cualquier tontería, y después él me permitiera acercarme para besarlo, acariciarlo lentamente, hasta que me demostrara que quería hacer el amor tanto como yo en ese momento. Nada me hacía más feliz que tenerlo cerca, solamente conmigo.

Sin embargo, mientras lo observaba dormir y acariciaba su cabello, me preguntaba qué sería de nosotros en un futuro, una pequeña parte de mí sentía temor de perderlo, pero mi intuición me decía que seguiríamos tan juntos como siempre, amándonos el uno al otro justo como en ese instante. Al final decidí dejar de pensar en ello, y me abracé a Kibum para tratar de dormir tan plácidamente como él lo hacía.


Aquella noche llegué a mi casa, después de un largo día. Esperaba poder darme una ducha y relajarme aunque fuera un poco, pero cuando entré, lo que me encontré fue a mi hermano mirando la televisión.

–Hola –Lo saludé con alegría, eran raras las veces en las que Joong Ki no estaba ocupado.

–Hola, Hermanito. ¿Dónde estuviste? –Preguntó mientras me sentaba a un lado de él, sobre el mueble.

–En la calle, fui a comprar unos nuevos audífonos, mira… –Le mostré la caja en la que éstos venían cuando los adquirí, de inmediato él puso cara de sorpresa.

–Wow, se ven resistentes –Comentó, yo asentí sonriente. Mi hermano regresó la vista a la pantalla de televisión, y luego de unos momentos, agregó con un tono aparentemente desinteresado.

–Vinieron a visitarte –Le dirigí la mirada, intuyendo quién podría ser.

– ¿Minho? –Pregunté, él negó con la cabeza–. ¿Kyuhyun? –Volvió a decir que no–. ¿Taemin? – Negó de nuevo. Entonces puse una cara que reflejaba extrañeza y miedo al mismo tiempo–. ¿Jonghyun? –Para mi suerte, Joong Ki negó, y añadió con mucha tranquilidad:

–Una chica.

Rápidamente eché la cabeza abajo.

–Luna –Murmuré con cansancio, mi hermano asintió. Sabía que era ella.

–Era muy energética y linda –Dijo, dándome un pequeño golpecillo en la cabeza, luego preguntó con tono burlón–. ¿Desde cuándo llamas la atención de las mujeres?

–Desde siempre –Dije de modo engreído, jalando con ambas manos el cuello de mi camiseta, pero mi hermano se rió–. Deja de burlarte. –Mis cejas descendieron antes de hacerle otra pregunta–. ¿A qué hora vino?

–En la tarde. Dijo que habías olvidado tu cartera.

–Esa niña… –Murmuré entre dientes. Mi hermano guardó silencio, y me miró de manera muy rara, como si esperara algo más o sospechara alguna cosa de mí. Entonces lo admití–. ¡Bueno sí!, ¡sí se me olvidó! –Desvié la mirada–. Siempre olvido cosas cuando la veo porque me da miedo, lo único que pienso cuando estoy con ella es en huir lo más pronto posible…

– ¿Te acosa o…? –Cuestionó aún con ese tono de extrañeza.

–Me invita a salir pero… –Respondí como si nada.

–Y tú aceptas –Pero mi hermano interrumpió.

–Es que… –Sólo entonces descubrí lo extraño que eso había sonado, y al notar una sonrisa maléfica dibujándose en los labios de mi hermano, no tardé en querer aclararle la situación–. ¡No es lo que piensas, Joong Ki! Sólo me cae bien –Él desvió la vista de mí, sin borrar su sonrisa.

–Bueno, es un comienzo.

–No hables así –Comenté en un tono suave, con la cabeza baja.

–No puedo evitarlo si veo a una chica bonita detrás de mi hermano… –Dijo él, dándome unas palmadas en el hombro. Guardé silencio, sin siquiera mirarlo, y entonces Joong Ki lo comprendió. Luego de unos segundos, agregó con sinceridad–. Y pues, también me gustaría que te olvidaras de Jonghyun –Me quedé callado un par de segundos, luego lo miré para contestarle de forma severa:

–Pero no voy a hacerlo con la primera persona que se me cruce enfrente.

–Uno nunca sabe –Se hizo el desentendido, apartando la mirada. Yo fruncí el entrecejo y le arrebaté el control del aparato que se hallaba frente a nosotros.

– ¡Ya, mejor dedícate a ver televisión! –Le dije, él comenzó a reír sin parar. Odiaba cuando se ponía así, pero también me agradaba poder tenerle la confianza para contarle mis problemas, por supuesto, cuando estaba desocupado, porque su naciente carrera de actor lo mantenía siempre a raya. Ya no había visto mucho a Jonghyun de todos modos, me preguntaba si seguiría molesto, pero en cierta manera, si lo comparaba con los tiempos de antes, aquello ya no dolía tanto.


Días después…

Las clases en la academia transcurrieron de forma normal, luego de la obra, los tres grupos de baile comenzaron a acercarse más, y por lógica, yo veía a Minho prácticamente todos los días. La pasaba muy bien bailando con todos mis compañeros, aunque una situación incómoda siempre terminaba por ensombrecer mi entusiasmo… Y ésta era que parecía que yo no le agradaba mucho al instructor Yunho, siempre lo había pensado, pero fue hasta que Sulli me comentó que parecía que me odiaba, que empecé a creer que quizá no sólo era cosa de mi imaginación. De pronto me veía de manera desdeñosa, o si le preguntaba algo, me contestaba de modo más serio que a los demás. No tenía idea de por qué era así conmigo, y cuando se lo comentaba a Minho, éste siempre me decía que no lo juzgara por lo que aparentaba exteriormente, entonces quise creer que quizá tenía días malos o cosas así, a cualquiera podía pasarle.
Por otro lado, las cosas con Minho se volvieron tan distintas… A partir del problema que tuvimos días antes, él comenzó a tratarme de manera mucho más respetuosa, continuaba siendo amable y cariñoso, pero de un modo diferente, en un principio me recordaba todo el tiempo lo mucho que me quería, sin embargo, al no recibir señales ni respuestas claras de mi parte, comenzó a dejar de hacerlo, simplemente me cuidaba tanto, que incluso parecía mi padre, realmente le estaba ganando el puesto a Jonghyun y eso resultaba incluso hasta gracioso… Pero no era lo que yo quería, me fui dando cuenta, con el paso de esos días, de que extrañaba mucho sus besos, la manera en la que me ponía tan nervioso, echaba de menos esa parte tan intensa de él, y quería verla de nuevo. No obstante, sabía muy bien que sólo había una forma efectiva de hacerlo.

Esa tarde nos fuimos juntos de la academia, él acababa de salir de su clase de fotografía, y yo acababa de presentar mi coreografía del mes. Probablemente debiera de estar exhausto, pero al contrario, caminando a su lado, en ese momento lo que me sobraba era energía.
Una canción de un negocio de ropa resonaba por las calles en las que nos encontrábamos, y comencé a moverme ligeramente al ritmo de la misma.

–Tranquilo –Escuché a Minho decir eso mientras posaba su mano sobre mi hombro, deteniéndome porque no podía dejar de bailar. Yo sonreí, lo había hecho a propósito para llamar su atención.

–Lo siento –Me detuve sin dejar de sonreír. Minho caminó lo suficiente para quedar de espaldas frente a mí, y yo continué moviéndome, entonces paró sus pasos en seco, y se volteó de inmediato, yo me volví a detener, y ambos reímos, me había descubierto bailando de nuevo. Seguimos caminando, hasta detenernos en la esquina de la calle, con la puesta de sol custodiándonos y el montón de gente a nuestro alrededor. Ni con eso pude ignorar lo que me pedía mi estómago, al contrario, sentía que rugía con aún más fuerza, así que no dudé en comunicárselo a Minho–. Tengo hambre, Hyung –Le dije.

– ¿Tienes hambre? –Repitió al detenerse en la esquina de la acera–. Yo también. ¿Habrá un lugar cerca para comer? –Cuestionó mirando hacia ambos lados. Rápidamente le apunté con el dedo índice a una tienda de autoservicio que se hallaba justo cruzando la calle. Minho sonrió, creo que se dio cuenta de que ya la había ubicado desde antes de contarle lo que me pedía mi estómago–. Vamos –Murmuró, estirando su mano para alcanzar la mía, y empezar a cruzar la calle de esa manera. El cielo se oscurecía y se nublaba, pero yo sentía la calidez de su mano guiándome, así que no percibía ningún problema a mi alrededor, al contrario que eso, me sentía tan protegido, como si nadie pudiese hacerme daño.

Compramos unos emparedados y algo de tomar, ni siquiera tardamos más de diez minutos, pero cuando salimos, ya había comenzado a llover. La temporada de lluvias había llegado, y yo ni pensé en llevarme un paraguas por si acaso en mi mochila, me había desacostumbrado a que lloviera, y Minho estaba igual, así que no teníamos nada con qué cubrirnos. Decidimos comer ahí mismo, resguardándonos bajo la marquesina del negocio, nos sentamos en el suelo, esperando a que la lluvia se detuviera para cuando termináramos.

–Recibí una llamada de la agencia de Jonghyun –Comentó Minho.

– ¿Ensherio? –Dije con la boca prendada a mi emparedado. Minho me apretó una mejilla con una mano, asintió con la cabeza y continuó hablando.

–Nos escogieron a ti y a mí para bailar en su debut, después de todo fuimos quienes ideamos su coreografía –Abrí enormemente los ojos al tiempo que Minho le daba un sorbo a su refresco de lata. Esa noticia era increíble, no podía evitar emocionarme–. Falta como un mes.

– ¡Wow, qué miedo! –Fue lo primero que se me ocurrió decir–. ¿Y nos pagarán?

–Eso supongo, firmamos un contrato.

– ¡Genial! –Exclamé, ni siquiera recordaba cuándo lo habíamos firmado, pero seguro había sido cuando decidimos ir a las instalaciones de la SM para mostrar lo que habíamos hecho para la canción de Jonghyun–. Pero oye, ¿por qué te llamaron a ti y a mí no, si también les di mi número?

–Porque les dimos el mío como primera opción, ¿recuerdas? –Dijo, luego me dio un golpecillo en la frente con sus dedos–. ¡Es que tú nunca contestas, despistado! –Entrecerré los ojos, y de pronto sentí que mi comida se me había ido de las manos.

– ¡Oye!, dame... –Minho me la había arrebatado, y se aprovechó de sus largos brazos para alejarla de mí. Me estiré para tratar de alcanzar el emparedado, o lo que quedaba de él, sin embargo, al tratar de hacerlo, quedé muy cerca de su rostro, y no pude evitar mirarle a los ojos. Él me miraba fijamente, del mismo modo. Observé sus labios, y quise acércame, pero él trajo de vuelta mi emparedado, y me lo entregó, provocando que me alejara de su rostro. Bajé la mirada de inmediato, aquello me había apenado mucho.


Terminamos de comer y la lluvia no cesaba, esperamos unos minutos, pero no parecía que fuera a terminar pronto, así que, finalmente apostamos por quién encontraría primero otro buen lugar para resguardarnos. Me aseguré de ocultar muy bien mi cámara fotográfica en mi mochila, y después empezamos a correr, Tae cubriéndose con un suéter que llevaba, y yo con un brazo, aunque ni siquiera servía de mucho, siendo sincero. Al final nos mojamos mucho más, porque las gotas de lluvia comenzaron a aumentar y a golpear más fuerte sobre nuestros cuerpos. Taemin comenzó a correr más rápido, y yo lo seguí a toda la velocidad que podía, hasta que de pronto, nos detuvimos en una solitaria parada de autobús.
Reímos con la respiración entrecortada, completamente cansados y empapados por correr tanta distancia, pero eufóricos y divertidos también. Me incliné con mis manos apoyadas en mis rodillas para recuperar el aire, cuando escuché el festejo de Tae frente a mí.

– ¡Gané!, ¡la encontré yo primero!

–Te di ventaja –Me incorporé para desafiarlo. Él se acercó a mí, quedando a corta distancia, me dijo riendo:

–No es cierto.

Nos quedamos callados al instante, eso ya había ocurrido antes. Taemin se encontraba muy cerca de mi rostro, observándome fijamente. Moría de ganas por besarlo en ese momento, pero temía que él no quisiera hacer lo mismo.

– ¿Sabes? –Susurré sin ser capaz de apartar la vista, pero intentando cambiar de tema para romper ese frustrante silencio–. Creo que debemos llegar pronto a tu casa, porque sino te enfermará… –Iba a terminar la frase, pero él me interrumpió con un beso, uno de esos besos sorpresivos en los que el pobre tenía que pararse de puntitas para alcanzar mis labios. No pude contenerme, y lo abracé de la cintura, sintiendo la humedad de su ropa y el frío del ambiente, cerré mis ojos y profundicé el cálido beso que nos unía, porque nada más tenía importancia en ese instante más que su boca.

Taemin se separó de mí, con sus ojos cerrados, pude notar cómo los abría lentamente, y me observaba a los ojos, aferrándose a mi camiseta y a mi pecho, murmuró a esa corta distancia:

–Minho, yo, lo he pensado y… –Bajó la mirada un momento, y dijo en un tono más bajo–. Sí quiero –Sonreí, y fingí no haberlo entendido.

– ¿Qué es lo que quieres? –Lo solté un poco, y entonces él se llevó ambas manos a la cara.

–Ah… –Exclamó, completamente avergonzado. Comencé a reír, y para provocarlo, empecé a hacerle cosquillas en los costados.

–Quiero que lo digas –Dije, él no podía parar de reír.

–Está bien, está bien… –Lo aceptó, así que lo dejé en paz. Y regresando la vista hacia mi rostro, con sus mejillas enrojecidas, musitó al fin–. Quiero ser tu novio –Me quedé observándolo, y al parecer, esa reacción le provocó un poco de desconfianza, porque su mirada se tornó insegura–. Tú… ¿aún quieres? –Preguntó.

Sonreí al instante, me parecía tan tierno intentando sacar las palabras de mi boca. Esta vez no mentiría, yo sabía perfectamente qué era lo que quería, y lo que debía de hacer. Rodeé ambas mejillas de Taemin con mis manos, y murmuré sin dejar de mirarlo:

–Te dije que te esperaría, ¿no?, por supuesto que quiero –Le di un corto beso antes de repetirle aquellas palabras que había guardado tanto tiempo, tantos días de abstenerme de tocarlo–. Te amo.

Taemin no me respondió, pero no necesitaba que lo hiciera, el sentir sus labios sobre los míos, sus brazos tiernamente alrededor de mi cuello, y el modo en que se estremecía por el contacto y el frío que la lluvia le provocaba, me daba a entender que sentía lo mismo que yo, todo eso me lo decía, aunque él no fuera tan bueno expresándomelo en palabras. El sonido relajante de las gotas al caer con velocidad, y su cuerpo buscando calor en el mío, eran suficientes para confirmarme lo que sentía por él. Yo lo amaba, y sería tan egoísta como para querer mantenerlo solamente para mí, por lo menos hasta que él lo quisiera.

Antes que nada disculpa si mi post es demaciado simple, ya sabes... gif... pero es que anda mi internet gay ¬¬.

Dios!!!!!!!! Ese momento 2min me ha encantado dios!!! Sabia que yunho y Minho habian tenido algo que ver, o almenos algo asi de... DIOS!!!!!!! lo sabia!!! xD.

De verdad me encnató el 2min me gustó me gustó. Es que nosé!!!!! me encanta el 2min aqui >___< estoy tan traumada con el 2min de aki que cuando veo Love like oxygen(?) recuerdo tu fic!!! >____<

Ese Lunew aww..... no se... no quiero que onew se vuelva hetero pero por Luna hazlo >____< amo el Lunew!!!!!!.

PD. Song Joong Ki oppa!!! waaaa!!!! Yo quiero al, hermano d Onew >____< dios dios!!!! XD

Pronto llegó el mes de Julio. Bueno, lo supe esa mañana en la agencia porque con tanta presión ya ni me preocupaba por saber qué día o qué mes era. Estaba cerca la fecha del debut, y esa era la única que resonaba en mi cabeza. 28 del mes siete, Julio 28, veintiocho de Julio….

–Calma, Jong –Me frustraba de sólo pensar en eso–. Todo saldrá bien –Me decía Taemin mientras nos encontrábamos en el salón de prácticas. Un coreógrafo nos guiaba después de basarse en el baile para la canción que habían creado Taemin y Minho. Realmente ni siquiera le había cambiado nada, pura excusa para darle un poco del crédito a un conocido profesional, aunque debo decir que era muy bueno al organizarnos a mí, a mis amigos y al resto de los bailarines.

–Bebe esto… –Dijo Minho al ofrecerme una botella con agua. Nos encontrábamos descansando, y un momento de crisis me había llegado, de verdad necesitaba relajarme un poco.

–Gracias –La tomé, limpiando con una toalla un poco del sudor que había en mi rostro–. Lo siento, no quiero frustrarlos con mis berrinches, pero creo que con ustedes puedo reconocer que… –Cubrí mi rostro con ambas manos–. ¡Está bien, me muero de miedo! –Taemin empezó a reírse.

–Lo sabemos –Comentó Minho.

–Eres muy obvio… –Siguió Taemin. Yo fruncí el entrecejo y murmuré con cierta ironía:

–Gracias por apoyarme.

– ¡De nada~! –Contestaron los dos al mismo tiempo, igual de alegres y joviales y frescos y… ¡Ahh! Me daban ganas de mojarles la cara con mi agua.

–Ustedes… –Pero me levanté de donde estaba sentado–. ¿Saben qué, mocosos? –Les dije–, no les daré el gusto de discutir, tengo qué hacer algo importante antes de que volvamos a ensayar.

– ¡Ok! –Respondieron riendo.

Realmente, esos dos estaban muy felices desde que andaban juntos, y yo era un desquiciado amargado cuando estaba nervioso y no tenía a Kibum. Ambos disfrutaban de molestarme por eso, aunque reconozco que también me apoyaban demasiado.

Vimos salir a Jonghyun mientras reíamos. Sabíamos que no se enojaba enserio, todo era cosa de su estrés, así que nos gustaba molestarlo un poco. Claro, eso no significaba que nosotros estuviéramos tan tranquilos, después de todo corríamos el riesgo de equivocarnos en su debut y arruinarlo todo… Pero nunca hablábamos de eso con él presente.

–Hyung –Murmuró Taemin, que estaba sentado a mi lado en el salón de prácticas–. ¿No crees que Jong últimamente está demasiado nervioso?

–Es de esperar, pronto debutará –Contesté para después tomar un poco de agua.

–Sí, pero… –Miró a la puerta, como asegurándose de que Jonghyun ya estuviera afuera–. A veces creo que Key le ha pegado el comportamiento de diva.

– ¿Tu Umma? –Fue inevitable comenzar a reír–. No lo creo, para nada… –Taemin arqueó los labios, estaba a punto de carcajearse junto conmigo, pero a cambio se le ocurrió una idea malvada.

– ¡Hey, no es momento para ser sarcástico! –Me dijo al comenzar a hacerme cosquillas, yo no podía hacer otra cosa más que reír y tratar de detener sus pequeñas manos.

Siempre pensé que yo también parecía un niño cuando estaba a su lado, y creo que no me equivocaba mucho al pensarlo, porque en lugar de darle un alto, mejor empecé a forcejear con él para devolverle lo que me estaba haciendo.

Salí en dirección al pasillo, con mi celular en mano. No me alejé mucho del salón, pero sí lo suficiente para tener privacidad. Comencé a marcar el número de Kibum. Quería escuchar su voz, llevaba un par de días sin verlo, y aunque pareciera irónico, porque él era el primero en decirme que colgara y que me concentrara en mi trabajo, su voz era lo único que podía tranquilizarme en ese momento.

–Vamos… –Murmuré para mí solo–. Contesta, Key –Pero lo único que escuchaba eran los tonos del teléfono.

Cuando por fin creí que me había respondido, me di cuenta de que era su voz en la contestadora. Reí ligeramente y bajé el teléfono de mi oreja. Supuse que tenía sus propias cosas qué hacer, después de todo, él estaba muy ocupado con su escuela y con el concurso que había ganado. Podía comprenderlo, o más bien, tenía que comprenderlo.


Era aproximadamente la una de la tarde. Yo acababa de darme un baño, sequé mi cabello y me vestí, arreglándome para salir a la calle. Tenía algunas cosas qué hacer en la universidad, pero cuando me dispuse a abrir la puerta principal de la casa, me sorprendí de ver a Jonghyun parado allí, con su ropa un poco holgada. ¿Venía de un ensayo? Supuse que sí, pero lo que era más importante, ¿qué estaba haciendo frente a mi puerta?

–Onew… –Me miró por un momento–. ¿Vas de salida?

–Yo… –No sabía qué responder, pero su pregunta era muy natural, así que simplemente dejé mi miedo a un lado y contesté–. Sí, voy a la universidad –Estaba nervioso, pero no precisamente por hablar con él después de un tiempo, sino porque pensaba que seguía molesto conmigo, y no era para menos–. ¿Necesitas algo? –Asintió ante mi pregunta, y murmuró con esa seguridad que lo caracterizaba:

–Necesito que dejes de poner esa cara de asustado cuando te hablo, no voy a golpearte.

–Menos mal… –Murmuré con la mirada baja, él comenzó a reírse y eso, por alguna extraña razón, me hizo sentir más tranquilo.

–Escucha Onew, sabes que eres mi mejor amigo, y como eres mi mejor amigo, supongo que entiendes la razón por la que me gustaría que fueras a verme cantar… –Estiró su brazo, ofreciéndome un pequeño trozo de papel–. Ahí está la dirección –Me sonrió, y yo lo tomé con algo de duda–. Me presentaré en ese lugar con un par de covers, como una especie de calentamiento. Tengo que dar la mejor impresión, y quiero que tú estés ahí para apoyarme, si es que no te resulta incómodo…

– ¡Para nada! –Aseguré al instante–. Vaya… Pero Jong, ¿estás seguro?

– ¿Por qué no habría de estarlo? –Me dio una palmada ligera en el hombro, y luego me miró sin borrar su sonrisa–. Todo está bien entre nosotros, ¿no? –Le sonreí, algo tímido.

–Quisiera creerlo…

– ¡Pues créelo, tonto! –Me empujó de la cabeza con la palma de su mano, dándome tiempo apenas de cerrar la puerta de mi casa, entonces me rodeó los hombros con su brazo, justo antes de que bajáramos las escalerillas el pórtico y comenzáramos a caminar por la acera–. ¿Sabías que estuve pensando, si Onew hiciera una audición en la SM, inmediatamente sería aceptado?

–Estás loco –Le dije riendo.

– ¡Deberías intentarlo! –Insistió, y ambos caminamos hasta que llegamos a mi destino.

En ese tramo, hablamos de todo lo que pudimos, justo como solía ser nuestra amistad antes de que yo la arruinara. Estaba contento y agradecido con Jonghyun, pero no pude evitar preguntarle por Key, por si acaso él tendría algún problema si Jong volvía a hablarme. Él me dijo que no, que incluso el mismo Kibum se había estado sintiendo culpable días anteriores porque por causa suya Jong perdió a su mejor amigo. Cosa que no era para nada cierta, el culpable de todo era yo, pero me alegraba que los dos hubiesen perdonado los inconvenientes que les causé.
Sin embargo, cuando por fin me encontré solo en la universidad, comencé a pensar en lo tranquilo que me sentía. Siendo el yo de siempre, me habría puesto nervioso al tener a Jonghyun tan cerca cuando me abrazaba por los hombros… pero no, aunque me sentía muy alegre porque volvimos a ser amigos, no sentí lo mismo de siempre al verlo. Eso incluso daba algo de miedo. ¿Significaba que hasta mis sentimientos se habían rendido? Asustaba porque no había pasado tanto tiempo, pero en cierta forma, era una buena señal, al fin podía verlo como solamente un amigo, y estaba muy contento por eso.


Dos días después…

El día del performance de Jonghyun llegó. Era una presentación muy importante, en la que mucha gente de la compañía iría a ver al nuevo talento del que todos hablaban. Yo le había llamado unas horas antes, deseándole suerte y recordándole lo mucho que lo amaba. No habíamos podido vernos bien por aquellos días, así que yo estaba deseoso de que terminara su participación para escabullirme libremente detrás del pequeño escenario de la agencia, hasta poder encontrarlo. Pero en ese momento lo único que hacía era esperar a que llegara mi primo con su degenerado novio, en medio de pura gente que apenas y conocía de vista, aunque he de admitir que algunos eran algo famosos… ¿Oh, pero a quién le importa?

–Taemin, ¿ya están aquí? –Le preguntaba a través de mi teléfono móvil, de milagro el pequeño me había contestado.

–Vamos para allá, Key –Respondió, aunque podía escuchar a corta distancia la voz de Minho conversando con alguien más. Me preguntaba quién sería, pero Tae no tardó en aclararlo, empleando un tono de voz un tanto más bajo–. Por cierto, Onew Hyung viene con nosotros… ¿Está bien? –Seguro quería parecer discreto. Yo me llevé una mano a la frente porque no pensé que lo estuviera siendo.

– ¿Qué preguntas son esas, tonto? –Lo regañé, él se quedó callado por unos segundos, pero yo no podía dejar que pensara que no estaba de acuerdo con que trajeran a Onew, después de todo, él era el mejor amigo de Jonghyun–. Por mí está bien –Añadí con tranquilidad, Taemin soltó una risita.

–Qué bueno, llegaremos en un momento.

–Sí, sí… –Murmuré antes de colgar.

Realmente no me molestaba que Jinki estuviera allí, yo no era nadie para evitar que estuviera, lo que sí me molestaba era que me dejaran solo por tanto tiempo, pues no me sentía tan cómodo estando parado en ese lugar, aunque no entendía muy bien la razón detrás de ello.


Después de un momento, los tres llegaron, y yo no dudé en acercarme a pesar de que apenas arribaban al salón.

– ¡Taemin! –Me acerqué alegre, luego le dediqué al alto que estaba junto a él una mirada arrogante–. ¿Qué hay Minho? ¿Has cuidado bien a mi bebé?

– ¡Key! –Tae no hizo otra cosa más que sonrojarse al intentar reclamarme. Sonreí igual que Minho lo hacía, luego me dirigí a aquel chico que estaba junto a ellos.

–Onew –Le extendí la mano–. Hola –Él me miró con un poco de duda. Entonces esbocé una sonrisa. No tenía sentido despreciar al amigo de dos de las personas que yo más quería en el mundo, si Taemin y Jong lo aceptaban debía ser porque era una amable persona, y yo no debía cerrarme para intentar conocerlo. Al ver mi sonrisa, Onew se sintió con más confianza.

–Hola –Estrechó mi mano.

–No hay rencores, ¿cierto? –No pude evitar preguntárselo–. Lamento haberte hablado así antes.

–No te preocupes, lo merecía –Él se mostró contento, y apenado al mismo tiempo–. Pero todo está bien ahora –Me aseguró sonriendo. Sonreí al mismo tiempo, debo admitir que tenía un aura muy pacífica alrededor suyo.

–Eso me alegra –Le dije, para después dirigirme a todos en general–. ¿Qué tal si vamos a sentarnos? –Sugerí al comenzar a avanzar–, estar parado me ha hecho querer golpear a algún famoso para sentirme tranquilo…

–Primo… –Murmuró Taemin, yo simplemente reí ante mi propia broma.


Key era más agradable de lo que pensaba, creía que iba a tratarme con desdén, pero no, al contrario que eso, se acercó a mí y me saludó sin ninguna incomodidad. Realmente la que parecía más tensa era su relación con Minho, pues yo sabía muy bien, por Taemin, que Kibum tenía ese trastorno de madre protectora con él y con todos los que quería, pero sobretodo con él. Así que estaban bastante claros sus ataques hacia Minho, que más bien lucían como bromas sarcásticas; era divertido de ver la cara que ponía Minho entre cada una de ellas, tratando de ganarse la aprobación de la única persona que Taemin tenía como familia en Seúl. Debía esforzarse más si quería conseguirla.
Fuimos a acomodarnos a nuestro lugar cuando todo parecía empezar, no había tantas personas, pero las suficientes para decir que era una presentación que apenas se daría para las gentes de la empresa. Yo por mi parte, estaba seguro de que Jonghyun podría lograr dejarles la mejor impresión que le fuera posible.

– ¿Puedes creerlo?, ¡me dio su autógrafo! –Pero de pronto escuché un par de vocecitas conocidas y emocionadas.

– ¡Huaa, Unnie, qué mal que yo llegué tarde! –No cabía duda de quiénes eran–. No pude ver a esos Oppas y ahora ya están muy lejos… –Agregó la segunda con decepción, seguramente hablaba de algunos cantantes o actores de la agencia.

– ¡Sulli, Luna! –Saludó Taemin.

– ¡Tae! –Gritó Sulli.

–Onew… –Dijo Luna.

–Luna… –Dije yo. Key se desubicó por tantos nombres, y golpeó a Minho en el hombro con la palma de su mano.

– ¡Minho! –Gritó.

– ¿Kibum? –Contestó él, sin entender nada. Taemin y Sulli comenzaron a reír, mientras que yo seguía sin comprender por qué siempre acababa esa chica escandalosa encontrándose conmigo.

– ¿Tú aquí? –La pregunta me salió natural. Ella frunció el entrecejo.

– ¿Algún problema? –Contestó.

–No, pero…

– ¡No te estoy siguiendo si eso piensas! –Me golpeó el hombro, parecía enojada. Era algo divertido ver su cara de esa manera–. Sulli y yo también conocemos a Jonghyun, ¿lo olvidas?, así que si estamos aquí es porque nos invitó…

– ¡Lo sé lo sé, yo sólo estoy bromeando, Luna! –Comenté riendo, ella sólo me hizo una mueca de disgusto. ¿Seguía enojada? Su expresión era graciosa; pero tenía que comprenderme, era un poco traumático coincidir con ella en todas partes. Claro, que si hacía esa carita todo era más divertido.

Pronto llegó el momento de presentarse de Jonghyun. Mis ojos no se despegaron del escenario cuando le vi salir, tan tímido al principio, saludando a quienes lo llamaban con la palma de su mano. Ya había varia gente que lo conocía en ése lugar, pero yo esperaba el instante en que su mirada se topara con nosotros… en especial conmigo.
En el escenario había un piano, y al otro extremo, un aparato de DJ junto a una computadora. Me preguntaba para qué los necesitaría, pues él no quiso contarme ningún detalle ni nada al respecto antes, así que simplemente me dediqué a observar su presentación.
Se acercó al piano y se sentó, comenzando a tocar, luego de unos segundos, una hermosa melodía. Ya la había escuchado sin duda alguna, a Jong siempre le gustaron las canciones de Brown Eyed Soul, así que estaba seguro de que esa era una de ellas.

Su voz me tranquilizaba, me dejaba embelesado observando cada detalle de su rostro, con sus párpados cerrados mientras disfrutaba de cantarla. Era una canción realmente tranquila, pero a él yo no podía quitarle la vista de encima.
No la cantó completa, se detuvo cuando terminó la primera parte, y se incorporó del piano, recibiendo grandes aplausos de todos los presentes. Yo tenía ciertas ganas de llorar, y sentía que mis manos dolerían de tanto aplaudir cuando lo vi dirigirme la mirada. Sonrió, me dejó ver su bella sonrisa, y yo no pude evitar sonreír también, sin dejar de aplaudir ante lo que había escuchado.
Luego de esa bella melodía, Jonghyun se dirigió al aparato que yo había mencionado antes, colocándose unos audífonos grandes de DJ sobre sus oídos cuando estuvo frente a él. Pronto empezó una canción distinta. Empecé a reír, era “Girls” de Wheesung, varias veces el tonto me había torturado cantándola sin parar, acabábamos siempre cantándola los dos juntos, pero ahora verlo ahí sobre el escenario, era todo mucho mejor, era perfecto; a excepción de cuando apareció una chica bailarina a hacer compañía innecesaria en la presentación… Me reí de pensar en lo celoso que me había vuelto, así que lo dejé pasar y me divertí escuchándolo. Él era increíble, todos a mi alrededor debían de pensar lo mismo, pero yo estaba seguro de que era quien lo admiraba muchísimo más que el resto. Cuando terminó aplaudí y grité como nadie lo hizo, disfrutando de ver su rostro repleto de euforia, sin duda había causado la mejor impresión, ése era Jong, sin ninguna duda.


Regresé a la parte de atrás del escenario luego de varias estrechadas de mano y sinceras felicitaciones, los sunbaes de la empresa me recibieron mejor de lo que pensé. Presentarme allí y ver que el esfuerzo había dado los primeros buenos resultados, me hacía sentir demasiado afortunado. Sin embargo, y aunque al principio estaba muy nervioso, cuando vi a Kibum ahí enfrente, apoyándome con su rostro repleto de emoción, pensé que no había nadie más en ese salón, pensé que él era el único allí aplaudiéndome y gritando por verme, por escucharme. Yo no podía ser más feliz… por supuesto, cuando comenzaba a pensar así, siempre llegaba él a demostrarme lo contrario: claro que podía ser más feliz.

– ¡Puppy! –Escuché su voz a mis espaldas, pero cuando me giré para encontrarlo ni siquiera pude verlo a la cara, porque él se me arrojó dándome un fuerte abrazo.

– ¡Key! –Grité de alegría.

– ¡Estuviste increíble, no lo podía creer! –Me dijo sin soltarme. Escuchar a Kibum decir eso me hacía sentir que de verdad había estado increíble, por más que otros me lo dijeran, solamente necesitaba escucharlo de él.

– ¡Gracias! –Me separé un poco, necesitaba ver su rostro, y cuando lo hice, noté el modo en que me sonreía, con sus bellos ojos que me observaban fijamente, y esos labios tan hechizantes mostrándome su enorme felicidad… No resistí mis impulsos por más tiempo, quise acercarme para besarlo, y al notar mi intención, Key cerró sus párpados instintivamente, pero una voz nos interrumpió el momento.

–Jonghyun –Rápidamente nos separamos, la acción había sido un poco descabellada considerando que estábamos en la empresa, y que además teníamos cierto número de personas paseándose alrededor nuestro.

–Jin Hyung –El hombre que nos interrumpió había sido mi, aunque resultara raro decirlo, mi nuevo manager. Se acercó hacia nosotros y puso la palma de su mano sobre mi hombro.

–Hay unas personas que quieren conocerte –Me dijo.

–Oh, claro… –Respondí, él le dirigió la mirada a Kibum y le sonrió, para después alejarse, dándome el tiempo suficiente para decirle algo más–. No te vayas, Key, sólo será un momento.

–No te preocupes… –Asintió, aunque se podía ver en su rostro que estaba un poco decepcionado, además del deje de vergüenza que noté en sus mejillas.

Me alejé de él a pesar de que no quería hacerlo.


Esperamos a que Jonghyun se desocupara, y después salimos todos juntos de las instalaciones de la agencia. Los demás lo felicitaron por lo increíble que había estado, pasamos un tiempo platicando entre todos, hasta que cada quien comenzó a irse. Sulli y Luna se despidieron primero, aunque Luna se entretuvo un poco discutiendo con Onew. Me preguntaba si acaso le interesaba ése chico, porque no escuchaban a nadie más cuando se metían en sus discusiones extrañas, además parecía que él disfrutaba de molestarla.
Después Onew nos dijo que tenía que irse, y Jonghyun y yo le dijimos a Tae y a Minho que teníamos cosas qué hacer. Dejamos a ése par de tortolos solos, ya sabíamos que lo necesitaban, aunque Taemin pusiera “peros” al principio, y yo en el fondo no quisiera, mis ansias por querer estar a solas con Jonghyun eran más importantes en ese momento.
Nos alejamos, y después de dedicarles una última mirada a esos dos, me dirigí a Jong, y lo encontré observándome fijamente.

– ¿Qué pasa? –Pregunté, él desvió la vista mientras me tomaba de la mano.

– ¿Ahora puedo terminar lo que quería hacer hace un momento? –Sabía a lo que se refería, pero no podía permitirlo así tan fácil.

–Ya perdí la emoción…

Jong comenzó a reír.

– ¡Eres demasiado malvado, Kibum! –Me dijo, comenzando a jugar con mi mano entrelazada, a darme pequeños golpes en el pecho. Yo también me reí. Por supuesto que sólo estaba bromeando.


Una semana y unos cuantos días habían pasado desde que fuimos a ver la presentación de mi primo político y padre casi oficial, Kim Jonghyun; le había ido bastante bien, pero eso no evitaba que siguiera muriéndose de lo nervioso, pues su grabación para el video musical estaba por llevarse a cabo, y el debut se encontraba cada vez más cerca. Por suerte él tenía a Kibum Umma para tranquilizarlo… A diferencia de mí, que en aquel momento me encontraba en el salón de baile de la academia, observando algo que mis ojos apenas y podían soportar, sin tener a Minho para que pudiera tranquilizarme, no, al contrario que eso, él era la causa de mi desesperación.

–Van bien, muchachos –Los felicitaba Boa noona–. Un poco más y podrán irse.

¿Por qué tenía que convencerme para que lo esperara en el salón mientras que él realizaba sus ensayos? Ahora tenía que verlo bailar una insinuante coreografía junto a Minzy, la chica de su clase. Ella era increíble, y lo pensaba enserio, bailaba genial pero… Había algo en mí que no se atrevía a mirar por completo ese atrevido número de baile.

– ¿Qué te pareció, Taemin? –Me preguntó Minzy con una sonrisa, yo desperté de mi trance, y le contesté con el mejor ánimo que podía.

–Muy bueno –Sonreí–, realmente van a sobresalir ese día.

– ¡Whoa, ¿tú crees?! –Afirmé con la cabeza, justo antes de que ambos repitieran la coreografía desde el principio.

Explicando un poco la situación, aquel era un número de baile destinado a ser presentado en el desfile de modas que se llevaría a cabo dentro de un par de días, aquel por el que Key había ganado su concurso en la universidad. Llamarlo coincidencia sería lo correcto, pues realmente hasta Minho se sorprendió de ser elegido entre los de su clase, además de Minzy, para abrir el mencionado desfile con una presentación de baile, que saldría, aparte de todo, en la televisión local. Por lo tanto tenía que ser un baile perfecto, y quien mejor para coreografiarlo que Boa noona. Key también se estaba preparando para tener resuelto su diseño, pues ¿quién sabía?, quizá podía ser descubierto por un diseñador o alguien importante…
Así que todos se estaban esforzando a excepción de su servidor, quien se encontraba allí de entrometido, después de haber tenido otra de sus incómodas clases con el profesor U-know.
Sin duda, el día no podía ponerse peor.


–Mucha suerte, chicos –Les deseó la profesora a ambos, al tiempo que tomaba sus cosas–. Recuerden relajarse antes de salir al escenario, ya saben cómo es el trabajo.

–Sí –Contestaron Minzy y Minho al mismo tiempo.

–Nos vemos el sábado –Se despidió noona, dirigiéndose a la puerta–. Adiós Taemin.

–Ah, ¡s-sí! –Contesté de pronto, nuevamente tenía la cabeza en otro lado. Nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que Minzy lo rompió con unas cuantas palabras.

–Bueno, chicos, yo me retiro… –Se dirigió a tomar su mochila, al tiempo que Minho le contestaba.

–De acuerdo. Recuerda guiarme en el paso en el que me confundo.

–Sí, sí… –Respondió ella, encaminándose hacia la puerta del salón–. No te preocupes, todo saldrá bien, Minho –Luego me sonrió, agitando su mano–. Hasta luego, Taeminnie.

– ¡Adiós, Minzy! –Me despedí bien, después de todo ella me agradaba mucho.

La observamos salir, y luego fue Minho quien se dirigió a tomar sus cosas, aquellas que se hallaban justo al lado de mí. Las tomó y me dedicó una sonrisa.

–Gracias por esperarme, Tae –Dijo, justo antes de extenderme la mano–. ¿Nos vamos? –Me tardé unos segundos, pero después reaccioné, y la tomé.

–Sí.


Salimos de la academia, y comenzamos a caminar por la acera. Pero yo iba con la mirada baja, pensando en mil cosas que viajaban por mi cabeza, hasta que él me sacó de mi aislamiento mental.

–Estás muy callado –Rodeó mis hombros con su brazo, sin detener nuestros pasos–. ¿Qué te pasa?

–Nada –Contesté de inmediato.

–Pequeño bailarín… –Dijo, un momento antes de que sintiera sus labios rozar en mi oído–. Te conozco –Murmuró despacio, para luego separarse un poco, y bajar su mano de mi hombro para sostenerme de la cintura–. Ahora dime qué es –Continuó el camino con su mirada hacia el frente.

–No es nada, en verdad –Reiteré–. Quizá me siento un poco enfermo.

Él guardó silencio un momento, en el que yo mantuve los ojos en el suelo, hasta que lo escuché decir de pronto:

– ¿Te incomoda la coreografía?

– ¡NO! –Respondí en una reacción láser, ¿cómo era posible que pudiera leerme la mente?–. ¿De dónde sacas eso? –Cuestioné. Él soltó una risita.

–Está bien, está bien… –Se resignó muy pronto, y si yo hubiera sido una persona que supiera perfectamente el modo de retener y ocultar las cosas, no me habría delatado yo solo en tan sólo unos segundos.

– ¡Es que es un baile muy descarado! –Dije, él me miró, sorprendido–. Quizá si no te tocara tanto…

–Taemin-ah, ¿qué es eso? –Se burló, yo sentí cómo los colores rojizos se posaban sobre mis mejillas–. ¿Son celos?

– ¿Eh? ¡No! –Desvié la mirada–. Es sólo una crítica constructiva.

– ¿Cuya idea es que no se necesitan tantos toqueteos?

–Precisamente –Asentí con un falso orgullo–. Quebrantan el tiempo.

–Estás criticando las ideas de noona… –Oh, no había pensado en eso.

–Pu-pues… –Ya no sabía qué contestar, y Minho no tardó nada en echarse a reír, deteniendo sus pasos y tomándome de la mano para detenerme, pues era el único de los dos que todavía seguía con el camino por la calle. Tiró de mi mano para acercar mi cuerpo al suyo, y cuando me tuvo enfrente, formuló una pregunta muy cerca de mi rostro.

– ¿Qué pasaría si la bailara contigo? –Sonrió con malicia–. ¿Cambiarías de opinión?

El sonrojo llegó de inmediato a mi cara, parecía que a él no le importaba si había personas cerca de allí, siempre era tan desvergonzado… Pero curiosamente, nadie de quiénes conocíamos nos había visto así antes, por lo que yo suponía que al menos debía tener un poco de precaución.

–Yo… –Susurré a duras penas, cuando de pronto él atrapó mis labios. Me besaba con esa intensidad que me hacía estremecer al instante, y al sentirlo se me olvidaba todo lo que había pensado antes. Su lengua delineó mis labios, y le dejé entrar a mi boca sin siquiera analizarlo. ¿Cuándo me había convertido en eso? En un loco deseoso de tenerlo cerca todo el tiempo, mi respiración se aceleraba y mis ansias crecían, sólo entonces ya no pensaba en lo demás, ya nada más me importaba…

Iba saliendo de las instalaciones de la academia. Me había quedado después de clases a revisar lo de un asunto importante, y cuando por fin me sentí libre, salí por la parte de atrás, pero lo que vi a unas cuadras de distancia me dejó pasmado… Lo sospechaba de antes, pero cuando mis ojos lo confirmaron, no encontré ninguna manera buena ni tranquila de reaccionar.

Los solos de Jong:

Spoiler:

Yo los amo *0* Aunque el último lo prefiero cuando lo canta con Key jaja

Bueno chicas, me despido por ahora, claro, agradeciéndoles a todas por seguir leyendo este fic y deseándoles sobretodo que pasen un muy feliz año nuevo! Que lo empiecen de la mejor manera posible y así n.n Ok, ByeBye, cuídense =)