]-TaeMin…despierta- la voz de KiBum le sacó de su dulce y maravilloso sueño.- Vamos, tienes que ir al instituto.- Solo gruñó por lo bajo dando a entender que ya estaba despierto- Oye, a mi no me gruñas- recibió un jalón que le dejó sentado en la cama- Espabila, o me voy a enojar.

Se levantó aun con cara de dormido y se metió en la ducha, agradeciendo no tener que esperarse como era normal. Entró en la ducha y en cuanto el agua tocó su piel se desperezó de golpe, sintiendo lo helada que estaba. No gritó para no despertar a los dos que aun dormían pero sí que se echó atrás esperando a que se calentara lo suficiente.

Una vez limpio entró a su cuarto para tomar la ropa que se pondría: pantalón tejano oscuro arrapado a sus piernas, un jersey blanco que le quedaba maravillosamente y unas botas altas de piel negra con un poco de tacón. Sí, unas botas como esas que usan las chicas, pero sin tanto tacón, él se mataría si llevara los tacones de su madre.

Antes de salir se acercó al cuerpo que dormía en la única cama había en aquella habitación y le besó suavemente los labios, convencido de que no despertaría pues tenía el sueño muy profundo.

-Te quiero hyung.

Bajó al comedor en donde le esperaban Jjong y Key para almorzar los tres juntos, como casi cada día.

-¿Qué le darás a Onew, TaeMin?

Aquella pregunta le descolocó por completo y le miró confundido.

-¿Cómo qué le daré a Onew? ¿A que te refieres?- se metió un trozo de tostada en la boca, viendo como los otros dos se miraban sorprendidos entre ellos y luego le miraban a él con los ojos como naranjas.- ¿Qué pasa?

-Baby- le llamó la Umma del grupo a lo que él levantó la cabeza- ¿Qué día es hoy?

-¿Hoy? Pues hoy somos viernes hyung.

-Sí- afirmó el vocalista que se había unido a ellos.- Hoy somos viernes 14 de diciembre.

-No puede ser- se levantó corriendo de la silla para ir delante del calendario y abrir enormemente los ojos aterrorizado- Oh, mierda…

Key se acercó a él y con un brazo le rodeó los hombros: -¿De veras te olvidaste?

Asintió mientras se golpeaba la cabeza con la pared suavemente, maldiciéndose por ser tan despistado.

-Soy un desastre.- se lamentó.

-Desastre o no. No pienso permitir que llegues tarde al instituto así que empieza a sacar la moto, que con el frío de hoy, seguramente tardará un poco a ponerse en marcha.

Suspiró mientras se ponía la chaqueta de cuero. Se recogió el pelo en una coleta baja para luego poder ponerse el casco, se puso un pañuelo en el cuello (como cogiera dolor de garganta el manager se lo cargaría) y los guantes.

-TaeMin, ¿me podrías dejar en el centro?

-Claro, Jonghyun hyung.- Bajaron al garaje del bloque de pisos.

Como vivían a las afueras de Seúl, llegar al centro de la ciudad les llevaba unos cuarenta-y-cinco minutos con moto y por eso si en la mañana alguien tenía que ir a hacer algo, iba siempre con el maknae, quien al ya tener la edad suficiente se sacó el carné de moto.

Una vez abajo el moreno abrió la puerta y le tendió un casco negro al rubio, que nunca había subido con TaeMin en aquel vehículo y no las tenía todas. Pero tenía que ir al centro sí o sí, así que se puso el caso y montó a la parte de detrás de la moto.

-¿Qué…?- le había dado su mochila.

-Debes agarrarte a mí y con la mochila no vas a poder así que la vas a tener que llevar.- asintió y se la colgó a la espalda. Subió delante de él, puso la llave

de contacto y empezó a darle gas para calentarla antes de ponerse su casco- Cógete bien, Bling-bling.- Tragó duró y envolvió la fina cintura del bailarín.

Rió suavemente y le dijo:

-Más fuerte- apretó más su agarre, pegando su pecho a la espalda ajena rogando por que su líder no bajara en aquel preciso instante.- Así mejor, hyung.

-TaeMin…no quiero morir.

-Tranquilo. No me han puesto ninguna multa.

Arrancó la moto y salió a toda velocidad hacía la ciudad. Se metió en la autopista, adelantando a los coches, parándole el corazón al vocalista.

En cuarenta minutos llegaron a la escuela y mientras que el pequeño saltó de la moto como si nada, el mayor tubo que agarrarse al asiento para no caer, pues sus piernas no le sujetaban del miedo que había pasado.

Se quitó el casco y respiró hondo antes de gritar al más pequeño.

-¡Tú estas loco! ¿Siempre conduces así?- asintió mientras le cogía la mochila y se la colgaba de un hombro.- ¿Onew se ha acostumbrado ha esta manera de conducir?

-Oye, que fue idea tuya lo de comprarme una moto por mi cumpleaños, si mal no recuerdo. Además tampoco es para tanto. Dame el casco- él ya se había quitado el suyo y ahora cogía el otro.- Nos vemos en la tarde, hyung.

-De acuerdo. TaeMin.- le llamó cuando este ya había dado media vuelta por lo que volteó a verle sonriendo como solo él sabía- Recuérdame que nunca más vuelva a pedirte que me lleves en este animal hecho de hierro- le dijo sonriendo.

-¡¡Jajaja!! Como quieras hyung. Me voy.- dio media vuelta y entró al patio de la escuela, para irse hacia su salón, pues faltaba poco para el inicio de las clases.

-¡Hey! Chico gay- uno de los “tipos duros” de su clase se acercó a él junto a su grupito y se apoyó en su pupitre- ¿quién era ese que te acompañaba? ¿Tu novio? ¿Te pagó él la moto?- su grupito rió con él.- ¿Y bien?- dijo al ver que no le respondía.

Levantó la mirada y le vio con aburrimiento: se había acostumbrado a aquel tipo de comentarios.

-Es uno de mis hyungs. Y sí, él fue uno de los que me pago la moto. Es lo bueno de tener amigos de verdad ricos y no una panda de amigos matones como los tuyos, te hacen regalos caros- no dijo nada más ya que había llegado el profesor.

Pasó la mañana, y en la tarde, cuando faltaban diez minutos para salir y el profesor ya les había dado permiso para recoger, una avalancha de chicas se acercó a él, que las miró asustado.

-¿Qué ocurre?- una de ellas se acercó a él y dejó unas bolsas de basura encima de la mesa- ¿Y eso?

-Sabemos que es el aniversario de Jinki oppa y nos gustaría que le dieras esos regalos de parte nuestra.

Una idea cruzó por su mente en aquel momento, ¿y si cogía uno de aquellos y…?

No. Aquello ruin, y prefería decirle que no tenía nada y que se había olvidado de su cumpleaños que darle algo que él no había comprado.

-De acuerdo, se los daré.

Sonó el timbre y una de las bolsas la puso dentro de la mochila y las otras dos las guardó con el casco debajo del asiento. Llegó a la compañía y entró con los dos cascos (nunca los dejaba con la moto por sí acaso se los robaban), la mochila, y las tres bolsas (la de la cartera la sacó), cosa que hizo que todo el mundo le mirase divertido.

Entró al estudio todo rojo y se dejó caer al sofá que tenía más cerca.

-¡TaeMin!- su novio se acercó a él y le abrazó- ¿Por qué no me despertaste?- se separó levemente de su cuerpo.

-Por que estabas durmiendo.- dijo escuetamente- Onew hyung, esas bolsas son de las chicas del instituto. Son regalos para ti.

-¿Enserio? ¡A ver!- de repente se paró y le miró- ¿Y el tuyo?

Abrió los ojos y se sonrojó levemente.

-Tendrás que esperar.- lo dijo en tono juguetón a lo que el otro correspondió guiñándole un ojo.- Nos vemos luego Jinki.

Ni Key ni MinHo tenían ensayo ni nada, pero como Jonghyun tenía que hacer las nuevas letras y el manager le quería ahí para vigilarle, Onew más tarde (unas tres horas) tenía una reunión que parecía que iba a ser larga, y él tenía una reunión con los bailarines, decidieron que irían a la SM también.

-Mientras Jjong escribe las letras, nosotros abriremos los regalos, ¿sí?- dijo Key mientras se sentaba sobre un cojín al lado de Jinki, siendo imitado por MinHo.

Fue lo último que oyó antes de salir rumbo hacia donde estaban los bailarines y estuvo ahí por unas tres horas, porque a pesar de que los bailarines pasada la hora y media se fueron, él siguió ensayando por su cuenta ya que no quería ver la cara ilusionada de su chico ante aquellos regalos.

Cuando ya no podía dar más de él mismo volvió al estudio en donde estaban el resto de los componentes de SHINee y vio que el suelo estaba lleno de peluches y otras cosas por el estilo, además de muchas cartas de amor. Cogió una y torció el gesto, sentándose entre MinHo y KiBum, justo delante del líder.

-TaeMin, retira esa cara, ¡qué Onew no se irá con ninguna de esas chicas!- le dijo MinHo riendo al ver su mueca de fastidio.

-Exacto- el líder de SHINee se inclinó hacia delante, pisando algunos de los regalos, y juntó sus labios tiernamente, aunque prontamente el beso dejó de ser tierno y pasó a ser pura pasión.

-Ya sepárense- la voz de MinHo otra vez se dejó oír e hizo que se separan, sonrientes.

Cogió una toalla y limpió el sudor del rostro y cuello de su maknae, y de vez en cuanto le acariciaba el rostro con los dedos, haciendo que sonriera dulcemente y que cerrara sus ojitos.

-Jinki- la voz del manager se dejó oír al cabo de un par de horas- la reunión está por empezar. Chicos, vosotros podéis volver a casa.

Asintió y se inclinó hacia su niño y le besó tiernamente: - Me gustaría pasar el resto del día contigo, pero…

-No te preocupes hyung. Mañana podemos ir a algún sitio solos tú y yo.- le dijo mientras le abrazaba- pero te echaré de menos esta noche…

-Mañana cuando despiertes estaré a tu lado, te lo prometo- unió sus labios otra vez.

Sonrió inocentemente y se fue junto a sus hyungs, dejando el casco de su novio en el estudio.

-¿Tae?- le llamaron.

-Dime MinHo hyung.

-¿No vienes a casa?- dijo al ver que no ibas hacia el parking.

-Quiero ir a dar una vuelta.- dijo mientras acomodaba su pañuelo en su garganta y miraba a los otros dos- ¿Puedo?

-Aix.- se quejó la Umma del grupo- Pero a los doce y media como mucho te quiero en casa, ¿de acuerdo?

Saltó a su cuello y lo abrazó: -¡Gracias KiBum hyung!

Salió corriendo hacia el centro de la ciudad.

-Ese niño cada vez está más loco- dijo Jonghyun mientras se sentaba en el lugar de conductor.

-Estoy de acuerdo contigo, hyung- dijo el rapero mientras se acomodaba al lado del otro.

-Hey, no os metáis con mi hijo- se quejó la diva, entrando en la parte trasera del coche y asomándose entre los dos asientos.

Fueron a casa y mientras Key hacia la cena los otros veían la TV en el salón.

- A cenar, chicos.- les dijo al cabo de un rato, haciendo que se levantaran ipso facto.

Iba corriendo por las calles de Seúl buscando alguna tienda abierta, tarea difícil pues a las 11 de la noche pocas tiendas estaban abiertas a aquellas horas, y solo le quedaban 20 minutos antes de tener que volver a casa. Por suerte ya había comido antes, ya que encontrado un puesto occidental y cogió un sándwich.

Y cuando volvía hacía la compañía para coger su moto vio una tienda abierta, pero estaba por cerrar, por lo que corrió y entró en ella, encontrándose con una chica de su edad, que la verle casi cae desmayada de la impresión.

-L…Lee TaeMin- dijo señalándole.

-Hola.- se acercó a uno de los estantes viendo que había un lindo juguete en forma de pollo, y como aquello le recordó tanto a su hyung, a pesar de ser un juguete para perros, lo cogió- ¿Me lo puedes envolver para regalo?

La chica asintió y como un autómata lo envolvió con un papel azul con estrellitas.

-¿Puedo ponerle una tarja?- se agachó y le dio una tarjeta y un bolígrafo en donde escribió: Lo siento, Jinki hyung.- ¿Cuánto es?

-300.- dijo.

Sacó su monedero viendo que solo llevaba 200. Suspiró y negó con la cabeza.

-Lo siento. Solo llevo 200.

-Sí quieres…- la miró y ella se sonrojó- Si te haces una foto conmigo para ponerla para dar publicidad a la tienda, te lo dejo por 150, ¿qué te parece? Es que…como no viene mucha gente mi padre quiere cerrar la tienda.

-De acuerdo.- Se acercó a ella y se hicieron la foto con una cámara que tenía debajo del mostrador- Espero que venga mucha gente de ahora en adelante.

Salió corriendo hacia la SM para coger la moto e ir hacia su casa. Se montó en ella después de guardar el regalo en su mochila y arrancó, rogando por que no hubiese cola ya que sino Key lo mataría.

Y justo cuando el reloj marcó las doce y media y Key ya estaba en la puerta para salir a buscarle, él entró dentro del apartamento.

-Llegué justo a tiempo, Umma- le dijo antes de que le regañara.- Ya cené, me voy dormir- besó la mejilla a cada uno de sus hyungs- Buenas noches.

Suspiró pesadamente y se apartó del camino del maknae que subió hacia su cuarto, sacándose la mochila y botándola al suelo, se agachó al suelo y sacó el paquete de ella y lo dejó encima de la mesita de noche de su novio, se puso el pijama, (uno de rosado que le hacía ver absolutamente adorable (como mínimo a los ojos de su hyung más cercano)), y se metió entre las sábanas durmiéndose al poco rato, por lo que no se percató que al cabo de una hora alguien más ingresó en aquel cuarto. Alguien que sonrió al verlo abrazado a su almohada.

Onew se puso el pijama y se acercó al paquete que había visto encima de su mesita de noche y encendió la luz. Se sentó en la cama y leyó la nota, sin entender a que se refería, por lo que abrió el regalo, sonriendo tiernamente al verlo, ¡por eso la moto aun estaba caliente!

De repente una fabulosa idea cruzó por su cabeza.

-Min…TaeMinnie…- unió sus labios moviéndolos con cariño, logrando que lentamente se despertara- Ven.- le quitó la almohada para acomodarla en su sitio y atraerle hacia su cuerpo con delicadeza e hizo que la cabecita de su maknae reposara en su pecho.

-Hyung…¿hace mucho que has llegado?- dijo con vocecita tierna.

-Jeje- rió suavemente.- Acabo de llegar bebé. ¿Por qué te disculpas por el regalo? A mí me gustó- Desvió la mirada y se sonrojó suavemente- ¿Acaso te olvidaste?

Se separó de su cuerpo y le miró a los ojos: -Onew…de veras lo siento. No sé como me pude olvidar de tu cumpleaños. ¿Estás enojado?

-Entonces estamos a mano, bebé, ya que a mí los chicos me lo tuvieron que recordar- le cogió el rostro y le beso apasionadamente, mientras le dejaba debajo de su cuerpo.- TaeMinnie… déjame hacerte el amor.- susurró sobre su oído, causándole leves escalofríos; ¡cambiaba tanto cuando estaban en situaciones como aquellas!

Y TaeMin disfrutaba de poder ser el único de saber como era Lee Jinki cuando hacían el amor. A pesar de que a veces parecía todo un sex símbolo (en su vida lo era) y una máquina sexual y otras veces era lo más tierno, dulce y cariñoso que alguien se pudiera imaginar.

Y hoy parecía que sería de lo primero.

-Jinki…- llevó sus manos a su cuello para acariciarlo con la yema de sus dedos.

-Tomaré eso como un sí, lindura.- le besó cariñosamente mientras le quitaba la parte superior del pijama. Le lamió el cuello antes de morderlo para así marcarlo como su propiedad.

Le sacó la camisa de su pijama dejando su pecho al descubierto, acariciándole el pecho con un dedo, delineando cada uno de sus músculos.

-Jinki…no me marques o…el manager se va ahhh…enfadar- dijo entre suspiros y jadeos.

-Que le den- dijo sonriendo como solo él sabía hacerlo- Eres tan hermoso que te comería a besos cada vez que pudiera.- Se sonrojó violentamente al oír aquello y posó su mirada a un punto indefinido de la pared, completamente abochornado.- Te amo…

-Yo también te amo. ¡Ahhh!- se había deslizado hasta su pecho y había empezado a besar sus pezones, lamiéndolos, y algunas veces los mordía- ah, ah, ah, ah…

Sonrió al oírle gemir, sintiendo como se ponía más duro ante aquello. Y se lo hizo saber; le cogió una mano y la puso encima de su miembro, moviendo la mano ajena suavemente sobre si mismo.

-¿Ves lo que provocas en mi, bebé? Aunque parece que yo también tengo ese efecto en ti- dijo retirándole el pantalón

-No digas eso- se incorporó hasta dejar sus labios pegados en la clavícula del mayor y así empezar a moverlos con suavidad, moviendo su mano encima de la erección del otro acompañado por la otra mano, sintiendo como cada vez se endurecía más bajo su toque.

-Túmbate.- se dejó caer otra vez en la cama, de espaldas viendo como unía sus frentes- ¿Por qué no? ¿Acaso no es verdad? Por que si me dices que no, va a ser una mentira como templo, porque por aquí hay alguien por aquí abajo que esta bien despierto.

-¡HYUNG!- un gritito se escapó de su boca al sentir como aquella mano se posaba encima de su miembro y se movía lentamente por él- Más…

-Claro que te voy a dar más- dijo sensualmente antes de deshacerse de los malditos bóxers (la única prenda que aun poseía TaeMin) y de deslizarse hasta la hombría del chico y empezar a lamerla cual paleta de helado.

-Ahh…sí…ah, ah, ah- movía sus caderas contra la boca del mayor cuando sintió aquel conocido calor recorrer su cuerpo al completo, intentando avisar al mayor, pero se quedó en el intento- Ji…Jinki…me-me ¡Ahhh!

Tragó todo el líquido que le dio el menor y se separó de su cuerpo para que se recuperara de los efectos post-orgásmicos y cogió su regalo de sobre la mesita.

-Bebé pásame el lubricante.- estiró su brazo y sacó una botellita del cajón de su mesita y se la dio- Vas a ver la otra función que puede tener tu regalo.

Se sentó aun con Onew entre sus piernas y frunció el ceño- ¿Qué piensas…?

-No te enojes amor.- le cortó- Túmbate otra vez y pon tus piernas en mis hombros.- se tumbó e hizo lo pedido, aun pensando que aquella petición era algo rara, pero bueno, su hyung era raro. Vio como embadurnaba al juguete ¿no estaría pensando en…?

-¿¡QUÉ HACES?!- se removió inquieto al notar como adentraba al muñeco dentro de él.- ¡Jinki! ¡Sácalo!

Le cubrió los labios con los suyos propios, besándolos apasionadamente.

-No grites o despertarás a los chicos- le susurró- Solo te estoy preparando, mi amor.

Hizo un puchero que se convirtió en una mueca de placer al notar como el muñeco chocaba con su punto G: -¡AHHH!- se cubrió la boca con una mano.

-Parece que he encontrado algo ahí dentro, ¿verdad?- sacó el pollo y lo volvió a empujar dentro de su novio que se arqueó, mas no emitió sonido alguno- Sí, yo diría que sí. ¿Te gusta mi niño hermoso?- besó su cuello repetidamente con suavidad, sintiendo como asentía.- ¿Estás listo?

-S-sí. Entra ya, por favor.

Quería hacerle rogar un poco más, pero sus ojitos llorosos, sus mejillas sonrojadas, sus labios rojos, húmedos y entre abiertos buscando alguna forma de respirar, su pelo regado por la almohada con algunos mechones pegados a su frente por el sudor y el dolor en su miembro le hicieron desistir de tal acto.

Quitó el juguete de su interior oyendo el jadeo que escapó de aquellos labios tan apetecibles. Jadeo que a él le supo a gloria e inmediatamente se introdujo en su cuerpo.

-Mmm…Eres tan estrecho TaeMinnie…- dijo sobre sus labios después de besarlos como si no hubiera mañana para ellos.

Se sonrojó de sobre manera otra vez al oír aquello, pero aun así dijo: -No es eso Jinki hyung…es que tú la tienes muy grande.- movió sus piernas hasta dejar solo las plantas de sus pies en los hombros del mayor, por lo que sus caderas se elevaron más, dándole más libertad de movimientos al líder del grupo- Muévete, por favor.- movió sus caderas haciendo fuerza con sus pies en los hombros del otro.

-Bendita sea esa flexibilidad tuya, bebé.- gimió al sentir como se elevaba y se movía.

Volvió a besarlo mientras empezaba a moverse con lentitud dentro del chiquillo que se había robado su corazón al poco tiempo de conocerlos, pero al poco rato sus embestidas rápidas y profundas. Una de sus manos viajó hasta el pene olvidado del menor y empezó a masturbarlo al ritmo de las embestidas.

-Ahh…ahh, ahhh…¡JINKIIIII!- se vino entre sus vientres, cerrándose sobre el miembro de su seme.

-Ah, ahh, ahhhh…¡MINNIE!- al sentir como se cernía en él se corrió con fuerza dentro de su niño. Con cuidado dejó las piernas del bailarín sobre el colchón, y salió de su interior, arrancándole otro suspiro.- Te amo…

-Yo tam…también te amo…Onew…- dijo mientras intentaba normalizar su respiración.

Se acomodó a su lado y dejó que recostara su cabecita sobre su pecho para así poderle acercar más a su cuerpo.

-Hyung…de veras siento no haberte regalado algo más lindo.- dijo aun triste el pequeño de SHINee.

-TaeMin, ya deja de pensar en eso, no me molesta.- vio como lo miraba acusadoramente a los ojos- Ay…mira, sí lo que quieres es darme un regalo que TÚ- recalcó- consideres aceptable mañana iremos a comprar algo, ¿sí?

Su sonrisa se ensanchó y se lanzó a los labios de su hyung, besándolos lentamente.

-¿Sabes Minnie?- dijo una vez se separaron- Creo que los chicos no habrán podido dormir.- dijo medio en broma, medio en serio.

-Jejejeje- su risa parecía el tintineo de unas campanillas a tus oídos- Buenas noches Jinki hyung.

-Buenas noches TaeMinnie…

-¿Hyung?- le llamó después de un rato de silencio.

-¿Mmm? ¿Qué ocurre?

Se separó un poco y le besó con dulzura:

-Feliz cumpleaños, Jinki.- dijo mientras volvía a recostarse sobre el pecho del otro.

-Gracias, mi amor. Ese ha sido mi mejor cumpleaños con diferencia.

-Me alegro- dicho eso cayó en un profundo sueño, siendo seguido minutos después por el líder del grupo.

---A la mañana siguiente en el comedor…---

-Hola chicos- saludó Jinki siempre tan alegre mientras se acercaba con su novio cogido de la mano.

-Buenos días. Parece que no habéis descansado, ¿pasó algo anoche?- comentó casualmente y se sentó en su silla, entre su Umma y su novio.

-Sí. Es que oímos unos ruidos raros…como golpeteos en la pared.- dijo en tono acusador el más bajo.

-Baby, ¿qué es eso que tienes en el cuello? ¿Un chupetón?- dijo mirando su cuello.

-Sip.- dijo mientras era abrazado por su pareja.

-Creo que ya sé que pasó anoche en su cuarto- dijo en tono misterioso Bling.

-Jajajajajaja- no lo pudieron evitar y se echaron a reír todos cinco a la vez.