Sigo a la multitud de chicos que se dirigen al gimnasio, intentando mantener una sana distancia lejos de la prensa de cuerpos. Todo es tan abrumador. Los extraños olores, los ensordecedores sonidos, la falta de espacio abierto y de aire fresco. Las bolas rebotan en el aire viciado, haciendo eco sobre el piso de madera, haciéndose cada vez mientras nos acercamos a las puertas del gimnasio.


-Parece que vamos a trabajar con las chicas hoy- dice Key mientras avanzamos a través de las puertas, y el aire ácido satura el oxigeno debido al sudor.


Ese sentimiento se apodera de mi otra vez, e inmediatamente sé que él está aquí. Y es allí cuando veo a MinHo a través del gimnasio, saltando ligeramente sobre las puntas de sus pies. Haciendo rebotar un balón, para después lanzarlo, he incluso antes de que el balón caiga en la red, su mirada se dirige hacia mí. El calor familiar trepa lentamente por mi pecho y llega hasta mi cara.


-¡Todos hagan dos filas!- con un silbato el entrenador da la orden y hace gestos con sus manos para separar los lados.


-¡Uf!, la temida unidad de baloncesto- Key murmura mientras arrastra su voz -prefiero correr por la pista

Nos ponemos en una fila para disparar los tiros libres. Nos dividimos en media cancha, somos bastantes. Y es un poco caótico, ya que la fila converge y todos se relacionan para fastidiarse los unos a los otros con algo de humor.


Por el rabillo de mi ojo, diviso a MinHo quien esta saliéndose de su fila y se coloca por detrás de donde Key y yo estamos parados, al final de nuestra línea.


-Hola- él me saluda.


-Hola


Key mira de un lado hacia el otro, entre nosotros -hey- le dice a MinHo picándole las costillas.


MinHo y yo lo miramos.


-Sí, ya entendí... amargados- el dice lentamente, moviendo el flequillo de sus ojos y adelantándose, para darnos la espalda.


-Así que- MinHo comienza -¿juegas a la pelota tan bien como corres?

Me río un poco. No puedo evitarlo. Él es dulce y encantador y hace que mis nervios suban a velocidad -ni de cerca


La conversación no va más allá ya que ambos avanzamos en nuestras filas. Key me mira por encima de su hombro, sus ojos están evaluándome. Como si no pudiera descifrarme. Mi sonrisa se desvanece y aparto la mirada. Él nunca podría descifrarme. No podía permitírselo. A ninguno de aquí. Me afronta con sus brazos cruzados -haces amigos rápidamente. Desde que era novato, yo he hablado solo con...- hace una pausa y mira hacia arriba como si estuviera contando mentalmente -Tres, ¿no?... cuatro personas. Y tu eres el cuarto-


Me encojo de hombros -él solo es un chico

Key camina hasta la línea de tiro libre, hace rebotar la bola un par de veces, y dispara. La pelota produce un sonido silbante mientras atraviesa la red. La atrapa y la lanza hacia mí. Trato de copiar sus movimientos, pero mi pelota da un rebote bajo, y se desliza por debajo del tablero. Me encamino al final de la fila de nuevo.


MinHo esta esperándome en medio de la cancha, dejando que otros pasen por delante de él. Mi cara se calienta debido a lo obvio -no estabas bromeando- él bromea mientras el ruido de las pelotas de baloncesto resuenan de fondo.


-¿Tu lo lograste?- le pregunto, deseando haber mirado cuando el realizo su disparo.


-Sí


-Por supuesto- me burlo.


El deja pasar a otro chico por delante de él. Yo hago lo mismo. Key ahora esta delante de la fila, con varios detrás, alejándolo de mí. Su mirada me examina con detenimiento, abarcando mi cara y mi pelo con profunda intensidad, como si estuviera memorizando mis características.

-Si, bueno. No puedo correr como tu

Me muevo en la fila, pero cuando vuelvo mi mirada hacia atrás, veo que MinHo también esta mirando hacia atrás.


-Waaa~- murmura Key mientras se pone en la fila junto a mi -nunca supe lo que ocurrió


Entrecierro los ojos para -¿qué?


-Ya sabes. El asunto de Romeo y Julieta. El amor a primera vista y todo eso- chilla de la emoción


-No es así- le digo rápidamente.


-Podrás engañarme, pero no a ti- entonces nuestra fila ya había llegado a la línea otra vez. Key dispara. Y este produce un sonido silbante en el aro. Pero cuando yo disparo, la pelota rebota contra la tabla y vuela salvajemente por los aires, golpeando al entrenador en la cabeza. Yo coloco una mano sobre mi boca. El entrenador apenas se las arregla para no caer. Varios estudiantes se ríen. El entrenador me mira y reajusta su gorra. Con una ola pequeña de culpa, retomo el camino de regreso al final de fila.


MinHo está allí, luchando contra la risa -lindo- dice.


-Feliz de ser tu payaso- cruzo mis brazos y me resisto a reír, me resisto a sentirme bien a su alrededor. Pero él lo hace difícil. Quiero sonreírle. Quiero que me guste estar cerca de él, y conocerle -me alegra divertirte


Entonces su sonrisa desaparece, y me mira con una extraña intensidad de nuevo. Que solo yo entiendo. Solo yo se el por qué. Era debido a que me recordaba o reconocía en algún nivel; aunque no lo podía entender.


-¿Quieres salir?- me pregunta repentinamente.


Pestañeo -¿cómo en una cita?

-Sí. Eso es lo que significa cuando un hombre hace ese tipo de pregunta- Un silbido estalla en el fondo. Y las diferentes filas comienzan a dirigirse en direcciones contrarias.


-Practicas de media cancha- MinHo murmura, luciendo descontento mientras observa a los entrenadores cogiendo y lanzando camisetas -hablaremos más tarde en sala de estudios. ¿De acuerdo?


Asiento, mientras mi pecho se presiona con inquietud y mi respiración se contiene, difícilmente. Séptimo período. Tenía un par de horas para decidir si debo de salir en una cita con un cazador. La decisión debería ser fácil, obvia, pero para mí era un dolor de cabeza. Dudo que alguna vez algo fuera tan fácil para mí, de nuevo.


Key me guarda un asiento durante el almuerzo. Me deslizo a su lado y al de su amiga. Aparentemente ella era una de las otras tres personas a quienes es había dirigido la palabra en la escuela. Nos presenta. Amber tiene el cabello corto y un estilo demasiado varonil, pero extrañamente se le ve bien a pesar de todo. Me recuerda un poco a Jjong. Ella se recuesta sobre su comida, mordisqueando un emparedado de mantequilla de maní el cual esta sujeto firmemente entre sus dos manos como si alguien se lo pudiese arrebatar.


-Hey- dice quedamente, con una voz casi inaudible. Sus ojos café no se detienen demasiado tiempo en mi cara. Ni en cualquier otro, o cualquier otra cosa, excepto en Key.


-Hola- le contesto, para después girarme en buscar de mi hermana, ignorando a todas las caras que están mirándome. Del mismo modo como lo he intentado todo el día. La diviso en medio de la pequeña cafetería abarrotada. Sujetando su bandeja, junto a otra chica. Ella luce tan segura. Segura de sí misma. Como nunca antes la había visto.


Me muevo nerviosamente en mi silla. Poniendo tras mí oreja un mechón. Tras mirarla, rasguño desesperadamente mi brazo, mi piel se siente sofocada, y una mueca de dolor empieza a formarse en mi cara. Enfoco mi mirada en mi carne irritada. Me he sentido de esa manera durante todo el día. Incómodo, un poco enfermo. Las mariposas en mi estómago definitivamente no eran un gran avance. Excepto hoy, en el gimnasio. Allí, me había sentido muy bien alrededor de MinHo.


Min me mira, y examina a las personas con las que estoy sentado, luciendo aliviada. Al parecer tenía su permiso para sentarme aquí. Ella asiente hacia mí mientras estaba sentada en una mesa con chicas hermosas, y bien vestidas. Claramente era la crema del desierto. HyoSung estaba entre ellas, por supuesto.


Mi dosis de ella en el tercer período fue todo lo que Key me había dicho. Aparentemente se había enterado de que MinHo se había sentado conmigo ayer y se dio por ofendida. Cada vez que la maestra se giraba hacia la pizarra, HyoSung se giraba en su asiento y me disparaba una mirada mortal. Y me pregunto si ella ya sabe que MinHo habló conmigo durante EF. Supongo que esa mirada era la que dejaba a la mayoría lloriqueando. No me importaba. Tenía problemas mucho más grandes.


No he visto a MinHo desde EF. Y aun no he decidido si voy a salir con él, lo cual era un alivio. Sí, porque estar cerca a el alimentaba a mi draki, y eso estaba bien por ahora. Iba a hacer todo lo que pudiera para conservar esa parte de mi mismo, vivo. Pero él era todo lo que debía de evitar. Para un draki, él era muerte. Huh, irónico ¿verdad? Para mantener a mi draki vivo, tenía que estar cerca de lo que nos mataba.


Escanee con la mirada el pequeño comedor, pero no le divise. A lo mejor era porque el tenia su almuerzo en otro periodo. La pena apuñalo mi corazón. Y me sentí muy molesto por eso. Confundido. Mis dedos tocaron nerviosamente un paquete de ketchup.


Por lo menos no había visto a sus primos. No había confusión con respecto a ellos. Debía de evitarlos a toda costa. GDragon con sus ojos astutos y TOP con sus labios rizados. No podía entender como, Min se sentaba en una mesa con ellos. HyoSung era una cosa. ¿Pero ellos?


-Tu hermana encaja perfectamente- Key comenta.


-Sí- me quejo, abriendo mi lata de soda, y peleando internamente para lucir bien, al aceptar aquello. Debido a mí. A mí. Tenia sentido. Ella debería de adaptarse mejor a ellos. Ella era prácticamente una humana. Siempre amó los viajes a la ciudad o dondequiera que íbamos en el mundo exterior, lejos del clan -ella es buena en eso- me quejo.


-¿Qué?


-Encajando- contesto, bebiendo de mi soda de naranja. El tipo de bebida basura que mamá nunca nos deja beber. El sabor cítrico cosquillea en mi garganta. El aroma picante llena mi nariz.


-¿Por qué no estás allí con la gente bonita?

Me encojo de hombros.


-Tu podrías encajar- Amber interviene en voz baja, picando un poco la corteza de su emparedado, una tímida, y media sonrisa se dibuja en sus labios -eres muy bonito, igual que ella


-Bueno, duh- Key juguetonamente le da un codazo en un costado -son gemelos


Mis labios se tuercen en una sonrisa. Hago una pausa con una papita frita a medio camino hacia mi boca -¿eso es todo lo que se necesita? ¿Sólo tienes que ser bonito para estar con ese grupo de gente? Ser bonito. Debe requerir mucho más que eso- entonces muerdo mi papita, y abro mi hamburguesa para examinar a la dudosa empanada. Arrugando mi nariz, recoloco el pan de nuevo en la hamburguesa.


-De cualquier manera, tu hermana tiene que ser precavida-

Amber la chica de pocas palabras agrega -la convertirán en una de ellas


Como si fueran vampiros.


Pero aun así, sus palabras portentosas envían un escalofrío a mí interior. Para después quitármelo de encima. Min y yo éramos hermanos. Nos queríamos. Nunca nos lastimaríamos el uno al otro. Nada iba a cambiar eso. Tal vez era su turno para pertenecer a algo.


Key asiente con la cabeza, sacudiendo su flequillo sobre sus ojos felinos -Ella tiene razón. Tu no querrás que se convierta en uno de ellos-

Yo no quería un montón de cosas. No quería estar aquí. No quería asimilar esta vida de chico nuevo, mientras mi vida era absorbida. ¿Mi hermana saliendo con los más populares? ¿Debería yo de entrar en esa lista? ¿Aun cuando solo a ella le hacia feliz?


Key agita su hamburguesa con una mano -ya te digo, las chicas de allí son una manada de lobos

Y aunque se que debo de preocuparme por eso, también esta el hecho de que solo quiero que pase el día y sacar en claro lo que debo de hacer con MinHo, entonces les bromeo -al parecer eres muy optimista, ¿verdad? No me digas. Apuesto que eres porrista

Amber bufa.


La boca de Key se abre luciendo como una imagen de horror. El color quema sus mejillas. Entonces se encoge de hombros -tal vez solo tengo una obsesión

-¿En serio?- me burlo.

-Es lo que mas se le acerca al baile en esta escuela- Amber agrega

-¿En serio?- pregunto otra vez, esta vez la mofa esta lejos de mi voz.

-Si, bueno. Eso me apasiona, es como si mis musculos tomaran vida propia y comenzaran a moverse al ritmo de la musica. Antes formaba parte “los señores don popularidad”

Amber se ríe -jamás me gusto pertenecer a esa secta demoniaca- lo dice con sorna

-Desde entonces, solo somos un mal recuerdo. Amber no me quiso dejar solo cuando me fastidiaban diciéndome marica. ¿¡Como si ellos no lo fueran!?

Y no puedo dejar de pensar en Jjong, en mí y en el resto de los draki dotados con talentos y poderes que mi clan estimaba invaluables. Éramos los afortunados. Allí, yo había sido admirado, preciado. Mientras Min se convirtió en alguien invisible. Ella y los demás que nunca se manifestaron. Era gracioso. Aquí, yo era insignificante. Prescindible a los ojos de mis compañeros. Un chico extraño y que lucia incomodo con su propia piel. Bueno, con su piel humana. Incómodo con su entorno. Quien no sabia cómo hablar, actuar, o vestirse. Me daban ganas de regresar a casa. A casa con mi clan. Aun si trataban de controlarme. Al menos allí, yo era yo. Una certeza lenta pasa por encima de mí. Necesitaba conservar vivo mi draki, el tiempo suficiente como para poder regresar. La idea de morir me aterrorizaba, me desesperaba. Lo suficientemente desesperado como para hacer algo que no debía. Lo suficientemente desesperado como para decirle a MinHo sí.

-Probablemente ahora mismo estas preguntándote que es lo que hiciste en tu vida pasada como para quedarte con nosotros- Key dice mientras mete una papa frita en salsa de tomate.

-Caramba, gracias- Amber se queja.

Él le da una mirada -no seas tan sensible. Tu sabes que te adoro- le hace mimos y simplemente se sonríen con complicidad.

Bajo mi hamburguesa que en su mayor parte no esta masticada -claro que no. Estoy muy contento porque alguien quiere ser mi amigo

-¡Hey, Taemin!- Heechul me llama desde su mesa, medio levantado. Él mueve sus manos y sacude con fuerza su cabeza, mientras me llama nuevamente.

La sonrisa de Key aparece a medias. Mientras trata de alcanzar otra fritura, y evita mi mirada -parece que tienes a mucha gente dispuesta a ser tu amigo. Adelante. Siéntate con Heechul. Es un chico decente que le gusta usar camisas pegadas. No hay resentimientos

Le envío a Heechul un rápido hola pero me quedo en mi asiento -estoy bien donde estoy- al menos. Ya que mantenerme como Key y Amber requería un poco de esfuerzo. Pero no era complicado. Me resultaba mucho más fácil de manejar, ya que ahora todo parecía volverse más complicado. Necesitaba esto -amenos que quieras que me vaya

-No- Key me da una sonrisa abierta -quédate

Asiento mientras me como otra papita. Mi mirada fija va a la deriva a través de la habitación, hacia mi hermana. Su pelo cae suavemente sobre sus hombros, y destella como la seda llameante. El mismo chico que ayer caminó junto a ella en el vestíbulo ahora esta sentado junto a ella. Frente a ella, hay otro que compite por su atención. Eran chicos guapos. Mi corazón se expande un poco. Por ella. ¿Quién sabia que ella podía ser coqueta? JongHyun no había sido el único que la había rechazado, después de todo. El le había dado la espalda cuando no se manifestó. Los chicos del clan raras veces le hablaban. No podían. Sus familias tenían demasiado miedo de dejarles involucrarse con una desaparecida draki. No correrían el riego de contaminar su patrimonio genético.

Alejo la mirada, y miro hacia abajo, hacia mi bandeja. Apenado por no participar de su alegría. Apenado porque tenia que hacer todo lo posible para soportar esta vida que a ella le daba felicidad. Apenado porque al final, iba a perder la batalla y tendría que dejarla atrás.