Recuerdo del primer mensaje :

Hello~ :DIVA:

género: fluff, romance.
rating: pg, :3
pareja: duh. jongkey.
a/n: esto es raro, sigh. Es la primera vez que publico algo aquí ;~; sean buenas? lol
no sé. ok ya. no tengo beta, así que ignoren los horrores gramaticales/ de ortografía. hago lo que puedo.

Enjoy~

Era una mañana poco convencional en el departamento, una de esas mañanas que rara vez pasaban a visitar. El sol apenas podía colarse entre las persianas, y los cinco jóvenes aún seguían dormidos. No había presión en sus párpados, ni mucho menos molestas alarmas molestando sus sueños.

Era un día de descanso que tanto se merecían. Era un descanso que, realmente desearían que durara por lo menos un mes.
No es que no gustaran de su trabajo, pero eran sus cuerpos los que ya no parecían poder más. Las tres habitaciones se mantenían en silencio, hasta que ligeros pasos comenzaron a sonar en el frío piso de madera. Un bostezo, seguido de un prolongado suspiro resonaron entre las paredes, el silencio siendo amplificador de estos sonidos. El menor de los cinco había despertado, dirigiéndose al baño justo después de encontrar sus cálidas pantuflas.
Minho despertó al oír la puerta cerrarse, e inmediatamente miró al reloj, –como era su costumbre– , y no pudo ayudar más que sonreír. 8:30, marcaba el reloj, y el pudo sentir como sus músculos se relajaron nuevamente, regresando de nuevo a su lugar en el colchón.
Era una mañana relajante, una mañana que iban a disfrutar dentro del apartamento, por primera vez en semanas.
A pesar de tener cualquier acceso de aire exterior cerrado, el frío de octubre podía sentirse fácilmente bajo el techo. El piso helado, al igual que cualquier otra superficie.

Kibum abrió los ojos lentamente, estirando los brazos hacia arriba, moviendo un poco su torso. Parpadeó un par de veces, sus ojos ajustándose a la luz en el dormitorio, luego suspirando tranquilamente. Pensó en levantarse, pero después recordó que hoy no había agenda, ni compromisos, ni entrevistas, ni filmaciones, ni flashes, ni gritos, recordó que era un día libre.
Una cómoda sensación embargó su cuerpo, esa sensación que uno tiene cuando se está consciente de que puede pasar horas bajo las sábanas, que no hay necesidad de arreglarse, ni posar, una sensación posiblemente semejante a la libertad que hacía mucho tiempo no tenían.
Una presión en su cuerpo le hizo despertar por completo, aún cargando esa sensación en él, pero aún así apresuró su camino al baño. Taemin justo había cerrado la puerta detrás de él, permitiéndole entrar sin espera alguna, no como en días anteriores que todos despertaban al mismo tiempo y todos, los cinco, casualmente tenían muchas ganas de entrar.
Se tomó su tiempo ahí dentro, sin prisas, sin gritos desde afuera, sin ruido o invasiones a su privacidad. Tomó una lenta ducha, aplicó cremas y tratamientos en su cara, reviso y exfolió su piel, oh como disfrutaba ese tipo de mañanas.
Cayó en cuenta poco después, que había olvidado traer un cambio de ropa, así que simplemente envolvió su cuerpo en una toalla, sólo de la cintura para abajo. Con el cabello aún húmedo entro en la habitación que compartía con Jonghyun, quien para sorpresa de ambos ya se encontraba despierto, y más increíble aún, consciente. Key le regaló una sonrisa, no una de burla o algo así, sólo una sonrisa, una fresca y cálida sonrisa. Jonghyun levantó una ceja, después devolviendo el gesto.

–Buenos días.– Kibum dijo, abriendo las puertas del clóset, –que cabe mencionar, explotaría si una prenda más entraba–, su espalda siendo la única vista que recibía el mayor.
Él también disfrutaba esas mañanas, las disfrutaba demasiado. Key amanecía de buen humor, y no se pasaba más de media hora quejándose sobre su ropa, y otra media hora sobre su cabello, más el bonus adicional del maquillaje. Taemin no molestaba tanto, ni se preocupaba como cuando tenían un día lleno de trabajo y no había espacio para sus deberes. Minho aprovechaba para salir a correr, o jugar videojuegos, y Onew… él disfrutaba poder dormir horas de más.
–Realmente buenos, ¿eh?– dijo, tallando sus ojos con el dorso de su mano. Su típica sonrisa iluminándose con el sol.
–¿Qué planeas hacer hoy?– Preguntó Key, tomando un pantalón deportivo color morado, –su última adquisición de compras–, y una camisa blanca, mucho más grande que su delgado cuerpo, portando un cuello en v.
–Nada, realmente. Creo que hoy me quedaré en casa. ¿Tú?– Respondió sin despegarle los ojos de encima. Key tiró la toalla precisamente al cesto que se encontraba a un costado del clóset, junto al estante repleto con tenis y zapatos de todos tipos y colores, bajo la repisa de sombreros y gorras, todo meticulosamente ordenado.
–¿Tarde de películas?– Sugirió el menor, acomodando ligeramente su fleco, húmedo y más obscuro de lo normal.
No necesitó palabras para saber la respuesta, por supuesto, el vocalista sólo le dedicó una mirada que fue más que suficiente para entender.
–Prepararé chocolate caliente, no tardes.– fueron sus últimas palabras antes de cerrar la puerta después de salir.

Eran las 10:00 a.m. cuando todos habían terminado de bañarse, y se encontraban sentados en el comedor. Platicaban casualmente, como si estuvieran en un café después de varios años sin verse, a pesar de que platicaban –prácticamente– todos los días, después de cada entrevista, o incluso en las entrevistas, como su fueran amigos de la infancia. Bien, a quién le importaba, la falta de presión sobre sus hombros les hacía sentir nuevamente trainees, disfrutando cada momento de su carrera a punto de formarse. Ciertamente era más fácil, pero no por eso sentían menos presión como trainees, simplemente había más tiempo para compartir y convivir que estando bajo un contracto con una estricta compañía.
Hot cakes servidos en la mesa, el maknae ni siquiera esperó a que Key terminara de decorar su chocolate con una estrellita de canela sobre la espumosa bebida. A éste no le extrañó, a decir verdad, conocía muy bien al menor, a su apetito más que nada. Jonghyun recién se había sentado en la mesa, cuando Kibum puso una taza de humeante bebida frente a él. El aroma le dejó lejos de su mente por unos minutos, cálido y dulce, realmente dulce, casero y extrañamente acogedor. Agradeció mirando bobamente al recipiente frente a él, luego tomando un hot cake y depositándolo en su plato.

Dios, cómo adoraba mañanas como esa, donde finalmente podían desayunar juntos y de hecho masticar su comida, sin tener que pasarla con agua para después salir disparados a la camioneta.
Esas mañanas en las que Taemin no paraba de bromear con sus hyungs, y todos reían como niños creyéndose mayores.
Key adoraba verlos así, relajados, divirtiéndose juntos, siendo ellos mismos y no leyendo bocetos. Notó la mirada de Jonghyun aún sobre él, mientras sorbía de su taza de chocolate, y procedía a quejarse sobre su lengua y la temperatura del chocolate. Entonces, él reía, como de costumbre, mirándole entretenido.

Todos procedían y cambiaban de tema, pero él en cambio no podía seguir su corriente. Jonghyun seguía mirándole, más atento de lo normal, no mirando si no apreciando al menor, haciendo que su piel se erizara ligeramente. El vocalista torció los labios, en un intento de sonrisa, satisfecho con la reacción del mayor. ese idiota, pensaba éste en cambio, sintiéndose un poco tonto por caer bajo los encantos del oh, tan lindo Kim Jonghyun.

Ignoró los persistentes y profundos ojos mirándole, dio un sorbo a su taza de chocolate, dejando residuos sobre su labio superior, en perfecta forma de M, remarcando esta aún más.
–¡Hyung, quedó chocolate sobre tu labio!– exclamó Taemin, señalando con una mano lo que había señalado, y con la otra cubriendo su boca, y su sonrisa de oreja a oreja dibujada sobre sus labios.
Onew le siguió, riendo como particularmente lo hacía, gruesas carcajadas acompañadas de ademanes extraños, sus ojos cerrándose poco a poco. Minho rió por lo bajo, masticando su bocado de hot cake tranquilamente.
–¡Iaa!, ¡Taemin¡, ¿tenías que gritarlo?– regañó al menor, con cierto humor en su tono de voz. No se sentía capaz de regañarlo realmente, él no era el tipo que usualmente arruinaba los ánimos, –ese era trabajo de Jinki–, y no estaba realmente enojado. Rieron los cinco aún con más fuerza, y así fue como el desayuno pasó.
–Deberías terminar tus deberes primeros, Taemin-ah.– Sugirió Key, inconscientemente sonando maternal mientras ordenaba todo lo que había usado para preparar el desayuno. El menor canturreó un '¡Si, Key-hyung!' lleno de energía, arrancándole una sonrisa al mayor.
Creyó estar solo en la cocina, mientras daba el último sorbo a su chocolate, antes de ponerlo en el lavabo. Pensó que todos estaban ya en la sala, realmente creyó que estaba solo. Dejó salir un fuerte suspiro, relajando sus hombros, sus pulmones expandiéndose al respirar lentamente.
–¿Y ese suspiro?– Esa voz, indiscutible, le sorprendió y saco de sus casillas. Volteó instintivamente, mirando a Jonghyun sentándose nuevamente. Este sonreía, enseñando los dientes de enfrente, sus ojos parecían sonreír también.
–¿Qué haces aquí?– Evadió el menor, no queriendo sonar molesto, que aunque lo estuviese, la reacción de Jonghyun sería la misma. Una sonrisa traviesa, divertida, infantil.

¿Que qué hago aquí?, se preguntó a sí mismo. No sabía por qué había regresado, pero ahí se encontraba, mirando a Key una vez más. Y es que adoraba cómo se veía esa mañana. Sin maquillaje, sin productos en el cabello, sin ropa ajustada ni brillosa, si no natural, deportiva, cómoda, con su cabello húmedo y ondulado hacia todas las direcciones, pero aún así viéndose bien, y sus finos ojos libres de delineador, mostrando su forma perfecta y detallada. No es que el rapero se viera mal con maquillaje y brillos, dios, por supuesto que no, pero era agradable ver al Key masculino y despreocupado que salía de vez en cuando. Su cabello uniformemente negro, a excepción de los rayos rosas que bajaban por su fleco, notándose un poco dañado pero aún así bien.

Tiempo atrás, al encontrarse pensando de esta forma sobre su mejor amigo le habría hecho sentir ridículo, pero afortunadamente ya lo había superado. Gustaba del menor, y le gustaba cada fase que éste atravesaba. Le gustaba verlo sonreír, recargado contra el lavabo, casualmente cruzando los brazos sobre su pecho, esperando una… respuesta.
–Eh, nada. Sólo…– Sólo… observándote, pensó, pero guardó esa idea muy dentro de su cabeza. Sería estúpido contestar con algo tan obvio, pero le tenía que dar una respuesta. O bien, evadir el tema.
–¿Te parece si vamos a rentar las películas ya?– esquivó con una pregunta, haciendo que Key rodara los ojos, como era su costumbre. Asintió pocos segundos después, mientras Jonghyun reía nerviosamente. Suspiró una vez más, dándose cuenta de que parecía una niña enamorada, suspirando cada cinco minutos.

Jonghyun se levantó, y Kibum logró sentir como sus manos comenzaban a sudar más de lo normal. ¿Qué… qué hace?, trató de adivinar, observándole caminar hacia él, sin expresión que revelara sus intenciones.
Siendo impulsivo como era, su cuerpo actuando un poco antes que su cerebro, Jonghyun se acercó a Key, tan cerca que podía sentir la lenta respiración del menor estamparse sobre sus labios. Le miró, aunque ciertamente no había dejado de hacerlo, a los labios, delineándolos con la mirada, admirando su color rosa, su cercanía a la perfección, todo tan cerca.

La tentación de apoderó de él, y pronto se dio cuenta de que tenía un dedo sobre los labios del menor, y eran más suaves de lo que había imaginado. Más tersos, más delicados de lo que se veían, eran mejor de lo que los había imaginado. Key le miraba confundido, con los ojos abiertos como platos, y los labios congelados a punto de protestar.
Antes de que se diera cuenta, un dulce sabor cubría sus labios, chocolate, como era de esperarse, siendo los húmedos labios de Jonghyun quienes presionaban contra los suyos. Era estúpido, y sabía que se arrepentiría después, quizá incluso se había ganado unos buenos golpes, pero valía la pena. Valía tanto la pena, sentir los labios suaves y tibios del menor pronto rindiéndose a su contacto, pronto separándose más y más, permitiendo que su lengua tímidamente se adentrara en su boca. Un tenue sabor a canela se mezclaba con el chocolate en sus bocas, si Key hubiese sido capaz de pensar en ese momento, se habría quejado escandalosamente, gritando lo asqueroso que era, y el sin fin de gérmenes que Jonghyun le había transmitido, pero en cambio su mente se resistía, y su cuerpo simplemente cooperaba con el mayor.

Sabía demasiado bien, un sabor adictivo, como una droga fulminante, había hecho que su cerebro se apagara por unos segundos, el cálido aliento de Jonghyun adentrándose en su boca.
–nngh… jjong… qué…– Sí, eso se suponía que era una queja, una muy molesta, pero apenas había logrado articular esas palabras, por que su cuerpo seguía respondiendo ciegamente al del mayor, aunque tratara de empujarle, sus manos solo se aferraban a su camisa con más fuerza, pero se rehusaban a separarlo de él. Antes de que se profundizara el beso, Jonghyun se separó como pudo, luchando contra sus propias reacciones físicas. Respiraciones pesabas resonaban en la habitación, y en ese momento, Key agradeció que Minho tuviera la mala costumbre de subir el volumen de la televisión más de lo necesario.
–¿Qué carajos fue e-…– incapaz de terminar su pregunta, llamese regaño o queja, cayó en la inmensamente dulce mirada del vocalista, hundiéndose en ella instantáneamente.
–…¿Nos vamos?– Sugirió Jonghyun, sonriendo estúpidamente de nuevo.

Definitivamente, Kim Jonghyun era fanático de mañanas como aquellas. Y ahora más que nunca, amaba el chocolate caliente.


-- haters to the left shuuu

*w* ... uwaaa ~ fue muy tierno, sin dudas Jonghyun fué fanático de esa mañana, por lo menos yo la AME :yupi: (?).. askjsakjas xD

Oh ~ por cierto, escribes muy muy bien ^^ ~

Eoni esta hermoso tu Shot
creo que si ami me hicieran lo mismo a mi tambien me gustaria el cafe JAJA' ok ya :3 me encanta como es Jong osea con esa mirada que te hace derretir JEE :3 y Key que no reacciona ente ella GENIAL♥