Nota: Primeramente, realmente para escibirlo me he inspirado en "Like a Fire" y he tomado ciertas partes de "Excuse Me Miss". Simplemente desde que escuché estas canciones la primera persona que me vino a la mente fue anew~.
Este oneshot está dedicado a mi nena anew. Hoy es 10 de junio, y un 10 de junio a las 3:23 de la am la conocí por primera vez. Bueno, dejé un comentario en uno de sus escritos, el cual, me ha hecho quedar prendada de su persona.
Esta niña es tan bella, que simplemente cuando escribo por ella las palabras solas salen. La verdad, es que hoy por poco y se me olvida, y he comenzado a escribir al rededor de las 8 de la noche, y ahora son las 11 con 24 minútos. La verdad, es que no la conozco en persona y vivimos a kilómetros de distancia, pero la amo.
Ella es tan bella, única y linda para mi.
Y.O.U.

Disculpe señorita, me estoy volviendo loco,
mi cabeza es llena de tu brillante sonrisa

Sin querer tropezó con la raíz de un frondoso árbol color rosa, y lo primero que le vino a la mente fue el decir una grosería, pero así como lo pensó también se lo negó. ¿Qué hacía ahí? Por alguna razón se le hacía tan conocido ese lugar, pero a la vez tan desconocido y extraño.
El aire era frio, aunque a la vez era tan cálido. ¿Acaso esto puede ser real? Bueno, el lugar es extraño, así que todo podría ser. Había árboles de todos colores, aunque los que más abundaban eran los de color rosa, en cada una de sus tonalidades. El pasto, era entre un azul y un verde aqua, y no sabía si era su imaginación pero parecía que como si cada vez que lo pisara a medida que iba caminando desprendiera cierta fragancia.
El cielo, no era azul, era… ¿transparente? ¿translucido? Quien sabe, pero brillaba tanto que parecía que cada vez que miraba hacia arriba, quedaría ciego de tanta luz que irradiaba. Aunque, si hablamos de brillo, solo alguien brillaba tanto.
Aún más que el mismo sol.

¿Por qué sigues sonriendo y me desorientas?

De alguna u otra manera, todo su alrededor lo desviaba de la pregunta que una y otra vez intentaba empujar a las otras que se encontraban en su mente, y esa era la pregunta, o más bien, las preguntas de “¿Dónde estaba?” y ¿Qué hacía?. Se le vino a la mente que tal vez era un sueño, y estaba a punto de pellizcar una de sus mejillas, pero creyó oír que una flor de color rosa intenso le hablaba.
“Por allá”.

Nuevamente aquella idea le vino a la cabeza. Algo en el fondo, le decía que se encontraba buscando a alguien, ¿pero a quién?.
“Mira, ¡allá!”, volvió a escuchar.

No puedo expresar como me siento,
no puedo expresarte con ninguna palabra

—Mier… — Nuevamente tropezó con algo, pero eso no le impidió el voltear.

Miró a todos lados, y estaba a punto de contestarle a aquello que le habló y preguntarle para donde tenía que voltear, cuando se percató de algo.

A lo lejos, entre unos arbustos color lila, podía ver lo que parecía ser una persona entre ellos. Parecía estar atorada, tal vez su ropa había quedada prensada entre una de las ramas. ¿Sabían que las ramas cafés, olían irónicamente a café? Si, así era.
Lleno de la curiosidad, o más bien, algo le decía que tenía que ir, una corazonada que le palpitaba en el pecho diciéndole que tal vez conocía a aquella persona en apuros.
Así que intentó rápidamente correr a donde se encontraba dicha persona, pero esta vez fue él el que quedó atrapado entre unos árboles que tenían unas frutas color azul brillante. Por un momento, pensó en probarlos, pero rápidamente continuó con el trabajo de desenredar su ropa y una de sus pulseras que quedaron entre las ramas.

Cuando miro tus ojos, siento que voy a explotar,
toma la responsabilidad por mi amor

Estaba tan absorto en el hecho de salir de entre la espesa maleza cuando escuchó el quiebre de varias ramas. Enseguida volteó como un acto reflejo a donde se encontraba aquella persona, pero ya no estaba ahí. Volteó a todos lados y solo pudo apreciar árboles tan espesos como algodones de dulce y unas flores que al parecer, reían al verlo en aquella condición.
Jonghyun, si, su nombre era JongHyun. Tomó fuerzas y a la cuenta de tres hizo acoplo de ellas y tiró su cuerpo hacia enfrente intentando zafarse. Pero en el acto, sintió algo extraño, como si ya no estuviera atrapado entre las ramas, y cuando se dio cuenta, era porque ya estaba tirado en el piso oliendo una fragancia a fresas.
Las flores no paraban de reír y la verdad, es que mientras él estaba tirado también se rió un poco. Antes de levantarse tomó aire, y aunque suene loco, pensaba en gritarle a las flores por haberse reído de él. Tal vez, se estaba volviendo loco.

—¡Bu!

Apenas había puesto sus manos en el fino pasto, cuando escuchó una voz que le hizo perder nuevamente el equilibrio y caer de bruces otra vez. Esta vez su cabeza pegó fuertemente contra el piso y tardó algo de tiempo en volver en todos sus sentidos para solo voltearse boca arriba mientras cerraba fuertemente los ojos.

Disculpe señorita, un beso contigo como helado de vainilla
Entre tu suave cabello está tu aroma

Sintió un cosquilleo en su rostro y un aroma tan delicioso y tan conocido para él. Sinceramente, no quería abrir los ojos, pero aquel aroma le estaba volviendo un loco y tenía ganas de aprisionar entre su rostro aquello que produjera tal divino olor.

Y ¡Boom!, sintió unos labios sobre los suyos. Pero no fue como cualquier beso, donde solo se juntan los labios y es algo común y corriente, este fue como una explosión. Una explosión de sabor que hizo que aquellos suaves y delicados algodones que lo tocaban, quemara sus labios.

Si más, abrió los ojos y lo que vio lo cegó por completo.

Tenía un pálido rostro a unos pocos centímetros de él.
Un largo y rubio cabello que despedía un olor como al néctar que producen las flores, que caía sobre su pecho. Unos ojos tan finamente delineados que hacia juego con el largo y bien cortado fleco que caía sobre su amplia frente.

En cuanto aquel fino rostro comenzó a alejarse pensó en tomar aquellas mejillas y volver a acercarlas a él, pero la persona que estaba frente a él lo hizo primero.

—¡Bu!

Aquello le hizo volver a caer hacia atrás, lo que la otra aprovechó para ponerse de pié y comenzar a caminar rápidamente. Jonghyun rápidamente intentó ponerse de pié y al intentar dar el paso volvió a tropezar. Él rápidamente miró a sus pies, y vio que las agujetas de sus zapatos estaban amarradas entre sí.

—Ella…

Alzó la mirada para ver a la persona que caminaba apresuradamente mientras daba pequeñas miradas hacia atrás, sonriendo traviesamente. Jongyun solo pudo sonreír estúpidamente mientras la veía alejarse de él.

Disculpa señorita, dime si soy tu príncipe
Por favor acepta mi corazón,
su amor ardiente es más caliente que el mismo sol

¿Pero por qué no sentía la necesidad de correr tras ella?
No es que no quisiera, si pudiera, la atraparía y la castigaría a besos. Pero tenía el extraño sentimiento, y la certeza, de que la volvería a ver. Por el momento, él se extasiaba de solo ver a lo lejos su rubio cabello danzado en el aire. Aquel vestido blanco con estampados a rosas, algo largo, pero que mostraba sus delicados brazos y cuello, le hacía querer tenerla frente a él y mirar cada diminuto detalle de él; de ella.
Delicadamente, desató sus agujetas y se paró acomodándose el cabello y ropa. Sacudió levemente sus pantalones y aspiró el dulce olor que se había impregnado en él mientras había estado tirado en el pasto. Miro al brillante cielo y dejó salir un sonoro suspiro a la vez que sonreía para sí mismo.

Comenzó a caminar sin rumbo teniendo locas ideas de qué hacer cuando la encontrara. ¿La abrazaría? ¿La besaría? ¿Le daría su corazón?

Sí, todo y cada parte de su ardiente corazón.

Te amo, te amo apasionadamente

La fuerte luz y el ruido de la ciudad alrededor de ellos le despertaron. Por un momento miró a todos lados y los árboles verdes y el pasto sobre el cual estaba acostado le desorientaron.

—¿Dónde estoy? —formuló.

—Donde más, en Seúl.

Al escuchar aquella sonora voz volteó tan rápidamente que pensó que se rompería el cuello.

Aquel rostro, aquellos cabellos y finos ojos, aquel aroma a frutas rojas que desprendía le era tan familiar. Tan familiar que lo conocía desde ya hace algunos años atrás. Cada día veía aquellos cabellos relucientes como el oro, aquellos ojos finos y brillantes como diamantes que aun con aquellas gafas eran tan notables, esos rojos labios que parecían que habían sido pintados adrede con las cerezas más rojas que pudieron encontrar.
—Te has quedado dormido mientras leías. —la chica frente a él volvió a esconder su hermoso rostro tras el libro que leía.

Pasó media hora, y Jonghyun no podía despegar la mirada de la persona que tenía frente a él. Aunque lo único que veía era la pasta de un libro, para él era tan delicioso el imaginar la hermosa musa que se encontraba detrás del libro. Una y otra vez, repasó cada línea de sus ojos e imaginó unas tímidas señas de rubor en sus delicadas y blancas mejillas.

— ¡Vamos! He terminado.

Unas blancas y largas piernas se asomaron bajo un vestido que llegaba hasta sus rodillas, era un hermoso estampado de rosas. Estiró delicadamente sus finos brazos mientras dejaba salir un lindo bostezo.
Ella comenzó a caminar primero y adelantó ligeramente unos cuantos pasos a JongHyun, mientras daba leves miradas atrás para mirarlo.

—¡Oh! — de la nada, la chica dio la vuelta y se llevó uno de sus finos dedos a la boca. — ¿Puedes darme tu corazón?

¡Boom! Su corazón explotó.

¡Dios que alguien lo agarrara porque, o una de dos, o se desmayaba ahí mismo, o correría a probar cada árbol que se encontrar por ahí solo para comprobar si era otro sueño.

—¿Mi corazón?

—Sí, este. — el dedo que tenía en la boca lo condujo rápidamente a señalar una parte de su pecho donde mostraba una brillante cadena que tenía un corazón. —Te lo he quitado mientras dormías. ¿Sabías que casi te beso y tú no te despertaste?

Jonghyun solo pudo articular algo en su mente, “Gwiboom traviesa”, mientras comenzaba a caminar lentamente hacia ella.

—Bueno, no es como si te lo fuera a devolver. —La chica dio rápidamente la vuelta para evitar cualquier reclamo de su amigo.
Jonghyun la siguió muy de cerca sintiendo su aroma y viendo como su largo cabello bailaba al compás de sus pasos. Todo en ella, le volvía loco.

—Gwiboom…

La mencionada volteó rápidamente dispuesta a no ceder ante cualquier reclamo, pero aquello se le fue de la mente cuando sintió unos brazos rodear su delgada cintura. Por un momento se sintió extraña al sentir tan cerca el cuerpo de Jonghyun, y sintió que el cuerpo le tembló cuando su amigo se acercó delicadamente a su oído para susurrarle.
Aquel rostro de sorpresa cambió y esta vez mostró una sonrisa travieza, como las que le gustaban a Jonghyun. —¿Qué has dicho? Jong…

—Todo y cada parte de mi ardiente corazón, es tuyo.

Y la besó.