Interesante…

Esa es la palabra con la que describiremos la vida de este chico.
Este chico llamado Lee Taemin.

Estudiante del último año de preparatoria, 18 años, tez blanca, cabello teñido de rojo, alto, amante del baile, hijo único, huérfano de madre y de padre podría decirse que también…

¿Mejores amigos?... Sí, solo uno llamado Kim KiBum
¿Por qué?... Eso se los contaré después.

¿Es Lee Taemin un chico normal?... No exactamente
¿Por qué?... Ahora lo leerán…



Hace 18 años, para ser más exacta el 18 de Julio de 1993 a las 3 de la mañana, una mujer lloraba y se retorcía de dolor en el hospital de Seúl.

Estaba en labor de parto, un parto doloroso y complicado los doctores decían que ni el bebe ni la madre iban a sobrevivir.

- Por favor… A… Ayúdame – Aquella adolorida mujer habló con dificultad.

Uno de los tantos doctores presentes se acercó a ella.

- ¿En qué quiere que le ayude? – la agonizante mujer ni siquiera le dedico una mirada.

- Él… a cambio de mí – El doctor la miro extrañado y se alejo después de diagnosticar que dado las circunstancias en las que se encontraba estaba delirando.

Sin embargo la mujer tenía la mirada puesta en “algo”, algo que nadie podía ver, excepto personas con dones especiales, personas como ella.

Frente a la lamentable señora, se encontraba un chico alto poseedor de ojos inmensamente grandes, cabello corto ligeramente encrespado, con un semblante serio… al parecer un chico normal.

- Sabes bien que no puedo dar vida… Yo solo la quito – respondió aquel joven cruzado de brazos, observando el sufrimiento de la madre que parecía no importarle.

- Vamos… se que… puedes… hacer algo… al respecto – se veía débil, el fin de su vida estaba llegando.

El chico sonrió levemente.

- Bo Ra – se inclino para quedar frente a su rostro y rozar sus dedos con los cabellos de la exhausta mujer - sabes perfectamente que el que te está matando en este momento soy yo –

- Lo… lo sé – gritó de dolor – pero eso… no involucra a mi… hijo Taemin – su presión se elevó, su respiración se complico y segundos después, saco el último suspiro que indicaba su muerte.

El chico se llevó los dedos a la frente y resopló con fuerza, se acerco de nuevo al ahora inmóvil cuerpo y toco el abultado vientre.

Una luz resplandeciente apareció solo unos segundos haciendo que aquel inocente bebe amenazara con salir.

- ¿Estás consciente de lo que hiciste? – una nueva voz resonaba en el quirófano.

- Sí, ahora tendré que quedarme con este chiquillo hasta la hora de su muerte – contestó el alto chico sin voltear a ver al recién llegado.

- Bien, la verdad no me importa lo que hagas, reglas son reglas y vengo a quitarte 5 de tus vidas a cambio de la de este chiquillo – El chico asintió y se giró quedando frente a un joven unos centímetros más alto que él.

- Haz lo que tengas que hacer Yunho, pero que sea rápido – El mencionado soltó una carcajada.

- No me digas eso mi querido Minho, sabes que disfruto matando a seres tan estúpidos como tú – contestó acercándose al que sería su víctima – Bien, ahora la parte divertida –

Lo tomo por los hombros y deslizó una de sus manos hasta su pecho en la zona intermedia de los pectorales, la alejo un poco y esbozó una gran sonrisa que fácilmente podría competir con la de un lunático, sin avisar su mano atravesó el bien formado pecho del más joven haciendo que gritara de dolor y de su espalda salieran unas alas negras muy parecidas a las de un ave.

- Una – dijo adentrando más su mano – Dos – la giró – Tres – la saco y la volvió a meter pero ahora en el abdomen – Cuatro – el chico alto cayó de rodillas – ¡Cinco! – gritó sacando su mano ahora llena por 5 bolitas de color negro.

- Muchas gracias por alimentarme Minho, es hora de que me vaya y suerte con tu nuevo protegido – el extraño ser llamado Yunho cerró los ojos y jadeó un poco mientras unas alas, muy diferentes a las de Minho salían de su espalda, se envolvió con ellas y desapareció.

Minho que aún se encontraba de rodillas, se paró con dificultad y se acerco al pequeño Taemin que estaba rodeado de doctores completamente asombrados de que estuviera vivo.

- Wow es un milagro – una enfermera hablaba en el fondo, provocando el enojo de Minho.

-Sí claro, un milagro que me costó 5 vidas - mientras se agarraba el abdomen por el leve dolor que aun sentía, caminó y cruzó a los doctores sin problema, como si de un fantasma se tratara.

- Pequeño, tendrás que pagarme muy bien cuando crezcas – dijo amenazante, ante un bebe regordete, de mejillas coloradas y ojos definidamente rasgados.


Con el paso de los años Taemin fue creciendo junto a su siempre “amigo” Minho ya que su padre desde que nació no lo quiso porque lo culpaba de la muerte de su amada esposa además de que Taemin era el vivo retrato de su madre.

Minho cuidaba de él, lo alejaba de peligros y mataba a cualquiera que quisiera hacerle daño.

Taemin creció muy bien ya que su pequeño “ángel” como él le decía a Minho, al no ser humano tuvo las posibilidades de darle un buen hogar y también hacerlo rico.

Cuando Taemin cumplió los 15 años, le pidió a Minho que le dijera la verdad, ya que había muchas cosas que no entendía.

- Ven acá – ordenó Minho sentado en un gran sillón dando palmaditas en su pierna, Taemin obedeció y se sentó en su regazo – Ahora dime ¿Qué es lo que quieres saber? – El pequeño rodeo el cuello del alto con sus delgados brazos.

- ¿Quién eres? O mejor dicho ¿Qué eres? Y ¿Por qué soy el único que puede verte? – Minho estrujo la cintura de Taemin y le beso la frente.

- Soy un dios de la muerte – el pequeño abrió grande los ojos y contuvo la respiración por unos segundos – Pero no te apures, no estoy aquí para quitarte la vida… aun – hizo una pausa y rió – Y eres el único que puede verme porque eres especial, al igual que lo era tu madre –

- ¿Conociste a mi madre? – su cara era de asombro, ya que era la primera vez que hablaba de su pasado con Minho.

- Por supuesto, pero no hablemos más de eso Taemin~ – susurró en el oído del menor – mejor dame una muestra de agradecimiento, porque por mí estas vivo – El pequeño se estremeció al sentir las manos de Minho recorrer su cuerpo, era extraño, sabía que estaba mal pero ese contacto le gustaba.

- ¿Cómo… como te agradezco?... Ah~ - gimió al sentir como esa enorme mano rosaba su entrepierna

- Solo déjate llevar – fue levantado por el alto que rápidamente extendió sus alas y lo llevó a una de las recamaras de la enorme mansión.

Ese día, ese 18 de Julio de 2008 Taemin aprendió algo nuevo a lado de Minho.

En realidad Minho le robó muchas de sus primeras veces al pequeño:
- Primer beso –
- Primera caricia –
- Primera palabra –
- Y “eso” su primera vez –

Después de eso ya nada fue igual, Taemin veía la vida de manera diferente, estaba enamorado del que sería su verdugo pero no le importaba, era feliz, tenía la vida que cualquiera moriría por tener o al menos eso pensaba hasta que conoció a Kim KiBum… pero eso, eso se los contaré después…