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Por que nos enamoramos entre fogones, hyung. (JongKey, 2min) Terminado. (24.8.2012)
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Por que nos enamoramos entre fogones, hyung.
Autor: mi-chan
Género: Romantico, lemon, AU
Raiting:+18
Parejas: JongKey, 2min, JiHyun (Jinki y MInHyung de Nu'est)
Nota: Okey...Sé que el título no llama mucho la atención, pero por el momento no se me ocurrió nada más, cuando pueda lo editaré^^
Por primera vez, voy a hacer un fic con las parejas típicas: 2min y JongKey. Pero no se acostumbren por que esta hazaña no se va a repetir muy seguido^^
Nota importante: No leer si se tiene hambre^^
En Seúl había un restaurante especializado en comida occidental y si bien en un principio solo era un pequeño restaurante, en la actualidad era un restaurante que contaba con dos estrellas michelín.
A primera vista, realmente no parecía un restaurante de lujo, pero una vez dentro este te envolvía completamente, y sus platos, sencillamente eran fantásticos.
La cocina se encontraba en el piso inferior, con un gran jardín delante y una gran ventana. Y desde esa ventana, si los clientes deseaban tomar el café al aire libre, podían ver a los cocineros trabajar. Y si alguien preguntara a dichos clientes que les parecía el ambiente en la cocina era perfecto, harmónico.
Pero claro, estas personas no podían oír lo que sus cinco cocineros se decían.
Porque sí, en esa cocina solo trabajaban cinco cocineros, cada uno experto en su campo:
Lee Jinki, también conocido como Onew, con sus 24 años de edad había trabajado en tres excelentes restaurantes y era todo un as en cuanto entrantes y tapas de refería. No importaba si era un buñuelo, una ensalada, un puré frío o bien algo escalibado.
Kim Jonghyun, con sus 23 años, se había criado en el seno de una familia media en un pequeño pueblo de mar, por lo que obviamente, su especialidad eran el pescado y el marisco. Se sabía de memoria los nombres de cada pescado, como debía ser preparado y que salsa combinaba mejor con cada pescado.
Kim KiBum, de sobrenombre Key, contaba con 22 años y se había criado en la capital en una familia media-alta, con una madre que adoraba cocinar, aprendió a cocinar los primeros platos a temprana edad, por lo que ahora se sabía de memoria los puntos de cocción de cada ingrediente que forma parte de sus platos.
Choi MinHo, que ahora tenía 21 años, se había criado en un restaurante de carne y a pesar de que siempre ignoró todo lo que se le decía sobre la carne y sus propiedades, cuando cumplió los 18 años, se dio cuenta que después de escuchar años y años la misma canción sobre la carne, sus propiedades y otras cosas se le había quedado todo grabado en su mente, de forma inconsciente.
Y por último pero no por eso menos importante, estaba Lee TaeMin, que con sus 19 años ya había recibido más de un premio de cocina en la modalidad de postres. Aunque no era de extrañar si teníamos en cuenta que tanto como su padre como su madre eran chef de otros dos restaurantes de élite. Toda su vida la pasó oyendo hablar de cocina y siempre estaba atento a todo lo que sus padres decían y ya desde pequeño miraba programas de cocina.
Estos cinco chicos, completamente especializados en su campo en la cocina, no se hablaban. Se gritaban.
Y no, no era por culpa del estrés de tener trabajo acumulado.
No. Simplemente era que no se soportaban entre ellos, solo unos tenían una buena relación, solo dos eran amigos: TaeMin y Key. Pero todo por que sus padres eran amigos de la infancia y Key siempre cuidó del menor como si fuera su hermanito pequeño.
-Chicos, en media hora abrimos.- les avisó uno el jefe de sala.- Y TaeMin…- y como siempre, el menor iba con los cascos puestos y la música a todo volumen, encerrado en su “cuarto” como le llamaban ellos. El jefe se acercó y golpeó el vidrio, a lo que TaeMin se quitó los auriculares.- Bien. Os tengo que decir que hoy vais a tener trabajo.
-Eso díselo al resto, - dijo altaneramente Jonghyun- Yo trabajo como burro cada día peleando con los peces.
-Tsk.- dijo el mayor.- Yo creí que ya eras burro, Jonghyun.
-Cállate, Onew.- le rebatió.
-Chicos, ¿os podéis centrar dos minutos?- todos clavaron sus ojos en el hombre que les miró.- Me da igual cuanto trabajéis cada día o quien tenga más trabajo. Yo solo os vengo a decir que hoy vendrá un grupo de 40 personas a hacer el menú 2. Eso sí, solo habrá ese grupo, ya sabéis que no da para más, así que solo tendréis este grupo y el turno de noche.
“Menú 2: Tapas marinas, primero de pasta o arroz, segundo libre y postres.”
Eso fue lo que apareció en la cabeza de todos. Se habían aprendido de memoria que entraba en cada menú, el número de cada plato. Todo.
El jefe de sala salió por la puerta y cada uno volvió a lo suyo por…por dos minutos.
-Así que hoy las niñas van a tener trabajo.- dijo burlonamente MinHo, refiriéndose a TaeMin y Key, a quien llamaban niñas por sus afeminados rostros.
-¿Por qué mejor no te callas, ranita?- dijo despectivamente el mayor de los “mencionados”. El mote venía por los grandes ojos del chico. Demasiado grandes para un Coreano.
-¿A quién le llamas ranita?- dijo dejando las pinzas y acercándose al mayor, que a pesar de ser más bajo no se acoquinó.
-A ti. Creo que lo que te sobra de ojos te falta en el oído.- se dio la vuelta para mezclar la sopa que estaba haciendo, ignorando por completo al chico.- Baby, ven a probar eso.- TaeMin salió y probó lo que le daba y asintió.
-Le falta algo de pimienta, hyung.- le dijo y le besó la mejilla, (a lo que los otros tres torcieron el gesto en una mueca de asco) antes de volver con sus postres.
-Lo que yo decía, niñas.
Este fue el último comentario que se oyó hasta empezar el servicio.
Unos treinta minutos después de abrir la puerta del restaurante, en la pantalla que cada uno tenía aparecieron las comidas pedidas.
KiBum suspiró al ver toda la pasta con anchoas que se habían pedido. Puso toda la pasta a hervir y mientras empezó a calentar el arroz con pescado que previamente Jonghyun había limpiado y él había cocinado y preparado.
Por su parte, Jinki estaba haciendo los entrantes, y esta vez tocaban las croquetas de jamón, bombas de queso, gazpacho. Todo ellos en pequeña mesura para abrir el hambre y dejar con ganas de comer más.
Por su parte, los chicos de los segundos empezaron a hacer su trabajo: Jonghyun iba de arriba abajo para hacer el besugo al horno pues requería algo de tiempo pues lo tenía que limpiar al momento para que conservara todo su sabor, luego tenía que hacer lenguados a la meunière, un plato bastante más rápido y sencillo de hacer que el besugo; por su parte MinHo estaba haciendo pollo con romero y luego empezó a hacer chuletitas de cordero rebozadas con bechamel.
Cuando terminaban, los metían en un ascensor que los llevaba al piso de arriba y los camareros los servían.
-¿Cómo vais chicos?- les preguntó el director del restaurante.
-TaeMin muy bien, obviamente.- todos voltearon a observar el menor que estaba haciendo el pastel de chocolate con limón mientras cantaba y se movía al ritmo de la música que escuchaba.
-El resto trabajando como esclavos. Ya me gustaría estar a mí en el sitio de TaeMin…- dijo MinHo, fulminando al pequeño con la mirada.
-Ya déjalo, ¿no?- dijo mosqueado KiBum.- ¿Pero que problema tienes con el pequeño?
-Precisamente ese.- gruñó.- Que por ser el pequeño todos debemos vigilar de que no tenga mucho trabajo.
-En mi puesto no durarías ni un servicio.- reclamó el afectado en aquella conversación.- Sí ya te estresas ahora que parte de tu trabajo lo tiene Jonghyun, ¿qué harías en mi puesto que yo hago los postres de todos?
Miró mal al maknae que volvió a colocarse los auriculares, cerró la ventana que lo comunicaba con el resto de la cocina y volvió a su pastel.
Cuando todos los comensales empezaron con los postres, los cuatro cocineros de la cocina “grande” empezaron a limpiar su trozo de la cocina mientras que el menor iba sirviendo y haciendo todos los postres, fundiendo chocolate ahí, cortando pastel allá, sacando el pastel de manzana del horno…
Y MinHo seguí mirándole con el ceño fruncido. Molesto con el pequeño.
Pero no molesto por el hecho de que fuera el menor y todos cuidaran de él. Bueno, solo Key y de vez en cuando Jinki. No. Él estaba molesto por el talento natural que tenía el chico rubio en la cocina.
Por que quizás era cierto que el chico venía de familia de cocineros, de grandes cocineros y tenía aquel talento por los genes.
Pero él mejor que nadie sabía que aquello no tenía nada de verdadero. Él también venía de una casa de cocineros y si bien quizás no eran chefs como los del menor de aquella cocina, llevaban siglos cocinando carne. Él había heredado conocimientos sobre cada trozo de carne de cada animal que se destinaba al consumo humano, pero en su vida había recibido un premio como TaeMin.
Por otro lado, también había otra persona que odiaba a otra: Jonghyun no podía soportar a Jinki. Tanto por motivos profesionales como personales.
Profesionalmente lo odiaba por que había trabajado en los mejores restaurantes de Corea y había conocido a grandes genios de la cocina, oportunidad que él jamás había tenido. Además, lo odiaba desde que lo había ridiculizado en la escuela de cocina superior de Corea al decirle que él pescado que había hecho estaba crudo. Siendo que Jonghyun era el mejor en pescado de toda la escuela. Pero Jinki ya llevaba ahí dos años, porque lo habían dejado entrar antes de lo normal y era el mejor en entrantes y tapas, como lo era entonces y claro, ahí tocabas todo tipo de comida: carne, huevos, pescado, verduras…
Personalmente lo odiaba por meterse con Key. Sabía que algo raro pasaba en él con el chico que llevaba una parte de la cabeza rapada, ya que cada vez que le veía tenía ganas de tocar la suave piel que podía admirar en su rostro, aterciopelada y que parecía extenderse por todo el cuerpo.
Cada vez que decía algo despectivo quería saltar a la yugular del mayor y defender al otro, pero su orgullo se lo impedía. Nunca admitiría que quería proteger al chico con carácter de Diva.
Y también odiaba a TaeMin por ser tan cercano al chico: lo abrazaba, le besaba la mejilla, probaba sus platillos, podía ir a su casa cuando quería. Podía hacer todo aquello que él deseaba.
-¡Baby!- le llamó Key.- Vete a cambiar y vamos a por un helado al parque.
-¡Claro hyung!- exclamó después de terminar de recoger y limpiar su “cuarto” salió y se quitó la bata de cocina, se quitó el pañuelo que cubría sus largos cabellos y se puso su camiseta.- Ya estoy.
-Bien, nos vamos. ¡Nos vemos en el servicio de la noche!- canturreó antes de envolver los hombros del menor con su brazo.
-Eso si no os perdéis por el camino, ¿no?- dijo el mayor de los cinco.
-Tranquilo, Onew. Llegaremos a tiempo.- salieron los cinco a la vez, encontrándose con el grupo de gente para la que habían cocinado en la puerta.
-¿Sois los cocineros?- los cinco asintieron.- ¿Cuál hizo el cordero?
-Yo.- dijo MinHo.- ¿Por?- de reojo vio la sonrisa creída de Jonghyun, quien creyó que le dirían que nos les gustaron.
-Estaba fantástico. Fue un placer conocerlo…errr…
-MinHo, Choi MinHo.- respondió, estrechando la mano que le era ofrecida.- Igualmente.
El grupo de señores se retiró y los chicos ya iban a irse cuando el director los detuvo.
-Esperad chicos.- les dijo.- Tengo algo que comunicaros.
-¿El qué?- dijo Jonghyun, impaciente por perderles de vista a todos.
-Van a haber cambios en la cocina desde mañana mismo.- les dijo y volvió a entrar.
Y una misma pregunta se había instalado en la mente de los cinco.
¿A quién iban a despedir? ¿Quién se quedaba y quién no?
¿Y bien? ¿Que les pareció? ¿Críticas? ¿Tomatazos?
Titulo: Por que nos enamoramos entre fogones, hyung.
Autor: mi-chan
Género: Romantico, lemon, AU
Raiting:+18
Parejas: JongKey, 2min, JiHyun (Jinki y MInHyung de Nu'est)
Nota: Okey...Sé que el título no llama mucho la atención, pero por el momento no se me ocurrió nada más, cuando pueda lo editaré^^
Por primera vez, voy a hacer un fic con las parejas típicas: 2min y JongKey. Pero no se acostumbren por que esta hazaña no se va a repetir muy seguido^^
Nota importante: No leer si se tiene hambre^^
En Seúl había un restaurante especializado en comida occidental y si bien en un principio solo era un pequeño restaurante, en la actualidad era un restaurante que contaba con dos estrellas michelín.
A primera vista, realmente no parecía un restaurante de lujo, pero una vez dentro este te envolvía completamente, y sus platos, sencillamente eran fantásticos.
La cocina se encontraba en el piso inferior, con un gran jardín delante y una gran ventana. Y desde esa ventana, si los clientes deseaban tomar el café al aire libre, podían ver a los cocineros trabajar. Y si alguien preguntara a dichos clientes que les parecía el ambiente en la cocina era perfecto, harmónico.
Pero claro, estas personas no podían oír lo que sus cinco cocineros se decían.
Porque sí, en esa cocina solo trabajaban cinco cocineros, cada uno experto en su campo:
Lee Jinki, también conocido como Onew, con sus 24 años de edad había trabajado en tres excelentes restaurantes y era todo un as en cuanto entrantes y tapas de refería. No importaba si era un buñuelo, una ensalada, un puré frío o bien algo escalibado.
Kim Jonghyun, con sus 23 años, se había criado en el seno de una familia media en un pequeño pueblo de mar, por lo que obviamente, su especialidad eran el pescado y el marisco. Se sabía de memoria los nombres de cada pescado, como debía ser preparado y que salsa combinaba mejor con cada pescado.
Kim KiBum, de sobrenombre Key, contaba con 22 años y se había criado en la capital en una familia media-alta, con una madre que adoraba cocinar, aprendió a cocinar los primeros platos a temprana edad, por lo que ahora se sabía de memoria los puntos de cocción de cada ingrediente que forma parte de sus platos.
Choi MinHo, que ahora tenía 21 años, se había criado en un restaurante de carne y a pesar de que siempre ignoró todo lo que se le decía sobre la carne y sus propiedades, cuando cumplió los 18 años, se dio cuenta que después de escuchar años y años la misma canción sobre la carne, sus propiedades y otras cosas se le había quedado todo grabado en su mente, de forma inconsciente.
Y por último pero no por eso menos importante, estaba Lee TaeMin, que con sus 19 años ya había recibido más de un premio de cocina en la modalidad de postres. Aunque no era de extrañar si teníamos en cuenta que tanto como su padre como su madre eran chef de otros dos restaurantes de élite. Toda su vida la pasó oyendo hablar de cocina y siempre estaba atento a todo lo que sus padres decían y ya desde pequeño miraba programas de cocina.
Estos cinco chicos, completamente especializados en su campo en la cocina, no se hablaban. Se gritaban.
Y no, no era por culpa del estrés de tener trabajo acumulado.
No. Simplemente era que no se soportaban entre ellos, solo unos tenían una buena relación, solo dos eran amigos: TaeMin y Key. Pero todo por que sus padres eran amigos de la infancia y Key siempre cuidó del menor como si fuera su hermanito pequeño.
-Chicos, en media hora abrimos.- les avisó uno el jefe de sala.- Y TaeMin…- y como siempre, el menor iba con los cascos puestos y la música a todo volumen, encerrado en su “cuarto” como le llamaban ellos. El jefe se acercó y golpeó el vidrio, a lo que TaeMin se quitó los auriculares.- Bien. Os tengo que decir que hoy vais a tener trabajo.
-Eso díselo al resto, - dijo altaneramente Jonghyun- Yo trabajo como burro cada día peleando con los peces.
-Tsk.- dijo el mayor.- Yo creí que ya eras burro, Jonghyun.
-Cállate, Onew.- le rebatió.
-Chicos, ¿os podéis centrar dos minutos?- todos clavaron sus ojos en el hombre que les miró.- Me da igual cuanto trabajéis cada día o quien tenga más trabajo. Yo solo os vengo a decir que hoy vendrá un grupo de 40 personas a hacer el menú 2. Eso sí, solo habrá ese grupo, ya sabéis que no da para más, así que solo tendréis este grupo y el turno de noche.
“Menú 2: Tapas marinas, primero de pasta o arroz, segundo libre y postres.”
Eso fue lo que apareció en la cabeza de todos. Se habían aprendido de memoria que entraba en cada menú, el número de cada plato. Todo.
El jefe de sala salió por la puerta y cada uno volvió a lo suyo por…por dos minutos.
-Así que hoy las niñas van a tener trabajo.- dijo burlonamente MinHo, refiriéndose a TaeMin y Key, a quien llamaban niñas por sus afeminados rostros.
-¿Por qué mejor no te callas, ranita?- dijo despectivamente el mayor de los “mencionados”. El mote venía por los grandes ojos del chico. Demasiado grandes para un Coreano.
-¿A quién le llamas ranita?- dijo dejando las pinzas y acercándose al mayor, que a pesar de ser más bajo no se acoquinó.
-A ti. Creo que lo que te sobra de ojos te falta en el oído.- se dio la vuelta para mezclar la sopa que estaba haciendo, ignorando por completo al chico.- Baby, ven a probar eso.- TaeMin salió y probó lo que le daba y asintió.
-Le falta algo de pimienta, hyung.- le dijo y le besó la mejilla, (a lo que los otros tres torcieron el gesto en una mueca de asco) antes de volver con sus postres.
-Lo que yo decía, niñas.
Este fue el último comentario que se oyó hasta empezar el servicio.
Unos treinta minutos después de abrir la puerta del restaurante, en la pantalla que cada uno tenía aparecieron las comidas pedidas.
KiBum suspiró al ver toda la pasta con anchoas que se habían pedido. Puso toda la pasta a hervir y mientras empezó a calentar el arroz con pescado que previamente Jonghyun había limpiado y él había cocinado y preparado.
Por su parte, Jinki estaba haciendo los entrantes, y esta vez tocaban las croquetas de jamón, bombas de queso, gazpacho. Todo ellos en pequeña mesura para abrir el hambre y dejar con ganas de comer más.
Por su parte, los chicos de los segundos empezaron a hacer su trabajo: Jonghyun iba de arriba abajo para hacer el besugo al horno pues requería algo de tiempo pues lo tenía que limpiar al momento para que conservara todo su sabor, luego tenía que hacer lenguados a la meunière, un plato bastante más rápido y sencillo de hacer que el besugo; por su parte MinHo estaba haciendo pollo con romero y luego empezó a hacer chuletitas de cordero rebozadas con bechamel.
Cuando terminaban, los metían en un ascensor que los llevaba al piso de arriba y los camareros los servían.
-¿Cómo vais chicos?- les preguntó el director del restaurante.
-TaeMin muy bien, obviamente.- todos voltearon a observar el menor que estaba haciendo el pastel de chocolate con limón mientras cantaba y se movía al ritmo de la música que escuchaba.
-El resto trabajando como esclavos. Ya me gustaría estar a mí en el sitio de TaeMin…- dijo MinHo, fulminando al pequeño con la mirada.
-Ya déjalo, ¿no?- dijo mosqueado KiBum.- ¿Pero que problema tienes con el pequeño?
-Precisamente ese.- gruñó.- Que por ser el pequeño todos debemos vigilar de que no tenga mucho trabajo.
-En mi puesto no durarías ni un servicio.- reclamó el afectado en aquella conversación.- Sí ya te estresas ahora que parte de tu trabajo lo tiene Jonghyun, ¿qué harías en mi puesto que yo hago los postres de todos?
Miró mal al maknae que volvió a colocarse los auriculares, cerró la ventana que lo comunicaba con el resto de la cocina y volvió a su pastel.
Cuando todos los comensales empezaron con los postres, los cuatro cocineros de la cocina “grande” empezaron a limpiar su trozo de la cocina mientras que el menor iba sirviendo y haciendo todos los postres, fundiendo chocolate ahí, cortando pastel allá, sacando el pastel de manzana del horno…
Y MinHo seguí mirándole con el ceño fruncido. Molesto con el pequeño.
Pero no molesto por el hecho de que fuera el menor y todos cuidaran de él. Bueno, solo Key y de vez en cuando Jinki. No. Él estaba molesto por el talento natural que tenía el chico rubio en la cocina.
Por que quizás era cierto que el chico venía de familia de cocineros, de grandes cocineros y tenía aquel talento por los genes.
Pero él mejor que nadie sabía que aquello no tenía nada de verdadero. Él también venía de una casa de cocineros y si bien quizás no eran chefs como los del menor de aquella cocina, llevaban siglos cocinando carne. Él había heredado conocimientos sobre cada trozo de carne de cada animal que se destinaba al consumo humano, pero en su vida había recibido un premio como TaeMin.
Por otro lado, también había otra persona que odiaba a otra: Jonghyun no podía soportar a Jinki. Tanto por motivos profesionales como personales.
Profesionalmente lo odiaba por que había trabajado en los mejores restaurantes de Corea y había conocido a grandes genios de la cocina, oportunidad que él jamás había tenido. Además, lo odiaba desde que lo había ridiculizado en la escuela de cocina superior de Corea al decirle que él pescado que había hecho estaba crudo. Siendo que Jonghyun era el mejor en pescado de toda la escuela. Pero Jinki ya llevaba ahí dos años, porque lo habían dejado entrar antes de lo normal y era el mejor en entrantes y tapas, como lo era entonces y claro, ahí tocabas todo tipo de comida: carne, huevos, pescado, verduras…
Personalmente lo odiaba por meterse con Key. Sabía que algo raro pasaba en él con el chico que llevaba una parte de la cabeza rapada, ya que cada vez que le veía tenía ganas de tocar la suave piel que podía admirar en su rostro, aterciopelada y que parecía extenderse por todo el cuerpo.
Cada vez que decía algo despectivo quería saltar a la yugular del mayor y defender al otro, pero su orgullo se lo impedía. Nunca admitiría que quería proteger al chico con carácter de Diva.
Y también odiaba a TaeMin por ser tan cercano al chico: lo abrazaba, le besaba la mejilla, probaba sus platillos, podía ir a su casa cuando quería. Podía hacer todo aquello que él deseaba.
-¡Baby!- le llamó Key.- Vete a cambiar y vamos a por un helado al parque.
-¡Claro hyung!- exclamó después de terminar de recoger y limpiar su “cuarto” salió y se quitó la bata de cocina, se quitó el pañuelo que cubría sus largos cabellos y se puso su camiseta.- Ya estoy.
-Bien, nos vamos. ¡Nos vemos en el servicio de la noche!- canturreó antes de envolver los hombros del menor con su brazo.
-Eso si no os perdéis por el camino, ¿no?- dijo el mayor de los cinco.
-Tranquilo, Onew. Llegaremos a tiempo.- salieron los cinco a la vez, encontrándose con el grupo de gente para la que habían cocinado en la puerta.
-¿Sois los cocineros?- los cinco asintieron.- ¿Cuál hizo el cordero?
-Yo.- dijo MinHo.- ¿Por?- de reojo vio la sonrisa creída de Jonghyun, quien creyó que le dirían que nos les gustaron.
-Estaba fantástico. Fue un placer conocerlo…errr…
-MinHo, Choi MinHo.- respondió, estrechando la mano que le era ofrecida.- Igualmente.
El grupo de señores se retiró y los chicos ya iban a irse cuando el director los detuvo.
-Esperad chicos.- les dijo.- Tengo algo que comunicaros.
-¿El qué?- dijo Jonghyun, impaciente por perderles de vista a todos.
-Van a haber cambios en la cocina desde mañana mismo.- les dijo y volvió a entrar.
Y una misma pregunta se había instalado en la mente de los cinco.
¿A quién iban a despedir? ¿Quién se quedaba y quién no?
¿Y bien? ¿Que les pareció? ¿Críticas? ¿Tomatazos?
Última edición por mi-chan el Jue Ago 23, 2012 11:36 am, editado 8 veces
mi-chan
Jonghyun~ah
871
Re: Por que nos enamoramos entre fogones, hyung. (JongKey, 2min) Terminado. (24.8.2012)
Si me gustó, y mucho... es una pena que terminara, te pediría más,
pero yo sé que no es posible, ya que hay historias que se tienen planeadas
para cierta extensión de sucesos/capítulos y al "forzarla" no se siente
lo mismo, al menos como autora... (v_v)
Te quiero, muñeca! ^^!
pero yo sé que no es posible, ya que hay historias que se tienen planeadas
para cierta extensión de sucesos/capítulos y al "forzarla" no se siente
lo mismo, al menos como autora... (v_v)
Te quiero, muñeca! ^^!
Star...☆
Taemin & Bithae
1046
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