-- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • --



{•Indifference•}

Kim Kibum es fuerte, valiente.
Es enérgico y decidido.


Es alegre y le gusta animar a las personas, reconfortarlas, darles palabras de aliento y si es necesario, un abrazo con cariño.


Le gustan muchas cosas, y le disgustan otras tantas.


Le gusta tomar café americano por las mañanas, le gusta preparar el desayuno de Taemin y darle un beso en la frente cuando se va a la escuela, le gustan las salidas de compras y que alguien le cargue las bolsas… Adora los labios de un alguien que lo hacen subir al cielo en un segundo.


Le disgusta su agenda apretada y tener tan pocos descansos, le disgustan los ronquidos de Jinki por las noches y le disgusta el mal estilo que tienen algunas chicas que pasan a su lado en la calle.


Kim kibum tiene tantos problemas como los granos de arena en la playa.
Pero el los enfrenta y procura no quejarse con nadie.


El soporta muchas cosas…


Soporta los ensayos exhaustivos, soporta que al llegar a casa en vez de tirarse a su cama, es casi obligado a hacer la cena.


Soporta el ver a su novio caminar tomando la mano de esa hermosa actriz… soporta las sonrisas, soporta los abrazos…

Todo por las apariencias, todo por seguir los mandatos de la compañía.
Todo porque le ama…


El puede hacer casi todo.
Cuando menos te lo esperas, muestra una habilidad nueva ante tus ojos.


El es… Todopoderoso.




Pero hay una cosa, que odia, contra la que no puede luchar.

Que le desgarra el alma…
Que rompe su corazón en miles, podría decirse millones de pedazos.



“Jonghyun…” susurra después de sentir una mirada pesada en su nuca. Su novio lo observa recargado en el filo de la puerta, silencioso; Solo mirando como hace su maleta.


“¿Te vas de vacaciones?”


“Si, quiero aprovechar el descanso que nos dieron para visitar a mi madre” Le da detalles, le sonríe, esperando que le siga la plática, que le regrese la sonrisa… aunque sea una ladeada, un fruncimiento de labios, pero…


“Bien”



No es un no te vayas con súplica, tampoco es un lárgate con odio y rencor…
Es un diminuto y simple bien, a secas... glacial.



Lo que más le duele, lo que más lo hace sufrir.
Es la indiferencia de su puppy.



No solo en ocasiones como esa, a Jonghyun le da reverendamente igual si se cae, si se lastima; le da igual si algún chico lo acosa. Lo mira estoico si alguien le besa la mejilla.



Y es por eso que en el vuelo rumbo a su lugar de origen, el regreso a casa llora sin parar, mirando las nubes por la ventana; Ignorando el "¿Estás bien?" de aquella ancianita sentada a su lado.



Cuando llega y los brazos de su madre lo envuelven es cuando se derrumba y llora aún con más fuerza; y aunque intenta hacer creer que es porque tiene meses sin ver a su familia, su progenitora sabe que sus lagrimas son de dolor, son de angustia y desasosiego.



Pasan los días y ni siquiera un mensaje con un “¿Cómo estuvo el vuelo?” o aunque sea un “¿Ya llegaste?”.



En cambio recibe llamadas de Minho, preguntándole una y mil cosas, dándole saludos de Onew, y besos y muchos abrazos de su hijo.



Pero Jonghyun nada… ni un hola, ni un buenas noches antes de irse a la cama.

Mucho menos un te extraño que se atasca en la punta de su lengua.



Ha llegado al punto de cuestionar si el seguir vale la pena.
No hay sonrisas, no hay te quieros.
Y es tan incómodo, tan molesto…





Ya no puedo Jonghyun, yo… esto no es…
Terminemos.



Enviado.





Su corazón late con fuerza mientras aprieta el celular entre sus manos; la contestación no tarda en llegar….
Suspira, todo dependerá de la respuesta que…




Mensaje nuevo



Bien.



Seca, fría, indolente…
Así es la respuesta.






Eso basta para que el último pedazo de su alma se quiebre y llene sus orificios oculares de un líquido que corre por sus mejillas libremente.


Y duele, duele mucho.






Los quince días de descanso pasan lentamente, mientras se enfrasca más y más en la tristeza.

Se siente vacío, aturdido.



Y cuando entra al departamento jalando de la maleta tras su espalda, da de lleno con su rostro.


Tan sereno,
Tan tranquilo.


No hay un Bienvenido tampoco una sonrisa o un abrazo.



Y a Kibum le duele más todavía.


La fisura en su corazón empieza a crecer más y más…

Y teme que después de ésto ya no pueda cerrar.







Kim kibum no es una persona suicida, pero quiere probar si el dolor físico llega a ser más punzante que el de su pecho, más precisamente en el lado izquierdo de éste.


Por eso rasga la blanca piel de sus muñecas con esa filosa navaja, admirando como la hoja abre todo a su paso.


Tres, cuatro, cinco veces.


Perdió la cuenta, solo es consciente de las muchas rajadas que dejan brotar ese líquido carmesí que mancha el suelo de su baño.



Y sonríe…


No, el dolor físico no se compara con el calvario que está sufriendo su corazón.


Cuando cae en la semi inconsciencia puede escuchar gritos y sollozos.


Sonríe de nuevo…

Su puppy llora y grita su nombre…



Por fin muestra algo más que solo indiferencia.

Muestra desesperación, consternación.



Y eso le agrada...

Le parece lindo, le parece.



Lastima que…











“Buenas noches Jonghyun…”

-- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • ---- • --