Recuerdo del primer mensaje :

wiiii, despues de un ratoo... a l@s q me conocen, publicaré un nuevo fic ;D
espero sea de su agrado...opinen q tal les parece y blah blah... XD
empezé pensando en el Minkey...pero no me inspiraba mucho así q jaaa será Jongkey *-*
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Cap 01. Nunca digas Nunca.


Las luces de la ciudad poco a poco se van encendiendo.

El Sol refleja sus cálidos rayos naranjas.

El viento sopla con fuerza y entra por la ventana del coche en marcha. Vuelve a acomodar su cabello que vuela al ritmo de la suave melodía del viento de la tarde. Cierra los ojos y deja caer su cabeza sobre el vidrio de la ventana, abrazando con más fuerza ese pequeño cuerpo que descansa abrazado a él con sus piernas a cada lado de su cuerpo y las manos aferradas al cuello de su chaqueta.

El dulce rostro se acomoda sobre el pecho, y lo único que puede escuchar es esa suave respiración que está provocando su pronto sueño.

- Eres una dulzura... - la voz del conductor interrumpe la tierna escena.

Jonghyun abre un poco más sus ojos y agudiza sus sentidos para poder comprender lo que su amigo está diciendo.

- ¿Mmm? - no articula palabras coherentes. Su estado somnoliento es amplio.

- Te ves muy bien de papá, Jonghyun. - el conductor, y su amigo Minho sonríe al terminar de pronunciar su frase, ya que su hyung se ha sonrojado y ha bajado su vista hasta el pequeño niño que, después de vomitar sobre él, se ha quedado por fin dormido.

El mayor calla y recarga su mejilla sobre la cabeza del pequeño.

- Por fin se durmió... - dijo lanzando un suspiro.

- ¿Has pensando en tener familia?

- ¡Deja de molestar con el asunto de la paternidad!

El niño se estremeció con tremendo grito, y Jonghyun tuvo que abrazarlo más a su pecho y dar pequeños saltos acompañados por leves susurros para que el pequeño se tranquilizara y volviera a dormir.


- Te he dicho que no quiero niños, Minho. - Su voz fue un leve murmullo. Temiendo despertar a su "pequeño encargo". - Además, tú sabes que yo... Bueno, no... - El color carmín volvió apoderarse de esa pálida piel y sólo guardó silencio removiendo los mechones marrones del pequeño diablillo.

- Sí, eres gay. - contestó Minho con una tremenda naturalidad. - Pero aquello todavía sirve >.>,Jonghyun. - dijo mirando la entrepierna del mayor. - Y aún puedes hacer bebés con él... - una pequeña risa que no pudo contener salió sin más de sus finos labios.

- Eres un idiota. pero así te quiero

Su plática se vio terminada cuando se encontraban frente a la que siempre sería su casa.

Absurdas ironías de la vida. Acababan de llegar de una pequeña gira, y en vez de ser recibidos con un abrazo, un beso, o un grito de celebración, se les fue entregado un niño de un año y medio, hijo de la sobrina, de la nieta, de la prima de... ¡Blah!

Su madre deseaba estar sola para platicar con aquella mujer, pero primero debía deshacerse de su molesto niño hiperactivo, y viendo a sus hijos entrar por la puerta, lo primero que se le vino a la mente fue pedirles que lo llevaran a la Feria.

Y así fue. Vómitos, gritos, lloriqueos y una pérdida después, Jonghyun cayó en la cama rendido, cerró los ojos y se quedó con un solo pensamiento: "Nunca tendré hijos".

¿Seguro? Las leyes de la vida nos indican una sabia frase: Nunca digas nunca...

*

• 1 año, 7 meses después...


"Y ahora, ¿qué voy a hacer?"

Estaba de pie al frente de la cama sin atreverse a sentarse, acostarse o respirar cerca de ella. Veía la pequeña cuna color gris y volvía a cerrar los ojos pidiendo a los cielos que todo fuera una estúpida broma y su vida no fuera tan miserable por una vez en su patética existencia.

Abrió los ojos y un leve llanto comenzó.

"No puede ser".

Él tenía ganas de llorar también. Estaba frente a la situación más bizarra que jamás se hubiera planteado. Todo había sido como la más barata película Hollywoodense...


*Despues de un rato de beber alcohol...*


Su cabeza daba vueltas. Tomó su rostro para tratar de ubicarse en un tiempo y espacio. Miró el reloj al lado de la cama y su hora le informaba que estaba dormido desde hacía sólo 2 horas con cuarenta minutos.

El alcohol no había desaparecido del todo, y por ello, pensó que su sistema nervioso le jugaba una broma DEMASIADO pesada.

Una canasta gris pardo con una frazada blanca cubriéndola.

Algo agitaba la manta.

Se agachó y la quitó.

Sus ojos se abrieron cual platos al ver, detrás de la puerta número 123, segundo piso en un hotel desconocido para su cerebro, en una ciudad que, según él, debería de ser Seúl, un bebé vestido de amarillo, el cual se removía incómodo en la estrechez de su porta-bebé.

¡Qué patética telenovela romántica! Hasta tenía una nota colgada al pecho y todo.

En letra clara, completamente legible, decía:
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"Jonghyun.

Perdóname por no haberte avisado que fuiste PADRE.

Perdóname aún más por dejarte a la niña así sin más.

Pero yo no puedo, Jonghyun. No la quiero, y no quiero que sufra a pesar de ello.

Mi madre insistió en que la tuviera, pero no la quiero. Por favor, sé que me comprenderás. No me busques, no me la intentes devolver. Prefiero saltar de un puente que convertirme en madre.

Perdóname.


Amy.


P.D. no la he registrado. Ponle el nombre que tú quieras, para mí siempre fue "la cosa" que arruinará mi vida."

"Padre". "Padre". "Fuiste padre".
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¡¡Maldita cobarde!! ¡Maldita mil veces maldita!

¿Piensa que él no prefiere tirarse de un puente antes que ser padre?

"Fuiste padre"


¿¿La comprenderá?? ¡¿Cómo diablos pensaba esa mujer que la iba a entender si llega a su puerta un bebé con una tarjeta en su pecho diciendo que es su hija?! ¡SU hija!

‘¿No me busques?'

Si lo que en este momento a Jonghyun se le ocurre es ir hasta el fin del mundo, tomarla de los cabellos y colocarle una almohada hasta que quede asfixiada por echarle a perder su vida.

"Fuiste PADRE. Padre. Padre."


Las palabras no dejaban de repetirse en su cabeza, su pecho se comprimió y la furia se desmoronó con la primera lágrima.

Cayó de rodillas al suelo al lado de la cama con la hoja de papel hecha arrugas entre su mano izquierda.

Lloró con furia. Lloró desesperado. Confundiendo sollozos con el pequeño ser que no podía dormir. Sintiendo el miedo, la angustia, la desesperación de su 'papi'.

*


- ¿Jonghyun? ¿Jonghyun?


Los golpes en la puerta son más continuos, pero el nombrado se niega a abrir la puerta.

Minho ya lo conoce. Siempre que su amigo tiene una tranquila fiesta, y alcohol etílico corriendo libre por sus venas, las mañanas empiezan más tarde. Pero hoy no.

Tienen ensayo, arreglos con los Shows, fotos para promoción, grabaciones... ¡Tanto qué hacer!

Al diablo con la buena educación.

Abrió la puerta y por poco, su barbilla cae directo al suelo. Su amigo, cargando un pequeño bulto envuelto en una manta blanca que no deja de llorar. ¿Un bulto que llora?

La cara de Jonghyun es un desastre. Tiene ojeras, los ojos hinchados, y su cabello da miedo.

Tan enfocado está en su tarea de tratar de tranquilizar ese leve, pero desesperante llanto, que no nota la presencia de su amigo, hasta que éste tropieza con un zapato y cae directo al suelo.


- ¿Minho? - su voz rasposa sale de su garganta, lastimándolo un poco. - ¿Qué haces aquí?


- Jonghyun. - se pone de pie. - ¿Qué haces con eso? - apunta a la bebé que se ha tranquilizado.


- Minho...


Apenas alcanza dejar a la niña sobre la cama para correr al pecho de su hermano y acurrucarse en él como un niño pequeño. Tenía miedo. Mucho miedo de que su vida cambiara tanto.

No podía ni controlar su vida, ¿Cómo controlaría la de un ser totalmente inocente?


- Jonghyun... - acarició su cabello. - Jonghyun, dime qué te pasa...


No hubo respuesta, solo un sollozo más, uno más desgarrador que los anteriores y un abrazo que cortó el paso de oxígeno a sus pulmones.


10 minutos después, Jonghyun ya estaba más recuperado, sentado al borde de la cama, viendo a la bebé dormir tranquila.


- ¿Me contarás? - preguntó Minho preocupado.


Jonghyun levantó la mirada. Solamente entregó a su hermano la nota que la niña traía consigo y cerró los ojos esperando la respuesta de Minho.

- Ya veo... - el menor suspiró después de un tiempo. Jonghyun abrió los ojos. - Jong, eres un imbécil. - lo miró serio. - Estúpido, ¿cómo te atreves a traer al mundo a un ser totalmente inocente de tus tonterías?

Los ojos de Jonghyun goteaban nuevamente.

- Lo siento... - susurró.

- ¿Estás seguro que es tuyo? - Jonghyun abrió de más los ojos. - ¿Quién es esa tal Amy?

- Yo... fue... fue una noche, creo... No sé Minho. - tomó desesperado su cabeza. - No sé. No recuerdo.

Jonghyun volvió a llorar. No sabía de dónde sacaba tanto llanto si él era una persona que jamás lo hacía.

Tal vez las lágrimas acumuladas en todos los años sin utilizarlas, por fin salían libres y victoriosas, mofándose de su terrible desgracia.

Minho no dijo nada más. Su hermano era inteligente, y aunque "no lo recordara", sabía que Jonghyun no estaría tan consternado si no tuviera motivos suficientes para creer en que era verdad.

. . .

- ¿Chicos?


La voz de Onew tocando la puerta los hizo alarmarse.


- ¡Onew! - Dijeron al unísono, haciendo que la pequeña durmiente, despertara comenzando a llorar.


"¿En dónde dicen que está el botón de Apagado?"

- ¿Pasa algo? - la puerta está a punto de abrirse.

- ¡Oh Onew! - dice Minho antes de que pase. - Jonghyun está en el baño.

- Oí que alguien lloraba.

La perfecta sonrisa hipócrita de Minho hace al líder asustarse. Conoce demasiado a Minho.


- Es la televisión, no le des importancia. Vamos a desayunar, Jonghyun baja en seguida. Sólo voy por algo.

Minho cerró de nuevo la puerta.

- Baja a desayunar.

- Y, ¿qué hago con...

- ¡Déjala! Tenemos que hablar con ellos primero.

Jonghyun asintió. La puerta se cerró con violencia y sólo los llantos de la niña se oían.


Jonghyun bajó hasta el comedor, donde el resto de la banda reía estrepitosamente, especialmente, Key.

- ¡Buenos días! - saludó éste agitando su mano.

- Tengo algo que decirles... - interrumpió con voz segura, la risa de Taemin y Key se esfumó así como su divertida plática sobre los duendes y los arco iris.

- ¿Qué pasa, Jonghyun? - preguntó Onew, quien siempre conservaba su actitud seria.

- Yo... Bueno...

Minho miraba expectante. Las manos y los labios temblaban. Dudaba mucho que pudiera terminar una oración de esa manera.

- Vamos a tu habitación. - el chico de cabello oscuro se puso de pie. . .

Jonghyun asintió y se puso de pie. Seguido por todo "SHINee", los cuales realizaban movimientos casi sincronizados al subir en el elevador.

Nadie decía nada, un simple y frustrante silencio.

- Bueno... - llegaron frente a la puerta 123. - Primero que nada... Lo siento...

La llavesita bajó la cabeza y alzó hasta sus tres asustados compañeros la carta que momentos antes había leído su amigo.

Onew la tomó y leyó en voz alta.


- ¿¿Qué?? - Key se abalanzó hasta Jonghyun y lo tomó del cuello de la camisa.


Jonghyun cerró los ojos, rindiéndose desde antes a una batalla que jamás había sido librada.


- ¿Dónde está? - la voz tranquila de Taemin relajó el ambiente.


Hizo a Key soltar a su compañero, y a Jonghyun, le dio fuerza para abrir la puerta.


Era muy pequeña. Su cabello era casi invisible, solo un pequeño velo oscuro. Sus ojos cerrados tranquilamente, una pequeña nariz, redonda y perfecta, al verla, a Minho no le empezaban a caber dudas que esa niña era de Jonghyun.

Los labios pequeños y rosados, justo como los de su amigo, y una piel blanca...

Tenía un pijama amarilla de tela cálida y suave, los puños cerrados y la fuerte respiración, como Jonghyun cuando duerme.

Todos sonrieron enternecidos.

Jonghyun la tomó en brazos y la bebé se removió. El grito de emoción se hizo presente cuando el pelinegro la agitó para que volviera a dormir.

- Está tan linda... - Key tomó una de las manitas y la apretó. - Pero sólo a ti se te ocurre dejarla sola y boca abajo, Jonghyun. - lo miró y habló en voz baja. - Tienes que cuidar su respiración. Es muy pequeña aún. Puede ahogarse si la dejas así...


Todos abrieron los ojos.


- ¿Cómo sabes? - preguntó curioso Minho.


- Me gustan los niños... - confesó Key agitando la pequeña mano entre la suya.


- No sé qué voy a hacer. - habló Jong.


Hubo un silencio. Era tiempo de aceptar, que fuera de que su cantante se viera sumamente tierno con un niño en brazos, estaba su futuro y el de la pequeña. Con una madre que nunca la deseo y un padre que está en gira constantemente... ¡qué vida sería la suya!


- ¿Seguro que es tuya? - volvió a preguntar Minho. No hacía falta, pues a pesar de ser tan pequeña, rasgos de su hermano se podían ver en la pequeña que tenía en brazos.


¡Y claro que era suya!

Cómo olvidar a Amy.Una Chica estadounidense de cabello negro y ojos miel. Con un cuerpo divino y una voz sensual.

La mujer que más le gustó en su vida. Tal vez, la única mujer que le gustó en su vida. Sofisticada, inteligente, perspicaz, sensual... un diamante.

Sí, estuvieron juntos varias veces, hace un año, un poco más, un poco menos. Sí, las fechas coincidían con aproximación en su cabeza, pero previendo la desconfianza y la mala memoria de Jonghyun, Amy le había mandado el día de nacimiento de la niña, la prueba de embarazo, pero ningún documento oficial. Simplemente, la prueba de embarazo que incluía el número y dirección del laboratorio.

Era suya. Era... su padre...

¡Qué terribles palabras!

Y tú, Kim Jonghyun, el que decía: ¡Nunca!, Terminó enrollado en sus propias y falsas palabras...

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espero sus comentarios ^o^

SUPER HERMOSO...
Me encanto...
Amo el JongKey

Hermoso este fic lo ame
me encanta la idea de jong y key con una pequeña que cuidar
me gusto la idea del cuerto de sesiones privada jajaj
genial segui escribiendo :D

QUE HERMOSA FAMILIA :3
Kibum + Jonghyun + Akari = FAMILIA PERFECTA
de verdad que me emocione mucho desde el
primer capitulo, porque queria saber como reaccionaba
Jong ante aquella nueva vida que llevaria y reaccione
perfectamente bien y tuvo UN HERMOSO FINAL con
las personas que ama, y con el apoyo de toda la gente
que lo quiere y que lo rodea♥♥
ME ENCANTA♥

Sin duda es uno de mis favoritos! de los mejores fanfics que he leido, lo ame por completo. Key es tan lindo!!