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I just can say "Thanks" 2min
autora: Danna.
Titulo: I just can say "Thanks"
Genero: Angustia, ¿romantico? H/C, songfic.
Pareja: 2min.
“Minho…” susurro al no encontrarlo en ninguno de los asientos del aula, pero atribuyo su ausencia a que tal vez se había quedado entrenando hasta muy tarde en la noche, y se quedó dormido en la mañana.
Tomo asiento, y así fueron pasando las dos primeras clases. Miraba casi todo el tiempo al pasillo, como esperando que apareciese, dando una excusa mediocre sobre por qué llego tarde. Pero no paso, Minho no llego.
Mientras caminaba a los diferentes edificios y salones donde debía entrar a clases, tuvo la esperanza de encontrarse con el caminando por allí, o hablando con cualquier chica o uno de sus amigos como siempre.. El resultado fue el mismo, ni rastro de Minho.
Por más que intentaba convencer a su mente de que le estaba dando demasiada importancia, esta seguía repitiendo que era muy raro, la última vez que el alto falto a clases fue en el último año de secundaria, en los tres que llevaban en la universidad, solo llegaba tarde casi a diario, pero de ahí a faltar nunca.
Creyó escuchar al profesor decir algo sobre unos átomos y demás y le dieron ganas de salir corriendo del lugar. Maldito el día en que decidió estudiar física cuántica. Y no es que no le gustara o interesara su carrera, es que no tenía cabeza para otra cosa que no fuese Choi, ese rascacielos parecido a un personaje animado llamado “Keroro”
Cuando fue la hora del descanso, por más que recorrió desde los vestidores hasta la cancha de futbol, no dio con el pelinegro. Lo llamo una y mil veces pero no contesto.
Todo parecía estar a favor de aumentar su preocupación ese día, tanto así que a su querido subconsciente no le temblaron los nervios ni un instante para recordarle el motivo por el que Choi falto a clases por última vez, y también de paso, recordarle ese mensaje que recibió el día anterior en la tarde.
“Estoy ocupado, acompañare a mama a hacer las compras y luego no podre salir porque tengo un partido importante, entrenare. No podré ir a tu casa.”
Minho nunca acompañaba a nadie a hacer las compras, ni el hacía compras, tampoco le diría voluntariamente a su madre que lo acompañara. El último partido de la temporada estatal había tenido lugar hacia dos semanas, y no habría más hasta los próximos dos meses en las nacionales. Mentiras y más mentiras.
“Otra pelea”, pensó y su preocupación solo logro aumentar.
Mierda, Minho no podía haberlo hecho otra vez…no, mierda, prometió no hacerlo. Aunque pensándolo mejor… ¡Maldición, debía encontrar a Minho o si no se volvería loco!
No entro al resto de sus clases, y tomo el primer taxi que encontró en la calle a la casa de Choi, donde solo se encontró con su madre, esta le dejo pasar, pero al encontrarse con el cuarto vacío, solo pudo imaginarse lo peor.
-¿Qué paso, no está?-. Pregunto la mujer un poco molesta cuando lo vio llegar a la sala y dirigirse a la entrada.
-Está durmiendo, creo que es mejor no molestar, ya sabe cómo es si lo despiertan…-.Bromeo sin ganas.
Si decía que no estaba, y el otro se hubiese escapado –esperaba que fuese así- lo habría metido en un lio gigante, y eso si le molestaría más que nunca.
Salió lo busco en todos los lugares posibles. Fue a casa de Jonghyun, a casa de Jinki, a la casa de Changmin, también a la casa de Key, y fue cuando salió de esta última que se dio cuenta de lo extraño de la situación.
Corrió al gimnasio, también a esa vieja plaza a la que ya no iban, a la cafetería cerca de la casa de la abuela de Minho, a casa de la abuela de Minho, a la heladería a pesar de que el alto pasaba de los dulces, al parque de diversiones al que solo a él le gustaba ir.
Recorrió casi media ciudad y aun así no consiguió dar con él. La noche comenzaba a caer, y ni la sobra de Choi.
Se sentó en una banqueta que encontró por ahí para recuperar el aliento, y una última sucia jugarreta de su mente le hizo derramar unas cuantas lágrimas.
Ese día se sentó al frente de la clase como de costumbre, y no se sorprendió al no ver llegar a su compañero de mesa, pero aun así no le gustaba la idea de que faltase a la escuela.
Odiaba verle decaído, triste o enojado. No le gustaba cuando dejaba de hacer su tarea y también cuando lloraba solo. Porque ahí estaba el, tenía dos hombros, podía llorar en ellos, si quería en su regazo o donde se le diese la gana.
Y él se hacia el indiferente, como si no estuviese sintiéndose el más miserable de todos. Como si las peleas y maltratos en casa no existieran, como si los moretones en su cuerpo fueran producto de un hada malvada que llegaba por las noches y los dejaba ahí, como si la soledad en la que estaba inmerso solo fuese una ilusión.
Pero así era Minho. Minho el terco, Minho el despreocupado, Minho el necio, Minho su mejor amigo. Minho, el de la faceta ruda en la escuela, la cara más bonita para las chicas, uno de los peores alumnos del lugar, y el más tímido, cabe decir también.
Nadie terminaba de creerse que él se la pasara con Taemin, que se llevaran tan bien, tanto que levantaban sospechas hasta en su propio círculo de amigos. ¿Pero que más daba? Al parecer seria así siempre. Simplemente por ser como el agua y el aceite.
El día paso normal, pero un tanto más aburrido sin la compañía de Choi. Una vez que lo concias, era un insoportable, pensó con una sonrisa.
Cuando llego a casa y sus padres se le quedaron viendo con unas caras más serias de lo normal, intento buscar en su mente alguna de sus acciones que pudiesen necesitar una reprimenda, pero nada, no encontró nada.
-Taemin, siéntate, necesitamos contarte algo, pero quiero que te calmes.- Hablo su madre apuntando al sillón.
Ellos lo sabían, sabían que para Taemin, aunque nunca hablara de él, aunque les dijera mil veces que ellos eran lo mejor que le paso en la vida, sabían que Minho era tan importante como ellos e incluso más.
-Es sobre Minho, su primo Minki nos llamó para que te avisáramos.
-¿Qué cosa?
Por más que intentara no estar nervioso no lo conseguía, y estuvo a punto de desmayarse cuando escucho lo que tenían que decir. Se negó a creerlo, se negó a aceptarlo, Minho no podía, el simplemente no lo haría.
Corrió subiendo las escaleras, y se encerró en su habitación, dejándose caer en un rincón, ignorando olímpicamente los gritos de preocupación de sus padres desde el pasillo.
¿Acaso no estuvo junto a él lo suficiente, acaso no lo escucho cuando tenía algo que decir?, ¿No le bastaron las veces que le obligo a ir al parque para que se quejara y luego terminara admitiendo que le gustaba demasiado ir allí, o cuando iban a la heladería y le compraba tres helados con la excusa de que se veía con hambre, para luego terminar Minho comiendo solo uno y el tres, o cuando le obligaba a prestar atención en clase, a hacer las tareas, cuando dejaba que ganara en los videojuegos solo para ver como sonreía al ganar, cuando Minho era muy tímido como para hablar con las chicas y él le ayudaba a pesar de ser menor, o las noches en las que se escapaba de casa para ir a hacerle compañía cuando todo iba mal en su vida?, ¿No fue todo eso suficiente? Pues no, no basto para impedir que intentara suicidarse.
Y se sentía un completo egoísta, porque sabía todo lo que sufría, y aun así quería que soportara todo eso para ser su amigo, solo para eso.
Limpio sus lágrimas, pero sus mejillas volvieron a humedecerse rápido. Escondió su cabeza en su bufanda y camino a casa. Ya había buscado en todas partes, no había más, ni siquiera debajo de las piedras, porque ahí parecía haber buscado también.
Esa vez nadie le informo, pero ya se había hecho a la idea, solo necesitaba estar seguro de que si para poder llorar, desesperarse y hundirse en la tristeza. Y después de todo, aun tenía la esperanza de que solo fuesen ideas suyas, y Minho solo quisiese estar solo.
Pero cuando abrió la puerta de casa, y vio a su madre sonriendo mientras miraba la televisión, solo pudo correr a ella y abrazarla, porque de verdad se sentía horrible. Le pregunto que si no había recibido ninguna noticia, si Minho paso por ahí en el transcurso del día, o si al menos había llamado. Pero no, solo recibió respuestas negativas, y unas palabras de aliento, que no estuviese triste, que tal vez solo estuviera exagerando y Choi estuviese por ahí con algunos amigos.
No estaba exagerando, y ya había ido a ver a todas las personas que eran cercanas a Minho, además, el no salía, el no desparecía, y si quisiera estar solo, entonces habría contestado sus llamadas y le hubiese dicho que no quería compañía, así de sencillo.
Sin poder sentirse mejor subió a su habitación, teniendo que arrastrar los pies para llegar a ella y subir las escaleras.
Giro la perilla y golpeo fuerte la puerta para abrirla, como queriendo desquitarse con ella, y no con quien estaba sentado en su cama, abrazando una de sus almohadas y mirando emocionado el televisor.
-Pasa y no hables que está muy bueno este programa. Tardaste demasiado.
Su mandíbula comenzó a temblar, y por poco cae de rodillas al suelo, ¿se desaparece todo el día y es lo único que dice?
-Pasa de una vez, no creo que…-.No termino de hablar, porque Taemin solo se quedó quieto, casi como una estatua.
Quiso preguntar por qué, pero al ver las lágrimas en su rostro solo pudo preocuparse demasiado como para no ponerse de pie en la cama y abrir sus brazos para que fuese a él, pero solo recibió una mirada llena de tristeza.
-¿Qué tienes? ¿Paso algo malo? ¿Te sientes bien?
Pregunto desesperado, el silencio le estaba matando, y Taemin lloraba, solo eso. Pero era Taemin, y estaba llorando, Taemin nunca lloraba. En era normal, Minho podía llorar todo el día, pero Taemin jamás, solo le vio así la vez que…mierda, en ese momento se sintió el ser más inútil y desconsiderado del planeta.
Se bajó de la cama y se puso frente a él, le miro fijo, haciendo un juramento en silencio, diciéndole con la mirada “jamás lo hare de nuevo”. Y era verdad, nunca lo intentaría otra vez. El solo estuvo ahí, haciendo que se sintiera feliz como nunca, y al verlo así, con esa mirada tan triste, cuando supo cuánto impacto tuvo todo para él, el suicidio se le antojo imposible.
Minho le tomo de las manos e hizo que se sentara en la cama, para luego seguirle el sentándose a su lado. El alto le abrazo por la cintura, y el dejo caer su cabeza en su hombro.
-Eres un imbécil. Te desapareces todo el día, y yo buscándote por todos los malditos lugares posibles, Choi.
-Sabes que no sería capaz de volver a hacer es idiotez. Ya estoy bien, estoy porque tú me ayudaste a estarlo.-Sonrió.- Lee, ya deja de llorar como nenaza.
-¿Esa es otra indirecta para hacerme saber que aún tengo algunos rasgos femeninos?
-Puede ser.
Un bostezo por parte del menor hizo que se dieran cuenta de que necesitaba dormir, siempre que Taemin llora, unas ganas de dormí abrazadoras se hacen presentes.
Se levantó de la cama y fue al closet a buscar su pijama y cambiarse, teniendo que buscar del otro lado del armario porque siempre se le olvidaba que en una mitad estaba su ropa, y en la otra estaba la de Choi, que se quedaba a dormir tanto, que decidió hacerlo un espacio.
Mientras Taemin se peleaba con la el pulóver azul para voltearlo, su madre llamo a la puerta y Choi fue a abrir, y a recibir una bandeja con la cena, dado que estaba segura de que cenarían allí, después de todo, los conocía demasiado a ambos.
Minho dejo la bandeja en la mesa de noche a un lado de la cama, y se acercó a Lee. Paso sus brazos por debajo de los de Taemin, dejo descansar su mentón en su hombro desnudo y le arrebato el abrigo.
-Un físico que no sabe hacer esto, ¿en serio?-. Se burló mientras comenzaba a ponerle el abrigo.
Cuando por fin pudo terminar de ponérselo, y Taemin volteo, tenía el cabello totalmente desordenado, los ojos cerrados y un puchero en sus labios.
-Me gusta que tú me lo pongas.- Hablo con voz infantil.
Minho sonrió y le tomo de las mejillas. Aspiro su aroma a vainilla y sintió las lágrimas secas. Hizo que sus narices se rozaran y el también cerró los ojos, junto sus labios y comenzó a moverlos lentamente, siendo rápidamente seguido por el menor. Sin necesidad de pedir permiso, adentro su lengua en la cavidad contraria, jugueteando con la de Taemin un rato antes de separarse, y volver a besarlo otra vez solo por gusto, produciendo un sonido que a Lee siempre le pareció divertido al separarse.
Lo besos eran normales, era para ellos como decir el “te quiero” que nunca se decían. Eran amigos, no necesitaban decirlo.
Lo abrazo por la cintura y lo cargo, ganándose unos cuantos manotazos en su espalda. Lo lanzo a la cama y Taemin le lanzo a él una almohada en la cara, iniciando una típica guerra, en la que no ganaba nadie porque eran muy escandalosos y la mama del menor siempre les gritaba que se callaran.
Se sentaron en la cama y comenzaron a comer. El tiempo paso pero ellos parecían ser los mismos adolescentes de siempre cuando estaban juntos, y en realidad no cambiaron nada.
Minho abrió la boca y él le lanzo un trozo de manzana. Abrió la boca y el alto le lanzo una fresa. Cuando dejaron sus jugos a la mitad, vertieron partes iguales de ambos jugos en los dos vasos, combinando naranja con fresa, era como un ritual sagrado a la hora de comer juntos.
Cuando hubieron terminado de comer, decidieron que se irían por fin a dormir.
-¿Cómo te fue en tu examen?-. Pregunto el alto entes de meterse bajo las sabanas.
-No lo hice, salí a buscarte. Estoy jodido.- Respondió dejando caer su cabeza en la almohada.
Le dio la espalda y semiflexiono sus piernas. Tan pronto como cerró sus ojos, Minho ya estaba estrechándolo entre sus brazos. El alto pego su pecho a su espalda como de costumbre, y dejo una serie de besos en su cuello, haciéndolo suspirar.
-Gracias.- Susurro cerca de su oído.
-¿Por qué?
-Por todo, Minnie.
Luego de unos besos más en su mejilla, ambos se durmieron. Se amaban, y todos lo sabían y se daban cuenta. Eran lo más importante para el otro, y todos lo sabían y se daban cuenta, menos ellos.
-No tienes que agradecer nada, solo nunca lo intentes otra vez.
Y así fue como termino el día, y el jamás se enteró de la razón de la desaparición de Minho. Otra cosa de la cual no se enteró ese día ni esa noche, fue que en la vieja cochera que su padre no utilizaba, Minho había organizado para el todo un estudio de baile. El alto sabía que si algo amaba, era la ciencia y el baile, un tanto disfuncional, pero cierto.
-Levántate, vamos, Taemin, ya no eres un niño. Es martes, tienes universidad.
La voz de su madre del otro lado de la puerta le hizo abrir los ojos y quejarse.
-¡Ya voy!-. Grito.
Se levantó de la cama y grande fue su impresión al no encontrarse con el pelinegro todavía durmiendo. No le dio importancia y supuso que estaría desayunando abajo o se habría ido a casa, y esta última le causo escalofríos.
Cuando estuvo listo bajo a la cocina a desayunar. Termino de comer y fue a por su mochila.
-Tae, necesito que vayas a buscar algo en la vieja cochera de tu padre, dijo que buscaras su vieja caja de herramientas. Hazlo antes de irte, por favor.
-Está bien.
Dejo de lado esa tarea de buscar su mochila y bajo a la cochera. Tardo un poco en encontrar la llave, pero pudo hallarla. Y cuando abrió la puerta, solo pudo mirar embelesado todo.
Todo lo que habia antes no estaba, las paredes estaban pintadas de un color crema, y en una de esas paredes todo estaba cubierto por espejos, el piso era de madera y habían muchas luces. Y ahí estaba el culpable de su alegría, sentado sobre un puff gigante en medio de la habitación. Sonrio ampliamente y corrió hacia donde el estaba.
-¿Por esto te desapareciste ayer?-. Pregunto emocionado mientras se sentaba en sus piernas.
-¿Te gusta?-. Respondió con otra pegunta y lo sostuvo de la cintura, le miraba esperando una respuesta positiva y sonriendo esperanzado.
-Es increíble.-Lo abrazo con todas sus fuerzas.
-¡Oye, niño, me vas a matar!
-Dramático.- Le soltó y rodeo su cuello con sus manos. Dejo un beso efímero en sus labios.-Eres el mejor.- Susurro.
-Tae…
-¿sí?
Minho le tomo de las mejillas y junto sus narices. Susurro un audible “Te amo” cerca de sus labios antes de besarlo.
Sonrió ante las palabras y cerro sus ojos cuando sintió esos labios tan conocidos pegarse a los suyos.
-Lo dices como si no lo supiera ya.-Le reprocho.
-Necesitaba decírtelo, al menos una vez.
Gracias por leer y espero no haberles hecho perder el tiempo :D
Titulo: I just can say "Thanks"
Genero: Angustia, ¿romantico? H/C, songfic.
Pareja: 2min.
“Minho…” susurro al no encontrarlo en ninguno de los asientos del aula, pero atribuyo su ausencia a que tal vez se había quedado entrenando hasta muy tarde en la noche, y se quedó dormido en la mañana.
Tomo asiento, y así fueron pasando las dos primeras clases. Miraba casi todo el tiempo al pasillo, como esperando que apareciese, dando una excusa mediocre sobre por qué llego tarde. Pero no paso, Minho no llego.
Mientras caminaba a los diferentes edificios y salones donde debía entrar a clases, tuvo la esperanza de encontrarse con el caminando por allí, o hablando con cualquier chica o uno de sus amigos como siempre.. El resultado fue el mismo, ni rastro de Minho.
Por más que intentaba convencer a su mente de que le estaba dando demasiada importancia, esta seguía repitiendo que era muy raro, la última vez que el alto falto a clases fue en el último año de secundaria, en los tres que llevaban en la universidad, solo llegaba tarde casi a diario, pero de ahí a faltar nunca.
Creyó escuchar al profesor decir algo sobre unos átomos y demás y le dieron ganas de salir corriendo del lugar. Maldito el día en que decidió estudiar física cuántica. Y no es que no le gustara o interesara su carrera, es que no tenía cabeza para otra cosa que no fuese Choi, ese rascacielos parecido a un personaje animado llamado “Keroro”
Cuando fue la hora del descanso, por más que recorrió desde los vestidores hasta la cancha de futbol, no dio con el pelinegro. Lo llamo una y mil veces pero no contesto.
Todo parecía estar a favor de aumentar su preocupación ese día, tanto así que a su querido subconsciente no le temblaron los nervios ni un instante para recordarle el motivo por el que Choi falto a clases por última vez, y también de paso, recordarle ese mensaje que recibió el día anterior en la tarde.
“Estoy ocupado, acompañare a mama a hacer las compras y luego no podre salir porque tengo un partido importante, entrenare. No podré ir a tu casa.”
Minho nunca acompañaba a nadie a hacer las compras, ni el hacía compras, tampoco le diría voluntariamente a su madre que lo acompañara. El último partido de la temporada estatal había tenido lugar hacia dos semanas, y no habría más hasta los próximos dos meses en las nacionales. Mentiras y más mentiras.
“Otra pelea”, pensó y su preocupación solo logro aumentar.
Mierda, Minho no podía haberlo hecho otra vez…no, mierda, prometió no hacerlo. Aunque pensándolo mejor… ¡Maldición, debía encontrar a Minho o si no se volvería loco!
No entro al resto de sus clases, y tomo el primer taxi que encontró en la calle a la casa de Choi, donde solo se encontró con su madre, esta le dejo pasar, pero al encontrarse con el cuarto vacío, solo pudo imaginarse lo peor.
-¿Qué paso, no está?-. Pregunto la mujer un poco molesta cuando lo vio llegar a la sala y dirigirse a la entrada.
-Está durmiendo, creo que es mejor no molestar, ya sabe cómo es si lo despiertan…-.Bromeo sin ganas.
Si decía que no estaba, y el otro se hubiese escapado –esperaba que fuese así- lo habría metido en un lio gigante, y eso si le molestaría más que nunca.
Salió lo busco en todos los lugares posibles. Fue a casa de Jonghyun, a casa de Jinki, a la casa de Changmin, también a la casa de Key, y fue cuando salió de esta última que se dio cuenta de lo extraño de la situación.
Corrió al gimnasio, también a esa vieja plaza a la que ya no iban, a la cafetería cerca de la casa de la abuela de Minho, a casa de la abuela de Minho, a la heladería a pesar de que el alto pasaba de los dulces, al parque de diversiones al que solo a él le gustaba ir.
Recorrió casi media ciudad y aun así no consiguió dar con él. La noche comenzaba a caer, y ni la sobra de Choi.
Se sentó en una banqueta que encontró por ahí para recuperar el aliento, y una última sucia jugarreta de su mente le hizo derramar unas cuantas lágrimas.
Ese día se sentó al frente de la clase como de costumbre, y no se sorprendió al no ver llegar a su compañero de mesa, pero aun así no le gustaba la idea de que faltase a la escuela.
Odiaba verle decaído, triste o enojado. No le gustaba cuando dejaba de hacer su tarea y también cuando lloraba solo. Porque ahí estaba el, tenía dos hombros, podía llorar en ellos, si quería en su regazo o donde se le diese la gana.
Y él se hacia el indiferente, como si no estuviese sintiéndose el más miserable de todos. Como si las peleas y maltratos en casa no existieran, como si los moretones en su cuerpo fueran producto de un hada malvada que llegaba por las noches y los dejaba ahí, como si la soledad en la que estaba inmerso solo fuese una ilusión.
Pero así era Minho. Minho el terco, Minho el despreocupado, Minho el necio, Minho su mejor amigo. Minho, el de la faceta ruda en la escuela, la cara más bonita para las chicas, uno de los peores alumnos del lugar, y el más tímido, cabe decir también.
Nadie terminaba de creerse que él se la pasara con Taemin, que se llevaran tan bien, tanto que levantaban sospechas hasta en su propio círculo de amigos. ¿Pero que más daba? Al parecer seria así siempre. Simplemente por ser como el agua y el aceite.
El día paso normal, pero un tanto más aburrido sin la compañía de Choi. Una vez que lo concias, era un insoportable, pensó con una sonrisa.
Cuando llego a casa y sus padres se le quedaron viendo con unas caras más serias de lo normal, intento buscar en su mente alguna de sus acciones que pudiesen necesitar una reprimenda, pero nada, no encontró nada.
-Taemin, siéntate, necesitamos contarte algo, pero quiero que te calmes.- Hablo su madre apuntando al sillón.
Ellos lo sabían, sabían que para Taemin, aunque nunca hablara de él, aunque les dijera mil veces que ellos eran lo mejor que le paso en la vida, sabían que Minho era tan importante como ellos e incluso más.
-Es sobre Minho, su primo Minki nos llamó para que te avisáramos.
-¿Qué cosa?
Por más que intentara no estar nervioso no lo conseguía, y estuvo a punto de desmayarse cuando escucho lo que tenían que decir. Se negó a creerlo, se negó a aceptarlo, Minho no podía, el simplemente no lo haría.
Corrió subiendo las escaleras, y se encerró en su habitación, dejándose caer en un rincón, ignorando olímpicamente los gritos de preocupación de sus padres desde el pasillo.
¿Acaso no estuvo junto a él lo suficiente, acaso no lo escucho cuando tenía algo que decir?, ¿No le bastaron las veces que le obligo a ir al parque para que se quejara y luego terminara admitiendo que le gustaba demasiado ir allí, o cuando iban a la heladería y le compraba tres helados con la excusa de que se veía con hambre, para luego terminar Minho comiendo solo uno y el tres, o cuando le obligaba a prestar atención en clase, a hacer las tareas, cuando dejaba que ganara en los videojuegos solo para ver como sonreía al ganar, cuando Minho era muy tímido como para hablar con las chicas y él le ayudaba a pesar de ser menor, o las noches en las que se escapaba de casa para ir a hacerle compañía cuando todo iba mal en su vida?, ¿No fue todo eso suficiente? Pues no, no basto para impedir que intentara suicidarse.
Y se sentía un completo egoísta, porque sabía todo lo que sufría, y aun así quería que soportara todo eso para ser su amigo, solo para eso.
Limpio sus lágrimas, pero sus mejillas volvieron a humedecerse rápido. Escondió su cabeza en su bufanda y camino a casa. Ya había buscado en todas partes, no había más, ni siquiera debajo de las piedras, porque ahí parecía haber buscado también.
Esa vez nadie le informo, pero ya se había hecho a la idea, solo necesitaba estar seguro de que si para poder llorar, desesperarse y hundirse en la tristeza. Y después de todo, aun tenía la esperanza de que solo fuesen ideas suyas, y Minho solo quisiese estar solo.
Pero cuando abrió la puerta de casa, y vio a su madre sonriendo mientras miraba la televisión, solo pudo correr a ella y abrazarla, porque de verdad se sentía horrible. Le pregunto que si no había recibido ninguna noticia, si Minho paso por ahí en el transcurso del día, o si al menos había llamado. Pero no, solo recibió respuestas negativas, y unas palabras de aliento, que no estuviese triste, que tal vez solo estuviera exagerando y Choi estuviese por ahí con algunos amigos.
No estaba exagerando, y ya había ido a ver a todas las personas que eran cercanas a Minho, además, el no salía, el no desparecía, y si quisiera estar solo, entonces habría contestado sus llamadas y le hubiese dicho que no quería compañía, así de sencillo.
Sin poder sentirse mejor subió a su habitación, teniendo que arrastrar los pies para llegar a ella y subir las escaleras.
Giro la perilla y golpeo fuerte la puerta para abrirla, como queriendo desquitarse con ella, y no con quien estaba sentado en su cama, abrazando una de sus almohadas y mirando emocionado el televisor.
-Pasa y no hables que está muy bueno este programa. Tardaste demasiado.
Su mandíbula comenzó a temblar, y por poco cae de rodillas al suelo, ¿se desaparece todo el día y es lo único que dice?
-Pasa de una vez, no creo que…-.No termino de hablar, porque Taemin solo se quedó quieto, casi como una estatua.
Quiso preguntar por qué, pero al ver las lágrimas en su rostro solo pudo preocuparse demasiado como para no ponerse de pie en la cama y abrir sus brazos para que fuese a él, pero solo recibió una mirada llena de tristeza.
-¿Qué tienes? ¿Paso algo malo? ¿Te sientes bien?
Pregunto desesperado, el silencio le estaba matando, y Taemin lloraba, solo eso. Pero era Taemin, y estaba llorando, Taemin nunca lloraba. En era normal, Minho podía llorar todo el día, pero Taemin jamás, solo le vio así la vez que…mierda, en ese momento se sintió el ser más inútil y desconsiderado del planeta.
Se bajó de la cama y se puso frente a él, le miro fijo, haciendo un juramento en silencio, diciéndole con la mirada “jamás lo hare de nuevo”. Y era verdad, nunca lo intentaría otra vez. El solo estuvo ahí, haciendo que se sintiera feliz como nunca, y al verlo así, con esa mirada tan triste, cuando supo cuánto impacto tuvo todo para él, el suicidio se le antojo imposible.
Minho le tomo de las manos e hizo que se sentara en la cama, para luego seguirle el sentándose a su lado. El alto le abrazo por la cintura, y el dejo caer su cabeza en su hombro.
-Eres un imbécil. Te desapareces todo el día, y yo buscándote por todos los malditos lugares posibles, Choi.
-Sabes que no sería capaz de volver a hacer es idiotez. Ya estoy bien, estoy porque tú me ayudaste a estarlo.-Sonrió.- Lee, ya deja de llorar como nenaza.
-¿Esa es otra indirecta para hacerme saber que aún tengo algunos rasgos femeninos?
-Puede ser.
Un bostezo por parte del menor hizo que se dieran cuenta de que necesitaba dormir, siempre que Taemin llora, unas ganas de dormí abrazadoras se hacen presentes.
Se levantó de la cama y fue al closet a buscar su pijama y cambiarse, teniendo que buscar del otro lado del armario porque siempre se le olvidaba que en una mitad estaba su ropa, y en la otra estaba la de Choi, que se quedaba a dormir tanto, que decidió hacerlo un espacio.
Mientras Taemin se peleaba con la el pulóver azul para voltearlo, su madre llamo a la puerta y Choi fue a abrir, y a recibir una bandeja con la cena, dado que estaba segura de que cenarían allí, después de todo, los conocía demasiado a ambos.
Minho dejo la bandeja en la mesa de noche a un lado de la cama, y se acercó a Lee. Paso sus brazos por debajo de los de Taemin, dejo descansar su mentón en su hombro desnudo y le arrebato el abrigo.
-Un físico que no sabe hacer esto, ¿en serio?-. Se burló mientras comenzaba a ponerle el abrigo.
Cuando por fin pudo terminar de ponérselo, y Taemin volteo, tenía el cabello totalmente desordenado, los ojos cerrados y un puchero en sus labios.
-Me gusta que tú me lo pongas.- Hablo con voz infantil.
Minho sonrió y le tomo de las mejillas. Aspiro su aroma a vainilla y sintió las lágrimas secas. Hizo que sus narices se rozaran y el también cerró los ojos, junto sus labios y comenzó a moverlos lentamente, siendo rápidamente seguido por el menor. Sin necesidad de pedir permiso, adentro su lengua en la cavidad contraria, jugueteando con la de Taemin un rato antes de separarse, y volver a besarlo otra vez solo por gusto, produciendo un sonido que a Lee siempre le pareció divertido al separarse.
Lo besos eran normales, era para ellos como decir el “te quiero” que nunca se decían. Eran amigos, no necesitaban decirlo.
Lo abrazo por la cintura y lo cargo, ganándose unos cuantos manotazos en su espalda. Lo lanzo a la cama y Taemin le lanzo a él una almohada en la cara, iniciando una típica guerra, en la que no ganaba nadie porque eran muy escandalosos y la mama del menor siempre les gritaba que se callaran.
Se sentaron en la cama y comenzaron a comer. El tiempo paso pero ellos parecían ser los mismos adolescentes de siempre cuando estaban juntos, y en realidad no cambiaron nada.
Minho abrió la boca y él le lanzo un trozo de manzana. Abrió la boca y el alto le lanzo una fresa. Cuando dejaron sus jugos a la mitad, vertieron partes iguales de ambos jugos en los dos vasos, combinando naranja con fresa, era como un ritual sagrado a la hora de comer juntos.
Cuando hubieron terminado de comer, decidieron que se irían por fin a dormir.
-¿Cómo te fue en tu examen?-. Pregunto el alto entes de meterse bajo las sabanas.
-No lo hice, salí a buscarte. Estoy jodido.- Respondió dejando caer su cabeza en la almohada.
Le dio la espalda y semiflexiono sus piernas. Tan pronto como cerró sus ojos, Minho ya estaba estrechándolo entre sus brazos. El alto pego su pecho a su espalda como de costumbre, y dejo una serie de besos en su cuello, haciéndolo suspirar.
-Gracias.- Susurro cerca de su oído.
-¿Por qué?
-Por todo, Minnie.
Luego de unos besos más en su mejilla, ambos se durmieron. Se amaban, y todos lo sabían y se daban cuenta. Eran lo más importante para el otro, y todos lo sabían y se daban cuenta, menos ellos.
-No tienes que agradecer nada, solo nunca lo intentes otra vez.
Y así fue como termino el día, y el jamás se enteró de la razón de la desaparición de Minho. Otra cosa de la cual no se enteró ese día ni esa noche, fue que en la vieja cochera que su padre no utilizaba, Minho había organizado para el todo un estudio de baile. El alto sabía que si algo amaba, era la ciencia y el baile, un tanto disfuncional, pero cierto.
-Levántate, vamos, Taemin, ya no eres un niño. Es martes, tienes universidad.
La voz de su madre del otro lado de la puerta le hizo abrir los ojos y quejarse.
-¡Ya voy!-. Grito.
Se levantó de la cama y grande fue su impresión al no encontrarse con el pelinegro todavía durmiendo. No le dio importancia y supuso que estaría desayunando abajo o se habría ido a casa, y esta última le causo escalofríos.
Cuando estuvo listo bajo a la cocina a desayunar. Termino de comer y fue a por su mochila.
-Tae, necesito que vayas a buscar algo en la vieja cochera de tu padre, dijo que buscaras su vieja caja de herramientas. Hazlo antes de irte, por favor.
-Está bien.
Dejo de lado esa tarea de buscar su mochila y bajo a la cochera. Tardo un poco en encontrar la llave, pero pudo hallarla. Y cuando abrió la puerta, solo pudo mirar embelesado todo.
Todo lo que habia antes no estaba, las paredes estaban pintadas de un color crema, y en una de esas paredes todo estaba cubierto por espejos, el piso era de madera y habían muchas luces. Y ahí estaba el culpable de su alegría, sentado sobre un puff gigante en medio de la habitación. Sonrio ampliamente y corrió hacia donde el estaba.
-¿Por esto te desapareciste ayer?-. Pregunto emocionado mientras se sentaba en sus piernas.
-¿Te gusta?-. Respondió con otra pegunta y lo sostuvo de la cintura, le miraba esperando una respuesta positiva y sonriendo esperanzado.
-Es increíble.-Lo abrazo con todas sus fuerzas.
-¡Oye, niño, me vas a matar!
-Dramático.- Le soltó y rodeo su cuello con sus manos. Dejo un beso efímero en sus labios.-Eres el mejor.- Susurro.
-Tae…
-¿sí?
Minho le tomo de las mejillas y junto sus narices. Susurro un audible “Te amo” cerca de sus labios antes de besarlo.
Sonrió ante las palabras y cerro sus ojos cuando sintió esos labios tan conocidos pegarse a los suyos.
-Lo dices como si no lo supiera ya.-Le reprocho.
-Necesitaba decírtelo, al menos una vez.
Gracias por leer y espero no haberles hecho perder el tiempo :D
Re: I just can say "Thanks" 2min
=T^T= por cosas como esta es que amo leer!!!
Gracias por tu gran aporte
utilicé muyyy bien mi tiempo leyéndolo
saludos!!! :MUA:
Gracias por tu gran aporte
utilicé muyyy bien mi tiempo leyéndolo
saludos!!! :MUA:
Taeminiie
Taemin <3
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Re: I just can say "Thanks" 2min
Perder el tiempo? Are you kidding me?
este es uno de los mejores one shots que he leído, enseri me encanto la manera en que expresaste los sentimientos de ambos y como describías cada detalle, fue simplemente hermoso :33
espero ver mas escritos tuyos por aquí porque este en definitiva lo ame!
este es uno de los mejores one shots que he leído, enseri me encanto la manera en que expresaste los sentimientos de ambos y como describías cada detalle, fue simplemente hermoso :33
espero ver mas escritos tuyos por aquí porque este en definitiva lo ame!
Naavil Jong Min ^^
Jonghyun♥
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