Sus ojos no dejaban de mirarlo ir de aquí para allá. ¿Acaso el destino era tan cruel como para que siempre coincidieran? Pero en momentos como estos no se a atrevía a decir o a hacer algo. No cuando se le veía tan feliz con él.
Le era inevitable el sentirse triste por alguna razón; pero aun así, aunque pareciera un estúpido loco que le gustara lastimarse, le alegraba que él fuera feliz y tuviera lo que siempre quiso, a él; a Choi MinHo.
Pero ya no podía seguir así; no, ya no. Tenía que hacer algo al respecto y solucionar su situación, antes de que eso lo volviera loco. Antes de que dijera algo que le costara la amistad de esa persona.

Ahora esto se está poniendo extraño
No quiero rechazarte pero yo solo se que
No importa que tan cerca estemos
Sé que ya no puedo amarte más

— ¡JinKi! —el nombrado sintió como una delgada mano lo tomó cuando daba media vuelta. —Onew…

JinKi intentó ser fuerte y no voltear, intentaba ser firme a la decisión que había tomado; pero como siempre al escuchar su voz, su corazón se volvía aun más suave de lo que ya era.

—Tae… —susurró su nombre mientras daba la vuelta lentamente. —no es para tanto. No te voy a dejar de hablar ni nada.

—Pero…

Onew sintió como la mano que lo tomaba se escurría y se aferraban fuertemente a la parte de enfrente de su chaqueta negra, como si intentara o pensara no dejarlo ir a ninguna parte. —TaeMin, Lee TaeMin. — amaba decir su nombre.

—Hyung…— veía como unas lagrimas caían por su blanco rostro para luego caer en su playera.. —Yo no quiero que cambies tu forma de ser conmigo.

—Tae, no es como si me fuera a ir. Yo solo…


¿Solo qué? Para ser sinceros, JinKi no sabía ni lo que quería. No sabía que desear, no sabía que decir, no sabía cómo actuar; y todo esto lo estaba desesperando. Él, solo quería pensar un poco.


— ¿Entonces por qué? ¿Por qué me dices que ya no puedes ser el mismo? —las palabras del menor salían una tras otra como si todo lo que hubiera dicho fuera una sola palabra.

—Yo…

Aquellas palabras le asustaban en gran manera a Onew, tenia tanto miedo de responderlas y quería salir huyendo. Tenía miedo de perderlo, de que todo lo que habían hecho juntos se viniera abajo.

El nombre que amé una vez en esta vida
Se ha estado alejando aún más y más de mí

Jamás se perdonaría el hecho de que él mismo hiciera alejar a su pequeño; por ese era importante el no decir la razón de todo esto. Tenía tanto miedo de que él lo supiera. La simple idea de seguir con su vida sin tenerlo a su lado lo aterrorizaba. Pero sentía, que a pesar de todo lo que hacía por no hacer que se fuera de su lado, aun así, parecía que él se alejaba a cada instante de él.

Sigo recordando la primera vez que te vi
Caminando hacia a mí,
y te robaste un borde de mi corazón sin avisar

¿Cómo fue que llegó a este punto? Ahí, sentado en el suelo del extenso salón de danza, intentaba el no volverse loco al ver la figura de su compañero Lee TaeMin en todos los espejos que tapizaban aquel recinto. Sin duda, esta academia había reclutado un muy buen bailarín.
Cuando lo veía bailar, se olvidaba que él era el mayor y que ese era un grupo de edades mixtas, haciendo le sentir un pequeño niño embobado en su personaje favorito de tv.

—Hyung… una voz sonaba a su lado. —JinKi hyung, cierra la boca.

Volteó a ver a quien lo había llamado y solo pudo pronunciar un lo siento, para luego regresar nuevamente la mirada al objeto de su distracción. ¿Cómo había llegado a este punto? Solo tenía algunos meses de haberlo conocido y sentía que el corazón se le salía cada vez que lo veía.


¿No era un pecado robar? Pero a él se lo perdonaba.
Si por él fuera que robara todo su corazón, cada parte de su mente; cada parte de él. Pero a estas alturas, ya no había nada que robar. TaeMin tenía completamente todo de Onew, pero ya no podía seguir así.

Estoy escribiendo tu nombre en un papel
Y lo llevaré por siempre en mi corazón

Por su amistad, por él, tenía que guardar sus sentimientos. Tenía que enterrarlos. Pero cuando pensó bien las cosas, cuando se dio cuenta de la situación, muchas preguntas se formularon en su cabeza. ¿Qué eran estos sentimientos? ¿Amistad?

¿Amor?

No permitiría que fuera amor, no. Simplemente no lo permitiría, no dejaría que eso pasara. No se arriesgaría a perder su amistad, no se aventaría el mismo al abismo al hacer que TaeMin se alejara de él. Pero su mente, su corazón lo traicionaba.
Había querido, había intentado amar, pero nadie había enloquecido tanto su corazón como él. ¿Su primer amor? Con orgullo podía decir que TaeMin había sido su primer amor. Pero no forzaría nada; lo único que él quería, era poder decirle a cada momento que lo amaba, y que él pudiera entender el por qué se lo decía.

Aquel sentimiento lo ahogaba.

Desde aquél día me di cuenta que
Solo te amaré a ti por siempre

— ¡JinKi!

Amaba escuchar la voz de él decir su nombre. Viniendo de él, su nombre parecía el más hermoso del mundo.

—Hyung, MinHo me ha pedio que fuera su novio.
En ese momento Onew sintió como algo por dentro se rompió por dentro, pero vio la emoción y alegría que su pequeño mostraba en el rostro. Y le ofreció una sonrisa sincera, desde su corazón.

— ¿En serio? —TaeMin asintió muchas veces con la cabeza, muy alegre. —Eso es bueno pequeño.
Con mucho cariño pasó sus manos por los cabellos del menor y los revolvió. —Me alegra escuchar eso TaeMin.

—Gracias hyung… —de un momento a otro, el chico se encontraba abrazándolo y meciéndolo suavemente.

—Gracias. —los delgados brazos no dejaban de abrazarlo y aumentaba la fuerza de aquel apriete.

—Tae…

—Gracias por siempre estar a mi lado apoyándome.


JinKi se perdió por un momento en ese abrazo intentando guardar en su corazón y mente, el sentimiento de aquellos delgados brazos aferrados a su cuerpo. Creía que era el momento definitivo para olvidar todo aquello, y solo disfrutar el hecho de haberlo conocido.
Así debía ser, el tenía que ser feliz. TaeMin sabía lo que quería, el no.

No puedo empezar esto
Solo puedo extrañarte secretamente en mi corazón

¿Pero por que tenía que ser así? ¿Por qué tenía que dar vueltas en el mismo lugar? Cuando intentaba olvidar todo aquello y solo concentrarse en estar a su lado no importaba cómo, siempre ese chiquillo hacia algo para mover su corazón.

¿Debía decirle? Moría por decirle, pero tenía miedo. Sentía que si se lo expresaba nada sería igual, todo cambiaria. Tal vez era algo estúpido y sin sentido lo que él sentía, y realmente así lo era. ¿Cómo JinKi podía sentir algo por TaeMin si a él le gustaban las chicas? Realmente su mente e traicionaba.

Pero a pesar de la situación, se sentía tan afortunado por haberlo conocido y por dejarse querer a su manera. JinKi creía que si algo cambiaba en su amistad, si no podía decirle lo mucho que lo quería, moriría. No quería encontrarlo y verse en la necesidad de tomar otro camino; no quería estarlo viendo a diario en clases y sentir ese sentimiento de odio del menor hacia él.

No importaba que fuera secreto, el lo amaba.

En el amor en el que no pueden estar juntos
¿También puede ser amor?

El era heterosexual, había tenido novias; pero le sorprendía el hecho de que esta persona le viniera a voltear el mundo. Intentaba mirar de esa misma manera a otros hombres pero no sentía nada, solo él había despertado ese sentimiento en su corazón. Pero era incorrecto.
Aun para sus ideales y éticas, no se imaginaba a él mismo siendo gay. Mucho menos le pasaba por la mente el contarle su situación a sus padres, se imaginaba lo catastrófico que seria todo. Para sus padres, el era su esperanza. Sus padres nunca se lo permitirían, nadie se lo permitiría; ni el mismo se lo permitía. Sus ideales se lo negaban y rechazaban rotundamente. No podía, era indebido amarlo.

Todo era tan desconcertante para Onew. La cabeza le daba vueltas, todo estaba tan desordenado en su mente, por eso quería pensar las cosas. Quería meditar si era estúpido lo que estaba sintiendo.
Y no es como si quisiera que en un futuro fueran a ser algo o en se mismo momento ellos tuvieran ese tipo de relación, solo era amistad. Pero para Onew era inevitable el no mirarlo con otros ojos, se había vuelto tan especial y amado para él. Algo que no olvidaría nunca.
Un nombre que siempre recordaría, ese hermoso nombre.

El nombre que una vez amó, pero que ya no podía amar más.