Tú no sabes…


Que desde el primer momento que te vi hiciste palpitar mi corazón, al punto que sentía que se iba a salir de mi cuerpo. No sabía porque sentía aquello, como un niño, un pequeño joven me producía aquella sensación. Como esas inocentes y tímidas sonrisas me producían un deber de protegerte, de tenerte solo para mí.


—Hola… Soy Taemin, Lee Taemin.- — tus mejillas reflejaban tu timidez.

—Lee Taemin. —susurré por lo bajo.- Hola, yo soy JinKi, Lee JinKi.



Tú no sabes…


Que me molestaba, que me quemaba por dentro el que otra persona te abrazara. Yo quería que esos brazos fueran solo míos, que tus caricias fueran solo mías. Cuando te abrazaban sentía que ellos al tocarte estaban profanando lo más sagrado y hermoso que había en el mundo. No quería que te tocaran.


—Por qué lo abrazas tanto? —dije exaltado

—Solo lo abrazo Onew…. — tu rostro era entre confusión y de miedo.

—Pero lo tienes que abrazar?- lo tomé fuertemente de una de sus muñecas.

—No sé por qué estas tan enojado.- dijo soltándose bruscamente de mi agarré. — Además.- desvió la mirada. —no hay ningún motivo por el que no pueda abrazar a alguien más, nosotros no… no somos nada. — tristeza.

—Creo…. —dolor, un dolor en mi corazón.- tienes razón. — dije con la mejor sonrisa que pude mostrarle. — Lo siento.



Tú no sabes…


Que en el fondo de mi corazón me moría de ganas por ser “algo mas” para ti, pero no podía, simplemente no podía. Que diría la gente, por mi no abría problema, pero que dirían de ti. No soportaría verte sufrir, no quería que yo, el que siempre te había protegido desde que te conocí fuera el causante de que rompiera el corazón, el causante de que tus lágrimas salieran. No quería que me dieras odio, si no tu amor.


—Me gustas… —dijo Taemin aun sobre mis labios.

—Yo… — ¿era un sueño?

—Onew, me gustas. —volvió a repetir, sus ojos me miraban esperando una respuesta.

—Yo…. —tomé sus manos que se encontraban en mi rostro. —a mi no me gustas.



Tú no sabes…


Que me volvía loco el hecho de dejarte ir, que por mi miedo tú te habías alejado de mí. Me dolía el no poder abrazarte como antes, el no poder protegerte como antes. Quería acariciar tu hermoso rostro, quería tocar tu suave cabello. Quería que te olvidaras de tu enojo por mi y volvieras a ser el mismo de antes conmigo. Pero entiendo, era obvio que no querías estar con la personas que aunque te rechazó para no lastimarte, aun así terminó rompiéndote el corazón, después de todo.


—Lo siento… —me encantaba verte apenado.

—Pero por que te disculpas? — por fin estábamos teniendo una plática formal, después de tanto tiempo.

—Fui muy infantil al dejarte de hablar, en verdad me comporté como un niño. — miraba al suelo con las manos en los bolsillos. — Lo siento.

—No tienes por qué disculparte pequeño. — lo abracé, era el cielo… — me alegra que otra vez estés a mi lado.




Tú no sabes…


Que me dolió hasta el fondo del alma el que me presentaras a esa chica, sabía perfectamente que me la presentaste a propósito, aunque no dijiste nada al respecto. Me molesté, como eras capaz de presentarle alguien a la persona que te gusta, pero si era la única forma de tenerte a mi lado, está bien.
Pero creo que el destino quiere que yo sigua sufriendo


—Me gustas… —una gran mentira.

—Yo… lo siento Onew, a mi me gusta otra persona.


¿Quieres que lo vea por el lado bueno o por el malo? ¿Que quieres que sienta? Feliz, por el hecho de que fui rechazado ya así evite el hecho de estar engañando a esa chica y así ser solo para ti. O triste, por el hecho de que aun así no podríamos estar juntos.

Taemin, mis ojos, mi corazón, mi alma, esta cansada de llorar por ti. No es que me moleste soltar lágrimas por ti, pero es que… duele como no te lo imaginas.
Siento… que ya no puedo más. ¿Debe importarnos lo que digan los demás? Se supone que lo que importa es nuestra felicidad, ¿no?


—Hyung, deja de llorar por ella. — no me di cuenta en qué momento entró a mi recamara.

—Por favor sal… — si estabas un momento más ahí, no me controlaría.

—Hyung, en verdad no fue mi intención…. — lo callé.



Tú no sabes…


Que todo de ti me vuelve loco. Tu sonrisa, tus pucheros, cuando ríes, cuando te enojas; cuando te apenas, cuando dices que lo sientes. Todo de ti es jodidamente perfecto, simplemente no puedo reprimir lo que siento por un momento más, si lo hago, siento que te volveré a perder. Y si te pierdo, me muero.

Mis labios besan tus labios necesitadamente, eran sentimientos reprimidos ¿podrás entenderme? Te tengo acorralado entre mi cuerpo y la cama, mis manos presionan sus manos en la cama, pierna se encuentras entre las suyas impidiendo que huya.


—Hyung…. — no paro de besar su labios. — detente!

—Por qué? — le digo separándome de su rostro, pero sin soltarlo. — Acaso ya no te gusto? — hice presión con una de mis piernas por entre sus muslos.

—Ah~. — gimió. — me gustas, pero no quiero ser solo un una persona con la que te desquites por tu rechazo.

Me acerco nuevamente a tus labios.

—No te estoy usando, confía en mí. — solté sus manos y tome su rostro entre mis manos, le di un beso en su frente.

Nos miramos por un momento a los ojos, son hermosos. El tomó rápidamente mi rostro y me besó. Sabía perfectamente que el también me necesitaba, que él no podía vivir sin mí, pero yo había sido el tonto que lo había impedido.
Mis manos se dirigieron por debajo de su camisa tocando cada centímetro de su pecho, su piel era realmente suave y perfecta, tenía que verla con más detenimiento. Hice que se levantara para que quedara sentado fui levantando poco a poco su camisa, dejando al descubierto su blanca piel, hasta que salió por completo.



Tú no sabes…

Que eres hermoso y perfecto.


Repartí besos por todo su rostro, bajando por su cuello y besando sus finos hombros, para llegar a un destino en común. Pero antes era necesario hacer una parada. Me detuve en una de sus tetillas para lamerlas y saborearlas. Tenía ese sentimiento, de cuando hay algo que te gusta demasiado y no dejas de tocarlo. — Ah~. — El solo se limitaba a suspirar y a aferrar sus manos a mis caderas. Regrese a sus labios por el mismo camino, levantándome y ayudando a levantarlo para quedar de pie, sin dejar de besarlo. Tomé sus caderas y lo apreté más a mí, para que viera lo que le provocaba en mi cuerpo. Con mis manos recorrí toda su espalda con mis manos, bajando hasta su trasero e introduciendo mis manos sus bolsillos. Taemin había metido sus manos por debajo de mi cabeza y cuando menos me lo esperaba la sacó de un jalón. Nos separamos por unos instantes quedándonos viendo de frente.



Tú no sabes…

Que te mentí, en realidad me gustabas.


—Tae… —seguía con mis manos dentro de sus bolsillos, apretándolo más y más a mi cuerpo. — te mentí, a mi me gustas. — le di un profundo beso.

—Ya lo sabía…. — dijo interrumpiendo el beso.

—Si lo sabías, porque me presentaste a esa chica. — le decía mientras mis manos desabotonaban su pantalón.

—Por que. —decía entrecortadamente, mirando como bajaba su pantalón. — sabia que esto tenía que suceder tarde o temprano. — terminó de decir cuando volví a quedar de pie.

—Eres malo…. —lo tumbé en la cama, quedando a gatas sobre él. — Tú no sabes lo mucho que sufrí todo es te tiempo. — introduje una de mis manos dentro de su bóxer, tenía que castigarlo.

—Ah~ Onew…. — se retorció ante tal contacto. — no eres el único que sufrió.

Puso mis manos en mi pecho y lo recorrió hasta llegar a mi entre pierna, y pasar suave y delicadamente uno de sus dedos por mi erección. Era tan mínimo el rose, pero era desquiciada mente delicioso y enloquecedor. Me abalancé sobre sus labios, el cómo pudo desabrochó mi pantalón y sentí que lo bajaba.


—Tae…. — deje de besarlo para mirarlo a los ojos. —estas seguro? — que pregunta tan tonta, después de quitarle el pantalón, ¿que otra cosa se esperaba?

—Si, esto debió de haber sucedido desde hace tiempo.


Me levanté de la cama para quitarme mi pantalón, cualquier cosa que estorbara para los siguientes minutos. Mientras yo me despojaba de lo mío, veía como él se quitaba su bóxer, lo único con lo que se encontraba. Me hinqué en la cama, poniendo mis piernas a lado de su cadera. Tomé su miembro entre mis manos para acariciarlos suavemente y rosar la punta de este con mis dedos.


—Estas seguro? — lo miré a los ojos, sin dejar de tocarlo.

—Si… hyung…. —dijo entre cortadamente. —estoy más que seguro.


Sus labios se dirigieron a los míos, como si quisieran bailar una danza eterna, una danza que nunca quisiera acabar. Con mucha delicadeza, ahora me coloqué entre sus piernas, alzándolas un poco para que pudiera acomodarme más entre el. Mojé uno de mis dedos con saliva y lo introduje por su cavidad, dando vueltas con mi dedo dentro de ella hasta que entraron por fin los tres.


—Ya… hyung, entra ya! — me había tomado de los cabellos.

—No! — introduje un cuarto dedo. — esto es un castigo por presentarme a esa chica.

—Hyung por…. — se retorcía debajo de mí.

—Di que me amas! —empujé mas mis dedos dentro de su cavidad.

—Ah!! ~ . —hizo hacia atrás su cabeza. — Te Amo, hyung te amo… ya…


Enfilé mi miembro a su entrada a la misma vez que mis labios se dirigían a los suyos. Coloqué la punta en su entrada y poco a poco fui introduciéndolo para no lastimarlo. El dejó de besarme y escondió su rostro en mi cuello, aferrándose fuertemente a mis hombros. Cuando por fin entre completamente en el, se dejó caer sobre la cama soltándose de mi y cerrando los ojos. Esperé a que se tranquilizara un poco, hasta que abriera nuevamente sus ojos.
Cuando por fin los abrió y me sonrió de una manera hermosa, pude entender que era el momento de empezar. Me empecé a mover dentro de el con lentitud y cuidado, pues todavía ciertas muecas de dolor en su rostro. Para distraerlo un poco comencé a besar y a morder su cuello delicadamente.


—Ah~. — por fin había soltado un gemido.

—Ya no duele? — dije volteándolo a ver.

—No, se… Ah!!~ . —dejó salir un gemido mas. — se siente bien.


Comencé a embestirlo más rápida y fuertemente, provocando que él se soltara de mi y que ahora se aferrara a las sabanas de la cama, y a veces sus manos acababan jalándome el cabello o enterrando sus uñas en mi espalda. Cada vez su gemir se hacía más frecuente y fuerte.



Tú no sabes…

Que en realidad siempre te he amado.


—Hyung… me. — le di una última y profunda embestida. —Ah!~. — soltamos los dos un gemido a la misma ves, haciendo que nuestras voces produjeran un gran grito en la habitación. Esperamos a que nuestras respiraciones se estabilizaran.

—Pequeño…— dije tomando su rostro entre mis manos. — Yo te amo. — besé tiernamente sus perfectos labios.

—Ya lo sabía…


Creo que tu lo sabías todo, entonces porque me hiciste sufrir. Aun así, ¿hay algo que no sepas de mí? Porque muero de ganas por decirte algo que no sabes de mí, quiero que pongas una cara de asombro por el hecho de haberte dicho algo muy importante, quiero hacerte realmente feliz.

Quiero que tú sepas…

Quiero realmente decir…