Muchos dicen que la vida en la universidad es la mejor etapa de la vida de una persona. Salidas nocturnas, mucho alcohol y fiestas, temporadas en los que estás con un chico distinto por día, nuevas amistades y sobretodo locuras, locuras nacidas del afán de diversión. Pintado de esa forma, parece que ser estudiante universitario es insultantemente divertido y fácil, pero, ¿es realmente así la vida universitaria? ¿O son solos historias creadas para meter expectación a los adolescentes que desean estudiar allí algún día? ¿Qué ha pasado de las noches en vela estudiando, los días tragando litros de café y el estrés?

Algunas de esas incógnitas pasaban fugazmente por la cabeza pelirroja que viajaba en aquel autobús público, su barbilla descansaba sobre su mano, mirando por la ventana sus oscuros ojos y escapando suspiros de sus gruesos labios. A su lado, una maleta ocupaba un asiento y a sus pies había una mochila, el joven está a punto de iniciar su vida universitaria y se siente terriblemente nervioso.

Tuvo que desplazarse desde su pequeño pueblo hasta la gran ciudad de Seúl para poder estudiar, aún recuerda a su madre en el aeropuerto ahogándolo entre besos y abrazos provocando que su rostro tuviera el mismo tono que su pelo. Tras muchas llamadas, logró encontrar una gran casa donde vivir durante aquella época, según los dueños, ya había inquilinos en su interior, pero eso no importaba a Lee Taemin, más concentrado en sus estudios que en iniciar nuevas relaciones.

Aquel joven tenía la ambición de ser médico, y por ello había dedicado toda su vida a estudiar entre las cuatro pequeñas paredes de su habitación día y noche, y al contrario que el resto de sus compañeros que se tomaban el acceso a la universidad como una forma de descanso, él planeaba esforzarse más si cabe para que su sueño se viera cumplido.

Viendo a través del paisaje las instalaciones de su nueva facultad, pulsó el botón rojo y se bajó agitado, se dejó seducir por el verde césped y las monumentales instalaciones, caminaba con la cabeza en alto sin atreverse a entrar y disfrutando de las vistas desde fuera, en su estómago formándose un pequeño remolino. Pero va tan despistado que no ve la figura que camina en dirección contraria a la de él y que le hace chocar estrepitosamente, cayendo al suelo y sufriendo un terrible dolor en sus posaderas.

-¡Mira por donde vas!-el muchacho alza la vista para encontrarse a un joven atractivo mirándolo con suspicacia, sigue caminando ignorando al pelirrojo y éste se rasca la cabeza mascullando maldiciones sobre gente grosera. Alarga una mano para tomar su maleta pero un pie en tacón salido de no sabe dónde le pisa la mano y él produce un ruido de dolor, apartando su mano enseguida para ponerla en su pecho con una mueca de angustia.

-Oh.-es el único sonido que produce la chica que accidentalmente lo ha pisado, lo mira brevemente y de nuevo toma su carrera- ¡Espérame, Oppa!

Taemin sacude su cabeza y se levanta a duras penas, agachándose más tarde para recoger sus pertenencias, de haber sido un chico más valiente le hubiera gritado cuatro verdades a aquel par que ahora caminaban sujetos de la mano, pero él es demasiado tímido para ello. Suspirando, saca una hoja que él mismo garabateó en su hogar y se dispone a seguir las instrucciones indicadas para llegar a lo que sería su nueva casa.

Ésta es grande, de ladrillo rojizo, pero extravagante. Las cortinas muestran desde fuera colores fluorescentes y hay varios dibujos hechos con pintura en las paredes malogrados.

En el pequeño jardín que llevaba a la entrada había formas sospechosas echas con un cortacésped y al enano que había al lado de la puerta le habían pintado labios y ojos como los de una mujer.

El primer sábado desde la llegada a su nuevo hogar Taemin dormía plácidamente, feliz pensando que no tendría el horrible sonido del despertador interrumpiendo sus pesadillas. Por todos los cambios que habían ocurrido aquellos cinco días se sentía realmente cansado, hasta el punto que cuando Key lo llamó para cenar la noche anterior y no contestó lo encontró en su cama durmiendo, haciendo así que el rubio le colocase una manta sobre su cuerpo.

Abrazaba su almohada con una débil sonrisa, recreando sueños en su mente cuando tres golpes sonaron en la puerta.

Él no se dio cuenta, continuó con los ojos cerrados hasta que la puerta se abrió de golpe y entró una figura bruscamente.

-¿¡Que haces durmiendo aún!? ¡Ni siquiera estas vestido!

-¿Eh?-Taemin abrió un ojo tranquilamente, parpadeó y se llevó una mano a sus labios quitando los rastros de baba.

-¡Te dije claramente que a las nueve os quiero a todos abajo! ¡A las nueve!

Finalmente, Taemin se dignó a dirigir una mirada a la persona que le hablaba. Se trataba de Key con una fregona en una mano y un cubo en la otra, y lo más importante, con una mueca de enojo. Sin embargo, no lo consideró lo suficiente importante para mantenerlo más de cinco segundos con los ojos abiertos así que volvió a recostar la cabeza para seguir durmiendo.

Key bufó y con un tirón quitó todas las mantas de la cama de Taemin, este gimió encogiéndose sobre si mismo.

-¿Pero qué haces…?-“lunático” quiso añadir, pero incluso medio dormido era lo bastante lucido para no enfadar a un Key con el ceño fruncido.

-¡Te lo dije nada más llegaste a esta casa! ¡Los sábados por la mañana hay limpieza general!-Taemin nunca supo de donde sacó tanta fuerza, pero de un momento a otro el rubio lo había cogido de la muñeca y lo tenía de pie a su lado, tambaleándose- ¡Ponte algo rápido y baja! Hoy no tienes tiempo para desayunar.

El pelirrojo se quitó una legaña del ojo cuando la puerta se cerró de un portazo, la miró fijamente y se lanzó de nuevo a la cama.


Viendo como sus otros compañeros de piso estaban en el comedor de pie como una fila de soldados esperando por las órdenes de su sargento, Taemin entendió porque la casa estaba tan limpia. Se coloco junto a ellos, contento de ver que no era el único que parecía cansado. Recordaba vagamente que Key le dijo algo sobre limpiar los sábados por la mañana pero no le tomó demasiada atención.

Llegó Key y todos se pusieron manos a la obra, tenían que apartar muebles, fregar el suelo, limpiar cristales y otras cosas que les llevaba demasiado trabajo, a pesar de las bajas temperaturas estaban los cinco en camiseta. Taemin resopló cuando logró colocar la televisión en su lugar, se dirigió a la persona más cercana que resultó ser Onew.

-¿¡Y esto hay que hacerlo cada semana!?

El castaño asintió mientras pasaba la fregona por el suelo.

-¡Pero es de locos! En mi casa limpiábamos a fondo… una vez cada… cinco o seis meses…

-Key es un obsesionado de la limpieza. Incluso los viernes está de peor humor porque cree ver bacterias por todo.

-Es incoherente que limpiéis de esta forma la casa cuando el jardín da asco…

Taemin deseó haberse mordido la lengua cuando vio a Key mirándolo fijamente.

-¡Bien dicho Taemin!-dijo para sorpresa del menor, se puso a su lado y le colocó una mano en el hombro- ¿Quiénes de los indecentes de esta casa te gusta menos?

-Minho.-contestó sin vacilar, Key asintió sonriente.

-Veo que coincidimos. ¡Minho!-llamó, se fue hasta la cocina gritando de ese modo- ¡Vete al jardín a cortar el césped

-¿Cómo? ¿Has perdido el juicio? ¿Por qué me pides eso de repente?

-Porque el jardín apesta y alguien debe hacerlo.

Onew y Taemin se miraron fijamente y dejaron sus respectivos quehaceres para mirar por la cocina, si Minho decidía desobedecer a Key podrían entretenerse durante mucho rato.

-Desde que llegué a esta casa nadie ha pisado el jardín, ¿cómo voy a ir ahora?

-Pues alguien debe ir algún día, ¿no? Ánimo, Minho, vas a ser el primer explorador en aventurarse en nuestra pequeña selva…

-¡No quiero, que vaya Jonghyun y así pasa un rato con su familia!

Taemin vio como Onew hacía una mueca y la cara de Jonghyun, que había estado colocando las cortinas de la cocina hasta ese momento, se iba poniendo progresivamente roja.

-¿Qué has dicho?-dijo en un susurro tan ronco y macabro que a Taemin le sorprendió que saliera de aquella persona tan mimosa, Minho lo miró directamente.

-¡Que yo no tengo por qué hacerlo! ¡Ve tú y te diviertes con tus amigos!

-Taemin, hora de irse.-dijo Onew agarrando de la mano al menos, éste estaba extrañado.

-¿Qué pas…?

-¡Te voy a enviar a la charca más cercana de un golpe, ranoso!

-¡Para eso tendrás que alcanzarme!

Taemin abrió mucho los ojos desde el comedor escuchando sonidos de cacerolas caer al suelo y de Key chillando incoherencias, miró confuso a Onew.

-Nunca, bajo ningún concepto, te metas con la estatura de Jonghyun.

-¿Y eso que tiene que ver con lo que pasa ahora?

-A Minho le gusta molestar a Jonghyun diciendo que los enanitos del jardín son sus hermanos… mejor sigamos con lo nuestro, acabas de desatar la tercera guerra mundial.

Taemin obedeció ignorando los gritos provenientes de la cocina.


Cuando Onew y él acabaron con su parte ya era casi la hora de comer, Key les preparaba la comida porque decía estar de buen humor. Fuera, Minho y Jonghyun quitaban las malas hierbas del jardín.

Taemin era un chico extremadamente ordenado y tenía una costumbre de la que no podía deshacerse, y era hacer listas de todo. Por eso, mientras estaba sentado sobre el sofá del salón con la tele encendida, sacó su cuaderno y comenzó a escribir lo que él denominaba “Precauciones para sobrevivir en la Casa de los Bichos Raros”.

Copió un primer nombre: Onew. A su lado puso mal humor cuando estudia o no hay pollo.

Debajo puso Jonghyun: mal humor cuando se meten con su estatura.

Key: mal humor cuando limpia o cocina.

Minho:

Taemin se quedó pensativo un instante y miró por la ventana donde podía ver a Minho engañando a Jonghyun para mojarle con la manguera.

Mal humor siempre. Miró su libreta y subrayó la definición de Minho.


-¿Y cómo es vivir en la Casa de los Bichos Raros?

Taemin mordió su sándwich y masticó cuidadosamente mientras meditaba la respuesta, Kai bebía su refresco de cola.

-Es una experiencia… curiosa. Sí, muy curiosa.

-Dicen que la cocina está llena de pollo, ¿es verdad?

Taemin asintió y Kai parpadeó, según descubrió el pelirrojo, sus cuatro compañeros de piso eran muy conocidos en la zona y todos tenían cierto respeto, por no decir miedo, a la casa.

-Ahora debo recoger a Lu Han del trabajo, ¿me acompañas?

-¿Tú? ¿Por qué?-pregunto mientras se levantaban, Kai suspiró.

-Porque sino Tao me dará una de sus famosas patadas ninja en el culo, hoy está ocupado y no quiere permitir que su adorable Lulú vaya a su casa en bus.-entonces sacó las llaves del coche mirándolo con una ceja alzada, Taemin sonrió y decidió acompañarle.


-Oh, por cierto-dijo de pronto Kai mientras conducía mirando la carretera- Jonghyun también trabaja allí.

-¿Ah, sí?-preguntó extrañado Taemin, sabía que trabajaba por las tardes pero no sabía donde.

-Sí, en la cafetería, allí Lu Han es camarero pero Jonghyun canta.

-Debe ser una cafetería muy cara para permitirse eso.-murmuró, Kai rió.


Cuando entraron Lu Han les informó que aún no había acabado su turno, decidieron sentarse en una mesa para tomar algo. Cuando el pelirrojo vio a Jonghyun en un lado del local con una guitarra en la mano pidió a su amigo acercarse para escucharlo con más comodidad, el moreno aceptó y ambos se pusieron en los asientos más cercanos. Mientras tomaba su leche de plátano, Taemin no podía evitar abrir la boca de vez en cuando sorprendido por la voz de Jonghyun, provocando que de vez en cuando la bebida se le escurriese por la pajita hasta los labios, pero no le importaba, la voz de Jonghyun lo tenía absorto y no quitaba sus ojos de él, cada vez que hacía una nota alta sentía erizarse la piel.

-Taemin… se te ha manchado la camiseta.-Taemin miró a Kai y comprobó que efectivamente su leche de plátano había llegado hasta su camiseta.

-Oh, no…-se quejó mientras se levantaba y miró alrededor buscando los lavabos, se disculpó con Kai y fue al baño para tratar de limpiar con agua aquella mancha, después entró a uno de los cúbicos y pasados unos minutos, mientras tiraba de la cadena, trató de subir su cremallera.

No pudo.

Bajó la cabeza y siguió insistiendo, pero la cremallera parecía haberse atascado, siguió intentando saliendo del cúbico pero nada parecía funcionar, la puerta se abrió, y entre asustado y avergonzado, se giró para ver quien entraba.

-¿Qué haces aquí?-preguntó Jonghyun mirándolo, Taemin desvió la mirada muy incomodo.

-He venido con Kai… ahora me iba.-dijo y avanzó hacía la puerta, pero por nada del mundo quería salir aun sin poder abrocharse los pantalones, así que se quedó parado luchando contra la bragueta.

-¿Tienes algún problema?-preguntó Jonghyun mientras entraba a un baño frunciendo el entrecejo, Taemin gruñó.

-Ya está resuelto.-mintió, pero no, comenzaba a desesperarse y es que no sabía qué problema tenía aquella cremallera con él para no obedecer su voluntad.

Cuando Jonghyun salió aún seguía ahí, se lavó y secó las manos y Taemin sentía hacía lo posible para mover siquiera un poco aquella cremallera.

-¿Quieres que te ayude?-se ofreció Jonghyun, Taemin se puso rojo solo de imaginarlo.

-¡No!-exclamó, pero Jonghyun ya se estaba arrodillando enfrente suya, dio un traspie cuando quiso dar un paso hacía atrás.

-De todas formas necesitas ayuda, ¿qué más da?-Taemin quiso que la tierra lo tragara cuando fueron las manos del propio Jonghyun quienes tiraban insistentes de su cremallera, cerró los ojos sintiendo sus mejillas teñirse de rojo.

-¡Ya!... no… espera…

Taemin sintió que los tirones eran demasiados bruscos y que la mano de Jonghyun rozaba demasiado fuerte su entrepierna, abrió los ojos para quejarse.

-¡Quítate!-ordenó, pero en su lugar Jonghyun sacudió con más fuerza.

-¡Tu dichosa cremallera está maldita!-soltó, y solo entonces Taemin se dio cuenta que se había enganchado con la manga del suéter de Jonghyun.

-No… no se mueve.-murmuraba Jonghyun frunciendo el ceño, trataba por todas las maneras pero ni la fuerza ni la maña conseguían sacarlo de aquel apuro.

-¡Gracias, ahora estoy peor!-Taemin quería taparse la cara con sus manos por la vergüenza que pasaba.

-¡Hago lo que puedo! Está demasiado apretado… quítate los pantalones.

-¡¿Qué?!-su voz sonó aguda, Jonghyun lo miró cansado.

-¡Tus pantalones son demasiado estrechos! Así es imposible hacer algo con esto, quítatelos y me será más fácil.

-¡Ni hablar, arranca tu mano!

-Taemin, tengo que volver a cantar pronto, tengo pri…-ambos quedaron pálidos cuando escucharon la puerta abrirse, con el corazón de los dos desbocados se giraron pillados por sorpresa para ver quien entraba, Taemin tragó saliva.

-Oh… siento si interrumpo algo.-Kai parpadeaba muy lentamente, despacio y sin quitar la vista de ellos dos retrocedió para salir.


Repentinamente, Taemin odiaba con toda su alma a Jonghyun por ofrecerle una ayuda que en su opinión no necesitaba y empeoró las cosas, tardaron más de diez minutos poder solucionar lo de la cremallera de Taemin sin bajarle los pantalones ni ir a mutilar la mano de Jonghyun, quien fue regañado por el encargado por ausentarse demasiado tiempo y Kai nunca creyó a su amigo.


-No, Kai, iré directo a casa… ¿¡tú has visto como llueve!? No me sorprendería de un momento a otro ver un arca lleno de animales…-decía Taemin por teléfono, había salido con sus nuevos amigos a comer fuera y ahora se arrepentía al ver la fuerza que cogía aquella tempestad, estaba lejos de casa y su paraguas se le antojaba pequeño por el modo en que todas las gotas de agua lograban llegar a él- Está bien, te llamaré cuando llegue.-prometió y colgó, se llevó una mano a la cara para apartar su flequillo y siguió avanzando, a su alrededor muchas otras personas en su misma situación trataban de protegerse también del viento y la lluvia.

Miró sorprendido a la calle opuesta cuando vislumbró a lo lejos una pareja discutir, le pareció extraño que lo hicieran precisamente en ese momento con el tiempo que hacía, curioso, los observó más cuando la chica le pegón un bofetón al alto y se fue llevándose con ella el paraguas, él quedó quieto en el lugar y a medida que se acercaba Taemin fue reconociéndolo. Cuando finalmente supo quien era, el otro había girado la cabeza en su dirección, de forma que ambos se miraron a la cara. Taemin como acto reflejo posicionó su paraguas sobre su rostro de modo que no le viese la cara, caminó más rápido, rezando para que no le hubiese reconocido, la lluvia le goteaba sobre el cabello pero lo único que quería era pasar desapercibido.

-¿Estás huyendo de mí?

Al pelirrojo se le escapó una exclamación cuando su paraguas fue quitado de sus manos y el rostro de Minho con una ceja alzada estuvo en frente.

-¡Oye, mi paraguas!-protestó.

-Realmente tratabas de ocultarte de mí.-dijo poniendo su brazo en alto para evitar que el menor pudiera alcanzar el paraguas, la lluvia estaba mojando la ropa de Taemin, castañeaba por el frío.

-¡Dame mi paraguas!-ordenó, estaba seguro que si no fuera por las bajas temperaturas sus mejillas hubieran enrojecido.

-Aw… estamos a cinco manzanas de la casa… mejor nos damos prisa.-comenzó a caminar sin mirarlo, Taemin apretó los diente y lo siguió unos pasos detrás.

-¡Ese es mi paraguas!

-Ya lo sé, pero no puedo permitir estar debajo de la lluvia demasiado, no puede ser bueno para mí.

-¿Y qué conmigo, debo mojarme por ti?-preguntó Taemin enfadado.

-Si tu paraguas fuera más grande cabríamos los dos…-continuaba caminando por delante, pisando con fuerza los charcos y salpicando a Taemin.

-Pero es que si es mí, recalco, mí paraguas, debería ser yo quien estuviera dentro y no tú…-pillado de improvisto, el alto se giró y agarrándolo del brazo lo pegó a su cuerpo tanto como pudo para quedar ambos bajo el pequeño paraguas.

-Eres tan repetitivo, pareces un niño de cinco años, mío, mío, mío…-lo imitó.

-¡No te pegues tanto!-volvió a quejarse Taemin pero esta vez del brazo que envolvía sus hombros.

-¿Y cómo quieres que quepamos ambos dentro? Al no ser que seas Jesucristo y multipliques las cosas…

Taemin murmuró por lo bajo pero no contestó, se dejó llevar de esa forma por Minho bajo el tormentoso cielo y la incesante lluvia.


-¡Oh, Minnie, te pondrás enfermo!-aunque a Taemin le pareciera extraño, Key había tomado la costumbre de llamarlo de esa forma.

-Ahora tomaré una ducha con agua caliente y no pasará nada.-sonrió agradecido, que alguien en esa casa se preocupase como lo hacía su madre le conmovía, Key le pasó una mano por su mojado cabello mientras Minho tiraba el paraguas al suelo de cualquier forma.

-Mientras tanto te haré una sopita caliente para que no te resfríes… ¡Choi, limpia el desastre que has provocado antes de que te mate a golpes con ese paraguas!

-¡Oye, yo también estoy mojado y a riesgo de enfermarme!

-¡Y Onew está a riesgo de romperse la crisma si se resbala ahí!

Minho entró a la cocina y soltó un improperio, rápidamente salió subiendo las escaleras al piso superior de dos en dos.

-¡Prometo limpiarlo más tarde!

Key fue a la cocina a por una fregona protestando y Taemin subió las escaleras en busca de una toalla cuando tropezó con Minho, le extrañó verlo con otra ropa.

-¿Piensas irte?-al parecer a Key también le pareció extraño, Minho se peinó mirándose enfrente del espejo del salón.

-¡No sabía que hora era! Diablos, Dara nunca da una segunda oportunidad, ¡nunca! Y si llego tarde me mandara a sus sicarias para matarme.

-¿Vas a ir sin ducharte?-Key alzó una ceja mientras limpiaba el trozo de suelo que el propio Minho había mojado.

-¡No hay tiempo…! ¡Ah, estúpido pelo, que te mojas! Bueno, está de moda el efecto gomina… debo irme ya.

Taemin miraba curioso desde el piso de arriba como Minho cogía su abrigo y salía de la casa de nuevo con su propio paraguas. Estornudó y decidió meterse a la bañera.


-Realmente me duele dejarte así…-gimoteaba Key.

-Estoy bien.-dijo Taemin, su voz sonaba ligeramente nasal, Minho aún no había llegado y Jonghyun y Onew habían salido con sus amigos como cualquier otro chico de su edad harían un sábado por la tarde, Key se mordía el labio.

-Puedo llamar a Mir para no ir y así ayudarte con lo que necesites…-Taemin suspiró, aquella era la octava vez que repetía lo mismo.

-Definitivamente estoy bien. Me siento muy cómodo aquí, recostadito en el sofá, y la manta que me has prestado es muy calentita. Además, pronto echarán por la tele mi película favorita y tengo a mi lado paquetes de galletas por si me entra hambre y las pastillas guardadas en bolsillo. Hay un vaso con agua sobre la mesa. Todo está perfecto.-se vio en la obligación de enumerar todas aquellas cosas para que Key se fuera con sus amigos de una vez, era feliz de que lo cuidara pero a la vez fue a esa casa con la meta de poder ser más independiente, quería poder pasar su resfriado solo para demostrarse a si mismo que ya no era un niño.

-Está bien… pero si te vuelve a subir la fiebre llámame.-dijo con tono de madre autoritaria, Taemin hizo un esfuerzo para no reír y asintió. Cogió el mando y colocó el canal en que echaban Koala Kid. Suspiró tranquilo cuando escuchó la puerta cerrarse.

Estuvo de esa manera tosiendo ocasionalmente y engullendo galletas de chocolate cuando la puerta volvió a abrirse. Puso los ojos en blanco imaginando que de nuevo al rubio le hubiese dado un ataque histérico maternal y hubiera regresado pero se llevó la sorpresa de ver a Minho caminar con paso inseguro hasta él.

-Manta… frío…-pronunció y se tiró a su lado arrebatándole la manta para ponerla sobre él.

-¡Eh! ¿Acaso no tienes respeto por las cosas ajenas?-protestó Taemin, agarró la manta con sus manos y comenzó a tirar para quitársela pero el moreno la sujetaba con mucha fuerza. Derrotado, lo miró con la frustración pintada en el rostro cuando advirtió el leve temblor que tenía el cuerpo del alto y el color tan raro de su cara.

-¿Acaso has enfermado?-preguntó con una sonrisa, sin esperar respuesta llevó una mano a su frente y notó el calor que desprendía.- A quien se le ocurre irse así…-murmuró, lo miró detenidamente- De todas formas, ¡yo tenía la manta antes!

La agarró y esta vez sí fue capaz de quitársela, se la echó sobre el creando un ovillo para evitar que el alto se la quitase de nuevo.

-¡Oye, enano, ten respeto con tus mayores!

-Key Hyung me la dio a mí.

-¡Yo llegué antes a esta casa!

-¡Hay más mantas arriba!

Se miraron fijamente el uno al otro unos segundos.

-¡Me da demasiada pereza! Me duele la cabeza y no puedo dar un paso más, dame esa manta…-Minho seguía tirando.

-Yo también estoy enfermo…-mientras ambos se quejaban Minho fue logrando sacar algo de manta.

-Sepárate de mí.-ordenó Taemin por segunda vez aquel día.

-Pero así tenemos manta los dos.

-¿En serio eres capaz de esto por no subir unos tramos de escalera?-se quejó Taemin, pero él mismo se sentía tan mal que tampoco quería, quedaron ambos sentados el uno muy cerca del otro con la manta.

-¿Por qué ves estas cosas de niños?-dijo Minho mientras cogía el control y cambiaba de canal, Taemin se sacudió.

-¡Lo estaba viendo!

-Ni hablar, los sábados por la noche echan Salamander Guru…

-¡No me gusta esa serie!-volvieron a discutir pero gracias a la cabezonería de Minho, el menor estuvo haciendo pucheros mientras el otro veía su serie y comía sus galletas. Taemin estaba indignado, aquello bien podía llamarse la dictadura de la Casa de los Bichos Raros, estaba cruzado de brazos mirando mal la televisión como si tuviera ella la culpa cuando notó un peso muerto caer sobre su hombro.

Giró levemente la cabeza y abrió los ojos como platos cuando vio la cabeza de Minho descansar sobre él. Tenía los ojos cerrados con la boca entreabierta y su respiración era lenta. Lo miró durante unos segundos y bufó.

-No me extraña que seas tan odioso, tu cabeza pesa kilos.-rezongó, cogió de vuelta el mando a distancia para colocar de nuevo su película de dibujos y no hizo nada para apartarlo. No se dio cuenta cuando cayó también sumido en el sueño y su cabeza reposó sobre la morena.

Las cabezas de Onew, Jonghyun y Taemin se asomaron al frigorífico. Al no encontrar nada de lo que esperaban repitieron la misma acción con todos los cajones y despensas de la cocina pero el resultado fue el mismo.

-Creía que cada semana iba alguien a por la compra.-dijo Taemin en tono de reproche, Jonghyun habló.

-Ya, pero como Key siempre lo hacía voluntariamente siempre iba él, ¿o acaso has ido a comprar al supermercado desde que vives aquí?

Taemin no contestó, porque aún no olvidaba la vergüenza que le hizo pasar Jonghyun en el restaurante y se rehusaba a mirarlo.

-Como sea-indicó Onew-, no hay comida. Ni siquiera pollo.-trató de controlar sin lograrlo el tic en el ojo.- Así que deberíamos hacer algo,

Jonghyun y Taemin asintieron, Key se había ido a visitar su abuela y por consiguiente nadie compró nada aquella semana, dejándolos sin nada con que preparar el almuerzo. Supusieron que Minho había ido a comer fuera porque no apareció en la casa,

-Sabes...-comenzó Jonghyun dirigiéndose a Onew- hace poco Jessica me dijo que debíamos volver a comer juntos algún día, ¿qué tal si vamos hoy aprovechando que no hay nada de comer?

-Suena bien.-aceptó Onew, Jonghyun sacó su móvil, Taemin salió de la cocina para ir a llamar a Kai y proponer también comer juntos, pero la voz de Onew le inmovilizó.

-¿Por qué no vienes con nosotros? Nunca comemos juntos si no es en casa, podríamos conocernos mejor.

Taemin lo miró sorprendido, Jonghyun a su lado también esperaba expectante, vaciló.

-¿Pero no os incomodará?

Onew se encogió de hombros.

-Jessica también nos trae sus amigas a veces, y apuesto a que te gustará el restaurante al que solemos ir.-el móvil de Jonghyun vibró- ¿Te ha contestado?

-Sí, nos vemos allí en quince minutos.

Ambos volvieron a mirar a Taemin, el pelirrojo tragó saliva.


-¿En serio este sitio me gustará?-preguntó Taemin entre asqueado y escéptico, frente tenía una puerta mohosa con un rótulo roto.

-No juzgues un libro por su resumen.-dijo Jonghyun en todo misterioso, Onew se golpeó la frente.

-Es no juzgues un libro por su portada, Jjong.

-Como sea, entremos ya.

Ni siquiera hubo una vez dentro los dos mayores Taemin se sintió más seguro, suspirando se introdujo dentro, el local era pequeño y oscuro, en los rincones había amontonado polvo y solo había un cliente en todo el lugar.

Un excéntrico camarero les dio la bienvenida como si fuesen amigos de toda la vida, incluido Taemin que tuvo que soportar unas fuertes palmadas sobre su espalda que le hicieron perder el aliento, Onew y Jonghyun se sentaron en la única mesa habitada en la que había un chica rubia.

-Por fin llegáis, tengo hambre.-gruñó, Taemin tímidamente se sentó al lado de Jonghyun.

-Éste es Taemin.-presentó Onew- Y ella es Jessica, una amiga de la infancia.

-Hola.-saludó ella, Taemin le correspondió y sin ocultar su curiosidad preguntó:

-¿De los dos?

-Sí.-contestaron como si fuera obvio.

-No sabía que os conocíais tanto.

Onew suspiró.

-Sí, los tres eramos amigos desde pequeño y vinimos juntos hasta Seúl para estudiar en la universidad, pero con una cosas o otras ya no nos vemos tanto.

-Querrás decir que porque vives entre las cuatro paredes de tu cuarto.-rezongó Jessica, el camarero les habló desde lejos.

-¿Os pongo lo de siempre?

-Sí, Heechul- contestó Jonghyun, se dirigió a Taemin-. Aquí hacen las mejores hamburguesas que puedas comer.-aseguró, Taemin giró la cara, cada vez que lo miraba recordaba su cremallera en el baño.

Trajeron las hamburguesas que para sorpresa de Taemin sí que estaban deliciosas y conversaron entre ellos, aunque el menor apenas participaba, solo escuchaba.

-Oh-exclamó Jessica-, y por el amor de Dios, decidle a ese indecente de Minho que deje en paz a mi hermana. ¡Es una estudiante de secundaria! ¿No tiene vergüenza?

-Minho no hará nada que le digamos.-dijo Onew mojando una patata frita en ketchup y luego llevándosela en la boca.

-¡Pero tiene que dejarla en paz!

-Es tu hermana quien lo sigue a todas partes.-hizo notar Jonghyun, Jessica inmediatamente hizo un puchero.

-¡Porque es una cría!

-De todas formas, Minho quiere deshacerse de ella y quiere que seas tú quien lo haga.

-Krystal no va a hacerme caso-contestó Jessica a Jonghyun, luego se quedó pensativa- ¿Piensa aún que me gustaba?

-Sí.-dijo Onew con la boca llena.

-¡Ja! ¡Idiota!-rió dando un mordisco a la hamburguesa, Taemin escuchaba interesado sin saber realmente de lo que hablaban.

-Yo no seré quien le diga la verdad, lo último que quiero es que me eche de la casa.-suspiró Jonghyun, solo entonces Taemin dio un respingo que provocó que tosiera la bebida que estaba bebiendo y preguntó.

-¿Echarte?

-Claro, al fin y al cabo la casa es de Minho.

Taemin quedó pálido. Los tres lo miraron curiosos.

-Taemin... ¿por casualidad no sabías que la casa es de los padres de Minho?

No contestó.

-Sabes... los Choi nos deja quedarnos allí por un precio muy razonable, deberías estar agradecido a ellos y como mínimo saber quienes son.

-Nunca imaginé que fuera su hijo.

-¿Y por crees que tiene la habitación más grande arriba del todo?

Taemin miró las hojas de lechuga que sobresalían de la hamburguesa.

-Creo que no me gusta saber eso.-reconoció.

Siguieron hablando de otras cosas hasta que acabaron y se despidieron del camarero para salir, una vez fuera, antes de ir cada uno por su camino, Jessica se cruzó de brazos.

-¿Habéis... habéis visto a Yuri últimamente en vuestra casa?-preguntó con la mirada baja, Onew y Jonghyun negaron con la cabeza, sonrió levemente- Ya veo... ¡nos vemos!



-No te preocupes-decía Taemin tumbado en su cama con el auricular del teléfono en su oreja- otra vez será.

-Sabes que no es verdad.-sonó la voz de Kai.- ¡Realmente quería verlo contigo!

Ambos hablaban de que aquel día iban hacer una operación a corazón abierto que sería grabado en directo para los estudiantes de medicina, pero Kai, que planeaba verlo con Taemin, tenía que irse a la tienda donde trabajaba porque su jefe le había llamado aquel mismo día para que fuera a trabajar.

Se despidieron con la promesa de ver juntos la grabación sin buscar antes como terminó y Taemin suspiró sobre su cama, repentinamente cansado, se rascó un ojo sospechando que aquella noche se iría pronto a dormir. Salió de su cuarto y bajó las escaleras encontrándose extrañamente a Onew en frente del televisor con un monton de cables conectados a un portátil.

-¿Por qué haces lo más sencillo complicado?-preguntó lentamente Key desde el marco de la puerta con los brazos cruzados, había vuelto después de pasar aquellos días en casa de su abuela.

-¡Pues ayúdame y dime como hacer esto!-exclamó frunciendo el ceño, Key rápidamente se dio la vuelta.

-Tengo muchas cosas que hacer.-apresuradamente salió de la habitación, Taemin se fue acercando.

-¿Qué haces Onew Hyung?-preguntó curioso al verlo fuera de su habitación, Onew alzó el rostro a él.

-¡No sé conectar el equipo para que lo que tengo en el ordenador se vea en el televisor! (N/A: Yo tampoco sé -w- ni Key lol)

-Oh... ¿solo eso?

-¡Sí! Pero es muy importante, ¡quiero ver la operación con todo lujo de detalles!

Taemin abrió mucho los ojos.

-¡Oh! ¡También verás la operación de Charles George!-no fue una pregunta, sino una afirmación.

-¡Sí!-exclamó quedando de rodillas y con los ojos brillantes- Pero como solo es una conexión por Internet y quería verlo en la tele...

Taemin se apresuró a ayudarlo sin mediar palabra y ambos se quedaron sentados muy juntos en el sofá, emocionados por lo que iban a presenciar.

Cuando comenzó cada uno daba pequeños saltitos en su sitio, a medida que avanzaba se ponían serios o se agarraban la ropa, compartiendo el momento de tensión, cuando finalmente el cirujano pudo colocar los puntos sobre la piel significando que la operación había sido un éxito tanto Onew como Taemin se levantaron del sofá como si estuviesen celebrando un gol de su equipo, y una vez de pie se abrazaron el uno al otro, mientras seguían saltando de la emocion, por la tele los cirujanos mostraban en voz alta su felicidad por conseguir que saliera bien una operación tan complicada, cuando Taemin se dio cuenta de que estaba siendo abrazado con fuerza por su Hyung se separó torpemente, Onew se sorprendió y también se dio cuenta de lo que habían echo, ambos se quedaron parados en el sitio, sin decir nada y avergonzados, finalmente para romper la atmósfera Onew rió débilmente por las mejillas coloreadas del pequeño y agarró el portaril.

-¿Qué te parece si volvemos a ver la parte en la que apretaron la vena aorta? Creo que fue muy interesante.-añadió.

Taemin asintió volviéndose a sentar, supuso que por lo mucho que estudiaba Onew quería ser cirujano, él, en cambio, prefería volverse un pediatra.

Los bostezos se adueñaron de él y en pocos minutos se había quedado dormido en el sofá con la boca abierta y la cabeza echada a un lado, Onew lo ignoró, siguiendo mirando el programa, pero cuando Key pasó por en frente del salón y lo vio regañó enseguida a Onew.

-¡Ahí se va a constipar! ¡Llévalo a su habitación!

-¿Yo? ¿Hasta el piso de arriba?

La mirada que le dirigió Key hablaba por si sola.

Congelando la escena, Onew se levantó y colocó sobre sus brazos el cuerpo del pelirrojo, cuando lo levantó y lo apoyó sobre su pecho bufó: tal y como temía la constitución del muchacho engañaba y en realidad pesaba más de lo que aparentaba.

Tratando de no tropezar sobre el suelo fue llevando al pelirrojo hasta su habitación, cuando llegó sus brazos ardían y depositó suavemente al menor en su cama, lo miró un instante y luego salió.

Key iba y venía de su habitación cuando pasó por enfrente de la de Taemin. Se quedó mirando la puerta fijamente y tras un titubeo entró.

Como imaginaba, Onew había dejado al menor desparramado de cualquier modo sobre la cama, le colocó las mantas por encima del cuerpo y puso una almohada debajo de su cabeza. Se sentó en la cama y se lo quedó observando mientras con una mano acariciaba su pelo, su mirada estaba triste.


-¡Bien, pues solucionemos las cosas como hacen los hombres!-declaró finalmente Jonghyun.

Taemin levantó la mirada del libro que leía sobre el sofá. Llevaban ya rato discutiendo Onew, Jonghyun y Minho sobre como debían alejar a Krystal de éste último, Minho no quería ser brusco porque alejaría a otras chicas de él pero Onew y Jonghyun querían que actuara a toda costa.

-¡Lo decidiremos jugando al parchís!

Taemin estrelló su cara contra el libro.

-¿Y cómo solucionaremos así las cosas, idiota?-fue Onew quien habló.

-Si ganamos Onew o yo dejarás a Krystal aunque ensucies tu reputación, si ganas tú... tendremos que alejarla de ti Dios sabe como.

Minho alzó una ceja.

-¿Os encargaríais vosotros de esa niña?

Jonghyun asintió, pero Minho se quedó pensativo.

-Pero dicho así queda muy flojo... que te parece si.... ¿el que pierda será esclavo del ganador? Siempre he querido tener un dinosaurio como esclavo.

-¡Acepto!

-¡No aceptes cosas sin mi permiso!-exclamó Onew.

De nuevo discutieron entre ellos tres y finalmente apoyaron la idea de jugar a parchís y el que pierda debería seguir los deseos del ganador. Se sentaron sobre una mesa cuando Jonghyun alzó la cabeza.

-Oye... en el parchís pueden jugar cuatro personas, ¿por qué no te unes, Taemin? ¡Así habrá más posibilidades de ganar a Minho!

-¡Eso no es justo!-protestó Minho.

-Paso.-contestó Taemin sin despegar la mirada de su libro, temía que pronto iba a arrepentirse de no quedarse en su cuarto.

Onew quedó pensativo.

-Taemin, ¿te gustó Jessica? Si lo conseguimos ella se quedará más tranquila por su hermana.

Taemin miró fijamente a Onew y viendo que era el mayor quien se lo pedía lanzó un hondo suspiro aceptó.

Ambos se sentaron sobre la mesa y comenzaron la partida, el ganador sería quien llegase primero a la casilla principal y perdedor el último, Taemin tenía fichas verdes e iba mirando con terror como Jonghyun y él estaban muy atrás respecto Onew y Jonghyun.

Cuando la partida acabó a Taemin se le cayeron los dados del puro terror que sentía, frente a él la sonrisa de quien sería ahora esclavo.

-No es un dinosaurio pero un hongo tampoco está mal.-sentenció Minho.