“El chico o chica de tus sueños…” ¿En realidad existe?

En el reino SHAWOL, más allá de las altas montañas, había un príncipe que brillaba. Para ese chico al que llamaban Key, el chico de sus sueños si existía, o eso intentaba comprobar. La insistente busca de esa persona llegó a ser como la razón de su existencia. Pero su búsqueda era algo peculiar, ya que no lo buscaba entre aquellos jóvenes de su “ambiente”. Todos podrían pensar que un príncipe como el buscaría de entre todas aquellas familias acomodadas a su chico ideal, pero todos estaban equivocados. KiBum, ese era su nombre real; él buscaba en los estanques, en los ríos; buscaba en libros diferentes tipos de ranas, las más bellas claro. Buscaban en que sitios se podían encontrar, que cosas hacer para intentar atraer a aquellas creaturas, no tan deseables para algunas personas.
La culpa la tuvo la Reina, su madre. Desde el día que ella le contó el cuento de “La Princesa y el Sapo” cuando el tenia escasos 7 años, el quedó fascinado con la idea de cómo la “Princesa” con tan solo besar a aquel animalito hizo que en aquel momento se convirtiera en la persona que tanto deseó.

— ¿Kibum… que haces? — un chico alto se acerca al estanque.

—Busco ranas MinHo. — los dos chicos de cabello negro miraban el fondo del estanque. —Y es Key, tú debes llamarme Key.

—¿Y eso como para qué?. —cuestionó el de ojos grandes, ignorando lo ultimo dicho.

—Mi Eomma me ha contado que una vez una princesa así de linda como yo, besó a un sapo y se convirtió en un príncipe.

—Ah… ¿pero no estás muy pequeño para pensar en eso?

—Soy más grande que tú MinHo-ah. —dijo sin despegar sus ojos del agua.

—Solo por unos meses hyung. —chilló el alto. —yo me refiero a que apenas tenemos 7 años.

—Yo no estoy diciendo que lo voy a besar ahorita babo~, solo lo estoy buscando y cuando llegue el momento lo beso y… ¡Boom! —con su boca hizo un sonido simulando una explosión. — aparecerá la persona de mis sueños.

El alto solo pudo suspirar ante el sueño de su amigo y “amo”. MinHo era hijo de los encargados de mantener el orden y limpieza en la casa. No le quedaba de otra mas que de cumplir el capricho de su amo.

— ¿Me ayudarías a encontrar a mi príncipe? — el pequeño príncipe se sentó en el borde del estanque mientras que introducía lentamente su pies en el agua.

—Pero… ¿no debería ser una princesa? — el alto imitó al joven príncipe.

—Bueno, el día que bese a mi sapito sabré que será. —sonrió tiernamente. — ¿me ayudaras a buscarlo?

—Sí. —asintió el menor de los dos.

— ¿Hasta que lo encuentre? —lo miró con ojos iluminados.

—Claro, siempre estaré a tu lado. —el alto sonrió dándole confianza.

—Gracias… Te quiero MinHo

El príncipe soñador volteó su rostro y depositó un pequeño y tierno beso de amigos en la mejilla del alto.


Los pasillos de aquel enorme castillo se encontraban solitarios, pocas personas se encontraban en el castillo. Un joven muy alto caminaba cargando unos libros entre sus brazos, era el único caminando por ese largo pasillo.
Llegó hasta una gran puerta y la abrió, mostrando al final de esa grande habitación un gran ventanal que dejaba ver un jardín con varios estanques. Junto a aquel ventanal se encontraba una mesa en donde se encontraba un chico de piel muy blanca. Se encontraba viendo el paisaje que mostraba aquel jardín. El alto se fue acercando para depositar los libros sobre la mesa.


—Aquí están los libros que me… — se quedó viendo detenidamente a aquel chico, abriendo aun mas los ojos. —Pero que… —Aquel chico alzó la mirada para encontrarse con los ojos desorbitados del alto.

—MinHo-ah solo me he pintado el cabello. —dijo tomando los libros.

—Si ya lo veo, pero la pregunta es… ¿Cómo? — el de ojos grandes se sentó en una silla sin dejar de mirar el cabello ahora rubio del anterior pelinegro.

—Onew me ha dado una solución

—Ese brujo loco! — fue inevitable reír para el alto. — ¿ahora ya hace productos de belleza? —el felino chico le dedicó una mirada acecina

—Mejor cállate y dime por qué no viniste ayer a trabajar. —le lanzó un pequeño libro. — ¿Sabías que eres mi guardaespaldas personal y tienes que estar en todo momento conmigo?

—Lo sé, lo siento. —se disculpó con una sonrisa triste.

—¿Qué tal y si me pasaba algo? —dijo en tono dramático.

—Ya! No exageres, que lo que quieres es que te ayude con esas ranas. —se notaba un poco de molestia en su voz. —No es porque quisieras que estuviera aquí. —su mirada era triste. —A demás no sé porque te enojas, te he traído los libros que me has pedido.


Un ambiente incomodo se hizo en aquella mesa, los dos no se atrevían a mirarse a los ojos. EL rubio miraba por la ventana tratando de controlar su pequeño berrinche. El silencio los honró con su presencia.


—Mi madre enfermó, por eso no vine ayer. —el menor rompió el silencio, pero solo para decir eso y regresar otra vez a su incomodidad.


El de ojos felinos dirigió sus ojos a las imágenes de unas ranas de colores que se encontraban en las hojas de los libros que el alto le había traído. Aquellas bellas ranas para el joven príncipe a veces causaban discusiones con su mejor amigo. Sabía que para el alto su “búsqueda” era solo un berrinche y no alcanzaba a entender lo que significaba para él, pero aun así el otro le había prometido siempre ayudarlo.


—Lo siento…—dijo sin despegar los ojos del libro, aunque ya no se encontraba viendo nada, miraba la nada en aquella hoja de colores. —Siento lo de tu mama.

—No te preocupes…

—Es solo que… sabes que no me gusta estar solo y mucho menos en días en los que los sirvientes se van a sus casas. Además… prometiste ayudarme.

—Lo sé, por eso estoy aquí. —dijo sonriendo. —Ya te he dicho el por qué no vine, sabes que nunca te he dejado.

—Lo siento…

— ¿Te han gustado los libros? —el alto cambió de tema, haciendo sonreír al rubio al instante.

—Si! Las fotos son hermosas! Gracias MinHo.


El príncipe de sonreía ampliamente, no dejaba de pasear sus ojos por cada una de esas coloridas imágenes. Efectivamente el alto no entendía completamente su afición por las “ranas” como le decía Key, pero para él era simplemente feos sapos. Pero el era feliz viendo a su amigo sonreír cada vez que veía una rana, ya sea en un papel o ya sea dentro de un frasco producto de una furtiva cacería. El era feliz viendo como aquel chico sonreía mirando por la ventana imaginando quien sabe qué cosa. El era feliz así.


—MinHo…


La voz de su amigo lo sacó de su trance, pero cuando quiso saber la razón de que pronunciara su nombre, su amigo se encontraba corriendo por el pasillo.
Intentó seguirlo rápidamente y llegó hasta el jardín, intentando localizarlo por medio de sus gritos que se oían por todo el castillo.


—MinHo-ah ayúdame!


Miraba a todos lados, pero a pesar de que los gritos eran fuertes no podía localizar de donde provenían sus gritos. Y sin duda conocía ese tipo de gritos, eran señal de que había encontrado una rana. Y no una rana cualquiera, sino de esas verdes y brillosas ranas. De esas que a él le gustaban.


—Key… ¿Dónde estás? — un ruido detrás de unos arbustos llamó mi atención— ¿Key…?

—Tonto… —el rubio iba saliendo de entre los arbustos con su ropa cubierta de lodo. —Se ha ido…

— ¿Pero qué…?—intentaba no romper en risas por la escena que estaba presenciando.

— ¡Por tu culpa se ha ido! —el alto borró la sonrisa de su rostro al escuchar la queja del otro.

— ¿Mi culpa? —cuestionó con enojo.

— ¡Sí! Tu culpa! —el mayor comenzó a caminar dejando al otro parado ahí.

—KiBum, no fue mi culpa. —vino tras él y lo tomó del brazo. — Corrí lo más rápido y no pude encontrarte.

—Si, pero de que sirvió si no estabas conmigo. —el de ojos grandes se detuvo por un momento a verlo con ojos molesto.

—Es suficiente. —dijo soltando bruscamente el brazo de su amigo. —Piensa lo que quieras.


Ahora el moreno había comenzado a caminar dejando al otro ahí, también con una notable molestia en su rostro. Recorrió esos pasillos que tantas veces, por no decir años había recorrido. Sabía a la perfección a donde conducía cada uno de esos pasillos del castillo. Llegó a la habitación de su amigo, bueno, si es que ahora se podrían decir amigos. Se dirigió a un tocador con un gran espejo y buscó dentro de una caja dorada. Sacó dentro de ella una cadena plateada con un fino dije en forma de llave. Lo tomó entre sus manos y la apretó fuertemente. “Eres mágico. Así como una llave, eres capaz de abrir puertas. Tu puedes lograr lo que sea.” Fueron las palabras que él le dijo a su amigo cuando se la entregó en su cumpleaños número 16. Cuando alzó su mirada, vio atreves de el gran espejo se encontró al joven príncipe a la mitad de la gran recamara.


—Solo… quiero que me ayudes, entiende MinHo. — el mayor rompió el silencio.

—Pues consíguete otro guardaespaldas si consideras que todo lo que he hecho por ti no es nada. —dijo volteándose y pronunciando atropelladamente sus palabras.

— ¡Yo no dije eso MinHo! —dijo tomándose de los cabellos. —Tú sabes que solo busco a mi persona amada.

—Pero búscalo entre la gente. ¡Por dios KiBum! No lo busques en los charcos de agua. —estaba a punto de perder la paciencia. — ¿Como un chico puede competir con una rana verde?

—Bueno, tu si lo puedes hacer. —rió despacio. — Te pareces a una.

—Aish!—caminó y se detuvo en frente de el dejando salir un largo suspiro. —Creo que ya no necesitarás esto. —le enseñó la cadena.

—Eso… —Kibum abrió los ojos grandes

—Búscate otro guardaespaldas. Renuncio.


El alto hizo a un lado a su amigo y comenzó a caminar rápidamente; y enojado. KiBum, como si predijera lo siguiente que iba a pasar corrió a la puerta y la cerró azotándola y dejándola detrás de su espalda. Abrió los brazos y las piernas sobre la puerta café, para impedir que el alto saliera de aquella habitación.


—Me lo prometiste…—su voz trasmitía dolor, se sentía traicionado. —Dijiste que me ayudarías.

— ¿Acaso no lo he hecho? — la molestia seguía en la voz del mas alto. — Desde pequeño me he arrastrado por el lodo, he capturado a tus ranas, te he buscado los libros. Y lo más importante, siempre he estado más a tu lado que con mi familia. ¿Qué más quieres? — sin darse cuenta se había acercado a KiBum.

—Yo…—intentaba reprimir las lágrimas por ver a su amigo enojado con él. —Yo…—bajó su rostro, lágrimas comenzaban a caer. — Yo solo quiero amar a alguien.


El alto terminó de acercársele y estampó sus labios en los de el rubio. Fue un beso largo, en el cual no movió para nada sus labios. Solo quería transmitirle su propuesta. Se separó para ver a su amigo grandemente sorprendido.


—Entonces, ámame a mí.


Fue cuando KiBum lo vio. Vio esos ojos que desde hace muchos años había visto, esos ojos negros y profundos. Pero esta vez era diferente, esos ojos le parecían tan cautivadores. Las manos que siempre lo tocaban, esos brazos que por muchos años lo abrazaron, eran diferentes. Su contacto le estaba causando escalofríos en todo el cuerpo. Su voz diciendo “Ámame” le retumbó en el corazón, como aquellas campanas que se encontraban en la plaza mayor de su lejana ciudad.
Con pequeños paso se acercó nuevamente al alto, lo tomó de su holgada camisa y se paró de puntitas para depositar un suave y delicado beso sobre los labios de él.

Y volvió a sentir esa magia que sintió como la anterior vez, solo que esta vez sus labios llevaban un toque de amor. Con sus delgados brazos rodeó el cuello de MinHo y lo acercó para apretarlo más a él, comenzando a mover sus delgados labios. El alto lo tomó de las caderas comenzando a caminar hacia atrás hasta topar con el tocador. KiBum recargaba todo su cuerpo sobre el de MinHo, y con sus manos agarró sus muslos apretándolo a él.
El menor colocó su lengua entre los labios de Kibum pidiendo el permiso para poder entrar en su boca. Key abrió en demasía su boca y se puso de puntillas para también poder introducir la suya. MinHo tomó las manos de Key con una sola mano y lo volteó quedando los dos de frente al gran espejo. Colocó una de sus piernas entre las de Key e hizo presión por la parte de atrás, haciendo que el que se encontraba delante soltara un gemido. Comenzó a besar su cuello y soltó sus manos para dirigirlas al botón de su pantalón, lo desabrochó e introdujo lentamente su mano para sentir suavemente el miembro del rubio. Un lento y largo gemido se escuchó.
El alto comenzó a mover lentamente su mano sobre de él, sin dejar de besar su cuello. Poco a poco fue acelerando más el movimiento y presionando mas por atrás, haciendo que el rubio se aferrara fuertemente con sus manos al tocador.


—Mírame. — le susurró al odio haciendo que se estremeciera. —Yo quiero ser la persona que ames. Quiero ser la persona que siempre esté a tu lado. —las piernas de el rubio flaqueaban por la sensación que estaba sintiendo. — Quiero ser más que el guardaespaldas del príncipe. Quiero ser más que el amigo del príncipe. —los gemidos de Key se hacían cada vez mas fuertes. —Quiero ser tu Príncipe Rana. —El mayor no aguantó más y se vino en la mano de MinHo.

Lo volteó, lo rodeó con sus brazos para ayudarlo a tranquilizar su respiración, lo levantó y lo sentó en el tocador colocándose entre sus piernas. Acariciaba su fino cuerpo.
Como había deseado este momento. Siempre se había torturado con la tarea de ayudar a su amado amigo en encontrar a su persona especial. El le brindaba su ayuda sin peros por que le quería demasiado. A él no le molestaría competir por su amor con todos aquellos chicos de familias ricas, pero como podía competir con una rana.


—Era verdad… —el rubio se separó rompiendo el silencio.

— ¿Qué cosa?

—El cuento. —sonrió como un niño pequeño. — La princesa a pesar de que soñaba con besar a un sapo y a sí conocer a su príncipe encantado, nunca lo hizo. Hasta que una rana especial la convenció de besarlo. —apartó un mechón de su cabello ondulado de su frente. —Su príncipe rana siempre estuvo con ella.

—Ah… así que siempre terminé siendo la rana. —dijo con un divertido sarcasmo.

—Sí, mi rana. —besó tiernamente sus labios. —Siempre te amaré…

CariitoEomma: Me alegra el que te haya gustado, sonara raro pero... es el unico escrito mio que me ha gustado, te lo juro! Amé este escrito!! En verdad te quiero mucho Eomma, apesar de que estas muy lejos y solo te conozca por fotos y face TE AMO EOMMA!

anew~:Amor mio te amo! Muchas gracias por leerme amor! Sabes que es muy especial el tenerte a ti y a Eomma por aca! Me alegra el hecho de que te haya gustado amor! TE AMO!

Star...☆: O__O dios! Me leiste! ;_____; *lloradefelicidad* De verdad no esperé el que me leyeras!!! Muchas gracias por leerme, y realmente me siento feliz el que te haya gustado aunque sea un poquitito! ;___;
Oh!!! Sos mi Bisabuela!! OMG! Yo ni enterada! Hasta apenas una semana me vine a enterar que tenia una abuela ahahahaha XD bueno... ahora ya sé! XD Tendrás que volver a repartir la herencia Halmeoni.

Dino Oppa:Gracias por apartar! Se que ahora estará mas ocupado! Felicidades !!!!

TsukiLove:Amor! Muchas gracias por leerme, y realmente me siento feliz el que hayas leido algo diferente! Que bueno que te haya gustado mucho la trama! Muchas gracias por pasarte por aqui amor!

verotenchipe: Muchas gracias por pasarte linda! GRacias por leer!

FabMin: Fabby! Muchas gracias por tomarte tu tiempo y pasar a leerme! Key fue una hermosura a que si? *____* Que bueno que te gustó mi Unnie! Gracias nuevamente.

thaluuu:ahahahaha MinHo aventado verdad? XD ahahahah Muchas gracias por pasarte!!! ^^

jong_key_min:Muchas gracias por atreverte a pasar!! Que bueno que te gustó! ^^

Mixool: Te amo mujer! Espero a que edites!

janess:Gracias por apartár! Te espero!

Unnie! Qué cosa tan más linda *________*
Ése Kibum tan hiperactivo hermoso >.< traumado con las ranas jaja y Minho su guardaespaldas y sirviente, quedaron perfecto en esta historia, en verdad que los amé~♥
Cuando estaban chiquitos me mataron de ternura, y luego los celos de Minho en cuanto a las ranas, LOL morí cuando Kibum le dijo que él sí podía competir con ellas porque se parecía a una xDD

— Yo solo quiero amar a alguien.

Oww Kibum ): Me lo imaginé con su carita toda triste, pero...

—Entonces, ámame a mí.

DIOS! Cuando leí eso morí, te lo juro, y luego cuando Minho le susurraba cosas al oído, fue tan aahygtionhots demasiado hermosooo! *_*

Al final la princesa Kibum encontró a su príncipe rana, como un cuento de hadas, en verdad que estuvo lindísimo este shot :3
Muchas gracias por compartirlo unnie, espero leer más escritos tuyos, cuidate mucho, ByeBye! n__n