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[Subasta - 2min]
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Subasta
Autor: minLu (Luz)
Genero: AU, Lemmon, poquito hard-YAOI XD
Parejas: 2Min
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Titulo: Subasta
Autor: minLu (Luz)
Genero: AU, Lemmon, poquito hard-YAOI XD
Parejas: 2Min
Nota: Este es mi primer Two-Shot. Esta planeado en que se termine en dos capítulos, pero podría extenderse (?) jajaja eso ni yo lo se. En fin, este escrito tiene una dedicación muy especial alguien, es para mi Unnie-Alice-mapachosa del alma. Lo escribí para darle ánimos nuevamente ^^ Me inspire en esta imagen.
Me gustaría también compartirlo con ustedes, espero les agrade. También agradezco a Faby que se quedo hasta tarde para esperar esto ^^ ¡Gracias! Un saludo a todos y gracias por pasar a leer esto.
Me gustaría también compartirlo con ustedes, espero les agrade. También agradezco a Faby que se quedo hasta tarde para esperar esto ^^ ¡Gracias! Un saludo a todos y gracias por pasar a leer esto.
Subasta
― Ya es hora joven ― anunció en susurro un hombre alto y fornido que se encontraba a un lado de un joven pelinegro. Ese hombre era encargado de cuidar y proteger a ese joven.
― De acuerdo, vamos ― dijo ligeramente fastidiado el joven mientras se levantaba del piso de madera y caminaba hacia la salida. Ya se encontraba vestido y arreglado para ir al evento que habían preparado para él.
Ese joven era hijo de una de las familias más adineradas del lugar. Su padre era dueño de gran parte del territorio además de tener negocios por toda la ciudad que hacían que su fortuna incrementara día con día. Es decir, ese joven pelinegro bien parecido era una de las personas más codiciadas en el lugar.
Era indudable su galanura, su rostro era simplemente perfecto. Su cabello estaba ligeramente largo y era de color azabache. Parecía un poco revuelto, sin embargo se acomodaba con naturalidad a su cabeza y las puntas de algunos cabellos se levantaban inevitablemente. Pero aquel peinado dejaba ver de una manera clara su rostro, unos labios gruesos sobresalían y sus ojos que llamaban la atención al ser más grandes de lo normal.
― ¿Esta seguro joven que desea ir a ese lugar? ― preguntó nuevamente su guardaespaldas. Los dos se encontraban en el carruaje dirigiéndose a donde les había indicado el joven.
― Sí. Creo que quizá pueda encontrar algo que me interese y no algo que me tengan preparado. Estoy cansado que me digan que debo hacer, como debo actuar y que escoger para mi vida futura ― se quejó el joven mientras mostraba en su rostro la desesperación que le provocaba el hecho que por ser el hijo único de la familia recayera en el las responsabilidades de todo, además de que debía ser como la familia lo requería.
― Pero… ¿Esta consiente que su padre se molestará por no llegar a la cita? ― preguntó nuevamente el señor que lo acompañaba en el carruaje, intentando persuadirlo.
― Claro que lo estoy. Pero por esta vez, no haré lo que quieren que haga. Al menos por esta ocasión haré lo que se me antoje. Mañana me encargaré de mi padre ― respondió seguro de sí mismo mientras miraba fijamente al hombre que lo acompañaba.
― De acuerdo ― concluyó el hombre con una sonrisa en el rostro, quizá sería lo único útil que podría ser por su amo. Así que lo acompañaría como siempre y cuando se enfrentara a los problemas estaría ahí para él. Ese jovencito había estado a su cargo desde pequeño y le había tomado un gran cariño.
Bajaron del carruaje y se adentraron al lugar que había elegido el joven adinerado para pasar la noche. El guardaespaldas no se le despegaba ni un momento del joven y fueron a la recepción, en seguida de esto una señorita los atendió.
― ¡Oh! Por favor pasen, en un momento se hará la presentación ― dijo la mujer en la recepción mientras miraba fijamente al joven pelinegro y lo incitaba con la mirada. El solamente paso de largo y no la miro siquiera.
Ambos se dirigieron al lugar donde sería la presentación. ¿Qué era lo que buscaba en ese lugar? No más que simple compañía para una noche. Justo esa noche a esa misma hora, se estaba llevando a cabo una fiesta de compromiso preparada para él. Su familia estaba ya arreglando algún compromiso con alguna mujer de buena familia, y esa noche las hijas de las personas adineradas se presentarían ante él y tendría que elegir a una sin excusas ni remedio.
Así que cansado de ese tipo de cosas, y además furioso de que lo obligaran a elegir de esa manera, decidió no ir a la fiesta y en lugar de ir allí, fue a un lugar exclusivamente para comprar compañía, a recomendación de uno de sus amigos. Quizá era la peor manera de obtener compañía, sin embargo, no tenía otra opción ya que en realidad no conocía mucha gente ni tenía tantos amigos como hubiera querido.
― Buenas noches, damas y caballeros. Comenzaremos por mostrarles las opciones entre las que pueden elegir, todo será a través de una subasta así que será dado al mejor postor. ― anunció un hombre con vestimenta elegante arriba de un pódium que se localizaba enfrente del auditorio donde se encontraban ― En primera opción tenemos a esta hermosa mujer, piel blanca, estatura 1.50, ojos azules…― y comenzó a vender a esa mujer mientras la hacían pasar al frente a mirar a los clientes, provocándolos para que empezaran las ofertas.
El joven pelinegro que se encontraba sentado en la parte de en medio del lugar, miraba con detenimiento cada persona que pasaba a enfrente a subastarse, veía como hombres y mujeres por igual ofrecían por igual grandes cantidades de dinero por comprar a su ‘acompañante’.
― Al parecer, no le gusta ninguna ni ninguno de ellos joven ― inquirió su guardaespaldas al ver como el pelinegro solo se la pasaba observando la situación pero no había ni si quiera intentado ofrecer algo por una persona.
― No hay algo que me llame la atención… creo que de cualquier forma iba a estar igual en la fiesta de mi padre ― diciendo esto soltó un largo suspiro ― Quizá deberíamos irnos ya ― comenzó el joven al notar que ya llevaba ahí quizá más de 3 horas y le resultaba una pérdida de tiempo el continuar con ello.
― Por ultimo tenemos a nuestra última persona ― anunció el hombre ― Tenemos aquí a un joven de 1.70 de altura, piel blanca, quince años de edad, cabello castaño claro ― comenzó a describir al joven quien tímidamente se acercaba tambaleándose ligeramente a la mitad del pódium y miraba a la audiencia con un ligero sonrojo en sus mejillas, se podía intuir que era aun muy inocente con solo verlo ― No se dejen engañar, es un jovencito. ¿Parece una hermosa chica, no es así? Bueno, que comiencen las ofertas ― comentó finalmente el hombre al ver como la mayoría lo miraba fijamente intentando verificar lo dicho, ya que traía puesto un atuendo tradicional de mujer.
― Ofrezco 10,000 ―
― Ofrezco 20,000―
― Ofrezco 40,000―
Comenzaron a llover las ofertas una tras otra, todos estaban interesados por aquel jovencito hermoso ya fueran hombres y mujeres ofrecían sin parar, cada vez aumentando la cantidad para quedarse con él.
― Ofrezco 800,000 ―
Diciendo esto, se levanto el pelinegro dejando callados a todos los presentes. Nadie más iba a ser capaz de superar esa cantidad que ofreció de golpe, todavía ni habían llegado a los 200,000 y el ofreció lo suficiente para superar a los demás. Ni si quiera desviaba la mirada hacia las personas que lo miraban sorprendidos, él solo tenía puestos los ojos en aquel jovencito.
― 800,000 a la una… 800,000 a las dos ― decía el hombre aun sabiendo que nadie podría superar esa cantidad, pero era solamente el protocolo a seguir ― Vendido al joven de en medio ― decía mientras lo señalaba. ― No me queda más que desearles que pasen una excelente noche, y pueden escoger cualquier habitación de las que se encuentran en el lugar ― ofreciendo esto último se bajó del pódium junto con aquella ultima venta. Lo llevo casi cargando al jovencito que aun se balanceaba un poco al caminar e hizo la entrega al joven pelinegro.
― Encárgate hyung ― le dijo el pelinegro a su guardaespaldas mientras se encontraban con el hombre que hacia el negocio, para pagar por lo que había elegido ― Iré a una habitación ― sin más que decir, tomó por los hombros al jovencito quien se encontraba totalmente confundido y se dejaba guiar por el joven pelinegro sin quejas.
Buscó una habitación por el lugar, todas tenían un hermoso y elegante decorado tradicional así que realmente no había distinción entre ellas. Decidió entrar a una que se encontraba en el primer piso, lo hizo pasar y después cerró con seguro la puerta. El jovencito solamente miraba con dificultad el lugar y aun se tambaleaba, volteó a mirar a quien lo había guiado a esa habitación mientras parpadeaba de manera continua. Fue en ese momento cuando el pelinegro se acerco más a él, lo tomó por la barbilla y lo admiró un momento.
― No me equivoque al elegirte. Realmente eres muy hermoso ― susurró el pelinegro admirando todas sus facciones y sus hermosos ojos claros. Pudo notar que sus mejillas tenían un intenso color carmesí y aun de pie se tambaleaba ― ¿Te drogaron? ― preguntó ligeramente sorprendido. El joven quien hasta ahora se daba cuenta que quizá lo habían drogado para que fuera más dócil y estuviera desconcertado.
― ¿Dónde estoy? ― preguntó preocupado el joven de cabello castaño mientras miraba un poco asustado el lugar ― Tengo mucho calor ― se quejo, y el pelinegro podía escuchar su respiración agitada del chico castaño.
― ¿Tienes calor? Quizá yo te pueda ayudar con eso ― dijo ansioso de hacerlo suyo. Había intuido que lo drogaron con afrodisiacos, no era algo tan difícil de saber al estar consiente en qué lugar se encontraba. Y lo iba a aprovechar, al fin y al cabo había pagado por ello.
― ¿En serio? ¿Cóm… ― ni si quiera lo dejo continuar cuando comenzó a devorar sus labios del jovencito, quien abrió los ojos ligeramente sorprendido, al principio mostrando resistencia pero al cabo de unos segundos disfrutaba de aquel beso apasionado del otro chico. Se escapaban gemidos de la boca del más pequeño excitando más rápido al pelinegro.
En un movimiento rápido lo empujo poco a poco al piso, el jovencito estaba tan débil que hacia lo que el cuerpo del pelinegro quería. Pronto ya estaban los dos sobre el suelo, el pelinegro se separo de él y comenzó a quitarle esas ropas que tenía el castaño. El otro chico lo miraba sorprendido e intento detenerlo colocando sus manos en los hombros del otro intentando empujarlo, pero ni si quiera pudo moverlo ni un poco.
― E-Espera, ¿Qué haces? ― preguntó nervioso y su respiración aun estaba agitada
― Te ayudare a quitarte ese calor que sientes. Tengo el remedio perfecto para eso ― ofreció intentando engañar al jovencito quien no estaba muy consciente de lo que sucedía. Una vez que abrió el atuendo que tenia puesto, se dio cuenta que era más como un vestido, se percato que no llevaba ropa interior. Observo el miembro del más pequeño, que ya estaba muy erecto.
Se acerco de inmediato al pecho del castaño y comenzó a chupar sus pezones con desesperación haciendo que el jovencito gimiera de placer y tomara al joven por los hombros, enterrando sus uñas en el.
― ¡Ah~! ― gemía una y otra vez ― E-Espera… me siento extraño ― dijo entre gemidos mientras arqueaba la espalda al sentir que el pelinegro introducía un dedo en él y comenzaba un vaivén dentro de él ― E-Espera… espera ― pedía una y otra vez mientras su cuerpo reaccionaba satisfactoriamente a aquel movimiento dentro de él.
― Ya estás listo… ese afrodisiaco es muy efectivo ya tengo dos dedos dentro de ti― anunciaba el pelinegro excitado al escuchar gemir al castaño gritar de placer al llegar al orgasmo provocado por sus dedos.
El jovencito tardo unos segundos en recuperarse por haber llegado al orgasmo y disfrutar del placer que le había provocado su acompañante, aunque no entendía realmente que sucedía, ni si quiera tenía idea de quién era esa persona que le estaba haciendo ese tipo de cosas.
De pronto el pelinegro se bajo el cierre de su pantalón y se quito el suéter que llevaba. Se bajo su ropa interior liberando a su miembro que había estado atrapado y haciendo presión contra la ropa. Tomo las piernas del jovencito y las levanto lo suficiente para darle un total acceso a su cavidad.
― E-Espera… ― volvió a pedir el castaño
Sin embargo de un momento a otro el pelinegro lo penetro de golpe, haciendo que el jovencito gritara de dolor mientras las lagrimas comenzaban a salir de sus ojos.
― Duele~ ― suplicaba el jovencito por aquella violenta intromisión e intentaba empujar al pelinegro pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo
― Shhhh ― susurró el mayor ― Pronto te acostumbrarás ― anunció y seguido de esto comenzó a embestirlo con violencia, entraba y salía de su cuerpo con rapidez ― ¡Oh~! ― gemia agitado ― El estar dentro de ti es increíble, mejor de lo que me imaginaba ― gemía y se agitaba en cada embestida
― E-Espera… tu… ― comenzó el joven comenzando a gemir por el placer provocado
― Llámame Minho ― decía el pelinegro agitado ― ¿C-Cuál es tu n-nombre? ― preguntaba entrecortadamente mientras continuaba embistiéndolo violentamente
― ...T-T-Taemin ― respondió el jovencito de la misma forma, al principio dudoso sin embargo disfrutaba cada vez que entraba y salía de su cuerpo el otro chico.
Se carcajeó un poco el pelinegro mientras estaba a punto de correrse dentro del castaño ― Vaya forma de presentarse ― continuó ― Pero solo tienes que saber que esta noche eres solo mío ― y en ese momento se corrió dentro de él gimiendo esto último, el jovencito se corrió quizá unos segundos antes que él, soltando un gemido aun más sonoro que el joven pelinegro…
― De acuerdo, vamos ― dijo ligeramente fastidiado el joven mientras se levantaba del piso de madera y caminaba hacia la salida. Ya se encontraba vestido y arreglado para ir al evento que habían preparado para él.
Ese joven era hijo de una de las familias más adineradas del lugar. Su padre era dueño de gran parte del territorio además de tener negocios por toda la ciudad que hacían que su fortuna incrementara día con día. Es decir, ese joven pelinegro bien parecido era una de las personas más codiciadas en el lugar.
Era indudable su galanura, su rostro era simplemente perfecto. Su cabello estaba ligeramente largo y era de color azabache. Parecía un poco revuelto, sin embargo se acomodaba con naturalidad a su cabeza y las puntas de algunos cabellos se levantaban inevitablemente. Pero aquel peinado dejaba ver de una manera clara su rostro, unos labios gruesos sobresalían y sus ojos que llamaban la atención al ser más grandes de lo normal.
― ¿Esta seguro joven que desea ir a ese lugar? ― preguntó nuevamente su guardaespaldas. Los dos se encontraban en el carruaje dirigiéndose a donde les había indicado el joven.
― Sí. Creo que quizá pueda encontrar algo que me interese y no algo que me tengan preparado. Estoy cansado que me digan que debo hacer, como debo actuar y que escoger para mi vida futura ― se quejó el joven mientras mostraba en su rostro la desesperación que le provocaba el hecho que por ser el hijo único de la familia recayera en el las responsabilidades de todo, además de que debía ser como la familia lo requería.
― Pero… ¿Esta consiente que su padre se molestará por no llegar a la cita? ― preguntó nuevamente el señor que lo acompañaba en el carruaje, intentando persuadirlo.
― Claro que lo estoy. Pero por esta vez, no haré lo que quieren que haga. Al menos por esta ocasión haré lo que se me antoje. Mañana me encargaré de mi padre ― respondió seguro de sí mismo mientras miraba fijamente al hombre que lo acompañaba.
― De acuerdo ― concluyó el hombre con una sonrisa en el rostro, quizá sería lo único útil que podría ser por su amo. Así que lo acompañaría como siempre y cuando se enfrentara a los problemas estaría ahí para él. Ese jovencito había estado a su cargo desde pequeño y le había tomado un gran cariño.
Bajaron del carruaje y se adentraron al lugar que había elegido el joven adinerado para pasar la noche. El guardaespaldas no se le despegaba ni un momento del joven y fueron a la recepción, en seguida de esto una señorita los atendió.
― ¡Oh! Por favor pasen, en un momento se hará la presentación ― dijo la mujer en la recepción mientras miraba fijamente al joven pelinegro y lo incitaba con la mirada. El solamente paso de largo y no la miro siquiera.
Ambos se dirigieron al lugar donde sería la presentación. ¿Qué era lo que buscaba en ese lugar? No más que simple compañía para una noche. Justo esa noche a esa misma hora, se estaba llevando a cabo una fiesta de compromiso preparada para él. Su familia estaba ya arreglando algún compromiso con alguna mujer de buena familia, y esa noche las hijas de las personas adineradas se presentarían ante él y tendría que elegir a una sin excusas ni remedio.
Así que cansado de ese tipo de cosas, y además furioso de que lo obligaran a elegir de esa manera, decidió no ir a la fiesta y en lugar de ir allí, fue a un lugar exclusivamente para comprar compañía, a recomendación de uno de sus amigos. Quizá era la peor manera de obtener compañía, sin embargo, no tenía otra opción ya que en realidad no conocía mucha gente ni tenía tantos amigos como hubiera querido.
― Buenas noches, damas y caballeros. Comenzaremos por mostrarles las opciones entre las que pueden elegir, todo será a través de una subasta así que será dado al mejor postor. ― anunció un hombre con vestimenta elegante arriba de un pódium que se localizaba enfrente del auditorio donde se encontraban ― En primera opción tenemos a esta hermosa mujer, piel blanca, estatura 1.50, ojos azules…― y comenzó a vender a esa mujer mientras la hacían pasar al frente a mirar a los clientes, provocándolos para que empezaran las ofertas.
El joven pelinegro que se encontraba sentado en la parte de en medio del lugar, miraba con detenimiento cada persona que pasaba a enfrente a subastarse, veía como hombres y mujeres por igual ofrecían por igual grandes cantidades de dinero por comprar a su ‘acompañante’.
― Al parecer, no le gusta ninguna ni ninguno de ellos joven ― inquirió su guardaespaldas al ver como el pelinegro solo se la pasaba observando la situación pero no había ni si quiera intentado ofrecer algo por una persona.
― No hay algo que me llame la atención… creo que de cualquier forma iba a estar igual en la fiesta de mi padre ― diciendo esto soltó un largo suspiro ― Quizá deberíamos irnos ya ― comenzó el joven al notar que ya llevaba ahí quizá más de 3 horas y le resultaba una pérdida de tiempo el continuar con ello.
― Por ultimo tenemos a nuestra última persona ― anunció el hombre ― Tenemos aquí a un joven de 1.70 de altura, piel blanca, quince años de edad, cabello castaño claro ― comenzó a describir al joven quien tímidamente se acercaba tambaleándose ligeramente a la mitad del pódium y miraba a la audiencia con un ligero sonrojo en sus mejillas, se podía intuir que era aun muy inocente con solo verlo ― No se dejen engañar, es un jovencito. ¿Parece una hermosa chica, no es así? Bueno, que comiencen las ofertas ― comentó finalmente el hombre al ver como la mayoría lo miraba fijamente intentando verificar lo dicho, ya que traía puesto un atuendo tradicional de mujer.
― Ofrezco 10,000 ―
― Ofrezco 20,000―
― Ofrezco 40,000―
Comenzaron a llover las ofertas una tras otra, todos estaban interesados por aquel jovencito hermoso ya fueran hombres y mujeres ofrecían sin parar, cada vez aumentando la cantidad para quedarse con él.
― Ofrezco 800,000 ―
Diciendo esto, se levanto el pelinegro dejando callados a todos los presentes. Nadie más iba a ser capaz de superar esa cantidad que ofreció de golpe, todavía ni habían llegado a los 200,000 y el ofreció lo suficiente para superar a los demás. Ni si quiera desviaba la mirada hacia las personas que lo miraban sorprendidos, él solo tenía puestos los ojos en aquel jovencito.
― 800,000 a la una… 800,000 a las dos ― decía el hombre aun sabiendo que nadie podría superar esa cantidad, pero era solamente el protocolo a seguir ― Vendido al joven de en medio ― decía mientras lo señalaba. ― No me queda más que desearles que pasen una excelente noche, y pueden escoger cualquier habitación de las que se encuentran en el lugar ― ofreciendo esto último se bajó del pódium junto con aquella ultima venta. Lo llevo casi cargando al jovencito que aun se balanceaba un poco al caminar e hizo la entrega al joven pelinegro.
― Encárgate hyung ― le dijo el pelinegro a su guardaespaldas mientras se encontraban con el hombre que hacia el negocio, para pagar por lo que había elegido ― Iré a una habitación ― sin más que decir, tomó por los hombros al jovencito quien se encontraba totalmente confundido y se dejaba guiar por el joven pelinegro sin quejas.
Buscó una habitación por el lugar, todas tenían un hermoso y elegante decorado tradicional así que realmente no había distinción entre ellas. Decidió entrar a una que se encontraba en el primer piso, lo hizo pasar y después cerró con seguro la puerta. El jovencito solamente miraba con dificultad el lugar y aun se tambaleaba, volteó a mirar a quien lo había guiado a esa habitación mientras parpadeaba de manera continua. Fue en ese momento cuando el pelinegro se acerco más a él, lo tomó por la barbilla y lo admiró un momento.
― No me equivoque al elegirte. Realmente eres muy hermoso ― susurró el pelinegro admirando todas sus facciones y sus hermosos ojos claros. Pudo notar que sus mejillas tenían un intenso color carmesí y aun de pie se tambaleaba ― ¿Te drogaron? ― preguntó ligeramente sorprendido. El joven quien hasta ahora se daba cuenta que quizá lo habían drogado para que fuera más dócil y estuviera desconcertado.
― ¿Dónde estoy? ― preguntó preocupado el joven de cabello castaño mientras miraba un poco asustado el lugar ― Tengo mucho calor ― se quejo, y el pelinegro podía escuchar su respiración agitada del chico castaño.
― ¿Tienes calor? Quizá yo te pueda ayudar con eso ― dijo ansioso de hacerlo suyo. Había intuido que lo drogaron con afrodisiacos, no era algo tan difícil de saber al estar consiente en qué lugar se encontraba. Y lo iba a aprovechar, al fin y al cabo había pagado por ello.
― ¿En serio? ¿Cóm… ― ni si quiera lo dejo continuar cuando comenzó a devorar sus labios del jovencito, quien abrió los ojos ligeramente sorprendido, al principio mostrando resistencia pero al cabo de unos segundos disfrutaba de aquel beso apasionado del otro chico. Se escapaban gemidos de la boca del más pequeño excitando más rápido al pelinegro.
En un movimiento rápido lo empujo poco a poco al piso, el jovencito estaba tan débil que hacia lo que el cuerpo del pelinegro quería. Pronto ya estaban los dos sobre el suelo, el pelinegro se separo de él y comenzó a quitarle esas ropas que tenía el castaño. El otro chico lo miraba sorprendido e intento detenerlo colocando sus manos en los hombros del otro intentando empujarlo, pero ni si quiera pudo moverlo ni un poco.
― E-Espera, ¿Qué haces? ― preguntó nervioso y su respiración aun estaba agitada
― Te ayudare a quitarte ese calor que sientes. Tengo el remedio perfecto para eso ― ofreció intentando engañar al jovencito quien no estaba muy consciente de lo que sucedía. Una vez que abrió el atuendo que tenia puesto, se dio cuenta que era más como un vestido, se percato que no llevaba ropa interior. Observo el miembro del más pequeño, que ya estaba muy erecto.
Se acerco de inmediato al pecho del castaño y comenzó a chupar sus pezones con desesperación haciendo que el jovencito gimiera de placer y tomara al joven por los hombros, enterrando sus uñas en el.
― ¡Ah~! ― gemía una y otra vez ― E-Espera… me siento extraño ― dijo entre gemidos mientras arqueaba la espalda al sentir que el pelinegro introducía un dedo en él y comenzaba un vaivén dentro de él ― E-Espera… espera ― pedía una y otra vez mientras su cuerpo reaccionaba satisfactoriamente a aquel movimiento dentro de él.
― Ya estás listo… ese afrodisiaco es muy efectivo ya tengo dos dedos dentro de ti― anunciaba el pelinegro excitado al escuchar gemir al castaño gritar de placer al llegar al orgasmo provocado por sus dedos.
El jovencito tardo unos segundos en recuperarse por haber llegado al orgasmo y disfrutar del placer que le había provocado su acompañante, aunque no entendía realmente que sucedía, ni si quiera tenía idea de quién era esa persona que le estaba haciendo ese tipo de cosas.
De pronto el pelinegro se bajo el cierre de su pantalón y se quito el suéter que llevaba. Se bajo su ropa interior liberando a su miembro que había estado atrapado y haciendo presión contra la ropa. Tomo las piernas del jovencito y las levanto lo suficiente para darle un total acceso a su cavidad.
― E-Espera… ― volvió a pedir el castaño
Sin embargo de un momento a otro el pelinegro lo penetro de golpe, haciendo que el jovencito gritara de dolor mientras las lagrimas comenzaban a salir de sus ojos.
― Duele~ ― suplicaba el jovencito por aquella violenta intromisión e intentaba empujar al pelinegro pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo
― Shhhh ― susurró el mayor ― Pronto te acostumbrarás ― anunció y seguido de esto comenzó a embestirlo con violencia, entraba y salía de su cuerpo con rapidez ― ¡Oh~! ― gemia agitado ― El estar dentro de ti es increíble, mejor de lo que me imaginaba ― gemía y se agitaba en cada embestida
― E-Espera… tu… ― comenzó el joven comenzando a gemir por el placer provocado
― Llámame Minho ― decía el pelinegro agitado ― ¿C-Cuál es tu n-nombre? ― preguntaba entrecortadamente mientras continuaba embistiéndolo violentamente
― ...T-T-Taemin ― respondió el jovencito de la misma forma, al principio dudoso sin embargo disfrutaba cada vez que entraba y salía de su cuerpo el otro chico.
Se carcajeó un poco el pelinegro mientras estaba a punto de correrse dentro del castaño ― Vaya forma de presentarse ― continuó ― Pero solo tienes que saber que esta noche eres solo mío ― y en ese momento se corrió dentro de él gimiendo esto último, el jovencito se corrió quizá unos segundos antes que él, soltando un gemido aun más sonoro que el joven pelinegro…
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- Despues de leer:
*se cubre para que no la apredren por dejarlo ahí*
Se que se han de preguntar, ¿Tanto pago para que quedará hasta ahí el lemmon? Bueno, prometo continuarlo en el siguiente capitulo.
Muchas gracias por pasar a leerlo, espero les haya agradado.
Random: y con este mensaje paso a ser Carisma Minho U.U jajajaja eso que... XD pero yo quería seguir siendo Baby Taemin T_T...ok... Omitan este comentario...
Saludos ^^
Última edición por minLu el Dom Oct 09, 2011 2:20 am, editado 3 veces
minLu
MinHo
288
Re: [Subasta - 2min]
Me encanto!!! >.<
habrá actu pronto?
es que es que.... como dejas así?
pasa algo mas entre Taemin y Minho? necesito saberlo DDD:
habrá actu pronto?
es que es que.... como dejas así?
pasa algo mas entre Taemin y Minho? necesito saberlo DDD:
Honey Choi
The Flaming Charisma Minho ♥
250
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