Título: Untitled
Autor: Kou♥
Género: WAFF, oneshot, lime.
Parejas: JongKey
Personajes: Jonghyun, Key; aparición de Onew y Gwiboon.
Nota: Parte del premio del concurso PAPARAZZI de JongKey Shippers
Dedicatoria: Vanezziitta, espero te guste este pequeño oneshot; y felicidades por ser la JongKey shipper más paparazzeadora. xD






Se removió incómodo en su cama, giró a un lado, giró al otro; bufó. Desde hacía unos minutos, las ganas de orinar no lo dejaban en paz.

Volvió a girar.

- Ve al baño ya… - Murmuró su novio en un gruñido, con la voz ronca y molesta.

Resopló y se levantó poniéndose los calzoncillos, mirando el cielo aún oscuro a través de la ventana.

Mientras aseaba sus manos, un arete en forma de llave en el lavabo, llamó su atención. Sonrió y regresó a resguardarse bajo las sábanas, entre aquellos fuertes brazos que le brindaban protección.

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La primera vez que se perforó, Kibum tenía 14 años; había dejado sus patillas crecer justo lo suficiente para cubrir sus orejas y no tener problemas en la escuela; se había informado en internet y había preguntado a personas con aros, cómo había sido atravesar su cuerpo con una enorme aguja. Porque portar una joya era uno de sus grandes retos.

Ese día había escapado de clases; y con manos temblorosas abrió la puerta corrediza de aquél lugar, un tintineo de campanillas lo hizo voltear hacia arriba, pero no encontró la fuente del sonido, sus brillantes ojos observaron todo cuando escuchó decir “Ya van”.

Entró a un nuevo mundo para él, donde miles de fotografías de tatuajes adornaban los muros negros, pinturas de demonios alados llamaron su atención y los focos morados en las esquinas le hicieron sentir en un mundo de tinieblas, misterioso; completamente diferente al suyo.

Justo en la pared central estaba una vitrina, se acercó aún viendo todo a su alrededor. Miles de aros, barras y aretes de todas las formas posibles atestaban las bases.

- Disculpa, el chico está tatuando ahora. – Una voz lo hizo sobresaltarse un poco y el aro en unos lindos labios gruesos, lo hizo perderse unos segundos; sin embargo, se aturdió con esos negros ojos de cachorro. - ¿Qué deseas?

- Un-una perforación…

- Boca, nariz, ceja, ore…

- Oreja – Contestó interrumpiéndolo nervioso.

- Me supongo que no eres mayor de edad. – El pelinegro negó. - ¿Tienes permiso?

- No…

- Oh, eso es un gran problema… - Murmuró recargándose en la vitrina en pose pensativa; rió al ver los ojitos del otro entristecerse. – Solo bromeo ¿Ya viste alguno que te agrade?

- Mmm – Volvió a negar, moviendo su cabeza de lado a lado.

- ¿Qué es lo que estás buscando?

- Quiero… - Murmuró repasando con sus ojos las piezas de titanio, pasando por las de material quirúrgico, hasta llegar a las de plata; ahí fue cuando sus ojos cayeron sobre una por demás especial. - ¡Esa! – Señaló con su índice. El otro abrió la puerta de vidrio y pasó su mano sobre los aretes. - La llave, la que está… Esa.

- Algo me decía que elegirías una joya de este tipo. – Rio mientras la sacaba. Kibum lo miró sin entender realmente. Pero algo había en esas personas, algo misterioso, como un sexto sentido; o eso le habían contado sobre los que se dedicaban a ese tipo de trabajo.



- Entonces estudias segundo año de secundaria. – Comprobó el chico del aro en la boca, mirándolo fijamente. Llevaba 10 minutos platicándole de su vida; y él solo sabía que el castaño de ojos lindos se hacía llamar Jonghyun. Aunque sinceramente se preguntaba si era real o solo un mote. - ¿No crees que eres demasiado joven para estas cosas?

Desde dentro se abrió una puerta y una joven con ojos llorosos salió mirándose un parche en la muñeca, en seguida le sonrió a ambos, mientras se despedía con la mano.

- Disfruta tu nueva posesión – Se despidió Jonghyun en la entrada del local. - Es tu turno, Kibum.

Tenía miedo, no podía negarlo y las calaveras en la alfombra con sus sonrisas retorcidas, parecían burlarse de él. Adentrándose a la sala, grande fue su sorpresa al encontrarse un cuarto de hospital en miniatura. Tragó duro.

Cerró sus ojos, escuchando la voz de Onew –que había descubierto mientras preparaban la joya- que era el hermano mayor de Jonghyun y el dueño de aquella psicodélica tienda.

- ¿Key? – Abrió sus ojos, encontrándose con el rostro del menor de los hermanos, demasiado cerca.- ¿Listo?

- ¿Tú me perforarás? – Preguntó con sorpresa y un poco nervioso; el otro rió ante el doble sentido de sus palabras, mas intentó disimularlo, el jovencito frente a él parecía realmente inocente.

- ¿No quieres?

- No, si; está bien.

- Bien, solo será un piquetito. – Calmó al verlo temblar, pasando un algodón café por su oreja virgen.

Apretó los ojos sintiendo el olor de los guantes de goma mezclado con desinfectante. Enseguida algo apretándole el lóbulo lo hizo sentir un escalofrío, para después escuchar el tronido de su piel y algo caliente haciéndole arder. Las manos engomadas del mayor giraron algo que seguramente era la bolita del arete y el ardor duró unos segundos más.

- Ya está. – Avisó el castaño con una encantadora sonrisa, giñándole un ojo después.

Se ubicó frente al espejo, su oreja roja y palpitante lucía hermosa con aquella llave metálica. Al visualizar de nuevo aquella sonrisa coqueta, se prometió que volvería algún día.

* ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ *

Tenía 15 años la segunda vez que se miró sentado en aquella silla. Su recién tinturado y corto cabello relucía con gracia la llave en su oreja, y sus ojos gatunos seguían con sigilo el cuerpo del castaño cara de cachorro.

- Jonghyun…

- Dime.

- ¿Cuántos años tienes? – Preguntó mirando su espalda ancha, mientras éste llenaba una servilleta de Isodine.

- 26 años – Giró en su silla para poder ver su reacción, divisando sus orbes expectante y con una media sonrisilla.

- ¡¿Qué?! – Sus manos impulsaron su cuerpo hacia delante, despegando la espalda del cómodo respaldo; las carcajadas del piercer resonaron por toda la estancia.

- Tengo 20 años. – Dijo entre risas.

- Aún así eres viejo… - Murmuró avergonzado, regresando su espalda al acolchonado asiento; el mayor, juguetón le sacó la lengua.

- Solo soy sabio, además… - Y Kibum ya no fue capaz de escuchar una sola palabra más, solo podía mover sus pupilas siguiendo el encantador baile de la boca gruesa del mayor.

Había descubierto que entraba en un estado de hipnosis cada que esos labios carnosos se movían, dejándole la tentativa de morder aquél antojoso aro metálico. Era una sensación realmente extraña, le recordaba a su infancia, cuando su madre dejaba un pastel recién horneado en la mesa y el olor de la crema batida lo seducía.

- Listo. – Le revolvió el cabello, mientras tiraba el catéter con los guantes y las pinzas al cesto de basura.

- ¿Eh? – Preguntó saliendo de su ensoñación.

- Que ya está tu nuevo arete. – Avisó sosteniéndole un espejo frente al rostro. Kibum sonrió complacido ante la araña en la tráquea de su oreja.



- Kibum – Saludó Onew girando en el banquito tras la vitrina, tecleando en un artefacto que escondió tras su espalda, en cuanto los menores salieron del pequeño cuarto de hospital.

- Hola, Pollo hyung. – Rió el rubio, tratándolo con confianza, después de encontrárselo varias veces en el café donde trabajaba su amigo Minho; y en ocasiones, haber platicado por horas con ese chico de gran y tierna sonrisa; rudas chaquetas y desgastadas botas mineras.

- Un cabello rebelde estropea su perfecto peinado, señorito. – Interrumpió Jonghyun, antes de que su hermano y su cliente empezaran una de sus largas pláticas que no terminaban de agradarle.

- Acomódalo, acomódalo. – Chilló Key y el mayor obedeció casi al instante. Un click hizo voltear a ambos. - ¡Mi celular! – Volvió a chillar.

- Lo dejaste olvidado aquí. – Señaló Onew la superficie de vidrio, con una sonrisa malvada. – Ahora le pertenece a la tienda.

- Oh, muy bien, entonces no le diré cosas buenas sobre ti a Minho. – Advirtió cantarín, el celular estuvo en sus manos al instante. – Gracias, muy amable.

Lee bufó, cruzando sus brazos y saliendo del local, pero regresó pasados apenas 4 segundos.

- Ya está oscureciendo ¿Por qué no acompañas a Key a su casa, Jonghyun?

- No por tu falsa preocupación, seré tu Cupido personal. – Se burló Key, intentando ocultar la emoción que le causaron las palabras del chico; haciendo reír al menor de los hermanos y causando un puchero en el mayor de ellos.



- No es necesario que lo hagas… - Dijo bajito, caminando hacia su hogar; aunque, la realidad era que quería sentir la compañía del otro por más tiempo.

- ¿Eh? – Preguntó acomodándose la chaqueta, y metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

- Acompañarme a casa, después de todo no está tan lejos.

- Pero quiero acompañarte. – Lo miró a los ojos, con esa expresión de inocencia que a veces se escapaba por esa enigmática mirada chocolate y profunda.

Key se sonrojó, ese chico tenía la culpa de todo, pues desde la primera mirada, había hecho a su corazón latir con fuerza, sin embargo trataba de ocultarlo. No era normal tener sentimientos hacia una persona que solo había visto dos veces en toda su vida; tampoco sentir tanta familiaridad; sin embargo ahí estaba, con un extraño hormigueo en las entrañas y un golpeteo nervioso en su corazón.

Cuando el mayor besó su mejilla con suavidad y se despidió moviendo su mano de lado a lado, supo que de verdad estaba enamorado; y no eran inicios de diarrea, como había pensado al principio.

* ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ *

Estaba a punto de caer en el mundo de los sueños, cuando el sonido de su celular lo hizo sobresaltarse.

- ¿Bueno…? – Contestó tallándose los ojos.

- ¡Key!

- ¿Mmm? – Respondió estirándose como gato entre las cobijas, sin reconocer la voz a través de la bocina.

- Soy Jonghyun ¿Estabas dormido? – Al instante separó el aparatito de su oreja, mirando la pantalla, sus ojos se abrieron de sobremanera al leer “Jonghyun♥”, estaba completamente seguro que jamás había pedido el número del mayor. No se había atrevido siquiera a pensar hacerlo. - ¿Key?

- Eh, n-no… ¿Decías? – La risita pícara del otro lado de la línea lo contagió. Su corazón de nuevo brincaba agitado dentro de su pecho.

- Onew me dio tu número, si eso es lo que te preguntas.

- Ya se me hacía extraño tener registrado el tuyo. – Rió, esperando que el otro dijera algo, más lo único que escuchó, fue la música que se colaba por el altavoz por unos cuantos segundos.

- Hoy llegaron piezas nuevas, hay una perfecta para ti. – Habló por fin el mayor.

- ¿Enserio? ¿Qué es? – Preguntó emocionado, girando un poco para recargarse en sus codos, y descansar el mentón en su mano libre.

- No te lo diré.

- Oh, vamos…

- Te la regalaré si aceptas ir conmigo al cine.

- ¿Una cita? – Preguntó con burla, la risita de otro lado del teléfono lo hizo sonreír como bobo.

- Tómalo como quieras.

- Muy bien Jonghyun ¿En dónde y cuándo nos vemos para nuestra cita? – Preguntó pataleando, y después, mordió su lengua para no soltar un gritito de emoción.

- Paso por ti mañana a las 7 ¿Te parece?

- Claro – Se vio tentado a mandar un beso luego de decir “Hasta mañana”, sin embargo, pulsó colgar y gritó con fuerza, escondiendo la cara en la almohada mientras reía.

“La próxima vez, le diré cosas lindas a Minho sobre Onew hyung.” Pensó mirando el techo, se le había ido el sueño en un instante.



Eran las 6:57 y Kibum se retocaba el cabello por milésima vez frente al espejo; su madre bufaba cada dos segundos, fastidiada, mirándolo desde el sillón.

- Déjalo ya.

- Me pusiste demasiado delineador. – Hizo puchero, girando su cuerpo para ver a la mujer de frente. Su madre rodó los ojos, cruzándose de brazos.

- Te ves perfecto así, el chico caerá rendido a tus pies.

- Dirá que parezco mimo… - Golpeó su pie contra la alfombra, su madre no lo comprendía; siempre había creído que le hizo falta una hija mujer, así no lo usaría para probar sus nuevas formas de maquillaje.

- Si ese chico te besa al terminar la tarde, sabrás que fue obra del maquillaje sexy que te puso tu madre. – Sonrió orgullosa, haciendo sonrojar al rubio.

- ¿Cuándo serás una madre normal, Gwiboon? ¿Por qué siempre…? – El timbre de la puerta lo hizo callar abruptamente. – Ay, no, ya llegó, ya llegó. – Tapó su boca, caminando en círculos por la sala. Los ojos de su madre lo siguieron con diversión.

- Bummie, si no vas a abrir, tu novio se irá. – Simples palabras bastaron para que el menor corriera hacia la puerta. Suspiró intentando calmarse, acomodó una vez más su cabello y ropa; y abrió.

- J-jonghyun… - Saludó tímido, levantando la mirada del suelo con lentitud, no pasando por alto sus pantalones apretados, su camisa de vestir y su chamarra llena de hebillas en los brazos; su cabello alborotado parecía brillar más que nunca y sus ojos de cachorro no dejaban de recorrer su figura con sorpresa.

- Te ves… - Kibum temió lo peor, sintiendo ganas de correr a encerrarse en su cuarto; sabía que era mala idea que su madre escogiera su atuendo. – Hermoso…

- Gracias… - Sus mejillas empezaron a arder y creyó que desmayaría al sentir los labios del mayor acariciando una de ellas.

- ¿Vamos? – Jonghyun estiró su mano, para tomar la más pequeña y delicada, guiándolo hasta su motocicleta y pasándole un casco. Kibum se abrazó a su espalda, pegándose con anhelo a su cuerpo, alegando miedo a la velocidad; su peinado quedaría arruinado, pero no le importó, pues era el precio por sentir la varonil y deliciosa colonia del piercer colándose por su nariz.

Al entrar a la sala de cine, Kibum supo que no vería la película, o al menos no pondría atención a gran parte de ella. Habló mil y una cosas con Jonghyun, entre susurros, comentarios graciosos y risas suaves chocando contra su oído. Pero lo que más robó su atención, fue la mano del mayor acariciando la suya todo el tiempo. Al final, decidieron salir del cine a media película, riendo de todo y de nada al mismo tiempo.

El corazón del rubio latía furioso, diciéndole que el chico indicado había llegado a su vida.



- ¿No se enojará Onew si entramos así? – Preguntó colando sus manos bajo la chaqueta del mayor, agarrándose de su camisa, mientras éste buscaba los interruptores de luz de la tienda.

- Claro que no, este lugar es mío también ¿Sabes? – Prendió la luz y se cruzó de brazos con fingido disgusto.

- Entonces no hay problema. – Rió bajito, dejándose guiar por la mano del castaño, que abrazaba la suya, transmitiéndole calidez. Con el procedimiento aprendido de memoria, se sentó en la silla, esperando por su nuevo arete, mirando la espalda musculosa del atractivo chico. - Quiero verlo… - Pidió cuando le observó colocándose los guantes.

- No hasta que lo tengas puesto, es sorpresa. – Indicó, surcando sus hermosos labios gruesos. - Tienes que cerrar los ojos. - Kibum obedeció respirando con rapidez, esa cercanía era peligrosa y embriagante.

De nuevo el tronido, el ardor, el olor, y la nada.

- ¿Te dolió?

- Un poco… - Susurró sintiendo su oreja caliente y más que por la perforada, por el casi toque de esa boca roja contra la suya; llamándole, invitándole y seduciéndole. - ¿Ya puedo ver? – Preguntó emocionado. El espejo fue puesto frente a su rostro, y un jadeo de sorpresa salió desde su garganta. Un hermoso caballo rosa adornaba su oreja.

Desde que lo vio, Jonghyun supo que era perfecto para Kibum y al ver su expresión, se dio cuenta que estaba en lo correcto.

- Es… es… ¡Gracias!

- Aún no es todo, cierra los ojos.

- ¿Me pondrás otro arete? – Preguntó curioso, parpadeando repetidas veces.

- No, algo mejor. – Sonrió de lado, dándole un ligero toque en su nariz pequeña.

En cierta forma presentía lo que ocurriría después, o posiblemente eran ideas equivocadas de su corazón acelerado y enamorado. Cerró sus ojos a la espera del mayor y los apretó impaciente.

Una ligera caricia fue dejada en su mejilla derecha, una respiración chocó contra la suya; y la suavidad embriagante de unos labios gruesos colisionó con los suyos. Pasó, estaba pasando lo que por meses había soñado y sin embargo, su mandíbula apretada, impedía cualquier movimiento que deseara realizar.

- Me gustas… - Susurró Jonghyun, apenas separándose de su boca dulce. – Me gustas mucho…

Kibum mordió su labio inferior y sonrió, de la manera más hermosa que Jonghyun jamás había visto.

- Tú también me gustas. – Respondió quedito y con las mejillas rojizas, a punto de reventar y llenarlo todo de miel.

- ¿Quieres ser mi novio? – Preguntó levantándolo de la silla, entrelazando sus manos y acariciando sus dedos.

- Si quiero… - Contestó el menor, abrazándose a su cuello con timidez; las manos grandes del moreno se enredaron en su cintura y lo acercaron.

La boca grande se pegó a la suya en un nuevo contacto, con un movimiento suave de labios abrazándose y dándose cariño; la lengua del mayor acarició con suavidad su rosada boca de corazón, y lentamente se coló en su boca, saboreando a su igual con mesura, sin prisas.

- No sabía que debajo de tu lengua había un piercing… - Comentó sonrojado, aún abrazado al cuello de su novio; éste soltó una risita y volvió a juntar sus labios.


Kibum tenía 16 años la segunda vez que se perforó el cartílago de su oreja, y su primera vez en sentir una pieza de metal que se calentaba a medida que besaba la boca contraria.

* ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ *

Era su segundo aniversario de noviazgo, Kibum con 18 años, Jonghyun con 23. Las cosas habían cambiado un poco, otras seguían igual; pero algo que realmente había cambiado, era esa necesidad inigualable por sentir un poco más de otro.

- Jjong…

Sus alientos se mezclaban, sus salivas se fusionaban, creando un delicioso néctar repleto de amor y deseo. El ambiente se sentía caliente, el oxígeno pesado; apenas llenando sus pulmones, para exhalarlo con rapidez y fuerza.

Las traviesas manos del mayor no dejaban de acariciarlo y sentirlo; desde sus cabellos, hasta su cintura y ombligo, incluso más abajo, donde su ingle terminaba, y el paraíso comenzaba.

- Bummie… - Susurró en su oído, mordisqueándole los aretes del lóbulo; componiendo una melodía curiosa al chocar el aro de su boca hinchada contra ellos. - ¿Te gusta? – Preguntó impulsando sus caderas hacia delante, deleitándose con el gemir ahogado del menor.

- Más… - Contestó en un jadeo, aferrándose a la espalda musculosa; apretando con las yemas de los dedos, hasta los nudillos ponérsele blancos.

- ¿Así…? – Volvió a preguntar, violando la boca bonita con sus dedos gruesos; mientras que su mano libre, con desespero se deshacía de esos boxers color pastel, que afortunados enfundaban las delicias de su chico a todas horas.

Kibum sonrió, sin apartar su mirada encendida de la canina salvaje y hambrienta; succionando los dedos del mayor con fuerza, abriendo su boca, y ensalivando de la forma más obscena que podría habérsele ocurrido. El castaño pegó un respingo, sintiendo un tirón en su entrepierna; empezaba a doler, pidiendo desesperada que la sacara de su encierro.

- Puppy… - Llamó suave, liberando sus falanges, pasando la punta de su lengua traviesa sobre ellos por última vez. Flexionó sus rodillas y abrió sus piernas lo más que pudo, sin dejar de mirarlo, invitándolo a hundirse en sus abismos, a llenarlo por completo.

Jonghyun mordió su labio inferior ante la provocación del más joven; y empezando por su boca, bajó por un camino de besos hasta llegar a su entrada pequeña, sonrosada y bonita, donde encajó uno de sus dedos con apuro.

El chillido de su novio y un golpecito en su cabeza lo hicieron reír por lo bajo, así que, mientras metía otro de sus dedos, se dedicó a dejar besitos en la suave piel de su gatito.

- Tu piel es muy blanca… - Susurró mientras besaba la parte interna de sus muslos lechosos, pasando su lengua con deleite y escuchando sus jadeos preciosos al hundir más sus dedos en el interior del menor. - ¿Nunca has pensado en tatuarte?



6 meses y 2 piercings después, Kibum se miró recostado en la camilla, con el terrorífico sonido de la máquina tatuadora zumbándole en el cerebro y la mitad del pantalón abajo.

- No te vayas a mover… - Indicó su cuñado. La pluma metálica tocó su piel y un grito se atoró en su garganta.

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Rio recordando ese último acontecimiento, cubriéndose la boca para no despertar a la persona dormida a su lado; pero no funcionó, porque al instante, los brazos en torno a su cintura se apretaron.

- Kibum-ah… - Susurró la voz adormilada en su oído. - ¿De qué te ríes?

- De nada, puppy. – Contestó acariciando la “K” en el dedo anular de su novio, justo como la “J” en el suyo.

- Vamos a dormir…






Ya está, ya está; el fin~
Gracias por leer.^^

aparto *^*

aslkdjkajshdjaskdjhjlasd alsdkjlaskjdlksjdfkhsdlhwoehrfkjsfhhkasl,hflkasdasdkjhad *-----------------------*

Kouciana!!!! askdjaskjdhas esta esta tan lindo!! pero no lindo! esta bien sexy *---*
askdj!! ash no se ni que decirte me encanto, en un momento mori de ternura cuando se confiesan! y luego el piercing de key *O* asdkjhaksjdas lo ame lo ame!!!!

QUIERO MI SHOT DE CUMPLE TT_________________TT
sep te molestare con eso hasta que me digas que si u.u

Apartooo

APARTO >>

Mio ~


Koucita~ >__<
Mira no mas que chuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuulada de shot nos trajiste *---------------*
realmente me gusto mucho ;^; .. aunque ni me creas
Me gusta mucho cuando el Jongkey habla sonbre perforaciones *^* y no hablo en doble sentido xD
es que son bien sexys en ellos(?)
y lo de la diferencia de edades *---------------*
realmente me gusta muchooo los escritos asi >________< ♥

;^;~ extrañaba mucho leerte ~

Y deja de decir que no puedes escribir que bien que puedes *^* ~

Ya ya ya adaskdsñldsañldkasdalksd

BELLO SHOT!!!! ~ ♥♥♥♥♥

Aparto

¿Por qué no me dijiste nada de ésta belleza?
OMFG!!!!! el final, sobretodo el final ¡ES TAN HERMOSO!
Te imaginas que tengan tatuajes de pareja en alguna parte oculta de su cuerpo? no sé , ¿tobillos? o tal vez detrás de las orejas, algo así como lo describiste ''JONGHYUN UNA K DE KIBUM Y BUMMIE UNA J DE JONGHYUN''
Ahora sospecho de que las tienen >_>
Me encanta ese proceso precioso de enamoramiento !!!!!!!!!!!!!!
Porque se nota que se gustaron desde la primera vez que se vieron!!!
¿Ya te dije que te amo? Hace tanto que no entraba a leer a SMF y ¡BOM! un one-shot tuyo!
GRACIAS ;_; ES QUE ME HICISTE LA MADRUGADA (recién he podido comentar)


PD: ESA PARTE DE ''VIENES A QUE TE PERFORE'' XDDDDDDDDDDDDDDDDD JAJAJAJAJAAJAJA OK NO XDDDDDDDDDDDD PERO JONGHYUN Y YO TENEMOS UNA MENTE RETORCIDA! JAAJAJAJA

wuaaaaaaaau hermoso oooo todo comenzo por u percing qqqqqaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que lindo...... me encato cuando key menciona que lo que sentia no era causa por tener diarrea keeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.. las mariposas que sentias............. el amor.. el amor.. ekkekekekewwuwuwuwuwuwuw que madre muy linfda quee te aregla para tu cita..ekekekekekkeekkekekeekkeke
muchas gracias

Omg~ cuando Jonghyun se le declaro a Key fue tan tierno! asdad
recuerdo perfectamente ese caballo rosa <333333333
Jjong con piercing.. y en la lengua.. me dió! >< asdasd tan sexy ;A;
oh~~ la mamá de Kibum lo apoyó en su 1era cita! qué linda TwT
aww~ y el final lo fue todo! sus tatuajes! que bonito detalle de pareja T______T <3
estuvo precioso tu shot!! lo amée~ TwwwwT -rueda-

Dios morí de amor ;-----------------; <3 Los amo los amo los amo

#Shipper.

Oppa~ hace tanto que no leía; la extrañaba mucho. Quedó hermoso como siempre.

Morí ;^;
Hermano, que precioso, me encantó akdnfkadjfd
Pero eso no es novedad xD
Se suponía que sólo estaba de paso haciendo mi trabajo y
no pude evitar empezar a leer~
OHMYYYYY fue tierno e intenso ><
Lo amé. /o/