Un dolor constante en la cabeza, una voz tan lejana diciendo mi nombre, una imagen borrosa frente a mí y una oscuridad volviéndose mi mundo.

Día 1*
- Nos vemos amor – dijiste mientras me abrazabas y yo mojaba tu pecho con mis lágrimas – No llores honey, solo será una semana sabes que esto es importante para mí y si pudiera te llevaría conmigo pero tienes que atender tus responsabilidades – odiaba que tuvieras razón.

Me separé de ti, lo suficiente para que nuestros ojos se encontraran.
- Te amo Jjong, promete que me llamaras – reíste y pusiste tus manos en mis mejillas uniendo nuestras frentes.
- Lo prometo mi amor, Te amo nunca lo dudes – besaste mi nariz
- Te extrañare – dije escondiendo mi cabeza en tu cuello
- Yo también Key – te separaste y juntaste tus perfectos y delgados labios a los míos.


Día 2*

Los rayos del sol entraban por mi habitación y yo seguía despierto, habían pasado exactamente 12 horas desde tu partida pero yo sentía que había sido toda una vida.
Mi celular no sonaba, tu no llamabas ni siquiera mandabas mensajes, me empezaba a preocupar, lo tome para mandar el mensaje numero 20

“Jjong, ¿Llegaste a salvo a Japón?, ¿Por qué no te comunicas?, háblame necesito oír tu voz… Te amo”

Y como con los anteriores… para este no hubo respuesta.
Unas lágrimas abandonaron mis ojos – Se olvido de mí – repetía mientras mi llanto se hacía más grande.

- KiBum levántate tienes que ir a la escuela – mi madre siempre tan oportuna
- Ya voy – contesté mientras me levantaba y limpiaba las lágrimas que paseaban por mi rostro.


Día 3*

- ¿Acaso estabas terminando conmigo? – Esa pregunta no abandonaba mi cabeza, era tan doloroso.

- KiBum – una voz que no era la tuya me saco de mis atormentados pensamientos. Alcé la vista y ahí estaba él.
- ¿Qué es lo que quieres? – mi tono de voz no era tan amable
- Te quiero a ti – sus declaraciones ya no me sorprendían, estaba tan acostumbrado a ellas que ya era normal para mí.
- Nunca me tendrás – me puse de pie y salí de ahí.

Caminaba sin rumbo no importaba a donde fuera solo quería alejarme ¿De quién? Ni yo lo sabía pero me hacía sentir mejor.
Una mano tomo mi brazo y me empujo hacia un cuarto oscuro, rodeo mi cuerpo con sus brazos - “eres tú” – pensé, era lo único que mi mente procesaba y lo único que quería creer.

Sin avisar una lágrima rodó por mis mejillas, mis manos apretaban fuerte esa camisa y mis ojos se cerraron para creer en esa ilusión que mi mente había creado.

Unos labios alcanzaron los míos, mi mente solo tenía tu imagen te necesitaba, necesitaba tu calor y esos labios me lo estaban proporcionando, respondí al beso un instante pero no pude seguir, no eras tú era tan diferente, mis labios no querían tocar algo que no fuera tuyo, estaba tan acostumbrado a ti.

- No… - me aleje y miré esos brillantes ojos – no hagas esto Minho –
- Pero te amo Key –
- Pero yo lo amo –
- Por favor Key, dame una oportunidad, yo nunca te haría sufrir, yo nunca te abandonaría – lo miré furioso
- ¿Qué me estas queriendo decir? – sus palabras me dolían.
- Que yo nunca te dejaría como lo hizo Jonghyun – un dolor atravesó mi pecho.
- Tú no sabes nada – me giré para salir de ahí pero unos brazos alrededor de mi cuello me detuvieron.
- Te equivocas, te conozco demasiado y sé que todo está mal – apreté los puños, mis manos querían tocar esos brazos pero mi corazón no me lo permitía.
- ¿Por qué no me miras Key? ¿Por qué sigo siendo invisible para ti? – una gota cayó sobre mi hombro.
- No hagas esto más difícil Minho, digas lo que digas le amo y aunque me haga sufrir nunca dejaré de amarlo – su amarre perdió fuerza y huí de ahí sabiendo que lloraba por mí pero era lo mejor, era mi amigo y no quería hacerlo sufrir dándole falsas esperanzas.


Día 4*

“Jjong te extraño, ¿Por qué me haces esto?... Te amo”

Parecía mandar mensajes a la nada, era tan agotador poner excusas a tu silencio para que mi débil corazón no muriera de dolor.

- KiBum tu madre te solicita – Papá la hacía de mandadero otra vez, amaba tanto a mi madre que si ella le ordenara ponerse un vestido, él lo haría sin dudar
- Ya voy – como quisiera que tú fueras así conmigo, como quisiera que me hubieras elegido a mí en vez de ese estúpido viaje.

- ¿Qué paso mamá? –
- Antes de que llegaras de la escuela, un chico te llamo – mi corazón brinco, mi sonrisa apareció y mis ojos brillaron “Jjong” tu nombre era el favorito de mi mente.
- ¿Quién? ¿Jjong? – pregunté emocionado, ella se quedo callada, subió un poco la cabeza en señal de querer recordar algo.
- No, fue un joven llamado Minho – Mi sonrisa se esfumo llevándose consigo las esperanzas de oír tu nombre.
- ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? – su preocupación me molestaba, ¿Acaso era tan obvio?
- Sí estoy bien – “No, no lo estoy” mi boca rogaba por gritarlo.


Día 5*

Mi alma parecía querer abandonar mi cuerpo, mi mente te pertenecía al igual que mi corazón, me sentía débil ya no quería vivir, tu recuerdo me mataba y la necesidad de sentirme amado era cada vez más fuerte.

- Key – por primera vez su voz daba consuelo a mi alma y sin pensarlo lo abracé
- Lo extraño Minho y me duele, me duele tanto – sabía que estaba siendo cruel al decirle eso pero necesitaba desahogarme y él era el único en quien confiaba.
- Lo sé y te ayudaré a sentirte mejor, lo prometo – dijo mientras besaba mi mejilla
- No prometas nada – conteste molesto, porque desde que rompiste tu promesa, deje de creer en ellas.
- ¿Por qué? – Baje la mirada
- Por nada – Se acercó a mí, amenazando con besarme
- Basta, no te hagas ni me hagas más daño Minho – se detuvo y desvió su beso a mi frente.


Día 6*

Por primera vez dejaba que Minho fuera tan cercano a mí, necesitaba tanto de esa compañía y atención que me hacía sentir mejor.

- Vamos Key, te acompaño a tu casa – negué rápidamente, el único que había hecho eso eras tú y si dejaba que Minho me acompañara podía caer en otra ilusión y cometer un grave error.
- No Minho, puedo ir solo – empezaba a llover
- No te estoy pidiendo permiso, no quiero que vayas solo cuando sé que tus papás trabajan hasta tarde – me sorprendía lo mucho que sabía de mi vida.

Tomó mi mano y camino sin voltear a verme.

Caminé resignado mientras las gotas de lluvia mojaban mi cabello y se mezclaban con mis lágrimas
- Así no notará que lloro por ti – pensé mientras Minho estaba perdido en sus propios pensamientos.
- Corramos – dijo y antes de poder responderle ya me encontraba corriendo detrás de él.
Note que aún no soltaba mi mano, de pronto se detuvo haciendo que chocara con su espalda
- ¿Qué pasa? – pregunte mientras sus ojos miraban hacía el frente, baje la mirada y voltee rápidamente, ahí estabas tú con los puños cerrados y tus ojos clavados en nuestras manos.

Me solté rápidamente – No es lo que piensas Jjong – tu mirada se topo con la mía y corriste sin sentido.
Sin pensarlo corrí detrás de ti pero Minho me detuvo
- ¿Qué haces?, déjalo Key, por favor no vayas por él – me quité de su agarre bruscamente.
- ¡¿Qué no entiendes que lo amo?! ¡¿No entiendes que sin él yo no soy nada?! – Grité mientras notaba como sus ojos se llenaban de lágrimas – Perdóname Minho, pero no puedo, no puedo vivir sin él, de verdad perdóname – me sentía mal pero no iba a permitir que te fueras de mi lado.

Corrí tanto como mis piernas me lo permitieron, pude ver como llegabas a la puerta de mi casa y agarrabas tus maletas para irte.

- ¡No!, no te vayas Jjong – sollocé mientras me acercaba a ti y te atrapaba entre mis brazos y hundía mi rostro en tu cuello.
No dijiste nada, te quedaste quieto sin corresponder mi abrazo y eso me dolía tanto.
Subí mi rostro – Jjong~ ¿Por qué? ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué? – reclamaba mientras golpeaba tu pecho

Suspiraste y me miraste – Por qué si escuchaba tu voz, abandonaría todo y regresaría a tu lado –
- Idiota, eres el más grande idiota que conozco – mis golpes en tu pecho se hacían cada vez más fuertes, no podía creer que por esa patética excusa me hubieras hecho sufrir.

Tus manos sujetaron las mías y tu boca busco con desesperación mis labios, era el paraíso tus besos eran mi adicción ¿Cómo pude vivir tanto tiempo sin ellos?
- Te amo, te amo, te amo – repetías mientras te adentrabas a mi casa sin soltar mi cintura, tan pronto la puerta se cerró, me pusiste bruscamente contra ella.
-Ah~ - un grito de dolor abandonó mis labios, eras tan violento que me gustaba, sabía que estabas tan necesitado como yo.
Tus manos exploraban mi espalda mientras tu boca seguía comiéndose la mía, sentí como agarrabas mi trasero para después levantarme con brusquedad y yo enrollaba mis piernas a tu cintura. Abandonaste mis labios para entretenerte con mi cuello, lo mordías y lamias con hambre
- Jjong~ - mi respiración comenzaba a acelerarse, tus manos ahora se colaban bajo mi ropa.
- Ah~ Jjong están frías – besaste mi barbilla y reíste de lado
- Entonces caliéntalas Key – las pasaste por mis pezones haciendo que soltara un quejido que fue ahogado por tu boca, recorriste mis costillas para después abrirte paso por mi pantalón y tocar de nuevo mi trasero

Gruñiste mientras te alejabas de mi – Esto me estorba – dijiste quitándote tu playera con desesperación – ven aquí – ordenaste caminando y sentandote en el sillón, reí con malicia al ver ese torso desnudo frente a mí
Me acerque y rodee con mis rodillas tus caderas, recorriendo tu piel con mis manos y dejando besos por todo tu cuello – Hazme tuyo Jjong, te necesito – susurré en tu oído, no tardaste mucho en reaccionar y en cuestión de minutos me encontraba debajo de ti.

- No debiste decir eso Key – quitaste mi camisa tirándola lejos – eres hermoso mi amor –
Mis dedos se entrelazaban con tu cabello mientras te entretenías con mi abdomen y mi boca soltaba gemidos cada vez más fuertes.

Quitaste mi pantalón y con desesperación también el tuyo, quedaste encima de mí haciendo que nuestros miembros ardientes de deseo se rozaran sobre la ropa, moví mis piernas para enredarlas con las tuyas.

Bajaste por todo mi torso para finalizar en mi hombría, quitaste mi ropa faltante y un gemido salió de mi boca al sentir tu respiración en la punta. Sentí perder la razón cuando tu boca subía y bajaba por todo mi miembro con frenesí

-Aahh~ Jjo… Jjong~ - finalicé en tu boca mientras mi cuerpo era atacado por los espasmos de placer.
Con mis pies, deslice tus bóxers hasta quitártelos, tomé tus dedos y los metí en mi boca, tu entendiste y los introdujiste a mi entrada.
- ¡¡¡Ahhhh!!! – grite de dolor al mismo tiempo sujetaste mi miembro para darle un nuevo placer, el dolor fue disminuyendo y te rogué para que por fin me hicieras tuyo.

Entraste poco a poco, era tan doloroso pero placentero a la vez, que no sabía si quería que te detuvieras o siguieras invadiéndome.

- Te amo – susurraste mientras dabas la primera embestida aun masajeando mi hombría y tus gemidos se hacían cada vez más audibles, hundí mi frente en tu cuello a la vez que enterraba mis uñas en tu espalda y me dejaba llevar por el placer.

Tu respiración se acelero de sobremanera al mismo tiempo que tu boca se abría dejando salir un sonoro gemido sobre mi oído, estimulándome a llegar al cielo contigo.
Tu cuerpo se relajo y tu cabeza cayó sobre mi pecho
- Te amo Jjong –
- Lo sé, tu corazón me lo dijo primero – reí mientras mis mejillas eran invadidas por el calor.
- No vuelvas a dejarme – suplique haciendo un puchero.
- Nunca – contestaste dejando un sutil beso en mis labios – Estos días sin ti fueron los más horribles de mi vida, jamás te dejare Key –

Desde ese entonces he pasado mis días junto a ti.