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Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Sou-Tan Vie Oct 25, 2013 3:30 pm
Titulo: Sueños congelados.
Fanfic: Pesadillas de en sueño.
Autora: Sou-Tan.
Pareja: 2min.
Duracion: Alrededor de 10 capítulos.
Genero: Horror / Angst / Romántico / Fantasía / AU / Misterio.
Nota: Segunda temporada de "Pesadillas de en sueño"
Fanfic: Pesadillas de en sueño.
Autora: Sou-Tan.
Pareja: 2min.
Duracion: Alrededor de 10 capítulos.
Genero: Horror / Angst / Romántico / Fantasía / AU / Misterio.
Nota: Segunda temporada de "Pesadillas de en sueño"
-Es como si estuviese ciego y no pudiese ver que estoy justo frente a el...
"...Comenzaba a a cuestionarse que era real, que era un sueño y hasta su misma existencia.
...Se había metido dentro de su cabeza. Los miedos habían salido a flote y parecía que el mundo que había conocido hasta ese día ya no tuviese lógica.
A medida que la situación avanzaba dudaba cada vez mas sobre si lo vivido había existido realmente, y perdía la cordura con la rapidez con la que todo a su alrededor parecía desfigurarse ante sus ojos..."
Todos sueñan...
...pero no todos luchan para hacerlo verdadero.
"...Sumergido en las profundidades de sus mas grandes deseos se hallaba cautivo. Incluso si las sonrisas resonaban a destiempo no concordando con las imágenes que parecían deshacerse mientras mas las veía, incluso si sentía su respiración inflarle los pulmones, sabia que la calma y la paz que le producía ser preso de sus sueños eran también los motivos de su angustia.
...El día reemplazo a la noche y la noche reemplazo al día, el sol y la luna se turnaban. No obstante, estaba consciente de que los latidos de su corazón no eran mas que una ilusión..."
-Ha estado en mis sueños. Me susurraba, me llamaba...¿Sabes tu quien pueda ser?
SINOPSIS SEGUNDA TEMPORADA:
El Señor de Las Pesadillas se encuentra en una situación en la que nunca espero verse involucrado. Taemin parece haberle olvidado, y la inesperada desaparición de su hermano le obliga a recorrer el reino de los sueños en busca de El Guardia De Los sueños. En su búsqueda descubrirá secretos de su existencia, pero, ¿Podrá encontrar lo que busca? Por el bien de Taemin, espero que asi sea.
_______________________________~*******************~__________________________________
Corre la época de 1752, y Minho, un reconocido escritor acepta ser el tutor de uno de los hijos del duque, Lee Taemin. Pero Taemin no es comun, todos a su alrededor le creen loco debido a su actitud. Minho poco a poco va sucumbiendo ante esos detalles que hacen que los demas le tachen de chiflado y descubre el encanto que esconde Lee.
Última edición por Sou-Tan el Vie Dic 20, 2013 6:59 pm, editado 1 vez (Razón : Agregar informacion.)
Sou-Tan
Mr. Pollo.
393
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Sou-Tan Vie Dic 06, 2013 12:22 pm
Sueños Congelados.
1- Wake Up: Introducción.
Desde la tierra, si se mira con atención al cielo nocturno, justo entre la estrella que indica el camino hacia el País De Nunca Jamás y la pequeña estrella azulada que pertenece a una historia muy diferente a la que estoy pronta a contarles, se puede observar una muy pero muy delgada línea celeste que divide el cielo en dos. Justo ahí se encuentra la frontera entre las dos dimensiones: El reino de los sueños, donde los hermanos, hijos de Morfeo, el Señor de las Pesadillas y El Guardián de los Sueños pasan sus días.
En ese sitio tuvo lugar una pequeña disputa que pudo decidir el futuro de un mundo entero, pero, para nuestra suerte y la de muchos otros, aquellos dos personajes, que llevan por nombre Taemin y Minho, ahora mantienen un acuerdo de paz.
“Inclusive si no es necesario que lo haga, respirar comienza a tornársele difícil cuando los delgados dedos recorren su espalda y sus gruesos labios se estampan contra la piel de su cuello. Siente que los dedos le tiemblan, y su cuerpo ya no es suyo de un momento a otro.
Y no es porque él estuviese siendo agresivo, en cambio, la extraña ternura con la que hacia aquello pudo atontarle unos momentos. Son las sensaciones que el causa con su presencia, el solo hecho de estrecharlo en brazos significa una revolución en su incomprensible sistema y eso comienza a preocuparle.
Porque nunca antes había sentido tal cosa.
Tal vez si él no le mirara con esos ojos tan perfectamente iluminados por destellos de los sueños que guarda consigo, no sería tan complicado controlar la torpeza en su actuar. Pero hace un esfuerzo, y pronto puede sentirse tan seguro como antes.
Enreda sus dedos en los largos cabellos dorados, tomándole del cuello con suavidad y no con aquella brusquedad que en un principio no sabía cómo controlar, porque Taemin le hace querer perderse en él, en el suave sonido de su voz y en los peligros que implicaban sus delicadas manos. Nadie más que el Señor de las Pesadillas conoce cada rincón de maldad y cada rincón de pureza que posee el Guardián.
Han transcurrido ya diez veranos desde que aquellos sueños y aquella guerra les hubiesen juntado, por lo que ahora sus cuerpos mantienen la apariencia de dos hombres de treinta años y el ciclo está por comenzar de nuevo.
Escucha el placentero sonido de sus labios al hacer contacto una y otra vez mientras siente que va cediendo. Le mira desde arriba y sonríe porque sí. Porque la hermosa soledad de los años –que para ellos son casi lo mismo que días-, no puede compararse a como se siente ahora, porque el muy desgraciado sigue tan perfecto como antes y también porque él sonríe de vuelta.
Le gustaría decir que la sonrisa del pequeño bajo su cuerpo no le parece un tanto cansada, pero después de todo, sincera. Hay algo, algo que Taemin esconde y que le está asustando. Algo que no le quiere decir.
Y eso hace que sea un poco más difícil aun. Podría ser algo que afectase el equilibrio de nuevo, y al ocultarlo podría estar siendo un grave error. Pero no le recriminara nada, porque bien podía ser algo que le estaba haciendo sentir triste, y tuvo que fallar en muchos intentos para poder recordar lo que triste significa.
Se deja hacer, sucumbiendo ante su tacto sobre sus mejillas y esa forma en que deja besos en su cuello, siendo el ahora su víctima. Agradece cuando se recuesta sobre su cuerpo y suspira cuando le abraza. Necesita un descanso, sus sueños no le decían nada, pero habían sido muy confusos los últimos días. Solo entiende la increíble tristeza que se extendía por todo su ser, haciéndolo sentir pequeño.
Como un humano entre miles de demonios hambrientos.
Minho es su única salida, y sabe que le va a necesitar más luego de que el ciclo de la edad volviese a comenzar. Solo sería un niño, semi-dios aun, pero más vulnerable a los sentimientos característicos de los humanos.
Sin embargo, aunque el siga abrazado a su cuerpo de esa forma, y sus palabras parecen estar cargadas de energía, esa sensación nueva de que alguien le necesita no se va.
~******~
Despierta, sus ojos se abren lentamente, como negándose a ver algo que sabía no deseaba. Pero, ¿Qué podría ser tan malo?
Su cuerpo tiembla, y el hielo del que está hecha su cama le provoca un escalofrió. Como advertencias, oleadas de calor recorren su cuerpo haciéndole dar un respingo. Esta tan acostumbrado al frio del lugar que una temperatura diferente puede afectarle. Oh, lo siento, se me ha olvidado por un momento de que él no es un humano.
Interesado mira a su alrededor, y no se sorprende al encontrarse a sí mismo en una de las habitaciones del castillo congelado. Camina lento, con dificultad, adaptándose a esa nueva forma pequeña de su cuerpo. Se mira en el gigantesco espejo y si, el ciclo de edades ha comenzado de nuevo. Tiene doce años otra vez.
Dispuesto a ponerse sus ropas, las toma de la cama, donde sus subordinados las debieron haber colocado horas antes de su despertar. El cambio requiere de un tiempo para adaptarse a su nueva anatomía, pero luego de unos días todo volverá a ser tan normal como lo era antes.
Recoge su cabello de nuevo en una coleta. Su cara tan pequeña llegaba siempre a estar oculta entre las hebras de cabello por lo mientras mantuviese esa contextura, las recogería.
Teniendo cuidado de no caer, se recuesta en la cama un momento con el fin de relajarse. Todo en el lugar está hecho de hielo, incluso aquel espejo. Si, ese que está allí junto la gran puerta tallada en centenares de formas, cambia cada día, pero el siempre termina perdiéndoselo porque los sueños requieren ahora de más vigilancia.
No confía en su hermano y en sus maneras para arruinar su existencia.
Por un momento desea poder ver su rostro que no conoce. ¿Sera en una copia exacta de sí mismo, o será tan diferente que no podría nunca reconocerlo como su hermano? ¿Tendrían los mismos ojos, los mismos labios o el mismo color de cabello? Se hace interesante la idea de que alguien tan perverso tenga su misma apariencia.
Sonriendo ante la idea sale de la habitación dispuesto a retomar su puesto como Guardián del laberinto. En los pasillos y corredores abiertos y en los jardines solo existen miles de rosales con millones de rosas azules. Hay por doquier, pero no se engañen, eso no le da al lugar un aspecto alegre. Sino uno más sombrío y gélido, pero a la vez tranquilizador y angustiante. En el castillo congelado el tiempo no parece transcurrir, es como si se hubiese detenido, siempre ha sido aunque la construcción cambien siempre de apariencia interior. Por fuera, siempre se le vera orgullosamente erguido, con picos de hielo como torres en espiral.
Y al salir, la sonrisa se borra, y esa expresión de eterna frialdad en el rostro angelical del Guardián de los Sueños vuelve a su sitio, tan imponente como siempre.
Y las miradas vuelven, como clavándose dentro de él y molestándole. ¿Qué demonios podría estar tan interesado en él? Las criaturas en el reino de los sueños nunca prestan atención a nada en especial, se sorprenden cuando encuentran algo que han visto miles de veces, y vuelven hacerlo de nuevo porque son tan despistadas que le vuelven a olvidar. Así que, ¿Por qué quedarse a observarle tanto tiempo?
Pero cuando voltea, la historia no se repite, y el Señor de Las Pesadillas, Minho, le sonríe tenuemente sentado en la cima de la montaña más alta de la sierra.
Él le mira más de lo debido, aparece cuando menos lo espera, y saluda como si se conociesen de otro lugar.
No puede estar seguro, pero casi puede jurar que Taemin le mira con confusión cuando hace eso. Jamás le había visto tan vulnerable como se ve ahora con esa edad, y más todavía conserva esa tenacidad en la mirada.
Este es el comienzo de la historia que les quiero contar, cuando los días grises volvieron, y el Guardián no pudo anticipar nada. La historia de un olvido repentino y de una desaparición que nadie nunca espero, dejando algo más que el equilibrio en peligro.
Por más que intenta hablarle, no puede, porque el ya no le mira, solo decide ignorarlo. Y vuelve los días siguientes a ese, obteniendo la misma indiferencia como respuesta. Hasta que se convence solo un poco, porque los sentimientos a los que se ha hecho vulnerable le impiden creerlo completamente, de que Taemin le ha olvidado. De que no desea verle. O de que tal vez, solo tal vez, el ya no puede saber quién es Minho y que paso justo antes de volver a esa edad.
Entonces hubo una idea que fue la más aterradora de todas, que le hizo lanzarse a la cama, cerrar todas las ventanas y puertas y hacer llover sobre todo el reino de los sueños durante días enteros, sumiéndose en la soledad y en la completa oscuridad, reconfortándose: La idea de que todo fuese solo un sueño.”
¿Que Confusio invento la confusión? equisde, no, esa fui yo xD
Esto esta muy confuso y tal, pero asi quería que quedase, ya en el siguiente capitulo aclaro algunas cositas mas, las otras las irán descubriendo poco a poco.
Sou-Tan
Mr. Pollo. 393
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Sou-Tan Jue Dic 19, 2013 8:59 pm
Sueños Congelados.
2.-Insane.
El acuerdo de paz no ha sido roto, solo olvidado en los confines de una mente compartida. Y ustedes, que han sido testigos de cómo el acuerdo se logró, de cómo el amo de lo oscuro se unió con el justo, deben saber algo, y eso es que aquí en la tierra, hace dos años, cuando el ciclo de edad de los hijos de Morfeo se reinició, un nuevo ciclo de sueños también. Lo que antes era ayer, es hoy.
Hace tres años la historia de nuestro mundo se desarrollaba en 2013, hoy, ahora, en este instante, aquí en la tierra transcurre en nuestros calendarios 1752. Lo que antes era ayer, es hoy.
“Despierta sin ganas de levantarse, sintiendo como tiene pocas fuerzas. Vaya, con que es esto a lo que los humanos llaman angustia. Angustia del olvido, angustia al ser ignorante de la situación. Taemin, su hermano mellizo, el dueño de sus noches, el guardián de los sueños y del Laberinto de Cristal, el objeto de sus deseos, el representación del bien, ¿Qué le pasa a su amante?
Suspira, durante los últimos tres años se viene cuestionado lo mismo. Da vueltas en la cama, como desesperándose. ¿Es a propósito o nunca fue real? Los sueños pueden ser más peligrosos que las pesadillas, aunque, una pesadilla, en si, solo es un tipo de sueño, o un sueño destruido. Si, han pasado ya tres años. Rápido, ¿no? Díganle eso al Señor de Las Pesadillas.
Los días han logrado parecerle de los más lentos y tortuosos. Hay algo dentro de él, muy dentro; no sabe lo que es, pero no se siente bien. Es un sentimiento de insufrible tristeza y amargura inexplicable. (Aunque aún le es difícil aceptar sus sentimientos humanos que considera inútil).
¿Alguna vez has soñado…diferente?
Diferente…¿En qué sentido?
No soñar con casa de cabeza o puertas que se abren solas sin motivo…
No sé a qué te refieres. Vamos, explícame.
El cuerpo de ambos ha cambiado, ahora, con 15 años, su anatomía es muy diferente, y, aunque ninguno se parece al otro, la misma tristeza se refleja en sus ojos claros.
Y el este aquí, en su habitación de paredes alegremente celestes, con los muñecos han decidido dejarle en paz cerrándola boca por fin, acostado en cama, aun apegándose a las sabanas que tienen impregnado su olor. El olor del peligro y la pasión. Suena como un eslogan de perfume barato de humanos, pero es el verdadero y embriagante olor del alma de Taemin. Tiene su cabello revuelto y el cuerpo apenas cubierto por ese pequeño bóxer negro.
Maldice al iré y una peculiar y sumamente conocida risilla entra en escena. Observa la silueta escondida en la sombra de una esquina oscura, y no tiene ganas de jugar.
-Lucy, maldita sea. Solo tráelo de una jodida vez si no quieres que te descuartice usando solo mis colmillos.
Ordena tan fríamente, sin gritar, sin moverse ni un poco, que hasta el más disciplinado y despiadado soldado nazi se llegaría a asustar. Pero es Lucy, tiene la mente de un esquizofrénico, un sociópata y un psicópata combinadas. Así que el aludido solo ríe alto y se acerca con una gran jarra de Necromicon en manos. La deja en la mesilla de noche al lado de la cama. Incluso si ríe, sabe que Minho en estos momentos es capaz de destruir un universo entero solo para descargarse.
¿Alguna vez has soñado con mundos diferentes? ¿Alguna vez los sentimientos de esos sueños te abrumaron?
¿Es eso lo que ves? ¿Sientes eso?
Se secretos que nadie puede guardar ni contar, porque solo yo los conozco y entiendo.
El líquido baja por su garganta sin detenerse, pareciendo muy poco cuando ya no queda nada más que le haga sentir un poco menos desanimado que antes. Necromicon, tan famoso y delicioso para demonios, peligroso y mortal para los humanos y tan simple e insulso para él. Nada, absolutamente nada podrá lograr que este sentimiento de abatimiento se vaya de una vez por todas.
La cabeza le da vueltas y sus dientes rechinan al ser apretados en un fuerte gruñido. Salvajemente se jala de los cabellos sin consideración mientras cierra fuertemente los ojos. Nunca una pesadilla había sido tan real y tortuosa para él. Siente el mundo a su alrededor desfigurarse y desconocidas lagrimas caen lentamente por sus mejillas.
Grita, porque no sabe cómo controlar lo que siente. ¿Acaso los últimos años de la temporada de sueños pasada no han sido nada? Se desespera, porque la incertidumbre es peor que una respuesta falsa. ¿Dónde está ahora la mirada penetrante y juguetona? Sinceramente, está envuelto en un torbellino de emociones nuevas, de preguntas sin respuestas, y en donde hay algo más, algo que le da miedo y que no conoce.
Maldición, antes de haber tenido aquellos deseos inimaginables por el muy desgraciado que se ha dado el lujo de olvidarle e ignorarle, nada de esto le molestaba.
En estos tres años, Minho, el tan temido Señor de Las Pesadillas, ha descubierto con amargura la forma tan cruel con las que pasa el tiempo para los humanos: Los días se vuelven pesados y sin sentidos, por más que hagas algo, sientes que pierdes el tiempo, y cuando te das cuenta, has desperdiciado demasiado tiempo y los años te comienzan a consumir. Taemin, querido, ¿Tan difícil es apiadarte de esta pobre alma que clama por ti?
¿Por qué crees que eso sucede?
No todo tiene una explicación…Ellos no lo entienden, creen que estoy loco.
Yo creo que eso es…
La habitación se desfigura sin que pueda verlo, y la cama desaparece, los muñecos en las paredes desaparecen, las ventanas desaparecen, todo los hace. No hay rastro de luz, solo una oscuridad total. Esta, la mansión del señor Minho, el de las pesadillas, siempre guardo una habitación especial, una habitación que Minho jamás logro encontrar, y ahora se encuentra en ella.
La habitación de las penas ha sido abierta.
Y él esta tan concentrado en su sufrimiento que no ha notado donde está. Cuatro paredes de una altura colosal, y una diminuta ventanilla rejada por donde solo un rayo de luz consigue abrirse paso. Se echó en una equina y ahí se quedó unos cuantos días.
Ahora, es tiempo de volver con el tan esperado Guardián, quien no es aun consciente de que es uno de los principales causantes de que yo les cuente la historia que sucedió a la primera.
Satisfecho y aburrido descubre que hace tiempo que ese extraño dejo de mirarle de lejos. Pero le interesa saber que es, o tal vez, quien. ¿Podría ser…No, ¿Por qué habría de mirarle el? Aunque, pensándolo bien, parecía haber vivido todo esto antes. Esos ojos, ese color que casi podría hacerle derretirse con solo una mirada. ¿Quién demonios podría ser?
Encogido en su sitio, en su trono, abrazando sus piernas. Porque aquella presencia le causa unas ansias desconocidas. No quiere que vuelva, pero también quiere descubrir porque siente esto.
Los últimos tres años han sido tan redundantes que ha logrado preocuparse, la temporada en que el Señor de Las Pesadillas aumenta de poder, donde las criaturas en la caja de Pandora piden ser liberadas, ya tres de ellas han quedado en el pasado y nada anormal ha sucedido. Y eso es lo anormal. ¿Dónde están las dificultades? ¿Dónde han quedado los sabotajes?
Duerme, duerme tranquilo. Cruzando el árbol de la muerte, hay un lugar para descansar…
Y aquí está la voz de nuevo. La que por tres años le ha torturado días y noches. Uno, dos, tres…las campanas suenan una vez más, las rejas se abren, el silencio reina, el viento sopla y llega desde el bosque, los lobos aúllan, sus ojos se cierran y de nuevo los destellos de sueños entran a sus dominios. Pero no hace nada, no hay advertencias, y él ni se molesta en observarlos siquiera.
Parecía comenzar a volverse loco. Esa voz, ¿Un demonio? ¿Un Dios enojado? No sabe, pero si sabe que está comenzando a preocuparse por miedo infundados.
¿Qué crees?
Yo creo que eres fascinante…
Sou-Tan
Mr. Pollo. 393
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por ThamiieKyu Vie Dic 20, 2013 1:50 pm
0_0
Waooo~ Es tan, tan, tan... no sé...
mr absorbe la historia, quiero saber más... No se como expliicarlo pero me encanto! :3
Espero el siguiente Cap con ansias :D
Waooo~ Es tan, tan, tan... no sé...
mr absorbe la historia, quiero saber más... No se como expliicarlo pero me encanto! :3
Espero el siguiente Cap con ansias :D
ThamiieKyu
Lee Tae Min 85
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Sou-Tan Mar Ene 06, 2015 10:21 pm
Sin excusas. Gracias ThamiieKyu por tu comentario, me animaste.
El capitulo fue escrito como cinco veces, lo borre y lo volví a borrar, no tengo ordenador y esto me ha salido. Nos leemos el domingo!
Es corto, pero es hasta ahora el capitulo mas importante
El capitulo fue escrito como cinco veces, lo borre y lo volví a borrar, no tengo ordenador y esto me ha salido. Nos leemos el domingo!
Es corto, pero es hasta ahora el capitulo mas importante
Gift.3
Duerme, duerme tranquilo, cruzando el árbol de la muerte, hay un lugar para descansar…
Taemin levanta la vista, las nubes grises se adueñan del cielo, un relámpago suena de trasfondo y, en un parpadeo, cae la lluvia. Todo ocurre con increíble rapidez. Los lobos del bosque aúllan y los rosales se refugian bajo la sombra de los árboles. Bajo la tormenta, el guardián toma a Oz, el conejo de peluche casi decapitado y con ojos de botones que lleva consigo desde la transformación, y, sin salir de su habitual calma, baja del trono.
-Mi señor, ¿Qué es esto?
-Es lluvia, Fala, solo agua.
-¿Lluvia, aquí, en la sierra de Morfeo?
-Si…
Duerme, encuentra la paz. Más allá del bosque, hay una luz en la oscuridad…
Las palabras llegan en un seductor susurro que lo envuelve y, en un segundo, sus recuerdos parecen posarse frente a sus ojos, pero se van con la llegada de una brisa pasajera, dejándole con las manos extendidas a la nada. Paralizado, Taemin observa todo a su alrededor por el rabillo del ojos, como si todo fuese irreal.
-Mi señor, ¿A dónde va?
Las palabras de Fala, la rosa, se desvanecen al escucharlas como una ilusión, porque la voz de su mente suena más fuerte. Durante meses, el Guardián ha sido torturado por esa suave y amable voz, una voz que, de tanto escucharla, ya le parecía maléfica.
Aquella voz lo hechiza, lo envuelve y lo atrapa. Una voz que retumba en sus oídos y que parece provenir de todas partes al mismo tiempo, haciendo eco y perdiéndose en el rumor del bosque.
Bajo la tormenta, sobre la tierra húmeda, aplastando ramas y hierbas, entre los árboles y ensuciándose las ropas, Taemin recorre el bosque, hechizado por esa voz que le muestra deseos de su mente que no conoce, un deseo que no logra materializar ni en su imaginación, pero que está ahí y que es insistente y resistente. Un anhelo desconocido. Una inesperada llamarada de dolor recorre su cuerpo al intentar dar vida a eso que está ahí y que no puede ver. Al intentar dar vida a esa necesidad.
Cruzando el árbol de la muerte, entre almas y sueños perdidos, se esconde una cura para todo mal…
Y ahí está, frente a sus ojos, con sus cabellos negros y ojos color violeta, y una mirada llena de desesperación, angustia, impotencia y desesperanza, la misma mirada que la suya; atrapado en algo parecido a una caja de cristal. El mundo dio un giro, pero el sigue ahí.
Extiende su mano libre y lo toca. Es real. Taemin mira al Guardián. El Guardián mira a Taemin.
-Eres yo.
-Soy tu.
-Somos uno…
-Sabía que estarías aquí.
El aroma a fragancias florales inundó sus pulmones, movió algunos frascos y macetas para poner sus libros y se quitó la chaqueta, se arremangó la camisa y miro su reloj de bolsillo. Suspiró, Taemin siempre llegaba tarde o nunca llegaba y, cuando lo hacía, se encargaba de entorpecer su trabajo.
Minho se detuvo un momento a escuchar lo que Taemin tocaba en el violín con agilidad, mientras echaba un vistazo al lugar. Era un pequeño estudio de música convertido en un invernadero, había flores de todo tipo en todas partes, pétalos estaban esparcidos en el suelo y sobre todos los muebles. Había una mesa con materiales de laboratorio, lo que antes servía como una chimenea ahora tenía flores creciendo dentro de ella, incluso un reloj de arena con pequeñas margaritas y un reloj de péndulo que, en vez de péndulo, tenía un tulipán, en un librero estaban acomodadas meticulosamente macetas. Sin embargo, nada pudo haber llamado más la atención de Choi que aquellas flores pequeñas de forma acampanada de tallo curvado y de color blanco protegida por un globo de cristal. Sin poder evitarlo, se acercó.
-¿Qué son estas?
-Convallaria Majalis.
Minho siguió escuchando la melodía, desinteresado por la flor, porque esa canción tenía algo que él conocía. Algo que estaba grabado en su memoria, en los recuerdos felices de su infancia que no podían ser borrados. El recordaba la canción, porque la había escrito en su diario hacia años y porque era el recuerdo más feliz que poseía.
“Escribe lo que no deber ser olvidado, Minho. Porque la memoria es débil, es lo más frágil que posee un ser humano. Sin tus recuerdos no eres nadie, tus recuerdos son parte de lo que eres, así que escribe lo que consideres que no deba ser olvidado.”
-¿Dónde aprendiste esa canción?
Pero no obtuvo respuesta, Lee seguía tocando hasta que acabo la canción como si estuviese bajo un hechizo, entonces sonrió con malicia y, sin inmutarse, volvió a comenzar otra canción.
-La aprendí la tercera vez que sucedió, al final del sueño…esta melodía, no sé cómo se llama.
Minho asintió y tomó asiento a su lado, tomando el violín de sus manos y tocando la melodía con dificultad. Mientras, Taemin se levantó y tomó un mortero y varios frascos y unas flores, además de un poco de miel, frutos secos y poco de canela en polvo.
-¿Dónde la aprendiste tú?
-Mi abuelo la compuso cuando yo era un niño, todo porque yo no quería dormir. Su nombre es “Lux”.
Taemin recordó que le faltaba algo, miro hacia arriba y, justo encima de su cabeza, encontró lo que estaba buscando, así que se subió a la mesa sin problema, llamando la atención de Choi. Por más que intentó, no era suficientemente alto y, cuando iba a rendirse, dos manos sujetaron sus caderas y lo elevaron, haciendo que llegara tan alto como para alcanzar las pequeñas petunias marchitas.
-¿Qué haces?
-Es un regalo.
-¿Para quién?
Tae sonrió con ilusión, dejando que el más alto lo ayudase a bajar, una oleada de satisfacción lo recorrió al sentir sus manos sobre su cuerpo a través de la tela de la ropa.
-Es para un amigo.
-¿Es alguien que conozco?
-Tal vez si, tal vez no. En este mundo suceden cosas inexplicables algunas veces.
-Entiendo.
-¿Me pasas las rosas negras?
En una esquina de la mesa, había una maseta muy pequeña con dos rosas negras en ella, Minho la tomó y se la entregó, observando con atención e interés todo lo que el Lee hacía.
Olió las flores y luego arranco algunos pétalos y los puso en el mortero junto con los pétalos de amapola, narcisos y jacintos. Machacó los pétalos en el mortero y quitó el corcho a dos pequeños frascos, donde vertió el jugo de los pétalos. Limpió el mortero y machaco los frutos secos, los puso dentro de los frascos junto con la miel y la canela.
-¿Podrías traer la Convallaria Majalis?
-Enseguida, profesor.
Con mucho cuidado sacó la flor del globo de cristal, a sabiendas de que era algo muy importante y delicado para su alumno.
-Ahora, arranca cuatro y ponlas dentro de uno de los frascos.
Minho obedeció sin preguntar, siguiéndole la corriente. Había llegado ahí para ser su tutor, para transmitirle todo su conocimiento y también, para estudiarlo, su deber era descubrir el origen de lo que todos llamaban locura. Pero en el tiempo que había estado ahí, Taemin solo mostraba ser poseedor de miles de secretos, no parecía estar mal de la cabeza y, su único signo de poseer una enfermedad, era el hecho de sus episodios misterios cada cierto tiempo.
Lo que Minho si sabía, era que al despertar, algo diferente venía con él. De allá, de donde fuera que estuviese en sus sueños, Taemin acumulaba secretos de los viajes confidenciales de su subconsciente.
-Es venenosa si se consume en grandes cantidades, es llamada Lirio de los Valles. Recuerdo haber tragado un ramo entero de estas cuando tenía diez años, me desmaye enseguida y no desperté pasados ocho días – decía mientras ponía las flores marchitas dentro del frasco con los lirios – en ese entonces uno de mis ojos era marrón y el otro violeta, cuando volví a abrirlos, ocho días después, ambos eran color violeta.
-así que…
-Sí, ahí empezó todo. Arrancaron todas las plantas del jardín, y yo tomé esta sin que nadie lo notara. Lo curioso es, que desde entonces han pasado siete años y sigue sin marchitarse.
-Y ahora, ¿por qué a nadie le importa que tengas todo esto aquí?
-Mis padres se rindieron hace mucho tiempo, no sé porque estás aquí, Minho. Ellos no tienen esperanza, no les importa que haga con tal de mantener todo esto alejado de ellos.
-Y a ti no te veo para nada afectado.
Taemin suspiro, sonrió y luego adoptó una expresión muy seria y solemne.
-Necesito que guardes esto muy bien, en mis manos no serviría de nada.
-¿Qué se supone que haga con él?
-Tú sabrás cuando sea el momento, no es necesario que sepas mucho. He visto mundos maravillosos, Minho, he visto cien años de miseria y también mil años de gloria, nada que tú creerías o que ellos creerían. No estoy loco…y no necesito probarlo.
En un parpadeo, Taemin estaba frente a la puerta, dispuesto a irse. Minho no lo detuvo, ya habría tiempo para una charla de palabras claras y también para enseñarle algo de historia. En la mesa no estaba el frasco con los lirios ni las flores marchitas.
A la mañana siguiente, cuando intento despertarlo, Minho supo que Taemin no despertaría
Dos días después, el menor de los Lee abrió sus ojos y lo primero que vio fue a Choi Minho sentado a su lado en la cama, leyendo un libro.
-Minho, voy a morir.
Duerme, duerme tranquilo, cruzando el árbol de la muerte, hay un lugar para descansar…
Taemin levanta la vista, las nubes grises se adueñan del cielo, un relámpago suena de trasfondo y, en un parpadeo, cae la lluvia. Todo ocurre con increíble rapidez. Los lobos del bosque aúllan y los rosales se refugian bajo la sombra de los árboles. Bajo la tormenta, el guardián toma a Oz, el conejo de peluche casi decapitado y con ojos de botones que lleva consigo desde la transformación, y, sin salir de su habitual calma, baja del trono.
-Mi señor, ¿Qué es esto?
-Es lluvia, Fala, solo agua.
-¿Lluvia, aquí, en la sierra de Morfeo?
-Si…
Duerme, encuentra la paz. Más allá del bosque, hay una luz en la oscuridad…
Las palabras llegan en un seductor susurro que lo envuelve y, en un segundo, sus recuerdos parecen posarse frente a sus ojos, pero se van con la llegada de una brisa pasajera, dejándole con las manos extendidas a la nada. Paralizado, Taemin observa todo a su alrededor por el rabillo del ojos, como si todo fuese irreal.
-Mi señor, ¿A dónde va?
Las palabras de Fala, la rosa, se desvanecen al escucharlas como una ilusión, porque la voz de su mente suena más fuerte. Durante meses, el Guardián ha sido torturado por esa suave y amable voz, una voz que, de tanto escucharla, ya le parecía maléfica.
Aquella voz lo hechiza, lo envuelve y lo atrapa. Una voz que retumba en sus oídos y que parece provenir de todas partes al mismo tiempo, haciendo eco y perdiéndose en el rumor del bosque.
Bajo la tormenta, sobre la tierra húmeda, aplastando ramas y hierbas, entre los árboles y ensuciándose las ropas, Taemin recorre el bosque, hechizado por esa voz que le muestra deseos de su mente que no conoce, un deseo que no logra materializar ni en su imaginación, pero que está ahí y que es insistente y resistente. Un anhelo desconocido. Una inesperada llamarada de dolor recorre su cuerpo al intentar dar vida a eso que está ahí y que no puede ver. Al intentar dar vida a esa necesidad.
Cruzando el árbol de la muerte, entre almas y sueños perdidos, se esconde una cura para todo mal…
Y ahí está, frente a sus ojos, con sus cabellos negros y ojos color violeta, y una mirada llena de desesperación, angustia, impotencia y desesperanza, la misma mirada que la suya; atrapado en algo parecido a una caja de cristal. El mundo dio un giro, pero el sigue ahí.
Extiende su mano libre y lo toca. Es real. Taemin mira al Guardián. El Guardián mira a Taemin.
-Eres yo.
-Soy tu.
-Somos uno…
*----*
*Florencia, Italia. 1752*
*Florencia, Italia. 1752*
-Sabía que estarías aquí.
El aroma a fragancias florales inundó sus pulmones, movió algunos frascos y macetas para poner sus libros y se quitó la chaqueta, se arremangó la camisa y miro su reloj de bolsillo. Suspiró, Taemin siempre llegaba tarde o nunca llegaba y, cuando lo hacía, se encargaba de entorpecer su trabajo.
Minho se detuvo un momento a escuchar lo que Taemin tocaba en el violín con agilidad, mientras echaba un vistazo al lugar. Era un pequeño estudio de música convertido en un invernadero, había flores de todo tipo en todas partes, pétalos estaban esparcidos en el suelo y sobre todos los muebles. Había una mesa con materiales de laboratorio, lo que antes servía como una chimenea ahora tenía flores creciendo dentro de ella, incluso un reloj de arena con pequeñas margaritas y un reloj de péndulo que, en vez de péndulo, tenía un tulipán, en un librero estaban acomodadas meticulosamente macetas. Sin embargo, nada pudo haber llamado más la atención de Choi que aquellas flores pequeñas de forma acampanada de tallo curvado y de color blanco protegida por un globo de cristal. Sin poder evitarlo, se acercó.
-¿Qué son estas?
-Convallaria Majalis.
Minho siguió escuchando la melodía, desinteresado por la flor, porque esa canción tenía algo que él conocía. Algo que estaba grabado en su memoria, en los recuerdos felices de su infancia que no podían ser borrados. El recordaba la canción, porque la había escrito en su diario hacia años y porque era el recuerdo más feliz que poseía.
“Escribe lo que no deber ser olvidado, Minho. Porque la memoria es débil, es lo más frágil que posee un ser humano. Sin tus recuerdos no eres nadie, tus recuerdos son parte de lo que eres, así que escribe lo que consideres que no deba ser olvidado.”
-¿Dónde aprendiste esa canción?
Pero no obtuvo respuesta, Lee seguía tocando hasta que acabo la canción como si estuviese bajo un hechizo, entonces sonrió con malicia y, sin inmutarse, volvió a comenzar otra canción.
-La aprendí la tercera vez que sucedió, al final del sueño…esta melodía, no sé cómo se llama.
Minho asintió y tomó asiento a su lado, tomando el violín de sus manos y tocando la melodía con dificultad. Mientras, Taemin se levantó y tomó un mortero y varios frascos y unas flores, además de un poco de miel, frutos secos y poco de canela en polvo.
-¿Dónde la aprendiste tú?
-Mi abuelo la compuso cuando yo era un niño, todo porque yo no quería dormir. Su nombre es “Lux”.
Taemin recordó que le faltaba algo, miro hacia arriba y, justo encima de su cabeza, encontró lo que estaba buscando, así que se subió a la mesa sin problema, llamando la atención de Choi. Por más que intentó, no era suficientemente alto y, cuando iba a rendirse, dos manos sujetaron sus caderas y lo elevaron, haciendo que llegara tan alto como para alcanzar las pequeñas petunias marchitas.
-¿Qué haces?
-Es un regalo.
-¿Para quién?
Tae sonrió con ilusión, dejando que el más alto lo ayudase a bajar, una oleada de satisfacción lo recorrió al sentir sus manos sobre su cuerpo a través de la tela de la ropa.
-Es para un amigo.
-¿Es alguien que conozco?
-Tal vez si, tal vez no. En este mundo suceden cosas inexplicables algunas veces.
-Entiendo.
-¿Me pasas las rosas negras?
En una esquina de la mesa, había una maseta muy pequeña con dos rosas negras en ella, Minho la tomó y se la entregó, observando con atención e interés todo lo que el Lee hacía.
Olió las flores y luego arranco algunos pétalos y los puso en el mortero junto con los pétalos de amapola, narcisos y jacintos. Machacó los pétalos en el mortero y quitó el corcho a dos pequeños frascos, donde vertió el jugo de los pétalos. Limpió el mortero y machaco los frutos secos, los puso dentro de los frascos junto con la miel y la canela.
-¿Podrías traer la Convallaria Majalis?
-Enseguida, profesor.
Con mucho cuidado sacó la flor del globo de cristal, a sabiendas de que era algo muy importante y delicado para su alumno.
-Ahora, arranca cuatro y ponlas dentro de uno de los frascos.
Minho obedeció sin preguntar, siguiéndole la corriente. Había llegado ahí para ser su tutor, para transmitirle todo su conocimiento y también, para estudiarlo, su deber era descubrir el origen de lo que todos llamaban locura. Pero en el tiempo que había estado ahí, Taemin solo mostraba ser poseedor de miles de secretos, no parecía estar mal de la cabeza y, su único signo de poseer una enfermedad, era el hecho de sus episodios misterios cada cierto tiempo.
Lo que Minho si sabía, era que al despertar, algo diferente venía con él. De allá, de donde fuera que estuviese en sus sueños, Taemin acumulaba secretos de los viajes confidenciales de su subconsciente.
-Es venenosa si se consume en grandes cantidades, es llamada Lirio de los Valles. Recuerdo haber tragado un ramo entero de estas cuando tenía diez años, me desmaye enseguida y no desperté pasados ocho días – decía mientras ponía las flores marchitas dentro del frasco con los lirios – en ese entonces uno de mis ojos era marrón y el otro violeta, cuando volví a abrirlos, ocho días después, ambos eran color violeta.
-así que…
-Sí, ahí empezó todo. Arrancaron todas las plantas del jardín, y yo tomé esta sin que nadie lo notara. Lo curioso es, que desde entonces han pasado siete años y sigue sin marchitarse.
-Y ahora, ¿por qué a nadie le importa que tengas todo esto aquí?
-Mis padres se rindieron hace mucho tiempo, no sé porque estás aquí, Minho. Ellos no tienen esperanza, no les importa que haga con tal de mantener todo esto alejado de ellos.
-Y a ti no te veo para nada afectado.
Taemin suspiro, sonrió y luego adoptó una expresión muy seria y solemne.
-Necesito que guardes esto muy bien, en mis manos no serviría de nada.
-¿Qué se supone que haga con él?
-Tú sabrás cuando sea el momento, no es necesario que sepas mucho. He visto mundos maravillosos, Minho, he visto cien años de miseria y también mil años de gloria, nada que tú creerías o que ellos creerían. No estoy loco…y no necesito probarlo.
En un parpadeo, Taemin estaba frente a la puerta, dispuesto a irse. Minho no lo detuvo, ya habría tiempo para una charla de palabras claras y también para enseñarle algo de historia. En la mesa no estaba el frasco con los lirios ni las flores marchitas.
A la mañana siguiente, cuando intento despertarlo, Minho supo que Taemin no despertaría
Dos días después, el menor de los Lee abrió sus ojos y lo primero que vio fue a Choi Minho sentado a su lado en la cama, leyendo un libro.
-Minho, voy a morir.
Sou-Tan
Mr. Pollo. 393
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Sou-Tan Dom Ene 11, 2015 7:59 pm
Light and darkness. 4
Con un ruido estruendoso, las paredes caen a su alrededor y sus ojos se ciegan por la luz intensa. El señor de las Pesadillas hace un esfuerzo por recuperar el aliento, no sabe cuántos días pasó en ese lugar pero es hora de salir y dejar morir todo aquello que lo ha estado torturando desde que la transformación hizo lo suyo.
Minho también había olvidado algo, sonrió burlón, los dioses también tienen sentimientos y comenzaba a sospechar que algo de eso se le había metido en el cerebro.
Sube las escaleras con renovadas energías, la madera gime con sus fuertes pisadas y toma sus ropas mientras avanza hasta la primera planta. Vestido y arreglado, sale fuera de la mansión, extrañándose enseguida porque ese olor a sueños peligrosos que desprende Taemin no aparece por ninguna parte. Sus colmillos salen a relucir, alertas ante cualquier suceso extraño que indicase que hay un invitado no deseado en sus dominios.
Camina rápido sin mirar a los lados y, al llegar al borde la montaña nota por que Kai ha estado siguiéndole todo el camino.
Las montañas que antes eran pequeñas, ahora son de un tamaño impensable, Minho, furioso, golpea fuerte una de las montañas, pero esta solo se tambalea pero no cae.
Kai, el antiguo sirviente de Minho, mantiene su apacible expresión.
-Amo, nada de eso servirá.
-¿Tu sabes qué demonios ha sucedido aquí?
-¿Qué no puede verlo, lo que sucede?
Pero Minho no sabe nada, solo es consciente de su ignorancia y de que al parecer, lo que el creyó días de encierro, son en realidad años.
Taemin no te recuerda.
-Debe calmarse, amo, mas allá de las montañas hay más sorpresas no muy gratas ni para usted ni para nadie aquí en esta frontera.
Recobrando el control, posa sus manos en la superficie de la montaña, la cual no tarda en caer ante sus poderes. Lo que ve solo significa algo: El equilibrio pende de un hilo muy fino. Ahí podía ocurrir cualquier cosa, era la tierra de los sueños, todo lo que se perdía o lo que no podía encontrar un lugar llegaba ahí.
-Acompáñame, Kai, es hora de visitar a tu viejo señor.
El nombrado sonríe con compresión, debía dejar que se enterase por su cuenta, el Señor de las Pesadillas necesitaba aprender algunas cosas que su insensibilidad y crueldad no le dejaban ver.
Kai había sido en algún tiempo un subordinado del Guardián de los sueños, pero cuando la caja de Pandora fue abierta y el equilibrio casi se pierde, de una forma Kai llego a los dominios del señor de las pesadillas y allí se quedó, adaptándose rápidamente al estilo de vida en la mansión y negándose a hacer el trabajo sucio. Kai se encargaría de observar, sería un informante.
Las pisadas de Minho son tan fuertes que el suelo se agrieta, suelta un gruñido mostrando sus colmillos ante el aire diferente en ese lugar. El olor a Taemin estas por todas partes y todas las direcciones, lo que logra confundir a su mente. Ni bien dio un paso más, un gritito agudo lo detuvo.
-¡Oiga!
-¿Eh? ¿Una rosa?
-Fala, la rosa del Guardián. Y usted ha pisado mis hojas.
Hay algo en el aire, una turbulencia, algo que lo alarma y que hace que sus instintos se pongan alerta. Minho saca sus filosas garras negras y consigue olfatear el olor del Guardián que se pierde entre los arboles del bosque y, cuando se dirige a donde está el olor, la pequeña voz lo detiene.
-¡Mi señor no está en ese lugar! No está en ningún lugar, ha desaparecido.
En un cerrar de ojos los pies de Minho se posan sobre el tallo de la flor, aplastándolo.
-¿Desaparecido, dices?
Su voz suena venenosa y con un atisbo de ira.
-A las cosas les ha dado por cambiar de lugar últimamente desde que mi señor se fue. Todas las criaturas lo han buscado durante meses, pero lo único que hemos encontrado han sido estas ropas hechas harapos…
La rosa señala un revoltijo de telas sucias y enmarañadas, y, cuando las toma, el olor de Taemin le recorre el cuerpo dolorosamente. Pero no dice nada, dejando que la flor continúe.
-No hay rastros. Ese día mi señor tomo a ese horrible conejo y se fue al bosque, nunca más volvió. Todo indica que solo hay una última dirección que tomar.
Kai toma el hombro de su amo, decidido a tranquilizarlo un poco. Por su bien, por el bien de todos. Sin el Guardián de Los Sueños ni el Señor de Las Pesadillas, no hay nadie que cuide la frontera de las dimensiones y, si criaturas llegaban a sobrepasar esos límites, el equilibrio ya no existiría.
-Escuche, todo eso sucedió hace unos dos años. Tranquilícese, aún hay tiempo.
-¿Dos años? ¡No hay tiempo, maldición, Taemin!
Rayos caen del cielo y la tierra tiembla con la furia de Minho.
-¡Dime, maldita rosa! ¿Hacia dónde?
Kai se aparta y se queda a una distancia prudente, desde donde no pueda ser destruido por su encolerizado amo. Él sabe la respuesta y por eso no quería enfrentar esta situación donde Minho se enteraba de la pérdida del Guardián.
-El Laberinto de Cristal es la última posibilidad.
-El único capaz de abrir esas rejas es el Guardián.
Entonces Minho siente como algo se desliza por su pierna y se cierra sobre él. Hay otra rosa azul, de pétalos muchos más grandes y de aspecto más viejo con algunas de sus hojas ya marchitas.
-No Fala, ese laberinto solo puede ser abierto por los Hijos de Morfeo. Minho y Taemin, luz y oscuridad, ambos son los protectores de este laberinto.
-¿Qué dices?
Recobrando su calma, Minho se deshace de la rosa en su pierna y comienza a andar hacia la entrada del laberinto, sin prisa, calmado, sintiendo como la angustia camina a pasos rápidos a su lado, un manto de oscuridad se cierne sobre su cuerpo, abrigándole su alma marchita.
Mi Guardián, ¿Dónde estás?
Siente esas energías recorrer su cuerpo nuevamente, las misma energías que le motivaron una vez a hacer que el Guardián sucumbiese ante su voluntad. Una vez más, quiere a Taemin, esta vez lo quiere de vuelta.
-La vieja rosa tiene razón. Mi padre creo esto para ambos, pero luego debido a…pequeñas diferencias entre hermanos, pensó que era mejor mantenernos separados. He ahí la razón de ser de esa sierra.
-¿Por qué separados?
Una sonrisa lasciva adorna su rostro a la par que una risa siniestra escapa de sus labios.
-Mi querido hermanito no representa el bien, Kai. El representa la verdad, la justicia, la luz. Y para eso se necesita ser cruel…Taemin es el ser más descorazonado que conozco. A la más mínima falta, él iba a destruirme, necesitábamos barreras, es una de las cosas que no recuerda.
>>Vimos nuestros rostros por primera vez hace muchos años, desde entonces no pude olvidarme de aquellos ojos fríos ni de esas manos que querían asesinarme. No descanse hasta tenerlo…y ahora no descansare hasta recuperarlo.
Kai duda un momento, pero asiente pensando que estaría bien que lo acompañase por un tiempo en su viaje.
-Iré con usted, amo.
-Da igual, pero sabes que en un punto no podrás seguir o morirías.
El tic-tac de un reloj avisa el correr del tiempo, las rejas se abren dejándolos a entrar, a partir de ese momento ningún conocimiento de Minho podría salvarlo de nada, allí solo hay cosas por descubrir, secretos muy bien escondidos y peligros a cada paso.
-¿A dónde iremos primero?
-Si tomamos el camino del medio, nos encontraremos a una quimera, hacia la derecha están los fuegos del infierno y a la izquierda nos toparemos con el Maestro de la ilusión, un zorro loco.
-¿Hay que estar preparado para algo?
Minho sonrió burlón.
-Para lo peor…
~******~
El frio del lugar ya no alcanzaba a detenerlo, la claridad del lugar ya no le cegaba los ojos y, aunque se respiraba paz, sentía que era la paz que antecede al desastre.
Sin embargo, sabía que esa vez sería diferente, pues estaba a punto de cambiar todo. Subió las escaleras sin prisa, observando que el castillo de hielo no tenía ningún tipo de decoración ni muebles. Eran inútiles, se dijo, pues allí solo habitaba él.
Desde el día que lo miro a los ojos, supo que su desgracia estaba llegando a su fin. Primero apareció en sus sueños como una figura informe y luego la visión del futuro que les esperaba a ambos.
Despejo su mente, la puerta se abrió mostrando una habitación pulcra, con paredes de hielo y gigantescos ventanales, la habitación estaba decorada con flores marchitas por todas partes y una jaula dorada donde dos aves de plumas plateadas yacían muertas.
Puso una cara desilusionada ante el desastre, apretando el objeto que llevaba en sus manos. Él estaba de espaldas, mirando la ventana como siempre.
-¿Por qué has hecho esto?
-No les gusta estar encerrados en esa jaula.
-¿Y las flores?
-Me he quedado dormido, sabes que cuando te vas vuelvo a dormir hasta que regresas. No puedo cuidarlas.
Se sentó a su lado, dejando su cabeza reposar en su hombro un rato, respirando ese aroma tan familiar y agradable.
-Me gustaban mucho y los mataste.
-No es nada…
Lo miro a los ojos y le sostuvo las mejillas, acarició su rostro y bajó por su cuello, llegando a su pecho para luego enterrar su cabeza en el espacio de su cuello, abrazándolo.
-Te tardaste mucho en venir.
El correspondió su abrazo con necesidad, últimamente lo echaba de menos porque sus sueños no dejaban de atormentarle mientras no estaba.
-He soñado mucho.
-Yo he vivido un poco, hasta te traje un regalo para compensarte mi ausencia.
Le entrego el objeto que tenía en su mano, él lo destapo y lo olio. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Le pareció que no había imagen más angustiante que él, con sus cabellos rubios y esos ojos brillantes en lágrimas.
-Es el olor que está en mis sueños, a eso huele esa persona.
-¿No has visto su rostro aun?
-No…pero su voz siempre aparece. Te lo agradezco mucho, yo también te daré un regalo, cuando te vayas, me darás las gracias.
Suspiró encantado, ese lugar le encantaba, estar a su lado era lo que deseaba pero sabía que no podía quedarse para siempre porque había cosas sin terminar, asuntos que no debían olvidarse fácilmente. No pertenecía a ese lugar.
-Tae, ¿Te iras ya?
El pelinegro se apretó más contra su cuerpo, acariciando su espalda queriendo transmitirle tranquilidad.
-Me quedare contigo unos días. Te he extrañado mucho.
El rubio y el pelinegro se quedaron así, en silencio, descansando de la agitación de la existencia y de los males. Cuando estaban juntos, el tiempo parecía detenerse. Las penas se dispersaban.
Con un ruido estruendoso, las paredes caen a su alrededor y sus ojos se ciegan por la luz intensa. El señor de las Pesadillas hace un esfuerzo por recuperar el aliento, no sabe cuántos días pasó en ese lugar pero es hora de salir y dejar morir todo aquello que lo ha estado torturando desde que la transformación hizo lo suyo.
Minho también había olvidado algo, sonrió burlón, los dioses también tienen sentimientos y comenzaba a sospechar que algo de eso se le había metido en el cerebro.
Sube las escaleras con renovadas energías, la madera gime con sus fuertes pisadas y toma sus ropas mientras avanza hasta la primera planta. Vestido y arreglado, sale fuera de la mansión, extrañándose enseguida porque ese olor a sueños peligrosos que desprende Taemin no aparece por ninguna parte. Sus colmillos salen a relucir, alertas ante cualquier suceso extraño que indicase que hay un invitado no deseado en sus dominios.
Camina rápido sin mirar a los lados y, al llegar al borde la montaña nota por que Kai ha estado siguiéndole todo el camino.
Las montañas que antes eran pequeñas, ahora son de un tamaño impensable, Minho, furioso, golpea fuerte una de las montañas, pero esta solo se tambalea pero no cae.
Kai, el antiguo sirviente de Minho, mantiene su apacible expresión.
-Amo, nada de eso servirá.
-¿Tu sabes qué demonios ha sucedido aquí?
-¿Qué no puede verlo, lo que sucede?
Pero Minho no sabe nada, solo es consciente de su ignorancia y de que al parecer, lo que el creyó días de encierro, son en realidad años.
Taemin no te recuerda.
-Debe calmarse, amo, mas allá de las montañas hay más sorpresas no muy gratas ni para usted ni para nadie aquí en esta frontera.
Recobrando el control, posa sus manos en la superficie de la montaña, la cual no tarda en caer ante sus poderes. Lo que ve solo significa algo: El equilibrio pende de un hilo muy fino. Ahí podía ocurrir cualquier cosa, era la tierra de los sueños, todo lo que se perdía o lo que no podía encontrar un lugar llegaba ahí.
-Acompáñame, Kai, es hora de visitar a tu viejo señor.
El nombrado sonríe con compresión, debía dejar que se enterase por su cuenta, el Señor de las Pesadillas necesitaba aprender algunas cosas que su insensibilidad y crueldad no le dejaban ver.
Kai había sido en algún tiempo un subordinado del Guardián de los sueños, pero cuando la caja de Pandora fue abierta y el equilibrio casi se pierde, de una forma Kai llego a los dominios del señor de las pesadillas y allí se quedó, adaptándose rápidamente al estilo de vida en la mansión y negándose a hacer el trabajo sucio. Kai se encargaría de observar, sería un informante.
Las pisadas de Minho son tan fuertes que el suelo se agrieta, suelta un gruñido mostrando sus colmillos ante el aire diferente en ese lugar. El olor a Taemin estas por todas partes y todas las direcciones, lo que logra confundir a su mente. Ni bien dio un paso más, un gritito agudo lo detuvo.
-¡Oiga!
-¿Eh? ¿Una rosa?
-Fala, la rosa del Guardián. Y usted ha pisado mis hojas.
Hay algo en el aire, una turbulencia, algo que lo alarma y que hace que sus instintos se pongan alerta. Minho saca sus filosas garras negras y consigue olfatear el olor del Guardián que se pierde entre los arboles del bosque y, cuando se dirige a donde está el olor, la pequeña voz lo detiene.
-¡Mi señor no está en ese lugar! No está en ningún lugar, ha desaparecido.
En un cerrar de ojos los pies de Minho se posan sobre el tallo de la flor, aplastándolo.
-¿Desaparecido, dices?
Su voz suena venenosa y con un atisbo de ira.
-A las cosas les ha dado por cambiar de lugar últimamente desde que mi señor se fue. Todas las criaturas lo han buscado durante meses, pero lo único que hemos encontrado han sido estas ropas hechas harapos…
La rosa señala un revoltijo de telas sucias y enmarañadas, y, cuando las toma, el olor de Taemin le recorre el cuerpo dolorosamente. Pero no dice nada, dejando que la flor continúe.
-No hay rastros. Ese día mi señor tomo a ese horrible conejo y se fue al bosque, nunca más volvió. Todo indica que solo hay una última dirección que tomar.
Kai toma el hombro de su amo, decidido a tranquilizarlo un poco. Por su bien, por el bien de todos. Sin el Guardián de Los Sueños ni el Señor de Las Pesadillas, no hay nadie que cuide la frontera de las dimensiones y, si criaturas llegaban a sobrepasar esos límites, el equilibrio ya no existiría.
-Escuche, todo eso sucedió hace unos dos años. Tranquilícese, aún hay tiempo.
-¿Dos años? ¡No hay tiempo, maldición, Taemin!
Rayos caen del cielo y la tierra tiembla con la furia de Minho.
-¡Dime, maldita rosa! ¿Hacia dónde?
Kai se aparta y se queda a una distancia prudente, desde donde no pueda ser destruido por su encolerizado amo. Él sabe la respuesta y por eso no quería enfrentar esta situación donde Minho se enteraba de la pérdida del Guardián.
-El Laberinto de Cristal es la última posibilidad.
-El único capaz de abrir esas rejas es el Guardián.
Entonces Minho siente como algo se desliza por su pierna y se cierra sobre él. Hay otra rosa azul, de pétalos muchos más grandes y de aspecto más viejo con algunas de sus hojas ya marchitas.
-No Fala, ese laberinto solo puede ser abierto por los Hijos de Morfeo. Minho y Taemin, luz y oscuridad, ambos son los protectores de este laberinto.
-¿Qué dices?
Recobrando su calma, Minho se deshace de la rosa en su pierna y comienza a andar hacia la entrada del laberinto, sin prisa, calmado, sintiendo como la angustia camina a pasos rápidos a su lado, un manto de oscuridad se cierne sobre su cuerpo, abrigándole su alma marchita.
Mi Guardián, ¿Dónde estás?
Siente esas energías recorrer su cuerpo nuevamente, las misma energías que le motivaron una vez a hacer que el Guardián sucumbiese ante su voluntad. Una vez más, quiere a Taemin, esta vez lo quiere de vuelta.
-La vieja rosa tiene razón. Mi padre creo esto para ambos, pero luego debido a…pequeñas diferencias entre hermanos, pensó que era mejor mantenernos separados. He ahí la razón de ser de esa sierra.
-¿Por qué separados?
Una sonrisa lasciva adorna su rostro a la par que una risa siniestra escapa de sus labios.
-Mi querido hermanito no representa el bien, Kai. El representa la verdad, la justicia, la luz. Y para eso se necesita ser cruel…Taemin es el ser más descorazonado que conozco. A la más mínima falta, él iba a destruirme, necesitábamos barreras, es una de las cosas que no recuerda.
>>Vimos nuestros rostros por primera vez hace muchos años, desde entonces no pude olvidarme de aquellos ojos fríos ni de esas manos que querían asesinarme. No descanse hasta tenerlo…y ahora no descansare hasta recuperarlo.
Kai duda un momento, pero asiente pensando que estaría bien que lo acompañase por un tiempo en su viaje.
-Iré con usted, amo.
-Da igual, pero sabes que en un punto no podrás seguir o morirías.
El tic-tac de un reloj avisa el correr del tiempo, las rejas se abren dejándolos a entrar, a partir de ese momento ningún conocimiento de Minho podría salvarlo de nada, allí solo hay cosas por descubrir, secretos muy bien escondidos y peligros a cada paso.
-¿A dónde iremos primero?
-Si tomamos el camino del medio, nos encontraremos a una quimera, hacia la derecha están los fuegos del infierno y a la izquierda nos toparemos con el Maestro de la ilusión, un zorro loco.
-¿Hay que estar preparado para algo?
Minho sonrió burlón.
-Para lo peor…
~******~
El frio del lugar ya no alcanzaba a detenerlo, la claridad del lugar ya no le cegaba los ojos y, aunque se respiraba paz, sentía que era la paz que antecede al desastre.
Sin embargo, sabía que esa vez sería diferente, pues estaba a punto de cambiar todo. Subió las escaleras sin prisa, observando que el castillo de hielo no tenía ningún tipo de decoración ni muebles. Eran inútiles, se dijo, pues allí solo habitaba él.
Desde el día que lo miro a los ojos, supo que su desgracia estaba llegando a su fin. Primero apareció en sus sueños como una figura informe y luego la visión del futuro que les esperaba a ambos.
Despejo su mente, la puerta se abrió mostrando una habitación pulcra, con paredes de hielo y gigantescos ventanales, la habitación estaba decorada con flores marchitas por todas partes y una jaula dorada donde dos aves de plumas plateadas yacían muertas.
Puso una cara desilusionada ante el desastre, apretando el objeto que llevaba en sus manos. Él estaba de espaldas, mirando la ventana como siempre.
-¿Por qué has hecho esto?
-No les gusta estar encerrados en esa jaula.
-¿Y las flores?
-Me he quedado dormido, sabes que cuando te vas vuelvo a dormir hasta que regresas. No puedo cuidarlas.
Se sentó a su lado, dejando su cabeza reposar en su hombro un rato, respirando ese aroma tan familiar y agradable.
-Me gustaban mucho y los mataste.
-No es nada…
Lo miro a los ojos y le sostuvo las mejillas, acarició su rostro y bajó por su cuello, llegando a su pecho para luego enterrar su cabeza en el espacio de su cuello, abrazándolo.
-Te tardaste mucho en venir.
El correspondió su abrazo con necesidad, últimamente lo echaba de menos porque sus sueños no dejaban de atormentarle mientras no estaba.
-He soñado mucho.
-Yo he vivido un poco, hasta te traje un regalo para compensarte mi ausencia.
Le entrego el objeto que tenía en su mano, él lo destapo y lo olio. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Le pareció que no había imagen más angustiante que él, con sus cabellos rubios y esos ojos brillantes en lágrimas.
-Es el olor que está en mis sueños, a eso huele esa persona.
-¿No has visto su rostro aun?
-No…pero su voz siempre aparece. Te lo agradezco mucho, yo también te daré un regalo, cuando te vayas, me darás las gracias.
Suspiró encantado, ese lugar le encantaba, estar a su lado era lo que deseaba pero sabía que no podía quedarse para siempre porque había cosas sin terminar, asuntos que no debían olvidarse fácilmente. No pertenecía a ese lugar.
-Tae, ¿Te iras ya?
El pelinegro se apretó más contra su cuerpo, acariciando su espalda queriendo transmitirle tranquilidad.
-Me quedare contigo unos días. Te he extrañado mucho.
El rubio y el pelinegro se quedaron así, en silencio, descansando de la agitación de la existencia y de los males. Cuando estaban juntos, el tiempo parecía detenerse. Las penas se dispersaban.
Sou-Tan
Mr. Pollo. 393
Re: Sueños Congelados. (4/15) 2min.
por Reira Elric Mar Ene 20, 2015 12:42 am
Fsggsgs!!!! Aparto!!!....
Tendré q buscar pesadillas de ensueño, tengo q saber q paso en esa primera temporada ><
Tendré q buscar pesadillas de ensueño, tengo q saber q paso en esa primera temporada ><
Reira Elric
Minho 857
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