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'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Título: 'Endless love'.
Autor: MinYoung.
Género: Romántico.
Pareja: OnTae.
Personajes: Onew, TaeMin, MinHo.
Advertencia: Posible lemmon.
Hope you like it ;)
'Por fin'.
Increíblemente el día que había esperado por dos largos y eternos años había llegado.
—Minnie, ¿estás bien?
— ¿Eh?
—El profesor te está vigilando —MinHo le susurró a su menor para que prestara atención a la pizarra.
—Gracias.
Era lamentable.
Lee TaeMin era un alumno brillante, siempre preocupado por los estudios. Nunca había faltado a la Escuela, excepto en casos... desesperados —digamos una enfermedad que le impidiera asistir o... bueno, un caso excepcional que sólo se da una vez en la vida—. Por eso era que su amigo y compañero de banco lo miraba cada tanto.
Pronto sonó el timbre y todos los estudiantes abandonaron la sala.
— ¿Vamos a almorzar?
—Ok.
Realmente sentía que ese no era el lugar en el que debería estar. Pero no podía ausentarse, faltaba poco para los exámenes finales. Una semana más y estaría libre, libre para hacer algo que debió hacer hacía veinticuatro meses.
— ¿En serio estás bien, Tae?
—Sí, MinHo.
Reinició su almuerzo a ratos interrumpido por sus divagaciones.
—Ya han pasado dos años, ¿verdad?
—Sí...
—Y... ¿te ha enviado algún mensaje?
—Pues... acordamos juntarnos en el lugar de siempre.
—Ah...
MinHo, de todos los chicos a los que conocía, era el único que sabía su secreto.
En el fondo, estaba preocupado. No había tenido noticias en los últimos días. Su madre tampoco sabía nada y eso lo desesperaba.
'Las malas nuevas son las primeras en llegar'.
Sí. Ese era el simple pensamiento con el que lograba consolarse. Aunque fuese sólo a medias.
La tarde transcurrió con una lentitud horrorosa.
Para cuando tocaron la última campana del día, Tae apenas si lograba mantenerse sentado.
— ¡Que te vaya bien! —Le gritó su hyung poco antes de que saliera corriendo por la puerta.
—No corra por los pasillos, señor Lee.
—Sí, profesor.
Esperó a que se perdiera de vista para continuar su carrera.
Tomó el primer autobús que se detuvo en el paradero y mandó un mensaje a su madre en cuanto se sentó.
Detestaba mentirle, pero no le quedaba de otra: sabía que esa noche sería especial. Su amado le había prometido que él sería el primero en verlo. Si sus padres lo pillaban... bueno, ya habría tiempo para explicarles todo.
'MinHo, si mi madre llama a tu casa, di que estoy contigo por favor, invéntale alguna cosa si es que pide hablar conmigo. Tendré el teléfono apagado. Hablamos el lunes. Gracias'.
Su corazón latía a mil cuando se bajó de la micro.
Aún quedaba camino por recorrer, así que se apresuró a caminar. No sabía a qué hora aparecería y quería sorprenderlo.
—Tengo pollo, velas, película por si hacen falta...
No se detuvo en la entrada. Simplemente sacó la copia de llave que tenía, abrió la puerta y avanzó hacia el interior.
Tenía mucho que hacer, por lo que dejó su mochila sobre un sillón. Ya descansaría más tarde.
~~
— ¿JinKi-hyung?
—Shh...
Movía mucho las piernas. Estaba sentado en el auditorio, escuchando el último discurso del comandante en jefe.
Ya no quedaba nada para que pudiera irse y eso lo desesperaba.
—Sé que lo que han aprendido en estos dos años servirán para que lo apliquen en sus vidas. Muchos se marcharán hoy, muchos otros llegarán. Sólo quiero que sepan que este es el más grande honor que un ciudadano coreano puede tener, así que no olviden a su sunbae, que él pedirá por ustedes cada día. Ahora un aplauso para todos ustedes —estaba emocionado, con los ojos cristalizados—, gracias por el esfuerzo entregado. Nos vemos en alguna oportunidad.
Uno por uno se fue poniendo de pie para ir a despedirse de aquél hombre estricto pero sensible.
—Señor Lee...
—HyunWoo-sunbae...
—Espero que continúe igual de responsable y luchador.
—Así lo haré, señor.
Le dio un abrazo y apretón de manos.
JinKi no daba más. Con suerte y alcanzó a decirle adiós a sus donsaengs y hyungs. Estaba seguro de que alguien esperaba por él. No quería alargar más el tiempo que habían estado separados.
Las calles pasaban a su lado sin que él les pusiera la más mínima atención. Sólo se fijaba en aquellas que le traían recuerdos.
Pero eso no bastaba. Quería estar por fin con su chico. Quería tenerlo cerca, entre sus brazos, para sentir su calor y decirle lo que sentía.
El paisaje comenzaba a cambiar. Los edificios daban paso a amplios terrenos, la mayoría deshabitados.
En el último paradero, descendió del autobús, su órgano vital latiendo por la anticipación. ¿Estaría él ahí? Casi podía apostarlo. La forma en que se habían despedido antes de que entrara al ejército le decía que sus sentimientos eran correspondidos.
Suspiró. Estaba a pocos pasos de cumplir con un deseo que lo había carcomido todo el tiempo que estuvieron separados.
*Flashback*
Sentados en un parque, el mayor suspiró con fuerza mientras su dongsaeng lo miraba atento.
—Ya, dilo. Parece que te vas a ahogar.
—Tengo que decirte algo.
— ¿Qué sucede, Onew-hyung?
—Es que... me llegó una carta... del ejército.
—Ajá...
TaeMin intentaba mantenerse en calma, aunque algo hubiese comenzado a quebrarse dentro de él.
—...y acepté. Me iré en dos meses más.
—Pero... en dos meses más acaban mis clases.
—Lo sé —miró al piso, incapaz de verlo a los ojos.
—Habíamos... habíamos planeado ir de vacaciones... juntos.
—Lo sé, ¡lo sé! Y me quiero golpear por eso pero mi padre me obligó. No tengo opción, Minnie.
El chico enmudeció. Su hyung... lejos... dos años.
—Vamos, dime algo.
— ¿Y qué quieres que diga? ¡De verdad quería salir contigo! Estaba juntando dinero incluso.
—Perdón. De veras lo siento. Estar alejado de ti por tanto tiempo... se me hará eterno.
Nunca, desde que se habían conocido, se habían distanciado. Nunca. Ningún día habían dejado de verse. Ningún día había pasado en que no se enviaran al menos un mensaje.
Pero... dos años...
—Aprovechemos lo que nos queda, hyung.
— ¿Estás seguro?
—Sí —asintió con firmeza—. No me importa nada más que estar contigo, JinKi-ssi.
—A mí tampoco.
Y se abrazaron. Unas cuántas lágrimas cayeron de sus ojos. Sin embargo, no pronunciaron palabra al respecto.
— ¿Qué quieres hacer?
—Vamos a nuestra casa, hyung.
—Vamos.
Y, en un acto que ya se les había hecho costumbre, le ayudó a ponerse de pie tomándolo de la mano, sin soltarlo mientras caminaban hacia la parada, iniciando así los días que tenían contados antes de que sus vidas volvieran a ser las de siempre.
Luego de esa tarde, pasaron la mayor parte del tiempo juntos. Onew le ayudaba a estudiar para sus pruebas, sin que por ello olvidara lo que estaba por suceder. Su corazón se apretujaba cada que observaba a Tae. Él no decía nada, nunca pronunció palabra alguna sobre el tema pues le hacía pensar que lo haría más real de lo que ya era. Prefería callar. No quería lograr que su hyung sufriera más de lo que ya lo hacía.
*Fin flashback*
~~~~~
Eso es todo por ahora... Annyeong~!
Autor: MinYoung.
Género: Romántico.
Pareja: OnTae.
Personajes: Onew, TaeMin, MinHo.
Advertencia: Posible lemmon.
Hope you like it ;)
Endless love, primera parte.
'Por fin'.
Increíblemente el día que había esperado por dos largos y eternos años había llegado.
—Minnie, ¿estás bien?
— ¿Eh?
—El profesor te está vigilando —MinHo le susurró a su menor para que prestara atención a la pizarra.
—Gracias.
Era lamentable.
Lee TaeMin era un alumno brillante, siempre preocupado por los estudios. Nunca había faltado a la Escuela, excepto en casos... desesperados —digamos una enfermedad que le impidiera asistir o... bueno, un caso excepcional que sólo se da una vez en la vida—. Por eso era que su amigo y compañero de banco lo miraba cada tanto.
Pronto sonó el timbre y todos los estudiantes abandonaron la sala.
— ¿Vamos a almorzar?
—Ok.
Realmente sentía que ese no era el lugar en el que debería estar. Pero no podía ausentarse, faltaba poco para los exámenes finales. Una semana más y estaría libre, libre para hacer algo que debió hacer hacía veinticuatro meses.
— ¿En serio estás bien, Tae?
—Sí, MinHo.
Reinició su almuerzo a ratos interrumpido por sus divagaciones.
—Ya han pasado dos años, ¿verdad?
—Sí...
—Y... ¿te ha enviado algún mensaje?
—Pues... acordamos juntarnos en el lugar de siempre.
—Ah...
MinHo, de todos los chicos a los que conocía, era el único que sabía su secreto.
En el fondo, estaba preocupado. No había tenido noticias en los últimos días. Su madre tampoco sabía nada y eso lo desesperaba.
'Las malas nuevas son las primeras en llegar'.
Sí. Ese era el simple pensamiento con el que lograba consolarse. Aunque fuese sólo a medias.
La tarde transcurrió con una lentitud horrorosa.
Para cuando tocaron la última campana del día, Tae apenas si lograba mantenerse sentado.
— ¡Que te vaya bien! —Le gritó su hyung poco antes de que saliera corriendo por la puerta.
—No corra por los pasillos, señor Lee.
—Sí, profesor.
Esperó a que se perdiera de vista para continuar su carrera.
Tomó el primer autobús que se detuvo en el paradero y mandó un mensaje a su madre en cuanto se sentó.
Detestaba mentirle, pero no le quedaba de otra: sabía que esa noche sería especial. Su amado le había prometido que él sería el primero en verlo. Si sus padres lo pillaban... bueno, ya habría tiempo para explicarles todo.
'MinHo, si mi madre llama a tu casa, di que estoy contigo por favor, invéntale alguna cosa si es que pide hablar conmigo. Tendré el teléfono apagado. Hablamos el lunes. Gracias'.
Su corazón latía a mil cuando se bajó de la micro.
Aún quedaba camino por recorrer, así que se apresuró a caminar. No sabía a qué hora aparecería y quería sorprenderlo.
—Tengo pollo, velas, película por si hacen falta...
No se detuvo en la entrada. Simplemente sacó la copia de llave que tenía, abrió la puerta y avanzó hacia el interior.
Tenía mucho que hacer, por lo que dejó su mochila sobre un sillón. Ya descansaría más tarde.
~~
— ¿JinKi-hyung?
—Shh...
Movía mucho las piernas. Estaba sentado en el auditorio, escuchando el último discurso del comandante en jefe.
Ya no quedaba nada para que pudiera irse y eso lo desesperaba.
—Sé que lo que han aprendido en estos dos años servirán para que lo apliquen en sus vidas. Muchos se marcharán hoy, muchos otros llegarán. Sólo quiero que sepan que este es el más grande honor que un ciudadano coreano puede tener, así que no olviden a su sunbae, que él pedirá por ustedes cada día. Ahora un aplauso para todos ustedes —estaba emocionado, con los ojos cristalizados—, gracias por el esfuerzo entregado. Nos vemos en alguna oportunidad.
Uno por uno se fue poniendo de pie para ir a despedirse de aquél hombre estricto pero sensible.
—Señor Lee...
—HyunWoo-sunbae...
—Espero que continúe igual de responsable y luchador.
—Así lo haré, señor.
Le dio un abrazo y apretón de manos.
JinKi no daba más. Con suerte y alcanzó a decirle adiós a sus donsaengs y hyungs. Estaba seguro de que alguien esperaba por él. No quería alargar más el tiempo que habían estado separados.
Las calles pasaban a su lado sin que él les pusiera la más mínima atención. Sólo se fijaba en aquellas que le traían recuerdos.
Pero eso no bastaba. Quería estar por fin con su chico. Quería tenerlo cerca, entre sus brazos, para sentir su calor y decirle lo que sentía.
El paisaje comenzaba a cambiar. Los edificios daban paso a amplios terrenos, la mayoría deshabitados.
En el último paradero, descendió del autobús, su órgano vital latiendo por la anticipación. ¿Estaría él ahí? Casi podía apostarlo. La forma en que se habían despedido antes de que entrara al ejército le decía que sus sentimientos eran correspondidos.
Suspiró. Estaba a pocos pasos de cumplir con un deseo que lo había carcomido todo el tiempo que estuvieron separados.
*Flashback*
Sentados en un parque, el mayor suspiró con fuerza mientras su dongsaeng lo miraba atento.
—Ya, dilo. Parece que te vas a ahogar.
—Tengo que decirte algo.
— ¿Qué sucede, Onew-hyung?
—Es que... me llegó una carta... del ejército.
—Ajá...
TaeMin intentaba mantenerse en calma, aunque algo hubiese comenzado a quebrarse dentro de él.
—...y acepté. Me iré en dos meses más.
—Pero... en dos meses más acaban mis clases.
—Lo sé —miró al piso, incapaz de verlo a los ojos.
—Habíamos... habíamos planeado ir de vacaciones... juntos.
—Lo sé, ¡lo sé! Y me quiero golpear por eso pero mi padre me obligó. No tengo opción, Minnie.
El chico enmudeció. Su hyung... lejos... dos años.
—Vamos, dime algo.
— ¿Y qué quieres que diga? ¡De verdad quería salir contigo! Estaba juntando dinero incluso.
—Perdón. De veras lo siento. Estar alejado de ti por tanto tiempo... se me hará eterno.
Nunca, desde que se habían conocido, se habían distanciado. Nunca. Ningún día habían dejado de verse. Ningún día había pasado en que no se enviaran al menos un mensaje.
Pero... dos años...
—Aprovechemos lo que nos queda, hyung.
— ¿Estás seguro?
—Sí —asintió con firmeza—. No me importa nada más que estar contigo, JinKi-ssi.
—A mí tampoco.
Y se abrazaron. Unas cuántas lágrimas cayeron de sus ojos. Sin embargo, no pronunciaron palabra al respecto.
— ¿Qué quieres hacer?
—Vamos a nuestra casa, hyung.
—Vamos.
Y, en un acto que ya se les había hecho costumbre, le ayudó a ponerse de pie tomándolo de la mano, sin soltarlo mientras caminaban hacia la parada, iniciando así los días que tenían contados antes de que sus vidas volvieran a ser las de siempre.
Luego de esa tarde, pasaron la mayor parte del tiempo juntos. Onew le ayudaba a estudiar para sus pruebas, sin que por ello olvidara lo que estaba por suceder. Su corazón se apretujaba cada que observaba a Tae. Él no decía nada, nunca pronunció palabra alguna sobre el tema pues le hacía pensar que lo haría más real de lo que ya era. Prefería callar. No quería lograr que su hyung sufriera más de lo que ya lo hacía.
*Fin flashback*
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Eso es todo por ahora... Annyeong~!
Última edición por MinYoung el Vie Jun 14, 2013 9:15 am, editado 2 veces
MinYoung
Onew
44
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
asdasdas *-* Amé la primera parte!
Me encanta el OnTae ~-~
Que pesar por Minnie, tuvo que separarse de Onew por 2 años :c A los dos les dio duro, estoy segura de que sí.
Ahora que Onew volvió del ejercito *-* ¿qué pasará? ~-~
Esperaré actu *-*
Me encanta el OnTae ~-~
Que pesar por Minnie, tuvo que separarse de Onew por 2 años :c A los dos les dio duro, estoy segura de que sí.
Ahora que Onew volvió del ejercito *-* ¿qué pasará? ~-~
Esperaré actu *-*
Kohu
이태민
262
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Ehhh~~ persona de mal -.- yo nunca leí ese flashback ¬¬'
estaba leyendo de nuevo cuando FLASHBACK SALVAJE aparece :Waa:
baah... estaré esperando lo que ya sé x3
estaba leyendo de nuevo cuando FLASHBACK SALVAJE aparece :Waa:
baah... estaré esperando lo que ya sé x3
Kerorogirl
Minho♥
2
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
¡Hola otra vez!
Ahh~~ qué bueno que les haya gustado^^ Ahora dejo la segunda parte y final kjdfgdhlfkghdñfkhg me tardé un poquito jajajja pero.. ya está :DDD
Ahh~~ qué bueno que les haya gustado^^ Ahora dejo la segunda parte y final kjdfgdhlfkghdñfkhg me tardé un poquito jajajja pero.. ya está :DDD
Endless love, segunda parte.
Onew volvió a suspirar.
Había llegado al lugar en el que se habían citado.
Conteniendo su emoción, abrió la puerta con llave.
No tuvo tiempo de admirar el interior de aquella casa antigua y que había sido su refugio por tantos años: alguien había corrido a sus brazos, gritando de alegría.
— ¡Hyung, volviste!
—TaeMin...
¿Sentiría su corazón? ¿Se daría cuenta del rubor de sus mejillas cuando se separaran?
—Creí que no llegarías nunca.
—Aigo~, te lo prometí, ¿verdad?
—Lo sé, Onew, pero... aish, te eché mucho de menos.
—Yo igual... —iba a decirle pequeño, pero comprendió que ya no podía.
— ¿Qué pasa?
—Has crecido, TaeMinnie.
—Lo sé, hyung. Tú estás igual de bajito.
— ¡YA! Debes tratar con más respeto a tus mayores.
Él sólo se rió y le tapó los ojos.
— ¿Qué haces?
—Te tengo una sorpresa, así que debes de ser paciente.
—Ok.
Guiado por el menor, ambos caminaron hacia el interior, intentando no caerse.
—Espera un poco.
— ¿Qué pasa ahora, hyung?
—Si quieres, puedes colocarme un pañuelo, no me importa. Sólo... quiero decirte una cosa. Y necesito que estés delante de mí.
—Está bien.
Ya cuando estuvo listo, le tomó de las manos.
—Quizá debería esperar a que me muestres lo que hiciste pero... lo siento. Esto es más fuerte que yo.
—JinKi-hyung... me estás asustando.
Estaba tan nervioso que, impulsivamente, lo estrechó contra su pecho.
—No sé cómo, no sé cuándo... ni por qué. Pero te amo, TaeMin. Todo este tiempo lejos de ti me hizo ver lo mucho que te quiero. Extrañé tu voz, tu sonrisa... tus berrinches, la carita de perrito mojado que ponías cada vez que necesitabas que te hiciera un favor. Antes de irme quise decírtelo. Y me faltaron las fuerzas. Eres tan hermoso...
—Hyung...
El chico no era consciente de nada más que el bombear de sus corazones. Le costaba asimilar que Onew sintiera lo mismo.
—Gracias por esperarme.
—Hyung, yo...
—No te preocupes.
—Hyung, yo también te amo.
A pesar de estar ciego, JinKi pudo imaginar su expresión.
—Lo... ¿lo dices en serio?
—Sí. No hallaba la hora de que volvieras para poder confesártelo.
—Mi amor, mi vida...
Ya no había nada que TaeMin pudiera desear. Lo tenía ahí, a su lado, tan emocionado como él.
Lentamente se despegó para mirarlo y sonreír tímidamente.
—No te muevas, hyung.
—Ok.
Comenzó tocando con suavidad una de sus mejillas y allí donde sus dedos rozaban sintió cómo una corriente eléctrica los recorría.
Continuó por su frente, su nariz, su mentón... sin atreverse a llegar a sus labios.
—Guíame hacia ti —Onew le pidió, casi ahogado.
—Está bien...
Tomándolo por sus pómulos, lo ayudó a mover su rostro en dirección al suyo.
Sin pensarlo, ambos habían cerrado sus párpados, a la espera de lo que sucedería de un momento a otro.
El primer roce fue... ninguno tuvo palabras para describirlo.
A pesar de que prometió no hacer nada, el mayor no se pudo resistir y pronto se aferraba a su cuerpo como si su vida dependiera de ello.
TaeMin le permitió sin reclamos recorrer su boca con parsimonia, casi queriendo saborear hasta el más recóndito lugar.
Les sabía a gloria. Tanto tiempo rogando porque llegara aquél primer beso y ahora no sabían cómo podrían detenerse.
—Y si... ¿y si cenamos? —El castaño se alejó un poco—. Se hace tarde y...
—Buena idea, Minnie.
—Sígueme entonces.
Para cuando Onew pudo volver a ver, casi creía que se lo estaba imaginando todo.
—Hiciste esto... ¿para mí?
—Sí. Bueno, el crédito del pollo es para la tienda donde lo compré pero...
—Está perfecto.
—Tú... ¿tú crees?
— ¡Sí! Comamos antes de que se nos enfríe.
—Claro.
Tomados de la mano se sentaron a la mesa, ambos con una gran sonrisa, ambos con la sensación de que esa noche traería más sorpresas de las que TaeMin había preparado para su hyung.
— ¿Satisfecho?
—Sí que sí. Te luciste, Minnie.
—Pero eso no es todo.
— ¿Hay más?
—Sí. Aunque no sé si quieres ver una película primero.
La cara de su dongsaeng le dejó a las claras que era sólo una maniobra para retrasar el momento.
—No. Quiero ver lo que me tienes preparado.
—Está bien.
— ¿Me taparás los ojos?
—No.
—Ah. Va-vale.
—Ven conmigo.
Nuevamente con sus manos entrelazadas, avanzaron juntos en dirección a la única habitación que había en ese lugar.
—Cierra los ojos... sólo unos instantes.
Estaba oscuro, así que no hacía mucha diferencia.
— ¿Ya?
—Sí.
Juntos entraron en la pieza, Onew tragando saliva con dificultad.
TaeMin se le adelantó un poco, partiendo a sentarse en el borde de la cama.
—Ya... ya puedes abrirlos.
Sí. El amante del pollo se había hecho una idea de lo que le podía esperar, pero su chico se había esmerado.
Ahí estaban las pequeñas velas, la suave música apenas audible, los petalos de rosa sobre las frazadas... y él.
— ¿Te gustó? Tuve poco tiempo para arreglarlo todo y pues...
—Calla —le exigió dando zancadas con voz ronca hasta quedar de pie delante de quien más amaba—. Calla y bésame, Tae.
No hizo falta que se lo repitiera.
Bastó que se le acercara un poco más para que iniciara su avance hacia las almohadas.
Esta vez no hubo ternura en aquél beso.
Cada uno intentaba obtener lo que más podía del otro, entre mordiscos y caricias, al tiempo que buscaban dar lo mejor de sí mismos.
Al compás de la melodía fueron quitándose una a una las prendas que cubrían sus cuerpos, maravillándose al ver sus pieles más cerca de lo que nunca estuvieron.
—Eres más de lo que merezco, TaeMin-ah. Gracias por esto.
—Todo es por ti, Onew-hyung. Y si no me mereces tú, no seré de nadie más.
—Te amo —susurró sobre su boca.
—Yo más.
Una de sus manos se deslizó por el cuerpo que tenía debajo. Acarició su cuello, pecho, vientre y se detuvo justo en su erección.
— ¿Estás seguro de que... quieres hacerlo, cariño?
—Confío en ti. Hemos esperado mucho por esto. Quiero ser tuyo y que tú seas sólo mío.
—Muy bien.
Entre la acción de sus labios y sus dedos, el menor creyó que desfallecería de placer y eso sin que se produjera aquello que muchas veces soñó.
Onew inició una serie de movimientos que fueron enloqueciendo a su pareja.
—Por favor...
— ¿Qué?
—Ya... ya no aguanto...
—Ayúdame. ¿O sólo tú quieres sufrir?
— ¡Hyung!
—Vamos. Sorpréndeme como lo has hecho hasta ahora.
—Está... bien...
TaeMin sacó toda su pasión a florecer y trazó con sus labios un camino por el torso del mayor pasando inevitablemente por sus pezones, los que mordisqueó y saboreó a su antojo.
—Tae...
— ¿Sí? —El goce de oírlo gemir su nombre lo alentó.
Chupó y lamió cada centímetro de su piel, logrando que los susurros se transformaran lentamente en gritos.
— ¿Qué ocurre, JinKi-ssi? ¿Estás en shock?
No había hecho nada en los últimos cinco minutos.
—Maldición, Minnie. Me tienes loco. Y te vas a arrepentir, lo juro.
—No lo creo.
Un quejido salió de su boca en cuanto sintió un dedo en su entrada.
— ¡Onew!
— ¿Decías?
Empezó a moverlo con una lentitud que desesperaba y, aunque Min sentía dolor, lo alentaba a seguir.
Coordinaron sus cuerpos de tal forma que a medida que JinKi aumentaba su ritmo, su compañero lo seguía sin problemas.
Al momento de recibir el segundo, se sintió desfallecer.
— ¿Duele?
—Un... poco...
—Ya va a pasar... Mírame. Mírame sólo a mí.
Él lo hizo. Se perdió en aquellos ojos castaños que siempre brillaban y al fin comprendió que sólo importaban ellos, juntos demostrándose el amor que se tenían.
—Te quiero...
—Yo más.
—Te quiero dentro de mí. Ahora.
—Si me tú lo pides...
Se arrodilló en la cama, vigilando la expresión de Tae, temiendo en lo profundo hacerle daño.
Le pidió con un gesto que se sentara sobre sus piernas. Sus partes íntimas, entonces, se rozaron, aumentando todavía más la temperatura del lugar.
—Dime si te duele, si lo estoy haciendo mal, si no te gusta, ¿está bien?
—Lo haré.
—Ok.
Lo tomó por las caderas, acercándolo a sí mismo con cuidado.
—Hyung, no soy de cristal. No me voy a romper.
—Lo sé.
No volvió a pensarlo. Simplemente se dejó llevar por la testosterona e irrumpió en su interior con fuerza.
—Sólo a mí, Minnie —le recordó—. Sólo a mí.
El otro asintió en silencio, intentando controlar las lágrimas sin éxito. Con un suave beso, Onew tomó aquella pequeña gota de sal, sin dejar de moverse.
—Má-más rápido... más...
JinKi se sentía atacado por demasiadas sensaciones contrarias. Y lo que más lo complicaba era lo estrecho de su cavidad. Pero le siguió la corriente. El dolor pasaría pronto y el placer no tardaría en llegar, atravesando ambos cuerpos cual rayo caído del cielo.
Así ocurrió. Ambos comenzaron a temblar apenas sus revoluciones se hicieron incontrolables.
—Hyung... ¡hyung!
El mayor sólo podía besarlo. Las fuerzas le empezaron a fallar en el momento en que sintió un líquido blanquecino recorrer su piel.
Instantes después fue él quien se derramó en el interior de su amante, cayendo sin energías sobre TaeMin.
Con las pocas energías que le quedaban, se alejó para recostarse encima de las sábanas.
El tiempo pasó sin que sus sonrisas se borraran.
—Tae...
— ¿Sí?
—No sé qué decirte... yo...
Se ladeó para mirarlo, con la tenue luz de la luna reflejándose en su rostro.
—Fue mágico, JinKi-ssi —aprovechó para acariciarlo—. Deseaba que tú fueses el primero en mi vida... y no me equivoqué.
—TaeMin... para mí fue algo increíble. Sonaré pervertido pero sabía que sólo contigo iba a sentirme completo.
Se acercaron una vez más para besarse con calidez.
—No te separes de mí, hyung. Nunca.
—Por supuesto que no. Para mí, tú eres lo más importante.
—Y tú para mí.
Continuaron observándose un tiempo indefinido hasta que fue inevitable.
—Lo siento.
— ¿Qué pasa, JinKi-ssi?
—Esto, yo... —miró hacia abajo.
—Ah... ¡Ah! Bueno... creo que yo también lo siento.
Su tono burlón terminó por acabar con su cordura. O lo poco que le quedaba.
—Vas a morir, bebé. Vas a morir.
— ¿Eso crees? No, no, no —lo empujó hacia el colchón—. Ahora es mí turno de hacerte sufrir.
Y, sin más, prosiguieron por muchas horas demostrándose el amor interminable que se profesaban.
Ya nada era más primordial que hacer de esa noche algo inovidable.
Mañana ya verían qué sucedería en el futuro. Mientras tanto...
—Recuérdalo: sólo a mí.
—Lo sé, Minnie. Sólo a ti.
Fin.
Había llegado al lugar en el que se habían citado.
Conteniendo su emoción, abrió la puerta con llave.
No tuvo tiempo de admirar el interior de aquella casa antigua y que había sido su refugio por tantos años: alguien había corrido a sus brazos, gritando de alegría.
— ¡Hyung, volviste!
—TaeMin...
¿Sentiría su corazón? ¿Se daría cuenta del rubor de sus mejillas cuando se separaran?
—Creí que no llegarías nunca.
—Aigo~, te lo prometí, ¿verdad?
—Lo sé, Onew, pero... aish, te eché mucho de menos.
—Yo igual... —iba a decirle pequeño, pero comprendió que ya no podía.
— ¿Qué pasa?
—Has crecido, TaeMinnie.
—Lo sé, hyung. Tú estás igual de bajito.
— ¡YA! Debes tratar con más respeto a tus mayores.
Él sólo se rió y le tapó los ojos.
— ¿Qué haces?
—Te tengo una sorpresa, así que debes de ser paciente.
—Ok.
Guiado por el menor, ambos caminaron hacia el interior, intentando no caerse.
—Espera un poco.
— ¿Qué pasa ahora, hyung?
—Si quieres, puedes colocarme un pañuelo, no me importa. Sólo... quiero decirte una cosa. Y necesito que estés delante de mí.
—Está bien.
Ya cuando estuvo listo, le tomó de las manos.
—Quizá debería esperar a que me muestres lo que hiciste pero... lo siento. Esto es más fuerte que yo.
—JinKi-hyung... me estás asustando.
Estaba tan nervioso que, impulsivamente, lo estrechó contra su pecho.
—No sé cómo, no sé cuándo... ni por qué. Pero te amo, TaeMin. Todo este tiempo lejos de ti me hizo ver lo mucho que te quiero. Extrañé tu voz, tu sonrisa... tus berrinches, la carita de perrito mojado que ponías cada vez que necesitabas que te hiciera un favor. Antes de irme quise decírtelo. Y me faltaron las fuerzas. Eres tan hermoso...
—Hyung...
El chico no era consciente de nada más que el bombear de sus corazones. Le costaba asimilar que Onew sintiera lo mismo.
—Gracias por esperarme.
—Hyung, yo...
—No te preocupes.
—Hyung, yo también te amo.
A pesar de estar ciego, JinKi pudo imaginar su expresión.
—Lo... ¿lo dices en serio?
—Sí. No hallaba la hora de que volvieras para poder confesártelo.
—Mi amor, mi vida...
Ya no había nada que TaeMin pudiera desear. Lo tenía ahí, a su lado, tan emocionado como él.
Lentamente se despegó para mirarlo y sonreír tímidamente.
—No te muevas, hyung.
—Ok.
Comenzó tocando con suavidad una de sus mejillas y allí donde sus dedos rozaban sintió cómo una corriente eléctrica los recorría.
Continuó por su frente, su nariz, su mentón... sin atreverse a llegar a sus labios.
—Guíame hacia ti —Onew le pidió, casi ahogado.
—Está bien...
Tomándolo por sus pómulos, lo ayudó a mover su rostro en dirección al suyo.
Sin pensarlo, ambos habían cerrado sus párpados, a la espera de lo que sucedería de un momento a otro.
El primer roce fue... ninguno tuvo palabras para describirlo.
A pesar de que prometió no hacer nada, el mayor no se pudo resistir y pronto se aferraba a su cuerpo como si su vida dependiera de ello.
TaeMin le permitió sin reclamos recorrer su boca con parsimonia, casi queriendo saborear hasta el más recóndito lugar.
Les sabía a gloria. Tanto tiempo rogando porque llegara aquél primer beso y ahora no sabían cómo podrían detenerse.
—Y si... ¿y si cenamos? —El castaño se alejó un poco—. Se hace tarde y...
—Buena idea, Minnie.
—Sígueme entonces.
Para cuando Onew pudo volver a ver, casi creía que se lo estaba imaginando todo.
—Hiciste esto... ¿para mí?
—Sí. Bueno, el crédito del pollo es para la tienda donde lo compré pero...
—Está perfecto.
—Tú... ¿tú crees?
— ¡Sí! Comamos antes de que se nos enfríe.
—Claro.
Tomados de la mano se sentaron a la mesa, ambos con una gran sonrisa, ambos con la sensación de que esa noche traería más sorpresas de las que TaeMin había preparado para su hyung.
— ¿Satisfecho?
—Sí que sí. Te luciste, Minnie.
—Pero eso no es todo.
— ¿Hay más?
—Sí. Aunque no sé si quieres ver una película primero.
La cara de su dongsaeng le dejó a las claras que era sólo una maniobra para retrasar el momento.
—No. Quiero ver lo que me tienes preparado.
—Está bien.
— ¿Me taparás los ojos?
—No.
—Ah. Va-vale.
—Ven conmigo.
Nuevamente con sus manos entrelazadas, avanzaron juntos en dirección a la única habitación que había en ese lugar.
—Cierra los ojos... sólo unos instantes.
Estaba oscuro, así que no hacía mucha diferencia.
— ¿Ya?
—Sí.
Juntos entraron en la pieza, Onew tragando saliva con dificultad.
TaeMin se le adelantó un poco, partiendo a sentarse en el borde de la cama.
—Ya... ya puedes abrirlos.
Sí. El amante del pollo se había hecho una idea de lo que le podía esperar, pero su chico se había esmerado.
Ahí estaban las pequeñas velas, la suave música apenas audible, los petalos de rosa sobre las frazadas... y él.
— ¿Te gustó? Tuve poco tiempo para arreglarlo todo y pues...
—Calla —le exigió dando zancadas con voz ronca hasta quedar de pie delante de quien más amaba—. Calla y bésame, Tae.
No hizo falta que se lo repitiera.
Bastó que se le acercara un poco más para que iniciara su avance hacia las almohadas.
Esta vez no hubo ternura en aquél beso.
Cada uno intentaba obtener lo que más podía del otro, entre mordiscos y caricias, al tiempo que buscaban dar lo mejor de sí mismos.
Al compás de la melodía fueron quitándose una a una las prendas que cubrían sus cuerpos, maravillándose al ver sus pieles más cerca de lo que nunca estuvieron.
—Eres más de lo que merezco, TaeMin-ah. Gracias por esto.
—Todo es por ti, Onew-hyung. Y si no me mereces tú, no seré de nadie más.
—Te amo —susurró sobre su boca.
—Yo más.
Una de sus manos se deslizó por el cuerpo que tenía debajo. Acarició su cuello, pecho, vientre y se detuvo justo en su erección.
— ¿Estás seguro de que... quieres hacerlo, cariño?
—Confío en ti. Hemos esperado mucho por esto. Quiero ser tuyo y que tú seas sólo mío.
—Muy bien.
Entre la acción de sus labios y sus dedos, el menor creyó que desfallecería de placer y eso sin que se produjera aquello que muchas veces soñó.
Onew inició una serie de movimientos que fueron enloqueciendo a su pareja.
—Por favor...
— ¿Qué?
—Ya... ya no aguanto...
—Ayúdame. ¿O sólo tú quieres sufrir?
— ¡Hyung!
—Vamos. Sorpréndeme como lo has hecho hasta ahora.
—Está... bien...
TaeMin sacó toda su pasión a florecer y trazó con sus labios un camino por el torso del mayor pasando inevitablemente por sus pezones, los que mordisqueó y saboreó a su antojo.
—Tae...
— ¿Sí? —El goce de oírlo gemir su nombre lo alentó.
Chupó y lamió cada centímetro de su piel, logrando que los susurros se transformaran lentamente en gritos.
— ¿Qué ocurre, JinKi-ssi? ¿Estás en shock?
No había hecho nada en los últimos cinco minutos.
—Maldición, Minnie. Me tienes loco. Y te vas a arrepentir, lo juro.
—No lo creo.
Un quejido salió de su boca en cuanto sintió un dedo en su entrada.
— ¡Onew!
— ¿Decías?
Empezó a moverlo con una lentitud que desesperaba y, aunque Min sentía dolor, lo alentaba a seguir.
Coordinaron sus cuerpos de tal forma que a medida que JinKi aumentaba su ritmo, su compañero lo seguía sin problemas.
Al momento de recibir el segundo, se sintió desfallecer.
— ¿Duele?
—Un... poco...
—Ya va a pasar... Mírame. Mírame sólo a mí.
Él lo hizo. Se perdió en aquellos ojos castaños que siempre brillaban y al fin comprendió que sólo importaban ellos, juntos demostrándose el amor que se tenían.
—Te quiero...
—Yo más.
—Te quiero dentro de mí. Ahora.
—Si me tú lo pides...
Se arrodilló en la cama, vigilando la expresión de Tae, temiendo en lo profundo hacerle daño.
Le pidió con un gesto que se sentara sobre sus piernas. Sus partes íntimas, entonces, se rozaron, aumentando todavía más la temperatura del lugar.
—Dime si te duele, si lo estoy haciendo mal, si no te gusta, ¿está bien?
—Lo haré.
—Ok.
Lo tomó por las caderas, acercándolo a sí mismo con cuidado.
—Hyung, no soy de cristal. No me voy a romper.
—Lo sé.
No volvió a pensarlo. Simplemente se dejó llevar por la testosterona e irrumpió en su interior con fuerza.
—Sólo a mí, Minnie —le recordó—. Sólo a mí.
El otro asintió en silencio, intentando controlar las lágrimas sin éxito. Con un suave beso, Onew tomó aquella pequeña gota de sal, sin dejar de moverse.
—Má-más rápido... más...
JinKi se sentía atacado por demasiadas sensaciones contrarias. Y lo que más lo complicaba era lo estrecho de su cavidad. Pero le siguió la corriente. El dolor pasaría pronto y el placer no tardaría en llegar, atravesando ambos cuerpos cual rayo caído del cielo.
Así ocurrió. Ambos comenzaron a temblar apenas sus revoluciones se hicieron incontrolables.
—Hyung... ¡hyung!
El mayor sólo podía besarlo. Las fuerzas le empezaron a fallar en el momento en que sintió un líquido blanquecino recorrer su piel.
Instantes después fue él quien se derramó en el interior de su amante, cayendo sin energías sobre TaeMin.
Con las pocas energías que le quedaban, se alejó para recostarse encima de las sábanas.
El tiempo pasó sin que sus sonrisas se borraran.
—Tae...
— ¿Sí?
—No sé qué decirte... yo...
Se ladeó para mirarlo, con la tenue luz de la luna reflejándose en su rostro.
—Fue mágico, JinKi-ssi —aprovechó para acariciarlo—. Deseaba que tú fueses el primero en mi vida... y no me equivoqué.
—TaeMin... para mí fue algo increíble. Sonaré pervertido pero sabía que sólo contigo iba a sentirme completo.
Se acercaron una vez más para besarse con calidez.
—No te separes de mí, hyung. Nunca.
—Por supuesto que no. Para mí, tú eres lo más importante.
—Y tú para mí.
Continuaron observándose un tiempo indefinido hasta que fue inevitable.
—Lo siento.
— ¿Qué pasa, JinKi-ssi?
—Esto, yo... —miró hacia abajo.
—Ah... ¡Ah! Bueno... creo que yo también lo siento.
Su tono burlón terminó por acabar con su cordura. O lo poco que le quedaba.
—Vas a morir, bebé. Vas a morir.
— ¿Eso crees? No, no, no —lo empujó hacia el colchón—. Ahora es mí turno de hacerte sufrir.
Y, sin más, prosiguieron por muchas horas demostrándose el amor interminable que se profesaban.
Ya nada era más primordial que hacer de esa noche algo inovidable.
Mañana ya verían qué sucedería en el futuro. Mientras tanto...
—Recuérdalo: sólo a mí.
—Lo sé, Minnie. Sólo a ti.
Fin.
~~~
Miahne~~ si es que las traumé un poquito :c Y.. como siempre, espero que les guste^^ y lo disfruten, obvio ;) Ya volveré con más shoots... por ahora, annyeong~!
Última edición por MinYoung el Vie Jun 14, 2013 9:27 am, editado 2 veces
MinYoung
Onew
44
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Esto es de lo BUENO señores! XDDDDD yeah yeah ... debería continuar una tercera parte con la siguiente noche o no sé, algo así (?) a TaeMin te juro que me lo como, es tan cosa linda y luego imaginarmelo así SKJFHGSDHFJGSDFJH toma tu banana milk Taemin-ssi XDDDD jajajajajajajajajajaja ya ya :$ que no se entere el keroro~
Kerorogirl
Minho♥
2
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Lol! Uno que ve a minnie todo tierno <,< y dulce <3 Puede ser una fiera descontrolada cuando quiere, y más atrevido que cualquiera!
Por fin demostraron el amor que se tenían :eaea:
ONTAE! PURE LOVE ~~~~~~
Gracias por el Two-shot *-*
Kohu
이태민
262
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Voy a mover tu escrito a la zona de shots ^^
Un gran saludo~
<3
Un gran saludo~
<3
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
Muere de ataque. I love it :D asi me los imagino yo xD tiernos y blablabla ¡Sigue asi!
Última edición por americanidiotdshineegirl el Mar Ago 06, 2013 8:36 pm, editado 1 vez (Razón : editar aparto)
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
whoouu estuvo tan bonito es ontae taaan diabetico me encanto :3
b2uty
todos son tan lindos que es difícil decidir pero como tengo que escoger uno escogeré al lindo ONEW
217
Re: 'Endless love' [OnTae] (Two shoot) {Final}
wiii~ qué bueno que les gustó :DDD esa era la idea, hacerlo bien tierno porque así los imagino a los dos :3
annyeong~!
annyeong~!
MinYoung
Onew
44
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