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*Feeling every sunset* JongKey
Hasta las personas mas triste y frías fueron felices en alguna época. A veces cuando estamos tristes y recordamos los momentos felices nos entra un sentimiento de nostalgia imposible de describir, y hasta podemos sentirnos tristes cuando sentimos los recuerdos tan lejanos, casi surrealistas. Pero ¿Que pasa cuando una de esas personas frías y tristes siente que algunas vez fue la persona mas alegre del mundo pero no pueda recordar nada?, ese es el caso de Kibum, un adolescente de 17 años, el cual no puede recordar nada y lo peor es que no sabe que olvido, si lo que siente es una ilusión o es mas una esperanza vana.
Una azotea, una foto vieja arruinada por el agua, sueños recurrentes, la soledad, la depresión y 3.650 puestas de soles, son lo único que le queda para poder recordar. Y como si no tuviera suficiente con sus problemas emocionales, llega un chico nuevo a su clases que viene a invadir su zona de comodidad, su rutina diaria y ¿Podrá también lograr que Kibum se muestra tal cual es?
Lo se. Asco de resumen, no soy muy buena en ellos. Tal vez no hayan entendido la ultima parte, disculpen es que es de noche y hay SUEÑOOO. ¿Que opinan ustedes? ¿Subo el primer cap.?
Espero sus respuestas, adiós :D (L)
Una azotea, una foto vieja arruinada por el agua, sueños recurrentes, la soledad, la depresión y 3.650 puestas de soles, son lo único que le queda para poder recordar. Y como si no tuviera suficiente con sus problemas emocionales, llega un chico nuevo a su clases que viene a invadir su zona de comodidad, su rutina diaria y ¿Podrá también lograr que Kibum se muestra tal cual es?
Lo se. Asco de resumen, no soy muy buena en ellos. Tal vez no hayan entendido la ultima parte, disculpen es que es de noche y hay SUEÑOOO. ¿Que opinan ustedes? ¿Subo el primer cap.?
Espero sus respuestas, adiós :D (L)
Última edición por americanidiotdshineegirl el Dom Mar 24, 2013 5:55 pm, editado 1 vez (Razón : Ninguna en especial)
Re: *Feeling every sunset* JongKey
tu resumen no es un aaco querida para mi ha sido muy interesante ya ha pillado mi interes por querer leerlo espero tu cap^^
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Titulo: Sintiendo cada puesta de sol-Feeling every sunset.
Autora: Americanidiotgirl (Danna)
Pareja: JonghyunxKey.
Genero: Angustia, Drama, FlashFic.
Un edificio, aparentemente de personas de clase media alta, una terraza que permitía ver un atardecer hermoso. Un alma destrozada gimoteando, escondiendo su cabeza entre sus rodillas flexionadas, una foto totalmente dañada evidentemente por agua. Una lagrima.
-Hoy son 3.650 puestas de sol. 3.650 atardeceres de soledad.-Susurro el chico que se hallaba admirando aquel paisaje, para muchos el más relajante, para él la tortura más grande.
Tomo la foto que estaba a su lado, la guardo en su bolsillo y bajo de la terraza. Se encontró con una puerta grande y muy moderna.
-La entrada al infierno.-Entro.
-Kibum hijo, pon los platos en la mesa.-Sonrió su madre, una sonrisa más falsa que una monedita de dos caras.
-Claro.-Sonrió, con una sonrisa más falsa aun. Una sonrisa que escondía un dolor inmenso.
Puso los platos en la mesa como todas las noches, despidiéndose de sus padres para ir a comer a su habitación, siempre lo hacía, estar solo era estar más cómodo.
Devoró la comida y se concentró en escribir su canción. Le había puesto el título de “Whatsername” mas no había empezado a escribir nada.
“Creo que corrí hasta ti por toda la calle.
Entonces pareció ser solo un sueño.”
Fue lo único que pudo escribir. Durante mucho tiempo había tenido el mismo sueño recurrente: Corría desde un lado de la calle hacia el otro, estaba feliz y debía tener más o menos unos 6 o 7 años, en el otro extremo se encontraba un niño o niña, no está seguro, no podía ver su rostro ni podía oír su voz, solo esa sonrisa.
Saco la foto de su bolsillo y la aprecio fijamente. La tinta estaba corrida por casi toda la fotografía, dejando ver solo su rostro y un cuerpo del cual solo se podía ver una sonrisa. Era una foto muy vieja, tal vez uno 10 o 9 años, tampoco estaba seguro, todo era confuso. Aunque había pasado ya muchos años esa sonrisa seguía igual de hermosa que siempre.
Decidió que seguiría con su escritura en otra ocasión, cuando se inspirara.
Se tumbó en la cama gigante de su recamara y se tapó hasta la cabeza con la cobija, con esa misma sensación de no estar bien, de ser solo alguien miserable que se compadecía de sí mismo.
-Mañana, como odio esa palabra. –Se durmió.
La odiaba mucho, pues para el significaba volver a la escuela y ser el chico perfecto a los ojos de todos. El que tenía las mejores notas, dinero y belleza física, todos solo eran lame suelas con sonrisas falsas. “Mañana seria para él un día más de estar muriendo en vida.”
Se levantó como todos los días por su cuenta, unos minutos antes que sonara el irritante despertador. Otra cosa para su lista de cosas que odiar: La maldita costumbre de despertar a la hora exacta. Como todas las mañanas se miró en el espejo y se encontró con sus ojos hinchados, que el recuerde no había llorado antes de dormir, tal vez lo había hecho mientras dormía, no era la primera vez. Se fastidio y luego se mostró indiferente, ya se pondría unos lentes de sol.
Se ducho, cepillo, vistió, tomo su mochila y fue camino a la escuela, “A veces simplemente prefiero no existir”. Podía ir en el auto de sus padres o en autobús, pero prefería caminar para despejar la mente. Saco su reproductor y se puso los audífonos, subió el volumen al máximo y siguió su camino.
Llego, entro al salón. Sonrisas falsas, saludos falsos, halagos falsos, todo lo era. Había uno que otro del que podría ser amigo pero su caparazón de hierro no lo dejaba tener ningún tipo de relación, cada vez que alguien intentaba acercarse para ser su amigo él lo rechazaba de manera brusca, diciendo las palabras opuestas a las que en realidad quisiera decir. Quiere ser amable, pero no puede, no está en su poder controlarlo. Todos ya estaban acostumbrados a eso, así que ya no se acercaban a el a menos que fuera estrictamente necesario.
********
-Y así es como se….-X, Y, Z de verdad nada de eso no le importaba, pero sabía que debía esforzarse si quería entrar a esa universidad que tanto anhela. La hora de matemática parecía eterna, miro al reloj de pared sobre el pizarrón, 8:45, aún quedaban 20 minutos de clases. La puerta se abrió haciendo que todos prestaran atención al director que entraba con un chico desconocido. Era bajo, cabello marrón oscuro con unos toques rubios y un muy bien parecido.
-Jóvenes él es Kim Jonghyun, espero que se lleven bien.-El director presento al muchacho.
-Hola, Kim Jonghyun, gusto en conocerlos.-Hizo una reverencia y sonrió.
-Profesor Hongki asígnele un puesto al joven Kim y venga a mi oficina un momento, ahí reunión de profesores y es de urgencia.
-Puede sentarse ahí, junto a la ventana- Señalo en asiento vacío en la mesa de Kibum, este miro al chico y al profesor confundido y sorprendido, esto no le gustaba para nada. Prefería estar solo, sin distracciones.
El muchacho presentado como Jonghuyn se aproximó sonriendo a sentarse. Kibum le dedico una mirada indiferente mientras se acomodaba a su lado. El profesor salió y todos comenzaron a conversar.
-Hola, mucho gusto. ¿Cómo te llamas?-Pregunto sin dejar de lado esa sonrisa resplandeciente, esa sonrisa confundió Kibum, se le hacía muy familiar, pero nada estaba claro en su cabeza. En ese instante sintió una confianza, muy pequeña pero muy extraña hacia el más bajo.
-Kim Kibum, no te conviene quedarte a mi lado.
-No sé porque lo dices ni me interesa saberlo. Me quedare aquí.-Parecía que decía lo primero que se le cruzaba por la cabeza.
-Si lo haces deberás seguir unas cuantas reglas. Te las iré diciendo con el tiempo, hoy solo recuerda: No hablarme en hora de clase ni en ninguna hora del día, ok. Si buscas hacer amigos, soy el menos indicado para serlo.
-Me gustan las personas exageradamente honestas. Me recuerdas a alguien que conocí hace mucho tiempo.-Esta vez sonrió con la boca cerrada y con la mirada baja, estaba riendo pero parecía triste. Suspiro.
Kibum sintió una punzada en el pecho. ¿Qué es esto? Pensó. Miro a Jonghyun con ¿Dolor?, si, le dolía verlo así.
-¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué me causa dolor ver a alguien así?, no ya va, ¿Por qué me causa dolor ver a alguien que apenas y conozco por su nombre, así?-Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre. ¿Tanto tiempo había pasado pensando en él?
Negó con la cabeza energética y desenfrenadamente para tomar su mochila e irse. Mientras caminaba pudo notar que aquel chico nuevo tomaba el mismo camino que él.
-¿Vives cerca?-Esa sonrisa era como un repelente a sus comentarios hirientes, a sus insultos, y a todo lo malo que Kibum pudiera hacerle. Simplemente con él no podía ser como siempre.
**Key’s POV**
-Sí, de hecho vivo en los edificios SHInee, ¿Los conoces? Digo, eres nuevo por aquí.-¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué no lo ignore como lo hago con todos?
-¡WAAA! Qué casualidad, yo me acabo de mudar ahí mismo. No soy nuevo, de hecho yo vivía muy cerca de esos edificios cuando era un niño.
-Aaah, comprendo.-Se produjo un silencio, podría decirse que cómodo.
Llegamos y cada quien se fue a su respectivo departamento. Él vivía en un edificio diferente al mío. Nos despedimos y le sonreí, por primera vez en tantos años lo hice, y por una tontería. Creo que me estoy volviendo loco.
El resto del día paso normal, mis padres trabajando, mi hermano en la universidad. Primero debía almorzar, luego debía hacer la tarea y después subir a la terraza. Estaba tan acostumbrado a subir que aun así no sepa la hora que marca el reloj yo podría decir a qué hora exactamente siempre subo. Esa tarde lleve mis pinceles, pinturas y demás materiales para pintar el hermoso atardecer; lo venía haciendo des hace ya muchos años y como casi todo lo que hacia no entendía el por qué. Una vez más puse lo poco que quedaba de mí en cada brochazo, pero aun así no podía descifrar lo que significaba para mí. Me quede ahí viendo el atardecer saque la foto que traía guardada en el bolsillo. Derrame una lágrima y la limpie rápido, ¿Por qué ahora? Me quede observándola detenidamente.
-Esta sonrisa se parece un poco a la de ese chico. ¿Puede que sea eso la razón por la cual no hubo ningún tipo de palabras hirientes a su persona? ¿Significa esta sonrisa algo para mí?. ¡AAAAH MALDITASEA!-Grite con todas mis fuerzas-Tantos años intentando recordar algo, pero solo me veo a mi ahogándome en mi dolor, solo, llorando y lamentándome, tan patético. Sería tan fácil lanzarme, pero eso es mediocre. No lo haré.
-Jonghyun...No quiero ser un resentido contigo. ¿Dime por qué?-Pregunte a la nada.
Subiré el siguiente cap. cuando pueda, pues tengo otros fics, este es el que mas me importa, por eso me tomo mi tiempo y me esfuerzo mucho.
Espero sea de su agrado. ¡Nos leemos!
Autora: Americanidiotgirl (Danna)
Pareja: JonghyunxKey.
Genero: Angustia, Drama, FlashFic.
Capitulo uno.-"3.650"
Un edificio, aparentemente de personas de clase media alta, una terraza que permitía ver un atardecer hermoso. Un alma destrozada gimoteando, escondiendo su cabeza entre sus rodillas flexionadas, una foto totalmente dañada evidentemente por agua. Una lagrima.
-Hoy son 3.650 puestas de sol. 3.650 atardeceres de soledad.-Susurro el chico que se hallaba admirando aquel paisaje, para muchos el más relajante, para él la tortura más grande.
Tomo la foto que estaba a su lado, la guardo en su bolsillo y bajo de la terraza. Se encontró con una puerta grande y muy moderna.
-La entrada al infierno.-Entro.
-Kibum hijo, pon los platos en la mesa.-Sonrió su madre, una sonrisa más falsa que una monedita de dos caras.
-Claro.-Sonrió, con una sonrisa más falsa aun. Una sonrisa que escondía un dolor inmenso.
Puso los platos en la mesa como todas las noches, despidiéndose de sus padres para ir a comer a su habitación, siempre lo hacía, estar solo era estar más cómodo.
Devoró la comida y se concentró en escribir su canción. Le había puesto el título de “Whatsername” mas no había empezado a escribir nada.
“Creo que corrí hasta ti por toda la calle.
Entonces pareció ser solo un sueño.”
Fue lo único que pudo escribir. Durante mucho tiempo había tenido el mismo sueño recurrente: Corría desde un lado de la calle hacia el otro, estaba feliz y debía tener más o menos unos 6 o 7 años, en el otro extremo se encontraba un niño o niña, no está seguro, no podía ver su rostro ni podía oír su voz, solo esa sonrisa.
Saco la foto de su bolsillo y la aprecio fijamente. La tinta estaba corrida por casi toda la fotografía, dejando ver solo su rostro y un cuerpo del cual solo se podía ver una sonrisa. Era una foto muy vieja, tal vez uno 10 o 9 años, tampoco estaba seguro, todo era confuso. Aunque había pasado ya muchos años esa sonrisa seguía igual de hermosa que siempre.
Decidió que seguiría con su escritura en otra ocasión, cuando se inspirara.
No es correcto ir forzando algo que simplemente no está bien.
Se tumbó en la cama gigante de su recamara y se tapó hasta la cabeza con la cobija, con esa misma sensación de no estar bien, de ser solo alguien miserable que se compadecía de sí mismo.
-Mañana, como odio esa palabra. –Se durmió.
La odiaba mucho, pues para el significaba volver a la escuela y ser el chico perfecto a los ojos de todos. El que tenía las mejores notas, dinero y belleza física, todos solo eran lame suelas con sonrisas falsas. “Mañana seria para él un día más de estar muriendo en vida.”
Se levantó como todos los días por su cuenta, unos minutos antes que sonara el irritante despertador. Otra cosa para su lista de cosas que odiar: La maldita costumbre de despertar a la hora exacta. Como todas las mañanas se miró en el espejo y se encontró con sus ojos hinchados, que el recuerde no había llorado antes de dormir, tal vez lo había hecho mientras dormía, no era la primera vez. Se fastidio y luego se mostró indiferente, ya se pondría unos lentes de sol.
Se ducho, cepillo, vistió, tomo su mochila y fue camino a la escuela, “A veces simplemente prefiero no existir”. Podía ir en el auto de sus padres o en autobús, pero prefería caminar para despejar la mente. Saco su reproductor y se puso los audífonos, subió el volumen al máximo y siguió su camino.
Llego, entro al salón. Sonrisas falsas, saludos falsos, halagos falsos, todo lo era. Había uno que otro del que podría ser amigo pero su caparazón de hierro no lo dejaba tener ningún tipo de relación, cada vez que alguien intentaba acercarse para ser su amigo él lo rechazaba de manera brusca, diciendo las palabras opuestas a las que en realidad quisiera decir. Quiere ser amable, pero no puede, no está en su poder controlarlo. Todos ya estaban acostumbrados a eso, así que ya no se acercaban a el a menos que fuera estrictamente necesario.
********
-Y así es como se….-X, Y, Z de verdad nada de eso no le importaba, pero sabía que debía esforzarse si quería entrar a esa universidad que tanto anhela. La hora de matemática parecía eterna, miro al reloj de pared sobre el pizarrón, 8:45, aún quedaban 20 minutos de clases. La puerta se abrió haciendo que todos prestaran atención al director que entraba con un chico desconocido. Era bajo, cabello marrón oscuro con unos toques rubios y un muy bien parecido.
-Jóvenes él es Kim Jonghyun, espero que se lleven bien.-El director presento al muchacho.
-Hola, Kim Jonghyun, gusto en conocerlos.-Hizo una reverencia y sonrió.
-Profesor Hongki asígnele un puesto al joven Kim y venga a mi oficina un momento, ahí reunión de profesores y es de urgencia.
-Puede sentarse ahí, junto a la ventana- Señalo en asiento vacío en la mesa de Kibum, este miro al chico y al profesor confundido y sorprendido, esto no le gustaba para nada. Prefería estar solo, sin distracciones.
El muchacho presentado como Jonghuyn se aproximó sonriendo a sentarse. Kibum le dedico una mirada indiferente mientras se acomodaba a su lado. El profesor salió y todos comenzaron a conversar.
-Hola, mucho gusto. ¿Cómo te llamas?-Pregunto sin dejar de lado esa sonrisa resplandeciente, esa sonrisa confundió Kibum, se le hacía muy familiar, pero nada estaba claro en su cabeza. En ese instante sintió una confianza, muy pequeña pero muy extraña hacia el más bajo.
-Kim Kibum, no te conviene quedarte a mi lado.
-No sé porque lo dices ni me interesa saberlo. Me quedare aquí.-Parecía que decía lo primero que se le cruzaba por la cabeza.
-Si lo haces deberás seguir unas cuantas reglas. Te las iré diciendo con el tiempo, hoy solo recuerda: No hablarme en hora de clase ni en ninguna hora del día, ok. Si buscas hacer amigos, soy el menos indicado para serlo.
-Me gustan las personas exageradamente honestas. Me recuerdas a alguien que conocí hace mucho tiempo.-Esta vez sonrió con la boca cerrada y con la mirada baja, estaba riendo pero parecía triste. Suspiro.
Kibum sintió una punzada en el pecho. ¿Qué es esto? Pensó. Miro a Jonghyun con ¿Dolor?, si, le dolía verlo así.
-¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué me causa dolor ver a alguien así?, no ya va, ¿Por qué me causa dolor ver a alguien que apenas y conozco por su nombre, así?-Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre. ¿Tanto tiempo había pasado pensando en él?
No quiero desperdiciar mi vida.
No quiero convertirme en una víctima del conformismo.
No quiero convertirme en una víctima del conformismo.
Negó con la cabeza energética y desenfrenadamente para tomar su mochila e irse. Mientras caminaba pudo notar que aquel chico nuevo tomaba el mismo camino que él.
-¿Vives cerca?-Esa sonrisa era como un repelente a sus comentarios hirientes, a sus insultos, y a todo lo malo que Kibum pudiera hacerle. Simplemente con él no podía ser como siempre.
**Key’s POV**
-Sí, de hecho vivo en los edificios SHInee, ¿Los conoces? Digo, eres nuevo por aquí.-¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué no lo ignore como lo hago con todos?
-¡WAAA! Qué casualidad, yo me acabo de mudar ahí mismo. No soy nuevo, de hecho yo vivía muy cerca de esos edificios cuando era un niño.
-Aaah, comprendo.-Se produjo un silencio, podría decirse que cómodo.
Llegamos y cada quien se fue a su respectivo departamento. Él vivía en un edificio diferente al mío. Nos despedimos y le sonreí, por primera vez en tantos años lo hice, y por una tontería. Creo que me estoy volviendo loco.
El resto del día paso normal, mis padres trabajando, mi hermano en la universidad. Primero debía almorzar, luego debía hacer la tarea y después subir a la terraza. Estaba tan acostumbrado a subir que aun así no sepa la hora que marca el reloj yo podría decir a qué hora exactamente siempre subo. Esa tarde lleve mis pinceles, pinturas y demás materiales para pintar el hermoso atardecer; lo venía haciendo des hace ya muchos años y como casi todo lo que hacia no entendía el por qué. Una vez más puse lo poco que quedaba de mí en cada brochazo, pero aun así no podía descifrar lo que significaba para mí. Me quede ahí viendo el atardecer saque la foto que traía guardada en el bolsillo. Derrame una lágrima y la limpie rápido, ¿Por qué ahora? Me quede observándola detenidamente.
-Esta sonrisa se parece un poco a la de ese chico. ¿Puede que sea eso la razón por la cual no hubo ningún tipo de palabras hirientes a su persona? ¿Significa esta sonrisa algo para mí?. ¡AAAAH MALDITASEA!-Grite con todas mis fuerzas-Tantos años intentando recordar algo, pero solo me veo a mi ahogándome en mi dolor, solo, llorando y lamentándome, tan patético. Sería tan fácil lanzarme, pero eso es mediocre. No lo haré.
-Jonghyun...No quiero ser un resentido contigo. ¿Dime por qué?-Pregunte a la nada.
Una vez más preguntas sin respuestas que inundan mis pensamientos,
Traviesas los invaden y no me dejan en paz.
Traviesas los invaden y no me dejan en paz.
Subiré el siguiente cap. cuando pueda, pues tengo otros fics, este es el que mas me importa, por eso me tomo mi tiempo y me esfuerzo mucho.
Espero sea de su agrado. ¡Nos leemos!
Última edición por americanidiotdshineegirl el Dom Mayo 12, 2013 4:18 pm, editado 1 vez (Razón : Ninguna en especial)
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Ommo. Que lindo!!!!!!!! ~-~ Sí, definitivamente lo seguiré -asiente- No me gusta leer fics que si apenas comienzan, me gustan ya finalizados y no desesperarme por la actu >,< Pero joder! Está bueno!!
Digo, estoy segura de que Key podrá recordar a Jjong algún día, porque sé que lo olvido por algo >,
Gracias por el fic ~-~ Te seguiré el fic paso a paso :3
Digo, estoy segura de que Key podrá recordar a Jjong algún día, porque sé que lo olvido por algo >,
Gracias por el fic ~-~ Te seguiré el fic paso a paso :3
Kohu
이태민
262
Re: *Feeling every sunset* JongKey
mmm pss muy bueno, escribes genial!
Jjong es el niño de la foto, verdad?
ellos se conocen y por eso la actitud de Key hacia él
wo KiBum muy frío que no quiere a su familia, pues qué tan mala será?
muy bueno, espero el siguiente ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Capitulo dos.-3.651-3.652.
Tome mis cosas, volví a mirar al cielo, ya estaba por anochecer-3.651 puestas de sol-Baje y se repitió la misma rutina de siempre poner la mesa despedirme de mis padres, comer en mi habitación y trabajar en mi canción.
“Creo que corrí hasta ti por toda la calle
Entonces pareció ser solo un sueño.”
-Mejor duermo, hoy tampoco creo poder continuar.
Lluvia, muchas fotos arruinadas por el agua, un niño llorando, fuego, mucho fuego. Fotos quemándose. Ese niño…
-Kibum, ¿¡Por qué haces eso!?
-Ya no sirven, se arruinaron todas, son basura.
-Ven a dentro, te resfriaras.
-No quiero. Sigo esperando, vendrá pronto, lo prometió.
-Kibum ¡Cuidado!-Se escuchó un golpe. Abrí los ojos. Fue un sueño, recordé algo, estaba sudando y mi respiración estaba agitada.
-Recapitulemos: Estaba yo en la terraza quemando unas fotografías mientras llovía, la lluvia hacia que el fuego ardiera más y se fuera apagando poco a poco. Mi madre me pidió que entrara y yo al parecer esperaba a alguien. Es algo, pero esto es más confuso ahora. De repente se me ocurrió algo, tome mi lápiz y añadí un pequeño trozo a la canción.
“Creo que corrí hasta ti por toda la calle
Entonces pareció ser solo un sueño.
Hice una fogata para quemar todas las fotografías.”
Me quede un rato pensando en aquello.-Fotografías quemándose…Es extraño-Susurre y me volví a tumbar en mi cama para esta vez dormir plácidamente, cosa que sola hacia cuando me sentía bien, era extraño, pero había recordado algo o al menos eso creo yo, eso me hacía un poco feliz.
*****
Ese sentimiento de felicidad ha desaparecido, como suele suceder siempre desaparece en la mañana. Me estoy cansando de esto, cada día estoy peor, aprendí a vivir con estos demonios que me atormentan, sigo deprimiéndome como siempre, pero es como si ya no me importara, como si no me importara seguir así toda una vida. Es patético.
No puedo ver las cosas que hacen la verdadera felicidad.
Debo estar ciego.
Debo estar ciego.
Caminaba a la escuela, el chico nuevo se acercó a mí de nuevo, ese día era el último en el que quería escuchar o ver a alguien. Pese de él y apresure el paso, de nuevo encendí mi reproductor pero no podía ignorarlo, estaba al mi lado, andaba igual de rápido que yo. Mi ánimo no era el mejor de los peores ese día, tenía ganas de dejarme caer y gimotear en el piso, pero no podía, yo no era así, no lo soy. Camine más rápido, no necesitaba despreciar a alguien en ese momento.
-¿Qué tienes? Te noto triste.-Me detuve en seco.
-¿Q-Que dices? ¿Triste yo?
-Traes la mirada baja, todo el cabello en tu rostro y si no fuera por esas gafas de sol, podría decir que tienes los ojos vidriosos.- ¿Tan obvio soy que hasta un desconocido podía darse cuenta de mi estado?
-¡Ja!, deberías dejar de decir sandeces y caminar hacia la escuela.-Seguí mi camino.
-Vaya, presumido…-Susurro, pude escucharlo a la perfección. ¿Qué podía decir? Tenía razón, solo camine y camine intentando no derramar alguna de esas molestas lágrimas, al fin, puede llegar. Pasaron una, dos y tres clases, todas me importaban poco, demasiado fáciles, la única que me importaba solo se veía un día a la semana, arte. Era la hora del receso, mis lágrimas estaban que me traicionaban, no podría más, no más. Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a los jardines traseros, había una fuente y muchas flores, nadie iba ahí, todos preferían estar en el gimnasio o en el patio.
El llanto caía, dejando al descubierto toda esa debilidad que me caracterizaba, yo no era eso que todos creían, el fuerte, el indiferente, el egoísta y muy seguro de sí mismo Kibum. No, yo soy el débil, el frágil y el patético Kibum, es lo que soy. No tengo nada, no tengo a nadie, no soy nadie. Solo un miserable que se compadece de sí mismo. Estoy harto de fingir estar bien, pero debo ser fuerte.
El lado oscuro de mi corazón
Este este dolor que no puede ser borrado.
-Kibum, ¿Qué haces aquí? Ya empezó la clase. El profesor te est-¿E-Estas bien?-De nuevo ese chico.Este este dolor que no puede ser borrado.
-Dile que ya voy, solo me duele un poco la cabeza.
-¿Seguro que no es algo más?-Poso su mano en mi hombro. La tome y la estruje muy fuerte.-¡Me
¡Lastimas! ¡Eres fuerte, presumidito!
-Estoy bien, solo avísale que ya voy. Vete.-Dije entre dientes, estaba furioso, quería estar solo. Por alguna razón no quería hacer que el me odiara.-Por favor.-Solté su mano suavemente.-No te preocupes por mí, yo estaré bien.
-No lo estas, mírate, estas aquí llorando solo, estas temblando. No estás bien, ¿Te llevo a la enfermería?
-¡Te dije que estoy bien, solo lárgate y-Estaba temblando demasiado, ¿Qué me pasa? Caí al suelo de rodillas.
-¡Kibum!-Se puso a mi altura y me sostuvo, no podía ni siquiera estar estable en esa posición.-Deberías ir a ver al médico de la escuela.
-No…por favor. No quiero que nadie me vea así.-Seguía llorando, con él no me importaba nada, sentía que podía estar seguro con él, y eso me asustaba.-Solo déjame aquí, no tienes por qué preocuparte por mí.
-Está bien, pero quiero que te quedes aquí, espera a que vuelva, no puedes volver solo a casa.- ¿Quién se creía para darme órdenes?
-Me iré ahora mismo.-Intente ponerme de pie pero lo único que conseguí fue caer en cuatro al piso. No podía estar más avergonzado. Él se carcajeo un poco.
-Eres un tontín.
Cerré mis ojos lo más fuerte que pude. Nadie nunca me había visto así, nunca lo permití.-Y-Yo… ¡Déjame en paz!-Tome mis cosas y corrí errante hasta la puerta trasera de la escuela, siempre estaba abierta, por ahí podría salir. Divise la puerta a unos pocos metros, estaba a punto de llegar cuando tropecé con una piedra. Cuando estuve a punto de estamparme contra el suelo, sentí unos brazos tomarme por la cintura.
-Eres un presumido muy torpe.-Sentí que me giraban rápidamente. Estaba frente a ese chico, Jonghyun. Me sonrió y limpio una de mis lágrimas.-Entiendo que no sea mi problema que te ocurre, pero no puedo dejarte ir así. Soy ese tipo de persona, no me rindo fácil.-Su expresión se volvió un poco decaída-Tan distante, tan terco, tan desafiante, tan parecido…-Pronuncio cada una de esas palabras con un tono suave. Rodeo sus hombros con mi brazo y me ayudo a mantenerme.
-No tienes que hacer esto. Yo no soy tu problema, déjame.-Estaba a punto de decirle mil maldiciones, pero pude controlarme.
**Fin POV Kibum**
Kibum se soltó de su agarre y como pudo siguió solo su camino, aquel joven intento alcanzarlo pero él se negó rotundamente, logrando así que se rindiera. “Chico más extraño. Presumido.” Pensó.
Llego a casa y repitió la misma rutina de siempre.-3.652 puestas de sol.-Una vez mas no logro nada con su letra y tuvo que ir a dormir.
Un niño, no más de 8 años, en la azotea, pintando el atardecer, concentrado.- ¡Hola, ¿Cómo te llamas?!¿Quieres ser mi amigo?-Se giró y vio ahí a un niño, tampoco pasaba de los 8, con una sonrisa singular, un rostro extraño pero muy lindo y aniñado debido a su edad, su voz se escuchaba medio distorsionada.-No me dirás cómo te llamas, es lo que deduzco. Mi nombre es…
Kibum despertó sudado. No lo pensó dos veces, no necesitaba un motivo, solo corrió escaleras arriba, el ascensor tampoco lo considero una opción, sus pensamientos estaban nublados en ese momento, parecía ido y consciente al mismo tiempo.
La misma azotea, la mitad del lugar techado, había una que otra silla, de esas de hierro que parecían sacadas de una película occidental, flores, muchas de ellas. Desvía la vista. Un espacio vacío, descubierto y expuesto a la luz del sol matinal que comenzaba a salir. Rayos de luz delineaban su hermoso rostro. Todos esos sueño, tres para ser exactos, intento ordenarlos en su cabeza.
La misma calle, el mismo latido, la misma linda y falsasonrisa.
-1.-Comenzó a recapitular.-Diviso tu silueta del otro lado de la calle, sonrió y corro rápido. Un auto se acerca, me detengo una milésima de segundo y veo al vehículo pasar fugazmente frente a mí. Te busco con la mirada pero ya no hay nada, termine de cruzar y tu seguías sin aparecer.-Le hablaba a la nada, como si alguien pudiera escuchar sus palabras.
-2.-Estoy pintando tranquilamente el paisaje del atardecer, llegas tú, te acercas a mí y me hablas, me haces preguntas que yo no respondo. Supongo, por las circunstancias, que ese día te conocí…a menos que seas solo un juego de mi mente.-Sonrió tristemente.
Un gran espacio en blanco se interpuso entre estos dos y el otro sueño. Pensaba que era la mejor forma de clasificarlos, sin embargo, todo era confuso.
-3.-Estaba yo aquí, llovía, fotos ardían en un fuego que apagaba el agua, lagrimas corrían por mis mejillas camufladas por las gotas. Una voz me llama y le respondo, mi madre grita mi nombre, escucho un fuerte ruido.
**Kibum’s POV**
Otra vez el, Jonghyun. Me lo encontré camino a la escuela. Yo encendí mi reproductor y me puse los audífonos como de costumbre, sin darme cuenta estaba tarareando la canción, él lo noto, me miro y sonrió. “Esa sonrisa”. Tomo uno de mis audífonos y se lo puso, lo mire con una mueca de fastidio. Al contrario de lo que yo pensaba, no se alejó, solo siguió sonriendo y escuchando la música.
Me sorprendí ante mi propia actitud, no hice nada, solo lo ignore hasta llegar a la escuela. ¿Por qué?, nunca he podido dejar de preguntarme eso desde hace años por todo.
-Creí haberte dicho que no me hablaras a ninguna hora del día.-Reclame.
-No he dicho ni una palabra hasta ahora.-Tenía razón. Soy idiota.
-Está bien. Pon atención, es una nueva norma para ti.
-¿Norma? Yo no sigo reglas de nadie.-Lo mire desafiante.
-No toques mis cosas. Es la segunda regla que debes seguir cuando estés conmigo.
-Entiendo, madre.- ¿Se burlaba de mí?
-Qué bueno que lo haces, “Dinoenano”.-Se molestó un poco y se fue sin mirarme al salón. Sonreí victorioso, esa sonrisa no duro mucho. Me di cuenta que había hecho lo de siempre: Alguien se me acercaba y yo lo hacía sentir mal o lo alejaba sin motivo alguno. “Maldición”
Una vez más ese dolor en el pecho. La culpa, solo la sentía con él. ¿Cómo puede causar esto alguien que apenas y supe que existía ayer? Me lave la cara en el baño y fui al salón, tome asiento a su lado y lo que venía no me lo esperaba ni en mil años de mí.
-Lo siento…-¿Eso era bueno o malo?-Pero te lo buscaste.-Era malo. El sonrió y me miro.
-Cada vez me recuerdas más a el.-Desvió su mirada. No preste mucha atención a sus palabras.
Las clases pasaron lentamente, como de costumbre. Una y otra, y otra clase que me hacen querer colgarme de lo aburridas que son. Estábamos en clase de música.
-La siguiente actividad es en parejas.-Genial, otro día donde todos rogaban por mi compañía, claro, solo para hacer todo el trabajo yo. Aproveche el momento para hablar con mi un poco irritante compañero de mesa, no me importaba la clase, era inútil para mí.
Necesitábamos aclarar las cosas, él se estaba excediendo mucho en tan poco tiempo.
-Escúchame bien pequeñín, lo diré solo una vez.-Parecía no prestarme atención, estaba embobado mirando al frente.-¡Hey, are you there barney?!, ¡Que me prestes atención, enano!
-Joven Kibum, ¿Tiene algún problema con el joven Jonghyun?-Voltee a ver al profesor nervioso.
-N-No, para nada.-Conteste rápidamente.
-Pues que bueno porque va a ser su compañero.-Mis gafas de sol ocultaban mis ojos bien abiertos, me gire a ver a ver a Jonghyun.
El solo me dedico una de esas sonrisas, que podrían calmarme sin importar la situación, eso me asustaba, sentía que estaba traicionando algo, el dolor en mi pecho volvía.
-¡Nos vemos la próxima clase y espero no me decepcionen!
El canino volteo a verme y me miraba curioso.
-Y bien…¿Qué haremos? ¿Qué tipo de canciones te gustan?
-¿Eh? ¿De qué hablas?
-Pues de la tarea, pensé que eras el señorito perfectito.-Genial, lo que me faltaba, otro más.
-No me vengas tú también con esas cosas.
-No te entiendo, pero no me importa. Veamos, a mí me gustan las románticas, ¿Tu qué?
-No preste atención, primero dime cual es la tarea.
-Debemos componer la letra y música de una canción, de un género en específico, no importa cual. Es para la semana que viene.
-Ah, pues yo…-Por un momento pensé que podíamos utilizar mi canción, pero no, no se la compartiría a él, esa canción contenía varios de mis pocos recuerdos.-estoy bien con una romántica, eso si te digo, las cursilerías no son lo mío.
-Te veo más a ti como de canciones tristes. Siempre tan…tan tú…presumido.-El sí que sabía hacerme perder los estribos.
-Como te decía, animal. Escúchame bien, solo mantente alejado, escribiremos esta pérdida de tiempo en las horas libres, aquí en la escuela, a partir de hoy tu y yo bien separados, me cambiare de lugar, en el camino a casa solo has como que nunca me has visto en tu vida, cuando esto se termine solo pensare en ti como los demás, no significan nada para mí. ¿Entendido, perro?
-¡Ja!-Se levantó rápidamente.-No te tengo miedo, para nada…-Tomo sus cosas y salió del aula.-Mañana en mi casa a las cinco de la tarde, si tanto quieres librarte de mí, haremos esto rápido.-Grito desde afuera.
-¿¡Que no me has escuchado!?
-¡No recibo ordenes, presumido!-Se alejó, “Maldito, ¿Quién se cree?”
Hace ya bastante que tenia listo este, solo le faltaba edición y agregar algunos detalles. Aclaro: Las letras centradas y naranjas son trozos de diferentes canciones o cosas que pongo yo ahí de random xD Sirven para expresar lo que sienten los protagonistas, por ahora, solo hacen referencia a Kibum. Si alguna les llama la atencion, solo preguntan y con gusto les digo el nombre, ¡Saludos!
Última edición por americanidiotdshineegirl el Dom Abr 07, 2013 8:30 pm, editado 1 vez (Razón : Ninguna en especial)
Re: *Feeling every sunset* JongKey
hola n_n
ya había leído varios fics tuyos, pero por falta de tiempo no podía postear
pero están geniales, este fic en especial me encanto
espero que lo continúes muy pronto n_n
ya había leído varios fics tuyos, pero por falta de tiempo no podía postear
pero están geniales, este fic en especial me encanto
espero que lo continúes muy pronto n_n
Freyja
Taemin
52
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Bueno, aviso que mas o menos en una semana ya les traigo el próximo capitulo, es que había estado demasiado ocupada con otros fics que comencé primero que este y todavía tengo otro (Rolling Star) y un nuevo proyecto en mente.
Lo tengo escrito hasta la mitad, solo diré que la personalidad de Key dara un grio de 360 grados ;D
Gracias por leer y espero no matarlas mas con la espera xD
Lo tengo escrito hasta la mitad, solo diré que la personalidad de Key dara un grio de 360 grados ;D
Gracias por leer y espero no matarlas mas con la espera xD
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Capitulo tres.-"Retrato de una memoria"
Atardecer #3.654
Atardecer #3.654
La noche anterior se había dormido muy tarde a causa de aquel libro cubierto de polvo en la estantería de su padre. Tenía un título muy interesante para su contenido, el que aún no lograba comprender debido a que apenas pudo leer la mitad. “Casa de muñecas”, recordaba aquella obra de teatro a la que su madre le llevo cuando muy pequeño.
Su humor desde que despertó es difícil de descifrar. Casi podría decirse que ni siquiera estaba consciente de no ser porque mantenía sus ojos abiertos, su pecho subía y bajaba y eso demostraba que aun respiraba, de vez en cuando movía sus dedos.
No se sentía mal, tampoco bien. Solo no sentía.
Soltó un largo suspiro cuando vio la hora en el reloj, “4:25 pm”. No le costó admitir que el chico de rasgos caninos tenía razón, no tenía ganas de discutir consigo mismo, era una guerra que siempre terminaba igual.
-Mama, voy a salir.- Continuo antes de que la mujer pudiera decir algo.- Es para la escuela, debo ir a casa de un compañero.
Cuando le vio abrir la boca para intentar decir algo al respecto, le pasó el papel en sus manos, que contenía la dirección y número de teléfono del departamento de Jonghyun. Se lo había dado esa mañana en la escuela.
Dejo la taza de café que sostenía en sus manos en la mesa de madera que estaba frente a él. Se puso en pie y salió de ahí.
La burbuja a su alrededor se rompió, aun así, su mirada seguía perdida en el infinito.
Bajaba por las escaleras como de costumbre, le gustaba caminar mucho, pero casi nunca salía, sus sobreprotectores padres se encargaban de mantenerlo en ese encierro todo el día y, de cierta manera, prefería quedarse en casa, lejos de todo y de todos en su habitación perdido en un mundo donde ni el mismo existía, simplemente no había nada.
Cuando caminaba sentía una libertad reconfortante. A veces quisiera que todos se quedaran en casa para que las calles estuvieran vacías, para poder caminar por las calles solitarias y desconocidas e irse por ahí, a un lugar donde pudiera perderse y nunca volver.
Para escapar de un mundo que se había creado para mantenerse fuerte y lo estaba asfixiando.
Dejo atrás el ultimo escalón y abrió la puerta del edificio, luego la reja que había antes de esta. Salió y miro el cielo, recordó que debía volver temprano para ver el atardecer, debía pintarlo una vez más y el nunca-que recuerde-se había perdido una puesta de sol. Era como si le llamara, como si no pudiera vivir sin ver los hermosos colores, aun así, sentían un diminuto vacío que con el paso de los años fue disminuyendo más, pero irónicamente, eso lo afectaba más.
Caminaba con la cabeza gacha y las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, el cabello de su flequillo cubre sus ojos rasgados. Se pierde en el sonido de una tarde silenciosa, la tonada más gloriosa que sus oídos hayan escuchado jamás.
Los edificios se le hacían eternos, creyó estarse perdiendo. Se llevó dos de sus dedos a la cien y pudo jurar que veía doble, estaba mareado pero no tenía interés en eso, sabia la causa y era algo que prefería evitar pensar en ese momento.
Por un momento pensó que el día mejoraría, hasta que frente a sus ojos se apareció la imagen de Jonghyun sonriente saludándolo frente a uno de los tantos edificios. Su burbuja volvió aparecer a su alrededor y su humor se quedó tal y como estaba.
El de rostro canino saludo pero no obtuvo respuesta, en cierto modo eso no le importaba en lo más mínimo, no estaba dispuesto a arruinar el día peleando por tontería, al menos, no hasta el lunes en la escuela, por ahora prefería estar calmado, pues vio algo extraño en los ojos rasgados del contrario, pero por más que intento descifrar el sentimiento oculto en ellos no logro nada.
Pasaron y Jonghyun abrió la puerta de él que supuso seria su departamento, estaba en el primer piso. El de rostro canino se corrió y con la mirada le invito a pasar adelante, lo hizo sin rechistar.
Definitivamente el Kibum calmado y que no presta atención al mundo a su alrededor, porque simplemente no le importa, estaba de vuelta.
Miro a su alrededor. Las paredes eran de color caramelo, pero una era de color blanco, frente a esta estaba un estante llenos de fotos familiares, en algunas salía Jonghyun de niño con otro, pero Kibum no estaba mirando eso, no, su vista fue a para directamente hacia el otro lado, a la derecha, donde estaba frente a la ventana cubierta por una cortina moderna de color beige, un piano.
Vio al más bajo sentarse frente al hermoso instrumento e invitarlo a sentarse a su lado, y el, sin pensarlo acepto.
Su mirada estaba fija en las teclas, aun así parecía mirar al infinito y su boca estaba entreabierta.
Jonghyun noto al menor como en otro mundo.
-Como no te interesa la música, ¿En qué taller estas?- Pregunto para sacar conversación.
Salió de su trance y parpadeo varias veces muy rápido. Lo miro y dijo desmintiendo a la vez que respondía lo anterior sin un tono en específico: Me interesa la música. Estoy el taller de artes plásticas-En el de pintura para especificar- y el de literatura. Volvió a vista a las teclas.
Esta respuesta sorprendió al de rasgos caninos haciéndolo soltar una carcajada sarcástica.
-Pues tu interés se nota tanto como mi gusto por las matemáticas.
Kibum arrugo los labios y se encogió de hombros aun sin mirarle. Llevo la zurda a las teclas y toco un trozo de una melodía que se le había ocurrido en ese mismo momento.
Los labios formaron una perfecta “O” por la impresión y dio unos cuantos aplausos.
-Eres bueno…y un poco raro, presumidito.- El apodo cada vez le importaba menos, hasta el punto de no afectarlo, porque como todo, no importaba, era irrelevante.
Estuvieron un rato en silencio, intercambiando turnos para improvisar, hasta que se cansaron, o mejor dicho, hasta que Jonghyun se aburrió porque de ahí no estaba saliendo absolutamente nada. Jonghyun busco su guitarra y comenzó a tocar de la nada, entonces, Kibum comenzó a darle unas cuantas indicaciones de que notas tenía que seguir, mientras que la idea de trabajar con el de rasgos caninos se le hacía menos fastidiosa.
Se quedó un rato perdido en las cuerdas del instrumento. Se dio cuenta que en un principio no quería insultar o tratar mal al mayor era lo mismo de siempre, solo que como hacia demasiado tiempo que no conocía a alguien nuevo. Así era su vida: Tenía miedo a alguien nuevo e intentaba no hacer lo mismo de siempre, luego su presencia se le iba haciendo cada vez menos importante y se olvidaba de todo.
Casi todas las noches, en su cama, ahogando fuertes hipidos en su garganta, dejaba que su rostro fuera cubierto de lágrimas, era imposible no pensar en eso, no tenía nada más en que pensar, era como si su vida estuviera dividida en partes. Las épocas pasadas se veían con más colores, como si los tonos de los recuerdos guardaran emociones, las que se fueron desvaneciendo, haciéndole daño. Porque era injusto, todas las emociones que quería mantener lo abandonaban y trataba fuertemente, lo hacía, pero no podía volver a ellas y eso lo hacía rabiar, luego poner triste hasta deprimirlo y hacer que llorara.
Se odiaba a sí mismo, por sentirse débil ante eso.
Cuando el reloj en la pared marco las 6:15 pm ya habían creado un ritmo a seguir y la música. Acordaron que al día siguiente volverían a trabajar en la letra, bueno, Jonghyun lo propuso y Kibum asintió sin interés.
-Me voy, anuncio sin ánimos mientras contenía las lágrimas en sus ojos que disimulo con un bostezo.
Desde que lo vio llegar lo noto raro, incluso más que esa mañana en la escuela. Se extrañó porque no dijo nada cuando tomo uno de sus audífonos, o cuando le llamo con ese adjetivo que tanto lo irritaba. Parecía en otro planeta.
Le abrió para luego salir detrás de el a abrirle la puerta del edificio. Kibum salió y le vio a lo lejos, caminado a paso lento con la cabeza gacha. Fue como si pudiera ver unas alas en su espalda dibujadas a lápiz, una de las plumas que tenía se desvaneció y al parecer no era la primera, faltaban muchas y las que quedaban están muy descuidadas, no eran blancas sino grises. Perecían querer desplegarse para volar, pero simplemente no podían.
Y entonces, Jonghyun logro comprender un poco. Kibum sufría, y eso, él sabía lo que se sentía. Una lágrima resbalo por su mejilla y la limpio rápido, no quería pensar en eso, no en ese momento, debía olvidarlo pero parecía imposible, su conciencia no lo dejaba.
Anduvo un rato hasta llegar a su edificio, le fue fácil evitar el llanto, ni que fuera la primera vez. Subió por las escaleras una vez más e ignorando la puerta de su departamento llego hasta la puerta de la azotea.
Vio en la mesa los materiales para pintar el atardecer, estaba acostumbrado a dejarlos ahí. Tomo el caballete y lo posiciono de una forma que quedaba de fondo el sol hundiéndose entre los edificios de la ciudad. Puso el lienzo en su lugar, destapo las pinturas y tomo uno de sus pinceles.
Su mano comenzó a moverse frenéticamente dejando pinceladas torpes por todo el cuadro, creando formas extrañas que luego cobraron más sentido.
Prácticamente se desparramo en la silla, sus manos quedaron colgando en el aire, dejo caer el pincel y admiro bien lo que al parecer era lo mejor que había pintado en su vida.
Saco la foto que siempre llevaba y la miro, luego desvió su vista al cuadro. Llevo una mano para cubrir su boca, las lágrimas regresaron de golpe y salían sin control. Los sollozos se apoderaron de su cuerpo cada vez que miraba la imagen de lo que había pintado.
Una sensación de alegría y una tristeza horrible confundieron su mente, ¿En serio había recreado la fotografía en un cuadro? ¿Cómo? Se supone que el no recordaba, había pasado mucho tiempo como para hacerlo.
Los tonos y los colores definitivamente eran como esas emociones que lo abandonaron en un momento específico, no como las demás, esas eran las primeras en irse de ese modo tan cruel, porque eran las más felices, pero no podía verlo claro.
Se sentía miserable una vez más, impotente también. El no saber lo estaba matando.
“Debes ser fuerte” se había repetido muchos años en su mente, sin embargo, sentía que todo se venía abajo, todo lo que no tenía, su confusión le estaba afectando, la depresión le estaba golpeando más fuerte que nunca y él lo sabía, pero no importaba, se sentía morir y creía que esa era la mejor opción.
Se puso en pie pero sus piernas flaquearon y cayó de rodillas en el mismo instante. Se tambaleo en su lugar y cayo golpeando su cabeza y pegando su mejilla al suelo, no tenía fuerzas para levantarse, todo lo veía más borroso y sus ojos se cerraron cuando quedo totalmente inconsciente.
-Llega con una banderita blanca- ¡Lo siento! Es que estaba falta de tiempo, inspiracion para este capitulo. Pero igual me gusto como quedo ;D
Aunque creo que las pude aburrir, este capitulo es escencial para el fic, no saben cuantas cosas se conectan con el.
Espero sus opiniones y prometo no hacerlas esperar tanto otra vez. ¿Alguian aqui lee rolling star? Dos semanas creo-Se lleva la mano a la nuca- no se preocupen, estara en menos de una samana, no lo escrito ni he empezado, pero se todo lo que pasara en el asi que no hay ningun problema ;D
¡Gracias por leer y por su gran paciencia!
¡ Próximo capitulo se habla de Jonghyun! se hablara de como llego a la ciudad y de sus sentimientos- llora (?)- Sera pronto
Atardecer #3.654
Atardecer #3.654
La noche anterior se había dormido muy tarde a causa de aquel libro cubierto de polvo en la estantería de su padre. Tenía un título muy interesante para su contenido, el que aún no lograba comprender debido a que apenas pudo leer la mitad. “Casa de muñecas”, recordaba aquella obra de teatro a la que su madre le llevo cuando muy pequeño.
Su humor desde que despertó es difícil de descifrar. Casi podría decirse que ni siquiera estaba consciente de no ser porque mantenía sus ojos abiertos, su pecho subía y bajaba y eso demostraba que aun respiraba, de vez en cuando movía sus dedos.
No se sentía mal, tampoco bien. Solo no sentía.
Soltó un largo suspiro cuando vio la hora en el reloj, “4:25 pm”. No le costó admitir que el chico de rasgos caninos tenía razón, no tenía ganas de discutir consigo mismo, era una guerra que siempre terminaba igual.
-Mama, voy a salir.- Continuo antes de que la mujer pudiera decir algo.- Es para la escuela, debo ir a casa de un compañero.
Cuando le vio abrir la boca para intentar decir algo al respecto, le pasó el papel en sus manos, que contenía la dirección y número de teléfono del departamento de Jonghyun. Se lo había dado esa mañana en la escuela.
Dejo la taza de café que sostenía en sus manos en la mesa de madera que estaba frente a él. Se puso en pie y salió de ahí.
La burbuja a su alrededor se rompió, aun así, su mirada seguía perdida en el infinito.
Bajaba por las escaleras como de costumbre, le gustaba caminar mucho, pero casi nunca salía, sus sobreprotectores padres se encargaban de mantenerlo en ese encierro todo el día y, de cierta manera, prefería quedarse en casa, lejos de todo y de todos en su habitación perdido en un mundo donde ni el mismo existía, simplemente no había nada.
Cuando caminaba sentía una libertad reconfortante. A veces quisiera que todos se quedaran en casa para que las calles estuvieran vacías, para poder caminar por las calles solitarias y desconocidas e irse por ahí, a un lugar donde pudiera perderse y nunca volver.
Para escapar de un mundo que se había creado para mantenerse fuerte y lo estaba asfixiando.
Dejo atrás el ultimo escalón y abrió la puerta del edificio, luego la reja que había antes de esta. Salió y miro el cielo, recordó que debía volver temprano para ver el atardecer, debía pintarlo una vez más y el nunca-que recuerde-se había perdido una puesta de sol. Era como si le llamara, como si no pudiera vivir sin ver los hermosos colores, aun así, sentían un diminuto vacío que con el paso de los años fue disminuyendo más, pero irónicamente, eso lo afectaba más.
Caminaba con la cabeza gacha y las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, el cabello de su flequillo cubre sus ojos rasgados. Se pierde en el sonido de una tarde silenciosa, la tonada más gloriosa que sus oídos hayan escuchado jamás.
Los edificios se le hacían eternos, creyó estarse perdiendo. Se llevó dos de sus dedos a la cien y pudo jurar que veía doble, estaba mareado pero no tenía interés en eso, sabia la causa y era algo que prefería evitar pensar en ese momento.
Por un momento pensó que el día mejoraría, hasta que frente a sus ojos se apareció la imagen de Jonghyun sonriente saludándolo frente a uno de los tantos edificios. Su burbuja volvió aparecer a su alrededor y su humor se quedó tal y como estaba.
El de rostro canino saludo pero no obtuvo respuesta, en cierto modo eso no le importaba en lo más mínimo, no estaba dispuesto a arruinar el día peleando por tontería, al menos, no hasta el lunes en la escuela, por ahora prefería estar calmado, pues vio algo extraño en los ojos rasgados del contrario, pero por más que intento descifrar el sentimiento oculto en ellos no logro nada.
Pasaron y Jonghyun abrió la puerta de él que supuso seria su departamento, estaba en el primer piso. El de rostro canino se corrió y con la mirada le invito a pasar adelante, lo hizo sin rechistar.
Definitivamente el Kibum calmado y que no presta atención al mundo a su alrededor, porque simplemente no le importa, estaba de vuelta.
Miro a su alrededor. Las paredes eran de color caramelo, pero una era de color blanco, frente a esta estaba un estante llenos de fotos familiares, en algunas salía Jonghyun de niño con otro, pero Kibum no estaba mirando eso, no, su vista fue a para directamente hacia el otro lado, a la derecha, donde estaba frente a la ventana cubierta por una cortina moderna de color beige, un piano.
Vio al más bajo sentarse frente al hermoso instrumento e invitarlo a sentarse a su lado, y el, sin pensarlo acepto.
Su mirada estaba fija en las teclas, aun así parecía mirar al infinito y su boca estaba entreabierta.
Jonghyun noto al menor como en otro mundo.
-Como no te interesa la música, ¿En qué taller estas?- Pregunto para sacar conversación.
Salió de su trance y parpadeo varias veces muy rápido. Lo miro y dijo desmintiendo a la vez que respondía lo anterior sin un tono en específico: Me interesa la música. Estoy el taller de artes plásticas-En el de pintura para especificar- y el de literatura. Volvió a vista a las teclas.
Esta respuesta sorprendió al de rasgos caninos haciéndolo soltar una carcajada sarcástica.
-Pues tu interés se nota tanto como mi gusto por las matemáticas.
Kibum arrugo los labios y se encogió de hombros aun sin mirarle. Llevo la zurda a las teclas y toco un trozo de una melodía que se le había ocurrido en ese mismo momento.
Los labios formaron una perfecta “O” por la impresión y dio unos cuantos aplausos.
-Eres bueno…y un poco raro, presumidito.- El apodo cada vez le importaba menos, hasta el punto de no afectarlo, porque como todo, no importaba, era irrelevante.
Estuvieron un rato en silencio, intercambiando turnos para improvisar, hasta que se cansaron, o mejor dicho, hasta que Jonghyun se aburrió porque de ahí no estaba saliendo absolutamente nada. Jonghyun busco su guitarra y comenzó a tocar de la nada, entonces, Kibum comenzó a darle unas cuantas indicaciones de que notas tenía que seguir, mientras que la idea de trabajar con el de rasgos caninos se le hacía menos fastidiosa.
Se quedó un rato perdido en las cuerdas del instrumento. Se dio cuenta que en un principio no quería insultar o tratar mal al mayor era lo mismo de siempre, solo que como hacia demasiado tiempo que no conocía a alguien nuevo. Así era su vida: Tenía miedo a alguien nuevo e intentaba no hacer lo mismo de siempre, luego su presencia se le iba haciendo cada vez menos importante y se olvidaba de todo.
Casi todas las noches, en su cama, ahogando fuertes hipidos en su garganta, dejaba que su rostro fuera cubierto de lágrimas, era imposible no pensar en eso, no tenía nada más en que pensar, era como si su vida estuviera dividida en partes. Las épocas pasadas se veían con más colores, como si los tonos de los recuerdos guardaran emociones, las que se fueron desvaneciendo, haciéndole daño. Porque era injusto, todas las emociones que quería mantener lo abandonaban y trataba fuertemente, lo hacía, pero no podía volver a ellas y eso lo hacía rabiar, luego poner triste hasta deprimirlo y hacer que llorara.
Se odiaba a sí mismo, por sentirse débil ante eso.
Cuando el reloj en la pared marco las 6:15 pm ya habían creado un ritmo a seguir y la música. Acordaron que al día siguiente volverían a trabajar en la letra, bueno, Jonghyun lo propuso y Kibum asintió sin interés.
-Me voy, anuncio sin ánimos mientras contenía las lágrimas en sus ojos que disimulo con un bostezo.
Desde que lo vio llegar lo noto raro, incluso más que esa mañana en la escuela. Se extrañó porque no dijo nada cuando tomo uno de sus audífonos, o cuando le llamo con ese adjetivo que tanto lo irritaba. Parecía en otro planeta.
Le abrió para luego salir detrás de el a abrirle la puerta del edificio. Kibum salió y le vio a lo lejos, caminado a paso lento con la cabeza gacha. Fue como si pudiera ver unas alas en su espalda dibujadas a lápiz, una de las plumas que tenía se desvaneció y al parecer no era la primera, faltaban muchas y las que quedaban están muy descuidadas, no eran blancas sino grises. Perecían querer desplegarse para volar, pero simplemente no podían.
Y entonces, Jonghyun logro comprender un poco. Kibum sufría, y eso, él sabía lo que se sentía. Una lágrima resbalo por su mejilla y la limpio rápido, no quería pensar en eso, no en ese momento, debía olvidarlo pero parecía imposible, su conciencia no lo dejaba.
Anduvo un rato hasta llegar a su edificio, le fue fácil evitar el llanto, ni que fuera la primera vez. Subió por las escaleras una vez más e ignorando la puerta de su departamento llego hasta la puerta de la azotea.
Vio en la mesa los materiales para pintar el atardecer, estaba acostumbrado a dejarlos ahí. Tomo el caballete y lo posiciono de una forma que quedaba de fondo el sol hundiéndose entre los edificios de la ciudad. Puso el lienzo en su lugar, destapo las pinturas y tomo uno de sus pinceles.
Su mano comenzó a moverse frenéticamente dejando pinceladas torpes por todo el cuadro, creando formas extrañas que luego cobraron más sentido.
Prácticamente se desparramo en la silla, sus manos quedaron colgando en el aire, dejo caer el pincel y admiro bien lo que al parecer era lo mejor que había pintado en su vida.
Saco la foto que siempre llevaba y la miro, luego desvió su vista al cuadro. Llevo una mano para cubrir su boca, las lágrimas regresaron de golpe y salían sin control. Los sollozos se apoderaron de su cuerpo cada vez que miraba la imagen de lo que había pintado.
Una sensación de alegría y una tristeza horrible confundieron su mente, ¿En serio había recreado la fotografía en un cuadro? ¿Cómo? Se supone que el no recordaba, había pasado mucho tiempo como para hacerlo.
Los tonos y los colores definitivamente eran como esas emociones que lo abandonaron en un momento específico, no como las demás, esas eran las primeras en irse de ese modo tan cruel, porque eran las más felices, pero no podía verlo claro.
Se sentía miserable una vez más, impotente también. El no saber lo estaba matando.
“Debes ser fuerte” se había repetido muchos años en su mente, sin embargo, sentía que todo se venía abajo, todo lo que no tenía, su confusión le estaba afectando, la depresión le estaba golpeando más fuerte que nunca y él lo sabía, pero no importaba, se sentía morir y creía que esa era la mejor opción.
Se puso en pie pero sus piernas flaquearon y cayó de rodillas en el mismo instante. Se tambaleo en su lugar y cayo golpeando su cabeza y pegando su mejilla al suelo, no tenía fuerzas para levantarse, todo lo veía más borroso y sus ojos se cerraron cuando quedo totalmente inconsciente.
-Llega con una banderita blanca- ¡Lo siento! Es que estaba falta de tiempo, inspiracion para este capitulo. Pero igual me gusto como quedo ;D
Aunque creo que las pude aburrir, este capitulo es escencial para el fic, no saben cuantas cosas se conectan con el.
Espero sus opiniones y prometo no hacerlas esperar tanto otra vez. ¿Alguian aqui lee rolling star? Dos semanas creo-Se lleva la mano a la nuca- no se preocupen, estara en menos de una samana, no lo escrito ni he empezado, pero se todo lo que pasara en el asi que no hay ningun problema ;D
¡Gracias por leer y por su gran paciencia!
¡ Próximo capitulo se habla de Jonghyun! se hablara de como llego a la ciudad y de sus sentimientos- llora (?)- Sera pronto
Última edición por americanidiotdshineegirl el Dom Mayo 19, 2013 7:59 pm, editado 1 vez
Re: *Feeling every sunset* JongKey
Pobre mi baby Key como sufre tanto no me gusta eso buu y al parecer Jong tambien lo hace espero q se puedan ayudar mutuamente por que es feito que sigan sufriendo cuando los dos pueden ser felices
Alejitah
Key Y Jong Hyun
177
Re: *Feeling every sunset* JongKey
aayyyaayay bummi espero realmente que jonnhg te ayude por que creeo que el si te recuerad,,,
es solo cuestion y veraz que todo se solucionara
mil gracias saludos
es solo cuestion y veraz que todo se solucionara
mil gracias saludos
Damsanm
onew
1008
Re: *Feeling every sunset* JongKey
waaa este fic... me gusta mucho... es... no sé, pero me gusta,
la historia, la forma fría de Key, es genial!
Jjong juega un papel muy importante (obvio vrdd?)
y en ésto último, con Key llorando por el lienzo que acababa de pintar
Luego la foto. Me intriga saber qué onda
Así que hasta el siguiente~ ^_^
la historia, la forma fría de Key, es genial!
Jjong juega un papel muy importante (obvio vrdd?)
y en ésto último, con Key llorando por el lienzo que acababa de pintar
Luego la foto. Me intriga saber qué onda
Así que hasta el siguiente~ ^_^
tiari
MinHo & Onew
444
Re: *Feeling every sunset* JongKey
¿Una eternidad, cierto? Bueno, he aquí su capitulo cuatro. -Me entra pereza por poner los trozos de canciones, ¿A ustedes les gustan?-
Capitulo cuatro.- "10, 9...Reacción peculiar"
Los variados tonos violeta, naranja y celeste se mezclaban en el cielo de la última semana del verano. Una azotea en una gran casa de dos pisos, en la que un joven tocaba su guitarra con fervor, asimilando que una vez más tendría que mudarse.
La cuarta vez, de hecho.
-Nunca, nunca será lo mismo-. Hablo al aire para luego soltar un suspiro.
Limpio una lágrima traviesa que anunciaba la llegada de otras más. Sonrió y se convenció por milésima vez en su vida que llorar estaba totalmente descartado.
Guitarra en mano bajo por las escaleras que llevaban al jardín. Observo las flores de distintos colores que adornaban el lugar casi como despidiéndose de ellas. Giro su rostro a un lado mientras sonreía ladinamente, resignándose a que su vida siempre sería igual.
Yendo de un lado a otro, sin tiempo suficiente para hacer amigos, y con deseos de que eso cambiara.
Bordeando el gran jardín llego a la puerta trasera de su casa, la cual llevaba a la cocina, donde vio a su madre preparando la cena. Tenía curiosidad por saber a dónde irían esta vez, mas no había preguntado porque en el fondo intentaba
convencerse que no importaba, igual no duraría mucho. Al pensar esto en su rostro se dibujó una leve mueca de tristeza, la mujer lo noto y con una sonrisa intento animarle, ella conocía esa mirada, siempre la veía cuando se cambiaban de lugar, pero no podía hacer nada más.
-¿Sabes? Volveremos a Seúl.
“Volveremos a Seúl”, las palabras resonaron en su cabeza, haciendo que todo volviera a su memoria, lo recordaba un poco difuminado y borroso, pero podía verlo casi todo. Otra sonrisa triste y subió rápido a su habitación, en el largo corredor con paredes de color caramelo, estaban colgadas en las paredes un montón de fotos familiares. Están todos juntos.
Juntos y orgullosos de él.
No sabe con exactitud en que momento, solo sabe que de un día para otro sus notas se desplomaron, su ánimo por dentro cayo por los suelos, su sonrisa se convirtió en su escudo, y esa necesidad extraña apareció sin previo aviso.
La necesidad de apoyar a alguien.
Giro la perilla y se adentró en el lugar que para el día siguiente dejaría de ser su habitación. Dejo la guitarra sobre la mesa que tenía al lado del marco de la puerta y arrastrando sus pies hasta llegar a su cama, se tumbó en ella sin cuidado alguno. Paso su mano entre su cabello desordenándolo todo.
La idea de volver al único lugar donde estuvo un tiempo considerable le hizo sentir un poco inseguro, habían pasado diez años, diez años en los que de seguro la ciudad ya habría cambiado por completo. Se preguntaba cómo se sentiría volver, si sería en el mismo sector que antes o en un lugar diferente, si tal vez sería la última vez porque cuando a su papa lo trasladan no suelen volver a hacer al mismo sitio dos veces.
Dudas y más dudas revoloteaban sin cesar en sus pensamientos. Debía hacer sus maletas, ya las tenía hechas la mitad, ¿Las otras? Ni las había sacado.
Algo que lo sacaba de la realidad del presente y lo llevaba a un pasado que si era lejano, pero no tanto como su mente lo proyectaba. Colores vivos. Si, era eso lo que veía, un sentimiento inmenso de felicidad que parecía estar en el aire.
Sonrisas por doquier, no importaba que tan niño fuera, si, se sentía útil, más de lo que nunca se hubiera podido siquiera imaginar. ¿Y quién diría que sería feliz haciendo sonreír a alguien? Sonaba tonto, pero era lo único que necesito a sus siete años.
Incluso ahora, se conformaría con solo eso.
Rodo sobre la cama, deshaciéndola toda. Una luz tenue en forma de esperanza apareció en sus pensamientos, susurrándole que podría verle, que llegaría y todo seria de nuevo como había sido, que nada habría cambiado y aquella persona seguiría en el mismo lugar de siempre.
Miro al techo y se perdió en él unos segundos. Sonrió y luego estallo en mil y un carcajadas histéricas por pensar así. Nos que Jonghyun no hubiera tenido fantasías bizarras e incoherentes, solo que esa sí que era la mas impensable.
Esa noche bajo y ceno con sus padres. Nunca se sentía muy cómodo pues siempre sacaban el tema de que podría mejorar, ser más bueno en sus estudios, dejar esa actitud que según ellos era de “vago”, que no era verdad, Jonghyun se esforzaba en la escuela, pero dicho esfuerzo no daba muchos resultados que se pueda decir. Una vez terminada la cena, el tema con el que concluyeron, fue el más aterrador y a la misma vez bueno para el: Regreso a Seúl.
Cuando escucho a su padre decir que entraría al instituto de artes de la capital los ojos se le iluminaron, mostrando su más sincera sonrisa.
Definitivamente, estaba feliz por regresar, nada sería igual, estaba en lo cierto, pero no importaba, habría pasado mucho tiempo para que la única persona de la que se hizo amigo le recordara…y si lo hacía…¿Le odiaría? No estaba convencido de eso pero de verdad le asustaba.
Subió a su habitación una vez más. Se cambió con prendas más cómodas y se sentó en la silla frente a su escritorio, aun con esa canción recién empezada que no podía continuar. Las ideas fluían en su cabeza mas no lograba ordenarlas de modo que encajaran al menos de una manera coherente.
“Han pasado muchos días, para mi han sido eternos”
Ese pequeño trozo lleno de sentimientos era lo único que alcanzo a escribir una tarde donde, lleno de nostalgia por sus días de niñez, tomo un lápiz y anoto lo primero que se le ocurrió. Ahora simplemente no descifraba como seguirla sin que terminara siendo una más del montón.
Al fin decidió que dormir sería lo mejor y que tal vez otro día continuaría escribiendo.
~****~
Ido y profundamente perdido en sus recuerdos miraba por la ventana del auto. Estaban a punto de llegar a lo que sería su nuevo hogar. Los edificios SHInee, como no recordarlos, si gracias a ellos encontró a la sonrisa más hermosa del mundo.
Ahora que viviría allá, sentía ansias y miedo de volver a encontrarla, tenía miedo que esa linda expresión se hubiera tornado color negro.
Pasaron unas cuantas calles que se le hicieron conocidas. Luego un parque que recordaba a duras penas pero si fotografías que guardaban no se equivocaban, la resbaladilla no estaba oxidada, la rueda era de colores vivos, los columpios estaban en perfecto estado, los arboles adornaban el paisaje con sus flores haciendo que todo se viera pintoresco, y las bancas de madera y de cemento, no faltaba ninguna. El lugar no era nada igual a antes, juegos oxidados, cadenas de columpios rotas, las bancas estaban destruidas y los arboles habían perdido brillo y color.
De inmediato aparto su vista de la ventana, no quería ver eso, de verdad no quería.
~****~
Rápidamente se instalaron en su departamento. Una vez estuvo todo guardado, desempacado, amueblado y acomodado, no dudo en correr a su habitación nueva, sacar su libreta, tomar su lápiz y comenzar a escribir unos pequeños trozos de canción.
“Han pasado muchos días, para mi han sido eternos.
Todo aquello que vivimos no ha quedado en el olvido.
Me pregunto: ¿Dónde estás?”
El deseaba, deseaba saberlo, deseaba conocer el paradero de aquella mirada brillante. ¿Se habría mudado? ¿Se habría quedado?
Luego llego el día de ir a clases, se distrajo recorriendo las instalaciones, razón por la cual llego tarde a su primera clase. Su compañero de asiento, alguien un tanto egocentrista para su gusto, no un muy buen comienzo para hacer amigos.
Su ánimo contantemente cambiante, su mirada perdida. Ese día que le encontró llorando. Ese día que fue a su casa. Su actitud a la defensiva. Si…estaba seguro, Kibum sufría, se había dado cuenta. Solo trataba de demostrarse fuerte, pero no lo era, y lo sabía, porque esa fue una de sus opciones, pero el no, el decidió simplemente vivir con eso y dejarlo ir.
Solo necesitaba sentirse útil y productivo, si eso implicaba hacer sonreír a alguien, entonces le haría sonreír, estaría ahí, siguiéndole siempre, cuidándolo. Porque así era Jonghyun, alguien tan bueno y preocupado que ni el mismo podía darse cuenta, solo lo hacía y punto.
No sería tarea fácil, pero él no se quedaría de brazos cruzados observando el espectáculo de una persona desmoronándose, era como si pudiera verle por dentro, roto en mil pedazos, así estaba. Le noto tan solo. Comenzaba a ver similitudes entre los dos, y aunque no fueran del todo buenas, era algo que podía unirlos.
La noche cayó. La fría brisa golpeaba levemente el rostro pálido del chico en el suelo. Sus ojos se abrieron lentamente.
Parpadeo muchas veces seguidas de forma rápida. Con dificultad y sin ganas, impulsándose con sus manos, Kibum se levantó del suelo. Aturdido se tallo los ojos.
No quiso volver a observar el cuadro, no estaba listo y sabría que le haría daño. Solo lo dejo ahí para que se secara, además, no sabía cuánto tiempo había estado ahí en el suelo. Bajo como de costumbre por las escaleras, esperando que no fuera muy tarde porque su padre podría estar molesto.
Y no reviso ni una vez el celular, no tenía ganas de eso tampoco.
Odiaba, detestaba ese maldito aparato que solo permite que las personas más agobiantes en su vida lo encontraran con demasiada facilidad.
Entro a su departamento nervioso. Conocía a su madre y esta era una experta en crear dramas de telenovela cuando de su “seguridad” se trataba. Su familia lo metió dentro de una burbuja sin que él quisiera, y ahora estaba metido en una burbuja dentro de otra, que se creó para sí mismo, aislándose de todo lo que le rodeaba, alejándose y viviendo en un mundo que no podría describir, porque simplemente no lo conocía.
Su padre le dice que su cena está en el microondas, apenas eran las siete pero cenaban temprano. No se preocupa porque no hay regaños ni reclamos, pero se tranquiliza. El hambre se fue, dejando solo al cansancio, que no es raro cuando no para. Tarea, perfección, un dibujo que se le viene a la mente de repente, mas perfección, mas tarea, tarea, tarea y tarea. No tenía tiempo de nada que no fuera estudiar o dibujar, hacia lo que tenía que hacer a como diera lugar, sin embargo nada tenía sentido. Solo la pintura y eso estaba más que claro.
Entro a su habitación y se cambió de ropa lenta y perezosamente. Vio la canción sin terminar y no quiso seguirla, no estaba de ánimos y a ese paso terminaría convirtiéndola en un cliché melancólico. Se tumba en la cama y se arropa completamente, como hace siempre. No le ve sentido a nada y no sabe qué demonios está haciendo con su vida. Dormir no era una opción esa noche, quería evitar a toda costa ese sueño.
Siempre se repite lo mismo con su estúpido e insignificante dolor, pero que mierda, ya se había acostumbrado a eso, solo que llegar a caer inconsciente fue un poco más lejos y empezaba a preocuparle un poco, pero no tanto como para no dormirse luego de unas dos horas y media dando vueltas de la cama.
*****
La segunda canción y Kibum deseaba poder hacer que el camino a la escuela fuera tres veces más largo de lo normal. Iba haciendo muecas con los labios como siempre, no los podía dejar quietos, sino hacia eso las ganas de bailar lo controlarían. Oh si, a Kibum le encantaba bailar y vaya que lo hacía bien, solo que como todo lo que sabía hacer-a excepción de dibujar o pintar-, nunca se lo revelaba a nadie. Era incómodo. Los halagos y palabras bonitas. Toda la atención que significaría de solo imaginársela ya lo abrumaba.
La manera en que sus pensamientos se desviaban tan rápidamente nunca fue un problema, pero esa mañana no dejaban que escuchara bien la música. Cuando Jonghyun llego a su lado y quito su audífono izquierdo, quiso agradecerle pero se contuvo porque sería muy raro hacerlo después de sus comportamientos anteriores. Sonrió para sus adentros cuando el recién llegado comenzó a tararear la melodía de piano que estaba escuchando.
-Tienes buen gusto, Kim-. El mayor de los dos, codeo al otro sonriendo.
Escucho su voz y cayó en cuenta que el otro estaba a su lado-eso ya lo había notado-, se extrañó porque es sábado y el otro está tomando el mismo camino. Luego recordó los talleres que tenían clases cada dos sábados: Canto, artes plásticas y clases de violín que la escuela había abierto para quienes tocaban este instrumento y no querían ir a otro lugar.
Miro la ropa que traía. Unos jeans comunes y corrientes, una camisa a medio meter en los pantalones y un sombrero. De dibujante no tenía nada, pues el día anterior le vio dibujando algo que parecía ser un zorro en la última hoja de su cuaderno, y muy bien que digamos no había quedado. ¿Violinista? No es que fuera del tipo que ponía etiquetas, pero a menos que fuera una de esas personas excéntricas Jonghyun no tenía pinta de violinista, de eso nada.
Cantante, sí, eso era. Tenía curiosidad por escuchar su voz.
Le dio vergüenza decirle que cantara algo porque eso ya sería pasarse de sus límites y traicionar a su timidez. Pero no fue necesaria dicha petición, porque nada más paso de canción, el de rostro canino cerró sus ojos y comenzó a bailar en medio de la calle, como si nadie estuviera viendo y las calles estuvieran vacías. Eso le agrado, el valor que a el faltaba, la vio reflejada en ese chico alocado que estaba a su lado.
Sonrió sin pena y acomodo sus gafas, esta vez las tenía negras y por primera vez en mucho tiempo no eran de sol. A Jonghyun se le escapo una pequeña risita mientras mantenía sus ojos cerrados, seguía bailando y no paraba de cantar.
Cuando abrió sus ojos y vio a Kibum sonriendo, la vergüenza que sentía, dado que el no acostumbraba-nunca lo había hecho- a hacer ese tipo de cosas tan bizarras, se esfumo por completo y tomo el valor suficiente como para quitarle los audífonos al otro y cantar mientras camina en retroceso porque estaba frente a él.
-I don’t want another pretty face, I don’t want just anyone to hug, I don’t my love to go to waste. I want you and your beautiful soul.
Kibum no podía dejar de sonreír y no le importo que todos sus compañeros les miraran raro cuando llegaron a la escuela y la canción todavía no terminaba y Jonghyun parecía no querer dejar de cantarla.
-Ya para, Mr. Chiflado.
Jonghyun no dejaba su sonrisa de lado, sabía que se veía como un bobo pero estaba feliz sin motivo alguno, y eso era bueno. Nunca había hecho algo como eso, que tenia nada de malo, ni sabía porque lo hizo pero no se arrepintió. Le pasó sus audífonos y se retiró a su taller de canto.
Se fue a su salón correspondiente. El tiempo se le paso lento pero no parecía molestarle, eso era bueno. No se concentró en toda la clase y ese dibujo donde tenía que representar el claroscuro estaba listo para ir a la basura. Pero qué demonios, de verdad no le preocupo en lo más mínimo. Y luego, los bocetos, siempre le parecieron aburridos y tedioso dibujar así.
Cuando miro el reloj ya marcaba las doce y treinta. A casa no quería volver, y cuando Jonghyun propuso ir directo a terminar la canción en su departamento, no pudo negarse porque de verdad no tenía ganas de discutir.
Kibum saco de nuevo sus audífonos y se dispuso a escuchar la canción que en clase había dejado a medias, pero supo que el otro se “robaría” uno y prefirió ofrecérselo antes que ser sorprendido. Y Jonghyun le vio, más preocupado que antes, la mirada perdida y sin luz, así estaba la del menor, lo veía retraído, encerrado en un mundo diferente a este; en cuanto a ese humor cambiante, el de rostro canino sabía que nada bueno significaba, no era necesario que nadie se lo dijera.
Aquí dejo para quienes interese:
Cancion mencionada "Beatiful soul"
Cancion que escribe Key, "Whatsername" green day.
Cancion que escribe Jonghyun, "vivir sin ti", Mayre Martinez.
¿Quieren llorar? -hace spam- Aqui les dejo mi nuevo shot 2min, aunque en realidad no creo que lloren xD Alas prestadas
Luego de haberlo escrito-antes de haberlo publicado, como un mes antes- me di cuenta que hay como cuatro canciones en las que parece estar basado el fic, y lo peor es que esto no es un songfic xDD
Capitulo cuatro.- "10, 9...Reacción peculiar"
Los variados tonos violeta, naranja y celeste se mezclaban en el cielo de la última semana del verano. Una azotea en una gran casa de dos pisos, en la que un joven tocaba su guitarra con fervor, asimilando que una vez más tendría que mudarse.
La cuarta vez, de hecho.
-Nunca, nunca será lo mismo-. Hablo al aire para luego soltar un suspiro.
Limpio una lágrima traviesa que anunciaba la llegada de otras más. Sonrió y se convenció por milésima vez en su vida que llorar estaba totalmente descartado.
Guitarra en mano bajo por las escaleras que llevaban al jardín. Observo las flores de distintos colores que adornaban el lugar casi como despidiéndose de ellas. Giro su rostro a un lado mientras sonreía ladinamente, resignándose a que su vida siempre sería igual.
Yendo de un lado a otro, sin tiempo suficiente para hacer amigos, y con deseos de que eso cambiara.
Bordeando el gran jardín llego a la puerta trasera de su casa, la cual llevaba a la cocina, donde vio a su madre preparando la cena. Tenía curiosidad por saber a dónde irían esta vez, mas no había preguntado porque en el fondo intentaba
convencerse que no importaba, igual no duraría mucho. Al pensar esto en su rostro se dibujó una leve mueca de tristeza, la mujer lo noto y con una sonrisa intento animarle, ella conocía esa mirada, siempre la veía cuando se cambiaban de lugar, pero no podía hacer nada más.
-¿Sabes? Volveremos a Seúl.
“Volveremos a Seúl”, las palabras resonaron en su cabeza, haciendo que todo volviera a su memoria, lo recordaba un poco difuminado y borroso, pero podía verlo casi todo. Otra sonrisa triste y subió rápido a su habitación, en el largo corredor con paredes de color caramelo, estaban colgadas en las paredes un montón de fotos familiares. Están todos juntos.
Juntos y orgullosos de él.
No sabe con exactitud en que momento, solo sabe que de un día para otro sus notas se desplomaron, su ánimo por dentro cayo por los suelos, su sonrisa se convirtió en su escudo, y esa necesidad extraña apareció sin previo aviso.
La necesidad de apoyar a alguien.
Giro la perilla y se adentró en el lugar que para el día siguiente dejaría de ser su habitación. Dejo la guitarra sobre la mesa que tenía al lado del marco de la puerta y arrastrando sus pies hasta llegar a su cama, se tumbó en ella sin cuidado alguno. Paso su mano entre su cabello desordenándolo todo.
La idea de volver al único lugar donde estuvo un tiempo considerable le hizo sentir un poco inseguro, habían pasado diez años, diez años en los que de seguro la ciudad ya habría cambiado por completo. Se preguntaba cómo se sentiría volver, si sería en el mismo sector que antes o en un lugar diferente, si tal vez sería la última vez porque cuando a su papa lo trasladan no suelen volver a hacer al mismo sitio dos veces.
Dudas y más dudas revoloteaban sin cesar en sus pensamientos. Debía hacer sus maletas, ya las tenía hechas la mitad, ¿Las otras? Ni las había sacado.
Algo que lo sacaba de la realidad del presente y lo llevaba a un pasado que si era lejano, pero no tanto como su mente lo proyectaba. Colores vivos. Si, era eso lo que veía, un sentimiento inmenso de felicidad que parecía estar en el aire.
Sonrisas por doquier, no importaba que tan niño fuera, si, se sentía útil, más de lo que nunca se hubiera podido siquiera imaginar. ¿Y quién diría que sería feliz haciendo sonreír a alguien? Sonaba tonto, pero era lo único que necesito a sus siete años.
Incluso ahora, se conformaría con solo eso.
Rodo sobre la cama, deshaciéndola toda. Una luz tenue en forma de esperanza apareció en sus pensamientos, susurrándole que podría verle, que llegaría y todo seria de nuevo como había sido, que nada habría cambiado y aquella persona seguiría en el mismo lugar de siempre.
Miro al techo y se perdió en él unos segundos. Sonrió y luego estallo en mil y un carcajadas histéricas por pensar así. Nos que Jonghyun no hubiera tenido fantasías bizarras e incoherentes, solo que esa sí que era la mas impensable.
Esa noche bajo y ceno con sus padres. Nunca se sentía muy cómodo pues siempre sacaban el tema de que podría mejorar, ser más bueno en sus estudios, dejar esa actitud que según ellos era de “vago”, que no era verdad, Jonghyun se esforzaba en la escuela, pero dicho esfuerzo no daba muchos resultados que se pueda decir. Una vez terminada la cena, el tema con el que concluyeron, fue el más aterrador y a la misma vez bueno para el: Regreso a Seúl.
Cuando escucho a su padre decir que entraría al instituto de artes de la capital los ojos se le iluminaron, mostrando su más sincera sonrisa.
Definitivamente, estaba feliz por regresar, nada sería igual, estaba en lo cierto, pero no importaba, habría pasado mucho tiempo para que la única persona de la que se hizo amigo le recordara…y si lo hacía…¿Le odiaría? No estaba convencido de eso pero de verdad le asustaba.
Subió a su habitación una vez más. Se cambió con prendas más cómodas y se sentó en la silla frente a su escritorio, aun con esa canción recién empezada que no podía continuar. Las ideas fluían en su cabeza mas no lograba ordenarlas de modo que encajaran al menos de una manera coherente.
“Han pasado muchos días, para mi han sido eternos”
Ese pequeño trozo lleno de sentimientos era lo único que alcanzo a escribir una tarde donde, lleno de nostalgia por sus días de niñez, tomo un lápiz y anoto lo primero que se le ocurrió. Ahora simplemente no descifraba como seguirla sin que terminara siendo una más del montón.
Al fin decidió que dormir sería lo mejor y que tal vez otro día continuaría escribiendo.
~****~
Ido y profundamente perdido en sus recuerdos miraba por la ventana del auto. Estaban a punto de llegar a lo que sería su nuevo hogar. Los edificios SHInee, como no recordarlos, si gracias a ellos encontró a la sonrisa más hermosa del mundo.
Ahora que viviría allá, sentía ansias y miedo de volver a encontrarla, tenía miedo que esa linda expresión se hubiera tornado color negro.
Pasaron unas cuantas calles que se le hicieron conocidas. Luego un parque que recordaba a duras penas pero si fotografías que guardaban no se equivocaban, la resbaladilla no estaba oxidada, la rueda era de colores vivos, los columpios estaban en perfecto estado, los arboles adornaban el paisaje con sus flores haciendo que todo se viera pintoresco, y las bancas de madera y de cemento, no faltaba ninguna. El lugar no era nada igual a antes, juegos oxidados, cadenas de columpios rotas, las bancas estaban destruidas y los arboles habían perdido brillo y color.
De inmediato aparto su vista de la ventana, no quería ver eso, de verdad no quería.
~****~
Rápidamente se instalaron en su departamento. Una vez estuvo todo guardado, desempacado, amueblado y acomodado, no dudo en correr a su habitación nueva, sacar su libreta, tomar su lápiz y comenzar a escribir unos pequeños trozos de canción.
“Han pasado muchos días, para mi han sido eternos.
Todo aquello que vivimos no ha quedado en el olvido.
Me pregunto: ¿Dónde estás?”
El deseaba, deseaba saberlo, deseaba conocer el paradero de aquella mirada brillante. ¿Se habría mudado? ¿Se habría quedado?
Luego llego el día de ir a clases, se distrajo recorriendo las instalaciones, razón por la cual llego tarde a su primera clase. Su compañero de asiento, alguien un tanto egocentrista para su gusto, no un muy buen comienzo para hacer amigos.
Su ánimo contantemente cambiante, su mirada perdida. Ese día que le encontró llorando. Ese día que fue a su casa. Su actitud a la defensiva. Si…estaba seguro, Kibum sufría, se había dado cuenta. Solo trataba de demostrarse fuerte, pero no lo era, y lo sabía, porque esa fue una de sus opciones, pero el no, el decidió simplemente vivir con eso y dejarlo ir.
Solo necesitaba sentirse útil y productivo, si eso implicaba hacer sonreír a alguien, entonces le haría sonreír, estaría ahí, siguiéndole siempre, cuidándolo. Porque así era Jonghyun, alguien tan bueno y preocupado que ni el mismo podía darse cuenta, solo lo hacía y punto.
No sería tarea fácil, pero él no se quedaría de brazos cruzados observando el espectáculo de una persona desmoronándose, era como si pudiera verle por dentro, roto en mil pedazos, así estaba. Le noto tan solo. Comenzaba a ver similitudes entre los dos, y aunque no fueran del todo buenas, era algo que podía unirlos.
La noche cayó. La fría brisa golpeaba levemente el rostro pálido del chico en el suelo. Sus ojos se abrieron lentamente.
Parpadeo muchas veces seguidas de forma rápida. Con dificultad y sin ganas, impulsándose con sus manos, Kibum se levantó del suelo. Aturdido se tallo los ojos.
No quiso volver a observar el cuadro, no estaba listo y sabría que le haría daño. Solo lo dejo ahí para que se secara, además, no sabía cuánto tiempo había estado ahí en el suelo. Bajo como de costumbre por las escaleras, esperando que no fuera muy tarde porque su padre podría estar molesto.
Y no reviso ni una vez el celular, no tenía ganas de eso tampoco.
Odiaba, detestaba ese maldito aparato que solo permite que las personas más agobiantes en su vida lo encontraran con demasiada facilidad.
Entro a su departamento nervioso. Conocía a su madre y esta era una experta en crear dramas de telenovela cuando de su “seguridad” se trataba. Su familia lo metió dentro de una burbuja sin que él quisiera, y ahora estaba metido en una burbuja dentro de otra, que se creó para sí mismo, aislándose de todo lo que le rodeaba, alejándose y viviendo en un mundo que no podría describir, porque simplemente no lo conocía.
Su padre le dice que su cena está en el microondas, apenas eran las siete pero cenaban temprano. No se preocupa porque no hay regaños ni reclamos, pero se tranquiliza. El hambre se fue, dejando solo al cansancio, que no es raro cuando no para. Tarea, perfección, un dibujo que se le viene a la mente de repente, mas perfección, mas tarea, tarea, tarea y tarea. No tenía tiempo de nada que no fuera estudiar o dibujar, hacia lo que tenía que hacer a como diera lugar, sin embargo nada tenía sentido. Solo la pintura y eso estaba más que claro.
Entro a su habitación y se cambió de ropa lenta y perezosamente. Vio la canción sin terminar y no quiso seguirla, no estaba de ánimos y a ese paso terminaría convirtiéndola en un cliché melancólico. Se tumba en la cama y se arropa completamente, como hace siempre. No le ve sentido a nada y no sabe qué demonios está haciendo con su vida. Dormir no era una opción esa noche, quería evitar a toda costa ese sueño.
Siempre se repite lo mismo con su estúpido e insignificante dolor, pero que mierda, ya se había acostumbrado a eso, solo que llegar a caer inconsciente fue un poco más lejos y empezaba a preocuparle un poco, pero no tanto como para no dormirse luego de unas dos horas y media dando vueltas de la cama.
*****
La segunda canción y Kibum deseaba poder hacer que el camino a la escuela fuera tres veces más largo de lo normal. Iba haciendo muecas con los labios como siempre, no los podía dejar quietos, sino hacia eso las ganas de bailar lo controlarían. Oh si, a Kibum le encantaba bailar y vaya que lo hacía bien, solo que como todo lo que sabía hacer-a excepción de dibujar o pintar-, nunca se lo revelaba a nadie. Era incómodo. Los halagos y palabras bonitas. Toda la atención que significaría de solo imaginársela ya lo abrumaba.
La manera en que sus pensamientos se desviaban tan rápidamente nunca fue un problema, pero esa mañana no dejaban que escuchara bien la música. Cuando Jonghyun llego a su lado y quito su audífono izquierdo, quiso agradecerle pero se contuvo porque sería muy raro hacerlo después de sus comportamientos anteriores. Sonrió para sus adentros cuando el recién llegado comenzó a tararear la melodía de piano que estaba escuchando.
-Tienes buen gusto, Kim-. El mayor de los dos, codeo al otro sonriendo.
Escucho su voz y cayó en cuenta que el otro estaba a su lado-eso ya lo había notado-, se extrañó porque es sábado y el otro está tomando el mismo camino. Luego recordó los talleres que tenían clases cada dos sábados: Canto, artes plásticas y clases de violín que la escuela había abierto para quienes tocaban este instrumento y no querían ir a otro lugar.
Miro la ropa que traía. Unos jeans comunes y corrientes, una camisa a medio meter en los pantalones y un sombrero. De dibujante no tenía nada, pues el día anterior le vio dibujando algo que parecía ser un zorro en la última hoja de su cuaderno, y muy bien que digamos no había quedado. ¿Violinista? No es que fuera del tipo que ponía etiquetas, pero a menos que fuera una de esas personas excéntricas Jonghyun no tenía pinta de violinista, de eso nada.
Cantante, sí, eso era. Tenía curiosidad por escuchar su voz.
Le dio vergüenza decirle que cantara algo porque eso ya sería pasarse de sus límites y traicionar a su timidez. Pero no fue necesaria dicha petición, porque nada más paso de canción, el de rostro canino cerró sus ojos y comenzó a bailar en medio de la calle, como si nadie estuviera viendo y las calles estuvieran vacías. Eso le agrado, el valor que a el faltaba, la vio reflejada en ese chico alocado que estaba a su lado.
Sonrió sin pena y acomodo sus gafas, esta vez las tenía negras y por primera vez en mucho tiempo no eran de sol. A Jonghyun se le escapo una pequeña risita mientras mantenía sus ojos cerrados, seguía bailando y no paraba de cantar.
Cuando abrió sus ojos y vio a Kibum sonriendo, la vergüenza que sentía, dado que el no acostumbraba-nunca lo había hecho- a hacer ese tipo de cosas tan bizarras, se esfumo por completo y tomo el valor suficiente como para quitarle los audífonos al otro y cantar mientras camina en retroceso porque estaba frente a él.
-I don’t want another pretty face, I don’t want just anyone to hug, I don’t my love to go to waste. I want you and your beautiful soul.
Kibum no podía dejar de sonreír y no le importo que todos sus compañeros les miraran raro cuando llegaron a la escuela y la canción todavía no terminaba y Jonghyun parecía no querer dejar de cantarla.
-Ya para, Mr. Chiflado.
Jonghyun no dejaba su sonrisa de lado, sabía que se veía como un bobo pero estaba feliz sin motivo alguno, y eso era bueno. Nunca había hecho algo como eso, que tenia nada de malo, ni sabía porque lo hizo pero no se arrepintió. Le pasó sus audífonos y se retiró a su taller de canto.
Se fue a su salón correspondiente. El tiempo se le paso lento pero no parecía molestarle, eso era bueno. No se concentró en toda la clase y ese dibujo donde tenía que representar el claroscuro estaba listo para ir a la basura. Pero qué demonios, de verdad no le preocupo en lo más mínimo. Y luego, los bocetos, siempre le parecieron aburridos y tedioso dibujar así.
Cuando miro el reloj ya marcaba las doce y treinta. A casa no quería volver, y cuando Jonghyun propuso ir directo a terminar la canción en su departamento, no pudo negarse porque de verdad no tenía ganas de discutir.
Kibum saco de nuevo sus audífonos y se dispuso a escuchar la canción que en clase había dejado a medias, pero supo que el otro se “robaría” uno y prefirió ofrecérselo antes que ser sorprendido. Y Jonghyun le vio, más preocupado que antes, la mirada perdida y sin luz, así estaba la del menor, lo veía retraído, encerrado en un mundo diferente a este; en cuanto a ese humor cambiante, el de rostro canino sabía que nada bueno significaba, no era necesario que nadie se lo dijera.
Aquí dejo para quienes interese:
Cancion mencionada "Beatiful soul"
Cancion que escribe Key, "Whatsername" green day.
Cancion que escribe Jonghyun, "vivir sin ti", Mayre Martinez.
¿Quieren llorar? -hace spam- Aqui les dejo mi nuevo shot 2min, aunque en realidad no creo que lloren xD Alas prestadas
Luego de haberlo escrito-antes de haberlo publicado, como un mes antes- me di cuenta que hay como cuatro canciones en las que parece estar basado el fic, y lo peor es que esto no es un songfic xDD
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