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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Suceso Inesperado {2Min}

Mensaje por Bithae Sáb Mar 09, 2013 9:00 am

Recuerdo del primer mensaje :

Título: Suceso Inesperado.
Autor: Faby Estrada.
Género: AU, Romance & Little Drama.
Pareja: 2Min.
Advertencias: Mpreg.
Dedicado a: Star...☆
Nota: Déjenme muchos comentarios ;^;


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Seúl, Corea del Sur, 17:15 hrs.
Departamento de Lee Taemin.


Taemin no quería salir de su departamento aquel martes por la noche. Tenía un examen muy importante que presentar en la universidad el día siguiente, y sus padres lo matarían y lo obligarían a regresar a su pueblo si se enteraban que había sacado una mala nota por irse de parranda con Key, su mejor amigo.

Suspiró por cuarta vez esa tarde y deseó nunca haber contestado el celular.

—Sólo un rato —murmuró Key, al otro lado del teléfono—, por favor, Minnie, es importante para mí que me acompañes.

Se quitó las gafas que utilizaba para leer y se frotó el puente de la nariz. ¿Qué debía hacer ahora? Si no iba, se ganaría dos semanas completas de terror junto a un Key enojado, fulminándolo con sus ojos de gato y culpándolo de todo lo malo que le pasaba en su vida romántica; pero si iba, seguro salía mal en el examen y jamás volvería a pisar Seúl y su tan amada universidad. Joder, la vida apestaba.

—Key… —se quejó, sacando nuevamente aire de sus pulmones, mirando con anhelo la libreta y los papeles que tenía sobre la mesa. Estaba estudiando el último semestre de la carrera, el más pesado e importante, y obviamente no podía darse el lujo de salir mal en una materia.

Sin embargo, a su amigo no parecía importarle.

—Lee Taemin, me lo debes.

—¿Qué? —Contestó, frunciendo el ceño, tratando de recordar por qué razón Key decía eso si él nunca le había pedido algo en su vida.

Key resopló como si aquella cuestión fuera la más absurda del mundo.

—¿Quién fue el primero que te habló cuando nadie más lo hacía en la universidad? ¿Quién consiguió un departamento barato para ti? ¿Quién te dio agua esta mañana?

Taemin se recostó en la silla y cerró los ojos.

—Fuiste tú pero, en primer lugar, yo no quería que me hablaras, lo sabías, me sacabas las palabras a la fuerza. En cuanto a lo del departamento, te lo agradezco mucho, pero no creo que sea para tanto, y del tercer asunto mejor ni hablo, es una cosa insignificante.

—Me ofendes, Taemin. ¿Acaso no represento nada para ti? ¿Te da igual nuestra amistad?

Aquellas palabras y el tono hiriente que Key empleó, hicieron que quisiera patalear como un bebé y deformar la cara en un enorme puchero.

Joder.

—No es eso, pero tengo examen…

—Está bien —lo interrumpió Key, mientras sorbía la nariz, como si estuviera llorando—, no vayas si no quieres, iré solo.

Y después de eso, la línea quedó muerta.

Taemin colgó y dejó el celular junto a la computadora. Intentó concentrarse en lo único que debería importarle, pero como siempre, su corazón y el chantaje de su mejor amigo pudieron más que sus infinitas ganas de salir bien en el jodido examen.



21:05 hrs.
Departamento de Kim KiBum, alias ‘Key’.

Taemin se mordió el labio inferior mientras miraba inseguro la puerta de madera frente a él. ¿Por qué había hecho una cosa tan estúpida como caer en la trampa de Key? Debió de haberse quedado en casa, con la cara enterrada en su libreta de administración y una buena taza de chocolate caliente. Pero no, en vez de eso, estaba aquí, parado como un idiota, totalmente vestido para una fiesta elegante y muriéndose de nervios.

Suspiró por última vez y decidió que diez minutos de completo congelamiento habían sido suficientes. Estiró el brazo y tocó el timbre.

La puerta se abrió al instante, mostrando a Key con una sonrisa de oreja a oreja. Taemin no tuvo ninguna oportunidad alguna de escapar de aquellos brazos; en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a Key asfixiándolo y chillando de alegría cerca de su oído.

—¡Lo sabía! —Gritó, brincando con él todavía entre sus brazos. —Sabía que vendrías, que no me fallarías.

—Eish, basta —dijo, fastidiado y alejando a Key de un empujón. —Sólo lo hice porque…

—Porque me amas y quieres que mi relación con Jonghyun vaya de maravilla, ¿verdad?

Taemin alzó una ceja y abrió la boca, estaba completamente estupefacto. ¿Cómo le hacía Key para inventar una historia y engañarse tan fácil? Suspiró nuevamente y dejó que su amigo creyera lo que quisiera. De cualquier forma, eso no iba a cambiar el hecho de que estuviera aquí… perdiendo el tiempo y conservando una bonita amistad.

—Como sea, ¿nos vamos? No pienso quedarme aquí toda la noche. Mientras más rápido sea esto, mejor —cruzó los brazos frente al pecho y ancló los pies en el suelo, no pensaba poner un pie dentro del departamento de Key porque si lo hacía, eso significaba permanecer, como mínimo, una hora esperando que su amigo terminara de arreglarse.

Key puso los ojos en blanco y cerró la puerta.

—Estoy listo, ¿no me ves? —Abrió los brazos mientras sonreía y modelaba para él.

Taemin lo recorrió con la mirada de los pies a la cabeza, tenía que aceptar que su mejor amigo sabía vestirse muy… Entrecerró los ojos cuando notó algo extraño en la cara de Key.

¿Qué carajos?

—¿Te has pintado los ojos? —Preguntó, acercándose más de lo debido al rostro bonito de KiBum.

—Pues claro, eso hace que mis ojos se vean mejor. Además —agregó, bajando la mirada y sonrojándose—, a Jonghyun le gusta.

—Ah —se limitó a decir, alejándose y dando media vuelta.

Key tuvo que correr para darle alcance.

—¿Eso es todo lo que dirás? ¿Un simple “ah”?

Taemin se detuvo y lo miró sonriendo mientras juntaba las manos en un gesto exagerado.

—Te ves hermoso… —volvió a ponerse serio—, ¿contento?

—Te odio tanto —murmuró KiBum mientras daba la vuelta y lo arrastraba hasta el elevador. Taemin se recargó en la pared y miró el reloj. Mierda, tenía el presentimiento de que iba a ser una noche muy, muy larga.



21:58 hrs.
Hotel Lotte.

Taemin sabía todo acerca de Kim Jonghyun gracias a su mejor amigo. Sabía que tenía treinta y un años y, por lo consiguiente, era mayor que Key por seis años; pertenecía a la marina de guerra de Corea del Sur; era Primer Teniente… o algo así; su padre había fallecido cuando tenía diez años; su madre vivía en Jeju; y su única hermana, SoDam, vivía en Estados Unidos, estaba casada y tenía dos hijos. También sabía que Jonghyun podía estar pocas veces con KiBum pero, cuando lo hacía, trataba de aprovechar el tiempo que tenían juntos y siempre, siempre hacía algo especial para demostrarle a Key lo mucho que lo amaba y lo había extrañado.

Sip, sabía todo excepto una cosa…

Kim Jonghyun tenía el mejor amigo más delicioso que Taemin hubiera visto en su jodida vida. Tragó fuerte mientras agarraba el vaso gordo lleno de sprite y recorría con la mirada a aquel hombre alto y de ojos grandes que reía y platicaba con hombres de avanzada edad. Llevaba, al igual que Jonghyun, un uniforme blanco que le quedaba endiabladamente bien. A Taemin se le hizo agua la boca, literalmente. Nunca antes le había llamado la atención un marino y sus sinfines de medallas que portaban en la parte izquierda del pecho, pero con este tipo era completamente diferente, aquellas medallas lo hacían verse más interesante y guapo… Irresistible. Tenía la cara pequeña, con una elegante y fina nariz, el cabello corto y negro. Su piel estaba perfectamente bronceada, y aún con el uniforme puesto, se podía notar que tenía el cuerpo de un dios griego.

Era perfecto.

Taemin no sabía cuánto tiempo había estado observándolo, pero al desviar la mirada y encontrar la de su mejor amigo, supo que había sido por mucho, y además, había sido demasiado obvio mostrando lo que pensaba de aquel hombre.

Puta madre.

Trató de girar sobre sus talones y huir de ahí, pero fue imposible. Key lo agarró del hombro y lo obligó a detenerse.

Taemin lo fulminó con la mirada.

—¿Qué? —Gruñó, poniéndose a la defensiva, intentando hacer que Key no abriera la boca y escupiera la tontería que estaba por decir. Y por supuesto, no funcionó.

—¿Quieres que te lo presente?

—¿A quién?

Su amigo soltó una escandalosa y fuerte carcajada haciéndolo encogerse de la vergüenza cuando cada una de las personas que se encontraban ahí los miraron con curiosidad, incluyéndolo a él, al marino espectacular. Santo Dios, Taemin quiso una bolsa de papel sobre su cabeza en ese mismo instante.

—¿Podrías callarte? —Pidió con los dientes apretados, mientras agarra a KiBum de los hombros y los cambiaba de lugar.

Key lo miró mientras mantenía los labios retorcidos en una mueca realmente escalofriante.

—Vamos, es el mejor amigo de Jonghyun, será fácil y le vas a gustar.

Taemin lo pensó, de verdad lo hizo. Sólo que entonces, su cerebro logró procesar lo que Key había dicho.

—¿Qué?

KiBum ni siquiera se inmutó ante su reacción.

—¿Qué de qué? ¿No sabes lo que te estoy tratando de decir o es que eres idiota? —Suspiró. —Taemin, el amigo de Jonghyun es gay.

Imposible. Dios no podía ser tan bueno con él. ¿Gay? ¿Aquel magnífico hombre de hombros anchos y aura varonil era gay? Y a pesar de estar tan asombrado por aquella revelación, no pudo evitar que una sonrisa de alegría asomara en su rostro.

—Hazle caso a KiBum.

Taemin dio brinco de sorpresa y casi grita como una niña cuando sintió el aliento de Jonghyun acariciando su oreja. ¿Qué carajos pasaba con los novios Kim? Después de que el susto se pasara, se movió de manera que pudiera ver tanto a KiBum como a Jonghyun.

—No sé de lo que me están hablando y de verdad no me interesa.

Mentiroso.

Cuando Jonghyun soltó un bufido y rodó los ojos, supo que no lo había engañado para nada.

—Bueno —se encogió de hombros—, te interese o no, igual lo vas a conocer.

Taemin sintió el estómago en los pies y las pelotas en la garganta.

—¿Qué?

Pero no consiguió una respuesta. Observó con terror como los ojos de sus dos amigos se desviaban hacia alguien o algo detrás de él. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda al sentir una intensa presencia detrás suyo. No, esto simplemente no podía estar pasando.

—Buenas noches.

Giró lentamente al mismo tiempo que mordía su labio inferior y guardaba en su memoria aquella voz rica, gruesa y ronca.

¡Jesús, María y José!

Tuvo que abrir la boca para lograr hacer que algo de aire pasara a sus pulmones. No podía ser verdad, la belleza de aquel tipo era mayor cuando lo veía de cerca. Sus ojos estaban adornados por tupidas pestañas y gruesas cejas; tenía unos labios esponjosos y rojos, completamente tentadores. Por Dios, quería morderlos y perderse en ellos mientras le enterraba la lengua y lo acariciaba en zonas prohibidas…

Se obligó a alejar aquellos estúpidos pensamientos de su cabeza. ¡Ni siquiera sabía su nombre y ya estaba teniendo sueños eróticos con él! ¿Qué carajos le pasaba? Pero no podía culparse, ¿quién en su sano juicio no fantasearía con un hombre así tan sólo verlo?

Déjalo ya, pensó y se obligó a responder el saludo.

—Buenas noches —contestó, intentando sonar calmado… esperando haberlo logrado.

—Minho, justo estaba hablando de ti —habló alegremente Jonghyun, palmeando a su amigo en el hombro y haciendo que Taemin quisiera matarlo en ese mismo instante.

—¿Ah, sí? —Preguntó él, totalmente interesado, posando la mirada en la suya. Oh, Dios, Taemin sintió que sus piernas perdían fuerzas.

—Sí —respondió KiBum—. Minho, ¿recuerdas que te había hablado de mi mejor amigo? —Minho asintió—. Bien, pues es él. Lee Taemin —Key alargó el brazo y agarró su mano, obligándolo a acercarse a ese espécimen de hombre poderoso. —Taemin, éste es alférez Choi Minho, hijo de almirante Choi Min Woo.

—Un placer —contestó el alto, ofreciéndole la mano mientras sonreía de lado.

—Igualmente.

En el momento en que sus manos se tocaron, Taemin sintió que se moría. ¿Y no era esto gracioso? Ahora quería darse de topes contra la pared por estar reaccionando de esta manera, como si nunca hubiera visto en toda su vida a alguien que, con tan solo estar parado, destilaba poder y lujuria.

Sip, definitivamente estaba muerto, putrefacto de deseo por él.



Minho sonrió al ver el adorable sonrojo en las mejillas abultadas del pequeño frente a él. Apretó más el agarre que tenía en aquella delicada mano, y luego, a regañadientes, la soltó. Joder, Lee Taemin tenía una piel demasiado suave para tratarse de un chico. Se aclaró la garganta mientras recorría con la mirada el cuerpo exquisito y ardiente. Taemin tenía el cabello castaño, ojos pequeños, labios llenos, piel pálida y cuello largo. El traje negro que llevaba lo hacía verse muy bonito, como el pequeño maniquí de una tienda. Calculaba que medía, como mucho, metro setenta y siete. Bello.

—Oye, Minho —lo llamó Jonghyun.

—Dime —murmuró sin haber despegado la mirada del rostro abochornado. Tan adorable.

—¿Te importaría hacerle compañía a Taemin? Voy a salir con Key un momento.

La cabeza de Taemin se alzó bruscamente, la mirada completamente alarmada. Minho sonrió de nuevo.

—Sera un placer —contestó antes de que aquella boca deliciosa soltara una negativa. Sabía que Taemin no iba a estar de acuerdo con su compañía porque Key le había dicho que era como un ermitaño, no le gustaba conocer gente nueva y tampoco salir de casa. Vamos, con esfuerzo y había descubierto la verdad sobre sus preferencias sexuales. Pero a Minho no le importaba mucho su actitud, para él eso estaba bien, la sola idea de Taemin hablando con otras personas, simplemente no le agradaba.

Desvió la mirada para guiñarle un ojo a Key, su cómplice. Taemin era más que perfecto en persona y, desde que Key le había enseñado aquella foto de él, Minho había deseado conocerlo. Y por lo que acababa de percibir, no le era indiferente al chico, había sentido su mirada sobre él toda la maldita noche.

—Bueno entonces, nosotros nos vamos.

Y entre risas, empujones y agarrados de la mano, Jonghyun y Key abandonaron el salón, dejándolos solos. Minho tenía que actuar rápido, sino llevaba a Taemin fuera de aquí, no iba a poder estar con él. Había demasiados conocidos, y todos ellos, en algún momento, iban a necesitar de su atención. Cosa que él no quería dar a nadie más que a Taemin.

—¿Ya cenaste? —Preguntó, intentando sonar casual. No quería que el pequeño pensara que estaba cazándolo… aunque eso hacía exactamente.

Taemin lo miró y su sonrojo se extendió hasta las orejas. Joder, Minho tuvo que apretar la mandíbula y pensar en otra cosa para que aquello no causara un movimiento doloroso en sus pantalones.

—No, pero…

—Vamos.

Lo agarró del brazo y le quitó el vaso que traía en la mano izquierda dejándolo en la primera mesa que encontró. Uh-hu, un delicado movimiento que lo hizo parecer la persona más desesperada del planeta. ¡Pero a la mierda todo! Había soñado tanto con este día, el día en que conocería a Lee Taemin y le robaría el corazón.



23:10 hrs.
Hotel Lotte, Restaurante Italiano.


Taemin pensó, mientras veía la enorme cúpula que estaba sobre su cabeza, que se parecía, de cierta manera, a la que había tenido el Titanic... Bueno, la verdad es que eso fue lo único que su cerebro pudo procesar al intentar alejar la mirada y todo pensamiento de la maravillosa constitución masculina frente a él.

Joder, ¡estaba a punto de cenar con el alférez Choi Minho! Y al caer en la cuenta de eso, su cuerpo tuvo una imperceptible contracción por el escalofrío. “Alférez Choi Minho” mmm~ ¿por qué eso sonaba tan magníficamente excitante? Él no tenía la más mínima idea de lo que eso significaba, pero ahí estaba, sentado, con las manos en el regazo y mirando a cualquier punto que no fuera esa hermosa e increíble cara.

—Taemin, ¿ya sabes lo que vas a pedir?

Se aclaró la garganta y abrió torpemente la carta. ¿Qué podía pedir? No conocía mucho de comida italiana y no quería quedar como un imbécil frente a Minho. Suspiró y pidió lo primero que leyó.

—Mmm —murmuró—, me gustaría un calzone.

Minho le sonrió.

—Buena elección. ¿No se te antoja nada más?

Taemin negó con la cabeza.

—Gracias, estoy bien con eso.

—Bien.

El alto llamó con un gesto de mano a uno de los meseros, y en cuanto el hombre se acercó, Minho pidió comida como para alimentar a toda una familia. ¿De verdad pensaba comerse todo eso él solo?, porque hablando sinceramente, Taemin tenía el estómago completamente cerrado. Estaba nervioso y sus ansias por tocar a Minho incrementaban cada minuto que pasaba.

¿Qué le estaba sucediendo? ¿Era el único que sentía esta opresión en el pecho y el aire caliente a su alrededor? Mierda, parecía un animal en celo.

—¿Qué edad tienes?

Parpadeó constantemente ante la pregunta inesperada que lo sacó de sus cavilaciones.

—¿Perdón?

Minho sonrió amplio, y maldita sea si no sintió jodidas mariposas en el estómago.

—¿Tú edad?

—Tengo veintidós, ¿y usted?

—Por favor, háblame de tú. No creo que veintinueve años sea la edad de un viejo, ¿o sí?

—Supongo que no.

La expresión en el rostro de Minho era indescifrable para él. ¿Por qué lo veía de esa manera?, como si se tratara de un trozo de carne que quisiera devorar. ¿Por qué lo hacía sentirse incómodamente excitado? ¿Acaso estaba interesado en él? La sola idea casi lo hace gemir. Casi.

La cena llegó más rápido de lo esperado. Taemin se concentró en su comida y descubrió que el dichoso calzone era una pizza cerrada.

—¿Vino? —Volvió la mirada hacia el mesero y asintió sin siquiera haber procesado la pregunta. ¿Vino? Hacía años que había probado la bebida y no le había gustado, era demasiado amarga para su gusto.

Chasqueó la lengua y agarró la copa en cuanto estuvo media llena. Miró a Minho y sonrió. Vale, si no se estaba imaginando aquellas miradas sugerentes que el alto le dedicaba, entonces empezaría a jugar.

—Salud.

Observó que a Minho le tomó un momento comprender lo que hacía, pero después sonrió y agarró su copa.

—¿Por qué brindamos?

—Por habernos conocido —dijo sin una pizca de vergüenza y una media sonrisa en el rostro.

Minho alzó una ceja y lo imitó.

—Salud entonces.

Torpe e inexperto como era, Taemin tomó de un solo trago el vino francés que le habían servido. Demonios, amargo, amargo como la primera vez.



Con el delicioso vino expandiéndose por su boca, Minho observó las acciones de Taemin y trató de no reír. El chiquillo era lo más adorable y sexy que hubiera visto en su vida. Estaba claro que no estaba acostumbrado al vino, pero sus gestos eran tan naturales, que Minho se vio hechizado en segundos.

Por Dios, tenía que besar esos gruesos y apetitosos labios esta noche.

Negó con la cabeza por el rumbo que tomaban tan constantemente sus pensamientos y concentró la mirada en su comida. ¿Qué le pasaba? Demonios, pero no podía detener los sentimientos que Taemin provocaba en él. Había pasado tanto tiempo desde que se había interesado de verdad en alguien. Tanto tiempo.

Observó que Taemin iba por su segundo bocado cuando su teléfono comenzó a sonar. Lo sacó nervioso de su pantalón y lo miró.

—Lo siento, es Key.

—Contesta —se limitó a decir mientras fingía concentrarse en agarrar otra porción de comida.

—¿Diga?... ¿Qué? Pero Key… ¿Qué? ¡No! Tomaré un taxi, quédate con Jonghyun y no te preocupes por mí. Síp, en cuanto termine de cenar me iré… ¿Estás loco? —lo miró de reojo y sus mejillas se sonrojaron. Minho tuvo la ligera sospecha que estaban hablando de él. Seguro como el infierno que Key le había sugerido a Taemin que le pidiera compañía para llegar a su casa. Y como era de esperarse, Taemin rechazó la idea. —Sí, pásala bien. Sabes que yo también, sí. Bye.

Con un último sorbo de vino, Minho le dirigió una mirada expectante, como pidiéndole una explicación. Por suerte, Taemin accedió a dársela.

—Era Key, me dijo que no van a poder regresar por mí. Así que después de que cenemos me iré a mi casa.

—¿Tienes cómo irte?

—Pediré un taxi.

De ninguna maldita forma.

—Puedo llevarte, traigo coche.

—Te lo agradezco pero…

—Escucha, si Key se entera que te dejé ir solo, me arrancará las partes más sensibles de mi cuerpo, y no muchas gracias, pero me gustaría seguir teniendo todo en donde está.

Aquello, por supuesto, era un completo chantaje. Difícilmente Key podría llegar a tocarlo, pero lo bueno de todo esto era que Taemin no lo sabía.

—Pero seguramente tienes cosas que hacer —miró su reloj de pulsera—. Es tarde y si me llevas a casa te llevará mucho tiempo volver al hotel y dormirás pocas horas.

Pues me quedo en tu casa.

Se mordió la lengua para no decir aquello y en su lugar contestó:

—Eso no será problema, estoy acostumbrado a dormir poco.

En vez de sonreír al ver la derrota apareciendo en el rostro de Taemin, se limitó a llevar la copa de vino hasta sus labios.

—Está bien.

Y cuando esas palabras acariciaron sus oídos, se permitió sonreír.



00:39 hrs.

La botella de vino estaba casi vacía, la mayoría de los comensales ya se habían retirado y el barman estaba limpiando las últimas copas de la noche.

Minho miró a Taemin mientras recargaba la quijada en la palma de la mano. Los pequeños ojos del chiquillo se mantenían abiertos con esfuerzo, bostezaba cada minuto y había perdido completamente la vergüenza.

—Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?

Minho sonrió. Su nombre se escuchaba tan bien saliendo de esos labios.

—Claro que sí.

—¿Te han dicho alguna vez lo guapo que eres?

Su sonrisa se ensanchó. Vaya, había esperado cualquier cosa menos eso.

—Algunas veces, sí. ¿Y a ti te han dicho que eres adorable y hermoso?

Taemin soltó una carcajada e hizo un gesto con la mano.

—No, nunca.

—Bueno pues, lo eres, Taemin. Eres hermoso y malditamente sexy.

Taemin frunció el ceño.

—¿Sexy? ¿Qué no era adorable?

—También eres sexy.

Cuando el menor soltó un suspiro entrecortado y enterró la cara en el brazo que tenía sobre la mesa, Minho pensó que se había quedado dormido. Ok, hora de levantarlo y llevarlo a una habitación del hotel. Taemin estaba demasiado ebrio como para que pudiera decirle en dónde vivía; y molestar a Key para que le proporcionara su dirección, no era una opción. Minho estaba puñeteramente seguro que, en este momento, el rubio estaba demasiado ocupado con Jonghyun como para poder responder el teléfono.

Se levantó de la mesa y llegó hasta el pequeño cuerpo de Taemin.

—Ven, te voy a llevar a una cama —avisó mientras lo alzaba en brazos.

Taemin le contestó con una risita gutural que quedó ahogada en la piel de su cuello.

¡Jesucristo!

Las piernas le temblaron y se puso duro al instante. Trató de relajarse, pero aquello era como tratar de respirar en el agua. ¿Cómo iba a controlarse cuando lo tenía tan cerca? Y más cuando Taemin colocó los brazos alrededor de su cuello.

El infierno y paraíso.

Minho estaba en esos dos lugares al mismo tiempo.



El corazón de Taemin latía como un desquiciado. No estaba del todo ebrio. Su plan original había sido jugarle una broma a Minho, pero aquello se había salido de control desde el momento en que el alto lo alzó para llevarlo a una de las habitaciones del hotel… Joder, ¿qué se suponía debía hacer ahora?

Cerró los ojos con fuerza y se aferró mucho más al cuerpo musculoso de Choi cuando éste se detuvo frente a una puerta.

Sagrada mierda, estaba a punto de quedarse encerrado con Minho en cuatro paredes. Tragó saliva y esperó. Pasaron pocos minutos antes de que sintiera que era puesto con demasiada delicadeza en un suave colchón. Quiso lloriquear, porque eso significaba que el calor de aquel cuerpo irresistible se iba a alejar del suyo.

Sin embargo, Minho no lo soltó.

—Taemin, ¿estás despierto?

Cuando no contestó, sintió más que ver, la vacilación en el cuerpo de Minho. Se retiró un centímetro y después se detuvo. Lo escuchó maldecir y después nada. Silencio.

Estaba a punto de abrir los ojos cuando el aliento de Minho topó en su nariz. Oh, dulce Jesús, Minho estaba tan cerca.

—Taemin —lo llamó de nuevo—, voy a besarte, Taemin. Yo… mierda, no puedo más.

El mundo de Taemin estalló cuando aquellos labios cubrieron los suyos, besándolo con un hambre casi animal, derritiendo su cuerpo por completo. Dios, trató de no reaccionar, pero no pudo, le fue imposible quedarse quieto. Sus manos subieron y aferraron un puñado de cabello negro, sus labios se abrieron para recibir la resbaladiza y juguetona lengua del marino.

Taemin se excitó hasta un punto doloroso cuando Minho gimió y se cernió sobre él. Su cuerpo se arqueó en respuesta a esa enorme mano serpenteando por sus costillas. Por Dios, de verdad estaba pasando, de verdad se estaban acariciando y besando de una forma tan ardiente.

Síp, definitivamente Choi Minho parecía un dios y besaba como uno.

Se le puso la piel de gallina mientras seguía el movimiento salvaje de sus labios. Un ronco gemido escapó de su garganta al sentir que el gran cuerpo de Minho comenzaba a moverse lentamente mientras emitía pequeños gruñidos que quedaban ahogados en su boca. Taemin comenzó a retorcerse contra la dura constitución del alto, necesitando más.

Lamentablemente, eso no pasó y Minho se apartó demasiado rápido.

—Taemin… yo…

—Bésame más —lo interrumpió él cegado por el placer, alzando los brazos, aferrando las manos en su cuello, obligándolo a bajar la cabeza. Quería sus labios sobre los suyos y en cualquier parte de su cuerpo. —Por favor, no te detengas, sigue besándome.

Vio a Minho tragar saliva y cerrar los ojos, como si estuviera sufriendo una terrible agonía.

—No sabes lo que dices Taemin, no estás en tus cinco sentidos.

Y una mierda.

—Sé lo que quiero.

—Estás borracho —afirmó Minho, mientras le acariciaba dulcemente una mejilla.

—Y eso no me impide razonar —¿o sí? ¿Qué carajos estaba haciendo, ofreciéndose en bandeja de plata a alguien que apenas conocía? ¿Por qué le estaba rogando? Pero por Dios, ¿cómo no hacerlo?, el deseo de tener ese ardiente cuerpo sobre el de él era demasiado enorme como para que le importara un comino la humillación a la que se estaba sometiendo—. Minho por favor, te deseo.

Taemin sonrió cuando escuchó a Minho soltar una maldición. Él también lo deseaba, estaba muy claro.

—Taemin…

—Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad —movió las caderas descaradamente, causando que la mandíbula de Minho se tensara—, y la verdad es que quería hacer esto contigo desde la primera vez que te vi.

Yyyyyy quiso morir. Sabía que se había puesto rojo como un tomate después de haber dicho aquello porque sintió caliente las orejas. Joder, ¿acaso el vino era una especie de afloja lenguas? Pero ya no había vuelta atrás. Así quisiera enterrar la cara en la almohada, había dicho lo que deseaba y pensaba.

Con un suspiro atorado en su garganta, espero por la respuesta de Minho. Y simplemente, el alto no pudo haberle respondido mejor.

Taemin dio un respingo cuando las frías manos de Minho se colaron por su camisa y su boca tomó de nuevo la suya. Aferró las piernas alrededor de las caderas de Minho mientras retomaba los fingidos embates, volviendo loco.

—Tu ropa —jadeó—, mi ropa… quítala, ya…

Quería sentir la ardiente piel del alto pegada a la suya mientras se frotaban con descaro. Joder…

Con un último empuje de sus caderas, Minho se alejó y los despojó de sus prendas en un santiamén. Taemin sonrió, al parecer no había tiempo para delicadezas ni vuelta atrás, lo cual estaba bien para él. Oh, Dios, los dedos de sus pies se encogieron en anticipación cuando percibió el tamaño de Minho, era grande, todo él lo era, en todas partes. Su respiración se aceleró tanto que creyó que su corazón explotaría.

—Eres hermoso —dijo el alto con un tono de voz bajo y ronco que lo hizo sacudirse.

Puso los ojos en blanco y alzó la barbilla, permitiendo que Minho explorara su cuello. Se estremeció mucho más cuando su lengua fue descendiendo poco a poco, torturándolo en el pecho, sus pezones, abdomen y ombligo. Sintió los dientes perfectos cerrarse sobre el hueso de su cadera. Madre de Dios, gimió al sentir el aliento de Minho sobre su entrepierna. Taemin se preparó para sentir algo húmedo en la parte más sensible de su cuerpo. Sin embargo, fueron unos dedos largos y fuertes los que se cerraron descaradamente sobre su miembro. Abrió la boca e inhaló bruscamente, como si su contacto le quemara. Aquello era simplemente demasiado, una tortura.

Cerró los ojos con fuerza cuando el sube y baja de la mano de Minho comenzó lento, suave, después rápido y despiadado. Y por si fuera poco, se corrió cuando la boca mojada y hambrienta de Minho lo succionó entero y con fuerza.

Su cuerpo se arqueó salvajemente mientras se aferraba a las sábanas como si se le fuera la vida en ello. Cristo, aquella había sido la liberación más brutal de su vida.

Cuando los estremecimientos lo abandonaron y alzó la mirada, descubrió a Minho observándolo con adoración, como si fuera lo más precioso que hubiera visto jamás. Y se sintió hermoso, deseado.

—Minho —murmuró, incapaz de abrir los párpados por completo.

—Lo sé —fue lo único que obtuvo como respuesta.

El mundo empezó a girar lentamente cuando Minho se enterró en él hasta la empuñadura. Taemin gritó mientras sentía la caliente erección abriéndose paso en su interior. Lanzó un lloriqueo de gozo al mismo tiempo que estiraba un brazo y agarraba el firme trasero, urgiéndolo a ir más profundo; a desgarrarlo por completo. Y todo empeoró cuando Minho comenzó a moverse.

Fue maravilloso. Ocuparon absolutamente toda la cama, cambiando de posición como animales insaciables. Taemin gritó de nuevo cuando Minho se puso detrás de él mientras estaban de costado; se inclinó en posición fetal y sintió que le faltaba el aire… Joder, Minho entraba por completo, llegando hasta su próstata, rompiéndolo en dos.

Y luego estalló en mil pedazos, mientras Minho se unía a él y lo llenaba con su semilla.

No supo el momento en que quedó rendido ante el sueño, pero se durmió con una sonrisa al sentir unos fuertes brazos rodeando su cuerpo. Estaba seguro, protegido.

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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por Talkingbunee Lun Abr 15, 2013 8:49 pm

Ale se pone a acampar aquí
-aparto-
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por Pollo Volador Lun Abr 15, 2013 11:04 pm

Asdfghjl. Ya lo puedo leer LOL.
Permíteme Faby, iré a leer xD
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por Bithae Mar Abr 16, 2013 2:47 pm

Ayyy, muchas gracias a los que me desearon suerte. Todo salió muy bien ;^; soy feliz y CASI libre de la universidad. Espero de todo corazón que este capítulo les guste, siento que está medio rarito, sobretodo por una parte en especial en la que muchas se quedarán de WTF? Pero no importa xD a mí me gustó mucho escribir eso♥

Por otra parte, muchas gracias por sus comentarios. Síganme dejando palabras bonitas y yo escribiré con gusto -las chantajea- jajaja. Oh~ algunos de mis amores no pudieron editar, pero no importa. Espero les haya gustado el capítulo *^*

En fin~ ¡A leer! :D



Una semana y media después.
13:40 hrs.


Lejos de su departamento, en el sitio de su mejor amigo, Taemin se encontraba desenvolviendo el tercer Ferrero Rocher de la tarde. La caja que tenía sobre las piernas había sido comprada diez minutos atrás y estaba seguro que los chocolates restantes desaparecerían en media hora más o menos. Dios, esto de estar embarazado estaba friéndole el cerebro; aún no podía deshacerse de la cuestión de ¿cómo era posible? Mierda, tenía que superarlo, pero se sentía femenino, lo cual estaba mal y, si le agregabas la desilusión, la frustración y la injusticia de todo, era razonable que no se sintiera bien del todo… bueno, casi todo. Vecinos y decisiones

Miró hacia abajo, hacia su estómago, después puso la bola de chocolate frente a su boca, no se molestó en partirla a la mitad con los dientes. Nop, simplemente, se la metió entera y comenzó a masticar como si no hubiera comido en más de un mes. Oh, sí, le sabía a gloria, no importaba si no era la primera bola de chocolate que comía. Mmm, era lo mejor que su paladar había probado en años.

Se acomodó en el sillón mientras pasaba la lengua por toda su cavidad, quitando los restos de chocolate de sus dientes, sus ojos volvieron a enfocarse en el programa que estaban pasando, donde una rubia daba a luz a su hijo. ¿Esto era realmente necesario? No lo sabía, pero de pronto sentía una terrible curiosidad sobre bebés. De cualquier forma él iba a pasar por algo así, ¿no? Claro, pero iba a ser total y absolutamente diferente.

—Taemin, ya llegué.

En cuanto escuchó la voz de Key, Taemin se echó un clavado en el sillón, cerró los ojos rápidamente y se hizo el dormido. Su mente recitaba el mismo pensamiento de siempre: por favor, no permitas que sepa que estoy despierto…

—Sé que estás despierto, Lee Taemin.

Mierda.

Se levantó y volvió a colocarse en la posición anterior, como si nada hubiera pasado mientras sus manos volaban nuevamente para agarrar otro delicioso y perfecto chocolate.

—Eres tan descarado —murmuró Key, caminando hacia él—. ¿Nunca te has puesto a pensar que lastimas mis sentimientos con tus acciones?

Taemin chasqueó la lengua mientras se embutía el pedazo color café de tentación.

—Por favor —masculló con la boca llena—, sabes que así es nuestra relación.

Key soltó un suspiro y se sentó junto a él.

—Deja de comer tantos chocolates.

—No.

—¿Antojo?

Si hubiera sido una persona normal, se le hubiera ido el apetito, pero mierda, no podía negar lo que ahora era obvio.

—Sabes que sí —contestó, rogando porque su amigo se quedara callado por una vez en su miserable vida.

—¿Sabes hasta cuando se detendrán?

Claro, pero los milagros no existen.

—Nop. Según la doctora, pueden durar todo el embarazo.

—Ya.

Se quedaron callados un momento, entonces, Key se acercó a él y recargó la cabeza en su hombro. Taemin se quedó quieto unos minutos mientras masticaba lo que quedaba del chocolate. ¿Qué pasaba con Key? Nunca antes se había mostrado así de cariñoso. Taemin sabía que la relación que llevaba con su mejor amigo era extraña; el maltrataba y quería en silencio, y Key fastidiaba y quería de igual manera, pero demostrándolo en ocasiones. Pero nunca así, nunca había contacto más allá de un apretón de manos y un abrazo fugaz.

—Te envidio, Taemin.

—¿Qué?

La mandíbula de Taemin se detuvo abruptamente. Simplemente no podía creer lo que estaba escuchando. Se movió, haciendo que Key se enderezara y lo miró a los ojos.

—¿Acaso estás loco? —Preguntó, dejando la caja de chocolates a un lado. Completamente horrorizado —¿Qué es lo que me puedes envidiar? Esto —hizo un gesto con la mano, señalando su estómago—, no es más que algo fuera de lugar. Algo que nunca debió de haber pasado.

Los labios de Key comenzaron a temblar, sus ojos se llenaron de lágrimas, su mirada llena de tristeza, sus manos apretadas en puños.

—¿Por qué mierda no puedes ver el lado bueno de las cosas?

Taemin frunció el ceño, estaba a punto de mandarlo al diablo, cuando Key se puso de pie y continuó hablando.

—¿Sabes lo que daría yo por poder tener un bebé con Jonghyun? ¿Darle algo nuestro, que sea el resultado de nuestro amor? —Key lo fulminó con la mirada, un par de lágrimas cayendo por sus mejillas, su voz firme llena de dolor y coraje. —¡Y tú quejándote, maldita sea! ¿Qué es para ti Minho? ¿Un revolcón, algo pasajero, acaso?

—Key…

—¡No, no, Taemin! Estoy hasta el culo de oírte decir que esto está mal, que es irreal. ¡Carajo! ¿Por qué no te levantas de donde estás y empiezas a cuidar a tu hijo? Ese niño no tiene la culpa de estar dentro de ti, ¿no lo entiendes? Tú no lo pediste, estoy de acuerdo, pero deja de quejarte y empieza a preocuparte por lo que de verdad importa.

Para cuando terminó, Key respiraba trabajosamente y sus mejillas estaban llenas de lágrimas. Taemin nunca se había sentido tan mal en su vida como se sentía ahora. Dios, sabía que Key tenía absoluta razón en todo esto, sabía que estaba actuando como un crío inmaduro. Pero vamos, ¿tenía razón, no? Esto era tan nuevo para él, tan grave. ¿Cómo iba a decirles a sus padres que estaba embarazado? ¿Cómo se suponía que iba a enfrentar la mirada que la gente le tiraría cuando tuviera una enorme panza?

Sacudió la cabeza y se llevó las manos a la cara, haciendo lo único que quería hacer en ese momento: llorar. Los estremecimientos lo recorrieron entero. No escuchó nada, ni siquiera se había percatado de la mano de Key sobre su espalda. Luchó con sus sentimientos, pero no pudo. No podía más, esto era demasiado, lo superaba. Lloró hasta que sus ojos casi estuvieron secos y su garganta se abrió para dejar salir algo más que sollozos.

—¿Sabes qué es lo que más me asusta? —Preguntó, con las manos aún sobre su rostro. No tenía fuerzas para enfrentar la mirada de KiBum.

—¿Qué? —La voz de su amigo sonó preocupada, baja y triste.

—Que Minho no esté aquí.

Sí, aunque sonara como un estúpido y Key se estuviera preguntando si hablaba en serio, Taemin no podía pensar diferente. Minho era importante para él, no importaba que lo hubiera conocido hace poco o hace más de mil años. ¿A quién mierda le interesaba? El caso era que se había enamorado completa y absolutamente de él, y ahora tenía algo de Minho creciendo dentro suyo, ¿no? Pero el alto no estaba y eso lo asustaba como la mierda. ¿Qué iba a hacer con un niño él solo? ¿Qué le diría cuando le preguntara por la otra persona que hacía falta en su vida?

—Vendrá, no te preocupes. Ya veras, Minho regresará.

Levantó la mirada, y antes de que supiera lo que estaba haciendo, aferró a su amigo con los brazos. Lloró más, como una maldita niña, pero se sintió mejor al escuchar los suspiros de Key. Él también estaba llorando. Así que, ¿cuán patético era eso?

Taemin se alejó prorrumpiendo una carcajada.

—Vaya, realmente somos patéticos, parecemos mujeres, ¿sabes?

—Oh, cállate —recalcó Key, alejando las lágrimas de sus mejillas de un manotazo—. ¿Quién dice que los hombres no pueden llorar? —Se levantó y se dirigió a la cocina. Taemin lo siguió y lo observó sacar las cosas de la compra.

—¿Por qué compraste tantas cosas? —Murmuró, intentando volver a la normalidad.

Key sacó un paquete de jamón junto a uno de salchichas, los metió en el refrigerador y volvió para meter dos cajas de leche. Después de eso, se quedó frente a él, mirándolo mientras apoyaba la cadera en la isla de la cocina.

—Porque te vas a quedar conmigo a partir de ahora.

Taemin frunció el ceño.

—¿Qué?

—Escucha, no quiero que estés solo mientras estás así.

—¿Así cómo? —Preguntó, poniéndose a la defensiva. Joder, el sentimiento de tristeza que tenía se fue en un santiamén.

Key estrechó los ojos y le habló como si se tratara de un bebé.

—Estás embarazado, tus mareos son constantes y no sabes en qué momento puedes desmayarte, ¿sabes? La última vez, por suerte, estuve ahí y te detuve antes de que tu cabeza rebotara contra una cosa afilada.

Parecía razonable y tal vez lo hubiera aceptado si Key se lo hubiera dicho con anticipación. ¿Pero ahora? Prácticamente se lo estaba ordenando, y Taemin recordaba a la perfección que tenía una sola mamá a la cual debía obedecer. ¿Esa actitud de Key? Lo hacía enrojecer de coraje y seguro como que estaba embarazado que no iba a ceder.

—Me voy a ir a mi departamento. No me pienso quedar contigo, no duraríamos ni un minuto juntos y lo sabes.

—Taemin…

—No voy a cambiar de opinión —sonrió—. A menos que seas tú el que se mude a mi departamento, de otra manera —negó con la cabeza—, viviremos separados, como siempre ha sido y como siempre debería de ser.

Supo que había ganado cuando Key cerró la mandíbula y lo fulminó con la mirada. Genial, se había deshecho de su amigo…

—Haré mi maleta.

… o tal vez no.

Mierda.



En algún lugar de Seúl.
15:00 hrs.


Mientras abandonaba su antiguo departamento, Lee Jinki se apresuró a tomar las últimas dos maletas que estaban sobre la acera y las subió a la camioneta. Se aseguró de que las dos estuvieran bien sujetas y, cuando caminó hacia el lado del conductor, se dio cuenta que no podía dejar de sonreír, lo cual estaba bien, porque por ningún motivo quitaría esa expresión de su cara considerando lo que estaba pasando en su vida.

Con un último vistazo al edificio departamental en donde había vivido los dos últimos años, se deslizó dentro del coche, se puso el cinturón de seguridad y arrancó.

—¿Estás bien?

Volvió la mirada y no pudo evitar que su sonrisa se ensanchara cuando se topó con los hermosos ojos cafés de su esposa.

Taeyeon le sonrió de vuelta y posó una de sus pequeñas manos sobre la de él.

—¿Qué? —Le preguntó ella soltando una risita.

Jinki negó con la cabeza.

—Nada, es solo que… —suspiró—, estoy muy emocionado. ¿Tú no?

La mirada de ella se enterneció, y cuando se inclinó para acunarle la cara y darle un beso en la mejilla, el corazón de él comenzó a latir desbocado. Dios, la amaba demasiado, tanto, que no podía creer que su amor en vez de disminuir, aumentara cada día que pasaba.

—Se ha puesto en verde.

Cuando la mano de ella lo abandonó, frunció el ceño y salió de su ensoñación.

—¿Qué?

Taeyeon señaló con la cabeza hacia el parabrisas.

—El semáforo, amor. Será mejor que avances antes de que el de atrás te aviente el carro encima.

—Oh.

Se movió con torpeza y aceleró mientras observaba por el rabillo del ojo como Taeyeon sonreía y se ponía el cinturón de seguridad. Jinki sentía que le comían las manos por tocarla, pero iba manejando, así que tenía que aguantarse y continuar con las palmas pegadas al volante.

El nuevo edificio de departamentos al que llegaron era un poco más grande que el anterior, pero perfecto para lo que ellos necesitaban. Taeyeon se bajó apenas aparcaron, y a Jinki casi se le sale el corazón. Abrió la puerta y corrió como alma que lleva el diablo hacia donde estaba ella y le agarró la mano tan pronto la alcanzó. Su esposa le lanzó una mirada de estás-exagerando-Lee-Jinki, pero a él no le importó. Dios, con ella embarazada de cinco meses, sentía que se rompería con cualquier cosa. No podía comprender como los demás hombres podían soportarlo.

—Por el amor de Dios, me estás volviendo loca, Jinki. Puedo caminar perfectamente bien; te he dicho que no te preocupes, estoy embarazada no enferma.

Sin embargo, él no pudo alejar su mano de la de ella. ¿Qué pasaba si se tropezaba? ¿Si algún idiota pasaba a traerla? ¿Sí…?

Las manos de Taeyeon se posaron alrededor de su cara sin previo aviso, lo miró amorosamente a los ojos y le dio un casto beso en los labios; dejándolo completamente atontado, estúpido, fuera de su cuerpo. ¿Qué era lo que estaba pensando?

—Déjalo ya, amor. No me va a pasar nada, ¿está bien?

Jinki parpadeó y arrugó la frente.

—Pero…

—Basta. Mejor entremos y acomodemos nuestras cosas, los de la mudanza debieron de haber dejado un tiradero.

Resignándose y dejándola ir sólo con su bolso de mano encima, fue por las maletas y la siguió hasta que llegaron al departamento. A él le gustaba el vecindario y sus vecinos parecían tranquilos…

—¡Oh, por Dios!

Ante el chillido de su mujer, Jinki soltó lo que traía en las manos y corrió a su lado, con los ojos desorbitados y el corazón en la boca. ¡Jesús! Si seguía así, probablemente moriría antes de que siquiera pudiera conocer a su hijo.

—¿Qué? —Bramó, agarrando uno de los frágiles brazos de ella—, ¿qué es? ¿Es el bebé?

Taeyeon lo miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué todo lo tienes que relacionar con el bebé? —Preguntó mientras se llevaba una mano al vientre. —Aléjate un poco, estoy bien.

—¿Entonces por qué…?

—Porque esos desalmados han dejado la cuna del bebé patas para arriba. ¡Mira! —Se quejó, señalando lo que él no había visto.

Jinki suspiró y tragó con fuerza. Dios, Taeyeon tenía razón, necesitaba parar con sus tontas especulaciones. El problema era que no sabía cómo. Joder, esto de ser papá era un gran paso que estaba dando de forma insegura. Nada que ver con ella que, a pesar de que era la que llevaba el bebé, era feliz y tranquila en todo lo que hacía. Lo cual significaba que sería una estupenda madre, la mejor. ¿Y cuáles eran las buenas noticias? Que era suya para siempre y por siempre. ¿Las malas? Que todo lo que él amaba estaba ahora en un solo lugar, y si algo les pasaba, él se moriría.

—¿Amor?

—¿Eh?

Los ojos de Taeyeon se entrecerraron.

—Piensas demasiado. Ya te dije que estoy bien —se acercó a él y le agarró la mano para meterlo al departamento—. Ven, acomodemos un poco por aquí, ¿quieres?

Jinki asintió, sintiéndose mal al tener todavía aquella inseguridad dentro de él mientras trataba de concentrarse en lo que su esposa le decía, olvidándose completamente de las maletas que había dejado en el pasillo.




—¿Qué es esto?

Key subió el último escalón con su enorme maleta en la mano. Frente a él y tiradas en el suelo, habían otras dos maletas; una de color rosa pálido y la otra de color negro. ¿Qué carajos? ¿Por qué estaban en el pasillo? Observó a Taemin, quien al verlo, se encogió de hombros, haciéndole ver que él tampoco sabía qué pasaba.

—Tal vez las olvidaron aquí.

—¿Qué clase de estúpido olvida dos maletas así como así?

Taemin soltó una risita y se inclinó para agarrar una. Después caminó despreocupado por el pasillo.

—Trae la otra.

Key frunció el ceño ante la orden.

—¿Y tú quién te crees que eres para mandarme así?

—Oh, sólo trae la maldita maleta, ¿quieres?

Sí, cómo no.

—De ninguna manera.

Dejando la maleta negra en donde estaba, caminó siguiendo a Taemin, importándole un rábano que su mejor amigo desaprobara su comportamiento. Pero Taemin se podía ir al diablo, ¡con esfuerzo y estaba cargando su maleta!, así que era obvio que no iba a recoger la de alguien más.

Cuando estuvieron frente a la puerta del departamento del menor, se quedaron parados al escuchar las risas provenientes de la puerta del lado contrario del pasillo. Ambos giraron las cabezas y se encontraron con una joven pareja en el interior. El tipo estaba tirado en el suelo, jadeando y sudando como un perro, pero eso no impedía que riera mientras miraba amorosamente a la mujer que tenía junto a él.

Key centró la mirada en ella y no pudo evitar quedarse embobado. Ella estaba resplandeciente, con las mejillas encendidas que contrastaban en esa piel blanca, los ojos cerrados, su largo y castaño cabello amarrado en una cola alta, la cabeza echada hacia atrás mientras reía ruidosamente y se agarraba con una mano su poco pronunciado estómago. Los anillos de compromiso y boda que traía en el dedo anular de la mano izquierda, corroboraron lo que había sospechado en cuanto los vio: se trataba de una joven pareja casada.

Parpadeó un par de veces mientras Taemin se aclaraba la garganta, pero al parecer, sólo Key se pudo percatar de que el pequeño trataba de llamar la atención de ambos. Su amigo volvió a intentarlo, pero al ver que no obtenía buenos resultados, se acercó a la puerta y la tocó dos veces.

La mujer fue la primera en parar de reír y voltear a verlos. Key pensó que el buen humor que tenía se le iría en un santiamén, pero al contrario de lo que esperaba, ella les sonrió y caminó rápidamente hacia la puerta.

—Oh, hola —murmuró, viéndolos a los ojos, pero sin hacerlos sentir incómodos. La joven era amable y se notaba a primera vista.

Taemin volvió a carraspear, haciendo que Key frunciera el ceño y le prestar atención. ¿Qué carajos le pasab…?

¡Ah! En cuanto se dio cuenta de hacia dónde se dirigían los ojos de su mejor amigo, Key comprendió su extraño comportamiento. Era muy evidente que ella estaba embarazada, y seguramente Taemin se había vuelto a encerrar en su burbuja para mortificarse mentalmente sobre su repentino embarazo.

Al ver que no decía nada y se quedaba mirándola, con el marido ya en pie y un semblante hostil en la cara, Key tomó riendas en el asunto, moviéndose un poco, rozando a Taemin con el hombro para tratar de sacarlo de su estupor.

—Hola, disculpen la interrupción, pero creo esto que encontramos en el pasillo es suyo.

Key señaló la maleta que Taemin traía, causando que ella bajara la mirada y observara detenidamente.

—Oh, por Dios, Jinki —se giró hacia su esposo—. ¿Olvidaste las maletas en el pasillo?

La expresión del tipo pareció descomponerse un poco mientras se acercaba a ella, como si tratara de recordar en qué momento las había dejado abandonadas en mitad de la nada.

—¡Ah! —Exclamó, deteniéndose junto a ella y deslizando un brazo por su cintura—. Debí de haberlas tirado cuando gritaste.

—Yo no grité —se quejó ella, mirándolo enojada.

—Claro que sí.

—Qué no.

Key rodó los ojos, vaya, los nuevos vecinos de Taemin eran extraños y un poco torpes. Suspiró y sin tener intenciones de seguir siendo testigo de tan absurda e infinita pelea, interrumpió a la pareja.

—Entonces les devolvemos esto —dijo, consiguiendo que ambos se callaran y lo miraran detenidamente. ¡Jesús! Incluso sus expresiones eran las mismas. —Todavía hay una por allá.

—Gracias —el tipo le tendió la mano—. Por cierto, mi nombre es Lee Jinki y esta es mi esposa —sus mejillas obtuvieron un tono de rojo brillante antes de hablar nuevamente—. Lee Taeyeon.

Key contuvo el impulso de poner los ojos en blanco otra vez, pero sólo se limitó a contestar.

—Encantado —estrechó la mano que él le ofrecía—, yo soy Kim KiBum y él —señaló a Taemin con la cabeza—, es mi mejor amigo, Lee Taemin.

Taeyeon sonrió.

—Encantada, chicos.

—Igualmente —contestó, dejando caer la mano. Encontraba extraño que Taemin hubiera permanecido callado todo este tiempo. —Por favor, si necesitan ayuda con algo, no duden en llamarnos, estamos aquí enfrente.

Sin darles tiempo de que contestaran, se dio la vuelta, jaló a Taemin de la mano y entró al departamento como si fuera el dueño de la casa. Estaba tan ocupado quejándose del dolor de brazo por cargar su maleta él solo, que no se percató de la solitaria lágrima que surcaba la mejilla de Taemin y el anhelo que encerraban sus ojos.




20:00 hrs.


Mirando el techo gris y solitario de la habitación, Jonghyun soltó un fuerte suspiro mientras dejaba que le cambiaran el vendaje que tenía en la pantorrilla. Extrañaba con todas sus fuerzas a KiBum, ahora más que nunca. Desde que había regresado de esa misión, había estado pensando en su futuro, en lo que quería hacer. No podía seguir de esta manera, su relación pendía de un hilo cada vez que él se iba de Seúl. A pesar de que Key era consciente de que Jonghyun estaba constantemente en peligro, sabía que amaba su trabajo y era lo suficientemente respetuoso como para no pedirle que lo dejara…

—Listo —dirigió los ojos hacia el doctor y se incorporó lentamente—. Creo que ya puedes regresar a casa si lo deseas. No hay ningún problema con la herida, nada de infecciones…

Jonghyun no escuchó nada más. ¡Sí, joder! Se podía ir a casa, podía ir con su KiBum.

—¿Señor Jonghyun?

—¿Qué? —Preguntó, frunciendo el ceño al ver que había aparecido un hombre del cual no recordaba su nombre.

—El almirante Choi solicita su presencia ahora mismo.

¿El almirante?

—Voy en un momento.

Le dio las gracias al médico y se encamino con sus nuevas muletas hacia la oficina del papá de Minho. No sabía para qué lo requería, pero fuera lo que fuera, sería lo último que haría aquí. Había pensado demasiado en las cosas y finalmente había tomado una decisión.

Cuando se detuvo frente a la puerta del almirante, oyó voces en el interior y esperó un minuto mientras se preparaba a sí mismo para lo que estaba por venir. Tocó un par de veces y el «adelante» que obtuvo fue rápido.

—¿Me llamó, señor? —Susurró mientras entraba en la habitación. Fue una sorpresa encontrarse con los enormes ojos de su mejor amigo.

—Sí, adelante, hijo. ¿Cómo sigues?

El papá de Minho era la persona más amable que podías conocer en tu jodida vida, pero eso era sólo una parte de él porque cuando el tipo estaba cabreado, nada de eso quedaba a la vista. Era un duro hijo de puta y Jonghyun lo respetaba por eso y muchas cosas más. El almirante Choi Min Woo era inteligente, pero sobretodo, buen padre.

—Mejor, señor, gracias.

Caminó lentamente hasta sentarse junto a su amigo, le dirigió una mirada de ¿todo-está-bien?, a la que Minho contestó con una breve sonrisa. Ok, con las cosas en calma, él podía respirar con tranquilidad.

—¿A qué debo el honor? —Preguntó, juntando las muletas y poniéndolas a su lado.

Al contrario de lo que esperaba, fue Minho el que habló.

—He solicitado al almirante que te dé unas buenas vacaciones. Puedes tomarlas ahora mismo si quieres, te las mereces.

Jonghyun se quedó callado, y por un minuto dudó de lo que estaba en su mente, pero al recordar el rostro de KiBum, la duda se esfumó rápidamente.

—En realidad —dijo, viendo a Minho y después al almirante—, creo que las tomaré, pero serían unas vacaciones de por vida.

El silencio que se hizo en la habitación fue suficiente para hacer que se sintiera aplastado contra la pared aunque estuviera cómodamente sentado en esa silla. Los minutos parecieron alargarse y cuando el señor Choi habló, Jonghyun sacó el aire que no sabía estaba conteniendo.

—¿Estás seguro?

Antes de que pudiera responder, Minho lo interrumpió.

—¿De qué coño estás hablando?

—Sí —respondió, ignorando a su mejor amigo—, estoy seguro, señor. Creo que he servido bien a mi país durante un buen tiempo, aunque sé que no el suficiente, pero siento que retirarme es lo correcto.

Jonghyun sabía que después de esto, iba a tener una laaaaarga charla con Minho, pero por ahora se concentró en lo que de verdad quería y aquello era regresar junto a KiBum.

Después de haber estado un buen rato en la oficina del almirante y haber obtenido su consentimiento, volvió a su habitación con Minho pisándole los talones y ladrando maldiciones a todo aquel que se interpusiera en su camino. Sabía que su mejor amigo no entendía del todo su decisión, pero Jonghyun estaba seguro que, mientras el alto estuviera tan enamorado de Taemin, poco a poco lo iría comprendiendo.

Le llevó toda una puta eternidad llegar a su destino, pero cuando al fin lo logró, se vio empujado contra la pared. Joder, el dolor por la herida que tenía en el hombro le hizo retorcerse ante el agarre de Minho.

—¿Qué pasa? —Murmuró, respirando hondo.

El hermoso y enfadado rostro del alto apareció en su campo de visión.

—¿Que qué pasa? —Se mofó. —Sabes maldita bien lo que pasa. ¿En qué estás pensando? ¿Por qué en nombre de Dios quieres irte?

—No puedo creer que me estés haciendo esta pregunta.

Minho pareció momentáneamente aturdido.

—¿Es por Key?

—¿Debería de darte un premio ahora que has adivinado?

La tensión entre ellos pareció desaparecer y la mano de Minho cayó, liberándolo del todo. Sabía que ahora en todo lo que estaba pensando era en su situación con Taemin.

—Mira, sabes perfectamente bien que me gusta lo que hago, pero amo más a Key —negó con la cabeza, sonriendo como un idiota—. Esto sonará estúpido y cursi, pero Key es mi corazón. ¿Sin él? Yo no soy nada, no soy feliz —avanzó dando brinquitos en una pierna hasta dejar caer el trasero en su catre—. Si sigo con esto, más temprano que tarde me van a matar, Minho. ¿Esa bala que me dio en la pierna? No me hubiera alcanzado si hubiera estado cien por ciento concentrado en lo que hacía, ¿pero en vez de eso? Estaba pensando en Key, en lo que haría si yo moría —suspiró—. Y perdóname, pero no puedo hacerle esto, no puedo hacer que sufra por mi culpa. ¿Si yo muero en una misión? Él quedaría completamente destrozado. Es fuerte, pero no lo suficiente. Lo conozco y lo amo, quiero estar con él, envejecer con él. ¿Me entiendes?

Hubo un eterno silencio antes de que Minho se sentara junto a él y asintiera lentamente.

—Te entiendo perfectamente.

Jonghyun sonrió y rodeó los fuertes hombros de su amigo.

—Jodida vida la nuestra, ¿eh?

—Yep.

—Escucha —se retiró un poco—, sobre Taemin…

—¿Podrías ir a verlo y darle una carta de mi parte?

Jonghyun frunció el ceño, confundido.

—¿Por qué no se lo das tú? Se supone que tomarías un descanso. Demonios, inclusive podrías tomarlo ahora mismo si quisieras.

Minho negó con la cabeza y cerró los ojos llevándose las manos a la cara.

—No puedo. Mi madre está… bueno, ya sabes.

La sangre de Jonghyun se congeló. La madre de Minho padecía una enfermedad terminal. Todos sabían que era cuestión de tiempo antes de que ella se fuera de este mundo, pero nunca pensó que fuera tan pronto. Joder, con razón el almirante había tomado la noticia con tanta calma. De haber estado en sus cinco sentidos, le habría retenido a como diera lugar, Jonghyun estaba seguro, pero el almirante sabía todo acerca de su situación amorosa y de cierto modo la comprendía, ¿verdad? Demonios, lo había visto junto a Key, sabía el amor que se tenían porque los conocía. ¿Lo mejor?, fue ver que no había asombro o desaprobación cuando se enteró de las preferencias sexuales del mejor amigo de su hijo, al contrario, supo afrontarlo muy bien. ¿Pero qué podía esperar? Minho les había aventado la bomba a sus padres desde los quince años, así que el almirante llevaba batallando con el tema de la homosexualidad desde hacía catorce años.

—Claro —contestó después de un rato—, yo le daré tu carta pero, ¿no será la última, verdad?

Minho se tomó su tiempo para responder, y cuando lo hizo, Jonghyun sintió una angustia instalarse en su pecho.

—Espero con todas mis fuerzas que no.

Oh, y estas no eran buenas noticias.



____________________________________________________

TT__________TT A pesar de que todavía estoy reticente respecto al embarazo de Taemin, me hace mucha ilusión escribir sobre él e imaginarme cuando ya se le note la pancita *^*

Awww déjenme reviews bonitos, bonitos xD los quiero ^^
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por Pauletta Mar Abr 16, 2013 4:34 pm

Mio!!!!!!!!!!!!!!!!!
Jajajajajajajajajajajajaja no me había dado cuenta que era primero...No fue mi intensión XD.....
Wi!!!!!!!!!!!!!!!!
Los achaques del embarazo, sumados a la vulnerabilidad de la soledad, y a la sobre protección de la umma...Minnie aguanta......Ese ojos de rana TIENE que volver.....Ya Jjong dio el primer paso....
Va a tener al Jongkey, y a Onew con con su embarazadisima esposa (Realmente lo imagine.....se me caía la baba de solo pensar en el como papá).....Y luego x que uno sueñas cosas tan extrañas :) jejejeje ok ya......
Te mando un abrazo muuuuuuuuuuuuuuuuuy fuerte, y aquí estaré esperando pacientemente :HELLO: lo que venga :)
GRACIAS


Última edición por Pauletta el Jue Abr 18, 2013 9:59 pm, editado 2 veces
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por Damsanm Mar Abr 16, 2013 9:51 pm

wuuauauauua-------- minni necesitabas que alguin de abriera los ojos ............. parA cuidarte y cuidar atu bebe..................... ........ KEY umma........ muy bien asi cuidaras ... a taemin....................
.............ooo jinki.. estas loco por tu bebe a tu hermosa esposa... wwuwuwuwuwuwuwu solo no te preocupes mucho...... cuidala pero sin exceso........ wwuwu
son los nuevos vecinos,,, que padre....... aaa jinki todo despistado dejando tus malestas..... en el pasillo ekekkeeeeeeeeeeeeeeeee
ooo key...... presentandote como solo tu lo sabes hacer.....................................
aaaaa cuando se entere key que johg se retira yyy se quiere quedar a su lado wwuwuwuwuwuwuw va agritar..
minho regresa pronto taemin te necesita y mucho......... por fa no tardes..........
aaaaa u mami esta mal......... en el tiempo que le quede cuidal mucho y dale mucho amor..pero no e olvidez de taemin,...... por que en este momento el te necesita.....
:)
:)
que emocion.. me alegra mucho que hallas pasado tu examen..................
saludos
Damsanm
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por JaneMin Mar Abr 16, 2013 10:07 pm

Al principio me enoje mucho con Taemin ¿como no puede querer al ser que lleva dentro? tal vez no lo planeo pero esta dentro de él y es producto del amor que se tienen Minho y Taemin es lo MÁS hermoso y ojala eso se lo haga saber muy rápido Key, ya que no queremos que caiga en depresión o hago cosas locas -.-
OWWW Onew se me hace tan tierno al estar siempre atento a su esposa embarazada, es lo más hermoso que puede ser ;3 esos hombres enamoran LO JURO, con saber que tu pareja siempre estará contigo cuando más lo necesites AHHH están hermoso, creo que esa parejita de tortolitos AYUDARAN mucho a Taemin ;3 presiento eso ♥
JONGHYUN! amo que salga de ese trabajo por amor, ese amor grande que tiene sobre Key traspasa TODO, eso es amor verdadero♥, ojal a Minho un día se decida hacer lo mismo OJALA QUE PRONTO SEPA QUE SERÁ PAPÁ y también que su mamá se pueda recuperar ya que sufrirá mucho si ella muere D;

Estaré esperando continuación


Última edición por MinhoO el Miér Abr 17, 2013 10:36 pm, editado 1 vez
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por tiari Mar Abr 16, 2013 11:13 pm

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Mensaje por freyashirou Mar Abr 16, 2013 11:14 pm

Okay, empecemos con la crítica constructiva (¿) haha –Dime, ¿eso qué?- haha ¿Sabes qué? De hecho si tengo una queja, quiero Ferrero Rocher :c –shii todo quiero-.

Soy una sentimental, sentí feo que Key le gritara a Taemin, bien entiendo a Key al decir “Te envidio” y al recibir tal respuesta de él, lo más lógico es exaltarte y le gritara, casi sentía que le daba una cachetada guajolotera –exagerada como solo yo se xD- para que reaccionara y pudiera ver que hay un bebito dentro de él, que aunque sea extraño, sin lógica e imposible, algo sucedió y en su cuerpo se creo vida. Cuando ambos se pusieron a llorar pensé en hacerles tercera, aunque me causo gracia cuando Taemin dijo “Realmente somos patéticos, parecemos mujeres” este niño tiene una bocata en cada una de tus historias, me encanta.

Me gusto que eligieras a Taeyeon como esposa de Onew, no me esperaba que lo fueras a introducir de esta manera a la historia, yo casi juraba que él también saldría a relucir con una traje de marino, quería morir triple, los tres con traje ¡OMFG! . Bueno, decía me gusta esta parejita son tan lindos y torpes, pobre bebe con estos padres, pero será muy afortunado por que ambos son un amor. Pregunta, ¿ella le dará consejos a Taemin?

Con el final del capítulo quede como siempre “Quiero leer más”, esperaba que Minho regresara con su amado y le besara la guatita, pero eres malvada y los mantienes separados xD!! Por algo ha de ser, tan solo espero que Minho vuelva antes de que el baby nazca.

Te amo Faby~♥
Kisses ;D
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Mensaje por LuzaKiller Miér Abr 17, 2013 12:01 am

aparto, leo y edito ~ e-e'
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Mensaje por Honey Choi Dom Abr 21, 2013 1:04 pm

Eonni... Primero me disculpo, la universidad mrkdo ha tenido ocupada y casi no tengo tiempo de nada u.u, pero estoy de regreso.
El embarazo de Taemin me tomo un poco por sorpresa pero es realmente hermoso..
La decisión de Jonghyun creo es la mejor pero ahora me tiene muy preocupada lo que puede pasarle a Minho u.u no quiero un final tragico pero me preparo para lo que sea....
Jinki y Taeyon .... Que hermosa pareja, ellos serán importantes para el ficha ¿verdad? Ya quiero leer el siguiente capitulo, gracias por compartir esta hermosura con nosotros, hasta pronto y suerte, sonríe siempre Eonni FIGHTING :minhcute:
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Mensaje por Bithae Jue Abr 25, 2013 9:51 pm

¡Muchas gracias por dejarme siempre comentarios tan preciosos! Sepan que los leo todos y me alegran siempre la vida /o/ *^* y por supuesto, eso me ayuda a seguir escribiendo esto que de repente se ha convertido en un fic más T____T -se corta las venas-
En fin, hoy planeaba contestarles los comentarios pero, según la SM, el vídeo de SHINee sale a las 10 y tengo que estar al pendiente para morir jaja así que sin más. Les dejo el capítulo

¡A leer!




3 días después.


Cuando Minho vio a su madre ahí, sobre la cama, tan frágil, triste y apenas consciente de lo que pasaba a su alrededor, quiso dar la vuelta y salir como alma que lleva el diablo de la casa que lo vio crecer. ¡Jesús!, él la recordaba como una mujer sonriente, elegante y tan llena de vida que había pensado que sería así durante mucho tiempo. Pero evidentemente el destino tenía otros planes.

Se acercó lentamente, sin saber cómo lidiar con el dolor en su pecho. Se sentía un completo insensible por haberla abandonado tanto tiempo en su desempeño como marino, pero aquello eran los gajes del oficio, ¿no? Su padre siempre había estado ausente dado su rango de trabajo y Minho se había acostumbrado a no verlo, pero su madre siempre le había echado de menos. Lo sabía porque cada vez que la observaba su mirada tenía ese toque de tristeza que empañaba la hermosura de sus ojos cafés. ¿Y cuando llegó el turno de él de irse?, su madre tuvo que lidiar con la soledad, acostumbrarse y fingir que todo estaba bien.

—¿Minho? —Al oír la suave voz de ella, las piernas de Minho simplemente se paralizaron.

Las pestañas de su madre temblaron antes de hacer el esfuerzo de abrirse por completo, y en cuanto lo enfocó, su sonrisa fue una cálida bienvenida. Al instante, sus frágiles brazos se extendieron hacia él sin vacilación y con un poco de dificultad.

—Ven aquí, mi vida. Déjame abrazarte.

Minho no lo pensó dos veces, dio tres largas zancadas, se arrodilló y se zambullo en aquellos amables brazos. Haciendo un esfuerzo por no llorar y tragar saliva, cerró los ojos y aspiró su olor. Síp, era el mismo, su madre siempre había olido a rosas, rosas frescas.

—Te he echado de menos —dijo ella, acariciándole el cabello con ternura—. ¿Cómo has estado?

Apretando más los brazos en torno a su cintura pequeña, Minho se preguntó cómo era posible que actuara como si nada pasara, como si no tuviera dolor en su frágil cuerpo.

—Bien, mamá. He estado bien —el acostumbrado «¿y tú?» quedó atascado en su garganta. Porque tú simplemente no le preguntabas a alguien enfermo cómo estaba. Era como preguntarle a un ciego los colores.

Su mamá rió, y Minho pensó que era el sonido más hermoso del planeta. Dios, iba a extrañarla.

—Me alegra, hijo, me alegra —ella se alejó y puso ambas palmas alrededor de su cara—. Pero hay algo que te aflige, ¿no es así?

Minho frunció el ceño.

—¿Por qué lo preguntas? —Bueno, era obvio que estaba sucumbiendo al pensar que su madre iba a morir. Y también estaba el tema de Taemin.

—Te conozco.

Su simple respuesta le hizo sonreír. Sí, lo conocía, pero no quería hablar de sus problemas, no con ella en ese estado… De pronto, se le detuvo el corazón. Joder, si no hablaba ahora con ella, en un futuro no iba a tener oportunidad alguna.

—Mamá —se le quebró la voz y no pudo continuar, era demasiado. Tomó las pequeñas manos de ella y llevó una palma hasta su boca para darle un beso. No hubo razón para decir nada más, sabía que, muy en el fondo, su madre lo sabía. Sabía por qué había venido y lo que le afligía.

—Tranquilo, bebé. Todo estará bien.

Lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza y recostarse en el regazo de ella. No supo cuanto tiempo estuvo así, pero la voz de su padre le hizo alzar la cabeza y erguirse de golpe.

—Hola, Young Mi.

—Hola, Min Woo oppa.

La risa masculina fue baja y ronca. Y después de lo que pareció una eternidad, el hombre rodeó la cama y se sentó junto a su amada, rodeándole los hombros. Nadie dijo nada, pero de pronto, Minho se sintió como un intruso.

Poniendo las manos en el colchón, se levantó, dejando en claro que les daría un minuto de privacidad.

—Oh, no, por favor quédate —más que una petición, sonó como una súplica, y Minho simplemente no podía decirle que no a su madre.

Sin decir nada, se volvió a hincar.

—Cuéntame —dijo ella, mientras sostenía las manos de su esposo entre las suyas—, ¿quién es él?

Minho se tensó y concentró completamente su atención en ella. ¿Era tan obvio? Pero no quería hablar de Taemin ahora, no mientras su padre estuviera ahí.

—No sé de qué estás hablando, mamá. Yo…

—No quieras engañarme, jovencito, porque no lo vas a lograr —su voz se hizo como la recordaba, cuando lo regañaba o amenazaba como ahora.

Su padre se rió nuevamente, se acercó a ella y le besó la frente.

—Será mejor que respondas sin evasivas, cachorro.

¡¿Cachorro?!

Ante el sobrenombre que su padre le había puesto años y años atrás y que nunca había vuelto a usar, hasta ahora, Minho sintió ganas de llorar. Joder, ¿qué era esto?

—Se llama Taemin —respondió sin más.

El rostro de la señora Choi giró hasta encontrar el de su esposo.

—¿Estabas enterado de esto? —El almirante se limitó a asentir y después ella volvió a mirarlo. —¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿No me tienes confianza, Minho?

—No es eso, mamá.

Cuando ella frunció el ceño, Minho pensó que se veía adorable en vez de furiosa. Suspiró, y miró fugazmente a su padre y luego a ella.

—Cariño —murmuró su mamá—, ¿me dejarías hablar un momento con Minho?

El almirante Choi palmeó cuidadosamente las manos de su esposa, después, se puso en pie y salió de la habitación silenciosamente.

—Se ha ido —murmuró ella—, ahora, ¿podrías contarme todo lo que pasa aquí? —Demandó, señalando con un dedo su corazón.

Las palabras salieron de su boca fácilmente. Le contó todo, cómo había conocido a Taemin, la foto que Key le había dado, que llevaban cerca de tres meses de relación, que todo había pasado tan rápido que le daba miedo la manera en que amaba a Taemin, que lo extrañaba y no había podido comunicarse con él hasta hace poco que le mandó una carta con Jonghyun y que no sabía qué más hacer para estar con él más tiempo del que podía. Cuando terminó, alzó la mirada y vio lágrimas en el rostro de su madre. Oh, Dios, el corazón se le aceleró en ese mismo instante y brincó como si hubiera tenido el culo en una fogata. 
—¿Qué pasa, mamá? ¿Te duele algo? Oh, perdóname, no me di cuenta que te sentías mal y yo aquí hablando…

—No, no, hijo —ella levantó la mano, le agarró el brazo y lo obligó a sentarse a su lado—. Es que todo lo que me cuentas es tan… —negó con la cabeza—, ¿por qué no habías hablado conmigo sobre esto?

—No podía, mamá. Tú no necesitas de mis problemas…

—Eres mi hijo, Minho —lo interrumpió—. ¿No entiendes que me angustio más al no saber de ti que sabiendo lo que te sucede? Sé que te preocupas por mí y no quieres que sufra contigo, pero es inevitable, siempre lo haré, siempre serás una parte de mi corazón. Sufriré, reiré y amaré contigo siempre.

—Mamá.

Ella le agarró nuevamente la cara y lo acercó para darle un beso suave en la mejilla.

—Deja que hable unas cuantas cosas con tu padre, ve a tu habitación y date una ducha. Pronto vas a poder ser capaz de regresar con tu Taemin.

A Minho se le heló la sangre con esa declaración. ¿Qué estaba queriendo decir su madre?

—Pero —murmuró—, no sé si voy a poder regresar a su lado tan pronto.

Ella sonrió tiernamente y le acarició la mejilla, después el cabello.

—Vas a regresar más pronto de lo que crees, mi vida. Además…

Lo acercó más a ella y le susurró algo al oído. Minho abrió los ojos de par en par.

—Pero…

—Ahora ve y haz lo que te he dicho. Es una orden.

—Mamá yo no quiero…

—Basta. Ve, no me desobedezcas.

Y con una última caricia, su madre lo despidió.

Minho no sabía qué carajos había sido todo eso mientras avanzaba por el pasillo, pero en cierta forma su madre lo reconfortaba. Dios, se sentía tan cansado cuando llegó a su habitación. Todo esto era una pesadilla; su madre estaba débil, pero ella parecía no notarlo. El problema estaba que el médico había dicho que se acercaba su hora y era inevitable, que necesitaba pasar todo el tiempo posible con ellos. Joder, él y su padre eran unos desgraciados, ¿cierto?

Se encerró en su cuarto, se quitó la ropa y caminó hacia el baño. El pequeño aparato de sonido que había usado parte de su adolescencia todavía estaba ahí. A él nunca le había gustado ducharse sin escuchar música.

Sonrió, aunque ahora le parecía inoportuno, lo encendió dándole volumen moderado y le dio reproducir al disco actual. Cuando la voz de 50 Cent se dejó oír con P.I.M.P, su cabeza empezó a moverse hacia adelante y atrás al mismo tiempo que cantaba «that i'm a motherfucking P.I.M.P.». Soltó una carcajada y se puso bajo la regadera, esa puta frase era la única que siempre había podido pronunciar.

Que patético.

Fue rápido al lavarse el cuerpo, cuando salió, Amy Lee estaba cantando Going Under. Vaya, las canciones no eran tan viejas por lo que podía recordar, ¿o sí? Bueno, a quién le importaba realmente, el caso es que le seguían gustando.

Salió del baño con una toalla alrededor de sus caderas, dirigiéndose a su cama. Sus ojos buscaron rápidamente el teléfono. Cuando se sentó y tomó el auricular, las manos le empezaron a temblar. ¿Quizá no era buena idea llamarlo, no? Tal vez Taemin a estas alturas no quería saber nada de él.

No seas maricón, pensó. De cualquier forma, que Taemin lo mandara o no a la mierda, era parte de esto, de su relación. Porque todavía estaban en una, ¿no? Joder, tal vez era mejor seguir la idea que su madre le había dicho en secreto.

Suspiró y marcó los números que se sabía de memoria. Era hora de saberlo. Cuando entró la llamada, esperó… primer tono, segundo tono, tercer tono… cuando contestaron al otro lado, el alma se le fue a los pies y las pelotas a la garganta.

Oh, mierda, la voz de Taemin le recordó cuanto lo amaba y lo extrañaba.



Departamento de Taemin.


Key no podía entender en qué momento los nuevos vecinos de Taemin se habían colado por la puerta para que fueran invitados a comer. Porque evidentemente ese «no tenemos nada en el refrigerador» había sido un claro «¿nos invitarían a comer?». Y, ante la propuesta, él había empezado a negar con la cabeza, pero Taemin arruinó sus intenciones cuando los hizo pasar. Genial, y por esa razón, Key se vio obligado a cocinar para cuatro… no, seis personas; porque Taemin y Taeyeon contaban como dos. Jesús, esos dos habían comido tanto que Key se sintió lleno nada más verlos.

Con la quijada apoyada en la mano, removió lo que quedaba de su café, sorbió un poco e hizo una mueca al descubrir que se había enfriado.

Estaba a punto de pararse para tirar en el lavabo lo que había dejado, pero la suave voz de Taeyeon lo detuvo.

—¿Key?

—Dime —contestó él, alejando la taza lentamente.

—Te preguntaba si tienes a alguien especial. Ya sabes, ¿una chica? —a pesar de que Taeyeon había dicho el género incorrecto, su sonrisa fue instantánea, simplemente no lo pudo evitar. Cada vez que entraban al terreno del amor, su mente alojaba una imagen de Jonghyun y su boca se estiraba inconscientemente.

—Sí, tengo a alguien, pero no es una chica.

Los vecinos de Taemin parecieron un poco sorprendidos ante su segura declaración, pero él ya estaba acostumbrado a esas reacciones. Simplemente, en Corea, eran pocos a los que les importaba un pepino lo que los demás opinaran sobre ellos y sus preferencias sexuales. Y él era uno de ellos.

Taeyeon pareció componerse más rápido que su esposo.

—Vaya, no me lo hubiera imaginado —la mujer sonrió grande. Y Key se sintió bien porque en aquella sonrisa no había indiferencia o hipocresía. Solo había comprensión y genuina felicidad—. ¿Cuánto tiempo llevas de relación con él?

—Tres años —sonrió y sus ojos vagaron hasta fijarse en la mano que ella tenía sobre la mesa y que, naturalmente, estaba entrelazada con la de su esposo. —¿Y ustedes? ¿Cuánto tiempo llevan de casados?

Ambos, Jinki y Taeyeon, se echaron a reír.

—Dos años —contestó Jinki, llevando deliberadamente la mano hasta el vientre de ella—, pero nos conocemos de toda la vida.

Claro, y esa era la manera en que dejabas atónito a las personas. Taemin y él agrandaron los ojos al mismo tiempo.

—¿Qué? —Murmuró Taemin, hablando por primera vez desde que Key podía recordar—, ¿en verdad?

Taeyeon asintió sonriendo.

—Oh, sí. El padre de Jinki y mi madre se conocen desde que estaban en la universidad. Cada uno hizo su vida por separado, pero nunca perdieron contacto. Yo nací ocho meses antes que él —Taeyeon alzó la mano y le dio golpecitos suaves con el índice a la nariz de su marido. Jinki sonrió como un idiota—. Pero nuestro matrimonio se arregló desde que nuestros padres supieron que yo sería mujer y él un varón.

Taemin se atragantó con su propia saliva y comenzó a toser hasta que se puso rojo y se le llenaron los ojos de lágrimas. Key se limitó a traerle un vaso con agua y darle palmaditas en la espalda. Después, volvió a centrar su atención en Taeyeon.

—Entonces, ¿nos están diciendo que su matrimonio fue arreglado así como se hacía en el pasado y ustedes no tuvieron problemas con eso? —Ambos negaron con la cabeza. —Oh, por Dios. Eso es tan enfermo.

Taemin lo fulminó con la mirada al igual que Jinki, pero Taeyeon se echó a reír.

—Nada de eso. En realidad, Jinki y yo nunca nos vimos como hermanos, si te refieres a eso. Creo que antes de que nos diéramos cuenta de lo que era el amor, ya nos queríamos.

La cara de la vecina de Taemin estaba llena de sinceridad y felicidad que, por un momento, Key la envidió. Dios, tener desde que naciste al amor de tu vida junto a ti era algo que no pasaba muy a menudo…

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Taemin dejó la mesa para luego emprender una carrera a muerte hacia las habitaciones. Key se levantó y lo siguió por inercia. Mierda, seguramente se dirigía al baño a sacar todo lo que había comido. ¿Hasta cuando iban a terminar estos jodidos síntomas? Era una tortura. Él amaba a su amigo con todo el corazón, pero al mudarse y sentir deseos de comer cosas que en la vida se le habría ocurrido, supo que había sido, en parte, mala idea. Joder, él también estaba sintiendo antojos y no le gustaba. ¡Iba a engordar hasta tener el culo del tamaño de Canadá!

Justo cuando estaba frente a la puerta del baño, escuchó las arcadas del pequeño.

—Taemin —tocó suavemente—, ¿estás bien?

La respuesta no fue inmediata.

—Sí —después de unos minutos, la puerta se abrió—. Ya sabes, lo de siempre…

Key se dio la vuelta bruscamente cuando la cara de Taemin se centró en un punto detrás de él. Oh, genial. Taeyeon estaba con ellos y por la cara de confusión que mostraba era evidente que iba a preguntar por lo que pasaba.

—Taeyeon —murmuró él.

Ella los miró a ambos con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tienen esa expresión en la cara? —Concentró la mirada en Taemin—. ¿Estás bien, nene?

Taemin abrió la boca, la cerró y la volvió a abrir. Y justo cuando Key esperaba que soltara la sopa, su teléfono celular comenzó a sonar. Lo sacó de su pantalón y frunció el ceño, cuando vio un número desconocido.

Lo ignoró. No iba a contestar, odiaba las llamadas de extraños.

Pero claro, Taemin tenía otros planes, y evidentemente, esa llamada era su vía de escape para la pregunta sin contestar de Taeyeon. Key soltó una maldición cuando el celular le fue arrebatado de las manos.

—Oye…

—¿Hola? —Su pequeño amigo se alejó de ellos haciendo como si la llamada fuera para él. ¿Qué carajos? Era su teléfono.

—Ustedes dos están actuando extraño —comentó Taeyeon, mientras acariciaba su panza y veía a Taemin escapar—, pero no voy a preguntar más. Es obvio que no quieren decirme y lo entiendo.

Key no supo qué decirle en ese momento, pero como si fuera enviado por Dios para salvarlo del apuro, Jinki asomó la cabeza por el pasillo.

—¿Cariño?

Taeyeon se dio la vuelta. Sonriendo.

—¿Sí?

—Iré al minisúper. ¿Se te antoja algo?

—Oh —el suspiro de ella fue suficientemente largo como para inflar un globo y, aunque Key no estuviera viéndole la cara, estaba seguro que tenía los ojos brillantes—. Sí, quiero fresas, pastel de chocolate, un flan, helado de vainilla y rosquillas.

Key se quedó asombrado. ¡Jesús! ¿Adónde se iban a ir todas esas calorías?

—De acuerdo —la sonrisa de Jinki era la de un hombre complacido, como si le gustara que su mujer comiera tanto. —Vengo en unos minutos, iré lo más rápido que pueda —se detuvo un momento, mirándola como si quisiera grabar su imagen en la mente—. Taeyeon.

—¿Dime?

—Te amo.

Taeyeon se quedó inmóvil al igual que él durante un aliento. Después, corrió hasta su marido y le dio un beso suave en los labios.

—Yo también te amo, yeobong~.

Taemin volvió a su lado antes de que a Key lograran darle escalofríos. Que cursis, pero que bonito era el amor.

—Toma —le dijo su mejor amigo mientras ambos miraban a la pareja de casados acariciarse el rostro el uno al otro—, parece que un mudo te habló.

Key le arrebató el teléfono de la mano.

—No debiste de haber contestado.

—No tenía nada mejor que hacer —contestó el menor, encogiendo los hombros.

Tras un momento de silencio, y mientras Taeyeon iba hacia la puerta para despedir a Jinki, Key pensó en Minho y en Jonghyun. Dios, ¿cuándo iban a regresar? Había pasado mucho tiempo y la angustia lo estaba matando. ¿Qué tal si le había pasado algo a ambos? Las palabras en la carta de Jonghyun no lo dejaban respirar con tranquilidad. Carajo, necesitaba noticias de ellos.

Necesitaba al amor de su vida junto a él.





Jonghyun tocó por segunda vez la puerta del departamento de Key y, cuando nadie contestó, frunció el ceño y dejó la maleta en el suelo. ¿En dónde demonios estaba Key? ¿Por qué no abría la puerta? Miró su reloj de pulsera, eran las ocho y media de la mañana. Joder, por lo regular su novio estaba despierto a las ocho o siete, no antes ni después.

Suspirando, se inclinó y pegó la oreja en la puerta, esperando escuchar algo, cualquier cosa.

Nada.

Bien, eso era extremadamente extraño. Y maldita sea si no empezó a asustarse y meter pensamientos de mierda en su cabezota. ¿Algo le había pasado a Key? ¿Y si había llegado demasiado tarde? ¿Qué tal si Key se había mudado y esa era una sutil nota tipo me-cansé-de-esperarte-adiós?

No… no podía ser.

Con un dolor tremendo en el pecho, caminó hacia las escaleras y comenzó a bajar. Sin embargo, no llegó muy lejos antes de tirar su maleta, buscar dentro de la cosa y encontrar su celular. Mientras marcaba, la mano le temblaba como una hija de puta. Quería llorar, pero no lo haría, no hasta saber dónde demonios estaba el amor de su vida. Joder, si no había llamado antes era porque quería darle una sorpresa, pero evidentemente el sorprendido había sido él.

Cuando pulsó «llamar», sentía que el mundo giraba en torno a él. Mierda, ¿las paredes se estaban moviendo? Rogaba porque Key contestara la llamada. El celular que tenía era nuevo y su novio no contestaba llamadas de desconocidos…

—¿Hola? —Cuando reconoció la voz de Taemin, suspiró, completamente aliviado. —¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Estaba a punto de decir quién era, pero lo pensó mejor y terminó la llamada. Si Taemin había contestado el teléfono, evidentemente Key estaba con él, y eso significaba que todavía podía llevar a cabo su plan.

Salió del edificio de Key corriendo, casi volando y sonriendo como un idiota. No tenía tiempo de agarrar un jodido autobús, así que en cuanto vio un taxi, envolvió los labios entorno a sus dientes y silbó, fuerte. El sonido haciendo que el auto se detuviera por completo sin saber quién lo había llamado.

Llegar a casa de Taemin le tomó una eternidad. Pero en cuanto el taxi se detuvo, pagó y se bajó sin esperar por el cambio. De todas formas, ¿a quién mierda le importaba eso? Podía seguir viviendo.

Mientras corría con la maleta en la mano izquierda, rogaba porque Key estuviera ahí, todavía amándolo y esperando por él. Estaba tan apurado que casi choca con un tipo que parecía tener dos pies izquierdos, ¿qué carajos? ¿Así caminaba o estaba borracho? Al parecer no era el único al que se le movía el suelo.

—Lo siento —dijo, apresurado y, sin esperar por una respuesta, volvió a apurar el paso hacia el departamento de Taemin.

El pasillo pareció estirarse y encogerse a la vez. Dios, de todas formas ¿por qué estaba tan nervioso? Cuando tuvo la puerta frente a él, se quedó quieto, respiró profundamente varias veces, tratando de regular la respiración. Se enderezó, movió el cuello de izquierda a derecha, exhaló una última vez y tocó la puerta con los nudillos.

Esperó… esperó… esperó.

—¿Ahora qué olvidaste, amor…? O…

La persona que le abrió la puerta fue una desconocida, una mujer sonriente y muy, muy embarazada. ¿Qué carajos? Inclinó la cabeza para ver el número pegado en la puerta. Después, frunció el ceño; estaba en el departamento correcto, ¿entonces por qué…?

La sangre abandonó su cara en un maldito instante. Demonios, ¿y si Taemin se había mudado y sí…?

—Disculpa, me he equivocado —murmuró, tragando saliva fuertemente, conteniendo el dolor que se le había formado en el pecho nuevamente.

Estaba girando sobre sus talones cuando una voz que conocía muy bien lo llamó.

—¿Jjong?

No estuvo seguro si el grito ahogado que escuchó después había salido de su garganta o de la de Key, pero lo único de lo que fue consciente, fue de aventar todo lo que tuviera colgado en las manos y abrirse paso por esa jodida puerta para poder envolver en un abrazo el cálido cuerpo de Key y enterrar la cara en ese bonito cabello rubio.

Por Dios, que bien olía, que bien se sentía entre sus brazos.

Su Key.

—Jjong, has vuelto.

—Sí, lo he hecho —contestó él en un susurró. Cerró los ojos y aferró más los brazos entorno a la cintura de su novio. Lo alzó y empezó a girar con él, ignorando por completo el dolor que sintió en la pierna y hombro. Dios, estaba tan feliz. Pero claro, ¿cómo no estarlo? Casi había muerto y la sola idea de no volver a ver a Key lo había aterrorizado que no importaba cuan niña se estuviera viendo ahora mismo. Necesitaba esto para sentirse seguro.

Cuando se detuvo, se echó hacia atrás lo suficiente para ver esos ojos gatunos llenos de lágrimas. Sonrió y acarició suavemente la pálida y suave mejilla, antes de inclinarse y capturar esos labios rosas que había extrañado tanto. Dios, que delicia, como lo amaba. El beso había comenzado tierno y lento, pero terminó siendo desesperado y demandante. Los dedos de Key se enterraron en su cabello y, entonces, él perdió la noción del tiempo y casi olvidó en donde se encontraba.

Abruptamente, Key se separó y escondió en su pecho.

—Oh, Dios mío… —murmuró, haciendo que Jonghyun frunciera el ceño y desviara la mirada…

Oh, Jesús. Había olvidado que tenían compañía, y a juzgar por la expresión contrariada de Taemin, ellos habían dado todo un jodido espectáculo. Cuando el pequeño parpadeó como si nunca lo hubiera hecho, Jonghyun se limitó a encogerse de hombros a modo de disculpa, después, dirigió la mirada hacia la mujer que no conocía.

—Disculpa, yo…

—Oh, no te preocupes por mí. Entiendo —dijo ella, guiñándole un ojo y llevando la mano derecha hasta su vientre abultado.

Hubo un momento de silencio, como si nadie supiera que hacer. Dios, podría permanecer pegado a KiBum durante toda su vida y sería feliz. Jodidamente feliz.

Key se alejó de su abrazo, rompiendo la burbuja en la que se encontraban metidos. Lo observó estirar la mano hacia la mesa, agarrar una servilleta y limpiarse la nariz.

—¿En dónde he dejado mis modales? —Murmuró, totalmente sonrojado mientras se quedaba a su lado. —Jonghyun, esta es Taeyeon, la nueva vecina de Taemin. Ella y su esposo se mudaron hace tres días.

Jonghyun entrelazó sus dedos con los de Key y caminó hasta quedar frente a Taeyeon.

—Encantado de conocerte.

—Igualmente.

Antes de que alguien pudiera decir otra cosa, se escuchó un fuerte estrépito en el pasillo. Cuando Jonghyun asomó la cabeza, se dio cuenta de que el tipo con el que casi había chocado estaba con el trasero en el piso y, a sus pies, se encontraban un montón de bolsas vomitando lo que había en ellas. ¿Qué coño?

—¡Jinki!

Taeyeon se precipitó por el pasillo para ayudar a quien Jonghyun suponía era su esposo.

—Deja les ayudo —dijo él, en cuanto vio a la pobre mujer atareada al no saber si limpiar el desastre del pasillo o ayudar a su esposo a levantarse.

Cuando arreglaron el desastre y Key le presentó a Jinki, entraron en la casa. Dios, había tantas cosas que quería hacer, pero una de ellas, y la más importante, era estar junto a Key.

Jonghyun caminó hasta la cocina, dejó las bolsas que Jinki había traído y regresó lo más rápido que pudo, agarrando a Key por la cintura y pegándolo a su cuerpo.

—Te extrañé, bebé —le susurró al oído.

Key se sonrojó.

—Yo más.

Ninguno de los dos se había dado cuenta que, de pronto, se habían convertido en el centro de atención, pero eso se esfumó cuando escucharon el llanto de Taemin proveniente de la sala. Todos giraron las cabezas hacia el ruido ahogado que emitían sus sollozos. Y cuando los ojos de Jonghyun se toparon con los nudillos blancos de Taemin agarrando fuertemente el teléfono, supo con quien estaba hablando.

Ok, ahora sabía que no era necesario que entregara la carta.
Bithae
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Mensaje por JaneMin Vie Abr 26, 2013 12:14 am

PRIMER POST ♥


D; me imagino como se ha de sentir Minho al ver a su madre en esas condiciones D;
es demasiado triste que la persona que amas este en un estado complicado pero lo
que me gusta es que a pesar de que la mamá de Minho esta enferma ella no se deja
vencer y mucho menos se aleja de su familia ♥ eso es hermoso ;3
ya veo que lo que dicen es verdad, las mamas siempre saben que nos sucede ;3
Taeyeon y Onew son una pareja sorprendente, se ve que se aman mucho y que
a pesar de que Onew es algo torpe Taeyeon siempre esta ahí para levantarlo JAJA
Jonghyun POR DIOS a me me hubiera dado un paro cardíaco si no le encuentro en
su casa JAJA, aunque al final de cuentas no se arruino la sorpresa ;3 es de valientes
dejar lo que más te gusta por amor ♥ eso es lo bueno de Jjong ;3 si que ama a Key
Taemin ¿qué le estarán diciendo en la llamada? ¿están terminando? NOOOOO eso
NOOO D; YA QUIERO la conti ;3 es que AHHHH quiero saber lo de la llamada D;

Estaré esperando Conti


Última edición por MinhoO el Sáb Abr 27, 2013 12:07 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Pauletta Vie Abr 26, 2013 12:32 am

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Que cosas.....¿Porque llora mi bebe?!!!!! WHY????????????????????????????????????????
Mmmmm que triste lo de la mamá del cachorro.....Pero yo se que si se decide y se pone las pilas, encontrará algo que lo haga muy feliz!!!!!!!!!!!!!!!!! Y su mamá es sabia!!!!! Ella se ira feliz si su familia se queda en paz.....
El JongKey esta junto, rejunto jajajajajajaj
Sip....Onew es estúpidamente adorable......
Muchas gracias!!!!
Te mando un abrazo muy fuerte, y esto es lo mas decente que puedo escribirte en este momento de lucidez.......Why so serious????????????????????
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Mensaje por Damsanm Vie Abr 26, 2013 9:16 pm

wuwuwuwuwu...... :yupi: :WOW: este capitulo esta lleno de encanto..............
minho......... aunque tu mami se encuentre mal.. siempre se preocupara por ti y no la puees engañar x que concoe todo de ti........................ que sabia.........................
tuviste el valor de habalrle solo espero que no sea para despedirse por fa.............. si no llorare..
oooooooooooooo onew condition. te amo todo torpe pero te amo ejejejejejjejejjeje...
oooooo al fin jonhgkey juntos mas junts que nunca :OHYEAH: :OHYEAH: .................... wwuwwuuwuwuwuuwuuwuwuwuwuuw
hermo :HAHA: :MUA: so...............
wuwuwuwwu
saludos
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Mensaje por b2uty Sáb Abr 27, 2013 1:10 pm

NUEVA LECTORA :3

DIOOOOOOOOOOOOS!! AMO TU FIC!!

ES DE LOS MEJORES QUE HE LEÍDO EN MUCHO TIEMPO ME ENCANTO Y DEBO ADMITIR QUE EN LO PERSONAL NO ME GUSTA EL 2MIN PERO ESTA VEZ PERO ENCANTO Y MUCHOOOO

Y AHORA QUE PASARA?? QUE LE DIJO MINHO A TEA PARA QUE ESTER LLORANDO?? QUE LE DIRÁ MIINHO CUANDO SE ENTERE QUE SERA PAPÁ DIOOSSS MUERO DE LA CURIOSIDAD!!!

ESPERO QUE ACTUALICES PRONTO :3 PERO ENSERIO ME ENCANTO TU FIC >.<
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Mensaje por Nina_Lee Miér Mayo 01, 2013 8:10 pm

demonios~~

eomma me debes odiar verdad ;O;
Y es que no tenia tiempo u_U pero te dije que lo amé! Amo cada capitulo con todo mi brilloso cuerpo(?) xD

Quiero que Taemin le de su merecido a Minho por largarse ¬¬ por mas que su mama este mal, me parece que lo mejor era hablar con Tae y llevarselo o no? Para que conozca a la suegris pero no el Mr. frog quiere hacer todo el solo y abandona a mi Tae hermosho! ahora que lo necesita mas que nunca!

Y al menos el dino si regreso a ver a la diva~ aunque tambien con tremendo susto me imagino que lo extrañaba bastante~
hahaha y Onew siempre tan patoso~ ese es su encanto especial~
Espero que con esta llamda Minho se reinvidiique un poco xD, te extrañare eomma cuando te vayas~ te quiero!! beshosssss cuidate bye bye!
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Mensaje por Honey Choi Vie Mayo 03, 2013 8:15 pm

Eonni, lo ame... yo... me partió el alma el estado de la madre de Minho Oppa, se que voy a llorar cuando ella no esta aunque solo tenga apariciones esporádicas, adore al matrimonio del OnYeon, son tan lindos >.< ty el regreso de Jong fue de lo mejor... me quede en suspenso con el final, grite y dije : no puede ser ¿en verdad lo dejará así? >w< pero reconozco que esto me anima a seguir leyendo, ya quiero saber que mas pasará, hasta pronto Eonni, cuídate, suerte y FIGHTING!! byebye, sino me emociono y quien sabe que incoherencias escribiré x3
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Mensaje por freyashirou Dom Mayo 12, 2013 6:00 pm

Faby linda, hermosa, mi causa traumas~ Una disculpa enorme, no había leído la actualización. ¿Qué te puedo decir? Ame a la madre de MinHo, a pesar de estar tan frágil no pierde su calidez.

Dime exagerada, pero casi lloro con KiBum cuando JongHyung entra al departamento, ya era hora que los dejaras estar juntos de nuevo. ¿Tendrán un recuentro rico ya que estén en el departamento de KiBum? -soy una sucia-

Nena, ya sabes que siempre quiero leer y leer más, pero espero con tranquilidad por ti~ Y no necesitas pedirlo, solita te mando mucho amor y besitos♥

P.D. I love you so much~♥
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Mensaje por Bithae Dom Jul 14, 2013 11:41 pm

Perrrrdón ;____; había olvidado que aquí no subí la conti. Discúlpenme. Estoy escribiendo lo más rápido que puedo, pero como siguen mi fic y saben qué está pasando, comprenderán que no es nada fácil para mí escribir para que las escenas plasmen lo que quiero *^*
Un beso y un abrazo y gracias por leerme siempre <3





En el momento en que Taemin había visto a Jonghyun atravesar la puerta y correr para meter a Key entre sus brazos, pensó que, inmediatamente después, Minho entraría de la misma manera y haría lo mismo con él. Pero claro, aquello nunca pasó. Mierda, inclusive había sentido un pequeño movimiento en su panza, como si su hijo estuviera esperando lo mismo que él.

Deliberadamente, llevó una mano hacia su plano abdomen, pensando en lo que sería de su hijo y de él. ¿Realmente Minho iba a volver? Sinceramente, él esperaba que sí. No quería criar solo a quien quiera que estuviera creciendo dentro de su cuerpo. Pero sobretodo, no quería amarlo solo. Un hijo necesitaba del amor de las dos personas que lo habían creado.

Suspirando, Taemin se movió lentamente y trató de quitar la mirada de idiota que tenía. Quería evitar que se dieran cuenta que su ojo izquierdo había soltado una lágrima al pensar en todas esas cosas.

Maldito ojo traicionero.

En el momento en que Taeyeon, Jonghyun y Key salieron para ver qué había sido todo ese ruido en el pasillo, el teléfono comenzó a sonar. Taemin se obligó a recuperar la compostura y caminó hacia la salita justo cuando el novio de su mejor amigo entraba con un par de bolsas en las manos. Se tomó su tiempo, observando el movimiento en su departamento, los murmullos y rostros alegres. ¿Por qué había tantas personas ahí de todas formas? Sonrió, porque fugazmente pensó que el milagro que era su hijo podía hacer aquello y muchas cosas más antes de que supieran de su existencia.

Volvió la mirada hacia el insistente aparato y agarró el auricular.

—¿Diga? —Respondió mientras miraba a Taeyeon entrar junto a Jinki, preguntándose qué se sentiría tener siempre el apoyo de tu pareja.

Cuando la persona al otro lado del teléfono no respondió, Taemin frunció el ceño. ¿Se habrían equivocado o…?

—¿Taemin?

Hubo un pequeño minuto en el que Taemin se quedó completamente pasmado, procesando el tono de aquella voz. Después, las lágrimas aparecieron una a una sin que las pudiera detener. Oh, por Dios, Minho había llamado, en verdad lo había hecho.

Cuando Jonghyun apareció en su campo de visión, respiró hondo y se sentó en el sillón, dándoles la espalda a todos, rogando por un poco de privacidad que, evidentemente, no iba a conseguir.

—¿Minho? —Inquirió y, aunque ya sabía la respuesta, supuso que estaba haciendo aquella pregunta solo para corroborar que estaba en lo cierto y no se imaginaba cosas.

—Sí, amor, soy yo. Minho.

Taemin comenzó a llorar con más ímpetu. Por Dios, Minho había llamado, de verdad lo había hecho.

Aferró el teléfono con más fuerza y dirigió una mano hasta su estómago.

—Yo… —no sabía qué decir, y después de un rato, optó por decir lo que pensaba sin ningún orden en particular—. Bastardo, imbécil, hijo de puta. Te he echado tanto de menos que creí que me iba a morir. ¿Por qué no me llamaste antes? ¿Estás bien? Tengo tanto que decirte. Te odio y te amo. ¿Sabes lo difícil que es ser bipolar, idiota? ¿Por qué me hiciste esto?

—Taemin…

—Cállate. No quiero escuchar nada de ti a menos que tengas algo bueno para decirme. ¿Cuándo vas a volver? ¿Por qué no me mandaste ni siquiera una puta carta?

Taemin sorbió fuerte la nariz y trató de respirar. Dios, ¿qué había dicho?

—Perdóname —se escuchó un ruido, como si Minho estuviera cambiando de posición para hablar mejor con él—. No había podido llamarte porque estaba en una misión —hubo una pausa, pausa que Taemin aprovechó para aclararse la garganta y remover unas cuantas lágrimas de su rostro. Dios, quería ver a Minho—. ¿Jonghyun no te dio mi carta?

Taemin frunció el ceño y giró el rostro para mirar a Jonghyun con reproche.

—No, no me la ha dado.

—Oye —se quejó el mayor, intuyendo acertadamente sobre lo que la pareja estaba hablando—, acabo de llegar, ¿recuerdas? Ni siquiera te he saludado como se debe.

Taemin le hizo un gesto con la mano para que se callara. Ahora le importaba poco lo que el mejor amigo de su novio pensara. Suspiró y volvió a acomodarse para prestarle atención a Minho.

—Te amo mucho, Taemin. Quiero verte pero…

—¿Pero qué? —Lo instó él. Su cuerpo se tensó. ¿Ocurría algo malo?

—Mi madre está enferma —la voz de Minho se quebró —, es posible que le quede poco tiempo y no quiero irme de su lado, ¿entiendes? —Escuchó un largo suspiro—. Dios, estoy entre la espada y la pared. Lo juro. Quiero estar contigo también, pero no encuentro la respuesta para poder hacerlo. Taemin…

—Está bien —lo cortó él. —Entiendo perfectamente lo de tu madre y lo siento muchísimo, Minho, de verdad —las lágrimas volvieron a empañar su rostro. Joder, el destino era una mierda.

—En verdad —insistió Minho—, quiero verte, Taemin.

—Yo también quiero verte, amor —cerró los ojos con fuerza y exhaló por última vez antes de hablar—. Minho…

—¿Dime?

—Tengo algo muy importante que decirte.

Por un momento, Taemin creyó que la llamada se había cortado, pero la respiración que escuchó del otro lado lo sacó de su error.

—¿Vas a terminar conmigo?

La piel se le puso de gallina al oír el tono de terror que había usado Minho.

—No —negó frenéticamente con la cabeza—. No, por Dios, no. No pienses eso.

—¿Entonces qué es?

Taemin tragó fuertemente saliva.

—No es algo que te pueda decir por teléfono. —Y considerando por lo que Minho estaba pasando ahora con lo de su madre, no era el momento apropiado para decirle lo de su embarazo—. Te amo, te amo mucho y quiero traspasar este maldito teléfono para poder abrazarte y besarte hasta el cansancio.

Taemin se crispó y mordió su labio cuando escuchó el ronroneó que emitió Minho cuando terminó de decir aquello.

—Dios, Taemin, no digas esas cosas. No me estás ayudando mucho que digamos, ¿sabes? Joder, te deseo tanto.

—Yo igual.

Se quedaron callados un momento. Momento en el que Taemin se preguntó qué estaría pensando Minho.

—Prometo hablarte mañana, amor.

Oh, no.

—No quiero que cuelgues. No quiero que te vuelvas a ir, no me dejes…

¡El embarazo tenía partes malas! Mierda, y esta era una de ellas, ¿por qué no podía dejar de llorar?

—Taemin —cuando escuchó que su novio sorbía la nariz, suspiró, aliviado. Ok, no era el único sensible aquí—, nunca te dejé, en realidad, y nunca lo haré, ¿me oyes? Siempre volveré a tu lado, cueste lo que cueste y tarde lo que me tarde.

Taemin asintió con la cabeza, aunque Minho no lo pudiera ver.

—Te creo, por favor, cumple tu promesa y háblame.

—Lo haré. Te amo, me tengo que ir. Te amo, te amo, te amo, ¿entiendes? ¡Te amo!

—¡Yo también te amo! —Se rió para no llorar en vez de eso—. Te amo, te amo.

—Cuídate mucho, haré lo posible para poder estar contigo muy pronto. ¿Ya te he dicho que te amo?

Taemin volvió a reír.

—Sí, pero no me importa que me lo digas siempre.

—Lo haré, Taemin. Te lo diré todos los días de mi vida, cada hora sin cansarme.

—Yo también lo haré —suspiró—. Ya cuelga antes de que esto se haga más imposible.

—Está bien.

Se quedaron en la línea unos minutos más, sin decir nada, y fue Taemin quien colgó. Dios, no sabía exactamente cómo se sentía. La felicidad de haber escuchado su voz, la tristeza de lo que le pasaba a su madre, la angustia de no haberle dicho que estaba esperando un hijo suyo y el miedo por la idea de que no volviera a llamar lo estaba matando.

Dándose unos minutos más para recomponerse, se quedó sentado viendo el teléfono. Después, se puso en pie y giró, encontrándose con las miradas curiosas de sus amigos.

—¿Qué? —Preguntó, frunciendo el ceño.

Rápidamente, todos tuvieron algo que hacer. Taeyeon hurgó con falso interés dentro de una pequeña bolsa de la compra que había hecho su marido, Key miró a Jonghyun y éste a él, como si estuvieran teniendo una charla mentalmente. El único que se quedó justo como estaba, había sido Jinki, quien, evidentemente, no entendía lo que pasaba.

Taemin se echó a reír con restos de lágrimas en los ojos.

—Está todo bien, de verdad. Pueden dejar de fingir, pero no pregunten nada más, ¿de acuerdo? —El grupo asintió y él avanzó lentamente hacia la cocina mientras asimilaba lo que había sucedido. Abrió el refrigerador y sacó un poco de jugo de naranja. —Iré a dormir un poco, me siento cansado —dijo en cuanto salió y se encontró con las miradas interrogantes de todos—. Taeyeon y Jinki, están en su casa, ¿de acuerdo? Y disculpen que sea tan grosero, pero en verdad, estoy cansado.

—No te preocupes, Taem, nosotros ya nos íbamos, ¿verdad, amor? —Taeyeon codeó a su marido delicadamente.

—¿Eh? —Jinki arrugó el gesto en señal de no entender, y antes de que pudiera decir algo, Taeyeon lo agarró de los hombros y lo guió hacia la puerta mientras decía—: dejaremos la despensa aquí, ¿está bien? Vendremos a visitarlos mañana.

Taemin volvió la mirada hacia la pareja que había quedado cuando la puerta principal se cerró.

—Bien, los dejo solos, supongo tienen muchas cosas que decirse… y no hablaré de las que tienen que hacer porque sólo pensarlo me causa escalofríos.

Jonghyun se echó a reír y caminó hacia a él.

—Maldito demonio.

Taemin soltó un grito al igual que Key cuando Jonghyun lo alzó y lo giró como si se tratara de un bastón. ¡Lo había puesto de cabeza! Mierda, las ganas de vomitar llegaron de ningún lado y, ansioso por soltarse y llegar al baño, comenzó a retorcerse. Oh, Dios mío, si seguía así, iba a vaciar todo en los zapatos del novio de su amigo.

—¡Jonghyun, bájalo! —Gritó Key.

Sin entender lo que ocurría y pensando que tal vez estaban bromeando, Jonghyun siguió riéndose y comenzó a sacudirlo.

—¿Por qué tanto alboroto? —Preguntó el mayor mientras paraba las sacudidas y lo giraba para que quedara horizontalmente.

—¡Estoy embarazado!

—¡Está embazado!

Gritaron Key y él al mismo tiempo.

Obviamente, Jonghyun tardó en reaccionar y, al contrario de lo que Taemin esperaba, Jonghyun lo colocó en el suelo con mucho cuidado, lo miró completamente sorprendido y la boca ligeramente abierta.

—¿Qué acaban de decir?

Taemin suspiró.

—Tengo trece semanas de embarazo —hizo un pausa—. Voy a tener un bebé de Minho.

Tras un momento de silencio, Jonghyun se puso pálido y comenzó a caminar de un lado a otro.

—¿Están jugando conmigo, no? —Cuando ambos negaron con la cabeza, Jonghyun se detuvo frente al sillón y se dejó caer. Puso los codos en las rodillas y ocultó la cabeza entre sus manos. —Mierda —murmuró.

Key se acercó a su novio lentamente y le puso la mano en la espalda. Después miró a Taemin, como pidiéndole permiso para explicarle las cosas.

Taemin asintió lentamente.

—Díselo, no hay problema, pero yo me retiro. No me siento nada bien.

Se dio cuenta que había dicho las palabras incorrectas cuando Jonghyun alzó el rostro con los ojos bien abiertos mientras Key se acercaba a él.

—¿Necesitas ir a un hospital?

—¿Qué tan mal?

Preguntaron Jonghyun y Key al mismo tiempo.

Taemin rodó los ojos y alejó de un manotazo a su amigo quien le había agarrado los hombros con las manos.

—Estoy bien, maldita sea. Basta, no me traten como si fuera una mujer —alzó la mano y gruñó al ver que sus amigos tenían la intención de protestar—. Me largo de aquí y los dejo con sus preocupaciones, no las necesito —se alejó hacia su habitación y, antes de que pudiera abrir la puerta y encerrarse, se dijo que estaba siendo muy injusto. Jonghyun y Key solo estaban preocupados por él y por el bebé.

Mierda.

Retrocedió tres pasos y los miró.

—Si necesito algo se los diré, lo prometo.

Y, sin esperar por una respuesta, se encerró en su habitación.

No se dio cuenta en qué momento se había dormido, pero cuando despertó había oscurecido. Se levantó poco a poco de la cama y se sorprendió al ver a Key sentado a un lado del colchón.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó, poniendo los pies en el suelo. —¿Ocurre algo malo?

Key negó con la cabeza.

—No, pero hay alguien afuera esperando por ti.

Taemin frunció el ceño y después el corazón comenzó a palpitar frenéticamente dentro de su pecho.

—¿Minho?

Pero antes de que su amigo pudiera responder, Taemin salió disparado del cuarto, abrió la puerta de golpe y se paró en seco cuando vio a un hombre mayor sentado en su sala. No podía verle el rostro porque estaba de espaldas, pero el aura de superioridad y el porte que tenía le dijeron de quién se trataba, antes de que pudiera verle la cara.

—¿Almirante? —Murmuró, titubeando sobre sus pasos.

El Almirante Choi Min Woo encontró su mirada y se puso de pie muy despacio. Lo observó por unos segundos, suspiró y después sonrió; pero la sonrisa no llegó hasta sus cansados ojos.

—Buenas noches —dijo él, su voz firme y ronca haciendo que Taemin se estremeciera—, me temo que no nos han presentado como se debe —continuó el mayor—, pero sé quién eres en la vida de mi hijo. Así que nos saltaremos esa parte y te pediré que vengas conmigo.

Sin estar seguro de lo que eso significaba, Taemin dio un paso hacia atrás. No quería ser grosero con el padre de Minho, pero aquello no le parecía buena idea. En el tiempo que llevaba de relación con Minho, éste no le había contado mucho sobre sus padres, así que no estaba seguro si era algo bueno que el Almirante Choi supiera el tipo de relación que sostenía con su hijo.

Taemin abrió la boca para responder con una negativa, pero antes de que pudiera hacerlo, Jonghyun irrumpió en la sala.

—Está bien, Taemin. El Almirante no te hará daño —deslizó la vista hacia el mayor. —Buenas noches, señor.

El Almirante lo miró y asintió y, después de un respiro, su semblante cambió a uno de completa calma.

—Lo siento, hijo. No quise ser grosero, te pido me disculpes.

¿Hijo?

Taemin se quedó muy sorprendido cuando el Almirante inclinó levemente la cabeza a modo de disculpa.

—No —suspiró, de pronto se sentía mareado por todo lo que había pasado y seguía pasando en el día—, no tiene por qué disculparse, señor. Soy yo el que debería de…

—Por favor, no. Escucha —el padre de Minho soltó un largo suspiro mientras se frotaba los ojos—, no tengo mucho tiempo, por eso me precipité al pedirte que vinieras conmigo.

De pronto, Taemin comprendió de lo que se trataba todo esto. Oh, por Dios, la madre de Minho.

—Está bien —se apresuró a responder—, voy con usted a donde sea que tenga que llevarme.

—Taemin… —giró la cabeza al notar el tono de preocupación en la voz de KiBum.

—Estará bien, Key.

—Si quieres —el Señor Choi se aclaró la garganta y miró de soslayo a Jonghyun—tus amigos pueden venir contigo si eso te tranquiliza.

Fue Key el que respondió.

—Sí, iremos.

—Key —lo reprendió Jonghyun—, esto no es asunto nuestro.

Después de que fulminara con la mirada a su novio, Key miró a Taemin.

—Taemin, puede que me necesites para esto.

Taemin lo pensó muy bien antes de comprender que Key tenía razón. No sabía muy bien adónde el Almirante se proponía llevarlo y para qué, pero si aquello era una oportunidad para ver a Minho y decirle lo que pasaba, era lógico que necesitara de su mejor amigo si las cosas salían mal. No quería estar solo si eso sucedía.

Un escalofrió le recorrió el cuerpo entero al pensarlo.

—Sí —suspiró—, me gustaría que mis amigos vinieran conmigo, si no le molesta, claro está.

El padre de Minho negó con la cabeza.

—Claro que no. Estaré esperando abajo, les sugiero lleven un poco de ropa, será una visita de más de un día.

Cuando el Almirante bajó, Jonghyun, Key y él se apresuraron en guardar un poco de ropa y no tardaron en seguirlo.

—¿Qué pasará con la universidad? —Preguntó Key una vez estuvieron dentro de un SUV color negro.

—Es lo que menos me importa ahora.

KiBum lo miró sorprendido.

—¿Qué? Pero…

—Por favor, Key —lo interrumpió él. —No quiero hablar de eso, no ahora.

Tenía demasiados pensamientos abrumadores en su cabeza. No podía razonar bien y el nudo que sentía en el estómago lo estaba matando. Joder, cada vez estaba más seguro de que se dirigían a la casa de Minho. Dios, lo iba a ver, pero las circunstancias en las que lo haría no lo dejaban emocionarse como lo había planeado.  

Tardaron alrededor de una hora en llegar a su destino. El SUV giró suavemente mientras se detenía frente a una enorme puerta de madera que se abrió lo más rápido posible para dejarlos pasar. Taemin se quedó impresionado por la elegancia de aquel lugar. Poco a poco se fueron abriendo paso por un inmenso jardín y, después de unos metros, se detuvieron frente a una casa enorme y de color blanco. Dios, si no hubiera sido por los bordes de color café, aquello habría parecido un hospital.

Para cuando bajó del carro, a Taemin le temblaban las piernas y sentía el estómago revuelto. Se detuvo al dar el primer paso y abrió los ojos de par en par al darse cuenta de algo. Aquello que lo había golpeado no habían sido las nauseas. No…

¡Había sido su hijo que se había movido dentro de él!





En la mansión siguiente a la de los Choi, un hombre lanzaba improperios a diestra y siniestra mientras lloraba y tiraba todo lo que hubiera en su camino. Sus sirvientes hacía rato que se habían ido, dejándolo solo como él lo había pedido. Lo que estaba a punto de hacer no necesitaba testigos o una mierda así. Aquello solo necesitaba saberse entre él y su compañero, con el que hacía ese tipo de atrocidades.

Con un último grito, arrancó el teléfono de la pared, lo tiró al piso y lo destrozó.

—¡Joder! —Gritó, frustrado y con la respiración acelerada. Sabía que estaba actuando como un maldito loco y ridículo, pero no le importaba. Él amaba tanto al hijo de los Choi que, cuando se enteró que éste tenía una pareja y, además, la madre moribunda le había ordenado a su marido llevarlo a su casa para que se encontrara nuevamente con su hijo, casi había perdido la razón. Porque aquello simplemente no podía ser. Minho era de él y de nadie más.

Se negaba a creer que Minho de verdad lo había olvidado y superado, se negaba a creer que ellos no acabarían juntos como lo había planeado todo este tiempo. Se suponía que Choi, en un futuro no muy lejano, se pondría de rodillas y le pediría matrimonio o una putada así. Pero sus planes no se habían llevado a cabo al pie de la letra, ¿cierto?

Ahora la maldita madre estaba con un pie en la tumba y, por si fuera poco, planeaba juntar a su hijo con alguien que ni siquiera conocía.

—¡Maldita vieja! —Gruñó, sintiendo la bilis subir por su garganta.

La odiaba, la odiaba tanto porque, por mucho que la había tratado, nunca había podido conseguir una buena actitud hacía con él de su parte. La madre de Minho siempre había levantado el labio superior, como si estuviera oliendo mierda, en cuanto lo veía. Y él nunca iba a entender por qué pero, a pesar de eso, la había respetado porque era la madre del hombre que amaba. Pero ahora, con lo que ella estaba planeando hacer, la detestaba. Choi Young Mi tenía que desaparecer del mapa al igual que el maldito imbécil llamado Lee Taemin.

—Vaya —giró la cabeza abruptamente al escuchar la voz profunda de Ok Taecyeon, quien sonrió en cuanto vio el mal estado en el que se encontraba—, ¿un mal día?

—Cállate —murmuró, caminando de forma tensa hacia su escritorio—, no te he llamado para que tengamos una charla común y corriente…

—Por supuesto —lo interrumpió él, recargándose en el marco de la puerta—, ¿y ahora qué ha pasado? ¿Quién es el pobre bastardo que te ha hecho enojar?

—No necesitas saber eso.

Taecyeon se echó a reír, poniendo una actitud de «sí, claro, ajá», después, se acercó a él, poniendo uno de sus brazos alrededor de su cuello, cabreándolo más.
—¿Sabías que después de que te revolcaste con Minho, cuando estaban borrachos, en esa fiesta de la playa, las cosas que has hecho, las has hecho por culpa de él?

Mientras su amigo le palmeaba fuertemente la espalda y se alejaba, él pensó que tenía razón. Todo lo que había hecho, después de aquella única y fantástica noche, había sido pensando en Choi Minho. Porque estaba en sus manos sacar la basura lejos del amor de su vida.

—Como te decía —continuó, ignorando la perorata de Taecyeon—, tengo un trabajo que hacer y necesito de tu ayuda.

Taecyeon lo miró entrecerrando los ojos y frunciendo el entrecejo. Estaba claro que había cambiado un poco la actitud de me-vale-verga-tu-vida.

—¿De cuánto estamos hablando?

Claro, como siempre, lo que lo movía era el dinero y no la amistad que tenían, pero bueno, dadas las circunstancias, a él no le importaba por qué razón lo ayudara.

—De lo que quieras, sabes que puedo permitirme pagar por tus servicios.

Taecyeon sonrió un poco, después asintió, como si estuviera hablando con su subconsciente y hubiera tomado una decisión.

—¿Cuándo?

Él suspiró y cerró los puños fuertemente. ¿Sería algo imposible de hacer después de que le dijera lo que tenía planeado?

—Hoy, en unas horas más.

Como lo esperó, Taecyeon soltó un bufido y lo miró fijamente, y era demasiado evidente que, con esa mirada, le estaba diciendo un montón de cosas, como: lameculos estúpido, ¿de verdad crees que es posible hacer eso sin siquiera haberlo planeado?

Bueno, si, a la chingada. Él sabía que Taecyeon tenía toda la razón del mudo, pero ahora no le podría importar menos, todo se había salido de control. Su informante dentro de la casa de Minho le había dicho lo que la señora Choi planeaba en cuanto se había enterado. Joder, mierda… puta mamá de Minho y sus ideas estúpidas. ¿Cómo madres se le había ocurrido llevar al novio en turno de su hijo a su casa? ¡Eso era simplemente inaceptable! Pero claro, las personas que estaban perdiendo poco a poco el conocimiento hacían eso y jodían la vida de los demás.

Girando sobre sus talones, se dirigió hacia la gran ventana con vista al jardín y miró más allá de los árboles, en dirección hacia la casa del amor de su vida.

—Te pagaré el doble, pero hazlo. Se llama Lee Taemin y su fotografía está sobre mi escritorio —no necesitó darse la vuelta para saber que Taecyeon se había movido para ver la foto—. El Almirante Choi se fue hace quince minutos —continuó —y estoy seguro que regresará con él —apretó la mandíbula al pensar en ese estúpido chiquillo brincando de felicidad en cuanto viera al padre del hombre de sus sueños—. Lo harás en cuanto estén dentro de la casa y él se quede solo, ¿me has entendido?

Giró nuevamente y descubrió que su amigo se había quedado embobado viendo el pedazo de papel.

—Oye… —Taecyeon alzó la mirada. —¿Me puedo quedar con él?

—¿Qué?

—¿Que si me puedo quedar con él? —Volvió la mirada hacia la fotografía y negó con la cabeza, sus ojos brillaban. —Es tan hermoso.

—¡Basta! —Espetó, señalándolo con un dedo. —¡No te quedarás con él! ¿Entendiste? Quiero al maldito cabrón muerto. ¡Muerto!

Tras haber terminado con su ataque de furia, Taecyeon lo miró completamente estoico. A su amigo no le gustaba recibir órdenes, y mucho menos si se las decía él, pero estaba tan enojado que, ahora mismo, eso le importaba una completa mierda.

—Está bien —murmuró Taecyeon, sorprendiéndolo mientras le sonreía—, se hará como tú quieras, Changmin.





Minho arrugó la frente cuando su madre miró el reloj por cuarta vez en esa noche y sonrió ampliamente, como si hubiera hecho una estupenda travesura. Él no entendía lo que le pasaba, pero mientras la viera así de feliz, no le importaba.

Tomó asiento en la cama, junto a ella, y le pasó un brazo por los hombros.

—¿Qué? —Preguntó, mientras sonreía. Era imposible no contagiarse de la felicidad que desprendía su madre—. ¿No vas a compartir con tu hijo lo que pasa por esa cabecita?

Ella lo miró con los ojos brillantes.

—Oh, no. No te adelantaré nada, pero pronto lo sabrás.

—Mamá…

—No insistas —lo interrumpió ella—, estoy tan emocionada que podría decirte las cosas antes de tiempo, pero no. Eso no va a ocurrir.

Minho suspiró mientras posaba la quijada en la coronilla de ella.

—Te amo mucho, mamá.

Los frágiles brazos de la mujer que más amaba en su vida le rodearon rápidamente el torso.

—Yo también, cariño. Te amo más que a mi propia vida.

Estuvieron así un momento antes de que el rugido del motor de la camioneta de su padre se hiciera oír. Su madre pegó un grito de emoción y se irguió de golpe. Minho gimió de dolor cuando la cabeza de ella golpeó fuertemente su mandíbula.

—Mier… —se detuvo antes de decir una palabrota—. Caray, mamá, casi me dejas sin dientes.

—Lo siento, mi vida —posó sus delgadas manos a cada lado de su rostro, mirándolo con preocupación—. ¿Estás bien?

—Sí —frunció el ceño—, ¿pero qué te pasa? ¿Por qué te emociona tanto que mi padre haya regresado?

—Oh —suspiró ella, juntando las manos frente a su pecho—, es que le he pedido que me trajera alg… —se detuvo, después lo miró entrecerrando los ojos—. Ve abajo, ya.

—¿Qué? ¿Pero…?

Su madre le dio un empujón.

—Corre y ve por lo que me trajo, quiero verlo cuanto antes.

—Mamá…

—Nada de mamá —le hizo un gesto con la mano, apresurándolo—. Anda, ve.

Con un gruñido de protesta, Minho dio media vuelta, recorrió el pasillo y bajó las escaleras. Iba murmurando estupideces cuando las voces provenientes de la entrada hicieron que alzara la cabeza.

Casi se resbala del escalón y tuvo que agarrarse del barandal para no caer.

¡Jesucristo! ¿Estaba teniendo visiones? Pero antes de que pudiera responderse a sí mismo esa cuestión, sus pies reaccionaron por sí solos, y cuando vino a darse cuenta, estaba corriendo en dirección a esa delgada figura que tanto había extrañado.

Cerró los ojos fuertemente, conteniendo las lágrimas y tragando saliva constantemente, tratando de encontrar la voz sin tener éxito. Respiró hondo y enterró la nariz en ese cabello precioso, deslizó los brazos por esa estrecha cintura y apretó fuerte. Por Dios, era él. Taemin estaba de nuevo entre sus brazos, en su casa.

—Minho…

¡Su voz! Oh, por Dios, cuanto había extrañado su voz.

—Te amo —susurró contra el oído de su pequeño—. Te amo. Oh, Jesús, te amo mucho, Taemin.

—Yo… Min… ah…

—¡No seas bestia! Suéltalo y deja que respire —El fuerte golpe que sintió en la cabeza le hizo abrir instantáneamente los ojos.

¿Qué coño?

—¿Key?—Preguntó, contrariado. ¿Qué hacía el rubio aquí? Deslizó la mirada hacia las demás siluetas junto a la puerta de su casa, y se sorprendió al ver a Jonghyun, a su padre y a tres personas de la servidumbre. Cada uno de ellos lo miraban fijamente y estaba claro que les sorprendía la manera en que se estaba comportando.

Soltó lentamente a Taemin, sin querer hacerlo en realidad, pero antes de perder por completo  el contacto con su cuerpo, Taemin lo sorprendió pegándose nuevamente a él.

—También te amo y te he extrañado tanto.

Sin siquiera dejarlo responder, Taemin tomó su rostro entre sus manos y lo besó.

Minho sintió los vellitos de su nuca erizarse ante el contacto. Sí, Dios, lo había extrañado tanto.

El beso terminó demasiado pronto para su gusto, pero se dio cuenta de que no era el momento para ponerse demasiado cariñoso. Su padre estaba frente a él y su madre estaba arriba, esperándolo.

—Ven —agarró a Taemin de la mano y comenzó a caminar hacia las escaleras—, hay alguien que quiere conocerte.

—Minho.

Pero él no escuchó las protestas del menor. Lo llevó por toda su casa y, cuando se detuvo y estuvieron frente a la puerta del cuarto de sus padres, se dio cuenta de que Taemin le apretaba fuertemente la mano.

—¿Qué pasa, amor?

Taemin negó con la cabeza.

—Estoy nervioso y me siento muy confundido.

—¿Confundido?

—Sí —respondió mientras asentía con la cabeza—, todo esto está pasando muy rápido. Ha sido un día muy emocionante y aún no puedo creer que esté aquí contigo —Taemin lo miró y Minho tuvo que morderse el labio para controlar la ola de emoción y pasión que lo recorrió. —Parece todo tan irreal.

Minho tuvo que reírse.

—¿Recuerdas que así es todo en nuestra relación? Todo sucedió de forma tan inesperada que sí, parece irreal. Excepto el amor que te tengo, ese sí es demasiado real.

Cuando Taemin lo miró con el amor desbordándose en sus ojos, Minho estuvo más que seguro de que quería que su amor perdurara por siempre. El solo pensar en una vida sin su Taemin hacía que quisiera morirse.

Sin poder resistirse, se inclinó para capturar aquellos deliciosos y carnosos labios. Esta vez, se tomó su tiempo para deleitarse con la suave textura de la boca de su pequeño. Cuando Taemin suspiró entre el beso, Minho aprovechó para entrelazar sus lenguas. Alzó la mano y lo agarró de la nuca para pegarlo más a él. Dios, sí, sentirlo de nuevo así era lo que más había necesitado en la vida.

—Te amo —susurró sobre los labios contrarios. Le dio un beso fugaz antes de separarse y erguirse para recuperar la compostura. —¿Listo?

Cuando Taemin asintió, Minho tocó suavemente la puerta de madera con los nudillos. Un suave «adelante» les llegó desde adentro.

—¿Mamá? —Preguntó él mientras asomaba la cabeza.

Su semblante se enterneció cuando encontró a su madre acomodándose el cabello.

—Oh, por Dios, pasen. No se queden ahí. —Los ojos de su madre se iluminaron en cuanto Taemin puso un pie dentro. —¿Taemin? —Preguntó ella, sus manos juntas y sus dedos entrelazados. Se notaba que estaba encantada con aquella visita. Que por lo visto, ella había planeado.

Taemin hizo una reverencia.

—Buenas noches, señora.

—Oh —ella hizo una mueca y los miró con los ojos entrecerrados—, no me digas así, hace que parezca una viejita.

Minho se rió y jaló a Taemin para que se acercara más.

—Mamá —murmuró, poniendo a Taemin frente a él—, te presento a Taemin. ¿Taemin? Esta es mi hermosa madre, la señora Choi Young Mi —hizo énfasis al decir «señora» solo para molestarla, y cuando ella lo fulminó con la mirada, supo que lo había logrado.

Minho rió mientras pasaba un brazo por la cintura de Taemin, sintiendo como el cuerpo de su pequeño se tensaba.

Su madre miró a Taemin casi con adoración.

—No sabes cuánto me alegra que estés aquí, querido —alargó la mano y Taemin rápidamente le dio la suya.

Minho frunció el ceño cuando le fue arrebato el cuerpo cálido de Taem de entre sus brazos.

—Oye, mamá, que es mío.

—Tú cállate y ve por algo de beber, tal vez Taemin tiene sed —ella lo miró mientras juntaba las cejas—, puedo apostar lo que quieras a que no le ofreciste nada en cuanto lo viste, ¿no es así?

—Mamá —gruñó él, más divertido que molesto. Por Dios, de verdad que las madres conocían demasiado bien a sus hijos.

—Nada de «mamá» —se burló ella—, ahora ve por un poco de agua.

Con un suspiro y mirando de soslayo a Taemin, Minho salió de la habitación, no sin antes percatarse de que su pequeño estaba muerto de nervios. De cierta manera, él lo comprendía, pero conocía demasiado bien a su mamá. Así que Taemin no corría ningún peligro estando a su lado. Al contrario, el que corría peligro era él. ¡Jesús! El solo pensar en lo que ella le diría a Taemin hacía que le dieran escalofríos. Solo esperaba que no se le ocurriera mostrarles las fotos de cuando era bebé, o contarle las vergüenzas que pasó durante su adolescencia.

Apresurando el paso, bajó las escaleras y se encontró a Jonghyun y a Key en la cocina.

—¡Minho! —Su mejor amigo corrió hacia él mientras terminaba de embutirse un hot dog en la boca. Le dio un abrazo de oso y le dio dos fuertes palmadas en la espalda.

Minho hizo una mueca de dolor. Vaya amigo cariñoso que tenía.

—¿Qué pasa? —Preguntó, alzando la mirada para encontrarse con la de Key. —Hola, Key.

—Hola —contestó el rubio, parecía desinteresado y preocupado a la vez.

—Perdón que no los recibiera como es debido pero…

—Déjate de tonterías —lo interrumpió Jonghyun—, te entiendo perfectamente bien —su amigo deformó la cara—Por cierto… eres un imbécil, ¿lo sabías?

Minho lo miró sin poder comprender a qué se refería mientras Key se apresuraba a ponerse a su lado.

—¿Por qué dices eso? —Preguntó, caminando hacia la alacena en busca de vasos.

Mientras los llenaba, Jonghyun se puso a su lado.

—¿Cómo está eso de Taemin?

Más confundido que antes, Minho detuvo lo que hacía y giró la cabeza para ver el gesto de indignación de su amigo.

—¿De qué estás hablando?

Jonghyun rodó los ojos.

—Ya sabes, el em…

Antes de que Jonghyun pudiera terminar, Key le tapó la boca con la mano.

—No se refiere a nada —respondió, mientras jalaba a su amigo—. Será mejor que te apresures con eso, yo llevaré a mi novio por ahí para darle lo que se merece.

—Pero… —Minho se quedó solo en un santiamén.

¿Qué ocurría con el par?

Encogiéndose de hombros, terminó de llenar los vasos con agua, los puso en una bandeja y se apresuró a regresar a la habitación de su madre.

La primera cosa que le dijo que algo iba mal, cuando caminaba por el pasillo, fue la puerta abierta y el silencio reinante del cuarto. No supo en donde dejó lo que traía en las manos, pero cuando se apresuro para llegar hasta la entrada, iba completamente ligero de todo. Y, como buen marino entrenado, se acercó sigilosamente y asomó la cabeza… La sangre lo abandonó de golpe, y casi se cayó de la impresión.

Taemin y su madre habían desaparecido de la habitación, y Minho supo que no era ninguna broma porque en el cuarto había rastros de lucha: la cama revuelta, una lámpara rota, almohadas en el suelo y, en la lejanía de una esquina, un papel con su nombre escrito en rojo y grande.

Minho recurrió a su entrenamiento y entró en modo robot: nada de sentimientos, lágrimas y demás. No iba a permitir que la angustia y desesperación entraran en su sistema.

Se acercó lentamente al papel, apretando la mandíbula y los puños. Cada paso pesaba más y, cuando se inclinó y recogió la nota que habían dejado los que se habían llevado a los seres que más amaba en esta vida, el mundo pareció darle vueltas y más vueltas.

Su nombre no estaba escrito con tinta roja, estaba escrito con sangre. Sangre que podía ser de su madre o de Taemin.
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Mensaje por JaneMin Lun Jul 15, 2013 12:25 am

LA PODEROSA DE MI! TIENE EL PRIMER POST DE NUEVO ♥


OWW Eonni esta historia esta interesante ;3 y también esta historia esta dejándome sin uñas por la emoción y la intriga... Oww la llamada fue toda intensa y hermosa, en una relación tiene que existir la comprensión y la confianza y esta pareja es obvio que la tiene ;3
valla manera en la que se entero Jong de que Minnie esta embarazado JAJA la verdad me dio risa JAJA' es que me lo imagine con una carita de perrito de las que suele poner y me empecé a reír xD, creo que a Taemin le afecta mucho eso del embarazo es SUPER BIPOLAR -.-
el padre y madre de Minho son un AMOR ♥ son grandes personas por aceptar la sexualidad de su hijo y por aceptar a Taemin tal y como es ♥♥♥ YA LOS AMOOO ;3... La reacción de Minho al ver a Taemin Kyyyaaa me lo imagine saltando, bailando y llorando JAJA'
Changmin D; y Taecyon los malos siempre pierden así que esta no será la excepción -.- yo se que Minho logrará encontrarlos cueste lo que cueste

Estaré esperando conti ;3


Última edición por MinhoO el Mar Jul 16, 2013 4:05 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Damsanm Lun Jul 15, 2013 9:03 pm

wuuuuuuuaaaaaaa ol a
no me dejes asi---.... kyaa................ que pasara.....minho reuperas a ambos :)
saludos
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Mensaje por Bithae Vie Ago 02, 2013 8:18 pm

¡GRACIAS A LAS DOS POR DEJARME SUS COMENTARIOS! LAS AMO :C




De regreso a la mansión de los Choi, Key pensaba en lo imposible de la situación a la que se estaban enfrentando. Aún no podía creer que su mejor amigo estuviera desaparecido, pero la realidad lo golpeaba duro cada vez que alzaba la mirada y se encontraba con el equipo de trabajo de su novio.

KiBum nunca creyó que algún día pudiera ver de cerca lo que Jonghyun hacía cuando no estaba en casa. Era admirable la manera en que todos esos hombres se ponían de acuerdo y corrían de aquí para allá, recogiendo pistas y ladrando órdenes. Eran tipos grandes, fuertes y astutos.

Las lágrimas cayeron de sus ojos al acordarse nuevamente de Taemin y de la madre de Minho. No podía soportar las imágenes que se creaban en su cabeza al pensar en ellos siendo torturados o algo peor. Dios, tenían que encontrarlos rápido.

Agarrando un nuevo kleenex de la caja que tenía junto a él, miró a Jonghyun y, cuando este volteó y centró sus ojos los suyos, Key le rogó con la mirada que encontrara alguna solución para traer de vuelta a su amigo. Porque Jonghyun sabía lo del embarazo de Taemin, sabía lo peligroso de la situación y era el único con el que se podía desahogar realmente.

Pasaron varios segundos mirándose, antes de que el padre de Minho diera un golpe fuerte al enorme escritorio de madera. Key dio un respingo y desvió la mirada, el Señor Min Woo estaba enojado, muy, muy enojado.

—¡Voy a matar al cabrón que se atrevió a secuestrar a mi mujer, y por Dios que lo voy a disfrutar!

Todos los que estaban en la sala asintieron y gruñeron en respuesta, como si aquella escalofriante confesión fuera tan natural como decir que iban matar a un pez. Pero a pesar de eso, Key lo entendía porque él mismo tenía tantas ganas de dañar al que se había llevado a su mejor amigo.

El almirante comenzó de nuevo a dar órdenes a sus hombres. Key no se dio cuenta que Jonghyun había empezado a alejarse del grupo para acercarse a él hasta que lo tuvo a su lado.

—Te ves muy pálido, amor. Tal vez será mejor que vayas a comer algo y descansar un poco. No tiene caso que estés aquí.

Key había empezado a negar con la cabeza antes de que terminara de escuchar lo que su novio le decía.

—No, me quiero quedar aquí hasta que Taemin aparezca.

Jonghyun se acuclilló frente a él y agarró su cara con ambas manos.

—Por favor, Key, come.

—No —refutó él. La sola idea de probar algo hacía que su estómago se contrajera. No podría comer sabiendo que Taemin y la madre de Minho estaban desamparados en manos de esos malnacidos. —El tiempo se acaba y no sabemos en dónde están, Jonghyun, no puedo ser tan egoísta y mantenerme bien cuando Taemin está allá afuera. Simplemente no puedo

—Bebé —gruñó Jonghyun—, no quería decírtelo porque esto es un asunto del que normalmente no podría hablarte, pero dado que sabes todo lo que ocurre y confío en ti, no veo el caso de mantenerlo en secreto.

Key parpadeó constantemente antes de poder encontrar su voz.

—¿Qué es? ¿Son buenas noticias?

Jonghyun inclinó la cabeza y asintió levemente.

—Ven conmigo, no puedo decírtelo aquí.

Sin protestar esta vez, Key se dejó guiar por Jonghyun hasta la cocina. Su estómago lo traicionó al gruñir cuando el olor de la comida entró por su nariz. Mierda, intentó hacer como si nada hubiera pasado y aclaró su garganta tomando asiento en uno de los bancos altos. Jonghyun se sentó al lado de él y le tomó la mano.

—Escuché eso y me molesta que no quieras comer.

Key suspiró y se inclinó para darle un beso en la mejilla.

—Solo olvídalo por un momento y dime qué es lo que está pasando.

—¿Me prometes que comerás después? —Entrecerrando los ojos, Key le apretó la mano y asintió. Jonghyun suspiró y lo miró a los ojos. —Sabemos en donde están.

—¿Qué? —Key saltó de su asiento y empezó a llorar. No sabía ni por qué jodidos lo hacía, pero eso era lo mejor que había escuchado en el día. —¿Cómo?

—Bueno —Jonghyun se levantó y acunó su mejilla—, tal parece que ésta no es la primera vez que secuestran a la madre de Minho.

—¿Cómo dices?

—Mira, te lo explicaré brevemente. La mamá de Minho es la hija de un hombre muy importante, ya sabes, alguien metido en la política…

Key levantó la mano para hacer que parara.

—Sí, sí, entiendo que esa clase de personas siempre están en peligro, pero ve al punto.

—Ok, el punto es que, desde que la secuestraron, su padre al igual que el almirante Min Woo, la convencieron de tener siempre con ella un localizador…

—¡Oh por Dios! ¿Y qué esperan para irse? Jonghyun, sabes que Taemin está…

Jonghyun se movió tan rápido, que Key apenas y tuvo tiempo para parpadear. Era la primera vez, en esa noche, que sentía la boca de su novio hacer contacto con la suya. Estaba a punto de separar los labios para corresponder al beso, cuando un golpe en la entrada de la cocina se lo impidió.

—Lamento interrumpir —dijo una profunda voz que Key no reconoció—, pero tenemos que irnos y necesitamos que seas nuestros ojos, Jonghyun. Si el objetivo se mueve, nos avisas, ¿de acuerdo?

—Entendido.

Key estaba demasiado aturdido como para saber quien había sido el hombre que se había asomado. Estaba ocupado procesando las acciones de su novio y la información que acababa de recibir.

—Perdón —murmuró Jonghyun una vez estuvieron solos—, pero tenía que hacerte guardar silencio —se llevó una mano a la nuca y bajó la mirada al piso—. Se hubiera visto muy sospechoso si te cubría la boca con mi palma, ¿no lo crees?

—Sí —convino KiBum, impresionado porque su novio hubiera escuchado al marino acercarse a ellos. Diablos, siempre olvidaba el hecho de que todos esos hombres estaban entrenados para ser más silenciosos que un gato, incluyendo a Jonghyun—, por un momento había olvidado que no estábamos solos.

Jonghyun le sonrió.

—¿Vienes? —Preguntó, agarrándole la mano.

—¿Eh?

—Me voy a quedar a vigilar el computador e informar si mueven a la madre de Minho.

Key asintió, pero luego frunció el ceño.

—Espera un momento, ¿por qué no estás yendo con ellos?

—Bueno… —el mayor titubeó y, tras escuchar la voz de Minho llamándolo a gritos, dijo—: te lo explico después, ahora necesito estar en mi lugar.

Con un suspiro entrecortado, Key siguió a su novio con un mal sabor de boca. ¿Había algo que Jonghyun no le había dicho todavía? Dios, solo esperaba que nada de eso fuera algo grave.




Cuando Taemin abrió los ojos, sintió el cuerpo pesado y cansado. Le dolía el muslo derecho, el brazo y la espalda. No estaba muy seguro sobre el lugar donde se encontraba, pero seguro como la mierda que no estaba en su casa, o en la casa de Minho, ya que estamos.

Al recordar eso, se irguió de golpe, solo para darse cuenta que tenía las manos y tobillos atados. Estaba sentado en una silla, todo a su alrededor era suciedad y oscuridad. Su cerebro no podía procesar nada de lo que había pasado, hasta que un quejido femenino se escuchó cerca de él.

Giró rápidamente el rostro y su corazón latió desbocado cuando se dio cuenta de que, la mujer que estaba amarrada igual que él a una silla, era la madre de Minho. Entonces recordó todo, el hombre corpulento entrando por la ventana, disparándole tranquilizante a la señora Choi, él corriendo hacia la puerta en un intento de buscar ayuda; pero antes de que pudiera cruzar y gritar, un gran brazo lo agarró de la cintura y una mano le apretó la boca. Taemin pataleó y escuchó al hombre soltar una maldición cuando le golpeó en la espinilla. Sintió un piquete en el brazo y, segundos después, su cuerpo se había relajado. Tenía el leve recuerdo de ser trasladado por el pasillo, y al final, nada; pura oscuridad.

Cuando ella volvió a emitir ese angustiante sonido, Taemin luchó inconscientemente, decidido a llegar a su lado, pero no pudo hacer mucho. Hizo un gesto de dolor cuando la soga que tenía alrededor de las muñecas mordió su piel. Le fue imposible acercarse, así que optó por hablarle.

—¿Señora Choi? —Murmuró, consiguiendo algo parecido a un graznido. Lo intentó de nuevo, y esta vez, ella levantó la cabeza y lo miró.

En el rostro de la madre de Minho había angustia y rabia a la vez, una vena le resaltaba en la frente y tenía la respiración acelerada. Taemin no estaba seguro si el asunto de aquella expresión era por culpa de él o por lo que estaba pasando. Ya que, llegados a este punto, era obvio que los habían secuestrado. Lo cual significaba que, como mínimo, debería de estar asustado o una mierda así, pero lo único que sentía era preocupación, preocupación por el bebé que llevaba dentro y la madre de su amado, quien estaba enferma y tremendamente enojada.

¿Qué planeaban hacer con ellos? La sola idea de que pudiera perder al bebé por culpa de estos salvajes lo dejaba sin aliento. Lo cual era raro, porque cuando se enteró de que estaba embarazado, no quería ni siquiera pensar en eso, pero ahora era completamente diferente. Quería a este hijo con todas sus fuerzas que lucharía con todo lo que tenía para mantenerlo a salvo.

—¿Taemin? —La voz suave de la mayor lo sacó de sus pensamientos. —¿Estás bien, querido?

—Creo que tengo un corte en la pierna —gimió—, pero estoy bien, ¿y usted?

Ella ladeó la cabeza y contuvo las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos.

—Digamos que estoy.

Justo cuando iba a abrir la boca para intentar decirle unas palabras de aliento, una puerta metálica se abrió haciendo un gran estruendo y poniéndole la piel de gallina. Ellos habían llegado y probablemente planeaban matarlos. Pero lo único que Taemin se preguntaba, hasta ese punto, era quiénes eran esos tipos y por qué estaban haciendo esto.

La silueta que se posó frente a él era la de un hombre grande, el mismo que había entrado por la ventana y los había atacado. Taemin de pronto sintió nauseas y acudió a todas sus fuerzas para no vaciar todo sobre las botas de combate del desconocido.

Una risa ronca y fea le hizo alzar la cabeza. Los ojos crueles con los que se encontró eran los de un hombre joven y despiadado. Era alto y moreno, a pesar de que, evidentemente, era coreano. Tenía las orejas grandes y sobresalientes y, al igual que Minho y su padre, tenía un aura de pura superioridad. Aunque la de este desconocido estaba combinada con una de pura maldad.

Taemin tragó saliva fuertemente y esperó por un golpe en el abdomen, una bala entre los ojos o una poderosa cachetada, pero nada de eso llegó. De hecho, el hombre se tomó su tiempo para mirarlo con los párpados entrecerrados. Y, después de lo que pareció una eternidad, el tipo habló.

—Eres más hermoso y tentador en persona, ¿lo sabías?

Las palabras fueron acompañadas por una escalofriante sonrisa. Aquellas mejillas se estiraron revelando unos hoyuelos y una dentadura imperfecta y prominente. Del tipo que te hacía querer voltear a otro lado para no poner cara de idiota cuando te llamaba la atención algo fuera de lugar. Pero Taemin no pudo apartar la mirada, estaba demasiado ocupado fijándose en el rostro desalmado de su captor.

—¡Déjalo en paz!

Taemin se tensó cuando la señora Choi soltó un grito prepotente. El hombre desvió su atención a ella y, cuando la vio, su sonrisa desapareció. Ahora su mandíbula estaba tensa y sus ojos tan fríos como témpanos.

—Casi me había olvidado de usted, madame.

Ella le escupió, haciendo que Taemin respingara por aquella acción inesperada, y se encogiera cuando el hombre cerró los ojos y los puños por el escupitajo que le había caído en la cara. No, ahora, esto simplemente no pintaba nada bien. En un intento por hacer que él no hiciera alguna abominación, tosió y se las arregló para hacer sus ojos vidriosos.

—Por favor —murmuró—, desátame.

El hombre lo observó, después se limpió la cara de un manotazo, fulminó con la mirada por última vez a la madre de Minho y se acercó él.

—Sabes que no puedo hacer eso —le contestó, inclinándose y pegando la nariz a la suya.

Taemin luchó por no apartarse y por no deformar la cara en señal de asco. Tenía que aguantar si quería que toda la atención de su captor fuera para él. No quería por nada del mundo que le hiciera daño a la madre de Minho, y rogaba porque ella permaneciera callada.

—Por favor, necesito ir al baño —lo cual era en parte verdad. Tenía tantas ganas de devolver la comida.

Él pareció pensárselo, pero antes de que pudiera responder, la puerta volvió a resonar.

Taemin nunca hubiera estado preparado para lo que pasó después. Fue consciente del dolor en sus oídos cuando escuchó el fuerte disparo de un arma. Cerró los ojos cuando le cayó algo líquido y caliente en la cara antes de que un flácido y pesado cuerpo cayera encima de él.

La madre de Minho gritó y él lo único que pudo hacer fue tratar de respirar. Se negaba a abrir los ojos y ver el cuerpo de su secuestrador resbalando por sus piernas. Las lágrimas rápidamente empaparon su cara y un brillo de esperanza brotó en su pecho.

¿Habían venido a rescatarlos?

Sacudió frenéticamente todo su cuerpo, haciendo que el peso sobre sus muslos resbalara más rápido. Empezaba a sentir la tela de sus jeans empaparse y estaba seguro de que el líquido era sangre.

Cuando el cuerpo cayó, Taemin fue capaz de abrir un poco los párpados. Soltó un sollozo al ver una silueta acercándose hacia él.

—Era un imbécil. Planeaba traicionarme y sacarte de aquí. Ahora por su culpa, me vi en la penosa necesidad de meter a otras personas para realizar este trabajo.

La esperanza se esfumó al escuchar aquellas palabras. El estómago se le apretó en un puño y esta vez no fue capaz de detener las nauseas. Taemin vomitó al lado contrario del cuerpo inerte junto a él. Olvidando todo por un momento y llorando hasta el cansancio. Cerró los ojos con fuerza, deseando desesperadamente que todo lo que estaba pasando fuera una jodida pesadilla.

Cuando se irguió, limpió las comisuras de su boca en sus hombros. Abrió los ojos e inhaló varias veces y profundamente por la boca. El hombre aún seguía entre las sombras, pero en el mismo minuto en que Taemin se recuperó, él dio un paso hacia la luz.

La señora Choi gimió, y Taemin volvió la mirada para ver su boca y ojos completamente abiertos por la sorpresa.  ¿Qué pasaba? ¿Por qué había reaccionado así cuando él dejó ver su rostro?

—Tú —murmuró ella, casi sin aliento.

Taemin giró el cabeza y miró al desconocido. Era alto y delgado, cabello castaño y lo suficientemente largo como para cubrir sus orejas, sus cejas eran pobladas, tenía ojos crueles y una nariz pequeña. Su labio inferior era ligeramente más grueso que el superior y los tenía resecos.

—Sí, soy yo —contestó el hombre, avanzando lentamente hacia ellos. Se dirigió a Taemin y cuando estuvo frente a él, su labio superior se deformó en una mueca de asco y rencor.

Taemin no lo vio venir y jadeó cuando su agresor le golpeó fuertemente en el pómulo izquierdo utilizando el arma con el que había matado al otro tipo.

—No sabes las inmensas ganas que tengo de matarte —dijo el hombre, con los dientes apretados.

—¡Déjalo, no lo toques! —El mundo giró a su alrededor por breves momentos, sentía el área en donde había sido golpeado empezar a palpitarle. Taemin se enderezó despacio para escuchar a la señora Choi comenzar a discutir con el hombre. —¡Pagarás caro lo que has hecho, Changmin! Lo pagarás muy caro porque mi marido y mi hijo nos van a rescatar y van a matarte, ¿me has entendido? Te morirás con una bala entre los ojos, maldito desgraciado.

Changmin se rió y negó con la cabeza mientras chasqueaba la lengua repetidamente.

—Está usted completamente equivocada, señora. ¿Sabe por qué? —Sin esperar por una respuesta, él continuó hablando mientras giraba y pateaba el cuerpo de su antiguo compañero. —Iré a ver a Minho, le diré que sé en donde está usted porque, mientras me dirigía hacía su casa, vi cómo era sacada de ahí por un desconocido. Le diré que, en cuanto supe la ubicación en la que su agresor la había llevado, regresé directamente para informarle. Minho estará tan agradecido conmigo que empezará a mirarme de diferente manera —Changmin miró a Taemin y después a ella con los ojos brillando de felicidad y sonriendo de oreja a oreja. Después, se puso completamente serio y falsamente triste—. Claro que, cuando él la encuentre, usted estará muerta y el cuerpo de esta puta habrá desaparecido —señaló a Taemin con el dedo—. Pero por el momento los necesito con vida. Aún es muy pronto como para ir y darle las buenas noticias a su hijo.

El hombre empezó a retroceder, pero antes de que alcanzara la puerta, miró por última vez a Taemin y le apuntó con el arma.

—Minho es mío, y haberte acercado a él fue el peor y último error que cometiste en tu miserable vida, ¿me has entendido? Él nunca fue tuyo, nunca lo será y yo me voy a encargar de eso. Espero que te pudras en el infierno y te retuerzas de dolor al ver lo feliz que será conmigo.

Y cerrando la puerta con un fuerte golpe, el hombre se fue.

—¡Estás muy equivocado, Changmin!, ¿me has escuchado? ¡Ellos ya vienen por nosotros y no hay nada que puedas hacer al respecto! ¡Te van a patear ese seco trasero que tienes!

Después de medio escuchar los gritos de la señora Choi, Taemin no podía hacer otra cosa más que parpadear y pensar. ¿Así que todo esto era por eso? ¿Ese hombre estaba loco y pensaba matarlos para estar con Minho? La terrible realidad lo golpeó. Oh, por Dios, ¡él iba a morir si no hacía algo!

—¡No quiero morir! —Gritó, incapaz de detenerse. —Yo quiero ver a mi hijo —sollozó—. Quiero verlo nacer, crecer y ser feliz. No quiero morir sin haber visto eso, no quiero. ¡Me niego!

Soltando un último lamento, inclinó la cabeza. Sentía que las fuerzas se le iban con solo pensar que, para cuando Minho llegara aquí, él estaría tres metros bajo tierra en un lugar lejano, uno en donde nadie pudiera ser capaz de encontrarlo.

—¿Qué has dicho? —Taemin se sacudió por el susto.

¡Mierda! Había olvidado que la madre de Minho estaba escuchando.

Tragando saliva y agarrando valor, la enfrentó. Ella lo miraba con el terror y la confusión impregnados en los ojos. Joder, ¿ahora como iba a explicarle que estaba esperando un hijo de su hijo?

—Sé que es algo muy imposible, pero la verdad es que yo… —suspiró. Bien, no iba a conseguir nada dándole vueltas al asunto, así que optó por decir la verdad sin rodeos—. Estoy embarazado.

La señora Choi contuvo la respiración. Su cara de incredulidad era muy obvia. Taemin esperó por una respuesta, una carcajada, o lo que fuera pero, al ver que nada sucedía, decidió continuar con la explicación.

—Yo empecé con los síntomas comunes. No le tomé importancia por obvias razones. Digo, ¿qué hombre en la tierra se puede embarazar? En fin, preferí ignorar todo eso, pero cuando Key, mi mejor amigo, vio que me desmayé, no lo dejó pasar y me llevó al hospital —suspiró—. Fue ahí en donde me dijeron que estaba embarazado, que tenía once semanas… ahora trece.

Sin conseguir una respuesta todavía, Taemin se sintió mal. ¿Ahora la madre de su novio creía que estaba loco? Dios…

—¿O sea que voy a ser abuela?

—¿Eh?

—¿Mi hijo lo sabe?

—No… ¿qué…?

Ok, ahora el estupefacto era él. Había imaginado todo tipo de respuestas, pero una como aquella, no.

—Taemin, querido —dijo ella, pero antes de que pudiera terminar la oración, dos sujetos armados hasta los dientes entraron por la puerta.

Taemin se quedó helado cuando uno de ellos se acercó a él y lo miró de los pies a la cabeza. Una lenta y cruel sonrisa se posó en su cara antes de girar hacia su compañero.

—Changmin dijo que podíamos jugar con él, ¿cierto? —El otro hombre soltó un gruñido a modo de respuesta. —¡Maldición! —Continuó el tipo parado frente a él. —Que suerte tengo últimamente —murmuró, acariciando con un dedo su mejilla magullada. Taemin se encogió de dolor—, me pagan por hacer algo extremadamente fácil, y encima, puedo follar hasta cansarme.

—¡No! —Taemin gritó de terror cuando vio al hombre empezar a desabrocharse los pantalones.

—¡No lo toques, maldito miserable! ¡Aléjate de él!

—¡Llévate a la vieja! —Ladró el tipo. —No quiero que me esté jodiendo con sus gritos mientras me encargo del chico.

Iba a morir, Taemin ahora estaba seguro de eso, pero también había descubierto que sufriría en el proceso.

Dios, no permitas que le pase nada a mi hijo, pensó, mientras lloraba y sentía las grandes y asquerosas manos ajenas agarrar su cuerpo. Se echó hacia atrás tanto como pudo, tratando de alejarse de los agresivos toques.

Jadeó cuando fue liberado y alzado de la silla.

—Voy a disfrutar cada minuto que esté enterrado en tu dulce culo —murmuró el hombre mientras caminaba con él sobre su hombro.

Taemin se retorció al sentir una gran palma acariciar su trasero. Apenas y tuvo tiempo de protestar cuando fue tirado encima del frío material de una mesa, gritó y escuchó a la madre de Minho gritar su nombre en respuesta. Taemin imploró en silencio y sollozó cuando fue despojado de sus pantalones. Empezó a patalear y, cuando el delincuente que lo retenía lo tomó de los brazos y acercó el rostro al suyo, Taemin aprovechó para darle un golpe en la cara con la cabeza.

El hombre gimió y lo fulminó con una fría mirada.

—¡Hijo de puta! —Gruñó, mientras se sostenía la nariz. —Pagarás por esto, tenlo por seguro. No seré suave.

—¡NO!

Impulsando sus piernas, pateó duro y rápido a lo que sea que estuviera cerca, haciendo que su atacante soltara varias maldiciones.

—¡Ya me harté de ti, maldita puta!

La gran y tosca palma morena del cruel hombre se impactó fuerte y rápido en su cara. Taemin jadeó y escupió sangre, parpadeó un par de veces antes de que sintiera otro golpe, pero esta vez, fue un enorme puño el que lo alcanzó.

—Por favor… no —murmuró, mientras veía una inhumana sonrisa antes de que su mundo se volviera de color negro.





Mientras iba a toda velocidad por el camino, Minho rezaba porque llegaran a tiempo al maldito edificio en donde tenían a las personas más importantes en su vida. Se sentía enfermo al imaginar a su madre y a Taemin lastimados.

No dudaba de la capacidad que tenían su equipo y él para salvar personas, pero esto era completamente diferente. Había sentimientos de por medio, y si no se tranquilizaba y actuaba de forma profesional, corría el riesgo de echar a perder la misión.

Joder, le dolió la cabeza al pensar en eso.

No, aquello no podía pasar. Tenía que sacar a su madre y a Taemin con vida de ahí.

Apretó el volante mientras pisaba más el acelerador. Estaba tan enojado y angustiado por llegar que casi no sintió el apretón en su antebrazo. Giró la cabeza por unos segundos para ver a su padre. Minho asintió y volvió la mirada hacia el camino. El almirante no necesitaba hablar con él para hacerle entender que, si no se calmaba, lo iba a dejar fuera de la misión.

—Adelante, Jonghyun, ¿siguen ahí? —Preguntó por radio, intentando mantener su temperamento abajo.

—Afirmativo, no se han movido.

Sin decir nada más, le tomó quince malditos minutos llegar a su destino. Apagó las luces del SUV y estacionó tratando de no hacer mucho ruido. Su cuerpo le pedía a gritos salir del auto y matar a las personas que se habían llevado a su familia, pero se contuvo y esperó las órdenes de su padre.

—Muy bien —dijo el mayor—. El infrarrojo me muestra siete señales de calor, una pertenece a mi mujer y la otra a Taemin —el almirante alzó la vista hacia él—. Dame el plano del edificio y vamos afuera.

Minho sacó una linterna y lo que le pedía rápidamente, mientras salía de la camioneta. Le dio el plano a su padre y alumbró cuando el mayor lo desenrolló para ponerlo sobre el cofre.

—Necesito a Joon y a Changsun en el edificio de enfrente. Si alguno de esos malditos sale queriendo escapar, necesito que disparen a matar, ¿entendido?

El equipo francotirador-observador asintió antes de girar sobre sus talones e ir por sus armas.

—Bien —continuó su padre—, Junki y Jong Suk, ustedes entrarán conmigo por aquí —señaló una parte del plano—. Minho y Soo Hyun, encárguense de entrar por enfrente. ¿Jae Wook? —El almirante miró al último hombre que faltaba por ser mencionado.

—¿Sí, señor?

—Quédate listo para salir como alma que lleva el diablo de aquí en cuanto tengamos a los objetivos asegurados, ¿entendido?

—¡Sí, señor!

Su padre se tocó la oreja.

—¿Joon, Changsun, están en posición?

Todos escucharon la respuesta a través de sus auriculares.

—Sí, señor.

—¿Señor? —Dijo Jonghyun a continuación.

—¿Sí?

—Tenemos movimiento, señor.

A Minho no le gustó la reacción que tuvo su padre cuando miró la pantalla de la tablet que tenía en las manos.

—¡Que todo mundo tome posiciones ahora! —Ladró. —Estén atentos a mi señal, entraremos ya.

Cada uno de sus compañeros se movió con sigilo y seguridad. A Minho le tomó unos minutos empezar moverse. Respiró profundamente dos veces y después avanzó según las órdenes que había recibido.

Cuando estuvo en posición junto a Soo Hyun, informó a todos por el auricular.

—Estamos listos.

—Los sacaremos de ahí, hermano —murmuró su compañero.

Minho asintió bruscamente con la cabeza para que supiera que lo había escuchado.

—Procedan según mis órdenes —Minho se tensó y apretó la mandíbula al escuchar la voz de su padre—, aseguren los objetivos y regresen a casa sanos y salvos.

En cuanto Soo Hyun le apretó el hombro, entraron en el edificio abandonado. Tenía la adrenalina al cien cuando empezó a escuchar los gritos de Taemin y su madre. La sangre abandonó su cara y casi se le doblan las rodillas. Mierda, no era momento para esto, se dijo así mismo.

Apresuró el paso y se detuvo frente a una puerta de metal. Podía escuchar que los gritos provenían de ahí. Soo Hyun le volvió a tocar el hombro para hacerle saber que estaba detrás de él y le cubriría las espaldas. Minho no lo pensó dos veces y entró. Pudo ver perfectamente la habitación gracias a la visión nocturna que traía y, en cuanto divisó a dos figuras sobre una mesa, su sangre hirvió y lo vio todo rojo.

Avanzó y gruñó al ver la escena. Taemin estaba inconsciente, desnudo de la cintura para abajo y restos de sangre en la cara. El hombre que estaba frente a él, evidentemente estaba demasiado ocupado bajándose la ropa interior como para notar que ellos habían entrado. Minho gritó de cólera al ver como se preparaba para hacerle daño a su novio. Y eso fue suficiente para que el tipo se girara e intentara agarrar su arma, pero fue muy lento. Minho le apuntó directamente a la entrepierna y disparó.

El hombre aulló de dolor y cayó al suelo mientras rápidamente se formaba un charco de sangre a su alrededor. Estaba tan deseoso de cortar en pedacitos a ese cabrón hijo de puta por haberle hecho daño al amor de su vida, pero se limitó a acercarse y verlo directamente a los ojos.

—¿Duele? —Murmuró, apoyando su gran bota en los testículos destrozados. El hombre gritó, mientras lloraba. Minho hizo una mueca de desprecio y se alejó, yendo hacia Taemin. —Bebé —suspiró, viendo a su novio de los pies a la cabeza.

Parpadeó varias veces para contener las lágrimas al ver el estado de su cuerpo. Estaba pálido, tenía un corte grande en el muslo derecho, la mejilla izquierda lastimada, sangre y lágrimas en la cara…

Minho no pudo contenerlo más y soltó un sollozo. Agarró con demasiado cuidado a Taemin y besó la cabeza de su preciosa carga. Escuchó a Soo Hyun por el auricular.

—Uno de los objetivos está asegurado.

—Objetivos asegurados —confirmó Junki—. Salgamos de aquí, ahora.

Tan pronto como salió de la habitación, escuchó un disparo y rápidamente los quejidos del hombre se detuvieron. Bien, ese malnacido estaba mejor muerto.

—¡Al hospital! —Gritó uno de sus compañeros tan pronto él entró en la camioneta. Giró el rostro y encontró a su padre en la parte de atrás con su madre en su regazo.

—¿Está bien?

El almirante asintió y Minho se encogió al observar sus ojos vidriosos. Mierda, nunca en su vida había visto a su padre así.

—Min…

Bajó la mirada y suspiró pesadamente al encontrarse con esos ojos avellanas.

—Shhh, estás a salvo, amor —Taemin tragó saliva y se movió, llevando una mano hacia su estómago.

—¿Qué ocurre? —Preguntó Minho, agitado al notar la mueca de dolor y las lágrimas volviendo a salir y mojar el rostro de Taemin. —¿Te duele? —Alzó la mirada. —¡Pisa el acelerador, maldita sea! —Ladró a Jae Wook quien manejaba. —Ya casi llegamos, Taemin, resiste.

—Minho…

—Aquí estoy, cariño.

—Mi… mi bebé.

Minho frunció el ceño y tragó fuertemente sin entender. Taemin nunca lo había llamado así. Dejó de pensar y se alarmó al ver de nuevo a su novio perder la consciencia. No sabría qué le sucedía hasta que llegaran al hospital. Dios, solo esperaba que su madre y él estuvieran bien.
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por JaneMin Vie Ago 02, 2013 10:13 pm

Eonni HOLAA ;3 que bueno que ya actualizaste ;3 ¿porqué la cara triste? siempre hay que sonreirle a la vida ♥
Waahh ya estaba como Minho con toda la adrenalina al 100 JAJA' cuando leo cosas de acción UFF me pongo toda intensa JAJA' y pues ya veras mi imaginación como vuela xD
Changmin es un maldito hijo de !$%" se merece el infierno y se merece que el mismo Minho lo mande a la cárcel y que le haga ver que EL no significa nada para Minho, aisshhh ojala a ese tipo lo viole un tipo negro -.- mi pequeño minnie no se merece pasar por lo que paso D; el se merecía estar a lado de Minho, el no se merece perder a su bebe y se que eres buena persona y dejarás que el bebe viva ¿verdad Eonni? JEJE'
OMG ni así entendió Minho? necesita que se lo expliquen con peras y manzanas .-. JAJA

Estaré esperando conti

ahh por cierto TENGO EL PRIMER POST DE NUEVO ;3
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Mensaje por Damsanm Vie Ago 02, 2013 11:20 pm

oooo my dios esa persona..................,,,,,wwwuwuuwuw aaa minho como siempre......... alo que va ........ aaaaaaaaaaa tenia mmiedo que lo lastimaran..... al fin minho llego......... aaa bu... por favor que no pierda a su bebe............ te lo suplico.............
solo espero que agaren a cham...... esa persona---------------------- y que le den cadena perpetuo o lo que sea cuando se entere minho de loq hiciste te va a manadar a freir esparagos
aaaaaaa actualiza pronto
saluudos
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Mensaje por YonHye Mar Ago 06, 2013 2:51 pm

No, no, necesito la otra actualizacion como ya. Voy a morirme, en serio, voy a morirme sino se pronto que pasa..kjdnjhdkopwnhjenhj *se desmaya*
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Mensaje por Pauletta Jue Ago 08, 2013 11:52 pm

Jesús bendito!!!!!!
Mujer, siempre nos dejas con el suspenso......Me encanta!!!!!!!!!!!!
Uffffff por poco y Tae no la cuenta...............Viejo marrano!!!!!! Pero obtuvo lo que merecía y seguro que el otro también.....esta muuuuuuuuuuuy tontito si cree que el plan le iba a funcionar................OMGshhhhhhhh ese bebe tiene que vivir, me escuchas????????????????Jajajajajaj y creo, no se porque, que la mamá de MinHo tiene esperanzas.......

UN ABRAZO MUUUUUUUY FUERTE!!!
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Mensaje por Bithae Sáb Ago 17, 2013 5:49 pm

¡He vuelto! :) ¿cómo están? Mwajaja estoy muy feliz por este capítulo. No sé, como que puse todas mis emociones en él >< espero sea de todo su agrado. Las quiero, gracias por comentar siempre ~


Respuesta a sus comentarios:





Minho sabía que alguien le estaba hablando, pero a él no podía importarle menos. Estaba tan asustado y le era imposible evitar que las lágrimas se escaparan de sus ojos. Dios, recordar a la enfermera diciéndole que estaban atendiendo a Taemin, pero que él no quería que entrara a verlo, fue la gota que derramó el vaso. ¿Por qué Taemin no lo quería junto a él? ¿Acaso estaba dando por terminada su relación?

¡¿Qué carajos pasaba?!

Continuó caminando por el pasillo del hospital hasta que alguien se puso en su camino. Enfocó la mirada lo suficiente para darse cuenta de que era Jonghyun, soltó un gruñido y trató de rodearlo para seguir caminando, pero su mejor amigo lo siguió y lo bloqueó otra vez. Minho se tensó y dio un paso hacia el lado contrario, pero obtuvo el mismo resultado: la cara de Jonghyun frente a la suya.

—Quítate de mi camino —ladró.

—No —Jonghyun lo agarró de los hombros—. Tienes que calmarte, ¿sí?

¿Calmarse? ¿Y cómo se suponía iba a hacer eso? Taemin no quería verlo y su madre estaba delicada. ¡Por Dios!

—Lo diré por última vez —murmuró, apretando los dientes—, quítate de mi maldito camino.

Minho apretó las manos en puños y se preparó para destrozar la cara de su mejor amigo, pero Key se apresuró a ponerse en medio de los dos.

—¡Basta! No es el momento ni el lugar para que hagan esto. ¿Qué mierda pasa con ustedes? —El rubio suspiró y después lo miró. —Estás mal y creo que lo sabes.

—Key…

—Cállate —alzó una mano para dar énfasis a lo que había dicho—. Estabas tan metido en tu mundo que no te percataste cuando el doctor salió para decirte que tu mamá quiere verte.

Key gritó lo último, probablemente para que él lo escuchara mientras corría por el pasillo. Llegó a la habitación en donde estaba su madre en cuestión de segundos. Ni siquiera tocó, simplemente entró.

—Mamá.

Minho se detuvo en seco cuando vio la enorme sonrisa de su madre y sus ojos brillando. Se veía bien, un poco cansada, pero bien.

—Ven aquí, cariño —dijo, abriendo los brazos.

—Mamá —repitió él, antes de avanzar y meterse entre sus brazos—. Estaba tan asustado —admitió, dándole un beso en la frente.

Ella lo sostuvo lo que a él le pareció una eternidad antes de que le hablara de nuevo.

—¿Cómo está Taemin?

Minho tragó con fuerza y se separó lentamente. Miró fijamente los hermosos ojos de su madre y cerró los suyos.

—No quiere verme —contuvo el aliento—, y tengo que admitir que me estoy muriendo por eso.

—Oh, cariño —dijo ella, acariciando su mejilla—. Estoy segura que no es nada de lo que crees. Dale tiempo, tal vez está conmocionado por lo que pasó. Changmin fue un maldito con…

—¡¿Qué?! —Minho abrió los ojos por la sorpresa y se separó bruscamente. La noticia haciendo que se le erizaran los pelitos de la nuca. ¿Changmin? ¿Su vecino? ¿El mismo que conocía de toda la vida, con el que hablaba en ocasiones y consideraba un amigo?

Su madre abrió la boca y seguramente dijo algo, pero él no estaba escuchando, no podía. Nadie le había dicho nada después de que llegaran al hospital, y con mucha razón, ahora que sabía quién era el autor de este suceso, lo único en lo que podía pensar era en ir y matar al cabrón. Aunque dudaba que estuviera vivo todavía.

—Minho, ¿me estás escuchando?

—No lo puedo creer —dijo, ignorando la pregunta de su madre—. ¿En dónde está? ¿Por qué papá no me informó sobre esto?

Ella lo miró entrecerrando los ojos.

—Cálmate, tu padre ya se encargó de él.

—¿Está muerto?

—Sí.

Minho giró bruscamente la cabeza al escuchar la voz del almirante. Tenía muchas preguntas que hacer en ese momento, pero se detuvo al ver el semblante en la cara del mayor. Era más que evidente la preocupación que tenía por la mujer que amaba, y él estaba seguro que se veía igual o peor que su padre.

El almirante caminó hacia la cama de hospital y, cuando estuvo al lado de su esposa, le tomó la mano y se la llevó a la boca para darle un beso. El amor desbordándose de sus ojos.

—Papá…

—Changmin estaba en otra habitación con tu madre —lo interrumpió, empezando a contarle su versión de la misión—, yo entré y ni me paré a ver quién era, le disparé en el pecho repetidamente antes de que él pudiera reaccionar —le dio un beso en la mejilla a su madre, después, la miró directamente a los ojos—. Estaba lleno de coraje, tan asustado, que cada vez que me pongo a pensar en que pude haberte perdido, desearía matarlo de nuevo.

Minho no podía estar más de acuerdo, aunque ahora que sabía que Changmin había provocado esta situación, le daban ganas de revivirlo para matarlo él mismo. Joder, ¿pero por qué razón Changmin haría algo como eso?

—Él estaba obsesionado contigo —habló su madre, como leyéndole la mente.

—¿Qué? —Frunció el ceño, no comprendiendo la situación. Él había sido muy claro con Changmin cuando cometió el error de habérselo llevado a la cama. Le explicó que había estado muy borracho y no había sabido ni cómo se apellidaba. Es más, hubiera creído que Changmin estaba mintiendo cuando le dijo lo que pasó entre ellos si no fuera porque su cuerpo estaba completamente satisfecho y bien usado.

—Dijo que planeaba decirte en dónde estaba yo —continuó su madre. Minho sacudió la cabeza y se concentró en su explicación—, también dijo que inventaría que había visto al que me había llevado, así tú estarías agradecido y te enamorarías de él —ella negó con la cabeza—. Quería matar a Taemin y desaparecer su cuerpo —cerró los ojos brevemente—, la verdad es que también me iba a matar a mí.

—Y yo no iba a permitir eso —gruñó su padre, abrazando posesivamente a su mujer.

Minho cerró las manos en puños. Lamentaba que la muerte de Changmin hubiera sido tan rápida. Joder, ¿cuán maldito se sentía? Pero no podía evitar desear aquello al recordar la imagen de Taemin lleno de sangre, pálido y…

—¿Señor Choi Minho?

Minho giró sobre sus talones en cuanto una enfermera entró después de haber tocado la puerta. Miró sobre su hombro, a sus padres antes de contestar.

—¿Sí? —La miró.

—El joven Taemin…

—¿Qué ha pasado? ¿Está bien? —Interrumpió, su respiración acelerándose rápidamente.

Ella lo miró y asintió.

—Él está bien, pero preguntó si era posible que usted estuviera presente en una revisión.

Minho parpadeó, un poco sorprendido. Había estado conteniéndose para no ir por todo el hospital en busca de Taemin. Sabía que no iba a ser buena idea si su pequeño todavía no estaba preparado para verlo.

—¿Señor?

—Lléveme con él —murmuró.

La chica asintió levemente antes de dar media vuelta y caminar. Minho volvió a mirar a sus padres consiguiendo una breve sonrisa de su padre y un «ve con él» de su madre. Cerró la puerta con cuidado y, sabiendo que su madre estaba segura, comenzó a seguir a la enfermera.

Las manos le estaban sudando mientras se esforzaba en ignorar todo lo que pasaba a su alrededor. Tenía tantas ganas de ver a Taemin, pero también tenía miedo. ¿Cómo reaccionaría su pequeño al verlo? ¿Estaría feliz, triste, desilusionado, molesto quizás?

Dios, pensar negativamente hacía que le doliera la cabeza y se le revolviera el estómago.

Estaba tan concentrado en patear el miedo fuera de su cuerpo que casi arrolla a la enfermera cuando ésta se detuvo frente a una puerta.

—Es aquí —dijo, dándole espacio y manteniendo las manos a sus costados. Clara señal de que ella no iba a abrir y mucho menos entrar.

Bien, estaba solo a partir de aquí.

Minho le dio las gracias, suspiró un par de veces y, decidiendo que ya era tiempo de dejar de actuar como una niña, abrió y entró.

Su mirada rápidamente se centró en la figura larga y delgada sobre la camilla. Taemin giró el rostro y, Dios querido, le sonrió. Minho no perdió el tiempo y fue hacia él. Aquella sonrisa era clara señal de que las cosas estaban bien entre ellos, o al menos por ahora.

—Taemin —susurró, agarrándole una mano mientras deslizaba la otra por su mejilla. Le habían limpiado las heridas, y ahora era capaz de ver que tenía roto el labio y un golpe feo en el pómulo izquierdo.

Un gruñido salió de su garganta. Joder, tenía ganas de desaparecer el cuerpo de Changmin de la faz de la tierra.

—Minho —murmuró Taemin, apretando el agarre de sus manos, sus ojos se pusieron vidriosos rápidamente—, te amo.

—Yo también te amo, Tae.

Le dio un beso corto en los labios y se alejó, no quería lastimarlo. Pero obviamente Taemin no estaba en la misma página que él, ya que lo agarró de la camisa y lo acercó de nuevo. Compartieron un beso lento y prolongado. Un beso que encerraba cualquier cosa que pudieran decirse en este momento. Minho rápidamente había olvidado en dónde se encontraban y, si no fuese por un carraspeo detrás de ellos, hubiera seguido besando esos labios gruesos y suaves.

Le dio dos besos pequeños a Taemin antes de separarse y volver la mirada hacia la persona que estaba con ellos en el cuarto. Era una mujer mayor y de mirada amable.

—Me alegro que haya venido rápido —dijo ella, agarrando una silla y acercándosela—. Siéntese, me parece que lo va a necesitar.

Ante esto, Minho frunció el ceño y Taemin rió nerviosamente, removiéndose en la camilla. Quería hacer muchas preguntas en este mismo momento, pero se mordió la lengua y se sentó tal y como se lo habían ordenado, pero no soltó la mano de Taemin.

La doctora agarró un trozo de manta azul, la colocó en el regazo de Taemin y alzó la bata de hospital para dejar su abdomen expuesto. ¿Qué carajos iba a hacer?

Su corazón comenzó a palpitar cuando ella puso una sustancia viscosa sobre la suave piel. Alzó el rostro y se encontró con la mirada angustiada de su novio. Le apretó la mano y murmuró un «está bien» y después un «estoy aquí». Taemin asintió y apartó la mirada de él, descansó la cabeza en la camilla y cerró los ojos.

La doctora continuó haciendo su trabajo, pero Minho estaba muy concentrado en Taemin como para prestarle atención a ella. Excepto que, cuando la mujer colocó algo parecido a un micrófono en el abdomen de Taemin y se escuchó algo, Taemin abrió los ojos y vio las pantallas que estaban frente a él.

Y fue ahí cuando todo comenzó.

Taemin se echó a llorar y él sintió que se mareaba en el mismo momento en que vio aquella imagen. Parpadeó constantemente y se olvidó de respirar. Sintió como su sangre abandonaba su cara y su boca se abría. Lo que estaba viendo era claramente un…

—El bebé está muy sano —dijo la doctora—. No te preocupes más, Taemin.

—Oh, mierda… —Minho jadeó, bajando la cabeza y poniendo ambas manos sobre sus rodillas. Sentía que la habitación giraba cada vez más y más rápido. Se mordió el labio y no pudo contenerlo más. Lloró y rió al mismo tiempo, aquel sonido que se escuchaba en la habitación era claramente un fuerte y hermoso palpitar. El palpitar de un bebé, el palpitar de su hijo.

—Minho…

Alzó la mirada y se puso de pie lentamente, sus rodillas le temblaban y la cara de la buena doctora estaba deformada en un gesto de preocupación, sus manos listas para sostenerlo cuando cayera. Pero eso no iba a suceder. Minho se acercó como un jodido borracho a su novio y se dobló lo suficiente para poder poner la mejilla en el abdomen de Taemin, importándole muy poco batirse con el líquido aquél. Cerró los ojos y estuvo ahí mucho tiempo, abrazando la cintura de Taemin con una mano y sintiendo cómo respiraba, su cabeza moviéndose arriba y abajo.

Dios, él nunca se hubiera imaginado nada como esto. Nunca.

—¿Cómo? —Preguntó, girando la cabeza para ver a Taemin.

—No lo sé —sollozó él, su mano acariciándole el cabello—, simplemente pasó.

Minho sólo asintió y le sonrió. Taemin le devolvió la sonrisa rápidamente y soltó un suspiro largo.

—Aquí —dijo la doctora, tendiéndole un montón de pañuelos—, los dejaré solos unos minutos.

Cuando ella salió cerrando suavemente la puerta, Minho se irguió y empezó a limpiar a Taemin. No podía quitar la mirada de su estómago, ahora que lo observaba bien, se veía un poco abultado, casi nada. Sonrió de nuevo y recordó la imagen que vio y había sido muy clara. Su bebé había estado encogido y boca arriba, pero se le veía bien definida la cabeza, el cuerpo y las piernas.

—Deberías limpiar tu cara primero —murmuró Taemin, quitándole el pañuelo para llevarlo hasta su rostro—. Te manchaste ambas mejillas.

Se limpió lo mejor que pudo y tiró los pañuelos en el bote de basura. Después, se sentó y agarró la mano de Taemin para darle un beso en la palma.

—¿Cuánto tiempo tienes?

—Trece semanas.

—¿Trece? —Exclamó, sorprendido. —Tres meses es mucho tiempo, ¿por qué…?

—Me enteré cuando tenía once semanas —lo interrumpió él, irguiéndose un poco para poder sentarse, Minho lo ayudó, y entonces Taemin tenía las piernas fuera de la camilla—. No sabía en dónde estabas y estaba tan aterrado. Siempre estaba preguntándome cómo era posible que algo así sucediera. Me deprimí un poco, te quería a mi lado y sabía que podría pasar una eternidad antes de que te volviera a ver. Entonces, simplemente me marcaste, pero no creí que fuera el medio correcto para decírtelo. Además, lo de tu mamá…

—Entiendo, lo sé. Perdóname —murmuró, lamentando el no haber estado con él cuando le dieron la noticia. Acercó la silla y rodeó la cintura de Taemin, apoyando los codos en la camilla—. Pero muchas gracias, Taem.

Taemin se rió cuando él se metió más entre sus piernas y descansó la frente en su estómago.

—¿Por qué?

—Por hacerme el hombre más feliz de la tierra —alzó el rostro e hizo un puchero, volviendo a sacar una sonrisita de su novio.

Taemin se inclinó y lo besó.

—Te amo tanto.

—Te amo más —entonces lo besó otra vez y a Minho se le encogió el corazón de alegría. Estaba tan contento ahora que iba a tener un bebé con el hombre que amaba.  Se sentía tan completo.





Mientras tanto en el pasillo del hospital, Key se despertó sintiendo dolor en la nuca y humedad en su hombro. Frunció el ceño y gimió cuando dejó de recargar la cabeza contra la pared. No sólo le dolía la nuca, le dolía el cuerpo entero. Cuando abrió los ojos, frunció el ceño, por un momento había olvidado el lugar en el que había pasado la noche.

Cuando escuchó un suave ronquido, bajó la mirada y se contuvo de trabar los ojos y sacar un gruñido. Jonghyun estaba recargado en su hombro, tenía la boca ligeramente abierta y un hilito de baba recorría su mentón hasta asentarse en su ropa. Lo cual explicaba la humedad.

—Lo que me faltaba —rió, negando con la cabeza y preguntándose por qué razón estaba enamorado de este sinvergüenza.

—Yo que tú lo dejaba —alzó el rostro y sonrió al encontrarse con la amigable cara de Changsun—. En serio —murmuró el marino—, no sé qué viste en él.

Key se encogió de hombros.

—Tú no eliges de quién enamorarte.

—Tan malditamente cierto —Changsun caminó hasta quedar frente a Jonghyun y luego lo miró—. Deja te ayudo, creo que los dos estarían más cómodos si la pequeña cabeza de éste bicho estuviera sobre tus muslos.

Key rió mientras negaba con la cabeza.

—¿En dónde está Joon? —Preguntó, moviéndose cuando Changsun agarró los brazos de Jonghyun y lo bajó a su regazo. Era raro ver al equipo francotirador-observador separado. Key juraba que hasta iban al baño juntos. Inclusive se atrevía a pensar que tenían una relación como la que él sostenía con Jonghyun.

—Joon fue por café —dijo Changsun, irguiéndose y poniendo las manos en las caderas.

—Espero traiga uno de más —suspiró él, acariciando el pelo de Jonghyun mientras éste se acomodaba para seguir durmiendo.

—Lo hará, no te preocupes —Changsun caminó de vuelta y se sentó a su lado—. Siempre le ha costado levantarse después de regresar de una misión, ¿sabes? —Señaló a Jonghyun. — Aunque creo que ahora no se despertará de mal humor.

Key se extrañó al escuchar el comentario. Estaba por preguntar a qué se refería, pero en ese momento llegó Joon.

—¿Están hablando mal de Jonghyun y no me esperaron? —Preguntó, mientras daba zancadas largas y se acercaba a ellos, sus botas de combate viéndose fuera de lugar en el blanco piso del hospital. Llegó frente a ellos y le tendió un vaso de café a Key —¿Americano, cierto?

Key asintió y tomó lo que le ofrecía. Se le hizo agua la boca al oler el rico aroma que desprendía. Joon sonrió ampliamente cuando puso los ojos en blanco. Key conocía muy bien a todos los que conformaban el equipo de Jonghyun y quería mucho a este par en particular.

—Por cierto —susurró Changsun—, ¿alguien ha visto a Minho? Tiene rato que desapareció con ese hermoso chico suyo.

—Seguramente tienen mucho de que platicar —opinó Key, pensando que, para ese entonces, Minho ya se había enterado del embarazo de Taemin. Supuso que todo había ido viento en popa ya que no había habido ningún revuelo en el hospital para revivir a alguien.

—Oye, Key-goon —murmuró Changsun, dándole un codazo y batiendo sus pestañas—, antes de que nos vayamos, ¿nos harías un poco de ese delicioso pie de limón?

Key rió por aquel gesto, pero el estómago le dio un vuelco. Joder, había olvidado ese pequeño detalle. Tragó saliva y rogó en silencio para que esta vez Jonghyun se quedara una larga temporada.

—… ¿no es genial?

—¿Qué? —Giró el rostro para ver a Joon mirándolo, no había escuchado todo lo que había dicho.

—Dije que si no es genial el que Jonghyun ya no vaya a dejarte por mucho tiempo.

Justo cuando Joon terminó de decir eso, la mente de Key se quedó en blanco. No hubo reacción, ni siquiera abrió la boca o parpadeó, se quedó en pausa mientras trataba de procesar la información. Preguntándose qué significaba aquello exactamente.

—Mierda —exclamó Changsun, haciendo que Key lograra moverse—, él no te lo ha dicho, ¿verdad?

—¿Decirme qué? —Miró a Joon y luego a Changsun entrecerrando los ojos.

Jonghyun se revolvió un poco y después se levantó soltando un gruñido.

—¡Carajo con ustedes y su bocaza! —Masculló, frotándose los ojos y evitando ver a Key.

—¿Qué está pasando? —Dijo, viendo a los tres consecutivamente. Sus rostros eran pura preocupación y nerviosismo.

—¡Y cómo se supone que iba a saber que no se lo habías dicho! —Gritó Joon, ignorándolo. —Serás imbécil, yo se lo habría dicho segundos después de haberlo visto.

—Cállate.

—Será mejor que nos vayamos —dijo Joon, levantándose y agarrando la camisa de Changsun para obligarlo a hacer lo mismo.

—¿Jonghyun? —Susurró Key cuando la pareja estaba marchándose. Escuchó un «el perro nos va a matar» saliendo de la boca de Changsun antes de girarse hacia su novio.

Observó a Jonghyun suspirar y, después de unos segundos, lo miró a los ojos.

—Yo —carraspeó—. Prométeme que no te vas a poner a llorar ni gritarás ni nada de eso que haces cuando te molestas conmigo.

Key entrecerró los ojos y alzó el labio superior.

—Jonghyun… —advirtió.

—Está bien —suspiró el mayor, alzando los brazos en señal de rendición—. Los chicos dijeron aquello porque... —suspiró—, porque he decidido renunciar.

Dejando el vaso con café en el asiento vacío de al lado, tragó saliva y trató de controlar el temblor de su mano.

—Explica renunciar —susurró, las ganas de saltar del asiento lo estaban matando.

—No volver, no estar de servicio, ya no más largas esperas por mí. Continuar con nuestra vida juntos sin interrupción, sin que estés con el corazón en la boca durante cada misión…

Key soltó un sollozo y se tapó la boca con la mano. Hasta ese momento, no había sabido lo que era estar aliviado y feliz al mismo tiempo. ¿Por qué Jonghyun no se lo había dicho antes? ¿Y por qué él pensaba que se iba a enojar por eso? Era verdad que habían tenido bastante tiempo para platicar antes de que secuestraran a Taemin y a la madre de Minho, pero comprendía que tal vez su novio no había sabido cómo abordar el tema. Típico de él. Pero había algo que todavía no entendía.

—¿Por qué? —Preguntó, incapaz de reaccionar como era debido.

Jonghyun frunció el ceño.

—¿Me estás preguntando por qué lo hice? —Key asintió y el rostro de Jonghyun se deformó en un gesto de desilusión. —Es obvio que lo hice por nosotros.

—Pero tú amas tu trabajo, tú…

—Te amo más a ti.

Y no es como si él pudiera discutir ese argumento, ¿verdad? Ignoró el picor en sus ojos e hizo lo único que quería hacer en ese momento. Se puso de pie y, ante la expresión de desconcierto de Jonghyun, se sentó en su regazo y le dio un pequeño beso. Se echó hacia atrás y no dijo nada, simplemente se quedó ahí, diciendo con la mirada lo que no podía decir con las palabras. No confiaba en su voz ahora mismo y sabía que las acciones eran el camino correcto para demostrarle a Jonghyun lo enamorado y agradecido que estaba con él.

Pasó mucho tiempo antes de que alguno de los dos hablara, y cuando estaba a punto de hacerlo, unos pasos acercándose a ellos lo detuvieron. Giró el rostro y sintió alivio en el corazón al ver la enorme sonrisa que traía Minho. Eso solo significaba buenas noticias, ¿no?

Trató de ponerse de pie, pero el brazo de Jonghyun se lo impidió.

—Quédate en donde estás.

—¿Qué? Pero…

Jonghyun carraspeó y lo movió un poco más hacia a la izquierda, entonces fue consciente del problema. Vaya, su novio se había puesto más que contento.

Incapaz de ocultar la sonrisa, se quedó ahí y volvió a centrarse en Minho.

—¿Está todo bien? —Preguntó, deslizando una mano por el cuello de Jonghyun, quien se removió de nuevo y le lanzó un gruñido de protesta. Un claro «detén tu juego, Kim KiBum» como advertencia, pero a él no le importó. Estaba demasiado feliz como para hacerle caso. Además, por la pinta que traía Minho estaba más que claro que no estaba preocupado por nada.

—Está todo más que bien —contestó el alto, su voz llena de orgullo y sus mejillas tenían un tono rosa adorable. Cosa que KiBum jamás había visto en él. ¡Wow! El amor podía hacer eso y mucho más, pensó.

—¿Cómo está Taemin…? —Vaciló. —¿Cómo están? —Dijo al final, pensando que podría poner como excusa a la madre de Minho en caso de que Taemin no le hubiera dicho nada aún.

—¿Te refieres al bebé? —Vaya, entonces ya lo sabía. Minho sonrió incluso más, tanto, que le dolieron las mejillas con sólo verlo…

Key chilló por la sorpresa y Jonghyun jadeó cuando Minho lo alzó, alejándolo del regazo de su novio. Un abrazo apretado fue lo siguiente que sintió, las carcajadas de Minho ahogándose en sus oídos. El alto le susurraba cosas que él no alcanzaba a descifrar, la sorpresa haciendo aún mella en él.

—¡Felicidades, futuro papá! —Gritó Jonghyun detrás de él, Key suspiró cuando sintió otro cuerpo apretándose contra su espalda. Genial, ahora estaban formando un sándwich y él era el jamón.

—¡Yah! —Se quejó, retorciéndose sin lograr liberarse, los cuatro brazos musculosos creando una jaula segura y asfixiante. Lo intentó otra vez, empujando el pecho del alto con las manos y el de Jonghyun con su espalda, pero no llegó a ningún lado, tanto Jonghyun como Minho continuaron ignorándolo y abrazándolo. Dios, ¿qué imagen creaban en el hospital? Uno muy raro, se dio cuenta cuando una enfermera pasó junto a ellos frunciendo fuertemente el ceño y la boca hecha un mohín de desagrado.

¡Joder con estos dos! Decidió rendirse en su intento de huir, aflojando los brazos y, justo en ese momento, Minho dio un paso atrás. El brillo en sus ojos algo realmente contagioso.

—Taemin está bien, está durmiendo, pero nos iremos en cuanto despierte. Iré a ver a mi mamá, al parecer ella ya sabía de esto, pero mi papá no, así que…

—¿Planeas decírselo? —Preguntó Jonghyun, su voz llena de sorpresa.

Key se relajó cuando sintió únicamente los brazos de su novio rodearle posesivamente la cintura, mientras esperaba la respuesta de Minho.

—No por ahora, quiero que Taemin esté ahí cuando le informemos. Además, él no tendría cabeza para nada que no sea mi madre —Minho los miró entrecerrando los ojos y después de un rato dijo—: creo que tendré que arreglar algunas cosas en mi vida.

Jonghyun se rió.

—Creo que sé a qué te refieres.

Key volvió la cabeza y lo miró.

—Pues dímelo porque yo no sé a qué se refiere.

Nadie dijo nada y eso lo frustró. Malditos. Estaba a punto de protestar, pero Jonghyun le dio un beso tardado sobre los labios, haciendo que se olvidara por completo de todo.

El cabrón.

—Key —murmuró Minho.

—¿Dime? —Contestó él, aferrando las manos en los antebrazos de Jonghyun. Algo en la cara del alto le ponía los nervios de punta. Tragó saliva y los pelitos de la nuca se le erizaron cuando Minho desvió la mirada y soltó un suspiro entrecortado.

—Me preguntaba si… —carraspeó, mirándolo reticentemente a los ojos—, ¿me podrías decir cómo comunicarme con los padres de Taemin?

¡Mierda!

—¿Qué?

—Ya sabes —la gran mano de Minho se posó detrás de su nuca—, también tenemos que informarles sobre lo que pasó y decirles que Taemin está bien. Además de informarles lo su embarazo, no podemos llegar cuando el bebé haya nacido y decirles «hola, les presento a su nieto. ¿Pueden creer que Taemin lo llevó dentro de su cuerpo durante nueve meses?».

Key se rió, consiguiendo que Minho lo fulminara con la mirada.

—Perdón —dijo, encogiendo los hombros—, pero la escena me pareció divertida, sobretodo porque pareces seguro sobre esto.

—¿Por qué no habría de estarlo? —Preguntó el alto, un tono de alarma en su voz.

—Mmm —Key sintió el estómago apretársele en un puño—, está claro que Taemin no te ha contado algo sobre sus padres y, considerando que no te estás meando en los pantalones por la idea de enfrentar a su padre, supongo que no te ha mostrado ni siquiera una foto.

Los ojos de por sí grandes de Minho se ampliaron más, pero después de un rato, se relajó.

—Confío en que el señor ama lo suficiente a su hijo como para aceptar la idea, ¿no?

Key se rió con ganas esta vez.

—Ajá, de hecho ése es el verdadero problema. Lo ama mucho, ¿sabes? Taemin me comentó que, como es hijo único, lo cela y protege como si fuera su más grande tesoro. Inclusive me dijo que después de que le confesó que era gay y le presentó formalmente a su primer novio, su padre arrugó tanto la frente que pensó que los ojos se le iban a salir por la presión. Dios, el pobre novio de Taemin, en ese entonces, casi se desmaya —negó con la cabeza, ignorando el apretón que Jonghyun le dio—. Si así se puso por un simple «papá éste es mi novio», no me imagino cómo se pondrá por un «papá, estoy embarazado de éste hombre…»

—Key, basta —gruñó Jonghyun en su oído—. No estás ayudando.

Cuando alzó la mirada y vio el terror en la cara de Minho, se dio cuenta que era verdad. Tal vez se había pasado un poco con su comentario.

—Pero bueno —murmuró, pensando en algo para decir que aliviara algo de la tensión que había creado—, puede que esta vez no sea tan terrible.

Minho se puso pálido y caminó de vuelta por donde había venido. Joder, claramente su intento por mejorar las cosas había fallado.

—Cielos —susurró Jonghyun, su voz se escuchaba como si estuviera tratando duramente de contener una carcajada—, puedo jurar que nunca había visto a Minho tan asustado.

Key asintió, pensativo. Después, se volvió entre los brazos de su novio y le rodeó el cuello con los brazos, pegando su nariz a la de él.

—Bueno, podemos preocuparnos por él después. Ahora, ¿en qué estábamos antes de que fuéramos interrumpidos?

Un ronroneó salió por la garganta de Jonghyun, mientras estrechaba los ojos.

—Compórtate, estamos en un hospital —le palmeó el culo ligeramente y se rió—, pero puedo prometerte que, en cuanto salgamos de aquí, podré ocuparme de nuestros asuntos, y créeme cuando te digo que voy a tomarme mi tiempo.

Key se mordió el labio inferior y asintió. La espera por aquello iba a ser realmente larga, pero valdría la pena, ¿no? Total, él todavía no le había dado una apropiada bienvenida a su novio.
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Mensaje por freyashirou Dom Ago 18, 2013 11:10 pm

Pagando deuda de post.

-lanza amor por todo el foro-

Bueno ya te hice saber por otros medios que este capítulo me gusto, me fascinó, me dio ternurita, amo a MinHo (Rana ven hacerme un hijo). Y lo repito ese sándwich fue tan asdkhasduiwe, lo admito, soy una sucia.

Ya quiero que el bebé nazca, hazme morir con la rana como papá cariñoso-besucón, empiezo a sentir envidia por el bebé ;A;

Por cierto, me mataste con Key, él siempre tan directo. Me encanta la descripción que da sobre el padre de TaeMin. xDD

Si así se puso por un simple «papá éste es mi novio», no me imagino cómo se pondrá por un «papá, estoy embarazado de éste hombre…» escribió:
Te sarangheo  -3- ♥♥♥♥
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Mensaje por Damsanm Lun Ago 19, 2013 9:48 pm

:MUA: wuwuwuwu :WTF: :Waa: :WOW:  que capitulo mas hermoso y tan romantico.... me encanto
wuuua la cara de minho al saber que va ser papa ...........aaaaaaa
aaaa.. :) :)
wuu el sandwich , keekekkeke mi pobre key..... kekeke...., lol me encanta ellos dos .... kkkeee o jonhg rapido despiertas ekekekkekekekeekek .. la cara de bobo de minho al salir del cuarto de taemin.......... eekekeeeee ......
wuuu a key fuiste un poco sutil... con minho pobre ya que se habia preparado fisicamente, psicologicamente ..... buuu le dices eso y lo destruyes ekekkekeekekekeekek,
que lindo de su parte que va a hablar con el papa de taemin
espero el siguiente cap.............
wuuiiiiii
muchos saludos y un beso.............
: )   :)
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Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min} - Página 2 Empty Re: Suceso Inesperado - Capítulo 8 "Maravilla" {2Min}

Mensaje por JaneMin Vie Ago 23, 2013 1:29 am

oww el Minho emocionado por su bebe me encanta ♥ creo que el mejor regalo para toda pareja que se ama y que quiere estar siempre juntos es un bebe ;3 y que mejor que reaccionar como reacciono Minho C: es un buen esposo y será el mejor padre de todos ñ.ñ
El JongKey siempre anda de calenturiento en todas partes -.- ni en un hospital se están en paz JAJA lo chistoso es como aplastaban a Key JAJA pobrecito xD
OMG si yo fuera Key y me dieran la noticia de que la persona que amo estará ya siempre a mi lado JAMÁS lo dejaría ir ;3

Estaré esperando continuación C:
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