Título: La Mariposa
Autor: choimarie
Parejas: JongKey (Ligero 2Min)
Tipo: Yaoi
Género: Romántico.
Clasificación: G.(Vocabulario soez, nada del otro mundo)
N° palabras: 2,947.
Disclaimer: Ninguno de los personajes aquí mencionados me pertenecen y no lucro con ellos, ya saben, sólo comentarios (Si gustan). La historia es completamente ficticia, por lo tanto cualquier parecido con personas y/o situaciones son mera coincidencia.  
Por lo tanto, se prohíbe cualquier reproducción o publicación en cualquier otra página, blog o dirección web distinta a la actual, sin la previa autorización de la autora. No modificar ni editar, bajo ninguna circunstancia. La historia está bajo las condiciones de registro de propiedad intelectual que ofrece Safe Creative. ®

Notas: Dios, dudé tanto entre si subía esto o no. Tenía mucho sin escribir nada, así que disculpen las faltas de ortografía D: Espero y sea de su agrado.

. . .
 

 Capítulo Único

Jonghyun suspiró una vez más.

Observó el reloj oscuro que adornaba su muñeca derecha. Tenía exactamente 10 minutos para llegar a clase, y la mujer del otro lado del mostrador no daba indicios  de poder atenderlo pronto. Y él quería su café. Necesitaba el café. Y si no lo tenía pronto, estaría los próximos 40 minutos cabeceando incómodamente frente a la profesora.

“¡Al diablo!” Pensó cuando vio que ya habían avanzado 5 minutos y todavía tenía que correr cerca de 7 calles.

Bufando con molestia, se acomodó la bufanda gris dentro del abrigo negro, aseguró su mochila en sus hombros, salió rápidamente de la cafetería y se echó a correr.

El pecho le ardía con cada paso que daba, sentía los dedos de las manos completamente congelados y todavía le faltaban 3 calles y tenía menos de 2 minutos para llegar. Maldijo mientras daba vuelta en la esquina de un parque, al recordar que había olvidado los guantes sobre la barra de la cocina,

Al entrar en una arboleda, que daba justo a la entrada a la universidad, distinguió una figura de espaldas a él parada en medio del camino. De su camino.

90 segundos

“¡Muévete!” Gritó con las fuerzas que le quedaban, pero la persona a unos pasos frente a él parecía no escucharle. “¡No, maldición!” Gruñó por lo bajo, cuando  intentó disminuir la velocidad, pero sus tenis derraparon en el suelo mojado por la nieve. Sin quererlo, se estampó de lleno con el extraño, cayendo los dos al frío suelo.

75 segundos

Jonghyun soltó una maldición cuando se levantó del suelo, acomodando su alborotado cabello castaño y sacudiendo la nieve que se había pegado en su abrigo. Estaba por gritarle al extraño lo torpe que había sido al no moverse del maldito lugar cuando le había avisado con tiempo, soltando toda la furia y frustración que sentía, pero ese todavía seguía sentado en el suelo, con la mirada perdida en un pequeño charco a frente a él.

60 segundos

“¿¡Por qué demonios no te moviste, imbécil!?” Gritó Jonghyun  con la voz vibrándole de ira. Completamente fuera de sí, sujetó al muchacho fuertemente del brazo, alzándolo sin problemas. “¡Pude haberte lastimado en serio!” Le dijo, pero el otro chico tenía la mirada clavada en el suelo. “¡Hey! ¿¡Por qué no me miras cuando te estoy hablan—!?“ La oración murió en sus labios al darse cuenta de las lágrimas que caían por las mejillas del otro.

“Oh, maldición…” Pensó al creer que él era el culpable del llanto del otro. “¿Y sí lo lastimé en serio?” Se preguntó, realmente preocupado, eliminando en seguida el enojo que sentía.

50 segundos

“O-Oye… tranquilo. Mira yo-yo realmente no quería gritarte, ¿está bien? Sólo estaba molesto, pero ya estoy bien… ¿T-Tú estás bien?” Balbuceó  avergonzado y preocupado a la vez, pero el otro muchacho frente a él, seguía absorto mirando el piso.

“¿Qué demonios le sucede?” Pensó el castaño, mientras se mordía el interior de la mejilla, ansioso.

40 segundos.

“La mataste” Jonghyun oyó un murmullo, más parecido a un balbuceo apenas entendible y observó al chico junto a él, mirándolo sin entender.

“¿Eh?” Atinó a decir, todavía desconcertado.

“¿Por qué tenías que matarla? ¿Por qué tenías que dañarla? ¿Por qué la destruiste?” Le cuestionó el muchacho, mientras lo miraba fijamente.

Jonghyun no supo que decir. Se quedó en blanco tratando de comprender a que se refería. Pero, cuando estaba por abrir la boca y preguntarle de qué demonios estaba hablando, el chico frente a él se inclinó, poniéndose de rodillas hasta tomar algo del suelo.

Jonghyun, aun sin entender, se inclinó a su lado, observando atento aquello que el otro tenía sobre la palma de su mano.

Era una mariposa.

La más hermosa que hubiera visto jamás.

Tenía matices nacarados, y un brillo peculiar en las alas.

Sin embargo, no se movía.

La mariposa estaba muerta.

E inmediatamente comprendió a que se refería el muchacho junto a él.

20 segundos.

Jonghyun se giró para soltar una breve disculpa y ponerse en marcha una vez más, pero cuando sus ojos se posaron sobre la figura junto a él, y se detuvo a observarlo detenidamente, no pudo separar su mirada después.

10 segundos

El muchacho era ligeramente más alto que él, de cabello rubio y piel blanca, casi lechosa. Delgado, muy delgado. Jonghyun se sorprendió al darse cuenta de lo ligero que vestía cuando estaban frente a uno de los inviernos más fríos en la historia de Seúl. El chico usaba un simple hoodie azul con un pantalón negro y tenis deportivos. Se descolocó al darse cuenta de los moretones que sobresalían de sus brazos, cuando la manga del hoodie se levantó un poco, y se sorprendió de nuevo al notar la ligera hinchazón cerca de su ojo derecho y una marca rojiza sobre el labio inferior.

“¿Cómo no las noté antes?” Pensó el castaño.

El mensaje fue claro. Alguien le había hecho daño al chico. Jonghyun sintió remordimiento al recordar como hacía unos momentos había estado gritándole, cuando probablemente alguien pudo haber estado haciéndolo apenas unas horas atrás, durante días, semanas e incluso años.

El castaño sacudió su cabeza ligeramente, tratando de alejar la imagen del muchacho junto a él siendo maltratado por-quién-sabe-quién o quiénes, y sin poder defenderse.

Miró su reloj y se dio cuenta que ya era muy tarde.

Pero no para el rubio a su lado.

El castaño sonrió cálidamente.  

“Soy Jonghyun” Dijo quedamente, tomando los restos de la mariposa de la mano del otro. El muchacho lo miró asustado, frunciendo  los labios pero sin decir nada. “¿Qué te parece si buscamos un lugar para sepultar a nuestra amiga?” El rubio lo miró con los ojos llorosos, anhelantes, asistiendo quedamente.

Jonghyun se levantó, le tendió su mano libre, esperando que el otro no se asustara más de lo que estaba y saliera huyendo.

“Soy Kibum…” Lo oyó murmurar mientras tomaba su mano, el castaño se dió cuenta de que el rubio estaba completamente frío.

“¡Oh, santo dios! ¡Estas congelándote!” Sin darle tiempo a Kibum para responder,  el castaño colocó lo que quedaba de la mariposa en las blancas manos del rubio, mientras él luchaba con los tirantes de su mochila para poder sacarse el abrigo.

Kibum miró sorprendido a Jonghyun, cuando este  le pasó el abrigo por los hombros.

“P-Pero… esto… tú—“. Balbuceó el rubio, Jonghyun lo tomó de la mano, guiándolo hacia el parque.

“Yo estoy bien, no te preocupes, Kibummie”. El castaño sonrió, al notar las mejillas de Kibum teñirse ligeramente de rosa, y no precisamente por el frío.

. . .

Estuvieron en silencio todo el tiempo que les llevó buscar un lugar adecuado para los restos de la mariposa. Jonghyun por no saber qué decir, y Kibum porque estaba ocupado buscando ramitas y flores que hubieran sobrevivido al frio. Una vez que tuvieron  todo listo, el rubio se acercó quedamente a la improvisada tumba que había hecho Jonghyun en la nieve. Colocó a la pequeña mariposa en ella, para después tomar algunas florecillas blancas que había encontrado, cubriéndola completamente.

Jonghyun estaba fascinado con la delicadeza con la que Kibum estaba realizando todo.

Quizá, otra persona no hubiera comprendido el empeño que el rubio le estaba poniendo. Es decir, era una simple mariposa. Sólo una mariposa. A Jonghyun le hubiera gustado pensar así, pero sabía perfectamente que todo eso se trataba de algo simbólico para el rubio.

Kibum era la mariposa.

Igual de hermoso.

Igual de único.

Igual de elegante

Igual de frágil.

Igual de herido.

Igual de roto.

Kibum estaba roto, y se había cansado de sentirse roto.

El castaño no lo había comprendido tan fácilmente. Le había costado trabajo enlazar lo que Kibum le había dicho con lo que él había visto. Era obvio que el rubio había huido de aquello —o aquellos— que lo dañaba, hería, que lo maltrataba. Lo que lo hacía sentirse roto.

De no haber sido así, ¿por qué razón estaba en medio del camino con  esa ropa a mitad del invierno? Jonghyun quería creer que quizá se había perdido o que simplemente estaba mal de la cabeza. Pero la primera opción la desechó una vez que Kibum no le mencionó nada de querer volver a casa o con alguien; y lo segundo, bueno, ¿qué persona se pone así de mal por la muerte de una mariposa?

“¿Jonghyun?” Escuchó la voz de Kibum, quién lo regresó a la realidad. Se arrodilló junto al rubio, a un lado de la tumba de la mariposa. Kibum lo miraba intensamente y el castaño lo miró sin entender.

“¿Sucede algo?” Preguntó quedamente, una vez que el rubio tomó su mano entre las suyas, en busca de calor.

“¿No vas a decir nada?” Dijo Kibum dirigiendo su mirada ahora hacia el montoncito de flores blancas en el suelo.

El castaño se aclaró torpemente la garganta, sin saber exactamente qué decir.

Apenas y conocía a Kibum, pero inmediatamente sintió una extraña atracción por él. El no creía en el amor a primera vista, le parecía ridículo y poco probable. Pero, entonces… ¿Por qué su corazón no podía dejar de latir tan rápido cada que Kibum lo sujetaba así de la mano? ¿Por qué su pecho se llenaba de una extraña calidez? ¿Por qué sentía la extraña necesidad de proteger al rubio de todo y todos?

¿Por qué?

Giró para mirar a Kibum, quien seguía observando la tumba de la mariposa.

“Yo… lo lamento…” Murmuró al fin, y el rubio lo miró. Sin embargo, Jonghyun mantuvo la miraba fija en el suelo. “Lamento no haber llegado antes para salvarte, lamento no haber estado ahí para protegerte, y lamento haberte lastimado hace unos momentos… no era mi intención” Sintió el agarre de Kibum más fuerte en su mano y eso le dio valor para continuar. “Sin embargo, te prometo que te cuidaré de ahora en adelante si tú me lo permites. Siempre estaré ahí para ti, siempre te protegeré… Hasta el final”

El castaño se giró para mirar a Kibum, quien mantenía la mirada gacha. Jonghyun lo tomó suavemente de la barbilla, haciendo que lo mirara.

“Es una promesa, Kibum. Y yo siempre cumplo mis promesas…”

Los ojos de Kibum estaban inundados en lágrimas, Jonghyun las retiró con el dorso de su mano suavemente, temiendo dañar al rubio.

“¿E-En serio?” Murmuró.

“En serio” dijo Jonghyun y acercó sus manos enlazadas, besando quedamente el dorso de la mano de Kibum, haciéndolo sonreír.

 . . .

Ese día, por la tarde, Jonghyun llevó a  Kibum a la cafetería en la que había estado en la mañana. Él tomó el café que tenía pendiente, mientras el rubio bebía chocolate caliente. El castaño se sorprendió al descubrir que esa era la primera vez que Kibum lo consumía, y sintió su pecho contraerse con dolor cuando el rubio le contó la vida que había estado viviendo desde que tenía 8 años. Todo había comenzado después de la muerte de su madre. Su padre había sido un arquitecto importante, pero después se sumió en la depresión y había terminado suicidándose cuando Kibum tenía 12 años. A los 15 conoció a un chico, su primer novio y quién creía que sería el amor de su vida. Pero resultó que el tipo lo golpeaba y abusaba de él cuando quería. Kibum había intentado huir en otras ocasiones, pero siempre terminaba regresando, al no tener otro lugar a dónde ir. Lo cual sólo enfurecía más al tipo, quién golpeaba a Kibum hasta que se cansaba o el rubio perdía la conciencia, lo que sucediera primero.

Jonghyun sintió la rabia burbujeando en su venas, ¿cómo alguien podía dañar algo tan bello?

El castaño se mantuvo ahí, escuchando atento cada palabra que salía de los labios lastimados de Kibum, mientras sostenía su mano con fuerza. El rubio lloró, lloró hasta que las lágrimas simplemente dejaron de brotar de sus ojos.

Jonghyun consiguió que Kibum se quedara con él esa noche, pero por supuesto eso no fue tarea fácil. El rubio desconfiaba mucho de las personas, y Jonghyun no lo culpaba, sino que trababa de ser paciente y amable con él. Kibum conoció a Minho y Onew, quienes compartían el apartamento y, además, eran amigos cercanos de Jonghyun.

El castaño agradeció infinitamente que sus amigos no preguntaran nada y dejaran que el rubio se quedara con ellos. Esa noche, Kibum no durmió, temiendo que su ex novio llegara en cualquier momento, para dañarlo a él o a Jonghyun; quién, por su parte, se mantuvo junto al rubio en todo momento, consolándolo constantemente sobre lo improbable que era que el tipo pusiera un pie en su casa.

“Sobre mi cadáver, Kibum, ¿me oíste? Primero tendrá que pasar sobre mi cadáver antes de que pueda alejarte de mi lado” Le había dicho incontables veces esa noche.

A la mañana siguiente, Jonghyun sabía que no podía seguir evitando las miradas interrogantes de sus amigos, por lo que, cuando el rubio entró a la ducha, él se acercó a ellos, contándoles brevemente los hechos del día anterior. Ambos se sorprendieron notablemente, pero se mantuvieron al margen una vez que Kibum los acompañó en el desayuno. El castaño no podía haber estado más agradecido con sus amigos, cuando lo apoyaron totalmente y aceptaron a Kibum como si fueran amigos de años.

Ese día, por la tarde, y con la ayuda de los padres de sus amigos, detuvieron al ex novio de Kibum.

. . .

 “¡Mira papi, una maritosa!”

Jonghyun observó a Kibum correr entre el pasto, hasta tomar a una niña entre sus brazos, alzándola en el aire mientras reía. Sonrió.

Youngmi era la luz de sus ojos, su segunda razón para vivir. Él y Kibum la habían adoptado cuando apenas era un recién nacido. Ahora, la pequeña diablillo tenía 5 años y era su completa adoración. El orgullo de sus padres y tíos.

“Mariposa, cariño. Se dice, ma-ri-po-sa” Corrigió Kibum, cariñoso, mientras ponía de nuevo a Youngmi en el suelo.

“¿Mariposa?” Preguntó ella, curiosa, sentándose en el pasto sobre sus regordetas piernitas, tratando de no espantar a la mariposa que estaba muy cerca de ella.

“Así es…” Kibum se inclinó a su lado, sonriéndole a su hija.

Jonghyun llegó a su lado, al notar lo absorto que se encontraba su marido e hija. Se quedó sin aliento al observar el nacarado brillante aleteando con elegancia frente a sus ojos.

“Youngmi…” Jonghyun llamó a su hija, quién observaba fijamente la expresión en el rostro de su papi. “¿Por qué no vas con tío Minho y le pides algunos dulces?” Su hija lo miró intensamente, Jonghyun se sorprendió con el parecido que tenía con su esposo en esos momentos.

“Pero papá~”. Dijo Youngmi haciendo un puchero. “¿Papi está bien?” Preguntó ella, notablemente preocupada.

Jonghyun sonrió  y tomó a su hija entre sus brazos. “Sí, cariño, papi está bien, sólo… él sólo recordó algo que ya había olvidado. Pero no te preocupes, papá se hará cargo de todo… Ahora, ¿por qué no vas y molestas a tío Onew por mí?” Su hija rió y se soltó de sus brazos, comenzando a correr hacia donde sus tíos estaban comiendo todos juntos, sentados sobre una pequeña mesa de madera que estaba en el parque.

“¡Tío Onew~!” Gritó ella feliz. Jonghyun rió ligeramente al notar la cara de incomodidad de su amigo. A su lado, Minho y su esposo Taemin, reían sonoramente. Les dio una última mirada, y después de inclinó junto a Kibum, quien seguía mirando la mariposa. Sentándose junto a él, en silencio.

“¿En qué piensas?” Preguntó Jonghyun, después de un rato de que la mariposa hubiera decidido irse.

Kibum, giró a mirarlo, con los ojos ligeramente bañados en lágrimas. Jonghyun se sorprendió y tiró de Kibum en un apretado abrazo, éste buscó refugio en su pecho, tratando de tranquilizarse.

“Kibummie, me espantas… ¿Éstas bien? ¿Necesitas algo?” Dijo Jonghyun, y se descolocó al escuchar una pequeña risa por parte de su esposo, quien se alejó un poco, sonriéndole cálidamente.

“Gracias por cumplir tu promesa…”  Dijo Kibum y se inclinó hacia Jonghyun, uniendo sus labios.

Jonghyun respondió el beso, pasando sus brazos por la cintura de Kibum, acercándolo a él lo suficiente para que enredara sus brazos en su cuello. Sonrió entre el beso, haciendo sonreír a Kibum también.

“Todavía no me agradezcas, que no me alejarás de ti tan fácilmente…” Habló juguetonamente y Kibum rió con fuerza, golpeando su pecho en broma, para después darle un ligero piquete en los labios.

“¡Como si pudieras hacerlo!”

Ambos rieron de nuevo, y escucharon las risas de sus amigos. Ambos se giraron, descubriendo como su hija tenia a Onew, sobre el pasto.

“¿Cómo—?” Preguntó Jonghyun y Kibum negó con la cabeza.

“Vamos a rescatarlo antes de que le dé un paro cardiaco o algo así…”

Kibum se levantó y comenzó a caminar hasta donde estaban los demás. Jonghyun lo escuchó regañando a Taemin por no hacer nada, después a Minho por no cuidar de su hija y por último a Onew, por dejarse manipular por una niña de 5 años.

Jonghyun sonrió ampliamente y cuando se disponía a llegar hasta su familia, un revoloteo a su lado le llamó la atención.

La mariposa había regresado.

Jonghyun alzó la mano, lo suficiente para que la mariposa se posara en ella. Él la miró por unos minutos y después susurró suavemente: “De nada”

Levantó la mano sobre su cabeza y la mariposa alzó el vuelo. Jonghyun se mantuvo de pie ahí, hasta que perdió de vista a la mariposa en el cielo.

“¡Jonghyun! ¡Trae tu trasero para acá! ¿¡O acaso esperas que las hamburguesas de hagan solas?!” Le grito Kibum a lo lejos, y rió de buena gana.

Sí, él definitivamente cumpliría su promesa.

“Yo… lo lamento…” Murmuró al fin, y el rubio lo miró. Sin embargo, Jonghyun mantuvo la miraba fija en el suelo. “Lamento no haber llegado antes para salvarte, lamento no haber estado ahí para protegerte, y lamento haberte lastimado hace unos momentos… no era mi intención” Sintió el agarre de Kibum más fuerte en su mano y eso le dio valor para continuar. “Sin embargo, te prometo que te cuidaré de ahora en adelante si tú me lo permites. Siempre estaré ahí para ti, siempre te protegeré… Hasta el final”