Taemin se acurrucó en la esquina de una nube, las alas blancas rodeaban su pequeño cuerpo, como si él mismo se escondiera del mundo... era exactamente lo que estaba tratando de hacer...

Él sabía que la había regado muchas veces, tal vez incluso demasiado esta vez. Taemin siempre había sido un fracaso de ángel, ese hecho había sido conocido por todos la primera vez que el chico había tratado de hacer un milagro y terminó quemando Roma en su lugar.
Ese no había sido un día muy bonito. Taemin se estremeció, al pensar en el pasado. La peste negra, el terremoto de San Francisco, la Gran Pandemia de la Gripe Española, el incendio en Chicago, el naufragio del Titanic. Todos los eventos que Taemin había causado accidentalmente mientras él había estado tratando de compartir un poco de alegría milagrosa con la Tierra.

–Cuando se trata de ángeles, tengo que ser el peor– murmuró para sí mismo, cruzando sus piernas y poniendolas más cerca de su pecho, tratando de enterrarse en la nube esponjosa en que estaba escondido. No era como si fuera completamente la culpa de él. Taemin era un chico torpe. Incluso con sus alas, se tropezaba en el aire más de una vez al día. Él siempre estaba dejando caer las cosas, tropezando con los demás, y ahora... bueno ahora... Había cometido el error más grande hasta la fecha.

El sonido del aleteo de alas llenó los oídos de Taemin y el ángel se encogió aún más, intentando en vano hacerse ovillo a sí mismo con más fuerza, una bola más pequeña.

–Taemin– susurró una voz conocida. El ángel levanto la cabeza de la nube en que estaba escondido y vio la mirada angustiada de su mejor amigo, Key, él le devolvió la mirada.

Key era el ángel modelo, la apariencia perfectamente inocente (con esa sonrisa asesina y la cabeza llena de brillante pelo castaño), amable, con una voz increíble y una habilidad natural para hacer milagros. Por qué había decidido hacerse amigo de un perdedor desajustado como Taemin, aún desconcertaba al ángel de cabello negro.

–Key– susurro Taemin, con las lágrimas brillando en sus grandes ojos. Key inmediatamente voló hacia su mejor amigo y lo envolvió en un fuerte abrazo...

–Oh Tae, ¿qué hiciste?– le preguntó Key, sacudiendo la cabeza. Taemin siempre había sido un loco, y Key lo amaba por eso. Sin embargo, esta vez fue un poco diferente que todas las demás.

–¡Key, no fue mi intención! Sólo estaba tratando de difundir un poco de alegría navideña a la gente en la Tierra– dijo Taemin rápidamente, –Sé que se supone que no debo hacer más milagros, pero había tanta gente que se veía tan triste, y yo quería animarlos, y...–.

–Key. Taemin– Una voz grave y retumbante interrumpió el alegato de Taemin.
Tragando profundamente, los ángeles se dieron la vuelta para ver la figura del ángel principal. Taemin se encogió aún más y las alas de Key inconscientemente se movieron para cubrir a su amigo.

El ángel principal Onew, había visto muchos desastres en su tiempo, la mayoría de ellos tenían que ver con Taemin. Sin embargo, nunca antes el ángel había esperado despertarse con la vista de la Puerta de San Pedro, en todo su esplendor perlado, tirada en ruinas en su base de la nube suave. El símbolo más emblemático de todos los cielos estaba destruido ahora, y Onew tenía una buena idea de quién estaba detrás de ello.

–On... Onew– tartamudeo Key, su ya alta voz chillona subiendo otras dos octavas. Taemin intentó ocultar todas sus partes detrás de su mejor amigo, mentalmente maldiciendo a Key por ser tan pequeño como él.
¿Por qué no pudo mi mejor amigo ser Siwon? Yo podría haberme escondido detrás de él con facilidad, con él siendo tan alto y con alas enormes y...

–Taemin– la voz de Onew corto a través de los pensamientos de él y el ángel más pequeño sabía que estaba condenado. Nunca antes había escuchado tanta rabia en la voz del ángel principal.

–S...sí, Onew– dijo Taemin, mirando desde atrás de Key, tirando sus labios en un puchero y poniendo los ojos de cachorro que le habían dicho que lucían adorables en él. Ya que su táctica de ocultarse no había funcionado como había previsto, él pensó que podría ser capaz de salvarse a sí mismo luciendo tan lindo e inocente como fuera posible.

–Me desperté esta mañana y vi una cosa muy peculiar, Taemin– dijo Onew, tratando de mantener su temperamento bajo control. Él era un ángel, después de todo.

–Oh... ¿faltaba tu manta?– preguntó Taemin, sacando la expresión más inocente que pudo mientras fingía ignorancia –tal vez Leeteuk accidentalmente la tomó de nuevo–.

–No, todo lo de mi cama estaba allí. Pero otra cosa no estaba– continuó Onew, levantando una ceja mientras Taemin ponía las manos bajo su barbilla lindamente. Qué está tratando de hacer ese chico, el ángel principal pensó, todo el mundo sabía que era el sello de Taemin.

–Oh... ¿eran tus pantuflas?– Taemin preguntó tiernamente, –creo que ayer vi a Donghae con unas que lucían como las tuyas–.

–No, no fueron mis pantuflas lo que faltaba, Taemin. Es la Puerta de San Pedro lo que falta– dijo Onew, su voz se convirtió en mortal –ya sabes, el punto de entrada al cielo. La primera cosa que un ángel ve cuando obtiene sus alas. El orgullo y la alegría de todo el mundo aquí–.

–¿Qué?– dijo Taemin, emitiendo una fuerte y falsa carcajada, –No seas tonto, Onew. ¿Cómo es posible que la Puerta de San Pedro desaparezca?–.

–Jeje, sí– dijo Key riéndose torpemente y mirando como si estuviera al borde de las lágrimas –la Puerta de San Pedro ha estado allí desde siempre, nadie puede llegar a robársela–.

–Oh, no fue robada– dijo Onew, acercándose a los dos ángeles –fue destruida. Arruinada. Devastada en pequeños pedacitos, los cuales están dispersados en la entrada del cielo–.

Taemin abrió los ojos aún más y empezó a temblar nerviosamente, –¡Omo! ¿Cómo pudo haber sucedido? ¡Tal vez hubo un tornado que logró explotar la puerta en pedazos! Oh, que pena–.

–No hay tornados en el cielo, Tae– dijo Onew extendió su mano, arrancando algo del cabello negro de Taemin. El ángel más pequeño dio un respingo, sorprendido por la acción, hasta que vio lo que el ángel principal había retirado del pelo.
Era un pequeño fragmento de perla. La misma perla de la que la Puerta de San Pedro estaba hecha.
Al ver el fragmento en la palma de Onew, causo que Taemin estallara en lágrimas.

–Onew, lo siento– exclamó el pequeño ángel, su cuerpo temblando violentamente. Key de inmediato se trasladó a consolar a su amigo, pero fue detenido por uno de los brazos de Onew.

–Taemin. Te he dicho incontables veces antes que no trates de hacer milagros por ti mismo– dijo Onew, con su voz sin ninguna simpatía.

–¡Ya lo sé!– decía Taemin, llorando aún más, –¡Pero todo el mundo se veía tan triste, está cerca la Navidad, la gente no debe estar triste, pensé que podía hacer un milagro muy pequeño, pero en su lugar me las arreglé para hacer temblar toda la nube y la puerta sólo... sólo se derrumbó!–.

–Taemin, te hemos dado muchas oportunidades– dijo Onew, pellizcando el puente de su nariz mientras Key rompió a llorar junto a su mejor amigo.

–¡Ya lo sé!– se lamentó Taemin, –¡Te prometo que no tratare de hacer un milagro otra vez! Te prometo que sólo voy a permanecer sentado y ni siquiera me moveré a menos que tú me lo digas para la próxima vez–.

–Me temo que no habrá una próxima vez– dijo en voz baja Onew.

Taemin se hundió hasta las rodillas mientras el llanto de Key se hizo más fuerte.

–No, no, no, no puedes hacer esto Onew– la voz chillona de Key sonaba una y otra vez.

–Taemin. Ya no eres bienvenido en el Cielo– dijo Onew, con su voz llena de pesar.

El mundo entero de Taemin comenzó a girar. Sintió como sus alas eran arrancadas de su espalda, causándole suspirar de dolor, con la boca y los ojos muy abiertos.

–¡Taemin!– el alto grito agudo de Key se escucho antes de que fuera ahogado por el sonido de fuertes silbidos.

Y luego él estaba cayendo...

Bueno aqui les traigo la actualización, este es el primer capitulo y esta my divertido.
Habra un sube y vajas de emociones.
Gracias por sus comentarios que bueno que les gustara, espero que mas adelante haya más lectoras, Fighting! ^///^

Taemin se sintió cayendo, cayendo, cayendo.

Parecía no haber fin de eso. El viento se arremolinaba alrededor del cuerpo del pequeño chico, sus delicadas extremidades girando y agitándose en el aire mientras la frágil figura descendía.

Cayendo, cayendo, cayendo... y luego nada.

Taemin se sintió caer contra lo que parecía ser una superficie dura. El suelo debajo de él era frío y áspero, raspando la piel delicada del pequeño chico, lo que le causó hacer una mueca de dolor por el malestar. Justo cuando Taemin estaba a punto de abrir los ojos, oyó un ruido fuerte seguido por el peor dolor que había sentido en su vida.
Caía de nuevo hacia el suelo, Taemin vagamente escucho fuertes sonidos huecos y gente gritando. Se deslizó en la inconsciencia con un solo pensamiento en su mente...

Wow, la vida en la Tierra es una porquería...

–Señor, juro que no tengo ni idea de dónde vino. Yo estaba conduciendo y entonces apareció de la nada en la calle–.

–Hyukjae, los chicos no sólo aparecen mágicamente de la nada. Solo porque atropellaste al chico no significa que puedas dar excusas–.

–¡Pero yo no lo hago! ¡De verdad, fue como si acabara de caer en la calle, de la nada!–.

Taemin abrió los ojos, desenfocada mente adaptándose a su nuevo entorno. Mirando hacia abajo, parecía que estaba en una cama decorada con sabanas de color rojo oscuro y una cantidad horrendamente grande de lujosas almohadas de oro. Las paredes de la habitación eran rojas y también tenían una colección de pinturas que Taemin sabía que iba a tardar años para apreciarlas de verdad. El chico parpadeó un par de veces. Aquí todo era mucho más oscuro que en el cielo, por lo que le tomó un poco acostumbrarse.

–¡Oh, estás despierto!–.

Taemin rápidamente volvió la cabeza para ver a dos hombres mirándolo. Uno de ellos era bajo y muy delgado, con una mirada de disculpa en su hermosa cara. El otro hombre era un poco más alto y lucia tranquilo, con una cara amable y pelo lacio que estaba cortado justo por encima de la nuca de su cuello.

Taemin sonrió a los dos hombres. Ambos se veían bien y eran casi tan hermosos como los ángeles a los que él estaba acostumbrado a ver, por lo que lo puso más cómodo.

–Hola– el hombre de pelo lacio dijo, su voz era profunda y ronca, tan diferente a la dulce melodiosa voz que Taemin había escuchado toda su vida, –¿estás bien?–.

Taemin intentó asentir con la cabeza, sólo para sentir un dolor punzante a través de su cráneo. Él gritó y se agarró la cabeza, haciendo un puchero lindamente. El hombre de pelo lacio se rió un poco.

–Tu cabeza probablemente duela un poco, ya que fuiste noqueado en el suelo después de haber sido golpeado– explicó con calma, –¿Te acuerdas de tu nombre?–.

–Taemin– gimió el chico, todavía con la cabeza palpitante.

–Ah, está bien, Taemin. ¿Puedes decirnos cuántos años tienes ó donde vives?– el hombre de pelo lacio le preguntó. Taemin negó con la cabeza, con su puchero creciendo aún más.

–¿Por qué no? ¿No te acuerdas?– el hombre siguió preguntándole con voz tranquila y relajante. Taemin negó con la cabeza una vez más.

–Yo no puedo decirte mi edad porque eres un extraño– Taemin respondió con seguridad. Él no sabía mucho sobre la vida humana, pero cada vez que miraba hacia abajo en la Tierra, siempre veía a las madres diciéndoles a sus hijos que no dieran información personal a extraños. El ex ángel pensó que era una extraña costumbre humana.

Ves, yo no soy tan malo haciendo cosas humanas.

–Oh... bien– dijo el hombre de pelo rizado, tratando de no echarse a reír por lo adorable del chico, –Mi nombre es Jonghyun. Tengo 25 años y trabajo como abogado personal. Este de aquí es Lee Hyukjae. Él tiene 27 años y es un chofer, él es el que te atropello. Ambos trabajamos para Choi Minho, el dueño de la casa donde te encuentras en este momento–.

–¡Está bien! ¡Encantado de conocerlos Jonghyun y Hyukjae!– Taemin dijo con una brillante sonrisa a pesar del dolor que seguía corriendo por todo su cuerpo. El chico, aunque ahora era un ser humano, todavía tenía todas las cualidades de un ángel, entre ellas la emoción infantil, –¡siento que tuvieras que atropellarme, Hyukjae! Eso suena como que fue doloroso–.

Jonghyun se echó a reír, resistiendo el impulso de agitar el pelo del chico, por la manera linda e informal en que había dicho su nombre y el de Hyukjae. El abogado miró a Hyukjae, quien estaba mirando hacia abajo a Taemin con una expresión aturdida en su rostro.

–Así que ahora que ya no somos extraños, ¿puedes decirnos tu edad?– Jonghyun le preguntó al pequeño.

Taemin frunció el ceño un poco por la pregunta. No podía decirle a los dos hombres su edad real... que eran técnicamente miles y miles de años en edad humana, después de todo. Rápidamente se estaba comiendo los sesos tratando de pensar en una edad humana aceptable para él.

–Diez– dijo finalmente Taemin. Jonghyun arqueó las cejas y Hyukjae dio una sorpresiva tos. Muy bien, así que esa no era la respuesta correcta... –…y nueve– añadió débilmente, con la esperanza de que fuera una edad aceptable.

–Oh. Diecinueve– dijo Jonghyun sonriendo, –bien– Taemin suspiro de alivio. –¿Te acuerdas dónde estás Taemin?–. Esa es una pregunta fácil, pensó Taemin. Jonghyun le acaba de decir dónde estaba. ¡Tal vez él está tratando de ponerme a prueba para ver si mi memoria es buena!

–¡La casa de Choi Minho!– dijo el chico felizmente, emocionado de saber la respuesta a la pregunta. Jonghyun sólo se rió una vez más, mientras que Hyukjae trató de ocultar su risa.

–Bueno sí, pero me refiero a en que ciudad te encuentras– Jonghyun explicó. Taemin frunció el ceño profundamente y sacudió la cabeza. No tenía idea de dónde estaba. Después de todo, Onew en realidad no le había dicho dónde caería.

–Oh, bien, estás en Seúl. En Corea del Sur– dijo Jonghyun, con la esperanza de estimular la memoria del chico. Los ojos de Taemin se iluminaron y dio aplauso con sus manos felizmente.

–¡Oh, Seúl! He oído hablar de ese lugar– dijo el chico con entusiasmo. Jonghyun y Hyukjae lo miraron con las cejas arqueadas.

–Él probablemente es de provincia– el chofer le susurró al abogado. Jonghyun asintió con la cabeza. Incluso si Taemin hubiera dicho que era de Seúl, el joven abogado no se lo habría creído. Nadie tan inocente o infantil como Taemin, se podía encontrar en la gran ciudad...

–Bueno, bueno, Taemin, ¿de dónde eres? ¿Tu familia vive en algún lugar cerca de aquí?– le preguntó Jonghyun. Inmediatamente, la sonrisa feliz de Taemin se salió de su rostro y sus ojos grandes comenzaron a llenarse de lágrimas.

Mi familia, pensó Taemin, su mente vagaba hacia Key, Onew, Leeteuk y todos los ángeles que había conocido en toda su vida. ¿No son mi familia? Ellos son los únicos que he conocido. Pero no existen más para mí...

De repente, el hecho de lo que le había sucedido golpeó a Taemin como una tonelada de ladrillos. El chico casi se dobló por el dolor y tristeza, los brazos fueron para agarrar sus alas que ya no estaban allí.

No tengo a nadie, Taemin pensó, tratando de no llorar, no más Key haciendo bromas extrañas, no más Onew gentilmente tratando de enseñarme mis lecciones, no más Cielo... sin hogar, sin familia, nada...

Jonghyun lucia en pánico cuando el chico empezó a llorar. Lanzó una rápida mirada a Hyukjae y vio al otro hombre luciendo tan afligido y preocupado. Rápidamente, tanto el abogado como el chofer se dirigieron a la larga cama en un vano esfuerzo por calmar al chico. Jonghyun frotó círculos en la espalda de Taemin, mientras Hyukjae torpemente acariciaba la cabeza del chico.

–No tengo a nadie– Taemin susurró una y otra vez,–ninguna familia. Ni casa. Yo soy un ángel caído. Nadie se preocupa más por mí–. Los ojos de Jonghyun se abrieron por el término de "ángel caído". ¿Ángel caído? ¿Al igual que alguien que ha perdido su inocencia? Oh, Dios...

De repente la puerta del dormitorio se abrió con un fuerte golpe. Tanto Jonghyun como Hyukjae saltaron fuera de la cama mientras el infame amo de la casa entró en la habitación.

Taemin miro arriba, resoplando, pasando sus manos en su cara manchada de lágrimas, tratando de retirar el líquido salado fuera de sus mejillas. Sin embargo, todos sus movimientos se detuvieron cuando sus ojos se posaron sobre la persona que acababa de entrar en la habitación.

El hombre de pie en el marco de la puerta delante de él no era como uno que él hubiera visto nunca antes. Todos los ángeles tenían la similar apariencia de piel pálida, ojos grandes y delicados, de rasgos femeninos. Este hombre era todo lo contrario. Era alto, de rasgos afilados, una mandíbula fuerte, y la piel bronceada de color caramelo. Él emanaba una hombría que Taemin nunca había presenciado antes, y dejo sin aliento al hermoso chico.

Los ojos del hombre escanearon al delicado chico en la cama, antes de que él dejara escapar un largo suspiro.

–Jonghyun, ¿cómo está?– preguntó el hombre. Su voz no era tan profunda como Taemin pensó que sería, y había un ligero acento escondido detrás de las cortas palabras precisas.

–Ya te dije Minho, yo soy abogado, no un médico– respondió Jonghyun, entrecerrando los ojos hacia el hombre más alto –fue golpeado sólo ligeramente, por lo que en su mayoría sólo tiene heridas superficiales. Pero hay que llevarlo al hospital–.

–¿Así la prensa puede tener un día de campo diciendo que mi chofer atropelló a un chico en la calle?– dijo Minho, –gracias, pero prefiero no tener ese desastre de relaciones públicas–.

–¿Así que prefieres tener un desastre de relaciones públicas por atropellar a un chico en las calles, cometer negligencia con él, y dejarlo morir?– Jonghyun preguntó con las cejas levantadas. Taemin, desde su posición en la cama, comenzó a sentir pánico.

¿Morir? ¿Me voy a morir? Supongo que soy mortal, así que me puedo morir... ¿pero será pronto eso? ¿Qué será de mí cuando me muera? ¡Se me prohibió entrar en el cielo de nuevo! ¿Me tengo que ir al infierno? ¡Oh mi... Onew! ¡Sálvame! No puedo ir al infierno. ¡Quién sabe lo que me obligarían a hacer! A lo mejor me hacen matar cachorros. ¡No puedo pasar la eternidad matando cachorros!

–¡Taemin!– Hyukjae gritó, preocupadamente agarro al jovencito, quien parecía que estaba en medio de un ataque de pánico.

–¿Me voy a morir?– Taemin se ahogo, mirando a Hyukjae con los ojos muy abiertos. El hombre solo se limitó a sacudir la cabeza, tratando de confortar a Taemin.

–No estás tan lesionado, Taemin– Hyukjae explicó, –Jonghyun sólo estaba tratando de hacer entender al amo Minho–.

–¿Qué pasa con ese chico?– dijo Minho, mirando a Jonghyun. El abogado se acercó al empresario y lo saco de la habitación.

–Creo que Taemin está teniendo un momento difícil ahora mismo– Jonghyun le dijo a Minho una vez que los dos estaban en el pasillo, –de lo que él dijo, parece como si él no tuviera casa y podría haber sido recientemente abusado sexualmente... Quiero decir, él mismo se llamo "ángel caído" y los dos sabemos lo que eso implica–.

–Los asuntos del chico no tiene nada que ver conmigo– dijo Minho, sin entender lo que su abogado estaba diciendo.

–Bueno, ya que atropellaste a Taemin en la calle, sus asuntos se han convertido en los tuyos también– dijo Jonghyun, –si él quiere, te puede demandar por una gran cantidad de dinero. Por no hablar del día de campo que la prensa tendría con eso–.

Minho miró a su abogado con una ceja levantada. Demandar a alguien era lo último que Minho se imagina que el delicado y tembloroso chico dentro de la habitación, haría. Pero de nuevo, las apariencias son a menudo muy engañosas, eso era una de las muchas cosas que Minho había aprendido con los años.

Sin decir una palabra más, Minho se dio la vuelta y volvió a entrar en la habitación con Taemin y Hyukjae. Se acercó a la cama y miró al chico más pequeño a los ojos. Taemin eludido la mirada cuando vio el resplandor frío que el hombre alto le estaba dando.

–Voy a mandar algunos medicamentos para ti– dijo Minho, –tómatelos. Una vez que estés mejor, podemos hablar de tu pago–.

–¿Pago?– Taemin preguntó con los ojos muy abiertos. ¿Todos los humanos traen hombres extraños a sus casas y luego les pagan? ¿O sólo personas moribundas como yo reciben el pago?, el jovencito se preguntó.

–Yo te pagare por tus lesiones y cualquier problema que tengas, así que no sientas la necesidad de demandarme– Minho dijo, –por supuesto, asumiendo el hecho de que puedas darte el lujo de tener tu propio abogado–.

¿Demandar? Los ojos de Taemin se abrieron aún más en la confusión, ¿que en el mundo de los mortales significa "demandar"?

–¿Por qué necesito mi propio abogado?– Taemin preguntó apresuradamente a Minho, –¡no sé cómo conseguir uno propio! ¿Tengo que comprarlo en alguna parte? ¡No tengo ningún tipo de dinero conmigo! ¿No puedes simplemente compartir a Jonghyun conmigo, Minho?–.

Minho miró al jovencito, frunciendo el ceño profundamente. ¿Hablaba en serio este chico?

–¿Por qué compartiría mi abogado para que me pudieras demandar?– le preguntó Minho. Taemin sonrió brillantemente al hombre más alto. ¡Sabía la respuesta a esa pregunta!

–Debido a que compartir es la cosa más buena por hacer, ¿cierto?– dijo Taemin, recitando una lección que él había visto que siempre las madres humanas enseñaban a sus hijos –¡y Minho es una persona buena, por lo que seguramente compartirá conmigo!–.

Hyukjae y Jonghyun intentaron lo más duro para no echarse a reír después de que Taemin había llamado a Minho una "persona agradable".

–¿Por qué crees que soy una buena persona?– preguntó Minho, entrecerrando los ojos. ¿Estaba este chico tratando de jugar algún tipo de truco?.

–¡Porque eres tan guapo!– Taemin espetó con sinceridad. Otra cosa que nunca aprendió de los ángeles, tacto. –¡Alguien tan guapo como tú, no puede ser malo!– Una vez más, Jonghyun y Hyukjae se rieron de lado.

Las cejas de Minho se arquearon, con sus mejillas extrañamente sintiéndose calientes por alguna razón. ¿Es esta la forma en que este chico actúa con todo el mundo?, se preguntó Minho, no es de extrañar que fuera abusado. Él es demasiado inocente aunque aventado al mismo tiempo...

–Como sea– dijo Minho, tratando de no estar nervioso, porque ÉL era Choi Minho. El cabecilla de los más conglomerados de toda Asia. Él no se ponía nervioso. Y ciertamente no se ponía nervioso a causa de los chicos con rostros hermosos, grandes ojos, sonrisa inocente y... espera ¿de qué estaba hablando de nuevo?

–Voy a mandarte los medicamentos. Tómalos sin dar más problemas. Vamos a discutir tu situación más adelante– dijo Minho rápidamente, alejándose de Taemin y salió de la habitación antes de que el chico jugara más trucos en su cabeza con esas miradas inocentes suyas.

Ninguna persona puede ser tan inocente, Minho pensó para sí mismo, tiene que haber algo con ese chico. Y Minho encontraría que era. Porque nadie engañaba a Choi Minho. Todo el mundo tiene un precio, sólo necesito comprar el secreto de ese chico....

Que le espera a Tea ahora que es humano..., seguira en la casa de Choi Minho...?

P.D. Espero que haya sido de su agrado este primer capitulo, no se olviden de comentar >.<