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Musex... (KeyTae) {Oneshot}
Titulo: Musex...
Autoras: Mi-chan y CariitoKeyShawol
Género: Lemon
Raiting: +18
Parejas: KeyTae (principal) Mención de OnHo
Notas 1: Es la primera producción que hacemos las dos juntas (y creo que no será la ultima), así que perdonó por si hay cosas que no cuadran.
Notas 2: Tener en cuenta quien lo ha escrito y lo que eso puede conllevar a tu salud. Leer bajo propio riesgo las autoras (ósea nosotras) no se van a hacer cargo de ningún daño colateral producido por la lectura. Gracias por leer!
Musex…
¿Qué es de la vida de un pintor sin algo que pintar? ¿Qué es de los pinceles sin una muza que dibujar? ¿Qué es del lienzo que se ve a sí mismo vacío sin una inspiración que plasmar?
Los blancos de inspiración en los artistas son demasiado comunes, aunque no lo crean. Pueden pasar días, meses e incluso años sin que un compositor componga, un instrumentista toque su instrumento o un cantante cante. Pero este caso es especial.
Un pintor no se puede quedar sin inspiración tan fácil. Los paisajes, una hermosa chica, una flor y hasta una ventana se puede pintar, a diferencia de la inspiración que necesita un músico. Pero yo soy un pintor sin muza. Soy un pintor sin ideas. Soy un pintor vacío. Soy un pintor sin futuro.
Mi padre y mi madre, las personas que más amé en este mundo me abandonaron hace algunos meses. La vida decidió llevárselos de mi lado. Y con ellos, se fue mi inspiración. Su amor, su cariño y comprensión siempre fueron la causa de mis pinturas, pero ahora que no están, no tengo idea qué pintar.
Nunca he amado a nadie aparte de ellos, por lo que el “amor” del que todos suelen hablar, tiene un sabor insípido para mí. Es como un pincel que no pinta, un vinilo sin color.
Todas mis pinturas me llevaron a la fama. Pero ahora que no puedo pintar, mi profesión se va por el inodoro. Veo mi mundo caer en pedazos a mi alrededor y no puedo hacer nada para evitarlo.
Lienzos sin color, pinceles y vinilos enfurecidos me persiguen en mis sueños y no me dejan dormir. Me caigo en una espiral sin fondo y no puedo parar de caer.
¿Hay solución para mi enfermedad?...
Cansado de estar mirando un trozo de tela en blanco todo el día, pincel en mano sin saber que pintar. Ni un círculo, ni una raya, ni una luna.
Nada.
Mi cabeza estaba en blanco completamente.
-¡No puedo más!- grité y tiré el pincel contra pared, consiguiendo que se rompiera en dos trozos y luego cogí unas tijeras y las clavé en el lienzo que tenía delante de mí, rajándolo a medida que mis piernas flaqueaban y caía al suelo de rodillas.
Solté las tijeras, que rebotaron al suelo y me cubrí la cara con las manos, soltando débiles sollozos.
Todo lo que me pasaba…era por mi culpa. Mi padre y mi madre habian muerto… por mi culpa. Por ser un maldito egoista que solo pensaba en su felicidad mis padres habían dejado la vida.
Nunca podré olvidar aquella noche en la que discutimos.
Yo había ido a casa de mis padres para decirles que iba a ser pintor, pero ellos se negaron profundamente a eso, diciendo que ellos ya me habían organizado la vida. Me quedé unos segundos en silencio, hasta que exploté y les pregunté que a qué se referían. Me dijeron que me habían arreglado un matrimonio con un empresario que se iba a mudar a Alemania para que aprendiera cosas nuevas fuera de Corea. Les dije que ni loco me iba a casar con el tal Kim Jonghyun.
Lo último que oyeron de mi boca fue un “Si hubierais estado más tiempo conmigo, si yo os hubiese importado alguna vez, me conoceríais y sabríais que nunca haría eso por vosotros.”
Después de tres meses de no hablarnos, de no contestar a sus llamados, cogieron el coche y me vinieron a ver a Seúl, donde tenía mi estudio.
Un camión volcó. Ellos iban detrás. Murieron al instante.
Aquellas fueron las últimas palabras que les pude decir.
Lentamente, me fui sosegando y me levanté, me sequé las lagrimas y me fui al baño para asearme.
Me miré al espejo y no pude hacer nada más que reír irónico: no solo mi inspiración, mis padres se habían llevado otra cosa muy importante para mi: el sentido de la moda.
Desde hacía ocho meses que me daba igual como iba vestido, total, no abandonaba mi estudio, me daba igual como iba.
Después de deshacerme de mis ropas, entre a la ducha y dejé que el agua caliente me serenara, después de ducharme me volví a vestir como antes, pues tenía toda la intención de salir a dar una vuelta por el parque que habia detrás de casa.
Unos tejanos arrapados, una camisa de color rosada y una chaqueta de cuero eran mi look, me puse unas gafas de Sol, peiné mi pelo rubio, me puse mis pendientes y salí a la calle.
Después de andar unos minutos por el parque mirando a los niños jugar a la pelota, o columpiarse, llegué al centro del parque, donde había una fuente de esas que tiene surtidores en el suelo.
Y en medio de dicha fuente, estaba la criatura más bella que jamás mis ojos hubiesen contemplado: era un chico alto, delgado, más o menos como yo mismo, el pelo de color cobre… del mismo color que las hojas de los arboles que nos rodeaban, rodeado de niños, con los que jugaba a tirarse agua.
Era simplemente…hermoso.
Y cuando levantó la mirada y me miró, sentí morirme: aún de lejos, su sonrisa era fácil de ver, enorme y brillante, como el mismo Sol.
Dio un par de pasos hacia mí, como si me quisiera decir algo, pero yo por el contrario di media vuelta y arranqué a correr hacia mi casa.
Una sola cosa pasaba por mi cabeza: tenía que plasmar tal belleza en un lienzo.
Al llegar a casa, las ideas e imágenes pegaban fuerte en mi cabeza. El amarillo quemado del sol al atardecer, el cobre de su cabello, el color durazno pálido de su piel… Todo cuanto acababa de ver, hacía que mis manos quisieran pintar de nuevo.
Estaba feliz. Había encontrado mi nueva inspiración. Una hermosa y delicada inspiración.
Fui directo a mi estudio, cogí un lienzo nuevo, varias pinturas, nuevos pinceles de todos los tamaños y dejé que mis manos plasmaran a su gusto aquella imagen que no dejaba mi cabeza.
Ese chico… De alguna manera se parecía a mí. Pero parecía, de alguna manera ante mis ojos, más fuerte, más inocente, más perfecto.
Miraba estupefacto como mis manos pintaban sin descanso frente a mis ojos, cómo mesclaban los colores y llegaban a los tonos perfectos de la imagen en mi cabeza.
Después de varias horas de pintar y pintar, decidí descansar un poco. Estiré las piernas, comí algo y miré por la ventana, tratando de buscar a aquel chico con la mirada para ver si aún estaba allí, pero era de noche y no se veía casi nada.
Volví al estudio y me sorprendí. Habían ocho lienzos pintados con escenas diferentes pero en esencia eran la misma: el chico en la fuente. ¿A qué horas había pintado tanto?
Luego de ver lo que acababa de hacer sin siquiera darme cuenta, decidí que iría de vez en cuando a ver si el chico estaba en el parque.
El día siguiente fui a la misma fuente, pero para mi infortunio no estaba, decidí dar una vuelta por el parque, a ver si le encontraba.
No hubo suerte.
Seguí yendo día sí y día también, pero él no estaba y, cuando sentía que la desesperación se volvía a adueñar de mí, le volví a ver, jugando con los mismos niños en los columpios. Inmediatamente volví a casa para plasmar aquella imagen.
Y así cada día de la semana salvo domingos, pues los destinaba a organizar una exposición con mi representante.
Lee Jinki.
-Entonces… ¿Quieres organizar una exposición para el día veintidós del mes que viene?- me preguntó, apuntando quien sabe que en su inseparable libreta.
-Sí.- dije después de beber un sorbo de mi botella de agua.
-¿Y cómo quieres que se llame?- parpadeé confuso, ya que no tenía ni idea de que nombre ponerle.
-Hmm… “El niño del parque Sur”.- le dije.
-Es un nombre un tanto raro, pero bueno, tú eres el artista.- dijo, a lo que yo asentí.
-¿Cuántos cuadros?- me preguntó y decidí por una cifra espectacular.
-Treinta.- le respondí y vi como sus ojos me miraban como si estuviera loco.
-¿Treinta? Kibum, es casi imposible que pintes tantos cuadros en menos de un mes.- me dijo negando con la cabeza.
-Exacto. Casi.- sonreí con superioridad.- El otro día pinté ocho cuadros en una sola noche. Y ya llevo quince.
-Está bien, tú sabrás lo que haces, pero por favor, cuídate un poco Key.- me dijo y sonreí al ver la preocupación reflejada en sus ojos.- No quiero que por querer pintar demasiado, te descuides demasiado, ¿estamos?
-Sí.- me levanté y lo abracé con fuerza.- Gracias por estar a mi lado siempre.- le agradecí.
-Eres mi mejor amigo, Kibum, no te iba a dejar por una mala racha.- sonreí agradecido.
-Ambos sabemos que la mala racha de un pintor no dura un año.
-Y ambos sabemos que eres Kim Kibum y que no te ibas a rendir tan fácilmente.
Hablamos un rato más, hasta que el novio de Onew le llamó y se fue para ir a buscarlo a la compañía SM, donde ejercía de profesor de rap.
Volví a casa y me sorprendí de verle en el parque otra vez, más porque ya era de noche.
Estaba sentado en los columpios, con la mirada baja y jugando con unas piedrecitas entre sus pies.
Era una escena tierna y desoladora.
Y estaba temblando de frío. Lentamente me acerqué y le puse mi chaqueta sobre sus hombros, y después salí corriendo hacia mi casa.
Tenía que pintar aquella escena.
Estaba seguro de que era él, el corazón me lo decía, me decía que el niño que ahora mismo debía estar pensando en quien había puesto la chaqueta en sus hombros, era mi musa.
La más hermosa de todas las musas.
Ya no podía pensar en nada más que no fuera él. Cada vez que lo veía, mi mente volaba millones de kilómetros lejos y mis manos se adueñaban de mí.
Tuve listas las 30 pinturas la faltando dos semanas aún para la exposición. Si seguía pintando de esa manera, harían falta dos exposiciones para poner todas las pinturas.
Llamé a Onew para que expandiera el espacio de la exposición.
Luego de eso, seguí saliendo todos los días sagradamente, a la misma hora, para ver si él estaba allí. Pero antes de la exposición solo lo pude ver 2 veces. 2 veces que fueron suficientes para pintar 20 pinturas más.
El día de la exposición, estuve muy estresado. Llevando las pinturas, organizándolas, supervisando que no las dañaran y por supuesto, tratando de ver a mi musa, pero lo último fue imposible. Por más que lo busqué y lo busqué, no se apareció en todo el día por el parque.
Me sentía completamente frustrado. Quería gritar y mandar todo lejos. Pero Onew, como siempre, me convenció de que siguiera adelante.
En la exposición hubo mucha gente importante preguntándome cosas que ni siquiera me importaban. Lo único que quería era ver a mi musa.
Di algunas vueltas por la exposición, viendo todas mis pinturas, recordando cada vez que lo vi y un espejismo de él apareció frente a mí. Al principio pensé que mi mente me estaba jugando una mala pasada por ver tantas imágenes de él, pero después de acercarme a él poco a poco, me di cuenta de que era real.
No sabía qué hacer. Por primera vez en mi vida sentía que no tenía el control de lo que estaba pasando y eso era malo. Pensé en salir de ahí pero aquel chico me miró fijo a los ojos y no pude moverme. Esbozó una hermosa sonrisa y empezó a acercarse.
Mis manos sudaban, me temblaban las piernas, empezaba a ver borroso. La perfecta musa de mis pinturas se acercaba como en cámara lenta hacia mí.
- Buenas noches, Kibum sunbae – su voz era la perfecta melodía que es capaz de endulzar cualquier oído. Me había quedado paralizado - ¿Kibum sunbae? ¿Está usted bien?
- ¿Cómo es que sabes mi nombre? – pregunta estúpida. Estaba por conocer a la inspiración de mis manos y lo único que preguntaba era eso. No podía parecer más patético.
- Usted es el pintor de todas estas maravillosas obras de arte. Por eso sé su nombre. Desde siempre me han encantado todas sus pinturas. Soy un gran fan suyo. – Y la vida no podía ser más perfecta. Mi talento había acercado a mi musa a mí.
- ¿Cierto? Y ¿cómo te llamas?
- Taemin. Me llamo Lee Taemin. Es un gusto poder conocer a mi pintor favorito en persona.
- Y es un gusto para mí conocer a uno de mis fans. – Los nervios se habían ido así de pronto. Esto iba a ser bueno.
- Me gustaría hacerle una pregunta. El chico de sus pinturas… ¿Quién es?
- Emmm… ¿Por qué?
- Es que se parece mucho a mí – dijo completamente sonrojado.
- Bueno, es que eres tú.- admití, sonriendo nervioso.
-¿E-enserio? – Estaba rojo como un tomate y sorprendido hasta la espina dorsal.
- Sí. Te he visto varias veces en el parque que está cerca a mi casa y pues…me gustó lo que veía y pinté. Nada más eso. – le dediqué una hermosa y sincera sonrisa.
- Wow – se talló la nuca – No me esperaba eso…
- ¿Te podría pedir un favor?- le pregunté, esperando no ser muy descarado con él.
- Claro. Pero claro que sí, dígame usted para qué soy bueno.
- ¿Me permitirías pintarte desnudo? Le hace falta una obra maestra a mi exposición y una pintura como esa sería la perfecta. ¿Lo harías?
Parpadeó un par de veces, atorado, y cuando ya iba a disculparme por mi atrevimiento y descaro, asintió con la cabeza lentamente.
- Está bien… Si es lo que Kibum sunbae quiere, lo haré.- mostró una sonrisa tímida y sentí mi corazón retumbar en mis oídos.- ¿Cu-cuándo quiere hacerlo?
- Ahora…si está bien, claro.- dije, admirando su sonrisa.
- Sí, está bien.- me respondió y le cogí la mano con cuidado y tiré de él hasta llegar donde Onew y su novio, que charlaban con los que parecían ser unos compradores. Le hice señas para que viniera donde estaba yo, se disculpó y ambos me siguieron.
- Oh. Hola Tae, no sabía que vendrías.- dijo Jinki a mi acompañante.
- Hola hyungs.- dijo mi pequeña musa, saludando a Minho y a mi representante con una pequeña reverencia.
- ¿Os conocéis?- dije sin entender absolutamente nada.- Hola Minho.- saludé al chico a lo que él sonrió como todo saludo.
- Sí. Tae y yo trabajamos en la misma compañía: es coreógrafo.- y no pude evitar sonreír ante lo dicho: mi musa era coreógrafo. ¿Qué más podía pedir? Era hermoso, dulce, me daba la inspiración que necesitaba con solo verle y además bailaba.
- Bueno, en otro momento hablamos.- le dije.- Onew pasado mañana haremos la subasta. A las nueve de la noche.- le recordé a lo que él asintió.- Y me disculpas con la gente, tengo algo que hacer. Nos vemos chicos.- le dije, inclinándome levemente ante Onew, al fin y al cabo, él era el mayor de los dos, porque más que yo pagara, además él era mi mejor amigo.
- ¿Dónde vas?- me preguntó antes de que nos fuéramos.
- Pasado mañana lo verás.- le dije y tiré de la mano de Taemin hasta llegar a mi coche, le abrí la puerta y él subió, sonriendo apenado.- ¿Así que eres bailarín?- le dije para empezar un tema de conversación.
- Sí. Siempre me gustó mucho la danza, así que me fui a New York para estudiar en una universidad de artes y luego volví a Corea.- me contó.
- Y no sabes cuánto me alegro de eso.- le dije sonriéndole dulcemente, mostrando una faceta de mí mismo que ni yo conocía.
A partir de aquel, momento, ninguno dijo nada más hasta que llegamos a una habitación de mi apartamento, donde le pintaría.
-Tu casa es hermosa, sunbae.- me dijo y solo pude sonreír.
-Gracias, Taemin. Y por favor no me llames sunbae, llámame Key o hyung, me haces sentir muy mayor y no tengo ni veinticinco años.- le pedí mientras iba acomodando el lienzo y las pinturas que iba a necesitar para plasmar tal belleza.
- ¿Me desnudo ya… Key hyung?- me preguntó, sonriéndome.
- S-sí.- asentí y me quedé embelesado al ver como se iba quitando la ropa lentamente: primero se agachó, sacándose los zapatos y los calcetines, luego sus manos se deshicieron de los tejanos pitillos que llevaba, dejándolos resbalar por sus largas piernas hasta que cayeron al suelo, sin vida e hizo lo mismo con los bóxers. Sus manos subieron hasta la camisa que llevaba y empezó a desabrochar cada botón hasta que la camisa cayó al suelo, resbalando por sus brazos.
Sonreí: realmente era la musa más hermosa del mundo.
- ¿Qué hago?- me preguntó, mirándome totalmente sonrojado, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
- Acuéstate en ese sillón, por favor.- le dije señalando el mueble con un pincel y él se dirigió ahí.- Ponte… en una pose natural, una en donde estés cómodo.- le dije y vi como se acomodaba de lado, reposando su cabeza en uno de los cojines que había por ahí, una pierna flexionada y la otra recta, un brazo sobre su costado, dejando reposar su mano sobre el plano estómago y la otra bajo la cabeza.
Era una pose inocente pero a la vez sensual.
Sin decir palabra, empecé a pintarle: un curva por ahí, un línea recta por allá, un poco de blanco para los dientes, un poco de negro por el vello púbico, una puntita de rosa para los labios…
Cuatro horas y media después, terminé de pintar aquella obra y sonreí al verle: se había quedado dormido. Me acerqué con cuidado y le puse sus bóxers para luego cogerlo en brazos y llevarlo a mi cuarto, donde le puse una camiseta mía que le venía algo holgada y lo acomodé en mi cama.
Me cambié y me metí en la cama a su lado, estrechándolo entre mis brazos.
Me quedé embobado viéndole: tenía la tez de color durazno, suave como el terciopelo, los labios rosados y rellenos, el cabello de color cobre y los ojos, los hermosos ojos que ahora escondía bajo sus párpados con aquel toque de inocencia, las pestañas largas…
Lentamente, sin ser muy consciente de lo que hacía, me acerqué a sus labios lentamente hasta que los acaricié con los míos. Los moví con suavidad, disfrutando de su sabor.
Pero lo mejor fue que, cuando iba a separarme, sus brazos, se cruzaron en mi cuello y sus labios se movieron con los míos.
- Taemin…- suspiré cuando nos separamos, acariciando su rostro con lentitud con mis dedos.
- Key hyung…- me dijo él, acariciándome la nuca con cuidado, jugando con mi pelo, jalándolo con suavidad de vez en cuando.
-Taemin… déjame verte como nadie más te ha visto. Deja que mis manos palpen tu cuerpo para que al pintarlo sea más real. Déjame sentirte más cerca de mí. Deja que tu cuerpo sea la más hermosa inspiración de mis lienzos. Déjame ser tu dueño… – dije en un arranque de sinceridad, del que luego me arrepentí. No podía ver su rostro pues lo tenía apoyado en mi pecho.
Temí mucho por su respuesta. Tal vez ni siquiera iba a haber una respuesta y eso…eso me devastaría. Pero debía intentarlo, no podía dejarlo ir ahora que lo tenía tan cerca, sintiendo como su respiración levemente agitada golpeaba mi pecho.
Pasaron unos largos minutos y se sentó en la cama. Mis nervios empezaron a dominarme y estuve a punto de tomarlo de la mano para que no se fuera pero volteó a verme con los ojos llenos de tantos sentimientos juntos que no supe descifrar cómo realmente se sentía.
- Key… Key hyung… - sus ojos empezaron a humedecerse – Claro que te dejaré ser mi dueño…como tú has sido el mío a distancia desde hace tantos años.
- ¿Q-qué?
- Sí…desde hace alrededor de 2 años fue que conocí tus pinturas y me enamoré de ellas. El estilo, la forma, el fondo, los colores…todo es perfecto, y entonces te busqué. Por todos los medios, y te encontré. Por eso me mudé al apartamento del sexto piso, arriba del tuyo… - ¿Había vivido tanto tiempo cerca de mí y ni siquiera lo había notado? Definitivamente, aparte de poco vanidoso, me estaba volviendo ciego.
- ¿Hiciste todo eso por mí?
- Sí… Desde que me mudé, te estuve...observando, si es que a eso se le puede llamar observar – se sonrojó levemente y acaricié su rostro con mi mano – Te seguía a casi cualquier parte y…llegué a conocer cada parte de tu rutina, la forma en que pintabas hasta hace unos meses…
- No me recuerdes eso, por favor. Cuando me sienta un poco mejor, te lo contaré. Por ahora, no me siento bien hablando de eso.
- Ok, no te preocupes. Con que confíes en mí, para mí es suficiente – me besó – Entonces… - se sonrojaba de nuevo - ¿Quieres hacerlo?
- Claro que sí, pero, ¿me permitirías cumplir un deseo?
- Por supuesto – me besó de nuevo – No puedo negarte nada, hyung.
- Entonces ven conmigo – Me levanté de la cama pero su mano me detuvo - ¿Qué pasa? – Bajó la mirada, aún sonrojado, como si quisiera decirme algo pero no tuviera el valor – Te ves tan lindo sonrojado.
- Hyung…No digas eso…
- Bueno, entonces dime que pasó.
- Es que – señaló la camiseta que tenía puesta – No llevo pantalón. – Y eso se me hizo lo más tierno del mundo.
- Para lo que vamos a hacer no necesitas el pantalón. – susurré en su oído a lo que él se estremeció bajo mis brazos.
Lo cargué como un príncipe carga a su princesa, bajamos por el ascensor besándonos y lo llevé a la fuente. Lo dejé de pie junto a ella y él se metió de a poco en el agua.
- H-hyung… Hace fri-frío… - dijo tiritando.
- Deja que yo mismo te daré calor – le dije al oído antes de meterme al agua con él y empezar a besarlo. Besé toda la extensión de su cuello, quijada, omoplatos y torso después de despojarlo de la camiseta que llevaba puesta.
Gemía plácido en mi oído.
Llevaba solo sus bóxers, por lo que, cuando se los quité, con la mirada, me indicó que también me desnudara y así lo hice. Nos quedamos parados, el uno frente al otro, mirándonos simplemente.
- Quiero lechita, hyung. – Y de nuevo estaba esa faceta suya completamente tierna. Temí que mis rodillas fueran a flaquear cuando se encargara de mi pene, por lo que me senté en el borde de la fuente, sobre la camiseta de mi pijama, y le di la señal de aprobación.
Jugó con mi control varios minutos, lamiendo mi pene, mis testículos e incluso mi ombligo. Hasta que, desesperado, solté un grito suplicante y él, como buen samaritano, hizo su buena obra del día.
Al principio metió solo la punta de mi pene en su boca y comenzó a jugar con ella. Yo no sabía si eso era el cielo o el infierno.
Y cuando empezaron a temblarme las piernas y los brazos, lo metió por completo en su boca y casi me caigo de la fuente. La velocidad que alcanzó con su boca era impresionante. La vista que tenía lo era aún más.
Solo podía ver su cabello ir hacia delante y hacia atrás mientras mi pene desaparecía y volvía a aparecer.
Cuando una punzada aguda en la parte baja de mi estómago hizo que arqueara la espalda, él sacó mi miembro de su boca y dejó que mi semen le callera por toda la cara.
Me miró y la tierna mirada que siempre tenía en sus ojos, se había esfumado. Tenía que recordar esto para una próxima pintura. “La otra faceta del chico de la fuente”.
Con una de sus manos se limpió la cara y se la lamió por completo. Metió esa misma mano en el agua, se puso en 4 en frente de mí y comenzó a prepararse él mismo.
- No, no, no, mi pequeño Taemin. Seré yo quien tenga el placer – Quité su mano de su entrada.
Con mi mano ya húmeda, metí un dedo, dos dedos, tres dedos, cuatro dedos hasta que empezó a gritar de puro y físico placer.
- Key-hyung, hazlo ya… Ahh… Hazme tuyo, quiero que… Ahh… Quiero que me metas tu delicioso pene… - y sus palabras fueron órdenes –muy sucias- para mí.
Me agaché hasta su entrada y comencé a lamerla cual helado. Sentía como los espasmos en su cuerpo hacían que temblara hasta que sus brazos flaquearon y dejó su pecho recostado contra el suelo.
- No más… Ahh… Hazlo… - suplicada con la cabeza contra el suelo.
Tomé mi miembro que estaba despierto de nuevo, lo masturbé un poco, lo mojé con un poco de agua y lo paseé en círculos por la entrada de mi musa. Se deshacía en gemidos, estaba a punto de caer completamente de placer.
Pero decidí terminar con su agonía y metí todo mi pene en su entrada con una sola estocada. Gritó y no supe si fue de dolor o de placer, porque no dejé de embestirlo ni un minuto.
Él trataba de sostenerse con las manos, pero los brazos y las rodillas parecían no dejar de moverse por sí solas, por lo que, sin salir de él, lo acosté de medio lado, con las piernas cerradas y seguí penetrándolo.
El agua comenzaba a ponerse más y más caliente, tanto, que creí que nos quemaríamos.
Mi pene entraba cada vez más en él y él gritaba cada vez más fuerte.
Al poco tiempo, aún sin venirme, mis piernas se habían cansado de tal posición, por lo que salí un momento de él y me senté en el bordecillo de la fuente y, como un sediento al oasis, al instante se había empalado de nuevo y estaba saltando encima de mi miembro.
Tomé su desatendido miembro y lo masturbé lentamente, deseando poder engullirlo.
Unas embestidas más y me vine dentro de él. Pero no dejé de penetrarlo hasta que él se vino en mi mano.
Cayó completamente cansado en el agua de la fuente, pasaron solo unos segundos y se había quedado dormido.
Tomé mi ropa y me vestí con rapidez. Le puse de nuevo la camiseta y lo llevé con apuro hasta mi apartamento. Lo metí en la ducha y lo bañé por completo. Lo sequé, lo vestí de nuevo y lo metí en mi cama. Me acosté a su lado, admirando la belleza de su rostro mientras dormía, pero ahora, siendo mío.
Y en un arrebato de pintor, traje mis útiles y comencé a pintar una de las escenas que más me había marcado de esa perfecta noche: El momento en que vi sus ojos llenos de algo más que inocencia.
Terminé cuando apenas amanecía, por lo que decidí cocinarle el desayuno a mi bello durmiente. Cuando terminé, lo llevé hasta mi cuarto, donde él estaba recostado levemente contra el espaldar de la cama viendo televisión.
- Mira, mi niño. Te traje tu desayuno – Esperé a que se sentara pero al ver que no lo hizo, lo miré con rareza.
-¿Qué quieres hyung? ¿Qué me siente? – Asentí - ¿Cómo quieres que me siente si me partiste mi culito en dos? – Y ahí estaba de nuevo mi Taemin tierno.
-Entonces deja yo te doy de comer.- le dije en tono de cariño, subiéndome a la cama a su lado.- Di ‘Ahh’- dije juguetonamente.
-Ahh…- abrió su boquita y le di algo de los noodles que había preparado, soplando primero para que no se quemara la lengua.
Seguimos jugando a aquel improvisado y divertido juego entre risas y besos, dándole yo de comer y dándome él a mí de vez en cuando.
La verdad es que nunca había sido tan feliz, Taemin me llenaba el cuerpo con un agradable calorcito.
Cuando terminamos con todo, dejé la bandeja en el suelo y me volví a subir a la cama, atrayéndolo a mi cuerpo, haciendo que se recostara en mi pecho y yo me dediqué a acariciar su pelo suavemente.
-Tae.- le llamé suavemente, a lo que él me miró con sus hermosos ojitos.
-¿Sí hyung?
-Yo…sé que acabamos de empezar, pero… Quiero que te mudes a vivir aquí conmigo.- le propuse, esperando no parecer demasiado atrevido.
-¿Eh?- creo que no se esperaba una proposición como esa.
-Es decir, vives en el piso de arriba, así que he pensado que quizás te gustaría más vivir conmigo.- dije ruborizado, mirándole a los ojos.- ¿No quieres?- dije abatido al no recibir respuesta de su parte.
-¡N-No! Claro que quiero.- exclamó.- Es solo que me tomó por sorpresa, nada más.- no pude evitar el soltar un suspiro de alivio al oír aquello.
-Me asustaste pequeño…- admití mientras tiraba de su brazo y lo echaba sobre mi cuerpo, acariciando sus nalgas desnudas, tan suaves y redonditas.
Una de mis manos viajó hasta su espalda baja para subir hasta la nuca y acariciar su pelo, mientras lo acercaba más a mí, profundizando el beso, metiendo mi lengua dentro de su boca para jugar con la suya.
-Hy-Hyung.- gimió cuando nos separamos un poco para tomar aire, con nuestras narices tocándose.- N-no creo que pueda…hacerlo.- susurró completamente abochornado y acaricié su nariz con la mía en un gesto sumamente cariñoso.
-Bueno.- le dije y le besé la punta de la nariz.- Lo podemos hacer al revés.- sus ojos se abrieron como naranjas cuando dije eso.- ¿Acaso no te gustaría estar dentro mío? Porque yo muero por sentir tu pene dentro de mí. Hmmm…. Y que roce mis paredes…- noté como su respiración se aceleró cuando dije eso y sonreí para mí mismo.
-Sí quiero.- dijo y al segundo sentí sus labios devorar los míos y sus manos acariciar mis costados.
-Hnn…- gemí placenteramente contra sus labios cuando uno de sus dedos acarició uno de mis pezones, que reaccionó al instante bajo el roce insistente que me proporcionaba.
-Hyung…- me llamó, susurrando en mi oído con un tono tan sensual que no pude evitar cerrar los ojos encantado con aquel hermoso niño - Me gusta tu voz cuando gimes.- su lengua recorrió mi lóbulo y lo lamió parsimoniosamente para luego tomarlo con sus dientes y jugar con él, arrancado suaves gemidos de mi garganta.
¡Cambiaba tanto cuando estábamos en la cama!
-Tae...- gemí cuando sus labios se deslizaron por mi cuello, chupando suavemente, dejando seguramente más de una marca.- Uhh…
Sus manos acariciaban mis muslos interiores y masajeaban mis ingles, pero sin tocar mi miembro en ningún momento.
-Vaya hyung…- me dijo mientras depositaba varios besos en mi quijada, mordiéndola muy suavemente.- Estás muy caliente, ¿no?- uno de sus dedos acarició mi vello púbico para luego llegar a la base y presionar muy suavemente.
-¡Ah!- un gemido escapó de mis labios al sentir aquel travieso dedo.- Minnie… No me hagas esperar más.- le dije, cogiéndole el rostro y haciendo que mirara a los ojos para volverle a besar, juntando nuestras lenguas.- Vamos amor…
Sonrió y se alejó de mis labios y se dedicó a jugar con mis pezones, lamiéndolos y mordiéndolos suavemente.
-Ahh, ah, ha, siii…- notaba como me arqueaba suavemente a cada roce que me proporcionaba- ¡Joder!- escapó de mis labios cuando uno de sus dedos acarició mi hinchado glande.- Tae…- gimoteé cuando el mismo dedo perfiló mi hombría.
-¿Sí?- miré sus ojos y tuve que reprimir un fuerte gemido al ver como la pasión y la lujuria nublaban sus preciosos ojos chocolate.
-Ya no me tortures más por favor.- le rogué antes de sentir como su mano se acoplaba a mi miembro y empezaba a moverla con rapidez, atendiendo a mi punta roja e hinchada mientras me besaba con desesperación.- Ah, ah, ah.
Bajé una de mis manos por todo su cuerpo hasta llegar a su hombría y tomarla entre mis dedos para empezar a masturbarle suavemente, besando sus labios, enroscando mis piernas alrededor de sus caderas para atraerle aun más a mi cuerpo, y así poderle besar con más fuerza.
-Dios… te amo tanto, mi musa.- me oí decirle con voz suave entre los suspiros que me provocaba.- Te quiero dentro ya. Pero antes…- sin que él pudiese predecirlo, lo cogí por las nalgas y cambié de posiciones.- Tengo hambre, bebé.- le dije al oído antes de descender hasta su pene, dejando varios besitos aquí y allí.
Lamí su bajo estómago antes de descender hasta su miembro y envolverlo con mi boca para empezar con un suave y lento vaivén, consiguiendo que fuertes gemidos abandonaran su garganta.
-Ahh…Hyung…- se removía inquieto entre las sábanas, tirándolas al suelo, gimiendo cada vez más fuerte.- Ahh…Kibum…- un espasmo de placer recorrió mi cuerpo cuando me llamó por mi auténtico nombre.- Hy-hyung…me me vend-vendré.- me advirtió y me aparté de él.
No quería que se corriera en mi boca. O al menos no hoy.
Me levanté y me senté en sus caderas antes de ofrecerle tres de mis dedos para que los lamiera.
-Lame.- le dije y él inmediatamente me cogió la mano por la muñeca y lamió todos mis dedos hasta déjalos completamente empapados.
Y la imagen era tan sensual…que tuve que cerrar los ojos ya que tenía la sensación de que si seguía mirándole me correría.
Y de repente, la sensación de humedad se trasladó de mis dedos a mi miembro.
-¿Pero qué coño…?- maldije en un gemido y abrí de golpe mis ojos, para ver a mi niño chuparme el pene.- Por Dios Minnie…
Él no dijo nada de nada y yo solo pude dedicarme a lanzar suspiros y gemidos al aire. Oía el ruido que hacía su boquita al sorber mi duro miembro, veía como sus labios se iban poniendo cada vez más rojos y se hinchaban más por el roce.
-T-Tae por Dios…- le dije acariciándolo y luego sentí como algo se adentraba en mi interior aumentando mis gemidos de forma gradual a medida que él iba metiendo más dedos.- Oh… Bebé a-aparta.- lentamente, recorriendo todo mi pene con sus labios dió una última sorbida y me sonrió tan dulcemente que solo pude sonreír yo también.- Amor…- le llamé antes de besarle con todo el amor que le profesaba. Hice un poco de presión hasta que quedó completamente recostado en la cama y tras sonreírle, me senté sobre su hombría y empecé a empalarme en él. Fuerte gemidos de placer escapaban de nuestras gargantas.- Ahh…Tae…Minnie…te amo.- le dije entre suspiros de placer.
-Ahh…Y-yo también hyung.- me dijo y no pude sentirme más dichoso por tener a Taemin a mi lado.
Empecé con un vaivén lento que iba subiendo cada vez más de rapidez, mientras nosotros nos besábamos con ardor para acallar nuestros gemidos y así evitar las quejas de los vecinos luego. Más cuando su pene empezó a dar de lleno a mi próstata y encima se dedicaba a acariciar mi pene con sus manitas.
Seguí moviéndome a aquel ritmo frenético, cerrando los ojos de vez en cuando, mordiéndome los labios si nos separábamos, aferrándome a los costados de mi niño para poder moverme con más facilidad.
Al cabo de unos minutos, sentí como el orgasmo llegaba, abrasador, caliente, y me separé un poco de Taemin para admirar su rostro al llegar al clímax.
-Tae…- gemí cuando llegué al orgasmo, viniéndome en su estómago y en el mío, ensuciando sus mano con mi semen.
-Hyyuuung- gimió y sentí como se corría en mi interior con fuerza, llenándome totalmente.
Lentamente, me dejé caer a su lado, atrayéndolo a mí, besando sus labios de forma repetida y suave, acariciando sus mejillas.
-Eso fue genial mi niño.- le dije cariñosamente.
-Sí…- se acurrucó a mi lado y me abrazó, reposando su cabecita en mi pecho y cerrando sus preciosos ojos.- Te amo muchísimo hyung.- Me dijo, sonriendo levemente.
-Yo más.- le dije al oído, estrechándolo entre mis brazos.
Poco a poco, entre besos y caricias nos fuimos quedando dormidos uno en los brazos del otro.
No desperté hasta que oí mi móvil sonar con insistencia, por lo que con un manotazo lo cogí.
-¿Diga?- dije con la voz ronca mientras lo abrazaba más contra mi cuerpo y acariciaba su pelo con cuidado.
-¿Key? ¿Qué te ha pasado?- Onew.- Antes llamé a tu casa y no me lo cogiste. Y… ¿Sabes dónde está Taemin? Minho está preocupado pues no ha ido a la SM y no sabe donde puede estar. Nunca había faltado antes.
-No os preocupéis…Está conmigo.- le dije, sonriéndole con dulzura al ver que abría sus ojitos.- Hola amor.- me incliné y le bese la frente suavemente, a lo que él se recostó en mi pecho otra vez.
-¿Qué quieres decir?- oí desde el otro lado del teléfono.
-Os lo cuento todo esta noche a ti y a Minho.- le dije.- Así nos vais a ayudar con la mudanza mañana en la mañana antes de la subasta. Os quedáis a dormir. La cena será a las ocho, como siempre.
-¿Mudanza? ¿Qué mudanza?- dijo sin entender nada, obviamente.
-Pues la de Taeminnie a mi casa.- le dije como si fuera obvio.
-¿Qué quieres de…?- le colgué el teléfono y me dediqué a hacerle cariñitos a mi niño.
-Buenas tardes.- le dije.
-Buenas tardes hyung.- me dijo aun algo somnoliento.- ¿Pasa algo? ¿Quién era?
-Onew.- le dije.- No pasa nada, pero vendrán a cenar y se quedaran a dormir y mañana nos ayudaran a bajar todas tus cosas aquí.- le conté mientras le tumbaba encima mío.- Estoy tan feliz por haberte encontrado. Sin ti hubiese terminado loco de frustración.
El día pasó lento al lado de mi niño. Fuimos al centro comercial para comprar algo de ropa para la subasta, algo de mercado y unos juguetes que él mismo me pidió. Todo era fantástico a su lado.
Llegamos de nuevo al apartamento y lo peor que me podía pasar, había pasado. Mi apartamento estaba TOTALMENTE vacío. No había nada. Ni muebles, ni electrodomésticos, ni mis pinturas. Mis preciadas y hermosas pinturas.
La desesperación y un resquicio de esquizofrenia se apoderaron de mí. No podía coordinar bien, no veía bien, no pensaba bien. Intenté llamar a Onew pero me fallaban los dedos. Me desesperé aún más.
En un arranque de furia, estuve a punto de lanzarme por la ventana, pero Taemin me retuvo entre sus brazos.
- ¡NO LO HAGAS! No podría vivir más tiempo sin ti… - Las lágrimas caían por nuestras mejillas.
- ¿Qué pasó aquí? ¿Por qué están llorando? – La voz de Onew. Corrí hasta donde él estaba, balbuceé incoherencias y al final, Taemin terminó por explicarle.
- Estabas llorando por tus pinturas – Se carcajeó. – Los de la subasta vinieron por ellas al medio día. Te llamé para avisarte pero tenías el celular apagado – Una ola de cólera azotaba mis brazos para ir a ahorcarlo.
- ¿Y- y mis muebles?
- Están donde Taemin. El apartamento de Taemin, por ser Penthouse, es más grande que el tuyo y decidimos pasar tus cosas allá. Es mejor. – Las ganas de ahorcarlo me embargaron y cuando estaba lanzándome a él, Minho llegó para proteger al babo de Onew.
- Déjame, déjame que yo lo mato – Comencé a forcejear con Minho.
- Key, cálmate – Tae se me acercó para darme un beso.
- Nada más me calmo porque Taemin lo pidió. Sino, estarías muerto, Onew. MUERTO.
Tardé un poco más en perdonar a Onew. ¿Qué más podría haber hecho si Taemin se la pasaba besándome para que lo perdonara? Cosas como esas hacen que seas débil.
En fin. La historia después de eso no es muy larga.
Taemin y yo vivimos juntos en su apartamento. Somos extremadamente felices. Onew y Minho se pasaron a mi apartamento para que viviéramos todos juntos.
Y bueno, aún sigo pidiéndole a Taemin que pose para mí.
- Ay, mi Tae. Te volviste a quedar dormido así desnudo. Mejor te llevo a la cama y te despierto para que hagamos de la realidad, la más hermosa pintura, mi musa hermosa.
Hasta aquí llega! Esperamos que os haya gustado y que nos dejéis un post diciéndonos que os ha parecido o si pensáis que hay algún fallo garrafal que debemos mejorar^^
Autoras: Mi-chan y CariitoKeyShawol
Género: Lemon
Raiting: +18
Parejas: KeyTae (principal) Mención de OnHo
Notas 1: Es la primera producción que hacemos las dos juntas (y creo que no será la ultima), así que perdonó por si hay cosas que no cuadran.
Notas 2: Tener en cuenta quien lo ha escrito y lo que eso puede conllevar a tu salud. Leer bajo propio riesgo las autoras (ósea nosotras) no se van a hacer cargo de ningún daño colateral producido por la lectura. Gracias por leer!
Musex…
¿Qué es de la vida de un pintor sin algo que pintar? ¿Qué es de los pinceles sin una muza que dibujar? ¿Qué es del lienzo que se ve a sí mismo vacío sin una inspiración que plasmar?
Los blancos de inspiración en los artistas son demasiado comunes, aunque no lo crean. Pueden pasar días, meses e incluso años sin que un compositor componga, un instrumentista toque su instrumento o un cantante cante. Pero este caso es especial.
Un pintor no se puede quedar sin inspiración tan fácil. Los paisajes, una hermosa chica, una flor y hasta una ventana se puede pintar, a diferencia de la inspiración que necesita un músico. Pero yo soy un pintor sin muza. Soy un pintor sin ideas. Soy un pintor vacío. Soy un pintor sin futuro.
Mi padre y mi madre, las personas que más amé en este mundo me abandonaron hace algunos meses. La vida decidió llevárselos de mi lado. Y con ellos, se fue mi inspiración. Su amor, su cariño y comprensión siempre fueron la causa de mis pinturas, pero ahora que no están, no tengo idea qué pintar.
Nunca he amado a nadie aparte de ellos, por lo que el “amor” del que todos suelen hablar, tiene un sabor insípido para mí. Es como un pincel que no pinta, un vinilo sin color.
Todas mis pinturas me llevaron a la fama. Pero ahora que no puedo pintar, mi profesión se va por el inodoro. Veo mi mundo caer en pedazos a mi alrededor y no puedo hacer nada para evitarlo.
Lienzos sin color, pinceles y vinilos enfurecidos me persiguen en mis sueños y no me dejan dormir. Me caigo en una espiral sin fondo y no puedo parar de caer.
¿Hay solución para mi enfermedad?...
Cansado de estar mirando un trozo de tela en blanco todo el día, pincel en mano sin saber que pintar. Ni un círculo, ni una raya, ni una luna.
Nada.
Mi cabeza estaba en blanco completamente.
-¡No puedo más!- grité y tiré el pincel contra pared, consiguiendo que se rompiera en dos trozos y luego cogí unas tijeras y las clavé en el lienzo que tenía delante de mí, rajándolo a medida que mis piernas flaqueaban y caía al suelo de rodillas.
Solté las tijeras, que rebotaron al suelo y me cubrí la cara con las manos, soltando débiles sollozos.
Todo lo que me pasaba…era por mi culpa. Mi padre y mi madre habian muerto… por mi culpa. Por ser un maldito egoista que solo pensaba en su felicidad mis padres habían dejado la vida.
Nunca podré olvidar aquella noche en la que discutimos.
Yo había ido a casa de mis padres para decirles que iba a ser pintor, pero ellos se negaron profundamente a eso, diciendo que ellos ya me habían organizado la vida. Me quedé unos segundos en silencio, hasta que exploté y les pregunté que a qué se referían. Me dijeron que me habían arreglado un matrimonio con un empresario que se iba a mudar a Alemania para que aprendiera cosas nuevas fuera de Corea. Les dije que ni loco me iba a casar con el tal Kim Jonghyun.
Lo último que oyeron de mi boca fue un “Si hubierais estado más tiempo conmigo, si yo os hubiese importado alguna vez, me conoceríais y sabríais que nunca haría eso por vosotros.”
Después de tres meses de no hablarnos, de no contestar a sus llamados, cogieron el coche y me vinieron a ver a Seúl, donde tenía mi estudio.
Un camión volcó. Ellos iban detrás. Murieron al instante.
Aquellas fueron las últimas palabras que les pude decir.
Lentamente, me fui sosegando y me levanté, me sequé las lagrimas y me fui al baño para asearme.
Me miré al espejo y no pude hacer nada más que reír irónico: no solo mi inspiración, mis padres se habían llevado otra cosa muy importante para mi: el sentido de la moda.
Desde hacía ocho meses que me daba igual como iba vestido, total, no abandonaba mi estudio, me daba igual como iba.
Después de deshacerme de mis ropas, entre a la ducha y dejé que el agua caliente me serenara, después de ducharme me volví a vestir como antes, pues tenía toda la intención de salir a dar una vuelta por el parque que habia detrás de casa.
Unos tejanos arrapados, una camisa de color rosada y una chaqueta de cuero eran mi look, me puse unas gafas de Sol, peiné mi pelo rubio, me puse mis pendientes y salí a la calle.
Después de andar unos minutos por el parque mirando a los niños jugar a la pelota, o columpiarse, llegué al centro del parque, donde había una fuente de esas que tiene surtidores en el suelo.
Y en medio de dicha fuente, estaba la criatura más bella que jamás mis ojos hubiesen contemplado: era un chico alto, delgado, más o menos como yo mismo, el pelo de color cobre… del mismo color que las hojas de los arboles que nos rodeaban, rodeado de niños, con los que jugaba a tirarse agua.
Era simplemente…hermoso.
Y cuando levantó la mirada y me miró, sentí morirme: aún de lejos, su sonrisa era fácil de ver, enorme y brillante, como el mismo Sol.
Dio un par de pasos hacia mí, como si me quisiera decir algo, pero yo por el contrario di media vuelta y arranqué a correr hacia mi casa.
Una sola cosa pasaba por mi cabeza: tenía que plasmar tal belleza en un lienzo.
Al llegar a casa, las ideas e imágenes pegaban fuerte en mi cabeza. El amarillo quemado del sol al atardecer, el cobre de su cabello, el color durazno pálido de su piel… Todo cuanto acababa de ver, hacía que mis manos quisieran pintar de nuevo.
Estaba feliz. Había encontrado mi nueva inspiración. Una hermosa y delicada inspiración.
Fui directo a mi estudio, cogí un lienzo nuevo, varias pinturas, nuevos pinceles de todos los tamaños y dejé que mis manos plasmaran a su gusto aquella imagen que no dejaba mi cabeza.
Ese chico… De alguna manera se parecía a mí. Pero parecía, de alguna manera ante mis ojos, más fuerte, más inocente, más perfecto.
Miraba estupefacto como mis manos pintaban sin descanso frente a mis ojos, cómo mesclaban los colores y llegaban a los tonos perfectos de la imagen en mi cabeza.
Después de varias horas de pintar y pintar, decidí descansar un poco. Estiré las piernas, comí algo y miré por la ventana, tratando de buscar a aquel chico con la mirada para ver si aún estaba allí, pero era de noche y no se veía casi nada.
Volví al estudio y me sorprendí. Habían ocho lienzos pintados con escenas diferentes pero en esencia eran la misma: el chico en la fuente. ¿A qué horas había pintado tanto?
Luego de ver lo que acababa de hacer sin siquiera darme cuenta, decidí que iría de vez en cuando a ver si el chico estaba en el parque.
El día siguiente fui a la misma fuente, pero para mi infortunio no estaba, decidí dar una vuelta por el parque, a ver si le encontraba.
No hubo suerte.
Seguí yendo día sí y día también, pero él no estaba y, cuando sentía que la desesperación se volvía a adueñar de mí, le volví a ver, jugando con los mismos niños en los columpios. Inmediatamente volví a casa para plasmar aquella imagen.
Y así cada día de la semana salvo domingos, pues los destinaba a organizar una exposición con mi representante.
Lee Jinki.
-Entonces… ¿Quieres organizar una exposición para el día veintidós del mes que viene?- me preguntó, apuntando quien sabe que en su inseparable libreta.
-Sí.- dije después de beber un sorbo de mi botella de agua.
-¿Y cómo quieres que se llame?- parpadeé confuso, ya que no tenía ni idea de que nombre ponerle.
-Hmm… “El niño del parque Sur”.- le dije.
-Es un nombre un tanto raro, pero bueno, tú eres el artista.- dijo, a lo que yo asentí.
-¿Cuántos cuadros?- me preguntó y decidí por una cifra espectacular.
-Treinta.- le respondí y vi como sus ojos me miraban como si estuviera loco.
-¿Treinta? Kibum, es casi imposible que pintes tantos cuadros en menos de un mes.- me dijo negando con la cabeza.
-Exacto. Casi.- sonreí con superioridad.- El otro día pinté ocho cuadros en una sola noche. Y ya llevo quince.
-Está bien, tú sabrás lo que haces, pero por favor, cuídate un poco Key.- me dijo y sonreí al ver la preocupación reflejada en sus ojos.- No quiero que por querer pintar demasiado, te descuides demasiado, ¿estamos?
-Sí.- me levanté y lo abracé con fuerza.- Gracias por estar a mi lado siempre.- le agradecí.
-Eres mi mejor amigo, Kibum, no te iba a dejar por una mala racha.- sonreí agradecido.
-Ambos sabemos que la mala racha de un pintor no dura un año.
-Y ambos sabemos que eres Kim Kibum y que no te ibas a rendir tan fácilmente.
Hablamos un rato más, hasta que el novio de Onew le llamó y se fue para ir a buscarlo a la compañía SM, donde ejercía de profesor de rap.
Volví a casa y me sorprendí de verle en el parque otra vez, más porque ya era de noche.
Estaba sentado en los columpios, con la mirada baja y jugando con unas piedrecitas entre sus pies.
Era una escena tierna y desoladora.
Y estaba temblando de frío. Lentamente me acerqué y le puse mi chaqueta sobre sus hombros, y después salí corriendo hacia mi casa.
Tenía que pintar aquella escena.
Estaba seguro de que era él, el corazón me lo decía, me decía que el niño que ahora mismo debía estar pensando en quien había puesto la chaqueta en sus hombros, era mi musa.
La más hermosa de todas las musas.
Ya no podía pensar en nada más que no fuera él. Cada vez que lo veía, mi mente volaba millones de kilómetros lejos y mis manos se adueñaban de mí.
Tuve listas las 30 pinturas la faltando dos semanas aún para la exposición. Si seguía pintando de esa manera, harían falta dos exposiciones para poner todas las pinturas.
Llamé a Onew para que expandiera el espacio de la exposición.
Luego de eso, seguí saliendo todos los días sagradamente, a la misma hora, para ver si él estaba allí. Pero antes de la exposición solo lo pude ver 2 veces. 2 veces que fueron suficientes para pintar 20 pinturas más.
El día de la exposición, estuve muy estresado. Llevando las pinturas, organizándolas, supervisando que no las dañaran y por supuesto, tratando de ver a mi musa, pero lo último fue imposible. Por más que lo busqué y lo busqué, no se apareció en todo el día por el parque.
Me sentía completamente frustrado. Quería gritar y mandar todo lejos. Pero Onew, como siempre, me convenció de que siguiera adelante.
En la exposición hubo mucha gente importante preguntándome cosas que ni siquiera me importaban. Lo único que quería era ver a mi musa.
Di algunas vueltas por la exposición, viendo todas mis pinturas, recordando cada vez que lo vi y un espejismo de él apareció frente a mí. Al principio pensé que mi mente me estaba jugando una mala pasada por ver tantas imágenes de él, pero después de acercarme a él poco a poco, me di cuenta de que era real.
No sabía qué hacer. Por primera vez en mi vida sentía que no tenía el control de lo que estaba pasando y eso era malo. Pensé en salir de ahí pero aquel chico me miró fijo a los ojos y no pude moverme. Esbozó una hermosa sonrisa y empezó a acercarse.
Mis manos sudaban, me temblaban las piernas, empezaba a ver borroso. La perfecta musa de mis pinturas se acercaba como en cámara lenta hacia mí.
- Buenas noches, Kibum sunbae – su voz era la perfecta melodía que es capaz de endulzar cualquier oído. Me había quedado paralizado - ¿Kibum sunbae? ¿Está usted bien?
- ¿Cómo es que sabes mi nombre? – pregunta estúpida. Estaba por conocer a la inspiración de mis manos y lo único que preguntaba era eso. No podía parecer más patético.
- Usted es el pintor de todas estas maravillosas obras de arte. Por eso sé su nombre. Desde siempre me han encantado todas sus pinturas. Soy un gran fan suyo. – Y la vida no podía ser más perfecta. Mi talento había acercado a mi musa a mí.
- ¿Cierto? Y ¿cómo te llamas?
- Taemin. Me llamo Lee Taemin. Es un gusto poder conocer a mi pintor favorito en persona.
- Y es un gusto para mí conocer a uno de mis fans. – Los nervios se habían ido así de pronto. Esto iba a ser bueno.
- Me gustaría hacerle una pregunta. El chico de sus pinturas… ¿Quién es?
- Emmm… ¿Por qué?
- Es que se parece mucho a mí – dijo completamente sonrojado.
- Bueno, es que eres tú.- admití, sonriendo nervioso.
-¿E-enserio? – Estaba rojo como un tomate y sorprendido hasta la espina dorsal.
- Sí. Te he visto varias veces en el parque que está cerca a mi casa y pues…me gustó lo que veía y pinté. Nada más eso. – le dediqué una hermosa y sincera sonrisa.
- Wow – se talló la nuca – No me esperaba eso…
- ¿Te podría pedir un favor?- le pregunté, esperando no ser muy descarado con él.
- Claro. Pero claro que sí, dígame usted para qué soy bueno.
- ¿Me permitirías pintarte desnudo? Le hace falta una obra maestra a mi exposición y una pintura como esa sería la perfecta. ¿Lo harías?
Parpadeó un par de veces, atorado, y cuando ya iba a disculparme por mi atrevimiento y descaro, asintió con la cabeza lentamente.
- Está bien… Si es lo que Kibum sunbae quiere, lo haré.- mostró una sonrisa tímida y sentí mi corazón retumbar en mis oídos.- ¿Cu-cuándo quiere hacerlo?
- Ahora…si está bien, claro.- dije, admirando su sonrisa.
- Sí, está bien.- me respondió y le cogí la mano con cuidado y tiré de él hasta llegar donde Onew y su novio, que charlaban con los que parecían ser unos compradores. Le hice señas para que viniera donde estaba yo, se disculpó y ambos me siguieron.
- Oh. Hola Tae, no sabía que vendrías.- dijo Jinki a mi acompañante.
- Hola hyungs.- dijo mi pequeña musa, saludando a Minho y a mi representante con una pequeña reverencia.
- ¿Os conocéis?- dije sin entender absolutamente nada.- Hola Minho.- saludé al chico a lo que él sonrió como todo saludo.
- Sí. Tae y yo trabajamos en la misma compañía: es coreógrafo.- y no pude evitar sonreír ante lo dicho: mi musa era coreógrafo. ¿Qué más podía pedir? Era hermoso, dulce, me daba la inspiración que necesitaba con solo verle y además bailaba.
- Bueno, en otro momento hablamos.- le dije.- Onew pasado mañana haremos la subasta. A las nueve de la noche.- le recordé a lo que él asintió.- Y me disculpas con la gente, tengo algo que hacer. Nos vemos chicos.- le dije, inclinándome levemente ante Onew, al fin y al cabo, él era el mayor de los dos, porque más que yo pagara, además él era mi mejor amigo.
- ¿Dónde vas?- me preguntó antes de que nos fuéramos.
- Pasado mañana lo verás.- le dije y tiré de la mano de Taemin hasta llegar a mi coche, le abrí la puerta y él subió, sonriendo apenado.- ¿Así que eres bailarín?- le dije para empezar un tema de conversación.
- Sí. Siempre me gustó mucho la danza, así que me fui a New York para estudiar en una universidad de artes y luego volví a Corea.- me contó.
- Y no sabes cuánto me alegro de eso.- le dije sonriéndole dulcemente, mostrando una faceta de mí mismo que ni yo conocía.
A partir de aquel, momento, ninguno dijo nada más hasta que llegamos a una habitación de mi apartamento, donde le pintaría.
-Tu casa es hermosa, sunbae.- me dijo y solo pude sonreír.
-Gracias, Taemin. Y por favor no me llames sunbae, llámame Key o hyung, me haces sentir muy mayor y no tengo ni veinticinco años.- le pedí mientras iba acomodando el lienzo y las pinturas que iba a necesitar para plasmar tal belleza.
- ¿Me desnudo ya… Key hyung?- me preguntó, sonriéndome.
- S-sí.- asentí y me quedé embelesado al ver como se iba quitando la ropa lentamente: primero se agachó, sacándose los zapatos y los calcetines, luego sus manos se deshicieron de los tejanos pitillos que llevaba, dejándolos resbalar por sus largas piernas hasta que cayeron al suelo, sin vida e hizo lo mismo con los bóxers. Sus manos subieron hasta la camisa que llevaba y empezó a desabrochar cada botón hasta que la camisa cayó al suelo, resbalando por sus brazos.
Sonreí: realmente era la musa más hermosa del mundo.
- ¿Qué hago?- me preguntó, mirándome totalmente sonrojado, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
- Acuéstate en ese sillón, por favor.- le dije señalando el mueble con un pincel y él se dirigió ahí.- Ponte… en una pose natural, una en donde estés cómodo.- le dije y vi como se acomodaba de lado, reposando su cabeza en uno de los cojines que había por ahí, una pierna flexionada y la otra recta, un brazo sobre su costado, dejando reposar su mano sobre el plano estómago y la otra bajo la cabeza.
Era una pose inocente pero a la vez sensual.
Sin decir palabra, empecé a pintarle: un curva por ahí, un línea recta por allá, un poco de blanco para los dientes, un poco de negro por el vello púbico, una puntita de rosa para los labios…
Cuatro horas y media después, terminé de pintar aquella obra y sonreí al verle: se había quedado dormido. Me acerqué con cuidado y le puse sus bóxers para luego cogerlo en brazos y llevarlo a mi cuarto, donde le puse una camiseta mía que le venía algo holgada y lo acomodé en mi cama.
Me cambié y me metí en la cama a su lado, estrechándolo entre mis brazos.
Me quedé embobado viéndole: tenía la tez de color durazno, suave como el terciopelo, los labios rosados y rellenos, el cabello de color cobre y los ojos, los hermosos ojos que ahora escondía bajo sus párpados con aquel toque de inocencia, las pestañas largas…
Lentamente, sin ser muy consciente de lo que hacía, me acerqué a sus labios lentamente hasta que los acaricié con los míos. Los moví con suavidad, disfrutando de su sabor.
Pero lo mejor fue que, cuando iba a separarme, sus brazos, se cruzaron en mi cuello y sus labios se movieron con los míos.
- Taemin…- suspiré cuando nos separamos, acariciando su rostro con lentitud con mis dedos.
- Key hyung…- me dijo él, acariciándome la nuca con cuidado, jugando con mi pelo, jalándolo con suavidad de vez en cuando.
-Taemin… déjame verte como nadie más te ha visto. Deja que mis manos palpen tu cuerpo para que al pintarlo sea más real. Déjame sentirte más cerca de mí. Deja que tu cuerpo sea la más hermosa inspiración de mis lienzos. Déjame ser tu dueño… – dije en un arranque de sinceridad, del que luego me arrepentí. No podía ver su rostro pues lo tenía apoyado en mi pecho.
Temí mucho por su respuesta. Tal vez ni siquiera iba a haber una respuesta y eso…eso me devastaría. Pero debía intentarlo, no podía dejarlo ir ahora que lo tenía tan cerca, sintiendo como su respiración levemente agitada golpeaba mi pecho.
Pasaron unos largos minutos y se sentó en la cama. Mis nervios empezaron a dominarme y estuve a punto de tomarlo de la mano para que no se fuera pero volteó a verme con los ojos llenos de tantos sentimientos juntos que no supe descifrar cómo realmente se sentía.
- Key… Key hyung… - sus ojos empezaron a humedecerse – Claro que te dejaré ser mi dueño…como tú has sido el mío a distancia desde hace tantos años.
- ¿Q-qué?
- Sí…desde hace alrededor de 2 años fue que conocí tus pinturas y me enamoré de ellas. El estilo, la forma, el fondo, los colores…todo es perfecto, y entonces te busqué. Por todos los medios, y te encontré. Por eso me mudé al apartamento del sexto piso, arriba del tuyo… - ¿Había vivido tanto tiempo cerca de mí y ni siquiera lo había notado? Definitivamente, aparte de poco vanidoso, me estaba volviendo ciego.
- ¿Hiciste todo eso por mí?
- Sí… Desde que me mudé, te estuve...observando, si es que a eso se le puede llamar observar – se sonrojó levemente y acaricié su rostro con mi mano – Te seguía a casi cualquier parte y…llegué a conocer cada parte de tu rutina, la forma en que pintabas hasta hace unos meses…
- No me recuerdes eso, por favor. Cuando me sienta un poco mejor, te lo contaré. Por ahora, no me siento bien hablando de eso.
- Ok, no te preocupes. Con que confíes en mí, para mí es suficiente – me besó – Entonces… - se sonrojaba de nuevo - ¿Quieres hacerlo?
- Claro que sí, pero, ¿me permitirías cumplir un deseo?
- Por supuesto – me besó de nuevo – No puedo negarte nada, hyung.
- Entonces ven conmigo – Me levanté de la cama pero su mano me detuvo - ¿Qué pasa? – Bajó la mirada, aún sonrojado, como si quisiera decirme algo pero no tuviera el valor – Te ves tan lindo sonrojado.
- Hyung…No digas eso…
- Bueno, entonces dime que pasó.
- Es que – señaló la camiseta que tenía puesta – No llevo pantalón. – Y eso se me hizo lo más tierno del mundo.
- Para lo que vamos a hacer no necesitas el pantalón. – susurré en su oído a lo que él se estremeció bajo mis brazos.
Lo cargué como un príncipe carga a su princesa, bajamos por el ascensor besándonos y lo llevé a la fuente. Lo dejé de pie junto a ella y él se metió de a poco en el agua.
- H-hyung… Hace fri-frío… - dijo tiritando.
- Deja que yo mismo te daré calor – le dije al oído antes de meterme al agua con él y empezar a besarlo. Besé toda la extensión de su cuello, quijada, omoplatos y torso después de despojarlo de la camiseta que llevaba puesta.
Gemía plácido en mi oído.
Llevaba solo sus bóxers, por lo que, cuando se los quité, con la mirada, me indicó que también me desnudara y así lo hice. Nos quedamos parados, el uno frente al otro, mirándonos simplemente.
- Quiero lechita, hyung. – Y de nuevo estaba esa faceta suya completamente tierna. Temí que mis rodillas fueran a flaquear cuando se encargara de mi pene, por lo que me senté en el borde de la fuente, sobre la camiseta de mi pijama, y le di la señal de aprobación.
Jugó con mi control varios minutos, lamiendo mi pene, mis testículos e incluso mi ombligo. Hasta que, desesperado, solté un grito suplicante y él, como buen samaritano, hizo su buena obra del día.
Al principio metió solo la punta de mi pene en su boca y comenzó a jugar con ella. Yo no sabía si eso era el cielo o el infierno.
Y cuando empezaron a temblarme las piernas y los brazos, lo metió por completo en su boca y casi me caigo de la fuente. La velocidad que alcanzó con su boca era impresionante. La vista que tenía lo era aún más.
Solo podía ver su cabello ir hacia delante y hacia atrás mientras mi pene desaparecía y volvía a aparecer.
Cuando una punzada aguda en la parte baja de mi estómago hizo que arqueara la espalda, él sacó mi miembro de su boca y dejó que mi semen le callera por toda la cara.
Me miró y la tierna mirada que siempre tenía en sus ojos, se había esfumado. Tenía que recordar esto para una próxima pintura. “La otra faceta del chico de la fuente”.
Con una de sus manos se limpió la cara y se la lamió por completo. Metió esa misma mano en el agua, se puso en 4 en frente de mí y comenzó a prepararse él mismo.
- No, no, no, mi pequeño Taemin. Seré yo quien tenga el placer – Quité su mano de su entrada.
Con mi mano ya húmeda, metí un dedo, dos dedos, tres dedos, cuatro dedos hasta que empezó a gritar de puro y físico placer.
- Key-hyung, hazlo ya… Ahh… Hazme tuyo, quiero que… Ahh… Quiero que me metas tu delicioso pene… - y sus palabras fueron órdenes –muy sucias- para mí.
Me agaché hasta su entrada y comencé a lamerla cual helado. Sentía como los espasmos en su cuerpo hacían que temblara hasta que sus brazos flaquearon y dejó su pecho recostado contra el suelo.
- No más… Ahh… Hazlo… - suplicada con la cabeza contra el suelo.
Tomé mi miembro que estaba despierto de nuevo, lo masturbé un poco, lo mojé con un poco de agua y lo paseé en círculos por la entrada de mi musa. Se deshacía en gemidos, estaba a punto de caer completamente de placer.
Pero decidí terminar con su agonía y metí todo mi pene en su entrada con una sola estocada. Gritó y no supe si fue de dolor o de placer, porque no dejé de embestirlo ni un minuto.
Él trataba de sostenerse con las manos, pero los brazos y las rodillas parecían no dejar de moverse por sí solas, por lo que, sin salir de él, lo acosté de medio lado, con las piernas cerradas y seguí penetrándolo.
El agua comenzaba a ponerse más y más caliente, tanto, que creí que nos quemaríamos.
Mi pene entraba cada vez más en él y él gritaba cada vez más fuerte.
Al poco tiempo, aún sin venirme, mis piernas se habían cansado de tal posición, por lo que salí un momento de él y me senté en el bordecillo de la fuente y, como un sediento al oasis, al instante se había empalado de nuevo y estaba saltando encima de mi miembro.
Tomé su desatendido miembro y lo masturbé lentamente, deseando poder engullirlo.
Unas embestidas más y me vine dentro de él. Pero no dejé de penetrarlo hasta que él se vino en mi mano.
Cayó completamente cansado en el agua de la fuente, pasaron solo unos segundos y se había quedado dormido.
Tomé mi ropa y me vestí con rapidez. Le puse de nuevo la camiseta y lo llevé con apuro hasta mi apartamento. Lo metí en la ducha y lo bañé por completo. Lo sequé, lo vestí de nuevo y lo metí en mi cama. Me acosté a su lado, admirando la belleza de su rostro mientras dormía, pero ahora, siendo mío.
Y en un arrebato de pintor, traje mis útiles y comencé a pintar una de las escenas que más me había marcado de esa perfecta noche: El momento en que vi sus ojos llenos de algo más que inocencia.
Terminé cuando apenas amanecía, por lo que decidí cocinarle el desayuno a mi bello durmiente. Cuando terminé, lo llevé hasta mi cuarto, donde él estaba recostado levemente contra el espaldar de la cama viendo televisión.
- Mira, mi niño. Te traje tu desayuno – Esperé a que se sentara pero al ver que no lo hizo, lo miré con rareza.
-¿Qué quieres hyung? ¿Qué me siente? – Asentí - ¿Cómo quieres que me siente si me partiste mi culito en dos? – Y ahí estaba de nuevo mi Taemin tierno.
-Entonces deja yo te doy de comer.- le dije en tono de cariño, subiéndome a la cama a su lado.- Di ‘Ahh’- dije juguetonamente.
-Ahh…- abrió su boquita y le di algo de los noodles que había preparado, soplando primero para que no se quemara la lengua.
Seguimos jugando a aquel improvisado y divertido juego entre risas y besos, dándole yo de comer y dándome él a mí de vez en cuando.
La verdad es que nunca había sido tan feliz, Taemin me llenaba el cuerpo con un agradable calorcito.
Cuando terminamos con todo, dejé la bandeja en el suelo y me volví a subir a la cama, atrayéndolo a mi cuerpo, haciendo que se recostara en mi pecho y yo me dediqué a acariciar su pelo suavemente.
-Tae.- le llamé suavemente, a lo que él me miró con sus hermosos ojitos.
-¿Sí hyung?
-Yo…sé que acabamos de empezar, pero… Quiero que te mudes a vivir aquí conmigo.- le propuse, esperando no parecer demasiado atrevido.
-¿Eh?- creo que no se esperaba una proposición como esa.
-Es decir, vives en el piso de arriba, así que he pensado que quizás te gustaría más vivir conmigo.- dije ruborizado, mirándole a los ojos.- ¿No quieres?- dije abatido al no recibir respuesta de su parte.
-¡N-No! Claro que quiero.- exclamó.- Es solo que me tomó por sorpresa, nada más.- no pude evitar el soltar un suspiro de alivio al oír aquello.
-Me asustaste pequeño…- admití mientras tiraba de su brazo y lo echaba sobre mi cuerpo, acariciando sus nalgas desnudas, tan suaves y redonditas.
Una de mis manos viajó hasta su espalda baja para subir hasta la nuca y acariciar su pelo, mientras lo acercaba más a mí, profundizando el beso, metiendo mi lengua dentro de su boca para jugar con la suya.
-Hy-Hyung.- gimió cuando nos separamos un poco para tomar aire, con nuestras narices tocándose.- N-no creo que pueda…hacerlo.- susurró completamente abochornado y acaricié su nariz con la mía en un gesto sumamente cariñoso.
-Bueno.- le dije y le besé la punta de la nariz.- Lo podemos hacer al revés.- sus ojos se abrieron como naranjas cuando dije eso.- ¿Acaso no te gustaría estar dentro mío? Porque yo muero por sentir tu pene dentro de mí. Hmmm…. Y que roce mis paredes…- noté como su respiración se aceleró cuando dije eso y sonreí para mí mismo.
-Sí quiero.- dijo y al segundo sentí sus labios devorar los míos y sus manos acariciar mis costados.
-Hnn…- gemí placenteramente contra sus labios cuando uno de sus dedos acarició uno de mis pezones, que reaccionó al instante bajo el roce insistente que me proporcionaba.
-Hyung…- me llamó, susurrando en mi oído con un tono tan sensual que no pude evitar cerrar los ojos encantado con aquel hermoso niño - Me gusta tu voz cuando gimes.- su lengua recorrió mi lóbulo y lo lamió parsimoniosamente para luego tomarlo con sus dientes y jugar con él, arrancado suaves gemidos de mi garganta.
¡Cambiaba tanto cuando estábamos en la cama!
-Tae...- gemí cuando sus labios se deslizaron por mi cuello, chupando suavemente, dejando seguramente más de una marca.- Uhh…
Sus manos acariciaban mis muslos interiores y masajeaban mis ingles, pero sin tocar mi miembro en ningún momento.
-Vaya hyung…- me dijo mientras depositaba varios besos en mi quijada, mordiéndola muy suavemente.- Estás muy caliente, ¿no?- uno de sus dedos acarició mi vello púbico para luego llegar a la base y presionar muy suavemente.
-¡Ah!- un gemido escapó de mis labios al sentir aquel travieso dedo.- Minnie… No me hagas esperar más.- le dije, cogiéndole el rostro y haciendo que mirara a los ojos para volverle a besar, juntando nuestras lenguas.- Vamos amor…
Sonrió y se alejó de mis labios y se dedicó a jugar con mis pezones, lamiéndolos y mordiéndolos suavemente.
-Ahh, ah, ha, siii…- notaba como me arqueaba suavemente a cada roce que me proporcionaba- ¡Joder!- escapó de mis labios cuando uno de sus dedos acarició mi hinchado glande.- Tae…- gimoteé cuando el mismo dedo perfiló mi hombría.
-¿Sí?- miré sus ojos y tuve que reprimir un fuerte gemido al ver como la pasión y la lujuria nublaban sus preciosos ojos chocolate.
-Ya no me tortures más por favor.- le rogué antes de sentir como su mano se acoplaba a mi miembro y empezaba a moverla con rapidez, atendiendo a mi punta roja e hinchada mientras me besaba con desesperación.- Ah, ah, ah.
Bajé una de mis manos por todo su cuerpo hasta llegar a su hombría y tomarla entre mis dedos para empezar a masturbarle suavemente, besando sus labios, enroscando mis piernas alrededor de sus caderas para atraerle aun más a mi cuerpo, y así poderle besar con más fuerza.
-Dios… te amo tanto, mi musa.- me oí decirle con voz suave entre los suspiros que me provocaba.- Te quiero dentro ya. Pero antes…- sin que él pudiese predecirlo, lo cogí por las nalgas y cambié de posiciones.- Tengo hambre, bebé.- le dije al oído antes de descender hasta su pene, dejando varios besitos aquí y allí.
Lamí su bajo estómago antes de descender hasta su miembro y envolverlo con mi boca para empezar con un suave y lento vaivén, consiguiendo que fuertes gemidos abandonaran su garganta.
-Ahh…Hyung…- se removía inquieto entre las sábanas, tirándolas al suelo, gimiendo cada vez más fuerte.- Ahh…Kibum…- un espasmo de placer recorrió mi cuerpo cuando me llamó por mi auténtico nombre.- Hy-hyung…me me vend-vendré.- me advirtió y me aparté de él.
No quería que se corriera en mi boca. O al menos no hoy.
Me levanté y me senté en sus caderas antes de ofrecerle tres de mis dedos para que los lamiera.
-Lame.- le dije y él inmediatamente me cogió la mano por la muñeca y lamió todos mis dedos hasta déjalos completamente empapados.
Y la imagen era tan sensual…que tuve que cerrar los ojos ya que tenía la sensación de que si seguía mirándole me correría.
Y de repente, la sensación de humedad se trasladó de mis dedos a mi miembro.
-¿Pero qué coño…?- maldije en un gemido y abrí de golpe mis ojos, para ver a mi niño chuparme el pene.- Por Dios Minnie…
Él no dijo nada de nada y yo solo pude dedicarme a lanzar suspiros y gemidos al aire. Oía el ruido que hacía su boquita al sorber mi duro miembro, veía como sus labios se iban poniendo cada vez más rojos y se hinchaban más por el roce.
-T-Tae por Dios…- le dije acariciándolo y luego sentí como algo se adentraba en mi interior aumentando mis gemidos de forma gradual a medida que él iba metiendo más dedos.- Oh… Bebé a-aparta.- lentamente, recorriendo todo mi pene con sus labios dió una última sorbida y me sonrió tan dulcemente que solo pude sonreír yo también.- Amor…- le llamé antes de besarle con todo el amor que le profesaba. Hice un poco de presión hasta que quedó completamente recostado en la cama y tras sonreírle, me senté sobre su hombría y empecé a empalarme en él. Fuerte gemidos de placer escapaban de nuestras gargantas.- Ahh…Tae…Minnie…te amo.- le dije entre suspiros de placer.
-Ahh…Y-yo también hyung.- me dijo y no pude sentirme más dichoso por tener a Taemin a mi lado.
Empecé con un vaivén lento que iba subiendo cada vez más de rapidez, mientras nosotros nos besábamos con ardor para acallar nuestros gemidos y así evitar las quejas de los vecinos luego. Más cuando su pene empezó a dar de lleno a mi próstata y encima se dedicaba a acariciar mi pene con sus manitas.
Seguí moviéndome a aquel ritmo frenético, cerrando los ojos de vez en cuando, mordiéndome los labios si nos separábamos, aferrándome a los costados de mi niño para poder moverme con más facilidad.
Al cabo de unos minutos, sentí como el orgasmo llegaba, abrasador, caliente, y me separé un poco de Taemin para admirar su rostro al llegar al clímax.
-Tae…- gemí cuando llegué al orgasmo, viniéndome en su estómago y en el mío, ensuciando sus mano con mi semen.
-Hyyuuung- gimió y sentí como se corría en mi interior con fuerza, llenándome totalmente.
Lentamente, me dejé caer a su lado, atrayéndolo a mí, besando sus labios de forma repetida y suave, acariciando sus mejillas.
-Eso fue genial mi niño.- le dije cariñosamente.
-Sí…- se acurrucó a mi lado y me abrazó, reposando su cabecita en mi pecho y cerrando sus preciosos ojos.- Te amo muchísimo hyung.- Me dijo, sonriendo levemente.
-Yo más.- le dije al oído, estrechándolo entre mis brazos.
Poco a poco, entre besos y caricias nos fuimos quedando dormidos uno en los brazos del otro.
No desperté hasta que oí mi móvil sonar con insistencia, por lo que con un manotazo lo cogí.
-¿Diga?- dije con la voz ronca mientras lo abrazaba más contra mi cuerpo y acariciaba su pelo con cuidado.
-¿Key? ¿Qué te ha pasado?- Onew.- Antes llamé a tu casa y no me lo cogiste. Y… ¿Sabes dónde está Taemin? Minho está preocupado pues no ha ido a la SM y no sabe donde puede estar. Nunca había faltado antes.
-No os preocupéis…Está conmigo.- le dije, sonriéndole con dulzura al ver que abría sus ojitos.- Hola amor.- me incliné y le bese la frente suavemente, a lo que él se recostó en mi pecho otra vez.
-¿Qué quieres decir?- oí desde el otro lado del teléfono.
-Os lo cuento todo esta noche a ti y a Minho.- le dije.- Así nos vais a ayudar con la mudanza mañana en la mañana antes de la subasta. Os quedáis a dormir. La cena será a las ocho, como siempre.
-¿Mudanza? ¿Qué mudanza?- dijo sin entender nada, obviamente.
-Pues la de Taeminnie a mi casa.- le dije como si fuera obvio.
-¿Qué quieres de…?- le colgué el teléfono y me dediqué a hacerle cariñitos a mi niño.
-Buenas tardes.- le dije.
-Buenas tardes hyung.- me dijo aun algo somnoliento.- ¿Pasa algo? ¿Quién era?
-Onew.- le dije.- No pasa nada, pero vendrán a cenar y se quedaran a dormir y mañana nos ayudaran a bajar todas tus cosas aquí.- le conté mientras le tumbaba encima mío.- Estoy tan feliz por haberte encontrado. Sin ti hubiese terminado loco de frustración.
El día pasó lento al lado de mi niño. Fuimos al centro comercial para comprar algo de ropa para la subasta, algo de mercado y unos juguetes que él mismo me pidió. Todo era fantástico a su lado.
Llegamos de nuevo al apartamento y lo peor que me podía pasar, había pasado. Mi apartamento estaba TOTALMENTE vacío. No había nada. Ni muebles, ni electrodomésticos, ni mis pinturas. Mis preciadas y hermosas pinturas.
La desesperación y un resquicio de esquizofrenia se apoderaron de mí. No podía coordinar bien, no veía bien, no pensaba bien. Intenté llamar a Onew pero me fallaban los dedos. Me desesperé aún más.
En un arranque de furia, estuve a punto de lanzarme por la ventana, pero Taemin me retuvo entre sus brazos.
- ¡NO LO HAGAS! No podría vivir más tiempo sin ti… - Las lágrimas caían por nuestras mejillas.
- ¿Qué pasó aquí? ¿Por qué están llorando? – La voz de Onew. Corrí hasta donde él estaba, balbuceé incoherencias y al final, Taemin terminó por explicarle.
- Estabas llorando por tus pinturas – Se carcajeó. – Los de la subasta vinieron por ellas al medio día. Te llamé para avisarte pero tenías el celular apagado – Una ola de cólera azotaba mis brazos para ir a ahorcarlo.
- ¿Y- y mis muebles?
- Están donde Taemin. El apartamento de Taemin, por ser Penthouse, es más grande que el tuyo y decidimos pasar tus cosas allá. Es mejor. – Las ganas de ahorcarlo me embargaron y cuando estaba lanzándome a él, Minho llegó para proteger al babo de Onew.
- Déjame, déjame que yo lo mato – Comencé a forcejear con Minho.
- Key, cálmate – Tae se me acercó para darme un beso.
- Nada más me calmo porque Taemin lo pidió. Sino, estarías muerto, Onew. MUERTO.
Tardé un poco más en perdonar a Onew. ¿Qué más podría haber hecho si Taemin se la pasaba besándome para que lo perdonara? Cosas como esas hacen que seas débil.
En fin. La historia después de eso no es muy larga.
Taemin y yo vivimos juntos en su apartamento. Somos extremadamente felices. Onew y Minho se pasaron a mi apartamento para que viviéramos todos juntos.
Y bueno, aún sigo pidiéndole a Taemin que pose para mí.
- Ay, mi Tae. Te volviste a quedar dormido así desnudo. Mejor te llevo a la cama y te despierto para que hagamos de la realidad, la más hermosa pintura, mi musa hermosa.
Hasta aquí llega! Esperamos que os haya gustado y que nos dejéis un post diciéndonos que os ha parecido o si pensáis que hay algún fallo garrafal que debemos mejorar^^
mi-chan
Jonghyun~ah
871
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
aparto
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Última edición por gypsy el Jue Mar 01, 2012 9:34 pm, editado 1 vez
gypsy
Minho *3*
262
262
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
⋆ ► Aparto ◄ ⋆
Mizo
ok me arriesgaré a leer KeyTae XD
No puedo decir que... este acostumbrada a leer TaeKey o KeyTae .____. pero... no puedo decir que no estubo bueno esto! xD aahahahaha XD aveces me pregutno a mi misma... ¿En verdad eres lider de SPNATAA? XD ahahahahaha
Eomma y Oba-chan... les ha quedado WOAH! xD
Última edición por Mizore-chan el Sáb Mar 03, 2012 4:47 pm, editado 1 vez
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
lol fue algo que me dejo sorprendida xD
cuando key le pidio pintarlo tae no dudo en ningun momento!! que verguenza!
omo y casi se mata cuando creyo que habia perdido las pinturas kekekeke y dubu casi paga las consecuencias!
me gusto, cuidense bye bye
Última edición por Nina_Lee el Miér Feb 29, 2012 12:55 pm, editado 1 vez
Nina_Lee
♥Taemin♥
1597
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
nunca habia leido un taekey o keytae no se muy bien como se clasifica esta pareja jeje pero estuvo padre
tae tiene sintomas de doble personalidad jeje aunque en la cama con key hasta a mi me sale mi lado perver jejeje
casi me da un infarto con el onho lo bueno que solo es mension jeje
aaaa pobre de jjong casi no salio
bueno porfis me avisan si publican otro jeje
tae tiene sintomas de doble personalidad jeje aunque en la cama con key hasta a mi me sale mi lado perver jejeje
casi me da un infarto con el onho lo bueno que solo es mension jeje
aaaa pobre de jjong casi no salio
bueno porfis me avisan si publican otro jeje
byul kim
key
137
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
Bueno Unnie, como sabes o a lo mejor no .-. ya lo habia leido y comentado por ahi en el mundo (?) pero como me gusto tanto vengo a comentar aqui tambien!! ♥
AME ESO ♥
Lo bueno de comentar por aqui es que se hace largo y queda lindo (?) ..bueno, como decia.. AME ESO!! Es tan pornoso, las palabras.. por estas cosas amo el TaeKeyTae.. a muchas no les gusta este tipo de relacion :c lo que es una lastima porque es demasiado bueno!! >//<
Como te habia dicho unnie, tu con Cariito son lo maximo, sus lemon son los mejores!! *-* me encantan.. completamente dignos de estar en SPARTAA! *///* Y leer uno hecho por ambas es de lo mejor!
Estare esperando el siguiente, porque creo que habra, verdad? *O* eso espero!! Me encanto. Key es todo un sicopata.. y bueno, Taeminnie tampoco se queda atras xDD Ambos se vigilaban mutuamente y no se daban cuenta xDD
Cuidate Unnie~ ♥
-Bueno.- le dije y le besé la punta de la nariz.- Lo podemos hacer al revés.- sus ojos se abrieron como naranjas cuando dije eso.- ¿Acaso no te gustaría estar dentro mío? Porque yo muero por sentir tu pene dentro de mí. Hmmm…. Y que roce mis paredes…- noté como su respiración se aceleró cuando dije eso y sonreí para mí mismo.
AME ESO ♥
Lo bueno de comentar por aqui es que se hace largo y queda lindo (?) ..bueno, como decia.. AME ESO!! Es tan pornoso, las palabras.. por estas cosas amo el TaeKeyTae.. a muchas no les gusta este tipo de relacion :c lo que es una lastima porque es demasiado bueno!! >//<
Como te habia dicho unnie, tu con Cariito son lo maximo, sus lemon son los mejores!! *-* me encantan.. completamente dignos de estar en SPARTAA! *///* Y leer uno hecho por ambas es de lo mejor!
Estare esperando el siguiente, porque creo que habra, verdad? *O* eso espero!! Me encanto. Key es todo un sicopata.. y bueno, Taeminnie tampoco se queda atras xDD Ambos se vigilaban mutuamente y no se daban cuenta xDD
Cuidate Unnie~ ♥
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
waaa amo al el keytae taekey, es una de mis favoritas mas que nada en los lemons, y luego ustedes escribiendo, la verdad tenia grandes esperanzas de esta historia y la verdad no me decepcionaron.
mmmm pues a mi parecer no hay errores garrafales, bueno solo uno según yo no me lo tomen a mal.
pero cuando Taemin le dije a Key- hyung quiero mi lechita, creo que se rompio un poco la atmosfera que se había creado antes, en si la frase no pero la brusquedad con la que la dice, o asi me pareció así, pero no me hagan mucho caso estos días no estado muy bien tanto fisica como mentalmente.
cuídense mucho chicas, espero leer otro trabajo colaborativo.
nos leemos.
bye bye ♥
mmmm pues a mi parecer no hay errores garrafales, bueno solo uno según yo no me lo tomen a mal.
pero cuando Taemin le dije a Key- hyung quiero mi lechita, creo que se rompio un poco la atmosfera que se había creado antes, en si la frase no pero la brusquedad con la que la dice, o asi me pareció así, pero no me hagan mucho caso estos días no estado muy bien tanto fisica como mentalmente.
cuídense mucho chicas, espero leer otro trabajo colaborativo.
nos leemos.
bye bye ♥
Noreri94
minho
1304
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
:WOW: debo confesar no me gusto por el echo de que era KEY y lo amo pero bueno en realidad te quedo genial creo que estuvo muy bien y bueno mas cuando casi se mata por sus pinturas pobre dubu todo por ayudar a su amigo y casi lo golpea esa fue la parte que mas me gusto y bueno estuvo bien nunca habia visto esta pareja pero estuvo muy muy bien felicidades
Última edición por kim milian el Vie Mar 02, 2012 7:50 pm, editado 1 vez
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
o.O me he quedado sin palabras :WOW: , no estoy acostumbrada al keytae pero les quedo muy bien chicas, sigan así :)
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
he quedado impresonada no se ni como explicar lo hermoso que fue,las dos juntas son oro,de verdad ame la historia y mas el taekey siempre lo busco y me laegra haber encontrado uno aqui,ame con todo esta historia sigan asi :HI:
mayte
key
201
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
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OK. simplemente ME ENCANTO!!!
en la forma k lo describieron fue estupenda sigan publicand mas trabajitos suyos
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OK. simplemente ME ENCANTO!!!
en la forma k lo describieron fue estupenda sigan publicand mas trabajitos suyos
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mayra17
Taemin(aunk tambien amo en secreto a Onew)
88
Re: Musex... (KeyTae) {Oneshot}
no manches y yo que pensaba que solo iba a ser KeyTae, pero no era un TaeKey tambien, todoe estubo tan genial pero me encanta mas el TaeKey, es muy sexy, a el bebe le dolia el trasero pues como no como lo hizo, me encanto que fuera sobre arte, el termino de musa me mato, estubo genial!
JOAN HINA
ஜKeybum ♥
2327
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