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[Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
Título: Baile de Salón
Autor: Ahrye Riv (abnormess)
Género: Fluff, romance, situaciones de la vida.
Couple: het!Ontae, Onew/Taeyeon.
Autor: Ahrye Riv (abnormess)
Género: Fluff, romance, situaciones de la vida.
Couple: het!Ontae, Onew/Taeyeon.
— ¡Ouch! —un alarido de dolor salió de la boca de Jinki.
— ¡Perdóname, Jinki! ¡Lo siento mucho! —una avergonzada Taeyeon chilló con ganas, al borde del llanto gracias a su desesperación. Le había pisado el pie al chico por enésima vez en un lapso de cinco minutos. Y todo gracias a ¿qué?, al horrible destino que esperaba por ella.
Taeyeon había hecho el berrinche de su vida, acompañado de una gran cantidad de lágrimas de cocodrilo —suficientes como para bañarse con abundante agua por una semana— después de que su madre le diera una noticia no muy placentera que digamos.
Ella había dicho que, en conmemoración del Día de San Valentín —y aprovechando la escasez de novio de Taeyeon—, le había arreglado una cita con el hijo de su mejor amiga: el guapo Choi Minho.
No es que a Taeyeon no le gustara. En realidad, Minho parecía una persona de la más alta calidad, si eso tiene sentido. Quizás hasta podría entrar en el rango de “perfecto”, con sus buenos modales, caballerosidad e inteligencia.
No importa qué tan bueno fuera; el corazón de la chica le pertenecía a alguien más.
Le pertenecía a aquél hombre que la había acompañado desde antes que ella aprendiera a caminar; aquél cuyas palabras suaves y juegos inocentes la habían ayudado a ver el mundo desde una mejor perspectiva. Era propiedad de aquél muchacho que solía tocarle canciones en el piano desde el momento en que las aprendía; aquél cuyo entusiasmo y gentileza lograban hacerle olvidar los celos y bromas pesadas de sus compañeras de clase. Lo poseía la persona que nunca fallaba en llegar por ella a la escuela y quien siempre cargaba su mochila hasta su casa y le preguntaba cómo le había ido. Claro, siempre dispuesto a escuchar sus historias con la sonrisa más sincera que ella había visto jamás. Le pertenecía a quien solía ir a su casa todas las tardes cuando sus padres trabajaban a tiempo completo y le preparaba chocolate caliente cuando hacía frío; aquél que le acariciaba el cabello y le permitía dormir en su regazo después de un día de duro entrenamiento.
Sí. El corazón de Taeyeon era nada más y nada menos que de Lee Jinki, el muchacho del corazón más grande que el Universo y de personalidad más dulce que el mismísimo caramelo.
—Ah, no te preocupes, Tae —las comisuras de los labios del chico se curvaron en una media sonrisa, de ésas que bien podrían provocar uno que otro desmayo—. De todos modos, ya vas mejorando.
La chica tomó una bocanada de aire y luego suspiró con pesadez. —Ya deja de mentir, Jinki. Los dos sabemos que éste es no es mi fuerte.
— ¿Cómo puede ser eso posible? —Taeyeon pudo notar el cuerpo del muchacho tensarse, acompañado de una expresión de confusión—. Eres la mejor bailarina que conozco y he conocido en toda mi vida, Tae. Claro que podrás aprenderte lo básico del baile de salón —acto seguido, él volvió a posar sus suaves manos sobre la cintura de su sonrojada compañera y asintió en señal de intentar de nuevo.
—No soy tan buena como tú dices… —murmuró la chica entre dientes, incapaz de mirarlo a los ojos debido al color rojo brillante de sus propias mejillas.
— ¡Claro que lo er-! —Jinki no pudo terminar su frase, pues había sido interrumpido por el fuerte pie derecho de Taeyeon. De nuevo—. Está bien, ¿por qué no nos tomamos un descanso…?
La menuda chica se encogió de hombros y se separó lentamente de su maestro temporal, acercándose al sofá mullido de su sala de TV, sus pies arrastrándose y la mirada baja en un gran desánimo.
Tae estaba acostumbrada a ése tipo de cosas, ya que, como Jinki había dicho, era bailarina. Y una muy buena, según varios conocidos. Pero dicen que todos tenemos un Talón de Aquiles, y el de Taeyeon era el baile de salón. Desde siempre lo había sido.
►
FLASHBACK
— ¡Por favor, Jinki oppa! —la niña del vestido amarillo pidió batiendo las pestañas y haciendo el mejor puchero que se le podría ocurrir a una mente de ocho años. El niño que la acompañaba pudo sentir cómo su corazón se derritió un poquito con la visión que recibió de ella. Obviamente, nadie con sentido común podría decirle que no a ésa adorable criatura.
—Muy bien, pero sólo porque eres tú, Tae —el niño le sonrió de forma cálida y entonces tomó lugar frente a ella—. Ahora, ven, acércate.
La pequeña hizo lo que el muchachito le ordenó con los ojos brillantes y, mientras su estómago era atacado por un ejército de diminutas mariposas, comenzó a moverse torpemente junto con su mejor amigo.
—Un, dos, tres… —Jinki repetía al compás de sus pies, intentando hacer las cosas más claras para la niña—. Al frente, a un lado, atrás…
Sin aviso alguno, Taeyeon aplastó el pie de Jinki con todas sus fuerzas.
El niño gritó y se dejó caer al piso; tenía los ojos apretados y las manos envolvían su adolorido pie.
—J-Jinki… ¡¿Estás bien?! —Taeyeon se arrodilló a un lado de su amigo, sus ojos preocupados buscando los de él.
—S-Sí —balbuceó su acompañante—. No me duele porque eres tú, Tae.
FIN DEL FLASHBACK
►
Taeyeon soltó una disimulada risita que llamó la atención de su amigo.
— ¿De qué te ríes, Tae? —dijo él con suavidad, sentándose justo a un lado de ella y ladeando la cabeza con curiosidad. Ella pudo haber jurado que Jinki tenía la apariencia de un conejito. Era tan hermoso como uno.
—De nada —sonrió ella con timidez—. Bueno, es que… Todo es justo como antes, ¿no te parece?
— ¿A qué te refieres, linda?
Taeyeon se ruborizó con la mención de esa palabra, teniendo en cuenta que su primer y único amor la estaba elogiando. —A que yo aún no puedo bailar esto. Ni siquiera después de diez años.
— ¿En serio? —los ojos de Jinki se abrieron con sorpresa, comprendiendo a qué se refería ella—. ¿Ya han pasado diez años de eso?
La chica asintió con la cabeza, segura de aquello. Había pasado los últimos años anotando cualquier anécdota que había tenido con Jinki en varios cuadernos diferentes, todos adornados con corazones y flores y cualquier otra cosita que pudiera demostrar su amor por el muchacho.
—Bien. Pero esta vez es importante —Tae levantó la cabeza, dándole toda su atención a las palabras que venían de la boca de Jinki—. Ésta vez debes tener aunque sea la más mínima noción del baile de salón si quieres impresionar a tu futuro novio —el chico le dedicó un guiño de forma muy alegre, inconsciente del efecto negativo que sus palabras estaban teniendo sobre Taeyeon.
— ¡No! ¡No digas esas cosas, Jinki!
— ¿Por qué? —la expresión en el rostro del chico no mostraba más que confusión total.
— ¡Porque no pienso ir a esa cita! ¡No es a Minho a quien quiero!
Taeyeon, en un arranque de frustración, soltó todo aquello sin más y al darse cuenta de su error, se cubrió la boca con ambas manos. El chico sentado a su lado le dedicó una mirada brillante, haciendo que ella dijera la verdad. No sin antes mirar hacia otro lado, claro está.
—Yo… Estoy enamorada de otra persona. Una persona muy especial —comenzó la chica—. En realidad, nunca me ha gustado alguien más, sólo esa persona.
Mientras Jinki escuchaba ésas palabras, podía sentir cómo su corazón era arrancado fuera de su cuerpo y luego pisoteado y rasgado en pequeños pedacitos. Sin exagerar, claro. La jovencita a quien le había dedicado todas y cada una de sus sonrisas desde su niñez le estaba diciendo que gustaba de alguien más que muy probablemente no era él. ¿Cómo se suponía que debía reaccionar? Su mente no podía procesar todo con claridad. Sintió que las lágrimas comenzarían a brotar en cuestión de segundos, así que bajó la mirada y parpadeó varias veces, agradecido de que Taeyeon no lo estaba mirando, y se controló. Empujó todos sus sentimientos detrás de una puerta muy densa y la cerró con muchos candados dentro de su mente.
— Y… ¿Cómo es esa persona? —preguntó Jinki, casi casi masoquista, con el deseo de saber cómo era su rival.
—Es alguien que siempre sonríe, no importa qué —dijo Taeyeon con la sonrisa más bella que Jinki pudo haber visto—. Alguien que siempre me hace sentir bien con su sola presencia, y con quien nunca me siento incómoda. Él siempre me ha apoyado y ha estado ahí conmigo. Es la persona más amigable y sencilla que he conocido. No pude haber tenido a alguien mejor en mi vida, y estoy agradecida enormemente con quien quiera que me lo haya enviado, porque ése hombre es mi tesoro más grande, y no quisiera perderlo jamás.
Ella se sentía algo extraña declarando sus verdaderos sentimientos en voz alta, y para colmo, estárselos diciendo a ésa persona especial. Pero aun así, ya había comenzado y no se echaría para atrás.
Taeyeon abrió la boca para proseguir, pero fue interrumpida por un ansioso Jinki.
—P-Perdón, Tae… —el chico tenía la mirada clavada en el piso y estaba jugando con sus dedos en señal de nerviosismo—. Pero creo que no importa qué tan importante sea esa persona, deberías ir a la cita con Minho.
¿Qué le estaba pasando? Sus acciones no eran las correctas. Bajo circunstancias normales, él ya le habría dicho que la amaba y que no debía hacer caso a nadie más. Le habría dicho que la había querido desde siempre, pero que nunca había tenido la seguridad como para decírselo. ¡Pero no! Justo ahí, estaba negando sus sentimientos; estaba negando su propio corazón.
— ¿Eh? —la chica no comprendía. Creyó que había sido lo suficientemente obvia como para que Jinki se diera cuenta—. No. No lo entiendes, Jinki. La persona de la cual estoy hablando es…
— ¡No! —Jinki explotó, sobresaltando a Taeyeon y provocando que diera un saltito en su lugar—. ¡No me digas su nombre, por favor! Primero… Déjame… ¡Yo te amo, Taeyeon!
La muchacha no tuvo tiempo de pensar en nada más, pues Jinki se acercó a ella rápidamente, tomando su rostro entre ambas manos, y plantó sobre sus labios el beso más dulce que pudo existir. Fue el beso que confirmó el sentir de ambos. El beso que lo comprobó todo.
Y todo por el odioso baile de salón.
— ¡Perdóname, Jinki! ¡Lo siento mucho! —una avergonzada Taeyeon chilló con ganas, al borde del llanto gracias a su desesperación. Le había pisado el pie al chico por enésima vez en un lapso de cinco minutos. Y todo gracias a ¿qué?, al horrible destino que esperaba por ella.
Taeyeon había hecho el berrinche de su vida, acompañado de una gran cantidad de lágrimas de cocodrilo —suficientes como para bañarse con abundante agua por una semana— después de que su madre le diera una noticia no muy placentera que digamos.
Ella había dicho que, en conmemoración del Día de San Valentín —y aprovechando la escasez de novio de Taeyeon—, le había arreglado una cita con el hijo de su mejor amiga: el guapo Choi Minho.
No es que a Taeyeon no le gustara. En realidad, Minho parecía una persona de la más alta calidad, si eso tiene sentido. Quizás hasta podría entrar en el rango de “perfecto”, con sus buenos modales, caballerosidad e inteligencia.
No importa qué tan bueno fuera; el corazón de la chica le pertenecía a alguien más.
Le pertenecía a aquél hombre que la había acompañado desde antes que ella aprendiera a caminar; aquél cuyas palabras suaves y juegos inocentes la habían ayudado a ver el mundo desde una mejor perspectiva. Era propiedad de aquél muchacho que solía tocarle canciones en el piano desde el momento en que las aprendía; aquél cuyo entusiasmo y gentileza lograban hacerle olvidar los celos y bromas pesadas de sus compañeras de clase. Lo poseía la persona que nunca fallaba en llegar por ella a la escuela y quien siempre cargaba su mochila hasta su casa y le preguntaba cómo le había ido. Claro, siempre dispuesto a escuchar sus historias con la sonrisa más sincera que ella había visto jamás. Le pertenecía a quien solía ir a su casa todas las tardes cuando sus padres trabajaban a tiempo completo y le preparaba chocolate caliente cuando hacía frío; aquél que le acariciaba el cabello y le permitía dormir en su regazo después de un día de duro entrenamiento.
Sí. El corazón de Taeyeon era nada más y nada menos que de Lee Jinki, el muchacho del corazón más grande que el Universo y de personalidad más dulce que el mismísimo caramelo.
—Ah, no te preocupes, Tae —las comisuras de los labios del chico se curvaron en una media sonrisa, de ésas que bien podrían provocar uno que otro desmayo—. De todos modos, ya vas mejorando.
La chica tomó una bocanada de aire y luego suspiró con pesadez. —Ya deja de mentir, Jinki. Los dos sabemos que éste es no es mi fuerte.
— ¿Cómo puede ser eso posible? —Taeyeon pudo notar el cuerpo del muchacho tensarse, acompañado de una expresión de confusión—. Eres la mejor bailarina que conozco y he conocido en toda mi vida, Tae. Claro que podrás aprenderte lo básico del baile de salón —acto seguido, él volvió a posar sus suaves manos sobre la cintura de su sonrojada compañera y asintió en señal de intentar de nuevo.
—No soy tan buena como tú dices… —murmuró la chica entre dientes, incapaz de mirarlo a los ojos debido al color rojo brillante de sus propias mejillas.
— ¡Claro que lo er-! —Jinki no pudo terminar su frase, pues había sido interrumpido por el fuerte pie derecho de Taeyeon. De nuevo—. Está bien, ¿por qué no nos tomamos un descanso…?
La menuda chica se encogió de hombros y se separó lentamente de su maestro temporal, acercándose al sofá mullido de su sala de TV, sus pies arrastrándose y la mirada baja en un gran desánimo.
Tae estaba acostumbrada a ése tipo de cosas, ya que, como Jinki había dicho, era bailarina. Y una muy buena, según varios conocidos. Pero dicen que todos tenemos un Talón de Aquiles, y el de Taeyeon era el baile de salón. Desde siempre lo había sido.
►
FLASHBACK
— ¡Por favor, Jinki oppa! —la niña del vestido amarillo pidió batiendo las pestañas y haciendo el mejor puchero que se le podría ocurrir a una mente de ocho años. El niño que la acompañaba pudo sentir cómo su corazón se derritió un poquito con la visión que recibió de ella. Obviamente, nadie con sentido común podría decirle que no a ésa adorable criatura.
—Muy bien, pero sólo porque eres tú, Tae —el niño le sonrió de forma cálida y entonces tomó lugar frente a ella—. Ahora, ven, acércate.
La pequeña hizo lo que el muchachito le ordenó con los ojos brillantes y, mientras su estómago era atacado por un ejército de diminutas mariposas, comenzó a moverse torpemente junto con su mejor amigo.
—Un, dos, tres… —Jinki repetía al compás de sus pies, intentando hacer las cosas más claras para la niña—. Al frente, a un lado, atrás…
Sin aviso alguno, Taeyeon aplastó el pie de Jinki con todas sus fuerzas.
El niño gritó y se dejó caer al piso; tenía los ojos apretados y las manos envolvían su adolorido pie.
—J-Jinki… ¡¿Estás bien?! —Taeyeon se arrodilló a un lado de su amigo, sus ojos preocupados buscando los de él.
—S-Sí —balbuceó su acompañante—. No me duele porque eres tú, Tae.
FIN DEL FLASHBACK
►
Taeyeon soltó una disimulada risita que llamó la atención de su amigo.
— ¿De qué te ríes, Tae? —dijo él con suavidad, sentándose justo a un lado de ella y ladeando la cabeza con curiosidad. Ella pudo haber jurado que Jinki tenía la apariencia de un conejito. Era tan hermoso como uno.
—De nada —sonrió ella con timidez—. Bueno, es que… Todo es justo como antes, ¿no te parece?
— ¿A qué te refieres, linda?
Taeyeon se ruborizó con la mención de esa palabra, teniendo en cuenta que su primer y único amor la estaba elogiando. —A que yo aún no puedo bailar esto. Ni siquiera después de diez años.
— ¿En serio? —los ojos de Jinki se abrieron con sorpresa, comprendiendo a qué se refería ella—. ¿Ya han pasado diez años de eso?
La chica asintió con la cabeza, segura de aquello. Había pasado los últimos años anotando cualquier anécdota que había tenido con Jinki en varios cuadernos diferentes, todos adornados con corazones y flores y cualquier otra cosita que pudiera demostrar su amor por el muchacho.
—Bien. Pero esta vez es importante —Tae levantó la cabeza, dándole toda su atención a las palabras que venían de la boca de Jinki—. Ésta vez debes tener aunque sea la más mínima noción del baile de salón si quieres impresionar a tu futuro novio —el chico le dedicó un guiño de forma muy alegre, inconsciente del efecto negativo que sus palabras estaban teniendo sobre Taeyeon.
— ¡No! ¡No digas esas cosas, Jinki!
— ¿Por qué? —la expresión en el rostro del chico no mostraba más que confusión total.
— ¡Porque no pienso ir a esa cita! ¡No es a Minho a quien quiero!
Taeyeon, en un arranque de frustración, soltó todo aquello sin más y al darse cuenta de su error, se cubrió la boca con ambas manos. El chico sentado a su lado le dedicó una mirada brillante, haciendo que ella dijera la verdad. No sin antes mirar hacia otro lado, claro está.
—Yo… Estoy enamorada de otra persona. Una persona muy especial —comenzó la chica—. En realidad, nunca me ha gustado alguien más, sólo esa persona.
Mientras Jinki escuchaba ésas palabras, podía sentir cómo su corazón era arrancado fuera de su cuerpo y luego pisoteado y rasgado en pequeños pedacitos. Sin exagerar, claro. La jovencita a quien le había dedicado todas y cada una de sus sonrisas desde su niñez le estaba diciendo que gustaba de alguien más que muy probablemente no era él. ¿Cómo se suponía que debía reaccionar? Su mente no podía procesar todo con claridad. Sintió que las lágrimas comenzarían a brotar en cuestión de segundos, así que bajó la mirada y parpadeó varias veces, agradecido de que Taeyeon no lo estaba mirando, y se controló. Empujó todos sus sentimientos detrás de una puerta muy densa y la cerró con muchos candados dentro de su mente.
— Y… ¿Cómo es esa persona? —preguntó Jinki, casi casi masoquista, con el deseo de saber cómo era su rival.
—Es alguien que siempre sonríe, no importa qué —dijo Taeyeon con la sonrisa más bella que Jinki pudo haber visto—. Alguien que siempre me hace sentir bien con su sola presencia, y con quien nunca me siento incómoda. Él siempre me ha apoyado y ha estado ahí conmigo. Es la persona más amigable y sencilla que he conocido. No pude haber tenido a alguien mejor en mi vida, y estoy agradecida enormemente con quien quiera que me lo haya enviado, porque ése hombre es mi tesoro más grande, y no quisiera perderlo jamás.
Ella se sentía algo extraña declarando sus verdaderos sentimientos en voz alta, y para colmo, estárselos diciendo a ésa persona especial. Pero aun así, ya había comenzado y no se echaría para atrás.
Taeyeon abrió la boca para proseguir, pero fue interrumpida por un ansioso Jinki.
—P-Perdón, Tae… —el chico tenía la mirada clavada en el piso y estaba jugando con sus dedos en señal de nerviosismo—. Pero creo que no importa qué tan importante sea esa persona, deberías ir a la cita con Minho.
¿Qué le estaba pasando? Sus acciones no eran las correctas. Bajo circunstancias normales, él ya le habría dicho que la amaba y que no debía hacer caso a nadie más. Le habría dicho que la había querido desde siempre, pero que nunca había tenido la seguridad como para decírselo. ¡Pero no! Justo ahí, estaba negando sus sentimientos; estaba negando su propio corazón.
— ¿Eh? —la chica no comprendía. Creyó que había sido lo suficientemente obvia como para que Jinki se diera cuenta—. No. No lo entiendes, Jinki. La persona de la cual estoy hablando es…
— ¡No! —Jinki explotó, sobresaltando a Taeyeon y provocando que diera un saltito en su lugar—. ¡No me digas su nombre, por favor! Primero… Déjame… ¡Yo te amo, Taeyeon!
La muchacha no tuvo tiempo de pensar en nada más, pues Jinki se acercó a ella rápidamente, tomando su rostro entre ambas manos, y plantó sobre sus labios el beso más dulce que pudo existir. Fue el beso que confirmó el sentir de ambos. El beso que lo comprobó todo.
Y todo por el odioso baile de salón.
Re: [Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
Asdfghjklñ{ñlkjhgfdsa ¡¡¡¡¡Que bonito!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me hubiera encantado tenerun amor de esos.....Ojala y mi pollo en encuentre a alguien que lo ame como se merece :)
Gracias....Un brazo fuerte :)
Me hubiera encantado tenerun amor de esos.....Ojala y mi pollo en encuentre a alguien que lo ame como se merece :)
Gracias....Un brazo fuerte :)
Pauletta
Onew!!!!
1088
Re: [Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
OMG esto es tan bonito ;3;
En serio, amé tu oneshot, es un ontae tan tierno y bonito ;3; cositos, Taeyeon tan tierna y Onew tan asdfghjkhgfdsafvghjhgfdsaa
Muchas gracias por compartirlo :'D
En serio, amé tu oneshot, es un ontae tan tierno y bonito ;3; cositos, Taeyeon tan tierna y Onew tan asdfghjkhgfdsafvghjhgfdsaa
Muchas gracias por compartirlo :'D
Re: [Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
oww que hermoso OneShot♥ me ha encantado
Onew tan lindo tan despistada, Taeyon tan linda
tambien y con mucho valror♥ ME HA ENCANTADO
Onew tan lindo tan despistada, Taeyon tan linda
tambien y con mucho valror♥ ME HA ENCANTADO
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: [Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
que lindoo........
onew eres ecatador,,,,,,,,, oooo taeyon aaa juntaste el valor para confesarte
aaa y el te corresponde y odo por u baile....kekekekekkekekekekekekek quiero parender a bailatr kekekekekekeke
oooooooo historia bella.
mil gracias,,,,
:)
onew eres ecatador,,,,,,,,, oooo taeyon aaa juntaste el valor para confesarte
aaa y el te corresponde y odo por u baile....kekekekekkekekekekekekek quiero parender a bailatr kekekekekekeke
oooooooo historia bella.
mil gracias,,,,
:)
Damsanm
onew
1008
Re: [Oneshot] "Baile de Salón"; het!ontae, 1737 palabras, g.
Tonto baile de salon(?)
Awww que bonito shot *-*
Me encanto, Taeyeon es de mis SNSD favoritas y bueno, Onew ni se diga, uno de mis lideres favoritos:3
Escribes muy bonito~!
Me encanto >//<
DanyLee~
Taemin *-*
266
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