Every time I look at you, I can hardly say a thing
My head starts to spin and it hits me then
I love you…

El sonido de mis pasos se perdía entre los árboles del parque, a excepción de cuando pisaba alguna hoja seca o una ramita caída. Era un lugar realmente grande, en una parte había juegos para los niños pequeños, un poco más lejos había una gran fuente, muy cerca de ahí se encontraban unas bancas para que la gente comiera, también había personas vendiendo comida, globos y otros objetos que a los niños les suelen gustar. Pero aun con todas esas cosas mi lugar favorito se encontraba más lejos, separado de todo el alboroto y el ruido, lo había descubierto hace unos años atrás, escondido entre los árboles y arbustos se hallaba el lugar más lindo y pacifico, era un pequeño jardín de forma circular, delimitado por arbustos de todo tipo (la mayoría con pequeñas flores de todos los colores) y también árboles de muchos tamaños.

Me agache para evitar una rama que estaba muy baja y entre al pequeño jardín, los colores verdes se mezclaban con la luz de sol que lograba entrar entre las copas de los árboles, creando una gran variedad de sombras sobre el pasto. Mis ojos recorrieron rápidamente el lugar. Él ya estaba ahí. Desde hace unas tres semanas un chico alto, delgado, de cabello castaño y ojos del mismo color, empezó a aparecer en mi lugar especial. En realidad su presencia no perturbaba la tranquilidad del lugar, él se sentaba en un extremo del jardín, justo bajo la sombra de un gran árbol, con los ojos cerrados y con los audífonos puestos, mientras que yo me sentaba justo frente a él, en el sitio en el que me había sentado por primera vez desde que encontré el jardín, con mi lápiz en mano y un cuaderno, donde me ponía a dibujar cualquier cosa.

Sin darme cuenta, en algún momento comencé a dibujar al chico de cabellos castaños, creo que nunca se ha dado cuenta. Tal vez sea porque siempre escucha música, y por lo general yo siempre me voy antes que él, así que rara vez abre los ojos.

Como todos los días me senté en el mismo lugar, pero había algo diferente en el ambiente ese día, así que me puse mis audífonos y me recosté sobre el pasto, con las manos bajo mi cabeza, y cerré los ojos. Abrí los ojos rápidamente, un ruido se escuchaba muy cerca, busque en mi mochila y tome mi celular que estaba sonando. Era Gaby.

-Hola- dije seguido de un bostezo.

-Hola- escuche su voz por la bocina –Es que ya es algo tarde, y como no llegabas pensé en llamarte- ¿Muy tarde? Estaba segura que no había dormido más de unos 30 minutos.

-Ya voy para la casa. Solo me quede dormida- mire el reloj en mi muñeca izquierda, 6:47. Había dormido por más de dos horas.

-De acuerdo- después de eso termino la llamada.

Me puse de pie, y algo cayó al suelo, cuando conteste la llamada ni siquiera note la chamarra que estaba sobre mí. La recogí, era de ese chico, la usaba hoy. Lo busque con la mirada pero ya no estaba, seguramente me la dejo antes de irse. Una sonrisa de dibujo en mi cara. Guarde mi celular de nuevo en la mochila y después me puse su chamarra, no creo que le importe, de todas formas se la devolvería mañana.

Llegue a mi casa, era un pequeño departamento que compartía con mi hermana. Abrí la puerta, deje mi mochila en el piso y las llaves sobre una pequeña mesa.

-¡Ya llegue!- dije antes de empezar a caminar hacia la sala.

-Estoy en la cocina- me dirigí hacia la cocina, era grande, y en ese mismo lugar se encontraba la mesa donde comíamos, solo era una mesa cuadrada para cuatro personas, y me encontré con un gran desorden.

-¿Quieres ayuda?- le pregunte.

-Sí, eso estaría bien- me acerque hasta donde esta ella y comencé a recoger todo lo que estaba fuera de su lugar. Gaby nunca había sido la mejor cocinera, de hecho ella se encargaba de mantener la casa en orden y yo solo tenía que cocinar. Pero como hoy había llegado tarde ella decidió hacer la cena. Terminamos de hacer la cena juntas, y nos sentamos en la mesa. Fue una cena muy rápida.

-¿Quieres ver la tele?- me pregunto Gaby al mismo tiempo que yo pasaba los trastes al lavaplatos.

-Si- terminé de acomodar los platos y fui a la sala.

-¿Que quieres ver?-

-No lo sé, tal vez videos de música- me senté en un extremo del sillón que se encontraba frente a la televisión. Gaby comenzó a cambiar canales hasta que se detuvo en un canal de música.

-¿De quién es?- pregunto Gaby.

-Amm, no sé, pero no importa, al final del video pondrán su nombre- me quite los zapatos y me acosté en el sillón. Gaby soltó una pequeña risa.

-No, no el video, la chamarra que tienes puesta- había olvidado por completo que aun la tenía puesta.

-Ah, es del chico que siempre va al parque- dije intentando darle poca importancia.

-Entonces, ¿Ya hablaste con él?-

-No, me quede dormida, y cuando me desperté estaba tapada con la chamarra. Pero mañana se la voy a devolver-

-Me encanta esa canción- dijo Gaby cuando empezó otro video. La música me sonaba extremadamente familiar.

-¿Quiénes son?- pregunte y me senté para ver mejor el video.

-SHINee- me contesto sin voltear a verme.

-Es él- esas palabras salieron de mi boca casi automáticamente.

-¿Qué? ¿Quién?- esta vez si me miro, con algo de confusión.

-El chico del parque, él que me dejo la chamarra- mire con más atención la pantalla de la televisión, donde cantaba y bailaba el chico de cabellos castaños…


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Pues, aquí esta el primer capitulo, espero que les haya gustado n_n

¡Gracias por leer!

Al otro día me desperté muy temprano, aunque eran vacaciones, por algún extraño motivo no me levantaba muy tarde, y hoy quería llegar temprano al parque. Tenía planeado esperar a que él llegara, darle su chamarra e irme lo antes posible. Porque si me quedaba ¿Hablaría con él? ¿Acerca de qué?

-Ya me voy- avise, tome mi mochila y mis llaves.

Al salir de la casa lo primero que note es que no había un cielo azul, como los días anteriores, de hecho estaba muy nublado y hacia un poco de frio. Ojala que hoy no lloviera. Empecé a caminar en dirección al parque, quedaba algo cerca así que en 15 minutos ya había llegado. Había muy poca gente en el parque, creo que el clima no era muy agradable como para estar fuera, mas con el riesgo de que fuera a llover en cualquier momento. Pase la gran fuente y fui directo al jardín. Me senté en donde él suele sentarse. Saque mi cuaderno de dibujos, y comencé a cambiar las paginas, viendo los dibujos que había dibujado, donde predominaban los dibujos de ese chico. Aun no sabía su nombre, ayer Gaby me dijo que me lo podía decir, le dije que no, aunque realmente quiero saber su nombre. Pero no lo sé, tenía la esperanza que un día él fuera quien me dijera su nombre.

Espere por el aproximadamente por tres hora, pero él no llego, era muy raro, desde hace tres semanas iba a ese lugar todas las tardes sin falta. Me decepcione un poco, sinceramente esperaba verlo. Guarde mis cosas en mi mochila y me fui directo a mi casa. De camino pase a una tienda para comprar unas cosas para preparar la comida de esa tarde. Cuando salí de la tienda unas gotas de agua empezaron a caer del cielo, así que fui a la casa más rápido de lo normal.

-¡Te tengo una sorpresa!- fue lo primero que escuche al entrar a la casa.

-¿Qué ocurre?- dije mientras dejaba mis cosas.

-¡Tengo boletos!- y dos pedazos de papel aparecieron frente a mí.

-¿Para qué?- camine hasta la cocina para dejar las cosas de la comida en la mesa.

-Para un concierto- dijo con una gran sonrisa.

-Está bien- me recogí el cabello y empecé a preparar la comida.

Prepare algo simple, durante la comida Gaby también me dio la noticia de que mis papás vendrían a visitarnos dentro de unas semanas. Esa noticia me puso muy feliz, hacía mucho tiempo que no veía a mis papás. Después de la comida le dije a Gaby que iría a mi habitación porque estaba muy cansada.

Entre a mi habitación, tenía un aspecto muy sencillo, solo era mi cama, con una mesita de noche a cada lado, un escritorio donde se encontraba mi laptop, unos libros, cuadernos, lápices y plumas.

Saque la chamarra de mi mochila y la deje en mi cama, seguido de eso me quite la ropa y me metí entre las cobijas, tenía mucha flojera como para ponerme la pijama, lo único que pasaba por mi mente era que hoy no lo había visto ¿Le había pasado algo? ¿Ya no iría nunca más? Pero tenía que recuperar su chamarra ¿Verdad? Y ¿Por qué me importaba tanto? Con todas esas preguntas en mi mente, logre dormirme.

Cuando me desperté por la mañana el cielo seguía gris como ayer, así que después de que me bañe me puse un pantalón de mezclilla y una blusa negra de manga larga. Fui a la cocina y empecé a preparar el desayuno.

Al terminar el desayuno Gaby y yo fuimos de compras, Gaby quería comprar ropa para el concierto, así que fuimos a la plaza, ahí se encontraban la mayoría de las tiendas favoritas de mi hermana. Recorrimos todos los pisos, de tienda en tienda, hasta que vio algo que le gusto. Cuando salimos ya era algo tarde, le dije a Gaby que se adelantara a la casa, yo iría al parque.

Al igual que ayer estaba algo vacio, y el viento soplaba fuertemente, simplemente seguí mi camino hacia el jardín. Por el viento caían mas hojas de lo normal, la mayoría en el piso y otras cuantas se enredaban en mi cabello. Al llegar lo vi sentado, con su habitual pose. Me dirigí hacia mi lugar se siempre, deje la mochila sobre el pasto y luego me agache para sacar su chamarra. Me acerque hacia él, y toque su hombro suavemente, sus ojos se abrieron y se quito los audífonos.

-Hola- dije casi en un susurro.

-Hola- su voz sonaba más dulce de lo que yo imaginaba.

-Eh… amm… tu chamarra- extendí mi mano derecha que la estaba sosteniendo

-Gracias, pero la puedes conservar si quieres- me sonrió.

-No… no es necesario, ya me la prestaste y…- No sabía que decir, era bastante extraño que un desconocido te dijera algo así.

-¿No te quieres sentar?- Me pregunto, y me senté a su lado.

-Gracias por prestármela- dije y la deje en su rodilla.

-No fue nada, la verdad parecía que tenías algo de frio y no podía dejarte así- me ruborice gracias a sus palabras, creo que se tomaba muchas molestias con una desconocida. -¿Hoy no traes tu cuaderno?-

-¿Eh?- me sorprendió que supiera que siempre llevaba el cuaderno, según yo, él no se había dado cuenta, pero si se dio cuenta de eso, seguramente también se había dado cuenta de que lo veía constantemente.

-Sí, ya sabes, el cuaderno azul donde no se qué haces- sonrió levemente.

-Oh, sí, está en mi mochila- moví la cabeza hacia el otro extremo del jardín.

-¿Y qué haces en él?-

-Dibujo-

-¿Me enseñaras tus dibujos algún día?-

-Amm… tal vez- la respuesta era no, pero no se lo diría.

Un fuerte trueno resonó en el cielo, haciendo que me sobresalta y soltara un pequeño grito. Justo después de eso miles de gotitas de agua comenzaron a caer del cielo.

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Espero que le guste n_n
Gracias por leer :]