Página 1 de 1. • Comparte
A Media Primavera [MinKey + otros]
¡HOLAAAAAAAAAAAA! Este fic lo tengo continuado hasta como el capítulo veinte y tanto xDD así que iré subiendo rápido los capítulos (: Bueno no sé qué más decir, espero que lo acojan con cariño *-* ¡Eso!
Género: Au; ANGST; Romántico;
Clasificación: +17
Parejas: MinKey
Pasa que no es nadie, para su todo.
De aquella pequeña atracción que luego se volvió incontrolable; de las personas; de las situaciones; del tiempo en desorden; de los deseos, los sentimientos y las ambiciones entremezclandose...
...de Kim Kibum y lo que parece 'destinado'.
Capítulo uno: "A la vuelta de la esquina"
Capítulo dos: De la iglesia, los padres, los amigos, las revelaciones y el futbolista
Género: Au; ANGST; Romántico;
Clasificación: +17
Parejas: MinKey
Pasa que no es nadie, para su todo.
De aquella pequeña atracción que luego se volvió incontrolable; de las personas; de las situaciones; del tiempo en desorden; de los deseos, los sentimientos y las ambiciones entremezclandose...
...de Kim Kibum y lo que parece 'destinado'.
Capítulo uno: "A la vuelta de la esquina"
- Spoiler:
El Roll Royce daba vuelta la esquina cada mañana, giraba frente al estadio y pasaba junto a la pequeña cancha de los de tercera división, chicos jóvenes, muchos de ellos principiantes con un talento que era pulido diariamente. Todos trotaban a esa hora, con las camisetas largas y la respiración marcada por nubes blanquecinas que exhalaban sus labios amoratados. Todas las mañanas, el jovencito del Roll Royce se agolpaba a su ventana, buscando al fuerte chico de ojos grandes que avanzaba de los primeros, hablando alegremente con el entrenador, moviendo su cuerpo entre cada paso, sonriendo con sus dientes impecables.
Cada día, empañaba con su aliento el vidrio mientras apegaba su rostro buscando verlo más, más, porque nunca era suficiente. Se mordía el labio maravillado con la forma en que su cuerpo subía y bajaba en el trote, dentro de él había nacido algo nuevo por culpa de aquella visión matutina. Algo impuro, insano e incontrolable. Era algo desconocido que no sabía cómo tratar, se avergonzaba de sí mismo, porque no podía dejar de pensar en ese muchacho, no podía dejar de imaginar sus músculos flectandose ni su tacto, que debiera ser cálido y suave.
Cuando el auto volvía a girar y se iba por la derecha apretaba los dientes, pasaba la mano por la ventana desempañándola y daba una patada al asiento del copiloto. Las primeras veces el chofer le preguntó amablemente qué pasaba y él solo le humilló entre gruñidos ordenándole seguir con su trabajo. El hombre mayor empezó paulatinamente a guardar silencio, apretando el manubrio mientras el chico daba patadas una y otra vez al asiento de cuero, encerrado en su mundo.
Para Kim Kibum, ese chico del campo de futbol era como un trofeo. Lo quería. Deseaba ponerlo en el centro de su cuarto y enseñarlo felizmente al mundo; entrar junto a él a la catedral los domingos temprano, paseándolo; exponerlo en el salón de clases frente a los demás chicos; que todo el mundo supiera que era suyo y de nadie más. Pero, entre las cosas que no puedes tener, por muchos dinero que poseas, están los hombres y, aún si se pudiera, la sola idea volvería loco a su padre.
Aquel deporte nunca le había llamado la atención, ni ninguno la verdad, porque ese tipo de actividad física suponía golpearse y ensuciarse, cosas con las cuales no estaba familiarizado en absoluto. Por aquel chico vio un partido del Manchester contra el Liverpool una vez, se echó sobre la colcha a contemplar cómo los jugadores corrían tras el balón, resbalaban, saltaban y gritaban entre cada jugada, no encontró nada llamativo en ello, pero a la noche, no pudo evitar soñar con el muchacho futbolista jadeante, apoyado en sus muslos firmes, sonriendo, húmedo en sudor, y cuando despertó, todo aquello se materializó en una reacción corporal que lo hizo sonrojarse furiosamente y avergonzarse de sí mismo como si hubiera cometido el peor de los crímenes.
- Kibum
Despertó de su ensoñación, mirando al hombre enfrente de él, quien mantenía una actitud seria, casi grave. Volvió el rostro para mirar a su padre que estaba parado a su lado, y le apretaba el brazo molesto, tironeándole para que se pusiera en frente y firme.
- Te he citado junto a tu padre, porque ya no hay nada que pueda hacer – habló el otro tipo con su voz grave, algo rasposa – Estás expulsado.
Se quedó en silencio, mirando fijamente al mayor, sin aflojar ningún musculo, como desafiándolo con sus ojos felinos. El hombre tosió, mirando al padre y luego volviendo hacia el muchacho, con desaprobación, pero este seguía en su postura, sin flaquear, empezando a crisparle los nervios.
- ¿No tienes nada que decir? – preguntó el viejo, frunciendo el entrecejo.
- ¡Qué alivio! ¡su escuela es una porquería! – exclamó con soberbia, sonriendo cínicamente y recibiendo al instante un palmazo en su nuca - ¡Ouch!
- ¡NOS VAMOS A CASA AHORA MISMO! – Gritó su padre, jalándolo de una oreja – pero lo que dice es cierto – gruñó, volteándose hacia el director – su escuela es una porquería.
El ramaje de Kim al que pertenecía Kibum, era uno de los más poderosos de toda Asia. Manejaban gran parte de la economía y gozaban de herencias estratosféricas, lo que había provocado que el joven, entre tanto lujo, desarrollara una actitud soberbia y desconsiderada con el resto, que molestaba mucho. Tampoco era una persona mala, solo no estaba dispuesto a realizar tareas ni a relacionarse con gente que no le gustara, por el contrario, era muy cuidadoso y sobreprotector con las cosas y personas que quería, y claro, jamás aceptada un no por respuesta, especialmente cuando se obsesionaba por algo.
Debido a su mal comportamiento, ya había desfilado por los colegios más sofisticados de la región y, en cada uno de ellos, solo había durado una temporada corta que a veces incluso no pasó del mes. Su padre no estaba de acuerdo con la política ‘inyectemos dinero para que lo acepten el año entero’ que había propuesto la madre y había decidido que la mejor solución era cambiarlo hasta que se adaptara, el problema era que el chico parecía no querer adecuarse a nada.
- Tutoría doméstica papá, eso está muy In entre los chicos, a Jjong y a Taeyeon les ha ido muy bien – explicó, mientras se subían al auto, luego de minutos de incómodo silencio
- Ellos viajan todo el tiempo, por eso tienen tutores, ya te dije, nos vamos a instalar acá, no hay porqué tenerte tutores – dijo con firmeza, haciéndole un gesto al chofer.
- ¿Y qué propones? No hay tampoco más colegios decentes y no voy a mezclarme con gentuza en los barrios bajos – replicó, haciendo una mueca marcada de asco
- Hay un colegio, es el único y el último. Escucha bien Kibum – lo miró fijamente, causándole un escalofrío con sus ojos oscuros y duros – es tu última oportunidad, si la desaprovechas, será uno estatal, ¿me oíste?
- Mientras no se me peguen los piojos, me da igual – dijo a secas, recibiendo al instante un palmazo en la nuca - ¡Ouch!
Su vida se había vuelto asfixiante desde que descubrió al futbolista. Pasaba todo el día esperando esos escasos segundos, maldiciendo que en aquella calle jamás se produjera una congestión vehicular ¡Qué daría por estar horas pegado al vidrio mirándolo!, no dejaba de pensar en él, de desearlo, de imaginarlo en todas las formas posibles, de soñar con su perfección, con su perfil hermoso, con sus manos, con su musculatura de adolescente. En cada cosa le buscaba: revistas, diarios, televisión, internet e incluso, buscaba características suyas en las demás personas, comparándolo con sus primos, con sus primas, con los vecinos y hasta con el Pug de la otra cuadra, pero nada era como aquel muchacho. Sentía que se iba a volver loco si no lo veía alguna mañana y era por eso que se ‘conformaba’ (porque igual pataleaba en su asiento cuando giraban a la otra calle) con esos escasos segundos de deleite. Era como una droga: indispensable, adictivo y destructivo.
- Kibum-hyung, tienes que estudiar
Miró al chico junto a él, saliendo de su ensoñación crónica, y soltó un largo suspiro.
- Min, eso es para los científicos, yo no quiero vivir encerrado en un laboratorio – replicó, apoyando el mentón en su mano – Yo me voy a casar con un futbolista, él me va a mantener y, ya sabes, está también la herencia de papá
- Hyung, con una futbolista – corrigió, frunciendo el ceño
- Eso, eso – Sonrió, cerrando los ojos.
Dentro de las cosas que más amaba, estaba Taemin, un guapo jovencito pelirrojo, que había estado toda la vida junto a él. Para Min no habían frases engreídas ni humillaciones, porque era su protegido, ‘No importa lo que hagas, siempre voy a estar de tu lado’ Le había dicho una noche, riendo como idiota luego de haber probado el alcohol por primera vez. Aquel muchacho era su mejor amigo, o más bien su hermano, eran casi como uno solo, compartiendo secretos y experiencias, como su primera pelea o su primer beso. Él creía conocerlo como a la palma de su mano y le confiaba todo, excepto aquello.
Tardó años en reunir la seguridad para hablarle a su misterio. Siempre le vio de lejos en el RollRoyce y planeó ese momento único, donde se le acercaría y se vería enfocado en esas orbes enormes y oscuras, gimió por las noches contra su colcha imaginándolo, sonriendo idiotizado y luego rezó un par de ‘avemarías’.
Y cuando el día llegó, fue como un montón de cosas.
- ¡Choi idiota! ¡La has tirado con demasiada fuerza torpe!.
Jadeó, mirando como el chico se acercaba a la reja y le sonreía con su dentadura perfecta. ‘TÚMTÚM-TÚMTÚM’ hacía su corazón, desesperado, entre sus costillas.
- ¡Chico!
Miró el balón de fútbol en sus pies y sintió que se moría, levantó la mirada boquiabierto y torpemente correspondió la sonrisa. Era el día más feliz de su vida.
Capítulo dos: De la iglesia, los padres, los amigos, las revelaciones y el futbolista
- Spoiler:
- Voy a estudiar diseño de vestuario.
El silencio absorbió todo, excepto el sonido agudo que emitían los palillos de Kibum al interceptar el fondo del bol de arroz. Ni siquiera levantó la mirada porque sabía que su padre estaría estupefacto y su madre incómoda buscando tranquilizar a su marido, pero a él le daba igual, porque el Bibimbap estaba demasiado bueno.
- ¿Crees que voy a dejar que mi hijo se vuelva un marica y que incluso pagaré por ello? – gruñó el hombre mayor, apretando el puño con fuerza
- ¡Amor! – le regañó su esposa
- Papá, no tuviste que pagar nada para que yo fuera marica – levanto el rostro, sonriendo con arrogancia
- ¡Vuelve a repetir eso!
- ¡SOY UN MARICA!
- ¡POR DIOS! ¡KIBUM LLAMA A LA AMBULANCIA! ¡TU PAPÁ ESTÁ MORADO!
Los ojos felinos del muchacho contemplaban el techo alto y blanco de su habitación. Llevaba horas así, recostado, sin hacer nada. Tenía los labios medio separados, hundido en cavilaciones profundas entorno a todo, ¿En qué se estaba transformando su vida? ¿Qué eran todas estas nuevas emociones? Recordó el incidente con su padre, el pánico llenándole por entero, quizá con los años recordaría el incidente con risa, pero en ese preciso instante, toda aquella situación había girado alrededor de su primera revelación frente a su identidad: No le gustaban las mujeres.
Lo había descubierto temprano, porque jamás vio con algo más que asco todas aquellas metrópolis y playboy que sus compañeros metían al colegio casi como contrabando, y muchas veces se obsesionó con chicos mayores, especialmente en su primer año de primaria, cuando los chicos de secundaria se presentaron frente a sus ojos como una atracción única, perfecta. Al principio aquello se había confundido con simple admiración o con una imagen a la cual seguir pero… él no quería ser como ellos.
Ese gusto era peligroso; insano; horrible; degenerado; indebido; pecaminoso; sucio; pervertido; endemoniado; prohibido; antinatural; enfermo; promiscuo; asqueroso; impensable; monstruoso… delicioso; incontrolable; adictivo; tentador.
Peligrosamente tentador.
- He hecho algo muy malo padre – susurró en el confesionario.
El frío de la catedral se mezclaba con aquel silencio pesado y con un aroma a viejo que daba asco. Abrió los ojos con cuidado, apretando los dedos juntos, mirando la cabina caoba oscura, tras la cual un sacerdote noventón tosía un par de veces, llevándose un pañuelo de tela arrugado y sucio contra sus labios resecos y pálidos. Nunca le habían gustado el confesionario… ni los curas. Aquello todo era muy estricto y no paraban de juzgarle por cualquier cosa… y de hacerle sentir enfermo… diferente.
- ¿Qué has hecho hijo? – preguntó con la voz ronca y gastada
- He tenido malos pensamientos – susurró rápido, con vergüenza, bajando la mirada, escondiendo sus ojos oscuros y torturados tras sus pequeñas pestañas.
Rezó diez avemarías y un par de padrenuestros, el cura no quiso entrar muy a fondo en el tema y él tampoco quería soltar nada que delatara su horrible pecado y, para evitar ese tipo de bochornos, decidió que cada vez que tuviera estos feos pensamientos, rezaría los diez avemarías y los padrenuestros… para ahorrarse las visitas al confesionario.
- ¡Kibum-ah! ¡Nos falta uno! ¿Te unes? – le había preguntado una vez Jonghyun, en una fiesta familiar.
Hyuna, prima en algún grado de Kibum, iba a cumplir nueve años. Aprovechando que la familia estaba casi toda en Corea, hicieron una enorme reunión familiar, donde todos los Kims se reunieron a beber y a comer a destajo, celebrando el cumpleaños de la muchacha y estrechándose unos a otros ante tan inusual encuentro.
- Ese juego es para idiotas – contestó el muchacho, mirando con desagrado a su primo embarrado en lodo, sujetando firmemente un balón de fútbol
- Claro, pero no para maricones – le había soltado en broma y luego se habían largado todos los primos a reír.
La escena en su mente se hacía borrosa, aparecían las caras burlonas de todos, resonaban las risotadas contra sus orejas y veía luego el rostro de Jonghyun más cerca, más cerca y luego en el suelo, ‘vuelve a repetir eso y te vuelo todos los dientes enano asqueroso’ gritó a todo pulmón mientras le reventaba el labio a su primo a golpes, hasta que su padre lo apartó del chico y lo mandó a su cuarto con un grito firme… y con una sonrisa extraña pero satisfecha.
Estaba feliz, de ver a su hijo defenderse.
Pero lo que no sabía, o no entendía, era que su primogénito estallaba en cólera cada vez que alguien hacía alusión a su homosexualidad, porque no podía controlarlo, porque era como si le restregaran en la cara una enfermedad o como si hicieran burla de un defecto suyo, porque cada día y a cada momento, sentía más hinchada esa necesidad atroz de dejar la moral atrás y disfrutar de esta nueva afición.
‘Ave maría…’ jadeó, limpiándose el sudor de la frente con el dorso de su mano izquierda una fría noche ‘… madre de Dios…’ la otra mano temblaba aún entre sus muslos. Tenía los ojos bien abiertos, sorprendidos, con los labios temblando de miedo. No entendía exactamente qué era aquello que acababa de hacer pero, entendía perfectamente que no era correcto y que pagaría las penas del infierno, por haber manchado sus dedos con aquella sustancia extraña e impura.
Al otro día, sus ojos aún vagaban por las piernas fuertes del muchacho futbolista. En la noche, luego de sus avemarías, había decidido que no volvería a mirar a ese joven o que, en el peor de los casos, le pediría al chofer cambiar de ruta. Estuvo toda la mañana nervioso, había agregado incluso dos tazones más de arroz a su desayuno por la ansiedad y se los había tragado como si el mundo fuera a acabarse. Su corazón no dejaba de latir fuerte y cada palabra parecía buscar en su mente para sacarle a flote su acción, ‘me voy a volver loco’ pensó con nervio, tomando un largo trago de café con leche.
Se metió al auto en silencio, aguardando el momento indicado para hacerle saber al chofer que debían tomar otra ruta. Iba a alegar que estaba aburrido de ese paisaje y que necesitaba un cambio de energías porque últimamente su humor andaba horrible, pero luego pensó que no tenía por qué darle explicaciones a su chofer, después de todo su padre le pagaba esos servicios, así que solo indicaría que siguiera otro camino y listo. Estuvo perdido entre las contradictorias voces en su cerebro que se gritaban entre sí, una que deseaba parar esa obsesión y otra que solo deseaba contemplar al chico como siempre e incluso más si es que aquello fuera posible. Miró por la ventana, cuando el auto giraba por la esquina, y se maldijo, una y mil veces y luego… luego se apego al cristal, con los ojos y la boca abiertos, mirando al muchacho, quien aún con el frío de la mañana había decidido trotar solo en pantalones cortos.
Tragó duro, acariciando el cristal, intentando registrar bien esa imagen en su retina. Era hermoso. La cosa más hermosa del mundo, avanzaba frente a sus ojos, sonriendo impecable con el cabello al viento, con sus perfectamente trabajadas piernas subiendo y bajando en el trote y luego…. Rejas, murallas de concreto, rejas y edificios. Guardó silencio, y luego de unos segundos, el chofer se giró levemente a mirarlo.
- Joven kibum – le llamó, volviendo a su posición, para evitar algún accidente
- ¿ah? – preguntó el menor, desorientado
- ¿pasa algo?
El chico bajó la mirada, pensándolo, ¿pasaba algo? Bueno, pasaban un montón de cosas, pasaba que estaba muy adentro de un problema enorme, pasaba que no le gustaban las chicas, pasaba que su padre lo asesinaría, pasaba que era un degenerado, que el auto iba muy rápido por las calles, que no podía contemplar al futbolista lo suficiente, que se sentía frustrado sexualmente viéndolo correr así, sin ninguna posibilidad de … Dios, pasaba que se estaba volviendo loco… por un hombre.
- No pasa nada – contestó, arrastrando las palabras.
Luego de aquella vez las noches húmedas se hicieron más constantes, a veces se le entumecían los brazos y las piernas, y se prometía que no volvería a hacerlo, pero no podía controlarlo, pensaba en el muchacho y su mano recorría su cuerpo hasta llegar a aquella zona donde su mente se derretía y solo podía jadear buscando aire con desesperación, imaginándose ese cuerpo firme y caliente contra el suyo.
- Tae – susurró, cuando el chico más joven estaba absorto apretando los botones del joystick mientras jugaba Kingdom Hearts en la Play Station 3.
- ¿Hyung?
- Tengo algo que decirte… -empezó, avergonzado, jugueteando con el dobladillo de su camisa – Tae yo… ¡Apaga esa mierda por Dios!
El chico más joven miró extrañado, frunciendo el ceño, mezclando esa imagen con pinceladas de molestia. Pausó el juego, apagó la tele y dejó el control a un lado. Kibum lo miró haciendo una mueca de incomodidad con sus labios, ¿cómo se lo tenía que decir? Mientras el chico de cabello rojo lo miraba atentamente, como intentando sacarle las palabras con los ojos.
- No me mires así, es algo difícil de explicar – suspiró el mayor, cerrando los ojos
- Somos amigos, puedes decirme lo que sea – sonrió el menor, intentando alentarlo.
- Tae, me gustan los hombres – explicó con firmeza, mirándolo fijamente
Si había alguien en el mundo a quién no podía engañar ni ocultarle nada, ese era Taemin, en realidad siempre iba por la vida con la verdad en frente, por muy hiriente que fuera, porque fijaba las bases de una vida genuina y tranquila. Aún así, obviaba cosas que sabía no eran de interés del resto, especialmente si eran tan intimas y de su personas, pero sentía que ocultarle tan importantes revelaciones a su Tae era como engañarlo.
- Kibum-ah – habló el menor, tomándole la mano – la verdad es que… no es una gran sorpresa. Los chicos en la escuela ya me lo habían dicho, yo pensé que estaban burlándose de ti y los insulté, pero con el tiempo, me di cuenta de que era una enorme posibilidad – sonrió – incluso Jjong Hyung siempre lo dice, cosas como ‘¿dónde está el marica de Kibum?’ o ‘Ese maldito homosexual’
- Jonghyun es un hijo de puta – suspiró el más alto – gracias Tae por comprender, creí que quizá te molestaría…
- Hyung – amplió su sonrisa, mirando fijamente los ojos felinos de su amigo – Te amo, no importa lo que seas o lo que te gusta, pueden ser hombres, perros…. No espera, los perros no está bien, ya sabes, es un poco enfermo –rió – pero te amo como eres, Kibum-ah, no dejaré de amarte por esto, es una promesa.
El mayor lo abrazó sonriente, si había algo que amaba dentro de su vida, era ese pequeño idiota de cabello rojo. Pensó entonces que, habiéndole dicho las cosas a sus padres y a Taemin podría respirar con mayor alivió, y algo en su vida se hizo más fácil, porque no le interesaba lo que creyera o dijera el resto respecto a sus gustos, él era feliz, estaba cómodo y ahora, para tener una paz completa, solo tenía que hablar con el guapo y sensual futbolista…
…bueno, así como ‘Fácil’, tampoco era.
- Hyung, ¿cómo descubriste que te gustaban los hombres? – preguntó el pelirrojo, separando el abrazo con suavidad
- Es algo incómodo de explicar Taeminnie, pero tampoco fue de un día para otro, el problema es que, no quería aceptarlo – explicó, haciendo un gesto con sus labios.
Aceptarlo era un alivio, pero no lo abarcaba todo, aún se sentía un poco sucio fantaseando con chicos y no se sentía con la autoridad suficiente para voltear el rostro por las calles para mirar a alguno más guapo que los demás. Con el chiquillo del estadio era diferente, porque no podía evitar contemplarlo, él era algo así como un ángel, extraño y perfecto, capturando su vista, su atención y su respiración siempre, como la cosa más maravillosa que trotara en la tierra.
Cuando ya tenía diecisiete años, decidió que no podía continuar viéndolo a lo lejos, que no podía seguir torturándose con su imagen por siempre.
- Aquí estamos joven – señaló su chofer frente al portón de su escuela, con una pequeña y cansada sonrisa – que tenga un buen día.
Como nunca, devolvió la sonrisa y se bajó del Roll Royce con elegancia. La mochila se veía un poco más abultada que de costumbre y los zapatos que llevaba no estaban permitidos en el establecimiento. A su chofer no le interesó porque simplemente no se dio cuenta, ¿qué idea podría tener él acerca del uniforme escolar? Y el auto se fue calle arriba como siempre. El chico miró en todas direcciones y caminó apartándose del alumnado que hacía bulla en la calle, esperando el sonar de la campana.
Se mordió el labio nervioso, sujetando firmemente las correas de su mochila. Caminó un par de cuadras y volvió en la dirección que siempre recorría en las mañanas, pero ha sentido contrario. Su cabeza daba vueltas en torno a esa situación desde hace meses ‘le hablaría al guapo futbolista’, no importaba cómo, esperaría a que acabara la práctica y se le acercaría o, en caso de que no le dejaran entrar, esperaría afuera, como una seguidora idiota, hasta poder interceptarlo y luego… bueno, eso lo vería en el momento.
Caminó cerca de una hora hasta llegar su cometido, el camino era fácil, porque el auto solo giraba en la esquina del estadio y luego seguía recto hasta su escuela, pero jamás tomó la distancia, así que no sabía si su recorrido tardaría segundos u horas. Cuando dio la vuelta, ya estaba completamente cansado, pero, ni el trecho más largo del mundo podía desanimarle en aquel momento, porque estaba casi en frente de su obsesión, nada lo pararía en ese momento, nada…
… exceptuando quizá el nerviosismo, que lo paralizó en la esquina, como a un idiota
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
¡gnbkrdjlov! ¡Yo amo tu fic como no tienes idea! ¡Cómo no tienes idea! ¡Cómo no tienes idea!
Cuando recién empezaste a publicarlo te dejé reviews, pero la universidad empezó a ser un dolor de cabeza y ya no fui capaz de seguir. Se me pasaban los capis, y en una descansada de tarea leía.
Asdf pero como sea. Por ti fue que dejé de leer solo Jongkey, ahora tengo una enorme lucha interna, ya no sé si en primer lugar está el Jongkey o el Minkey. Me haces amarlo como no te imaginas.
Tu fic es de los mejores, es oro *-*
Aww puedo decírtelo… ¡Te amo!... Te amo a ti y a tu glorioso cerebro.
PD: Acabo de leer el último capi que publicaste, me has dejado con el corazón oprimodo ;O;
.
Última edición por Kou♥ el Sáb Ene 21, 2012 1:18 pm, editado 1 vez
Kou♥
Key, Jonghyun♥
611
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Me muerooooooooo lo vas a subir aquiiiiii Cristo tere te amo y amo tu fic fhcdvhgv escribiré con ganas después ce x ahora estoy en el cel Ahhh tu fic es oro muak
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Kou: *-* es un honooor! Y como que me siento realizada de que que ahora el MinKey tenga un rinconcito importante <3
Faby: También te amooo! *-* Y lo sabees~
Capítulo tres : 'Balón sucio'
Capítulo cuatro: Cuando la perfección no puede ser más perfecta
Faby: También te amooo! *-* Y lo sabees~
Capítulo tres : 'Balón sucio'
- Spoiler:
- Ah… si…. – jadeó suavemente, desordenando el cabello oscuro y ondulado entre sus dedos flacos.
Los labios parecían quemar en su piel, cada vez que se apretaban en contra de su cuello o de sus labios. El aire empezaba a escasear cada vez más, era una locura, una sensación exquisita, mejor aún que esa vez que ganó en el taller de modelaje. Arrastró sus uñas por esa perfecta espalda ancha y bronceada, deseando recorrerlo por entero, mientras sentía la mano fuerte del otro chico cerrarse en torno a su sexo, presionando su cuerpo contra el suyo, apretándolo contra la puerta de la habitación, haciéndolo gemir como un loco, sudando desesperadamente en el placer.
- ¿así te gusta kibum-ah? – susurraba el más alto, con su aliento cálido, dejando que una mano resbalara por entre sus piernas húmedas – eres hermoso kibum, eres perfecto, eres exquisito, me encanta hacerte sudar y jadear …
- Ch-Choi – murmuró, con los dientes apretados, cerrando los ojos, sintiendo esa maravillosa fantasía consumarme - ¡AH! Mmh.. ¡Si!
Abrió los ojos, buscando los oscuros y enormes orbes de su futbolista, encontrándose solo con la penumbra nocturna, volviendo abruptamente a la realidad. ‘Mierda’ suspiró, sacando la mano de sus pijama torpemente y levantándose de la cama, con las piernas tambaleándose y una incómoda expresión de vergüenza en su rostro.
Llevaba casi una semana sin masturbarse, no era que no lo hubiera deseado, simplemente… no había podido (hasta ahora), no después de haberse encontrado frente a frente con aquel muchacho, no después de haber escuchado su voz masculina y grave hablándole solo a él, ni de ver esa impecable sonrisa creciendo frente a sus ojos.
- ¡Choi idiota! ¡La has tirado con demasiada fuerza, torpe!
Había pasado toda la mañana dando vueltas por el sector, nervioso porque no podía arriesgarse a mirar la práctica frente a la reja, iba a causar una mala impresión, y eso era lo último que deseaba hacer. A las once de la mañana divisó un pequeño café que daba justo enfrente a ese sector del estadio, jamás antes había visto ese lugar y no era un recinto muy discreto, afuera había un enorme letrero con una taza humeante caricaturizada. Sin pensarlo dos veces entró apresurado y, puesto que nadie le prestó mucha atención, se metió rápidamente al baño, para cambiar el resto de su uniforme y no verse como un muchacho rebelde que se escapaba para espiar la práctica de los de tercera división (aunque eso era exactamente lo que era y hacía)
Se colocó unos jeans negros ajustados y un polerón ancho, demasiado la verdad; el cuello resbalaba por uno de sus hombros huesudos, pero él creía que aquello le daba un toque atractivo, más de alguna vez había visto a chicos girarse a mirarlo cuando lo usaba. Sonrió a su reflejo y guardó su ropa con descuido, para salir apresurado del baño.
- Buenos días, joven – sonrió un hombre de mediana edad, haciéndolo dar un salto de sorpresa - ¿pasa algo?
- N-nada, yo solo… quería pedir un caramel macchiato – le devolvió la sonrisa avergonzado, ante la mirada desconfiada del sujeto
- Bueno, tome asiento en una de nuestras mesas – indicó amablemente, aún completamente envuelto en un extraño aire de alerta
- ¿P-puedo sentarme afuera? – preguntó nervioso, señalando hacia las sillas de madera que brillaban bajo el sol de media mañana
- Claro hijo
El hombre se dio la vuelta, caminando hacia el mostrador, dándole indicaciones a un chico castaño, de ojos muy rasgados y movimientos muy torpes. Kibum caminó hacia las mesas vacias que estaban justo enfrente del estadio. Se sentó, absorto, mirando a los chicos que entrenaban corriendo a través de obstáculos, sintiendo como el aliento se le quedaba enganchado cuando era el turno del hermoso futbolista. Podía ver su espalda ancha y firme, sus piernas tonificadas, sus brazos marcados, quería correr y alentarlo, sonreírle, decirle que era el ser más hermoso del mundo, quería acariciarlo por todo lados, jadear contra su oído, hacerle entender todas las cosas que le causaba.
Suspiró, intentando tranquilizarse, apoyando el codo en la superficie limpia caóba, recostando su mentón sobre la palma de su mano, mientras se devoraba esa anatomía deliciosa con sus ojos felinos. Aquel muchacho era demasiado para él, jamás se había sentido tan interesado por nada ni nadie, ni siquiera cuando viajó a la primera tienda de emporio Armani, ni siquiera cuando su padre le mandó a hacer un traje con Alexander McQueen, se mordió el labio, viendo al muchacho beber agua con descuido, mojando todo el pecho de su camiseta de fútbol.
- ¡Ejém! – carraspeó una voz junto a él. Levantó la mirada distraído, observando al chico que dentro del café había recibido las ordenes del otro hombre – aquí está su orden
- Déjala en la mesa – ordenó, volviendo a fijar sus ojos en el chico de la cancha.
El mesero dejó la taza temblando y cuando iba a colocar el azúcar, perdió el equilibrio, botando la bandeja con la azúcar y las servilletas al suelo. Kibum lo contempló sorprendido y sin poder evitarlo, se largo a reir en su cara, demasiado fuerte, haciendo que algunos de los chicos que entrenaban se voltearan a mirarle divertidos. En aquel momento paró en seco, viendo como el chico de sus fantasías miraba en su dirección, haciéndole sonrojar furiosamente, por lo que apartó la mirada, dejándola sobre el pobre muchacho que intentaba reunir las cosas en la bandeja.
- ¡Jinki! ¡¿QUÉ TE HE DICHO MUCHACHO POR DIOS?!
El chico se disculpaba intentando agarrar las cosas con firmeza, ruborizado como un tomate. El joven Kim levantó la mirada cautelosamente, viendo como los muchachos de enfrente habían vuelto casi todos a sus labores, exceptuando a un par que seguían los movimientos del mesero entre risotadas, pero los demás, junto a su obsesión, habían vuelto a las bancas a platicar con el entrenador, quién llamaba la atención a los chicos que seguían distraídos mirando por la reja.
Resopló, llevándose el tazón a sus labios, dejando que la deliciosa infusión de caramelo, café y leche se abriera paso por su boca. No podía evitar mirar fijamente a ese chico, era como una especie de hechizo, porque llevaba ya más de un año pegándose al vidrio para contemplarlo y dejarse seducir por su cuerpo, tenía tantas ganas de hacer todas aquellas cosas prohibidas con él, incluso estaba dispuesto a dejarlo todo solo por unos minutos de su atención.
Los veía correr de un lado a otro tras el balón, la mayoría de aquellos chicos tenía un físico fantástico, pero nada superaba a aquel muchacho, veía como se arremangaba, dejando sus brazos completamente expuestos, fuertes, musculosos y probablemente deliciosamente cálidos. Se relamió, observándolo hacer un par de flexiones de brazos.
- ¡VAMOS A HACER UN PARTIDO DE PRUEBA!
La voz ronca del entrenador sacudió todo el lugar, haciendo que los jóvenes se voltearan a verlo y luego sonrieran felices de poder jugar. Kibum también sonrió, a la lejanía, observando cómo su obsesión le daba unas palmadas en la espalda a un chico más delgado. Pensó que no había cosa más hermosa en el mundo que esa sonrisa amplia enseñando los dientes blancos y bien alineados del muchacho, y volvió a llevarse el tazón a los labios, acariciando con la otra mano su mejilla izquierda que estaba levemente sonrojada, porque ese futbolista realmente lo dejaba abrumado.
Sentía como si se estuviera infiltrando en el mundo de aquel chico, mientras los veía colocarse en posiciones, con él enfrente de su equipo, porque era demasiado obvio que era el capitán, el chico más capacitado y el jugador más valioso. Luego del pitido del entrenador, todos empezaron a jugar, llevando el balón de un lado a otro, a veces empujándose, buscando llegar al arco contrario para anotar un gol.
- ¿Desea algo más joven? – preguntó el chico torpe, sacándolo de sus cavilaciones.
- Tráeme la carta – respondió con indiferencia, mirado los restos de café en su tazón luego de apartar con premuera los ojos de la cancha.
En ese momento se dio cuenta de cuan emocionado estaba, era como tener a una celebridad e incluso, a una divinidad enfrente. Se mordió el labio, levantando tímidamente los ojos hacia el chico que con fiereza pateaba el balón y esquivaba a sus adversarios, corriendo en frente a él, porque el arco justo se en contra a espaldas en su sentido. Lo vió cada vez más cercano a la valla de hierro pintada de blanco y luego lo vió patear con fuerza, ‘oh por favor’ pensó, con los ojos ahora abiertos en todo su esplendor, y las manos empuñadas sobre la mesa ‘que anote’ pero el balón salió mal direccionado, chocando contra la parte superior del arco y saliendo disparado a la calle, aterrizando justamente contra la base de la mesa que sostenía el tazón vació del caramel macchiato.
- ¡Choi idiota! ¡La has tirado con demasiada fuerza, torpe!.
Kibum no tuvo tiempo para pensar en nada, se quedó en blanco, mirando el balón contra sus zapatos, sucio, meciéndose levemente, como alentándolo, y cuando levantó la mirada, sintió que su corazón iba a explotar, porque aquel hermoso chico se acercaba trotando, disculpándose con sus compañeros y luego mirando hacia él. Jadeó, mirando como el chico se acercaba a la reja y le sonreía con su dentadura perfecta. ‘TÚMTÚM-TÚMTÚM’ hacía su corazón, desesperado, entre sus costillas.
- ¡Hey! – le gritó, casi colgándose de la reja - ¿puedes darme el balón?
La lengua del joven Kim se hizo mil y un nudos, y fue como si se olvidara de cómo hablar. Volvió a mirar el balón y lo tomó lentamente, esperando no actuar como un idiota, levantándose inseguro, como si cualquier paso en falso fuera a causar el peor accidente habido y por haber.
Estaba sonriéndole, mirándole solamente a él y era como si todo lo demás hubiera desaparecido, eran solo ellos mirándose a los ojos. Sonrió un poco, avergonzado, y cruzó la calle, hasta quedar en frente a él, con tan solo la reja separándoles y… Dios mío, de cerca era aún más hermoso, aún más perfecto. Su cabello castaño brillaba bajo el, sus brazos firmes marcando los músculos mientras se afirmaba de la reja… era la cosa más endemoniadamente sensual y maravillosa de todo el mundo.
- No creo que vayas a poder pasarlo por la reja – rió, una risa suave, exquisitamente ronca y varonil, que causo que algo en el otro chico temblara - ven
Lo vio caminar rápidamente, alejándose del campo de fútbol, y observó su espalda ancha, marcándose en aquella playera delgada y húmeda…
- Ven – repitió, algo alejado ya, volviendo a reír.
Corrió hasta agarrarle el ritmo, sin dejar de verlo, perdido en cada facción hermosa de su rostro angelical, memorizando cada rasgo, los ojos grandes y oscuros; la nariz levemente respingada; la frente adornada por un flequillo tupido; el mentón afilado; la mandíbula marcada. Realmente era una obra de arte, cada cosa en él estaba moldeada con tanta dedicación y tanto cuidado, simplemente maravilloso. Le siguió hasta que una muralla enorme de concreto les separó y siguió caminando, porque era obvio que tendría que verle en la entrada al estadio para entregarle el balón. Avanzó, sintiendo ahora como sus latidos parecían aumentar a cada instante y luego llego a la puerta, encontrándose frente a frente con él, sin rejas y sin vidrios, respirando el mismo aire, y estuvo demasiado tentado de abalanzarse contra él y besarlo y abrazarlo y besarlo y abrazarlo.
- Muchas gracias – dijo, con su voz varonil, inclinándose un poco
- D-de nada – tartamudeo con vergüenza, sintiendo como las mejillas empezaban a arder lentamente
- El entrenador se va a molestar si no vuelvo pronto – le apresuró cortésmente, sonriendo divertido ante las expresiones de Kibum
- ¡Oh! ¡lo siento! – se disculpó, entregándole el balón, sonrojándose aún con más fuerza ante el leve roce entre sus manos – j-juegas muy bien…
- ¡ahahahha! ¡Gracias! Bueno, volveré a la práctica, ¡muchas gracias gato!
El chico salió corriendo en dirección al campo, y el otro se quedó estático, intentando analizar bien toda la situación ‘¡Muchas gracias gato!’ se repetía un y mil veces en su mente así como su sonrisa no dejaba de crecer mientras lo recordaba. Caminó hacia el café avergonzado, intentando calmarse, pero su corazón seguía latiendo como un desquiciado.
‘In a true, In a true 1, 2, 3, 4 ~ Uh! You never know where this music is gonna take y…’
Se detuvo, sacando rápidamente su blackberry del bolsillo y contestándola sonriente, sin dejar de pensar en ese mágico y perfecto encuentro, apenas y escuchando a la voz agitada de Taemin.
- ¡¿HYUNG?! ¡¿ME ESTAS ESCUCHANDO?!
- Lo siento Taemin-ah – soltó en una risita, caminando lentamente por la vereda, junto al muro de concreto - ¿qué decías?
- Aisshh Kibum-aa~h, tus padres me han llamado muchas veces, quieren saber si estás conmigo ¿por qué no estás en la escuela? ¡Todos estamos muy preocupados! – habló el pelirrojo afligido.
- Tae, ya voy a casa, es que me ha pasado la mejor cosa del mundo, pero es un secreto, ¿bien? Hablamos más tarde~ - cortó sin esperar respuesta de su amigo y cruzó la calle hacia el café.
Se sentía increíblemente seguro, feliz, caminando hacia la mesa, donde el viejo retaba al mesero atolondrado por haber dejado que uno de sus clientes se escapara sin pagar. Kibum volteó hacia el futbolista, que luchaba por meter el balón en el arco, botando a sus compañeros en el camino, con el ceño fruncido, luciendo extremadamente sexy ‘será mío’ pensó el chico, volviendo su atención hacia los otros dos, que discutían, ignorándolo.
- ¡Jinki por Dios! ¡Nos iremos a perdida si los clientes siguen escapando en tus narices! ¿Dónde tienes la cabeza? – hablaba el viejo exasperado
- ¡Pero si estaba aquí hace un minuto! ¡Yo no..!
- No me iba a ir sin pagar la cuenta – habló el muchacho que recién había cruzado la calle - ¿qué clase de persona creen que soy?
- Ese no es el punto jovencito – habló el hombre mayor, mirando fijamente al mesero – este chico ha sido engañado por tres clientes tan solo en esta semana.
- Whatever, ¿puedo cancelar con tarjeta?
- Claro, venga por acá.
Dio un último vistazo a la cancha, y luego entró al café, canceló, y caminó calle arriba, mirando fijamente a los jóvenes que entrenaban. Recordó la voz varonil, hermosa; el roce suave de sus manos cuando le entregó el balón; su sonrisa perfecta e hipnotizante; el cuerpo deliciosamente marcado; la esencia masculina; los ojos grandes y apasionados.
Sonrió todo el camino, recordando ese momento, que no sería el único, porque no estaría satisfecho, hasta tenerlo completa y solamente para él…
… Y cuando Kim Kibum se propone algo, no hay que contar hasta tres para que suceda.
Capítulo cuatro: Cuando la perfección no puede ser más perfecta
- Spoiler:
- - ¡Quiero que dejes el equipo!
Vio el rostro ofuscado de su padre, colorado, y se sintió intimidado al escuchar como subía el tono. Apretó los puños, dedicándole una de sus miradas penetrantes, reprimiendo las ganas de golpearlo e insultarlo. No tenía voz ni voto en aquella discusión, sabía que tarde o temprano las cosas iban a terminar así, después de todo, uno no puede tener todo en la vida, porque las cosas no son tan perfectas como se pintan en la ficción, o por lo menos su realidad escapaba bien lejos de lo que se escribía en novelas y se desarrollaba en las pantallas de los televisores.
- ¡Mira tus notas! – le arrojó el informe de manera brusca - ¡¿Crees que te pago la escuela para que llegues con este tipo de calificaciones?!
Agarró los papeles, bajando la mirada, ordenándolos y dejándolos sobre la mesa de centro. Por dentro, lo único que quería hacer era gritar y romperlo todo, pero no podía actuar de esa manera frente a su padre, solo tenía permitido escuchar en silencio, esperar a que terminara de gritar y volver a encerrarse en su habitación, silencioso, para no aumentar la ira de su progenitor.
- ¡Entiéndelo Minho! ¡Tienes diecisiete años! ¡Tu futuro no es el fútbol, si lo fuera ya habrías comenzado hace años en equipos grandes! ¡Ahora ya jugarías con la camiseta nacional! ¡No vas a ser un futbolista! ¡Métetelo en la cabeza y empieza a estudia para ser alguien y no un pobre idiota corriendo tras un balón! ¿Me oyes? Ya llamé a tu entrenador, mañana no vuelves, y ahora vete a tu habitación – gruñó, sentándose en el sofá, aún completamente ofuscado.
Se alejó escalera arriba cabizbaja, no era mucho lo que pudiera ser, no debía enfrente al hombre que lo había cuidado y criado toda la vida. Entendía muy bien lo que decía y aunque le destruyera el alma alejándolo de lo que más le apasionaba, tenía que saber obedecer y acatar las órdenes, porque él no era nadie para refutar, pedir explicaciones o exaltarse, todo era su error y, por más que lo quisiera de modo diferente, no iba a ser un futbolista como Ronaldo ni Messi.
Suspiró, dejándose caer en la cama, encontrándose con la fría oscuridad de su cuarto. Vivir estudiando, mirar a lo lejos cómo los chicos entrenaban, no parecía algo tentador, solo lo hacía sentirse como un pobre idiota desdichado, ¿Por qué no podía simplemente dejarlo todo atrás y convertirse en el mejor jugador de todo el mundo? Tal vez porque comenzó a entrenar seriamente muy tarde y porque lo que decía su padre era cierto; estaba demasiado viejo para empezar en el mundo del balón pie.
Se levantó perezosamente y se cambió para dormir, no tenía ganas de nada, estaba demasiado muerto en aquel momento, viendo impotente cómo le arrebataban lo que más apreciaba en la vida para reemplazarlo con tontos y aburridos deberes escolares, ¿acaso aquello era justo? Pero no había nada que pudiera hacer, solo… mejorar las calificaciones y pedir una segunda oportunidad a su padre, por muy difícil que fuera.
Se acomodó en la cama, con el cobertor cubriéndole hasta la frente, intentando dejar todo pensamiento de lado porque… no había nada más que pudiera hacer. Mañana iría a la escuela, a estudiar como un loco, para volver a tener un poco de fútbol.
- ¿Por qué no te vienes ahora? Por último me haces compañía un rato y luego te pasas al colegio
Despertó a las seis de la mañana en punto como todos los días, con la excepción de que, hoy no tenía por qué hacerlo. Se había quedado echado en la cama, totalmente desganado, luego de que su cerebro recordara súbitamente que no tendría práctica hoy, ni nunca más, mirando la foto de Thierry Henry, quién le sonreía ampliamente, sujetando un balón entre sus grandes manos.
- No lo sé, estoy demasiado desganado Jinki-hyung
Había llamado a su mejor amigo para comentarle que no volvería a las prácticas y muy posiblemente ya no compartirían tanto tiempo como antes. Lee Jinki trabajaba en un café que quedaba justo enfrente de su campo de juego, ahí mismo lo había conocido varios años atrás, cuando pasaba luego de los entrenamientos a beber batidos de plátano y caramelo, riendo de sus estupidez, creando una relación bastante cercana. Le gustaba la forma madura en que el chico afrontaba las cosas y al mismo tiempo esa naturalidad con que conseguía sacarle sonrisas cuando todo lucía muy mal. Era una persona única, el perfecto mejor amigo.
- Vamooos, quedarte en casa atormentándote no es la mejor solución, además, te voy a regalar un batido – escuchó su voz suave y supo que estaba sonriendo, lo que le hizo sonreír también.
- Está bien – aceptó, levantándose – tomaré un baño y voy.
- Bieeeen, ¡Te espero!
Cortó la llamada, convenciéndose que era lo mejor que podía hacer. Se arregló, bañó y vistió, recordándose una y otra vez que eso era lo mejor, después de todo, si se quedaba en la casa estaría hundido en recuerdos creados en la cancha, manoseando posibilidades inexistentes, porque su padre ya había dictaminado algo y era imposible torcerle la mano. Ordenó los cuadernos en su mochila y se la colgó al hombro para bajar a la primera planta, buscar algo de leche en la nevera e ir donde su amigo.
Afuera el aire soplaba suave y unos nubarrones oscuros arruinaban el blanco silencioso que se extendía sobre la ciudad. Pedaleó calle abajo, afirmando la correa de su bolsón y disfrutando la sensación de sus músculos trabajando, cada vez que avanzaba. Amaba el deporte, era como una especia de libertad, sentía que podía hacer lo que quisiera gracias al trabajo de su cuerpo y le encantaba irse forjando metas, superándose. Miró las calles bien conocidas y saludó a un par de vecinos, la gente realmente lo apreciaban, él era un muchacho saludable, guapo y responsable. Su padre había sabido criarlo y, aún cuando le recriminara cosas, entendía que de algún modo lo hacía por su bien y era por eso que no echaba a llorar ante su resolución: porque su padre jamás haría algo sin esperar que de ello surgieran resultados favorables.
Subió por una avenida enorme, llena de largos apartamentos residenciales. Aquella calle le traía una nostalgia horrible, y solo en ese momento cayó en cuenta que justamente iba a llegar enfrente al campo, y vería, aunque le doliera, a todo su equipo practicar. A ese equipo que le vio sacarle un diente a un tipo de quinto grado, que le abrazó cuando no resistió las lágrimas al perder contra el enemigo, y que tantas veces le golpeó en conmemoración de su cumpleaños. Suspiró, dando la vuelta y luego subiendo definitivamente por la calle del estadio.
Frenó junto a la puerta de vidrió del pequeño café y miró un rato hacia los chicos que hacían elongaciones tras la reja, deseando profundamente poder unirse a ellos, pero en su cabeza sonaba una y otra vez la voz grave de su padre con aquel firme ‘¡No vas a ser un futbolista!’ y a regañadientes se metió a la tienda.
- ¡Minho!
Al instante escuchó la voz de su amigo, quién le sonreía detrás del mostrador y salía para darle un fuerte abrazo. Sonrió ante el gesto apretándolo fuerte contra su cuerpo, sí, eso necesitaba, un buen amigo que le ayudara a distraerse.
- ¿Qué tal ha ido el día Jinki-hyun? –preguntó, separándose y dándole algunas palmadas en la espalda
- ¡Bien! Bueno, quebré una taza cuando abrimos, pero fuera de aquello, me ha ido muy bien – Rió, pasando un paño por sobre el mostrador.
- No hay mucha clientela a esta hora – observó Choi
- Pero ya tenemos algunos clientes frecuentes… ¡Mira! ¡Ahí hay uno!
Se volteó a mirar donde su amigo había indicado y observó a un chico delgado, que bebía como desganado, muy apegado al ventanal que daba hacia la calle. Frunció el ceño, aquel muchacho le parecía conocido, pero no podía recordar de qué. Tenía los pómulos muy altos y pronunciados; vestía una chaqueta de cuero roja, una camiseta blanca y larga con un estampado desordenado, jeans ajustados y converse negras con lentejuelas; el cabello lo traía castaño, corto, pero bastante llamativo; y tenía unos oscuros ojos felinos…
- ¡Gato! – gritó, llamando la atención del chico en seguida.
Se acercó a él, sin prestar atención a la mirada confundida de su amigo, y se sentó confianzudamente en la silla desocupada de la mesa del joven. Lo observó sonrojarse en el instante mismo en que sus ojos encontraron, ‘Qué tímido’ pensó.
- ¡Hola! ¿Te acuerdas de mí? Muchas gracias por darme el balón el otro día, el entrenador se enojó, creo que aún tengo que perfeccionar mi técnica
- Ehm, de nada – sonrió levemente
- Eres muy tímido, ¿no? Mi nombre es Minho, ¿el tuyo? – pidió, apoyando ambos codos sobre la mesa y sosteniendo el mentón entre sus manos
- Kim Kibum
- Eres un gato – susurró Minho - ¿te lo han dicho antes?
- ¿Un gato? Me han dicho que parezco un zorro – lo miró suavemente, sonriendo más amplio - ¿te parecen lindos los gatos por lo menos?
Apenas terminó de pronunciar la pregunta, se sintió como un tonto. Aquello era tan directamente un ‘¿Te parezco lindo?’ Se maldijo y se preguntó en qué momento había empezado a comportarse como un idiota. Esta era una faceta muy ajena y muy extraña, nunca se había comportado de forma similar con nadie, y de alguna manera no le gustaba, porque estaba actuando precisamente como el tipo de idiotas del que siempre se burló.
- Me encantan los gatos – respondió, soltando una pequeña risa – tengo uno blanco, está un poco pasado de peso porque lo consiento mucho
- Eso te hace un mal dueño, tienes que cuidarlo – le regañó, haciéndolo reír más fuerte
- Y cuéntame Kibum – empezó suavemente - ¿Qué haces aquí? ¿No tienes escuela?
- Hoy no tenemos clase – mintió con la mayor naturalidad del mundo, como el perfecto mentiroso que era - ¿Y tú?
- Si supieras gato – suspiró, haciendo una pequeña mueca de tristeza
- ¿Qué te pasó? – preguntó rápidamente, sintiéndose terriblemente apenado ante aquella expresión
- Yo generalmente entro más tarde a clase porque entreno con mi equipo de fútbol todos los días en la mañana, pero… - hizo una pausa, aguantando las ganas de echarse a llorar – Mi padre me sacó del club, dice que tengo que enfocarme en los estudios, Dios, ¡Yo amo el fútbol!
El más bajo se sintió tan triste y tan conmovido con aquellas palabras. Él no era la mejor persona para entender los problemas de un futbolista, porque aquellas cosas no cobraban mucho sentido en su cabeza, pero esa expresión apenada le había hecho sentir mal, como si le hubieran contado la historia más triste del mundo. Hizo un pequeño puchero y sin si quiera pensarlo dos veces acarició suavemente una de las manos que Minho tenía apoyada sobre la mesa en gesto de consuelo, pero al momento de haber dibujado un par de círculos con su pulgar sobre los nudillos del otro, rompió el contacto con rapidez, avergonzado. El otro muchacho sonrió, agarrándolo de la muñeca.
- No tienes que estar así… - empezó sonrojado Kibum – o sea, no creo que tu padre lo haya hecho con intención de hacerte daño o causarte algún mal
- Eso es lo único que me consuela gato – suspiró, jugueteando con la mano del otro – Pero voy a extrañar tanto todo esto. Mis compañeros; las prácticas; los torneos; incluso los gritos del entrenador. Pero bueno, tengo que enfocarme en los estudios.
- Minho – le llamó la voz alegre de Jinki – toma, cortesía de la casa.
Dejó sobre la mesa un enorme batido de plátano ante la expresión sonriente, casi infantil, de Choi y la molesta de Kibum. Al muchacho no le hacía gracia que nadie se le acercará al futbolista, intentaba evitarlo pero no podía controlar los celos que lo enfurecían al verlo feliz a causa de otro. El mesero parecía realmente incómodo bajo su mirada así que el de los ojos felinos, a regañadientes, aparto la vista y la posó sobre la hermosa sonrisa del chico sentado frente a sí, quién se llevaba la pajilla a los labios para probar su dulce regalo.
- ¡Gracias Jinki-hyung! ¡Está delicioso! Tú conoces a Kibum, ¿no?
- Solo de vista, y porque lo he atendido un par de veces – respondió el chico torpe
- Los voy a presentar – rió el más alto – esté es Kim Kibum, que parece un gato – dijo, acariciando suavemente la mano aún entre la suya – y este es Lee Jinki-hyung, mi mejor amigo
El mesero observó al joven en frente suyo. Lo había visto casi la semana completa pegarse junto al ventanal a la misma hora y quedarse ahí toda la mañana, le parecía alguien extraño, pero no malo, simplemente el típico niñito caprichoso y altanero. Le dio una sonrisa amistosa y recibió una fría, falsa. Leyó en ella en seguida una especie de ‘celos’ y volvió los ojos hacía su amigo, quién ya se había bebido la mitad del batido. Su cerebro no tardó en hacer la asociación; a ese chico le gustaba Minho.
Sonrió un poco más amplio, pensando en la cantidad de personas que se acercaban al futbolista por lo mismo y por un momento compadeció la inocencia de su amigo, quién era incapaz de rescatar tan obvios brillos en los ojos ajenos. Era una persona dulce, pero parecía aún demasiado ligado al deporte como para notar lo que provocaba en los demás, quienes siempre terminaban cansándose de su aparente desinterés. Se disculpó cortésmente y se fue hacia el mesón, dejando a la pareja tranquila, para no tener que soportar esas miradas asesinas que le dedicaba el enamorado. ‘Pobrecito’ pensó, negando con la cabeza.
- El papá de Jinki-hyung es el dueño de este café, yo siempre lo vengo a ver después de las prácticas – explicó sonriente el más alto, aún jugueteando con la mano de Kibum – Es un gran chico.
- Me lo imagino – asintió como un tonto, dejando de lado ese sentimiento de odio que le provocaba la relación de los otros, concentrándose en la hermosa expresión del rostro de Minho
Esa noche, el joven Kim no era capaz de conciliar el sueño ni de borrar la sonrisa de sus labios, porque se había tardado demasiado en procesar que aquel encuentro en el café marcó una línea firme en su vida. Le había hablado a Choi Minho, el chico más perfecto del universo. Esa perfección le abrumaba, porque si el chico hubiese sido un insoportable o un creído, habría dejado bajado esa desquiciada obsesión, pero no, resulto ser tan cálido y agradable como guapo y hermoso. Suspiró, mordiéndose el labio inferior, recordando su voz masculina; sus manos cálidas; sus sonrisas perfectas; su risa juvenil. Cerró los ojos, sonriendo como un idiota en la penumbra, acomodándose en la cama, diciéndose una y mil veces ‘será mío’.
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
ajdnakdsjla Te juro que leerlo de nuevo me hace feliz!!! awwwww en serio que si Tere... conquistaremos al mundo! hahahaha
Me emocioné cuando recordé lo que Minho provoca en Key unff eso de fantasear y terminar masturbándose :B awww morí jajaja
Y yo seguiré dejándote comentarios! jsdñadak
Te ami♥♥ ㅋㅋ
Me emocioné cuando recordé lo que Minho provoca en Key unff eso de fantasear y terminar masturbándose :B awww morí jajaja
Y yo seguiré dejándote comentarios! jsdñadak
Te ami♥♥ ㅋㅋ
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
*-*
sdhasjdfasdhsagdgds ....
-muere-
Me encanta como escribes!!! ...definitivo ....es tan sadsadds y Minho de futbolista y asi dasdasdasd y no no me encanta.... *-*
y no yo estaria igual que Key con mi kokoro a mil por hora *-* si ese hombre viniera a hacia mi -muere-
Me encanta esta parte me cague de la risa y admire a Key
Eso es tener valor!!
dsadadsasdsd espero la conti ^^.....
FA no habia visto que ya subiste el 3 y 4 XDDD dsadgsajdash
awww Onew como siempre su condicion sangtae la amo!! es todo un amorsh....
y la manera en que se conoce y todo el MinKey en esa parte *-*
No Minho no es timida es que esta enamorado XDD
El papa de Minho es malo...eso no es de Dios asi no se le habla a un hijo TT_TT
...Una de las cosas por la que me gusta el MinKey es tu fic *-*
sdhasjdfasdhsagdgds ....
-muere-
Me encanta como escribes!!! ...definitivo ....es tan sadsadds y Minho de futbolista y asi dasdasdasd y no no me encanta.... *-*
y no yo estaria igual que Key con mi kokoro a mil por hora *-* si ese hombre viniera a hacia mi -muere-
Me encanta esta parte me cague de la risa y admire a Key
- Papá, no tuviste que pagar nada para que yo fuera marica – levanto el rostro, sonriendo con arrogancia
Eso es tener valor!!
dsadadsasdsd espero la conti ^^.....
FA no habia visto que ya subiste el 3 y 4 XDDD dsadgsajdash
awww Onew como siempre su condicion sangtae la amo!! es todo un amorsh....
y la manera en que se conoce y todo el MinKey en esa parte *-*
No Minho no es timida es que esta enamorado XDD
El papa de Minho es malo...eso no es de Dios asi no se le habla a un hijo TT_TT
...Una de las cosas por la que me gusta el MinKey es tu fic *-*
CCece
MINHO
90
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Faby: Que diablo era Key xDDD Ya ni me acordaba de las fiestas personales que se daba pensando en Minho :c ¿cuanto tiene este fanfic de existencia? too much para mi :c ¡CONQUISTEMOS EL MUNDOOOO!!
CCece: ¡es un honor que te guste mi manera de escribir *__*! Espero seguir mejorando xddddd ¿te gusta por el MinKey mi fic? :cccc Oooh que honor ;____; Ojalá nunca te decepcione :ccc *___*
Capítulo cinco: Con chocolate y fiesta
CCece: ¡es un honor que te guste mi manera de escribir *__*! Espero seguir mejorando xddddd ¿te gusta por el MinKey mi fic? :cccc Oooh que honor ;____; Ojalá nunca te decepcione :ccc *___*
Capítulo cinco: Con chocolate y fiesta
- Spoiler:
- … entonces recibí el balón y avancé lo más rápido que pude. Toda la gente en las gradas gritaba como enardecida y yo estaba cada vez más cerca del arco. Fue increíble, estaban mi hermano, mamá y papá mirando el partido y cuando justo iba a patear, el árbitro cobra outside, ¿Puedes creerlo? ¡Fue una porquería! ¡Quería matarlo! Pero ya sabes, no es como si yo pudiera hacer algo, es más yo creo qu-
Kibum sonreía y asentía, escuchando pacientemente esas mil y un palabras que formaban una historia extraña y poco entendible para su cabeza ¿outside? ¿Qué mierda era eso? No lo iba a interrumpir, Minho se lo había explicado como cien veces, el problema era que no lo entendía, así que en vez de volver a preguntarle por algo que no comprendía, asentía feliz, mirando embobado al muchacho que relataba emocionado sus experiencias en la cancha.
El más alto tenía que ir por unos papeles al estadio, no tenía ganas de ir solo, por lo que llamó al chico de ojos felinos para que le acompañara, y este obviamente aceptó gustoso. No era la primera vez que se veían fuera del café, luego de aquel inicial encuentro se habían topado muchas veces fuera del contexto ‘pasteles/bebidas calientes’, aunque la mayoría de los encuentros habían sido planeados por el joven Kim para que fueran sorpresivos para el otro. Algunas veces se reunieron afuera de la escuela del ex futbolista; En alguna cita médica; En el supermercado; En algún centro comercial; En cualquier parte. Kibum había sido muy cuidadoso con los plazos y las formas de encuentro, tanto así que el otro no sospechaba nada, porque no podía simplemente ir siguiéndolo por la vida, no podía darse el lujo de asustarlo.
El último mes había logrado conocer más y más a aquel apuesto muchacho que antes entrenaba tras su vidrió, tras la calle, tras la reja, tras el campo. Choi era menor por unos meses; vivía con su padre, quién estaba divorciado de su madre, la cual vivía con su hermano; Tenía muy buenas notas; Amaba el deporte; Amaba los videojuegos; Odiaba perder; Cada vez le resultaba más irresistible.
La banca estaba acolchonada, algo gastada, parchada en las esquinas. Minho tomó asiento sonriendo hacia la cancha solitaria. El mayor supo que estaba recordando cosas, por la forma en que la mueca se intensificaba a ratos. Se sentó junto a él, contemplándolo atontado, su cabello ondulado meciéndose con la brisa suave de aquella tarde, sus ojos oscuros brillantes, levemente cerrados. Disimuladamente acortó la distancia con el más alto, mirando hacia el frente, intentando ver lo que el otro veía, pero en su campo visual solo se proyectaba el pasto y las líneas blancas que marcaban el área de juego. Seguramente para su obsesión, en aquel cuadro se pintaban las más divertidas y emocionantes imágenes del pasado, tal vez incluso podía saborear en el viento las mañanas de entrenamiento, o palpar en la banca algún partido de antaño. Suspiró rendido, sacando su teléfono móvil para mandarle un mensaje rápido a Taemin.
- Sabes Hyung – empezó la voz grave del ex futbolista, haciéndole alejar al instante la atención que tenía en su móvil – Es bueno tener a alguien que me acompañe como tú, creo que sería muy difícil asimilar este cambio si es que tu no estuvieras a mi lado.
Luego de esas palabras, Minho se había apoyado en su hombro, sonriendo contra su cuello, quitándole el aire al instante. El corazón de Kim latía tan rápido, que estaba entrando en pánico junto a la idea de terminar muerto con un ataque cardiaco. Los brazos del más alto le rodearon la cintura firmemente, y él recordó que tenía que respirar, mientras se preguntaba en qué momento se había vuelto tan loco por el otro. ‘Dios mío’ pensó, cerrando los ojos, buscando tranquilizarse, dejando la mente en blanco para disfrutar del momento y dejar de llenarse la cabeza con aquellos extraños y sucios pensamientos que le atacaban al instante.
- Gracias por estar conmigo gato – susurró la voz del más joven, haciéndole temblar.
- No hay por qué agradecer Minho-sshi – respondió, sonriendo nervioso, correspondiendo el abrazo del otro.
Sobre la camiseta de Choi, podía sentir perfectamente su cuerpo tonificado, no había que hacer mucha presión para saber lo bien que se sentían esos músculos ante el tacto. Aquel fue el primer pensamiento que cruzó la cabeza de Kibum al rodearlo con sus brazos y apenas hubo terminado de surgir se sintió como la persona más sucia de la Tierra, porque no era justo, se suponía que este era un pequeño gesto de amistad o confianza, no el principio de una infinidad de caricias compartidas por amantes. Se mordió el labio, sintiendo el suave aliento en su cuello, completamente atormentado por esa atracción incontrolable que sentía por su dongsaeng.
En aquellos momentos su cabeza se hacía un lío, e intentaba dejar las cosas así y no complicarse mucho, aunque sabía bien en el fondo que había miles de posibilidades negativas en torno a su deseo de tener a Minho solo para él. Primero que nada, jamás habían hablado acerca de las relaciones amorosas y por lo tanto, no tenía ni idea de cuáles eran las preferencias del más alto, lo que conformaba casi el cien por ciento de sus chances, y la sola idea de averiguarlo lo enfermaba, porque no sabía si sería capaz de vivir sin ese muchacho y, al mismo tiempo, en caso de no tener oportunidad alguna, lo mejor era cortar ese sentimiento, que crecía tan rápido como un virus que lo iba consumando entero.
- Hyung – le llamó el más joven, sacándolo de sus cavilaciones – Será mejor que volvamos, está empezando a hacer frío
Cuando Kibum llegó a su casa, tenía la cabeza tan llena de Choi Minho que sentía que le iba a explotar. Se encerró en su cuarto con medio litro de helado de chocolate con almendras y no le abrió la puerta a nadie, ahuyentándolos con gritos, mientras mordisqueaba la cuchara aguantándose las ganas de llorar.
Estar con el chico de sus sueños, conocerlo, no había sido su mejor idea.
¿Por qué tenía que ser tan bestialmente hermoso? ¿Por qué su actitud tenía que ser tan encantadoramente correcta? ¿Por qué la luz se reflejaba tan hermosa en sus ojos? ¿Por qué su sonrisa era tan cegadoramente brillante? ¿Por qué la vida se esforzaba en tentarlo tanto? ¿Por qué no podía simplemente ir y besarlo? ¿Por qué tenía que estar tan jodidamente enamorado de ese maldito perfecto?
- ¡Kibum-ah! ¡Kibum-ah!
Gruñó, levantándose perezosamente, porque podía impedirle la entrada al presidente o al Papa, pero nunca jamás a su estúpido y tierno Taemin. El chico le abrazó efusivamente en cuanto desbloqueó la puerta de su cuarto, y quizá era eso lo que necesitaba para dejar de sentirse mal, un poco de distracción podía despegarle la mente de sus problemas…
- A ti te pasa algo Hyung, y quiero que me lo digas – dijo el pelirrojo mirándolo fijamente, casi acusadoramente.
… pendejo de porquería.
Se acomodaron sobre la cama, frente a frente, con el bol de chocolate en medio. Kibum se sentía realmente incómodo ocultándole esa historia de su vida a su mejor amigo, porque los mejores amigos estaban para eso, para saberlo todo, acompañar hasta en la más ridícula aventura y dar los consejos más sabios, pero, sinceramente, ¿Qué consejo podía darle un chiquillo que con suerte sabia limpiarse la nariz solo? Bueno, tampoco era que el menor fuera tan, TAN inútil, pero no sabía cómo podría ayudarle, porque Taemin siempre estaba muy pendiente de los nuevos videojuegos y se tapaba los ojos haciendo muecas de asco cuando los protagonistas de las películas se besaban. Simplemente no era el más útil para ayudar en un problema amoroso.
- Estoy muy deprimido Tae – suspiró, haciendo un pequeño puchero.
- Eso ya lo noté, no me felicitaste cuando te dije que había ganado el anual de baile – habló, mientras agarraba la cuchara y destapaba el helado - ¿Problemas con tu papá?
- No, ojalá fuera eso – hizo una mueca, reuniendo las palabras, y aquello le recordó demasiado a la vez en que le confesó su condición al menor – me gusta alguien
- ¡¿En serio?! ¡Voy a tener un papá!
El mayor le dio una almohadazo tan fuerte, que el pelirrojo perdió el equilibrio y cayó despaldas al suelo alfombrado. En otro caso se habría puesto blanco y hubiera corrido a ayudarle, pero en este momento sintió que lo tenía total y completamente merecido, ¿cómo se atrevía a jugar con su dolor? Quizá estaba exagerando, pero en ese instante le era inevitable el estar enojado.
- Hyuuuuuung, ¡Que agresivo! – hizo un puchero el más bajo
- ¡Te lo mereces! ¡Esto es algo serio!
- ¡Pero hyuuuuung! ¡eres como una madre! Es obvio que él sería mi padre~
- Tae, sinceramente, ¿qué te hace creer que estoy de novio? Apuesto que ni siquiera le gustan los chicos… - dijo con semblante cada vez más decaído.
- Pero Kibum-ah, eres tan guapo ¿Qué chico no querría estar contigo? Bueno, uno heterosexual, pero, ¡Siempre puedes transformarlo! ¡Como en las películas!
El de ojos felinos miro a su amigo con una ceja alzada, ¿Qué mierda le estaban permitiendo ver en casa? A su edad se suponía que el único mundo televisivo apto para él eran el discovery kids, el cartoon network y el dinsey cannel, tendría que hablarle a sus padres más tarde. Por otra parte, la idea sonaba realmente tentadora… transformar a Choi Minho. Por lo demás, el guapo y alto muchacho estaba lejos de aquel hobbie que lo distraía, y tenía mucho tiempo libre para gastar con él. Se mordió el labio sonriendo, completamente cautivado por la idea.
- Es como un reto – sonrió más amplio - ¿de verdad crees que yo vaya a poder transformarlo Tae?
- Si sigues comiendo helados tú solo, probablemente no – rió, llevándose una enorme cucharada a la boca – Pero tienes todos los chances y nada para perder, tan solo no sobrepases la línea de la obviedad para no perder en seguida.
- Eres brillante Tae. ¡Aigooooooo~! Mi hijo es el mejor – dramatizó, abrazando al menor con fuerza, casi asfixiándolo.
- ¡Suéltame! ¿Sabes quién vuelve? – preguntó, separándose con dificultad del castaño
- ¿Quién? – quiso saber en seguida, soltándolo de manera instantánea
- ¡Jjongieeee! – Exclamó feliz, ante la mueca casi asqueada de su mejor amigo - ¿no te gusta la idea?
- Ese idiota siempre trae problemas, ¿te acuerdas la última vez? ¡Le vomitó el lamborghini a mi tío! Es un estúpido… ¿Cuándo llega? – inquirió, intentando ocultar su emoción
- La próxima semana, ¿por qué no hacemos una fiesta de recibimiento?
- Mmh no es una mala idea, ya sabes, hace mucho que no hacemos una fiesta – respondió pensativo, ordenando las fechas dentro de su cabeza – no creo que papá tenga problemas, adora a ese enfermo.
- ¡Muchos globos Kibum-ah! ¡Y mucho alcohol! – gritó el menor feliz
- ¿Mucho alcohol? ¡Taemin! ¡Tienes catorce años! – le regañó
Se quedaron un rato planeando la fiesta, haciendo una rápida y extensa lista de invitados, en la cual el mayor agrego discretamente a Minho y a Jinki como compañeros de escuela. Algo dentro de sí le indicaba que era mejor no decirle a su mejor amigo el nombre del chico que le gustaba, porque quizá las cosas no funcionarían. Era una cábala estúpida, pero no podía evitar respetarla, cualquier posibilidad de fracaso le enfermaba. Había agregado también al mesero, solo porque no quería ser grosero, pero se aseguraría de adjuntar a su invitación una mirada de intenso odio.
Luego de que el más pequeño se fuera, Kibum se estiró en su cama, tomando el diario de vida de la mesita de noche, para escribir detalladamente el plan que le había otorgado Taemin y la fiesta que le darían a Jonghyun. Conquistar a Minho. Sonrió, pensando en una buena forma de ir provocándolo lentamente y, como siempre, acabando hundido en una fantasía sexual descabellada y ardiente que le tomó casi una hora de su sueño.
- Mmh – jadeó sonriente contra la almohada, olvidando completamente las inseguridades que le destruían hace unas horas, totalmente extasiado con la posibilidad ahora más alcanzable de que él chico hiciera en la realidad las cosas que fantaseaba cada noche y cada momento.
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
PRIMER POST~
Ya vine!! jajaja no se me iba a olvidar editar... aunque ya lo leí, no puedo evitar hacerlo de nuevo y emocionarme con cada linea hahaha... amo el primer párrafo del capitulo, la verdad yo estaría igual que Key... con cara de
¿De que mierdas hablas Choi Minho?, pero al final no le diría nada porque asdasdasdasd con solo ver que respira me hipnotiza jajaja... ¿Sabes? me acorde de nuestra última plática sobre él... los mil y un orgasmos que tendríamos si se nos pone enfrente, nos desmayaríamos y bueno, seríamos puré si de casualidad su mirada se topa con la nuestra... es que como tu dices ¿Cómo es posible tanta perfección en un solo ser? *-* no lo entiendo hahaha
Awwww la actitud de Tae~ y la actitud umma exagerada de Key son una cosa muy bonita *-* hahaha y en el momento en que le confesó que estaba enamorado y Taemin jajaja que wei
¿Voy a tener un papá? jajajajajajajajaja lo amé! awww Tere te amo♥... siempre verás mi post por aquí, no lo dudes! awwwww besos te molestaré por msn cuando te conectes lol
Última edición por FabMin el Sáb Ene 28, 2012 2:49 pm, editado 1 vez
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Lo ame!! hahaha es que me encanta Key!!! todo el hilo de sus pensamientos!!
y todo stalker pues...que lo persigue por todos lados!! hahahaha ...ok yo haria lo mismo XDD
hahaha y es gracioso yo tambien me zamparia un bote de helado si fuera Key...El helado es mi sustituto de alegria hahahaha...pero ame esto,es que joder tiene razon!!
¿Por qué tenía que ser tan bestialmente hermoso?
¿Por qué su actitud tenía que ser tan encantadoramente correcta? ¿Por
qué la luz se reflejaba tan hermosa en sus ojos? ¿Por qué su sonrisa era
tan cegadoramente brillante? ¿Por qué la vida se esforzaba en tentarlo
tanto? ¿Por qué no podía simplemente ir y besarlo? ¿Por qué tenía que
estar tan jodidamente enamorado de ese maldito perfecto?
De verdad porque sus padres lo hiceron tan hermoso *-*
mi Taebaby siempre tan lindo y cute!! aww si el seria tu appa aunque luego pueden cometer incesto hahahah -2MINENFERMA-
Party en las partys todo pasa!!! hsgdjhasgjdhgasjh y hacia donde van tus pensamientos Key! eres un suciooo! -claro ella toda sana-
acabando hundido en una fantasía sexual descabellada y ardiente que le tomó casi una hora de su sueño.
mejor que se lleve toda la noche!! OMG!!..
Me encata reeler de nuevo tu fic *-*
conti conti!! ....lo promocionare *-* ....
CCece
MINHO
90
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Omo!! Omo!! Me encanto tu fic
te dejaria un coment decente pero despes de leerme lo caps de golpe, no puedo >.<, asi q lo resumire en tres palabras:
te dejaria un coment decente pero despes de leerme lo caps de golpe, no puedo >.<, asi q lo resumire en tres palabras:
*NUEVA LECTORA*
CONTI~!!!!!!
CONTI~!!!!!!
Darly-sak
Minho y Taemin
157
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
No sé si seguir el fic acá :c siento que no hay mucha gent leyendolo :c ¿qué hago? :c Bueno *-* a quienes lo hacen, ¡MUCHAS GRACIAAAS! *-*
Capítulo seis: De frutas pequeñas y el primo querido.
Capítulo seis: De frutas pequeñas y el primo querido.
- Spoiler:
- La fiesta de Kibum era el suceso más comentado en su escuela y no solamente porque sería en una de las mansiones más grandes de Corea ni por la exclusividad que suponía el asistir a una fiesta del chico, si no por ser sinónimo de la celebración a la llegada de uno de los ídolos juveniles más populares del último tiempo: Kim Jonghyun.
El chico de sonrisa encantadora era el cantante con más álbumes vendidos en lo que iba del año; el novio ideal de toda chica; la envidia de todos los chicos; una la de las voces más potentes y prometedoras del continente; Y poseedor de un encanto que llegaba a molestar. Todos estaban muy emocionados por verlo de cerca. Aún cuando el colegio era uno de los más exclusivos del país, eran pocas las veces que el muchacho se presentaba en eventos así, porque eran escasos los momentos en que volvía a su lugar nacimiento. Desde el comienzo de su carrera había empezado a ser solicitado de manera internacional y, luego de un exitoso debut por toda Asia, se había encaminado hacia la vieja Europa.
No eran pocos los que detenían al joven de ojos felinos por el pasillo para rogar por una invitación, ni tampoco los que ofrecían todo tipo de servicios o remuneraciones a cambio de un espacio en la mansión. Toda esta atención le encantaba, aún cuando sabía que muy probablemente solo lo hacían por su primo, pero daba igual, estaba controlando a la escuela entera solo por una estúpida fiesta, y cómo había sabido aprovechar ese poder, saltándose clases; consiguiendo todas las respuestas de los exámenes; recibiendo las tareas sin siquiera apoya el lápiz en el cuaderno; evitando todas las horas de gimnasia. La vida era tan jodidamente perfecta.
- Minho-yah – sonrió, mirando al chico que se acercaba lentamente.
Uno de tercero le había conseguido certificados médicos falsos, y se había escapado horas antes de la escuela para juntarse con el ex futbolista. Ahora no era necesario fingir que se lo encontraba de manera casual, porque solo le mandaba un mensaje con un inocente ‘¿Qué harás después de clases?’ y terminaban programando una cita rápida entre bromas.
La escuela del menor no quedaba lejos pero si era parte de un mundo muy diferente, Kibum lo veía en cada cosa, desde los uniformes simples y descuidados hasta la forma más tranquila y alegre con la que se trataban aquellos escolares. Por primera vez en su vida deseo no haber nacido en el Uptown, y ser parte de esa clase media extraña, no porque le gustara el ambiente, solo por el alto y guapo individuo que se le acercaba sonriente.
- Kibum-ah, ¡Has llegado muy rápido!
El más bajo quería lanzarse a sus brazos y no soltarlo jamás, y por un momento la idea le tentó a tal nivel que estuvo a punto de hacerlo… hasta que se dio cuenta de que Choi no venía solo. Cabello largo; expresión tranquila; delgada; sonrisa fácil; demasiado pegada a SU chico.
- Esta es Seohyun – le dijo el de ojos grandes, presentándole a la muchachita que ahora le miraba seria, como desafiante – Y él es Kibum-hyung
- Un gusto – pronunció el mayor con evidente cinismo, entregándole una mirada llena de rencor en cuanto el más alto le daba la espalda
- Igual – respondió la chica, sin siquiera fingir interés – No vemos mañana Minho, tengo que llegar a casa pronto, fue un placer – sus ojos eran tan fríos, parecían decirle ‘tócalo y te mato’, lo cual no desanimaba en lo más mínimo al joven Kim
No parecía alguien desagradable, para nada, de hecho, aquella actitud le había recordado en gran medida a sí mismo, y era una chica guapa, quizá, si el contexto fuera otro y no hubiese estado en medio el ex futbolista, Seohyun habría sido una potencial amiga, pero, así de cerca de su dongsaeng, no era otra cosa que una perra entrometida, metiéndose con lo que no era suyo.
- ¿A dónde vamos Hyung? – preguntó el recién llegado, sacando al otro de sus cavilaciones.
Choi Minho era el hombre más guapo del mundo entero en uniforme. Se veía tan tentador, con su cuerpo perfecto calzado en un traje simple, de pantalones de tela gris, camisa blanca y corbata roja, con los puños arremangados hasta el codo y el conjunto algo desordenado. El mayor no pudo hacer otra cosa que lanzarse a darle un enorme abrazo como había deseado antes.
- Vamos a tomar helado ¡Hace tanto que no te veía Minho-yah! – dijo, haciendo un pequeño berrinche, sintiéndose como el más enfermo de los enfermos
- Kibum-hyuuuung – El más alto le correspondió el gesto al instante, atrapándolo entre sus brazos fuertes, haciéndolo temblar
El de los ojos felinos sonrió contra el cuello suave del más joven, aspirando su aroma masculino y cerrando los ojos, disfrutando de la cercanía, pensando en lo maravilloso que sería despertar diariamente con esa fragancia y esa calidez. Se separaron riendo, y el mayor al instante cogió al otro del brazo confianzudamente, guiándolo hacia la heladería más cercana, deseoso de ir a un lugar más privado.
En el camino se dio cuenta de cuan popular era Choi en su escuela. Se habían acercado por lo menos cincuenta personas, más chicas que chicos a despedirlo y todos se habían alejado en cuanto notaron la expresión nada simpática de Kibum, quién solo quería matarlos con su mirada. Se aferró al brazo delgado pero marcado, posesivamente, no quería que nadie le saludara ni le hablara cariñosamente, esos privilegios serían exclusivamente suyos dentro de poco.
- ¿cómo ha estado la escuela hoy? – preguntó, mientras entraban en la heladería.
- ¡Tuve clase de gimnasia! Volví a ganar la carrera de calentamiento, ¿y a ti Hyung? ¿Cómo te fue? – Caminaron hacia una mesa cualquiera y se sentaron frente a frente, junto a la ventana
- ¿a mí? Genial, no nos dieron mucha tarea y nos dejaron salir antes – sonrió lindamente el mayor, sin un ápice de nerviosismo, mientras mentía como si fuera lo más normal del mundo.
Pidieron una copa enorme de helado con fruta, y se envolvieron en una conversación en torno a trivialidades. Habían algo en aquella situación, en aquel escenario, tal vez en el helado, que hacía que el corazón de Kibum bombeara cálidamente, una sensación agradable y a la vez extrañan, como que no podía evitar sentirse algo incómodo, como si su felicidad le avergonzara, porque era demasiado raro que una persona pudiera hacerle sentir tanto, porque se sentía como viviendo el romance más hermoso de la vida, como el protagonista idiota de un dramón gay cualquiera.
- Voy a hacer una fiesta – empezó, llevándose una cuchara noventa por ciento de chocolate y diez por ciento de tres leches – Viene mi primo, que trabaja en el extranjero.
- ¿Una fiesta? – preguntó el menor, sin mirarle, buscando una cereza dentro de la copa
- Sí, yo y mi mejor amigo queremos darle la bienvenida como se merece, él siempre está muy ocupado, así que le pedí la casa a papá – le miró, y su sonrisa se torció, ‘¡MALDITO BASTARDO, MÍRAME!’ grito en su mente –Minho
- ¿Hyung? – medio murmuró el ex futbolista, con dos cerezas en la boca.
- Comete eso, ¿sí? – le dijo con hastió, odiaba que no le pusieran atención.
El más alto sonrió, enderezándose, alargando una mano y con ella acariciando suavemente el principio de la mandíbula, casi la oreja, del chico en frente a sí, quién se sentía morir en el toque y solo deseaba llevarlo por todo su cuerpo. ‘Perdón’ se excusó, con una mueca tan tierna, que el mayor solo pudo asentir como idiota, olvidándose completamente de su enojo.
- Bueno – habló, quitando la expresión embobada – me gustaría que tu y Jiki-hyung vinieran, es más, aquí están sus invitaciones, sin ellas no pueden entrar, porque, ¿sabes? En mi colegio hay una horda de enfermos mentales intentando ser invitados, y de verdad, no quiero gente con problemas ahí… ¿irás?
Choi inspeccionó el trozo de papel negro con inscripciones en dorado. ¿Hace cuanto que siquiera pensaba en una fiesta? Debiera ser más o menos desde el cumpleaños de Nickhun, cuando una chica le vomitó la playera para finalizar un intento extraño de coqueteo. No haría nada el viernes y tampoco tenía ganas de faltarle a ese pequeño niño felino que le había ayudado tan gentilmente a distraerse. Guardó la invitación en su bolso y aceptó, empezando a sentir en aquel mismo instante unas ganas horribles de que llegara el último día de escuela en esa semana.
- ¿en serio? Awwwww eres un amor Minho-yaaah~
- Ajajaja, es lo mínimo que puedo hacer por ti gato, ¿queda algo de frutilla?
- Solo esta…
Miró fijamente los ojos enormes y oscuros que le observaban con curiosidad. Rió coquetamente, levantando la pequeña fruta en su cuchara y llevándola hacia los labios gruesos del chico quién seguía sus movimientos atentamente. Le alimentó como a un niño, deseando hacerlo como un amante, y no pudo evitar sonrojarse furiosamente, al ver la pequeña expresión de satisfacción del otro mientras comía a ojos cerrados, ‘Dios, él debiera ser ilegal’ pensó, incapaz de quitarle los ojos de encima y de frenar la calidez en sus mejillas.
- Deberíamos venir acá más seguido, ¿no? Podría ser algo así como ‘nuestro lugar especial’ – propuso el más joven, revolviendo el ahora liquido dulce
- Podríamos venir acá cuantas veces quieras – le contestó suavemente, sintiendo un extraño y doloroso punzón en su pecho
- Eres tan encantador Hyung, ¿qué haría sin ti?
Aquellas palabras simples habían provocado una instantánea taquicardia en el de más edad. De verdad aquellos sentimientos le hacían sentir mal, pensaba que era mejor antes, cuando lo único que le unía a Minho eran los jadeos cálidos mientras fantaseaba con su cuerpo, ahora aún lo hacía, solo que fantaseaba también con un romance que escapaba de las sabanas de su cama y de la sensación húmeda del sexo sin sentido. Lo vio jugar con el tazón y se reprendió a sí mismo por estar tan enganchado a un chico que no le daba intención más allá de la que un hermano daba a otro. ‘Soy tan idiota a veces’ habló mentalmente, deseando escapar y a la vez ahondarse más en aquella sensación tan fuerte.
Salieron del local y caminaron tranquilamente hacia el paradero de buses. El más alto sonreía ampliamente contándole chistes tontos a su acompañante, quién se reía falsamente, sin siquiera prestarle atención, demasiado ocupado intentando calmar sus emociones.
- Aquí viene el mío Hyung, te veo el viernes, ¿bien? ¡cuídate!
Le despidió, con un suave y elegante movimiento de su mano. Minho no estaba interesado en él ¿o sí? Todos aquellos ‘Hyung eres muy tierno’ ‘Hyung eres tan encantador’ ‘Hyung no sé qué haría sin ti’ le estaban torturando de la peor de las formas, porque aumentaban esa llamarada encendida en su alma y le daban ramas a ese árbol idiota lleno de esperanza que crecía en sus entrañas. ‘Lo amo tanto’ pensaba lamentándose, recordando las sonrisas suaves, los toques simples, los mensajes de texto… todas las cosas compartidas.
En cuanto se fue a casa se encerró en su cuarto, sin preocuparse de esperar que se terminara de ir el sol, se cambió, lavo los dientes y se acostó, cerrando los ojos con fuerza, sin ánimos de nada, solo de dormir y perderse aunque fuera por un instante de ese amor estúpido y terco.
- ¡UMMA! ¡JJONGYAVIENELLEGANDOVAMOSALAEROPUERTO!
Se removió en su cama, incómodo por los gritos, y en cuanto abrió los ojos, observó la expresión agitada, lindamente emocionada, de Taemin.
- ¿puedes hablar como una persona normal? – le preguntó gruñendo, dándose la vuelta, para enterrar el rostro en la almohada.
- ¡Que ha llegado Jonghyun! He venido apenas me envió el mensaje, quiere que lo vayamos a buscar, ¿vamos? ¡Di que si! – le pidió haciendo un puchero, cambiando su voz como la de un niño pequeño
- ¿No llegaba el viernes? Y ¿Qué gano yo con ir a buscar a ese subnormal? ¡Ve tu solo! ¡Son las cinco de la mañana! – se quejó torpemente, intentando volver a dormir
- ¡Ooh vamos! ¡se adelantó el viaje! Escribió, ‘arrastra al idiota de mi primo aquí contigo’ ¿Cómo podría faltar a alguno de sus deseos? – habló golpeando levemente el hombro del otro chico
- ¡No! ¡Mi última palabra es un no!
‘Vuelo 3044 con escala en Madrid, por favor dirí…’
Kibum gruñó, con los ojos casi cerrados tras sus gafas oscuras marca Gucci. Taemin sonreía, hablando sin parar de cuan buena era la última canción de Jjong, mientras esperaban junto a uno de los empleados de la empresa de su padre a que llegara el vuelo desde Londres. Tomó un sorbo rápido del café que tenía entre las manos, hacía un frío terrible esa mañana, estaba parado ahí, en medio de una sala atestada de fans que esperaban a su primo, escuchando los constantes cuchicheos de las chicas emocionadas, quienes sostenían carteles de los colores más chillones esperando acaparar la atención del cantante.
- Tae, movámonos de aquí, ¿sí?, estás bestias nos van a matar cuando salga – le dijo al menor fuerte, intentando que las muchachas le oyeran
- ¡Pero Kibum-ah~! Esperemos acá, ¡Se lo prometí!
Bufó molesto ante las negaciones de su mejor amigo, ¿Por qué tenía tanto empeño en recibir al otro? Bueno, daba igual, excepto cuando eso interrumpía con su sueño y con su tiempo. Tenía que estar descansado y en perfectas condiciones para unos días, mal que mal, la maldita fiesta tenía un solo propósito, que iba muy lejos de una tierna acción por un ser querido. Bajó la mirada, cansado, mientras sus pensamientos volaban en dirección a Minho y su todo encantador, sonrió sin poder contenerlo, a la nada, como un idiota y salió de su ensoñación solo cuando las féminas empezaron a gritar como endemoniadas mientras agitaban sus carteles.
- ¡Abran paso! ¡No no hay tiempo para autógrafos! ¡déjenlo pasar! – gritaba un viejo canoso, probablemente el nuevo manager, alejando a las chiquillas que intentaban alcanzar al artista, entre lágrimas de desesperación.
- ¡Hyung! – chilló el pelirrojo, casi igual que las otras mujeres histéricas, corriendo a abrazar al mayor.
El Jonghyun que caminaba seguro, sonriente, prepotente, era muy diferente al chico idiota que recordaba el de mirada felina. Su sonrisa seguía igual de adorable que siempre, pero había decolorado su cabello en gradiente de castaño a un rubio muy escandaloso, se veía guapo, no podía negarlo, y con una seguridad que atraía, estrechando entre sus brazos al muchacho más delgado, quién rápidamente le empezaba a decir con palabras atolondradas cuanto le extrañaban y lo mucho que habían cambiado tal y cual cosa.
Se miraron fijamente, como los némesis que eran, sonriéndose con torpeza, apenas dejando entrever esa relación extraña que les unía, entre cariñosa y fría, entre burlona y simpática.
- ¿cómo estás, princesa? – le preguntó el mayor, con burla, intentando ver la expresión de sus ojos, tras los cristales oscuros.
- Muy bien, gracias retardado – rió, quitándose las gafas, para dedicarle una expresión marcada de superioridad.
- ¡Vamos al auto! – gritó el viejo de cabellera blanco, interrumpiéndolos, mientras los empujaba para impedir que terminaran devorados por la multitud de chiquillas.
Corrieron hasta la van entre risas que opacaban los gritos roncos del hombre mayor. Se subieron rápidamente y el más alto olvidó completamente todo su cansancio con aquel momento infantil, que le recordó fuertemente las travesuras de infancia, en que los tres transformaban el jardín en campo de guerra, en barco, en avión o lo que fuera.
- ¡te hemos extrañado mucho! – gritó Taemin hacia el más bajo, abriendo sus brazos para enfatizar sus palabras
- ¿en serio? – le preguntó Jonghyun sorprendido, para luego sonreírle cálidamente
- Me gusta tu pelo, generalmente lo encontraría horrible, pero creo que te da un aire juvenil – comentó el castaño, agarrando entre sus dedos flacos algunas mechas rubias.
- ¡claro que se ve bien! Soy demasiado guapo como para que algo se me vea mal – respondió, dándole un leve empujón a su primo
Las historias de Jonghyun en Europa eran demasiado fantásticas, el menor se quedaba boquiabierto, escuchando cada mentira e imaginándolas en su mente adolescentes, mientras Kibum se contenía la risa, viendo como ambos chicos se internaban en ese largo e idiota relato y, por primera vez en un largo tiempo, la figura atlética de Choi Minho desapareció de su cabeza, mientras disfrutaba de los recuerdos de su infancia alocada atraídos en la voz musical de cantante favorito.
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Yo amo tu fic y me lo estoy releyendo ¡Hahahaha!
Poco a poco se acerca a una de las partes que más me hace odiar a Jjong xD
Bueno, a lo de los lectores, debe ser porque eres nueva. Así son aquí, son bien malos con los escritores nuevos.
¡Mentira! ¡No me peguen!
Hay muchas personas en el anonimato que seguro ya están prendados a tu fic, o debe ser que lo están leyendo en AY.
Lo recomendaré al prole *-*
Poco a poco se acerca a una de las partes que más me hace odiar a Jjong xD
Bueno, a lo de los lectores, debe ser porque eres nueva. Así son aquí, son bien malos con los escritores nuevos.
¡Mentira! ¡No me peguen!
Hay muchas personas en el anonimato que seguro ya están prendados a tu fic, o debe ser que lo están leyendo en AY.
Lo recomendaré al prole *-*
Kou♥
Key, Jonghyun♥
611
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
-FA que no habia editado-
sadsahgdjsah si uno se pone medio estupido cuando se trata de Minho, y si se porta todo lindo con mas ganas <3.<3
Amo al Tae de tu historia ya te lo habia dicho?? no? bueno me gusta XDD
me encanta tu fic! *-* aunque justo viene la parte de la fiesta TT_TT ...es tan genial leerlo de new XD
dshagdasgd ya lo leeran mas lo promocionare por donde pueda ^^ ...
Última edición por CCece el Vie Feb 10, 2012 12:15 am, editado 1 vez
CCece
MINHO
90
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Consido con kuo, aqui son bien malos con los lectores nuevos XD
No dejes de escribirlo ^^
No dejes de escribirlo ^^
Darly-sak
Minho y Taemin
157
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
¡Muchas gracia a las tres hermosas <3 c:! Lo voy a continuar *-* Y esperaré a que la gente me de una oportunidad HUM!
Bueno, este capi lo dejo oculto ;D hay que comentar para leer c:
Besossss *-*
Capítulo siete: 'Let's go party' y los gritos desde la reja
Bueno, este capi lo dejo oculto ;D hay que comentar para leer c:
Besossss *-*
Capítulo siete: 'Let's go party' y los gritos desde la reja
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
PRIMER POST~
Hahaha casi se me olvida editar...
Tere me muero solo de leer el plantón que le dio el rano al gato ;;___;; recordarlo me da rabia y más porque sé lo que pasará asdasdasd pero yaaaa~ haré como que no sé... -no puede-
jajaja igual amo el fic, de principio a fin(?) por así decirlo u_____u
Esperaré ansiosa el próximo cap y tendrás mi post siempre siempre siempre Te amo♥
Última edición por FabMin el Lun Feb 13, 2012 12:33 pm, editado 1 vez
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
GDSADSADJGHASH ya empezara todo ;3; dios como he sufrido con esa parte...sigo sin comprender porque se fue!! waaaa TT_TT
Pero si hay algo que no entendi o mas bien no recuerdo haber leido la forma en la que Minho vive ese pedazo de fiesta ....lo checare ....
Me encanta tu fic me encanta leerlo y leerlo....
Última edición por CCece el Lun Feb 13, 2012 1:00 am, editado 1 vez
CCece
MINHO
90
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Omo!! ya empezo la accion jajajj XD
Ojala en el otro cap Minho narre un pedazito y pueda saber xq no se aparto de key >.<
X cierto presiento q fue mala idea q kibum dejara pasar a esos chicos (es solo un presentimiento)
Espero la conti!!
Darly-sak
Minho y Taemin
157
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
Tambien lo estoy releyendo *O*
Tenia que pasar por aqui, llore tanto con tu fic.. bueno aparto ..quiero leer el ultimo que subiste xDD
Volvi.. aah llegue justo a la parte critica (? ajajsh el "coqueteo" de Key me encanta, me gusta que los padres sepan de las relaciones de sus hijos, es como algo raro en mi... me gusta que sepan pero que no las aprueben.. que sea como una relacion secreta y luego se enteran *O* ajhsajsh no se si me entiendes xDD
Morireee~ es tan bueno el fic.. creo que nunca he comentado en AY -la azota- lo sientoo~ es que aun no llego al capi que vas.. soy taaaan lenta leyendo ajsajs me tomo mi tiempo (? ajajsh pero desde hoy prometo comentar todo lo que lea!! *-*
Estare esperando ansiosa el siguiente capitulo, ya tienes una fiel lectora!! Bueno.. hace tiempo que la tenias.. ahora sabes que existe xDD
Cuidatee~ ♥
Tenia que pasar por aqui, llore tanto con tu fic.. bueno aparto ..quiero leer el ultimo que subiste xDD
Volvi.. aah llegue justo a la parte critica (? ajajsh el "coqueteo" de Key me encanta, me gusta que los padres sepan de las relaciones de sus hijos, es como algo raro en mi... me gusta que sepan pero que no las aprueben.. que sea como una relacion secreta y luego se enteran *O* ajhsajsh no se si me entiendes xDD
Morireee~ es tan bueno el fic.. creo que nunca he comentado en AY -la azota- lo sientoo~ es que aun no llego al capi que vas.. soy taaaan lenta leyendo ajsajs me tomo mi tiempo (? ajajsh pero desde hoy prometo comentar todo lo que lea!! *-*
Estare esperando ansiosa el siguiente capitulo, ya tienes una fiel lectora!! Bueno.. hace tiempo que la tenias.. ahora sabes que existe xDD
Cuidatee~ ♥
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
YO YOO!!Ahh~~estoy a punto de caer en un coma nervioso ¿QUE PASA DESPUES?!!¿QUEE?!! O.O
Dios en serio necesito saberlo, ¿que paso con Minho? ¿Por que se fuee?!!! Si lo tienes publicado en otro lado, por favor dime, en serio, necesito ver en que acaba, por favor por favor :3 Sii????
Dios en serio necesito saberlo, ¿que paso con Minho? ¿Por que se fuee?!!! Si lo tienes publicado en otro lado, por favor dime, en serio, necesito ver en que acaba, por favor por favor :3 Sii????
YonHye
Minho
361
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] xddddd
REI
Kitty
32
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
______
Aparto :)
Ahss odio mi celular que no me deja abrir lo spoiler pero no tardare en editar :D
see unnie gracias que seguiste con la fic como veras ya tienes nueva lectora y a mi me encanta..... no se has hecho que esta pareja me guste jajaja que pasara entre key y minho ya quiero saber y omo osea que no volvio a ver a minho en la fiesta ni despues ya me dio miedo jajaja espero actualices pronto que ya quiero seguir leyendo
nos leemos prontito bye :MUA:
Ahss odio mi celular que no me deja abrir lo spoiler pero no tardare en editar :D
see unnie gracias que seguiste con la fic como veras ya tienes nueva lectora y a mi me encanta..... no se has hecho que esta pareja me guste jajaja que pasara entre key y minho ya quiero saber y omo osea que no volvio a ver a minho en la fiesta ni despues ya me dio miedo jajaja espero actualices pronto que ya quiero seguir leyendo
nos leemos prontito bye :MUA:
Última edición por lizzetortiz el Dom Mayo 13, 2012 8:22 pm, editado 1 vez
lizzie
minho y key y mi yeobo fanny ♥ !!!!
577
Re: A Media Primavera [MinKey + otros]
¡Reeei! ¡Te amo!
Ah, eso no iba a decirte ¡Haahaha!, pero tenía que hacerlo♥~
¿Cuándo actualizarás? ¿Cuándo? ;A;
No vayas a dejarlo, posiblemente moriría si lo hicieras. :C
Ah, eso no iba a decirte ¡Haahaha!, pero tenía que hacerlo♥~
¿Cuándo actualizarás? ¿Cuándo? ;A;
No vayas a dejarlo, posiblemente moriría si lo hicieras. :C
Kou♥
Key, Jonghyun♥
611
Temas similares
» [Fanart] Key & otros (JongKey/MinKey/Onkey)
» [FA/280115] SHINee @ Festival de Primavera Liao Ning
» [TRAD/ 030510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Jonghyun-
» [TRAD/ 040510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Minho-
» [TRAD/ 060510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Taemin-
» [FA/280115] SHINee @ Festival de Primavera Liao Ning
» [TRAD/ 030510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Jonghyun-
» [TRAD/ 040510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Minho-
» [TRAD/ 060510] SHINee en "WHAT's IN PICTORIAL?!" WPK PRIMAVERA 2010 -Taemin-
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.