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Proposiciones Indecentes. (Oneshot JongKey Lemon)
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Proposiciones Indecentes.
Autor: SAKUmi**
Género: Humor, Lemon, Mpreg.
Parejas: JongKey <3
Nota: Bueno, este fic originalmente no es de Shinee! pero luego de que terminara la idea de un Jongkey fue instantánea xD espero les guste!!!!!!
La habitación de hotel era de un total color beige, apenas viéndose interrumpida su monotonía con muebles de fina madera pulida y un par de cuadros de pinturas abstractas y vivaces. En la cama tipo matrimonial de sábanas color champagne las manos de un rubio de suaves facciones apretujaba la colcha hasta que se le marcaban todas las venas de sus pálidos brazos y sus nudillos perdían color. Sus gemidos eran muy altos, sin intención de reprimirse por la sensación tan increíble de ser poseído con tal deseo y pasión, como si ese hombre sobre su cuerpo quisiera atravesar todo su interior.
Kibum estaba de cara en las almohadas con la respiración trabajosa, haciendo lo imposible por no ahogarse con sus propios gritos; sobre su espalda y muy enterrado en él sudaba un chico de pelo corto, bien formado y de sensual expresión, quien sujetaba al brilloso del hombro con una mano para ganar propulsión y con la otra mantenía firme su cintura mientras movía sus caderas a una velocidad frenética para hundirse con profundidad y certeza entre las nalgas de aquel bailarín. Cada gota de sudor en su cuerpo saltaba tras cada arremetida con las cuales sus duros músculos se contraían y parecían crecer, marcando atractivamente sus brazos, espalda, abdomen y piernas.
— ¡Oh, Key! —Gimió en el oído del más joven con una voz ronca y profunda, preso de la excitación del momento— Tu estrechez me está volviendo loco. —terminó enterrando su barbilla en el cuello del más bajo, sintiendo como el cabello ajeno acariciaba su rostro enrojecido.
— Sólo córrete… ¡rápido! —exigió impaciente el otro.
Su delgado cuerpo era bombeado hacia delante y atrás sobre las sábanas con facilidad, imitando el ritmo de las embestidas que estaba recibiendo. Su propio miembro estaba muy duro y a punto de chorrear, y sabía que el otro también estaba de cara al clímax, lo sentía bien hinchado y apretado en su entrada; un poco más y podría contar las venas palpitantes y bien marcadas de ese macizo miembro.
— Aah-aah… ¡sii! —finalmente, tras un acertado empuje que hizo brincar su próstata sintió el semen de su amante llenándolo a chorros a la vez que él mismo acariciaba su excitación con velocidad para terminar satisfaciéndose con un hermoso orgasmo— Sii, bien… así, hasta el fondo. —soltó una pequeña risa atareada por su dificultoso respirar, relajando sus dedos para dejar de estrujar las cobijas y cerrando sus ojos soltó un largo suspiro de satisfacción.
— Dios, aah… fueron dos seguidas. —comentó Siwon, quien cayó pesadamente a un lado de Key rebotando en el colchón— Dos bien buenas y jodidas corridas dentro de tu culo. —silbó por lo alto, como si acabara de realizarse.
El bailarín aún seguía de espaldas normalizando su pulso, casi ignorando a su acompañante y alegrándose de sentir un poco de esa blanquecina viscosidad chorreando por su entrada, esperando que el resto cumpliera el trabajo de fertilizar su interior.
“Ojalá que esta vez dé resultado”.
Los muslos de Key se tensaron y apretaron por el nerviosismo que electrizaba sus vellos. Empezó a jugar con sus pies, no viendo la hora de tener un test de embarazo en sus manos que finalmente marcara positivo.
///-+-///-+-///-+-///-+-///
— ¡¡Maldita sea!!—el pequeño tubito que lanzó con rabia rebotó en las paredes del baño donde se encontraba; cuando dejó de dar vueltas por el piso se logró ver que marcaba un signo negativo, negándole de nuevo la posibilidad de un embarazo— Mierda… mierda… —sin energía y a punto de llorar se dejó arrastrar por las baldosas de la pared hasta quedar sentado en el suelo a un lado del test resquebrajado por el golpe. Se paso las manos sin cuidado por todo el rostro.
Su mente en esos momentos era un completo agujero negro que se tragaba todas sus esperanzas.
Se había acostado ya con ¿cinco? ¿seis? pretendientes diferentes sanos y de buenos genes, haciéndolo con cada uno más de una vez seguida y en sus mejores condiciones físicas para garantizar resultados, pero siempre era la misma negatividad en cada examen posterior a sus encuentros.
¿Qué acaso el mundo se estaba quedando estéril? Porque todos sus candidatos, se veía, eran totalmente aptos para preñar hasta con la mirada.
¿Entonces qué problema había con él?
No… él no era el del problema. Se había informado, había cambiado su alimentación, tomaba vitaminas y clases de relajación para espantar el estrés, y los exámenes médicos que se hizo cuando decidió que quería tener un hijo probaban que él era muy capaz. Maldición, si fuera anatómicamente posible se embarazaría él mismo.
“Entonces… ¿por qué?”.
Se preguntó frustrado mientras enterraba sus finos dedos entre su cabello, dejando correr libres un par de lágrimas que humedecieron sus mejillas rojas por la rabia y la incertidumbre. Apoyó por completo la espalda en la pared sin importarle el golpe que se dio en la cabeza, sus brazos cayeron flácidos a cada lado de su cuerpo y mirando fijo al techo dejó escapar un suspiro hondo que se perdió entre la nada.
“Todo mundo tiene hijos y se ve tan fácil. Los que apenas pierden la virginidad quedan preñados, la gente más desgraciada del mundo, incluso los que no quieren tenerlos… y yo que deseo uno con tanta ilusión no doy una”.
— Quiero tener un bebéee~ —berreó por tal injusticia que estaba sufriendo— Sólo quiero un hijo para mí. —tomó el test negativo que yacía a sus pies y en una perfecta encestada lo arrojó en la papelera a un lado del inodoro para que le hiciera compañía a los anteriores. Se dejó caer recostado de perfil en el suelo frío, descansando los ojos por un momento — Quiero uno. —dijo casi sin voz apretando fuerte su vientre por encima de la camisa que usaba— Solo uno. —
No supo cuánto tiempo se quedó encerrado en el baño pero el calor de allí dentro lo despertó. Se limpió la baba que le colgaba de la barbilla al piso y desperezándose se levantó tambaleando, se estacionó frente al lavabo y sin mirar su patético reflejo abrió la llave y se lavó, luego se secó con una toalla a mano y respirando hondo salió de las cuatro paredes que tantas veces lo vieron llorar.
Pasó un segundo por la cocina por un vaso de yogurt líquido para reabastecer su débil cuerpo y bebiendo casi todo a pecho se encaminó a la sala de la casa, notando en el sofá principal el bolso de Jonghyun.
“No escuché cuando llegó”.
Y parecía que el vocalista principal tampoco se había preocupado demasiado en buscarlo, después de todo tampoco era que coincidieran mucho en la casa ya que desde su paranoia con los bebés, además de los ensayos, pasaba mucho tiempo fuera y Jonghyun era libre. No podía afirmarlo pero él pensó que su hyung se la pasaba trabajando con las canciones, ya que después de todo para eso justamente era que se lo había llevado a vivir con él; el departamento que antes compartía Jonghyun con Onew era muy incómodo e impropicio para la inspiración, sobre todo con los gritos de las amantes del lider.
Terminando su vaso se dejó caer rebotando en el sillón. Sin nada mejor que hacer husmeó en el bolso de su compañero; llaves, el celular, algunas monedas, condones, una carta médica, lentes de sol, una bufanda, caramelos, identificación… esperen, ¿una carta médica? Eso pinchó el interés del mayor y aunque el sobre aún no estaba abierto, no dudó en rasgar el borde y sacar la hoja, leyendo por encima de qué se trataba. Era un examen general de su próstata y esperma; se rió por imaginarse al machista de Jonghyun con un par de dedos masculinos hurgándole el culo.
Todo estaba normal; buen color, buena consistencia, buena cantidad… todo en orden a excepción de un alarmante porcentaje que se topó al final.
Sus ojos se abrieron tanto como pudo.
¡¿Pero qué rayos tomaba Jonghyun?! ¡¡Con unos espermatozoides así Corea corría peligro de sobrepoblación!!
No pudo evitar arrugar la hoja entre sus dedos tiesos. Una gota de sudor se deslizó por su quijada para desprenderse de la barbilla y caer húmeda en su camisa.
“¿Acaso él… podría…?”.
No, Kibum… ¿ahora en qué tonterías estabas pensando?
///-+-///-+-///-+-///-+-///
Jjong se adentró en el baño tras recién haberse cambiado en su habitación luego de que lo desocupara Key, que tan ido y deplorable se encontraba cuando salió que no notó su presencia y él tampoco quiso sacarlo de su mundo. Ya adentro se lavó la cara y luego de secarse con la toalla que hace segundos usó la diva abrió una gaveta y sacó espuma para afeitar y una rasuradora; las tomaría prestadas de Key un momento. Desde hace un par de días que notaba su cara más áspera de lo normal a causa de su barba; luego de humectar su cara con la espuma, se acomodó bien cerca del espejo para no perder detalle y con cuidado acercó las hojas de afeitar de la rasuradora a su cara.
— ¡Kim Jonghyun, desgraciado infeliz! ¡¿Cómo es esto de que eres un conejo preñador desatado, ah?! —Key entró de pronto al cuarto de baño con el examen del menor alzado en lo alto y claramente enfadado.
— ¡Ah! ¡Mierda, Key! —gritó espantado por la bestialidad con la que el otro abrió la puerta del baño, haciendo que el corazón se le subieran a la garganta de la impresión. Se giró hacia el más alto con una expresión de enojo, pero cuál fue su sorpresa al alzar una mano y ver como una gotita de sangre resbalaba por su dedo— ¡¡Key!! ¡Mira lo que me hiciste hacer, gay con síntomas premenstruales eternos! —su cólera fue en aumento cuando se giró de nuevo al espejo y confirmó que se había hecho una gran cortada en la mejilla.
— ¡Jong! —
— ¡Key! —gritaron ambos a la vez, mirándose con odio.
~Un par de segundos después…
Se encontraban en la sala sentados en un par de sofás individuales uno frente al otro. La enorme vena en la frente de Jonghyun estaba a punto de reventar… Key tenía que estar bromeando.
— Vamos, que no se nota. —dijo el bailarín.
— ¡¿No se nota?! ¡Un miope lo vería desde China! —apuntando a su mejilla donde se cortó hace un momento.
— ¡Mi punto es este! ¡Deja de preocuparte por eso que con un poco de maquillaje se puede cubrir fácilmente! —exigió con voz firme, mirando al mas bajo con intensidad y un deje de desesperación.
— Espero que sea algo importante. —se dio por vencido; la última vez que vio así a la diva fue cuando se revolucionó con eso de tener un hijo y salió a buscar pretendientes.
— ¡Claro que lo es! Mira. —le puso en la cara el examen médico que no se preocupó en revisar.
“¿Y ahora me vienes a restregar el recuerdo de un infeliz metiendo los dedos en terreno prohibido?”. Se quejó mentalmente.
— Ajá, y el punto es… —lo invitó a que le dijera de una buena vez a qué se debía su alboroto.
— ¡Pues esto, idiota! —Señaló su abrumante potencial para embarazar— ¡Tú eres el indicado para embarazarme! —la felicidad con la que lo dijo descolocó a Jonghyun.
— ¡¿Pero estás drogado?! ¡¿Acaso no piensas lo que estás diciendo?! —le reclamó poniéndose de pie.
¡Por dios! ¡Su amigo casi hermano le estaba pidiendo que se lo follara para embarazarlo! De verdad que esa agonía por tener un bebé que de un momento a otro se convirtió en una desenfrenada obsesión le estaba pasando caras facturas a Key. Ya no razonaba con lógica.
— ¡Por Jesucristo, Kibum! Tienes apenas 20 años, ¿cuál es el afán por preñarte ahora? Tienes mucho tiempo para eso. —
— No me entiendes, lo quiero… lo necesito ahora. —
La determinación que veía en los ojos de Key lo asustaba, pues no estaba dispuesto a echar atrás la idea de incestar. Se masajeó la frente con preocupación; las ansias de su compañero por ser “madre” iban más allá de sus manos.
Desde hace unos siete meses que Key estaba loco con la idea de un bebé en brazos y apurado por tener un embarazo. Desde un principio dejó bien en claro que su hijo sería solo suyo, que al encontrar un buen gestor éste no tendría ningún derecho sobre el niño y no participaría en su vida aparte de abonar su semen, y en eso no habían tenido problema ninguno de sus apuestos y fríos amantes, pero ahora que nada le estaba funcionando y sin modo de hacerse la inseminación masculina que aún no era aprobada médicamente, realmente parecía que la desesperación le estaba nublando el buen juicio.
Más cuando sin esperar respuesta Key empezó a desnudarse frente suyo.
— De verdad que te necesito, Hyung… —ay no, esa expresión era demasiado tentadora además de ese espectacular brillo en sus ojos. Su realidad se estaba torciendo a tal punto que amigo lo estaba arrastrando hacia su círculo de locura y ahora pareciese que todo de su buen amigo se le antojaba atractivo y muy sexy.
Se tomó de la cabeza negando con fuerza para que esa sucia ilusión saliera de su mente. Trataría de hacer reaccionar a la diva.
— En serio, Key. No… ¡uhm! —el imponente beso con el que el más alto violó su boca dejó en claro quién tenía las riendas de tal descabellada situación.
Jonghyun estaba cayendo demasiado bajo al excitarse con el frote del delgado cuerpo de Key contra el suyo, muriendo cualquier intensión de negarse, absorbiendo el calor que éste despedía al igual que sus ansias sexuales que ponían activas a sus jóvenes hormonas.
Lo tomó de cada lado del rostro para separarlo de sus labios con brusquedad.
— Aah, ah… —respiraba entrecortadamente— Lo digo en serio, Kibum. Una vez desnudo debajo de mi no habrá forma de detenerme. —le advirtió para que fuera consciente de lo que pasaría si no pensaba en frío.
— Ya te estás tardando en cumplir. —retó su paciencia con una sonrisa de lado. Jonghyun la correspondió enseguida para empotrarse de nuevo contra los labios de su ahora amante, convirtiéndose en su fiel cómplice.
¿Quería que lo follara? Él estaba a la orden.
///-+-///-+-///-+-///-+-///
— Ahh, Jooong… date prisa. —apremió la lentitud del vocal.
Se recostó en la cama de la habitación de Jonghyun, la más cercana que tenían, sin pena de exponerse completamente desnudo a ojos del más bajo que luchaba por terminar de sacarse los boxers y no resbalarse con sus propios fluidos salivales ante semejante visión de Key únicamente vestido con su fina y jugosa piel, jugando sugestivamente con su lengua entre los labios.
¿Qué más podría hacer con esa boquita tan sucia?
Liberando finalmente su gran excitación se arrodilló al borde de su cama de sábanas azul oscuro para gatear hacia done Key se encontraba, quien abría sus largas piernas para dejarle un cómodo espacio en medio. Ambos respiraban con dificultad y tenían el pulso disparado y no era para menos; jamás de los jamases se les pasó por la cabeza ver a su amigo en tal acto, pero claro, Key tenía que dárselas de creativo.
Se irguió de rodillas frente al mayor y antes de que éste pudiera ubicar una posición de su agrado lo agarró de la cabeza y le empujó el rostro frente a su miembro tieso que le rozó primeramente la mejilla, luego Key, captando el mensaje, giró la cara para que su boca quedara justo en la punta de la parte del cuerpo más importante y preciada de Jonghyun; la metió en su boca, entera sin preámbulos y empezó a succionar, recreando el ambiente con el sonido mojado y perverso de sus labios apretándose alrededor del tronco de esa erecta virilidad. El mayor se apoyó en los hombros de la diva, quien hacía maravillas con su suave lengua alrededor de la roja cabeza de su pene, cosquilleándole de forma placentera y empujándolo un poco más hacia el orgasmo.
— Santo cielo, Key… eres un dios en esto, ¡ooh! —elogió como pudo el increíble trabajo del bailarín con esa boca tan fogosa cuyos labios siempre le regalaba a las cámaras una hermosa sonrisa.
— Créeme que dios no sería tan bueno. —le rectificó luego de un prolongado lametazo que se llevó un par de gotas preseminales. Se echó hacia atrás acostándose sobre las almohadas y con ayuda de sus manos retuvo sus piernas abiertas hasta que los talones le pegaran casi en las nalgas— Estoy listo. —le indicó al perplejo vocalista que fotografiaba con la mirada cada acción del bastardo enfermo sexual que todos creían un ángel.
— Aquí también estamos preparados. —correspondió agarrando su miembro y alzando las caderas de Key a su medida para empezar a entrar con cierta facilidad, aún así sintiendo la estrechez tan sofocante de su interior que parecía tragarse toda su hombría— Oh, cielos… si, diablos… Key, esto está bien bueno. —avanzó entre sus paredes hasta ocupar todo el espacio de esa caliente entrada, encajando perfectamente, como si su miembro hubiera sido exclusivamente para el culo de Key.
Encontrando apoyo en las rodillas del bailarín comenzó una serie de duras y certeras estocadas que volvieron loco al menor, quien no se reprimía con ninguno de sus gritos. Él mismo se obligaba a empujar contra el miembro de su hyung cada vez que éste salía casi por completo de su cuerpo. Inclinó la cabeza hacia atrás apretando los ojos, exponiendo notoriamente la nuez de su cuello.
Jonghyun estaba muy inspirado en su trabajo, y ver al más alto retorciéndose de esa manera enloquecía su mente y a su corazón que ya no razonaba a qué puntos debía enviar la sangre, pareciendo que sólo circulaba en torno a su entrepierna. Dejó de tomar las piernas de su amante para recostarse por completo sobre él y que Key lo aferrara, enterrando la cara en su cuello, gimiendo, arraigándose a sus caderas para profundizar con rudeza.
El vocalista principal estaba, literalmente, clavándolo contra la cama. Key pensaba que un poco más y los resortes atravesarían el colchón, clavándose en sus costados.
— Si, Joong-hyuuun… ¡justo ahí! —era el punto exacto donde el placer se haría inminente.
— De inmediato. —dando en ese específico lugar que enloquecía al más alto provocó que su dilatada entrada se encogiera por momentos, aprisionando tortuosamente su hinchado miembro a punto de estallar. Apretó la mandíbula estando en las últimas, gritando contra la piel sudada de Key al alcanzar el clímax y sufrir sus deliciosas secuelas.
— Tú si eres… aah… un maldito dios. —Key nunca había sentido a nadie corriéndose tanto dentro de él. Si eso no era suficiente para hacer un bebé se lanzaría de un puente.
Soltó sus dedos de la cintura del vocalista, adoloridos por su fuerte agarre, subiendo las manos por su mojada espalda hasta descansarlas en sus hombros que se alzaban por el sofocante respirar del más bajo que sentía seca su garganta. Key se sintió más recuperado, relajando su rostro en una sencilla sonrisa; tenía muchas esperanzas esta vez con Jonghyun, y además esa si había sido una maravillosa manera de concebir.
— Jjong, gracias. —acarició con cariño una de sus orejas, jugando con su arete como si fueran una pareja de enamorados que acababan de tener juntos su primera vez.
El cuerpo de Jonghyun se acomodó mejor en el pecho del bailarín, pasando su libidinosa lengua por la mejilla de éste. El de abajo se extrañó un poco por esta acción, más cuando empezó a sentir que ese miembro que aún descansaba dentro de su entrada hacía presión contra sus paredes internas al hincharse nuevamente en una bien formada erección.
— Gracias por nada, baby, todavía faltan unas cuantas más. —salió del interior de un sorprendido Key para sujetarlo con firmeza y estamparlo de cara al cabecero de la cama.
— Jong-¿Jonghyun? —se alarmó por la brusquedad de su amigo. Se puso de rodillas apoyando las manos en el cabecero de madera para tratar de girarse, pero en eso sintió los dedos de Jonghyun arraigarse nuevamente a sus caderas hasta sentir que le lastimaba, seguro que dejaba marca; seguido se dejó escuchar un gruñido algo animal y la entrepierna de el más bajo entrando de nuevo en él— ¡Ahg-aah! —había sido una invasión sorpresiva, no se lo esperaba, más cuando el dolor era mayor al esperado al no estar excitado aún— ¡Oh, vamos, si! ¡Dale, Jong! —cosa que no fue problema y en un par de segundo estaba masturbando su nueva erección.
No alargó la espera y comenzó a empujar contra su diva, obligándolo a ejercer fuerza en su agarre al cabecero que amenazaba con desprenderse en cualquier momento. Con un grito Key apretó los ojos y echó la cabeza al hombro del vocalista que acariciaba sus duros pezones rosados.
Y sonrió.
Con razón la tasa de natalidad estaba saturada.
///-+-///-+-///-+-///-+-///
A ese más que satisfactorio primer encuentro entre el jongkey le siguieron varias sesiones más para “garantizar resultados”. En un mes Key casi hace una caravana para festejar su, por fin, deseado embarazo gracias a la ayuda de Jonghyun.
Y ahora, a sus cinco semanas no podía borrar esa enorme sonrisa de sus labios ni despegar sus ojos brillosos del monitor donde, gracias al aparato que se deslizaba sobre el gel en su vientre, podía ver un par de manchones inteligibles que formaban a su bebé. A su lado estaba Jonghyun tomando su mano en señal de apoyo; siete meses con Key hastiándole la existencia con sus ganas de procrear y ahora debería de soportarlo ocho meses más quejándose de sus antojos y los achaques.
— ¡Por fin un hijo, Jonghyun! —Exclamó feliz— Un niño que dependa de mí, al que quiera, cuide, atienda, proteja y que me llame “Umma”. —parecía que Key estaba recreando perfectamente la futura vida con su hijo.
¿Eso era lo que Key quería? ¡Entonces que se comprara un perro!
Esperen… ellos ya tenían un perro.
— Si ese era tu afán ahí tienes olvidado al pobre de Coco. Básicamente harías lo mismo con él; jugarían, lo bañarías, lo sacarías a pasear, le darías de comer y limpiarías sus porquerías. —así de simple y sencillo.
“Cosas que nunca haces, por cierto”. Se quejó en silencio “Además, en vez de ‘Umma’ tendrías que conformarte con un ‘guau’…”.
— ¡No es lo mismo! Tonto… —le regañó falsamente para volver a mirar en dirección al monitor donde se veía su ecografía.
— Humm… —mugió fastidiado.
Aún así, esa expresión de plena felicidad en el rostro de Key valía todo sacrificio.
Nunca se imaginó que la alegría del rubio le llenaría tanto, como si esos sentimientos se los trasmitiera. Apretó más el agarre de sus manos sin llegar a causar daño, simplemente para sentir aún más esa extraña conexión especial.
— ¿Qué pasa? —la pregunta de su compañero llamó su atención, fijándose él también en la contrariada expresión del doctor que detallaba el estado de su hijo/sobrino en el monitor— ¿Pasa algo malo? —la angustia de Key se sentía y Jonghyun rogó porque el médico no les fuera a dar una mala noticia, lo que menos quería era tener un casi hermano martirizado por el dolor de un hijo perdido.
— Es que… —empezó a hablar el doctor, moviendo en diferentes ángulos el aparato en el abdomen de Key para asegurarse de que veía bien. Acomodó sus lentes en acto reflejo y se giró hacia la pareja de amigos; carraspeó— Vaya que si le embarazaron con ganas, Kim Kibum. Espero que aguante la felicidad de tener un hijo multiplicado por cuatro. —comentó con una sonrisa extraña, no sabiendo qué tan bien o qué tan mal se lo tomaría “la madre”.
— ¡¿Quéeeee?! —
— ¡¿Quéeeee?! —
Gritaron al mismo tiempo los brillosos y Key casi desencaja la camilla al levantarse salvajemente.
— ¿Q-qu-qué está… qu-querien… do decir? —Jonghyun no quería escuchar esa confirmación.
— Pues que tu amigo tiene embarazo cuádruple, espera cuatrillizos. —El vocalista y el doctor se quedaron mirando fijo con los ojos muy abiertos.
La repentina aura maligna que parecía querer tragárselos les hizo voltear los ojos hacia un Key con expresión retorcida.
— ¡¡Kim Jonghyuuuuuuuun!! ¡Corre por tu vida, maldito engendro! —y el más bajo no esperó a una segunda advertencia porque ya tenía pegado de los talones a un enloquecido Key con desconocidas ansias homicidas (?).
— ¡¿Pues no que querías un hijo?! —
— ¡Si, pero uno solo! ¡No un kinder! —realmente no se había esperado que Jonghyun fuera tan eficaz.
Tanto quería un bebé y luego de que Key lo violara (?) le cumplía el capricho… ¿entonces ahora venía a quejarse?
¡¿Quién entendía a su diva?!
Titulo: Proposiciones Indecentes.
Autor: SAKUmi**
Género: Humor, Lemon, Mpreg.
Parejas: JongKey <3
Nota: Bueno, este fic originalmente no es de Shinee! pero luego de que terminara la idea de un Jongkey fue instantánea xD espero les guste!!!!!!
La habitación de hotel era de un total color beige, apenas viéndose interrumpida su monotonía con muebles de fina madera pulida y un par de cuadros de pinturas abstractas y vivaces. En la cama tipo matrimonial de sábanas color champagne las manos de un rubio de suaves facciones apretujaba la colcha hasta que se le marcaban todas las venas de sus pálidos brazos y sus nudillos perdían color. Sus gemidos eran muy altos, sin intención de reprimirse por la sensación tan increíble de ser poseído con tal deseo y pasión, como si ese hombre sobre su cuerpo quisiera atravesar todo su interior.
Kibum estaba de cara en las almohadas con la respiración trabajosa, haciendo lo imposible por no ahogarse con sus propios gritos; sobre su espalda y muy enterrado en él sudaba un chico de pelo corto, bien formado y de sensual expresión, quien sujetaba al brilloso del hombro con una mano para ganar propulsión y con la otra mantenía firme su cintura mientras movía sus caderas a una velocidad frenética para hundirse con profundidad y certeza entre las nalgas de aquel bailarín. Cada gota de sudor en su cuerpo saltaba tras cada arremetida con las cuales sus duros músculos se contraían y parecían crecer, marcando atractivamente sus brazos, espalda, abdomen y piernas.
— ¡Oh, Key! —Gimió en el oído del más joven con una voz ronca y profunda, preso de la excitación del momento— Tu estrechez me está volviendo loco. —terminó enterrando su barbilla en el cuello del más bajo, sintiendo como el cabello ajeno acariciaba su rostro enrojecido.
— Sólo córrete… ¡rápido! —exigió impaciente el otro.
Su delgado cuerpo era bombeado hacia delante y atrás sobre las sábanas con facilidad, imitando el ritmo de las embestidas que estaba recibiendo. Su propio miembro estaba muy duro y a punto de chorrear, y sabía que el otro también estaba de cara al clímax, lo sentía bien hinchado y apretado en su entrada; un poco más y podría contar las venas palpitantes y bien marcadas de ese macizo miembro.
— Aah-aah… ¡sii! —finalmente, tras un acertado empuje que hizo brincar su próstata sintió el semen de su amante llenándolo a chorros a la vez que él mismo acariciaba su excitación con velocidad para terminar satisfaciéndose con un hermoso orgasmo— Sii, bien… así, hasta el fondo. —soltó una pequeña risa atareada por su dificultoso respirar, relajando sus dedos para dejar de estrujar las cobijas y cerrando sus ojos soltó un largo suspiro de satisfacción.
— Dios, aah… fueron dos seguidas. —comentó Siwon, quien cayó pesadamente a un lado de Key rebotando en el colchón— Dos bien buenas y jodidas corridas dentro de tu culo. —silbó por lo alto, como si acabara de realizarse.
El bailarín aún seguía de espaldas normalizando su pulso, casi ignorando a su acompañante y alegrándose de sentir un poco de esa blanquecina viscosidad chorreando por su entrada, esperando que el resto cumpliera el trabajo de fertilizar su interior.
“Ojalá que esta vez dé resultado”.
Los muslos de Key se tensaron y apretaron por el nerviosismo que electrizaba sus vellos. Empezó a jugar con sus pies, no viendo la hora de tener un test de embarazo en sus manos que finalmente marcara positivo.
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— ¡¡Maldita sea!!—el pequeño tubito que lanzó con rabia rebotó en las paredes del baño donde se encontraba; cuando dejó de dar vueltas por el piso se logró ver que marcaba un signo negativo, negándole de nuevo la posibilidad de un embarazo— Mierda… mierda… —sin energía y a punto de llorar se dejó arrastrar por las baldosas de la pared hasta quedar sentado en el suelo a un lado del test resquebrajado por el golpe. Se paso las manos sin cuidado por todo el rostro.
Su mente en esos momentos era un completo agujero negro que se tragaba todas sus esperanzas.
Se había acostado ya con ¿cinco? ¿seis? pretendientes diferentes sanos y de buenos genes, haciéndolo con cada uno más de una vez seguida y en sus mejores condiciones físicas para garantizar resultados, pero siempre era la misma negatividad en cada examen posterior a sus encuentros.
¿Qué acaso el mundo se estaba quedando estéril? Porque todos sus candidatos, se veía, eran totalmente aptos para preñar hasta con la mirada.
¿Entonces qué problema había con él?
No… él no era el del problema. Se había informado, había cambiado su alimentación, tomaba vitaminas y clases de relajación para espantar el estrés, y los exámenes médicos que se hizo cuando decidió que quería tener un hijo probaban que él era muy capaz. Maldición, si fuera anatómicamente posible se embarazaría él mismo.
“Entonces… ¿por qué?”.
Se preguntó frustrado mientras enterraba sus finos dedos entre su cabello, dejando correr libres un par de lágrimas que humedecieron sus mejillas rojas por la rabia y la incertidumbre. Apoyó por completo la espalda en la pared sin importarle el golpe que se dio en la cabeza, sus brazos cayeron flácidos a cada lado de su cuerpo y mirando fijo al techo dejó escapar un suspiro hondo que se perdió entre la nada.
“Todo mundo tiene hijos y se ve tan fácil. Los que apenas pierden la virginidad quedan preñados, la gente más desgraciada del mundo, incluso los que no quieren tenerlos… y yo que deseo uno con tanta ilusión no doy una”.
— Quiero tener un bebéee~ —berreó por tal injusticia que estaba sufriendo— Sólo quiero un hijo para mí. —tomó el test negativo que yacía a sus pies y en una perfecta encestada lo arrojó en la papelera a un lado del inodoro para que le hiciera compañía a los anteriores. Se dejó caer recostado de perfil en el suelo frío, descansando los ojos por un momento — Quiero uno. —dijo casi sin voz apretando fuerte su vientre por encima de la camisa que usaba— Solo uno. —
No supo cuánto tiempo se quedó encerrado en el baño pero el calor de allí dentro lo despertó. Se limpió la baba que le colgaba de la barbilla al piso y desperezándose se levantó tambaleando, se estacionó frente al lavabo y sin mirar su patético reflejo abrió la llave y se lavó, luego se secó con una toalla a mano y respirando hondo salió de las cuatro paredes que tantas veces lo vieron llorar.
Pasó un segundo por la cocina por un vaso de yogurt líquido para reabastecer su débil cuerpo y bebiendo casi todo a pecho se encaminó a la sala de la casa, notando en el sofá principal el bolso de Jonghyun.
“No escuché cuando llegó”.
Y parecía que el vocalista principal tampoco se había preocupado demasiado en buscarlo, después de todo tampoco era que coincidieran mucho en la casa ya que desde su paranoia con los bebés, además de los ensayos, pasaba mucho tiempo fuera y Jonghyun era libre. No podía afirmarlo pero él pensó que su hyung se la pasaba trabajando con las canciones, ya que después de todo para eso justamente era que se lo había llevado a vivir con él; el departamento que antes compartía Jonghyun con Onew era muy incómodo e impropicio para la inspiración, sobre todo con los gritos de las amantes del lider.
Terminando su vaso se dejó caer rebotando en el sillón. Sin nada mejor que hacer husmeó en el bolso de su compañero; llaves, el celular, algunas monedas, condones, una carta médica, lentes de sol, una bufanda, caramelos, identificación… esperen, ¿una carta médica? Eso pinchó el interés del mayor y aunque el sobre aún no estaba abierto, no dudó en rasgar el borde y sacar la hoja, leyendo por encima de qué se trataba. Era un examen general de su próstata y esperma; se rió por imaginarse al machista de Jonghyun con un par de dedos masculinos hurgándole el culo.
Todo estaba normal; buen color, buena consistencia, buena cantidad… todo en orden a excepción de un alarmante porcentaje que se topó al final.
Sus ojos se abrieron tanto como pudo.
¡¿Pero qué rayos tomaba Jonghyun?! ¡¡Con unos espermatozoides así Corea corría peligro de sobrepoblación!!
No pudo evitar arrugar la hoja entre sus dedos tiesos. Una gota de sudor se deslizó por su quijada para desprenderse de la barbilla y caer húmeda en su camisa.
“¿Acaso él… podría…?”.
No, Kibum… ¿ahora en qué tonterías estabas pensando?
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Jjong se adentró en el baño tras recién haberse cambiado en su habitación luego de que lo desocupara Key, que tan ido y deplorable se encontraba cuando salió que no notó su presencia y él tampoco quiso sacarlo de su mundo. Ya adentro se lavó la cara y luego de secarse con la toalla que hace segundos usó la diva abrió una gaveta y sacó espuma para afeitar y una rasuradora; las tomaría prestadas de Key un momento. Desde hace un par de días que notaba su cara más áspera de lo normal a causa de su barba; luego de humectar su cara con la espuma, se acomodó bien cerca del espejo para no perder detalle y con cuidado acercó las hojas de afeitar de la rasuradora a su cara.
— ¡Kim Jonghyun, desgraciado infeliz! ¡¿Cómo es esto de que eres un conejo preñador desatado, ah?! —Key entró de pronto al cuarto de baño con el examen del menor alzado en lo alto y claramente enfadado.
— ¡Ah! ¡Mierda, Key! —gritó espantado por la bestialidad con la que el otro abrió la puerta del baño, haciendo que el corazón se le subieran a la garganta de la impresión. Se giró hacia el más alto con una expresión de enojo, pero cuál fue su sorpresa al alzar una mano y ver como una gotita de sangre resbalaba por su dedo— ¡¡Key!! ¡Mira lo que me hiciste hacer, gay con síntomas premenstruales eternos! —su cólera fue en aumento cuando se giró de nuevo al espejo y confirmó que se había hecho una gran cortada en la mejilla.
— ¡Jong! —
— ¡Key! —gritaron ambos a la vez, mirándose con odio.
~Un par de segundos después…
Se encontraban en la sala sentados en un par de sofás individuales uno frente al otro. La enorme vena en la frente de Jonghyun estaba a punto de reventar… Key tenía que estar bromeando.
— Vamos, que no se nota. —dijo el bailarín.
— ¡¿No se nota?! ¡Un miope lo vería desde China! —apuntando a su mejilla donde se cortó hace un momento.
— ¡Mi punto es este! ¡Deja de preocuparte por eso que con un poco de maquillaje se puede cubrir fácilmente! —exigió con voz firme, mirando al mas bajo con intensidad y un deje de desesperación.
— Espero que sea algo importante. —se dio por vencido; la última vez que vio así a la diva fue cuando se revolucionó con eso de tener un hijo y salió a buscar pretendientes.
— ¡Claro que lo es! Mira. —le puso en la cara el examen médico que no se preocupó en revisar.
“¿Y ahora me vienes a restregar el recuerdo de un infeliz metiendo los dedos en terreno prohibido?”. Se quejó mentalmente.
— Ajá, y el punto es… —lo invitó a que le dijera de una buena vez a qué se debía su alboroto.
— ¡Pues esto, idiota! —Señaló su abrumante potencial para embarazar— ¡Tú eres el indicado para embarazarme! —la felicidad con la que lo dijo descolocó a Jonghyun.
— ¡¿Pero estás drogado?! ¡¿Acaso no piensas lo que estás diciendo?! —le reclamó poniéndose de pie.
¡Por dios! ¡Su amigo casi hermano le estaba pidiendo que se lo follara para embarazarlo! De verdad que esa agonía por tener un bebé que de un momento a otro se convirtió en una desenfrenada obsesión le estaba pasando caras facturas a Key. Ya no razonaba con lógica.
— ¡Por Jesucristo, Kibum! Tienes apenas 20 años, ¿cuál es el afán por preñarte ahora? Tienes mucho tiempo para eso. —
— No me entiendes, lo quiero… lo necesito ahora. —
La determinación que veía en los ojos de Key lo asustaba, pues no estaba dispuesto a echar atrás la idea de incestar. Se masajeó la frente con preocupación; las ansias de su compañero por ser “madre” iban más allá de sus manos.
Desde hace unos siete meses que Key estaba loco con la idea de un bebé en brazos y apurado por tener un embarazo. Desde un principio dejó bien en claro que su hijo sería solo suyo, que al encontrar un buen gestor éste no tendría ningún derecho sobre el niño y no participaría en su vida aparte de abonar su semen, y en eso no habían tenido problema ninguno de sus apuestos y fríos amantes, pero ahora que nada le estaba funcionando y sin modo de hacerse la inseminación masculina que aún no era aprobada médicamente, realmente parecía que la desesperación le estaba nublando el buen juicio.
Más cuando sin esperar respuesta Key empezó a desnudarse frente suyo.
— De verdad que te necesito, Hyung… —ay no, esa expresión era demasiado tentadora además de ese espectacular brillo en sus ojos. Su realidad se estaba torciendo a tal punto que amigo lo estaba arrastrando hacia su círculo de locura y ahora pareciese que todo de su buen amigo se le antojaba atractivo y muy sexy.
Se tomó de la cabeza negando con fuerza para que esa sucia ilusión saliera de su mente. Trataría de hacer reaccionar a la diva.
— En serio, Key. No… ¡uhm! —el imponente beso con el que el más alto violó su boca dejó en claro quién tenía las riendas de tal descabellada situación.
Jonghyun estaba cayendo demasiado bajo al excitarse con el frote del delgado cuerpo de Key contra el suyo, muriendo cualquier intensión de negarse, absorbiendo el calor que éste despedía al igual que sus ansias sexuales que ponían activas a sus jóvenes hormonas.
Lo tomó de cada lado del rostro para separarlo de sus labios con brusquedad.
— Aah, ah… —respiraba entrecortadamente— Lo digo en serio, Kibum. Una vez desnudo debajo de mi no habrá forma de detenerme. —le advirtió para que fuera consciente de lo que pasaría si no pensaba en frío.
— Ya te estás tardando en cumplir. —retó su paciencia con una sonrisa de lado. Jonghyun la correspondió enseguida para empotrarse de nuevo contra los labios de su ahora amante, convirtiéndose en su fiel cómplice.
¿Quería que lo follara? Él estaba a la orden.
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— Ahh, Jooong… date prisa. —apremió la lentitud del vocal.
Se recostó en la cama de la habitación de Jonghyun, la más cercana que tenían, sin pena de exponerse completamente desnudo a ojos del más bajo que luchaba por terminar de sacarse los boxers y no resbalarse con sus propios fluidos salivales ante semejante visión de Key únicamente vestido con su fina y jugosa piel, jugando sugestivamente con su lengua entre los labios.
¿Qué más podría hacer con esa boquita tan sucia?
Liberando finalmente su gran excitación se arrodilló al borde de su cama de sábanas azul oscuro para gatear hacia done Key se encontraba, quien abría sus largas piernas para dejarle un cómodo espacio en medio. Ambos respiraban con dificultad y tenían el pulso disparado y no era para menos; jamás de los jamases se les pasó por la cabeza ver a su amigo en tal acto, pero claro, Key tenía que dárselas de creativo.
Se irguió de rodillas frente al mayor y antes de que éste pudiera ubicar una posición de su agrado lo agarró de la cabeza y le empujó el rostro frente a su miembro tieso que le rozó primeramente la mejilla, luego Key, captando el mensaje, giró la cara para que su boca quedara justo en la punta de la parte del cuerpo más importante y preciada de Jonghyun; la metió en su boca, entera sin preámbulos y empezó a succionar, recreando el ambiente con el sonido mojado y perverso de sus labios apretándose alrededor del tronco de esa erecta virilidad. El mayor se apoyó en los hombros de la diva, quien hacía maravillas con su suave lengua alrededor de la roja cabeza de su pene, cosquilleándole de forma placentera y empujándolo un poco más hacia el orgasmo.
— Santo cielo, Key… eres un dios en esto, ¡ooh! —elogió como pudo el increíble trabajo del bailarín con esa boca tan fogosa cuyos labios siempre le regalaba a las cámaras una hermosa sonrisa.
— Créeme que dios no sería tan bueno. —le rectificó luego de un prolongado lametazo que se llevó un par de gotas preseminales. Se echó hacia atrás acostándose sobre las almohadas y con ayuda de sus manos retuvo sus piernas abiertas hasta que los talones le pegaran casi en las nalgas— Estoy listo. —le indicó al perplejo vocalista que fotografiaba con la mirada cada acción del bastardo enfermo sexual que todos creían un ángel.
— Aquí también estamos preparados. —correspondió agarrando su miembro y alzando las caderas de Key a su medida para empezar a entrar con cierta facilidad, aún así sintiendo la estrechez tan sofocante de su interior que parecía tragarse toda su hombría— Oh, cielos… si, diablos… Key, esto está bien bueno. —avanzó entre sus paredes hasta ocupar todo el espacio de esa caliente entrada, encajando perfectamente, como si su miembro hubiera sido exclusivamente para el culo de Key.
Encontrando apoyo en las rodillas del bailarín comenzó una serie de duras y certeras estocadas que volvieron loco al menor, quien no se reprimía con ninguno de sus gritos. Él mismo se obligaba a empujar contra el miembro de su hyung cada vez que éste salía casi por completo de su cuerpo. Inclinó la cabeza hacia atrás apretando los ojos, exponiendo notoriamente la nuez de su cuello.
Jonghyun estaba muy inspirado en su trabajo, y ver al más alto retorciéndose de esa manera enloquecía su mente y a su corazón que ya no razonaba a qué puntos debía enviar la sangre, pareciendo que sólo circulaba en torno a su entrepierna. Dejó de tomar las piernas de su amante para recostarse por completo sobre él y que Key lo aferrara, enterrando la cara en su cuello, gimiendo, arraigándose a sus caderas para profundizar con rudeza.
El vocalista principal estaba, literalmente, clavándolo contra la cama. Key pensaba que un poco más y los resortes atravesarían el colchón, clavándose en sus costados.
— Si, Joong-hyuuun… ¡justo ahí! —era el punto exacto donde el placer se haría inminente.
— De inmediato. —dando en ese específico lugar que enloquecía al más alto provocó que su dilatada entrada se encogiera por momentos, aprisionando tortuosamente su hinchado miembro a punto de estallar. Apretó la mandíbula estando en las últimas, gritando contra la piel sudada de Key al alcanzar el clímax y sufrir sus deliciosas secuelas.
— Tú si eres… aah… un maldito dios. —Key nunca había sentido a nadie corriéndose tanto dentro de él. Si eso no era suficiente para hacer un bebé se lanzaría de un puente.
Soltó sus dedos de la cintura del vocalista, adoloridos por su fuerte agarre, subiendo las manos por su mojada espalda hasta descansarlas en sus hombros que se alzaban por el sofocante respirar del más bajo que sentía seca su garganta. Key se sintió más recuperado, relajando su rostro en una sencilla sonrisa; tenía muchas esperanzas esta vez con Jonghyun, y además esa si había sido una maravillosa manera de concebir.
— Jjong, gracias. —acarició con cariño una de sus orejas, jugando con su arete como si fueran una pareja de enamorados que acababan de tener juntos su primera vez.
El cuerpo de Jonghyun se acomodó mejor en el pecho del bailarín, pasando su libidinosa lengua por la mejilla de éste. El de abajo se extrañó un poco por esta acción, más cuando empezó a sentir que ese miembro que aún descansaba dentro de su entrada hacía presión contra sus paredes internas al hincharse nuevamente en una bien formada erección.
— Gracias por nada, baby, todavía faltan unas cuantas más. —salió del interior de un sorprendido Key para sujetarlo con firmeza y estamparlo de cara al cabecero de la cama.
— Jong-¿Jonghyun? —se alarmó por la brusquedad de su amigo. Se puso de rodillas apoyando las manos en el cabecero de madera para tratar de girarse, pero en eso sintió los dedos de Jonghyun arraigarse nuevamente a sus caderas hasta sentir que le lastimaba, seguro que dejaba marca; seguido se dejó escuchar un gruñido algo animal y la entrepierna de el más bajo entrando de nuevo en él— ¡Ahg-aah! —había sido una invasión sorpresiva, no se lo esperaba, más cuando el dolor era mayor al esperado al no estar excitado aún— ¡Oh, vamos, si! ¡Dale, Jong! —cosa que no fue problema y en un par de segundo estaba masturbando su nueva erección.
No alargó la espera y comenzó a empujar contra su diva, obligándolo a ejercer fuerza en su agarre al cabecero que amenazaba con desprenderse en cualquier momento. Con un grito Key apretó los ojos y echó la cabeza al hombro del vocalista que acariciaba sus duros pezones rosados.
Y sonrió.
Con razón la tasa de natalidad estaba saturada.
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A ese más que satisfactorio primer encuentro entre el jongkey le siguieron varias sesiones más para “garantizar resultados”. En un mes Key casi hace una caravana para festejar su, por fin, deseado embarazo gracias a la ayuda de Jonghyun.
Y ahora, a sus cinco semanas no podía borrar esa enorme sonrisa de sus labios ni despegar sus ojos brillosos del monitor donde, gracias al aparato que se deslizaba sobre el gel en su vientre, podía ver un par de manchones inteligibles que formaban a su bebé. A su lado estaba Jonghyun tomando su mano en señal de apoyo; siete meses con Key hastiándole la existencia con sus ganas de procrear y ahora debería de soportarlo ocho meses más quejándose de sus antojos y los achaques.
— ¡Por fin un hijo, Jonghyun! —Exclamó feliz— Un niño que dependa de mí, al que quiera, cuide, atienda, proteja y que me llame “Umma”. —parecía que Key estaba recreando perfectamente la futura vida con su hijo.
¿Eso era lo que Key quería? ¡Entonces que se comprara un perro!
Esperen… ellos ya tenían un perro.
— Si ese era tu afán ahí tienes olvidado al pobre de Coco. Básicamente harías lo mismo con él; jugarían, lo bañarías, lo sacarías a pasear, le darías de comer y limpiarías sus porquerías. —así de simple y sencillo.
“Cosas que nunca haces, por cierto”. Se quejó en silencio “Además, en vez de ‘Umma’ tendrías que conformarte con un ‘guau’…”.
— ¡No es lo mismo! Tonto… —le regañó falsamente para volver a mirar en dirección al monitor donde se veía su ecografía.
— Humm… —mugió fastidiado.
Aún así, esa expresión de plena felicidad en el rostro de Key valía todo sacrificio.
Nunca se imaginó que la alegría del rubio le llenaría tanto, como si esos sentimientos se los trasmitiera. Apretó más el agarre de sus manos sin llegar a causar daño, simplemente para sentir aún más esa extraña conexión especial.
— ¿Qué pasa? —la pregunta de su compañero llamó su atención, fijándose él también en la contrariada expresión del doctor que detallaba el estado de su hijo/sobrino en el monitor— ¿Pasa algo malo? —la angustia de Key se sentía y Jonghyun rogó porque el médico no les fuera a dar una mala noticia, lo que menos quería era tener un casi hermano martirizado por el dolor de un hijo perdido.
— Es que… —empezó a hablar el doctor, moviendo en diferentes ángulos el aparato en el abdomen de Key para asegurarse de que veía bien. Acomodó sus lentes en acto reflejo y se giró hacia la pareja de amigos; carraspeó— Vaya que si le embarazaron con ganas, Kim Kibum. Espero que aguante la felicidad de tener un hijo multiplicado por cuatro. —comentó con una sonrisa extraña, no sabiendo qué tan bien o qué tan mal se lo tomaría “la madre”.
— ¡¿Quéeeee?! —
— ¡¿Quéeeee?! —
Gritaron al mismo tiempo los brillosos y Key casi desencaja la camilla al levantarse salvajemente.
— ¿Q-qu-qué está… qu-querien… do decir? —Jonghyun no quería escuchar esa confirmación.
— Pues que tu amigo tiene embarazo cuádruple, espera cuatrillizos. —El vocalista y el doctor se quedaron mirando fijo con los ojos muy abiertos.
La repentina aura maligna que parecía querer tragárselos les hizo voltear los ojos hacia un Key con expresión retorcida.
— ¡¡Kim Jonghyuuuuuuuun!! ¡Corre por tu vida, maldito engendro! —y el más bajo no esperó a una segunda advertencia porque ya tenía pegado de los talones a un enloquecido Key con desconocidas ansias homicidas (?).
— ¡¿Pues no que querías un hijo?! —
— ¡Si, pero uno solo! ¡No un kinder! —realmente no se había esperado que Jonghyun fuera tan eficaz.
Tanto quería un bebé y luego de que Key lo violara (?) le cumplía el capricho… ¿entonces ahora venía a quejarse?
¡¿Quién entendía a su diva?!
SAKUmi**
Onew&Taemin *0*
765
Re: Proposiciones Indecentes. (Oneshot JongKey Lemon)
era lo que queria no key tener un hijo, pues ahi lo tiene el resultado de estar con jonghyun jaja lo embarazo con ganas, hasta 4 tendra, me encanto el lemon fue tan delicioso, key bien aventado estubo muy gracioso y perver, gracias por el fic!
JOAN HINA
ஜKeybum ♥
2327
Re: Proposiciones Indecentes. (Oneshot JongKey Lemon)
*-----* AAAAHH DIOS MÍO xDDDDDD Fue genial diría mucho pero no acabaría xDD LO AMÉ <3
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179
Re: Proposiciones Indecentes. (Oneshot JongKey Lemon)
OMG estuvo muy bueno ! , primero Key quería tan desesperadamente un hijo que se metió con tantos hasta con Siwon ?! o.O , yo al principio pensé que era Jonghyun .. Tuve un pequeño trauma D:
Ese examen de Jjong fue la clave ! , Key debió haber buscado al futuro padre de su hijo en casa antes de buscar pretendientes
El lemon fue súper intenso , y hasta Jjong se puso salvaje ~ como dijo el doctor , embarazaron a Kibum con ganas LOL , ósea 4 hijos OMG !!
Ahora pobre Jonghyun que se las vera con Key jajaja
Me encantó y me hizo reír mucho .. Lo amé
Ese examen de Jjong fue la clave ! , Key debió haber buscado al futuro padre de su hijo en casa antes de buscar pretendientes
El lemon fue súper intenso , y hasta Jjong se puso salvaje ~ como dijo el doctor , embarazaron a Kibum con ganas LOL , ósea 4 hijos OMG !!
Ahora pobre Jonghyun que se las vera con Key jajaja
Me encantó y me hizo reír mucho .. Lo amé
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