- Ámame, ámame, ámame, ámame, ámame… -


Repetía incontables veces un angelical rubio desde detrás de la puerta de su casillero acechando tímidamente y diciéndolo como si de un hechizo se tratara, llevaba haciendo esto durante un mes entero todos los días sin falta, cada que aquel pelinegro iba por sus libros al otro lado del pasillo, le miraba fijamente como si con la vista pudiera darle a entender sus sentimientos… tan intensamente que el otro chico se erizaba cada que tocaba su casillero y al voltear la sensación desaparecía mágicamente y solo podía ver a los estudiantes corriendo en el pasillo de un lado a otro para apurarse a ir a la siguiente clase…


- Ya díselo o tan siquiera háblale… que si no jamás se dará cuenta- le decía con paciencia su pequeña amiga de la infancia.


- ¿Cómo sabes?... puede que un día despierte y se dé cuenta de que me ama- decía con total confianza aunque sabía que eso era casi imposible.


- Si nunca le has hablado ¿cómo se dará cuenta de que te ama de esa manera? – le dijo burlonamente.


- A ti te paso… -



La chica no pudo más que sonrojarse al recordar que el chico nuevo del que se enamoro a primera vista pero que jamás logro hablarle por ser más grande que ella e ir aún curso distinto le había pedido salir en una cita, el otro se frustro y tiro su libreta al otro lado del salón de clases como reclamo a su personalidad tan débil con la persona que le gustaba, no es que fuera tímido ni mucho menos antisocial, muy al contrario era un chico con muchos amigos y chicas que morían por él, pero cuando se trataba de la persona que realmente le gustaba simplemente era una roca… así de fácil, no podía moverse, ni articular palabra alguna cuando la persona que amaba estaba cerca, casi podría jurar que la respiración le fallaba en esos momentos, así que no podía más que soñar despierto con el dueño de la sonrisa mas encantadora que allá visto y con aquellos ojitos de cachorro, ahogándose en suspiros por no poder acercarse a él.




Todos los días al salir de clases Kibum pasaba al baño y se arreglaba cuidadosamente el cabello para después salir aprisa e ir por el mismo camino que iba el dueño de sus pensamientos.... tenía suerte de que el chico se fuera por el mismo camino que él, pero Kibum siempre tenía el cuidado de ir en la acera del otro lado de la calle y solía observar como el otro chico jugaba o platicaba animadamente con sus amigos… amaba verlo sonreír agitaba su corazón cuando sus ojos resplandecían con un brillo misterioso, pero aun así se sentía triste porque no podía formar parte de sus sonrisas y alegrías “algún día” se repetía constantemente para sí mismo.





- Umma… ¿dónde has estado? Últimamente no doy contigo para nada- decía un Taemin frunciendo el ceño mientras inflaba sus cachetes en reclamación.


- Yo... yo... – se quedo sin palabras, no le había contado a nadie más que a Luna de aquel amor secreto que le tenía a Jonghyun-


- Minnie deja de acosar a la gente…-Minho había llegado abrazando al pequeño por la cintura haciendo que este deje de hacer pucheros- lo siento Hyung me lo llevo


- Pero es que…- sus palabras quedaron al aire… y solo se veía su cabellera dorada perderse por la puerta del salón.


- Ahí viene –


Luna se había acercado y le susurraba al oído para avisarle que su delirio se acercaba por la puerta, no había la menor duda que esa clase era su preferida, no solo por qué fuera de ingles una materia que dominaba ya hasta dormido o porque era una de las pocas que compartía con su mejor amiga si no porque era la única… así es, la única clase que compartía con Jonghyun en donde este se sentaba justo enfrente de su pupitre…. Inhalo fuertemente porque temía olvidar respirar una vez que el chico se sentara frente a él… el timbre sonó y con este todos los se levantaron de sus asientos para abandonar el salón e irse a sus casas, pero Kibum solo se dio cuenta de esto hasta que el joven sé levanto de su asiento…


- Diablos – pensó… otra vez se había perdido entre sus bellos sueños donde Jonghyun le llevaba de la mano por el parque mientras pensaban en cuanto se amaban… ¿cómo podía ser tan torpe y dejarse llevar por sus pensamientos?...





Las vacaciones de invierno se acercaban y nada había
cambiado aun; ya pasaban dos meses desde que se había quedado prendido de su hermosa voz y el olor a adictivo a vainilla que desprendía…


- Enamórate de mí, enamórate de mí, enamórate de mí, enamórate de mí –


Su hechizo había cambiado porque pensó que el otro no era lo suficientemente claro y por eso el milagro aun no había sucedido…quizás un pensamiento algo inocente para un joven enamorado pero Kibum era simplemente un chico con un sueño, quería tener una hermosa vida llena de romance, como en esas novelas que su madre solía ver cada noche por la televisión, tener a alguien con quien reír, alguien con quien salir al cine y pelear por qué película sería mejor para ver, alguien con quien platicar durante horas sin cansarse jamás y alguien a quien amar tan profundamente que le oprima el corazón de tanto sentir… pero ese alguien tenía nombre y aun no se daba cuenta de que su existencia.


- Eso jamás pasara ¿sabes? – Minho se había acercado por la espalda asustándolo por haber invadido un tiempo donde el soñaba despierto.


- ¿De qué hablas?- fingió demencia pero el otro solo se echo a reír- ¿lo sabes?- dudo al preguntar


- Todo mundo lo sabe, solamente él no lo sabe y Taemin – suspiro recordando la torpeza del pequeño al no notar cosas tan obvias- ¿porqué no hablas con él?... eres muy bueno haciendo amistades y no dudo que tengas el encanto para hacer que se enamore de ti.- sonrío al escuchar esas palabras de aliento.


- Es que… aun no es el tiempo-miro la enorme sonrisa que ahora ocupaba el rostro de Jonghyun y lanzo un gran suspiro.





Las vacaciones de invierno llegaron a ellos y con eso la enorme tristeza de no poder verlo durante un mes entero, si el que hacia cualquier cosa por verlo diario ahora no verlo sería una tortura.


- ¿Qué es lo que compras? – le preguntaba Luna al ver que iba a la caja con algo en las manos.


- Un calendario- dijo el otro con una sonrisa-


- ¿Para qué?


- Es que empezare mi cuenta regresiva para volverlo a ver- sonrío con tristeza, Luna simplemente le mando una sonrisa tranquilizadora y le acompaño todo el día de compras porque sabía que eso lo animaría.



Un deseo le pidió a una estrella fugaz cuando por su ventana la vio pasar claramente, cerró los ojos con fuerza y repitió tres veces seguidas su deseo “que Jonghyun se enamore de mí” quizás esas fueron las palabras que uso.



La nieve había empezado a caer ya era noche buena y la familia brindaba por un pronto feliz navidad pero Kibum no se sentía bien estando ahí. Sentía que algo faltaba.


- Bummie~ - le dijo su madre con cariño- ve por hielo ¿sí? Tus tíos están más que alegres el día de hoy y se han gastado todo lo que teníamos.-


Aunque había un endemoniado frio fuera de su abrigadora casa salió a comprar tal vez se podría distraer y regresar de un mejor humor agarro su bicicleta y salió, podía escuchar ruido en diferentes casas todo el mundo estaba de fiesta, unos villancicos se escuchaban de la iglesia que había cerca de su casa, y los gritos de los niños al jugar los acompañaban, su mente pensaba en todo eso, estaba muy distraído disfrutando de los sonidos de la calle que no se fijo de una persona que cruzaba la calle los frenos le fallaron así que entonces bajo los pies y giro el manubrio derrapando con el piso ahora un poco mojado por la nieve.


- Que diablos…- decía mientras se sobaba las caderas por el golpe.


- ¿Estás bien? – dejo de respirar… debería estar soñando… si a lo mejor ahora estaba soñando, ya que esa voz jamás la había escuchado dirigida a el... cerró los ojos aprentandolos con fuerza – disculpa – el aroma…ese inconfundible aroma nunca lo sentía en sueños así que no podría ser un sueño… su corazón empezó a galopar con fuerza, levanto la vista y por primera vez se cruzaron los finos y delgados ojos del rubio con aquellos grandes ojos marrones… las campanas que anunciaban el final de la noche buena y el inicio del día de navidad empezaron a sonar, solo una mirada es lo que hacía falta para que termine rendido a él, el corazón de Jonghyun empezó a golpear con una fuerza desconocida… se había enamorado de él.-Soy Kim Jonghyun – le dijo con una de sus mejores sonrisas mientras lo ayudaba a levantarse.


- Kim Kibum – tartamudeo al presentarse.



Ya no habría más cuentas regresivas, su milagro había sucedido