Capítulo Uno

"¡Al fin!", me decía a mí mismo, al fin un momento de paz dentro del departamento del grupo, después de tantas tareas, la canción, la coreografía, el MV, todo estaba resuelto pues por fin habíamos terminado. Sin duda SHINee se encontraba en su mejor momento, y "Lucifer" sería todo un éxito, sólo hacía falta presentarnos al público y a nuestras fans en el regreso al escenario, pero lo más difícil había pasado, y en ese momento me sentía completamente liberado, como todas las noches en las que podíamos tener un poco de paz. Me hallaba recostado sobre la cama de mi dormitorio, a punto de reproducir un poco de música en mi Ipod mientras esperaba mi turno en la ducha, Onew Hyung sí que sabía tardarse, aunque no tanto como Key Umma, por eso decidí ser paciente esa noche y aguardar con mis audífonos puestos.

La habitación estaba realmente vacía, sin Minho Hyung allí todo parecía ser más grande, y yo me sentía irónicamente pequeño y solo. Había estado fuera debido a la grabación de la segunda temporada de Dream Team, aunque constantemente yo solía decirle que ese programa iba a terminar por consumir su cabeza, él no me hacía caso porque éste le encantaba, podía demostrar su espíritu competitivo sin preocuparse porque alguien le dijera que estaba exagerando; "¿Qué más da?", me decía siempre, él amaba el deporte y yo no podía hacer nada al respecto, sin importar cuánto quisiera mantenerlo a mi lado, sabía bien que no iba a ser siempre de éste modo y me resignaba ante el hecho de tenerlo lejos. Sin embargo, aquella noche me sentía en verdad solo, así que no aguanté ni un minuto más dentro de la habitación y salí de la misma buscando compañía. Pronto encontré a Jonghyun sentado en el mueble de la sala, frente al televisor, al tiempo que Key se hallaba tras de él, dándole unos suaves masajes en la cabeza, que al instante me tentaron a acercarme a ellos, pues me sentía tan estresado de sólo pensar en Minho que no me importaba interrumpir el momento si con ello podría recibir la misma atención de mi madre, mi cabeza lo necesitaba también.

– ¿Qué hacen? –Pregunté al lanzarme sin cuidado sobre el mueble, cayendo justo encima de Jong, quien fue el primero en reaccionar ante mi presencia.

– ¡Hey! No soy un cojín viviente ¿lo sabías? –Se quejó con la voz entrecortada, al parecer yo le había sacado el aire–. Bájate –Me dijo, empujando mi cuerpo para hacerme caer del sillón, con un éxito rotundo; Key no hizo nada más que soltar una risita.

–Oye Hyung, ¿dónde quedó tu compañerismo? No comprendes que me siento solito... –Argumenté al mirarlo desde el suelo, para luego bajar mi cabeza, con la intención de causar un poco de compasión en los corazones de ambos.

– ¿Enserio?, lo siento –Me dijo Jong entre risas, mientras Key se dedicaba a ayudarme para incorporarme del suelo.

– ¿Solito?, ¿pero por qué, hijo mío? –Cuestionó Key, demostrando su preocupación–. ¡Si tienes a tus padres contigo! –Agregó esto último con entusiasmo, empujándome nuevamente hacia el sillón, donde caí sentado al costado derecho de Jong, mientras que Key se sentaba a mi lado, y le lanzaba una mirada directa a éste, indicándole que le siguiera el juego, ése que usaban siempre para alegrarme cuando mi familia me hacía falta.

– ¡Oh sí, tu madre tiene razón! –Prosiguió Jonghyun Hyung, entendiendo lo que su mirada quería decir y rodeando mi cuello cariñosamente con su brazo–. Siéntate a ver la tele con Papá, o si quieres podemos hablar de lo que te aflige, ¿verdad, Querida? –Miró a Key, quien asintió y luego empleó su graciosa imitación de la voz femenina.

–Así es Querido. Anda, dinos Hijo –Se dirigió a mí con seriedad–, ¿qué te ocurre?

–No, ustedes no... –Quise detenerlos, pero la risa me vencía.

–Oh, ¿entonces quieres hablarlo con el abuelo Onew? –Dijo Key, aún con esa voz.

– ¿Eh?, no... –Contesté, al tiempo que mi risa disminuía.

–Muy bien, él te compartirá su sabiduría –Dijo Jong, levantándose del mueble con determinación–, así que vamos a sacarlo de la ducha y...

– ¡No! –Interrumpí, tomándolo del brazo para que no corriera a interrumpir el baño de Onew–. ¡No me están escuchando! –Agregué, esta vez de forma severa, pero ellos no parecían entender lo que quería decir.

–Pero podemos sacarlo a la fuerza, no te preocupes –Aseguró Key al mirarme fijamente, dando paso al silencio, justo antes de que Jong hiciera la pregunta siguiente:

– ¿Pero qué pasa si sigue desnudo?

–Oh, tienes razón Cariño –Respondió Key con los ojos en blanco–. No lo había pensado, puede ser algo traumático para nuestro pequeño.

Dicho esto los dos se echaron a reír, sin soportar un segundo más dentro de su raro juego de familia.

–En verdad no me están escuchando... –Susurré con la mirada perdida, a lo que mis Hyungs reaccionaron al fin de manera seria, guardando silencio y mirándome con extrañez, Jong no tardó en volverse a sentar a mi lado, agregando con calma esta vez:

–Tú necesitas hablar con Onew o con Minho, parece que estás algo sensible Taeminnie.

–Eso creo –Contesté–, pero Onew Hyung está entretenido bañándose con su pollito de hule y Minho Hyung no ha regresado.

–Es verdad –Respondió Key, como si acabase de recordar algo importante–, creo que no debí traerle un juguete como a ese a Onew, hace que se tarde más en la ducha.

–Te lo dije, pero nunca me haces caso –Interrumpió Jong, a lo que Key agregó con algo de irritación:

–Bah, cállate Jonghyun.

–De nuevo no me están escuchando –Dije al ver que nuevamente la atención de ambos se desviaba.

–De acuerdo de acuerdo –Contestó Key, reconociendo su error y volviendo su mirada hacia mí–, escucha Taemin, Onew no va a tardar más de media hora, pero Minho... Bueno, tengo una mala noticia acerca de él.

– ¿Mala noticia? –Exclamé al instante, asustado–. ¿Qué?, ¿qué le pasó?

– ¿Está enfermo? –Insistió después Jonghyun, Key soltó un suspiro y nos miró a ambos.

–Creí que el líder ya se los había dicho –Respondió, a lo que nosotros sólo negamos con la cabeza, esperando por fin una respuesta de nuestra Umma. Key nos miró por un momento, y luego de tomar un respiro de rendición, se dedicó a contestarnos de una buena vez–. Minho se lesionó esta tarde en la grabación del Dream Team, así que cuando vuelva no sé si se sienta muy bien, pues va a ser él quien necesite de nosotros, ¿entiendes Taemin?

– ¿Pero cómo? –Pregunté aún sin comprenderlo, mientras que Jong dejaba salir un lento suspiro de alivio, para después reclamarle a Key su manera de dar las noticias.

–Creía que le había ocurrido algo peor, no tenías que ser tan dramático.

–Una lesión es suficiente para ser dramático –Dijo Key al clavarle la mirada, demostrando sin apuros la molestia que le había producido su comentario, Jonghyun, como era su costumbre, no pudo sostener esa penetrante mirada y sólo fue capaz de reaccionar con una sonrisilla torpe.

– ¿Qué? –Se incluyó de repente en mis oídos la voz de Onew Hyung, quien hacía aparición en la sala con su cabello húmedo, mientras se ponía una camisa gris a toda prisa para estar frente a nosotros–. ¿Ya lo dijiste, Key? –Le reclamó a Umma.

–No podía quedarme callado viendo la cara de estos dos –Respondió al mirarnos, yo no hice más que dirigir la vista hacia otro punto, tratando de ocultar mi enorme preocupación, pues en mi opinión resultaba algo anormal, considerando el comportamiento relajado que tenían los demás.

–Sí, pero por lo mismo no quería decirles –Exclamó Onew al acercarse al mueble, mirando de pie a Key–, era mejor que ellos se dieran cuenta cuando Minho volviera en lugar de preocuparlos por algo de lo que aún no estamos tan seguros.

– ¿Entonces cabe la posibilidad de que Minho Hyung no tenga nada? –Cuestioné al instante, alegrándome ante el hecho de que esa lesión podía no ser tan grave. Ellos guardaron silencio por un momento, hasta que, luego de pensarlo bien, Onew Hyung respondió repitiendo las palabras que antes había mencionado.

–No estamos tan seguros.

Hice un puchero y me senté de nuevo en el sillón, para después sentir las caricias de Key Umma en mi cabello, Onew tan sólo esbozó una sonrisa dulce ante mi capricho. Pero de pronto, justo cuando me había calmado un poco, escuchamos el ruido de alguien entrando al departamento. Todos miramos en dirección a la puerta principal, pero al escuchar la voz del manager decir lo siguiente, supimos que se trataba de Minho.

– ¿Puedes subir?

–Sí, eso creo –Pude escuchar su voz grave, esa que me había hecho tanta falta en el transcurso del día.

–Hablando del rey de roma –Murmuró Jonghyun, Onew se dirigió rápidamente a la puerta, mientras que Key y yo nos levantábamos del mueble, esperando por ver cómo estaba Minho; el flojo de Jong decidió quedarse sentado, pero con la vista puesta en la entrada, eso nos daba a entender que se encontraba tan preocupado como nosotros por su amigo.

Onew abrió la puerta, y fuimos capaces de ver al manager auxiliando a Minho, a quien notamos inmediatamente con un ánimo perdido; se le veía débil, con la cabeza baja, apoyándose en los hombros del manager, quien cansado por lo que, supuse, fue un viaje largo desde el primer piso, se lo entregó a Key, quien posteriormente fue auxiliado por Jong, pues al ver el estado deplorable de nuestro compañero, no dudó ni un instante en levantarse del mueble para serle de ayuda.

–Cuídenlo muchachos, que no se esfuerce –Nos indicó nuestro manager, para después dirigirle la mirada a Onew Hyung–, por ahora necesito hablar contigo Onew.

–Regreso pronto –Nos avisó Hyung, siguiendo las indicaciones del manager, mientras que Key accedía ante sus palabras diciendo:

–Okay.

Y cerraron la puerta, dejándonos a nosotros tres al cuidado de Minho Hyung, quien llevaba notoriamente un yeso en su pierna derecha.

–Venga vegetal –Le dijo Jong en tono de broma–, vamos a llevarte a tu cuarto.

–No soy ningún vegetal, Jonghyun –Respondió él, demostrando que aún tenía fuerzas para alegar–, pero si quieres que me porte como uno puedo ser mucho más pesado.

–No quisiera que lo fueras –Contestó Jong, rendido, comenzando a desplazarse junto con Key por el departamento, dispuesto a dejar a Minho en nuestro dormitorio para no seguir discutiendo con él, pues una vez empezaban eran capaces de continuar así por largo tiempo.

–Debes tener más cuidado, te lo hemos dicho mil veces –Lo regañó Key al tiempo que ambos lo recostaban sobre su cama. Yo no hacía otra cosa más que mirar desde la puerta, tenía miedo de acercarme y lastimarlo aún más de lo que ya estaba.

–Sí –Respondió él–, perdón por no haberles hecho caso, sé que siempre están diciéndomelo. Es sólo que me emocioné tanto que…

–Entendemos Minho –Trató de tranquilizarlo Jong, posando una mano sobre su hombro, para indicarle que todo estaba bien, no tenía que preocuparse por dar explicaciones.

–Sí, tienes que descansar adecuadamente –Lo secundó pronto Key Umma–, alimentarte bien, reposar todo lo que sea posible para que pronto te mejores, y ya verás que estarás mejor.

–Tranquilo Mamá –Comentó Jonghyun.

– ¡Tú no te metas ahora! –Espetó Key con desesperación, provocando una risa silenciosa en Jonghyun, mientras que él se volvía hacia Minho para continuar con sus palabras–. Si necesitas algo no dudes en decírmelo, ¿de acuerdo?

–De acuerdo Key –Aceptó Minho, dedicándole una sonrisa–, pero voy a estar bien, no te preocupes.

–Eso espero –Finalizó Key, dejando en claro su posición y saliendo de la habitación con orgullo.

Jonghyun dibujó una sonrisa al verlo salir de esa manera, y luego se dedicó a formular su palabra de despedida para Minho esa noche.

–Descansa –Le dijo con una sonrisa, disponiéndose a seguir la trayectoria de Umma.

–Gracias Chicos –Murmuró Minho, observando cómo ambos salían de la habitación, lo cual era lo mismo que yo estaba haciendo, sin embargo, cuando decidí girarme para ver al recién llegado, me entró una gran sensación de nerviosismo en el cerebro, tenía sus ojos clavados en mí, y yo no pude hacer otra cosa más que vacilar, diciendo una tontería para romper el silencio, con la sonrisa intranquila característica de mi persona.

–Pero qué cosas, ¿no?

–Estás molesto ¿cierto? –Me soltó de repente esa pregunta, o más bien esa afirmación que me desubicó por completo, pues no la comprendía.

– ¿Qué? ¿De qué hablas Minho Hyung?, yo no tendría razón para molestarme –Le aseguré mientras me acercaba hasta su cama, tratando de demostrarle sinceridad con mi mirada, aunque luego pensé que era lógico creer que estaba enojado, puesto que apenas me dispuse a dirigirle la palabra, a pesar de que fue meramente por la impresión que me causó el verlo lastimado.

–El manager se molestó conmigo por esto, dijo que debí haber tenido más cuidado porque justo ahora estamos tan apretados con el trabajo, además tú siempre estás dándome tus razones locas para evitar mi participación en el Dream Team.

–Bueno, eso es cierto… –Admití con cierta vergüenza, desviando la mirada.

–Por eso supuse que estarías molesto.

–Ah… –Estaba a punto de decirle que no lo estaba, que pensar eso era una tontería, pero llegó Onew con las noticias acerca de la conversación que había tenido con el manager.

–Chicos, al parecer el comeback se ha retrasado debido a que no podemos actuar con Minho en estas condiciones. Así que pueden estar tranquilos por una semana más.

– ¿Tranquilos? –Cuestionó Minho al instante, dejando salir sus palabras en una alterada reacción–. ¿Por mi culpa se ha retrasado el comeback y me pides que esté tranquilo?

–Eso debiste pensarlo antes de fracturarte, ¿no lo crees? –Respondió Onew con un tono firme, algo inusual de ver en él, pero que reflejaba sin duda la seriedad de la situación, Minho debió de haberse cuidado sobre todo para las fechas en las que estábamos, él lo sabía a la perfección.

– ¿Una semana dices? –Preguntó en un suspiro, luego de un prolongado silencio que acompañó el ceño fruncido de Minho ante la situación–. Tengo que recuperarme para entonces –Dijo con decisión, asombrándome y provocando que le expresara la opinión que tenía acerca de ello.

– ¿Tan rápido?, eso no es posible Hyung, mira cómo estás.

–Ya encontraremos la manera Taemin –Me dijo Onew–. Buenas noches Minho, descansa –Y se despidió al igual que los otros miembros, tan rápido que incluso me hizo pensar que lo hacían apropósito, sin embargo, no tuve tiempo para analizar esto debido a que mi atención se centró únicamente en el rostro de Minho, pues éste expresaba tanta tristeza y furia contra sí mismo, que al instante me perturbó, incitó a mis pensamientos para pensar en unas palabras que pudieran servirle de aliento, por supuesto, no se me ocurrió nada, estaba demasiado preocupado por él, así que mis ya mencionados pensamientos se redujeron a una simple pregunta que pude haber hecho en cualquier otro momento menos en ése.

– ¿Ya cenaste?

Minho no dio ninguna respuesta, simplemente tomó la almohada en la que reposaba su cabeza y la utilizó para cubrir su rostro, desesperado y triste por lo que acababa de escuchar, y yo lo entendía, sabía perfectamente que él era el tipo de persona que no podía mantenerse en un mismo lugar imposibilitado, él tenía que moverse, hacer algo; los días próximos sin duda alguna iban a ser muy estresantes para él.

–Te traeré algo –Agregué con una sonrisa, esperando animarlo un poco, aunque sabía que en ese momento me iba a ser imposible.

Él no dijo nada y me dejó salir, aventurándome por el departamento hasta entrar a la cocina. Abrí el refrigerador para ver qué podría llevarle, no obstante, Key irrumpió en mis acciones, tomando mi muñeca derecha, con la cual intenté abrir el refrigerador, y dedicándome las palabras siguientes con la mayor cautela posible:

– ¿Piensas presumirle a Minho tus increíbles habilidades culinarias Pequeño?

–Cereal con leche –Respondí en seco, era la verdad, pero Key se rió.

–Eres increíble –Me dijo sin borrar su sonrisa–. Déjame prepararles algo. ¡Onew, ven aquí a ayudarme con la cena!

– ¡Ya voy! –Respondió Onew desde lejos, acercándose poco a poco hasta donde estábamos, y topándose conmigo a la entrada de la cocina. Me miró por un instante y luego rozó mi mejilla con su mano–. Quita esa cara Tae –Me dijo–, no me gusta verte preocupado.

–Trataré Hyung –Contesté al bajar la mirada, intentando nuevamente ocultar mi inquietud, aunque al parecer ya todos la habían notado, y aún más que eso, parecía que no había nada raro en ello… como si fuera bastante normal el verme tan preocupado por Minho.

Después de eso ambos Hyungs prepararon la cena, dándome una porción para mí y mi compañero de cuarto, esperando que se la entregara con éxito y que de paso me quedara a acompañarle, eso no sería nada difícil, puesto que disfrutaba de su compañía, aunque no tenía idea de cómo se encontraría, si estaría enojado o triste, me asustaba el pensar en eso. Sin embargo, al entrar lo encontré recostado en su cama, de espaldas, reaccionó al oír el sonido de la puerta, y dirigió la mirada hasta mi dirección, notando todos los platos que llevaba en las manos, realmente tenía un talento para cargar con eso.

– ¡No deberías cargar tanto, se te van a caer! –Me regañó al sentarse sobre su cama, estirando los brazos para ayudarme con lo que llevaba, pero yo no acepté su ayuda, él siempre me ayudaba en todo, ya era hora de que yo le devolviera el favor.

–Está bien Hyung, es para que comas.

– ¿Vas a obligarme? –Preguntó al observarme fijamente, yo le respondí sonriente.

–Sí.

Él también sonrió.

– ¿Incluso ignorando el hecho de que no tengo hambre?

–Si no tuvieras hambre me lo habrías dicho desde antes de correr a prepararte algo –Comenté, seguro de mis palabras, y más aún porque noté la inclinación en su cabeza, aceptando que había perdido–. Te conozco muy bien –Le dije.

Él se quedó callado un momento, con sus ojos clavados en mi rostro, y la ruta ligera de su sonrisa marcada en sus labios, esa sonrisa que de pronto y sin darme cuenta, siempre terminaba por dejarme hipnotizado.

–No lo creo Taeminnie –Murmuró, siendo ahora él quien afirmaba esto, con una seguridad aún mayor. Yo no comprendía el por qué tenía que mirarme así para decirlo, alteraba mis emociones, pero me sentí un poco más relajado cuando volvió a articular palabras, desviando la mirada de mi rostro–. Yo sí te conozco a ti, y sé que esto tú no lo preparaste.

Parecía una guerra por saber quién conocía más al otro.

–Creo que todos aquí podrían saber algo como eso –Argumenté, inflando un poco mis cachetes por la vergüenza de admitir algo así, Minho sonrió y jaló uno de ellos delicadamente, como solía hacer siempre.

–Es verdad –Me dijo, yo simplemente sonreí como un tonto, dejando pasar un tiempo antes de percatarme de lo extraño que me debía de estar viendo al no borrar esa sonrisa, por lo que decidí desviar la atención a otra cosa.

–Anda, come –Le indiqué al dirigir la mirada hacia la comida que teníamos frente a nosotros sobre la charola cuadrada que había traído de la cocina. Tomé un poco de ella con los palillos de madera, y se la ofrecí para que tomara su bocado, me alegró al ver que lo hizo con gusto.

–No es tan malo que alguien te traiga la comida –Comentó al terminar de masticar, tomando con sus propios palillos una porción que ahora él dirigía hasta mi boca–, pero creo que no tardaré mucho en empezar a sentirme inútil.

–No digas eso, te recuperarás –Le aseguré mientras masticaba.

– ¿Pero cuánto tardaré en hacerlo?

–Mejor no pensarlo –Susurré con la mirada baja, él soltó un suspiro repleto de inconformidad.

– ¡Ahh, cómo odio las lesiones! Y ahora con eso del comeback yo… –Al ver que empezaba de nuevo con sus quejidos, lo interrumpí al estirar mi brazo con otro poco de comida, que él sin duda no esperaba.

–No te presiones ¿quieres? –Le dije, él apenas y pudo sostener ese bocado sorpresivo en su boca, pero eso no impidió que tomara otra porción para mí y me la lanzara como si fuera un niño pequeño–. ¡Oye! –Protesté entre risas, tomando un poco de la comida con mi mano y lanzándosela de manera más brutal, a lo que él estuvo a punto de reaccionar con más de no ser porque escuchamos la voz de Key Umma viniendo desde la cocina.

– ¿¡Creen que no los escucho, Mocosos!? ¡Dejen de jugar con la comida!

Ambos reíamos mientras entendíamos que no era correcto continuar con esa guerra de comida, aunque había sido divertido, y me hacía feliz el ver a Minho un poco más relajado, eso quería decir que había logrado mi cometido, pues al menos se sentía un poco mejor.


Acabamos la cena, luego de entregar los platos a Umma tomé un baño y me encaminé nuevamente hacia la habitación de Minho, dispuesto a hacerle compañía por más tiempo, ya que ninguno de los dos tenía sueño. Estuvimos charlando de cualquier tema que se nos venía a la mente, y escuchando música a pesar de que Key interrumpía de manera constante para decirnos que ya era tarde, y regañarme debido a que no dejaba a Minho descansar ni un momento. Él decía que no había problema porque tampoco tenía sueño, sin embargo, podía ver en su rostro que en cualquier momento terminaría rendido, así que, en medio de una de nuestras conversaciones, fingí que me había dormido para evitar que él continuara despierto hasta tan tarde.

– ¿Taemin? –Preguntó al inclinar un poco su cabeza, yo me encontraba a su costado, recargado sobre su pecho, por lo que no tardó nada en percatarse de mi estado. Escuché una ligera risita, y justo después pude sentir sus dedos paseándose por mi cabello, justo antes de un dulce beso sobre mi cabeza, que me erizó la piel a sobremanera, pues no esperaba que lo hiciera, podía esperar cualquier otra cosa excepto algo tan tierno como eso–. Buenas noches –Me dijo, dando paso al completo silencio.

Yo aún no me reponía de la enorme cantidad de sensaciones que había experimentado con ese toque de sus labios, cuando por fin me decidí a abrir un poco los ojos para confirmar si él ya se habría dormido, y efectivamente, así era, Minho ya estaba descansando plácidamente, parecía que solamente estaba esperando a que me cansara, yo lo sabía, y por lo mismo no iba a permitir que a causa de mi egoísmo por tenerlo cerca, él no pudiera descansar como lo requería.

Me decidí a cerrar los párpados y disponerme a dormir también, reposando cómodamente sobre su pecho, y haciéndome esa pregunta que me hacía todos los días desde que lo había conocido, esa pregunta que no quería contestar, con esa duda que me torturaba día día y que no quería creer por mi miedo a sentir algo incorrecto… Pero quizá estaba en lo cierto, quizá lo que sentía era “eso”, quizá realmente estaba empezando a aceptar mis sentimientos, y lo que aceptaba era que… estaba enamorado.

Capítulo Cinco

Nunca pensé que los días pudieran pasarse tan lento, estando prácticamente inmóvil el ritmo de mi vida se había vuelto bastante más sosegado, aunque no podía decir lo mismo de mis pensamientos, pues sinceramente, estaba hecho un tremendo lío por dentro. Había llegado el jueves y pensé que al despertar podría sentirme un tanto más contento debido a que significaba que tal vez pronto me despojarían del yeso que aprisionaba mi pierna derecha, pero… ahí estaba yo, la mañana del viernes en la sala del departamento, mirando fijamente las palabras escritas sobre él, aquellas que al leer me llenaban de dolor, y me causaban una extraña risa repleta de ironía, pues ciertamente era lo único que me quedaba de aquella persona que hacía poco había dejado de hablarme…
Mientras lo observaba, estaba recordando con claridad lo que había sucedido el día anterior a ése, conmigo rogándole a Jonghyun que me sacara de la casa para poder respirar un poco de aire fresco…



–No te preocupes Perrito, con todo gusto te sacaré a pasear –Me dijo sonriente, como si eso fuera en verdad gracioso.

–Mira quién habla, si aquí el cara de perro eres tú –Contesté frunciendo el ceño, él me miró por un momento, guardando silencio mientras estábamos en el cuarto de juegos, y me soltó una bofetada de repente, que no dolió en lo absoluto pero que me dejó con la boca abierta y la mirada clavada del lado contrario. Jong empezó a reír fuertemente y se levantó del pequeño mueble en el que se encontraba, comenzando a saltar y a alejarse de mí, aprovechándose de que no me podía mover–. ¡Tú… mono! –Protesté apuntándole, buscando mis muletas con rapidez para ir tras él, pero la maniobra fue más tardada de lo que pensé.

Cuando estuve completamente levantado, me rendí y me dejé caer de nuevo en el mueble, demostrándole a Jong que no tenía nada de energía para responder a su golpe.

–Waa, ¡ahora ya no te tengo miedo! –Comentó emocionado, sentándose de nuevo sobre el silloncito que estaba a mí lado.

–Volverás a tenerlo si no me sacas de aquí pronto –Le dije con desesperación, ya no soportaba el encierro.

–Bueno bueno, sólo dime a dónde vamos –Murmuró incorporándose nuevamente, yo hice lo mismo, apoyándome en mi pierna izquierda.

–A donde sea, aquí cerca, sólo quiero respirar el aire de afuera…

–Está bien –Accedió, queriendo ayudarme al pasarme las muletas que yo había dejado en el suelo.

Rápidamente negué con la cabeza.

–No quiero usarlas –Le dije.

– ¿Qué?, ¿por qué?, se supone que debes hacerlo…

–Lo sé, pero traerlas sólo me hace sentir peor, además mira, ya no estoy tan mal –Argumenté al tratar de apoyar mi pierna derecha en el suelo, dirigiéndole una mirada confiada a Jonghyun, mientras que él arqueaba las cejas con ironía–. Mejor ayúdame ¿quieres? –Agregué, sinceramente me dolía.


Salimos del departamento, Jonghyun se había visto forzado a dejar mis muletas sobre la cama de mi habitación, además de ser mi apoyo para caminar, pues me ayudaba con sus hombros.

–No deberías ser tan obstinado –Comentó mientras caminábamos con lentitud, ambos llevando un gorro de tela sobre la cabeza, y unos lentes que él me había prestado con la excusa de que por lo menos debía verme “bien”. Yo lo llamaba a eso maniobra sutil para evitar miradas de la gente.

–Perdón –Le respondí–, pero por más que he tratado, el ser obstinado es algo que simplemente no puedo cambiar de mi persona, créeme, lo he intentado.

–Pues no lo suficiente supongo –Contestó, frenando nuestros pasos frente a una banca–. Anda siéntate ahí, ya me cansaste.

– ¡Pero si apenas hemos caminado hasta el parque! –Dije riendo mientras me sentaba, Jonghyun hizo lo mismo, y soltando un suspiro de cansancio me miró irritado, yo le sonreí–. Gracias Jjong –Agregué, realmente agradecido con mi amigo por ser capaz de aguantarme.

–Olvida eso Minho –Respondió–. Mejor cuéntame qué ha pasado. Taemin ha estado muy alterado últimamente, ¿has hablado con él?

–No, ni siquiera quiere verme… –Me tapé la cara al instante, recordando todo lo sucedido–. ¡Ahh, soy el peor Hyung del mundo!

–Quizá sea por todo el tiempo en el que estuviste acostumbrado a ser el Dongsaeng –Murmuró Jong con seriedad, yo le dirigí la mirada y lo observé extrañado, pues realmente eso no tenía mucho que ver con el problema.

–Pero es que Jong –Traté de volver al tema–, no te imaginas todo lo que hace sólo para evitarme, es como si yo no existiera para él.

– ¿Pues qué esperabas Minho? El Pequeño está herido por tu culpa después de todo.

–Gracias por recordármelo –Le dije con sarcasmo.

–Aunque aún puedes arreglarlo –Agregó de repente, sorprendiéndome y provocando que le hiciera un par de preguntas al instante.

– ¿Ah sí? ¿Cómo?

–Taemin debe seguir enamorado de ti –Musitó muy seguro, con esas palabras que causaron un latido más acelerado dentro de mi corazón–. Durante la grabación del programa le dije algo referente a Key y él pensó que hablaba de ti porque te tenía todo el rato en mente.

–Aún así debe estar muy enojado…

– ¡Pues claro que está enojado, tonto! Pero ése no es el punto, aquí el punto es que aún puedes corresponderle –Se exaltó un poco, yo iba a responderle, pero tan pronto como abrí mi boca, él me interrumpió–. Y no me digas que no te gusta porque ni con todo el oro del mundo te voy a creer –Cerré la boca inmediatamente, de verdad eso iba a decir, pero ni siquiera me creía a mí mismo–. Sería mejor que le dijeras lo que sientes antes de que sea demasiado tarde Minho, piensa bien en eso –Agregó esto último al levantarse de la banca, mirándome fijamente y con seriedad, como si quisiera asegurarse de que le entendí. Se veía muy serio, y eso me impresionaba, caminó un poco más lejos, seguramente para dejarme pensar, y después perdió toda su seriedad subiéndose a un columpio; fue en ése momento que pude notar de verdad lo que Jonghyun quería hacer en el parque.

Me reí de verlo así, pero no tardé en volver a mi realidad, analizando sus palabras. ¿De verdad podía ser tarde para remediarlo todo? Y si no lo era, ¿de todos modos cómo iba a disculparme con él? ¿Corresponderle sería más que suficiente? ¿Y si ya no me quería? ¿Qué iba a ser de nosotros? Había niños alrededor, pero creo que ya había aprendido mi lección con eso de pedirles consejos. Decidí quedarme así, sin saber nada, más que una simple cosa que sentía mi corazón, las palabras que más retumbaban en mi mente desde que Taemin se había alejado. Saqué aquel marcador azul del bolsillo de mi pantalón, y anoté esas palabras sobre mi pierna, a un costado de las que él había dejado en ella.

–“Te extraño” –Susurré leyéndolas, era la verdad, era lo que sentía con todas mis fuerzas, a pesar de que no estaba muy seguro del por qué, dentro de mí no podía evitar pensar que quería tenerlo a mi lado, rondando siempre alrededor mío con sus repetidos y tiernos “Hyungs” que mencionaba a cada momento, era inevitable sentir su ausencia, la falta de su voz y su energía, extrañaba cada cosa referente a él.

–Parece que alguien estaba preocupado –Escuché la voz de Jong frente a mí, yo le dirigí la mirada, estaba a un par de metros de distancia, mirando fijamente hacia un punto en concreto.

– ¿De qué hablas? –Le pregunté, para después seguir la ruta de los ojos de Jonghyun, y encontrarlo a él, alejándose mientras corría con todas sus fuerzas–. Taemin…



Cuando llegamos al departamento esa tarde, Taemin estaba encerrado en nuestra habitación, y no salió de allí por largo tiempo, Onew dijo que quería estar solo, así que aunque lo intentara, yo sabía que ése no iba a ser el mejor momento para hablar con él, así que decidí dejarlo, y allí me encontraba la mañana del día siguiente, despierto antes que nadie, pensando en cómo lo haría esta vez, y analizando todas mis estúpidas acciones, cuando de pronto arribó Kibum en la sala.

–Buenos días Minho.

–Buenos días Key –Le respondí con amabilidad, igual que él.

–Vaya, te ves mejor –Dijo, encaminándose hacia la cocina mientras que yo le respondía alzando el tono de mi voz.

– ¿Tú crees?

–Sí, pareces un poco más fresco, ¿ha mejorado lo de tu pierna?

–Eso creo –Murmuré, siguiendo su trayecto con la mirada, y notando cómo se sentaba a mi lado con una botella de agua en sus manos–. ¿Cómo va la coreografía? –Le pregunté.

–Pues… –Le dio un sorbo, y después prosiguió–. Ya ves, hemos estado mejorando, pero Taemin no ha ensayado casi nada junto con nosotros. No tiene mucho caso, porque así es como si hubiera dos miembros ausentes.

–Taemin es muy bueno –Comenté con sinceridad–, seguro se la aprenderá pronto.

–Lo sé, pero también es muy confiado, recuerda que siempre ha sido él quien se ha equivocado más en el escenario.

–Sí, pero nadie lo nota –Agregué, a lo que Key y yo comenzamos a reírnos.

–Parece que nos equivocamos nosotros, ¿no? –Dijo él, demostrando que estábamos de acuerdo mientras reíamos por recordar los errores del maknae. Aunque nuestras risas se fueron apagando poco a poco, y yo no tardé nada en querer aclarar mis dudas con la diva del grupo.

–Tú ya lo sabes ¿cierto?

– ¿Qué cosa? –Cuestionó él, un tanto confundido.

–Lo que ocurrió el fin de semana pasado, Taemin ya te lo contó ¿no es así?

– ¿¡De dónde sacas eso!? –Exclamó incrédulo, como si lo estuviera acusando de un crimen grave. Arqueé las cejas, y él no tardó mucho en admitirlo–. Bueno sí, tal vez un poco.

– ¿Podrías ayudarme Kibum? –Le pregunté.

– ¿A ti? –Dijo alardeando nuevamente, yo asentí, y él agregó con seriedad esta vez–. ¿Con qué?

–Si por alguna razón estás hablando con Taemin, y yo hablo contigo… –Dije calmado, tratando de que me entendiera–… ¿podrías, no lo sé… tratar de que me conteste a mí también?

– ¿Quieres decir que no lo ayude a evitarte? –Yo afirmé con la cabeza nuevamente–. Pues… lo intentaré pero, ¿qué es lo que buscas con eso Minho?

–Volver a hablarle, por supuesto.

–Sí, claro pero –Contestó Key–. ¿No piensas aclararle las cosas?

–Sí, y quiero pedirle una sincera disculpa –Él asintió, y luego me hizo otra pregunta.

– ¿Pero no vas a corresponderle? –Me quedé callado, sin saber exactamente qué decir, Key soltó su botella de agua y la dejó caer al suelo mientras se llevaba ambas manos a la cabeza, desesperado–. ¡Ay, Minho, Minho, Tonto!

–Creo que es la quinta vez que escucho esa palabra –Susurré, era cierto.

– ¡Es que tienes que pensarlo bien! –Me dijo alterado–. Porque luego puede que sea demasiado tarde.

– ¿Por qué tú también sales con eso? –Cuestioné, él se asombró.

– ¿Yo también?

–Sí –Le contesté–. Jonghyun me dijo lo mismo.

–Ah, ¿enserio? –Dijo, para después ignorarme y mirar hacia la nada, esbozando una sonrisilla de tonto que pocas veces le había visto–. Vaya, Jong y yo pensamos igual, ¿no es lindo?

– ¡Kibum! –Grité al ver que no me estaba haciendo caso, él rápidamente regresó al tema.

– ¡Pues porque es la verdad! Taemin es muy bonito, ¿crees que va a esperar toda la vida por ti? Alguien más puede fijarse en él, eso está más que claro.

– ¿Qué quieres decir? –Cuestioné, un poco perturbado. Key se cruzó de brazos, y frunciendo el entrecejo, me respondió:

–Bah, nada, haz sacado mi lado hostil.

–No no, ahora me lo dices… –Traté de convencerlo mientras sacudía sus hombros, él me contestaba irritado.

–No mereces que te lo diga –Exclamó con firmeza, yo estaba por poner mi cara de tristeza, cuando de pronto escuché la voz de Jong irrumpiendo en la sala.

–Hey hey, ¿pero qué están haciendo? –Al escuchar esa voz reclamadora, sin saber por qué en realidad, solté rápidamente los hombros de Key, quien se puso de rodillas sobre el mueble, y se giró al instante en la dirección de Jonghyun, sin dudar ni un momento en acusar mis acciones, puesto que así era él.

–Quería sacarme información a la fuerza –Le dijo, a lo que Jonghyun lo abrazó por la cintura.

– ¿Enserio? –Preguntó con un tono cariñoso en su voz mientras lo acercaba a su cuerpo, cosa que al instante me sacó de mis casillas.

–No puede ser –Mencioné trastornado, lo que al parecer no debí hacer, porque ellos se rieron de mi reacción, y se miraron mutuamente, estando tan cerca uno del otro, que no dudaron ni un instante en besarse para molestarme–. Woah ¡Oigan! ¿Que no pueden respetar a los inválidos?

–Te respetaríamos si en verdad fueras uno –Me dijo Jong, revolviéndome el pelo mientras que Key se reía de mi reacción, yo le di un manotazo a Jong para que me quitara las manos de encima.

–Adiós –Dijo Key entre risas, dirigiéndose nuevamente a la cocina, de seguro para preparar el desayuno, aunque con Jonghyun ahí iba a ser mucho más tardado, puesto que él no dudó en seguirlo, como si fuera un perrito faldero. Me alegraba saber sobre su relación ahora porque los dos se sentían más cómodos así, pero ciertamente en ese momento hubiera preferido no saberlo porque no presenciaría sus cursilerías de forma tan clara… Aunque quizá había salido a relucir mi lado antipático por la situación en la que me encontraba; sin duda ellos amaban molestarme con lo que fuera.


Luego de un rato hizo aparición Taemin, igual de somnoliento y tierno que todas las mañanas. Y como se había hecho costumbre los últimos días, pasó de mí como si no estuviera ahí, y llegó hasta la cocina para interrumpir a esos dos y darles los buenos días. Ellos lo recibieron jugando el típico juego de familia que usaban para mimar al maknae, el cual me recordaba que mi papel siempre era el de su hermano mayor. El desayuno aún no estaba listo, así que Taemin se regresó por dónde había llegado, seguramente dispuesto a dormir otro poco, sin embargo, esta vez no lo soporté, y lo detuve con mis palabras una vez pasó enfrente mío.

–Buenos días, Taemin –Le dije, él me miró por un instante, algo asombrado, para después responderme con esa frialdad a la que me había acostumbrado los días pasados.

–Buenos días, Minho –Se quedó inmóvil por un instante, hasta que de pronto, buscando algo con la mirada, halló su excusa para escapar de mí–. ¡Ah, Hyung! –Y corrió hacia el pasillo, yo me extrañé y lo seguí con la mirada, dándome cuenta de que llamaba a Onew Hyung, y que había corrido a buscarlo a él, quien lo recibía con una sonrisa…

Fue en ése entonces que las palabras de Key retumbaron en mi mente, “alguien más puede fijarse en él”, eso era y es totalmente cierto, pero lo peor, era que él tenía todo el derecho de buscar por otro lado también, así que… ¿eso a mí dónde me dejaba?


Una vez estuvo listo el desayuno, Key nos llamó a todos a la cocina, con la excusa de que nunca comíamos todos juntos, me guiñó un ojo en señal de que ésa era su forma de ayudarme con lo que le había pedido, aunque… ése desayuno fue un poco extraño. Nos sentamos en la mesa circular, con Key a mi derecha, Onew a mi izquierda, Jong a un costado de Key, y Taemin, a un costado de Onew, y quedando curiosamente justo enfrente de mí. Hacía mucho que no hacíamos eso dentro de la casa, y mucho menos ahora que el grupo parecía estar dividido en dos, era de lo más raro. De pronto se me ocurrió pedirle a Onew que me pasara la leche, y él me respondió diciendo:

– ¿Estás seguro? No creo que te guste, todo lo rechazas –Esa fue una indirecta bastante directa, así que no tardé en defenderme.

–Y tú todo lo arrebatas, ¿no lo crees?

–Claro –Respondió–, sobre todo cuando las personas botan lo que yo considero valioso.

–Oigan oigan… –Interrumpió Key–. ¿Desde cuándo se llevan tan mal?

Onew dirigió una mirada a Taemin, quien tenía la atención puesta en su desayuno, así que sonrió y trató de relajar un poco el ambiente.

–No nos llevamos mal, son sólo puntos de vista, ¿o no, Minho? –Me dijo, pero yo no podía actuar así de hipócrita, sin importar cuánto quisiera y respetara a mi líder.

–Yo diría que son verdades –Susurré molesto, justo antes de que Taemin se levantara, tomando sus platos para dejarlos en la pileta, y retirarse de la cocina, dejando un completo silencio en el resto de nosotros, hasta que Key se decidió a hablar.

– ¿Se dieron cuenta de lo inmaduros que acaban de ser? –Ante estas palabras, yo sólo bajé la mirada, Key tenía razón. Onew por su parte, se incorporó de la mesa, y agregó antes de alejarse.

–Me retiro, tengo que salir –Dejó sus platos y le dedicó sus últimas palabras a Kibum–. Muchas gracias por el desayuno Key.

Una vez se fue, el resto de nosotros desayunamos en silencio.


Luego de unas horas me decidí a entrar a nuestra habitación, necesitaba sacar unas prendas porque iba a bañarme, así que no me importó interrumpir a Taemin, después de todo también era mi espacio. Entré saltando en un pie porque no llevaba mis muletas, y comencé a buscar entre mi ropa una playera blanca que solía usar cuando estaba en el departamento.

– ¿Taemin, no has visto mi playera blanca de la SM?

–Debe estar en tus cajones –Respondió él, tan fríamente, con la vista puesta en su PSP, sin mirarme siquiera. Yo busqué con la mirada, y fijamente la encontré sobre mi cama, a unos escasos metros de Taemin, lo que dejaba claro que no estaba prestándome atención en lo más mínimo… o al menos eso podía aparentar a la perfección.

Me di la vuelta y me dispuse a salir de allí, sin embargo, al estar en el marco de la puerta, algo dentro de mí me obligó a dirigirle la mirada, voltear mi rostro y encontrarlo observando fijamente en mi dirección, con la vista baja, seguí la ruta de sus ojos y encontré que miraba claramente las palabras anotadas en mi yeso, aquellas que yo había escrito el día anterior. Avergonzado, traté de buscarle la mirada, y encontré sus ojos sólo por un instante, debido a que él se sonrojó, y desvió la vista nuevamente, tratando de hacer parecer como si aquello no hubiera importado, aunque pude notar por su expresión que esto no era así.

Sin embargo, y aunque ése pudo haber sido el mejor momento para hablar con él y disculparme por lo ocurrido días antes, unos nervios y un miedo extremo invadió mi cuerpo, algo que no me permitió pensar con claridad, y que me obligó a escapar de ahí, avergonzado completamente porque estaba seguro de que él había encontrado esas palabras en mi pierna.
Salí de la habitación y sentí mi corazón latir fuertemente, era algo extraño, similar a los nervios de un típico adolescente en su primer enamoramiento, algo que pocas veces… o más bien que nunca había sentido con ninguna chica, y de pronto lo sentía por Taemin… ¿Cómo se suponía que debía tomarlo? Pensé que podría ser más valiente ante ése tipo de cosas, pero estaba equivocado.


Cuando la tardé llegó me quedé solo, Jong, Key y Taemin alcanzarían a Onew para volver a ensayar la coreografía los cuatro juntos, pues el Domingo era la presentación, y sólo quedaban dos días. Yo estaba alterado porque sabía que no podría presentarme junto con ellos, y me la pasaba recorriendo el departamento y haciendo llamadas todos los amigos que podía para desaparecer por un instante el aburrimiento, estaba en verdad harto de pasar el tiempo sólo, pues aún cuando los chicos estuviesen ahí, ya no era lo mismo en absoluto.
Me cansé y me tiré en mi cama, pensando que en esos casos lo mejor siempre era dormir, pues podía ser la única forma de estar tranquilo en el fondo…


Un sonido sutil se metió en mi sueño, aquel sueño loco en el que nos presentábamos para el comeback y yo no había sido tan estúpido como para lesionarme, sin embargo, fue interrumpido por ése sonido, el sonido de una voz que yo conocía muy bien.

– ¿Taemin? –Susurré, dándome cuenta de que estaba despertando, abrí mis ojos lentamente y traté de agudizar el oído. Ésa sin duda era la voz de Taemin, que venía muy tenue desde afuera del cuarto. Era ya de noche, así que supuse que ya habían regresado del ensayo, pero no le di mucha importancia hasta que pude entender por completo sus palabras.

–Hyung, yo te quiero –Me extrañé, y me incorporé de inmediato de la cama, acercándome hasta la puerta en un pie para escuchar con más claridad–. De verdad te quiero.

– ¿Lo dices enserio? –Escuché la voz de Onew, lo que al instante me hizo sentir un terrible presentimiento, y me obligó sin pensar a abrir la puerta de la habitación, encontrándome con una escena que sin duda no esperaba presenciar…

Onew estaba muy cerca del rostro de Taemin, seguramente estando a punto de rozar sus labios con delicadeza y lentitud. Yo no lo pude soportar, y no me importó los pasos que tuviera que dar aún con mi lesión en la pierna derecha, no pensé en nada más que en separarlos, pues no importaba cómo lo viera, yo no quería que sucediera lo que estaba por suceder, así que cuando estuve cerca, tomé a Taemin de la mano y lo jalé hacía mí, separándolo del rostro de Onew, y así evitando que sus labios se tocaran.
Él se sorprendió, y con sus ojos bien abiertos dirigió la vista hacia mí, que lo observaba fijamente sin decir nada, pues no sabía qué sería apropiado musitar en un momento así, simplemente lo miraba a él, a su rostro, sin preocuparme por Onew, aunque me preguntaba si sería un error lo que acababa de hacer.
Luego de un par de segundos, Taemin reaccionó y rápidamente se zafó de mi agarre, cuestionándome con una dureza que sin duda alguna nunca había visto en él.

– ¿Qué?, ¿ahora también quieres impedir que sea feliz? –Me dijo con sus ojos vidriosos, y con un rostro que reflejaba todo su enojo–. ¿O eso tampoco lo sabes?

No tuve palabras para contestarle, me dolía verlo tan afectado, pero no supe qué responderle, me quedé callado observándolo, hasta que los segundos corrieron y Taemin no soportó estar más en esa situación, se alejó a pasos presurosos de nosotros, en dirección hacia la puerta principal del departamento. Salió golpeando fuertemente la puerta, dejándonos allí a mí y a Onew, en un completo silencio. Fue entonces que sentí el dolor en mi pierna por apresurarme a salir, y me quejé al dejarme caer sobre el suelo, recargado en la pared de la habitación.
Onew me observó por un momento, con seriedad y enojo, yo decidí encararlo.

–Supongo que éste es el momento en el que te aprovechas, ¿no vas a ir tras él?

–Lo haré. Pero primero voy a hablar contigo –Dijo completamente seguro de sí mismo, inclinándose frente a mí para quedar cara a cara–. ¿Cuándo te convertiste en un ser tan egoísta Minho?

–Creo que siempre lo he sido.

–No, no lo has sido. Estás celoso –Yo desvié la mirada, molesto por ser descubierto–. Eso es obvio, pero ¿sabes? No entiendo por qué, si se suponía que tú habías rechazado a Taemin.

–Yo nunca lo rechacé, fue un malentendido –Quise aclararle, aunque no había mucho qué justificar–. Estaba confundido y lo besé antes de dar una respuesta a su confesión, pensé que yo estaba mal y que no lo quería como él a mí, pero luego llegaste tú y… Sentí que me había olvidado.

–Claro, no puedes soportar que esté con alguien que no seas tú –Dijo sarcástico–, ¿entonces por qué no le correspondiste desde un principio? Tú sólo quieres recibir atención.

– ¡No es eso! Yo… –Contesté completamente alterado, tanto, que no supe ni en qué momento comenzaron a salir lágrimas de mis ojos, hasta que las sentí sobre mis mejillas. Avergonzado escondí mi rostro entre mis rodillas, hablando sin pensar–. Estoy confundido Hyung…

Escuché un suspiro de parte de Onew, y justo después, pude sentir cómo se sentaba al lado mío.

– ¿Crees que no lo noto? –Me dijo–. Minho, se refleja todo en tu mirada y en tu rostro, cada que hablas con Tae te pones de un humor tan bueno, mucho mejor que el que tienes cuando estás con el resto de nosotros. Todos lo notamos menos ustedes, perece ser que quienes siempre supimos sobre sus sentimientos fuimos Key, Jong y yo, vaya ¡hasta las fans lo saben!

– ¿Nuestros sentimientos? –Pregunté al alzar la mirada, Onew me miró, abandonando todo rastro de furia que había en su cara.

–Taemin te ama Minho –Me aseguró–, pero no se dio cuenta hasta hace poco… Supongo que eso es lo que a ti te pasa, claro, conviviendo todo el tiempo, es obvio que vas a pensar que sólo lo quieres como un hermano, pero piensa, ¿si nunca volvieras a verlo, cómo te sentirías?

–No lo soportaría –Dije al instante, no necesité pensarlo demasiado, la sola idea era horrible. Onew asintió, y comencé a comprenderlo…

–Así es –Murmuró, dejando pasar un instante de silencio, para después soltar otro suspiro y estirar los brazos–. ¿Cómo puede ser que ustedes fueran tan torpes con sus sentimientos? Diablos, de haber sabido que tú no tenías idea de lo que sentías, me habría lanzado al ataque muchísimo antes, siempre daba marcha atrás cuando creía que ustedes eran novios en “secreto” igual que Key y Jong, si me le hubiera confesado tan sólo unas semanas antes… –Lo miré fijamente, él tenía razón, y al ver mi rostro, simplemente sonrió con resignación, y prosiguió con sus palabras–… Pero no lo hice, ahora es tarde, y tú tienes que curar el corazón de ese pequeño, porque a mí jamás va a aceptarme.

Dicho esto se incorporó, encaminándose hacia la puerta principal, cuando yo lo detuve.

– ¿Estás consciente de lo que me estás diciendo Hyung? –Pregunté, él respondió rápidamente.

–Por supuesto.

– ¿No me odias? –Negó con la cabeza, sonriendo como sólo él sabía.

–Pero si no comprendes después de esto, créeme que sí voy a odiarte Minho –Me aseguró sin borrar su sonrisa–. Ninguno de los tres sería feliz, aunque Tae estuviera conmigo, él de todas maneras te querría a ti, y claro, yo soy mayor, puedo soportarlo, él es muy joven, y tú… eres un tonto.

– ¡Dios, ¿por qué me siguen llamando así?! –Cuestioné cansado–. ¡Realmente estoy comenzando a sentirlo! –Onew rió ante mis palabras, y luego de unos segundos, intenté decirle algo más, estaba dispuesto a darle las gracias, pero como si me hubiera leído la mente, él me interrumpió.

–No lo hagas, quisiera quedarme con un poco de orgullo, si no te importa.

Entonces me guardé mis palabras, dejándolo salir, seguramente tras Taemin, pues no tenía idea de lo que podría hacer él solo allá afuera. Key y Jong no estaban, cuando Onew se marchó el departamento quedó vacío de nuevo.


Lo pensé muy bien, ¿todos se habían dado cuenta excepto nosotros? Eso resultaba incluso gracioso, así que quise comprobarlo, busqué en el salón de juegos las grabaciones que teníamos de varios programas en los que nos habíamos presentado, quería verlo… Y así fue, pronto me di cuenta, y me pregunté ¿cómo es que no lo había notado? Mi mirada estuvo siempre clavada en él, cuidando cada cosa que hacía, sonriéndole como si no hubiera un mañana con el simple hecho de ver su cara, y recordando las palabras que rondaban por mi mente en ésos instantes, cada que él abría la boca. “Es tan lindo”, “Tan amable”, “Tan tierno”. Todos esos pensamientos que quería negar todo el tiempo, y que los escondía en el fondo, se encontraban en mi corazón y al ver las grabaciones podía recordarlo, podía remembrar incluso la sensación que me había causado, y eso sin duda no era normal, no era fraternal ni nada por el estilo.

–Ahh –Suspiré recargando mi cabeza sobre el respaldo del mueble, pensando simplemente en él, deseando el poder hablarle, tenerlo conmigo. Aún estando solo, susurré para mí mismo–. Si tan sólo pudiera moverme para decírtelo… Correr hasta ti y gritártelo… que no hay nadie en el mundo que me haga más feliz que tú…

Capítulo Seis

Después de divertirse y olvidar el estrés por un momento, Jonghyun y Kibum regresaron a su hogar, dispuestos a descansar porque el día próximo sería muy duro para el grupo por sus últimos ensayos para la presentación del comeback; aunque no negaban que se habían divertido durante el proceso, se encontraban en verdad preocupados, y no sólo por su trabajo, sino también porque el resto de sus compañeros estaban pasando por un momento en verdad difícil debido a las pruebas que les ponían sus corazones, y eso realmente para ellos no era agradable, no era agradable en lo absoluto.
Entraron y esperaron encontrar a los otros tres, pero para su sorpresa, las luces estaban apagadas y el silencio era un poco escalofriante.

–Esto me asusta… –Susurró Key al acercarse inconscientemente hacia Jonghyun.

–Me sorprendería más si no te asustara –Comentó Jong, dedicándole una sonrisa para que se tranquilizara, después de todo era su casa, no podía temerle aún con la luz apagada, Key se dio cuenta de lo cerca que se había puesto junto a Jong por su miedo, y orgulloso se separó de él, caminando por los pasillos con la esperanza de encontrar a alguno de sus amigos aunque temblara de miedo. Rápidamente vio una luz asomándose por el cuarto de entretenimiento, y con cautela se acercó allí, espantándose por lo que vio.

– ¡Un muerto! –Gritó, y Jonghyun le tapó la boca con la palma de la mano, evitando que hiciera más ruido.

–Cállate –Le dijo entre susurros–, es Minho durmiendo.

–No hay mucha diferencia –Expresó Key con el ceño fruncido, al tiempo que Jonghyun se reía ligeramente y se acercaba a su alto y lesionado compañero, que dormía al parecer profundamente sobre uno de los muebles del cuarto de entretenimiento. La televisión estaba prendida, así que de ahí venía la luz que Key vio en un principio, cosa que le llamó la atención–. ¿Qué estaba viendo? –Cuestionó al notar que no había otra cosa más que el protector de pantalla de su DVD.

–No lo sé –Respondió Jong, inclinándose frente al televisor para observar–. ¿Tal vez porno? –Sugirió sin cuidado.

–Estúpido –Dijo Key dándole una patada ligera en la espalda, para después inclinarse frente al televisor y hacer a Jong a un lado para poder reproducir lo que Minho estaba viendo antes de que ellos llegaran.

–Es la compilación de videos que teníamos –Murmuró Jong, cerciorándose de hablar por lo bajo cuando la película comenzó a reproducirse en la pantalla.

– ¿Ah sí? –Dijo Key–. ¿Pero de cuándo es esto?

– ¿No lo recuerdas? –Preguntó con incredulidad–. Lo hizo Onew con Minho hace un tiempo, juntaron varios videos de nuestras presentaciones, de los programas en los que estuvimos, estancia en el departamento y todas esas cosas, estaban locos.

–No sabía que lo habían hecho –Susurró con sinceridad.

–Pues así fue –Contestó Jong–, y al parecer Minho estaba melancólico.

– ¿Tú crees? –Dijo Key dirigiendo la mirada hasta su compañero durmiente, lleno de compasión y ternura–. Siento tanta pena por él, se está dando cuenta de lo que siente por Taemin cuando éste ya está dispuesto a olvidarlo.

– ¿En serio? –Preguntó Jonghyun con asombro, Key asintió al verlo.

–Esta tarde me dijo que le correspondería a Onew. Pero… –Dijo volviendo la mirada hasta Minho, susurrando lo más bajo que podía para que éste no se despertara y lo oyera–… tengo miedo de que se esté equivocando.

–En todo caso Onew Hyung lo ha esperado por mucho tiempo –Contestó Jong con la mirada baja–. y Minho se equivocó primero.

–Sí, pero no quisiera que sufriera, tampoco Onew, mucho menos Taemin, que ya ha pasado por mucho últimamente –Jonghyun lo observaba con atención, y acarició la línea de su rostro con sus dedos mientras le dedicaba unas palabras de aliento.

–Lo arreglarán, ya lo verás, esos tres son muy unidos, no creo que esto pueda arruinar su amistad –Key volvió la mirada hasta él, encontrándose con sus ojos mientras que él continuaba con sus palabras–. Por otro lado tú te preocupas tanto por ellos, eres tan lindo cuando sacas tu lado sensible y actúas como su mamá… –Sonrió.

–No pretendo actuar así Jonghyun –Dijo Key con tono de disgusto, al desviar la vista hacia el televisor–. Es sólo que los quiero mucho, es natural que me preocupen.

– ¿Ah sí? –Contestó Jong, inclinando su rostro sobre el hombro de Key–. Me pondré celoso –Susurró contra su cuello, Key volvió la mirada hasta él, y Jonghyun se separó un poco para poder tener sus ojos frente a él.

–Por supuesto que tú eres diferente –Le aseguró Kibum, con esas palabras que Jonghyun no pudo soportar, se acercó lentamente para besarlo, mientras que él cerraba los ojos preparándose para lo mismo, sin embargo, el sonido de unos quejidos provenientes del mueble los hizo detenerse en seco, girando sus cabezas para comprobar que era Minho quejándose mientras dormía.

–Creo que ni siquiera en sueños le agradamos –Comentó Jong entre risas, siendo secundado por las risitas de Key, quien se levantó y salió del cuarto, para luego volver rápidamente con una frazada entre sus manos, acercándose para cubrir a Minho con la misma, con el propósito de que pudiese dormir tranquilo.

–Vámonos de aquí –Le dijo entre susurros, Jong asintió, y salió del cuarto con una sonrisa, aunque no podía evitar preocuparse igual que su novio, a pesar de que no lo demostrara en su exterior, él también temía un poco por todo lo que había sucedido entre sus compañeros.


Por su parte, Onew había encontrado a Taemin, éste se encontraba mirando los coches de la ciudad sobre un puente, cubierto por su vestimenta y la obscuridad de la noche, nadie iba a reconocerlo así, a excepción de su líder.

–Así que aquí estabas –Le dijo con su respiración acelerada, de tanto correr por buscarlo.

–Onew Hyung –Le dijo sorprendido, para después volver su mirada hacia los autos, desesperado y enfurecido.

–Tienes que volver al departamento Taemin.

– ¡No quiero! –Contestó a punto de llorar–. Ya no es cómodo estar ahí, no es justo.

– ¿No es justo? –Preguntó Jinki, acercándose lentamente al maknae, con su mirada angustiada, y su intuición que ya le estaba avisando hacia dónde se dirigiría el tema.

– ¿Por qué si ya me ha dañado? –Cuestionó alterado, refiriéndose claramente a Minho–. ¿Por qué insiste en actuar así, como si sólo jugara conmigo? –Clavó la mirada en Onew, y continuó con lo dicho–. Interrumpió lo que iba a decirte, ¡y ni siquiera sabe por qué lo hizo!

– ¿Cómo estás tan seguro de eso? –Cuestionó Jinki, observando fijamente cada expresión en el rostro de Taemin.

– ¡Por cómo ha actuado! –Contestó, dejando salir su enojo inconscientemente, para después susurrar lo siguiente aún más afligido que antes–… yo no le importo –Sus ojos se llenaron de lágrimas al decirlo, realmente le dolía, y en su rostro se expresaba por completo. Ésa reacción era lo único que le hacía falta a Onew para darse cuenta de lo que de cualquier manera ya sabía–. Hyung –Agregó al secarse las lágrimas con el dorso de su mano, tal como un niño encaprichado convenciéndose de tomar su juguete nuevo–. Quiero estar contigo –Lo miró con aparente decisión–, recuerda lo que te dije hace un momento, lo pensé y me di cuenta de verdad…

–No Taemin –Pero su líder no lo dejó hablar, él ya conocía su realidad–. No creo que quieras corresponderme de verdad. Estás furioso con Minho, por eso quieres olvidarlo, pero yo sé que en el fondo lo amas, siempre lo has hecho, no puedes superarlo así como así, de la noche a la mañana.

–Pero… –Susurró Taemin, a lo que Onew volvió a interrumpir, dispuesto a aclarárselo aún más.

–Tú dijiste que querías hacerme feliz –Dijo, Taemin asintió–, entonces escúchame, no me vas a hacer feliz si me correspondes, como tampoco te harás feliz a ti, porque sé que aunque estés conmigo no me amarás como yo te amo… Y yo, a quien prefiero ver contento sin duda es a ti –Dijo esto último sonriendo, lo cual provocó un gran dolor en Taemin, porque claramente era una apariencia externa.

– ¡Pero podría estar contento contigo! –Trató de insistir.

–Sí, pero no tanto como lo estarías si estuvieras con Minho –Afirmó finalmente Onew–. Acéptalo, tú me quieres como tu mejor amigo, pero eso es todo, no hay más Taemin, yo lo sé, lo veo en tus ojos –El chico bajó la mirada, triste y avergonzado, no podía creer que su sentir fuese tan obvio–. Esta es la primera vez que tienes esa clase de sentimientos por alguien, y yo no quisiera interponerme en ellos, ni forzarte a vivir algo que no te haría realmente feliz sólo por el egoísmo de tenerte para mí solo.

Taemin se atrevió a mirarlo a los ojos una vez más, asombrándose porque esa era la primera vez que veía al alegre y carismático líder hablando así, tan maduro… y tan triste.

–Estás hablando enserio… –Afirmó con sorpresa, y cierto dolor en el tono de su voz, Jinki asintió–. Hyung lo siento –Agregó al abrazarlo, admitiendo la verdad, rindiéndose al darse cuenta de que Onew tenía la razón, y disculpándose por no poderle ofrecer los sentimientos que él requería.

–No tienes que disculparte por esto –Respondió Onew mientras lo abrazaba–, no se puede mandar en el amor, tú me hiciste aprender sobre ello –Se separó de él, dedicándole una sonrisa–. Mejor hazme caso y regresa al departamento –Taemin asintió, tratando duramente de no volver a llorar–. Yo me recuperaré, ya lo verás Minnie.

Ante esas últimas palabras no dijo nada, simplemente bajó la mirada y caminó junto a su Hyung por aquella calle, triste por él, y enojado consigo mismo por no poder hacer nada al respecto. Aún amaba al estúpido que le había hecho daño, por mucho que le doliera admitirlo en ése momento, así que realmente Jinki tenía razón, Taemin no podía mentirse a sí mismo, ni mentirle a él sólo por lástima, por tratar de hacerlo feliz un momento.


A la mañana siguiente, el bello durmiente se comenzó a despertar lentamente, estirando sus brazos y sus piernas con toda la calma del mundo, mientras la luz del día golpeaba en su rostro intensamente… Claro, todo cambió cuando abrió los ojos por completo, se sentó en aquel mueble de golpe, con los párpados bien abiertos, recordando la ansiedad que residía en su corazón desde la noche pasada… No podía creer que se había quedado dormido en un momento tan importante. Se levantó del mueble y con nervios abrió la puerta de su habitación, en un impulso que le exigían sus sentidos por encontrar a ésa persona que necesitaba una explicación de su parte, pero se sorprendió al no verlo allí dentro. Llegó a la sala de estar, y encontró a Jonghyun en la sala.

– ¿Dónde está Taemin? –Le preguntó algo desesperado.

–Salió –Contestó Jong, extrañado a sobremanera al mirar fijamente a su compañero–. Minho, ya estás pisando con tu pierna derecha… –Comentó, el chico alto miró hacia el suelo, y entonces se percató de lo que ni siquiera le había importado cuando se despertó a buscar inmediatamente al maknae del grupo.

–Oh, tienes razón…

– ¿¡En serio!? –Se escuchó la voz de Key desde la cocina, quien no tardó nada en llegar a la sala en la que se encontraban Minho y Jonghyun–. ¡Waa, qué alegría! –Dijo al verlo con sus propios ojos, sin preocuparse por llevar puesto un mandil de señora para la cocina.

–Sí… –Exclamó Minho con su tono seco, sacudiendo un poco la cabeza para volver al punto inicial de la conversación–. ¿A dónde fue?

–Genial, no vuelvo a preocuparme por ti Choi Minho –Dijo Key expresando su malhumor al recibir una respuesta tan seca de Minho, y decidió volver a la cocina mientras que Jonghyun se reía de su reacción.

–No lo sé –Respondió finalmente a la respuesta de su compañero luego de calmar su risa.

– ¿De verdad?, ¿no dijo nada? –Soltó esas preguntas con la ansia reflejada en su rostro; Jonghyun no hizo otra cosa más que negar con la cabeza.

–Bueno –Agregó al remembrar algo que podía ser de utilidad–, sólo avisó desde ayer que hoy se adelantaría a ensayar un poco en el salón porque no ha podido concentrarse últimamente, pero para eso estoy hablando de la tarde.

– ¡Probablemente va a visitar a su familia! –Gritó Key desde la cocina.

–Puede ser –Complementó Jonghyun–, hace mucho que no los ve, se fue muy temprano, nadie estaba despierto a esa hora como para saberlo –Al escuchar esto, Minho asintió rápidamente repetidas veces, y después se alejó de la sala, con un plan en mente–. ¿Minho? –Preguntó Jonghyun casi para sí mismo, no podía evitar extrañarse ante el rostro de decisión que había en su amigo.


Comprendió justo un rato después, cuando Minho regresó luego de una larga ducha, con un nuevo cambio de ropa y listo para salir, caminando lentamente por su lesión, que aún le dolía, pero sin el yeso que anteriormente aprisionaba su pierna. Ese detalle dejó con la boca abierta a Jong.

– ¡¿Pero qué rayos hiciste?! –Le cuestionó preocupado.

–Me lo quité –Dijo Minho como si nada, mientras que Jong se acercaba a él y Key llegaba corriendo para ver por qué razón su novio haría tanto escándalo.

– ¡Bueno, tú no aprendes, ¿cierto?! –Le dijo Kibum cuando se dio cuenta de lo que su compañero acababa de hacer–. ¡Se supone que eso te lo tenía que sacar un médico! –Dio un golpecillo en su cabeza, lo suficientemente fuerte para empujarla hacia abajo–. ¡Tonto! –Agregó, mientras que Minho alzaba la vista, con una sonrisa en su rostro a pesar de estar siendo regañado.

–Creí que ya no te ibas a volver a preocupar por mí –Le dijo a Key, quien inmediatamente trató de negarlo.

– ¿¡Y quién te dijo que me estaba preocupando por ti!? –Cuestionó alterado.

–Creo que tu cara y el tono de tu voz… –Interrumpió Jong, apoyando torpemente a Minho, a lo que Kibum reaccionó dándole varios golpes con los listones del mandil que llevaba puesto. Minho se rió de la actitud de sus ambos, le agradaba que se preocuparan por él, y les estaba realmente agradecido, pero eso no impidió que comenzara a caminar hacia la puerta principal, con toda la intención de continuar con sus propósitos, mientras que les decía:

–No se preocupen, aún llevo puesta la venda –Se detuvo una vez llegó a la puerta, girándose para notar que sus compañeros lo habían seguido en su trayecto–. Lo que pasa es que necesito salir y con esa cosa en la pierna no podía.

– ¡Oh Minho! –Exclamó Key, sin reparo en mostrar su angustia esta vez–. ¿Qué vas a hacer ahora?

–Lo correcto –Respondió el muchacho, recuperando la seguridad que siempre tenía en sus palabras.

–Eso espero –Murmuró Jonghyun.

–Ten cuidado –Añadió Key.

–Lo tendré.

Estuvo a punto de abrir la puerta y salir, cuando de repente la voz del líder apareció en la escena, captando al instante la atención del menor.

–Suerte Minho –Le dijo Jinki al aproximarse por el pasillo, con severidad, pues lo decía enserio. Minho simplemente esbozó una sonrisa, una sonrisa sincera que expresaba su gratitud sin palabras. Finalmente les dio la espalda a sus tres compañeros, y salió del departamento con una extraña determinación, la cual dejó a cada uno de ellos sumidos en miradas de orgullo y en un silencio total, que Onew se sintió capaz de romper luego de varios segundos, con una broma–. ¿Cuánto apuestan a que regresa porque le duele?

Los otros dos no hicieron más que reír por sus palabras relajadas, alegres de ver que su líder mantenía el buen humor, aún cuando su corazón estuviera roto.


Minho salió del departamento caminando con lentitud, aunque en fondo lo que más deseaba era comenzar a correr. Sacó su celular del bolsillo del pantalón, y comenzó a marcar el número de Taemin con rapidez, llevándoselo al oído y esperando con todas sus fuerzas que pudiera contestarle, aunque en el fondo sabía que era muy poco probable, conociendo lo distraído que era el maknae siempre.


Él se encontraba en el metro cuando recibió la llamada, su intención era visitar a unos amigos y quizá a su familia, se iría de gira artística antes de llegar al salón de prácticas, eso pensaba, así que cuando percibió el vibrar de su celular, lo sacó de su bolsillo y notó que era Minho quien le llamaba, no dudó en guardar de nuevo su teléfono, donde no pudiera escucharlo, porque no pensaba contestarle, aunque no sabía si era por nervios o por enojo, no iba a hacerlo sin importar lo que pasara, él tendría que esperarse.


Minho trató un par de veces más, pero el resultado era el mismo. Al parecer tendría que hacer lo que planeaba hacer si era que no recibía noticias del pequeño, lo cual sucedió así. Minho se dirigió al salón de prácticas donde sabía que Taemin iría al terminar sus planes, y aunque estaba cerrado y se encontró a varios conocidos que le preguntaban por lo que estaba haciendo allí solo, decidió sentarse frente a la puerta del salón, y esperar para ver si encontraba a Taemin aproximándose por los pasillos; sin importar cuánto tiempo tuviera que aguardar ahí afuera, deseaba verlo y hablar con él, y ése era el lugar perfecto, puesto que si lo encontraba allí nadie iba a interrumpir lo que tenía para decirle.


Transcurrió vario tiempo esperando en ése lugar, de la mañana a la tarde, se preguntaba qué tanto estaría haciendo el maknae, aunque no tuvo problemas por la comida, y no le importaba el dolor en su pierna por haber caminado tanto, una vez vio a Taemin asomándose por los pasillos, sintió un enorme alivio y unos nervios abrumadores al mismo tiempo. Taemin no se percató de su presencia hasta que alzó la vista, encontrando a su compañero sentado al lado de la puerta del salón de entrenamiento. El maknae lo miró extrañado, pero eso no impidió que continuara con su camino, deteniéndose frente a la puerta para sacar las llaves del salón.

– ¿Qué quieres ahora? –Cuestionó, molesto mientras abría la puerta, sin dirigirle la mirada, pues sabía que no se la merecía, estaba tan enojado que no dudó en demostrarlo, sobretodo porque sus compañeros sabían que él no quería verlo, y sin embargo le habían dicho dónde iba a estar, Taemin se sentía traicionado.

Dejó su bolso y las cosas que llevaba en una esquina del salón, al tiempo que Minho se incorporaba del suelo y se giraba hacia él con lentitud, en medio del silencio que se había creado entre la soledad, cuidando de sus acciones para no incomodarlo más, pero simplemente ya no lo podía soportar…

–Te amo –Le dijo, esas palabras que al instante provocaron que Taemin se girara con asombro, clavando su mirada sobre Minho sin entender aún lo que estaba sucediendo–. Eso es lo que quiero, decirte que te amo –Agregó estando aún en el marco de la puerta, a ésa distancia que le permitió a Taemin desviar la mirada, esperando que no se notara su nerviosismo. Minho cerró la puerta, y comenzó a acercarse a pasos lentos, consciente de que debía continuar con sus palabras si quería recibir una respuesta–. Recordé cuando te conocí… Tartamudeaba al hablarte ¿cierto? –Murmuró al estar más cerca del maknae, quien aún le daba la espalda, asintió simplemente por la pregunta de su Hyung–. Y puse la excusa de que lo hacía porque pensaba que tú eras mayor que yo –Agregó él–. Eso era una tontería, si tú me ponías nervioso desde el comienzo –Le confesó con toda la sinceridad posible, Taemin se giró sorprendido, quedando frente a frente con Minho, quien aún estaba determinado en demostrarle sus sentimientos–. Mi cercanía contigo la justificaba todo el tiempo pensando que era porque eras mi Dongsaeng y yo tenía que cuidar de ti, pero ciertamente esa no era suficiente razón para desear estar contigo todo el tiempo. Me dio tanto miedo admitirlo, temía hacerte daño y al final lo empeoré todo –Susurraba cerca suyo mientras removía algunos cabellos de su rostro, para ser capaz de ver sus ojos, clavados en el piso con claridad, quería incitarlo a levantar la mirada, al tiempo que admitía lo siguiente con honestidad: –Fui un cobarde y me arrepiento… Pero te amo Taemin, siempre te he amado

El menor se atrevió a alzar la vista para verlo, el dolor que sentía no le permitía conocer su propia respuesta a tan valientes palabras, pero cuando vio la mirada de Minho, con sus ojos humedecidos después de confesárselo, sintió que hablaba tan enserio, que no dudó ni un instante en dejarse llevar por sus impulsos, y recargarse en el cuello de Minho para abrazarlo fuertemente, a lo que éste no tardó en responder, estrujándolo como si hubiese pasado muchísimo tiempo sin haberlo visto.

–Hyung te extrañé tanto –Dijo Taemin, siendo incapaz de detener sus lágrimas–. No vuelvas a abandonarme así, por favor…

–No no, nunca –Contestó acelerado, con su voz rasposa por las sensaciones que experimentaba, acariciando el largo cabello de Taemin mientras le dedicaba las siguientes palabras, sin deshacer ni un instante el abrazo que los unía–. Y tampoco volveré a dañarte como lo hice, te lo prometo.

–No quiero que te alejes de mí más –Susurró Taemin al estrujarlo con mayor fuerza, hundiendo su rostro sobre el cuello de Minho, y dejándole sentir inconscientemente sus lágrimas. Minho lo separó un poco, para ser capaz de sostener su rostro con ambas manos, e incitarlo a mirarlo mientras chocaban frente con frente.

–No estoy lejos –Susurró frente a sus labios–, estoy aquí, cerca de ti, y no volveré a dudar sobre lo que siento –Dicho esto, no lo soportó más, y aprovechando ésa corta distancia, lo besó en los labios, lentamente una vez estuvieron sellados, porque le gustaba la sensación que se producía en él al tocarlos con los suyos, el calor y la felicidad contenida en su ser, era algo que no había sentido antes. Cuando se separaron continuaron mirándose a los ojos, y Minho no tardó en expresárselo con palabras–. Ahora me doy cuenta, pero en el fondo siempre lo supe, siempre te amé aunque tratara de negarlo.

–Yo también, siempre... –Respondió el maknae, sin apartar su mirada–. Te amo –Murmuró justo antes de hacer un esfuerzo, estirándose para alcanzar ahora él los labios de Minho, quien al notar esto abrazó a su pequeño por la cintura, y continuó besándolo con mayor intensidad, al tiempo que Taemin daba algunos pasos hacia atrás de manera involuntaria, siendo seguido por Minho, quien no se sentía capaz de alejarse de su boca. Ambos chicos chocaron contra la pared adornada con nubes, y se dejaron llevar por el momento, besándose mientras se acariciaban con ternura, para después dejarse caer lentamente hacia el piso, Taemin terminó sentado, y esto provocó que Minho se separara de sus labios por un instante, instante suficiente para que el maknae se percatara de un detalle–. ¡Espera un momento! –Le dijo alzando las manos, justo al notar que Minho quería besarlo de nuevo–. ¿Cómo es que estás aquí? –Cuestionó volviendo a la realidad–. ¿Y parado?, ¿¡dónde está tu yeso!? –Finalmente se alteró, estaba tan concentrado en su actitud de víctima anteriormente, que ni siquiera se dio cuenta de eso.

–Oh sí… –Minho esbozó una sonrisa y se sentó a un costado de Taemin, recargándose contra la pared al igual que él–. Me lo quité yo mismo para venir aquí.

– ¿¡Eh!? ¡¿Hyung, sabías que puedes empeorar tu lesión por quitártelo tú solo?!

–Sí sí, lo sabía, pero necesitaba encontrarte… –Respondió al mirar su rostro, Taemin se hallaba con la mirada y la cabeza bajas, expresando las siguientes palabras con descontento y cierto sarcasmo.

–Y te deshiciste de mis firmas tan originales y bien planeadas…

–Esa parte no es cierta, mira… –Le dijo al levantarse, buscando una pequeña mochila negra que llevaba, y que había abandonado a su suerte en el suelo cuando comenzó a besar a Taemin. Volvió con ella y se sentó nuevamente, esta vez justo enfrente del maknae–. Están un poco corridas las palabras por el agua pero… –Agregó al comenzar a husmear en la mochila, y sacar de ellas unos pequeños pedazos de escayola que se habían salvado del olvido–… pueden leerse aún –Agregó al enseñárselas a Taemin. Éste las leyó con interés, pero una sobretodo le llamó la atención, la firma que curiosamente no llevaba su letra.

–“Te extraño…” –Leyó en voz alta, alzando la vista para encontrar los ojos de Minho–. Sabía que lo habías escrito tú, ¿pero me puedes decir a quién extrañabas?

Minho sonrió ante ésta pregunta.

– ¿No es obvia la respuesta? –Dijo, estirando sus brazos para comenzar a hacerle cosquillas al pequeño, causando que se riera al instante mientras que le daba el nombre de la persona en cuestión con alegría–. ¡A Taemin, a Taemin! –Repetía entre las risas del maknae, que de pronto se detuvieron, dejándole solamente una sonrisa, la cual desapareció por el roce de los labios de Minho, chocando contra su boca nuevamente, con delicadeza, permitiéndole cerrar sus ojos con lentitud… Aunque realmente aquel instante no resultó muy duradero, debido al sonido de la puerta del salón, abriéndose súbitamente tras de ellos.

– ¡Joo no! –Se separaron al instante cuando escucharon la voz de Key, pero les provocó un alivio saber que se trataba él–. ¿Ahora me van a decir que el 2Min es real y que Jonghyun y yo tenemos sexo por las noches? – ¿Era sarcasmo o qué? Pensaron todos cuando comenzaron a reír por su comentario–. El mundo está loco, no hay duda –Agregó con su actitud de diva indignada. Jonghyun contestó con una interrogante en medio del silencio a su comentario inicial.

– ¿No es eso cierto, de todas maneras? –Dijo, descubriendo a su novio y ganándose un golpe en el hombro por hablar de más.

– ¡Pero no hay necesidad de decirlo! –Lo regañó Key.

–Si tú fuiste quien lo dijo primero…

– ¡Sí, pero lo mío tenía estilo!

Minho y Taemin se reían de su pelea mientras trataban de levantarse, Taemin ayudando a Minho cuidadosamente, para que no se lastimara.

–Supongo que voy a tener que dejarte ensayar –Le comentó Minho a Taemin, sin percatarse siquiera de la tristeza que estaba mostrando en las expresiones de su rostro. El maknae le sonrió y acarició su mejilla, al tiempo que le decía:

–Me encantaría que tú también te presentaras con nosotros, Minho Hyung… La canción no es lo mismo sin ti.

– ¿De qué estás hablando? –Interrumpió de repente la voz del líder Onew, quien se aproximaba hasta ellos siendo seguido por el manager del grupo–. He arreglado eso, lo discutimos la semana pasada, ¿no es cierto? –Se dirigió al hombre a su costado, quien simplemente asintió, luego se volvió a sus compañeros y les avisó con una sonrisa–. Minho se presentará mañana con nosotros –Todos reaccionaron asombrados, Minho con la boca abierta, no podía creerlo. Al ver esa reacción de ellos, Onew decidió aclarar un punto–. En una silla, pero se presentará al fin y al cabo –Después suspiraron todos en conjunto, aliviados, pues ahora podían entender cómo.

–Ahh… –Suspiró Minho con alegría, recibiendo un abrazo de parte de Taemin, quien se hallaba realmente alegre por él.

–Sí sí, mucha felicidad –Interrumpió el manager–, pero ahora tienes que venir conmigo… –Jaló al chico alto de la oreja, y lo separó del resto de sus compañeros mientras lo reprendía–. Te estuve buscando por todos lados muchachito, se suponía que hoy te sacaban el yeso y mira lo que hiciste, vas a ir al doctor en este mismo instante, te guste o no…

– ¡Ay no! –Se quejó el muchacho, sin quitar la mirada de encima de su pequeño, quería quedarse ahí, pero parecía que iba a ser imposible, por lo que se limitó a hacerle una seña con las manos y la expresión de su rostro, Taemin sonrió, y respondió haciéndole una seña que indicaba que se verían luego en el departamento. Minho no podía evitar sonreír, estaba muy contento por haberlo recuperado, ni siquiera podía ocultarlo, su sonrisa era muy grande en aquel momento.


El día del comeback finalmente llegó, los chicos de SHINee se prepararon para dar la mejor actuación en el escenario, el último ensayo había bastado para tenerlo todo listo, y aunque Minho se encontraba realmente nervioso por su participación, el apoyo de la persona que amaba le ayudó demasiado. El baile fue perfecto, la canción y los gritos de las fans, a pesar de todo el trabajo y la dificultad para realizarlo, los esfuerzos de cada uno de los chicos dieron frutos, incluso de Minho, puesto que su rap a pesar de venir desde una silla se escuchó de lo mejor. Podían sentir el logro una vez terminaron, y las luces del escenario pasaron para otro grupo, mientras que ellos se abrazaban con satisfacción por haber terminado… Taemin corrió hacia Minho, y lo abrazó para que compartieran la emoción, juntos.

– ¿Lo ves? Todo salió bien –Dijo con alegría al oído de Minho–. Gracias a ti.

–Eres un completo mentiroso –Exclamó Minho mientras sonreía–, pero lo tomaré en cuenta Taeminnie –Agregó al tiempo que el maknae se reía, y comenzaban a caminar con sus brazos entrelazados sobre los hombros por el escenario, a oscuras, para salir de él.

–Hey, parece que sigues teniéndome miedo… –Comentó Taemin, Minho lo miró con cierta sorpresa.

–No te tengo miedo, más bien temo por ti –Le dijo, cambiando la posición de su brazo para entrelazar su mano en la de Taemin–, pero si quieres puedo gritar que somos novios a los cuatro vientos –Agregó alzando la voz en las palabras “somos novios” una vez salieron del escenario, Taemin se espantó y se abrazó de él, tratando de detenerlo.

– ¡No, está bien, te creo, te creo! –Dijo, provocando que Minho se riera por tan tierna reacción–. Pero mejor no decirlo –Agregó Taemin una vez estuvieron en su camerino, alejados del resto de las personas y del grupo, puesto que se habían quedado afuera viendo el resto de las presentaciones–. ¿Imagínate qué nos pasaría si nos descubrieran?

–No me importaría en absoluto –Respondió Minho, sentándose en una silla alta que había dentro del camerino.

–Pero podrían separarnos –Musitó Taemin, con cara de sorpresa. Ante estas palabras, Minho simplemente frunció el entrecejo, rindiéndose porque el maknae tenía razón.

Taemin sonrió por su expresión, y con sus dedos trató de separar las cejas de Minho, y así evitar que frunciera el ceño. Minho esbozó una sonrisa, y con ello cambió su expresión.

–Tienes razón –Dijo el mayor–. Claro, sólo podrían intentarlo –Añadió sonriendo, Taemin asintió contagiado por esa sonrisa.

–Por cierto –Dijo luego de unos segundos–. Esta vez causaste muchos problemas con tu lesión Minho Hyung, así que la próxima vez yo te acompañaré al Dream Team.

– ¿Igual que hace tiempo? –Preguntó Minho, a lo que Tae asintió con seguridad. Minho se cruzó de brazos, y sonriéndole con ironía le dijo lo siguiente–. ¿Ah sí?, ¿y eso en qué me va ayudar?

– ¡En mucho! –Contestó Taemin–. Porque yo voy a cuidarte.

–Eso me agrada –Murmuró Minho, tomando a Taemin por la cintura y acercándolo hasta él–, pero esta vez tendrás que participar conmigo –Al oír esto, Taemin no hizo más que empezar a reír, sonrojado y nervioso por tenerlo cerca, pero también por imaginarse a sí mismo participando en algo así–. Sé que te encantará –Agregó Minho con seguridad, acercándose hasta sus labios que tanto había extrañado en el transcurso del día.

–Ya veremos –Contestó Taemin, para justo después besar los labios de ése chico, de esa persona que aún no podía creer que se tratase su novio, ése chico guapo, alto y tonto del que había estado enamorado por largo tiempo, y que ahora le correspondía, lo amaba incluso con la misma intensidad que él lo hacía… Ciertamente la vida podía dar buenas recompensas sin importar las heridas obtenidas en ella, y ése beso era una prueba de ellas.