Capítulo Uno

"¡Al fin!", me decía a mí mismo, al fin un momento de paz dentro del departamento del grupo, después de tantas tareas, la canción, la coreografía, el MV, todo estaba resuelto pues por fin habíamos terminado. Sin duda SHINee se encontraba en su mejor momento, y "Lucifer" sería todo un éxito, sólo hacía falta presentarnos al público y a nuestras fans en el regreso al escenario, pero lo más difícil había pasado, y en ese momento me sentía completamente liberado, como todas las noches en las que podíamos tener un poco de paz. Me hallaba recostado sobre la cama de mi dormitorio, a punto de reproducir un poco de música en mi Ipod mientras esperaba mi turno en la ducha, Onew Hyung sí que sabía tardarse, aunque no tanto como Key Umma, por eso decidí ser paciente esa noche y aguardar con mis audífonos puestos.

La habitación estaba realmente vacía, sin Minho Hyung allí todo parecía ser más grande, y yo me sentía irónicamente pequeño y solo. Había estado fuera debido a la grabación de la segunda temporada de Dream Team, aunque constantemente yo solía decirle que ese programa iba a terminar por consumir su cabeza, él no me hacía caso porque éste le encantaba, podía demostrar su espíritu competitivo sin preocuparse porque alguien le dijera que estaba exagerando; "¿Qué más da?", me decía siempre, él amaba el deporte y yo no podía hacer nada al respecto, sin importar cuánto quisiera mantenerlo a mi lado, sabía bien que no iba a ser siempre de éste modo y me resignaba ante el hecho de tenerlo lejos. Sin embargo, aquella noche me sentía en verdad solo, así que no aguanté ni un minuto más dentro de la habitación y salí de la misma buscando compañía. Pronto encontré a Jonghyun sentado en el mueble de la sala, frente al televisor, al tiempo que Key se hallaba tras de él, dándole unos suaves masajes en la cabeza, que al instante me tentaron a acercarme a ellos, pues me sentía tan estresado de sólo pensar en Minho que no me importaba interrumpir el momento si con ello podría recibir la misma atención de mi madre, mi cabeza lo necesitaba también.

– ¿Qué hacen? –Pregunté al lanzarme sin cuidado sobre el mueble, cayendo justo encima de Jong, quien fue el primero en reaccionar ante mi presencia.

– ¡Hey! No soy un cojín viviente ¿lo sabías? –Se quejó con la voz entrecortada, al parecer yo le había sacado el aire–. Bájate –Me dijo, empujando mi cuerpo para hacerme caer del sillón, con un éxito rotundo; Key no hizo nada más que soltar una risita.

–Oye Hyung, ¿dónde quedó tu compañerismo? No comprendes que me siento solito... –Argumenté al mirarlo desde el suelo, para luego bajar mi cabeza, con la intención de causar un poco de compasión en los corazones de ambos.

– ¿Enserio?, lo siento –Me dijo Jong entre risas, mientras Key se dedicaba a ayudarme para incorporarme del suelo.

– ¿Solito?, ¿pero por qué, hijo mío? –Cuestionó Key, demostrando su preocupación–. ¡Si tienes a tus padres contigo! –Agregó esto último con entusiasmo, empujándome nuevamente hacia el sillón, donde caí sentado al costado derecho de Jong, mientras que Key se sentaba a mi lado, y le lanzaba una mirada directa a éste, indicándole que le siguiera el juego, ése que usaban siempre para alegrarme cuando mi familia me hacía falta.

– ¡Oh sí, tu madre tiene razón! –Prosiguió Jonghyun Hyung, entendiendo lo que su mirada quería decir y rodeando mi cuello cariñosamente con su brazo–. Siéntate a ver la tele con Papá, o si quieres podemos hablar de lo que te aflige, ¿verdad, Querida? –Miró a Key, quien asintió y luego empleó su graciosa imitación de la voz femenina.

–Así es Querido. Anda, dinos Hijo –Se dirigió a mí con seriedad–, ¿qué te ocurre?

–No, ustedes no... –Quise detenerlos, pero la risa me vencía.

–Oh, ¿entonces quieres hablarlo con el abuelo Onew? –Dijo Key, aún con esa voz.

– ¿Eh?, no... –Contesté, al tiempo que mi risa disminuía.

–Muy bien, él te compartirá su sabiduría –Dijo Jong, levantándose del mueble con determinación–, así que vamos a sacarlo de la ducha y...

– ¡No! –Interrumpí, tomándolo del brazo para que no corriera a interrumpir el baño de Onew–. ¡No me están escuchando! –Agregué, esta vez de forma severa, pero ellos no parecían entender lo que quería decir.

–Pero podemos sacarlo a la fuerza, no te preocupes –Aseguró Key al mirarme fijamente, dando paso al silencio, justo antes de que Jong hiciera la pregunta siguiente:

– ¿Pero qué pasa si sigue desnudo?

–Oh, tienes razón Cariño –Respondió Key con los ojos en blanco–. No lo había pensado, puede ser algo traumático para nuestro pequeño.

Dicho esto los dos se echaron a reír, sin soportar un segundo más dentro de su raro juego de familia.

–En verdad no me están escuchando... –Susurré con la mirada perdida, a lo que mis Hyungs reaccionaron al fin de manera seria, guardando silencio y mirándome con extrañez, Jong no tardó en volverse a sentar a mi lado, agregando con calma esta vez:

–Tú necesitas hablar con Onew o con Minho, parece que estás algo sensible Taeminnie.

–Eso creo –Contesté–, pero Onew Hyung está entretenido bañándose con su pollito de hule y Minho Hyung no ha regresado.

–Es verdad –Respondió Key, como si acabase de recordar algo importante–, creo que no debí traerle un juguete como a ese a Onew, hace que se tarde más en la ducha.

–Te lo dije, pero nunca me haces caso –Interrumpió Jong, a lo que Key agregó con algo de irritación:

–Bah, cállate Jonghyun.

–De nuevo no me están escuchando –Dije al ver que nuevamente la atención de ambos se desviaba.

–De acuerdo de acuerdo –Contestó Key, reconociendo su error y volviendo su mirada hacia mí–, escucha Taemin, Onew no va a tardar más de media hora, pero Minho... Bueno, tengo una mala noticia acerca de él.

– ¿Mala noticia? –Exclamé al instante, asustado–. ¿Qué?, ¿qué le pasó?

– ¿Está enfermo? –Insistió después Jonghyun, Key soltó un suspiro y nos miró a ambos.

–Creí que el líder ya se los había dicho –Respondió, a lo que nosotros sólo negamos con la cabeza, esperando por fin una respuesta de nuestra Umma. Key nos miró por un momento, y luego de tomar un respiro de rendición, se dedicó a contestarnos de una buena vez–. Minho se lesionó esta tarde en la grabación del Dream Team, así que cuando vuelva no sé si se sienta muy bien, pues va a ser él quien necesite de nosotros, ¿entiendes Taemin?

– ¿Pero cómo? –Pregunté aún sin comprenderlo, mientras que Jong dejaba salir un lento suspiro de alivio, para después reclamarle a Key su manera de dar las noticias.

–Creía que le había ocurrido algo peor, no tenías que ser tan dramático.

–Una lesión es suficiente para ser dramático –Dijo Key al clavarle la mirada, demostrando sin apuros la molestia que le había producido su comentario, Jonghyun, como era su costumbre, no pudo sostener esa penetrante mirada y sólo fue capaz de reaccionar con una sonrisilla torpe.

– ¿Qué? –Se incluyó de repente en mis oídos la voz de Onew Hyung, quien hacía aparición en la sala con su cabello húmedo, mientras se ponía una camisa gris a toda prisa para estar frente a nosotros–. ¿Ya lo dijiste, Key? –Le reclamó a Umma.

–No podía quedarme callado viendo la cara de estos dos –Respondió al mirarnos, yo no hice más que dirigir la vista hacia otro punto, tratando de ocultar mi enorme preocupación, pues en mi opinión resultaba algo anormal, considerando el comportamiento relajado que tenían los demás.

–Sí, pero por lo mismo no quería decirles –Exclamó Onew al acercarse al mueble, mirando de pie a Key–, era mejor que ellos se dieran cuenta cuando Minho volviera en lugar de preocuparlos por algo de lo que aún no estamos tan seguros.

– ¿Entonces cabe la posibilidad de que Minho Hyung no tenga nada? –Cuestioné al instante, alegrándome ante el hecho de que esa lesión podía no ser tan grave. Ellos guardaron silencio por un momento, hasta que, luego de pensarlo bien, Onew Hyung respondió repitiendo las palabras que antes había mencionado.

–No estamos tan seguros.

Hice un puchero y me senté de nuevo en el sillón, para después sentir las caricias de Key Umma en mi cabello, Onew tan sólo esbozó una sonrisa dulce ante mi capricho. Pero de pronto, justo cuando me había calmado un poco, escuchamos el ruido de alguien entrando al departamento. Todos miramos en dirección a la puerta principal, pero al escuchar la voz del manager decir lo siguiente, supimos que se trataba de Minho.

– ¿Puedes subir?

–Sí, eso creo –Pude escuchar su voz grave, esa que me había hecho tanta falta en el transcurso del día.

–Hablando del rey de roma –Murmuró Jonghyun, Onew se dirigió rápidamente a la puerta, mientras que Key y yo nos levantábamos del mueble, esperando por ver cómo estaba Minho; el flojo de Jong decidió quedarse sentado, pero con la vista puesta en la entrada, eso nos daba a entender que se encontraba tan preocupado como nosotros por su amigo.

Onew abrió la puerta, y fuimos capaces de ver al manager auxiliando a Minho, a quien notamos inmediatamente con un ánimo perdido; se le veía débil, con la cabeza baja, apoyándose en los hombros del manager, quien cansado por lo que, supuse, fue un viaje largo desde el primer piso, se lo entregó a Key, quien posteriormente fue auxiliado por Jong, pues al ver el estado deplorable de nuestro compañero, no dudó ni un instante en levantarse del mueble para serle de ayuda.

–Cuídenlo muchachos, que no se esfuerce –Nos indicó nuestro manager, para después dirigirle la mirada a Onew Hyung–, por ahora necesito hablar contigo Onew.

–Regreso pronto –Nos avisó Hyung, siguiendo las indicaciones del manager, mientras que Key accedía ante sus palabras diciendo:

–Okay.

Y cerraron la puerta, dejándonos a nosotros tres al cuidado de Minho Hyung, quien llevaba notoriamente un yeso en su pierna derecha.

–Venga vegetal –Le dijo Jong en tono de broma–, vamos a llevarte a tu cuarto.

–No soy ningún vegetal, Jonghyun –Respondió él, demostrando que aún tenía fuerzas para alegar–, pero si quieres que me porte como uno puedo ser mucho más pesado.

–No quisiera que lo fueras –Contestó Jong, rendido, comenzando a desplazarse junto con Key por el departamento, dispuesto a dejar a Minho en nuestro dormitorio para no seguir discutiendo con él, pues una vez empezaban eran capaces de continuar así por largo tiempo.

–Debes tener más cuidado, te lo hemos dicho mil veces –Lo regañó Key al tiempo que ambos lo recostaban sobre su cama. Yo no hacía otra cosa más que mirar desde la puerta, tenía miedo de acercarme y lastimarlo aún más de lo que ya estaba.

–Sí –Respondió él–, perdón por no haberles hecho caso, sé que siempre están diciéndomelo. Es sólo que me emocioné tanto que…

–Entendemos Minho –Trató de tranquilizarlo Jong, posando una mano sobre su hombro, para indicarle que todo estaba bien, no tenía que preocuparse por dar explicaciones.

–Sí, tienes que descansar adecuadamente –Lo secundó pronto Key Umma–, alimentarte bien, reposar todo lo que sea posible para que pronto te mejores, y ya verás que estarás mejor.

–Tranquilo Mamá –Comentó Jonghyun.

– ¡Tú no te metas ahora! –Espetó Key con desesperación, provocando una risa silenciosa en Jonghyun, mientras que él se volvía hacia Minho para continuar con sus palabras–. Si necesitas algo no dudes en decírmelo, ¿de acuerdo?

–De acuerdo Key –Aceptó Minho, dedicándole una sonrisa–, pero voy a estar bien, no te preocupes.

–Eso espero –Finalizó Key, dejando en claro su posición y saliendo de la habitación con orgullo.

Jonghyun dibujó una sonrisa al verlo salir de esa manera, y luego se dedicó a formular su palabra de despedida para Minho esa noche.

–Descansa –Le dijo con una sonrisa, disponiéndose a seguir la trayectoria de Umma.

–Gracias Chicos –Murmuró Minho, observando cómo ambos salían de la habitación, lo cual era lo mismo que yo estaba haciendo, sin embargo, cuando decidí girarme para ver al recién llegado, me entró una gran sensación de nerviosismo en el cerebro, tenía sus ojos clavados en mí, y yo no pude hacer otra cosa más que vacilar, diciendo una tontería para romper el silencio, con la sonrisa intranquila característica de mi persona.

–Pero qué cosas, ¿no?

–Estás molesto ¿cierto? –Me soltó de repente esa pregunta, o más bien esa afirmación que me desubicó por completo, pues no la comprendía.

– ¿Qué? ¿De qué hablas Minho Hyung?, yo no tendría razón para molestarme –Le aseguré mientras me acercaba hasta su cama, tratando de demostrarle sinceridad con mi mirada, aunque luego pensé que era lógico creer que estaba enojado, puesto que apenas me dispuse a dirigirle la palabra, a pesar de que fue meramente por la impresión que me causó el verlo lastimado.

–El manager se molestó conmigo por esto, dijo que debí haber tenido más cuidado porque justo ahora estamos tan apretados con el trabajo, además tú siempre estás dándome tus razones locas para evitar mi participación en el Dream Team.

–Bueno, eso es cierto… –Admití con cierta vergüenza, desviando la mirada.

–Por eso supuse que estarías molesto.

–Ah… –Estaba a punto de decirle que no lo estaba, que pensar eso era una tontería, pero llegó Onew con las noticias acerca de la conversación que había tenido con el manager.

–Chicos, al parecer el comeback se ha retrasado debido a que no podemos actuar con Minho en estas condiciones. Así que pueden estar tranquilos por una semana más.

– ¿Tranquilos? –Cuestionó Minho al instante, dejando salir sus palabras en una alterada reacción–. ¿Por mi culpa se ha retrasado el comeback y me pides que esté tranquilo?

–Eso debiste pensarlo antes de fracturarte, ¿no lo crees? –Respondió Onew con un tono firme, algo inusual de ver en él, pero que reflejaba sin duda la seriedad de la situación, Minho debió de haberse cuidado sobre todo para las fechas en las que estábamos, él lo sabía a la perfección.

– ¿Una semana dices? –Preguntó en un suspiro, luego de un prolongado silencio que acompañó el ceño fruncido de Minho ante la situación–. Tengo que recuperarme para entonces –Dijo con decisión, asombrándome y provocando que le expresara la opinión que tenía acerca de ello.

– ¿Tan rápido?, eso no es posible Hyung, mira cómo estás.

–Ya encontraremos la manera Taemin –Me dijo Onew–. Buenas noches Minho, descansa –Y se despidió al igual que los otros miembros, tan rápido que incluso me hizo pensar que lo hacían apropósito, sin embargo, no tuve tiempo para analizar esto debido a que mi atención se centró únicamente en el rostro de Minho, pues éste expresaba tanta tristeza y furia contra sí mismo, que al instante me perturbó, incitó a mis pensamientos para pensar en unas palabras que pudieran servirle de aliento, por supuesto, no se me ocurrió nada, estaba demasiado preocupado por él, así que mis ya mencionados pensamientos se redujeron a una simple pregunta que pude haber hecho en cualquier otro momento menos en ése.

– ¿Ya cenaste?

Minho no dio ninguna respuesta, simplemente tomó la almohada en la que reposaba su cabeza y la utilizó para cubrir su rostro, desesperado y triste por lo que acababa de escuchar, y yo lo entendía, sabía perfectamente que él era el tipo de persona que no podía mantenerse en un mismo lugar imposibilitado, él tenía que moverse, hacer algo; los días próximos sin duda alguna iban a ser muy estresantes para él.

–Te traeré algo –Agregué con una sonrisa, esperando animarlo un poco, aunque sabía que en ese momento me iba a ser imposible.

Él no dijo nada y me dejó salir, aventurándome por el departamento hasta entrar a la cocina. Abrí el refrigerador para ver qué podría llevarle, no obstante, Key irrumpió en mis acciones, tomando mi muñeca derecha, con la cual intenté abrir el refrigerador, y dedicándome las palabras siguientes con la mayor cautela posible:

– ¿Piensas presumirle a Minho tus increíbles habilidades culinarias Pequeño?

–Cereal con leche –Respondí en seco, era la verdad, pero Key se rió.

–Eres increíble –Me dijo sin borrar su sonrisa–. Déjame prepararles algo. ¡Onew, ven aquí a ayudarme con la cena!

– ¡Ya voy! –Respondió Onew desde lejos, acercándose poco a poco hasta donde estábamos, y topándose conmigo a la entrada de la cocina. Me miró por un instante y luego rozó mi mejilla con su mano–. Quita esa cara Tae –Me dijo–, no me gusta verte preocupado.

–Trataré Hyung –Contesté al bajar la mirada, intentando nuevamente ocultar mi inquietud, aunque al parecer ya todos la habían notado, y aún más que eso, parecía que no había nada raro en ello… como si fuera bastante normal el verme tan preocupado por Minho.

Después de eso ambos Hyungs prepararon la cena, dándome una porción para mí y mi compañero de cuarto, esperando que se la entregara con éxito y que de paso me quedara a acompañarle, eso no sería nada difícil, puesto que disfrutaba de su compañía, aunque no tenía idea de cómo se encontraría, si estaría enojado o triste, me asustaba el pensar en eso. Sin embargo, al entrar lo encontré recostado en su cama, de espaldas, reaccionó al oír el sonido de la puerta, y dirigió la mirada hasta mi dirección, notando todos los platos que llevaba en las manos, realmente tenía un talento para cargar con eso.

– ¡No deberías cargar tanto, se te van a caer! –Me regañó al sentarse sobre su cama, estirando los brazos para ayudarme con lo que llevaba, pero yo no acepté su ayuda, él siempre me ayudaba en todo, ya era hora de que yo le devolviera el favor.

–Está bien Hyung, es para que comas.

– ¿Vas a obligarme? –Preguntó al observarme fijamente, yo le respondí sonriente.

–Sí.

Él también sonrió.

– ¿Incluso ignorando el hecho de que no tengo hambre?

–Si no tuvieras hambre me lo habrías dicho desde antes de correr a prepararte algo –Comenté, seguro de mis palabras, y más aún porque noté la inclinación en su cabeza, aceptando que había perdido–. Te conozco muy bien –Le dije.

Él se quedó callado un momento, con sus ojos clavados en mi rostro, y la ruta ligera de su sonrisa marcada en sus labios, esa sonrisa que de pronto y sin darme cuenta, siempre terminaba por dejarme hipnotizado.

–No lo creo Taeminnie –Murmuró, siendo ahora él quien afirmaba esto, con una seguridad aún mayor. Yo no comprendía el por qué tenía que mirarme así para decirlo, alteraba mis emociones, pero me sentí un poco más relajado cuando volvió a articular palabras, desviando la mirada de mi rostro–. Yo sí te conozco a ti, y sé que esto tú no lo preparaste.

Parecía una guerra por saber quién conocía más al otro.

–Creo que todos aquí podrían saber algo como eso –Argumenté, inflando un poco mis cachetes por la vergüenza de admitir algo así, Minho sonrió y jaló uno de ellos delicadamente, como solía hacer siempre.

–Es verdad –Me dijo, yo simplemente sonreí como un tonto, dejando pasar un tiempo antes de percatarme de lo extraño que me debía de estar viendo al no borrar esa sonrisa, por lo que decidí desviar la atención a otra cosa.

–Anda, come –Le indiqué al dirigir la mirada hacia la comida que teníamos frente a nosotros sobre la charola cuadrada que había traído de la cocina. Tomé un poco de ella con los palillos de madera, y se la ofrecí para que tomara su bocado, me alegró al ver que lo hizo con gusto.

–No es tan malo que alguien te traiga la comida –Comentó al terminar de masticar, tomando con sus propios palillos una porción que ahora él dirigía hasta mi boca–, pero creo que no tardaré mucho en empezar a sentirme inútil.

–No digas eso, te recuperarás –Le aseguré mientras masticaba.

– ¿Pero cuánto tardaré en hacerlo?

–Mejor no pensarlo –Susurré con la mirada baja, él soltó un suspiro repleto de inconformidad.

– ¡Ahh, cómo odio las lesiones! Y ahora con eso del comeback yo… –Al ver que empezaba de nuevo con sus quejidos, lo interrumpí al estirar mi brazo con otro poco de comida, que él sin duda no esperaba.

–No te presiones ¿quieres? –Le dije, él apenas y pudo sostener ese bocado sorpresivo en su boca, pero eso no impidió que tomara otra porción para mí y me la lanzara como si fuera un niño pequeño–. ¡Oye! –Protesté entre risas, tomando un poco de la comida con mi mano y lanzándosela de manera más brutal, a lo que él estuvo a punto de reaccionar con más de no ser porque escuchamos la voz de Key Umma viniendo desde la cocina.

– ¿¡Creen que no los escucho, Mocosos!? ¡Dejen de jugar con la comida!

Ambos reíamos mientras entendíamos que no era correcto continuar con esa guerra de comida, aunque había sido divertido, y me hacía feliz el ver a Minho un poco más relajado, eso quería decir que había logrado mi cometido, pues al menos se sentía un poco mejor.


Acabamos la cena, luego de entregar los platos a Umma tomé un baño y me encaminé nuevamente hacia la habitación de Minho, dispuesto a hacerle compañía por más tiempo, ya que ninguno de los dos tenía sueño. Estuvimos charlando de cualquier tema que se nos venía a la mente, y escuchando música a pesar de que Key interrumpía de manera constante para decirnos que ya era tarde, y regañarme debido a que no dejaba a Minho descansar ni un momento. Él decía que no había problema porque tampoco tenía sueño, sin embargo, podía ver en su rostro que en cualquier momento terminaría rendido, así que, en medio de una de nuestras conversaciones, fingí que me había dormido para evitar que él continuara despierto hasta tan tarde.

– ¿Taemin? –Preguntó al inclinar un poco su cabeza, yo me encontraba a su costado, recargado sobre su pecho, por lo que no tardó nada en percatarse de mi estado. Escuché una ligera risita, y justo después pude sentir sus dedos paseándose por mi cabello, justo antes de un dulce beso sobre mi cabeza, que me erizó la piel a sobremanera, pues no esperaba que lo hiciera, podía esperar cualquier otra cosa excepto algo tan tierno como eso–. Buenas noches –Me dijo, dando paso al completo silencio.

Yo aún no me reponía de la enorme cantidad de sensaciones que había experimentado con ese toque de sus labios, cuando por fin me decidí a abrir un poco los ojos para confirmar si él ya se habría dormido, y efectivamente, así era, Minho ya estaba descansando plácidamente, parecía que solamente estaba esperando a que me cansara, yo lo sabía, y por lo mismo no iba a permitir que a causa de mi egoísmo por tenerlo cerca, él no pudiera descansar como lo requería.

Me decidí a cerrar los párpados y disponerme a dormir también, reposando cómodamente sobre su pecho, y haciéndome esa pregunta que me hacía todos los días desde que lo había conocido, esa pregunta que no quería contestar, con esa duda que me torturaba día día y que no quería creer por mi miedo a sentir algo incorrecto… Pero quizá estaba en lo cierto, quizá lo que sentía era “eso”, quizá realmente estaba empezando a aceptar mis sentimientos, y lo que aceptaba era que… estaba enamorado.

Capítulo Dos

A la mañana siguiente desperté abrazado firmemente a algo muy suave, algo que por nada del mundo querría soltar. Me preguntaba qué podría ser, qué cosa en este mundo podría tener ese sutil y agradable aroma, pero no hacía lo posible por incorporarme para descubrirlo, pues me hallaba tan cómodo y desvelado, que podía seguir por siempre así de no haber sido porque un estrepitoso sonido se presentó en medio de mis somnolientos pensamientos. Entonces abrí mis ojos de forma súbita, y me sorprendí al notar que me encontraba prácticamente encima de Minho, abrazándolo como si se tratara de una suave almohada esponjosa.

–Taemin, es hora de… –Escuché la voz de Onew Hyung aproximándose desde la puerta, sorprendido dirigí la mirada hasta él, y noté como sus ojos se abrían probablemente lo más que les era posible–. Wow creo que ustedes necesitarán más privacidad a partir de ahora –Dijo en seco con ese par de ojos bien abiertos.

Avergonzado me incorporé, sentándome sobre la cama; y como si acabara de cometer un crimen, quise aclararle las cosas a Onew.

– ¡Hyung no es lo que tú crees! –Le dije mientras movía locamente mis manos de un lado a otro y me levantaba de la cama, tratando de negar algo de lo que ni siquiera se me había acusado–. Estábamos hablando y yo no me di cuenta cuándo fue qué me quedé dormido, así que, así que… –Me excusé, sin embargo, miré a Minho durmiendo profundamente, y comprendí que no era el lugar correcto para hablar como un loco, así que tomé a mi Hyung del brazo y lo incité a salir de la habitación junto conmigo–. De acuerdo –Admití una vez estuvimos fuera–, ya no sé qué es lo que me está pasando.

– ¿Qué quieres decir? –Preguntó Onew, aprovechando que nadie estaba escuchando a nuestro alrededor. Entonces me miró fijamente, y tomando un repentino tono de seriedad, agregó–. Está bien Taemin, confiesa… ¿Qué sucedió anoche? –Asustado, le respondí con lo primero que se me vino a la mente.

–Pues como te dije, estábamos platicando…

–Hablo de lo que en verdad pasó –Agregó con una mayor severidad, posando sus dos brazos sobre mis hombros.

–Hyung…–Susurré mientras lo miraba a los ojos, me había descubierto, tenía que admitirlo, no podía soportar esa mirada acusadora–. ¡La verdad es que yo fingí estar dormido, pero era para que Minho descansara, lo juro!, aunque ya lo sé, soy un completo tramposo, no me lo tienes que decir…

– ¿De qué hablas? –Preguntó algo extrañado, para después echarse a reír frente a mi cara, yo no entendía por qué, pero supuse que había sido por mi causa–. Tonto… –Añadió mientras se calmaba–. ¿Si no es lo que pienso entonces qué es lo que te preocupa tanto? Últimamente te pones tan nervioso que me estás comenzando a asustar, Taem.

Realmente pensaba que las acusaciones de Onew habían sido debido a que no había dejado descansar apropiadamente a Minho, pues eso estaba demostrado al haberme visto durmiendo a su lado, sin embargo, luego de unos segundos analizando la situación, logré entender lo que quería decir, y sentí cómo poco a poco el ritmo en los latidos en mi corazón se aceleraba. Al parecer Onew había percibido algo extraño en esa escena, y al ser el amigo en el que yo más confiaba, pensé que tal vez era tiempo de compartirle mis sentimientos, pues quizá el podría ayudarme, podía aclarar mi cabeza si es que no estaba en lo correcto.

–Hyung yo… Creo que…

– ¿Ya despertaste a Taemin? –Hizo repentina aparición la voz de Jonghyun, impidiendo que yo pudiera expresarle a Onew lo que estaba sintiendo, y que bajara mi cabeza, sintiendo cómo mis mejillas se pintaban de rojo por haber estado a punto de confesarle lo inconfesable.

–Sí, no fue difícil –Respondió Onew, mirándome como si estuviese leyendo mis pensamientos, eso sólo me hacía poner más nervioso.

–Un minuto –Dije al percatarme de lo bien vestidos que estaban–. Creí que la grabación del programa era para mañana.

–Sí –Respondió Jonghyun–, pero parece que se te olvida que teníamos una última sesión de fotos justo antes de presentarnos en el comeback de hoy, el cual fue pospuesto para la próxima semana, por si también se te olvidaba.

–No, eso no se me olvida –Contesté.

No, por supuesto que no se me iba a olvidar algo tan importante, fruncí el entrecejo notoriamente para Jong, y éste sólo me respondió asomando su lengua a través de sus labios, dirigiéndose hacia la sala de estar. Onew sonrió.

–Parece que está de mal humor –Me compartió la situación, yo sólo me encogí de hombros.

–No es mi culpa que ayer no pudiera dormir –Contesté con cierto sarcasmo, al tiempo que una sonrisa se dibujaba sobre mi rostro.

– ¿Te estás burlando? –Dijo Onew al sonreír de la misma manera que yo.

–Sólo un poco –Le dije con ironía, para comenzar a reír malévolamente junto a mi Hyung.

–Anda –Me dijo al tomarme por los hombros y empujarme por el pasillo–, mejor vete a arreglar.

–Sí sí, ya voy… –Contesté como un niño que era obligado a hacer lo que no quería, aunque la verdad era sí, ya que todo lo que yo deseaba en ese momento era volver a la cama y dormir, cosa que no me había importado en lo más mínimo la noche anterior, cuando hablaba tan amenamente con Minho.

Entré a la habitación y saqué del armario la ropa que me pondría, saliendo nuevamente para encontrar el baño con la puerta cerrada. Ante esto, no hice otra cosa más que tocar con mi puño cerrado.

–Está ocupado –Respondió Key desde adentro.

–Sí Hyung, creo que ya me di cuenta –Le contesté, y luego de varios segundos esperando respuesta, agregué impaciente–. ¿Ya vas a salir?

–No Pequeño –Respondió él–, estoy usando el agua del lavamanos, ¿quieres hacer pis?

–No –Fruncí el ceño de nuevo, pues a pesar de que me encantaba que Key fuera como una madre para mí, había veces como esa en las que me resultaba un poco molesto–. Quiero cambiarme.

–Entonces vete a tu cuarto –Dijo con una voz completamente distinta.

–Pero…

–Vete.

–De acuerdo… –Dije algo intimidado, quizá su fase materna no era tan molesta después de todo; seguramente se encontraría arreglándose el cabello o algo por el estilo, así que pensé que lo mejor sería no interrumpirlo.

No me quedó otra opción más que regresarme a la habitación, después de todo Minho estaba dormido, así que no había problema si me cambiaba frente a él, aunque ciertamente nunca hubo un reparo en eso porque era normal con ambos siendo hombres y compartiendo un departamento con otros tres, sin embargo, me resultaba un poco difícil cambiarme luego de haber llegado a una conclusión sobre mis sentimientos la noche anterior, me avergonzaba tener que desnudarme frente a la persona que me gustaba, no importaba cuántas veces lo hubiese hecho en el pasado, si él llegaba a verme en ése momento, yo no iba a saber cómo reaccionar.
Comencé a quitarme la playera del pijama, que había usado la noche anterior precisamente por la misma razón, sin quitarle la vista de encima al recostado Minho, puesto que me daba miedo que en cualquier momento pudiera despertarse y descubrirme así, me avergonzaría mucho aunque aparentemente no tenía sentido. Una vez me quité el short, escuché su voz, truncando por completo mis acciones.

– ¿Qué hora es?

– ¡Woah, Minho! –Grité al instante, perdiendo el equilibrio por la impresión, y cayendo al suelo de la forma más ridícula que podía, dando un giro sobre mi propio eje al tropezarme con el pantalón que me pondría.

– ¡Taemin! ¿Estás bien? –Exclamó Minho, incorporándose sobre la cama, y tratando de buscarme con su mirada. Para mi suerte, había caído tras mi cama, por lo que él, desde su distancia no podía verme–. Oye, ¿qué te pasa?, ¿te quieres lastimar igual que yo, o qué?

–No, estoy bien, tranquilo –Respondí de manera entrecortada, poniéndome el pantalón en el suelo y levantándome de allí, sin importar que mi torso aún estuviera desnudo.

–Ten más cuidado.

–No eres el indicado para decírmelo –Me crucé de brazos, él simplemente se dio la vuelta, quedando boca abajo en su cama, mientras se quejaba por recordar su imposibilidad para salir.

– ¡Ahh! ¿A dónde irán? –Preguntó con su cabeza puesta sobre la almohada, algo que me resultaba tierno porque lo hacía ver como un niño berrinchudo. Al tiempo que me ponía la playera, le contesté:

–A la sesión de fotos.

–Oh… es cierto.

–A ti también se te olvidó –Musité, contento por ver que no era el único con mala memoria.

–Sí –Respondió volviendo su mirada hasta conmigo–, con esto en la pierna realmente no puedo pensar con claridad.

–Vamos, ¿qué acaso tu cerebro está en tus piernas? –Le dije mientras me ponía los zapatos, él solamente soltó una carcajada, seguro se lo estaba imaginando.

–Ojalá pudiera acompañarlos –Exclamó de pronto luego de unos segundos. Yo me sorprendí, y clavándole la mirada, dije:

– ¿No lo harás?

–El manager me lo dijo ayer: “No vas a moverte por nada del mundo mañana, ¿me oíste?”… –Respondió imitando la voz de ese hombre, cosa que me causó gracia, además de las siguientes palabras que murmuró entre dientes–. Desquiciado, me voy a morir aquí dentro.

–No deberías hablar así Hyung –Respondí al continuar con mi arreglo.

–Pues tú no vas a decírselo, ¿o sí? –Me dijo él con seguridad, yo decidí contestarle con algo que no esperaba.

–Mm, depende…

– ¿Cómo qué depende? –Exclamó él con asombro–. Debes responder: “Claro que no Hyung, yo nunca te traicionaría” –Me dijo entre risas, yo me senté a su lado–. ¿Pero qué clase de Dongsaeng eres?

–Claro que no Hyu… –Le contesté, pero no pude terminar porque me estaba riendo de igual manera, él me empujó con delicadeza, y aún entre carcajadas dijo:

– ¿Ves? ¡Ni siquiera puedes decirlo! –Comenzó a picarme el estomago mientras que yo reía, sin poder parar por las cosquillas que me provocaba, él parecía estarse divirtiendo también, sobre todo por lo sometido que me tenía. No obstante, las risas de ambos pararon lentamente, y su mirada se detuvo claramente sobre mi rostro, susurrándome con una ligera tristeza: –No quiero que te vayas.

Permanecí mirándolo por un instante, pero comencé a sentir cómo me ganaba el nerviosismo, así que busqué algo con la mirada, y encontré el buró de madera junto a la cama; fue entonces que se me ocurrió dirigirme hasta él, y sacar de uno de sus cajones algo que me sería de mucha utilidad en ese momento. Me aproximé nuevamente hasta Minho, y con el marcador azul que había sacado, anoté sobre su yeso las palabras: “Volveré pronto”.
Luego de leerlas, él alzó la vista nuevamente hacia mi rostro, y observándome fijamente a los ojos, susurró con tranquilidad:

–Eso espero.

Mis mejillas estaban por pintarse de rojo, pero por suerte alguien tocó la puerta de la habitación, y la abrió unos segundos después, como si hubiera aprendido del error que tuvo varios minutos atrás.

– ¿Listo Taem? –Cuestionó Onew, y al instante su atención se fue sobre mi compañero de cuarto–. Buenos días Minho, ¿cómo amaneciste?

–Inmóvil –Respondió él, demostrando su mal humor. Onew no hizo más que esbozar una sonrisa.

–No te preocupes, pronto se te pasará –Le aseguró–. Por ahora ten cuidado en el departamento, te traerán comida, así que no te preocupes. Nosotros te llamaremos –Prometió, para luego dirigir sus palabras a mí–. Vámonos Taemin.

Obedientemente, aunque en verdad no me quería ir, me encaminé hacia la salida mientras me despedía de Minho, sin quitarle ni un segundo la vista de encima, puesto que no lo vería dentro de largo tiempo.

–Nos vemos luego, cuídate mucho Hyung.

–Adiós Taemin –Me respondió con tristeza, y con esos ojos que estuvieron a punto de tentarme a quedarme con él, pero eso iba a resultar muy extraño, así que simplemente seguí a los demás Hyungs, dejando a mi favorito dentro del cuarto, con toda la esperanza de que fuera a estar bien.


Pronto llegamos al local donde se nos tomarían las fotos, aunque en el camino todos iban bromeando y haciendo escándalo, yo guardé silencio, con mi mente en blanco, tratando de analizar una vez más mis sentimientos, aunque en el fondo de mi ser los conociera por completo.
Comenzaron por arreglar a cada uno de nosotros, y después de unas fotografías en conjunto, dejaron a Jonghyun y a Key sobre los reflectores, haciéndonos a un lado a Onew Hyung y a mí.
Alegres por estar libres un instante, platicamos amenamente por unos minutos, hasta que de pronto, a Onew se le ocurrió sacar el tema del que estábamos hablando esa mañana.

– ¿Qué era lo que ibas a decirme hace unas horas? –Me preguntó, a mí me costó recordar, sin embargo, pude remembrar exactamente el punto en el que la conversación se había quedado, entonces comencé a sentir lo mismo que en ése entonces, ése nerviosismo y ése miedo por confesárselo todo a alguien.

–Que… –Iba a decírselo, sin embargo, tenía algo que saber antes de hacerlo–. Bueno, Hyung, te quiero hacer una pregunta primero.

– ¿Qué pregunta Tae?

– ¿Cómo es que sabes cuando estás enamorado? –Le solté la pregunta de pronto, y pude notar cómo su mirada se desviaba, y comenzaba a ponerse nervioso, eso me causó mucha gracia, y no pude evitar sonreír.

–Bueno… mm, eso es difícil de responder –Me dijo, cubriéndose la boca con el dorso de la mano –. ¿Acaso tú estás enamorado?

–No lo sé, por eso te lo pregunto.

–Pues… –Se dispuso a responder con seriedad, dejando a un lado su vergüenza–. Sientes una enorme necesidad por estar con ésa persona, te preocupa su bienestar y su felicidad, y cuando no estás con ella, simplemente te sientes vacío –Viendo la admiración que causaba en mi rostro, Onew sonrió con nerviosismo y quiso aclarar un punto antes de proseguir–. Al menos así es en mi caso –Yo simplemente sonreí–. Tampoco le ves muchos defectos, y si se los encuentras bueno, tendrás una manía porque esos defectos también se apoderen de ti, y te gusten al igual que te gusta ésa persona.

–Wow, sí que eres sabio, Abuelo Jinki –Murmuré sin pensar.

– ¿Abuelo? –Cuestionó él, sorprendido, yo quise arreglar mi error.

–Olvida eso –Dije, y entonces decidí confesárselo–. ¿Sabes?, si es así entonces tengo un problema… –Lo miré, agregando luego de unos segundos–. Creo que estoy enamorado.

Onew se echó a reír.

– ¿Y piensas que eso es un problema? –Preguntó irónico, con su alegría habitual.

–Creo que estoy enamorado de Minho Hyung.

–Bueno, tal vez sí sea un problema –Pero su expresión cambió al instante, yo no tardé en alterarme.

– ¿Lo ves? ¡Dios, ¿qué hago?! –Grité con las manos sobre mi cabeza, él continuó con lo que estaba diciendo.

–Sí, y no lo digo porque los dos sean hombres, sino porque… ¿sabías que a Minho le gusta Key?

– ¿QUÉ? –No pude decir otra cosa, mi corazón se había lastimado.

–Sí, sin duda estás enamorado –Murmuró Onew al bajar la mirada, como si acabase de confirmar algo, yo até los cabos, y le pregunté lo primero que se me vino a la mente:

–Espera, ¿no era cierto?

–No –Respondió, provocando que me relajara con rapidez–, era para confirmar tus sentimientos con tu reacción, debiste haber visto tu cara.

–Hyung… –Murmuré algo molesto, parecía como si estuviera jugando, aunque esa reacción tan asustada de mi parte me hizo corroborar lo que en cierta forma ya sabía, y ahora no había forma de negarlo, puesto que estaba demostrado.

– ¿Desde cuándo te sientes así? –Preguntó.

–No lo sé –Le contesté–. Creo que desde siempre, pero no lo entendía, trataba de negarlo. Ahora que lo sé, ¿qué es lo que crees que debería hacer?

–No me preguntes eso Taemin –Dijo al revolverse por sí mismo su cabello, sin mirarme a la cara–, te diría que le confesaras tus sentimientos, pero puede ser algo arriesgado.

– ¿Tú lo harías? –Le pregunté, él me observó al fin, y tardó algunos segundos en responder, como si realmente lo estuviera pensando, aunque me extrañaba su mirada puesta sobre mis ojos.

–Creo que no podría –Respondió al fin, sonriendo ligeramente, para después dirigir el tema hacia otro punto–. Dime una cosa, ¿Minho te dijo o te hizo algo ayer que te haya impulsado a contármelo hoy?

–Pues… –Contesté al apuntar hacia mi cabeza con el dedo índice–. Me dio un beso de buenas noches aquí.

–Qué dulce –Comentó con algo de sorpresa, dándome la espalda por un instante, parecía que esperaba que le dijera algo diferente. Se giró hacia mí de nuevo, y me dijo lo que pensaba finalmente–. Creo que deberías decirle.

Sin saber qué contestar, simplemente me quedé observando a mi Hyung, mientras analizaba las cosas, sin embargo, no pude pensar mucho, porque el vibrar de mi celular interrumpió. Creo que fue posible que yo pudiera escucharlo porque estaba a corta distancia de la pequeña mochila que llevaba. Y creyendo que eso me salvaría de mis pensamientos, lo saqué de allí y descubrí un mensaje, era de Minho.

–“¿Cuándo regresan?, ha pasado mucho tiempo” –Leí tanto para mí como para Onew.

–Parece desesperado –Comentó él con cierta gracia, yo asentí mientras reía–. ¿Quieres ir? –Me preguntó, yo asentí lentamente, desviando la mirada hasta el celular.

–Pero… –Iba a decir que no era posible, Onew no me dejó hablar.

–Podemos decirles que se centren en tus fotos porque vas a estar ocupado –Propuso, yo sonreí, y alegrándome por el gesto de mi mejor amigo, le murmuré contento:

–Gracias Hyung. Pero no creas que te salvas ¿eh?, después tendrás que contarme quién es la persona de la que tú estás enamorado –Le dije con cierta mofa en mi tono de voz, él sonrió, y corriendo para escaparse de allí, respondió diciéndome:

– ¡Eso nunca!

Me reí, y con indignación traté de perseguirlo, pero él comenzaba a arreglar la situación con los fotógrafos para dejarme salir antes, así que no insistí acerca de lo que estábamos hablando. Me alegraba ver que no lo tomó a mal, aunque ciertamente, en ese momento yo no tenía idea de lo que él sentía en realidad.


Luego de acabar con mis fotografías, me dirigí sin pensarlo hasta el departamento, donde Minho se hallaba seguramente solo y aburrido, no me importó que Jong se burlara de mí llamándome “Enfermera Minnie”, yo lo ignoré dispuesto a verlo con toda la prisa que mi corazón me exigía. Subí hasta nuestro piso, y abrí la puerta principal con rapidez.

–Ya llegué –Avisé al desplazarme por el pasillo, y al adentrarme un poco más en el departamento, descubrí rápidamente a Minho, queriendo salir de la habitación, apoyándose solamente con el marco de la puerta.

Alarmado, me acerqué corriendo hasta mi Hyung, y lo tomé de los hombros para ser su apoyo al caminar, aunque la verdad era que resultaba muy pesado para mí.

– ¿Pero qué estás pensando? –Dije en tono de reproche.

–Taemin, al fin llegaste –Me dijo él con alegría, ignorando mi pregunta.

–Ya no te muevas –Le indiqué con temor, pues había notado lo inestables que nos habíamos vuelto los dos juntos, no pudimos seguir más de pie. Caímos los dos al suelo, yo no supe si fue por suerte para él o por desgracia para mí, pero cayó encima mío, cosa que le amortiguó el dolor del golpe.

–Auch… –Susurró, justo antes de percatarse de que estaba sobre mí. Una vez se dio cuenta de esto, se apartó lo más rápido que pudo, empleando sus brazos para levantar el peso de su cuerpo, aunque aún se hallaba en cierta forma encima del mío–. ¡Lo siento!, ¿Taemin estás bien?

–Sí, soy yo quien debe disculparse –Contesté al abrir mis párpados, que se cerraron por el miedo–, te caíste por mi culpa –Agregué mientras miraba hacia atrás, buscándole el rostro.

– ¿De qué hablas? Estabas tratando de ayudarme –Sin embargo, me sorprendí por lo cerca que lo encontré, hablándome con su rostro repleto de preocupación, a unos simples centímetros de mis labios, con sus enormes ojos clavados firmemente sobre los míos. Me sonrojé de inmediato.

–S-sí, y lo empeoré ¿sabes? –Dije tartamudeando al rodar por el suelo, escapando de la prisión tan agradable pero vergonzosa de su cuerpo.

–Para nada –Dijo él, mientras que yo recuperaba el equilibrio para tratar de ayudarlo nuevamente, sólo pude auxiliarlo para levantarse–, yo estaba dispuesto a lanzarme por la ventana si nadie llegaba –Me compartió estas palabras mientras que rechazaba el resto de mi ayuda y comenzaba a saltar en un pie hasta el mueble de la sala, apoyándose con las paredes y otras cosas al tiempo que yo lo seguía.

–No exageres –Le dije, algo molesto porque no me dejaba ayudarle. Él se sentó en el sillón, y yo lo alcancé pronto, sentándome en el otro extremo.

–No estoy exagerando, me sentía muy solo al no tenerlos aquí, quería estar con ustedes, pero sabía que era mi culpa el hecho de que estuviera encerrado –Me contó, y yo podía ver cómo se reflejaban esas palabras en lo tristes que se notaban sus ojos–. En especial, estuve pensando que sin ti adentro, la habitación me parecía mucho más grande.

Sentí una punzada en mi pecho, pues esas palabras eran justo lo mismo que yo pensaba cada vez que él estaba lejos y yo me quedaba solo en el cuarto, quería decírselo, pero no me atrevía a hacerlo.

–Bueno… –Murmuré, y como respuesta, saqué de mi mochila aquel marcador azul que había guardado desde la mañana, para anotar en su pierna nuevamente las palabras: “Ya estoy aquí”.

Él las leyó, y pude notar cómo sus ojos se iluminaron, y su rostro cambió completamente, contagiándome esa alegría y esa adorable sonrisa que al instante dibujó sobre sus labios.

– ¿Quieres ver una película? Renté una hace poco –Le sugerí luego de unos segundos, incorporándome del mueble para buscarla.

– ¿De acción? –Me preguntó él con curiosidad.

–No lo sé, no leí la sinopsis –Respondí con la verdad, a lo que él no se extrañó.

–Cierto, olvidé que tú rentas películas sin saber de qué tratan.

–Es parte de la emoción por verlas –Le comenté, sonriente–, descubrir de qué tratan mientras las ves.

Pero me arrepentí de mis palabras… Puse la película y ambos la empezamos a ver con entusiasmo, sin embargo, todo era muy trágico, ocurrían cosas tan tristes que cuando al protagonista lo atropellaron y perdió su pierna por el accidente, decidí que era demasiado sufrimiento para la mente de Minho, así que la detuve, apagando la tele en una reacción láser.

–Oh Dios… –Murmuró al dejar caer su cabeza sobre el brazo del mueble, de forma tan alterada, que al momento provocó que me riera sin querer.

–Lo siento Hyung –Me disculpé entre mis carcajadas, y él levantó el rostro para mirarme.

–Estamos a mano ahora Mocoso –Exclamó, refiriéndose probablemente al momento en el que cayó encima de mí, pero me dijo esto con una furia tan fingida, que pronto supe que a él también le había causado gracia la situación porque se empezó a reír conmigo–. ¿Cuándo volverán los demás? –Me preguntó mientras se tranquilizaba, pero sin borrar su sonrisa.

–No lo sé –Contesté–, me vine antes.

– ¿Por qué?

–Porque estabas aquí solo y además me habías puesto el mensaje preguntando por nosotros, se notaba que te hacíamos falta –Le dije mientras sonreía, para después agregar con seguridad en mis palabras–. Además, ellos podían continuar sin mí porque nosotros estábamos allí sin ti.

No me respondió inmediatamente, simplemente me miró en silencio, y entonces hizo una pregunta, sin quitarme la vista proveniente de sus ojos curiosos de encima.

– ¿Por qué eres tan bueno conmigo Taemin? –Mi corazón volvió a sentir esa punzada–. Por mi culpa ustedes tendrán más trabajo, he retrasado algo por lo que has trabajado más de nueve meses, y no estoy enfermo…

–Pero eres un tonto –Le dije sin más, él partió en risa nuevamente–. Y alguien tiene que cuidar de ti –Agregué, empezando a contagiarme de sus carcajadas por segunda vez, él miró al suelo mientras decía lo siguiente:

– ¿Un tonto que se lesiona en los programas de deportes?

–Exactamente –Contesté con una sonrisa.

–Bueno –Comentó, relajado, acortando la distancia entre nosotros al recargar su cabeza sobre mi hombro–… Si vas a ser tú quien esté cuidándome, entonces me alegra ser un tonto.

– ¿Enserio? –Cuestioné luego de un instante, mirando hacia la nada, mientras experimentaba los latidos de mi corazón acelerándose dentro de mi pecho.

– ¿Qué?

– ¿Enserio te alegra? –Le repetí. Él se separó un poco de mí, para mirarme a la cara mientras decía:

–Claro que sí Taeminnie.

–Hyung yo… –Susurré, con esa sensación de vergüenza y ansias que siempre me desesperaba al estar a su lado. Pensé que era el momento correcto, no había nadie para interrumpirlo–. También me alegro de cuidarte.

Pude ver la extrañez en la expresión de Minho, y sentir cómo todos mis sentidos se aceleraban cuando me aproximaba hasta él para darme un abrazo, pero no sentía que lo estuviese entendiendo, pues el abrazo duró poco, así que cuando nos separamos, yo continué con lo que estaba diciendo esperando que pudiera comprenderlo.

–Quiero devolverte todos los favores que has hecho por mí, pero también me gusta pasar más tiempo que los otros contigo… –Él me miraba directamente, y yo no vacilé al confesárselo–. Me gustas, Minho.

Él sonrió, y revolviendo mis cabellos me respondió con sinceridad, pero con cierta simpleza:

–Tú también me gustas Pequeño.

–No me entiendes –Dije un tanto desesperado, apartando su mano de mis cabellos–. Yo… –Hice una pausa y tomé un respiro, para después confesárselo de la manera más clara que podía–… estoy enamorado de ti.

El silencio se apoderó del momento en cuando susurré esas palabras, Minho no apartaba la vista de mí, y la pregunta que me hizo después no hizo más que avergonzarme en mayor medida.

– ¿De verdad? –Cuestionó con delicadeza, yo desvié la mirada, triste y abochornado, pues a juzgar por su tono, parecía que sólo estaba ordenando sus palabras de disculpa en su mente para rechazarme sin que me doliera, no obstante, lo que sucedió después detuvo cada predicción que estaba comenzando a hacer dentro de mis pensamientos, él acarició mi mejilla lentamente con su mano, y se acercó a mí mientras observaba cada detalle de mi rostro, yo me espanté y dirigí la mirada hacia él, encontrando sus ojos justo frente a los míos, pues al momento en que quise girarme para verlo, él había sellado mi boca con un beso, mi primer beso, tan lento y tan tierno, que esperaba por despertarme en cualquier momento para darme cuenta de que era un sueño, pero eso no sucedía, al contrario, tomó mi rostro con la otra mano, y comenzó a besarme con mayor intensidad, acariciando mi cabello mientras aventuraba delicada pero apasionadamente por mis labios.

Parecía un sueño, parecía el inicio de algo muy bueno, sin embargo, el pensar así resultaba una predicción muy acelerada, pues a pesar de estar sintiéndolo tan cerca de mí, saboreando su sabor dentro de mi boca, yo aún no escuchaba su respuesta a mi confesión, aún no sabía qué era lo que pasaba por su mente…

Capítulo Tres

Lo besé, no pude soportar verlo tan triste, me dejé llevar y presioné mis labios contra los suyos, sintiendo el impulso más fuerte de mi vida luego de escucharlo decir que estaba enamorado de mí. No sabía qué hacer, no sabía qué sentir, sólo sabía que no quería verlo así, ni siquiera pensé en mi respuesta cuando ya estaba probando el sabor de su boca, acariciando su suave cabello mientras me dejaba vencer por esa piel tan delicada y ese rostro tan hermoso; me sentí como un estúpido al reaccionar, abrir los ojos y darme cuenta del error que estaba cometiendo. Aunque algo dentro de mí no quería hacerlo, me separé de sus labios, sintiéndome tan confuso…

–No –Susurré–. No no no, esto no está bien.

– ¿Hyung? –Preguntó él, mirándome expectante y aún más confundido que yo.

–Taemin… –No podía sostenerle la mirada, estaba avergonzado–. Lo siento, yo…

– ¿Lo sientes? –Volvió a preguntar, haciendo notoria su reacción en las expresiones tristes de su rostro. Me llevé las manos a la frente, recargándome sobre la cabecera del mueble para no mirarlo a la cara, pues sabía que sería esa cara la que me haría caer nuevamente si no trataba de evitarla.

–No sé qué es lo que estoy haciendo, perdóname.

– ¿Cómo? –Me atreví a mirarlo, yo no era un cobarde, sin embargo me sentí como uno cuando noté su expresión enojada, y las palabras que mencionó después alzando el tono de su voz–. ¿No lo sabes? ¡Pero si acabas de besarme! –Dijo con desesperación, para después bajar la mirada, regresando otra vez a aquella expresión afligida que tanto dolor me causaba–. ¿Tú… no querías hacerlo? –Murmuró alzando la vista, buscando mis ojos. Yo no supe qué decir, pero aún sintiendo su dolor a través de la manifestación de su rostro, negué con la cabeza lentamente, y sólo entonces me di cuenta de que lo había arruinado.

– ¡Hemos vuelto~! –Hizo aparición la voz de Key al tiempo que la puerta principal se abría, y por ella entraron los tres miembros faltantes del grupo. Rápidamente pudieron sentir la tensión al encontrarnos en la sala.

Miré a Taemin, y quise decirle algo más, pero no me dio tiempo, se levantó tan rápido como pudo y se alejó, dejándome ver cómo sus ojos cristalinos empezarían a derramar lágrimas tan pronto como abandonaran la habitación. Entonces me sentí culpable, el idiota más grande sobre el universo.

Onew salió disparado detrás de Taemin, y Jonghyun observaba mi rostro con extrañeza, como si estuviera preguntándome por lo que había ocurrido con la mirada. Lo siguiente que se presentó fue un silencio abrumador, y después las palabras de Key tratando de romper esa atmósfera.

–Bien… –Musitó con lentitud–. Fingiré que no ha pasado nada por ahora, al parecer necesitas pensar –Fue como si hubiera leído mi mente, y entonces se dirigió hasta otra parte del enorme departamento; en verdad que lo que menos necesitaba en ese momento era que me preguntaran por lo que había pasado.

– ¿Estás bien? –Bueno, aunque esa pregunta no era tan mala.

–Estoy confundido –Le contesté a Jonghyun, siendo sincero. Él se acercó a mí, y cargó su mano en mi hombro.

–Creo que sé por qué –Dijo, levantándola para retirarse–. Si necesitas hablar estaré en mi habitación.

Y entonces me dejaron solo otra vez, adolorido y cansado con todo lo de mi pierna, pero más agobiado aún con mis pensamientos, realmente necesitaba empezar a conocerlos. Lo que había ocurrido fue un impulso, pero yo no tenía idea de por qué surgió, siempre había visto a Taemin como mi pequeño Dongsaeng, mi hermanito consentido, mi preferido entre todos, pero sólo eso, nunca pensé que él pudiera estar enamorado de mí, ni me pasó por la cabeza que esos sentimientos fraternales fueran capaces de llevarnos a otra cosa. Sentí nervios cuando me lo confesó porque no podía hacer nada, pero cuando menos lo esperaba ya lo estaba besando, ¿pero qué me sucedía? Era cierto que de un tiempo a otro estuve empezando a sentir algún tipo de atracción hacia él, pero pensé que era solamente por su delicada figura, su rostro, su sonrisa, su cabello largo, creía que era solamente porque parecía una chica, aunque si lo pensaba bien, eso no era una buena excusa, quería ayudarlo y protegerlo todo el tiempo, ¿pero por qué lo hacía? Era tan cierto lo que él me dijo, yo era un tonto, tan tonto que ni siquiera lo sabía.

No supe ni en qué momento caí dormido sobre el sillón, aunque quería hablar con Jonghyun no podía levantarme para ir a buscarlo, y tampoco me sentía muy bien como para gritarle desde la sala, el pecho me dolía y mi cabeza daba vueltas, no paraba de pensar en lo mismo, hasta que de alguna forma terminé durmiendo con todos esos pensamientos y dudas dentro de mi mente.


Abrí los ojos y observé su rostro, en medio de un hermoso pastizal acompañado de un cielo claro, mirándome con ese par de ojos tiernos que tenía y esa sonrisa encantadora, me sorprendió ver lo rápido que lo tomé entre mis brazos, estrujándolo como si nunca jamás lo fuera a volver a ver, mientras que él hablaba y hablaba con palabras que yo no podía escuchar. De pronto me apartó y sin borrar esa sonrisa comenzó a alejarse, dejándome solo mientras se despedía, moviendo la boca sin que yo pudiera entender una sola palabra de lo que decía, me sentí tan desesperado porque no podía correr tras de él, que traté de gritar su nombre, pero de mi boca tampoco salía nada, ni un pequeño sonido, mi desesperación fue en aumento poco a poco, y el ambiente se volvió tan frío, que me sentí congelado, gritando allí solo sin recibir respuesta…

– ¡Taemin! –Grité y por fin pude oír mi voz, aunque la persona que vi frente a mí no fue precisamente la que yo quería detener.

– ¿Tú crees? –Preguntó Key, sorprendido a apenas dos metros de distancia–. ¿Me parezco? –Se apuntó a sí mismo mientras que Jonghyun se aproximaba a él para despeinarlo.

–Con ese peinado que te cargas no creo que luzcan muy similares –Le dijo, Key se giró hasta él y en respuesta solamente soltó una bofetada ligera sobre su rostro.

–Oh… –Susurré, volviendo a la realidad y entendiendo que había sido sólo un sueño… o más bien una pesadilla.

– ¡Te lo dije, te lo dije! –Interrumpió Jong, dando pequeños brinquillos alrededor de Key, como si fuera un niño pequeño–. Tenía que ver con Taemin, ahora dame mi premio –Se detuvo, extendiendo la mano como si quisiera recibir algo, Key sólo lo apartó riendo.

– ¡Pero si yo te dije exactamente lo mismo! –Reclamó, apuntándole con el dedo índice–. Además no apostamos nada.

– ¿De qué están hablando? –Les cuestioné perdido, Jonghyun me contestó.

–De tu sueño, es que estabas haciendo unas caras de sufrimiento tan raras… –Miró a Key, y éste comenzó a imitarme, abrazándose a sí mismo; yo no podía creer que hiciera esas caras mientras dormía, creía que solamente hablaba, pero eso era el colmo–. Algo así –Dijo Jonghyun, justo antes de echarse a reír.

–No le veo lo gracioso –Interrumpí, él cambió su semblante rápidamente y se enderezó con seriedad.

–Nosotros tampoco –Aseguró con miedo, yo sonreí, algo irónico.

–Espero que arreglen sus diferencias pronto –Agregó Key con sinceridad, tomando enserio lo que al principio yo creía que tomaban como una broma.

– ¿Ya les contó? –Pregunté con intriga.

–A mí no, ¿y a ti? –Respondió Jonghyun mirando a Key, quien negó con la cabeza.

–No quiso salir de su cuarto en toda la noche –Relató con preocupación–, parecía que estaba hablando muy seriamente con Onew, así que pensé que era mejor no molestarlos.

Bajé la mirada, completamente avergonzado y decepcionado de mí mismo, aunque nadie me estuviera recriminando algo, yo sabía muy bien que era mi culpa.

–Buenos días –Escuché la voz de Onew asomándose desde el pasillo.

–Buenos días –Saludamos todos, él se detuvo en seco de espaldas a mí.

– ¿Mejor? –Me preguntó, con un tono algo extraño.

–Supongo… –Contesté con cierta duda por el tono de su voz, él sonrió con malicia, y como si se estuviera burlando, agregó:

–Genial, espero que te alegre.

– ¿Eh? –Exclamé desconcertado mientras que él se dirigía a la cocina, dejándonos atónitos tanto a mí como a los demás, pues parecía molesto sin razón aparente.

–Minho –Me llamó Key, agitándome de los hombros para llamar mi atención–. ¿Quieres desayunar algo?

–No, ahora no, gracias –Traté de sonreírle, él simplemente me dio una palmada en el hombro.

–Está bien –Dijo, para después retirarse en la misma dirección en la que Onew se había retirado.

–No te puedes matar de hambre por un problema amoroso –Comentó Jonghyun, llamando al instante mi atención y provocando que le clavara la mirada con sorpresa. Él dibujó una sonrisa y se sentó a mi lado–. Ocurrió algo entre el pequeño y tú ayer, ¿cierto?

– ¿Tú lo sabías? –Cuestioné asombrado, Jong inclinó la cabeza de un lado a otro.

–Eso supongo, ¿pero querrías contarme?

Desvié la mirada, y luego de pensarlo por un instante, asentí con lentitud, pues quizá decírselo a Jong podría ayudarme a aclarar mi cabeza, después de todo él estaba dispuesto a escucharme.

–Me dijo que estaba enamorado de mí –Le confesé, observando la cara de sorpresa que él puso al momento de decírselo.

–Wow, pero qué valiente…

–Sí.

– ¿Y tú qué hiciste? –Preguntó, yo me llevé las manos a la cara, dejándome caer sobre el mueble, y pasar los segundos abrumadores justo antes de decirle:

–Lo besé.

– ¿¡Eh!? –Exclamó él al instante, con un enorme asombro reflejado en el tono de su voz–. ¿Entonces dónde quedó el drama? –Me incorporé al ver que no había entendido–. ¿Taemin se enojó porque lo besaste? Pero qué raro, yo en su lugar me alegraría.

–No Jjong –Le aclaré–, el problema es que yo no debí hacerlo. Quiero a Taemin… –Hice una pausa para tomar aire–… pero como a un hermano.

–Eso ni tú te lo crees –Respondió Jong, más seguro de lo que estaba yo.

–Es la verdad –Le aseguré sin importar mi guerra interna.

– ¿Y se lo dijiste? –Cuestionó él, yo respondí con sinceridad.

–No me dejó hacerlo, llegaron ustedes y él se fue. Sé que cometí un error al besarlo, pero es que no sabía qué hacer…

–No creo que un beso sea un error –Me interrumpió–, en todo caso debiste rechazarlo, con palabras Minho.

–Lo sé pero es que…

–Dime la verdad –Cortó mis palabras por segunda vez, observándome fijamente como si pudiera ver a través de mí, y la verdad era que podía hacerlo. Yo me rendí, y suspirando le confesé lo que hasta entonces conocía como la verdad de mis pensamientos.

–No quería verlo triste pero, también pienso que quería probarlo… –Rápidamente me llevé las manos a la cabeza, desesperado–. Todo esto me confunde Jjong, jamás lo había pensado.

–De acuerdo, entiendo –Dijo–, estando tan limitado con el contrato y conviviendo todo el tiempo con nosotros, supongo que es natural que te confundas –Me dio unos ligeros manotazos en ambas mejillas, como si quisiera despabilarme justo antes de levantarse y agregar lo siguiente con certeza–. Pero piensa que si lo besaste fue realmente porque tú querías.

Comenzó a alejarse para reunirse con los otros, pero yo lo detuve con una pregunta que se había formado en mi mente al ver lo bien que reaccionó con la situación que le conté, pues parecía que estaba acostumbrado a ese tipo de cosas.

– ¿Alguna vez te ha pasado algo así, Jjong?

Él se rió.

– ¿Pero quién me crees? –Cuestionó sonriente, cuando de pronto escuchamos la voz de Key gritando alterado desde la cocina porque al parecer estaban teniendo problemas con la licuadora. Entonces Jonghyun borró su sonrisa, y pude ver que con la dirección de sus ojos, sus hombros alzados y su cabeza inclinada en dirección hasta la cocina, me estaba indicando que algo así ya le había pasado, y que la persona involucrada se encontraba allí–. Sí –Admitió, y yo no tardé en reír con ironía.

– ¡Es increíble! –Comenté mientras que Jjong se iba riendo de una vez por todas a auxiliar con lo de la licuadora, aunque estaba seguro de que no iba a servir de nada más que para burlarse de lo ocurrido.

Era increíble que yo no me hubiera dado cuenta si vivíamos juntos, ¡había tres gays confirmados en el grupo y yo no lo sabía!, en verdad que necesitaba ser más observador.


No pasó mucho tiempo antes de que arreglaran el problema y terminaran el desayuno; Taemin hizo su aparición entonces, adormilado como solía estar todas las mañanas. Observé su rostro viniendo desde el pasillo, y pude notar como éste cambiaba al observarme, deteniéndose unos segundos para después continuar con su camino, haciendo como si yo no estuviera ahí.

–Buenos días –Exclamó él al llegar a la cocina, Key fue el primero en contestarle, y después los otros, todos mostrándole lo gustosos que estaban de verlo, excepto yo, porque el miedo a que me rechazara no me permitía hacerlo.

–Allí está el desayuno Taeminnie, sírvete –Le dijo Key, yo podía ver apenas un poco desde mi distancia, pero pude notar como él abandonaba la cocina, con dos platos en sus manos mientras que Taemin y los demás se quedaban allí–. Aquí tienes Minho –Me dijo al dejar aquel plato en la mesa, frente al mueble.

–No tenías por qué… –Dije, pero él me clavó una mirada tan gélida que me dio mucho miedo, así que rápidamente cambié el rumbo de mis palabras–. Muchas gracias Kibum –Entonces sonrió.

No cabía duda que Key podía ser un muy buen manipulador si se lo proponía, eso solía asustarnos a todos.
Se sentó en el piso, sobre la alfombra, descansando el plato de su desayuno sobre la mesilla, ya saben, para acompañarme, al tiempo que Jonghyun salía de igual manera de la cocina para hacernos compañía a los dos, dejando a Onew y a Taemin ahí dentro. La verdad pocas veces desayunábamos los cinco juntos, usualmente lo hacíamos todos regados por el departamento y a diferentes tiempos, pero en ese instante, sentí como si los dos se hubieran alejado de allí apropósito, y acercado a acompañarme por puro compromiso, aunque también culpaba a mi bajo autoestima post-lesión de eso.
Jong y Key conversaban mientras veían la televisión sentados en el piso, tratando de meterme en su plática de manera constante, aunque sinceramente yo tenía la cabeza en otro mundo, no podía parar de mirar en dirección a la cocina, porque de ella venían risas y conversaciones que no podía entender de parte de Taemin y Onew; parecía que se la estaban pasando bastante bien, y eso, por alguna extraña razón me estaba doliendo, quizá porque solía ser yo el primero que lo hacía reír tan temprano en la mañana… o al menos eso pensaba.

Pero de pronto, pude notar desde mi distancia cómo Taemin comenzaba a correr por la cocina, y Onew lo alcanzaba atrapándolo en un abrazo, una acción que me sorprendió de tal manera, que acabé ladeando mi plato sin darme cuenta.

– ¡Oye! –Reclamó Jonghyun, regresando mi atención al mundo real y percatándome de que le había lanzado la mitad de mi desayuno a la cabeza–. Tienes suerte de que voy a bañarme –Me amenazó apuntándome con su puño cerrado, mientras que Key solamente se reía.

– ¿Enserio? –Le dije con una sonrisa maliciosa, dispuesto a empezar a molestarlo–. ¿Y a qué se debe semejante milagro?

–Estúpido –Me dijo tomando un cojín del mueble y lanzándomelo a la cara, Key me ayudó sin problemas.

–Iremos a grabar el programa, por eso el milagro… –Lo miró Jonghyun con la boca abierta, provocando que él riera con mayor fuerza.

– ¿Tú también Key? –Musitó decepcionado, queriendo levantarse para iniciar su salida dramática, pero Key lo detenía abrazándolo por los hombros, disculpándose con él sin poder parar de reír, pues le encantaba molestarlo. De pronto Jong se giró en dirección contraria, quedando justo frente al rostro de Key, quien seguramente no se lo esperaba, porque pude notar su nerviosismo, el modo en que rodó los ojos hacia otra dirección, una reacción que hizo sonreír sin dudarlo a Jonghyun, y que me mostró ése lado de ambos que no había notado antes, pero que en cierta forma, resultaba adorable.

–Oh… es verdad –Murmuré, sin esperar que me escucharan porque estaban metidos en sus cosas–. Me quedaré estos tres días solo…

–Puedes venir con nosotros –Respondió Key al momento, como si estuviera esperando cualquier excusa para hacerse el tonto y evitar la mirada de Jonghyun. Yo bufé por lo bajo, y estuve a punto de decirles que no podía, cuando escuché nuevamente las risas provenientes de la cocina, y algo me dijo que las cosas no se podían quedar así, no podía dejar que Taemin siguiera actuando como si yo no existiera.

–Esta vez voy a ir con ustedes –Dije, completamente seguro, a lo que Key miró a Jonghyun con extrañez, y éste se encogió de hombros, demostrándole que no sabía qué demonios me pasaba por la cabeza.


Aunque la verdad era que no sabía cómo se suponía que me iba a ir con ellos si no tenía ni con qué estar parado, pero cuando llegó el manager a visitarnos todo cobró sentido, pues arribó en nuestro departamento con un par de muletas axilares, causando al instante un brillo en mi cara, y un arranque de felicidad cuando me dijo que iba a tener que acompañarlos a la grabación del programa porque al día siguiente habría un evento de firmas, a pesar de que no saldría en él; pero eso realmente no me importaba, para mí era más que suficiente ir, aunque no estaba realmente seguro del por qué.

–Ahh~ ¡Muchas gracias! –Dije abalanzándome sobre él en un abrazo.

–Sí sí… –Contestó algo extrañado, tratando de zafarse de mí–. Ahora podrás moverte con libertad, aunque no creas que mucho. Lamento haberme tardado en traértelas…

–Y yo lamento haberle llamado desquiciado –Murmuré sin pensar sacando la palabra que había dicho cuando conversaba con Taemin el día anterior; él me separó por los hombros, asombrado.

– ¿Qué?

–Que le agradezco mucho –Añadí con una sonrisa, haciendo como si no hubiera dicho nada–. ¿Entonces puedo ir?

–Sí, solamente no los distraigas, ¿de acuerdo?

–No te preocupes, ellos pueden solos con eso –Comenté con sinceridad, él asintió lentamente, dándome la razón, y después me dio una palmada en la cabeza, agregando con un tono acelerado:

– ¡Bueno arréglate ya, que tienen que estar en el auto en menos de una hora!

–Ya, de acuerdo de acuerdo… –Contesté al levantarme, dispuesto a alistarme para acompañarlos, aunque algo me decía que eso también sería un error.


Subí al auto siendo apoyado por Kibum, quedando a un costado suyo, mientras que Jonghyun se hallaba en el asiento del copiloto, y Onew y Taemin detrás de nosotros, cosa que, por alguna razón resultaba un alivio, me alegraba no verles las caras, en especial a Onew.
Camino a la grabación no supe ni por qué demonios me convencí de acompañarlos, entonces recordaba que tenía que asistir al evento de firmas; había que pasar bastante tiempo antes de llegar al lugar del ensayo, donde daría inicio la grabación del programa, y yo desde entonces veía venir lo que seguía. Con Key y Jonghyun haciendo un alboroto, apenas podía escuchar lo que Taemin decía a Onew detrás de mí, tan sólo pude entender que Onew le preguntaba si se encontraba bien, no fui capaz de escuchar su respuesta, y después me sentí tan entrometido debido a esto, que decidí hacer lo posible por dormir durante el camino que restaba, después de todo se detendrían a grabar a media noche, y yo dudaba que fueran a dejarme bajar del auto en las condiciones en las que me encontraba, así que intenté dejarlo todo a un lado de momento y no pensar en nada.
Así, el tiempo se pasó rápido, y sólo fui despertado un par de veces por el manager y otros miembros del equipo para trasladarme a un hotel cercano, preguntarme si estaba bien y darme un poco de comida, estaba muy agradecido con ellos, pero en realidad no quería que me despertaran, porque al estar despierto me sentía muy extraño, no podía parar de pensar en las mismas cosas, en lo que estaría sucediendo dentro de aquel local con los chicos sin mí. Honestamente siempre me sentía solo sin ellos, pero aquella vez, en verdad me estaba sintiendo muy solo sin Taemin.


Desperté con un sonido extraño dentro de mis oídos, y al abrir los ojos me encontré con Kibum, mirándome fijamente con una cámara entre sus manos, y grabando mi rostro adormilado mientras me observaba con curiosidad.

–Es para el programa –Comentó con alegría, yo fruncí el entrecejo y me cubrí con una almohada–. No te preocupes, no vas a salir –Aseguró, cuando de pronto empecé a sentir cómo me empujaba ligeramente con ambas manos–. Anda, hoy tenemos que ir a la firma de autógrafos –Me quejé, pero no tardé en levantarme, me di un baño y entonces desayunamos en el hotel, para dirigirnos a la camioneta que nos llevaría hasta nuestro destino.


No hubo ninguna conversación entre los cinco miembros, o era yo hablando con Key y Jonghyun, o eran Taemin y Onew charlando con los mismos o entre ellos, yo no intercambié ni siquiera una mirada con Taemin en todo el camino, y eso era en verdad extraño, no sabía cómo sentirme al respecto. Key grababa con esa cámara y después de un rato decidí apartarme, recargar mi cabeza contra el asiento y dejarlos conversar entre ellos, pues me sentía muy alejado a pesar de que estuviéramos todos juntos.


Pronto llegamos al evento de firmas, y el ambiente fue un poco más ameno, quizá porque había muchas personas, y todos estábamos sonriendo, pero en realidad era porque teníamos que hacerlo, yo no estaba seguro de qué tan bien estuviese manteniendo mi sonrisa, pues no tenía ánimos para estar tan feliz. Estábamos los cinco sentados en una mesilla delgada, iniciando por Taemin para continuar con Onew, Key, Jonghyun y yo hasta el último, apartado tres cuerpos de la persona con la que solía llevarme mejor. Muchas personas comenzaron a acercarse, y entre tantos rostros felices y emocionados, no me di cuenta ni de en qué momento se me acercó un niño pequeño de ojos enormes, tropezando contra mí como si se hubiese perdido; yo lo sostuve y le sonreí, al tiempo que otro niño se acercaba con su respiración acelerada, un chico un tanto mayor al pequeño que tenía entre mis brazos.

–Hola –Lo saludé bajando al niño más pequeño–. ¿Es tu hermanito? –Le pregunté inclinando mi cuerpo en dirección a aquel chico, que asintió lentamente ante mi cuestión–. Venías a buscarlo... –Comenté, a lo que él volvió a asentir–. Ya veo, ¿pero puedo quedármelo un momento? –Dije en tono de broma, alzando al más pequeño en mi dirección, cosa que al mayor no le agradó mucho, y estiró los brazos para alcanzarlo mientras negaba con la cabeza–. No, bueno, se ve que lo quieres mucho –Agregué al bajarlo nuevamente y soltarlo por fin. El mayor volvió a asentir, y después de un momento el más pequeño me respondió con palabras.

–Sí, él siempre juega conmigo –Dijo alegremente, yo contesté igual.

–Waa, ¿enserio? Entonces es como tu mejor amigo –Los dos asintieron con una sonrisa, yo simplemente iba a regalarles un dulce que tenía en la mesilla y dejarlos ir, pero de pronto, aún en medio de tanto ruido, pude escuchar sonoras risas provenientes del otro extremo de la mesa, y algo dentro de mí simplemente se dejó llevar–. Oye pero –Me dirigí al mayor–. ¿Y si llegara un intruso y se empezara a llevar mejor que tú con tu hermanito? –Él no me entendía nada–. Verás, tuviste una pelea con tu hermanito, y ahora tu hermanito no quiere saber nada de ti, ¿qué harías? ¿Se lo arrebatarías al intruso o lo dejarías ser porque no tienes derecho a retenerlo? ¿O simplemente te disculparías con tu hermanito por tus actos? –Me miraban de manera extrañada, y aún así yo continuaba con mi palabrería, dirigiéndome esta vez al más pequeño–. Y si esto fuera así Hermanito, ¿tú perdonarías a tu hermano? –Él sonrió sin comprender nada, y después sólo asintió para ver si me callaba–. ¿Entonces creen que yo tenga una oportunidad? –Esperaba su respuesta con ansias, pero el sonido de la voz de su madre no les dio tiempo de dármela, corrieron sin dudarlo hasta ella, dejándome allí solo otra vez con la duda en mi cabeza.

–Qué raro, los niños nunca escapan así de ti –Me dijo Jonghyun inclinándose ligeramente en mi dirección, señal de que lo había escuchado todo–. Creo que fue porque se te olvidó mencionarles en tu ejemplo que su pelea inició porque se besaron –Comentó con sarcasmo, y al escucharlo, comencé a aplicar toda mi fuerza en mi brazo derecho para hacerlo caer de la silla–. Calma calma, te lastimarás más –Exclamó entre risas por mi reacción, sosteniéndose de la mesa para no caer.

–Mejor cállate –Dije algo molesto, soltándolo al ver que no podría tumbarlo sin importar cuánto tratara.


El evento finalizó y estuvimos listos para volver a casa, yo a descansar, y ellos a seguir trabajando, en verdad me sentía muy culpable por eso, pero no podía expresarlo, de pronto me dieron ganas de esconderme de los otros, sobre todo cuando en el camino Key y Jonghyun iniciaron un nuevo y gran alboroto con la música a todo volumen y la cámara de Kibum grabando cada cosa que hacían y cada canción que cantaban con efusividad. Yo sólo rezaba por llegar pronto al departamento, me sentía de lo más incómodo allí, pero no por sus gritos y por el hecho de que Key y Jong se estuviesen divirtiendo, sino más bien porque sabía, aún estando en el asiento del copiloto, que Onew y Taemin estaban pasándola muy bien juntos en los asientos de atrás, cantando al igual que Key y Jong, aunque yo no podía divisarlos con claridad desde mi distancia sin verme demasiado obvio; me moría por voltear para ver qué tan sinceras eran las risas en el rostro de Taemin, pero algo en mi interior me lo estaba impidiendo, un extraño dolor en el pecho que no me dejaba pensar con claridad.


Al día siguiente decidí no acompañarlos a la grabación definitiva del programa porque, además de que el manager no me lo permitió debido a que tenía que descansar, no iba a insistir de todas maneras porque sabía que iba a ser lo mismo, sabía que me iba a sentir igual de solo y desplazado si los acompañaba.
Esa mañana Taemin entró a la habitación, donde no había dormido la noche anterior, debido a que se le habían olvidado unas cuantas cosas. Pude ver que no esperaba verme despierto, porque al entrar y encontrarse con mis ojos, vaciló un instante antes de decidirse a entrar, cosa que hizo sin mirarme nuevamente. Se dispuso a salir, al tiempo que dentro de mí experimentaba mucha desesperación, desesperación porque deseaba tomarlo del brazo y detenerlo, porque no quería que se alejara otra vez de mí, no quería que se fuera y que hiciera como que yo no existía al lado de Onew, me asustaba que pudiera estar con él mejor que conmigo.

–Suerte en el programa –Le dije cuando iba por la puerta, deseando con todas mis fuerzas que se girara a mirarme y que me contestara, que me sonriera... pero eso no sucedía.

–Gracias –Respondió en seco, observándome de reojo unos dos segundos antes de salir, presuroso, como si quisiera escapar.

Sentí mi pecho presionarse al escuchar su voz, y la desesperación fue en aumento por un instante, ardía en mí el deseo de pedirle que se quedara, de abrazarlo para que se detuviera, pero allí con la pierna lastimada sólo podía percibir mis impulsos sin realizarse, ésas ganas de tenerlo cerca aunque sabía bien que era mi culpa que estuviese lejos… Era entonces cuando pensaba, que quizá lo que sentía por él no era tan normal después de todo.

Capítulo Cuatro

En ése momento mi corazón se quebró… ver la duda en sus ojos, y que luego negara de esa manera, me hizo sentir tan patético estando frente a él, armándome de valor para confesárselo y que él lo arruinara todo en un instante, me contagió de un sentimiento tan miserable, que no quise quedarme ni un segundo más para escuchar el resto de su rechazo, con eso era más que suficiente, así que cuando oí el sonido de la puerta principal, me levanté y me alejé lo más rápido que pude, no quería que me vieran llorando, pero podía asegurar que percibieron lo que sucedía con tan sólo haber entrado.
Me tumbé en la cama de mi habitación y dejé salir mis lágrimas contra la almohada, sosteniéndola fuertemente, ya que era lo único que tenía para descargar mi furia; entonces alguien llamó a la puerta, tocándola un par de veces con sensibilidad, a lo que yo no contesté, simplemente escondí mi rostro sobre la almohada, esperando que la persona en cuestión entrara al ver que no había respuesta.

– ¿Tae? –Oí la voz de Onew, y me tranquilicé al ver que no era ninguno de los otros, puesto que a ellos no les había contado lo que me pasaba, y hubiera muerto allí mismo si se hubiese tratado de Minho–. ¿Estás bien? –Preguntó al sentarse sobre mi cama lentamente, a un lado mío.

–No –Contesté de inmediato, levantando el rostro hacia mi Hyung, quien me miraba con compasión, como si compartiera mi tristeza.

– ¿Qué pasó? –Cuestionó al ver mis lágrimas.

–Me rechazó, Hyung –Le confesé, llevándome las manos a la cara para añadir lo siguiente–. Me besó y luego me rechazó.

– ¿¡Qué?! –Dijo sorprendido–. ¿Cómo te puede besar y después rechazarte?

–Parecía confundido… –Murmuré, pero a él no le convencía.

–No importa –Interrumpió molesto–. ¡Eso es muy injusto como quiera que lo veas!

–Supongo que sí… Por un momento me hizo creer que sentía lo mismo por mí –Miré hacia la nada al susurrar esto, y al sentir nuevamente el dolor, hundí mi rostro en la almohada de nuevo, agregando–. Pensé que me quería, Hyung.

–Y sí te quiere, Pequeño –Respondió Onew, acariciando mi cabello para darme tranquilidad–. Pero… quizá no del modo en que a ti te gustaría.

–Es muy injusto –Reproché mientras lloraba. Onew, estando recostado a mi lado, recargó su cabeza en mi hombro, y trató de animarme con sus palabras.

–No Taemin, simplemente es el destino, ya verás que pronto le encontrarás una razón a todo esto.

Aquello me dio un poco de tranquilidad, pero pensar que tenía que esperar a que pasara el tiempo para encontrar una razón a mi desgracia me alteraba, pues no quería encontrar razones, yo sólo quería que me amaran, sólo quería que Minho me correspondiera.

Esa noche Onew Hyung y yo charlamos de varias cosas, de mis sentimientos, del comeback, de la coreografía, cosas cada vez más ilógicas, hasta que Hyung me dijo que me veía cansado, y que él se retiraría para dejarme dormir. Le estaba en verdad muy agradecido, su compañía me había calmado un poco, pero justo cuando pensaba que ya me encontraba mejor, recordaba que vivíamos todos juntos, y que por eso mismo tarde o temprano tendría que volver a ver a Minho.


El día siguiente a ése fue sin duda de los días más extraños que he tenido en mi vida, desperté y miré de inmediato a la cama de al lado, asustado por creer que Minho se encontraría ahí, pero me sentí tranquilo al ver que no estaba. “Seguramente habrá dormido en la sala” Me dije, y me quedé meditando por un momento, aunque no llegué a nada en concreto, y después salí de la habitación, caminando por la casa a pasos lentos, hasta que atravesé el largo pasillo y encontré a Minho en la sala. Pude sentir esa punzada de nuevo, pero ésta vez no era como las otras, sentí como si se me hubiera revuelto el estómago aún sin haber desayunado, y estaba molesto también, así que simplemente pasé de él, sin preocuparme por hablarle o siquiera mirarlo, ya que si lo hacía no creía que mi corazón lo pudiera soportar, terminaría explotando del enojo.

–Buenos días –Dije al ver a mis compañeros, todos me recibieron, y Key Umma no tardó en indicarme dónde estaba el desayuno, yo me encaminé a servirme un poco, encontrándome a un costado de Jonghyun Hyung.

– ¿Cómo amaneciste Taemin? –Me preguntó de manera seria, mirándome directamente, yo me extrañé un poco, pero consideré que lo mejor era contestarle.

–Normal, supongo… –Le dije sin muchos ánimos, él continuó mirándome por unos instantes, y después me sonrió, dándome un par de palmadas en la cabeza justo antes de salir de la cocina–. ¿Hyung? –Susurré al verlo alejarse.

–Dime –Contestó Onew con alegría.

–No tú, Jonghyun Hyung –Le aclaré–. ¿Qué le pasa?, me miró un poco raro.

–Bueno, tal vez Minho le contó lo que sucedió ayer –Contestó Jinki al dirigir su mirada hacia la ruta que había tomado Jonghyun; yo me espanté.

– ¿Tú crees? –Cuestioné rápidamente al observarlo.

–Puede ser –Respondió, más pendiente de la preparación perfecta de su desayuno que de mí–. Además, no me digas que pensaste que no nos dimos cuenta de que algo pasó.

–Pues… la verdad no –Dije con sinceridad, bajando la mirada mientras recordaba lo sucedido, la tristeza de la noche anterior.

– ¿Ves? –Dijo Onew, y entonces pude sentir cómo su mirada se clavaba lentamente sobre mí, para después acercarse e intentar darme ánimos–. Ya, no pongas esa cara, mejor sonríe –Tomó ambos extremos de mis labios con las yemas de sus dedos, y se dedicó a dibujarme una sonrisa igual a la que él tenía en su rostro. Me soltó para dirigirse al refrigerador, y yo intenté mantenerla por unos segundos, pero dicha sonrisa no duró mucho–. Oh –Pude escuchar su voz nuevamente–. Leche de fresa…

– ¡Es la última! –Reaccioné al instante, corriendo hasta el refrigerador y arrebatándole a mi Hyung la leche que había visto.

– ¡Oye! –Reclamó–. ¡Dame acá Taeminnie!

– ¡Pero es mía! –Contesté a punto de reír, desprendiendo la pajilla de la leche para poder tomármela.

– ¡Infracción grave, tu líder nunca te perdonará por esto! –Indicó aguantando la risa, y acercándose peligrosamente hasta mí.

– ¿Cuál líder? –Sólo atiné a decir mientras carcajeaba, él se lanzó sobre mí, y me abrazó por detrás, mientras comenzaba a provocarme cosquillas con una de sus manos, siendo capaz de quitarme la leche de fresa con la otra.

–El que te la acaba de quitar –Dijo en tono triunfal, para acto seguido, ponerse a bailar como un loco, cosa que sólo logró causarme más risa, además de decidirme a atacarlo de la misma manera en la que él me atacó, por la espalda. Lo rodeé con mis brazos para poder arrebatarle la leche de nuevo, pero ocurrió algo que no esperaba, se giró y quedó frente a mí, tan cerca que incluso hasta él se sorprendió, observándome fijamente, a tan sólo unos centímetros de distancia de mi rostro, sus ojos me comunicaban algo extraño, sin duda esa mirada nunca se la había visto. Me sentí un poco nervioso sin razón aparente, y aproveché su distracción para arrebatarle la leche de las manos, ignorando lo que acababa de suceder.

– ¡Te vencí! –Me burlé alzando los brazos. Él me dio la espalda con la cabeza baja, murmurando entre dientes las siguientes palabras:

–Sí sí, de todos modos ni la quería –Me reí ante su aparente enojo, y él hizo lo mismo, se carcajeó conmigo–. Lo bueno es que ahora estás sonriendo –Agregó con alegría, yo asentí, él tenía razón, había olvidado por un instante mi tristeza.

–Sí –Le dije–. Gracias Hyung.


Así se pasó el día, con Jinki tratando de mantenerme animado a cada momento, y dándome razones para estar contento durante la grabación del programa que haríamos por tres días; realmente me hacía sentir mejor, era mi amigo más cercano después de Minho, su compañía me confortaba, me hacía sentir tranquilo, aunque, de cuando en cuando me venía a la mente la imagen de ése instante, en el que nos miramos por largos segundos, algo en mi interior sospechaba una razón profunda, una pequeña corazonada extraña que yo no me detenía para pensar.
Estaba aliviado porque, según yo, Minho no iba a poder acompañarnos, pero cuando escuché a nuestro manager y a él conversar sobre ello en la sala, me desanimé por completo, tenía miedo de estar cerca suyo, llámenme orgulloso, pero no quería que me viera tan triste debido a lo que había pasado, quería estar contento al menos frente a él, y sabía que el ambiente que armarían los demás Hyungs me ayudaría mucho con eso, puesto que ellos siempre eran divertidos.


Realmente no me equivoqué, tan pronto iniciamos el camino hacia la carretera, Key y Jong comenzaron con su alboroto, sin embargo, por más que tratara no era capaz de reír y seguirles la corriente, eso se había vuelto un poco difícil, sobre todo con Minho estando a tan sólo un asiento de distancia enfrente de mí, aunque por lo menos lo tenía de espaldas.

– ¿Te encuentras bien? –Me preguntó Onew, sacándome de mis pensamientos, yo le contesté en un tono más bajo, negando primeramente con la cabeza.

–Ayúdame –Le susurré, pidiéndole que me auxiliara no sólo con mis palabras, sino también con mi mirada, esperaba que él me comprendiera.

–Tranquilo –Dijo, y después tan sólo sonrío, llenándome de ése sentimiento de calma que irradiaba con su expresión, como si no sólo sus labios sonrieran, sino sus ojos también.

Por suerte llegamos a nuestro destino, yo fui de los primeros que bajaron del auto, excusado perfectamente porque íbamos tarde, Minho se quedó allí, y sentí cómo la presión disminuyó un poco, ahora sólo debía concentrarme en la práctica de las canciones que cantaríamos ese miércoles. No fue tan difícil, me sentía liberado, aunque de vez en cuando cometía errores de línea por debatir con mis pensamientos, ya que cuando comenzaba a preocuparme por Minho estando allá solo, me regañaba a mí mismo dentro de mi mente porque no debía de hacerlo, él no se merecía que me preocupara tanto, debía concentrarme en lo que estaba haciendo.

–Basta, eso es… –Me dije.

– ¿Perdón? –Exclamó Jonghyun, quien se hallaba a un lado mío. Yo me sorprendí de ver que había pensado en voz alta.

– ¿Eh? No, nada Hyung –Me reí nerviosamente, podía apostar que lo había notado.

–No te preocupes, él estará bien –Aseguró.

–No es como si me importara –Contesté de inmediato.

–A mí sí, la voz de Key podría quebrarse con tanta bulla que hace –Lo miré sorprendido, él sonrió–. ¿Pensabas que hablaba de Minho?

No contesté nada, simplemente desvié la vista, Jonghyun soltó una risita, pero yo no le di importancia, pues me impresionaba lo mucho que tenía presente a Minho dentro de mi cabeza en aquel momento, y eso no me gustaba, no me gustaba para nada.


Al día siguiente las cosas fueron igual, dentro del auto, camino al evento de firmas, todos cantábamos mientras que Minho se mantenía recargado en el asiento, como si no existiéramos, de pronto se ponía a hablar con los otros, o a contestarle ciertas cosas a Onew, pero a mí… a mí ni siquiera me volteaba a ver, así que decidí ignorarlo y centrarme en nuestras conversaciones, cantando mientras Key grababa con la cámara que le cedieron, y preparándonos para la presentación del día siguiente. Volvimos a casa, aunque no precisamente para descansar, aún teníamos que ensayar la coreografía de “Lucifer” sin Minho, pues nuestra posición en el escenario iba a tener que cambiar porque era obvio que él no iba a bailar con nosotros. Sentía que mi cabeza iba a explotar con tanta presión.

–Ahora entiendo por qué Minho se sentía tan culpable –Comentó Key todo sudado en el salón de prácticas, buscando una botella de agua para saciar su sed–. Esto es mucho más pesado sin él.

–Nunca creí que dirías eso –Le dijo Jonghyun en tono de broma, lanzándole una botella de agua, pues él se hallaba más cerca de ellas.

–Tampoco yo, pero es la verdad –Contestó Key, riendo a duras penas, porque estaba muy cansado.

– ¿Ahora es cuando empiezan a sentir su ausencia? –Interrumpió Onew, sentado en una esquina del salón, sobre el piso de madera–. Yo lo veía venir desde que me avisaron que se había lastimado –Agregó, para después darle un sorbo a su propia botella de agua–. Espero que pueda recuperarse pronto.

– ¿Pero quién le manda a lesionarse justo antes del comeback a ése tonto? –Solté sin pensar sentado en piso, estaba tan cansado y molesto que ni siquiera me importó hablar mal de él–. Después de todo es su culpa que estemos aquí trabajando como máquinas, debió de haber tenido más cuidado.

–Eso lo dices porque te peleaste con Minho, hace dos días no habrías dicho lo mismo –Dijo Key, mirándome de forma un tanto acusadora, mientras que los demás guardaban silencio, aumentando la incertidumbre del ambiente–. ¿Podrías contarnos de una vez qué te hizo? –Preguntó, demasiado serio–. No soporto verte tan enojado.

–No lo entenderías –Le contesté, incorporándome de aquel suelo de madera, dispuesto a repasar un paso de la coreografía por mi cuenta.

– ¿Cómo que no lo entendería? –Pero me interrumpió Key nuevamente, con un tono molesto esta vez–. Eso me suena a otra cosa Taemin –Se acercó a mí y me jaló del hombro, obligándome a verle a la cara–. ¿En qué momento dejaste de confiar en mí?

–No se trata de confianza Hyung –Respondí apartándome, desesperado.

– ¿¡Entonces de qué rayos se trata!? –Cuestionó aún más molesto que antes, cosa que sólo aumentaba mis nervios–. Si algo te pasa sabes que puedo ayudarte.

–Sí, ¿pero sabes qué?... –Contesté enfadado, lanzando la botella de agua que tenía en mis manos directo al piso, descargando toda mi furia en ello–. ¡Yo ya no quiero hablar más de eso! –Le grité, para después salir de allí inmediatamente.

– ¡Taemin! –Me llamó Key, exasperado, pero entonces sólo pude escuchar la voz de Onew deteniéndolo.

–Déjalo –Le dijo, y yo me sentí libre para alejarme de allí, deteniéndome a mirar el paisaje de la ciudad en una enorme ventana del edificio.

Ya no lo soportaba más, quería dejar todo de lado y permanecer allí con la mente en blanco, cosa que hice sin ningún reparo. Estaba tan molesto con Minho, él tenía una lesión en la pierna y reposaba todo lo que sus huesos se lo permitían, pero yo la tenía en el corazón y no podía ni siquiera pensar en descansar sobre mi cama, ¿qué diferencia había entre nosotros? Parecía que lo había hecho a propósito, pues ahora ambos estábamos lesionados...


Al día siguiente fuimos a presentarnos al programa, desde la tarde estuvimos preparándonos todavía más en el set para que la presentación fuera perfecta, revisamos la letra de las canciones, y ensayamos cada una como si no lo hubiésemos hecho antes. Yo estaba que me moría porque todo eso terminara para poder descansar de verdad, aunque no niego que todos esos ensayos me ayudaban a tener la mente concentrada en algo, en lugar de pensar siempre en esas mismas cosas que acababan por lastimarme.

Pude animarme un poco al seguir el ritmo de las canciones, y ver cómo mis compañeros cantaban con emoción, me sentí mucho mejor cuando la hora de la grabación definitiva llegó, todos dando lo mejor de sí, Onew Hyung alegrándome con sus caras durante las canciones, Key disfrutando de la presentación, y Jonghyun cantando tan bien como siempre lo hacía. Por un momento logré olvidarme de Minho, y divertirme al igual que ellos lo estaban haciendo, aunque antes de iniciar miembros del Staff me habían preguntado por él y yo me dejé llevar hablando sobre las cosas que sabía acerca suyo, a pesar de que me sorprendí por hablar tan efusivamente de él, quise olvidar eso cuando llegó la presentación, y pude lograrlo, al final todo salió realmente asombroso, estábamos muy contentos ya que todos esos ensayos habían dado buenos resultados.


Terminamos muy noche y regresando a casa, toda la explosión de energía que Jonghyun y Key Hyung tenían siempre, había desaparecido, ahora ambos dormían plácidamente en el coche, recargando sus cabezas para estar más cómodos, les encantaba ir así cuando estaban cansados. Onew Hyung y yo nos encontrábamos en los asientos traseros, él intentando dormir, y yo con mi mente en otro lado, pues a pesar de que estuviese tan cansado como ellos, no me sentía capaz de dormir también.

– ¿Sigues preocupado? –Irrumpió en mis pensamientos la voz de Jinki, yo lo miré con algo de asombro, pues creía que estaba dormido igual que los otros–. Nos hemos quitado un peso de encima.

–Sí –Afirmé–. Es sólo que no puedo dormir.

Aún entre la oscuridad del auto, pude percibir la sonrisa dibujándose en el rostro de mi Hyung, y sentir una de sus manos paseándose por mi cabello, para después atraer mi cabeza hacia su hombro, quedando recargado en él, del mismo modo en que se hallaban Key y Jonghyun. No dijo nada más, al parecer quería que nos quedáramos de ese modo, pues quizá así yo sería capaz de dormir, y en verdad lo fui, ni siquiera sentí el resto del camino, la presencia de Onew nuevamente me había tranquilizado, y le estaba muy agradecido.


Al llegar al departamento, Jonghyun y Key se dirigieron a su habitación sin decir nada más que “Buenas noches”, estaban en verdad muy agotados, y podía entenderlos. Una vez dentro, quise buscar con la mirada a Minho, para asegurarme de en qué lugar se podría encontrar, pero al no verlo en la sala, caminé un poco más y miré por la puerta entreabierta de nuestra habitación, allí se encontraba él, sobre su cama, así que me aparté rápidamente, sin saber si se hallaría dormido o despierto. Caminé algunos pasos hacia atrás, y choqué con algo, girándome sorprendido, me calmé al ver que era Onew.

– ¿No vas a entrar? –Me preguntó en voz baja con unas cuantas risitas, burlándose porque me había asustado.

–No –Le dije, alejándome de allí a pasos presurosos. Onew me siguió.

–Vamos, no vas a durar toda la vida así, ustedes comparten habitación.

– ¿Y eso qué Hyung? –Cuestioné, encaminándome secretamente hacia su habitación–. Podemos cambiarlas, es más, tú puedes dormir con él, yo dormiré en tu habitación.

–Hey hey, eso no, mi habitación es mi habitación –Me persiguió, quedando tras de mí una vez abrí la puerta–. Te dejaría dormir en ella pero no me mandes con Minho, eso es injusto.

– ¿Me dejarías dormir aquí entonces? –Pregunté al girarme hacia él, aún sin haber entrado.

–Sólo tengo una cama, Minnie.

–Oh… –Murmuré al voltear a ver su cuarto, realmente no lo recordaba.

–Duerme allí –Sonrió en un suspiro de resignación–. Yo me iré a la sala.

–Olvídalo, yo me voy a la sala –Le dije al tratar de adelantarme.

–Eres tan terco –Exclamó en otro suspiro, cubriéndose la frente con las manos.

–Sí –Contesté entre risas, sin detener mis pasos–, supongo que por eso Minho no me corresponde.

–No, besándote y luego dejándote como si nada… –Comentó Onew, tomándome de un brazo para detener mi camino–. Minho no te corresponde porque es un tonto.

–Hey, ahora tú le dices así… –Musité sorprendido mientras lo observaba, pero él me dejó aún más sorprendido cuando exclamó lo siguiente:

–Yo jamás te haría eso –Me miraba fijo, yo sólo pude hacerle una pregunta con extrañeza.

– ¿Qué quieres decir?

–Si te hubieras declarado a mí, yo jamás te habría hecho eso.

– ¿Entonces tú me hubieras rechazado bien? –Pregunté mientras dejaba salir una risa nerviosa, no me estaba gustando ése repentino rumbo que tomó la conversación.

–Yo te hubiera correspondido –Contestó al acortar la distancia, quedando su rostro frente al mío, a pocos centímetros de distancia.

– ¿Qué?

–Yo te amo, Taemin –Me confesó, con esas palabras que me asombraron al instante, al igual que lo que sucedió después, ya que ni siquiera fui capaz de reaccionar antes de que se inclinara rápidamente y me besara en los labios, dejándome tieso, sin tiempo siquiera de cerrar los ojos para poder sentirlo… estaba impresionado por su valentía, tanto que ni siquiera podía canalizar mis emociones.

–Sí, creo que… –Susurré entre tartamudeos, apartándome lentamente de él, paso por paso–. Yo dormiré en la sala.

–Claro –Me contestó él soltando una risa, aunque pude notar la diferencia entre las anteriores, esta vez sus ojos no sonreían junto con él, se le notaba triste, como si se riera de sí mismo mientras recargaba su brazo en la pared y pegaba la frente contra su puño, evitando todo contacto visual conmigo.

Me alejé, llegando hasta la sala y cayendo rendido sobre el sillón principal… Realmente no entendía nada, estaba tan sorprendido que no podía pensar en nada.


La tarde siguiente acompañé a Key de compras, aprovechando que Onew había salido. Además de pedirle una disculpa por la pelea que tuvimos antes, le conté todo lo que había estado pasando, completamente arrepentido por no habérselo dicho hasta ése momento.

–Ya veo… –Comentó al tiempo que ambos caminábamos por las calles, con nuestra ropa común del día a día–. Es un lío gordo.

–Sí, yo… –Me detuve de repente, soltando las bolsas que llevaba en las manos para cubrirme la cara–. ¡No sé qué hacer Umma, estoy muy confundido!

–Tranquilo Pequeño –Soltó sus respectivas bolsas para darme un abrazo–. Tienes que verlo del lado positivo, si Minho te lastimó y ahora sabes que Onew siente algo por ti, ¿por qué no intentas algo con él? Puede ser que te haga feliz.

Me separé de él, dejándole ver las lágrimas que habían salido de mis ojos, él se sorprendió, y en ése momento me sentí afortunado por encontrarnos en una calle poco transitada, así podría desahogarme sin problemas, ya no aguantaba.

–El problema es que no sé Umma, quizá es muy apresurado, aún no me repongo –Dije al tratar de limpiarme las lágrimas del rostro.

–Bueno, entonces puedes aprovecharlo para darle celos a Min alto.

–Eso es muy cruel –Pero ése comentario insensible de Key las había sacado de nuevo a relucir.

–Oh, tienes razón, qué desconsiderado soy –Dijo entre risas nerviosas, volviendo a abrazarme al ver lo que había provocado.

–Tampoco quiero hacerle daño a Onew Hyung, es mi mejor amigo.

–Lo sé, perdóname –Añadió, para después separarse de mí y dedicarme las palabras siguientes mientras sostenía mis hombros–. Por lo pronto tranquilízate, el corazón te dirá qué hacer, sobretodo actúa como tú creas conveniente, quiero decir, a veces es mejor ignorar los consejos de los otros, pues sólo te confunden.

Yo asentí, dándole toda la razón, mientras que él se inclinaba para tomar de nuevo su carga, yo hice lo mismo, un poco más calmado por sus palabras, pues a pesar de que no fuera el mejor consejero, Key Umma sí que sabía hacer sentir bien a las personas.

–También quería pedirte perdón por no habértelo dicho antes –Murmuré–, estaba tan desesperado y las cosas sucedieron tan de repente…

–No te preocupes, ¿por qué crees que te invité de compras hoy? –Preguntó, yo alcé los hombros, y él contestó a su propia pregunta con alegría, dándome un golpecillo en la cabeza–. ¡Pues para que me contaras!, era mi plan malévolo.

–Hyung –Le dije mientras reía, él continuó con sus palabras.

–Por cierto, eres muy dulce, pequeño e inocente Taemin, se nota que no tienes ni la más remota idea acerca de cómo empecé a salir con Jonghyun.

– ¿Sabes? Siendo así prefiero no saber –Se echó a reír por mi comentario–. Ya decía yo que no era normal tu tranquilidad ante mis problemas, ¡ni siquiera te inmutaste!

–Es que soy experimentado –Me dijo, y esta vez fui yo quien se carcajeó. No quería ni imaginarme por qué razones mi Umma sería tan experimentada, así que ni de broma crean que me atreví a preguntar.


Key y yo acomodamos las cosas compradas en la cocina, además de ciertos caprichos que le obligué a que me comprara, y después me dijo que saldría porque tenía un asunto importante que atender. Yo temí por mi vida ante el hecho de que me dejara solo con Minho, ya que al parecer no había nadie en el departamento, y me espanté, pero Key me aseguró que estaría bien y me dejó allí. Sentí la traición por un momento, y me dediqué a ver la tele en la sala, pero luego de unos segundos, me extrañé debido al inusual silencio que había, como si no hubiese ni un alma dentro del departamento, así que apagué el aparato y decidí aventurar para ver si Minho estaría en nuestra habitación, hubiera estado seguro de haber escuchado sus ronquidos típicos, pero no lo escuchaba, así que abrí la puerta, asustado, encontrando un vacío dentro del cuarto, con las muletas de Minho sobre su cama, pero ni un rastro de él. Sentí mucho miedo de repente, y busqué por todos los rincones del departamento, pero al no hallar nada, salí lo más rápido que pude, dispuesto a buscar por donde tuviera que buscar hasta encontrarlo, comenzando por los alrededores. Me había espantado ver sus muletas allí, ¿a dónde podría haber ido sin ellas? Me asustaba mucho, pero gracias a Dios, lo encontré en un parque cercano al edificio, sentado en una banca junto a Jonghyun, quien se divertía como un niño pequeño en los columpios. Por suerte, se hallaba de espaldas, y sentí un alivio al verlo junto a Jong, seguramente él lo habría ayudado a llegar allí, de cualquier manera su lesión debía de haber tenido mejorías, no era tan grave. Fue en ese momento cuando me sentí como un completo idiota, al verme ahí parado con la respiración acelerada, tan angustiado por asegurar su bienestar, aunque no se lo mereciera, estaba seguro de que si seguía así jamás iba a conseguir olvidarlo, así que les di la espalda, y al igual como llegué, me alejé de ahí, corriendo lo más rápido que podía para que no me vieran, pues bastantes vergüenzas había tenido ya.

Llegué al departamento, pero antes de siquiera poder entrar, encontré a Onew en el pasillo, deteniendo mi camino con sus brazos, pues iba realmente muy rápido.

– ¿Estás bien?, ¿qué te sucede? –Preguntó con su tono de preocupación, seguramente al ver los colores que se me habrían pintado en la cara por el susto.

–Hyung... –Contesté con la voz entre cortada–. Quiero estar solo.

–Está bien –Accedió rápidamente, bajando la mirada, para después alejarse por el pasillo, aunque acababa de llegar al departamento.

No pude evitar sentir dolor al verlo así, porque sabía que era por mi culpa, pero yo realmente no tenía idea de lo que debía hacer, estaba seguro de que aún estaba enamorado de Minho, pero debía olvidarlo, y eso lo sabía muy bien, él no me quería después de todo, aunque, quizá corresponderle a Onew tampoco iba a ser la mejor idea… Estaba tan confundido que quería tirarme en mi cama y no despertar por un buen tiempo, al menos no hasta que mi corazón me diera una respuesta.