Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty ~*La Brújula Dorada. Cap5/8

Mensaje por Sou-Tan Dom Mayo 05, 2013 11:44 am



Titulo: La brújula dorada.
Autora: Daniela. (Americanidiotshineegirl)
Genero: Fantasía, songfic.
Pareja: JongKey.
Duración: Indefinida.
Resumen: Lee Taemin es un bibliotecario e historiador del mundo antiguo, ya en el nuevo mundo, para nuestras fechas, es el dueño de una biblioteca muy antigua, en ella hay un libro que narra la historia de la brujula dorada.

La Brujula Dorada era un artefacto creado con los conocimientos y almas de los cuatro geografos mas importantes del mundo antiguo. Este objeto puede guiarte a donde tu deses, marcando  la direccion exacta que debes tomar.

Kim Jonghyu era el nieto de Kim Changsun III, el guerdian de la brujula dorada por la tercera generacion de los Kim. Debido a la muerte de su abuelo, el tendra que convertirse en el nuevo guardian de la brujula dorada para que nadie pueda saber de ella ni mucho menos obtenerla. Jonghyun en reliadid no quiere ser uno de los guardianes de la brujula, pero ya que fue el ultimo deseo de su abuelo, acepto. Jonghyun descubrira que debes obtener tu propio destino y tomar decisiones por tu cuenta.

Kim Kibum era uno de los cuatro geografos mas importantes del mundo antiguo, específicamente, el Geografo del norte. Su alma, al igual que la de sus otros tres compañeros, fue usada para crear la brújula dorada, convirtiéndose así, en el Norte de dicha brújula.

Personajes:

Kim Jonghyun: Geografo del mundo antiguo.

Kim Kibum: El geografo del Norte.

Choi Minki: Geografo del oeste.

Lee Jinki: Geografo del este.

Yengsun: Geografo del sur.

Lee Taemin: Bibliotecario e historiador del mundo antiguo, escritor y bibliotecario del mundo actual.

Choi Minho: El primer lector en mucho tiempo en la biblioteca de Lee Taemin.


Prologo.  

La paz del bosque se vio quebrantada por un ejército de hombres a caballos. Dichos hombres servían al tirano más importante del mundo antiguo,  Akita, quien los comandaba y dirigía por el sendero estrecho formado por los árboles, y junto a él, el hechicero más poderoso, Segre, perteneciente a las montañas del este.

Se dirigían a toda prisa a la casa de los cuatro geógrafos. Los únicos que poseían infinidad de información acerca de los más grandes secretos que eran básicamente, mapas de ciudades que nadie nunca escucho ni visito, conocimientos de la localización de lugares impensables para cualquier ser humano común, uno de ellos era la Atlantia.

Pero Akita no era un ser humano común, era la única persona con conocimiento, además de los cuatro geógrafos, de la existencia de la ciudad llamada Atlantia. La había estado buscando desde hacía años, pero nunca pudo dar con su paradero. Al enterarse de que existían personas que sabían su ubicación exacta, no dudo en ir a ellos. Lo que Akita no tenía en sus planes era una respuesta negativa por parte de estos, la cual recibió. Y como el bruto que era, no dudo ni un segundo en usar la violencia.

El galopar de los caballos dejo atrás al montón de árboles. Pudieron divisar más cerca de lo que esperaban la gran biblioteca, la única y más grande existente en el mundo antiguo, la cual era el hogar de cientos de libros de todo tipo y de sus guardianes, los antes mencionados, cuatro geógrafos.

Bajaron de las bestias y desenvainaron las espadas.  Akita ordeno a sus hombres que tumbaran la puerta, sin importarle que esta pudiera estar abierta. Los empleados obedecieron, la gran puerta de madera sucumbió ante unos muy fuertes golpes, dejando ver el interior de aquel maravilloso lugar.

El fuerte sonido de la puerta al desplomarse, hizo que Minki, el geógrafo del oeste, dejara su tarea de limpiar las repisas donde se encontraban los libros de geología y fuera a revisar en la entrada quien osaba a interrumpir la tranquilidad de su hogar y, como ya esperaba, en la entrada vio a ese hombre que había llegado hacia nada más unos días, para reclamar la información sobre la Atlantia. Intento avisar a sus colegas pero aquellos hombres que nunca antes vio se aprontaron a retenerlo por los brazos, también a taparle la boca.

Kibum, el geógrafo del norte, Jinki, el geógrafo del este y Yengsun, el geógrafo del sur, corrieron presurosos a socorrer a su compañero, pues ya esperaban que una situación de ese tipo de les presentara de un momento a otro, lo que ninguno pudo imaginarse fue que sería más temprano que tarde. Al llegar al lugar de donde provino el fuerte ruido, su sorpresa no fue ver frente a ellos a Akita, sino a un montón de hombres armados y ese hechicero, Segre, que conocían muy bien ya que habían un par de libros donde se le nombraba, libros de magia negra.

Sin poder salir de su asombro los tres hombres fueron apresados  y sentados en unas sillas al igual que su colega, Minki.
Las sillas estaban ordenadas de manera que formaban una cruz. Kibum estaba dándole la espalda a Yengsun, ordenados uno al norte y el otro al sur. Minki daba la espalda a Jinki, ordenados uno al este y el otro al oeste.

-Ya los posicionamos como pediste, ahora, cumple con tu parte, Segre.

El aludido saco de uno de los bolsillos de su túnica, un artefacto de forma extraña que tenía una punta filosa. Se aproximó a Kibum y presiono el objeto contra su palida piel, haciéndolo sangrar. Humedeció su dedo índice con el líquido carmesí y frente al geógrafo marco una “N”, repitió este mismo proceso con cada uno, variando las letras frente a ellos.

El hechicero abrió un libro desgastado que también guarda en su túnica en una página con un extraño hechizo. Akita puso una mano en el pecho del hechicero, indicándole así que aguardara un momento. Se acercó a todos y cada uno de los que se encontraban sentados y atados fuertemente, y quito los trozos de tela que les impedían hablar.

-Si deseaban decir algo, unas palabras de odio o insultos al culpable de su muerte, esta es su oportunidad.

Akita esbozo una sonrisa llena de cinismo. Minki se dirigió a sus compañeros en un susurro, “Taemin sigue afuera, debemos asegurarnos de que estos hombres no lleguen a él y mucho menos, se queden con todos nuestros conocimientos” todos asintieron.
Mientras el hechicero pronunciaba las extrañas palabras del hechizo, los geógrafos hicieron su último esfuerzo por resguardar su preciada biblioteca y, la vida del historiador, a quien nadie conocía y todos ignoraban que también vivía en ese lugar.

-Tu, quien siempre estuviste para saciar la sed de los que querían saber,

-Debes cerrar tus puertas y enterrar todo rastro de tu existencia.

-Para resguardar los secretos y maravillas de un mundo lleno de maldad,

-Aléjate del alcance de las manos de la codicia y no permitas que llegue a ti.

Cuatro corazones dejaron de latir y ocho ojos se cerraron, pero las cuatro almas aún seguían ahí. En el suelo un círculo de luz cegó a todos los presentes por varios segundos. La luz se esfumo y ya no quedaba rastro alguno de los geógrafos, las letras pintadas con sangre en el suelo ya no estaban, las sillas estaban todas tumbadas, pero entre en medio de ellas, se pudo ver un objeto brillante.

Akita se acercó y lo tomo en sus manos, destapo el artefacto de color dorado y se encontró con que era una brújula, miro al hechizo con una mueca de curiosidad.

-Es una brújula, ¿Esto de que me sirve?

El hechicero esbozo una sonrisa ladina y señalo el objeto en las manos del tirano.

-Esa brújula, está creada con las almas de esos geógrafos, en cada una de las letras está depositada un alma y con ella, todos los conocimientos que poseían esos hombres. Solo tienes que desear llegar a un lugar y te indicara el camino exacto que tienes que seguir.

Akita sonrió satisfecho, al fin podría encontrar su preciada Atlantia, se volvería aún más rico y seria recordado por todos. El hechicero salió del lugar tan rápido que nadie pudo darse cuenta.

Miro por la ventana y se extrañó al ver como los arboles parecían crecer más, pero fue cuando un grito de susto por parte de uno de sus hombres le hizo entrar en razón cuando cayó en cuenta que nada crecía: Se estaban hundiendo.
Intento salir por la ventana. Primero saco una de sus manos, pero fue inútil, dejo caer la brújula y cuando trato de alcanzarla fue demasiado tarde, estaban bajo tierra.

Con el paso de las horas el oxígeno se les acabo y todos terminaron muertos.

Taemin, el historiador, llego al lugar donde ocurrieron los hechos después de unos días. No intento buscarlos ni sacarlos de allí, porque ya sabía que había ocurrido, después de todo era el un historiador. Supo todo lo sucedido, hasta las palabras exactas que utilizaron los presentes, era esa una de las cualidades que un historiador poseía, y el, era el único para la época.

Tomo la brújula y la llevo con alguien que pudiera mantenerla alejada y muy bien escondida de todos, a pesar de que todos los que parecían saber estaban muertos, aún quedaba alguien, el hechicero y no podía permitir que nadie supiera de su existencia. Por todas esas razones, se la entregó a Changsun, el último geógrafo, quien ya se había retirado, para que la escondiera y protegiera con su vida si era necesario.

El mundo antiguo nunca supo ni cómo ni cuándo, solo que la gran biblioteca había desaparecido y, junto con ella, los geógrafos y los conocimientos más preciados.


Este vendría siento como el cap. cero, aquí solo se explica como surge la brújula dorada para que sepan que es y que hace.
Alguna duda, ya saben que yo siempre intento aclararla ;D

PD: Debo aprender a controlar mi imaginación, dos historias completas se me han ocurrido en una sola noche xD

Espere se interesen por esta historia, ¡Besos!


Última edición por Sou-Tan el Dom Sep 08, 2013 4:55 pm, editado 4 veces (Razón : Ninguna en especial)
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Lun Mayo 13, 2013 7:14 pm

  Bueno, aunque nadie comente, yo lo seguire. Soy de las personas que hasta les da rabia dejar  a medias algo.  ¡Saludos....a quien lea esto xD!




Capítulo I


En uno de los lugares más recónditos de la ciudad, Seúl, se encontraba justo en una esquina la vieja biblioteca del señor Lee. Llena de libros desgastados y viejos, mas no sucios, ni un rastro de polvo en ellos.


Era una mañana tranquila y como siempre, el silencio era lo único que se podía oír. Desde la puerta se podía ver a la derecha, un gran ventanal que abarcaba la mitad de la pared, justo en medio estaba una pequeña mesa de madera y a un costado de esta, una silla del mismo material. A la izquierda, estaba es recibidor, con un gran escritorio con una campanilla en la esquina y, todo lo que se podía ver después de eso eran ocho estantes gigantes llenos de puros libros, acomodados en filas de cuatro ubicados en el fondo del paisaje. Uno que otro cuadro que se podía ver era muy antiguo, no había revistas ni nada por el estilo, en ese lugar solo había espacio para libros que estimulaban la imaginación y la mente; ninguno de ellos antes abierto.


Todos dirían que han de haber sido centenares de manos las que los tocaron, pero no, solo fueron dos, las manos de su dueño, el bibliotecario e historiador, Lee Taemin. Pero no era cualquier bibliotecario e historiador común, no, no, que va, era nada más y nada menos que uno del mundo antiguo, no uno de esos que se llaman así solo por ordenar o velar por una biblioteca, o uno de eso que pasa toda su vida estudiando los hechos y fechas importantes.


Y entre tantos libros, se encontraba uno, más especial que cualquier otro e igual de impresionante que algunos de los que se encontraban ahí. Era un libro color café, los bordes de las páginas eran dorados, las palabras grabadas en la portada no podían admirarse bien. 


Este libro contenía la historia de “La brújula dorada”, la cual fue uno de los mayores misterios del mundo antiguo, así como una de las maravillas de este. Dicho objeto podría mostrarte el camino a cualquier lugar que desearas.


Nadie nunca se había dignado a pasar por la puerta del lugar, ya que la mayoría eran estudiantes que debían hacer un trabajo y en ese lugar no se podía encontrar ese tipo de información, información basura e inservible para el ser humano, pero que sin embargo, se han empeñado en aprender.


El hombre tras el escritorio limpiaba sus lentes con un pañuelo cuando escucho la puerta abrirse, sonrió y se levantó de su silla. Unos ojos que parecían sonreírle le miraban fijamente. El joven frente a el hizo una reverencia. Acomodo sus anteojos pregunto amablemente:


-¿Viene usted a realizar un trabajo escolar?- Pregunto esperando una respuesta positiva.


El joven negó lentamente con la cabeza mientras cerraba sus ojos sonriendo.


- Vengo por mero interés en la lectura.


Y cuando dijo aquello sus ojos se llenaron de una luz increíble, su sonrisa se hizo más amplia y se encogió de hombros. El señor Lee, quien aparentaba unos veintisiete años, mostro sus dientes en una sonrisa cálida. Salió del rincón de donde estaba y se puso frente al joven. Lo vio detenidamente, tenía cabello castaño oscuro, rasgos no muy comunes y era un poco más alto.


-Entonces, ¿Qué tipo de libro busca?


El joven suspiro antes de dar una respuesta.


-Ninguno en específico, solo algo que me sorprenda.


Fue entonces cuando aquel libro que guardaba casi como un tesoro entre los demás, se le vino a la mente. Supo al momento en que lo vio, que su elección era acertada, era la persona correcta para leer por primera vez, aquella historia que, por más fantástica que parezca, fue real.


Asintió levemente y el joven le vio perderse entre los estantes ubicados a la derecha. Había seis divisiones, en la segunda si se cuenta de arriba abajo, busco algo con su mirada, sonrió al encontrar el libro color café. Extendió su brazo poniendo sus pies en puntas para poder llegar a él. Con extrema facilidad logro tomarlo.


El joven le vio regresar, esta vez con un libro en sus delgadas manos, le admiro de pies a cabeza, tenía el cabello corto de un color castaño tirando a cobrizo, era un poco más bajo de estatura y su cuerpo era delgado, aparentaba ser muy joven, pero le había visto desde que era un niño cuando pasaba cerca de la ventana, así que era mucho mayor de lo que cualquiera podría imaginarse, pero le pareció extraño que con el paso de los años, siguiera viéndose igual.


Le paso el libro y le invito a que se sentara en la mesa cerca del gran ventanal para luego volver a su lugar en el recibidor.


Abrió el libro y pasó unas cuantas páginas, pero todas estaban vacías. Estuvo a punto de hacérselo saber a Lee cuando una página con unos grabados extraños, unas cuantas letras que no pudo entender y una brújula abierta dibujada en ella, atrapo sus ojos. Intento leer pero estaban en latín, solo pudo distinguir entre las letras desconocida, las palabras “La Brújula Dorada” 


La página siguiente y todas las que estaban después estaban todas escritas, la letra era perfecta, pero con mucho esfuerzo logro darse cuenta de que estaban trazadas con tinta negra.


Aquel lugar era tan tranquilo que fácilmente pudo sumergirse en su lectura, mientras, el dueño, se entretenía viendo su expresión al leer las primeras líneas.


“La luz de la luna y unas cuantas velas eran las que mantenían alumbrada la habitación de Jonghyun, un joven geografo, quien se encontraba absorto en sus pensamientos mientras miraba por la ventana al mar.


Nunca lo supo, lo que era vivir una vida por sí mismo. Parecía que todos intentaran vivirla por él, como si hubiera algo de lo que lo quisiesen proteger de su pasado, una pasado del que nunca estuvo triste, sus padres, parecían nunca haber estado, sin embargo, podía sentir un calor extraño que llenaba un diminuto vacío en su interior. El anciano, ese viejo de Changsun, lo quería como nunca pudo querer a nadie, porque simplemente no había nadie más a quien querer, era divertida la forma en la que los demás se preocupaban cuando a él le parecía bien sufrir, ser feliz, enojarse y equivocarse, porque nunca quiso perderse en las emociones de juventud: Odio y amor. Él quería poder sentirlas todas.


La puerta se abrió de manera brusca, dejando ver a una muy desesperada empleada de servicio.  Se giró y la miro curioso, aun sin entender el porqué de su interrupción tan abrupta.


-El señor le llama, joven Kim.- Informo al borde de las lágrimas.


Fue entonces cuando entendió que debía bajar lo más rápido que le fuera posible. Dejando la ventana abierta, corrió presuroso al encuentro con su abuelo. Bajo los escalones no dé a uno ni de dos, de a cuatro para llegar lo antes posible. Llego abajo en menos de treinta segundos.


Abrió sin ningún tipo de delicadeza la puerta que se encontró frente a el al doblar a la derecha una vez termino su recorrido.


Ahí lo vio, Kim Changsun III, sonriendo sínicamente, como si no estuviera al borde de la muerte, siempre el mismo anciano. Estaba sentado con la espalda pegada a la cabecera de la cama, cubierto hasta sus piernas con una sábana de seda blanca y sosteniendo con las dos manos una pequeña caja de color vino.


El menor de los Kim se acercó a él y se sentó en la silla que estaba a un lado de la cama.


-¿No dejas de ser tan sínico aun en tu lecho de muerte? – Cuestiono a su abuelo negando con una triste sonrisa.


El anciano poso la diestra en el hombro de su nieto, este lo miro y el solo sonrió.


-Jonghyun, quiero que tu tengas esto.- Le paso la caja en sus manos.


El aludido recibió la caja de color vino y la miro aun sin poder hacerse una idea de que contenía. La abrió encontrándose con pequeño artefacto dorado, que tenía una cadena del mismo color. Lo tomo en sus manos aun sin poder creérselo.


Abrió el objeto y una flecha apuntaba al norte. Era una pieza magnifica, extremadamente hermosa, con las letras más elegantes que hubieran podido usarse.


Miro a su abuelo incrédulo y sus ojos se abrieron en demasía. El mayor de los Kim le devolvió la mirada serio.


-Es tu turno.


Negó suavemente e intento devolver la caja con su contenido.


-Yo…no puedo, no estoy listo.


-Jonghyun, necesito que tú la aceptes, no es necesario que te conviertas en su guardián-. Le alcanzo un trozo de papel con una dirección escrita.- Aquí, ve ahí si decides no quedártela, esta persona podrá cuidarla bien.


Cerró sus ojos fuertemente y negó una vez más. Su familia había cuidado de ese objeto durante tres generaciones, su padre, Kim Changsun IV, era el siguiente en la línea de los guardianes de ese objeto, lamentablemente, murió cuando él era muy joven, al igual que su madre.


Quería seguir los paso del hombre que admiraba y que siempre estuvo cuando lo necesito.


- No, un Kim debe hacerlo.


El anciano sonrió y abrazo con orgullo a su nieto por el hombro. Aclaro su garganta y tomo el objeto dorado, una brújula para ser exactos, y extendió su brazo para mirarla mejor un poco más lejos.


-Recuerda siempre, Jonghyun, que antes de seguir cualquier cosa, debes aprender a seguir a tu corazón. Ahora, ve a ponerla en su lugar.


El mayor de los Kim le paso la brújula a su nieto, para luego recostarse cómodamente en su cama. Su corazón dejo de latir y el joven escritor sonrió con tristeza una vez más, incapaz de derramar una lagrima por ese viejo risueño que lo vio crecer.


Salió de la habitación con la pequeña caja en sus manos. Anduvo un rato hasta llegar a un pasillo más oscuro que otros en la gran casa. Camino un poco más y doblo a la derecha donde se encontró con una puerta hecha completamente de oro. La empujo con fuerza y pudo ver una gran habitación, había en el piso pintado un gran círculo y unas decoraciones figurativas con tonos grises, azules y negros, en medio de este, un pedestal con un cojín rojo. 


Se acercó a él y saco el contenido de la caja, la brújula dorada. La coloco en su sitio.


Arriba del pedestal había un pequeño espacio donde en vez de techo, estaba un vidrio. Era como una ventana, pero no estaba en la pared, en ellas habían unos grandes ventanales rejados por fuera, desde donde se podía apreciar el muelle perfectamente.


La luz de la luna que pasaba a través del cristal golpeaba suavemente en su rostro. Se sacó el gran abrigo de color café que traía, se aproximó a uno de los ventanales, al de la derecha, para ser exactos.


Con la yema de sus dedos acaricio levemente el vidrio, perdiendo su vista en las olas salvajes, recordando sus años de niñez, en los que corría libremente y el viento desordenaba sus cabellos castaños, la luna era la única luz que podía ver, sonreía y el pasar de los años nunca lo perturbo, luego; el destino que se había imaginado se esfumó, fue privado de las noches en las que bajaba desde su habitación a ese cuarto apartado, del que siempre veía salir a su abuelo; cuando le veía ahí, a ese joven extraño de ojos rasgados, sus recuerdos eran borrosos y no le permitían recrear el rostro de aquel extraño.


Una lagrima inocente rodo por su mejilla, mas sus ojos no estaban rojos y tenía una sonrisa infantil dibujada en sus labios, sin mostrar sus dientes.


Ahora que el viejo ya no estaba, era como si estuviera un poco perdido mientras buscaba que hacer.


El sonido de la puerta al abrirse le hizo girarse un poco desconcertado. La encontró abierta.
Con los ojos entrecerrados se aproximó a la puerta de oro puro y salió cerrándola detrás se si con seguro, aun con un poco de curiosidad.


Desabrocho el primer botón de su camisa blanca mientras subía las escaleras. El llanto de las empleadas no era suficiente como para sacarle de la cabeza las mil y un razones por las cuales la puerta estaba abierta.


Cuando dejo atrás el último escalón miro atrás y arqueo una ceja. Nada. Estuvo a punto de resbalar, miro al piso y observo unas cuantas gotas de agua, cosa que le pareció extraña pues juraba que no estaba lloviendo, y estaba en lo correcto.


 Camino a paso lento, arrastrando los pies hasta llegar frente a la puerta de madera de su habitación.


Cuando cerró la puerta sus ojos se perdieron en la imagen frente a él. Sus labios se separaron para balbucear unas cuantas palabras. Miro a los lados como en busca de algo, como si el viento fuera a responder sus dudas.


Hay muchas personas que con el tiempo se han enterado de la brújula, no me extrañaría que alguien quisiera quedársela


Clavo su vista en el joven frente a él esta vez enojado. A pasos largos se acercó a él y lo miro abriendo sus ojos, esperando alguna explicación de por qué estaba en su habitación, pero aquella persona ni siquiera lo miraba, estaba totalmente absorto en un cuadro colgado en la pared.


Jonghyun estuvo a punto de tomarlo por los hombros y obligarlo a mirarle para luego pedir una buena excusa por la intromisión, sin embargo, toda intención de llevar a cabo aquella acción se desvaneció al notar como aquel joven lloraba a mares.


Sus ojos no estaban rojos, no sollozaba ni hacia muecas de dolor o molestia, solo muchas lágrimas salían de sus ojos descontroladas. Llevo sus ojos al piso y vio como un pequeño charco ocasionaba que los pies contrarios se mojaran.


Desvió su vista una vez más, esta vez al cuadro en la pared de color café oscuro, el color de casi todo en aquella gran casa donde residía la familia Kim, o Jonghyun para ser exactos.


Muchos tonos celestes y azules en el cielo y el mar, se veía un pequeño bote con un hombre navegando solitario, sin lugar a donde ir. Había un pájaro volando cerca del bote, como si segundos antes hubiera estado sobre él. En si era sencillo, de una manera perfecta. Jonghyun nunca le había tomado mucha importancia, nunca entendió los cuadros del pintor de historias, su primo.


Ahora que le prestaba más atención le parecía hermoso.


Un diminuto hilo de voz le hizo girar y caer de vuelta a la realidad. Había un extraño en su casa, tal vez alguien que trataba de robar la brújula, pero “Si quisiera robarla, ¿No estaría abajo en vez de aquí?


-¿Qué es eso?- El joven de piel pálida que había irrumpido en la habitación del geógrafo habla bajo, casi en susurro mientras apuntaba al pájaro.”


El joven alto cerró el libro, interponiendo su dedo índice para no perder la página. Sonrió para sí mismo mientras se levantaba de la silla y se dirigía al escritorio, donde estaba Lee mirándolo con una sonrisa.


-¿Puedo llevármelo?- Cuestiono con un tono de duda en su voz.


Lee se levantó con una expresión seria que cambio rápidamente a la risueña de antes. Negó levemente, girando su cabeza de un lado a otro un par de veces. El joven alto se mostró decepcionado.


-Los libros de esta biblioteca no pueden salir de aquí-.Lee sonrió sutilmente al descubrir fácilmente los pensamientos del más joven.- Pero usted es bienvenido si desea venir cuantas veces le plazca para leerlo. Noto que el libro logro atraparlo, joven Choi.


El alto sonrió ladinamente y abrió un poco sus ojos, el nunca había revelado su nombre a Lee. Decidió pasarlo por alto y simplemente pasarle el libro a su dueño y hacer una leve venia antes de salir por la puerta, no sin antes decir un muy audible “Gracias”, y se fue, dejándolo solo una vez más.


Lee guardo el libro en una de las pequeñas gavetas de su escritorio y volvió a sentarse sonriente. Había encontrado al “lector”


¿Cómo supo su nombre? Cualidades de un bibliotecario. Ese joven era como un libro, y los bibliotecarios podían saber su contenido exacto sin siquiera abrirlos.





Eso de "El pintor de historias" hare un fic con eso. No tengo remedio xD ¡No paro!
¿Que tal? ¿Les gusta o no? ¿Es muy obvio quien es? Bueno, si. Pero no "¿Que es?" key y "¿Por que llora?"




Última edición por americanidiotdshineegirl el Sáb Jun 15, 2013 6:20 pm, editado 1 vez (Razón : Ninguna en especial)
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Kohu Lun Mayo 13, 2013 10:47 pm

Aparto ~~ D:
Edito Mañana <,<
Kohu
Kohu

Femenino

I ♥ 이태민
Mensajes 262

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por LuTachibana Lun Mayo 13, 2013 11:09 pm

Perdon por no contestar... (soy un poco despistada, lei el prologo y pense que si habia contestado...sorry!)
OK...ESTA GENIAL!!
Me atrapo! Y si es un poco obvio que es Key, pero esta bien...¿Por que llora?
¿Va a haber amor y romance entre ellos?
Wiii....de hecho espero cualquier tipo de romance. No tengo remedio.
Ahh! buen primer capitulo.
LuTachibana
LuTachibana

Femenino

I ♥ Onew
Mensajes 26
http://lutachibana.blogspot.mx/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Mar Mayo 14, 2013 6:31 pm

F-ry:
Me pasa, creo haber dejado y resulta que no xD

Eso lo diré mas adelante. -Llega la experta en matar ilusiones-
¿Romance? Creo que me pasare un poco de cursi en este fic, pero aun no porque apenas comienza. Durara muy poco ;D

Tod@s:

¡ACLARO! NO habrá 2min. Así que no se emocionen, serán "Amigos" si se pueden llamar así. Tae el bibliotecario y Minho el "Lector" eso es todo
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DanyLee~ Sáb Mayo 18, 2013 5:03 pm

Aparto *-*
DanyLee~
DanyLee~

Femenino

I ♥ Taemin *-*
Mensajes 266

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Sáb Jun 15, 2013 6:08 pm

Capitulo II


Una sonrisa se plasmó en el rostro de la persona tras el escritorio de madera.


El escritor, como siempre tan intuitivo y suspicaz, ya sabía que no pasarían ni veinticuatro horas para que aquel joven alto cruzara por la puerta luego de abrirla.  Enseguida, dejo la pluma que sostenía en su mano derecha en el tintero, que reposaba en una esquina del mueble, abrió una de las pequeñas gavetas; de esta saco un libro un poco desgastado, el cual estaba al lado de un pequeño objeto, redondo y de color dorado, que parecía estorbar.


Con el pequeño libro en mano, salió de detrás del mueble de madera, y se lo paso a la persona que en ese instante estaba cerrando la puerta luego de entrar. El alto recibió gustoso el libro, con una sonrisa y una mirada de extrañeza y confusión; era como si le hubiese estado esperando desde hacía mucho.


Lee dejo escapar una carcajada que pareció mas un jadeo pequeño, o un suspiro leve, sabiéndose descubierto, sin alguno de ocultarlo pero con ganas de divertirse un tanto más a costa de sus capacidades como bibliotecario e historiador.


-Lo vi desde mi escritorio por el ventanal, no soy un adivino se eso es lo que cree…joven Choi.- Mintió con facilidad y satisfaciendo sus ganas con la joven, pero nada tonta, mente del alto.


El contrario se convenció rápido pero no pudo pasar por alto el conocimiento de su apellido, el cual nunca revelo al mayor. Pero si bien era cierto que tenía curiosidad y ganas de realizar un montón de preguntas, también era cierto que ese libro de apariencia vieja, tenía acaparados hasta sus más remotos pensamientos. Lee le señalo la mesa al lado del ventanal en señas de que se pusiera cómodo para leer; el joven realizo una leve venia y fue a tomar asiento. Vio desde donde estaba sentado, al mayor desaparecer entre los grandes estantes llenos de libros.


Suspiro disfrutando de la calidez de aquella biblioteca. Abrió la página en donde se había quedado.


La pregunta dio una y mil vueltas en su cabeza, quebrando en muchos pedazos su sensatez, logrando desaparecerla con ese tono de voz tan tranquilo y calmado, cualquier capacidad de responder o razonar de que se trataba.


-¿Qué es?


El desconocido apunto con su dedo y repitió por tercera vez la pregunta en cuestión. Nunca había visto ese hermoso color azul, de hecho no recordaba haber visto nada en su vida. No podía sentir como las lágrimas caían por sus mejillas y empapaban la mitad de sus rostro, tampoco era consciente de lo pesado que se sentía su cuerpo, aquel encierro lo tenía privado de la sensación del mundo exterior, se estaba apenas acostumbrando a estar afuera.


Jonghyun se reprochó mentalmente por no haberse dado cuenta.


El extraño señalaba con su dedo al pájaro pintado en el cuadro colgado en la pared, mientras, mantenía los labios entreabiertos, dejando ver el borde de sus dientes delanteros, la mirada la tenía perdida, pero mirando fijamente al cuadro sin apartar la vista ni un segundo y sin hacer algún movimiento.


-Es un azulejo.


-¿Qué es?


Quien tenía la piel pálida y cabello rubio, el cual en el flequillo tenía las puntas de este azules, cambio de dirección su dedo, ahora hacia el geógrafo.


Mirándole con los ojos inundados en curiosidad, repitió una vez más la pregunta, sin miedo a lograr que esta se gastase. Jonghyun siempre había sido alguien con poca paciencia, pero en ese momento una paz abrumadora lo domino, haciendo que se perdiera por unos segundos en la profundidad de esos ojos que lo miraban.


El de piel pálida suspiro pesadamente, casi como liberándose de algo. Su cuerpo se sintió liviano, como una pluma flotando en el aire, mientras, en su mente, el flash de un pequeño recuerdo, se reprodujo por un momento.


El viento soplaba, logrando crear en su cabello un nuevo peinado. Se encontraba sentado debajo de ese árbol, un roble, si, un roble. Terminaba de escribir sobre el relieve de Terabithia, y entonces, en la mano con la que sostenía la pluma, se posó un pequeño pájaro de color azul. Un azulejo”


Una cabeza se agito variadas veces, la del geógrafo. Jonghyun entro en razón y enarco una ceja. Se suponía que debía descubrir la identidad del rubio, y más importante, sacarlo de ahí, nadie desconocido debía estar en su habitación y mucho menos cerca de la brújula.
Esos ojos rasgados no los recordaba de ninguna parte. La presencia de la persona frente a él le hacía calmarse, también lo llenaba de una tristeza monumental, tan grande que lo deprimía, y estaba seguro que la muerte de Changsun no tenía nada que ver en ese aspecto.


-¿Quién eres tú, que haces aquí? Y más importante, ¿Quién te dejo entrar?- Lanzo las preguntas de forma cortante, pero sin causar impresión en el otro.


-¿Qué es?


El menor de los Kim comenzaba a irritarse, la paciencia que hacia un segundo lo controlaba se había ido. La redundancia, siempre la misma pregunta pero sin responder ninguna de las que le hizo. Decidió pensar más allá, y así fue como la posibilidad de que eso nada más fuera una distracción para mantenerlo en la habitación, mientras, abajo estuviesen intentando forzar la puerta de oro macizo; llego a su mente y sí, todo pareció encajar.


-¡”¿Qué es?” ¿No sabes decir otra cosa? Solo responde, ¿Quién eres y porque estás aquí?!- Grito casi en colerizado. Ser el guardián de la brújula definitivamente estaba en su sangre.


En los labios acorazonados del rubio se formó un leve puchero, ladeo la cabeza y, casi llegando a parecer soñolientos, sus parpados bajaron y subieron repetidas veces, manteniendo sus ojos del mismo tamaño. El peso en su cuerpo lo sintió completamente, y avanzo unos pasos hacia adelante, dejando a Jonghyun un tanto aturdido por su reacción ante la exclamación y la exigencia.


Bajo su dedo y luego dejo caer su brazo a un costado de su cuerpo. Entonces, otro pequeño flash de un recuerdo se reprodujo en su mente, esta vez más nítido y fuerte.


 “Tenía la mirada fija en lo que estaba más allá del vidrio. En esa habitación que apenas conocía, pero que noche tras noche visitaba porque estar en aquel lugar ya no le gustaba, nunca le gusto. Desvió rápido su vista y se encontró, con medio cuerpo asomado por la puerta hecha de oro, a un niño de rostro peculiar, pero no para él, que no recordaba rostro alguno.”


Jonghyun no supo cómo ni por qué, solo sintió su hombro húmedo y unos brazos rodear su cintura casi con miedo…no, con más que eso, con terror. Por inercia, llevo una de sus manos al cabello rubio. Su mirada estaba aún más perdida que la del rubio. Su otra mano fue a dar a la espalda contraria.


Lo sabía, él no era un extraño, Jonghyun estaba seguro. Su esencia, la que desprendía se cabello, su cuerpo, lo frio que estaba su cuerpo le preocupo y entonces supo que no debía dudar en creerlo.


Cuando Jonghyun tenía solo nueve años, una noche siguió a su abuelo abajo, la curiosidad lo estaba matando y esa noche, lo vio ahí. Era un muchacho que le pareció muy triste, casi tanto como él. Se había convertido en un hábito bajar, lo hacía casi todas las noches. La suavidad de ese cabello seguía siendo la misma. Era como un ritual, siempre miraban por el ventanal al muelle, a Jonghyun le gustaba jugar el cabello rubio y ponía la cabeza del de piel pálida en su regazo para hacerlo con más tranquilidad. Más pronto que tarde, su abuelo se enteró de que era seguido por su nieto, Changsun no sabía de la existencia del extraño, pero no le gustaba que Jonghyun estuviera ahí. 
Si alguien intentaba robar la brújula, el saldría lastimado.


“¿Qué es?” recordó, y pudo escuchar esa voz casi al lado de su oreja. –Jong…- escucho en susurro y el aliento de quien lo abrazaba choco contra su cuello, estremeciéndolo al instante


A su amigo nunca pregunto el nombre, jamás hubo necesidad, en ese momento, no supo cómo llamarle. Ansiedad, sintió, y mucha. En su hombro, la frente del rubio se hallaba descansando, mientras, este tenía el semblante igual que todo el rato. La pregunta dio vueltas haciendo que la lengua de Jonghyun se trabara, hasta decir su propio nombre era como el mayor reto del mundo antiguo.


-Jonghyun, si…Dime, ¿Cómo te llamas?- Cuestiono titubeando.


El desconocido, al escuchar la pregunta tubo que rebuscar en los lugares más apartados y escondidos de su memoria para poder encontrar la respuesta. Sin poder hallarla, y sin dejar de aferrarse firmemente a la cintura del geógrafo, se apartó un poco para poder mirarle a los ojos.


La ventana abierta y la bata blanca, larga, muy muy larga que usaba como única prenda de vestir, no ayudaban en nada a alivianar el frio que sentía. Pego su frente a la del geógrafo y no quito en ningún momento el pequeño puchero de sus labios.
Sus narices se rozaron, haciéndolos estremecer. Casi por inercia, se acercó más, como si en eso fuera a encontrar calor. Jonghyun cerró los ojos y lo acerco desde la cintura, sosteniendo aun sus cabellos y acariciándolos de vez en cuando. Y justo cuando sus labios parecían querer fundirse en los otros, una ventisca fuerte se entrometió por la ventana, se miraron a los ojos, perdiéndose en ellos, hasta que Jonghyun diviso pequeño copos de nieve, que aunque pequeños, eran más grandes de lo normal, dejando ver su forma. Todos parecían desprenderse del borde la bata de que, y esta parecía deshacerse mientras más copos de nieve aparecían y salían por la puerta, flotando en el aire.


Pronto, ya estaba toda la habitación llena de copos de nieve que salían lentamente, y el geógrafo no tenía nada que abrazar, la mitad del cuerpo del rubio eran copos de nieve y lo demás le seguía, en menos de cinco minutos, solo quedaban los ojos felinos, que sin tardanza siguieron los pasos del resto del cuerpo.


Los copos de nieve, que eran blancos y que desprendían un poco de polvo brillante azul que se deshacía en el aire, salieron todos juntos por la abertura que separaba el suelo de la puerta. El geógrafo, aun anonadado, abrió la puerta y vio como los copos seguían el camino de las gotas en el suelo, pero el aire. Supo de inmediato que se dirigían a la habitación de la brújula y, curioso cual niño, corrió escaleras abajo y llego mucho antes que los copos.


Abrió la puerta y tremendo fue su asombro al ver que la caja roja estaba abierta, la brújula también. Se acercó y casi queda petrificado cuando noto que las agujas de la brújula se habían detenido, y con más horror observo que la “N” no estaba el ninguna parte.


Los copos entraron aún más rápido a la habitación y, uno a uno, entraron en la brújula, mientras hacían esto, el geógrafo no dejaba de girarla, para ver si por algún lado volvían a salir, pero no fue así. Cuando ya no que do ni rastro de los copos de nieve, Jonghyun volvió a ver la brújula, la “N” estaba y las agujas de movían y apuntaban en la dirección que deberían.”


El joven de apellido Choi se levantó de la silla cuando escucho un ruido, llevo el libro consigo. Paso caminando entre las dos filas de estantes, dejo atrás los tres primero y en el intermedio del cuarto y el quinto estante de la derecha, y encontró a Lee sentado en el suelo leyendo un libro azul, como siempre, con sus anteojos de lectura. El mayor tenia también muchos libros amontonados a su alrededor y lo que Choi no sabía, era que los había leído más de cinco veces cada uno, o tal vez más, pero esas eran todas las que se dignó a contar.
Sin preguntar, se sentó a su lado, leer solo siempre fue aburrido, pero nunca encontró nadie agradable con quien hacerlo, así que esa fue una ocasión especial.


“Esa noche, Jonghyun volvió a su habitación, con solo el recuerdo de los ojos felinos que se desvanecieron frente a él. Se preguntó mil veces en donde estaba su querido amigo, aun no terminaba de comprender todo los de los copos de nieve ni mucho menos.


Paso tiempo, mes y medio siendo exactos. Aquel de ojos felinos, cabellos rubios y de piel pálida jamás se volvió a dejar ver todo ese tiempo. Jonghyun aun podía sentir las lágrimas desapercibidas humedecer su camisa, como si apenas y hubiese sido el día anterior que aquello ocurrió.


En ese momento, eran justo las cinco treinta de la tarde, pero no estaba en casa, se encontraba en una barco, camino a la dirección que su abuelo le dejo, la casa del historiador y bibliotecario, Lee Taemin.


Jonghyun quería conocer el mundo, ir más allá de todo eso, de la gran casa de los Kims, más allá de los libros de geografía que poseía su abuelo, que necesitaban información.


Nunca sintió que la gran mansión fuese su lugar, el necesitaba ir lejos de todo, ver incluso más allá del mismo fin del mundo. Encontrar un lugar en el que la felicidad fuese innecesaria por el simple hecho de que ese lugar ya la poseyera, así lo creía, así era correcto.


Si intentaba llevar la brújula consigo en sus viajes como explorador-geógrafo, tal vez terminaría perdida en algún desierto, hundida en el fondo del mar o peor, en manos de algunos maleantes que pudiesen robársela, más que todo en el oriente, donde las persona todo lo que veían de color dorado lo tomaban como oro, y la brújula se era de oro.


Por todo esto, ahora estaba en camino a dejar la brújula en manos que no conocía, pero si su abuelo le había indicado, entonces él lo creía correcto.


Se sentía mareado, mucho para estar ahí, debía bajar cuanto antes a su habitación. Era un geógrafo, no un marino, si, para ser explorador también significaba viajar en mar, pero eso no lo haría, odiaba esos viajes, y el temperamento del capitán no ayudaba mucho.


Con un leve dolor de cabeza, bajo al camarote donde estaba la brújula, solo por su pequeña esperanza de encontrar los ojos felinos de nuevo. Pero lo que encontró no se lo esperaba. La brújula no funcionaba y, una vez más, la “N” no estaba.


Corrió a su camarote y observo, con cierta felicidad, como la ventanilla dejaba entrar la luz de la luna, y también, como la luz lunar delineaba una silueta y un pequeño brillo azul se unía a la silueta.


Jonghyun solo pudo y caminar hacia la silueta y comprobar que sí, era el rubio, lo era y al parecer sus lágrimas no habían cesado y tampoco su rostro había cambiado de expresión.


El joven cerro el libro y miro a Lee, quien le sonrió y le dedico un guiño.

Estuvieron hablando unos minutos antes de que Choi se fuera, y justo cuando iba a salir por la puerta, Lee se despidió, dirigiéndose a el por su nombre, dejándolo una vez más, shockeado por las palabras del mayor.


Holaa! Tarde demasiado, lo se, pero prometo que ahora si sera mucho mas pronto. Hace como dos semana que escribí la mitad de esto en una hoja en la escuela, pero se me perdió y no fue hasta ayer que la encontré, no podía ponerme a inventar pues si cambio algo o me salto algún suceso esto pierde sentido.

El cabello de Key es del rubio pálido como ahora, pero con el peinado y el color en las puntas de "Lucifer" ver. Japonesa, y Jonghyun, como en sherlock o dream girl, lo dejo a su gusto ;D

Nos es por presumir ni nada, pero mi mente es extraña a la hora de crear fanfics fantasía, es demasiado extraño lo que sale de mi cabeza xD

Ahora, ¿Que pasa con key, por que sigue llorando, que es key, por que la brújula se detiene? ya verán, ya verán...
Les dejo la canción en la que se basa el fic:

Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Miér Ago 14, 2013 12:32 pm

Capitulo III


Como ya era rutina, Choi se hallaba sentado en la mesa al lado del ventanal. Había comprado un café antes de ir a la biblioteca de Lee, lo estaba tomando mientras buscaba la página en que quedo el día anterior a ese, y el bibliotecario ese día no se dedicaba a observar como leía interesado, sino a escribir algo, y a quien leía se le hizo raro puesto que siempre tenía la mirada fija en él, además de que llevaba unos lentes que nunca antes había visto.


Llego a la página y comenzó a leer.


“Mientras más se acercaba, su figura parecía desvanecerse, esa vez sin copos de nieve, y cuando ya hubo avanzado lo suficiente como para estar a su lado, el ya no estaba.


Atribuyo eso a que los mareos le estaban provocando ver cosas que en realidad no estaban, y que sus deseos por verlas hicieron que todo pareciese más realista aun.


Durante los días siguientes, los mareos no cesaron, sin embargo, no hubo ninguna otra “aparición” del rubio ni ningún otro cambio en la brújula. Paso la mayor parte del tiempo en su camarote, leyendo algunos libros de zonas donde hubo poca exploración, y también encontró uno que era de su abuelo, llamado “Los Cuatro Geógrafos”, había escuchado de ellos con anterioridad, pero al abrir el libro se encontró con que en la contraportada ponía “La Leyenda De La Brújula Dorada”, y una noche, se decidió por fin a leerlo.


Se sentó en medio de la cama, recargo su espalda en la cabecera y comenzó a leer en susurros para sí mismo.


“Hace más de siete siglos, en la región central de oriente, cerca del antiguo bosque de las dríadas, existía la Gran Biblioteca, lugar que guardaba millares de libros acerca de todas las cosas vivientes o no. En dicha biblioteca vivían los cuatro geógrafos, todos aprendices de su padre, el primer geógrafo, el cual era su padre. Además de los geógrafos, vivía allí también Lee Taemin, el ultimo bibliotecario, que también es el último escritor e historiador del mundo antiguo, quien era el dueño de dicha biblioteca.


Los geógrafos vivían allí proporcionando sus amplios conocimientos a Taemin, y también ayudando con el cuidado de la biblioteca, vivir allí era casi parte de su naturaleza.


Una día como cualquier otro, mientras se encontraban reunidos escribiendo sobre los páramos salvajes al norte de Narnia, se presentó ante ellos Akita, el mayor tirano del mundo antiguo, quien exigió información sobre la ubicación de la Atlántida. Información que por supuesto negaron darle, porque simplemente Akita no la necesitaba, y si alguien no necesitaba de sus conocimientos para fines importantes, ellos jamás revelaban nada.


Para esos mismo días, Lee se encontraba lejos, había ido a revisar unos pergaminos dejados por los antiguos Titanes.


Unos días después, Akita irrumpió violentamente el La Gran Biblioteca, acompañado por Segre, un mago poderoso proveniente de las montañas del norte. Utilizando la fuerza bruta, apresaron a todos los geógrafos. Estos, como guardianas del lugar, pronunciaron un conjuro en su último intento por defender la biblioteca.


Por medio de la magia negra, Segre creo la brújula dorada con las almas de los geógrafos y se fue del lugar presuroso, sabiendo que nada bueno ocurriría después, y supuso bien, porque una vez Akita tuvo la brújula en sus manos, la biblioteca comenzó a hundirse y a llevarse consigo todos los libros, y la vida del tirano más poderoso del mundo antiguo.


La brújula dorada llego a manos de Lee Taemin, cuyo viaje no dio buenos resultados, dado que los pergaminos eran ilegibles. Como Historiador que era, supo de inmediato de todos los sucesos, después de todo, esa es una de las capacidades de un historiador.


Cuenta la leyenda, que si deseas ir a un lugar, la brújula apuntara con sus agujas la dirección que se debe tomar, bien sea al norte, oeste, sur o este. 


Debido a que fue creada con las almas de los geógrafos, no importa a cual lugar desees ir, ella te guiara.


En la brújula, el alma de cada geógrafo está en el punto cardinal al que representaban: Kibum en el norte, Minki en el oeste, Yengsun en el sur y Jinki en el este. Sus almas están sumergidas en un profundo sueño, encerradas en las letras N, S, O y E de la brújula.


Se cree, que las noches de luna llena, cuando la luz se refleja en la brújula, si una de las almas despierta, puede salir hasta que la luz lunar deje de caer sobre la brújula. Y que solo cuando la luz de la luna dorada bañe a la brújula, las almas podrán ser libres si así lo desean.”


Esa noche cerró el libro, y la leyenda lo acompaño hasta en sueños, donde se imaginó los posibles escenarios en donde probablemente se desarrolló todo.


A la mañana siguiente decidió que tomaría un poco el sol y saldría un rato a cubierta, idea de la que desistió rápido cuando los mareos se hicieron presentes y la voz ronca y rasposa del capitán llego a sus oídos, el hombre solo lanzaba queja tras queja sobre el clima. Lamentaba que los marinos del mundo antiguo se hubiesen extinguido por completo, porque ese era uno del mundo moderno, en el que un marino queja de la marea en vez de disfrutar del sonido de las olas al chocar contra las piedras que se atravesaban en el camino, piedras que el marino del mundo antiguo hubiese esquivado sonriendo y sin dificultad, mientras que el otro hubiese girado bruscamente el timón y cambiado el rumbo por uno menos peligroso.


El resto del día se lo paso encerrado en su habitación hasta el anochecer, haciendo una lista en orden de los lugares a los que iría a explorar una vez terminado el viaje y la entrega.


Cuando cayó la noche se fue a la cama, recordando de nuevo, su lectura de la noche anterior.


Un golpeteo constante le hizo fruncir el entrecejo mientras estaba aún dormido, luego abrió los ojos de golpe porque el sonido no parecía querer cesar en absoluto. Soltó un largo pero nada sonoro bostezo al tiempo que se sentaba en la cama.


Encendió una vela que estaba próxima a su cama y salió de su camarote. Pasando por un corto corredor, doblando a la izquierda y bajando unas cortas escaleras, fue como llego a la habitación en donde se guardaba la caja con la brújula dentro, y una vez más, la caja estaba abierta así como la brújula, la “N” no estaba y las agujas se habían detenido por completo.


Negó repetidas veces y resignado subió y fue de regreso a su habitación, convenciéndose de nuevo de que todo había sido nada más que alucinaciones suyas.


Cuando abrió la puerta, la misma escena de la unas noches atrás se repitió: Allí estaba el rubio, parado mirando a la luna sin dejar de llorar. 


Decidió restar importancia a eso y solo irse a dormir, pero por más que cerró los ojos fuertemente, cada tanto los volvía a abrir y seguía viéndole, hasta que se convenció, de que aquello simplemente no podía ser una ilusión.


Fue y se puso a su lado, mirándole de cerca, y los ojos felinos le devolvieron la mirada.


-Jong…hyun…-Susurro seguro, pero alargando el nombre.


El aludido solo se quedó mirándole concentrado, intentado ver más allá del fondo de sus ojos, sin encontrar nada, nada más que sufrimiento y pena.


-¿Por qué lloras?


“Llorar”, la palabra golpeo sus tímpanos fuertemente, haciendo que girara los ojos y sus piernas flaquearan. Otro recuerdo se reprodujo en su mente y Jonghyun solo atino a sostenerle de los brazos para que no cayera.


“Yengsun, Jinki y él se dedicaban a limpiar la sección de astrología en la biblioteca, mientras veía por la ventana a Minki, que estaba sentado bajo el roble que se encontraba a unos cuantos metros del lugar. Pudo notar que era víctima de leves espasmos y no dudo en ir a su encuentro.


“¿Por qué lloras”, pregunto una vez estuvo a su lado. “Nuestro padre a muerto, Kibum. Estoy triste, no sé porque ustedes están tan calmados, fue muy inesperado.”, fue lo que recibió como respuesta. Sonrió y se dejó caer a un lado de su hermano. “Es cierto que la vida de nosotros, los seres humanos con capacidades de conocimientos avanzados en ciertos temas, es larga, muy muy larga. Pero no olvides, que la vida es transitoria para cualquiera, y que lo único que puedes esperar al vivirla es morir, porque es lo único seguro. No te aflijas, en estos casos, la aceptación ayuda a superar.”, le dijo.”


Después de ese, muchos otros invadieron su mente, desordenados, pero reales, hasta que uno hizo que su mandíbula temblara y que en su cara se formara una mueca de dolor, para luego dar paso a una sensación de ligereza, y después cayo inconsciente en brazos del geógrafo.


“Sus ojos se abrieron lentamente, y se encontraron con que todo era blanco allí. Una sensación de frio le invadió, más el simplemente no sintió nada.


Se hallaba acostado en el suelo, con los labios entre abiertos respirando por la boca, estos estaban de un color violeta debido a la temperatura. Sus parpados estaban medio caídos y daba una impresión de querer seguir durmiendo.


Se puso en pie y comenzó a andar muy lentamente. Era como si ni siquiera estuviese consiente de que vivía, como si tuviese que hacer algo pero no supiese que. Desconocía el significado de cualquier cosa, y no poseía recuerdos que recordar.


Anduvo en línea recta hacia el frente, y su cabeza choco con lo que era una superficie lisa, blanca como todo y sólida: Una pared. Como no consiguió avanzar, no le quedo de otra que doblar a la derecha, por donde más rápido que antes otra pared le interrumpió el camino, así que opto por doblar a la derecha de nuevo, pero no fue en línea recta que tuvo que caminar, sino en diagonal, y luego otra pared se interpuso, pero ya no pudo cruzar a la derecha, sino que tuvo que doblar a la izquierda, y el recorrido en línea recta –el único posible- duro lo mismo que el primero, hasta que por fin, otra pared no dejo que continuara, y por más que quisiese cruzar a la derecha o a la izquierda, no pudo.


A pesar de no haber cielo ni nubes, solo color blanco por donde se viera, caía nieve sin mermar. La temperatura parecía –y lo hacía- disminuir cada segundo. Pronto no pudo mantenerse en pie y cayó al piso, no violentamente, no de manera brusca, sino de la misma forma en que lo hacen los copos de nieve, lenta y suavemente.


Prontamente las lágrimas comenzaron a brotar, parecían provenir de una fuente aparentemente interminable. No sintió ninguna gota caer de sus ojos, pero luego sintió un dolor oprimiendo su pecho, dolía mucho, dolía horrores y no quiso sentir más, porque aunque no estuviera consiente de nada, no le gustaba sufrir.


Fueron tantas las lágrimas, que un gran charco se formó a su alrededor, quedo empapado, pero tampoco pudo percibir eso. La temperatura tan baja hizo que el charco, sus lágrimas y gran parte de su sangre se congelaran.


Pasaron muchos años, casi un siglo sin que pudiese notarlo, nada cambio, nada fue diferente, y ese día, más bien esa noche, pudo salir.”




Lo tomo en brazos, y al sentirle mientras lo cargaba hasta dejarlo acostado en su cama, supo que era más real que nunca.


Limpio, con las sabanas café, las lágrimas que salían sin descanso de sus ojos cerrados, y mientras deslizaba ligeramente sus dedos sobre su mejilla, le vio abrir los ojos ycambiar de expresión por primera vez en su vida.


Kibum se sentó lentamente en la cama, apoyándose sobre la palma de sus manos. Su mirada ya no estaba perdida en el infinito, sus movimientos no eran lentos, solo normales, y por lo que Jonghyun pudo ver, en sus ojos el brillo del sufrimiento se hizo más brillante.


El dolor que oprimía su pecho volvió a aparecer, y le fue inevitable no hacer una mueca de dolor. Sintió la brisa de la noche golpear su piel, sintió el dolor, sintió las lágrimas resbalando por su piel, sintió ganas de dejar de sentir, pero no, no haría que eso pasase de nuevo. Había recuperado  el poder pensar y sentir, y sabía que debía afrontar el sufrimiento o nunca se iría.


Rápidamente los sollozos y espasmos se apoderaron de su cuerpo, y por impulso solo atino a lanzarse a los brazos de aquel hombre que conoció cuando el apenas era un niño. Se aferró a su torso y él lo rodeo con sus brazos.


Cerro sus ojos y los apretó con fuerza, dejo salir todo, lloro todo lo que tenía que llorar. Aquellas lágrimas de antes no las derramo con intención, solo salían, sin que pudiese tener control sobre eso.


Cuando el dolor en su pecho lo abandono por completo, y su respiración paso a ser lenta y calmada, gran parte de la prenda superior de Jonghyun ya estaba húmeda y el solo se separó.


Su memoria había vuelto, estaba consciente de lo que pasaba, podía sentir los latidos de su corazón, el frio de la noche, lo húmedo en sus mejillas, la suavidad de su bata al pegarse a su piel, pero no, no se sentía vivo.


-¿E-Estas bien?


-No lo sé.


Noto en los ojos marrones la sorpresa al recibir una respuesta tan rápida, dado que en sus encuentros anteriores parecía negarse a hablar, pero no era así, el solo no tenía una respuesta para dar.


El blondo se echó hacia atrás, dejándolos a ambos a una distancia cómoda. Flexiono sus piernas y las abrazo con sus brazos, escondió la mitad de su rostro entre sus piernas, y miro fijamente a Jonghyun, quien parecía esperar expectante a que rompiera el incómodo silencio.


Mantuvo su expresión de siempre, pero las lágrimas cesaron, dando la impresión de que estaba absorto en una realidad diferente.


-Tu… ¿Quién eres?


-Soy el norte.-Respondió con simpleza.


-¿El qué?


-El norte, ya te lo dije.


-Es imposible que ese sea tu nombre.-Argumento el geógrafo.


-Mi nombre es Kibum, y soy el norte.


“Kibum”, se repitió mentalmente recordando la leyenda de La Brújula Dorada. Su abuelo le hablo de esos cuatro geógrafos, de hecho, una vez le mostro unos retratos antiguos. Se forzó a recordar los rostros, y si, encontró al rubio entre ellos, estaban Kim Minki, Kim Jinki, Kim Yengsun, pero en él, en Kim Kibum vio al ya no tan desconocido.


-¿S-Sabes algo sobre los cuatro geógrafos?


-Ellos son el sur, el este y el oeste.


-Entonces la leyenda es cierta…-Se dijo más para sí mismo.


Quien se llamó a sí mismo el norte, cerró los ojos, y dejo que otro recuerdo pequeño llegara a su mente. Uno que no causo daño, sino uno que de verdad deseaba tener presente en ese momento.


“Apareció en un lugar amplio, grande, muy grande.


Se sentó en el suelo, como esperando que de un momento a otro, alguna cosa fuese a cambiar.


Miraba al muelle a través del ventanal, si no hubiese sido por la luz de luna reflejada en el agua, jamás hubiese sabido que allí estaba el mar.


Un chirrido proveniente de la puerta al abrirse le hizo mirar a la derecha, donde se encontró con un niño no menor de seis y no mayor de diez, de unos nueve años siendo concretos.


El infante sonrió ampliamente, y por poco cae cuando corrió hacia donde él estaba. Le vio sentarse a su lado sin dejar de sonreír, pero sin conseguir contagiarle el gesto.


-Ven.- El niño palmeo sus piernas, indicándole que quería que dejara descansar su cabeza ahí, en su regazo, y así lo hizo.- No sé por qué siempre tengo que decirte que lo hagas, sé que te gusta cuando lo hago…-Siempre daba discursos como esos, en los que se quejaba porque cada vez que se veían repetían las mismas acciones, y aun así tenía que repetirle al rubio lo que debía hacer.


Entonces sonrió cerrando sus ojos, mientras el pequeño seguía hablando y repartiendo caricias en sus cabellos rubios, peinándolo y despeinándolo continuamente, pero luego se calló y termino sonriendo porque el lo hacía.


-Jong…-Susurro antes de caer dormido.”




-Jong…-Susurro antes de cerrar sus ojos y dejarse caer de costado hacia la izquierda.


Kibum dejo su cabeza en su regazo, y el solo consiguió sentir nostalgia y esbozar una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes.


El rubio tomo las manos del geógrafo, y las llevo a su cabello, a lo que el otro reacciono de inmediato enredando sus dedos en el cabello blondo.


El blondo se aferró a una de las piernas de Jonghyun y la encerró entre sus brazos. Él lo miro desde arriba sorprendido por su acción, y detuvo las propias cuando sintió como acaricio su muslo con la punta de su nariz.


-Jong, te estuve esperando, pero no volviste.


-Lo siento, pero no pude volver. Juro que lo intente.-Volvió a jugar con su cabello.


Kibum dejo lo que estaba haciendo y soltó su pierna, para mirarle a los ojos. Casi por inercia, se fue inclinando hacia abajo, acercando así su rostro al del rubio, deteniendo sus movimientos en el momento en que sus narices se rozaron.


Kibum dejo que las yemas de sus dedos pasaran, de forma tranquilizante para Jonghyun, desde la cien del geógrafo hasta su mentón, y se dio el gusto de tocar sus labios.


Cerraron sus ojos casi al mismo tiempo, como si hubiesen tenido un acuerdo previo para todo eso. Jonghyun sonrió antes de unir sus labios con los acorazonados de Kibum.


“Cerezas”, fue lo que pensó al sentir ese sabor en medio del beso. Pasó su mano por detrás de su cuello, y con delicadeza y casi con miedo de romperlo, sintió como el cuerpo del otro se estremecía, no con miedo, solo por la impresión y el contacto.


Era un niño cuando le conoció. Nunca había escuchado su nombre, tampoco le pregunto qué hacia allí en esa habitación, Kibum nunca hablaba, solo susurraba cosas en algunas ocasiones.


Pero nunca le importo nada de eso, porque a Jonghyun le gustaba poder acariciar su cabello en silencio, mientras el miraba al muelle, y él le miraba, memorizando cada uno de sus rasgos. Le gustaba ver como cambiaba de expresión, y como sonreía cuando él se quejaba de algo.


Lo único que siempre odio, es que todo el tiempo estuviese derramando lágrimas y que su cuerpo estuviese demasiado frio. Le preocupaba.


Cuando el rubio paso una de sus manos a la parte de atrás de su cuello, y luego la subió para jugar con su cabello, sonrió entre el beso y recordó, que aun siendo un niño, pudo enamorarse de su misterioso amigo.


Al separarse, el rubio se sentó de nuevo en la cama, mientras el geógrafo aun peinaba su cabello con sus dedos, estaba intentando decir algo, pero las caricias le producían cosquillas, por lo que sonreía y arrugaba la nariz sin poder controlarlo.


-Eres aún más bonito cuando ríes. ¿Por qué llorabas?


-¿Sabes, Jonghyun? Yo he estado encerrado en esa brújula, en un lugar frio, pequeño y muy solo. Dolor y tristeza, yo me negaba a sentir eso inconscientemente, borre todos mis recuerdos y me deshice de la capacidad de sentir cualquier cosa. Pero no puedo estar así siempre, debo enfrentar todo eso. Yo lloraba pero no lo sabía, y cuando lo supe y asumí mi situación, entonces no necesite llorar más.


-¿Cuánto tiempo has pasado ahí?


-No lo sé. ¿En qué años estamos?


-1.823, época del mundo moderno. 3.234, época del mundo antiguo.


-Entonces, he pasado la mitad de mi vida en ese lugar…
Nadie dijo más, ni una sola palabra. De pronto, Jonghyun vio como dos copos de nieve bañados en polvo brillante azul flotaban por la habitación y detuvo las caricias cuando Kibum sujeto sus antebrazos.


-Es hora de irme, Jong…-. Y su cuerpo comenzó a convertirse en copos de nieve.


Jonghyun los siguió por el corredor, cuando doblaron a la izquierda, y también bajo las escaleras para ir tras ellos. Los vio entrar de nuevo a la brújula, y la “N” de norte volvió a su sitio.”




Minho miro su reloj, y al ver que marcaba exactamente las seis de la tarde, cerró el libro y se levantó de su asiento, para ir a dejarle el libro a Taemin. Al ver que este estaba concentrado en escribir, solo susurro un “hasta mañana”, que Lee respondió de igual manera, mirándole a los ojos y sonriendo.




ACLARACIONES: las personas del mundo antiguo, los geografos, historiadores, marinos, oceanografos, escritores y muchos otros, viven muchos tiempo, casi o mas de dos mil años, claro, deben cuidar su salud para no morir porque no son inmortales.
Para Jong tener 54 es como tener 23 ¿se entiende?
Y cuando Kibum despertó donde había mucho frió, el recorrido que hizo tiene forma ¿de? "N" arriba, un poco a derecha, diagonal abajo y luego arriba. xD
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DulChoc! Jue Ago 15, 2013 7:24 pm

Me gusta mucho tu fic, es muy bonito :$
Continualo por favor, no me dejes con el gusanillo, eh? ¬¬
Jajaja! Gracias por escribir tal maravilla, me encanta tu fic y me encanta el JongKeyLLLLL!
DulChoc!
DulChoc!

Femenino

I ♥ Jonghyun :$
Mensajes 53

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Miér Ago 21, 2013 4:04 pm

Capitulo IV


Con desgane, Choi dejo el libro caer en la madera de la mesa, tenía curiosidad, ese hombre dueño de la biblioteca lograba despertar su interés. Su silencio y concentración mientras escribía, ¿Qué tanto escribía? No sabía y estaba comenzando a irritarse por ello.


-Bueno…-. Susurro poniendo atención al libro y cruzándose de piernas.


Lee soltó una risita mientras continuaba escribiendo con su pluma. Tenía las respuestas a las preguntas del joven alto, pero aun quería divertirse, además de que tenía que esperar a que acabase el libro para poder anunciarle de su verdadera naturaleza.


De la suya, y de la de Minho.


Aun así, para suerte de Taemin, era esa misma naturaleza la que hacía de la curiosidad de Minho aún más grande tratándose del libro.


“Las olas no eran intensas, pero el sonido que producían al golpear el barco y algunas rocas, era realmente irritante. Las gaviotas que estaban revoloteando por ahí, en vez de suavizar el ambiente solo lo empeoraban, y con tan solo mirar al agua su estómago se revolvía. Y por si eso no fuese suficiente, la voz áspera del capitán que seguía quejándose lo alteraba aún más.


No obstante nada de eso lo detuvo o hizo desistir de esa idea suya de estar ahí, admirando al paisaje “relajante” del cielo al empezar a caer la noche, sosteniéndose del barandal para no irse de bruces al agua.


Hacía tres semanas su amigo el blondo había comenzado a hablarle, y aunque ya no lloraba, y cambiaba de expresiones, sus emociones se veían lejanas.


La mirada de Kibum estaba distante, más aún con vida. Su piel tenía ese frio característico, era su temperatura corporal ahora, Kibum sonreía, sonreía sin siquiera separar sus labios, por más que quisiera hacerlo, el rubio no podía sentir emoción alguna, las tenía, mas no podía sentirla. Y todo eso a Jonghyun le estaba comiendo vivo, verlo así, tan vacío, incluso más que antes.


Necesitaba pensar, pero al parecer su elección del lugar para hacerlo fue la más errónea que pudo haber hecho.


Torpe y vacilante, bajo a su camarote. Necesitaba tomar un baño, incluso con el viento marítimo el calor era abrasador. Todavía no estaba seguro de que su plan fuese a funcionar, y la noche había caído.




*********************




A pasos lentos, casi desganados, camino a la habitación donde se guardaba la brújula. Lo que utilizaban para guiarse a Lee Taemin era eso, la brújula, dado que nadie conocía su paradero exacto. Por las noches anclaban el barco y los pocos tripulantes se disponían a reponer fuerzas, así que la brújula no funcionase no era un problema, y nadie lo notaria.


Traviesa, una gota de sudor frio resbalo por la línea de su espalda. Sudor producto de su nerviosismo, el mismo que provoco que tardara cinco minutos en abrir la puerta, porque repentinamente había olvidado como hacerlo.


Cuando por fin logro su cometido –no el único esa noche-, vio a Kibum, que miraba a través de la gran ventana hacia el mar.


-Recuerdo todo-. Dijo el rubio-. Sin embargo, es como si los recuerdos no fuesen míos, Jonghyun.-Bajo su mirada.


El nombrado solo se acercó, y le abrazo, le abrazo porque no le gustaba el tono resignado de su voz, porque no quería que él se dejara caer, porque él podía hacer algo para cambiar eso, y porque no era demasiado tarde para que su alma se salvase de esa soledad.


La soledad que poco a poco lo enviaba a las tinieblas.


Key, como le llamo para acortar su nombre, rozo con sus dedos, sutilmente, desde su oreja hasta su quijada, sin dejar de mirarle y respirar de forma silenciosa y calmada, soltando suspiros de vez en cuando, y el moreno se encontró con sus ojos.


Esos hermosos ojos rasgados suplicantes de amor.


-Gwiyeoun.- Susurro el blondo.


-No más que tu.-Contesto prontamente.


El geógrafo se sentó en el suelo, con las piernas cruzadas y risueño miro hacia arriba.


Un giño por parte de Jong que a Kibum le fue suficiente para esbozar una sonrisa labial, y para acatar la orden silenciosa de recostarse en sus piernas, para que Jonghyun le acariciase el cabello, le mostrase esos blancos dientes y como sus ojos desaparecían en una sonrisa gigante. Eso hacia Jonghyun, le escuchaba, y con tan solo su presencia, las emociones parecían hacer una fiesta en su interior, generando nuevas sensaciones que jamás había vivido, estaba seguro. Sin embargo, aún no era suficiente con eso para terminar con su tortura de no ser capaz de abrirse al mundo y a lo que este ofrecía, una vez más.


Con su expresión serena mientras el enredaba su cabello entre sus dedos, lograba conmoverlo, que sus desastrosos días en ese barco infernal  se esfumaran en la noche, y que sus sueños y metas inexistentes le dejasen de taladrar el cerebro de una buena vez. Kibum parecía la divina solución a todo, y lo único que se necesitaba para frenar esa inútil búsqueda que Jonghyun llevaba a cabo día a día, para encontrar un lugar en el cual encajar correctamente.


-Dime, como es, como lo sientes.-Pidio en un susurro en tono amable.


-Es como…-Con los ojos cerrados, vaciló en su respuesta-¿Recuerdas cuando lees un libro sin ilustraciones e imaginas las escenas, o cuando alguien te cuenta una historia y también lo haces?-. Jonghyun asintió.- Pues, asi me pasa. Mis recuerdos…es como si alguien me estuviese contando una historia y yo intentase imaginarlo. Siento que…nada es mío. Quiero, volver a descubrir todo de nuevo, una vez más.-Concluyo satisfecho de su explicación.


Comprendiendo, Jonghyun asintió con una débil sonrisa labial. Le preocupaba su situación, bien sabía que Key era solo era un alma, también sabia, que las sensaciones no eran las misma cuando el alma tiene un contenedor –un cuerpo-, cuando solo se es un alma, los sentimientos como el dolor pueden llegar a ser devastadores.


El no sentía lastima por Kibum. Si, quería poder ayudarlo y se sentía afligido también por sus pesares, pero no era lastima, era ese sentimiento que él pudo reconocer. Por eso lo haría, le haría sentir ese mismo sentimiento a su amigo el blondo.


Resoplo brevemente antes de hablar, y con una tímida sonrisa reflejada en sus palabras, se dirigió a Key:


-¿Me creerías si te digo que puedo hacer algo para arreglar esto, para hacer que tú dejes de sentir eso, o mejor dicho, para que puedas sentir?-. La pregunta salió más larga de lo que él hubiese deseado pero no se arrepintió por haberla hecho.


El rubio, sin abrir los ojos, asintió decidido con un puchero inconsciente en sus labios.- Confío en ti 


-. Afirmo.




*******************




La espalda de Kibum entro en contacto con las sabanas al momento en que, con extremo cuidado, Jonghyun lo dejo caer sobre las sabanas. El geógrafo jamás pensó si quiera algún día en hacer aquello sino con la persona con la que le correspondiese casarse para preservar la “raza”. Había escuchado, y hasta leído libros, donde las personas del mundo moderno lo hacían para demostrar algo, y entonces, lo supo.


Con cuidado de no asustarle, tomo los bordes de su bata y lentamente la fue subiendo, ordenándole en silencio que extendiera sus brazos para que pudiera sacársela. Admiro su blanca y lechosa piel y sonrió porque de cualquier forma se veía hermoso.


Para su sorpresa, al momento que intento quitar el mismo sus prendas, las temblorosas manos del blondo le apartaron las suyas e hicieron el trabajo por él.


Busco, sin apartar la mirada de los ojos felinos, la mano del rubio, y sonrió entrelazando sus dedos para darle confianza. Confianza innecesaria, ya que la que Key le tenía sobraba.


Separo sus piernas y se posiciono entre ellas, dejando caer su peso en el pecho del rubio, sin hacer mucha presión para no lastimarlo, y estirando un poco su cuello para alcanzar sus labios, rosados y acorazonados.


Y a Kibum no le hizo falta que le dijese que era lo que estaba a punto de hacer, no si quiera recordaba haber vivido aquello, y las sensaciones que producían los labios del moreno sobre la piel de su cuello, estaba seguro no haberlas vivido antes, pero se sentía bien.


-Ah~~-. Gimió bajo Jong al momento en que su hombría rozo la fruncida entrada del rubio, sacándole a este último un suspiro tranquilo.


 Inconscientemente el geógrafo miro a la ventana, encontrándose con la luna, recordando que no tenía mucho tiempo.


Tomando sus piernas, separándolas un poco más, perfilo su miembro en el pequeño botón rosa de Kibum, que mantuvo sus ojos cerrados mientras respiraba tranquilizándose. Tenía un revoltijo en la cabeza debido a las sensaciones abrumadoras, el calor en su vientre, los leves espasmos, las pequeñas corrientes eléctricas recorriéndo su cuerpo, y la intromisión en su entrada.


El pasaje estrecho y cálido del rubio le robo un gruñido a Jong, y un gemido tras otro porque sin desearlo, Key contraía sus paredes internas ocasionalmente.


Cualquier pensamiento que alguno de ellos pudiese tener se fue lejos, tan lejos con la misma Atlantis. Se perdieron en ellos mismos, sintiendo el roce de sus pieles perladas por el sudor.


Jonghyun gimió agudo, sonriendo casi sin poder abrir los ojos y apretando más el agarre en los dedos de key entrelazados con los suyos.  Kibum estaba debajo de su cuerpo, con los ojos entrecerrados, con la boca entre abierta gimiendo y jadeando, y él era inconsciente de que estaba en el mismo estado que el rubio.


Embestía rítmicamente la entrada del rubio, quien en ningún momento mostro ningún signo de dolor, y sin detenerse, se inclinó hacia adelante para comenzar a lamer lentamente las dos montañas rosas que sobresalían del pecho de Kibum.


Pronto las sensaciones fueron demasiado abrazadoras como para soportar un poco más, y los espasmos que amenazaban con apoderarse de el por fin lo hicieron al llegar al orgasmo. Su cuerpo entero se retorció ante el placer y el no parecía ser el único en esa situación.


-Mmh~~-. Gimió aliviado al sentir un vacío en su interior y la esencia del geógrafo llenarle.


Jonghyun se dejó caer sobre el delgado cuerpo del blondo, una sonrisa post orgasmo se plasmó en su rostro, y escondió su rostro en el cuello del más alto, dándose el lujo de acariciar la piel expuesta con la punta de su nariz, sacándole unas cuantas carcajadas reprimidas entre dientes.


-Basta, basta, ya. Detente…por favor…-. El rubio ya tenía las manos de Jonghyun por todo el cuerpo haciéndole cosquillas, y las palabras salían entre carcajadas.


Esa noche, Jonghyun lo hizo. El logro devolverle el poder de sentir, el placer de descubrir algo nuevo, y aprendió que, definitivamente, logro que Kibum comprendiese, que lo amaba más que a cualquier cosa o persona.


Antes de que pudiesen quedarse dormidos, los copos de nieve volvieron a aparecer, y Kibum se desvaneció entre sus brazos, para volver de nuevo a su lugar en aquella brújula brillante y dorada.”


Para esa página el sonrojo de Minho era más que notable, y, para su conveniencia, ya estaba siendo hora de irse. Avergonzado se refugió en su café, y cerro el libro para devolvérselo a…no sabía aun como llamarle, y en todo el lugar no había una sola cosa que le dijese o al menos le diese una pista sobre el nombre del bibliotecario. 


Se levantó de su asiento y fue hasta el escritorio, donde Lee aún seguía escribiendo dios sabrá sobre qué. Dejo el libro sobre el mueble de madera, y Taemin levanto su cabeza para mirarle, con una sonrisa pícara.


--No tiene por qué avergonzarte, está bien. Ah…Mi nombre es Lee Taemin, recuérdalo bien, Minho.- Informo haciendo sentir mejor al nombrado.-Bueno, que te vaya bien, espero verte pronto aquí de nuevo.


-Lo hare, lo hare…-Afirmo saliendo. 








Tarde mil años, pero al fin esta aqui. Gracias a DulCho! por su comentario, de verdad pensaba que aqui nadie leeria el fic, pero veo que si *O*  Lamento ese intento de lemon, que fue mas lime que lemon TT TT es el primero que escribo del JK asi que e.e (al meno no fue un total asco como el 2min e.e) 
Bueno, actualizare una semana si y una semana no (una semana para el JK, otra para la actu de los fics 2min) 


¡Gracias por leer! 
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DulChoc! Jue Ago 22, 2013 6:18 pm

Maravilloso :$!
Tengo tantas dudas. Puff.. Pero me encanta sentirlas, porque tu fic me encanta.
Un capitulo excelente, maravilloso, perfecto... espero el próximo.
Gracias por escribir tal maravilla JongKey.
Fighting ;)!!
DulChoc!
DulChoc!

Femenino

I ♥ Jonghyun :$
Mensajes 53

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Dom Sep 08, 2013 4:54 pm

Capitulo V.


Pocos días pasaron cuando Minho volvió a la biblioteca, la universidad le había dejado muy ocupado esos días y no pudo ir a leer el libro. Cuando llego, se encontró con Taemin limpiando las estanterías, las grandes cantidades de libros parecían ser más de las que podría leer en una solo vida aun si se lo proponía.
Cuando le vio llegar, Lee dejo lo que hacía para saludarle alegremente, y luego de eso volver detrás del escritorio a seguir escribiendo. Ciertamente Minho se estaba cansando un poco de verle siempre sentado ahí sin hacer otra cosa diferente que escribir.
Se sentó en la mesa y el libro ya estaba ahí para que comenzase, supuso que era mejor no preguntar por que, dado que seguramente Lee prefería no ser molestado.
-Lo deje ahí esta mañana para cuando estuvieses aquí.- Explico sin mirarle.
Solo tomo el libro y lo abrió para comenzar a leer. No quería preguntar, sabía que así solo lograría tener más dudas conforme pasase el tiempo con ese señor, que más que señor, parecía más joven que él.
La luna y el habían intercambiado lugares hacía ya horas, y todo lo que podía escucharse ahí, en el medio del mar, en aguas desconocidas; era el silbido del viento, enigmático y algunas veces angustioso para los náufragos que alguna una vez perecieron en las profundidades de las aguas violentas y despiadadas, esa noche, apacibles y tranquilas se mecían, y el barco al son de las olas. Y el pecho de dos amantes subía y bajaba al son de respiraciones agitadas, inhalando hasta el límite y exhalando suspiros en los que traviesos y descontrolados se colaban gemidos.
 Jonghyun junto sus cuerpos, cayendo hacia adelante, sintiendo la superficie húmeda de la piel aterciopelada del blondo. El constante choque de su pelvis con la contraria se volvió más lento, y las manos temblorosas del más bajo se quedaron jugueteando con el cabello de su nuca.
Unos segundos más tarde el mismo silencio de afuera reino en la habitación del geógrafo.  
Se miraron ambos, y el moreno se preguntó cómo es que había podido llegar a despertarse en el tal sentimiento de necesidad y anhelo hacia una persona. No sabía nada acerca del amor ni de los típicos comportamientos de una pareja enamorada, el solo había conocido el amor de familia en una pequeña parte de su vida, pero si lo sentía con él, con Key, no necesitaba ningún tipo de experiencia porque ninguno lo tenía. Entonces aprendería de él.
Las personas del mundo antiguo no podían enamorarse, de ninguna forma por más mínima que fuese. Los matrimonios siempre existieron entre quienes querían preservarlas y nadie tuvo problema con ello. Y era eso, era el amor lo que las personas del mundo antiguo envidiaban de cierta forma a las nuevas, a las que comenzaron a dejarse llevar por la vanidad.
Porque a pesar de que ellos se perdieron, de que tomaron un rumbo donde creaban cosas que ni ellos podían controlar, y se estaban encaminando lentamente hacia su propia destrucción, tenían esa pequeña pero gran cosas inexplicable llamada “amor”.
Y ahora él lo estaba sintiendo por alguien, por Kibum.
Jonghyun se abrazó a él, y  fue correspondido rápidamente. La sensación de tranquilidad y alivio al estar así era invaluable para ambos. De cierta forma, sus realidades estaban unidas, era como si solo ellos existiesen para que llegase la calma para la tormenta del otro.
-¿Jong…tu sabes cómo es…más allá?
-¿Del mar?
-No, me refiero a…el mundo, ¿sabes como es el resto del mundo?
-No he viajado mucho, pero he leído muchos libros, y conozco muchos lugares increíbles. ¿Por qué esa pregunta?
Kibum suspiro e hizo que el geógrafo se acurrucase más en su pecho. Algo pasaba dentro de esa rubia cabecita, Jonghyun estaba seguro de eso.
-¿Me dices que pasa?-. Le lanzo su nueva mirada de cachorro mientras reposaba su barbilla en el pecho del otro.
-Ahora no.- Negó retirando los cabellos pegados a la frente del moreno.- Te lo diré después, es algo de lo que no estoy seguro.- le sonrió.
Enternecido por la inocencia de su acción, Key rio al sentir los esponjosos labios del más bajo sobre su cuello. Jonghyun invirtió posiciones, y le obligo a arroparse aun cuando no tenía frio.
Entre caricia y caricia en su cuello, Kibum logro dormirse, aunque también había tenido que recurrir a cantar un poco para eso. Aún faltaban algunas horas para que la luna se apartase y dejase de derramar su luz sobre la brújula, por lo que quería que descansara un rato. No le hacía mal, pero estar ahí, en ese lugar tan frio y solo, no le gustaba para nada a Jonghyun.
-Me pregunto si algún día querrás salir de ahí.- Susurro.
La mañana siguiente a esa noche, como no era de extrañarse, Kibum ya no estaba. Al despertarse miro a su lado, encontrándose con el espacio vacío en su cama. ¿Es que acaso llegarían a algún lugar así? ¿El no tenía intenciones de cambiarlo, podría hacer algo por ello?
~*********
El viento jugo con las puntas azules del cabello rubio de Key. Jonghyun le miro entre curioso y acusador, el blondo parecía pensativo, y llevaba toda lo noche como queriendo decir algo que aun parecía pensarse bien.
Balanceo sus piernas de adelante atrás, chocando casualmente con la dura superficie de la madera. Miro abajo viendo el mar, se veía tan lejano como poco profundo, pero sabía que profundidad y secretos eran los que sobraban. Tal vez así era la mente de Kibum, cercana y lejana a la vez, profunda y enigmática, que cada vez que crees saber que hay dentro de ella, encuentras más y más cosas inesperadas ahí.
-¿Me dirás o no me dirás?
Él le miro, dubitativo, buscando en los rincones de su mente de que podría estar hablando.
-Lo pensé bien, y creo que es solo una tontería. Sería imposible…-. Suspiro las últimas palabras.
Jonghyun le tomo del mentón, obligándole a mirarle, y le mostro esa gran sonrisa suya en la que sus ojos casi desaparecía y a Key le hacía recordar esos días donde un niño de piel morena iba a visitarlo en las noches.
-Bum, la mitad de las cosas que nos imaginamos, comúnmente son imposibles. Vamos, dime, tal vez solo estas exagerando.- se encogió de hombros.
Como primera respuesta solo obtuvo que su brazo fuese jalado y puesto sobre los hombros del blondo por sí mismo. Key esbozo una sonrisa labial, aun decidiendo sobre si era necesario hablar o no.
-¿No te has preguntado si habrá alguna forma de salir de ahí?
-¿Eso es todo lo que piensas? No te notas muy sincero.-Le reprocho.
-Yo quiero…salir, quiero volver a descubrir todo lo que un día aprendí pero realmente no conozco. No quiero volver dentro, quiero…quiero saber. Eso es todo lo que quiero.
La esperanza rota en las palabras del rubio le llego a él, lo sabía, si alguna vez había pensado que Key estaba bien así, ese infierno congelado todo el día todos días y se conformaría solo con el poco de calor que le brindaba su cuerpo, estaba por completo equivocado.
Lo atrajo hacia él, besándolo dulcemente, queriendo que supiese que jamás querría separarse de él.
-Prometo…que cambiare eso. Hare todo lo que pueda para sacarte de ahí.- Asintió fervientemente, abrazando fuerte al frágil cuerpo a su lado.
Minho se perdió mirando a Taemin. El libro le había impedido tener esos pensamientos, pero ahora que lo veía bien, se daba cuenta de que tenía la misma apariencia de hacia  más de diez años atrás. Ni un solo cambio.
Recordaba que cuando niño pasaba por ahí, y el hombre no habían cambiado en nada, tanto así, que hasta el mismo Minho parecía mayor que él.
No supo cuánto tiempo estuvo mirándolo y preguntándose cómo era eso posible, solo supo lo que hacía cuando su celular vibrando lo saco de su ensimismamiento.
Taemin sonrió cuando vio al más alto salir por la puerta. Se levantó de su asiento tras el escritorio, y fue hasta la mesa para tomar el libro. Vio la página abierta y agrando su sonrisa. Las verdades muy pronto saldrían a la luz.
Saco de su bolsillo un pequeño frasco que contenía un líquido del mismo color que el libro, sumergió su dedo meñique en él, y con el dedo empapado se aseguró de volver a cubrir un poco más el nombre del autor del libro. Unas cuantas letras se asomaban y eso no era conveniente aun.

Bien podría decirle todo de una vez, pero todos esos años de aburrimiento  le hacían querer divertirse un poco.





Esta cortisimo, pero esta semana fue espantosa, hasta tuve que reescribir el comienzo varias veces D: ¡Gracias a Dolche por su comentario! Ya comenzaran a descubrirse los misterios, pero mas que todo sera en el final :D
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DulChoc! Miér Sep 11, 2013 4:37 pm

Joooo... Ya quiero saber la verdad. ¿Qué le pasa a Minho que no lee rápido? xD
Aishhhh... Está muy interesante, y aunque haya sido pequeño ha sido como decirlo... grande (?)
Bueno, espero tu actu :)
DulChoc!
DulChoc!

Femenino

I ♥ Jonghyun :$
Mensajes 53

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Mar Sep 17, 2013 8:16 pm

Capítulo VI
Lo busco por todos lados, pero no logro dar con él. Tal vez estaba tomando un descanso, o comiendo su almuerzo, aunque si se ponía a pensar, tampoco es como si lo hubiese visto comer alguna vez, ¿Quién almorzaba a las tres de la tarde?
Agito su cabeza, disipando todos sus incoherentes pensamientos. Se sentó, esperando que de algún lugar se dignase a salir Lee Taemin. Llevaba veinte minutos esperando a verle, pero simplemente no estaba.
Minho suspiro aliviado al ver acercarse al mayor con una sonrisa ladina, de esas tan amables que siempre le regalaba.
-Minho…-. Ese tono de voz le recordó a cuando su padre quería tener con él una conversación “sobre algo serio”
Por un segundo lo miro con los ojos entrecerrados, buscando algún signo en su comportamiento que le dijese de que pretendía hablarle, pero nada, solo estaba esa mirada casi comprensiva.
-¿Si?
-Toma, siento la tardanza, lee desde esta página.- Le paso el libro, abierto en algunas páginas más delante de la que había quedado.- Hoy me sentare contigo, necesitamos hablar sobre algo muy importante.
El semblante del más alto delato su incertidumbre y preocupación. ¿Importante?
-No me mire así.- Taemin rio-. No es nada malo, puedes quedarte tranquilo.
Asintió, tomando el libro y viendo que página estaba abierta. “145”, unas veinte paginas adelantadas. Arqueo una ceja, ¿Cómo es que tendría sentido eso?
-Pero, ¿no está esto
-Está bien así, solo lee, no te preocupes.- El mayor se sentó en otra silla, frente a el del otro lado de la mesa.
No muy seguro, se acomodó en su asiento y leyó el título del capítulo en que estaba abierto. “Capitulo Cuarto: El fin de todas las penas”
El ultimo copo de nieve se vio salir de su habitación, dejándolo en la fría soledad del lugar. Se desplomo sobre la cama, lanzando todo su peso sin consideración alguna.
Con los pensamientos vueltos un lio, jalo levemente sus cabellos castaños, suspirando. Le había prometido algo a Kibum, y eso era sacarlo de ahí, se preguntaba ahora cuál podría ser la forma de hacerlo, y si realmente, que el fuese libre era lo que él quería.
Sus promesas se juntaron en su mente, llenándolo de culpa en un instante. Sin Key, la brújula no funcionaria, y todo el viaje no habría valido la pena, además, él era el guardián de La Brújula Dorada.
¿Cuánto más daño causaría ese maldito artefacto dorado?, se preguntó a sí mismo, con rabia e impotencia. Parecía haber sido creado para causar desgracia. Bueno, fue creado con desgracias, ¿Por qué no habrá de causarlas?
Recordó las miles de historias que muchos le contaron acerca de las guerras cortas, dichas guerras causadas por la codicia, por el deseo de tener La Brújula. Fueron pocas y duraron unos cuantos meses, pero causaron más muertes que cualquier otra en ese entonces, en el mundo antiguo.
En vez de guardarla, debería haber sido destruida.
Pero él no era quien para cambiar aquello, tenía el presente, y el futuro parecía comenzar a nublarse. Había prometido cuidarla, hacerse cargo de ella, debía hacer lo correcto...
No, definitivamente no quería eso, pero su subconsciente…sus recuerdos le gritaban que así debía ser, que simplemente se la entregara a Lee Taemin y que fuese a explorar el mundo del que lo privaron algún día hacia años.
Y dejar a aquellos ojos felinos morir ahogados en una mar congelado de lágrimas en la fría soledad, condenando el alma de quien amaba.
Del único a quien amo.
No, no, no. Kibum no, no podía hacerlo…¿o realmente si podía ser capaz de dejarlo sufrir de esa forma, de romper su promesa y sus esperanzas, dejándolo en el pasado, así como uno de sus otros recuerdos banales?
Comenzaba a ser frustrante, y sentía que cada segundo se odiaba un poco a sí mismo. Tenía dos opciones, y muy en el fondo, aunque se torturase, el sabía que debía hacer.
***********~
De nuevo estaban afuera, admirando el cielo. La luna menguante adornaba el cielo, y derramaba su luz sobre el hermoso rostro del blondo. Sus definidas facciones eran delineadas por la luz blanquecina, resaltando su exuberante belleza. Sencilla, y natural. Perfecta.
Jonghyun suspiro retirando la mirada del rostro de su amante. ¿Realmente podría vivir sin él? No estaba seguro, no lo creía. Tal vez podría regresar a su vida de antes, aunque los recuerdos de esa vida eran solitarios y una igual al otro.
Todos los días hacia lo mismo, todos los días no había nada más que el aprender y el encierro dentro de un lugar demasiado grande como para un anciano, unos cuentos empleados y el.
Por más que lo intentaba, los únicos momentos en los que se sintió realmente completo fueron con él, con Kibum, antes de darse cuenta de que lo amaba, y cuando dejo de verlo por muchos años, el vacío regreso. Días miserable, donde estaba solo mirando por la ventana, preguntándose que se sentiría ser una persona normal, que pudiese hacer las cosas diferentes, que no tuviese que cargar con la tortura de no tener sentimientos.
Él lo arreglo, Kibum hizo nada más que aparecer, pero, era suficiente. Más que eso, bastaba para que Jonghyun fuese feliz. Despedirse de el significaba el retorno de los días míseros y fríos.
-¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?-. Pregunto sin mirarle, con la vista fija al mar, ahí el horizonte, donde el azul del cielo y el del agua se hacían uno.
-Quiero ser libre…vivir. Eso quiero. Saber, yo no sé nada, solo recuerdo, y vivir de recuerdos no está bien, eso es morir en los recuerdos. Suena ilógico, pero es la verdad para alguien que ha dejado de ser humano.
Esbozo una tenue sonrisa labial. Era cierto, Kibum ya había dejado de ser humano cuando después de haber acabado con la vitalidad de su cuerpo, le encerraron para siempre en la brújula.
Key era un alma, con una naturaleza y emociones diferentes.
-No quiero ser…Jong…No quiere ser un alma en pena.- Confeso bajando la mirada.
Una pequeña lágrima saliendo de esos ojos rasgados fue todo lo que necesito para convencerse.
Sin mirarle, tanteando en el suelo de madera donde estaban sentados, encontró sus frías manos. Haría que ese “para siempre” fuese imposible.
-Pero, ¿sabes? Hay algo que no me molesta recordar.- Dio su mejor intento de una sonrisa.
-¿Y qué es eso?-. Cuestiono en un susurro.
-Sabia tocar el piano…yo, creo que se llamaba “luna mañanera” la canción que solía tocar cuando no estaba ocupándome de las tareas de la biblioteca. Era bueno, recuerdo que lo hacía para olvidar que, a pesar de tener a mis hermanos, estaba solo.
Yo lo único que se hacer para olvidar que estoy solo es estar contigo, así no estoy solo. Pensó.
-Entonces, algún día la tocaras para mí, cuando puedas salir.- Dijo con pesar, sabiendo que era un gran imposible.
-Podría hacerlo, solo si no lo he olvidado.- Respondió el, absorto en sus pensamientos.
*********~
Había tomado una decisión, fue difícil, mucho, aunque su egoísmo –como él le llamo- tuvo mucho que ver en el asunto.
Su camarote lo había vuelto un completo desastre, parecía un completo loco buscando quien sabe qué cosa. Estaba seguro de haberlo dejado por ahí, donde estaba buscando, pero por más que intentaba, ese libro parecía haberse escondido para impedirle leerlo.
Oyó unos cuantos gritos con la voz del capitán, quejándose y maldiciendo una y mil veces de las mismas rocas y del ruido que estaba haciendo en ese momento.
Chillo alegre, tomando el libro en sus manos. Presuroso se sentó en el borde de su cama, abriendo el libro y buscando la página correcta. ¡Eso!
Y que solo cuando la luz de la luna dorada bañe a la brújula, las almas podrán ser libres si así lo desean.
Lo sabía, había leído eso cuando creía tener alucinaciones. Sabia cuando seria la próxima luna dorada, solo faltaba esperar, ser paciente y prepararse.
Jonghyun no era un tonto, analizo las dos opciones y sus consecuencias. Y en las dos, de una u otra forma, terminaba perdiéndolo, pero si elegía la correcta, Key no sufriría.
Si entregaba la brújula al Historiador, el rubio pasaría a ser nada más que algo pasajero en su vida, y sufriría de nuevo en soledad, encerrado. Por otro lado, si dejaba que fuese libre, Kibum se iría, pero, en cambio, sería feliz.
*********~
-Solo tenemos un intento, las lunas doradas aparecen una vez cada cierto tiempo, ¿lo entiendes? Justo antes del amanecer, debes salir y no volver, porque si no-. Se mordió el labio, no queriendo preocuparlo con la idea de que podría salir mal.- en vez de dejarte libre…podría encerrarte toda una eternidad.
Ni bien termino de hablar cuando unos brazos más delgados que los suyos rodearon su cuerpo. Aferrándose a él, rebosante de alegría e ignorante de los sentimientos que abrumaban al Jognhyun, Key lo abrazo, agradecido.
Porque el había hecho tanto, porque él le había querido tanto, porque él le había salvado tanta veces de esa soledad…
*********~
Arrastro los pies hasta llegar frente a esa puerta, al abrirla, sintió como su esencia quedaba detrás, en el pasillo, dejándolo lentamente. Deseaba tanto no tener que hacerlo, mas no había vuelta atrás una vez hecha una promesa.
Tomo la brújula, viendo como la luna dorada comenzaba a ser borrosa y el azul se volvía celeste, lentamente, cada segundo un color más claro.
Subió escaleras arriba, corrió unos cuantos corredores y luego subió de nuevo más escalones, llegando a cubierta.
Dubitativo, abrió la brújula y el dejo en el suelo.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, realmente todos esos días que paso convenciéndose de que podía ser fuerte y de que nada de eso tenía porque afectarle no valieron la pena.
Su tristeza se desbordaba en sus expresiones, pero no podía llorar ahora, no en ese momento en que debía sonreír porque Kibum no podía verle así. Ser fuerte, pensó soltando un bufido. Seria fuerte, pero era casi como intentar volar con alas de papel en medio de una tormenta.
La luz brillante de la luna dorada cayó gentilmente sobre la brújula. Sorpresivamente, las letras “E”, “O”, “E” y “N” brillaron, doradas como una luz cegadora.
Pequeños copos de nieve, casi como motas diminutas de escarcha, fueron saliendo poco a poco, flotando hacia arriba en forma de espiral, entonces Kibum estuvo pronto frente a sus ojos, de una forma que no había visto jamás.
El rubio ya no llevaba ese camisón blanco, sino que estaba muy parecido al mismo Jonghyun, con sus pantalones ceñidos de color marrón, las botas negras y la camisa blanca con magas largas bombachas, así como el día en que la biblioteca fue saqueada. Él se veía radiante, y su piel ya no era pálida, solo blanca y lechosa, además, el color azul en las puntas de su flequillo tampoco estaba, solo quedaba en su cabello eso rubio intenso, casi dorado. Sin embargo, todo eso no era nada al lado de esa sonrisa, la más radiante que jamás le vio poner.
Entonces no fue difícil sonreír, con los ojos brillantes de lágrimas anticipando la despedida.
Key era más alto que el por unos centímetros, y ahora que lo veía así, le parecía aún más adorable. 
-Gracias…-. Agradeció antes de juntar por un momento sus labios, dejándolos ahí sin moverlos.
-Vamos, vete ya…-. Asintió varias veces, agitando su mano haciendo señas para que le hiciera caso.
-¿Cuánto tiempo tengo?
-Solo hazlo, mientras más lejos, mejor, solo, ve.- Le tomo de la cintura por la espalda, dejando un casto beso en su mejilla.
Puso su cabeza en su hombro, sabiendo que ese era el final, y su corta historia seria no más que un recuerdo.  Miro al horizonte, el cielo ya era celeste, encontrando ese horizonte un tanto azul, y la luna parecía haberse difuminado.
Ahora o nunca.
Le soltó, alejándose de el a pasos lentos, casi en cámara lenta, como negándose a eso. A la inevitable despedida.
Sus lágrimas brotaron, y tapo su boca silenciando los sollozos para que el no pudiese escucharlo. Dolía, demasiado.
El rubio se desvaneció frente a sus ojos, como un espejismo. Al instante unos pocos copos de nieve aparecieron, juntándose  formando el pequeño cuerpo de un azulejo. Si, como en aquel cuadro que tenía en la habitación de su casa.
El pájaro, así como el rubio antes de esa noche, también tenía al borde de sus plumas un color más oscuro. Y voló, alejándose y perdiéndose entre un motón de gaviotas que habían alzado el vuelo.
Rio, soltando risotadas de amarga felicidad. Las lagrima iluminaron su rostro, y sus dientes blancos salieron a relucir en una sonrisa. Le había dejado ir, él era libre, libre al fin. Sería feliz, sin él, sería feliz.
El viento soltó el débil nudo de camisa, dejando caer las cortas tiras, y revolviendo su cabello, dejándolo todo alborotado.
“Antes de seguir cualquier cosa, debes aprender a seguir tu corazón…”
Eso era una promesa lo suficientemente válida para romper cualquier otra. Lo había hecho, lo había liberado, y aunque fuese miserable por el resto de su existencia, aunque tal vez muriese pronto en soledad, dentro de una habitación vacía y desolada, aquel rubio estaría por ahí, viviendo para siempre.
Diviso entre el montón de lágrimas, mucho más allá, ahogando un sollozo, tierra firme. Su viaje había terminado, y aunque siguieron el camino correcto, él estaba perdido.

Perdido sin Kibum…


~Fin~








































































































Era broma xD Aun falta un capitulo -la que saco mal la cuenta-. ¡Dos horas! un record en los capitulos de este fic. La semana que viene estara el final, donde el 2min tendra una participacion importante ;D (2min porque me da perza escribri sus nombres, no porque habra ni nada ;D) 
Bueno, hablamos mejor en el proximo ;D 
¡Nos leemos! 
PD: Perdon si hay errores y HORRORES.
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DulChoc! Miér Sep 18, 2013 9:53 am

¡Me asustasté!
Realmente pensé que era el final, me quedé un poco... mal.
Aishhhh~~ No vuelvas a hacerlo.
Bueno, lo de siempre, que me encanta tu fic un montón. Pobre de mi Jjong, lo que hizo por su amor :')
Quiero saber lo que le va a decir Tae a Minho, es demasiado, Minho es la clave de algo, pero... tengo muchas dudas en mi cabeza, por eso quiero saber!
Actualiza sin miedo xD!
Kansamnida!
DulChoc!
DulChoc!

Femenino

I ♥ Jonghyun :$
Mensajes 53

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Sou-Tan Miér Sep 18, 2013 7:28 pm






Capitulo Último.
Dejo la brújula caer sobre la mesa frente a él, levantándose sin mirarla, dirigiendo su mirada al pelilargo sentado frente a dicha mesa. Los analíticos ojos de Taemin le miraron, comprendiendo su situación.
El aparato estaba abierto, mostrando como ya las agujas no apuntaban a ningún lugar en específico, y la “-N” del norte no estaba. Era casi como ver un reloj fuera de funcionamiento. Detenido en el tiempo.
Como Jonghyun, a él se le notaba como la brújula sin funcionamiento.
Suspirando, le miro esperando alguna palabra o una pregunta del por qué la brújula dorada ya no funcionaba, o que había hecho para que se dañara. Luego brindo una leve venia en signo de despedida, sin decir nada. El geógrafo parecía tan absorto de la realidad que había olvidado por un momento quien era quien tenía frente a él. A un historiador, escritor y además bibliotecario, alguien como Lee simplemente no necesitaba de explicaciones.
Él lo sabía todo, o casi todo.
Dejo el lugar sin musitar palabra, o prestar atención a las voces quejonas de los marineros reprochándole que aún no podían irse, que descansarían y que luego volverían al mar. Pero no les hizo caso, ellos desde ahí podría hacer lo que quisiesen, tenían su paga y él se iría solo.
Para explorar no necesitaba ni un barco ni una balsa ni nada. Tenía un montón de libros, un gran bolso con ropa y todo lo que necesitaba, dinero y, pese a su corta estatura, unos fuertes brazos que le servirían de mucho.
Miro por encima de su hombro la casa de Lee Taemin, que estaba cerca de la costa. Había hecho todo, la brújula estaba entregada, y él ya podía ser libre también. Ahora iría, por su cuenta, en busca de un lugar al que pudiese pertenecer, así tuviese que dejar su vida en ello.
Tenía apenas cincuenta y cuatro años, era joven, y podría vivir cientos de años si se cuidaba. En ese punto de la historia, lo único que necesitaba eran motivos para vivir tanto tiempo.
~**********
Perfecta y bien cuidada. Construida a la perfección y elegante, antigua. Así la recordaba, su vieja casa, la gran mansión Kim, el lugar donde paso casi su vida entera.
La puerta principal se abrió, dejando ver a una de las mucamas con una sonrisa brillante en su rostro. Ella estaba feliz de verlo, todos lo estarían cuando supiesen que estaba ahí, que después de muchos años volvía para quedarse.
Deseaba poder compartir esos sentimientos.
-¡Déjeme ayudarle con eso, debe estar cansado del viaje!-. Pidió ella estirando sus manos, a la espera de que le diese su equipaje.
El sonrió tenuemente en forma de respuesta, y le paso una caja de color lavanda oscura, para nada pesada, y siguió tranquilo su camino hasta la puerta. La mujer se quejó, y agradeció, la había dado un regalo en vez de su equipaje, según ella era su deber. Para el nunca funciono así, él era más fuerte, así que si podía, no recibiría ayuda en eso.
Respiro el olor a madera en todo el lugar, seis años y el lugar seguía siendo el mismo, como si lo esperase. Sin embargo, las cosas eran distintas, volver a la rutina no sería igual después de todo.
Seis años fuera, seis años recorriendo diferentes lugares distribuidos por todo el mundo, llenando centenares de cuadernos con notas y datos desconocidos, adaptándose a distintas culturas e idiomas.
Descubrió aún más lugares asombrosos, hermosos y llenos de historias que contar al mundo a través del papel, el nunca había querido ser una geógrafo, no quería serlo, nunca le agrado. Tenía cierto interés en la geografía, mas su verdadera pasión era escribir.
Y no, no lo logro, en ningún lugar, en ninguna ciudad ni en ninguna historia contada encontró un lugar al cual pertenecer. Había aprendido la lección, pero eso no cambiaba nada, e incluso ahora no se arrepentía por haber dejado a aquel joven de mirada felina escapar y ser feliz.
Subió las escaleras, yendo a su habitación, escuchando desde arriba a las mucamas y algunos trabajadores comentar alegres sobre su regreso a casa. Que lejana que sonaba esa palabra.
De la manera difícil aprendió que no importa en qué lugar estés, ni cuanto busques uno al que pertenecer. Son los motivos para quedarse los que importan.
Y el ya no tenía motivos para estar ahí.
Lanzo su equipaje y se cambió por ropas más frescas para el caluroso verano. Para su suerte el tiempo había pasado rápido, y los días ya no le parecían tan eternos como los primeros en los que tuvo que valerse por sí mismo.
Había algo, una cosa imborrable que jamás podría olvidar, y que haría que su corta vida tuviese sentido, lamentablemente, la persona que causo aquello ya no estaba.
Los tonos naranja del atardecer entraron por la ventana de su habitación y la del pasillo, en donde en una ventana se posó momentáneamente un azulejo, perdiéndose rápidamente entre los rayos de luz.
Sentado desde su cama, aquella pintura que en la pared le llamo la atención. Se levantó, mirando detenidamente el cuadro. Era sumamente realista, con detalles muy peculiares. Pero…no era la misma de esos días. Algo estaba fuera de lugar.
El pequeño azulejo que antes estaba en el bote, ahora volaba lejos, el ambiente del cuadro había cambiado a uno triste y desolado, abandonado. Aquel hombre del bote reflejaba tristeza, y parecía desconcertado, como si ahora hubiese perdido el norte…
Inevitablemente una lágrima resbalo por su mejilla, y unos pasos muy sonoros en el pasillo le sacaron de su burbuja de tristeza.
Unas sonoras y suaves carcajadas sonaron divertidas, alejándose hasta el final del corredor. Abrió la puerta, con intención de descubrir la identidad del dueño de aquel sonido.
Sonrió corriendo, siguiendo los pasos, creyendo volver a vivir al reconocer ese sonido tan peculiar en la voz de quien reía alegremente. Fue por tantos pasillos que creyó estar dentro de un laberinto, el jamás había ido por ahí, aun siendo su propia casa.
Al final, la risa y los pasos se detuvieron frente a una puerta con detalles en dorado, y luego se escucharon dentro de la habitación, para después desvanecerse en el sonido de un piano.
La sublime y encantadora melodía se le antojo perfecta, y abrió la puerta con lentitud, sin intenciones de interrumpir la tonada. El ambiente nostálgico combinaba perfecto con el piano. La escena era más que apropiada, se maravilló al encontrarse con el interior de aquella habitación.
Totalmente blanca, había dos ventanas en la pared del frente y otra a mano derecha, las cortinas finas y blancas hondeaban en el aire proveniente de los árboles del bosque que podía verse desde las ventanas, y justo en medio, un piano, algo que jamás había visto en su casa donde el marrón reinaba al ser casi todo de madera.
Y, contrastando con todo lo blanco del lugar, de espaldas a él, había un joven concentrado en la canción que tocaba, de cabellos dorados y ropa de colores celeste, blanco y pantalón beis.
Entonces una lagrima escapo de nuevo, feliz, sonrió lentamente.
-Te busque…te espere mucho tiempo. ¿Te gusta? La he practicado todo este tiempo para ti.
El rubio volteo su rostro hacia el por un segundo, mostrándole una sincera sonrisa, y esos hoyuelos que le daban un toque de dulzura.
-Es perfecta.- Susurro.
La última nota resonó en el lugar, y el blondo se levantó, girándose a mirarle de frente. No soporto, se lanzó a sus brazos, estrechándolo contra su pecho. Sus palabras, eso quería decir que no se había olvidado de él, de que seguía recordándole, y el como un tonto enamorado viajando por todo el mundo en busca de un olvido que sería imposible.
Se alejó un poco para mirarle a esos ojos que le encantaban, y le beso, perdiendo el aliento, quedándose sin aire pero sin apartarse, como si en sus labios estuviese el oxígeno que necesitaba.
Porque le había extrañado tanto, porque le había necesitado tanto, y porque él le había salvado tantas veces…
Key no era el aire que necesitaba para vivir, era lo que le hacía sentir vivo.
Key era eso que hacía que cualquier lugar fuese el indicado estando a su lado…”
Minho cerró el libro al llegar a la última página. Era un final que le había dejado con un buen sabor de boca, pero del que necesitaba saber más, sin embargo, aun había algo que lo tenía curioso.
El por qué la historia le producía una sensación diferente.
Taemin no decía nada, solo se dedicaba a mirar por el ventanal. Dio varias vueltas al libro en sus manos, dejando que cayese sobre la mesa, mostrando la parte atrás. Unas letras en una esquina le hicieron acercarse a mirar y leerlas, estaban escritas con tinta dorada, brillante.
Lee Taemin.
“Lee Taemin”. Ese se suponía era el…autor del libro.
Miro al bibliotecario impresionado de sus propias conclusiones.
-¿No vas a preguntarme nada, guardaras tus dudas por temor a que te juzgue?-. La voz firme pero aun amable del otro lo saco de sus pensamientos. ¿Acaso podía leer la mente?
-No puedo leer mentes, eso es algo que no existe, pero puedo examinarte, con tus meras reacciones o como se tensa tu cuerpo cuando estas nervioso puede saber qué es lo que tienes.-Aclaro.
-¿U-Usted escribió esto?-. Pregunto no muy seguro.
Lee sonrió, pero claro que ese libro lo había escrito el. Y si Minho estaba teniendo una sensación diferente al leerlo, era debido al por que todos los libros ahí eran especiales, de solo un ejemplar irremplazable: La historia era real, no un simple cuento de hadas.
El mayor saco de uno de los bolsillos de su abrigo, un artefacto dorado, parecido a un reloj de mano, de esos de hacia siglos atrás. Parecía un tanto maltratado, pero seguía siendo hermoso.
Lo abrió antes de dejarlo en la mesa, justo frente a Choi, que lo miro desconcertado para luego tomar el libro, y abrirlo en una página con una grabado.
-La brújula dorada…
La misma del dibujo, las misma de la mesa, solo que más vieja, solo que sin funcionar… ¿Qué demonios estaba sucediendo ahí?, se preguntó el.
-Antes de poder explicarte por qué estoy aquí contigo, debes escuchar una pequeña historia que debo contarte, independientemente de lo que hallas leído en este libro. Necesito que me escuches atentamente, ¿está bien?
Minho asintió, sin atreverse a decir nada para que el pudiese comenzar.
-Mucho tiempo atrás, en el mundo antiguo, como es escuchado antes, donde las primeras personas nacieron con habilidades de conocimientos especiales, nacieron también dos personas: Un escritor y un pintor. Vivian en diferentes partes del planeta, pero hay una leyenda, que cuenta que ellos nacieron con una mente compartida, que poseían pensamientos iguales a la hora de hacer su trabajo. Mientras uno pintaba un cuadro, el otro escribía la historia que contaba esa pintura. Pero, nadie sabía la historia completa, y era que, no eran dos, sino tres: El pintor, el escritor, y el lector. El lector jamás se dio a conocer, aun no había nacido. Debía ser una persona que supiese interpretar, apreciar y valorar cada una de aquellas historias, que, en vez de leerlas, recordaría, porque no eran dos que compartían mente, eran tres, y todos las sabían, ellos estaban conectados. Tal vez nunca cruzasen caminos, pero compartirían miles de historias.- Hubo un silencio abismal antes de que siguiese hablando -. ¿Sabes? Aquel “Lector”, nació hace varios años ya, debería tener unos veintidós años. ¿Sabes que mas, Minho? Sé que esta historia no te sorprende en absoluto, sé que ahora estas teniendo una pequeña batalla interna tratando de recordar de donde se te hace conocida-. Taemin puso sus codos sobre la mesa, hablando sin importarle la expresión de confusión de Minho al haber descifrado sus pensamientos-. Estas tratando de buscar el final de La Brújula Dorada, de que sucedió después, pero no hace falta, porque ya lo sabes, porque sabes quién eres, solo que has estado viviendo como otra cosa toda tu vida y todo se siente nuevo. Pero no es así, porque es una historia que ya conoces, y sabes, sí que sabes, que eres tu ese “lector”.- Culmino, callándose para que tuviese tiempo de asimilarlo.
Llevo una mano a su cabeza, buscando con desespero respuestas que dijeran algo. Respuestas que ya tenía, él lo sabía, desde hace mucho. Entonces se detuvo todo a su alrededor, así lo sentía, como si el tiempo se hubiese esfumado.
Miles d flashes con recuerdos llegaron a él, podía ver perfectamente como Kibum tocaba ese piano, o como Jonghyun jugaba con su cabello, casi como si estuviese frente a ellos, y sabia, sabía que había pasado después de su encuentro, ellos eran reales, lo sabía, ellos estaban vivos aun después de tantos años, porque las personas del mundo antiguo Vivian mucho, y porque la genética era tan compleja que ahora, él era ese “lector”, la última persona nacida con capacidades del mundo antiguo. Ahora el porqué de los no existentes cambios de apariencia de Taemin e parecieron lógicos.
El mayor se veía saludable, por eso había vivido tanto, y su cuerpo casi no había tenido cambios.
Y el suyo…el suyo seguía igual que hacía cinco años, como cuando tenía diecisiete.
Suspiro, demasiada información.
-Me alegra que no estés alterado con todo esto.
-Después de todo, es algo que yo ya sabía, ¿no?-. Dijo Minho tomando entre sus manos la brújula, ahora todo le hacía gracia.
-Es tuya. No representa nada para mí, por lo que veo, para ti tiene un gran significado.- Taemin se levantó, suspirando, había perdido su diversión todo el asunto.- Debes prometer algo.
Minho también se levantó, con una sonrisa.
-Claro.
-Vendrás seguido.- Se sentó detrás del mostrador, tomando de nuevo la pluma para seguir escribiendo.
-Seguro, me tendrá muy seguido, tanto que querrá que vaya.- Camino hasta estar frente a la puerta de salida.- Y, ¿Qué escribe?
-La próxima historia.
-¿El guardián de la rosa?-. Cuestiono sin saber de dónde saco ese nombre.
-La misma, veo que vas progresando, pronto sabrás por ti mismo de que trata.- La giño el ojo.
-Desde luego que si…-. Salió de la biblioteca.
*********~
Llevaba mucho rato caminando, tal vez unas dos horas, pero sus piernas aun no estaban para nada cansadas. Tanto entrenamiento físico tenía sus ventajas. Vaya que la biblioteca de Taemin estaba lejos, demasiado apartada para que todos la vieran, era un lugar que simplemente no podía pasar desapercibido.
No había guardado la brújula en ninguno de sus bolsillos. Ciertamente aun dudaba sobre aquella historia y sobre su verdadera “naturaleza”, todavía iba impresionado, no obstante, de alguna manera era normal.
Se encontraba en el centro de la ciudad, cerca de casa. Se había perdido en sus pensamientos, y ahora no estaba seguro de su ubicación exacta, las calles se le hacían conocidas, estaba seguro de haber caminado por algunas calles cerca de allí, pero por esas jamás.
Las casas tenían un toque antiguo, como esas villas que se construyeron en los años ochenta.
Mirando la brújula, se detuvo un momento frente a una casa de madera. Volteo a verla, enseguida le pareció encantadora, tenía muchos arbustos, y un pequeño camino de piedras llevaba desde la puerta hasta el cercado, no era tan grande como para ser una mansión, pero sí muy amplia, de dos pisos y con algunos faroles negros en la acera.
Una melodía le llego a los oídos, provenía de una habitación que mantenía la ventana abierta. Se le hacía conocida, y los flashes volvieron.
-Es Morning Moon, ¿es hermosa, cierto?-. Un hombre de aparente mediana edad, de piel tostada, cabello castaño oscuro y un rostro peculiar se acercó a él.
El desconocido abrió el cercado y entro a la casa, sonriendo antes de entrar.
-Jonghyun… ¿has hablado con él?-. Escucho una voz nueva desde donde estaba.
-Sí, Key, dice que la tiene alguien que va a cuidarla bien. Tus hermanos dormirán por mucho tiempo.
Entonces pudo comprender, aquella historia realmente no era una compleja invención de Taemin, sino la realidad, aún más compleja.
Aquellos dos tenían razón. Miro la brújula, era cierto.


Los demás geógrafos seguían dormidos en aquella brújula…  





No pude evitar escribir de una vez el final hoy, no quedo tan largo, pero era todo lo que yo quería escribir, se nota que esa escena de reencuentro con piano y todo es muy improvisado, no se si se entendió tampoco. Alguna duda, para eso estoy yo ;D Algun error, no asumo mi culpa (?)
Créanlo o no, pero el final del capitulo pasado era el que tenia planeado, cuando ni Tae ni Minho ni nadie mas tenían nada que ver en la historia, y donde ellos eran unos amantes con un amor prohibido. LocoxD Y los haría llorar, pero luego me aguante y escribí algo feliz.
Ahora que puedo, tal vez me anime a hacer un dibujo, no se (?) y tal vez haga unos dos epílogos (jk y Minho y alguien que no se xD), pero ni fecha puedo dar porque solo es una idea.
Mis agradecimientos a DulChoc! por sus bonitos comentarios.   
Adios~
Sou-Tan
Sou-Tan

Femenino

I ♥ Mr. Pollo.
Mensajes 393
http://satansbitchbabe.tumblr.com/

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por DulChoc! Jue Sep 19, 2013 10:16 am

Me encantó!
Es perfecto, algo tenía que ver Minho $:
Al final Jjong y Key pudieron estar juntos, que alegría :) Aunque pobres de sus hermanos que vivirán toda la eternidad en la brújula xD!
Pero, eso es lo de meno, me encanta y me reencanta!
Muchísimas gracias por haber escrito tan increíble fic.
Kansanmida!!
DulChoc!
DulChoc!

Femenino

I ♥ Jonghyun :$
Mensajes 53

Volver arriba Ir abajo

~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO] Empty Re: ~*La Brújula Dorada. Cap7/7 [FINALIZADO]

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado

Volver arriba Ir abajo

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.