— ¿un jet? —Pregunto kibum confundido.



—Así es honey —Dijo Minho mientras  abría la puerta—. Nos vamos de luna de miel. Mejor tarde que nunca…



Y así Minho había abandonado la habitación dejando a Kibum con la boca abierta. Pero ya no podía negar lo que había comenzado a sentir. Lo había  intentado todo: Duchas de agua fría… Evitar verle…tratar de no pensar en ningún momento en su esposo, Pero no le había servido de nada. Así que lo único que quedaba era comenzar un acercamiento, tal vez así se cansaría mas rápido de Kibum y su vida volvería a ser normal… o eso era lo que su mente quería creer…  

CAPITULO 9

CONVIVIENDO.

Después de que Minho lo había dejado solo en la habitación Kibum había dudado en hacer lo que le habían dicho pero no podía negarse a ir, pero se arrepintió completamente cuando se encontraban ya en el jet volando sobre el mar, se sentía completamente nervioso y le sudaban las manos, había mantenido los ojos cerrados por que estaba atemorizado de ver el mar, cosa que para Minho no había pasado desapercibido pues notaba que Kibum estaba mas pálido de lo normal  el ver a su esposo tan nervioso y asustado causo que el sentimiento de protección de nuevo surgiera y sin pensarlo tomo de la mano a Kibum para confórtalo.

—Puedes abrir los ojos—dijo Minho— estamos por aterrizar.

Kibum sintió una calidez cubriendo una de sus manos y las palabras dichas por Minho, causaron que un sentimiento de seguridad se apoderara de él, y lo llevo a abrir los ojos lentamente.

—Aun recuerdo el día que nos conocimos, estabas igual de pálido como lo estas ahora—dijo Minho haciendo una pausa manteniendo su mirada al frente— No sabía que tenias miedo a volar, lo siento, la próxima vez viajaremos en barco, para que sea más cómodo para ti.

Kibum miro a Minho sorprendido, porque parecía que por primera vez era sensible a sus sentimientos  a pesar de no ser por la razón que el alto creía que estaba nervioso se sintió conmovido por la preocupación ¿tal vez debería decirle que no era miedo a volar, si no a el mar?

Minho sintió la mirada de Kibum y al voltear se topo con esos ojos felinos que el negaba ya habían robado una parte de su corazón.

—No me mires así—Dijo volviendo a apartar la mirada— Todos tenemos miedo a algo, por lo menos es bueno saber que tienes otro sentimiento que no sea la codicia, ahora relájate, hemos llegado. Bienvenido a mi escondite.

Una vez en la plataforma Kibum pudo ver que era una isla en la que se encontraban e inevitablemente el nerviosismo se apodero de su cuerpo otra vez, y sin darse cuenta había apretado la mano de Minho que aun lo tenía sujetado.

Minho sintió la presión en su mano y miro a Kibum viéndolo nervioso de nuevo.

—Tal vez deberías descansar un rato antes de cenar, ¿o prefieres que vayamos a la playa a nadar? — Preguntó creyendo que eso relajaría a su esposo.

—No gracias, tal vez otro día— Contesto Kibum no sabiendo que decir.

—Eso está bien, será inevitable no ir a la playa, además tenemos mucho tiempo para hacerlo, no hay ninguna prisa por regresar a Seúl.

Kibum no dijo nada pues se sentía nervioso aun, pero una pregunta paso por su cabeza ¿cuánto tiempo tenía planeado quedarse Minho en aquel lugar?

Habían comenzado a caminar hasta la casa que se veía a lo lejos, y a pesar de sentirse nervioso por saberse rodeado por mar, Kibum quedo maravillado con el paisaje que tenía delante de él, las grandes palmeras y arboles en color verde que se veían a lo largo de la playa eran hermosos, además de la blanca arena que se apreciaba por toda la extensión y algunas grandes rocas que adornaban las orillas.

Al llegar a la casa Kibum se quedo maravillado, La casa era igual de hermosa y de color azul cielo con blanco decorado de forma preciosa, Minho noto que el rubio sonreía mientras caminaba y observaba la casa.

—La decoro mi primo—dijo para romper el silencio — su negocio es de diseño de interiores.

—Es hermosa— contesto Kibum mientras dirigía su mirada a una pieza que dejaba ver un hermoso cuadro pintado que por lo que podía reconocer era la misma casa y el paisaje de la playa.

—¡Oh, es realmente bueno—dijo mientras acariciaba suavemente la pintura y los utensilios.

—¿Te gusta pintar?— pregunto Minho parado en el lumbral de la puerta con los brazos cruzados mientras observaba a kibum.

—Me encanta— había contestado su esposo mientras observaba maravillado todo el cuarto lleno de varias pinturas—no... Quiero decir… yo no…bueno— tartamudeo kibum poniéndose colorado.

— ¿No qué? — Pregunto Minho — ¿acaso no quieres que sepa más de ti? ¿O es que tu abuelo te dijo que escondas la persona que en verdad eres?

Kibum se sintió nervioso. Era verdad que su abuelo le había dicho eso, pero ya no deseaba seguir fingiendo, si Minho le había dicho que quería conocerlo más, tal vez no sería tan malo, y por lo menos serian amigos.

—Yo…

—Quiero que seas sincero Kibum, ya estamos casados, el acuerdo no cambiara ahora, es hora que de que te relajes y empieces a ser tu mismo.

—Soy yo mismo—contesto tratando de ocultar sus emociones.

—No. no lo eres. Y anoche tuve la impresión de que dejaste al descubierto una parte de lo que realmente eres—dijo Minho recordando las palabras de Kibum la noche anterior.

—Anoche bebí demasiado—dijo esquivando la mirada de Minho mientras fingía seguir observando a su alrededor.

—Tanto que no pudiste esconder tu personalidad, anoche descubrí que mi gatito tiene garras.—dijo Minho mientras se enderezaba y avanzaba hasta Kibum para abrazarlo por la espalda.

Kibum sintió unos fuertes brazos rodearlo y su cuerpo se tenso, pero no se resistió, sintió sus mejillas acalorarse y fijo su vista a una gran ventana que daba con vista al mar para centrar su vista en él, y tratar de eliminar sus ganas de girarse y besar al hombre que lo abrazaba.

—yo… estaba pasado de copas, y aparte me irritaste—contesto Kibum cerrando los ojos y respirando profundo para calmar todos sus sentimientos.

—Kibum, de ahora en adelante quiero que hagas lo que en verdad te guste y seas la persona que en verdad eres— susurro Minho en su oído—quiero saber todo de ti. Empezar a conocerte sin secretos. Quiero que nos demos una oportunidad kibum.

Y era verdad. Minho se había dado cuenta que por más que intentara negarse a lo que había comenzado a sentir, sabía que ya se había comenzado a enamorar de Kibum, y quería darse una oportunidad, si hiban a vivir juntos y tener hijos, deseaba poder formar una familia y ser feliz con ella, olvidaría todo aquel rencor hacia los Kim y trataría de ser feliz por él, por  kibum y por sus futuros hijos.

La mirada de kibum cambio y reflejo tristeza, el también quería intentar ser feliz con Minho porque sabía que ya se había enamorado, y el miedo se apodero de él. Pensó en todas las mentiras que le había dicho a su esposo y se sintió culpable, Minho todavía creía que su madre estaba muerta junto con su padre, y que siempre había vivido bajo el cuidado y el amor de su abuelo, si  se enteraba de cuanto le había mentido, lo odiaría y el no sería capaz de soportarlo pues el alto ya era dueño de su corazón.

—yo… Minho necesito descansar un rato—dijo tomando suavemente las manos de Minho y retirándolas para romper el abrazo.

Minho no dijo nada, pues sabía que él mismo había sido un tonto con él y lo había tratado mal causándole dolor, le daría un tiempo para pensar pero esperaba en su interior que Kibum llegara a quererlo con el tiempo.

—Bueno, vamos te llevare a la habitación.

Caminaron por los pasillos, y Kibum se impresiono muchísimo más con el resto de la casa, pues era de igual de hermosa. Y la habitación principal era preciosa.

—Es precioso—dijo Kibum mirando la gran cama con sabanas blancas con tonos celestes, y al igual que el cuarto de pintura está tenía una gran ventana con vista al mar de un lado y del otro lado a la gran piscina.

Kibum reaccionó y hasta ahora se daba cuenta que no había visto a nadie más en la casa y no se escuchaba ningún ruido a excepción de las olas que golpeaban en la playa.

— ¿Dónde están tus empleados? — pregunto mientras se giraba a mirar a Minho.

— ¿mis empleados? — dijo Minho dudoso.

—Sí. Tú normalmente tienes empleados.

—Te dije que este era mi refugio—dijo Minho mientras se sentaba en la cama—no lo sería si hubiera empleados y gente alrededor, aquí vengo para olvidarme de mi vida de empresario.

Kibum lo miro con sorpresa— ¿quieres decir que estamos solos aquí? —dijo nervioso.

—completamente solos—contesto Minho, y Kibum pudo notar el tono sensual en que había contestado, pero recordó que la noche pasada había coqueteado con ese chico y sintió celos de nuevo, y trato de sonar desafiante.

— ¿y quién cocina entonces?, porque no creo que tu cocines—dijo Kibum.

—Te sorprenderías. Suelo venir aquí solo, y créeme morir de hambre no sería bonito, así que he aprendido a cocinar, por increíble que te parezca.

Kibum se dio cuenta que en verdad no se conocían, pero eso no era extraño, pues si se ponía a pensar llevaban poco tiempo juntos, casi no habían convivido e inclusive en la cama solo había estado 2 veces juntos.

Minho miro a Kibum y lo noto cansado así que decidió que por el momento darle su espacio sería lo mejor. Antes de retirarse del cuarto se acerco a las ventanas para abrirlas y dejar entrar el aire fresco.

—Si necesitas algo estaré en la terraza, que descanses—Dijo Minho retirándose del cuarto.

—Gracias— contesto Kibum sonriendo sinceramente viendo al alto salir del cuarto y cerrar la puerta. Kibum  miro una vez más el paisaje y el aire fresco logro relajarlo, no podía negar que el paisaje era hermoso, pero el mar aun le daba pavor. Decidió que descansar sería lo mejor, pues aun se sentía cansado por el alcohol y la falta de sueño del día anterior. Opto por cambiarse y solo ponerse una camisa algo grande que le tapaba lo necesario, quería dormir cómodo y le pareció una buena forma, se quedo dormido poco tiempo después.



Horas después se removió en la cama y se froto los ojos para después toparse con los tonos naranjas del atardecer, y el cuarto volviéndose oscuro, lo que le hizo entender que había dormido demasiado y se sintió culpable, no escucho ningún ruido por lo que dedujo que Minho no se encontraba ahí.

Se levanto buscando su ropa con la que había llegado pero no lo encontró. Su cuerpo tembló cuando escucho la voz ronca de Minho a su espalda—si buscas tu ropa, la he tirado—dijo Minho.

—Me has asustado—Kibum había jalado la sabana de la cama para tapar su cuerpo pues la camisa dejaba al descubierto sus largas piernas.

—No sé porque te asustas si sabes que somos los únicos aquí, —dijo Minho levantándose del sillón de la esquina en la que estaba sentado donde había estado observando a Kibum dormir, dejándolo prendado aun mas de aquel rubio. —Además, no sé porque muestras ese pudor honey, si ya he visto tu hermoso cuerpo, y si me preguntas no me importaría que andarás desnudo—dijo Minho con tono sensual.

Las mejillas de Kibum se tiñeron de un rojo intenso, sabiendo que lo que decía Minho era verdad—si a ti no te importa, lo siento, pero a mi si—dijo tratando de no sonar inestable—Y ¿cómo que los has tirado? —Kibum lo miro intrigado y además nervioso pues era la única ropa que había llevado, apenas había tenido tiempo para bañarse y comer algo rápidamente antes de viajar a la isla. —Era la única ropa que traía, por si no te acuerdas no me diste tiempo de empacar nada—dijo mientras pensaba que era lo que haría ahora.

—No lo volverás a usar— dijo Minho parándose frente a él y mirándolo a los ojos, y hasta ese entonces Kibum noto que Minho se veía muy atractivo, vestía unos pantalones y una camisa  de lino remangada a hasta los codos dejando ver sus musculosos brazos —Como no has comprado nada de ropa me tome la libertad de hacerlo por ti.

— ¿Has comprado ropa?—preguntó mientras se aferraba mas a la sabana que tenia cubriéndolo.

—No estás a acostumbrado a ir de compras ¿verdad kibum?, ¿O es que me equivoco? —dijo Minho caminando hacia el closet y escogiendo un pantalón y camisa también de lino pero de color azul cielo. —Algo que es muy extraño para una persona que recibe una gran suma de dinero.

Kibum se congelo mirando a Minho no sabiendo que decir. Minho no era estúpido, y ahora tenía terror de que descubriera sus mentiras.

—Vístete—ordeno Minho— luego ven a la terraza para cenar y charlar un rato.

Kibum asintió perdido, y sintiendo escalofríos por la idea de la charla con Minho, estaba asombrado de que Choi estuviera a dispuesto a conocerlo y eso representaba un problema para él pues sabía que no podría ser sincero del todo.

Minho por su parte llego a la terraza y espero por su esposo, Mirando la vista del mar. Kibum sin duda era especial, era la primera vez que se sentía confundido hacia una persona, su esposo no encajaba para nada con la personalidad de un chico con los que acostumbraba a estar y los que tenía una vida como se supone que él la tenia. Llena de lujos y sirvientes.

Había mostrado sorpresa y fascinación por la ropa que le había comprado para ir al club la noche pasada, como si nunca se hubiera usado ropa de marca. Las mujeres y hombres con las que había salido eran superficiales pero veían los lujos como cosas normales. También estaba sorprendido con sus propias reacciones, nunca había sentido una gran atraccición hacia otro hombre o mujer, normalmente pasaba una noche o máximo dos con sus amantes aburriéndose fácilmente. Pero Kibum era diferente lo hacía desearlo mucho mas cada vez que lo tenía cerca, recordó la noche anterior y las ganas que había tenido de golpear a aquel tipo que había bailado con su esposo. Recordar los movimientos sensuales de Kibum hacia que su cuerpo se encendiera, y ese sentimiento de deseo y posesión surjan con mucho más fuerza, escucho ruido y voltio para encontrarse con aquel hombre hermoso que ahora siempre estaba en sus pensamientos, Kibum siempre se veía increíble con cualquier ropa que usara y le quietaba el aliento.

Kibum sintió la mirada de Minho pero estaba sorprendido por lo que sus ojos veían. Había una mesa puesta, y una lindas velas que llenaban de luz la ya oscuridad de la noche, el olor, la brisa y el lejano sonido de las olas rompiendo en las orillas de la playa le daba un toque romántico.  Sabía que Minho había preparado todo aquello para él y el amor y felicidad se abrieron paso a su corazón.

— ¿te gustaría beber algo? — pregunto Minho amablemente cautivado por el rubio y sirviendo una copa.

—No sé si debería—contesto dudoso, mientras observaba la copa en la mano de Minho.

—No te preocupes no es alcohol—lo tranquilizó—no volveré a dejar que tomes, aunque he de admitir que bajo los efectos de él te transformas.

Kibum enrojeció— Me divertía bailando y se me olvido ese detalle—contesto tratando de dar una explicación.

—Pude ver que te encanta bailar, aunque también me gustaría saber cómo es que ha sido tu primera salida a un club nocturno y la razón por la que no te has comprado nada—dijo Minho bebiendo de su copa.

Kibum respiro profundo y pensó en la respuesta.

—No creo que tú te gastes todo el dinero que ganas en compras ¿cierto?

—No.

—Entonces no sé por qué crees que todo el dinero es para ir a las tiendas. — se defendió.

—Quizá es porque eso es lo que hacen las chicos de tu clase—dijo Minho—pero tú me estás haciendo creer que mi idea es equivocada. Sentémonos. —señalo la mesa con cortesía y Kibum lo miro dudoso  pues era algo nuevo que Minho se mostrara amable y cordial.

—Gracias—dijo cuando Minho corrió la silla para que se sentara.

La mesa estaba servida con distintos platillos y la curiosidad y sorpresa lo hicieron  preguntar. — ¿Todo lo cocinaste tu? —Dijo mientras observaba maravillado la comida.

—No exactamente—Y pudo observa por primera vez un gesto de pena en Minho. — La mayoría de los platos los compré preparados.

— ¡Oh! — exclamo Kibum viendo un plato es especial— Este es el platillo que me enseño a ser Jaejoong—dijo sonriendo.

— ¿Quién es Jaejoong?—Pregunto Minho con molestia. La idea de Kibum con otro hombre que no fuera él le molestaba.

—Jaejoong es tu chef—contesto con cariño olvidándose que no debía revelar ese pequeño detalle — me enseño a preparar varios tipos de comidas las semanas que  no estuviste. —para cuando se dio cuenta de que había hablado de más miro a Minho, pero  se sorprendió de que esté no había dicho nada por aquel comportamiento.

—Claro—dijo Minho con tono neutro—me pregunto que más habrás hecho durante mi ausencia.

—He recorrido las calles de Seúl—dijo probando la comida.

— ¿Y qué te ha parecido?

—Es una ciudad maravillosa.

— ¿Cómo es que casi no conoces Seúl, si tu abuelo tiene muchas casas ahí? —pregunto Minho.

Kibum se sintió nervioso de que Minho descubriera su mentira, pues no conocía tanto Seúl por haberse tenido que ir a Incheon a vivir con su madre después de la muerte de su padre, tenía miedo y mejor decidió comenzar a preguntar cosas de él.

—Tú también tiene muchas casa ¿no es así?, además de que eres rico.

—Si tengo muchas casas— contesto Minho mirando hacia el mar— y también soy rico. Pero tengo muchas responsabilidades, manejo una empresa grande y tengo muchos empleados, por lo que mis malas decisiones pueden afectarlos también.

Kibum miro a minho y lo vio con asombro pues al fin decía algo que lo hacía parecer más humano y no frio y despiadado como pensaba que era.

—Mi abuelo no piensa en ellos, y simplemente los despide si no les sirve.

Minho se puso serio— Y esa gente tiene familia Y necesidades. Esa es  consecuencia del mal funcionamiento de una empresa. Hasta el momento mi empresa no ha tenido la necesidad de dejar sin  empleo a los trabajadores.

—Pues tienes la fama de ser un hombre frio y despiadado, como mi abuelo—dijo Kibum.

—No soy la persona más blanda, pero se recompensar justamente, honey, pero basta de hablar de mí, ahora sería bueno saber más de ti. —Dijo Minho mientras se servía mas comida. —Por lo que sé estudiaste en colegios extranjeros.

—si así es. —Contesto Kibum, era verdad que había estudiado en el extranjero con una beca que se había ganado, pero por la muerte de su padre y la enfermedad de su madre al terminar regreso a corea sin tener la oportunidad de trabajar en ello. — Y me gustaba mucho. Tome clases de música y también de pintura.

— ¿sabes tocar el piano? —pregunto Minho.

Kibum asintió mientras dejaba los cubiertos en la mesa terminando de comer. Y Minho lo imito.

—En ese caso vamos—Minho se levanto y lo tomó de la mano guiándolo al interior de la casa. Kibum había sentido un calor recorrerle al sentir la mano de Minho sujetándolo mientras caminaban en silencio llegando hasta un hermoso piano blanco que estaba en una pieza enorme, miro el piano maravillado y se acerco lentamente para pasar suavemente los dedos sobre él.

—Quiero que toques para mi Kibum—él se giro y sus miradas se encontraron, haciendo a Kibum olvidarse del piano y sintiendo que el deseo lo envolvía.

Minho lo miro profundamente y asintió como si comprendiera lo que estaba pensando haciéndolo avergonzarse por su evidente estado.

—Estaremos juntos más tarde honey, ahora quiero que toques para mí.

Kibum desvió la mirada y trato de apartar el deseo y amor que sentía en ese momento para concentrarse en tocar, había decidido tocar una melodía de su propia composición, el salón fue inundada por la suave melodía relajando el ambiente y haciéndolo olvidarse de su alrededor cerrando sus ojos, sus dedos recorrieron el teclado hasta la última nota  para después dejarse caer sobre su regazo.

Un silencio se adueño de la casa por unos segundos, y que se rompió cuando la voz se Minho se dejo escuchar.

—Ha sido hermoso, no sabía que tocabas tan bien—lo felicito Minho.

—Gracias—Dijo sintiéndose contento de que a Minho le haya gustado.

—Tú abuelo Nunca me dijo sobre tu gran talento—comento Minho.

Kibum se tenso y el resentimiento hacia su “abuelo” se hizo presente de nuevo.

—No creo que mi abuelo este interesado en la música.

—Tocas muy bien —dijo Minho mientras lo tomaba de las manos poniéndolo de pie, pará luego colocarlas en su rostro. —eres apasionado y sensible Kibum, además de hermoso.

Kibum miraba fijamente aquellos ojos profundos negros, sintiendo su corazón acelerarse y sus mejillas acalorarse, ya no podía negarlo se había enamorado de Minho.

—Y me fascina cuando te sonrojas—Murmuro Choi cerca de sus labios para luego besarlo.

Minho tomó su nuca y sus rostros se ladearon para hacer más profundo el beso. Kibum respondió como pudo sintiendo su cabeza dar vueltas cuando Minho mordió su labio inferior  antes de separarse para poder respirar, trago saliva y suspiro como pudo antes de volver nuevamente a sentir los labios de Minho sobre los suyos. Sentir las caderas del alto chocar levemente con las suyas causaron que el nerviosismo y la excitación se apoderaran de él.

—Te deseo—susurro Minho sobre sus labios, Kibum sonrió. Minho por su parte estaba confundido, jamás nadie le había atraído de tal forma, al punto que debía de controlarse, tenía tantas ganas de hacerle muchas cosas a Kibum, pero no quería hacerle daño.

Kibum bajo la mirada avergonzado, por las palabras de Minho y su cuerpo se estremeció cuando sintió las manos de su esposo colarse bajo su camisa,  Minho tomo su rostro y lo levanto para chocar sus bocas de manera más pasional y él se dejo llevar, fue un beso que lo excito de la cabeza a los pies y llevo sus manos al cuello de Minho para apretarse contra él soltando su primer gemido. Minho susurro algo que no alcanzo a escuchar antes de levantarlo en brazos haciéndolo enredar sus largas piernas en sus caderas. Minho camino con Kibum en brazos por los pasillos para llevarlo a la habitación, aunque con un poco de dificultad pues no habían dejado de devorar sus bocas, no se molesto por cerrar la puerta pues eran los únicos que se encontraban ahí, coloco a Kibum en medio de la cama, mientras ambos ya respiraban jadeantes.

La luz de la luna se colaba por la gran ventana de la habitación, permitiéndoles verse. Subió a la cama y volvió a besarlo.

—ah…Minho—Kibum gimió y apretó sus labios cuando sintió la boca de Minho es su cuello, haciendo pequeñas succiones. Sus manos se movieron y acariciaron la espalda de Minho, delineándolos mientras el placer le nublaba la razón mientras el alto lo acariciaba.

Kibum sentía su cuerpo caliente al ser tocado por Minho, cada vez le era más difícil respirar y los besos largos que Minho le daba no ayudaban a recuperar el oxigeno.

Minho sintió los labios de Kibum abandonar su boca mientras descendían por debajo de su mandíbula y su cuello haciéndolo estremecer. Sus respiraciones eran agitadas pero se tocaban con tranquilidad, hasta que Minho embistió a Kibum mandándoles una carga de pasión que les llego hasta sus miembros.

El alto se levanto y quedo sentado en la cama mientras jalaba a Kibum para dejarlo a horcajadas sobre él y pasar sus brazos por la pequeña cintura y apretarlo contra su cuerpo.

Kibum gimió cuando sintió el algo duro chocar contra su trasero al sentarse sobre Minho, y sentir su propio miembro ya excitado ser apretado entre sus cuerpos.

—Nunca me cansare de ti Kibum—gimió Minho en su oído mientras enterraba el rostro en su cuello dando lamidas y succiones.

—mmm…Min..ho— Kibum sintió las manos de Minho abandonar su cintura y situarse en sus nalgas para apretarlas de manera sensual.

Minho sentía su entrepierna endurecerse por todo, y los gemidos de Kibum solo lograban excitarlo más, habían comenzado un vaivén que friccionaba sus cuerpos y erecciones mandándoles placer nublándoles la vista.

Kibum jadeo cuando Minho presiono uno de sus pezones aun sobre la ropa—ah…Minho.

Minho se separo de Kibum retirándolo de su regazo para quitar las colchas y las almohadas para recostarlo, Kibum se dejo recostar mientras tomaba a Minho  de la nuca y lo besaba sintiendo sus lenguas enredarse.

Kibum sintió como Minho retiraba sus pantalones ocasionando que diera un respingo al sentir las calientes manos rozar y tocarle los muslos. Minho lo volvió a sentar solo para sacarle la camisa y dejarlo únicamente en bóxer, beso a Kibum mientras dejaba besos y marcas comenzando a descender al bulto que se dejaba ver bajo aquellos bóxers.

Kibum sentía su cuerpo temblar y gimió cuando sintió a Minho acariciar su miembro y succionar en su cadera.

El alto quito su ultima prenda dejándolo completamente desnudo, avergonzando,Kibum fijo su vista en Minho y lo miro relamiéndose los labios mientras lo observaba con los ojos inundados de pasión, retirando toda su ropa para quedar desnudo igualmente.

—Hermoso—dijo Minho mientras se acercaba y lo besaba con ansias y pasión, Minho beso aquel exquisito pecho desnudo y atrapo un pezón en su boca, haciendo que Kibum gimiera más fuerte y enterrara las manos en su cabello.

—Minho…Ah—Kibum estaba completamente consumido en el placer se sentía húmedo y sentía su entrepierna palpitar.

—Ningún otro hombre me ha excitado tanto como tu honey—dijo Minho mientras acariciaba las piernas y el cuerpo de Kibum. —es tan difícil controlarse.

—no lo hagas Minho—Kibum lo miro fijamente con su respiración acelerada. –no te contengas…-

—No quiero hacerte daño—Minho lo miro con deseo pero a la vez con preocupación.

—Por favor Minho… ya no aguanto más—dijo Kibum con deseo.

Minho miro a su esposo y verlo excitado con el cabello pegado a su rostro por el sudor que perlaba su cuerpo, los labios hinchados a causa de sus besos y la respiración entrecortada, lo hicieron gruñir y sabia que tampoco el aguantaría mucho.

Tomo las piernas de Kibum y bajo su cabeza hasta llegar al trasero del rubio, y ubicar aquel estrecho pasaje que lo había llevado al paraíso en 2 ocasiones.

—¡oh Dios! Minho—grito Kibum cuando sintió la lengua de Minho penetrar su pasaje, apretó las sabanas con toda sus fuerzas, arqueando su espalda y sintiendo su miembro vibrar.

—Delicioso—jadeaba Minho mientras su lengua se abría paso en la entrada de Kibum.

—Pa..,para… Ahh Minho, basta… ahh—Kibum se retorcía  en la cama mientras buscaba algo para sostenerse, logro alcanzar una almohada y la presiono contra su rostro mientras ahogaba gemidos de placer.

Minho retiro su lengua sintiéndolo lo suficientemente lubricado, y miro a Kibum  viéndolo apretar la almohada y la retiro — aférrate a mi honey— dijo mientras tomaba los brazos de Kibum y los llevaba a su propio cuello para que se abrazara a él. Acorto la distancia y lo beso de forma hambrienta mientras se posicionaba entre sus piernas.

—Mírame Kibum—dijo Minho al separarse para recobrar el aliento —¿Estás listo? — pregunto mientras lo veía fijamente bajando su mano para tomar su miembro y perfilarlo en el pasaje de Kibum.

—Si Minho—suspiro Kibum sintiéndose cerca del orgasmo.

Ambos gimieron cuando Minho se adentro lentamente en Kibum, y este araño la espalda de choi cuando sintió sus paredes internas abrirle paso al miembro del alto.

—Ah…Minho—

—Ah…honey, eres tan estrecho—

Respiraciones irregulares, gemidos y jadeos inundaban la habitación.

Kibum sintiendo algo caliente adentrándose en el con cada empuje ocasionado por Minho. Choi aferrándose a las caderas del rubio enterrando el rostro en el cuello blanco y delicioso, besándolo por momentos y embistiendo contra el delgado cuerpo, creando un vaivén desesperado y placentero. Llevando las piernas de Kibum a sus hombros para adentrase mucho más en el cuerpo bajo el suyo.

Kibum se arqueo mordiendo sus labios y gimiendo cuando las embestidas de Minho se hicieron salvajes sintiendo un placer recorrerle el cuerpo y viajar directamente a su ingle haciendo lo gritar.

—¡Ah, dios Min… voy a…—

—¡Kibum!..ahhhhhhh—

Ninguno de los dos  termino su frase cuando el rubio mancho su propio vientre y parte del de Minho, llegando al orgasmo mientras sentía algo caliente llenarlo por completo. Minho había llegado al clímax llenando a Kibum de su esencia y desplomándose en la cama aun unido a él.

—Eso fue maravilloso—Minho beso a su esposo aun con la respiración agitaba y el cuerpo temblándole por el orgasmo.

Kibum devolvió el beso sintiendo a Minho salir lentamente de su interior, haciéndolo jadear un poco. Regulo su respiración y cerró los ojos esperando el momento en que Minho lo dejara como en las otras ocasiones. Para su sorpresa el alto rodo con él en la cama y lo estrecho entre sus brazos y apartando su cabello revuelto de su rostro mientras le acariciaba las mejillas aun sonrosadas.

—Eres increíble. Podemos hacer que este matrimonio funcione Kibum, intentémoslo.

Kibum apretó los ojos y trago saliva.

— ¿Solo porque el sexo es bueno? ¿Y luego que, te volverás a ir como siempre lo haces? — dijo con tristeza e intento apartarse de Minho

—No Kibum—dijo Minho apretándolo más fuerte contra él—Esta vez no me iré, ni ahora ni después, vamos a estar juntos esta noche, ya no diré nada que te lastime y daré todo de mi parte para hacerte feliz y nuestro matrimonio funcione—Minho beso su frente mientras le sonreía.

—Quiero darle a nuestros hijos una familia feliz—Minho levanto su rostro y lo beso suavemente en los labios —Podemos ser felices Juntos Kibum.

Kibum sintió sus ojos arder y la amenaza de llenarse de lagrimas, se sentía culpable, se abrazo y apretó a Minho para que evitar su mirada.

Él nunca podría darle a Minho los hijos que tanto quería.

—Pero tú piensas que solo estoy interesado en tu dinero.

—Pero fuiste sincero con ello, y aprecio eso ahora. Olvidaremos eso y empezaremos de nuevo. Sin mentiras ni secretos. Quiero una familia Kibum y quiero que mis hijos y nosotros seamos felices.

Kibum sintió su corazón apretarse, y el miedo de que Minho descubriera  la venganza de su abuelo y que él no podría darle los hijos que tanto deseaba lo consumió.

Aunque si minho se enterase ¿tendría que saber que él lo había sabido siempre?...