El sol salía como siempre por el lado este dejando que los rayos del mismo se filtrasen por las miles de ventanas de las casas que había en esa enorme ciudad, dando aviso de que un nuevo día estaba comenzando, en algunos lugares la gente aun dormía por que se encontraban en la última semana de vacaciones de verano, disfrutando sus últimos momentos de descanso, muchos jóvenes deseaban que el inicio de curso no llegara jamás, mientras otros querían que el tiempo se diera prisa para poder encontrar nuevamente a sus amigos de aventuras escolares, pero había un chico nuevo en la ciudad. Un chico con cabello desaliñado y carente de brillo, con un aspecto escuálido y portador de unos lentes tan grandes que su rostro parecía muy pequeño a comparación.


Su nombre Kim Kibum, había llegado aquella ciudad por culpa del trabajo de su madre, había abandonado su escuela, a sus amigos o mejor dicho a su amiga y lo habían trepado a un avión para viajar desde lo comodidad de los Ángeles hasta Seúl pero no podía hacer nada su madre era la única familia que tenia, le había dado todo lo que su hijo necesitaba pero a cambio el tendría que seguirle a donde fuera, para que esto fuese posible, quedando viuda a temprana edad crio a su pequeño tratando de protegerlo de toda la maldad que pudiera existir en el mundo, si no fuera por esa madre tan sobreprotectora él tal vez antes hubiera conocido el dolor del corazón… aquel que solamente es causado cuando una persona se infiltra en el.


Eran las 6 de la mañana y el camión de mudanzas apenas estaba llegando aquella casa con jardín recién adquirida, bajo del asiento delantero del camión junto con su madre para empezar a descargar las cosas de este, cajas pequeñas lo que él pudiera llevar ya que su cuerpo no tenía mucha fuerza. Su aspecto dejaba mucho que desear con aquellos jeans desgastados y una sudadera en la cual podría dar dos veces, demasiado grande para él pero no le importaba de esa manera se sentía cómodo y como olvidar ese par de tenis que amaba con el alma tal vez no los únicos pero si los mas desgastados, en definitiva cualquiera que tuviese un pequeño sentido de la moda podría llamar a aquel chico un terrorista de la moda, poco le importaba su aspecto exterior, nunca pensó que fuera necesario.


- Kibum hijo trae esas cajas y ponlas en la cocina


- Ya voy madre…


- Kibum hijo agarra ese bote y llévalo al baño


- Si madre…


- Kibum hijo ayúdame a llevar esos libros al estudio


- En un momento madre…



Siempre hacia sin chistar cualquier cosa que su mamá le dijera tanto que cualquier madre envidiaría la obediencia de este, era un modelo de hijo para la señora Kim, nunca deseo que fuera de manera distinta, la vida de ella estaba completa. A pesar de que había perdido a la única persona que jamás amara, aun tenía a su dulce retoño, con ojos brillantes.


- Hay que ir a comprar algunas cosas al centro. Hijo anda a bañarte que saldremos en unas cuantas horas-ordeno mientras terminaba de colocar los platos en los estantes de la cocina.


Cogió una camiseta verde y otro par de jeans no muy diferentes de los que tenía puesto, para después meterse a duchar, al niño Kibum siempre le había gustado quedarse en el agua hasta quedar hecho pasa y ese día no fue la excepción.


Caminaban por el centro de aquella nueva ciudad, que sería su hogar durante los siguientes meses, años o mejor dicho hasta que su madre sea nuevamente reacomodada entonces volverían a abrir las cajas y empaquetar todo para llevárselo nuevamente hacia la “nueva aventura” que les esperara como decía su madre, pero por mientras tenían que conocer la ciudad y sus tiendas para poder ubicarse. Pasaron a comprar cosas para su cocina, comida tales cosas como el arroz, el frijol, pastas, etcétera.


Necesitaban estar preparados para la semana, sin embargo su madre poco pudo contenerse al ver las tiendas de diversas cosas como accesorios, ropas y zapatos, entonces se encaminaron hacia las tiendas de ropa donde su madre se paseaba en búsqueda de alguna nueva blusa mientras Kibum solo la perseguía con la mirada, se sorprendía de la manera en que su madre se emocionaba ante tales cosas, le compro ropa también a él pero sería ropa que terminaría en algún lugar del armario aun en sus bolsas de boutique, era un gasto que creía innecesario pero simplemente lo aceptaba para que su madre no se sienta rechazada.


No falto que fueran a la zapatería más cercana en la búsqueda del par que quede perfecto para el nuevo día de trabajo, su madre era experta en perder cosas y con cada mudanza Kibum podría jurar la cantidad perdida de zapatos era equivalente todo a lo que había en esa zapatería. Exagerado pensaran algunos pero solo lo dirían las personas que no saben la locura de su madre por los zapatos. Nunca se aburría al ir de compras disfrutaba visitar cada tienda pero había aprendido a no desear más de lo que necesita.


Terminado el exhaustivo recorrido por el centro de la ciudad y se fueron a una tienda de comida rápida para alimentar sus cansados y hambrientos cuerpos, eligieron una de las mesas que tenían sillones, pero cerca de aquellos lugares había un grupo de chicos que hacían demasiado ruido al parecer de Kibum.


- Nooo!- Grito un chico mientras las risas de burla se escuchaban por el lugar.


- Has perdido dale anda...- gritaba un chico mientras con la mano empujaba a otro


- No pero es que hicieron trampa…aun falta una semana- decía divertido este mientras ponía resistencia


- No hay pero que valga tienes que ir dale y pagas también nuestras ordenes-


- A ya bueno… - resignado el chico se fue hacia la caja, Kibum no pudo notar su rostro por que había volteado a ver a su madre que le estaba dando el dinero para ir por su orden, llego a la fila esperando a que esta avanzara, con solo dos personas delante de él


- El que sigue- se escucho la voz de la señorita cajera, el joven delante de él fue hacia ella.-


- ¿Le han dicho que tiene unos lindos ojos?- Kibum no podía creer lo que estaba escuchando, ¿acaso ese chico estaba coqueteando con la cajera?, la chica rio. Kibum no pudo más que bufar ante la reacción de esta alzo la vista y noto a una chica un poco más grande que el ruborizarse ante la plática del chico, antes de poder ver el rostro del chico la otra cajera ya había llamado al siguiente cliente por lo que volteo con rapidez su rostro y se dedico a pedir su orden.


- Una whooper junior, una whooper normal y dos refrescos medianos, por favor – pidió con educación, su orden fue recibida y le dieron aquel ticket para esperar su orden, fascinante fue para el que aun esperando su orden el otro chico aun seguía flirteando con la cajera hasta que esta fue reprendida y tomo su orden como debe ser, Kibum solamente se reía internamente sobre lo ocurrido que chica más tonta pensó. Recibió su orden y volvió a sus asientos cuidando que no se caiga sus refrescos miraba atentamente la bandeja, por lo que no vio el rostro del chico.


Terminaban de comer, mientras su madre le regañaba por haber pedido una de las hamburguesas más chicas mientras a ella le había dado la grande. No era su culpa nunca había sido un chico que comiera en grandes cantidades, el ruido de los chicos que jugaban y gritaban aun no cesaba, al regresar del baño se encontró con la sorpresa de que los chicos se habían ido gran alivio para el pero de que le servía si el también ya se iba a retirar, ayudo a su madre con las bolsas y justo cuando empujaba la puerta para salir alguien había jalado la misma puerta, fueron segundos o quizás menos que eso pero se encontró con unos grandes y redondos ojos color marrón frente a frente y un molestia se hizo presente en su pecho.


- Disculpa – hablo el joven que aun apurado entro al restauran de hamburguesas y Kibum no pudo más que acertar en mover la cabeza en afirmación.


- Vamos hijo- su madre le despertó del trance y siguió caminando.


Sus pasos siguieron a su mama hasta el regreso a su casa pero su mente se perdió en ese mismo instante. Durante la noche mientras luchaba por poder dormir porque tener un lugar nuevo en donde vivir siempre le sacaba de quicio, apretaba fuertemente los ojos y pudo escuchar la voz del joven. Se sobresalto al darse cuenta ¿por qué pasaba eso? La mañana llego y otro día se fue terminando de arreglar la casa poner las cosas en su lugar y luchando por que su madre no queme nada en la cocina, termino exhausto nuevamente y el poder dormir ese día fue aun más fácil, el siguiente día fue totalmente aburrido su madre se tuvo que ir a trabajar y él se quedo solo en casa, siendo nuevo en la ciudad no sabía qué hacer y tampoco tenía amigos con los que pasar el tiempo así que limpio todo lo posible el lugar y al terminar de desayunar se fue a su habitación a tocar un poco la guitarra hacia meses que quería escribir alguna melodía pero simplemente no tenía nada que le inspirase. Suspiro aun antes de empezar pensando que quizás ese día tampoco sería su día de inspiración pero aun así empezó a tocar cosas al azar, el recuerdo de una voz algo lejana y de aquellos ojos que ahora parecían tan irreales y sin darse cuenta ya había compuesto una canción completa.



Durante la noche con más alegría preparo la cena para la llegada de su mamá y al llegar cenaron para dar paso al pequeño show que había preparado. Con la presencia de su mamá en la sala toco su nueva canción con alegría y emoción, a lo cual recibió una gran ovación en pie de su ferviente público.


Así fueron los primeros días de Kibum en su nueva ciudad por explorar… una nueva aventura en su vida.

Se dirigía al baño de hombres se había tomado más de 2 botellas de refresco y habían hecho efecto, caminaba casi con brinquitos demostrando su poco aguante que le quedaba, entro al baño y al terminar se fue hasta los lavabos para desinfectar sus manos cuando una sombra paso por la parte trasera.

- Esa que se cree- murmuraba para sí mismo, sin percatarse de que no se encontraba solo directo hasta el otro extremo del los lavabos, alzo la vista miro su rostro reflejado en el espejo– solo porque parece una Barbie… – y entonces se le encendió el foco- la Barbie – realmente le causaba gracia ver como aquel chico murmuraba ignorando su presencia, volteo y lo miro de perfil, nada en especial eso no había nada en especial en ese chico, pero le daba mucha risa su manera de comportarse, termino de lavar sus manos sacudió el resto de liquido de ellas y salió mientras aquel chico seguía hablando consigo mismo…pudo ver que otros dos chicos entraban al baño a su salida.

- Hola Jonghyun – saludo uno serio, mientras que su compañero solo hacia un ligero saludo con la cabeza, les tomo poca importancia haciendo un ademan con su mano y yéndose por las escaleras hasta la azotea, sabía que pronto se daría cuenta de su ausencia Minho así que por lo menos haría que se esfuerce buscándolo.

Mientras caminaba con sigilo puso ambas manos en los bolsillos, volteo por ambas partes del pasillo, comprobando que nadie lo veía y subió por las escaleras con una sonrisa de quien hace una travesura.

- ¡Jonghyun!- apenas había abierto la puerta que daba a la azotea y ya le hablaban. Maldijo mentalmente.- sabia que vendrías por aquí.- ignoro su presencia y se fue hacia la parte trasera de una caseta que había ahí buscando sombra para poder dormir.-

- Vete estoy ocupado- le soltó con el peor de los humores, una fuerte risa se escucho, Jonghyun volteo con una ceja levantaba confundido por la reacción de Joon.

- Perdona.- carraspeo, al darse cuenta de que no bromeaba, su mirada le había advertido-

- ¿Qué haces acá?- retomo su andar hacia el lugar de su descanso, escuchando las pisadas del otro al seguirle.-

- ¿Tan pronto ya te aburriste?, apenas estamos empezando el ciclo escolar- sonrío

- Que esperabas, nunca hay nada interesante.- lanzo un gran bostezo al aire, dándole entender que hasta esa conversación se le estaba haciendo aburrida.

- Pero si lo bueno apenas está por comenzar.-el chico se sentó a lado del cuerpo de Jonghyun, el cual ya estaba acostado y con las manos en la nuca.

- Joon ¿de qué hablas?, balbuceas y no entiendo nada- estaba llegando a lo último de su paciencia.

- Falta tu parte del juego Jjong- el aludido abrió los ojos y volteo a ver a su compañero que tenía una sonrisa de oreja a oreja.- ¿por qué lo harás no?

- Mmh –miro hacia el cielo el cual empezaba a acumular nubes, el otro no espero la respuesta ya que sabía que Jonghyun cumpliría-

- Los chicos y yo estamos en búsqueda- se levanto sacudiendo sus pantalones y Jonghyun no dijo palabra alguna, solamente se recostó de lado ignorando al otro chico y cerro sus ojos nuevamente para descansar.




El ponerse de nuevo lo lentes causo que tuviera su visión perfecta nuevamente, pero aun así se quedo totalmente quieto; se estaba recuperando de la sorpresa de encontrarse de nuevo con los ojos que hacía semanas le trajeron inspiración.

- El chico rana- susurro para sí recordado el nombre de la canción que hizo antes del comienzo del curso escolar.

- ¿Disculpa? – su ojos se entrecerraron en busca de respuestas.

- No nada, solo recordé algo- sonrío inocentemente, no revelaría algo tan tonto como eso.

- Bueno, chico raro ¿Por qué se encontraba llorando en este cubículo?-

Kibum lo recordó, le habían agarrado de sorpresa le aventaron hacia la pared haciendo que sus lentes cayeran y su cuerpo resbalara por esta, pateando con fuerza su estomago durante dos veces, al parecer eran defensores de la chica Barbie pues le advirtieron que tenga mucho cuidado con lo que hace porque para la próxima no serian tan blandos con él y entonces lo encerraron en el cubículo, Kibum no cabía en su desesperación y le dolía el cuerpo horrores pasando a las lagrimas se había encogido y escondido entre sus piernas, pero no le diría eso a nadie. Tenía miedo de lo que pudiera pasar así que camino hasta los lavabos, para desinfectar sus manos.

- No soy chico raro, Me llamo Kibum- seco sus manos con una toallita de papel y se la tendió en señal de amistad, el otro chico sonrío pues se alegraba de que ya no esté llorando.

- Choi Minho-le respondió el saludo, los ojos de Kibum se agrandaron al escuchar el nombre.

- ¿Tú eres Choi Minho?-se le hacía tonto como no lo había reconocido, aunque realmente solo lo había visto un par de veces y siempre de espaldas, el más alto rio ante la exagerada reacción de Kibum.

- Acaso también eres parte de mi club de fans- bromeo

- Y-yo… no- se apresuro a añadir mientras negaba fervientemente agitaba la cabeza, causando una gran carcajada en el mas alto.


“se ve lindo cuando ríe” ese fue el pensamiento que cruzo por la mente de Kibum durante esa fracción de segundos en el que la risa de Minho duro, pero enseguida se deshizo de aquel enfermo pensamiento, sonrío tímidamente.


- Estamos en el mismo salón – logro por fin decir algo coherente.

- ¿en serio?, ¿cómo es que no te había visto?...- pero no dejo que contestara después de todo el había faltado mucho a clase y los días que asistió nunca presto atención a sus compañeros.

Entre risas y platica, lograron hacer amistad rápidamente y Minho hasta olvido que buscaba a su amigo Jonghyun. Pero es que ellos tenían tanto en común.



Al día siguiente Kibum tenía las energías renovadas, tenía una felicidad misteriosa y llego a la escuela con más ganas, aun cuando seguía vivo el recuerdo de lo que le hicieron en los baños obviamente su cuerpo aun dolía pero tomo unas pastillas para disminuir ese dolor.

- ¡Kibum!-grito su amiga apenas paso por la puerta del aula, haciendo que este girara bruscamente su rostro.- ¿dónde te metiste ayer?

- Ah… ¿yo?-lo miraba con sospecha.- estuve… en la biblioteca, si la biblioteca- luna estaba a punto de replicar.

- Déjalo- la chica de coletas entro por la puerta para tomar asiento.- ni qué fueras su mama- le guiño a Kibum para demostrarle que estaba de su parte, Luna por su parte se mordió el labio y callo.





- ¿Planeas seguirme todo el día?- volteo el rostro para mirar a su amigo asentir con una sonrisa en el rostro, bufo- haz de estar muy aburrido- argumento.

- No tendría que hacerlo si asistieras a clase debidamente.- le devolvió la mirada acusándolo.

- Me canse – se defendió.

- No mientas ni asististe a la primera hora.- y el mayor de los dos se carcajeo – ¿qué dirá tu tío si se entera que su sobrino se salta las clases?- su vista volvió al frente con seriedad.

- Ese viejo… solo quiere controlar mi vida- odiaba seguir instrucciones en su vida, el nunca quiso entrar en el colegio que su tío era director, pero el señor insistió y lo inscribió. Haciendo que el odio por el creciera en aquel chico terco.

- Oye- interrumpió el silencio que se había formado al hablar de su tío- tengo que entrar a comprar unas cosas que necesitare, espérame- y enseguida entro a la papelería que pasaban, el mayor asintió y al ver a su amigo pasar por esa puerta de cristal sonrío abiertamente.- bueno ya estuvo, vamos Jjong…- su rostro adquirió cansancio- debí haber previsto esto – suspiro, su amigo Jonghyun no se encontraba en la puerta de la tienda donde le dijo que le esperara, Minho dudaba mucho de la edad que tenía el mayor ya que a veces sus acciones eran como las de un niño como ahora donde pensaba que lo más seguro era que Jonghyun arrancara a correr apenas y el cruzo la puerta de la papelería.





El viento empezaba a azotar fuertemente los ventanales de la escuela y el cielo empezaba a nublarse para amenazar de qué la lluvia caería en cualquier momento para mojar sus cuerpos desprevenidos.

Kibum maldecía el cambio radical del clima pero tenía que cruzar todo el colegio para poder llegar a ese gran edificio que tenían por biblioteca, y con paso apresurado rogando por que la lluvia no caiga en ese preciso instante llego hasta las grandes puertas de roble cruzándolas y encontrando un ambiente totalmente distinto como si fuera un mundo nuevo; quedo admirando el lugar, una alfombra color vino se encontraba cubriendo todo el piso de la biblioteca grandes estantes repletos de libros subían y se esparcían de manera ordenada por el lugar camino sigilosamente hasta el lado derecho donde se encontraban los ordenadores de búsqueda, tenía que encontrar el libro leerlo y hacer un ensayo acerca de este, ingreso el nombre del libro y el autor en los lugares correspondientes, haciendo que este le mandara los resultados de su búsqueda anoto el numero de estante y el código del libro.


Al recorrer la biblioteca seguía sin encontrar el estante del dichoso libro empezaba a pensar que era tan tonto que no había apuntado bien. Con algo de pena se acerco al chico que estaba detrás del escritorio, tan serio y con los ojos clavados en el libro que leía no se percataba de la presencia del menor.

- Disculpe.- dijo tan quedito que no lo escucharon, con mas nervios alzo un poco más la voz- esto… disculpa- y aquellos ojos abandonaron el libro que leía con total concentración.

- ¿Sí?- sorprendente fue el cambio la sonrisa de ese chico hizo que se iluminara el lugar, era tan hermosa.

- Es-esto…- no supo que palabras emplear así que solo atino a mostrar el papelito donde había apuntado, el chico leyó con interés, y le volvió a sonreír.

- Haz de ser de primero ¿no?, cuando vienen la primera vez siempre se pierden.-

- No – se ruborizo- soy de segundo pero soy nuevo en el colegio –

- Ah- el mayor asintió – mira al final de este pasillo hay otra puerta que te dará con unas escaleras- Kibum reflejaba la confusión en su rostro- hay segunda planta – le sonrío.

- ¿De verdad?- sus ojos parecieron iluminarse más, resultaba algo fascinante para Kibum nunca había visto una biblioteca tan hermosa, ver la inocente reacción del menor le alegro a Onew de alguna manera le caía bien el chico de gafas.- gracias – dijo antes de dirigirse donde le habían dicho.


Camino de nuevo por aquel pasillo encontrándose con otra puerta, la abrió y pudo ver las escaleras, subió por ellas a paso lento asombrándose de lo grande que era aquella biblioteca, acaricio las paredes frías con la yema de sus dedos hasta llegar a la segunda planta esta tenia igual grandes ventanales pero era mucho más acogedora que la parte de abajo ya que era más solitaria, localizo con facilidad el estante y agarro uno de los 6 ejemplares iguales que había en el.


Se fue a sentar a una de las mesitas alado de la ventana para empezar con su lectura, no más había abierto el libro llegando al índice cuando escucho algo caer haciendo que su cabeza girara con brusquedad. Se levanto buscando la procedencia de aquel ruido y al asomarse a uno de los estantes pudo encontrar a alguien acostado en uno de los muebles que había en la pequeña sala, por alguna fuerza magnética desconocida fue acercándose.

Con pasos lentos aun más lentos de lo usual, sintiendo su corazón acelerar su bombeo. A centímetros del cuerpo inconsciente vio una revista sobre motos tirada alado de aquel mueble, eso debió causar el ruido al caer; se agacho a recogerla para asentarla en la mesita pero su rostro quedo a una distancia casi inexistente. Se quedo contemplando la fina línea de sus ojos, las pestañas espesas y negras, el rostro libre de imperfecciones como la de la mayoría de esta escuela pero más hermoso. Se sintió intimidado ante el atractivo de ese chico, quiso tocar el fino rostro con sus delgadas manos y apenas rozando su piel el chico sonrío en sueños, su respiración le fallo, ante tal acción… un teléfono empezó a sonar con insistencia y Kibum corrió a esconderse.



Jonghyun se quejo con su teléfono por ser tan molestoso, reviso el mensaje recién llegado y enseguida sus ojos se abrieron de par en par. Marcando con rapidez el número de quien había enviado el mensaje, agarro su mochila y salió rápidamente de aquel lugar.

- ¿¡Estas idiota!?- Escucho la puerta azotarse, y Kibum se hallaba sentado en un lado con la mano en el corazón, porque su idiota corazón fallaba horriblemente...