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Él/la (One-Shot) (2min)
Titulo: Él/la
Autor: HyuKii
Género: Romance, drama, lemon.
Pareja: 2min, leve Jongkey.
Notas: Holi, pues les contaré
No sabía cómo ese chico, vestido de chica, había llegado a ser su novio/a. Bueno, si sabía ¿Cómo no saberlo? Pero nunca se imaginó que terminaría con él.
Él estaba enamorado de su mejor amigo KiBum, pero éste estaba perdidamente enamorado de JongHyun, un chico que quién sabe dónde fue a sacar, y que de pronto comenzó a asistir a su misma escuela.
KiBum estaba al tanto de los sentimientos de su amigo hacia él, pero él no quería, ni se le hacía justo para ambos comenzar una relación de la cual a la larga ninguno de los dos sería feliz. Por eso no hizo mucho drama para comenzar a salir con JongHyun.
— MinHo ¿En qué piensas? — Llamó su novio pasando sus brazos por su cuello colgándosele. Estaban de compras.
— Recuerdo. — Le besó y siguieron paseando en las tiendas.
MinHo no decía nada sobre la relación de su amigo con otro chico. Sentía que le quería tanto, que no le importaba si era feliz con otra persona. Aunque eso no quitaba que se sintiera destrozado por dentro; podía mostrarles una gran sonrisa para saludarlos y hablar con ellos, pero en el fondo se sentía fatal. "Sí él tiene novio, ¿Por qué yo no?" Fue un pensamiento tonto que le cruzó por la cabeza descartándola rápidamente. No estaría con nadie por despecho. Lástima que algo relacionado estaba en su futuro.
Un día, había llegado tarde a su casa por quedarse en la escuela a terminar un trabajo. Cuando abrió la puerta fue sorprendido por unos brazos delgados que le rodearon el cuello para ser abrazado, un cuerpo delgado se posó sobre el suyo casi tirándolo de no ser por sus buenos reflejos.
— Oppa, qué bueno que llegas. — Saludó muy alegre la chica. Su voz sonaba algo rara. Pero más raro es que ella estuviera en su casa, le diera un abrazo y le diera la bienvenida muy así. Ni siquiera la conocía.
— Hijo, ¿Recuerdas a Tae...?
— TaeYeon. — Terminó ella. Según él, no la conocía, pero su madre sí. Lo más seguro es que la olvidó.
— No. — TaeYeon bajó la mirada decepcionada.
— No te preocupes oppa, me recordarás. — Dijo animada mientras le guiñaba el ojo. Pobre, si supiera que era gay.
Cenaron con ella. Sus padres platicaban muy amenamente con la chica. Pero él no la recordaba. Trataba pero nada. Aunque, bueno, su rostro si le sonaba de un lado. En la noche ella se fue. Pensó y esperaba no volver a verla. ¡Oh sorpresa!
Poco a poco MinHo se iba alejando de su amigo, no era muy intencional, ni le era fácil. Ni mucho menos era fácil verle abrazado a cada rato del chico de baja estatura que se lo había ganado. Su alejamiento le había molestado a KiBum, quien no quería perder su amistad, e iba a hablar con él. Le había estado evitando, así que en la escuela no era muy favorable. Iría a su casa donde no tendría escapatoria.
Llegó antes que su amigo, le abrió su madre recibiéndolo gustosa y permitiéndole pasar a su cuarto. Ahí le esperó hasta que llegó. MinHo se sorprendió de verle ahí.
— Choi MinHo, debemos hablar. — El mencionado sudó la gota gorda. No quería estar ahí. Mentalmente estaba matando a su madre por dejarlo pasar y no avisarle de ello.
— Ammm... Ahorita no...
— ¿Qué se supone debes hacer? ¿Eh? Me has estado evitando todo este tiempo. Dame una explicación. - Y ahora ¿Qué decía? ¿Qué inventaba?
— Es que yo... tengo... tengo... — Su amigo le esperaba impaciente.
— ¡MinHo-oppa! — Llegó gritando la chica extraña del otro día, parándose en el marco de la puerta. — ¿Quién es él? ¿Oppa? — Preguntó celosa mirando al chico de pies a cabeza.
— K-Key. — El foco se le prendió. — Key, ella es TaeYeon, mi novia. — Señaló a la chica, esperaba ella no le delatara y le perdonara después, pero ella seguía mirando a su amigo frunciendo un poco el ceño. — TaeYeon, él es KiBum, mi mejor amigo. — De momento ella sonrió. Buena señal para MinHo. — Yo iba a acompañarla a comprar. Por ella es que he estado ocupado, no porque te haya estado evitando. — Rió nervioso. — ¿Cómo se te puede ocurrir?
— Mucho gusto. Me alegra por fin conocerte. — La chica estiró la mano esperando la tomará, cosa que nunca hizo. El chico pasó de largo para retirarse. Era claro que no se la tragaba. ¿Una novia? Por favor, sabía perfectamente de las preferencias sexualidad de su amigo, ahora salía con que tenía una novia. Si, como no.
Una vez le escuchó cerrar la puerta de entrada suspiró aliviado, volteó hacia la chica para darle las gracias por seguirle la corriente.
— Gra... — Quedándose la palabra a medias cuando ella le besó. Le sorprendió tanto que lo dejó con los ojos muy abiertos, no sabía por qué, pero de a poco los fue cerrando.
La chica le comía la boca, literal. Abría y cerraba su boca sobe sus labios succionándolos. Pasó sus delgadas manos tras su cuello para profundizar más el beso. Sentía como saliva escurría por la comisura de sus labios y otra poca era lamida por ella. Pasado un tiempo se separaron por un poco de aire. Por un impulso la tomó con una mano de la barbilla para volver a juntar sus labios y con la otra la tomó por la cintura pegándolo a él. Ella pasó sus brazos detrás de su cuello pegándolo aun más. La chica comenzó a dar golpecitos en sus labios, dándole a entender que quería algo, él abrió más su boca sacando su lengua juntándola con la de ella. Se sentía algo rasposa, pero tan agradable y excitante, que comenzó a sentir algo ahí abajo. De pronto, ella se separó, dejándolo con la lengua de fuera y saliva escurriendo por sus labios.
Nunca había besado a alguien así. No esperaba besar así a una chica. Ella sonrió al notar un pequeño bulto creciente en él.
— Estas contento, por mí, — Sonrió con triunfo. Había sentido algo sobre su falda. — Me haré cargo en la noche. Novio. — Rió malvada, le soltó y se marchó. MinHo se miró ahí. Rayos, no tenía ganas de hacerlo manual, optó por darse una ducha fría. Repitiendo las últimas palabras de TaeYeon. ¿Y ahora qué haría para decirle que era gay y no la lastimarla? Rayos, y lo seguía poniendo duro.
En la cena ella estuvo presente de nuevo, él en silencio mientras ella platicaba alegremente con sus padres. De vez en cuando le miraba con una sonrisa pícara. Hasta en una ocasión le guiñó el ojo, haciéndole recordar lo que le había dicho que haría en la noche. ¿Cómo lo haría si se tenía que ir? Pues no, ella se quedaría pero sus padres no. ¿Una niñera a su edad? ¡Va! Se sintió tonto. Y Se sintió aún más tonto al quedarse despierto hasta la madrugada esperando a que ella visitará su cuarto para cumplir lo que le dijo. Y nunca llegó.
A eso de las 4:00 a.m. se cansó de esperar, el sueño estaba a más no poder sobre su cuerpo, pero aun así no podía dormir. ¡Rayos! Tuvo que pasarse como un Zombi a la cocina por un vaso de leche. No comprendía como no podía dormir si sus ojos estaban más cerrados que nada. Tanto así, que del escurridor donde estaban los vasos y platos de la cena, se atoró y calló con él al suelo haciendo un gran ruido de platos y vasos quebrándose. "Poca suerte" Se dijo.
— ¿Qué pasa? — Desde abajo escuchó a TaeYeon llegar, volteó pero solo vio a un Chico, uno muy lindo en pijama azul cielo, se veía sabe y calientita. ¿Pero quién rayos era y por qué estaba ahí y no TaeYeon?
— Es claro que no me recuerda, señora Choi.
— Tae, te he dicho que no me llames así.
— Lo siento.
No sabía qué hablaban el chico y su madre, más que no saber, no entendía. Al parecer su madre le conocía. Después de que se cayera, el chico he ayudó a levantar las cosas, estaba tan cansado que lo dejó pasar, pero a la mañana le haría un interrogatorio. Se levantó muy tarde, siendo de esperarse por lo tarde que había podido dormir. Cuando llegó a la cocina, ese mismo chico estaba muy cómodo hablando con su madre, hasta ese momento.
— MinHo. — Parecía que por fin se acordaron de su presencia. — Él es Lee TaeMin, eran amigos cuando tenías 7 años. — Su madre recargó sus codos en la mesa y poniendo su barbilla en sus manos figuró recordar con una sonrisa. — Tú decías que TaeMin era tu novia y que cuando fueran grandes se casaría.
— ¡Mamá! — ¿Cómo se le ocurría decir eso en frente de aquel chico? Aunque, no negaría que sin su disfraz de mujer, era demasiado atractivo; su piel era de por si blanca, su cabello era castaño, no sabía por qué se lo cubría con una peluca negra si lo tenía bonito. El otro río divertido.
— Yo si lo recuerdo. — MinHo quedó boquiabierto. Qué pena estaba pasando.
A KiBum no le convencía eso de la novia. No estaba celoso, claro que no. Sino que conocía a su amigo, sabía que mentía y a la larga se haría daño, y no sólo a él, sino también a la chica con que supuestamente estaba saliendo.
Pasó algo de tiempo y él, o la chica no se iba de su casa. Iba a una escuela diferente, al parecer era menor que él. Iba a su cuarto, platicaba un rato. Se le hacia algo incómodo verlo como chica, prefería verlo de chico. No porque le empezará a gustar. El único momento en que le veía como chico eran los fines de semana, en las noches y en las mañanas antes de ir a la escuela.
En ocasiones que platicaban le daban unas ganas de volver a besar esos labios carnosos, volver a sentir lo suaves que eran. Y más que nada, habían veces que quería se acordará de lo que le había dicho la primera vez que se besaron. Dándose golpes mentales se deshacía de ese deseo.
Su madre siempre iba por el menor a su escuela, a excepción de una vez que tenía otra cosa que hacer. Le pidió que fuera por él, siendo una perfecta excusa para no ir con KiBum y JongHyun a festejar su año de novios. KiBum se molestó demasiado. Ese día la pasó muy divertido jugando por el camino, parecían niños pequeños comiendo helado y robándose de éste entre ellos. Desde ahí, se le hizo costumbre ir a recogerle a su escuela. Siendo también molestia para su amigo. Seguía sin tragarse que fuera su novia.
Sólo una vez se le pasó ir por él, una chica nuevo se le había pegado, le había hecho que la llevará a su casa y no le dejó en paz. Estaban en la sala platicando, MinHo ya estaba chocado cuando alguien abrió la puerta y la cerró con fuerza. Ambos volvieron la vista encontrándose con TaeYeon enojada. ¡Rayos! Había olvidado pedirle a su madre que fuera en su lugar. Era viernes, ella salía 12:30 y eran las 4 en punto. Le había estado esperando. Entendía su enojo. Esperaba le perdonará. Comenzaba a encariñarse... o algo más.
La chica se fue ya oscurecido. Y TaeMin no había bajado para nada de su cuarto. Enojadísimo que debía de estar. Cansado de la chica subió a su cuarto. Entró sin prender a luz pues tenía pensado botarse en su cama y dormir tal cual. Cambiando un poco sus planes al cerrarla puerta.
Unos brazos le rodearon y unos labios atacaron los suyos. Cielos, desde cuándo que quería volver a probarlos. TaeMin le besaba con furia, abría y cerraba su boca succionando sus labios. Sus lenguas se encontraban con fuerza, como viendo quién era más fuerte. MinHo le tomó con fuerza de la cintura.
— ¿Me dejaste olvidado por ella? — Fue lo primero que le dijo en cuanto se separaron y recuperaron el aire. Habían recargado frente con frente, MinHo agachándose un poco por la diferencia de estatura. Su voz había sido con tristeza y reproche.
— No fue mi intención. — Sintió la necesidad de explicarse. — Hoy llegó de nueva y se me pegó. Te juro que ya me tenía arto desde que salimos de la escuela. — Pero ¿Por qué lo hacía? Sintió un pequeño soplido, TaeMin había sonreído feliz.
MinHo volvió a juntar sus labios suavemente, eran exquisitos los labios del menor; eran esponjosos suaves y ricos. Comenzaron primero lento, disfrutándose. MinHo sentía algo extraño en su estómago. Algo que nunca había sentido. Ni siquiera por su amigo. Algo que de vez en cuando se siente cuando estas nervioso.
Ambos aumentaron la intensidad del beso hasta volver a como estaban en un principio. El mayor se sobresaltó al sentir esa parte suya ser frotada. TaeMin había bajado una mano hacia su entre pierna. Había supuesto era grande por la primera vez que le sintió sobre su falda. Pero ahora que le tocaba, seguía impresionándose de lo grande que era. Sobre su pantalón subió y bajó su mano a lo largo del miembro del alto.
— Te debo una. — Le dijo con la voz ronca. Sin decir o esperarse más lo empujó hacia su cama Sentándolo con las piernas abiertas. Apenas y podía ver por la luz de luna que emanaba de la ventana. Lo suficientemente para ver cómo se arrodillada entre ellas.
Con su mano seguía masajeando aquella parte, mirando concentrado. Alzó la cabeza para mirarle, sonriéndole travieso bajó la cremallera de sus jeans para seguido bajar su bóxer y dejar libre su pene que ya comenzaba a doler.
Con una mano continuo subiendo y bajando por lo largo, sentía que eso estaba muy caliente, y seguía poniéndose duro. Era la primera vez que hacía eso y se sentía nervioso. Pero quería hacerlo. El menor miraba y miraba el pene del mayor, quien comenzaba a desesperarse por sus movimientos lentos. Con duda TaeMin sacó la punta de su lengua para tocar la sima caliente del pene. Poco a poco comenzó a dar lamidas a todo el tronco, quitándose un poco la pena comenzó a la merlo más rápido. Los gemidos roncos del mayor comenzaron a escucharse en su cuarto. Esperaba sus padres no lograrán escucharlo.
Sosteniéndole con las dos manos, de una sola el castaño engulló todo el miembro queriendo mantenerlo desde dentro de su boca mientras estrujaba a sus testículos con las manos. Metía y sacaba el miembro de su boca, primero lento hasta hacerlo rápido. MinHo se recargaba de sus manos hacia atrás. Sentía tan bien la lengua del menor ahí. Sentía que no faltaba mucho para correrse. Sabiendo lo mismo el menor comenzó a apretar más sus labios y a succiona más fuerte al igual que a aumentar la velocidad en que metía y sacaba aquello.
— ¡Ah! — MinHo se dejó corrido en la boca del menor. Éste se levantó aun con el semen en su boca y parte de sus labios. No sabía qué hacer con él, sí que se lo Tragó.
Ambos respiraban agitados. A MinHo se le hizo tan terno o no sé qué el verle de ese modo. Apenas se fijaba que estaba ya en su pijama, ahora uno rosa. ¿Cuántos más tendría y de qué otros colores? Veía cómo subía y bajaba su pecho. Sintiéndose a sí mismo latir muy rápido y fuerte su corazón.
Asustando al castaño se paró, se quitó los pantalones, la playera y se subió su bóxer. Le tomó de un brazo, destendió su cama, lo botó en ella metiéndose él después tapando a los dos y poniendo al otro entre sus brazos.
— ¿No-no te pondrás otra cosa? — Qué gracioso. Antes no le había dado pena ponerse entre sus piernas y hacerle una mamada. Y ahora estaba rojito por tenerle semidesnudo rodeándolo.
— Me gusta dormir así. — Dijo sobre su cuello haciéndole cosquillas ahí. — Novio.
De ahí habían pasado algunos meses, donde MinHo siempre iba por él a su escuela, en las tardes salían al cine, al parque, a caminar, a cualquier lado. A MinHo le encantaba estar con él. Sus notas incluso habían subido, pues en tiempo de exámenes el menor le ayudaba a estudiar, terminando en besos sobre la cama. Y si salía excelente en una materia, en la noche el menor le practicaba una como la anterior. Pero nunca habían hecho eso.
En una ocasión MinHo quería completo. Después de que terminara en la boca de menor, lo tomó de los brazos y lo acostó en su cama, posicionándose sobre él comenzó a besarlo con deseo, bajando por su cuello y desabrochado el pijama verde.
— No... — Había logrado decir el menor resistiéndose. Pero el alto no hacía caso. Con sus manos comenzaba a acariciar su vientre y pecho mientras el otro se retorcía. Cuando estaba a punto de bajar hacia aquella parte, del menor escuchó un gimoteo. — MinHo... No... — TaeMin sonó con la voz cortada. Por fin levantó la vista para mirarle, sintiéndose la peor persona del mundo al notar dos gruesas lágrimas.
— Perdóname. — Dijo arrepentido. — Tae, perdoname. — Secó cuidadosamente sus mejillas. — Tae... — El nombrado le besó suave.
— ¿Me besas solamente? — MinHo asintió juntando de nuevo sus labios con cuidado. Abrochando despacio los botones de aquella camisa pachoncita y calientita.
Descubrió una parte del chico que le encantaba, la parte infantil, tierna y caprichosa que tenía. Amaba cuando le pedía algo estirando sus labios en un puchero, que le besaba antes de decirle que pidiera lo que quisiera, que podía hacer lo que quisiera, que haría lo que quisiera. No podía negarle nada cuando se portaba caprichoso y berrinchudo. Sinceramente nunca se habría imaginado actuar de esa manera con alguien. También había encontrado interesante el andar con él vestido de chica.
— ¿Por qué lo haces? — Preguntó una vez que estaban en una heladería disfrutando de uno. El menor había pedido una copa muy grande, que al principio MinHo estaba seguro no la terminaría, en ese momento dudando de que le alcanzará.
— ¿Qué cosa oppa? — Otra cosa que le volvía loco, era que le llamara oppa.
— Vestirte de chica.
— ¡Oh! ¿Te molesta? — Dijo preocupado.
— No, es solo curiosidad. — Tae sonrió con la cuchara de helado en su boca.
— Cuando era pequeño siempre pensaba en ti, en que de verdad quería ser tu novia, pero una vez mi hermana me dijo que no podía serlo porque era un chico. Me había puesto muy triste, así que me dijo que me bisnieta así. Y así, aparte de que ya podía ser tu novia, no te verían raro de que anduvieras con otro chico. — No sabía qué pensar.
Entonces TaeMin no se había olvidado nunca de él. Qué tonto se sentía al haberlo olvidado él. Y para más, siempre había pensado en él. Algo dentro de él se sintió muy cálido.
Pasados los meses y KiBum seguía sin creerlo. Su amigo ya había tardado con la mentira de aquella chica. Se lo estaba tomando en serio. Estaba tardando. Hasta había tenido pequeñas peleas con JongHyun por ese tema. De vez en cuando, se los encontraban en la calle, según tan ensimismados en ellos que no se daban cuenta de que pasaban casi rozándose.
El cumpleaños de TaeMin estaba por celebrarse con una gran fiesta, en un salón de lo más lindo y grande. Personas iban y venían, de aquí para allá. De la casa de MinHo al salón, preparando lo último.
— Tae, KiBum está aquí. — Avisó MinHo. TaeMin le había insistido en que quería conocer a su mejor amigo, porque solo le había visto una vez y ni siquiera se habían saludado bien.
— ¿De verdad? Vamos. — Dijo alegre. Bajaron rápido a la sala donde estaba con su novio.
— Taem... TaeYeon quería conocerte. - Comenzó MinHo.
— Mucho gusto. Espero te guste mi fiesta, me la organizó MinHo-oppa. Ya quería conocerte mejor. MinHo-oppa me ha hablado de ti y de tu novio. Eres muy lindo, me gusta tu ropa. Seamos amigos. — Dijo rápidamente apenas entendible, lo que a MinHo le hizo sonreír.
— Está nerviosa y emocionada.
Pero A KiBum seguía sin convencerse, disimuladamente le observó de pies a cabeza. Tenía el cabello castaño. MinHo le había convencido de que dejará la peluca. Llevaba puesto una falda azul a la rodilla, una blusa rosa muy bonita pero, estaba plana. ¿Cómo le podía "gustar"?
— Eso no es lo que llevarás a tu fiesta, dí que no. - Claramente no le gustaba lo que bestia. Su comentario le molestó al alto. ¿Qué tenía de malo? Si se veía hermoso.
— Claro que no. Es un vestido fucsia, es muy bonito. Me lo compró la hermana de MinHo. — La hermana de MinHo. Era raro que alguien le callera bien a ella. A KiBum le había costado agradarle, y ahora llegaba ella y salía con que le había regalado un vestido.
No era su culpa, cuando su madre le había dicho que su hermanito tenía pareja, no dudó en tomar el primer vuelo a Corea para ver si le convenía o no. Estaba puestísima a criticarle todo. En buscarle cualquier defecto o falla. En cuanto abrió la puerta de su casa y entró en la sala, se encontró con su hermano cargando a un chico menudito, se había dormido y lo llevaba como koala a su cuarto. Le había parecido tan tierna la escena. Pero no. Primero debía ver qué le había visto su hermano, qué tan bueno era y si le convenía. No hizo falta mucho para que le robará a ella también el corazón. Era tierno, gracioso, inteligente, astuto. Ahora entendía por qué su hermano le veía de aquella forma. Así como ella veía a su esposo. Le dejaba tranquila que alguien como TaeMin estuviera con su hermano.
No platicaron más, pues se acercaba el momento de la fiesta y debía arreglarse.
Todo marchaba bien, TaeMin se veía contento recibiendo a los invitados, iluminando se los ojos cada que le daban un regalo. Iba de un lado para otro platicando con todos. Se veía lindo. MinHo le observaba de lejos, no quería interrumpir la sociabilidad del menor. Y como no hacía mucho, su hermana lo mandó a estacionar unos coches. ¡Genial! Pero no se molestaría. Era un día especial para su novio y no jerga que lo viera con mala cara.
— Así que eres la novia de MinHo. — TaeMin se había detenido un momento en la mesa de bebidas, donde se encontraba JongHyun solo, KiBum había ido al tocador, y cuando iba, se tardaba un rato.
— Sip. — Dijo feliz.
— Me alegro. Sobre todo porque así olvida a mi KiBum.
— ¿Disculpa?
— Si, porque MinHo esta o estaba enamorado de mi novio. — El rostro de TaeMin se desfiguró un poco. — ¡Oh! No debía decirte eso. — A veces era algo tonto y decía cosa que no debía. Como en ese momento.
— TaeYeon, JongHyun. — Llamó KiBum quien llegaba junto con MinHo, se habían encontrado en el baño. Pero que llegaran juntos no le había agradado al menor. Bajó la mirada y comenzó a caminar a otra parte.
— Tae... — MinHo le siguió. — TaeMin.
— Déjame.
— ¿Qué tienes? Tae.
— Nada, solo no me siento bien. — Trataba de perderlo entre tanta persona.
— ¿Qué tienes? ¿Te duele algo? - Con dificultad le seguía.
— No, déjame. — "Sí, me duele, el corazón" Trataba de que las lágrimas no salieran de sus ojos. Como pudo llegó a la salida del salón.
— Tae...
— Me iré a casa. Estoy cansado. — Sabía que algo no andaba bien.
— Te llevo.
— No, quiero caminar.
No podía dejarle ir solo. Si estaba cerca el salón de la casa, pero ya era de madrugada, de loco le dejaba irse solo. Y aunque fuera de día, no le dejaria irse solo nunca. Sin más comenzó a ir detrás de él. KiBum les había visto raros y comenzó a seguirles de cerca.
TaeMin sabía que le seguía, pero noquería decir nada. No quería pensar mal, pero si relacionaba un poco. El día que había llegado y le había visto en su cuarto, estaban los dos solos, y había inventado que eran novios.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no se acordó que no llevaba llave para abrir la casa. MinHo le hizo a un lado con cuidado y abrió la puerta, recibiendo un pequeño "gracias" Sin miramientos. MinHo siguió tras de él. KiBum entró con la llave que tenía. Ventajas de ser el mejor amigo.
TaeMin entró a una habitación cerrándola con seguro. MinHo suspiró. Su novio estaba herido y no sabía por qué. Tomó de nuevo sus llaves y abrió su cuarto. Al menor se le había hecho costumbre el dormir ahí, que se le olvidó que esa no era su habitación.
— ¿Qué tienes Minnie? — Éste estaba en frente del espejo quitándose los accesorios, cuando MinHo le rodeó por la espalda.
— Nada... — Trató de soltarse pero el alto le abrazó con más fuerza.
— TaeMinnie... — KiBum escuchaba detrás de la puerta. Tae se debatía por si hablar o no, mientas MinHo esperaba paciente.
— Tu... ¿Me quieres? — Su pregunta le sacó de onda.
— ¿Por qué preguntas? — Silencio.
— Tu... ¿Sigues enamorado de tu amigo?
— ¿Quién te dijo...?
— Eso no importa, ¿Lo sigues? — MinHo no contestó. — Tu... ¿Estás conmigo porque él no te hiso caso? — Silencio. — No me quieres... — Agachó la cabeza comenzando a llorar. Pero MinHo le seguía sosteniendo. En el cuarto solo se escuchaban los sollozos del menor, el silencio le estaba matando, y al de afuera le mataba la culpa. Sabía que terminaría mal la chica.
— Minnie...
— ¡No! ¡No quiero oírlo! — Gritó colocando sus manos en sus oídos. MinHo le tomó de los hombros haciéndolo girar para poder verlo. De los ojos del menor salían y salían lágrimas. Sentía su corazón destrozado. No quería escuchar que fue utilizado.
— Minnie... — Apretó sus manos más fuerte contra sus oídos y cerró fuerte sus ojos.
— No... — MinHo tomó sus muñecas bajándolas, con sus dedos limpiaba lo que podía las lágrimas del pequeño. Así le parecía, un pequeño. Al que su estupidez le estaba haciendo llorar.
— Minnie ¿De dónde sacas eso? - Momento de aclarar todas las cosas. De poner todo en claro. — Es cierto. Creía estar enamorado de KiBum. — Tae y KiBum agacharon la cabeza. - Pero lo que creía sentir por él, no se acerca nada lo que siento por ti. — Tomó sus manos haciendo que le mirara. — La primera vez que dije que eras mi novia, si pensaba que estaba enamorado de él, pero no. Y luego tú. Te metiste dentro de mi TaeMin. Hiciste que me enamorara profundamente de ti. Con tus expresiones, tu carácter, tus defectos, tus caprichos, tus juegos. Tu forma de ser. — Juntó sus frentes. — Sí que me sorprendiste cuando descubrí que no eras una chica, sino un chico. ¿Recuerdas la vez que te pregunté que porqué te bestias así? — TaeMin asintió. — ¿Recuerdas lo e me respondiste? — Volvió a asentir. — Quería decirte que, que no me importaba si te bestias de chico o de chica. Que no me importaba si me veían contigo siendo hombre como yo ¿Sabes por qué? — Tae negó. — Porque... Porque te amo TaeMin. — Éste no aguantó más y volvió a llorar.
— Repítelo. — Pidió bajito y tímido. Era la primera vez que le decía que le quería.
— Te amo. Te amo. Te amo Lee TaeMin. Como a nadie en este mundo. — Tae comenzó a reír y a llorar. Se sentía tan feliz. Y KiBum por fin entendía, una sonrisa se asomó en su rostro. Así que su amigo mentía pero no metía. Bueno. Luego se lo ajusticiaría. Por lo pronto, se retiraba.
MinHo besó tierno sus labios. Como cada vez que el menor despertaba asustado por sus pesadillas. Un beso calmado, pausado, saboreándose, transmitiendose todo el amor que se tenían. TaeMin se sintió tan feliz, tan cálido. Realmente le había dolido que JongHyun le dijera aquello.
— Mi-MinHo-Hyun... — Llamó quedito, algo avergonzado.
— ¿Mh? — MinHo siguió dándole piquitos.
— ¿Me-Me harías el-el amor? — MinHo se alejó un poco mirándolo a los ojos. Estaba coloradito y con los ojos rojos.
— ¿Estás seguro?
— Ajá. — Se pegó a él en un abrazo.
No dijeron más, MinHo volvió a besarlo, lo guio hacia la cama donde lo recostó con cuidado, posicionándose sobre él teniendo cuidado de no poner todo su peso. De a poco fue bajando sus labios por su cuello, pasó sus brazos bajo el menor para desabrochar el vestido y sacarle la parte de arriba dejándole descubierto. El alto paseo su lengua por su clavícula, descendiendo hasta esos botoncitos café tan lindos y ricos que sabían dentro de su boca. El menor comenzaba a sacar suspiritos de sus labios mientras se retorcía bajo el cuerpo que estaba sobre de él y enredada sus dedos en el cabello de éste. MinHo pasaba su lengua alrededor de su pezón, succionándolos de momento y morderlo, pasando al otro, dejando el anterior entre sus dedos. Se levantó arrodillándose para quitarse el saco que traía y su camisa blanca. Inclinándose tomó el vestido por la cintura y acabó de quitárselo.
Se veía tan hermoso ahí, de esa forma, acostado sobre su cama, con sólo su bóxer, porque si, aunque se vistiera como chica, seguí usando bóxer. Y se veía tan provocador. Volvió a besarlo, ya con más deseo, re menor pasó sus brazos tras su cuello acercando lo más, le gustaba tenerlo cerca, sentir su cuerpo desnudo pegado al suyo. El mayor comenzó a pasear sus manos sobre el torso contrario, pasando a sus costados, bajando al hueso de su cadera, bajando a sus muslos, bajando más hacia sus piernas, subiendo las un poco, subió más su mano por dentro de sus muslos hasta llegar a esa parte.
— ¡Ah! — El menor se separó al sentir el agarre de su parte y gimió. El alto tomó la orilla del bóxer jalándolo hacía abajo, alzando sus piernas y separándose para poder quitarlo y volver a posicionarse sobre él.
— Minnie, te quiero. — Besaba su cuello mientas seguía apretando esa parte, sacando me suspiros y gemidos de su pareja, quien seguía apretándolo contra él. — Te deseo.
— ¡Ah! Min... MinHo... Hyu...
— Dime oppa. — Había encontrado excitante que le dijera así.
— ¡MinHo-oppa..! — Gemía y gemía su nombre. — Me... me vengo... — El nombrado aumentó la velocidad de su sube y baja hasta que el otro soltó un gemidos alto y sintió algo viscoso en su mano. Volvio a besarlo deja dolo sin aire. Separándose rápido para quitarse la ropa que le quedaba.
Volvió a besarlo mientras pasaba una mano por debajo, pasando por sus glúteos, apretando los de paso hasta llegar a ese agujerito, pasando un dedo alrededor.
— Mi-MinHo... — Dijo algo Temeroso.
— Tranquilo Minnie. — Le miró a los ojos. Cuando quieras podemos parar. — Era sincero. Aunque tuviera tantas ganas de hacérselo, pararía si se lo pidiera, no quería lastimarlo, quería demostrarle lo mucho que lo amaba. El menor asintió jalándolo para volver a besarle, era su primera vez y tenía algo de miedo, y besarle le tranquilizaba un poco.
El mayor tomó las delgadas piernas flexionando las un poco, abriéndole y colocándose en medio de ellas para darle mejor acceso. Pasó ambas manos bajo su pareja tras su trasero para volver a encontrar ese lugar pequeño que tenía que preparar.
— Minnie. — Pasó tres dedos sobre su boca, entendiendo los comenzó a lamer hasta que quedaron suficientemente húmedos.
Bajó su mano y con cuidado comenzó a introducir el primer dedo, TaeMin se quejó un poco, con la otra mano MinHo encontró el miembro contrario comenzando a masturbarlo de nuevo. Mientras movía su dedo en círculos, tratando de dilatar al menor. Cuando creyó que ya, metió el segundo.
— ¡Mh! — Se quejó al sentirlo. Si recordaba lo grande que lo tenía, y le estaba doliendo desde ya, no se imaginaba teniéndolo dentro.
— Relájate. — Juntó sus labios, jugueteando con su lengua para distraerlo. Sabía que al menor se le hacía algo difícil llevarle el paso cuando usaban sus lenguas y necesitaba concentrarse para no ahogarse.
Como aquella vez en que después de estudiar, MinHo lo había sentado sobre sus piernas y comenzaron a besarse como si el mundo se fuera a acabar. Al alto le gustaban esos besos. Su lengua era ruda contra la ajenaajena, metiendo la suya en la boca contraria, hasta que TaeMin se separó por aire casi y ahogándose con la saliva de ambos.
— ¡Mh! — Gimió quejando por el tercer dedo.
MinHo subía y bajaba más rápido.
— Minnie... voy a entrar. — No aguantaba más. El otro asintió. MinHo tomó su miembro buscando con la punta su entrada hasta encontrarla y comenzó a introducirse.
— Es-estás muy grande. - Se presionó más puerta a su cuello. Le estaba costando entrar por completo. Lo hacía lento, casi desesperándose. - ¡MinHo! - Se quejó y el nombrado se quedó quieto.
— Lo siento Minnie... podemos...
— ¡No! Espérame... — Se besaron hasta que el menor se empezaba a acostumbrar. En cuanto comenzó a sacarlo y a meterlo de a poco, MinHo sintió tan agradable que ya fue él quien comenzó a sacarlo y meterlo, lento primero para poco a poco ir más rápido, olvidándose del amiguito de su pareja.—¡Ah! — Gimió al sentir una estocada en su próstata. MinHo volvió a golpearla. — ¡Ah! — Era música para sus oídos. Comenzó darle ahí más seguido y rápido.
MinHo bajó a su cuello chupando una sección sacando más suspiros de la boca de su novio, hasta que le dejó una linda mancha roja. Y siguió bajando hasta llegar de nuevo a sus pezones.
Se sintió cerca, al igual que TaeMin, a pesar de que ya no era masajeando, era apretado y frotado entre su vientre y el que estaba en sima suyo.
— Minnie, me vengo. — Varias estocadas más y ambos se corrieron.
MinHo dejó caer Todo su peso en el menor, espero a que recuperará el aliento para pararse, cargarlo, descender la cama y meterse en ella. Ese día durmió como nunca, abrazado de su lindo novio.
Al otro día el menor no podía mantenerse parado por mucho tiempo, aprovechando para que MinHo le trajera de aquí para allá en brazos.
...
— ¡No! ¡No quiero! — Se negaba rotundamente.
— Pero Minnie, Key quiere hablar contigo.
— Pero yo no.
— Te estoy llevando. — Le cargaba de su cuarto a la cocina.
— Me voy a enojar.
— Minnie ¿Aún estás inseguro? — El otro soltaba quejidos de molestia como un niño pequeño. No quería hablar con KiBum, aún no. — ¿No he hecho lo suficiente? ¿No te he hecho el amor suficientes veces para demostrarte que solo te quiero a ti? — Se detuvo en la sala. Por eso le cargaba, la noche anterior lo habían hecho. Y es que a TaeMin le había comenzado a gustar que le diera duro. Lo hacían cada que el menor quería, desde el día de su fiesta.
— Sí, pero... aun no me siento listo.
— Mi Taeminnie, él quiere ser tu amigo, como le habías pedido y tú no lo dejas. — TaeMin frunció los labios.
Entre MinHo y KiBum se habían arreglado las cosas sin tener que hablarlas. A KiBum le alegraba que su amigo por fin hubiera encontrado a alguien y se diera cuenta de que estaba confundido en cuanto a lo que sentía por él.
— Está bien. — El alto reanudó su camino a la cocina, donde estaba KiBum preparando algo para TaeMin, el novio de su mejor amigo. ¡Ay! ¡Qué bien sentía decir eso!
— Minnie. — Saludó efusivo al verle.
— No, solo yo puedo decirle Minnie. — Le sentó en un banco.
— ¡Ash! — Tomó el plato que tenía y se lo dio al menor. — Seamos amigos ¿Si? — TaeMin sonrió al ver lo que tenía el plato: Una rebanada de pastel con bolas de helado a la orilla, Tae asintió repetidas veces. KiBum sonrió de la ternura. — ¿Verdad que yo también te puedo decir Minnie? — Éste le miró con la cuchara en la boca saboreando el helado. Sonrió y negó travieso. — ¡Ah! — Gritó dramático. — Entonces dame eso. — Le quitó el plato en forma de broma.
— Ah~— Se quejó quedito, no era justo. Arrugó su frente e hizo un puchero mirando a su novio.
— Ay qué lindo. Toma. — Le devolvió el plato, siendo recibido con gusto. — Sí no, esta rana me mata.
Desde ahí, su novio y mejor amigo se llevaban tan bien. Demasiado, debería decir. KiBum había adoptado su forma de madre con TaeMin, y si MinHo no hacia lo que el menor quería, era regañado por el otro. Era injusto, pero lo amaba.
Y ahí llegamos. A las compras que realizaba con su TaeMin y con KiBum, quien le había gustado el menor para vestirlo como su muñeca viviente.
Tae le vio desde un aparador, se estaba probando una falda que a KiBum le había gustado para él. Le sonrió y le guiñó un ojo. Como fuera, chico o chica, él/la lo volvía loco.
Bueno, espero les haya gustado, supongo que es su forma de disculparse por dejar a medias el otro. No lo leí para corregirlo, porque tienes varias fallas por ahí xDx
Autor: HyuKii
Género: Romance, drama, lemon.
Pareja: 2min, leve Jongkey.
Notas: Holi, pues les contaré
- Spoiler:
- estuve platicando con ella y me dijo que lo había vuelto a hacer, que otra chava le pidió su fic para su página de FB, le dijo que si que le mandaba cap cada semana, y que nada más llegó a mandarle hasta el quinto y de ahí naranjas. Le dije que era mala onda por dejarnos a medias, y me dijo que para disculparse me mandaba mandaba un One-Shot, y pues fue éste. Disfrútenlo, a mí me gustó mucho.
Él/la
No sabía cómo ese chico, vestido de chica, había llegado a ser su novio/a. Bueno, si sabía ¿Cómo no saberlo? Pero nunca se imaginó que terminaría con él.
Él estaba enamorado de su mejor amigo KiBum, pero éste estaba perdidamente enamorado de JongHyun, un chico que quién sabe dónde fue a sacar, y que de pronto comenzó a asistir a su misma escuela.
KiBum estaba al tanto de los sentimientos de su amigo hacia él, pero él no quería, ni se le hacía justo para ambos comenzar una relación de la cual a la larga ninguno de los dos sería feliz. Por eso no hizo mucho drama para comenzar a salir con JongHyun.
— MinHo ¿En qué piensas? — Llamó su novio pasando sus brazos por su cuello colgándosele. Estaban de compras.
— Recuerdo. — Le besó y siguieron paseando en las tiendas.
MinHo no decía nada sobre la relación de su amigo con otro chico. Sentía que le quería tanto, que no le importaba si era feliz con otra persona. Aunque eso no quitaba que se sintiera destrozado por dentro; podía mostrarles una gran sonrisa para saludarlos y hablar con ellos, pero en el fondo se sentía fatal. "Sí él tiene novio, ¿Por qué yo no?" Fue un pensamiento tonto que le cruzó por la cabeza descartándola rápidamente. No estaría con nadie por despecho. Lástima que algo relacionado estaba en su futuro.
Un día, había llegado tarde a su casa por quedarse en la escuela a terminar un trabajo. Cuando abrió la puerta fue sorprendido por unos brazos delgados que le rodearon el cuello para ser abrazado, un cuerpo delgado se posó sobre el suyo casi tirándolo de no ser por sus buenos reflejos.
— Oppa, qué bueno que llegas. — Saludó muy alegre la chica. Su voz sonaba algo rara. Pero más raro es que ella estuviera en su casa, le diera un abrazo y le diera la bienvenida muy así. Ni siquiera la conocía.
— Hijo, ¿Recuerdas a Tae...?
— TaeYeon. — Terminó ella. Según él, no la conocía, pero su madre sí. Lo más seguro es que la olvidó.
— No. — TaeYeon bajó la mirada decepcionada.
— No te preocupes oppa, me recordarás. — Dijo animada mientras le guiñaba el ojo. Pobre, si supiera que era gay.
Cenaron con ella. Sus padres platicaban muy amenamente con la chica. Pero él no la recordaba. Trataba pero nada. Aunque, bueno, su rostro si le sonaba de un lado. En la noche ella se fue. Pensó y esperaba no volver a verla. ¡Oh sorpresa!
Poco a poco MinHo se iba alejando de su amigo, no era muy intencional, ni le era fácil. Ni mucho menos era fácil verle abrazado a cada rato del chico de baja estatura que se lo había ganado. Su alejamiento le había molestado a KiBum, quien no quería perder su amistad, e iba a hablar con él. Le había estado evitando, así que en la escuela no era muy favorable. Iría a su casa donde no tendría escapatoria.
Llegó antes que su amigo, le abrió su madre recibiéndolo gustosa y permitiéndole pasar a su cuarto. Ahí le esperó hasta que llegó. MinHo se sorprendió de verle ahí.
— Choi MinHo, debemos hablar. — El mencionado sudó la gota gorda. No quería estar ahí. Mentalmente estaba matando a su madre por dejarlo pasar y no avisarle de ello.
— Ammm... Ahorita no...
— ¿Qué se supone debes hacer? ¿Eh? Me has estado evitando todo este tiempo. Dame una explicación. - Y ahora ¿Qué decía? ¿Qué inventaba?
— Es que yo... tengo... tengo... — Su amigo le esperaba impaciente.
— ¡MinHo-oppa! — Llegó gritando la chica extraña del otro día, parándose en el marco de la puerta. — ¿Quién es él? ¿Oppa? — Preguntó celosa mirando al chico de pies a cabeza.
— K-Key. — El foco se le prendió. — Key, ella es TaeYeon, mi novia. — Señaló a la chica, esperaba ella no le delatara y le perdonara después, pero ella seguía mirando a su amigo frunciendo un poco el ceño. — TaeYeon, él es KiBum, mi mejor amigo. — De momento ella sonrió. Buena señal para MinHo. — Yo iba a acompañarla a comprar. Por ella es que he estado ocupado, no porque te haya estado evitando. — Rió nervioso. — ¿Cómo se te puede ocurrir?
— Mucho gusto. Me alegra por fin conocerte. — La chica estiró la mano esperando la tomará, cosa que nunca hizo. El chico pasó de largo para retirarse. Era claro que no se la tragaba. ¿Una novia? Por favor, sabía perfectamente de las preferencias sexualidad de su amigo, ahora salía con que tenía una novia. Si, como no.
Una vez le escuchó cerrar la puerta de entrada suspiró aliviado, volteó hacia la chica para darle las gracias por seguirle la corriente.
— Gra... — Quedándose la palabra a medias cuando ella le besó. Le sorprendió tanto que lo dejó con los ojos muy abiertos, no sabía por qué, pero de a poco los fue cerrando.
La chica le comía la boca, literal. Abría y cerraba su boca sobe sus labios succionándolos. Pasó sus delgadas manos tras su cuello para profundizar más el beso. Sentía como saliva escurría por la comisura de sus labios y otra poca era lamida por ella. Pasado un tiempo se separaron por un poco de aire. Por un impulso la tomó con una mano de la barbilla para volver a juntar sus labios y con la otra la tomó por la cintura pegándolo a él. Ella pasó sus brazos detrás de su cuello pegándolo aun más. La chica comenzó a dar golpecitos en sus labios, dándole a entender que quería algo, él abrió más su boca sacando su lengua juntándola con la de ella. Se sentía algo rasposa, pero tan agradable y excitante, que comenzó a sentir algo ahí abajo. De pronto, ella se separó, dejándolo con la lengua de fuera y saliva escurriendo por sus labios.
Nunca había besado a alguien así. No esperaba besar así a una chica. Ella sonrió al notar un pequeño bulto creciente en él.
— Estas contento, por mí, — Sonrió con triunfo. Había sentido algo sobre su falda. — Me haré cargo en la noche. Novio. — Rió malvada, le soltó y se marchó. MinHo se miró ahí. Rayos, no tenía ganas de hacerlo manual, optó por darse una ducha fría. Repitiendo las últimas palabras de TaeYeon. ¿Y ahora qué haría para decirle que era gay y no la lastimarla? Rayos, y lo seguía poniendo duro.
En la cena ella estuvo presente de nuevo, él en silencio mientras ella platicaba alegremente con sus padres. De vez en cuando le miraba con una sonrisa pícara. Hasta en una ocasión le guiñó el ojo, haciéndole recordar lo que le había dicho que haría en la noche. ¿Cómo lo haría si se tenía que ir? Pues no, ella se quedaría pero sus padres no. ¿Una niñera a su edad? ¡Va! Se sintió tonto. Y Se sintió aún más tonto al quedarse despierto hasta la madrugada esperando a que ella visitará su cuarto para cumplir lo que le dijo. Y nunca llegó.
A eso de las 4:00 a.m. se cansó de esperar, el sueño estaba a más no poder sobre su cuerpo, pero aun así no podía dormir. ¡Rayos! Tuvo que pasarse como un Zombi a la cocina por un vaso de leche. No comprendía como no podía dormir si sus ojos estaban más cerrados que nada. Tanto así, que del escurridor donde estaban los vasos y platos de la cena, se atoró y calló con él al suelo haciendo un gran ruido de platos y vasos quebrándose. "Poca suerte" Se dijo.
— ¿Qué pasa? — Desde abajo escuchó a TaeYeon llegar, volteó pero solo vio a un Chico, uno muy lindo en pijama azul cielo, se veía sabe y calientita. ¿Pero quién rayos era y por qué estaba ahí y no TaeYeon?
~▪~
— Es claro que no me recuerda, señora Choi.
— Tae, te he dicho que no me llames así.
— Lo siento.
No sabía qué hablaban el chico y su madre, más que no saber, no entendía. Al parecer su madre le conocía. Después de que se cayera, el chico he ayudó a levantar las cosas, estaba tan cansado que lo dejó pasar, pero a la mañana le haría un interrogatorio. Se levantó muy tarde, siendo de esperarse por lo tarde que había podido dormir. Cuando llegó a la cocina, ese mismo chico estaba muy cómodo hablando con su madre, hasta ese momento.
— MinHo. — Parecía que por fin se acordaron de su presencia. — Él es Lee TaeMin, eran amigos cuando tenías 7 años. — Su madre recargó sus codos en la mesa y poniendo su barbilla en sus manos figuró recordar con una sonrisa. — Tú decías que TaeMin era tu novia y que cuando fueran grandes se casaría.
— ¡Mamá! — ¿Cómo se le ocurría decir eso en frente de aquel chico? Aunque, no negaría que sin su disfraz de mujer, era demasiado atractivo; su piel era de por si blanca, su cabello era castaño, no sabía por qué se lo cubría con una peluca negra si lo tenía bonito. El otro río divertido.
— Yo si lo recuerdo. — MinHo quedó boquiabierto. Qué pena estaba pasando.
~▪~
A KiBum no le convencía eso de la novia. No estaba celoso, claro que no. Sino que conocía a su amigo, sabía que mentía y a la larga se haría daño, y no sólo a él, sino también a la chica con que supuestamente estaba saliendo.
~▪~
Pasó algo de tiempo y él, o la chica no se iba de su casa. Iba a una escuela diferente, al parecer era menor que él. Iba a su cuarto, platicaba un rato. Se le hacia algo incómodo verlo como chica, prefería verlo de chico. No porque le empezará a gustar. El único momento en que le veía como chico eran los fines de semana, en las noches y en las mañanas antes de ir a la escuela.
En ocasiones que platicaban le daban unas ganas de volver a besar esos labios carnosos, volver a sentir lo suaves que eran. Y más que nada, habían veces que quería se acordará de lo que le había dicho la primera vez que se besaron. Dándose golpes mentales se deshacía de ese deseo.
Su madre siempre iba por el menor a su escuela, a excepción de una vez que tenía otra cosa que hacer. Le pidió que fuera por él, siendo una perfecta excusa para no ir con KiBum y JongHyun a festejar su año de novios. KiBum se molestó demasiado. Ese día la pasó muy divertido jugando por el camino, parecían niños pequeños comiendo helado y robándose de éste entre ellos. Desde ahí, se le hizo costumbre ir a recogerle a su escuela. Siendo también molestia para su amigo. Seguía sin tragarse que fuera su novia.
Sólo una vez se le pasó ir por él, una chica nuevo se le había pegado, le había hecho que la llevará a su casa y no le dejó en paz. Estaban en la sala platicando, MinHo ya estaba chocado cuando alguien abrió la puerta y la cerró con fuerza. Ambos volvieron la vista encontrándose con TaeYeon enojada. ¡Rayos! Había olvidado pedirle a su madre que fuera en su lugar. Era viernes, ella salía 12:30 y eran las 4 en punto. Le había estado esperando. Entendía su enojo. Esperaba le perdonará. Comenzaba a encariñarse... o algo más.
La chica se fue ya oscurecido. Y TaeMin no había bajado para nada de su cuarto. Enojadísimo que debía de estar. Cansado de la chica subió a su cuarto. Entró sin prender a luz pues tenía pensado botarse en su cama y dormir tal cual. Cambiando un poco sus planes al cerrarla puerta.
Unos brazos le rodearon y unos labios atacaron los suyos. Cielos, desde cuándo que quería volver a probarlos. TaeMin le besaba con furia, abría y cerraba su boca succionando sus labios. Sus lenguas se encontraban con fuerza, como viendo quién era más fuerte. MinHo le tomó con fuerza de la cintura.
— ¿Me dejaste olvidado por ella? — Fue lo primero que le dijo en cuanto se separaron y recuperaron el aire. Habían recargado frente con frente, MinHo agachándose un poco por la diferencia de estatura. Su voz había sido con tristeza y reproche.
— No fue mi intención. — Sintió la necesidad de explicarse. — Hoy llegó de nueva y se me pegó. Te juro que ya me tenía arto desde que salimos de la escuela. — Pero ¿Por qué lo hacía? Sintió un pequeño soplido, TaeMin había sonreído feliz.
MinHo volvió a juntar sus labios suavemente, eran exquisitos los labios del menor; eran esponjosos suaves y ricos. Comenzaron primero lento, disfrutándose. MinHo sentía algo extraño en su estómago. Algo que nunca había sentido. Ni siquiera por su amigo. Algo que de vez en cuando se siente cuando estas nervioso.
Ambos aumentaron la intensidad del beso hasta volver a como estaban en un principio. El mayor se sobresaltó al sentir esa parte suya ser frotada. TaeMin había bajado una mano hacia su entre pierna. Había supuesto era grande por la primera vez que le sintió sobre su falda. Pero ahora que le tocaba, seguía impresionándose de lo grande que era. Sobre su pantalón subió y bajó su mano a lo largo del miembro del alto.
— Te debo una. — Le dijo con la voz ronca. Sin decir o esperarse más lo empujó hacia su cama Sentándolo con las piernas abiertas. Apenas y podía ver por la luz de luna que emanaba de la ventana. Lo suficientemente para ver cómo se arrodillada entre ellas.
Con su mano seguía masajeando aquella parte, mirando concentrado. Alzó la cabeza para mirarle, sonriéndole travieso bajó la cremallera de sus jeans para seguido bajar su bóxer y dejar libre su pene que ya comenzaba a doler.
Con una mano continuo subiendo y bajando por lo largo, sentía que eso estaba muy caliente, y seguía poniéndose duro. Era la primera vez que hacía eso y se sentía nervioso. Pero quería hacerlo. El menor miraba y miraba el pene del mayor, quien comenzaba a desesperarse por sus movimientos lentos. Con duda TaeMin sacó la punta de su lengua para tocar la sima caliente del pene. Poco a poco comenzó a dar lamidas a todo el tronco, quitándose un poco la pena comenzó a la merlo más rápido. Los gemidos roncos del mayor comenzaron a escucharse en su cuarto. Esperaba sus padres no lograrán escucharlo.
Sosteniéndole con las dos manos, de una sola el castaño engulló todo el miembro queriendo mantenerlo desde dentro de su boca mientras estrujaba a sus testículos con las manos. Metía y sacaba el miembro de su boca, primero lento hasta hacerlo rápido. MinHo se recargaba de sus manos hacia atrás. Sentía tan bien la lengua del menor ahí. Sentía que no faltaba mucho para correrse. Sabiendo lo mismo el menor comenzó a apretar más sus labios y a succiona más fuerte al igual que a aumentar la velocidad en que metía y sacaba aquello.
— ¡Ah! — MinHo se dejó corrido en la boca del menor. Éste se levantó aun con el semen en su boca y parte de sus labios. No sabía qué hacer con él, sí que se lo Tragó.
Ambos respiraban agitados. A MinHo se le hizo tan terno o no sé qué el verle de ese modo. Apenas se fijaba que estaba ya en su pijama, ahora uno rosa. ¿Cuántos más tendría y de qué otros colores? Veía cómo subía y bajaba su pecho. Sintiéndose a sí mismo latir muy rápido y fuerte su corazón.
Asustando al castaño se paró, se quitó los pantalones, la playera y se subió su bóxer. Le tomó de un brazo, destendió su cama, lo botó en ella metiéndose él después tapando a los dos y poniendo al otro entre sus brazos.
— ¿No-no te pondrás otra cosa? — Qué gracioso. Antes no le había dado pena ponerse entre sus piernas y hacerle una mamada. Y ahora estaba rojito por tenerle semidesnudo rodeándolo.
— Me gusta dormir así. — Dijo sobre su cuello haciéndole cosquillas ahí. — Novio.
De ahí habían pasado algunos meses, donde MinHo siempre iba por él a su escuela, en las tardes salían al cine, al parque, a caminar, a cualquier lado. A MinHo le encantaba estar con él. Sus notas incluso habían subido, pues en tiempo de exámenes el menor le ayudaba a estudiar, terminando en besos sobre la cama. Y si salía excelente en una materia, en la noche el menor le practicaba una como la anterior. Pero nunca habían hecho eso.
En una ocasión MinHo quería completo. Después de que terminara en la boca de menor, lo tomó de los brazos y lo acostó en su cama, posicionándose sobre él comenzó a besarlo con deseo, bajando por su cuello y desabrochado el pijama verde.
— No... — Había logrado decir el menor resistiéndose. Pero el alto no hacía caso. Con sus manos comenzaba a acariciar su vientre y pecho mientras el otro se retorcía. Cuando estaba a punto de bajar hacia aquella parte, del menor escuchó un gimoteo. — MinHo... No... — TaeMin sonó con la voz cortada. Por fin levantó la vista para mirarle, sintiéndose la peor persona del mundo al notar dos gruesas lágrimas.
— Perdóname. — Dijo arrepentido. — Tae, perdoname. — Secó cuidadosamente sus mejillas. — Tae... — El nombrado le besó suave.
— ¿Me besas solamente? — MinHo asintió juntando de nuevo sus labios con cuidado. Abrochando despacio los botones de aquella camisa pachoncita y calientita.
Descubrió una parte del chico que le encantaba, la parte infantil, tierna y caprichosa que tenía. Amaba cuando le pedía algo estirando sus labios en un puchero, que le besaba antes de decirle que pidiera lo que quisiera, que podía hacer lo que quisiera, que haría lo que quisiera. No podía negarle nada cuando se portaba caprichoso y berrinchudo. Sinceramente nunca se habría imaginado actuar de esa manera con alguien. También había encontrado interesante el andar con él vestido de chica.
— ¿Por qué lo haces? — Preguntó una vez que estaban en una heladería disfrutando de uno. El menor había pedido una copa muy grande, que al principio MinHo estaba seguro no la terminaría, en ese momento dudando de que le alcanzará.
— ¿Qué cosa oppa? — Otra cosa que le volvía loco, era que le llamara oppa.
— Vestirte de chica.
— ¡Oh! ¿Te molesta? — Dijo preocupado.
— No, es solo curiosidad. — Tae sonrió con la cuchara de helado en su boca.
— Cuando era pequeño siempre pensaba en ti, en que de verdad quería ser tu novia, pero una vez mi hermana me dijo que no podía serlo porque era un chico. Me había puesto muy triste, así que me dijo que me bisnieta así. Y así, aparte de que ya podía ser tu novia, no te verían raro de que anduvieras con otro chico. — No sabía qué pensar.
Entonces TaeMin no se había olvidado nunca de él. Qué tonto se sentía al haberlo olvidado él. Y para más, siempre había pensado en él. Algo dentro de él se sintió muy cálido.
Pasados los meses y KiBum seguía sin creerlo. Su amigo ya había tardado con la mentira de aquella chica. Se lo estaba tomando en serio. Estaba tardando. Hasta había tenido pequeñas peleas con JongHyun por ese tema. De vez en cuando, se los encontraban en la calle, según tan ensimismados en ellos que no se daban cuenta de que pasaban casi rozándose.
El cumpleaños de TaeMin estaba por celebrarse con una gran fiesta, en un salón de lo más lindo y grande. Personas iban y venían, de aquí para allá. De la casa de MinHo al salón, preparando lo último.
— Tae, KiBum está aquí. — Avisó MinHo. TaeMin le había insistido en que quería conocer a su mejor amigo, porque solo le había visto una vez y ni siquiera se habían saludado bien.
— ¿De verdad? Vamos. — Dijo alegre. Bajaron rápido a la sala donde estaba con su novio.
— Taem... TaeYeon quería conocerte. - Comenzó MinHo.
— Mucho gusto. Espero te guste mi fiesta, me la organizó MinHo-oppa. Ya quería conocerte mejor. MinHo-oppa me ha hablado de ti y de tu novio. Eres muy lindo, me gusta tu ropa. Seamos amigos. — Dijo rápidamente apenas entendible, lo que a MinHo le hizo sonreír.
— Está nerviosa y emocionada.
Pero A KiBum seguía sin convencerse, disimuladamente le observó de pies a cabeza. Tenía el cabello castaño. MinHo le había convencido de que dejará la peluca. Llevaba puesto una falda azul a la rodilla, una blusa rosa muy bonita pero, estaba plana. ¿Cómo le podía "gustar"?
— Eso no es lo que llevarás a tu fiesta, dí que no. - Claramente no le gustaba lo que bestia. Su comentario le molestó al alto. ¿Qué tenía de malo? Si se veía hermoso.
— Claro que no. Es un vestido fucsia, es muy bonito. Me lo compró la hermana de MinHo. — La hermana de MinHo. Era raro que alguien le callera bien a ella. A KiBum le había costado agradarle, y ahora llegaba ella y salía con que le había regalado un vestido.
No era su culpa, cuando su madre le había dicho que su hermanito tenía pareja, no dudó en tomar el primer vuelo a Corea para ver si le convenía o no. Estaba puestísima a criticarle todo. En buscarle cualquier defecto o falla. En cuanto abrió la puerta de su casa y entró en la sala, se encontró con su hermano cargando a un chico menudito, se había dormido y lo llevaba como koala a su cuarto. Le había parecido tan tierna la escena. Pero no. Primero debía ver qué le había visto su hermano, qué tan bueno era y si le convenía. No hizo falta mucho para que le robará a ella también el corazón. Era tierno, gracioso, inteligente, astuto. Ahora entendía por qué su hermano le veía de aquella forma. Así como ella veía a su esposo. Le dejaba tranquila que alguien como TaeMin estuviera con su hermano.
No platicaron más, pues se acercaba el momento de la fiesta y debía arreglarse.
Todo marchaba bien, TaeMin se veía contento recibiendo a los invitados, iluminando se los ojos cada que le daban un regalo. Iba de un lado para otro platicando con todos. Se veía lindo. MinHo le observaba de lejos, no quería interrumpir la sociabilidad del menor. Y como no hacía mucho, su hermana lo mandó a estacionar unos coches. ¡Genial! Pero no se molestaría. Era un día especial para su novio y no jerga que lo viera con mala cara.
— Así que eres la novia de MinHo. — TaeMin se había detenido un momento en la mesa de bebidas, donde se encontraba JongHyun solo, KiBum había ido al tocador, y cuando iba, se tardaba un rato.
— Sip. — Dijo feliz.
— Me alegro. Sobre todo porque así olvida a mi KiBum.
— ¿Disculpa?
— Si, porque MinHo esta o estaba enamorado de mi novio. — El rostro de TaeMin se desfiguró un poco. — ¡Oh! No debía decirte eso. — A veces era algo tonto y decía cosa que no debía. Como en ese momento.
— TaeYeon, JongHyun. — Llamó KiBum quien llegaba junto con MinHo, se habían encontrado en el baño. Pero que llegaran juntos no le había agradado al menor. Bajó la mirada y comenzó a caminar a otra parte.
— Tae... — MinHo le siguió. — TaeMin.
— Déjame.
— ¿Qué tienes? Tae.
— Nada, solo no me siento bien. — Trataba de perderlo entre tanta persona.
— ¿Qué tienes? ¿Te duele algo? - Con dificultad le seguía.
— No, déjame. — "Sí, me duele, el corazón" Trataba de que las lágrimas no salieran de sus ojos. Como pudo llegó a la salida del salón.
— Tae...
— Me iré a casa. Estoy cansado. — Sabía que algo no andaba bien.
— Te llevo.
— No, quiero caminar.
No podía dejarle ir solo. Si estaba cerca el salón de la casa, pero ya era de madrugada, de loco le dejaba irse solo. Y aunque fuera de día, no le dejaria irse solo nunca. Sin más comenzó a ir detrás de él. KiBum les había visto raros y comenzó a seguirles de cerca.
TaeMin sabía que le seguía, pero noquería decir nada. No quería pensar mal, pero si relacionaba un poco. El día que había llegado y le había visto en su cuarto, estaban los dos solos, y había inventado que eran novios.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no se acordó que no llevaba llave para abrir la casa. MinHo le hizo a un lado con cuidado y abrió la puerta, recibiendo un pequeño "gracias" Sin miramientos. MinHo siguió tras de él. KiBum entró con la llave que tenía. Ventajas de ser el mejor amigo.
TaeMin entró a una habitación cerrándola con seguro. MinHo suspiró. Su novio estaba herido y no sabía por qué. Tomó de nuevo sus llaves y abrió su cuarto. Al menor se le había hecho costumbre el dormir ahí, que se le olvidó que esa no era su habitación.
— ¿Qué tienes Minnie? — Éste estaba en frente del espejo quitándose los accesorios, cuando MinHo le rodeó por la espalda.
— Nada... — Trató de soltarse pero el alto le abrazó con más fuerza.
— TaeMinnie... — KiBum escuchaba detrás de la puerta. Tae se debatía por si hablar o no, mientas MinHo esperaba paciente.
— Tu... ¿Me quieres? — Su pregunta le sacó de onda.
— ¿Por qué preguntas? — Silencio.
— Tu... ¿Sigues enamorado de tu amigo?
— ¿Quién te dijo...?
— Eso no importa, ¿Lo sigues? — MinHo no contestó. — Tu... ¿Estás conmigo porque él no te hiso caso? — Silencio. — No me quieres... — Agachó la cabeza comenzando a llorar. Pero MinHo le seguía sosteniendo. En el cuarto solo se escuchaban los sollozos del menor, el silencio le estaba matando, y al de afuera le mataba la culpa. Sabía que terminaría mal la chica.
— Minnie...
— ¡No! ¡No quiero oírlo! — Gritó colocando sus manos en sus oídos. MinHo le tomó de los hombros haciéndolo girar para poder verlo. De los ojos del menor salían y salían lágrimas. Sentía su corazón destrozado. No quería escuchar que fue utilizado.
— Minnie... — Apretó sus manos más fuerte contra sus oídos y cerró fuerte sus ojos.
— No... — MinHo tomó sus muñecas bajándolas, con sus dedos limpiaba lo que podía las lágrimas del pequeño. Así le parecía, un pequeño. Al que su estupidez le estaba haciendo llorar.
— Minnie ¿De dónde sacas eso? - Momento de aclarar todas las cosas. De poner todo en claro. — Es cierto. Creía estar enamorado de KiBum. — Tae y KiBum agacharon la cabeza. - Pero lo que creía sentir por él, no se acerca nada lo que siento por ti. — Tomó sus manos haciendo que le mirara. — La primera vez que dije que eras mi novia, si pensaba que estaba enamorado de él, pero no. Y luego tú. Te metiste dentro de mi TaeMin. Hiciste que me enamorara profundamente de ti. Con tus expresiones, tu carácter, tus defectos, tus caprichos, tus juegos. Tu forma de ser. — Juntó sus frentes. — Sí que me sorprendiste cuando descubrí que no eras una chica, sino un chico. ¿Recuerdas la vez que te pregunté que porqué te bestias así? — TaeMin asintió. — ¿Recuerdas lo e me respondiste? — Volvió a asentir. — Quería decirte que, que no me importaba si te bestias de chico o de chica. Que no me importaba si me veían contigo siendo hombre como yo ¿Sabes por qué? — Tae negó. — Porque... Porque te amo TaeMin. — Éste no aguantó más y volvió a llorar.
— Repítelo. — Pidió bajito y tímido. Era la primera vez que le decía que le quería.
— Te amo. Te amo. Te amo Lee TaeMin. Como a nadie en este mundo. — Tae comenzó a reír y a llorar. Se sentía tan feliz. Y KiBum por fin entendía, una sonrisa se asomó en su rostro. Así que su amigo mentía pero no metía. Bueno. Luego se lo ajusticiaría. Por lo pronto, se retiraba.
MinHo besó tierno sus labios. Como cada vez que el menor despertaba asustado por sus pesadillas. Un beso calmado, pausado, saboreándose, transmitiendose todo el amor que se tenían. TaeMin se sintió tan feliz, tan cálido. Realmente le había dolido que JongHyun le dijera aquello.
— Mi-MinHo-Hyun... — Llamó quedito, algo avergonzado.
— ¿Mh? — MinHo siguió dándole piquitos.
— ¿Me-Me harías el-el amor? — MinHo se alejó un poco mirándolo a los ojos. Estaba coloradito y con los ojos rojos.
— ¿Estás seguro?
— Ajá. — Se pegó a él en un abrazo.
No dijeron más, MinHo volvió a besarlo, lo guio hacia la cama donde lo recostó con cuidado, posicionándose sobre él teniendo cuidado de no poner todo su peso. De a poco fue bajando sus labios por su cuello, pasó sus brazos bajo el menor para desabrochar el vestido y sacarle la parte de arriba dejándole descubierto. El alto paseo su lengua por su clavícula, descendiendo hasta esos botoncitos café tan lindos y ricos que sabían dentro de su boca. El menor comenzaba a sacar suspiritos de sus labios mientras se retorcía bajo el cuerpo que estaba sobre de él y enredada sus dedos en el cabello de éste. MinHo pasaba su lengua alrededor de su pezón, succionándolos de momento y morderlo, pasando al otro, dejando el anterior entre sus dedos. Se levantó arrodillándose para quitarse el saco que traía y su camisa blanca. Inclinándose tomó el vestido por la cintura y acabó de quitárselo.
Se veía tan hermoso ahí, de esa forma, acostado sobre su cama, con sólo su bóxer, porque si, aunque se vistiera como chica, seguí usando bóxer. Y se veía tan provocador. Volvió a besarlo, ya con más deseo, re menor pasó sus brazos tras su cuello acercando lo más, le gustaba tenerlo cerca, sentir su cuerpo desnudo pegado al suyo. El mayor comenzó a pasear sus manos sobre el torso contrario, pasando a sus costados, bajando al hueso de su cadera, bajando a sus muslos, bajando más hacia sus piernas, subiendo las un poco, subió más su mano por dentro de sus muslos hasta llegar a esa parte.
— ¡Ah! — El menor se separó al sentir el agarre de su parte y gimió. El alto tomó la orilla del bóxer jalándolo hacía abajo, alzando sus piernas y separándose para poder quitarlo y volver a posicionarse sobre él.
— Minnie, te quiero. — Besaba su cuello mientas seguía apretando esa parte, sacando me suspiros y gemidos de su pareja, quien seguía apretándolo contra él. — Te deseo.
— ¡Ah! Min... MinHo... Hyu...
— Dime oppa. — Había encontrado excitante que le dijera así.
— ¡MinHo-oppa..! — Gemía y gemía su nombre. — Me... me vengo... — El nombrado aumentó la velocidad de su sube y baja hasta que el otro soltó un gemidos alto y sintió algo viscoso en su mano. Volvio a besarlo deja dolo sin aire. Separándose rápido para quitarse la ropa que le quedaba.
Volvió a besarlo mientras pasaba una mano por debajo, pasando por sus glúteos, apretando los de paso hasta llegar a ese agujerito, pasando un dedo alrededor.
— Mi-MinHo... — Dijo algo Temeroso.
— Tranquilo Minnie. — Le miró a los ojos. Cuando quieras podemos parar. — Era sincero. Aunque tuviera tantas ganas de hacérselo, pararía si se lo pidiera, no quería lastimarlo, quería demostrarle lo mucho que lo amaba. El menor asintió jalándolo para volver a besarle, era su primera vez y tenía algo de miedo, y besarle le tranquilizaba un poco.
El mayor tomó las delgadas piernas flexionando las un poco, abriéndole y colocándose en medio de ellas para darle mejor acceso. Pasó ambas manos bajo su pareja tras su trasero para volver a encontrar ese lugar pequeño que tenía que preparar.
— Minnie. — Pasó tres dedos sobre su boca, entendiendo los comenzó a lamer hasta que quedaron suficientemente húmedos.
Bajó su mano y con cuidado comenzó a introducir el primer dedo, TaeMin se quejó un poco, con la otra mano MinHo encontró el miembro contrario comenzando a masturbarlo de nuevo. Mientras movía su dedo en círculos, tratando de dilatar al menor. Cuando creyó que ya, metió el segundo.
— ¡Mh! — Se quejó al sentirlo. Si recordaba lo grande que lo tenía, y le estaba doliendo desde ya, no se imaginaba teniéndolo dentro.
— Relájate. — Juntó sus labios, jugueteando con su lengua para distraerlo. Sabía que al menor se le hacía algo difícil llevarle el paso cuando usaban sus lenguas y necesitaba concentrarse para no ahogarse.
Como aquella vez en que después de estudiar, MinHo lo había sentado sobre sus piernas y comenzaron a besarse como si el mundo se fuera a acabar. Al alto le gustaban esos besos. Su lengua era ruda contra la ajenaajena, metiendo la suya en la boca contraria, hasta que TaeMin se separó por aire casi y ahogándose con la saliva de ambos.
— ¡Mh! — Gimió quejando por el tercer dedo.
MinHo subía y bajaba más rápido.
— Minnie... voy a entrar. — No aguantaba más. El otro asintió. MinHo tomó su miembro buscando con la punta su entrada hasta encontrarla y comenzó a introducirse.
— Es-estás muy grande. - Se presionó más puerta a su cuello. Le estaba costando entrar por completo. Lo hacía lento, casi desesperándose. - ¡MinHo! - Se quejó y el nombrado se quedó quieto.
— Lo siento Minnie... podemos...
— ¡No! Espérame... — Se besaron hasta que el menor se empezaba a acostumbrar. En cuanto comenzó a sacarlo y a meterlo de a poco, MinHo sintió tan agradable que ya fue él quien comenzó a sacarlo y meterlo, lento primero para poco a poco ir más rápido, olvidándose del amiguito de su pareja.—¡Ah! — Gimió al sentir una estocada en su próstata. MinHo volvió a golpearla. — ¡Ah! — Era música para sus oídos. Comenzó darle ahí más seguido y rápido.
MinHo bajó a su cuello chupando una sección sacando más suspiros de la boca de su novio, hasta que le dejó una linda mancha roja. Y siguió bajando hasta llegar de nuevo a sus pezones.
Se sintió cerca, al igual que TaeMin, a pesar de que ya no era masajeando, era apretado y frotado entre su vientre y el que estaba en sima suyo.
— Minnie, me vengo. — Varias estocadas más y ambos se corrieron.
MinHo dejó caer Todo su peso en el menor, espero a que recuperará el aliento para pararse, cargarlo, descender la cama y meterse en ella. Ese día durmió como nunca, abrazado de su lindo novio.
Al otro día el menor no podía mantenerse parado por mucho tiempo, aprovechando para que MinHo le trajera de aquí para allá en brazos.
...
— ¡No! ¡No quiero! — Se negaba rotundamente.
— Pero Minnie, Key quiere hablar contigo.
— Pero yo no.
— Te estoy llevando. — Le cargaba de su cuarto a la cocina.
— Me voy a enojar.
— Minnie ¿Aún estás inseguro? — El otro soltaba quejidos de molestia como un niño pequeño. No quería hablar con KiBum, aún no. — ¿No he hecho lo suficiente? ¿No te he hecho el amor suficientes veces para demostrarte que solo te quiero a ti? — Se detuvo en la sala. Por eso le cargaba, la noche anterior lo habían hecho. Y es que a TaeMin le había comenzado a gustar que le diera duro. Lo hacían cada que el menor quería, desde el día de su fiesta.
— Sí, pero... aun no me siento listo.
— Mi Taeminnie, él quiere ser tu amigo, como le habías pedido y tú no lo dejas. — TaeMin frunció los labios.
Entre MinHo y KiBum se habían arreglado las cosas sin tener que hablarlas. A KiBum le alegraba que su amigo por fin hubiera encontrado a alguien y se diera cuenta de que estaba confundido en cuanto a lo que sentía por él.
— Está bien. — El alto reanudó su camino a la cocina, donde estaba KiBum preparando algo para TaeMin, el novio de su mejor amigo. ¡Ay! ¡Qué bien sentía decir eso!
— Minnie. — Saludó efusivo al verle.
— No, solo yo puedo decirle Minnie. — Le sentó en un banco.
— ¡Ash! — Tomó el plato que tenía y se lo dio al menor. — Seamos amigos ¿Si? — TaeMin sonrió al ver lo que tenía el plato: Una rebanada de pastel con bolas de helado a la orilla, Tae asintió repetidas veces. KiBum sonrió de la ternura. — ¿Verdad que yo también te puedo decir Minnie? — Éste le miró con la cuchara en la boca saboreando el helado. Sonrió y negó travieso. — ¡Ah! — Gritó dramático. — Entonces dame eso. — Le quitó el plato en forma de broma.
— Ah~— Se quejó quedito, no era justo. Arrugó su frente e hizo un puchero mirando a su novio.
— Ay qué lindo. Toma. — Le devolvió el plato, siendo recibido con gusto. — Sí no, esta rana me mata.
Desde ahí, su novio y mejor amigo se llevaban tan bien. Demasiado, debería decir. KiBum había adoptado su forma de madre con TaeMin, y si MinHo no hacia lo que el menor quería, era regañado por el otro. Era injusto, pero lo amaba.
Y ahí llegamos. A las compras que realizaba con su TaeMin y con KiBum, quien le había gustado el menor para vestirlo como su muñeca viviente.
Tae le vio desde un aparador, se estaba probando una falda que a KiBum le había gustado para él. Le sonrió y le guiñó un ojo. Como fuera, chico o chica, él/la lo volvía loco.
Bueno, espero les haya gustado, supongo que es su forma de disculparse por dejar a medias el otro. No lo leí para corregirlo, porque tienes varias fallas por ahí xDx
tiari
MinHo & Onew
444
Re: Él/la (One-Shot) (2min)
oh que bonito, fue todo una locura al inicio
pero después, morí de amor, no se si Jjong
hizo el comentario realmente sin intención heeeee
tengo mis dudas (¬_¬) jeje pero sentí feo por
minnie, lo bueno es que termino bien,
mas que bien diria yo ( ◡‿◡ ♡)
y era de esperarse, madre e hijo terminarían juntos jujuju
En fin, gracias por compartirlo
Saludines
pero después, morí de amor, no se si Jjong
hizo el comentario realmente sin intención heeeee
tengo mis dudas (¬_¬) jeje pero sentí feo por
minnie, lo bueno es que termino bien,
mas que bien diria yo ( ◡‿◡ ♡)
y era de esperarse, madre e hijo terminarían juntos jujuju
En fin, gracias por compartirlo
Saludines
anny-min
minho & Taemin
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