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Fantasy {MinKey}
Título: Fantasy.
Autor: Faby Estrada.
Tipo: Hetero.
Pareja: MinKey
Nota: Pues nada, que se me ocurrió ahorita y estoy enferma(?) XD Por cierto, disculpen los errores, sé que los hay, pero no quiero revisarlo jaja me da flojerita ;(
¡A leer! Y si les gustó, ¡déjenme comentarios, no sean malos y se vayan así como así! -3-
Autor: Faby Estrada.
Tipo: Hetero.
Pareja: MinKey
Nota: Pues nada, que se me ocurrió ahorita y estoy enferma(?) XD Por cierto, disculpen los errores, sé que los hay, pero no quiero revisarlo jaja me da flojerita ;(
¡A leer! Y si les gustó, ¡déjenme comentarios, no sean malos y se vayan así como así! -3-
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«Ella está aquí. »
Cuando Choi Minho dirigió la mirada a la mujer que acababa de entrar por las enormes puertas del gran salón donde se llevaba a cabo la boda de su mejor amigo, su cuerpo se tensó en anticipación y tuvo una erección instantánea. Se mordió el labio inferior y apretó la frágil copa de champagne con la mano derecha. Su cuerpo rugía por ir hasta donde se encontraba ella con ese diminuto vestido rojo y sexy como el demonio.
Minho la recorrió con la mirada, tragándose su imagen. Desde sus zapatillas de tacón alto, sus preciosas y largas piernas enfundadas en medias negras, sus caderas llenas, su cintura estrecha, sus hombros pequeños, su cuello largo, su rostro impecable, perfecto. Oh, y esos labios en forma de corazón, rojos e hinchados; los ojos gatunos y sensuales mirando con altanería a todo aquel que pasaba delante suyo. Dios, había pasado tanto tiempo desde la última vez que la había visto.
Con un suspiró, la observó mientras estaba de pie frente al pastel. Joder, Kim Gwiboon era toda una visión, una diosa. Una diosa que lo había hechizado desde la secundaria. ¿Y él tontamente había pensado que había superado su ambición por ella? Síp, seguro, eso nunca iba a pasar hasta que se deshiciera de esa fantasía de querer tenerla completamente para él, enterrarse en su cuerpo, hacerla gritar de placer y morir entre sus piernas.
Se removió incómodo y discretamente acomodó su erección para que la cabrona no se notara. Dejó la copa en la mesa más cercana, se pasó una mano por el pelo, arregló su saco y caminó con paso seguro hacia ella. Su mirada fija en Gwiboon.
Mírame, mírame, anda, mírame.
Repetía una y otra vez aquellas palabras. Nunca hubiera pensado que funcionaría, pero cuando Gwiboon dejó de hablar con una pelirroja y sus ojos se encontraron con los suyos, no pudo evitar que en su rostro apareciera una lasciva sonrisa.
Gwiboon se disculpó con la mujer que tenía cerca y caminó hacia a él.
—Vaya, ¿de verdad eres Choi Minho? —Preguntó ella en cuanto estuvieron frente a frente.
—Claro.
Gwiboon se echó a reír y le rodeó el cuello con los brazos. El abrazo fue todo lo que él hubiera querido: íntimo, caliente e intenso. Síp, porque así como estaban de pegados y con los brazos de él alrededor de esa bonita cintura, Minho conoció cada curva de ella. Jesús, que delicia.
—Eres toda una visión, Choi. Has cambiado mucho —ella se alejó de su abrazo y lo recorrió de arriba abajo con esos ojos tremendamente persuasivos.
Minho quería gruñir ante tal atención, pero en vez de eso se limitó a reír y acariciarle la mejilla.
—¿Yo? Por favor —se mofó—, la única que es toda una visión aquí eres tú. Estás fantástica.
—Oh, gracias —lo observó atentamente por última vez y después miró alrededor, como si estuviera buscando algo… o alguien. —Oye —murmuró—, ¿nos sentamos juntos? No conozco a mucha gente por aquí.
—Claro.
La agarró de la mano y la guió hasta su mesa. Lo cual significaba que podrían tener un momento de intimidad. A pesar de haber sido el padrino de bodas, a Minho no le gustaba mucho socializar con la gente y por eso había escogido una de las mesas más apartadas del salón. Mierda, de haber podido hubiera escogido la que estaba cerca del baño, pero eso significaba soportar los olores, y no muchas gracias.
Cuando llegaron y él movió la silla para ella. Los anillos que Gwiboon traía en el dedo anular de la mano izquierda brillaron. Y con eso, todo el jodido mundo de Minho se aplastó. Claro, ¿cómo pudo haber pensado que Gwiboon estuviera todavía soltera?
—¿Has venido sola? —Preguntó una vez se hubo sentado.
Gwiboon lo miró con un brillo extraño en los ojos.
—Sí, ¿por qué lo preguntas?
Sin poder ocultar el malestar que sentía en las entrañas, Minho señaló su mano con la cabeza.
—Creí que vendrías con tu esposo.
El rostro de Gwiboon se volvió de piedra.
—Ese imbécil —le puso una mano sobre la suya, apretándola suavemente—. Mejor no hablemos de eso. Es más, haz como si no estuviera casada.
Gwiboon alejó la mano demasiado rápido para el gusto de Minho, pero lo que pasó a continuación lo dejó atónito. Los anillos fueron historia en cuestión de segundos, con ella poniéndolos dentro de su bolso, dejando sólo las marcas que delataban que había llevado esos anillos durante un tiempo. ¿Qué carajos significaba eso?
Vale, eso sólo podría tener una respuesta, ¿no? Gwiboon quería jugar sucio y había escogido a su oponente.
Geniaaaaaal.
Minho estaba a punto de decir una putada, pero dejó de pensar, de razonar, cuando ella cruzó las piernas a la altura de las rodillas, causando que su vestido se alzara y dejara al descubierto un liguero. ¡Un liguero! ¡Jesucristo! Aquello fue como si le hubieran dicho a su pene hola-buenos-días-compañero-levántate. Porque el cabrón obedeció al instante.
Abrió la boca como si fuera un perro y contuvo un jadeo. Mierda, si no llevaba a Gwiboon al cubículo de uno de los baños, iba a estar muerto.
Ella lo miró, sonriendo, tal vez consciente de lo que pasaba dentro de sus pantalones.
—¿Qué? —Preguntó, su voz baja y seductora.
Yyyyyyy más golpes en sus pantalones. Tragó saliva con dificultad y lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza. De pronto tenía tanto calor que sus manos actuaron por sí solas, aflojando un poco la corbata.
—Y cuéntame, ¿qué ha sido de tu vida? ¿Te has casado?
Él rió, después metió la mano en el saco, sacando una cajetilla de cigarros.
—¿Te molesta que fume?
—No.
—Bien.
Se tomó el tiempo del mundo para sacar sus Marlboro rojos. Cuando lo encendió y dio una calada, giró su cuerpo completamente para mirar a Gwiboon.
—No, no estoy casado. ¿Por qué la pregunta?
—Mm —murmuró ella—, por nada.
Llevándose el cigarro a la boca nuevamente, sonrió. Se sentía tan incómodo que no iba a soportar mucho tiempo así. Necesitaba sacar a Gwiboon de aquí ya mismo y hacerle el amor en el primer lugar vacio que encontrara.
—Dime, Gwiboon —dejó el cigarro en el cenicero, y con el dedo índice le recorrió lentamente el brazo desnudo—, ¿has engañado una vez a tu esposo?
Lo cual en el idioma de Minho quería decir: ¿engañarías a tu esposo conmigo?
Gwiboon lo miró seriamente por unos segundos. Después, sonrió y le puso una de sus preciosas manos en el muslo. Minho se tensó, sintiendo esos dedos ir cada vez más y más arriba.
—Nop, no lo he engañado. —El «todavía» quedó en el aire. Pero estaba claro lo que ella quería. Lo que ambos querían. —Voy al baño, ¿está bien?
Minho asintió entrecerrando los ojos. ¿Había en aquella frase algún mensaje? Joder, quería unirse a ella y acabar con el juego de una maldita vez.
Gwiboon se levantó, dio media vuelta y contoneó las caderas hasta que estuvo frente al baño, en donde se detuvo y volvió la mirada hacia a él. ¡Sí! Eso fue suficiente para que Minho se levantara del asiento y la siguiera. Se dio cuenta que estaba metiéndose al baño de mujeres pero, ¿a quién puta le importaba?
Justo cuando ponía un pie dentro, las manos de Gwiboon le agarraron la cara para chocar los labios con los de él. Minho gimió y llevó las manos hasta su trasero, la agarró fuertemente e hizo que brincara y le envolviera las caderas con esas largas y perfectas piernas suyas. Cerró la puerta y le echó seguro para que no pudiera entrar nadie más. Joder, por suerte el baño estaba vació.
Llevó a Gwiboon hasta el lavamanos, y en el proceso, le alzó el vestido hasta la cintura, exponiendo una preciosa tanga negra.
—Oh, Jesús, eres perfecta.
—Minho… —jadeó ella mientras él hacía un lado el pedacito de tela y le agarraba el sexo descaradamente con la mano, sin previo aviso y con urgencia. Gwiboon enterró las manos en su cabello, jalándolo un poco cuando metió el dedo medio en su interior. Joder, estaba mojada, muy, muy, muy mojada.
Bien, hora de actuar y hacerla llegar.
Devorándole la boca, Minho puso a sus dedos a trabajar, le enterró el dedo índice y la exploró, comenzó a moverlo mientras que, con el pulgar, le acariciaba el clítoris. Cuando los jadeos de Gwiboon se hicieron más fuertes e intensos, sacó los dedos, causando que ella lloriqueara por haberla dejado antes de que pudiera acabar.
Pero Minho fue rápido; bajó la cremallera, liberó su erección, se envolvió en un condón y la penetró fuertemente. Le mordió el cuello cuando ella gritó por su brusca intromisión, haciéndola llegar al orgasmo.
—Oh, mierda —gimió al sentir las paredes de ella exprimiéndolo. Se quedó quieto y apretó los dientes para no correrse en ese instante.
Cuando Gwiboon se calmó y dejó la cabeza laxa sobre su hombro, Minho comenzó a moverse, primero lento, después fuerte y despiadado.
—¡Joder, Minho!
Él se detuvo por un instante y le sonrió. Oh, era un hijo de puta.
—¿Te gusta? —Preguntó, sabiendo que era obvio, pero quería escucharlo salir de sus labios.
Gwiboon lo besó, gimiendo.
—Sí, me encanta, me fascina —murmuró sobre sus labios, desesperada y necesitada de más.
Y fue como si le hubiera puesto gasolina. Las caderas de Minho comenzaron a moverse una vez más, chocando fuertemente contra ese blanco y redondeado trasero. Le agarró la cintura, apretándola, comiéndosela; sintiendo como ella la pasaba los brazos por el cuello y se rendía ante él.
El orgasmo llegó al mismo tiempo para los dos. Minho quería gritar junto con Gwiboon, pero se limitó a jadear y morderle la oreja a su pecaminosa amante.
Cuando todo acabó, se quedaron quietos, con el ruido de la música de fondo y amortiguado por la puerta. Minho comenzó a acariciarle la espalda, alzó la mirada hacia el espejo, encontrando el reflejo de ambos cansados, sudorosos y saciados.
Quería quedarse así por siempre, pero no podía. Salió de ella sin decir nada y tiró el condón a la basura, se acomodó los pantalones y la ayudó a bajar.
Gwiboon lo miró y lo besó nuevamente, pero esta vez lentamente. Cuando se separaron, ella le sonrió y le dio un apretón en la nalga.
—Sal, te veo afuera, necesito limpiarme.
Él asintió y obedeció. No pudo llegar a su mesa cuando Jonghyun, su mejor amigo, lo abordó.
—Hey, te desapareciste.
Minho trató de regular su respiración y rogó porque su amigo no oliera el sexo en su cuerpo.
—Ah, sí, disculpa. ¿Necesitabas algo?
Jonghyun entrecerró los ojos, se encogió de hombros y no le preguntó nada más.
—No, solo pensé que te habías ido. Estaba a punto de mandarte a la mierda, ¿sabes? Por un momento me pregunté si podrías ser tan desgraciado como para abandonarme en mi boda.
Minho se rió y le rodeó los hombros.
—Vamos, hombre, sabes que no haría eso.
—Mmm ya —Jonghyun se sacudió, se alejó para quedar frente a frente a él y abrió la boca para decirle algo más, pero sus ojos se centraron sobre el hombro de Minho—. ¡Oh, Gwiboon, aquí estás!
—Hola, Jjong. ¡Felicidades otra vez!
Gwiboon le dio un abrazo breve a Jonghyun, después, se deslizó junto a Minho.
—Le estaba diciendo a tu esposo que había pensado que se habían ido —se quejó Jonghyun, cruzando los brazos frente al pecho.
Ella miró a Jonghyun una fracción de segundo antes de mirarlo a él. Dios, se veía adorable con las mejillas rojas y los labios hinchados por sus besos.
—No haríamos eso, sería una falta total de respeto, ¿verdad, Minho?
—Totalmente —contestó él, rodeándole la cintura con un brazo.
Después de unas palabras más con el novio, se sentaron nuevamente a la mesa en donde el juego empezó. Gwiboon se acurrucó contra él y suspiró.
—¿Y? —Susurró ella, jugueteando con su corbata—, ¿cómo lo hice?
Minho sonrió y le besó la frente.
—Muy bien, amor. Fue perfecto.
—Osh, esas fantasías que tienes nos van a meter en problemas un día de estos.
Mientras reía, Minho le agarró la quijada y le dio un corto beso.
—¿Me culpas por ello? Parece que lo disfrutas, ¿no es así?
Ella se sonrojó y le golpeó el pecho, después, agarró el bolso que había dejado en la mesa, sacó sus anillos y se los volvió a poner.
—Hubieras visto la cara que pusiste cuando me inventé eso de que hicieras como si no estuviera casada.
Minho puso los ojos en blanco y se mordió el labio.
—Eso fue sucio, subió mi perversión a un punto insoportable —la abrazó, pegándola a su pecho—. Te amo, Gwiboon.
—Y yo a ti, Minho.
Se dieron un último beso antes de que las ridiculeces que Jonghyun estaba haciendo en la pista de baile llamaran su atención. Minho acarició distraídamente el brazo de su mujer y sonrió, pensando que en la próxima fantasía él sería un doctor y ella su paciente.
Dios, estaba tan enfermo…
Cuando Choi Minho dirigió la mirada a la mujer que acababa de entrar por las enormes puertas del gran salón donde se llevaba a cabo la boda de su mejor amigo, su cuerpo se tensó en anticipación y tuvo una erección instantánea. Se mordió el labio inferior y apretó la frágil copa de champagne con la mano derecha. Su cuerpo rugía por ir hasta donde se encontraba ella con ese diminuto vestido rojo y sexy como el demonio.
Minho la recorrió con la mirada, tragándose su imagen. Desde sus zapatillas de tacón alto, sus preciosas y largas piernas enfundadas en medias negras, sus caderas llenas, su cintura estrecha, sus hombros pequeños, su cuello largo, su rostro impecable, perfecto. Oh, y esos labios en forma de corazón, rojos e hinchados; los ojos gatunos y sensuales mirando con altanería a todo aquel que pasaba delante suyo. Dios, había pasado tanto tiempo desde la última vez que la había visto.
Con un suspiró, la observó mientras estaba de pie frente al pastel. Joder, Kim Gwiboon era toda una visión, una diosa. Una diosa que lo había hechizado desde la secundaria. ¿Y él tontamente había pensado que había superado su ambición por ella? Síp, seguro, eso nunca iba a pasar hasta que se deshiciera de esa fantasía de querer tenerla completamente para él, enterrarse en su cuerpo, hacerla gritar de placer y morir entre sus piernas.
Se removió incómodo y discretamente acomodó su erección para que la cabrona no se notara. Dejó la copa en la mesa más cercana, se pasó una mano por el pelo, arregló su saco y caminó con paso seguro hacia ella. Su mirada fija en Gwiboon.
Mírame, mírame, anda, mírame.
Repetía una y otra vez aquellas palabras. Nunca hubiera pensado que funcionaría, pero cuando Gwiboon dejó de hablar con una pelirroja y sus ojos se encontraron con los suyos, no pudo evitar que en su rostro apareciera una lasciva sonrisa.
Gwiboon se disculpó con la mujer que tenía cerca y caminó hacia a él.
—Vaya, ¿de verdad eres Choi Minho? —Preguntó ella en cuanto estuvieron frente a frente.
—Claro.
Gwiboon se echó a reír y le rodeó el cuello con los brazos. El abrazo fue todo lo que él hubiera querido: íntimo, caliente e intenso. Síp, porque así como estaban de pegados y con los brazos de él alrededor de esa bonita cintura, Minho conoció cada curva de ella. Jesús, que delicia.
—Eres toda una visión, Choi. Has cambiado mucho —ella se alejó de su abrazo y lo recorrió de arriba abajo con esos ojos tremendamente persuasivos.
Minho quería gruñir ante tal atención, pero en vez de eso se limitó a reír y acariciarle la mejilla.
—¿Yo? Por favor —se mofó—, la única que es toda una visión aquí eres tú. Estás fantástica.
—Oh, gracias —lo observó atentamente por última vez y después miró alrededor, como si estuviera buscando algo… o alguien. —Oye —murmuró—, ¿nos sentamos juntos? No conozco a mucha gente por aquí.
—Claro.
La agarró de la mano y la guió hasta su mesa. Lo cual significaba que podrían tener un momento de intimidad. A pesar de haber sido el padrino de bodas, a Minho no le gustaba mucho socializar con la gente y por eso había escogido una de las mesas más apartadas del salón. Mierda, de haber podido hubiera escogido la que estaba cerca del baño, pero eso significaba soportar los olores, y no muchas gracias.
Cuando llegaron y él movió la silla para ella. Los anillos que Gwiboon traía en el dedo anular de la mano izquierda brillaron. Y con eso, todo el jodido mundo de Minho se aplastó. Claro, ¿cómo pudo haber pensado que Gwiboon estuviera todavía soltera?
—¿Has venido sola? —Preguntó una vez se hubo sentado.
Gwiboon lo miró con un brillo extraño en los ojos.
—Sí, ¿por qué lo preguntas?
Sin poder ocultar el malestar que sentía en las entrañas, Minho señaló su mano con la cabeza.
—Creí que vendrías con tu esposo.
El rostro de Gwiboon se volvió de piedra.
—Ese imbécil —le puso una mano sobre la suya, apretándola suavemente—. Mejor no hablemos de eso. Es más, haz como si no estuviera casada.
Gwiboon alejó la mano demasiado rápido para el gusto de Minho, pero lo que pasó a continuación lo dejó atónito. Los anillos fueron historia en cuestión de segundos, con ella poniéndolos dentro de su bolso, dejando sólo las marcas que delataban que había llevado esos anillos durante un tiempo. ¿Qué carajos significaba eso?
Vale, eso sólo podría tener una respuesta, ¿no? Gwiboon quería jugar sucio y había escogido a su oponente.
Geniaaaaaal.
Minho estaba a punto de decir una putada, pero dejó de pensar, de razonar, cuando ella cruzó las piernas a la altura de las rodillas, causando que su vestido se alzara y dejara al descubierto un liguero. ¡Un liguero! ¡Jesucristo! Aquello fue como si le hubieran dicho a su pene hola-buenos-días-compañero-levántate. Porque el cabrón obedeció al instante.
Abrió la boca como si fuera un perro y contuvo un jadeo. Mierda, si no llevaba a Gwiboon al cubículo de uno de los baños, iba a estar muerto.
Ella lo miró, sonriendo, tal vez consciente de lo que pasaba dentro de sus pantalones.
—¿Qué? —Preguntó, su voz baja y seductora.
Yyyyyyy más golpes en sus pantalones. Tragó saliva con dificultad y lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza. De pronto tenía tanto calor que sus manos actuaron por sí solas, aflojando un poco la corbata.
—Y cuéntame, ¿qué ha sido de tu vida? ¿Te has casado?
Él rió, después metió la mano en el saco, sacando una cajetilla de cigarros.
—¿Te molesta que fume?
—No.
—Bien.
Se tomó el tiempo del mundo para sacar sus Marlboro rojos. Cuando lo encendió y dio una calada, giró su cuerpo completamente para mirar a Gwiboon.
—No, no estoy casado. ¿Por qué la pregunta?
—Mm —murmuró ella—, por nada.
Llevándose el cigarro a la boca nuevamente, sonrió. Se sentía tan incómodo que no iba a soportar mucho tiempo así. Necesitaba sacar a Gwiboon de aquí ya mismo y hacerle el amor en el primer lugar vacio que encontrara.
—Dime, Gwiboon —dejó el cigarro en el cenicero, y con el dedo índice le recorrió lentamente el brazo desnudo—, ¿has engañado una vez a tu esposo?
Lo cual en el idioma de Minho quería decir: ¿engañarías a tu esposo conmigo?
Gwiboon lo miró seriamente por unos segundos. Después, sonrió y le puso una de sus preciosas manos en el muslo. Minho se tensó, sintiendo esos dedos ir cada vez más y más arriba.
—Nop, no lo he engañado. —El «todavía» quedó en el aire. Pero estaba claro lo que ella quería. Lo que ambos querían. —Voy al baño, ¿está bien?
Minho asintió entrecerrando los ojos. ¿Había en aquella frase algún mensaje? Joder, quería unirse a ella y acabar con el juego de una maldita vez.
Gwiboon se levantó, dio media vuelta y contoneó las caderas hasta que estuvo frente al baño, en donde se detuvo y volvió la mirada hacia a él. ¡Sí! Eso fue suficiente para que Minho se levantara del asiento y la siguiera. Se dio cuenta que estaba metiéndose al baño de mujeres pero, ¿a quién puta le importaba?
Justo cuando ponía un pie dentro, las manos de Gwiboon le agarraron la cara para chocar los labios con los de él. Minho gimió y llevó las manos hasta su trasero, la agarró fuertemente e hizo que brincara y le envolviera las caderas con esas largas y perfectas piernas suyas. Cerró la puerta y le echó seguro para que no pudiera entrar nadie más. Joder, por suerte el baño estaba vació.
Llevó a Gwiboon hasta el lavamanos, y en el proceso, le alzó el vestido hasta la cintura, exponiendo una preciosa tanga negra.
—Oh, Jesús, eres perfecta.
—Minho… —jadeó ella mientras él hacía un lado el pedacito de tela y le agarraba el sexo descaradamente con la mano, sin previo aviso y con urgencia. Gwiboon enterró las manos en su cabello, jalándolo un poco cuando metió el dedo medio en su interior. Joder, estaba mojada, muy, muy, muy mojada.
Bien, hora de actuar y hacerla llegar.
Devorándole la boca, Minho puso a sus dedos a trabajar, le enterró el dedo índice y la exploró, comenzó a moverlo mientras que, con el pulgar, le acariciaba el clítoris. Cuando los jadeos de Gwiboon se hicieron más fuertes e intensos, sacó los dedos, causando que ella lloriqueara por haberla dejado antes de que pudiera acabar.
Pero Minho fue rápido; bajó la cremallera, liberó su erección, se envolvió en un condón y la penetró fuertemente. Le mordió el cuello cuando ella gritó por su brusca intromisión, haciéndola llegar al orgasmo.
—Oh, mierda —gimió al sentir las paredes de ella exprimiéndolo. Se quedó quieto y apretó los dientes para no correrse en ese instante.
Cuando Gwiboon se calmó y dejó la cabeza laxa sobre su hombro, Minho comenzó a moverse, primero lento, después fuerte y despiadado.
—¡Joder, Minho!
Él se detuvo por un instante y le sonrió. Oh, era un hijo de puta.
—¿Te gusta? —Preguntó, sabiendo que era obvio, pero quería escucharlo salir de sus labios.
Gwiboon lo besó, gimiendo.
—Sí, me encanta, me fascina —murmuró sobre sus labios, desesperada y necesitada de más.
Y fue como si le hubiera puesto gasolina. Las caderas de Minho comenzaron a moverse una vez más, chocando fuertemente contra ese blanco y redondeado trasero. Le agarró la cintura, apretándola, comiéndosela; sintiendo como ella la pasaba los brazos por el cuello y se rendía ante él.
El orgasmo llegó al mismo tiempo para los dos. Minho quería gritar junto con Gwiboon, pero se limitó a jadear y morderle la oreja a su pecaminosa amante.
Cuando todo acabó, se quedaron quietos, con el ruido de la música de fondo y amortiguado por la puerta. Minho comenzó a acariciarle la espalda, alzó la mirada hacia el espejo, encontrando el reflejo de ambos cansados, sudorosos y saciados.
Quería quedarse así por siempre, pero no podía. Salió de ella sin decir nada y tiró el condón a la basura, se acomodó los pantalones y la ayudó a bajar.
Gwiboon lo miró y lo besó nuevamente, pero esta vez lentamente. Cuando se separaron, ella le sonrió y le dio un apretón en la nalga.
—Sal, te veo afuera, necesito limpiarme.
Él asintió y obedeció. No pudo llegar a su mesa cuando Jonghyun, su mejor amigo, lo abordó.
—Hey, te desapareciste.
Minho trató de regular su respiración y rogó porque su amigo no oliera el sexo en su cuerpo.
—Ah, sí, disculpa. ¿Necesitabas algo?
Jonghyun entrecerró los ojos, se encogió de hombros y no le preguntó nada más.
—No, solo pensé que te habías ido. Estaba a punto de mandarte a la mierda, ¿sabes? Por un momento me pregunté si podrías ser tan desgraciado como para abandonarme en mi boda.
Minho se rió y le rodeó los hombros.
—Vamos, hombre, sabes que no haría eso.
—Mmm ya —Jonghyun se sacudió, se alejó para quedar frente a frente a él y abrió la boca para decirle algo más, pero sus ojos se centraron sobre el hombro de Minho—. ¡Oh, Gwiboon, aquí estás!
—Hola, Jjong. ¡Felicidades otra vez!
Gwiboon le dio un abrazo breve a Jonghyun, después, se deslizó junto a Minho.
—Le estaba diciendo a tu esposo que había pensado que se habían ido —se quejó Jonghyun, cruzando los brazos frente al pecho.
Ella miró a Jonghyun una fracción de segundo antes de mirarlo a él. Dios, se veía adorable con las mejillas rojas y los labios hinchados por sus besos.
—No haríamos eso, sería una falta total de respeto, ¿verdad, Minho?
—Totalmente —contestó él, rodeándole la cintura con un brazo.
Después de unas palabras más con el novio, se sentaron nuevamente a la mesa en donde el juego empezó. Gwiboon se acurrucó contra él y suspiró.
—¿Y? —Susurró ella, jugueteando con su corbata—, ¿cómo lo hice?
Minho sonrió y le besó la frente.
—Muy bien, amor. Fue perfecto.
—Osh, esas fantasías que tienes nos van a meter en problemas un día de estos.
Mientras reía, Minho le agarró la quijada y le dio un corto beso.
—¿Me culpas por ello? Parece que lo disfrutas, ¿no es así?
Ella se sonrojó y le golpeó el pecho, después, agarró el bolso que había dejado en la mesa, sacó sus anillos y se los volvió a poner.
—Hubieras visto la cara que pusiste cuando me inventé eso de que hicieras como si no estuviera casada.
Minho puso los ojos en blanco y se mordió el labio.
—Eso fue sucio, subió mi perversión a un punto insoportable —la abrazó, pegándola a su pecho—. Te amo, Gwiboon.
—Y yo a ti, Minho.
Se dieron un último beso antes de que las ridiculeces que Jonghyun estaba haciendo en la pista de baile llamaran su atención. Minho acarició distraídamente el brazo de su mujer y sonrió, pensando que en la próxima fantasía él sería un doctor y ella su paciente.
Dios, estaba tan enfermo…
Última edición por FabMin el Vie Abr 19, 2013 10:45 pm, editado 1 vez
Re: Fantasy {MinKey}
Wahhh faby ¿quieres que te diga algo?
Eres excelente escribiendo para Spanta POR DIOS me encanta como escribes JJAA
por ti empece en el mundo de Spantaa y desde ese momento que te leí por primera
vez me ha encantando los fics de esta zona JAJA
JAJA no me había imaginado que ellos dos eran esposos -.- JAJA eso fue bastante divertido
CHOI MINHO si que esta bastante enfermo POR DIOS, aunque también es maravilloso
JAJA creo que esas escenas SENSUALES van a venir matando a Minho y más si todo el
tiempo esta imaginando como hacerlo con su esposa JAJA ;3
Eres excelente escribiendo para Spanta POR DIOS me encanta como escribes JJAA
por ti empece en el mundo de Spantaa y desde ese momento que te leí por primera
vez me ha encantando los fics de esta zona JAJA
JAJA no me había imaginado que ellos dos eran esposos -.- JAJA eso fue bastante divertido
CHOI MINHO si que esta bastante enfermo POR DIOS, aunque también es maravilloso
JAJA creo que esas escenas SENSUALES van a venir matando a Minho y más si todo el
tiempo esta imaginando como hacerlo con su esposa JAJA ;3
Última edición por MinhoO el Jue Abr 18, 2013 10:39 pm, editado 1 vez
JaneMin
Choi Minho♥
3737
Re: Fantasy {MinKey}
ooo mira quien lo diria sON ESPOSOS... aaaaaa minho tu y tus perversiones ekekekkekekekeekkk
y yo imaginandpo otra cosa ejeekekkeke
esta muy beuno
saudos
y yo imaginandpo otra cosa ejeekekkeke
esta muy beuno
saudos
Damsanm
onew
1008
Re: Fantasy {MinKey}
Jajajajajajajajajajajajaja XD eso si que fue intenso.......X eso siguen casados....Me encanta!!!!!!!!! Reinventarse o morir..........GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Pauletta
Onew!!!!
1088
Re: Fantasy {MinKey}
kyaaaaaa me encanto unnie...lo mejor de lo mejor...tenia tiempo que no leía una cosa tan sensualosa!!
me encanto me fascino...jajaja nunca creí que fueran esposos lol
crei que le ponia el cuerno a su esposo me encanto y minho todo cochinote pervertido kyaaa
unnie deberias hacer mas de estos ;D me encanta el minkey n.n
me encanto me fascino...jajaja nunca creí que fueran esposos lol
crei que le ponia el cuerno a su esposo me encanto y minho todo cochinote pervertido kyaaa
unnie deberias hacer mas de estos ;D me encanta el minkey n.n
b2uty
todos son tan lindos que es difícil decidir pero como tengo que escoger uno escogeré al lindo ONEW
217
Re: Fantasy {MinKey}
Hace tiempo que no leía algo tuyo -3-
Gracias por esto. Porque a Minho me gusta que lo pongan con todos -y todas lol- y ya quería leer algo de ese largote sensual y pervertido XD ok no, pero agfdsdfghjhgfdsa este Minkey era algo que necesitaba leer.
Lo amé, seriously.
Más de esto porfis ;3;
Gracias por esto. Porque a Minho me gusta que lo pongan con todos -y todas lol- y ya quería leer algo de ese largote sensual y pervertido XD ok no, pero agfdsdfghjhgfdsa este Minkey era algo que necesitaba leer.
Lo amé, seriously.
Más de esto porfis ;3;
Re: Fantasy {MinKey}
El final que no me esperaba OwO
Ajaskjasks te quedo genial Faby!! Tenia rato sin leer algo asi y me encanto lo que me tope LOL
Escribes genial, estupendo >www< ^^
Ajaskjasks te quedo genial Faby!! Tenia rato sin leer algo asi y me encanto lo que me tope LOL
Escribes genial, estupendo >www< ^^
DanyLee~
Taemin *-*
266
Re: Fantasy {MinKey}
No deja salgo del shock O_O, no me había pasado por la cabeza que eran esposos dios fue perfecto el lemon me encanto tanto, es excitante realizo su fantasía, y Jonghyun seguro sabia lo que había pasado lo olio en el aire (?), cuando le acaricio el muslo yo casi me caigo de mi silla, la penetro salvajemente mi mente a sido pervertida, estubo genial *^*
JOAN HINA
ஜKeybum ♥
2327
Re: Fantasy {MinKey}
WOOOOOoooo..... En serio no me imagine que en realidad estaban casados...
Minho eres un enfermo pervert.... Te adoro.... Hehehe......
Unnie eres la mejor adoro tus fic y oneshots...... Siempre quedo con ganas de leer mas.... Cuidate unnie.... Bye Bye
Minho eres un enfermo pervert.... Te adoro.... Hehehe......
Unnie eres la mejor adoro tus fic y oneshots...... Siempre quedo con ganas de leer mas.... Cuidate unnie.... Bye Bye
emodarkbaby99
Key
206
Re: Fantasy {MinKey}
Aaaah Faby, creo que ya he leído todos tus escritos;A; pero no importaa por que ya no me acordaba de éste y pues, ya me acordé moahahaha.
Escribe mas cosas así(?) jaja ya me voy, seguiré en mi búsqueda de MinKey ;D
Escribe mas cosas así(?) jaja ya me voy, seguiré en mi búsqueda de MinKey ;D
Adrie_tibbers
MinHo Onew
108
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