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[Oneshot|2Min] Eternity
Recuerdo del primer mensaje :
Titulo: Eternity~
Autor: Mizore-chan
Genero: Sobrenatural, Vampiros
Pareja: 2Min
Hola Chicas!
Pray de SunnyHill
Lost Child de IU
Cruel Fairy Tale de IU
y si les agrada el rock a si como a mi, esta canción pertenece al OST de la pelicula.
Change de Deftones
Titulo: Eternity~
Autor: Mizore-chan
Genero: Sobrenatural, Vampiros
Pareja: 2Min
Hola Chicas!
Bueno esta ves traigo un 2Min que se pues por las fechas en que estamos se me ocurrió. Esta basado en una de mis peliculas favoritas "Queen Of The Damned" a la que esta basada en en las crónicas vampiricas de la grandiosa escritora Anne Rice. El fic tiene fraces de la pelicula y los diferentes libros de la saga, que por haberlos leido una y otra vez se me han quedado grabado los dialogos xD. Es mi primer 2Min asi que... en la parte del "Lemon" repetí mucha una palabra por que la verdad es la unica que encuentro decente para ocupar! >_< me da cosa ocupar otra palabra, pero no se preocupen me pondré a investigar palabras xD.
Ya saben que para mis escritos siempre dejo recomendaciones de canciones para que la escuchen en su lectura.
Esta vez las recomendaciones son:
Ya saben que para mis escritos siempre dejo recomendaciones de canciones para que la escuchen en su lectura.
Esta vez las recomendaciones son:
Pray de SunnyHill
- Spoiler:
Lost Child de IU
- Spoiler:
Cruel Fairy Tale de IU
- Spoiler:
y si les agrada el rock a si como a mi, esta canción pertenece al OST de la pelicula.
Change de Deftones
- Spoiler:
¿Paranormal? ¿En este mundo existen las cosas sobrenaturales? Aun ni yo lo sé, y eso que soy un investigador con “experiencia” de lo paranormal.
Lee TaeMin es mi nombre.
Soy miembro de la orden famosa y a la vez no tan famosa llamada “Talamasca”. Una sociedad secreta que existe desde la época de los templarios, la cual se ocupa de investigar y vigilar hechos paranormales, en particular brujas, vampiros, hombres lobo y espíritus. Nuestro lema es "Vigilamos, y estamos siempre presentes"
A pesar de que era un importante investigador en ella, no estaba realmente convencido de que los vampiros y hombres lobos existieran. Innumerables veces había presenciado situaciones paranormales, sobrenaturales, como personas poseídas, casas embrujadas, una que otra bruja importante. Y no hablamos de esa señora de años arrugada y montada en una escoba, no. Hablamos de una línea, de un linaje único de brujas poderosas. Brujas ralamente bellas, en su mayoría eran puras mujeres, y se distinguían por su cabello; eran pelirrojas, rojo fuego. En la orden se decía que yo podría ser un algún hijo de alguna de aquellas brujas, ya que no se sabía realmente nada de mí, y llegué a la orden por que desde pequeño tenia ciertos “dones”, podía percibir ciertas fuerzas fuera de lo natural. Era una persona muy diferente, un joven diferente a cualquier otro chico de allá fuera, sin pasar por alto mi cabello rojizo.
Kim KiBum, o Key como él me pedía que le dijera; era la persona que me había traído y criado en la orden. Realmente el era un padre para mi, o una madre. Cuidaba de mí como si fuera su propio hijo, llegaba a ser sobre protector en algunas ocasiones. A pesar de que se sentía orgulloso de haber criado y enseñado a un buen investigador, no le gustaba que tomara parte en el trabajo de campo. Pero dicen que hay que ver para creer ¿no? Mi verdadero trabajo e interés comenzó cuando Key me mostró una de sus valiosas posesiones.
La orden guardaba y se afanaba en coleccionar posesiones de vampiros, brujas y hombres lobo. Key no se quedaba atrás, tenía su propia colección de “tesoros”.
Un día me mostró una colección de pinturas de diferentes épocas. Del renacimiento, del siglo dieciocho entre otras. Pero lo particular y peculiar que tenían estas pinturas era que en todas salía la misma persona.
Un espléndido coro de ángeles de alas negras flotaba alrededor de una sola figura arrodillada, un joven de pelo castaño. El cielo cobalto tras ellos, visto a través de una serie de arcos, estaba magníficamente logrado, con masas de nubes doradas.
Pero las figuras eran la auténtica gloria del cuadro. Las caras de los ángeles estaban muy bien perfiladas, sus ropajes al pastel y sus alas de plumas negras, extraordinariamente detallados. Y el chico... ¿cómo decirlo?, ¡el chico estaba vivo! Sus ojos pardos resplandecían en su mirada al frente, hacia fuera del cuadro. Su piel aparecía húmeda. De hecho, era demasiado realista para ser del Renacimiento. Las figuras eran más concretas que ideales. Los ángeles tenían una expresión poco alegre, casi amarga. Y la tela de la túnica del chico y sus polainas estaba dibujadas con demasiada precisión. Habían huesos en un rincón, huesos humanos cubiertos de polvo, como si alguien simplemente los hubiera apartado del medio.
Key sacó documentación, y esta decía que estos cuadros habían pertenecido a un vampiro llamado Lee JinKi; y que cambió su nombre en el siglo dieciocho a Onew. Esta información decía que él era uno de los más poderosos y viejos vampiros junto con el chico que aparecía en todos esos cuadros; Jonghyun, el era su subordinado, su pupilo.
Cuando él sacó y depositó en mis manos un cuaderno gastado, forrado de cuero, diciéndome que ese cuaderno era el diario de un importante vampiro, no tan viejo como Onew y Jonghyun, pero igual de poderoso que ellos, no lo podía creer. Su nombre era MinHo.
Desde que le di la primera hojeada en la oficina de Key, los días siguientes no podía despegar mis ojos de aquel “tesoro”, sus palabras, su historia, sus épocas, su… soledad, me intrigo y adsorbió por completo. Parecía una adolecente enamorada del príncipe protagonista de una novela de fantasía. Llegué a tener una adicción por este personaje, quería poder ser la persona que calmara su soledad. Quería saber si en verdad el existía, pero Key nunca me lo permitió. Nunca me dejó indagar más de lo que ya había documentado la orden, la orden tenía sus propias reglas en cuanto a relacionarse con este tipo de “personas”.
Nunca, bajo ninguna circunstancia, debía intentar la «visión» de uno de esos individuos vampiros. La Talamasca no conocía los parámetros de los poderes vampíricos. Pero una cosa era segura: esos seres podían leer las mentes. También podían crear confusión mental en los seres humanos. Había evidencias considerables de que eran muy fuertes. Y con toda certeza, podían matar.
Además, algunos de ellos, sin duda, conocían la existencia de la Talamasca. A lo largo de los siglos, varios miembros de la orden habían desaparecido mientras llevaban una investigación en este campo.
Key le había puesto un ALTO a mi loca idea de ir en busca de este vampiro, pero eso no me detuvo en ir y ver con mis propios ojos si realmente existía este mi “principesco” vampiro. Así que no dudé en romper las reglas y preocupar a Key, y me fui a la ciudad, que según la base de datos de la orden, se encontraba MinHo.
San Francisco
Caminando por una de las calles oscuras y solitarias de esta gran ciudad, me encuentro a escasos metros de una taberna un poco diferente.
Dice el letrero colgante al frente de una puerta de metal. Según la orden, esta es una taberna a la que concurren vampiros llevando a sus presas, tanto como para su deleite y para el deleite de la presa. Habían optado por un método de casa mas “civilizado”. Tomaban de su víctima la sangre que necesitaran sin matarla y la frecuentaban, pero cuando se aburrían de ella, simplemente la mataban y la tiraban. Bueno, es mejor que decir que las atacaban como leones feroces ¿no?
Veía tres personas caminando a lo lejos, conforme ellos se iban acercando yo también lo hacía. Hasta que llegamos a la puerta uno de ellos le dijo algo a la persona que se encontraba tras la puerta, para después abrirla y darnos paso. El ambiente ahí adentro era tenia la iluminación exacta para este tipo d lugares. Ni mucha luz pero tampoco demasiado poca.
Habían personas bailando muy pegadas a su cuerpo, bailando al compas de una música excitante. Un hombre sentado en un gran sillón rodeado de muchas chicas disfrutando un buen momento. Una de las chicas se encontraba besando la muñeca de aquel hombre, y otra besando su cuello. Pero mi terror vino cuando estas se separaron de él; escurría sangre, de la muñeca y del cuello de este, como de la boca de aquellas mujeres. Lo peor es que este hombre no se había percatado de lo sucedido; es más, creo que hasta lo disfrutaba.
Sin duda una escena nunca antes vista por mis ojos. Sin querer me había acercado a la barra para recargarme, necesitaba tomar fuerzas y recobrar el aliento.
—Hola. —una fría voz hizo que volteara. — vienes a menudo? —Era un hombre como de unos 30 años.
—Siempre. —traté de sonar lo más firme posible. Se acercó a mí y revisó mi cuello.
—No veo marcas…. —volvió a acomodar el cuello de tortuga de mi suéter.
—Es porque no me has visto el resto del cuerpo. —Volteé a ver a las otras dos personas que se habían acercado a nosotros.
—Es una invitación? — era una joven mujer, con un top y una minifalda.
—Lo siento estoy con alguien. —los miré a los tres.
—Y… donde está tu anfitrión? —la mujer me rodeó con sus finos brazos.
—Ah… anda por ahí. —me quité sus brazos de mi cuello. Esta muy fría.
—Ese amigo tuyo… como se llama? — el primer vampiro hablo haciendo a un lado a la chica.
Pensé detenidamente en lo que iba a responder. — Onew…. — los vampiros se miraron entre si, como si intentaran descubrir quién era este.
—Pues… no lo conozco.
—Ya sé que no, es muy antiguo. — era obvio que no lo conocían, apenas y nuestra orden conocía algo de sus larga existencia.
—Ya no quedan vampiros antiguos. —por fin el único vampiro que no había hablado.
—Todos se han vuelto polvo. — la chica rió por lo bajo, sosteniéndose de la barra.
—O lo llevas metido en una urna. — el vampiro más viejo rió haciendo que su risa resonara por toda la taberna.
—No gastarías esas bromas si le conocieras. —algo en mi se enojo, sentía que le debían respeto a Onew, a una persona que ni yo mismo conocía.
—Y eso por qué? —hablo uno de ellos con un tono de reto.
—Porque aprenderías una buena lección…. —intenté que mi respuesta no fuera tan dura, pero sus rostros mostraban que no les había gustado mi respuesta. — Me tengo que ir.
Tenía que salir rápidamente de ahí. Corría peligro. Ahora podía entender lo que Key y la orden decían en cuanto a tener contacto con ellos.
Mi corazón latía rápidamente. Corría por la misma calle por la que vine, quería llegar rápidamente al hotel y dormir. Pero creo que eso no estaba dentro de los planes.
—No te despides?
Esos tres vampiros habían salido de la nada, acorralándome en esa solitaria calle sin salida.
—Esto solo te va a doler un poco. — dos de ellos me habían sostenido por los brazos y el cuello. — es mas puede que hasta lo disfrutes. —el vampiro de la voz fría se acercaba a mi cuello, bajando nuevamente el cuello de mi suéter.
—No me hagas esto…. — mi voz empezaba a quebrarse por el miedo.
Pero de pronto algo interrumpió la cena de este vampiro, dejándome caer bruscamente al piso. Alguien o algo empezó a luchar con ellos. No alcanzaba a ver qué es lo que pasaba en realidad. Se movían con una velocidad sorprendente, y solo alcanzaba a escuchar unos quejidos y como estos vampiros salían corriendo dejándome ahí.
Estaba a salvo. Miraba el suelo arrepentido, por mi mente pasaba que no debía desobedecer nuevamente lo que Key me decía. Después de todo tenía razón.
—Buu~. —una voz interrumpió mi canto de salvación.
Levanté mi rostro y vi a un joven alto, cabello largo de un color castaño. Con unos grandes ojos hermosos, uno ojos que te pueden llegar a hipnotizar. Lo primero que se me vino a la mente fue “MinHo”. Su complexión coincidía a la perfección con la descripción de su persona en el diario.
— Deberías ser cauteloso. — me extendió la mano para ayudarme a levantarme.
—Gracias…. — sus ojos eran cautivadores.
—Por qué? — dijo en un tono de insolencia.
—Por salvarme. —rió.
—Que presunción. — Su mirada me inspeccionaba de arriba abajo. — De modo que sabes algo de Onew. — se detuvo nuevamente frente a mí.
—Se muchas cosas…
—No ha mantenerte con vida al parecer?
—Veo que ya tenemos algo en común al parecer; aunque creo que yo tengo un poco de ventaja
—Pues eso tiene solución…
Nuestras miradas se encontraron. Es como si intentáramos conectarnos atrás vez de ellas. Al mirar sus ojos sentía como si una corriente recorriera toda mi espalda.
—Entonces? — se acercó más pegando su cuerpo al mío. —y que mas crees que sabes?
—Se…. — la cercanía de nuestros cuerpos me estaba extasiando.
—Estas temblando. — se pegó mas a mí.
—Tengo frio
Me tomó de la mano y me guió hasta un callejón y me arrinconó contra la perded.
—Sigues con frio? —Preguntó a lo que yo solo respondí con un movimiento de cabeza indicándole que no. — entonces continua. — tomó mi mano. — cuéntame, háblame más de mi.
—Se que quieres…—Sus ojos no pe permitían organizar mis palabras.
—Qué? Que quiero?
—Deseas…. —sus manos se paseaban por las mías.
—Que deseo?
Sentí un dolor en uno de mis dedos, había enterrado una de sus uñas en el. La sangre brotaba.
—Que es lo que deseo? — se llevaba mi dedo a su boca.
—Caminar entre los vivos. — por fin pude articular palabra. —salir de la fría y baldía eternidad…
Después de haber dicho esto, se me quedó viendo por unos pequeños instantes.
—Vaya. — me soltó. —eso es propio de un inteligente investigador… “Talamasca”. —se alejó unos pasos de mi. — sabía que mi diario andaba cerca, has disfrutado de su lectura? — se notaba un poco molesto.
—Me ha conmovido…
—Si? — su cara mostraba que no sabía si reírse o enojarse. — Bien...No sufras Taemin. — mencionó mi nombre haciendo una reverencia tu especie no satisface mi sed.
—MinHo…
—Qué?
—Quieres que te devuelva tu diario? No… entiendo, sería un acto demasiado humano, y tú… pues… ya no eres humano.
Dicho esto desapareció así como había llegado. Las noches siguientes lo seguí buscando por las calles de San Francisco, lograba divisarlo pero en cuanto se daba cuenta de mi presencia desaparecía. Hasta que creo lo harte.
Eran alrededor de las 7 de la noche. Me encontraba rondando por el Golden Gate Park, los rayos del sol ya se habían ocultado. Ya estábamos a principios de noviembre por lo que el sol se ocultaba desde las 6 de la tarde. Me encontraba sentado en una banca, cerca del Young Museum. Era mi último día ahí.
—Porqué me sigues?. — una voz conocida me volvió de mi letargo.
Ahí estaba el. Sentad a mi lado, no vi en qué momento había llegado y se había situado al lado mío. Volteé a mirarlo por unos cuantos segundos, intentando grabar cada parte de su rostro, para recordar a cada instante sus hermosos ojos. Dejé de mirarlo y me volteé para sacar algo de mi mochila.
—Has venido desde tan lejos solo para devolverme esto?. —le estaba entregando su diario. — Por la generosidad de tu corazón? . — me encogí de brazos.
—Me fue un placer el conocerle. — me paré enfrente de el, he hice una reverencia. —En momento de que regrese a Corea. — bajé la mirada y medí media vuelta dejándolo ahí sentado.
Tenía que irme; mi mente, mis ojos, mis sentidos… mi corazón, se estaban desbordando por él. Por aquel ser perfecto. Al verlo ahí tenía que controlar mis ganas de besarlo, de besar ese rostro tan perfecto.
Creo que mi estado de “enamoramiento fantasioso” se había convertido en un enamoramiento verdadero. Pero, aun seguía siendo lo mismo. Era un amor platónico.
Cuando regresé a Corea me esperaba una buena reprimenda por parte de Key. Pero se calmó cuando le conté que en realidad lo había conocido y que no habíamos tenido mucho contacto que digamos. Ni de loco le diría que casi soy la cena de un trió de vampiros desquiciados. Mis días siguieron tan normales como antes, o eso trataba de aparentar. En momentos mi mente divagaba, recordaba su rostro. Con solo recordar su cabello era suficiente para que perdiera la concentración de lo que estaba haciendo en ese momento.
Han pasado 2 meses; siempre he sido sensible a presencias no “humanas” y siempre me perseguían con el fin de que las ayudara, o solo porque era una persona que podía “verlas”. Pero últimamente me ha perseguido un presencia, aunque no logro verla la siento tan fuerte, pareciera como si quisiera hacerme saber que está ahí. He aprendido a no tener miedo ante ella, así que solo las dejo ser. Pero hay algo diferente en ella.
—Si Key… —me encontraba subiendo las escaleras del edificio donde vivía. — Ya lo sé. No te preocupes. —me aguantaba las ganas de reír por todo el drama que estaba haciendo por teléfono. — Si umma~ no llegaré tarde mañana. ¿Ya puedo colgar? Tengo que abrir la puerta. —ya había llegado hasta la puerta. —Bye~.
Entré y me dirigí a la cocina a dejar las cosas que traía en brazos. No sé ni cómo ponía hablar por teléfono con todas las cosas encima. Comencé a sacar todas las cosas y poner en orden todo. Pero, en mi mente se formó la palabra MinHo, escuchaba su nombre en mi mente. Puse mis manos sobre el fregadero intentando controlar mi mente. Me estaba haciendo un juego. Su nombre seguía sonando en mi mente. De nuevo esa presencia, pero ahora la sentía tan cerca, como si estuviera atrás de mí. Ahora entiendo.
Esa presencia…
Me doy media vuelta, intento descifrar de donde viene esa presencia. Antes de que salga de la concina me doy cuenta de que proviene de la sala. Me acerco a poco a apoco, no alcanzo a ver muy bien ya que hay un muro que no me deja ver el panorama completo. Me acerco y esa presencia se hace notar más. Cuando por fin llego solo puedo pronunciar una “palabra”.
—Buu~—pronuncio
Mírenlo ahí. Sentado en el sillón más grande de la sala, con las piernas cruzadas. Su cabello recogido en una media cola, dejando un poco de su cabello cayendo por su nuca y por el frente de su cuello. Llevaba unos pantalones negros de piel ceñidos a sus piernas, resaltando así sus muy largas piernas. Un suéter muy holgado para el que hacía que por el cuello se viera la piel de sus hombros, esa piel perfecta.
—Buu~ A ti. — dijo con una sonrisa.
Nos quedamos mirando por unos segundos hasta que decidí romper el silencio.
—Que haces aquí? . — dije sentándome en uno de los sillones. —No es que me moleste. — el solo soltó una risa ante esto último.
—En realidad… —echó su cabeza hacia atrás. — Ni yo mismo lo sé. —Volteó a verme.
—Es un bello departamento. — dijo poniendo se de pie y mirando las cosas que habían en unos libreros. — “Talamasca”. — reír por su comentario. Me recordó el día en que lo conocí.
—Sabes quién es él?. —dije señalando un cuadro.
—Jonghyung, y al estar el pintado en el cuadro estamos hablando también del gran JinKi.
—Conseguí que me dejaran tenerlo en mi departamento. Realmente fue difícil convencer a….—me interrumpió.
—KiBum… —dijo en tono gracioso el nombre de Key.
—Lo conoces?. — dije un poco extrañado.
—Mi querido TaeMin. — empezó a caminar de regreso al mueble. —Soy un vampiro y ustedes una orden que nos investigan. KiBum es una persona muy importante en la orden, es obvio que sepa de él. Aunque él no tiene el honor de conocerme a todo color así como tú.
—Por qué?
—Hay algo que a ti se te olvida mucho.
—Qué?
—“Observamos y siempre estamos ahí”. — se paró delante de mí. — Tú no cumples eso, siempre quieres observar de más. — le dio un pequeño golpecito a mi nariz como si fuera un niño pequeño.
—Ah, eso… .
—Te gusta romper reglas verdad?. — dijo sentándose nuevamente en su lugar.
Sí, pero fue a partir de cuando supe de tu existencia. Esa era la verdad, era su culpa el que me yo rompiera las reglas. Él era el único culpable de los regaños que me daba Key.
Aquí voy otra vez…
—Quiero que me enseñes cómo es?. —me paré de improvisto de donde estaba.
—Como es qué exactamente?. — dijo en un tono serio.
—Ser como tú. — me senté muy cerca de el, muy cerca de su cuerpo.
—No tengo tiempo para eso. —se levantó. Su sonrisa se había desvanecido por completo.
—Lo único que tiene un vampiro es tiempo. —lo tomé de la mano.
—Yo no…—se zafó y comenzó a caminar a la puerta.
—Acaso piensas pasar lo que queda de la eternidad solo?. — me paré del mueble gritando a todo lo que daba mi voz.
—Porque no?. —se volteó rápidamente, se veía molesto.
—Por qué no compartirla conmigo?. —Me acerqué a donde estaba el. — Quiero estar contigo…— lo abracé por la cintura.
—Taemin, lo que me pides me es doloroso. — me separó un poco de él para que lo viera a la cara. —puede resultar doloroso para un mortal , tu aun sigues ligado a tu piel, a tus sentimientos…
—No me importa
—Es más, los de nuestra especie no nos soportamos mucho, aparte de que nos aburrimos muy rápido. Nuestra eternidad no puede ser lo que tú piensas.
—No perdemos nada con intentarlo. —lo abracé fuertemente.
—Ere muy necio verdad. —acarició mi cabello riendo de una manera alegre.
—Soy alguien que rompe reglas. — nos miramos unos instantes a los ojos.
—Confías en mi?. —tomó mi barbilla entre sus dedos.
—Si…
Se acercó lentamente a mí y depositó un tierno beso sobre mis labios, yo solo cerré mis ojos cuando sus labios tocaron los míos.
—Onew tenía razón, pero yo no lo entendía hasta que te conocí. —su voz hizo que abriera lentamente mis ojos.
—Que quieres decir?
—Me resultas hermoso porque eres humano, tu fragilidad, tu corta edad, tu corazón, incluso cuando crees que se está rompiendo. —parecía que sus ojos recorrían cada parte de mi rostro. — Todo eso me resulta más atractivo que todo lo que he conocido antes. Pero es porque aun eres humano.
—Hazlo por favor.. Déjame estar a tu lado.
El veía en mis ojos la suplica. Me daba algo de miedo en realidad, pero realmente quería pasar mis días al lado de él. Y qué mejor que pasar la eternidad con aquella persona de la cual te has enamorado, profunda, perdida y eternamente.
Me puse de puntas para poder rosar sus labios sin dejar de mirarlo a los ojos. Sus Ojos eran tan profundos y bellos. Mis labios se comenzaron a mover sobre los suyos. Puse mis manos en sus caderas para sostenerme y a si levantarme más y alcanzar más esos labios. De un momento a otro sentí la necesidad de intensificar más el beso, mis labios se movían más rápido y ahora mi lengua estaba dentro de la cavidad de este. Tanta era mi necesidad de sentirlo que inconscientemente lo había azotado contra la pared.
—¿Acaso se invirtieron los papeles?
—Por qué?. — empecé a caminar empujándolo por el pecho, haciendo que el caminara de espalda.
—Ahora yo parezco la presa. —dijo riendo.
—No, ¿Cómo crees?. —me reí por lo bajo.
—Tae… nosotros los vampiros ya no sentimos lo que los humanos sienten al tener intimidad. Se puede decir que … sentimos otro tipo de excitación.
—Lo sé. — le di un rápido beso. —Pero yo si puedo sentir aun…
—Ja!. — puso sus manos en sus caderas. — Tu rostro de ángel es solo una fachada, eres un diablillo!
—Y tu monstruo hermoso!. —me aventé a sus brazos como cual niño se avienta a los brazos de su padre.
—Tae….— la fuerza con la que me aventé provocó que cayéramos a la cama. —solo dame tiempo, yo… quiero que aun sientas el mundo y los placeres que te puede ofrecer con tu cuerpo humano. Ya tendremos mucho tiempo después. Disfruta conmigo un poco más tu cuerpo humano.
—MinHo…
—Mande
—Puedes callarte ya!. — tomé su rostro entre mis manos y me acerqué para besarlo bruscamente.
—Eres un niño malo Tae. — dijo un entre un tono de risa y sorpresa.
—No acabas de decir que disfrute?. — comenzó a reír como loco ante mi respuesta.
—Eres un niño rompe reglas.
—Tú me haces romperlas. — le di un pequeño golpe en su hombro.
—Eres… hermoso pequeño. — se acercaba lentamente a mi rostro, sin apartar su mirada de mi labios.
—Y tu perfecto… . —terminé esa distancia que tenían nuestros labios.
Mis brazos rodearon su cuello para así ayudar a profundizar más el beso. Quería sentir cada parte de el, pero también quería que él me sintiera. Soltó mis labios para repartir besos en por todo mi rostro. Sus manos se posaron en mi pantalón, intentando desabrocharlo, y como pudo lo sacó. Con uno de sus dedos recorrió una de mis piernas, desde la punta de mi dedo pequeño del pié hasta llegar a mi vientre, para luego introducir sus manos debajo de mi camisa y así poderla sacar de mi cuerpo. Me sentía tan… radiante.
No podía haber desigualdad entre nosotros, así que pedí su ayuda para quitarle su propia ropa. Primero quitamos ese suéter tan hermoso que hacía que resaltara su perfecta piel. Cuando quedó al descubierto su pecho, no podía dejar de verlo, era tan perfecto. Quería besarlo en ese mismo instante. Con una mano toqué su cremallera dándole a entender que era tiempo de que se quitara ese entallado pantalón negro. El se despegó un poco de mi y aproveché para tocar su vientre, su liso y plano vientre. Subiendo por su abdomen y deteniendo mis manos en su pecho. No lo dudé mas y repartí unos pocos besos en el. Pero el me volvió a besar y a pegar nuestros cuerpos mas, solo que ahora había mas fricción en nuestros cuerpos al chocar.
—Dame tu boca, dame tus brazos —musité. Mi pasión le causó tanto asombro como excitación.
Rió suavemente mientras respondía a mi súplica con más besos tiernos y fragantes. Poco a poco fue descendiendo, primero paso por mi cuello dando pequeñas mordidas sin dolor. Cuando bajaron más sentí sus labios sobre una de mis tetillas, jugando traviesamente con ella. Siguió bajando aun mas, cuando llegó a mi vientre sentí un calor recorriendo todo mi cuerpo, mi mente poco a poco se iba perdiendo.
Sentí su cálido aliento sobre mis partes íntimas como un delicado y sibilante torrente.
Volvió a subir hasta mi boca y sus manos se fueron deslizando lentamente a mi espalda, para luego bajar a mi entrada. Sentí un intruso intentando penetrar en ella y comenzando a moverse en círculos.
—Ah!. —sentía un pequeño dolor, escondí mi rostro en su cuello — Ahh!. —Mordí fuertemente su cuello.
—Hey! Aquí el vampiro soy yo!. —me tomó de las caderas y me levantó.
Se movió tan rápido, que cuando me di cuenta estábamos de pie y me tenia pegado contra la pared.
—Aquí la presa eres tú. —atrapó nuevamente mi boca con la suya.
Una de sus manos tomó una de mis piernas y la subió lentamente para que rodera su cadera y con la otra intentaba entrar nuevamente en mi. Esta vez el primer dedo entró rápido, un segundo dedo vino a acrecentar más el dolor. El intentaba calmar mi dolor con sus besos y acariciando mi otra pierna. Cuando entró el tercer dedo ya no era dolor lo que sentía si no placer, un rico placer.
—Ah~
—Eres tan exquisito…
Esta vez tomó mi otra pierna e hizo que ahora las dos rodearan su cuerpo, cargándome más y pegando mi espalda completamente a la pared. Sentía su miembro debajo de mí, un frio y grande miembro. Intentaba bajar mi cuerpo un poco más para sentir más su miembro, quería que rosara más mi cuerpo. A tanteos busqué su miembro con mis manos y lo enfilé a mi entrada, pero no pude solo. Sentí su mano chocar con la mía. Juntos colocamos en posición su miembro, el empujó su cuerpo y yo con mis piernas lo jalé así a mí.
—MinHo…
—Pareces una hermosa bruja. — dijo esperando el momento para comenzar a moverse. — ese cabello rojo te hace ver hermoso.
—Ya me lo han dicho muchas veces, pero siento que esta vez es diferente. — intentaba controlar el dolor que sentía ante tal intrusión.
—Claro. — se iba acercando a mi cuello. —Nunca te lo había dicho un vampiro.. — lamió mi cuello.
—Quieres?. —tomé su cabeza con mis manos y lo acerqué nuevamente a mi cuello.
—Desde que te conocí me muero de ganas por beber tu sangre. —sentía su aliento, hacia que mi cuerpo sintiera escalofríos. — Debes de saber…
Sentí otros dos intrusos en mi cuerpo. Mi cuerpo se tensó al sentir como se enterraban aquellos filosos colmillos en mi cuello, pero después de unos segundos y de sentir como mi sangre era sorbida el dolor paso. Recordé lo que aquel vampiro loco me había dicho “—Esto solo te va a doler un poco, es mas puede que hasta lo disfrutes—”. Llámenme masoquista pero realmente se sentía bien. Sentir esos labios en mi, succionando poco apoco aquel liquido que le da vida.
—Ah~ . —un gemido salió de sus labios, abrí mis ojos.
Vi su rostro, tenía un leve tono carmesí y ahora su cuerpo se sentía un poco más caliente por la sangre que acababa de ingerir. Sus ojos mostraban placer.
—Sabes a gloria pequeño
Comenzó lentamente el vaivén de sus caderas, haciéndome gemir muy bajo.
—Tae… . — abrí mis ojos.
—Toma, tú también toma de mí.
Vi como con uno de sus colmillos hacia sangrar su lengua, la sangre comenzaba a correrse por su mentón. Pasé mi lengua por las gotas que había en su quijada. Lamí sus labios, su sangre tenía un sabor único; tenían algo que te hacia querer mas. Tomé mis su rostro entre mis manos e introduje mis lengua en su boca, quería mas de esa sangre. Nuestras lenguas jugaban ahí dentro. Sus estocadas comenzaron a ser más rápidas, pero yo quería más de ese líquido rojo. Atrapé entre mis dientes y comencé a succionarla, cuando ya no salía mas decidí morder su labio inferior. Su sangre salió rápidamente, no dudé en recibirla dentro de mi boca.
—Ah~ . —comenzaba a sentirme extasiado. —Mas, MinHo mas…
—Lo que pida mi ángel. — sentía su miembro profundizando mas en mi.
—Ahí!. — eché mi cabeza hacia atrás, a lo que MinHo aprovechó para clavar sus colmillos nuevamente en mi. — Ah~
Era doble el placer que sentía; sus labios en mi cuerpo y su miembro dentro de mí hacia que perdieran mi completa cordura. Mis gemidos comenzaron a ser más sonoros, intensos y más seguidos; sentía que me volvería loco por la sensación de placer que sentía.
—MinHo… MinHo… para… siento que me volveré loco.
—No creo que quieras que pare. — dijo después de desenterrar sus dientes de mi cuello.
Sentía que pronto me iba a venir así que rodeé su cuello con mis brazos y apreté mis piernas a su cintura, así evitaría el caer en aquel momento.
—Ya… —dio la última estocada mas profunda. —Ah~
Intentaba regularizar mi respiración, de visualizar en donde estaba. Por unos momentos no sabía exactamente qué había pasado. MinHo en la misma posición que estaba cargándome me llevó hasta la cama y me acostó. Yo no me podía mover, aun sentía los espasmos en todo mi cuerpo. El esperó pacientemente a mi lado hasta que me tranquilizara.
—Era tu primera vez ¿verdad?. — dijo retirando mis cabellos sudados de mi frente.
—Que puedes esperar de un investigador importante de la Talamasca— el rió tomándose el estomago.
Pasamos unos minutos abrazados.
—MinHo. —rompí el silencio.
—Hmmm.
—Solo prométeme que seré yo el que pase la eternidad contigo. —me volteé a verlo a los ojos.
—Claro, te lo prometo. — depositó un beso en mi frente. —Solo quiero que llegue el momento y el día indicado para ti.
Permanecimos así platicando de aquél día que nos conocimos, de sus hábitos como vampiro. Las horas transcurrieron y ya era hora del momento en que él se hundía en su letargo del día. Aun no salía el sol pero ya estaba pronto a salir. Quería quedarme a su lado, verlo dormir en ese sueño de vampiro, pero él me dijo que podía ser peligroso, que a veces los vampiros pueden actuar en contra de su voluntad cuando están dormidos. Eso no me preocupaba ya que ahora mi vida la compartiría con él, me sentía feliz de que yo fuera esa persona que daría un poco de luz a su eternidad.
Me levanté y cerré las cortinas bien para evitar que se filtrara la luz del sol. Puse unas sabanas extras aun sobre las cortinas para así lograr oscurecer más la habitación. Me giré y sus ojos estaban ya cerrándose.
—Te veo en la noche. — dije depositando un beso en sus labios. — Te Quiero.
¿Cuando fue que me enamoré de este vampiro? Fue cuando leí una parte de su diario.
Desde ese momento me dije que yo cambiaria eso, no me importaba perder mi naturaleza humana, mientras que viviera a su lado por siempre.
Doy una última mirada a su cuerpo tendido en la enorme cama, no me quiero ir. Pero el hecho de que te veré por mañana y por siempre hace que apague la luz y salga.
—Te veré mañana. —cerré la puerta. — y el día que sigue, y le que le sigue, y el que sigue. — voy cantando por todo el pasillo. — y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente…
Y por toda la eternidad.
Lee TaeMin es mi nombre.
Soy miembro de la orden famosa y a la vez no tan famosa llamada “Talamasca”. Una sociedad secreta que existe desde la época de los templarios, la cual se ocupa de investigar y vigilar hechos paranormales, en particular brujas, vampiros, hombres lobo y espíritus. Nuestro lema es "Vigilamos, y estamos siempre presentes"
A pesar de que era un importante investigador en ella, no estaba realmente convencido de que los vampiros y hombres lobos existieran. Innumerables veces había presenciado situaciones paranormales, sobrenaturales, como personas poseídas, casas embrujadas, una que otra bruja importante. Y no hablamos de esa señora de años arrugada y montada en una escoba, no. Hablamos de una línea, de un linaje único de brujas poderosas. Brujas ralamente bellas, en su mayoría eran puras mujeres, y se distinguían por su cabello; eran pelirrojas, rojo fuego. En la orden se decía que yo podría ser un algún hijo de alguna de aquellas brujas, ya que no se sabía realmente nada de mí, y llegué a la orden por que desde pequeño tenia ciertos “dones”, podía percibir ciertas fuerzas fuera de lo natural. Era una persona muy diferente, un joven diferente a cualquier otro chico de allá fuera, sin pasar por alto mi cabello rojizo.
Kim KiBum, o Key como él me pedía que le dijera; era la persona que me había traído y criado en la orden. Realmente el era un padre para mi, o una madre. Cuidaba de mí como si fuera su propio hijo, llegaba a ser sobre protector en algunas ocasiones. A pesar de que se sentía orgulloso de haber criado y enseñado a un buen investigador, no le gustaba que tomara parte en el trabajo de campo. Pero dicen que hay que ver para creer ¿no? Mi verdadero trabajo e interés comenzó cuando Key me mostró una de sus valiosas posesiones.
La orden guardaba y se afanaba en coleccionar posesiones de vampiros, brujas y hombres lobo. Key no se quedaba atrás, tenía su propia colección de “tesoros”.
Un día me mostró una colección de pinturas de diferentes épocas. Del renacimiento, del siglo dieciocho entre otras. Pero lo particular y peculiar que tenían estas pinturas era que en todas salía la misma persona.
«Tentación» Por Lee JinKi
Un espléndido coro de ángeles de alas negras flotaba alrededor de una sola figura arrodillada, un joven de pelo castaño. El cielo cobalto tras ellos, visto a través de una serie de arcos, estaba magníficamente logrado, con masas de nubes doradas.
Pero las figuras eran la auténtica gloria del cuadro. Las caras de los ángeles estaban muy bien perfiladas, sus ropajes al pastel y sus alas de plumas negras, extraordinariamente detallados. Y el chico... ¿cómo decirlo?, ¡el chico estaba vivo! Sus ojos pardos resplandecían en su mirada al frente, hacia fuera del cuadro. Su piel aparecía húmeda. De hecho, era demasiado realista para ser del Renacimiento. Las figuras eran más concretas que ideales. Los ángeles tenían una expresión poco alegre, casi amarga. Y la tela de la túnica del chico y sus polainas estaba dibujadas con demasiada precisión. Habían huesos en un rincón, huesos humanos cubiertos de polvo, como si alguien simplemente los hubiera apartado del medio.
Key sacó documentación, y esta decía que estos cuadros habían pertenecido a un vampiro llamado Lee JinKi; y que cambió su nombre en el siglo dieciocho a Onew. Esta información decía que él era uno de los más poderosos y viejos vampiros junto con el chico que aparecía en todos esos cuadros; Jonghyun, el era su subordinado, su pupilo.
Cuando él sacó y depositó en mis manos un cuaderno gastado, forrado de cuero, diciéndome que ese cuaderno era el diario de un importante vampiro, no tan viejo como Onew y Jonghyun, pero igual de poderoso que ellos, no lo podía creer. Su nombre era MinHo.
Desde que le di la primera hojeada en la oficina de Key, los días siguientes no podía despegar mis ojos de aquel “tesoro”, sus palabras, su historia, sus épocas, su… soledad, me intrigo y adsorbió por completo. Parecía una adolecente enamorada del príncipe protagonista de una novela de fantasía. Llegué a tener una adicción por este personaje, quería poder ser la persona que calmara su soledad. Quería saber si en verdad el existía, pero Key nunca me lo permitió. Nunca me dejó indagar más de lo que ya había documentado la orden, la orden tenía sus propias reglas en cuanto a relacionarse con este tipo de “personas”.
Nunca, bajo ninguna circunstancia, debía intentar la «visión» de uno de esos individuos vampiros. La Talamasca no conocía los parámetros de los poderes vampíricos. Pero una cosa era segura: esos seres podían leer las mentes. También podían crear confusión mental en los seres humanos. Había evidencias considerables de que eran muy fuertes. Y con toda certeza, podían matar.
Además, algunos de ellos, sin duda, conocían la existencia de la Talamasca. A lo largo de los siglos, varios miembros de la orden habían desaparecido mientras llevaban una investigación en este campo.
Key le había puesto un ALTO a mi loca idea de ir en busca de este vampiro, pero eso no me detuvo en ir y ver con mis propios ojos si realmente existía este mi “principesco” vampiro. Así que no dudé en romper las reglas y preocupar a Key, y me fui a la ciudad, que según la base de datos de la orden, se encontraba MinHo.
San Francisco
Caminando por una de las calles oscuras y solitarias de esta gran ciudad, me encuentro a escasos metros de una taberna un poco diferente.
«La Hija de Drácula»
Dice el letrero colgante al frente de una puerta de metal. Según la orden, esta es una taberna a la que concurren vampiros llevando a sus presas, tanto como para su deleite y para el deleite de la presa. Habían optado por un método de casa mas “civilizado”. Tomaban de su víctima la sangre que necesitaran sin matarla y la frecuentaban, pero cuando se aburrían de ella, simplemente la mataban y la tiraban. Bueno, es mejor que decir que las atacaban como leones feroces ¿no?
Veía tres personas caminando a lo lejos, conforme ellos se iban acercando yo también lo hacía. Hasta que llegamos a la puerta uno de ellos le dijo algo a la persona que se encontraba tras la puerta, para después abrirla y darnos paso. El ambiente ahí adentro era tenia la iluminación exacta para este tipo d lugares. Ni mucha luz pero tampoco demasiado poca.
Habían personas bailando muy pegadas a su cuerpo, bailando al compas de una música excitante. Un hombre sentado en un gran sillón rodeado de muchas chicas disfrutando un buen momento. Una de las chicas se encontraba besando la muñeca de aquel hombre, y otra besando su cuello. Pero mi terror vino cuando estas se separaron de él; escurría sangre, de la muñeca y del cuello de este, como de la boca de aquellas mujeres. Lo peor es que este hombre no se había percatado de lo sucedido; es más, creo que hasta lo disfrutaba.
Sin duda una escena nunca antes vista por mis ojos. Sin querer me había acercado a la barra para recargarme, necesitaba tomar fuerzas y recobrar el aliento.
—Hola. —una fría voz hizo que volteara. — vienes a menudo? —Era un hombre como de unos 30 años.
—Siempre. —traté de sonar lo más firme posible. Se acercó a mí y revisó mi cuello.
—No veo marcas…. —volvió a acomodar el cuello de tortuga de mi suéter.
—Es porque no me has visto el resto del cuerpo. —Volteé a ver a las otras dos personas que se habían acercado a nosotros.
—Es una invitación? — era una joven mujer, con un top y una minifalda.
—Lo siento estoy con alguien. —los miré a los tres.
—Y… donde está tu anfitrión? —la mujer me rodeó con sus finos brazos.
—Ah… anda por ahí. —me quité sus brazos de mi cuello. Esta muy fría.
—Ese amigo tuyo… como se llama? — el primer vampiro hablo haciendo a un lado a la chica.
Pensé detenidamente en lo que iba a responder. — Onew…. — los vampiros se miraron entre si, como si intentaran descubrir quién era este.
—Pues… no lo conozco.
—Ya sé que no, es muy antiguo. — era obvio que no lo conocían, apenas y nuestra orden conocía algo de sus larga existencia.
—Ya no quedan vampiros antiguos. —por fin el único vampiro que no había hablado.
—Todos se han vuelto polvo. — la chica rió por lo bajo, sosteniéndose de la barra.
—O lo llevas metido en una urna. — el vampiro más viejo rió haciendo que su risa resonara por toda la taberna.
—No gastarías esas bromas si le conocieras. —algo en mi se enojo, sentía que le debían respeto a Onew, a una persona que ni yo mismo conocía.
—Y eso por qué? —hablo uno de ellos con un tono de reto.
—Porque aprenderías una buena lección…. —intenté que mi respuesta no fuera tan dura, pero sus rostros mostraban que no les había gustado mi respuesta. — Me tengo que ir.
Tenía que salir rápidamente de ahí. Corría peligro. Ahora podía entender lo que Key y la orden decían en cuanto a tener contacto con ellos.
Mi corazón latía rápidamente. Corría por la misma calle por la que vine, quería llegar rápidamente al hotel y dormir. Pero creo que eso no estaba dentro de los planes.
—No te despides?
Esos tres vampiros habían salido de la nada, acorralándome en esa solitaria calle sin salida.
—Esto solo te va a doler un poco. — dos de ellos me habían sostenido por los brazos y el cuello. — es mas puede que hasta lo disfrutes. —el vampiro de la voz fría se acercaba a mi cuello, bajando nuevamente el cuello de mi suéter.
—No me hagas esto…. — mi voz empezaba a quebrarse por el miedo.
Pero de pronto algo interrumpió la cena de este vampiro, dejándome caer bruscamente al piso. Alguien o algo empezó a luchar con ellos. No alcanzaba a ver qué es lo que pasaba en realidad. Se movían con una velocidad sorprendente, y solo alcanzaba a escuchar unos quejidos y como estos vampiros salían corriendo dejándome ahí.
Estaba a salvo. Miraba el suelo arrepentido, por mi mente pasaba que no debía desobedecer nuevamente lo que Key me decía. Después de todo tenía razón.
—Buu~. —una voz interrumpió mi canto de salvación.
Levanté mi rostro y vi a un joven alto, cabello largo de un color castaño. Con unos grandes ojos hermosos, uno ojos que te pueden llegar a hipnotizar. Lo primero que se me vino a la mente fue “MinHo”. Su complexión coincidía a la perfección con la descripción de su persona en el diario.
— Deberías ser cauteloso. — me extendió la mano para ayudarme a levantarme.
—Gracias…. — sus ojos eran cautivadores.
—Por qué? — dijo en un tono de insolencia.
—Por salvarme. —rió.
—Que presunción. — Su mirada me inspeccionaba de arriba abajo. — De modo que sabes algo de Onew. — se detuvo nuevamente frente a mí.
—Se muchas cosas…
—No ha mantenerte con vida al parecer?
—Veo que ya tenemos algo en común al parecer; aunque creo que yo tengo un poco de ventaja
—Pues eso tiene solución…
Nuestras miradas se encontraron. Es como si intentáramos conectarnos atrás vez de ellas. Al mirar sus ojos sentía como si una corriente recorriera toda mi espalda.
—Entonces? — se acercó más pegando su cuerpo al mío. —y que mas crees que sabes?
—Se…. — la cercanía de nuestros cuerpos me estaba extasiando.
—Estas temblando. — se pegó mas a mí.
—Tengo frio
Me tomó de la mano y me guió hasta un callejón y me arrinconó contra la perded.
—Sigues con frio? —Preguntó a lo que yo solo respondí con un movimiento de cabeza indicándole que no. — entonces continua. — tomó mi mano. — cuéntame, háblame más de mi.
—Se que quieres…—Sus ojos no pe permitían organizar mis palabras.
—Qué? Que quiero?
—Deseas…. —sus manos se paseaban por las mías.
—Que deseo?
Sentí un dolor en uno de mis dedos, había enterrado una de sus uñas en el. La sangre brotaba.
—Que es lo que deseo? — se llevaba mi dedo a su boca.
—Caminar entre los vivos. — por fin pude articular palabra. —salir de la fría y baldía eternidad…
Después de haber dicho esto, se me quedó viendo por unos pequeños instantes.
—Vaya. — me soltó. —eso es propio de un inteligente investigador… “Talamasca”. —se alejó unos pasos de mi. — sabía que mi diario andaba cerca, has disfrutado de su lectura? — se notaba un poco molesto.
—Me ha conmovido…
—Si? — su cara mostraba que no sabía si reírse o enojarse. — Bien...No sufras Taemin. — mencionó mi nombre haciendo una reverencia tu especie no satisface mi sed.
—MinHo…
—Qué?
—Quieres que te devuelva tu diario? No… entiendo, sería un acto demasiado humano, y tú… pues… ya no eres humano.
Dicho esto desapareció así como había llegado. Las noches siguientes lo seguí buscando por las calles de San Francisco, lograba divisarlo pero en cuanto se daba cuenta de mi presencia desaparecía. Hasta que creo lo harte.
Eran alrededor de las 7 de la noche. Me encontraba rondando por el Golden Gate Park, los rayos del sol ya se habían ocultado. Ya estábamos a principios de noviembre por lo que el sol se ocultaba desde las 6 de la tarde. Me encontraba sentado en una banca, cerca del Young Museum. Era mi último día ahí.
—Porqué me sigues?. — una voz conocida me volvió de mi letargo.
Ahí estaba el. Sentad a mi lado, no vi en qué momento había llegado y se había situado al lado mío. Volteé a mirarlo por unos cuantos segundos, intentando grabar cada parte de su rostro, para recordar a cada instante sus hermosos ojos. Dejé de mirarlo y me volteé para sacar algo de mi mochila.
—Has venido desde tan lejos solo para devolverme esto?. —le estaba entregando su diario. — Por la generosidad de tu corazón? . — me encogí de brazos.
—Me fue un placer el conocerle. — me paré enfrente de el, he hice una reverencia. —En momento de que regrese a Corea. — bajé la mirada y medí media vuelta dejándolo ahí sentado.
Tenía que irme; mi mente, mis ojos, mis sentidos… mi corazón, se estaban desbordando por él. Por aquel ser perfecto. Al verlo ahí tenía que controlar mis ganas de besarlo, de besar ese rostro tan perfecto.
Creo que mi estado de “enamoramiento fantasioso” se había convertido en un enamoramiento verdadero. Pero, aun seguía siendo lo mismo. Era un amor platónico.
Cuando regresé a Corea me esperaba una buena reprimenda por parte de Key. Pero se calmó cuando le conté que en realidad lo había conocido y que no habíamos tenido mucho contacto que digamos. Ni de loco le diría que casi soy la cena de un trió de vampiros desquiciados. Mis días siguieron tan normales como antes, o eso trataba de aparentar. En momentos mi mente divagaba, recordaba su rostro. Con solo recordar su cabello era suficiente para que perdiera la concentración de lo que estaba haciendo en ese momento.
Han pasado 2 meses; siempre he sido sensible a presencias no “humanas” y siempre me perseguían con el fin de que las ayudara, o solo porque era una persona que podía “verlas”. Pero últimamente me ha perseguido un presencia, aunque no logro verla la siento tan fuerte, pareciera como si quisiera hacerme saber que está ahí. He aprendido a no tener miedo ante ella, así que solo las dejo ser. Pero hay algo diferente en ella.
—Si Key… —me encontraba subiendo las escaleras del edificio donde vivía. — Ya lo sé. No te preocupes. —me aguantaba las ganas de reír por todo el drama que estaba haciendo por teléfono. — Si umma~ no llegaré tarde mañana. ¿Ya puedo colgar? Tengo que abrir la puerta. —ya había llegado hasta la puerta. —Bye~.
Entré y me dirigí a la cocina a dejar las cosas que traía en brazos. No sé ni cómo ponía hablar por teléfono con todas las cosas encima. Comencé a sacar todas las cosas y poner en orden todo. Pero, en mi mente se formó la palabra MinHo, escuchaba su nombre en mi mente. Puse mis manos sobre el fregadero intentando controlar mi mente. Me estaba haciendo un juego. Su nombre seguía sonando en mi mente. De nuevo esa presencia, pero ahora la sentía tan cerca, como si estuviera atrás de mí. Ahora entiendo.
Esa presencia…
Me doy media vuelta, intento descifrar de donde viene esa presencia. Antes de que salga de la concina me doy cuenta de que proviene de la sala. Me acerco a poco a apoco, no alcanzo a ver muy bien ya que hay un muro que no me deja ver el panorama completo. Me acerco y esa presencia se hace notar más. Cuando por fin llego solo puedo pronunciar una “palabra”.
—Buu~—pronuncio
Mírenlo ahí. Sentado en el sillón más grande de la sala, con las piernas cruzadas. Su cabello recogido en una media cola, dejando un poco de su cabello cayendo por su nuca y por el frente de su cuello. Llevaba unos pantalones negros de piel ceñidos a sus piernas, resaltando así sus muy largas piernas. Un suéter muy holgado para el que hacía que por el cuello se viera la piel de sus hombros, esa piel perfecta.
—Buu~ A ti. — dijo con una sonrisa.
Nos quedamos mirando por unos segundos hasta que decidí romper el silencio.
—Que haces aquí? . — dije sentándome en uno de los sillones. —No es que me moleste. — el solo soltó una risa ante esto último.
—En realidad… —echó su cabeza hacia atrás. — Ni yo mismo lo sé. —Volteó a verme.
—Es un bello departamento. — dijo poniendo se de pie y mirando las cosas que habían en unos libreros. — “Talamasca”. — reír por su comentario. Me recordó el día en que lo conocí.
—Sabes quién es él?. —dije señalando un cuadro.
—Jonghyung, y al estar el pintado en el cuadro estamos hablando también del gran JinKi.
—Conseguí que me dejaran tenerlo en mi departamento. Realmente fue difícil convencer a….—me interrumpió.
—KiBum… —dijo en tono gracioso el nombre de Key.
—Lo conoces?. — dije un poco extrañado.
—Mi querido TaeMin. — empezó a caminar de regreso al mueble. —Soy un vampiro y ustedes una orden que nos investigan. KiBum es una persona muy importante en la orden, es obvio que sepa de él. Aunque él no tiene el honor de conocerme a todo color así como tú.
—Por qué?
—Hay algo que a ti se te olvida mucho.
—Qué?
—“Observamos y siempre estamos ahí”. — se paró delante de mí. — Tú no cumples eso, siempre quieres observar de más. — le dio un pequeño golpecito a mi nariz como si fuera un niño pequeño.
—Ah, eso… .
—Te gusta romper reglas verdad?. — dijo sentándose nuevamente en su lugar.
Sí, pero fue a partir de cuando supe de tu existencia. Esa era la verdad, era su culpa el que me yo rompiera las reglas. Él era el único culpable de los regaños que me daba Key.
Aquí voy otra vez…
—Quiero que me enseñes cómo es?. —me paré de improvisto de donde estaba.
—Como es qué exactamente?. — dijo en un tono serio.
—Ser como tú. — me senté muy cerca de el, muy cerca de su cuerpo.
—No tengo tiempo para eso. —se levantó. Su sonrisa se había desvanecido por completo.
—Lo único que tiene un vampiro es tiempo. —lo tomé de la mano.
—Yo no…—se zafó y comenzó a caminar a la puerta.
—Acaso piensas pasar lo que queda de la eternidad solo?. — me paré del mueble gritando a todo lo que daba mi voz.
—Porque no?. —se volteó rápidamente, se veía molesto.
—Por qué no compartirla conmigo?. —Me acerqué a donde estaba el. — Quiero estar contigo…— lo abracé por la cintura.
—Taemin, lo que me pides me es doloroso. — me separó un poco de él para que lo viera a la cara. —puede resultar doloroso para un mortal , tu aun sigues ligado a tu piel, a tus sentimientos…
—No me importa
—Es más, los de nuestra especie no nos soportamos mucho, aparte de que nos aburrimos muy rápido. Nuestra eternidad no puede ser lo que tú piensas.
—No perdemos nada con intentarlo. —lo abracé fuertemente.
—Ere muy necio verdad. —acarició mi cabello riendo de una manera alegre.
—Soy alguien que rompe reglas. — nos miramos unos instantes a los ojos.
—Confías en mi?. —tomó mi barbilla entre sus dedos.
—Si…
Se acercó lentamente a mí y depositó un tierno beso sobre mis labios, yo solo cerré mis ojos cuando sus labios tocaron los míos.
—Onew tenía razón, pero yo no lo entendía hasta que te conocí. —su voz hizo que abriera lentamente mis ojos.
—Que quieres decir?
—Me resultas hermoso porque eres humano, tu fragilidad, tu corta edad, tu corazón, incluso cuando crees que se está rompiendo. —parecía que sus ojos recorrían cada parte de mi rostro. — Todo eso me resulta más atractivo que todo lo que he conocido antes. Pero es porque aun eres humano.
—Hazlo por favor.. Déjame estar a tu lado.
El veía en mis ojos la suplica. Me daba algo de miedo en realidad, pero realmente quería pasar mis días al lado de él. Y qué mejor que pasar la eternidad con aquella persona de la cual te has enamorado, profunda, perdida y eternamente.
Me puse de puntas para poder rosar sus labios sin dejar de mirarlo a los ojos. Sus Ojos eran tan profundos y bellos. Mis labios se comenzaron a mover sobre los suyos. Puse mis manos en sus caderas para sostenerme y a si levantarme más y alcanzar más esos labios. De un momento a otro sentí la necesidad de intensificar más el beso, mis labios se movían más rápido y ahora mi lengua estaba dentro de la cavidad de este. Tanta era mi necesidad de sentirlo que inconscientemente lo había azotado contra la pared.
—¿Acaso se invirtieron los papeles?
—Por qué?. — empecé a caminar empujándolo por el pecho, haciendo que el caminara de espalda.
—Ahora yo parezco la presa. —dijo riendo.
—No, ¿Cómo crees?. —me reí por lo bajo.
—Tae… nosotros los vampiros ya no sentimos lo que los humanos sienten al tener intimidad. Se puede decir que … sentimos otro tipo de excitación.
—Lo sé. — le di un rápido beso. —Pero yo si puedo sentir aun…
—Ja!. — puso sus manos en sus caderas. — Tu rostro de ángel es solo una fachada, eres un diablillo!
—Y tu monstruo hermoso!. —me aventé a sus brazos como cual niño se avienta a los brazos de su padre.
—Tae….— la fuerza con la que me aventé provocó que cayéramos a la cama. —solo dame tiempo, yo… quiero que aun sientas el mundo y los placeres que te puede ofrecer con tu cuerpo humano. Ya tendremos mucho tiempo después. Disfruta conmigo un poco más tu cuerpo humano.
—MinHo…
—Mande
—Puedes callarte ya!. — tomé su rostro entre mis manos y me acerqué para besarlo bruscamente.
—Eres un niño malo Tae. — dijo un entre un tono de risa y sorpresa.
—No acabas de decir que disfrute?. — comenzó a reír como loco ante mi respuesta.
—Eres un niño rompe reglas.
—Tú me haces romperlas. — le di un pequeño golpe en su hombro.
—Eres… hermoso pequeño. — se acercaba lentamente a mi rostro, sin apartar su mirada de mi labios.
—Y tu perfecto… . —terminé esa distancia que tenían nuestros labios.
Mis brazos rodearon su cuello para así ayudar a profundizar más el beso. Quería sentir cada parte de el, pero también quería que él me sintiera. Soltó mis labios para repartir besos en por todo mi rostro. Sus manos se posaron en mi pantalón, intentando desabrocharlo, y como pudo lo sacó. Con uno de sus dedos recorrió una de mis piernas, desde la punta de mi dedo pequeño del pié hasta llegar a mi vientre, para luego introducir sus manos debajo de mi camisa y así poderla sacar de mi cuerpo. Me sentía tan… radiante.
No podía haber desigualdad entre nosotros, así que pedí su ayuda para quitarle su propia ropa. Primero quitamos ese suéter tan hermoso que hacía que resaltara su perfecta piel. Cuando quedó al descubierto su pecho, no podía dejar de verlo, era tan perfecto. Quería besarlo en ese mismo instante. Con una mano toqué su cremallera dándole a entender que era tiempo de que se quitara ese entallado pantalón negro. El se despegó un poco de mi y aproveché para tocar su vientre, su liso y plano vientre. Subiendo por su abdomen y deteniendo mis manos en su pecho. No lo dudé mas y repartí unos pocos besos en el. Pero el me volvió a besar y a pegar nuestros cuerpos mas, solo que ahora había mas fricción en nuestros cuerpos al chocar.
—Dame tu boca, dame tus brazos —musité. Mi pasión le causó tanto asombro como excitación.
Rió suavemente mientras respondía a mi súplica con más besos tiernos y fragantes. Poco a poco fue descendiendo, primero paso por mi cuello dando pequeñas mordidas sin dolor. Cuando bajaron más sentí sus labios sobre una de mis tetillas, jugando traviesamente con ella. Siguió bajando aun mas, cuando llegó a mi vientre sentí un calor recorriendo todo mi cuerpo, mi mente poco a poco se iba perdiendo.
Sentí su cálido aliento sobre mis partes íntimas como un delicado y sibilante torrente.
Volvió a subir hasta mi boca y sus manos se fueron deslizando lentamente a mi espalda, para luego bajar a mi entrada. Sentí un intruso intentando penetrar en ella y comenzando a moverse en círculos.
—Ah!. —sentía un pequeño dolor, escondí mi rostro en su cuello — Ahh!. —Mordí fuertemente su cuello.
—Hey! Aquí el vampiro soy yo!. —me tomó de las caderas y me levantó.
Se movió tan rápido, que cuando me di cuenta estábamos de pie y me tenia pegado contra la pared.
—Aquí la presa eres tú. —atrapó nuevamente mi boca con la suya.
Una de sus manos tomó una de mis piernas y la subió lentamente para que rodera su cadera y con la otra intentaba entrar nuevamente en mi. Esta vez el primer dedo entró rápido, un segundo dedo vino a acrecentar más el dolor. El intentaba calmar mi dolor con sus besos y acariciando mi otra pierna. Cuando entró el tercer dedo ya no era dolor lo que sentía si no placer, un rico placer.
—Ah~
—Eres tan exquisito…
Esta vez tomó mi otra pierna e hizo que ahora las dos rodearan su cuerpo, cargándome más y pegando mi espalda completamente a la pared. Sentía su miembro debajo de mí, un frio y grande miembro. Intentaba bajar mi cuerpo un poco más para sentir más su miembro, quería que rosara más mi cuerpo. A tanteos busqué su miembro con mis manos y lo enfilé a mi entrada, pero no pude solo. Sentí su mano chocar con la mía. Juntos colocamos en posición su miembro, el empujó su cuerpo y yo con mis piernas lo jalé así a mí.
—MinHo…
—Pareces una hermosa bruja. — dijo esperando el momento para comenzar a moverse. — ese cabello rojo te hace ver hermoso.
—Ya me lo han dicho muchas veces, pero siento que esta vez es diferente. — intentaba controlar el dolor que sentía ante tal intrusión.
—Claro. — se iba acercando a mi cuello. —Nunca te lo había dicho un vampiro.. — lamió mi cuello.
—Quieres?. —tomé su cabeza con mis manos y lo acerqué nuevamente a mi cuello.
—Desde que te conocí me muero de ganas por beber tu sangre. —sentía su aliento, hacia que mi cuerpo sintiera escalofríos. — Debes de saber…
Sentí otros dos intrusos en mi cuerpo. Mi cuerpo se tensó al sentir como se enterraban aquellos filosos colmillos en mi cuello, pero después de unos segundos y de sentir como mi sangre era sorbida el dolor paso. Recordé lo que aquel vampiro loco me había dicho “—Esto solo te va a doler un poco, es mas puede que hasta lo disfrutes—”. Llámenme masoquista pero realmente se sentía bien. Sentir esos labios en mi, succionando poco apoco aquel liquido que le da vida.
—Ah~ . —un gemido salió de sus labios, abrí mis ojos.
Vi su rostro, tenía un leve tono carmesí y ahora su cuerpo se sentía un poco más caliente por la sangre que acababa de ingerir. Sus ojos mostraban placer.
—Sabes a gloria pequeño
Comenzó lentamente el vaivén de sus caderas, haciéndome gemir muy bajo.
—Tae… . — abrí mis ojos.
—Toma, tú también toma de mí.
Vi como con uno de sus colmillos hacia sangrar su lengua, la sangre comenzaba a correrse por su mentón. Pasé mi lengua por las gotas que había en su quijada. Lamí sus labios, su sangre tenía un sabor único; tenían algo que te hacia querer mas. Tomé mis su rostro entre mis manos e introduje mis lengua en su boca, quería mas de esa sangre. Nuestras lenguas jugaban ahí dentro. Sus estocadas comenzaron a ser más rápidas, pero yo quería más de ese líquido rojo. Atrapé entre mis dientes y comencé a succionarla, cuando ya no salía mas decidí morder su labio inferior. Su sangre salió rápidamente, no dudé en recibirla dentro de mi boca.
—Ah~ . —comenzaba a sentirme extasiado. —Mas, MinHo mas…
—Lo que pida mi ángel. — sentía su miembro profundizando mas en mi.
—Ahí!. — eché mi cabeza hacia atrás, a lo que MinHo aprovechó para clavar sus colmillos nuevamente en mi. — Ah~
Era doble el placer que sentía; sus labios en mi cuerpo y su miembro dentro de mí hacia que perdieran mi completa cordura. Mis gemidos comenzaron a ser más sonoros, intensos y más seguidos; sentía que me volvería loco por la sensación de placer que sentía.
—MinHo… MinHo… para… siento que me volveré loco.
—No creo que quieras que pare. — dijo después de desenterrar sus dientes de mi cuello.
Sentía que pronto me iba a venir así que rodeé su cuello con mis brazos y apreté mis piernas a su cintura, así evitaría el caer en aquel momento.
—Ya… —dio la última estocada mas profunda. —Ah~
Intentaba regularizar mi respiración, de visualizar en donde estaba. Por unos momentos no sabía exactamente qué había pasado. MinHo en la misma posición que estaba cargándome me llevó hasta la cama y me acostó. Yo no me podía mover, aun sentía los espasmos en todo mi cuerpo. El esperó pacientemente a mi lado hasta que me tranquilizara.
—Era tu primera vez ¿verdad?. — dijo retirando mis cabellos sudados de mi frente.
—Que puedes esperar de un investigador importante de la Talamasca— el rió tomándose el estomago.
Pasamos unos minutos abrazados.
—MinHo. —rompí el silencio.
—Hmmm.
—Solo prométeme que seré yo el que pase la eternidad contigo. —me volteé a verlo a los ojos.
—Claro, te lo prometo. — depositó un beso en mi frente. —Solo quiero que llegue el momento y el día indicado para ti.
Permanecimos así platicando de aquél día que nos conocimos, de sus hábitos como vampiro. Las horas transcurrieron y ya era hora del momento en que él se hundía en su letargo del día. Aun no salía el sol pero ya estaba pronto a salir. Quería quedarme a su lado, verlo dormir en ese sueño de vampiro, pero él me dijo que podía ser peligroso, que a veces los vampiros pueden actuar en contra de su voluntad cuando están dormidos. Eso no me preocupaba ya que ahora mi vida la compartiría con él, me sentía feliz de que yo fuera esa persona que daría un poco de luz a su eternidad.
Me levanté y cerré las cortinas bien para evitar que se filtrara la luz del sol. Puse unas sabanas extras aun sobre las cortinas para así lograr oscurecer más la habitación. Me giré y sus ojos estaban ya cerrándose.
—Te veo en la noche. — dije depositando un beso en sus labios. — Te Quiero.
¿Cuando fue que me enamoré de este vampiro? Fue cuando leí una parte de su diario.
“A todo vampiro le llega la idea de que la eternidad se convierte en algo insoportable, vive en las sombras, se alimenta en la oscuridad con su solo ser como su única compañía. Se pudre en un hueca y solitaria existencia. La inmortalidad es una idea deseable hasta que caes en la cuenta en la que la tienes que vivir solo”
Desde ese momento me dije que yo cambiaria eso, no me importaba perder mi naturaleza humana, mientras que viviera a su lado por siempre.
Doy una última mirada a su cuerpo tendido en la enorme cama, no me quiero ir. Pero el hecho de que te veré por mañana y por siempre hace que apague la luz y salga.
—Te veré mañana. —cerré la puerta. — y el día que sigue, y le que le sigue, y el que sigue. — voy cantando por todo el pasillo. — y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente…
Y por toda la eternidad.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
De verdad, se que el lemon no fue de lo mejor y mas con esa palabrita tan repetitiva pero... de verdad di lo mejor de mi!Siento que... tambien me emocioné escribiendo XD, quedó largo? NO ME MATEN T_____T De verdad me emocioné ahahaha, lo malo fue que no me emocioné en el lemon XD ahaha lo siento!!! xD
Espero le haya gustado chicas!
Espero le haya gustado chicas!
Espero sus comentarios
Última edición por Mizore-chan el Miér Jun 27, 2012 7:13 pm, editado 4 veces
Re: [Oneshot|2Min] Eternity
Honey Choi escribió:Eonni >.< !! lo ame lo juro, fue tan ... waaaaa, me hubiese gustado que fuese algo mas largo, pero así esta perfecto lo juro :3 hasta pronto Eonni, gomawo por compartirlo con nosotros, hasta pronto
ahahah garcias a tí por leer, ya nadie pasa por mis escritos u_u
Re: [Oneshot|2Min] Eternity
ahahah garcias a tí por leer, ya nadie pasa por mis escritos u_u
Veras que pronto pasarán los demás por ellos, yo estoy buscando mas de tus escritos Eonni, algo tarde pero los leeré todos n.n [url][/url]
Honey Choi
The Flaming Charisma Minho ♥
250
Re: [Oneshot|2Min] Eternity
tengo devilidad por los vampiros y el 2min y las dos juntas dios es maravilloso...
te quedo genial el shot me encanto el lemon todo sensualon y gore.juju
gracias por compartir tu.shot
bsos!!<3
te quedo genial el shot me encanto el lemon todo sensualon y gore.juju
gracias por compartir tu.shot
bsos!!<3
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